Universidad Complutense de Madrid Facultad de Ciencias de la Información Grado en Periodismo Trabajo de Fin de Grado UN NUEVO MODELO PARA LA CATALOGACIÓN DE CÓMIC Autor: Diego Núñez Mezquita Tutora: Alicia Parras Parras Febrero 2021 0 RESUMEN La presencia de los cómics en las bibliotecas ha crecido en los últimos años, pero los lectores de cómic siguen sin encontrar lo que buscan en sus catálogos. Los puntos de acceso clásicos propios de la descripción bibliográfica tradicional no siempre son útiles cuando hablamos de cómics. Un investigador puede estar interesado en encontrar un número concreto de una serie, y buscarlo infructuosamente en su biblioteca porque el catalogador decidió que no era importante catalogar también los títulos y la numeración de los cómics que contenía el volumen recopilatorio. Este trabajo tiene como objetivo definir las pautas para un nuevo modelo de catalogación de cómic que pueda ayudar a bibliotecas a proporcionar la información sobre cómic de una forma efectiva aprovechando los recursos disponibles en internet como las bases de datos específicas sobre cómic. Para ello se ha contactado con investigadores, bibliotecas y responsables de bases de datos y se han comparado sus sistemas de catalogación para estudiar cuáles son sus puntos comunes y ayudar a definir este nuevo modelo. ABSTRACT Comic readers can’t find what they’re looking for in library records even though comic presence in libraries has increased recently. Traditional Access points in bibliographic description aren’t as useful when we try to record comics. Researchers interested in a specific issue of a comic series might not find it in the corresponding catalogue. Catalogers often find secondary registering comic numbering and titles inside a collected volume. This project tries to define a new model of guidelines for comic cataloging in order to help libraries display their comic information effectively, taking advantage of specific resources available on-line, as for example comic specific databases. Researchers, librarians, and databases have been contacted for this research. Their cataloging systems and practices have been compared to study their similarities to define our new model. KEYWORDS Comic, cataloging, graphic novels, bibliotecas, MARC, clasificación, descripción bibliográfica 1 ÍNDICE 1. Introducción ................................................................................................ 3 1.1. Un breve apunte terminológico ............................................................... 7 2. Justificación ................................................................................................ 9 2.1. ¿Un cómic es solo un cómic?................................................................ 10 2.2. ¿El autor del cómic está en la portada? ................................................. 12 3. Objetivos ................................................................................................... 15 4. Metodología .............................................................................................. 17 4.1. Bibliotecas consultadas ......................................................................... 18 4.1.1. Cuestionarios enviados a bibliotecas ............................................. 19 4.2. investigadores consultados ................................................................... 22 4.2.1. Cuestionarios enviados a investigadores ........................................ 23 5. Marco teórico ............................................................................................ 25 5.1. La catalogación de cómic en Estados Unidos ....................................... 26 5.2. La catalogación de cómic en España .................................................... 27 5.3. Bases de datos sobre cómic .................................................................. 28 5.3.1. Tebeosfera ...................................................................................... 29 5.3.2. The Grand Comic Database Project ............................................... 29 5.3.3. Bases de datos desaparecidas ......................................................... 30 5.3.4. Alternativas comerciales ................................................................ 30 6. Análisis de la información ........................................................................ 31 6.1. Análisis de los cuestionarios respondidos por investigadores .............. 31 6.2. Análisis de los cuestionarios respondidos por bibliotecas .................... 33 7. Propuesta de una guía de catalogación para cómic .................................. 35 7.1.1. Título .............................................................................................. 36 7.1.1. Mención de responsabilidad ........................................................... 37 7.1.2. Publicación ..................................................................................... 37 2 7.1.3. Serie ............................................................................................... 38 7.1.4. Contenido ....................................................................................... 38 7.1.5. Descripción física ........................................................................... 39 7.1.6. Super-Registro ............................................................................... 40 7.1.7. Campos de materia ......................................................................... 40 7.1.1. Tesauros, índices, ontologías y vocabularios sobre cómic ............ 44 7.1.2. Las portadas ................................................................................... 45 8. Conclusiones ............................................................................................. 46 9. Bibliografía y referencias ......................................................................... 49 3 1. INTRODUCCIÓN En el año 2005, la editorial americana Marvel publicó el evento House of M (conocido como Dinastía de M en España). Durante su promoción hizo pública la portada de The Pulse: House of M Special que había sido ilustrada por Mike Mayhew y presentaba al supervillano conocido como Magneto vistiendo el uniforme de Capitán General de todos los ejércitos y el Toisón de Oro de la Casa Real española. La ilustración de Mayhew había sido en realidad un retoque de una fotografía oficial del Rey Juan Carlos I tomada por el fotógrafo Alberto Schommer. La noticia apareció en los medios españoles que anunciaron que a la Casa Real no le había parecido bien la utilización del uniforme del terrorista supremacista racial y pretendía emprender acciones legales contra los responsables (El País, 2005). Figura 1 Comparativa de la fotografía de Alberto Schommer y la ilustración realizada por Mike Mayhew. El año siguiente, Salvador Larroca, que había sido incorrectamente acreditado en los medios españoles de la época como autor de la portada por ser en aquel momento el dibujante de la serie Xtreme X-Men (una de las cabeceras de la Patrulla-X, el grupo contra el que Magneto había surgido como supervillano), explicaba en una entrevista que la realidad había sido ligeramente distinta. Marvel temía las repercusiones legales, sí, pero 4 en este caso temía las repercusiones legales de haber utilizado una foto protegida por copyright. Por tanto, decidieron desechar la portada con el uniforme y Mayhew se vio obligado a redibujar la ilustración que terminaría siendo impresa finalmente (Asociación de Defensa de Liefeld y Otros, 2006; Clemente, 2006). Figura 2 La ilustración que fue publicada. Fuente The pulse: House of M special edition, 2005, Marvel. En el año 2011, los responsables de marketing del videojuego Ultimate Marvel vs Capcom 3 anunciaron que el personaje de Magneto tendría una apariencia alternativa en la que vestiría el uniforme de Capitán General de todos los Ejércitos y las demás condecoraciones, en homenaje al evento House of M del que el propio Magneto había sido protagonista 6 años antes. Los medios españoles volvieron a hacerse eco de la noticia y hablaron de la petición de la Casa Real para retirar el uniforme (El País, 2011). Lo que todos los medios españoles olvidaron mencionar fue que el dibujante Oliver Coipel sí había dibujado al “Rey” Magneto a imagen y semejanza del monarca español en el interior del cómic House of M. La imagen del personaje con dicho uniforme se había convertido en la encarnación oficial de esta versión regia del supervillano. Continuaría apareciendo con este peculiar diseño siempre que se utilizase el universo alternativo, conocido como Tierra 58163 dentro de las numeraciones oficiales de la editorial americana, y que, según una de las bases de datos en la que los seguidores de la empresa 5 catalogan toda su producción, cuenta nada menos que 29 apariciones (Marvel Database, 2021). Figura 3 Imagen promocional del videojuego Ultimate Marvel vs Capcom 3 que presenta el uniforme de Magneto basado en el Rey de España. Fuente El País. Figura 4 Dibujo de Oliver Coipel en el que Magneto aparece vestido con el uniforme supuestamente retirado, Toisón de Oro incluido. Fuente: House of M Nº1, 2005, Marvel. 6 ¿Cómo es posible que ningún medio recogiera en sus informaciones que el uniforme continuaba apareciendo de manera regular? ¿Por qué ningún periodista abrió uno de los cómics sobre los cuáles estaba escribiendo para detallar su información en un punto tan crítico como este? ¿Cómo es posible que la información e investigación sobre cómic falle en elementos tan fundamentales como lo son la consulta y el acceso a las fuentes primarias? Como explica Manuel Barrero, el cómic tiene un origen ligado a la prensa decimonónica y ha seguido una evolución en paralelo en la mayoría de países en los que ha tenido prevalencia como forma cultural (Barrero, 2011). Y, sin embargo, su tratamiento dentro del periodismo y de las ciencias bibliográficas y hemerográficas ha sido prácticamente inexistente. Laura Vázquez en su artículo Sobre el estado de los archivos de historieta en Argentina: Entre investigadores y coleccionistas se preguntaba: “¿Qué sentido tiene que los críticos y los estudiosos preserven en sus casas sus fuentes de estudio? La superposición del rol del coleccionista y el investigador evidencia en los últimos años una realidad, por lo menos, preocupante”(Vazquez, 2012). ¿Los investigadores y periodistas que no son expertos en cómic tienen acceso a estas fuentes de estudio? ¿Saben cómo conseguirlos? ¿Pueden recurrir a las bibliotecas para resolver sus dudas? Las bibliotecas y sus catálogos no son ni culpables ni causantes del problema, pero para los lectores habituales de cómic sus registros no son adecuados para una correcta localización y recuperación de la información. Los cómics como fuentes primarias deberían estar correctamente catalogados y clasificados en bibliotecas públicas, bibliotecas especiales y bibliotecas de conservación, para ser puestos a disposición de investigadores, periodistas y usuarios. Si no conseguimos esto, corremos el riesgo de excluir de la investigación y difusión del cómic a aquellos que no sean ya expertos o conocedores del medio. Esta investigación pretende averiguar cómo pueden mejorarse los registros de los catálogos de las bibliotecas para incluir la información relevante y específica sobre cómic. Así, la próxima vez que la polémica del uniforme del Magneto llegue a los medios, el periodista encargado de investigarlo quizá pueda hacer una búsqueda en el catálogo de su biblioteca de referencia para saber en qué cómics había aparecido el personaje y poder consultarlos para confirmar si ya había tenido esa apariencia con anterioridad. 7 1.1. UN BREVE APUNTE TERMINOLÓGICO Dos peculiaridades destacan en el mundo académico cuando se habla sobre cómic: la dificultad para encontrar una definición consistente que agrade a todo el mundo y la cantidad de sinónimos y términos análogos que pueden encontrarse para hacer referencia al medio en castellano. Tradicionalmente se han utilizado los términos tebeo e historieta, ahora cada vez más en desuso en favor de los modernos cómic y novela gráfica, habiendo pasado también en algunos casos más específicos por comix, Manga o fanzine. El problema de fondo es un debate terminológico, taxonómico e incluso ontológico que intenta definir no solo el alcance del medio si no el origen del mismo y sus características. Cuando Scott McCloud se propuso definir cómic como un relato ordenado en una sucesión de imágenes yuxtapuestas (McCloud, 1994) ya advirtió que sin hacer una separación con su origen como producto de consumo cultural derivado del nacimiento de la prensa o sus condiciones actuales como un producto editorial en formato impreso o digital, nada nos impide llamar cómic a la las pinturas rupestres, la Columna Trajana o a los tapices flamencos de la catedral de Zamora. La definición que utiliza el vocabulario de género y forma para el cómic de la BNE (Biblioteca Nacional de España, 2019b) aunque es ligeramente más específica tampoco nos ayuda mucho: “Úsase para las narraciones que se desarrollan en secuencias de ilustraciones en las que los pensamientos, sentimientos y diálogos de los personajes se transcriben acompañando la secuencia correspondiente.” Esta definición aglutina “historieta” y “tebeo” dentro de cómic, pero algunos autores proponen utilizar la etimología histórica en castellano de las palabras historieta, que hace referencia a las historias contenidas dentro de un soporte físico, y tebeo, que sería ese soporte físico (Barrero, 2015). En la bibliografía del ámbito anglosajón proponen la utilización de novela gráfica para todo aquel cómic que no se publique en formato de revista. Queda fuera del alcance de esta investigación resolver todos los problemas terminológicos que llevan décadas presentes en las publicaciones especializadas. Se ha decidido utilizar en adelante el término más genérico y comúnmente aceptado de cómic para evitar otras complicaciones. Cómic en esta investigación hará referencia al medio, al soporte físico y a las historias contenidas en él. También limitaremos los cómics a las producciones impresas y distribuidas públicamente utilizando las formas y medios de la industria del libro. Quedan fuera en este caso aquellos cómics producidos en alto y bajorrelieve o en telares medievales. También quedan fuera aquellos webcómics y 8 publicaciones originariamente digitales que por sus características específicas puedan necesitar sistemas de catalogación diferentes. Por último, la bibliografía norteamericana consultada cuando habla de novela gráfica hace referencia a cualquier cómic que no esté publicado en el formato de Comic- Book americano (una revista de aproximadamente 24 páginas que se publica con cadencia mensual). Esta definición en su mercado sirve como paraguas para todo lo que va desde el Manga hasta el cómic de autor, pasando por los tomos recopilatorios de Comic-Books y cómic europeo. Las tendencias más recientes en España y en Europa tiende a definir Novela Gráfica como un cómic para adultos, que trata temas más profundos y que suele publicarse fuera de las exigencias habituales del mercado seriado del cómic. Ninguno de los dos conceptos es útil a la hora de catalogar, que es lo que nos proponemos. Aun así, dado que el empleo del término novela gráfica se ha extendido en los últimos años y está presente en la mayoría de la bibliografía consultada, se ha decidido utilizar para los cómics que cumplan las siguientes características: no haber sido publicado anteriormente como serie, no formar parte de una serie y estar realizado por un único autor o por un equipo muy definido y reducido de autores. Es decir, la novela gráfica se asimilaría a la monografía y las series de cómic a las publicaciones seriadas en lo que serían las prácticas de catalogación bibliográficas más tradicionales. 9 2. JUSTIFICACIÓN ¿Es necesaria una catalogación específica de cómic? Dentro de los manuales de biblioteconomía no es frecuente encontrar menciones al cómic más allá de aludir a su contenido ilustrado o su condición de efémera en los casos más antiguos, o simplemente para aplicarle una división entre monografías y material seriado en los casos más modernos (Barrero, 2015). Esto contrasta con las prácticas que se llevan a cabo para otros medios distintos al libro, como son el cine o la música en sus distintos soportes, que disponen de normativas específicas y diferenciadas para su catalogación. Emplean sus características propias, clasifican por director o productor y que permiten la diferenciación de los contenidos y las canciones que se encuentran dentro de un disco (Biblioteca Nacional de España, 2007). Un medio tan diferenciado como el cómic todavía está supeditado a las mismas reglas que afectan a una novela con la que nada tiene que ver. De igual modo que un videojuego puede tener un soporte en CD o en DVD sin ser música o sin ser una película, un cómic no es una monografía por mucho que comparta el soporte del libro con estas. “Se trata de materiales complicados de describir, pues no se adaptan bien a las normativas existentes, ya que requiere un tratamiento muy diferente una novela gráfica que una serie de Comic-Books, muchas veces con variaciones de autoría y presentación durante su historia editorial.” (Gallo-León, 2017) En la bibliografía específica sobre catalogación de cómic lo habitual es recomendar a los bibliotecarios que coleccionen novelas gráficas cuya catalogación es más sencilla y pueden aplicarse las reglas tradicionales al contener una única historia y estar realizadas por uno o dos autores (O’english, Matthews and Lindsay, 2006). Obras como Maus o Persépolis son mucho más fáciles de describir y clasificar que varios números sueltos de la serie regular de El Asombroso Spider-Man. Los reglamentos de catalogación recomiendan recurrir a la información de portada o de la página de créditos para reunir la información que aparecerá en el registro de cada ejemplar, pero el cómic tiene peculiaridades que hacen de esta una tarea difícil: títulos y autores que cambian de número a número en la misma serie, páginas de créditos en las que no se indica que números se encuentran en cada recopilación o diversas historias dentro de un mismo cómic, cada una con su propia página de créditos (Fee, 2008). Esto es consistente en todos los países en los que la producción seriada de cómic se da de manera regular. Si analizamos todos los cómics publicados en un año, o todos los títulos que incluyen el nombre de un personaje concreto nos encontraremos en ocasiones decenas de series y 10 series limitadas que entrecruzan, continúan saltan y reenumeran según los vaivenes publicitarios de las editoriales (Serchay, 1998), y no solo en el cómic de superhéroes. Basta con que una editorial decida cambiar de formato a una serie, o que pierda los derechos de publicación de una u otra franquicia. En las publicaciones más recientes de Marvel las portadas cuentan con una doble numeración, que incluye la del volumen actual y la Legacy o histórica, que en ocasiones se calcula sumando todos los números publicados de la misma cabecera desde sus orígenes, y en otras ocasiones amalgamando números de series regulares, series limitadas e incluso personajes diferentes de distintas colecciones para intentar llegar a un número redondo de tres cifras que al alcanzarlo hará que la serie se relance con un nuevo número uno. Incluso se han llegado a publicar números 0 especiales e incluso números “medios” entre números años antes publicados. Esta es la razón por la que William Fee definía los cómics como “una pesadilla para los catalogadores”(Fee, 2008). Encontrar e interpretar esta información no es fácil. A continuación, veremos dos ejemplos que evidencian esta problemática. 2.1. ¿UN CÓMIC ES SOLO UN CÓMIC? En los ejercicios prácticos para la catalogación utilizando la norma RDA que la Biblioteca Nacional de España (en adelante BNE) pone a disposición de la comunidad bibliotecaria en su página web (Biblioteca Nacional de España, 2019a) encontramos como ejemplo el cómic Bram Stoker’s Dracula de Roy Thomas y Mike Mignola publicado en 2018 por la editorial americana IDW. Es evidente que la elección no ha sido al azar. Se trata de un ejemplo que busca explotar las posibilidades de la nueva norma de catalogación RDA (Resources, Description and Access o Recursos, descripción y acceso en castellano), cuyo objetivo es interrelacionar campos y obras basándose en el modelo conceptual FRBR (Functional Requirements for Bibliographic Records o Requisitos funcionales de los registros bibliográficos). Como vemos en la resolución propuesta en la Figura 5 las entidades del grupo 3 de FRBR han sido correctamente codificadas en el campo 730 que menciona que la obra es una novelización gráfica (o adaptación a cómic si queremos ser más correctos) de la película cinematográfica homónima. Esta a su vez era también una adaptación al cine de la novela original Dracula de Bram Stoker. Sin embargo, es en la referencia a las entidades del Grupo 1 de FRBR donde encontramos problemas. El registro del ejemplo no explica que esta no es una obra original, es la edición en blanco y negro del mismo cómic y, por tanto, otra expresión de la misma obra. Y tampoco encontramos la siguiente información: el cómic Bram Stoker’s Dracula fue 11 en realidad una serie limitada de cuatro números publicada en 1992 por la editorial Topps Comics. Por tanto, la versión recopilada en color y en blanco y negro serían a su vez distintas expresiones de la misma obra según el modelo FRBR. Para un investigador de cómic que quisiera hablar sobre la historia de Topps Comics o la carrera de Mike Mignola sería fundamental cuando realizase sus búsquedas saber si el cómic en cuestión fue publicado con anterioridad y cómo. Figura 5 Solución de ficha en formato MARC21 utilizando la norma RDA propuesta por la BNE para el cómic Bram Stoker’s Dracula. 12 2.2. ¿EL AUTOR DEL CÓMIC ESTÁ EN LA PORTADA? En la Figura 6 vemos el registro de un cómic titulado Green Lantern: El día más brillante de la colección Clásicos DC. Este registro está extraído del catálogo de la BNE, al que muchas bibliotecas públicas españolas recurren para completar los suyos. La autoría del cómic ha sido atribuida a Geoff Johns en el campo 700, que se utiliza como punto de acceso secundario de autor. Si bien como indica la portada del mismo, y como vemos en la información adicional del campo 245 se trata de una selección de historias realizada por Geoff Johns, no firmadas por él. Cuando buscamos la misma publicación en catálogos específicos de cómic, en este caso el de Tebeosfera (Figura 7) y el de la tienda online Tiendascosmic (Figura 8) las menciones de responsabilidad están correctamente descritas con los autores correspondientes de cada uno de los números que contiene esta recopilación. En ambos ejemplos el intento de catalogar los dos volúmenes como si fueran monografías recurriendo únicamente a la información de la portada y la página de créditos ha producido informaciones incorrectas o incompletas. Esto probablemente pueda deberse al desconocimiento de las mecánicas específicas del cómic. “Los propios catalogadores han sido incapaces de discernir, y así lo han plasmado en sus registros, si una publicación ofrecía una obra singular —fuese o no completa— o un surtido de series, algo connatural durante muchos años a las fórmulas de difusión del cómic.” (Barrero, 2012). Como veremos más adelante los investigadores de cómic no recurren a las bibliotecas como fuente de información y consideran deficientes los catálogos de las mismas por catalogaciones como las presentadas en estos ejemplos. Esto tiene su reflejo tanto en la consideración social del cómic como en el desarrollo de la investigación que se hace sobre el medio. Si esta tendencia continúa corremos el riesgo de que esta información desaparezca de los catálogos de las bibliotecas y solo puedan acceder a ella aquellos iniciados que conozcan los catálogos alternativos. 13 Figura 6 Registro de Green Lantern: En el día más brillante extraído del catálogo de la BNE. Figura 7 Registro de Green Lantern: En el día más brillante, extraído del catálogo de Tebeosfera 14 Figura 8 Registro de Green Lantern: En el día más brillante, extraído del catálogo de Tiendascosmic 15 3. OBJETIVOS Son muchos los países que en la actualidad cuentan con fuertes industrias o secciones de su industria editorial centradas en el cómic. Pero a pesar de ello no existe una normativa homogénea de catalogación y los catálogos que existen de cómic, tanto en bibliotecas como en otras iniciativas, difieren notablemente. “se da la circunstancia de que en las bases de datos de referencia (la de la BNE23 y la del ISBN asociada24), anteponen el formato del impreso a sus contenidos, de modo que antologías de viñetas o de historietas adquieren etiquetas de tesauro propias de libros de sociología, sátira o ficción, mientras que las publicaciones seriadas o con otra modalidad de difusión que contuvieron esas mismas obras se ven privadas de esos identificadores. La incoherencia es la norma cuando se trata de tebeos” (Barrero, 2012). De ahí que nuestro objetivo pase por comparar las prácticas de catalogación que se llevan a cabo en las bibliotecas de investigación, de conservación, en bibliotecas públicas y en bases de datos especializadas sobre cómic para poder extraer cuáles de ellas pueden ayudarnos a definir estas pautas de catalogación específicas para el cómic. Nuestra aspiración es descubrir cuáles de estas prácticas son más apropiadas para dar una solución efectiva a las problemáticas específicas de la presencia del cómic en las bibliotecas que se encuentran los investigadores, periodistas, coleccionistas y usuarios. Por último, también se pondrán a disposición los resultados obtenidos a modo de guía de recomendaciones y propuestas de catalogación de cómic que los bibliotecarios puedan emplear para sus catálogos y descripciones de una forma que evite equívocos, redundancias y facilite la comprensión del funcionamiento interno de este medio. Sería imposible intentar encontrar toda la información sobre las biografías de un personaje, su primera aparición, sus relaciones, o qué autores se han ocupado de él en un catálogo de biblioteca. Con la salvedad de las bibliotecas de conservación receptoras del depósito legal, ninguna biblioteca pretende reunir toda la producción editorial que existe, si no una muestra que se ajuste a las necesidades de sus usuarios. Así que no podemos aspirar a que esta sea su función. Imaginemos que un periodista está interesado en leer los cómics de House of M en los que Magneto hace cosplay del Rey de España para documentar un artículo o un lector un lector medio de una biblioteca pública que acaba de ver la última película de Spider-Man y quiere leer el primer cómic que se hizo del personaje. Imaginemos también que ya ha obtenido la siguiente información: la primera 16 aparición de Spider-Man fue en el número 15 de Amazing Fantasy en 1962. En caso de que fuéramos a buscarlo introduciendo en el buscador del catálogo de una biblioteca “Amazing Fantasy 15”, ¿devolvería un resultado útil para localizar en las estanterías o los depósitos alguna publicación que contenga esa historia? ¿Por qué las bases de datos que catalogan específicamente cómics no suelen cometer los errores que veíamos antes? ¿Qué pueden aprender las bibliotecas de estas bases de datos? ¿Cómo pueden utilizar la información contenida en ellas para enriquecer sus catálogos? Si el cómic es un medio diferenciado, ¿qué peculiaridades se deben tener en cuenta en su catalogación para dar a conocer las colecciones de una forma correcta a investigadores y usuarios? A estas preguntas es a las que pretende dar respuesta esta investigación. 17 4. METODOLOGÍA Para llevar a cabo este trabajo se ha investigado la bibliografía ya existente específica sobre catalogación de cómic. También se ha recurrido a contactar con investigadores, bibliotecas y bases de datos especializadas en cómic para realizar una serie de consultas a través de cuestionarios. Se utilizó como punto de partida el estudio de la American Library Association (en adelante ALA) financiado y publicado por el Comic-Book Legal Defense Fund (CBLDF) para establecer y estimar los objetivos y límites de esta investigación (Bailund, Clawson and Crouch, 2018a). Este estudio realizó encuestas con una metodología cuantitativa con investigadores especializados, usuarios medios y bibliotecarios catalogadores y sus resultados se mantienen todavía vigentes, por lo que no se ha considerado necesario repetir su investigación. Los cuestionarios que se les han proporcionado a los investigadores y bibliotecas contactadas se han planteado con un enfoque cualitativo y orientativo a modo de comprobación de las tendencias y conclusiones presentadas dicho estudio. En el caso de los investigadores contactados, se eligió tanto a periodistas como académicos y estudiosos especializados en cómic. El criterio de selección ha sido que en sus investigaciones hubieran tenido que recurrir al cómic como fuente de información primaria. Para las bibliotecas se contactó con bibliotecas de nacionales o de conservación, bibliotecas especializadas en cómic y bibliotecas públicas o redes de bibliotecas públicas españolas. Para seleccionar a estas últimas se hizo un estudio previo de bibliotecas públicas españolas que cuentan con una comicteca diferenciada o una colección especial de cómic. Dado que el número de bibliotecas participantes de cada uno de los tipos mencionados no es elevado y los resultados obtenidos no difieren tanto, sus respuestas se han combinado dentro del bloque de bibliotecas en el capítulo de resultados, independientemente también del país de procedencia. Por último, se contactó con los responsables de diversas bases de datos especializadas sus sistemas de catalogación, sin poder obtener la participación deseada por tratarse en varios casos de iniciativas empresariales que cuentan con poco personal o que por motivos de competencia no estaban interesadas en divulgar sus prácticas catalográficas. Para elaborar los cuestionarios que se enviaron a bibliotecas e investigadores se tuvo especialmente en cuenta el trabajo de William T. Fee, catalogador de la biblioteca estatal de Pennsylvania, que se planteaba los problemas específicos de la catalogación de 18 cómic aplicando el modelo conceptual FRBR en su artículo Do You Have Any Ditko?: Comic-Books, MARC, FRBR and Findability (Fee, 2008). Para obtener una visión amplia sobre la situación del cómic en los catálogos de biblioteca a la hora de realizar los cuestionarios, también se llevó a cabo un estudio previo comparativo de los registros de los catálogos públicos disponibles en línea de diversas bibliotecas de conservación o especializadas en cómic. Se evaluó la información públicamente accesible, cómo se podían encontrar cómics de diverso tipo, qué información adicional se utilizaban y qué campos se registraban. Entre las bibliotecas internacionales se encontraban los catálogos de la Library of Congress, de la National Art Library del Victoria and Albert Museum en Londres, de la biblioteca Bowling Green State University, de la biblioteca del Centre National de la Bande Dessinée et de l'Image de Angouleme, de la colección de la Fundación Sapegno del Biblio-Museo del Fumetto Demetrio Mafrica, del Serieteket de la biblioteca Deichman en Noruega, de la colección de cómic de la Michigan State University y de la Biblioteca Billy Ireland de la Ohio State University. Varias de estas bibliotecas no fueron contactadas para los cuestionarios por existir suficiente información sobre sus prácticas en sus sitios web o en publicaciones realizadas por sus catalogadores. Dentro de las bibliotecas españolas se compararon los registros de la Biblioteca Regional de Murcia y de la Biblioteca Nacional de España. Más adelante también se comprobaron los datos aportados por las bibliotecas consultadas en sus respectivos catálogos. 4.1. BIBLIOTECAS CONSULTADAS Se contactó con 32 bibliotecas de todo el mundo, de las cuáles participaron respondiendo el cuestionario 19. Los resultados de bibliotecas especializadas y académicas, bibliotecas de conservación y bibliotecas públicas se agregaron en los resultados finales como una única categoría dada la similitud entre todas las respuestas independientemente de su procedencia. La lista de las bibliotecas consultadas es la siguiente. ➢ Biblioteca Central de Cantabria. Comicteca. ➢ Biblioteca Central Tecla Sala, Biblioteques de L'Hospitalet. ➢ Biblioteca de Enfermería, Fisioterapia y Podología de la Universidad Complutense de Madrid. 19 ➢ Biblioteca de la Universidad de Castilla La Mancha (Campus de Albacete). ➢ Biblioteca II-Can Fabra de Barcelona. ➢ Biblioteca Josep Soler Vidal de Gavà, Diputació de Barcelona. ➢ Biblioteca Koldo Mitxelena Kulturunea de Gipuzkoa. ➢ Biblioteca Municipal Central de Santa Cruz de Tenerife. ➢ Biblioteca Nacional de España. Se recibieron dos respuestas diferenciadas de la Jefa del Servicio de Catalogación y del Jefe de Servicio de Control Bibliográfico de Publicaciones Seriadas, dado que cada servicio cataloga un tipo de cómic. ➢ Biblioteca Pública del Estado en Cáceres ➢ Biblioteca Pública Municipal Torrente Ballester de Salamanca. ➢ Biblioteca Regional de Murcia. ➢ Biblioteca SKOLASTIKA, Bilbao. ➢ Centro Cultural Comfandi, Biblioteca Nelsón Garcés Vernaza (Cómicteca). ➢ Deichman Oslo public library, serieteket. ➢ National Art Library, Victoria and Albert Museum. ➢ Universidad de Cantabria. ➢ University of Kent (Special Collections & Archives). 4.1.1. Cuestionarios enviados a bibliotecas A continuación, se muestra el cuestionario enviado a las bibliotecas. La consulta se realizó mediante un formulario en línea en el que podían responderse las preguntas libremente, excepto en las preguntas de respuesta múltiple, que habían de marcarse las respuestas o seleccionar desde un desplegable. Tres de las bibliotecas también respondieron con información adicional por e-mail que en los casos en que fue necesario fue consolidada con el resto de las respuestas a la hora de realizar el análisis que se muestra más adelante. En algunos casos, la información extraída del intercambio de e- mails se ha incluido en la propuesta de guía de catalogación y se ha citado la biblioteca que proporcionó la información. El mismo cuestionario traducido al inglés se proporcionó a las bibliotecas de países no hispanohablantes. Dirección de correo electrónico Nombre 20 Institución o biblioteca y cargo en la misma. ¿En su biblioteca o institución los cómics se encuentran dentro del catálogo tradicional (dentro de un SIGB o LSP) o se ha recurrido a algún software específico? ¿Qué estándares de catalogación utiliza su biblioteca o institución para el cómic? ¿Se emplea algún modelo conceptual relacional como por ejemplo FRBR? ¿Dispone su biblioteca o institución de una política concreta para catalogación de cómic? ¿Se encuentra recogida por escrito? ¿Registran de manera diferenciada los siguientes campos en su catálogo? ▪ Autor/a ▪ Guionista ▪ Dibujante ▪ Entintador/a ▪ Colorista ▪ Rotulista ▪ Editor/a ▪ Título del cómic ▪ Título de la serie (en caso de que forme parte o recopile números de una serie) ▪ Títulos anteriores o posteriores de la misma serie (en caso de que la serie cambie de título, como, por ejemplo: Asombroso Spider-Man, Superior Spider-Man, Espectacular Spider-Man) ▪ Título original (en caso de ser un cómic extranjero) ▪ Numeración de la serie española ▪ Numeración de la serie original ▪ Contenido (en caso de antologías o tomos que recopilen cómics previamente serializados o publicados individualmente) ▪ Año de publicación en España ▪ Año de publicación original ▪ Periodicidad ▪ Editorial ▪ Editorial original (En caso de publicaciones extranjeras como, por ejemplo: DC, Marvel, Shūeisha...) ▪ Género ▪ Personajes ▪ Evento, arco argumental u otras relaciones (En caso de que el cómic forme parte de algún evento editorial) ▪ Universo (No tiene por qué coincidir necesariamente con la editorial, por ejemplo: Marvel Ultimate, Wildstorm, Gundam...) ▪ Continente de origen o tipo de cómic por denominación geográfica (Cómic americano, europeo, Manga, español…) ▪ Otro: En caso de que en su biblioteca o institución se registren, ¿cuáles de los siguientes campos están sometidos a control de autoridades? ▪ Autor/a ▪ Guionista ▪ Dibujante ▪ Entintador/a ▪ Colorista ▪ Rotulista ▪ Editor/a ▪ Título de la serie ▪ Títulos anteriores o posteriores de la misma serie (en caso de que la serie cambie de título, como, por ejemplo: Asombroso Spider-Man, Superior Spider-Man, Espectacular Spider-Man) 21 ▪ Editorial original (En caso de publicaciones extranjeras como, por ejemplo: DC, Marvel, Shūeisha...) ▪ Personajes ▪ Evento, arco argumental u otras relaciones (En caso de que el cómic forme parte de algún evento editorial) ▪ Universo (No tiene por qué coincidir necesariamente con la editorial, por ejemplo: Marvel Ultimate, Wildstorm, Gundam...) ▪ Continente de origen o tipo de cómic por denominación geográfica (Cómic americano, europeo, Manga, español…) ▪ Otro: ¿Se recurre a algún catálogo de autoridades o base de datos externa para los campos de la pregunta anterior? En caso afirmativo, ¿podría indicar cuál? ¿Utilizan algún tesauro u ontología concreto para las materias, personajes, u otros campos o relaciones específicas del cómic? En el caso de codificar su catálogo en formato MARC, marque a continuación las respuestas que corresponden a las prácticas que SÍ se realizan en su catálogo. ▪ Se utilizan los campos de enlace para títulos anteriores y posteriores de la misma serie. ▪ Se utilizan los campos de enlace para eventos o universos. ▪ Se utilizan los campos de uso local para ampliar información sobre cómics. ▪ Se utilizan los campos de materia para eventos, universos, personajes, etc... ▪ Otro: ¿Su catálogo contiene imágenes de portada? En caso afirmativo, ¿este proceso está automatizado o se buscan o digitalizan de manera manual? ¿Se coleccionan también cómics en formato revista de grapa? ▪ Sí ▪ No ▪ Se tratan de manera diferente En el caso de las publicaciones que recopilan más de un cómic publicado originalmente por separado ¿se realiza algún vaciado de los mismos? En caso afirmativo, ¿se hace también cuando todos los cómics contenidos son del mismo autor o pertenecen a la misma serie? ¿Cómo se procede en el caso de disponer de un mismo cómic en varios formatos o ediciones? ¿Se especifica de algún modo la relación entre ambos? ¿Existe algún campo que su institución o biblioteca haya decidido incluir por el uso sugerido o a petición de usuarios y/o investigadores especializados en cómic? ¿Se ha recibido o adquirido también arte original de cómics? En caso afirmativo, ¿qué procesos se sigue para su descripción o catalogación? ¿Se relaciona de alguna forma con el cómic original al que pertenece en caso de estar disponible en el catálogo? En el caso de colecciones en libre acceso ¿se utiliza alguno de los campos de descripción exclusivos de cómic para su ordenación en las estanterías? ¿Se organizan por series, universos, editoriales o procedencia o se tratan como si fueran monografías unitarias? Si lo desea, utilice este campo para ampliar cualquiera de las respuestas o incluir cualquier observación o información que crea que pueda ser interesante para el tema de la investigación. Cualquier aportación o sugerencia será muy apreciada. 22 4.2. INVESTIGADORES CONSULTADOS Se enviaron en total 27 cuestionarios de los cuáles al cierre de la presente investigación se habían recibido 14 respuestas. El procedimiento fue el mismo llevado a cabo con las bibliotecas participantes, mediante un formulario en línea en el que podían responderse las pregunta libremente, excepto en las preguntas de respuesta múltiple. La lista de investigadores consultados es la siguiente: Álvaro Pons Autor de La Cárcel de Papel. Diario de un lector de tebeos Antoni Guiral Autor de Del Tebeo al Manga: Una historia de los cómics Alex Grand Responsable de la web comicbookhistorians.com Gerardo Vilches Director de la revista CuCo, Cuadernos de Comic Elisa McCausland Autora de Wonder Woman: El feminismo como superpoder Fred Van Lente Autor de la serie Comic Book History Gene Kannenberg Jr Profesor del Columbia College de Chicago y autor de la web ComicsResearch.org Ignacio Fernández Sarasola Autor de El Pueblo contra los cómics Marc Tyler Nobleman Autor del libro Bill the boy wonder Óscar Senar Periodista de la revista Otaku Bunka y fundador de la web viñetario.com Pablo Fluiters Periodista especializado en cómic, co-autor del blog ADLO! Novelti Librari Pablo Vicente Autor de Auge y caída de una historieta Pedro García Autor de la revista especializada Dolmen y el blog untebeoconotronombre.com Raúl Suay Investigador responsable de la catalogación de Rompetechos en España Francisco Sáez Investigador de la Universidad de Alcalá de Henares y director de la revista CuCo Cuadernos de Cómic 23 4.2.1. Cuestionarios enviados a investigadores A continuación, se muestra el cuestionario enviado a los investigadores. Algunos de los investigadores también proporcionaron información adicional por e-mail. Las respuestas recibidas por e-mail y en el campo de observaciones se han utilizado en algunos casos para las citas textuales que aparecen en el apartado 6.1. El mismo cuestionario traducido al inglés se proporcionó también a los investigadores de países no hispanohablantes. Dirección de correo electrónico Nombre En sus investigaciones sobre cómic hace uso de: ▪ Bibliotecas públicas ▪ Bibliotecas de conservación o bibliotecas especializadas ▪ Bibliotecas universitarias ▪ Bases de datos específicas sobre cómic ▪ Otro: Tanto en catálogos de bibliotecas como en bases de datos específicas, ¿cuáles de los siguientes campos encuentra más útiles en sus búsquedas? ▪ Autor/a ▪ Guionista ▪ Dibujante ▪ Entintador ▪ Colorista ▪ Rotulista ▪ Editor/a ▪ Título del cómic ▪ Título de la serie (en caso de que forme parte o recopile números de una serie) ▪ Títulos anteriores o posteriores de la misma serie (en caso de que la serie cambie de título, como, por ejemplo: Asombroso Spider-Man, Superior Spider-Man, Espectacular Spider-Man) ▪ Título original (en caso de ser un cómic extranjero) ▪ Numeración de la serie española ▪ Numeración de la serie original ▪ Contenido (en caso de antologías o tomos que recopilen cómics previamente serializados o publicados individualmente) ▪ Año de publicación en España ▪ Año de publicación original ▪ Periodicidad ▪ Editorial ▪ Editorial original (En caso de publicaciones extranjeras como, por ejemplo: DC, Marvel, Shūeisha...) ▪ Género ▪ Personajes ▪ Evento, arco argumental u otras relaciones (En caso de que el cómic forme parte de algún evento editorial) ▪ Universo (No tiene por qué coincidir necesariamente con la editorial, por ejemplo: Marvel Ultimate, Wildstorm, Gundam...) ▪ Continente de origen o tipo de cómic por denominación geográfica (Cómic americano, europeo, Manga, español…) 24 ▪ Imagen de portada ▪ Otro: En el caso de los catálogos de bibliotecas, ¿qué campos echa de menos en sus búsquedas? ▪ Autor/a ▪ Guionista ▪ Dibujante ▪ Entintador/a ▪ Colorista ▪ Rotulista ▪ Editor/a ▪ Título del cómic ▪ Título de la serie (en caso de que forme parte o recopile números de una serie) ▪ Títulos anteriores o posteriores de la misma serie (en caso de que la serie cambie de título, como, por ejemplo: Asombroso Spider-Man, Superior Spider-Man, Espectacular Spider-Man) ▪ Título original (en caso de ser un cómic extranjero) ▪ Numeración de la serie española ▪ Numeración de la serie original ▪ Contenido (en caso de antologías o tomos que recopilen cómics previamente serializados o publicados individualmente) ▪ Año de publicación en España ▪ Año de publicación original ▪ Periodicidad ▪ Editorial ▪ Editorial original (En caso de publicaciones extranjeras, por ejemplo: DC, Marvel, Shūeisha...) ▪ Género ▪ Personajes ▪ Evento, arco argumental u otras relaciones (En caso de que el cómic forme parte de algún evento editorial) ▪ Universo (No tiene por qué coincidir necesariamente con la editorial, por ejemplo: Marvel Ultimate, Wildstorm, Gundam...) ▪ Continente de origen o tipo de cómic por denominación geográfica (Cómic americano, europeo, Manga, español…) ▪ Imagen de portada ▪ Otro: ¿Destacaría alguna biblioteca o base de datos de la que haya hecho uso en sus investigaciones? Indique cuáles y por qué. ¿Considera la presencia de cómics en los catálogos de biblioteca una herramienta útil para sus investigaciones? Si tiene alguna observación adicional sobre cualquiera de los campos del formulario o de los temas tratados, añádala también en este campo. Cualquier aportación o sugerencia será muy apreciada. 25 5. MARCO TEÓRICO Cuando se analiza la bibliografía existente sobre catalogación de cómic es evidente la división entre aquella producida en los países anglosajones, con una mayor tradición catalográfica de su fondo histórico de cómic en bibliotecas académicas, y la producida en España, que se enfoca en la puesta a disposición en libre acceso de las colecciones en bibliotecas públicas. La bibliografía americana presta atención al cómic como objeto de investigación y le dedica una descripción analítica, mientras que la biblioteconomía española tiende a estudiar la presencia del cómic en las bibliotecas desde el punto de vista de la clasificación en las estanterías para el usuario medio. La bibliografía norteamericana hace hincapié en las particularidades del Comic- Book de superhéroes, por ser precisamente este formato el que mayor aceptación y difusión tiene en Estados Unidos. La bibliografía japonesa es abundante pero mucho más inaccesible por las peculiaridades de su mercado. Esto no es un problema si tenemos en cuenta que el tipo de cómic japonés que sale de sus fronteras son las ediciones recopiladas en volúmenes de mangas de éxito que, aunque también conforman series, son mucho más fáciles de catalogar por su uniformidad. Es cierto que se dan casos de mayor complicación en algunas franquicias que pueden variar de dibujante, guionista y en algunos casos editorial o título con tanta facilidad como en un cómic de superhéroes, pero es excepcional. Será fácil para el lector encontrar en esta investigación la influencia de las terminologías y conclusiones presentadas en las publicaciones americanas. A pesar de ello se ha considerado que para los efectos de este trabajo las mismas peculiaridades que son importantes en el caso americano lo son también en el caso del cómic español, del Manga o de la Bande Desinée francesa. Si cuando hablamos de cómic cambiamos Marvel por Gundam o Superman por Anacleto o Spirou podemos trazar una línea que une sus características especiales independientemente de su procedencia. Nos es indiferente que el formato original sea Comic-Book, revistas de Manga, Bande Dessinée o fumetto. La mayoría de los cómics se siguen produciendo en entregas seriadas que son recopiladas después. Su autoría pertenece casi siempre a equipos creativos que se reparten distintas funciones creativas y acarrean diversos cambios en títulos, numeración, autores y demás. Y también es universal que ciertas obras o personajes han tenido distintas interpretaciones por parte de distintos autores que aun así continúan estando relacionadas por 26 continuidades o universos ficticios, da igual que se trate de las versiones de Toriyama o Toyotaro de Dragon Ball, de los Spirous vistos por distintos autores de la colección Una aventura de Spirou por… o de los Zipi y Zape que Ramis y Cera heredaron de Escobar. Estas características son transversales. 5.1. LA CATALOGACIÓN DE CÓMIC EN ESTADOS UNIDOS El primer autor de catalogación de cómic que aparece en Estados Unidos es Randall W. Scott que en 1990 publica su Comics librarianship: a handbook (Scott, 1990). Este manual, acompañado de varios artículos del mismo autor que completan y actualizan el trabajo que realizaba como catalogador fueron la base de la mayoría de publicaciones específicas sobre catalogación de cómic que vinieron después (Scott, 1993) (Scott, 1998). Entre estos herederos encontramos a Eric Andelson, que ya en 1992 basa su tesis en el estudio de registros bibliográficos de novelas gráficas en distintas bibliotecas norteamericanas (Andelson, 1992). Aunque los cómics habían formado parte de las colecciones de las bibliotecas desde su aparición y habían existido numerosos intentos de integrarlos en los sistemas de catalogación tradicionales, no fue hasta 1998 que una revista académica convirtió este tema en el centro de las discusiones con la publicación de los tres números especiales de Serials Review centrados en bibliotecas y cómic. “Y aun así cuando se publicaron hacía 12 años desde que se había publicado la obra de Art Spiegelman galardonada con el premio Pulitzer Maus o desde que se habían publicado las muy influyentes Dark Knight Returns y Watchmen de Frank Miller y Alan Moore”. (Tilley and Bahnmaier, 2018). Gracias a estos números aparecieron las primeras guías específicas para bibliotecarios que desglosaban cuáles eran las historias, prácticas, eventos, universos, numeraciones y otras rarezas de las principales editoriales de cómic americanas (Lavin, 1998; Serchay, 1998). Es una pena que su contenido haya quedado obsoleto por más de dos décadas de evolución del mercado editorial americano y no se hayan seguido produciendo guías similares. En 2010 tuvo lugar la publicación del libro Graphic novels and comics in libraries and archives: essays on readers, research, history and cataloging. Este ampliaba los estudios llevados a cabo por Andelson y Scott, y en él Robert G. Weiner presentaba el sistema de catalogación y clasificación utilizado por la biblioteca de que sería muy 27 influyente en años posteriores en otros catalogadores que han enfrentado el mismo problema (Weiner et al., 2010). Más recientemente también es importante el estudio antes mencionado de la ALA que dio lugar a una guía específica para bibliotecarios americanos publicada por el CBLDF (Bailund, Clawson and Crouch, 2018a) o el trabajo y las publicaciones de William T. Fee. Este estudia los problemas en la catalogación específica de cómic y cómo resolverlos utilizando los nuevos modelos conceptuales relacionales como FRBR o la nueva normativa RDA, intentando salvar los muchos problemas que plantea para ello el formato MARC (Fee, 2008, 2013). Otros autores han considerado directamente obsoleto e inadecuado el formato MARC para la catalogación de cómic y han recurrido a registrar sus colecciones utilizando softwares específicos y huyendo de los sistemas integrados de gestión bibliotecaria tradicionales (Culbertson and Jackson, 2016). Por último, es necesario mencionar también a Gary W. Markham, encargado de la biblioteca de la Portland State University. Tras una donación por parte de Dark Horse que inició una colaboración entre ambas entidades, ahora su biblioteca se encarga de catalogar y conservar el fondo histórico de la editorial. Esto generó la problemática añadida de intentar unificar las descripciones bibliográficas de décadas de producción en una variedad muy amplia de formatos, con la creación de géneros y encabezamientos de materia diseñados exprofeso para ajustarse a la producción de la editorial. 5.2. LA CATALOGACIÓN DE CÓMIC EN ESPAÑA Aunque en España la bibliografía específica sobre catalogación de cómic es prácticamente inexistente, sí que ha habido varias obras que han contribuido a configurar esta investigación. Es imprescindible la labor de la Comicteca de la Biblioteca Regional de Murcia y el sistema de clasificación desarrollado por ella (Funes, 2010). Este sistema ha sido quizá el más influyente dentro de las bibliotecas españolas para configurar las distintas comictecas presentes en bibliotecas públicas (Artacho Orihuela, 2002)(Aros et al., 2013). También se ha consultado el Manual de procedimiento para la catalogación de impresos modernos de la Red de Lectura Pública de Euskadi en el que se habla de hacer una separación entre serie y monografía cuando esté expresamente indicado en el propio tebeo porque se trata de una serie con numeración y periodicidad especificadas(Red de 28 Lectura Pública de Euskadi, 2006). Este documento puede ser una guía de buenas prácticas para bibliotecas que no dispongan de personal especializado en cómic. Aunque se olvida de mencionar que muchas veces nos vamos a encontrar con que diversas monografías pueden ser en realidad recopilaciones de materiales serializados que forman parte de la misma colección y un usuario más avanzado va a estar interesado en conocer estas relaciones. Fuera del mundo de las bibliotecas, pero sin salir de la catalogación de cómic, es muy importante la labor de Manuel Barrero, que en su Sistemática de la historieta: aplicación para el caso de la historieta y el humor gráfico en Sevilla: 1860-2000 describe en profundidad el sistema utilizado por la base de datos en línea de Tebeosfera y cómo aplicarlo a la investigación científica del cómic. 5.3. BASES DE DATOS SOBRE CÓMIC En las respuestas a todos los formularios enviados a investigadores del mundo del cómic destaca que todos ellos respondieron que hacían uso de bases de datos específicas. Al ser consultados sobre cuáles utilizaban las dos respuestas más repetidas fueron la española Tebeosfera (Tebeosfera.com/catalogos/), la americana The Grand Comic Database Project (Comics.org) y en menor medida las diversas bases de datos en formato “wiki” de superhéroes (como universomarvel.com o Marvel Database y DC Database). Esto reforzaría dos mensajes que encontramos repetidos en la bibliografía. En primer lugar que la mejor información sobre cómic no se encuentra en los catálogos de las bibliotecas, sino en las bases de datos hechas por aficionados (Kiryakos and Sugimoto, 2019). En segundo lugar que los coleccionistas de cómic están muchísimo más ontológicamente obsesionados que los propios catalogadores y bibliotecarios (Culbertson and Jackson, 2016). Todas estas bases de datos tienen en común las ventajas de la web para crear relaciones hipertextuales que agrupan series, volúmenes, ejemplares, universos y personajes de ficción, géneros, con un nivel de detalle que permite devolver en la misma búsqueda cualquier aparición de un personaje o todos los trabajos registrados de un autor, con una precisión muy elevada. Este tipo de búsquedas serían impensables en un catálogo de biblioteca. El nuevo estándar RDA y los modelos conceptuales relacionales como FRBR intentan dar solución a estos problemas, pero hay que admitir que en la actualidad el nivel de descripción y la información que contienen sus registros superan a los que 29 contienen los catálogos tradicionales de bibliotecas. Por el contrario, su gran desventaja es la falta de aprovechamiento de la web semántica y los datos enlazados para permitir la interoperabilidad de registros y la reutilización de metadatos mediante ontologías y protocolos de comunicación como los que sí que utilizan los catálogos más tradicionales. Al tratarse en muchos casos de proyectos muy personales, llevados a cabo por grupos pequeños e incluso con ciertas rivalidades entre sus responsables, es habitual ver que se duplican esfuerzos en bases de datos que catalogan los mismos ejemplares con distintos niveles de profundidad o que reutilizan datos sin atribución de autoría. 5.3.1. Tebeosfera La base de datos de referencia dentro del cómic español sería El Gran Catálogo de Tebeosfera (disponible en tebeosfera.com/catálogos) que, con ciertos cambios y una constante evolución, ha estado disponible en internet desde 2008 y es producto de la Asociación Cultural Tebeosfera. Para tener una muestra de la cantidad de publicaciones y autoridades contenidas dentro del catálogo, este es el texto que aparecía en la web del catálogo en el momento de escribir estas líneas: “En este precioso momento, en el Gran Catálogo de Tebeosfera constan registrados: 365.264 números pertenecientes a 30.581 colecciones, que fueron lanzadas por 7.588 entidades con la participación de 28.629 autores. El Gran Catálogo también contiene 1.337 documentos propios, 1.668 promociones relacionadas, registros de 1.180 personajes, protagonistas de 2.294. Ofrecemos, además, fichas de 931 producciones audiovisuales, 10 exposiciones virtuales y un glosario con 973 conceptos.” En las consultas realizadas a bibliotecas para esta investigación varias afirmaron recurrir a los registros de esta base de datos cuando la información contenida en los catálogos de la BNE o VIAF eran insuficientes para completar sus registros. Para más información detallada sobre su funcionamiento, sus niveles de descripción y índices de términos que utiliza en sus catalogaciones se recomienda consultar la antes citada Sistemática de la historieta (Barrero, 2015). 5.3.2. The Grand Comic Database Project The Grand Comic-Book Database Project (comics.org) es la base de datos de cómics más importante en el mundo anglosajón. Se trata de una iniciativa sin ánimo de lucro que cuenta con sucursales en Holanda, Alemania y Suecia. La base de datos permite la descarga y reutilización de sus registros y sus portadas escaneadas de acuerdo con su política de distribución de datos y su licencia Creative Commons. Sus registros han sido 30 utilizados por la Universidad de Michigan o la Library of Congress como base para sus catalogaciones (Serchay, 1999). 5.3.3. Bases de datos desaparecidas También dentro del mundo anglosajón fueron importantes la desaparecida comicbookdb.com y Comic Vine, ambas absorbidas por CBS. La primera estaba considerada una de las bases de datos sobre cómics más importantes del mundo, pero desde su venta se ha mantenido inactiva y su dominio ha dejado de funcionar, por lo que no ha sido utilizada para esta investigación. La segunda es una de las bases de datos más completas sobre cómic de superhéroes, pero su especialidad se encuentra en relacionar los conceptos y desarrollos de las propias historias por encima de los cómics. 5.3.4. Alternativas comerciales En el caso de iniciativas comerciales que no están llevadas a cabo por aficionados, sino por empresas que buscan un rendimiento económico de sus bases de datos, destacamos tres proyectos que son la base de datos de comic de Collectorz.com, comicbase.com y la española Whakoom. Las tres están fundamentadas en un modelo de negocio que permite al coleccionista de cómic registrar y actualizar sus colecciones. Podría ser interesante para algunos bibliotecarios el caso de Collectorz.com ya que es el sistema que la biblioteca de la San Diego State University utiliza para catalogar su fondo de cómic. El equipo responsable de la migración desde el sistema de gestión bibliotecaria tradicional que empleaba la biblioteca expresaba las ventajas de utilizar este sistema diseñado teniendo en cuenta las necesidades específicas del medio en lugar de un formato MARC en el artículo Comics and the Modern Library Catalog: New Rules for Breaking the Rules (Culbertson and Jackson, 2016). Quizá el futuro de la catalogación de cómic resida en soluciones poco ortodoxas como esta o en iniciativas similares a la de estas empresas a través de módulos que puedan integrarse en una Plataforma de Servicios Bibliotecarios, pero de momento no es así. La alternativa española Whakoom tampoco es especialmente recomendable para los bibliotecarios españoles por su orientación más centrada en las novedades editoriales y los próximos lanzamientos. Además, la gran mayoría de registros de comics antiguos están extraídos directamente de Tebeosfera (Asociación Cultural Tebeosfera, 2014). 31 6. ANÁLISIS DE LA INFORMACIÓN 6.1. ANÁLISIS DE LOS CUESTIONARIOS RESPONDIDOS POR INVESTIGADORES Los resultados de los cuestionarios enviados a los investigadores son bastante uniformes y nos permiten sacar una conclusión clara: las bibliotecas en la actualidad no catalogan los cómics de una manera adecuada para sus necesidades. Como muestra de ello, se muestran a continuación citas extraídas de las respuestas a la pregunta: ¿Considera la presencia de cómics en los catálogos de biblioteca una herramienta útil para sus investigaciones? “No mucho. Las bibliotecas pocas veces saben cómo clasificarlos de una forma útil. Su reto es catalogar varias series con títulos idénticos y normalmente no es tan simple como diferenciarlas por el año de inicio. Desafortunadamente no estoy seguro de cuál es la solución, ya que las nuevas series siguen renumerándose con frecuencia.” (Traducido de una respuesta en inglés) “Las categorías señaladas tienden a tratar sobre cómics serializados y sus recopilaciones, mientras que mi investigación se enfoca en temáticas y aproximaciones. Cuando escribo sobre Comic-Books normalmente ya poseo las fuentes primarias y estoy buscando fuentes secundarias. Sin embargo, cuando estoy enseñando, sí necesito que los estudiantes tengan acceso a los cómics como fuentes primarias de manera sencilla.” (Traducido de una respuesta en inglés) “A pesar de la escasez de fondos y la ausencia de un proyecto más estructurado de catalogación de series periódicas (por ejemplo, las grapas mensuales), sí, es de agradecer.” “Creo que respecto a los campos que se echan de menos a la hora de consultar bases de datos españolas en relación con obras extranjeras es el descuido con el que se trata el origen editorial de las obras de origen, muchas veces muy importantes al tratarse de editoriales especializadas o universos de ficción compartidos, algo que no suele ocurrir en los libros de narrativa y que posiblemente por eso se descuida en tantas bibliotecas.” “Las bibliotecas no me han sido casi de utilidad para mis trabajos. Las bibliotecas públicas disponen de poco material (en todos los países) y lo mismo sucede con las universitarias.” 32 Todo esto confirma y refuerza no solo lo que veíamos en el capítulo 2 y en el desglose de la bibliografía, sino también las tendencias del estudio de ALA y CBLDF. También se corrobora la necesidad de catalogar debidamente los contenidos de cada recopilación, prestando especial atención a los personajes y las peculiaridades de los universos de ficción presentes en el mundo del cómic y la necesidad de poner los cómics a disposición de los usuarios que no disponen ya de ellos en sus colecciones personales, pero los necesitan como objeto de estudio o investigación. En los gráficos de las figuras 9 y 10 presentados a continuación se muestran las respuestas a las preguntas sobre los campos más utilizados cuando se realizan consultas bibliográficas sobre cómic. Figura 9 ¿Cuáles de los siguientes campos encuentran más útiles en sus búsquedas? (la pregunta hacía referencia tanto a bibliotecas como a bases de datos sobre cómic) 33 Figura 10 En el caso de los catálogos de bibliotecas, ¿qué campos echa de menos en sus búsquedas? Observamos que los campos y puntos de acceso definidos por la catalografía tradicional no les interesan tanto a los lectores de cómic. Por ejemplo, el sistema de Dewey o la Clasificación Decimal Universal que varias bibliotecas respondieron que encontraban útiles como manera de distinguir los cómics integrados dentro de una colección diversa para los investigadores pasan desapercibidos. Estas clasificaciones aplicadas al cómic se encuentran anticuadas y en desuso, acarrean más problemas de los que solucionan e interesan más al bibliotecario acostumbrado a emplearlos que al usuario interesado en descubrir cómics (Tarulli, 2010). 6.2. ANÁLISIS DE LOS CUESTIONARIOS RESPONDIDOS POR BIBLIOTECAS De un total de 19 bibliotecas que respondieron el cuestionario enviado, tan solo dos utilizan un software de catalogación diferente para su colección de cómic. No se trata de software específico de cómic, simplemente de uno diferente del de las colecciones de libros que se ha considerado más apropiado. La mayoría de ellas catalogan los cómics como una parte más de sus colecciones utilizando sus sistemas integrados de gestión bibliotecaria y el formato MARC 21. También en la mayoría de los casos se utilizan reglas de descripción tradicionales (AARC2 y las Reglas de Catalogación españolas). Seis de las bibliotecas utilizan la nueva norma RDA basada en el modelo relacional FRBR. 34 Asimismo 12 de las bibliotecas consultadas han desarrollado una política específica de catalogación de cómics que mantienen por escrito. En el caso de los cómics en formato cuadernillo de grapa o Comic-Book 11 de las bibliotecas no coleccionan este formato en contraste con las 7 de que sí. Una de las bibliotecas utiliza un tratamiento específico diferenciado del resto de cómics. En el caso de la biblioteca Koldo Mitxelena Kulturunea de Gipuzkoa solamente se coleccionan en este formato series que ya estén completas y cerradas En la Figura 11 podemos comprobar la frecuencia con la que se registran de manera diferenciada los distintos campos que se han considerado como específicos o necesarios para el registro de un cómic bien sea en base a las respuestas de los investigadores o por lo sugerido en la bibliografía. En la figura 12 se presenta la frecuencia con la que los campos específicos son sometidos a control de autoridad. Figura 11 ¿Registran de manera diferenciada los siguientes campos en su catálogo? Respecto al campo del contenido, 8 de las bibliotecas no registran el contenido. En 5 de ellas aparece registrado como una nota en los campos 500 o 505 del formato MARC de su catálogo y en otras 5 se registra solamente si lo consideran necesario por la importancia de las historias que se contienen. 35 Figura 12 Campos sometidos a control de autoridad. “Ha habido poco diálogo entre catalogadores y expertos en cómic para resolver cuestiones como: ¿Son los puntos de acceso tradicionales importantes para los usuarios que intentan encontrar cómics en la colección de una biblioteca? ¿Están los usuarios más interesados en editoriales como DC o Marvel, o el dibujante de un cómic que en el autor de la historia?” (Tarulli, 2010). Algo similar encontramos en la interpretación de los resultados. Por ejemplo, tan solo 3 de las bibliotecas registran de manera diferenciada los campos de Personaje o Editorial original. Varias bibliotecas todavía no registran el título original del cómic, que es el campo más echado de menos en catálogos de bibliotecas por parte de los investigadores. Los entintadores, coloristas, rotulistas y otros autores, fuera de los tradicionales guionista y dibujante tampoco están muy presentes en los catálogos de bibliotecas según los datos aquí dispuestos. ¿Cómo podemos reconciliar estos datos? 7. PROPUESTA DE UNA GUÍA DE CATALOGACIÓN PARA CÓMIC A continuación, se presenta una propuesta de guía de catalogación que pretende ser flexible para que cualquier biblioteca pueda hacer uso de la misma. Del mismo modo también puede tomarse como punto de partida o como recomendación para bases de datos. Esta guía de catalogación se ha dividido siguiendo libremente las áreas de la norma ISBD en los puntos que se consideraban aplicables. En cada uno de los apartados se recomienda un nivel de catalogación que se considera adecuado para bibliotecas públicas 36 y de carácter general y otro más específico que requiere una descripción analítica y un conocimiento más profundo del cómic para bibliotecas académicas y que dispongan de fondos para conservación o investigación y busquen una catalogación completa. Una biblioteca que tenga la aspiración de convertir sus fondos en referente de consulta para la investigación sí que debería de exigirse el mismo nivel que tiene una base de datos hecha por aficionados, al menos para los fondos que custodia. En el artículo antes referenciado sobre la biblioteca de la San Diego State University cuando hizo su cambio de un formato tradicional MARC a la base de datos de cómics de Collectorz.com también se mencionaba cómo el formato MARC presenta muchas dificultades para ajustarse a un medio altamente visual y no se ajusta a los métodos de búsqueda que suelen utilizar los lectores e investigadores de cómic (Culbertson and Jackson, 2016). A pesar de ello, MARC continúa siendo el estándar en casi todas las bibliotecas consultadas. Por tanto, se propondrán también en la guía campos utilizando este formato que puedan servir para las bibliotecas que quieran hacer uso de ella. 7.1.1. Título Hay que prestar un cuidado especial al decidir cuál será el título en el caso de recopilaciones. Es habitual que la portada del volumen completo tenga un título o un subtítulo que para el lector no tiene ningún significado cuando está buscando “El tomo 4 de Marvel Saga Spider-Man” si únicamente se registra como título “Feliz Cumpleaños”. Además, en la página de créditos o de información editorial se suele hacer referencia a los títulos de la serie original en que fueron publicado los números que contiene. Puede ocurrir que la serie cambie de título sin cambiar de numeración y luego recupere el título original (El Asombroso Spider-Man, El Superior Spider-Man, El Espectacular Spider- Man), por tanto, deberían de quedar registrados todos los títulos que se conozcan de la serie. Una práctica habitual en varias de las bibliotecas consultadas y en la bibliografía es utilizar la etiqueta 245 para el título propio del volumen unitario; en caso de que fuera necesario se usa la etiqueta 240 para el título uniforme, sobre todo cuando esta recopilación pueda formar a su vez parte de una colección o serie recopilatoria, y las etiquetas 246 y 247 se reservan para variantes y títulos anteriores de la misma serie o el título original. En algunos casos hay bibliotecas que incluyen como título uniforme el nombre del personaje principal para facilitar las búsquedas. 37 7.1.1. Mención de responsabilidad En un cómic no todos los autores aparecen siempre mencionados en la portada. La mayoría incluyen una página de créditos que desglosa las funciones de cada uno de los colaboradores. Si el volumen contiene varios cómics lo más habitual es que aparezcan acreditados individualmente en el índice de historias, en una página específica antes del inicio de cada cómic, o en una de las primeras páginas de la propia historia dentro del cómic. En el caso de autores únicos puede utilizarse un campo 100 para el punto de acceso principal, pero si existen dos o más es preferible utilizar siempre los puntos de acceso secundarios, a través de la etiqueta 700 y el subcampo $e para especificar su función. Las funciones más habituales son: Guionista, Dibujante, Entintador, Colorista y Rotulista. En el caso de bibliotecas públicas el resto de los campos pueden completarse como Otros. En el caso de bibliotecas especializadas se recomienda incluir todas las menciones que aparezcan en la página de créditos correspondiente. En las bases de datos mencionadas anteriormente se encuentran otras posibles menciones de autoría habituales. 7.1.1.1. Autores no acreditados El Thesaurus sobre el mundo del cómic incluía una referencia dentro de autores a “ghosts”, aquellos autores de los que se ha descubierto o conoce públicamente su participación pero que no aparecen acreditados (Catalán-Vega et al., 1997). Su importancia en el mundo del cómic es notoria. Por ejemplo, Bill Finger, el co-creador de Batman no fue reconocido como tal oficialmente hasta 2016 gracias a una investigación del periodista Marc Tyler Nobleman (Nobleman and Templeton, 2012). Se recomienda para los niveles de catalogación más completos incluir estos autores no acreditados en la etiqueta 700 atribuyéndole la función reconocida al autor especificando que no aparece acreditado en el propio cómic. 7.1.2. Publicación Hemos visto que tanto la bibliografía como los investigadores coinciden en que los usuarios especializados en cómic realizan sus búsquedas por editorial original. En algunos casos se ha observado que hay bibliotecas que por sus políticas de catalogación prefieren incluir la información sobre el año de publicación y la editorial originales en una nota de copyright. También se puede incluir esta información dentro de la etiqueta 260 y el subcampo $b, que al ser repetible puede incluir tanto el editor español como el original. 38 7.1.3. Serie Es conveniente definir un título uniforme para las series que pueda utilizarse durante el recorrido de la misma y que evite las dificultades derivadas de los cambios de título por razones comerciales, que deberían quedar registrados como títulos alternativos. Al respecto de esto encontramos en la respuesta del Servicio de Control Bibliográfico de Publicaciones Seriadas de la BNE: “La BNE distingue según sean obras cerradas o con plan de obra, que se catalogan en Monografías, y los tebeos o cómics seriados, sin conclusión predeterminada, que procesamos en Revistas. El aspecto más destacado en la catalogación que hacemos en Revistas es el uso particular del título uniforme. Ante la multitud de variantes, hemos optado por diferenciar las series por editorial y año (obtenido del DL), por ejemplo, Mortadelo y Filemón (Bruguera. 1970) y Mortadelo y Filemón (Ediciones B. 1980), etc.” Se recomienda la utilización de la etiqueta 490 y el subcampo $v para la publicación y numeración de la serie española y la etiqueta 830 y el subcampo $v en los casos de descripción completa para la serie original. 7.1.4. Contenido Una correcta descripción del contenido del cómic es el punto más crítico de toda la catalogación del mismo. “La mayoría de los problemas con la catalogación de cómic pueden solucionarse teniendo en cuenta que el 95% de las novelas gráficas [refiriéndose con novelas gráficas a lo que nosotros llamaríamos tomos o recopilatorios] no son unidades monográficas si no recopilaciones de series previamente publicadas.” (Fee, 2013) Lo aconsejable en este caso sería realizar lo que en hemerografía se conoce como vaciado. Para los niveles más completos de descripción consistiría en definir qué cómics y qué historias concretas contiene cada volumen, dónde se han publicado antes, cuál es el título de cada uno de ellos individualmente (entiéndase el título de la historia concreta, no de la serie), su numeración y el desglose completo de sus autores en caso de que aparezcan acreditados. En caso de no disponer de toda la información de una manera clara, podría recurrirse a las bases de datos especializadas. Para intentar salvar esta dificultad es necesario utilizar los campos de notas y en el formato MARC recurrir a los campos 500 y 505 para intentar solucionar este problema. 39 La guía del formato MARC para registros bibliográficos dice sobre el campo 505: “Incluye títulos de obras independientes o partes de un documento, o el índice. También puede incluir menciones de responsabilidad y números de volúmenes y otras designaciones de secuencia. Los números de capítulos, por lo general, se omiten. Este campo contiene una nota normalizada de contenido. La información de contenido se puede codificar en dos niveles: básico o completo. Para algunos materiales se puede incluir información que normalmente pertenece a otras notas o áreas de la descripción (p. ej., el número de páginas, unidades, fotogramas de cada parte). Para los materiales mixtos y materiales que se controlan como archivos, este campo puede contener el índice para facilitar la consulta. Las notas de contenido no normalizadas se incluyen en el campo 500” (Biblioteca Nacional de España, 2020). Esta etiqueta es utilizada con este fin por la mayoría de las bibliotecas tanto de la bibliografía como consultadas en esta investigación. La recomendación es incluir un campo de notas que mencione un “Publicado originalmente en” seguido de un desglose de los cómics individuales que pueda contener, especificados en la página de créditos o de información editorial. En caso de que no pudiera encontrarse fácilmente se aconseja recurrir a una base de datos especializada para completar la información. Esto también puede complementarse con la etiqueta 650 $v para especificar “Fragmentos de publicaciones periódicas” como hace la biblioteca Koldo Mitxelena Kulturunea de Gipuzkoa. 7.1.5. Descripción física Es aconsejable conocer los formatos de publicación de cómic más habituales y sus características propias como lo son por ejemplo Comic-Book, Manga, álbum de Bande Dessinée o Fumetto. En algunos casos también puede ser muy útil conocer los sub- formatos dentro de estos, como es el caso de álbum integral, Comic-Book tradepaperback y hardcover (Serchay, 1998), o la diferencia entre kanzeban y tankobon para el Manga… Puede ahorrarle mucho tiempo al catalogador la utilización de la terminología específica que habitualmente conlleva unas dimensiones y unas características concretas. A pesar de que se trata de una información muy específica las editoriales suelen mencionarla en las fichas de los cómics de su página web o sus boletines de novedades. Debería codificarse dentro de la etiqueta 300. 7.1.5.1. ¿Ilustraciones? “Un comic no es «il.» ni es «todas il. » O «principalmente il. » o «il. en col. y n.» en los casos de cómics en color o en blanco y negro”(Fee, 2008). Un cómic es un cómic, 40 no es un libro ilustrado ni un compendio de ilustraciones y así debería de quedar reflejado. Vicente Funes recomienda utilizar el subcampo $b de la etiqueta 245 para introducir la palabra cómic y facilitar al usuario la búsqueda (Funes, 2010). También puede hacerse sustituyendo por cómic en la etiqueta 300 la mención de ilustración y reservándola para aquellos casos en los que el cómic incluya también ilustraciones como portadas alternativas o bocetos y diseños de personajes. 7.1.6. Super-Registro William T Fee utiliza lo que denomina un Super-Registro, que agrega la información colectiva de una unidad superior, en este caso una serie, y registra los cambios específicos de cada número concreto de manera relacionada. Es decir, dentro de MARC crea un registro específico para cada serie en el que enlaza luego los de los cómics individuales completando la información específica que falta. Así si una biblioteca adquiere un tomo recopilatorio que contiene varios números de una serie concreta, puede enlazarse el registro del tomo concreto con el Super-Registro de serie y facilitar al usuario la búsqueda por serie. Esta es una práctica común en las bases de datos y muy extendida gracias a las posibilidades de los hipertextos en web, pero su utilización en bibliotecas estaría supeditada a las posibilidades de registro que ofrezca el software de catalogación de cada biblioteca y a las limitaciones prácticas de tiempo y personal. 7.1.7. Campos de materia A continuación, se incluyen sugerencias respecto a los términos que podrían utilizarse como encabezamientos secundarios de materia para facilitar la búsqueda y recuperación de información. 7.1.7.1. Géneros Existen una serie de géneros y subgéneros específicos de cómic que por sus características no tienen sentido en otros medios. Estaríamos hablando de géneros como superhéroes o los específicos de Manga como shonen, shojo o seinen. Para bibliotecas públicas y de carácter general se puede recurrir a obras como el Thesaurus del mundo del cómic con las convenientes actualizaciones (Catalán-Vega et al., 1997), el Vocabulario de género/forma de literatura y cómic de la BNE (Biblioteca Nacional de España, 2019b), la clasificación por géneros de la Biblioteca Regional de Murcia (Biblioteca Regional de Murcia, 2020) o la relación de géneros según temática del Manual de procedimiento para la catalogación de impresos modernos de la Red de Lectura pública de Euskadi (Red de Lectura Pública de Euskadi, 2006). Para registros más específicos es más interesante la 41 tabla géneros desarrollados por Tebeosfera (Barrero, 2015). A pesar de que definir una nueva clasificación por géneros está fuera del alcance de esta investigación, se recomienda evitar la ambigüedad del género “Novela gráfica” siempre que sea posible. Como se indica al inicio de este trabajo tiene una difícil definición y a pesar de su utilización como etiqueta comercial continúa siendo simplemente otro sinónimo de cómic. Figura 13 Infografía explicativa de la clasificación de cómics según género. Extraído de la página web de la Biblioteca Regional de Murcia. 7.1.7.2. Personajes El estudio conjunto de ALA y CBLDF revelaba que un 19,8% de los usuarios buscaban sus cómics por personaje (Bailund, Clawson and Crouch, 2018b). En algunos 42 casos, como por ejemplo el de la Bowling Green State University o la Michigan State University, se emplean los nombres de personajes como Superman como género y como materia (Falk and Hunker, 2010). Otros autores como Barrero o Fee recomiendan utilizar los campos de materia para grupos o equipos de personajes, independientemente de que sean La Familia Trapisonda o La Liga de la Justicia. En el caso del cómic de superhéroes puede ayudar incluir como personajes las identidades secretas de los personajes. Hay que recordar que esta es una práctica útil para todos los tipos de cómics, y tanto Astroboy, como Astérix, como Mortadelo son nombres de personajes que pueden emplearse para enlazar a través de los campos de materia no solo los cómics si no también otros materiales como audiovisuales que puedan existir de los personajes en el catálogo de la biblioteca. Como se explicaba en el apartado de Mención de responsabilidad también puede utilizarse un campo de título uniforme para referirse a series protagonizadas por el mismo personaje o grupo de personajes. 7.1.7.3. Eventos Es habitual en ciertos cómics, especialmente americanos, que se den lo que se conoce como eventos. Se trata de cruces entre diversas series y en ocasiones series creadas exprofeso y números especiales que comparten una línea argumental. Los lectores y coleccionistas están interesados en leerlos completos independientemente de las series que abarquen. Estos eventos suelen indicarse en la portada y ayudan a agrupar cómics de distintas colecciones que participan en el mismo. Un ejemplo de evento sería por ejemplo el antes mencionado House of M, que partió de una serie homónima creada para el propio evento. En ocasiones pueden llegar involucrar personajes de distintos sellos o editoriales. 7.1.7.1. Universos El concepto de universo ficticio es importante dentro del mundo del cómic. Series que parecen muy diferentes pueden pertenecer a un mismo universo de ficción. Algunos ejemplos de los mismos podrían ser los famosos universos de las editoriales DC y Marvel americanas, el de Gundam en Japón o el universo de Las Crónicas de Mesene o El Vosque en España. Este concepto de diferenciación de universos sería similar a la propuesta que hacen los autores Kiryakos y Sugimoto de “Superwork”, que asimila y agrupa los conceptos de universo y franquicia y los utiliza en ejemplos como Harry Potter o Dragon Ball (Kiryakos and Sugimoto, 2019). Puede ser muy útil incluirlos en los registros bibliográficos. En Tebeosfera encontramos un concepto similar que también podría ser útil para bibliotecas dentro de su clasificación de sagas, que definen como: conjunto de 43 series y participaciones de personajes que emanan de una misma idea argumental inicial, mostrando todas sus etapas y versiones. La utilización de universos como punto de acceso no era una de las preferencias de los investigadores consultados, y dada su complicación es preferible registrarla en casos de universos fácilmente reconocibles (como DC y Marvel) reservando una lista controlada más específica para los catálogos que pretendan abarcar un conocimiento enciclopédico del cómic. Puede ser importante para algunos catálogos indizar como materias algunos de los sellos editoriales o marcas de colecciones más importantes dentro del mundo del cómic, que con los años han conseguido entidad propia y en ocasiones generado sus propios universos de ficción. Sería el caso de sellos como Vertigo dentro de la editorial DC o Wildstorm nacido en la editorial Image y posteriormente vendido también a DC. En el caso de otros sellos meramente comerciales su utilización se aconseja solo en descripciones completas. Por ejemplo, la editorial española Fandogamia divide sus cómics en las líneas ADSL (para cómics que fueron publicados originalmente en internet), INFINITE (para cómics en formato Comic-Book o similares) y YAMANOTE (para cómics en formato Manga, independientemente del país de procedencia) pero esta información no es tan relevante para los lectores como lo es diferenciar un cómic de Vertigo. 7.1.7.2. Tipo de cómic según su procedencia geográfica La forma de clasificación de cómic más habitual suele ser en base a su procedencia geográfica. El problema con esto es que se tiende a confundir procedencia geográfica con formato. Por ejemplo, un cómic francés puede presentarse en formato Manga, Comic- Book o álbum del mismo modo que uno español o uno americano. Es importante decidir si clasificaremos nuestros cómics buscando una optimización del espacio utilizado, para lo cual sería interesante agruparlos por formato. Si no tenemos claros los criterios para agruparlos puede darse el caso de no saber cómo catalogar un cómic como Guardianes del Louvre de Jiro Taniguchi que fue un encargo realizado al Mangaka por el Museo del Louvre y publicado en formato álbum BD en Francia y en formato Manga en Japón. En este caso las divisiones tradicionales dependiendo de si elegimos clasificar por formato o por procedencia serían: ▪ Comic-Book o cómic americano ▪ Manga o cómic japonés ▪ Bande Dessinée (BD) o cómic francobelga 44 ▪ Fumetto o cómic italiano ▪ Cómic español (y otros cómics locales en el caso de bibliotecas regionales) Bande Dessinée suele utilizarse como paraguas que acoge todo el cómic europeo (y viceversa). Clasificar por formato nos da también la posibilidad de incluir dentro de Manga cómics producidos en ese formato fuera de las fronteras de Japón que pueden ayudar a que un usuario acostumbrado a leer tan solo cómic japonés descubra otras obras que puedan interesarle. De nuevo, quedará a discreción del catalogador y las necesidades de su biblioteca la especificación concreta de cada caso. 7.1.1. Tesauros, índices, ontologías y vocabularios sobre cómic No existen recursos públicamente accesibles de uso generalizado que indicen términos que puedan utilizarse como encabezamientos cuando hablamos de cómic. El coleccionista de cómic no está necesitado de ellos porque todas las relaciones entre conceptos son muy evidentes en su mente gracias a años de lectura, pero para un catalogador que proviene del mundo de la documentación puede suponer un reto entender las complejidades de un universo tan amplio. Hemos mencionado en apartados anteriores la utilidad del Vocabulario de género/forma de literatura y cómic de la BNE y la utilidad de recurrir a algunas de las listas de términos desarrolladas por bibliotecas públicas. A continuación, veremos también otros ejemplos más específicos. 7.1.1.1. El Thesaurus sobre el mundo del cómic En 1997 se publicó por primera vez el Thesaurus sobre el mundo del cómic (Catalán-Vega et al., 1997) que describe y categoriza términos apropiados para utilizar en descripción bibliográfica cuando hablamos de cómic. Es un trabajo sólido, pero su gran pega es que más de dos décadas después de su publicación no ha sido actualizado y algunas de las definiciones han quedado obsoletas. 7.1.1.1. Tebeosfera Puede ser muy útil para los documentalistas y bibliotecarios que tengan intención de catalogar cómic y pretendan desarrollar un índice de términos o estudiar las relaciones entre ellos recurrir a las definiciones que utiliza el catálogo de Tebeosfera. La utilización de sus tablas y su funcionamiento está explicada en Sistemática de la historieta (Barrero, 2012). 7.1.1.2. La ontología del cómic de Sean Petiya Es preciso destacar la ontología de cómic desarrollada por Sean Petiya. Su vocabulario de metadatos y la información técnica para crear registros y reutilizarlos a través del formato XML se encuentra en su web alojada en el dominio comicmeta.org 45 (Petiya, 2014b). Esta ontología tiene una licencia Creative Commons, sus definiciones están organizadas en clases relacionadas por propiedades y se creó teniendo en cuenta las novedades introducidas por los modelos relacionales de organización del universo bibliográfico más recientes y los avances realizados por los intentos de unificar un lenguaje de metadatos para describir cómics. En su tesis Building a Semantic Web of Comics: Publishing Linked Data in HTML/RDFa Using a Comic-Book Ontology and Metadata Application Profiles está desarrollado en detalle todo el funcionamiento de esta ontología y su lenguaje asociado de metadatos (Petiya, 2014a). Figura 14 Infografía de los conceptos básicos de la ontología creada por Petiya. Fuente: Petiya, S. (2014b) Converting Personal Comic-Book Collection Records to Linked Data. 7.1.2. Las portadas Todas las investigaciones previas sobre catalogación de cómic coinciden en que los usuarios están acostumbrados a buscar por portadas. Es la forma más rápida de distinguir si el cómic que estás buscando es el correcto o si dentro de uno de los muchos volúmenes de la misma serie has elegido el que necesitabas. Es importante incluir la portada correcta dentro de la ficha de cada ejemplar que tanto los investigadores en nuestra consulta como los usuarios en el estudio de la ALA encontraban imprescindible para recuperar la información. 46 8. CONCLUSIONES La aceptación social del cómic como un medio artístico y comunicativo de primer nivel, su presencia en las bibliotecas y su interés como sujeto y objeto de la investigación científica han crecido en los últimos años. Pero estos tres vectores tienen que ir de la mano. El cómic no podrá convertirse en una disciplina académica si no existe la metodología para integrarlo como un elemento más de las ciencias de la documentación y la información. Se preguntaba en este trabajo ¿de qué sirve que sean los estudiosos los que tengan las fuentes de investigación en sus bibliotecas privadas? La pregunta puede parecer inocente, pero cuando no proporcionamos un acceso adecuado al cómic desde las instituciones públicas y académicas estamos limitando a mucha gente su descubrimiento y conocimiento. Y esto es un reto tanto para el desarrollo del medio como para las aspiraciones metodológicas de la biblioteconomía y de la catalogación, hoy todavía faltas de mucha exploración en el frente del cómic. Seis de las bibliotecas consultadas para esta investigación también coleccionan arte original de cómics, bien sea mediante la propia biblioteca, un museo o sala de exposiciones asociada u otro departamento encargado de arte de la misma institución. “De esta cuestión se desprende otro problema: al estar los originales sin digitalizar y al no haber una política de resguardo del material si un editor o el mismo autor de la obra desea republicar una historieta (el caso más típico es lo que ocurrió con El Eternauta) no dispone del material en óptima calidad ya que no tiene acceso a las películas originales.” (Vazquez, 2012). No puede ser que las mejores fuentes de información sobre cómic estén únicamente en manos de los aficionados en internet a la espera de que los intereses comerciales de ciertas empresas o los problemas de la conservación digital permitan que se pierda esta información. Se necesitan instituciones culturales y servicios públicos que dispongan del material, lo conozcan y lo pongan a disposición de la ciudadanía. Si esto no ocurre, corremos el riesgo de perder para siempre un patrimonio cultural y artístico de valor incalculable. La presente investigación propone un punto de partida para bibliotecas, para que puedan desarrollar políticas de catalogación de cómic que se ajusten a las necesidades específicas de sus usuarios. También pretende ser una guía básica para las bases de datos específicas. El mundo del cómic lleva años intentando desarrollar un formato de metadatos específicos de cómic que se conviertan en el estándar utilizado por todas las 47 bases de datos de aficionados y por el mundo académico, del mismo modo que a día de hoy lo es Dublin Core para la publicación académica. ¿Por qué no tenemos un estándar que bases de datos especializadas puedan utilizar para permitir a las bibliotecas que deseen colaborar con ellas la exportación y reutilización de sus los registros de sus catálogos para enriquecerse mutuamente? Quizá este trabajo pueda servir como punto de partida para que las bases de datos especializadas puedan adaptar sus registros a un sistema de exportación de metadatos que permita la reutilización de sus registros por parte de los centros de documentación. Es importante la colaboración entre las instituciones y las iniciativas desarrolladas por aficionados. Desarrollar estos sistemas y colaboraciones permitiría que las bibliotecas pudieran aprovechar los miles de registros de cómics disponibles en Tebeosfera, fruto de trabajos de investigación de años, o los grandes archivos de portadas, en muchos casos digitalizadas por primera vez, que The Grand Comic Database (que celebra en la portada de su página web haber alcanzado 925000 portadas digitalizadas en 2020 con una edición búlgara del Sin City de Frank Miller). Se pone de manifiesto también la necesidad de desarrollar guías creadas específicamente por y para bibliotecarios y documentalistas en colaboración con investigadores y expertos de cómic con el objetivo de entender las características propias del cómic y ampliar sus conocimientos. Guías que se vean actualizadas para acomodar los vertiginosos cambios de las necesidades comerciales de las editoriales de cómic. Es necesario seguir construyendo sobre este concepto. Es habitual escuchar que RDA es el “futuro” de la catalogación y que traerá ventajas y diferencias dentro de la web y el hipertexto para solucionar muchos de los problemas de los usuarios. Y es cierto que RDA o BibFrame pueden llegar a ser muy interesantes para los cómics, y contribuirán a relacionar muchas obras tanto de ficción como de no ficción en cualquier medio que un usuario quiera consultar sobre casi cualquier concepto o personaje (Tarulli, 2010). Pero es necesario todo el trabajo previo de conocer y sobre todo entender el cómic para poder incluirlo de una manera efectiva en los catálogos. Dentro de las funciones tradicionales de los bibliotecarios de referencista o catalogador, y de las más nuevas como alfabetizador informacional o bibliotecario de enlace, hay que entender que hace falta una nueva categoría: bibliotecario especializado en cómic, igual que tenemos archivistas especializados en cine, bibliotecarios 48 especializados en lectura infantil o catalogadores de libro antiguo. Alguien que se encargue del proceso técnico del cómic y que esté preparado para investigar y mantenerse al día de las tendencias, eventos, universos e interrelaciones entre los mismos que se anuncian y varían constantemente, pero que también disponga de los suficientes conocimientos históricos del cómic y de su diversidad en distintos países y mercados. 49 9. BIBLIOGRAFÍA Y REFERENCIAS Andelson, E. (1992) A Study of Graphic Novel Cataloging Records. [Washington, D.C.]: Distributed by ERIC Clearinghouse. Available at: https://eric.ed.gov/?id=ED352976. Aros, M. et al. 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