305 C o m u n ic acio n e s << Volver al Índice AL SUR DE MADRID-RÍO. PERSISTENCIAS Y CAMBIOS EN UN TERRITORIO DEGRADADO SOUTH OF MADRID-RÍO. PERSISTENCES AND CHANGES IN A DEGRADED TERRITORY Sáez Pombo, Ester¹ & Madrazo García de Lomana, Gonzalo² 1 Departamento de Geografía, Universidad Autónoma de Madrid ester.saez@uam.es, orcid.org/0000-0002-0342-0639 2 Departamento de Geografía, Universidad Complutense de Madrid gmadrazo@ucm.es, orcid.org/0000-0001-6169-0250 Resumen La degradación ambiental del territorio que rodea al río Manzanares en su tramo más sureño, en los distritos de Usera y Villaverde y en los municipios de Getafe y Ri- vas-Vaciamadrid, manifiesta la vocación subsidiaria de este territorio respecto de la ciudad y el retraso por parte de la administración de las propuestas para su recupera- ción. El debate sobre cómo recuperar esta área resurge con periodicidad y se traslada a planes e intervenciones que muchas veces se plantean sin la colaboración de vecinos y asociaciones. Mediante el análisis de los planes que han afectado a este ámbito y las respuestas vecinales, se pretende contrastar el discurso con la realidad. Los resultados se enfocan, primeramente, a desenmarañar la realidad territorial del río al sur de la ciudad de Madrid y evidenciar su potencial; en segundo lugar, a contrastar los resultados de unas intervenciones complejas, por la diversidad de ad- ministraciones involucradas y por la superposición de iniciativas zonales y sectoria- les, con las aspiraciones vecinales y, finalmente, abordar críticamente el debate sobre las zonas verdes urbanas y su uso público en las actuales propuestas del Ayuntamien- to y Comunidad. Palabras clave: Madrid, paisaje fluvial, Manzanares, Sur, planificación, degradación ambiental Abstract The environmental degradation of the territory in the southernmost section of the Manzanares River (Usera and Villaverde districts and the municipalities of Getafe and Rivas-Vaciamadrid) shows the secondary position of these areas respect to the city and the delay of the administration in execute the proposals for recovery. The deba- te on how to recover this area come to the surface periodically and is transferred to plans and interventions that are often raised without the full collaboration of asso- ciations and neighbors. By analyzing, on the one hand, the plans that affect and have affected this area and, on the other, the neighborhood responses, it is intended to contrast discourse and reality. 306 C o m u n ic ac io n e s COMUNICACIONES | XXVII Congreso de la Asociación Española de Geografía << Volver al Índice The results are focused, firstly on unraveling the territorial reality and showing its potential in the surroundings of the river south of the city of Madrid; secondly, on checking the results of complex interventions, due to the diversity of administrations involved and the overlap of initiatives with neighborhood aspirations, and, finally, to critically address the current Madrid city council plans and the Regional programmes for the open spaces in the southern section of the Manzanares basin. Keywords: Madrid, Riverscape, Manzanares, South, Planning, Environmental degradation. 1. INTRODUCCIÓN El río Manzanares discurre durante 87 km desde su nacimiento en el Ventisquero de la Condesa, hasta su desembocadura en el río Jarama, en Rivas Vaciamadrid. La cuenca alta y el curso medio, incluyendo su trayecto por El Pardo, tiene problemas particu- lares y figuras de protección y gestión específicos, frente al recorrido urbano y su- burbano hasta su desembocadura, cerca de la Presa del Rey en Rivas Vaciamadrid, en el que las presiones, desafíos y oportunidades son radicalmente diferentes. Así pues, aunque el río se debe entender como una unidad y su función ecológica de enlazar la Sierra con las Vegas es incuestionable, aquí nos centraremos en el sector meridional del Manzanares, concretamente al sur de Madrid Río, en los distritos de Usera y Villa- verde –margen derecha-, Puentes Vallecas y Vallecas Villa –margen izquierda- y en los municipios de Getafe y Rivas Vaciamadrid, donde el río sufre múltiples y diversos problemas de degradación, debidos a su uso como colector urbano y a la inercia de la planificación que ha condenado este espacio a una posición subsidiaria. 1.1 Ríos y ciudades Sobre los ríos y las ciudades, sobre su relación, se ha escrito mucho y los ejemplos son en extremo diversos, por ello las aclaraciones conceptuales son especialmente im- portantes, tanto para definir los límites concretos del espacio urbano-fluvial, como para entender de una forma dinámica y totalizadora esa relación. En este trabajo consideramos que la relación de las ciudades con sus ríos debe entenderse metodo- lógica y conceptualmente como paisajes urbano-fluviales, en un sentido dinámico, histórico y condensador. Esta idea se entronca con la de paisaje del agua (muy co- mún en la geografía francesa y española) a través de aproximaciones historicistas y culturales sobre la relación de la naturaleza y la ciudad (Tort y Santasusagna, 2019). Aproximaciones que no están lejos de la conocida y sugerente reflexión del concepto de waterscapes de Swyngedow (1999), que lo define como híbridos en los que tiene un peso fundamental la trasformación histórica y la voluntad política de organizar esa relación, estableciendo de alguna manera una cultura o una posición social respecto al agua. En definitiva, la producción del waterscape que plantea Swyngedow a escala de España –particularizada por la obra hidráulica del franquismo– puede reprodu- cirse para el caso de Madrid y el Manzanares, donde se comparten claves históricas y 307 C o m u n ic acio n e s Al sur de Madrid-Río. Persistencias y cambios en un territorio degradado << Volver al Índice territoriales con otras ciudades, pero con singularidades derivadas del peso natural, social, simbólico de esa relación dinámica entre la ciudad y el río. Figura 1. Cuenca del Manzanares y detalle de su tramo urbano y tramo sur Fuente: Elaboración propia a partir del CNIG y del Geoportal IDEM 308 C o m u n ic ac io n e s COMUNICACIONES | XXVII Congreso de la Asociación Española de Geografía << Volver al Índice Existe, por su parte, una amplia literatura ecológica reciente sobre el binomio río ciudad, fundamentada en gran medida en las aproximaciones teóricas y metodológi- cas que derivan de la ecología del paisaje y de los servicios de los ecosistemas. Las investigaciones con este enfoque aspiran a tipificar los servicios aportados por la naturaleza, e incluyen un abanico de instrumentos y métodos para identificar y cuantificar los beneficios que aportan los ecosistemas (González-García et al, 2020 y Aguilera Benavente et al, 2019). Las métricas para cuantificar la estructura, función y dinámica de los paisajes y ecosistemas se han convertido en un asunto de moda en la investigación de las zonas verdes urbanas y se acompañan habitualmente de reco- mendaciones para que se vinculen sus resultados con la planificación. No obstante, desde nuestro punto de vista, valorando el desarrollo metodológico y la pertinen- cia de estas perspectivas, algunos trabajos centrados en zonas urbanas o periurbanas concretas adolecen de la amplitud y comprensión histórica de aproximaciones paisa- jísticas o geográficas, mostrando en ocasiones resultados evidentes o que pasan por alto los procesos y dinámicas de las ciudades. El territorio urbano y periurbano en el que estos ecosistemas funcionan tiene una base física, sometida normalmente a la presión del desarrollo de la ciudad, condicio- nada o afectada por la planificación y la gestión urbana y territorial. Estos suelos que desde la planificación se han denominado de diversas maneras –espacios abiertos, espacios vacíos y, últimamente, infraestructuras verdes– hacen referencia a la ma- triz de territorios diversos urbanos y periurbanos que se abrazan a las ciudades. Den- tro del conjunto de las infraestructuras verdes, cuyas bases físicas sostiene las apro- ximaciones ecosistémicas, también se ha desarrollado el concepto de infraestructura azul, vinculada a los ecosistemas fluviales, que tienen unos valores importantes y una funcionalidad destacada en ámbitos urbanos. En este trabajo se consideran algunos puntos de vista abordados por Joan Tort y Albert Santasusagna (2019). Se parte así de una perspectiva paisajística e histórica, centrada en las relaciones sociales y culturales de la ciudad con el paisaje fluvial, bien asentada por muchos trabajos que han acuñado el concepto de paisajes del agua o paisajes fluviales urbanos o espacios fluviales urbanos (Pellicer y Ollero, 2004; Zoido-Naranjo et al, 2010, González-Rojas, 2015) y se relacionan además con la ordenación de los pai- sajes del agua, no solo como un objetivo de la política hidráulica, sino también como la base de su gestión a nivel paisajístico, patrimonial y cultural. 1.2. El Manzanares y Madrid Que el río Manzanares forma parte del paisaje urbano de Madrid, o que conforma un paisaje singular dentro de Madrid, se ha debatido largamente para el tramo fluvial más cercano al casco y al ensanche sur, es decir al tramo fluvial entre el puente de los franceses y la desembocadura del Abroñigal. En este sentido, señalan Sáez-Pombo et al. (2018, 1102-1104) que el río es junto a su valle una pieza clave del paisaje urbano madrileño: desde su valle se obtienen vistas inconfundibles de Madrid, además de que el valle se configura como un corredor llano entre cerros y en él se concentran a lo largo de la historia usos que lo dotan de un valor cultural claro. 309 C o m u n ic acio n e s Al sur de Madrid-Río. Persistencias y cambios en un territorio degradado << Volver al Índice El poso de ese paisaje cultural y patrimonial es indudable, pero a pesar de esos usos y actividades tradicionales en el río (lavanderas, areneros, huertas, dehesas y praderas para el paseo o el baño, etc.), el Manzanares no alcanza la categoría de eje para la actividad fluvial, como ocurre en tantas ciudades. Por su lado, desde el punto de vista de los frentes fluviales (riverfronts) vinculada en tantas urbes a la recupera- ción del tejido urbano frente a la lámina de agua, Madrid carece de frentes fluviales canónicos, por más que sí que exista una obvia huella en la trama urbana que tiene que ver con los trazados de paseos y calles hacia los puentes, y de las vías lineales a lo largo del río (Moya, 1993). Las últimas grandes intervenciones urbanas en torno al Manzanares –Madrid-Rio y el Parque Lineal del Manzanares– sí que cumplen con el espíritu de recuperación que se encuentra en la base conceptual de los riverfronts, pero en la ordenación de sus espacios, sin embargo, no han priorizado crear fachadas o grandes aperturas hacia el río hasta la misma lámina de agua. Por último, la operación de Madrid Río y la naturalización del río con la apertura de las compuertas del Manzanares, al igual que en otras urbes, ha culminado el trán- sito desde la filosofía higienista del siglo XIX de abastecimiento y saneamiento; pa- sando por las perspectivas hidráulicas de mediados del XX centradas en la eficiencia (en la captación, distribución y desagüe) hasta alcanzar en el siglo XXI la dimensión ambiental. 2. REALIDAD COMPLEJA 2.1 El potencial del Manzanares Sur La teoría y el discurso entorno a los ríos urbanos incide en las virtudes que presenta el paso de un cauce fluvial por la ciudad; así, las políticas y los documentos de planea- miento vinculan a los servicios ecosistémicos las funciones ambientales y culturales del agua y las bandas ribereñas, así como la capacidad de actuar como corredor o eje vertebrador dentro de los espacios urbanos. Centrando la atención en el tramo meri- dional de la Cuenca del Manzanares, interesa contrastar la teoría y los discursos con la realidad, analizando sus potencialidades y su situación social y funcional. En primer lugar, por su naturaleza y trazado, el río funciona como un corredor ecológico que es capaz de convertirse en una auténtica infraestructura verde que fa- vorece el movimiento de especies, gracias a la continuidad intrínseca de la lámina de agua y de las márgenes, más o menos degradadas, y espacios verdes/abiertos adya- centes. Colateralmente la recuperación del espacio que rodea al río mejora la calidad de las aguas y muestra la elasticidad y reactividad de los ecosistemas a las agresiones que ha sufrido este tramo del río en las últimas décadas. Debe considerarse también un espacio de oportunidad cuyo conocimiento for- talece la cohesión y puede impulsar iniciativas innovadoras e, incluso, económica- mente rentables. La construcción de una memoria común refuerza los vínculos entre ciudadanía y territorio, fomentando una identidad compartida. Un arraigo, en el que basar la participación e iniciativas comunes. El contenido de esta memoria del terri- torio es muy amplio y se apoya sobre un patrimonio más o menos reconocido entor- 310 C o m u n ic ac io n e s COMUNICACIONES | XXVII Congreso de la Asociación Española de Geografía << Volver al Índice no al tramo bajo del Manzanares, destacando la geología excepcional de la zona, los yacimientos paleontológicos y los restos de la guerra civil, así como otros, a veces inadvertidos y aun así muy notables, relacionados con un paisaje rural de labrantíos y sotos y riberas a las puertas de la capital. Tiene por ello el río la capacidad de con- vertirse en un eje de atracción, que sirva como incentivo para inversiones privadas y públicas, de manera más eficaz que un lugar inocuo o anodino. El tercer pilar se fundamenta en el poder recualificador del agua y la vegetación, ambos unidos en el río y en los barrios anejos a sus riberas. Las mejoras urbanas de los distritos meridionales bien pueden plantearse al ritmo de las actuaciones sobre el Manzanares. En nuestra cultura, los jardines, la vegetación, el sonido del agua, su cercanía, son aspectos que contribuyen a dotar de categoría a los paisajes urba- nos, además de aumentar la salubridad, la higiene y, mejorar las condiciones del medioambiente urbano en general. El cuarto y último aspecto, que se relaciona con todas las cuestiones anteriores y sobrepasa el sector fluvial y urbano que nos ocupa, es el valor del río y su entorno como espacio abierto, público y atractivo para el esparcimiento. En este sentido, es obligado mencionar la capacidad del río Manzanares de convertirse en conector entre la sierra y las vegas, no para los vehículos, sino para el camino a pie o bicicleta. 2.2 Complejidad del Manzanares Sur Frente a estas capacidades contrasta una realidad compleja y tozuda. Se avecinan y estratifican en el entorno del Manzanares usos y ocupaciones diversas, retrato de la historia y actividad de la zona, que dejan huellas en la fisonomía, la calidad ambien- tal y el uso de la arteria fluvial. Todos esos usos condicionan y deben ser tenidos en cuenta en las intervenciones, bien porque son claramente incompatibles con las po- tencialidades relacionadas con la calidad ambiental y el uso público, bien porque de- ben conservarse y recuperarse si hay voluntad real de mejorar el paisaje ribereño y la calidad de vida de los residentes en barrios próximos. El principal escollo de cualquier intervención en el curso bajo del Manzanares es la proliferación de usos molestos que se han ido instalando: las depuradoras (cinco de las ocho existentes para la ciudad están en el Sur), los vertederos, los antiguos y el actual Parque Tecnológico de Valdemingómez, ciertamente más alejado del cauce del río, pero conectado a través de la cañada Galiana y de las vaguadas de su margen izquierda, y cuya contaminación, en forma de partículas y olores, afecta al entorno fluvial. Los vertederos ilegales, como el que sigue el camino de la Magdalena, entre el Ensanche de Vallecas y el río, son otro problema adicional. También las subestaciones eléctricas (la de Villaverde sigue sin ser desmantelada) y la planta de biogás instalada en Valdemingómez constituyen obstáculos para las intervenciones encaminadas ha- cia las potencialidades mencionadas. Indiscutiblemente, la presencia de grandes infraestructuras es otra dificultad añadida: las autovías radiales (M-40, M-45 y M-50) seccionan el río transversal- mente y la A-4 acompaña su trazado por la margen derecha y condiciona su acceso. El nudo Supersur es una traba colosal sobre el mismo río. El trazado del Ferrocarril también es un condicionante enorme, las playas de vías y otros suelos ferroviarios, en 311 C o m u n ic acio n e s Al sur de Madrid-Río. Persistencias y cambios en un territorio degradado << Volver al Índice ambas márgenes, los numerosos ramales y, por último, las vías del Tren de Alta Ve- locidad han supuesto la barrera más reciente e impermeable en la margen izquierda. Un tercer aspecto, los elementos con valor patrimonial, naturales y culturales, también constituye un condicionante importante tanto para el entendimiento cabal del área como para las actuaciones que se quieren proyectar. Las terrazas del Manza- nares y los yacimientos arqueológicos y paleontológicos que allí se encuentran, están protegidos como Bien de Interés Cultural (Cota de 600 m desde El Pardo a Getafe). El Canal del Manzanares, asombrosamente sólo tiene reconocimiento dentro del PGOU de Madrid con el Nivel 1 de protección histórico-artística, mientras que el Ayunta- miento de Rivas Vaciamadrid ha catalogado para su protección como “zonas arqueo- lógicas” los terrenos conocidos como “casa Eulogio” en la margen derecha del río Jarama. Todas ellas son herencias que, en este caso por su valor patrimonial, condi- cionan y complican igualmente el territorio. En cuarto lugar, la permanencia de usos tradicionales, a veces sólo vestigios de lo que fue una orientación mayoritariamente agrícola del territorio, constituyen valores de los que debe beneficiarse directamente la ciudadanía. Perduran en los distritos y municipios del Sur actividades agrícolas, en las zonas más alejadas de la ciudad sobre la base de gran propiedad y con predominio del cereal, alternando cerca de las zonas pobladas con huertos privados, otros comunitarios, otros ocupados en precario. Vías pecuarias que discurrían paralelas al río o conectan simplemente con él también sub- sisten pese a las ocupaciones, los vertidos y el abandono. En quinto lugar, pero a nuestro juicio absolutamente prioritario, la orientación socioeconómica de los usos residenciales. La presencia de barrios desfavorecidos y vulnerables es un factor condicionante de los planes o actuaciones a desarrollar y Figura 2. Zonas protegidas y proyectos verdes en el tramo sur del Manzanares Fuente: Elaboración propia 312 C o m u n ic ac io n e s COMUNICACIONES | XXVII Congreso de la Asociación Española de Geografía << Volver al Índice debe considerarse precisamente un eje director a la hora de establecer estrategias in- tegrales de intervención en el curso bajo del río. 3. INTERVENCIÓN FRAGMENTADA Las políticas y actuaciones de las diferentes administraciones son diversas en cuan- to a objetivos -centradas en elementos concretos o con planteamientos más inte- gradores-, dimensión territorial -directivas y planes sectoriales de escala nacional o regional que afectan al conjunto de la cuenca frente a las de carácter municipal- y cronología de su desarrollo. No es posible incorporar un repertorio completo de las propuestas, pero sí dibujar el panorama actual, centrando la atención en las más re- levantes. El Estado interviene en el diseño y ejecución de los proyectos de canalización, regeneración y saneamiento del tramo urbano del río Manzanares desde hace ya más de una centuria. Un ejemplo paradigmático de ello es la construcción de la prime- ra gran estación depuradora, La China (Pinto, et al, 2017; Sáez-Pombo et al, 2017), controvertida por sus efectos sobre la calidad ambiental de los barrios de Entrevías (Puente de Vallecas) y San Fermín (Usera), densos y populares, que sufren malos olo- res y ruidos. Esta infraestructura es también un obstáculo para los proyectos que abogan por el desarrollo de espacios verdes y forestales en la margen izquierda del río, pero al mismo tiempo constituye una pieza clave del sistema integrado de gestión de las aguas residuales, pluviales y regeneradas del municipio de Madrid, con implicaciones en la cantidad y calidad de las aguas del Manzanares. A esta contradicción intenta dar respuesta el Proyecto de adecuación del tratamiento de la Estación Depuradora de Aguas Residuales (EDAR) de La China que se pone en marcha en 2009, tras la fir- ma de un protocolo entre el Ayuntamiento de Madrid y el Ministerio de Transición Ecológica, que obliga a este último a realizar y financiar las obras (MITECO, 2020); actualmente está en fase de información pública. EDAR Presupuesto (€) Parcela (ha) Instalaciones nuevas (ha) Superficie liberada (ha) Superficie adicional (ha) La China 179 431 371 19,25 7,50 11,75 Butarque 201 144 268 20,40 14,28 6,12 Sur 178 344 864 36,50 37,22 0,72 TOTAL 558 920 505 76,15 59,00 17,87 0,72 La propuesta opta por la demolición y reconstrucción, en las mismas parcelas, de tres plantas depuradoras (Cuadro 1). Eso sí, en las nuevas EDAR de La China y de Bu- tarque todos los procesos serán en instalaciones cerradas y se suprime el tratamiento de los fangos que se transportan a la EDAR Sur para su procesado. Además, la super- Tabla 1. Superficies y presupuesto de los proyectos de reforma de las EDAR de La China, Butarque y Sur Fuente: MITECO, 2020 313 C o m u n ic acio n e s Al sur de Madrid-Río. Persistencias y cambios en un territorio degradado << Volver al Índice ficie liberada en la parcela de La China permitirá la continuidad del Parque Lineal del Manzanares interrumpido ahora por sus instalaciones. En definitiva, la idea es la de que los impactos negativos se trasladen más al sur, alejándolos de las zonas más den- samente pobladas y de los desarrollos urbanos previstos. Las alegaciones presentadas por diferentes asociaciones vecinales y Ecologistas en Acción al Proyecto, recuerdan los compromisos adquiridos por anteriores alcaldes de eliminar las EDAR de la China y Butarque e inciden en el negativo impacto de la construcción de una línea de fangos de 8,5 km y su tratamiento en la EDAR Sur, den- tro del Parque Regional del Sureste. De las propuestas de la administración regional en la cuenca baja del Manza- nares, destacamos tres muy distintas: el Máster Plan para la ampliación del Parque Lineal del Manzanares, el Parque Metropolitano Bosque-Sur, entorno al Arroyo Cu- lebro, y el Parque Regional del Sureste. El Master Plan (Comunidad-Madrid, 2016) afecta al tramo del río entre el Nudo Sur de la M-30 y el límite municipal de Getafe con Rivas-Vaciamadrid. Su plantea- miento es interesante: considerar el tramo meridional de la cuenca como una in- fraestructura verde que debe conservarse y regenerarse para favorecer la conectivi- dad ecológica, pero también la física (mediante caminos, puentes y sendas ciclistas) longitudinal y transversal, si bien esta última está poco desarrollada. Sus ambiciosos objetivos –afecta a territorios muy contrastados, se superpone a diferentes áreas de planificación municipal (ayuntamientos de Madrid y Getafe) y de la Comunidad de Madrid (Parque Regional del Sureste)– que incorporan la dimensión ambiental y so- cial, contrastan con los modestos avances en la materialización de las propuestas. El proyecto denominado Bosque Sur, gestionado por la Consejería de Medio Am- biente, forma parte de una ambiciosa propuesta del gobierno regional, el Arco Verde. En 2011, tras una inversión de 18,7 millones de Euros culmina la intervención que da lugar a un parque-bosque de 323 ha entorno al Arroyo Culebro, separado en dos zonas, la occidental entre Fuenlabrada y Leganés y la oriental entre Getafe y Pinto. Esta actuación se ha convertido en una pieza del proyecto Arco Verde, con objeto de conectar los espacios protegidos (Parque Nacional de la Sierra del Guadarrama y los Parques Regionales de la Cuenca Alta del Manzanares, del Curso Medio del río Gua- darrama y del Sureste) con los parques metropolitanos existentes, como el de la Pol- voranca y Bosque Sur, los montes de utilidad pública y los cauces del Jarama y Gua- darrama (Comunidad-Madrid, 2021). El grandilocuente discurso entorno al alcance socio-ambiental de este Proyecto, especialmente visible en periodo electoral, no se corresponde, de momento, con unas limitadas y fragmentadas actuaciones de refo- restación. El curso bajo del Manzanares a su paso por Getafe y Rivas Vaciamadrid, transcu- rre por el Parque Regional del Sureste, espacio protegido desde 1994 (Ley 6/1994). Se trata de un ámbito periurbano donde perviven actividades como caza ilegal, graveras o agricultura con uso de productos fitosanitarios contaminantes, incompatibles con la conservación y regeneración del medio natural obligada. Los intereses de los dife- rentes colectivos de la zona junto a la inacción de la Comunidad de Madrid, explican que este ámbito carezca de Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), instrumento clave en un ámbito como este, reivindicado por asociaciones ecologistas y vecinales desde comienzos del siglo XXI y que se encuentra a día de hoy en proceso de elaboración, 314 C o m u n ic ac io n e s COMUNICACIONES | XXVII Congreso de la Asociación Española de Geografía << Volver al Índice pero su contenido no es público (Comunidad-Madrid, 2020) Centrando ahora la atención el Ayuntamiento, es obligado recordar que para el tramo sur del río Manzanares se han planteado diversos escenarios desde la década de 1920, en los planes del 1942 y 1963 y en el plan del 1985. Desde el comienzo es obvia la paradoja de un espacio condicionado por la instalación de actividades subsidiarias y por su función de desagüe de la ciudad, con la necesidad de valorizar y recuperar el río y sus márgenes como espacio verde de uso recreativo (Mata-Olmo et al, 1991; Jiménez-Garcinuño, 2015). Necesidad abalada por el déficit histórico de parques y es- pacios verdes que padecen los distritos del sur del municipio (López de Lucio, 1999, Canosa et al, 2003), expresado por las asociaciones vecinales, que mantienen en su memoria los compromisos incumplidos, y reivindican reiteradamente la posterga- ción de las necesarias intervenciones. Si bien es cierto que el planeamiento reciente que afecta al espacio urbano flu- vial del sur del municipio madrileño, ha desarrollado tramos del Parque Lineal del Manzanares desde comienzo del siglo XXI, en respuesta a esas viejas aspiraciones, también lo es que no se ha completado a día de hoy. Por su parte, los planes sectoriales que responden a las actuales líneas estratégi- cas del gobierno municipal en materia de medio ambiente urbano –movilidad soste- nible y reducción de emisiones del CO2–abogan por el incremento de espacios verdes y la mejora de su conectividad y calidad. Se comentan a continuación tres de estos Planes con implicaciones en el tramo meridional del Manzanares. Enmarcado en el Plan A de Calidad del Aire y Cambio Climático del Ayuntamiento de Madrid se aprueba en 2016 el programa Madrid+Natural y, dentro de él, siguiendo la iniciativa de Ecologistas en Acción, el Plan de renaturalización del río Manzanares a su paso por la ciudad de Madrid, desde el Puente de los Franceses hasta el Nudo Sur de la M-30, que conecta con la propuesta ya comentada del Máster Plan de la Comunidad de Madrid, aguas abajo de la M-30. En paralelo, el Plan de Infraestructura Verde y Biodiversidad, aprobado en 2018, contempla destinar más de 600 millones de € hasta 2030 a conservar, gestionar y reequilibrar la Infraestructura Verde y el ecosistema urbano. Este programa incluye actuaciones ambientales planteadas por el anterior gobierno madrileño dentro de la Estrategia de Regeneración Urbana Madrid Recupera; de las planteadas en el río se ha avanzado en el Acondicionamiento Manzanares Sur, en los distritos de Usera y Villa- verde, con intervenciones en la Segunda Fase del Parque Lineal del Manzanares y, al menos limpieza y reforestación parcial, en la tercera fase. Sus resultados, la refores- tación de un total de 17 hectáreas, se contemplan como propios dentro de la propuesta Madrid+Natural, de adaptación al cambio climático, en el apartado Bosques urbanos (Ayuntamiento-Madrid, 2018). Para terminar con los planes sectoriales nos referiremos al nuevo proyecto es- trella del actual Ayuntamiento madrileño, el denominado Bosque Metropolitano in- cluido dentro del Avance de la Estrategia de Sostenibilidad Ambiental Madrid 360, de 2020. Se trata de una suerte de Anillo Verde de 75 km que rodea la ciudad enlazando todos los parques perimetrales existentes, incluida la Casa de Campo, mediante la incorporación de suelos clasificados como espacios verdes y zonas protegidas, zonas verdes calificadas pendientes de ejecución, suelo no urbanizable protegido y no pro- tegido y otros suelos sin urbanizar o para infraestructuras susceptibles de ser conver- 315 C o m u n ic acio n e s Al sur de Madrid-Río. Persistencias y cambios en un territorio degradado << Volver al Índice tidos en zonas verdes. Uno de los propósitos de este Proyecto es “la puesta en valor del patrimonio mu- nicipal de suelo y la regeneración de espacios públicos vacantes”. La intervención so- bre 600 ha prevé la plantación de 400 000 árboles y arbustos de especies autóctonas a lo largo de los próximos 12 años. La inversión se estima en 75 millones de € y su fi- nanciación será público-privada, procedente de fondos FEDER europeos y empresas (Ayuntamiento-Madrid, 2019). Se destaca sobre todo la finalidad ambiental de este corredor ecológico por sus funciones en la regulación térmica de la isla de calor, la mejorar de la calidad del aire y la biodiversidad, y como sumidero de CO2. Conecta también con los objetivos de movilidad sostenible, incorporando caminos y carriles bici e, incluso, “dos ecoductos que permitan el tránsito por encima de la A-3 y R-3” (Ayuntamiento-Madrid, 2020). Para su ejecución, el anillo forestal se divide en cinco sectores de diferente for- ma, dimensión y características y se abre un concurso, resuelto el 11 de diciembre de 2020; se prevé que las actuaciones se centren inicialmente en los distritos de Villa- verde, Vicálvaro y Vallecas, en suelos de patrimonio público, lo que se relaciona con la idea regenerar y mejorar la calidad de los espacios verdes y sin uso en el Sur y Sureste de Madrid (Ayuntamiento-Madrid, 2020) Merece atención el Cuarto Sector del Bosque Metropolitano que afecta al tramos sur del Manzanares (tramo I y II del Parque Lineal del Manzanares), aspirando a co- nectar los sistemas fluviales con otros espacios verdes o sin uso, para recuperar un paisaje muy degradado mediante la reforestación (Ayuntamiento-Madrid, 2020). El proyecto ganador del concurso internacional, denominado “Manantial Sur. Infraes- tructura regenerada” incide en el papel del Bosque Metropolitano para “reequilibrar el territorio mejorando la calidad de vida en los distritos del sur, un ámbito que con- centra infraestructuras de transporte y depuradoras, así como vertederos. La pro- puesta contempla renaturalizar los vertederos para recuperar o crear nuevos hábi- tats, “crear paseos a ambos lados del Río Manzanares, transformar la Avenida de Los Rosales, en Villaverde, en un paseo arbolado con carril bici” y hacer de las depurado- ras copiosos manantiales que transformen el paisaje” (sic.) .No obstante, habrá que esperar para valorar con rigor las implicaciones que este ambicioso plan pueda tener en los barrios del sur de Madrid. 4. CONCLUSIONES Dentro del actual paradigma de la sostenibilidad y de la defensa de los servicios que la naturaleza presta a la ciudad, se insertan los planes y las propuestas recientes que abogan por la recuperación del tramo meridional del río Manzanares para convertirlo en un espacio verde de calidad. Ello se traduce en documentos en los que la gran- dilocuencia va por delante de la ambición transformadora de las propuestas y de la envergadura territorial. La trascendencia socio-ambiental es discutible: de una parte, no siempre se traducen en intervenciones concretas, como en el caso del Master Plan; de otra las intervenciones se demoran en el tiempo y permanecen inconclusas, como demuestra la dinámica de los tramos II y III de Parque Lineal del Manzanares; y, en 316 C o m u n ic ac io n e s COMUNICACIONES | XXVII Congreso de la Asociación Española de Geografía << Volver al Índice otros casos, parecen responder a la propaganda política y a la mercadotecnia y chá- chara de compromisos nacionales e internacionales relacionados con el cambio cli- mático. El secuestro de carbono es el objetivo que encabeza proyectos como el Bosque Metropolitano o Arco Sur, que apelan directamente a la colaboración privada, y esta misma idea de la fijación de CO2 es lo que, por supuesto, se publicita primeramente en otras forestaciones en las que participan, a partir de sus políticas de responsabilidad social corporativa, compañías de transporte o de automoción, como Bosque Scania o Bosque DHL, por citar dos casos en nuestra zona de estudio. Sin negar lo adecuado de la forestación de ciertos espacios degradados de la cuenca sur del Manzanares, estos mensajes que traslucen los planes son equívocos en dos sentidos: de un lado, mez- clan preocupaciones globales con realidades locales, lo cual debe servir muy bien a la imagen de compañías altamente contaminantes y, de otro, transmiten la idea de que forestando se acaba con problemas ambientales, lo que es un mensaje altamente cuestionable y que puede interpretarse de forma contraria para la reducción de emi- siones, la movilidad sostenible y a otras iniciativas indudablemente más adecuadas medioambientalmente para la ciudad. Dicho lo anterior, todavía son difíciles de valorar dos proyectos actuales como el Bosque Metropolitano del Ayuntamiento y el Arco Verde formulado por la Comunidad de Madrid, pues en ambos casos las actuaciones son todavía muy limitadas e inci- pientes, aunque tienen en común de nuevo la vocación de ser grandes planes, acom- pañados de un potente aparato de marketing, tal y como funcionan buena parte de las últimas operaciones urbanas madrileñas, y que en su propia exposición y propaganda generan confusión introduciendo conceptos vistosos, pero poco ajustados, por ejem- plo el Bosque Metropolitano no es una iniciativa de escala metropolitana. La apuesta por dignificar y dotar de mayor valor al río se justifica también como estrategia para reequilibrar el territorio urbano y periurbano madrileño. Sin embar- go, la realidad de las políticas y propuestas no atiende plenamente a las reivindica- ciones históricas y recientes de los vecinos de las zonas afectadas. Dos ejemplos lo demuestran: la demanda de cambio de ubicación de la EDAR de La China y la reivindi- cación reciente del uso vecinal de la Caja Mágica. En este último caso, aflora otro pro- blema vinculado a las infraestructuras verdes y su bondad social, en el sentido de que el aprovechamiento privativo de un suelo público como el de la Caja Mágica supone, de facto, una barrera de acceso al río para los vecinos de San Fermín y para el tránsito norte sur a lo largo del Manzanares. Por último, la intención de regenerar y recualificar el tramo meridional del Man- zanares choca con la realidad de un ámbito en el que los barrios se han levantado sin mirar al río, separados por infraestructuras apenas franqueables y donde se concen- tran usos difícilmente compatibles con la calidad ambiental. Si bien los vertederos y las EDAR pueden ser objeto de recuperación, más complicado, por no decir imposible, resulta la cuestión las infraestructuras viarias y ferroviarias. Finalmente, los arroyos que vierten al Manzanares al sur del Abroñigal en el mejor de los casos están en fase de recuperación como parques urbanos (Canosa y García, 2013), pero predominan aún los convertidos en colectores, como los de Pradolongo o Butarque, o altamente degradados como algunos tramos del de La Gavia o el de Los Migueles, lo que arroja un panorama de recuperación incompleta para estos tramos del Manzanares al Sur de Madrid-Río. 317 C o m u n ic acio n e s Al sur de Madrid-Río. Persistencias y cambios en un territorio degradado << Volver al Índice BIBLIOGRAFÍA AGUILERA-BENAVENTE, F, RODRÍGUEZ-ESPINOSA, V.M. & GÓMEZ-DELGADO, M. (2018). Defini- ción de infraestructuras verdes: una propuesta metodológica integrada mediante análisis espa- cial. Documents d’Anàlisi Geogràfica. 64(2), 313-337. DOI: https://doi.org/10.5565/rev/dag.419. AYUNTAMIENTO-MADRID (2016). 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