Cuaderno Lab. Xeol6xico de Laxe Coruña. 1994. Vol. 19, pp. 91-118 Los modelos genético-evolutivos del Sistema Central Español: Implicaciones Morfotectónicas Models of landscape evolution of the Spanish Sistema Central Range: Morphotectonics im plications PEDRAZA GILSANZ, J. de The characteristic morphostructure of the Spanish Central System corresponds to that of an ancient leveled massif, reactivated during the Tertiary Age by tecronic impulses related ro the Alpine Orogeny; that is ro say, it forms a block organized mountainous massif, or a «block mountain». Although noumerous genetic models about the formation of the morphostructure of these mountains have been proposed, only three of them could be considered ro be fundamental: the first one proposes a «polycyclic» or «hemicyclic» denudational and tectonic-uplift sequence; but, at the same time, it clearly shows a «stair-like» physiognomy shape (Piedmont bendlanch or Piedmonttreppen); the second one describes a «cyclic» or «bicyclic» model which could be in conection with a «block mountain» physiognomy; the last model suggests a denudational and tectonic-uplift interaction sequence, with an increase of the tecronic activity and an «etchplain» process development during the Tertiary periodo According ro the three basic models pointed to aboye, two main possibilities can be taken inro account to find out the tectonic implications in the evolution of the Spanish Central System landscape: the former implies that the tectonic movements and the denudational processes are alternative events in time; the latter implies that the tectonic and the denudational effects have a succesive and continous occurrence. So, the most interesting thing would be to conclude something related to this 92 Pedraza Gilsanz,j. eUAD. LAB. XEOL. LAXE 19 (1994) issue; as has been stated, it would be necesssary to make a global interpretation of the tectonic setting and, as a consequence, of the reactivated landscapes formation of the Meseta Region in Central Spain. Therefore, it would be essential to consider the following aspects: the behaviour of the tectonic movements during the reactivation, the geographical and chronological distribution of the tectonic impulses, the origin of the stresses and their way of transmission, and the precise control of the present and the near present day tectonic movements in order to define the uplift and subsidence rates. Key words: Spanish Central Range, block mountain, morphostructure, morphotectonics, piedmonttreppe, landscape evolution. PEDRAZA GILSANZ,]. de (Departamento de Geodinámica. Facultad de Geología.Universidad Complutense de Madrid.28040 Madrid. Spain). 1. MORFOESTRUCTURA y FISONO­ MIA DEL SISTEMA CENTRAL Las grandes alineaciones montañosas que aparecen dentro del Macizo Hespérico, glo­ balmente pueden catalogarse como «block mountains» producto de la reactivación tectónica; es decir: un conjunto de bloques seriados, limitados por fallas y que han jugado en la vertical, a veces también en la horizontal, activados por los movimientos alpídicos. Dichos bloques se elevan sobre unos piedemontes, cuyo origen y significado ha sido objeto de múltiples discusiones e inter­ pretaciones genéticas. En unos casos se han explicado como restos de la superficie ge­ neratriz, en otros como llanuras de arrasa­ miento cohetaneas al proceso de reactiva­ ción tectónica y, por último, como relieves mixtos tecto-erosivos. Sea cual fuere su génesis, los piedemontes constituyen el principal elemento de refe­ rencia para delimitar las unidades morfoestructurales que aparecen en los ma­ cizos reactivados. En el Sistema Central la morfoestructura está definida por una alineación principal, a veces dos, otras secundarias más o menos paralelas a ellas y varias subsidiarias que se articulan con las anteriores ortogonalmente o tendentes a la ortogonalidad; separando todas estas alineaciones, aparecen depresio­ nes, corredores de fractura y fosas interiores (Fig. 1). Depresiones y fosas quedan limita­ das por fracturas y deben calificarse como bloques hundidos o «grabens». Estos, junto a los «horsts», configuran la seriación orográfica en el macizo reactivado. Las «rampas», aunque suelen referirse como un bloque más, en realidad son llanu­ ras de piedemonte que forma la transición entre las alineaciones o sierras del Macizo Antiguo y las llanuras de las cuencas sedi­ mentarias, que le bordean por ambas ver­ tientes lo largo de toda la Meseta, es decir: las depresiones del Duero y Tajo. Los límites del Sistema Central es un tema aun en discusión, tanto a nivel fisiográfico como morfoestructural. En el enlace con la Cordillera Ibérica, al Este, y en su tránsito a la depresión de Lisboa, al Oeste, ~ ! i::' ," GRECOS o~ (}l~.Q + .. .... .... ., .. " ~ rl ,:y i ~ '" '"Depresión - corredor de BuitroQo Oeprasion de Son Mort:n_ El Tiemblo- Cabreros DE FRANCIA Fig. 1. Depresión _ corredor del Alagón [2} [Z} ~3 1.anJn 14 [ill]]s [2]6 [37 Esquema de las principales alineaciones morfotectónicas del Sistema Central Español (según PEDRAZA, 1994). Leyenda: o Algunas alineaciones destacadas (numeración O): 1.- Azaba y Agueda-Fosa de Ciudad Rodrigo; 2.- Corredor del Alagón; 3.- depresiones de Coria-Hervás-Corneja-Amblés; 4.- Plasencia-]erte-Aravalle-Corneja-Amblés-Macizo de Santa María de Nieva; 5.- Herradón-Casillas-Sierra del Piélago-Guadyerbas; 6.- alto Tormes-alto y medio Alberche; 7.- sistema de fallas del límite meridional de Guadarrama-Gredos Occidental; 8.- Villacastín-depresión del Moros-Pto. de Guadarrama-Hoya de Guadarrama/Villalba; 9.- alto Duratón-Pto. de Somosierra-EI Atazar-EI Berrueco-Torrelaguna; 10.- Embalse de El Burguillo­ La Paramera-Campo de Azálvaro-Bernuy de Porreros-Macizo de Sepúlveda; 11.- Embalse de San]uan-Robledo de Chavela­ Hoya de Guadarrama/Villalba-Balsaín-Macizo de Sepúlveda; 12.- alto Sorbe-Riaza. o Símbolos: 1.- alineaciones morfotectónicas; 2.- superficie de cumbres; 3.- superficie M3 (parameras, hombreras y culminaciones de alineaciones secundarias); 4.-laderas; 5.- superficies M, y MI (piedemontes con relieves residuales, formando rampas) y macizos cristalinos externos en la depresión del Duero; 6.- depresiones y fosas interiores (sin depósitos de cobertera con relieves residuales y con depósitos de cobertera); 7.- depresiones del Duero y Tajo. ~ ~ @ ~ t-< ~ ,.... 'r! ,.... 'r! 'r! b t-< ~ ~ ~ ~ ~ ;:,¡ ~, ~. , ~ <:> i:i'"' ::t. ~ '-> \O \Jj 94 Pedraza Gilsanz,I sendas coberteras mesozoicas definen lími­ tes muy precisos. Los límites meridional y septentrional son variados. En el tramo portugués y, en general, dentro del Macizo Hespérico, las sierras deben limitarse mediante los con­ trastes topográficos entre las elevaciones y sus piedemontes y entre estos y las grandes planicies de arrasamiento, que definen el nivel o altura media del territorio. En el tramo español, es decir en la Meseta, junto a los límites topográficos, aparecen los geológicos del contacto que separa los te­ rrenos del Macizo Hespérico de los de las depresiones adyacentes del Duero y Tajo; es decir, las coberteras mesozoicas de borde y las fallas inversas cabalgantes sobre los de­ pósitos neógenos. Los depósitos neógenos, por lo general progradantes sobre el macizo, en algunas zonas han sido parcialmente desmontados, con lo que el contacto macizo-cuenca es irregular y de exhumación. Por último, otro ti po de límite posible se debe a la fosilización reciente (durante el Plioceno o Plio­ Pleistoceno) de antiguos piedemontes de­ sarrollados sobre materiales del zócalo; se trata de abanicos de piedemonte con mate­ riales tipo «raña». Aunque el trazado de conjunto del Sis­ tema Central es NE-SW, la organización por sectores es mucho más compleja. En general aparecen dos direcciones dominan­ tes, la NNE-SSW y la E-W, cuya relación o articulación hace que las cuerdas del Siste­ ma Central den la apariencia de una serie de haches (<>, Act. 7th. Congr. Ass. European Geol. Soc., pág. 4-6, Paris. BIROT, P. (1945): «Sobre la morfología del segmento occidental de la Sierra de Guadarrama», Estudios Geográficos, 18-VI, 155-168. Original publicado en Annales de Géographie, 259-XL, 1937. 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