UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA Departamento de Filología Española IV (Bibliografía Española y Literatura Hispanoamericana) TESIS DOCTORAL Angélica Palma: su vida y su obra (1878-1935) MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR María Pía Sirvent de Luca Directora Almudena Mejías Alonso Madrid, 2012 © María Pía Sirvent de Luca, 2012 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA ESPAÑOLA IV TESIS DOCTORAL ANGÉLICA PALMA: SU VIDA Y SU OBRA (1878-1935) DIRECTORA: ALMUDENA MEJÍAS ALONSO Mª PÍA SIRVENT DE LUCA MADRID, 2012 UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA DEPARTAMENTO DE FILOLOGÍA ESPAÑOLA IV Angélica Palma. Su vida y su obra (1878- 1935) María Pia Sirvent de Luca Directora: Dra. Almudena Mejías Alonso Madrid, Marzo, 2012 A María Dolores Pérez, por acompañarme siempre. A mi madre, por su apoyo incondicional. ÍNDICE 1. Motivos .................................................................................................................................... V 2. Érase una vez ........................................................................................................................... 1 3. 1892. IV Centenario del Descubrimiento de América ................................................... 29 4. En el Álbum de una limeña... ............................................................................................. 75 5. El despertar del siglo XX. La gran aldea ........................................................................... 91 6. Las mujeres que leen son peligrosas .............................................................................. 121 7. España y América. Políticas de acercamiento ............................................................... 145 8. Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando ..................................... 159 9. La Academia de la Lengua. Palmas lingüistas .............................................................. 183 10. Cuatro años de viaje por Europa. 1921-1925 .................................................................. 199 11. Las bohemias de su tiempo .............................................................................................. 231 12. Entre la ficción y la realidad ............................................................................................. 241 13. Bética Florida ....................................................................................................................... 261 14. De vestidos y modas .......................................................................................................... 295 15. Efusiones líricas, salón literario en Lima ....................................................................... 309 16. Veladas del ochocientos .................................................................................................... 331 17. La Hora Fatal ....................................................................................................................... 339 18. Corpus bibliográfico .......................................................................................................... 357 19. Cerrando el círculo ............................................................................................................. 423 20. Bibliografía .......................................................................................................................... 427 Motivos Muchas veces, al publicar un libro, acucia al autor el deseo de precederlo de algunas explicaciones, ociosas casi siempre, pues si el libro no dice lo que quien lo escribió pensó que dijera, cualquier advertencia, nota, atrio, liminar o pórtico, o como la moda quiera apellidar el prólogo, será a manera de esos letreros que los niños ponen saliendo de la boca de los monigotes que dibujan para presentarlos al público o fingir conversaciones fantásticas, supliendo así con la expresión gráfica las deficiencias del intento artístico. Cedo yo ahora a la tentación de espontanearme contigo, sufrido lector, y acompaño mis muñecos chapuceros con unos garabatos a guisa de aclaración…1 1 PALMA, Angélica, “Al lector”, en Uno de tantos. Novela, Madrid, Espasa- Calpe, 1926, pág. 7. VI Son muchas las cosas que he aprendido a lo largo de estos años de estudio y dedicación a la vida y la obra no solo de Angélica Palma, protagonista indiscutible de esta tesis sino a la de toda una familia, los Palma Román. Una de las cosas fundamentales y aplicables a cualquier área es que no se puede juzgar a ojos del siglo XXI acontecimientos que ocurrieron en el XIX. Y me refiero al caso de todas las ocasiones en que se ha afirmado ya fuera en una conferencia, entrevista o conversación: “Angélica fue una de las primeras feministas que tuvo el Perú”. No, no fue así. Angélica fue la mejor embajadora que tuvo el Perú tras la muerte de su padre pero ni sus ideas, ni sus escritos, ni su pensamiento denotan nada que pueda hacer pensar que debemos poner el nombre de “feminismo” al trabajo que ella desempeñó. No al menos ese feminismo militante que podemos entender hoy en día. Sí fue una mujer que defendió, desde su posición privilegiada, la incursión de la mujer en ámbitos donde antes no era escuchada pero ella no fue la primera peruana, otras la precedieron en su carrera como mujer profesional: Mercedes Cabello de Carbonera, Clorinda Matto de Turner, Teresa González de Fanning, Carolina Freyre de Jaimes, María Trinidad Enríquez Ladrón de Guevara e incluso la argentina Juana Manuela Gorriti que tanto permaneció en el Perú y que tanto ayudó a las mujeres a organizarse y a ganarse su espacio a través de sus famosas y estudiadísimas veladas literarias. Si algo tuve claro desde que comencé a soñar y a esbozar el trabajo que aquí se presenta era que no quería llenarlo de pretéritos perfectos que hiciesen en cierto sentido, monótona y aburrida la lectura de la misma. El objetivo era reconstruir la vida de alguien a quien la historia de la literatura había borrado de sus páginas pese a su ingente producción, sobre todo periodística. Lo arduo de estas páginas fue intentar trazar el contexto político, social, cultural y económico que rodearon la figura de Angélica Palma, hija de uno de los padres de la literatura peruana, Ricardo y escritora reconocida tanto en España como en América. No sólo había que reconstruir un contexto, el peruano, sino que había que reconstruir también el español puesto que nuestra escritora vivió largas temporadas en la Península. La famosa frase de Ortega y Gasset pronunciada en sus Meditaciones del Quijote (1914), “Yo soy yo y mi circunstancia”, resume lo que es este trabajo: Angélica Palma y su circunstancia que engloba el pasado de dos países, España y Perú. La metrópoli y la ex colonia que iniciaron unas políticas de acercamiento en las que tuvieron un papel muy importante intelectuales como Angélica Palma, Rosa Arciniega, Aurora Cáceres, en Perú y Carmen de Burgos, Mercedes Gaibrois o Blanca de los Ríos, en España que creyeron en la creación de unos lazos culturales en pro de una unión íbero- americana. VII No solo fueron intelectuales, también hubo instituciones (Unión Iberoamericana, Ateneo de Madrid, Real Academia de la Lengua, Residencia de Estudiantes, Lyceum Club, entre otras muchas) y revistas y periódicos de la época, hoy en su mayoría desaparecidos, que sin duda marcaron las tendencias culturales y literarias del momento y ayudaron con la publicación de trabajos de escritores y literatos de uno y de otro continente, al hermanamiento de estos. Angélica Palma Román se dibujaba como una escritora desconocida, uno de tantos nombres olvidados en bibliotecas y librerías de viejo, en estantes donde el tiempo va acumulando polvo y borrando los recuerdos que de ella se pudieran tener. Son pocas las personas que recuerdan haber leído algo de ella, muchas las que relacionan su nombre con el del patriarca Ricardo Palma y muchos más los que se preguntan qué la hace tan especial para convertirse, setenta y seis años más tarde, en protagonista de una tesis doctoral. Entre las páginas del libro Hispanoamericanas en Madrid (1800- 1936), se cuela el nombre de Angélica Palma. En él se apuntan, a grandes rasgos, algunos de sus datos biobibliográficos, los suficientes para que comenzase la búsqueda de aquellas fechas, nombres, motivos y causas que hacían que mereciese un lugar más allá del que le fue dado por nacimiento: ser hija del ilustre tradicionista Ricardo Palma. Acudir a los periódicos de la época, extranjeros y nacionales, que pudieran haber vertido en sus páginas testimonios de su presencia o de sus actuaciones como conferenciante, fue uno de mis primeros trabajos. Tarea ardua, donde las nuevas tecnologías facilitan en contadas ocasiones la labor pues son pocos los fondos que se hallan digitalizados o microfilmados. Muchas horas de visionar una a una las páginas de diarios donde podía o no haber algún tipo de información sobre ella. Afortunadamente para mí, los periódicos de antes daban cuenta de la vida social y cultural de la época con mucho más detalle que ahora por lo que encontrar el nombre de Angélica vinculado al Lyceum Club, al Ateneo de Madrid, la celebración de la Exposición Iberoamericana de Sevilla en 1929, fue relativamente fácil. Con todo esto lo que pretendo remarcar es la importancia de la prensa2 en trabajos como el que nos ocupa. La vida de Angélica, al igual que la de otros escritores e intelectuales, 2 Una de las principales fuentes para la realización de esta tesis doctoral ha sido, como se ha apuntado, la prensa del momento, de ahí que se dedique un extenso capítulo al final de la misma, a la bibliografía encontrada en los diferentes medios consultados. Así como toda la bibliografía que me ha sido posible encontrar y reunir en donde se hace mención de su persona y de su obra, tanto en medios nacionales como extranjeros. VIII no hubiese podido reconstruirse aquí sin el vaciado sistemático de publicaciones como El Sol, ABC, Blanco yNegro, La Época, Raza Española, Hojas Selectas, El Imparcial de Madrid y Variedades, Prisma, Mercurio Peruano, La IlustraciónAmericana, Mundial, El Perú Ilustrado, Siluetas de Perú entre otras muchas como se verá a lo largo de estas páginas. Unas y otras dieron cuenta, durante los años de vida profesional de Angélica, de todos sus actos por lo que podemos asociar su nombre a lugares y personalidades que de otra forma, hubiesen sido solamente cábalas y suposiciones. Al margen de las noticias que de ella se dieron, hay que recordar que Angélica fue una mujer profesional que logró vivir de la publicación de sus despachos en diferentes medios no sólo nacionales sino también extranjeros hasta el punto de ser reconocida comentarista, cronista, cuentista y poetisa en medios españoles donde le dedicaron tanto a ella como a su obra multitud de artículos y notas, en ocasiones en primera página. A la dificultad de saber dónde podía comentarse algo de su obra o de su persona se unió la de saber en qué medios había podido publicar sus artículos, teniendo en la mente que, a lo largo de su vida literaria, utilizó dos seudónimos: Marianela y Araceli, además, claro está, de su propio nombre. Contaba con la referencia del libro antes citado, con una tesis doctoral3 de noventa páginas donde se resumen las novelas de la autora y con el libro homenaje que le dedicara a su muerte la Sociedad Amigos de Palma donde se recogen los discursos, anécdotas, cartas y artículos que diferentes personalidades escribieron para honrar su memoria. Incluso en este último, escrito a su muerte y por personas contemporáneas a ella, se incurre en error afirmando datos que el tiempo y la búsqueda concienzuda en archivos y bibliotecas de diferentes países, han demostrado ser inexistentes o imposibles. Uno de los objetivos marcados de este trabajo era liberar a Angélica Palma del lastre de “ser hija de” y concederle la autonomía y la individualidad que ella se merece por el trabajo que tantos años llevó a cabo, por la labor de acercamiento intelectual que realizó entre dos continentes y por la difusión de la cultura española y americana que realizó en ambos. Bien es cierto que desde 1919, año del fallecimiento de su padre don Ricardo Palma, Angélica voló sola en compañía de sus dos hermanas, Renée y Augusta, de las que no se separó hasta el día que murió. Junto a ellas se impuso el deber filial y moral de dar a conocer la obra magna del ilustre tradicionista, las Tradiciones peruanas, allá por donde fuera. 3POSADAS, Rosa Margarita, Las novelas de Angélica Palma. Estudio crítico- biográfico con una síntesis de sus novelas, Lima, Editorial “La Prensa”, 1943, 90 p. IX Revisó y costeó una magnífica edición llevada a cabo por la entonces editorial Calpe e ilustrada por Fernando Marco lo que la mantuvo en España cerca de cuatro años procurándole el viajar no sólo por el continente español sino también por Europa. Contrajo amistad con escritoras de la talla de Blanca de los Ríos, Mercedes Gaibrois, Concha Espina, Carmen de Burgos, asistió a las tertulias del café Pombo, de la condesa de Doña Marina, de Mercedes Alcalá Galiano y dio conferencias en el Ateneo de Madrid, en el Lyceum Club o en la Residencia de Señoritas. Lejos de pasar desapercibida en un continente que no era el suyo, supo granjearse la simpatía y la amistad de quienes vieron en su obra, en su tesón y en su constancia por estrechar los lazos de acercamiento entre los dos continentes, el recuerdo de su padre. Imparable y defensora de su causa, la del acercamiento y la de la reivindicación del papel de la mujer como sujeto activo, cruzó el océano en dos ocasiones y vivió en nuestro país durante ocho años aproximadamente. La mujer protagonista de este trabajo prometía mucho con lo poco que de ella se sabía. Había muchos “pros” que jugaban a mi favor, el más importante era el gran vacío de información que existía en torno a su persona y a su obra. Lo cual jugaba también en mi contra. Tenía que reconstruir la vida y recopilar la obra de alguien a quien el tiempo no se había encargado de recordar pero que, bien mirado, para mí suponía todo un regalo: una mujer, peruana, reconocida en España que estuvo en contacto con intelectuales españoles – hombres y mujeres- y que publicó no sólo novelas sino también artículos de diferente índole, sintetizaba a la par que resumía de manera perfecta, mis siete años académicos de estudios filológicos. Nace a finales del siglo XIX, en 1878, en Lima, en una ciudad que, sin sospecharlo se preparaba para vivir uno de sus peores momentos, la Guerra del Pacífico, declarada a fines de ese mismo año. Vive a caballo entre el fin de siglo y los comienzos del XX, por lo que la entrada en el tan temido y esperado siglo la ve desarrollarse como mujer y persona. Escritora vocacional muy difícil hubiera sido que Angélica Palma se dedicara a otra cosa que no fuera escribir: sus antecedentes familiares (su padre Don Ricardo Palma y su hermano Clemente) la delatan y el ambiente intelectual que vivió en su casa incentivaron sus sueños de novelista. Para más inri, vivió parte de su infancia y adolescencia en el viejo edificio de la Biblioteca Nacional –un sueño para todo aquel que ama la literatura- por lo que todo parecía apuntar que la pequeña Angélica se dedicaría a las letras. Testigo de excepción de los cambios que vivió su país y su ciudad en concreto, tuvo el acierto de llevarlo al papel escribiendo novelas que reconstruyen la problemática social, X política y económica que se estaba viviendo. Sus novelas y cuentos encarnan los tipos y costumbres de una forma de vida y una sociedad que se estaba abriendo paso al progreso debatiéndose entre la tradición y la modernidad. Angélica a través de sus textos, pretende novelar la sociedad limeña tal y como lo hiciera Benito Pérez Galdós con Madrid en sus novelas. Gran admiradora de este escritor sigue las pautas que le marcan las lecturas que hace de los Episodios Nacionales, Marianela, La de Bringas, entre otras muchas. La inclinación por la historia, además de venir influida por su padre, está motivada por su interés por el presente. Los momentos en que traslada a sus personajes al pasado o, incluso en las novelas en las que recrea ese pasado histórico como son Coloniaje Romántico y Tiempos de la patria vieja, lo hace para demostrar que el presente que ella vive es un reflejo de ese pasado del cual se pueden extraer lecciones. Elige un tiempo en ese pasado porque tiene un peso en la sociedad y en el momento que está viviendo. A excepción de las dos novelas mencionadas no existe un trabajo de reconstrucción de otras épocas, existe más bien, una falta de interés por la representación de las mismas. Sí existen por el contrario en todas sus novelas y cuentos, personajes de cierta edad que recuerdan en charlas de vecindad y tertulias de salón cómo se vivía en otras épocas, cómo era la Lima de antaño, la Lima antigua, olorosa a sahumerio y a mixtura, la de las celosías moriscas y las rejas propicias al galanteo4. El espacio escogido por Angélica como escenario de sus obras es Lima, su ciudad. Realiza una descripción fiel, fácilmente identificable por los lectores e incluso los diferentes espacios dentro de la ciudad son perfectamente localizables lo que dota a las tramas de un carácter más cercano e inmediato. Esos espacios tienen la función de caracterizar a los personajes, están al servicio de dicha caracterización. Nada es gratuito. …a los vecinitos del callejón, mulatos e indios casi todos, que veían en él al niño del departamento de reja, es decir, a alguien colocado un poquito más alto en la escala social (…), a sus compañeros de estudios gratuitos en la escuela fiscal, hijos de artesanos o de criadas casi todos…5 Pasaban en Chosica la temporada familias conocidas y aficionadas al jaleo, y armábamos cada cabalgata campestre y cada bailoteo nocturno…6 4 PALMA, Angélica, “La tía de Paquita”, en Hojas Selectas, Barcelona: Biblioteca Salvat, 1914, pág. 413. 5Cfr. nota 1, págs. 35- 38. 6 PALMA, Angélica, Por senda propia (novela), prólogo de José de la Riva Agüero, Librería francesa y Casa Editorial E. Rosay, 1921, pág. 97. XI Y le pareció ver, en la vetusta plazuela del Cercado, la humilde casita con su patio empedrado, sus dos ventanas, vestidas de campanillas multicolores, a ambos lados de la puerta de la sala,…7 …calleja a la que sirve de fondo señoril la mansión suntuosa del molino de Presa, tan evocador de grandezas coloniales,…8 Prefiere la ciudad porque es donde hay más conflicto, donde antes se reflejan los cambios, las novedades, donde se dejan sentir los malestares, las preocupaciones, la moda. También porque es el lugar donde vive ella gran parte de su vida hasta que se traslada al balneario de Miraflores. Angélica manifiesta un interés por la clase media, transformada en los héroes nuevos que posibilitan la nueva sociedad. Es el hombre que se hace a sí mismo y que es capaz de triunfar porque lucha contra lo que le es impuesto por nacimiento. Incluso en su etapa de Madrid, escribirá un cuentecito, dedicado a su amiga Blanca de los Ríos, donde se hace eco de la historia de la capital española y caracteriza, en ese apuntito madrileño, la ciudad que la acogió en dos ocasiones: -Progresa nuestro Madrid- afirmaba la una-. Cualquiera diría que hay mucho dinero. Mira qué palacios se construyen los Bancos (…) Verdad es que ahora más se vive en los hoteles que en las casas; la gente prefiere, a abrir sus salones, convidar a los amigos al Ritz o al Palace. El nombre del Palace traía el recuerdo del viejo palacio de Medinaceli y del mecanismo gentil de aquella duquesa Ángela, que en su palacio señorial y en su platea del Español gustaba de recibir a los ingenios de la época.9 Por otra parte, durante su estancia en Europa, cumplió con una corresponsalía para la revista limeña Variedades, de la cual su hermano Clemente era director, en donde contaba para su público aquellos acontecimientos que tuvieron lugar en la villa y corte, tanto intelectuales como políticos, desde el cierre de la Biblioteca Nacional de Madrid hasta la llegada de los regulares de Marruecos a la capital española, pasando por la intromisión de la política en el Ateneo. Traspasó las fronteras y escribió también sus crónicas desde Portugal o Bélgica acercando al público peruano la realidad europea. 7 PALMA, Angélica, “Desolación”, en Mercurio Peruano. Revista mensual de ciencias sociales y letras, Lima- Perú, Año II, Vol. III, n° 14, agosto 1919, pág. 107. 8 Cfr. nota 1, pág. 13. 9 PALMA, Angélica, “Dos hipótesis”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año VII, mayo- junio, n° 77- 78, 1925, pág. 137. XII El narrador, en sus obras, funciona como un historiador que en un momento dado incorpora su punto de vista, se inmiscuye en el relato haciendo digresiones de tipo ideológico, político, histórico o literario. De igual manera que los diálogos que incorpora dan pie a digresiones con intenciones didácticas: pone en boca de los personajes lo que se piensa, se dice y se escucha en la calle, siendo espejo fiel de cómo respiran los diferentes sectores de la sociedad: Esta gente de Lima, tan entrometida y habladora, se la pasaba dando y pidiendo noticias de los amoríos de Alfonso a la familia de éste,…10 La patria no es sino una palabra hueca, por la que desde hace siglos los hombres se arruinan, se sacrifican, se matan.11 …de aquella monísima Eugenita Ciudad-Real que en tiempos pasados y, por lo tanto, mejores, opinión de Jorge Manrique, compartida por cuantos viejos en el mundo han sido, son y serán, atrajo ciertas codiciosas miradas masculinas.12 Eso son los inmigrantes españoles. Hízoles la pobreza abandonar las desoladas llanuras de Castilla, las verdes comarcas asturianas, las de Galicia, fecundas y pintorescas, y llevólos a América el señuelo de su opulencia y la tradición de las fortunas rápidas;…13 En las páginas que siguen, el lector no encontrará un comentario de texto al uso de su producción donde se diseccionen los elementos comunes a la luz de diferentes teorías literarias. He optado por la reproducción de aquellos textos que sirven para iluminar la historia de Angélica Palma y que, de alguna manera, reflejan tanto la personalidad como el pensamiento de alguien que dio la vida y el alma, que se involucró –con todo lo que ello implica- en el día a día de su ciudad y del tiempo que le tocó vivir y que enarboló la bandera del hispanoamericanismo. 10 Cfr. nota 6, pág. 74. 11 Cfr. nota 1, pág. 163. 12 Cfr. nota 9, pág. 135. 13 PALMA, Angélica, Al azar. Novela, ilustraciones de Pedraza, Madrid, Prensa Moderna, Año I, 1928, n°41, pág. 6. 1 Érase una vez Todo el mundo tiene una historia (…) Pero el silencio no es el eterno natural para las historias, las historias necesitan palabras. Sin ellas palidecen, enferman y mueren,... Diane Setterfield, El cuento número 13. 2 Mi parte de matrimonio14 25 de marzo de 1876 Yo, el que por meses y meses, en prosa y en verso rudo, contra el sacrosanto nudo eché tajos y reveses; yo, el pirata callejero, que a más de cuatro decía: -te juro casarme…el día treinta del mes de febrero; yo, el eterno solterón, hice lo que hace cualquiera; ante una hurí zalamera vamos, arrié pabellón. Y haciendo el papel de novio, de mi pasado a despecho, alimento di en mi pecho al matrimonial microbio. ¡Maridos! De mis ultrajes pasados no hagáis gran caso: a vuestro campo me paso con armas y con bagajes. Es cosa tradicional que, en este mundo embrollón, se empieza de oposición, se acaba ministerial. ¡Ay! A aquel que el caldo odia taza llena, y aunque enferme…. ¿Qué más venganza que verme 14 Parte de matrimonio de Ricardo Palma, padre de Angélica. 3 cantando la palinodia? Refieren de cierta Alteza que apostrofó al cocinero porque le sirvió carnero sin sesos en la cabeza; y contestó el muy taimado: -Perdone su señoría, ese carnero estaría, o loco o enamorado. Y es verdad. Cuando el travieso Cupido el alma nos flecha, no hay remedio, es cosa hecha, todos perdemos el seso. ¡Maridos! Desde este día la fraternidad invoco; porque al fin, loco o no loco, ya soy de la cofradía. Con este poema Ricardo Palma comunica a sus amigos y allegados la dicha por haber encontrado a la mujer que le hace dejar la soltería, su nombre: Cristina Román, “hija de una antiguo miembro del alto comercio de Lima y nieta de uno de los firmantes de la Jura de la independencia, el peninsular acriollado, don José Mariano Román”15. Acude Cristina a las veladas que la sobrina del general Alvarado Ortiz organiza en casa de sus tíos que, tal y como dictan las normas de la época, separan a las mujeres en una sala en torno al piano y a los hombres alrededor de las mesas del juego de naipes llamado rocambor. De la melodía encadenada de las teclas del piano se escapa una frase enigmática que hace que la atención de Don Ricardo se fije en la sala contigua a donde él está: - Con la cabellera suelta… ¡Qué romántica!- decía una voz de mujer. 15 PALMA, Angélica, Ricardo Palma, el tradicionista, [II edición], Lima, Editorial Castrillón, s.d, pág. 56. 4 - Yo de romántica no tengo sino la mitad- respondía otra voz de fresco y cristalino timbre.16 La voz responde a la que Angélica describe como “una bella mujer de veintiocho años, de pequeña estatura, finas facciones y magníficos ojos verdes, radiantes de dulzura”, su madre. Don Ricardo Palma Soriano y Doña Rosa Cristina Román Olivier contraen matrimonio el 25 de marzo de 1876 en casa de la novia. Don Ricardo tiene ya cuarenta y tres años y la novia veintiocho. Se van a vivir al barrio de San Marcelo, a la calle Patos, en Lima, junto con el padre de Don Ricardo, Don Pedro Palma Castañeda. Juntos asisten a las veladas literarias de la escritora argentina Juana Manuela Gorriti que por la mañana se desempeña como profesora en su propia casa y por la noche reúne a lo más selecto de la sociedad intelectual y cultural. En ese espacio concurre la élite intelectual limeña, aquellos que ocupan las primeras páginas del panorama cultural de una sociedad en la que las mujeres están intentando hacerse un hueco. Participa declamando versos en francés o en español, escucha aquello que se discute en la sala, se preocupa por la educación y opina acerca de la situación de modernidad acelerada que vive el país. Juana Manuela regresa a Argentina por causas de fuerza mayor: el Gobierno de su país la reclama para hacerla beneficiaria de una pensión. La sala contigua al salón de clases queda cerrada y el grupo formado durante estos años, huérfano de madre. Se inaugura el año 1878 en el que Don Ricardo tendrá dos alegrías: el 11 de abril de este año será nombrado miembro correspondiente de la Academia de la Lengua, convirtiéndole en el cuarto hombre de letras del Perú que recibe esta distinción y meses más tarde, en octubre, nacerá su primera hija y la que se convertiría en su mejor apoyo, Angélica. El proceso modernizador vivido en las repúblicas de América a partir de la década del 70 viene acompañado por la creación de las Academias de la lengua, inexistentes hasta este momento en Hispanoamérica. Nacieron como sucursales de sus homónimas europeas y se les adjuntó el título de “correspondientes de la Academia” de ahí que sus miembros sean miembros correspondientes17. 16 Cfr. 15. 17 RAMA, Ángel, La ciudad letrada, prólogo de Carlos Monsiváis, Santiago de Chile, Tajamar editores, 2004, págs.110- 111. La primera Academia fundada en territorio americano es la colombiana, cuya fundación data de 1872. 5 El 24 de marzo de 1878, la ciudad virreinal ve cómo recorre sus calles el primer tranvía de tracción animal sobre carriles haciendo el trayecto desde el Parque de la Exposición18, atravesando toda la ciudad y terminando en la Alameda de los Descalzos. El 25 de octubre de 187819, en el domicilio del matrimonio en la calle Patos, lo que hoy corresponde a la 5ª cuadra de la Avenida de la Emancipación que antes se llamaba Jirón Arequipa, nace Angélica Daría Palma Román. El 3 de diciembre, Mª Angélica, según consta en su partida de bautismo, recibe los santos óleos en la Parroquia de San Marcelo por Don Juan Abad, párroco de la misma, siendo sus padrinos: Don Manuel Vergara Robles y Doña Victoria Domínguez y en el bautismo privado Don Fernando Sánchez y Doña Amelia Ascárraga. Yo adiviné la rara inteligencia de esta niña, cuando a los cuarenta días de nacida, hice notar a Cristina la vivaz persistencia de su mirada.20 A fines de este año, el matrimonio traslada su residencia al pueblo de Miraflores buscando mayor tranquilidad y sosiego para su recién creada familia sin saber que, en menos tiempo del que esperan, se verán forzados a abandonar la tranquila población miraflorina a causa de la guerra en la que se verá inmerso el Perú. El país que la ve nacer no vive su mejor momento: Mariano Ignacio Prado que había llegado al poder en 1876 heredando una crisis económica importante, producto de los negocios de exportación del guano, culminará su presidencia con un hecho que marcaría la vida política, social y cultural del país y que aún hoy es motivo de recelos y malos recuerdos: la declaración de la Guerra a Chile el 5 de abril de 1879. La Guerra del Pacífico…Para dolor de América, no es posible borrarla de la Historia, y tampoco puede una pluma honrada, por mucho que la guíen anhelos de concordia, dejar de 18 En 1870, el presidente José Balta ordenó la demolición de las murallas que rodeaban la ciudad de Lima para darle un mayor impulso a la modernización que se quería llevar a cabo. Al demolerlas se dispuso que lo que correspondía a la Puerta Sur de las mismas quedase como lugar destinado a la construcción de un parque donde instalar la Exposición Internacional celebrada en lima en 1872. Durante la Guerra, el Parque se utilizó con fines militares y se convirtió en cuartel de las tropas chilenas. 19 Son muchas las obras que referencian como fecha de nacimiento de Angélica el 28 de octubre de este año, el cambio de fecha inscrito en este trabajo se debe a que la partida de bautismo indica que nació el 25 de ese mes. 20 En BATTICUORE, Graciela, Juana Manuela Gorriti. Cincuenta y tres cartas inéditas a Ricardo Palma. fragmentos de lo íntimo. Buenos Aires-Lima: 1882- 1891. Lima, Universidad San Martín de Porres, 2004, pág. 98. 6 aludir a sus horrores cuando relata hechos y se refiere a personajes que actuaron en esa época aciaga.21 Los problemas habían comenzado años antes, a mediados de siglo, al descubrirse el gran valor económico que tenía el desierto de Atacama, situado en el norte de Chile. Dicho desierto poseía valiosos yacimientos de guano y salitre que bien podían explotarse de cara a abrir las puertas al comercio con potencias internacionales. En un principio, los países litigantes eran Bolivia y Chile que habían suscrito sendos tratados de límites territoriales, uno en 1866 y otro en 1874, concernientes a la respectiva explotación de los recursos naturales de dicho desierto así como a la exportación que se hiciese de los minerales extraídos de esa zona. El 27 de noviembre de 1873, la Compañía de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta, firmó un acuerdo con el gobierno boliviano por el que dicho gobierno le concedía determinados privilegios en la explotación del salitre durante un periodo de quince años. Ahora, en 1878, el gobierno boliviano, acuciado por una crisis económica, decide revisar los privilegios que les habían sido concedidos a los empresarios y llegan a la conclusión de que debían cobrarles diez centavos sobre quintal exportado. De esta forma, el dinero recaudado ayudaría en parte al Gobierno a paliar la crisis en la que se había sumido. Artículo único. Se aprueba la transacción celebrada por el ejecutivo en 27 de noviembre de 1873 con el apoderado de la Compañía Anónima de Salitres y Ferrocarril de Antofagasta a condición de hacer efectivo, como mínimum, un impuesto de diez centavos en quintal de salitre exportado. Asamblea Nacional Constituyente de Bolivia. Ley de 14 de febrero de 1878. Al anularse la ley de febrero y reivindicarse las salitreras pertenecientes a la Compañía, Aníbal Pinto, presidente chileno en estos momentos, decide ocupar con sus tropas Antofagasta, penetrando así en el interior del litoral boliviano. La intervención de Perú en este asunto viene de la mano del Tratado que había suscrito de manera secreta con Bolivia en 1873, un Tratado de Alianza Defensiva. Este comprometía al Perú con Bolivia: la solución que propone el gobierno peruano es que el gobierno boliviano se someta a un arbitraje para lo que se envía al ministro plenipotenciario José Antonio Lavalle a Chile. 21 Cfr. 15, pág. 69. 7 La misión fracasa y los hechos se desencadenan. Chile denuncia al Perú por la existencia del “Tratado Secreto” firmado con Bolivia; Bolivia corta todo el comercio con Chile; Chile comienza a prepararse para ocupar territorio boliviano y el 5 de abril de 1879 Chile le declara la guerra al Perú y a Bolivia. La Guerra se encuentra dividida en dos escenarios: el escenario naval en el que las tropas chilenas demuestran su superioridad y el terrestre. En la campaña naval lidera la escuadra peruana el comandante Miguel Grau Seminario, convertido en héroe patrio pues supo mantener en jaque a las tropas chilenas durante cerca de seis meses, murió durante el combate librado en Angamos el 8 de octubre de 1879. Dicho combate marca el fin de la campaña naval de la Guerra del Pacífico. La parte terrestre viene marcada por las maniobras que las tropas chilenas realizan en las provincias de Tarapacá, Tacna y Arica: Tacna y Arica son ganadas por Chile en 1880. Bolivia se retira de la guerra tras la Batalla del Alto de la Alianza en Tacna y Chile continua su lucha contra el Perú. 7 de Junio de 1880 El cóndor chileno destroza con sus aceradas garras el manto de los hijos del Sol, y sigue su sangriento camino dejando tras sí muerte, desolación y ruinas… Pisagua, San Francisco, Tacna, son un montón de escombros; y quizá pronto Arica correrá la misma suerte. Ya el ejército chileno, compuesto de 7000 hombres, se encuentra a inmediaciones de la ciudad. El coronel Francisco Bolognesi está a la cabeza de 1600 peruanos, resueltos a vencer o morir. El 5 de Junio, un parlamentario de Chile se presenta al coronel Bolognesi y le intima la rendición de la plaza, haciéndole ver la superioridad numérica de sus fuerzas. Pero Bolognesi, espíritu fuerte y sereno, no se arredra; y contesta al chileno, con un arranque sublime de amor patrio: “Tengo deberes, sagrados y los cumpliré hasta quemar el último cartucho”. El 7 de junio, los peruanos se batían valerosamente, animados por su sangre generosa y por el ejemplo que les daba su anciano jefe. Este caía, acribillado de heridas, después de haber peleado hasta exhalar el último suspiro, hasta “quemar el último cartucho”. Blondell, Inclán, Moore, Zavala22, todos rindieron la vida en aras del deber. 22BLONDELL, INCLÁN, MOORE, ZAVALA : Mayor Armando Blondell, Comandante José Joaquín Inclán, Capitán de navío Juan Guillermo Moore, Comandante Ramón Zavala junto al Coronel Alfonso Ugarte y el Teniente Coronel Roque Sáenz Peña acompañaron y apoyaron a Francisco Bolognesi en el asalto y toma del Morro de Arica, pereciendo en el mismo. 8 Alfonso Ugarte, desvanecida toda ilusión de triunfo, prefirió morir, consumando un acto de inmortal heroísmo y abnegación. Allí caía también, herido y prisionero, Sáenz Peña, el caballeroso argentino, a quien perdonó la muerte para que hoy brille como un astro en la patria de San Martín. Por eso, al recordar el 7 de junio, lágrimas amargas, aunque no asoman a nuestros ojos, inundan nuestro corazón, pues si bien en esa memorable jornada la gloria fue del Perú, la victoria fue de Chile. Pero ya no debemos entristecernos al recordar nuestras gloriosas derrotas, y por el contrario, debemos procurar engrandecernos para rescatar Tacna y Arica, y vengar a los héroes que perecieron por conservar incólume la honra nacional. ANGÉLICA PALMA [Alumna del “Colegio Fanning”]23 Lima, ciudad aristocrática y virreinal, permanece al margen de las batallas que se libran en el país; subestiman, hasta cierto punto, a las tropas chilenas que amenazan con llegar a la ciudad. La burguesía ha afianzado su situación: tiene poder económico y prestigio social, cualidades necesarias para formar parte del organigrama social. Y lo más importante, tiene conciencia del poder que ostenta. Los ingleses, alemanes, franceses, italianos y norteamericanos dedicados al comercio principalmente y que forman parte de la llamada burguesía extranjera, quieren mantener relaciones cordiales con el ejército chileno. Tanto los chilenos como los peruanos acuden a ellos para solicitar préstamos y así costear una guerra de la que se desconoce el fin, de ahí la preocupación que surge por el costo que pueda suponer. Don Ricardo vive retirado en su casa de campo de Miraflores, “a una legua de la capital, el pueblo, quieto y bonito, con su alameda umbría y sus plazoletas con pinos de concéntrico ramaje”24, junto a Cristina y a su hija Angélica, la niña de sus ojos que ya tiene dos años. Desde que dejó su labor política cesando como miembro del Congreso, ha dedicado su tiempo a la labor literaria y periodística que tanto le gratifica y tantas satisfacciones le da. 23 Artículo escrito por Angélica Palma cuando tan sólo tenía doce años. Aparecido en La Ilustración Americana, año I, Lima 15 de julio de 1890, núm. 2, pág. 20. 24 Cfr. 15, pág. 68. 9 Logran vivir de la cesantía que recibe por los nueve meses de servicios prestados durante el gobierno de Pardo y de las colaboraciones en periódicos del país y del extranjero. Pese a que las ediciones de las primeras tradiciones se agotan, no aportan un ingreso notable en la economía familiar. Tiene casi cincuenta años y vive embebido en su novela histórica Los Marañones y en el libro Las reminiscencias de la administración Balta, ambos manuscritos perdidos. …, risueño el hogar, con gracia de mujer, juegos infantiles y gorjeos de bebé; en la huertecita, muy criolla, platanares, chirimoyas y palillos cargados de su fruta pequeña y dorada, de sabor levemente amargo y penetrante olor; en las dos habitaciones más grandes de la morada, papeles y libros, muchos libros con anotaciones al margen, dedicatorias autógrafas o la fecha de la adquisición, que en algunos se remontaba a los tiempos estudiantiles: atmósfera de égloga, calor familiar, propicios al estudio.25 Fines de 1880. Don Ricardo, comprometido con su país se alista en el batallón que lleva el abogado don Ramón Ribeyro junto con otros abogados, jurisconsultos y poetas. Los chilenos están a un paso de entrar en Miraflores, la población civil intenta defender la ciudad de un posible ataque y se organiza en reductos. Chorrillos ya ha caído y respira envuelta en llamas. El miedo acucia a las familias que, temiendo por sus hijos, huyen a la ciudad. 15 de enero de 1881. Doña Cristina se decide a dejar Miraflores, echar llave a la casa en la que habían soñado comenzar una nueva vida y trasladar a sus hijos a un lugar seguro: Lima. Don Ricardo se encuentra intentando defender junto con otros civiles el balneario miraflorino así como su casa. Están en medio de una guerra donde no se miden las consecuencias. Pese a que sus amigos le alientan a que abandone y ponga a buen seguro la magnífica biblioteca que posee, Don Ricardo confía en que el ejército chileno no llegará tan lejos. Estalló la guerra del Pacífico, cruel como todas, injusta como pocas: y, a pesar del heroísmo de sus defensores, que rindieron noblemente la vida en la jornada, Chorrillos pagó con el saqueo y el incendio el doble crimen de su lujo y belleza. Pasó la ola devastadora, con la paz inicióse la obra paciente de la reorganización nacional…26 25 Cfr. 15, pág. 68 26 Cfr. 6, pág. 5 10 Se libra la Batalla de Miraflores y el 17 de este mismo mes la ocupación de Lima. En la primera tiene lugar el incendio que termina con el hogar de la familia Palma Román así como con la rica biblioteca que, con más de cuatro mil volúmenes, tan celosamente guardaba y atesoraba Don Ricardo. Sin nada que defender regresa a Lima a encontrarse con su esposa y sus hijos que se encuentran resguardados en casa de una hermana de Cristina. Alquila otra amueblada a medias, situada en la calle Veracruz27, a un amigo poco interesado, pues no ignora que el inquilino se ha quedado sin un céntimo, donde poder recuperar la intimidad familiar. Sobre mi hogar el incendio esparció siniestra luz, y vime casi mendigo, falto el cuerpo de salud, la patria infeliz atada, de la ignominia a la cruz, mis hijos sin pan ni abrigo… ¡Y Dios tras el cielo azul! No tiene dinero, ni casa y el trabajo al que tantas horas le estaba dedicando en la tranquila paz de la población miraflorina ha sido quemado. -Nada tenemos; todo mi trabajo ha desaparecido, no volveré a coger una pluma ni a abrir un libro-. Contaba mi madre que entre los muchos sufrimientos de esa época, pródiga en amarguras, uno de los más acerbos se lo causó esta resolución de su marido, bien sabía que para él renuncia a los libros significaba renunciar a la vida. Los esfuerzos para que se retractara de su decisión resultaron, durante algunos días, infructuosos; al fin llegó uno en que apareció el cartero cargado de paquetes de impresos; venían desde Buenos Aires; eran periódicos y libros argentinos; Palma, cedió a la tentación y, resucitado, se entregó a la lectura28 Chorrillos, Barranco, Miraflores han caído bajo las armas del ejército enemigo que ya se encuentra en Lima; la resistencia comienza a organizarse bajo el mando del coronel Andrés Avelino Cáceres en la sierra central y Nicolás de Piérola se encuentra instalado en Ayacucho junto a su gobierno. 27 Hoy segunda cuadra del Jirón Conde de Superunda. 28 Cfr. 2, pág. 70. 11 No obstante, en mitad de esta cruenta guerra, el 3 de enero de 1882, nace Ricardo Palma Román, dando un atisbo de alegría a la familia y un compañero de juegos a Angélica que, aun no siendo muy consciente de lo que está viviendo, revivirá en sus escritos y en su memoria las palabras que escucha de boca de sus padres. La ciudad de Lima observa cómo los chilenos se adueñan, saquean y roban casas y edificios público. El General Manuel Ignacio Prado viaja a Europa y Estados Unidos para adquirir armamento. En su ausencia, Nicolás de Piérola da un golpe de Estado haciéndose con el poder y proclamándose Jefe Supremo de la Nación. Uno de los edificios que sufre las consecuencias es la Biblioteca Nacional de la que se han apoderado, utilizando sus salas como cuarteles y vaciando los estantes de libros. Durante treinta y tres meses, la ciudad es botín de guerra de los chilenos que acampan a sus anchas sin respetar ningún edificio público. Desde la Biblioteca Nacional hasta la Universidad o la Casa de la Moneda son víctimas del acoso y derribo al que el ejército enemigo está sometiéndolos. Expropian materiales didácticos, libros, máquinas o incluso los adornos de los paseos públicos que, inmediatamente son enviados a Chile. … después de los desastres de San Juan y Miraflores, sus balcones miraron atónitos la entrada del invasor por la desierta calzada y sus vidrieras se estremecieron ante el pesado traqueteo de sus cureñas. Entonces estas piedras lloraron también, como el resto de la República, nuestra soberanía nacional hollada, y es fácil imaginárselas fúnebres y desiertas, con sus escaparates donde palidecen los géneros sin encontrar mano delicada que los compulse; con las puertas a medio abrir; siempre en guardia contra la soldadesca chilena…29 Las prensas de los periódicos, que se habían dividido entre partidarios y contrarios a la intervención del Perú en la contienda con Chile, han cerrado durante la ocupación. Don Ricardo siente que, como padre de familia, no ha sabido defender el hogar familiar ni estar a la altura de las circunstancias; con esposa y dos hijos, no sabe cómo sacar adelante a su familia. Esta guerra le ha podido interiormente y en un primer momento parece que le ha ganado la batalla. Escribe artículos donde describe la situación de un país en guerra, el suyo, que son publicados en diarios y revistas, entre los que se cuenta La Prensa de Buenos Aires. Con el dinero que obtiene saca adelante, mal que bien, a su familia. 29 BEINGOLEA, Manuel, “Mercaderes y Espaderos”, en Crónica, Lima, Concejo provincial de Lima, 1959, p. 130. 12 20 de Octubre de 1883, la capital, Lima, queda libre. Perú firma el Tratado de Ancón mediante el cual la provincia de Tarapacá pasa a manos chilenas permanentemente y Tacna y Arica quedan bajo administración chilena por un lapso de diez años al cabo del cual un plebiscito decidirá si quedan en manos de Chile definitivamente o vuelven a ser propiedad del Perú. El Palacio de Gobierno vuelve a ondear el escudo peruano en su fachada. En el exterior, “el mezquino vivir y el recuerdo persistente de la derrota”30, una ciudad desolada, arruinada económica y estéticamente y a la que le han robado su identidad. Tras la guerra y el paso del ejército enemigo por la capital del país se da un empuje aún mayor al discurso de identidad que se estaba trabajando en los años anteriores. No hay dinero para reconstruir la ciudad, no tanto como lo había antes, en la época del guano. Las familias intentan ocultar de la mejor forma posible las estrecheces por las que pasan. No sólo han mandado a sus hijos y a sus maridos sino que han apoyado económicamente la Guerra. Es extraño ver personas desplazándose en coche, o que sigan los dictámenes de la moda. La burguesía junto con otros sectores de la sociedad se ha alistado en las filas en apoyo de la causa renunciando a la vida cómoda que estaba llevando, tomando las armas y vendiendo y empeñando sus bienes en pro de la reorganización del ejército. Ahora, finalizada la guerra, con el ejército enemigo fuera de las fronteras, se ve fuertemente empobrecida. Solamente la burguesía extranjera, por los vínculos y buenas relaciones mantenidas con el gobierno chileno, logra salir airosa del conflicto y progresar tras el enfrentamiento bélico y de hecho será este sector el que reconduzca al país hacia la modernización del siglo XX. Mientras tanto la burguesía nacional adopta el compromiso de la reconstrucción de la ciudad, para ello se intentan restablecer los servicios del Palacio de la Exposición y se reconstruye el Zoológico. Palma se decidió: el bienestar del hogar, el porvenir de los hijos lo imponía: plantaría su tienda a orillas del Plata, y así es cómo Don Ricardo, tras recibir una oferta de trabajo para el diario argentino La Prensa, se plantea, tras el desastre en el que vive inmersa su ciudad, mudarse de país con su familia y empezar de cero. 30 ORTEGA, Julio, Cultura y modernización en la Lima del 900, Lima, Centro de estudios para el desarrollo y la participación, 1986, pág. 28. GÁLVEZ, José, Una Lima que se va…, 3ª ed., Lima, Editorial Universitaria, 1965, pág. 198. 13 Para ello necesita el apoyo de José Antonio Lavalle31, el entonces ministro durante la jefatura de Estado del presidente Miguel Iglesias32. - Usted no puede alejarse ahora del Perú; nos hace aquí mucha falta. - Ninguna. Ud. conoce mi inquebrantable resolución de no volver a mezclarme en política. -Por lo mismo; precisamente, conviene estar desligado de la política para emprender la obra de cultura y patriotismo que reclamamos de Ud. -¿Cuál es? -Que acepte el nombramiento de director de la Biblioteca Nacional de Lima -¿Pero acaso tenemos Biblioteca? Sus salones han servido de cuarteles, el edificio se halla en pésimas condiciones, los estantes vacíos, el país arruinado, sin dinero para intentar la restauración. -He aquí por qué hemos pensado en Ud.; si hubiera dinero, muchos podrían ser bibliotecarios; en el actual estado de pobreza, sólo Ud. Tiene Ud. muchos amigos literarios en América y en España y mantiene constante correspondencia epistolar con ellos; pues impóngales contribución y utilice Ud. su prestigio de escritor en beneficio de la patria. -¿Me propone Ud. que me convierta en bibliotecario mendigo? -Justamente.33 A Ricardo Palma se le ofrece la posibilidad de reorganizar la Biblioteca de Lima, uno de los objetivos que se marca el nuevo gobierno y tarea para la cual quiere contar con alguien que pueda devolverle a la Biblioteca su esencia. Para semejante labor se piensa en el tradicionista, nombrado años antes miembro correspondiente de la Academia de la Lengua, ligado por este motivo a España y reconocido intelectual a uno y a otro lado del océano. Don Ricardo quiere reconducir su vida y sacar adelante a su familia. La alternativa que se le presenta ante su decisión de abandonar el país le ofrece la esperanza de permanecer en él y ser parte activa en la reconstrucción del mismo34. 31JOSÉ ANTONIO LAVALLE : José Antonio Lavalle y Arias de Saavedra (1833- 1893), diplomático, historiador y literato peruano. Fue conocido como Embajador Extraordinario y Ministro plenipotenciario del Perú cargo desde el que medió en el conflicto con Chile. Junto a Ricardo Palma y Francisco García Calderón será presidente de la Academia Peruana de la Lengua. 32MIGUEL IGLESIAS: Miguel Iglesias Pino de Arce (1830- 1909), presidente del Perú es conocido por el llamado Grito de Montán con el que comenzaron las negociaciones con Chile para la obtención de la paz aun con cesiones territoriales. Una vez finalizado el conflicto, el Presidente Iglesias no contó con el apoyo de la élite peruana que apoyaba a Andrés Avelino Cáceres quien finalmente se proclama presidente el 16 de julio de 1884. 33 Cfr. 2, pág. 74. 34Angélica escribirá al recordar la figura de su padre y la decisión que tomó, que sus hijos creemos que hizo bien, el Perú debe pensar lo mismo. 14 Doña Cristina apoya la decisión de su marido y deciden quedarse en un país que todavía no reacciona ante lo sucedido, que permanece abatido y en estado de shock y trasladarse a los altos del viejo caserón de la calle de los Estudios, donde el virrey poeta fundó el Colegio del Príncipe y el prócer de la emancipación la Biblioteca Nacional del Perú35. El alojamiento que le ofrecen es modesto, la Biblioteca ha sido utilizada como cuartel; el sueldo, bastante limitado pese a tener un gran trabajo por delante: no sólo tiene que reconstruir, arquitectónicamente hablando, el edificio sino que tiene que dotarlo de libros para lo cual comienza una intensa tarea epistolar, pidiendo y agradeciendo favores a los amigos intelectuales de uno y de otro lado del océano. …; (el presidente) Iglesias y (el ministro) Lavalle me hicieron caer en la tentación de reconstruir la Biblioteca; si los hubiera desairado no sería hoy pobre de solemnidad.36 Angélica tiene cinco años y su hermano Ricardo apenas uno cuando cambian el apartamento alquilado en el que se vieron obligados a refugiarse, por los pasillos y los estantes de la Biblioteca. Los años anteriores a la Guerra, Juana Manuela Gorriti, había logrado reunir en su casa a muchos de los que han estado luchando en defensa del país. La escritora argentina ha vuelto a Lima en una ocasión desde que se marchara cerrando la tertulia semanal: en 1877 a raíz de la enfermedad que terminó con la vida de su hija y aún volverá otra, en 1884, un año después del término de la Guerra. Desde Argentina ha seguido el devenir de los hechos; su hijo, Julio Sandoval, ha luchado como oficial del ejército peruano defendiendo los intereses del país. Entre las personas que se dieron cita en su casa destaca un grupo de mujeres escritoras y jóvenes que buscan el respaldo del grupo que, encabezado por ella misma, hace valer sus opiniones y trata de encontrar una solución al papel que la mujer viene desempeñando, preocupándose por la educación y formación que esta recibe. Tras la Guerra y el decaimiento que vive la sociedad a nivel moral se incrementan los reclamos por una educación femenina moderna desde diferentes tribunas. Puesto que de ellas, de las mujeres, depende la dirección del hogar y la formación de los nuevos ciudadanos, el lugar que ocupa dentro de la sociedad tiene que ser reconsiderado. 35 PALMA, Angélica, “Ricardo Palma”, en Figuras de la Raza. Revista semanal hispanoamericana, Madrid, 3 de febrero de 1927, Año II, nº 13, pág. 31. 36 PALMA, Ricardo, “Autobiografía”, en Las mejores tradiciones peruanas, Barcelona: Maucci, 1917, p. 9. 15 Teresa González de Fanning, viuda del Capitán de Navío, don Juan Fanning, muerto en la Batalla de Miraflores, es una de esas mujeres que ve cambiar su situación económica tras el incendio de Chorrillos y la villa miraflorina. No contenta con quedarse llorando la pérdida del compañero, decide impulsar la educación de la mujer con la fundación de un Colegio para señoritas con el apoyo de sus hermanas Enriqueta y Elena González del Real: el Instituto de Enseñanza para la Mujer. Colegio al que asiste Angélica y con el que dará sus primeros pasos en el mundo literario. Pertenecientes a esa élite que se encarga de impulsar una modernización no sólo de la ciudad sino también de sus habitantes, Teresa y sus hermanas, sobre todo Elena alrededor de la cual gira el Colegio recién fundado, quisieron que prevaleciera la educación sobre la instrucción. Angélica recibe durante sus primeros años una formación donde se le fomentan los valores patrióticos: un sentimiento de orgullo ante las hazañas llevadas a cabo por los mártires de la patria, nobles ejemplos para la juventud peruana. Es necesario que reconozcan orgullosos, que sean conscientes y veneren a aquellos que, aun habiendo perdido la guerra, han luchado hasta la muerte defendiendo su país. El país está roto por dentro, su identidad ha sido usurpada por aquellos que han vilipendiado y abusado del poder ejercido, de ahí que en las aulas del Colegio de la señora González de Fanning se enseñe a buscar las claves de esa identidad perdida en las figuras heroicas de los caídos en los años aciagos. Patria! Noble matrona! Levanta el dolorido rostro y gózate contemplando las gloriosas hazañas de tus hijos! Alza la humillada frente; que, la nación que guarda en sus fastos hechos de armas como el del 8 de octubre en Angamos y del 7 de Junio en Arica, si la victoria le negó sus favores, supo al menos conquistar una refulgente aureola de inmarcesible gloria! Madres enseñad a vuestros hijos a honrar y bendecir agradecidos, los nombres de los ínclitos varones que fueron mártires del patriotismo y del deber! Enseñadles a venerar la memoria de los que derramaron su sangre generosa en Angamos y en Arica; en San Juan y en Miraflores; en Montán y en Huamachuco! De todos aquellos héroes, prestigiosos unos, oscuros los más, que se sacrificaron en aras de la Patria! 16 Grabad en sus corazones el deber en que están de imitar tan nobles ejemplos y que son los llamados a hacer que el pabellón peruano vuelva a ostentarse glorioso en Arica, en Tacna y en Tarapacá! Teresa González de Fanning, Lima, Junio 30 de 1890.37 No descuidan lo que hasta ahora venía siendo la educación de la mujer, más bien al contrario, la completan. La mayor de los Palma recibe una educación, a este respecto, tradicional, basada en el aplauso de las virtudes del hogar y en la caridad y fe cristianas. Angélica no hace alarde de una exacerbada religiosidad en ninguno de sus textos, pero sí cita y hace alusión tanto a pasajes como a personajes bíblicos. Teresa González de Fanning es una de las grandes educadoras del país, escribe tras la Guerra una serie de artículos publicados en El Comercio bajo el título de Educación Femenina donde, entre otros temas, habla de la necesidad de que un país como el Perú, encabezado por su capital, se asemejase a lugares como Europa o Norteamérica incorporando el deporte como elemento formador del individuo, necesario para el progreso y el equilibrio de la raza tal y como lo es el trabajo intelectual. (…), muchísimas mujeres que no carecen de méritos y virtudes, y de una despejada inteligencia, que si se cultivara, podría aprovecharse en beneficio de la sociedad a que pertenecen y de la cual vienen a ser miembros paralizados, porque se les condena a una absoluta esterilidad y a perpetua dependencia: la dependencia de la debilidad centuplicada por la ignorancia. (…), nos limitamos, por hoy, a pedir para ella que lo mismo que al hombre, se la enseñe algún arte, profesión u oficio proporcionados a su sexo y posición social, que, a la vez que ocupen y desarrollen su inteligencia, le proporcionen cierto grado de independencia a que tienen derecho a aspirar, sobre todo cuando carece del apoyo del ser fuerte que debiera acompañarla en la penosa peregrinación de la vida.38 Todavía quedan algunos años para que Angélica viaje junto a su padre y a su hermano a la Península. La amistad contraída entre Teresa González de Fanning y el tradicionista y su familia viene de lejos. Les pedirá que busquen, entre los intelectuales 37 GONZÁLEZ DE FANNING, Teresa, “Los héroes del Perú”, en La Ilustración Americana, año I, Lima 15 de julio de 1890, núm. 2, pág. 21-22. 38 GONZÁLEZ DE FANNING, Teresa, “Trabajo para la mujer”, en GORRITI, Juana Manuela, Veladas literarias de Lima 1876- 1877, Tomo I, Veladas I a X, Buenos Aires, Imprenta europea, 1892, pág. 289. 17 amigos de Don Ricardo, un buen prologuista para su libro Lucecitas, escrito bajo el seudónimo de María de la Luz. El mismo año del fin de la Guerra del Pacífico, 1883, Doña Emilia Pardo Bazán publica su tercera novela, La Tribuna de marcado corte naturalista donde impulsa el trabajo de la mujer en la fábrica, fuera del hogar; un año antes, en 1882 Benito Pérez Galdós, había dado a conocer su obra La desheredada. Dos autores que, curiosamente, marcan de forma importante la narrativa de Angélica. Y es que entre 1880 y 1881, mientras Perú vivía sus peores días, el naturalismo de Émile Zola había entrado en España de forma decisiva. Se publicaban tres versiones de sus obras -L´assommoir, Nana y Teresa Raquin- que creaban una nueva forma de conceptualizar la realidad y plasmarla en el papel. Una forma de escribir que se fundamentaba en un espíritu de observación y descripción de la realidad (principal fuente de materiales novelables para el escritor), una intención de reflejar dicha realidad desde el lado más objetivo posible y la existencia de datos que pueden dar testimonio directo del mundo, sin atisbo de subjetividades ni idealismos. El realismo y su continuación en el naturalismo se impone el estudiar y reflejar al hombre como sujeto pasional y social, concediéndole la importancia que tiene dentro de la sociedad. Es por eso que, a partir de la llegada del realismo y el naturalismo a América se esparcen los géneros de la novela y el cuento donde América encuentra su espacio. Ante este nuevo arte de crear novelas, el Ateneo de Madrid había organizado un curso –entre 1881 y 1882- sobre la nueva escuela literaria que se apoyaba en una nueva corriente de pensamiento: el positivismo y el cientificismo que habían comenzado a difundirse por Europa en 1850. El positivismo, escuela filosófica inaugurada por Auguste Comte, reducía el conocimiento humano a los hechos que podían ser captados por los sentidos y comprobados por medio de la experiencia. Como consecuencia de esto, durante la segunda mitad del siglo XIX se da una exaltación de la ciencia pues esta suministra datos demostrables, lo que busca el positivismo, de ahí que el nuevo hombre de letras intente aplicar la ciencia a su obra. Con el naturalismo se rompe esa idealización con que los románticos habían creado escuela para dar paso a aspectos de la realidad no tan bonitos ni idílicos. El amor, el 18 matrimonio o la religión seguirán copando las páginas de los escritores de esta segunda mitad del XIX pero ahondarán en las diferentes manifestaciones: dentro del amor se hablará del amor entre hermanos, los problemas que acarrea la diferencia de edad, o las diferencias sociales existentes en la pareja. Aparecerá por primera vez el tema del adulterio o la confrontación existente entre la defensa y el ataque a la religión. 1883 además de poner fin a la Guerra es el año en el que comienza el Perú a contagiarse de las nuevas corrientes literarias –naturalismo y realismo- que vienen de Europa. Émile Zola y Alfonso Daudet son dos de los escritores que comienzan a leerse a orillas del Rímac. Mercedes Cabello de Carbonera ferviente defensora de otro tipo de novela –La novela moderna- inicia el realismo e impone el naturalismo. Naturalismo y realismo se pelean por encontrar un hueco en el panorama intelectual que los caracterice y ayude a definirles. La Condesa de Pardo Bazán, Fernán Caballero, Flaubert o Balzac prueban suerte en la tres veces coronada villa. Los románticos amantes de las noches de luna llena en cementerios, de rebeldías ideales y de cantos desesperados de amor como Zorrilla, Espronceda o el Duque de Rivas quedan relegados al baúl de los recuerdos. Éstas han sido las primeras lecturas de Angélica aunque mostrará predilección, como se verá en sus obras, por las figuras de la Condesa de Pardo Bazán y Fernán Caballero. La novela francesa tiene en el Perú más partidarios que la española; ello si no es justo es explicable. La Fama ha extendido por el mundo todas las novelas, el crédito de Dumas, Daudet, Zola y hasta Montepin y Belot. En cambio los malos impresores, los libreros sin talento, nos han importado de España sólo las obras de Fernández González y Pérez Escrich. Y como la comparación no puede sostenerse un momento, como no hay, no cabe, paralelo entre unas y otras, el público ha preferido las francesas, las ha buscado con avidez, las ha leído con entusiasmo. A pesar de todo el naturalismo en el arte. Zola es una necesidad.39 Angélica escribe y no lo hace mal. Sus profesoras le animan a que publique y así será cómo, el 15 de julio de 1890, en el número de La Ilustración Americana dedicado a conmemorar el décimo aniversario de la Toma y el Asalto al Morro de Arica, recreará este hecho basándose en lo aprendido en la escuela, en lo leído en diferentes libros de historia y en lo que su padre le ha relatado. Le fomentan desde casa esta afición junto con la de la 39La Revista Social, 16 de mayo de 1887, citado por Ismael Pinto Vargas en Sin perdón y sin olvido: Mercedes Cabello de Carbonera y su mundo, Lima, Universidad San Martín de Porres, 2003, pág. 492. 19 lectura. Su padre ya se ha dado cuenta, intuye quién seguirá sus pasos y la alienta a no decaer, a trabajar y a escribir, escribir y escribir como único medio para perfeccionarse. Es una buena estudiante, ha tomado opción por entrar en ese mundo al que su padre pertenece, compartir con él momentos y charlas literarias (incluso su oficio) y aprender de él. A estas alturas de su infancia, pues todavía es una niña, ya ha sido bautizada por una de las grandes: Doña Juana Manuela Gorriti se refiere a la pequeña Angélica como Madame Stäely no va muy desencaminada puesto que en los años sucesivos tomará partido y hará oír su voz aún a sabiendas de la polémica que suscitan sus palabras. Durante 1883, el editor y librero francés, Carlos Prince40, amigo de la familia Palma toma la decisión de editar a precio económico las seis primeras series de las tradiciones, siendo publicadas por primera vez la quinta y la sexta lo que contribuyó a incrementar la popularidad que el tradicionista tenía. Ricardo Palma se ha propuesto reconstruir la Biblioteca e inaugurarla un año después con un nuevo lema: “Post nubila Phoebus”. Son muchas las cartas que ha enviado y muchas las amistades epistolares que ha reanudado sobre todo con escritores españoles entre los que se cuentan Menéndez Pelayo o Eugenio D´Ors. Lima, Noviembre 20/1883 Sr. D. Marcelino Menéndez y Pelayo Madrid Muy señor mío: La antigua y rica Biblioteca del Perú fue transportada a Chile. En el último cuarto del siglo XIX han sido los libros, el pan de la inteligencia, considerados como botín de guerra. Hemos retrocedido a los tiempos bárbaros del califa Omar. El Gobierno del Perú ha decretado la fundación de una nueva Biblioteca honrándome con la dirección de ella. El país ha acogido con entusiasmo el propósito y, en menos de quince días, he recibido donativos por más de diez volúmenes. La nueva Biblioteca, según el decreto, debe ponerse a disposición del público el 28 de Julio próximo. Un Bibliotecario mendigo se dirige, pues, al ilustre literato, para pedirle la limosna de sus obras, y que avance su caridad hasta solicitar de sus esclarecidos compañeros, en las Academias de la 40 Carlos Prince Letcher había nacido en París en 1836 y llegó a Lima en 1860 proveniente de Valparaíso (Chile). 20 Historia y de la Lengua, contribuyan a la civilizadora fundación encomendada, más que a mis modestas aptitudes, a mi entusiasmo y perseverancia. Me es grato presentar a usted mis respetos y ofrecerme como su muy sincero admirador y amigo. Ricardo Palma Correspondiente de la R.A.E El librero don Leocadio López, Carmen 13, está comisionado para recibir y enviar los libros, en Marzo próximo. Se ruega que cada obra traiga, en el reverso de la primera página, una dedicatoria autógrafa del donante a la Biblioteca de Lima.41 La reparación del edificio se la encarga al arquitecto Manuel Julián San Martín de cuya supervisión se encarga una comisión presidida por Manuel de Mendiburu42, y él mismo se hace responsable de adquirir libros que vistan de nuevo los estantes de sus librerías. Para ello hace un llamamiento general a toda la población, para que aquellos que hayan adquirido libros a bajo precio con el sello de la Biblioteca durante los días de la guerra, los devuelvan. Tanto la gente culta como la de provincias colaboran con donaciones; de España y América, tanto de las instituciones como de particulares, llegan libros que contribuyen a aumentar el catálogo robado. Fruto inesperado de nuestro vencimiento, resultado odioso del criminal absurdo de la guerra, no pocos libros y manuscritos de la vieja Biblioteca de Lima encontrábanse en Chile43. Don Ricardo remite una carta al presidente de la República, Don Domingo Santa María, solicitándole la devolución de los cajones de libros que se habían llevado en los años terribles. Sólo unos pocos fueron devueltos44. Aún así quiere que la implicación de los pesos pesados de la ciudad sea mayor. Sabe que no hay dinero, que la ciudad intenta reconducirse por el camino de la modernización que con motivo de la Guerra había sido interrumpido, pero aún así pide la colaboración de la municipalidad en la resurrección del magno edificio. 41 PALMA, Ricardo, Epistolario General (1846- 1891), edición, prólogo, notas e índices Miguel Ángel Rodríguez Rea, Lima, Universidad Ricardo Palma, Editorial Universitaria, 2005, vol. 1, págs.255. (Obras completas; Tomo VIII). 42MENDIBURU, Manuel de (1805- 1885). Tuvo una participación muy activa en la vida política de Perú. Fue Prefecto de Tacna y Vicepresidente del Congreso, participó en la lucha por la Independencia y en la Guerra de la Confederación entre Perú y Bolivia en 1836. Fue autor del Diccionario Histórico- Biográfico del Perú (1874- 1890) del que la Biblioteca Miguel de Cervantes muestra una copia digitalizada. 43 Cfr. nota 15, pág. 76. 44 En noviembre de 2007, el Gobierno de Chile devolvió a la Biblioteca Nacional de Perú 3788 volúmenes que han sido incorporados al patrimonio histórico del país. 21 Tengo para mí que en el decoro de la Municipalidad de Lima está no dejar sólo a los esfuerzos del Gobierno y de los particulares, la resurrección de ese cadáver que se llamó Biblioteca Nacional. Yo exijo el óbolo del Municipio. No es ya libros lo que más necesito, dígolo sin presuntuosa jactancia. He ofrecido al país que el 28 de julio se abrirá la Biblioteca con veinte mil volúmenes, la tercera parte de lo que antes tuvo y, aproximadamente, en el mes corrido desde que me hice cargo del puesto, cuento con esa cifra en compromisos que no hago efectivos porque no tengo ya anaqueles donde colocar los libros. (…) Pues, señor: quiero que la Municipalidad se encargue de vestirme siquiera mil quinientos volúmenes que andan por ahí los pobrecitos desnudos que da lástima verlos, absorbiendo humedad, maltrechos y comidos de gusanos, digo de polilla. (…) 45 Ha dividido el edificio en dos salas principales: “Europa” y “América” donde se agrupan los volúmenes que van llegando. Se ha propuesto reabrir la nueva Biblioteca al año siguiente por lo que tiene que darse prisa en catalogar y disponer las secciones. (…) Hasta hoy, en el salón “América” los estantes destinados a México están casi vacíos. Apenas si hemos catalogado en ellos cuarenta volúmenes. Contribuya Ud. a que desaparezca esa incomunicación literaria en que hemos vivido peruanos y mexicanos. Fío para alcanzarla en el americanismo de Ud. Todos los gobiernos de América han enviado, a solicitud mía, un contingente de libros, sobre historia, literatura, ciencias y administración. (…) Carta al Sr. General D. Vicente Riva Palacio. Lima, Setiembre 20 de 1884.46 La Real Academia de la Lengua, de la que don Ricardo es miembro correspondiente desde 1878, y la Biblioteca Nacional de Madrid con el permiso del Gobierno de España, hacen llegar a la calle de los Estudios su contribución y su apoyo. Además, a título personal, Pi y Margall, Campoamor, Menéndez Pelayo, Núñez de Arce, Cánovas del Castillo, Castelar, el Conde de Cheste envían sus libros y su aliento ante la tarea que está desempeñando don Ricardo. Angélica respira este ambiente en el que el intercambio epistolar con España es continuo y donde las muestras de cariño de las grandes figuras de la intelectualidad española son abundantes. No sólo hacia la labor que su padre está llevando a cabo sino hacia la persona de su padre, lo que aumenta en ella el orgullo y la admiración filial que sentirá a lo largo de toda su vida. Lo que ve en su padre es lo que ella 45Carta a don Rufino Torrico, Alcalde de Lima, 11- diciembre-1883, en Cfr. nota 41, págs. 256- 257. 46 Cfr. nota 41, pág.268. 22 luego, años más tarde, reproducirá, esto es, respeto y admiración por las grandes figuras literarias españolas. Ocho meses después de recibir la Dirección de la Biblioteca, Ricardo Palma puede estar orgulloso de las horas invertidas en su reconstrucción. Llegó a la Biblioteca cuando esta había sido convertida en cuarteles, tenía apenas 700 volúmenes de obras incompletas y a las cuales les hacía falta una restauración y ahora ante sus ojos, desfilan cerca de treinta mil volúmenes, producto del empeño y el esfuerzo que se ha impuesto para lograr su objetivo. Y así, el 28 de julio de 1884, conmemorando la fecha del aniversario de la Independencia, la Biblioteca de Lima reabre sus puertas. La vieja casona de la Calle de los Estudios presentábase limpia y remozada, sin perder los nobles prestigios de su antigüedad. Aún podía fingirse la imaginación que por el patio extenso, encuadrado por la arquería de los claustros, vagaban las sombras de los estudiantes indígenas y mestizos del colegio del Príncipe, fundado en el siglo XVII por Esquilache, el virrey poeta; en los salones, nuevamente ocupados por los libros, reverenciábanse a los espíritus de los bibliotecarios próceres, el canónigo Arce y don Francisco de Paula, González Vigil; reliquia de la vieja Biblioteca, habitaba en el piso alto su último director, don Manuel Odriozola, obligado a permanecer en el alojamiento del jefe de la institución por su sucesor, que se instaló en otro departamento.47 Son muchos amigos los que frecuentan la Biblioteca, el nuevo hogar de los Palma. Quieren ver cómo Don Ricardo ha hecho resurgir de sus cenizas, gracias a la colaboración de estos, ese templo del saber. Muchos más son los que visitan al tradicionista y a su esposa con el único motivo de conversar. Teresa y Elena González, amigas de la familia y profesoras de Angélica, también acuden a la casa de la familia. Sienten debilidad por Angélica, pues día a día la ven crecer y aprender en las aulas de su Colegio. Ellas ya se han dado cuenta del talento que esconde la mayor de las Palma. Y así, Elena contará cómo apenas tendría seis años cuando con su vocecita melodiosa me dijo muy seria: Yo voy a escribir un verso. - Tú, un verso? - Sí; la Hora Fatal… 47 Cfr. nota 15, pág. 79. 23 Ya en su cabecita bullía el germen literario que heredara de su padre y de su madre. De su madre, sí; porque Cristina Román de Palma, también había sentido la inspiración romántica en sus años juveniles; y fue la más empeñosa en cultivar el talento de su hija.48 11 de febrero de 1885 nace en el hogar de la familia Palma un nuevo miembro: Vital. Pero algo se avecina que va a truncar la aparente calma y tranquilidad que reina en Lima. Todavía colean las decisiones tomadas para conseguir la paz con Chile, no bien aceptadas por todos. Uno de aquellos que se muestra contrario a la cesión de territorio que el actual presidente, Manuel Iglesias, realizó a Chile, es el Coronel Andrés Avelino Cáceres quien aspira a recuperar el territorio cautivo. Ya en agosto de 1884, había intentado apoderarse de la capital pero al no recibir el apoyo que esperaba, había terminado por retirarse a Arequipa. En julio de 1885, Cáceres fue reconocido como Jefe Supremo de la Nación en el Centro, enviando Iglesias un ejército en su contra. Cáceres lo burla y ocupa Lima el 1 de diciembre. Señor Don Ricardo Palma Buenos Aires 28 de diciembre de 1885 Querido amigo: En todos estos pasados días hemos tenido a U. más que nunca presente, pensando en la zozobra de Cristina durante el combate de trece horas en que millares de balas de todos calibres se habrán cruzado y, por supuesto, muchas caído sobre las casa de Lima; y la pobre madre con cuatro niños a quienes le habrá costado infinitamente impedir que salgan a las azoteas, acribilladas por el fuego de las torres. (…)49 Se convocaron, finalmente elecciones generales que ganó Andrés Avelino Cáceres, ocupando el poder entre 1886 y 1890. El país estaba desolado, arruinado y de luto tanto moral como físico. Daba comienzo la Reconstrucción Nacional. Pese a contar con un presupuesto reducido, impulsa el Ejército y la Marina, reorganizando la Fuerza Armada con visos de exigir a Chile, al término de lo estipulado en 48HOMENAJE del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública a la memoria de la distinguida escritora peruana Señorita Angélica Palma, Buenos Aires, Talleres Gráficos de la Penitenciaria Nacional, 1935, pág. 156. 49 Cfr. nota 20, pág. 18. 24 el Tratado de Ancón, en 1894, la devolución del territorio cautivo. Por otra parte, durante el mandato de Cáceres, la instrucción popular recibe un fuerte impulso, se crean el Ateneo de Lima y la Sociedad Geográfica, y se publica la revista El Perú Ilustrado. Andrés Avelino Cáceres está casado con Antonia Moreno y son padres de Zoila Aurora Cáceres (1872- 1958), escritora con la que Angélica compartirá espacio en el Olimpo de las escritoras mujeres y olvidadas por la historia. Mayor que ella, también se defiende en el campo de la literatura y en el del periodismo. Don Ricardo está instalándose en su despacho y tiene frecuentes reuniones con intelectuales y amigos que acuden a ver al tradicionista, que se cruzan con Angélica en los pasillos y le dedican alguna que otra palabra. Francisco García Calderón, monseñor José Antonio Roca, José Antonio Lavalle y Luis Cisneros50 entre otros. En estos años posteriores a la Guerra, tanto los gobiernos de Miguel Iglesias (1883- 1885) como los de Andrés Avelino Cáceres (1886- 1890 y 1894- 1895) y Remigio Morales Bermúdez (1890- 1894) concentrarán sus esfuerzos en intentar reconstruir el país. Son unos años relativamente tranquilos puesto que las luchas entre los gobiernos que se suceden son continuas. 1886. Se inaugura el alumbrado eléctrico en la Plaza de Armas y en las calles aledañas; el déficit económico derivado de la guerra todavía se hace notar por lo que en las noches de luna se apaga el alumbrado público. Por estos años, tras la subida al poder de Andrés Avelino Cáceres a favor del cual había hecho de su casa en Tinta, un hospital de campaña, se establece en la capital la escritora cuzqueña Clorinda Matto de Turner. La escritora que ya había pasado por Lima en 1877 participando en las tertulias de Juana Manuela Gorriti junto a su marido, regresa ahora viuda y se incorpora en las principales instituciones culturales de la capital como el Círculo Literario y el Ateneo de Lima donde leerá dos discursos, exponentes de sus ideas y creencias: 50GARCÍA CALDERÓN, Francisco (1834- 1905) Al retirarse Nicolás de Piérola tras la ocupación chilena, los vecinos notables de Lima se reunieron y nombraron a Francisco García Calderón Presidente Provisional de la República. Este estableció su gobierno en Magdalena Vieja. Fue además de político, jurista y diplomático, rector de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. MONSEÑOR JOSÉ ANTONIO ROCA: (1834- 1914) Ingresó al Seminario de Santo Toribio coincidiendo en el Seminario con Nicolás de Piérola y Manuel González Prada. Como periodista colaboró en El Católico y El Bien público. Durante la Guerra con Chile presidió la Cruz Roja peruana. JOSÉ ANTONIO LAVALLE : Cfr. nota 31. LUIS CISNEROS: Luis Benjamín Cisneros (1837- 1904). Poeta, escritor y político peruano. Sustituyó a Palma en la Dirección de la Biblioteca Nacional en 1892. El Gobierno de Nicolás de Piérola lo nombró Director del Archivo Nacional. 25 Estudio histórico, donde defiende la utilización de la lengua madre, el quechua y años más tarde, Luz entre sombra, poniendo el peso de la reconstrucción nacional en la madre- republicana. Clorinda ya tiene una trayectoria que la confirma como una de las mujeres intelectuales de más peso en el país. Había fundado en 1876 la revista El Recreo, a finales de 1883 había asumido la jefatura del diario La Bolsa y ya había firmado numerosos artículos en múltiples revistas además de con su nombre, con el seudónimo de Carlota Dimont. Durante el gobierno de Cáceres, la escritora se siente amparada pues el nuevo gobierno le dio valor a la cultura andina y apoyó las iniciativas de incorporación de esta al imaginario colectivo. Una de las iniciativas que la lleva a convertirse en centro de la actividad cultural de la capital, es recoger el testigo que su amiga y madrina Juana Manuela Gorriti había dejado al marcharse a Argentina: recompone la tertulia que en los años previos a la Guerra había servido de tribuna a muchas de las voces femeninas que se empezaban a perfilar hasta ese momento. Así pues en la casa de la Calle Calonge, a la vuelta de la Plazuela del Teatro, signada con el número 5851, Doña Clorinda reúne en su salón a aquellos que empezaron con la escritora argentina y a las nuevas voces que se alzan tras los últimos sucesos acontecidos en la capital. En noviembre de 1887 tienen lugar las primeras reuniones donde al igual que en las de su predecesora, la literatura y la música se vuelven uno pero a diferencia de las del 77, aquí ya no se habla de política. …hay juego, pero no de naipes, sino de ingenio; crítica pero no de personas, sino de libros, improvisaciones pero no con campanillazos, sino con consonantes forzados, y donde todos reunidos en esa fraternidad literaria departen ya un consejo, ya una palabra de aliento y en donde el triunfo de uno es triunfo de todos. ¿Habráse visto forma más encantadora que ésta para reunirse desterrando todo comentario político, toda alusión personal que no sea literaria?52 51 En TAMAYO VARGAS, Augusto, Apuntes para un estudio de la literatura peruana, Lima- Perú, 1947, p. 218. 52El Perú Ilustrado, Lima, sábado 9 de junio de 1888, núm. 57, Año II, sem. I, pág.78. 26 En el Ateneo de Lima,recién creado en 1885, se escucha la voz de Manuel González Prada desde donde dicta conferencias en las que se mezclan la política y la literatura. La prensa cumple su función una vez más, y se funda en este año 1887, concretamente el 14 de mayo, una revista de singular importancia, El Perú ilustrado, de cuya dirección se ocupa Clorinda a partir del 1 de octubre de 1889, fomentando el americanismo literario y convidando a participar con sus creaciones a escritores de cualquier rincón de Latinoamérica. Ella escribirá muchos de los editoriales más polémicos donde tratará, entre otros temas, del papel educativo que cumple la prensa. La que se considera la primera revista ilustrada que se publicó en el Perú sirve de espejo reflejando las producciones literarias que tienen lugar cada semana en el espacio cerrado del salón de la calle Calonge. El grupo de mujeres está más consolidado y caen en las redes de la novela: Mercedes Cabello, Teresa González de Fanning, María Nieves de Bustamante, Amalia Puga de Losada, Juana Rosa de Amézaga e incluso la propia Clorinda que, entre otras muchas, sucumben encantadas a este género que les ofrece mayores posibilidades y mayor libertad. Teresa González de Fanning publica su novela Regina, tachada de castiza en su estilo y premiada por el Ateneo de Lima con medalla de oro. María Manuela Nieves y Bustamante, a quien se le atribuye la autoría de la novela Jorge o el hijo del pueblo que saldrá publicada en 1892. Amalia Puga, quien en 1894 publicará una recopilación de ensayos bajo el título, Ensayos literarios. Juana Rosa de Amézaga y su obra Pensamientos y máximas. Carolina Freyre de Jaimes, que se inclina hacia las obras teatrales: María de Bellido (1878) y Blanca de Silva (1883) y Lastenia Larriva con su obra Un drama singular o historia de una familia (1888). Junto a ellas, jóvenes promesas como Angélica y su amiga Amalia Puga, prueban suerte ante un auditorio profesional y elevado. Tal es así que gracias a los comentarios vertidos en el Perú ilustrado, tenemos noticia de la puesta de largo de Angélica declamando los versos de una escritora admirada por ella: Mujer escritora de Mercedes Cabello de Carbonera. Concurrida, animada y hermosa fue la velada que el 3 de éste tuvo lugar en casa de nuestra amiga la señora Clorinda Matto de Turner (…) “Buen par de curas” , tradición de Eleazar Boloña, “niños y Viejos” de Jorge M. Amézaga, “Estudios históricos” por la Señora Matto y “Mujer escritora”, letrilla de la señora Cabello 27 que fue recitada por Angélica Palma, el gracioso vástago de nuestro Don Ricardo que tan bien sabe llevar su nombre.53 Juana Manuela Gorriti que sigue con lupa el transcurrir de las veladas a través de la prensa y de las noticias epistolares que le llegan a Argentina no puede por menos que felicitar entusiastamente a Angélica tras su intervención en la velada: Sé que Madame de Stäel encantó a la concurrencia en la velada literaria del 3 de setiembre. Felicítola,… Carta a Ricardo Palma de Juana Manuela Gorriti, Buenos Aires, 4 de noviembre de 1888. La pequeña Madame Stäel que tan solo cuenta con diez años, ha declamado, como sólo los grandes saben hacer, los versos de una amiga de la familia, precursora sin duda de esta generación de mujeres que intentan hacer algo diferente. 53El Perú ilustrado. Semanario Ilustrado para las familias. Lima, sábado 15 de setiembre de 1888, número 71, Año 2°, Semana I. 28 29 1892 IV Centenario del Descubrimiento de América Primer viaje a España Presentación en sociedad ...Tanto había empezado a entusiarmarme con las fiestas españolas, que acaricié el pensamiento de hacer un viajecito a España a principios del 93. Ha pocas noches hablé de este propósito mío al Presidente de la República, y me contestó ofreciéndome facilidades para el viaje, y que me investiría con el carácter de comisionado oficial. Si llego a hacer el viaje me acompañará mi hija Angélica, que es una literatilla de doce años. 30 En estos términos expresaba Don Ricardo Palma, en carta fechada el 8 de junio de 1891, a su gran amigo Don Vicente Riva Palacio, las ganas y el entusiasmo que tenía por visitar España y participar en los actos colombinos que se celebrarían a finales de 1892. Le confiesa que se hará acompañar, si llega a hacer el viaje, de su hija Angélica, de la que explica con orgullo paternal cómo apunta maneras ya de literatilla. Más adelante, y siguiendo la correspondencia establecida entre ellos, el 3 de agosto de ese mismo año, el tradicionista confirma su asistencia a dichos eventos. En concreto no duda en manifestar su interés por el Congreso de Americanistas que tendrá lugar del 7 al 11 de octubre de 1892 en el Convento de la Rábida en Huelva. Dicho congreso tiene el firme propósito de “coadyuvar al progreso de los estudios etnográficos, lingüísticos é históricos referentes á entrambas Américas, especialmente en épocas anteriores á Cristóbal Colón, y poner en mutua relación á las personas que se dedican á tales trabajos”54. En este Congreso, Ricardo Palma actuará como vicepresidente en la mesa junto a Cánovas del Castillo que lo presidió. ...más me interesa Santa María de la Rábida, con su Congreso de Americanistas, que Chicago con sus maravillas. Y tanto, que me preparo para ir a España cinco o seis meses. Por lo pronto, ya cuento con la promesa del Presidente de la República de concederme medio año de licencia. Espero que también el cielo me favorecerá, no poniendo obstáculos de salud o de bolsillo... A finales de julio de 1892 salía del puerto del Callao un barco caletero, el Cachapoal con la delegación que iba a representar al Perú en los actos que, con motivo del IV Centenario del Descubrimiento de América, iban a tener lugar en España. Para ello, el gobierno del General Remigio Bermúdez nombró a Don Ricardo Palma delegado con cargo de ministro. El director de la Biblioteca Nacional, se hizo acompañar de dos de sus hijos, Angélica y Ricardo, en un viaje que les mantuvo alejados de su país cerca de un año y que supuso para Angélica su presentación en sociedad dentro de los círculos intelectuales más importantes del momento. Se oyen las más diversas lenguas y se ven las más variadas trazas: españoles verbosos, rígidos ingleses, francesas acicaladas y pizpiretas, girls norteamericanas ágiles y vigorosas, mulatos cargados de maletas y gritando en jerga yanqui-española, criollas de hablar cadencioso que dulcifica las sonoras rotundidades del castellano. Hay recomendaciones, encargos, tristezas de 54ZARAGOZA, Justo, IX Congreso Internacional de Americanistas, en www.cervantesvirtual.com. 31 despedidas, lloriqueos infantiles, proyectos discretos de flirt, secas expresiones mercantiles, banalidades, el cosmorama de la vida bullendo en el recinto de un trasatlántico.55 Muchas de las personas a las que conoció siendo todavía una niña y a las que tímidamente pidió un autógrafo para su Albumcito, años más tarde la recibirán aplaudiendo sus dotes de escritora. Su viaje literario comienza con las primeras palabras que ella misma escribe para inaugurar el cuaderno que su padre le regala nada más salir del Perú donde escribirán los amigos con los que compartirá el viaje que comienza: Dios y sus santos me son testigos que, en este libro o álbum, no intento hacer de elogios vana cosecha. Limosna corta (pues el autógrafo es lo que importa) de mis amigos pido al talento. Cuatro renglones, un pensamiento, al pie la firma, lugar y fecha, y agradecida con toda el alma quedará Angélica Daría Palma Lima, 1º de Julio de 189256. Don Ricardo no sólo viaja con la responsabilidad de representar a su país en las fiestas de conmemoración sino que lo hace además con la intención de aprovechar su estancia para recoger y agradecer a sus amigos españoles los libros que le han ido mandando para restaurar la Biblioteca Nacional que él dirige. Muchos se comprometerán con la labor que el “bibliotecario mendigo” emprendió tras la guerra con Chile y aprovecharán su estancia en la capital para hacerle entrega de más ejemplares que el propio Don Ricardo se encargará de hacer llegar en lo que fueron finalmente veintisiete cajones de libros. 55 Cfr. nota 13, pág. 5. 56ÁLBUM de autógrafos de Angélica Palma. Edición e introducción de S. F. Rench. Lima- Perú, 1995, pág. 3. 32 El año en que Angélica conoce nuestro país no supone un año cualquiera dentro de la historia que une a Hispanoamérica con España. Entre otros motivos, 1892 es el año en que, promovido por el Presidente Cánovas del Castillo, se declara para ambos continentes el 12 de octubre como fiesta nacional, institucionalizándose esa fecha como Día de la Raza57. Y será el mismo Cánovas quien aproveche los actos y celebraciones como escaparate para mostrar los progresos que España había realizado a nivel económico58 y político durante el periodo de la regencia y así, colocar a nuestro país en el panorama internacional. No dudó en aprovechar los banquetes, congresos y conferencias que se celebraron, con el fin de sacar a España del aislamiento en el que se encontraba, intentando establecer nuevos lazos económicos e intelectuales. Las celebraciones del IV Centenario fueron ideadas con la intención de aproximarse a las Repúblicas Hispanoamericanas y consolidar de esta forma, las relaciones que, hasta el momento, se tenían con las mismas. Se buscó favorecer el intercambio cultural y el diálogo en torno a temas que afectaban a dos continentes que, como defendieron algunos historiadores, se encontraban unidos por la lengua, la religión y la historia. Idea que Angélica intentará afianzar a lo largo de su vida siguiendo el ejemplo de su padre. Desde la Comisión organizadora se quería dar a conocer a la sociedad española los lazos que les ligaban a las Repúblicas Hispanoamericanas para así fomentar un sentimiento de fraternidad a uno y otro lado del océano. Jesús Pando y Valle escribirá en relación a esta idea lo siguiente: Borrado ya el recuerdo del triste alejamiento en que españoles y americanos vivieron, durante el periodo de la emancipación colonial, vuelven a dominar las corrientes que a unos y a otros impulsan, inspiradas en las páginas gloriosas de la común historia, en los vínculos de la sangre y el idioma y en el aliciente del interés común. (...) Hay, por lo mismo, necesidad evidente de realizar un generoso esfuerzo para que los españoles todos, sin distinción de clases ni categorías, se penetren bien de la trascendencia que 57DÍA DE LA RAZA: la idea de instituir un día para celebrar la llegada de Colón a las Indias surgió el 12 de octubre de 1892, al conmemorarse el cuarto centenario del Descubrimiento. No fue, sin embargo, hasta el 12 de octubre de 1917 cuando Alfonso XIII estableció esta fecha como Fiesta de la Raza y Fiesta Nacional en España. En 1958 un decreto de la Presidencia de Gobierno de España cambió el nombre de la fiesta, dada su trascendencia, por el de “Día de la Hispanidad”. V. PALMA, Angélica, “El desconocimiento de América”, en El Sol, Madrid, 28 de noviembre de 1925. 58 A nivel económico, España vive un buen momento en el decenio de 1876 a 1886. La burguesía vive una privatización de su iniciativa apoyada por la creación de Cámaras de Comercio, Ligas y Círculos que tuvieron una participación activa dentro de los actos del Centenario. 33 este acontecimiento entraría por sus antecedentes, por su magnitud y por lo de seguro importa a nuestro porvenir.59 En este momento las relaciones entre España e Hispanoamérica se conciben como unas relaciones de necesidad: ambas se necesitan para prosperar en un futuro. ..., de lo cual seguramente resultará evidenciado cómo americanos y españoles necesitamos marchar siempre unidos para mejorar de suerte y seguir siendo en la historia lo que en la historia siempre fuimos: nobles y grandes. (...) ...arrancando desde el 12 de Octubre una nueva época de ventura para América y España, llamadas a ser, unidas, el más grande de los poderes en las edades venideras.60 Al margen de los actos del Centenario que sin duda ayudaron a restablecer las relaciones con América, en 1881 con la idea de incrementar el comercio con los países americanos se había creado en Barcelona, la Compañía Transatlántica Española y en 1884, en Cádiz la empresa naviera Pinillos y Sáez61. A nivel cultural la celebración del Centenario y la preparación años antes del mismo, había propiciado el surgimiento de revistas como la Ilustración Española y Americana (1881- 1921), Revista hispanoamericana (1881- 1882) o la Unión Iberoamericana (1886- 1926). Esta última62 como órgano de expresión del sentimiento americano tenía por objeto estrechar las relaciones sociales, culturales, económicas, artísticas y políticas entre España, Portugal y los países del Nuevo Continente. Intelectuales y políticos como Eduardo Dato, José Echegaray, Ramiro de Maeztu, o el propio Ricardo Palma se encontraron ligados a este centro y participaron en las diversas actividades que se celebraron. La Unión Iberoamericana fue declarada de “fomento y utilidad” para los actos de Conmemoración y en sus Estatutos aclaraba que tenía por objeto estrechar las relaciones de 59 PANDO Y VALLE, Jesús, El Centenario del Descubrimiento de América, Madrid, Rivadeneyra, 1892, p.1, 3-4. 60 Cfr. nota 57, p. 6, 82. 61 La Compañía Transatlántica Española era propiedad del empresario naviero Antonio López y quedó constituida como tal el 1 de julio de 1881. Al morir Antonio López el 16 de enero de 1883 sus líneas hacían escalas en los cinco continentes. Por otra parte la que a partir de 1883 sería PINILLOS, SÁEZ Y COMPAÑÍA comenzó su andadura de la mano del armador Miguel Martínez Pinillos cuyas actividades marítimas databan de 1835. 62 La creación de la Unión Iberoamericana surgió en 1883 cuando varios escritores se reunieron para preparar un banquete que tendría lugar el 12 de octubre de ese año, en honor de Cristóbal Colón. Finalmente se formalizó su fundación el 25 de enero de 1885 inaugurándose el 22 de mayo en el Paraninfo de la entonces Universidad Central. 34 afecto sociales, económicas, artísticas y políticas de España, Portugal y las Naciones americanas, procurando que exista la más cordial inteligencia entre estos pueblos hermanos63. Editaba una revista con el mismo nombre en la que abundaba la colaboración americana. De corte conservadora esta institución se encontraba determinada por la presencia en su ejecutiva de importantes políticos. En este año en el que estamos, 1892, Angélica no puede suponer ni imaginar que su nombre será anunciado en 1926 con toda solemnidad en la revista que, con el nombre de Revista de las Españas, publicaba esta sociedad64. Pero para eso tendrán que pasar todavía algunos años. El 2 de agosto comienzan en Huelva de forma oficial las celebraciones y el 11 de octubre lo harán en Madrid. Hasta llegar a nuestro país e incorporarse a los actos que tendrían lugar, Ricardo Palma y sus dos hijos realizan escalas en diferentes puertos y visitan diversas ciudades65. No hay que olvidar que tanto Angélica como Ricardo son tan sólo unos niños a los que el viaje no se les antoja nada fácil. Y así lo cuenta Don Ricardo: Angélica se mareó bastante anoche; pero hoy está ya sobrecubierta, y creo que para mañana se encontrará muy bien. Angélica y Ricardito se fueron a la cama para levantarse hoy en Paita. El mareo de Angélica ha sido poca cosa, pero no así el de Ricardito. El doctor Rotadle (cuñado de Javier Valle) que es el médico del Cachapoal, los ha atendido muchísimo66. Un viaje largo y en ocasiones algo pesado amenizado tan sólo por las escalas que realizan, los bailes y las funciones que se producen en el vapor en el que viajan y las bajadas a puerto donde tienen ocasión de visitar y conversar con viejos conocidos y amigos. Es indudable la influencia que, desde niña, pudieron ejercer en Angélica los amigos de su padre. Circunscritos todos al ámbito de la cultura en general y de las letras en particular, Angélica tiene la suerte de conocer y entablar relación en este viaje, con personalidades como Numa Pompilio Llona, Dolores Sucre, Soledad Acosta de Samper, 63 En SEPÚLVEDA MUÑOZ, Isidro, “Medio siglo de asociacionismo americanista español 1885- 1936”, en Espacio, Tiempo y Forma, Madrid, U.N.E.D- Facultad de Geografía e Historia, 1991, t. IV, págs. 273. (Serie V, Historia Contemporánea). 64REVISTA de las Españas, Madrid, Unión Iberoamericana, Año 1, n°2, agosto1926, p. 125. 65 Los puertos en los que realizaron escalas fueron: Puerto de Salaverry, Pacasmayo, Eten, Paita, Guayaquil, Panamá, Colón, Kingston, Jamaica, Jackmel, Barbados, Plymouth y Cherburgo. De ahí cogieron un tren para París y tras pasar unos días en la capital francesa siguieron su camino en tren hacia Burdeos, Biarritz, Irún, San Sebastián, Burgos y Madrid. 66CARTAS a Cristina de su esposo Ricardo Palma. Prólogo de Estuardo Núñez. Miraflores, Lima- Perú, 1992, p. 17- 18. 35 Emilia Pardo Bazán o el mismísimo Juan Valera, entre otros muchos. Todos ellos o, buena parte de ellos dejaron su huella no sólo en la persona y en el recuerdo de la niña que, años más tarde y convertida ya en escritora, les recordará en las páginas de diferentes revistas sino físicamente en los garabatos que a modo de autógrafos les solicita en este viaje. Autógrafos que van conformando su Álbum y que de alguna forma son el testimonio de las personas que conocieron a la niña Angélica y vieron en ella el reflejo del creador de las Tradiciones. Salaverry, Julio 27 1892 Mi querida mamá: Te escribo ésta muy mejorada ya del mareo. Yo he sido la que más me he mareado. Muchos cariños a mis hermanos y recibe un abrazo de tu Angélica67 La parada en Guayaquil (Ecuador) les propicia la compañía de Numa Pompilio Llona y Dolores Sucre, poetas que consiguieron merecidos reconocimientos y elogios en su país y fuera de él. Grandes amigos de Don Ricardo, con quienes mantiene correspondencia, no dudan en recibir al tradicionista y a sus hijos ofreciéndoles un almuerzo en compañía de Lastenia Larriva y Modesto Sánchez Carbo, el que fuera Secretario de la Legación de EEUU y Europa en 1885, y cónsul de Ecuador en Hamburgo durante el periodo 1896- 1897. Dolores Sucre (1837- 1917), sobrina del Mariscal Antonio José de Sucre destacó siendo muy joven como una gran poetisa, publica sus versos y prosas en importantes revistas y diarios que traspasarían las fronteras de su país. Tanto es así que en 1897, se tributará en el Ateneo de Lima una velada en su honor y será quien condecore, en 1904, como poeta insigne a su gran amigo y compatriota Numa Pompilio Llona.En 1905 el pueblo de Guayaquil reconocerá el esfuerzo que había realizado esta mujer superándose culturalmente, en una época donde el sexo femenino tenía tantas limitaciones en el ambiente intelectual. Ella también deja sus versos en el cuadernito que, celosamente, guardan Ricardo Palma y su hija, deseando no sólo que reúna las cualidades que se presumen en una mujer sino que no descuide el talento intelectual que le viene de familia y que manifiesta a su corta edad: 67PALMA, Ricardo, Epistolario General (1892- 1904), Edición, prólogo, notas e índices Miguel Ángel Rodríguez Rea, Universidad Ricardo Palma, Editorial Universitaria, Lima- Perú, 2005, Tomo 2, pág. 10. 36 A Angélica Aunque en las damas es la hermosura Lo que deslumbra y al mundo hechiza Yo, para colmo de la ventura Del gran poeta tradicionista, Al cielo imploro, férvida el alma, Que en ti se adunen, preciosa niña, Las altas dotes de ilustre Palma Y los encantos de su Cristina. Dolores Sucre Guayaquil, 30 de Julio.68 La importancia de Lastenia Larriva en la vida de Angélica viene marcada por el hecho de que es ella quien le da su primera oportunidad para publicar en una revista. De origen limeño, perteneciente a una familia distinguida y culta de la sociedad peruana, vive y convive en un hogar donde le es propicio el estudio y la dedicación a los libros. Asidua de las veladas literarias, asiste a salones donde destaca por el carácter de sus intervenciones. De Lastenia, la Baronesa de Wilson nos dice en el Álbum Salón de Barcelona que destacó no sólo por su belleza que le hacía notable sino por su carácter vehemente y apasionado. Tras un corto noviazgo se casa con Numa Pompilio Llona, caballero de buen porte, de arrogante presencia y de expresiva fisonomía, tras haber enviudado ambos. Lastenia era un referente en la vida americana pues sus textos de corte moralizante instruían a las juventudes del momento69. Funda y crea algunas revistas como el Tesoro del Hogar, pero es Arequipa ilustrada70 la que abre las puertas a la joven Angélica publicándole una serie de cartas bajo el título Por correo, así como la traducción de poesías del francés y el italiano. Criatura angelical! ¿En qué grave compromiso, compromiso muy formal, ponerme tu afecto quiso? 68 Cfr. nota 56, p. 15. 69 El gobierno de José Pardo le encomienda la dirección y administración de la revista mensual, La Mujer Peruana. Sus obras fueron consideradas dignas y adecuadas para la educación de la juventud y ella como una mujer de clara inteligencia y moralidad intachable. Dicha revista se distribuía en todos los colegios y escuelas de la República. Desde el gobierno se impulsó la edición de todas sus obras. 70 En esta revista publicaron también las que serían grandes amigas de Angélica Palma: Sofía Casanova o Amalia Puga de Losada junto a firmas como Emilia Pardo Bazán, Fernán Caballero, Benito Pérez Galdós, Salvador Rueda, José Santos Chocano o Salvador Díaz Mirón. 37 Si siempre escribo muy mal, ¿Qué será cuando improviso? Con que partes para España? ¿Con que vas, preciosa Angélica, a dar a los madrileños una peregrina muestra de lo que es la renombrada sal y hermosura limeña? Bien sabe mi amigo Palma Que al llevarte, niña bella, Su fama, con ser tan grande, de cien codos se acrecienta, Pues al verte, dirán todos Que si son buenas, muy buenas, Las galanas Tradiciones De que se ufana mi tierra, Del corazón la hija amada Es un celeste poema. Lastenia alienta a las mujeres, a través de un poema publicado en dicha revista y dedicado a sus nietos, a que sean fuertes, a que luchen pues son las mujeres las que al hombre forman, las que del hombre el corazón levantan, le infunden el valor que ellas no tienen y le empujen a toda noble hazaña.71 Es la imagen de la mujer que está en la sombra, bastón en el que el hombre se apoya para salir a enfrentarse con el mundo; son las mujeres las que dotan al hombre de instrucción y formación. Precedente sin duda de la idea de la necesidad de que la mujer tenga la misma formación que el hombre por el mero hecho de ser de ella de quien depende la educación de este. Es la misma idea que Soledad Acosta de Samper, Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal o Concepción Gimeno de Flaquer sostendrán en el Congreso Pedagógico que se celebrará, meses más tarde, en Madrid. 71LARRIVA DE LLONA, Lastenia, “15 de enero de 1881”, en Arequipa Ilustrada, Año I, Enero 15 de 1910, nº 2, p. 28. 38 Y no solo eso, años más tarde, cuando Angélica comience a experimentar las primeras ilusiones de ver publicadas sus creaciones en diferentes revistas, no podrá por menos que rendir homenaje a la que sin duda, fue una de las primeras que alentó su vocación así como le abrió las puertas apoyando sus iniciativas: Numa Pompilio Llona, ha muerto hace poco en Guayaquil. Si el egregio extinto merece todos los tributos de la admiración, son para la viuda, la dignísima matrona, doña Lastenia Larriva, los sentidos homenajes de dolorosa simpatía. Hay pocas figuras femeninas de tan acabada belleza moral como la de esta señora que ha sido, no solo la musa del gran poeta sino, lo que es de mayor significación sociológica y doméstica, el ideal de la esposa del artista, valerosa y constante suavizadora de las ásperas realidades de la vida, y de la madre cristiana, todo amor y sacrificio. Inclinémonos, con emoción y respeto, ante la viuda desolada que ha sabido cantar la Fe, la Patria y el Hogar…72 Angélica tiene quince años, es una niña despierta a la que el viaje que está realizando y las personas que está conociendo le suponen muchas anécdotas que contar a sus amigas entre las que se encuentran Amalia Puga y Teresa González de Fanning en cuyo colegio ha terminado sus estudios. Aprovecha las horas de larga travesía para escribir cartas a su familia y a sus amigos, compartiendo las impresiones del viaje. El gusto por escribir cartas hará que a lo largo de su vida no pierda nunca el contacto con sus grandes amigas españolas. Se perfila, ante los ojos de su padre, como la compañera perfecta con quien no sólo comparte el viaje sino que ve en ella alguien en quien apoyarse, confiar y con quien compartir y disfrutar del ambiente intelectual que les aguarda al llegar a España. Don Ricardo se alegra de haberla llevado con él y tanto la confirmación de su buena elección como su alegría al comprobar el buen carácter y talante de su pequeña lo expresa en diferentes cartas a su mujer. Angélica es una buena compañera de viaje que hasta ahora no me ha ocasionado la menor molestia. Angélica es ya una completa viajera y me ayuda mucho a cuidar al mimado Ricardito. Almorzamos y comemos donde el hambre nos lo ordena. Angélica y yo devoramos. Solo Ricardo es, en todo y por todo, trabajoso. Mal compañero de viaje. 72 ARACELI (seud. PALMA, Angélica), “Cartas a una turista”, en Prisma, Lima, Año III, 16 de abril de 1907, pág. 13, nº 36. 39 Es el propio Don Ricardo quien la define como “una buena compañera de viaje”, y será así como la recuerden las numerosas antologías y biografías que dedicarán a Don Ricardo y a su obra. En una quinceañera Angélica la figura del tradicionista, escritor respetado en toda América, llamado a representar a su país en los actos españoles, despierta adoración y admiración. ... Al cabo de veintidós días terminó para Abelardo la navegación, al desembarcar pensaba: “Piso tierra francesa. ¡Europa, Europa!”Y Europa, en los primeros momentos, sólo significó para él, como suele ocurrir, el barullo aturdidor de la aduana, el rodar chirriante de las carretillas, los gritos continuos de Atention, s´il vous plait, el registro de bagajes, el esfuerzo intelectual para comprender y ser comprendido en un idioma conocido en teoría.73 El 28 de agosto de ese mismo año y tras haber navegado durante un mes desde su parada en Guayaquil, Angélica y su familia pisan suelo europeo. Se respiran otros aires, muy distintos a los de su Lima natal y la capital francesa que se encarga de recibirla, le ofrece a la peruanita el escaparate cultural en el que América se está mirando. Es el París resplandeciente que no presentía la guerra terrible y derrochaba la iluminación. Las tiendas, abiertas hasta horas avanzadas, lucían como ascuas...74 Las calles de París distan mucho de las de Miraflores, la gente, el idioma, todo es distinto. París es el espejo en el que el mundo se mira y marca la tendencia en cuanto a moda, educación y saber estar se refiere. Ya no la aristocracia sino también la clase media pone sus ojos en lo que acontece en los salones parisinos. Y en París mismo (…) hay barrios deliciosos, habilitados por gente respetabilísima, sin bullicio. …hablaron nuestros caballeros de París, y aquí fue el extremar las hipérboles encomiásticas y los ditirambos apasionados! Oh, los bulevares y el Bois! Oh los restaurants y cabarets! Oh, la gracia picante de las midinettes y la sabia coquetería de las actrices y bailarinas! Oh París, París sorprendente, maravilloso y único! Sólo en tu mágico recinto vale la pena de vivir la vida.75 Las madres de familia desean que sus hijas aprendan lenguas, contratan a institutrices y profesores para que enseñen en sus hogares las normas básicas de educación y 73 Cfr. nota 1, p. 182. 74 PALMA, Angélica, “Álbum de retratos”, en Variedades, Lima, nº 936, Año XXII, 6 de febrero de 1926, [pág. 1]. 75 Cfr. nota 6, págs. 36, 38-39. 40 comportamiento en sociedad. Todo aquello que les ayude a integrarse en círculos donde les sea propicio encontrar un buen marido. Estamos en un momento en el que el conocimiento de idiomas, en especial del francés, dota a las mujeres de cierta categoría en sociedad. Escritores como Pérez Galdós plasmaban en sus obras esta realidad: Pero mi pobre mamá no pensó más que en darme la educación insustancial de las niñas que aprenden para llevar un buen yerno a casa, a saber: un poco de piano, el indispensable barniz francés y qué sé yo..., tonterías.76 E incluso Angélica lo retratará en su primera novela, claro reflejo galdosiano: -Naturalmente,- replicó Nelly con fina sonrisa,- puesto que ha pensado usted en mí. Usted deseará, sin duda, que refresquen y amplíen sus conocimientos en todo lo que constituye el barniz de cultura indispensable en sociedad. -Exactamente, - exclamó Micaela, gozosa de hallar tan bien expresado su pensamiento.- Sobre todo el estudio de los idiomas.77 Angélica aprovecha su estancia para practicar la lengua francesa que tanto le ha costado aprender y que practica junto a sus hermanas, Renée y Augusta, a través de numerosas lecturas. Junto a ellas copia poemas para ejercitar la escritura de dicha lengua, en un cuadernito donde los versos de Albert Samain o Jean Marie Guyau78 se van alternando con los de Sofía Casanova, Gregorio Martínez Sierra, Josefa Murillo o los clásicos como Villaespesa, Marquina, José Asunción Silva, Amado Nervo o Gabriela Mistral. Don Ricardo como el buen padre que es, preocupado en todo momento por la educación de sus hijos, les anima a que paseen por las calles de la ciudad, a que visiten la Biblioteca, Versalles, el Jardín de Plantas, el Museo Grévin o el Museo Medieval de Cluny. Asisten a representaciones en el Teatro de Folies Dramatiques, el de los Bouffes parisiens, el Teatro Robert- Houdin, terminando alguna que otra velada en la Gran Ópera de París. 76 PÉREZ GALDÓS, Benito, Tristana, 5ª ed, Madrid, Alianza Editorial, 1982, pág. 76 (Literatura; 600). 77 MARIANELA (seud. PALMA, Angélica), Vencida. Ensayo de novela de costumbres, Barcelona, Casa Editorial P. Salvat, 1918, pág. 102. 78 Angélica pondrá en boca de los personajes de sus cuentos y de sus novelas, aquellas lecturas que ella ha realizado y las opiniones que se ha formado sobre ellas. En el cuento “La frase de la abuela”, publicado en la revista Raza Española escribirá: “Decidía que Guyau era sensiblero y falto de sinceridad Renán…”. El cuadernito mencionado se encuentra en el Archivo General de la Nación, Lima, Perú en la Colección “Angélica Palma Román”. 41 En esta ocasión Manuel Águila, Gustavo La- Fuente, encargado de Negocios durante la ausencia del Gral. Cáceres, Agustín Obín, Julio Bañados Espinosa o Enrique Basadre son algunos de los amigos de los que se hacen acompañar durante su estancia.Tras París les espera Madrid donde Don Ricardo ha de desempeñar sus funciones como Delegado de la Legación de Perú. Tendrá que asistir a actos oficiales y a cenas, banquetes y veladas en las que concurrirán los representantes de los diferentes países así como grandes intelectuales españoles, amigos del tradicionista. A muchos de estos actos podrá asistir con sus hijos y, en ocasiones elegirá la compañía de Angélica que tendrá, de esta forma, sus primeras incursiones dentro de la sociedad madrileña. Por todo ello, Don Ricardo no duda en mandarle hacer en una de las mejores modistas de la ciudad, Mme. Blanche de Richebourg, la ropa adecuada no para París sino para Madrid para que la muchacha dé gatazo. París, la capital de la moda, la impresiona. Y es que su forma de vestir cambia en cuanto llega a Europa, ...te diré que hasta lentes usa y que le caen muy bien; se ha hecho encargar cuatro vestidos, capas, blusas y seis más que lleva para hacérselos en la capital española. Angélica, a sus quince años, cumple con las normas de la sociedad del momento y ha sido educada, bajo el prisma de la educación europea, como se espera que lo sea alguien de buena familia: domina el arte de la conversación y da muestras de ello en la travesía en barco que realizan, sabe bailar (..., y tu Angélica valsó un poco con La Fuente y con los loretanos.), tiene nociones musicales, sabe francés e italiano, ha sido educada en un ambiente culto, rodeada de libros y personas que la han ayudado a despertar su interés y su curiosidad y, tiene algo que no puede faltar en una dama que se precie de serlo: es presumida y femenina. Demuestra gusto por el buen vestir. Las telas, encajes, cintas, y pasamanería en general le vuelven loca al llegar a París. En este momento la existencia de libros como La mujer de su casa de Concepción Arenal, Las mujeres españolas...pintadas por sí mismas de Faustina Sáez de Melgar o La mujer en la sociedadmoderna de Soledad Acosta de Samper se disputan los primeros puestos en las listas de ventas junto a otros con los que comparten protagonismo, que intentan que la mujer no pierda su esencia femenina y coqueta, en el sentido de presumida, en lo que a su aspecto corresponde. Este es el caso de los libros, revistas y suplementos que enseñan a la mujer a sacarse partido como tales. Entre los primeros destaca el de Concepción Gimeno de Flaquer, 42 En el salón y en el tocador. Vida social. Arte de ser agradable. Belleza Moral y Física. Elegancia y coquetería y entre los suplementos más leídos: La Vida elegante, La Moda elegante, Blanco y Negro, La Ilustración y Hojas Selectas. Viene al caso mencionar aquí dichas publicaciones porque, si bien a la mujer no se le pedía que fuera una notabilidad en lo que a inteligencia se refiere, sí se le exigía que nunca dejase de vestir a la moda. Todas estas publicaciones, de una u otra forma, dan cumplida cuenta a la mujer de fin de siglo de las novedades parisinas. Son una ventana al mundo para aquellas que resignadas en sus casas, limitan sus vidas a la educación de los hijos. Angélica las tiene al alcance ya que muchas de ellas llegan a su casa pues aparecen artículos del tradicionista. Es el ojito derecho de su padre, que, pese a manifestar ciertas reticencias a los gastos que le ocasionan los antojos de su hija, cede orgulloso a sus caprichos viendo cómo luce las nuevas galas en los actos a los que es invitada: Tu Ángela me hace gastar mucho en sus elegancias. Las Solar, la estimulan a ello. Hoy la compré dos sombreros de invierno muy bonitos, y la modista de las Solar la está haciendo dos vestidos de invierno, pues los que trajo de París son todos de verano. Tus hijos salieron con las Solar a hacer compras en el comercio, y son las once y media y aún no llegan a almorzar. Angélica salió con trescientas pesetas en la cartera, y es seguro que en cintas y trapos las habrá gastado, lo cual será muy de tu gusto.Riva Palacio da una tertulia el Domingo de Pascua de 5 a 7, a la cual está invitada Angélica, que lucirá un corpiño de terciopelo rosa, cuya muestra te acompaño. Me cuesta el tal corpiño más de doce duros. Son mucha cosa los lujos de tu cachetona.79 En sus novelas, Angélica destacará ese afán de perfeccionamiento en el vestir, de pulcritud a la hora de la elección del vestuario de sus protagonistas. Todos los personajes vestirán acorde con el momento que vivan, el acto al que asistan o el lugar en el que se encuentren. ...; se ocupaba en arreglar toilette adecuada a una fiesta campestre: capelina de paja azul con un haz de lirios, vestido de alpaca, también azul, con rayitas blancas, chorrera plegada de alba muselina, guantes y zapatos de gamuza gris, todo sencillito...80 ...a la hora de comer las damas se ponían traje de noche y los hombres smoking- 81 79 Cfr. nota 66, págs. 75- 76, 115. 80 Cfr. nota 77, pág. 121. 43 ..., y fue centro del más animado la gentil figura falda de brocado, sobre la que caía en pesados pabellones la túnica de tisú, alargado el talle breve por la punta del ajustado corpiño adornado con encajes de Malinas, que en cascadas descendían de las mangas cortas y se rizaban en torno al escote; calzada con chapines de raso, alhajada con esmeraldas...82 Esa minuciosidad descriptiva, ese interés por transmitir al lector una imagen visual de cómo visten los personajes, será una constante en toda la narrativa de Angélica. Producto quizás de la propia mirada con la que ya desde niña, observa y analiza todo lo que ve. En el número conmemorativo de Variedades del 6 de marzo de 1929, Angélica escribirá un artículo titulado “La mujer y la moda” donde abarcará y repasará la evolución de la moda en Lima durante los últimos cinco lustros. El día 11 de septiembre pisan suelo español, Irún, desde donde pasan a San Sebastián, que es el Chorrillos de las españolas. En esta época, San Sebastián, “centro de reunión del lujo cosmopolita”, es la ciudad preferida por las familias de clase media-alta para pasar los meses de verano. Lugar elegido por la familia real para pasar sus vacaciones, son muchos los españoles que siguen a la Corte, con la esperanza de ascender socialmente o entrar a formar parte de un círculo muy cerrado. De hecho el mismo Don Ricardo comenta: San Sebastián, en mi concepto, es superior a Biarritz en perspectiva y en animación; y en cuanto a lujo y elegancia, la villa balnearia de los parisienses no supera a la de Guipúzcoa. La Reina, y la Corte, por supuesto, se encontraban veraneando en San Sebastián. Entre las muchas casetas diseminadas en la playa, había una con el estandarte real. A ella, después de las diez de la mañana, hora del baño, vi llegar a la regente acompañada del Rey niño y de las infantas83. Recorren en tren los pueblos de Pasajes, Rentería y Hernani donde tienen ocasión de hablar con la gente del lugar. Don Carlos Cristar, gobernador de Burgos, les espera en la ciudad del Cid. Angélica recorre el paseo del Espolón, visita la Catedral, observa cómo abre y cierra la boca el famoso Papamoscas, muestra recogimiento ante los cuerpos del Cid y Doña Jimena, recorre el claustro del monasterio de las Huelgas y contempla el daño ocasionado por el tiempo en la Casa de Miranda, a la que su padre define como un palacio destartalado. 81Cfr. nota 72, pág. 180. 82 PALMA, Angélica, Coloniaje Romántico. Novela de evocación histórica, Barcelona, Editorial Cervantes, 1925, pág. 46. 83 PALMA, Ricardo, Recuerdos de España. Notas de viaje. Esbozos. Neologismos y Americanismos. Buenos Aires, Imprenta, litografía y encuadernación de J. Peuser, 1897, págs. 83-85 44 Cuatro días más tarde, en la madrugada del día 15 de septiembre, un tren llegado de Burgos, dejaba en la estación de Atocha, en Madrid, a la familia Palma: Angélica y Ricardito vienen dormidos. ¡Por fin Madrid! Allí pasarán unos cuantos meses, pasearán por sus calles y serán recibidos por los muy ilustres amigos de Don Ricardo, que les harán llegar numerosas invitaciones. Angélica pisa la capital española en el último cuarto del siglo XIX (...), cuando el kantismo y el krausismo,a través de Salmerón y de Moreno Nieto, revolucionaban la ideología española84. Todo esto marca su forma de pensar lo que sin duda se reflejará en su producción tanto periodística como literaria. El krausismo, corriente filosófica creada a partir de la filosofía alemana de F. Krause y que fue introducido en España por Julián Sanz del Río, intentaba el perfeccionamiento del hombre a través de él mismo sin ayuda de instituciones como la religión o la familia. El krausismo puso especial énfasis en la Moral y la Pedagogía, removiendo lo que hasta ahora había sido la Filosofía española. Uno de los mayores logros de este pensamiento fue la Institución Libre de Enseñanza, fundadaal margen de cualquier principio religioso por Francisco Giner de los Ríos en 1876. Esta corriente filosófica representaba un paso hacia delante en esa renovación intelectual que estaban buscando y era un intento más de querer aproximar, en este caso España a Europa, que por otro lado era lo que se pretendía con los actos del IV Centenario. Mientras que en Europa imperaba el positivismo, en Castilla arraigaba el krausismo como ideología progresista. Es el periodo comprendido entre 1886, años posteriores a la guerra con Chile, y 1894 cuando el positivismo científico y el librepensamiento empiezan a tener manifestaciones concretas en Perú. A partir de 1890, se hizo una defensa desde diferentes sectores de un positivismo práctico: los intelectuales peruanos se encontraban intentando construir un Perú moderno, reconstruir la identidad perdida tras la derrota frente a Chile por lo que lejos de teorías lo que buscaban en la nueva forma de pensamiento, era la práctica, la experimentación que ofrecía. Por lo tanto, la adhesión a las ideas positivistas nace del rechazo profundo que manifiestan de la situación contemporánea. 84 MARIANELA (Seud. PALMA, Angélica), “De la capital castiza”, en Variedades, Lima, nº 733, Año XVIII, 18 de marzo de 1922, pág. 664. 45 Destaca el esfuerzo por parte de Carlos Lissón de escribir sobre la sociología del Perú; la tesis de Javier Prado expuesta en 1889 sobre el método positivo en el Derecho Penal y el discurso de este sobre el estado social del Perú; la publicación en 1891 de El calendariopositivista de Federico Villarreal; el comienzo de los estudios de antropología criminal; el clima anticlerical existente a raíz de la campaña contra los jesuitas. El rechazo existente entre la sociedad y más concretamente entre los intelectuales, de la situación contemporánea, ayudó al éxito de esta nueva forma de pensamiento importada de Europa. Es reseñable la función que cumplen las escritoras Mercedes Cabello de Carbonera, Margarita Práxedes Muñoz y Clorinda Matto de Turner quienes desde sus pequeños “espacios de poder” recién conquistados desarrollan campañas a favor del nuevo movimiento filosófico. El arma que empuñan: la palabra. Estas escritoras se apoyan en la valoración que realiza el positivismo de la educación como el principal factor para el cambio. El acceso a una educación, fuera del hogar y de las labores que se desempeñan dentro de él, les ha servido para escapar del destino al que estaban abocadas por el mero hecho de ser mujeres. Clorinda Matto de Turner y su novela indigenista, Aves sin nido donde enfrenta la modernidad de la nueva forma de pensamiento con lo tradicional a través del tema del indio y la mujer y la actitud que tanto los políticos como los religiosos tienen respecto a ellos. Mercedes Cabello de Carbonera y su ensayo La religión de la humanidad./ Carta al Señor D. Juan Enrique Lagarrigue publicado en 1893 oponiéndose a la idealización comtiana de la mujer y reivindicando el derecho de la mujer a recibir una educación más adecuada para así poder acceder al mundo laboral. Margarita Práxedes Muñoz y su novela La evolución de Paulina, novela sociológica, publicada en Chile también en 1893 donde además de verse reflejadas muchas de la teorías de Auguste Comte, llegan a vislumbrarse el darwinismo y la teoría evolucionista de Spencer. El positivismo aportó una mentalidad científica a la corriente krausista de lo que surgió el movimiento krausopositivista. Existía un interés por parte de los intelectuales en el desarrollo de la ciencia experimental que se verá reflejado tanto en el Arte, como en la Historia o la Literatura. 46 La Historia, que era el centro de los Actos que se iban a celebrar en honor a Colón, había que limpiarla, vaciarla de todas aquellas historias que por tradición oral habían pasado a tener valor histórico. Había que analizar el pasado para tener las claves de los problemas contemporáneos y para ello los mapas, los Congresos y Seminarios se planteaban como nuevos métodos de investigación que servían para el conocimiento de la misma. Se perfilaba como un conjunto de materias que abarcaba desde la economía hasta la sociología. Menéndez Pelayo, gran amigo de Don Ricardo será quien marque en España el inicio de la revisión del pasado cultural. En el Arte y la Literatura, tuvo su repercusión en el Naturalismo y el Realismo que venían a sustituir la estética romántica imperante a comienzos del siglo XIX. En palabras de Angélica: ..., en el último cuarto del siglo XIX, librábase reñida batalla entre idealistas y naturalistas; y era tan estricta la delimitación de los campos triviales, tan dogmática y autoritaria la clasificación en una y otra escuela y tan palpables los errores –consecuencia lógica de todo exclusivismo-...85 Diez años antes, en 1882, Emilia Pardo Bazán, que se convertirá durante este viaje en amiga de Angélica recibiéndola en su casa e invitándola a participar en las tertulias que tenían lugar en ella, publicaba una serie de artículos en el periódico La Época, donde exponía la estética de la escuela naturalista. Estos artículos fueron publicados un año más tarde con prólogo de Clarín, bajo el título de La cuestiónpalpitante. En la biografía de Doña Emilia se hace hincapié en cómo a su vuelta a España, ya casada, se encuentra con el movimiento krausista que la decepciona. Don Ricardo y su hija no vienen de vacío, traen bajo el brazo el encargo de buscar un buen prologuista para la obra Lucecitas, de su amiga Teresa González de Fanning. Ésta que firmaba con el seudónimo de María de la Luz quería publicar su obra en España, para lo cual recurre a Don Ricardo y a Angélica que iban a viajar a la Península y estarían en contacto con grandes intelectuales: ...El lunes fui a las 16:00 de la tarde a visitar a Da. Emilia Pardo Bazán. La entregué la carta de la Señora Fanning y los originales de Lucecitas. Me ofreció escribir el prólogo del 85 PALMA Angélica, “Don Benito Pérez Galdós”, en Mercurio Peruano: revista mensual de ciencias sociales y letras, Lima: [Mercurio Peruano] Año III, Vol. IV, nº 19, Enero 1920, pág 20. 47 libro; pero me suplicó que tuviese paciencia hasta el mes entrante, pues en el actual con motivo de los Congresos y del Centenario está muy recargada de labor literaria...86 ... Yo salí con Angélica a la imprenta para ajitar [sic] la encuadernación del libro de la Fanning.87 Dicha empresa tuvo como resultado que en 1893, saliera publicado por la Imprenta de Fernando Fe, el volumen prologado por Doña Emilia Pardo Bazán quien en dicho prólogo menciona (...)el crecido número de autoras de mérito queya enriquecen las letras americanas dando el nombre de escritoras que, en estos momentos, ocupan la páginas de la prensa española. Todas ellas muy conocidas en estos momentos pero es curioso, por la notoriedad que le da Doña Emilia al nombrarlas, la mención que hace de dos escritoras peruanas amigas de Angélica de las que, a día de hoy, casi no se sabe nada de ellas y muy pocos son los artículos que se han escrito sobre éstas: son Lastenia Larriva y Amalia Puga. ..., y nuestra prensa elogia, de tiempo en tiempo a Juana Manuela Gorriti, a Clorinda Matto de Turner, a Mercedes Cabello de Carbonera, a Lastenia Larriva de Llona, a la simpática poetisa Amalia Puga, y a otras damas americanas dedicadas a las letras con mayor o menor suerte, pero siempre con sinceridad, cultura y entusiasmo. La Condesa de Pardo Bazán deja muy claro en este prólogo, que la recomienda como escritora agradable, de lectura entretenida y sana, pero no por afinidades ideológicas que no existen. Pese a que respeta el trabajo realizado por Teresa González de Fanning, explica al lector que en sus textos existe cierta adaptación del espíritu femenino al molde en que lo han vaciado tantos siglos de sujeción social y material. Incluso la encuentra “atrasada” y “pacata” en cuanto a las ideas que intenta transmitir. No obstante recomienda la lectura de los textos ya que esa diferencia ideológica entre ellas añade más quilates al hecho de que yo recomiende a dicha señora88. Como testimonio del encargo llevado a cabo por Don Ricardo queda para el recuerdo y la memoria del investigador la dedicatoria que, en el volumen que se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid, dejó escrita el tradicionista: 86 Cfr. nota 66, págs. 84- 85. 87 Id., pág. 140. 88 PARDO BAZÁN, Emilia, “Prólogo”, en GONZÁLEZ DE FANNING, Teresa, Lucecitas, Madrid, Imprenta de Ricardo Fe, 1893, págs. V- IX. 48 Por encargo de la autora obsequio este libro a mi amigo y compañero Sánchez Moguel, rogándole se digne anunciar la publicación en la “Ilustración Española y Americana” en la Sección que habla de las obras recibidas. Ricardo Palma Madrid, febrero 23 1893 Si Doña Emilia se ocupa en este momento de dar a conocer, reivindicar y soportar las críticas que le supone el propagar y defender las teorías de Zola en España, Don Benito Pérez Galdós que había publicado La fontana de oro, daba a conocer en este año 1892, la adaptación al teatro de su novela Realidad, a cuya representación asistirán Don Ricardo y sus hijos durante su estancia en la capital. ...Afortunadamente mi hija Angélica (gran partidaria de usted desde que asistió el 93 al estreno de uno de sus dramas en Madrid)...89 Don Benito Pérez Galdós es un escritor admirado por Angélica de quien calca esa descripción minuciosa de tipos y costumbres. Lee sus textos con avidez de escritora novel e intenta reproducir su estilo, tanto es así que la visión que tiene Angélica de la ciudad de Madrid cuando llega, está condicionada por las imágenes galdosianas que, a través de numerosas lecturas, ha forjado en su retina: ...: las tiendas de la Plaza Mayor con sus comerciantes campechanos y dicharacheros, (...), las burguesas, ávidas de figurar, que escatiman realejos al gasto casero para comprar trapos; los despilfarros de la soberana y los desaciertos de sus consejos,(...); la lucha entre las grandezas caducas, fatalmente destinadas a desaparecer, y el porvenir misterioso, que no se sabe si encierra promesas o amenazas, todo este panorama heterogéneo, contemplado por la mirada atenta del frustrado estudiante de leyes, ...90 Angélica durante sus primeros años de escritora buscó una falsa identidad utilizando para ello dos seudónimos que no ocultan su admiración por Don Benito Pérez Galdós. Quizás, y como indica Mª del Carmen Simón Palmer ya fuera por evitar comparaciones con la obra de su padre o por defender su originalidad y su individualidad como escritora, lo cierto es que Angélica quiso volar sola y probarse como escritora, ocultando su tan conocido y aplaudido apellido tras los nombres de dos personajes de las novelas de don Benito. La figura del escritor, muy presente a lo largo de su vida, será el centro de diversos artículos que Angélica escribirá y dedicará a la memoria del autor canario. 89 Cfr. nota 67, pág. 387. 90 Cfr. nota 85, pág. 22. 49 El periódico El Heraldo de Madrid, en su edición del viernes 16 de septiembre y en la sección titulada “Viajeros” anuncia de esta forma la presencia del tradicionista y sus hijos en la capital: Viajeros Relación de los viajeros llegados ayer a los principales hoteles de esta corte. Universo.- D. Ricardo Palma e hijos. (...) Alojados en el Hotel Universo, situado en la calle Carmen número 13, que está en la Puerta del Sol, el sitio más central de Madrid, la familia Palma descansa en esas primeras horas en Madrid. Muchos son los amigos que se acercarán hasta el bonito departamento con vista al Paseo de la Castellana que ocupan, para saludarles. Están en el centro mismo de la capital de España, en un lugar privilegiado desde donde podrán observar todo el conjunto de festividades que se llevarán a cabo. Don Ricardo no sólo se ocupa de cumplir con sus compromisos académicos sino que también está pendiente de mantener ocupados a sus hijos que, por la edad, no pueden acompañarle en algunos de los actos a los que asiste. Decide que, aprovechando su estancia en España, tomen clases de música: Angélica de laúd y Ricardo de bandurria. Junto a él se dan cita cerca de trescientos representantes latinoamericanos, casi todos con cargos de diplomáticos o delegados91 entre los que se encuentran Rubén Darío, Juan Zorrilla de San Martín, Soledad Acosta de Samper, Manuel María de Peralta, Vicente Riva Palacio, Calixto Oyuela o Pedro Alejandrino del Solar. Este último, ministro plenipotenciario de Perú que asiste a la mayoría de los actos oficiales como jefe de la legación peruana. En muchos Congresos tales como los celebrados en la Real Academia de la Lengua, el Congreso de Americanistas, el Congreso Geográfico o el Congreso Literario, es Ricardo Palma quien ejerce de portavoz ya que goza de mayor prestigio y notoriedad en España por la labor bibliográfica que está llevando a cabo así como por la publicación de su obra cumbre: Las Tradiciones peruanas. Pedro del Solar, gran amigo de Don Ricardo, es en estos momentos ministro del Perú en Madrid. La Señora del Solar, Doña Rosario, y sus hijas por su familiaridad con la ciudad de Madrid, son las encargadas de hacer de cicerones para Angélica y Ricardo. De esta forma Angélica comparte algunas tardes paseando en coche de lujo por la Castellana, el Retiro o el 91 Cfr. nota 83, p. 159. 50 Paseo de Recoletos,...que son tres grandes alamedas o paseos que en Madrid constituyen lo que, en París, es el bosque de Boulogne; en una palabra, el paseo de las elegantes, con la diferencia de que, en Madrid, no se ve a las grandes cocottes en carruaje92. Juntas van de compras, al teatro o a la modista para que les confeccionen vestidos nuevos para los diferentes actos en sociedad a los que asisten. Las Solar, como las llama Don Ricardo, son las compañeras ideales con las que disfrutar de la novedad que se le ofrece y con las que compartir muchas tardes y noches de tertulia en el Hotel de Rusia donde estas se alojan93: Hoy dejaré a los niños en casa de Solar, y mañana en la casa de la Señora de Aramburu. Créeme que me duele tener que estar sin mis hijos algunas horas; pero no es posible que los lleve a donde no son invitados o no hay motivo que justifique su asistencia.94 Don Ricardo tiene en mente salir de Madrid con destino a Sevilla el día 3 de octubre, pasar unos días en Cádiz, la tacita de plata, y de allí a Huelva para asistir al Congreso de Americanistas que tendrá lugar del 7 al 11 de octubre en el Monasterio de la Rábida. Al término de éste, Don Ricardo y sus hijos visitarán Córdoba y Granada antes de regresar a la capital para poder asistir al Congreso Geográfico. Tienen nueve días para visitar dichas ciudades. En la mañana del 6 de octubre y después de veintidós horas de viaje en tren en compañía de Soledad Acosta de Samper y su hija Blanca –que se ha hecho amiga de Angélica-, llegan a la capital onubense. Soledad Acosta de Samper es una escritora colombiana que, además de estar convocada como representante de su país en dicho Congreso, asiste y tiene un papel relevante en el Congreso Pedagógico95 . Como casi todas las mujeres escritoras de este momento, perteneció a una clase social alta y disfrutó de una educación privilegiada ya que tanto con su familia como con su esposo, José María Samper, viajó y disfrutó de los círculos intelectuales más importantes no sólo en América sino también en Europa. Colaboró para el diario El Comercio de Lima con unas correspondencias donde firmó con el seudónimo de Bertilda, correspondencias que fueron muy celebradas por Mercedes 92 Cfr. nota 66, pág. 68. 93 Este se encontraba situado en la Carrera de San Jerónimo. 94 Cfr. nota 66, pág. 52. 95 Id., pág. 25. 51 Cabello de Carbonera. A partir de 1862 le es encomendada la dirección del periódico a su marido por lo que la familia Samper se traslada a Lima donde surge la amistad con el tradicionista. Don Ricardo y la Señora Acosta de Samper con sus respectivos hijos visitan las carabelas de Colón: La Pinta, La Niña y La Santa María. Del acto de inauguración del Congreso de Americanistas se destaca en la prensa nacional el que las señoras congresistas, entre las que sólo se encontraban una sud-americana (doña Soledad Acosta de Samper) estaban vestidas con severa elegancia; y los hijos de Adán todos de rigurosa elegancia. La Reina regente abre estos actos y ofrece a los invitados un té para el que se reparten cerca de mil cuatrocientas invitaciones. La vida social de Angélica en España comienza con el Baile de Mantilla que se prepara en el Hotel Colón donde se alojan. En dicho baile las señoras lucen dicha prenda y una flor en el peinado tal como reza la invitación. Angélica y Blanca llevan su mantilla, lo mismo como si fueran andaluzas, y bailan hasta las tres de la mañana. Angélica recibe invitación para los bailes y fiestas del Círculo Mercantil y del Club de Comercio a los que asiste con su padre con Soledad Acosta y con Blanca. Don Ricardo está cansado de tanto trote y se retira a horas prudentes a descansar dejando a una joven y despierta Angélica al cuidado de la colombiana y su hija. Con ellas y con la señora de Zaragoza irán ella y su hermano a ver cómo desembarca la Reina y el desfile de las escuadras. Será lo más cerca que la vea pues al té con el que la monarca agasaja a los americanistas allí congregados, no puede asistir por no tener traje escotado, que es el de ceremonia. Por tal motivo y por solidaridad y comprensión, su amiguita Blanca Samper se quedará con ella en el hotel, haciendo compañía a Ricardito. Don Ricardo enumera la participación de numerosas damas en el congreso: Además de la señora de Samper, ocupaban asiento entre las congresistas Zelia Nuthal, norteamericana, que dio lectura a un original trabajo sobre el calendario azteca, la condesa rusa Paulina Ouvaroff, directora de la sociedad arqueológica de Moscow, y su hermana la condesa Catalina; las señoras Kunne y Seler, delegadas de las Sociedades etnográfica y geográfica de Berlín; Luisa Goldman, la simpática e ilustrada esposa de Fastenrath; Victoria Drapeyron, redactora de una Revista geográfica de Francia; la señorita María Lecog, distinguida institutriz francesa; las señoras de Cordier y de Cetres, escritoras francesas, la 52 señora Gullick, inglesa: la señora Fanny Hale Gardiner y seis u ocho señoras más en su mayoría españolas.96 Es importante la enumeración que hace incluyendo los cargos que ocupan o que representan dichas damas, mujeres que vienen a España como representantes de sus respectivos países y de las sociedades culturales de los mismos. Desde Norteamérica hasta Rusia, pasando por Berlín, Francia e Inglaterra, las mujeres se mueven intelectualmente y se reúnen aprovechando Congresos o fiestas tales como las colombinas que se están celebrando ahora en España, para confrontar sus trabajos, intercambiar ideas y movilizarse por una causa común: defender el papel activo de la mujer en la sociedad. Terminado su cometido en Huelva, no dudan en irse a Sevilla, la Bética Florida, cuya calle Sierpe recuerda a Angélica, las calles de Espaderos y Mercaderes, el centro más animado del comercio y el pecadero obligado para el bolsillo, que no resiste a la tentación que ofrecen las telas a la moda y los objetos de fantasía97. La Catedral, la Giralda, el Alcázar, la Fábrica de Tabacos, la Casa de Pilatos, la Torre del Oro o la Alameda o Paseo de las Delicias son algunos de los lugares por donde pasea. Don Ricardo aprovecha su paso por la Casa de Contratación donde se encuentra el Archivo de Indias, filón espléndido de los eruditos, y que tanto le recuerda a su querida Biblioteca, para hojear un catálogo y ver algunos autógrafos. Angélica tipificará la ciudad de Sevilla para el público peruano, ya como periodista consagrada con sección fija en la revista Variedades, en los siguientes términos: Sevilla es un veneno inagotable con sus rejas floridas para pelar la pava y el bordoneo de las guitarras y el alboroto de los palillos y el baile flamenco y el canto jondo y las peinetas y las mantillas y la manzanilla y los abanicos, y la religiosidad galante y familiar que proclama a una mujer más bonita que la Virgen de la Macarena y llama el Cachorro de Triana al Cristo más venerado de la ciudad. El paso por Granada lo hace a la luz de los textos de Washington Irving y Zorrilla. Bajo la mirada del norteamericano en sus Cuentos de la Alhambra y la del poeta español en su Granada: poema oriental precedido de la leyenda de Al Hamar recorren el barrio del Albaicín, los Jardines del Generalife o el Paseo de los Tristes. 96 Cfr. nota 83, pág.100 97 Id., pág. 103 53 Las lecturas son importantes en la vida de Angélica, condicionan su manera de mirar el mundo y marcarán su forma de escribir. Es por ello por lo que no es extraño comprobar el bagaje literario que tiene a sus quince años, influido por sus padres y personificado en la persona de Don Ricardo que en todo momento le ha facilitado y recomendado lecturas que iluminan su conocimiento. Su madre, sin embargo, ha sido quien la ha inclinado más hacia la poesía. Wilfredo de la Puente, conde de Portillo que fue oficial en la marina de guerra del Perú en la época en que Don Ricardo era comisario en la escuadra, les espera en Córdoba para mostrarles la ciudad: la Mezquita, la Catedral católica, el Paseo del Gran Capitán... nada es comparable a lo que sienten al llegar a la Capilla de “Las Ánimas”, fundada por su antepasado el Inca Garcilaso de la Vega en la primera década del siglo XVII. Angélica hablará de la “paz romántica de Córdoba”98, de “la ciudad que en la Casa de Contratación y en el Archivo de Indias compendió la historia de la América colonial...”99, y de la “... Andalucía de atavismo moro”100 en general, lugares a los que regresará con sus hermanas en los dos viajes que realice a la Península en los años posteriores. Sobre los paisajes y sobre sus gentes y costumbres, trazando siempre un paralelismo con las costumbres, las ciudades y la cultura de Perú, escribirá artículos en los principales diarios españoles y en algunos peruanos. Y de esta forma, por ejemplo, recordará la presencia del escritor peruano, el Inca Garcilaso de la Vega, en la ciudad de Córdoba donde descansan sus restos: ...perpetuando el nombre del escritor egregio en algunas de las ciudades andaluzas donde él residió: en Montilla, en Granada, en Sevilla, a la que apellidó “encantadora de los que la conocen”, o, de preferencia, en Córdoba, donde el inca Garcilaso pasó los últimos veintisiete años de su vida y en cuya catedral compró enterramiento. Allí reposa, y se ven en la parte superior de la verja de entrada de la capilla de las Animas, como perenne símbolo de fraternidad, a la par los blasones de los Vargas, los Suárez de Figueroa, los Saavedra y los Hurtado de Mendoza, ascendientes españoles del primer literato peruano, y el “llantu” y el arco iris, las sierpes de azur, el sol y la luna del Imperio de los Incas101. 98PALMA, Angélica, “Una ciudad muerta”, en El Sol, Madrid, 16 de septiembre de 1926. 99.________, “Viajeros de ambos mundos”, en El Sol, Madrid, 4 de mayo de 1927. 100.________, “El trabajo de la mujer en España”, en El Sol, Madrid, 9 de diciembre de 1926. 101.________, “Mañana se conmemorará en el Perú la fundación de la ciudad española del Cuzco”, en Luz, Madrid, 23 de Marzo de 1934. 54 El Congreso Geográfico Hispano- Portugués- Americanose inaugura el 18 de octubre a las dos de la tarde donde le dan una de las presidencias de honor a Don Ricardo. En este Congreso, José de Canalejas señala tres problemas a resolver: los tratados de comercio, de propiedad intelectual y de extradición; y una necesidad: la de acreditar la voluntad de acercamiento moral y material con América mediante la justa administración de Cuba y Puerto Rico, unión entre españoles e hispanoamericanos 102 . No olvidemos que con la celebración del IV Centenario se pretendía rescatar y contraponer desde España y Portugal, los lazos que, por las guerras de independencia y la entrada de nuevas potencias extranjeras en los asuntos de América, se habían roto. El idioma es uno de los lazos que unen a los dos continentes: A pesar de ser el Perú uno de los países donde con mayor intensidad subsiste la influencia española, manifiesta en típicos rasgos psicológicos, en el aspecto de las ciudades, en el casticismo del lenguaje, en la perduración de heredadas costumbres que aún se conservan...103 La intrusión de términos y expresiones de origen anglosajón, produce una defensa del español por parte de muchos partidarios del hispanoamericanismo. Ricardo Palma defiende ante la Academia y en la 6ª Sesión del Congreso Literario Hispanoamericano, celebrada el 5 de noviembre en el Salón de Actos de la Academia de Jurisprudencia, la aceptación en nuestro léxico de voces caídas en desuso, que quizás nosotros, los americanos, las conservamos con más cariño que los peninsulares... No duda en pedir que en España haya más espíritu de tolerancia para las innovaciones que los americanos propagamos en el lenguaje 104 . Tiene muchas esperanzas puestas en las resoluciones que se lleven a cabo así como en la resonancia que estas puedan tener en América. Palma defiende la intrusión y aceptación de algunos términos tales como dictaminar, acaparar, agredir, hospitalizar o irrigar, que entiende deben entrar a formar parte del conjunto de palabras que conforman el Diccionario de la Lengua Española105. 102ACTAS del Congreso de Geografía 1892- 1893, t. I, pp. 40- 43. 103 PALMA, Angélica, “Desde el Perú”, El Sol, Madrid, 16 de mayo de 1929. 104 De esta forma lo expresaba en la Sexta Sesión del Congreso celebrada el día 5 de noviembre de 1892. ASOCIACIÓN DE ESCRITORES Y ARTISTAS ESPAÑOLES, IV Centenario del Descubrimiento de América. Congreso literario hispanoamericano. Madrid. 1892, Madrid: Instituto Cervantes, 1992. Reproducción facsimilar de ACTAS del Congreso Literario Hispanoamericano, Madrid, Establecimiento tipográfico de Ricardo Fe, 1893, págs. 131- 133. 105 Ricardo Palma publicó un libro titulado Neologismos y americanismos en el que recogió algunas voces del lenguaje americano que no se encontraban en el diccionario de la Academia. 55 Pese a la oposición que encuentra, le decepciona comprobar cómo su gran amigo y Secretario de la Academia, Don Manuel Tamayo y Baus, “creía honradamente que el ser cuna del idioma y la gloria del siglo de oro daban a España omnímodo derecho para rechazar los vocablos expresivos de modalidades del Nuevo Continente y para imponer los peninsulares.” 106 . Angélica relata cómo fueron otros amigos, Castelar, Campoamor, Cánovas, Valera, Castro Serrano, Balaguer, Fabién y Núñez de Arce, los que apoyaron la iniciativa de su padre y la propuesta de incorporación de las nuevas palabras en el Diccionario. Aunque, en un principio fue denegada, tuvieron que pasar algunos años hasta que en las correspondientes ediciones de 1914 y 1925, fueron admitidas finalmente e incorporadas. Durante estos días, la prensa española se ocupa de contar y describir cuál es el ambiente que se vive, cómo transcurren los Congresos que se celebran, quiénes son los representantes que se dan cita o cómo está viviendo el pueblo de Madrid tales acontecimientos. Sirva como ejemplo el artículo que Doña Emilia Pardo Bazán, en la revista que ella misma dirige, Nuevo Teatro Crítico, firma con el título Crónica del Movimiento intelectual en el Centenario del Descubrimiento. En él traza un panorama general de los actos y define el movimiento intelectual del Centenario..., más que intenso, extenso, complejo y multiforme, y hasta mezclado con elementos extraños. Declara abiertamente que... los Congresos importantes son cuatro: el Pedagógico, el Jurídico, el Literario y el Geográfico; los singulares y curiosos, sazonados con su correspondiente granito de sal cómica, dos: el de Librepensadores y el de Espiritistas. Sin embargo Doña Emilia se lamenta de la ausencia del pueblo en unas fiestas que...lo que no son es fiestas. (...) Porque los Congresos, conferencias y veladas serán muy buenos... pero dice,... Este jubileo es melancólico, porque es un jubileo de escogidos, de aristocracia intelectual107. El Congreso Pedagógico Hispano- Portugués- Americano fue promovido por Rafael María de Labra (1840- 1918), gran americanista y educador que, con la celebración de este Congreso buscó una promoción tanto educativa como hispanoamericanista. Fue uno de los fundadores de la Institución Libre de Enseñanza (1876), sería presidente de la Unión Iberoamericana y defendería desde su tribuna lo necesario que es a los españoles “estrechar 106 Cfr. nota 15, p.90. 107 PARDO BAZÁN, Emilia, “Crónica del movimiento intelectual en el Centenario del Descubrimiento”, en Nuevo Teatro Crítico, Madrid, Imprenta de la Administración, Año II, Octubre de 1892, nº 22, págs.83- 111. 56 los lazos económicos, políticos y culturales entre España y las naciones americanas de lengua española”108. Y no es de extrañar la importancia que Doña Emilia da al Congreso Pedagógico ya que precedido por el que se había celebrado en 1882109, se incorpora una Sección dedicada a tratar los aspectos referentes a la enseñanza de la mujer. En él participan Concepción Arenal (La educación de la mujer), Soledad Acosta de Samper (Aptitud de la mujer para ejercer todas las profesiones), Carmen Rojo (Sistema de educación femenina) y Doña Emilia (La educación del hombre y la mujer), entre otras. En síntesis, todas vienen a decir lo mismo: es necesario que la mujer reciba el mismo tipo de educación que el hombre puesto que, entre otros motivos, es de ella de quien depende la educación de los hijos: Lo primero que necesita la mujer es afirmar su personalidad, independiente de su estado, y persuadirse de que, soltera, casada o viuda tiene deberes que cumplir, derechos que reclamar (...) Concepción Arenal ...aspiro a que reconozcáis que la mujer tiene destino propio y que su felicidad y dignidad personal tienen que ser el fin esencial de su cultura y que, por consecuencia, esté investida del mismo derecho a la educación del hombre. Emilia Pardo Bazán Creo que lo justo, lo equitativo será abrir las puertas a los entendimientos femeninos para que puedan escoger la vía que mejor convenga a cada cual. Ellas podrán entonces elegir entre dos caminos igualmente honorables sin duda, pero muy diferentes. Unas continuarán bajo la dependencia casi absoluta del varón (...) Otras penetrarán a los recintos científicos que hasta el día sólo frecuentaban los hombres,... Soledad Acosta de Samper 108 UNAMUNO, Miguel de, “De relaciones hispanoamericanas”, en Obras Completas. Letras de América y otras lecturas. Prólogo, edición y notas de Manuel García Blanco, Madrid, Afrodisio Aguado Editores, 1958, pág. 506. 109 El Congreso Nacional Pedagógico de 1882 fue celebrado en la Universidad Central. A partir de este año en cualquier Congreso de Pedagogía o Magisterio que se celebrase tanto en España como en el resto de Europa, se hacía hincapié en aspectos referidos a la enseñanza de la mujer. Véanse como ejemplo: el Congreso de Maestros de Valencia de 1886, el Congreso Pedagógico de Pontevedra de 1887; el Congreso Nacional Pedagógico de 1888 o la Asamblea Nacional de Maestros de 1891 reunida por Saturnino Calleja, editor de textos escolares. Todos ellos preludian de alguna forma, el Congreso de 1892. 57 Y es que el krausismo había expuesto de forma abierta que la educación de la mujer era la base sobre la que debía sustentarse cualquier intento de renovación civil del país. A partir de la segunda mitad del siglo XIX se produce un mayor desarrollo y una mayor preocupación en lo que a la educación de la mujer se refiere. Tal es así que escritores e intelectuales incorporan en sus novelas y artículos personajes o alegatos que defienden una u otra postura. Y no sólo son mujeres las que escriben sobre esto, es curioso observar cómo coincidiendo con el Congreso Pedagógico de 1882, Benito Pérez Galdós había publicado El amigo Manso, cuya protagonista intenta salir del medio en el que vive mediante el estudio. Y de forma paralela a la celebración de este Congreso de 1892, sale Tristana donde destaca la conversación que mantienen Tristana y Saturna, la criada, sobre la libertad de las mujeres: ..., libertad, aunque esta palabra no suena muy bien en boca de mujeres. ¿Sabe la señorita cómo llaman a las que sacan el pie del plato? Pues las llaman, por buen nombre libres. Por consiguiente, si ha de haber un poco de reputación, es preciso que haya dos pocos de esclavitud. Si tuviéramos oficios y carreras las mujeres como los tienen esos bergantes de hombres, anda con Dios… La joven Tristana le replica lamentándose de que no se les dé una profesión por el mero hecho de ser mujeres: ... ya sé, ya sé que es difícil eso de ser libre y honrada. ¿Y de qué vive una mujer no poseyendo rentas? Si nos hicieran médicas, abogadas, siquiera boticarias o escribanas, ya que no ministras y senadoras, vamos, podríamos... Pero cosiendo, cosiendo... Calcula las puntadas que hay que dar para mantener una casa...110 Una de las lecturas que influye en las mujeres en estos años es La esclavitud femenina de Stuart Mill, filósofo de influencia positivista. Esta obra aparece publicada en este mismo año, prologada por Emilia Pardo Bazán y en la editorial que ella misma dirige: la Biblioteca de la Mujer. El autor defiende en este texto el placer que supone “el matrimonio de dos personas instruidas, que profesan las mismas opiniones, tienen los mismos puntos de vista, y son iguales con la superior igualdad que da la semejanza de facultades y aptitudes, y desigualdades únicamente por el grado de desarrollo de estas facultades”. Doña Emilia 110 PÉREZ GALDÓS, Benito, Tristana, 5ª ed, Madrid, Alianza Editorial, 1982, págs. 29 y 30. (Literatura; 600). 58 rescata en su prólogo estas líneas como reflejo de lo que ella llama la “nueva conquista” que se ha producido por la mujer en los últimos años. La lectura de Mill, también influyó a otra amiga de Angélica y de D. Ricardo: Concepción Gimeno de Flaquer que publica un texto sobre la necesidad que tiene la mujer de ser instruída. Ya que su destino es el matrimonio, el hombre querrá tener a su lado a alguien que por lo menos, le iguale porque como ella misma les dice “casarse con una mujer ignorante y estúpida es denotar que no tenéis más que sentidos, es descender”. La mujer necesita la instrucción si vosotros sois instruidos; porque destinada al matrimonio, es indispensable en él la asociación de las ideas, el equilibrio de las almas y la comunidad del pensamiento. Para que exista esta comunidad de pensamiento, tiene que aprender la mujer a pensar.111 No es de extrañar que este texto llegue a manos de Angélica que va conformando y madurando su opinión sobre este y otros temas para plasmarlo más tarde en el papel: Nelly, la protagonista femenina de Vencida, novela que Angélica publicará en España en 1917, tiene en su habitación un ejemplar de La esclavitud femenina y de las Memorias de Mill. Algunas de esas obras eran, por su procedencia, doblemente queridas a la niña. Así, el Teatro de Shakespeare, la Esclavitud femenina, las Memorias de Stuart Mill y las Poesías de Longfellow habían pertenecido a su madre. (Vencida, pág. 110) Nelly luchará a lo largo de toda la novela porque le sea reconocida su capacidad para trabajar fuera del hogar, para vivir de forma independiente sin necesitar un buen matrimonio para subsistir: Porque la terrible prosa de la existencia no pudiera llevarme, en circunstancias análogas, a claudicar de esas íntimas convicciones, estudié y trabajé, no por pretensiones de supermujer ni de apóstol del feminismo, sino porque lealmente no encontraba en mí las condiciones de humildad y adaptación necesarias para depender de otro sólo por la ley de la necesidad... (Vencida, pág. 202) 111 GIMENO DE FLAQUER, Concepción, “La mujer estudiosa”, en El Álbum Ibero Americano, Madrid, Establecimiento tipográfico de Alfredo Alonso, 22 de agosto de 1892, p. 80. 59 No es un feminismo militante y extremista sino un feminismo de protesta ante la desigualdad existente para la mujer en muchas áreas. Comentarios como los expuestos por Teresa González de Fanning en el ensayo que titula Las literatas donde expone que, “si acaso no conviene que la literatura sea para la mujer una ocupación, puede y debe ser, a lo menor, una distracción útil y provechosa”112 no fueron bien recibidos por muchas mujeres que aspiraban a vivir de ello. Fernán Caballero, Concepción Arenal, Gertrudis Gómez de Avellaneda, Carolina Coronado, Rosalía de Castro, Julia de Asensi, Blanca de los Ríos, o la propia Emilia Pardo Bazán son mujeres, escritoras, “literatas”, respetadas en mayor o menor medida por sus trabajos y que hicieron y hacen de la literatura, su ocupación. De todas ellas, Cecilia Bôhl de Faber, la mujer que con nombre de hombre ha quedado inmortalizada en las historias de la literatura, es la que logra llamar la atención de forma especial en Angélica y sobre la que, años más tarde, escribe una biografía novelada: Fernán Caballero. La novelista novelable. Muchas de las escritoras mencionadas frecuentan desde niñas las tertulias literarias, reciben los aplausos de escritores reconocidos como Menéndez Pelayo o Juan Valera; fundan asociaciones en pro de las mujeres como la central de Señoras de la Caridad y reciben la colaboración y el apoyo de mujeres de la aristocracia española como la Marquesa de Argüelles, la Condesa de Casa Valencia, la Duquesa de Medinaceli o la Duquesa de Escalona. Angélica entra en contacto con todas ellas en este su primer viaje: Emilia Pardo Bazán, Concepción Gimeno de Flaquer, Julia de Asensi, Blanca de los Ríos o Sofía Casanova conforman el grupo de mujeres que en estos momentos están aportando su granito de arena y abriendo un camino para la igualdad y reconocimiento de otro tipo de mujer: la mujer intelectual. Son mujeres con iniciativa que, además de buenas esposas y madres, dirigen, fundan y crean revistas dirigidas a un público femenino. Algo que no le es extraño ni desconocido a Angélica ya que en el Perú Juana Manuela Gorriti, Clorinda Matto de Turner, Lastenia Larriva de Llona, Teresa González de Fanning, Mercedes Cabello de Carbonera, Carolina Freire de Jaimes, Manuela Villarán, Julia de la Fuente, Juana Rosa Amézaga o la Baronesa de Wilson habían iniciado años atrás su incursión en el mundo del periodismo. 112 GONZÁLEZ DE FANNING, Teresa, Lucecitas, Madrid, Imprenta de Ricardo Fe, 1893, págs. 243- 244. 60 En la década del 70 y tras desatarse una preocupación por la familia y la educación de la mujer, al igual que pasara en España, todas ellas entienden que existe una posibilidad real de tener un espacio en el plano tanto literario como periodístico. En este último, es el semanario La Bella limeña el que desató el boom de un tipo de prensa mal llamada femenina. De breve existencia pues duró apenas tres meses, ofreció la posibilidad de congregar a un número importante de escritoras que compartían un espacio en la vida cultural del país junto a escritores como Ricardo Palma, Carlos Augusto Salaverry, Luis Benjamín Cisneros, Manuel González Prada... En España pasa algo parecido, son muchas las mujeres que se lanzan a editar revistas que en su mayoría, tienen un único objetivo: la mujer. Concepción Arenal dirige La Voz de la Caridad, Esperanza de Belmar, El sacerdocio de la mujer y la que fundara el primer Liceo Femenino de la Villa y Corte, Faustina Sáez de Melgar dirige La Violeta. Todas ellas pertenecientes a una aristocracia intelectual pues en su mayoría son de buena familia, gozan de cierta posición social, han recibido una buena educación y les ha sido facilitado el acceso al conocimiento. Muchas de ellas, si no todas, han contraído matrimonio pero sus maridos, en muchos casos, conocidos y respetados intelectuales optan por animar y respetar a sus esposas en todo aquello que emprenden y en lo que participan o por callar y no dar opinión alguna. Angélica es una privilegiada y en muchos aspectos, su vida lleva el mismo camino que alguna de las escritoras nombradas. Llega a la capital española con la mejor carta de presentación que alguien con dieciséis años pudiera tener: es hija de Ricardo Palma, reconocido escritor, director de la Biblioteca Nacional de su país, diplomático y miembro de numerosas instituciones tales como la Academia de la Lengua o la de la Historia, respetado a uno y otro lado del océano, goza de la amistad, del aplauso y del reconocimiento no sólo a su obra sino a su persona por parte de muchas personalidades. Con semejantes referencias le son abiertos lugares donde lo más granado de la sociedad madrileña y española se da cita. Desde políticos a literatos, diplomáticos, artistas dedicados al teatro, hablan, conversan, comparten o discuten. Desde la política a la literatura las tertulias o veladas donde se reúnen enmarcan en pequeños cuadros una realidad hasta hace poco, sólo masculina. Muy conocidas, reconocidas y estudiadas son las tertulias masculinas: las que organizan Valera, Campoamor, el Conde de Casa Valencia, el Duque de Osma incluso las 61 que años más tarde se organicen en el Café Gijón o en el Pombo. Pero junto a estas destacan otras que al mismo tiempo se celebraban en lugares paralelos con idéntica intención: son las veladas femeninas. Si bien son importantes por la asistencia de mujeres que literaria y socialmente tienen peso en la sociedad, también lo son porque ponen al descubierto una realidad encubierta o tapada durante muchos años. La existencia de reuniones en las que hombres y mujeres interactúan, siendo respetadas por igual las opiniones de unos y de otros. Asisten hombres notables como el Conde de las Navas, Menéndez Pelayo o el mismo Cánovas. A Angélica esto no le sorprende ya que su casa de Miraflores es el escenario de tertulias donde su madre Cristina Román participa activamente junto a su marido: De los vestidos de lama, plata y oro; mándale un corte no de seis (como dice la factura) sino de diez varas a Isora. Tú hazte dos batas o tres de lama, para recibir en casa, y un traje sencillo para tertulia también de lama.113 Durante su estancia en Madrid, Angélica de la mano de su padre tendrá ocasión de participar en diversas tertulias que vienen a ser el ejemplo de esta cultura soterrada. Reuniones que se dan en palacios y casas señoriales de un Madrid que sale a la calle a ver cómo llegan los carruajes, cómo bajan las señoras con sus trajes o las condecoraciones que llevan en la solapa los caballeros. Alimentan el chisme y el comentario. De estos saraos, bailes y reuniones se habla durante días: terminan a altas horas de la mañana, suelen asistir siempre los mismos y la política y la música, la literatura y el arte se entremezclan en las conversaciones de salones y palacios. Y es que el Madrid que Angélica conoce y del que disfruta y participa en esta su primera estancia, es el Madrid de las tertulias, de las reuniones, de los bailes de salón. La tertulia que goza de mayor prestigio y notoriedad y una de las últimas tertulias del siglo es la de Doña Emilia Pardo Bazán, que recibe los lunes en su casa de la Calle Ancha de San Bernardo, de cinco a siete de la tarde en compañía de sus hijos: Jaime, Blanca y Carmen. Se trata de un viejo caserón, con habitaciones espaciosas y bien amuebladas: Pasado el luto del padre, encauzado el Nuevo Teatro Crítico, Emilia retorna a la vida social e instaura su salón, convirtiendo la primitiva tertulia literaria de años antes en brillante salón.114 113 Cfr. nota 66, pág. 40. 114 BRAVO VILLASANTE, Carmen, Vida y obra de Emilia Pardo Bazán, Madrid, Magisterio Español, 1973, pág. 193. 62 Doña Emilia cuenta con 41 años, es una reconocida escritora, polémica por sus comentarios y críticas que gusta de recibir a sus amigos en casa: además de invitada excepcional en muchas casas aristocráticas y de su tertulia, disfruta organizando festivales artísticos, almuerzos y saraos para los que hace llegar contadas invitaciones pues elige con lupa la asistencia de sus invitados. Sus veladas o reuniones despiertan el recelo de aquellos que no están invitados y que dudan de la utilidad de dicha costumbre. Algunos como Clarín la menosprecian públicamente: Una dama ilustre por sus talentos y sus obras pretende reanudar las tradiciones, no muy brillantes en España, de los salones literarios. Con motivo de las festividades que están teniendo lugar, Doña Emilia hace llegar una invitación a los numerosos intelectuales americanos que asisten a los actos para que participen en su tertulia: Rubén Darío y Don Ricardo son algunos de los que pisan su salón. (...) A poco de mi llegada a Madrid me envió Doña Emilia una tarjeta, invitándome a concurrir a su tertulia; y bien se adivinará que no dejé pasar el primer lunes sin ir a presentarle mis respetos. Desde el primer momento me trató con la llaneza de antiguo conocido,... E inmediatamente queda comprometido en presentarle a su hija ya que Blanca, la hija mayor de Doña Emilia, ha oído hablar de ella: Quedé comprometido también en presentarle el lunes a Angélica. (...) La Pardo Bazán tiene dos hijas, la mayor Blanca (...) me dijo que ya tenía noticias de Angélica, que quiere ser su amiga y que no deje de llevarla el lunes. Don Ricardo se siente orgulloso de tal invitación y no duda en mandarle hacer a Angélica otro traje y otra capa para la visita del lunes. Doña Emilia tiene tres hijos: Blanca, un año más pequeña que Angélica, Carmen, dos años menor y Jaime el mayor de todos. Junto a ellos, Ricardo y Angélica disfrutarán no sólo de las tertulias de los lunes sino también de alguna que otra noche en el Teatro Lara. La anfitriona agasaja a sus invitados con bebida, pastas y dulces y, según cuentan las crónicas, con caldo gallego, servido todo ello por sus hijos. Angélica conoce allí a la Duquesa de Osuna, a Blanca de los Ríos, a Julia de Asensi, a Menéndez Pelayo, a Cánovas, a Castro Serrano, a Luis Vidart, a Rubió y Lluch, a Melchor Palau entre otros académicos que asisten 63 al salón de la Bazán. Son ellos los que en este momento publican, hacen crítica, representan en los mejores teatros de la ciudad, escriben crónicas o toman decisiones políticas. En estos salones surgirá la amistad que unirá de por vida a Angélica con Blanca de los Ríos, con la que mantendrá no sólo un contacto epistolar sino también laboral años más tarde. Doña Emilia cuenta cómo fue su llegada a la capital ya casada, tenía los mismos años que Angélica tiene ahora, y las distracciones que se le ofrecieron no son muy diferentes de las que se le ofrecen a la peruanita: Todas las mañanas, visitas o picadero, a aprender equitación; todas las tardes, en carruaje, a la Castellana; todas las noches, a teatros o saraos; en primavera, conciertos Monasterio, y a la salida del Concierto, a ver matar al Tato; en verano, Retiro, por la noche; a caballo algunas veces a la Casa de Campo o a la Ronda, y, de higos a brevas, una gira a El Escorial o a Aranjuez. Pasatiempos muy gratos en verdad… Angélica y Ricardo disfrutan de sus clases de laúd y bandurria, de los bailes y tertulias a los que asisten con su padre o con los amigos de éste, acuden al teatro, a los toros a ver torear a Lagartijo, a Pastrana, casado este último con una limeña o pasean por la ciudad. Pasarán sus horas escuchando y familiarizándose con la zarzuela (La espada de honor, ¡A los toros!), la ópera (Los Hugonotes) o los dramas de Echegaray (Lo sublime en lo vulgar) en los teatros Apolo, Príncipe Alfonso, Eslava, Español, Lara, del Teatro Martín, del Real, de la Alhambra o del Circo Parish. Aunque la niña tiene ganas de tener una victoria, Angélica se tiene que conformar en pasear durante los meses de noviembre, diciembre y enero en landeau. Junto a sus nuevas amistades paseará, en el lugar que llaman la rosita, por la Castellana, el Retiro, el Paseo de Recoletos o por la calle de Alcalá, que... (...) es el Girón de la Unión en mi tierra, de cinco a seis de la tarde. Ese populacho, con el alma devota hasta el fanatismo y ahíta de supersticiones, pero con la blasfemia en la boca, es el populacho de Lima115, donde toma su ponche en Doña Mariquita, (...) nombre de un cafecito de gran lujo (...). Y de las reuniones en casa de Doña Emilia surge la invitación para asistir a la casa de una desconocida Gloria Kéller, que reúne los miércoles de cuatro y media a siete de la tarde. 115 Cfr. nota 15, pág. 111. 64 Los testimonios de sus contemporáneos y los artículos vertidos en prensa aportan pocos datos de la vida de esta ilustre señora que destaca modestamente como intérprete del arpa, da conciertos en el Centro de Defensa Social de Madrid e incluso forma parte de la Filarmónica de Zaragoza. Más que un lugar de tertulia, la casa de Gloria Kéller es escenario de bailes de salón y conciertos musicales. La Señora Kéller tiene dos hijas Gloria y Stella con las que Angélica se familiariza. Juntas preparan con entusiasmo y dedicación la función que van a representar el día 14 de diciembre, cumpleaños de Gloria: bailarán un minué para lo que tienen que ensayar algunas tardes y mandarse hacer en la modista un traje a lo Pompadour, que es el vestido que llevarán todas las del minué. España mira a Francia, y la clase social alta española quiere imitar los usos y costumbres de los salones parisinos. Don Ricardo le cuenta a su mujer que el corte de tela rosada con plata, lo habían comprado en París y que por falta de tiempo no se lo había mandado hacer, así que el cumpleaños de Gloria es una buena ocasión para utilizarlo. Angélica pasa junto con su hermano, muchas tardes y alguna que otra noche ensayando y le hace malgastar a su padre un dineral en sus lujos para el bailecito. Así le describe a su mujer el ajetreo vivido en la habitación del Hotel, el día del baile que sin duda supone un gran acontecimiento social en la vida de su hija: Miércoles 14 A las nueve vino Rosalía (...) para llevar a Angélica a comprar las menudencias que esta necesita para el baile de hoy, en seguida a modista, el zapatero, y cuentecitas por aquí y por allá, lo cierto es que la muchacha me ha hecho gastar hoy mucha plata. (...) Desde las ocho de la noche empezaron los afanes para el baile. La peinadora, la modista y una ayudante arreglaron a tu hija en un par de horas. La mucha quedó muy bien con su traje Pompadour. La falda era de seda verde Nilo, y el monillo y los paniers de la tela de que te acompaño. (...) Hubo dos cuadrillas: seis niñas de Pompadour y otras seis con traje de medio paso. Los galanes, que eran doce, de frac y pantalón de seda, corto y ajustado. Habría más de doscientas personas en la tertulia. Tu hija era una de las mejor arregladas.(...) Un baile de semejantes características, no podía por menos, que ser el centro de las conversaciones de los días sucesivos y ser susceptible de ocupar algún que otro renglón en la prensa madrileña: 65 Una brillante reunión se ha verificado en los salones de los Sres. De Kéller con motivo del cumpleaños de su bella hija Gloria, de esta notable joven que arranca al arpa preciosas notas, siendo el encanto de la sociedad madrileña. Se bailaron cuatro minuets por elegantes parejas que lucían trajes Pompadour unas y otras del Imperio; los varones frac negro y calzón corto de raso. Deslumbrador era el efecto que producía tanta mujer encantadora ataviada con lujosos trajes. Difícil es recordar el nombre de tantas damas y señoritas que engalanaban la morada de los distinguidos Sres. De Kéller. Veíanse bellezas de primer orden y toilettes elegantísimas, destacándose las preciosas Gloria y Estrella Kéller, cuya hermosa mirada nos recuerda a los ángeles de Fray Angélico. La fiesta se prolongó hasta la madrugada, saliendo los concurrentes encantados de la amabilidad de los señores de la casa, que obsequiaron a sus numerosos amigos con un espléndido té.116 Otra de las intelectuales que se encuentran en este momento en Madrid y que no dudan en abrir las puertas de su casa a Angélica, es Concepción Gimeno de Flaquer. Aragonesa de nacimiento y americana de adopción pues fue una reconocida escritora en todos los países de la América hispana, llegó a fijar su residencia en México y Venezuela. Desde niña, Concepción Gimeno había tenido ocasión de estar en contacto con los círculos literarios de la corte. Durante su estancia en Méjico funda y dirige una publicación dedicada exclusivamente a la mujer: El Álbum de la Mujer, revista literaria donde colaboran intelectuales tanto españoles como americanos. Valera, Menéndez Pelayo, Pardo Bazán, Rafael Núñez entre otros escribirán en las páginas de esta revista. Concha Gimeno afirma que el siglo diecinueve será declarado como siglo feminista, habiendo hecho este más que los anteriores en lo que al tema de la mujer se refiere pues “la vida moderna exige ideas igualitarias: si el hombre hace vestidos, corsés, guantes, borda, trenza pasamanería y riza tirabuzones, es justo que la mujer adquiera título de doctora, desempeñe un puesto de telegrafista o de tenedora de libros”117. Desde 1890 es directora en Madrid de la revista El Álbum Ibero Americano donde escribe artículos que levantan los ánimos de los lectores y ponen en evidencia las carencias que con respecto a la educación de la mujer o a la consideración de esta como alguien con derecho a recibir una formación, tiene la sociedad española. 116 El Álbum Ibero Americano, Madrid, 22 de diciembre de 1892, pág. 270. 117GIMENO DE FLAQUER, Concepción, La mujer intelectual, Madrid, Imprenta del Asilo de Huérfanos del Sagrado Corazón de Jesús, 1901, pp. 265- 266. 66 Gimeno aboga por un nuevo tipo de mujer: la mujer intelectual. Uno de los artículos que sale publicado este año 1892 en su revista, se titula “La mujer estudiosa”. En éste, Gimeno amplía el significado de coqueta uniéndolo al campo de la moda y de la inteligencia: La mujer que debe odiar el coquetismo, debe poseer la coquetería de la inteligencia, que es la cultura de ésta, como debe poseer la coquetería del traje, que consiste en el arte y buen gusto para combinar su atavío.118 Insta a los hombres a que regalen a sus mujeres buenas bibliotecas, ya que con un libro en las manos “... no se ocuparán tanto en atisbar lo que hace la vecina, en murmurar de la contertulia, en fiscalizar a la amiga, en hacer crónica personal, calumniando y clavando el aguijón de la envidia” y sobre todo exorcizarán al diablo pues “el estudio es la higiene de nuestro espíritu”119. Mujer intelectual pero no por ello, menos femenina. Junto a El Álbum Iberoamericano, “esta ilustración regala a las señoras suscriptoras un periódico de modas titulado LaElegancia”. En dicho suplemento además de reproducirse diversos grabados con propuestas para diferentes momentos: traje para banquete, vestido para paseo, traje para soiré, vestido para baile, etc.; se incluye una sección de remedios caseros, una explicación de los grabados, y lo que hoy podríamos llamar “el rincón de”, donde la Vizcondesa de Clairmond desde París, comenta las últimas tendencias y lo que acontece socialmente en la capital francesa. A la tertulia de Concepción Gimeno de Flaquer concurren casi los mismos que a la tertulia de Doña Emilia. Angélica conoce a Julia de Asensi, poetisa española que pasa de los cuarenta. Don Ricardo cuenta cómo la amistad que le une a Doña Concepción es una amistad epistolar de hace años, es una buena moza de poco más de 30 años, muy elegante, y que recibe en su salón con mucha amabilidad. Y es que como rezan los periódicos y los corrillos intelectuales de la época, “una de las casas en que se rinde más decidido homenaje a la poesía es la que con artística decoración posee en la calle del Barquillo la distinguida señora Doña Concepción Gimeno de Flaquer”. En un momento en el que la poesía parecía desfallecer al lado de la narración o el drama, el salón de la Gimeno se impone reavivando el género y congregando a numerosos poetas y aficionados a declamar sus versos. 118 Cfr. nota 111, p. 77. 119 Id., págs. 89, 92. 67 En torno a un taza de té se reúnen los miércoles o, en ocasiones los viernes, de diez de la noche a dos de la mañana, aquellos que quieren disfrutar del ingenio de Campillo, Valera, Ferrari, Lasso de la Vega, Urbina, Machado, Luis Vidart, el Marqués de Dos Hermanas o de la misma Gimeno que no escatima aplausos al declamar los versos de Selgás, Ayala o García Gutiérrez. Angélica tiene ocasión, para orgullo de su padre, de leer unos versos, quién sabe si los mismos que recitase, años antes, en la tertulia de Clorinda Matto de Turner. Y de esta forma aparece su participación en la tertulia en uno de los periódicos del momento: Gran animación hubo en la noche del miércoles, en la velada literaria de la eminente escritora doña Concepción Jimeno de Flaquer. Recitaron bellos versos Ricardo Palma y su hija Angélica, el Conde de Casa Valencia, Narciso Campillo, Luis Vidart, Lasso de la Vega, Ferraz, Palau, Ernesto de la Guardia, Diez de Tejada, Rubén Darío, y Zayas. Contribuyó a la amenidad de tan agradable reunión la señorita Gloria Kéller, tocando magistralmente, tres piezas en el arpa...120 Se empapa de toda esta corriente reivindicativa acerca de la posición de la mujer en la sociedad y el papel que ésta ha venido desempeñando a lo largo de los siglos por un mero hecho educacional. En la calle Serrano, en cuya vuelta se une al Paseo de la Castellana, destaca la finca en donde vivieron la limeña Joaquina de Osma y Antonio Cánovas: “La Huerta”. Pancho Sierra- bella me ha contado que cuando estuvo de ministro en Madrid, nuestro paisano, el Marqués de la Puente y Sotomayor, le convidó en un banquete algunas frutas criollas que hacía cultivar con todo empeño en Málaga. No las pudo pasar Pancho: ¡qué paltitas raquíticas y hebrosas! ¡Qué chirimoyas, todas pepas! Se parecían a las nuestras como un huevo a una castaña. Y si ni don Joaquín Osma ni Anita, su mujer, con el fortunón que tenían y lo que los adulaba España entera por ser suegros de Cánovas, lograron dar a sus paladares limeños el gusto de saborear en Europa fruta peruana.121 Don Ricardo y sus hijos junto a Pedro del Solar y su familia se encaminan hacia allí, invitados por el político y su esposa. Y es que en pleno centro de Madrid, y rodeada de palacios hoy ya en su mayoría desaparecidos, “La Huerta” ve entrar por sus puertas a 120 Reproducción de las palabras que aparecieron en un periódico dando cuenta de la reunión en casa de Concha Jimeno de Flaquer. Don Ricardo Palma reproduce, en carta a su esposa, el artículo en el que aparece mencionada su hija. 121 Cfr. nota 6, pág.37. 68 políticos, intelectuales, científicos, artistas y académicos, en este año de fastos y celebraciones colombinas. Incluso verá cómo se celebra algún que otro Consejo de Ministros en su interior. De sobra son conocidos en la villa los saraos, festivales, comidas y reuniones que el matrimonio Cánovas ofrece a sus invitados entre los que se encuentran: Pardo Bazán, Castelar, Menéndez y Pelayo o Echegaray. Los salones de “La Huerta” están abiertos de par en par no así la biblioteca de Don Antonio la cual, sólo unos pocos afortunados tienen ocasión de disfrutar. Emilio Castelar invita a cenar a D. Ricardo y a su hija como despedida antes de su regreso a Lima. Este tenía su tertulia en la misma calle Serrano, donde acudían además de los arriba mencionados, la Marquesa de la Laguna o Madame Rattazzi. La particularidad de Castelar eran las cenas que ofrecía para celebrar el final de año: en ellas se daba una muestra gastronómica de los productos alicantinos, patria de D. Emilio, para lo que cada pueblo hacía llegar su especialidad. Don Juan de Pezuela, Conde de Cheste, se lleva el Álbum de Angélica para garabatearle unas líneas. Éste recibe en su residencia de la calle Fuencarral y más tarde en el palacio de la calle de Pizarro. Militar, poeta y literato logró entrar en la Academia Española. Ofrece a sus invitados tés y almuerzos servidos en vajillas de plata. Por su salón desfilaron el duque de Rivas, Ventura de la Vega, Hartzenbusch, Mesonero Romanos, García Gutiérrez o el mismo Bretón de los Herreros. Al margen de las reuniones de salón y meros actos sociales, Angélica frecuenta lugares exclusivamente literarios, donde se debaten las diferentes formas de novelar, se dan a conocer las nuevas publicaciones o incluso se “bautiza” literariamente a nuevos escritores. Es el caso de la Librería de Fernando Fe. Librero del siglo XIX que editó y publicó las obras de los escritores más importantes de la época y de muchos autores de Hispanoamérica, como el caso de Teresa González de Fanning, cede el espacio de su librería a Ramón de Campoamor. En esta tertulia, organizada en la trastienda de la vieja librería del número 2 de la Carrera de San Jerónimo, se dan cita al caer la tarde, Núñez de Arce, Manuel del Palacio, Eugenio Sellés, José Alcalá Galiano y otros académicos y literatos que en torno a la figura “de un anciano de ojos azules y cabello cano, cara ancha y regocijada, encerrada entre patillas blancas, gordura de canónigo, que viste gabán de pieles”122 conversan y escuchan “contar chascarrillos a don Ramón”. Por lo que el 122 Cfr. nota 83, pág. 111. 69 mismo Ricardo cuenta, es una tertulia bulliciosa, en el que el ímpetu de la juventud se mezcla con la serenidad de los académicos ya consagrados. Angélica subirá en más de una ocasión la cuesta de Santo Domingo en compañía de su progenitor para escuchar al ya casi ciego Juan Valera que recibe los sábados entre las nueve y las diez de la noche, concluyendo las reuniones hacia las dos de la mañana. Allí acudían autores noveles que se mezclaban con los ya consagrados Núñez de Arce, Rubén Darío, Zorrilla de San Martín, Menéndez y Pelayo, José Alcalá Galiano. El autor de Pepita Jiménez, se entusiasma al escuchar y ver la sangre nueva que prometen las letras españolas. Don Ricardo al poco de su llegada, junto con los representantes americanos de los distintos países que se encuentran en Madrid, recibe la invitación para asistir a la tertulia literaria de este escritor español de quien dice, “se encuentran reunidas todas las condiciones precisas para ser, en España, algo así como el Mecenas de los literatos”123. El viaje emprendido en agosto de 1892 por la familia Palma está tocando a su fin, llega el momento de las despedidas y del regreso a casa. Abandonan Madrid el 20 de marzo de 1893, dirección Barcelona donde tienen pensado permanecer algunos días. Mil veces lo he dicho en mi casa; mil veces también he explicado prolijamente el confort y la economía de la existencia en Barcelona, donde se goza de todos los refinamientos de las más adelantadas ciudades europeas sin las dificultades de un idioma extraño.124 Don Ricardo quiere ultimar con la casa editorial Montaner y Simón lo concerniente a la edición que los editores catalanes se disponían a hacer de su gran obra, las Tradiciones Peruanas. Montaner y Simón fue una de las editoriales catalanas más importantes entre fines de siglo XIX y principios del XX. Fundada en 1888 por Ramón de Montaner y Vila y Francesc Simón y Font, empezaron a publicar revistas y obras de gran formato, muy ilustradas y en varios volúmenes como enciclopedias, historias del arte o historias naturales. Junto con las editoriales Salvat, Sopena y la de Gustavo Gili se encontró ligada a la vanguardia no sólo en España sino en América Latina. La edición de las Tradiciones es importante ya que se hizo en encuadernación de lujo, en cuatro tomos y con ilustraciones de Nicanor Vázquez, famoso dibujante y artista que supo 123 Id., pág. 151. 124 Cfr. nota 6, pág. 36. 70 plasmar en sus obras la esencia del art nouveau y que trabajaba para semanarios barceloneses como La Ilustración Artística, editada también por la Casa Montaner. En Barcelona, firmó Don Ricardo un contrato con la casa Montaner y Simón para publicar las Tradiciones peruanas en aquellos elegantes volúmenes que la editorial obsequiaba como prima a los suscriptores de la Ilustración Artística. Desde 1870, fecha de la aparición de la primera serie, hasta 1891, en que vio a la luz la octava, venían las Tradiciones despertando interés y conquistando gran público entre los lectores de habla española.125 Don Ricardo acuerda con la editorial barcelonesa la tirada de veinte mil ejemplares de las Tradiciones en cuatro tomos por un valor de diez mil francos que es lo que percibe el tradicionista además de su difusión por toda Hispanoamérica. La editorial le obsequia con doscientos ejemplares para su libre disposición que, como sabemos por la correspondencia de Palma, vende a quince soles el ejemplar126. La edición de la casa Montaner se hizo teniendo presente los volúmenes publicados en 1883 en Lima por Carlos Prince. El 10 de abril salen de Barcelona en un barco que los lleva a Cádiz de donde parten rumbo a Puerto Rico, para continuar hacia La Habana donde pasarán cinco días. Allí son dos los amigos con los que se encuentran: Eva Canel y Manuel de la Cruz. Eva Canel, es viuda de Eloy Perillán Buxó, periodista satírico con quien se casa a los trece años y con quien funda periódicos en diversos países. Es en Perú en donde fundan Las Naciones de Lima. Allí Buxó realiza actividades diplomáticas y participa en la guerra con Chile. Buxó fallece en 1889 dejando a Eva sola, con un hijo al que decide mandar a Estados Unidos para que reciba una buena formación. Su compromiso ideológico y político pasa por fundar un semanario, La Cotorra, donde hace oposición a las autoridades políticas cubanas lo que le granjea numerosos enemigos además del fin de la publicación del citado periódico a los dos años de su creación. Don Ricardo y su esposa Cristina habían compartido en Lima numerosas veladas en compañía del matrimonio Buxó- Canel. Eva Canel residió por algunos años en Lima, con su esposo Eloy Buxó (…) Eva ama al Perú, porque en él corrió, durante la ocupación chilena, muy peligrosas aventuras en unión de 125 Cfr. nota 15, pág. 96. 126 "Carta de Ricardo Palma al doctor Dickson Hunter”, en MIRÓ QUESADA, César, Los oficios de don Ricardo, Lima, ediciones Cuper, 1994, pág. 127. 71 su marido, y ama a los peruanos porque su hijo único, inteligentísimo muchacho que se educa en Nueva York, se obstina en no tener otra patria que la peruana.127 Pese a la amistad contraída con el matrimonio y el afecto mutuo que se profesan, Don Ricardo no puede por menos que hacer constar su opinión sobre el camino que su amiga y estimada escritora Eva Canel, está tomando: Redactaba en los días en que nos vimos, una periodiquín semanal – LA COTORRA- periodiquín de combate que llevaba más de dos años de vida. Este es, para mí, el lado flaco, el lunar de la literata. No soy devoto de la mujer politiquera. ¿Qué nos queda a los hombres si las faldas se echan a abrir cátedras, y a dictar resueltamente lecciones de gobierno, parlamentarismo, finanzas y convenciones políticas para los pueblos? Mujer en cuyo cerebro se agítale microbio politiquero, y hombre que hace calceta, allá se van. El cordial y antiguo afecto que a Eva profeso, me hace aconsejarla (…), que no sea más que literata…128 ¡Quién le iba a decir a Don Ricardo, después de estas declaraciones, que su hija Angélica, la que se ocuparía de dar a conocer su obra y preservaría su memoria, se dedicaría a escribir artículos sobre las relaciones políticas existentes entre Chile y Perú, y daría su opinión (nada objetiva) sobre el conflicto entre ambos países como consecuencia del plebiscito de Tacna y Arica! Y es que Angélica no se limitará a lo largo de su vida a ser la hija escritora del tradicionista, como muestra sirvan los artículos que escribió durante el periodo de 1925 en el diario español El Sol. De la mano del historiador y patriota cubano Manuel de la Cruz con quien Don Ricardo había intercambiado correspondencia, conoce el tradicionista a Julián del Casal, Enrique Collazos, Alfredo Zayas, Ramón Meza y Andrés Clemente Vásquez, algunos de los escritores más destacados del país. Manuel de la Cruz, había colaborado estrechamente en la tarea de recolección de libros para la Biblioteca Nacional de Lima, enviándole a Palma numeroso libros cubanos. Como se puede comprobar hasta este momento, está siendo una constante en el viaje el encuentro con escritoras, que viven de ello y que han hecho de su inclinación a las letras su profesión. Cada parada y cada ciudad por la que la familia Palma pasa, van conformando diferentes espejos en los que Angélica se va mirando y como una esponja, va absorbiendo todo aquello que le será útil en el futuro. 127 Cfr. nota 83, pág. 50- 51. 128 Id., pág. 51. 72 En Cuba se reúnen con dos escritoras: Lola Rodríguez de Tió y Aurelia Castillo de González. Lola y Aurelia son escritoras, mujeres, defensoras de su patria que, en estos momentos viven las consecuencias de decir y escribir lo que piensan. Aurelia Castillo, cubana, se ganó la enemistad del gobierno de su país por reclamar la independencia. Lola, por su parte, puertorriqueña de nacimiento, fue desterrada de Puerto Rico por su firme oposición al régimen español. Es en estos años, cuando Lola vive su segundo destierro en La Habana. Ambas escritoras consagran gran parte de su entusiasmo no sólo a la literatura sino también a la defensa de los ideales de la libertad, exigiendo la independencia de sus respectivos países de la opresión a la que están sometidos. No les importó perder posición económica y social, ser desterradas no sólo en una, sino en dos ocasiones como es el caso de Lola Rodríguez de Tió. Y por todo ello son reconocidas no sólo como escritoras sino también como grandes patriotas. Lola Rodríguez de Tió tenía una tertulia en su casa, a la que acudían escritores de toda índole, entre otros se daban cita cada noche el director de ElFïgaro, Manuel Pichardo y Fernán Sánchez. Es curioso cómo Angélica mantendrá los lazos que ha establecido en este su primer viaje a Europa. Ha conocido a las hijas de la señora Rodríguez de Tió, Patria y Laura y ha compartido confidencias y juegos con Patria con quien mantendrá una larga amistad epistolar. Con la ilusión ante los proyectos y el papel desempeñado en las fiestas colombinas y tras su paso por diferentes países donde han sido recibidos y celebrados por ilustres amigos y viejos conocidos, la familia Palma regresa a Perú. Pero, dejando la Habana, no había puertos donde descender, ni canales que atravesar, ni caras nuevas que ver; sólo cielo y agua, cielo y agua en su grandiosidad inalterable, si la providencia misericordiosa celaba porque no se alterase con temporales y marejadas de esos que le ponen los pelos de punta al más terne. Había que amenizar la calmada igualdad de los días, aquel despertar a la voz del criado que, golpeando con los nudillos a la puerta del camarote, gritaba: “¡the bath!”; aquellas estancias en el comedor, obedeciendo a la llamada de la campana, anunciadora de las numerosas comidas cotidianas; aquellas largas horas de vagancia por salas y cubiertas, de reposo sin fatiga en divanes y sillones. Únicos remedios posibles 73 contra tal aburrimiento eran los bailes y deportes, y, acaso más aún, los preliminares de su organización, que reunían a los pasajeros en animados conciliábulos para arreglar programas y repartir sablazos…129 La niña Angélica que abandonó el puerto de El Callao a finales de julio de 1892, nada tiene que ver con la que se perfila ya como una mujer de letras y que regresa a su casa un año después. En su retina guarda todos aquellos momentos que ha tenido la suerte de presenciar en compañía de su padre; en su memoria, resuenan todavía las palabras que Doña Emilia enunciara en sus tertulias, o que la Sra. Gimeno de Flaquer expusiera sobre la educación de la mujer. La mirada de Angélica se proyecta más allá del regreso al hogar: en sus ojos late la seguridad de saber que volverá a pisar suelo español, de que regresará al país que tantas muestras de cariño les ha brindado a ella y a su familia. Es la seguridad que le da el deseo de verse de nuevo allí. 129 Cfr. nota 13, págs. 21-22. 74 75 En el Álbum de una limeña... Están de moda los albums, y las niñas buscan piropos literarios y buscan firmas.130 130 BALAZERO PINILLOS, Ezequiel (Gastón Roger), La ciudad evocadora (Crónicas limeñas), Ciudad de los Reyes del Perú, Editorial Euforion, pág. 164. 76 Angélica abandona España y además de muchos recuerdos que permanecerán en su memoria y que le servirán de inspiración a la hora de escribir los artículos, cuentos y novelas en los años sucesivos, guarda en su maleta el producto de tantos meses de reuniones sociales, tertulias literarias y veladas musicales. Los amigos de su padre, por amistad con el tradicionista han querido dejar sus palabras grabadas en el Álbum de una limeña. Menéndez Pelayo, Blanca de los Ríos, Julia de Asensi, Valera, Campoamor, Rubén Darío, Eugenio D´Ors, Lastenia Larriva, Dolores Sucre, Eva Canel, Numa Pompilio Llona, Vicente Riva Palacio, Miguel de Unamuno, Emilia Pardo Bazán... constituyen más de ochenta firmas131 que, en una edición privada, salió publicada en Lima, en 1907. Don Ricardo se encargó de regalar a sus amigos más allegados el pequeño librito, del que se hizo una edición muy limitada de ejemplares y cuyos autógrafos originales se exponen hoy en una de las vitrinas de la Casa Museo Ricardo Palma en Miraflores. Como se ha dicho hasta ahora, Angélica tiene la fortuna de nacer en una familia acomodada, que goza del respeto de la sociedad limeña y de los privilegios que el Gobierno concede a sus funcionarios ya que su padre es Director, en estos momentos, de la Biblioteca Nacional. Recibe una educación privilegiada y pertenece y frecuenta un ambiente intelectual y social diferente al de una niña común. La existencia del Álbumcito de autógrafos viene a confirmar esto mismo ya que a principios del siglo XIX, entre las damas de la alta sociedad parisina e inglesa surge la moda de coleccionar autógrafos en “...rico papel marquilla, encuadernado en piel de Rusia, con broche de plata, caja y camisa... de fuerza, para prevenir las injurias del tiempo y el probable desaseo de los hombres de genio que han de dejar huellas de su talento, pero no de sus dedos, en este receptáculo de cosas sublimes”132. Como se puede suponer no todos los álbumes cumplían estas premisas en cuanto a presentación y forma física pues los hay de diferentes tamaños, soportes, formas, con unos u otros adornos, recargados, sobrios, complejos o muy sencillos. En el año en que nos encontramos, 1892, es una práctica totalmente aceptada e incorporada en las normas sociales, se da entre damas acomodadas, que gozan de buena posición en la sociedad y que se mueven en círculos muy cerrados donde les es posible 131 El Álbum lo constituyen ciento cuatro composiciones, palabras afectuosas, o frases improvisadas ante la repentina petición de la limeña. Comienza con una composición de Angélica que abre e inaugura sus páginas el 1 de julio de 1892, y termina con un autógrafo y una composición poética de José Santos Chocano fechada en 1905. La mayor parte del Álbum la conforman las composiciones recogidas en el viaje a España (ochenta y siete composiciones). 132 RELOSILLAS, Juan J., “En un álbum”, en La Ilustración Hispanoamericana, 30 de noviembre de 1890, nº 526, p. 755- 758. 77 relacionarse con artistas, pintores, músicos o escritores. Pues el álbum del primer tercio del siglo XIX es una colección de piezas literarias, gráficas y musicales, realizada expresamente para una mujer, que es dueña de dicho objeto y destinataria de los elogios que se encuentran en él. Está el álbum ricamente encuadernado en piel de Rusia de color pardo con sencillos fletes dorados entre los relieves que rodean las tapas. En el centro, sobre un fondo calado de plata oxidada de gusto egipcio, se destacan las grandes letras iniciales del nombre y apellidos (…) Cuatro grandes clavos de plata oxidada sobre una rodela de oro completan la decoración severa de la cubierta. Los broches que cierran el libro son de oro y plata. Al abrir el álbum se observa que las tapas tienen más grueso que las encuadernaciones ordinarias, y es porque en el interior de estas tapas se guardan los autógrafos de las firmas que van copiadas en letra redondilla en el cuerpo del álbum. Estos autógrafos van repartidos entre las dos tapas y quedan cerrados por unas puertecitas con goznes imitados por dibujos dorados grabados en el moaré morado que forra las cubiertas. Sobre estas tapas o puertas interiores se lee en caracteres góticos esta palabra: AUTÓGRAFOS.133 Existen multitud de tipos de álbumes: de retratos, de postales, de sellos, de estampillas o cromos, de poesías, de pensamientos, de postales, de cajas de cerillas, de firmas y autógrafos e incluso de besos, la última novedad en coleccionismo. El afán que el hombre tiene por coleccionar le lleva a hacer que todo, absolutamente todo, sea susceptible de ser coleccionado. El mismo D. Ricardo posee un álbum de retratos del que Angélica escribirá anécdotas acerca de cómo se conformó por encargo de Vegas García para la revista Variedades, …me pide datos, que muy agradecida le doy, acerca de los retratos que guarda un viejo álbum de retratos que fue comprado en París, (…) en una de esas noches compró mi padre el álbum, cuyas páginas poblarían pronto insignes imágenes.134 El siglo XIX es el periodo en el que encuentran su máximo esplendor nuevas prácticas de escritura que si bien habían nacido en periodos anteriores, será ahora cuando se exploren desde distintas perspectivas: correspondencia, poemas, abanicos, agendas, tarjetas de visita, libros de familia, cuadernos donde se recogen frases, poemas, fragmentos de lecturas y los 133EL SIGLO futuro. Diario católico, miércoles 15 de febrero de 1888, año XIV, n° 3881, pág. 2. 134 Cfr. nota 74, [p.1] 78 mismos álbumes. Y es que desde el primer cuarto de siglo funcionó esta práctica social del coleccionismo de autógrafos o lo que es lo mismo, la moda de los álbumes. No considerados por su calidad literaria sino más por su valor estético, damas de la alta sociedad atesoraron en sus salones estas piezas que lujosamente adornadas, en la mayoría de los casos, lucían en sus páginas los versos de grandes poetas o los dibujos y composiciones musicales de los artistas del momento. Javier de Palacio, en 1859135, escribía a propósito del origen de la palabra álbum que los romanos tenían la costumbre de inscribir todos los hechos importantes que debían ser de conocimiento público en tablas de piedra o sobre paredes blanqueadas al efecto. A estas tablas se les daba el nombre de alba (blancas) por lo que el álbum sería todo registro público o particular. Más tarde, según nos refiere el mismo Palacio, esta denominación de álbum, sería dada a “pequeños cuadernos o libritos que los sabios llevaban consigo en sus viajes y en los que escribían pensamientos para los amigos a quienes visitaban”. A la luz de lo explicado, tres han podido ser los factores que han contribuido a la poca consideración de estas piezas decimonónicas. Por un lado, el uso prácticamente privado, y particular e incluso me atrevería a decir que en muchos casos doméstico es lo que ha facilitado su desaparición. La poca calidad artística de las piezas que lo integran es lo que ocasiona que no se les haya prestado mayor importancia. Su valor radicaría no tanto en la calidad del poema, dibujo o composición musical sino en ser testimonios de grandes intelectuales como Ricardo Palma, Rubén Darío, Santos Chocano, Abraham Valdelomar… Y por último, otro factor puede ser la escasa valoración por parte de los herederos de estas piezas que los consideraron viejos cuadernos familiares pertenecientes a la intimidad y como tales, en esa intimidad se quedaron. El Albumcito de la limeña cumple todos los requisitos y características de un álbum del XIX. Nace bajo los auspicios de alguien relacionado con la destinataria de los autógrafos: sus padres. Sabemos por la correspondencia mantenida durante los meses transcurridos en Europa, que Don Ricardo transcribía las composiciones que le iban llegando, a su esposa Cristina que, desde Lima, junto a la escritora y amiga de la familia Amalia Puga se iban encargando de la conformación del Álbum. 135 PALACIO, Javier de, “Origen de los álbums”, en El mundo pintoresco, 8- V, 1859, pág. 7. 79 Te acompaño nuevos autógrafos del álbum de Angélica. (...) Serán muy pocas las notabilidades españolas que no figuren en el álbum de nuestra mimada...136 La primera composición que aparece son los versos que Angélica escribe anticipando el contenido de las páginas sucesivas y realizando una petición general a los que allí vayan a dejar su recuerdo: “Cuatro renglones, un pensamiento,/ al pie la firma, lugar y fecha,/ ...”. A continuación alternan versos, apuntes, líneas sueltas o simplemente la firma de aquellos con los que se va encontrando. En este caso, las firmas siguen un orden cronológico y espacial por lo que podemos trazar los pasos de Angélica desde que sale del puerto del Callao en Lima hasta que regresa en 1893. Las firmas de gente muy conocida se mezclan con firmas de escritores no tan reconocidos hoy en día pero sí muy aclamados en la época: así las de Miguel de Unamuno, Rubén Darío, Valera, José Alcalá Galiano o Emilia Pardo Bazán se mezclan con las de Mariano Pina Domínguez, Aurelia Castillo de González, Eduardo Benot o Leopoldo Cano. Mariano José de Larra137 explicaba esta característica con palabras un poco duras pero que sin duda son reflejo de lo que uno se podía encontrar en el interior de estos objetos de coleccionismo: “... están enterrados, tabique por medio, los tontos al lado de los discretos, con la única diferencia de que los segundos honran al álbum, y éste honra a los primeros”. Como muestra los versos que escribe Leopoldo Cano en el álbum de la limeña: Saeta Dos cosas que no hallarás: un alacrán sin veneno y un necio que encuentre bueno lo que escriben los demás. Otra de las características del álbum es que es un objeto que viaja, no permanece siempre en manos de la dueña o del responsable del mismo ya que suele prestarse para que, con mayor intimidad, el artista tenga tiempo de estampar unos versos, componer una melodía o ilustrar alguna de sus páginas. Muchos artistas se demoran en devolver las 136Cfr. nota 66, pág. 86. 137 En B.A.E desde la formación del lenguaje hasta nuestros días. (Continuación), Obras de D. Mariano José de Larra (Fígaro). Edición y estudio preliminar de Carlos Seco Serrano, Madrid, Ediciones Atlas, 1960, tomo II, p. 83-86. 80 páginas que les han sido entregadas por lo que la improvisación, en muchos casos, no existe ya que se tratan de composiciones perfectamente pensadas y trabajadas. Es un objeto que se envía y se manda a las casas de los solicitados. De aquí se deriva otra cualidad y es que puede existir un intervalo de tiempo muy grande entre el inicio del álbum y el final del mismo, en el caso del de Angélica, éste comienza el 1 de julio de 1892 y concluye en 1905: Como el álbum de Angélica está, desde hace ocho días, en poder del viejo calaverón Manuel del Palacio (...) Le anuncié una noche, en la Academia, que iba a enviarle el álbum de mi hija... Anoche encontré en la tertulia de la Presidencia a Doña Emilia Pardo Bazán y convine en enviar hoy temprano por el álbum de Angélica,... Tuvimos la visita del Conde de Cheste, que vino a devolverle su álbum a Angelita,... Don Ricardo toma la responsabilidad de hacer llegar el cuaderno de su hija a cuantos escritores y artistas él considera tienen que figurar en sus páginas: El sábado estuve en la tertulia de Don Juan Valera, llevé el álbum de Angélica y saqué ocho autógrafos. Te acompaño copia de cuatro. Escribieron Valera, Menéndez Pelayo, Ferraz, Rubén Darío, Alcalá Galiano, Zorrilla de San Martín, Luis Vidart, Narciso Campillo y Miguel de los Santos Álvarez, que es el decano de los poetas de España y contemporáneo de Espronceda...138 De ahí que encontremos composiciones tituladas “A Ricardo Palma (Para el Álbum de su hija)”, “Al papá”, o numerosas alusiones a su progenitor tales como “la hija predilecta del ilustre tradicionista” (Amalia Puga); “Eres de Palma el espejo/ en que se remira loco; ...” (Samuel Velarde); “que en ti se adunen, preciosa niña,/ las altas dotes del ilustre Palma/...” (Dolores Sucre); “... y también he reconocido en tu temprano ingenio una emanación de aquel que es honra y orgullo de nuestras letras patrias...” (Gustavo de la Fuente), etc. Se intercalan textos literarios con composiciones musicales, caligráficas, fotografías u obras pictóricas: en el álbum de la limeña encontramos cómo el polifacético Apeles Mestres dedica a la quinceañera un poema, “Las últimas rosellas”, que es acompañado por una 138 Cfr. nota 66, págs. 64, 78, 91, 94. 81 anotación entre paréntesis “(con un dibujo y música del poeta)”, aunque éstos no fueron reproducidos finalmente en el Albumcito. De la misma forma se indica que el poema de Juan de Dios de Peza figura “(al pie de un retrato de Juárez)”. En el facsímil se reproducen los dibujos caligráficos que cada autor realizó a la hora de dar título a sus palabras. Como explica Leonardo Romero Tobar, otro de los detalles de este estimado objeto es que “los mismos poetas aluden frecuentemente la integración de las artes” en las páginas del álbum o a la calidad, constatada por los autógrafos existentes en el mismo. ..., para irme, por los jardines de la fantasía, en busca de una flor literaria que añadir a las muchas y hermosas aquí depositadas, Angélica, por tus admiradores,... Gustavo de la Fuente ... De tu rostro encantador Cien galanos trovadores Me dan la copia mejor........ Lleno está el álbum de flores, Y te miro en cada flor. .... José Jackson Veyán Se ha apuntado cómo el coleccionismo de autógrafos era una práctica social aceptada y como tal es lógico pensar que no siempre el poeta estuviera inspirado para escribir una pieza totalmente original, a la destinataria del mismo. Son ellos mismos, los que, apurados por la petición, escriben versos de su autoría sin ninguna especificidad salvo la incorporación, en algunos casos, en mitad de la composición, del nombre de la dama. En otros casos reproducen versos escritos anteriormente o realizan traducciones de textos de otros autores. De esta forma, Don Ricardo traduce del francés los versos que Victor Hugo dedicase a su hija en el poema, “A ma fille Adèle”, en la obra Les quatre vents de l´esprit publicada en 1881, titulándolo “A mi Angélica”. Juan Valera, escribe “Fragmento”, que se corresponde con los versos que van del 13 al 20 del poema de su autoría “Al mirar tus ojos”; Marcelino Menéndez Pelayo reproduce los primeros nueve versos de su composición “La galerna del 82 Sábado de Gloria”, escrita en 1877; y Modesto Sánchez Ortiz le dedica los versos del que llama mi amado, mi llorado maestro, Florentino Sanz. En numerosas ocasiones se escribían estrofas clásicas como octavas, cuartetos, romances o silvas cuya finalidad era loar la belleza de la dueña del álbum, o si esta no pudiera ser loada, alguna de sus virtudes. En el caso de Angélica es destacable cómo casi todos los varones alaban sus tentadores ojos de limeña, ardientes ojos, sus labios con rima rosa, o sus labios de coral. Comparaciones y metáforas llenas de tópicos de la época, ya que como dijera Larra: “todas las dueñas de álbum son hermosas, graciosas, de gran virtud y talento, amabilísimas; así consta a lo menos de todos estos libros en blanco, conforme van tomando color”. Tal es así que en el álbum de Angélica encontramos que el académico José de Castro y Serrano le escribe lo siguiente: He retrasado escribir en tu álbum hasta conocerte, porque si eras fea pensaba no escribir. ayer te conocí, y hoy escribo. José de Castro y Serrano Madrid, 26 de diciembre. Es frecuente encontrar versos en los que tanto la propietaria como su belleza o sus características físicas son comparadas con todo tipo de flores, motivos de la naturaleza o divinidades: “Las niñas como tú son azucenas;...” (César Borja); “Partes, Angélica mía, en bajel ornado/ con las flores de tu gentil primavera ...”(Clorinda Matto de Turner); “Tu rostro de joven diosa/ .../ eres, Angélica, la/ Bella del Bosque durmiente...” (Rubén Darío); “Flor del Perú que despliegas/ tu suave corola al viento,/ y hoy blandamente perfumas/...” (Gaspar Núñez de Arce); “Para poder pintaros su faz hermosa/ he buscado bellezas por el estilo,/ y es la de Venus de Médicis muy poca cosa......./ qué digo la de Médicis! Ni la de Milo! ....” (Carlos Cuenca); “Eres de tu hermosa patria/ lozana y cándida flor:/ ...” (El Marqués de Valmar) y así se suceden una detrás de otra más comparaciones y metáforas en este álbum cargado de tópicos del XIX. Como poema completo, citaré el de Cánovas del Castillo, que al respecto de esto escribe: Hoja de rosa pálida, suave das tan modesta cuando das tu aroma, que ni aún el mismo que lo aspira sabe si lo toma de ti o de sí lo toma. 83 Este compromiso de escribir en los álbumes de las bellas acomodadas de la época fue difícilmente eludible en muchas ocasiones, y se convirtió para la mayoría de los artistas “en una especie de calamidad social”. Y es que esta práctica también tuvo sus detractores. Llegan a ver este objeto como “gota de agua fría que apaga la ebullición del pensamiento”, y afirman que “no hay inspiración que resista al álbum”139. No es de extrañar que nos encontremos frases de este tipo ya que lejos de ser motivo de orgullo para el poeta, músico, pintor o escritor el aparecer en las páginas de algunos de los álbumes más renombrados de la época, llegó a convertirse en un motivo de hastío por la avalancha de peticiones que muchos de ellos tenían. De ahí que hagan notar el desánimo que sienten, o el compromiso en el que se hallan ante la petición: “Criatura angelical!/ ¿En qué grave compromiso,/ compromiso muy formal,/ ponerme tu afecto quiso?/...” (Lastenia Larriva); “de las veces que he estado más perplejo ante la necesidad de escribir, es esta, quizá, la mayor...” (Rafael Altamira); “En apuros me has puesto,/ querida niña,/ al pedir que aquí estampe/ mi humilde firma,/ y antes de ella (eso es claro)/ también te escriba/ una octava, un cuarteto,/ romance o silva...” (Elena González). En carta de Ricardo Palma a Bazzano el 2 de mayo de 1900, se explaya acerca de esto mismo, Realmente, amigo Bazzano, que ha sido para mí una sorpresa ver en letras de molde versos míos, escritos hace la friolera de 40 años, y de los que no conservaba el menor recuerdo. Muchos, muchísimo rengloncitos rimados, con mi firma al pie, andan dispersos en álbums o álbumes que todavía no sé cuál será el plural que la Academia autorice. El álbum hace medio siglo tuvo carácter epidérmico. Fue, como un catarro al que semanalmente, por lo menos, pagué tributo. (…)140 Leonardo Romero Tobar141 afirma que “existe la incierta opinión de que los poemas escritos para los álbumes de damas del pasado siglo, no son otra cosa sino versos de circunstancias carentes del menor interés literario”. Sin embargo me parece oportuno apuntar el hecho de que una moda nacida en Europa, llega a Hispanoamérica de la misma forma y al mismo tiempo que se da en París o Inglaterra. 139 BIEDMA, Patrocinio de, “El Álbum”, en Mundo Cómico, Madrid, nº 52, pp. 2- 4. 140 Cfr. nota 67, p. 336. 141 ROMERO TOBAR, Leonardo, “Los álbumes de las románticas”, en AA.VV., Escritoras románticas españolas, Madrid, Fundación Banco Exterior, 1990, págs. 73- 93. 84 En el libro antología Fe, Patria y Hogar de Lastenia Larriva de Llona encontramos junto a poemas escritos para álbumes concretos, un poema bajo el título “Para un libro de autógrafos”. En él recoge todos los tópicos de esta práctica social: Para que en él inscriba mi nombre oscuro, Me has enviado este libro; mas te aseguro Que me asaltan no escasos remordimientos De grabar en sus hojas mis pensamientos, Al ver que las ilustran los claros nombres De tantos, por sus obras, ilustres hombres, Y de cien inspiradas dulces cantoras Que dejaron en ellas rimas sonoras; Pero si tú lo ordenas; ¡fuera temores! Entre un gorrión al coro de ruiseñores. ¿De esmeraldas, rubíes, diamantes y oro encerrando en tu cofre rico tesoro, El similor y el vidrio, Teresa, quieres? ¡Así son los caprichos de las mujeres!- Y al lado de los lirios, nardos y rosas, De las flores más raras y primorosas, Cuántas veces tu mano pondrá una rama De rústicos, mastuerzos o de retama!...... Conste, sí, que no ha sido mi pobre Musa La que aquí ha penetrado como una intrusa: Negándole sus dones Natura y Arte, Nada bueno, mi amiga, podrá ofrendarte; Pero yerbas campestres, bisutería, Y versos que carezcan de melodía, Valor inestimable ya han adquirido Desde que tú, Teresa, los has pedido; Y armonías, perfumes, vivos fulgores Presta tu álbum a joyas versos o flores. Lima, noviembre de 1895 85 En la mencionada antología, Lastenia recoge muchas de las composiciones que dejó desperdigadas en diferentes álbumes, indicando su procedencia gracias a lo cual tenemos la constancia de que la también escritora peruana Juana Rosa de Amézaga, tuvo su álbum. Ricardo Palma, por su prestigio y su notoriedad como escritor, es asiduo firmante en los álbumes de la época y así Angélica nos cuenta al escribir su biografía cómo aparecieron publicados ya en el siglo XX, en un diario bonaerense “unos versos en el álbum de Virginia Murillo...”, firmados por su padre. Dos cartas recibidas por Don Ricardo en 1915 nos demuestran cómo su firma es requerida en los álbumes de las hijas de sus amigos. En ellas se explica también cómo fue la conformación del álbum de Angélica y los problemas que acarreó. El tradicionista ya tiene una edad y es su hija la que selecciona los versos que su padre envía. Miraflores (Lima), 10 de marzo de 1915. Sr. D. Rafael Calzada. Con su carta de 12 de febrero recibí, ha tres días, el rollo que contiene algunas páginas del álbum a que se propone dar publicidad. Le resultará una obra preciosa. Cuando fui a España con mi hija Angélica que acababa de terminar sus labores de colegiala, ella dio principio a la formación de un álbum. Vivían aún Zorrilla, el prologuista del Diablo Mundo de Espronceda, Tamayo y Baus, Emilio Castelar, Menéndez y Pelayo, Cisneros y otras muchas eminencias. Casi todos mis compañeros en la Academia de la Lengua y de la Historia, tuvieron la amabilidad de agasajar a la peruanita, cuyo álbum es hoy reputado como uno de los más notables de la América latina. Sólo el de la esposa de usted puede disputarle lugar. De las producciones que me remite usted en pruebas he encontrado dos que me parecen notabilísimas. –las firmadas por Pí y Margall y por Rafael Obligado. Le acompaño mi pobre contingente en versos que no son inéditos, pues los médicos me han vedado la labor literaria. Mucha andrómina es eso de llevar a cuestas ochenta y dos febreros 86 con el apéndice de dolores ya incurables. Ojalá que a la señora Celina dejen complacida mis coplas. Fue mi hija quien escogió, de entre el matalotaje de mis versos, esta composición. Por este vapor y rotulado a la señora Celina van dos librejos míos. Preséntela usted mis respetos. Créame amigo Calzada, siempre muy suyo afmo. Servidor. Ricardo Palma Miraflores (Lima), 27 de mayo de 1915 Sr. Don Rafael Calzada Señor y amigo muy estimado: Ha poco más de dos meses que escribí a usted devolviéndole (certificado) el canuto de lata que contenía copia de muy notables composiciones que me pidió para el álbum. En paquetito anexo, y también, certificado, envié a usted además un ejemplar dedicado a la señora, de mi tomito de poesías y otro de la edición privada del álbum de mi hija Angélica. Han transcurrido tal vez dos meses y empiezo a recelar que ambos certificados y la carta se hayan evaporado en el viaje. Mi hija tiene la intuición de que esperaba usted celebrar el 25 de Mayo, con la publicación de los autógrafos y que para mediados de junio, probablemente, ocupará el álbum el lugar que le corresponde en mi librería. Afortunadamente, los vapores que hacen la travesía de Buenos Aires al Callao no corren el peligro del Lusitania. Deseando que haya usted pasado muy complacido las fiestas mayas, me reitero como siempre muy suyo afmo. Amigo. Ricardo Palma142 142 PALMA, Ricardo, Epistolario General (1905- 1919), edición, prólogo, notas e índices Miguel Ángel Rodríguez Rea, Lima- Perú, Universidad Ricardo Palma- Editorial Universitaria, 2006, págs. 324 y 327. (Obras completas, Tomo VIII, Vol. 3º). 87 La misma Angélica como escritora reconocida y aplaudida así como amiga de la familia Cisneros, escribirá en el álbum de Helena Gazzani y Cisneros: En las dulces memorias de mi infancia hay un poeta enfermo al que mi padre amaba como a hermano dilecto. A tu niñez dichosa llegó la tradición de aquel afecto con las caricias últimas de tu inmortal abuelo. Y tu delicadeza conserva ese recuerdo en un libro que guarda los dos nombres de los gloriosos viejos. En dichos versos, Angélica recuerda la figura de Luis Cisneros, amigo y compañero de Don Ricardo con quien compartió charlas y veladas en los claustros del Convictorio Carolino y con quien trabajó mano a mano en la construcción de la Biblioteca Nacional. La escritora peruana Mª Isabel Sánchez Concha de Pinillos, o como más conocida era Belsarima, quiso recordar en el homenaje que se le tributó en la Sociedad Amigos de Palma cómo fue el día en que llegó a la casa de Miraflores, acompañada de su padre y con su Álbum bajo el brazo, buscando la firma del tradicionista. Allí conoció a Angélica, “ejemplo de abnegación filial”: Mi padre lo abrazó efusivamente y al mostrarle mi tímida personita que llevaba el Álbum en la mano se hizo cargo de la situación. Ordenó que Angélica le trajera recado de escribir, y con trémula pero con gallarda escritura puso en mi flamante Álbum, este verso que yo guardo como preciada joya: Grato es para ti el vivir porque si elevas la frente ves sin nubes y esplandente hacia el cerúleo zafir el astro del porvenir. 88 y al ser yo aun Trovador de galantería extrema viendo en ti tanto primor de sobrarme hubiera tema para una flor y otra flor.143 Su hermana pequeña, Renée conformó también su particular álbum del cual salió una reseña publicada en la revista Mundial en 1924 donde se daba a conocer el poema que, Andrés Eloy Blanco, leyó en el salón literario de la señora Alcalá Galiano dedicado a la peruana144. Es curioso observar cómo a la vez que se da esta práctica, existen algunas publicaciones que reciben el mismo nombre. No me parece desatinado afirmar que parece un hecho el que las mujeres quisieron trasladar y ampliar la esencia de este objeto, esto es, ser un “conjunto de hojas que se llenan con breves composiciones literarias, sentencias, máximas, piezas de música, firmas, retratos, etc.”, dándole forma de publicación y recogiendo las firmas de los más sobresalientes escritores. El álbum era un objeto que pertenecía al ámbito femenino, y quiénes mejor que ellas para poner en marcha proyectos periodísticos que bajo ese nombre, diesen rienda suelta a sus inquietudes intelectuales. De esta forma nos encontramos con El Álbum Ibero Americano, editada en Madrid y dirigida por Concepción Gimeno de Flaquer, a cuyas tertulias asiste Angélica durante su estancia en la capital española. La Sra. de Flaquer, haciéndose eco del coleccionismo de autógrafos escribió un artículo bajo el título “La mujer y el álbum” dando algunas de las claves de este objeto y estableciendo un paralelismo entre la esencia de la mujer y la del mismo, ya que éste para la mujer no es simplemente un “alcázar donde colgar los trofeos de su amor propio”, crítica frecuente entre los detractores de éste: Todos saben lo que es un álbum: pocos, muy pocos hombres saben lo que es una mujer.(...) Un álbum es un libro que consta de muchas páginas. ¿Acaso no consta de muchas la vida de la mujer? El álbum en su primitivo estado es un lirio blanco y puro; la mujer en su infancia es una azucena inmaculada. El hombre viste las hojas del álbum al estampar sus pensamientos. El hombre desnuda el corazón de la mujer al grabar en él sus ideas. (...)145 143ANGÉLICA Palma, Lima, Sociedad Amigos de Palma, págs. 153- 154. 144 BLANCO, Andrés Eloy, “En el Álbum de una limeña”, en Mundial, Lima, 13 de septiembre de 1924, nº 863, Año XX. 145 GIMENO DE FLAQUER, Concepción de, “La mujer y el álbum”, en El Álbum Iberoamericano, 22 de octubre de 1905, n° 39, p.2. 89 Otro ejemplo es la revista aparecida en mayo de 1874 en Lima, llamada El Álbum que, al igual que la publicación española, estaba dirigida por, en este caso, dos mujeres respetadas literariamente: Carolina Freyre de Jaimes y Juana Manuela Gorriti, precursora de las veladas literarias en Lima. Por sus páginas desfilaron los nombres de Ricardo Palma, Numa Pompilio Llona o Ascisclo Villarán y de mujeres como Mercedes Cabello, Juana Rosa de Amézaga, Leonor Sauri o Clorinda Matto. La que sin duda une la práctica coleccionista con el universo femenino es El Álbum Salón, editada en Barcelona. En el título de la misma aparecen dos palabras que solían ir parejas: el álbum y el lugar en el que éste solía exponerse a las miradas y admiración de los visitantes, el salón. A este objeto se le consignaba el lugar más destacado dentro de esta habitación: un velador, una mesa de centro... Cuando entro en alguna casa y veo sobre el velador un álbum...146 En el centro del salón, sobre una gran mesa, hay un registro donde inscriben sus nombres los viajeros, y algunos álbums donde los más inspirados dejan sus pensamientos ó impresiones...147 Angélica recoge esta práctica al contar la vida de uno de sus personajes, doña Eugenia Ciudad- Real, quien recuerda cómo impulsada por las “quiméricas ambiciones de su madre” y la vanidad de la misma, fantaseó con el viaje que a su madre se le antojaba como la puerta a la alta sociedad: París. La madre de ésta, Condesa de Ciudad- Real, sueña con introducir a su hija en la corte francesa de la mano de Eugenia de Montijo, con las firmas ilustradas en el álbum de su hija y con los retratos de los mejores pintores de cámara. - Te llevaré a París cuando te ponga de largo – decía a la niña-. Verás cómo la Emperatriz se acuerda de mí y de tu abuela; querrá presentarte en la corte; nos invitará a Compiegne y a Fointenebleau; Próspero Merimée escribirá en tu álbum;...148 146PALACIO, E. de, “Álbums”, en La Dinastía, Barcelona, 20 de marzo de 1884, p.1768. 147 ROSA, Trinidad de, “El Monasterio de La Rábida”, en El Camarada, Barcelona, 8 de septiembre de 1888, nº 45, p. 712 148 PALMA, Angélica, “Dos Hipótesis”, en La sombra alucinante. (Novela que dejó inédita la autora), Lima, CIP, 1939, p. 147. 90 Luis B. Cisneros, en su novela Julia o Escenas de la vida en Lima, también recoge esta costumbre, Pensé en los objetos más propios y compré al efecto una hermosa caja de sándalo prodigiosamente tallada y surtida de grandes pomos de exquisita verbena. Tomé el más gracioso álbum que pude hallar y mandé hacer un magnífico ramo de flores recogidas.149 El valor que se les puede atribuir a estas composiciones poéticas realizadas con el único afán de honrar y adornar las páginas del álbum viene reforzado por la presencia de las mismas en la prensa. Muchas publicaciones periódicas se hacen eco de los versos que algunos de los más aclamados escritores y personajes públicos de la época dejan en estos objetos de coleccionismo. La Ilustración Sud-Americana, revista de Literatura, Artes y Ciencias, reprodujo en el número correspondiente a Enero de 1892, los versos que Carlos A. Imendia dejó en el álbum de Carolina Puga150, hermana de la poetisa cajamarquina y gran amiga de Angélica, Amalia Puga de Losada. En la misma revista pero en Diciembre de 1891 aparecieron los versos que la misma Amalia Puga dejara en el álbum de su hermana y los escritos por Lastenia Larriva en el álbum de María Flores Quintanilla151. El tema del envío del libro, la presencia de firmas de gente notable, el tema de la Naturaleza y de las flores, la falsa modestia ante la poca inspiración de la Musa, y la variedad de composiciones recogidas en el álbum, vienen a demostrar que la práctica albumística se daba de igual manera a uno y otro lado del océano. La importancia de los mismos radica en que en sus páginas se encuentran las huellas en el tiempo de escritores, compositores, poetas, personalidades públicas que dedicaron un tiempo y un momento de inspiración a loar en su mayoría la belleza o las virtudes de la dama que lo solicitaba. 149 CISNEROS, Luis Benjamín, Julia o escenas de la vida en Lima, 2° ed., Lima- Perú, Editorial Universo, 1977, p. 60. 150 IMENDIA, Carlos A., “A Carolina Puga”, en La ilustración Sud-americana. Literatura, Artes y Ciencias, Lima, Enero, 1892, Nos 9 y 10, Año II, pág. 119. 151PUGA, Amalia, “A mi hermana Carolina. (En la primera página de su álbum)”, en La ilustración Sud-americana. Literatura, Artes y Ciencias, Lima, Diciembre, 1891, No 7, Año I, pág. 76. LARRIVA, Lastenia, “El mejor amuleto. (En el álbum de la niña María Flores Quintanilla)”, en La ilustración Sud- americana. Literatura, Artes y Ciencias, Lima, Diciembre, 1891, No 7, Año I, pág. 76. 91 El despertar del siglo XX La gran aldea Lima, la engreída sultana de Sud- América (…), se lanzan a la calle en pos de emociones fuertes o a reforzar el hormigueo humano, ya sea del comercio, ya de las tabernas aristocráticas frecuentadas por los caballeros que saborean los cocktails y los bitter a expensas del cachito, sacudido con igual fe y entusiasmo en los figones democráticos por el jornalero, el hombre mugriento, el mulato de pelo pasa y ojos blancos que derrocha el cobre del salario en la copa de a dos centavos.152 152MATTO de Turner, Clorinda, Herencia, Lima, Instituto Nacional de Cultura, 1974, págs. 30- 31. 92 Comienza el siglo XX, la guerra hace años que terminó pero la sombra del ejército enemigo todavía planea en las calles limeñas y la balacera parece escucharse en los lugares en que las tropas chilenas han estado apostadas durante meses. Bajo los efectos del golpe sufrido por la intromisión del enemigo dentro de la capital, se intenta no sólo levantar el ánimo del país, sino también devolver la identidad a un pueblo que cree haberla perdido. El robo de los libros de la Biblioteca Nacional ha puesto de manifiesto que el patrimonio cultural de un país es susceptible de convertirse en botín de guerra, algo en lo que nunca nadie había reparado. Don Ricardo había asumido la dirección de la Biblioteca Nacional como un encargo que a título personal le realizara el Gobierno del General Iglesias a través de la persona de José Antonio Lavalle: intenta reponer los fondos robados haciendo uso del favor de sus amistades y también recomponer la imagen de la Biblioteca como lugar de estudio e investigación abriéndola a aquellos que pasan por allí y quieren ver con sus propios ojos al creador de las Tradiciones, obra que se ha convertido en símbolo del pasado colonial que ahora, a principios del siglo XX, se intenta restaurar. Angélica cree escuchar todavía aquella algarabía que había inundado sus oídos nada más llegar a Europa: ocho años hace ya que estuvo allí y todavía palpitan en ella los deseos de volver. En la Biblioteca, entre anaqueles de libros y legajos recuperados, consagra sus horas a lecturas escrupulosamente escogidas. Su padre y su madre acompañan y guían sus pasos como la literata y estudiosa en la que se está convirtiendo. Dentro de ciertos círculos literarios ya es conocida su inclinación por la literatura y a ella dedica su tiempo. Asidua lectora de diarios y revistas escribe articulitos de opinión y publica traducciones de poemas en francés o en italiano. Desde los altos de la Biblioteca donde vive, Angélica observa los cambios que está viviendo su ciudad, registra y escucha los comentarios de aquellos que llegan a visitar a su padre y comentan con el tradicionista los vaivenes que la ciudad acusa tras los últimos sucesos. No piensa en casarse, o al menos no lo manifiesta, aunque su padre sí parece querer encontrar a alguien que merezca a sus hijas. En cambio si tiene UD. tres Lussich se los monopolizo para Angélica, Augusta y Renée. No son tres bellezas, pero son tres buenas criaturas como carácter y con rostros agraciados, nada más que agraciadas.153 Lima se conforma a nivel urbano, social y cultural como la “gran aldea” que apuntara Luis Alberto Sánchez. Continúan las transformaciones que se habían visto interrumpidas como consecuencia de la guerra y de la crisis económica y financiera en la que se vio sumida 153 Cfr. nota 67, pág. 334. 93 y que impulsan esa modernización que a finales del XIX intentaba borrar todo rastro de ese pasado colonial común en Hispanoamérica. Esta preocupación por la entrada de elementos nuevos, totalmente ajenos a la cultura tradicional era la que, si recordamos, los intelectuales peruanos y los extranjeros que se encontraban de paso por la ciudad, ya habían llevado a los salones de Juana Manuela Gorriti y una década más tarde a los de la escritora peruana Clorinda Matto de Turner. Algunos sectores de la sociedad a través del periodismo, la pintura, la literatura o la fotografía evidencian las transformaciones causadas por la modernización, gran invento del siglo, y plasman en sus obras un costumbrismo ligado a la historia del país y a su corte virreinal. De alguna manera se aferran a la idealización de esa Lima a la que ha cantado don Ricardo en las Tradiciones donde encuentran lo que les da autenticidad y originalidad frente a otros países. La modernidad y los cambios que ella conlleva son imposibles de enraizar con la historia del país, vienen de fuera y se adoptan sin importar ni medir las consecuencias que esto pudiera acarrear. Son pocos los que tienen conciencia de estar renunciando a lo propio en beneficio de lo ajeno y menos aún los que sin ningún temor de ser llamados con desprecio “tradicionales”, los que lo manifiestan. Angélica lo ve en casa, tanto su madre como su padre reivindican la originalidad de sus costumbres, el valor de la tradición y el aporte que ésta ha hecho a la cultura y la historia de la ciudad. …triste manía nacional de empequeñecer lo propio154 Con la idea de modernidad vienen asociados dos conceptos: el de progreso y el de cosmopolitismo, dos características que dificultan en cierta medida la conservación de aquellos rasgos que constituyen la identidad del país. Progreso, ligado al desarrollo urbano de la ciudad y de las casas que la integran y cosmopolitismo por la fuerte influencia que corrientes extranjeras como la inglesa o la francesa están ejerciendo. Pero así como, a pesar de la transformación de las anchas plazas con fuentes rumorosas en artificiosos parquecillos ingleses y de las celosías moriscas en antepechos modernos, presenta Lima reminiscencias coloniales, sus hijas, bajo el barniz de cosmopolitismo, conservan la sal criolla y si no tienen las deliciosa originalidad de sus antepasadas, las aventajan en distinción.155 154 Cfr. nota 6, pág. 41. 155 Cfr. nota 72, pág. 13. 94 Ser moderno implica mirar a Europa, cuna del buen gusto y la buena educación. Para ello se lleva a cabo desde la Municipalidad de Lima, una campaña de higienización de la ciudad que ayuda a transmitir esa imagen moderna y positivista que desde diferentes frentes intentan dar. El ofrecer un cambio de imagen pasa por el derrumbamiento de aquellas construcciones consideradas insalubres y fuente de infección para la población, “esas casonas de vecindad, de numerosos departamentos antihigiénicos, refugio insalubre de la pobreza, triste asilo de la miseria decente,...”156, sustituyéndolas por casas simétricas y puertas cerradas: -¡Qué quieres, hija! Este mundo en que vivo es tan distinto del mío, de aquel en que yo nací, del de mi juventud, que tal vez no sé juzgarlo. Ha variado tanto todo, nombres, cosas y costumbres! A veces, recorriendo algunos barrios nuevos, de casas simétricas y puertas cerradas, me pregunto si estoy en Lima, en mi Lima desordenada y pintoresca donde junto a un chiribitil se alzaba un opulento caserón solariego y donde las puertas hospitalarias, siempre abiertas como los corazones de entonces, mostraban el amplio patio dividido por la reja historiada, la inscripción religiosa en el arco del zaguán, las altas paredes con zócalos de limpios azulejos, la fuente de mármol poblada de pececitos rojos y plateados, y, al fondo, más allá de la sala y de la cuadra, los jazmines y madreselvas del traspatio. El horario que regía en esos hogares era muy distinto al absurdo que ahora seguimos. A las seis o seis y media de la mañana, compraban las esclavas a la negra tisanera que recorría las calles pregonando su mercancía, la tisana o el fresco para el desayuno; se almorzaba a las nueve, a las tres cenábanse tribunales, ministerios, tiendas y escuelas, se tomaba en alguna casa amiga el aperitivo, consistente en una copa de buen mosto o de legítimo puro de Ica, y no en estos brebajes apodados bitter o cocktail, que se expenden hoy en bares y confiterías; se comía a las cuatro y venía luego la hora del Paseo por la plaza de Armas, donde, desde el atardecer, sentaban sus reales buñoleras y mazamorreras, o por los portales, en cuyos arcos las mistureras que solían ser diestras correveidiles, vendían los puñaditos de diamelas, aromas y jazmines con el aditamento de algún níspero oloroso, una roja cereza o un perito claveteado de canela, al regresar a casita se rezaba el rosario en familia, se bebía una jícara de chocolate, y a la cama, para madrugar al día siguiente, que es saludable costumbre (…) ¡Quién iba a gastar en telas finas ni en buenos sastres para los muchachos que son tan rompedores! Un par de veces por año, un sastrecito ramplón nos hacía un vestido crecedero, no necesitábamos más para mataperrear en Amancaes o en el centro de las Ramas o para ir a buscar boliches en la alameda de los Descalzos. Ya hasta los árboles que daban esas bolitas negras con las que tanto jugué en mi infancia, y que creo que se llamaban chorolques, han desaparecido, ya sólo unos pocos viejos recordamos las lucidas cabalgatas a Amancaes en el día de San Juan; ya nadie siente el misterioso encanto de la Alameda, hoy abandonada y triste (…) 156 PALMA, Angélica, “Desolación”, en Mercurio Peruano. Revista mensual de ciencias sociales y letras, Lima –Perú, Casa Editora M. Moral, Año II, Vol. III, nº 14, agosto 1919, pág. 108. 95 (…) -Déjame acabar, iba a decir que junto con la saya y manto empezaron a disminuir la sandunga, el ingenio y hasta la belleza de las limeñas, porque la de hoy es muy inferior a sus abuelas; solo las gana en coquetería y mala crianza.157 La transformación urbana a la que se ve sometida la ciudad es un hecho que no pasa desapercibido ni para el limeño de nacimiento ni para el viajero. Se tienen en mente los avances que se están viendo en las grandes capitales europeas y existe una voluntad de trasplantar los modelos urbanísticos que llegan a través de la prensa internacional: la imagen que ofrecen capitales como Londres o París y los aires que traen las nuevas corrientes de pensamiento como el positivismo, cada vez más arraigado, hacen que, como apunta Angélica en uno de sus textos, se destruyan las antiguas casas virreinales donde las puertas hospitalarias, siempre abiertas como los corazones de entonces, mostraban el amplio patio dividido por la reja historiada, la inscripción religiosa en el arco del zaguán, las altas paredes con zócalos de limpios azulejos, la fuente de mármol poblada de pececitos rojos y plateados, y, al fondo, más allá de la sala y de la cuadra, los jazmines y madreselvas del traspatio. Estos caserones se constituyen en símbolos del pasado, del atraso, de aquello que hay que sustituir en pro de unas costumbres importadas de fuera y que quieren convertir en propias. Angélica hace hincapié en cómo los tipos característicos de la misturera, la mazamorrera, la negra tisanera, la buñolera o las tapadas limeñas junto al hábito de las cabalgatas por el Paseo de Amancaes, buscar boliches en la alameda de los Descalzos, la hora del Paseo por la plaza de Armas, o la costumbre de beber una jícara de chocolate están siendo llamadas a extinguirse si no lo han hecho ya, puesto que tan sólo unos pocos viejos lo recuerdan. El crítico Ángel Rama explica el fenómeno de la aparición de la ciudadmodernizada: “…, el problema más amplio y circunscribía a todos: la movilidad de la ciudad real, su tráfago de desconocidos, sus sucesivas construcciones y demoliciones, su ritmo acelerado, las mutaciones que introducían las nuevas costumbres, todo contribuyó a la inestabilidad, a la pérdida de pasado, a la conquista de futuro. La ciudad empezó a vivir para un imprevisible y soñado mañana y dejó de vivir para el ayer nostálgico e identificador”158. 157 Cfr. nota 6, págs. 85- 87. 158Cfr. nota 17, pág. 125. 96 Angélica está conformando su pensamiento en esa generación posterior a la guerra que crece con el recuerdo idealizado de una Lima que se va159 . Con veintidós años alimenta el respeto por la tradición, la historia y el origen de su cultura inculcado por su padre y como lo hiciera este, incorpora personajes que encarnan esos valores tradicionales y lamentan la pérdida de aquello que caracteriza la ciudad en la que viven. Personajes de cierta edad, testigos del cambio, que muestran a los más jóvenes cómo ha cambiado la realidad ante sus ojos son los que protagonizan ese recuerdo nostálgico de un periodo en el que no se vivía tan mal, ni se necesitaban tantas cosas importadas como se intenta hacer ver. Y son esos mismos personajes los que con otros nombres se encuentran muchas tardes en el despacho de su padre conversando hasta altas horas. Esa es su principal fuente de inspiración: las conversaciones que se escapan por los pasillos por los que pasea Angélica mientras va por un libro a una de las salas de la Biblioteca y que provienen del interior del despacho de su padre donde suele conversar con compañeros de profesión y amigos: Juzgaba que se vivía de prisa, y, al mismo tiempo, con retraso. ¡Qué horas de levantarse, de comer, de recogerse! En las noches, mientras los jóvenes politequeaban en los clubs, las niñas se aburrían solas en sus casas, y para distraer el tedio comentaban la última soirée, la próxima partida de tennis, el five o´clock de Fulana; y doña Mercedes, escuchando esos nombres exóticos, suspiraba por las fiestas de que tan pocas veces disfrutara en su juventud de enfermera; un sarao suntuoso, una pachamanca en las huertas del Cercado, una lucida cabalgata al cerro de Amancaes en busca de las flores que le dan nombre y perfuman y bordan de amarillo su falda. (…) Recuerdos de su Lima antigua, olorosa a sahumerio y a mixtura, la de las celosías moriscas y las rejas propicias al galanteo; recuerdos de la casa solariega, recuerdos de los muertos queridos, recuerdos de la casa solariega, recuerdos de los muertos queridos, recuerdos cuidadosamente ocultos a los comentarios profanadores,…160 En esa búsqueda que se produce de símbolos que de alguna forma definan la originalidad de la cultura limeña y la identificación con ese pasado virreinal destacan los esfuerzos realizados por revistas como Actualidades, Ilustración Peruana, Variedades,La Crónica o el papel que a través de su pintura realizaran los maestros Teófilo Castillo (1857- 1929), Carlos Baca Flor (1865- 1941) y Daniel Hernández (1856- 1932). “Castillo se dedica a reconstruir el virreinato, Baca Flor se convierte en retratista objetivo del gran mundo 159 Título del libro del mismo nombre que escribiera José Gálvez donde recogiera los cambios sufridos en la capital peruana con la llegada de aires nuevos venidos de Europa. Cfr. nota 200. 160 Cfr. nota 4, pág. 413. 97 cosmopolita, y Hernández a quien se debe la fundación de la Escuela Nacional de Bellas Artes, elige temas de postal o figuras femeninas o históricas…”161. Aunque no perteneciente a esta generación el que sin duda supo captar e inmortalizar momentos y situaciones, en definitiva la esencia de lo que fue la vida en Lima, fue el pintor Pancho Fierro (1803- 1879), apodado el pintor de tipos populares162. La escritura y en conjunto las diferentes manifestaciones artísticas se ocuparon de reconstruir y diseñar esa identificación nacional que se creía perdida: …durante el periodo modernizado asistimos a una superproducción de libros que cuentan cómo era la ciudad antes de la mutación. Es en apariencia una simple reconstrucción nostálgica de lo que fue y ya no es, la reposición de un escenario y unas costumbres que se han desvanecido y que son registradas “para que no mueran”,…163 Desde finales del siglo XIX los cambios que viene sufriendo la ciudad están afectando a la estructura social con el surgimiento de una clase media que ve aumentado su número en estos momentos debido al fenómeno de la inmigración. Mucha gente proveniente de la costa y del interior de país se traslada a la capital movida por la promesa del cambio, del crecimiento y del ascenso social. Esa clase media no sólo busca frecuentar los mismos lugares que la clase alta para entablar relaciones y mezclarse, sino que gracias a ella se origina un mundo paralelo que no es ni el blanco de los de la clase alta, ni el negro de la clase baja, es el mundo de las apariencias. Hay que seguir la corriente de la época; ya a nadie se le pregunta -¿cómo te llamas? Sino -¿cuánto tienes?- ¿No vemos que hoy todo el mundo acude a muchísimas casas cuyos fundadores han pregonado por las calles de Lima blondas y cintas, dedales y agujas, tutto bonitti, tutto baratti? Y Lércari (…) vino llamado por su tío para trabajar en la tienda del portal, y a fuerza de trabajo y formalidad, impulsó ese negocio, implantó otros y ha llegado a ser de los primeros en la colonia italiana.164 Por si te decides, he escrito a mamá que te presente y te recomiende, para que vean que no eres tan sola y que es tuyo el hogar de D. José María Álvarez, vocal de la Corte superior y ex ministro de Don Nicolás de Piérola, pues el mundo se paga mucho del oropel. Con esto y con el airecito de displicencia aristocrática que, como medida preventiva, sabes adoptar con los 161 SALAZAR BONDY, Sebastián (recop.), Arte milenario del Perú, Lima, Ediciones del Ministerio de Educación Pública, 1958, pág. 48. (Biblioteca del estudiante peruano; II). 162 LAVALLE, Juan B. de, “Pancho Fierro, pintor de tipos populares”, en Prisma, 1907, págs. 25- 27. 163 Cfr. nota 17, pág. 126. 164 Cfr. nota 6, págs. 13-14. 98 desconocidos, y que tan conveniente es cuando se alterna con gentes que no tienen más ventaja que la del dinero,…165 Una clase social que tiene pretensiones de clase alta y se encuentra desubicada puesto que no goza de un respeto social. Muchas de las antiguas familias han perdido su fuente de ingresos con la crisis que la guerra ha generado en el país por lo que es frecuente observar matrimonios en los que uno de los cónyuges aporta el apellido y el respeto dentro de ciertos círculos y el otro una posición económica ventajosa. …, siempre habían creído que la mujer de Alfonso había de ser de elevada alcurnia, de brillante posición social, rica y bella, y parecíales poco una modesta muchacha sin otras ventajas que un apellido honorable, una conducta irreprensible y una linda figura. (…) En casa de Inés se aceptaron al principio con agrado las asiduidades de quien era, social y pecuniariamente, uno de los buenos partidos de Lima…166 …, eso fue sólo un enlace de conveniencia; eran dos asociados: ella llevo la rancia aristocracia de su nombre y las relaciones de su empingorotada familia; él, lo positivo.167 La pertenencia a la clase social ya no es tanto cuestión de cómo cada individuo se identifica dentro de un grupo de personas, sino de cómo es visto por la sociedad. …en esa casa más que en su condición presente de intelectual y universitario lo consideraban simplemente como al hijo de la costurera, sin comprender que en la vida todo cambia y evoluciona…168 La clase alta permite y abre sus espacios de encuentro y diversión a esta clase media no tanto por el poder económico del que hacen alarde sino por la cultura, la educación y los modales de los que sólo algunos pueden presumir. Así pues, se trata de una cuestión de “apariencia”, de poder pasar desapercibido dentro de una clase que no les pertenece por nacimiento más que de una cuestión de poder adquisitivo. 165 PALMA, Angélica, “Vencida”, en La novela rosa, Barcelona, Editorial Juventud, 1° de diciembre de 1933, Año X, n° 239, pág. 75. 166Cfr. nota 6, pág. 20. 167MARIANELA [seud. Palma, Angélica], “Morbus Aureus”, enCfr. nota 77, pág. 261. 168 Cfr. nota 1, pág. 57. 99 Los nuevos ricos que carecen de las “cualidades superiores” de raza, apellido, educación, profesión y estilo de vida169 intentan cambiar el orden social e invertir las reglas privilegiando el dinero por encima de todo aquello que este no puede comprar. No hay que olvidar que, con motivo de la explotación del guano y del salitre y de toda la red comercial que surgió en torno a éstos, muchas familias, pertenecientes a una clase media-baja habían visto aumentados sus ingresos y con ellos una posibilidad de subir en el escalafón social. Mercedes Cabello en su novela El conspirador, publicada en 1892, ya introducía comentarios que denotaban la realidad existente: -Ofelia Olivas, pertenece a una familia rica y noble, rica oliendo a salitre y guano y noble, con vahos de cuartucho de Abajo del Puente. -¡Ay! Hijito, ¡tú llegarás a figurar tarde, cuando no haya guano ni especulaciones que puedan enriquecerte!...170 Ahora, casi diez años después de que la Sra. Cabello escribiera esto, se viven las consecuencias de esas especulaciones y es la segunda generación las que las padece. Aquellos que, de forma literaria en novelas, cuentos y artículos, están consignando los cambios que se están produciendo en la sociedad, crean un espejo, con sus obras, donde la sociedad se ve reflejada. La clase media, las dificultades por las que atraviesa así como las características que la identifican se convierte en la absoluta protagonista de la literatura del momento. -Es la herencia,- afirmaba el viejo médico- ¡Bien especuló aquí el padre en los tiempos del guano y del salitre!...171 Angélica opta por personajes que encarnan a esta clase media y que contrastan con otros personajes que tipifican los usos y costumbres de la clase alta. Así ejemplifica el binomio modernidad/ tradición, poniendo de manifiesto cómo se está progresando en muchos aspectos en detrimento de aquellos valores tradicionales que habían dotado de identidad al pueblo peruano. Muy reducidas en número y decaídas en suntuosidad, las un tiempo famosas procesiones de Lima no despiertan ya el devoto entusiasmo ni ostentan la pompa y boato que en las buenas épocas pasadas. Con todo es aún digna de su vieja fama ésta del Señor de los Milagros,…172 169PARKER, David S., “Los pobres de la clase media. Estilo de vida, consumo e identidad en una ciudad tradicional”, en PANFICHI H., Aldo- PORTOCARRERO S., Felipe, Mundos interiores, Lima, Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico, pp. 161- 185. 170 CABELLO de Carbonera, Mercedes, El conspirador. (Autobiografía de un hombre público): novela político- social, 1° ed., Lima: Kavia Cobaya, 2001, págs. 117 y 26 respectivamente. 171 Cfr. nota 167, pág. 260. 100 En su novela Uno de tantos el protagonista Abelardo, que representa a esta clase media, observa con ojo crítico cómo están distribuidos los pasajeros en el vapor en el que viaja de camino a Europa. La distribución de los pasajeros en los vagones se convierte en una representación de los estamentos en los que se halla dividida la sociedad: Los pasajeros de primera forman la aristocracia desocupada y egoísta, los de segunda la burguesía mediocre y los de tercera el proletariado ignorante e infeliz. (pág. 181) El derrumbamiento de las murallas en época de José Balta había ocasionado la ruptura de los límites de la estructura colonial en la que se conformaba la capital, nuevos núcleos urbanos empezaron a surgir más allá de la cuadratura de la Plaza de Armas demandando una serie de transformaciones que afectaban a los servicios básicos como el agua o el alumbrado público eléctrico. Hay que hacerle un lavado de cara a una ciudad que se ha quedado estancada en su pasado y que demanda ponerse a la altura de las ciudades europeas. La fisonomía de Lima es sumamente original y sus tipos varían según sus barrios. En el centro, cuyo radio es pequeño, se halla la clase acomodada; el público que se quiere extranjerizar, el que fomenta los conciertos, las tertulias, los bailes de fantasía, las veladas, es el público de los coches particulares, son los parroquianos de Bates Stocks, de madama La Roche, Pigmalión, Broggi, Klein, etc. Este público tiende a esparcirse hacia el Sur y el Oeste. El Cuartel primero, y parte del segundo y cuarto, son barrios enteros de ese público que forma la moda.173 Para ello a comienzos de este siglo y durante el gobierno de José Pardo y Barreda se inaugura el tranvía eléctrico que recorre las calles de la ciudad y comunica los nuevos focos urbanos hacia donde la población se está extendiendo. Salió Abelardo, y un tranvía lo llevó al centro de la ciudad, iluminado y bullicioso en la animación del anochecer. Pasaban raudos los tranvías; circulaban carruajes con mujeres hermosas; formábanse corrillos parlanchines en las esquinas y en las puertas de las confiterías de moda; piropeaban los mozos a las chicas bonitas; deslizándose entre los transeúntes, asaltando los coches, alborotando y corriendo voceaban los granujas los diarios vespertinos.174 Los callejones, antiguos caserones, departamentos de reja, casas de vecindad existentes en el centro de Lima, reclaman ser la representación de lo auténticamente peruano, 172 Cfr. nota 167, pág. 240. 173 TUNANTE, El (Abelardo Gamarra), Lima. Unos cuantos barrios y unos cuantos tipos. (Al Comenzar el siglo XX), Lima, Litografía y tipografía nacional de Pedro Berrio, 1907, pág. 4. 174 Cfr. nota 1, págs. 117- 118. 101 últimos vestigios de la historia colonial. Las clases alta y media-alta delimitan su espacio cerca del cuadrilátero de la Plaza Mayor, constituida hoy, en pleno 1900, en Plaza de Armas donde se celebran actos oficiales y abundan los soportales repletos de comercios y lugares de reunión. Industrias inglesas y francesas se están estableciendo en el país aportando una inyección de capital y el censo de numerosos extranjeros que ayudan a la conformación de una Lima que, en otros tiempos fue centro político. Muchos de estos inmigrantes que llegan a las costas peruanas lo hacen en calidad de empresarios lo que contribuye a impulsar la economía del país seriamente perjudicada no sólo por la Guerra del Pacífico sino por la deuda externa contraída por el guano. De esta manera encontramos alemanes que fundan empresas cerveceras, italianos que se dedican a la industria de la pasta y los helados; los británicos, a los molinos de trigo; los franceses a la moda y los chinos al comercio. De ahí que en la arteria principal de Lima, en el Jirón de la Unión, se encuentren tiendas cuyos propietarios son todos europeos: La ville de Paris, La ville de Lyon, The smart, La samaritaine, la Botica inglesa o la Camisería de García. El Jirón de la Unión se configura como “el centro”, la arteria principal del cambio, lugar donde tomar el pulso a la sociedad, donde encontrar noticias frescas de actualidad y donde los principales mentideros tenían su base. Son los años de Valdelomar y su “belle époque”, de las tertulias del Palais Concert, del Hotel Maury, de la Botica francesa en la calle Mercaderes ante la que montan guardia el hermano de Angélica, Clemente, y José Gálvez, entre otros que forman plantilla en las revistas Variedades y el diario La Crónica cuyas imprentas se encuentran al frente. Quedan entonces en los antiguos solares y callejones, junto al Mercado Central, o en el Rímac y La Victoria, los negros, indios y gente de clase inferior. …a los vecinitos del callejón, mulatos e indios casi todos, que veían en él al niño del departamento de reja, es decir, a alguien colocado un poquito más alto en la escala social (…), a sus compañeros de estudios gratuitos en la escuela fiscal, hijos de artesanos o de criadas casi todos…175 …nostalgia por los caserones de puertas hospitalarias, de anchos patios, de ensortijadas rejas, de zócalos de azulejos, y de traspatios con jazmines y madreselvas. Fue en verdad pintoresca y artística la desordenada Lima de nuestros abuelos.176 175 Id., págs. 35- 38. 176 RIVA AGÜERO, José de la, “Prólogo”, en Cfr. nota 6, pág. X. 102 Parte de las clases acomodadas se traslada hacia los aledaños de la Avenida de la Colmena y del Paseo Colón donde se empiezan a ver palacetes afrancesados que van sustituyendo las casas coloniales. En palabras de Luis Alberto Sánchez, el Paseo Colón era una arteria de medio kilómetro de longitud a la que acudía la flor y nata de la juventud de Lima para contemplar el desabrido crepúsculo, para atender al aroma de la luna, para pasearse al fulgor tenue de los faroles de gas, para intercambiar miradas, palabras, suspiros, promesas177. Por su parte, la Avenida de la Colmena es de nueva creación; fue construida en 1899 por el gobierno a raíz de la propuesta formulada por “La Colmena, Sociedad Anónima de Construcciones y Ahorros”. Dicha empresa se funda recién comenzado el nuevo siglo, en 1900, y es la primera empresa de préstamos hipotecarios que funciona en Lima y que intenta resolver el problema que padecen las clases más pobres en torno al tema de la vivienda. Finalmente, sólo las clases media y alta pueden hacer uso de sus servicios ya que son las que pueden afrontar los préstamos. Se construyen así grandes mansiones de diferentes estilos que dan un aire señorial a la avenida muy lejos de lo que se pretendía en un principio. …, Alfredo se detuvo un momento en el umbral del palacete novísimo, construido bajo la inmediata dirección de Jaime, y paseó su mirada distraída por la ancha Avenida de la Colmena, toda bañada por la claridad riente del sol primaveral; luego a pasos largos y mesurados, recorrió en gran parte la moderna vía y entró en las calles viejas por la de Pando.178 Son muchas las personas que se acercan a la Biblioteca Nacional queriendo hablar con don Ricardo, el cual pasa cada vez más tiempo encerrado en el viejo edificio. La escuela de Angélica son las Tradiciones y los valores de constancia, esfuerzo, entrega y dedicación plena son los que respira entre las viejas estanterías y las nuevas colecciones que van llegando y que hay que catalogar y colocar en el lugar que les corresponde. Angélica ayuda en la tarea de organizar los libros donados por los amigos, las instituciones y todos aquellos que enterados del plan de Don Ricardo, quieren poner su granito de arena en la reconstrucción de la Biblioteca. Pocas cosas distraen la atención del tradicionista: en el mismo edificio se encuentran su pasión y su devoción, su familia y los libros a los que tantas horas consagra. Todavía hay niños, las hermanas pequeñas de Angélica, Augusta y Renée, y los de la familia Cisneros, que revolotean por la casa, pegan voces, y alborotan. 177 SÁNCHEZ, Luis Alberto, Valdelomar o la belle époque, México, Fondo de Cultura Económica, 1969, pág.173. (Colección popular; 94) 178 Cfr. nota 167, pág. 239. 103 Clemente tras su paso por Europa y su desempeño como Cónsul del Perú en Barcelona, ha regresado al hogar familiar casado mientras que Ricardo hijo, ha finalizado sus estudios de medicina y se encuentra en la hacienda de Cayaltí. Ricardo, el chico que usted conoció en España, va a cumplir 27 años, y ha muy pocos días que se ha recibido de médico. Su tesis para el bachillerato ha tenido éxito. Remití ejemplar a Vigil. (…) De mi hijo Clemente comuniqué a usted que, hace seis años, que terminada su carrera literaria y jurídica en la universidad, obtuve que se le nombrara Cónsul en Barcelona. Viajó un poquito por Europa y regresó casado hace tres años.179 Las sesiones de la Beneficencia Pública a las que sale los lunes junto con las corridas de toros o su participación como jurado en actos escolares o artísticos son algunas de las pocas ocasiones que se tiene de ver a don Ricardo fuera de la Biblioteca. Don Ricardo mantiene la correspondencia al día, contesta y envía libros, recortes de periódico, artículos, colaboraciones y agradecimientos. Sigue en contacto con sus amigos de España y con los que comparten con él un mismo continente: comenta con ellos sus preocupaciones familiares, laborales y políticas. Angélica pasea por las calles de Lima buscando lo que hace que su ciudad sea diferente al resto, intenta encontrar el rastro de las huellas de otros tiempos que la modernidad está intentado borrar y grabarlo en su memoria para luego plasmarlo en el papel. Defensora de la tradición pero implicada en las reformas en lo que a la mujer y la función que ésta desempeña en la sociedad se refiere, escribe y alimenta esa imaginación suya que la acompaña desde niña creando historias que bien pudieran ser reales y que comparten un mismo escenario. Las calles se convierten en espejo de los cambios que se producen, reflejan cómo la sociedad se transforma y con ella los ideales y los valores de sus habitantes. Es un personaje más que interactúa y cobra protagonismo, un elemento vivo que cambia y modifica sus hábitos, padece y siente las nuevas corrientes y busca su identificación: Vamos a las particularidades de algunas de las calles de Lima: Espaderos, Mercaderes, Bodegones, Plateros, los portales son notables por el lujo de sus almacenes. Anacronismo entre esos lugares, en el corazón de la ciudad, es el callejón de Petateros, pasadizo lleno de fondines de chinos, de tiendecitas y chicherías, desaseado, ruinoso, callejuela de pueblo, adefesio, 179 Extracto de la carta de Ricardo Palma a Francisco Sosa, fechada en Lima el 20 de abril de 1909, en Cfr. nota 142, pág. 58. 104 acurrucado entre las sedas del Portal de Botoneros y los artículos de fantasía de los almacenes de Harth, en Plateros de San Pedro. La calle de las Mantas, es calle de bebederos, del 81 a esta fecha. La del Arzobispo, calle de lozerías y ferreterías, calle de cristales. La de Palacio, de cambistas y relojeros. La de Polvos Azules, calle baúl, calle colchón, allí se fabrican. La del Rastro, de cueros y zapatos. La de las Manteras de jergones, cordellates, castillas, etc. La del Chivato y Borricos, calle de la cumbianga, calle cuerda, jaleo, guasaquío, flor de anís, zarandeo, calle de pianitos ambulantes. La del Capón, opio, chinos mantequeros, chicharroneros y encebados, calle mecha. La Barranquita y la calle de la Puerta de la Luna de Acho, calle de tendejones, en los que hay pequeñas cocinerías criollas, calle del rachí-rachí. La del Correo Viejo, puede llamarse de escribanos, allí residen los notarios, calle legajos. La del Palacio de Justicia, de abogados y papel sellado, calle pleitos.180 Las novelas de Angélica transcurren y se desarrollan en su mayoría en los límites urbanos. Casi tanta o más importancia cobran los personajes de las novelas como el lugar donde transcurren los hechos: Lima, un escenario real, cercano, inmediato y perfectamente localizable por los lectores. Como hiciera Galdós con Madrid, le concede a la ciudad que la ha visto nacer, la categoría de personaje, rindiéndole su particular homenaje. Atravesando la Plaza de Armas, salió al Jirón de la Unión, concurridísimo a esa hora (…)- y se detuvo en la esquina de Espaderos…181 …es por la Avenida Grau, casi frente al Hospital Italiano…182 Las grandes Avenidas se están extendiendo más allá de los límites marcados por las murallas coloniales ya derribadas, hacia los llamados balnearios a donde las clases acomodadas se están dirigiendo: Barranco, Miraflores183, Chorrillos, La Punta y El Callao, Chosica o Ancón se configuran como los nuevos espacios de ocio y descanso tanto para una clase que demanda europeizarse como para los que vienen de fuera que quieren encontrar las mismas comodidades que tienen en sus respectivos países pero con el exotismo de estar en Hispanoamérica. Diéronse a edificar sus moradas estivales con los refinamientos y la suntuosidad que el gusto y la fortuna de los propietarios permitía.184 180 Cfr. nota 173, págs. 4- 5. 181 Cfr. nota 6, pág. 62. 182 Cfr. nota 1, pág. 152. 183 En 1907 se inicia la construcción de la Avenida de Magdalena que comunicaba la ciudad con Miraflores. 184 Cfr. nota 6, pág. 3 105 Ya pronto te autorizará el doctor para irnos a Ancón, y a esos solazos reverberando sobre la arena no hay reumatismo que se resista.185 Ancón (…) Dos surprisses, un pic-nic en la playa de las Conchitas, un paper chasse en la hacienda infantas y mil otras ocurrencias de mayor tamaño, dejando entrever que Ancón era más propicio a esas expansiones del espíritu juvenil que lo era el Barranco…186 De ahí que las nuevas líneas de tranvía y los ferrocarriles interurbanos se ideen con el pensamiento de comunicar estos espacios con la ciudad y facilitar el traslado de las familias más allá del centro de Lima. Es de práctica entre los que en esta villa pasan la temporada invernal compadecen a quienes soportan las molestias del frío y de la humedad en Lima y ponderar el sol siempre radiante y la azul diafanidad del cielo de Chosica. (…) Los habitantes (…), a penas salen de sus casas. Solo cuando llegan los trenes de Lima se ve cierta animación en el pueblo.187 En la Plaza de la Exposición tomó Nelly un tranvía que la llevara al centro de la ciudad, (…) Al salir de la segunda lección, la joven profesora, persona prudente y juiciosa como pocas, decidió utilizar el tranvía que, atravesando calles apartadas, la llevara hasta Santa Teresa, (…)188 La familia Palma había trasladado, al poco de nacer Angélica, su residencia al balneario de Miraflores; la guerra y el ataque que esta población sufrió, hicieron que Doña Cristina cogiera a sus hijos y volvieran a la ciudad. Ahora viven en la Biblioteca, en el corazón mismo de la ciudad de opulento pasado y presente de humillación y tristeza189. El paisaje cambia. Lima se muestra como una ciudad en continuo movimiento que provee a Angélica de material suficiente para rellenar sus cuadernos de líneas y hojas sueltas. Angélica acostumbra a leer la prensa diaria no sólo nacional sino también internacional pues su padre tiene suscrito su nombre a diversos periódicos y revistas que, 185 Id., pág. 169. 186 BEINGOLEA, Manuel, Bajo las lilas. Cuentos pretéritos [Selección], Lima, Ediciones de la Biblioteca Universitaria, 1967, pág. 33 (Colección Clásicos Peruanos). 187 Cfr. nota 6, págs. 94-95. 188 Cfr. nota 77, pág. 107. 189 Cfr. nota 35, pág. 31. 106 cumplidamente, le remiten a la biblioteca. Incluso ella misma ha hecho sus pinitos publicando algún que otro trabajito en diferentes medios. La importancia del periodismo o de la prensa en general radica, como en otras sociedades, en que supo reflejar los cambios que se producían a nivel social, político y económico. Desde la llegada al poder de Ramón Castilla en 1854 hasta la Guerra con Chile, pasando por todos los gobiernos militares que durante la “era del guano” ejercieron el poder, es destacable el papel que hicieran diversos medios como El Comercio. Las calles reflejan cómo respira la sociedad: las nuevas necesidades creadas, el surgimiento de una clase social, los cambios en lo que a moda y saber estar se refiere, las transformaciones a nivel urbano que intentan reconstruir el organigrama de una ciudad que se ha visto atacada y vejada por el ejército enemigo o las opiniones que los gobiernos que se suceden van suscitando entre la población. La prensa pone palabras y nombres para explicar lo que está pasando, materializa y otorga carácter de veracidad a las informaciones que se vierten, creando opinión en las calles. La prensa, la sociedad: todos claman contra los mercaderes políticos y mientras ese concierto de voces se pierde sin eco, ni resonancia, el ministro contratista, el presidente especulador, no ven más que manifestaciones de adulación y testimonios de adhesión.190 Muchos escritores que se ganan la vida profesionalmente a través de sus obras, caen en las redes del periodismo, una nueva manera de llegar a más gente y de generar polémica y debate. Angélica tiene el ejemplo de su padre que continúa escribiendo para diferentes medios pero más cercano le es el que le proporciona su hermano Clemente, dedicado por completo, desde su regreso, a esta tarea. Recién llegado de Europa, ejerce el cargo de Vicedirector de la Biblioteca y se ha trasladado en compañía de su recién creada familia a un departamento contiguo a donde viven sus hermanos y sus padres. Ha contraído matrimonio con María Schmaltz, “hija de madre limeña y de padre alemán, nacida en Puerto Rico en 1884” (Carta de Ricardo Palma a Lola Rodríguez de Tió, fechada el 15 de noviembre de 1906). Gran cuentista había publicado en 1904 aprovechando su estancia en Barcelona, Cuentos malévolos, con prólogo de Miguel de Unamuno, que se reeditaría en París en 1912. 190 Cfr. nota 170, pág. 66. 107 Clemente literariamente se distancia de los pasos marcados por su padre: sus cuentos no contienen resuellos de un pasado colonial ni el ligero sonido de los cascos de las calesas al llegar al palacio virreinal. Más bien todo lo contrario, inserto en el movimiento modernista se empapa, durante su estancia en Europa, de lo que escritores como Edgard Allan Poe, Maupassant o los rusos del siglo XIX como Chéjov o Gorki, han escrito. En ellos se inspira cuando escribe sus cuentos instaurando lo insólito en la narrativa realista o naturalista propia del momento y en la que su hermana Angélica está debutando. Al margen de los cargos públicos que pueda desempeñar, el mayor de los Palma a su regreso a Lima ha concentrado todos sus esfuerzos en el periodismo y más concretamente en el periodismo crítico y político lo que, a la larga, traerá consecuencias a toda la familia. Con la entrada del flamante siglo XX y los aires de modernización se difunden nuevas técnicas que atañen y repercuten en el proceso de elaboración de un periódico o revista: la técnica del fotograbado periodístico que permite el nacimiento de semanarios que reflejan los acontecimientos políticos, sociales y culturales de la actualidad. Ahora las informaciones se sustentan con fotografías de calidad y ya existen profesionales de estudio que se dedican a captar imágenes que mandan a las redacciones. Entre estos semanarios se encuentran Actualidades, fundado por Juan José Reinoso que aparece el 3 de enero de 1903 y Prisma. Revista ilustrada de Artes, letras, etc, el 15 de noviembre de 1905. La más antigua es Actualidades que, haciendo honor a su nombre, trae siempre el suceso reciente, la nota palpitante, el dato curioso sobre el héroe del día, un artista de pura cepa, Teófilo Castillo, ilustra sus páginas satinadas con rasgos sugestivos y originales y un ingenioso croniqueur nos relata, con fina ironía, las cosas que pasan ante sus ojos observadores y burlones. Prisma, una de las más lujosas publicaciones sudamericanas de este género, une a un selecto material literario todos los primeros de las artes gráficas.191 Ambos semanarios siguen las nuevas técnicas que se empiezan a desarrollar a comienzos de siglo. Vienen a ser el reflejo de una época de renacimiento cultural impulsado por el gobierno de José Pardo que daba comienzo en 1904. José Pardo desde la posición de Presidente de la República toma opción por potenciar todo aquello que a la educación se refiere y por promover la creación de entidades culturales como la Academia Nacional de Historia, la Escuela de Bellas Artes, la Academia Nacional de Música y el Museo Nacional de Historia. 191 Cfr. nota 72, pág. 5. 108 Las nuevas medidas adoptadas por el Gobierno facilitan un aumento de lectores, consecuencia de la mejora que en los niveles de alfabetización se están llevando a cabo. Todo esto motiva el auge que tiene en estos momentos la palabra escrita y la participación de esa clase media-alta en lo que se ha dado en llamar intelectualidad mesocrática. Esa clase media- alta tiene una intervención activa en periódicos y revistas que no dudan en facilitar la entrada de importantes miembros de esta clase en sus plantillas. Y es que la prensa comienza a tomar posiciones: los políticos toman conciencia de lo importante que es la opinión pública y lo que ésta genera. Ya desde fines del siglo XIX se venía observando cómo el conflicto político se traslada a la prensa que no duda en tomar partido por unos o por otros, siendo conscientes del papel que desempeñan y de la opinión que crean. Son capaces de movilizar y enfrentar a los sectores populares, esos que viven los cambios en las calles y que hacen suyas las opiniones vertidas en los diferentes diarios. Fonseca estaba resuelto; pero lo que más le preocupó desde el primer momento fue la campaña de Prensa. Pasó revista a los periódicos ya establecidos: los que tenían arraigo en la opinión, si no se hallaban obligados a combatir su candidatura, la apoyarían débilmente; los de escasa circulación no podrían realizar trabajo apreciable; de poco le servían unos y otros; le era preciso un órgano propio. (…) -La Voz del Obrero. -La Voz del Obrero- repitió con lentitud Fonseca-. Sí, sí, la voz que pide garantías, derechos, personeros que defiendan sus ideales…La Voz del Obrero…192 “Panorámicas” se llamaba la sección de Abelardo en La Voz del Obrero. (…) Empezó Abelardo su campaña por consideraciones generales acerca de lo que en el país significaba el partido que tenía en el doctor Sanz a uno de sus más conspicuos representantes, y de los daños ocasionados por su equivocada ideología y su gestión egoísta y retrógrada. Luego, lenta, mañosamente, fue individualizando los vicios y errores de la histórica agrupación en su candidato a la diputación por el Callao.193 Manuel Moral y Vega, fotógrafo portugués instalado en Lima, convierte su Estudio situado en la Calle Mercaderes 484, en el Jirón de la Unión, en un lugar de encuentro social e intelectual donde se citan los mejores escritores y periodistas del panorama nacional. Hay quienes insinúan que apoyado por ellos se decide a crear la revista Prisma: era una manera más de dar a conocer su trabajo como profesional del fotograbado a la par que se daba 192 Cfr. nota 1, págs. 113 y 117. 193 Id., págs. 135-136. 109 cabida a textos narrativos y de otra índole. El propio Clemente o Angélica hablan de ella como “la revista de lujo Prisma” y es que, si bien es cierto que en cuanto al contenido no aporta nada nuevo, su acabado, sus grabados y fotografías, así como la propia encuadernación denotan que es una revista de más alto nivel que otras existentes. En esta revista que ve la luz a finales de 1905 y de cuya dirección se ocupará Clemente a principios de 1907, colaboran Carlos Wiesse, José de la Riva Agüero quien publica por entregas su tesis Carácter de la Literatura del Perú Independiente194, o el mismo Ricardo Palma entre otros. Todos ellos ayudan con la publicación de sus trabajos y opiniones a convertir esta revista en un referente no sólo estético sino cultural. Con la implantación del tranvía y los ferrocarriles interurbanos se acelera el proceso de modernización en los lugares que, alejados del centro de la ciudad, permanecen anclados en costumbres coloniales, por decirlo así: la modernización viaja del centro a la periferia. …parque de Barranco… Llegando a pie o en el eléctrico, que al entrar en esta plaza describe una majestuosa curva y penetra rechinando los dientes como algo desagradable, se destaca un cuadrilátero irregular, con un corte en chaflán hacia Chorrillos,…195 Son los llamados balnearios, combinación de pueblo y ciudad que permanecen apartados del bullicio del centro, y en donde el descanso y las relaciones sociales son los únicos entretenimientos que ofrecen. El éxito de estos lugares radica no sólo en el paisaje bucólico del que gozan sino en el interés que manifiestan extranjeros, en su mayoría ingleses, por ellos. Estos nuevos lugares de retiro y descanso se convierten en protagonistas de diferentes novelas que colaboran en buena parte a promocionarlos. No sólo son un espacio físico sino que circunscritos a ellos existe una sociedad que difiere de unos lugares a otros, una forma de comportarse y una forma de vivir. Manuel Beingolea, Enrique A. Carrillo y Angélica impulsan estos nuevos espacios de descanso con sus respectivas novelas Bajo las lilas, Cartas de una turista y Cartas a una turista. A mediados del siglo pasado, la villa de pescadores San Pedro de Chorrillos comienza a constituirse en el balneario preferido de la sociedad limeña donde …todo tiene un tinte “high styl” o “haut forme”196. Se encuentra construida al pie del Morro del Solar sobre un barranco y al encontrarse cerca de la capital, sus playas son un reclamo para los limeños que viven en el centro. 194 El trabajo de José de la Riva Agüero aparecerá a lo largo de 1906. 195 Cfr. nota 186, pág. 24. 196 Id., pág. 11. 110 Si a la juventud dorada de estos tiempos, que ve en Chorrillos un centro delicioso de solaz veraniego, se le narrase cómo vivían, hasta mediados del pasado siglo, en la misma aristocrática villa, sus respetables abuelos… Y si fuera posible que aquellos respetables abuelos emitieran su opinión sobre pick nicks, matinées dausants y demás diversiones de extanjis, hoy en boga, indudablemente que las calificarían de estiradas e insulsas comparadas con las fiestas pretéritas de que ellos gozaron: pachamancas campesinas, románticos paseos a la luz de la luna en amable charla con amables damas, vestidas de claros holanes, florecidas de jazmines las cabelleras sedosas… Era San Pedro de Chorrillos pobrísima aldea de pescadores, que habitaban en toscos ranchos de adobes. La bondad de su clima y la constante tranquilidad de su bahía animaron a algunas familias limeñas a abandonar la capital por el incipiente balneario durante los meses estivales.197 Tras la guerra con Chile, a Chorrillos le salen competidores: Barranco y Miraflores. Este último, testigo del incendio de la casa de Palma y de su biblioteca, comienza su reconstrucción para intentar resurgir de sus cenizas. Chorrillos empezó su convalescencia, a la vez que con mayores bríos, surgían de las cenizas los dos vecinos que ya antes del desastre comenzaban a hacerle tímida competencia, y la antigua aldea de pescadores vio que la concurrencia que antaño afluía a sus playas, se dejaba seducir por el Barranco, caprichoso y coqueto, y por el encanto apacible de Miraflores, el de las alamedas umbrías. Pese a las nuevas corrientes de la moda, conserva el viejo balneario partidarios numerosos,…198 La villa de Barranco se transforma en ciudad en estos principios de siglo: su estación de ferrocarril, centro de animación de la vida social del balneario y el tranvía eléctrico inaugurado en 1904, están ayudando a convertir la antigua villa en el lugar atractivo donde van a refugiarse ingleses, italianos, franceses además de artistas y literatos. El funicular hidráulico conduce a los baños donde los extranjeros han establecido sus viviendas. Los baños del Barranco son un paraíso para los que saben bailar, quienes sacan partido de los mil incidentes y aun inconvenientes que constituyen la hora del baño, desde la bajada fatigosa o rápida, según se haga por el funicular o no.199 197 Cfr. nota 6, págs. 1-2. 198 Id., pág. 5. 199 Cfr. nota 186, pág. 35. 111 Miraflores es la hermana menor de un cuento de hadas, la más pequeña y la más bonita de las tres. Si Chorrillos es aristocrático, tradicional y rancio y el Barranco es burgués e improvisado, Miraflores es sencillo, juvenil y fresco. Con sus alamedas, su silencio, … Balneario en que se ven cabezas de abuelos venerables, delantales blanquísimos, sonrosados semblantes sajones y porcelanadas caritas de niños, Miraflores es el lugar que por excelencia aman los que no viven para afuera sino para su deliciosa o atormentada intimidad.200 Y es esa la intimidad que buscó Don Ricardo al poco de nacer Angélica y donde se retirará tras su cargo como Director de la Biblioteca Nacional a pasar sus últimos años. Angélica ha pasado sus veranos de niña en Chorrillos, “apacible balneario, favorito de Castilla y buen lugar para el reposo”201, por lo que no le son ajenos estos nuevos paisajes surgidos en torno a la ciudad y, más bien al contrario, se convierten para ella en escenarios de sus novelas y cuentos. El mismo año del nacimiento de la revista Prisma, finales de 1905, sale a la luz Cartas de una turista, novela de un escritor que se oculta bajo el seudónimo de Cabotín, nombre que no resulta del todo desconocido para los lectores pues firma una columna titulada “Viendo pasar las cosas” en la revista Actualidades. En ella, con pluma ágil y verbo suelto, esgrime y traslada a sus lectores diferentes aspectos de la realidad adoptando en algunas ocasiones un tono nostálgico ante la pérdida de algunas tradiciones populares limeñas. En su sillón de paja se pasaban horas enteras con la mirada fija en el suelo, apoyadas en las mejillas ambas manos, que parecían sarmientos por lo nudosas y retorcidas, y sobre la falda tenían un cuadradito de bayeta, con el que se cazaban las pulgas. Las buenas señoras sabían historias de duendes y de hadas, que contaban a los chicos para que se estuvieran tranquilos;(…) Se han ido para no más volver, como el ingenio de los limeños, como la belleza de las limeñas, como las pastas de convento y los azafates de mixtura. ¡Cuánto extraño yo esa Lima de antaño, con su aire señorial y caduco, con su sonoro vocerío de campanas, con sus viejecitas que se deslizaban en la manta negra, con paso rápido y tácito de ratones, al ras de las paredes! En la flamante “ciudad del siglo XX”, las viejecitas no tienen ya razón de ser, y por eso, para acabar con las que quedan, vamos a implantar el tranvía eléctrico…202 200 GÁLVEZ, José, Una Lima que se va..., 3º ed, Lima, Editorial Universitaria, 1965, págs. 134- 135. 201 SÁNCHEZ, Luis Alberto, Don Ricardo Palma y Lima (Premio Municipal 1926), Lima, Municipalidad de Lima Metropolitana- Unión de Ciudades Capitales Iberoamericanas, 1989, pág. 119. 202CARRILLO, Enrique A., “La ciudad de las viejas”, en Obras reunidas, Edición, prólogo y cronología de Miguel Ángel Rodríguez Rea, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Ediciones del Rectorado, Departamento de Humanidades, 2007, p.357- 360. (Obras esenciales; 16). 112 Tras este seudónimo se esconde un jovencísimo Enrique A. Carrillo que prueba suerte con sus escritos en diversos medios y con el que Angélica comparte mucho más que la ciudad en la que habitan: pertenecen a una misma generación203, son observadores e irónicos en sus textos y ambos han caído en las redes del periodismo utilizando un seudónimo para dar a conocer sus trabajos. Cartas de una turista reúne las características de un nuevo tipo de literatura que llama la atención de Angélica. Escrita de forma epistolar, la protagonista absoluta lejos de ser quien escribe las cartas, es el lugar donde transcurren los hechos, Chorrillos y la sociedad que habita en él. Angélica también hará gala de ese tono nostálgico evocando otros tiempos, otras costumbres hoy relegadas tan sólo al recuerdo de unos pocos. Es curiosa la opción que toma ya que lejos de decantarse por la defensa absoluta de la llamada “Lima criolla” enfrenta las dos posturas desde el lado positivo de ambas: lo positivo que ha traído la modernidad a la ciudad donde no cree que deban echarse de menos las cocinerías criollas en plena Plaza de Armas ni las acequias que daban a nuestras calles tan singular encanto… acuático junto con lo negativo que la sociedad ha adoptado de ese progreso. Es más una cuestión de los valores que la sociedad ha invertido al instalarse la cultura del confort, el gusto por el lujo, no por el sólido y positivo de nuestras abuelas, sino por el brillante y aparatoso que impone la vida moderna con sus mil naderías costosas y sus ruinosos refinamientos de los que, á outrance quieren gozar todos204. Transmite la imagen resignada de quien sabe que los tiempos pasados, pasados están y argumenta la pérdida de tiempo que supone vivir de la evocación y del recuerdo cuando la modernidad ha deslumbrado con el esplendor del lujo y el progreso a los habitantes de Lima. …; hoy impera el deseo de llevar una existencia cómoda y fastuosa y se lucha rudamente no por la conquista del ideal sino por la del mágico metal sonoro. (…) 203 Enrique A. Carrillo nace en 1877 y recordemos que Angélica nace un año después en 1878, por lo que la proximidad cronológica y la visión que tienen de la realidad y de los cambios que se están produciendo son, en muchos casos, comunes. Ambos son testigos de los cambios que vive su ciudad y su entorno y los observan con los mismos ojos. Angélica viaja a Europa con su padre y con su hermano en 1892 y allí reside Enrique A. Carrillo entre 1896 y 1900. Angélica fallece en 1935 y Enrique en 1936. Como se observa y se leerá a lo largo de este capítulo los paralelismos son abundantes no solo en lo que a sus respectivas obras se refiere (incluyendo las producciones periodísticas) sino también en lo que atañe a sus vidas. Comparten generación también con Manuel Beingolea (1875- 1953), cuya obra, Bajo las lilas, mantiene muchas similitudes con las Cartas de Angélica y Cabotín. 204 Cfr. nota 72, pág. 8 113 …; no es preciso sentir la nostalgia de los hermosos años que no vuelven para ver que Lima está en peligro de olvidar sus tradiciones de criolla noble y desprendida para apasionarse de lo que significa oropel y vanidad como cualquiera burguesa advenediza. (…)205 El año en que Clemente, hermano de Angélica, toma la dirección de la revista, 1907, Angélica aprovecha para dar a la luz pública uno de sus primeros trabajos narrativos: Cartas a una turista, boceto de lo que serán luego sus novelas. Se estrena en el panorama literario con una novelita epistolar que la dirección de la revista hace llegar al público en catorce entregas, esto es, catorce cartas, que van de febrero a setiembre de este mismo año. Las cartas las firma Araceli, personaje femenino y nombre que se ha atribuido como el segundo seudónimo de Angélica. Son pocos los que conocen que tras el nombre del personaje galdosiano se esconde la mayor de las hermanas Palma: en este caso brinda homenaje a la obra magna de Galdós, los Episodios Nacionales adoptando el nombre del protagonista de los mismos. La admiración de Angélica por Benito Pérez Galdós se observa a lo largo de toda su narrativa y son continuos los homenajes y los guiños que le hace al escritor. Tanto es así que Araceli dedica una de sus epístolas a la figura y a la obra de este escritor español: Ante todo, vayan a ti, mi gentil amiga, las expresiones de mi reconocimiento por tu cariñosa solicitud en satisfacer mis aficiones de galdosiana entusiasta, enviándome, en cuanto se publicó, La de los tristes destinos, remate y cúspide de ese grandioso monumento de la literatura española que se llama Episodios Nacionales.206 Si uno presta atención a los títulos de las obras de Angélica y de Cabotín, aparentemente iguales, se observa que lo único que los diferencia es la preposición, lo que propicia la diferencia del punto de vista desde el que están escritas. En la obra de Cabotín, Cartas de una turista, es Gladys, una señorita inglesa -por lo tanto una turista- que se encuentra en Trapisonda (el Chorrillos del periodista) debido al trabajo que su padre desempeña en una empresa recién instalada en Lima, quien cuenta a su amiga Annie con una visión objetiva y crítica, sus impresiones sobre la villa. Hija única de un ingeniero de minas de singular reputación científica he debido seguir junto con mi pobre mamá y la buena de miss Sparflets, a donde el deber profesional le llamaba.207 205 Id. pág. 8. 206 Cfr. nota 72, págs. 9- 10. 207 CABOTÍN [Seud. de Enrique A. Carrillo], Cartas de una turista, Palabras iniciales Luis Alberto Sánchez, Prólogo de José Jiménez Borja, Lima, Asociación Peruana por la libertad de la cultura, 1959, pág. 10 114 En la obra de Angélica, Cartas a una turista, es Araceli, habitante de la villa quien le cuenta a su amiga Rosa lo que acontece en dicho balneario pues ésta se encuentra realizando turismo por Europa. Tanto en una obra como en otra, las destinatarias de las epístolas tienen en común Europa por lo que Gladys y Araceli enfrentan la realidad de Chorrillos, humilde pueblecillo, con humos de balneario aristocrático (…), aldehuela vanidosa y con pujos de gran dama208 a la realidad que viven en el viejo continente sus amigas. Mientras que Angélica constata esa realidad desde la perspectiva de alguien que es de allí, Cabotín lo que realiza es una crítica de las costumbres chorrillanas desde la postura de la extranjera y por lo tanto y hasta cierto punto colonizadora. Toda la fina crema de la sociedad extranjera ha puesto empeño en obsequiarme con animadas fiestas, formando contraste con la aristocracia criolla, que consideraría de mal tono apartarse de su majestuoso aburrimiento y que bosteza, hasta dislocarse la quijada, en sus vastos salones enmohecidos, que sólo se abren para un entierra o (menos a menudo) para un matrimonio.209 Se tipifican comportamientos, modas, costumbres que logran constituirse en auténticos cuadros de costumbres de un espacio, una época y una forma de vivir. Tanto Angélica como Cabotín han viajado a Europa, han visto y vivido lo que supone la modernidad, el progreso, el pensamiento positivista y son capaces de enfrentar ambas realidades, la europea y la chorrillana, desde la objetividad de quien ha salido fuera. Ambos escritores claudican a los convencionalismos del XIX -alargados en los principios del XX- de tener como protagonistas a dos mujeres que escriben cartas por lo que ambas novelas se convierten en obras en las que se pone de manifiesto ese universo femenino, tan desconocido para muchos hombres. Presentan sus obras desde el tono íntimo que de por sí implica el género epistolar, con ese tono confesional de quien le cuenta y confiesa a un amigo todo lo que ve y le preocupa sin medir sus palabras con la seguridad de que nadie le va a interrumpir. Conocemos al receptor tan sólo por los datos y la información que tanto Gladys como Araceli quieren que tengamos. ¡Cuán digna eres! Encerrada en tu torre de marfil, alejada de las terrestres miserias, contemplando la existencia a través de la adorada y luminosa urdimbre que tejen tus poetas 208 Id. págs. 10 y 44. 209 Id., pág. 44. 115 predilectos, el soplo frío del desencanto no helará tu corazón y el desaliento no paralizará nunca los generosos vuelos de tu espíritu.210 La alusión a la torre de marfil, realizada por Galdys, es un recurso frecuente a finales del XIX, principios del XX. Está vinculada a lo éxotico y a lo aristocrático, como “una actitud de superioridad frente al mundo que le rodea” que les sirve para evadirse de la realidad211. Al referirme tu visita a la exposición de automóviles en la explanada de los Inválidos (…), y terminas asegurándome, con mucha gravedad, que estás maravillada de los adelantos de la industria moderna. Chiquilla, esa no cuela: bien sé que tu rizada cabecita no se preocupa de tales adelantos y que la magnífica exhibición solo te haría pensar en un vertiginoso paseo por los Campos Elíseos, en un vestido chic de automovilista y en un apuesto chauffeur.212 Angélica recurre a escribir de forma epistolar la novela por un lado imitando a su predecesora pues como se puede comprobar la novelita es un calco de la de Cabotín y por otro, rompiendo la posible monotonía que supone una narración demasiado larga donde el lector tendría que retomar las ediciones anteriores de la revista para hilar la historia. Recurre a la forma narrativa perfecta para ser dada al público por entregas. Cada carta se construye de forma independiente y al lector no se le exige casi ningún conocimiento previo salvo el del argumento básico de la obra: el intercambio epistolar entre dos amigas. Y no es casual puesto que a lo largo de toda su obra son múltiples las ocasiones en las que sus personajes se expresan a través del género epistolar, sobre todo los personajesfemeninos. Su obra Vencida (Ensayo de una novela de costumbres) abre y cierra con una carta: la de ida y la de vuelta, y en el Mercurio Peruano, en 1918 publica una novela corta titulada Cartas son Cartas. ¡Qué diferencia entre la variedad de tu vida y la monotonía de la que aquí se lleva: por las mañanas la irrupción de bañistas alegra con sus charlas y sus risas la tranquila bahía de Chorrillos; en las tardes si hay que hacer compras o visitas, a Lima, con la consabida llegada donde Broggi a tomar un helado y a arreglar en el tocador cualquier desperfecto de la toilette, y luego unas vueltas en victoria por las calles centrales y el paseo Colón, antes de tomar el eléctrico de regreso; en las noches de retreta al malecón que indudablemente, tiene toda la belleza y poesía con que lo ves a través del prisma de la ausencia;…213 210 Cfr. nota 203. pág. 40. 211 DÍAZ RODRÍGUEZ, Manuel, Ídolos rotos, edición de Almudena Mejías Alonso, Madrid, Cátedra, pág. 12. (Letras Hispánicas; 638). 212 Cfr. nota 72, pág. 15. 213 Id. 116 En Trapisonda los días transcurren, siempre tranquilos, siempre iguales. Por las mañanas, baño y tertulia en la plataforma. Por las tardes malecón. En la noche, malecón y visita al Spring House.214 El Paseo Colón, Broggi, las calles centrales, el malecón, el Spring House, el Hipódromo o la zarzuela, suponen los nuevos espacios que, a imitación de los europeos, promueven las relaciones sociales entre gente anónima buscando la diversificación en la oferta de ocio. Se pretende que el ciudadano de a pie se sienta también parte de las corrientes europeas, parte del mundo, del otro mundo. Así el Spring House chorrillano de Gladys, donde sirven los helados en unos dedales de cristal, el chocolate en tacitas de muñeca215 , contrasta con la conocida Confitería, Dulcería, Heladería y tienda de vinos y licores finos Broggi Hermanos & Dora216, situada en pleno centro de Lima. La realidad de la vida pública y social había girado hasta entonces en torno a la plaza, la Iglesia, las fiestas religiosas como las procesiones, las visitas a casas amigas y los paseos. …, resolví apurar el amargo cáliz de las visitas de etiqueta y acompañada de mi hermana Pepita, que cumple los deberes que impone el traje largo con todo el entusiasmo de la novedad, estuve donde las X, las J y la S, hablando del calor, de los baños de la Punta, de los sombreros de la Merkel y de las ferias de la Catedral.217 Federico Elguera, alcalde de Lima entre 1901 y 1908, se ha dado cuenta de que una ciudad sin lugares atrayentes, condena a sus moradores a permanecer encerrados en los estrechos linderos de su hogar 218 . Ha realizado sus estudios en París, meca del buen gusto desde mediados del siglo XIX, visitó capitales como Buenos Aires y Montevideo, viajes y experiencias que hacen que, a imitación de lo que ha visto fuera de su país, sienta la necesidad de ampliar la oferta cultural de la ciudad y por consiguiente y por imitación también se amplía en estos lugares de descanso. De ahí surge la creación de cafés, el 214 Cfr., nota 203, pág. 22. 215 Id. 216 Don Nicolás Dora Chisletti, comerciante suizo formó una sociedad en el año 1862 con los hermanos Pedro, Juan y Martín Broggi, de la misma nacionalidad y establecieron una Confitería, Dulcería, Heladería y tienda de vinos y licores finos e igualmente almacén de venta de artículos de fantasía. Dicho establecimiento que logró convertirse en uno de los más frecuentados por la sociedad limeña, se había iniciado como una dulcería fundada por Pedro Broggi antes de 1858. En su Confitería se daban cita políticos, escritores, periodistas e incluso toreros. 217 Cfr. nota 72, pág. 13. 218MEMORIA de la Municipalidad de Lima. Leyes y resoluciones sancionadas por el Congreso Ordinario de 1900, Edición autorizada por Ley del 10 de agosto de 1900. Compiladas, anotadas y concordadas por Ricardo R. Ríos, Lima, Librería e Imprenta del Estado, 1901, p.4. 117 hipódromo, salas de concierto, salones de té, cines, clubes deportivos, teatros, parques o incluso la presencia del circo. Son nuevos espacios de interrelación social que traspasan los umbrales familiares modificando los códigos sociales que reglaban las relaciones interpersonales: en primer lugar la gente se reúne en terreno neutral -ya no se acude a casa de zutano ni de mengano-, y en ocasiones de manera fortuita simplemente se encuentran en lugares habilitados para ello ya que existen nuevos lugares para la conversación. Las señoras se descubren como centros de atención allá donde van acentuándose su interés por la moda y las formas de arreglarse, tienen un motivo más para acicalarse y lucirse: el acompañar a sus maridos o el pasear por aquellos lugares donde encontrarán caras conocidas. Tanto en la ciudad como en los balnearios se acusan los mismos cambios: Cuando yo hice mi primera aparición en el malecón de Trapisonda, con ese lindo traje de crespón de China que me conoces y un sombrero monumentalmente hermoso, que me compró papá en su último viaje a parís, la impresión que produje fue (modestia aparte) extraordinaria.219 Con la instauración del alumbrado público de la ciudad en 1902, ni el día ni sus actividades terminan cuando acaba la luz. Se han ampliado así los horarios de los entretenimientos públicos e incluso de los paseos que los enamorados suelen aprovechar amparándose en la reciente iluminación. La noche pasa así a formar parte de la vida de la capital y de sus alrededores pudiéndose llevar a cabo actividades que, durante el día no gozan del mismo encanto. En la noche, sí tengo tiempo y oportunidad para divertirme en el malecón…220 …¿qué perspectivas nos ofrece el invierno? En el frontón, las sensaciones del elegante y varonil sport vascongado; en el Hipódromo, alguna que otra tarde, rendez-vous de gentileza y distinción en el padock anchuroso y bajo los arcos moriscos de las tribunas en los teatros, dos aceptables compañías de zarzuela… y nada más.221 Algunas familias se dispersaron, tomando por las callejuelas, gran parte por la venida Grau, donde el alumbrado cinema, aún no concluido, se amodorraba en su función morosa, rodeado de unos cuantos vendedores de caramelos.222 219 Cfr. nota 203, págs. 6-7. 220Id., pág. 11. 221 Cfr. nota 72, pág. 13. 222 Cfr. nota 186, pág. 32. 118 Y lo mismo ocurre en Barranco, cuyo parque ha sufrido una transformación equivalente, ha rasurado su fronda y las noches de retreta es un enjambre de muchachos, de militares, de soldados con sus instrumentos, de repantigadas familias y de rotadoras cadenas de señoritas223. Es curiosa la referencia realizada por Araceli en una de sus cartas de la zarzuela ya que el teatro ha sido uno de los vehículos formativos que el Estado ha utilizado e impulsado para “los fines educativos del proyecto modernizador de fines de siglo XIX y primeras décadas del siglo XX”224. Por teatro culto se adopta, como ha ocurrido en otros terrenos, lo que viene de Europa, esto es, la ópera italiana y la ópera cómica francesa. Debido a la urbanización de las nuevas zonas, la población aumenta y por lo tanto los espectadores potenciales. En estos lugares que se erigen como lugares donde la élite y la población extranjera se refugian cuando llega el tiempo estival, la zarzuela no encaja. Esta modalidad teatral, clasificada como género chico, queda reservada a grandes multitudes, se populariza entre las clases medias y bajas, y su nombre queda asociado al de teatro de tandas por desarrollarse en turnos o ciclos cortos. El Teatro Olimpo, situado en la calle Concha, en Lima, entre 1890 y 1905 representa las zarzuelas más conocidas: De Madrid a París, Paso a dos, Don Dinero, Juguete de señoritas, La Carcajada entre otras piezas conocidas. (…), tenemos una compañía del género chico, y tan chico que es preferible dejarlo a comerlo. Parece esto increíble en una ciudad que goza de algún bienestar económico, donde se maneja el dinero con un desprendimiento rayano en el despilfarro, que posee cierto grado de cultura artística y que tiene un personero, no sólo activo y emprendedor, sino de aquilatado gusto literario;…225 Los Paseos recién iluminados invitan a caminar por ellos, a observar y ser observados, a desfilar ante el gran público, el que juzga y el que opina. El Paseo Colón es entre ellos cuna de la elegancia, “una calle aristocrática” como lo definiría en 1925, Gustavo Adolfo Otero y como escribirá Jorge Basadre: En la tarde de los jueves y los domingos por la tarde era un hábito elegante ir a pasear a pie por una de las veredas del Paseo Colón. Aquel rincón, como el “centro” fue el escenario 223 Id., pág. 25. 224MUÑOZ CABREJO, Fanni, Diversiones publicas en Lima. 1890- 1920: la experiencia de la modernidad, Lima- Perú, Pontificia Universidad Católica del Perú- Universidad del Pacífico Centro de Investigación- Instituto de Estudios Peruanos, 2001, 291 págs.120-121. 225 Cfr. nota 72, pág. 13. 119 donde se hicieron y deshicieron amoríos y matrimonios, citas y venturas, esperanzas y desengaños.226 El deporte había llegado a Lima a mediados del siglo XIX y si bien, al principio, fue la población extranjera quien promovió y difundió su práctica, el Estado peruano no tardó en entender que era necesario en la formación del hombre que el país requería. Entre los clubes deportivos creados por sectores altos de la sociedad destaca el Club Regatas, uno de los grandes reclamos de este balneario, cuyo ingreso y pertenencia se hace dependiendo de la procedencia y de acuerdo a un pago de una cuota de inscripción y de unas mensualidades. Originariamente dedica su atención a los deportes del futbol, tenis, cricket y rowing y luego pasa a convertirse en un Club de alto nivel, con playa propia donde interactúa la clase alta y los extranjeros que, por temporadas, viven en la villa chorrillana. Existe aquí además un club de regatas, en el que reina siempre una excesiva animación. Las regatas se realizan todos los años bisiestos.227 …las limeñas han estado prontas para fiestas y paseos y, después de dedicar la mañana, (…) al culto tierno y piadoso de la Virgen Madre, han lucido sus gentiles aposturas en el Club Regatas y en el Paseo Colón…228 El Club Regatas y el Casino, grandes reclamos de la villa junto con el malecón por donde los jóvenes pasean sus amores en las noches de luna llena, forman parte de la vida y entretenimientos sociales en los que invertir los largos días de verano. Hay un casino, sí, pero problemático, lejano, inaccesible como un nido de cóndores (…) Este casino no ofrece sino un baile anual que se anuncia con estrépito, (…) los cronistas sociales, que andan siempre hambrientos de noticias, anuncian después que aquello ha tenido un éxito enorme, que la fiesta dejará recuerdos imborrables y dan la relación de la señoras asistentes y del color de sus trajes.229 Y es que, en una villa donde todos se conocen, la murmuración, poco caritativo entretenimiento, que es, para la gente culta, torneo de palabras aceradas, de comentarios intencionados, de chistes malignos y sabroso y mal sano estimulante de toda conversación mundana230, está servida. 226BASADRE, Jorge, La vida y la historia. Ensayos sobre personas, lugares y problemas, Lima, Fondo editorial del Banco Industrial del Perú, 1975, pág. 107. 227 Cfr. nota 186, pág. 4. 228 Cfr. nota 72, pág. 9. 229 Cfr. nota 186, pág. 4. 230 Cfr. nota 72, pág. 8. 120 Los hábitos que se describen en ambas novelas son vistos desde una perspectiva femenina por lo que abundan referencias a la moda, y al comportamiento de las mujeres. Lucila Enciso encarna el tipo de las mujeres de este país (…) Hay en ellas un exceso de vida interior, de pasión trepidante y contenida, de internas y bullidoras energías, que la educación conventual y los convencionalismos de una sociedad estirada y sin abandono reprimen y estancan y que sólo encuentran relativo desahogo en las prácticas piadosas. (…) Parecíame que la corrección y rigidez de sus modales constituían una muda desaprobación de mi desenvoltura.231 Estas novelas resumen la vida en estos nuevos lugares, amplían el espacio narrativo de lo que había configurado hasta ahora la novela urbana que a partir de este momento, se constituirá también como aquella situada en los balnearios, nuevos espacios de relación de la clase alta. Tipifican usos y modas desde puntos de vista distintos: desde el de la población extranjera en el caso de Gladys y desde el de la población autóctona, en el de Araceli. Y finalmente retratan la vida y la conformación de esos nuevos espacios sociales. 231 Cfr. nota 186, pág. 24. 121 Las mujeres que leen son peligrosas232 …y las que cosen también ¿Qué se había V. figurado? ¿Qué soy una burra? Pues no hay tal. Me ha entrado un flus de leer… Leería toda la biblioteca del Puerto de un tirón. Hasta me zampo los libros de Argos divina, la Filotea, los escritos de Santa Teresa y los del padre Faber… Si ya sé mucho: sé más de lo que parece. Haga V. un cambio: Froilán que vigile al ama y registre la cesta de la criada cuando vuelve de la compre, y yo iré al Instituto en lugar de Froilán. Verá V. cómo los dos quedamos bailando de contentos. […] Quiero estudiar, aprender, saber, y valerme el día de mañana sin necesitar a nadie. Yo no he de estar dependiendo de un hombre. 233 Comentando con quejas o chistes picantes los sucesos del día en el taller, salían las costureritas, después de refrescar ante el espejo el arreglo de sus personitas graciosas (…)234 232 Título de la obra de Sttefan Bollmann, prologada por Esther Tusquets y editada en Madrid por Maeva Ediciones en el año 2006. 233 PARDO BAZÁN, Emilia, “Doña Milagros”, en Obras completas, Madrid, Editorial Renacimiento, s.a, págs. 241- 242 y 245. 234 Cfr. nota 1, pág. 119. 122 Con la llegada del siglo XIX, la mujer de la clase media- alta ya no empeña las veinticuatro horas del día en ocuparse del marido, de la casa y de los hijos, goza de cierto tiempo libre y ha recibido cierta educación que le posibilita acercarse al conocimiento aunque todavía controlado y medido por la mano masculina. Las mujeres acudían a la Iglesia con, en algunos casos, obligada devoción, conversaban con el esposo, atendían las visitas, salían a pasear, cosían y leían. Bien merece ese resultado el largo noviciado y la rigurosa clausura observada durante la separación por la enamorada prometida, que en tan largo tiempo solo ha pisado la calle para ir a la iglesia, o, como extraordinario, a casa de alguna amiga íntima que reclamaba su presencia.235 Las dos últimas actividades –la de coser y la de leer- eran casi los dos únicos “hobbies” de los que durante el siglo XIX y todavía a comienzos del XX, gozaban las mujeres. Actividades que podían realizar solas, que les exigían silencio y concentración y que por otro lado les permitían evadir su mente y explorar su pensamiento. E incluso el acto de la costura que las más de las veces realizaban en compañía de otras mujeres, les posibilitaba tener algo donde los hombres no participaban y que por tanto no podían controlar, algo subestimado por el llamado sexo fuerte que les era totalmente desconocido. Durante el día se llevaban de una casa a otra las labores de costura y permanecían juntas todas las horas que dedicaban a esta tarea, separándose solo para las distracciones privadas de cada familia.236 Muchos escritores recogen esta costumbre de la costura e incluso en la Revista de Moda, sección habitual del periódico La Bella limeña dirigido por Juana Manuela Gorriti y Carolina Freyre de Jaimes, se exhorta a las mujeres que se precien de tener buen gusto a que no compren los vestidos hechos por mucho que vengan de París e Inglaterra sino que más bien compren las telas y los cosan ellas mismas (Lima, domingo 12 de mayo de 1872, Año I, número 6). Angélica no escapa a retratar estos usos pues si bien sus novelas y cuentos cabalgan, en su mayoría el siglo XX, cede a ese costumbrismo que pone énfasis en el presente y manifiesta un interés por retratar lo popular y cotidiano que por eso mismo, representa algo pintoresco. Su intencionalidad al hacerlo y la subjetividad quedan expuestas a la hora de elegir qué cosas quiere retratar y qué cosas no, qué personajes son los elegidos para formar el elenco de sus novelas y quiénes no le ofrecen ningún aliciente como escritora. Por las páginas 235 Cfr. nota 6, pág. 158. 236 CISNEROS, Luis Benjamín, Julia o escenas de la vida en Lima, 2° ed., Lima- Perú, Editorial Universo, 1977, pág. 42. 123 de sus cuentos y novelas, como veremos, desfilan costurerillas, lectoras rebeldes, mujeres en definitiva que despiertan a una recién creada para ellas emancipación. Al respecto de la costumbre de la costura, el propio Fray Luis de León en su “libro- ensayo”, La perfecta casada, explica que toda mujer debe saber llevar las riendas de su casa así como desempeñar las tareas del hogar, lo que quiere decir que la madre –mujer casada- debe enseñar a sus hijas entre otras cosas, a coser, pues algún día ellas también serán “perfectas casadas”, Tomen la rueca y armen los dedos con la aguja y el dedal, y cercadas de sus damas, y en medio dellas, hagan labores ricas con ellas, y engañen algo de la noche con este ejercicio,…237 Angélica reproduce en boca de uno de sus personajes el siguiente comentario que viene a condensar las características descritas en el “libro-ensayo” de Fray Luis de León, lo que denota por otra parte que ella lo ha tenido en su biblioteca y también lo ha leído, Tú, mi suave Clemencia, flor y espejo de la Perfecta Casada, asentirías dócilmente a las opiniones de tu dueño.238 Y en otra de sus primeras novelas, Vencida. Ensayo de novela de costumbres (1918) escribe: …¡ay Florencia! Dicen una esposa amante y feliz no puede callar nada a su marido. Yo te pido que, en obsequio a mí, dejes de ser, en ese detalle, la Perfecta Casada y guardes para ti sola, lo que voy a contarte, porque me moriría de vergüenza si otro que tú lo supiera. Una cosa es la buena costumbre de la mujer de clase media alta que cose por entretenimiento y otra es la que cose por necesidad. Los conocimientos y la práctica de la costura les posibilitarán a muchas, con la entrada de la mujer en el terreno laboral, una profesión con la que desenvolverse en la vida y ser, de alguna forma, independientes, -¡Pobres muchachas! Son las hijas de las que agostaban su juventud, encerradas en un cuarto, inclinadas día y noche sobre la máquina de coser, las que ahora encontramos camino a los talleres, a los almacenes, a las oficinas y a las escuelas, donde se ganan el pan de cada día todas esas abejas que nacieron pobres o que llegaron a serlo por vicisitudes del destino.239 237 LEÓN, Fray Luis de, La perfecta casada, Madrid, Taurus, 1987, pág.105. 238 PALMA, Angélica, “Lo que no vuelve”, en Hojas selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1913, pág. 487. 239 Cfr. nota 6, pág. 90. 124 Las “obreras de la aguja” como fueron llamadas pertenecían a esa clase social que despertaba a los cambios, que trabajaban en talleres pequeños o en domicilios particulares e incluso en el suyo propio a cambio de recibir por pieza un beneficio económico que las menos de las veces se correspondía con la realidad. El lenguaje y la forma tan desenvuelta que tienen para con quien las rodea, las delata y las caracteriza a un tiempo. …;Paulina, taciturna, cosía vestidillos y ropa blanca para algunas familias de la vecindad; iba formándose regular clientela y no ganaba poco; pero mientras trabajaba en su cuartucho, o en alguna casa próxima probaba en traje a una chiquilla ante un espejo mal azogado, recordaba añorante aquella habitación sobre el jardín de sus faenas habituales, la gran mesa donde se amontonaban sedas pálidas, finas batistas y encajes transparentes, el dormitorio coqueto cuyas lunas de Venecia reflejaban la figura de Teté, que, sonrientes los labios y soñadores los ojos, modificaba el escote o colocaba un adorno en algún deshabillé de su ajuar.240 Suele heredarse de madres a hijas, estas comienzan desde niñas a ayudar a sus madres con los trabajos que se llevan a casa, convertida esta en taller, y terminan por heredar el oficio, En realidad hay mucho que hacer, porque varias señoritas elegantes tienen prisa por casarse, y estamos haciendo la mar de vestidos (…) Teté Sanz, a la que tu madre le hace la ropa blanca. (…) - Mi madre le hace la ropa blanca y tú los trajes.241 Incluso Clorinda Matto, años antes, en 1895, en su novela Herencia, retrata este tipo de modistillas que jovencitas ellas, mal vivían dedicándose a coser para otros y observando el transcurrir de la realidad a través del hueco de su máquina de coser: Allí estaba la Desgracia disfrazada por los dieciséis abriles de Adelina, por la blancura de las cortinas, por la pulcritud de cuanto objeto encerraba aquel retrete, mitad taller, mitad dormitorio y sala de recibo, con mil curiosidades de paja, de papel plateado, de felpa, prendidas en las paredes […] Y fue corriendo a tomar el carretel de la máquina de cadeneta, que se puso a surtir de seda roja para bordar un monograma en la orla de un pañuelo.242 Tenían cierto desparpajo, desenvoltura y respiraban todas ellas la misma frescura de tal forma que despertaban los suspiros y piropos de los galanes y señoritos que se las rifaban para pasearse con ellas por cualquier alameda. Comentando con quejas o chistes picantes los sucesos del día en el taller, salían las costureritas, después de refrescar ante el espejo el arreglo de sus personillas graciosas, a lucir 240 Cfr. nota 1, pág. 156. 241 Id., pág. 103. 242 Cfr. nota 152, págs. 142 y 144. 125 por esas calles las galas veraniegas antes de encerrarse en casita. Monísima, con su ligero traje blanco, sus zapatos de lona y las estiradas medias, de las que la falda corta dejaba ver buena parte, apareció Consuelo del brazo de una amiga, y más por costumbre que por esperanza de encontrar lo que deseaba, dirigió la mirada a determinado arco del portal. Casi tan pronto como ella, vieron sus compañeras a quien allí la esperaba (…)243 Como se podrá observar las mujeres iban de encierro en encierro: de la casa de los padres a la casa del marido, de ésta a la casa del Señor, y si salían nunca era solas. Los momentos de libertad de los que gozaban eran mínimos, casi inexistentes por eso el coser y el leer en muchas ocasiones se convirtió en su única vía de escape, en su mayor acto de rebeldía, en su salida al mundo, en su salvación. En el vestíbulo, si el tiempo era caluroso, o en un saloncito lleno de chucherías, cuando enfriaba, se aburrían Teté y su madre, cabeceando ésta sobre alguna labor y la muchacha levantándose del piano para coger un libro, (…)244 Lectura y costura juntas se convirtieron en actividades estrictamente femeninas que se realizaban con la mayor libertad dentro del espacio doméstico, en la sala de uso común pero al ser doméstico, privado. Años más tarde, aún encontramos comentarios en los que se muestra cómo las veladas femeninas no son vistas de la misma forma que las veladas protagonizadas por hombres. Se sigue vinculando las reuniones en las que se dan cita las mujeres con actividades que le han sido propias por educación y formación como la costura. En la revista La Ilustración Americana, el 1 de agosto de 1890, en su página 31 aparecerá un artículo titulado “Entre literatos”, firmado por M. Cloamón: Chiquitas como mostacillas se quedan las mujeres en punto a tijera, cuando se reúnen dos o tres literatos a hablar de… a echar un párrafo… a hacer crítica, gálicamente hablando. Una reunión de mujeres es un taller de modista; pero un petit comité de literatos, es un taller de sastre, con perdón sea dicho. En aquél se corta trajes y se confecciona perendengues, volantes, en éste, el trabajo es de mayor importancia: se hace trajes completos de gloria literaria, se corta ternos de fama poco sólida, se da puntadas de reputación artística, se cose reclamos, se pespunta bombos mutuos, cuando no se vuelve del revés trajes ya hechos. 243 Cfr. nota 1, pág. 119. 244 Id. pág. 58. 126 Se juntan dos escritores y la maquinita de Singer, mejorada, empieza luego a funcionar; la aguja pincha, pincha sin piedad, hasta terminar el fruncido. Y queda la tela como nueva, como chupa de dómine. Cuando se encuentran dos beatas viejas conversando, se puede asegurar que están hablando mal de alguien; cuando las beatas son beatitas, entonces la conversación debe versar sobre el hermoso continente de Luis o los ojos de Carlos. El motivo principal de que a las niñas de la casa se les enseñase a coser es que pasasen sus horas “libres” en compañía de las mujeres realizando toda esa serie de prendas - el ajuar- que le serían necesarias para constituir, en un futuro, su nuevo hogar y de esa forma aplacar el tedio y el aburrimiento de quienes conocedoras del bullicio de la calle anhelan explorar el exterior. Después de tomar el café íbase la señora a su gabinete, y a través de los cristales del balcón miraba a los niños, que a saltos subían la escalinata del Retiro y corriendo y gritando trasponían la abierta verja de labrados hierros. Sobre el fondo cerúleo del firmamento destacábase el variado verdor de las arboledas; los trajecitos infantiles, y la caprichosa indumentaria de las amas que, empujando los coches de los rorros, lucían su gaya policromía en la diáfana luminosidad del invierno madrileño. Cansábase pronto la señora de estar de pie, y arrimando una butaquita a la vidriera sentábase a tejer prendas de abrigo para los pobres.245 El costurero se constituía en un mueble más de la casa, cada mujer tenía uno que le pertenecía y en el que guardaba todo aquello que iba comprando en sus paseos al Jirón de la Unión, Margarita se encontraba encerrada en su habitación: de pie junto a una pequeña mesita, donde estaba el ajuar de costura con su canastilla surtida de sedas, cordones y cintas en desorden.246 … donde todo revelaba las aficiones y costumbres de su dueña: las plantas de alegre verdor, las bomboneras siempre provistas, la comenzada labor en el costurero entreabierto,…247 Lucía y Margarita se encontraban con un castillo encantado, compuesto de cajas, cintas, guipures, confecciones deslumbradoras (…) En la puerta flotaban como banderas mantillas de encaje, de a dieciocho soles (…) piezas de tela que empavesaban las puertas del almacén…248 245 Cfr. nota 148, pág. 139. 246 Cfr. nota 159, pág. 114. 247 Cfr. nota 6, pág. 110. 248 Id., págs. 37-38. 127 Lo mismo, o parecido, ocurre con la cocina, otro de los lugares donde la mujer ejercía su reinado. La cocina como lugar donde preparar la comida, y la cocina como arte pues a la mujer, dentro de esos rasgos que la pintan como “perfecta casada”, se le exige que sepa cocinar. Pues bien, algunas de las mujeres de la clase media alta que vieron en el XIX abiertas sus posibilidades de mejora tanto intelectual como social se dedicaron a escribir de lo que sabían: de cocina. Los community cookbooks que durante el XIX y principios del XX triunfaron como publicaciones, reunieron las voces de diferentes mujeres que pudieron expresarse a través de la receta de cocina, una práctica escrituraria diferente. Muchas de esas recetas no solo imparten el conocimiento de un plato sino que entre sus ingredientes o formas de preparación se cuelan las historias de aquellas que las escribieron. En 1890 sale publicado en Buenos Aires (Argentina) un volumen de cocina titulado Cocina ecléctica249. La recopiladora de las recetas: Juana Manuela Gorriti. Las participantes: muchas de las asistieron a sus tertulias limeñas y amigas de la escritora argentina. El motivo de semejante empresa: El hogar es el santuario doméstico; su ara es el fogón; su sacerdotisa y guardián natural, la mujer (p.2). Entre todas las invitadas a este festín se encuentran representadas muchas repúblicas americanas –de ahí el empleo del término “ecléctica”- porque Juana Manuela ha querido buscar representantes de aquellos lugares por donde su vida ha transitado (Perú, Argentina, Chile, Nueva York, Bogotá…) que pudieran dar, a través de su receta de cocina, una muestra de la realidad, de la cultura y de lo propio de cada lugar. A muchas, las más, en su mayoría desconocidas pero damas de la sociedad media- alta, les da la oportunidad con su participación de colaborar en un proyecto común que va a reunir a grandes voces de la narrativa americana del momento. Así se cuela una voz que nos es desconocida como creadora, pero no como compañera inseparable y asidua asistente de las veladas de la Gorriti: Cristina Román de Palma, la esposa del tradicionista y madre de Angélica quien escribe la receta de la “Pachamanca”. Estamos en los años en que Clorinda Matto defiende la inclusión del indio dentro del panorama social y realiza una defensa enfervorizada del quechua, lengua autóctona del Perú y que a su parecer, mejor les retrata por no ser la lengua importada de la conquista. La inclusión de recetas como “Pachamanca” escrita por Cristina Román vienen a fomentar la idea de arraigarse a lo que les es propio, a esa parte de la cultura incásica que está siendo desplazada a lo largo del siglo XIX por los usos y costumbres europeos. 249 GORRITI, Juana Manuela, Cocina ecléctica, Buenos Aires, Félix Lajouane Editor (Librairie Générale), 1890,160 p. 128 Este asado indígena es esencialmente usado en meriendas campestres, bajo la fronda, sobre el césped, donde el blanco mantel, el dorado pan, las coloreadas salsas, y las garrafas de rica chica, mezcladas a las polvorientas botellas de los venerandos añejos, hacen de esta confección culinaria nacional, un manjar exquisito. Como lo dice su nombre, pachamanca- Banquete de la Madre Tierra- es de origen incásico, y estaba reservado a la mesa del soberano. Cristina Román de Palma (Lima) “Confección culinaria” son los términos que utiliza Cristina para clasificar la receta escrita por ella; sin darse cuenta (o dándosela) ha unido dos campos totalmente femeninos y relacionados en este capítulo: la costura (confección) y la cocina (culinaria), dos reinados que ejerce la mujer y que la dotan de cierto poder en el hogar: Sabían bien que, más allá de todas las humillaciones sufridas, no por sí mismas sino por su condición de mujeres, cuando los hombres volvían a casa y se sentaban a la mesa, entonces iniciaban su reinado, el de ellas. Y no se trataba del control sobre la “economía interior”, en la cual, soberanas como eran, podrían vengarse del poder que los hombres tenían en “el exterior”. […] Ellas tenían a sus hombres sujetos no por las cuerdas de la administración doméstica, ni por los hijos, la respetabilidad o la cama siquiera, sino por las papilas, y con tanta firmeza como si los tuvieran en una jaula en la que se hubieran precipitado ellos mismos.250 Pero si hay algo que otorgó libertad a las mujeres fue el hecho de que se le abrieran las puertas del conocimiento venciendo así las tradicionales negativas que decían que la mujer no estaba preparada físicamente para el aprendizaje, el estudio o la lectura. Hasta el momento, los únicos textos que habían desfilado por las manos de las mujeres eran devocionarios, Años Cristianos, la Biblia, el Kempis pero no autores que pudieran generarles opinión o reflexión sobre temas de diversa índole y mucho menos aquellos que pudieran hacerles pensar en cómo habían sido educadas. No interesaba que la mujer pudiera dar su parecer sobre la actualidad y los problemas que acontecían no porque no pudiera darla sino simplemente porque desconocía según la opinión masculina. Angélica en una de sus primeras novelas, Por senda propia, transcribe una conversación entre la protagonista, Inés y su esposo acerca de este tema, Las mujeres no entendemos de política, convenido, ni debemos meternos en cosas de hombres, según dicen ustedes, y tú el primero, en todos los tonos; pero ya que, al pedir mi opinión, me concedes siquiera sentido común, te confesaré que si esa misma opinión alumbrada 250 BARBERY, Muriel, Rapsodia Gourmet, Traducción del francés por Isabel González- Gallarza, Barcelona, Seix Barrall, 2010, p. 39. (Biblioteca Formentor) 129 por luz tan escasa, la hubieras solicitado antes de rubricar el papelito consabido, te habría aconsejado que mejor te dejaras cortar la mano.251 Angélica y sus hermanas han vivido en primera persona el boom generado por la participación femenina en diferentes escenarios: las tertulias de Juana Manuela primero que aunque no ha llegado a presenciarlas sí ha oído hablar de ellas y las de Clorinda después, en las que sí llegó a participar acompañando a su padre. Su casa ha sido y es todavía la Biblioteca Nacional donde cada tarde se reúnen en el despacho de su padre algunos amigos concurrentes a la tertulia improvisada. Ha sido testigo de excepción de la instalación en la misma Biblioteca de la Academia Correspondiente de la Lengua (1887) a la que han asistido el Mariscal Cáceres, Francisco García Calderón, Luis Benjamín Cisneros, entre otros muchos invitados. Y todas las tardes, al regresar de la escuela ha visto cómo el pintor Carlos Baca- Flor tiene su taller instalado en la parte del Archivo. Los libros no han sido algo velado para los Palma pues desde niños han visto, oído y leído cualquier cantidad de historias guardadas entre las tapas de diferentes encuadernaciones y colocadas en los anaqueles de una Biblioteca que, gracias a la labor de su padre, estaba volviendo a la vida. Tanto doña Cristina como don Ricardo han sido y son concurrentes a las veladas que organizan sus amigos; es más, también hacen de anfitriones cuando se organizan en su casa. No les son ajenos por lo tanto ni los libros ni la cultura, Angélica y sus hermanos han crecido en ella, en un ambiente que impensable hacía que Angélica se pudiera dedicar a otra cosa que no fuera escribir. El ingreso de la mujer en el mundo cultural y la participación de esta en igualdad de condiciones que el hombre, no fue tan fácil como se pudiera ver o entender en un principio. El acceder a este comprendía el poder tener acceso a una serie de lecturas que hasta el momento no le habían sido permitidas ya que implicaba poder forjarse una opinión, crearse una serie de inquietudes que transformasen la calma y paz del hogar y sobre todo que desatendiese sus labores como “perfecta casada”. ¿Cuáles eran, por lo tanto, las lecturas aconsejables para las mujeres? Aquellas que las evadiesen del tedio al que estaban sometidas y las hicieran soñar pero eso sí que al mismo tiempo fuesen ejemplo de virtud y de obediencia. Esas son las historias recomendadas, aquellas donde puedan ellas verse reflejadas o, en todo caso, aquellas en que vean en su protagonista un ejemplo a seguir. Angélica cuando escribe su novela por entregas “Cartas a una turista” en la revista Prisma, que en ese entonces dirigía su hermano Clemente, pone en 251 Cfr. nota 6, pág., 121. 130 boca de su protagonista un comentario que refleja el pensamiento de la propia Angélica ante esta situación, ¿No encuentras absurdos los perjuicios importantes respecto a la lectura permitida a la juventud femenina? Todo lo que no sea romances anodinos en los que la virtud, personificada en niñas cándidas y empalagosas, triunfa inevitablemente del mal, mediante el tan acreditado sistema de la bendición nupcial en el último capítulo, parece que atentaran contra el candor paradisíaco que se nos supone y que es incompatible con las costumbres actuales y con la simple lógica de la vida […]; si acatamos las leyes del buen gusto en todos nuestros actos ¿por qué no hemos de protestar del entronizamiento de lo cursi en las puras y altísimas regiones del pensamiento?252 Es curioso porque acto seguido la protagonista en primera persona pasa a relatarnos el por qué de tal comentario, … se le ocurrió preguntarme cuál era entre ellas mi predilecta, a lo que respondí que Gloria, la obra magistral de Galdós. ¡Nunca lo hubiera dicho! El ex-ministro, que es persona muy severa y arreglada me lanzó, a través de las antiparras, una mirada de indignación y, erizadas las patillas de espanto, exclamó con voz trémula: (…) - Pero esa no es lectura para señoritas! Al oír esto, tía Mariana juntó las manos con ademán desesperado, la señora L me miró con profunda conmiseración y hasta las H suspendieron su animado flirteo para decirme a coro: “Hija, por Dios! No leas esas cosas!” La dueña de la casa se creyó obligada, por su calidad de tal, a zanjar diplomáticamente el asunto y, acariciándome las mejillas con aire protector, me dijo: “Hay obras muy apropiadas para las muchachas lectoras como tú; te voy a prestar la colección completa, en inglés, de Carlota Braeme” ¡Carlota Braeme en su idioma, es decir, la seguridad de no librarme de un solo incidente soporífero, ni siquiera de un termo de calificativos rimbombantes, pues jamás emplea menos de tres para cada sustantivo! La perspectiva me horrorizó (…) 253 Angélica opone aquí los libros de la escritora inglesa Charlotte M. Brame (1836- 1884) cuyos textos abundan en descripciones de las campiñas inglesas, el amor, los celos, etc. y donde la moral, el sentido del deber y el sacrificio son alabados como las grandes virtudes que una mujer ha de cultivar y mantener. Lo enfrenta nada más y nada menos que con uno de los textos de su tan admirado Benito Pérez Galdós Gloria, novela publicada en 1877 y que fue tachada de anticlerical junto con Doña Perfecta y La familia de León Roch. 252 Cfr. nota 72, pág.13. 253 Id. 131 Mientras las novelas de una servían en la época para ilustrar y “adoctrinar” a las jóvenes en lo que debía ser, la novela de Galdós proponía y planteaba los conflictos que surgen entre un joven judío, Daniel y una joven cristiana, Gloria y la oposición clara que manifiesta la sociedad que les rodea al respecto de su unión. El pensamiento de Angélica y la opinión que a ella le merecen dichas lecturas se trasluce no solo por los comentarios de los personajes sino también por cómo hace coincidir las preferencias literarias de sus protagonistas femeninas con las de ella. En carta escrita a Doña Blanca de los Ríos el 17 de febrero de 1927, realiza el siguiente comentario: “eso me contiene de imitar al cura y al barbero, haciendo un auto de fe con las ñoñeces de Carlota Braeme y María del Pilar Sinués”. El compatriota y también escritor, amigo de Angélica, Manuel Beingoelea en su cuento Bajo las lilas, recoge también la costumbre o la moda de leer a Carlota Braeme junto con D´ Annunzio al hablar del público femenino que visita los baños del balneario de Chorrillos, Ahora, volvamos al puente. En el medio hay una marquesina, punto de convergencia de los que parten del departamento de señoras y del de hombres (…) Además hoy llevan un libro decorativo, extraño capricho de moda que obliga a Hugo Wast, Carlota Braeme y aún al ilustre D´Annunzio a saturarse de las emanaciones axilares de las simpáticas bañistas.254 E incluso el escritor Enrique Gómez Carrillo en su novela Cartas de una turista también emite un comentario acerca de esta escritora en concreto y de cómo son sus descripciones. Dicho comentario lo pone en boca de Gladys, autora de las cartas y protagonista de la novela de género epistolar. Gladys vierte en su misiva una crítica literaria del texto que tiene entre manos. …, deja correr las horas leyendo unas obras de Carlota Braeme que me ha prestado una amiga trapisondina. Pero me sucede que cuando el lord “de belleza soberana” (todos los lores de la Braeme son unos Adonis) ofrece su nombre y sus millones a una campesina (todos los lores de la Braeme se casan con campesinas), y cuando interviene la “orgullosa dama de mirada de acero”, con su “traje de terciopelo adornado con jacintos y helechos” (que es el adorno más horrible que me puedo imaginar), en esos momentos, que apasionarías a cualquier, se me cae el libro…” (Cartas de una turista, p. 10) 254 Cfr. nota 186, pág. 36. 132 Ni Enrique Gómez Carrillo, ni Manuel Beingolea ni la propia Angélica comulgan con el tipo de literatura que escribe Carlota Braeme, alejada para ellos totalmente de la realidad, realidad que por otra parte idealiza y transforma. Los libros de esta escritora entrarían dentro de ese romanticismo moralizante de sentimientos nobles, de pureza. Lo que es un hecho es que lo que debía o no leer una mujer pasó a ser motivo de debate entre las mismas mujeres, madres preocupadas que habían sabido responder a la educación que se les había dado y que por lo tanto, no entendían qué estaba ocurriendo ahora con sus hijas, sobrinas o nietas. Angélica lo encarna muy bien en el intercambio de palabras que tienen Inés, protagonista de Por senda propia, y su madre y en el monólogo que luego, en su habitación tiene Inés, - ¡Qué se le va a hacer, alma mía! Sufrir en silencio! Esa es la ley de la mujer. - Te equivocas, mamá- respondió ella, entre bromas y veras.- Esa antigualla absurda ya está derogada; la ley moderna prescribe. Lucha y confía en ti. -Pobre mamá!- decíase Inés, horas más tarde, sola en su gabinete, después de acostar a los niños- Si ella supiera que el ejemplo de su existencia siempre sometida, nunca libre es lo que me ha infundido la resolución y la fuerza que tanto le chocan! Diferencias de una generación a otra, más poderosas que la herencia o simple desigualdad de caracteres,…255 Inés, protagonista de esta novela publicada en 1921, es una mujer que lee, que se nos presenta ya en las primeras páginas paseando por el malecón y “llevando en la mano un libro de pasta clara y cantos dorados” (pág. 6) y que además no lee cualquier cosa, no se conforma con las novelas por entregas o novelas de folletín. Es más, censura la actitud de una de sus amigas que dice leer pero es sabido que no coge un libro y no duda en burlarse de ella en público, -Estaba hojeando tu libro- respondió Juanita…- ¡Qué título tan raro tiene! ¡Interior! ¡Interior a secas! ¿Por qué no lo pondrían Reino interior como esos versos tan bonitos de Gálvez? - Puedes darle la idea a Maeterlinck- aconsejó Lucy. - Es tu autor predilecto, verdad?- dijo Isabel quitando el libro a su hermana para que no siguiera desbarrando.- yo me muero por Martínez Sierra. - Creí que por Felipe Trigo- saltó Queta. 255 Cfr. nota 6, pág. 210. 133 - Esta muchacha- exclamó Inés- está empeñada en sentar plaza de loca. Dice esas cosas a grito herido en pleno malecón para que cualquiera que la oiga crea que ha leído…256 Nuestra protagonista lee a Maeterlinck, dramaturgo belga, principal representante del teatro simbolista que junto a otros escritores leídos también por Angélica como Ibsen o Chéjov, cambió el concepto y la idea que se tenía de la dramaturgia. Incorporaron en sus obras personajes inmóviles que luchan contra su destino, no existe ningún tipo de heroicidad ya que el simple hecho de vivir es ya una tragedia pues los hombres estamos abocados a la muerte. Interior apareció publicada en 1894 y en ella a través de su trama se encarna esta idea: la muerte como tragedia inevitable en la vida del hombre. De los otros dos autores mencionados está Gregorio Martínez Sierra, dramaturgo español del modernismo al que se le alaba la descripción y creación de los personajes femeninos de sus obras. Junto a su esposa, María de la O Lejárraga con quien Angélica coincidirá en Madrid en la Residencia de señoritas, funda la Editorial Renacimiento y traducen curiosamente el teatro simbolista de Maeterlinck. Conociendo a Angélica, no es de extrañar que los relacione en este párrafo. Y el tercero y último en discordia, Felipe Trigo, es un escritor español que a través de su obra se dedicó a criticar la hipocresía de la sociedad española en cuanto a la moral sexual. Es el autor de la novela La bruta publicada en 1908 que encuentra Queta, amiga de Inés, en el cuarto de su hermano lo que no debe extrañar pues las lecturas de este autor contienen pasajes eróticos a través de los cuales bien pudiera iniciarse cualquier chico adolescente de la época. Angélica hará este tipo de juegos muy a menudo en sus obras, el contrastar a través de las diferentes miradas de sus personajes, diferentes lecturas y diferentes autores. Otra de las lecturas habituales de esos años eran las novelas de El Correo de Ultramar donde Mercedes Cabello publicase Los amores de Hortensia. Dicho periódico, nacido en 1842, gracias a la iniciativa de Xavier de Lasalle estaba destinado a estrechar los vínculos entre Francia, España y sus respectivas colonias. Destaca el suplemento La revista literaria ilustrada que llegó a tener una extensión de 54 tomos empastados en cuero rojo y donde publicaban muchos escritores sus folletines y novelas, destacaban sobre manera los grabados que ilustraban la narración. El Correo era repartido por todo el continente desde La Habana a través de una red de personas representantes en cada uno de los países. …y, por extraño capricho de la memoria, recordaba con persistencia cruel la lámina de un libro con pasta roja y cantos dorados (un novelón, primo del Correo de Ultramar que su 256 Id., págs. 8-9. 134 madre leía cuando ella era niña. Era uno de esos feos grabados en madera que representaba a un hombre con los cabellos revueltos, la frente apoyada en una mano y sentado delante de un escritorio cubierto de papeles entre los que asomaba un pistolón enorme. - ¡¡¡Amada mía, adiós para siempre!!!- leíase, entre muchísimas admiraciones, en aquella muestra de la cursilería romántica tan del gusto del público vulgar allá por 1860.257 Más que el Kempis y el Año Cristiano, gustábale leer las primas del Correo de Ultramar –La dama de Montsoreau, Leona, o la Condesa de Montleón, La reina Margarita,- que conservaba en lujosos volúmenes de pasta roja y cantos dorados, y a veces oíasele repetir bajito las amorosas quejas de Espronceda: ¡Pobre Teresa! Al recordarte siento…258 El Correo de ultramar y sus correspondientes revistas se estuvieron publicando desde 1842, año de su fundación, hasta 1886. Pese a ir destinada a un público culto, burgués pues por el formato, la calidad del papel, la encuadernación y los contenidos tanto científicos como sociales de la vida en Europa no había intención de “vulgarizar el conocimiento”, la revista literaria publicó las más de las veces literatura llamada “de folletín”. Este tipo de literatura siempre ha sido junto con la novela por entregas, minusvalorado más por la temática de casi todos los textos que por la autoría de los mismos. Los temas ahondan siempre en la dicotomía antagónica de pobreza-riqueza, campo- ciudad, honor, honra, amor, fracaso del matrimonio por diferencia de edad, necesidad económica, horfandad, falta de educación, adulterio, etcétera. Muchas veces coinciden con los temas de la novela por entregas solo que a esta se le añade el atractivo del suspense pues cada entrega tiene que dejar al lector con las ganas de la siguiente. Si el folletín tenía éxito, el editor aseguraba sus ventas, si no era así había que acelerar el final. Esta técnica de la novela por entregas fue practicada por Angélica en varias ocasiones: su novela “Cartas a una turista” publicada con el seudónimo de Araceli, apareció ininterrumpidamente, durante ocho meses en la revista Prisma a lo largo de 1907. Más tarde probaría suerte con Vencida. Ensayo de una novela de costumbres que apareció por primera vez en 1917 bajo este formato de entregas a lo largo de cinco números de la mano de la revista española perteneciente a la Casa Editorial Salvat, Hojas selectas. Esta novela sería publicada más tarde junto con otras de Angélica de forma independiente. Uno de los rasgos positivos de la novela por entregas es la accesibilidad que se tiene a ella pues va dirigido a la masa y no a una élite por lo tanto existieron novelas de autores casi 257 Cfr. nota 6, pág. 77. 258 PALMA, Angélica, “La frase de la Abuela”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año II, Diciembre, nº 24, 1920, pág. 40. 135 desconocidos en la actualidad que tuvieron mucho éxito precisamente por el hecho de que fueron difundidas bajo esta modalidad. Las mujeres protagonistas de las novelas de Angélica en muchos casos se evaden de su realidad leyendo, comparten lecturas dialogando sobre ellas, se comparan con personajes o encuentran paralelismos entre capítulos o escenas literarias y acontecimientos de su vida y que incluso, llegan a ver su vida como una novela. Virginia Woolf en 1929 dirá en una conferencia titulada “Las mujeres y la narrativa” lo siguiente: En el futuro, teniendo la mujer tiempo libre, libros a su disposición, y un poco de espacio en la casa para su uso exclusivo, la literatura se transformará, para las mujeres, cual lo es para los hombres, en un arte digno de estudio.259 Y en otra de sus intervenciones aseveró que para que una mujer pudiera escribir solo necesitaba de un cuarto propio. Virginia olvidaba quizás lo que sus predecesoras, en el siglo XIX, habían logrado y habían conquistado. Angélica a principios del siglo XX escribe novelas donde las protagonistas femeninas gozan de ese cuarto propio al que alude Virginia y por ende gozan de cierto estatus frente a otros personajes con los que muchas veces se oponen. El caso de Nelly, la protagonista de una de sus primeras novelas escrita todavía bajo el seudónimo de Marianela, Vencida. Ensayo de novela de costumbres, es un claro ejemplo de a lo que años más tarde hará alusión Virginia Woolf. Nelly, huérfana de padre y madre, tiene su cuarto propio en una casa en la que se ve condenada a vivir; se recluye allí para leer las cartas que recibe y para escribirlas pues dentro de él no solo tiene libros sino también un escritorio, …; no había otro mueble de gusto moderno que un escritorio de madera clara, coronado por un estantito que contendría hasta medio centenar de libros, reveladores, en su caprichosa variedad, de los anhelos nobles, pero indeterminados, de un espíritu selecto, ávido de cultura, necesitado de dirección y apoyo. Algunas de estas obras eran, por su procedencia, doblemente queridas a la niña: así el Teatro de Shakespeare, la Esclavitud femenina, las Memorias de Stuart Mill y las poesías de Longfellow habían pertenecido a su madre. Las de pura cepa romántica, como los versos de Zorrilla y la María de Jorge Isaacs, se las obsequió su tía Joaquina; las comedias de Don Felipe Pardo y las Tradiciones de don Ricardo Palma, el 259 WOOLF, Virginia, “Las mujeres y la narrativa”, en Las mujeres y la literatura, Selección y prólogo de Michéle Barrett. Traducción de Andrés Bosch, Barcelona, Editorial Lumen, 1981, pág. 60. 136 padre de Florencia; y las producciones literarias de reciente fecha, le fueron regaladas por Florencia o sus hermanos o adquiridas por Nelly, privándose muchas veces de un frasco de perfume, de un velito nuevo, de un broche de moda, de cualquiera de esas pequeñeces bonitas, tan gratas para toda mujer que lo es de veras. Nuestra protagonista prefiere comprarse libros a objetos que le permitan estar a la moda y lucirse en sociedad. Como leemos al principio, Angélica al caracterizar las lecturas, hace lo propio con Nelly y nos dice que estos revelan “un espíritu selecto, ávido de cultura”. Otro ejemplo de habitación con libros aparece en su novela Por senda propia, publicada en 1921. En este caso se trata de la habitación de Inés la protagonista de la misma, …; completándolo, corrían a lo largo del muro una estantería baja que guardaba, en caprichosa sociedad, heterogéneo conjunto libresco: colecciones truncas de revistas ilustradas y premios del Sagrado Corazón, las Tradiciones y el Tesoro de los Humildes, el Silencio de Rod y los cándidos romances de las novelistas británicas, los versos delicadísimos de Sully Prudhomme junto a los de Chocano, rotundos y metafóricos, y, testimonio claro de la época, del medio y del carácter de su poseedora, muchas obras de Benavente, de los quintero y de Martínez Sierra. El marido de Inés, Alfonso, compra libros a su esposa y tal y como ocurriera con el cura y el barbero en Don Quijote de la Mancha, Inés tiene que “expurgar” muchos de los libros que su esposo le regala por la sencilla razón de que ese lugar de la casa es visitado por “niñas solteras” y algunas de las lecturas que allí se encuentran no son del todo recomendables para ellas, - Oye- dijo a su marido; - muchas gracias por Daudet, por Galdós, por Eça de Queiros y hasta por D´Annunzio y Maupassant, para que no digas que tengo la manga muy estrecha; pero estos horrores te los llevas en el acto, empezando por Monsieur de Phocas. Aquí vienen niñas solteras… - Que nada nuevo encontrarán en esos libros; saben más que los autores y más que yo. (…) No hubo apelación y los libros de color subido fueron proscritos del coquito gabinete donde todo revelaba las aficiones y costumbres de su dueña:…260 La habitación esta vez de los protagonistas masculinos de la novela Uno de tantos, aparecida en 1926, estudiantes de Derecho y Medicina respectivamente que llegados a la capital desde diferentes puntos del país comparten cuarto en un caserón de la calle Malambo: 260 Cfr. nota 6, pág. 110. 137 …, una mesa cuyo tablero desaparecía bajo una balumba de objetos híbrido, y en la mesa, en las camas, en los asientos y en el suelo, por todas partes, papeles y libros en la más babilónica mezcolanza: copias de lecciones, dibujos de huacos, el Código Penal y la Anatomía de Testut, Schopenhauer y Raimondi, Carlos Marx y Bergson, Cajarl y Ribot, Ortega Gasset [sic] y Gorki, Colette Willy y D´Annunzio, Presbiterianas y Aurora Roja, Sol y Sombra y la revista de la Pro- Indígena, todo trunco, revuelto, caótico.261 La lectura facilitó pues, que las mujeres tomasen mayor confianza en ellas, las hizo más autónomas ayudándolas a pensar por sí mismas y abriéndoles nuevos horizontes. Los libros y las historias contenidas en ellos les ayudan a vivir lo que en su realidad de esposas y madres no pueden o en lo que en su realidad de hijas les está predestinado: el que los padres tomen la decisión de casarlas y dicha decisión sea tomada por algún tipo de conveniencia ya fuera económica o social. Ven reflejadas sus historias gracias a la pluma de los escritores del momento que afiliándose a las filas del naturalismo y el costumbrismo describen los usos y costumbres de la sociedad y de la realidad del momento. Es aquí donde se inscribe la obra de Angélica que a excepción de una novela que pudiera catalogarse de histórica y una de fantástica, el resto se adscriben a estas corrientes literarias. Angélica se suma al estilo de las novelas que le precedieron en el tiempo, las de Mercedes Cabello, Emilia Pardo Bazán, Benito Pérez Galdós, Clorinda Matto que buscaron dar por mediación de sus textos, una identidad nacional a través de la recreación de tipos, personajes y costumbres también nacionales. Y es que los escritores del momento tanto en España como en América se encuentran entre dos aguas: el seguir con el marcado idealismo que había iniciado el romanticismo y que edulcoraba la realidad o enfrentar esta retratándola tal y como se presenta. Los lectores del romanticismo han cambiado, ya no son los mismos y por lo tanto demandan otro tipo de lecturas; el texto que escribe Clorinda Matto en la “Dedicatoria” de Herencia es revelador en este sentido, El paladar moderno ya no quiere la miel ni las mistelas fraganciosas que gustaban nuestros mayores: opta por la pimiento, la mostaza, los bitter excitantes, y, de igual modo, los lectores del siglo, en su mayoría no nos leen ya, si les damos el romance hecho con dulces suspiros de brisa y blancos rayos de luna, en cambio sí hallan el correctivo condimentado con morfina, con ajenjo y con todos aquellos amargos repugnantes para las naturalezas perfectas, no solo nos leen, nos devoran.262 Si la literatura española tiene dos personajes emblemáticos masculinos ya mitificados esos son don Quijote de la Mancha y la figura de Don Juan. Ambos nacieron con pocos años 261 Cfr. nota 1, págs. 79-80. 262 Cfr. nota 152, p. 24. 138 de diferencia. Tirso fue el que inauguró el género donjuanesco allá por 1630 con su obra El burlador de Sevilla, que luego fue reafirmado con la obra de Zorrilla, Don Juan Tenorio. Uno encarna la sátira contra los libros de caballería y el otro al ideal del hombre romántico. Dos hitos literarios que sin duda marcan la historia de la literatura y que cuyas historias o características han pasado a caracterizar a personas y situaciones de la vida real. Angélica, lectora voraz desde niña de literatura española admira a Miguel de Cervantes y a José Zorrilla, este último gran amigo del tradicionista. Angélica recuerda su encuentro con él en Madrid, durante los actos del Centenario, en ese hotel de la Puerta del Sol donde se alojaban y adonde acudían numerosos intelectuales con la intención de saludar a los recién llegados del Perú, Una de las primeras es la de Zorrilla; y al volver a verla con la melena romántica y la blanca perilla, revivo la mañana en que el legendario poeta entró, pequeño y ligero, en nuestro hotel de la Puerta del Sol, con los brazos abiertos y llamando paternalmente: - Ricardo- al separarse de mi padre, se acercó fraternalmente a mi hermano y a mí, pidiendo que le dijésemos abuelo.263 Como quinceañera entonces y como adulta ahora ya con la publicación de sus primeros textos hará que algunos de sus personajes femeninos lean los versos de Zorrilla o que los personajes masculinos se comporten a la manera del propio don Juan: …No podía Alfonso decir donjuanescamente, como del resto de las misivas, Son pláticas de familia de las que nunca hice caso264 …estarían como en los versos románticos de Zorrilla: Ella sentada en la reja Y al pie de la reja yo265 …, los hombres, hombres son siempre, y por muy saturados de circunspección y frialdad sajona que los creamos, se portan como cualquier Tenorio criollo, si nos refrena la severidad de las leyes y de la sanción social.266 263 Cfr. nota 74, [p.1] 264 Cfr. nota 6, pág. 35. 265 Cfr. nota 1, pág. 102. 266 Cfr. nota 77, pág. 74. 139 - Entonces se conversaba; sobre todo, se conversaba allí; nunca faltaba el pobre “Kasabal”. ¡Ay! Más de un piropo me dijo en sus crónicas sociales. - También solía ir Valera. ¡Tan guapo, tan elegante! Bien le venía llamarse don Juan.267 …él, que como Don Juan, sabíase de memoria a todas las mujeres, “desde la princesa real a la hija de un pescador”, sorprendíase de que le interesara esta Inés del siglo XX, que no llevaba tocas ni se guardaba tras rejas, pero que, maliciosa e ingenua, púdica y curiosa, con alardes de precoz escepticismo, tenía para su paladar de blassé el incitante agridulce de la fruta temprana.268 Mención a Cervantes realiza en el artículo que escribe sobre Sevilla para la revista Variedades269, en donde denomina al escritor sevillano “príncipe de los ingenios españoles”. Y al respecto de esto dando testimonio de la lectura del mismo escribirá en su novela Al Azar, …sientes bullir el inevitable Don Quijote que todo español lleva adentro, y, defensor de doncellas desvalidas, resuelves amparar a ésta, sin cuidarte de cometer pecado de infidencia ni de hacerle mala obra a la muchacha, que, si yo no lo remedio, se encontraba casada con el viudo aburrido que la han preparado sus padres. Pablito, por Dios, déjate de quijoterías trasnochadas…270 Estos son algunos de los comentarios que le vierte Fernán, amigo del protagonista a este de nombre Pradel quien ha idealizado por completo a la mujer que ha visto en la cubierta del barco donde viajan y de cuya situación se ríe Fernán tal y como pasara con Alonso Quijano convertido en el caballero andante, don Quijote de la Mancha al ver a Aldonza Lorenzo a quien llevado por los efluvios de las lecturas de los libros de caballerías convierte en Dulcinea del Toboso. En el viaje en tren que realizará Angélica por tierras españolas escribirá para la corresponsalía en Variedades (8 de julio 1922): Cruza el tren las llanuras castellanas, deja atrás los molinos manchegos, cuyas aspas antojáronsele brazos de gigantes a nuestro señor don Quijote,… Y no es de extrañar ese amor que profesa por las letras españolas y en especial la admiración que confiesa por este vate español que es Miguel de Cervantes. Angélica ha aprendido a apreciar el valor de los escritores españoles a través de su padre que confiesa: 267 Cfr. nota 148, pág. 138. 268 Cfr. nota 13, págs. 22- 23. 269 MARIANELA (Seud. Angélica Palma), “Visiones de España. De la Bética Florida”, en Variedades, Año XVIII, nº 749, 8 de julio de 1922, pág. 1627. 270 Cfr. nota 148, pág. 19. 140 Constituye Cervantes una de mis chifladuras o manías, pues en la Biblioteca de Lima he creado una seccioncita titulada Cervantofilia, en la que no solamente tengo las más notables ediciones españolas sino traducciones a diecinueve idiomas. Cuando las fiestas del centenario de Cervantes me pidieron por encargo de doña Paz de Borbón, insigne cervantófila, noticias sobre el Quijote en América.271 Por el comentario de su padre a su amigo Daniel Granada y por la creación de dicha sección en la Biblioteca Nacional a su cargo no nos es difícil afirmar que Angélica, ávida de lecturas nuevas leyera en más de una ocasión la magnífica obra de Cervantes, precursora de la novela moderna. Es interesante en cambio la inclusión de la obra dramática Casa de muñecas de Henrik Ibsen en la novela Por senda propia. La escena gira en torno a los comentarios que se producen después de haber visto la representación de la misma. Tal como se ha apuntado líneas más arriba Inés, la protagonista que se había presentado al lector paseando por el malecón con un libro bajo el brazo, que lee a Maeterlinck, es la que manifiesta una opinión más abierta ante el desenlace y el final de la obra. Casa de Muñecas se estrena un año después del nacimiento de Angélica, en 1879, y por su discurso en contra de lo que dictaban las normas sociales de la época al respecto de lo que debía y podía realizar una mujer, se ha convertido en un hito de la dramaturgia. Nora, su protagonista, ha pasado a simbolizar a todas aquellas mujeres que despertaron y se dieron de frente con la educación que les habían dado: la de la obediencia al padre y al marido. Esta obra las enfrentaba a su realidad, a la realidad de estar encerradas en jaulas de cristal en muchas ocasiones pero, encerradas al fin y al cabo. Angélica, al obligar a sus personajes a asistir al drama de Ibsen, los enfrenta a su realidad y a las diferentes posibilidades que tienen de afrontarla. (…) cambiábamos impresiones sobre la heroína del drama de anoche. - ¿Oh! Esas absurdas mujeres ibsenianas! ¿Quieren ustedes una chiflada más antipática que la tal Nora? (…) - La verdad es – dijo la aludida muy seria – que la conducta de Nora me resulta incomprensible; yo no dejaría a mi marido por ese motivo. (…) lo de Nora, me declaro incapaz de juzgarlo, esa mujer me desconcierta, es tan distinta su mentalidad a la nuestra! ¡Es tan diferente su conflicto a todos los que conocemos! - Yo –dijo Inés- lo único que no comprendo en Nora es su modo de sentir la maternidad. Me explico perfectamente que al despertar a la vida, al darse cuenta 271 Cfr. nota 142, p. 218. 141 clara de sus derechos y de sus deberes, al convencerse de que hasta entonces solo la habían considerado como a un bichejo bonito al que alternativamente se acaricia o se riñe, quisiera ser persona, valer por sí, vivir su vida, según la frase típica, y, que, para lograrlo, abandonase lo que no había sido para ella hogar sino casa de muñecas; pero que lo abandonase llevándose a sus hijos; al dejarlos, no solo traicionaba el instinto materno, sino el nuevo credo que con tanto ardor abrazaba, pues quedaban los chicos en manos que fatalmente harían de ellos seres idénticos a la antigua Nora y a su marido, esto es, nulos, convencionales, falsos. Lo lógico sería que al entrar a la lucha por la existencia con tantos bríos, al romper tan enérgicamente las ligaduras de antiguos perjuicios, dijera: -Vengan mis hijos a batallar conmigo, a beber el agua pura de la verdad desde los primeros años- pero no, señor; se ocupa de librarse únicamente a sí misma del mal y de la mentira, y a los muchachos que los parta un rayo. Inverosímil! No se puede volar del nido cuando quedan polluelos en él.272 Es curioso porque dentro de la modernidad que supone el aceptar que la mujer se puede valer por sí misma, que puede salir de casa de los padres y de casa del marido y ser independiente, Inés la lectora incansable del teatro simbolista que es la única que por otra parte, es capaz de extraer la síntesis de la obra y exponer una opinión crítica al respecto, no le perdona a Nora el que abandone a sus hijos. Esta es otra de las ideas que conforman una de las críticas más férreas que se le hacen a la mujer. Se puede ser independiente, se puede reivindicar la autonomía con respecto al padre y al marido pero siempre y cuando la mujer se haga responsable y no abandone a sus hijos. Eso es lo que no le perdona Inés, que en gran medida representa la voz de la misma Angélica. La razón es la que arguye Inés en su casi monólogo y que había enunciado y defendido el positivismo años antes: de la mujer depende la educación de los hijos por lo tanto, si queremos que la sociedad cambie, los hijos tienen que irse con la madre que al independizarse de las tutelas respectivas, se conforma en ejemplo de la superación y del cambio. - Llamaremos a Inesita para que te aplauda el discurso; yo carezco de la abnegación suficiente para hacerlo,- dijo Alfonso con risa forzada- pues tu teoría es ésta: a los hijos, todo; al marido, pasaporte a las primeras de cambio. - Los hijos son inocentes- contestó Inés. 272 Cfr. nota 6, págs. 159- 160. 142 - Yo no veo que en ese caso el marido fuera tan culpable- argumentó Queta.- Si ella lo hubiera sorprendido enamorando a otra, me explico que hubiera puesto el grito en el cielo, pero no siendo así… - ¿Acaso las únicas faltas imperdonables son las infidelidades, chica? No lo creas; faltas de otro género pueden herir más incurablemente a una mujer. (…) - …, y si, con las obras que representa esta compañía, se les ocurre que van a formar escuela entre nosotras las Noras y las Magdas, no se dejan pescar ni uno. - Que pierdan cuidado- dijo Inés- Aquí no somos de esa madera. - ¡Quién sabe!- replicó Alfonso- El teatro es escuela de costumbres…perniciosas a veces. - Por eso las niñas ingenuas nos vamos en busca de los sencillos goces del cinema.273 Destaca el contraste producido por las opiniones entre Inés que ve que no solo la infidelidad es una “falta imperdonable a un hombre” y la de Queta que ha recibido una educación tradicional y argumenta que como el marido no ha cometido ningún tipo de infidelidad, no entiende el por qué del comportamiento de Nora. Recordemos que en la obra de Ibsen, el parlamento de Nora alude a que “se han cometido demasiados errores” con ella, “primeramente, por parte de mi padre, y luego por parte tuya”. A lo que su esposo contesta: “- ¡Cómo! ¿Por parte de nosotros dos…que te hemos querido más que nadie?”. Nora finalmente le espeta diciéndole y explicándole en qué radica el error cometido con ella: “Tú y papá habéis cometido un gran error conmigo: sois culpables de que no haya llegado a ser nada”274. Y eso es lo que Nora les echa en cara: la han hecho una inútil. Ella se ha dado cuenta de que no sabe hacer nada más que “jugar” a ser esposa y madre porque incluso ni para ello ha recibido educación, la han educado tal y como han querido su padre y su esposo. Eso es lo que Inés (Angélica) entiende y valora de la protagonista: que haya sido capaz de darse cuenta de eso y de enfrentar la realidad liberándose del yugo en el que se ha convertido para ella el “matrimonio”. Parte de este discurso y un intento de calco del personaje de Nora, es Nelly, protagonista de la novela Vencida. Angélica encarna en Nelly una huérfana de padre peruano y madre norteamericana que vive acogida en una casa que por herencia le corresponde pero que su caridad, virtud de una educación cristiana, le ha hecho compartirla con una tía y una prima que le manifiestan sus antipatías. Ante esta situación y apurada por los gastos que le 273 Cfr. nota 6, págs. 160- 161. 274 IBSEN, Henrik, Casa de muñecas. Drama en tres actos, 2° ed., Madrid, Escelicer, 1971, pág. 82. 143 genera su familia, siente la necesidad de trabajar tal y como su madre había hecho al fallecer su padre, …, Nelly sintió la necesidad de rehacer su vida, purificando la atmósfera del tedio y vulgaridad que la rodeaba. No tenía otro recurso que el trabajo, y, si dejaba correr el tiempo, no sólo había de buscarlo como estímulo y distracción para su espíritu, sino por necesidad prosaica y perentoria. ¡Pero se sentía tan débil, tan aislada para luchar contra los aspavientos de su parentela y los prejuicios sociales!275 Nelly enfrenta sus opiniones y sus acciones a las de su amiga Florencia con la que ha crecido y que ya casada le da consejos sobre cómo debe de actuar. Mientras Nelly representa el nacimiento de esa mujer nueva que ha visto en su casa cómo su madre trabajaba para sacarla adelante, que no entiende el por qué no puede intentar valerse por sí misma y el por qué la sociedad se opone a que las mujeres trabajen y se independicen económicamente a la par que ayudan a la economía familiar. Florencia representa a la mujer de esa Lima que educaba a sus hijas para casarse, ser buenas esposas y mejores madres, obedientes al padre y al esposo, entre cuyas únicas aspiraciones se encontraba la de complacer al esposo. La sociedad tacha las costumbres de Nelly de “cosas de gringa” y Angélica nos lo escribe en cursiva para indicar el desprecio con el que es juzgada. En sus dos intentos por trabajar se ve “vencida” por la realidad y las circunstancias de la misma: la mujer está destinada a ser “una maravillosa flor humana [que,] necesita otros goces, otros horizontes, otra existencia. Viajar, lucir, ostentar su hermosura” (pág. 60) y el hombre no ha recibido una educación para aceptar que la esta trabaje. Nelly cierra la novela con una declaración donde explica qué es lo que le llevó a buscar trabajo y a ir contra la corriente que la impulsaba a encontrar marido y limitarse a ser madre, esposa y señora de su casa. Quizás porque desde el principio fue avara conmigo, muy poco le he pedido a la vida; pero ni eso me ha dado. Sólo quise ser leal conmigo misma y con los demás. Por lealtad rechacé un cariño honrado y sincero al sentir que no podía compartirlo. Porque la terrible prosa de la existencia no pudiera llevarme, en circunstancias análogas, a claudicar de esas íntimas convicciones, estudié y trabajé, no por pretensiones de supermujer, ni de apóstol del feminismo, sino porque lealmente no encontraba en mí las condiciones de humildad y adaptación necesarias para depender de otro sólo por la ley de la necesidad; y esta lealtad, norma de mi vida, se ha visto derrotada en lo más grande y trascendental de ella, en el amor, por la perfidia solapada, por la debilidad, por la mentira, 275 Cfr. nota 77, pág. 37. 144 fuerzas rastreras aunadas para aniquilarme. Lo han logrado. Desorientada y vencida, no me queda ni aun el recurso de refugiarme en mis labores educadoras.276 Los tiempos están cambiando y están naciendo mujeres nuevas que quieren cambiar sus destinos amparadas en lo que defendieron sus predecesoras: su independencia tanto intelectual como social. 276 Id., pág. 202. El resaltado es mío. 145 España y América Políticas de acercamiento Nuestro pasado y nuestro presente nos ligan a la América española al pensar y trabajar, debemos saber que no pensamos ni trabajamos sólo por la península e islas adyacentes, sino para la gran demarcación en que rigen nuestro espíritu y nuestro idioma.277 Sin dejar de ser patriótica, española, nuestra obra americanista ha sido, en primer término, y en su más alta intención, obra de paz, de concordia y de amplio humanitarismo intelectual. Lo ha sido, naturalmente, respecto de las relaciones concretas con los pueblos hispano- americanos…278 277 GANIVET, Ángel, Idearium Español. El porvenir de España, introducción por José Luis Abellán, 2ª ed., Madrid, Biblioteca Nueva, 1999, pág. 194. (Cien años después 98; 1) 278 ALTAMIRA, Rafael, Mi viaje a América, Madrid, Librería General Victoriano Suárez, 1911, p. XII. 146 La llamada “época dorada” de las relaciones entre España y las repúblicas americanas es la comprendida entre 1885 y 1936. Es, durante la última década del siglo XIX, cuando en España se despierta el interés por establecer lazos con las colonias recientemente independizadas. Dos hechos son los que propician que se intensifiquen dichas relaciones: por una lado la pérdida de las Antillas y Filipinas -el llamado Desastre del 98- y por otro la necesidad que siente Hispanoamérica de hacer frente a su vecino Estados Unidos. La pérdida de Cuba, Puerto Rico y Filipinas ponía fin al periodo del imperio español y con eso a la imagen que España había ostentado frente a las demás potencias europeas. España ve mermado su poder y las recién creadas repúblicas americanas ven con miedo las políticas expansionistas de América del Norte. En 1892, la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América a la que había asistido Don Ricardo con sus hijos, había señalado e impulsado de alguna forma esa necesidad de establecer un acercamiento en el que potenciar la idea de que compartían una lengua, una historia y una religión común. Historia que estuvo empañada por la llamada “leyenda negra” creada en torno a la conquista y colonización española y cuyo origen fue la cuestión del “indio” y su legislación que sin lugar a dudas afectó al buen entendimiento de ambos continentes. Años antes, en 1885, se había creado con el objeto de estrechar las relaciones sociales, económicas, científicas, literarias y artísticas de España, Portugal y las naciones americanas, donde se habla el español y el portugués, y preparar la más estrecha unión comercial en el porvenir279, la Unión Iberoamericana. Órgano que surgió dentro del interés suscitado por las ex colonias con el fin de implementar los intercambios con dichos países; se fusionó con la Unión Hispano- Americana que tenía similares planteamientos. Cuando Primo de Rivera llega al poder, se ve incrementada la actividad de este Centro con la publicación de una revista del mismo nombre, con la edición de libros dentro de la colección Revista de las Españas y con el envío de académicos en comisión de servicios a distintos lugares de América. La derrota sufrida en el 98 obliga a un replanteamiento de las formas y el fondo de esta asociación. Esta nueva etapa comenzará con la organización y celebración del I Congreso Social y Económico Hispanoamericano celebrado en octubre de 1900 donde se sentaron las bases del movimiento hispano- americanista y al que asistieron más de treinta delegados oficiales de diferentes países. 279 Citado por MARTÍN MONTALVO, Cesilda- MARTÍN DE VEGA, Mª Rosa- SOLANO SOBRADO, Mª Teresa, “El hispanoamericanismo, 1880- 1930”, en Quinto Centenario 8, Madrid, Universidad Complutense de Madrid, 1985, pág. 163. 147 En el marco de este Congreso, la Universidad de Oviedo envía a dos de sus profesores como representantes: Rafael Altamira y Adolfo Posada. Dicha Universidad había iniciado la intención de llevar a cabo una política americanista desde que en la inauguración del curso 1898- 1899, Altamira leyera el discurso Universidad y Patriotismo donde expuso las condiciones que él consideraba ineludibles para alcanzar la regeneración nacional: recuperar el crédito de la historia y entender esa historia desde los aspectos positivos y civilizadores que los españoles habían llevado a cabo durante la colonia. Es importante rescatar aquí el papel que la Universidad de Oviedo desempeñó en el fortalecimiento de las relaciones con el continente americano ya que enarboló la bandera del acercamiento entre ambos. El Congreso de 1900 sirvió para fortalecer el llamado Grupo de Oviedo que, a raíz de los Congresos llevados a cabo en 1892 había dispuesto una serie de medidas en torno a aspectos de derecho internacional y al estrechamiento de los lazos entre ministerios, universidades, institutos y centros de instrucción de España y de los estados americanos. Para ello, se implementa la colaboración de España en lo que respecta a la educación de las repúblicas americanas. Una de las medidas que se adoptan es la escritura y difusión de libros y revistas científicas referentes a cuestiones españolas y americanas lo que hace necesario el intercambio de intelectuales, estudiantes, profesores e investigadores de ambos lados del océano. Fueron los escritores, periodistas, artistas en general quienes abrieron la puerta para ese acuerdo entre España y América a través de sus obras. Con la apertura del mercado americano, los escritores divisaron la posibilidad de colocar sus obras, de tener otro público y con eso establecer contactos con revistas que pudieran solicitar sus colaboraciones. Entre estos escritores destacan Varela, Menéndez Pelayo, Unamuno e incluso el propio Castelar, casado este último con una peruana. Ellos son los máximos impulsores, a través de sus relaciones epistolares y escritos, de que ese acercamiento no solo sea comercial, sino también intelectual. Y es que la llamada “Generación del 98” a través de sus intelectuales tuvo un papel decisivo. Miguel de Unamuno defiende incluso la idea de que Hispanoamérica no es hija de España, sino hermana280 y critica duramente cómo estas nuevas colonias están adoptando costumbres importadas de Londres o París aún a riesgo de renunciar a lo que les es más cercano tanto por su historia como por su cultura o su lengua: lo hispano. 280 A propósito de esto dirá: “los españoles abandonemos la necia pretensión de seguir siendo, ni en lenguaje ni en nada, la metrópoli, la madre patria, la que dirige y da la ley, y cesemos de ver esas repúblicas hijuelas nuestras”. 148 El por qué fue Asturias la región española que quizás sintió de una manera más fuerte o intensa esta vinculación especial con los hermanos americanos, se debe a la fuerte migración regional hacia estos países y a la presencia de una serie de profesores que habían entrado en dicha institución en la década del 80 de la mano de Giner de los Ríos. Adolfo Posada, profesor perteneciente al Grupo de Oviedo hablaba de esto y de la Universidad años después: …el hispanoamericanismo en Asturias es planta espontánea de la tierra, surge vigoroso allí como un sentimiento íntimo: ¡América! ¡América! Es, en rigor, como la atmósfera que respiramos de niños ya, acostumbrados a ver cómo, con qué naturalidad se marchan hacia América – Cuba, Méjico [sic], Argentina- los jóvenes y hasta los niños de nuestras aldeas, y a contemplar de qué suerte se mantiene viva la comunicación con los emigrantes y de qué manera el trabajo de los de “allá” ayuda a vivir, a mejorar a los de “acá”. Asturias sin América no sabríamos imaginárnosla. Sería otra de la que es; y es como es, gracias a América y… a los americanos “emigrantes que vuelven” (…)281 Es esa corriente emigrante española, la mejor demostración de que “la vieja España conquistadora y guerrera ha sido sustituida por una España trabajadora, amiga de la paz y henchida de sentimientos de amor y cooperación hacia sus hermanas del Nuevo Mundo”282. Se ha dicho líneas más arriba que la posibilidad de establecer dichos lazos se veía reforzada por la existencia de una religión, una historia (que había que reconstruir por el mal lugar en el que dejaba a los españoles) y una lengua comunes. A propósito de este último aspecto, la lengua, Rafael Altamira seguirá las doctrinas del filósofo alemán Fichte quien defendía la lengua como vehículo del nacionalismo y en su famoso Discurso del curso 1898- 1899 dirá que “el mantenimiento de nuestra lengua y su desarrollo conforme a su propio espíritu en las naciones que de ella despertaron a la vida de la civilización moderna y la hicieron suya, es una base indispensable para la influencia y la intimidad intelectual”. En 1900, cuando publique Cuestiones hispano- americanas retomará el tema de la lengua y de la importancia que tiene en la unión de los pueblos: Y si del fondo de la vida intelectual pasamos a lo que muchos tienen por simple medio de expansión, al idioma (que es, sin embargo, cosa ligada íntimamente a lo más profundo del espíritu, como ya demostró Fichte), nótese igualmente el empeño con que los escritores 281 Citado por Julio Antonio Vaquero Iglesias en “El americanismo de Rafael Altamira y el programa americanista de la Universidad de Oviedo”, ponencia presentada en el VI Encuentro de Latinoamericanistas Españoles (29, 30 de setiembre y 1 de octubre de 1997, Universidad Complutense de Madrid). Publicado como recurso electrónico (URL: http://www.ucm.es/info/cecal/encuentr/areas/pensamie/1pe/vaquero) 282 Id. 149 americanos, desde los tiempos de Bello y García del Río, trabajan para mantener la tradición lingüística lo más pura posible, remontando de nuevo a la raíz de los idiomas modernos de ella nacidos, contribuyendo al estudio científico del castellano (en mayor escala, a veces que los mismos españoles), y pretendiendo enriquecerlo con aportaciones nuevas, como se ve en las razonables iniciativas de Ricardo Palma y de Julio Calcaño, en parte coronadas con éxito.283 Es por ello que para él es tan importante la labor que las Academias correspondientes de América están llevando a cabo. Rescata la figura de Ricardo Palma y el amargo episodio vivido en 1892 cuando el tradicionista propuso a la Real Academia Española la incorporación de vocablos americanos en el Diccionario que, en un principio, fueron rechazados. Palma desde 1878 habla de un americanismo no opuesto al hispanismo sino más bien con similitudes y diferencias que, en cualquier caso, unen más que separan. En el centro de todo esto para él existe un nexo común por encima de la historia –que efectivamente puede separar más que unir- y que la cultura: la lengua. Mal que nos pese, y mientras en América no inventemos para nuestro uso exclusivo un idioma, nuestra literatura tiene que ser española, eminentemente española. El americanismo en literatura no pasa. En mi concepto, de un lindo tema para borronear papel.284 Y a finales del XIX escribirá a su amigo Vicente Riva Palacio acerca de esto mismo: El americanismo no está reñido con el afecto íntimo que a España profesamos, y ya pasó de moda, a Dios gracias, ese resabio salvaje de anatemizar la conquista y los conquistadores. Si España no nos hubiera hecho otro bien que traernos su rica lengua castellana, de la cual cada día me enamoro más, ese sólo bien vale para mí tanto como los demás que nos trajo. Y como no se hace tortillas sin romper huevos, es claro que debieron también darnos no pocos malos ratos.285 Palma mantendrá firme su convicción de que precisamente es ese nexo que tiene España con América lo que dota de identidad al Nuevo Mundo. La generación romántica, la de Palma, ha leído y ha bebido del idioma castellano. Se leía en francés, sí, por esa elegancia y buen gusto importados y que la lengua de dicho país reflejaba; pero los escritores románticos, leían y escribían en castellano por la cercanía y la facilidad para verse reflejados en algo que no les era tan ajeno. 283 VALERO JUAN, Eva María, Rafael Altamira y la “reconquista espiritual” de América, prólogo de M° Ángéles Ayala, Murcia, Compobell, 2003, pág.155. 284 PALMA, R. Tradiciones peruanas, 1947, t. V. p. 362. 285 PALMA, Ricardo, Carta al General Vicente Riva Palacio, Lima, marzo 19 de 1887, en Cfr. nota 41, p. 325. 150 Palma había sido nombrado académico correspondiente de la Real Academia de la Lengua el año en que nace su hija Angélica y años más tarde, en 1886, también lo fue de la Real Academia de la Historia. En 1887 se encarga de la fundación de la Academia Peruana Correspondiente de la Española. Siente admiración por la literatura y la cultura españolas pero la causa principal de esta es el idioma, vehículo de comunicación que une dos países. Tal como diría Blanca de los Ríos, años más tarde, en el “Editorial” de la revista de la cual era ella vicepresidenta, Cultura hispanoamericana, Donde espiritualmente conviva la raza que ni el Océano ni la emancipación, ni influjo alguno, logrará separar, porque la unirán siempre la heredada sangre, las poderosas leyes fisonómicas y psíquicas de la herencia y la cosanguinidad eterna del idioma, que no es mero amontonamiento de vocablos, sino la esencia misma de la estirpe, una e indivisible como el alma que nos arrima.286 Entrado ya el siglo XX, el Grupo de Oviedo sigue con la defensa de este hispanoamericanismo pacificador y desprovisto de aires colonizadores, y otro de sus profesores, Adolfo Posada, publica dentro de su colección Tratado de Derecho Político, un tomo independiente tituladoInstituciones políticas de los pueblos hispano- americanos, donde estudia las recién creadas y respectivas constituciones americanas. En 1908, Altamira quizás preparando su viaje a tierras americanas publica España y América donde resume las políticas aceptadas y aprobadas en el marco del Congreso de 1900. Este mismo año, 1908, suenan ya los ecos que anuncian una posible Exposición Hispanoamericana en la ciudad de Sevilla como lugar común desde donde afianzar los vínculos con los países del otro lado del Atlántico. Rafael Altamira, un profesor español de 43 años, bien preparado en filosofía, derecho, historia y literatura287, el que fuera según palabras de Ricardo Palma, “el gran conquistador de afectos a favor de la Madre España”288, en junio de 1909 es comisionado por su Universidad para realizar un viaje por tierras americanas. Este viaje le mantendrá fuera de España hasta marzo de 1910, en este lapso de tiempo recorrerá Argentina, Uruguay, Chile, Perú, México y Cuba. El motivo principal de este viaje era conocer “la singularidad de cada país” (ALTAMIRA, 1917: 76), acabar con la imagen histórica que se tenía de España y que alimentaba ese odio contra los españoles y establecer –para conseguir todo lo anterior- un 286 RÍOS, Blanca de los, “Editorial”, en Cultura hispano- americana, mayo de 1912, p. 2. 287 ZAVALA, Silvio, “El americanismo de Altamira”, en MALAGÓN, Javier- ZAVALA, Silvio, Rafael Altamira y Crevea. El historiador y el hombre, México, Universidad Nacional Autónoma de México, Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1986, p. 17. 288 PALMA, Ricardo, Carta a Gabriel Granada, 1910 151 intercambio pedagógico a través de la enseñanza y por ende, del intercambio entre profesores y estudiantes. Tanto Rafael Altamira como Adolfo Posada recurrirán a la historia como primer paso por donde comenzar a reconstruir la España destronada, tras la Derrota del 98, del panorama europeo. Esa historia une indefectiblemente la Península con las repúblicas americanas. Al español le hizo comprender y amar a América, al americano (…) le ha hecho sentir sus raíces hispánicas y respetar y querer a España como un pueblo más en la cultura e historia común de ambos mundos.289 Para conseguir su objetivo debía buscar el apoyo de los intelectuales más destacados del momento, aquellos que manifestaban una disposición favorable hacia la cultura española como medio para consolidar su identidad nacional. En Perú se reúne con Ricardo Palma, viejo amigo desde que el tradicionista viajara a España en representación del Perú para los actos de 1892. …un lunes en plena tertulia en casa de mi distinguida amiga Emilia Pardo Bazàn, estando discutiendo sobre dramática la dueña de la casa; Luis Vidart, el insigne orador portugués Pinheiro- Chagas y el infraescrito, entra un caballero alto, delgado, serio, correctísimo de modales, y de aspecto al parecer, entre militar y diplomático, a quien la escritora presentó, diciendo: - Don Ricardo Palma, literato peruano. Sí, señores Palma, el propio Palma de las Tradiciones. Ha venido a España como delegado del Perú en los congresos americanista, literario e geográfico, y es nuestro huésped. […] Fui a verlo una mañana, en su habitación de viajero, en la calle del Carmen. La sala rebosa libros por todos lados…290 Ricardo Palma es uno de los intelectuales del XIX que colaboran y participan en esa reformulación de la historia partiendo de una herencia hispánica que acepta y que considera núcleo de esa recién creada identidad americana. A estas alturas, 1909, año del viaje del intelectual español a tierras americanas, el tradicionista ha reformulado el pasado histórico a través de sus Tradiciones Peruanas, en donde se sirve de la historia para dar verosimilitud a lo narrado. 289 MALAGÓN, Javier, “Las clases de don Rafael”, en MALAGÓN, J.- ZAVALA, S, Rafael Altamira y Crevea. El historiador y el hombre, México: Universidad Nacional Autónoma de México- Instituto de Investigaciones Jurídicas, 1986, p. 60. 290 ALTAMIRA, Rafael, “Literato americano”, en PALMA, Ricardo, Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas. Barcelona: Casa Editorial Maucci, s.d, págs. 11- 16. 152 La tradición, género inventado por Palma, se viste así de personajes y hechos reconocibles por el lector y por tanto vinculados a él. Es vital para construir una identidad y una historia nacionales, conservar los documentos históricos y literarios del pasado, labor que Palma lleva a cabo al escribir y dar voz a los que le han contado la historia. Palma y Altamira coinciden en la importancia de la educación y de la cultura como llaves para el progreso de la nación así como la de la lengua como vehículo para el entendimiento de las naciones. El amigo Rafael Altamira, después de su gira literaria por la Argentina y Chile llegará a Lima el 20 o el 21 de este mes. Lo siento porque la pobreza franciscana del Perú no permitirá que se le hagan muy grandes agasajos. (PALMA, 2006: 101) Altamira llega a Perú el 22 de noviembre de 1909 y allí pasa ocho días. Se reúne con don Ricardo, viejo conocido y amigo al que no ve desde las fiestas centenarias. Por El Comercio te impondrás de la magnífica acogida que ha tenido el amigo Altamira. Yo lo visité el lunes, día en que llegó, a las cinco de la tarde. Me preguntó por ti y por Angélica y se manifestó muy complacido al saber que ejercías ya tu profesión, y me encargó que te saludara. A las seis me pidió que lo acompañase a la Municipalidad, donde el Alcalde nos agasajó con champagne. El martes pasó más de una hora en la Biblioteca, conoció a Clemente, reconoció a Angélica, y vio a Augusta y a Renée.291 23 de noviembre de 1909 El tradicionista, fiel a sus costumbres y haciendo gala de la fama que le precede de ser buen anfitrión le abre las puertas de la Biblioteca donde pasan horas departiendo sobre cómo promover ese acercamiento intelectual entre los dos continentes, cuál es la situación que con respecto a las repúblicas americanas, está viviendo España y cuál es la realidad del Perú. Acepta los libros que le lleva como obsequio para la Biblioteca y muestra su apoyo incondicional ante la labor que el español está llevando a cabo por tierras americanas. Palma y Rafael Altamira han compartido comunicación epistolar desde que se conocieran en Madrid; en concreto, en la correspondencia que se conserva merecen especial atención los comentarios vertidos sobre la obra teatral de Galdós, Electra, estrenada en 1901 y de la que el tradicionista, ofuscado por el desaire que le han hecho en la Academia, no tiene muy buena opinión: 291 En PALMA, Ricardo, Cartas indiscretas de Ricardo Palma (1909- 1912), comentados por César Miró, Lima, Francisco Moncloa, 1969, pág.61. 153 Para mí, el gran lunar de Electra está en el desenlace, que estimo de lo más absurdo e ilógico que a un escritor de probado talento pudo ocurrírsele. Dichos comentarios así como los que le replica Altamira dan pie a imaginar el grado de confianza y cordialidad que existía entre ambos, Mil gracias por su carta sobre Electra…Estoy conforme literariamente con las observaciones de Ud. Pero aquí, el aplauso, la ovación ha sido para la tendencia de la obra que llegó en momento oportunísimo. Claro es que lo mismo se podía haber hecho de otro modo, con más arte. Pero el efecto social y político ha sido inmenso. Puede decirse que, gracias a Electra, ha subido el poder al partido liberal. Rafael Altamira a Ricardo Palma, 14 de junio de 1901292 El tradicionista le invita a conocer a su familia y a reencontrarse con la niña Angélica, convertida ya en mujer y a la que había conocido en Madrid. Rafael Altamira revoluciona el hogar de los Palma y altera la rutina del aún Director de la Biblioteca. Tus hermanas te contarán la crónica de agitación doméstica en los ocho días que hasta ayer ha permanecido en Lima el amigo Altamira. Me han sacado de mi retraimiento. He concurrido a tres de las conferencias universitarias, y en la que el Centro universitario tuvo en la rotonda de la Escuela de Medicina me forzaron a ocupar en el paseo del jirón de Santa Catalina hasta Mercaderes vivados por más de dos mil estudiantes. Asistí al banquete oficial y al que dio el Casino Español en el que tuvo Altamira una exquisita fineza para conmigo y con la familia, fineza que casi me hizo llorar.293 Lima, 2 de Diciembre 1909. Angélica tiene 31 años, a excepción de un escrito como estudiante del Colegio Teresa González de Fanning cuando apenas contaba doce años (“7 de junio de 1880”, en La ilustración americana, 1890) y sus “Cartas son cartas” publicadas en la revista Prisma en 1907 y escritas con el seudónimo galdosiano de Araceli, no es una figura intelectual conocida por su producción sino por ser habitual de los ambientes y saraos literarios como hija del tradicionista, de lo que ella se enorgullece. Su formación ha sido la de los clásicos y románticos españoles, la comunidad de sangre y la de idioma que continuaban y continúan como dijo Riva Agüero en su Carácter de la literatura del Perú Independiente (RIVA AGÜERO 2008: 187), ha bebido de las ideas de Don Ricardo y 292 Citado por la edición de PALMA, Ricardo, Epistolario, prólogo de Raúl Porras Barrenechea, Lima, Editorial Cultura Antártica, 1949. 293 Cfr. nota 291, pág. 63. 154 cree firmemente en laidea de contribuir a hacer realidad viva el anhelo latente de la aproximación hispanoamericana294. Sin duda confía en la unión de dos continentes hermanos en su lengua y en su historia. Angélica ha bebido de todas las lecturas que su padre le ha facilitado, ha viajado a España y ha podido comprobar en primera persona la grandeza que supone tener una lengua común. Resultado del viaje de Rafael Altamira a tierras americanas será su libro Mi viaje a América (1911) donde recogerá todas las experiencias y encuentros, producto de su periplo por tierras americanas. El término del viaje de Altamira no solo traerá consigo el aplauso generalizado tanto en España como en América por la acción emprendida sino que serán muchas las iniciativas con pretensiones de estrechar los lazos que se lleven a cabo en España. Entre otras, la creación del Centro de Cultura Hispano- Americana, creado oficialmente el 27 de junio de 1910 que tuvo como vicepresidente a una de las grandes amigas de Angélica, Blanca de los Ríos Lampérez. Con ella dará sus primeros pasos intelectuales en la Península y se conformará como la escritora que finalmente fue, prolífica en su producción periodística y caprichosa en su novelística. También en este año se crea en Cádiz, la Academia de Ciencias y Artes Hispano- Americana con el objetivo de dar a conocer la vida intelectual y artística americana correspondiente a los siglos XIX y XX. Y es que a principios del siglo XX tanto Sevilla como Cádiz se suman a las iniciativas que se están llevando a cabo y que tienen un marcado interés americanista. Tal es así que dos años después del viaje de Rafael Altamira, en 1911, se funda el Centro de Estudios Americanistas de Sevilla con base en el Archivo General de Indias, constituido como el principal depósito documental de la Administración española en el Nuevo Mundo. Angélica y Rafael Altamira no tardarán mucho tiempo en reencontrarse ya que la muerte de Don Ricardo en 1919 llevará a las hermanas Palma, en 1921, a España donde acudirá al Ateneo de Madrid, …recinto confortable y acogedor donde sin cesar se charla de todo y otras cosas más: su magnífica biblioteca, científicamente catalogada, alberga lectores laboriosos; su junta directiva propicia cursos gratuitos, y sus diversas secciones –Ciencias morales y políticas, 294 PALMA, Angélica, “Acercamiento intelectual hispanoamericano”, en Raza española, Revista de España y América, Año V, Mayo- Junio, nº 53- 54, 1923, p. 51. 155 naturales, físicas y matemáticas, Literatura, Historia, Filosofía, Artes, etc.- organizan frecuentes conferencias.295 Este centro de altos estudios se suma a esa serie de instituciones que promovieron el intercambio intelectual durante estos años tal es así que en 1922 Angélica nos relata, a través de su corresponsalía en la revista que dirigiera su hermano Clemente, Variedades, cómo Rafael Altamira, el maestro ovetense es invitado a dictar una conferencia a propósito de la presencia de estudiantes hispanoamericanos en la capital española. Angélica revive para sus lectores su encuentro con el pensador español de quien tiene vivo el recuerdo de doce años atrás, a su paso por tierras peruanas. Ágiles los movimientos, firme el paso, cordial y acogedor el gesto, franca y juvenil la mirada, argentados la barba y el cabello, el maestro español es físicamente el mismo que hace doce años recorriera el Nuevo Continente trabajando y venciendo.296 Merece la pena apreciar cómo pese al paso del tiempo las cosas no han cambiado y lo que en el Congreso de 1900 quedó esbozado tan solo como proyecto de acercamiento entre dos continentes, es ahora en 1922 un hecho real, tangible. Así leemos cómo Angélica relata y describe lo acontecido en la conferencia de Rafael Altamira, interesantes palabras sin duda que sirven para reflexionar y mostrar cómo la propia Angélica era una fiel defensora de la hermandad de dos continentes separados por las malinterpretaciones de la historia pero en mutua necesidad: …Habló de sus esperanzas en el éxito de los congresos estudiantiles americanos que al aproximar a los elementos nuevos de las diversas repúblicas, al darles ocasiones de comprenderse y amarse llegarán a evitar el crimen absurdo del odio y la guerra entre hermanos, aludió a las decisiones de esos certámenes moceriles y aunque no lo expresó, los peruanos que lo escuchábamos creímos adivinar que el delegado de España ante la Liga de las Naciones pensaba en el reciente congreso de México. Habló de las distintas tendencias que representan la América anglo-sajona y la América íbera y de la conveniencia de que cada una conserve sus rasgos peculiares. Aconsejó estudiar, estudiar siempre, sin vanidad y con el empeño, y recordó que un profesor de Yale le confesó sus temores de que la excesiva afición a los deportes alejara a los muchachos de los libros y los laboratorios. Refiriéndose muy especialmente a lo expuesto por el universitario del Perú, Gustavo Corzo, elogió la actitud de los alumnos de medicina en 1919 –semejante a la honrosísima asumida por los de hoy- al preferir perder un año de estudios a ganarlo con exámenes meramente rituales y deseó en lo sucesivo las huelgas estudiantiles no fueran a pedir disminución de clases o anticipo de las vacaciones sino para exigir catedráticos idóneos y moralidad escolar. Recomendó 295 Cfr. nota 84, p. 664. 296 Id., págs. 665- 666. 156 calurosamente la extensión universitaria que fraternalmente aproxima a intelectuales y obreros, difundiendo la cultura, fuerza eficiente y principalísima –aunque los prácticos aparenten desdeñarla- del progreso de la humanidad, y proclamó el título de maestro como el más enorgullecedor y querido de cuantos él ha logrado y pueda alcanzar, porque significa amor a los muchachos, lucha por el perfeccionamiento y confianza en el porvenir. Con esta hermosa profesión de fe, terminó su discurso el profesor insigne, y si sus frases cálidas, sus enseñanzas razonadas, su alto ejemplo quizás no lograron hacernos mejores a quienes lo oíamos, siquiera nos infundieron el deseo de serlo y eso, después de todo, no es tan poco para nuestra pequeñez. Madrid, 25 de enero de 1922 Marianela Un año más tarde, en 1923, ella misma enarbolará la bandera del acercamiento en este mismo escenario con una conferencia que llevaba por título “Acercamiento intelectual hispanoamericano” donde apoya que sea la literatura, sean los periódicos, que van a todas las manos, vehículos de este acercamiento, ha de completarse la obra que con tanto entusiasmo han emprendido la excelsa escritora Blanca de los Ríos en RAZA ESPAÑOLA y los insignes maestros Altamira y Carracido cerca de la juventud, recordando la visita y la misión que Rafael Altamira fue a desempeñar al Perú. Explicará que su anhelo es ante todo, y esencialmente, oración pro domo nostra, por España y por América, que llamadas a unirse por la ley de la herencia, por la voz de la sangre, acalladora de rencores conveniencias, por espíritu de defensa acaso, deben cimentar esta unión, para hacerla sólida y perdurable, sobre las bases del sentimientoy de la inteligencia297. Fiel a sus ideas, el 28 de diciembre de 1928, publicará un artículo, en la misma línea de lo apuntado más arriba, en el diario español El Sol, donde con motivo de la encuesta realizada sobre la figura de Cristóbal Colón y la Fiesta de la Raza en la revista Variedades, resume las propuestas realizadas por diversos intelectuales peruanos y las soluciones que encuentran para el acercamiento cultural entre los dos continentes. Todo esto viene a demostrar que aún a finales de los años veinte, la cuestión del acercamiento, seguirá preocupando tanto a uno como a otro lado del océano y que Angélica ya sea desde Perú como desde las tribunas españolas, defenderá a lo largo de su vida esa relación de necesidad, esa unión entre España y América a nivel no sólo intelectual sino también histórico. Conocerse es amarse diría Blanca de los Ríos, frase que Angélica utilizó para defender que el fruto de los malentendidos entre uno y otro continente proviene del desconocimiento 297 Cfr. nota 294, págs. 57-58. 157 acerca de la historia, la cultura y la lengua común por parte de españoles y americanos respectivamente y que lejos de separarlos, los hermana. Tanto Blanca de los Ríos como Angélica, Mercedes Gaibrois, Concha Espina y un sinfín de intelectuales españoles y americanos serán quienes impulsen con fe el hispanoamericanismo del que se confiesan creyentes. 158 159 … Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando (…) 160 Durante 1909, Cristina Román ha estado asistiendo al Instituto fisioterápico donde ha sido tratada de las molestias que la aquejan. Ricardo Palma Román, aquel niñito que paseaba por las calles de Madrid con su hermana Angélica y su padre, es hoy un médico en la hacienda Cayaltí, en Lambayeque cuyos dueños son la familia Aspíllaga. Angélica va siendo testigo del deterioro en la salud tanto de su madre como de su padre a quien un reumatismo crónico comienza a aquejar. El tradicionista es consciente de que su salud no es la que era y que le cuesta incluso tomar el eléctrico “pues el batacazo al detenerse en cada esquina, repercute en mi estómago y me produce náuseas”. Como dice el propio don Ricardo, “estamos marido y mujer como para agarrarnos con tenacillas y guantes”298. En el Perú se vive la época del segundo civilismo, la República Aristocrática (1899- 1919) que llamó Basadre. El primer gobierno de José Pardo (1904- 1908) había finalizado con una reforma en la educación que convirtió las escuelas públicas en fiscales pasando a ser propiedad del Estado y creó la actual Academia Nacional de Historia, entonces Instituto Histórico. - Nada, hija, nada, que vivimos en la república modelo, que el nivel moral se eleva cada día, que avanzamos, que avanzamos…como el cangrejo.299 Quien le sucede en el poder es Augusto B. Leguía (1908- 1912) cuya gestión en el Ejecutivo tendrá una repercusión muy fuerte en la vida de la familia Palma: traerá consigo un cambio de domicilio y la renuncia a la dirección de la Biblioteca Nacional por parte del patriarca. -Fresco está aún el recuerdo del conflicto con el Ecuador en 1910, cuando esos mismos jóvenes que usted califica ahora tan duramente, acudieron de todos los ámbitos de la República, al primer amago de peligro nacional para enrolarse en el ejército…300 Leguía, “hombre pequeñito, enjuto, ágil, con larga nariz aguileña y ojos vivos, penetrantes y dominadores. Tenía fácil e insinuante la palabra, los modales corteses y en sus labios delgados sonreía Maquiavelo”301. Potenció las relaciones internacionales y para eso llevó a cabo una fuerte política internacional que comprendía el tema de las fronteras y por supuesto, lo concerniente al famoso Tratado de Ancón, producto final de la Guerra con Chile. No se vive un periodo fácil en lo que respecta a las relaciones con los chilenos ya que 298 Cfr. nota 142, pág. 202. 299 Cfr. nota 6, pág. 82. 300 Id., pág. 85. 301 Id., pág. 62. 161 se ha intensificado la política chilena dentro del territorio peruano lo que en lugar de facilitar las relaciones entre ambos países, las empeora. Ricardo Palma ha luchado por conseguir una nuevo local para la Biblioteca que tantos esfuerzos y quebraderos de cabeza le ha costado reconstruir. Y en 1910, según nos narra Angélica, consigue que el Senado apruebe un proyecto de ley encaminado a conseguir dicho local: Sin adecuado local no hay Biblioteca posible; sólo hay hacinamiento de libros. En los tiempos difíciles que me tocaron no he podido hacer más; otro completará la obra que mis años y mis achaques me imposibilitan de intentar.302 El tradicionista se ha dejado la piel en el proyecto de reconstrucción no solo desde la dirección y la obtención de los libros que de alguna forma recompusiesen los fondos de la antigua biblioteca sino ocupándose también de las humedades, filtraciones, etc., que las viejas cañerías ocasionan. Angélica se esconde tras sus seudónimos galdosianos, Araceli y Marianela, ambos nombres, protagonistas de sendas novelas de su tan admirado Benito Pérez Galdós a quien no solo el respeto y la admiración de lectora la unen. Se ha convertido en el bastón sobre el que sus padres se apoyan. Doña Cristina está enferma y eso intranquiliza a la familia a la par que altera la paz existente en el hogar pues son muchas las idas y venidas para atender a la matriarca del clan. Quizás eso, el empeoramiento progresivo de la salud de doña Cristina, es lo que más está haciendo mella en la salud de don Ricardo quien poco a poco va debilitándose y al que su afición a los cigarros tampoco ayuda. ¡Pobrecitas! ¡Quién sabe si este será el último o el penúltimo año en que su padre las bendiga! El porvenir dirá. Clemente es ahora, tras su periplo como Cónsul, subdirector de la Biblioteca Nacional con cargo de conservador y dirige una revista que lleva por título Variedades, la cual, según su padre, tiene muchos suscriptores tanto en Lima como en provincias. Es la sucesora de Prisma y su publicación llegará hasta el año 1931. Angélica verá gran parte de su trabajo periodístico publicado en la revista de su hermano, muchas de sus colaboraciones irán firmadas con el seudónimo que más utilizó, Marianela. 302 Cfr. nota 35, pág. 40. 162 La dirección de dicha revista le trajo muchos problemas a Clemente quien quizás no midió las consecuencias que tendría para su familia. Siempre rebelde no dudó en manifestar a través de las páginas de Variedades, sus comentarios acerca del gobierno de Leguía y sus críticas ante las decisiones que tomaba este como Presidente. La salud de Cristina está empeorando y por tal motivo Ricardo hijo deja la Hacienda Cayaltí para estar con su familia y acompañar a su madre en lo que parecen, sus últimos momentos. Clemente tiene un departamento en el mismo piso de la casa donde vive su familia. Los doctores han diagnosticado un cáncer terminal con lo que el final de 35 años de matrimonio es inminente. Angélica, convertida ahora en guía de toda la familia, no para quieta y sus hermanas, Renée y Augusta atienden a todo lo que ella ordena, manda o pide. El 28 de enero de 1911, Cristina Román de Palma fallece en los altos de la Biblioteca Nacional, en la Calle de los Estudios, Lima. Aquella “abnegada y comprensiva compañera de hogar”303 que sentía que su rival era la Biblioteca por las horas que el tradicionista consagró a su reconstrucción y mantenimiento, lo ha dejado sumido en el escepticismo y la melancolía. Ya no volverá el patio a llenarse de voces como cuando, a las cinco de la tarde, cerraban la puerta y se jugaba allí hasta que caía la noche. Aún se recuerda en el barrio la corrida de toros con los Cisneros – Luis Fernán y Alfonso- Rey Ego- Aguirre, uno de los Rey y Lama y los tres Palmas, en que todos hacían, alternativamente, de toros, lidiadores, mientras don Ricardo y doña Cristina aplaudían riendo la faena extraordinaria. Los muchachos crecieron y se apagaron los gritos. Todo ha cambiado con esta muerte.304 Angélica sufre el duro golpe de la pérdida de su madre pero rápidamente se da cuenta de que tiene que tomar las riendas del hogar pues todos se ven envueltos en la más profunda tristeza. Al escribir las diferentes biografías sobre su padre, describirá este momento de la siguiente forma, …; un intenso sufrimiento enlutaría la vejez de don Ricardo Palma: en enero de 1911 murió su mujer, dulce aliento de su vida, alma amorosa de nuestro hogar. Soportó el anciano la íntima desventura con aparente entereza; pero a las miradas atentas no se les ocultaba la melancolía de su ánimo ni el decaimiento de su salud.305 Las manifestaciones de apoyo y consuelo a la tristeza que sufre la familia Palma no se hacen esperar y comienzan a llegar a la Biblioteca no solo todos aquellos amigos de la familia que quieren acompañarlos en tan duros momentos sino también multitud de tarjetas tanto 303Cfr. nota 35, p. 41. 304Cfr. nota 291, p. 147. 305 Cfr. nota 15, p. 116. 163 del Perú como del extranjero de personas, amigas o conocidas, que se hacen eco de la noticia y quieren hacer presentes sus condolencias. El fallecimiento de Cristina traerá sumida a la familia en la tristeza más profunda, preocupados por las consecuencias que tan irreparable pérdida pudieran tener en Don Ricardo, todos se vuelcan en él. Angélica tiene una sensibilidad especial para con su padre, la muerte de su madre cambiará el papel que juega la primogénita dentro de la familia y pasará a convertirse en el bastón en el que su padre se apoye y la guía para todos sus hermanos. Angélica que, en palabras de Elena González del Real, había sido la “amiga comprensiva de su madre”, pasa a convertirse, a ojos de todos, en la “mamá chica de sus hermanas Augusta y Renée, de las que, como veremos, no se separa ni en América ni en Europa”306. Desconocemos si Angélica tomó la opción de renunciar a una vida propia, independiente, por quedarse al lado de su padre y ocuparse de él y de las pocas tareas en las que el anciano tradicionista invertía su tiempo pero quienes la recuerden lo harán siempre al costado del tradicionista, empujando su silla de ruedas, contestando sus cartas o llevándole a los pocos actos públicos a los que concurre. Al lado del anciano, la imprescindible sombrita de Angélica Palma recordábame la figura mitológica de Antígone, la hija del rey Edipus, lazarillo del padre ciego, (…) 307 Hija amantísima, desempeñaba, al lado del ilustre anciano, aquellas triple tarea de lazarillo, enfermera y secretaria (…) Prototipo de abnegación, encarnación perfecta de la piedad doméstica, sacerdotisa del hogar paterno, después de haber prolongado, a fuerza de desvelos entrañables, la octogenaria vida de D. Ricardo, (…) 308 Curiosamente, será a partir de ahora cuando la labor de Angélica como escritora se vuelva más productiva, quién sabe si el pasar tantas horas al lado de su padre, le contagia ese ánimo y ese espíritu por crear universos y escenas cotidianas o evocar esa Lima a la que su padre celebró en sus Tradiciones. En marzo de este mismo año, Don Ricardo es consciente de cómo su salud se agrava y su cuerpo le responde con dificultad. Casi no sale a caminar, su sordera se ha intensificado y su vista, debilitado. Sus dolencias le impiden acudir a cualquier acto nocturno y el médico 306Cfr. nota 143, págs. 156 y 175 respectivamente. 307 ALAYZA Y PAZ SOLDÁN, Luis, Historia y romance del viejo Miraflores, Lima- Perú, Ed. Cultura Antártica, 1947, p. 185. 308 RIVA AGÜERO, José de la, “Discurso”, en Cfr. nota 143, p. 27. 164 le ha prescrito que no se ocupe de ningún asunto intelectual, es más, que ni atienda el correo, labor que se ve obligado a delegar en su hija Angélica. Angélica y sus hermanas, entusiasmadas por la acogida que están teniendo las Tradiciones escritas por su padre, firman contrato con La Casa del Callao A. J. Segrestán que quiere sacar una edición de lujo por entregas de dicha obra de cuyas ganancias las hermanas Palma van a recibir el 20%. Don Ricardo tiene la sospecha de que el tal Segrestán “engatusa” a sus hijas pues con todo lo que se está vendiendo y las entregas que quedan todavía, tan solo han percibido más o menos ocho libras. Dicha edición efectivamente salió publicada en 1911 y era una réplica de la que años antes había sacado la casa editorial Montaner y Simón. En esta ocasión, las ocho primeras series salieron por entregas. Se publicó bajo el título de Tradiciones Selectas del Perú. Parece que la muerte de Cristina traerá cambios en la familia: Ricardo Palma, hijo, que ejercía como médico en la hacienda Cayaltí en casa de los Aspíllaga, decide emprender viaje a Europa (Inglaterra y Francia) para completar su formación como médico. Decisión que tanto su padre como sus hermanos le aplauden y lo reciben en Lima pues no será hasta los primeros días de febrero en que tomará su barco en el puerto de Pacasmayo hacia el viejo continente. Don Ricardo hace tiempo que se prepara para dejarle el cargo de Bibliotecario a alguien de la generación nueva que tenga fuerza y energía para seguir y continuar la labor empezada por él. Un año después de la desaparición de su esposa, en 1912, el trabajo de Clemente en Variedades, le facilitará el abandono de la que ha sido su casa durante 28 años, Desde ha cuatro años en que una ligera congestión cerebral me inhabilitó, por prescripción del médico, para entintar la pluma, no he vuelto a tener la satisfacción de comunicarme con usted. Nunca he podido acostumbrarme a dictar y esa circunstancia disculpará ante usted mi laconismo de hoy (…). Mi hijo Clemente, doctorado en las facultades de Letras y Jurisprudencia, estuvo en Madrid por un mes el año de 1902 de tránsito para Barcelona donde desempeñó hasta 1905 el Consulado del Perú. Acaso lo conoció y trató usted en las dos o tres tertulias de don Juan Valera a que concurrió en casa de nuestra doña Emilia. De regreso al Perú lo propuse para una plaza de Conservador, vacante a la sazón. Fundó Clemente en Lima un semanario de índole política, social y literaria, titulado Variedades que pronto obtuvo buena circulación. El Presidente de la República se sulfuró por algunos conceptos brotados del cerebro y pluma del periodista, y expidió un decreto destituyéndole del 165 empleo; pero agravó la destitución imponiéndome en su reemplazo a alguien para mí desconocido como persona y como inteligencia.309 Los comentarios acerca de la labor política ejercida por Leguía y las continuas burlas de su gobierno que desde la dirección de la revista Variedades se están haciendo, consiguen que el Presidente pida la renuncia del cargo de Conservador de Clemente Palma, cargo subvencionado por el Gobierno. Como reemplazo imponen a una nueva persona “desconocida como inteligencia”, el poeta Percy Gibson. Palma entiende que como director de la Biblioteca, el nombramiento del personal que trabaja allí es una de sus atribuciones por lo que no acepta el nuevo nombramiento y presenta a Alberto Ureta como reemplazo. El Ejecutivo no le acepta y finalmente don Ricardo renuncia a la Dirección en la que tantos años ha vivido y a la que tantos esfuerzos le ha dedicado. Mi hijo Clemente, al que acaso por leyes del atavismo, trae obsesionado la manía de entintar la pluma para echar luego a los cuatro vientos sus lucubraciones.310 El Gobierno intentó que Palma no abandonase el cargo a lo que Palma arguye, según reproduce Angélica que: Si el Supremo Gobierno insiste en declarar que está ampliamente satisfecho de mis servicios y al mismo tiempo me retira la facultad de proponer los empleados de la oficina, incurre en una burla a mis canas, a los cuarenta y cinco años de servicios prestados al Estado, a la poca o mucha reputación que me he conquistado con mi perseverante labor y a mi dignidad de jefe de una oficina que me debe su existencia, burla a la que no me puedo resignar. En tal virtud, ruego a U. S que tenga a bien transmitir al Supremo Gobierno mi insistencia en la renuncia- Dios guarde a U.S.- Ricardo Palma. 311 Finalmente, se acepta su renuncia y le sucede Manuel González Prada “que, rudo fustigador de la burocracia y los burócratas, a quienes apodó ventrales, por curiosa paradoja terminó su existencia en un puesto de la Administración pública”312. Palma es un escritor que goza del prestigio y el respeto de toda la sociedad, al que se le debe la labor llevada a cabo en la reconstrucción de la Biblioteca y de los fondos existentes en ella como patrimonio cultural del país. En cuanto a González Prada básteme decir a usted que es un hombre roído por la envidia. Siempre le ha quitado el sueño eso de que mi nombre y mis escritos sean tan conocidos 309 PALMA, Ricardo, Carta a Marcelino Menéndez Pelayo, 17 de marzo 1912, en Cfr. nota 142, p. 253. 310 Cfr. nota 15, p.115. 311 Id., p. 118. 312 Id., p. 118- 119. 166 en España y en América. Hace poco más de un cuarto de siglo que entre él y yo no había ni cambio de saludo en la calle ni en sociedad.313 El que González Prada fuese el “sucesor” de Don Ricardo en la Biblioteca no hacía más que ayudar a crecer los comentarios de los corrillos pues la aceptación por parte de González Prada era una afrenta pública al tradicionista que evidenciaba aún más las diferencias entre ellos y la antipatía que este le profesaba. En 1886, González Prada en una conferencia en el Ateneo de Lima, critica veladamente la forma o la manera en que algunos escritores tienen de “salir de su tiempo para desenterrar ideas y palabras muertas” en lugar de “adivinar las cosas futuras”314. Esta crítica aludía no solo al tradicionista sino a toda aquella bohemia de su tiempo que quería y se empeñaba en buscar y reconstruir esa identidad sustituida por el producto importado. Pero, de entre todos los ataques que González Prada pudiera hacer, el más directo y quizás más claro, fue en su famoso Discurso en el Politeama, el 28 de julio de 1888, pronunciado en una velada donde se pretendía recolectar fondos para impulsar y promover el rescate de Tacna y Arica, todavía provincias cautivas de Chile: En esta obra de reconstitución y venganza no contemos con los hombres del pasado: los troncos añosos y carcomidos produjeron ya sus flores de aroma deletéreo y sus frutas de sabor amargo. ¡Qué vengan árboles nuevos a dar flores nuevas y frutas nuevas! ¡Los viejos a la tumba, los jóvenes a la obra! Angélica en su novela Por senda propia, publicada en 1921, hará un alegato, a través de uno de los personajes, a favor de esta bohemia a la que perteneció su padre. Justamente a través del personaje de don Manuel que viene a encarnar la tradición (Don Ricardo) frente a Alfonso que se siente el joven de ideas revolucionarias y que representaría el cambio (Manuel González Prada). Interesante el discurso de don Manuel pues en él se puede observar cuál era la mirada que de unos tenían los otros: -Convénzase usted, querido Alfonso,- decía con su bronco acento el señor Arévalo- mi generación, esa generación ya casi desaparecida, de la que solo quedamos contadísimos representantes, no ha sido reemplazada por ninguna de las que la han sucedido. Nosotros no cifrábamos nuestras grandes aspiraciones en hacer dinero a toda costa para gozar de sus ventajas; teníamos creencias e ideales: éramos luchadores doctrinarios y altivos. (…) la buena semilla, la que floreció y fructificó en estadistas como don Manuel Pardo y don Nicolás de Piérola, en jurisconsultos como García Calderón, en médicos como Odriozola y Alarco, en 313 PALMA, Ricardo, Carta a Miguel de Unamuno, 16 de febrero de 1913, en Cfr. nota 142, págs. 291- 292. 314 GONZÁLEZ PRADA, Manuel, Pájinas libres, Lima, Editorial Thesis, 1966, p. 19. 167 escritores y poetas como Palma y Cisneros, Lavalle y Salaverry, Paz Soldán y Márquez, como todos los que formaron esa simpática bohemia, única en nuestra historia literaria, de mozos entusiastas y soñadores, que amaban desinteresadamente el arte y creían en el porvenir de la patria, por la que hicieron lo que no harán nunca los que a cada paso dicen con desdeñosa conmiseración: -este país! Psch!- 315 Hacía tiempo entonces que el panorama literario se había separado en dos: aquellos que admiraban el virreinato y por lo tanto eran seguidores y se sentían representados por Palma y su obra y los que veían en González Prada el cambio, la novedad, el destierro de todo aquello que recordase un pasado español. El episodio de la Biblioteca y la renuncia como Director de don Ricardo no hizo más que enfervorizar unos ánimos que llevaban tiempo calentándose. Muchos fueron los que intentaron convencer al tradicionista de que no abandonase, de que no dejase su casa en manos de otro después de todo lo que había luchado por ella. Ni el abandono de su cargo ni las críticas ante un mal manejo y una mala dirección por parte de González Prada, impedirán que la ciudad de Lima y los intelectuales más representativos, rindan sentido homenaje al creador de las Tradiciones, Parece que un grupo universitario está preparando una velada de desagravio y de simpatía a mi persona en el Teatro Municipal para una de las primeras noches de la semana próxima, en la que hablarán como oradores Riva- Agüero, Felipe Barreda, Lavalle, el poeta Gálvez y otros jóvenes. Yo he contestado a la comisión que consultaré con mi médico Barton el asunto, pues ignoro si mi salud no sufrirá con las emociones de la cariñosa manifestación. Barton vendrá esta noche y resolveré el aceptar o no.316 Finalmente, la velada se lleva a cabo el 11 de marzo con la presencia de Don Ricardo y de sus hijos que lo acompañan para darle calor y fuerzas para sobrellevar las emociones y las palabras sinceras que le esperan. - Poco antes de las 10, acompañado de la comisión designada, llegó con su familia el ilustre tradicionista. Un inmenso clamor de entusiasmo le recibió, y cuando ingresara a su palco en la sala, se agitaron los pañuelos, las señoras en los palcos aplaudieron, y todo el público se puso de pie, en un saludo largo y emocionante. (…) En un palco artísticamente adornado, tomó asiento don Ricardo Palma acompañado de su familia. En el semblante austero y simpático del anciano vagaba la misma sonrisa serena de los viejos tiempo. Daba una 315Cfr. nota 6, págs. 112- 113. 316 PALMA, Ricardo, Carta a Ricardo Palma Román, 6 de marzo de 1912, en Cfr. nota 142, pág. 251. 168 emoción delicada y suave, verle con sus hijos recibiendo el homenaje delirante de sus “conciudadanos conscientes”.317 La revista Variedades, como no podía ser de otra manera, le dedica un especial donde reproduce los textos de los discursos más representativos que se dieron esa noche, Cuando se piensa en el Perú de antaño, forzosamente tiene que pensarse en vox, que habéis sabido reanimarlo y personificarlo. Por eso, quien os honra, honra a la patria; quien os irrita, la ofende. Y la íntima asociación con la historia del Perú, no existe solo en vuestros esclarecidos escritos, sino en todo el curso de vuestra larga vida.318 Dr. D. José de la Riva Agüero Es en este género literario (las tradiciones) en el que Palma conquista el puesto de príncipe de la literatura patria, asegura su renombre en el mundo literario, y gana para la América incomparable triunfo intelectual.319 Dr. D. José Barreda y Laos Ricardo Palma: deja que te tutee como a los Dioses: la juventud viene a decirte que te admira, te venera y te ama. Llega tu ocaso: pero no importa. Es un ocaso luminoso como una aurora: tiene luz, mucha luz, luz de talento, de laboriosidad, de dignidad y de bien. (Viva y prolongada ovación).320 Felipe Sassone Y por último, las palabras de Don Ricardo que, llenas de emoción, consiguieron una ovación “interminable, sonora y profundamente emocionada” (pág. 334): Es idea corriente que los viejos, por el natural desgaste nervioso y sentimental producido en la marcha de su vida, son cerrados para las grandes emociones de dolos y de placer, de gratitud o de resentimiento; pero yo os aseguro, jóvenes amigos míos, que esta hermosa manifestación de simpatía a mis canas y a mi labor, con que habéis querido desagraviarme de la inmerecida actitud con que el gobierno ha correspondido a mis esfuerzos de casi seis lustros en bien de la cultura de la patria, conmueve profundamente mi alma y compensa con creces las amarguras de la decepción. 317 “La gran velada en honor a don Ricardo Palma”, en Variedades, Lima, 16 de marzo de 1912, 211, págs. 324 y 327. 318 Id., pág.327. 319 Cfr. nota 317, pág.328. 320 Id., pág.330. 169 “Al salir del teatro, el pueblo, aclamándolo, lo acompañó hasta la que ya solo por unos días sería su casa. Aclamaciones desinteresadas, sin turbios orígenes de posibles ventajas económicas o de conveniencia política, que autorizaban a don Ricardo para contestar, con serena convicción, a los dolidos y a los indignados. - Yo no me quejo de mi tierra. En mi tierra me quieren.”321 Ricardo hijo que todavía sigue en Europa, no ha podido asistir ni vivir tales momentos en compañía de sus hermanos y sobrinos pero le mantienen informado y le remiten ejemplares de las notas de prensa y monográficos que le han dedicado. Angélica le escribirá una carta el 18 de marzo donde le relata los acontecimientos y donde deja traslucir la opinión que le merecen, Carísimo: Ya te han dado mil datos del magno acontecimiento, pero no quiero dejar de repetirte dos cosas: que jamás he visto una fiesta con cuyo motivo estuviera el público tan compenetrado, tan vibrante de sincero cariño y que hiciste en ella una falta enorme. Para consolarnos de ella un poco, verás en Variedades que te han intercalado en el grupo de familia. Todavía se sigue hablando en Lima de la fiesta, según las muchas personas que vienen; el señor Miró Quesada le decía a papá que debe estarle agradecido a Leguía que le ha proporcionado ocasión de ver su apoteosis. La verdad es que el Presidente Leguía y Martínez que ha sido el eje de la intriga, han hecho con líneas torcidas un renglón derecho. Cuéntale todo esto a Tello y que su sobrino Horacio vivaba por cuatro en la manifestación. A papá lo ha rejuvenecido y a nosotras nos anima la tremenda mudanza como cosa de honra; estaríamos ya hoy trabajando a no ser por una anginita de Renée que se le complicó ayer con el oído y la tuvo en un ay. (…) Angélica322 Termina así una época para la familia Palma, el abandono de la Biblioteca, la muerte de la matriarca del clan y el agravio público sufrido son las últimas estocadas que el patriarca es capaz de aguantar por lo que decide hacer borrón y cuenta nueva y encaminar sus pasos hacia aquella población que los chilenos le hicieron abandonar una vez: Miraflores. Don Ricardo llegó a Miraflores ya en pleno siglo XX apareció en el pueblico, como muchos otros, huyendo del mundanal ruido, y buscando un lugar barato donde poder subsistir económicamente. Palma buscó un rincón tranquilo en Miraflores. Ocupó una casita pequeña, que era una caja de fósforos, en la callejuela que comunicaba la Alameda que por entonces no 321 Cfr. nota 15, p. 119. 322Cfr. nota 291, p. 183. 170 tenía nombre alguno, y la Plaza de la Glorieta, un ranchejo que años antes adquirió un caballero en 300 soles y cuando se cansó de él vendiólo en 700.323 Y es que Miraflores no es la “empingorotada garden city de hoy, mansión de ricos” (Luis Alayza Paz Soldán), es un “pueblico”, “lugar barato” que si bien en cuanto a entorno natural y tranquilidad no tiene nada que envidiar al bullicio de Lima, no puede competir con esta en vida social por ejemplo. Miraflores junto a Chorrillos o Barranco, como hemos visto anteriormente, son los nuevos espacios que se configuran alrededor de lo que había sido considerado como la ciudad: Lima. Si Piérola había trazado un plano de Lima donde había invertido en realizar grandes avenidas como La Colmena o el Paseo Colón, a imitación europea; Leguía está potenciando dichas avenidas y conduciéndolas hacia el mar para potenciar la creación de barrios residenciales como San Isidro que logran hacer renacer la población miraflorina. En capítulos anteriores hemos visto cómo España intenta, a finales del siglo XIX, estrechar los lazos con las repúblicas americanas, ejemplo de esto son las fiestas de conmemoración del IV Centenario del Descubrimiento de América. Es cierto que al independizarse las últimas colonias, España ve abiertas las puertas para un nuevo mercado, recordemos que el llamado Desastre del 98, no había dejado en muy buen lugar a la Península con miras a Europa. Un sector que ve posibilidades de colocar sus productos en las nuevas repúblicas es el editorial. Son muchas las casas editoriales que viajan al Nuevo Mundo con la intención de visitar diferentes países y comprobar cuáles son las posibilidades reales de establecer comercio allí. Casas editoriales francesas como Garnier Hermanos o la Librería y Casa Editorial E. Rosay que con la intención de incorporar a su catálogo las voces de escritores americanos les proponen editar sus obras, de esta manera van abriéndose camino en un terreno todavía virgen. Algo similar ocurre con la familia Salvat que desde 1912 hasta 1914, estuvo viajando por las diferentes repúblicas. Su presentación ante las personas con las que se entrevistaban era sencilla: eran los editores de una revista ilustrada que llevaba por nombre Hojas Selectas. Revista para todos, revista cultural de la que la editorial se sirve para promocionar sus otros productos. Los hermanos Salvat viajan con el propósito de reunir información que les muestre la viabilidad o no de establecer comercio con dichos países. Entre otras cosas se interesan por la firma, por parte del país respectivo, del Tratado de Berna que protege la propiedad 323Cfr. nota 307, p. 179. 171 intelectual, si existen tratados que los unan a España y qué se necesita para publicar allí. A cambio de toda esta información, ofrecen las páginas de esta revista para que publiquen artículos, novelas cortas o poemas. Tienen la intención por otra parte de presentar, a través de lo que se publique, la historia, la cultura y la geografía de dichos países. Es así como Angélica entrará en contacto con la familia Salvat, a través de Hojas Selectas. Revista para todos que se anunciaba de la siguiente forma: Hojas Selectas. Revista para todos. Textos de reputados escritores nacionales, hispano- americanos y extranjeros. Espléndidas ilustraciones en negro y en colores. Parece ser que el cambio de aires y su nuevo hogar en la población miraflorina “enriquecido por la sombra de unos fresnos y el canturreo de una acequia” (SOCIEDAD AMIGOS DE PALMA, 1937:147) y el contacto con la familia de Pedro Salvat le traerán a Angélica la posibilidad de empezar su vida profesional como escritora y aventurarse en el mercado no solo nacional sino también internacional. El pasatiempo de la mayor de los Palma de escribir cuentos para entretener a sus hermanas se torna en algo serio cuando existe la propuesta de publicarlos y darlos a conocer. Cuántas veces, aprovechando de un ligero descanso de este [Don Ricardo], cogía un lápiz y planeaba un cuento, una novela o el borrador de una carta contestando la correspondencia literaria que sostenía…!324 De 1913 a 1919, Angélica publicará en la revista dos poemas (De saya y manto, 1913; A un hidalgo de hoy, 1919), tres cuentos (Lo que no vuelve, 1913; El mensaje del viento, 1914 y La tía de Paquita, 1915) y una novela corta (Morbus Aureus, 1918). Los lazos con los Salvat no terminarán aquí pues gracias a ellos verá la luz en España y en Perú su primera novela: Vencida. Ensayo de una novela de costumbres, en 1918. El recuerdo de su madre todavía empaña su día a día y a ella irá dedicada esta primera novela: “A la dulce y bendita memoria de mi madre”. El 17 de marzo de 1912, don Ricardo Palma dicta una carta a su hija Angélica, dirigida a su amigo Marcelino Menéndez y Pelayo donde le facilita la dirección a la que debe dirigir ahora la correspondencia: Dentro de breves días, forzado por la decadencia de mi salud, trasladaré mi residencia a Miraflores, bonito balneario situado a una legua de la ciudad. Si tiene usted a bien honrarme con su correspondencia rotúlela así: Ricardo Palma. Lima. Casilla 1112.325 324 GONZÁLEZ DEL REAL, Elena, “Angélica”, en Cfr. nota 143, pág. 155. 172 Por cuarenta y cinco años de servicio el patriarca del clan recibirá una cédula de cesantía por valor de 3000 soles anuales con los que deberá vivir. Clemente y su familia también se han mudado a Miraflores y viven en un rancho cercano, situado en la calle Bellavista. “Trasladóse a Miraflores, la linda población campestre, cuyo poético encanto no desmedran los avances del progreso”326 y precisamente ese cambio de aires es lo que genera en don Ricardo un espíritu, al menos en el ánimo, de mejora en cuanto a su salud. Su vista, a sus ochenta años, va disminuyendo y el doctor le ha prohibido cualquier actividad intelectual por lo que se ve obligado a escuchar las lecturas que les hacen sus hijas y a dictar su correspondencia. Atrás quedaron los años en que Angélica y sus hermanas correrían por las galerías repletas de libros, ahora son ellas las que tienen que acercar la cultura a un octogenario Don Ricardo que se resiste al paso del tiempo y reniega en sus cartas buscando el engreimiento fácil como si de un niño se tratase. “Y siempre Angélica, que de hija, habíase tornado en madre del anciano, de quien las dolencias y los años habías hecho un niño. Un niño gigante. Angélica niña entregada al amoroso deber de cuidar la lámpara de esa existencia”. (En ANGÉLICA Palma, Lima, Sociedad Amigos de Palma, 1937, pág. 148). Angélica se convirtió para muchos en ejemplo de abnegación filial por la dedicación con la que atiende a su padre y por cómo se ocupa de él y de sus necesidades. Y es que en la vieja población miraflorina, soñadora y enamorada, se puede ver cómo la hija mayor, la que ha tomado el relevo a su madre, empuja la silla del tradicionista y lo pasea por calles y avenidas, como si fuera lo único a lo que tuviera que dedicarse. Vive por y para él, atiende su correspondencia, escribe lo que le dicta, se ocupa de sus hermanas y de la casa y todavía tiene tiempo para crear cuentos, historias, artículos que la transportan y reflejan aquello que lleva en los genes y que se ha convertido en la mejor herencia que sus padres la pudieran dejar: el amor a la palabra, a la literatura, el arte de la creación. Las ideas de don Ricardo chocan en ocasiones con el papel que está empezando a desempeñar Angélica que todavía permanece “oculta” como escritora pero que ya tiene conformado su pensamiento y esboza sus personajes de acuerdo a la oposición entre tradición y modernidad. Ella ha sido criada y educada en valores tradicionales pero por otra parte ha sido testigo de cómo su madre, doña Cristina, participaba en tertulias literarias 325 PALMA, Angélica, Carta a Marcelino Menéndez y Pelayo, 17 de marzo de 1912, en Cfr. nota 142, pág. 254. 326 Cfr. nota 35, pág. 41. 173 donde las mujeres tenían un papel importante. Ella es consciente desde niña de que la situación de las mujeres está cambiando, que de actrices secundarias son ahora, en pleno siglo XX, actrices protagonistas de una escena pública que todavía se muestra reacia a su incorporación. Don Ricardo es el primero que, pese a valorar el papel de las mujeres como escritoras, no tiene ningún reparo en manifestar su desacuerdo en torno por ejemplo a la incursión política de Lola Rodríguez de Tió o a la solicitud de incorporación a la Real Academia de la Lengua de Emilia Pardo Bazán: (…) Han hecho bien, muy bien, nuestros compañeros rechazando la afeminación de la Academia. Una mujer en ella sería el desprestigio y la decadencia y muerte de la docta corporación.327 Puede ser este uno de los motivos por los cuales Angélica no quisiese destacar, por la fuerte oposición que encontraba en su propia casa. Como escritora sabe que su padre la respalda, no en vano sus nombres comparten las páginas de revistas como Prisma o la misma Hojas Selectas de la que hemos hablado; pero Angélica a lo largo de su vida, se manifestará en temas controvertidos para una mujer como lo es el tema de la política, campo al que su padre no estaba de acuerdo con que las mujeres entrasen. Quizás eso fue lo que desencadenó su silencio: tan preocupada estaba de la salud y bienestar del tradicionista, sumido ahora en una silla de ruedas, que quiso ahorrarle los disgustos que sus opiniones le pudieran ocasionar. La última vez que don Ricardo ve su Lima natal es con motivo del Congreso de estudiantes al que acuden representantes de quince repúblicas de América y donde se le dedica un homenaje en el que se le hace entrega de un Álbum de desagravio. Al mismo tiempo, González Prada pone en circulación un folleto titulado Nota informativa acerca de la Biblioteca Nacional donde se dedica a desacreditar la labor que Don Ricardo ha estado haciendo durante tantos años y le acusa de la situación caótica en la que ha encontrado la Biblioteca. Palma contestará con sus Apuntes para la historia de la Biblioteca de Lima328. Te advierto que tu sucesor está haciendo circular un folleto tremendo contra - Pues, hijo- le contestó don Ricardo, - que le aproveche; yo contra nadie tengo hiel; que te lea Angélica el discursito que mañana voy a pronunciarles a los muchachos.329 327 PALMA, Angélica, Carta a Daniel Granada, 26 de octubre de 1912, en Cfr. nota 142, pág. 284. 328 Ambos trabajos, tanto el de Manuel González Prada como el de Ricardo Palma, fueron publicados en 1912. 329 Cfr. nota 15, págs. 120- 121. 174 Los acontecimientos que van a tener lugar a partir de ahora afectan no solo a la familia Palma sino a todos: estalla un golpe de Estado por parte del coronel Óscar Benavides del que resultará proclamado presidente provisional. Don Ricardo es nombrado Director honorario de la Biblioteca Nacional, cargo al que renunciará cuando González Prada, en 1916, vuelva al poder. Y por otra parte, el estallido de la I Guerra Mundial traerá en jaque a todo el mundo ya que el conflicto armado en el que se encontrarán los países europeos hará intermitentes las relaciones económicas con ellos. José Pardo y Barreda, se hará con la presidencia de nuevo en 1915 y afrontará la crisis económica que afecta al país con motivo de la guerra europea y también el clima laboral que se verá alterado por la reivindicación de la jornada de ocho horas de trabajo. En España la I Guerra Mundial trajo consigo una etapa de prosperidad económica ya que mantuvo una posición neutral con lo que pudo servir de abastecedora de muchos productos a los países que estaban teniendo un papel protagonista en el conflicto armado. Las mujeres, apoyadas y animadas por este clima de insatisfacción, reivindicación y protesta, se organizan y es ahora, en 1914, cuando María Jesús Alvarado funda la primera organización que podemos llamar feminista en el Perú, Evolución Femenina. Entre sus objetivos estaba lograr la incorporación de la mujer al trabajo en igualdad de condiciones que el hombre; consiguió que temas como la emancipación de la mujer, el derecho a la educación o a ejercer cargos públicos saltasen a un escenario público y totalmente masculino. Esta organización será un primer intento de estructuración por parte de las mujeres que irán uniendo esfuerzos y apareciendo para la sociedad con nombres propios defendiendo aquellos derechos que les habían sido negados como colectivo. Tal es así que entre 1916 y 1917, justo cuando se desencadena el auge de las inversiones en la agricultura y la minería, dos mujeres, Miguelina Acosta Cárdenas y Dora Mayer de Zulen, fundan y dirigen el periódico anarcosindicalista La Crítica. Mujeres que representan y encarnan a la nueva mujer ya no al ángel del hogar, sino a la mujer que busca su crecimiento fuera del hogar paterno y conyugal. Miguelina Acosta Cárdenas fue la primera abogada en el Perú que abrió su estudio y Dora Mayer, participó en el I Congreso Femenino que se había celebrado en Buenos Aires en 1910, representando al Perú. Quiere decirse, las mujeres, a estas alturas en que recién ha comenzado a caminar el siglo XX, se sienten representadas por aquellas que han sabido y están sabiendo romper las cadenas de una educación decimonónica que las condenaba a ejercer sus reinados dentro de sus hogares. Angélica mantendrá amistad y correspondencia con Dora Mayer quien volcará en sus cartas todo su conflicto con el que sintió fue su compañero, Pedro Zulen y al que se mantuvo unida, al menos, en lo formal pues toda su vida firmó como Dora Mayer de Zulen. 175 Junto con Joaquín Capelo fundaron en 1909 la Asociación Pro-Indígena que persiguió que el Estado garantizase los derechos políticos y humanos de los indios, habitantes en las diferentes provincias del Perú. Desde el siglo XIX se está arrastrando un problema que ahora en el transcurso del siglo XX va a ser el motivador de muchas de las reacciones que se van a producir y de los movimientos que van a surgir. La exclusión, en una sociedad multicultural, donde la inmigración no solo de Europa o de los países asiáticos, sino del mismo interior del país hacia la capital o las ciudades de la costa, está generando sentimientos encontrados entre aquellos que quieren mantener un estatus social y pertenecer a los círculos donde la gente blanca, europea se relaciona por lo que lo negro, lo chino, lo mestizo o lo indio no cabe dentro de una sociedad de clases. Si recordamos una joven Clorinda Matto de Turner había defendido la inclusión del quechua y la incorporación del mundo andino a la realidad nacional. No es de extrañar que mujeres como Clorinda Matto o Dora Mayer se ocupasen del tema del indio, al fin y al cabo pertenecían ellas también a esa minoría que el hombre discriminaba: unos por ser indios, las otras por ser mujeres. En el caso de Clorinda se unen las dos cosas: ser mujer y provenir del Cuzco. Angélica no se posicionará al lado del indio ni en sus artículos ni en sus novelas o cuentos, más bien representará la realidad de este a través de los roles que la sociedad le ha asignado: esclavos o sirvientes de una clase oligárquica, blanca que tiene una posición de poder con respecto al que proviene del Ande. Bañábalo todo la suave claridad de la luna de diciembre, y a su irradiación argentada solazábanse los niños de la casa, una damita y dos caballeretes que entre los tres no sumaban un cuarto de siglo, en compañía de un par de mulaticas de siete a ocho años, hijas de la cuarterona Martina, que, suelta la cabellera crespa y corta y mal velada la opulencia del busto y de los brazos broncíneos por blanco rebozo de hilo de Lambayeque con guarda azul y flecos larguísimos, vigilaba a la gente menuda. Como en todos los tiempos, inclusive en los actuales democráticos y socialistas, la igualdad que estos esparcimientos en común parecía demostrar, era tan superficial que a cada detalle se desmentía: amito, decía la voz humilde de las niñas esclavas: zamba, gritaba la de los dueños con inconsciente despotismo…330 Así no era raro encontrar por las calles de Lima alguna pareja de indios de edad madura, portadora de una sarta de pejerreyes frescos y de unos matecitos de chicha, que se 330 Cfr. nota 85, págs.10- 11.El resaltado es mío. 176 detenía ante la puerta de un caserón solariego. La mulatica vivaracha que acudía a la llamada, al reconocerlos, corría a avisar a la señora: -Amita, aquí están ño Mateo y ña Manonga, los del rancho de Chorrillos, que traen unos regalos para su mercé.331 Tampoco hablará del quechua sino que su defensa se centrará en el castellano o español. No es de extrañar esta postura en Angélica pues es producto del ambiente y de las conversaciones que seguro ha escuchado y escucha en su casa. No hay que olvidar que Clemente, el hermano mayor de Angélica, obtuvo su grado de bachiller en 1897 con la tesis, El porvenir de las razas en el Perú donde como señala el filósofo Rubén Quiroz (2010: 77), postula la tesis de que “el género humano está dividido en razas superiores e inferiores y el mestizaje selectivo garantizará la pervivencia de la humanidad. (…) El Perú de posguerra necesita una restauración total y que como parte de ello le urge una regeneración moral y social. (…) Así inicia toda una larga lista de valoraciones negativas de las razas que habitan el país. Por demolición antropológica demuestra que ninguna de ellas sirve como reformadora del país;…”332 Don Ricardo pasa sus días dedicado a disfrutar de sus hijos y nietos que visitan asiduamente la casa y lo acompañan a pasear por la “…alameda antigua, bordeada de añosos ficus, cuyos ramajes tocábanse en los alto, formando bóveda mecida por la brisa”. Sus hijas, las tres Palmas, son las que se encargan de leerle los diarios y los libros y llevarle la correspondencia y atender a la misma. Muchas son las veces que tras trascribir la carta que el tradicionista le ha dictado a Angélica, esta pone su granito de arena y añade un saludo personal al destinatario. Muchos de los viajeros que antes iban a la Biblioteca a buscar a don Ricardo, ahora van a la casa miraflorina a encontrarse con él. Los antiguos para recordar los tiempos en que se daban cita en la Biblioteca y se les pasaban las horas conversando y los jóvenes, porque ven en él al patriarca de un género: el de la tradición. Son muchos los que reconocen en Don Ricardo el hecho de haber puesto por escrito la que llamó Angélica, leyenda amable de Lima. Entre ellos los políticos Belisario Roldán, Manuel Ugarte, Alfredo Palacios, Baltasar Brum, los abogados Antonio Sagarna o Carlos Octavio Bunge y el escritor español Eduardo Marquina de quien Angélica guarda muy buen recuerdo de su viaje a Madrid. 331 Cfr. nota 6, pág.2. El resaltado es mío. 332 QUIROZ ÁVILA, R., La razón racial. Clemente Palma y el racismo a fines del siglo XIX, Lima, Universidad Científica del Sur, p.77. 177 En 1917, sale publicado un tomo bajo el título de Las mejores tradiciones peruanas dentro de la colección de grandes escritores americanos, publicado en Barcelona y prologadas por Ventura García Calderón con una pequeña biografía del escritor. Mientras, en España se produce una crisis que afectará a los sectores parlamentario, militar y social que culmina con la huelga general de 1917. El mal reparto de los beneficios obtenidos durante la Guerra Mundial originó que la gente saliese de sus casas y protestase mediante huelgas. La clase obrera reclama derechos y se agrupa para reclamarlos y hacer fuerza común al mismo tiempo que en el Perú se reclama la jornada de ocho horas. Terminada la guerra europea, los mercados extranjeros restringían los pedidos, bajaban rápidamente los precios fabulosos, los capitales inflados se deshinchaban como globos agujereados, los hacendados disminuían el número de braceros; comentábase ruinas comerciales, quiebras de bancos; …333 Don Ricardo pasa las horas preparando con sus hijas la edición definitiva de las Tradiciones Peruanas, edición que sería póstuma y de la cual se encargarían de llevar a buen término sus hijas Angélica, Renée y Augusta con la ayuda de la casa editorial Calpe. Con esta edición de las TRADICIONES PERUANAS se cumple el constante anhelo de la ancianidad de su autor, que a revisarlas y corregirlas dedicó los últimos años de su vida, estudiando y releyendo su obra mientras tuvo vista para hacerlo, oyéndola de labios de sus hijas cuando las sombras de la senectud oscurecieron sus ojos.334 Angélica, conforme la salud de su padre se va apagando, va descubriéndose como escritora en diferentes medios de la prensa escrita; son pocos los que la conocen por su nombre pues sigue oculta tras los seudónimos galdosianos de Marianela y Araceli. En 1917 verán la luz Veladas de antaño, publicado en la revista argentina Plus Ultra y más de veinte artículos en el diario argentino La Prensa, dirigido por Ezequiel Pedro Paz y que Pedro L. Balza, se ocupó de publicar en un tomito que hasta el día de hoy es casi totalmente desconocido y de cuya existencia se conocen pocos ejemplares. Angélica está cogiendo soltura en el oficio de escribir y al igual que a su hermano Clemente, ya puede ver cómo le llama más el periodismo sin menospreciar ni olvidar los otros géneros en los que, por decirlo así, destacará, que son la novela y el cuento. Las relaciones con la familia Salvat continúan y gracias a ellas, la que fue su primera novela, Vencida que aparecería publicada 333 Cfr. nota 13, pág. 6. 334PALMA, Ricardo, Tradiciones peruanas, Madrid, Espasa Calpe, 1958, T. I, p. VII. 178 por entregas en la revista Hojas Selectas con ilustraciones de Carlos Vázquez (1869- 1944), pintor al óleo asiduo de revistas como Blanco y Negro o La Ilustración Artística. Por otra parte, culmina el proceso de la Revolución Rusa por el cual el gobierno provisional que está reemplazando al gobierno zarista es expulsado y queda establecida la Unión Soviética. Sofía Casanova, futura amiga y compañera de editorial de Angélica, se encuentra trabajando para ABC como corresponsal de guerra en el frente polaco y como enfermera en Varsovia. Sin duda es otro tipo de mujer la que se aventura en este siglo XX: con sus faldas y sus corsés, Sofía Casanova, madre y esposa, envía cumplidamente, sus colaboraciones a la redacción del diario desde el frente de guerra. Con ella compartirán tertulias y conversaciones literarias en Madrid Angélica y sus hermanas. En 1918, la editorial Salvat decide publicar esta novela, Vencida. Ensayo de una novela de costumbres, junto con otro cuento o novela corta de Angélica que había aparecido en la misma revista, Morbus Aureus con las mismas ilustraciones con que aparecía en la revista. Este mismo año, aparecerá también bajo la modalidad de novela por entregas, Cartas son cartas, publicada en el Mercurio Peruano, dirigido por Víctor Andrés Belaúnde. Convencidos nosotros de que nuestro medio necesita una revista que sirva de órgano a los estudiosos y a los ensayos de carácter nacional, hemos buscado afanosos la colaboración de las más distinguidas personalidades literarias, científicas, políticas y asegurada esta colaboración, iniciamos hoy la segunda época del Mercurio Peruano (…) Deseamos seguir ahondando en el suelo patrio, penetrar en los secretos de nuestra vida pasada, platear nuestros problemas desde el difícil y único punto de vista para contemplarlos, (…) Queremos, por último, que nuestra inspiración literaria, que languidece de exotismo y de artificio se remoce acudiendo a las eternas fuentes de la tierra y de la historia.335 Este es el clima que se está viviendo y Angélica, como persona individual, no escapa a él y es por eso que a partir de esta fecha colaborará de manera intermitente con la revista. Las únicas creaciones literarias que aparecerán será la novela antes citada, Cartas son cartas, y un cuento largo titulado Desolación, en 1919. Angélica está contagiada de esa “tradición” creada por D. Ricardo, combinación de historia, leyenda y literatura y presenta pequeños cuadros donde rescata y caracteriza momentos concretos de la historia de su ciudad, de unos personajes también concretos que interactúan y se comportan marcados por la clase social de la que forman parte. Impregna sus obras de esa nostalgia por tiempos pasados de la que su padre hizo gala. 335 BELAÚNDE, Víctor Andrés, “Palabras iniciales”, en Mercurio peruano, Año I, Vol I, n°1, 1918, págs.2-3. 179 Sus personajes son reconocibles por los lectores porque encarnan características, comportamientos y modos de ser y actuar que se están repitiendo desde el siglo XIX. Esa es una de las características que hicieron de las obras de Angélica un éxito en España: sus personajes y sus tramas narrativas, respondían a lo que Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán, Mesoneros Romanos, por citar algunos escritores españoles, hacían. El término de la I Guerra Mundial y la Revolución Rusa desencadenan en algo que afecta a todo el territorio americano en cuanto a la educación superior se refiere: la Reforma Universitaria iniciada en Córdoba (Argentina) de 1918 trajo consigo una reformulación de la Universidad como institución. Los líderes estudiantiles reclaman asuntos tales como el concurso docente, la apertura a la investigación o la libertad de cátedra. Estas ideas que revolucionan el modo de actuar y de pensar de la sociedad estudiantil argentina, trajo consecuencias en Perú donde Víctor Raúl Haya de la Torre o el mismo José Carlos Mariátegui quisieron aplicar lo formulado por la Reforma argentina. Perú vive un momento de depresión económica con carestía de artículos de primera necesidad y subida de precios, consecuencia todo ello de la I Guerra Mundial. Se han roto definitivamente las relaciones con Chile tras la expulsión por parte de los chilenos de uno del cónsul peruano residente en Iquique. Se convocan elecciones irregulares en las que se presenta por el partido civilista de las que sale elegido Augusto B. Leguía pero no será hasta un año después, 1919, cuando a través de un golpe de estado que depondrá al presidente Pardo, Leguía confirme su victoria y comience el periodo llamado el “oncenio” que arrastrará la grave situación económica que atraviesa lo que ocasionará un atraso a nivel nacional. Don Ricardo, el 15 de febrero, renuncia al cargo de director de la Academia Peruana de la Lengua que había establecido el 5 de mayo de 1887 y que había reorganizado en 1917. Su salud no da para más, el cuerpo no le sigue el ritmo intelectual al que quiere someterse y al que se fuerza. Los miembros de la Academia, intelectuales y admiradores de su persona y obra entre los que se cuentan José de la Riva Agüero o José Gálvez, le nombran Director honorario de la docta casa. Angélica ve nacer en 1918 su primera novela como tal, Vencida. Ensayo de una novela de costumbres junto con el cuento largo o novela corta, Morbus Aureus publicada, como se ha dicho líneas más arriba por la Casa Editorial de Pedro Salvat. Su “primer hijo” irá dedicado a su madre, Cristina Román, quien seguro hubiera felicitado el éxito de su primogénita. La autora de esta novela todavía se esconde tras uno de sus seudónimos galdosianos, Marianela, y tras la modestia de quien sabe que domina el arte del verbo, de la palabra que se desliza de la mano al papel. 180 Teresa González de Fanning, su maestra y amiga fallece el 7 de abril de 1918, víctima de una neumonía, a los 82 años de edad en la vieja población miraflorina. La que había fundado junto a sus hermanas Elena y Enriqueta, el Liceo Fanning para señoritas y se había preocupado tanto porque la educación prevaleciese sobre la instrucción, inculcando el que la mujer debía emanciparse de la dependencia del marido y tener una fuente de ingresos propia, dejaba a sus espaldas más de sesenta años de lucha en el campo de la educación. Toda la familia Palma, sobre todo Angélica, Renée y Augusta, lamentan su pérdida. Angélica había vivido con ella las veladas en casa de otra escritora, Clorinda Matto; junto a su padre había tenido el honor de ir a pedirle a Emilia Pardo Bazán que prologase el libro de su profesora, Lucecitas, del que salió una edición española. El 13 de enero de 1919 se convoca un paro general en Lima, impulsado por el movimiento obrero que tenía como objetivo la reivindicación de la jornada de ocho horas, reivindicación que las mujeres ya habían conquistado en 1918. Zoila Aurora Cáceres, la hija del mariscal Andrés Avelino Cáceres, convoca un mitin en el parque Neptuno el 25 de mayo en el cual las mujeres desfilan hacia el centro de la ciudad portando letreros con letras rojas. 1919 marcará el final de una etapa en la vida de Angélica y el comienzo de otra bien diferente en la que su nombre por fin tendrá un lugar propio en el escenario de las letras peruanas. En junio de este año sale publicado su texto “Veladas de antaño”, en la revista Familia, todavía bajo el seudónimo de Marianela. En ese texto, la mayor de los Palma realiza su pequeño homenaje a doña Juana Manuela Gorriti, fundadora de las veladas literarias en Lima, a las que por otra parte, concurrieron sus padres. También saldrá el cuento “Desolación” en la revista Mercurio Peruano, “Plegaria” en la revista Plus Ultra y el poema “A un hidalgo de hoy” en la revista Hojas Selectas de la Casa Salvat y con quienes Angélica no romperá las relaciones existentes. La voz del anciano tradicionista se va apagando poco a poco y su figura casi ni se intuye pues son poquísimas las ocasiones en que se deja ver y si lo hace es en compañía de alguna de sus hijas que, con devoción filial, acompañan empujando la silla de ruedas que lleva al tradicionista por la Alameda. Qué mejor que la propia Angélica para contar cómo su padre fue apagándose, y con él toda una vida, hasta la madrugada del 6 de octubre de 1919, en que dio su adiós definitivo: Cumplidos ya los ochenta y seis años, en la última efemérides nacional que vería Don Ricardo, los niños y niñas de las escuelas de Miraflores acudieron a saludarlo, llevando en sus manos puras rosas y laureles para el anciano, él regocijado por el tierno tributo, en términos sencillos y 181 afectuosos y con tanta fluidez y corrección como en sus años de fuerza mental, exhortó a los chiquillos que rodeaban su sillón de enfermo, a ser honrados, a amar el estudio y el trabajo para bien de la patria. Tenía autoridad para aconsejar: ya había dado el ejemplo. Pasó el día 5 de octubre silencioso y cansado; se acostó al atardecer; en la madrugada despertó, pidiéndome con su voz siempre viril y sonora, que le dijera unos versos, nunca sabré si recordados o soñados. -¿Cómo son – me preguntó- esos versos que empiezan… como tú, como ella…? -Mañana los buscaremos; ahora duérmete- le rogué. Cerró los ojos, tranquilo; al poco rato le oí suspirar profundamente, de una manera extraña; corrimos todos a rodear su lecho; su vida terrena había terminado el 6 de octubre de 1919. Cuando salió del hogar el ataúd, entre el gentío consternado y respetuoso, un hombre del pueblo, un hijo de la vieja Lima, clamó con voz fuerte y dolida: -Se fue don Ricardo Palma.336 Don Ricardo moría dejando tras de sí una larga tradición y nunca mejor dicho, una nueva forma de narrar la historia y de recuperar lo propio. Por fin se reunía con su adorada Cristina y dejaba a sus hijos y nietos en la vieja población miraflorina. Los funerales que se le rindieron tuvieron carácter nacional, el Presidente de la República dispuso que se le tributasen honras fúnebres con carácter de Ministro de Estado. La Iglesia de La Merced, en Lima se quedó pequeña para albergar a la enorme concurrencia que se dio cita para dar el último adiós a Don Ricardo. En el cementerio, tras las palabras de Clemente hablaron entre otros Javier Prado, Luis Fernán Cisneros o Pablo Abril de Vivero. Ahora, Angélica tenía una dura tarea por delante: seguir el camino trazado por su padre y llevar su obra y el nombre de su país por todo el mundo. 336Cfr. nota 35, págs.123-124. 182 183 La Academia de la Lengua Palmas lingüistas Hoy las repúblicas americanas están unidas a España por el lazo del idioma únicamente, lazos que con sus intransigencias la Academia debilita de día en día. Así se explicará usted el por qué la juventud de muchas repúblicas no lee libros españoles, sino franceses, alemanes o ingleses, y el por qué la sintaxis castellana, que es el alma de lengua, anda por los suelos. No es el vocabulario el idioma. Mientras más abundante sea más se asimilarán los 18 millones de españoles a los 50 americanos.337 337 PALMA, Ricardo, Carta a Benito Pérez Galdós, 23 de noviembre de 1901, en Cfr. nota 67, p. 388. 184 Una de las últimas tareas a las que consagró el tradicionista su tiempo fue a la reorganización de la Academia Peruana, correspondiente de la Española. El año en que nace Angélica, 1878, Ricardo Palma es nombrado Miembro correspondiente de la Academia Española, labor que aprovechará para incentivar los lazos entre los dos países. Palma había fundado la Academia en 1887 bajo la dirección de Francisco García Calderón y Luis Benjamín Cisneros como secretario. La Academia queda instalada en la Biblioteca Nacional a falta de un local dedicado específicamente ello. Don Ricardo se queja no solo de la incomodidad de no tener un espacio donde poder convocar sino de la falta de quórum pues de los doce miembros que forman el grupo de los académicos, se necesitan siete para abrir sesión y casi nunca están. La Academia correspondiente en Lima, por causas que verá Ud. expuestas en mi libro, no funciona desde 1893. Hemos perdido desde entonces a tres compañeros: José Antonio de Lavalle, murió en 1894. Pedro Paz Soldán (Juan de Arona) murió en 1895. Ha cuatro meses murió Félix Cipriano Coronel Zegarra.338 Dedicó casi todas sus horas de trabajo y estudio a buscar la limpieza y pureza de la lengua, de una lengua que él consideraba y creía era la llave que los acercaba más a la Península, que maquillaba de forma positiva la historia que los emparentaba. Lo único que los americanos podemos agradecer a España es su idioma. Fue lo único bueno que nos trajeron. En cambio de ese único bien, nos trajeron un cardumen de frailes viciosos, de jesuitas y de inquisidores, supersticiones, milagros y fanatismo; y, en vez de consagrar a los indios en obra de irrigación y mejoramiento de caminos, los emplearon en fabricar iglesias y conventos, en trabajar como bestias en la explotación de minas, y para acabar de hundir a la pobre raza conquistada, nos trajeron el aguardiente, el alcohol embrutecedor!339 En 1892, con motivo del IV Centenario y la invitación que le hace el Presidente de la República para que acuda a representar al Perú en tan magnos eventos, se propone llevar ante la Real Academia de la Lengua Española y comprobar la aceptación que tienen, algunos de los vocablos o palabras que existen en el castellano hablado en América de los trescientas cincuenta que tiene anotados y que el Diccionario no recoge. 338 PALMA, Ricardo, Carta a Gaspar Núñez de Arce, 7 de agosto de 1897, en Cfr. nota 67, p.265. 339 .___________, Carta a Fidelis P. del Solar, 16 de octubre de 1900, en Cfr. nota 67, págs. 352-353. El resaltado es mío. 185 Su intención va más allá que el simple reconocimiento lexicográfico por parte de los académicos y amigos españoles. Palma considera que de incluirse esas nuevas voces en el Diccionario, estarían siendo legitimadas las repúblicas americanas. …abrigaba la convicción de que, siendo la lengua el más fuerte lazo entre la antigua metrópoli y las naciones nuevas, había que apretarlo por medio de la comprensión de los modismos americanos y su admisión en el léxico.340 Sería en el Diccionario de 1899, en su vigésima edición, cuando aparecerían incorporadas casi ciento cincuenta voces de las propuestas por don Ricardo. Pero antes y quizás desquitándose del rechazo y la decepción sufrida por parte de quienes consideraba apoyarían su causa, publicó Neologismos y americanismos, en 1896. En él, el tradicionista sacaba a la luz todas aquellas propuestas que había llevado a la Academia madrileña y explicaba ante muchas de las objeciones que le pusieron en la capital castiza, que para él americanismos no solo eran los vocablos adoptados de lenguas indígenas sino también todas aquellas voces castellanas que no han sobrevivido en la Península pero sí en América o aquellas que, utilizándose a uno y otro lado del océano, varía su significado o tienen significados opuestos. Actualmente tengo en prensa un librejo sobre Neologismos y americanismos que no se encuentran consignados en el diccionario. […] Hay en mi librejo una docena de vocablos rioplatenses de indispensable naturalización en la lengua de Castilla.341 Desde principios de enero está en circulación mi folleto sobre Neologismos y americanismos. Todavía no sé cómo lo habrás acogido los académicos, corporación a la que aplico golpecitos por su espíritu de intransigencia.342 Angélica tiene 21 años, ha vivido la decepción de su padre en Madrid ante el rechazo de las voces propuestas para ser incorporadas y la indignación que late en la correspondencia que intercambia con sus homónimos, los académicos españoles. De ahí viene el que desde 1892, en que estuve en Madrid enarbolara bandera de rebelde contra la Academia, reacia para aceptar toda evolución en el lenguaje. Para mis compañeros de Academia fui hereje vitando, digno de la hoguera inquisitorial. Pocos, muy pocos fueron los que me escucharon con simpatía o benevolencia […] La intransigencia académica, de la mayoría, ha dado por fruto el que tres Academias correspondientes americanas se hayan declarado en receso. Tenemos derecho, los hijos del 340 PALMA, Angélica, Ricardo Palma, Buenos Aires, Ediciones Argentinas “Cóndor”, 1933, p.110. 341 PALMA, Ricardo, Carta a Antonio D. Lussich, 19 de noviembre de 1895, en Cfr. nota 67, pág. 212. 342._________, Carta a Lola Rodríguez de Tió, 15 de marzo de 1896, en Cfr. nota 67, págs. 227-228. 186 mundo que descubrió Colón, a que nuestras voces más usuales y las acepciones que a vocablos antiguos damos, adquieren carta de naturalización en el Léxico. Hasta cierto punto es labor de hispanófilo, más que de americanos, la por mí emprendida.343 Desde pequeña ha leído los clásicos franceses e ingleses tal y como hiciera esa bohemia a la que su padre perteneció pero también le han inculcado el respeto y el valor de quienes escriben en su misma lengua: Benito Pérez Galdós, Cervantes, Emilia Pardo Bazán, Fernán Caballero y un largo etcétera que se ha ido sumando a la biblioteca de lecturas. Ha vivido de manera positiva el periodo de la conquista, endulzada por las historias que su padre ha escrito y con el respeto que todos sus contemporáneos han guardado y guardan a la Península ha entendido la herencia lingüística que los españoles les dejaron. Una lengua que les hermana aún más que la historia que los une porque precisamente la lengua es quien lima las asperezas entre aquellos que entendieron la conquista como una historia de vencedores y vencidos. Precisamente, las discrepancias con la Academia son las que aprovechará don Ricardo para acentuar la distancia existente entre la Península y las recientes repúblicas americanas; distancia que desde el siglo XIX intelectuales como Rafael Altamira y Adolfo Posadas intentaban disminuir a través de los intercambios de intelectuales. Don Ricardo alude a que parte del alejamiento que vive España y su literatura con respecto a la juventud americana es por la Academia, “…por la intransigencia para con nuestros americanismos y neologismos” (PALMA 2005: 346-347). Don Ricardo ocupó gran parte de su tiempo en realizar una tarea lexicográfica - analizar los principios teóricos para la composición de un léxico americano- pues estudió los usos que se les daba a cada palabra en los diferentes lugares de América e incluso avaló con la autoridad literaria correspondiente muchos de esos usos. Indicó el origen de la mayoría de las voces propuestas para su incorporación, mencionó la falta de uso de algunas de las que todavía constan en el Diccionario ante lo que proponía la sustitución de las mismas por otras de mayor uso y finalmente esgrimió el argumento del número de castellanohablantes que habitan por esas tierras. Lo que está claro es que conoce su trabajo y sabe “plantarle cara” intelectual a la Docta Casa. ¿Está U. autorizado por la Academia para usar desapercibido, pág. 45 en la acepción de inadvertido, sesionar pág. 54, independizar, pág. 92 incásico, pág.93? Esto probará a U. que hay vocablos que se imponen contra la voluntad de la academia. Las locuciones pasar desapercibido y terreno accidentado no hay poder humano que las proscriba y a la larga pasará con ellas lo que con el verbo verificar, al que hasta la 12 ed. del Diccionario no se le 343 PALMA, Ricardo, Carta a Miguel de Unamuno, 20 de diciembre de 1903, en Cfr. nota 67, pág. 424. 187 amplió la acepción de efectuar que era más generalizada que la de comprobar, única que le daba el léxico. […] La voz bragueta está, de antiguo, en el Diccionario. Yo solo indicaba que falta el refrán hablar como el gigante por la bragueta, refrán que tal vez no se reconoce en las repúblicas del Plata, pero que es de uso constante en México, en el Perú y en todos los países americanos en los que salían gigantes en la procesión del Corpus. A lo que en España es dar un cachete, decimos en el Perú, Bolivia, Ecuador, Centro América y Chile dar una cachetada. Está U. en craso error al sostener que en el Diccionario solo entran las voces de uso literario y culto. El Diccionario le contesta a U. con las voces de germanía, con las 60 maneras de decir puta y con más de mil palabras obscenas y sucias. Amolar y fregar son vocablos de la conversación familiar, empleados en varios países, lo mismo que la voz bragueta, no molienda como U escribe. […] No tenemos en castellano verbo que exprese la idea de dragonear y téngolo por un peruanismo muy feliz, así como el majaderear. Palangana por pedante es voz generalizada en el Ecuador, Perú y Bolivia desde el s. XVIII, pues la usaron muchos escritores. Cogotudo y platudo se hallan en el mismo caso. Fraile cogotudo escribía el Obispo Villarroel, gran literato del s. XVII. Confianzudo está en la índole de la lengua y no hay razón filológica para desdeñarlo.344 No entiende, y así lo manifiesta, por qué la Academia se cree con la autoridad de decir cómo se deben leer y escribir muchos vocablos cuyo nacimiento está en América y no en la Península pues si no fuera porque ellos existen, ni siquiera existirían dichas palabras. ¿Por qué se obstinará tanto la Academia en tirarnos piedrecitas sobre el lenguaje americano? Preferiríamos que no admitiese en su Diccionario un solo vocablo nuestro. Insiste en que anaco es un peinado de las indias, a pesar de que yo les dije a los académicos anaco es pollera, falda, la parte baja del traje, e igual pecado de ignorancia comete con otros peruanismos. Para remachar el clavo, nos sale en el último diccionario con quéchua o quichúa (con acento en la u) cuando los peruanos, bolivianos y paraguayos, que somos los dueños de la palabra, decimos y escribimos quechua y quichua.345 Desacredita la frase de “limpia, fija y da esplendor”, emblema de la Real Academia de la Lengua pues no cree que España deba ceñirse a que por ser cuna del idioma, tiene la facultad de imponerlo. Son nada más y nada menos que cincuenta millones de americanos que hablan castellano frente a los diecisiete o dieciocho millones que viven en la Península pero de los cuales, señala, tan solo cuatro apenas lo hablan y escriben desde que nacieron. 344 PALMA, Ricardo, Carta a Ernesto Quesada, 7 de octubre de 1900, en Cfr. nota 67, págs. 349- 350. 345.___________, Carta a Antonio Rubió y Lluch, 1° de agosto de 1901, en Cfr. nota 67, pág. 380. 188 De esta labor empezada con entusiasmo por don Ricardo es testigo de excepción Angélica. Esta en la década del 30 intercambiará correspondencia en el mismo tono en que ahora leemos la de don Ricardo, con sus contemporáneos. En 1903 verá la luz su último intento lexicográfico y quizás su último golpecito a la Academia: Papeletas lexicográficas. Dos mil setecientas voces que hacen falta en el Diccionario, donde don Ricardo se concilia un poco con la Academia pero a la que acusa de “inflexible para con el habla americana” y cuyo “Diccionario es ya demasiado estrecho para el siglo XX” (PALMA 2005: 412). Don Ricardo escribe a sus amigos Galdós, Echegaray, Cortázar, Sellés y les indica que semejantes cambios tienen que ser labor de ellos, artistas de la palabra y creadores de multitud de ellas. Más tarde, hacia 1906, en uno de los tomos de sus Tradiciones, aparecería bajo el subtítulo de “Parrafadas de crítica”, su famosa tradición Charla de viejo donde Palma suaviza la crítica realizada en ocasiones anteriores a la Academia pero insiste en el hecho de que “es quimérico extremarse en el lenguaje, defendiendo un purismo o pureza más violada que la maritornes del Quijote. Lengua que no evoluciona y enriquece su léxico con nuevas voces y nuevas acepciones va en camino de convertirse en lengua litúrgica o lengua muerta” (PALMA 1947: 419). La incorporación paulatina de los vocablos que él sugirió en un principio en el Diccionario ha apaciguado el ánimo del tradicionista que, aun sin estar del todo de acuerdo con la docta casa, ya no enarbola la bandera de la intransigencia y la desobediencia ante lo que esta dispone. 1917. Desde Madrid, desde la calle Felipe IV número 2 llega el encargo a casa de los Palma, sita en Miraflores –Lima-, de que la Academia Peruana tiene que reorganizarse, ha de designar nuevos miembros y debe de cobrar la vida que parece ha perdido tras la Guerra con Chile, ante el letargo al que muchas Academias correspondientes cedieron ante la no incorporación de gran parte del léxico castellano hablado en América, en el Diccionario y el comienzo un poco a trompicones del siglo XX. El encargado y designado en Perú será don Ricardo pues él tuvo el honor de fundarla allá por 1887. Cuando llega la carta, la salud del tradicionista no es la ideal y decide excusarse alegando problemas de salud. Pese a su estado, don Ricardo añora su etapa de académico, Director de la Biblioteca Nacional, escritor activo y periodista. El encargo de revitalizar la Academia le viene como anillo al dedo para revitalizar él también su esencia de “hombre de letras” y, durante su convalecencia, en compañía de Angélica y sus hermanas, decide aceptar el encargo. 189 Desde Madrid se le pide que reavive la Academia con la designación de nuevos miembros que le den otros aires a la institución por lo que comenzará un discreteo epistolar entre la Real Academia y don Ricardo donde se irán decidiendo las nuevas incorporaciones. Angélica roza los cuarenta años, es lazarillo, enfermera y secretaria y por supuesto quien orquesta a todos sus hermanos en las labores de atención del tradicionista. Es la mano que le escribe las cartas que él dicta para ser enviadas a Madrid por lo que vive en primera persona toda esta reorganización así como los planteamientos que arguye su padre para incorporación de unos y otros. Es más, no es de extrañar que en muchos de los casos, don Ricardo comentase las propuestas con sus hijas. Palma propone a Óscar Miró Quesada, Juan Bautista Lavalle, Víctor Andrés Belaunde, José María de la Jara y Ureta, José Gálvez Barrenechea, Alejandro Deustua como nuevos miembros. Estas decisiones junto con las razones para su incorporación son remitidas a Emilio Cotarelo y Mori, Secretario Perpetuo de la Institución desde 1913. Al ser consciente de su estado de salud propone como Director para esta nueva etapa que se avecina a Javier Prado, Rector de la Universidad de San Marcos y a un joven Riva Agüero cuyos ensayos históricos le han valido la incorporación como Miembro Correspondiente a la Real Academia de la Historia. El 11 de abril de 1917 quedan aceptados por la Real Academia de la Lengua Española los ocho nuevos miembros propuestos por Palma y el 12 de agosto los ya nuevos académicos se reúnen en junta en su casa de Miraflores donde por unanimidad le nombraron Director. Tras muchas reuniones en su casa y muchos ratos de charla amena, finalmente, el sueño de ver el renacer de la Academia se ve cumplido en la noche del 8 de Diciembre de ese mismo año en la Universidad de San Marcos con la presencia del Presidente de la República, José Pardo. José de la Riva Agüero será el director de la Academia Peruana durante el periodo 1934-1944, anterior a eso como miembro de la Academia tendrá una actitud de preocupación por la pureza y limpieza del lenguaje. Angélica continuará más por devoción que por profesión la afición de su padre de rescatar la pureza de un idioma y la defensa de ese castellano que había sobrevivido en América. Si bien nunca pertenecerá ni será Miembro Correspondiente de la Academia Peruana de la Lengua manifestará en diferentes ocasiones su preocupación por la pervivencia del idioma. Muestra de ello es el intercambio epistolar que tiene con José de la Riva Agüero, a quien don Ricardo consideró el llamado a organizar la nueva Academia peruana. 190 Angélica, una vez muera su padre y con la misión de revisar la edición de las Tradiciones Peruanas que la Casa Editorial Calpe se disponía a publicar, viajará a España en 1921 en compañía de sus hermanas. Allí, además de encontrarse con los viejos amigos del tradicionista y con aquellas nuevas amistades que había entablado en 1892, entrará en contacto con admiradores de su obra que valoraron la labor que este había realizado en la reconstrucción de los fondos de la Biblioteca y lo habían apoyado con el envío de libros. Muchos de ellos eran miembros de número de la Real Academia de la Lengua Española y otros, como su amiga Blanca de los Ríos, candidatos a ocupar uno de los sillones. El contacto con los intelectuales españoles le aviva la preocupación por la defensa del idioma, de un idioma que tienen en común con las Repúblicas americanas pero que sin embargo, todavía se muestra reacio a aceptar muchas de las palabras y vocablos de uso común en América. La herencia muchas veces manda y Angélica lo lleva en las venas, ha vivido en primera persona la lucha de su padre por la incorporación de muchas de las palabras que ahora, en 1921, constan en el Diccionario; por lo que no puede permanecer impasible y quiere continuar la labor iniciada por su progenitor. En 1924, en el periódico La Correspondencia de España, en la edición del 25 de junio, en la página 3, aparece la reseña de una exposición organizada en Madrid con el título “En defensa del idioma español”. Se reproduce la carta que un numeroso grupo de intelectuales, entre los que se cuentan Concha Espina, Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Blanca de los Ríos de Lampérez y Angélica Palma, dirigen al Presidente del Directorio Militar, D. Miguel Primo de Rivera. Excelentísimo señor Presidente: Entre las manifestaciones que por la defensa del idioma español se vienen produciendo hace algunos años en diversas partes del mundo, ante la indiferencia de los elementos llamados a practicarla, figura la iniciativa expuesta recientemente en la Real Academia de Jurisprudencia y Legislación por D. Enrique Deschamps, en acto público de singular importancia, en que tuvo autorizada representación el Gobierno que preside V.E. […] …, consiste en llevar anualmente cinco o seis millones de publicaciones españolas a doscientas cincuenta mil redacciones, bibliotecas, Ateneos, Universidades, Casinos y otros centros culturales del resto del mundo adonde no va ninguna, cosa que se obtendría mediante 191 un gasto insignificante por parte del Estado, y con notorio bien moral, espiritual y económico para la difusión de nuestra lengua, de nuestra cultura y de nuestra vida.346 Los intelectuales españoles, encabezados por Antonio Maura, Armando Palacio Valdés o Jacinto Benavente firmaban y hacían pública la propuesta de difundir la lengua española, testimonio de su cultura y de su vida ya que con la pérdida de las últimas colonias en el 98, temen que se pierda la lengua en esos lugares tal y como está pasando en Filipinas: “Aludimos a nuestro deber ante el naufragio del idioma español en las islas Filipinas”. Angélica, Augusta y Renée regresan a Perú en 1925 y será a partir de entonces cuando Angélica mantenga correspondencia con todas las amistades de las que se ha rodeado durante su estancia. Alguien que podemos decir por la correspondencia, se convierte en punto de referencia para Angélica es el Conde de las Navas, Bibliotecario del Palacio Real y Miembro de la Real Academia de la Lengua Española. A él le trasladará sus dudas lingüísticas y le enviará sugerencias de nuevos vocablos que ella cree, tienen que ser incorporados por aquello mismo que su padre aludía: por el uso generalizado. De esta manera, Angélica, a través de los escritos literarios o periodísticos y del hablar popular va rescatando vocablos de uso común en esa zona del Atlántico. (…) Como no tengo aquí el diccionario de la Academia me es imposible evacuar citas para responder a las observaciones que usted me hace. No he comprendido lo que me quiere decir a propósito de “americanizar, americanizado, acaramelarse”. Sobre “alcoholizarse” entiendo que “alcoholizarse”… debería estar con más fundamento que “alcoholizar”… casi sin sentido ni aplicación. De “alcoholizarse” tal vez solo el participio hace falta. No es como enamorarse que desde un principio tiene existencia ¿verdad? ¡¡Yo me alcoholiza!! Realmente no quiero decir nada, “bebo mucho y concluiré alcoholizado” o “por alcoholizarme” ya es mucho. Tampoco tengo a la mano el magno refranero del maestro Rodríguez Marín por donde me es imposible ver si incluye. “todo el trigo es limosna” y “ganar indulgencias con Ave Marías […]”. ¡Buenos son de verdad! No los conocía y aunque me es imposible verter en nuestro léxico la inmensa labor de Correas y Dn Franco más de 50.000 refranes castellanos, algunos como los antes mentados, deberían incluirse –sí que es típico lo de “meter letra”. En fin si antes de mi salida de Madrid no tuve ocasión de meter esta carta de Ud. en las discusiones de nuestras juntas de los jueves, la guardo y, Dios, sobre todo la verá algún día. ¡Quién verá la venidera edición del Diccionario!347 346 “Una Exposición. En defensa del idioma español”, en La Correspondencia de España, Madrid, 25 de junio de 1924, pág. 3. 192 En otras ocasiones, y tal y como comprobamos a través de la correspondencia que nos ha quedado, el Conde de las Navas aprovecha la lectura de los libros de la peruanita para rescatar algunas de las palabras que ella emplea y de las que desconoce el uso que les está dando. De esta forma, la invita y la incita a introducirse en el mundo lexicográfico: Bastea, contenta y estupefaciente, en [diferentes] papeletas, irán mañana conmigo, Dios sobre todo a la calle de Felipe IV, n°2, para ver si gustan a los señores inmortales.348 Señorita Doña Angélica Palma Inolvidable y muy querida amiga: concluyo de redactar unas cuantas cédulas de vocablos espigados en el libro de Ud sobre Don Ricardo y no contenidos en ninguno de los dos Diccionarios, de nuestra América. De esas papeletas unas se refieren a palabras cuya significación desconozco: baranda, chinchorro, estetizante, remolienda y señero tal como Ud lo emplea. Para que se tome el trabajo de definir cada una de tales frases,… Perdona la colaboración a la que la cometo. Otras fichas corresponden a términos que, en mi sentir, pueden incluirse desde luego en el léxico: con tal propósito pienso llevarlas el jueves venidero –Dios sobre todo- a la calle de Felipe IV n°2 –Auspiciosa, emolsicar, hacendaria: Palillos [fruta]: y victimación. El Diccionario ya admitió Victimar. Madrid, 28 de abril de 1934. El Conde de las Navas necesita justificar la incorporación de los vocablos y uno de los puntos en los que se apoya para que sus propuestas tengan peso, es encontrar dichos vocablos utilizados en “textos vivos”, como él mismo dice. Para ello, utiliza muchas veces los textos de Angélica: Con la autoridad de textos vivos, espigados en sus escritos fui redactando papeletas destinadas a la venidera edición del Diccionario de la Real Academia Española y presentándolas en nuestras juntas de los jueves. Muchas de ellas se aceptan desde luego, otras van al purgatorio, aguardando autoridades que coincidan con la de usted.349 347 NAVAS, Conde de las, Carta a Angélica Palma, 31 de julio de 1926. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 348.________________, Carta a Angélica Palma, viernes 3 de diciembre de 1927. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 349.________________, Carta a Angélica Palma. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 193 Otro tema de discusión que comparte con el Conde de las Navas, es la incorporación a la Real Academia Española de su amiga Blanca de los Ríos: “Blanca debería probarlo entrando de una vez ofiacialte en la Acad. Española, su gestión sería como aglutinante imán o cosa tal que agruparía los pocos pero muy calificados elementos inclinados a votar a nuestra eminente amiga.” (Carta, original manuscrito del Conde de las Navas a Angélica Palma). Aunque muestran ambos mucho entusiasmo, el Conde conoce la realidad y ve difícil el nombramiento de Blanca: La insigne escritora en la inauguración presidida por nuestra Soberana leyó un discurso magno. Pienso que de todo ello dará cuenta Raza Española. De su posible ingreso a la Academia Española nada puedo decir a Ud: lo veo muy difícil y, sin contar con una base sólida y extensa, es expuesto contraproducente presentar candidatura.350 El fallecimiento del escritor, filósofo y político español Juan Vázquez de Mella, ocurrido en 1928 deja una puerta abierta a la esperanza y la posibilidad de que la amiga común, Blanca de los Ríos, entre a formar parte de la corporación de los Académicos. Lamentablemente y tal y como sospechaba el Conde de las Navas, la Academia desestima la candidatura de doña Blanca de los Ríos a favor de Ramón Pérez de Ayala, con más peso y trayectoria literaria: Ya habrá Ud visto que la vacante de Vázquez de Mella se cubrió con Pérez de Ayala: nuestras gestiones a favor de la candidatura de Blanca fueron siembre en témpanos de hielo. Lo peor es que no hemos ganado un centímetro de terreno para cualquiera elección que se presente,… ahora o luego.351 Angélica considera a Riva Agüero, “buen conocedor y cumplidor avisado de las leyes del idioma” (RIVA AGÜERO 1937: 438) por lo que recurre a él para manifestarle la incertidumbre que le está causando el cómo se está enturbiando el hablar limeño, “jugoso castellano del Perú”: (…)¿Qué dialecto o cosa así se está mezclando a nuestro jugoso castellano del Perú? ¿Qué heces amenazan enturbiar el claro donaire del hablar limeño? Y, concretando más, ¿qué significan entrevero, fricción, agotar, gesto, espectar?... Y basta para comienzo. Ud. con corteses eufemismos, me responderá que el interrogatorio le parece del todo ocioso y trivial, pues el más lego entiende los vocablos subrayados, con excepción del último, espeluznante barbarismo, verbo de absurda invención que, antes que en la acción de ver o presenciar, hace pensar en las molestas consecuencias de la tos. Pues a esa supuesta contestación de Ud. replico 350 Cfr. nota 348. 351 NAVAS, Conde de las, Carta a Angélica Palma, 2 de junio de 1928. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 194 yo que padece completa equivocación, si cree que tales voces tienen la explicación que el Diccionario y el uso, en legítimo consorcio, les asignan; con otro significado y ¡ay! Con lamentabilísima frecuencia figuran en las columnas de nuestros periódicos. Vamos por partes: entrevero, americanismo no del Perú sino de la Argentina y Chile, admitido en el léxico oficial justificadamente, pues el sustantivo tiene antecedente lógico en el verbo entreverar. Sabemos o creíamos saber que el neologismo entrevero significa mezcla de unas cosas con otras y, por extensión, confusión, desorden. Errada creencia; en pasados días por los cablegramas de prensa, a propósito de la renuncia de Lerroux, hecho que implica los conceptos de separación, abstención o eliminación, nos hablaban, lo mismo que en análogos casos anteriores, del entrevero del famoso político. Fricción: con este sustantivo, de etimología grecolatina y que se refiere únicamente a la “acción y efecto de fricción”, nos tropezamos –y no es flojo el tropezón- apenas se produce una situación entre dos países o dos partidos militantes. “Aumenta la fricción entre tirios y troyanos”- aseguran con mucha seriedad los cablegramas, como si los presuntos beligerantes se dedicaran a darse frotaciones o friegas. Agotar. Delicado comentario al que le toca turno ahora, y tanto que casi me entran ganas de suprimirlo; pero como en casi se quedan, sigo adelante. A un estimabilísimo amigo de Ud. y mío, hoy en importante misión diplomática, si no purista, dueño de vibrante y gallardo léxico, le hizo decir y repetir el cable que el Perú agotó (así, en pretérito) sus esfuerzos en pro de determinada cuestión y que también nuestro representante ha agotado sus argumentos, etc. Bien sabemos quienes de cerca o de lejos conocemos tan distinguido intelectual, que no puede considerar “gastado del todo, consumido” lo relativo a la grave tarea que ha aceptado con patriótica decisión. Gesto. Galicismo innecesario ya indestructible por lo extendido de su uso en los países de habla española. Hasta hace quince o veinte años, con el vocablo gesto se designaba solamente los movimientos del rostro, su expresión, sus muecas; en esto a alguien debió ocurrírsele traducir literalmente el beau geste de los franceses y desde entonces no adoptan los mortales actitud ni realizan ademán que en la versión o moda no resulte gesto. Como dijo el chusco: -Eso ya no es verter; es derramar. ¡Paciencia! Ni al gesto ni al otro difundidísimo galicismo, más largo y más feo, aquel machacón es por esto que, inútil rodeo, muy del gusto de nuestros escritores, nos lo quitamos ya de encima. En cambio, contra los disparates que se inician, como nombre de pluma, en lugar de seudónimo, que leí recientemente, bien se puede emprender una campañita higiénica. Contra ellos, y contra los botoncitos de muestra que le enseñé a Ud. antes, y contra el entrevero de las zetas, que unas veces se le pone poetiza (sustantivo), pitoniza, gaza y razo, y 195 otras se le quita a los patronímicos, principalmente a González, víctima predilecta, por misteriosos designios del hado, del cambio de la z final en s. ¡Ah! Y contra los malos tratos infligidos a la preposición de, en ocasiones injustamente excluida de donde hace falta, como cuando se pone calle Mercaderes, calle Piedra, calle Albaquitas, etc., y otras veces obligada a representar papel de entrometida e inoportuna, porque a la pobre me la colocan al lado de un verbo que la rechaza. ¿Quién no ha leído –y escuchado- “se nos comunica de que…El corresponsal de tal provincia dice de que…” y lindezas de análogo jaez? […] Pueden costarnos tan caras como a Aladino la torpeza de la atolondrada que le cambió por una nueva su maravillosa lámpara vieja. La nuestra, la poderosa luminaria del idioma español viene, desde sus orígenes, intensificando sus irradiaciones con lampos de extranjeras lenguas y de ideas, tendencias y costumbres e continuo desenvolvimiento: lengua que se estaciona o retrocede, pronto se anquilosa y extingue, impotente para cumplir la ley biológica del crecimiento. A ese crecimiento magnífico del castellano contribuyó y contribuye América con las aportaciones que al idioma llevan los aspectos de su naturaleza física, con los vocablos y modismos sabrosos, expresivos de nuestras peculiaridades, y con las obras de nuestros escritores; saludable crecimiento, avance por la senda ancha y derecha del progreso, muy distintos de la hinchazón morbosa y el extravío por callejas torcidas que nos amenazan.352 Angélica manifiesta su preocupación por la incorporación al léxico castellano de muchísimas palabras que vienen de fuera o bien que se han construido a partir de otras ya aceptadas, ella tan solo rescata los ejemplos más resaltantes y que a su juicio ejemplifican mejor lo que expone. Más allá de eso, centra su atención en dos fenómenos que hoy en día persisten todavía en la población limeña: la construcción gramatical dequeísta, de la que, ella dice, abusan en los periódicos; el seseo y ceceo, abundante en estas zonas de América, que se está volviendo más intenso. Curiosamente, problemas que aun hoy persisten en este país. Estos son algunos de los factores que ella, preocupada por la limpieza y por la precisión lingüística, argumenta a favor de esa corrupción idiomática que dice, se está produciendo y que está ocasionando que los limeños pierdan su castellano original, carente de contaminaciones. Esta carta apareció publicada en el diario La Crónica con fecha 21 de octubre de 1933, destinada a Riva Agüero que después de leerla, tuvo a bien contestarla y compartir con ella muchas de las preocupaciones que manifiesta en su misiva: Tan amena como sus charlas es la inteligente y justiciera carta sobre la corrupción del idioma castellano entre nosotros, que, concediéndome autoridad de que carezco, me ha dirigido Ud. amablemente, aparecida en La Crónica de ayer. […] A juzgar por lo que se publica, y aun 352 PALMA, Angélica, “Carta a José de la Riva Agüero”, 11 de octubre de 1933, en RIVA AGÜERO, José de la, Por la Verdad, la Tradición y la Patria (Opúsculos), Lima, Imprenta de Torres Aguirre, 1937, v. I, págs. 437-439. 196 por las conversaciones que a diario oímos, el Perú no puede ya gloriarse de ser, con México y Colombia, uno de los tres focos de pureza lingüística en la América Española. […] …, el Perú, dócil en demasía, como siempre, a las sugestiones de las modas extrañar, empeñándose frívolamente en no trasnocharse y quedándose por mismo de veras rezagado, se va dejando ganar por el crudo barbarismo idiomático y la disolución gramatical, síntomas lamentables de la indigestión de incoherentes lecturas y de la insubstancial novelería, cuando no de la mera, vergonzosa y crasa ignorancia. […] Por lo que toca a la forma, a la expresión, todo estriba en la sinceridad y continuidad; pero esta segunda condición se cifra a su vez en el estudio de las leyes y la historia del lenguaje. Mejor dicho, las reglas brotan de la tradición de la lengua; porque la ley no se conoce ni se formula en materia gramatical sino mediante el proceso, o sea la observación de las series y tendencias en dilatado periodo literario. Y entre nosotros a duras penas existe en asunto alguno la continuidad; y en especial, cada día se advierten y observan menos las leyes del idioma castellano, porque ignoramos y desdeñamos neciamente sus fuentes y modelos tradicionales, hasta el bochornoso punto de que lo redactado, no ya con afán arcaico, sino con mediana corrección y normal casticismo, comienza a aparecer inintelegible, y suscita pueriles objeciones y estupefacciones. Ni es aquí de admitir la disculpa de la relativa juventud de la nación, de ser tales deficiencias naturales en pueblos nacientes; porque en este terreno el Perú no es ya niño, y la prolongada infantilidad demuestra debilidad mental, ni estamos solos, sino que, por el lenguaje de la inmensa mayoría del país, formamos inseparable parte de la Hispanidad entera, así europea como americana, cuyos destinos son, en el fondo, más aún que solidarios, idénticos. […] Un idioma es una forma, una estructura, como gustan decirlo en esta temporada; y un gran idioma histórico y literario es un organismo delicado, un patrimonio estético y hasta ético, que requiere para subsistir cierta fijeza. […] Muy particularmente el idioma español, sin cerrarse en absoluto a las importaciones exóticas, antes acogiendo con predilección los indigenismos americanos, ha de proceder con parsimonia en la adopción de neologismos; y preferir para los que exijan las efectivas necesidades de las épocas, los mismos manantiales greco-latinos de que deriva su claro caudal. 197 […] Mantengamos, para evitarlas, los legados primordiales; y el idioma se cuenta entre ellos, porque es prenda de unidad espiritual, y de civilización superior y diferenciada. Para algo y mucho de todo esto deben servir las academias, con sus tareas clasificadoras y depuradoras. La Correspondiente de la Lengua en Lima, cuya reorganización fue el último fervoroso empeño del insigne D. Ricardo Palma, yace en letargo, escandaloso por inexplicable, como las más de las instituciones literarias del Perú. ¿Será, acaso, imposible despertarla, para que acuda a poner algún reparo en el diluvio de solecismos y barbarismos que nos anega? Anhelo conocer la opinión de sus miembros, y la de personas calificadas como Ud.353 José de la Riva Agüero comparte con ella la preocupación por el idioma, idioma que considera “patrimonio estético y ético” de todos los que lo hablan y lo usan pero que se están dejando engañar por falsas modas, por querer incorporar neologismos de nueva creación en desmedro de una lengua tradicional, anclada en muchos años de historia. A la luz de la correspondencia que Angélica mantiene tanto con Riva Agüero como con el Conde de las Navas y tras la lectura de sus textos se puede afirmar que efectivamente, fue digna heredera de su padre quien supo inculcarle el valor y el amor por su lengua materna ya que “Lo único que los americanos podemos agradecer a España es su idioma. Fue lo único bueno que nos trajeron”. Angélica despliega en el conjunto de su obra vocablos y giros, dignos de alguien versado en lengua, amante de la limpieza y pureza lingüística, propios de una persona que acostumbrada a leer y a entablar conversación con los académicos, amigos de su padre, ha incorporado a su léxico voces de un castellano culto, alejado de toda innovación pero real. 353 RIVA AGÜERO, José de la, Epistolario de José de la Riva Agüero. Cien cartas. Edición de César Gutiérrez Muñoz y Juan Carlos Estenssoro Fuchs, Lima: Pontifica Universidad Católica del Perú- Instituto Riva Agüero, 1990, págs. 117-118, 120-121. 198 199 Cuatro años de viaje por Europa 1921-1925 …, cruzó Abelardo el salón del Prado, mirando con curiosidad de recién llegado los edificios de ambas aceras, el fresco verdor de los árboles, el azul limpio y radiante del cielo. Al pie de la fuente de Neptuno, se detuvo un rato, sin saber qué camino seguir; ante él se extendían las avenidas del Prado y de Atocha; a la izquierda, con la efigie del sordo genial a la entrada, quedaba el Museo de Pintura, y más allá recortábanse en el firmamento las torrecillas agudas de los Jerónimos. Abelardo, tomó por el lado opuesto, pasó delante del hotel Palace y llegó a un jardincillo fronterizo al Congreso; en el Centro se alzaba, pobre homenaje a gloria tan excelsa, la estatua de Cervantes. (…) La llaneza acogedora, la característica franqueza española, hicieron pronto de los colegas periodísticos camaradas del recién llegado, que lo incorporaron a sus peñas y le llevaban de bureo. En alegre compañía frecuentó Abelardo el Ideal Rosales; cenó con tonadilleras deslumbrantes de lentejuelas, adornadas con enormes peinetas y arracadas que casi tocaban los hombros; saboreó el cochifrito en la arcaica taberna de Botín; se asomó a la famosa tertulia de Pombo para saludar al autor de las greguerías…354 354 Cfr. nota 1, págs. 198- 199. 200 Don Ricardo pasó sus últimos años revisando con la ayuda de sus hijas, sus célebres Tradiciones Peruanas. A la muerte de este, el trabajo se ha quedado a medias y sus hijas deciden continuar con la labor emprendida para ofrecerlo a alguna editorial que esté interesada en publicarlas. Como en la obra de Pirandello, Seis personajes en busca de autor, tres hermanas fueron en busca de editor para la obra a la que don Ricardo consagró más años de su vida. Finalmente, el gobierno peruano decide auspiciar la publicación y la editorial CALPE, propiedad de José María Urgoiti, empresario vasco que era dueño de La Papelera Española, realizar la edición completa de las Tradiciones. José María Urgoiti había decidido crear en 1918 la editorial CALPE y con ella abrir las fronteras del mercado editorial y proyectarla en América, en concreto en Buenos Aires. En 1922, el propio Urgoiti viaja a la capital argentina para abrir la que sería sede central de distribución para Chile, Méjico, Cuba, Perú, Paraguay y Uruguay. Angélica, Augusta y Renée que han permanecido juntas, inseparables al costado de la cama del anciano, a su muerte sienten que son, quizás, más libres, y llevadas por el compromiso de terminar la labor que su padre estaba realizando, deciden viajar a España, la madre patria, a la que tanto amor y respeto guardó Don Ricardo y de la que tantos buenos recuerdos y amigos todavía mantiene Angélica. Y dicho y hecho, en 1921 emprenden viaje rumbo a Europa. Para Augusta y Renée es su primer viaje fuera de las fronteras americanas; Angélica, sin embargo, viaja con las imágenes en la retina de cuando visitó con motivo del IV Centenario, el continente europeo con su padre y su hermano Ricardo. La primera vez que Angélica viaja a España era tan solo una niña que soñaba con ser escritora, que anhelaba frecuentar los circuitos culturales de los que su padre formaba parte, que admiraba al creador de la tradición y que mostraba dotes que hacían presentir por dónde iban a ir sus pasos. Desde entonces hasta ahora, Angélica se ha destacado como conferencista en diversas tribunas y como cuentista en la revista española Hojas selectas (propiedad de la Casa Editorial Salvat) pero siempre, oculta tras un seudónimo. La prensa de ningún lado del océano conoce nada firmado con el nombre propio de Angélica Palma pues quién sabe, si por voluntad propia o por romanticismos del XIX, ha querido firmar siempre sus producciones con los seudónimos de Araceli y Marianela, haciendo honor al creador de los Episodios Nacionales. Cuando Angélica Palma, ocultaba las galas de su buen arte literario bajo el seudónimo de la heroína galdosiana, y “Marianela” suspendía tras sí la atención de nuestro gran público, 201 tengo a orgullo recordar que fui de los primeros, reproduciendo sus artículos publicados en las principales revistas del continente, en rendir homenaje a su alto y exquisito temperamento. Largo espacio de tiempo, ignoré su auténtica personalidad. (…) Y más llamábase el público a grata curiosidad, y más parecía mantenerse el anónimo. 355 Este viaje que mantendrá a las hermanas Palma fuera del Perú cuatro años, significará para Angélica su salida a la luz pública. Desde que comenzase a escribir al costado del tradicionista, ha vivido en la sombra que este proyectaba, admirándole, respetándole y acompañándole. Como José de la Riva Agüero expresaría doce años más tarde frente a su tumba, fue la “hija amantísima, que desempeñaba, al lado del ilustre anciano, aquella triple tarea de lazarillo, enfermera y secretaria” que se convirtió para muchos en “prototipo de la abnegación, encarnación perfecta de la piedad doméstica, sacerdotisa del hogar paterno, después de haber prolongado, a fuerza de desvelos entrañables, la octogenaria vida de D. Ricardo”356. Crecida junto al viejo Tradicionista, de quien desde la muerte de su madre en 1911, no se apartó un momento, servíale de confidente, secretaria, lectora y, en las postrimerías de enfermera. Así la intensa vida literaria de Ricardo Palma, el hombre que logró personificar al Perú, fue para Angélica una ante- vida intelectual.357 1921 marcará sin lugar a dudas su carrera profesional como escritora pues su producción se incrementará notablemente. La mayor de las Palma ya no se siente presionada por llevar el apellido del tradicionista, ya no teme las críticas ni las comparaciones, ni los parecidos razonables que puedan sacar de su obra con la de su progenitor. Y así, meses antes de su llegada, desde las páginas de la revista de su amiga Blanca de los Ríos, Raza española. Revista de España y América, anuncian la llegada de la escritora peruana Angélica Palma a la Península y le dan la bienvenida. El 17 de julio de 1921, las hermanas Palma se encuentran ya en territorio español, en Barcelona donde van a pasar unos días antes de continuar viaje. Desde allí escriben a Blanca de los Ríos que se alegra de tenerlas ya cerca. Blanca le anima a que se ponga en contacto con la Condesa del Castellá, gran amiga suya. De mucho gusto me ha revivido al leerla y no acierto a decirle cuanto me complace el sentirla ya cerca de mí y en tierra española. (…) 355 GARLAND, Antonio, “El retorno de Angélica Palma, en Variedades, 13 de junio de 1925, s.p. 356 “Palabras de José de la Riva Agüero”, en Cfr. nota 143, pág. 27. 357 “Palabras de Blanca de los Ríos”, en Cfr. nota 143, pág. 47. 202 Voy a resolverle a Ud el enigma de la Condesa del Castellá. Mi fraternal amiga, tan admirada como querida, es una insigne personalidad femenina por su saber, por talento, por un soplo genial de artista, por su cultura extraordinaria, virtudes y por su singular simpatía, merecen todo afecto y admiración por lo cual deseo que Ud la conozca y espero que serán Uds amigas. La causa de la confusión en que Ud anda envuelta es el error del título que no es Castellar sino Castellá. Mi amiga es Carmen Castellón y Gordon, Condesa del Castellá y de Carlet, y vive en Barcelona: Provenza, 185.- (La señora a la que Ud se refiere es la Condesa del Castellar, sin duda). Ya le dije a Carmen que Ud. habría llegado a Barcelona y le indiqué su dirección, pero mi amiga tiene seis hijos, y, por lo tanto, mil constantes quehaceres y preocupaciones que no le habrán permitido ir a ver a Ud. (…)358 El 10 de enero de este mismo año, Angélica había recibido una carta de Carmen de Castellví y Gordon, Condesa del Castellá y Carlet donde le hablaba de una Exposición, próxima a realizarse en Barcelona y para la que le solicitaba su colaboración. Muy distinguida Señora mía: No tuve el honor de recibir su esperada respuesta, pero supe por referencia que había U recibido nuestra carta-programa comunicándole como a persona de tan literario prestigio que aquí se preparaba el catálogo para ir formando una Biblioteca de autoras hispanas antiguas y modernas que podría instalar en la Sección Femenina de la proyectada Exposición de Barcelona, cuando esta se realice. (…) Como las circulares, las convocatorias y los programas impresos no suelen tener la fuerza de una carta particular firmada, fui yo encargada por esta Junta Auxiliar de escribir a las intelectuales de América de más viso, informándoles de estos trabajos preliminares que nos ocupan pues es lógico esperar que encauzados los acontecimientos, no se malogre el enorme esfuerzo material y moral que viene realizando esta ciudad y que representan los preparativos de una gran Exposición. Así, nos hemos adelantado por el mucho tiempo que estas cosas requieren a decirle a las mujeres de América que España espera su concurso en una afirmación femenina de nuestra intelectualidad. (…) Hasta hoy nuestro cometido es oficial y por lo tanto hemos de estar más cerca de la verdad del proyecto y de su finalidad que el gran público que suele acoger con indiferencia toda noticia que le parezca remota. 358 RÍOS, Blanca de los, Carta a Angélica Palma, 17 de julio de 1921. Original manuscrito. Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 203 Réstame decir a U. cuanto nos favorecería con alguna noticia concreta sobre las dos autoras de la poesía que citaba U en su último artículo de la revista “Hojas Selectas” y de todas las que U crea dignas de figurar en una Biblioteca escogida. Con este motivo reitero a U mi alta consideración y al saludarla quedo su muy atenta q. e. s. m. La Secretaria General Condesa del Castellá Secretaría de la Sección del Trabajo de la Mujer.359 La Exposición de Barcelona que se realizará en paralelo con la de Sevilla en 1929 ya se está preparando. Carmen Castellá, como la llaman sus amigos más cercanos como Blanca de los Ríos, vive en Barcelona desde que se casó y desde allí escribe artículos en diferentes revistas tanto nacionales como internacionales. Ahora es la encargada de escribir a las literatas de América para formar el catálogo de mujeres escritoras que plantean mostrar en la Sección Femenina de la Exposición. Y dentro de las escritoras destacadas americanas, se encuentra Angélica, punto de referencia para toda la comunidad intelectual española pues es una de las pocas mujeres americanas que publica en diarios y revistas nacionales. Angélica ha declarado en Raza Española que lo espontáneo del amor del Perú a España nace de no tener con esta, asuntos territoriales ni esperar su ayuda para acabar con el problema chileno y las provincias cautivas. Las relaciones peruano chilenas con el Tratado de Ancón (1883) habían desaparecido ya que Perú había tenido que ceder a Chile de manera definitiva la provincia de Tarapacá y de manera provisional, durante diez años, las que Angélica se refiere como provincias cautivas, Tacna y Arica. Al cabo de estos años, se produciría un plebiscito donde se decidiría cuáles iban a ser las medidas a adoptar. Sobre esta situación Angélica escribirá una serie de artículos durante su corresponsalía para el periódico EL SOL. Perú vive los estragos de la Guerra del Pacífico y España, de manera paralela, el llamado Desastre de Annual, por el que España pierde militarmente ante los rifeños lo que ocasiona una fuerte crisis y una crítica al régimen político y al Rey. Esta derrota provocó que 359 CASTELLÁ, Condesa de, Carta a Angélica Palma, 10 de enero de 1921.Original Manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 204 la política colonial que, hasta entonces estaba llevando a cabo España en África fuese replanteada por la presión pública. Blanca de los Ríos y Angélica en su correspondencia comparten su preocupación y la rabia e impotencia que sienten ante los momentos que viven sus respectivos países. Con razón encomia Ud lo espontáneo del amor del Perú a España “puesto que no tenemos con la vieja metrópoli –dice Ud- asuntos territoriales, ni esperamos un apoyo para sacudir la pesadilla nacional que significan nuestras provincias irredentas”. ¡Ojalá que España pudiera prestar a Uds ese apoyo! Pero… ya ve Ud lo que nos sucede ahora, querida Angélica. ¡Ay si tuviéramos marina de guerra, otra suerte sería la nuestra en África y en pro de nuestra América! Nuestro arbitraje tendría el valor que le daría nuestra fuerza. Pero… volviendo al amor de los peruanos, quería yo tener en mí todo el alma de España para pagarlo dignamente.360 Durante su estancia en Madrid vivirá en primera persona todos los acontecimientos que tienen lugar como consecuencia de la victoria del ejército rifeño sobre los españoles en África, y como periodista que de casta le viene al galgo, los transmitirá en su sección “De la capital castiza”, inserta en la revista Variedades. Angélica reconstruye los momentos finales del conflicto, las palabras del Rey, las decisiones del general en jefe, la intervención del padre Revilla y la actuación del general Berenguer ante la petición de auxilio meses antes de la derrota, por parte del general Silvestre. De esta forma y a través del testimonio objetivo de alguien que en esos momentos reside en la capital española, podemos reconstruir parte del escenario político nacional. La atención nacional en España está pendiente hoy de la dimisión del General Berenguer del cargo de general en jefe del ejército de África. El clamor público la pedía desde ha largos meses. A raíz del desastre de Annual, el país entregó abnegadamente, en hombres y en dinero, cuanto el gobierno, de acuerdo con el alto comisario, le exigió; a pesar de tratarse de una guerra justificadamente impopular, el esfuerzo fue enorme; los resultados no han correspondido a la magnitud del sacrificio; más de un año ha transcurrido desde la trágica jornada y si la reconquista ha realizado efectivos progresos ni se ha libertado a los prisioneros, pese a la actividad y empeño de algunos hombres de buena voluntad que, como ese españolísimo padre Revilla, aviador y misionero, no han omitido esfuerzo para rescatar a los cautivos; su inteligente labor se ha estrellado contra sordas resistencias y misteriosas intrigas tejidas, al parecer, por manos poderosas. En los días que siguieron a la derrota, susurrábase –y aún lo repitió en el Congreso Indalecio Prieto- que el Rey, al enterarse de lo que pretendía 360 RÍOS, Blanca de los, Carta a Angélica Palma, 7 de diciembre de 1921. Original Manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 205 Abd-el-Krim por el rescate de los cautivos, exclamó: -“No vale la pena pagar tan caro la carne de gallina”-. A poco, por diversos indicios, la opinión empezó a comprender y la prensa a proclamar que los vencidos no fueron cobardes ni el general Silvestre, imprevisor (…)361 En los momentos en que Augusta, Renée y Angélica viajan a España, diferentes países se suman a las celebraciones por el Centenario de la Independencia de Perú que se iniciaban este año y que tenían como objetivo que diferentes países donasen monumentos recordatorios que permaneciesen en Lima. España comenzó a construir en agosto de 1921 el llamado Arco de la Amistad que finalmente entregaría como regalo a la ciudad en 1924. El arco de la Amistad de la colonia española; el reloj del parque Universitario de la colonia alemana; la Universidad Nacional Agraria La Molina, de la colonia belga; el Estadio Nacional de Lima, de la colonia británica; la Placita la Recoleta, de la colonia francesa; la Fuente Monumental, de la colonia china; la Fuente Ornamental, de la colonia norteamericana; el Museo de Arte Italiano, de la colonia italiana y el Monumento a Manco Cápac, de la colonia japonesa fueron los regalos que recibió Lima en el periodo comprendido entre 1921, celebración del Centenario de la Independencia del Perú y 1924, Centenario de la Batalla de Ayacucho. Algunas colonias no cumplieron con estos plazos y aunque comenzaron a construir a tiempo, los entregaron más tarde. Poco o nada tiene que ver el Madrid que Angélica conoció siendo niña con el que se encuentra a su llegada. La fisonomía de la capital del reino ha cambiado debido a la fiebre constructora que se ha desatado y gracias al capital británico y francés que ven en Madrid un centro de turismo y negocios y financian la edificación de hoteles como el Palace o el Ritz que trasladan al visitante a orillas del Sena. …sin embargo, la alegre hermosura del Madrid moderno, de la ciudad que, casi bajo sus ojos, se había tornado de “la capital más provinciana del mundo”, como dijo un viajero inglés, en una de las más risueñas y bulliciosas ciudades europeas, se imponía a las añoranzas de las viejas amigas, y con orgullo de madrileñas genuinas ponderaban la magnificencia de los paseos, la amplitud de las nuevas vías, la suntuosidad de los edificios con mármoles y bronces rutilantes a los rayos del sol cegador. - Progresa nuestro Madrid- afirmaba la una- Cualquiera diría que hay mucho dinero. Mira qué palacios se construyen los bancos! - Quizás es demasiado lujo- contestaba la otra, meditabunda-. (…) Verdad es que ahora más se vive en los hoteles que en las casas; la gente prefiere, a abrir sus salones, convidar a los amigos al Ritz o al Palace. 361 PALMA, Angélica, “De la capital castiza”, en Variedades, 16 de septiembre de 1922, pág. 4001. 206 El nombre del Palace traía el recuerdo del viejo palacio de Medinaceli y del mecanismo gentil de aquella duquesa Ángela, que en su palacio señorial y en su platea del Español gustaba de recibir a los ingenios de la época.362 Sin duda, una de las grandes obras emprendidas en esta segunda década del siglo XX, era la apertura de una Gran Vía que atravesase el casco urbano y lo comunicase con los nuevos barrios al mismo tiempo que lograse aliviar el tráfico del centro. Madrid despega industrialmente y las zonas aledañas al casco viejo de la ciudad se quedan como zonas comerciales y de servicios. Muchos jóvenes de provincias viajan a Madrid en busca de nuevas oportunidades y además de esto, justo en estos años en que Angélica y sus hermanas visitan y viven en la capital española, muchos médicos, investigadores, novelistas, filósofos y arquitectos pasan por la capital para dar conferencias en las diferentes instituciones que en estos momentos les abren sus puertas. Angélica forma parte de estos escritores, aunque si bien es cierto el propósito de su viaje es otro, no desaprovecha la oportunidad que, gracias a sus amistades, le brindan. …sabe que no hay, en tierras donde se habla castellano, chico tocado de la manía escribidoresca que no sueñe con el día dichoso en que le sea dado alternar, en la clásica cacharrería del famoso centro intelectual.363 En Madrid ha surgido, junto a la tradicional división social de nobleza, clase media y pueblo, una nueva clase social que busca hacerse un espacio y por lo tanto, muchas veces, o lo crea o lo frecuenta. Es el caso de la clase intelectual que buscará su lugar en las instituciones académicas y culturales, en las tertulias que nacerán en los cafés, en los periódicos y revistas que verán la luz, en los círculos literarios y en los banquetes y homenajes que se darán en reconocimiento a aquellas figuras que visitan la capital. Angélica y sus hermanas participarán activamente de todo este bullir cultural en el que se ha convertido la villa de Madrid y sus años por la Península transcurrirán en los salones de muchos de los literatos e intelectuales más aclamados del momento y en los de instituciones como el Ateneo, el Lyceum Club o la Unión Iberoamericana. Fruto de estos años en la Península será su amistad hasta el día de su muerte con Concha Espina, Mercedes Gaibrois y Blanca de los Ríos, la bohemia de su tiempo que le abrirán espacios donde será escuchada, aclamada y aplaudida y donde la crítica periodística sucumbirá a su reconocimiento público. 362 Cfr. nota 148, págs. 136- 137. 363 Cfr. nota 84. 207 En 1921 saldrá publicada su novela Por senda propia, novela que no pasó desapercibida ni para la prensa ni para todos aquellos a los que, como regalo de la autora, les llegó la novela. Antes era normal que se enviasen libros y que los que lo enviaban esperasen la opinión benévola del amigo tras la lectura del mismo. En el caso de Angélica con más motivo, ya que casi todas sus amistades eran escritores con lo que a cada publicación, el envío del correspondiente ejemplar estaba asegurado. En las cartas que Angélica compartirá con sus amigos vemos cómo esto era frecuente y así por ejemplo, José María Eguren le contará que “En estos últimos meses me han enviado sus libros González Martínez, Gabriela Mistral y otros autores que desearía leer con Ud…”364. Querida amiga Angélica en este momento me terminan la lectura de su novela, y no puedo menos de escribir a U en la primera efusión de mis sentimientos y manifestarle que si mucho esperaba del libro, por conocer a U, todo ha quedado plenamente colmado con la lectura. Es una obra de sano realismo, algo como esculturas de carne, admirablemente vestidas, pero bajo los pliegues del ropaje, se siente el estudio anatómico que da vida a aquellos seres fingidos por la imaginación del novelista pero que tienen sangre y vísceras de criaturas humanas. El tipo de Alfonso, es un estudio maravilloso, en una mujer que ha podido penetrar tan hondamente en la psicología masculina, que parece una figura de Balzac. A ello hay que añadir el fino estudio “real” de todos los tipos y la evocación de la vida de Lima, con tanta sobriedad presentada pero con inmenso relieve.365 Sra. Angélica Palma Muy distinguida y admirada amiga: anoche terminé la interesante lectura de su jugosa novela, y me apresuro a felicitarla cordialmente por este libro noble y saludable escrito con gran soltura y facilidad en un castellano tan correcto y abundante como para sí lo quisieran muchos autores de Castilla. Me ha deleitado mucho y se lo agradezco en el alma. Los caracteres, el ambiente, las tendencias, todo está en su obra de V levantado y embellecido, dentro de la realidad. Espero que habrá hecho V y que hará estos libros muy hermosos.366 De la misma manera, la publicación de dicha novela tendrá su repercusión en la prensa donde Cristóbal de Castro le dedicará una página en Variedades, bien es cierto que la crítica siempre fue benévola con las obras de Angélica ensalzando aquel punto medio entre la tradición, continuadora del legado paterno, y la modernidad con la que se instauraba el 364 EGUREN, José María, Carta a Angélica Palma, 7 de abril de 1923. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 365 EULATE, Carmela, Carta a Angélica Palma, 22 de marzo de 1922. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 366 ESPINA, Concha, Carta a Angélica Palma, 23 de noviembre de 1922, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 208 siglo XX. Pudo influir en este aspecto el respeto que toda la crítica tenía por el maestro tradicionista. Conocemos la literatura peruana a través del nacionalismo férreo de Prada y del cosmopolitismo bulevardero de Ventura García Calderón. (…) Entre ambas ideologías, los instintos precoces y los talentos sazonados saben situarse en el medio de la cirtud (in medio est virtus), tomando del nacionalismo las cualidades creadoras (prehistoria, geología, leyendas, historia, geografía, mitos, cancioneros, arqueología, etc.), y del cosmopolitismo las cualidades investigadoras (viajes, lecturas, monografías, colecciones, etc., etc.) La novela de Angélica Palma disuelve en la deliciosa amenidad y el interés irónico, dramático o patético del asunto, los terrones de ambas ideologías. La lucha de ambos idearios no da la tónica a este libro, pero sí a la autora, cuyo talento ágil y sólido tiene el buen gusto de mostrar las virtudes, pero también los vicios de las dos escuelas.367 Cristóbal de Castro en su crítica aludía a la frase “Una novela es un espejo paseando a lo largo de un camino” refiriéndose a que la mayor de las Palma, “llevando el claro espejo de su talento, paseó por la Lima prócer y lánguida, copiando en él, no solo panoramas sino santuarios”368. Angélica sabe reflejar, como si de un espejo se tratase, esa Lima que fluctúa aún en los años 20, entre dos siglos. Ya instalada en Madrid, en la Carrera de San Jerónimo 34 duplicado, en pleno centro de la capital, a pocos metros de la Plaza Mayor, de la calle Alcalá y de la nueva Gran Vía, el 18 de marzo de 1922, Angélica comenzará a escribir una corresponsalía para la revista que dirige su hermano Clemente, Variedades donde contará y transmitirá a sus lectores sus experiencias por Europa. De esta forma y una vez más gracias a la prensa podemos reconstruir la vida que Angélica y sus hermanas llevaron en Madrid a través de las palabras de la protagonista de esta historia. En los artículos me cuesta trabajo el primer párrafo; los siguientes salen con cierta docilidad; no me gusta darlos a la imprenta en cuanto los termino sino releerlos en frío. No escribo directamente en máquina, la uso para poner en limpio los originales; tengo éstos en cuadernos decentitos; pero los borradores de mis simpatías son los que por apremios del momento, he garrapateado en el primer papel que tuve a mano: un parte de matrimonio, un tarjetón de Año Nuevo, un programa traposo de cinema. 367 CASTRO, Cristóbal de, “Escritores peruanos juzgados en el extranjero. Angélica Palma y su espejo”, en Variedades, 9 de septiembre de 1922, pág. 3069. 368 Id., pág. 3070. 209 Cuando dejo la estilográfica estoy despeinada hasta lo inverosímil; no sé si más en desorden tendré la cabeza por dentro.369 Pese a la distancia espacial que la separa de su país, Angélica estará al tanto de la actualidad peruana y opinará sobre ella en muchas de sus corresponsalías. Sus hermanos le envían noticias, recortes e incluso los números de la revista donde aparecen sus artículos. Estos forman parte de una sección fija que lleva por nombre “De la capital castiza” y que aparece de manera mensual en la revista de su hermano Clemente. Una vez Angélica abandone España, seguirá escribiendo su sección pero con otros nombres: “Hombres y cosas de España”, donde recordará las figuras de intelectuales que ha conocido; “Anécdotas” y “Lecturas”, donde realizará una crítica de los libros que le lleguen. Los artículos que cubren su periodo en Europa están escritos como si fuera el diario de esos años, recuerdan la novela de la también escritora Clorinda Matto de Turner, Viaje de recreo. España, Francia, Inglaterra, Italia, Suiza y Alemania. Incluso la de su padre, Recuerdos de España. Ambas oscilan entre lo que se ha dado en llamar la novela de costumbres y el libro de viajes y tienen un fuerte componente biográfico. Angélica repite modelos, es más, en una entrevista que le hace la misma revista Variedades el 4 de julio de 1925 contestará a la pregunta “¿Qué prepara usted” de la siguiente manera: (…) Luego me propongo reunir en un volumen, que titularé La cosecha del camino, las correspondencias que, durante mi ausencia, he enviado a “VARIEDADES”. Debo ocuparme también de mi colaboración a esta revista, que gentilmente me ha sido solicitada, y de mis correspondencias al Sol de Madrid. (…)370 Angélica tenía el propósito de reunir en un solo volumen todas sus correspondencias a la revista Variedades y darlas, con ello, forma de libro. Finalmente, no lo llegará a realizar y sus artículos, críticas y descripciones de personajes de la época quedarán diseminados por las páginas de la revista. Las tres hermanas aprovecharán el estar en Europa para conocer diversos países y lugares, entre otros Portugal, que les queda cerca y al que visitarán en dos ocasiones. Visitan Cintra, Estoril y Lisboa y en cada una de sus paradas observan sus monumentos, su historia y las figuras preclaras de su literatura tanto es así que les llama la atención encontrar en la Biblioteca de Lisboa, la obra de Don Ricardo. Portugal, como lo proclama hoy la crítica español, el país de la Europa latina que más poetas líricos, ha dado a los tiempos modernos: ensalcemos los nombres gloriosos de Garrett, 369 PALMA, Angélica, “Nuestras encuestas. ¿Cómo escribe usted?”, en Variedades, 9 de enero de 1926, pág. 10. 370 PALMA, Angélica, “¿Qué prepara usted?, en Variedades, 4 de julio de 1925. 210 Joao de Deus, Antero de Quental, Eugenio de Castro y Teixeira de Pascoaes, y no olvidemos que en las magníficas orquestaciones de Guerra Junqueira suena a veces, rústica y tierna, la flauta panida.371 También ponen rumbo a Bélgica y allí Angélica, Renée y Augusta visitan Amberes, Gante y Brujas, sorprendiéndose de las maravillas que a su paso encuentran. Son tantas las viejas obras maestras pictóricas y arquitectónicas que se imponen a la atención del viajero en esa pequeña y admirable Bélgica, con tal fuerza surge de ellas la evocación de los tiempos idos que caso aventaja al interés del momento actual, en el que vemos de cerca los menudos intereses y las eternas pasioncillas que la magia de la lejanía embellece.372 A su regreso a España de Bruselas pasan por París donde coinciden con el matrimonio Ballesteros. Mercedes Gaibrois de Ballesteros, esposa del historiador Antonio Ballesteros e historiadora, será para Angélica una de sus grandes y admiradas amigas. En 1922, Angélica es invitada al Ateneo de Madrid a dictar una conferencia. El tema elegido: Algo sobre literatura peruana, y el título con el que oficialmente aparece es “La tendencia nacionalista en la literatura peruana”; la presentación está a cargo del novelista, poeta y crítico literario Andrés González Blanco. Señoras, señores: Un amigo ilustre y bondadoso, don Julio Cejador, que en su Historia de la literatura castellana ha sabido probar el interés que le inspira y el alto criterio con que juzga la vida intelectual de nuestra América, aconsejóme afectuosamente que en esta hospitalaria casa cultural dijera algo acerca de la literatura de mi patria. No acertaré a precisar si el consejo me intimidó más que me halagó: vosotros opinaréis que lo segundo, puesto que aquí me encuentro; pero es que no podéis daros cuenta –por lo menos, yo deseo que no os la deis- de los sorprendida y aun asustada que me tiene mi audiencia. Mi firme convicción de que nadie debe negarse a hacer por lo suyo cuanto pueda, aunque pueda muy poco, explica mi atrevimiento, y acabará de disculparlo, acaso, la proverbial acogida indulgente en el Ateneo, acorde con la inquietud del espíritu moderno, ansioso de respirar todas las brisas y de dilatar por todos los horizontes la mirada curiosa, dispensa a cualquier labor bien intencionada.373 Con estas palabras empieza su “vida académica” en España, abre la temporada de conferencias hablando de la literatura de su país y de sus compañeros escritores, evocando 371 PALMA, Angélica, “Da terra das saudades”, en Variedades, 6 de enero de 1923, pág. 51. 372 PALMA, Angélica, “La heroica Bélgica”, en Variedades, 1 de enero de 1924. 373 “Escritores peruanos en el extranjero. La tendencia nacionalista en la literatura peruana. Conferencia de Angélica Palma”, en Variedades, 3 de junio de 1922, pág. 1325. 211 con admiración y orgullo filial la figura de su padre, fundador del género de la tradición. La acompañan, entre otras personalidades, sus hermanas, Renée y Augusta; su amiga y compañera de tertulias y saraos literarios y académicos, Blanca de los Ríos; María Perales, redactora de Blanco y Negro; Cristóbal de Castro, escritor español y Andrés González Blanco. América ha entrado de nuevo en el Ateneo. Aparte de la discusión de la memoria del secretario de la Sección de Ciencias Históricas “Política entre España y América” que trae cada vez más público a la docta casa y que interesa cada día más, apasionando a los oradores que en uno u otro sentido participan en ella,… …las diversas conferencias y lecturas de poetas de América están dando al Ateneo un matiz americanista que se halla muy lejos de los perifollos retóricos de la unión Iberoamericana.374 La constitución y creación de los Ateneos en España vino a ser la manera de introducción del ideario sobre el que se había fundado la constitución de 1812. Ocupan un espacio social y cultural importante ya que se convierten en centro de la actividad cultural, y son continuadores de aquellas Sociedades de Amigos del País. Pero en la época en la que se funda el Ateneo de Madrid, 1820- 1823 en su primera etapa bajo la presidencia de Alcalá Galiano y 1835 bajo la tutela del duque de Rivas, la presencia de la mujer es inexistente. Las tertulias que habían comenzado casi a comienzos de siglo, 1810, daban cita a numerosas personalidades que con el afán de dialogar, compartir y entablar lazos quién sabe si profesionales, se daban cita en los salones de uno u otro de forma semanal. Las mujeres que tenían cierta formación y que eran capaces de entrar en este tipo de tertulias, pertenecían en su mayoría a la clase media o a la aristocracia. Se les enseñaba un poco de todo para que pudiesen departir en los salones y sus futuros, y candidatos a esposos, no se llevasen una mala impresión de su futura esposa. El objetivo, según la educación del momento, no era llegar a educar grandes profesionales sino buenas esposas y mejores madres. Gracias a la introducción del krausismo esto cambia ya que una de las ideas que defendía era el acceso de la mujer a una mejor educación pues de ella dependía la educación de los hijos. Por consiguiente y dada la poca formación a la que tenían acceso la mayoría de mujeres, estas no pudieron entrar en las instituciones académicas y culturales que se erigieron en el siglo XIX y que tenían por objetivo constituirse en centros culturales. Emilia Pardo Bazán que tuvo, junto a otras mujeres, una actitud destacada y defendió la igualdad en la educación para la mujer en el Congreso sobre educación celebrado en 1892 será la 374 Id., pág. 1324. 212 primera mujer que ingrese en el Ateneo como socia de número y en 1906, dirigirá la Sección de Literatura. Es más, su compatriota Clorinda Matto de Turner había sido incorporada como socia de la Unión Iberoamericana, después de mucho esfuerzo y demostración de su validez intelectual, en 1888. …no solo es el recinto confortable y acogedor donde sin cesar se charla de todo y toras cosas más: su magnífica biblioteca, científicamente catalogada, alberga lectores laboriosos, su junta directiva propicia cursos gratuitos y sus diversas secciones –Ciencias morales y políticas, naturales, físicas y matemáticas, literatura, historia, filosofía, Artes, etc.- organizan frecuentes conferencias.375 Angélica y sus hermanas, asistirán muchas tardes a la calle Prado, n° 21 donde se erige el Ateneo Científico, Artístico y Literario de Madrid, les queda cerca de donde se alojan y son continuas las invitaciones que reciben. En estos momentos el Presidente de la Sección de Literatura es Ramiro de Maeztu, “…alto, derecho, ostentando el vigor de su raza vasca en la viril figura y en el rostro de rasgos acentuados y amplia frente sombreada por cabellos negros, abundantes y lacios”376. La mayor de las Palma siente devoción y admiración por los escritores españoles que fueron contemporáneos a su padre y que de alguna forma, participaron, a través de la donación de libros, de la empresa de reconstrucción de los fondos de la Biblioteca Nacional que llevó a cabo el tradicionista. Sus artículos y visitas por los diferentes puntos geográficos de España tienen como objetivo retratar la persona más allá del escritor o del artista. Así, Marcelino Menéndez Pelayo, Fernando Maristany, Jacinto Octavio Picón, Eugenio D´Ors, Francisco A. de Icaza, Armando Palacio Valdés, Eduardo Marquina, Sofía Casanova, Concha Espina o Blanca de los Ríos serán algunos de los nombres de entre los veintiuno a los que retratará en sus artículos. Angélica y sus hermanas tienen el propósito de recoger toda la correspondencia de su padre que esté esparcida por el territorio español ya que planean editar las cartas del tradicionista. Para ello visitarán la casa de Benito Pérez Galdós en Santander. Se alojarán en el Hotel Miramar en San Vicente de la Barquera, pasarán por Covadonga para visitar la cueva de la Virgen y de regreso a Madrid pasarán por La Granja, en Segovia. A finales de 1922, en diciembre, comienzan las negociaciones con la casa CALPE y ven las condiciones de la edición. Del primer tomo, harán una tirada de 5000 ejemplares y 375 Cfr. nota 363. 376 Id. 213 supondrá unas 14.732, 45 pesetas de desembolso, proponen que se haga en tres pagos, el primero de ellos de 5000 pesetas. Se trata de una edición en seis tomos que será ilustrada por Fernando Marco, dibujante que pondría imágenes a la obra célebre de Juan Ramón, Platero y yo. En la nota editorial del primer tomo de las Tradiciones peruanas se explica cuál es el objetivo que se busca. Con esta edición de las TRADICIONES PERUANAS se cumple el constante anhelo de la ancianidad de su autor que a revisarlas y corregirlas dedicó los últimos años de su vida noble y fecunda, estudiando y releyendo su obra mientras tuvo vista para hacerlo, oyéndola de labios de sus hijas cuando las sombras de la senectud oscurecieron sus ojos. (…) acatando tu voluntad expresa, en el primer tomo reproducimos los juicios críticos que aparecieron en el primero de la edición barcelonesa publicada por Montaner y Simón en 1893.377 Dora Mayer de Zulen, tal y como firmaba su correspondencia, escribe a Angélica contándole la visita de la Srta. Graves, norteamericana y perteneciente a la Liga Internacional de Mujeres por la Paz y la Libertad. Dora se muestra indignada pues Estados Unidos y todo lo que provenga de ahí, sigue sintiéndose, por algunos sectores de la sociedad como una amenaza contra las virtudes y valores tradicionales. No solo la señorita Graves mencionada sino que otra señorita se ha dirigido a la región de Loreto para buscar a Miguelina Acosta Cárdenas, con el fin de involucrarla en el proyecto americano. Podía ser que ambas estudiaran nuestro medio y averiguaran con qué personas podía la política norteamericana contar aquí, y a cuales fuera necesario el minar, para obviar obstáculos al imperio de los millonarios de Nueva York en nuestro condicionado territorio. Cuidado que en Loreto, algo desafecto al gobierno limense, no clave Norteamérica la pica de la conquista, creando una zona amazónica como la Zona de Panamá. Conquista, por supuesto, no del acero sino del dinero. Yo miro con profundo horror la posibilidad que las innatas virtudes indo-hispanas del Perú fueron borradas por una libre invasión del espíritu yanqui, que vive del crédito de las virtudes de la época washingtoniana, tiempo ha adulteradas y extinguidas. Al ver en las cartas de la srta Graves la moral que ella trae de allá del Norte, que tantos ilusos creen fuente de 377 “Nota editorial”, en PALMA, Ricardo, Tradiciones peruanas, ed. publicada bajo los auspicios del Gobierno de Perú, il. de Fernando Marco, Madrid, Espasa Calpe, tomo I, 1952. 214 cualidades redentoras quisiera ser una más para echarme en contra de esa ola que nos amenaza. Miguelina y Dora forman parte de ese grupo de mujeres que defiende la igualdad de derechos para los que no existen de cara a la sociedad: la mujer y el indio. Ambas forman parte de la junta directiva de Evolución Femenina, sociedad fundada por María Jesús Alvarado y dirigieron, hasta 1920, el semanario independiente La Crítica, que se convirtió en vocero de todas sus reivindicaciones. María Jesús Alvarado, por mediación de Angélica, también participará en la Exposición que se prevé hacer en Barcelona en el Palacio de la Mujer y el 31 de enero de 1924, le escribirá a Madrid para ver si sigue en pie o no dicha Exposición ya que la Condesa de Castellá también se ha puesto en contacto con ella por el mismo motivo. La solicitud es la misma que en el caso de Angélica: requieren para dicha Exposición artículos, firmas y fotografías suyas. En 1923, en Perú, María Jesús Alvarado organiza el Consejo Nacional de Mujeres del Perú, para ello llega a Lima la señora Conie Chaptman Catt de la Liga de Mujeres votantes de Estados Unidos. En Perú, la mujer todavía no tiene acceso al voto, la creación de este tipo de instituciones facilitan el que, al menos, mujeres bien situadas en la escala social, se sientan parte de un grupo y organización y por lo tanto, sean capaces de ejercer más presión para lograr sus objetivos. En medio de todo esto y ya en 1921, la escritora y periodista española Carmen de Burgos, cuyo seudónimo era Colombine, había fundado en Madrid, la Cruzada de Mujeres Españolas que había promovido el primer acto en el que las mujeres de manera pública solicitaban su derecho al voto. En las Memorias de Carmen, publicadas por Federico Utrera, se reproduce este fragmento donde se observa el carácter vehemente y luchador de esta periodista. Se acabó la lucha solo desde la letra impresa. Hay que pasar a la acción para lograr de una puñetera vez el voto y este convencimiento es el motivo de que emprenda la creación de la Liga Internacional de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas. En realidad, la Liga fue creada por Elena Arizmendi una brava mexicana de orígenes españoles pero decidió pasarme a mí la presidencia para revitalizarla. A partir de entonces la sede oficial de la Asociación está en Madrid con Comités en Portugal y toda América Latina. 215 Paralelamente organizo también la Cruzada de Mujeres Españolas, al estilo de lo que hicieran mis amigas portuguesas. Fuimos catorce mujeres tachadas de locas las que iniciamos y a mí me eligieron presidenta.378 Angélica no solo mantiene relación epistolar con Carmen sino que encabeza la directiva de la sede de la Liga de Mujeres Ibéricas e Hispanoamericanas en Perú. En 1929, Carmen de Burgos publicará un libro bajo el título Hablando con los descendientes para el que Angélica colaborará concediéndole una entrevista donde hablará de lo que la figura de Don Ricardo significa para ella como hija y como escritora. En 1921 había presentado al Concurso Literario Internacional de Buenos Aires la novela Coloniaje romántico. Novela de evocación histórica, en el que se alzó con el primer premio. La noticia le llega estando en Madrid a través de un telegrama que le envía su hermano Clemente. DE LIMA: 136 12 BLCIAL +OBTUVISTE PRIMER PREMIO COMPANIA PUENTE. FELICITACIÓN+CLEMENTE379 En 1923, aprovechando su estadía en España, comienza las negociaciones para la publicación de esta novela, a través de su gran amigo Fernando Maristany, con la Editorial Cervantes de Barcelona, fundada en 1916 en Valencia por Vicente Clavel Andrés, periodista y editor español. Esta editorial también dará cobijo a la obra de una compatriota y amiga de Angélica: Amalia Puga de la que la editorial publicará una antología de poesías en la colección Las mejores Poesías (Líricas) de los mejores poetas, fundada y dirigida por el propio Maristany. Por la correspondencia mantenida podemos seguir todas las negociaciones que Angélica tuvo con la misma y con el propio Sr. Clavel quien cumplidamente informaba de todos los aspectos que conllevaba el realizar la publicación de su novela y la realidad de que casi no se obtuvieran beneficios de la misma. Finalmente la Editorial la publica en 1923 y por indicación de Angélica en la Selección de Novelas Breves; le entregaría a la autora veinticinco ejemplares para su libre disposición. La misma editorial repartió ejemplares en diferentes medios de prensa para anunciar la publicación de la misma y hacerla coincidir con el eco que en las páginas de diferentes diarios españoles estaba teniendo la presencia de Angélica en España, la actividad que ésta estaba desempeñando en los ambientes 378 UTRERA, Federico, Memorias de Colombine. La Primera Periodista, Madrid, Hijos de Muley Rubio, 1998, pág. 365. 379 Telegrama enviado desde Lima a España por su hermano, Clemente Palma, felicitándole por el primer premio obtenido en el Concurso Internacional de Buenos Aires. Perteneciente a la correspondencia particular de Angélica. Archivo General de la Nación. Colección “Angélica Palma Román”. 216 intelectuales y la próxima publicación por parte de la casa Calpe de una nueva edición de las Tradiciones peruanas. La Editorial Cervantes de Barcelona publica en tomos pequeños y cuidados, de fácil manejo y grata presentación, una Selección de novelas breves. La última publicada corresponde a Angélica Palma, Coloniaje romántico, novela de evocación histórica premiada en el Concurso literario internacional de Buenos Aires, de 1921, y en la que la autora manifiesta una vez más la galanura de su estilo en el género de la narración que tanto ella como su ilustre padre dominaron con peculiar maestría.380 No tardan en llegar los comentarios y críticas de sus más allegados sobre esta novelita de 105 páginas que reproduce la vida de la Academia instaurada por el Marqués de Castell- dos-Ríus en Lima. El poeta José María Eguren que vive en Barranco y siente admiración por Angélica, le escribe unas líneas a Madrid, tras la lectura de Coloniaje. Mi querida amiga: Con algún retraso llegó su preciosa carta que como todas las suyas, dice tantas cosas de belleza en reducido espacio. Estoy con Riva Agüero en el gran elogio que hace de sus cositas. En ellas como en sus novelas, poesías y crónicas viajeras se ve un alma fina. Gabriela Mistral tiene los rasgos apasionados de las mujeres de Chile. La sutileza de Marianela está en Lima y en París con mucho amor a España. Sobre todo está en Lima. De su novela “Coloniaje Romántico” le diré que es una evocación encantadora y tan verdadera que afirmaría que en la realidad se va realizando acción igual con los mismos personajes. El final de Mathías de Anglés es triste: pero seguramente ha sucedido. Y la desolación de los días en la haciendo y la resignación: todo es verdadero. Su novela es corta, llegará a la extensión de la “Sonata de Invierno”. Esto para mí es de buen gusto: pero no lo es para todos. Ventura García Calderón una vez que le hablé de la literatura corta, me presentó a D´Annuzio. Tendría si se hubiese referido a Marianela que sabe sostener la amenidad. Admiro grandemente a D´Annuzio pero le suprimiría algunas páginas. Los versos de Caviedes muy bien traídos: un acierto: pero yo habría preferido los de Marianela límpidos y nuevos y que le superarían en donaire antiguo y en la belleza de esos años. 381 José María Eguren es conocido por ser el introductor del Modernismo en el Perú, cabe llamar la atención a la mención que realiza de Sonata de Invierno de Valle Inclán, modernista 380 En La Ciudad Lineal. Revista de Urbanización, Madrid, Redacción y Administración, Año XXXIV- nº 831, 10 de diciembre de 1930, pág. 399. 381 EGUREN, José María, Carta a Angélica Palma, 20 de agosto de 1923. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 217 español que escribió en forma de “Sonatas” las memorias de otro Marqués, en este caso, el de Bradomín. Así pues, la novela en la que como se comentará más tarde (Capítulo De vestidos y modas) Angélica muestra sus incipientes dotes modernistas (utilización de piedras preciosas, palacios suntuosos o reminiscencias al poema La princesa está triste de Rubén) es producto del siglo en que le tocó vivir pese a que ella quiso mantener los rasgos literarios que la unían al tradicionista profesionalmente, sin despreciar los movimientos que despertaban en el siglo XX. El homenaje tributado a Galdós en el Parque del Retiro de Madrid, será para Angélica uno de los momentos más emotivos del año no solo por el cariño que le guarda a la persona que conoció en Madrid sino por la admiración de quien lo ha tenido como modelo literario en ese costumbrismo al que fue fiel don Benito. Dicho homenaje tiene lugar el 4 de enero en el tradicional Parque del Retiro, en pleno Madrid aristocrático, a escasos metros de la Puerta de Alcalá. Por iniciativa de Victorio Macho, los hermanos Quintero, José Francés, González Blanco, Ramírez Ángel, un grupo “si no numeroso, tampoco escaso, de lectores de Galdós, escritores y artistas consagrados”, se dieron cita en torno a la “figura pétrea del maestro Galdós, semi-hundido en un sillón, cubiertas las piernas por una manta, meditativa y cansada la expresión del rostro” que el joven escultor Victorio Macho había realizado y que se había inaugurado el 19 de enero de 1919. Angélica, ante la escultura del que es para ella un maestro, evoca los libros, tantas veces leídos y ve asomarse a los personajes esta vez “reales” de las novelas del escritor cántabro. Por el vecino paseo de coches pasan, lujosas y llamativas, las descendientes de la Peri y La Desheredada; desde su landó, junto al esposo abstraído en preocupaciones filosóficas y humanitarias, la mujer de Orozco contesta al saludo de Federico Viera, caballero en brioso alazán: aquella burguesita guapa, emperifollada a fuerza de habilidosos recursos, que suspira mirando los carruajes, es La de Bringas, el sacerdote de raída sotana que, en un banco de piedra, no se sabe si reza o medita, es Nazarín; …382 Otra hispanoamericana reside en Madrid en estos momentos, la mexicana María Enriqueta Camarillo de Pereyra que había llegado a la capital española en 1916 junto a su marido y un sobrino. Aquí en Madrid habían entrado en contacto con el escritor Rufino Blanco Fombona que había creado la editorial América. Con ella comparte correspondencia y tertulia en casa de Blanca, los miércoles. 382 MARIANELA (seud. De Angélica Palma), “De la capital castiza”, en Variedades, Lima, 17 de marzo de 1923, págs. 656- 657 respectivamente. 218 La situación política en España se complica y una serie de acontecimientos convulsionan la realidad nacional y Angélica, fiel a su instinto de reportera lo reproduce como una suerte de acontecimientos encadenados, uno detrás de otro, en las páginas de Variedades. Así comienza para ella 1923: Graves convulsiones, que habrá comunicado a su debido tiempo el servicio cablegráfico de nuestros diarios –mucho más extenso y detallado que el de la prensa peninsular, dicho sea de paso y tributando justo homenaje a la del Perú- han agitado últimamente la vida española. Valiente manifiesto a la nación del creador y jefe del tercio extranjero, Millán Astray, que trajo como consecuencia la disolución de las juntas de defensa, organismo militarista impopular y dominador: intervención policíaca en la Universidad: clausura de esta como exteriorización de la protesta de catedráticos y alumnos: adhesión de los demás centros de enseñanza del reino: sustazo monstruo de los estudiantes peruanos ante la repetición europea del conflicto criollo: real orden cerrando la Universidad, que de hecho y por voluntad de los dueños de casa, había dejado de funcionar: borrascosísimas sesiones parlamentarias para tratar de hacer efectivas las responsabilidades del desastre africano: mueras al rey en el Congreso: renuncia del gabinete Sánchez Guerra; subida de los liberales con el ministerio presidido por el Marqués de Alhucemas; inmediata admisión del director de seguridad, y, por secuela, nueva real orden reabriendo los centros de estudio, regreso triunfal de los alumnos a las aulas y mitin colosal organizado por el Ateneo de Madrid.383 En abril de este año, Angélica será invitada de nuevo a dar una conferencia en el Ateneo de Madrid, con el título de Acercamiento intelectual Hispano-americano “con el fin, tan bello y necesario, de contribuir a hacer realidad viva el anhelo latente de la aproximación hispanoamericana”384. Los intentos de España por acercarse a las repúblicas americanas pasan por favorecer la presencia de personalidades extranjeras, provenientes de dichas repúblicas, en lugares donde puedan ser escuchados, brindarles tribunas y estrados desde los cuales puedan ofrecer la visión que desde el otro lado, se tiene de las relaciones con la Península. Angélica lo tiene claro, el respeto y el cariño, inculcados desde niña, que siente por España y todo lo que provenga de ahí no le nublan la vista para reconocer que “aunque simpatizamos mucho, nos conocemos poco; mejor dicho, y dispensad, si extremo la franqueza, nos conocéis poco”. Las personalidades políticas, literarias, artísticas y hasta toreras de España no son ignoradas en América; en cambio vosotros, como dije hace un momento, nos conocéis muy 383 MARIANELA (seud. Angélica Palma), “De la capital castiza”, en Variedades, Lima, 3 de febrero de 1923, pág. 275. 384 MARIANELA (seud. Angélica Palma), “Acercamiento Intelectual Hispano- Americano”, en Variedades, Lima, 30 de junio de 1923, pág. 1647. 219 poco. No quiero hablar del concepto geográfico que se tiene de América; sería cuento de nunca acabar, para daros idea del efecto que nos causa, básteme deplorar que el Ayuntamiento, o quien deba hacerlo, no se haya cuidado de corregir el letrero dorado de una compañía de vapores, instalada en la calle del Arenal, que anuncia el envío de barcos a los siguientes países de Sud América. Argentina, Chile, Brasil y México. ¡México en la América del Sur! Señores, por esos mundos somos revolucionarios, no lo niego; pero no se ha llegado todavía a trastornar latitudes.385 Para Angélica el acercamiento pasa por “la prontitud de las comunicaciones, los tratados de comercio, las mutuas franquicias aduaneras” y en concreto por los aspectos mercantiles que implican “los negocios editoriales y librescos” pues los editores con los que Angélica ha tenido la ocasión de conversar, tanto en Barcelona como en Madrid, se quejan de los mercados americanos o del acceso a estos por las dificultades mercantiles. La peruana recalca el tesoro que recibieron de España: la lengua, “acervo de nuestra tradición espiritual”. Como buena oradora sabe cómo dar una de cal y una de arena, confiesa que profesa el hispanismo pero le inquieta “el constatar que nuestra historia, que es, en buena parte la de España, interese más a los extranjeros que a los españoles”. Denuncia cómo en los periódicos y revistas españoles se prefiere alternar cuentistas franceses que americanos. Problema que dificulta el acercamiento de España y América por el desconocimiento que existe de esta última. Como solución propone abiertamente que: Bien podría alternarse con ellos producciones americanas, que fueran familiarizando al lector peninsular con nuestras costumbres, nuestra historia, nuestras ideas. No son tan distintas de las vuestras que su exotismo resultara fatigoso ni tan idénticas que carecieran del atractivo de la novedad. (…) Los escritores de América que llegan a vuestra prensa son únicamente los que viven aquí, los que disfrutan de esta generosa, cordialísima hospitalidad española,… La misma epopeya de la conquista es apenas someramente conocida por la generalidad;… Por no conocerla como se debiera no se ama lo bastante en España esa historia tan española, de la que es magnífico complemento la guerra de la Independencia, llamada ya entonces, en pleno fragor de las pasiones, por la clarividencia serena del patriota colombiano Camilo Torres, “lucha de los españoles de acá con los españoles de allá”.386 385 Id., pág. 1648. 386 Cfr. nota 384, pág. 1649. 220 Termina diciendo que sean los libros, la literatura o los periódicos los promotores de este acercamiento ya que “llamadas a unirse por la ley de la herencia, por la voz de la sangre, acalladora de rencores, por juiciosas conveniencias, por espíritu de defensa caso, deben cimentar esta unión, para hacerla sólida y perdurable, sobre las bases del sentimiento y la inteligencia.”387. Un acto a nivel nacional cerrará el cupo de eventos de este año de 1923: el homenaje celebrado a Santa Teresa de Jesús en el que Angélica interviene sustituyendo la presencia de su amiga Blanca de los Ríos. …este tema…Debió estudiarlo y exponer sus conclusiones una de las damas que en España tiene más altos títulos para ello, por el fervor cordial y la clarísima visión con que ha estudiado la vida de la excelsa Doctora, a quien ha llamado con frase felicísima, cuya exactitud la hará perdurable, la Santa de la raza, y por la perseverante labor y el cálido empeño que consagra a la consecución de un ideal que responde, no solo a motivos sentimentales, sino a razones de orden práctico, cada días más imperiosas: la unión espiritual hispanoamericana. Ya habréis adivinado que me refiero a la más ilustre literata de la Península, a Doña Blanca de los Ríos, a quien el reciente y lamentabilísimo fallecimiento de su esposo, D. Vicente Lampérez, el artista insigne que restauró las catedrales de Cuenca y de Burgos, y elevó a su religión y a su Patria monumento imperecedero en su libro sobre Arquitectura cristiana española, impide aportar a este Congreso teresiano su contingente valiosísimo.388 Angélica se reconoce “devota admiradora de la Santa Doctora” y reconoce que “las hijas de América, tenemos razones íntimas para enorgullecernos, (…), de la gloria de la mujer sublime, que es para nuestra religión maravilla de santidad; para nuestra magnífica lengua, altísima escritora, y para nuestro sexo, modelo cumplido de amor, actividad y abnegación, a quien todas debemos imitar, sin la vanidosa esperanza de aproximarse a ella”. Fiel a sus ideales hispanistas y abogando por el acercamiento entre las repúblicas americanas invita a que las mujeres de origen hispano se agrupen. Repite casi el mismo discurso que diera sobre el acercamiento hispanoamericano y vuelve a denunciar cómo en España existe poco conocimiento sobre la necesidad y conveniencia mutua que la aproximación hispanoamericana encierra. Termina su discurso llamando a las teresianas españolas, exhortándolas a la mutua cooperación, a que a través del acercamiento a las repúblicas americanas se conviertan en 387 Id., pág. 1650. 388 “Escritores peruanos en el extranjero. Por la Santa de la Raza. Palabras de Angélica Palma en el Congreso Teresiano de Madrid. Bases para la Unión de las Asociaciones femeninas hispano- americanas de carácter nacional”, en Variedades, 16 de junio de 1923, pág. 4527. 221 “dignas hijas de la mujer incomparable a quien las que rezamos en castellano llamamos, con tanto amor como orgullo, la santa de la raza”. ¿No creéis, teresianas españolas, que con la cooperación de vuestras hermanas de América podréis aliviar los sufrimientos de las desdichadas mujeres a quienes la pobreza obligó a abandonar el suelo nativo y sufren en países lejanos y el desconocidos los tormentos de la miseria y las tentaciones del mal?389 Angélica alude a los fuertes flujos de inmigración europea hacia el continente americano que desde 1882 se estaban produciendo. Entre 1840 y 1930 Europa se vio asolada por transformaciones demográficas, económicas y sociales además de la Primera Guerra Mundial por lo que muchos, tras la independencia de las repúblicas americanas, vieron en ellos una oportunidad de mejora y no dudaron en poner rumbo a ellas. En estos años de 1920 se calcula que cerca de 40.000 españoles han emigrado de manera clandestina por las políticas restrictivas que se están dando390. La presencia de inmigrantes en las recién creadas repúblicas americanas les aseguraba el fortalecimiento de su economía y sus mercados por lo que estos significaban mano de obra. La mayor de las Palma se une mediante su participación a este evento y la representación que realiza de doña Blanca, a ese feminismo de corte cristiano que la misma doña Blanca profesa. Esta última había mostrado una visión positiva de las mujeres a lo largo de la historia en los artículos que escribió sobre “Mujeres de la Historia” que aparecieron en Blanco y Negro en 1915. En esta sección, la Sra. De Lampérez reseñaba entre otras las figuras de Isabel la Católica, María de Molina y Teresa de Jesús. Desde inicios de 1924, un grupo de intelectuales prepara a Blanca de los Rios un homenaje con motivo de la concesión de la Gran Cruz de Alfonso XII por parte de Su Majestad el Rey. La comisión organizadora está formada por las señoras Alcalá Galiano, marquesa de Cavalcanti, Ballesteros y señoritas de Quiroga, Angélica Palma y María de Perales. Todas ellas son asiduas de las tertulias que doña Blanca organiza en su casa de la calle Goya todos los miércoles. El lugar, la Academia de Jurisprudencia de Madrid. Los invitados entre los que predominan las mujeres, son representantes de numerosas asociaciones literarias y artísticas con la presencia de la totalidad del cuerpo diplomático iberoamericano. Quien preside, S.M. 389 Id., pág. 4528. 390 SALLÉ ALONSO, Ma. Ángeles (coord.), La emigración española en América. Historias y lecciones para el futuro, Madrid, Fundación Directa- Ministerio de Trabajo e inmigración, 2009, pág. 15. 222 la Reina doña Victoria junto al jefe de Gobierno y al presidente de la Academia y la organizadora e impulsadora del homenaje, la Infanta Doña Paz que había recibido en 1914 la Gran Cruz de la Orden civil de Alfonso XII por los méritos al crear en Múnich, una asociación de orden pedagógico. A doña Blanca, y todos coinciden en sus discursos, se le reconoce la huella de Menéndez Pelayo y la ardua labor que ha llevado a cabo en pro de la aproximación de América. Debemos laborar por la integración de España, por que América no pierda nunca el nombre de española, y porque nuestros hermanos de allí velen por la inviolabilidad de la lengua de Cervantes.391 Angélica por su parte, dedicará unas sentidas palabras a la figura de su amiga en su sección de la revista Variedades en la edición de junio donde saldrá además una fotografía con algunos de los amigos que se dieron cita. Entre ellos, claro está, Angélica, Augusta y Renée figuran en primera plana junto a Concha Espina, a la que se le está organizando un homenaje en Santander, los hermanos Quintero, Serafín y Joaquín, Bonilla de San Martín, Andrés González Blanco y Pedro Sainz Rodríguez. Pese al merecido homenaje que se le tributa, Angélica no puede por menos que recordar que todavía hay uno que se le niega al igual que pasara con Emilia Pardo Bazán: el ingreso en la Real Academia Española por el que tanto ella como el Conde de las Navas han abogado. …pero: ¡una mujer académica! ¡Vade retro!- repetirán los inmortales, como en el caso de la Pardo Bazán, aunque en este, siendo doña Blanca toda suavidad y benevolencia, no puedan alegar lo que confidencialmente decían algunos entonces: -¡Cómo vamos a traer a nuestras sesiones a una señora que tiene ella sola peor genio que los más malhumorados académicos que soportamos aquí!- Cualquier maurista, más o menos conspicuo, entrará, antes que le genial estudiosa del siglo de oro, en esa Academia deseada por la mayoría, por mucho que en España y en Francia y, por supuesto, en nuestras repúblicas -¡no faltaba más!- sean moneda corriente la burla y el ataque a las llamadas por antonomasia doctas corporaciones. El aparente desdén es máscara de una ambición, no por vanidosa menos generalizada. 392 En julio de 1924, Angélica y sus hermanas se encuentran en Santander, asisten al X Congreso Nacional de Arquitectos que tiene lugar en el Ateneo de esta ciudad, convertido en estos momentos uno de los máximos impulsores de la cultura en la región. Preparan el 391 “Homenaje a Doña Blanca de los Ríos”, en ABC, Madrid, 13-03- 1924, pág. 17. 392 MARIANELA (seud. de Angélica Palma), “De la capital castiza”, en Variedades, Lima, 7 de junio de 1924, pág. 1440. 223 homenaje que se le va a dar a Concha Espina en agosto y de cuya comisión organizadora, forman parte. El acto tiene lugar en el salón de sesiones del Ayuntamiento de Santander, el 23 de agosto. En él se declara a Concha Espina, hija predilecta de la ciudad y se le hace entrega de un pergamino que lo ratifica. Acto seguido, la Reina doña Victoria, coloca la primera piedra del jardín que lleva el nombre de la escritora. En dicha piedra se incluye una colección completa de las obras de Concha Espina, unos periódicos locales y unas monedas de oro. A raíz de este homenaje, S. M el Rey le concede la banda de la Real Orden de Damas Nobles de María Luisa, única orden militar española reservada únicamente para las mujeres. El objetivo de esta orden, creada en 1792, era premiar a las mujeres nobles que se destacasen por los servicios prestados a la Corona o por sus cualidades. En este caso, Concha Espina lo recibe como premio a sus méritos literarios. Angélica ha sido nombrada Miembro Correspondiente de la Sociedad Menéndez Pelayo de Santander en abril de este año. Dicha Sociedad, nacida en 1918, se propuso como objetivo incentivar la realización y publicación de trabajos relacionados con la obra de don Marcelino Menéndez Pelayo y de la Historia y Literatura española. Angélica pasa a sumarse a todos aquellos que dedican sus horas, su esfuerzo y dedicación al estudio incansable de la literatura española, por sus artículos dedicados a escritores españoles aparecidos en diferentes revistas a modo de semblanzas y su declaración abierta sobre la admiración que siente por ellos. A estas alturas, doña Blanca de los Ríos, que tiene la preocupación de sacar los números de su revista Raza Española, solicita la ayuda de Angélica para conseguir artículos o firmas que rellenen sus páginas. La peruana ha conseguido que tres de sus amigas le envíen artículos para la revista: Mercedes Gallagher de Parks, Amalia Puga y Dora Mayer de Zulen que llegarán a ver publicados sus trabajos. En estos momentos, Augusto B. Leguía que continua con su afán de generar vínculos con las potencias extranjeras que le ayuden a solventar las obras urbanísticas a las que está sometiendo la ciudad, prepara por todo lo alto la respuesta al Centenario de la Independencia, celebrado en 1921: el Centenario de la Batalla de Ayacucho. Por este motivo desembarcan en Lima los representantes de más de treinta embajadas y tal y como se hiciera anteriormente junto con las celebraciones oficiales y protocolares se celebran actividades lúdicas y culturales, todas alrededor de la Batalla de Ayacucho. Dentro de estas actividades culturales destaca la participación de José Santos Chocano o la representación de la obra de Francisco Villaespesa en torno a los sucesos acaecidos en 224 Ayacucho. Se convoca un Premio de Novela al que Angélica presenta uno de sus trabajos y con el que finalmente resulta ganadora: Tiempos de la patria vieja. Novela de corte histórico, recorre la vida en diferentes hogares peruanos en la época de la Emancipación. Por sus páginas desfilan Bolívar, San Martín, Sucre, Córdoba, La Mar, Gamarra, y todos aquellos héroes que ayudaron a nacer esa nacionalidad autónoma. José de la Rica Agüero, Blanca de los Rïos, Enrique A. Carrillo, o Raúl Porras Barrenechea, vuelcan sus comentarios acerca de esta obra que, desde luego no deja impasible a nadie. Galdosiana hasta en el ingenuo progresismo que la anima y en la región peninsular donde parte del relato se desenvuelve; viene a ser como una hija menor de los acelerados y sucintos Episodios Nacionales del Galdós de la última época. Porque “Tiempos de la Patria Vieja”, más que un lienzo histórico, es un esbozo rápido. Así mismo no faltan en él placenteras pinturas limeñas, como las breves de la quinta del Cercado o la Iglesia de Santo Domingo. José de la Riva Agüero Muéstrase Angélica novelista de altos y seguros vuelos, la ficción y la historia se entrelazan y confunden bajo la pluma de la hija del Tradicionista, cuyo recuerdo no cohíbe el libre vuelo de la fantasía ni el generoso raudal de la emoción femenina de la autora; la acción dramática, viva, captadora, corre con el animado interés de uno de los primeros Episodios galdosianos, en prosa menos sanguínea, espontánea e impetuosa, más literaria, fina y cincelada, prosa de mujer que por serlo no pierde sino gana en la sutil percepción de la sicóloga femenina, sobre todo, y en la primorosa trascripción de interiores y costumbres de la Lima de los días Virreynales. El final de este “Episodio peruano” que inevitablemente hiere mi sensitividad [sic] española, alcanza, a mi parecer, altura épica: así la sobria y viril transcripción de aquellos ágapes entre caballeros adversarios, peruanos y españoles, que personificaban la hispana hidalguía confraternizando antes y después de conbatirse a muerte, como en la invención feliz de Dn. Rodrigo de Hinestrosa, aquel hidalgo burgalés fundido en el más duro bronce de la raza. Blanca de los Ríos393 Ambos parecen coincidir o quieren encontrar en su amiga, los rastros galdosianos de los Episodios Nacionales, aquellos que inmortalizaron la historia de España a través del personaje de Gabriel de Araceli. Tanto José de la Riva Agüero como Blanca de los Ríos creen ver en la novela cómo Angélica congela un momento de la historia del Perú a través del vivir 393 Cfr. nota 3, págs. 48- 50. 225 diario de los personajes que en ese momento son testigos de toda la serie de cambios y acontecimientos históricos que se están produciendo. La novela finalmente se publica en 1926 por la editorial Nuestra América en Buenos Aires. A finales de 1924, en diciembre, llega a Madrid la escritora chilena Gabriela Mistral que, como otras tantas escritoras se aloja en la Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu. Dará varios cursos y conferencias para las residentes acerca de su obra. Como homenaje y tras su estancia en la capital, la directora le ofrece un té al que además de Angélica y sus hermanas se dan cita Juan Ramón y Zenobia y José Rodríguez Carracido, entre otros intelectuales. Gabriela Mistral se ve envuelta en la polémica que el asunto peruano-chileno ha despertado como consecuencia del plebiscito de Tacna y Arica y a raíz del poema que José Santos Chocano publicase en Nueva York en 1909 en contra de la conquista llevada a cabo por los españoles. Poema que resultó replicado por otro poeta, en este caso chileno, en contra del bando peruano, Víctor Domingo Silva. El conflicto surge cuando, como consecuencia del fallo ante la cuestión de Tacna y Arica, España toma opción por Perú; Chile, entonces, saca a la luz la parte del poema de Chocano en que ataca a la Madre Patria, muestra una parte sesgada del poema, la que a los chilenos en estos momentos les interesa mostrar. El conflicto que ahí estaba, aterriza en Madrid, en concreto una noche en la Residencia de Estudiantes donde, sentados a la mesa Enrique Diez Canedo, Gabriela Mistral, el Conde de Doña Marina, la mexicana amiga y secretaria de Gabriela, Palma Guillén de Nicolau, el periodista peruano César Falcón y Angélica debaten este tema a raíz de un comentario sobre Chocano que Diez Canedo pronuncia. Gabriela Mistral cuenta en sus escritos cómo Angélica, antichilena declarada, dolida por cómo habían los chilenos mostrado la realidad que a ellos les interesaba mostrar, la increpa y le exige que enmiende el error en el que han incurrido sus paisanos: -Gabriela, hay un mal entendido grave entre los españoles y Chocano, que se debe a un poeta de ustedes, a Victor Domingo Silva. Ha hecho mucho daño a mi país la propagación de ese error sobre las dos leyendas. ¿Usted lo conoce? Le contesté afirmativamente y le prometí rectificar en Chile cuando volviese. 226 -Rectifique usted- añadió ansiosamente394 Lo que vino a continuación, según cuenta la escritora chilena fue “una recitación – admirable por una parte, penosa por otra-“ por parte de Angélica quien se puso a declamar de memoria, a manera de castigo por el daño infringido por Silva al Perú, las estrofas del poema que fueron reproducidas por, entre otros diarios, el ABC de Madrid allá por 1922. Juglar de la estrofa, poeta de circo, Manchaste tu nombre con nuevo baldón. Como Cam maldito, que rió de su padre, Tú, nieto de España, cien veces peor, Le cruzas la cara con frases que tienen Algo de serpiente y algo de escorpión… Risas que se alargan retorcidamente Como el espinazo de un adulador, Versos de mentira, ripios de lisonja, Quejas de atorrante, gritos de matón, Abres de plebeyo que luce entorchados Y ve que lo ilustra la Puerta del Sol; Dramas que son mengua del teatro español; Judas de levita, Bertoldo sin maña, ¿No sabe qué suerte le espera al traidor, Que ayer adoraste lo que quemas hoy? ¿Es culpa de España que hipócrita y vano Vayas como un ebrio de error en error, Y que prostituyas tu nombre y tu musa 394 MORALES BENÍTEZ, Otto, Gabriela Mistral. Su prosa y poesía en Colombia, Santafé de Bogotá, Convenio Andrés Bello, 2002, vol. I, pág. 283. 227 Con injurias hechas desde Nueva York? (…)395 Estos fueron algunos de los versos que Angélica, ante el asombro de todos, recitó lo que Gabriela Mistral define como “lluvia de fuego, de látigos juvenalescos”. Al regresar a Chile, Gabriela, que se había comprometido con Angélica a rectificar el error en el que había incurrido su país al utilizar para su beneficio los versos del poeta peruano, escribe una carta a la mayor de las Palma donde la anima e incentiva a que las mujeres de ambos países trabajen juntas para borrar el odio existente entre Chile y Perú. “Tenemos que trabajar las mujeres de su país y del mío, usted la primera, amiga mía, en lavar el odio de cuarenta años sobre el corazón de nuestros pueblos. El árbitro extranjero que buscamos ha de dejar resuelto el problema político de nuestras naciones, pero quedaré el problema moral, el abismo año por año, por los hombres de odio. Necesito decirle que en Chile la faena será fácil: no hay odio para el Perú, en la clase culta, y entre los intelectuales hay la más leal estimación para los valores que el Perú ha entregado a la cultura americana, para su padre, para los García Calderón, para Chocano.” Ahora añado, por mi parte, para usted: “En poco más, Angélica Palma, será tiempo de iniciar el trabajo de purificación que nos pide la América. Yo estaré pronta y usted seguramente lo estará también. Yo siento escribiendo estas palabras, la misma emoción que sentí al estrechar su mano, de que la alianza más difícil puede ser la más bella, que la retama florece sobre el tallo amargo.”396 Son muchos los artículos y cartas donde Angélica tocará el tema chileno y el rechazo que le supone todo aquello que tenga que ver con dicho país que tanto daño ha infringido al Perú. Es algo consustancial a ella y sus amistades más cercanas conocen esa aversión que la mayor de las Palma siente por todo aquello. ¿Sabe Ud que querían llevarme a Chile? (no diga “¡lagarto, lagarto!” porque yo sueño con esas paces. Pero no se alarme no quise hacer el viaje) Si yo tuviera salud y energías morales –mi pena me abate mucho- para cruzar el mar no iría a Chile sin ir al Perú, ni al Perú sin ir a Chile. En nombre de la Madre no se deben fomentar las enemistades de las hijas.397 395 “ABC en Nueva York. Contra España y Por España”, en ABC, Madrid, 24/05/ 1922, pág. 5. 396 Cfr. nota 394, pág. 284. 397 RÍOS, Blanca de los, Carta manuscrita a Angélica Palma, 10 de septiembre de 1922, Archivo General de la Nación, Colección “Angélica Palma Román”. 228 En 1925, las hermanas Palma dan por cumplido el objetivo de publicación y edición de las Tradiciones Peruanas y planean el regreso a la patria de la que han estado alejadas cuatro años. Hace meses que una Comisión encabezada por Blanca de los Ríos, a través de su revista Raza Española, y a la que se han sumado todos los amigos que reconocen el talento y el valor literario e intelectual que Angélica ha demostrado, han solicitado a S.M el Rey la concesión para Angélica de la Encomienda de la Orden Civil de Alfonso XII. Dicha concesión tiene lugar en abril de este año, justo antes de su regreso al Perú. Con motivo de la concesión de la Encomienda y del próximo retorno de la escritora a tierras peruanas, sus amigos le organizan un té de despedida en el Hotel Ritz de Madrid el miércoles 15 de abril. Las tarjetas de invitación se venden a un precio de seis pesetas en la librería de Fernando Fe, en el mismo Hotel o en la Casa Calpe, en la puerta del Sol, número 15. Blanca de los Ríos, Mercedes Gaibrois, Sofía Casanova, la viuda de Alcalá Galiano, Concha Espina, el Conde de las Navas, Eduardo Marquina, José Francés, Luis Araujo Costa, Antonio Ballesteros y Cristóbal de Castro, entre otros muchos forman parte de la comisión organizadora del homenaje a Angélica. Hace pocos días se reunían numerosas personas –la mayor parte literarias o artistas- en torno a una figura de mujer para festejar sus últimos éxitos en las letras, realzados además con una distinción oficial: la concesión de la Encomienda de Alfonso XII. Tenía este homenaje dos aspectos de bien distinto carácter. Alegre y optimista el uno, en cuanto que significaba el tributo rendido a una ilustre escritora de lengua española, nacida más allá del Atlántico, continuadora de una tradición literaria de la más fina sensibilidad y depuración casticista; triste el otro, ya que se trataba de un acto de despedida en el que toda posible alegría enmudece ante la perspectiva de un próximo alejamiento. Pero tenía, sobre todo, una significación íntima y profunda: la de una fiesta familiar, dentro del hogar solariego, en la que se reunían diversos miembros de una misma familia, a los que las circunstancias obligan a vivir alejados, pero cuyo espíritu familiar subsiste a pesar de la distancia, con la misma fuerza acogedora. Este y no otro es el significado de todo acto en el que se reúnen más de dos americanos y españoles. El sentimiento del vínculo de la sangre está tan presente en ellos que les da en seguida el más digno matiz de cordialidad y simpatía. En el caso de que hablamos el homenaje era a una mujer, y a una mujer de un temperamento literario finísimo, cuyas obras son una de las obras quizás más vivas que tenemos de lo que puede aportar de pureza y buen gusto una pluma femenina al campo –tan difícil de labrar- de la novela. Basta que consignemos su nombre para que con él vayan unidos los mejores elogios: Angélica Palma. Basta también que indiquemos su nacionalidad –la peruana- para que esto solo constituya su recomendación más solvente. El Perú es, como se sabe, una de las naciones americanas donde la labor de España ha dejado 229 huellas marcadas con mayor firmeza, y donde más íntegramente se conserva el espíritu de nuestra raza.398 En este homenaje, su amiga Blanca de los Ríos le haría entrega, en nombre de Raza Española y de todos los amigos que con sus firmas, iluminan sus páginas, de una medalla donde se puede leer: A Angélica Palma Madrid MCMXXV por la Madre Patria y por todos sus amigos “Raza Española”. La peruana española, como la bautizaron los diarios y revistas españoles ya tiene hechas las maletas, empacados cuatro años vividos en Europa. La princesa de las letras del Perú, como la apodó su amiga Blanca de los Ríos, se lleva muchas amistades, ratos compartidos en un Madrid que nacía a la República con el golpe de Estado de Primo de Rivera, que veía ampliado su radio con la construcción de una Gran Vía, que contemplaba silencioso cómo se iba convirtiendo en centro cultural para todos aquellos visitantes extranjeros que pasaban por la capital. Angélica y sus hermanas se van con el buen sabor de boca del trabajo bien hecho: la edición de las Tradiciones Peruanas. Regresan al Perú a reencontrarse con sus hermanos y sobrinos y con todos los amigos, intelectuales y no, que esperan a Angélica para que les cuente cómo ha sido su experiencia europea. Así, todavía frescas las rosas de los triunfos recientes, ha tornado a nosotros Angélica Palma, a afirmarnos con la acción, cómo en la nacionalidad se halla la fuente de suprema belleza, y cómo, también, ésta puede alcanzar los más altos galardones sin desmedro de la exquisita feminidad de su limeñismo.399 Y así esperaban en Lima, con los brazos abiertos, a quien con tanto orgullo habló del Perú allende sus fronteras e impulsó el acercamiento de dos países, enfrentados por la historia y hermanados por la lengua. 398 “Angélica Palma”, en La Época, Madrid, viernes 17 de abril de 1925, pág. 1. 399 Cfr. nota 355. 230 231 Las bohemias de su tiempo Blanca de los Ríos, Mercedes Gaibrois y Concha Espina 232 Sin duda conformaron la bohemia en la que vivió y creció intelectualmente Angélica durante sus años en Madrid: Blanca de los Ríos, Concha Espina y Mercedes Gaibrois eran las mujeres que dominaban la intelectualidad femenina española de aquellos años y fueron también las que recibieron a Angélica con los brazos abiertos a su llegada a la capital española. Formaron parte de ese grupo de mujeres que junto con María de Maeztu, Isabel O. de Palencia, Sofía Casanova, María Martínez Sierra, Carmen de Burgos, María Teresa León, Zenobia Camprubí, o instituciones como la Residencia de Señoritas o el Lyceum Club cambiaron la cara intelectual de España. Innecesario es decir que aquí, como en todas partes, nunca han faltado mujeres que, sobreponiéndose al atraso de la época y a la hostilidad del medio, han hecho valer sus excepcionales condiciones.400 En la década del 20, en España, se dio cita un conjunto de mujeres que brillaron intelectualmente y motivaron muchos de los cambios que con respecto a ellas se produjeron en esos momentos. …, hay en el femenino dos bandos: derechas e izquierdas. Las derechas, más numerosas, formadas por las clases aristocráticas y conservadoras, manifiestan su actividad en organizaciones catequistas, talleres de costura, comedores de caridad, catecismos, asilos y otras instituciones benéficas, generalmente administradas por hermanas de caridad y bajo la superior vigilancia de sacerdotes, tan respetados y preponderantes socialmente que en las esquelas mortuorias es corriente ver el nombre del director espiritual antes de los padres, viuda, hijos del difunto. Las izquierdas, incipientes, algo heterogéneas y con más futuro que presente, están compuestas por diversos sindicatos de empleadas, obreras y criados, que es el temible. (¡Guárdese inviolable secreto a las domésticas!) La manifestación verdaderamente seria y hermosa de la tendencia renovadora la constituyen el Instituto-Escuela y las dos residencias de señoritas estudiantes, una para extranjeras, a cargo de Miss Foster, profesora norte-americana y la otra para alumnas de lengua española, dirigida por María de Maeztu.401 Esta es la realidad que encuentra Angélica cuando llega a nuestro país y en la que participa de forma activa pues uno de los lugares a los que más concurre en su primer viaje es la Residencia de Señoritas que, dirigida por María de Maeztu, se plantea, “en una calle nueva y ancha, próxima a la Castellana, como una posibilidad para el rejuvenecimiento de España por las nuevas corrientes de la educación y de la influencia femenina”. 400 MARIANELA (seud. de Angélica Palma), “De la capital castiza”, en Variedades, Lima, 7 de abril de 1923. 401 Id. 233 María de Maeztu, pedagoga vasca, había fundado en 1915 la Residencia Internacional de Señoritas, espejo de la Residencia de Estudiantes que había nacido apadrinada por la ideología de la Institución Libre de Enseñanza. En 1926, fundaría el Lyceum Club, criticado por hombres y mujeres, se conformaba como una alternativa de lugar de reunión para aquellas mujeres que querían tener un espacio propio. Se crea a imitación de otros Lyceums, existentes en Europa y sus socias son, en su mayoría, las residentes de la Residencia de Señoritas. Nace con María de Maeztu como Directora, S.M la Reina Victoria ejerce una presidencia de honor al igual que la Duquesa de Alba. Victoria de Kent e Isabel Oyarzábal de Palencia como vicepresidentes y Zenobia Camprubí, como secretaria. Parece que al principio creyó el público que Lyceum sería solo el amable recinto donde, cuando el gusto se lo pidiese, encontrarían las socias asientos mullidos, pastas y bombones para golosear, libros y revistas al alcance de la mano, el grato calorcillo de los radiadores eléctricos en invierno, el ambiente refrescado por los ventiladores cuando el calor molestase… Lyceum entró en la vida organizando exposiciones de pinturas, de batik, ciclos de conferencias con el concurso de reputadísimos intelectuales españoles, trabajando por la cultura con el alegre cariño que su emotividad ingénita, y también las ilusiones de lo nuevo, ponen en todo empeño de mujer. 402 Lo mismo ocurría en Perú tal y como hemos visto. Las mujeres orquestadas por María Alvarado o una joven Zoila Aurora Cáceres, salían por primera vez a la calle a reclamar los derechos que les estaban negando. La sociedad Entre Nous, Sociedad creada por Paquita Benavides, abría sus puertas a las mujeres y acogía todas las iniciativas llevadas a cabo por estas, entre otras, las dedicadas a la infancia. Lyceum y Entre Nous estaban en la misma línea de acción. España y Perú vivían momentos similares y una peruana de excepción, Angélica, dejaba constancia de ellos a través de su pluma ágil y las amistades que trabó o la participación activa en muchas de las sociedades que se crearon en torno a las mujeres. El Lyceum estuvo catalogado por todo ese sector conservador, incluso del bando femenino de “derechas” que llamaba Angélica, como de una amenaza para el hogar ya que muchos hombres y mujeres veían cómo las asistentes a las actividades del Club, abandonaban sus hogares buscando ratos de recreación personal. Las que acudían a sus salones confiaban en que la educación y la cultura podían resolver los problemas sociales existentes. Muchas de las asistentes y pertenecientes al club eran apodadas como “las maridas” por ser esposas de intelectuales reconocidos en la escena cultural pero que no teniendo su espacio, se crearon el suyo. 402 PALMA, Angélica, “La mujer en acción. Lyceum”, en Variedades, Lima, 7 de mayo de 1927. 234 La Dictadura de Primo de Rivera facilitó la existencia del Lyceum y lo que este promovía: la incorporación y la presencia, cada vez mayor, de mujeres en la vida pública. Miguel Primo de Rivera fue el primero en conceder a la mujer quince puestos en la Asamblea Nacional y en facilitar puestos de trabajo a mujeres dentro de los Ayuntamientos. Tanto Blanca de los Ríos como María de Maeztu obtendrían bajo la dictadura, puestos oficiales y Clara Campoamor, Victoria Kent y Margarita Nelken serían representantes políticas de los diferentes partidos a los que representaban, esto es, partido radical, izquierda republicana y socialismo respectivamente. Las mujeres han tomado los libros y quizás ese fue el acierto y error, al mismo tiempo, más grave que pudo cometer el hombre. Al permitirle el acceso a la lectura, la mujer ha podido aproximarse a la ley, por lo tanto, ha sido capaz de entender todo lo que la ley le estaba negando y por consiguiente, exigirlo. Angélica llega a nuestro país arropada por Blanca de los Ríos, de quien desde que la conociera en casa de Emilia Pardo Bazán en 1892, ha mantenido muy gratos recuerdos. Dentro de mi juventud se han quedado algunos nombres de mujer: María de Maeztu, María Goyri, María Martínez Sierra, María Baeza, Zenobia Camprubí… y hasta una delgadísima pavesa inteligente, sentada en su salón: Doña Blanca de los Ríos. Y otra veterana de la novelística: Concha Espina. Y más a lo lejos, casi fundida en los primeros recuerdos, el ancho rostro de vivaces ojillos arrugados de la Condesa de Pardo Bazán…¡Mujeres de España! Creo que se movían por Madrid sin mucha conexión, sin formar un frente de batalla, salvo algunos lances femeninos, casi siempre tomados a honra por los imprudentes. Ya había nacido la Residencia de Señoritas, dirigida por María de Maeztu, e inaugurado el instituto-Escuela sus clases mixtas, hasta poner los pelos de punta a los reaccionarios mojigatos. Pero las mujeres no encontraron un centro de unión hasta que apareció el Lyceum Club.403 De ella, Angélica rescata “su clarividencia para vislumbrar la necesidad y la conveniencia de la aproximación ibero-americana, y la creación, paladín de ese ideal, vocero de la formación del bloque espiritual hispano, de la hermosa revista, literaria y artística, Raza Española”404. Fue su amiga y confidente, su punto de apoyo, su madrina, la que la recibió en un Madrid que había cambiado mucho desde que Angélica fuese con su padre y su hermano en 1892. También le dio la oportunidad de entrar en muchos hogares españoles a través de las colaboraciones que publicaba en las páginas de su revista. 403 LEÓN, María Teresa, Memoria de la melancolía, edición, introducción y notas de Gregorio Torres Nebrera, Madrid, Castalia, [1999], págs. 513- 514. (Clásicos Castalia; 245). 404 Cfr. nota 401 235 Cuando se enteró de mi llegada a Madrid doña Blanca de los Ríos, con quien sostenía amistosa correspondencia epistolar y en cuya revista Raza Española colaboraba desde Lima, me ofreció próxima visita.405 En la mencionada revista, doña Blanca quería dar cabida a todo lo que culturalmente aconteciese en América. Creía en aquello de que la cultura acerca a los pueblos y por eso no permitió que la política entrase en las páginas de Raza Española. Revista de España y América, “hija mimada de su intelecto, y que, como tal hija mimada, significa, al par de satisfacciones inefables, abundancia de preocupaciones y sacrificios”. Sus colaboradores, escritores en su mayoría, acercaban las realidades culturales del continente americano a España, se hermanaban cultural y espiritualmente hablando. Los americanos que por aquí vienen saben que su nacionalidad les basta para ser cordialmente acogidos en el hogar nobilísimo de la gloriosa escritora.406 Angélica llegó a publicar para Raza Española una serie de más de veinte trabajos entre críticas literarias o artísticas, vivencias personales, cuentos o incluso semblanzas, también fueron publicados los discursos que concediera en las diversas tribunas a las que accedió, como es el caso del ofrecido en el homenaje a Santa Teresa de Jesús. Esta revista era un intento más por parte de esta intelectualidad a la que se sumaba Angélica con sus colaboraciones de aunar Portugal y España y toda América bajo una misma raza, puesto que compartían una misma lengua. Doña Blanca mantuvo una tertulia los miércoles en su casa de la calle Goya, cerca de donde tenía su residencia la también escritora Concha Espina. Quiso ser la continuadora de las tertulias que la Condesa de Pardo Bazán organizase en otras épocas, en otro Madrid, muy distinto del que recibe ahora a las hermanas Palma. Admirada y querida, Blanca de los Ríos, recibe frecuentes homenajes que solo recuerda para agradecerlos; ignora las pequeñeces de la vanidad porque es de la más alta aristocracia moral; como todos los humanos, puede haber cometido errores; mezquindades nunca, y es preciso que sea su talento muy grande para que, al sintetizar una opinión sobre esta mujer de bondad selecta, no se imponga el decir que es toda corazón.407 Fue una de las impulsoras de la concesión de la Encomienda de Alfonso XII a Angélica en 1925 y del posterior homenaje, mantuvo correspondencia con ella durante más 405 PALMA, Angélica, “Mujeres de España. Doña Blanca de los Ríos y Sofía Casanova (Apuntes)”, en Variedades, 27 de marzo de 1926. 406 Cfr. nota 401 407 Cfr. nota 405 236 de diez años y sin duda, lloró y lamentó el fallecimiento de una escritora que tanto había hecho por aproximar dos países y borrar las heridas de una historia común. …situada en el trozo final de la calle de Goya, ancho y arbolado y aun con pocas construcciones, y que, en las tardes de corrida invade la muchedumbre bulliciosa de concurrentes a la plaza de toros. Fuera de estos ratos de agitación efímera, el barrio apartado del centro de la población, pero unido a él por el metro y diversas líneas de tranvía es sosegado, semi campestre, y, sin duda por estos motivos, grato a los intelectuales. En la misma casa habitada por Concha Espina viven el conocidísimo literato José Francés y un novelista de iniciación todavía reciente, Antonio Porras. Ricardo León ocupó uno de los pisos hasta hace pocos años.408 Concha Espina, la escritora cántabra, es otra de las concurrentes a las tertulias en casa de doña Blanca, su firma es asidua en los diarios y su nombre respetado en el panorama intelectual y cultural no solo nacional. Es otra de las grandes amigas de Angélica con la que compartirán las hermanas Palma en Madrid numerosas tardes y mantendrán una extensa correspondencia, intercambiarán libros, comentarios y críticas. Señorita Angélica Palma Muy querida amiga: Siempre he recibido tus noticias con especial interés, y con el mayor gusto he leído tus amenísimas crónicas y esta última de la Revista Limeña que tan cariñosamente me dedicas, me parece la más hermosa al recrearme leyéndola, recuerdo los más salientes episodios de nuestra amistad que será eterna al igual que nuestro cariño. No te extrañe que mis cartas no sean más frecuentes y extensas, yo tendría en poder de hacerlo así uno de mis mayores gustos pero siempre con más compromisos y ocupaciones e las que puedo atender, me falta el tiempo para todo y ni siquiera puedo descansar unos días en este rincón encantador de Luzmela, a pesar de necesitarlo tanto. En este correo te mando mi último libro “Altar Mayor” apenas ha salido a la venta y ya la crítica es en extremo satisfactoria. Los asturianos tienen un entusiasmo imponderable; mucho me alegraré de que te guste también a ti. Mercedes y Fina escribirán a tus hermanas, a las que yo envío un cariñoso abrazo, con otro muy fuerte para ti de tu amiga y compañera invariable. Concha.409 408 PALMA, Angélica, “Mujeres de España. Concha Espina. (Apuntes)”, en Variedades, 29 de mayo de 1926. 409 ESPINA, Concha, Carta a Angélica Palma, 1 de agosto de 1926, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación. Lima, Perú. 237 Estas mujeres, intelectuales todas ellas, mantienen la costumbre de recibir en sus casas, de enviar tarjetas de invitación para saraos o reuniones que tendrán lugar en la tarde o en la noche. Son las que concurren a los tés que organizan en el Ritz o en el Palace como homenaje a los intelectuales extranjeros que pasan por la capital. Forman parte de la sal de un Madrid con aires nuevos. Viene nuestra amiga con su carabina alemana; (…) nos damos un paseo por el Retiro (…); luego nos asomamos un momento al salón de los Amigos de Arte, donde hay una exposición muy bonita de no sé qué cosa, y de allí al Ritz… - Al Ritz a bailar con cualquier desconocido- - ¡Ojalá! A bailar con los mismos pollos “bien” de siempre; los desconocidos no se nos atreven. (…) Entre tanto, pasaba su tiempo viajando en el verano, y en el invierno frecuentando las iglesias en las últimas horas de la mañana, los paseos por las tardes, y alternando sus veladas entre los bailes, el Real y el Español; rompió un par de guantes aplaudiendo la entrada de Alfonso XII en Madrid.410 El Madrid de estos años es una ciudad donde la cultura está en todas partes. Las personas que pertenecen a ese sector aristocrático de la sociedad o incluso, a esa clase media que se mueve entre la alta y la baja, se reúnen en diferentes lugares. La cartelera de óperas, teatros y demás saraos culturales está siempre al alcance de la mano de todo el mundo, mucho más de aquellas señoritas que esperan conseguir algún buen mozo al que convencer para casarse. A pesar de los libros, de las fotografías con firmas ilustres de los papeles, plumas y tinteros, la casa de Concha Espina antes que de la literata habla de la mujer; del hogar; se oyen risas de muchachos, discusiones sobre temas de repostería, hay caras bonitas e idílico perfume de azahares. La señora es hermosa y su mansión hospitalaria; gentes de todas condiciones la frecuentan, atraídas por la fama, retenidas por la expresión amable. Muchas de mis más simpáticas horas madrileñas están vinculadas al recuerdo cariñoso de Concha Espina: fiestas en su casa y en las de amigos de ambas, actuaciones literarias, tardes de teatro, mañanas invernales en el Retiro cuando el sol brilla en lo alto del azul sin nubes, y el aire sutil hiere en el rostro, y se hiela en la superficie de las lagunas y en los charcos del suelo, 410 Cfr. nota 148, págs. 142 y 148 respectivamente. 238 y los niños, las mujeres y los poetas ofrendan flores a la figura en piedra del patriarca de los Episodios Nacionales.411 Todas ellas, tanto Blanca como Concha y Mercedes son hijas de la corriente impulsada por Marcelino Menéndez Pelayo, historicista y un tanto romántica que buscaba rescatar a los héroes literarios (Thomas Carlyle) que habían formado parte de la historia de España. Quizás fue la última, Mercedes Gaibrois, casada con Antonio Ballesteros la que dedicó todos sus esfuerzos a la historia y al rescate de la misma. En todos los discípulos de Menéndez Pelayo se trasluce esa preocupación por la identidad española. La trayectoria de Mercedes Gaibrois se caracterizó por la búsqueda exhaustiva en archivos y bibliotecas para la construcción de las grandes obras históricas por las que hoy es recordada: Sancho IV de Castilla, en tres tomos o el estudio sobre la española María de Molina la llevaron a entrar como miembro de número en la Real Academia de la Historia, en 1932. Nacida en París y con un educación que le favoreció en gran medida el poderse dedicar al estudio de los libros, fundó una revista llamada Colombia Ilustrada. Junto a su esposo Antonio Ballesteros comienzan la ardua labor de desempolvar viejos archivos y legajos olvidados en bibliotecas. Seguidores del historiador Heinrich Finke, el matrimonio Ballesteros Gaibrois viaja a Friburg donde el historiador alemán ha puesto a su disposición los fondos de la Biblioteca de la Universidad donde él dicta. Dejaré el tema para que no me llaméis germanófoba: en realidad no lo soy, y admiro lo que tienen de admirable los alemanes. Aquí por ejemplo tienen una soberbia universidad, con un célebre seminario de historia medieval que el sabio profesor Finke ha puesto a nuestra disposición, y donde trabajamos todas las mañanas.412 Con Angélica mantuvo una relación cercana que la llevó a compartir sus inquietudes familiares y personales, sus preocupaciones de madre y sus aspiraciones como escritora. ¡Por supuesto las pruebas de mi pobre Sancho IV siguen en el fondo del baúl! Te aseguro que al lado de los hijos de nuestro amor, los hijos del infierno se quedan muy en segundo término. Ahora ya recuperada la tranquilidad, dedicamos las mañanas al archivo (que ya conocíamos) de esta interesante catedral, pasando así horas agradables revolviendo los pergaminos que cuentan tantas cosas iguales a las de nuestros días; por las tardes voy poniendo en orden las notas para el trabajito que debo mandar el primero de octubre con destino al homenaje a Finke, versará sobre un dominico muy perseguido por los Papas, y veo 411 Cfr. nota 409 412 GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta a Angélica Palma, 12 de agosto de 1923, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 239 que el pobre Fr. Munio sigue teniendo mala sombra con la biografía que le toca en suerte, y que, sabe Dios, si todavía llegará a ver la luz este estudio, que como el ratón de los montes preparo hace un año.413 Rafael Altamira había sido uno de los impulsores del desarrollo de la investigación en América como respuesta para incrementar la política exterior española y la figura del historiador alemán, considerado padre de la historia científica, Leopold Von Ranke, el que guió los pasos de todas ellas al entender que la historia había que depurarla de subjetividades y de ideologías. Para ello era necesaria la búsqueda de los documentos originales de ahí que justamente los hispanoamericanistas surgidos a partir de la segunda mitad del siglo XIX entre las que se cuentan nuestras protagonistas, centrasen su atención en trabajos históricos y empleasen horas en archivos y bibliotecas buscando a los verdaderos héroes nacionales que los vinculaban a una historia en América. Lo mismo hace otra escritora peruana, Rosa Arciniega, quien tuvo también como premisas las líneas para la investigación histórica marcadas por Ranke y en el siglo XX publica tres libros donde rescata la figuras de don Pedro de Valdivia, conquistador de Chile; Gonzalo Pizarro, Lope de Aguirre y la del conquistador de Perú, Francisco Pizarro. Como cuatro mosqueteras, Blanca de los Ríos, Concha Espina, Mercedes Gaibrois y Angélica mantuvieron ese lazo que trascendía la geografía y el espacio físico. Fueron cuatro mujeres que ligaron sus vidas por el vínculo de la letra y la creencia de que la literatura borraba fronteras. Compartieron sus vivencias, circunstancias, historias personales y fueron modelo para las generaciones siguientes. 413.____________, Carta a Angélica Palma, 26 de agosto de 1924, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 240 241 Entre la ficción y la realidad Flor de Academias y Coloniaje romántico Flor de academias se llama el manuscrito de las 21 veladas, inédito por espacio de casi dos centurias y publicado en edición oficial, el año 1899, por el director de la Biblioteca de Lima, don Ricardo Palma, autor del prólogo y de los juicios sintéticos que lleva la obra.414 414 PALMA, Angélica, “Lima literaria”, en HOMENAJE del Ministerio de Justicia e Instrucción Pública a la memoria de la distinguida escritora peruana señorita Angélica Palma, Buenos Aires, Talleres Gráficos de la Penitenciaria Nacional, 1935, pág. 109. 242 En 1899 salía publicado en Lima por la Oficina Tipográfica de El Tiempo la edición a cargo de Ricardo Palma de la recopilación realizada por Diego Rodríguez de Guzmán, de las veladas que acogió la Academia instaurada por Manuel de Oms de Sant Pau olim Sentmenat y de Lanuza o, como más frecuentemente se le conoce, por el Marqués de Castell-dos-Rius. Esta obra apareció bajo el título de Flor de Academias y Diente del Parnaso pues reunía la obra que bajo este nombre escribió el poeta Juan del Valle Caviedes junto con unas poesías sueltas “teniendo a la vista un manuscrito que perteneció a la librería Zegarra”415: Adquiridos por el Gobierno del Perú, en 1898, para enriquecimiento de la Biblioteca Nacional, los manuscritos y obras impresas que formaban la librería personas del doctor don Félix Cipriano Coronel Zegarra, miembro correspondiente de la Academia Española (…), pidióme el ministerio de Justicia que informase sobre aquellos manuscritos que, según mi modesto criterio, estimase dignos de no permanecer inéditos. Resultado de mi informa es la publicación del presente libro… 416 La figura del Marqués de Castell-dos-Rius bien pudiera parecer inventada o sacada de alguna tradición oral, lejos de esto fue nada más y nada menos que el primer catalán que llegó a ostentar cargo de Virrey en las colonias que España tenía en Hispanoamérica. Fueron otras épocas y sin duda se respiraban otros aires que quizás, viéndolos hoy, encierren mayores motivos novelables que los que ofrece la propia realidad. La trama histórica y por lo tanto real, se mezcla con la literatura en el momento en que un encargado público de la Corona Española, inaugura una Academia Literaria en el Nuevo Mundo. Auspiciadas por tanto por un “delegado” del Rey español, tienen lugar semanalmente las veladas literarias en el Palacio de Lima durante los años 1709 y 1710, años que fueron el inicio de una práctica que continuaría ejercitándose de diferentes formas en los años sucesivos. Don Manuel de Omms de Santa Pau, antes de Sentmanat y de Lanuza, marqués de Castell- dos- Rius y virrey del Perú, fue el creador de las tertulias literarias que en la noche del lunes, se celebraron en Palacio, desde el 23 de setiembre de 1709 hasta el 24 de marzo de 1710. La muerte del Virrey, acaecida treinta días después, puso término a las amenas veladas, y así lo declararon los consocios en el acta fúnebre de la junta que, para honrar a su ilustre compañero, celebraron el 15 de mayo....417 415 RODRÍGUEZ DE GUZMÁN, Diego (rec), Flor de Academias y Diente del Parnaso, edición de Ricardo Palma, Lima, Oficina tipográfica de El Tiempo por L. H. Jiménez, 1899, pág. 335 416Id., pág.III. 417Id., pág.XVI. 243 Nuestra ausencia en la hacienda, con pocas e inciertas noticias de Lima, nos ha impedido conocer los progresos del mal que minaba la salud de nuestro muy ilustre y venerado virrey; aquella velada literaria a la que asistimos en vísperas del viaje fue la postrera que se celebró en Palacio; ya al lunes siguiente no pude su Excelencia abandonar el lecho y pese a las drogas y sangrías de los físicos y a los cuidados de los familiares, la enfermedad que atormentaba los días del virrey siguió avanzando inexorablemente hasta acabar con él en la mañana de hoy. Coloniaje romántico, págs.97-98. Angélica, veintidós años después de la aparición de la mencionada edición utiliza los motivos que le brinda la historia del virrey y en 1921 presenta al Concurso Literario Internacional de Buenos Aires la novela Coloniaje romántico. Novela de evocación histórica, alzándose con el primer premio. DE LIMA: 136 12 BLCIAL +OBTUVISTE PRIMER PREMIO COMPANIA PUENTE. FELICITACIÓN+CLEMENTE418 En 1923, aprovechando su estadía en España, comienza las negociaciones con la Editorial Cervantes de Barcelona, fundada en 1916 en Valencia por Vicente Clavel Andrés, periodista y editor que defendió el valor de la lectura y la necesidad de fomentar, entre la sociedad española, el interés por los libros. Vicente Clavel había trasladado en 1920 su editorial a la ciudad condal desde donde seguía ejerciendo esa labor en pro de la lectura que tanto le caracterizó. Angélica a través de su gran amigo Fernando Maristany419, hace llegar su novela a Vicente Clavel, manifestando su interés en publicarla. Esta editorial también dará cobijo a la obra de una compatriota y amiga de Angélica: Amalia Puga de la que la editorial publicará una antología de poesías en la colección Las mejores Poesías (Líricas) de los mejores poetas, fundada y dirigida por el propio Maristany. Por la correspondencia mantenida podemos seguir todas las negociaciones que Angélica tuvo con la misma y con el propio Sr. Clavel quien cumplidamente informaba de todos los aspectos que conllevaba el realizar la publicación de su novela y la realidad de que casi no se obtuvieran beneficios de la misma. Finalmente la Editorial la publicaría en 1923 y 418 Telegrama enviado desde Lima a España por su hermano, Clemente Palma, felicitándole por el primer premio obtenido en el Concurso Internacional de Buenos Aires. Perteneciente a la correspondencia particular de Angélica. 419 Fernando Maristany, poeta postmodernista catalán es conocido por ser antólogo, traductor e impulsor de colecciones de poesía extranjera. Colaboró en revistas como Alfar o España e incluso llegó a compartir páginas con Angélica en la revista Prisma. Publicó algunos de sus libros con la editorial Cervantes de la que fue director artístico desde sus orígenes en Valencia. En el azul…rimas, precedidos de un prefacio de Teixeira de Pascoaes, Valencia, Editorial Cervantes, 1919. 244 por indicación de Angélica en la Selección de Novelas Breves; le entregaría a la autora veinticinco ejemplares para su libre disposición. La misma editorial repartió ejemplares en diferentes medios de prensa para anunciar la publicación de la misma y hacerla coincidir con el eco que en las páginas de diferentes diarios españoles estaba teniendo la presencia de Angélica en España, la actividad que ésta estaba desempeñando en los ambientes intelectuales y la próxima publicación por parte de la casa Calpe de una nueva edición de las Tradiciones peruanas. Fueron muchos los periódicos que reprodujeron el suelto bibliográfico que la propia Editorial facilitó a los medios y en algunos casos, el suelto se convirtió en una reseña literaria de la escritora peruana. La novela reunía los requisitos indispensables para entrar a formar parte del catálogo de la editorial que tenía definidas sus prioridades y necesidades: el mercado del libro no estaba pasando por un buen momento por lo que necesitaban obras nuevas que actuasen de reclamo entre el público femenino. Coloniaje romántico les ofrecía amor, lujo, palacios y desengaños y un nombre que tenía firma en la prensa española: Angélica Palma. Como tantas otras novelas, la novela de Angélica quedó en el olvido sin que en ninguna reseña o mención que se hiciera de la misma en la prensa, se trazara un paralelismo entre la obra de su padre y la suya420. Nadie asoció estas obras que no sólo están unidas por el parentesco de sus autores sino que trasciende en ellas algo más que una evocaciónhistórica: la primera por ser la constatación de un hecho que hermana a dos continentes en su historia y sitúa, confirmando las referencias que se pudieran tener, la fundación de una Academia literaria a principios del s. XVIII en la Lima virreinal. La segunda por tener como telón de fondo y escenario esa Lima aún dependiente de España y por contar o novelar una anécdota que podría o no haber ocurrido en una de esas veladas que tuvieron lugar en el palacio del virrey. ...el país es bueno y el temple favorable menos los temblores de tierra que atribulan bastantemente quando suceden...421 420 Ejemplo de esto es la crítica que con motivo de la edición hecha por la Editorial Cervantes se le hace en un diario español: “Coloniaje Romántico es una deliciosa evocación de la vida colonial en el Perú. La novela está basada en un asunto que interesa al lector desde el primer momento y cuyo desenlace le atrae extraordinariamente...” 421 Carta escrita por el Virrey a su hijo Antonio en ella pondera todo lo bueno que encierra el país que tan solo se ve oscurecido por los temblores de tierra que de vez en cuando asolan esas tierras. Citado por SALA I VILA, Núria, “Una corona bien vale un virreinato: El marqués de Castelldosrius, primer virrey borbónico del Perú (1707- 1710)”, en MORENO CEBRIÁN, Alfredo- SALA I VILA, Núria, El “premio” de ser virrey. Los intereses públicos y privados del gobierno virreinal en el Perú de Felipe V..., pág. 141. 245 Manuel de Oms de Sant Pau olim Sentmenat y de Lanuza, Marqués de Castelldosrius llegó a Lima con cargo de virrey el año de 1707. Era el primer virrey del Perú nombrado por Felipe V y por lo tanto con él se introducía la política borbónica en el Nuevo Mundo. El nuevo virrey venía de una familia nobiliaria catalana, había estudiado Filosofía en la Universidad de Barcelona llegando a doctorarse y había continuado la carrera militar tomando la decisión de defender los intereses franceses. Ostentó los títulos de Virrey, Capitán General del Perú y de Presidente de la Audiencia de Lima. …señor don Manuel Oms de Santa Pau, de Sentmanat y de Lanuza, marqués de Castell-dos- Rius, el mismo perfecto caballero que, según el severo y descontentadizo duque de Saint Simon, mereció, como embajador en Francia, ser tratado por Luis XIV, “avec grande distinction et beaucoup de familiarité, parce que c´étoit un très bon, honête et galan homme, a qui la tête ne tourna ni ne manqua dans cette conjoncture si extraordinaire et si brillant, poli et consideré et que se fit aimer et estimer de tout le monde”.422 La corte que acompañaba a los virreyes estaba formada por un gran número de personas entre los que se contaban familiares y amigos que, en la mayoría de los casos, intentaban conseguir un cargo político y el poder del que carecían en la Península. Al seguir al virrey pretendían la obtención de un estatus, de una situación social que les permitiera ganarse un espacio entre las clases altas y sobre todo, por el que fuesen respetados en sociedad. Los propios Virreyes, y el caso del Marqués de Castell- dos- Rius no es diferente, buscaban en el ejercicio de su virreinato, una forma de beneficiarse económica y socialmente, de asegurarse un patrimonio para ellos y para sus hijos que les permitiera ciertas comodidades y desahogos a su regreso; además, claro está, de estrechar lazos, incluso de sangre por medio de matrimonios, con clases sociales superiores. La defensa manifiesta que el Virrey hizo de los intereses franceses no se vio mermada durante su virreinato. Ese apoyo que prestó a Luis XIV quedó patente por la inclusión de gran número de franceses dentro de la corte que, junto a españoles e italianos formaban parte de su séquito. Su inclinación por la cultura y el ambiente intelectual francés con sus respetadas Academias y el apoyo a todo lo que se vinculase de alguna u otra forma con el arte, le llevó a crear al igual que se estaba haciendo en Europa, una Academia Literaria. 422 Cfr. nota 82, págs. 47- 48. “Con gran distinción y mucha familiaridad, porque era un hombre muy bueno, honesto y galante a quien no le faltó cabeza en esta coyuntura tan extraordinaria y tan brillante, educado y considerado y que se hizo amar y estimar por todo el mundo”. 246 A la casona que tuvo como su primer señor al fundador de los Reyes, Francisco Pizarro, heroico guerrero, y marqués indocto, un marqués letrado el de Castell- dos- Ríus, la convirtió en academia la cual, por cierto, tuvo corta duración, pues a los seis meses de establecerla falleció el viejo, bondadoso y culterano virrey (1710).423 El Virrey pretendió por un lado trasplantar el modelo europeo y con ello proporcionar cierto aire cosmopolita para lo cual tomó la tradición tanto de la République des lettres francesa como de la Academia dels Desconfiats catalana424. Ambas eran modelos de la comunicación creada entre los hombres de letras y surgieron en el momento en que tanto escritores como lectores tuvieron conciencia de ser parte de una sociedad intelectual abierta al diálogo y a la confrontación de opiniones.Impuso ciertos gustos musicales y para ello tomó los aires que soplaban en la Académie Royale de Musique, creada por el propio Luis XIV. Ya fuera de una u otra academia, el virrey tenía modelos más que suficientes de los que copiar y tomar nota. La importancia de la academia limeña radica más que nada en que estaba dirigida y auspiciada desde el poder. Con la instauración de la Academia literaria, dotaba a la ciudad de Lima de esa “ciudad letrada” que según explica Ángel Rama, “hubo en el centro de toda ciudad”, “que componía el anillo protector del poder y el ejecutor de sus órdenes: una pléyade de religiosos, administradores, educadores, profesionales, escritores y múltiples servidores intelectuales, todos esos que manejaban la pluma,” y que “estaban estrechamente asociados a las funciones del poder”425. La institucionalización de esa comunidad erudita, circunscrita geográficamente dentro de unos límites físicos, significaba la legitimación de ese lugar en el mapa letrado a la par que la consolidación de un poder como grupo, al margen del cargo que individualmente ostentase cada uno de los miembros pertenecientes a esa élite letrada. El tradicionista recogió el manuscrito, códice que hasta ahora se conservaba inédito, y del cual sólo era conocida la existencia de otra copia, en la librería personal del erudito académico español don Pascual de Gayangos426 . Don Ricardo, bibliófilo y estudioso de las letras de su país consideró oportuno preparar una edición y así lo hizo. Buscó los nombres de los 423 Cfr. nota 414, pág. 109. 424“La Academia del Desconfiats actuó de aglutinador de un sector importante de la nobleza y la burguesía en ascenso. Fundada en 1700, se mantuvo activa hasta 1703; las sesiones tuvieron lugar en el Palau Dalmares, bajo la advocación de la Virgen de Montserrat, sus actividades fueron a la vez literarias y musicales. Elitista, estuvo integrada por aristócratas urbanos, eclesiásticos y nobles”, en SALA I VILA, Nuria “La escenificación del poder: el Marqués de Castelldosrius, primer virrey Borbón del Perú (1707- 1710)”, en Anuario de Estudios Americanos. Dossier: Los Andes en el siglo XVIII, Sevilla, Consejo de Investigaciones Científicas- Escuela de Estudios hispano- Americanos, 2004, enero-junio, nº 61/1, pág. 58. 425 Cfr. nota 17, p. 57. (Colección Alameda). 426 Cfr. nota 416, pág. XV. 247 participantes de dichas veladas y trazó un perfil biográfico de los mismos, gracias a los cuales tenemos hoy constancia de algunos de los españoles que cruzaron al otro lado del atlántico. Su principal fuente de información fue el prólogo realizado por el propio Diego Rodríguez de Guzmán, Capitán de infantería española del tercio de presidio del Callao, Guarda Mayor de la Real Casa de Moneda de Lima y Custodio de la Academia. A partir de ahí realizó las búsquedas pertinentes en su Biblioteca vertiendo algunos juicios críticos, producto de la lectura que con ojo académico realizara de las veladas y de las composiciones presentadas en estas. Don Ricardo realiza a fines del siglo XIX, una edición tal y como hoy podemos entenderla; en ella se constata el esfuerzo realizado por dar respuesta a algunas incógnitas o informaciones vertidas en la Academia virreinal. La publicación de las Actas que se levantaron en el momento en que se produjeron esas reuniones literarias, confirman y materializan un hecho que tuvo lugar de forma oral, nunca por escrito y que el compilador, Diego Rodríguez de Guzmán, recogió para dar testimonio e inmortalizar. Tanto el prólogo elaborado por el tradicionista como el escrito por el compilador sirven de presentación de los personajes y sitúan al lector en el espacio y en el tiempo ofreciéndole el escenario y trasladándole al ambiente respirado a comienzos del XVIII. Toca a la juventud hacer algo para evitar que la tradición se pierda completamente. Por eso, en ella se fija de preferencia nuestra atención y para atraer la del pueblo, creemos útil adornar con las galas del romance toda narración histórica.427 El abuelito de Miraflores facilitaba el camino de quien viniera detrás: en este caso fue su hija Angélica que en 1923 ve publicada su novela Coloniaje romántico. Novela de evocación histórica con la que intenta que la tradición y la historia de su ciudad no se pierdan en la memoria y queden olvidadas en los anaqueles de viejas bibliotecas. Rescata del olvido, al igual que su padre hiciera con el libro de Diego Rodríguez de Guzmán, el tomo editado por su padre para construir una suerte de novela palaciega con aires de romanticismo francés pero ambientada en los salones cortesanos de una Lima virreinal que bajo el poder español, pudo vivir los corrillos y los saraos propios de la vida cortesana a imitación de lo que sucedía en Europa. Tras la experiencia de sus anteriores novelas, Vencida. Ensayo de una novela de costumbres y Por senda propia, publicadas ambas en 1921, Angélica se atreve con una novelita histórica a la que no le falta ningún elemento: un Palacio, un Virrey, nobles, damas y amor. El lujo de la corte y el posible misterio que pueden encerrar las reuniones nocturnas que se celebran a puerta cerrada tras las rejas del Palacio, aderezado todo ello con los cambios que 427Declaración de principios que Palma publica en 1860 junto a la tradición Un Virrey y un Arzobispo. 248 las mujeres están reivindicando a comienzos del siglo XX en cuanto a sus derechos, se conjugan para contar un episodio más de la vida intelectual limeña. Angélica tiene cuarenta y tres años cuando escribe esta novela; su nombre, asociado siempre a la figura de su padre, empieza ya a ser conocido y a ocupar las páginas de la prensa a uno y a otro lado del océano. El costumbrismo y naturalismo que se desprenden de las novelas de escritores españoles tan leídos por ella como Galdós, Emilia Pardo Bazán, Clarín, Pereda o Palacio Valdés le ofrecen el modelo narrativo para trasladar al lector a través de sus palabras a un escenario concreto donde mezcla personajes históricos con personajes de ficción poniendo de manifiesto el manejo de la información que posee así como el rigor histórico con que quiere dotar a su ficción. Todas estas lecturas, los ambientes que frecuenta y la pasión que desde niña le inculcaran sus padres por la literatura y la historia, confluyen en una excelente prosa donde la ficción se mezcla con la realidad. El propio poeta barranquino José María Eguren escribirá a Angélica el 20 de agosto de 1923, comentándole desde el cariño y el afecto que le profesa, lo que le ha sugerido la lectura de su novela: De su novela “Coloniaje Romántico” le diré que es una evocación encantadora y tan verdadera que afirmaría que en la realidad se va realizando acción igual con los mismos personajes. El final de Mathías de Anglés es triste: pero seguramente ha sucedido. Y la desolación de los días en la haciendo y la resignación: todo es verdadero. Su novela es corta, llegará a la extensión de la “Sonata de Invierno” (…) Los versos de Caviedes muy bien traídos: un acierto: pero yo habría preferido los de Marianela límpidos y nuevos y que le superarían en donaire antiguo y en la belleza de esos años.428 La acción transcurre en un escenario conocido y transitado por ella en multitud de ocasiones, incluso ambientado y recreado en diferentes épocas en muchas de sus novelas: Lima, un escenario concreto, real y perfectamente localizable por el lector lo que hace que la novela tenga un carácter más cercano e inmediato. ...en la Plaza de Armas, lo más cerca posible de la puerta principal de Palacio, curioseando, a favor de las rojizas llamas vacilantes de los hachones portados por esclavos, el 428 Correspondencia particular de Angélica Palma con el poeta José María Eguren. 249 arrivo de las calesas haladas por vigorosas mulas, de las literas llevadas en hombros de lacayos con ricas libreas, que entraban al patio de la casa de Pizarro y se detenían al pie de la ancha escalinata. Ciñéndose a los hechos históricos sitúa la acción en el cuadrado que conforma la actual Plaza de Armas y más concretamente en la residencia del Virrey y el palacio o galería de cristal que se ha mandado construir para recibir a sus invitados. Centra la atención en la velada que tuvo lugar el 19 de diciembre de 1709, Habéis de saber que hoy, en unión de algunos compañeros del Cabildo, acudí a Palacio para tratar con Su Excelencia de las fiestas con que la ciudad va a celebrar el cumpleaños de nuestro rey y señor don Felipe V. Aprobó el Virrey nuestro propósito y nos manifestó que él, por su parte, solemnizaría la augusta fecha con magna sesión de los académicos (…) y que con tan fausto motivo han de esmerarse en ostentar los primores de su ingenio.429 Veintiséis años cumplía aquel 19 de diciembre de 1709 la Católica Majestad de don Felipe V, rey de España y de sus Indias, por obra del testamento de aquel monarca pusilánime y enfermizo a quien apodaban el Hechizado, y los buenos habitantes de la tres veces coronada ciudad de los Reyes demostraban su regocijo por el regio onomástico a lo divino y a lo humano, con repiques y Te Deum, toros y cañas, luminarias y cohetes. En el Acta X, tras la enumeración de los asistentes constan los datos que debemos consignar como reales y que ponen de manifiesto cómo Angélica varió alguna información para el lector: Y así para celebrar el cumplimiento del año que dio principio al sexto lustro de su edad, el día 19 de diciembre de 1709, (…), dispuso Su Excelencia que se dedicase una Academia a las glorias del real nombre y años, y se ejecutase con regia ostentación y espléndido aparato…430 El tema del Virrey y su corte, así como la época colonial a la que se circunscribe, las producciones leídas en solemnes sesiones de la Academia y la obra Flor de Academias, editada por su padre constituyen un tema recurrente en otras de sus novelas: …, descendiente de un Don Juan María del Soto, segundón extremeño de la familia de los Condes de Soto- Umbrío, que vino muy joven al Perú en el séquito del virrey marqués de Castel-dos-Rius, buen caballero y pulcro literato, que supo convertir en ateneo la casa de Pizarro, y descansaba de las fatigas gubernamentales en amenas veladas donde ingenio culteranos leían sus alambicadas producciones; reunidas más tarde en un códice titulado Flor 429 Cfr. nota 82, págs. 39, 41-42. 430 Cfr. nota 415, pág. 120. 250 de Academias, que hizo publicar en 1899, para solaz de estudiosos, la Dirección de la Biblioteca Nacional de Lima. Cuentan las crónicas que el joven don Juan María, bajo el influjo del ambiente palaciego, solicitó en solemnes ocasiones los favores de las musas… Los académicos del virrey Marqués de Castell-dos-Ríus celebraban a principios del siglo XVIII en letrillas y romances las regocijadas meriendas de los limeños en Chorrillos.431 Angélica tacha la Academia del Virrey de una suerte de Ateneo literario ya que el paralelismo que a simple vista pudiera tener con las academias europeas se hace más patente si cabe al ver el código no escrito que regula el comportamiento y la asistencia de los invitados a las mismas. Los asistentes y participantes, se reúnen un día fijo –los lunes- regularmente para hablar de temas literarios, poner a prueba su ingenio, compartir y confrontar nuevos temas e ideas bajo la supervisión del Virrey quien semana a semana propone un ejercicio literario diferente, indicando el metro que debe ser empleado en sus composiciones y así retar el ingenio de sus invitados. Mantienen entre sí un vínculo –todos sus integrantes forman parte de la corte del virrey, se encuentran protegidos por la figura del monarca- por lo que llegan a conformar un grupo compacto y unido actuando, de cara a la sociedad, como referente de cultura, refinamiento y formación intelectual. Entre los asiduos a las veladas destacan los marqueses, gobernadores y condes que ejercen diferentes cargos en el virreinato tales como el de secretarios de cámara, corregidores, capellanes, gentileshombres e incluso un paje “al que admitieron los académicos en su Sociedad por complacer al aristocrático mecenas”432. La pertenencia o la entrada en este círculo cerrado implica el establecimiento de amistades o de contactos que bien pudieran facilitar la obtención de títulos nobiliarios, cargos burocráticos, así como los favores de algún mecenas. Pertenecer o formar parte de estas reuniones es cuestión de prestigio y de status social. Como indica Verena von der Hayden- Rynsch en el libro Los salones europeos. Las cimas de una cultura femenina desaparecida, en este tipo de reuniones académicas se consuma un ennoblecimiento de la burguesía y un aburguesamiento de la nobleza. Si hay algo que llama poderosamente la atención de Angélica en la lectura repetida de la edición realizada por su padre y de los apuntes que éste tomara para realizarla, es la inexistencia participativa de las mujeres que, acompañando a sus maridos o pertenecientes a la corte del Virrey, asistían a las veladas. Angélica no duda de la presencia de las mismas en 431 Cfr. nota 6, pág. 11 y XI. 432 Cfr. nota 415, pág. XVIII. 251 los salones cortesanos pero sí le causa extrañeza que no quedase reflejado en las Actas recopiladas ni en la Noticia Proemial, redactada por el mismo Diego Rodríguez de Guzmán. Achaca así la falta de este tipo de datos a la ausencia de “cronistas sociales” que, como hicieran en las veladas celebradas en casa de Doña Juana Manuela Gorriti, hubieran dado cuenta de lo que allí sucedía: Concurrían a las veladas aristocráticas señoras; pero como aún no existía el gremio de cronistas sociales, ignórase si se escandalizaban de las expresiones crudas que en no pocas producciones campeaban o si disimulaban, tras el vasillaje de los abanicos, bostezos provocados por el fárrago de versos laberínticos. No todos lo eran; hubo veladas felices en las que, para desarrollar los temas con que el virrey ponía a prueba el ingenio de sus convidados, se leyeron romances fluidos, armoniosas quintillas y vejámenes muy castizamente escritos, algunos del propio Castell- dos- Ríus, a quien se le puede perdonar el pobre numen en gracias a su correcta prosa.433 La presencia de estas mujeres, esposas en su mayoría de miembros relacionados estrechamente con el Virrey, conforma un silencio histórico que Angélica aprovecha para centrar la atención de su novelita en la figura de Violante434, marquesa de la Vega del Genil, “blanca, bella, delicada y pura en la florescencia de sus diez y ocho años”435, hija de don Alonso de los Llanos, tesorero del Tribunal de la Santa Cruzada. Se ve casada por imposición de los padres con el Marqués de la Vega del Genil, “buen cristiano, de noble linaje, acaudalado, apuesto, generoso, en edad tan cabal que, sin aproximarse aun a la vejez, había de mirarle respetuosa como a dueño y protector” (pág. 22), ve transformarse su vida al casarse por conveniencia y presionada por el mandato de su madre. Los personajes representan tipos de sobra representados a lo largo de la literatura (la joven, el viejo, la suegra, el joven poeta, el fraile celestino) y las situaciones que se producen, responden a los esquemas narrativos del teatro del siglo de oro y la novela de corte romántica. El Marqués accedía a este matrimonio en segundas nupcias pues había quedado viudo y sin descendencia del primer casamiento. Gracias a la figura celestinesca de Fray Ambrosio de Marchena, llega a conocer las excelencias de doña Violante fijándose en ella en 433 Cfr. nota 1, pág. 109. 434 No me parece descabellado pensar, por el trabajo de documentación que realizaba antes de sentarse a escribir una novela, que Angélica eligiese el nombre de “Violante” para la protagonista de esta novela palaciega inspirándose en el personaje histórico de doña Violante, casada con Alfonso X en el año 1248 e hija de Jaime I de Aragón y de doña Violante de Hungría; o en doña Violante de Prades, a la que el Marqués de Santillana, en 1444, escribiese un grupo de diecisiete cartas. 435 Cfr. nota 82, págs. 11-12. 252 la procesión de la Virgen del Rosario. Las procesiones, las misas, las visitas a casas de familiares y amigos y los bailes y festejos que se pudieran organizar en las casa de algunos aristócratas, eran las únicas ocasiones que se presentaban para conocer a personas de otro sexo que disfrutasen de cierto nivel social, educación y savoir faire. ¿Acaso había algo de malo en solazarse de vez en cuando, con honesta y escogida sociedad, charlando a la sombra de los pacayares, o de los árboles de la alameda de los Descalzos, o a la luz de olorosas bujías, con amables damas y varones doctos,…? (págs. 72- 73) …, Mathías de Anglés, a quien siempre viera Violante turbado y rendido en su presencia. Siempre; en aquella noche que ya le parecía lejana, en que lo confundió con el primo galán, en las otras veladas, en la alegre pachamanca de los marqueses de Campo- Ameno; en la Alameda de los Descalzos, cuando, jinete en brioso corcel, la saludaba, al paso de su dorada calesa; aquella misma mañana, semioculto entre los cortinajes de terciopelo grana de Santo Domingo… (págs. 79-80) -Apenas si podré, en los dos días, en los dos días que aún pasaré en Lima, oir misa de alba en la Concepción. ¡Campanitas de las Concebidas, sonoras en el aire puro de la madrugada, anunciadoras de la primera misa…! ¡Qué cosas misteriosas e inefables prometía vuestro clamor repiqueteo al caballero apuesto que hizo caer en pecado de fantaseos a más de una monjita soñadora que, por entre los hierros labrados de la reja, lo viera ofrecer el agua bendita a una grácil tapada! (págs. 87-88) Otro dato que Angélica apunta a lo largo de la novela es la fuerte presencia y poder que desempeña la Iglesia en la sociedad. Personificado en la figura de los frailes que aparecen, se ve cómo la mujer vive bajo la presión que ejerce sobre ella el estamento eclesiástico. -El mismo, y a fe que ha estado inspirado y feliz el insigne secretario del virrey. Pues quién con él platica es el superior de los paulinos, fray Agustín Sanz, confesor de su Excelencia, lumbrera de la cátedra sagrada y muy sesudo en el consejo. -En alguna ocasión he de presentároslo- ofreció el marqués a su consorte. 253 Contestó ella con ambiguo movimiento de cabeza que Don Diego juzgó de aceptación, pero que, fielmente interpretado, expresaba: -¡Linda ocurrencia! Como si no tuviera bastante para sermones con los de mi madre y para consejos con los de mi marido! (pág. 50) Al uso de la época los padres miraban por el bienestar de las hijas asegurándoles un porvenir a nivel económico y social que de alguna forma repercutiera en ellos mismos para lo cual la futura suegra solía aliarse con el esposo, haciendo entrar en razón a la hija joven e inexperta que bien pudiera mostrar cierta rebeldía ante la decisión impuesta. …, si en sus ojos negros ardió un relámpago de ira, lo apagó pronto la seguridad del triunfo, pues fue sin descomponerse, con imperiosa calma, que domeñó el conato de rebeldía, diciendo entre airada y desdeñosa a la doncella: -¿Qué majaderías rezongas, tontuela? ¿Qué no amas al marqués? ¿Cómo has de amarle si por primera vez en tu vida le has visto hoy? Ya le querrás cuando sea tu marido, como me pasó a mí con tu señor padre, que el amor es obra del tiempo y del trato. (…) Y a obedecer y no se hable más de esto; ve a dormir, niña, que la almohada es buena consejera, y llévese el sueño tus ideas locas. Retírate (…) acuéstate y Dios te haga una santa, que para hacerte hija sumisa y mujer honrada están a tu lado sobre la tierra hoy tu madre y mañana tu marido. (págs. 24-25) …habría expresado la dama de los llanos su contento por una decisión que no sólo alejaba a su hija de las tentaciones mundanales, sino que la probaba que, a través de la autoridad conyugal, era la suya, rigurosa y tiránica, la que imperaba sobre Violante. (pág. 66) El marqués: Nacido en Lima e hijo de un hidalgo andaluz,..., Don Diego de la Vega fue enviado por sus padres a educarse en España, de donde regresó ya mozo, a causa de la muerte de su progenitor y en posesión del título por el mismo motivo. Guapo, valiente, galán, acostumbrado en las aventuras madrileñas a repartir pródigamente doblones y cintarazos, no tardó Don Diego en ser el indispensable en cuanto festejo había en la Ciudad de los Reyes... Bien relacionado socialmente, de ascendencia española y con una buena situación económica, la unión del Marqués con la hija del Tesorero de la Cruzada representaba la 254 posibilidad de ascenso y respeto social que tantos cortesanos buscaban a través de los matrimonios de sus hijas: -No dudo, hija mía,- habló doña Mariana,- de tu gratitud por el celo de tus padres, que, con la ayuda de Dios, Nuestro Señor, te preparan dichosa existencia uniéndote a varón de tan raras prendas; ya lo ves: buen cristiano, de noble linaje, acaudalado, apuesto, generoso, en edad tan cabal que, sin aproximarse aún a la vejez, has de mirarle respetuosa como a dueño y protector. ¿Puede pedirse más? ¿No crees que muchas hijas de títulos de Castilla envidiarán la suerte de la del tesorero de Cruzada?436 En 1921, año en que la novela es premiada en el Concurso Literario Internacional de Buenos Aires, Angélica se encuentra defendiendo en diferentes tribunas la intrusión de la mujer en el mundo laboral así como el reconocimiento de la existencia de un tipo de mujer llamada “intelectual” y la necesidad de abrir las puertas del conocimiento a todas aquellas que tienen ansias de saber. Violante, protagonista de esta novela, encarna todo lo contrario, esa educación basada en el concepto de “ángel de hogar”, patriarcal y religiosa que hace creer que “una ley divina impone a la mujer dejar a los padres por seguir al marido” (pág. 23) y “someterse a la tutela galante del esposo” (pág. 28). Angélica pone de manifiesto tanto aquí como en otras novelas suyas cómo la vida de las mujeres ha transcurrido de encierro en encierro: de casa de los padres, a casa del marido; cómo han vivido acostumbradas a que todos tomen decisiones por ellas (padres, marido, hermanos mayores, tías solteras…) hasta que tienen contacto con algo diferente que no se circunscribe a su hogar, ni a su círculo más estrecho y que les ofrece una ventana desde donde observar y ser observadas. -Mucho es para moza de sus años- sentenció la esposa del tesorero de Cruzada,- porque despierta el gusto para las futilezas y lo aleja de las obligaciones. Hoy mismo, que vengo a su casa en horas que debía dedicar a labores de buen gobierno, encuéntrome sin ella. (pág. 63) En este caso el elemento perturbador que altera “la vida recogida y ejemplar” (pág.61) que se lleva en la “mansión solariega, situada en la calle de la Concepción, y cercana a la iglesia” es la invitación oficial que el Virrey le hace para asistir a las veladas que se celebran en el Palacio. -Marqués amigo, muy caro os vendéis, aunque no ignoráis lo mucho que gusto de vuestro trato, y, en muestra de ello, apresúrome a comprometeros para que no sólo a ésta sino a todas las reuniones semanales vengáis con mi señora la marquesa, que yo os prometo que 436 Cfr. nota 82, pág. 22. 255 ambos habéis de hallar placer en ellas, pues no son ocasiones de frívolo divertimiento sino de honesto solaz y ejercicio provechoso de las dotes de entendimiento.437 Las reuniones que acontecen “con magna sesión de los académicos que, bajo su presidencia, reúne en su gabinete todos los lunes” (pág. 39) no son de “frívolo divertimiento” por lo que “distracción más honesta y moral que las veladas académicas difícilmente se hallaría” (pág. 61). La literatura tanto de uno como de otro lado del océano está plagada de obras en las que los escritores han plasmado ese celo que los hombres manifestaban ante las posibles distracciones que las mujeres pudieran tener. La mujer no conocía mundo, era alguien ignorante que había vivido a la sombra de su padre y que salía del hogar paterno para cobijarse en los brazos del marido. La fontana de oro, de Benito Pérez Galdós, Casa con dos puertas mala es de guardar o El médico de su honra, ambas de Calderón de la Barca esgrimen los mismos argumentos que la novela de Angélica: el esquema narrativo del viejo y la niña que tan criticado y denostado fue por dramaturgos como Moratín y el propio Calderón de la Barca. Angélica a través del narrador vierte el siguiente comentario acerca de la actitud del marqués hacia su esposa: Más que celosa preocupación, natural en quien, como un hombre de su siglo, tenía de la autoridad marital el concepto calderoniano de El Médico de su honra, era egoísmo inconsciente lo que llevaba a don Diego a imponer a su segunda esposa hábitos tan retraídos.438 Hombres mayores que se casan con muchachas jóvenes aportándoles estabilidad económica y estatus social pero que las encierran en jaulas de cristal creyendo que con ello evitan las posibles distracciones y disipaciones que el mundo ofrece. Como a niña necesitada de vigilancia y mimos la trataba, manteniéndola en el seguro de la casa para que el ambiente mundano no empañara su inocencia, colmándola de golosinas y dijes, complaciéndola en todo, menos en lo que podía perjudicar a la salud del cuerpo o del alma, como mordisquear dulces en ayunas, pasear por el puente en noches de luna o asistir a bailes…439 A lo largo de la novela vemos el diferente trato que le es dado a Violante por parte del narrador y por parte de la corte del virrey: a ojos del narrador y por lo tanto, a ojos de su marido y su familia, Violante sigue siendo una niña: “la marquesita se dejaba admirar y sonreía con sonrisa feliz”(pág. 57); “la marquesita no sabía si dolerse o congratularse de que su esposo hubiera cambiado la conversación” (pág. 55); “La marquesita apretó los párpados,…” (pág.60). 437 Cfr. nota 82, pág. 39. 438 Id., pág. 35 439 Id., pág. 34. 256 En cambio su entrada en la corte la convierte en adulta, la dota de la madurez e independencia que tanto su familia como su marido le niegan: “-Mirad, marquesa,- decíala un oidor sexagenario- junto a don Juan Manuel de Rojas…” (pág. 49); “-No es oro todo lo que reluce, mi señor Don Diego,- replicó la maligna vieja- ni es juicioso fiarse únicamente de las bellas apariencias; la excesiva bondad de vuesa merced sólo en ellas se fija y le impide apercibirse de cosas que sin duda le interesarían. ¿No es verdad, marquesa?” (pág. 53-54). Angélica encarna en la figura de Violante, el canto desesperado de la princesa modernista de Darío y el narrador, partícipe y conocedor de todo cuanto ocurre no duda en remarcar este hecho haciéndole un guiño al lector: …, mas no eran tan vulgares menesteres y satisfacciones como para llenar los días de una mujer de veintidós años, bella, rica y sin amor. Ocupaba parte de ellos en el oratorio, en el baño florido del estanque, en jugar con los niños, en ensayar al espejo trajes y tocados, en mirar la calle, asomada al balcón morisco de caladas celosías, y todo esto era poco para acortar el tiempo que le sobraba para lamentar cuán tristemente lo perdía… (…) ¡Pobre marquesita de veintidós años, que sólo lucía la gracia de sus adornos y el adorno de su gracia en las comilonas opíparas con que se celebraban los días de santo en casa de sus padres o en la suya, casas sombrías que parecían destinadas a que no traspasase sus umbrales varón adulto que ajase de los cincuenta…440 La invitación a participar de las veladas académicas, tan comentadas en los corrillos limeños abre la puerta de esa jaula de cristal donde Violante se ha visto encerrada tras su matrimonio con el Marqués. En este momento de la narración novela y realidad, historia y ficción se entrelazan, Coloniaje Romántico se convierte en un espejo de Flor de Academias, el tema de las veladas tan tratado en estudios y conferencias se vuelve el eje central de la trama y con ello el protagonismo que las mujeres desempeñan en tales reuniones y los prejuicios y recelos que levantan por participar en ellas: …sano recreo del entendimiento son esas reuniones que preside el virrey, y nada argüiría en su contra si sólo concurrieran gentes de peso; pero una amiga mía, viuda muy respetable, asegura que en las tales reuniones abundan barbilindos y damiselas con los cascos un tanto a la gineta, que no me parecen la compañía más apetecible para Violante. (pág. 62) 440 Cfr. nota 82, págs. 29-31. 257 Comienza así el sainete: ¡Oh, señor D. Felipe V, que injertaste en el recio trono de la monarquía hispana la rama borbónica que hasta hoy, a través de dos siglos, retoña lozana! Cuando en el Fausto de tu alcázar madrileño acogías los rendidos parabienes de los grandes y los vítores de los plebeyos apiñados en la Plaza de Oriente, con sonrisa hastiada, nuncio del mal melancólico en que había de abismarse tu razón, no pasó por tus mientes que en una apartada ciudad de tus vastos dominios, aquellos que te enviaban naos cargadas de barras de plata y tejos de oro,… Angélica traslada a la corte del Virrey los cambios que las mujeres han experimentado a nivel social desde la mitad del siglo XIX. La mujer se ha descubierto y se percata de que es capaz de captar la atención: …la marquesita de la Vega del Genil, notaba que, en callado tributo a su belleza, muchos ojos se apartaban de los cómicos que en el tablado palatino representaban la comedia, De un gran yerro un gran acierto, escrita para esa solemnidad por el valetudinario conde de la Granja, y se fijaban en ella, admirados o envidiosos, que también es manera de admirar.441 Violante descubre que el mundo, ese en el que se le había negado participar, la observa cuidadosamente contemplando hasta el más mínimo detalle de su indumentaria, de su manera de caminar o “la señoril deferencia y las bien parladas razones con que la dama respondió al viejo virrey que se acercó a cumplimentarla” (pág.47). El narrador en el último párrafo trascrito habla de la representación de la comedia De un gran yerro un gran acierto escrita específicamente para ese día por el Conde de la Granja. No se nos facilitan más datos ni del mencionado Conde ni de la comedia pero si acudimos a la citada edición de Flor de Academias encontramos que en el Acta X levantada el 19 de diciembre de 1709 se recoge el hecho tal cual aparece en la novela: …además del festejo cómico en que se representó la gran comedia intitulada De un gran yerro, un gran acierto (1), que escribió para esa ocasión la diestra pluma del Conde de la Granja, y se ejecutó con loa de dos Pedro Joseph Bermúdez… En esa nota (1), Don Ricardo Palma explica que “tanto la comedia del Conde de la Granja como la Loa de Bermúdez son desconocidos. Tal vez no existen ya los manuscritos” (pág. 120).El título nobiliario de Conde de la Granja corresponde a Luis Antonio de Oviedo Herrera y Rueda: …, primer Conde de la Granja, autor de un poema en doce cantos sobre Santa Rosa de Lima y de un romance sacro sobre la Pasión de Cristo, dividido en siete estaciones de andanza o lectura muy fatigosa, como que son 4976 los octosílabos y uno solo el asonante. El Conde era 441Cfr. nota 82, págs. 45-46 258 lo que se llamaba hombre erudito y de vivaz fantasía, si bien como poeta afean sus versos las extravagancias culteranas a que era muy propenso. Ricardo Palma (pág. XVII) …cisne cano y canoso, cuyas métricas cadencias son dulce suspensión de dos orbes; y aunque no se oyeron continuados sus acentos en estas ingeniosas diversiones, por impedirlo la molesta continuación de sus achaques, se conoció que en cualquier breve rasgo de su pluma se halla dilatado vuelo a su fama. Diego Rodríguez de Guzmán (p.3) La reunión, tiene lugar en la Casina, “en medio a los jardines umbríos de Palacio había mandado levantar Castell-dos-Rius, espléndido gabinete de cristales, y en esa noche… mansión de ensueño parecía la peregrina estancia de itálico nombre”. Para esta ocasión según cuentan las crónicas no se reparó en gastos. Había que celebrar por todo lo alto el cumpleaños del monarca, garantía de la continuidad de los Borbones en el trono español. Angélica solo sitúa a dos mujeres en este escenario además de a la propia doña Violante: la marquesa de Brenes, que no sólo permanece en la sala, sino que opina y muestra su hábito lector y su capacidad de crítica: - ¿Dónde hallaremos chistes más agudos, más fino gracejo que en los versos de don Pedro José Bermúdez de la Torre? -Y tendremos también el placer de que nos lean un soneto suyo- aseguró la marquesa de Brenes, muy enterada del programa académico. (págs. 51, 54-55) Y “una parienta de ésta, viuda malhumorada que, pese a los atavíos y perendengues, por lo apergaminada de tez y agria de gesto tenía trazas de dueña quintañona” (pág. 52). El nudo de la trama se completa cuando aparece en escena Mathías de Anglés y Meca, “gentilhombre de Cámara del virrey”, perteneciente a la “muy noble casa navarra”: Don Mathías de Anglés y Meca, paje mimado del virrey, no hay más que decir que era un jovencito español, aficionado a hacer versos… Ricardo Palma, pág. XVII Gentilhombre de Cámara del Palacio de Su Excelencia, que, en el verdor de su florida juventud, empezó a producir copiosos frutos de ingeniosa sutileza y desvelada aplicación. Diego Rodríguez de Guzmán, pág. 3. 259 Angélica va un paso más allá al incorporar, en boca de uno de los personajes, los versos de Caviedes, en concreto del Romance amoroso número II que figura en la página 429 de la edición realizada por su padre. Los versos en cuestión los pone en boca del enamoradizo Mathías de Anglés que ha quedado prendado de la belleza de la marquesa y que, bajo la forma velada del poema, le declara sus sentimientos públicamente: (…) De tu hermosura y mi suerte Me colijo mi desprecio, Porque en tu beldad peligra Mi mayor merecimiento. Cuando voy a declararme Mudo me hace tu respeto. ¡Oh! Quién hallase unas voces Que hablasen con el silencio! (…) Querer y decirlo es Pedir recompensa al dueño Y yo no quiero hacer deuda Lo que en mi cariño es feudo. Los personajes que adornan con su presencia este sainete vienen reflejados en las Actas: Don Juan Manuel de Rojas, Don Gonzalo Cayetano de la Torre, P. M. Fr. Agustín Sanz, Licenciado Miguel Cascante, Marqués de Brenes, el Marqués de Villar del Tajo, don Pedro Peralta, don Jerónimo de Monforte y don Pedro Joseph Bermúdez, de los que Angélica nos ofrece unas pinceladas y se vale de ellos para contextualizar el triángulo amoroso. La asistencia a esa primera velada académica ha despertado en la protagonista las ansias de libertad que habían sido aplacadas por una férrea educación materna. Al entrar en 260 contacto con la realidad cortesana, la personalidad de Violante sufre un cambio importante: toma conciencia de que tiene opinión y voz para darla. Y así ante la decisión de alejarla de la vida de la corte, de los saraos, e invitaciones a los que continuamente están siendo invitados, ella no dudará en responder: -Lo ha dispuesto el marqués; pero no la marquesa- (pág. 67) …, afirmábase en su resolución de no permitir que, siendo casada y madre de familia, se la llevara y trajera sin consultar su opinión, como a chiquilla sin seso. (pág. 71) Pese a “… la sangre moza y el espíritu inquieto” (pág. 71), y el ser conocedora del deseo que despierta y que le despierta el joven poeta de la corte, es consciente de la situación en la que vive: …, comprendía Violante que sus pasajeros arrechuchos de ira jamás lograrían lo que la férrea voluntad de su madre y que don Diego no era manejable a gritos y sofiones… (pág. 72) …, sino el tímido rendimiento de cierto mancebo de gallarda prestanza y noble estirpe, pero tan escaso de caudales que sólo a la bondadosa protección del virrey debía la merced de codearse con personas de valimiento. (pág.74) La muerte del Virrey desencadena como no podía ser de otra forma, el final de la historia: Mathías de Anglés promete volver a España e ingresar como monje cartujo y la marquesa se lamenta por “haber sentido en su carne palpitante el roce del pecado, el aletazo de Satán”(pág. 101) y agradece a Dios que tan a tiempo se llevase al buen Marqués de Castell-dos-Rius. Vuelan los días, corren los años y en su giro incesante traen cosas nuevas que hacen olvidar las viejas y cambian a las gentes por dentro y por fuera. (pág. 101) 261 Bética Florida Florida, sí; y con tanta riqueza y tanta gracia, con tal derroche de color y de perfume que no creo la iguale región alguna del mundo.442 442 PALMA, Angélica, “Visiones de España. De la Bética florida”, en Variedades, 8 de julio de 1922, pág. 1625. 262 A finales del siglo XIX, España, tal y como se ha visto, busca la forma de aproximarse a sus ex colonias y para ello intenta limar las asperezas que tantos años de conquista han suscitado en las nuevas repúblicas. Fueron muchas las iniciativas que se tuvieron y que se propusieron para lograr dicho objetivo. El viaje e intercambio de intelectuales como Rafael Altamira, la apertura de la cátedra de historia de América en la Universidad o incluso la visita de dos infantes de España en 1910 y 1920 respectivamente fueron tan solo algunas de las acciones que estaban destinadas a facilitar o impulsar dicha aproximación. Se promueve la creación de institutos, ateneos, lugares de investigación y recopilación de fuentes documentales sobre la historia de España en América y de los españoles y americanos que cruzaron el Atlántico hacia uno u otro continente. Es entonces, cuando Sevilla y Cádiz, lugares emblemáticos de la historia de España en el Nuevo Mundo, deciden sumarse a esta empresa nacional. En Cádiz, se creará para tal fin, en 1910, la Academia de Ciencias y Artes Hispano- Americana y Sevilla se preparará para ser sede del acontecimiento que marcará un antes y un después en las relaciones con América. Cuando terminaba el siglo XIX, la moda de las Exposiciones Universales en toda Europa ponía de manifiesto la necesidad que esa nueva sociedad que amanecía en la llamada Era Contemporánea, tiene de mostrar al mundo los nuevos avances y descubrimientos y de entablar, por decirlo de alguna forma, cierta competencia entre países en torno a los progresos que cada potencia realiza. Pues bien, el éxito que tuvieron exposiciones o ferias de carácter internacional como la de Lisboa o la de Barcelona a finales del siglo pasado (1888), impulsaron en 1908, diez años después de la pérdida de las últimas colonias, a don Luis Rodríguez Caso, comandante artillero y diputado a Cortes en Sevilla a proponer la idea de la celebración de una Exposición Hispano- Americana en dicha ciudad. La idea suscitaba recelos y entusiasmos, emociones encontradas pues de celebrarse implicaría un gasto demasiado elevado que paradójicamente podría reportar a la ciudad hispalense beneficios no solo económicos sino sociales. Sevilla podría mostrar al mundo la grandeza que poseía no solo en cuanto a la ubicación geográfica sino también a la riqueza industrial o comercial. Con este Certamen, Sevilla buscaba mejorar su economía a la par que conseguir recuperar el papel histórico que desempeñó en sus relaciones con América. Además no era la primera vez que la capital hispalense cobijaba en sus calles un evento de carácter hispanoamericano pues ya en 1914, los sevillanos habían sido testigos del I Congreso de Historia y Geografía Hispanoamericanas, organizado por la Academia de la Historia. En ese Congreso, prácticamente la totalidad de los asistentes reclamaron una mayor atención y mejores medios para la investigación americanista. Se debatió sobre la posibilidad de abrir una Universidad Hispanoamericana y el mismo Rafael Altamira, participante del Congreso, solicitó la creación de un catálogo de fuentes respectivas a la historia colonial española. 263 …la Real Academia de la Historia, iniciadora del pensamiento, la Universidad Central, la Real Sociedad Geográfica y la Unión Iberoamericana, estima que el medio más adecuado [para conmemorar el IV Centenario del Descubrimiento del Océano Pacífico] es la celebración en Sevilla de un Congreso de Historia y Geografía hispanoamericanas y de una Exposición de Documentos, obras, manuscritos, mapas y planos relativos a América en la época colonial. Abona el que estos actos se verifiquen en Sevilla, no solo la razón histórica de haber sido esta ilustre ciudad con su famosa Casa de Contratación centro de nuestras relaciones con América en el periodo de mayor florecimiento de la dominación de España en aquel Continente, sino el ser depositaria actualmente en el Archivo de Indias y la Biblioteca Colombina del riquísimo tesoro monumental que contiene la historia del descubrimiento, la conquista y la colonización de la América española, y que ha de constituir el núcleo principal de la Exposición especial proyectada. Este Congreso y esta Exposición serán actos oficiales preparatorios de la Exposición Hispano- Americana que se celebrará en Sevilla el año 1915, según establece la ley de 27 de diciembre de 1910.443 Es cierto que, a lo largo del siglo XX, los estudios sobre América y las antiguas colonias se multiplican así como los investigadores que se dedican a explorar ese terreno baldío sobre el que nadie o casi nadie ha dicho todavía nada pero que guarda parte de la historia de España. Tanto es así que, en la misma Sevilla, se constituirá en 1932, el Centro de Estudios de Historia de América. Ante la respuesta positiva de muchas de las repúblicas americanas a la celebración de una Exposición Hispano- Americana, surgieron las suspicacias de “otras posibles sedes”: Bilbao y Madrid quienes arguyeron mil y un motivos para reemplazar a los sevillanos en el trono de anfitriones. Sevilla supo defender su lugar y expuso muchos de los motivos que la hacían acreedora de ser sede de dicha Exposición, tal y como ya había albergado antes la de 1914: su entorno turístico, su historia y relación con América y la ubicación en ella del Archivo de Indias ofrecían argumentos más que suficientes para comprender que no podía haber sido otro el lugar elegido. La fecha inicial para su celebración era el 1 de abril de 1911, y contaba con la aprobación de los cónsules de diversos países americanos, pero España vive los acontecimientos de Barcelona y la guerra con Marruecos lo que hace que se retrasen los planes iniciales. 443IV CENTENARIO del Descubrimiento del Océano Pacífico. Congreso de Historia y Geografía hispanoamericanas celebrado en Sevilla en abril de 1914. Actas y Memorias, Madrid, Establecimiento Tipográfico de Jaime Ratés, 1914, págs. 9-10. 264 La Exposición proyectada en Sevilla suponía una gran inversión económica ya que la visita de muchos representantes extranjeros conllevaba vestir la ciudad a nivel urbanístico y monumental para ofrecer la imagen correspondiente a la magnitud del evento a celebrarse. El estallido de la I Guerra Mundial en 1914 ayudó a que el proyecto que ya se había retrasado una vez, volviese a ser pospuesto pese a que las obras urbanísticas continuaban avanzando. La llegada al gobierno del General Primo de Rivera supuso la consagración del proyecto definitivo del Certamen pues el mismo General lo adoptó como algo primordial dentro de su política. Una representación del comité que llevaba a cabo la planificación de la Exposición se reunió con el General en Madrid, resultado de esta quedaron definidas algunas acciones a llevar a cabo para relanzar la idea del hispanoamericanismo dentro de la Exposición y sobre todo y más importante, aterrizar una fecha para su celebración y así evitar posponerla más. La Exposición ofrece el lugar y la ocasión para realizar la empresa de convertir en realidades y hechos prácticos los grandes temas que en la actualidad existen solamente en el campo de la literatura y los deseos.444 Efectivamente, hasta la intervención del General Primo de Rivera, la Exposición no había sido más que buenas ideas y buenos deseos de aquellos que apostaban por el acercamiento de dos continentes que, paradójicamente, estaban unidos y separados por su historia. Para tal efecto, se crearon comisiones encargadas de cubrir todos y cada uno de los aspectos del Certamen. La Exposición se presentaba ya desde su salida como una actividad con un fuerte componente económico y cultural y buscaba alcanzar lo que la Exposición de Barcelona de 1888 no había logrado: un ideal hispano que hermanase y borrase las diferencias existentes entre América y España a la par que estableciese los lazos necesarios para crear políticas económicas y culturales entre ambos. Angélica, regresa a Perú en 1925, con la esperanza de volver representando a su país en la Exposición. Sus amigas Blanca de los Ríos, Concha Espina, Mercedes Gaibrois forman parte de alguna de las comisiones organizadoras en las diferentes áreas de estudio en las que se desempeñan: Literatura, Historia, Periodismo. Angélica espera poder regresar para celebrar dicha Exposición y participar de los congresos y actividades que se van a llevar a cabo con el único objetivo de dar a conocer las diferentes realidades de ambos continentes. 444 AGA, Presidencia del Gobierno, Exposiciones, Caja 3478, Expte.3. 265 Ya el 8 de julio de 1922 había sido publicado en Variedades una de sus corresponsalías en las que el tema era Sevilla. En la parte final, Angélica escribió: … y en tu designación para sede de la exposición hispanoamericana que, si acierta a demostrar la potencia y la harmonía [sic] de la estirpe, será promesa de que llegará a afianzar en el porvenir los prestigios del ayer.445 Al ver el empuje que el Gobierno español estaba dando a la Exposición y cómo su celebración es considerada objetivo primordial del gobierno del general Primo de Rivera, las repúblicas americanas empiezan a manifestar sus apoyos y a confirmar su participación con el envío de delegaciones y demás presencia institucional. Durante el periodo que va de 1924 a 1925, quince repúblicas confirmaron su participación y su asistencia a la Exposición, algunas de ellas sin pabellón propio y la mayoría lo harían mediante pabellones permanentes que quedarían como testimonio en piedra del Certamen en la ciudad hispalense. Perú confirma su participación y designa para ello un comité especial, lo hará con un pabellón permanente que diseñará Manuel Piqueras Cotolí y que aún hoy permanece en la ciudad hispalense como sede del Consejo Superior de Investigaciones Científicas. El Ayuntamiento de la ciudad cedió unos terrenos para el correspondiente levantamiento de los respectivos pabellones y estos fueron otorgados a las repúblicas asistentes en diferentes años. Perú recibe el terreno sobre el que construir su pabellón en 1927, dos años antes de la celebración del certamen y al mismo tiempo que Estados Unidos, Colombia y Chile. Dicho pabellón fue producto de una corriente arquitectónica que tanto en Perú como en Méjico, intentaba integrar elementos que reflejasen el periodo prehispánico con elementos puramente españoles. Se integraba dentro de un estilo arquitectónico llamado la arquitectura de los regionalismos que justamente tuvo su máximo esplendor en la Exposición Hispano- Americana. Plasma la identidad nacional a través de los diferentes elementos arquitectónicos. Uno de los pabellones más destacados de la Exposición fue sin duda el de Perú. Angélica alienta los deseos de volver, se fue de España con el eco de los aplausos y el agasajo amistoso que la intelectualidad española quiso brindarle en el Hotel Ritz de Madrid y con el reconocimiento a sus méritos intelectuales y literarios y a su labor en el acercamiento de dos países, Perú y España, a través de la encomienda de la Orden de Alfonso XII. 445 Cfr. nota 442, p.1627. 266 Desde que las hermanas Palma regresasen a su país y comenzase el fluido y nutrido intercambio epistolar con sus nuevos amigos, late en ellas la posibilidad de concurrir a los fastos que se darán en Sevilla. Sus amigas y compañeras de tertulia, Mercedes, Concha y Blanca, animan e incentivan la posibilidad de su regreso. Mucho me alegra que alientes el deseo de volver, y por mi parte ya sabes que espero verte otra vez aquí, en fecha no lejana; si el gobierno peruano, sabe portarse bien, tú debes formar parte de la Delegación que envíe a la Exposición de Sevilla. Ya me contarás que hay de esto. 446 Angélica a su regreso a Lima ofrece una entrevista a la revista Mundial en su casa de Miraflores donde hablará de la experiencia que le han supuesto los tres años que ha pasado lejos de su país y desmentirá algunos de los mitos concernientes a los españoles y a sus relaciones con América. -Y allá nos conocen bien?- preguntó. -No: no se nos conoce en nuestras características nacionales. Se tiene de nosotros un concepto global, y la razón de ello, en su parcialidad se explica por algo que me dijo Cristóbal de Castro. Este distinguido escritor me decía en una tarde en que nos encontramos en el Ateneo, que no teníamos derecho para quejarnos de que no nos conocieran en nuestro respectivo modo de ser nacional, porque para ellos el problema era muy difícil, ya que tenían que prestar atención a más de veinte países de habla castellana, que tienen modalidades especiales, que hacen complicado el problema. La síntesis, que es el concepto global, se impone, según él por esa razón. A la inversa, el análisis, me dijo, se impone a los hispano-americanos, a consecuencia de que todos ellos no tienen más que un objetivo, España, que la penetran, que la conocen en todas sus modalidades, como los mejores españoles conocedores de su patria. -Quizá tenga razón el escritor español. -La tiene; pero ese concepto podía ser modificado en muchos grados si nosotros hiciéramos algo más por hacernos conocer, como lo hacen los hijos de otros países del continente. Nosotros queremos que vengan hacia nosotros, y los de otras partes, al contrario, van a darse a conocer. En la sección América de la Biblioteca Nacional, hallé muy escasa documentación del Perú, y de esta falta de relación de los intelectuales peruanos con los de España, se me quejó amargamente el crítico don Julio Cejador y Frauca, quien mostrándome todo lo que tenía de Colombia, del Uruguay, de México y de Centro América, se lamentó del que del Perú no tuviera más de ocho ejemplares de libros de historia y de poesía. Ha de considerarse, pues, esta falta de nuestros autores como algo que contribuye poderosamente a 446 GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta a Angélica Palma, 28 de junio de 1925. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 267 que el Perú se halle bien conocido, tal cual debía de serlo atendido el íntimo vínculo que ligó este virreinato a la metrópoli.447 A lo largo de los años que ha pasado en Madrid, Angélica se ha preocupado por entender de dónde nace el desconocimiento que de Perú se tiene en la Península pese a que justamente en estos momentos, y gracias al gobierno de Primo de Rivera, las relaciones establecidas entre España y Perú han vivido un florecimiento en el campo político y económico, principalmente. En el plano económico fundamentalmente por la exportación por parte de Perú de algodón en rama y en el político, por las intervenciones tanto de los gobernantes de ambos países como del cuerpo diplomático español en las repúblicas americanas. Precisamente por la intervención del cuerpo diplomático, España asiste con una representación a las celebraciones que se llevaron a cabo con motivo del Centenario de la Batalla de Ayacucho en diciembre de 1924. Centenario al que Angélica, desde Madrid presentaría a concurso su novela Tiempos de la patria vieja. A su regreso al Perú, le esperaban muchos actos a los que concurrir y en los que contar y narrar su experiencia española, seguida y leída por muchos amigos a través de sus crónicas en la revista Variedades. Uno de esos actos a los que acudirá nada más llegar será a la Sociedad Entre Nous a la que la unen fuertes lazos personales y profesionales pues forma parte del comité directivo. Dicha Sociedad había sido fundada en 1913 por Paquita Benavides y se estableció como una suerte de centro cultural para la mujer, análogo al Lyceum Club español. A petición de la vicepresidenta, Graciela Sosa, hablará “…sobre los monumentos en España” y no solo de eso sino también de toda “la falange de españolísimas mujeres que son honra de la raza, empezando por Isabel de Castilla y la gran Santa y doctora Teresa de Jesús y terminando con las grandes cultoras de la lengua de Calderón y de Cervantes en los siglos XIX y XX: Fernán Caballero, Emilia Pardo Bazán, Concepción Arenal.” 448 . La charla se llamó “Charla hispánica” y se leyó el 30 de junio de 1925: El prestigio literario de Angélica Palma acaba de recoger en su vieja ciudad castiza el bello galardón de un éxito más, pues ya se sabe que su conferencia en la Sociedad “Entre Nous” fue un triunfo rotundo y perdurable. Triunfó la grácil escritora por la calidad de sus ideas y la por la contextura literaria de sus frases. 449 El 24 de julio de 1925, aparece por primera vez en el diario español El Sol, la firma de una mujer americana: Angélica Palma. 447 MEZA, Ladislao F., “Angélica Palma (Marianela)”, en Mundial, 26 de junio de 1925. 448 CISNEROS, Beatriz, “Discurso”, en Cfr. nota 143, p.19. 449 “La conferencia de Marianela”, en Mundial, 3 de julio de 1925. 268 Angélica Palma es una joven poetisa suramericana que continúa desde Lima la gloriosa tradición literaria iniciada por su padre (D. Ricardo) con esa primorosa colección recientemente editada en Madrid, que se titula “Tradiciones peruanas”450. Se ha desarrollado Angélica Palma, física y espiritualmente, entre dos opuestas perspectivas que vienen siendo los polos de orientación hacia donde la sensibilidad se convierte desde las más remotas manifestaciones líricas: la montaña y el mar. La visión brava y recia de los Andes y la otra más sosegada y plácida del Pacífico. Angélica Palma logró graduar el diafragma de los sentidos, para que, en lugar del contraste, se produjera la armonía. Su empeño culminó al mezclar la euforia del mar con el trágico clamor de la sierra, y dando entonces cara a la cultura de Occidente, se abrió a todas las emociones, y creose una estética propia. Merced a ello, ha sido consagrada hace tiempo en el corro magnífico de las poetisas suramericanas, que preside el ídolo tutelar de Gabriela Mistral. Angélica Palma inaugura hoy, con el siguiente artículo, sus funciones de corresponsal de EL SOL en el Perú.451 Este diario pertenecía a Nicolás María Urgoiti, propietario de la Editorial Calpe con quien Angélica, Renée y Augusta habían tratado el tema de la última edición de las Tradiciones Peruanas, revisada por su padre. A raíz de la amistad que nace entre ambos surge la petición a Angélica de que a su regreso a Lima escriba una corresponsalía mensual. Dicha corresponsalía la convertirá en la primera periodista, con todo el sentido de la palabra, esto es, será la primera mujer que perciba un salario por sus colaboraciones con un diario. En estos momentos, casi no existe información internacional en el panorama periodístico español. EL SOL ofrece un interés manifiesto por lo que ocurre en América con corresponsalías como la de Angélica Palma en Perú o el escritor e ideólogo peruano César Falcón, que realizó corresponsalías para el periódico también desde Londres. Angélica escribió más de una treintena de artículos para el diario, con una periodicidad casi mensual, condicionada por la tardanza del correo en la época. Tuvo una sección que se podría llamar fija ya que sus “croniquillas”, como ella las llamó452, ocuparon desde las páginas de Información del Extranjero hasta los titulares de la primera página del diario. Ella sabe que al brindarle la corresponsalía se le abre un nuevo camino para dar a conocer la cultura y los problemas de su país, la obra de sus compatriotas, empezando por la de su padre y la posibilidad de ofrecer una imagen de Perú a una España que lo desconocía. 450 Se refiere a la edición que supervisó durante su estancia en Madrid y que finalmente salió editada por la Casa Espasa- Calpe a finales de abril de 1925. 451 PALMA, Angélica, “Del Perú. Influencia extranjera”, en El Sol, Madrid, 24 de julio de 1925. 452 “Sé que entre las personas que suelen leer estas croniquillas...”, en El Sol, Madrid, 4 de mayo de 1926. 269 Y ese es uno de los incentivos que la llevaron a tierras españolas y así lo reconocen los diarios: Marianela, que durante su estadía en Madrid, ha colaborado en revistas y diarios de primer orden, ha cumplido a este respecto en toda forma este deber. No ha vacilado en dar a conocer nuestra realidad intelectual, nuestro progreso en el orden de la alta cultura. Sus conferencias, sus publicaciones, sus conversaciones con los más connotados miembros del mundo intelectual español, han servido a nuestra causa…453 Se propone acometer su trabajo en El Sol “procurando evitar la apreciación personal en obsequio a la imparcialidad”454, con la máxima objetividad posible, transcribiendo todo cuanto acontece y considere de interés para España. De la misma manera que acometió su trabajo en Variedades cuando realizó la corresponsalía desde España. No tendrá ningún reparo a la hora de censurar la poca atención que se le presta a Perú desde la Península y sugerirá ciertas actuaciones al gobierno de su país con respecto a la Exposición Iberoamericana de Sevilla455. Ignoro si entre los proyectos de la Comisión organizadora de las exhibiciones peruanas en la Exposición de Sevilla figura el envío de artistas como los citados y sus mejores colaboradores y discípulos; tal vez lo impidan dificultades materiales; pero si no fuera así, lograría el Perú, pictóricamente, destacado lugar entre las Repúblicas de América, gracias al legado glorioso de Montero, autor de “Los funerales de Atahualpa”; de Merino, acerca de cuya labor y personalidad anuncia Pablo Abril un libro en colaboración con Camille Mauclair; de Lazo, cuya “Santa Rosa de Lima” hace pensar en posibles influencias de El Greco no obstante que, en la decena de 1860, época de los estudios en Europa de nuestro pintor, aún no había asignado la crítica al cretense su puesto privilegiado. También se exhibirían las acuarelas costumbristas de Pancho Fierro, mulato genial, excepcional caso de intuición artística y en un hombre de condición modesta y escasa cultura. Y los lienzos de Carlos Baca Flor, tan admirado en Estados Unidos, adonde lo llevó hará tres lustros, el entusiasmo de Pierpont Morgan. No harían, no, mal papel en Sevilla los pintores peruanos. La corresponsalía de Angélica cubrió el periodo comprendido entre 1925 y 1934 pues continuó la labor emprendida como corresponsal en los diarios que sucedieron a El Sol, Crisol y Luz. Incluso durante su tercer viaje a España, cumplirá con sus lectores. 453 Cfr. nota 447 454 El Sol, Madrid, 14 de enero de 1926. 455 El Sol, Madrid, 4 de enero de 1928. 270 Antes de que termine el año, Angélica habrá dado otras dos conferencias más en el club Buena Lectura de Barranco, en setiembre, y en la Universidad de Lima, el 24 de agosto sobre “Feminismo y Socialismo”. A finales de 1925 quedaban establecidas las secciones en que se dividiría dicha Exposición así como sus participantes. Angélica formaría parte de una de ellas, en concreto de la Sección VI: Relaciones Culturales y Artísticas Hispanoamericanas, presidida por su amiga Blanca de los Ríos. En 1926, el rey Alfonso XIII y Primo de Rivera, tras la visita del monarca a Sevilla, unen sus fuerzas para lograr que la Exposición se realice en el menor plazo posible. Este mismo año, Angélica escribirá el siguiente artículo y explicará la forma en que el Perú se hará presente en España y qué es lo que la Comisión organizadora peruana ha elegido para representar al país. CARTAS DEL PERÚ El Perú en la Exposición De Sevilla Hablemos mejor de la concurrencia del Perú en la Exposición iberoamericana de Sevilla. Para este fin se ha votado en el presupuesto general de la República una suma bastante considerable, y el Gobierno ha nombrado una Comisión organizadora, presidida por el ministro de Fomento, y en la que no faltan personas capacitadas. Se conoce ya el programa en sus líneas generales y parece bastante bien trazado. En el pabellón del Perú, que se levantará en esa admirable plaza de América de la hechicera capital andaluza, podrán ver los visitantes de la Exposición muestras de la riqueza minera y de los variados productos agrícolas de este país extenso donde se dan los de todas las zonas, desde el trigo y la cebada de las regiones frías hasta el algodón de albas vedijas, rival del egipcio, y la caña, el mango y la piña que rezuman mieles tropicales. Contemplarán también, el esfuerzo de nuestras industrias nacionales: los sombreros de fina paja, trenzados en el departamento de Piura, los pellones “sampedranos” y las “monturas de cajón”, trabajados en el de Lambayeque para ensillar el criollo caballo “de paso”, fino de remos y de pequeña alzada, como el andaluz, y aún más corveteador y pinturero, las mantas de lanas multicolores tejidas en Cajamarca, las lindas alfombras de Ayacucho, la ingenua imaginería de piedra de Huamanga y las primorosas labores en filigrana de plata, junto a las similares de las industrias de Europa y Estados Unidos, menos atractivas y típicas sin duda pero de imprescindible necesidad en la vida moderna. No voy a enumerar ahora todas las secciones que comprenderá la instalación del Perú, entre las que habrá una destinada a los libros nacionales que en alguna manera se refieran a España; me limitaré a apuntar que en ella, debido ante todo, al esfuerzo del doctor Tello, director del Museo 271 Arqueológico y reputado como una autoridad científica se dará preferente importancia a las secciones preincaica e incaica. Indudablemente, hay en esto un acierto de lo más original y lo más grande que podemos presentar; en los vestigios de la milenaria civilización peruana, superior a la azteca en opinión de algunos entendidos, que la mía nunca se entrometerá en cuestiones tan arduas y oscuras, hallarán los estudiosos de esas superiores disciplinas, fuente inagotable de investigación. Las reproducciones de las pétreas fortalezas de Sacsahuamán y Ollantantalbo, los ídolos de metales preciosos, los utensilios de labor, las armas bélicas, las joyas extrañas, las telas y tapices de variadísimos colores y dibujos, la prodigiosa alfarada despertarán la admiración de los aficionados al [...]. Menos de lo debido se cultiva entre nosotros esa difícil ciencia del pasado, pero, en cambio, el snobismo artístico halla pretexto para decir que esas reliquias de un ayer remoto, vastísimo, complejo e imperfectamente conocido, a pesar de los meritísimos trabajos de muchos arqueólogos de Europa y América, deben ser el objetivo principal, si no el único de todo intento literario y artístico. Para mayor claridad, esta orientación retrospectiva se pide y hasta se exige en nombre de las tendencias modernas, y al pretenderlo se olvida e ignora que en el arte, lo único moderno, a fuerza de eterno e inmutable, es el derecho de sentirlo y expresarlo, según el íntimo impulso de cada cual, y que tan legítima es la emoción estética ante la granítica pesadez de un monolito o la caprichosa policromía de un “hunco” de Nasca como ante un Cristo de talla o un cofre enconchado, aún doloroso a los jazmines y a las flores de chirimoyo que guardaban entre sus ropas las limeñas antiguas. Miraflores (Lima), 7 de enero de 1926 Las relaciones con Portugal también se vieron afectadas de forma positiva pues uno de los objetivos de la política del General Primo de Rivera era estrechar y fortalecer las relaciones con el país vecino. Se generó un vínculo entre ambos países a partir del cual se relanzó la política de unión con Sudamérica. Portugal abraza junto con el gobierno español la idea de acercarse a las repúblicas americanas y se suma a los esfuerzos que se están realizando. Queda relanzar la Exposición Hispanoamericana como algo en lo que Portugal se sienta incluido por lo que se opta por cambiarle el nombre por Exposición Iberoamericana, nombre con el cual llega finalmente a celebrarse en 1929. Este mismo año salen publicadas dos novelas de Angélica: Tiempos de la Patria Vieja por la editorial argentina Nuestra América y Uno de tantos, por la editorial Espasa Calpe en Madrid. Ambas novelas vienen a confirmarla en el panorama intelectual como la escritora que se ha estado perfilando a lo largo de todos estos años de “entrenamiento”. Curiosamente, reflejan las dos debilidades de Angélica: el Perú y España. Esta novela tan orgánica, tan bien trabada, tan henchida de humana verdad, marca la hora de madurez literaria de Angélica Palma, que ya en sus anteriores libros, nos diera netas muestras de sus singulares aptitudes para el dominio el género. En “Uno de tantos”, 272 Marianela ha llegado a la depuración y a la plenitud de sus facultades de escritura y volcado lo más puro de su estilo de noble estirpe castiza y lo más hondo de su fina sensibilidad y de su claro talento.456 Cuando se trata de hacer una narración sencilla y fiel de acontecimientos que se desenvolvieron dentro de un periodo historiado, para que el relato tenga su verdadero ambiente, es necesario poseer el exquisito sentido artístico de Marianela. Tiempos de la patria vieja traza la época agitada de nuestra independencia: es el relato más o menos verídico de sucesos que si no tuvieron protagonistas reales merecerían tenerlos, pues como los personajes de la novela se mueven naturalmente, sienten como nosotros sentimos, acabamos creyendo que efectivamente han vivido.457 La publicación de Uno de tantos no hubiera sido posible sin la ayuda de Mercedes Gaibrois, gran amiga de Angélica que ha estado pendiente de la edición de su novela, ha cuidado hasta el más mínimo detalle, ha corregido una a una todas las pruebas que le han ido llegando y ha velado por los intereses de su amiga peruana. Madrid, mayo 26 de 1926 Querida y recordada Angélica. Recibí la breve carta el 16-IV en que me encargas “ponga banderillas de fuego” a Calpe para que apresure la impresión de tu libro. Tu recomendación llegó cuando yo ya había apremiado a Barceló al que fui a ver a la unión Radio con Manolo. Al día siguiente de mi visita me mandó las pruebas ajustadas, pero no me gustó en la forma chapucera que lo habían hecho y le telefoneé, entonces él vino y me dio la razón, encargándose de hablar en la imprenta. También vimos que salen dos pliegos más, lo cual aumentaría mucho el coste acomodándonos al presupuesto (de que tú me mandaste copia) y Barceló mostrándose muy amigo tuyo me dijo poco más o menos: “No enseñemos este presupuesto, pues de entonces a acá se ha modificado la tarifa a favor el cliente, de modo que yo lo arreglaré para que no pase la factura de las 1700 ptas que ella (tú) estaba dispuesta a gastar”. Le rogué me mandase la nota escrita con el resultado de su gestión y aún no la he recibido, ni he logrado hablar con él por teléfono y como no quiero demorar éste te comunico el estado de las cosas y en cuanto tenga la noticia volveré a escribirte. El chico vino por las pruebas y trajo muestra para la cubierta, de la cual por cierto, nada me dijiste, por tanto no sé si te gustará lo que hemos escogido. Elegimos un papel marfileño o pajizo, combinando títulos en rojo y negro. Sentiría mucho no interpretar bien tu gusto. Dispensa la forma de escribirte 456 “Libros Nuevos. Uno de tantos”, en Variedades, 25 de septiembre de 1926. 457 “Libros nuevos. Tiempos de la patria vieja”, en Variedades, 4 de septiembre de 1926. 273 pero lo hago, volando, solo para tenerte al corriente de tu libro. Yo hice presente que con tal retraso conseguían que el libro saliera en verano, mala época.458 Algunas de sus amigas le escriben para felicitarla y animarla a que continúe su empresa. Es el caso de la poetisa mexicana María Enriqueta Camarillo y Roa de Pereyra, con la que muchas veces la prensa la compara y de su inseparable Mercedes Gaibrois de Ballesteros: Oportunamente recibimos sus dos preciosos libros, tanto los Tiempos de la patria vieja, como Uno de tantos. En ambas obras admiramos mi marido y yo su manera de escribir tan atildada y los asuntos muy bien en la obra histórica. María Enriqueta 9 de julio de 1927.459 Muy querida Angélica. Te devuelvo tus “Tiempos de la Patria Vieja” que he leído con verdadero encanto y te reitero mi felicitación más efusiva. Me ha gustado mucho esta tu segunda novela histórica. Tienes razón acaso el mejor capítulo para Raza Española sea el primero, pero también el último es muy hermoso.460 Teresa de Diez Canedo, esposa del escritor Enrique Diez Canedo, con quienes coincidió en Madrid en diferentes tertulias, charlas, reuniones, le escribe a Angélica manifestándole las ganas que tiene de volver a verla. …tal como U se merece nos hace seguirla y desearla en este Madrid tan lleno de vicios y virtudes. Tal vez con motivo de la Exposición de Sevilla la viésemos por aquí, ¡cuánto nos gustaría!461 Angélica, durante su estancia en Madrid, como se ha visto en capítulos anteriores, cubre una corresponsalía con la revista Variedades que dirige su hermano Clemente en donde cuenta su periplo por tierras europeas y retrata a los hombres y mujeres ilustres intelectuales con los que coincide en tierras españolas así como los acontecimientos históricos, culturales y sociales que vive en la Península. Dicha corresponsalía no terminará a su regreso a Lima sino que continuará hasta 1931. El 26 de noviembre de 1925 le dedica sus “Apuntes” a Enrique Diez Canedo a quien él considera “(…) esencialmente, el estudioso. Estudia en su casa y en la calle, en las salas de los museos y en las exposiciones de los principiantes que, a tientas, 458 GAIBROIS de Ballesteros, Mercedes, Carta a Angélica Palma, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 459 CAMARILLO y Roa de Pereyra, María Enriqueta, Carta a Angélica Palma, 9 de julio de 1927, Original manuscrito, Colección Casa Museo Ricardo Palma. 460 GAIBROIS de Ballesteros, Mercedes, Carta a Angélica Palma, s.d, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 461 DIEZ CANEDO, Teresa de, Carta a Angélica Palma, 19 de mayo de 1927, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 274 buscan nuevos caminos, en sus clases a los obreros, en las conferencias que da y en las que escucha, en la conversación.” (p.3755). A comienzos de este año Angélica es nombrada Miembro del Consejo Nacional de Mujeres del Perú, fundado el 3 de marzo de 1923 en el Salón General de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. En junio de 1926 y con ocasión del Congreso Bolivariano, celebrado en Panamá, el secretario de Instrucción Pública encargó a la educadora panameña, Esther Neira de Calvo, la organización y Presidencia del Congreso Interamericano de Mujeres a celebrarse del 19 al 21 de junio de este año. Angélica acude invitada al Congreso en reemplazo del Sr. Óscar Miró y su esposa, Josefina Cantuarias quienes por asuntos personales no pueden acudir y recomiendan a la organización que la inviten. El Sr. Miró y su distinguida esposa, dos bellas personas estuvieron a visitarme días antes de que esta nota me llegara y entonces pude saber por qué, con tant bondad se había pensado en mi persona.462 Angélica viajará junto a otra escritora peruana, María Isabel Sánchez Concha de Pinilla (Belsarima), en representación de la mujer peruana. Para tal evento leyó la conferencia, El pacifismo de las peruanas, donde tratará “… de dar a conocer el espíritu de la mujer peruana inclinado siempre a todo lo que signifique pacifismo.”. Quiero hacer constar que si en el corazón de la mujer arde un amor innato a la paz, en el de la mujer peruana este amor es más fuerte y se manifiesta en todos sus actos: en su cariño y protección a la niñez: en su amparo a la vejez desvalida y en su desvelo para todo lo que se llame caridad: desvelo que se traduce en todas las fiestas y actuaciones que organiza y que revelan el espíritu de paz y caridad que distingue a la peruana. Estoy segura que pintando el alma de la peruana, que comprende y aboga por la justicia del más débil, he de hacer llegar la forma como nosotras entendemos la paz.463 Llega a Panamá el 14 de junio de 1926, se aloja en el hotel Tívoli donde recibe la visita de periodistas que, conocedores de su participación en el congreso, no dudan en ir a entrevistarla. Tal es el caso del diario La estrella de Panamá que el 16 de junio publicará en sus páginas una entrevista con la escritora, en ella se manifiesta a propósito del “feminismo” que le asignan. -Y el voto, señorita Palma, y el feminismo de acción…? 462 RAMOS, Ángela, “Conversando con Belsarima y Marianela”, en Variedades, 12 de junio de 1926. 463 Id. 275 -Yo no creo que nuestra mujer esté preparada para el voto: lo primero que debemos exigir es preparación y sin preparación no hay voto lógico… - Y entonces cree usted que el feminismo es o debe ser inactivo, sin acción…? - De ningún modo, de ningún modo… Por lo mismo que no hay preparación debemos tender a prepararnos las mujeres del continente… Nuestra preparación es la defensa. -Ud. cree que las mujeres deben de defenderse? Quién las ataca? -Atacar, atacar, nadie… Pero nos tratan los hombres de cierto modo, como juguetes, como muñequitas y tenemos nuestra acción en la vida… Esa es nuestra labor en el Congreso de Mujeres, a eso tendemos.464 Angélica le confiesa al periodista el gran cariño que siente por el diario en el que trabaja ya que don Ricardo fue corresponsal de La Estrella de Lima, allá por 1881. Además lleva una conferencia titulada, Mujeres del Perúcon proyecciones. En ella hace un repaso de la vida y obra de todas las mujeres que se han distinguido moral e intelectualmente, según sus propias palabras. Esta conferencia será pronunciada finalmente en la Sociedad Entre Nous el 25 de junio de 1928 y en ella recordará las figuras de mujeres relevantes para la historia del Perú como Mama Ocllo, hermana y esposa de Manco Capac o doña Juana Alarco de Dammert, fundadora de la primera cuna maternal del país y a la que Angélica calificó de “abuela de los niños de Lima”, “prez de su sexo y de su patria”. A esta última y a la labor que realizó en el hogar que tuviera en Chorrillos, le había dedicado un artículo en la revista Variedades titulado Por la patria y por la Raza. La cuna maternal de Chorrillos, que fue publicado en 1925. Angélica está tan comprometida con la labor realizada por doña Juana Alarco, que será una de las maestras iniciadoras del proyecto de la Escuela Anexa a la Cuna maternal. Ella sigue ejerciendo lo que mejor sabe hacer: el periodismo. Su firma se ha hecho asidua en algunos de los mejores diarios del país y extranjero. Mercurio Peruano, El Sol, Variedades, Raza Española, Mundial, continúan contando con sus artículos en donde comenta libros, publica cuentos, redacta críticas literarias o simplemente cuenta sus impresiones ante los sucesos de la temporada. Desde su regreso de España, su trabajo se ha visto incrementado así como sus apariciones públicas pero en ningún momento pierde el contacto con España tal y como hiciera su padre. La Gaceta Literaria, periódico quincenal fundado por Ernesto Giménez Caballero, con motivo de la celebración de la Feria del Libro en Madrid, convoca una Exposición de autógrafos y manuscritos de diferentes autores españoles y americanos que se instala en el 464 En La Estrella de Panamá, República de Panamá, miércoles, junio 16, 1926, vol. LXXVII, n° 21.687. 276 local de Calpe, La Casa del Libro y se inaugura el 12 de octubre de 1927. Entre los autógrafos y manuscritos que se encuentran en la Exposición están los de Alfonso Reyes, Rufino Blanco Fombona, Enrique Gómez Carrillo y un ensayo manuscrito de Angélica que, amablemente lo dona para incentivar lo que el diario llama “culto por la cultura”465. Uno de los grandes proyectos editoriales que Angélica asumió fue Contando cuentos, no tanto por la repercusión editorial que tuvo pero sí porque suponía cambiar el registro en el que ella acostumbraba a escribir. Sus novelas son mezcla de historia y recreación de la realidad, se ensamblan en los restos de esa Lima que amanecía tras la Guerra con Chile. Su estilo rememora el de su padre en las Tradiciones y el que reprodujo la bohemia del tradicionista como Luis B. Cisneros. Contando cuentos va dirigido a otro público, quizás el más crítico, los niños. No es lo mismo inventar cuentos para sus hermanas y sobrinos que tomárselo en serio y dedicar todos sus esfuerzos en sacar adelante un proyecto editorial destinado únicamente al público infantil de uno y otro lado del océano o como ella misma escribe en la dedicatoria, “A los niños de mi idioma”. Antes de comenzar la negociación con la Editorial que finalmente lo publicaría, le comenta a su amiga Blanca de los Ríos su desconocimiento a propósito de las negociaciones en temas editoriales. Estoy en tratos con la editorial burgalesa “Hijos de Santiago Rodríguez” para publicar unos cuentos en la misma colección en la que apareció la “Historia de una muñeca española en Rusia”, de nuestra insigne Sofía Casanova; me han pedido mis condiciones para adquirir la propiedad y les he contestado que las propongan los editores; ojalá que no caigan en la cuenta de que mi ignorancia e ineptitud en cuestión de negocios motivan la respuesta.466 La Editorial burgalesa Hijos de Santiago Rodríguez le propone editar un conjunto de cuentos infantiles que Angélica tiene escritos y que, algunos de ellos han salido de manera independiente en diarios y revistas como es el caso de El niño que quería ser rey que apareció por primera vez en la revista Mundial el 7 de septiembre de 1923. Los cuentos saldrán en la colección que tiene dicha editorial, llamada “Biblioteca Rodríguez” y en donde han publicado sus amigos y admirados escritores Sofía Casanova o Armando Palacio Valdés. El 9 de agosto de 1928, la editorial escribe a Angélica para informarle de la edición de un catálogo general de todas las publicaciones ya que piensan hacer un “profuso reparto” 465La Gaceta Literaria, 1 de octubre de 1927, p. 1. 466 PALMA, Angélica, Carta a Blanca de los Ríos, 14 de enero de 1928, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 277 con motivo de las Exposiciones de Sevilla y Barcelona. En dicho catálogo aparece ya, integrado su libro “Cuentos para soñar…” y le solicitan ceda una fotografía suya para que aparezca. El título original de la recopilación de cuentos fue Cuentos para soñar, finalmente se publicaría como Contando cuentos. Fueron once cuentos con una pequeña introducción y un epílogo. Angélica utiliza el recurso del anciano que cuenta cuentos a los niños para enmarcar y justificar así la recopilación de estos ya que le sirve también de nexo común de todas las historias: Este era una señor de cabellos blancos y barba hasta el pecho, parecía un emperador viejo o un profeta como los de los cuadros de Historia Santa; referían que había viajado mucho, que había escrito libros y que sabía infinitas cosas; como era anciano, ya o viajaba ni escribía, pero contaba cuentos. A mediodía, y a veces también en la tardecita, salía de su casa, apoyado en un grueso bastón, encaminaba sus pasos lentos a la playa, y allí se arrellenaba en su butacón de mimbre con cojines de cretona, bajo la sombra de un toldo rayado. Rodeábanlo sus nietos –que eran muchos- y los amiguitos de sus nietos –que eran aún más- pidiéndole cuentos. Quien esté familiarizado con la vida de Don Ricardo Palma se dará cuenta, al leer el fragmento reproducido que Angélica rinde homenaje al anciano tradicionista en sus paseos por la alameda de Miraflores cuando los niños se acercaban a él pidiéndole que les contase algún cuento o historia con que distraer el tiempo. Tantas veces testigo de esta situación, Angélica no duda en comenzar así su narración. El epílogo le sirve a Angélica para recoger toda la tradición cuentística de los hermanos Grimm, de Charles Perrault, James Barrie, los cuentos de Las mil y una noches o los cuentos más conocidos del poeta colombiano Rafael Pombo que Angélica ha leído en las tardes infantiles de Entre Nous, (…) Sabrás otras historias, cuentos nuevos. Y nos dirás también esos fantásticos De hadas, bichos, gigantes y vestiglos [sic] Que a mí me gustan tanto: Blanca de Nieve y la madrastra infame, Caperucita Roja, los enanos, la Cenicienta, Simón el Bobito, 278 Y Rinrín Renacuajo; Dirás de Barba Azul y la Mirringa Y del festín a los señores gatos; De Aladino y su lámpara asombrosa, De Alí Babá y los cántaros; Del bravo Peter Pan, que a otros chiquillos Se llevaba volando Hasta Nunca- Jamás467 A través de la lectura de los cuentos de Angélica encontramos una emulación de la tradición cuentística española de Saturnino Calleja donde los cuentos siempre finalizan con una suerte de moraleja y la historia sirve al niño como ejemplo de una situación y cómo se tendría que comportar en ella. Lo que por otra parte, recoge la tradición de los exemplum medievales. Uno de los cuentos, La aventura de Pipo, reproduce el episodio de Pinocchio, el muñeco de madera creado por el italiano Carlo Collodi, que abandonó a su padre por seguir a unos saltimbanquis y finalmente es víctima de un engaño por la desobediencia. -Aquí no hay más mamá que yo- le contestó el bruto de Tony, poniéndole delante de las narices un puño gordo y colorado- ¡Creías tú, pichoncete, que solo por alcanzar la honra de viajar n tu ilustre compañía cargábamos contigo? ¿Pues estás fresco, preciosidad! Aquí vienes a hacer piruetas en la barra, a volar de un trapecio a otro, a dejarte de mimos, a hacerte hombre, a ayudarnos a ganar dinero, que para eso te llenaremos la barriga. Y cuidado con las jeremiadas y las lagrimitas por la mamá y la familia, porque lo que es la familia…Bueno, memorias a la familia. Los cuentos de Angélica fueron ilustrados por Pedro Antequera Azpiri, pintor de origen vasco que consagró muchos de sus esfuerzos en ilustrar historias dirigidas al público infantil. 467Blanca Nieves y los siete enanitos y La Cenicienta, son cuentos de los Hermanos Grimm; Caperucita Roja y Barba azul, de Charles Perrault; Peter Pan, de James Barrie; Aladino y su lámpara maravillosa y Alí Babá, de Las mil y una noches; y finalmente Simón el bobito, la Mirringa y Rinrín el renacuajo pertenecen al autor colombiano Rafael Pombo. 279 Sta. Angélica Palma. Mi distinguida colaboradora: Pascual Rodríguez en reciente visita de amigo y editor me ha entregado una cordialísima tarjeta de UD. tan lisonjera, que por ella quedo obligado a una actividad mayor en la ilustración de sus interesantísimos cuentos para ver si vemos pronto el libro terminado. Estoy abarcadísimo y agobiado de colaboraciones, invitaciones de exposiciones etc. Esta es la causa de que no esté ya entregado todo el original del libro delicioso de Ud. Francisco García Sanchíz me hizo, a la vista de la cubierta de “Contando Cuentos”, los más cálidos elogios de Ud. Celebro muchísimo la coyuntura que me ha facilitado Ud. para expresarle mi devoción y fervorosa amistad. Mis saludos y votos de prosperidad intelectual. Antequera Azpiri San Sebastián 3 abril 1929468 Como bien recordará Beatriz Cisneros en el homenaje que le rindió a su muerte la Sociedad Amigos de Palma, Angélica “puso todo su ingenio y entusiasmo en la organización de las Tardes Infantiles que “Entre Nous” ideara con el fin de hacer pasar a los niños ratos de esparcimiento a un tiempo sano y artístico; Angélica tuvo a su cargo la organización de una de aquellas tardes en la que hizo subir a escena un delicioso cuento de Pombo con magnífico éxito”469. Si hay algo a lo que es fiel, al igual que hiciera su padre, es a contestar todas y cada una de las cartas que recibe de sus amigos; con ellos intercambia libros, comenta anécdotas que suceden o incluso recuerda las tardes pasadas en su compañía durante sus años en Europa. Está preparando, a un año de celebrarse la Exposición Iberoamericana de Sevilla, su regreso a tierras españolas. No tiene la seguridad de que, pese a haber sido designada para trabajar en una de las secciones que cubrirá la Exposición, el Gobierno de su país la envíe con la comitiva que irá en representación. Sus amigas españolas, que extrañan a sus compañeras de tertulias, desean verla con motivo del certamen. El giro que ha dado la exposición de hispanoamericana a iberoamericana es comentado en el intercambio epistolar. Todos coinciden en que el gran enemigo es Estados Unidos y que la unión de españoles (a los que se han sumado los portugueses) y americanos logrará hacer mayor frente. 468 ANTEQUERA AZPIRI, Carta a Angélica Palma, Original manuscrita, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 469 Cfr. nota 143, pág. 21. 280 España progresa en todos los órdenes de una manera extraordinaria y si nos miramos a todos Udes seríamos una sociedad de naciones fuerte y nos impondríamos a todos hasta los Estados Unidos en vez de aguantar soberbias de esos señores y de algunas naciones europeas pero nuestra raza es demasiado individual y eso nos impide amalgamarnos y dominar. ¿No se animará V a venir durante la exposición de Sevilla? Sería una ocasión magnífica para volvernos a ver si Dios los permite! Mercedes Alcalá Galiano, 11 de abril de 1928 Y usted adivinará que siquiera por egoísmo deseo yo su venida para la Exposición (que no quiero llamar Ibero- Americana) de Sevilla, pensando en usted más que en nadie inicié el proyecto del Congreso de Hispanismo –que los buenos amigos obstruccionaron- de mi propósito de la venida de usted (aparte el Congreso) hablé a Altamira quien me dijo que podía solicitarse para usted una conferencia de la cual me hablaría; pero una conferencia ¿da para hacer una viaje como ese? Blanca de los Ríos, 27 de agosto de 1928 Espero tus cuentos con verdadero entusiasmo, y lo que aún es mejor, te espero a ti, pues ayer he tenido la satisfacción de firmar un pliego, en el que pedimos a tu Gobierno que te mande a España, y yo espero que no desatenderá nuestra súplica. Concha Espina, 14 de enero de 1929 La Exposición que esperaba celebrarse en octubre de 1928 vuelve a retrasarse por decisión de los países asistentes. No puedo expresarla cuanto me emocionan y me enorgullecen sus planes para que yo vaya a Sevilla, la verdad es que si la vanidad se me sube a la cabeza, sobre la conciencia de usted irá; en mis soliloquios me digo que si nada menos que Blanca de los Ríos se interesa tanto por mí, puedo creer que no soy poquita cosa. Tal vez me convendría que la Exposición se postergara hasta 1929, como por aquí se susurra, aunque también muchos afirman que el Gobierno español está resuelto a que se realice en este año; yo tengo, hoy por hoy, asuntos primordiales que, sin ser míos, me interesan como propios. En fin, Dios dirá, y de su Bondad infinita esperemos que diga lo que deseamos. Usted bien sabe que si necesita mi pequeño contingente para labores de aquí o de allá, su deseo será ley de las que se cumplen. Angélica Palma, Carta manuscrita a Blanca de los Ríos, 14 de enero de 1928. Colección particular. 281 Se espera que la revista que Blanca de los Ríos dirige, Raza Española. Revista de España y América, se convierta en el órgano de difusión de la Exposición. Si Blanca de los Ríos consiguiera que su revista fuese el órgano de la Exposición Hispano- Americana de Sevilla, habría a lo que se me alcanza, resuelto el problema de la desahogada vida del periódico, que se resiente de falta de interés, de exceso de “colaboración casera”. Conde de las Navas, 20 de noviembre de 1928. Y es que todos desean que la Exposición ayude a impulsar la parte cultural y de aproximación entre América, Portugal y España. El grupo editorial Prensa Moderna, en 1928, sacaba, dentro de la colección “Los novelistas”, una novelita de Angélica Palma, Al azar, en la línea de las novelas de corte rosa, con ilustraciones de Pedraza. La nueva fecha, el 15 de marzo de 1929 también se ve pospuesta por el fallecimiento de la reina María Cristina con lo que finalmente se celebrará el 9 de mayo de 1929 y será inaugurada por S. M. Alfonso XIII. El acto de inauguración tuvo lugar en la Plaza de España y asistió toda la presencia institucional nacional y de los países americanos invitados. Sevilla tenía la representación de veinte países americanos entre los que se encontraba Perú en cuya delegación se encontrarán Angélica, que irá acompañada de sus hermanas, y José de la Riva Agüero. El Pabellón de Perú no estaría terminado para la fecha de la inauguración. Será, además, un momento propicio para intensificar las relaciones amistosas de más de veinte pueblos cuyos vínculos de raza, de idioma o de intereses, san a la Exposición Ibero- Americana unos valores espirituales de indudable trascendencia en el orden de los sentimientos nacionales de todos los países concurrentes.470 Sabemos por una carta de Elena González del Real, la hermana de Teresa González de Fanning, que Angélica y sus hermanas, junto con la delegación peruana llegan a puerto inglés en los primeros días de setiembre. El 18 de septiembre de 1929, el diario para el cual era corresponsal, El Sol, anunciaba su llegada a tierras españolas: 470EXPOSICIÓN Ibero Americana, Sevilla, Talleres Tipográficos A. Padura, 15 de marzo de 1929, [p.2] 282 Angélica Palma, en España SEVILLA 17 (4t).- Procedente de Cádiz ha llegado en automóvil la Delegación del Perú, presidida por el diputado D. Francisco Graña, y de la que forma parte, entre otras personalidades de aquella República, la escritora Angélica Palma, corresponsal de EL SOL en Lima. Acompaña a la Delegación un destacamento de la Guardia civil peruana, constituido por un oficial, tres clases y diez unidades. En la expedición vienen 500 cajas con objetos de arte y productos típicos del país y ejemplares vivos de llamas y vicuñas. Angélica Palma ha continuado su viaje de Cádiz a Barcelona, desde donde vendrá a esta ciudad. (Febus.)471 Angélica tiene comprometida su estadía en España con varias conferencias repartidas entre Barcelona, Sevilla y Madrid. Su primera parada será la ciudad condal donde tendrá oportunidad de asistir a dos actos como conferenciante. El primero, programado para el 19 de noviembre de 1929 con motivo del Congreso Internacional de Historia de España que se celebra en la capital catalana. Perú estará representado por ”… José de la Riva Agüero, de la Universidad de San Marcos, y la señorita Angélica Palma del Perú.”. Algunas de las secciones en las que se divide el congreso están presididas por amigos de Angélica: Altamira, Ramón Menéndez Pidal y Rubio y Lluch, académico de la lengua con quien Don Ricardo intercambió nutrida correspondencia. La conferencia que Angélica ha escrito para esta ocasión es Abascal, Virrey del Perú, reproducida en El Heraldo de España y América. (…) Sin embargo, la mayoría de los españoles, no el insigne grupo de los estudiosos, reducido en España, como en todas partes conoce poco de su historia en América; la gigantesca hazaña del descubrimiento, la magna aventura conquistadora vibran en sus almas con ecos de epopeya; pero la existencia social y política del remoto imperio colonial durante tres siglos, las faltas y los aciertos de los gobernantes, su difícil tarea, los más acusados y definidos perfiles de tan largo y contradictorio periodo, apenas interesan salir a la generalidad. A los sinceros amadores de España, más sinceros cuando más creemos que “amor no quita conocimiento”, sino muy al contrario, lo busca y lo intensifica, tócanos contribuir a apretar el lazo histórico, más positivo que los anudados únicamente con hechos materiales y cifras concretas. Tal es la génesis, la disculpa acaso, del ensayo que sobre don Francisco de Abascal, personalidad 471El Sol, Madrid, 18 de septiembre de 1929, p.8. 283 preclara del virreinato del Perú, presento respetuosamente al Congreso de Historia de Barcelona. (…) El lunes 2 de diciembre de este mismo año y aprovechando su estadía en la capital catalana, Angélica dará una conferencia bajo el patrocinio de la Junta de Damas Hispanoamericanas472, en el salón de sesiones de la Diputación provincial, bajo el título Peruanas del pasado; en el mismo acto, el compositor peruano Teodoro Valcárcel interpretará diversas composiciones típicas. El acto fue presidido por la Baronesa de Viver quien se guardó las palabras de cierre del evento para elogiar a la conferenciante y al compositor. El Sol de Madrid recogía así la noticia: La conferencia de la señorita Palma ha sido una hermosa pieza oratoria, pletórica de erudición. Evocó la figura de la esposa del fundador del Imperio de los Incas, Manco Capac; la de Inés de Muñoz, esposa de Pizarro y convertida al catolicismo; la de la virreina de Castro, primera enviada por España, de la marquesa de Chiclón, descubridora de la quinina; la de Ramoncita, a quien le fue ofrecida la corona del Perú por los limeños en la época de la invasión napoleónica en España; de la criolla Micaela Villegas, conocidísima artista y amante del virrey Manuel Amat, el cual luego vino a Barcelona y casó con una sobrina, y finalmente, , de la señorita Rosa de Lima, cuya cuna se disputan Costa Rica y Santo Domingo. Habló también de la influencia de la mujer peruana en la cultura y en la civilización americanas, y se felicitó del interés que en España despiertan los usos y costumbres de las veinte Repúblicas que conservan vivo el recuerdo y el cariño a la madre patria. La disertación de la señorita Palma, acompañada de proyecciones, fue premiada con una gran ovación.473 Angélica para la prensa española es una vieja conocida tanto por sus corresponsalías o colaboraciones con algunos diarios nacionales o revistas como por los años que estuvo viviendo allí. Años en que como se ha viso se hizo notar por sus actuaciones en los diferentes centros culturales. Es fácil “seguirle la pista” a través de todos los diarios que iban constatando y reflejando cada uno de los pasos que daba además de por las noticias que ella trasladaba en sus corresponsalías. El imparcial, El Heraldo de Madrid, El Sol, ABC, La Época entre otros muchos diarios y revistas reseñaban sus triunfos en las letras españolas con sus conferencias y la publicación de sus libros. 472 La Junta de Damas pertenecía a la Unión General Hispano- Americana, creada en 1923. 473 “Acto hispanoamericano. Una conferencia de Angélica Palma”, en El Sol, Madrid, 30 de diciembre de 1929, p.1. 284 Tras haber pasado unos días en Barcelona, Angélica y sus hermanas viajan a Madrid donde se encontrarán con sus viejas amigas Blanca de los Ríos, Mercedes Gaibrois, Zenobia Camprubí, Concha Espina y un largo etcétera. Por esta época, Zenobia que ha montado una tienda con una amiga, se dedica a alquilar pisos amueblados para los extranjeros y son, precisamente, los americanos los que acuden a ella antes que a ningún otro lugar. Angélica, conocedora de esto, se ha puesto en contacto con ella para alquilarle uno para ella y sus hermanas durante su estancia en la capital. Supongo le llevarían ayer (…) para la ropa sucia y silla de cocina, de Galán, plato sopero, uno de postre, un azucarero, dos vasos de agua y la cafetera no, pero yo le explicaré cuando la vea por qué; el electricista debió ir a poner un enchufe y arreglar el otro por la tarde y el cerrajero a colocar dos toalleros en el baño y hacer una llave para el armario del espejo (...) El portero me prometió enviarle la sirvienta a las tres y dejé a Tomasa encargada de servir a Uds ayer. No le envío el inventario hasta el lunes porque aun cuando el convento envió la ropa lavada por la tarde me falta enviarle de casa las seis sábanas, dos paños de cocina y una funda. Si queda algo de todo esto pendiente el lunes o hay alguna diferencia con el inventario le ruego me lo digan. Suya Zenobia Camprubí de Jiménez Hoy sábado. El inventario lo enviaré mañana o el lunes a más tardar. No he tenido tiempo material de pasarlo a máquina.474 A su llegada a la capital, el 23 de diciembre de 1929, Blanca de los Ríos, Concha Espina, Díez Canedo, Teresa de León, los señores Urgoiti, Llanos Torriglia, las señoritas de Ballesteros y Champourcín entre ministros del Perú, Méjico y Uruguay y muchísimas más personalidades se dieron cita para ofrecer a Angélica un té en el hotel Ritz como bienvenida. Por supuesto, Augusta y Renée la acompañan475. En enero de 1930 y cuando las hermanas Palma se encontraban ya en Madrid, un hecho político sacude la tranquilidad del país: la caída de la dictadura del General Primo de Rivera. Este hecho inevitablemente repercutió en la Exposición pues, si recordamos el General había sido uno de los máximos impulsores de la celebración de la misma. 474 CAMPRUBÍ DE JIMÉNEZ, Zenobia, Carta a Angélica Palma, [enero 1931]. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 475 “Un té en honor de Angélica Palma”, en La Época, Madrid, 24 de diciembre de 1929, p.2. 285 En la caída de la Dictadura influyó el factor económico pues el valor de la peseta había sufrido una depreciación importante a lo largo de 1929 lo que sumado a otros factores ayudaron a que Primo de Rivera presentase su dimisión ante Alfonso XIII y que este no se lo pensase y la aceptase. El 8 de febrero de 1930, los diarios anuncian el té homenaje que el Lyceum Club de Madrid brindará a las seis de la tarde con motivo de su llegada a la capital. Angélica después expondrá su conferencia “Mujeres del Perú” que acompañará con una serie de proyecciones. Nuestra colaboradora hizo una bellísima disertación acerca de la mujer en la vida peruana. Su estudio histórico, a partir de la llegada de Pizarro hasta la época actual, tuvo interesantes aspectos por lo que se refiere a la participación femenina en la vida pública, su labor en el hogar y en la sociedad, sus aficiones y desvelos para prestar al hombre la mejor colaboración en las obras de civilización y de cultura. Aparte del estudio de orden sociológico que llevó a cabo Angélica Palma, son de señalar sus juicios y enseñanzas acerca de la vida peruana y las manifestaciones de orden intelectual y artístico en donde la mujer tuvo una participación relevante. La parte de la conferencia dedicada al mito y a la civilización de los aborígenes es un magnífico trabajo de síntesis histórica y erudición excelentemente orientada. Las proyecciones con que ilustró su trabajo ayudaron a prestarle a este una significación excepcional.476 Angélica y sus hermanas como hicieran en su primer viaje con la edición de las Tradiciones Peruanas, se proponen publicar el librito que escribiera su padre, Bolívar en las Tradiciones Peruanas. Para ello acuden a amigos que les puedan facilitar la llegada a un editor que estuviera interesado. Angélica piensa en la Compañía Iberoamericana de Publicaciones, la CIAP. Gracias a su amigo Antonio Ballesteros consigue que, finalmente en este año 1930 la editorial publique el libro. Mi dilecta amiga: Le adjunto la carta prometida. No me quise apresurar a mandársela porque el Sr. Ortega me indicó que el mejor día para verle era el miércoles. Puede V intentar hacerlo antes pero creo será preferible aguardar hasta ese día. Conviene que anuncie V su visita por teléfono. El de la Ciap es el Nº 53742. Siempre suyo devoto amigo Antonio Ballesteros Feb. 1930 476 “Conferencias: Angélica Palma, en el Lyceum Club”, en El Sol, Madrid, 11 de febrero de 1930, p. 12. 286 Este mismo año, España reconocerá una vez más, la labor desempeñada en el campo de la literatura por la escritora peruana a favor de la unión de España y Perú. En esta ocasión, será nombrada Miembro Correspondiente de la Real Academia de Buenas Letras de Barcelona, institución que había sido fundada en 1729, heredera de la Academia de los Desconfiats y cuyas actividades se centraban en la lengua y la literatura. También será nombrada Miembro Correspondiente de la Real Academia Hispanoamericana de las Ciencias, las Artes y las Letras de Cádiz, institución que había nacido con motivo de la celebración del primer centenario de la Constitución de Cádiz y que, al igual que otras tantas instituciones que se crearon en la primera década del siglo XX, su función era estrechar los lazos de ambos lados del océano. El 8 de abril, Angélica volverá a subirse a una tribuna para hablar sobre uno de los exponentes pictóricos más reseñables del Perú: Pancho Fierro. La conferencia la dará en la Unión Iberoamericana y el título de la misma será Pancho Fierro, goyista intuitivo que acompañó con proyecciones. Para comprender mejor la obra del original acuarelista peruano, raro caso de intuición artística, émulo remoto, humilde, ignorado e ignorante, pero indudable de Goya, a quien no pudo estudiar, en forma seria, y, probablemente, ni aun superficial, lo cual hace más interesante y curiosas las semejanzas que se encuentran entre el genio de la pintura moderna y el modesto artista de Lima, debe echarse una ojeada a la vida de la ciudad, cuyos tipos y costumbres, correspondientes a los tres primeros cuartos del siglo XIX, perduran animados por la gracia del ingenuo pincel de Pancho Fierro.477 Angélica tenía 7 años cuando su padre recibió la colección de acuarelas de temas peruanos que don Agustín de la Rosa Toro encargara al acuarelista en 1885. La mayor de los Palma encuentra muchas similitudes con pintores y escritores españoles e incluso siente una correspondencia entre las obras de Pardo y Manuel Ascensio Segura de quienes realiza una comparación con las obras plásticas del pintor mulato. Dice ser “émulo remoto de Goya” y es que, en definitiva, Pancho Fierro es pintor costumbrista de tipos y costumbres que han quedado inmortalizados gracias a su pincel. De ahí que la comparación con otros costumbristas incluso españoles le sirva a Angélica para cerrar su ensayo. Costumbrista plácido y risueño, de visión más clara que penetrante, francamente burlón, a la manera sencilla de Segura y de Mesonero Romanos, tan distinta a la aguda sonrisa irónica de Pardo y a la carcajada sarcástica de Larra, Pancho Fierro, nuestro gran 477 PALMA, Angélica, “Pancho Fierro, acuarelista limeño”, en Ricardo Palma, el tradicionista. Pancho Fierro, acuarelista limeño, Buenos Aires: Editorial Codex, Lima: Central Peruana de Publicaciones, pág. 84. 287 pintor indocto, ocupa lugar preferente en la historia del arte peruano, cuyo señorío corresponde a la hidalga sabiduría de don Francisco Lazo.478 Según nos relata, no pudo tener mejor destinatario el regalo pues su padre, Ricardo Palma, aumentó la colección comprando en anticuarios y cambiando las repetidas con José Antonio Lavalle. …reunió así 238 láminas del maestro criollo en dos tomos de un álbum que tituló Lima, tipos y costumbres, por Pancho Fierro, los cuales, por regalo de mi padre, son amada propiedad mía desde 1917.479 En el testamento del tradicionista, que se encuentra en la Casa Museo Ricardo Palma, encontramos que dice lo siguiente: Lego a mi hija Angélica el álbum de autógrafos y de caricaturas de Pancho Fierro la que podrá venderlo si se le presentase comprador por suma mayor de mil (1000) soles, cantidad que no acepté cuando lo solicitó un caballero norteamericano.480 Este trabajo será leído en la Sociedad “Entre Nous” a su regreso a la capital peruana, el 22 de octubre de 1931 y con motivo del IV Centenario de la fundación de la ciudad de Lima, saldrá publicado con una reproducción de algunas de las acuarelas de su propiedad, en 1935. El 16 de marzo, la revista Variedades vuelve a publicar una de las crónicas de Angélica Palma sobre la vida española donde se manifiesta a propósito de la caída de la Dictadura de Primo de Rivera. Se siente con autoridad para hacerlo pues ha vivido ambos momentos: el del nacimiento y el de la caída de la Dictadura. Aduce que si hay algo “grandioso e inolvidable” dentro de esta fue la “pacificación de Marruecos”. La Exposición de Sevilla, excusa de las hermanas Palma para regresar a la vieja Europa, se clausura finalmente el 21 de junio de 1930 bajo la presidencia del Príncipe de Asturias y tras la caída del General Miguel Primo de Rivera. Se habían puesto muchas ilusiones en ella ya que se esperaba un éxito mayor del que tuvo que fuese a la par de todos los esfuerzos que, por parte tanto de países invitados como de los diferentes Ayuntamientos, se habían hecho. Lamentablemente, el gasto que conllevó celebrar la Exposición fue mayor a los ingresos con lo que Sevilla adquirió una deuda con el Estado español con motivo del lavado de cara al que se sometió. 478 Id. pág. 92. 479 Id. pág. 88. 480 PALMA, Ricardo, Testamento, Casa Museo Ricardo Palma. 288 En cuanto a los aspectos positivos que tuvo el Certamen cabe señalar que gracias a la celebración del mismo, Sevilla logró ponerse a la altura, urbanísticamente hablando, de las ciudades del siglo XX. Se realizaron diferentes ensanches y se creó la Plaza de España, obra monumental. La Universidad de Sevilla salió beneficiada por la Exposición y el centro de estudios sevillano quedó como impulsor o promotor del americanismo. Durante este año, Angélica prepara un trabajo que sin duda supone un homenaje a las escritoras españolas olvidadas: Fernán Caballero, la novelista novelable. Ensayo biográfico dedicado a la figura de las letras españolas Cecilia Bhöl de Faber que vivió toda su etapa profesional y según dictaban las normas de la época, oculta tras el seudónimo masculino Fernán Caballero. Yo veo en la existencia de esa mujer singular más de un tema novelístico. Su historia juvenil podría proporcionar a una biblioteca rosa o blanca el romance de la dócil niña, casada por obediencia y sin amor con un hombre vicioso y rudo, incapaz de comprenderla. Resignada sufre la cándida joven las brusquedades y calaveradas de su marido, hasta que, violenta y libertadora, llega la muerte a romper el penoso yugo con oportunidad tal que parece un forzado recurso literario. Y luego la moraleja final, el premio a la virtud, simbolizado en el segundo esposo, enamorado, noble y rico, que en su palacio solariego ofrenda a la hermosa desposada su ternura y su caudal. La gran novela humana es la otra, la del tercer matrimonio, la del combate diario, abnegado y silencioso con la hostilidad del ambiente, las enfermedades y la pobreza, la del sangriento desenlace, la del prolongado epílogo de llanto, plegarias y encendida caridad. La novela realista del amor, el dolor y la muerte, idealizada por un nimbo de santidad. Y aun quedaría una novela más, la de Fernán Caballero, novela de introspección a lo Proust, con minucioso análisis del dualismo antagónico entre la doctrinaria, convencida de que sus pasos de mujer no deben salir del senderito acotado y trillado, y la imaginativa, andariega incontenible, que traspone vallas y abre caminos. ¿Una novela? ¿Varias novelas? De todos modos, una obra y una mujer.481 Con estas palabras cierra Angélica su novela biográfica sobre “la niñita que se llamaría en el mundo Cecilia Böhl de Faber y en la gloria literaria Fernán Caballero” (pag. 24). A la búsqueda de información con la que poder construir la novela publicada por Espasa Calpe, consagró Angélica todo el año. Con ese gusto innato que demuestra en cada una de las recreaciones de otros tiempos que ha hecho tanto en sus cuentos como en sus novelas, la mayor de las Palma reconstruye la vida no solo de Cecilia sino también de sus padres y de la 481 PALMA, Angélica, Fernán Caballero, la novelista novelable, Madrid, Espasa- Calpe, 1931, págs. 221-222. (Vidas españolas e hispanoamericanas del siglo XIX; 16) 289 época en la que les tocó vivir. Es curiosa la descripción que nos hace de la madre de Cecilia, Frasquita Larrea quien fue la primera en instaurar la suerte de reuniones literarias en Cádiz. La caracterización de la misma bien pudiera ser la de su madre, Cristina Román de Palma. Doña Francisca Xaviera de Larrea y Aheran, hija de español y de irlandesa, nació en Cádiz y se educó en Inglaterra, donde se familiarizó son la elctura de los grandes autores ingleses, desde el inmenso Shakespeare hasta Byron, el rebelde. De viva inteligencia, soñadora imaginación y vibrante sensibilidad, esta mujer pequeña, de morena tez, grandes ojos y encendida boca, andaluza neta,… (…) Formaban estas preocupaciones el alma de las famosas tertulias gaditanas; pronto tuvo Frasquita la suya, … Tal vez tuvo Frasquita su casa de Cádiz “con mueblaje de ébano a la griega”, como la de Chiclana descrita por su hija en No transige la conciencia, y recibiría a sus visitantes reclinada en un canapé, como madame de Recamier en el cuadro de David, aunque mejor puede suponerse, dadas su vehemencia y movilidad andaluzas, que, con traje de medio paso, alto de talle y escotado en redondo, discurriera de un grupo a otro de amigos, exaltándoles el patriotismo y el fervor monárquico con su palabra cálida y frondosa y el fuego de sus ojos vivaces. Era la morada de la mujer de Böhl foco, en política, del españolismo castizo, que literariamente significaba la renovación.482 Entre Niza y Madrid, Angélica va encajando las piezas del puzzle de la vida y la obra de alguien a quien los anales de la literatura casi ni consideraban y que es para Angélica un referente. A través de los cuadernos que utilizó para escribir la biografía novelada de la escritora se puede ir viendo el proceso de creación y la minuciosidad con que acometió la empresa así como la investigación bibliográfica que llevó a cabo. La elección del “personaje” de Fernán Caballero no es casual, responde a la corriente ideológica proveniente de Europa y de la que John Stuart Mill, Thomas Carlyle o el filósofo alemán, Fichte fueron sus máximos representantes. El tema del héroe había significado en el primer lustro del siglo XX la recuperación de muchísimas figuras históricas o literarias por parte de muchos pensadores e ideólogos. Amparados por el trabajo del historiador y ensayista británico, Thomas Carlyle, titulado Los héroes, muchos escritores habían rebuscado en el pasado histórico de sus respectivos países y rescatado la figura de personajes emblemáticos. Blanca de los Ríos había escrito, siguiendo esta línea, una serie de artículos en una columna que aparecía en Blanco y Negro y cuyas 482 Cfr. nota 481, págs. 17, 31-32. 290 protagonistas eran “Mujeres de la historia”. Entre otras mujeres Blanca rescataba del olvido la labor de María de Molina, Teresa de Jesús o Isabel la Católica. Y es que coincidía con Thomas Carlyle en la idea de que “…los libros, las palabras escritas,…; en ellos está el alma de todo el pasado, la voz articulada y audible de lo que se fue, cuando la sustancia corporal y material se ha desvanecido como ensueño”483. Doña Blanca publicó entre otros estudios uno dedicado a la figura de Fernán Caballero como paso previo para el estudio del Romanticismo en España. Sirviéndose del ejemplo de su amiga, Angélica en esta línea de pensamiento en que el escritor juega un papel fundamental, es un “héroe” capaz de traer a la memoria, escenas, nombres, historia, coge el testigo de su amiga y publica en 1931 lo que fue, en ese momento, una de las biografías más completas sobre la escritora gaditana. El 22 de agosto de 1930 y mientas Angélica se encontraba en España, Luis Miguel Sánchez Cerro lidera un golpe de Estado en Arequipa en contra del gobierno de Augusto B. Leguía. Angélica, precisamente desde Niza, escribe un artículo para el diario El Sol donde se ocupa del tema y muestra de una manera abierta su opinión sobre los hechos. IMPRESIONES LA ACTUALIDAD PERUANA No voy a hacer leña del árbol caído, ¡Líbreme Dios! Pero sí considero casi obligatorio, o como tal me lo presenta mi inquietud por vivir de alguna manera en estos momentos la vida de mi patria, decir a los lectores de EL SOL algo de lo mucho que me sugieren las importantísimas noticias venidas del Perú. ¿Han sido realmente esas noticias una sorpresa para quienes, ausentes del país, no podíamos seguir día a día las vibraciones de la opinión? No; muchos síntomas anunciaban el término inminente de los gobiernos de fuerza, cuyas excelencias tanto se ha proclamado y repetido en épocas muy próximas, que ya empiezan a parecer lejanas. Seguían loándose esas excelencias, pero los hechos que las desmentían provocaban manifestaciones congratulatorias; por ejemplo, el fin de la Dictadura en España; eran distintas las condiciones, y más aún las personalidades; pero la evidente semejanza, no diré de idearios, sino de métodos y procedimientos existente entre el Gobierno de España y los de determinados países de América, hacía que la intuición pública vinculara la suerte de uno y otros. A veces la obsesión latente de esta vinculación tuvo aspectos chistosos: en una ceremonia oficial celebrada el pasado octubre en el pabellón chileno de la Exposición de Sevilla, un alto funcionario español soltó en su discurso una parrafada ditirámbica, felicitando a Chile por la fortuna de tener, como España 483 CARLYLE, Thomas, Los héroes, edición, estudio preliminar y bibliografía seleccionada por D. Francisco- Luis Cardona Castro, Barcelona, editorial Bruguera, 1967, pág. 229. 291 entonces, una dictadura militar; el verboso señor ignoraba que el Gobierno de Chile se llama constitucional; pero se lo hicieron sospechar las caras furiosas de los delegados chilenos. La analogía decisiva, la determinante inmediata de la revolución victoriosa ha sido la caída del Presidente Siles en Bolivia. Allí, como en el Perú como en Chile actualmente, como antes en España, los estudiantes prendieron la chispa. Aún es pronto para formarse idea, sin otra fuente de información que la cablegráfica, del rumbo que los acontecimientos seguirán; contentémonos con lo que ya ha sucedido: la fuerza militar de Arequipa, la segunda ciudad de la República, se sublevó contra el Gobierno del Sr. Leguía, apoyada por la de otros departamentos del Sur y por parte de la escuadra; no hubo resistencia, prueba inequívoca de la necesidad de la revolución; el Presidente quiso enfrentarse al movimiento formando un Gobierno militar, y no lo consiguió; las tropas de Lima seguían la causa de las del Sur; algunos jefes del Ejército se presentaron en Palacio, pidiendo su dimisión al mandatario, y obtenida, lo llevaron preso a bordo del “Almirante Grau”, cuya oficialidad lo recibió respetuosamente. En la flamante situación figuran nombres respetables del Ejército y de la Armada, y uno hasta hoy desconocido, el del coronel Sánchez del Cerro, un hombre nuevo. Quiera Dios que en realidad lo sea. Ya se habla de disolver el Congreso y de convocar a nuevas elecciones; también de exigir responsabilidades, tarea difícil, penosa, delicadísima, a la que el espíritu nacional debe dar el sentido de mesura, de serenidad, de elevación, que no hubo, que no podía haber, en la hora de la adulación desbordante. Niza, 27 de agosto de 1930 En enero de 1931, el grupo España Femenina, fundado en 1928 por María Valle R. Mantilla, solicitaba al Ministro de trabajo que se le concediese a doña Blanca de los Ríos la medalla al trabajo por sus “…cincuenta años de trabajo constante en beneficio y honra de nuestra letras y de nuestra España. Realizó interesante labor en América, donde se la conoce y admira tanto como en nuestra tierra. Broche de unión de ambos continentes es su revista Raza Española.”. Entre las muchas adhesiones con que cuenta España Femenina en estos momentos están Sofía Casanova, Concha Espina, Josefa Alcalá Galiano y Angélica. Sofía, Concha y Josefa conforman parte de ese grupo de mujeres que se reúnen a conversar, que tienen sus tertulias, que apoyan con sus nombres y su notoriedad pública y respeto profesional iniciativas como esta. España Femenina había nacido a finales de la Dictadura del General Miguel Primo de Rivera con la intención de “proteger y orientar a la mujer de la clase media”. Para ello fundó una Bolsa de Trabajo, “para ayudar en su obscuro y mal remunerado esfuerzo”484. 484 “Cómo nació España femenina”, en Cultura Integral y Femenina, 15 de enero de 1933, pág. 13. 292 Comprometida con la situación de la mujer en general, sin distinción de nacionalidad ni de origen, Angélica se une al grupo de mujeres españolas que defienden la igualdad de derechos. A estas alturas, Angélica es Secretaria de Relaciones exteriores del Consejo Nacional de Mujeres de Perú. En Perú, mientras tanto, se vive una lucha parecida. Zoila Aurora Cáceres, contemporánea de Angélica e hija del presidente Andrés Avelino, llevaba años reclamando el sufragio femenino. Este año de 1931 asesorará a las trabajadoras de la Compañía peruana de Teléfonos y las apoyará en su huelga de protesta. Convocada una Asamblea Constituyente para este mismo año, Feminismo Peruano, organización que fundara Zoila Aurora en 1924, presenta un manifiesto a favor del sufragio. Perú está viviendo el cambio o la transición hacia la democracia después del llamado oncenio de Leguía lo que provoca diferentes cambios tanto sociales como políticos. La clase media crece y aparecen partidos políticos nuevos como la Alianza Popular Revolucionaria Americana (A.P.R.A) y el Partido Comunista del Perú (P.C.P). Desde fines del siglo XIX, las mujeres habían iniciado un camino hacia el sufragio femenino, Zoila Aurora Cáceres y Elvira García y García, amigas de Angélica no solo defendían el derecho al voto de la mujer sino también el derecho a una educación. Para que las mujeres pudieran votar era necesario que supieran leer y escribir; por lo tanto, garantizarles una educación implicaba que el día de mañana podrían ejercer el derecho de elección de los representantes de su país. En abril de 1931, Alfonso XIII, tras las elecciones municipales que se convocan para el 12, se exilia y abandona el país sin abdicar. El 14 de abril, se proclama la Segunda República Española. Días después de este hecho, el 17, Angélica le dedicará su corresponsalía en Variedades a este acontecimiento histórico, recordando el Primer Aniversario de Proclamación de la República. En ese artículo recordará la hermandad entre las Repúblicas Americanas y España, más latente ahora con la situación política que vive esta última. La vieja madre patria, ha dicho Araquistain, se transforma en la hermana más joven de las repúblicas americanas. Fraternidad cordial y renovada juventud que enorgullecen y estimulan a nuestras democracias con el ejemplo de la virilidad en la lucha y de la serenidad en el triunfo.485 El tiempo de las hermanas Palma en España se acorta, les quedan pocos meses en la Península y apuran sus días para asistir y concurrir a todos los actos a los que las invitan, no abandonan las tertulias de los miércoles en casa de Blanca de los Ríos o las reuniones y los famosos “tés” del Lyceum Club, como es el caso del Té organizado en despedida a Luisa 485 PALMA, Angélica, “La República en España”, en Variedades, Lima, 16 de abril de 1931. 293 Rojo, esposa del poeta mexicano Enrique González Martínez que se encontraba de paso por España. Las hermanas Palma reciben en su casa la invitación por parte de la Presidenta de la Sección de Literatura a la fiesta inaugural del Lyceum, que se llevará a cabo el 5 de febrero en la Calle Infantas, en Madrid. Antes de regresar a su viejo rancho miraflorino, Angélica acometerá en España y más concretamente en Madrid, la que desconocía iba a ser su última novela y que nunca llegaría a ver publicada: La sombra alucinante. La escribe a partir de un “extraño episodio” (como refiere Angélica en la carta prólogo que precede al libro) que el escritor y diplomático venezolano, Pedro Emilio Coll le cuenta durante su estancia en París. Las hermanas Palma en esta oportunidad vuelven a recorrer ciudades europeas como París, donde serán recibidas por los viejos amigos conocidos en su anterior viaje a la Península en 1921. El 13 de mayo de 1931, Angélica y sus hermanas se encuentran todavía en Madrid. La actividad creadora de la mayor de las Palma, no disminuye puesto que ya prepara conferencias para su regreso a Lima. Además de eso, el episodio contado por Pedro Emilio Coll, le bulle en la cabeza y planea darle forma de novela y llevarlo al papel. Desde que saliera publicada su novela Al Azar, en 1928, su tiempo lo han ocupado la biografía novelada de la escritora española Fernán Caballero y el ensayo sobre el pintor de tipos limeños, Pancho Fierro, el “goyista intuitivo”. Con la idea en la cabeza, escribe a su amigo Pedro Emilio a su residencia de París y le comenta lo que planea. La respuesta no se hizo esperar y en carta fechada el 13 de mayo de 1931, el diplomático le contesta lo siguiente: El caso singular, que algún día le referí embellecido y ennoblecido por la alta y diáfana inteligencia de Ud, en la novela que prepara adquirirá sin duda un valor y bulbo de piedra preciosa, cuando no era en manos sino un guijarro del camino. Pero le ruego, y muy agradecido de su bondad y de la franqueza que me permite, no hacer uso de mi nombre ni del de la persona con quien me confundió. No obstante que hace más de treinta años de este curioso suceso, su recuerdo, al citar nombres propios que se revolviera cierto “avispero literario”, como ha ocurrido con motivo de las publicaciones que acompaño a título de ejemplo y no por el “bombo” que contienen. Comprendo que mi deseo de tranquilidad, por decir así, es un poco egoísta, más la única forma de vida a que, por el momento, tengo que someterme…Cuenta con su perdón su sincero amigo e invariable admirador Pedro Emilio Coll486 486 COLL, Pedro Emilio, Carta a Angélica Palma, 13 de mayo de 1931, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 294 Angélica llegó a escribir la novela y se la llevó al Perú donde estuvo guardada hasta 1935, que la desempolvó del cajón donde dormía para escribir una carta prólogo, respuesta a la que años antes, en 1931, le había escrito su amigo. En ella se disculpa por “si las consecuencias resultaren deplorables” y le invita a que “no rehúya la responsabilidad y acepte la dedicatoria de LA SOMBRA ALUCINANTE como testimonio de mi admiración por el literato cultísimo, de tan amable ironía, de mi afecto por el amigo”487. En septiembre de este año, las hermanas Palma regresarán a su país, después de dos años de estancia en Europa. Atrás quedan muchas anécdotas vividas en compañía de sus amigos y la promesa y la esperanza de regresar. 487 PALMA, Angélica, La sombra alucinante (Novela que dejó inédita la autora), Lima, CIP, 1939, págs. 7-8. 295 De vestidos y modas Quien vio Lima hace veinte años, la reconocerá hoy difícilmente(…) La vestimenta antiguamente usada, debió ceder a la moda francesa; la saya, esa apretada sobrefalda generalmente en negro o color canela, que se ponía encima del vestido normal y ahorraba una toilette más cuidadosa, ha cedido su sitio al elegante vestido ancho de seda; …488 … las cabezas tocadas con mantillas de blonda o sombreros chicos, de terciopelo.489 488 NÚÑEZ, Estuardo, Viajeros alemanes al Perú. Cuatro relaciones desconocidas de: P. Wolfgang Bayer- Friedrich Gerstaecker- Karl Scherzer- Hugo Zoller, Lima, UNMSM, 1969, pág. 101. (Comentarios del Perú; 10). 489 Cfr. nota 148, pág. 136. 296 Uno de los grandes cambios que se producen en la fisonomía de Lima durante la segunda mitad del siglo XIX es la caída de las murallas que rodeaban la ciudad y que, ahora en 1868 y bajo el gobierno de José Balta, impiden la expansión urbanística a la que se aspira. La fisonomía de la ciudad cambia a imitación de lo que está ocurriendo en Europa pero también lo hacen los usos y costumbres de la sociedad limeña que copia con ojos anhelantes lo que Francia o Inglaterra hacen. Hombres y mujeres ven alteradas sus costumbres, sus formas de comportarse o de reunirse, en definitiva de relacionarse y así como surgen nuevos lugares de reunión o nuevas actividades de recreación, también surgen nuevas formas de vestirse que se copian e imitan. Aparecieron los primeros cafés (…), expresión de una vida urbana agitada que se daba tanto en la calle como en el recinto doméstico. La aristocracia, además de su endogamia, se caracterizó por el lujo. Su tiempo era invertido en actividades administrativas, veladas familiares, banquetes, juegos de naipes, corridas de toros, cacería de patos salvajes y venados en los terrenos de Amancaes y en los pantanos de Villa y Surco.490 -(…) ¿Nos abonamos a la ópera o no? (…) -Acompáñame a mi boudoir para que me ayudes a elegir el traje que llevaré la noche del estreno. -¡Vivan las mujercitas complacientes!491 La bella limeña, El Álbum, revistas dedicadas a las familias incorporan en sus páginas, secciones dedicadas a cubrir el espacio que otros periódicos habían dejado libre: la incorporación de novelas o cuentos por entregas o completos y de una sección dedicada a la moda hacen partícipe a la mujer como lectora y público objetivo. El romanticismo que había inundado las páginas de aquellos bohemios, compañeros de don Ricardo y que de alguna forma idealizaron y ensalzaron el pasado histórico da paso a una nueva corriente que se empapa de estos cambios que están transformando la ciudad y la sociedad que habita en ella. La realidad surge en contraste con la idealización romántica y el escritor costumbrista tiene plena conciencia de querer describir, esto es, desmenuzar en detalles, cualidades o circunstancias lo que se vive en esa Lima decimonónica. Luis Benjamín Cisneros escribirá Julia y explicará que uno de los motivos que le han llevado a escribir la novela es 490 ARROYO, Eduardo, El centro de Lima, uso social del espacio. Lima, Fundación Friedrich Ebert, 1994, pág. 43. (Serie Panel; 3) 491 Cfr. nota 6, pág. 133. 297 Por manifestar que la vida actual de nuestra sociedad no carece absolutamente de poesía, como lo pretenden algunos espíritus. El ridículo frívolo y la crítica hiriente se han apoderado muchas veces de nuestras costumbres; pero nadie ha estudiado hasta ahora su faz bella, elevada y poética. Hay sin embargo en nuestra existencia social, en nuestra vida íntima de familia y en nuestros hábitos populares un horizonte infinito.492 Y Clorinda, amiga del tradicionista y organizadora de las primeras tertulias a las que asiste Angélica, en la “Dedicatoria” de Herencia hablará del cambio que están sufriendo los gustos de los lectores y cómo demandan otro tipo de literatura que refleje los cambios que están ocurriendo, …el paladar moderno ya no quiere la miel ni las mistelas fraganciosas que gustaban nuestros mayores: opta por la pimienta, la mostaza, los bitter excitantes; y, de igual modo, los lectores del siglo, en su mayoría no nos leen ya si les damos el romance hecho con dulces suspiros de brisa y blancos rayos de luna: en cambio si hallan el correctivo condimentado con morfina, con ajenjo y con todos aquellos amargos repugnantes para las naturalezas perfectas, no solo nos leen: nos devoran. Angélica se sumará a esta nueva corriente, ya entrado el siglo XX. Seguirá el camino emprendido y fundado por su padre e inmortalizará escenas de la cotidianeidad limeña. Se sumó a aquellos autores como Luis Fernán Cisneros, Mercedes Cabello de Carbonera, Clorinda Matto de Turner, Carolina Freyre de Jaimes que encontraron fascinación por aquellos detalles cotidianos y populares que nada encierran de extraordinario y que por eso mismo son pintorescos, porque nadie los ha mirado nunca ni se ha parado a observarlos. Así, de la mano de estos escritores, los personajes, todos ellos pertenecientes a una clase social que fluctúa entre la clase media y la alta, pasean por una Lima aún colonial que despierta a los usos y costumbres europeos. Una de las grandes protagonistas de estos cambios que se están produciendo es la mujer que pasa a ser sujeto protagonista en un escenario público que hasta el momento, le había sido vedado. El traje de la saya y el manto, tras el cual quedaban escondidas de miradas indiscretas, queda relegado y las mujeres de la nueva sociedad optan por los vestidos de seda, encajes, blondas, terciopelos, rasos y mantillas que los nuevos comercios, instalados en el Jirón de la Unión, ofrecen. Observé de repente con sorpresa que Pepa y Julia habían dejado los géneros sencillos y los habían sustituido con la seda en su vestido diario. (…) 492 Cfr. 149, pág. 14. 298 El antiguo juego de té se había transformado, por ejemplo, en otro de hermosas, transparentes y matizadas tazas de China.493 La sociedad contempla cómo de esta forma, en silencio, y solo por el mero hecho de ser capaces de relegar el traje colonial por la moda venida de fuera, las mujeres van afirmándose y ganándose “el derecho a integrarse a la sociedad como un sujeto social capaz de expresarse”494. Las costumbres de hoy, (…) tienen siquiera la ventaja de aflojar un poco las ligaduras de la mujer, de hacerla más apta para manejarse por sí, más responsable de sus acciones, más consciente de su destino.495 Más allá de la superficialidad del disfraz con el que visten sus cuerpos, su actitud es interior. Quieren crear espacios donde les sea posible el ver y el ser vistas. Atrás quedan los balcones que impedían ver quiénes cosían mientras observaban el bullicio de la calle, o las ventanas de reja que permitían al paseante observar a aquéllas. Lima, que recibió el apodo de la engreída sultana de Sud- América por parte de Clorinda, debido al boom guanero despierta a los aires consumistas y los productos suntuosos que llaman la atención de aquellas que quieren asemejarse, aunque solo sea en las formas, a las modas provenientes del otro lado del océano. … las vidrieras de la Casa Broggi Hermanos. ¡Cómo deslumbraba allí la obra de arte aun al más indiferente consumidor de objetos de lujo! Magníficos barros rivalizaban con el bronce vaciado, el níquel trabajado a martillo, el mármol y la filigrana, multiplicándose entre lunas de Venecia junto a los jarrones del Japón, flores de porcelana, trepadoras de jebe y de cuero, miniaturas de carey, de ámbar, de sándalo y de oro. …muchos de aquellos que acudían al bazar con el meditado propósito de gastar solo veinte centavos en un bitter terminaban por abrir una partida más en la cuenta corriente o por abrir la cartera de Rusia con iniciales doradas y dejar sus billetes de cincuenta y hasta de quinientos soles en aquel bazar de las delicias que así vende objetos de fantasía femenina como venenos para el paladar masculino.496 Un universo nuevo que viene influido por el doble papel que en estos momentos le tocaba jugar a la mujer: el de esposa amantísima, ángel del hogar, madre ejemplar; y por otra 493 Id., pág. 45. 494 DENEGRI, Francesca, El abanico y la cigarrera. La primera generación de mujeres ilustradas en el Perú, Lima. Centro de la Mujer Peruana Flora Tristán- Instituto de Estudios Peruanos, 2004, pág. 23. 495 Cfr. nota 6, pág. 89. 496 Cfr. nota 152, págs. 31- 32. 299 parte, el de trabajadora, reducida su área de acción al servicio doméstico o a oficios ligados a aquellas actividades en las que una mujer que se preciara se desenvolvía en casa: planchadora, modista, etc. Comentando con quejas o chistes picantes los sucesos del día en el taller, salían las costureritas, después de refrescar ante el espejo sus personillas graciosas, a lucir por esas calles las galas veraniegas…497 De repente, en las páginas de muchas novelas empieza a reproducirse todo ese vocabulario nuevo que estaba incorporándose al vocabulario de las mujeres y que se escuchaba en las conversaciones que estas mantenían. Es toda esa serie de términos referidos a las prendas, telas, colores y expresiones textiles los que vienen a enfatizar el protagonismo que estaban adquiriendo los objetos materiales y por lo tanto, perecederos. …; abandonaron los convidados sus asientos, agrupándose en corrillos, y fue centro del más animado la gentil figura falda de brocado, sobre la que caía en pesados pabellones la túnica de tisú, alargado el talle breve por la punta del ajustado corpiño adornado con encajes de Malinas, que en cascadas descendían de las mangas cortas y se rizaban en torno al escote (…)498 …, sus miradas furtivas hacia la esbelta figura varonil que continuamente estaba al alcance de su vista, plantada a firme sobre las piernas nerviosas moldeadas por medias de seda, realzada la airosa prestancia por la casaca de raso color pasa, con alamares oscuros sobriamente entrelazados de hilos de oro,…499 En la moda femenina que pasea en la segunda mitad del siglo XIX por las calles de Lima, se pueden observar gustos franceses tanto en el nombre que reciben muchas prendas de vestir que se ven, como en las texturas o calidades de las piezas que se venden. -¡Elegantes con esta pobretería!¡Si vieras la chaquetita de petitgris de Fifí!500 La criada ha levantado prestamente el mantel y vajilla, ha cubierto la mesa con un tapete de felpa verde, ha puesto al centro e él un rectángulo de encaje Richelieau, encima de éste…501 Y así, las palabras como gros, guipur, terciopelo, rasos de tul de valsarinas y moiré, el ambigú o los guantes de Preville van conformando el fondo de armario de cualquier dama de sociedad. 497 Cfr. nota 1, pág. 119. 498 Cfr. nota 82, pág. 46. [El resaltado es mío.] 499 Id., pág. 80. [El resaltado es mío.] 500 Cfr. nota 148, pág. 141. 501 Cfr. nota 6, pág. 168. 300 En muchas cosas siguen la pauta marcada por España que ha visto relegadas muchas de sus prendas nacionales, como la mantilla, a favor del uso del sombrero. Este se convierte en el elemento fetiche de la aristocracia que no sabe salir sin él. Aunque no se desmedra tampoco el uso de la mantilla española, esta ha pasado a un segundo plano. …la esperaba, bellísima con un traje de terciopelo azul, muy oscuro, que hacía resaltar el firme dibujo de las formas esbeltas y llenas y la blancura satinada del rostro, dulcemente iluminado por los ojazos árabes; llevaba botones de perlas en las orejas y un sombrero grande, negro como el manguito y como la piel que al entrar se quitó, …502 Muy mona con su oscuro vestido sastre alegrado por los adornos de lencería, y su gorrito de piel, encasquetado sobre los rizos locos.503 Solo en la novela Coloniaje romántico, en la que recrea la vida, usos y costumbres de la época del Virrey Marqués de Castell-dos-Rius, Angélica hace hincapié en el uso de la mantilla y de los encajes que utilizaban las señoras para cubrir su cabeza, costumbre hispana. Aunque aparecen menciones en algunos de sus cuentos sobre el uso de esta, bien es cierto que según avance el siglo, será casi anecdótico. …anunció la llegada de la marquesita que, con lujosa basquiña negra, en lo alto del moño la calada peineta de carey transparentándose bajo el rico encaje…504 El empleo de mantillas, peinetas de carey, encajes de Malinas, abanicos de marfil calado, pañuelitos de encaje, tiras bordadas, se conforma como los complementos obligatorios con los que debería hacerse cualquier mujer que quisiera mostrar distinción en su atuendo. La moda, el lujo en las prendas de vestir, la ropa y los artículos con los que se hagan adornar o con los que complementen su vestimenta, se convierten así en símbolo de prestigio y distinción. Es curiosa la fijación que manifiesta Angélica por el calzado de sus personajes. Encontramos numerosas menciones que se fijan en chapines de raso, medias de seda, zapatos de áureas hebillas, zapatos de seda y charol. Mientras que la caracterización que se realiza de la forma de vestir de las mujeres es mayor, en los hombres casi siempre, el narrador se detiene en sus zapatos y así los distingue socialmente. El vestido, el atuendo del que hagan gala los personajes será síntoma de status social y por lo tanto, distinguirá clases. Ejemplo de esto es el contraste que se produce entre los 502 Cfr. nota 6, pág. 70. 503 Id., pág. 134. 504 Cfr. nota 82, pág. 66. 301 chapines de raso de la Marquesa, protagonista de Coloniaje Romántico y “los pies de limeña antigua, que conocieron la suave cárcel de los zapatitos de cordobán”, que nos describe en el cuento La frase de la abuela. Al estilo del Modernismo de José Asunción Silva con su novela De sobremesa, de las Sonatas de Valle Inclán y del inconfundible Rubén Darío, Angélica ensalza el efecto que generan las joyas y las gemas en los ojos de quienes las observan. Realiza una descripción sinestésica de ellas que, atractivas para las mujeres, ejercen el poder con el que fueron pensadas. …entregó a su prometida sendos estuches que irradiaban el verde fulgor de las esmeraldas, el deslumbrador de los brillantes y el suave oriente de las perlas. (…) alhajada con esmeraldas que le rodeaban la mórbida garganta, colgaban en arracadas de las orejas pequeñitas y refulgían entre los bucles de la cabellera levantada sobre la frente.505 Otra característica es la influencia que tienen las revistas de moda y/o figurines ya que se incluirán láminas y grabados que proyectarán la imagen de la mujer elegante cortada bajo el patrón europeo, lo que repercutirá en los deseos y peticiones de las damas limeñas. La revista La bella limeña, periódico para las familias. Literatura- Historia- Modas- Costumbres de a penas once números y que apareció en 1872 contó entre sus secciones con la “Revista de la moda” en donde se alternaban artículos que venían desde París con otros, escritos desde Lima506. Pero, a más de los encantos de la poesía, de la novela de costumbres, del romance y del cuento moral del que La Bella Limeña será un magnífico repertorio, ofrecemos a nuestras hermosas una buena revista de modas, que nos vendrá especialmente de Europa y que las tendrá al corriente de cuanto el genio y el gusto inventen para el uso y la elegancia.507 Normalmente, dichos artículos vienen refrendados por condesas y marquesas que simbolizan el buen gusto y la elegancia y que, por lo tanto, sus palabras se convierten en argumento de autoridad para las damas de la sociedad limeña. Las revistas lo saben y recurren a los títulos nobiliarios para generar expectación y demanda en la sociedad. 505 Id., págs. 21 y 46 respectivamente. 506 SALAS, César, “Los oasis de vida. Revistas literarias limeñas del siglo XIX”, ponencia en la mesa “Los medios y la historia”, dentro del Seminario Historia de los medios de comunicación (IX), organizado por la Pontificia Universidad Católica del Perú, celebrado el 18 de mayo de 2007. 507 En La Bella limeña, periódico para las familias. Literatura- Historia- Modas- Costumbres, Lima, domingo 7 de abril de 1872, año I, número 1. 302 Las revistas de moda escritas últimamente en París, por las señoras Vizcondesas de Renneville y Castelfido, versan necesariamente sobre los vestidos, telas y adornos propios de la Primavera, que no es, por cierto, la estación en que al presente nos encontramos. “El Americano” de don Héctor Varela discurre muy largo, en su Revista de la Moda, acerca de la gran variedad de sombreros que se usa hoy en París, pero siendo todos ellos de verano, y hechos de encaje, o por lo menos de granadina o de faya, creemos escusado detallar a nuestras lectoras, algunas de las formas que se estilan. (…) Los periódicos de ultramar nos hablan hoy, sin embargo, de un nuevo peinado a la Orleans.508 Angélica, en uno de sus cuentos, “Lo que no vuelve”, escribirá la opinión que las mujeres tienen de lo que piensan los hombres sobre lo que se cuentan en sus relaciones epistolares. Entre sus conversaciones, los hombres dan por sentado que se encuentran consejos de moda o consultas relacionadas a las prendas de vestir: Sobres rectangulares de doble cubierta, de apagados tonos, maculados por sellos de correos, atravesados por aristocráticos caracteres angulosos que forman un nombre de mujer, ¡cuán desdeñosamente os miran los hombres… porque no vais dirigidos a ellos! Suponen que, en casos tales, solo podéis encerrar chismecillos mundanos, detalles de tocador, pueriles consultas sobre achaques de modisterías, protestas de fingida amistad.509 La ciudad, Lima, ha cambiado y las tiendas y modistas franceses más reputados se dan citan en la calle de Mercaderes y las contiguas al Jirón de la Unión que se han poblado de comerciantes, modistas, sastres, sombrererías que suenan en sus nombres a extranjeros aunque los regente alguien local. Allí, es frecuente ver a mujeres que acompañadas de otras, entran y salen buscando la pieza que nadie en Lima tiene, o lo más exquisito para mostrar en casa de Zutana o Perengana, en los bailes y reuniones. Las damas fueron deteniéndose en el trayecto de Mercaderes, escogiendo en los almacenes de Guillón, Pigmalión, etcétera, guantes, abanicos, flores, perfumes, encajes y cuanto es necesario para el tocado de personas que han de presentarse en los salones de la refinada sociedad.510 Se quiere y se desea lo que viene de fuera, lo que contienen las revistas que trae el vapor y que se anuncia como “la última moda en París”. Los conceptos de clase y de elegancia importados también generan sus críticas entre quienes reclaman el respeto por lo 508 “Revista de la moda”, en La Bella limeña, periódico para las familias…, Lima, domingo 26 de mayo de 1872, número 8. 509 Cfr. nota 238, pág. 483. 510 Cfr. nota 152, pág. 35. 303 propio e intentan convencer a las damas limeñas de que no siempre lo de fuera puede sentar bien. Así leemos en La Bella limeña (12 de mayo de 1872) que: …, jamás puede ser de buen tono, comprar un vestido de pacotilla que se ha cosido en el extranjero, para quien quiera comprarlo, ya sea una señorita o la cocinera de su casa. Es mejor que los vestidos se hagan expresamente para una pesrona; así quedarán mejor entallados y arreglados, y se dará una prueba de que en el pa{is se tiene también un exquisito gusto para confeccionar un vestido tan elegante como los que nos traen de Europa. En una palabra: la moda a este respecto es no ponerse los vestidos que ya vienen arreglados: el furor es que los cosan las mismas señoritas que van a acicalarse con ellos. La moda y los usos que se devienen de esta crean el sentimiento de querer aparentar, de convertirse para otros en ejemplo de buen gusto y elegancia. Es más importante aparentar que ser y la nueva burguesía, aparecida como producto del enriquecimiento vivido con el guano, cae en la trampa del consumismo fácil. -Su automóvil- recalcó Jenny- suyo, ¿entiendes? Se lo regalado su padre para ella sola; ese es un padre que se respeta, y no como el mío: taxi, y gracias, que si se nos pone en plan de ahorro, un quince p´al tranvía. -¡Qué expresión tan ordinaria y qué falta de respeto, Jenny! Ni en broma acepto que hables así; tu padre, el pobre si pudiera os daría tanto como a Fifí el suyo; pero hay que conformarse; la situación de nuestra casa no es la que antes fue; ya ves, la berlina la tenemos a medias entre tu madre y yo;…511 La vanidad y las apariencias van conformándose en un binomio que se despierta ante la posibilidad de verse frente al otro y poder compararse en las calles de esa pequeña aldea donde todos se conocen y todo se sabe. Alicia guardó silencio, la madre rezongó al oído del esposo que aquello de dejar sola a la niña con el primo le parecía impropio, (…) -Eres tonta, mujer. En cinco días que llevamos en París no han encontrado estos muchachos ocasión de hablarse a solas; hay que ayudarlos, así se entenderán. -Sí, pero entretanto la gente los ve solos y sabe Dios lo que dirá. -¡La gente, la gente! ¿Te crees, alma de Dios, que estás en tu tierra donde todo el mundo conoce a Alicita Arteaga, o que el Bois [París] es el paseo Colón?512 511 Cfr. nota 148, pág. 141. 512 Cfr. nota 13, pág. 41. 304 Luis Benjamín Cisneros pone en boca del narrador de su novela Julia el siguiente juicio crítico que, sin duda, refleja lo que en la sociedad limeña se respiraba y cómo eran vistos y analizados esa elegancia y savoir fair impostados por no venir desde la cuna, de nacimiento. Cuando una mujer nacida en cierta esfera de bajeza se mira repentinamente elevada a otra, procura mantenerse en ella llenando todas las exterioridades y fórmulas de vanidad y de lujo que su posición le exige. Cree que, satisfaciendo estas necesidades aparentes de la vida que lleva, nada puede reprochársele y por este hecho se considera igual a las más distinguidas señoras. La verdad es que con el aparato ruidoso de que regularmente se rodea, deslumbra, fascina y a veces llega a olvidar su origen o sus faltas. En su vida privada no se preocupa de otra cosa que de esas condiciones externas y alucinadoras de su existencia, necesarias un día a sus hábitos y a su orgullo. Conversa incesantemente, y con cuantas personas encuentra, de todas esas vanidades que forman su eterno pensamiento. No habla más que de los vestidos, las sedas, las alhajas, los muebles, las propiedades, las compras recientes que ha hecho, las tertulias, la etiqueta y la moda. Cuando habla de un rico y hermoso traje, compone los pliegues del suyo para que el interlocutor se fije en él, y si recae la conversación sobre los brillantes y coloca la mano de manera que el rayo puro del que guarnece la sortija vaya a herir, como por un efecto de casualidad, la mirada del joven que la escucha.513 Faustina Sáez de Melgar, escritora y periodista española, abogó durante el siglo XIX por la igualdad de la mujer en el plano de la educación con el objetivo de que esta pudiera darle mayor conversación al marido ya que, según la época, la falta de buenas conversaciones era la culpable de la ruptura de la mayoría de las parejas. Esta escritora, en mayo de 1872, escribía un artículo titulado “La frivolidad. (Estudio social sobre la mujer)”, aparecía en la revista La Bella limeña y en él denunciaba cómo uno de los defectos que más desconceptúan a la mujer es la frivolidad que por lo general y a su entender, ataca a las mujeres que han recibido una educación “ligera y superficial”. Mujeres que se encuentran en cualquier clase social ya que es una cuestión de carácter más que de sentimiento, de ahí que no perdone a las que pertenecen a clases sociales altas que pudiendo invertir su dinero en una educación “sólida y necesaria”, “no se cuidan de eso, porque ven asegurado su porvenir con las cosas materiales que poseen, por más que estas son perecederas, y eternas las intelectuales”514. Las mujeres son las víctimas de la frivolidad, las que se dejan llevar por el lujo, el consumismo, la apariencia y la vanidad lo que les lleva a la crítica de la posible rival y a la humillación o el descrédito de esta. 513 Cfr. nota 149, págs. 38- 39. 514 SAEZ DE MELGAR, Faustina, “La frivolidad (Estudio social sobre la mujer)”, en La Bella limeña, periódico para las familias. Literatura- Historia- Modas- Costumbres, domingo 12 de mayo de 1872, Año I, número 6, págs. 42- 43. 305 (…), y las señoras comenzaron aquel riguroso examen del tocado, apuntando en la mente los menores detalles del vestido de terciopelo, azul marino, con botonadura de brillantes en el corpiño de escote, abierto para dejar franco un valioso collar de perlas que circundaba el cuello alabastrino de la señora de Marín; y el vestido rosa espiritual ornado de margaritas naturales que invadían hasta la ondulosa cabellera de la joven, perfumando entre tal cual detalle de encajes blanquísimos. - Ese es corte de Madama Ducruet – (…) - Sí, creo, y en el vestido de la niña resalta la mano de madama Gaye. - ¿Quiénes son estas?- preguntaba la señora de Quinteros a otra amiga suya. - Son serranas, creo. - Así lo dicen a gritos los botones de la vieja.515 Muchos escritores reflejan el materialismo al que la mujer se somete porque es la principal causa de la ruina de los hombres que, solícitos a lo que la mujer que anhelan desea, caen en la trampa y sucumben a sus caprichos. …las mujeres, como lo he dicho, son la principal causa de la ruina de los hombres; la vanidad y la sensualidad las hace insaciables en lo que atañe a adornos y buena mesa.516 Juzguemos únicamente a nuestras mujeres en relación con lo que es casi siempre la verdadera piedra de toque: el dinero. - Poquito que les gusta el lujo!- dijo con acritud Alfredo Borja. - Por eso es tan digno de admiración que sepan privarse de él y que no le sacrifiquen sentimientos ni deberes. (…) ¡Cuántas mujeres de la mejor sociedad, jóvenes y hermosas, abandonan salones y paseos por cumplir las obligaciones que la maternidad les impone y de las que podrían eximirse pagando!517 Todo esto afecta a la economía doméstica pues su afán de ostentación y la “pasión por la exterioridad”, como diría Luis B. Cisneros, llevarán a muchas familias a aparentar lo que no se es y lo que no se tiene. A través de lo material y del disfraz se busca la aprobación del resto que observa, mira, cataloga y juzga cada detalle. La apariencia es la clave para tener la aprobación de la sociedad. Aquello de “hay que mantener las apariencias” es, en efecto, un lema, un slogan de campaña para quienes viven la realidad a través de la mirada del otro. Si alguna vez lamentando su encierro, aludía a las chiquillas pobres como ella, que veía regresar del colegio zarandeando risueñas las bolsas de libros y labores, el padre 515 Cfr. nota 152, págs. 58- 59. 516 FREIZIER, Amedée F., “Bocetos de Lima 1713”, en El Perú vito por viajeros. Tomo I. La costa. Prólogo, recopilación y selección por Estuardo Núñez, Lima, Peisa, 1973, pág. 13. 517 Cfr. nota 6, pág. 42. 306 escandalizado de esas tendencias plebeyas, increpábala duramente: -Esas serán pobres como tú, pero no decentes como tú, que no puedes presentarte en la misma facha que ellas, ni asistir a las mismas escuelas, tú necesitas calzado fino, ropa elegante como las niñas de clase igual a la tuya, las que van a colegios de fama;…518 Luis B. Cisneros resume esa debilidad que manifiesta tener la sociedad limeña con palabras duras poniendo de manifiesto cómo la entrada de nuevos factores materiales en el día a día ha sido causa de la pérdida de los valores tradicionales de esa Lima que se va…, de la que hablara José Gálvez. No es precisamente la pasión del lujo lo que reina en Lima, es la pasión por la exterioridad. El presupuesto de la casa, encargado a la madre de familia es religiosamente ejecutado y estrictamente cumplido. Por mucho que se haga sentir la escasez, su tierna pensión, su lucidez de inteligencia y su exquisita solicitud, miden, arreglan y disponen siempre de tal manera, que satisface todas las necesidades domésticas. Estas últimas alcanzan un límite fijo, al paso que la emulación, el capricho y la vanidad no alcanzan ninguno. Muchas veces las condiciones interiores de una familia contrastan con el aparato deslumbrador de su exterioridad. No es, pues, el amor a las comodidades de la vida doméstica lo que devora a nuestras familias; es cierto deseo de aparentar, rivalizar, deslumbrar, humillar a los demás, herir y fijar la atención en la Alameda, en el teatro, en las tertulias, en los salones y, lo diremos de una vez, hasta en los templos. El nuestro es un lujo ficticio, excitado imprudentemente todos los días por el recíproco y falso ejemplo de unas familias hacia otras.519 La mujer parece haber adquirido libertad en sus movimientos, es frecuente verla acompañada de otras mujeres pero sin compañía masculina, por las calles de Lima, yendo al centro en busca de las últimas novedades, o paseando para simplemente, lucir sus galas y llamar la atención de quienes las observan. (…); yo me refiero a otras condiciones provenientes del cambio de educación y de hábitos, y que tienen gran influjo en el carácter individual y en el de la sociedad toda. Tenemos, por ejemplo, esta preciosa moda que permite a las niñas solteras andar solitas por esas calles de Dios, recorriendo tiendas, asomándose a iglesias, visitando a Fulanita y a Zutanita y acompañándose con ellas para que se les acerque cualquier barbilindo, y armar la combinación, como dicen con una naturalidad que no sé si llamar ingenuidad o descaro. Antes, ¡cuándo salía una joven, aunque fuera casada, sin compañía respetable!520 518 PALMA, Angélica, “Dramas vulgares”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año II, Dic. Nº 24, 1920, págs. 18- 19. 519 Cfr. nota 149, págs. 128- 129. 520 Cfr. nota 6, pág. 88. 307 -De todos modos- insistió la obstinada vieja- no me negaréis que las amistades que en Palacio se contraen, dan lugar a fiestas y devaneos bastante reñidos con la severidad de costumbres. -Mirad, señora,- explicó el marqués- ha cosa de tres meses que por primera vez acudió Violante al lugar nobilísimo donde el nombre y el rango de su marido la llevaban, y, en todo este tiempo, aparte de algunas veladas académicas, ¿a qué fiestas ha ido? Únicamente a una cena de los marqueses de Brenes y a una pachamanca, el día de Pascua, en el pacayar de los de Campo Ameno. -Mucho es para moza de sus años- sentenció la esposa del tesorero de la Cruzada,- porque despierta el gusto para futilezas y lo aleja de las obligaciones. Hoy mismo, que vengo a su casa en horas que debía dedicar a labores de buen gobierno, encuéntrome sin ella.521 E incluso Manuel Ascensio Segura en sus cuadros de costumbres refleja este cambio en la vida de la mujer y lo pone en tono de crítica en boca de un esposo que ve alterada la paz de su hogar y su tranquilidad matrimonial por las múltiples salidas que realiza su mujer. Entonces, todo su entretenimiento consistía en componerme la corbata o sacudirme el vestido y era tan poco callejera, que me costaba infinito que saliera a misa los domingos. (…) No habrán transcurrido ni seis meses de engreimiento y de ventura, cuando mi amada consorte ha dado al traste sus mimos, su recogimiento y su ahorrativa. Ya no hay diversión pública a la que no asista y a la que no se presente de todo TECUM en contrapunteo con la más encopetada.522 Angélica copia, en muchos de los aspectos aquí señalados, a los escritores más admirados por ella como son Benito Pérez Galdós y Emilia Pardo Bazán. La serie de novelas protagonizadas por mujeres de Galdós y los cuentos de la Bazán, ofrecen a la mayor de las Palma, modelos que copiar, realidades en las que fijarse que se convierten en objeto de descripción en sus novelas. Así, el naturalismo de las novelas de Galdós donde predomina una observación minuciosa de ciertos círculos sociales que adoran el lujo y la ostentación, encuentra su réplica en las novelas de Angélica: Tenía este palacete, junto al vestíbulo, adornado con plantas exóticas en tiestos japoneses, un lindo saloncito Luis XV, que era el predilecto de la primogénita de la casa, María Teresa Valsoler, quizás porque los tonos suaves del decorado, la elegante fragilidad de los muebles, la delicadeza de las figulinas de Sevres y Sajonia, los tapices de pálida seda gris, por 521 Cfr. nota 82, págs. 62- 63. 522 SEGURA, Manuel Ascensio, “Me voy al Callao”, en SEGURA, Manuel Ascensio, Obras completas, edición, introducción y notas de Alberto Varillas Montenegro, Lima, Universidad de San Martín de Porres- Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación, 2005, tomo 2, pág. 537. 308 la que corrían guirnaldas de rositas sujetas con lazos de un tenue azul, armonizaban deliciosamente…523 La referencia a los juegos de té chinos, a los tiestos japoneses y a cualquier cosa que suene a oriental viene a ser la demostración del internacionalismo al que la sociedad está sucumbiendo y por el que está perdiendo su identidad. Angélica, a través de la descripción de los vestidos y de la minuciosidad con la que incorpora todo un lenguaje en cuanto a género de telas, materiales, calidades, colores, etc. va construyendo para el lector, el nacimiento de una mujer nueva que se rebela ante lo “socialmente establecido” y que demuestra sus gustos y elecciones así como su rebeldía contra las normas establecidas. Es una mujer urbana que se apega a lo que viene de fuera para inhalar aires cosmopolitas que le faciliten el soñar y vivir en ese paraíso artificial de los sentidos del que el Modernismo hacía gala. La mujer ahora tiene otros papeles que cumplir, recibe en su casa, tiene que dar una imagen a la sociedad que la observa y la juzga y utiliza todas esas prendas y ostentaciones para marcar el status en el que se encuentra. Así pues, el vestido se convierte en un símbolo que diferencia y ordena la sociedad, una sociedad que cambia y que se mueve al compás de la música que viene de Europa. 523 PALMA, Angélica, “El mensaje del viento”, en Hojas Selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1914, pág. 496. 309 Efusiones líricas, salón literario en Lima Lima amó la charla como una necesidad imprescindible y de allí nació la costumbre de visitar. José Gálvez Las asociaciones literarias han dado siempre origen a las revelaciones del talento y servido de estímulo a ingenios que sin ellas no se habrían lanzado a cultivar el bello campo de las letras. Terreno doblemente ingrato en América, donde es sabido que la literatura ofrece gran copia de sinsabores y ningún provecho. Ricardo Palma 310 ¿Existe hoy en el Perú el fervor por las cuestiones espirituales, el entusiasmo intelectual que en épocas atrasadas llevó a los hombres que las profesaban a fundar cultas Sociedades, algunas de las cuales alcanzaron a ejercer influencia efectiva en la colectividad? Angélica Palma comenzaba así el artículo que dedicó a las Asociaciones literarias y que en Junio de 1927 aparecía publicado en el diario español EL SOL. A lo largo de su vida no sólo habla, participa, será miembro de diferentes sociedades e instituciones e incluso tendrá su propia tertulia sino que escribirá sobre ellas rememorando los tiempos arcádicos en que un grupo de hombres, mujeres y niños al término del día, juntaban sus sillas en los patios de las casas para escuchar las viejas historias de las criadas, los comentarios sobre la situación política o las preocupaciones que iban haciendo mella en los adultos ante la situación que vivía el país. Actúa como testigo directo o indirecto pero nada imparcial trazando la evolución de aquellas reuniones que para ella comenzaron en los patios y terminaron en las casas de grandes intelectuales y aristócratas amigos suyos y de su padre, de uno y de otro lado del océano. Con sus escritos y su vida va dando las puntadas que conforman la historia de un hecho que ha marcado la vida intelectual del país y más concretamente de Lima, despertando el interés de un gran número de investigadores: las veladas. Como el Doctor Alberto Varillas afirma, si el Perú ha sido tierra proclive para el establecimiento de organizaciones literarias, Lima lo ha sido aún más524. Si miramos la historia del país a nivel cultural, muchas son las Academias y Asociaciones que vienen a demostrar y a cimentar la idea de que efectivamente ha existido siempre una vocación clara de agruparse en torno a algo que diera unidad y otorgara una jerarquía como grupo a los intelectuales dentro de la sociedad. Muchas de estas Sociedades y Academias fueron auspiciadas por aristócratas o virreyes; otras, creadas por los mismos literatos. De alguna de ellas surgieron periódicos tan importantes como el Mercurio Peruano de Historia, Literatura y Noticias públicas, testimonio de la maduración de la clase dirigente criolla y el más importante hito del periodismo peruano anterior a la independencia525, fundado por la Sociedad Académica de Amantes del País que fuera Academia Filarmónica con anterioridad. Se podría enumerar más de una decena de Academias que tuvieron su existencia en el siglo XIX y a las que les unió el mismo objetivo: la petición de un reconocimiento a nivel colectivo de la élite letrada existente en Lima. 524 VARILLAS MONTENEGRO, Alberto, Academias y veladas literarias en la segunda mitad del siglo XIX peruano, pág. 1. 525 .________, El periodismo en la historia del Perú. Desde sus orígenes hasta 1850, Lima, Universidad San Martín de Porres, 2008, pág. 91. (Serie Periodismo y Literatura). 311 Desde la Academia Antártica de Antonio Falcón que se mencionara en el Discurso en loor de la poesía en 1608, hasta las veladas que protagoniza Angélica ya en el siglo XX, son muchos los cambios que ha ido sufriendo esta práctica social. Y es que entre la confianza y la familiaridad que da la charla y el formalismo y la solemnidad de las Asociaciones y Academias, se instaura una nueva forma de organizar la vida social y cultural. José Gálvez evoca con nostalgia lo que sin duda son los antecedentes de las veladas: esas charlas que tenían lugar a la puerta de los departamentos, en los cuartos de los patios, o en aquellos otros que daban a largos balcones corridos, como recuerda Angélica. Lugares donde se refugiaba la tertulia coloquial, esas conversaciones de patio de vecinos donde no existían los formalismos en el trato, ni protocolos que reglasen la educación o la forma de comportarse. Aquí no existieron salitas de rocambor ni azafates con pastas, “ni las emociones de la brisca y la quina, ni las galletitas crujientes, ni las pastillas con inscripciones almibaradas”526 o salones completamente adornados e iluminados donde el piano esperaba a que la anfitriona, la hija de esta o alguna de las asistentes deleitase con alguna que otra pieza musical a los allí reunidos. ..., mientras las personas mayores sacaban sillas a las puertas de la casa para aspirar la fresca brisa nocturna y vigilar a los galancetes rondadores de las muchachas. En las veladas de invierno solían reunirse donde la familia del principal...527 Aquí los vecinos charlan, comentan los sucesos de una época convulsionada, la Confederación, las expediciones chilenas, la campaña restauradora, alguna que otra mujer bonita suspira, recordando la gallardía del general Salaverry y los chiquillos se emboban con las historias que les cuenta una vieja de la vecindad528. Es esta la versión que Angélica, fiel a la memoria de su padre, escribe en la biografía de este, recordando y recreando esa Lima que José Gálvez añora, en la que se recuerdan hazañas de la guerra mientras las comadres se hacen cruces con la carestía y lo mal que está el mercau y que, según él, se confunde fuera de los hogares, en los centros públicos, con el ambiente de los Casinos europeos529. Y es que para él la presencia de cines, teatros, paseos y casinos está haciendo que se pierdan las viejas costumbres de la reunión, de las visitas y de la charla. Tertulias que se ven influidas por los vaivenes políticos y por esa “modernización” que está viviendo la ciudad: 526 Cfr. nota 156, p. 109. 527 Id. 528 Cfr. nota 15, pág. 8. 529 GÁLVEZ, José, Una Lima que se va..., 3º ed, Lima, Editorial Universitaria, 1965, págs. 138 y 144. 312 Pero al avanzar el mes de enero de 1839, la alarma creciente impedía a las mujeres y a los niños asomarse en las noches a la baranda, y esquivaban los varones la tertulia porque las discusiones se agriaban entre los partidarios de la restauración y los que, como el padre de Palma, predecían el triunfo de Santa Cruz y el establecimiento definitivo de la Confederación Perú- Boliviana.530 Tensiones que vive un país que se debate entre su pasado colonial y una recién adquirida modernización reflejada en los cambios sociales que se producen e impuesta en gran parte por las nuevas corrientes de pensamiento venidas de Europa, “ráfagas de extranjerismo, por forzado y prematuro, malsano”531. Estas primeras tertulias no trataban temas literarios, estaban condicionadas por el día a día, por los cambios que iba viviendo un país desligado como colonia de España pero que todavía mantenía usos y costumbres coloniales. El 25 de agosto de 1839, al asumir Agustín Gamarra (1838- 1841) el Gobierno de Perú declarando el fin de la Confederación Perú- Boliviana, comienza un nuevo periodo tanto económico como social para el país. Es el periodo comprendido entre 1840 y 1879, la llamada época del guano, en la que el Perú vive el surgimiento de una nueva clase social por el enriquecimiento que sufre una parte de la sociedad. El país se convierte en exportador de este producto y se introduce en las redes comerciales internacionales. Angélica define esos primeros años de 1840 como un “abigarrado torbellino” en que se ha visto inmersa la nación como consecuencia de diferentes hechos que hacen que la República salga de “unos comienzos tumultuosos” y comience un periodo de estabilidad: La guerra con Bolivia, la muerte del general Gamarra en la batalla de Ingavi, la rápida sucesión de gobernantes efímeros, el filosófico desprendimiento con que uno de ellos hizo arrojar por el balcón la banda de mandatario a los vocingleros que la recibieron con aplausos, los motines, las algaradas populacheras, el entusiasmo por el general Vivanco, autoritario, elegante y purista, el triunfo de Castilla, soldado valiente, buen patriota, político mañoso, hábil organizador.532 Efectivamente como apunta Angélica, los periodos gubernamentales de Ramón Castilla (1845- 1851 y 1855- 1862) fueron propicios para llevar a cabo una serie de cambios tanto tecnológicos como urbanos que contribuyeron de manera decisiva a colocar a Lima a la cabeza de las capitales suramericanas. No solo fue la apertura de las primeras líneas de 530 Cfr. nota 15, pág. 9. 531 Cfr. nota 1, pág. 48. 532 Cfr. nota 7, pág. 10. 313 ferrocarril533, el telégrafo o la utilización de los sellos de franqueo postal. Se comienzan a enlosar las calles centrales de Lima (1847), a instalarse los primeros puestos de luz de gas en las vías públicas (1851), se sustituyen los conductos de agua habituales por tuberías de hierro (1857) facilitando la llegada de este elemento tanto a los lugares públicos como al ámbito privado. Durante el segundo periodo se reedita la revista Mercurio Peruano (1861), se crea la Facultad de Ciencias Económicas con profesores contratados de Europa (1870) y como consecuencia de una epidemia de fiebre amarilla se canalizan de manera subterránea las acequias y se funda el Hospital Dos de Mayo para atender a los afectados. Angélica retomará este periodo histórico a través del narrador de la novela Por senda propia quien dedicará su primer capítulo a describir el espacio donde tendrá lugar la acción de la novela: Chorrillos. No sólo el espacio sino la historia de ese espacio, las transformaciones sufridas tanto a nivel urbano como a nivel social y cómo ha llegado a convertirse en el balneario que es. Utiliza una trama ficticia como excusa para enseñar al lector y explicarle cómo se vivieron los cambios en una sociedad que quería desligarse de España pero que también ansiaba parecerse a Europa: El impulso dado a Chorrillos por el espíritu civilizador y elevado de don Ramón Castilla siguió en progresión creciente: los ranchos, conservando como herencia paradójica el nombre primitivo, se tornaron palacios, las calles en las que antaño corría el transeúnte el riesgo de perniquebrarse mil veces, fueron perfectamente pavimentadas e iluminadas con profusión; los claros holanes y las guirnaldas de flores fueron reemplazadas por sedas y encajes, brillantes y perlas, y la fama del Biarritz peruano se extendió por Sud América despertando general admiración, y también, en algunos pechos, a su hermana bastarda, la envidia.534 El Callao se convierte en el centro comercial y social ya no solo por la proximidad con Lima sino por ser el primer puerto de la República. Allí están atracados barcos con diferentes banderas y las casas se encuentran habitadas por familias que han visto aumentados sus ingresos a consecuencia del guano. 533 “La era del verdadero progreso de Chorrillos empieza con el gobierno del mariscal Castilla que, entre otros beneficios, le hizo el de unirlo a la capital por ferrocarril”, en PALMA, Angélica, Por senda propia (Novela), prólogo de José de la Riva Agüero, Lima, Librería francesa y Casa Editorial E. Rosay, 1921, p.3 534 Id, pág. 4-5 314 -Ofelia Olivas, pertenece a una familia rica y noble; rica oliendo a salitre y guano y noble, con vahos de cuartucho de Abajo del Puente.535 Al abrirse nuevos mercados, algunos europeos ven en América posibles salidas a la situación crítica que atraviesa la agricultura del sur y el este de Europa. La industrialización y el crecimiento demográfico que vive este continente en estos momentos hacen que se cree una demanda de este producto, lo que trajo consecuencias positivas al Perú. De esta forma empieza a ser habitual la visión de palacios dentro de la ciudad, villas que se yerguen frente al mar y el mobiliario y los artículos de lujo que muchos de los barcos provenientes de Europa traen a la costa del Callao. Con todo esto se pretende asemejar la vida colonial que llevaba la capital peruana con el estilo de vida suntuoso con el que las potencias internacionales están impresionando a las clases altas limeñas. Se importan artículos franceses de lujo, se establecen hoteles y empresas de carruajes... Al no existir manufactura es irremediable tener que importar todo lo necesario para mantener ese nuevo nivel de vida y satisfacer la demanda surgida por ese sector de la sociedad. Los europeos que llegan se integran en los niveles altos de la sociedad, reciben en sus salones e invitan a tomar té con pastas, produciéndose animadas tertulias. Resultado de todo esto es que a mediados del siglo XIX en Lima se abra un nuevo espacio para la conversación que invita al debate y sobre todo a mostrarse y a exponerse a otros: el hogar burgués donde las normas de comportamiento, la buena educación y el buen gusto constituyen el protocolo que debe reglar este espacio abierto ahora a la sociedad. ...reinaba verdadera intimidad entre las pocas familias veraneantes y se las veía siempre juntas tanto en los baños matinales como en los paseos vespertinos y en las veladas domésticas. Acudían a éstas los caballeros precedidos por un negrito portador de un farol, que rasgaba débilmente las densas tinieblas, y, después de correr el riesgo de perniquebrarse mil veces en los baches del camino, llegaban a la casa designada para la tertulia, en las cual las personas mayores se entregaban a las combinaciones de rocambor, y la juventud a las de ese otro juego dulce y peligroso, que ha sido y será eternamente el favorito de la humanidad.536 535 CABELLO DE CARBONERA, Mercedes, El conspirador (Autobiografía de un hombre público) Novela político- social, Lima, Kavia Cobaya Editores, 2001, pág. 117. 536 Cfr. nota 6, pág. 3 315 A lo largo de todo el XIX surgen otros centros de diversión y de cultura a imitación de los existentes en Europa -el Club Regatas537 (1875), el Lima Cricket and Football Club (1859)-, focos donde una clase social alta se reúne y conversa. Lugares donde se produce la asociación de personas que comparten una serie de características comunes: buena educación, con un nivel alto de vida y bien relacionados socialmente. Lugares como el Club Regatas que organizaban bailes en los que los jóvenes aprovechaban para conocerse. Junto a estos, las colonias europeas crean sus propios lugares de reunión evidenciando aún más su presencia en la capital: destacaron el Casino español y el Phoenix Club (1879). Los europeos se dejan ver no sólo en los actos de sociedad sino también a otro nivel: muchos de ellos llegan al país y montan sus negocios en el centro justo de la actividad social: la calle de Mercaderes, cuarta cuadra del Jr. De la Unión, en pleno centro de Lima donde lo más granado de la sociedad luce sus mejores galas para salir a pasear. Donde el famoso fotógrafo francés Eugenio Courret538 realiza muchas de sus instantáneas retratando el día a día de una sociedad que está cambiando y donde aún hoy se puede leer el cartel perteneciente al estudio que tuvo junto a su hermano. Sus fotografías fueron expuestas en el local que la modista francesa Emilia Dubreuil tenía en esa misma calle. En este tiempo, a mediados de siglo se inaugura la primera joyería en Lima de la mano de la Casa Welsh y Cía. Angélica en la novela Uno de tantos pone en boca de uno de los personajes, que no forma parte de esa aristocracia colonial pero sí de aquellos que han podido recibir una buena educación en un colegio de pago gracias a un mecenazgo, beca o ayuda, el siguiente comentario acerca de cómo ven a esa nueva clase social venida a más y que quiere comportarse como la antigua aristocracia: Se habían encontrado los dos jóvenes al centro de la plaza de Armas y detenídose a hablar dando la espalda al Palacio de Gobierno. (...), se lo llevó hasta el portal de Botoneros, bajo uno de cuyos arcos continuó la charla, echando frecuentes ojeadas a la casa Oechsle, que frente a ellos estaba. [...] -No exagero; es que tú no tienes amplitud de miras y no consideras un privilegio haber nacido en la capital, pero no piensan así estos limeñitos engreídos, burlones, estos elegantes, comidos 537 El Club Regatas se creó en 1875 en los salones de lo que fuera el Hotel Terry con el nombre de Club Lima. Debido al conflicto con Chile vio su vida se paralizó reabriéndose a comienzos del siglo XX. Se instaló en la playa de Chorrillos, ganándole al mar con un pequeño espigón. HERRERA CORNEJO, Hilario Andrés, Álbum fotográfico de Chorrillos, Perú, Instituto Fotográfico Eugenio Courret, [2006], 17p., [20]p de fot. 538 Eugenio Courret llegó a Lima en 1860 para trabajar como fotógrafo en el estudio que tuviera Eugene Maunoury. 316 de deudas e hinchados de vanidad, esta gente petulante-. Y Condori indicó con el gesto a la heterogénea multitud que por allí discurría...539 “Óperas italianas, ballet francés, novelas de realismo europeo”540: Penetran en el país poco a poco los progresos de la industria y aires de fuera refrescan la atmósfera (...) y las limeñas abandonan el traje de saya y manto, creado por su inventiva coqueta y lucen las últimas modas de París.541 -Se ve mucho lujo, mucho chic en esta temporada de ópera. [...] -¿Sí? Pues es raro, porque no tiene acompañamiento de señoras escotadas y enjoyadas, de caballeros de frac, de flirts y de murmuraciones, que necesito yo, en opinión de usted, para gozar en el teatro,...542 Ricardo Palma consigna un suceso dentro de la tradición El Baile de la Victoria543 que si bien puede quedar como meramente anecdótico, sí que retrata perfectamente cómo se vivieron esas diferencias a raíz del enriquecimiento sufrido por algunas clases sociales y en especial cómo son las mujeres las que delatan estos cambios. La tradición refleja un hecho tan aparentemente trivial pero tan significativo como el tipo de engarce que las señoras utilizaron para sus joyas: Llegó, como se dice, en la hora del buen pastor, esto es, cuando la Consolidación estaba en su apogeo y se improvisaban fortunas en menos tiempo del que gasta en persignarse un cura loco. Las aristócratas, como una protesta contra la Consolidación, se obstinaron en mantener el engarce sobre plata, comprobando así que en sus alhajas no había ni un centavo del dinero fiscal. Únicamente las señoras del cuerpo diplomático y del consular, o las de acaudalados comerciantes extranjeros, habías ostentado hasta entonces prendas engarzadas en oro. La nueva aristocraciadel dinero optó por no imitar en el engarce a la aristocracia goda. Era aquello, como si dijéramos, la lucha entre el patrón de oro y el patrón de plata.544 539 Cfr. nota 1, p. 94- 95. 540 DENEGRI, Francesca, El abanico y la cigarrera. La primera generación de mujeres ilustradas en el Perú, Lima, centro de la Mujer Peruana Flora Tristán- Instituto de Estudios Peruanos, pág. 427. 541 Cfr. nota 7, págs. 18 y 28. 542 Cfr. nota 6, págs. 59- 61. 543 Tuvo lugar el 15 de octubre de 1853, en la quinta perteneciente a la esposa del Presidente de la República, doña Victoria Tristán de Echenique. Acudieron cerca de dos mil invitados. Algunas damas lucieron joyas de tal envergadura que tuvieron que ser escoltadas. 544 PALMA, Ricardo, “El baile de la Victoria”, en Apéndice a mis últimas tradiciones peruanas, Barcelona, Casa Editorial Maucci, págs. 89- 90. 317 La vida está cambiando, la situación económica que vive el país permite la entrada de elementos que distorsionan los usos y costumbres de la época –quizás alejarse de ese colonialismo- y por otra parte abren una ventana a otra realidad en la que mirarse y de la que copiar: Europa. La nueva clase social al ver incrementados sus ingresos por los negocios surgidos en torno al guano y tener, por consiguiente, mayor poder adquisitivo intenta lograr el ascenso social frecuentando los lugares donde la clase alta limeña se da cita, mezclándose entre ellos y buscando ampliar su círculo de amistades. Tanto una clase como otra se mezclan veraneando en Chorrillos y La Punta, demandan artículos franceses de lujo, muebles, coches, máquinas de coser, miradas con suspicacia por aquellas que se habían pasado su juventud bordando sus ajuares y ropa de casa. Para estas últimas la máquina de coser “ha dado al traste con los primorosos pespuntes, dobladillos y calados que en sus tiempos lucían las albas ropas de holán de hilo”545. Todos aquellos productos que, de alguna manera ellos creen los hermanan con el continente europeo. …el verano luminoso, pródigo para otros en alegres esparcimientos, llevándose a Teté y a los suyos a las playas de La Punta y cerrando el palacete de la Avenida Piérola (…), en posesión Abelardo, por milagros de economía, de los realejos precisos para trasladarse al balneario elegante,… Habíanse ido de excursión a la isla de San Lorenzo en un yacht,… Angélica Palma, Uno de tantos, pág. 44. Poblaciones como Chorrillos, “pobrísima aldea de pescadores, que habitaban en toscos ranchos de adobes”546 durante el gobierno de Ramón Castilla se ven transformadas al ser unidas a la capital por el ferrocarril lo que hace que su valor aumente de cara a la clase media alta que comienza a valorar “la bondad de su clima y la constante tranquilidad de su bahía” trasladándose allí durante los meses estivales y ayudando a conformar el balneario en el que luego se transforma. Tanto es así que sus paseos y avenidas intentan imitar el gusto europeo: es el caso de la Alameda de los Descalzos que en 1856 queda remodelada con un kiosko de música, estatuas de mármol, jarrones de hierro y una nueva iluminación que facilitaba el poder disfrutar de paseos nocturnos. 545 PALMA, Angélica, “La frase de la abuela”, en Raza española. Revista de España y América, Madrid, Año II, Diciembre, número 24, 1920, pág. 40. 546 Cfr. nota 6, pág. 2. 318 Símbolo de la afirmación social que se produce de la unión de esa aristocracia venida a menos y la clase adinerada que acaba de nacer es la creación y fundación del exclusivo Club Nacional de Lima en 1855. La entrada a este Club como a los salones de esa clase alta y noble limeña es esa “presentación en sociedad” que busca esa burguesía naciente. Corre el año 1860 y don Ricardo se asila en la Legación de Chile de donde saldrá con destino a Valparaíso en compañía del ministro chileno. Allí en Chile, entre Valparaíso y Santiago, pasará el tradicionista tres años. En 1861 se produce un cambio importante en el callejero de la ciudad: la nomenclatura habitual de las calles, diferenciadas hasta este momento por cualquier rasgo distintivo pasa a unificarse y de esta forma bajo el nombre de Jirón de la Unión quedarán englobadas diez cuadras tradicionales: Palacio, Portal de Escribanos, Mercaderes, San Juan de Dios, Baquíjano, Boza, Espaderos, La Merced, Belén y Juan Simón. Con la pérdida de muchas de las costumbres coloniales e imitando los usos y hábitos europeos, las mujeres se “descubren”: muestran el rostro que permanecía oculto con el traje de la saya y el manto, pasan de esconderse tras la rejilla de los balcones547 a lucirse en la calle, en el teatro u otros lugares públicos. La moda europea se ha implantado en las calles de la ciudad entre una población de clase media- alta y de raza blanca que no duda en imitar y adaptar la moda francesa o la inglesa quedando el traje tradicional relegado a “negras, indias y mestizas”548. Así pues las mujeres se descubren como auténticas protagonistas de un escenario público que están conquistando. Las murallas de la ciudad están siendo derribadas y parece que las propias mujeres están destruyendo poco a poco las que se han construido en torno a ellas en una sociedad patriarcal con una educación marcada por la idea de “la niña decente no debe”. Son conscientes de la curiosidad y admiración que despiertan cuando van al teatro, en la calle, en cualquier espacio público acompañando a sus esposos o en compañía de familiares y por ello comienzan a hacer uso de todo tipo de afeites549, elixires, perfumes que realzan su belleza y logran llamar la atención de quienes las observan. 547 Con respecto a esto, Ricardo Palma en la tradición “El divorcio de la condesita” escribe: “Lima, con las construcciones modernas, ha perdido por completo su original fisonomía entre cristiana y morisca. Ya el viajero no sospecha una misteriosa beldad tras la rejilla, ni la fantasía encuentra campo para poetizar las citas y aventuras amorosas. Enamorarse hoy en Lima es lo mismo que haberse enamorado en cualquiera de las ciudades de Europa”. PALMA, Ricardo, Tradiciones peruanas, Madrid, Espasa Calpe, 1962, Tomo III, págs. 149- 151. 548 Cfr. nota 540, pág. 430. 549 “La preocupación por mostrar la tez más blanca alcanza niveles mayores gracias a la moda del maquillaje que denota valores estéticos derivados de prejuicios raciales”, en Cfr. nota 540. 319 Sin embargo, no es general la desbandada, y en la vaga penumbra crepuscular y a la dulce claridad de la luna se ven aún en la umbría alameda de Miraflores, en el Parque florido del Barranco y en el malecón incomparable, grupos parleros con indumentaria veraniega: ellos, telas delgadas y panamá hat; ellas, de claro, con boas de plumas ligeras o echarpes flotantes de gasa protegiendo la garganta que luce su morbidez bajo las transparentes valencianas.550 La sociedad contempla cómo de esta forma, en silencio, y sólo por el mero hecho de ser capaces de relegar el traje colonial por una moda venida de fuera, las mujeres de la alta sociedad van afirmándose y ganándose “el derecho a integrarse a la sociedad como un sujeto social capaz de expresarse”551. Más allá de la superficialidad del disfraz con el que visten sus cuerpos, su actitud es interior. Quieren crear espacios donde les sea posible el ver y el ser vistas. Una mujer decente no debe estar cruzando la calle a cada rato552, ni frecuentar lugares públicos sola pero sí puede recibir en su casa bajo el pretexto de reunirse y conversar, convirtiendo la privacidad de su hogar en un escenario donde un auditorio más o menos numeroso la escucha y la admira: El salón era la meta más alta (...), la satisfacción de sus años maduros, la gloria adquirida con la edad (...). Ya no era esposa, ni madre y hasta su papel de amante ocupaba a partir de entonces un segundo puesto. Marie D´Agoult 553 Angélica escucha cómo su padre cuenta su vida en el destierro, asiste con él a esas tertulias que recuerda mezcla de visita de amigo, mezcla de reunión informal, que tienen lugar en las casas de aquellos pertenecientes a la élite intelectual y aristócrata. Tertulias que retomará al escribir la biografía de éste y que recreará en muchas de sus novelas. La casa de Andrés Bello, ..., maestro de la juventud chilena y de las letras americanas, donde los tertulios, discurriendo sobre el léxico o recitando versos, daban a momentáneo y grato olvido los temas candentes. la de Federico Torrico a cuya casa acudía 550 Cfr. nota 72, pág. 13. 551 Cfr. nota 540, pág. 64. 552 PALMA, Angélica, “Dramas vulgares”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año IV, Marzo nº 39, 1922, pág.23. 553 HAYDEN- RYNSCH, Verena von der, Los salones europeos. Las cimas de una cultura femenina desaparecida, Barcelona, Ediciones Península, 1998, pág. 18. 320 ...lo más selecto de la sociedad de Valparaíso y del grupo de veraneantes, empezando por el jefe de Estado, don Joaquín Pérez. y la de la Condesa de Toro, ...interesante ejemplar de dama suramericana. Mujer de clara y sutil inteligencia, perspicaz conocedora del mundo y con el don precioso de atraer y arraigar simpatías. La condesa reunía en su salón a la alta sociedad de Santiago y a numerosos extranjeros, no escaseaban los peruanos...554 se abren para recibir al tradicionista en el destierro. Es curioso cómo Angélica escribe que “la condesa reunía en su salón”, en su casa, en ese ámbito privado que una dama guardaba para sí y no sólo eso, sino que da un paso más al decir que es ella, la misma condesa, quien reúne, quien invita, quien abre las puertas de su hogar para reunir a “la alta sociedad de Santiago y a numerosos extranjeros”. A las mujeres se les presenta, de esta forma, la ocasión perfecta para mezclarse e intercambiar palabras con hombres intelectuales y hacer valer su ingenio e inteligencia con la declamación de sus versos ante el auditorio reunido. Muestra de la sucesión de cambios que conlleva el abrirse al mundo y dejarse llevar por la atracción que ejercen las novedades europeas a través de la prensa y las novelas que comienzan a leerse en Lima, sirva este párrafo sacado de un cuento donde Angélica contrasta lo colonial con los nuevos usos importados: Se detuvo el automóvil ante la casona solariega, sabiamente restaurada, y Carmen bajó mostrando unos pies pequeñines, de arqueado empeine, que hubieran podido calzar los chapines de aquellas legendarias abuelas suyas que en la misma suntuosa mansión bailaron la zarabanda en los tiempos virreinales con oidores de peluca empolvada. Atravesó el patio, un patio limeño, ancho y romántico, donde los macetones de barro, florecidos de jazmines y diamelas, habían sido reemplazados por recias porcelanas asiáticas con hojas exóticas de variado verdor, y se encaminó a su gabinete, seguida de una criadita muy peripuesta que, al despojarla del sombrero y la pelliza de marta, preguntó, disimulando la curiosidad con el disfraz de la obligación: -¿Doy alguna orden al chauffeur para esta tarde? -Ninguna. -¿Quiere la señora cambiar de vestido? -No. 554 Cfr. nota 15, págs. 35- 36. 321 -Han traído esta carta y esas flores...- y con gesto picaresco la muchacha se burlaba de un ramito barato muy erguido en un búcaro de Sevres. -Déjalas ahí. -El señor telefoneó que no vendrá a comer. -Bueno, puedes irte. Y Carmen se tendió en la chaise longe, (...)555 A finales de 1860 y bajo la administración del gobierno de José Balta556 es posible ver el contraste existente entre “la zona moderna – la Avenida Nicolás de Piérola, el Paseo Colón con sus amplias aceras flanqueadas por casas de tres pisos”, “la parte alta de la ciudad...que aún conserva su castizo sello criollo... de los templos coloniales” y “ruinosa y destartalada, en la calle de los Naranjos, una de esas casonas de vecindad, de numerosos departamentos antihigiénicos, refugio insalubre de la pobreza, triste asilo de la miseria decente,...”557. Físicamente el paisaje de la ciudad está cambiando también impulsado por el influjo de las innovaciones urbanas que se estaban viendo en París. Como se ha apuntado líneas más arriba las murallas de la ciudad desaparecen y “se crean perspectivas urbanas con avenidas que rematan en una plaza circular, en cuyo centro se eleva a su vez un monumento”558. Así surgen las actuales plazas de la Unión, del Dos de Mayo o Bolognesi Grau. Aunque en la época de Balta se le quitó su cinturón de adobes, esto es sus murallas, porque la población amenazaba desbordarse como río que sale de madre,…559 Otro factor que influye notablemente en el cambio de pensamiento de la sociedad en estos años es la entrada de las ideas positivistas. El influjo europeo no se queda sólo en lo meramente estético, tecnológico, urbano o cultural sino que va más allá: las ideas sugeridas por los filósofos europeos Auguste Comte, Herbert Spencer y John Stuart Mill que defendían la supremacía de la ciencia por encima de estamentos tradicionales y conservadores como la familia o la Iglesia, vienen a ser un símbolo más de progreso y modernización, otro signo 555 PALMA, Angélica, “Desencanto”, en Raza Española. Revista de España y América, 1923, Año V, Marzo- Abril, Nos. 51- 52, págs. 36- 37. El subrayado es mío. Cfr. nota 544. 556 José Balta ocupó la presidencia del Perú de 1868 a 1872. 557 Cfr. nota 156, pág. 108. 558GÜNTHER DOERING, Juan- LOHMANN VILLENA, Guillermo, Lima, Madrid, Editorial Mapfre, p.210 (Colección Ciudades de Iberoamérica; VII/ 4). 559 GAMARRA, Abelardo (El Tunante), Lima. Unos cuantos barrios y unos cuantos tipos (Al comenzar el siglo XX). Dibujos de Richard Izquierdo (Richiardi), Lima, Litografía y Tipografía Nacional de Pedro Berrio, 1907, pág. 3. 322 más de querer abrirse a Europa. Augusto Salazar Bondy sitúa la llegada de estas ideas en torno a 1860 aunque será después de la Guerra del Pacífico cuando tengan más arraigo. La década del 70 es la época del civilismo y viene de la mano de Manuel Pardo y Lavalle (1872- 1876), primer presidente civil en la historia del Perú. Ese ambiente de rechazo al militarismo vivido durante cuarenta años y de apoyo a la modernización del país por parte del grupo de comerciantes, banqueros, empresarios y hacendados que conformaban esa élite limeña, supuso cambios sustanciales a nivel educativo, social –la creación de una burguesía propia-, intelectual –nace un nuevo hombre de letras- y en lo que a la situación de la mujer se refería –preocupación por dotar a la mujer de una instrucción sólida-. En lo que concierne a la economía, Manuel Pardo heredó las deudas que, como consecuencia del guano, Perú había contraído con las principales potencias europeas y los Estados Unidos. No existía una forma de pagar la deuda externa ya que el guano no les servía de moneda de cambio debido a que los fertilizantes químicos comenzaban a tener mayor aceptación y había perdido la calidad de las épocas iniciales. Pardo deja el gobierno en 1876 y es sustituido por Mariano Ignacio Prado que está en el poder desde 1876 hasta 1879, heredando una crisis económica importante. Culminará su presidencia con la declaración de la Guerra a Chile el 5 de abril de 1879. Las ideas positivistas tienen su máximo desarrollo en la inauguración del curso académico en el año 71 en la Universidad de San Marcos cuando Juan Federico Elmore expone que la filosofía moderna ha destapado un nuevo sistema filosófico llamado a cambiar la teoría general de las cosas y a impulsar de alguna manera todas las ciencias declarándose partidario de la teoría evolucionista. José Antonio Barrenechea en 1874 relaciona el Derecho Natural con el positivismo y defiende éste como herramienta esencial para fundamentar las ciencias sociales. En el año 76 en esta misma línea y adelantándose a quizás lo que luego defenderían sus compañeras de tertulia, Mercedes Cabello de Carbonera publicará un texto bajo el título de El positivismo moderno560, donde relega la fe a un segundo plano y prima el valor de la ciencia y aquello que se da en la realidad. Por eso, la poesía sentimental, esa noble y bella representante del corazón, esa musa coronada de mirto y laurel, que amó, que suspiró, que lloró, con el Dante, con Byron y con 560 Este texto, publicado en El Correo del Perú en diciembre de 1876, antecede al ensayo que publicará bajo el título La religión de la humanidad./Carta al Señor Don Juan Enrique Lagarrigue, publicado en 1893, a la vuelta de Angélica al Perú. 323 Lamartine, la vemos proscrita y rechazada, despojarse avergonzada de su sencilla e ideal vestidura, para colocarse el tosco y pesado manto de la poesía positivista.561 En medio de todo esto, un grupo de intelectuales y periodistas –hombres y mujeres juntos en un mismo escenario- manifiestan ciertos reparos ante los últimos cambios que, a nivel económico y social está experimentando el país: el culto al lujo y a la modernización con la importación de productos europeos por parte de una recién creada burguesía hacen que se unan en pro de unas costumbres ya perdidas. Para ello recurren a la antigua práctica de la charla y la reunión, aunque marcada por un programa y unas normas que hacen que se escape de esa informalidad de las tertulias de patios de vecinos. Este grupo de intelectuales y periodistas se encuentra presidido por una extranjera: Juana Manuela Gorriti, “altiva y laboriosa”562, según palabras de Angélica. 1876. Lima: “la notable escritora argentina, señora Juana Manuela Gorriti (...) llama a las escritoras nacionales, a los literatos distinguidos y a la juventud estudiosa para estrecharlos a todos en el seno de la amistad y de la confianza, y formar una nueva asociación literaria que, sin más títulos ni ceremonia alguna, lleve a cabo la obra de engrandecimiento del espíritu por medio de la inteligencia. Los salones de la escritora se abren para recibir a los nuevos convidados: el miércoles 19 de julio se inauguran sin pompa pero de manera solemne las tertulias semanales que el público conoce bajo el nombre de “VELADAS LITERARIAS”563 Así pues la invitación a una de las veladas más importantes, conocidas y respetadas en la historia de Lima en los últimos años de la década del 70, es dada a conocer por la prensa. Se inauguran el 19 de julio de 1876, en el marco de una reunión de amigos, de viejos y nuevos conocidos, como una manera de romper los moldes preestablecidos de una sociedad que mantiene instituciones académicas en las que las mujeres han empezado a tener voz y a ser escuchadas hace tan sólo un año. Las conferencias en el Club Literario tienen un carácter más serio, permítase la frase, hay en ellas menos libertad. Al Club Literario vamos a escuchar y a admirar. En la tertulia literaria que la Señora Gorriti piensa establecer, habrá más libertad, más expansión; allí se discutirá en 561 CABELLO DE CARBONERA, Mercedes, “El positivismo moderno”, en PINTO VARGAS, Ismael, Sin perdón y sin olvido, Mercedes Cabello de Carbonera y su mundo. Biografía, Lima, Universidad de San Martín de Porres- Escuela Profesional de Ciencias de la Comunicación-Instituto de Investigaciones, 2003, pág. 267. 562 Cfr. nota 15, pág. 59. 563 El párrafo reproducido corresponde al anuncio que Alejandro Cerdeña hace en las páginas del periódico El Nacional de Lima dando cuenta de la invitación hecha por la escritora argentina. Está citado por CHARTIER, Roger, “La cultura de la tertulia”, en BATTICUORE, Graciela, El taller de la escritora. Veladas literarias de Juana Manuela Gorriti. Lima- Buenos Aires 1871/7- 1892, Rosario (Argentina), Beatriz Viterbo editora, 1999, pág. 14. 324 medio de la confianza que inspira la conversación de amigos reunidos con un solo fin: el cultivo de la literatura. “Tertulia literaria”, en El Nacional, Lima, febrero 20 de 1876. En 1875, el Club Literario564, institución libre y privada, que llama a su seno a hombres de todas las escuelas, de todas las doctrinas y de todos los gustos literarios; (...) asociación privada que no trata de imponer ciertas ideas sino que, (...), convoca a todos los que quieran emitir sus ideas y contribuir al adelanto intelectual de nuestro país, recibía por primera vez en su historia a una mujer como conferenciante: Juana Manuela Gorriti, hecho que abría el camino para el cambio dentro de la institución y daba ejemplo a otras instituciones y ámbitos intelectuales. El ejemplo fue secundado y entre 1875 y 1876 escritoras como Mercedes Cabello de Carbonera, Teresa González de Fanning, la Baronesa de Wilson o Carolina Freyre de Jaimes acceden a este centro como conferenciantes exponiendo sus trabajos ante un público que, de puertas para fuera, era bastante reacio a entonar un canto de igualdad. Sociedades como esta o la Sociedad de Amantes de la Literatura (1871), la Academia Peruana de Ciencias y Bellas Letras (1867) o la Sociedad de Amigos de las Letras (1866) eran el resultado de la tendencia que surgía a mediados del siglo XIX en Lima, por parte de intelectuales y periodistas, de reunirse para tratar temas de interés común que sobrepasaban los límites puramente literarios. Las veladas de Juana Manuela Gorriti se asientan en este ambiente tradicionalmente formal y marcadamente conservador donde un grupo de hombres se convocan para tratar temas concernientes a la vida intelectual del país. Insertas dentro del organigrama intelectual y del imaginario local, las veladas surgen como una nueva forma de interactuar socialmente que se opone a lo que han supuesto hasta el momento instituciones como el Ateneo. Ella misma declara que desea crear una sucursal del Club Literario pero para ello no tiene sino una salita contigua al salón de clases, donde no hay sino bancos y pizarras, mapas y pupitres por lo que rompe el esquematismo existente en torno a los focos de reunión social al citar en su casa y en un ambiente distendido y relajado a los mismos intelectuales que frecuentan el Ateneo o el Club Literario. De esta manera, una mujer extranjera –aunque conocida y respetada en Lima-, que vive de su trabajo –por lo tanto, profesional-, separada de su esposo, el general boliviano Manuel Isidoro Belzú y por consiguiente y según las leyes del momento, madre de hijos ilegítimos es capaz de convocar en su casa no sólo a intelectuales conocidos y aplaudidos 564 Institución en la que termina transformándose la Sociedad Amigos de las letras y que modificará su nombre pasando a ser el Ateneo de Lima el 11 de noviembre de 1885. 325 sino también a autores noveles y a la prensa que, como testigo imparcial, semana a semana da cuenta en diferentes medios del transcurrir de tales reuniones. Juana Manuela Gorriti, a la manera de las saloniéres francesas y tal y como explica Graciela Batticuore “ordena los turnos, los tiempos y las leyes de la conversación en esta sociedad de iguales”. La presencia entre ellos, que se clasificaban como bohemios, de una mujer que los aventajaba en experiencia y en edad, aunque no tanto que le impidiera salpimentar con tal cual granito de coquetería su actitud benévola de hermana mayor, y a cuya personalidad inteligente, efusiva y entusiasta, prestaban aún mayor interés su renombre de escritora y su condición de esposa separada del marido, hizo subir en no pocos grados el termómetro romancesco,…565 Lo que está claro es que la señora Gorriti es capaz de crear a su alrededor un espacio común para ellas y para ellos, sabe atraer a toda la generación de Ricardo Palma y cultivar sus amistades, masculinas y femeninas, al margen de miradas indiscretas y de comentarios reprobatorios donde tanto unos como otras participan de igual forma y con el mismo derecho de ejercer su protagonismo exponiendo ante el auditorio ya reunido, sus trabajos. Un práctica social que nace con la intención de “dar a conocer las producciones nuevas” y de ofrecer un lugar abierto a la discusión y al intercambio de ideas. Durante los años 1876 y 1877 semanalmente se dan cita en casa de la escritora argentina lo que podría llamarse la créme de la créme de la aristocracia intelectual: escritores y escritoras junto a periodistas de una Lima que se autoimpone una modernización no sólo de cara a lo que se ve, sino en cuanto a ideas y formas de pensar se refiere. Corre el año 1877, Ricardo Palma y Cristina Román, padres de Angélica, acaban de contraer matrimonio, concurren a pocas fiestas los recién casados, entre ellas a las veladas literario- musicales de la escritora argentina Juana Manuela Gorriti566. Fue el tradicionista concurrente asiduo, allá por 1876 y 77, a las veladas de Doña Juana Manuela, su entrañable amiga, y en ese salón de ella, a un tiempo modesto y famoso, conoció argentinos eminentes como don Santiago Estrada y don Pastor Obligado.567 El tema de la educación es una de las cartas que los asistentes ponen sobre el tapete y no es de extrañar si recordamos que la propia Sra. Gorriti tiene en su casa una escuela de niñas bien: se gana la vida enseñando. Y es que con el boom surgido en torno a estos años con la publicación de numerosas revistas destinadas no sólo a un público femenino sino también 565HOMENAJE del Ministerio de justicia e Instrucción Pública a la memoria de la distinguida escritora peruana Señorita Angélica Palma, Buenos Aires, Talleres Gráficos de la Penitenciaria nacional, 1935. 566 Cfr. nota 15, pág. 58. 567 Id., pág. 37. 326 a sus familias, surge también la preocupación de la educación que, hasta este momento, están recibiendo las mujeres. Una de sus máximas inquietudes y tema central es la necesidad de que la mujer, como educadora y formadora de la nueva generación, de esa nación en formación, reciba una educación completa no dependiente del rol impuesto por la Iglesia como “esposa decente” y “madre ejemplar” alejado por lo tanto del papel de “ángel del hogar” que se le había otorgado y que Comte defendía. Esto mismo, años más tarde será defendido por hispanoamericanas y españolas en el Congreso Pedagógico celebrado en Madrid con motivo de la celebración del IV Centenario del Descubrimiento de América. Destaca en estas tertulias la presencia de escritoras que han conseguido publicar sus creaciones en periódicos y revistas de la época y que incluso son ya conocidas por sus novelas. Forman parte de lo que se ha dado en llamar la primera generación de mujeres intelectuales peruanas: Lastenia Larriva de Llona, Mercedes Cabello de Carbonera, Teresa González de Fanning, Clorinda Matto de Turner o la propia Juana Manuela mezclándose e intercambiando los papeles con los hombres intelectuales semana a semana, comparten con los asistentes sus opiniones, sus creaciones y sus comentarios. Mujeres, en definitiva, de clase alta que bien por el origen de su familia o por los lazos que ellas mismas están estableciendo con extranjeros europeos, tienen en común esa vida acomodada que les permite, ser rebeldes y sentirse respaldadas. Todas vienen a coincidir en los mismos puntos: no están de acuerdo en que el mundo en que les ha tocado vivir relegue a las mujeres por el mero hecho de serlo, a tener unas condiciones sociales, legales, educativas y económicas peores que las de los hombres. (…) Es, indudablemente, digna de elogio y encomio la labor a que se dedican hoy nuestras escritoras, pues van poco a poco enriqueciendo la literatura nacional. La señora Cabello, primero, luego la de Llona, la Matto después, y ahora la Bustamante y la Fanning, parece que trabajan empeñosamente por conseguir los lauros a que se hacen acreedores los que dedican parte de su vida a elaborar algo útil que legar a la posteridad. Bien por el sexo hermoso! Adelante, que algún día se apreciará en todo su valor el esfuerzo de hoy.568 La actitud de estas mujeres en las tertulias semanales que llegan a alargarse hasta altas horas de la mañana y la creación misma de una velada literaria bajo la dirección de una 568 MONCLOA Y COVARRUBIAS, M., “Crónica General”, en La Ilustración Americana. Literatura, Artes y Ciencias, Lima, 1º de noviembre de 1890, Año I, Núm. 9, pág. 98. 327 mujer, vienen a ser un acto reivindicativo de cara a una sociedad que no permite su incursión en ciertos ámbitos: La presencia de la mujer en los centros literarios, no es para mí una simple novedad: es una verdadera revolución, cuya gloriosa bandera es la del progreso del siglo, puesto que esa revolución significa dos grandes preocupaciones vencidas. Aquella de que la mujer no debe penetrar en el santuario de lo que se llama alta enseñanza, y la otra preocupación vergonzosa de que la mujer tiene su educación concluida cuando sale aprovechada del colegio. La educación social de la mujer, Abel de la E. Delgado. …,reanudó sus recepciones semanales, que, como primer resultado, la proporcionaron el desengaño de que Alfonso las calificase de frívolas y sosas, asegurando que, siempre que su frágil memoria no le jugase alguna mala treta no le pillarían a él en casa los días de recibo de su mujer. (…) Alfonso olvidaba desertar de las tertulias y conversaba y reía en ellas, (…) Por senda propia, Angélica Palma (p.155) Existían en Lima además de la reunión literaria de doña Juana Manuela Gorriti, otras reuniones de dudoso divertimento, convocadas por mujeres que eran mal vistas por las señoras casadas pues sus maridos solían acudir allí a altas horas de la noche y sin su compañía. Es curioso cómo Angélica en la novela Por senda propia, da vida al personaje de Toinette, una francesa recién llegada a la capital peruana que reúne en su casa, lugar donde el juego y la picardía que ofrece el champagne y la nocturnidad se mezclan. Aquí tenemos a otra extranjera, para más inri, francesa que trae costumbres europeas entre las que se encuentran el ofrecer un espacio de igualdad a hombres y mujeres para que se mezclen e interactúen con lo que los comentarios malintencionados y críticos están servidos. Además se dice de ella que “adopta aires señoriales”, por lo que hasta cierto punto se reconoce una pérdida de esa feminidad que a la mujer le es obligado tener por el mero hecho de serlo. La velada fue deliciosa: champagne, bridge, causerie animadísima, couplets finamente picantes, maullados al piano con mucha picardía… (…) A las dos de la mañana, Toinette, adoptando aires señoriales, despidió a sus visitantes, dándoles a besar la diestra deslumbrante de pedrería, e inclinando en unas reverencias muy monas el esbelto talle, modelado por un traje escotadísimo de crépe lila, y la hueca cabecita. Angélica Palma, Por senda propia, pág. 166. 328 En la casa de Toinette, toda llena de plantas, de mueblecillos frágiles, de lámparas veladas por pantallas de tonos discretos, de bibelots y flores, se reunía aquella noche hasta una media docena de caballeros, grandes aficionados al article de París. Angélica Palma, Por senda propia, pág. 165. La asistencia de la prensa a las reuniones de la Sra. Gorriti hace que hoy tengamos constancia del contenido de las mismas. Y así el 28 de febrero de 1877, según consta en el comentario pronunciado por Abelardo Gamarra, encontrándose de paso en compañía de su esposo por la capital peruana Clorinda Matto, con 22 años de edad, fue “bautizada” en una de esas veladas. Según cuentan las crónicas se rindió homenaje a la escritora cuzqueña y tradicionista en un ambiente en el que la música y la literatura fueron uno. Con el bautismo “literario” de la escritora cuzqueña se daba paso a la segunda generación: Clorinda tomará el relevo de la escritora argentina continuando con la tradición de las veladas literarias en 1887, pasados los años de la guerra. El comentario que Angélica hace en la biografía de su padre acerca de las veladas de Juana Manuela, es quizás el que ha conducido a más errores. Ha llevado a numerosos investigadores a situar a la misma Angélica en dichas reuniones cuando, por razones cronológicas es imposible que allí estuviera. Angélica nace justo un año después del retorno de la escritora argentina a su patria y por lo tanto, un año después del fin de las veladas. Angélica lo deja muy claro y así lo explica al lector: ella recrea esta práctica social dejándose llevar por la imaginación en caprichosa alianza, con el vago recuerdo de relatos oídos en la niñez569 y todo esto nos lo corrobora además de con las palabras que emplea para introducir su descripción, con la utilización que hace del condicional. Describe el escenario en el que podrían haber tenido lugar, mezclando los recuerdos de conversaciones escuchadas y de salones a los que asistió y bien pudieran parecerse a los de la Sra. Gorriti. Habla del salón como si se tratase del escenario de una de sus novelas. Precisando hasta el más mínimo detalle, cuidando la ambientación y la percepción que el lector pueda tener al leer el texto: ...una sala espaciosa, de esas de antiguo caserón de Lima, con muros sólidos y elevado techo, quizá a cada lado de la puerta de entrada habría una ventana de labrada reja con ancho y bajo alféizar como para brindar asiento a alguna pareja deseosa de aislamiento; acaso las mamparas tendrían cristales de colores, cortados en trozos de regular tamaño y caprichosa geometría; colocado al centro de una de las paredes un Erard o un Pleyel mostraría su teclado marfileño, en la fronteriza dos espejos de marco dorado parecerían casi apoyados en sendas 569 Cfr. nota 15, pág. 60. 329 consolas de jaspeado mármol y patas curvas; la alfombra sería enteriza y floreada; sofás y sillones de los de medallón, con respaldo y brazos protegidos por adornos tejidos al crochet, y no faltaría la indispensable mesa de centro, rodeada de sillitas ligeras y soportando en su tablero el peso de un álbum enconchado repleto de retratos, entre los que se vería infaliblemente a la reina victoria y a la Emperatriz Eugenia, y el más leve de un jarroncillo con esbeltas varas cuajadas de margaritas intensamente aromosas... Lleno de tópicos de la época dibuja lo que debió haber sido un hogar burgués o de clase alta en la Lima de 1876- 1877. Sin duda fruto de las conversaciones que mantuvo con su padre, del anecdotario personal del tradicionista pero también influido por las lecturas que la pequeña Angélica realizara en sus primeros años. Lecturas decimonónicas, realistas y costumbristas en las que la descripción de ambientes y la caracterización de los personajes conforman el núcleo de la trama novelística. Y como buena narradora tras describir el espacio en el que tienen lugar las veladas, se pregunta por los personajes (“¿Y los personajes?”) –asistentes- que forman parte de esas reuniones que se dan en pleno centro de Lima y que suelen acabar a altas horas de la mañana: Señores de levita negra y corbatas de lazo, damas con trajes puff y cola, con peinados complicados y trenzas y bucles y alhajas con aderezos de granates o guardapelos de oro, pendientes de aterciopeladas cinta negra, realzadora de la morbidez de la garganta. (...) Literatos auténticos –Palma, Salaverry, Llona- dieron elevación y armonía al tono general de las veladas y Juana Manuela Gorriti, con hospitalario buen tono, hizo de su salón modesto, centro acogedor para los intelectuales que llegaban a Lima. Describe a los asistentes de las mencionadas reuniones como lo hace con cualquiera de los personajes que viven en sus novelas porque para ella, los recuerdos que su padre tiene de esos momentos, lo que escucha en boca de su madre o de alguno de los amigos que visitan la casa del tradicionista son eso mismo: cuentos, relatos de una época ya pasada, en definitiva: Efusiones líricas, confraternidad intelectual, salón literario en Lima...¡qué extraño nos parece a quienes no lo alcanzamos y vivimos la inquietante actualidad! Imitando a Eça de Queiroz, repitamos con sonrisa que aspira a ser irónica y resulta saudosa; así eran, en 1877... La escritora argentina Juana Manuela Gorriti se ve obligada a abandonar la capital limeña y regresar a su país reclamada por una ley que “la hace acreedora de una pensión vitalicia destinada por el Gobierno argentino a los herederos de héroes de la Independencia 330 pero que la conmina a vivir en la patria natal para cobrarla”570. El salón se ve clausurado el cuatro de julio de 1877 y con él aquellas reuniones que conseguían abrirse un hueco en la prensa semanal, pero la semilla ya está plantada y la idea de que la mujer tiene la profesionalidad suficiente para ocupar tribunas como las del Ateneo o el Círculo literario ya recorre los mentideros más concurridos de Lima. Como colofón a todo lo expuesto, un texto que la propia Angélica dio al diario argentino La Prensa días antes de morir. Escrito especialmente para dicho periódico que no apareció en ningún otro diario del momento, es una mezcla de cuento corto, crónica, evocación y efusión lírica y recuerdos de aquello escuchado tantas veces en su casa, incluso pudiera tratarse de una anécdota contada por el tradicionista que Angélica quiso dejar por escrito. En definitiva una recreación de algo que, aunque ella no lo vivió sí tuvo la oportunidad de recrearlo y revivirlo en sus textos. Ella rescata para los lectores de ese momento la evolución que sufre una ciudad, Lima, el trasiego de sus calles, el ruido y los olores que se respiran en pleno cambio, en pleno progreso, en plena modernización y cómo es esta evolución la que transforma los hábitos y costumbres de sus habitantes. Son ellos, aquellos que tienen el don de la palabra, los pertenecientes a esa aristocracia intelectual que se ha mencionado anteriormente, los que trasladan sus preocupaciones a sus lugares de encuentro, los que dan nombre a lo que está pasando y los que de alguna forma, certifican a través de sus novelas, poesías, ensayos, conferencias o disertaciones, todas las transformaciones que se están viviendo. 570 BATTICUORE, Graciela, Juana Manuela Gorriti. Cincuenta y tres cartas inéditas a Ricardo Palma. fragmentos de lo íntimo. Buenos Aires-Lima: 1882- 1891. Lima, Universidad San Martín de Porres, 2004, pág. XIX. 331 Veladas del ochocientos571 Por ANGÉLICA PALMA (Especial para “La Prensa”) Lima del último cuarto del siglo XIX, Lima la de la decena ya declinante del 70, que aún no soñaba prolongarse con avenidas ni ensancharse abriendo nuevas vías en el centro de la ciudad, como lo hiciera pocos años antes en París el barón de Haussmann572, burgomaestre pródigo y audaz en los días fastuosos del Segundo Imperio; Lima envanecida de engalanarse con la arquitectura itálica del Palacio de la Exposición573 y con el orientalismo tropicalizado de su parque de las palmeras; Lima que, sacudiendo un rezago colonial, derribó las murallas y prescindió de sus doce portadas; pero cuyas gentes acudían, lo mismo que en los tiempos coloniales, a la Alameda de los Descalzos574 el día de San Juan y el de la Porciúncula575, y a Cocharcas el día de Navidad y al Puente de Piedra576 cuando lucía la luna, y autoridades tocadas de romanticismo disponían que no se encendieran los faroles públicos, Lima ya sin tapadas de saya y manto, y donde las mujeres, como atenuada continuación del atavío legendario, usaban para el diurno callejeo la manta de seda de la China, orillada de encaje, muy ceñida en el cuello y la cintura, cubriendo la cabeza y dejando ver, según dijo Rubén 571 Este texto fue publicado por el diario La Prensa el 7 de setiembre de 1935 con la siguiente explicación: “Esta colaboración nos fue entregada por su autora, hace pocos días, antes de partir para la ciudad de Rosario, donde ocurrió el tan justamente lamentado fallecimiento”. La edición que aquí se presenta del mismo, es obra de la autora de este trabajo. 572BARÓN DE HAUSSMANN: Georges- Eugène Barón Haussmann (París 1809- 1891), funcionario público que recibió el título de Barón de manos de Napoleón III con quien realizó los planes de reforma urbanística y embellecimiento de la ciudad que Napoleón tenía en mente. Entre sus obras destaca el Bois de Boulogne o los Jardines de Luxemburgo, la ampliación de los bulevares, una nueva manera de conducción del agua, el edificio de la ópera o el sistema de alcantarillado. Las obras urbanísticas llevadas a cabo por el Barón Haussmann fueron los modelos que se tuvieron por los diferentes gobiernos peruanos, para la construcción de una nueva Lima. 573PALACIO DE LA EXPOSICIÓN: Situado en el Paseo Colón, en el centro de Lima, fue construido junto con el Parque del mismo nombre para la Exposición Internacional celebrada en la ciudad en 1872. 574ALAMEDA DE LOS DESCALZOS: antiguo paseo situado en el distrito del Rímac. Fue mandado construir por el Virrey Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros, en 1611.A mediados del siglo XIX, el presidente Ramón Castilla mandó traer de Inglaterra, una verja de hierro forjado dándole el aire romántico y europeo que se pretendía. 575DÍA DE LA PORCIÚNCULA: También llamado Día de la Indulgencia Plena. Es la fiesta de nuestra Señora de los ángeles de la Porciúncula en Asís. Porciúncula significa “pequeña porción”. Es el lugar donde San Francisco comenzó su Orden de frailes menores e inauguró la Orden de las Clarisas Pobres. Se cuenta que una noche San Francisco se despertó con ganas de ir a la Porciúncula. Mientras rezaba se le aparecieron Dios y la Virgen y le instaron a que pidiera aquello que más deseara. San Francisco pidió el perdón completo de todos los pecados a todos los que, arrepintiéndose, visitasen la Iglesia de la Porciúncula. Se celebra el dos de Agosto. 576PUENTE DE PIEDRA: También llamado Puente Trujillo, situado en el centro de Lima, comunica el Cercado de Lima con el distrito del Rímac. Fue construido por el Marqués de Montesclaros en 1610. Es el inicio del Jirón de la Unión, la principal vía durante los primeros años de la república. 332 Darío, “la blancura rosada del rostro, en la que, incrustados como dos estrellas negras, están encendidos de amor, los ojos bellos”577. Lima pequeña y ambiciosa, despilfarradora y señoril dentro de su marco aldeano, que en verano tenía su reflejo de Biarritz en Chorrillos, y el resto del año se daba trazas para el jolgorio, al son de guitarra y cajón, en los barrios populares, con bailes, comidas y tertulias nocturnas, modestas o lujosas, las clases más acomodadas. ¡Tertulias nocturnas!... En aquella Lima del aún reciente impulso progresista de la administración Balta, de los gobiernos de Don Manuel Pardo y del general Prado, de las conspiraciones de Don Nicolás de Piérola578, se pasaban más horas a la luz de las lenguas de gas que hoy a la claridad del alumbrado eléctrico. Nocturnidad inocente... cuando lo era. Aprovechábanla las limeñas curioseando escaparates y haciendo compras en Mercaderes, Espaderos, Plateros y los Portales579 o recibiendo a los amigos en las casas, que tenían, hasta hora relativamente avanzada, las puertas de par en par. A mitad del patio en las casas de un solo piso o al término de la escalera de mármol, un farol de vidrio o una lámpara de hierro encendidas, la sala y la cuadra (1)580, las personas mayores se acomodaban en torno a la mesa de rocambor581, permitíase a las parejas de novios el usufructo de los sofáes; ponderaban las señoras algún vibrante editorial de monseñor Tovaren “La Sociedad”582, o una mística plática 577 La frase completa aparece en el texto que bajo el título de “Fotograbado” escribiera el escritor Rubén Darío en homenaje al tradicionista y que se encuentra comprendido entre los juicios literarios del Tomo I de las Tradiciones Peruanas. (DARÍO, Rubén, “Fotograbado”, en PALMA , Ricardo, Tradiciones peruanas, Madrid, Espasa Calpe, 1958, T. I, pág. XXII) 578DON NICOLÁS DE PIÉROLA: Nicolás Fernández de Piérola Villena (1839- 1913), más conocido por El Califa, político peruano que ocupó la presidencia de su país en dos oportunidades: 1879- 1881 y 1895- 1899. Fue ministro de Hacienda durante el mandato de José Balta y bajo su administración se firmó el Contrato Dreyfus, por el cual se concedía a la empresa francesa de dicho nombre el monopolio de la exportación del guano. Se alzó con el poder en su primer mandato como consecuencia de dar un golpe de estado; provocó la renuncia de Andrés Avelino Cáceres después de aliarse con el Partido Civil y ocupar la ciudad de Lima. Realizó importantes reformas económicas. 579MERCADERES: cuadra 4 del Jirón de la Unión. (Cfr. pág. 9) ESPADEROS: cuadra 5 del jirón de la Unión. (Cfr. pág. 9) PLATEROS: engloba las calles Plateros de San Agustín, situada en la primera cuadra del Jirón Ica que comienza en el Jirón de la Unión y se extiende a lo largo de nueve cuadras y Plateros de San Pedro, primera cuadra del Jirón Ucayali, situado en el extremo este del Jirón Ica. PORTALES: con este nombre hace referencia al Portal de Escribanos, en la tercera cuadra del Jirón de la Unión (Cfr. pág.9) y el Portal de Botoneros, en la primera cuadra del Jirón Huallaga, que se extiende desde el Jirón de la Unión hacia el este a lo largo de diecinueve cuadras. 580 Nota de la autora: (1) Nombre con que se designaba a la segunda sala, anterior al traspatio. 581MESA DE ROCAMBOR: hace referencia a la mesa utilizada para jugar al Rocambor, juego de cartas también llamado del Rey o Tresillo. Es un juego de estrategia que utiliza la baraja española, muy popular a lo largo del siglo XIX en Lima. Son muchas las novelas en las que se reproduce la escena del juego y en que aparecen mujeres practicándolo. Un ejemplo es la protagonista de la novela de Mercedes Cabello de Carbonera, Blanca Sol, “- Vengo a ilustrarles su monótono rocambor- dijo dirigiéndose a uno de los jugadores” y a partir de ahí se reproduce una partida. En CABELLO DE CARBONERA, Mercedes, Blanca Sol (Novela social), edición, introducción y notas de Mª Cristina Arambel- Guiñazú, Madrid, Iberoamericana- Vervuert, 2004, págs.92- 95. (Colección El Fuego Nuevo. Textos recobrados; nº 2). 582MONSEÑOR TOVAR: Manuel Tovar y Chamorro (1844- 1907), XXV Arzobispo de Lima desde 1898 hasta su muerte. Llevó a cabo la restauración de la Catedral de Lima y fue miembro correspondiente de la Real Academia Española de la Lengua. 333 de monseñor Roca583, y elogiaban la espiritualidad de su bella figura; cualquier señor, de esos que siempre están en el secreto, anunciaba, precisando día y hora, un cambio radical de situación, pasmábanse unos con la noticia, contradecíanla otros, y no poco se entusiasmaban; las muchachas, con más dengues y menos libertad que las de ahora, pero con idéntica decisión, se dedicaban al coqueteo. En fin, que sin más variación que las circunstancias en aquellas tertulias pretéritas se jugaba, se discutía y se enamoraba como en la de hoy y como en las de mañana. − No amigo mío− dijo el limeño al turista mexicano a quien desde quince días antes le hacían los honores de la ciudad− Esta noche, nada de escaramuzas sentimentales con Rosita, lo llevo a usted a otra tertulia. − Hombre, si precisamente esta noche no debemos faltar, creerán las muchachas que estamos ofendidos por aquello del domingo. − ¿Por qué? ¿Por la majadería del padre? Ya están acostumbradas, cuando el viejo bosteza y cabecea repetidamente, saben ellas que se viene encima el consabido diálogo: − Niñas, ¿y sus hermanos? − Todavía no han regresado, papá. − ¡Desconsiderados! ¡Prolongar la visita hasta estas horas sin calcular que esa familia desearía ya acostarse! − Crea usted que el incidente carece de importancia, y, sin escrúpulos, déjese llevar. Acaso, en premio a su docilidad, se encuentre usted con Rosita. − Pues, andando. Y los dos jóvenes salieron del Hotel Maury584. Recorrieron varias calles; leve garúa mojaba el pavimento; en el aire húmedo vibraban las campanas con diversos sones; el limeño los reconocía y precisaba: − La campana que ahora comienza a tocar es la de San Francisco. ¿Escucha usted otra aguda e insistente? Es la de la Concepción; la de tono grave y pausado ritmo corresponde a la Iglesia de San Pedro. − ¿Y esa plañidera? Fue redactor y fundador del diario limeño católico La Sociedad entre 1870 y 1880.Desde esta tribuna se defendieron las ideas de la Santa Sede frente al Estado civil, atacando las ideas liberales y positivistas. 583MONSEÑOR ROCA: Monseñor José Antonio Roca y Boloña (1834- 1914), promotor del periodismo católico, colaboró en publicaciones como El Católico (1855- 1860), La Sociedad (1870- 1880), El Progreso católico del que fue cofundador junto con Manuel Tovar (1860) y El Bien Público. 584HOTEL MAURY: situado en pleno centro de Lima, en la segunda cuadra del Jirón Ucayali. En su bar, según cuentan, se inventó el famoso cocktail peruano, “pisco sour”. 334 − La de las monjas de Jesús María585 pidiendo pan; a su ruego humilde responden los vecinos con el envío de colmadas cestas. No lejos del monasterio se halla la casa donde vamos. − ¿Y qué haremos allí? ¿Bailaremos? ¿Se jugará? − Nada de eso; disfrutaremos de una velada literario-musical. − ¡Demonio! Con ésta no contaba− exclamó el viajero sorprendido−. Por lo visto, Lima continúa siendo la ciudad del virrey poeta586. − Puesto que se refiere usted a antiguos gobernantes, le anticiparé que hemos de presentar nuestros respetos a la viuda de un presidente de república, literata famosa... − Comprendo; me lleva usted a un hotel Rambouillet587 criollo o a una moderna academia del buen gusto. − Estamos en América y en el siglo XIX; no se remonte usted al XVII francés, ni al XVIII español, ni marquesas de la Fronda ni condesas neoclásicas, sencillamente una mujer de nuestro mundo embrionario, hija de un general de la Independencia argentina, viuda de un presidente de Bolivia, y que reside y trabaja en el Perú. Su morada nada tiene de los palacios europeos que la imaginación de usted evoca, pero si se empeña en buscar semejanzas, compararemos esta tertulia limeña con las de Carlos Nodier en el Arsenal588, poco dinero, bastante animación, figuras descollantes del mundo social y del literario y advenedizos de uno y otro, música, risas, romances, versos... − Y quizás, − dijo el viajero, completando la descripción− algún Félix d´Arvers589 que se inmortalice con un solo verso al oído de una mujer: Mon âme a son secret, ma vie a son mistère…590 585 Todas las basílicas nombradas se encuentran en el centro histórico de Lima. Es curioso como un compañero suyo de generación, Enrique A. Carrillo en su columna “Viendo pasar las cosas”, en una de sus crónicas titulada “El día de una limeña”, describe exactamente la misma escena que Angélica: “Es la de San Agustín, campana aguerrida, (…). Es la de Santo Domingo, que siente, más que ninguna otra, el vértigo de las alturas. Es la de la Catedral, testigo mudo y sonoro al propio tiempo de toda nuestra historia. Es la de San Pedro, la campana gorda, como alimentada por jesuitas. Son las de los conventos de monjas, de repicar agrio y desigual, como tiradas por viejecitas impacientes.” En CARRILLO, Enrique A., Obras reunidas, Edición, prólogo y cronología de Miguel Ángel Rodríguez Rea, Lima, Pontificia Universidad Católica del Perú, Ediciones del Rectorado, Departamento de humanidades, 2007, pág. 391. 586V IRREY POETA: Angélica hace referencia a Don Juan de Mendoza y Luna (España 1571- 1628), III Marqués de Montesclaros. 587HOTEL RAMBOUILLET : situado cerca del Palacio del Louvre, su nombre proviene de Catherine de Vivonne, marquesa de Rambouillet. Este hotel es conocido y recordado debido a que en sus estancias mantuvo la marquesa un salón literario entre 1607 a 1665. 588CARLOS NODIER: Jean Charles Emmanuel Nodier (1780- 1844), escritor y bibliotecario francés. Dirigió la Biblioteca del Arsenal en 1824 donde creó numerosas tertulias reuniéndose en ellas escritores como Alejandro Dumas, Alfred de Mussett, Victor Hugo o Lamartine. Se le reconoce el ser el promotor del Romanticismo en Francia. 589FELIX D´ARVERS: Félix Arvers (1806- 1850), poeta y dramaturgo francés. Es conocido por el poema “Un secreto”, escrito y dedicado a María, la hija de Charles Nodier. Forma parte de una obra titulada Mes heures perdues de la que nada más se conoce el poema en cuestión cuyo primer verso reproduce Angélica. 335 Y acaso por la frase melodiosa, o porque el cielo se había despejado y brillaban titilantes las estrellas, o porque percibieron a un embozado mirando obstinadamente a un balcón con las celosías bajas, o porque en ellos aún alentaba la juventud, nuestros amigos se sintieron románticos. Bajo este signo llegaron a la morada de doña Juana Manuela Gorriti591. Alta, muy delgada, con abundantes mechones de canas plateándole los cabellos rubios, escudriñadoras en las cuencas profundas de los ojos las claras pupilas, efusiva en el trato, de palabra fluida, la dueña de la casa encarnaba la persistencia del romanticismo literario en los momentos del avance victorioso del naturalismo. Apasionada y resuelta como Jorge Sand592, su credo católico y sus gustos aristocráticos la impidieron aventurarse por senderos nuevos e intrincados que recorrió la francesa rebelde y gloriosa, pero, como ella, cordial y expansiva, amante de los niños, saboreadora de esparcimientos intelectuales, la argentina, ya apagados sentimentales ardores, al iniciarse el largo crepúsculo de su vida, consagraba las tardes a sus colegialas y en las veladas reunía a los amigos. Veladas románticas, pese a los sonetos clásicos de Llona593 y a las disquisiciones críticas o filosóficas de doña Mercedes Riglós de Orbegoso 594 o de doña Mercedes Cabello de Carbonera595. Vibraba aún el eco del catorceno majestuoso cuando las suaves notas de una melopea se esparcían por el salón y una voz femenina recitaba las trovas flébiles de Salaverry596: 590 Primer verso del poema de Félix Arvers: “Mi alma tiene un secreto, mi vida tiene un misterio…”. 591JUANA MANUELA GORRITI:. La casa de la escritora argentina se encontraba en la esquina de las calles Urrutia y Pilitricas, situadas en el centro histórico de Lima. 592JORGE SAND: George Sand, Amandine Aurore Lucilla Dupin, baronesa Dudevant (1804- 1876), fue una novelista francesa que utilizó el seudónimo de George Sand. Abandonó a su esposo. Conocida por saltarse las normas que regulaban el comportamiento social, utilizó vestimenta masculina para moverse por París. Estuvo relacionada sentimentalmente con Alfred Musset en 1833 pero su relación más larga y duradera fue la que tuvo con el compositor Fréderic Chopin. Resultado de esta relación y del tiempo que pasó con él fue el libro Un invierno en Mallorca, publicado en 1855. 593LLONA: Numa Pompilio Llona (1832- 1907), escritor ecuatoriano que llegó a desempeñarse como profesor en la Universidad de San Marcos. Fue nombrado cónsul de su país en España e Italia en 1880. Entre sus obras destacan Cantos americanos, Odisea del alma o La estela de una vida entre otras. Contrajo matrimonio con la escritora peruana Lastenia Larriva que tuvo mucha importancia en la vida de Angélica. 594MERCEDES RIGLÓS DE ORBEGOSO: Rosa Mercedes Riglós de Orbegoso (1826- 1891), escritora peruana que firmó con el seudónimo de Beatriz algunas de sus obras. Entre ellas se encuentran ensayos, artículos y poesías sobre temas pedagógicos, sociales e históricos. Fue asistente de las veladas de Juana Manuela Gorriti. 595MERCEDES CABELLO DE CARBONERA: Escritora peruana (1842- 1909). Su nombre fue asiduo firmante en diversos periódicos de Lima donde dio a conocer algunos de sus ensayos más conocidos como es el caso de La novela moderna. Entre sus obras destacan las novelas Blanca Sol, El conspirador o Sacrificio y recompensa. Su nombre traspasó las fronteras y fue conocido también en España donde sus trabajos fueron publicados en diferentes medios periodísticos. 596SALAVERRY : Carlos Augusto Salaverry: (1830- 1891) Participó en la guerra contra España en 1866. Fue autor de teatro con obras como Atahualpa o la conquista de Perú, Abel o El Pescador, El bello ideal o El pueblo yel tirano. Cultivó la novela pero el éxito lo obtuvo con la poesía recopilada en Albores y destellos en 1871. 336 La vida es una flor purísima al nacer; su aroma es el amor, su cáliz el placer.597 Los oyentes comentaban los dogmatismos candorosos de las señoras e interrumpía las apreciaciones la cadencia de unas fáciles décimas, esmaltadas de metáforas. ¿Quién las declamaba? Un gallardísimo antillano, José Joaquín Palma598, desterrado de Cuba y en andanzas patrióticas por Sud América. Las cálidas estrofas entusiasmaban al auditorio y contagiaban de épico entusiasmo a otro bardo: Manuel Adolfo García 599 , que recitaba, nervioso y trémulo, sus ditirámbicas quintillas a Bolívar. Aplausos, plácemes, golosinas, refrescos, los caballeros atendían a las damas formábanse corrillos. De uno de ellos se separaron dos señoras y arrastrando las faldas de larga cola, recargadas de volantes y plegados, acudieron a la llamada que les hacían desde el ángulo opuesto de la habitación. En el grupo quedó sólo una mujer; era hermosa, de opulentas formas, con abundantes cabellos negros y expresivos ojos, sombreábale el vello la boca carnosa y bien dibujada, se burlaba de convencionalismos y hablaba con desenfado. − Basta de melindres− exclamó, siguiendo con la vista a las que se alejaban−. Ahora que estamos entre hombres, cuéntenos usted, Ricardo600, algo subidito de color. Rieron todos, mirando al interpelado, varón de edad madura, alto, cenceño, de color moreno, amplia y despejada frente y poblado bigote; chispeábanle de inteligencia los ojos negros tras los gruesos cristales de los anteojos, pendientes de un cordoncito tejido con el cabello de su mujer. La dama insistió: − Vamos, Palma, ¡no se haga usted de rogar! − Siempre me ha gustado que me rueguen las buenas mozas, y si se trata de Mercedes Cabello, la boca se me hace agua. 597 Versos pertenecientes a la obra Cartas a un ángel de carácter romántico, en concreto corresponden a la segunda parte del poema titulado “Misterio”. Están contenidos en la obra que publicara Ricardo Palma, Lira americana: colección de poesías de los mejores poetas del Perú, Chile y Bolivia, París: México, Librería de Ch. Bouret, 1893, pág. 248. 598JOSÉ JOAQUÍN PALMA : (1844- 1911) Poeta cubano que abogó por la independencia de su país lo que le ocasionó el exilio, condicionando su obra poética. 599MANUEL ADOLFO GARCÍA: (1828- 1883) Escritor peruano que tras su paso por el ejército donde obtuvo el grado de coronel, colaboró en la fundación de la Sociedad Amigos de las Letras. Escribió poesía y teatro y llegó a publicar Composiciones poéticas. 600RICARDO: Ricardo Palma, padre de Angélica y asiduo asistente a las veladas de Juana Manuela Gorriti. 337 − Demasiada galantería para un recién casado− opinó agudamente Villarán601. − ¡El cuento! ¡El cuento! −dijeron los demás. El tradicionista se afirmó los lentes, paseó en torno la mirada maliciosa y con voz llena y sonora empezó así: Puesto que estoy con lo moderno en guerra y mi pasión por antiguallas es, escuchad esto que pasó en mi tierra, allá en los tiempos del virrey inglés.602 ¡Cosas dignas del “Decamerón” pasaban en Lima cuando gobernaba en el palacio de Pizarro aquel grave británico llamado don Ambrosio O´Higgins603, barón de Ballenari y marqués de Orsonot! Al menos, ese picante sabor tenían las que relató Ricardo Palma. − De alguna lisura de este hombre se ríen ustedes− exclamó la dueña de la casa, acercándose al grupo bullicioso−. En vez de oírle sus picardías, atiendan a una charada muy ingeniosa que va a recitar una de mis alumnas. − ¿Charaditas de colegiala conmigo? No aguanto − murmuró Palma al oído del visitante mexicano, y en voz alta añadió: − Con la venia de usted, me retiro, Juana Manuela, ya es tarde para mí. − Temprano sería si la charada tuviera ají y pimienta- replicó la literata, buena conocedora de sus tertulios. Concluía la velada, despidiéndose de la ilustre señora, se inclinaban sus convidados, rendidamente; bien decía el reverente saludo con el empaque de los caballeros, que vestían levita, camisa almidonada y luciente pechera, corbata negra y estrecha desigualmente anudada, y usaban el cabello un poco largo, mostachos, patillas simétricas o algunos, bajo el labio inferior la mancha capilar llamada mosca, o la pera, que les daba cierto aire jaque de militar. 601V ILLARÁN : Manuela Villarán de Plasencia (1840- 1888), escritora peruana centrada en escribir versos aunque publicó algún que otro relato. Entre sus versos destacan los dedicados a su hijo, muerto durante la defensa de Lima, Cantos íntimos de una madre. 602 Estrofas pertenecientes a la obra de Ricardo Palma, Verbos y Gerundios, concretamente al poema titulado “Una mendiga. (Cuentecillo)”. 603AMBROSIO O´HIGGINS: (Irlanda 1720- Lima 1801), ostentó los títulos de Marqués de Osorno, Marqués de Vallenar, Barón de Ballenary. Militar y gobernador irlandés que estuvo al servicio de la Corona española. Fue Gobernador de Chile y Virrey del Perú. 338 Sonaron las tres de la madrugada. La calle, a esa hora silenciosa y solitaria, se animó durante unos minutos con las voces y el repiqueteo taconeo de las mujeres, envueltas en albornoces de lanas finas y claras, y con el ruido de los pasos varoniles. El mexicano y su amistoso guía, después de dejar a Rosita y al papá gruñón en la puerta del hogar, tomaron el camino del hotel. − Platiquemos un rato− exclamó el limeño, acentuando sonriente el vocablo arcaico conservado en México − ¿Qué impresión le ha causado a usted la velada? − No alardeo de sociólogo− respondió el viajero−; sin embargo, le confieso a usted que la grata reunión me ha parecido una esbozada síntesis de nuestras colectividades, sí, la misma curiosa mezcla de refinamiento y atraso, de ingenuidad y sutileza, el mismo desequilibrio crítico en la estimación de los valores encuentro en las organizaciones sociales y políticas que en la tertulia amable. Hemos visto confundios a escritores cuya obra quedará, perdurable y señera, con principiantes que nunca pasarán de tales; hemos oído que análogos elogios se dedicaban a la copia anodina de un cuadro de escuela flamenca que a ese admirable “Indio alfarero”, de Francisco Lazo 604 , figura egregia de la pintura peruana. Pero en esa heterogeneidad, en esos tanteos está lo por venir. Le ha faltado el noble peso de una acendrada cultura a nuestra fiesta artística, en cambio, sentimos en ella acelerado palpitar de juventud, augurios de amplia fraternidad, indicios de la fecundidad futura de esa bullición de contrastes. “Somos romeros que camino andamos”605 dijo el viejo Gonzalo de Berceo606. Amigo, que en nuestro peregrinaje hallemos siempre como esta noche, un refugio de hospitalidad espiritual. Y con ese voto se separaron. 604FRANCISCO LAZO: (1823- 1869) fue precursor de la escuela de pintores indígenas. Cultivó las letras y fue periodista. En 1840 fue discípulo de Ignacio Merino. Para realizar el cuadro de Santa Rosa deLima tomó como modelo a su esposa Manuela Henríquez. Ganó mucha fama como retratista. El cuadro “Indio alfarero” también es conocido por el nombre de “Habitante de la cordillera”. 605 Verso correspondiente al “Prólogo” de la obra de Gonzalo de Berceo, Milagros de Nuestra Señora. La estrofa entera: “Todos quantos vevimos, que en piedes andamos,/ siquiere en presón o en lecho iagamos,/ todos somos rromeos que camino passamos;/ San Pedro lo diz esto; por él vos lo provamos”. BERCEO, Gonzalo de, Milagros de NuestraSeñora, edición, introducción y notas de Juan Carlos Bayo e Ian Michael, Madrid, Castalia, 2006, pág. 93. 606GONZALO DE BERCEO: (1197- 1264), poeta español, clérigo secular que trabajó como notario del Monasterio de San Millán de la Cogolla. Su poesía trata el tema religioso y su obra la constituyen principalmente hagiografías, sin embargo su obra más importante es Los Milagros de Nuestra Señora, obra que intenta fomentar la inspiración mariana. Está escrito en cuaderna vía y se engloba dentro del Mester de Clerecía. 339 La Hora Fatal Ya somos el olvido que seremos El polvo elemental que nos ignora Y que fue el rojo Adán, y que es ahora, Todos los hombres, y que no veremos. Ya somos en la tumba las dos fechas Del principio y el término.607 607 ABAD FACIOLINCE, Héctor, El olvido que seremos, Barcelona, Seix Barrall, 2011, págs. 238- 239. 340 Las hermanas Palma regresan a su casa miraflorina a finales de agosto de 1931 donde las esperan con los brazos abiertos familiares y amigos. Todos quieren felicitar la actuación que Angélica ha tenido en España como representante del Perú en la Exposición Iberoamericana ya que, gracias a las crónicas de Variedades, han estado al tanto de sus intervenciones en Congresos y Centros Culturales de prestigio. A su llegada la esperan diferentes responsabilidades con las instituciones en las que participa y es miembro: la Sociedad Entre Nous y el Consejo Nacional de Mujeres. Como favor al matrimonio Jiménez- Camprubí y también como agradecimiento personal a Zenobia por el trato amable y cercano que han recibido durante su estancia en Madrid, le ha prometido que a su llegada a Lima averiguaría la posibilidad de abrir una librería para la Editorial Signo y que daría a conocer tanto a la editorial como el fondo que esta publica compuesto principalmente por las obras de Juan Ramón y de Tagore. Antes de irse de España, Angélica se ha entrevistado con Pedro García Valdés, dueño de la editorial para ver en qué forma puede ayudarles como editorial. Desde el 3 de abril de 1930, la firma de Angélica ha desaparecido de las páginas del diario El Sol. Debido a los aires republicanos que estaba tomando el editorial del periódico, sus ventas habían descendido y por lo tanto, habían dejado espacio para la creación de nuevos diarios que querían tener un lugar en el panorama periodístico español. Es el caso de Crisol, cuyo primer número salió el 4 de abril de 1931. Nicolás María Urgoiti como fórmula para sustituir al diario El Sol, que le habían quitado los monárquicos. Sin embargo, los anhelos de Nicolás María eran mayores y Crisol solo era el aperitivo para el diario que estaban tramando formar: Luz. Diario de la República que vería la luz el 7 de enero de 1932. Tanto Crisol como Luz, ofrecieron la posibilidad de seguir la línea editorial que había abandonado El Sol, por lo que su plantilla estaba formada con buena parte de la redacción deeste diario. Lo mismo sucedió con las corresponsalías y es el caso de Angélica que, aunque no tendrá una columna fija ni constante en ninguno de los diarios, continuará informando, comentando o dando testimonio de lo que ocurre al otro lado del océano. El 2 de octubre de 1931, casi después de un año de silencio, su firma aparecerá en Crisol con un artículo titulado “La ciudad del Libertador” y más tarde, en 1933 y 1934, se publicarán dos artículos. En el primero Angélica propone los pilares sobre los que España debe construir una política en América y en el segundo que aparece relata, describe e imagina la ciudad del Cuzco, a los largo de su historia a propósito de la celebración de su fundación. Justo en agosto de 1931 y mientras las hermanas Palma regresaban, se produce el golpe de Estado que dio fin al oncenio de Leguía a cargo del general Luis Miguel Sánchez Cerro que se mantendría en el poder hasta 1933. Atrás quedaban once años donde la libertad de prensa había brillado por su ausencia lo que había afectado a la familia Palma de manera directa. La designación “a dedo” del personal para cargos públicos había sido motivo de 341 denuncia por muchos sectores de la población. Leguía había permanecido impasible ante la renuncia, y por consiguiente, ante la oposición, de Ricardo Palma como director de la Biblioteca Nacional que tantos años le tomó reconstruir. Augusto B. Leguía dejaba al país sumido en una deuda importante con el vecino del norte, EEUU, por la cantidad de préstamos que habían solicitado para la construcción y remodelación de obras públicas. La crisis mundial del 29 ocasionó la caída de Leguía y aceleró el cambio que un sector importante de la sociedad estaba demandando. La política de Sánchez Cerro tuvo ciertos puntos en común con la de su predecesor. Si con Leguía había nacido en literatura la corriente indigenista, Sánchez Cerro amplió la legislación a favor de los indígenas y trató de frenar las migraciones a las ciudades. En 1931 en Alemania, concretamente en Berlín, se funda el Ibero- Amerikanisches Institut (Instituto Iberoamericano) como centro de investigación científica y de intercambio que buscaba fomentar el estudio interdisciplinario entre América Latina, España, Portugal y el Caribe. Uno de los máximos trabajadores y colaboradores con el Instituto fue el matrimonio Faupel. El matrimonio, debido al trabajo de Willhelm que había sido designado Inspector General del Ejército, había llegado a Lima en 1926 donde permanecieron hasta 1931, año en que regresan a Alemania y comienzan a trabajar de manera activa en el Instituto. Edith Fleischauer, casada en 1909 con Wilhelm Faupel, había obtenido el título de doctora en Ciencias Políticas en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos en 1929 y a su regreso a Alemania comienza a trabajar “ad honorem” de manera activa en el Instituto cuya dirección asumió en 1934 Willhelm. Edith estaba encargada de toda la zona andina y en algún momento también lo hizo con todo el Río de la Plata. Durante este año y ya desde Madrid, Angélica, comprometida con la labor que realiza Edith en el Instituto y recordando lo que hiciera su padre al reconstruir la Biblioteca nacional, dona unos libros al Instituto para participar en la creación de una biblioteca de estudios e investigaciones históricas, geográficas y lingüísticas. Mi querida y recordada amiga: Hoy debe salir la carta del Director del Instituto Ibero- Americano para agradecerle su valioso envío. Quiero acompañarle con un cordial saludo mío para Ud y sus dos hermanas. Desde el primer del mes estoy trabajando en este Instituto a donde el Gobierno alemán me ha llamado confiándome la Sección del Perú y de Bolivia. Ud podrá figurarse cuán grato ha sido para mí este honroso encargo y con cuanto gusto estoy haciendo este trabajo. Haré todo lo que podré para que los lazos culturales y de amistad entre el Perú y Alemania ambos países queridos de veras y con el corazón por mí, se estrechen de día en día más. 342 Tres veces por semana voy al Instituto, dedicándome el resto de la semana a mis quehaceres domésticos. Con verdadero gusto (a la limeña hay que decir. Gustazo) puse en la Sección peruana de nuestra biblioteca las “Tradiciones” de su padre de cuyo mérito hablar huelga, por ser de fama y reconocimiento mundial. Pero si le quiero expresar con cuánto interés he leído su novela “Uno de tantos”, la que juzgo una obra maestra, que deja sentado su nombre en el primer renglón. Sin arrogarme un criterio, creo que pocos como yo que he vivido con los muchachos universitarios, sabrán apreciar sus cualidades y la maestría con la cual Ud ha sabido pintar este sector de la vida limeña. Las personas están vivas delante de mí; Paulina, Abelardo, los Sanz. Con todas las figuras me parece haber tenido trato, tan reales, tan humanos Ud las ha pintado. La lectura me ha dado nostalgia a mi Lima. Le agradezco infinito el goce que Ud me ha proporcionado. (…) ¿Cómo le habrá ido en la revolución de Madrid? Espero pronto tener noticias suyas que me digan de su bienestar y del de sus hermanas a quienes les ruego transmitir cariñosos saludos. Si le pudiera ser útil en algo sea en mi calidad como miembro de este Instituto o en cualquier otro, sírvase, disponga de mí. Mi marido quien besa sus pies, manda sus respetuosos saludos. El mayor Nicholson y su señora están casi diariamente con nosotros y simpatiquísimos. También Haya de la Torre me ha hecho una impresión excelente. Pronto se embarcará para el Perú, lo mismo el Comandante Guerrero. Otra vez un abrazo cariñoso su amiga y admiradora Edith Faupel De esta forma se inicia un intercambio epistolar entre ambas que las llevará también a intercambiar libros e impresiones sobre lo que acontece a uno y otro lado. Es curioso comprobar cómo, todos los peruanos que pasaban por Berlín en aquella época, recuerdan a Edith Faupel y las facilidades que les brindaba para que su estancia en Berlín fuese agradable. (…) A veces no sé cómo darme abasto para todo. Tenemos en Berlín un gran círculo de amigos alemanes y compromisos sociales; felizmente se suman a esto caso todos los peruanos que pasan por Berlín. Ya se fueron muy buenos amigos nuestros. Jorge Basadre, Enrique Encina, Vicente Santiváñez, Dr. Luis Montoya. 343 Están en este momento en Berlín los Dres. Enrique Manchego y Garibaldi, Hoyos Osores, Manuel Mújica Gallo, Dr. Cerro, los muchachos Arrospide, Tizón y Víctor Manchego, así que casi no pasa un día en que no tenga el gusto de verme con un hijo del Perú. Todos siempre muy buenos y atentos y me hacen olvidar el tanto tiempo de mi ausencia en Lima. (…)608 La correspondencia y el intercambio de libros entre ambas se prolonga hasta mayo de 1935 en que Angélica realizará seguramente la que fue su última donación, Pancho Fierro, el acuarelista limeño y la biografía de su padre escrita por ella, Ricardo Palma. El 22 de octubre de este año Angélica se presentará ante el público limeño en la Sociedad Entre Nous a dar la conferencia que diera en Madrid y que publicara en la revista que dirige el matrimonio amigo suyo, Mercedes Gaibrois y Antonio Ballesteros. En los salones de la sociedad se volvieron a exponer, a través de diapositivas, las acuarelas del pintor costumbrista peruano Pancho Fierro y Angélica volvió a dejarse escuchar. Este año sale publicado Fernán Caballero, la novelista novelable. Como Angélica y sus hermanas han regresado a Perú, son sus amigas las que se encargan de velar por los intereses de la autora y median con la Editorial por el tema de las ventas que se empiezan a ver un año después. Mercedes Gaibrois, correctora de muchas de las pruebas de sus novelas, se lamenta de la poca acogida o poco éxito que está teniendo esta novela entre el público español y manifiesta su incomprensión ante el lamento por parte de Angélica de esto. Comprendo tu disgusto con lo de Calpe, pero no me explico cómo esa gente no ve su propio negocio. Yo me imaginaba que Fernán se vendía porque varias personas me han hablado de este tu libro con gran elogio por cierto.609 Angélica, Augusta y Renée continúan con el intercambio epistolar con sus amigas españolas. Concha Espina es una de ellas. Ya veo que también trabajas con algo de pereza pero siempre con muy buen éxito, como no puede ser menos y que René y Augusta ejercitan sus aficiones literarias. No dudo que con sus aptitudes y su buen gusto la revista será algo ejemplar. Mucho me alegro de todo esto y desearía que pudiéramos charlar largamente de todas estas cosas interesantes, y que se repitieran aquellos ratos de Goya en que gozábamos de tu buena conversación.610 608 FAUPEL, Edith, Carta a Angélica Palma, 31 de octubre de 1934. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 609 GAIBROIS, Mercedes, Carta a Angélica Palma, 21 de octubre de 1932. Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 610 ESPINA, Concha, Carta a Angélica Palma, 15 de octubre de 1932, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 344 Renée ya ha mostrado su faceta de pintora y ahora planea con su hermana Augusta la creación de una revista que llevará por nombre Bien del hogar. Revista de ciencias domésticas y que dirigirán por algún tiempo. En ella se darán a conocer como escritoras y periodistas, siguiendo la tradición familiar, participarán amigas de la familia y defensoras de la igualdad en la educación para la mujer, como Elvira García y García. Durante 1931 y 1932, el grupo de mujeres que encabezaba, entre otras personas, Zoila Aurora Cáceres, lleva al Parlamento la posibilidad de reformular los derechos que atañen a la mujer como ser social; todo esto en el marco de la elaboración de la Constitución que el Presidente, Luis Miguel Sánchez Cerro, se planteaba realizar y que finalmente llevó a cabo. La Constitución fue promulgada el 18 de enero de 1933 y se consigue por primera vez en la historia que las mujeres alfabetas, mayores de edad, casadas o madres de familia puedan votar en las elecciones municipales. El siglo XX avanza y la sociedad con él pero aún así todavía se resisten a aceptar, al menos un sector importante de la sociedad, a la mujer como sujeto de derecho capaz de votar y tomar decisiones o incluso de desempeñar un papel en la esfera pública. Mientras que en la casa, en el espacio de lo doméstico es la dueña y señora, la que manda y ordena; en cambio, en el espacio público, el hombre todavía ejerce su reinado y se resiste a compartirlo. El avance que supone que la Constitución de 1933 concediera el voto a aquellas mujeres alfabetas implica que se les están abriendo puertas que antes tenían cerradas: su voz –al menos su voto sí- va a ser escuchada. Serán María Jesús Alvarado, fundadora de Evolución Femenina y Adela Montesinos que se opuso a la marginación social que la mujer soltera padecía precisamente por no estar bajo la custodia del marido, las que planteen el derecho al voto de las mujeres, sin restricciones de ninguna clase. Angélica, sin sospecharlo, subirá y entrará por última vez en los salones de la sociedad Entre Nous para la celebración de la Semana de Palma, en honor al tradicionista, en febrero de 1933. Concretamente el 13 de febrero para clausurar la semana de celebraciones en torno al tradicionista, se escuchará su voz en los salones de la Sociedad, tal y como luego contará Beatriz Cisneros, “con los labios temblorosos y los ojos empañados por lágrimas de emoción para decir su agradecimiento”. Nada dignifica a los seres y a los pueblos como la consideración por los trabajadores intelectuales, como el respeto a la obra, en continua evolución de la inteligencia. (…) No sé si los anhelos de la voluntad y el concepto de la obligación tendrán hoy en mí, como deben tenerla fuerza suficiente para señorear a las emociones que me embargan y me perturban, y que temo 345 me dominen hasta el punto de apenas permitirme decir la palabra enternecida y cordialísima, que en esta ocasión señera sintetiza cuanto no alcanzo a expresar: GRACIAS.”611 Un día después, el 14 de febrero, Angélica ofrecerá una conferencia en la sede del Consejo Nacional de Mujeres en Lima de la que ella es secretaria de relaciones Internacionales. El 9 de marzo de este mismo año el mariscal Paul Von Hindenburg imponía la medalla de Arte y Ciencia del Reich a José de la Riva Agüero por una conferencia que había escrito sobre el escritor Goethe en el primer centenario de su muerte. El Instituto Iberoamericano y por extensión todos los alemanes, tal como se lo haría saber Edith Faupel, le estaban muy agradecidos por el gesto que había tenido. A esta ceremonia asisten Angélica y sus hermanas como amigas del homenajeado. Mientras tanto y entre los diferentes actos que se van sucediendo en Lima, a casa de las hermanas Palma sigue llegando correspondencia de sus amistades que les cuentan y les hacen partícipes de las novedades. De esta forma se entera Angélica que su gran amiga Mercedes Gaibrois ha sido nombrada miembro de la Academia de la Historia, nombramiento que se hizo a finales de 1932 y del que no tomaría posesión hasta 1935. Teresa de Diez Canedo, instalada ya en Montevideo con Enrique, comenta con ella, a través de las cartas que intercambian, los avatares de sus compañeras de tertulias españolas: Mercedes Gaibrois, Concha Espina, Blanca de los Ríos, entre otras muchas forman parte de sus respectivas correspondencias. El gobierno de Sánchez Cerro comenzaba a hacer aguas pese a la creación por parte de su Ejecutivo de escuelas modernas o leyes que protegían a la industria pesquera y la promulgación de una ley en la que se concedía al obrero descanso remunerado junto con otras licencias. Estas medidas que dotaban al nuevo gobierno de valores positivos, se vieron ensombrecidas por la guerra colomboperuana que se desata en 1932 y que todavía ahora, en 1933 se mantiene. Dicho conflicto bélico surgía en la ciudad de Leticia, perteneciente a la Comisaría colombiana del Amazonas. El conflicto estalla en febrero de este año con Enrique Olaya Herrera como presidente de Colombia y Luis Miguel Sánchez Cerro como presidente de Perú. El Tratado Salomón Lozano había puesto fin al litigio territorial existente entre estos dos países, por él y bajo la presidencia de Augusto B. Leguía, Perú había cedido la margen izquierda del río Putumayo y el llamado Trapecio de Leticia, zona agrícolamente significativa, rica en madera y con mucha importancia comercial e industrial. El fin de la firma del Tratado había sido, en aquel entonces, y según el Presidente, terminar con el conflicto limítrofe existente con Colombia, ya que todavía existían dichos conflictos con 611 CISNEROS, Beatriz, “Discurso”, en Cfr. nota 143, pág. 21. 346 Brasil, Ecuador, Chile y Bolivia. Empresarios como Julio C. Arana que tenía su compañía cauchera situada allí y que no le interesaba económicamente la firma de ese Tratado, impulsaron una invasión a Leticia, momento en el que comienza la guerra no declarada entre Colombia y Perú. El 30 de abril de 1933, Luis Miguel Sánchez Cerro pasaba revista en el hipódromo de Santa Beatriz a las tropas que debían partir para la frontera con Colombia. A la salida del hipódromo, es asesinado. Óscar R. Benavides que había sido llamado por el Presidente Sánchez Cerro para dirigir el Consejo de Defensa Nacional en el conflicto con Colombia, le sustituye tras su asesinato y facultado por el Congreso, firma la paz con el país vecino y completa su mandato. Las noticias sobre la situación política que vive el Perú cruzan las fronteras y las amistades de las hermanas Palma se preocupan por lo que están viviendo sus amigas. He leído los sucesos de su país. A ver si pasa todo pronto y vuelve la tranquilidad y la calma a reinar porque no sé qué pasa pero el mundo anda revuelto.612 Sabemos a través de la correspondencia que Angélica mantiene con Concha Espina que otra peruana, se mueve por Madrid: Rosa Arciniega. Escritora nacida en Lima en 1909, forma parte del grupo de intelectuales de izquierda –entre los que también se encuentra Ángela Ramos- liderados por José Carlos Mariátegui. Efectivamente, Rosa había viajado a España y se encontraba allí cuando estalla la II República junto con escritores peruanos como César Falcón y César Vallejo. Era periodista y según decían algo excéntrica pues usaba ropa de hombre para vestir. La que bulle mucho en Madrid es su paisana Rosa Arciniega que está siempre metida entre señores “haciéndose el artículo” y en la Feria puso un cajón para vender sus obras ella misma con un reclamo expresivo.613 Durante el año siguiente y bajo el gobierno de Benavides, Lima se prepara para la celebración del IV Centenario de su fundación con una serie de fiestas que comenzarán el 17 de enero de 1935. Hasta este año tan solo Piura, Cuzco y Jauja habían cumplido 400 años desde su fundación de mano española. 612 DIEZ CANEDO, Teresa de, Carta a Angélica Palma, 14 de mayo de 1933, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 613 ESPINA, Concha, Carta a Angélica Palma, 3 de junio de 1934, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 347 La crisis económica en la que se hallaba sumido el Perú debido a la crisis mundial del 29 y a los préstamos que el Presidente Leguía había contraído con EEUU para ejecutar obras públicas, trajo consigo unos años económica y políticamente malos para el país. La desocupación existente entre la población, el movimiento de masas desde los lugares más recónditos de la sierra o del interior del país hacia la costa y las capitales de provincia así como la reducción de los salarios no hizo más que agravar la situación en la que se encontraban. Precisamente son los primeros años del gobierno de Benavides los que imprimen un nuevo rumbo a la situación por la que atravesaba Perú: la economía se diversificó con lo que las ganancias al interior y exterior del país, ya no dependían de un solo producto; se redujeron los gastos militares y se invirtió en gastos destinados a obras públicas sociales como el establecimiento de un Seguro Social obligatorio y de comedores populares, el impulso de la beneficencia pública o la construcción masiva de viviendas para obreros. Las cosas iban equilibrándose desde 1933 cuando la mejora en la economía es algo evidente lo que permite plantearse la realización de la fiesta por todo lo alto y relanzar la política de obras públicas diseñada por Augusto B. Leguía. Por todo ello y con todas las esperanzas de que la fiesta supusiese un empujón de optimismo y tranquilidad para la población, los actos comenzaron el 17, en sesión municipal solemne, ofrecida por el Alcalde de Lima, Luis Gallo Porras, a todos los huéspedes ilustres que Lima acogía esos días. El programa de fiestas preparado para el 18 comenzaba en la mañana con una misa de Te Deum en la Catedral, la inauguración del monumento al fundador de Lima, don Francisco Pizarro, que fue colocado en el atrio de la Catedral. El presidente Benavides ofreció un almuerzo en Palacio de Gobierno a todos los representantes de los principales distritos y ciudades latinoamericanas. El embajador español, Luis Avilés y Tiscar solicitó que la escultura del Inca Garcilaso de la Vega, realizada por Manuel Piqueras Cotolí y financiada por la colonia española, se colocase al costado de la de Pizarro. Para la noche, velada en el Teatro Municipal con el discurso a cargo de José de la Riva Agüero y con la recitación de poesías por parte de José Gálvez. El 17 de este mes, Angélica Palma da una conferencia en la Municipalidad de Lima sobre las mujeres peruanas. Este año y a propósito de las fiestas, auspiciada por la Municipalidad de Lima, aparece publicada su conferencia Pancho Fierro, acuarelista limeño junto con las láminas de las diapositivas que habían servido de muestra en las conferencias que dictase. 348 Las fiestas englobaban algo más ya que el Presidente Óscar R. Benavides había invitado a una delegación española a que visite y participe de los actos que se realizarán en conmemoración del IV Centenario de la fundación de Lima. El Gobierno de España, entre los representantes elegidos para dichos actos ha elegido a una de las grandes amigas de Angélica, Concha Espina. Y así, en la edición del 9 de enero del periódico ABC se anunciaba lo siguiente: En la Casa de la Villa se celebró ayer una recepción en honor de la escritora Concha Espina, representante del Gobierno de la República y de la Corporación Municipal en las fiestas que tendrán lugar en la ciudad de Lima con motivo del IV Centenario de su fundación.614 Buena oportunidad de hacer de anfitriona para Angélica que, enterada de la noticia de la llegada de su amiga le organiza conferencias y tés de bienvenida. Uno de ellos será en la Sociedad Entre Nous, dónde si no, al que asistirá entre otras personas, Dora Mayer. Será la última vez que Dora recuerde haber visto a Angélica. Comenzaba, lamentablemente, la cuenta atrás de una vida vivida de manera intensa. La intención existente por parte del Presidente Benavides, al invitar a una delegación española es que comprueben que en el Perú, a los españoles, se les guarda un profundo afecto y que son conscientes de que recibieron de España “su lengua, su cultura y su civilización”. Las celebraciones con motivo de la fundación de Lima trajeron consigo multitud de mejoras en lo que se refiere a obras públicas: se terminó la Plaza San Martín, se inauguró la Avenida Wilson, se construyó el primer tramo del Paseo de la República que comprendía desde el final de los Jirones de la Unión y Carabaya hasta el Parque de la Exposición, se terminó la Avenida Salaverry y se implantó el sistema automático en el servicio telefónico. Las hermanas Palma, orquestadas por Angélica, tienen un proyecto en mente: la publicación de la correspondencia de su padre para lo que tendrán que recopilar todas las cartas que el tradicionista intercambió y escribió. Han pedido ayuda a muchos de los amigos, cercanos a la familia, que están en el extranjero y que bien pudieran localizar y agilizar el envío de las cartas que encontrasen. En este proyecto está involucrado Luis Fernán Cisneros, gran amigo de la familia Palma desde antes que naciera incluso y que ahora se desempeña como Ministro del Perú en Montevideo. En estos momentos José Luis Zorrilla de San Martín, gran escultor, hijo del poeta, revisa la correspondencia de su padre con el propósito de cooperar a la iniciativa de usted, que es tan interesante. Igual cosa ha conseguido de algunos miembros de la familia Lussich, con 614 “Recepción en honor de Concha Espina”, en ABC, Madrid, 9 de enero de 1935, pág. 37. 349 escasa esperanza en este caso porque parece que esa correspondencia no ha sido guardada ordenadamente. Respecto a Blanco Sierra, la carta de usted me llegó precisamente en días posteriores e inmediatos a su fallecimiento, lo cual me obliga, para orientarme acerca de la persona que puede prestar más eficazmente el servicio, a esperar el transcurso de algunas semanas más. A los herederos de Washington Bermúdez no he tenido hasta hoy ocasión de conocerlos, pero voy camino de ellos. Créame que me halaga resultarle útil para finalidad tan concordante con mis mejores sentimientos.615 Este año, la República Argentina se plantea llevar a Angélica a tierras gauchas para conmemorar un busto en honor a su padre y que permanecerá en la Biblioteca del Instituto de Lenguas Vivas en Buenos Aires. Dicho homenaje al tradicionista quiere hacerse coincidir con la celebración de las fiestas patrias peruanas por lo que la Directora del Instituto de Lenguas Vivas, la Señora Nélida Mañé Sanders escribe una carta al Ministro de Justicia e Instrucción Pública, Dr. Manuel M. de Yriondo pidiéndole la invitación formal por parte del Departamento del Gobierno. La idea surge a raíz del viaje que realizara la Directora del Instituto a Lima como representante de su país para las fiestas del IV Centenario de la fundación de Lima. Buenos Aires, 18 de mayo de 1935 Visto este expediente por el cual la Escuela Normal del Profesorado en Lenguas Vivas sugiere a la conveniencia de invitar a la educadora peruana, señorita Angélica Palma, hija mayor del glorioso tradicionista Don Ricardo Palma y eficaz difusora y continuadora de la obra literaria de éste, a fin de que dé conferencias en institutos docentes y en otros de carácter cultural; Teniendo en cuenta que la venida de la Señorita Palma habrá de contribuir eficazmente a robustecer el intercambio cultural y la cooperación y solidaridad entre las naciones de América que tienen comunes orígenes, glorias y destinos; Considerando, por otra parte, que con motivo de la fiesta nacional del Perú, será inaugurado en el citado establecimiento, en el mes de julio próximo, un busto de Don Ricardo Palma, circunstancia que hace tanto más oportuna la invitación de que se trata: Por ello: 615 CISNEROS, Luis Fernán, Carta a Angélica Palma, 14 de mayo de 1935, Original manuscrito, Colección “Angélica Palma Román”, Archivo General de la Nación, Lima, Perú. 350 El Ministro de Justicia e I. Pública- RESUELVE: 1º Invitar a la referida educadora, señorita Angélica Palma, a que se traslade a esta Capital a los fines expresados. ……………… 3º Cumplido, anótese y archívese, previo conocimiento de la Inspección General de Enseñanza. YRIONDO Finalmente el Ministerio mediante resolución gubernamental y tras la petición de Nélida Mañé Sanders, envía la invitación correspondiente a Angélica a quien se la considera educadora y formadora de jóvenes. Su misión, según parece, trasciende el hecho de inaugurar el busto en honor a su padre. El Gobierno argentino quiere aprovechar su visita para que dicte algunas conferencias, charlas o incluso clases en colegios y centros de enseñanza del país. Angélica, a principios de Julio contestaba la resolución en los mismos términos formales. Lima, julio de 1935 Al Excmo. Señor Ministro de Justicia e Instrucción Pública: Dr. Manuel M. de Yriondo Hónrome cumpliendo la obligación para mí imperativa como halagüeña de expresar a usted mi vivo reconocimiento por su noble invitación para que asista a la colocación del busto de mi padre, Don Ricardo Palma, en la Escuela Normal del Profesorado de Lenguas Vivas, importante centro cultural de la gran capital de la República. La significación del acto y la fecha designada para celebrarlo, en la cual se conmemora la proclamación de la independencia del Perú por el héroe continental general José de San Martín, son alta expresión de los sentimientos e ideales de generoso americanismo que inspiran al señor Ministro, como también a los demás dirigentes de la gloriosa nación hermana. 351 En la gran medida de mis facultades me esforzaré en cooperar a los elevados propósitos que motivan mi viaje, y, reiterando mi agradecimiento por tal distinción, saludo al Señor ministro con toda deferencia. Angélica Palma616 De esta manera, Angélica y sus hermanas se disponían a viajar a la República Argentina a uno de los tantos homenajes que su padre llevaba recibiendo y que todavía conseguían emocionarlas. Desconocían Angélica, Augusta y Renée que sería su último viaje juntas y que una de las tres ya no regresaría. El 25 de julio de 1935 llegaban las hermanas Palma a la capital argentina, fueron recibidas con honores por representantes destacados tanto del Gobierno como de la sociedad: el Ministro de la Corte Suprema, Antonio Sagarna, una comisión de damas peruanas, el Ministro del Perú en Montevideo, don Luis Fernán Cisneros y representantes de la embajada peruana se dieron cita para acoger a las herederas del tradicionista. Este viaje significa mucho para Angélica pues su padre guardó y les inculcó siempre su amor por Argentina, patria a la que sentía cercana y familiar, casi como propia. Si no hubiera sido por el encargo de restaurar la Biblioteca Nacional, don Ricardo se hubiese trasladado con su familia a vivir a Buenos Aires donde eran muchos los amigos que le esperaban. Cuando contaba ya con 82 años, don Ricardo seguía publicando de vez en cuando algún que otro escrito tanto en La Prensa como en Caras y Caretas. Vivió en un permanente mirar con el intelecto, el corazón y el alma, a este hermoso país, que aún ya desaparecido, le retribuye con amor y recuerdo.617 El 31 de julio se inaugura el busto en honor a Ricardo Palma en el Teatro Cervantes, será colocado en la Biblioteca del Instituto Nacional del Profesorado en Lenguas Vivas. Se trata de un busto en bronce realizado por el escultor Luis Perlotti. En el acto, que llenó el teatro Cervantes y que consiguió reunir a las más altas personalidades de la nación, Angélica agradeció el gesto que tenían con su padre y recordó lo que Don Roque Sáenz Peña le dijera a en el acto que en su honor se celebró en la Biblioteca Nacional: “Sois la tradición viviente de la vida nacional y social de la República” Tradición, sí, porque en otra ocasión lo he dicho, -tradición no significa apego tenaz y retrógrado al pasado, sino persistencia de lo que a través de la alquitara del tiempo, va quedando del ayer porque lo alienta soplo persistente y posee vida y marca sello. 616 Cfr. nota 565, págs. 9 y 13 respectivamente. 617 “Angélica Palma nos trae del Perú una noble misión. Asistirá al homenaje que el 31 se tributará a su ilustre padre”, en La Nación, 26 de julio de 1935, en Cfr. nota 533, pág. 19 352 Argentinos, porque comprendéis la tradición como esclarecedora de lo porvenir, va nuestro cariño al evocador del pasado de la América española, al creyente en su grandeza futura. Por tan noble sentimiento, yo, su hija, os reitero mi cordialísima inextinguible gratitud.618 Los periódicos argentinos anuncian las cuatro conferencias que Angélica dará durante su estancia en la capital en el Teatro Cervantes: el viernes 2 de agosto, “Los argentinos en las Tradiciones peruanas”; el jueves 8, “Las mujeres del Perú”; el lunes 12, “Lima Literaria” y el miércoles 14, “Vistas de Lima”. Fuera de esta programación y haciendo honor a su cargo de Secretaria para Exteriores del Consejo Nacional de Mujeres del Perú, dará una conferencia el 9 de agosto en la Biblioteca del Consejo de Mujeres: Pancho Fierro: acuarelista limeño donde se la homenajeará con un té. Angélica y sus hermanas tienen una agenda apretada ya que su visita quiere ser aprovechada por todos. Casi no tienen tiempo para descansar pues cuando no son las obligaciones académicas o protocolares, son las fiestas que amigos como don Luis Fernán Cisneros, desde el cariño y el afecto que le tienen le organizan. A ellas acude representación de los poderes públicos, del cuerpo diplomático y de familias caracterizadas de la sociedad. Diferentes escuelas nacionales se han hecho eco de su visita y también quieren unirse a la lista de homenajes, es el caso de la Escuela República del Perú, de la Facultad de Filosofía y Letras, del Comité de Damas del Club Peruano o del Instituto de Cultura Latino- Americano. Augusta y Renée la acompañan a todos los lugares donde va y así, de esta forma, las tres visitan, en compañía del Ministro de la Corte Suprema, la sede del periódico La Nación antes de partir para Tucumán y Santiago del Estero, el 20 de agosto. Se encuentran alojadas en el Hotel Castelar donde es raro no ver a algún periodista que quiere hacerle una entrevista: La Nación, La Prensa o incluso la revista Maribel quieren contar con las palabras de la escritora peruana. Angélica y sus hermanas llegan a Rosario el 24 de agosto a dictar la primera de las tres conferencias que tiene programadas antes de regresar a Buenos Aires y tras haber recorrido otras regiones del país. Allí, en Rosario, tiene programadas tres conferencias: dos de ellas en las Escuelas Normales Nº 1 y nº 2 y la tercera en la Biblioteca del Consejo Nacional de Mujeres. Sin saberlo, la peruanita estaba viviendo sus últimos días haciendo lo que más le gustaba: dando a conocer su país, el Perú y la figura de su padre que tanto admiraba como hombre y como intelectual, incluso después de su muerte. 618 Cfr. nota 565, pág. 38 353 Nadie sospechaba, el 4 de septiembre de 1935, cuando las alarmas de los periódicos saltaban porque la escritora peruana había caído enferma y había sido trasladada al Sanatorio Británico, que jamás saldría de allí, ni se volvería a escuchar su voz en ninguna tribuna. Ha sido internada en el Sanatorio Británico la escritora peruana Angélica Palma, atacada de pleuresía y bronconeumonía, siendo su estado delicado. La señorita Palma, desde hace varios días, se encontraba en ésta.619 Desde hace varios días se encuentran enfermas la escritora peruana señorita Angélica Palma y su hermana Augusta. La señorita se halla enferma de bronconeumonía y ha sido internada en gravísimo estado en el Sanatorio Británico. El estado de la enferma fue puesto telegráficamente en conocimiento del embajador del Perú, señor Barreda y Laos quien llegó hoy de la Capital Federal en compañía del señor Luis Fernán Cisneros.620 Ricardo, su hermano médico que es catedrático de Anatomía Humana de la Universidad de Lima, con quien tantas cosas vivió y compartió en el año que estuvieron en Europa, no tarda en tomar el primer vuelo para asistir a su hermana. Augusta va recuperándose poco a poco de la misma afección y Renée, la pequeña de los Palma, para la que Angélica comenzó a escribir cuentos infantiles, no se despega de ambas. Finalmente, el desenlace se intuye y esa “Hora Fatal” que Angélica con tan solo seis años esbozaba en su cabeza ante la presencia de su profesora y amiga Elena González del Real, ha llegado y el 6 de setiembre de 1935 fallece en Rosario. Cosas de la vida o juegos del destino, Angélica falleció haciendo lo que hizo toda su vida: honrar la memoria de su padre, del maestro tradicionista que le enseñó todo lo que ella sabía y transmitía y le inculcó los valores que la hicieron acreedora de los mejores calificativos que una persona puede tener. Palabras pronuncias por el señor Santiago Marcenaro R., ante el micrófono de Radio París, el día seis de setiembre de 1935, a las 19 horas, en su carácter de Canciller Encargado del Consulado General del Perú en la República Argentina. Angélica Palma, según ella misma lo relataba, sin pretender ocultar la satisfacción que ello le habría causado, debió nacer en la Argentina. El destino caprichoso ha querido que sea en tierra argentina, donde, que no se iniciaron, se extingan sus días. Vino acá, no hace mucho, invitada especialmente, para cumplir su perenne deseo de conocer el país que debió ser su cuna 619 Id. pág. 165. 620El Mundo, setiembre 5 de 1935, en Cfr. nota 565, pág. 165 354 y estrechar las manos amigas que siempre desde aquí se le tendieron a través de la distancia, en cordial ademán de afecto y admiración. Satisfecho, por fin, el viejo anhelo que la trajo a esta República que tanto amó de lejos, muere Angélica Palma rodeada de los halagos del afecto con que la Argentina ha correspondido al suyo. Con Angélica Palma desaparece una mujer excepcional, no solo en el Perú sino en América entera. Excepcional por su inteligencia, su arte depurado y sus exquisitas sensibilidad y dulzura femeninas que su condición de escritora exaltaron en vez de deprimir. En su profusa obra literaria, en sus libros tan buscados, en sus artículos diseminados en diarios y revistas mundiales, en sus conferencias escuchadas con admiración en todas partes, podía verse esta admirable unión que había en ella, del cerebro con el corazón. Aspecto esencial de su carácter fue la admirada veneración que tributaba a la memoria familiar y a la gloria artística de su padre, el autor de las “Tradiciones Peruanas”. Ese amor filial la inspiró toda su vida y, puede decirse, la condujo a la muerte, ya que para rendir un homenaje a su padre es que vino a esta ciudad. Y así vemos que su nacimiento y desaparición, se hallan bajo el mismo doble signo de su padre y de la Argentina. No es éste, a pocas horas del doloroso e irreparable golpe, el momento de hacer una crítica de su sobresaliente obra literaria, y la amista que a Angélica me unía y con la que me honraba, me ahogan con la pena la expresión de su elogio personal. En esta hora en que el Perú entero lamenta la pérdida de una de sus figuras más prestigiosas, la colectividad peruana de Buenos Aires participa del justo e irreparable dolor, y, por mi intermedio se aúna a este homenaje con el testimonio de su más profundo pesar.621 Los restos de Angélica parten para Buenos Aires en tren acompañados de una comisión de Damas del Consejo Nacional de Mujeres, personal de las escuelas normales donde Angélica iba a dar las conferencias programadas y por el Consejero de la Embajada peruana, Eduardo Garland Roel. Augusta todavía presenta cierta gravedad y permanece en el Sanatorio y Renée con ella. Los restos llegan a la estación de Retiro donde una extraordinaria concurrencia la espera para darle el último adiós. La capilla ardiente se levanta en la Escuela Normal de Lenguas Vivas donde días antes Angélica había estado viendo la colocación del busto de su padre en la Biblioteca. Los restos serán trasladados a su país, por decisión de sus hermanos, en el momento oportuno, por lo cual, el cuerpo de Angélica se embalsama. 621 Id., pág. 170. 355 Al término de la capilla ardiente y después de cerrar el ataúd entre ovaciones y expresiones de pesar, se dirigen hacia el cementerio de la Recoleta donde Angélica permanecerá hasta el día en que regrese al Perú. Finalizado el sepelio, Ricardo viaja a Rosario a ver el estado de salud en el que se encuentra su hermana Augusta que todavía permanece en el Sanatorio. Las noticias no tardan en cruzar el océano y llegar al país donde más tiempo, sin contar su patria, permaneció: España. El Heraldo de Madrid, ABC, el suplemento dominical de éste, Blanco y Negro, La Libertad, entre otros muchos no hicieron sino publicar, hasta por lo menos dos semanas después de su muerte, semblanzas y recordatorios de la que fue para muchos “la peruana española”. Todavía queda lo más duro quizás, la repatriación de los restos al Perú que no se llegará a realizar hasta marzo de 1936. En esta ocasión, el sepelio y las honras fúnebres se llevaron a cabo en los salones de la Sociedad Entre Nous donde llegaron múltiples manifestaciones de intelectuales españoles que se sentían afectados por la pérdida sufrida. Los restos fueron recibidos por sus hermanos Clemente y Ricardo, el Edecán del Presidente de la República, el Representante de la Embajada Argentina; el doctor José de la Riva Agüero y Osma, el Presidente de la Sociedad Amigos de Palma; el Ministro de España; el Alcalde del Concejo Distrital de Miraflores y el doctor Alfonso Cisneros, entre los muchos que se pudieron observar. Desde el otro lado del océano, Blanca de los Ríos quiso estar acompañando a su amiga, compañera y confidente de tantas horas y tantas cartas. En ocasión luctuosa vengo a vosotros, hermanos de hispanidad, a compartir vuestro dolor, que es también nuestro, por la muerte de la que fue gloria del Perú y de España, nexo afectivo de nuestras dos Patrias, tan apartadas geográficamente, tan unidas por la lengua y por el espíritu. Nadie alcanzó a unirlas mejor que la gregia escritora a quien lloramos, ya que si Ricardo Palma fue el escritor representativo del Perú, algo que se confunde con la propia nacionalidad peruana, y no se limita a ella sino que es común a nuestra gran familia hispánica, Angélica, sobre ser como la llamé al saludarla en nombre de “Raza Española”, la “Princesa heredera de las letras del Perú”, (…) Blanca de los Ríos Lampérez622 622 RÍOS, Blanca de los, “Palabras”, en Cfr. nota 143, pág. 45. 356 357 Corpus bibliográfico Los libros sólo se escriben para, por encima del propio aliento, unir a los seres humanos, y así defendernos frente al inexorable reverso de toda existencia: la fugacidad y el olvido. Stefan Zweig 358 DE ANGÉLICA PALMA I. NARRATIVA I. 1. Novelas 1. MARIANELA [seud. Palma, Angélica], Vencida. Ensayo de novela de costumbres, Barcelona, Casa Editorial P. Salvat, 1918, 272 p. [Junto con Morbus Aureus, págs. 209- 272] 2. PALMA, Angélica, Por senda propia (novela), prólogo de José de la Riva Agüero, Lima, Librería Francesa y Casa Editorial E. Rosay, 1921, VII- XII p.+ 211 pág. 3. PALMA, Angélica, Coloniaje Romántico. Novela de evocación histórica, Barcelona, Editorial Cervantes, 1923, 105 p. (Selección de Novelas Breves). 4. PALMA, Angélica, Tiempos de la patria vieja. Novela histórica, Buenos Aires, Ediciones “Nuestra América”, 1926, 161 p. 5. PALMA, Angélica, Uno de tantos. Novela, Madrid, Espasa- Calpe, 1926, 217 p. 6. PALMA, Angélica, Al Azar. Novela, ilustraciones de Pedraza, Madrid, Prensa Moderna, Año I, 1928, núm. 41, 71 p. (Los novelistas; núm. 41). 7. PALMA, Angélica, La sombra alucinante. (Novela que dejó inédita la autora), Lima, CIP, 1939, 161 págs. [Junto con Al Azar, págs.59- 161]. 8. PALMA Angélica, Vencida. Una novela larga completa, Barcelona, Editorial Juventud, Año X, 124 p. (La novela rosa; nº 239). 9. I. 2. Cuentos 10. PALMA, Angélica, Contando cuentos, Lima (Perú), Sanmartí y Cía, s.d, 122 p. 359 11. PALMA, Angélica, Contando cuentos, ilustraciones de Antequera Azpiri, Burgos, Hijos de Santiago Rodríguez, 1929, 134 p. 12. PALMA, Angélica, “Fifina”, en MINARDI, Giovanna, Cuentas. Narradoras peruanas del siglo XX, Lima, Ediciones Santo Oficio- Flora Tristán, 2000, págs. 49- 52. I. 3. Narrativa en prensa periódica I.3.1. Novelas 13. ARACELI, [seud. Palma, Angélica], “Cartas a una turista”, en Prisma, Lima –Perú, Año III, 16 de febrero de 1907, nº 32- 14 de septiembre de 1907, nº 56. 14. PALMA, Angélica, “Vencida”, en Hojas selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1917, págs. 45- 55, 142- 152, 238- 256, 334- 349, 403- 410. 15. PALMA, Angélica, “Cartas son cartas”, en Mercurio Peruano. Revista mensual de ciencias sociales y letras, Lima –Perú-, Casa Editora M. Moral, Año I, Vol. I, nº 5- 6, noviembre- diciembre, 1918. 16. PALMA, Angélica, “Vencida”, en Plus Ultra, Buenos Aires, 31 de marzo de 1919, nº 35. 17.PALMA, Angélica, “Tiempos de la patria vieja”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año VI, Noviembre- Diciembre, nº 71- 72, 1924, p. 20- 29. [Con motivo del premio entregado a la autora por esta novela, la revista reproduce para sus lectores el primer capítulo de la novela]. 18.PALMA, Angélica, “Velada hogareña. Capítulo de Tiempos de la patria vieja de Angélica Palma”, en Variedades, Lima, Año XXI, 4 de abril de 1925, nº 892, págs. 679- 683. 19.PALMA, Angélica,”Dos Hipótesis”, en Mundial. Revista Semanal ilustrada, Lima, Empresa Gráfica Mundial, [28 de agosto de 1925], Año VI, nº 272, 6 págs. 360 I.3.2. Cuentos. 20. PALMA, Angélica, “Lo que no vuelve”, en Hojas Selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1913, p. 483- 487. 21.PALMA, Angélica, “El mensaje del viento”, en Hojas Selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat 1914, p. 496- 499. 22.PALMA, Angélica, “La tía de Paquita”, en Hojas Selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1915, p. 410- 414. 23.PALMA, Angélica, “Veladas de antaño”, en Plus Ultra, Buenos Aires, 31 de septiembre de 1917, nº 16. 24.PALMA, Angélica, “Morbus Aureus”, en Hojas Selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1918, p. 337- 418. 25. PALMA, Angélica, “Desolación”, en Mercurio Peruano. Revista mensual de ciencias sociales y letras, Lima –Perú-, Casa Editora M. Moral, Año II, Vol. III, nº 14, agosto 1919, pp. 106- 112. 26. PALMA, Angélica, “Plegaria”, en Plus Ultra, Buenos Aires, 6 de septiembre de 1919, nº 39. 27.PALMA, Angélica, “La frase de la abuela”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año II, Diciembre, nº 24, 1920, p. 39- 40. 28.PALMA, Angélica, “Dramas vulgares”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año IV, Marzo nº 39, 1922, p. 13- 24. 29.PALMA, Angélica, “Desolación”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año IV, Julio- Agosto nº 43- 44, 1922, p.65- 72. 30.PALMA, Angélica, “Desencanto”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año V, Marzo- Abril, nº 51- 52, 1923, p.36- 40. 31.PALMA, Angélica, “Desolación”, en Variedades. Revista semanal ilustrada, Lima, Casa editora M. Moral, 14 de julio de 1923, nº 802, Año XIX. 32.PALMA, Angélica, “El niño que quería ser rey”, en Mundial. Revista Semanal ilustrada, Lima, Empresa Gráfica “Mundial”, 7 de septiembre de 1923, nº 173, Año IV. 33.PALMA, Angélica, “El último poeta”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año VI Enero- Febrero, nº 61- 62, 1924, p. 49- 53. 361 34.PALMA, Angélica, “El último poeta”, en Variedades. Revista semanal ilustrada, Lima, Casa Editora M. Moral, 26 de abril de 1924, nº 843, Año XX, págs.1060- 1063. 35.PALMA, Angélica, “Dos hipótesis”, en Raza Española. Revista de España y América, Madrid, Año VII, Mayo- Junio, nº 77- 78, 1925, p. 39- 54. 36.PALMA, Angélica, “Dos hipótesis”, en Mundial, Lima, Año VI, 4 de septiembre de 1925, nº 273. 37.PALMA, Angélica, “El sol por salir”, en Caras y Caretas, Buenos Aires, Tomo III, 21 de mayo de 1927, nº 1494. [Reproducción de uno de los cuentos contenidos en el volumen Contando Cuentos]. 38.PALMA, Angélica, “El niño que quería ser rey”, en Raza Española. Revista de España y América, Año XII, Enero- Febrero, nº 133- 134, 1930, p 24- 29. [Con motivo de la publicación del tomo de cuentos infantiles Contando Cuentos, la revista reproduce uno de ellos para sus lectores]. II. BIOGRAFÍAS NOVELADAS 39. PALMA, Angélica, Ricardo Palma, el tradicionista, [II edición], Lima, Editorial Castrillón Silva, s.d, 128 p. 40.PALMA, Angélica, Fernán Caballero. La novelista novelable, Primera edición, Madrid, Espasa- Calpe, 1931, 222 p. (Vidas españolas e hispanoamericanas del siglo XIX; 16). III. ENSAYO 41. PALMA, Angélica, Pancho Fierro. Acuarelista limeño, Lima, Sanmartí y Cía, 1935, V-XVI p.+ 56p: il., 2h. 42.PALMA, Angélica, Ricardo Palma, el tradicionista. Pancho Fierro, acuarelista limeño, Buenos Aires, Editorial Codex, 1958, 95 págs. + 1 lám. 43.PALMA, Angélica, “Pancho Fierro. Acuarelista limeño”, en Costumbristas y satíricos, París, Desclée de Brouwer, 1938, págs. 238- 252. (Biblioteca de Cultura peruana; Primera Serie; nº 9) 362 IV. POESÍA 44.MARIANELA [seud. Angélica Palma],“De saya y manto”, en Hojas Selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1913, p. 32. 45.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “A un hidalgo de hoy”, en Hojas Selectas, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1919, pág. 565. 46.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “La fiesta del juguete”, en Variedades, Lima, XVII, 13 de noviembre de 1920, nº 663. 47. PALMA, Angélica, “A Renée”, en Angélica Palma, Lima, Sociedad Amigos de Palma, 1937, pág. 208. 48.PALMA, Angélica, “A una compatriota”, en Angélica Palma, Lima, Sociedad Amigos de Palma, 1937, pág. 209. 49.PALMA, Angélica, “De saya y manto”, en Angélica Palma, Lima, Sociedad Amigos de Palma, 1937, pág. 203. 50.PALMA, Angélica, “Plegaria”, en Angélica Palma, Lima, Sociedad Amigos de Palma, 1937, pág. 204- 205. 51.PALMA, Angélica, “Navidad”, en Angélica Palma, Lima, Sociedad Amigos de Palma, 1937, pág. 206- 207. V.FRASES SUELTAS 52. PALMA, Angélica, “Ramón Castilla”, en REPERTORIO de noticias breves sobre personajes peruanos. Opiniones, juicios, noticias, biografías, anécdotas y comentarios debidamente firmados. Selección y recopilación de Alfredo Moreno Mendiguren, Madrid, s.n, 1956, pág. 110. 53.PALMA, Angélica, “Pancho Fierro”, en REPERTORIO…, p. 184. 54.PALMA, Angélica, “Ricardo Palma”, en REPERTORIO…, p. 402. 55. PALMA, Angélica, “Acisclo Villarán”, en REPERTORIO…, págs. 610- 611. 363 V. COLABORACIÓN EN PRENSA PERIÓDICA V. 1. En España. V.1.1. Bolívar. Información quincenal de la vida hispanoamericana Revista periódica dirigida y fundada en Madrid durante 1930- 1931 por el poeta Pablo Abril de Vivero. Se intercalaban artículos firmados por intelectuales españoles como Eugenio D´Ors o Miguel de Unamuno con escritores hispanoamericanos como José Santos Chocano, Alfonsina Storni, Victor Domingo Silva o la misma Angélica Palma. 56. PALMA, Angélica, “Flora Tristán”, Año I, número 1, sábado 1 de febrero de 1930, pp. 12- 13. Dedica el artículo a Flora Tristán, abuela del pintor Paul Gauguin y precursora del feminismo, “la primera mujer que fue apóstol y soldado del ideal socialista”. 57. PALMA, Angélica, “Pancho Fierro, acuarelista limeño”, Año I, número 6, martes 15 de abril de 1930, pp. 100- 101. Realiza un repaso de diferentes pintores de la época republicana tales como Merino, Lazo, Teófilo Castillo, o Daniel Hernández para acabar centrándose en la paleta del acuarelista limeño Pancho Fierro. V. 1.2. La Esfera. Ilustración mundial. Tuvo su aparición el 3 de enero de 1914, editada por prensa Gráfica Española, Nicolás María Urgoiti, presidente de Papelera Española y de la revista, puso como director de la revista recién creada a Francisco Verdugo. En marzo de 1915, se fusionó con la Compañía Editorial de Nuevo Mundo. 58. PALMA, Angélica, “Las ciudades en la literatura”, Madrid, Prensa Gráfica, XI, 5 de abril, 1924, Núm. 535. Sobre la representación de la ciudad de Lima en obras de autores como Juan del Valle Caviedes, Felipe Pardo, Segura, Ricardo Palma, Lavalle o José Gálvez en su obra, Una Lima que se va. V.1.3. Filosofía y Letras. Revista de la Facultad de Filosofía y Letras de Madrid realizada por los estudiantes. En su cuadro de redacción se incluían firmas como la de Mercedes Gaibrois de Ballesteros, 364 Miguel Alemany, Manuel Ballesteros o Manuel Díaz Berrio. Se incluían artículos sobre derecho, arte o literatura. 59. PALMA, Angélica, “Estudiantes de otros tiempos”, Madrid, Año III, núm. 14, abril de 1930, pp. 317- 318. Sobre la Real y Pontificia Universidad de San Marcos de Lima. V. 1.4. Hojas Selectas. Revista de la Biblioteca Salvat de Barcelona, cuya publicación se mantuvo desde 1902 a 1921. Colaboraron entre otros: Sofía Casanova, Amalia Puga de Losada, Blanca de los Ríos o la Baronesa Wilson que fueron grandes amigas de Angélica Palma. 60. PALMA, Angélica, “Desde la tierra del sol”, Barcelona, Biblioteca Salvat, 1921, p. 56- 59. Apuntes acerca de la mujer peruana. Rescata las figuras más importantes desde Mama- Ocllo, mujer de Manco- Capac hasta la insigne figura de Santa Rosa de Lima. V.1.6. Boletín Menéndez Pelayo. Boletín publicado por la Sociedad Menéndez Pelayo de Santander, cuyo primer número fue el de enero- febrero de 1919, pocos meses después de la creación de la Sociedad del mismo nombre. Recogería artículos de escritores de la talla de Menéndez Pidal, Alarcos Llorach, Ballesteros Baretta, entre otros. 61. PALMA, Angélica, “Literatos del Perú”, Santander, Sociedad Menéndez Pelayo, 1924, p. 242- 249. A petición del director de la Biblioteca Menéndez Pelayo, Angélica Palma ofrece un panorama general de las figuras literarias más importantes y relevantes de las letras peruanas: Santos Chocano, Javier Prado, Clemente Palma, Enrique A. Carrillo (Cabotín), Manuel Beingolea, Luis Varela y Orbegoso (Clovis), Francisco y Ventura García Calderón, entre otros muchos. V.I.7. Nuevo Mundo. Revista fundada en 1894 por José del Perojo, colaborador de la Ilustración española y americana. Contó entre sus colaboradores con Ramiro de Maeztu, Unamuno o la misma Rosa Arciniega. Al morir Perojo, Mariano Zavala levantó Mundo Gráfico que se hizo con Nuevo Mundo en 1913. 365 62. PALMA, Angélica, “El Monaguillo”, Madrid, Nuevo Mundo, 2 de mayo de 1924, p. 40. Escribe sobre la figura del monaguillo en las iglesias. V. 1.8. Raza Española. Revista de España y América. Revista cultural creada por su amiga Blanca de los Ríos cuyo primer número salió en enero de 1919 y que apareció de forma ininterrumpida hasta diciembre de 1930. Nació con la intención manifiesta de ser nexo de unión cultural entre ambos continentes. 63. PALMA, Angélica, “El centenario de la Independencia del Perú”, Madrid, Año III, Julio, nº 31, 1921, p. 28- 30. Con motivo del primer centenario de la independencia del Perú, Angélica Palma hace un breve repaso por su historia y su cultura, desde la conquista llevada a cabo por Pizarro hasta el estudio en las escuelas de las Tradiciones peruanas. 64.PALMA, Angélica, “Los estudiantes peruanos”, Madrid, Año IV, Enero, nº 37, 1922, p. 44- 45. Artículo sobre el intercambio de estudiantes entre España y América como fomento de la fraternidad intelectual entre los dos continentes. 65.PALMA, Angélica, “La tendencia nacionalista en la literatura peruana”, Madrid, Año IV, Mayo, nº 41, 1922, p. 39- 46. Conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid. Impresiones personales sobre los aspectos de la literatura peruana que ella juzga más importantes. Recoge las figuras y los trabajos de Ricardo Palma, José Santos Chocano, José de la Riva Agüero, Melgar, Manuel Ascensio Segura, Manuel Atanasio Fuentes, Andrés Avelino Aramburú, Leonidas Yerovi, Abraham Valdelomar, Luis Fernán Cisneros, José Gálvez o la labor que ha llevado a cabo el MercurioPeruano. 66.PALMA, Angélica, “Por la Santa de la Raza”, Madrid, Año V, Enero- Febrero, nº 49-50, 1923, p. 3- 6. Palabras de Angélica Palma en el Congreso Teresiano celebrado en Madrid. Subtitulado: Bases para la unión de las asociaciones femeninas hispanoamericanas de carácter nacional. 366 67.PALMA, Angélica, “Acercamiento intelectual hispanoamericano”, Madrid, Año V, Mayo- Junio, nº 53- 54, 1923, p. 51- 58. Conferencia pronunciada en el Ateneo de Madrid en abril de 1923. Mediante esta conferencia Angélica Palma expresa y fundamenta su apoyo a un acercamiento intelectual entre Hispanoamérica y la Península. 68.PALMA, Angélica, “Homenaje a Blanca de los Ríos”, Madrid, Año VI, Marzo- Abril, nº 63- 64, 1924, p. 3-6. A manera de crónica, Angélica relata el homenaje que a su amiga Blanca de los Ríos se le tributó en la Real Academia de Jurisprudencia el 12 de marzo de 1924. 69.PALMA, Angélica, “Una visita a Apeles Mestres”, Madrid, Año IV, Mayo- Junio, nº 65- 66, 1924, p. 99- 107. Acercamiento a la persona y a la obra de Apeles Mestres a raíz de un encuentro que tuvo con el artista durante su estancia en Barcelona. Se incluyen cuatro ilustraciones del mismo. 70.PALMA, Angélica, “Andrés González Blanco”, Madrid, Año VI, Septiembre- Octubre, nº 69- 70, 1924, p. 43- 44. Artículo en homenaje al escritor, ensayista y estudioso de la literatura y que fuera Director de la sección literaria del Ateneo de Madrid. 71.PALMA, Angélica,“La mujer moderna”, Madrid, Año VI, Septiembre- Octubre, nº 69- 70, 1924, p. 69- 70. Crítica literaria sobre la novela de Carmela Eulate, La mujer moderna. 72.PALMA, Angélica, “Palabras de Angélica Palma”, Madrid, Año VII, Marzo- Abril, nº 75- 76, 1925, p. 26- 28. Palabras de despedida que Angélica Palma dedica a sus amigos, agradeciendo las atenciones recibidas así como la Encomienda de la Orden de Alfonso XII, antes de volver a Perú. 73.PALMA, Angélica, “Charla hispánica”, Madrid, Año VII, Julio- Agosto, nº 79- 80, 1925, p. 64- 80. 367 Palabras pronunciadas en la Sociedad Entre Nous de Lima el 30 de junio de 1925. A petición de la Sociedad Angélica dedica esta charla a España y al conocimiento que de ésta se tiene fuera de sus fronteras. 74.PALMA, Angélica, “La novela de una venezolana”, Madrid, Año VII, Noviembre- Diciembre, nº 83- 84, 1925, p. 41- 46. Estudio literario sobre Ifigenia, novela de Teresa de la Parra premiada en París en el concurso de novelistas americanos de 1924, 75.PALMA, Angélica, “De mi vida madrileña”, Madrid, Año IX, Enero- Febrero, nº 97- 98, 1927, p. 55- 59. Cómo conoció durante su estancia en Madrid al escritor venezolano Pedro Emilio Coll y al poeta mejicano Luis Urbina. 76.PALMA, Angélica, “Las mujeres del Perú”, Madrid, Año X, Julio- Agosto, nº 115- 116, 1928, p. 38- 61. Conferencia pronunciada en la Biblioteca Entre Nous de Lima el 25 de junio de 1928. Hace un repaso de las figuras femeninas más importantes de la historia de Perú desde Mama Ocllo, hermana y esposa de Manco Capac hasta doña Juana Alarco de Dammert, fundadora de la primera cuna maternal del país. 77.PALMA, Angélica, “Tribuna hispanoamericana. Notas de viaje”, Madrid, Año XI, Noviembre- Diciembre, nº 131-132, 1929, p. 64- 68. Sobre la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Descripción del pabellón de su país, con dos fotografías del mismo. 78.PALMA, Angélica, “Celajes de Teresa María Llona Gastañeda”, Madrid, Año XII, Noviembre- Diciembre, nº 143- 144, 1930, p. 53- 55. Tras una breve mención de algunas de las poetisas de América más destacadas, se centra en el libro de Teresa Llona de Castañeda, Celajes. Analiza algunos de sus versos y hace un recorrido rápido por algunas de las composiciones que lo integran. V. 1.9. Revista de las Españas. Revista publicada por la Unión Iberoamericana en Madrid cuyo primer número de la segunda época está fechado en junio de 1926. Tuvo una periodicidad casi mensual y dejó de publicarse en 1936. Colaboraron entre otros: Dámaso Alonso, Américo Castro, Ernesto 368 Jiménez Caballero que estaba a cargo de la sección titulada Revista Literaria; Ramiro de Maeztu, Ramón Menéndez Pidal, Gabriela Mistral o Eugenio D´Ors. 79. PALMA, Angélica, “Lima Literaria”, Madrid, Año 1934, noviembre- diciembre, nº 87- 88, p. 515- 520. Sobre la historia literaria de la capital del Perú, Lima, desde Santa Rosa de Lima hasta Clemente Palma o Manuel Beingolea. V. 1.10. El Sol. Diario independiente creado por Nicolás María Urgoiti y José Ortega y Gasset el 1 de diciembre de 1917. Angélica Palma formó parte de la plantilla de corresponsales que el periódico tenía por todo el mundo. Gracias a esta corresponsalía Angélica dio a conocer no sólo la realidad peruana sino la historia, cultura y costumbres de su país. 80. PALMA, Angélica, “Influencia extranjera”, Madrid, 24 de julio de 1925. Artículo de presentación de Angélica Palma a los lectores del diario El Sol. En él, a propósito de una carta publicada por el escritor Leopoldo Lugones, escribe sobre la cuestión del hispanoamericanismo y el panamericanismo hablando del cosmopolitismo que se da en el Perú. 81. PALMA, Angélica, “El plebiscito de Tacna y Arica”, Madrid, 5 de agosto de 1925. Introduce la polémica cuestión que mantienen Chile y Perú sobre los territorios de Tacna y Arica ante el fallo arbitral de los Estados Unidos que terminó con el Laudo del Presidente Coolidge. 82.PALMA, Angélica, “Desde el Perú”, Madrid, 9 de octubre de 1925. Continúa con la cuestión de Tacna y Arica centrándose ahora en la realización del plebiscito. Comenta las posturas tomadas por chilenos como Gabriela Mistral y Carlos Vicuña Fuentes, ante la situación política. 83.PALMA, Angélica, “La travesía aérea de los Andes”, Madrid, 28 de octubre de 1925. Repasa algunos momentos de la historia de la aviación peruana. 369 84.PALMA, Angélica, “El desconocimiento de América”, Madrid, 28 de noviembre de 1925. Réplica a un artículo publicado en el Blanco y Negro por D. Félix Llanos y Torriglia, titulado: “Carlos V y las esmeraldas”. Desmiente y aclara algunos de los datos vertidos en el artículo. 85.PALMA, Angélica, “Desde el Perú”, Madrid, 14 de enero de 1926. Habla sobre la decimosexta sesión de la Comisión Plebiscitaria resumiendo lo que en anteriores reuniones se concluyó. 86.PALMA, Angélica, “El Perú en la Exposición de Sevilla”, Madrid, 11 de febrero de 1926. Concurrencia del Perú en la Exposición Iberoamericana de Sevilla. Medidas que el Gobierno de Perú ha tomado y qué cosas y ciudades representarán al país. 87.PALMA, Angélica, “Las Bellas Artes en el Perú”, Madrid, 24 de febrero de 1926. Celebración de una Exposición anual en la Escuela de Bellas Artes de Lima, fundada en 1910 por Daniel Hernández y Manuel Piqueras Cotolí. Resume brevemente la historia de dicha escuela así como la presencia de alumnos como Julia Codesido, Laura Zegarra o Ismael Vinatea Reinoso que salieron de sus aulas. 88.PALMA, Angélica, “La España ocasional y la España eterna”, Madrid, 16 de marzo de 1926. Celebración que se vive en Perú con motivo del recuerdo de la rendición del Castillo del Real Felipe. 89.PALMA, Angélica, “La ciudad de Miraflores”, Madrid, 24 de marzo de 1926. Ante las críticas recibidas por sus artículos políticos y por el lugar desde donde los escribe, describe el distrito de Miraflores, lugar al que se retiró su padre y donde escribió muchas de sus Tradiciones. 370 90.PALMA, Angélica, “El fallo del Presidente Coolidge”, Madrid, 4 de mayo de 1926. Sucesos ocurridos ante la petición por parte de la Legación del Perú sobre la neutralización del territorio y la prolongación del plazo para la inscripción de votantes. 91.PALMA, Angélica, “Un Congreso de prensa”, Madrid, 13 de mayo de 1926. Comentarios sobre el Primer Congreso Panamericano de periodistas celebrado en Washington D.C, que tuvo lugar entre el 7 y el 13 de abril de 1926. 92.PALMA, Angélica, “La mujer limeña”, Madrid, 24 de mayo de 1926. Recoge la tradición que su padre escribiera titulada: La tradición de la saya y manto. Apoyándose en ella, Angélica realiza un paralelismo en la historia de esta indumentaria entre España y América. 93.PALMA, Angélica, “Flora Tristán”, Madrid, 8 de junio de 1926. Recuerdo de la historia de Flora Tristán, abuela del famoso pintor Paul Gauguin. 94.PALMA, Angélica, “Los inmigrantes”, Madrid, 29 de junio de 1926. Explica la afluencia de extranjeros en algunos países y cómo éstos han llegado a provocar grandes dificultades. Para contrarrestar la visión negativa, refiere la creación en su país, por parte de gente italiana en su mayoría, del negocio de las pulperías; o la inclusión en la minería de la colonia española. 95.PALMA, Angélica, “Belleza y provecho”, Madrid, 4 de septiembre de 1926. Habla de la belleza, provecho y evolución de las antiguas haciendas azucareras situadas en el valle de Chicama: Casa Grande, Cartavio, Chiclín. 96.PALMA, Angélica, “Una ciudad muerta”, Madrid, 16 de septiembre de 1926. Descripción de la ciudad de Trujillo. Con especial interés en las ruinas de Chanchán y la cerámica chimú. 371 97.PALMA, Angélica, “La “Perricholi” de Próspero Merimée”, Madrid, 23 de octubre de 1926. Artículo dedicado a la historia que sobre Micaela Villegas escribiera Próspero Merimée y que su padre, Ricardo Palma, dejara por escrito en la tradición Genialidades de la Perricholi. 98.PALMA, Angélica, “El periodismo moderno”, Madrid, 17 de noviembre de 1926. Recoge la evolución del periodismo en el Perú vista a través de “Mundial”, “Variedades”, “El Mercurio peruano” o el periódico “El Comercio”. Hace especial “Trampolín” y “Amauta”. 99.PALMA, Angélica, “El Señor de los Milagros”, Madrid, 6 de diciembre de 1926. Relata el origen de la veneración del Señor de los Milagros. 100.PALMA, Angélica, “El trabajo de la mujer en España”, Madrid, 9 de diciembre de 1926. La paulatina incorporación de la mujer al trabajo le sirve para describir cómo poco a poco la mujer ha conseguido irse haciendo un hueco en la sociedad: desde la mujer artesana, la ama de casa, la que pedía ayuda a una amiga bordándole las sábanas, o las que confeccionaban ropa para el Ejército. De ahí hasta la creación del Consejo Nacional de Mujeres del Perú. 101.PALMA, Angélica, “El poder del verbo”, Madrid, 25 de diciembre de 1926. Sobre el poder que tiene la palabra y las diferentes interpretaciones y polémicas a las que ha dado lugar la voz “América”. 102.PALMA, Angélica, “Espectáculos nuevos y viejos”, Madrid, 3 de marzo de 1927. Breve historia del toreo en Lima. Para ello se apoya en los datos facilitados por su padre en la tradición Apuntes. Para la Crónica tauromáquica de Lima [del siglo XVI]. 372 103.PALMA, Angélica, “Viajeros de ambos mundos”, Madrid, 11 de mayo de 1927. Describe la llegada a Lima de dos intelectuales chilenos: Carlos Vicuña Fuentes y Joaquín Edwards Bello. 104.PALMA, Angélica, “Asociaciones literarias”, Madrid, 29 de junio de 1927. Importancia que la Sociedad Amantes del País ha tenido en la historia de Perú y cómo a raíz de esta surgieron otras como el Club literario, el Ateneo de Lima, la Academia Peruana, el Centro universitario, el Conversatorio Universitario o la Biblioteca Entre- Nous. Dedica especial atención a esta última. 105.PALMA, Angélica, “Las efemérides de julio”, Madrid, 10 de agosto de 1927. Repasa los aniversarios de las independencias de diferentes países que tienen lugar en el mes de julio. Se detiene en la independencia del Perú y en os cambios que ha sufrido la municipalidad de Lima. 106.PALMA, Angélica, “Conferencias y conferenciantes”, Madrid, 31 de agosto de 1927. La presencia en Lima de personalidades intelectuales europeas y los motivos que a cada uno le han llevado al país: Monsieur George Dumas, profesor de la Sorbona y D. Esteban Terradas, catedrático de la Universidad de Barcelona. 107.PALMA, Angélica, “Es necesario mejorar nuestras comunicaciones”, Madrid, 19 de octubre de 1927. Sobre la necesidad de una mejora en las compañías navieras que llegan a Perú. Diferentes estrenos teatrales que han tenido lugar en Lima de la mano de la compañía formada por María Guerrero y Fernando Díaz de Mendoza. 108.PALMA, Angélica, “Reuniones internacionales”, Madrid, 5 de noviembre de 1927. Resume una serie de congresos en los que han concurrido Perú y Chile y el trato que se les ha dado a los chilenos: la octava conferencia sanitaria (Lima, 10- 20 octubre de 1927), el Congreso de Prensa interamericana (Washington, 7- 13 abril de 1926), la reunión de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Lima, 1927), el III Congreso Internacional de 373 Estudiantes Americanos (Lima, 21- 28 de julio de 1912, y el V Congreso Médico Latino- Americano (Lima, 9- 16 noviembre de 1913). 109.PALMA, Angélica, “Literaturas de América”, Madrid, 7 de diciembre de 1927. Diserta sobre la falta de interés que existe en España por la literatura americana. Excluye a su amiga Blanca de los Ríos y repasa lo ocurrido con la polémica de las Cartas americanas de D. Juan Valera. Inserta en su discurso una pequeña nómina de autores y obras americanos comparándolos con autores y obras españolas. 110.PALMA, Angélica, “Un original descubrimiento pictórico”, Madrid, 31 de diciembre de 1927. Corrige la información vertida por EL SOL en un cablegrama publicado en sus páginas: el descubrimiento de dos Van Dyck y un Murillo en un palacio limeño. La autora repasa la existencia de grandes obras de arte en la capital peruana y el origen de éstas desmintiendo la información dada por el diario español. 111.PALMA, Angélica, “Exhibiciones artísticas”, Madrid, 4 de enero de 1928. Exposición de arte español en Lima con la presencia de obras de José Mongrell, Llaseras, Remigio Soler y Tomás, Salvador Abril, José Benlliure, Gonzalo Bilbao y Romero de Torres. Exposiciones monográficas del pintor vasco Cabanas Oteyza, del escultor valenciano Ramón Mateu y de la obra de Julio Villa Prades. 112.PALMA, Angélica, “Una misión artística”, Madrid, 15 de marzo de 1928. Sobre la labor desempeñada por la Hispanic Society de Nueva York y la importancia del encargo realizado por dicha institución al pintor López Mezquita. 113.PALMA, Angélica, “El carnaval en Lima”, Madrid, 25 de marzo de 1928. Recuerdo de la catástrofe ocasionada por el fenómeno meteorológico del Niño vivido en 1925. Descripción de cómo era el carnaval criollo. 114.PALMA, Angélica, “El regreso a las aulas”, Madrid, 10 de mayo de 1928. Artículo dedicado a la vida escolar en la capital peruana. Rememora parte de la historia de la Universidad Mayor de San Marcos. 115.PALMA, Angélica, “Exotismos literarios”, Madrid, 6 de junio de 1928. 374 A raíz de la publicación de la novela de Thorton Wilder, El puente de San Luis Rey, repasa la historia de Micaela Villegas, la Perricholi y el Virrey Amat. 116.PALMA, Angélica, “Movimientos sísmicos”, Madrid, 23 de junio de 1928. Crónica sobre las consecuencias que tuvo el terremoto ocurrido en la región de Chachapoyas. 117.PALMA, Angélica, “Los huéspedes del país”, Madrid, 25 de julio de 1928. Apoyo que el gobierno peruano recibió con motivo del terremoto ocurrido por parte del Rey de España. Presencia manifiesta de las diferentes colonias que un día estuvieron en Lima a través de los obsequios que hicieron a la ciudad con motivo del Centenario de la Independencia Nacional. 118.PALMA, Angélica, “Fiestas y folklore”, Madrid, 8 de agosto de 1928. Descripción de la fiesta del Amancaes, celebrada en el cerro de San Juan de la Pampa de Amancaes. Cuenta cómo se vivía en tiempos pasados y el cambio que ha sufrido con el paso de los años. 119.PALMA, Angélica, “Huéspedes ilustres”, Madrid, 2 de noviembre de 1928. Visita a la capital peruana por parte de José Toribio Medina, Martín Noel, Paul Fauconnet y Claude Regaud. 120.PALMA, Angélica, “Un tema inagotable”, Madrid, 28 de diciembre de 1928. Con motivo de la encuesta realizada sobre la figura de Cristóbal Colón en la revista Variedades. Resume las respuestas dadas por diversos intelectuales nacionales y las soluciones que encuentran para el acercamiento cultural entre la Península y el Nuevo Continente. 121.PALMA, Angélica, “Alarmas internacionales”, Madrid, 20 de enero de 1929. Cómo la prensa universal ofrece información sobre los sucesos que tienen lugar en América. Para ello habla de la evolución que ha sufrido la información dedicada a América en la prensa. 375 122.PALMA, Angélica, “Los peruanos en el extranjero”, Madrid, 15 de febrero de 1929. Triunfos alcanzados por tres peruanos fuera de sus fronteras, en importantes centros culturales: Félix del Valle, José Sabogal y Enrique Domingo Barreda. 123.PALMA, Angélica, “Desde el Perú”, Madrid, 16 de mayo de 1929. Queja de la autora del alejamiento que está viviendo Perú con la intelectualidad española y no así otras ciudades de América. Segunda exposición de pintura española con la presencia de obras de Romero de Torres, Gonzalo Bilbao, Pla Rubio, Roberto Domingo, E. Marín, García Rodríguez, Villodas, Pradilla, Sorolla o Laureano Barráu llevados todos ellos por Carlos Bou de la Casa Dalmau de Barcelona. 124.PALMA, Angélica, “El Pabellón del Perú”, Madrid, 7 de noviembre de 1929. Escribe, desde Sevilla, como enviada de su país, sobre los acontecimientos que están teniendo lugar en la ciudad con motivo de la Exposición Iberoamericana. Hace hincapié en el Pabellón de Perú. 125.PALMA, Angélica, “Historia y arte”, Madrid, 21 de diciembre de 1929. Realiza una crónica del Congreso de Genealogía e Historia celebrado en Barcelona y al que Angélica acude como ponente. 126.PALMA, Angélica, “Internacionalismo de prensa”, Madrid, 25 de enero de 1930. Sobre las restricciones que el Uruguay plantea a la introducción de periódicos argentinos en el territorio. A raíz de esto reflexiona sobre la Prensa en el Perú. 127.PALMA, Angélica, “Vidas románticas”, Madrid, 3 de abril de 1930. Sobre el periodo del Romanticismo, centrado en Perú. Se basa para escribir este artículo en la obra de su padre, La bohemia de mi tiempo. Recoge las figuras de los que fueron compañeros de generación del tradicionista. 376 128.PALMA, Angélica, “La actualidad peruana”, Madrid, 6 de septiembre de 1930. Sobre el término inminente de los gobiernos de fuerza. 129.PALMA, Angélica, “Pequeña aclaración”, Madrid, 4 de diciembre de 1930. A raíz de una reseña sobre la obra Bolívar de José María Salaverría, repasa las amadas que tuvo el Libertador. 130.PALMA, Angélica, “Impresiones”, Madrid, 24 de enero de 1931. Sobre cómo transcurrió la vida intelectual del Perú en 1930. 131.PALMA, Angélica, “Impresiones”, Madrid, 6 de marzo de 1931. Sobre el homenaje tributado en Lima el 26 de enero último a la memoria de Don Pablo de Olavide. V.1.11. Crisol Formó parte del gran proyecto editorial de Nicolás María Urgoiti, se fundó el 4 de abril de 1931 y duró hasta principios de 1932, año que se fundó Luz, Tuvo una periodicidad al principio trisemanal y luego diaria. 132. PALMA, Angélica, “Impresiones. La ciudad del Libertador”, Madrid, 2 de octubre de 1931, p. 7. V.1.12. Luz Periódico del proyecto editorial de Nicolás María Urgoiti, continuador de Crisol, salió al mercado en 1932 y cesó su impresión en 1935. 133. PALMA, Angélica, “Desde el Perú”, Madrid, 29 de julio de 1933. A propósito de los pilares sobre los que se debe construir una política posible de España en América. 134.PALMA, Angélica, “Mañana se conmemorará en el Perú la fundación de la ciudad española de Cuzco”, Madrid, 23 de marzo de 1934. Sobre la conmemoración de la fundación del Cuzco hace un repaso sobre este lugar. 377 V.2. En América. V.2.1. Caras y Caretas. Semanario argentino que se publicó entre 1898 y 1941, fundado por Eustaquio Pellicer logró ser muy popular bajo la dirección de José Sixto Álvarez, “Fray Mocho”, en su primera época. 135. PALMA, Angélica, “Apuntes. (De mis recuerdos de viaje)”, en Caras y caretas, Buenos Aires, tomo VI, 18 de diciembre de 1926, nº 1472. A propósito de la ignorancia existente en España sobre la vida y las gentes de tierras americanas. Explica cómo su llegada a Madrid le ha proporcionado el conocimiento de escritores como Carlos María Ocantos. V.2.2. La Prensa. Diario argentino fundado por José Clemente Paz en 1869. Como diario fue el difusor del liberalismo económico y representó a los sectores más conservadores de la sociedad argentina. Al morir José Clemente Paz en 1912 tomó la dirección del diario su hijo Ezequiel convirtiéndose en uno de los diarios más importantes del país y contando en su plantilla con corresponsales en Hispanoamérica, Estados Unidos y Europa. 136. PALMA, Angélica, Crónicas de Marianela, Buenos Aires, Lito Tipo Montmasson & Cía, [1917], 161 págs. Conjunto de artículos que Angélica Palma escribió en el diario bonaerense La Prensa, donde escribía una columna femenina. V.2.3. Mercurio Peruano. Revista mensual de ciencias sociales y letras. Revista cuya tercera etapa, en 1918, fue fundada y dirigida por Víctor Andrés Belaunde. Dio espacio a nuevos escritores como Angélica Palma o Amalia Puga de Losada, junto a voces tan reconocidas como José Gálvez o José de la Riva Agüero. 137. PALMA, Angélica, “Don Benito Pérez Galdós”, Lima, III, Vol. IV, enero 1920, nº 19, pp. 20- 26. Repasa la vida y la obra del escritor español, Benito Pérez Galdós, ofreciéndole un pequeño homenaje a consecuencia de su fallecimiento. 138. PALMA, Angélica, “Pancho Fierro”, Lima, XI, Vol. XVII, noviembre- diciembre 1928, nº 123- 124, pp. 407- 413. Sobre la figura del pintor peruano Pancho Fierro. 378 139. PALMA, Angélica, “Vistazos”, Año XIII, Vol. XX, mayo- julio 1930, nº 141- 143, pp. 322- 325. Escrito durante su segunda estancia en Madrid, el uno de abril de 1930, la escritora cuenta sus impresiones sobre la caída de la dictadura de Primo de Rivera. V.2.4. Variedades Revista ilustrada peruana de comienzos del siglo XX. Sucedió a la revista Prisma. Fue dirigida por Clemente Palma, hermano de Angélica hasta el 27 de agosto de 1930, fecha en la que le sucede en el cargo Ricardo Vegas García. 140. MARIANELA [seud. Angélica Palma], “La capital castiza”, Lima, 18 de marzo de 1922, nº 733, Año XVIII, págs. 664- 666. Aborda el tema de las veladas literarias del Ateneo de Madrid. Repasa la historia de este centro intelectual desde su fundación. Cita alguna de las conferencias a las que ha asistido y termina recordando la conferencia por parte de los estudiantes hispanoamericanos acerca de la vida universitaria en sus países. 141. MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “Escritores peruanos en el extranjero. Conferencia de Angélica Palma”, Lima, 3 de junio de 1922, nº 744, Año XVIII, págs. 1324- 1325. 142.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “Visiones de España. De la Bética florida”, Lima, 8 de julio de 1922, nº 749, Año XVIII, págs. 1625- 1627. Sobre su visita por tierras andaluzas, en concreto por Sevilla. Acerca la capital hispalense, con su historia y su cultura a los lectores peruanos. 143.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “De la capital castiza”, Lima, 29 de julio de 1922, nº752, Año XVIII, págs. 1809- 1812. A propósito de las exposiciones artísticas que están teniendo lugar en Madrid y a las que ha podido asistir en la parte baja del Edificio de Bibliotecas y Museos, la celebrada en el Palacio de cristal del Retiro o en el salón de humoristas. Termina recordando la figura del director del Museo del Prado fallecido el 10 de junio. Habla del homenaje tributado a la memoria de Emilia Pardo Bazán en el Teatro de la Princesa que estuvo patrocinado por la Duquesa de Alba. 379 144. MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 16 de septiembre de 1922, nº 759, XVIII, págs. 4001- 4003. 145. MARIANELA [seud. Angélica Palma], “Da tierra da saudades”, Lima, 25 de noviembre de 1922, nº 769, Año XVIII, págs. 6735- 6737. A propósito de un viaje a Portugal que realiza la autora, se detiene en Lisboa, Cascais, Estoril y Cintra. 146. MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 9 de diciembre de 1922, nº 771, XVIII, págs. 7895- 7897. 147.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 30 de diciembre de 1922, nº 774, XVIII, págs. 7087- 7088. A raíz de un artículo firmado por el Bachiller Alcañices y aparecido en una revista madrileña sobre el poeta chileno, Abel Gutiérrez, Angélica discrepa con las opiniones presentadas y expone sus motivos. Refleja también la opinión vertida por dicho Bachiller sobre el conflicto entre Chile y Perú en otros artículos. 148.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “Da terra da saudades”, Lima, 6 de enero de 1923, nº 775, Año XIX, págs. 51- 53. Visita de nuevo tierras portuguesas recorriendo los lugares más emblemáticos. Termina recordando la figura del escritor Eça de Queiroz, 149.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 3 de febrero de 1923, nº 779, Año XIX, págs. 275- 277. Habla del discurso dado por Millán Astray sobre los desastres en Marruecos y su repercusión. 150.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 17 de marzo de 1923, nº 785, Año XIX, págs. 655- 657. Sobre la liberación de los españoles cautivos en “tierras de moros” y el homenaje dado a Benito Pérez Galdós en el Parque de El Retiro de Madrid con la presencia de importantes intelectuales. 380 151.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 7 de abril de 1923, nº 788, Año XIX, 2p. Sobre el movimiento femenino en España: el Instituto escuela y las dos residencias de señoritas estudiantes. Habla de Blanca de los Ríos y de Concha Espina. 152.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 5 de mayo de 1923, nº 792, Año XIX, págs. 1197- 1200. A propósito de la “intromisión de la política” en el Ateneo de Madrid y las conferencias dadas por Enrique Díez Canedo en el Museo del Prado. 153. PALMA, Angélica, “Por la Santa de la Raza. Bases para la unión de las asociaciones femeninas hispano-americanas de carácter nacional”, Lima, 16 de Junio de 1923, nº 798, Año XIX, págs. 4527- 4528. Conferencia de Angélica Palma en el Congreso Teresiano de Madrid. 154. MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 23 de junio de 1923, nº 799, Año XIX, págs. 1587- 1590. Sobre la fiesta del trabajo celebrada en Madrid con una manifestación socialista. La elección como senador de don Francisco Cambó, la manifestación de L´Acció catalana sobre la Lliga. Habla sobre la figura de Julián Sánchez Prieto, “el poeta pastor”, quien envió sus versos a Concha Espina y terminó recitándolos en el Ateneo de Madrid. 155.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “Acercamiento intelectual hispanoamericano. Conferencia por Marianela”, Lima, 30 de junio de 1923, nº 800, Año XIX, págs. 1647- 1650. Conferencia de Angélica Palma en el Ateneo de Madrid. 156. PALMA, Angélica, “De la capital castiza”, Lima, 4 de agosto de 1923, nº 805, Año XIX, págs. 2061- 2063. Sobre la llegada de regulares a Marruecos a la capital. Los combates en Melilla, la lucha sindicalista y los atentados terroristas, la huelga de transportes en Barcelona, el asesinato de Monseñor Soldevilla, cardenal arzobispo de esa ciudad. También trata el Congreso Internacional Feminista celebrado en Roma con la presencia de María Martínez Sierra e Isabel O. de Palencia. 381 157. MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, 18 de agosto de 1923, nº 807, Año XIX, págs. 2206- 2210. A propósito de las fiestas que con motivo de la estancia prolongada de la corte en Madrid, se celebran: baile en el Palacio de Liria, la kermesse con fines benéficos de la duquesa de Fernán Núñez… Vacaciones de la Familia Real, la enfermedad del Príncipe de Asturias o el procesamiento del General Berenguer. 158.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “La heroica Bélgica”, Lima, 1 de enero de 1924, [nº 827], Año XX, págs.8-10. Viaje de la autora por tierras belgas. 159.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “De la capital castiza”, Lima, 5 de abril de 1924, nº 840, Año XX, págs. 838- 840. Sobre el cierre del Ateneo, la presidencia asumida por Armando Palacio Valdés, la destitución de Miguel de Unamuno del cargo de presidente y las reacciones surgidas en torno a esto. 160.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “Las ciudades en la literatura”, Lima, 24 de mayo de 1924, nº 847, Año XX, págs. 1319- 1321. La presencia de la ciudad de Lima en las obras de grandes literatos. 161.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “De la capital castiza”, Lima, 7 de junio de 1924, nº 849, Año XX, págs. 1440- 1443. Sobre los últimos acontecimientos de la vida cultural madrileña. Destaca el homenaje dado a Blanca de los Ríos con ocasión de haberle otorgado la gran cruz de Alfonso XII, la inauguración de nuevas salas en el Museo del Prado y en el Museo de Arte Moderno. Exposición del pintor Néstor. 162.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “El Monaguillo”, Lima, XX, 14 de junio de 1924, nº 850,1p. Sobre la figura del monaguillo en las iglesias limeñas y el papel que estos representan. 163.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, XX, 19 de julio de 1924, nº 855, págs. 1779- 1782. 382 Sobre la figura del poeta catalán Fernando Maristany. Visita de los Reyes de Italia a Madrid correspondiendo a los monarcas españoles. 164.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la región cántabra”, Lima, XX, 13 de septiembre de 1924, nº863, págs. 2300- 2303. Artículo dedicado a su hermano Clemente. Visita la biblioteca de Don Marcelino Menéndez Pelayo. 165.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “De la región cantábrica”, Lima, XX, 18 de octubre de 1924, nº868, págs. 2622- 2626. Paseo por las cuevas de Altamira, la casa de Benito Pérez Galdós en Santander, la casa del primer Marqués de Santillana, la casa de los Tagles o la Colegiata recordando la figura del escritor de los Episodios Nacionales 166.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “Por tierras de España”, Lima, XX, 15 de noviembre de 1924, nº871, págs. 3288- 3291. Sobre su visita a Oviedo, León, Segovia y el Palacio de la Granja. 167. PALMA, Angélica, “Por tierras de España. La muerte de Andrés González Blanco:”, Lima, XX, 13 de diciembre de 1924, nº876. Palabras en homenaje a la figura del literato Andrés González Blanco. Recuerda anécdotas vividas con él y resume algunos aspectos de la personalidad del escritor. 168. MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, XXI, 3 de enero de 1925, nº 879, págs. 3733- 3736. Sobre la acusación de plagio a Gregorio Martínez Sierra aparecida en el periódico La Libertad. Comenta las opiniones de varios escritores españoles vertidas en torno a la obra de Ventura García Calderón, Nuevo idioma castellano. Finaliza con un comentario sobre La niña de las zarzas del escritor “criollo, limeño o trujillano”, José Félix de la Puente. 169.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, XXI, 21 de febrero de 1925, nº 886, págs. 424- 426. A propósito de los folletos de Blasco Ibáñez y el libro El novelista que vendió a su patria de El Caballero Audaz. Conmemoración del Centenario de Juan Valera y Alcalá Galiano. La llegada a Madrid de Gabriela Mistral y Enrique González Martínez. 383 170.MARIANELA [seud. Angélica Palma],, “Por tierras de España”, Lima, XXI, 11 de abril de 1925, nº 893, págs. 757- 760. Sobre su visita a Granada, el desfile celebrado en Madrid el día de San Ildefonso o las obras representadas en Madrid en el Teatro Fontalba. 171.MARIANELA [seud. Angélica Palma], “De la capital castiza”, Lima, XXI, 23 de mayo de 1925, nº 899, págs. 1055- 1057. Comienza con el recuerdo a la figura del colombiano Francisco José de Caldas a propósito de la inauguración de la lápida de honor en la Biblioteca Nacional. Habla sobre la Real Sociedad Matritense de Amigos del País situada en la Plaza de la Villa junto a la Torre de los Lujanes; sobre una serie de conferencias dadas por los representantes diplomáticos de las repúblicas americanas. Sobre la figura del actual ministro de México en Madrid, Enrique González Martínez. 172. PALMA, Angélica, “Por la Patria y por la Raza. La cuna maternal de Chorrillos”, Lima, XXI, 11 de julio de 1925, nº 912, págs. 1974- 1976. Monográfico sobre la cuna maternal fundada por Doña Juana Alarco de Dammert y situada en Chorrillos a raíz de una visita que realiza Angélica Palma. 173.PALMA, Angélica, “La novela de una venezolana, Lima, XXI, 22 de agosto de 1925, nº 912, págs. 1974- 1976. Crítica literaria de la obra Ifigenia de la escritora Teresa de la Parra. 174.PALMA, Angélica, “Libros sud-americanos”, Lima, XXI, 26 de septiembre de 1925, nº 917, págs. 2199- 2200. Crítica literaria de libros publicados por la editorial “Nuestra América”: Los que sufren de Leonardo Abazzini, La raza de Montiel Ballesteros; Cerro nativo de Carlos B. Quiroga; La Venus cachalquí de Bernardo González. 175.PALMA, Angélica, “Hombres y cosas de España”, Lima, XXI, 17 de octubre de 1925, nº 920, págs. 3395- 3396. Sobre la figura de Jacinto Octavio Picón y las anécdotas que Angélica palma compartió con el célebre escritor español. 176.PALMA, Angélica, “Apuntes”, Lima, XXI, 7 de noviembre de 1925, nº 923, págs. 3576- 3578. 384 A propósito de la ocasión que le brindó la capital española de conocer al escritor argentino Carlos María Ocantos y al mexicano francisco A. de Icaza. 177.PALMA, Angélica, “Enrique Díez Canedo”, Lima, XXI, 26 de noviembre de 1925, nº 926, págs. 3754- 3756. Habla sobre el escritor y amigo Enrique Díez Canedo. 178.PALMA, Angélica, “Don Antonio Maura y Montaner”, Lima, XXI, 19 de diciembre de 1925, nº 929, págs. 3963- 3964. Sobre la figura de Antonio Maura. 179.PALMA, Angélica, “Hombres y cosas de España. Tres escritores de nuestra lengua. (Apuntes)”, Lima, XXII, 23 de enero de 1926, nº 934, 3p. Habla de las relaciones entre españoles y franceses. Actividades culturales que organizan el Instituto Francés de Madrid y la Junta de Damas en Barcelona. Junta que organizó una serie de conferencias a las que fueron invitados Don Antonio Rubió y Lluch y Mercedes Gaibrois de Ballesteros. Junto a ellos recoge la figura del erudito español Don Adolfo Bonilla y San Martín. 180.PALMA, Angélica, “Álbum de retratos”, Lima, XXII, 6 de febrero de 1926, nº936, 5p. A propósito del noventa y tres cumpleaños de Don Ricardo Palma recoge algunas de las firmas del Álbum de su padre al mismo tiempo que recoge algunas anécdotas. 181.PALMA, Angélica, “Apuntes”, Lima, XXII, 20 de febrero de 1926, nº 938, 2p. La elección de Ramón Menéndez Pidal como director de la Academia española. Habla de él y de la relación que lo unió a su padre y a ella. 182.PALMA, Angélica, “Hombres y cosas de España. Don Francisco Rodríguez Marín”, Lima, XXII, 7 de marzo de 1926, nº 940, 3p. Sobre la figura del director de la Biblioteca Nacional de Madrid. 183.PALMA, Angélica, “Mujeres de España. Doña Blanca de los Ríos y Sofía Casanova”, Lima, XXII, 27 de marzo de 1926, nº 943, 3p. 385 Escribe sobre la personalidad y la labor de dos escritoras amigas: Blanca de los Ríos y Sofía Casanova. 184.PALMA, Angélica, “Recuerdos de Madrid. Dos escritores ibero- americanos”, Lima, XXII, 10 de abril de 1926, nº 945, 3p. Cómo conoció en Madrid a los escritores Pedro Emilio Coll y Luis G. Urbina. 185.PALMA, Angélica, “Hombres y cosas de España. Don Armando Palacio Valdés”, Lima, XXII, 24 de abril de 1926, nº 947, 2p. Escribe sobre el escritor español Armando Palacio Valdés y relata algunas anécdotas vividas con él. 186.PALMA, Angélica, “Eugenio D´Ors”, Lima, XXII, 15 de mayo de 1926, nº 950, 3p. Rescata la figura del pensador español Eugenio D´Ors y su libro Tres horas en el Museo del Prado. Recuerda una de sus últimas visitas a dicho Museo, en concreto a la sala del pintor español Ribera. 187.PALMA, Angélica, “Mujeres de España. Concha Espina”, Lima, XXII, 29 de mayo de 1926, nº 952, 2p. Dedica este artículo a la figura de su amiga la escritora española Concha Espina. 188.PALMA, Angélica, “Versos de mujeres”, Lima, XXII, 11 de septiembre de 1926, nº 967, 3p. Reseña algunos de los libros que le han sido enviados: En silencio… de Ernestina de Champourcin y La almohada de los sueños de Raquel Sáenz. 189.PALMA, Angélica, “Apuntes. Eduardo Marquina”, Lima, XXII, 9 de octubre de 1926, nº 971, 2p. Sobre la figura del poeta español y de cómo Angélica Palma lo conoció en el patio de la Universidad de Madrid después de un homenaje dado a María Guerrero. Cómo se ha ganado el poeta las enemistades de la Real Academia Española a propósito de sus ideas, vertidas en la obra En Flandes se ha puesto el sol. 386 Este artículo se halla reproducido en AMORÓS, Andrés, Cartas a Eduardo Marquina, Madrid, Editorial Castalia, 2005, págs. 365- 367. 190.PALMA, Angélica, “¿Murmuramos?”, Lima, XXII, 30 de octubre de 1926, nº974, 2p. Artículo dedicado a sus lectores para informarles de que se ausentará de su sección habitual llamada “Apuntes” por algún tiempo. 191.PALMA, Angélica, “Apuntes: Don Julio Cejador”, Lima, XXIII, 8 de enero de 1927, nº 984, 2p. Sobre la figura del insigne filósofo a raíz de su reciente desaparición. Incluye un apunte del natural realizado por su hermana Renée Palma. 192.PALMA, Angélica, “La mujer en acción. Lyceum”, Lima, XXIII, 7 de mayo de 1927, nº 1001, 3p. Artículo dedicado al “club femenil con nombre latino, Lyceum”, inaugurado en Madrid. 193.PALMA, Angélica, “El Centenario de Góngora”, Lima, XXIII, 28 de mayo de 1927, nº 1004, 1p. Sobre el homenaje rendido a Beethoven y a Góngora en los países occidentales. 194.PALMA, Angélica, “Lecturas”, Lima, XXIII, 11 de junio de 1927, nº 1006, 3p. Reseñas de las últimas novelas leídas por la autora: Rostros españoles de Bernardino de Pantorba y Zogoibi de Enrique Larreta. 195.PALMA, Angélica, “Hombres y cosas de España. Lecturas”, Lima, XXIII, 2 de julio de 1927, nº 1009, 3p. A propósito de la publicación del libro de Ernesto Giménez Caballero por la editorial Espasa Calpe titulado Carteles. 196.PALMA, Angélica, “Don Francisco A. de Icaza”, Lima, XXIII, 30 de julio de 1927, nº 1013, 3p. Prólogo que escribe Angélica Palma a petición de Beatriz león, viuda del escritor, para uno de los tomos de las obras completas. 387 197.PALMA, Angélica, “Lecturas”, Lima, XXIII, 17 de septiembre de 1927, nº 1020, 2p. Reseñas de los libros de José María Salaverría, Instantes y de Alfonso Reyes, Cuestiones gongorinas. 198.PALMA, Angélica, “Lecturas. Los caballeros las prefieren rubias”, Lima, XXIII, 1 de octubre de 1927, nº 1022, 3p. Reseña sobre el libro de la escritora Anita Loos, Los caballeros las prefieren rubias. Diario de una señorita profesional. 199.PALMA, Angélica, “Anécdotas y anecdotarios”, Lima, XXIII, 12 de noviembre de 1927, nº 1028, 2p. Escribe sobre las anécdotas que con relación a Ricardo Palma cuenta Enrique D. Tovar en su libro Ropa ligera. 200.PALMA, Angélica, “Anécdotas y anecdotarios”, Lima, XXIII, 26 de noviembre de 1927, nº 1030, 2p. Respuesta de Angélica al artículo que Enrique A. Tovar escribe con relación al artículo anterior. 201.PALMA, Angélica, “Lecturas. El aniversario de El Sol de Madrid”, Lima, XXIV, 28 de enero de 1928, nº 1039, 3p. Sobre el número conmemorativo que ha sacado el diario español dirigido por don Félix Lorenzo. 202.PALMA, Angélica, “Lecturas. Dos libros españoles”, Lima, XXIV, 25 de febrero de 1928, nº 1043, 3p. Viaje por las escuelas de España de Luis Bello y Los hombres del reinado de Carlos III. Don Pablo de Olavide, escrito por el señor Alcázar y Molina. 203.PALMA, Angélica, “Lecturas”, Lima, XXIV, 31 de marzo de 1928, nº1048, 1p. Aplaude el acierto, a su juicio, de la casa Editora Espasa Calpe al reanudar la publicación de su colección “Universal”. 388 204.PALMA, Angélica, “Lecturas”, Lima, XXIV, 26 de mayo de 1928, nº 1056, 1p. Reseñas y comentario de los libros El Greco en España de Emilio H. del Villar y La agonía antillana de Luis Araquistain. 205.PALMA, Angélica, “Lecturas. Dos críticos de arte”, Lima, XXIV, 14 de julio de 1928, nº 1063, 3p. El Greco en España de Emilio H. del Villar y Ensayo biográfico y crítico dedicado a Goya por Bernardino de Pantorba. 206.PALMA, Angélica, “Lecturas. Libros recientes de Julio Camba y de Juan del Encina”, Lima, XXIV, 18 de agosto de 1928, nº 1068, 2p. Aborda las obras Sobre casi todo y Sobre casi nada de Ricardo Gutiérrez Abascal que escribe bajo el seudónimo de Juan del Encina. 207.PALMA, Angélica, “El arquitecto Noel”, Lima, XXIV, 8 de septiembre de 1928, nº 1070, 1p. Reconocimiento del valor de la vieja cultura española y el hispanismo incorporado por Martin Noel en su obra. 208.PALMA, Angélica, “Emiliano Ramírez Ángel”, Lima, XXIV, 10 de noviembre de 1928, nº 1080, 2p. Acerca de la figura del cronista madrileño. Reproduce una fotografía del cronista junto a Concha Espina, José Francés y Angélica Palma entre otros, en el homenaje a Benito Pérez Galdós en el Parque de El Retiro de Madrid. 209.PALMA, Angélica, “La mujer y la moda”, Lima, XXIV, 6 de marzo de 1929, nº 1096, 2p. Artículo escrito para el número conmemorativo de la revista donde repasa la evolución que ha sufrido la vestimenta de la mujer peruana a lo largo de los años. 210.PALMA, Angélica, “De la capital castiza”, Lima, XXV, 26 de marzo de 1930, nº 1151, págs. 17- 18. Surgimiento y caída de la dictadura de José Antonio Primo de Rivera vivido por Angélica a su regreso a España tras una temporada en Francia. 389 211.PALMA, Angélica, “Un Goya desterrado”, Lima, XXVI, 7 de octubre de 1931, nº 1231, 2p. Sobre el retrato de Don Tadeo Bravo del Rivero realizado por el pintor español Francisco de Goya. 212.PALMA, Angélica, “La República en España”, Lima, XVIII, 16 de abril de 1931, nº 1254, págs. Al cumplirse el primer aniversario de la proclamación de la República española. V.2.5. Plus Ultra Revista bonaerense que fue dada como suplemento de Caras y Caretas en 1910 y 1931. Fue la precursora de la revista Sur. Aquí aparecieron los cuentos que se mencionan en el apartado correspondiente. VI. EPISTOLARIO V.1. Manuscrito V.1.1. De Angélica Palma y sus hermanas para otros. 213. PALMA, Angélica, Carta, 1° de marzo, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros. 214.PALMA, Angélica- PALMA, Augusta, Postal, 18 de julio de 1923, Friburg (Germany), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Biarritz. 215.PALMA, Angélica, Postal, 9 de septiembre de 1923, París, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, París. 216. PALMA, Angélica, Carta, 17 de septiembre de 1923, a Mercdedes Gaibrois de Ballesteros. 217. PALMA, Angélica, Carta- Poema, 22 de noviembre de 1923, Madrid, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Valladolid. Firmada por Renée, Augusta y Angélica. 218. PALMA, Angélica, Carta, 28 de noviembre de 1923, Madrid, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Valladolid. 219. PALMA, Angélica, Carta, 23 de octubre de 1924, Madrid, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 390 220. PALMA, Renée, Carta, 20 de junio de 1925, Miraflores, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 221. PALMA, Angélica, Carta, 1° de julio de 1925, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 222. PALMA, Angélica, Carta, 17 de agosto de 1925, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 223. PALMA, Angélica, Carta, 20 de septiembre de 1925, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 224. PALMA, Angélica, Carta, 12 de diciembre de 1925, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 225. PALMA, Angélica, Carta, 12 de febrero de 1926, Miraflores (Lima), a Mercedesa Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 226. PALMA, Renée, Carta, 21 de febrero de 1926, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 227. PALMA. Angélica, Carta, 23 de febrero de 1926, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 228. PALMA, Angélica, Carta, 26 de febrero de 1926, Miraflores (Lima) a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 229. PALMA, Angélica, Carta, 18 de marzo de 1926, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 230. PALMA, Angélica, Carta, 16 de abril de 1926, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 231. PALMA, Angélica, Carta, 2 de septiembre de 1926, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 232. PALMA, Angélica, Carta, 24 de noviembre de 1926, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 233. PALMA, Angélica, Carta, 6 de diciembre de 1926, Miraflores (Lima), a Doña Blanca de los Ríos, Madrid. 234. PALMA, Angélica, Carta, 5 de febrero de 1927, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 391 235. PALMA, Angélica, Carta, 17 de febrero de 1927, Miraflores (Lima), a Doña Blanca de los Ríos, Madrid. 236. PALMA, Angélica, Carta, 29 de febrero de 1927, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 237. PALMA, Angélica, Tarjeta, 19 de junio de 1927, Miraflores (Lima), a Doña Blanca de los Ríos, Madrid. 238. PALMA, Angélica, Tarjeta, 14 de febrero de 1927, Miraflores (Lima), a Manuel Beingolea. 239. PALMA, Augusta, Carta, 17 de marzo de 1927, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 240. PALMA, Angélica, Carta, 26 de marzo de 1927, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 241. PALMA, Angélica, Carta, 3 de enero de 1928, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 242. PALMA, Angélica, Carta, 14 de enero de 1928, Miraflores (Lima), a Doña Blanca de los Ríos, Madrid. 243. PALMA, Angélica, Carta, 16 de enero de 1928, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 244. PALMA, Angélica, Carta, 20 de febrero de 1928, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 245 PALMA, Angélica, Carta, 29 de junio de 1928, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 246. PALMA, Angélica, Carta, Día de Santa Rosa de Lima [30 de agosto], San Vicente de la Barquera (Santander), a Doña Blanca de los Ríos, Madrid. 247. PALMA, Angélica, Carta, 3 de septiembre de 1928, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 248. PALMA, Angélica, Carta, 12 de enero de 1929, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 249. PALMA, Angélica, Carta, 5 de marzo de 1929, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 392 250. PALMA, Angélica, Carta, 8 de abril de 1929, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 251. PALMA, Angélica, Carta, 16 de abril de 1929, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 252.PALMA, Angélica, Carta, 14 de mayo de 1929, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 253. PALMA, Angélica, Carta, 25 de junio de 1929, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 254. PALMA, Augusta, Postal, 26 de septiembre de 1929, París, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 255. PALMA, Angélica, Carta, 9 de octubre de 1929, París, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 256. PALMA, Angélica, Carta, 1 de noviembre de 1929, Sevilla, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 257. PALMA, Angélica, Carta, 7 de noviembre de 1929, Sevilla, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 258. PALMA, Angélica, Carta, 14 de junio de 1930, Roma (Italia), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 259. PALMA, Angélica, Carta, 11 de julio de 1930, Niza (Francia), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 260. PALMA, Angélica, Carta, 21 de julio de 1930, Niza (Francia), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 261. PALMA, Angélica, Carta, 2 de agosto de 1930, Niza (Francia), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 262. PALMA, Angélica, Carta, 30 de agosto [de 1930], Niza (Francia), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 263. PALMA, Angélica, Carta, 14 de septiembre de 1930, París (Francia), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 264. PALMA, Angélica, Carta, 13 de julio de 1931, Madrid, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 393 265. PALMA, Angélica, Carta, 30 de octubre de 1931, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 266. PALMA, Angélica, Carta, 30 de noviembre de 1931, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 267. PALMA, Angélica, Carta, 13 de diciembre de 1931, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 268. PALMA, Angélica, Carta, 30 de octubre de 1932, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 269. PALMA, Angélica, Carta, 4 de enero de 1933, Miraflores (Lima), a Guillermo Feliú Cruz, Santiago de Chile. 270. PALMA, Angélica, Carta, 29 de abril de 1934, Miraflores (Lima), a Sr. Don Antonio Ballesteros y Sra., Madrid. 271. PALMA, Augusta- PALMA, Renée, Postal, s.d, Miraflores (Lima), a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, s.l. 272. PALMA, Augusta, Postal, 11 de octubre, Madrid, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 273. PALMA, Angélica, Tarjeta de visita, s.d, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, s.d. 274. PALMA, Angélica, Tarjeta de visita, s.d, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, s.d. 275. PALMA, Angélica, Telegrama, s.d, París, a Mercedes Gaibrois de Ballesteros, Madrid. 394 V.1.2. De otros para Angélica Palma. 276. ALARCO DE DAMMERT, Juana, Carta, 10 de octubre de 1922, San Agustín (Lima), a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 277.ALARCO DE DAMMERT, Juana, Tarjeta, 5 de junio de 1925, San Agustín (Lima), a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 278.ALARCO DE DAMMERT, Juana, Carta, 22 de agosto de 1917, San Agustín (Lima), a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 279. ALAYZA, Toribio, Tarjeta, 14 de febrero de 1935, Lima, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 280. ALCALÁ GALIANO, Mercedes, Carta, 11 de abril de 1928, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 281. ALJOVÍN, Miguel C.- FERNÁNDEZ DÁVILA, G. [Sociedad Peruana de la Cruz Roja. Comité Central], Carta, 2 de septiembre de 1932, Lima, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 282. ALVARADO RIVER, María, Carta, 31 de enero de 1924, Lima, a Angélica Palma, Madrid. 283. ÁLVAREZ DEL CASTILLO, Juan Manuel, Tarjeta, s.d, [Lima], a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 284.ÁLVAREZ DEL CASTILLO, Juan Manuel, Carta, 14 de mayo de 1934, Lima, a Angélica Palma, Lima. 285.ÁLVAREZ DEL CASTILLO, Juan Manuel, Carta, 20 de marzo de 1935, Lima, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 286. ÁLVAREZ QUINTERO, Luis y Joaquín, Carta, 4 de marzo de 1924, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 287.ÁLVAREZ QUINTERO, Luis y Joaquín, Tarjeta, 31 de mayo de 1934, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 288.ÁLVAREZ QUINTERO, Luis y Joaquín, Tarjeta, 20 de abril de 1928, Madrid, a Angélica Palma, s.l. 289.ÁLVAREZ QUINTERO, Luis y Joaquín, Tarjeta, s.d, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 395 290. ARAUJO COSTA, Luis, Carta, 22 de junio de 1923, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 291. AZPPIRI, Antequera, Carta, Enero 1930, San Sebastián, a Angélica Palma, Madrid. 292.AZPPIRI, Antequera, Tarjetapostal, 3 de abril de 1929, San Sebastián, a Angélica Palma, Madrid. 293. BALLESTEROS, Antonio, Tarjeta, 11 de octubre de 1924, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 294.BALLESTEROS, Antonio, Tarjeta, febrero de 1930, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 295.BALLESTEROS, Antonio, Carta, s.d, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 296. BAYLI GALLAGHER, Jaime F. [CADELP], Carta, 7 de octubre de 1933, Lima, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 297. BURGOS, Carmen de, Carta, 4 de julio, Madrid, a Angélica Palma, s.l. 298.BURGOS, Carmen de, Carta, 28 de junio, Madrid, a Angélica Palma, s.l. 299.BURGOS, Carmen de, Carta, s.d, Madrid, a Angélica Palma, s.l. 300.BURGOS, Carmen de, Carta, 18 de mayo, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 301.BURGOS, Carmen de, Carta, 20 de abril [de 1925], Estoril (Portugal), a Angélica Palma, Madrid. 302.BURGOS, Carmen de, Tarjeta, 10 de abril, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 303.BURGOS, Carmen de, Carta, 10 de abril [de 1928], Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 304.BURGOS, Carmen de, Carta, 16 de febrero, Buenos Aires (Argentina), a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 396 305.BURGOS, Carmen de Tarjeta, 8 de enero, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 306.BURGOS, Carmen de, Carta, 4 de enero, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 307.BURGOS, Carmen de, Carta, 13 de diciembre de 192?, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 308.BURGOS, Carmen de, Tarjeta, 18 de diciembre de 1927, Santiago de Chile, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 309.BURGOS, Carmen de, Carta, 29 de octubre, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 310. CALPE, Carta, 29 de diciembre de 1922, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 311. CAMARILLO, María Enriqueta, Carta, 29 de junio de 1923, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 312.CAMARILLO, María Enriqueta, Carta, 22 de mayo de 1925, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 313.CAMARILLO, María Enriqueta, Carta, 15 de febrero de 1926, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 314.CAMARILLO, María Enriqueta, Carta, 22 de octubre de 1926, Madrid, a Angélica Palma, Lima. 315.CAMARILLO, María Enriqueta, Carta, 4 de febrero de 1927, Madrid, a Angélica Palma, Lima. 316.CAMARILLO, María Enriqueta, Carta, 9 de julio de 1927, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 317.CAMARILLO, María Enriqueta, Carta, 15 de mayo de 1931, Madrid, a Angélica Palma, [Madrid]. 318. CAMPRUBÍ DE JIMÉNEZ, Zenobia, Carta, 6 de julio de 1931, Madrid, a Angélica Palma, [Madrid]. 319.CAMPRUBÍ DE JIMÉNEZ, Zenobia, Carta, s.d, Madrid, a Angélica Palma, [Madrid]. 397 320.CAMPRUBÍ DE JIMÉNEZ, Zenobia, Carta, s.d, Madrid, a Angélica Palma, [Madrid]. 321. CANDIOTI, Alberto M., Carta, 8 de junio de 1933, Belgrado (Yugoslavia), a Angélica Palma, Miraflores. 322. CASANOVA, Sofía, Tarjeta, 3 de marzo de 1925, Madrid, a Angélica Palma, [Madrid]. 323. CASTELLÁ, Condesa del, Carta, 10 de enero de 1921, Barcelona, a Angélica Palma, s.l. 324.CASTELLÁ, Condesa del, Carta, 14 de abril de 1925, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 325. CASTILLO, Julio Alberto, Carta, 27 de febrero de 1933, Tucumán, a Angélica Palma, Miraflores (Perú). 326.CASTILLO, Julio Alberto, Carta, 18 de julio de 1933, Tucumán, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 327.CASTILLO, Julio Alberto, Carta, 6 de julio de 1933, Tucumán, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 328.CASTILLO, Julio Alberto, Carta, 16 de octubre de 1933, Tucumán, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 329. CASTRO, Cristóbal de, Tarjeta, 17 de julio de 1922, Madrid, a Angélica Palma, [Madrid]. 330. CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes] ,Carta, 23 de enero de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 331. CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 30 de enero de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 332.CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 21 de febrero de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 333.CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 28 de febrero de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 334.CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 16 de mayo de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 398 335.CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 7 de junio de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 336.CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 16 de julio de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 337.CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 20 de julio de 1923, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 338.CLAVEL, Vicente [Editorial Cervantes], Carta, 31 de diciembre de 1930, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 339. COLL, Pedro Emilio, Carta, 12 de noviembre de 1925, Caracas, a Angélica Palma, Lima. 340.COLL, Pedro Emilio, Carta, 30 de abril de 1926, Caracas, a Angélica Palma, Lima. 341.COLL, Pedro Emilio, Carta, 23 de septiembre de 1926, Cestona, a Angélica Palma, Lima. 342.COLL, Pedro Emilio, Carta, 21 de agosto de 1930, París, a Angélica Palma, Madrid. 343.COLL, Pedro Emilio, Carta, 13 de mayo de 1931, París, a Angélica Palma, Madrid. 344.COLL, Pedro Emilio, Carta, 29 de mayo de 1931, París, a Angélica Palma, [Madrid]. 345.COLL, Pedro Emilio, Carta, 22 de julio de 1931, París, a Angélica Palma, [Madrid]. 346.COLL, Pedro Emilio, Carta, 3 de junio de 1934, Caracas, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 347.COLL, Pedro Emilio, Carta, 13 de junio de 1935, La Florida (Caracas), a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 348. DÍEZ CANEDO, Teresa de, Carta, 16 de abril de 1925, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 349.DÍEZ CANEDO, Teresa de, Carta, 7 de marzo de 1926, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 399 350.DÍEZ CANEDO, Teresa de, Carta, 19 de mayo de 1927, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 351.DÍEZ CANEDO, Teresa de, Carta, 21 de octubre de 1927, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 352.DÍEZ CANEDO, Teresa de, Carta, 10 de enero de 1928, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 353.DÍEZ CANEDO, Teresa de, Carta, 14 de mayo de 1933, Montevideo, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 354. DIPUTACIÓN PROVINCIAL DE LIMA.ALCALDÍA, Carta, 23 de enero de 1935, a Angélica Palma y hermanas, s.l. 355. DOÑA MARINA, Condesa de, Tarjeta, 11 de julio de 1922, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 356.DOÑA MARINA, Condesa de, Carta, 1 de febrero de 1926, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 357. DULANTO, Pedro y Sra., Tarjeta de visita, s.d, s.l, a Angélica Palma, s.l. 358. EGUREN, José M., Carta, 29 de noviembre de 1921, Barranco (Lima), a Angélica Palma, [Madrid]. 359.EGUREN, José M, Carta, 20 de agosto de 1923, Barranco (Lima), a Angélica Palma, [Madrid]. 360.EGUREN, José M, Carta, 7 de abril de 1923, Barranco (Lima), a Angélica Palma, [Madrid]. 361.EGUREN, José M, Carta, 20 de septiembre de 1922, Barranco (Lima), a Angélica Palma, [Madrid]. 362. ESPINA, Concha, Carta, 23 de noviembre de 1922, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 363.ESPINA, Concha, Carta, 1 de agosto de 1924, Cantabria, a Angélica Palma, Santander. 364.ESPINA, Concha, Carta, 18 de junio de 1925, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 400 365.ESPINA, Concha, Carta, 1 de agosto de 1926, Luzmela (Santander), a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 366.ESPINA, Concha, Carta, 17 de octubre de 1926, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 367.ESPINA, Concha, Carta, 6 de mayo de 1927, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 368.ESPINA, Concha, Carta, 8 de abril de 1928, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 369.ESPINA, Concha, Carta, 14 de enero de 1929, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 370.ESPINA, Concha, Carta, 15 de octubre de 1932, Luzmela (Santander), a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 371.ESPINA, Concha, Carta, 6 de agosto de 1933, Luzmela (Santander), a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 372.ESPINA, Concha, Carta, 3 de junio de 1934, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 373.ESPINA, Concha, Carta, 17 de junio de 1934, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 374.ESPINA, Concha, Tarjeta, 5 de septiembre de 1934, Luzmela (Santander), a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 375.ESPINA, Concha, Carta, lunes 16 [1924-5], s.l, a Angélica Palma, Madrid. 376.ESPINA, Concha, Carta, 11 de julio de 1931, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 377.ESPINA, Concha, Carta, sábado 5, Madrid, a Angélica Palma, Madrid. 378. EULATE, Carmela, Carta, 4 de febrero de 1922, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 379.EULATE, Carmela, Carta, 27 de febrero de 1922, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 401 380.EULATE, Carmela, Carta, 22 de marzo de 1922, Barcelona, a Angélica Palma, Madrid. 381. FAUPEL, Edith, Carta, 21 de abril de 1931, Berlín, a Angélica Palma, Madrid. 382.FAUPEL, Edith, Carta, 16 de abril de 1931, Berlín, a Angélica Palma, Madrid. 383.FAUPEL, Edith, Carta, 31 de octubre de 1934, Berlín, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 384.FAUPEL, Edith, Carta, 29 de abril de 1935, Berlín, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 385.FAUPEL, Edith, Carta, 14 de mayo de 1935, Berlín, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 386. FELIÚ CRUZ, Guillermo, Carta, 29 de diciembre de 1932, Santiago de Chile, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 387.FELIÚ CRUZ, Guillermo, Carta, 14 de febrero de 1933, Santiago de Chile, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 388. FERNÁN CISNEROS, Luis, Carta, 20 de diciembre de 1932, Buenos Aires, a Angélica Palma, s.l. 389.FERNÁN CISNEROS, Luis, Carta, 15 de agosto de 1933, Buenos Aires, a Angélica Palma, s.l. 390. FERNÁN CISNEROS, Luis, Carta, 12 de septiembre de 1934, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 391.FERNÁN CISNEROS, Luis, Carta, 14 de mayo de 1935, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 392. FITZ- GERALD, John, Carta, 14 de noviembre de 1933, Tucson (Arizona), a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 393. GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 12 de agosto de 1923, Friburgo, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 394.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 26 de agosto de 1924, Túy, a Angélica Palma, [Madrid]. 402 395.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 25 de abril de 1925, Madrid, a Angélica Palma, s.l. 396.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 28 de junio de 1925, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 397.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 4 de agosto de 1925, Bulgaria, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 398.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 28 de noviembre de 1925, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 399.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 13 de enero de 1926, Madrid, a Angélica Palma, Lima. 400.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 13 de febrero de 1926, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 401.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, febrero de 1926, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 402.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 26 de mayo de 1926, Madrid, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 403.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 25 de agosto de 1930, Guetary, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 404.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Tarjeta, s.d, s.l, a Angélica Palma, s.l. 405.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Tarjeta postal, 2 de septiembre de 1930, San Sebastián, a Angélica Palma, París. 406.GAIBROIS DE BALLESTEROS, Mercedes, Carta, 21 de octubre de 1932, [Madrid], a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 407. GALLIVAN, Mary L., Carta, 22 de agosto de 1933, California, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 408. GARCÍA CALDERÓN, F., Carta, 9 de enero, París, a Angélica Palma, s.l. 409. GARLAND, Eduardo, Carta, 6 de diciembre de 1932, Buenos Aires, a Angélica Palma, Lima. 403 410.GARLAND, Eduardo, Carta, 23 de febrero de 1933, Buenos Aires, a Angélica Palma, Lima. 411. GUEVARA, Rosario de [Comité Ejecutivo Femenino. Pro- celebración del IV Centenario del Cuzco], Carta, 12 de octubre de 1933, Lima, a Angélica Palma, s.l. 412. GONZÁLEZ DEL REAL, Elena, Carta, 11 de noviembre de 1923, s.l, a Angélica Palma, s.l. 413.GONZÁLEZ DEL REAL, Elena, Carta, 8 de noviembre de 1929, Lima, a Angélica Palma, Granada. 414.GONZÁLEZ DEL REAL, Elena, Carta, 1929, Lima, a Angélica Palma, s.l. 415.GONZÁLEZ DEL REAL, Elena, Carta, s.d, Lima, a Angélica Palma, [Madrid]. 416.GONZÁLEZ DEL REAL, Elena, Carta, 24 de febrero de 1931, Lima, a Angélica Palma, [Madrid]. 417. GONZÁLEZ OBREGÓN, Luis, Carta, 22 de febrero de 1933, México D.F, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 418. GUZMÁN, Martín Luis [El Sol] ,Carta, 26 de noviembre de 1932, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 419.GUZMÁN, Martín Luis [El Sol], Carta, 23 de enero de 1933, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 420.GUZMÁN, Martín Luis [El Sol], Carta, 13 de marzo de 1933, Madrid, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 421. HELIODORO VALLE, Rafael, Carta, 19 de febrero de 1933, México, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 422.HELIODORO VALLE, Rafael, Carta, 6 de mayo de 1933, México, a Angélica Palma, Miraflores (Lima). 423. HIJOS DE SANTIAGO RODRÍGUEZ [Imprenta/ Casa Editorial/ Librería] ,Carta, 14 de enero de 1928, Burgos, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 404 424.HIJOS DE SANTIAGO RODRÍGUEZ [Imprenta/ Casa Editorial/ Librería], Carta, 9 de agosto de 1928, Burgos, a Angélica Palma, [Miraflores (Lima)]. 425.HIJOS DE SANTIAGO RODRÍGUEZ [Imprenta/ Casa Editorial/ Librería], Carta, 9 de octubre de 1929, Burgos, a Angélica Palma, París. 426.HIJOS DE SANTIAGO RODRÍGUEZ [Imprenta/ Casa Editorial/ Librería], Carta, 20 de diciembre de 1929, Burgos, a Angélica Palma, Madrid. 427. IBARBOUROU, Juana, Carta, mayo 1925, Montevideo, a Angélica Palma, Madrid. 428.IBARBOUROU, Juana, Carta, diciembre 1925, Montevideo, a Angélica Palma, Lima. 429.IBARBOUROU, Juana, Carta, s.d, Montevideo, a Angélica Palma, Lima. 430.IBARBOUROU, Juana, Tarjeta, noviembre 1933, a Angélica Palma, Lima. 431. 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(Literatura y sociedad; 78) 423 Cerrando el círculo …Y fue tal vez síntesis y epílogo de esa historia.623 623Cfr. nota 167, pág. 272 424 Escribir la vida de alguien a quien nadie le ha prestado atención resulta una tarea compleja y difícil en un siglo en el que todo, o casi todo, parece encontrarse en internet. Este trabajo, fruto de unos cuantos años de investigación en archivos y bibliotecas prácticamente de todo el mundo, comenzó como la búsqueda del Santo Grial. Nadie sabía nada de ella salvo que era la hija mayor del tradicionista e incluso esto para muchos era desconocido. Más difícil resultaba reconstruir su vida dentro del contexto social, político, económico y cultural que le tocó vivir tanto en los años en que residió en Lima como en los que residió en España. Fiel a lo que decía José Ortega y Gasset de que todos somos producto de nuestras circunstancias, este trabajo ha intentado demostrar que Angélica fue producto de las circunstancias que le tocaron vivir en unos momentos donde Lima despertaba a los aires europeos y al mismo tiempo, luchaba por mantener vivas las costumbres que los desvinculaban de la conquista española. La escritora peruana, la hija amantísima, como la definieron muchos a su muerte, supo dar testimonio y dejar su huella en todos y cada uno de los lugares por donde pasó. Prueba de ello es la cantidad de artículos que se encuentran en la prensa donde su nombre ha quedado grabado con tipos de imprenta. Angélica Palma se conformó como la primera mujer peruana periodista profesional que ganó un sueldo que le permitió costear, junto con el montepío y los derechos de las Tradiciones que recibían las tres hermanas, la vida que quiso vivir. Hija del escritor Ricardo Palma se podría decir que su vida estaba marcada desde antes de que naciera. Su infancia y adolescencia transcurrieron en los pasillos de la Biblioteca Nacional que vieron cómo la niña Angélica crecía y mostraba poco a poco sus cualidades literarias. Acunada en brazos de Juana Manuela Gorriti y de la mano de Teresa González de Fanning o Lastenia Larriva, aprendió a escribir casi casi antes que a hablar. Quiso romper las barreras y enarbolar la bandera del hispanoamericanismo en pro del acercamiento de dos países a los que ella se sentía unida: Perú y España. Siguió el camino marcado por su padre y realizó una defensa del idioma para apoyar la idea de la inclusión de las repúblicas americanas en el imaginario de la Real Academia Española. Sus novelas no destacan por ser excepcionales ni diferentes, incluso se podría decir que no cuentan nada que no haya sido contado antes. Recuerdan las novelas de la generación de su padre, de aquella bohemia que quiso retratar la sociedad y congelar en forma de pequeños cuadros de costumbres, los acontecimientos del día a día. Al igual que hicieran 425 Benito Pérez Galdós, Emilia Pardo Bazán o Mesonero Romanos, Angélica supo pintar personajes y sociedades, momentos históricos nacionales y utilizando la técnica del microscopio fijar su mirada de novelista en la cotidianeidad del día a día, de lo que pasaba desapercibido, de la familia corriente, de la aristócrata o de la que residía en un callejón. No cayó en el romanticismo fácil en el que los hombres creían se tenían que quedar las mujeres. Más bien al contrario, supo trascender el sentimiento del amor en sus personajes para hablar de los cambios sociales y políticos que estaba viviendo su país. Destacables e inabarcables son sin embargo sus artículos en los numerosos medios por los que desplegó su pluma. Además de las colaboraciones o corresponsalías más o menos periódicas que tenía con ciertos diarios (El Sol) o revistas (Variedades, RazaEspañola), sus trabajos se encuentran diseminados por un sinfín de publicaciones. Al cierre de esta tesis se siguen encontrando artículos suyos en periódicos como La Crónica. El mundo se le quedó pequeño pues cualquier cosa que ocurriera era digna de ser sometida a su mirada crítica y racional que no se dejaba embargar por los sentimientos salvo cuando de Chile se hablaba. Publicó en la primera página de diarios nacionales hablando de política y de conflictos territoriales en un momento en que las mujeres luchaban por conseguir el voto. Recibió críticas por ello pero lejos de amedrentarla, quiso llevar la polémica a su sección y demostrar qué difícil iba a ser callarla. Quiso mostrar al mundo cómo era su país, Perú, y cómo eran sus habitantes, su cultura, su forma de ver la vida, cómo conservaban muchas de las costumbres que los españoles habían dejado y cómo no olvidaban su pasado incaico. Fue la mejor embajadora que tuvo el Perú después, claro está, de su padre don Ricardo. Hablar en España, en la década del 20 de Angélica Palma era hablar del Perú y viceversa. Muchos fueron los que descubrieron la belleza de este país gracias a la participación en la Exposición Iberoamericana de 1929. Angélica nació con vocación de narradora, quiso contarle al mundo con su particular visión de verlo, lo que creyó que era necesario que supiera. Fue una reportera nata, asistió a congresos, exposiciones, teatros, conferencias, etc. y predominó en todos ellos su afán de contar, de que lo vivido por ella de alguna manera trascendiera a través de las líneas que escribía. 426 Sus textos periodísticos son textos cerrados que tienen su introducción, desarrollo y conclusión donde la abundancia de datos y comparaciones apabullan al lector neófito. La lectura de los mismos trasluce la cultura que poseía Angélica y la formación y el hogar donde se crió. Algo que caracteriza su estilo es la llaneza con la que se expresa. Con un lenguaje cuidado pero nada rebuscado habla de tú al lector y lo involucra en lo que está contando. Es un lenguaje cercano que busca la complicidad con el lector de ambos lados del océano. Admiradora de la obra de su padre y consciente por haberlo vivido en primera persona de lo que le costó terminar de escribir muchos de los textos de las Tradiciones, quiso hacer de su vida un homenaje a la vida del ilustre escritor. Tanto su producción escrita como sus intervenciones en Congresos o conferencias, rendían homenaje al inventor de un nuevo género, el de la tradición; al Bibliotecario mendigo; al abuelito de Miraflores, como lo llamaban los niños, al tertuliano, al académico, al esposo y al padre. Gracias a la función que en el pasado cumplió la prensa se ha podido reconstruir la vida, casi el día a día, de Angélica y sus hermanas. La prensa dio testimonio hasta el día en que murió de lo que hacía, decía o escribía la que para todos fue un referente cultural. Perú, España y Don Ricardo se conformaron en los tres ejes temáticos sobre los que construyó su prosa y su vida y por los que recibió el respeto de la crítica de ambos lados del océano. 427 Bibliografía 428 ABELLÁN, José Luis, “España- América Latina (1900- 1940): La consolidación de una solidaridad”, en Revista de Indias, 2007, vol. LXVII, nº 239, p. 15- 32. ACOSTA DE SAMPER, Soledad, “Aptitud de la mujer para ejercer todas las profesiones. Memoria presentada en el Congreso Pedagógico hispano- Lusitano- Americano reunido en Madrid en 1892”, en ._________, Memorias presentadas en Congresos Internacionales que se reunieron en España durante las fiestas del IV Centenario del Descubrimiento de América, en 1892, Chartres, imprenta de Durand, 1893, pp. 73- 84. ALAYZA Y PAZ SOLDÁN, Luis, Historia y romance del viejo Miraflores, Lima- Perú, Ed. Cultura Antártica, 1947, págs. 91- 201. ÁLBUM de autógrafos de Angélica Palma. Edición e introducción de S. F. Rench. Lima- Perú, 1995. 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El despertar del siglo XX La gran aldea Las mujeres que leen son peligrosas... las que cosen también España y América Políticas de acercamiento Cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando La Academia de la Lengua Palmas lingüistas Cuatro años de viaje por Europa 1921-1925 Las bohemias de su tiempo Blanca de los Ríos, Mercedes Gaibrois y Concha Espina Entre la ficción y la realidad Flor de Academias y Coloniaje romántico Bética Florida De vestidos y modas Efusiones líricas, salón literario en Lima Veladas del ochocientos La Hora Fatal Corpus bibliográfico Cerrando el círculo Bibliografía