UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE GEOGRAFÍA E HISTORIA Departamento de Historia Antigua TESIS DOCTORAL La conflictividad social en la tardoantigüedad: un análisis sociológico y lexicológico. Estudio sobre los principales conflictos del occidente tardorromano: bagaudas, circunceliones y priscilianistas MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Raúl Serrano Madroñal Director Gonzalo Bravo Castañeda Madrid, 2018 © Raúl Serrano Madroñal, 2017 LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL EN LA TARDOANTIGÜEDAD: UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO Y LEXICOLÓGICO Estudio sobre los principales conflictos del Occidente tardorromano: bagaudas, circunceliones y priscilianistas. RAÚL SERRANO MADROÑAL T E S I S D O C T O R A L DIRECTOR: DR. GONZALO BRAVO CASTAÑEDA Departamento de Historia Antigua Facultad de Geografía e Historia Doctorado en Estudios del Mundo Antiguo (UCM/UAM) Madrid, Marzo de 2017 LA CONFLICTIVIDAD SOCIAL EN LA TARDOANTIGÜEDAD: UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO Y LEXICOLÓGICO Estudio sobre los principales conflictos del Occidente tardorromano: bagaudas, circunceliones y priscilianistas. Raúl Serrano Madroñal Tesis Doctoral Director: Dr. Gonzalo Bravo Castañeda Departamento de Historia Antigua Facultad de Geografía e Historia Doctorado en Estudios del Mundo Antiguo (UCM/UAM) Madrid, Marzo de 2017 A Gonzalo Bravo, mi director. Sus clases en primer curso de licenciatura me aferraron a la Historia Antigua y al espíritu crítico. Su confianza fue mi perseverancia. Mi padre académico A mi familia. Por su apoyo permanente por encima de la adversidad. Siempre presentes. Mis pilares A Carmen, la luz que disuelve la tempestad. A Stigmata, el crepúsculo que disipó la incertidumbre. AGRADECIMIENTOS Decía Bernardus Carnotensis, según su discípulo Johannes “Parvus”, que somos como enanos aupados a hombros de gigantes, de manera que podemos ver más cosas y más lejanas que ellos, no por la agudeza de nuestra vista o por nuestra elevada estatura, sino porque estamos alzados sobre ellos y nos elevamos sobre su altura gigantesca. Más allá de la defensa medieval sobre la utilidad de las artes liberales, el Metalogicon contiene una máxima esencial y aplicable a cualquier tipo de investigación científica. Tenemos que ser muy conscientes de nuestra condición de nani y de la relevancia de nuestras aportaciones, que sin el firme soporte del enorme conocimiento que nos precede, se vería reducida a escalas insignificantes. Es por esta razón por la que me veo obligado a brindar mis agradecimientos, en primer lugar, a todos aquellos investigadores e investigadoras que me han ofrecido sus hombros y me han permitido contemplar un horizonte historiográfico más amplio. Esta tesis, como cualquier otra, es el fruto de un largo período de lecturas, de trabajo, de esfuerzo y de análisis reflexivo, que no hubiera sido posible sin los espacios necesarios y sin los recursos materiales que me han garantizado diversas instituciones. Así pues, doy las gracias a la Universidad Complutense de Madrid y a su extraordinario fondo bibliográfico. Me refiero especialmente a la Biblioteca de la Facultad de Geografía e Historia, mi casa. Asimismo, no puedo dejar de mencionar otras bibliotecas de la misma institución, como las de Filología, Filología Clásica, Filosofía, Ciencias de la Información, Ciencias Políticas y Sociología. Por su parte agradezco igualmente las prestaciones del Centro de Ciencias Humanas y Sociales del CSIC, así como las de la Universidad Autónoma de Madrid, hermanada con la Complutense en la coordinación conjunta del Programa de Doctorado en Estudios del Mundo Antiguo, al que se adscribe la presente tesis, y en el que colaboran los Departamentos de Historia Antigua de la UAM y de la UCM, el Departamento de Filología Griega y el de Filología Latina de la UCM, el Departamento de Filología Clásica de la UAM, el Departamento de Ciencias y Técnicas Historiográficas de la UCM y el Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UAM. No puedo dejar de agradecer, del mismo modo, la ayuda ofrecida por la Universidad de Sevilla, en mis constantes estancias en la capital andaluza. Continúo, por supuesto, agradeciendo la atenta dirección y supervisión de mi director de tesis, el Dr. Gonzalo Bravo Castañeda, durante todos estos años. Sin su paciencia y su confianza, esta investigación no hubiera salido adelante. Igualmente, sin su rigidez en las correcciones y sin la brillantez de sus aportaciones, las carencias del trabajo serían mucho más notorias. Agradezco con la misma intensidad la ayuda brindada por Margarita Sánchez Benito en todas las tareas administrativas y burocráticas previas a la presentación de esta tesis doctoral. A su vez, como miembro asociado, ofrezco el mayor de los agradecimientos a la Asociación Interdisciplinar de Estudios Romanos (AIER) y a sus coloquios anuales, que me han servido como plataforma de discusión y de enriquecimiento. También me gustaría dar las gracias a la Asociación Barbaricvm, que siempre me ha tratado como un ahijado, y en especial a su presidenta, la Dra. Rosa Sanz Serrano, que ha sido para mí una personalidad académica de gran influencia. Por último, quiero agradecer al Deutsches Archäologisches Institut de Madrid la predisposición y la amabilidad de su trato; asimismo quiero reconocer la labor de los organizadores de las reuniones anuales del DEMA, donde todos los doctorandos del Programa conjunto poníamos en común nuestros problemas e intentábamos ofrecer soluciones de un modo especialmente fraternal y solidario. No puedo concluir estos agradecimientos sin hacer una mención expresa de los apoyos recibidos en la esfera moral y afectiva, no menos importante. Incluyo aquí a mis padres y a mis hermanas, por su presencia incondicional; a mis amigos de toda la vida, con los que crecí y maduré en aquellas inolvidables tertulias nocturnas en los parques de Alcorcón; a los amigos que ya conocí con posterioridad, igualmente importantes; a Carmen, mi pareja, con la que comparto felizmente mi vida, no sólo académica; a mis compañeros de estudios, en sus distintas fases, por todo lo que me han aportado; y a la gata que ronroneaba alrededor de mis apuntes, con seguridad el ser que más tiempo ha permanecido a mi lado a lo largo de la prolongada elaboración de este trabajo. A todos y cada uno, gracias. ÍNDICE DE CONTENIDOS Abstract ................................................................................................................................... 20 Resumen .................................................................................................................................. 23 INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................... 27 CAPÍTULO 1. ................................................................................................................................ 33 EL PROBLEMA CONCEPTUAL ....................................................................................................... 33 1. 1. Conflictus, societas y socialis. .......................................................................................... 33 1.2. ¿Qué es un conflicto social? ............................................................................................. 39 1. 3. ¿Teorías y conflictividad social en la Antigüedad Clásica? .............................................. 40 CAPÍTULO 2. ................................................................................................................................ 55 LA APORTACIÓN SOCIOLÓGICA ................................................................................................... 55 2. 1. Precedentes. .................................................................................................................... 55 2. 2. El conflicto social: ¿Historia versus Sociología? .............................................................. 62 2. 3. Principales teorías y paradigmas sociológicos. ............................................................... 63 2. 4. El nuevo paradigma: L. A. Coser y R. Dahrendorf. .......................................................... 66 2. 5. Otras contribuciones más recientes. ............................................................................... 70 2. 6. Últimas aportaciones. ..................................................................................................... 77 CAPÍTULO 3. ................................................................................................................................ 83 LA APORTACIÓN LEXICOLÓGICA ................................................................................................. 83 3. 1. Consideraciones iniciales................................................................................................. 83 3. 2. Filología e Historia. .......................................................................................................... 86 3. 3. Lingüística y lexicología. .................................................................................................. 89 CAPÍTULO 4. ................................................................................................................................ 94 EL PROBLEMA DE LAS FUENTES .................................................................................................. 94 4. 1. ¿Fuentes escasas? ........................................................................................................... 94 4. 2. Fuentes básicas explícitas. .............................................................................................. 96 4. 2. 1. Primeras informaciones sobre bagaudas en Galia: ..................................................... 96 Las campañas de Maximiano Hercúleo (285-288). ................................................................. 96 1) Aur. Vic. Caes. 39. 17-20 ..................................................................................................... 96 2) Eutr. Brev. 9, 20, 3 ............................................................................................................... 97 3) Paean. 9, 20, 3 ..................................................................................................................... 97 4) Hier. Chron. a. Abr. 2303. (286-288) ................................................................................... 97 5) Oros. Hist. adv. pag. 7, 25, 2 ............................................................................................... 97 6) Prosp. Chron. 938 ................................................................................................................ 98 7) Chron. Gall. 511, 443 ........................................................................................................... 98 8) Iord. Rom. 296 ..................................................................................................................... 98 4. 2. 2. Presencia de bagaudas en los pasos alpinos: .............................................................. 99 Sarus y el precio de su retirada (407). ..................................................................................... 99 1) Zos. hist. nov. 6, 2, 5 ............................................................................................................ 99 4. 2. 3. Bagaudas en Galia e Hispania durante el siglo V: ........................................................ 99 1) Salv. De. gub. Dei, 5, 21-26 ................................................................................................. 99 2) Chron. Gall. 452, 117, 119, 133 ......................................................................................... 100 3) Hyd. Chron. 125, 128, 141, 158 ......................................................................................... 101 4. 2. 4. Los circunceliones norteafricanos: ............................................................................ 101 El cisma donatista y sus consecuencias. De la disputa por el obispado de Cartago al Beato de Liébana (311-786). ............................................................................................. 101 1) Opt. Mil. 3, IV .................................................................................................................... 101 2) Aug. Ep. 23, 6-7 ................................................................................................................. 102 3) Aug. Psalm. contra. Part. Donat. 140-150 ......................................................................... 103 4) Aug. Enarr. In Psalm. 10. 5 ................................................................................................ 103 5) Aug. Ep. 35. 2 .................................................................................................................... 104 6) Aug. Ep. 43. 8. 24............................................................................................................... 104 7) Aug. Serm. 62. 11. 17 ........................................................................................................ 105 8) Aug. contra. Lit. Pet. 1. 24. 26 ........................................................................................... 105 9) Aug. Ep. 76. 2 .................................................................................................................... 110 10) Aug. Enarr. In Psalm. 36. (2). 18 ...................................................................................... 111 11) Aug. contra. Parm. 1. 10. 16 ............................................................................................ 111 12) Conc. Carth ...................................................................................................................... 115 13) Aug. contra. Cresc. 3. 42. 46 ........................................................................................... 115 14) Aug. Ep. 88. 1 .................................................................................................................. 118 15) Aug. Ep. 93. 1. 2............................................................................................................... 120 16) Aug. Enarr. In Psalm. 54. 26 ............................................................................................ 121 17) Aug. Ep. 111. 1 ................................................................................................................ 121 18) Aug. Ep. 105. 2. 3 ............................................................................................................ 122 19) Aug. Ep. 108. 5. 14 .......................................................................................................... 123 20) Aug. Serm. 313. (E). 7 ...................................................................................................... 124 21) Aug. de unico Bapt. contra Pet. 8. 14.............................................................................. 124 22) Aug. Ep. ad. cath. De secta don. 16. 41 ........................................................................... 125 23) Aug. Ep. 133. 1 ................................................................................................................ 126 24) Aug. Ep. 134. 2 ................................................................................................................ 127 25) Aug. ad. Don. post. Coll. 17. 22 ....................................................................................... 127 26) Aug. Brev. Coll. 8. 13 ....................................................................................................... 128 27) Aug. Enarr. In Psalm. 132. 3 ............................................................................................ 129 28) Gest. Coll. Carth .............................................................................................................. 130 29) CTh. 16. 5. 52 ................................................................................................................... 130 30) Aug. Enarr. In Psalm. 95. 11 ............................................................................................ 131 31) Aug. Serm. 47. 17 ............................................................................................................ 131 32) Aug. Ep. 185. 7. 25 .......................................................................................................... 132 33) Aug. de gest. cum Emer. 9 .............................................................................................. 133 34) Aug. Serm. 198. 45 .......................................................................................................... 134 35) Indic. De. Haer. 33 ........................................................................................................... 134 36) Aug. contra Gaud. 1. 26. 29............................................................................................. 135 37) Aug. Haer. 69. 4 ............................................................................................................... 137 38) Poss. Vita. Aug. 10. 1 ....................................................................................................... 138 39) Praed. 1. 69 ..................................................................................................................... 138 40) Vict. Vit. Hist. persec. 4. 2 ............................................................................................... 138 41) Cass. In Psalm. 132. 1 ...................................................................................................... 139 42) Isid. Hisp. De eccl. off. 2. 16. 7 ........................................................................................ 139 43) Isid. Hisp. Etym. 8. 5. 53 .................................................................................................. 140 44) Beat. in Apoc ................................................................................................................... 140 4. 2. 5. La controversia priscilianista: .................................................................................... 141 Del nacimiento de la doctrina hasta los ecos de Isidoro de Sevilla (375-630). ..................................................................... 141 1) Hier. Vir. Ill. 121 ................................................................................................................. 141 2) Aug. Ep. 237. 1 .................................................................................................................. 141 3) Sulp. Sev. Dial. 3. 11 .......................................................................................................... 142 4) Conc. Tolet. I ..................................................................................................................... 143 5) Sulp. Sev. Chron. 2. 46....................................................................................................... 146 6) CTh. 16. 5. 40 pr ................................................................................................................ 149 7) Innoc I. Ep. 3 ...................................................................................................................... 151 8) Hier. Ep. 126 ...................................................................................................................... 151 9) Aug. Ep. 36. 12. 28 ............................................................................................................ 151 10) Oros. Comm. 2 ................................................................................................................ 152 11) Aug. ad. Oros. 1. 1 ........................................................................................................... 153 12) Aug. Ep. 166. 3. 7 ............................................................................................................ 155 13) Hier. Ep. 133. 3: ............................................................................................................... 155 14) Zos. Ep. IV. 3 .................................................................................................................... 157 15) Aug. De nat. et orig. Animae. 3.7.9: ................................................................................ 158 16) Consent. Ep. 11*. 1 ......................................................................................................... 158 17) Aug. contra. Mend. 2. 2................................................................................................... 159 18) CTh. 16. 5. 59 ................................................................................................................... 164 19) Aug. Haer. 70 ................................................................................................................... 165 20) Prosp. Chron. 734-736 .................................................................................................... 165 21) Vicent. Lir. Comm. 1. 24: ................................................................................................. 165 22) Turibius. Ep. ad Idac. et Cep. 5 ........................................................................................ 166 23) Leo. Ep. 15 ....................................................................................................................... 166 24) Praed. 1. 70 ..................................................................................................................... 168 25) Hyd. Chron. VII ................................................................................................................ 168 26) Conc. Tolet. II: ................................................................................................................. 169 27) Vig. Ep. Ad. Euth .............................................................................................................. 170 28) Conc. Brac. I ..................................................................................................................... 170 29) Conc. Brac. II .................................................................................................................... 173 30) Isid. Hisp. Vir. Ill. 15. 19 ................................................................................................... 173 31) Isid. Hisp. Etym. 8. 5. 54 .................................................................................................. 174 4. 3. Fuentes básicas implícitas. ............................................................................................ 174 4. 3. 1. Primeras informaciones sobre bagaudas en Galia: ................................................... 175 Las campañas de Maximiano Hercúleo (285-288). ............................................................... 175 4. 3. 2. Bagaudas en Galia e Hispania durante el siglo V: ...................................................... 175 4. 3. 3. Los circunceliones norteafricanos: ............................................................................ 177 El cisma donatista y sus consecuencias. De la disputa por el obispado de Cartago al Beato de Liébana (311-786). ............................................................................................. 177 4. 3. 4. La controversia priscilianista: .................................................................................... 181 Del nacimiento de la doctrina hasta los ecos de Isidoro de Sevilla (375-630). ..................................................................... 181 CAPÍTULO 5. .............................................................................................................................. 184 UN ANÁLISIS LEXICOLÓGICO CONTEXTUALIZADO .................................................................... 184 5. 1. El contexto histórico. ¿Qué dicen las fuentes? ............................................................. 184 5. 2. Primeras informaciones sobre bagaudas en Galia. ....................................................... 185 5. 2. 1. Aurelio Víctor. ............................................................................................................ 187 5. 2. 2. Los panegíricos en honor de Maximiano. ................................................................. 188 5. 2. 3. Eutropio. .................................................................................................................... 193 5. 2. 4. Paeanius. ................................................................................................................... 194 5. 2. 5. Jerónimo de Estridón. ................................................................................................ 195 5. 2. 6. Orosio. ....................................................................................................................... 196 5. 2. 7. Próspero de Aquitania. .............................................................................................. 197 5. 2. 8. Chronica Gallica DXI................................................................................................... 197 5. 2. 9. Jordanes..................................................................................................................... 197 5. 2. 10. San Mauricio y la Legión tebana.............................................................................. 198 5. 3. Presencia de bagaudas en los pasos alpinos. ................................................................ 201 Zósimo. .................................................................................................................................. 201 5. 4. Bagaudas en Galia e Hispania durante el siglo V. .......................................................... 205 Salviano de Marsella. ............................................................................................................ 205 5. 4. 1. Chronica Gallica CCCCLII. ........................................................................................... 211 5. 4. 2. Hidacio. ...................................................................................................................... 212 5. 4. 3. Querolus. ................................................................................................................... 222 5. 4. 4. Rutilio Namaciano. .................................................................................................... 224 5. 4. 5. Merobaudes. ............................................................................................................. 225 5. 4. 6. Sidonio Apolinar. ....................................................................................................... 227 5. 4. 7. Constancio de Lyon. .................................................................................................. 229 5. 5. Los circumcelliones norteafricanos: .............................................................................. 234 El cisma donatista y sus consecuencias. De la disputa por el obispado de Cartago al Beato de Liébana (311-786). ............................................................................................. 234 5. 5. 1. Optato milevitano. .................................................................................................... 239 5. 5. 2. Agustín de Hipona. .................................................................................................... 255 Epístola 23. ............................................................................................................................ 255 Salmo contra la secta de Donato. ......................................................................................... 256 Comentario sobre el salmo 10. ............................................................................................. 257 Epístola 35. ............................................................................................................................ 258 Epístola 43. ............................................................................................................................ 261 Sermón 62. ............................................................................................................................ 261 Réplica a las cartas de Petiliano. ........................................................................................... 262 Epístola 76. ............................................................................................................................ 267 Comentario sobre el salmo 36. ............................................................................................. 268 Réplica a la carta de Parmeniano. ......................................................................................... 268 Concilio de Cartago de 404. .................................................................................................. 272 Contra el gramático Cresconio. ............................................................................................. 273 Epístola 88. ............................................................................................................................ 277 Epístola 93. ............................................................................................................................ 279 Comentario sobre el salmo 54. ............................................................................................. 279 Epístola 111. .......................................................................................................................... 280 Epístola 105. .......................................................................................................................... 280 Epístola 108. .......................................................................................................................... 281 Sermón 313 E ........................................................................................................................ 284 Sobre el único bautismo, contra Petiliano. ........................................................................... 284 Carta a los católicos sobre la secta de los donatistas. .......................................................... 285 Epístola 133. .......................................................................................................................... 287 Epístola 134. .......................................................................................................................... 287 Resumen de la Conferencia de Cartago. ............................................................................... 289 Comentario sobre el salmo 132. ........................................................................................... 289 El edicto de Marcelino........................................................................................................... 292 CTh. 16. 5. 52. ........................................................................................................................ 293 Comentario sobre el salmo 95. ............................................................................................. 297 Sermón 47. ............................................................................................................................ 298 Epístola 185. .......................................................................................................................... 298 El encuentro con Emérito. ..................................................................................................... 299 Sermón 198. .......................................................................................................................... 300 Pseudo-Jerónimo................................................................................................................... 301 Contra Gaudencio. ................................................................................................................ 302 Sobre los herejes. .................................................................................................................. 304 5. 5. 3. Posidio de Calama. .................................................................................................... 305 5. 5. 4. Praedestinatus. .......................................................................................................... 307 5. 5. 5. Víctor Vitense. ........................................................................................................... 308 5. 5. 6. Casiodoro. .................................................................................................................. 309 5. 5. 7. Isidoro de Sevilla. ....................................................................................................... 310 5. 5. 8. Beato de Liébana. ...................................................................................................... 312 5. 5. 9. Referencias implícitas sobre los circunceliones. ....................................................... 313 El segador de Mactar. ........................................................................................................... 313 Optato milevitano. ................................................................................................................ 315 Agustín de Hipona. ................................................................................................................ 315 Filastrio de Brescia. ............................................................................................................... 318 Teodoreto de Ciro. ................................................................................................................ 319 5. 6. La controversia priscilianista. Del nacimiento de la doctrina hasta los ecos de Isidoro de Sevilla. ...................................................................................... 319 5. 6. 1. De viris illustribus de Jerónimo. ................................................................................ 319 5. 6. 2. La epístola 237 de Agustín de Hipona. ...................................................................... 322 5. 6. 3. Los diálogos de Sulpicio Severo. ................................................................................ 326 5. 6. 4. El Primer Concilio toledano. ...................................................................................... 328 5. 6. 5. Chronicorum libri duo. .............................................................................................. 332 5. 6. 6. Los priscilianistas en el Codex Theodosianus. ........................................................... 344 5. 6. 7. La epístola “saepe me” de Inocencio I. ..................................................................... 348 5. 6. 8. La epístola 126 de Jerónimo. ..................................................................................... 349 5. 6. 9. La epístola 36 de Agustín de Hipona. ........................................................................ 350 5. 6. 10. La consulta/advertencia de Orosio. ........................................................................ 351 5. 6. 11. La respuesta de Agustín a Orosio. ........................................................................... 353 5. 6. 12. La epístola 166 de Agustín. ...................................................................................... 354 5. 6. 13. La epístola 133 de Jerónimo. ................................................................................... 355 5. 6. 14. La epístola del pontífice Zósimo. ............................................................................. 356 5. 6. 15. Sobre la naturaleza y el origen del alma de Agustín. .............................................. 357 5. 6. 16. La epístola de Consencio a Agustín. ........................................................................ 357 5. 6. 17. Contra mendacium de Agustín de Hipona. ............................................................. 360 5. 6. 18. De Haeresibus de Agustín de Hipona. ..................................................................... 364 5. 6. 19. Próspero de Aquitania. ............................................................................................ 366 5. 6. 20. El Commonitorium de Vicente de Lerins. ................................................................ 367 5. 6. 21. Toribio de Astorga. .................................................................................................. 367 5. 6. 22. La respuesta de León I al informe de Toribio. ......................................................... 369 5. 6. 23. Praedestinatus. ........................................................................................................ 370 5. 6. 24. El Chronicon de Hidacio. .......................................................................................... 371 5. 6. 25. Las epístolas de Montano........................................................................................ 373 5. 6. 26. La epístola del pontífice romano Vigilio. ................................................................. 375 5. 6. 27. El Primer Concilio de Braga. .................................................................................... 376 5. 6. 28. El Segundo Concilio de Braga. ................................................................................. 379 5. 6. 29. Los ecos de Isidoro de Sevilla. ................................................................................. 380 5. 6. 30. Las referencias implícitas. El sínodo zaragozano. ................................................... 381 Tratados y cánones atribuidos a Prisciliano. ......................................................................... 382 La epístola de Máximo a Siricio. ............................................................................................ 389 Pacato Drepanio. ................................................................................................................... 390 Los “abstinentes” y los “otros gnósticos”. ............................................................................ 391 Chronica Gallica CCCCLII. ....................................................................................................... 392 CAPÍTULO 6. .............................................................................................................................. 394 INTERPRETACIONES HISTORIOGRÁFICAS .................................................................................. 394 6. 1. Bagaudas. ...................................................................................................................... 394 6. 2. Circunceliones. .............................................................................................................. 421 6. 3. Priscilianismo. ................................................................................................................ 431 CAPÍTULO 7. .............................................................................................................................. 442 UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO Y COMPARATIVO .......................................................................... 442 7. 1. Bagaudas en el siglo III. ................................................................................................. 442 7. 2. Bagaudas en el siglo V. .................................................................................................. 444 7. 3. Circunceliones. .............................................................................................................. 445 7. 4. Priscilianismo. ................................................................................................................ 447 7. 5. Consideraciones comparativas. ..................................................................................... 448 CAPÍTULO 8. .............................................................................................................................. 453 CONCLUSIONES Y PROPUESTAS ................................................................................................ 453 8. 1. Bagaudas en el siglo III. ................................................................................................. 453 8. 2. Bagaudas en el siglo V. .................................................................................................. 456 8. 3. Circunceliones. .............................................................................................................. 461 8. 4. Priscilianismo. ................................................................................................................ 472 Apéndice: selección de fuentes complementarias. .............................................................. 480 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ................................................................................................. 506 20 Tesis Doctoral Serrano, R. (2017). La conflictividad social en la tardoantigüedad : un análisis sociológico y lexicológico. Estudio sobre los principales conflictos del Occidente tardorromano: bagaudas, circunceliones y priscilianistas. Tesis doctoral en Historia Antigua. Universidad Complutense de Madrid. Year: 2017 Author: Raúl Serrano Madroñal Institution: University Complutense of Madrid Supervisor: Gonzalo Bravo Castañeda Program: Doctorado en Estudios del Mundo Antiguo (UCM/UAM) Abstract The Social Conflictivity in Late Antiquity: a Sociological and Lexicological Analysis. Study on the Main Conflicts of the Late Roman West: Bagaudae, Circumcellions and Priscillianists. by Raúl Serrano Madroñal This research is considered as an interdisciplinary work and it seeks to clarify, through a comparative study, the main social conflicts that historiography has most frequently emphasized in the late Roman West: bagaudae, circumcellions and priscillianists. Furthermore, as an analytical and methodological tool, this study makes use of the various theoretical contributions that, essentially from the sociological discipline, have been configured to interpret the omnipresent phenomenon of social conflict. It will trace the terminology used through the sources, explicit or implicit, in an attempt to examine the complex process that relates the record of historical information, intentionality and the degree of subjectivity. There are several reasons for this research. 1) Firstly, the need for an exhaustive study to jointly address the nexuses and divergences of three movements traditionally linked by scientific literature. 2) Secondly, the incorporation of various analytical elements from the sociological theory of conflict to the historical research of antiquity can provide new interpretative approaches that have been neglected until now. 3) Thirdly, we consider it necessary to have direct contact with the sources maintaining, however, a strong sense of criticism and suspicion with respect to the 21 R. Serrano Madroñal authors, the context of creation and the ideological conjunctures of embodiment, visibly appreciable in the original terminology. There is no concrete work devoted exclusively to the comparative study of the three phenomena in question, which applies an analytical approach imported from the sociology of conflict and which simultaneously focuses on the lexicological interpretation of the terminology used in the original sources. In order to respond to the proposed objectives, a purely historiographical research process has been designed, that will nevertheless provide analytical tools from other disciplines. The conceptual delimitation and theoretical contributions of the diverse and heterogeneous currents of the sociology of the conflict, exposed in the first phase of the thesis, will serve to complete and to enrich a detailed study of each of the cases explored. At the same time, the lexical analysis and textual and contextual criticism of the sources will clarify some issues that may not have been sufficiently noted before. In general terms, the research process has also been conceived as a learning process, where the role of methodology has been crucial. The case study and the novel inclusion of sociological aspects together with the detailed analysis of the original terminology have made some comparative and conclusive approaches possible, which suggests the need to continue to deepen the scope of the late antiquity social conflicts from similar perspectives. All of the social conflicts included in this study respond to a difference of interests between the parties and are not mere expressions of hostility. For this reason we can define these conflicting processes as real conflicts. The most difficult objectives to determine are those of the Gallic bagaudae of the third century, since we do not have sources that help us to clarify them sufficiently. The idea of usurpation in close connection with the local defense against the incursions of the barbarians, but especially the hypothesis of the troop of rustic people who act like latrones before the impossibility to cultivate devastated earth, seems more plausible than the adjudication of causes that are the result of a substantially different context. While the bagaudae of the fifth century take advantage of an opportune moment to flee from a society that does not give them a sufficient balance of benefits, the circumcellions fight by the imposition of a militant Christianity and rigorist with deep African roots in a frame of schismatic controversy. The Episcopal faction of Priscillian does not go so far as to seek the establishment of a new Church based on the precepts of asceticism and the pastoral charism. The swift accusations of their opponents, that involved the imperial authorities from the beginning of the conflict, forced the defendants of heresy to fight simply to show their orthodoxy. As for the participation of organized interest groups that provided a programmed direction towards the conflict, it is possible that the Donatist Church took advantage of the intimidating violence of the circumcellions in order to defend itself against state legal harassment, always in favor of Catholic unity (the exception of the Julian stage). 22 Tesis Doctoral The priscillianist sector had to have remarkable resources and powerful supporters, if the capabilities of bribery offered by S. Severus are believed. Likewise, the most representative figures of the church of the fourth century were not in favor of the bloody outcome and already in the second decade of the fifth century, crypto- priscillianists are found in the midst of the high aristocracies of Tarraconense that hinder new anti-heretic coups. An appreciable number of Hispanic Church hierarchs assumed Priscillianism and did not all repented for it. However, the casuistry of the bagaudae of the fifth century is diverse and their status as fugitives of Roman society binds them to a series of binding conditions: 1) They need an opportunity that facilitates their exit. 2) Personal goals and individual discontent determine their decision. The spontaneity and improvisation of the process are key to understanding the phenomenon. The affective component and hatred of the antagonist, which always intensifies conflicts, seems more appreciable in the transcendent and religious North African confrontation or in the intense enmities between the Hispanic episcopal bands than in the Bagaudic conflict. Small-scale religious intolerance can be a deeper channel for hate transmission than a large-scale international confrontation that reveals the internal maladjustments of a very rigid social system that is not capable of sustaining tensions without ruptures. The degree of violence, the scale and the drasticity of these conflicts is in no way comparable. The Bagaudic conflict of the fifth century is framed within an enormously turbulent geopolitical context, where different phenomena such as external penetration, internal usurpation and the emergence of social discontent are connected through the actions of the defectors. 23 R. Serrano Madroñal Resumen La conflictividad social en la tardoantigüedad : un análisis sociológico y lexicológico. Estudio sobre los principales conflictos del Occidente tardorromano: bagaudas, circunceliones y priscilianistas. por Raúl Serrano Madroñal Esta Tesis se plantea como un trabajo interdisciplinar y se propone esclarecer, mediante un estudio comparativo, los principales conflictos sociales que la historiografía ha destacado con más asiduidad en el Occidente tardorromano: bagaudas, circunceliones y priscilianistas. Asimismo, como herramienta metodológica de carácter analítico, haremos uso de las diversas aportaciones teóricas que, esencialmente desde la disciplina sociológica, se han ido configurando para interpretar el omnipresente fenómeno de la conflictividad social. Por su parte, rastrearemos a través de las fuentes la terminología empleada, ya sean éstas explícitas o implícitas, para tratar de profundizar en el complejo proceso que relaciona el registro de información histórica, la intencionalidad y el grado de subjetividad. Existen diversas razones que justifican la elaboración de esta investigación. 1) En primer lugar, la necesidad de un estudio exhaustivo que abordara de manera conjunta los nexos y las divergencias de tres movimientos tradicionalmente vinculados por la literatura científica. 2) En segundo lugar, la incorporación de diversos elementos analíticos procedentes de la teoría sociológica del conflicto a la investigación histórica de la Antigüedad puede aportar nuevos enfoques interpretativos hasta ahora desdeñados. 3) En tercer lugar, consideramos necesario un contacto directo con las fuentes que mantenga, sin embargo, un fuerte sentido de crítica y suspicacia con respecto a los autores, al contexto de creación y a las coyunturas ideológicas de plasmación, visiblemente apreciables en la terminología original. No existe una obra concreta dedicada en exclusividad al estudio comparativo de los tres fenómenos en cuestión, que aplique por su parte un enfoque analítico importado desde la sociología del conflicto y que se centre al mismo tiempo en la interpretación lexicológica de la terminología empleada en las fuentes originales. 24 Tesis Doctoral Para responder a los objetivos propuestos, hemos diseñado un proceso de investigación puramente historiográfico que se dotará, no obstante, de herramientas de análisis procedentes de otras disciplinas. La delimitación conceptual y las aportaciones teóricas de las diversas y heterogéneas corrientes de la sociología del conflicto, expuestas en la primera fase de la tesis, nos servirán para completar y enriquecer un estudio pormenorizado sobre cada uno de los casos que nos competen. A su vez, el análisis del léxico y la crítica textual y contextual de las fuentes matizarán algunas cuestiones que tal vez no se hayan advertido suficientemente con anterioridad. En términos generales, el proceso de investigación se ha concebido también como un proceso de aprendizaje, donde el papel de la metodología ha sido crucial. El estudio de caso y la inclusión novedosa de la aportación sociológica junto con el análisis detallado de la terminología original ha posibilitado algunos enfoques comparativos y conclusivos que sugieren la necesidad de continuar profundizando en el ámbito de los conflictos sociales tardoantiguos desde ópticas semejantes. Todos estos conflictos sociales responden a una contraposición de intereses entre las partes enfrentadas y no son meras expresiones de hostilidad. Por esta razón podemos definir a todos estos procesos conflictivos como reales. Los objetivos más difíciles de determinar son los correspondientes a los bagaudas galos del siglo III, ya que no disponemos de fuentes que nos ayuden verdaderamente a esclarecerlos. La idea de la usurpación en estrecha conexión con la defensa local frente a las incursiones de los bárbaros, pero sobre todo la hipótesis de la tropa de gentes rústicas que actúan como latrones ante la imposibilidad de cultivar unas tierras devastadas parece más verosímil que la adjudicación de móviles muy posteriores que son fruto de un contexto sustancialmente diferente. Mientras que los bagaudas del siglo V aprovechan un momento oportuno para huir de una sociedad que no les aporta un balance suficiente de beneficios, los circunceliones combaten por la imposición de un cristianismo militante y rigorista de profundas raíces africanas en un marco de controversia cismática. Por su parte, la facción episcopal de Prisciliano ni tan siquiera busca el establecimiento de una nueva Iglesia basada en los preceptos del ascetismo y el carisma pastoral. Las rápidas acusaciones de sus adversarios que involucraron desde el inicio del conflicto a las autoridades imperiales forzaron a los acusados de herejía a luchar simplemente por mostrar su ortodoxia. En cuanto a la participación de grupos de interés organizados que imparten una dirección programada al rumbo del conflicto, es posible que la iglesia donatista se aprovechara de la violencia intimidatoria de los circunceliones para defenderse del acoso jurídico estatal, siempre partidario de la unidad católica (con la excepción de la etapa julianea). El sector priscilianista tuvo que contar con recursos notables y con partidarios poderosos, si creemos en las capacidades de soborno que nos ofrece S. Severo. Asimismo, las figuras más representativas de la iglesia del siglo IV no fueron partidarias del desenlace cruento y ya en la segunda década del siglo V, encontramos 25 R. Serrano Madroñal cripto-priscilianistas en el seno de las altas aristocracias tarraconenses que obstaculizan nuevos golpes antiheréticos. Un número apreciable de jerarcas de la iglesia hispana asumió el priscilianismo y no todos se arrepintieron por ello. Sin embargo, la casuística de los bagaudas del siglo V es diversa y su condición de fugitivos de la sociedad romana les ata a una serie de condiciones vinculantes: 1) Necesitan una oportunidad que les facilite su salida. 2) Las metas personales y el descontento individual determinan su decisión. La espontaneidad y la improvisación del proceso son claves para la comprensión del fenómeno. El componente afectivo y el odio al antagonista, que siempre recrudecen los conflictos, parece más apreciable en el enfrentamiento trascendente y religioso norteafricano o en las intensas enemistades entre los bandos episcopales hispanos que en el conflicto bagáudico. La intolerancia religiosa a pequeña escala puede ser un canal de transmisión de odio más profundo que un enfrentamiento internacional a gran escala que pone de manifiesto los desajustes internos de un sistema social muy rígido que no es capaz de sostener tensiones sin rupturas. La escala de violencia, la dimensión y la drasticidad de estos conflictos no es en ningún caso equiparable. El conflicto bagáudico del siglo V se enmarca en un contexto geopolítico enormemente turbulento, donde se conectan fenómenos distintos como la penetración externa, la usurpación interna y la eclosión del descontento social mediante las acciones de los tránsfugas. 27 R. Serrano Madroñal Esta Tesis se plantea como un trabajo interdisciplinar y se propone esclarecer, mediante un estudio comparativo, los principales conflictos sociales que la historiografía ha destacado con más asiduidad en el Occidente tardorromano: bagaudas, circunceliones y priscilianistas. Asimismo, como herramienta metodológica de carácter analítico, haremos uso de las diversas aportaciones teóricas que, esencialmente desde la disciplina sociológica, se han ido configurando para interpretar el omnipresente fenómeno de la conflictividad social. Por su parte, rastrearemos a través de las fuentes la terminología empleada, ya sean éstas explícitas o implícitas, para tratar de profundizar en el complejo proceso que relaciona el registro de información histórica, la intencionalidad y el grado de subjetividad. Existen diversas razones que justifican la elaboración de esta investigación. 1) En primer lugar, la necesidad de un estudio exhaustivo que abordara de manera conjunta los nexos y las divergencias de tres movimientos tradicionalmente vinculados por la literatura científica. 2) En segundo lugar, la incorporación de diversos elementos analíticos procedentes de la teoría sociológica del conflicto a la investigación histórica de la Antigüedad puede aportar nuevos enfoques interpretativos hasta ahora desdeñados. 3) En tercer lugar, consideramos necesario un contacto directo con las fuentes que mantenga, sin embargo, un fuerte sentido de crítica y suspicacia con respecto a los autores, al contexto de creación y a las coyunturas ideológicas de plasmación, visiblemente apreciables en la terminología original. Como antecedentes, aparte de la apreciable cantidad de bibliografía específica que existe en torno a cada uno de estos procesos históricos conflictivos y que estudiaremos en profundidad, por separado, cabría señalar todos los trabajos que han contemplado los conflictos tardorromanos como un fenómeno pluricausal e interrelacionado. El historiador soviético S. I. Kovaliov, famoso por su interpretación marxista de la historia romana, fue pionero en analizar la conflictividad social a través de una INTRODUCCIÓN 28 Tesis Doctoral fundamentación documental, cubriendo las notorias carencias que venían arrastrando narraciones anteriores. (Vid. “El vuelco social del siglo III al V en el Imperio romano de Occidente”, (1954) en La transición del esclavismo al feudalismo, Madrid, 1975, pp. 109-129). A mediados del siglo pasado, una de las primeras voces que cuestionó la conexión entre herejías e identidades “nacionales” o reivindicaciones sociales fue la del británico A. H. M. Jones (“Were Ancient Heresies National or Social Movements in Disguise?”, JTS 10.2, 1959, pp. 280-297). No mucho después, el norteamericano Ramsay MacMullen (Enemies of the Roman Order: Treason, Unrest and Alienation in the Empire, Harvard, 1966) advirtió que los enemigos internos del Imperio romano no fueron menos peligrosos que los externos, desempeñando así los conflictos sociales un papel importante en la desintegración y en la caída de Occidente. En España, continuando la línea historiográfica de Claudio Sánchez Albornoz, Abilio Barbero y Marcelo Vigil se interesaron del mismo modo por los principales conflictos sociales tardorromanos y por la vinculación entre las manifestaciones heréticas del cristianismo, la lucha social y el localismo identitario provincial (“Sobre los orígenes sociales de la Reconquista: Cántabros y Vascones desde fines del Imperio romano hasta la invasión musulmana”, BRAH, 156, 1965, pp. 271-337), así como J. M. Blázquez (“Conflicto y cambio en Hispania durante el siglo IV” en Transformations et Conflits au IVe siècle après J. C., (1970), Bonn, 1978, pp. 53-93), mientras que otros autores como W. Seyfarth (“Der Begriff “Epoche sozialer Revolutionen” und die Spätantike”, Klio 49, 1967, pp. 271-283; “Von der Bedeutung der Plebs in der Spätantike” en Die Rolle der Plebs im Spätrömischen Reich, Berlín, 1969, pp. 7-18) se planteaban el papel de los sectores sociales más desfavorecidos en un período contemplado por buena parte de la historiografía coetánea como revolucionario. En claves marxistas se aproximaron también a la conflictividad social de la Tardoantigüedad historiadores de la talla de Eric Hobsbawm (Rebeldes primitivos, 1974, Barcelona), o Santo Mazzarino (“Si può parlare di rivoluzione sociale alla fine del mondo antico?” en Il Basso Impero. Antico, tardoantico ed èra costantiniana, II, Bari, 1980, pp. 436-445). El húngaro G. Alföldy, en su extensísima producción bibliográfica se encargó asimismo de la conflictividad social en el Imperio tardorromano (“Soziale Konflikte im römischen Kaiserreich”, Heidelberger Jahrbücher 20, 1976, pp. 111-125, especialmente p. 119 ss.). Esenciales son las aportaciones al respecto de G. Bravo (“Revolución” y “Spätantike”: problemas de método en el análisis histórico de la sociedad tardorromana, Zephyrus, 26-27, 1976, pp. 443-454; “Cuestiones metodológico-históricas en la renovación de la problemática tardoantigua: La elaboración de los conceptos “relaciones de clase”, “clases sociales”, “conflictos”, MHA 1, 1977, pp. 119-125; “Para la problemática social de la Roma tardía. Periodización y estructuras”, Klio 62, 1980, pp. 495 ss; “La relativa importancia de los conflictos sociales tardorromanos en relación con los diferentes 29 R. Serrano Madroñal esquemas de transición”, Klio 65, 1983, pp. 383-398; “Las revueltas campesinas del alto Valle del Ebro a mediados del siglo V d. C. y su relación con otros conflictos sociales contemporáneos”, Cuadernos de investigación. Historia, IX, 1, Logroño, 1983, p. 219 ss; “Ciudades, obispos y conflictos sociales tardorromanos: León, obispo de Turiaso”, en Simposio Nacional sobre ciudades episcopales, Zaragoza, 1986, pp. 25-30). Citamos a su vez otros trabajos representativos y paradigmáticos de la década de los 70 y los 80 como los del estadounidense C. E. Minor (Brigand, Insurrectionist and Separatist Movements in the Later Roman Empire, Washington, 1971), R. Günther (“Die Volksbewegungen in der Spätantike und ihre Bedeutung für den gesellschaftlichen Fortschritt im Feudalismus” en Die Rolle der Volksmassen in der Geschichte der vorkapitalistischen Gesellschaftsformationen, Berlín, 1975, pp. 167-173; “Die Epoche der sozialen und politischen Revolution beim Übergang von der antiken Sklavereigesellschaft zum Feudalismus”, Klio 60, 1978, pp. 235-246), A. García y Bellido et al. (Conflictos y estructuras sociales en la Hispania Antigua, Madrid, 1977), N. Santos Yanguas (“Movimientos sociales en la España del Bajo Imperio”, Hispania 145, 1980, pp. 237-269), D. De Decker (“L´expression des revendications sociales dans l´Antiquité tardive”, DHA 5, 1979, pp. 255-262), F. Kolb (“Finanzprobleme und soziale Konflikte aus der Sicht zweier spätantiker Autoren: Scriptores Historiae Augustae und Anonymus de rebus bellicis” en Studien zur antiken Sozialgeschichte, Köln-Wien, 1980, pp. 497- 525). Concluyendo con la etapa, H. Maass (“Bemerkungen zur Rolle der Volksmassen in der Zerfalls und Untergangs-phase des Weströmischen Reiches”, Klio 67, 1985, pp. 536- 561) y R. Günther (“Programm und Wirklichkeit weströmischer Politik zur Unterordnung der Volksmassen im 4./5. Jahrhundert” en Forms of Control and Subordination in Antiquity, Tokyo-Leiden, 1988, pp. 611-616) profundizaron en sus estudios sobre el papel de las masas populares durante el ocaso del Imperio romano Occidental. Ya en las últimas décadas apreciamos un descenso considerable en el volumen de trabajos generalistas sobre la conflictividad social tardorromana en su conjunto, en tanto en cuanto comenzará a primar la especificidad y el alejamiento progresivo de las interpretaciones marxistas; destacamos, no obstante, las publicaciones de G. Bravo (Revueltas internas y penetraciones bárbaras en el Imperio, Madrid, 1991; “Los límites del concepto Revolución en la historiografía. El exemplum de la Tardoantigüedad, Historia y crítica 1, 1991, pp. 119 ss), F. J. Lomas- F. Devís, (eds.) (De Constantino a Carlomagno: Disidentes, heterodoxos, marginados, Cádiz, 1992), R. Lim (“Religious Disputation and Social Disorder in Late Antiquity”, Historia: Zeitschrift für Alte Geschichte, 44, 1995, pp. 204-231), R. Teja (ed.) (Cristianismo marginado: rebeldes, excluidos, perseguidos, Madrid, 1998), G. Bravo (“Limitaciones del modelo histórico de La Transición: ¿un problema historiográfico?”, en Romanización y Reconquista en la 30 Tesis Doctoral Península Ibérica: nuevas perspectivas, Salamanca, 1998, pp. 216 ss; “Cristianización y conflictos sociales en el Valle Medio del Ebro” en Revisiones de Historia Antigua III, Vitoria, 2000, pp. 325 ss; “Claves económicas y sociales de la transición al Medievo” en La caída del Imperio romano y la génesis de Europa, Madrid, 2001; “Minorías disidentes en Occidente tardorromano: sobre la teoría del conflicto, de nuevo”, en Minorías y sectas en el mundo romano, Madrid, 2006, pp. 107-124; “Ejército, agitación social y conflicto armado en Occidente tardorromano: un balance”, Polis 19, 2007, pp. 7-34); E. Iricinschi-H. M. Zellentin (eds.) (Heresy and Identity in Late Antiquity, Tübingen, 2008) y L. Montecchio (ed.) (Tensioni sociali nella Tarda Antichità nelle province occidentali dell´Impero romano, Perugia, 2015). Sin embargo, a pesar de la existencia de un número tan considerable de precedentes bibliográficos, tanto a nivel específico (bagaudas, circunceliones y priscilianismo, Vid. infra. cap. 6) como a nivel más genérico (conflictos sociales tardorromanos) no existe una obra concreta dedicada en exclusividad al estudio comparativo de los tres fenómenos en cuestión, que aplique por su parte un enfoque analítico importado desde la sociología del conflicto y que se centre al mismo tiempo en la interpretación lexicológica de la terminología empleada en las fuentes originales. Para responder a los objetivos propuestos, hemos diseñado un proceso de investigación puramente historiográfico que se dotará, no obstante, de herramientas de análisis procedentes de otras disciplinas. La delimitación conceptual y las aportaciones teóricas de las diversas y heterogéneas corrientes de la sociología del conflicto, expuestas en la primera fase de la tesis, nos servirán para completar y enriquecer un estudio pormenorizado sobre cada uno de los casos que nos competen. A su vez, el análisis del léxico y la crítica textual y contextual de las fuentes matizarán algunas cuestiones que tal vez no se hayan advertido suficientemente con anterioridad. Con respecto a la composición de la Tesis, se estructura ésta en ocho capítulos que se podrían agrupar básicamente en cuatro grandes bloques. El primer bloque se corresponde con la conceptualización previa del conflicto social partiendo de una perspectiva necesariamente etimológica, en un contexto general de revisión de las manifestaciones más notorias de un fenómeno que no es ajeno en absoluto al Mundo Antiguo (CAPÍTULO 1. EL PROBLEMA CONCEPTUAL). Asimismo, presentamos a continuación el marco teórico importado desde el ámbito de la Sociología (CAPÍTULO 2. LA APORTACIÓN SOCIOLÓGICA) y la Lexicología (CAPÍTULO 3. LA APORTACIÓN LEXICOLÓGICA) como proyección de una serie de herramientas de carácter analítico que van a ser aplicadas al objeto de estudio en los bloques procedentes. 31 R. Serrano Madroñal El segundo bloque estaría configurado por un catálogo de fuentes obligatoriamente divididas en dos categorías en función de las informaciones ofrecidas. Las fuentes básicas explícitas mencionan directamente el término identificativo del antagonista conflictivo en cuestión, a diferencia de las básicas implícitas. (CAPÍTULO 4. EL PROBLEMA DE LAS FUENTES). Expuesto el catálogo, el bloque concluye con un análisis lexicológico, exhaustivo y contextualizado de las fuentes básicas explícitas e implícitas, con el objetivo esencial de dilucidar y esclarecer los elementos que han suscitado mayor controversia historiográfica (CAPÍTULO 5. UN ANÁLISIS LEXICOLÓGICO CONTEXTUALIZADO). El tercer bloque está compuesto por un capítulo dedicado íntegramente a exponer las interpretaciones historiográficas más destacadas en torno a cada uno de los tres fenómenos conflictivos (CAPÍTULO 6. INTERPRETACIONES HISTORIOGRÁFICAS). Por último, el cuarto bloque se integra mediante el análisis sociológico y una serie de consideraciones comparativas que son fruto de la aplicación de las aportaciones teóricas plasmadas en el capítulo segundo (CAPÍTULO 7. UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO Y COMPARATIVO) y que enlazan directamente con las conclusiones y las propuestas interpretativas de esta investigación (CAPÍTULO 8. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS). Por su parte, el compendio de fuentes complementarias (apéndice; infra, p. 480 ss) es un suplemento que, sin necesidad de otorgar información directa o indirecta del objeto de análisis, nos proporciona un contenido añadido relevante y sobre todo nos facilita la comprensión de la morfología de los conflictos sociales tardorromanos. En términos generales, el proceso de investigación se ha concebido también como un proceso de aprendizaje, donde el papel de la metodología ha sido crucial. El estudio de caso y la inclusión novedosa de la aportación sociológica junto con el análisis detallado de la terminología original ha posibilitado algunos enfoques comparativos y conclusivos que sugieren la necesidad de continuar profundizando en el ámbito de los conflictos sociales tardoantiguos desde ópticas semejantes. 33 R. Serrano Madroñal 1. 1. Conflictus, societas y socialis. La palabra castellana “conflicto” procede directamente del latín conflictus y la práctica totalidad de sus acepciones coinciden en asociar el término con un enfrentamiento, un problema o una situación desgraciada y de difícil salida1. Con respecto al empleo del substantivo conflictus, -us (m.), el primer sentido recogido de la voz latina hacía referencia a un choque o colisión como el que se puede producir entre piedras2. De hecho, en latín clásico, un conflictus no tiene ningún tipo de connotación moral, abstracta o figurada; se trata más bien del enfrentamiento físico y corpóreo de personas u objetos inanimados3. 1 Diccionario de la Lengua Española (RAE), 22ª edición, Tomo I, 2001, Segunda tirada, corregida, 2003, p. 621. Conflicto. (Del lat. conflictus). m. Combate, lucha, pelea. U. t. en sent. fig. // 2. Enfrentamiento armado.// 3. Apuro, situación desgraciada y de difícil salida.// 4. Problema, cuestión, materia de discusión.// 5. Psicol. Coexistencia de tendencias contradictorias en el individuo, capaces de generar angustia y trastornos neuróticos.// 6. desus. Momento en que la batalla es más dura y violenta.// - colectivo. m. En las relaciones laborales, el que enfrenta a representantes de los trabajadores y a los empresarios. 2 Cicerón, De natura deorum 2, 25. […lapidum conflictu atque tritu elici ignem videmus…]. 3 En el mismo sentido, Tito Livio utilizó el concepto para designar un combate militar (et Romani fatebantur numquam cum pertinaciore hoste conflictum, et Samnites, cum quaereretur quaenam prima causa tam obstinatos movisset in fugam, oculos sibi Romanorum ardere visos aiebant vesanosque voltus et furentia ora;), Ab urbe condita, 7. 33, mientras que el naturalista Plinio el Viejo nos habla de conflicto entre dos nubes (conflictu nubium), NH. 2, 47. CAPÍTULO 1. EL PROBLEMA CONCEPTUAL 34 Tesis Doctoral No será hasta el siglo II d. C., cuando podamos registrar por vez primera el sentido figurado del concepto con Aulo Gelio en sus Noctes Atticae4. Tal y como demuestra A. Gómez Rabal5, el avance de la lengua latina en el camino de la abstracción debe mucho al empeño de creación de un vocabulario propio técnico-filosófico, progresivamente alejado de los calcos griegos y con un afán de renovación lingüística. No obstante, el peso de lo concreto mantuvo su larga influencia durante tiempo. Así pues, entre los siglos III-VIII conflictus no perderá su sentido original pero se empleará del mismo modo con acepciones predominantemente figuradas o abstractas. Tenemos un ejemplo de la pervivencia de este significado originario en Amiano Marcelino6, que seguirá utilizando el vocablo como sinónimo de lucha o combate a cuerpo entre ejércitos. Por el contrario, ya en fechas bastante más tardías (siglo VIII), observamos como Beda el Venerable, en su Historia ecclesiastica gentis Anglorum, hace un uso muy diferente de conflictus, entendiendo el concepto como “controversia” o “problema” y otorgándole connotaciones mucho más abstractas7. 4 7, 2, 8. Sin vero sunt aspera et inscita et rudia nullisque artium bonarum adminiculis fulta, etiamsi parvo sive nullo fatalis incommodi conflictu urgeantur, sua tamen scaevitate et voluntario impetu in assidua delicta et in errores se ruunt. 5 “El conflicto interior y sus secuelas. Rastreo a través del Glossarium Mediae Latinitatis Cataloniae”, AEM, 38/2, 2008, pp. 1023-1035. 6 Rerum Gestarum, 19.5. Erant nobiscum duae legiones Magnentiacae recens e Galliis ductae (ut praediximus) virorum fortium et pernicium, ad planarios conflictus aptorum, ad eas vero belli artes quibus stringebamur, non modo inhabiles, sed contra nimii turbatores, qui cum neque in machinis neque in operum constructione iuvarent, aliquotiens stolidius erumpentes, dimicantesque fidentissime minuto numero revertebant, tantum proficientes, quantum in publico (ut aiunt) incendio, aqua unius hominis manu adgesta. 20. 11. Iamque resultantibus armis et tubis, uno parique ardore hinc indique pugnabatur audaci conflictu, latiusque sese candente manu Romana, cum Persas occultari viderent, pavore impositorum aggeribus tormentorum, pulsabant turrim ariete, et cum ligonibus et dolabris et vectibus scalae quoque propinquabant utrimque convolante missilium crebritate. 7 5.21. Verum, etsi profiteri nobis liberum est, quia tonsurae discrimen non noceat, quibus pura in Deum fides, et caritas in proximum sincera est; maxime cum numquam patribus catholicis sicut de paschae vel fidei diversitate conflictus, ita etiam de tonsurae differentia legatur aliqua fuisse controversia; inter omnes tamen, quas vel in ecclesia, vel in universo hominum genere repperimus tonsuras, nullam magis sequendam nobis amplectendamque iure dixerim ea, quam in capite suo gestabat ille, cui se confitenti Dominus ait: “Tu es Petrus, et super hanc…”. 35 R. Serrano Madroñal A su vez, el adjetivo castellano “social” (del lat. socialis), hace referencia directa a su pertenencia a la sociedad8. Una sociedad9 (del lat. societas, -atis), se define por su parte como una reunión mayor o menor de personas, familias, pueblos o naciones; agrupación natural o pactada de personas, que constituyen unidad distinta de cada uno de sus individuos, con el fin de cumplir, mediante la mutua cooperación, todos o alguno de los fines de la vida; agrupación natural de algunos animales; agrupación de comerciantes, hombres de negocios o accionistas de alguna compañía, etc. En latín clásico, de nuevo recurrimos a Cicerón10 para comprobar que el uso frecuente del término societas aparece ligado a la idea de compañía o asociación de negocios. En Pro Balbus, por poner uno de los numerosos ejemplos que nos ofrece el orador de Arpino sobre el empleo de esta palabra11, apreciamos el concepto como sinónimo de alianza. No obstante, la naturaleza polisémica de societas queda manifestada en la utilización mucho más abstracta que se puede registrar en la correspondencia12 entre el mismo autor y T. Pomponio Ático. En Julio César13 corroboramos nuevamente el uso generalizado de societas como alianza, así como en la obra de Tito Livio14, mientras que en Plinio el Viejo15 adquiere 8 Diccionario de la Lengua Española (RAE), 22ª edición, Tomo II, 2001, Cuarta tirada, corregida, 2005, p. 2080. Social. (Del lat. socialis). adj. Perteneciente o relativo a la sociedad. // 2. Perteneciente o relativo a una compañía o sociedad, o a los socios o compañeros, aliados o confederados. 9 Ibid. p. 2081. 10 Ver. 2. 2. 171. Canuleius vero, qui in portu Syracusis operas dabat, furta quoque istius permulta nominatim ad socios perscripserat, ea quae sine portorio Syracusis erant exportata; portum autem et scripturam eadem societas habebat. 11 Balb. 9. Sed, per deos immortalis, quae est ista societas, quae amicitia, quod foedus, ut aut nostra civitas careat in suis periculis Massiliensi propugnatore, careat Gaditano, careat Saguntino, aut, si quis ex his populis sit exortus qui nostros duces auxilio laboris, commeatus periculo suo iuverit, qui cum hoste nostro comminus in acie saepe pugnarit, qui se saepe telis hostium, qui dimicationi capitis, qui morti obiecerit, nulla condicione huius civitatis praemiis adfici possit? 12 Att. 7.2. Etenim si haec non est, nulla potest homini esse ad hominem naturae adiunctio; qua sublata vitae societas tollitur. 13 Civ. 3. 107. Interim controversias regum ad populum Romanum et ad se, quod esset consul, pertinere existimans, atque eo magis officio suo convenire, quod superiore consulatu cum patre Ptolomaeo ex lege et senatus consulto societas era facta, ostendit sibi placere regem Ptolomaeum atque eius sororem Cleopatram exercitus, quos haberent, dimittere et de controversiis iure apud se potius quam inter se armis disceptare. 14 42. 6. Petere regem, ut, quae cum patre suo societas atque amicitia fuisset, ea secum renovaretur, imperaretque sibi populus Romanus, quae bono fidelique socio regi essent imperanda. 15 NH. 2. 7. Inperfectae vero in homine naturae praecipua solatia, ne deum quidem posse omnia – namque nec sibi potest mortem consciscere, si velit, quod homini dedit optimum in tantis vitae poenis, 36 Tesis Doctoral cierto sentido de vinculación por semejanzas. L. A. Séneca vuelve a brindarnos una concepción mucho más filosófica y generalista de la palabra, y en su De ira establece una interesante comparación entre la necesidad de concordia existente en las partes del cuerpo de un individuo con el objetivo de una sana conservación y la necesidad de concordia y socorro mutuo entre las distintas partes de una sociedad, compuesta a su vez por individuos16. En los Annales de Tácito17, como es habitual en las fuentes de recreación histórica, volvemos a observar la identificación entre societas y alianza, mientras que Aulo Gelio18 reproduce la noción de societas como comunidad de individuos relacionados entre sí, aprovechando su narración sobre los pitagóricos en las Noctes Atticae. Con posterioridad, en los siglos IV y V, autores de indudable inspiración cristiana como Jerónimo de Estridón19 o Agustín de Hipona20 harán un empleo del vocablo sustancialmente distinto, estrechando su relación con el concepto de comunión de creyentes o de ministros de una comunidad concreta de la Iglesia Católica. Con respecto a socialis, la mayoría de las referencias con las que contamos pertenecen al período tardo-republicano y alto-imperial. Cicerón emplea el adjetivo como relativo nec mortales aeternitate donare aut revocare defunctos nec facere ut qui vixit non vixerit, qui honores gessit non gesserit- nullumque habere in praeterita ius praeterquam oblivionis atque (ut facetis quoque argumentis societas haec cum deo copuletur) ut bis dena viginti non sint aut multa similiter efficere non posse. 16 2. 31. Ut omnia inter se membra consentiunt, quia singula servari totius interest, ita homines singulis parcent, quia ad coetum geniti sunt, salva autem esse societas nisi custodia et amore partium non potest. 17 12. 15. Nec fuit in arduo societas potentiam Romanam adversus rebellem Mithridaten ostentantibus. Igitur pepigere, equestribus proeliis Eunones certaret, obsidia urbium Romani capesserent. 18 1.9. Sed id quoque non Praetereundum est, quod omnes, simul atque a Pythagora in cohortem illam disciplinarum recepti erant, quod quisque familiae, pecuniae habebat in medium dabat et coibatur societas inseparabilis, tamquam illud fuit anticum consortium, quod iure atque verbo Romano apellabatur “ercto non cito”. 19 En la Segunda epístola a los corintios del Nuevo Testamento, 6, Jerónimo traduce a Pablo de Tarso del siguiente modo: Eandem autem habentes remunerationem tamquam filiis dico dilatamini et vos nolite iugum ducere cum infidelibus quae enim participatio iustitiae cum iniquitate aut quae societas luci ad tenebras quae autem conventio Christi ad Belial aut quae pars fideli cum infidele. 20 Ep. 9. Petimus ergo et nobiscum petit omnis africanarum ecclesiarum studiosa societas, ut interpretandis eorum libris qui graece scripturas nostras quam optime tractaverunt, curam atque operam inpendere non graveris. 37 R. Serrano Madroñal o concerniente a los aliados21. La poesía de Ovidio nos ofrece un registro bastante más romántico, utilizándolo como referente a una unión amorosa inquebrantable22. En la Historia de Roma de Livio23, donde apreciamos esta palabra con bastante frecuencia, su significado adopta exactamente las mismas connotaciones que en Cicerón. Plinio el Viejo24 nos recuerda los orígenes de la “Guerra de los aliados”, o socialis belli, en un relato sobre la disputa por un anillo de oro entre Q. S. Cepión “el Menor” y el tribuno de la plebe M. L. Druso. En los Annales de Tácito25, nuevamente, el adjetivo es empleado para designar un ala de caballería integrada por socii o aliados germanos de los romanos. Por último, apreciando que la lengua latina en época tardorromana manejaba estos tres conceptos de un modo relativamente semejante, aunque con muchos matices, al de nuestro empleo en castellano, pasamos a analizar su conexión en los textos antiguos. En un ejercicio absoluto de abstracción, la sociología contemporánea y los estudios vinculados de otras disciplinas han sido capaces de teorizar sobre las “colisiones” de un conjunto de individuos configurados en societas. No obstante, una generalización de grado semejante podría parecer verdaderamente ajena al período que nos ocupa. Como muestra, a priori, de la ausencia de dicha conexión, comprobamos que la máxima proximidad entre los dos conceptos en las fuentes latinas antiguas es concretamente de cinco párrafos. Amiano Marcelino emplea el término societatem para referirse a una alianza entre los romanos y algunas tribus indígenas en el marco de la revuelta de Firmo en África durante el reinado de Valentiniano I; cinco párrafos 21 Div. Caec. 5. Haec lex socialis est, hoc ius nationum exterarum est, hanc habent arcem, minus aliquanto nunc quidem munitam quam antea, verum tamen si qua reliqua spes est quae sociorum animos consolari possit, ea tota in haec lege posita est. 22 Met. 7. 759. Mutua cura duos et amor socialis habebat; nec Iovis illa meo thalamos praeferret amori, nec, me quae caperet, non si Venus ipsa veniret, ulla erat: aequales urebant pectora flammae. 23 8. 4. Sin autem tandem libertatis desiderium remordet animos, si foedus, si societas aequatio iuris est, si consanguineos nos Romanorum esse, quod olim pudebat, nunc gloriari licet, si socialis illis exercitus is est quo adiuncto duplicent vires suas, quem secernere ab se consilia bellis propriis ponendis sumendisque nolint, cur non omnia aequantur? 24 NH. 33. 5. Inter caepionem quoque et drusum ex anulo in auctione venali inimicitiae coepere, unde origo socialis belli et exitia rerum. 25 4. 73. Igitur proxima aestuaria aggeribus et pontibus traducendo graviori agmini firmat, atque interim repertis vadis alam Canninefatem et quod peditum Germanorum inter nostros merebat circumgredi terga hostium iubet, qui iam acie compositi pellunt turmas socialis equitesque legionum subsidio missos. 38 Tesis Doctoral después, y sin ningún tipo de vinculación, el historiador de Antioquía utiliza conflictu para definir un enfrentamiento militar26. Sin embargo, contamos con un término muy semejante a conflictus en cuanto a su significado, esencial para demostrar la existencia de una construcción conceptual latina que se corresponde absolutamente con la idea actual de “conflicto social”. El sustantivo de la tercera declinación certamen-inis, se puede traducir del mismo modo por combate o contienda. En este sentido, César en sus Commentarii de bello Gallico usa la palabra como sinónimo de enfrentamiento militar27. En las Epístolas de Cicerón, conocidas por familiares28, el empleo de certamen adquiere una significación mucho más abstracta que podría traducirse como “discordia”. Asimismo, este texto es especialmente interesante puesto que aparecen directamente conectados los vocablos contentionem dissensionemque y civilem, es decir, contiendas y disensiones civiles. Si tenemos en cuenta que las sociedades estatales del mundo clásico se corresponden con el modelo de la polis, de la ciudad-Estado, resulta comprensible que civitas sea el término latino que más se aproxima a nuestra idea de sociedad estatal. En un texto crucial que volveremos a reproducir con posterioridad en otro epígrafe, Tito Livio29 se refiere al conflicto patricio-plebeyo como civilium certaminum. Amiano Marcelino30, siglos después, volverá a hacer uso de la construcción certaminum civilium para definir el conflicto civil que enfrentó a Constancio II contra su 26 Rerum Gestarum, 29. 5. [33]. Mittebat tamen assidue suadendi quosdam peritos, ad gentes circumsitas, Baiuras Cantaurianos Avastomates Cafaves Davaresque et finitimos alios, nunc timore nunc praemiis eos ad societatem alliciens… [51]. Redintegratur post haec cum Isaflensibus bellum, primoque conflictu barbarorum pluribus pulsis et interfectis, rex eorum Igmazen, vincere antehac assuetus, terrore fluctuans mali praesentis, nihilque commerciis vetitis ad vitam spei sibi restare, si obstinatius egerit, arbitratus, quantum caute fieri potuit et occulte, prorupit ex acie solus; 27 8. 9. Cum repente instructas velut in acie certo gradu legiones accedere Galli viderent, quorum erant ad Caesarem plena fiduciae consilia perlata, sive certaminis periculo sive subito adventu sive exspectatione nostri consili copias instruunt pro castris nec loco superiore decedunt. 28 1. 9. postea, cum tu Hispaniam citeriorem cum imperio obtineres neque res publica consules haberet, sed mercatores provinciarum et seditionum servos ac ministros, iecit quidam casus caput meum quasi certaminis causa in mediam contentionem dissensionemque civilem. 29 6. 42. “prope secessionem plebis res terribilesque alias minas civilium certaminum venit, cum tandem per dictatorem condicionibus sedatae discordiae sunt concessumque ab nobilitate plebi de consule plebeio, a plebe nobilitati de praetore uno, qui ius in urbe diceret, ex patribus creando”. 30 21. 15. Ingressus itaque Antiochiam festinando Constantius, ad motum certaminum civilium (ut solebat), avide surrecturus, paratis omnibus exire properabat immodice, renitentibus plurimis murmure tenus. Nec enim dissuadere palam audebat quisquam vel vetare. 39 R. Serrano Madroñal primo Juliano y que no llegó a eclosionar por la inesperada muerte del emperador en Mobsucrenas, la última estación de Cilicia, a los pies de la cordillera del Taurus. 1.2. ¿Qué es un conflicto social? El medio en el que cada individuo se mueve es, sin duda, un medio creado por interacción entre congéneres. Una vez que existe y con respecto al ser humano en singular, adquiere el carácter de una realidad independiente y le condiciona en todas sus formas de hacer y de pensar31. Un conflicto social sólo puede nacer por la presencia del otro o de los otros, es de orden vivencial, inmediato a la vivencia o repetido en el tiempo, con períodos de calma y de erupción. Excluyendo el ámbito de los conflictos psicológicos que sólo conciernen a las dudas de un individuo aislado sin referencia a otro, el conflicto se convierte en una posibilidad dentro de las variantes de las relaciones en sociedad32. Partiendo de la idea de la existencia de un desacuerdo entre los participantes, cualquier cosa puede llegar a ser objeto de conflicto y éste puede eclosionar en cualquier tipo de relación social y en cualquier período de la historia de la humanidad. Según J. del Pino Artacho33, un conflicto social nace de la contraposición de intereses y valores en una sociedad y enfrenta a los distintos individuos o grupos que la componen por la existencia incompatible de objetivos. Así, en términos generales, se trata de una colisión o de una controversia de carácter diverso acontecida entre los distintos miembros de una agrupación de tamaño variable y con diferentes posibilidades conclusivas. Como consecuencia de los niveles de suma abstracción de este concepto de carácter teórico, la ambigüedad se nos presenta como un obstáculo a la hora de afrontar cualquier tipo de estudio analítico al respecto. No obstante, otras definiciones34 coinciden en destacar la dicotomía entre la escuela sociológica de los conflictos y la escuela sociológica de la integración. Con respecto a la naturaleza de los conflictos sociales, podemos distinguir entre situaciones agonales (los adversarios no van a 31 Rodríguez Zúñiga, L. “El desarrollo de la teoría sociológica” en Del Campo, S. (ed.), Tratado de Sociología, vol. 1, Madrid, 1989, p. 20. 32 García Caneiro, J., “La concepción de la guerra en el pensamiento clásico”, Res Publica Litterarum. Documentos de trabajo del Grupo de investigación Nomos, 2004-01, p. 3. 33 “Conflicto social” en Del Campo, S. (ed.), Tratado de Sociología, vol. 2, Madrid, 1991, p. 267. 34 Rocher, G. Introducción a la sociología general, Barcelona, 1990, p. 491 ss. 40 Tesis Doctoral recurrir a la violencia) y situaciones polémicas (los enemigos harán uso de la violencia, tal y como denota el sentido original del término griego πὀλεμος). Desde el siglo XIX, con Auguste Comte como padre de la sociología y del propio término, y en un marco conceptual positivista, el estudio científico de la sociedad ha ido profundizando en la reflexión cada vez más compleja sobre el fenómeno de la conflictividad social. A través de un punto de vista específico, no existe “sociología” antes de Comte, pero en un sentido genérico, el pensamiento sociológico hunde sus raíces en una larga tradición que podemos retrotraer hasta la Antigüedad. 1. 3. ¿Teorías y conflictividad social en la Antigüedad Clásica? En relación a la consciencia sobre el fenómeno de la conflictividad social, destacamos en primer lugar la acuñación del término griego στάσις35. Desde la aparición de la polis en época arcaica, las divisiones y los desacuerdos internos entre la ciudadanía son una constante histórica que confirma de manera inapelable la existencia de una colisión en las sociedades del momento. El poeta beocio Hesíodo, en Los trabajos y los días36, recomendando una vida de honesto trabajo y con un cierto rencor por el fallo dictado por los jueces en favor de su hermano Perses, establece una crítica contra la injusticia y los abusos de la realeza, 35 Vid. Barnard, M. A. Stasis in Thucydides. Narrative and Analysis of Factionalism in the Polis, Chapel Hill (North Carolina), 1980; para un estudio concreto, sobre la conflictividad social en la isla de Rodas a inicios del IV a. C. Vid. Funke, P. “Stasis und politischer Umsturz in Rhodos zu Beginn des 4. Jhdts. v. Chr” en Eck, W. et al. (eds.), Studien zur antiken Sozialgeschichte, Köln/Wien, 1980, p. 59 ss; Lintott, A. Violence, Civil Strife and Revolution in the Classical City (750–330 BC), London, 1982; Plácido Suárez, D. “De la muerte de Pericles a la stasis de Corcira”, Gerión, 1, 1983, pp. 131-144; Gehrke, H. J. Stasis. Untersuchungen zu den inneren Kriegen in den griechischen Staaten des 5. und 4. Jh. v. Chr, München, 1985; Hölkeskamp, K. J. “Bürgerzwist und politische Gewalt in den griechischen Poleis”, Gymnasium, 96, 1989, pp. 149-152; otro estudio concreto, para el entorno de la Magna Grecia, sería el de Berger, S. Revolution and Society in Greek Sicily and Southern Italy, Stuttgart, 1992; Fornis Vaquero, C. “La stasis argiva del 417 a. C”, Polis, 5, 1993, pp. 73-89; Sancho Rocher, L. “Tucídides, VI 53-61, y un apunte sobre el principio de la stasis ateniense”, Gerión, 14, 1996, pp. 101-108; Berent, M. “Stasis, or the Greek Invention of Politics”, History of Political Thought, 19, 1998, p. 331 ss; Fornis Vaquero, C. “La stasis de Corcira (427-425): trasfondo social y marco geopolítico”, Florentia Iliberritana, 10, 1999, pp. 95-112; Fisher, N. “Hybris, Revenge and Stasis in the Greek City-States” en Wees, H. V (ed.), War and Violence in Ancient Greece, London, 2000, p. 83 ss; Price, J. J. Thucydides and Internal War, Cambridge, 2001; Weed, R. L. Aristotle on Stasis. A Moral Psychology of Political Conflict, Berlín, 2007; Buxton, R., A Model of Conflict: The Metonymic Function of Stasis in Xenophon's "Hellenica", Seattle, 2011. 36 Εργα καὶ Ἡμέραι. 41 R. Serrano Madroñal “devoradora de presentes” (δωροφάγοι) que sin duda tendrá un castigo pertinente y proporcional a cargo de los dioses. En este pasaje del autor arcaico37, ya se nos está presentando implícitamente un episodio de conflictividad social. Independientemente de los procesos de colonización o emigración forzosa (ἀποικία) que se llevaron a cabo para paliar las dificultades que generaba en el ámbito de la polis la escasez de unos recursos desigualmente distribuidos, la conflictividad social fue combatida de dos modos sustancialmente distintos. Por un lado, la aparición de la figura de un mediador (νομοθετης), es una prueba manifiesta del enfrentamiento de orden interno existente en las sociedades arcaicas griegas. Los primeros legisladores, en la Magna Grecia, trataron de poner fin a los conflictos de convivencia a través de una serie de normas jurídicas que debían ser respetadas por toda la ciudadanía38. 37 1. vv. 238-273. ὦ βασιλῆς, ὑμεῖς δὲ καταφράζεσθε καὶ αὐτοὶ τήνδε δίκην: ἐγγὺς γὰρ ἐν ἀνθρώποισιν ἐόντες ἀθάνατοι φράζονται, ὅσοι σκολιῇσι δίκῃσιν ἀλλήλους τρίβουσι θεῶν ὄπιν οὐκ ἀλέγοντες. τρὶς γὰρ μύριοί εἰσιν ἐπὶ χθονὶ πουλυβοτείρῃ ἀθάνατοι Ζηνὸς φύλακες θνητῶν ἀνθρώπων: οἵ ῥα φυλάσσουσίν τε δίκας καὶ σχέτλια ἔργα ἠέρα ἑσσάμενοι, πάντη φοιτῶντες ἐπ᾽ αἶαν. ἡ δέ τε παρθένος ἐστὶ Δίκη, Διὸς ἐκγεγαυῖα, κυδρή τ᾽ αἰδοίη τε θεῶν, οἳ Ὄλυμπον ἔχουσιν. καί ῥ᾽ ὁπότ᾽ ἄν τίς μιν βλάπτῃ σκολιῶς ὀνοτάζων, αὐτίκα πὰρ Διὶ πατρὶ καθεζομένη Κρονίωνι γηρύετ᾽ ἀνθρώπων ἄδικον νόον, ὄφρ᾽ ἀποτίσῃ δῆμος ἀτασθαλίας βασιλέων, οἳ λυγρὰ νοεῦντες ἄλλῃ παρκλίνωσι δίκας σκολιῶς ἐνέποντες. ταῦτα φυλασσόμενοι, βασιλῆς, ἰθύνετε δίκας δωροφάγοι, σκολιέων δὲ δικέων ἐπὶ πάγχυ λάθεσθε. 38 Zaleuco, por exponer el caso del primero de estos legisladores, y en palabras de un autor muy posterior como Polibio, trató de establecer normas que garantizasen una cierta armonía en la convivencia social, como muestra este litigio entre ciudadanos por la posesión de un esclavo: 12. 16. νεανίσκων δυεῖν περί τινος οἰκέτου διαφερομένων συνέβαινε παρὰ μὲν τὸν ἕτερον καὶ πλείω χρόνον γεγονέναι τὸν παῖδα, τὸν δ᾽ ἕτερον ἡμέραις δυσὶ πρότερον εἰς τὸν ἀγρὸν ἐλθόντα μὴ παρόντος τοῦ δεσπότου μετὰ βίας εἰς οἶκον ἀπηχέναι τὸν δοῦλον, κἄπειτα τὸν ἕτερον αἰσθόμενον ἐλθεῖν ἐπὶ τὴν οἰκίαν, καὶ λαβόντ᾽ ἀπάγειν ἐπὶ τὴν ἀρχήν, καὶ φάναι δεῖν κύριον αὐτὸν εἶναι διδόντα τοὺς ἐγγυητάς: κελεύειν γὰρ τὸν Ζαλεύκου νόμον τοῦτον δεῖν κρατεῖν τῶν ἀμφισβητουμένων ἕως τῆς κρίσεως παρ᾽ οὗ τὴν ἀγωγὴν συμβαίνει γίνεσθαι. τοῦ δ᾽ ἑτέρου κατὰ τὸν αὐτὸν νόμον παρ᾽ αὑτοῦ φάσκοντος γεγονέναι τὴν ἀγωγήν — ἐκ γὰρ τῆς οἰκίας τῆς ἐκείνου τὸ σῶμα πρὸς τὴν ἀρχὴν ἥκειν ἀπαγόμενον — τοὺς προκαθημένους ἄρχοντας διαποροῦντας ὑπὲρ τοῦ πράγματος ἐπισπάσασθαι καὶ συμμεταδοῦναι τῷ κοσμοπόλιδι. τὸν δὲ διαστείλασθαι τὸν νόμον, φήσαντα παρὰ τούτων τὴν ἀγωγὴν αἰεὶ γίνεσθαι, παρ᾽ οἷς ἂν ἔσχατον ἀδήριτον ᾖ χρόνον τινὰ γεγονὸς τὸ διαμφισβητούμενον: ἐὰν δέ τις ἀφελόμενος βίᾳ παρά τινος ἀπαγάγῃ πρὸς αὑτόν, κἄπειτα παρὰ τούτου τὴν ἀγωγὴν ὁ προϋπάρχων ποιῆται δεσπότης, οὐκ εἶναι ταύτην κυρίαν. τοῦ δὲ νεανίσκου δεινοπαθοῦντος καὶ μὴ φάσκοντος εἶναι τοῦ νομοθέτου ταύτην τὴν προαίρεσιν, προκαλέσασθαί φασι τὸν κοσμόπολιν, εἴ τι βούλεται λέγειν ὑπὲρ τῆς γνώμης κατὰ τὸν Ζαλεύκου νόμον. τοῦτο δ᾽ ἐστὶ καθισάντων τῶν χιλίων καὶ βρόχων κρεμασθέντων λέγειν ὑπὲρ τῆς τοῦ νομοθέτου γνώμης: ὁπότερος δ᾽ ἂν αὐτῶν φανῇ τὴν προαίρεσιν ἐπὶ τὸ χεῖρον ἐκδεχόμενος, τὸν τοιοῦτον διὰ τῆς ἀγχόνης ἀπόλλυσθαι βλεπόντων τῶν χιλίων. ταῦτα προτείναντος τοῦ κοσμοπόλιδος, τὸν νεανίσκον εἰπεῖν φασιν ἄνισον εἶναι τὴν συνθήκην: τῷ μὲν γὰρ ἔτη δύ᾽ ἢ τρία καταλείπεσθαι τοῦ ζῆν: συνέβαινε γὰρ εἶναι τὸν κοσμόπολιν οὐ πολὺ λεῖπον τῶν ἐνενήκοντ᾽ ἐτῶν: αὑτῷ δὲ τοῦ βίου τὸ πλεῖον ἐκ τῶν εὐλόγων ἔτι μένειν. ὁ μὲν οὖν νεανίσκος οὕτως εὐτραπελευσάμενος ἐξέλυσε τὴν σπουδήν, οἱ δ᾽ ἄρχοντες ἔκριναν τὴν ἀγωγὴν κατὰ τὴν τοῦ κοσμοπόλιδος γνώμην. 42 Tesis Doctoral Con respecto a los legisladores de la Grecia continental, que tuvieron que mediar en situaciones mucho más complicadas39, Solón recibía por parte de un analista político de la talla de Aristóteles el apelativo de “protector del pueblo” o δήμου προστάτης. Cuando las reformas de los legisladores no fueron suficientes para solucionar la conflictividad social, los regímenes oligárquicos fueron suplantados por tiranías. Como muestra el célebre pasaje de Herodoto40 sobre los metafóricos consejos de Trasíbulo de Mileto a Periandro de Corinto, los poderes autocráticos de los tiranos acabaron con las tensiones sociales mediante la represión de los elementos aristocráticos, que habían protagonizado los tradicionales abusos contra los sectores más desfavorecidos. Aristóteles41 nos confirma que las tiranías tienen su origen en la reacción del pueblo contra los notables, capitalizada mediante la dirección de un δημαγωγὸς, poniendo los ejemplos de Pisístrato en Atenas o Teágenes en Mégara. En cuanto al desarrollo de teorías al respecto, Platón afirmaba implícitamente a través de uno de sus diálogos en las Leyes que la στάσις o la conflictividad social es un fenómeno a evitar, y que cuando se produzca, la comunidad debería buscar cuanto 39 Aristóteles, haciendo una referencia sobre la Constitución de los atenienses antes de la aparición de Solón, confirma la deplorable condición de los campesinos que labraban las parcelas de los terratenientes, convertidos en esclavos junto a su prole por no poder afrontar el abono del arriendo: 2. 2. ἦν γὰρ αὐτῶν ἡ πολιτεία τοῖς τε ἄλλοις ὀλιγαρχικὴ πᾶσι, καὶ δὴ καὶ ἐδούλευον οἱ πένητες τοῖς πλουσίοις καὶ αὐτοὶ καὶ τὰ τέκνα καὶ αἱ γυναῖκες: καὶ ἐκαλοῦντο πελάται καὶ ἑκτήμοροι: κατὰ ταύτην γὰρ τὴν μίσθωσιν ἠργάζοντο τῶν πλουσίων τοὺς ἀγρούς (ἡ δὲ πᾶσα γῆ δι᾽ ὀλίγων ἦν), καὶ εἰ μὴ τὰς μισθώσεις ἀποδιδοῖεν, ἀγώγιμοι καὶ αὐτοὶ καὶ οἱ παῖδες ἐγίγνοντο: καὶ οἱ δανεισμοὶ πᾶσιν ἐπὶ τοῖς σώμασιν ἦσαν μέχρι Σόλωνος: οὗτος δὲ πρῶτος ἐγένετο τοῦ δήμου προστάτης. 40 5. 92. 6. πέμψας γὰρ παρὰ Θρασύβουλον κήρυκα ἐπυνθάνετο ὅντινα ἂν τρόπον ἀσφαλέστατον καταστησάμενος τῶν πρηγμάτων κάλλιστα τὴν πόλιν ἐπιτροπεύοι. Θρασύβουλος δὲ τὸν ἐλθόντα παρὰ τοῦ Περιάνδρου ἐξῆγε ἔξω τοῦ ἄστεος, ἐσβὰς δὲ ἐς ἄρουραν ἐσπαρμένην ἅμα τε διεξήιε τὸ λήιον ἐπειρωτῶν τε καὶ ἀναποδίζων τὸν κήρυκα κατὰ τὴν ἀπὸ Κορίνθου ἄπιξιν, καὶ ἐκόλουε αἰεὶ ὅκως τινὰ ἴδοι τῶν ἀσταχύων ὑπερέχοντα, κολούων δὲ ἔρριπτε, ἐς ὃ τοῦ ληίου τὸ κάλλιστόν τε καὶ βαθύτατον διέφθειρε τρόπῳ τοιούτω: διεξελθὼν δὲ τὸ χωρίον καὶ ὑποθέμενος ἔπος οὐδὲν ἀποπέμπει τὸν κήρυκα. νοστήσαντος δὲ τοῦ κήρυκος ἐς τὴν Κόρινθον ἦν πρόθυμος πυνθάνεσθαι τὴν ὑποθήκην ὁ Περίανδρος: ὁ δὲ οὐδέν οἱ ἔφη Θρασύβουλον ὑποθέσθαι, θωμάζειν τε αὐτοῦ παρ᾽ οἷόν μιν ἄνδρα ἀποπέμψειε, ὡς παραπλῆγά τε καὶ τῶν ἑωυτοῦ σινάμωρον, ἀπηγεόμενος τά περ πρὸς Θρασυβούλου ὀπώπεε. Περίανδρος δὲ συνιεὶς τὸ ποιηθὲν καὶ νόῳ ἴσχων ὥς οἱ ὑπετίθετο Θρασύβουλος τοὺς ὑπειρόχους τῶν ἀστῶν φονεύειν, ἐνθαῦτα δὴ πᾶσαν κακότητα ἐξέφαινε ἐς τοὺς πολιήτας. 41 Pol. 5. 10. 3-5. δῆμον ἄσχολον ὄντα πρὸς τοῖς ἔργοις, οἱ προστάται τοῦ δήμου, ὅτε πολεμικοὶ γένοιντο, τυραννίδι ἐπετίθεντο. πάντες δὲ τοῦτο ἔδρων ὑπὸ τοῦ δήμου πιστευθέντες, ἡ δὲ πίστις ἦν ἡ ἀπέχθεια ἡ πρὸς τοὺς πλουσίους, οἷον Ἀθήνησί τε Πεισίστρατος στασιάσας πρὸς τοὺς πεδιακούς, καὶ Θεαγένης ἐν Μεγάροις. 43 R. Serrano Madroñal antes su final42. Tan sólo la justicia y la armonía entre los distintos sectores de la sociedad podrán asegurar la paz del Estado. En su concepción idealista, no obstante, se contempla una rígida división de tareas entre los estratos productivos, los defensivos y los dirigentes-filósofos. Así, el autor considera firmemente que los enfrentamientos sociales no desaparecerán hasta que los filósofos sean reyes de los Estados43. Otro autor clásico griego como Tucídides, en fechas coetáneas, ya se planteaba el origen y las causas de la guerra entre los hombres, entendida ésta como una manifestación evidente de un conflicto entre sociedades, que perciben el aumento del poder hostil de otra comunidad, temiendo la reducción o extinción del poder propio44. Aristóteles, en su filosofía política45 dejaba muy claro desde el principio que los Estados eran una suerte de asociaciones naturales de individuos con el objetivo de alcanzar y consolidar el bien común. Así pues, las sociedades estatales del mundo clásico experimentaron cambios drásticos en sus constituciones como consecuencia de conflictos, tal y como atestigua el Estagirita46 al comenzar el libro quinto de su Πολιτικα. Con un enfoque mucho más pragmático que utópico, la mejor Πολιτεία será aquella que garantice a la mayoría de las personas, en la mayoría de los Estados, la mejor vida posible, sin emplear términos absolutos y desde una perspectiva posibilista. Vemos, por tanto, que las reflexiones teóricas sobre la conflictividad social no son completamente ajenas al mundo de la antigüedad47, si bien es cierto que éstas se 42 1. 628. τί δ᾽ ὁ τὴν πόλιν συναρμόττων; πρὸς πόλεμον αὐτῆς ἂν τὸν ἔξωθεν βλέπων τὸν βίον κοσμοῖ μᾶλλον, ἢ πρὸς πόλεμον τὸν ἐν αὐτῇ γιγνόμενον ἑκάστοτε, ἣ δὴ καλεῖται στάσις; ὃν μάλιστα μὲν ἅπας ἂν βούλοιτο μήτε γενέσθαι ποτὲ ἐν ἑαυτοῦ πόλει γενόμενόν τε ὡς τάχιστα ἀπαλλάττεσθαι. 43 Rep. 5. 18. ταῖς πόλεσιν ἢ οἱ βασιλῆς τε νῦν λεγόμενοι καὶ δυνάσται φιλοσοφήσωσι γνησίως τε καὶ ἱκανῶς, καὶ τοῦτο εἰς ταὐτὸν συμπέσῃ, δύναμίς τε πολιτικὴ καὶ φιλοσοφία, τῶν δὲ νῦν πορευομένων χωρὶς ἐφ᾽ ἑκάτερον αἱ πολλαὶ φύσεις ἐξ ἀνάγκης ἀποκλεισθῶσιν, οὐκ ἔστι κακῶν παῦλα, ὦ φίλε Γλαύκων, ταῖς πόλεσι, δοκῶ δ᾽ οὐδὲ τῷ ἀνθρωπίνῳ γένει, οὐδὲ αὕτη ἡ πολιτεία μή ποτε πρότερον φυῇ τε εἰς τὸ δυνατὸν καὶ φῶς ἡλίου ἴδῃ. 44 En la Historia de la Guerra del Peloponeso, el historiador ateniense utiliza en numerosas ocasiones el término αἰτίαι para definir las causas que llevaron al conflicto armado. 45 Aristot. Pol. 1. 1. ἐπειδὴ πᾶσαν πόλιν ὁρῶμεν κοινωνίαν τινὰ οὖσαν καὶ πᾶσαν κοινωνίαν ἀγαθοῦ τινος ἕνεκεν συνεστηκυῖαν (τοῦ γὰρ εἶναι δοκοῦντος ἀγαθοῦ χάριν πάντα πράττουσι πάντες), δῆλον ὡς πᾶσαι μὲν ἀγαθοῦ τινος στοχάζονται, μάλιστα δὲ καὶ τοῦ κυριωτάτου πάντων ἡ πασῶν κυριωτάτη καὶ πάσας περιέχουσα τὰς ἄλλας. αὕτη δ᾽ ἐστὶν ἡ καλουμένη πόλις καὶ ἡ κοινωνία ἡ πολιτική. 46 περὶ μὲν οὖν τῶν ἄλλων ὧν προειλόμεθα σχεδὸν εἴρηται περὶ πάντων: ἐκ τίνων δὲ μεταβάλλουσιν αἱ πολιτεῖαι καὶ πόσων καὶ ποίων, καὶ τίνες ἑκάστης πολιτείας φθοραί, καὶ ἐκ ποίων εἰς ποίας μάλιστα μεθίστανται, ἔτι δὲ σωτηρίαι τίνες καὶ κοινῇ καὶ χωρὶς ἑκάστης εἰσίν, ἔτι δὲ διὰ τίνων ἂν μάλιστα σῴζοιτο τῶν πολιτειῶν ἑκάστη, σκεπτέον ἐφεξῆς τοῖς εἰρημένοις. 47 En el lejano Oriente, la filosofía china antigua también nos ha dejado constancia de la existencia visible de un pensamiento teórico profundo con respecto a los conflictos armados. Nos referimos, 44 Tesis Doctoral reducen a las plasmaciones escritas más vanguardistas de la alta filosofía griega, donde el pensamiento abstracto alcanza cotas verdaderamente elevadas. Asimismo, no podemos pasar por alto un texto de Polibio48 en el que se posiciona en contra de los autores que consideraron que sólo existían tres formas posibles de organizar una sociedad estatal (realeza, aristocracia y democracia). Estableciendo una crítica individualizada sobre cada uno de estos sistemas, y con el objetivo de ensalzar la “constitución mixta” de los romanos, el historiador de Megalópolis introduce un análisis breve sobre sus degeneraciones (tiranía, oligarquía, oclocracia). A continuación, describe la evolución natural de los regímenes políticos, reconociendo que los conflictos generados por la degradación de los mismos son la causa primera de indudablemente, a El arte de la guerra del legendario Sun Tzu, escrito probablemente en el período de los Reinos Combatientes (siglo V-III a. C). Vid. el estudio introductorio con traducción del chino clásico de García Noblejas Sánchez-Cendal, G., Madrid, 2015. 48 6. 4. Συμβαίνει δὴ τοὺς πλείστους τῶν βουλομένων διδασκαλικῶς ἡμῖν ὑποδεικνύειν περὶ τῶν τοιούτων τρία γένη λέγειν πολιτειῶν, ὧν τὸ μὲν καλοῦσι βασιλείαν, τὸ δ' ἀριστοκρατίαν, τὸ δὲ τρίτον δημοκρατίαν. δοκεῖ δέ μοι πάνυ τις εἰκότως ἂν ἐπαπορῆσαι πρὸς αὐτούς, πότερον ὡς μόνας ταύτας ἢ καὶ νὴ Δί' ὡς ἀρίστας ἡμῖν εἰσηγοῦνται τῶν πολιτειῶν. κατ' ἀμφότερα γὰρ ἀγνοεῖν μοι δοκοῦσι. δῆλον γὰρ ὡς ἀρίστην μὲν ἡγητέον πολιτείαν τὴν ἐκ πάντων τῶν προειρημένων ἰδιωμάτων συνεστῶσαν· τούτου γὰρ τοῦ μέρους οὐ λόγῳ μόνον, ἀλλ' ἔργῳ πεῖραν εἰλήφαμεν, Λυκούργου συστήσαντος πρώτου κατὰ τοῦτον τὸν τρόπον τὸ Λακεδαιμονίων πολίτευμα. καὶ μὴν οὐδ' ὡς μόνας ταύτας προσδεκτέον· καὶ γὰρ μοναρχικὰς καὶ τυραννικὰς ἤδη τινὰς τεθεάμεθα πολιτείας, αἳ πλεῖστον διαφέρουσαι βασιλείας παραπλήσιον ἔχειν τι ταύτῃ δοκοῦσιν· ᾗ καὶ συμψεύδονται καὶ συγχρῶνται πάντες οἱ μόναρχοι καθ' ὅσον οἷοί τ' εἰσὶ τῷ τῆς βασιλείας ὀνόματι. καὶ μὴν ὀλιγαρχικὰ πολιτεύματα καὶ πλείω γέγονε, δοκοῦντα παρόμοιον ἔχειν τι τοῖς ἀριστοκρατικοῖς, ἃ πλεῖστον ὡς ἔπος εἰπεῖν διεστᾶσιν. ὁ δ' αὐτὸς λόγος καὶ περὶ δημοκρατίας. ὅτι δ' ἀληθές ἐστι τὸ λεγόμενον ἐκ τούτων συμφανές. οὔτε γὰρ πᾶσαν δήπου μοναρχίαν εὐθέως βασιλείαν ῥητέον, ἀλλὰ μόνην τὴν ἐξ ἑκόντων συγχωρουμένην καὶ τῇ γνώμῃ τὸ πλεῖον ἢ φόβῳ καὶ βίᾳ κυβερνωμένην· οὐδὲ μὴν πᾶσαν ὀλιγαρχίαν ἀριστοκρατίαν νομιστέον, ἀλλὰ ταύτην, ἥτις ἂν κατ' ἐκλογὴν ὑπὸ τῶν δικαιοτάτων καὶ φρονιμωτάτων ἀνδρῶν βραβεύηται. παραπλησίως οὐδὲ δημοκρατίαν, ἐν ᾗ πᾶν πλῆθος κύριόν ἐστι ποιεῖν ὅ, τι ποτ' ἂν αὐτὸ βουληθῇ καὶ πρόθηται παρὰ δ' ᾧ πάτριόν ἐστι καὶ σύνηθες θεοὺς σέβεσθαι, γονεῖς θεραπεύειν, πρεσβυτέρους αἰδεῖσθαι, νόμοις πείθεσθαι, παρὰ τοῖς τοιούτοις συστήμασιν ὅταν τὸ τοῖς πλείοσι δόξαν νικᾷ, τοῦτο καλεῖν δεῖ δημοκρατίαν. διὸ καὶ γένη μὲν ἓξ εἶναι ῥητέον πολιτειῶν, τρία μὲν ἃ πάντες θρυλοῦσι καὶ νῦν προείρηται, τρία δὲ τὰ τούτοις συμφυῆ, λέγω δὲ μοναρχίαν, ὀλιγαρχίαν, ὀχλοκρατίαν. πρώτη μὲν οὖν ἀκατασκεύως καὶ φυσικῶς συνίσταται μοναρχία, ταύτῃ δ' ἕπεται καὶ ἐκ ταύτης γεννᾶται μετὰ κατασκευῆς καὶ διορθώσεως βασιλεία. μεταβαλλούσης δὲ ταύτης εἰς τὰ συμφυῆ κακά, λέγω δ' εἰς τυραννίδ', αὖθις ἐκ τῆς τούτων καταλύσεως ἀριστοκρατία φύεται. καὶ μὴν ταύτης εἰς ὀλιγαρχίαν ἐκτραπείσης κατὰ φύσιν, τοῦ δὲ πλήθους ὀργῇ μετελθόντος τὰς τῶν προεστώτων ἀδικίας, γεννᾶται δῆμος. ἐκ δὲ τῆς τούτου πάλιν ὕβρεως καὶ παρανομίας ἀποπληροῦται σὺν χρόνοις ὀχλοκρατία. γνοίη δ' ἄν τις σαφέστατα περὶ τούτων ὡς ἀληθῶς ἐστιν οἷα δὴ νῦν εἶπον, ἐπὶ τὰς ἑκάστων κατὰ φύσιν ἀρχὰς καὶ γενέσεις καὶ μεταβολὰς ἐπιστήσας. ὁ γὰρ συνιδὼν ἕκαστον αὐτῶν ὡς φύεται, μόνος ἂν οὗτος δύναιτο συνιδεῖν καὶ τὴν αὔξησιν καὶ τὴν ἀκμὴν καὶ τὴν μεταβολὴν ἑκάστων καὶ τὸ τέλος, πότε καὶ πῶς καὶ ποῦ καταντήσει πάλιν· μάλιστα δ' ἐπὶ τῆς Ῥωμαίων πολιτείας τοῦτον ἁρμόσειν τὸν τρόπον ὑπείληφα τῆς ἐξηγήσεως διὰ τὸ κατὰ φύσιν αὐτὴν ἀπ' ἀρχῆς εἰληφέναι τήν τε σύστασιν καὶ τὴν αὔξησιν. 45 R. Serrano Madroñal su transformación49. De hecho, la teoría política polibiana de la ἀνακύκλωσις, de carácter cíclico y de inspiración aristotélica, establece que los aspectos positivos de los sistemas “benignos” se irán corrompiendo, dando paso a los gobiernos “malignos”, de tal manera que se producirá una secuencia cambiante que culmina en el mismo punto de arranque. En la fase del advenimiento de la democracia, como su propio nombre indica, el pueblo decide tomar las riendas de los asuntos políticos frente a los abusos de la oligarquía. Sin embargo, cuando los excesos democráticos degeneran en una oclocracia, se producirá un golpe autocrático y personalista que restaure la monarquía para dar lugar a un nuevo ciclo. Por otra parte, en el ámbito propiamente romano, la caída de la monarquía o el conflicto patricio-plebeyo50 son fenómenos históricos que evidencian una serie de enfrentamientos sociales51 totalmente análogos a los acontecidos en el marco de las póleis griegas. Podemos encontrar ciertas similitudes entre Tarquinio el Soberbio y los tiranos griegos, como por ejemplo el acceso violento al poder, el acompañamiento de una escolta armada y el ataque contra los aristócratas más destacados52. Así, cuando la monarquía degeneró en tiranía, se produjo la gestación de una república aristocrática, 49 Αὕτη πολιτειῶν ἀνακύκλωσις, αὕτη φύσεως οἰκονομία, καθ' ἣν μεταβάλλει καὶ μεθίσταται καὶ πάλιν εἰς αὑτὰ καταντᾷ τὰ κατὰ τὰς πολιτείας. 50 Vid. Raaflaub, K. A. (ed.), Social Struggles in Archaic Rome: New Perspectives on the Conflict of the Orders, Expanded and updated edition, Berkeley, 2008. 51 Algunos clásicos de la historiografía sobre la conflictividad social en la república romana serían: Bloch, G., La République romaine. Les conflits politiques et sociaux, París, 1922; Brunt, P. A., Social Conflicts in the Roman Republic: Ancient Culture and Society, Oxford, 1978; Rouland, N., Rome, démocratie impossible? Les acteurs du pouvoir dans le cité romaine, Le Paradou, 1981. 52 Liv. 1. 49. Inde L. Tarquinius regnare occepit, cui Superbo cognomen facta indiderunt, quia socerum gener sepultura prohibuit, Romulum quoque insepultum perisse dictitans, primoresque patrum, quos Serui rebus favisse credebat, interfecit; conscius deinde male quaerendi regni ab se ipso adversus se exemplum capi posse, armatis corpus circumsaepsit; neque enim ad ius regni quicquam praeter vim habebat ut qui neque populi iussu neque auctoribus patribus regnaret. Eo accedebat ut in caritate civium nihil spei reponenti metu regnum tutandum esset. Quem ut pluribus incuteret cognitiones capitalium rerum sine consiliis per se solus exercebat, perque eam causam occidere, in exsilium agere, bonis multare poterat non suspectos modo aut inuisos sed unde nihil aliud quam praedam sperare posset. Praecipue ita patrum numero imminuto statuit nullos in patres legere, quo contemptior paucitate ipsa ordo esset minusque per se nihil agi indignarentur. Hic enim regum primus traditum a prioribus morem de omnibus senatum consulendi soluit; domesticis consiliis rem publicam administravit; bellum, pacem, foedera, societates per se ipse, cum quibus voluit, iniussu populi ac senatus, fecit diremitque. Latinorum sibi maxime gentem conciliabat ut peregrinis quoque opibus tutior inter ciues esset, neque hospitia modo cum primoribus eorum sed adfinitates quoque iungebat. Octauio Mamilio Tusculano—is longe princeps Latini nominis erat, si famae credimus, ab Vlixe deaque Circa oriundus—, ei Mamilio filiam nuptum dat, perque eas nuptias multos sibi cognatos amicosque eius conciliat. 46 Tesis Doctoral no exenta de tensiones sociales permanentes entre los optimates y la plebs. La exclusión de los plebeyos en el desempeño de las magistraturas, en contraste con unas obligaciones militares que arruinaban a estos propietarios de pequeñas explotaciones agrícolas, originó una situación de convulsión semejante a la que tuvo que enfrentarse Solón en Atenas. Frente al fenómeno del nexum o la caída en la servidumbre por deudas de los ciudadanos empobrecidos, se produjo la primera secessio plebis53. Los intentos de una conciliación que pusiera freno al conflicto social, al igual que en muchos otros casos del mundo griego, vinieron de la mano de los legisladores o decemviros54. La ley de las XII Tablas manifestaba un freno contra los abusos de la oligarquía, aunque no supuso la erradicación de los mismos. De hecho, la tabla XI que prohibía los matrimonios mixtos tuvo que ser abolida con posterioridad, a través de la Lex Canuleia55. Las conquistas progresivas de la plebe alcanzaron un punto culminante en el 367 a. C, con la promulgación de las Leges Liciniae-Sextiae, que les abrían el acceso al consulado56; pese a ello, el conflicto social aún no había concluido57. Las magistraturas religiosas y los sacerdocios se mantuvieron monopolizados por los patricios hasta que los tribunos Quintus y Cneus Ogulnius emprendieron un proceso que acabó permitiendo que los plebeyos pudieran desempeñar funciones sacras como augures y pontífices58. Por último, la nobilitas patricio-plebeya terminó por 53 Liv. 2. 32. “in Aventinum secessionem factam esse”. 54 Liv. 3. 33. Anno trecentensimo altero quam condita Roma erat iterum mutatur forma ciuitatis, ab consulibus ad decemuiros, quemadmodum ab regibus ante ad consules uenerat, translato imperio. 55 Liv. 4. 1. “Nam principio et de conubio patrum et plebis C. Canuleius tribunus plebis rogationem promulgavit”. 56 Liv. 6. 42. L. Sextius de plebe primus consul factus. et ne is quidem finis certaminum fuit. quia patricii se auctores futuros negabant, prope secessionem plebis res terribilesque alias minas ciuilium certaminum uenit cum tandem per dictatorem condicionibus sedatae discordiae sunt concessumque ab nobilitate plebi de consule plebeio, a plebe nobilitati de praetore uno qui ius in urbe diceret ex patribus creando. ita ab diutina ira tandem in concordiam redactis ordinibus, cum dignam eam rem senatus censeret esse meritoque id, si quando unquam alias, deum immortalium [causa libenter facturos] fore ut ludi maximi fierent et dies unus ad triduum adiceretur, recusantibus id munus aedilibus plebis, conclamatum a patriciis est iuuenibus se id honoris deum immortalium causa libenter facturos [ut aediles fierent]. quibus cum ab uniuersis gratiae actae essent, factum senatus consultum, ut, duumuiros aediles ex patribus dictator populum rogaret, patres auctores omnibus eius anni comitiis fierent. 57 Apréciese que T. Livio, en el pasaje inmediatamente anterior, emplea el término civilium certaminum (combate, contienda o lucha civil) para definir el conflicto patricio-plebeyo. 58 Liv. 10. 6. M. Valerio et Q. Apuleio consulibus satis pacatae foris res fuere: Etruscum aduersae belli res et indutiae quietum tenebant; Samnitem multorum annorum cladibus domitum hauddum foederis noui paenitebat; Romae quoque plebem quietam exonerata[m deducta] in colonias multitudo praestabat. Tamen ne undique tranquillae res essent, certamen iniectum inter primores ciuitatis, patricios plebeiosque, ab tribunis plebis Q. Et Cn. Ogulniis, qui undique criminandorum patrum apud plebem 47 R. Serrano Madroñal consolidarse, erradicando sus diferencias de sangre, con la Lex Hortensia59 del 287 a. C, mediante la cual concluía la subordinación jurídica de los plebiscitos de la asamblea del pueblo con respecto a la legislación que emanaba del Senado. La república romana, ya en una posición hegemónica en el entorno del Mediterráneo, volverá a ser testigo de violentos enfrentamientos civiles en el momento en el que vuelvan a constituirse dos facciones en colisión por la diversidad de sus intereses políticos y económicos. El conflicto entre optimates y populares podría remontarse a las reformas gracanas60, mediante las cuales los tribunos de la plebe Tiberio y Cayo Sempronio Graco trataron de emprender un reparto del ager publicus61 que despertó la animadversión de los sectores aristocráticos, entre otras medidas. occasionibus quaesitis, postquam alia frustra temptata erant, eam actionem susceperunt qua non infimam plebem accenderent sed ipsa capita plebis, consulares triumphalesque plebeios, quorum honoribus nihil praeter sacerdotia, quae nondum promiscua erant, deesset. Rogationem ergo promulgarunt ut, cum quattuor augures, quattuor pontifices ea tempestate essent placeretque augeri sacerdotum numerum, quattuor pontifices, quinque augures, de plebe omnes, adlegerentur.— quemadmodum ad quattuor augurum numerum nisi morte duorum id redigi collegium potuerit, non inuenio, cum inter augures constet imparem numerum debere esse, ut tres antiquae tribus, Ramnes, Titienses, Luceres, suum quaeque augurem habeant aut, si pluribus sit opus, pari inter se numero sacerdotes multiplicent; sicut multiplicati sunt cum ad quattuor quinque adiecti nouem numerum, ut terni in singulas essent, expleuerunt.—ceterum quia de plebe adlegebantur, iuxta eam rem aegre passi patres quam cum consulatum uolgari uiderent. Simulabant ad deos id magis quam ad se pertinere: ipsos uisuros ne sacra sua polluantur; id se optare tantum ne qua in rem publicam clades ueniat. Minus autem tetendere, adsueti iam in tali genere certaminum uinci; et cernebant aduersarios non, id quod olim uix sperauerint, adfectantes magnos honores sed omnia iam in quorum spem dubiam erat certatum adeptos, multiplices consulatus censurasque et triumphos. Compruébese que el conflicto entre los más preeminentes patricios y plebeyos por el acceso a los sacerdocios es definido por Livio como certamen. 59 El jurista del siglo II Gayo, del que sólo conocemos su praenomen, expuso en sus Institutiones que los patricios pretendieron en el pasado desvincularse de los plebiscitos y de su autoridad legal pero cuando éstos alcanzaron el rango vinculante de leyes de obligado cumplimiento para toda la ciudadanía a través de la Ley Hortensia, no tuvieron más remedio que acatarlo. 1. 3. Lex est quod populus iubet atque constituit: plebiscitum est quod plebs iubet atque constituit. Plebs autem a populo eo distat, quod populi appellatione universi cives significantur, connumeratis etiam patriciis; plebis autem appellatione sine patriciis ceteri cives significantur. Unde olim patricii dicebant, plebiscitis se non teneri, quia sine auctoritate eorum facta essent. Sed postea lex Hortensia lata est, qua cautum est, ut plebiscita universum populum tenerent. Itaque eo modo legibus exaequata sunt. 60 Desde un punto de vista jurídico, Vid. la tesis de Ortiz Montoya, F., Las reformas gracanas, Madrid, 2002. 61 Plutarco, en sus vidas sobre los hermanos Graco, relata la injusta situación agraria contra la que se legisló. En este pasaje, quedan probados los abusos de los poderosos, que se fueron apropiando progresivamente de todas las tierras que pertenecían al Estado, a pesar de la prohibición expresa contra todo aquel que acumulara más de quinientas yugadas: 48 Tesis Doctoral La virulenta oposición de la oligarquía senatorial contra la lex agraria se movilizó para asesinar a golpes al tribuno en 133 a. C, destino que compartiría su hermano y heredero político años después. El menor de los Graco, desde el 123 a. C, aparte de introducir algunas reformas constitucionales para intentar poner en marcha dicha reforma agraria, quiso asegurar un abastecimiento de grano barato para el pueblo romano, luchó contra la arbitrariedad judicial del ordo senatorial y llegó a proponer la concesión de ciudadanía a los aliados itálicos62. Sin embargo, las fuerzas consulares masacraron a los partidarios gracanos, cerrando la posibilidad de desarrollar reformas internas e inaugurando la crisis definitiva de la república tardía63. Tib. 8. Ῥωμαῖοι τῆς τῶν ἀστυγειτόνων χώρας ὅσην ἀπετέμνοντο πολέμῳ, τὴν μὲν ἐπίπρασκον, τὴν δὲ ποιούμενοι δημοσίαν ἐδίδοσαν νέμεσθαι τοῖς ἀκτήμοσι καὶ ἀπόροις τῶν πολιτῶν, ἀποφορὰν οὐ πολλὴν εἰς τὸ δημόσιον τελοῦσιν. ἀρξαμένων δὲ τῶν πλουσίων ὑπερβάλλειν τὰς ἀποφορὰς καὶ τοὺς πένητας ἐξελαυνόντων, ἐγράφη νόμος οὐκ ἐῶν πλέθρα γῆς ἔχειν πλείονα τῶν πεντακοσίων. καὶ βραχὺν μὲν χρόνον ἐπέσχε τὴν πλεονεξίαν τὸ γράμμα τοῦτο καὶ τοῖς πένησιν ἐβοήθησε, κατὰ χώραν μένουσιν ἐπὶ τῶν μεμισθωμένων καὶ νεμομένοις ἣν ἕκαστος ἐξ ἀρχῆς εἶχε μοῖραν. ὕστερον δὲ τῶν γειτνιώντων πλουσίων ὑποβλήτοις προσώποις μεταφερόντων τὰς μισθώσεις εἰς ἑαυτούς, τέλος δὲ φανερῶς ἤδη δι' ἑαυτῶν τὰ πλεῖστα κατεχόντων, ἐξωσθέντες οἱ πένητες οὔτε ταῖς στρατείαις ἔτι προθύμους παρεῖχον ἑαυτούς, ἠμέλουν τε παίδων ἀνατροφῆς, ὡς ταχὺ τὴν Ἰταλίαν ἅπασαν ὀλιγανδρίας ἐλευθέρων αἰσθέσθαι, δεσμωτηρίων δὲ βαρβαρικῶν ἐμπεπλῆσθαι, δι' ὧν ἐγεώργουν οἱ πλούσιοι τὰ χωρία, τοὺς πολίτας ἐξελάσαντες. ἐπεχείρησε μὲν οὖν τῇ διορθώσει Γάιος Λαίλιος ὁ Σκιπίωνος ἑταῖρος, ἀντικρουσάντων δὲ τῶν δυνατῶν φοβηθεὶς τὸν θόρυβον καὶ παυσάμενος, ἐπεκλήθη σοφὸς ἢ φρόνιμος· ἑκάτερον γὰρ δοκεῖ σημαίνειν ὁ σαπίηνς. ὁ Τιβέριος δὲ δήμαρχος ἀποδειχθεὶς εὐθὺς ἐπ' αὐτὴν ὥρμησε τὴν πρᾶξιν, ὡς μὲν οἱ πλεῖστοι λέγουσι, Διοφάνους τοῦ ῥήτορος καὶ Βλοσσίου τοῦ φιλοσόφου παρορμησάντων αὐτόν, ὧν ὁ μὲν Διοφάνης φυγὰς ἦν Μιτυληναῖος, ὁ δ' αὐτόθεν ἐξ Ἰταλίας Κυμαῖος, Ἀντιπάτρου τοῦ Ταρσέως γεγονὼς ἐν ἄστει συνήθης, καὶ τετιμημένος ὑπ' αὐτοῦ προσφωνήσεσι γραμμάτων φιλοσόφων. 62 En este texto, Plutarco resume toda la obra legislativa de Cayo Sempronio Graco: C. G. 5. Τῶν δὲ νόμων, οὓς εἰσέφερε τῷ δήμῳ χαριζόμενος καὶ καταλύων τὴν σύγκλητον, ὁ μὲν ἦν κληρουχικός, διανέμων τοῖς πένησι τὴν δημοσίαν· ὁ δὲ στρατιωτικός, ἐσθῆτά τε κελεύων δημοσίᾳ χορηγεῖσθαι καὶ μηδὲν εἰς τοῦτο τῆς μισθοφορᾶς ὑφαιρεῖσθαι τῶν στρατευομένων, καὶ νεώτερον ἐτῶν ἑπτακαίδεκα μὴ καταλέγεσθαι στρατιώτην· ὁ δὲ συμμαχικός, ἰσοψήφους ποιῶν τοῖς πολίταις τοὺς Ἰταλιώτας· ὁ δὲ σιτικός, ἐπευωνίζων τοῖς πένησι τὴν ἀγοράν· ὁ δὲ δικαστικός, ᾧ τὸ πλεῖστον ἀπέκοψε τῆς τῶν συγκλητικῶν δυνάμεως. μόνοι γὰρ ἔκρινον τὰς δίκας, καὶ διὰ τοῦτο φοβεροὶ τῷ τε δήμῳ καὶ τοῖς ἱππεῦσιν ἦσαν· ὁ δὲ τριακοσίους τῶν ἱππέων προσκατέλεξεν αὐτοῖς οὖσι τριακοσίοις, καὶ τὰς κρίσεις κοινὰς τῶν ἑξακοσίων ἐποίησε. τοῦτον τὸν νόμον εἰσφέρων τά τ' ἄλλα λέγεται σπουδάσαι διαφερόντως, καὶ τῶν πρὸ αὐτοῦ πάντων δημαγωγῶν πρὸς τὴν σύγκλητον ἀφορώντων καὶ τὸ καλούμενον κομίτιον, πρῶτος τότε στραφεὶς ἔξω πρὸς τὴν ἀγορὰν δημηγορῆσαι, καὶ τὸ λοιπὸν οὕτω ποιεῖν ἐξ ἐκείνου, μικρᾷ παρεγκλίσει καὶ μεταθέσει σχήματος μέγα πρᾶγμα κινήσας, καὶ μετενεγκὼν τρόπον τινὰ τὴν πολιτείαν ἐκ τῆς ἀριστοκρατίας εἰς τὴν δημοκρατίαν, ὡς τῶν πολλῶν δέον, οὐ τῆς βουλῆς, στοχάζεσθαι τοὺς λέγοντας. 63 Schneider, H.,“Sozialer Konflikt in der Antike: Die späte römische Republik“, GWU, 27, 1976, pp. 597- 613; Dieter, H., “Soziale Konflikte in der späten römischen Republik”, Klio, 62, 1980, pp. 229-233. 49 R. Serrano Madroñal La inestabilidad para los pequeños propietarios de tierra, la dificultad para reclutar soldados legionarios y la cuestión itálica marcaron un nuevo período plagado de conflictividad social al que se sumarán las revueltas de esclavos64. Las guerras de conquista del siglo III y II a. C. supusieron la incorporación de una enorme masa de población esclavizada al marco integral de la economía romana, especialmente concentrada en las tierras agrícolas sicilianas. Precisamente fue esta concentración la que facilitó el estallido de las dos primeras Guerras Serviles, sofocadas con dificultad. Con respecto a la última, liderada no sólo por Espartaco, y que comenzó siendo un motín de gladiadores en Capua65, terminó movilizando auténticos ejércitos pretorianos y consulares que no fueron capaces de reprimir a los rebeldes hasta que los despliegues de Craso recibieron sus últimos refuerzos. Plutarco nos confirma que este episodio de conflictividad social alcanzó la denominación de Σπαρτάκειον πόλεμον. No obstante, estableciendo una comparación entre las victorias de Pompeyo en Hispania y las de Craso contra los fugitivos, nos advierte que la distinción entre estos méritos era obvia y por derrotar a un ejército de esclavos una ovatio era recompensa más que suficiente66. 64 Blázquez, J. M., “Las revueltas de esclavos en Sicilia”, MHA, 1, 1977, pp. 89-102; Bradley, K. R, Slavery and Rebellion in the Roman World (140 B. C. – 70 B. C.), Bloomington-Indianapolis-London, 1989; Havas, L.,“Les révoltes des esclaves: la critique des textes“, AantHung, 33, 1990/2, pp. 287-293. Sobre la Primera Guerra Servil y Eunus Vid. Engels, D.,“Ein syrisches Sizilien? Seleukidische Aspekte des Ersten Sizilischen Sklavenkriegs und der Herrschaft des Eunus-Antiochos“, Polifemo, 11, 2011, pp. 233-251. Sobre la Tercera Guerra Servil y Espartaco Vid. Christ, K.,“Spartaco e i suoi miti“, Labeo, 25, 1979, pp. 192-202; Günther, R., Der Aufstand des Spartacus. Die großen sozialen Bewegungen der Sklaven und Freien am Ende der römischen Republik, Berlín, 1979; Doi, M.,“On the Negotiations between the Roman State and the Spartacus Army“, klio, 66, 1984, pp. 170-174; Kamienik, R.,“Beitrage zur Geschichte des Spartacus-Aufstandes“, ACD, 23, 1987, pp. 31-41; Wallinga, H. T.“Bellum spartacium: Florus´ text and Spartacus´ Objective“, Athenaeum, 80, 1992, pp. 26-43; Shaw, B., Spartacus and the Slave Wars: a Brief History with Documents, Boston-New York, 2001; Strauss, B., La Guerra de Espartaco, Barcelona, 2010. 65 Plut. Crass. 8. Ἡ δὲ τῶν μονομάχων ἐπανάστασις καὶ λεηλασία τῆς Ἰταλίας, ἣν οἱ πολλοὶ Σπαρτάκειον πόλεμον ὀνομάζουσιν, ἀρχὴν ἔλαβεν ἐκ τοιαύτης αἰτίας. Λέντλου τινὸς Βατιάτου μονομάχους ἐν Καπύῃ τρέφοντος, ὧν οἱ πολλοὶ Γαλάται καὶ Θρᾷκες ἦσαν, ἐξ αἰτιῶν οὐ πονηρῶν, ἀλλ' ἀδικίᾳ τοῦ πριαμένου συνειρχθέντες ὑπ' ἀνάγκης ἐπὶ τῷ μονομαχεῖν, ἐβουλεύσαντο μὲν διακόσιοι φεύγειν, γενομένης δὲ μηνύσεως οἱ προαισθόμενοι καὶ φθάσαντες ὀγδοήκοντα δυεῖν δέοντες ἔκ τινος ὀπτανείου κοπίδας ἀράμενοι καὶ ὀβελίσκους ἐξεπήδησαν. ἐντυχόντες δὲ κατὰ τὴν ὁδὸν ἁμάξαις ὅπλα κομιζούσαις μονομάχων εἰς ἑτέραν πόλιν, ἀφήρπασαν καὶ ὡπλίσαντο, καὶ τόπον τινὰ καρτερὸν καταλαβόντες, ἡγεμόνας εἵλοντο τρεῖς, ὧν πρῶτος ἦν Σπάρτακος, ἀνὴρ Θρᾷξ τοῦ Μαιδικοῦ γένους, οὐ μόνον φρόνημα μέγα καὶ ῥώμην ἔχων, ἀλλὰ καὶ συνέσει καὶ πρᾳότητι τῆς τύχης ἀμείνων καὶ τοῦ γένους ἑλληνικώτερος. τούτῳ δὲ λέγουσιν, ὅτε πρῶτον εἰς Ῥώμην ὤνιος ἤχθη, δράκοντα κοιμωμένῳ περιπεπλεγμένον φανῆναι περὶ τὸ πρόσωπον, γυνὴ δ' ὁμόφυλος οὖσα τοῦ Σπαρτάκου, μαντικὴ δὲ καὶ κάτοχος τοῖς περὶ τὸν Διόνυσον ὀργιασμοῖς, ἔφραζε τὸ σημεῖον εἶναι μεγάλης καὶ φοβερᾶς περὶ αὐτὸν εἰς ἀτυχὲς τέλος ἐσομένης δυνάμεως· ἣ καὶ τότε συνῆν αὐτῷ καὶ συνέφευγε. 66 Plut. Crass. 11. El autor emplea la expresión δουλικῷ πολέμῳ o guerra de esclavos. 50 Tesis Doctoral Cayo Mario fue el artífice del ingreso de los proletarii en el ejército, quebrantando las leyes y las tradiciones que sólo permitían integrar la milicia a los hacendados67. Así, lo que comenzó siendo una reforma militar razonablemente necesaria, traería consecuencias determinantes en el futuro a todos los niveles. Los nuevos reclutas de los ejércitos romanos pasarán a depender directamente de su general y del reparto de tierra que éste les garantice una vez licenciados68. Muy poco después, las reivindicaciones de los socii eclosionaron en un conflicto armado que concluyó con la concesión de la ciudadanía romana en toda Italia69. La colisión frontal entre las tendencias aristocráticas y democráticas aceleró la primera de las guerras civiles entre los romanos, con el enfrentamiento entre Mario y Sula70. No obstante, será un nuevo modelo monárquico el que acabará imponiéndose, tal y como vaticinaba la teoría política polibiana expuesta con anterioridad. A pesar de la reafirmación oligárquica de la dictadura de “el Afortunado71”, el camino hacia la desaparición de la legalidad constitucional será irrefrenable. La generalización 67 Plut. Mar. 9. Ἀναγορευθεὶς δὲ λαμπρῶς, εὐθὺς ἐστρατολόγει, παρὰ τὸν νόμον καὶ τὴν συνήθειαν πολὺν τὸν ἄπορον καὶ δοῦλον καταγράφων, τῶν πρόσθεν ἡγεμόνων οὐ προσδεχομένων τοὺς τοιούτους, ἀλλ' ὥσπερ ἄλλο τι τῶν καλῶν τὰ ὅπλα μετὰ τιμῆς τοῖς ἀξίοις νεμόντων, ἐνέχυρον τὴν οὐσίαν ἑκάστου τιθέναι δοκοῦντος. 68 Vid. Hildinger, E., Swords against the Senate: The Rise of the Roman Army and the Fall of the Republic, Cambridge-Massachusetts, 2008. 69 Tal y como afirma Heredia, C. “Notas sobre el comportamiento militar en la Guerra Social”, Historiae, 9, 2012, pp. 137-152, el soldado itálico era plenamente consciente de su situación de inferioridad jurídica frente al romano. No sólo contribuían masivamente en los esfuerzos militares de los romanos, sino que permanecían más tiempo en el servicio, sus pérdidas eran mayores y sus botines menores. Así pues, el contingente aliado depositó sus esperanzas en la obtención de la plena ciudadanía romana, para beneficiarse en todos los ámbitos de la pertenencia a un colectivo cada vez más rico y privilegiado, cuyo bienestar se había conseguido en buena medida gracias a la institución de los socii (p. 138). 70 Vid. Gómez Pantoja, J. L., “L. Cornelius Sulla. 25 años de investigación (1960-1985). I. Bibliografía”, Polis, 2, 1990, pp. 67-83; Gómez Pantoja, J. L., “L. Cornelius Sulla. 25 años de investigación (1960-1985). II. Estado de la cuestión”, Polis, 3, 1991, pp. 63-110. 71 En el pasaje 34 de la Vida de Sula de Plutarco, el biógrafo de Queronea nos confirma que fue el propio dictador el que exigió que se le diera el sobrenombre de afortunado, porque esto es lo que principalmente quiere significar la voz latina felix: ῾Ο μέντοι θρίαμβος αὐτοῦ τῇ πολυτελείᾳ καὶ καινότητι τῶν βασιλικῶν λαφύρων σοβαρὸς γενόμενος μείζονα κόσμον ἔσχε καὶ καλὸν θέαμα τοὺς φυγάδας. οἱ γὰρ ἐνδοξότατοι καὶ δυνατώτατοι τῶν πολιτῶν ἐστεφανωμένοι παρείποντο, σωτῆρα καὶ πατέρα τὸν Σύλλαν ἀποκαλοῦντες, ἅτε δὴ δι’ ἐκεῖνον εἰς τὴν πατρίδα κατιόντες καὶ κομιζόμενοι παῖδας καὶ γυναῖκας. ἤδη δὲ συνῃρημένων ἁπάντων, ἀπολογισμὸν ἐν ἐκκλησίᾳ τῶν πράξεων ποιούμενος οὐκ ἐλάσσονι σπουδῇ τὰς εὐτυχίας ἢ τὰς ἀνδραγαθίας κατηριθμεῖτο, καὶ πέρας ἐκέλευσεν ἑαυτὸν ἐπὶ τούτοις Εὐτυχῆ προσαγορεύεσθαι· τοῦτο γὰρ ὁ Φῆλιξ μάλιστα βούλεται δηλοῦν· αὐτὸς δὲ τοῖς ῞Ελλησι γράφων καὶ χρηματίζων ἑαυτὸν. 51 R. Serrano Madroñal de las “marchas sobre Roma” y el carácter cada vez más autocrático de los “caudillos”, independientemente de su adscripción como optimates o populares, acabó por aniquilar la “constitución mixta” en la práctica. Cicerón, en su tratado De re publica, abordará la misma cuestión, aprovechando para denunciar los trastornos que experimentó el Estado romano como consecuencia de la progresión democrática72. Mediante el artificio literario del diálogo y usando la figura de Escipión Emiliano, este autor consideró que los conflictos y las transformaciones políticas (commutationibus rerum publicarum) se minimizarían frente a una justa constitución mixta. A su juicio, la monarquía estaba destinada a desaparecer (mutatio) en el momento en el que pasase a convertirse en tiranía. Sin embargo, con respecto a los regímenes monárquicos o aristocráticos justos, que no han degenerado aún en tiranías u oligarquías, el mayor peligro al que tendrán que enfrentarse será el populus enardecido. César, tras su victoria definitiva frente a Pompeyo en la segunda guerra civil73 romana, no sólo acaparó excesivos honores como el consulado continuo, la dictadura perpetua o la censura, sino que adoptó una serie de prácticas que asociaban visiblemente su figura a la de un monarca74. Independientemente de los idus de marzo del 44 a. C. y del asesinato perpetrado, fuera “tiranicidio” o “parricidio”, los partidarios del conquistador de las Galias dirigidos por su hijo adoptivo César Octaviano y su lugarteniente Marco Antonio, se hicieron con las riendas de una república agonizante 72 1. 42. Et Scipio: 'est omnino, cum de illo genere rei publicae quod maxime probo quae sentio dixero, accuratius mihi dicendum de commutationibus rerum publicarum, etsi minime facile eas in ea re publica futuras puto. sed huius regiae prima et certissima est illa mutatio: cum rex iniustus esse coepit, perit illud ilico genus, et est idem ille tyrannus, deterrimum genus et finitimum optimo; quem si optimates oppresserunt, quod ferme evenit, habet statum res publica de tribus secundarium; est enim quasi regium, id est patrium consilium populo bene consulentium principum. sin per se populus interfecit aut eiecit tyrannum, est moderatior, quoad sentit et sapit, et sua re gesta laetatur, tuerique vult per se constitutam rem publicam. sin quando aut regi iusto vim populus attulit regnove eum spoliavit, aut etiam, id quod evenit saepius, optimatium sanguinem gustavit ac totam rem publicam substravit libidini suae: cave putes autem mare ullum aut flammam esse tantam, quam non facilius sit sedare quam effrenatam insolentia multitudinem!. 73 En cuanto a la consciencia y conceptualización del fenómeno, la sociedad romana del período supo perfectamente que sus conflictos internos habían estallado hasta tal punto que podían calificarse como civilis belli, tal y como atestiguan autores coetáneos como Cicerón o el propio César. 74 Suet. Iul. 76. Praegrauant tamen cetera facta dictaque eius, ut et abusus dominatione et iure caesus existimetur. non enim honores modo nimios recepit: continuum consulatum, perpetuam dictaturam praefecturamque morum, insuper praenomen Imperatoris, cognomen Patris patriae, statuam inter reges, suggestum in orchestra; sed et ampliora etiam humano fastigio decerni sibi passus est: sedem auream in curia et pro tribunali, tensam et ferculum circensi pompa, templa, aras, simulacra iuxta deos, puluinar, flaminem, lupercos, appellationem mensis e suo nomine. 52 Tesis Doctoral que perdería toda esperanza de supervivencia normalizada con la instauración del Principado75. Aunque el nuevo sistema respetó las apariencias de las instituciones republicanas, se erigía como un auténtico protectorado o monarquía colegiada, donde el Princeps o “primer hombre” del Estado ostentaba todos los poderes. La Pax Augusta76 se convertirá en un instrumento de primera mano e imprescindible para mediar en el marco de los conflictos, llegando a ser un garante del fin de las confrontaciones bélicas. Como valor anhelado tanto por los romanos como por todas las comunidades implicadas en las interminables contiendas civiles que marcaron la trayectoria de todo el siglo I a. C., la pax será un nuevo atributo del poder. Cuando en el año 27 a. C. Octaviano fue investido por el Senado como Augusto77, se le reconocía su auctoritas casi sobrenatural como libertador del pueblo romano. Esta liberación sin duda implicaba la idea de paz, en tanto en cuanto había erradicado las tensiones internas del cuerpo cívico, garantizando a su vez la tranquilidad de las fronteras78. En las Res Gestae Divi Augusti, el propio emperador en primera persona se declara como un libertador de una república oprimida por la conflictividad social y la dominación de las facciones79. De hecho, como es habitual en los regímenes autocráticos, se propagó la falsa idea de que había sido establecido un nuevo orden social basado en la concordia y exento de enfrentamientos internos80. Además, los 75 Vid. Bleicken, J., Prinzipat und Dominat. Gedanken zur Periodisierung der römischer Kaiserzeit, Wiesbaden, 1978; Raaflaub, K. A. y Toher, M. (eds.), Between Republic and Empire. Interpretations of Augustus and his Principate, Berkeley, 1990; Kienast, D., Augustus. Prinzeps und Monarch, Darmstadt, 2009. 76 Suet. Aug. 22. Ianum Quirinum semel atque iterum a condita urbe ante memoriam suam clausum in multo breuiore temporis spatio terra marique pace parta ter clusit. 77 Vid. Zanker, P., Augusto y el poder de las imágenes, Madrid, 1992; Eck, W., The Age of Augustus, Oxford, 2003; Everitt, A., Augusto. El primer emperador, Barcelona, 2012; Southern, P., Augusto, Madrid, 2013. 78 Díez Jorge, E. y Muñoz, F. A.,”Pax Augusta” en López Martínez, M. et al. Enciclopedia de paz y conflictos: L-Z, Granada, 2004, pp. 881-883. 79 1. Annos undeviginti natus exercitum privato consilio et privata impensa comparavi, per quem rem publicam a dominatione factionis oppressam in libertatem vindicavi. 80 El historiador neozelandés R. Syme, en su obra más renombrada, The Roman Revolution (1939), consideró que las similitudes entre los regímenes fascistas de su tiempo y el giro autocrático de la política romana desde el asesinato de César eran notorias. La aparición de “demagogos”, que con el pretexto de una regeneración, instauraban sistemas dictatoriales que teóricamente pondrían freno a los conflictos sociales, fue el punto de analogía identificado por el autor. Esta obra ya traducida al castellano en 1989, ha sido reeditada en 2010 con prólogo de J. Arce (Syme, R., La revolución romana, Barcelona, 2010). 53 R. Serrano Madroñal temores senatoriales contra la figura de la monarquía pronto se confirmaron, tal y como demuestra la instauración de una dinastía Julio-Claudia que precederá a otras. El período imperial, tradicionalmente comprendido cronológicamente entre el 27 a. C. y el 476 d. C. se presenta como una etapa excesivamente prolongada en el tiempo y demasiado compleja como para aplicar esquematismos reduccionistas. La alta expansión y la difusión e integración cultural entre la metrópoli y sus provincias tendrá que coexistir con momentos de contracción, crisis, guerras civiles y sociales, persecuciones y decadencia. Precisamente por la dificultad que entraña enfocar un análisis de conjunto, la historiografía ha levantado hitos imaginarios no del todo unánimes (193/235/284 d. C.) para marcar un límite cuestionable entre una época mayoritariamente asociada a la Pax romana81 y otra marcada por la decadencia y la confrontación82. Como si se tratase del curso de un río, destinado a desembocar en las aguas de la desaparición, la civilización romana atravesó por una etapa considerada como “Baja” con numerosos e importantes conflictos sociales, cuyas manifestaciones principales nos encargaremos de analizar en su vertiente occidental. 81 Le Gall, J. y Le Glay, M., L´Empire romain. 1: Le Haut-Empire, de la bataille d´Actium (31 av. J. C.) à l´assassinat de Sévère Alexandre (235 ap. J. C.), París, 1987; Roldán, J. M.- Blázquez, J. M.- Del Castillo, A., Historia de Roma. 2: El Imperio romano (Siglos I-III), Madrid, 1989; Sánchez León, M. L., El Alto Imperio romano, Madrid, 1998; En la historiografía anglo-sajona y germánica, menos influenciadas por las corrientes francesas, prevalecen otras denominaciones (The Principate o Römische Kaiserzeit) aunque los hitos de distinción siguen siendo prácticamente los mismos. Vid. Mattern, S. P., Rome and the Enemy. Imperial Strategy in the Principate, Berkeley-Los Angeles-London, 1999; Armin, E., Die römische Keiserzeit, München, 2014. 82 El historiador francés del siglo XVIII, Charles Le Beau inauguró en 1752 la expresión Bas-Empire con el inicio de la publicación de L´Histoire du Bas-Empire, en 28 volúmenes. La connotación inherente de decadencia (Vid. Gibbon, E., The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, cuyo primer volumen fue publicado en 1776) trató de contrarrestarse con una nueva terminología (Empire romain tardif, Antiquité tardive, Spätromische Zeit, Spätantike, Tardo Impero, Tardoantico, Later Roman Empire, Late Antiquity, Tardoantigüedad). Vid. Brown, P., “The Later Roman Empire”, Economic History Review, 56, 1967, pp. 327-343; Carrié, J. M.,”Les distributions alimentaires dans les cités de l´Empire romain tardif, MEFRA, 87, 1975, pp. 995-1101; De Decker, D.,”L´expression des revendications sociales dans l´Antiquité tardive”, DHA, 5, 1979, pp. 255-262; Pirenne, H., Mahoma y Carlomagno, Madrid, 1985; Cameron, A., The Later Roman Empire, London, 1993; Walbank, F. W., La pavorosa revolución, Madrid, 1996; Wickham, C., Framing the early Middle Ages: Europe and the Mediterranean (400-800), Oxford, 2005; Pfeilschifter, R., Die Spätantike. Der eine Gott und die vielen Herrscher, München, 2014. 55 R. Serrano Madroñal 2. 1. Precedentes. Como ya se ha podido comprobar, mucho antes de que la sociología existiese como disciplina científica establecida, se desarrollaron numerosas teorías sobre la conflictividad social. La monarquía, temporal o espiritual, se convirtió en la fórmula rectora hegemónica de las sociedades estatales durante siglos, mientras que el tiranicidio comienza a proyectarse como ultima ratio política para dirimir el conflicto social83. El principio de la legitimidad de la resistencia frente a una autoridad que ha devenido en tiranía encuentra sus orígenes en Guillermo de Ockham84, si bien es cierto que este desarrollo teórico hunde sus raíces en la teología católica tardo-antigua85. 83 Destacamos especialmente el artículo de Carvajal Aravena, P.,”Derecho de resistencia, derecho de revolución, desobediencia civil: Una perspectiva histórica de interpretación. La formación del derecho público y de la ciencia política en la temprana Edad Moderna”, Revista de estudios políticos, 76, 1992, pp. 63-102, (p. 64). 84 Breviloquium de principatu tyrannico super divina et humana, specialiter autem super imperium et subjetos imperio a quibusdam vocatis summis pontificibus usurpato (1339-1340). En esta obra, el autor franciscano considera que es lícito reflexionar sobre los límites de la autoridad pontificia. Asimismo, cuestiona a través de argumentos evangélicos la plenitud del poder papal en los asuntos temporales y se posiciona en contra de sus pretensiones de supremacía política con respecto al emperador. Inaugurando conceptos y problemas esenciales en el pensamiento clásico moderno, Ockham creyó que el principado papal fue instituido para servicio de los fieles, tratándose de un servicio y no de un dominio. La idea crucial, expuesta en el libro cuarto, es que Dios concedió el mundo al “hombre” y es éste el que debe decidir cómo gobernarse, sentando las bases de las doctrinas posteriores sobre el tiranicidio y el contrato social. Vid. Rodríguez Santidrián, P., Sobre el gobierno tiránico del Papa, de Guillermo de Ockham, Madrid, 1992. 85 Agustín de Hipona, en De libero arbitrio, 1. 6. 14-15, establece que todo atisbo de justicia que pueda hallarse en las leyes temporales emana de la ley eterna, cuyo principio es Dios. No obstante, esto no implica que todas las leyes temporales se ajusten a la moderación de la ley eterna, de lo que se extrae que son modificables. Vid. Capanaga, V., Obras de San Agustín, III. Obras filosóficas, Madrid, 1982. Como continuador medieval de esta corriente de interpretación teológica, Juan de Salisbury en su Policraticus entendió la “sociedad” como una comunidad organizada en base a un acuerdo general que obliga y compromete incluso al monarca. En este sentido, si el acuerdo es ultrajado por un tirano, éste merece CAPÍTULO 2. LA APORTACIÓN SOCIOLÓGICA 56 Tesis Doctoral Desde una óptica mucho más pragmática que teológica, también en la Baja Edad Media, Marsilio de Padua en su Defensor pacis (1324)86, destacó la paz (por oposición al conflicto) como la base indispensable sobre la que ha de cimentarse cualquier tipo de sociedad estatal. Esta obra, privada de perspectivas ético-religiosas, contempla la necesidad que tienen las sociedades de buscar y garantizar una paz y un cierto ordenamiento que asegure la convivencia estable de la comunidad, asentada en la propia voluntad colectiva. Así, será esta misma voluntad colectiva la que se encargará de atribuir a un gobierno “delegado” la tarea de la dirección. Más allá de la derrota de las doctrinas conciliares del período, el jurista del XIV Bartolo87 da Sassoferrato, coincidiendo con Tomás de Aquino, expresó que los tiranos (en el sentido romano clásico de “usurpadores”) podían ser moralmente rechazados a menos que persiguieran su legitimación. Por su parte, los tiranos (por conducta) podían o incluso debían ser desobedecidos (Tomás de Aquino) o depuestos (Bartolo)88. El derecho de resistencia en los humanistas italianos es considerado como una manifestación concreta de la libertad humana en el quehacer político frente al ejercicio tiránico del poder89. Maquiavelo90 resucitará indirectamente la dicotomía ser castigado. Vid. Palacios Royán, J., Policraticus o De las frivolidades de los cortesanos y de los vestigios de los filósofos, Libros I-IV. Juan de Salisbury, Málaga, 2007. Tomás de Aquino consideró injusta y no sujeta a obediencia cualquier ley temporal contraria a la ley natural; no obstante, bajo su punto de vista, el hecho de que unas cosas se opongan a otras indica que puede contrariarse el orden divino en cuanto que éste procede de alguna causa particular, pero no en cuanto al orden total, que procede de la causa universal. Byrne, D., Suma de Teología, T.1, Parte I, Santo Tomás de Aquino, Madrid, 2001, p. 890. Con respecto al tiranicidio, el mismo autor en De Regimine Principum, 1.3, afirma que así como el gobierno de uno es el mejor, siendo justo, no siéndolo es el peor; el gobierno se hace injusto en el momento en que se aparta del bien común de muchos y se busca el particular de quien gobierna. Así, cuando una monarquía se convierte en tiranía, el mal gobierno se impone sobre la virtud de sus súbditos y las voces críticas aminoran progresivamente como consecuencia del temor. Los hombres criados en servidumbre se afianzarán en su ánimo servil y pusilánime, por lo que Tomás de Aquino deposita su confianza en que los monarcas recapaciten sobre su verdadero fin, el buen gobierno acorde con la ley eterna, recompensado por Dios. Vid. González, C. I., Tratado de la ley: Tratado de la justicia. Opúsculo sobre el gobierno de los príncipes; Tomás de Aquino, México, 1990. 86 Martínez Gómez, L., Defensor pacis. Español, Marsilio de Padua, Madrid, 2009. 87 Quaglioni, D., Politica e Diritto nel Trecento italiano: Il De Tyrano di Bartolo da Sassoferrato (1314- 1357), Firenze, 1983. 88 Lantschner, P., The Logic of Political Conflict in Medieval Cities: Italy and the Southern Low Countries, 1370-1440, Oxford, 2015, p. 35. 89 Carvajal Aravena, P., op. cit., n. 83, p. 76. 90 El escritor florentino escribió Il Principe a inicios del siglo XVI, publicado ya como obra póstuma. Rompiendo con proyecciones ideales y utópicas, Maquiavelo acepta las contradicciones efectivas y frecuentes entre la moralidad, la ética cristiana y el ejercicio práctico de la política. 57 R. Serrano Madroñal política clásica romana existente entre República y Principado, asociado éste último con la idea de territorio sometido y carente de libertad91. El republicanismo soterrado del canciller florentino servirá de inspiración a muchos movimientos posteriores interesados en recuperar las libertades públicas frente a los dominios tiránicos, augurando un período agitado de conflictividad social. El estallido de la reforma protestante en el siglo XVI no deja de ser otra manifestación profunda del derecho a sacudirse el yugo de una autoridad (religiosa en este caso) tiránica. Tanto el luteranismo92 como el calvinismo93 nacieron como corrientes contestatarias frente al despotismo pontificio, si bien es cierto que Lutero recondujo pronto su doctrina hacia un sometimiento total hacia el poder temporal. Por el contrario, el calvinismo mantuvo su visión del poder “representativo” otorgado por la comunidad con el objetivo de garantizar el bien común. En este contexto, no podemos obviar a los teólogos de la Escuela de Salamanca94, cuyos tratados registran el máximo desarrollo de las doctrinas precedentes sobre la problemática del tiranicidio. Recuperando toda la tradición católica del derecho natural, el orden social ha de ser a su juicio esencialmente justo, destacando la libertad y la autonomía como principios políticos fundamentales. Llegando a afirmar que la desobediencia es un acto moralmente aceptable frente a los regímenes que atenten contra el bien común, se posicionarán en contra de cualquier normativa opuesta a la justicia, en tanto en cuanto supone una abierta ofensa a Dios95. El conocido jesuita 91 Encarcelado por conspiración por los Médici, caído en desgracia y destituido del servicio civil, Maquiavelo trató de ganarse el favor de los soberanos soslayando sus convicciones republicanas y ofreciendo una serie de consejos prácticos para que los príncipes mantuvieran sus dominios. Sólo en este sentido puede entenderse la sutil distinción que establece en el primer capítulo entre “vivir bajo un principado” o “ser libre”. Vid. la edición reciente en castellano de Blanco, E., El Príncipe: incluye los textos “Sobre la ambición, la fortuna, la ocasión y la ingratitud”, Nicolás Maquiavelo, Barcelona, 2013. 92 Vid. Schaff, P., History of the Christian Church, Vol. VII. Modern Christianity. The German Reformation, Oak Harbor (Washington), 1997; Schilling, H., Martin Luther: Rebell in einer Zeit des Umbruchs, München, 2013; Hendrix, S. H., Martin Luther: Visionary Reformer, New Haven, 2015. 93 Vid. Sap, J. W., Paving the Way for Revolution: Calvinism and the Struggle for a Democratic Constitutional State, Amsterdam, 2001; Benedict, P., Christ´s Churches Purely Reformed. A Social History of Calvinism, New Haven, 2002; Hart, D. G., Calvinism. A History, New Haven, 2013. 94 Poncela González, A. (ed.), La Escuela de Salamanca. Filosofía y Humanismo ante el mundo moderno, Madrid, 2015. 95 El jesuita Francisco Suárez, en el segundo libro de su tratado De legibus (1612), sostiene que la ley moral natural es un mandato divino preceptivo que ordena hacer lo “conveniente” y evitar lo “disconveniente”. Vid. la edición bilingüe de Pereña, L. y Abril, V., De Legibus, Vol. 3 (II 1-12). De lege naturali. Francisco Suárez, Madrid, 1974; Baciero Ruiz, F. T., “La ley moral natural según Francisco Suárez”, Revista Española de Filosofía Medieval, 14, 2007, pp. 105-118. 58 Tesis Doctoral Juan de Mariana, en relación directa al relato de Maquiavelo en el que se expone que un príncipe puede apoderarse de una República sin consentimiento alguno y por la fuerza de las armas, justifica que el tirano pueda ser despojado del gobierno, e incluso de la vida96. Profundamente inspirado en este iusnaturalismo católico, y en el contexto de la Guerra internacional de los Treinta años, Hugo Grotius reflexionó en De iure belli ac pacis sobre los principios inmutables que deben regir una sociedad para mantener el orden y evitar el conflicto97. En su defensa del Estado absoluto y de la monarquía, reconoce que el derecho natural es inmanente a la comunidad social, por lo que la autoridad real también ha de someterse a su imperio. Desde una perspectiva puramente calvinista, Johannes Althusius98 en su Politica Methodicae Digesta, atque Exemplis Sacris et Profanis Illustrata, reincidió en la idea de la resistencia contra el tirano y planteó el contrato entre una autoridad representativa y su propia comunidad. En esta misma línea se posicionaron los “monarcómanos”, ya fueran católicos o protestantes, profundizando en la idea del tiranicidio y a favor de una cierta soberanía popular, como precursores de la doctrina del contrato social99. Por su parte, como tercera vía para dirimir el sangriento conflicto confesional en Francia entre católicos y hugonotes, Bodin sentará las bases del absolutismo político. Partiendo también de la idea del pacto social, las controversias y los enfrentamientos podrán ser erradicados mediante la obediencia absoluta hacia un poder monárquico que represente las aspiraciones de la sociedad en su conjunto100. La sacralización teológica del absolutismo vendrá de la mano del cardenal Bossuet101, artífice de la justificación de la soberanía real a través de argumentos bíblicos. Empero, 96 Sánchez Agesta, L., La dignidad Real y la educación del Rey. Juan de Mariana, Madrid, 1981. 97 Recomendamos la traducción al inglés de Barbeyrac, J., The Rights of War and Peace, in three books: where are explained the law of nature and nations and the principal points relating to government. Written in latin by Hugo Grotius (1583-1645), and translated into English, New Jersey, 2004. 98 Vid. Mariño, P., La política metódicamente concebida e ilustrada con ejemplos sagrados y profanos. Johannes Althusius (1557-1638), Madrid, 1990. Un estudio sobre la teoría política de Althusius sería el de Dahm, K. W., Politische theorie des Johannes Althusius, Berlín, 1988. 99 Vid. Stricker, G., Das Politische Denken der Monarchomachen. Ein Beitrag zur Geschichte der Politischen Ideen im 16 Jahrhundert, Heidelberg, 1976. 100 Jean Bodin publicó Les Six Livres de la République en 1576. Vid. la edición en castellano de Bravo Gala, P., Los seis libros de la República, Madrid, 1997. 101 Para la interpretación de la justificación teológica del absolutismo político es esencial la lectura crítica de la obra póstuma de J. B. Bossuet La Politique tirée de l´Écriture sainte, traducida al castellano por Maestro Aguilera, J., Política sacada de las Sagradas Escrituras, Madrid, 1974. En su libro III, el autor afirma que Dios estableció a los reyes como sus ministros y reina a través de ellos sobre los pueblos, 59 R. Serrano Madroñal el origen divino de la realeza y las tendencias galicanas pronto se verán desafiadas por autores como el pastor calvinista Pierre Jurieu102. Adelantándose a J. J. Rousseau y posicionándose como defensor de un contrato social acordado y respetado entre el soberano y el pueblo, este teólogo protestante atacó la doctrina de Bossuet, denunciando la degradación tiránica y desnaturalizada que estaba experimentando la monarquía francesa bajo el reinado de Luis XIV. Inmerso del mismo modo en las controversias político-religiosas que experimentó Inglaterra entre los siglos XVI-XVII, Thomas Hobbes no aceptará el origen divino de la realeza pero justificará el absolutismo monárquico como pacto social establecido para evitar un estado de conflicto perpetuo103. Contrariamente, John Locke104 se presenta como un abanderado prematuro de las tendencias parlamentaristas y liberales, formulando ya la separación de poderes y la necesidad de limitar la autoridad monárquica, en defensa de una soberanía popular. A su juicio, la conflictividad social como fenómeno esencialmente inevitable ha de ser combatido por el Estado, entendido éste como el fruto de un contrato social, en su función más arbitral y en un marco completo de pluralidad y tolerancia. llegando a considerar en estos términos el trono real como el trono del mismo Dios. De este modo, la doctrina teológica que sustenta los principios de la monarquía absoluta se manifiesta totalmente contraria al tiranicidio, entendido éste como un atentado sacrílego. Pese a esto, el propio Bossuet contempla la posibilidad de que el monarca, como mortal, actué contra Dios y sólo en este caso concreto estaría legitimada la desobediencia (Carvajal Aravena, P., op. cit., n. 83, p. 87). 102 Entre 1686-1689, Jurieu publicó Les Lettres Pastorales adressées aux Fidèles de France qui gémissent sous la captivité de Babylone. En 1689 quizás escribió el panfleto Les Soupirs de la France esclave qui aspire après la liberté. Vid. Dodge, G. H., The political theory of the Huguenots of the dispersion: with special reference to the thought and influence of Pierre Jurieu, N. York, 1947; Kretzer, H., Calvinismus und französische Monarchie im 17. Jahrhundert: Die politische Lehre der Akademien Sedam um Sammur, mit besonderer Berücksichtigung von Pierre Du Moulin, Moyse Amyraut und Pierre Jurieu, Berlín, 1975. 103 Vid. Mellizo, C., Leviatán o La materia, forma y poder de un estado eclesiástico y civil. Thomas Hobbes, Madrid, 2009. En este famoso tratado de 1651, el pensador inglés expone en una primera parte un estudio pormenorizado de la propia naturaleza humana, de carácter impulsivo, que lleva al individuo a una situación de conflicto permanente con los demás. Para dar solución a esta “guerra de todos contra todos”, Hobbes proyecta su tesis de contrato social, mediante la cual el colectivo de individuos que ha configurado la res publica va a proceder a una cesión voluntaria del poder a un soberano, con el objetivo de que este último sea garante de la paz. Remontándose a la división aristotélica de las diversas formas posibles de gobierno, este autor opta por la monarquía como sistema óptimo para asegurar esa paz que neutralice los conflictos. En el ámbito religioso, en la tercera parte de la obra, se muestra partidario del sometimiento completo de la Iglesia al monarca. 104 Vid. la traducción al castellano del Ensayo sobre el gobierno civil de Lázaro Ros, A., con una introducción de Rodríguez Aranda, L., Madrid, 1990. Sobre John Locke y su filosofía política recomendamos la lectura de Anstey, P. R., John Locke and Natural Philosophy, Oxford, 2011; Mack, E., John Locke, New York, 2013; Herrero, M., La política revolucionaria de John Locke, Madrid, 2015. 60 Tesis Doctoral El origen del constitucionalismo contemporáneo se halla precisamente en la búsqueda de una forma consensuada que ofrezca una solución al conflicto social. El fin del Antiguo Régimen y el nacimiento del liberalismo constitucional revolucionario no podrían entenderse sin la aportación del pensamiento ilustrado. Los enciclopedistas franceses105 abogaron por la instrucción cultural del pueblo como eje principal para combatir la “oscura” ignorancia que sostenía las tiranías absolutistas. Continuando con las ideas de Locke acerca de la división del poder e inspirado en las instituciones políticas inglesas, Montesquieu106 consideró necesaria una limitación drástica de la autoridad del soberano. Otro heredero del pensamiento político de Locke será Voltaire107, partidario de una justicia universal y de un pacto social que no suprimiera los derechos naturales del individuo. Por su parte, el Contrato Social de Rousseau108 estableció como única forma legítima de gobierno una res publica cuyos principios fundamentales fuesen la voluntad general y la soberanía popular. Así, la suprema dirección de la voluntad colectiva no podrá atentar contra la libertad de las partes (individuos) que conforman el tejido social. El orden social, voluntario y artificial, tendrá que garantizar la representatividad, 105 La etimología griega de la palabra “enciclopedia” denota el objetivo de convertir a la educación (παιδεία) en un elemento totalizante que cubra como una esfera (ἐνκύκλιos) todos los ámbitos de la sociedad. La Encyclopédie (1751-1772) o el diccionario razonado de las ciencias, artes y materias, publicado por Diderot y D´Alembert pretendió erigirse como un poderoso instrumento que “iluminara las tinieblas del siglo”. En 2008 se celebró en Barcelona un Congreso Internacional sobre la Encyclopédie, cuyas actas fueron publicadas al año siguiente. Vid. Granada, M. A., Rius, R., Schiavo, P. (eds.), Filósofos, filosofía y filosofías en la Encyclopédie de Diderot y D´Alembert: actas del Congreso Internacional sobre la Encyclopédie, Barcelona, 2009; Soriano, R., Porras, A., La enciclopedia: selección de artículos políticos. Diderot y d´Alembert, Madrid, 1986; Lough, J., La enciclopedia: Diderot-D´Alembert; selección, Madrid, 1974. 106 Vid. la traducción al castellano de l´esprit des lois de Blázquez, M., de Vega, P., con introducción de Tierno Galván, Madrid, 2007. Sobre el pensamiento de Montesquieu Vid. Iglesias, C., El pensamiento de Montesquieu: ciencia y filosofía en el siglo XVIII, Barcelona, 2005; Shklar, J., Montesquieu, Oxford-New York, 1989. 107 Vid. Priego, S., Lettres philosophiques. Español. Cartas inglesas; Voltaire, Madrid, 1975. En esta colección de ensayos, el autor reflexiona sobre sus experiencias en G. Bretaña y establece un análisis comparativo con el modelo “tiránico” absolutista francés. 108 J. J. Rousseau, “citoyen de Genève”, publicó Du Contrat Social ou Principes du droit politique en 1762. Esta obra de filosofía política tuvo una gran influencia entre los revolucionarios liberales estadounidenses y franceses a fines del XVIII, atraídos por la idea del contrato social y la defensa de las libertades individuales. A su vez, sirvió de inspiración al posterior socialismo, interesado en su visión sobre la soberanía popular y la voluntad general. Vid. la traducción al castellano de Fernando de los Ríos, prologada por Tuñón de Lara, M., Madrid, 2007. Para un estudio evolutivo sobre las doctrinas del contrato social desde Hobbes hasta Rousseau Vid. Rodilla, M. A., Contrato social de Hobbes a Rawls, I, Hobbes, Locke, Rousseau, Salamanca, 2014. 61 R. Serrano Madroñal evitando el sometimiento de los unos sobre los otros. Como precursor de las ideas democráticas contemporáneas, Rousseau admite formas estatales monárquicas o aristocráticas siempre y cuando estén sometidas al interés general, ubicando al pueblo como sujeto y objeto al mismo tiempo del poder soberano. El influjo de toda esta doctrina quedó plasmado visiblemente en la Déclaration des droits de l´homme et du citoyen109, documento emanado de la Asamblea Nacional Constituyente francesa (1789). No obstante, las tensiones encontradas entre las diversas interpretaciones del contrato social (monárquico-absolutista y liberal- constitucionalista) originaron constantes enfrentamientos a lo largo de todo el siglo XIX, a pesar de que perseguían un mismo objetivo: garantizar la paz y neutralizar el conflicto. En este contexto, apreciamos los primeros conatos e intentos decididos de crear una “física social”, una “sociología” o ciencia nueva que se encargue de investigar los fenómenos sociales bajo los postulados del positivismo110. Este es el punto de partida de todas las teorías contemporáneas sobre el conflicto social, problemática que ha ocupado un lugar central en las reflexiones sociológicas desde sus orígenes como disciplina científica111. 109 Como sabemos, ya en el período más arcaico de la historia antigua de Grecia y Roma, se buscó en el registro escrito de leyes una herramienta de mediación para combatir el conflicto social. Las revoluciones liberales atlánticas se encargaron de renovar y actualizar una práctica muy antigua, acabando con el concepto de súbdito y revitalizando la idea clásica de “ciudadano”. Así, en el caso de La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, la legislación francesa fijó en el artículo primero la igualdad jurídica de la ciudadanía. Siguiendo fielmente la tesis del contrato social de Rousseau, el artículo segundo afirma que “la finalidad de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescriptibles del hombre. Esos derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión”. La soberanía nacional, la separación de poderes y la autoridad suprema de la voluntad general quedarán encumbrados en el resto del articulado del documento jurídico. Vid. Jellinek, G., La declaración de los derechos del hombre y del ciudadano, Granada, 2009. 110 Vid. Sanguineti, J. J., Augusto Comte: curso de filosofía positiva, Madrid, 1977; Thompson, K., Augusto Comte: los fundamentos de la sociología, México, 1988. En la lección primera, Comte auguraba un nuevo período dominado por la ciencia en el que, “en efecto, la constitución de la física social, completando al fin el sistema de las ciencias naturales, hace posible, e incluso necesario, poder resumir los diversos conocimientos adquiridos, alcanzando ahora un estado fijo y homogéneo, para coordinarlos, mostrándolos como ramas diversas de un tronco único en lugar de imaginarlos como cuerpos aislados”. 111 Gurvitch, G., Los fundadores de la sociología contemporánea: Comte, Marx, Spencer, Saint-Simon y Proudhon, Barcelona, 2001. 62 Tesis Doctoral 2. 2. El conflicto social: ¿Historia versus Sociología?112 Cuando un historiador decide abordar un estudio sobre la conflictividad social de un período cronológico concreto, con unas coordenadas espaciales o geográficas definidas, y opta por dotarse de un cierto aparato teórico abstracto como mera herramienta de carácter analítico, tiene que recurrir forzosamente a la disciplina sociológica. Independientemente de la larga y compleja evolución de la práctica historiográfica, desde las concepciones rankeanas113 hasta la renovación propuesta por un proyecto de interdisciplinariedad representado en las distintas generaciones de los Annales114 y llegando hasta las últimas tendencias115, la especialización de las Ciencias Sociales y la emancipación de la historia social han creado una situación de dependencia recíproca entre la historiografía y la teoría sociológica en el campo que nos ocupa. Ya sea desde el dogmatismo metodológico o desde el eclecticismo más pragmático, la teoría sociológica del conflicto ha inspirado en mayor o menor medida todos los trabajos históricos sobre la conflictividad social, hasta que la progresiva desconfianza y el escepticismo de la historia hacia las teorías abstractas y generalistas de la sociedad han ido bloqueando esta conexión116. A nuestro juicio, los estudios históricos sobre la conflictividad social de cualquier período no deberían encerrarse en la construcción de una narrativa factual que se desvincula por completo de la teoría, siendo la metodología analítica sin pretensiones de universalidad una solución satisfactoria, sustentada en interpretaciones pluricausales que no se alejen de las fuentes primarias de investigación. El historiador británico E. H. Carr, como manifiesto opositor del empirismo historiográfico, escribía en un célebre opúsculo que, cuanto más sociológica se haga la 112 La parte que resta del capítulo está publicada, de manera más sintética, en Serrano Madroñal, R., “Aportaciones teóricas para la interpretación de los conflictos sociales históricos”, Revista de Historiografía 24, 2016, pp. 273-290. 113 Recomendamos los dos volúmenes recientes de G. J. Henz, Leopold von Ranke in Geschichtsdenken und Forschung; Bd. I: Persönlichkeit, Werkenstehung, Wirkungsgeschichte. Bd. II: Grundlagen und Wege der Forschung, Berlín, 2014. 114 Vid. Burguière, A., L´École des Annales. Une histoire intellectuelle, París, 2006. 115 Hernández Sandoica, E., Tendencias historiográficas actuales: escribir historia hoy, Madrid, 2004. 116 En nuestro campo específico de trabajo, la Antigüedad tardía y la historia del «Bajo Imperio romano», basta con establecer una comparativa entre los trabajos de S. I. Kovaliov, de evidente filiación teórica marxista, y los análisis más recientes, carentes ya de perspectivas teóricas que buscaban reafirmar el método a través del objeto y no al revés. 63 R. Serrano Madroñal historia y cuanto más histórica se vuelva la sociología, mejor para ambas117. Con esta cita, el autor londinense adelantaba la necesidad teórica que exigen ciertos hechos documentados de nuestro pasado para ser correctamente interpretados. No obstante, esto no implica en absoluto una errónea adhesión a viejos modelos universales de causación histórica. Se trata más bien de comprender e interpretar fenómenos, sirviéndonos de conceptos e incluso de teoría sin que el concepto ni la teoría vayan más allá de lo necesario. En el caso concreto de los estudios sobre conflictos sociales históricos, las aportaciones teóricas siempre proceden de la disciplina sociológica, a menudo encerrada en ciertos enfoques a-históricos y especialmente presentistas. Son los sociólogos y no los historiadores, los que se han encargado de desarrollar conceptualizaciones en torno a la cuestión que se aborda118. De hecho, existe un gran número de trabajos introductorios o generalistas119 donde suelen incluirse epígrafes específicos sobre el conflicto social y donde podemos analizar la evolución de los planteamientos sociológicos dominantes al respecto. Presentamos a continuación una síntesis organizada de las principales teorías y paradigmas sociológicos sobre el conflicto social, contemplando el eclecticismo como la vía idónea para afrontar cualquier tipo de investigación histórica en este contexto. 2. 3. Principales teorías y paradigmas sociológicos. El siglo XIX no sólo fue testigo del nacimiento de la propia sociología sino también de los intentos más acabados de búsqueda de sistemas lógico-deductivos que fueran capaces de ofrecer una explicación al fenómeno de la conflictividad social. Hablamos del darwinismo social y sobre todo del marxismo. Los darwinistas sociales120, en contra de las consideraciones del mismo Darwin, defendieron que la teoría de la evolución podía aplicarse a las sociedades e instituciones humanas. En este sentido, 117 What is History? Harmondsworth, 1975, p. 66. Citado al comienzo de la obra de S. Juliá, Historia social, sociología histórica, Madrid, 1989. 118 Como ya se ha comentado en el capítulo anterior (Cf. Supra, p. 39), J. Del Pino Artacho, por poner un ejemplo, define el conflicto social como un proceso que nace de la contraposición de intereses y valores en una sociedad, en un capítulo ad hoc de un manual de sociología; op. cit., n. 33, p. 267 ss. 119 Vid. Rocher, G. op. cit., n. 34, p. 491 ss; Blanco García, A. I., “El conflicto social” en Hernández Sánchez, A., (Coord.), Manual de sociología, Valladolid, 1998, pp. 115-129, entre muchos otros. 120 Vid. Hawkins, M., Social Darwinism in European and American Thought, 1860-1945: Nature as Model and Nature as Threat, Cambridge, 1997. Para profundizar en los textos originales de los darwinistas sociales, Spencer, H., Los primeros principios, Granada, 2009. 64 Tesis Doctoral interpretaron que el conflicto social era consustancial a cualquier sociedad, en un contexto de supervivencia del más apto. Bien es cierto que su ineficacia argumentativa ya fue pertinentemente denunciada por autores como S. J. Gould121. Por su parte, el marxismo122 se encargó de buscar las causas del conflicto en la misma estructura social y de emplear el propio concepto como factor explicativo del cambio histórico. Ambos planteamientos coinciden en un punto, puesto que el darwinismo social colabora al apuntalamiento del statu quo y el marxismo a su disolución en nombre del proletariado. Sin embargo, la teoría sociológica marxista no aprecia el conflicto como una confrontación justificada e inevitable en la lucha por la existencia, sino que contempla una división social entre poseedores y no poseedores de los recursos y de los medios de producción, como raíz de la aparición de las clases sociales, basadas a su vez en la posición que ocupan los individuos en la estructura de las relaciones de producción. Así pues, la dialéctica como asunción de que la realidad está en constante movimiento y es esencialmente contradictoria se convierte en el fundamento de cualquier conflicto manifiesto123. Las pretensiones científicas y predictivas que asocian la conflictividad social en su conjunto con una lucha de clases omnipresente, dual y antitética, atentan contra la experiencia histórica. Aun así, cualquier estudio sobre conflictos sociales históricos ha de seguir considerándose un deudor del pensamiento marxista. Georg Simmel124 es un autor crucial en la evolución de las teorías interpretativas del conflicto social, en tanto en cuanto puede ser considerado como el puente entre la teoría del conflicto marxista y el funcionalismo crítico posterior. Para este autor, el conflicto actúa en contra de la cohesión de la sociedad, pero es un hecho universal que puede tener consecuencias positivas para el colectivo, fortaleciendo sus vínculos a posteriori. Dicho de otro modo, e inspirando profundamente el pensamiento de L. A. 121 La falsa medida del hombre, Barcelona, 2007. Este gran divulgador científico estadounidense rechazó la sociobiología como ámbito académico aplicado al estudio de los seres humanos. 122 Therborn, G., Del Marxismo al postmarxismo, Madrid, 2014; Aron, R., El marxismo de Marx, Madrid, 2010; Marx, K., El Capital: crítica de la economía política. Libros I, II, III con sus tres tomos correspondientes para cada libro, Madrid, 2012, con traducción de Romano García, V. Con respecto a la reformulación de la terminología marxista y a su adaptación a las nuevas sociedades industriales neocapitalistas, sin desvincularse del marxismo, citamos a autores como G. Lukács o A. Gramsci. 123 «El conflicto es la forma en que se manifiestan históricamente las contradicciones entre las fuerzas materiales de producción y las relaciones de producción». Con esta cita de Marx en Tejerina Montaña, B., “Las teorías sociológicas del conflicto social. Algunas dimensiones analíticas a partir de K. Marx y G. Simmel”, Reis, Revista española de investigación sociológica, 55, 1991, pp. 47-63, se corrobora lo expuesto. 124 Destacamos para nuestro estudio dos trabajos del filósofo y sociólogo alemán. El conflicto: sociología del antagonismo, Madrid, 2010; Sociología: estudios sobre las formas de socialización, Madrid, 1986. 65 R. Serrano Madroñal Coser125, el conflicto social no es solamente un elemento disfuncional, sino también funcional. El funcionalismo estructural hunde sus raíces de igual modo en el período decimonónico126, pero su consolidación se corresponde con las primeras décadas del pasado siglo XX. El conflicto sería apreciado por este paradigma teórico como una desviación patológica de algunos elementos de la estructura, algo periférico y advenedizo que se contrapone al estado normal de la sociedad. Partiendo de la convicción de que una sociedad es un conjunto integrado, funcional y coherente, E. Mayo127 vinculaba los conflictos sociales con situaciones individuales de inadaptación a una estructura funcional. R. K. Merton128, todo un clásico de la escuela sociológica estadounidense, sí apreció la posibilidad de que el conflicto tuviera un origen estructural pero siempre lo consideró disfuncional. En la misma dirección incluimos a T. Parsons129, otro eminente sociólogo estructural-funcionalista estadounidense, poco o nada interesado en el cambio social y en los conflictos asociados e imbuido de una óptica conservadora de la sociedad. La última corriente teórica de inicios del siglo XX que acabó por ofrecer una nueva interpretación de los conflictos sociales fue la teoría de juegos130. Procedente de la 125 Sobre este sociólogo alemán emigrado a los Estados Unidos, hablaremos en profundidad a lo largo de nuestro trabajo. 126 No podemos obviar los trabajos antropológicos de B. Malinowski, como antecedentes directos de la escuela funcionalista. Al respecto, Vid. Fernández Álvarez, O., Bronislaw Malinowski: la antropología y el funcionalismo, León, 2004. Para profundizar en el autor, Vid. Young, M. W., Malinowski: odyssey of an anthropologist, 1884-1920, New Haven, 2004. Asimismo, la teoría social funcionalista está directamente asociada con el pensamiento de É. Durkheim. El compendio de Giddens, A., Escritos selectos/ Émile Durkheim, Buenos Aires, 1993, puede ser de gran utilidad para una primera aproximación al sociólogo francés. 127 Este teórico social negaba que el conflicto fuera un problema estructural. Sus trabajos más importantes en relación con la teoría de las organizaciones y las relaciones humanas podrían ser: The Human Problems of an Industrial Civilization, New York, 2004; The Social Problems of an Industrial Civilization, London, 1952. 128 Vid. Teoría y estructuras sociales, México, 2002. 129 Vid. Savage, S. P., The Theories of Talcott Parsons: the Social Relations of Action, London, 1983; Almaraz, J., La teoría sociológica de Talcott Parsons: la problemática de la constitución metodológica del objeto, Madrid, 1981. 130 Un texto introductorio podría ser Binmore, K. G., La teoría de juegos: una breve introducción, Madrid, 2009. En 1944, J. von Neumann publica junto con O. Morgenstern, Theory of Games and Economic Behavior. Otros avances en el desarrollo de la teoría de juegos antes de su aplicación a las ciencias sociales fueron el “dilema del prisionero” planteado por A. W. Tucker, o el equilibrio de J. F. Nash; Vid. Poundstone, W., El dilema del prisionero: John von Neumann, la teoría de juegos y la bomba, Madrid, 2012; Damme, E. V., Stability and Perfection of Nash Equilibria, Berlín, 1996. 66 Tesis Doctoral matemática aplicada, comenzó a adoptar formas sólidas de independencia metodológica con los artículos de J. von Neumann aunque hasta los años 50 no surgieron las primeras aplicaciones en filosofía y ciencia política. A mediados del siglo XX, se produce de hecho un cambio de paradigma teórico con respecto a los estudios interpretativos sobre la conflictividad social, caracterizado por la superación de las tesis más tradicionales del estructural-funcionalismo y del marxismo pero sin perder de vista sus grandes aportaciones originarias. 2. 4. El nuevo paradigma: L. A. Coser y R. Dahrendorf. Independientemente de los antecedentes teóricos expuestos, el propio L. A. Coser131 era muy consciente de que la conflictividad social no era todavía un campo de estudios suficientemente explorado y reclamaba una renovación de la sociología del conflicto puesto que, a su juicio, desde Simmel había permanecido estática como consecuencia del inmovilismo del estructural-funcionalismo norteamericano. La clásica percepción imperante del conflicto como elemento destructivo, desintegrador y anti-funcional sostenida por la gran mayoría de los sociólogos estadounidenses en plena Guerra Fría132 llevó a Coser a reconsiderarlo como una parte posiblemente necesaria y positiva de todas las relaciones sociales. Así pues, retomando las ideas de Simmel, Coser comienza a reivindicar la funcionalidad del conflicto social133. Acertadamente, este autor advierte que las simples actitudes de hostilidad y antagonismo pueden cristalizar o no en conflicto. Mientras que el conflicto modifica los términos de la interacción, la simple expresión de los sentimientos hostiles no lo hace134. Por su parte, distingue entre conflictos reales o motivados por un objetivo concreto y conflictos irreales, donde el fin es la mera liberación de agresividad. A su vez, la energía afectiva o el odio al antagonista unido a la motivación real de la lucha, robustecen las partes en conflicto. Sin duda el componente afectivo, más habitual en 131 En 1956, L. A. Coser publicaba The Functions of Social Conflict, traducida al castellano pocos años después. Vid. Las funciones del conflicto social, México, 1961. 132 Ibid., p. 27. En los pasajes iniciales del trabajo, Coser critica las connotaciones políticas que llevan a los sociólogos a tratar de evitar el conflicto social, cuando su auténtica labor debería ser la producción científica independiente. En este mismo contexto señala las obras de C. H. Cooley., T. Parsons, G. A. Lundberg, E. Mayo, o L. Warner. 133 Coser afirma que a través del conflicto, las identidades de los grupos se crean y se fortalecen, ya sean conflictos de clases, etnias o naciones. 134 Ibid., p. 49. 67 R. Serrano Madroñal los grupos cohesionados, recrudece los conflictos135. Parece evidente que los conflictos externos fortalecen al grupo y que el enemigo interno representa la mayor amenaza para la unidad del mismo. Coser detecta los conflictos que afectan a los principios fundamentales del sistema de cohesión social y a las bases del consenso como los más peligrosos136. Por tanto, aprecia la flexibilidad como una herramienta óptima para resistir las tensiones sin rupturas. Para concluir, se destaca la diferencia entre las metas personales o impersonales como factor de análisis en la conflictividad social, siendo éstas últimas más susceptibles de generar comportamientos más radicales como consecuencia del componente trascendental. La abstracción de un conflicto lo radicaliza y los casos más destructivos de conflicto se producen cuando los antagonistas comparten metas de carácter supraindividual137. La síntesis que se aborda en los dos capítulos que cierran Las funciones del conflicto social138, reincide en sus consecuencias positivas, como por ejemplo el nacimiento de nuevas leyes o la vuelta a una estabilidad más consolidada después de la confrontación. Por su parte, en 1957 Ralf Dahrendorf se presenta como uno de los autores más influyentes en la renovación de la teoría del conflicto social a través de su famosa obra Soziale Klassen und Klassenkonflikt in der industriellen Gesellschaft139. Como crítico del funcionalismo norteamericano y gran conocedor de la obra de Marx, este sociólogo de Hamburgo nacido en el período de entreguerras, se encargó de matizar en muchos aspectos y actualizar en buena medida algunos conceptos clave en la teoría social marxista140. En primer lugar, cuestionó el dualismo de clases y la identificación 135 En relación con el componente afectivo en los conflictos sociales, la ambivalencia freudiana (del amor al odio sólo hay un paso) explicaría los tan habituales conflictos internos de grupo. 136 Coser, L. A., op. cit., n. 131, p. 84. Asimismo, considera que la multiplicidad de conflictos puede ser más positiva para la estructura social que el choque antagónico que aúna dos bloques en un solo conflicto, resultando menos peligrosa la afiliación múltiple que la militancia exclusiva. Por otro lado, la ausencia de conflicto no es índice de estabilidad, pudiendo significar todo lo contrario, en tanto en cuanto la debilidad estructural no podría soportar conflicto alguno y por ello trataría de evitarlo a toda costa. 137 Ibid., p. 136. 138 Capítulo VII, “Conflicto unificador”, pp. 136 ss, y capítulo VIII, pp. 158 ss, “Conflicto reclama formación de alianzas”. En este último se define el concepto de cooperación antagonística, consistente en la alianza de dos grupos frente a un enemigo común que puede desembocar en una fusión o bien integrar una mera coalición temporal. 139 Recomendamos la siguiente traducción al castellano: Dahrendorf, R., Las clases sociales y su conflicto en la sociedad industrial, Madrid, 1974. Una revisión del pensamiento de Dahrendorf al respecto de la estructura de clases en las sociedades avanzadas sería la obra de Giddens, A., La estructura de clases en las sociedades avanzadas, Madrid, 2000. 140 Con respecto al concepto de clase social, Dahrendorf afirma que “el término ha tenido una historia tan agitada como la propia sociedad para la que ha sido desarrollado”. Ibid., p. 19. Partiendo de la 68 Tesis Doctoral absoluta entre propiedad y dominio, poder económico y político. Para Dahrendorf, los “conflictos reales” acuñados por Coser141 siempre están vinculados a la conciencia de clase, puesto que toda sociedad humana ha conocido y conoce la distribución dicotómica del poder y de la autoridad pero esto no implica que todos los conflictos existentes sean o hayan sido “conflictos de clase” 142. Asimismo, cuestiona la dinámica histórica marxista sustentada en una teoría del cambio estructural originado mediante revoluciones, alegando que el mesianismo del proletariado y de la sociedad definitiva sin clases no tiene correspondencia empírica alguna. No obstante, reconoce que una vez liberada de todo el lastre especulativo, la teoría marxista de las clases contiene aún abundantes ideas y elementos que ni deben ni pueden dejar de ser tomados en consideración143. El análisis principal de esta obra se focaliza mediante una adaptación sustancial de la teoría del conflicto de raigambre marxista a las sociedades industriales desarrolladas y occidentales de la posguerra europea144. En dicho estudio, se acentúan las pertinentes diferencias entre propiedad y control de los medios de producción, se pone en entredicho la supuesta evolución del proletariado hacia una total homogeneidad y se hace especial hincapié en los procesos de ascenso y descenso social en apreciable aumento en los últimos períodos considerados, no contemplados por Marx. Concluyendo, Dahrendorf esboza la idea de un futuro de sociedades de clases sin lucha de clases145, regresando a un orden jerárquico de sectores o estratos. En cualquier caso, para hablar con exactitud de lucha de clases, resulta imprescindible premisa de que Marx no llegó a desarrollar en su plenitud la teoría de las clases sociales en el inconcluso III volumen de El Capital, el autor considera que las tesis marxistas nunca pretendieron ofrecer una rigurosa descripción fotográfica de las sociedades del presente ni de las sociedades históricas del pasado; Marx tan sólo trató de elaborar un prototipo explicativo que nos ayudara a interpretar el modo en el que una sociedad modifica su morfología estructural. 141 Cf. Supra, p. 66. 142 Dahrendorf, R., op. cit., n. 139, p. 44. 143 Ibid., p. 52. 144 Nos referimos, obviamente, al período inmediatamente posterior a la Posguerra de la Segunda Guerra Mundial. 145 Como consecuencia de los progresos democráticos de las naciones capitalistas que habrían reducido drásticamente la desigualdad a través del “aburguesamiento” de los sectores trabajadores y de la nivelación social. La democracia política aspira a crear normas para regular el conflicto, usando como herramienta principal la institucionalización del antagonismo de clases. Dahrendorf, R., Ibid., p. 101. La clase es siempre una categoría para el análisis de la dinámica de los conflictos sociales y de sus raíces estructurales y como tal, debe ser rigurosamente diferenciada del concepto de sector o estrato, que define otras estructuras ideadas como jerárquicas; sin conciencia ni acción, no hay clase. En esta misma línea argumentativa, C. Wright Mills consideró que los obreros y las organizaciones sindicales se habían reconciliado plenamente con el sistema capitalista, aplacados por la mejora relativa de sus condiciones. Vid. Mills, C. W., El poder de los sindicatos, Buenos Aires, 1965. 69 R. Serrano Madroñal la existencia de grupos de interés organizados con objetivos manifiestos en oposición146. Por el contrario, los cuasi-grupos con un menor grado de organización y sin objetivos manifiestos pueden protagonizar un conflicto social, causado por la tenencia o carencia de poder y autoridad, pero en ningún caso será éste un “conflicto de clase”. Asentando el nuevo paradigma y superando las corrientes teóricas que les precedían, tanto Coser147 como Dahrendorf148 publicarán nuevos trabajos de apreciable trascendencia académica en la década de los 60 y 70. Desde el funcionalismo crítico, Coser se mantiene más reticente a brindar reconocimientos a Marx, a diferencia de Dahrendorf, pero continúa considerando necesario el conflicto porque dinamiza y revitaliza las sociedades. A su modo de ver, la rigidez de un sistema social intensifica los conflictos mientras que la flexibilidad los aminora149. Una sociedad bien integrada tolerará e incluso recibirá con agrado el conflicto de grupo, sólo han de temer el conflicto aquellas sociedades que estén débilmente integradas150. Asimismo, apunta que la privación relativa de status, riqueza y autoridad, que abriga esperanzas de progresión social se muestra más potencialmente revolucionaria que la privación absoluta151, más característica de sociedades de estratos en etapas preindustriales. Algunas categorías de individuos están ubicados de tal modo en la estructura social que se ven excluidos del acceso legítimo a la escalera de logros; cuando esos canales están obstruidos, la violencia puede ofrecer vías alternativas para el logro152. 146 Dahrendorf, R., op. cit., n. 139, p. 229. 147 Coser, L. A., Nuevos aportes a la teoría del conflicto social, Buenos Aires, 1970. El texto original, Continuities in the Study of Social Conflict, fue publicado en 1967. 148 Dahrendorf, R., Oportunidades vitales: notas para una teoría social y política, Madrid, 1983. La primera edición alemana se retrotrae al año 1979: Lebenschancen. Anläufe zur sozialen und politischen Theorie. 149 Cf. Supra, pp. 66-67. 150 Coser, L. A., op. cit., n. 147, p. 40. Con respecto a la finalización de los conflictos sociales, el autor considera que la mayoría de estos concluyen bastante antes de que el derrotado sea totalmente aplastado. Una vez que una de las partes alcanzó una meta y la otra contempla esto como un indicio para la aceptación de la derrota, el conflicto llega a su fin, p. 47. 151 Ibid., p. 70. 152 En relación a las “funciones señalizadoras” de la violencia, Coser estaría exponiendo una explicación visible a las permanentes manifestaciones violentas del conflicto social en las sociedades que carecen de mecanismos de institucionalización. Ibid, p. 77. Añade que los aparatos coercitivos del Estado pueden engendrar orden a través de la violencia institucionalizada, pero también desorden. 70 Tesis Doctoral A su vez, Dahrendorf desarrolla el concepto de “oportunidades vitales” como punto de arranque para entender los orígenes de los conflictos sociales153. En términos casi matemáticos, nos presenta la equivalencia de las oportunidades vitales como la suma entre opciones y ligaduras (O.V = L + O). Independientemente del peso que puedan tener ambos elementos y de cómo puede decantarse la balanza de las oportunidades vitales para los diversos sectores de la sociedad, en función de las cantidades representadas por las opciones y las ligaduras, el autor siguió apreciando el conflicto como un mecanismo de progreso. 2. 5. Otras contribuciones más recientes. El economista estadounidense Thomas C. Schelling154 publicaba en 1960 uno de los trabajos más influyentes de las últimas décadas en relación a la teoría del conflicto155. Su concepto de estrategia asociado a la idea de conflicto permanente se adhiere a la vanguardia metodológica de los trabajos pioneros de Coser y Dahrendorf, pero en su caso, el foco de atención recae sobre los participantes en disputa, mientras que la perspectiva teórica procede de la teoría de juegos156. En un desarrollado programa clasificatorio, define los “conflictos puros” como la contraposición total de intereses de los antagonistas157. Empero, Schelling considera que este tipo de confrontación representa un caso extraordinario en su presente, existiendo siempre la posibilidad de la negociación y de la acomodación mutua para evitar la destrucción recíproca158. Así 153 Los conflictos sociales versan sobre la posibilidad de conseguir más oportunidades vitales y sobre la posibilidad de defender los niveles alcanzados. Los grupos dominantes, considera Dahrendorf, tratan de asegurar las opciones convertidas en privilegio en el marco de unos vínculos o ligaduras imperantes. Según el criterio de los grupos dominados, el anhelo reside en obtener la implantación de nuevas opciones y acabar con las ligaduras vigentes. El concepto de probabilidad o de oportunidades vitales puede ser rastreado ya en Weber, estrechamente vinculado con las estructuras sociales. Si las opciones representan el germen del cambio, las ligaduras serían el anclaje de la tradición y el exceso de ambas podría poner en peligro la estabilidad social, agudizando las tensiones. 154 Schelling ha diversificado sus estudios abordando materias tales como la estrategia militar y el control de armas, la política energética y medioambiental, el cambio climático, el terrorismo o la segregación e integración racial. No obstante, sus avances en la teoría del conflicto y en la negociación le acreditaron como Nobel de Economía en 2005 junto con R. J. Aumann. 155 Schelling, T. C., The Strategy of Conflict, Cambridge-Massachusetts, 1960. 156 Cf. Supra, pp. 65-66. 157 Schelling, T. C., op. cit., n. 155, p. 4. 71 R. Serrano Madroñal pues, y haciendo uso de la terminología característica de la teoría de juegos, la gran mayoría de los conflictos sociales coetáneos se podrían interpretar como juegos de suma variable159 o potenciales situaciones de negociación. La negociación en el conflicto puede emplear una gran diversidad de estrategias, incluyendo la amenaza y la disuasión, el compromiso o las promesas. Todos estos movimientos pertenecen a la estrategia con la que afrontamos un conflicto. En 1965, otro destacado economista y sociólogo estadounidense protagonizó importantes contribuciones para la interpretación teórica de la formación organizada de grupos sociales que persiguen un mismo fin y que pueden desencadenar un conflicto. En The Logic of Collective Action: Public Goods and the Theory of Groups, M. Olson160 afirma, desde postulados marcadamente neoliberales, que los individuos se agrupan para obtener beneficios. Cuanto mayores sean los beneficios que pueden alcanzar, mayor será la implicación de los individuos en el grupo. Por tanto, el incentivo sería un elemento crucial para el mantenimiento de un grupo organizado, así como la coacción, partiendo de unas nociones profundamente egoístas sobre la naturaleza individual. Para Olson, la lucha de clases es una lucha egoísta basada en perspectivas consistentes en mejorar situaciones individuales161. En los años 70, la sociología norteamericana seguirá protagonizando los desarrollos teóricos más importantes en este campo académico, de la mano de L. Kriesberg162 o R. Collins163. 158 El contexto histórico y geopolítico del período de la Guerra Fría determina muy visiblemente los postulados de la obra mencionada. Sólo así podemos entender el empleo recurrente de conceptos estratégicos como la disuasión, la negociación, la amenaza, la guerra limitada o generalizada, sistemas de seguridad, probabilidades de ataque, confianza, represalia, etc. 159 Según la teoría de juegos, un juego de suma cero no cooperativo describe un conflicto en el que la ganancia o la pérdida de una de las partes equivale a las pérdidas o ganancias del antagonista. Es decir, si por ejemplo la ganancia de una parte (5) se resta a las pérdidas del antagonista (ha de ser exactamente la misma cantidad, 5) se obtiene siempre 0 como resultado; hablamos de conflictos puros. Por el contrario, los juegos de suma variable o no nula se caracterizan por el esquema ganancia- ganancia mediante la negociación en lugar de ganancia-pérdida. Vid. Leonard, R., Von Neumann, Morgenstern, and the creation of game theory: from chess to social science (1900-1960), N. York, 2010. 160 Olson, M., La lógica de la acción colectiva: bienes públicos y la Teoría de grupos, México, 1992. 161 Ibid., p. 118. Profundizando en esta idea, Olson tilda de irracionales a todas aquellas organizaciones que no buscan el lucro. Nadie, a su juicio, se involucra en una organización de manera racional sin coacción e incentivos. 162 Vid. Kriesberg, L., Sociología de los conflictos sociales, México, 1975. 72 Tesis Doctoral Pese a sus raíces funcionalistas, Kriesberg identifica los conflictos sociales como algo inherente a las relaciones humanas164, si bien se muestra especialmente interesado en advertir las diferencias tipológicas de los mismos. En su opinión, cualquier estudio analítico de un conflicto social histórico o contemporáneo tiene que abordar sus características particulares165. La autoconciencia de grupo como entidad colectiva, por oposición a otro grupo, se forma y transforma precisamente en el curso de un conflicto; un grupo insatisfecho cree que si sus exigencias sobre otro grupo se satisfacen, su descontento disminuirá166. La insatisfacción, sin embargo, no siempre desencadena una conducta conflictiva puesto que el descontento ha de ser muy intenso, estar compartido por un número significativo de personas y encauzarse a la persecución de algún fin al que se oponga otro sector social167. Difícilmente podemos detectar un conflicto social sin incompatibilidad de metas u objetivos, y que a su vez mantengan un cierto equilibrio con respecto a los esfuerzos utilizados para alcanzar dichos logros. Asimismo, en este gran trabajo analítico, Kriesberg contempla la existencia de líderes como un factor esencial en los conflictos, capaz de incrementar los sentimientos de descontento a través de la proyección de un futuro mejor para el colectivo determinado168. Propone además la medición sustancial del tamaño de las partes en conflicto, de la fracción de poder de la que disponen y de las expectativas con las que cuentan para obtener sus anhelos, con la intención de interpretar con mayor precisión la confrontación. Aconseja igualmente el estudio de las ideologías que subyacen en las unidades conflictivas, los recursos empleados, los medios escogidos para dirigirse a las metas o la capacidad de reacción de los adversarios169. 163 Vid. Collins, R., Conflict Sociology: Toward an Explanatory Science, N. York, 1975. 164 Kriesberg, L., op. cit., n. 162, p. 13. 165 Vid. el grado de intensidad, que depende de los medios empleados por cada una de las partes para alcanzar sus objetivos; también recomienda el estudio de las categorías sociales que configuran cada una de las unidades conflictivas. Los conflictos por disentimiento consisten en la existencia incompatible de metas muy diversas, mientras que los conflictos de base consensual representan la confrontación entre dos partes que aspiran a alcanzar el mismo objetivo. Kriesberg, L., op. cit., n. 162, p. 52. Destaca igualmente la interdependencia entre la consciencia del conflicto, la satisfacción o insatisfacción que mueve a las partes a entrar en el conflicto y las metas propuestas por éstas. 166 Ibid., p. 84. Kriesberg afirma que la insatisfacción social como móvil de un conflicto se corresponde con las privaciones. Los estratos inferiores suelen ser los más insatisfechos, como consecuencia del desequilibrio de posiciones. No obstante, hay veces que los grupos emergentes y ascendentes son más conscientes de sus posibilidades y a menudo su ambición incrementa su insatisfacción. 167 Ibid., p. 104. 168 Ibid., p. 111. 169 El trabajo de L. Kriesberg reflexiona también sobre otros aspectos destacables como los “terceros” o aliados posibles de los grupos en conflicto, tácticas desplegadas durante la lucha, escalamiento- 73 R. Serrano Madroñal En esta misma línea, marcada por el pragmatismo metodológico y la fenomenología social como respuesta, Collins170 aboga por los análisis comparativos y las variaciones, tratando de evitar los excesos de las abstracciones propias de la hipostatización teórica y de los reduccionismos extremos procedentes de la micro-sociología. Contrario al funcionalismo y al marxismo, por la motivación plenamente ideológica que dinamiza ambas corrientes, considera muy necesario un desarrollo científico de la teoría sociológica del conflicto, alejado de este tipo de prejuiciosos condicionantes. Collins es partidario de escoger conceptos propios en el proceso de una explicación óptima, mucho más allá de resonancias evaluativas171. Además, manifiesta sus hondas preocupaciones históricas promoviendo un trabajo interdisciplinar que ofrezca soluciones causales a las grandes incógnitas sobre la conflictividad social del pasado y del presente172. El sociólogo de Tennessee trata de profundizar su análisis concreto sobre los conflictos sociales a través de un estudio progresivo sobre la estratificación, reconociendo los méritos de las explicaciones pluricausales de Max Weber173. Convencido de la importancia de los modelos fenomenológicos basados en las interacciones sociales de los individuos, atiende a las variables de la estratificación174 desde ciertos horizontes subjetivos, destacando el concepto de los “recursos conversacionales” 175. Collins concluye la obra en cuestión ampliando la tipología del desescalamiento y resultados finales. Así como la conducta conflictiva no determina por sí misma el resultado de una lucha, las luchas tampoco determinan por sí solas el grado o el curso del cambio social, p. 319. 170 Randall Collins es conocido por sus esfuerzos académicos orientados hacia la hibridación de enfoques macro-sociológicos y micro-sociológicos con una perspectiva histórica. 171 Collins, R., op. cit., n. 162, p. 23. 172 “La historia debería verse también como un campo en el cual los principios generales encuentran su aplicación y, así pues, sería un lugar para comprobar y desarrollar teorías sociológicas”. Ibid., p. 36. 173 Ibid. p. 49. Max Weber fue el artífice principal de la asociación teórica entre Estado y monopolio institucional de la violencia mediante las estructuras burocráticas. La clasificación weberiana de las clases económicas, más compleja que la marxista, influyó enormemente en el pensamiento de autores como Dahrendorf o el propio Collins. Vid. Weber, M., Economía y sociedad, México, 2014; Weber, M., (1864-1920): La ciencia como profesión; la política como profesión, Madrid, 2001. 174 Ibid., p. 62 ss. Se refiere a la ocupación profesional, a las relaciones de dominio y a la posición obtenida en el sistema de ofrecimientos-mandatos o recepciones de órdenes. 175 En este punto, Collins se muestra como un seguidor de las teorías de Goffman, E., Frame Analysis: los marcos de la experiencia, Madrid, 2006. Erving Goffman (1922-1982) es considerado hoy como el padre de la micro-sociología. Este autor canadiense, observó el análisis sobre cualquier fenómeno histórico como un ejercicio que involucra a nuestros marcos de referencia primarios. Los marcos primarios responden a una serie de claves morales cambiantes. Así pues, las cuestiones que versan sobre acontecimientos que ocurrieron en un pasado lejano son especialmente vulnerables, pues parece obviamente cierto que cuanto más atrás en el tiempo tuvieron lugar, más difícil resulta recoger 74 Tesis Doctoral conflicto social, extendiendo sus estudios a la estratificación sexual y a la desigualdad generada por las diferencias de edad, riqueza, poder y prestigio. Para inicios de la década posterior, destacamos las aportaciones de John Rex y Julien Freund. El primero, británico nacido en Sudáfrica, contempló el análisis de los conflictos como una cuestión esencialmente útil no sólo para la teoría sociológica sino para cualquier tipo de sociedad. Procedente de la escuela anglosajona y más reacio al funcionalismo que al marxismo, publicó en 1981 Social Conflict: A Theoretical and Conceptual Analysis176. En este trabajo, haciendo uso de una terminología con reminiscencias psicológicas177, Rex sintetiza los conflictos como una contraposición de expectativas y de sanciones. Con una influencia notoria de Simmel y Coser, considera que las sociedades más abiertas poseen cauces e instituciones capaces de evitar el estallido violento del conflicto, que concluye a su vez cuando una de las partes impone a la otra sus definiciones morales o cognoscitivas de la situación178. Para el autor, el ejercicio de la violencia física es la alternativa a un orden normativo, pero cuando éste impera de manera oportuna, dicha estrategia se convierte en la sanción última en una escala de drasticidad de los medios empleados en el conflicto. En tales circunstancias, las bases fundamentales de la ley y el orden se habrán quebrantado y aunque a pequeña escala, se producirá un estado de guerra civil179. Adoptando de igual modo concepciones originarias de Schelling180 y de la teoría de juegos, interpreta la lucha de clases como un proceso de negociación. Julien Freund181, por el contrario, se muestra mucho más beligerante con el marxismo en Sociologie du Conflit182. Siendo muy consciente de que todas las sociedades del pasado han sido sacudidas de forma intermitente por luchas cuya intensidad era en ocasiones considerable, afirma que el conflicto social es de orden vivencial, inmediato evidencias disponibles y más confianza hay que depositar en cualquier registro que pueda ser rastreado, p. 467. 176 Recomendamos la siguiente traducción al castellano: Rex, J., El conflicto social: un análisis conceptual y teórico, Madrid, 1985. 177 Nos referimos al empleo constante de Ego/Alter. 178 Ibid., p. 16. 179 Ibid., p. 22. A su modo de ver, cuando se permiten ciertas formas de acción colectiva, el recurso de la violencia deja de ser necesario, p. 48. 180 Cf. Supra, p. 70. 181 Este sociólogo francés, de pensamiento liberal-conservador muy crítico, cuenta con una abundante producción científica escrita tanto en francés como en alemán. 182 Recomendamos la siguiente traducción al castellano: Freund, J., Sociología del conflicto, Madrid, 1995. 75 R. Serrano Madroñal o repetido en el tiempo, con períodos de calma y de erupción183. Más allá de asegurar que el conflicto es inherente a toda sociedad, Freund se asienta en la improbabilidad de la supresión definitiva de los mismos. Próximo a las nociones aristotélicas de la sociedad natural, aprecia también el conflicto como un acontecimiento natural que nunca podrá ser erradicado completamente. Tanto el liberalismo como el socialismo han desarrollado a su juicio una falsa idea de progreso, sustentada en la fe sobre la aniquilación de los conflictos. Por esta razón, el autor opta por consolidar una auténtica disciplina académica184 que se encargue de estudiar los conflictos humanos como factor omnipresente en la historia pasada, presente y futura de nuestra especie. Establece además una tipología de los conflictos, consistente en la distinción entre lucha y combate.185 En este punto, el objetivo social sería la conversión de las luchas en “competiciones” o combates no violentos plenamente reglamentados, retomando la antigua teoría de Coser sobre la institucionalización del antagonismo186 como mecanismo para minimizar conflictos. Con respecto a la relación causal, no sería homogénea, pues los conflictos pueden estar originados por causas que no son del mismo orden y que pueden estar entremezcladas con razones sociales, psicológicas, políticas, religiosas u otras187. Frente a explicaciones acientíficas y mono-causales, insiste en el pluralismo y el particularismo de los conflictos sociales. Freund concluye su estudio profundizando en el análisis sobre los conflictos engendrados por una situación concreta o sobre aquellos que se superponen mediante la premeditación. La escalada hacia el conflicto, desde la tensión como síntoma habitual del estado agonal, sería junto a la descripción del terreno, la intensidad cambiante o las tácticas empleadas, uno de los últimos epígrafes tratados en cuestión. 183 Ibid., p. 21. 184 La “polemología”, en sentido amplio, sería la citada disciplina encargada de abordar el estudio de los conflictos humanos con un objetivo evidente orientado a la resolución o a la prevención de éstos. El neologismo fue acuñado por G. Bouthoul (Vid. Traité de Polémologie: sociologie des guerres: Méthodes- Doctrines et Opinions sur la guerre, París, 1970) pero el propio Freund fundó el Instituto de Polemología en Estrasburgo. 185 op. cit., n. 182, p. 62 ss; la lucha sería una forma indeterminada de conflicto sin objetivo aparente, donde el enemigo no está visibilizado (tumultos, motines, depredaciones…), obra de la penuria mayoritariamente. Las luchas suelen desaparecer por agotamiento momentáneo, pero cuando se dotan de promotores con ascendiente sobre el colectivo, capaces de imponer una relativa organización, se convierte en un combate. 186 Cf. Supra, pp. 66-70. 187 op. cit., n. 182, p. 107. Freund critica el funcionalismo y la teoría de juegos por su exceso de racionalidad, que pretende prever tanto el desarrollo como el resultado de los conflictos sociales. 76 Tesis Doctoral Mucho más próximo al marxismo, aunque abierto partidario del individualismo metodológico, el noruego Jon Elster188 cuestionaba en 1984 todas las grandes corrientes explicativas centradas en colectivos y macro-conceptos. Desde su punto de vista, el paradigma más adecuado para las ciencias sociales ha de basarse en explicaciones mixtas, con una combinación de perspectivas macro y micro, que no olviden que los “conflictos sociales” son abstracciones teóricas que ensombrecen la realidad experimentada por los individuos que están auténticamente involucrados. Elster asegura que la teoría de juegos podría combinarse con el análisis social marxista sin abandonar la atención hacia el individuo. Asimismo, reconoce algunas aportaciones apreciables en la obra de Olson189, pero introduce la posibilidad de la “lógica racional de la cooperación” en los grupos, frente a la lógica de la acción colectiva fundamentada en el egoísmo individualista. La dificultad para innovar en el campo de la teoría sociológica del conflicto se pondrá de manifiesto en los años 90, década en la que tan sólo podríamos destacar alguna necesaria aportación de sistematización y revisión de lo establecido190. En esta dirección, Benjamín Tejerina Montaña expone críticamente en un artículo los principios fundamentales de la teoría marxista del conflicto y los compara con las ideas de Simmel al respecto, proponiendo analizar los conflictos sociales prestando atención tanto a los elementos materiales como a las representaciones mentales que las partes implicadas reproducen en situación191. A su vez y en su opinión, los conflictos espontáneos que responden a momentos de exaltación o efervescencia colectiva deberían estudiarse con otro instrumental analítico. Por último, Petar Hafner192 muestra preocupación por las ilustraciones sociales más o menos aceptadas por la comunidad científica que nos ofrecen los paradigmas sociológicos durante un cierto período de tiempo del desarrollo de la disciplina. Reclama, así pues, nuevos paradigmas que nos permitan entender los retos del futuro, aunque resulta notorio que las raíces funcionalistas y marxistas han permanecido como sustento profundo de las nuevas aportaciones. De acuerdo con Elster193, Hafner 188 Elster, J., “Marxismo, funcionalismo y teoría de juegos: alegato en favor del individualismo metodológico”, Zona Abierta, 33, 1984, pp. 21-62. 189 Cf. Supra, p. 71. 190 Tejerina Montaña, B., loc. cit., n. 122. 191 Ibíd., p. 60. En este artículo se identifica la conciencia y los intereses manifiestos de un grupo como un elemento clave para alcanzar el éxito en un conflicto. 192 Hafner, P., “Theories and Paradigms in Sociology”, Facta Universitatis, series Philosophy and Sociology, vol. 1, 5, 1998, pp. 455-464. 193 Cf. Supra, p. 76. 77 R. Serrano Madroñal aboga por las teorías que son capaces de aplicar la pura descripción de generalizaciones empíricas a casos menores, a través de la interrelación entre problemas macro y micro, pudiendo así investigar todo segmento social. 2. 6. Últimas aportaciones. El siglo XXI no permanece ajeno a las nuevas reflexiones o a las revisiones críticas sobre las principales teorías del conflicto social. Especialmente interesantes resultan los trabajos de P. L. Lorenzo Cadarso194, por su aplicación práctica al análisis histórico195. Como historiador, reconoce que las aportaciones teóricas españolas al estudio de la conflictividad social o de los movimientos sociales han sido prácticamente nulas. Las renovaciones conceptuales foráneas han llegado siempre con retraso y su aplicación a la labor investigadora no ha dado los frutos deseados. El acusado presentismo196 de la teoría sociológica del conflicto limita su validez como instrumento de análisis histórico pero a su vez los estudiosos de los conflictos sociales históricos han ignorado casi por completo todas estas propuestas de carácter teórico. Por estos motivos, el autor riojano busca la aplicación de estos aparatos teóricos a períodos históricos preindustriales, evitando que el objeto o las evidencias factuales queden subyugadas por el método. Movido así por el rigor intelectual, contempla el eclecticismo como una necesidad impuesta por la práctica investigadora. Sin duda, la ampliación del repertorio de hechos sociales entendidos como formas de conflicto y la diversidad de disciplinas y enfoques que confluyen en su estudio, han terminado por introducir confusión incluso en la propia denominación del fenómeno197. Lorenzo Cadarso también establece una propuesta tipológica para los conflictos sociales198, centrando sus consideraciones sobre las causas de la confrontación en las percepciones subjetivas de la realidad experimentada. Interesado en los procesos de organización y movilización de los grupos enfrentados, indaga asimismo en cuestiones como la jerarquización interna, el aumento de la base social y 194 Lorenzo Cadarso, P. L., Fundamentos teóricos del conflicto social, Madrid, 2001; “Principales teorías sobre el conflicto social”, Norba, Revista de Historia, 15, 2001, pp. 237-254. 195 Vid. “Tipología de los conflictos sociales castellanos en los siglos XVI y XVII”, Proserpina, Revista de la U.N.E.D, Extremadura, 10, 1993, pp. 83-109; Los conflictos populares en Castilla en los siglos XVI y XVII, Madrid, 1996. 196 Cf. Supra, p. 63. 197 Lorenzo Cadarso, P. L., op. cit., n. 194, p. 12. Como puede verse por la indicación numérica de la página, nos referimos al libro y no al artículo mencionado en la nota expuesta. 198 Ibid., p. 51 ss. 78 Tesis Doctoral el fortalecimiento del liderazgo como parte de un proceso progresivo configurado por fases consecutivas199. El estudio de los movimientos sociales, para él, exige un análisis sociológico mucho más detallado de lo que nos suelen ofrecer los trabajos de historia social200. En 2002, un jurista argentino201 de reconocido prestigio en el campo de la filosofía del derecho, publicaba una obra de título especialmente sugerente para nuestro campo de estudio. Teoría de conflictos: hacia un nuevo paradigma es un trabajo muy completo que vincula el sistema jurídico con los conflictos y que cuenta con pretensiones teóricas generalistas. Interesado en consolidar un concepto universal de conflicto, que contemple un amplio universo de enfrentamientos, Entelman emprende una búsqueda de la esencia conflictual con el propósito de encontrar un modo de resolución polivalente. Consciente de la existencia de numerosos conflictos que no pueden ser resueltos por el derecho, porque no hay norma ni sanción al respecto, se muestra partidario de soluciones pacíficas, reglamentadas e institucionalizadas que se ven forzadas a excluir al derecho en tanto en cuanto éste es incapaz de desvincularse de la sanción y del monopolio coercitivo. A su juicio, la teoría de conflictos radica su quehacer en la descripción del enfrentamiento concreto, en el análisis de sus elementos y modo de ser, en la generación de los métodos a que da lugar la aplicación de sus conocimientos y en los desarrollos tecnológicos que realiza con auxilio multidisciplinar202. A pesar de todos los desarrollos teóricos que le preceden, el autor aprecia la teoría de conflictos como una actividad científica nueva que, como tal, carece de un sistema homogéneo de conceptos clasificatorios y de una nomenclatura autónoma suficiente203. 199 Ibid., p. 128. 200 Cadarso recomienda un análisis pormenorizado de los niveles económicos de los diferentes sectores del grupo movilizado, rentas, relaciones con otros grupos, cualquier criterio significativo de ubicación social, necesidades y expectativas, recursos, sentimientos de identidad, formas ideológicas y culturales dominantes, objetivos y repertorios tácticos, escalada, resultados obtenidos, etc. Existen numerosos trabajos de historia social en España que han intentado establecer un recorrido cronológico a través de los conflictos sociales más destacados a lo largo del tiempo, si bien es cierto que la mayoría de éstos se caracterizan por su visible herencia marxista. Vid. Blázquez, J. M., et al. Clases y conflictos sociales en la historia, Madrid, 1977; Pérez Ledesma, M., Estabilidad y conflicto social. España de los iberos al 14-D, Madrid, 1990. 201 Entelman, R. F., Teoría de confictos: hacia un nuevo paradigma, Barcelona, 2002. 202 Ibid., p. 65. 203 Ibid., p. 75. Entelman plantea un análisis sobre las diferencias de organización entre los grupos, sus objetivos o su mentalidad, concluyendo con una exposición sobre los signos de finalización de un conflicto y las variables existentes en los resultados de los mismos. 79 R. Serrano Madroñal En 2004, desde el ámbito de la psicología social estadounidense, Dean Pruitt y Sung Hee Kim continúan la línea generalista marcada por Entelman en Social Conflict: Escalation, Stalemate and Settlement204. Con un interés similar en el análisis y en la resolución de los conflictos, estos autores consideran que toda confrontación, ya sea interpersonal, intergrupal, inter-organizacional o internacional, tiene una serie de elementos comunes que han de tomarse en consideración. Siguiendo los postulados de Simmel y Coser205, observan consecuencias tanto positivas como negativas en este tipo de pugnas definidas por la incompatibilidad de aspiraciones entre las partes206. En relación a los conceptos acuñados por la teoría de juegos207, las “actitudes y pensamientos de suma cero” incrementan la magnitud del conflicto por su rotunda negativa a la negociación. Pruitt y Kim identifican y resumen las tácticas más empleadas por las autoridades fácticas durante el curso de un conflicto208, pero resulta más interesante aún el modelo dual que presentan sobre la percepción recíproca. Cuando la estimación de una parte con respecto a sí misma es alta y además tiene una percepción negativa del potencial del antagonista, el resultado es inevitablemente la contienda. Cuando una parte no confía en sus propias posibilidades pero tampoco teme el potencial del oponente, el resultado será muy probablemente la inacción o la retirada. Cuando ambas partes confían en sus fuerzas y recursos pero asumen que el grupo hostil es igualmente poderoso, existe un alto grado de probabilidad de que se produzca una negociación. Por último, cuando no se confía en el potencial individual y se teme al adversario, se efectuará una concesión209. Tal y como anuncia el título de la obra, este trabajo expone un estudio secuencial sobre la escalada de los conflictos210, hasta que los lleva a un punto álgido o “callejón sin salida211 ” que los reconduce hacia una solución212. 204 Esta obra no tiene aún traducción al castellano. 205 Cf. Supra, pp. 64-65. 206 Pruitt, D. G., y Kim, S. H., Social Conflict: Escalation, Stalemate and Settlement, N. York, 2004, p. 10. 207 Cf. Supra, p. 70. 208 Hablamos de restar comunicación al grupo oponente, deshacerse de los líderes potenciales arrancando la cúspide de la pirámide y privando de organización al antagonista, o bien cooptarlos e integrarlos dentro del sistema. 209 Ibid., p. 41. 210 Ibid., p. 88 ss. 211 Ibid., p. 173 ss. 212 Ibid., p. 191 ss. 80 Tesis Doctoral En los últimos diez años que separan el estudio mencionado del presente, tan sólo podemos reseñar algunos artículos213 bastante útiles como compendio, que nos ayudan a comprender la evolución sustancial que ha experimentado una materia tan amplia como la que nos compete. Del mismo modo, nos sirven para intuir la dirección tomada por los estudios más actuales, que delimitan la proyección de los trabajos venideros. En uno de los artículos comentados, Roy Alfaro Vargas y Omar Cruz Rodríguez214 arremeten contra la deriva conservadora del dialogismo, característico de la ideología posmoderna, que instala al consenso en el epicentro de la teoría del conflicto social. Bajo su punto de vista, el consenso es, en última instancia, una expresión más del nihilismo que nos aqueja215. Expuesto el panorama secuencial de las principales aportaciones teóricas para la interpretación de los conflictos sociales, concluimos con una serie de reflexiones finales que podrían servir como epílogo del capítulo. Durante décadas, los trabajos históricos sobre la conflictividad social de cualquier etapa han sido monopolizados por la historia social. Comprendemos la parcelación y la división de la Ciencia histórica como un proceso lógico de la hiperespecialización académica, empero, haciendo uso de las palabras de L. Febvre216, pensamos que no hay historia económica y social, hay historia sin más, en su unidad. La importancia de la parte no debería dificultar la visión del conjunto. Asimismo, la investigación sobre los diferentes episodios de conflictividad social en la historia ha contado con una ingente cantidad de estudios concretos que frecuentemente se han servido de las diversas teorías sociológicas del conflicto para 213 García, L. A, Muñoz, D. A, Gómez Quintero, J. D, “Aportes teóricos al concepto de conflicto social: una lectura desde las macro y microsociologías hasta los modelos integrados emergentes”, Virajes, Revista del Dpto. de Antropología de la Universidad de Caldas- Colombia, 8, 2006, pp. 17-47; Alfaro Vargas, R., Cruz Rodríguez, O., “Teoría del conflicto social y posmodernidad”, Revista de Ciencias Sociales, 128-129, 2010, pp. 63-70; Lube Guizardi, M., “Conflicto, equilibrio y cambio social en la obra de Max Gluckman”, Papeles del CEIC, International Journal on Collective identity Research, 2, 2012, pp. 1-47. 214 Alfaro Vargas, R., Cruz Rodríguez, O., “Teoría del conflicto social y posmodernidad”, Revista de Ciencias Sociales, 128-129, 2010, pp. 63-70. 215 Ibid., p. 69. 216 Febvre, L., Combates por la historia, Barcelona, 1970, p. 39. 81 R. Serrano Madroñal corroborar metodologías fuertemente politizadas217, en contra de las bases consustanciales de la objetividad científica. Por otro lado, las perspectivas excesivamente abstractas, incluso a veces nomotéticas y estáticas de la teoría sociológica no han encajado con el profundo particularismo que envuelve a los complejos procesos de conflictividad social histórica. Tampoco la sociología histórica218, más interesada en las construcciones políticas de larga duración, ha satisfecho las necesidades propias de nuestra investigación. Por tanto, planteamos la adaptación particular de los elementos analíticos más apropiados de los diversos paradigmas sociológicos del conflicto como herramienta de posible utilidad para la investigación histórica concreta. Contrarios al dogmatismo metodológico y partidarios del eclecticismo pragmático, consideramos a su vez que el radicalismo empírico opuesto al uso de cualquier tipo de perspectiva teórica está dando la espalda a una fuente importante de análisis interpretativo. 217 E. g, Blackledge, P., Reflections on the Marxist Theory of History, Manchester/N. York, 2006. Esta alusión no establece ningún cuestionamiento sobre los aspectos positivos de las muchas aportaciones de la historia marxista británica. Vid. Hobsbawm, E., Thompson, E. P., Anderson, P., etc. 218 Hacemos referencia a autores como Eisenstadt, S., Moore, B., Tilly, C., Skocpol, T., Mann, M., Wallerstein, I. 83 R. Serrano Madroñal 3. 1. Consideraciones iniciales. Hacia el año 360 a. C, Platón se cuestionaba en uno de sus diálogos219 si el significado de las palabras viene dado de forma natural o si por el contario, es un mero proceso de convención arbitraria. Frente a las posturas presocráticas de Crátilo, que mantiene que la esencia de lo nombrado reside en determinados sonidos, Hermógenes considera que la vinculación entre el nombre y lo nombrado sólo puede explicarse mediante la convención artificial constituida como costumbre. Sócrates, recreado por Platón y en una posición ciertamente prudente y nada concluyente, confía en la universalidad perpetua de las ideas pero no está seguro de que éstas tengan una correspondencia directa con la naturaleza cambiante del lenguaje220. 219 Hablamos del Κρατυλος o de la propiedad de los nombres. Una edición bilingüe (español-griego) relativamente reciente sería la de Ute Schmidt Osmanczik, México, 2009. 220 Plat. Crat. 440 a – 440 e. Ἀλλ᾽ οὐδὲ γνῶσιν εἶναι φάναι εἰκός, ὦ Κρατύλε, εἰ μεταπίπτει πάντα χρήματα καὶ μηδὲν μένει. Εἰ μὲν γὰρ αὐτὸ τοῦτο, ἡ γνῶσις, τοῦ γνῶσις εἶναι μὴ μεταπίπτει, μένοι τε ἂν ἀεὶ ἡ γνῶσις καὶ εἴη γνῶσις. Εἰ δὲ καὶ αὐτὸ τὸ εἶδος μεταπίπτει τῆς γνώσεως, ἅμα τ᾽ ἂν μεταπίπτοι εἰς ἄλλο εἶδος γνώσεως καὶ οὐκ ἂν εἴη γνῶσις· εἰ δὲ ἀεὶ μεταπίπτει, ἀεὶ οὐκ ἂν εἴη γνῶσις, καὶ ἐκ τούτου τοῦ λόγου οὔτε τὸ γνωσόμενον οὔτε τὸ γνωσθησόμενον ἂν εἴη. Εἰ δὲ ἔστι μὲν ἀεὶ τὸ γιγνῶσκον, ἔστι δὲ τὸ γιγνωσκόμενον, ἔστι δὲ τὸ καλόν, ἔστι δὲ τὸ ἀγαθόν, ἔστι δὲ ἓν ἕκαστον τῶν ὄντων, οὔ μοι φαίνεται ταῦτα ὅμοια ὄντα, ἃ νῦν ἡμεῖς λέγομεν, ῥοῇ οὐδὲν οὐδὲ φορᾷ. Ταῦτ᾽ οὖν πότερόν ποτε οὕτως ἔχει ἢ ἐκείνως ὡς οἱ περὶ Ἡράκλειτόν τε λέγουσιν καὶ ἄλλοι πολλοί, μὴ οὐ ῥᾴδιον ᾖ ἐπισκέψασθαι, οὐδὲ πάνυ νοῦν ἔχοντος ἀνθρώπου ἐπιτρέψαντα ὀνόμασιν αὑτὸν καὶ τὴν αὑτοῦ ψυχὴν θεραπεύειν, πεπιστευκότα ἐκείνοις καὶ τοῖς θεμένοις αὐτά, διισχυρίζεσθαι ὥς τι εἰδότα, καὶ αὑτοῦ τε καὶ τῶν ὄντων καταγιγνώσκειν ὡς οὐδὲν ὑγιὲς οὐδενός, ἀλλὰ πάντα ὥσπερ κεράμια ῥεῖ, καὶ ἀτεχνῶς ὥσπερ οἱ κατάρρῳ νοσοῦντες ἄνθρωποι οὕτως οἴεσθαι καὶ τὰ πράγματα διακεῖσθαι, ὑπὸ ῥεύματός τε καὶ κατάρρου πάντα [τὰ] χρήματα ἔχεσθαι. Ἴσως μὲν οὖν δή, ὦ Κρατύλε, οὕτως ἔχει, ἴσως δὲ καὶ οὔ. CAPÍTULO 3. LA APORTACIÓN LEXICOLÓGICA 84 Tesis Doctoral Aristóteles, por su parte, se encargó de inaugurar una corriente “realista” mucho más moderada que la de su maestro, aceptando la existencia de la citada universalidad así como la de sus manifestaciones particulares. Presentando por primera vez la conexión entre símbolo lingüístico, contenido mental y realidad, afirmaba que se trataba de un proceso de interrelación entre elementos objetivos y subjetivos, otorgando un papel primordial a las convenciones culturales de cada comunidad221. A su juicio, no es posible asumir las tesis naturalistas que identifican el lenguaje con la realidad, puesto que la ambigüedad y la sinonimia impiden cualquier desarrollo interpretativo en este sentido. Con respecto a los avances en lingüística protagonizados por la filosofía estoica, la distinción entre sonido vocal y sonido articulado, que acaba constituyendo una abstracción dotada de un significado desde realidades exclusivamente fonéticas, se aproximaba ya a las teorías más modernas sobre significante, significado y objeto real222. Agustín de Hipona retomó los universales aunque aceptó la doble vertiente del signo lingüístico. En un plano exterior, el signo como manifestación fonética no deja de ser sonido vacuo, siendo el auténtico signo (significado) una realidad interior compartida por cualquier lengua y en estrecha vinculación con el espíritu divino223. Σκοπεῖσθαι οὖν χρὴ ἀνδρείως τε καὶ εὖ, καὶ μὴ ῥᾳδίως ἀποδέχεσθαι — ἔτι γὰρ νέος εἶ καὶ ἡλικίαν ἔχεις — σκεψάμενον δέ, ἐὰν εὕρῃς, μεταδιδόναι καὶ ἐμοί. 221 Vid. el libro quinto de su Metafísica. Alía Alberca, M. L., Metafísica. Aristóteles, Madrid, 2008. 222 Mientras que el sonido-significante y el objeto designado tienen un componente puramente material, el significado o λεκτον es una idea. Vid. Rist, J. M., (ed.), The Stoics, Berkeley, 1978; Gourinat, J. B., La dialectique des stoïciens, París, 2000. El λεκτον de cada oración sería la proposición. 223 Agustín considera que en los signos externos, completamente variables, podemos encontrar signos internos inmutables y universales que asocian las palabras (verbum) con la verdad (vero). En este pasaje de la Dialéctica, enumera las explicaciones existentes sobre la etimología del lenguaje. Desde concepciones neoplatónicas, cuestiona tanto el naturalismo como el convencionalismo extremo, abogando por la universalidad de los significados. 6. “De origine verbi quaeritur, cum quaeritur unde ita dicatur, res mea sententia nimis curiosa et minus necessaria. Neque hoc eo mihi placuit dicere, quod Ciceroni quoque idem videtur, quis enim egeat auctoritate in re tam perspicua? Quod si omnino multum iuvaret explicare originem verbi, ineptum esset adgredi quod persequi profecto infinitum est. Quis enim repperire possit, quidquid dictum fuerit unde ita dictum sit? Huc accedit quod ut somniorum interpretatio ita verborum origo pro cuiusque ingenio iudicatur. Ecce enim 'verba' ipsa quispiam ex eo putat dicta quod aurem quasi 'verberent'. Immo inquit alius quod aerem. Sed quid? Nostra non magna lis est, nam uterque a 'verberando' huius vocabuli originem trahit. Sed de traverso tertius vide quam rixam inferat. Quod enim verum nos ait loqui oportet odiosumque est natura ipsa iudicante mendacium, 'verbum' a 'vero' cognominatum est. Nec ingenium quartum defuit. Nam sunt qui 'verbum' a 'vero' quidem dictum putant, sed prima syllaba satis animadversa secundam neglegi non oportere. 'verbum' enim cum dicimus, inquiunt, prima eius syllaba 'verum' significat, secunda 'sonum'. Hoc enim volunt esse 'bum'. Unde Ennius sonum pedum 'bombum pedum' dixit et {Gk boe:~sai} Graeci clamare et Vergilius: 'reboant 85 R. Serrano Madroñal Partiendo del realismo moderado de corte aristotélico, muchos pensadores medievales224 atribuyeron a cada especie una esencia universal, hasta que, alcanzando ya una abierta negación de los universales225, el nominalismo anti-realista defendió el particularismo extremo226. Guillermo de Ockham227, como principal representante de la tendencia filosófica del conceptualismo, argumentó que sólo existen los individuos, que son los encargados de crear abstracciones inmateriales carentes de existencia natural fuera de su mente. En una perspectiva lingüística, los universales serían tan sólo un conjunto de nombres variables o conceptos mentales residentes en el individuo. La filosofía moderna y contemporánea ha mantenido en buena medida las fricciones entre el realismo moderado y el nominalismo228. El positivismo imperante ha hecho propio el rechazo a los conceptos universales, desvinculados por completo de la naturaleza externa y asociados estrictamente con las funciones estructurales de nuestra mente. Tan sólo el ontologismo de impronta religiosa platónico-agustiniana ha reivindicado las tesis realistas más exageradas229. silvae'. Ergo 'verbum' dictum est quasi a 'verum boando' hoc est 'verum sonando'. Quod si ita est, praescribit quidem hoc nomen, ne cum verbum facimus mentiamur; sed vereor, ne ipsi qui dicunt ista mentiantur. Ergo ad te iam pertinet iudicare, utrum 'verbum' a 'verberando' an a 'vero' solo an a 'verum boando' dictum putemus, an potius unde sit dictum non curemus, cum quid significet intellegamus. Breviter tamen hunc locum notatum (hoc est de origine verborum) volo paulisper accipias, ne ullam partem suscepti operis praetermisse videamur”. 224 Hablamos de Fredegiso de Tours, Remigio de Auxerre, Juan Escoto, Odon de Tournai, Guillermo de Champeaux, Juan de Salisbury, Tomás de Aquino, etc. 225 Vid. Casaubon, J. A., Palabras, ideas, cosas: el problema de los universales, Buenos Aires, 1984; Armstrong, D. M., Universals and Scientific Realism. Vol. 1, Nominalism and Realism, Cambridge, 1988. En relación directa al problema de los universales, tal y como afirmaba G. Junceda, J. A., “El problema de los universales: la modernidad dialéctica del siglo XI”, Anales del seminario de historia de la filosofía, 1, 1980, pp. 21-104, asistimos a la transformación de un debate dialéctico en un debate metafísico, p. 25. 226 Carré, M. H., Realists and Nominalists, London, 1967. 227 Vid. Gracia Ortiz, D. A., Guillermo de Ockham: el nominalismo y su irrupción en la universidad de París, Bogotá, 2010; Courtenay, W. J., Ockham and Ockhanism: Studies in the Dissemination and Impact of his Thought, Leiden, 2008. 228 Rodríguez-Pereyra, G., Resemblance Nominalism: a Solution to the Problem of Universals, Oxford, 2002; Goldstein, J., Nominalismus und Moderne: zur Konstitution neuzeitlicher Subjektivität bei Hans Blumenberg und Wilhelm von Ockham, Freiburg, 1998; Gosselin, M., Nominalism and Contemporary Nominalism: Antological and Epistemological Implications of the Work of W. V. O. Quine and of N. Goodman, Dordrecht, 1990. 229 Ferraz Fayos, A., Zubiri: el realismo radical, Madrid, 1995; Ralkowsky, M., Heidegger´s platonism, London, 2009. 86 Tesis Doctoral 3. 2. Filología e Historia. Después de este recorrido efímero y de iniciación a través de las principales controversias de la filosofía del lenguaje, nos interesa profundizar en el estudio científico de la lingüística, y más en concreto de la lexicología como sub-disciplina de ésta. Nuestra aproximación lexicológica, más allá de estudios etimológicos, de las relaciones entre palabras y conceptos y de consideraciones semánticas, tiene un objetivo puramente filológico230. Como historiadores de la Antigüedad, identificamos historia con filología y filología con historia, tomando las palabras de A. Gercke231. El interés historiográfico nos mueve unidireccionalmente al estudio pormenorizado de las palabras que aparecen en nuestras fuentes primarias, mediante las cuales pretendemos rastrear el sentido originario en el que nacieron, en estrecha vinculación con la cultura y la civilización subyacente. El estudio del lenguaje de toda documentación histórica no debe ser menospreciado, en tanto en cuanto subsiste como una manifestación inalterada del pasado. Con respecto a las distintas definiciones de filología, su desarrollo y sus relaciones con la Historia Antigua, Rafael González Fernández232 nos advierte que el concepto no es fácil de precisar, puesto que ha experimentado numerosas oscilaciones a lo largo de su trayectoria. Por momentos, tal y como expone este autor, se consideró como una ciencia histórica que tenía por objeto el conocimiento de las civilizaciones del pasado mediante los documentos escritos conservados. Para otros, fue el estudio de una lengua fundamentado en el análisis crítico de sus textos escritos. Pronto, la filología pasó del estudio exclusivo de los textos al de la propia lengua utilizada por los mismos, ampliando enormemente su campo académico y también la confusión sobre su naturaleza como vocablo. Los orígenes de la filología233 se hallan en la hermenéutica y en la interpretación de los textos de Homero que emprendieron los exégetas alejandrinos de época helenística. 230 La etimología griega de φιλολογία define a esta disciplina como entusiasta de las palabras registradas. 231 Este filólogo clásico alemán de finales del XIX e inicios del XX destacó por sus investigaciones en torno a la filosofía helenística y a L. A. Séneca. Vid. Gercke, A., Norden, E., Enleitung in die Altertumswissenschaft, Berlín, 1909. 232 “Historia Antigua y Filología”, Tonos digital: Revista electrónica de estudios filológicos, 6, 2003. 233 Vid. Pfeiffer, R., Historia de la filología clásica. Vol. 1. Desde los comienzos hasta el final de la época helenística, Madrid, 1981; Del mismo autor, el segundo volumen, De 1300 a 1850, Madrid, 1981. 87 R. Serrano Madroñal Estos primeros filólogos desarrollaron en la Biblioteca de Alejandría234 una labor esencial con los manuscritos del pasado, limpiándolos de errores e interpretándolos cuidadosamente. Así, la gran diversidad de los quehaceres de la filología primitiva la convirtieron en una materia de carácter enciclopédico, hasta que acabó por desmembrarse en otras tantas disciplinas que la integraban, inaugurando un período de contracciones y expansiones sucesivas. Es evidente que la Historia Antigua y la Filología, en su vertiente clásica, son ciencias complementarias, siempre lo han sido, más aún cuando esta última no se reducía a la mera combinación de lingüística y literatura de una lengua concreta. La idea ambiciosa de las antiquitates o Altertumswissenschaft235, de inspiración neoclásica y profundamente prusiana, mantuvo unidas a un gran número de corrientes académicas. No obstante, esta perspectiva historicista y totalizadora de la filología experimentó un nuevo proceso de descomposición que llevaría al nacimiento de nuestra Historia Antigua. No parece casualidad que el filólogo y helenista alemán, Friedrich August Wolf236, dedicado a la interpretación de los poemas homéricos al igual que aquellos alejandrinos de los albores de esta macro-ciencia, se propusiera decididamente instaurar en la Prusia del siglo XIX un nuevo humanismo asentado sobre los pilares intelectuales de la Historia Antigua y la Filología. Sin embargo, a lo largo del XIX asistimos al desarrollo cada vez más independiente de una incipiente Historia Antigua, de una Arqueología y de una Historia del Arte, que sin desprenderse de sus raíces filológicas, comienzan su andadura en solitario237. Por otro lado, se propugna a su vez una escisión entre una gramática/lingüística que se desvincula paulatinamente de la filología y la literatura. La emancipación simultánea del tronco común filológico se fue amparando en el incremento de la complejidad y en la especialización metodológica de las nuevas 234 Vid. El-Abbadi, M., Mounir Fathallah, O. (eds.), What happened to the Ancient Library of Alexandria?, Leiden, 2008; Escolar, H., La biblioteca de Alejandría, Madrid, 2003; MacLeod, R., The Library of Alexandria: centre of learning in the ancient world, London, 2000. 235 Schmid, W., (ed.), Die Interpretation in der Altertumswissenschaft: Ansprachen zur Eröffnung des 5. Kongresses der Fédération internationale des associations d´études classiques, Bonn, 1971. 236 Sus Prolegomena ad Homerum supusieron una auténtica revolución filológica e historiográfica, inaugurando toda la problemática sobre la “cuestión homérica”. Vid. la traducción al inglés de Grafton, A., Most, G. W., Zetzel, J. E. G., Prolegomena to Homer, Princeton, 1985. 237 En el contexto de esta afirmación, hacemos alusión directa a Theodor Mommsen y a J. J. Winckelmann. Rebenich, S., Theodor Mommsen: eine biographie, München, 2007; Testa, F., Winckelmann e l´invenzione della storia dell´arte: I modelli e la mimesi, Bologna, 1999. 88 Tesis Doctoral ramas resultantes de conocimiento académico238. La lingüística moderna se erige como la nueva ciencia239 encargada en exclusividad de descubrir y entender las leyes que rigen el lenguaje, mientras que la literatura se apropia de los textos escritos con un cierto mérito artístico, reduciendo el área de acción de la filología nuevamente a una exégesis textual con un objetivo de reconstrucción de la cultura generadora. Superada la etapa de desencuentro, autores como Ernst Robert Curtius240 propondrán una equilibrada interdependencia complementaria entre Historia y Filología. En su caso, el filólogo alemán combinó sus estudios de lingüística y literatura francesa e inglesa llegando a defender la idea de una cultura común europea, muy contraria a los nacionalismos extremos de su tiempo. Así, la filología más actual trata de ubicarse como ciencia autónoma encargada del estudio de la fijación, comprensión y explicación de un texto a partir del contexto lingüístico e histórico-literario que lo produjo241. Su objeto material queda focalizado visiblemente en el texto pero en cuanto a su objeto formal, la filología podrá servirse de la lingüística, la literatura y la historia como ciencias auxiliares, sin que la palabra “auxiliar” adquiera ninguna connotación jerárquica. Asimismo, la Historia Antigua podrá servirse del mismo modo de la Filología como ciencia auxiliar que sin duda facilitará su labor en términos generales. Bien es cierto, que toda esta concepción de “ciencias autónomas” en un proceso de colaboración recíproca sin condicionantes de subordinación, nos aleja de una realidad insoslayable: desde un punto de vista teleológico, los fines y los últimos propósitos de filólogos, arqueólogos, epigrafistas o numismáticos son profundamente históricos, en tanto en cuanto buscan todos ellos desentrañar el pasado de la humanidad. 238 Hablamos de Historia Antigua, Historia del Arte clásico, epigrafía, numismática, bibliografía, lingüística o literatura. 239 Montes, S., La ciencia lingüística, S. I., 1972; Cerny, J., Historia de la lingüística, Cáceres, 2006. Con respecto a los orígenes de la lingüística moderna, consideramos esencial la obra del ginebrino Ferdinand de Saussure, Curso de lingüística general. Vid. la traducción al castellano de Armiño, M., Madrid, 2013. En el capítulo primero del Cours, publicado en 1916, el lingüista suizo afirmaba que la filología se distingue claramente de la lingüística, a pesar de los puntos en contacto que tienen ambas disciplinas y de los servicios mutuos que se brindan. A su juicio, la lingüística propiamente dicha nació del estudio de las lenguas romances y germánicas, y así fue acercándose a su objeto verdadero. 240 Vid. Bem, J., Guyaux, A., Ernst Robert Curtius et l´idée d´Europe: actes du Colloque de Mulhouse et Thann des 29, 30 et 31 janvier (1992), París, 1995; para una traducción al castellano de su obra Europäische Literatur und lateinisches Mittelalter, recomendamos Frenk Alatorre, M., Alatorre, A., Literatura europea y Edad Media latina, México, 2004. 241 op. cit., n. 232. 89 R. Serrano Madroñal Como conclusión del epígrafe, la interdisciplinariedad es una necesidad impuesta, así como la especialización y el desarrollo de todas estas disciplinas, pero en ningún caso debería perderse de vista el horizonte que las conecta de forma indisociable. 3. 3. Lingüística y lexicología. Matizado el enfoque filológico y la orientación histórica que nutre nuestra propuesta de análisis, pasamos a revisar las aportaciones que nos puede proporcionar la lingüística moderna en su vertiente lexicológica. Los antiguos estudios sobre la γραμματικῆ τέχνη o “arte de las letras”, desprovistos de carácter científico, se integraron pronto en la escuela filológica helenística, que inspiró profundamente la posterior idea neoclásica de la Altertumswissenschaft. Como ya se ha expuesto, el desarrollo de los estudios propiamente lingüísticos parte de este punto, hundiendo sus raíces en el nacimiento de la filología comparada242. Los trabajos de los neo-gramáticos243 y el descubrimiento del sánscrito movieron a los lingüistas a dotarse de un objeto formal propio, creando una nueva ciencia amparada por el auge del positivismo que acabó rompiendo con la filología historicista y globalizante. Ese Curso de lingüística general dictado por Saussure a sus alumnos es sin duda un hito fundamental en todo este proceso244. El estructuralismo lingüístico de Saussure será progresivamente desplazado por el generativismo245, que ubica a la mente del hablante como núcleo del proceso de desarrollo del lenguaje. Poco después, la aparición del funcionalismo abrirá un nuevo debate entre los defensores (formalistas) y los detractores (funcionalistas) del estudio aislado del propio lenguaje246. 242 Los estudios de gramática comparativa que identificaron las relaciones existentes entre todas las lenguas indoeuropeas allanaron el camino a la lingüística moderna. Vid. Amsterdamska, O., Schools of Thought: the Development of Linguistics from Bopp to Saussure, Dordrecht, 1987; Bopp, F., Ktritische Grammatik der Sanskrita-Sprache in Kürzerer Fassung, München, 2012. 243 Quattordio Moreschini, A., Un periodo di storia linguistica: i neogrammatici: atti del Convengno della Società italiana di Glottologia, Urbino, 25-27 ottobre 1985, Pisa, 1986. 244 Para Saussure, el signo lingüístico constaría de un significante y un significado, entroncando con las tesis de la antigua dialéctica estoica. Cf. Supra, n. 221. 245 Chomsky, N., Aspects of the Theory of Syntax, Cambridge-Massachusetts, 2015. 246 De algún modo, la controversia entre formalistas y funcionalistas revive el debate de los universales. 90 Tesis Doctoral En estrecha vinculación con la discusión filosófica ancestral sobre los fenómenos del mundo, entendidos como reflejos de un modelo ideal o como hechos concretos que abordamos mediante nuestras capacidades de percepción, el estructuralismo de Saussure otorgó una clara prioridad a los niveles estructurales de la lengua, en detrimento de los usos individuales que pervierten a su juicio el sistema representado. Desde otra perspectiva, podríamos asociar el estructuralismo como una corriente realista247. Profundizando en esta línea lingüística, R. Jakobson248 llegó a distinguir entre sonidos “ideales” y “reales” del habla. A su vez, el generativismo249 norteamericano evolucionó desde los postulados estructuralistas hasta convertirse en una nueva propuesta teórica, opuesta sin embargo, y del mismo modo que el estructuralismo, a la íntima relación entre sistema y uso particular. El funcionalismo lingüístico, frente a sus predecesores, no sólo apreciará esta relación sino que identificará al uso como elemento generador del sistema y no al revés, en una postura que recuerda al nominalismo. Las divergencias entre los enfoques centrados en el estudio de la forma y el uso250 han llevado a distinguir entre lingüística formalista (estructuralismo y generativismo) y funcionalista. Como reacción al paradigma formalista251, el funcionalismo lingüístico reivindica el particularismo y arremete contra el idealismo de Saussure o de Chomsky, al que consideran un obstáculo para una verdadera comprensión de la lengua. Desde su punto de vista, la noción abstracta de un sistema ideal que tiene su reflejo imperfecto en el hablante está obviando elementos tan importantes como el contexto sociocultural de creación o la naturaleza comunicativa e instrumental del lenguaje252. El lingüista holandés Simon C. Dik, integrado en la corriente funcionalista, afirmó que una pretendida teoría científica de la lengua no puede desvincularse de la perspectiva fenomenológica y de sus manifestaciones empíricas253. Sin duda las aportaciones funcionalistas representan en la actualidad una alternativa válida para dar respuestas a los retos de la lingüística, asentada progresivamente en la 247 Cf. Supra, p. 84. 248 Selected Writings. I. Phonological Studies, The Hague, 1962. 249 Destacamos la obra de Bloomfield, L., Language, London, 1970, como un antecedente estructuralista del generativismo de Chomsky. 250 Newmeyer, F. J., Language Form and Language Function, Cambridge-London, 2000. 251 Hymes, D., (ed.), Studies in the History of Linguistics: Traditions and Paradigms, Bloomington, 1974. 252 Vid. Hymes, D. “On Comunicative Competence” en Duranti, A., (ed.), Linguistic Anthropology: a Reader, Malden (Massachusetts), 2001. 253 Studies in Functional Grammar, London, 1980. 91 R. Serrano Madroñal moderación que rechaza los postulados más radicales sobre la inmutabilidad o mutabilidad absoluta de la gramática. En este contexto de desarrollo independiente de la lingüística moderna, podemos introducir el concepto de lexicología254, entendido como aquella parte encargada del estudio concreto de las palabras, tal y como nos indica su etimología255. Los análisis semánticos de aproximación léxica estuvieron dominados por la perspectiva diacrónica en una primera etapa, donde los cambios de significado fueron contemplados como procesos de carácter psicológico, hasta que el enfoque estructuralista y sincrónico acabó imponiéndose a inicios del siglo pasado. Desde este momento, la lexicología centrará su interés en las similitudes semánticas de las entidades léxicas y en las diversas relaciones existentes entre las mismas. El generativismo chomskiano256 pronto focalizará sus estudios en la semántica, inaugurando un enfrentamiento académico destacable entre la corriente interpretativa y generativa. El concepto idealista de “estructura profunda”257 de la semántica vendría a explicar las analogías significativas entre entidades léxicas y oraciones formalmente diferentes. Sin embargo, el propio concepto generó una gran controversia en el seno de la semántica generativa, mientras que la aparición de la semántica cognitiva258 rompía con el paradigma formalista y abrazaba tendencias más funcionalistas. Aparte de esta trayectoria histórica de las teorías imperantes en el campo de la lexicología, nos interesa destacar que el desarrollo de la complejidad de los estudios sobre el significado de las palabras y sus relaciones semánticas ha originado la creación de nuevas disciplinas derivadas como la fraseología259, la etimología o la lexicografía260. 254 Halliday, M. A. K., Yallop. C., Lexicology: a Short Introduction, London, 2007; Cruse, D. A., et al. Lexikologie: ein internationales Handbuch zur Natur und Struktur von Wörten und Wortschätzen, Berlin, 2002-2005. 255 Este término está compuesto por los vocablos griegos λεξικόν y λογία, dando origen a la rama de la lingüística que tiene por objeto el estudio de las palabras. 256 Vid. Harris, R. A., The Life and Death of Generative Semantics, Ann Arbor, 1990. 257 Burt, M. K., From Deep to Surface Structure: an Introduction to Transformational Syntax, New York, 1971. 258 Vid. Allwood, J., Gärdenfors, P. (eds.), Cognitive Semantics: Meaning and Cognition, Amsterdam, 1998; destacamos a su vez los dos volúmenes de Talmy, L., Toward a Cognitive Semantics, Cambridge- Massachusetts, 2000. 259 Esta rama de la lexicología estudia los significados compuestos de dos o más palabras, atendiendo a las diferencias existentes entre el sentido de esas mismas entidades léxicas aisladas y asociadas. 92 Tesis Doctoral Concluyendo, y tratando de ofrecer un sustento justificativo conciso a nuestra propuesta de análisis lexicológico en relación a una serie de episodios históricos de conflictividad social en el Occidente tardo-romano durante los siglos IV y V d. C, afirmamos que mediante el estudio concreto de las palabras registradas en nuestras fuentes primarias, podemos aproximarnos a la reconstrucción del sentido original de las mismas, sin olvidar en ningún momento el contexto histórico y cultural de su nacimiento. Por tanto, la aportación lexicológica será empleada en nuestro caso como una herramienta de carácter filológico y de orientación inequívocamente histórica. Identificamos así las unidades léxicas que componen los textos de nuestras fuentes históricas como materia prima de la que puede extraerse una información significativa referente a los hechos acontecidos en un pasado que perseguimos dilucidar. 260 La etimología, como sabemos se ha encargado de indagar sobre los orígenes y la historia de las palabras mientras que la lexicografía ha reservado su interés para la elaboración de diccionarios y para la presentación descriptiva de los recursos léxicos de cada lengua. 4. 1. ¿Fuentes escasas? Como bien advertía Gonzalo Bravo261 en uno de sus numerosos artículos sobre la problemática historiográfica sobre los bagaudas, las cuestiones históricas se fundamentan sobre una doble base: documental y analítica. Con respecto a su base documental, las fuentes no siempre nos proporcionan el material suficiente como para proceder a una interpretación literal de los hechos. La insuficiencia de datos, la fragmentación, la mediatización ideológica de carácter subjetivo, la terminología ambigua o las propias contradicciones inmersas en los textos a veces suponen un verdadero obstáculo que el historiador tiene que afrontar mediante su labor analítica. Partiendo de esta premisa metodológica, sin duda nos encontramos ante un material codificado que exige una descodificación que permita aportar nuevos enfoques que renueven las soluciones historiográficas tradicionales poco satisfactorias. Respondiendo a la pregunta formulada por el título del epígrafe, las dificultades habituales existentes para la reconstrucción histórica de los principales conflictos sociales del Occidente tardo-romano no residen precisamente en la escasez de fuentes primarias. Sin embargo, es cierto que las fuentes tardías apenas ayudan a establecer diferencias entre hechos de distinta naturaleza262 y frecuentemente se muestran parcas en cuanto a concesión informativa, ambiguas, contradictorias y subjetivas. 261 “Los bagaudas: vieja y nueva problemática” en Pereira Menaut, G. (ed.), Actas 1er. Congreso Peninsular de Historia Antigua, Santiago de Compostela, 1988, pp. 187-196, (p. 187). 262 Bravo, G., “Acta Bagaudica (I): sobre quiénes eran bagaudas y su posible identificación en los textos tardíos, Gerión 2, 1984, pp. 251-264, (p. 253). CAPÍTULO 4. EL PROBLEMA DE LAS FUENTES No obstante, reincidimos en la afirmación de que no contamos con un número escaso y son muchos los textos que nos pueden ayudar a reconstruir el complejo universo de la conflictividad social tardo-antigua, tal y como expondremos en el epígrafe siguiente. En primer lugar, los movimientos bagáudicos han podido ser registrados gracias a un nutrido e importante número de fuentes primarias. Ya en la obra del investigador húngaro B. Czúth263 o en la posterior de Juan Carlos Sánchez León, entre otras, se incluyeron repertorios y apéndices264 donde se recogen todos los numerosos textos, tanto los concernientes a la primera revuelta asociada a la bagauda, a fines del siglo III y en estrecha vinculación con el origen del término, como los que tratan sobre la bagauda galo-hispana y sus posteriores e intermitentes rebrotes producidos durante toda la primera mitad del siglo V, llegando a exponer incluso las fuentes medievales que se hicieron eco de estos hechos con mayor o menor rigurosidad. Con respecto al caso circumcellion, contamos con un enorme volumen de fuentes y de referencias directas al respecto, si bien es cierto que la práctica totalidad de las mismas se caracterizan por su gran tendenciosidad; sobre todo porque los estrechos vínculos del movimiento con el cisma donatista condicionaron en gran medida los registros conservados, emprendidos por teólogos católicos profundamente beligerantes contra las desviaciones heréticas y sus actuaciones violentas, dificultando así la correcta definición de los presupuestos que originaron el conflicto265. Otro fenómeno coetáneo que vinculaba la oposición religiosa con el desafío moralizante contrario a los pilares político-religiosos del Estado romano bajo-imperial sería la heterodoxia prisciliana de los provinciales hispanos. Tampoco son escasas, sino todo lo contrario, las fuentes primarias que nos ayudan a reconstruir la naturaleza del priscilianismo. Sin embargo, tanto su ambiente nutricio, su familia y sus primeros hitos como impulsor de un vigoroso movimiento están rodeados de oscuridades, como suele ocurrir con muchos de los fundadores de movimientos religiosos reformistas o 263 Die Quellen der Geschichte der Bagauden, Szeged, 1965. 264 Los bagaudas: rebeldes, demonios, mártires. Revueltas campesinas en Galia e Hispania durante el Bajo Imperio, Jaén, 1996, (pp. 126-147). A su vez, el mismo autor publicó en francés una obra dedicada específicamente a la traducción y al comentario de las fuentes que nos permiten reconstruir la historia de este fenómeno. Vid. Les sources de l´histoire des bagaudes: traduction et commentaire, París, 1996. 265 Vid. Gómez Villegas, N., “Los circunceliones. ¿Movimiento social o disenso religioso?” en Teja R. (ed)., Cristianismo marginado: rebeldes, excluidos, perseguidos, I: De los orígenes al año 1000, Madrid, 1998, pp. 78-93, (p. 80). Un apéndice excelente de documentos vinculados con el donatismo puede encontrarse en Monceaux, P., Histoire littéraire de l´Afrique chrétienne. Depuis les origines jusqu´a l´invasion arabe, Tome IV, Le donatisme, París, 1912, pp. 487-517. simplemente heréticos266. Asimismo, las tendencias ortodoxas y condenatorias de esta corriente inspiran de igual modo casi todos los registros conservados. Dicho todo esto, parece más que evidente que el problema no reside en la escasez de fuentes sino más bien en su interpretación analítica, que debe hacernos capaces de descodificar unos mensajes textuales plagados de tendenciosidad ideológica, subjetividad y ambigüedad terminológica. 4. 2. Fuentes básicas explícitas. Nos disponemos a continuación a presentar un repertorio de fuentes primarias que nos ayuden a recrear los tres procesos de conflictividad social del Occidente tardo- romano que pretendemos analizar en profundidad, marcando una clara distinción entre los textos básicos (explícitos e implícitos) y los complementarios (apéndice), en función de la información ofrecida. Para el análisis de las revueltas bagaudas, compilamos primeramente los pasajes que aporten una información explícita sobre los hechos acontecidos, empleando sin ambigüedades el propio término identificativo. 4. 2. 1. Primeras informaciones sobre bagaudas en Galia: Las campañas de Maximiano Hercúleo (285-288). 1) Aur. Vic. Caes. 39. 17-20267: Namque, ubi comperit Carini discessu Aelianum Amandumque per Galliam, excita manu agrestium ac latronum, quos Bagaudas incolae vocant, populatis late agris, plerasque urbium tentare, statim Maximianum, fidum amicitia, quanquam semiagrestem, militiae tamen atque ingenio bonum, imperatorem iubet. Huic postea cultu numinis Herculio cognomentum accessit, uti Valerio Iovium: unde etiam militaribus auxiliis longe in exercitum praestantibus nomen impositum. Sed Herculius, in Galliam profectus, fusis hostibus aut acceptis, quieta omnia brevi patraverat. Quo bello Carausius, Menapiae civis, factis promptioribus enituit. 266 Fernández Conde, F. J., “Prisciliano y el priscilianismo. Historiografía y realidad”, Clío & Crímen 1, 2004, pp. 43-85, (p. 51). 267 Esta fuente puede datarse con exactitud en 360, con lo cual se refiere a una serie de acontecimientos ocurridos unos setenta y cinco años antes del registro del autor. Dufraigne, P., Livre des Césars, París, 1975, pp. 50-51. 2) Eutr. Brev. 9, 20, 3268: Ita rerum Romanorum potitus, cum tumultum rusticani in Gallia concitassent et factioni suae Bacaudarum nomen imponerent, duces autem haberent Amandum et Aelianum, ad subigendos eos Maximianum Herculium Caesarem misit, qui levibus proeliis agrestes domuit et pacem Galliae reformavit. 3) Paean. 9, 20, 3269: Στασιάζοντος δὲ ἐν Γάλλοις τοῦ ἀγροικικοῦ καὶ βακαύδας καλοῦντος τοὺς συγκροτηθέντας (ὄνομα δὲ ἒστιν τοῦτο τυράννους δηλοῦν ἐπιχωρίους), ἠγεμόνας δὲ ἒχοντος τοῦ τολμήματος Αμανδόν τε καὶ Αἰμιλιανὸν χειροτονήσας Καίσαρα μαξιμιανὸv τὸν Ερκούλιον ἐξέπεμφε καὶ νικήσας μαξιμιανὸς μάχε τὴν ἐλευθερἰαν ἀπέδωκε τῆ γῆ. 4) Hier. Chron. a. Abr. 2303. (286-288)270: Diocletianus in consortium regni Herculium Maximianum adsumit. Qui rusticorum multitudine opressa, quae factioni suae Bacaudarum nomen indiderat, pacem Galliis reddidit. 5) Oros. Hist. adv. pag. 7, 25, 2271: Dehinc cum in Gallia Amandus et Aelianus collecta rusticanorum manu quos Bacaudas vocabant, perniciosos tumultus excitavissent, Maximianum cognomento Herculium Caesarem fecit mystique in Gallias: qui facile agrestium hominum imperitam et confusam manum militari virtute conpescuit. 268 Podemos fechar este relato en 369, referido a los mismos sucesos. Santini, C., Eutropii Breviarium ab urbe condita, Leipzig, 1979, p. 62. 269 Esta traducción al griego del Breviarium de Eutropio se puede datar con anterioridad al 380. Droysen, H., MGH, AA II, 1879, p. 163. 270 Esta crónica, que no deja de ser en buena medida una traducción al latín de las tablas cronológicas de Eusebio de Cesarea, fue compuesta también hacia el 380. Helm, R., Eusebius Werke. VII. Die Chronik des Hieronymus, Hieronymi Chronicon, Berlín, 1956, p. 225. 271 No existe unanimidad al respecto, pero parece plausible que la obra pudiera redactarse entre 416- 417. Arnaud-Lindet, M. P., Histoires contre les païens, París, vol. 3, 1991, p. 63. 6) Prosp. Chron. 938272: Diocletianus in consortium regni Herculium Maximianum adsumit. Qui rusticorum multitudine opressa, quae seditioni suae Bacaudarum nomen indiderat, pacem Galliis reddidit. 7) Chron. Gall. 511, 443273: Hic (Diocletianus) Herculium Maximianum consortem facit, qui primos rusticos Bacaudarum se vocabulo nuncupantes opressit in Galliis. 8) Iord. Rom. 296274: In consortio suo Maximianum Herculium ascivit. Qui Maximianus rusticorum multitudine opressa, quos Bacaudas dicunt, pacem Galliis reddidit. 272 La continuación que Próspero de Aquitania elaboró, partiendo de la crónica de Jerónimo de Estridón, podría fecharse en 433, con diversos añadidos y actualizaciones que concluyen en 455. Mommsen, T., MGH AA IX, Chron. Min. I, 1892, p. 445. 273 Tan sólo nos aventuramos a afirmar que esta crónica, muy probablemente escrita en el sur de la Galia, pudo ser la continuación de la Chronica Gallica del 452 y tuvo que ser necesariamente registrada con posterioridad al 511 tal y como detalla su nombre. Mommsen, T., MGH AA IX, Chron. Min. I, 1892, p. 643. 274 Este epítome de epítomes tiene una datación posterior al 552. Por supuesto, hay un gran número de fuentes posteriores explícitas que continuarán abordando este episodio desde ópticas variadas. Sin embargo, a nuestro juicio, la proximidad cronológica con respecto al acontecimiento narrado aporta una cierta garantía de verosimilitud que se pierde con el paso del tiempo. En este caso concreto, la reproducción de informaciones ya expuestas acabará mezclándose con leyendas que sin duda vendrán a dificultar la interpretación objetiva de las fuentes más próximas a los sucesos. Mommsen, T., MGH AA V, 1, 1882, p. 38. 4. 2. 2. Presencia de bagaudas en los pasos alpinos: Sarus y el precio de su retirada (407). 1) Zos. hist. nov. 6, 2, 5275: Καταδραμόντων δὲ αὐτοῦ τῶν Κωνσταντίνου στρατηγῶν μετὰ μεγίστες δυναστείας σὺν πολλὦ διεσώθη πονὦ τὴν λείαν ἂπασαν δωρησάμενος τοῖς περὶ τὰς Αλπεις ἀπαντήσασιν αὐτω Βακαύδαις ὂπως εὐρυχορίας παρ αὐτῶν τύχη τῆς έπὶ τὴν ιταλίαν παρόδου. 4. 2. 3. Bagaudas en Galia e Hispania durante el siglo V: 1) Salv. De. gub. Dei, 5, 21-26276: Inter haec vastantur pauperes, viudae gemunt, orfani proculcantur, in tantum ut multi eorum, et non obscuris natalibus editi et liberaliter instituti, ad hostes fugiant, ne persecutionis publicae adflictione moriantur, quaerentes scilicet apud barbaros Romanam humanitatem, qui apud Romanos barbaram inhumanitatem ferre non possunt. Et quamuis ab his ad quos confugiunt, discrepent ritu, discrepent lingua, ipso etiam, ut ita dicam, corporum atque induuiarum barbaricarum foetore dissentiant, malunt tamen in barbaris pati cultum dissimilem quam in Romanis iniustitiam saevientem. Itaque passim vel ad Gothos vel ad Bacaudas vel ad alios ubique dominantes barbaros migrant, et commigrasse non paenitet; malunt enim sub specie captivitatis vivere liberi quam sub specie liberates esse captivi. Itaque nomen civium Romanorum aliquando non solum magno aestimatum sed magno emptum, nunc ultro repudiatur ac fugitur, nec vile tantum sed etiam abominabile paene habetur. 275 La Ἱστορία Νέα de Zósimo fue escrita en los últimos años del siglo V o más bien a inicios del VI. Por tanto, hace referencia a un hecho que aconteció prácticamente con un siglo de anterioridad. Paschoud, F., Histoire Nouvelle, 3, 2; Livre VI, París, 1989, p. 6. 276 La tradición historiográfica ha considerado que esta obra fue escrita con posterioridad al 439 y con anterioridad al 452. Así, puede considerarse como una fuente coetánea con respecto a los sucesos comentados. Lagarrigue, G., Salvien de Marseille, Oeuvres. II, Du Gouvernement de Dieu, París, 1975, pp. 328-332. Et quod ese maius testimonium Romanae iniquitatis potest quam quod plerique, et honesti et nobiles et quibus Romanus status summo et splendori esse debuitet honori, ad hoc tamen Romanae iniquitatis crudelitate compulsi sunt ut nolint esse Romani? Et hinc est quod etiam hi qui ad barbaros non confugiunt, barbari tamen esse coguntur: scilicet ut est pars magna Hispanorum et non minima Gallorum, omnes denique quos per universum Romanum orbem fecit Romana iniquitas iam non esse Romanos. De Bacaudis nunc mihi sermo est, qui per malos iudices et cruentos spoliati, afflicti, necati, postquam ius Romanae libertatis amiserant, etiam honorem Romani nominis perdiderunt. Et imputatur his infelicitas sua, imputamus his nomen calamitatis suae, imputamus nomen quod ipsi fecimus! Vocamus rebelles, vocamus perditos, quos esse compulimus criminosos! Quibus enim aliis rebus Bacaudae facti sunt nisi iniquitatibus nostris, nisi improbitatibus iudicum, nisi eorum proscriptionibus et rapinis qui exactionis publicae nomen in quaestus proprii emolumenta verterunt et indictiones tributarias praedas suas esse fecerunt, qui in similitudinem irmanium bestiarum non rexerunt traditos sibi sed devorarunt, nec spoliis tantum hominum, ut plerique latrones solent, sed laceratione etiam et, ut ita dicam, sanguine pascebantur. Ac sic actum est ut, latrociniis iudicum strangulati homines et necati, inciperent esse quasi barbari, quia non permittebantur esse Romani. Adquieverunt enim esse quod non erant, quia non permittebantur esse quod fuerant, coactique sunt vitam saltim defendere, quia se iam libertatem videbant penitus perdidisse. Aut quid aliud etiam nunc agitur quam tunc actum est, id est ut qui adhuc Bacaudae non sunt, ese cogantur? Quantum enim ad vim atque iniurias pertinet, compelluntur ut velint esse, sed inbecillitate impediuntur ut non sint. Sic sunt ergo quasi captivi iugo hostium pressi: tolerant supplicium necessitate, non voto; animo desiderant libertatem sed summam sustinent servitutem. 2) Chron. Gall. 452, 117, 119, 133277: 117. Gallia ulterior Tibattonem principem rebellionis secuta a Romana societate discessit, a quo tracto initio omnia paene Galliarum servitia in Bacaudam conspiravere. 119. Capto Tibattone et ceteris seditionis partim principibus vinctis, partim necatis Bacaudarum commotion conquiescit. 277 Esta crónica editada por Mommsen tuvo que ser obligatoriamente registrada con posterioridad al 452. Si aceptamos que la Chronica Gallica de 511 es una continuación o actualización de la misma, también nos encontramos ante una fuente relativamente coetánea. Mommsen, T., MGH AA IX, Chron. Min. I, 1892, pp. 660; 662. 133. Eudoxius arte medicus, pravi, sed exercitati ingenii, in Bacauda id temporis mota delatus ad Chunos confugit. 3) Hyd. Chron. 125, 128, 141, 158278: 125. Asturius dux utriusque militiae ad Hispanias missus Terraconensium caedit multitudinem Bacaudarum. 128. Asturio magistro utriusque militiae, gener ipsius successor ipsi mittitur Merobaudis, natu nobilis et eloquentiae merito vel maxime in poematis studio, veteribus conparandus: testimonio etiam provehitur statuarum. Brevi tempore potestatis suae, Aracellitanorum frangit insolentiam Bacaudarum. Mox nonnullorum invidia perurguente ad urbem Romam sacra praeceptione revocatur. 141. Basilius, ob testimonium egregii ausus sui, congregatis Bacaudis, in ecclesia Tyriassone foederatos occidit. Ubi et Leo eiusdem ecclesiae episcopus ab isdem, qui cum Basilio aderant, in eo loco obiit vulneratus. 158. Per Fredericum, Theodorici regis fratrem, Bacaudae Terraconenses caeduntur ex auctoritate Romana. 4. 2. 4. Los circunceliones norteafricanos: El cisma donatista y sus consecuencias. De la disputa por el obispado de Cartago al Beato de Liébana (311-786). 1) Opt. Mil. 3, IV279: Ueniebant Paulus et Macarius, qui pauperes ubique dispungerent et ad unitatem singulos hortarentur; et cum ad Bagaiensem ciuitatem proximarent, tunc alter Donatus, sicut supra diximus, eiusdem ciuitatis episcopus, impedimentum unitati et obicem uenientibus supra memoratis opponere cupiens praecones per uicina loca et 278 El obispo de Aquae Flaviae escribió su crónica durante la última etapa de su vida. Si los acontecimientos narrados concluyen en 469 y se considera que no falleció más tarde del 474, esta composición puede datarse entre 469-474. Tranoy, A., Hydace, Chronique I-II, París, Sources Chrétiennes 218-219, 1974, pp. 138; 142; 158. 279 El obispo católico de Milevi pudo redactar sus siete libros sobre el cisma de los donatistas en época valentiniana, hacia el 366-370. En este caso hace referencia a unos sucesos que se corresponden con el año 347. PL011, Optatus Afrus, De Schismate Donatistarum Adversus Parmenianum, cols. 1006-1008. Vid. también CSEL XXVI, Viena, 1893. per omnes nundinas misit, circumcelliones agonisticos nuncupans, ad praedictum locum ut concurrerent inuitauit; et eorum illo tempore concursus est flagitatus, quorum dementia paulo ante ab ipsis episcopis impie uidebatur esse succensa. Nam cum huiusmodi hominum genus ante unitatem per loca singula vagarentur, cum Axido et Fasir ab ipsis insanientibus sanctorum duces appellarentur, nulli licuit securum esse in possessionibus suis; debitorum chirographa amiserant vires, nullus creditor illo tempore exigendi habuit libertatem, terrebantur omnes litteris eorum, qui se sanctorum duces fuisse iactabant, et si in obtemperando eorum iussionibus tardaretur, advolabat subito multitudo insana et praecedente terrore creditores periculis vallabantur, ut qui pro praestitis suis rogari debuerant, metu mortis humiles impellerentur in preces. Festinabat unusquisque debita etiam maxima perdere et lucrum computabatur evasisse ab eorum iniuriis, etiam itinera non poterant esse tutissima, quod domini de vehiculis suis excussi ante mancipia sua dominorum locis sedentia serviliter cucurrerunt. Illorum iudicio et imperio inter dominos et servos conditio mutabatur. Unde cum vestrae partis episcopis tunc invidia fleret, Taurino tunc comiti scripsisse dicuntur huiusmodi homines corrigi in Ecclesia non posse; mandaverunt, ut a supra dicto comite acciperent disciplinam. Tunc Taurinus ab eorum litteras ire militem iussit armatum per nundinas, ubi circumcellionum furor vagari consueverat. 2) Aug. Ep. 23, 6-7280: 6. Tollamus de medio inania obiecta, quae a partibus imperitis iactari contra invicem solent; nec tu obiicias tempora Macariana, nec ego saevitiam Circumcellionum: si hoc ad te non pertinet, nec illud ad me. Area dominica nondum ventilata est; sine paleis esse non potest. Nos oremus, atque agamus quantum possumus, ut frumentum simus. Ego de rebaptizato diacono nostro silere non possum: scio enim quam mihi silentium perniciosum sit. Non enim cogito in ecclesiasticis honoribus tempora ventosa transigere, sed cogito me principi pastorum omnium rationem de commissis ovibus redditurum. Si forte nolles ut haec tibi scriberem, oportet te, frater, ignoscere timori meo. Multum enim timeo ne me tacente et dissimulante, alii quoque rebaptizentur a vobis. Decrevi ergo, quantum vires et facultatem Dominus praebere dignatur, causam istam sic agere, ut pacificis collationibus nostris omnes qui nobis communicant, noverint ab haeresibus aut schismatibus quantum catholica distet Ecclesia, et quantum sit cavenda pernicies vel zizaniorum vel praecisorum de vite Domini sarmentorum. Quam collationem mecum si libenti animo susceperis, ut concordibus nobis amborum litterae populis recitentur, ineffabilis exultabo laetitia. Si autem id aequo animo non 280 Agustín, aún presbítero escribe esta carta dirigida al obispo donatista Maximino en 392. La contemporaneidad con respecto a los sucesos es absoluta. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 97-98. Vol. BAC (8). accipis, quid faciam, frater, nisi ut te quoque invito epistolas nostras populo catholico legam, quo esse possit instructior? Quod si rescribere dignatus non fueris, vel meas legere decrevi, ut saltem diffidentia vestra cognita rebaptizari erubescant. 7. Neque id agam cum miles praesens es, ne quis vestrum arbitretur tumultuosius me agere voluisse, quam ratio pacis desiderat; sed post abscessum militis, ut omnes qui nos audiunt intellegant non hoc esse propositi mei ut inviti homines ad cuiusquam communionem cogantur, sed ut quietissime quaerentibus veritas innotescat. Cessabit a nostris partibus terror temporalium potestatum: cesset etiam a vestris partibus terror congregatorum Circumcellionum. Re agamus, ratione agamus, divinarum Scripturarum auctoritatibus agamus, quieti atque tranquilli quantum possumus petamus, quaeramus, pulsemus, ut accipiamus et inveniamus, et aperiatur nobis, ne forte fieri possit, ut adiuvante Domino concordes conatus et orationes nostras, tanta deformitas atque impietas Africanarum regionum de nostris terris incipiat aboleri. Si non credis post discessum militum me velle agere, post discessum militum tu rescribe. Si enim ego praesente milite litteras meas legere populo voluero, prolata epistola mea demonstrabit me fidei violatorem. Quod misericordia Domini avertat a moribus atque instituto meo, quod mihi per iugum suum inspirare dignatus est. 3) Aug. Psalm. contra. Part. Donat. 140-150281: Lumen cordis si est in vobis, verum potestis videre. Sunt Preces Donati et Acta quibus quod dictum est probate. Quae si credere non vultis, vos huc aliqua proferte. Quibus si et nos non credamus erit rixa sine fine. Amplectamur ergo pacem. Quid ad nos quod gestum est ante? Obicitis traditionem: respondemus vos fecisse. Clamatis vos de Machario et nos de circumcellione. Illud nostrum iam transactum vestri non cessant usque hodie. Habet paleas area nostra: vos hoc solum vultis esse. Vos enim non vultis pacem. Illi minantur de fuste et utinam minarentur et non tunderent cotidie. Hos si expellunt isti vestri non habent per quos regnare. 4) Aug. Enarr. In Psalm. 10. 5282: Quid est enim dicere, Ego quod de sanctum est; nisi, Spem tuam in me pone? Quid si non es sanctus? Aut ostende cor tuum. Quod si non potes, ubi videbo quod sanctus es? An forte dices quod scriptum est, Ex operibus eorum cognoscetis eos. Video plane mira 281 Este cántico fue compuesto por Agustín de Hipona a fines del 393, planteado para que fuera cantado por el pueblo. PL043, Augustinus, Psalmus Contra Partem Donati, col. 28. Vol. BAC (32). 282 Dentro de las obras homiléticas de Agustín, este comentario se ha fechado entre 392-394. PL036, Augustinus, Enarrationes In Psalmos, 001-079, col. 134. Vol. BAC (19). opera, quotidianas violentias Circumcellionum sub episcopis et presbyteris ducibus circumquaque volitare, et terribiles fustes Israeles vocare, quae homines qui nunc vivunt, quotidie vident et sentiunt. Macariana vero tempora, de quibus invidiam faciunt, et plurimi non viderunt, et nemo nunc videt: et quisquis ea vidit catholicus, potuit dicere, si Dei servus esse vellet, In Domino confido; quod et nunc dicit, cum multa quae non vult, in Ecclesia videt, qui se intra illa retia plena piscibus bonis et malis natare adhuc sentit, donec ad finem maris veniatur, ubi mali segregentur a bonis. 5) Aug. Ep. 35. 2283: Addo etiam aliud: Subdiaconus quondam Spaniensis Ecclesiae, vocabulo Primus, cum ab accessu indisciplinato sanctimonialium prohiberetur, atque ordinata et sana praecepta contemneret, a clericatu remotus est, et ipse irritatus adversus disciplinam Dei transtulit se ad illos, et rebaptizatus est. Duas etiam sanctimoniales concolonas suas de fundo catholicorum Christianorum, sive idem transtulit, sive illum secutae, etiam ipsae tamen rebaptizatae sunt; et nunc cum gregibus Circumcellionum inter vagabundos greges feminarum, quae propterea maritos habere noluerunt ne habeant disciplinam, in detestabilis vinolentiae bacchationibus superbus exsultat, gaudens latissimam sibi apertam esse licentiam malae conversationis, unde in Catholica prohibebatur. Et hoc fortasse Proculeianus ignorat. Ergo per tuam gravitatem atque modestiam eidem in notitiam perferatur; iubeat eum, qui non ob aliud illam communionem delegit, nisi quia in Catholica clericatum amiserat, propter inobedientiam et perditos mores, a sua communione removeri. 6) Aug. Ep. 43. 8. 24284: Ad summam seipsos interrogent: Nonne tolerantur ab eis caedes et incendia Circumcellionum, veneratores praecipitatorum ultro cadaverum, et sub incredibilibus mali unius Optati per tot annos totius Africae gemitus? Parco iam dicere singularum per Africam regionum et civitatum et fundorum tyrannicas potestates, et publica latrocinia. Melius enim vobis haec vos ipsi dicitis, sive in aurem, sive palam, sicut libitum fuerit. Quocumque enim oculos verteritis, occurret quod dico, vel potius quod taceo. Neque hinc istos quos ibi diligitis, accusamus. Non enim nobis displicent, quia 283 Agustín envía esta misiva a su “amadísimo hermano” Eusebio en 396. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 134-135. Vol. BAC (8). 284 En esta epístola fechada en 397, Agustín expone como en tantas otras ocasiones con posterioridad, los orígenes del cisma donatista y el resultado de los concilios de Roma y Arlés (311-314). PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 171-172. Vol. BAC (8). tolerant malos; sed quia intolerabiliter mali sunt propter schisma, propter altare contra altare, propter separationem ab haereditate Christi toto orbe diffusa, sicut tanto ante promissa est. Violatam pacem, conscissam unitatem, iterata baptismata, exsufflata Sacramenta, quae in sceleratis quoque hominibus sancta sunt, plangimus et lugemus. Quae si parvi pendunt, intueantur exempla quibus demonstratum est quanti haec penderit Deus. Qui fecerunt idolum, usitata gladii morte perempti sunt: qui vero schisma facere voluerunt, hiatu terrae principes devorati, et turba consentiens igne consumata est. Diversitate poenarum, diversitas agnoscitur meritorum. 7) Aug. Serm. 62. 11. 17285: Verbis ipsorum ne credatis, nec timeatis. Hostes nos dicunt idolorum suorum. Sic praestet Deus, et det omnia in potestate, quomodo dedit quod fractum est. Hoc enim dicimus Caritati vestrae, ne faciatis ista, quando in potestate vestra non est, ut faciatis illud. Pravorum hominum est, furiosorum Circumcellionum, et ubi potestatem non habent saevire, et velle mori properant sine causa. Audistis quae vobis legimus, omnes qui nuper in Mappalibus adfuistis. Cum data vobis fuerit terra in potestatem (prius ait, in potestatem, et sic dixit quae facienda sunt), aras eorum, inquit, destruetis, lucos eorum comminuetis, et omnes titulos eorum confringetis. Cum acceperitis potestatem, hoc facite. Ubi nobis non est data potestas, non facimus; ubi data est, non praetermittimus. Multi pagani habent istas abominationes in fundis suis: numquid accedimus, et confringimus? Prius enim agimus, ut idola in eorum corde frangamus. Quando christiani et ipsi facti fuerint, aut invitant nos ad tam bonum opus, aut praeveniunt nos. Modo orandum est pro illis, non irascendum illis. Si movet dolor magnus, adversum Christianos movet, adversum fratres nostros movet, qui sic volunt intrare in ecclesiam, ut hic corpus habeant, alibi cor. Totum intus esse debet. Si intus est quod videt homo, quare foris est quod videt Deus? 8) Aug. contra. Lit. Pet. 1. 24. 26286: Vestros autem fructus si consideremus; omitto tyrannicas in civitatibus et maxime in fundis alienis dominationes, omitto furorem Circumcellionum, et praecipitatorum ultro cadaverum cultus sacrilegos et profanos, bacchationes ebrietatum, et sub uno Optato 285 Este sermón perteneciente al ciclo sobre los evangelios sinópticos fue redactado en 399. PL038, Augustinus, Sermones Ad Populum. Classis I. De Scripturis, cols. 422-423. Vol. BAC (10). 286 Agustín responde hacia el 401 a una carta del brillante orador donatista Petiliano, que había leído en Cirta Constantina. PL043, Augustinus, Contra Litteras Petiliani Donatistae Cirtensis Episcopi, col. 257; 268; 274; 283-284; 292-293; 293-294; 297-298; 306; 316-317; 318; 319; 320; 326; 328-329. Vol. BAC (33). Gildoniano decennalem totius Africae gemitum: omitto ista, quia sunt in vobis quidam qui haec sibi displicere, ac semper displicuisse proclament; sed ea se dicunt, quia comprimere non possunt, pro pace tolerare: ubi se iudicio suo condemnant; quia si amarent pacem, non discinderent unitatem. Nam quae tanta dementia est, pacem in ipsa pace velle relinquere, et eam in dissensione velle retinere? Itaque propter eos qui mala eiusdem partis Donati, quae omnes vident et reprehendunt, fingunt se non videre, usque adeo ut etiam de ipso Optato dicant: Quid fecit? Quis eum accusavit? quis convicit? Ego nescio, non vidi, non audivi. Propter hos ergo qui se manifesta ignorare confingunt, exorti sunt Maximianistae, in quibus eis oculi pateant, et ora claudantur: aperte se separant, aperte altare contra altare erigunt, aperte in concilio sacrilegi et viperae, et veloces ad effundendum sanguinem, et Dathan et Abiron et Chore comparandi appellantur, et asperis verbis detestati damnantur, aperte recipiuntur rursus in honoribus suis cum baptizatis suis. Hi sunt fructus eorum, pro Donati pace ista facientium ut pelle ovina se contegant, et Christi pacem in toto orbe terrarum recusantium ut intus sint lupi rapaces. 2. 14. 33. Porro si nos velimus probare vos esse interfectores Prophetarum, non imus longius ut per loca singula colligamus, quas furiosi vestri principes Circumcellionum et ipsae catervae vinolentorum atque insanorum, non tantum ediderint ab initio schismatis vestri, sed et omnino edere non desistant strages. 2. 20. 46. Et cum quaerimus a vobis, quos vestrum a nostris probetis occisos. Nullam quidem legem ab imperatoribus datam ut occideremini recolo. Illi autem de quibus maximam invidiam facere soletis, Marculus et Donatus, ut moderatius dixerim, incertum est utrum se ipsi praecipitaverint, sicut vestra doctrina non cessat quotidianis exemplis; an vero alicuius potestatis iussu praecipitati sint. Si enim incredibile est magistros Circumcellionum solitas mortes sibimet intulisse, quanto incredibilius potestates Romanas insolita supplicia iubere potuisse? Itaque de hac re, quam nimis invidiosam putatis, si verum est quod dicitis, quid hoc pertinet ad dominicum triticum? Palea quae foras volavit, paleam quae intus remansit accuset: non enim tota poterit, nisi ventilabro ultimo separari. Si autem falsum est, quid mirum si palea tamquam levi flatu dissensionis ablata, etiam dominicum triticum falsis criminationibus insectatur? Quapropter de omnibus talibus invidiosis criminibus hoc vobis frumentum Christi, quod per agrum, id est, per totum mundum cum zizaniis crescere iussum est, libera et secura voce respondet: Si non probatis quod dicitis, ad neminem pertinet; si autem probatis, ad me non pertinet. Ex quo fit ut quicumque se ab ista unitate frumenti propter zizaniorum vel paleae crimina separavit, propter ipsum dissensionis et schismatis malum nec ab ipso crimine homicidii se possit defendere, dicente Scriptura: Qui odit fratrem suum, homicida est. 2. 32. 73. AUGUSTINUS respondit: Tu es ille maledicus conviciator, non veridicus disputator. Nonne aliquando desines talia dicere, quae si non probas, ad neminem pertinent; si autem probas, ad unitatem orbis terrarum, quae in sanctis tamquam in frumentis est, omnino non pertinent? Si placeat et nobis pro maledictis maledicta reponere, possumus et nos forte diserte conviciari. Possumus et nos dicere: Crepitantibus flammis: sed nullo modo mihi sonat diserte, quod dicitur inepte. Possumus et nos dicere: Ieiunis apicibus aestuans: sed scriptorum nostrorum apices nolumus, cum ab aliquo sano leguntur, a succo gravitatis ieiunos iudicari, et ipsum in eis dum nullis sententiis utilibus pascitur, supervacaneo laborare ieiunio. Ecce dico Circumcelliones vestros, non crepitantibus, sed praecipitantibus flammis furoris ardere. Si responderis: Quid ad nos? cur et tu cum obieceris quos volueris, non vicissim audies: Et nos nescimus? Si responderis: Non probatis; cur non tibi orbis terrarum respondeat vicissim: Nec vos probatis? Paciscamur ergo, si placet, ut nec tu nobis malos obicias quos putas nostros, nec vobis ego vestros. Ita videbis hoc pacto tam iusto placito atque firmato, nihil te habere quod obicias semini Abrahae in omnibus gentibus. Atqui ego tibi plane invenio magnum quod obiciam: Cur vos ergo impie separastis a semine Abrahae, quod est in omnibus gentibus? Hoc certe quemadmodum defendas, non habes. Purgamus enim nos utrique a criminibus alienis: hoc autem quod omnibus gentibus quae in semine Abrahae benedicuntur non communicatis, et magnum crimen est, non quorumdam vestrum, sed omnium. 2. 39. 93. AUGUSTINUS respondit: Haec verba iactare et nihil probare, quid est nisi delirare? Attendis zizania per mundum, et triticum non attendis; cum per totum utraque iussa sint crescere. Attendis semen maligni, quod tempore messis separabitur; et non attendis semen Abrahae, in quo benedicuntur omnes gentes. Quasi vero vos iam sitis massa purgata, et mel sincerum, et eliquatum oleum, et aurum purum, vel ipsa species dealbati parietis. Ut enim de vitiis ceteris taceam, numquid ebriosi partem faciunt sobriorum, aut deputantur avari in parte sapientium? Si mansueti homines lucis vocabulum tenent; furor Circumcellionum ubi nisi in tenebris deputabitur? Cur ergo per tales Baptismus datus apud vos valet, et per quoslibet in orbe terrarum idem Christi Baptismus non valet? Cernis nempe ad illud vos esse ab orbis terrarum communione separatos, ut non quidem sitis omnes ebriosi, nec omnes avari, nec omnes violenti, sed omnes haeretici, ac per hoc omnes impii et omnes sacrilegi. 2. 39. 94. Quod autem universum orbem terrarum christiana societate gaudentem Macarii partem vocatis; quis hoc sano cerebro diceret? Sed quia vos de parte Donati esse dicimus, quaeritis hominem de cuius parte nos esse dicatis; et in magnis angustiis nominatis nescio quem, si forte in Africa cognitum, in aliis autem orbis partibus ignotum. Quapropter ecce respondet vobis universum semen Abrahae ab universa terra: Macarium istum, de cuius parte nos dicitis, omnino non novimus. Respondete vicissim non vos nosse Donatum. Sed et si partem Optati vos esse dicamus, quis vestrum potest dicere, nescire se Optatum, nisi forte facie, sicut nec Donatum? Sed gaudetis videlicet de nomine Donati; numquid et de nomine Optati? Quid ergo vobis prodest Donatus, cum vos omnes coinquinarit Optatus? Quid vobis prodest sobrietas Donati, cum Circumcellionum ebrietate polluamini? Quid vobis prodest secundum vestram opinionem innocentia Donati, cum Optati rapacitate maculemini? 2. 47. 110. Omnis ergo terra, in cuius unitate non estis, cantat canticum novum. Et omnis terrae sunt verba quoque ista: Dominus pascit me, et nihil mihi deerit, etc. Non sunt haec verba zizaniorum, quamvis usque ad messem in una segete tolerentur; non sunt verba paleae, sed tritici; quamvis eadem pluvia simulque nutriantur, eadem area simulque triturentur, donec ultimo ventilabro ab invicem segregentur, quae duo utique communiter unum habent Baptismum, quamvis non sint unum. Sed et si pars vestra esset Ecclesia Dei, certe fatereris istum psalmum non ibi pertinere ad furiosas catervas Circumcellionum. Aut si et ipsi per semitas iustitiae deducuntur, quare negatis eos comites vestros esse, cum vobis obiciuntur, quamvis plerumque paucitatem concisionis vestrae, non virga et baculus Dei, sed fustes eorum consolentur, quibus vos et adversus leges romanas tutos esse arbitramini; in quos incurrere quid est aliud quam ambulare in medio umbrae mortis? Sed non timet mala cum quo Dominus est. Certe tamen non audebis dicere, etiam istorum furiosorum esse verba quae in hoc psalmo cantantur, et tamen habere eos Baptismum, non solum confitemini, sed etiam profitemini. Non dicunt ergo ista, nisi qui aqua sancta reficiuntur, sicut omnes iusti Dei; non qui ea male utendo subvertuntur, sicut magus ille a Philippo baptizatus, et tamen ipsa in utrisque una atque sancta est. Non dicunt ista nisi qui ad dexteram pertinebunt; sed tamen eadem pascua sub uno pastore et oves et hirci pascuntur, donec ut debita recipiant, segregentur. Non dicunt ista nisi qui de mensa Domini vitam sumunt, sicut Petrus; non iudicium, sicut Iudas; et tamen ipsa utrique fuit una, sed non utrique valuit ad unum, quia ipsi non erant unum. Non dicunt ista nisi qui oleo sancto etiam in spiritu beatificantur, sicut David; non qui in solo corpore consecrantur, sicut Saul; et tamen cum ambo unum sumpsissent, non eis impar Sacramentum, sed impar meritum fuit. Non dicunt ista nisi qui calicem Domini in vitam aeternam mutata mente suspirant; non qui iudicium sibi manducant et bibunt, sicut Apostolus ait; et tamen utrisque non unis calix ille unus est, inebrians ad capessenda coelestia martyres, non ad funestanda praecipitia Circumcelliones. 2. 63. 142. AUGUSTINUS respondit: Dicite ista potius Circumcellionibus vestris. 2. 64. 144. AUGUSTINUS respondit: Iterum atque iterum audite Dominum dicentem: Eritis mihi testes in Ierusalem, et in totam Iudaeam et Samariam, et usque in totam terram. Cur non ergo illi perdiderunt terram et coelum, qui ut non communicent universae terrae, contemnunt verba sedentis in coelo? Nam de vestra mansuetudine, non tuae voces, sed Circumcellionum fustes interrogentur. Dicturus es: Quid ad nos pertinet? Quasi nos ista dicamus, nisi ut hoc respondeatis? Ideo enim ad vos pertinet schisma vestrum, quia pertinere ad vos peccatum non vultis alienum: nec tamen ob aliud vos a nobis separastis, nisi dum nobis obicitis crimen alienum. 2. 83. 184. Quid nuper, quod ipse adhuc lugeo, nonne Crispinus vester Calamensis, cum emisset possessionem, et hoc emphyteuticam, non dubitavit in fundo catholicorum imperatorum, quorum legibus nec in civitatibus esse iussi estis, uno terroris impetu octoginta ferme animas miserabili gemitu mussitantes rebaptizando submergere? Quibus autem, nisi talibus factis, etiam ipsas de quibus conquerimini leges, longe quidem infra meritum sceleris vestri, sed tamen qualescumque ferri coegistis? An vero violentis incursibus Circumcellionum vestrorum, qui sub vestro principatu furiosis agminibus militant, non ex agris undique pelleremur, nisi vos obsides in civitatibus teneremus, qui quoquo modo ipsam faciem publicam et honestorum reprehensionem, si non timore, vel pudore ferre nolitis? Noli ergo dicere: Absit, absit a nostra conscientia, ut ad nostram fidem aliquem compellamus. Facitis enim, ubi potestis; ubi autem non facitis, non potestis, sive legum, sive invidiae timore, sive resistentium multitudine. 2. 85. 189. AUGUSTINUS respondit: Vestri Circumcelliones quiescant, et nolo nos de Barbaris terreas. Utrum autem schismatici nos simus an vos, nec ego nec tu, sed Christus interrogetur, ut indicet Ecclesiam suam. Lege ergo Evangelium; et respondet tibi: In Ierusalem et in totam Iudaeam et Samariam, et usque in totam terram. Quisquis igitur in Ecclesia non invenitur, iam non interrogetur, sed aut correctus convertatur, aut correptus non conqueratur. 2. 86. 191. Huic fraterno sacrificio super quod respicit Deus, invidere vos per calumnias vestras ostenditis; et si quando audieritis, a solis ortu usque ad occasum laudari nomen Domini; quod est vivum sacrificium, de quo dictum est: Immola Deo sacrificium laudis; ita concidet vultus vester, ut illius homicidae. Sed quia universum orbem interimere non potestis, odio ipso rei tenemini, dicente Ioanne: Qui odit fratrem suum, homicida est. Et utinam innocens frater in vestrorum potius Circumcellionum tela trucidandus, quam in vestram linguam rebaptizandus incurrat! 2. 88. 195. AUGUSTINUS respondit: Cur ergo non tali voce compescitis arma Circumcellionum? An praeter Evangelium vos loqui arbitremini, si dixeritis: Qui fuste usus fuerit, fuste morietur? Date ergo veniam, quia nec illos a quibus Marculum praecipitatum esse querimini, potuerint prohibere maiores nostri: neque enim scriptum est in Evangelio: Qui aliquem praecipitaverit, praecipitio morietur. Atque utinam sicut illa vel falsa vel transacta sunt, sic istorum ligna cessarent. Quamquam fortasse irascimini, quod legionibus vestris, etsi non legibus, saltem verbis subtrahimus armaturam, quia eas solis saevire fustibus dicimus. 2. 92. 204. Et miramur quod se Circumcelliones vestri sic praecipitant. Quis post te currebat, obsecro te? quis Macarius, quis miles insequebatur? Nempe in abruptum falsitatis huius nullus nostrum te impulit. Cur ergo clausis oculis sic isti praeceps, ut cum dixisses: Quid autem vobis est cum regibus saeculi? non adiungeres, quos saepe Christianitas invidos sensit; sed non dubitares dicere, quos numquam Christianitas nisi invidos sensit? Itane vero nec ipse cogitasti, nec eos qui scripta tua legerent, cogitaturos putasti tot regum exempla tibi reclamantia: Nescit quid loquatur? 2. 92. 208. Hoc quippe modo iam dudum locum istum finire potuisti, ut omnino neminem nominares. Cur ergo imperatores nostros, id est, nostrae communionis non commemorasti? An timuisti ne reus maiestatis accusareris? Ubi est circumcellionica fortitudo? Deinde quid agis de illis, quos tot superius nominasti, qui rectius tibi possunt dicere: Quid nos quaerebas? Causam enim tuam nihil adiuverunt, et tamen nominati sunt. Deinde qualis es, qui eos quos periisse commemoras, nominare formidas? Saltem ipsos iudices vel Comites, quos videris non timuisse, plures nominares. Remansisti autem ad Macarium et Ursacium. Itane quam plures illi, duo isti sunt? An quod pueri didicimus, sapis? Si enim quaeras ex me, duo quis numerus sit, singularis, an pluralis; quid esse respondeam, nisi pluralem? Sed ad hoc etiam non defit quod dicam. Eximo inde Macarium: neque enim dixisti quomodo perierit. 9) Aug. Ep. 76. 2287: Fingitis vos ante tempus messis fugere permixta zizania, quia vos estis sola zizania. Nam si frumenta essetis, permixta zizania toleraretis, et a segete Christi non vos divideretis. De zizaniis quidem dictum est: Quoniam abundabit iniquitas, refrigescet caritas multorum: sed et de tritico dictum est: Qui perseveraverit usque in finem, hic salvus erit. Quare creditis crevisse zizania et mundum replevisse, triticum autem decrevisse et in sola Africa mansisse? Christianos vos dicitis, et Christo contradicitis. Ipse dixit: Sinite utraque crescere usque ad messem; non dixit: Crescant zizania, decrescant frumenta. Ipse dixit: Ager est hic mundus; non dixit: Ager est Africa. Ipse dixit: Messis est finis saeculi; non dixit, messis est tempus Donati. Ipse dixit: Messores Angeli sunt; non dixit: Messores principes Circumcellionum sunt. Sed quia pro zizaniis triticum accusastis, vos esse zizania demonstrastis, et quod est gravius, ante tempus vos a tritico separastis. Maiores enim vestri in quorum sacrilega praecisione perseveratis, quidam Gestis municipalibus Codices sanctos et instrumenta Ecclesiae persecutoribus tradiderunt, quidam eos fatentes dimiserunt et eis communicaverunt, et utrique Carthaginem furiosa factione convenerunt, de crimine traditionis de quo ipsi inter se iam consenserant, inauditos damnaverunt, episcopum contra episcopum ordinaverunt, altare contra altare erexerunt. Postea litteras ad imperatorem Constantinum, ut inter Afros episcopi transmarini iudicarent, miserunt; datis iudicibus quos postulaverant et Romae iudicantibus non obtemperaverunt, episcopos apud Imperatorem tamquam male iudicaverint arguerunt. Ab aliis rursus episcopis ad Arelatum missis ad ipsum Imperatorem appellaverunt; ab ipso auditi et calumniatores 287 Este texto de exhortación a la unidad de la Iglesia puede fecharse en 403. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 264-265. Vol. BAC (8). inventi, in eodem scelere permanserunt. Evigilate ad salutem, amate pacem, redite ad unitatem. Haec vobis quemadmodum gesta sint, quando vultis, omnia recitamus. 10) Aug. Enarr. In Psalm. 36. (2). 18288: Sic et isti filii eorum, sicut meministis, et praetermittendum ex occasione non est. Tanto magis enim debemus commemorare vanitatem eorum, quanto magis quaerimus salutem eorum. Ecce corpus Christi patitur falsos testes, sustinet corpus quod praecessit in capite. Non mirum est, et modo non desunt corpori Christi diffuso per totum orbem terrarum qui dicant: Progenies traditorum. Falsum testimonium dicis. Ibi te convinco falsum testem, secutus pauca verba. Tu mihi dicis: Traditor es. Ego tibi dico: Mendax es. Sed tu traditionem meam nusquam et nunquam probas: ego mendacium tuum hic in istis ipsis verbis tuis modo probo. Certe ibi dixisti, quia nos acuimus gladios nostros: recito gesta tuorum Circumcellionum. Certe ibi dixisti, quia praetermittis ablata: recito Gesta, ubi procurationem ad exigenda fecisti. Certe ibi dixisti: Nos sola offerimus Evangelia: recito tot iussiones iudicum, quibus a te divisos persecutus es: recito Preces ad Apostatam imperatorem, cui dixisti, quia sola iustitia apud eum habet locum. An forte apostasia Iuliani, pars Evangelii tibi videtur? Ecce mendacem te teneo. Quid de me dixisti quod credi debeat? Etiamsi non invenirem unde ostenderem falsum te dicere, sufficit ut ostendam te mendacem esse. Quid dicis? Qualis tu, tales et caeteri. Nam merito talia verba omnibus misisti: abundare voluisti societate mendacium, ne tu solus erubesceres de mendacio. 11) Aug. contra. Parm. 1. 10. 16289: An forte dicent, etiamsi convincuntur in sacrilega dissensione, ut pro ea dementia si quid passi fuerint martyres non sint, non tamen ad imperatorum potestatem haec cohercenda vel punienda pertinere debere? Qua in re quaero quid dicant: an quia de religione vitiosa vel falsa nihil curandum est talibus potestatibus? Sed multa iam etiam de paganis diximus et de ipsis daemonibus, quod persecutiones ab imperatoribus patiantur. An et hoc displicet? Cur ergo ipsi ubi possunt templa subvertunt et per furores Circumcellionum talia facere aut vindicare non cessant? An iustior est privata violentia quam regia diligentia? Sed haec omitto. Illud quaero, cum manifesta 288 Este comentario está datado a finales del 403. PL036, Augustinus, Enarrationes In Psalmos, 001-079, cols. 374-375. Vol. BAC (19). 289 Agustín leyó hacia el 400 la carta que el ya fallecido teólogo donatista Parmeniano escribió al también fallecido Ticonio y decidió refutarla en una fecha indefinida, entre 400-405. PL043, Augustinus, Contra Epistolam Parmeniani, cols. 45-46; 47; 48; 54; 62; 96. Vol. BAC (32). enumeret Apostolus opera carnis - quae sunt, inquit, fornicationes, immunditiae, luxuria, idolorum servitus, veneficia, inimicitiae, contentiones, aemulationes, animositates, dissensiones, haereses, invidiae, ebrietates, comisationes et his similia, quid istis videatur, ut crimen idolatriae putent iuste ab imperatoribus vindicari, aut si nec hoc volunt, cur in veneficos vigorem legum exeri iuste fateantur, in haereticos autem atque impias dissensiones nolint fateri, cum in eisdem iniquitatis fructibus auctoritate apostolica numerentur? An forte nec talia potestates istas humanae constitutionis curare permittunt? Propter quid ergo gladium portat, qui dictus est minister Dei vindex in iram eis qui male agunt? Nisi forte, quemadmodum nonnulli eorum sane imperitissimi hoc intellegere solent, de honoribus ecclesiasticis dictum est, ut gladius intellegatur vindicta spiritalis quae excommunicationem operatur, cum providentissimus Apostolus consequenti contextione lectionis satis aperiat quid loquatur. Illic quippe addidit: Propter hoc enim et tributa praestatis ac deinde subiunxit: Reddite omnibus debita: cui tributum tributum, cui vectigal vectigal, cui honorem honorem, cui timorem timorem. Hoc ergo iam restat, ut istis disputationibus suis prohibeant christianos tributa persolvere, cum et Dominus talia sentientibus Pharisaeis, quos imitantur isti, nummo inspecto responderit: Reddite Caesari quod Caesaris est et Deo quod Dei est. 1. 11. 17. Fortassis enim dicunt graviora se perpessos a catholicis imperatoribus quam isti fecerunt vel per reges barbarorum Rogatistis vel per iudices catholicorum imperatorum Maximianistis vel etiam faciunt per furorem Circumcellionum quibuscumque potuerint. Quasi vero inde quaestio est, utrum graviora patiantur quam faciunt, quod quidem nullo modo concesserim. Multa enim eorum saevissima et acerbissima numerantur, immo numerari non possunt, quae si pauciora essent vel eos in quos admittuntur minus affligerent, eo ipso essent certe graviora, quod non ab ordinatis potestatibus iubentur, sed extraordinariis furoribus admittuntur. Non enim tam multa sunt quae adversus Maximianistas per iudices humanae constitutionis egerunt. In eo genere actionum ponant, si volunt, quae etiam ad persequendum Rogatum Maurum ab eis per Firmum barbarum gesta sunt, et illum licet hostem immanissimum Romanorum in legitimis potestatibus numerent. Sed haec non tam multa sunt, quam multa quotidie per furiosos ebriosorum iuvenum greges quibus principes constituunt, qui primum tantummodo fustibus, nunc etiam ferro se armare coeperunt, qui Circumcellionum notissimo nomine per totam Africam vagantur et saeviunt, contra omnem ordinem legum potestatumque committunt. Quorum scelera cum ad eos deferuntur, fingunt se ignorare tale hominum genus vel omnino ad se non pertinere contra quam omnes homines norunt ore impudentissimo affirmant; neque hanc saltem vocem totius orbis accipiunt, multo probabilius veriusque dicentis nescire se quid in Africa gestum sit sive a parte Donati sive contra partem Donati, si licet in ipsa Africa donatistis episcopis donatistarum Circumcellionum vel facta nescire vel dicere ad se non pertinere. 1. 11. 18. Sed, ut dicere coeperam, non hoc modo quaeritur, utrum patiantur graviora quam faciunt, sed utrum adversus haereticos et schismaticos fieri tale aliquid liceat. Si enim dicunt non licere, cur ipsi faciunt? Si autem licere fatentur, etiamsi ostendant, quod nullo modo possunt, graviora se perpeti a catholicis imperatoribus quam ipsi per iudices eorum vel per reges barbarorum schismaticis suis fecerunt vel per insaniam Circumcellionum omni generi hominum faciunt, neque hoc mirandum est, si plus possunt principes quam missi a principibus iudices, si plus possunt Romani imperatores quam barbari reges, et si merito graviora legibus patitur latro quam contra leges ipse committit. Unde merito constitutionibus iustis graviora patiuntur Circumcellionum mancipes quam faciunt Circumcelliones. Et tamen tanta est mansuetudo christiana, ut poenas eorum incomparabiliter superent facinora eorum. Sed ecce damnaverunt in concilio suo Maximianistas trecenti et decem episcopi donatistae, illi autem pertinacia perversitatis suae basilicis cedere nolebant. Aditi sunt iudices, concilium eorum proconsularibus gestis inditum est. Deinde iussum est, ut illi qui tanto episcoporum numero damnati sunt cederent locis. Qui facile cesserunt non multa passi sunt, qui autem resistere tentaverunt quemadmodum afflicti sint quis ignorat? Sed tamen si tanta fuisset immanitas resistentium, ut ad iniurias iudicum perveniret, nonne multo acerbiora Romanis legibus paterentur? Sic et tunc, cum post terminum causae, in qua se isti a catholica praeciderunt, consequenter agi coepisset, ut basilicas non tenerent, et tenerent imperialibus resistendo iussionibus et sic resistendo, ut vis illa Circumcellionum notissima praevaleret, addendo etiam insuper, ut cum donis Ecclesiae quos miserat imperator per Africam euntes turbulentissimis et saevissimis seditionibus agitarent, tales in eos leges proferebantur, ut ne ipsas quidem basilicas quae non erant unitatis, sed a separatis atque in suo iam schismate constitutis fuerant fabricatae, retinere sinerentur. Qua in re iam suas iniurias potestas regia vindicavit. Quid enim valent iuste possidere inimici iustitiae? 1. 12. 19. Nam in quadam causa cum homo nobilis imperatoribus supplicasset, quod soror eius, quae de parte Donati fuerit, cum defungeretur, in nescio quos communionis suae et maxime in quemdam Augustinum episcopum eorum plurima contulisset, ex illa generali lege praeceptum est, ut omnia fratri restituerentur; ubi etiam Circumcellionum mentio facta est, si more suo violenter obsisterent, quo genere auxiliorum et amminiculis repellerentur. Sic enim noti, sic multis proeliis probati sunt, ut de his et supplex imperatoris et imperator tacere non posset. 2. 3. 7. Nam ipsi vere sanguinem non solum corporaliter per furias Circumcellionum, sed etiam spiritaliter fundunt, qui orbem terrarum, si possint, rebaptizare conantur. Aut si solus ille sanguinem fundit, qui carnem mortalem vel vulnerat vel vulnere perimit, ille autem non fundit, qui seductas animas sacrilegio schismatis perimit, quare in schismaticos suos Maximianistas per eamdem plenarii concilii sui sententiam talia dixerunt: Veloces pedes eorum ad effundendum sanguinem, cum ab eis constet corporaliter neminem occisum, neminem vulneratum, sed insuper eos ab istis multa perpessos, cum de basilicis per iudiciarias potestates excluderentur? Qualia multis ante separationem Maximianistarum, cum in uno pariter essent, multa fecerunt, eis qui priora ex parte Donati schismata fecerant. Cui enim umquam schismatico suo pepercerunt, qui sibi ab orbe terrarum, cuius ipsi schismatici sunt, nimis impudenter parci volunt, cum a sola ipsa vera unitate iustissime schismata puniantur, si eo modo ista punienda sunt? 2. 9. 19. Eos sane cum fure concurrisse non dico, quia fure peior est raptor, quod esse undique conclamabatur Optatus. An cum moechis particulam suam forte non ponunt, qui greges ebrios sanctimonalium suarum cum gregibus ebriis Circumcellionum die noctuque permixtos vagari turpiter sinunt? An non sedentes adversus fratres suos detrahunt, qui propter quosdam, quos convincere nequiverunt, in hereditate Christi toto terrarum orbe diffusa contendunt non esse christianos, atque ita adversus filium matris suae, id est parvulum adhuc in fide et sacramentorum lacte nutriendum, perniciosissimum scandalum ponunt, dum nesciens adhuc sequi Deum Patrem infirmus sequitur hominem et simulata atque adumbrata specie veritatis illectus ab unitatis compage crudeli laceratione divellitur? Sed si eis, qui mala non faciunt in eadem parte, mala facta displicent ceterorum nec obesse sibi aliena scelera credunt, quae in medio sui fieri gemunt et maerent, cur in communi sacrilegio schismatis perniciose tolerant quod fructuose tolerare in unitatis integritate potuerunt? Possunt enim dicere, si tamen iam ipsis rebus experti evigilant aliquando, possunt dicere mala singulorum ceteris non obesse qui nec faciunt nec approbant talia; non autem singulorum malum esse schismatis sacrilegium, sed ad omnes eos pertinere qui catholicae non communicant unitati facillime possunt convinci, etiamsi difficillime confiteri. 3. 3. 18. Ammonet, inquit, Ieremias sanctissimus et infructuosas et steriles peccantium turbas ab honorata fruge iustorum discernit dicens: Quid paleis ad triticum? O tubam furoris, o vocem execrabilis pestilentiae! Numquid forte sic errat genus humanum, ut non agnoscat ventilatorem Parmenianum? An et ipse dat locum Donato et ad purgatam per eum massam se venisse gloriatur? Nam ille ante se Maiorinum nescio utrum dignetur agnoscere. An isti tres tamquam tria cornua cuiusdam ventilabri in manu Domini fuerunt, per quos messis orbis totius mundaretur, et Africa electa est ubi purgata massa consisteret, cetera autem omnem terram palea separata vestiret? Unde ergo tanti greges Circumcellionum? Unde tantae turbae conviviorum, ebriosorum et innuptarum sed non incorruptarum innumerabilia stupra feminarum? Unde tanta turba raptorum, avarorum, faeneratorum? Unde tam multi per suas quique regiones notissimi tantumdem volentes sed non tantum valentes Optati? Quid ad haec respondetur ? Non sunt ista? An et hoc triticum est? Vae impudentissimae negationi, si apud se ista non esse, vae sceleratissimae perversitati, si frumenta esse responderint. 12) Conc. Carth290: Unde quia impletum est erga eos episcopale ac pacificum officium, et illi qui veritati respondere nequiverunt, ad immanes violentias sunt conversi: ita ut multos episcopos multosque clericos (ut de laicis taceamus) insidiis oppresserint, Ecclesias etiam aliquas invaserint, aliquas invadere pertentaverint, ipsorum iam clementiae est consulere, ut Ecclesia catholica, quae eos religioso utero in Christo genuit, et fidei firmitate nutrivit, eorum etiam prospectione muniatur, ne temerarii homines religiosis temporibus infirmos populos terrendo praevaleant: quoniam seducendo depravare non possunt. Nota est enim, et saepe legibus conclamata Circumcellionum, qua furiunt, detestabilis manus, quae etiam ipsorum religiosissimorum supra principum frequentibus sanctionibus condemnata est, adversus quorum furorem possemus non insolita, nec a Scripturis sanctis aliena impetrare praesidia, quando Apostolus Paulus (Act. XXIII), sicut in Apostolorum Actibus fidelibus notum est, factiosorum conspirationem militari etiam submovit auxilio. 13) Aug. contra. Cresc. 3. 42. 46291: Deinde commemorans etiam nescio quos mortuos, quos a nostris dicis occisos, tamquam in campo facundiae tuae positus latissime exaggeras locum, in quo vobis videmini similes martyrum, cum cotidie vestrorum incredibilia patiamur facta clericorum et Circumcellionum multo peiora quam quorumlibet latronum atque praedonum. Namque horrendis armati cuiusque generis telis terribiliter vagando non dico ecclesiasticam, sed ipsam humanam quietem pacemque perturbant, nocturnis adgressionibus clericorum catholicorum invasas domos nudas atque inanes relinquunt, ipsos etiam raptos et fustibus tunsos ferroque concisos semivivos abiciunt. Insuper novo et antehac inaudito sceleris genere oculis eorum calcem aceto permixto infundentes et infercientes, quos evellere compendio poterant, excruciare amplius eligunt quam citius excaecare. Nam primo tantum calce ad hoc facinus utebantur, sed posteaquam illos, quibus hoc fecerant, cito salutem reparasse didicerunt, acetum addiderunt. 290 Un concilio de Cartago del año 404 imploraba el socorro del emperador Honorio contra los donatistas que fuesen delatados a causa de sus violencias. PL011, AA. VV, Monumenta Vetera ad Donatistarum Historiam Pertinentia, cols. 1202-1203. Vid. el mismo texto en una edición mucho más reciente en Registri ecclesiae Carthaginensis excepta, XCIII (ed. Ch. Munier, CCL, 149, p. 212). Cfr. también la edición de G. Pilara, en A. Di Berardino (dir.), I canoni dei concili della Chiesa antica, II. I concili latini, 4. I concili africani, Institutum Patristicum Augustinianum, Roma, 2014, p. 194. 291 Cresconio, laico donatista y gramático, reaccionó en defensa de Petiliano y respondió algún texto de Agustín. En 405 el obispo católico de Hipona escribió esta réplica. PL043, Augustinus, Contra Cresconium Grammaticum Partis Donati, cols. 520-521; 522-523; 524-525; 534; 580-581; 590-591. Vol. BAC (33). 3. 43. 47. Hic cum illic invenisset collegam thubursicensem, quem paulo ante commemoravi, et alios nonnullos similia vel non multo inferiora perpessos, nec eis ad propria revertendi ulla facultas patere videretur, et quia Circumcellionum vestrorum nobilis furor horrendum praebens vestris clericis satellitium usquequaque odiosissime innotuit, ingens in vos conflagravit invidia atque inde factum est, ut et praeteritae omnes contra vos leges excitarentur et istae conderentur novae. Quarum tamen universarum severitas si vestrorum inordinatae ac sine ulla lege grassanti saevitiae comparetur, mira lenitas appellanda est. His enim magis tanta potestate accepta mansuetudo catholica commendatur quam haeretica immanitas plectitur, immo vero in nos caedes rapinas incendia caecitates excogitando minando exercendo audacius et insanius debacchatur. 3. 45. 49. De Optato cum agerem tuque hoc magis excusare voluisses quam purgare valuisses, dixisti "reos hinc vestros esse non posse, quod ad eos vindicandum nemo pertulerit". Tot protestationes nostrorum de furiosissimis vestrorum violentiis archiva publica citius impleverunt quam ullam apud vos vindictam illa facta meruerunt. Sed forte et hic dicatur protestationes quidem depositas, sed ad ipsos vindicanda nulla perlata. Audi ergo quaedam, quae ipse sum expertus. Cum receptorum a vestris Maximianensium quos damnaverant causam cognovissemus et eam quaquaversum poteramus ferventi diffamaremus instantia, illi rebus tam recentibus et tanta manifestatione clarentibus quid respondere possent non invenientes solito crebrius et audacius Circumcellionum violentiis turbisque furentibus nos a praedicanda catholica veritate suaque fallacia convincenda de terrere coeperunt. 3. 47. 51. Neque enim aliter innotesceret, quid adiutorio Christi Ecclesia catholica in suos inimicos posset et nollet, non secundum haereticam praesumptionem privato furore Circumcellionibus saevientibus, sed secundum propheticam veritatem iugo Domini Dei subditis regibus. Exhibitus igitur Crispinus et, quod se esse proconsuli quaerenti negaverat, facillime convictus haereticus decem tamen libras auri, quam multam in omnes haereticos imperator maior Theodosius constituerat, intercedente Possidio non est compulsus exsolvere. Qua mitissima sententia non contentus nescio quo consilio, quod displicuisse vestris omnibus dicebatur, ad eiusdem Theodosii filios provocandum putavit. Acceptatum est, rescriptum est, quid aliud, nisi quod pars Donati iam sciret se ad illam poenam aurariam cum ceteris haereticis pertinere, cum quibus propter communionem talis persecutionis aut communem se deputet habere iustitiam aut, si non deputat, non se ideo iactet iustam, quia ea poena coercetur, qua coerceri et eas haereses videt quas concedit iniustas, et tan dem intellegat, quod Christi martyrem non facit poena sed causa, nos autem usque adeo saevos persecutores esse arguat, ut nec post imperiale rescriptum aurum illud fisco Crispinus expenderit, indulgentiam illi catholicis episcopis impetrantibus, et nunc inter ipsas etiam recentissimas leges proscriptionem vestris episcopis comminantes in re propria securus sedeat et catholici clerici inter manus Circumcellionum clericorumque vestrorum domos, victum, salutem ac lumen corporis pendant. 3. 48. 53. Restitutus quidam in regione Hipponiensi vester presbyter fuit. Qui cum ad catholicam pacem, antequam istis imperialibus legibus iuberetur, veritatis ratione permotus manifesta voluntate transisset, de domo sua raptus est a clericis et Circumcellionibus vestris, luce palam in castellum proximum ductus et multitudine spectante nihilque resistere audente ad furentum arbitrium fustibus caesus, in lacuna lutulenta volutatus, amictu iunceo dehonestatus posteaquam satis excruciavit oculos dolentium ridentiumque satiavit, inde ductus ad alium locum, quo nemo nostrorum audebat accedere, duodecimo vix die dimissus est. Hoc episcopo vestro Hipponiensi Proculiano ipse sum questus gestis sane municipalibus, ne, si quid agere esset necesse, hoc ad se negaret fuisse perlatum. Quid responderit, quemadmodum ab inquirenda causa dissimulaverit nostramque intentionem dolosius eludendam post etiam non respondendo putaverit, satis eadem gesta testantur. Nunc vero qui ad nos a vobis clerici transierunt quanta patiantur a vestris, quando narrare sufficimus? Denique non quicumque ad nos inde veniunt veritatem persecutione derelinquunt, sed multi ad nos inde non veniunt, quia persecutionem a vestris pro veritate perpeti metuunt. 3. 63. 69. Merito tibi est, pars Donati, Maximianensium causa propinata: bibe calicem de manu Domini corripientis et admonentis. Si intellegis et adquiescis, misericordia est ista emendantis, ne incidas in iudicium punientis. Tibi dicitur: superba et dura cervice, reconciliare christianis usque quaque populis a te inique accusatis, saltem iam tuis reconciliata damnatis. Quid rescindis Baptisma Christi in illis vel ex illis ecclesiis quas apostoli fundaverunt? Iam Baptisma recepisti, quod tui damnati, antequam tibi reconciliarentur, dederunt. Quid de persecutione quam pateris gloriaris? Si iustitiae signum est, iustior est pars Maximiani; nam et a te passa est et patitur tecum. Audite psalmum divinum: Nolite esse sicut equus et mulus non habentes intellectum. Persecutores enim vestros nos dicitis, cum vos salvos fieri cupientes vestra quae sanari volumus vulnera medicinaliter persequamur, unde a clericis et Circumcellionibus tamquam dentibus et calcibus vestris graviter, dum vos curamus, affligimur. Nolite esse ingrati tali medicinae quam estis imitati; et vos Felicianum et Praetextatum persecutionibus correxistis. Atque utinam totum corrigeretis et sicut illi ad vos, ita illi et vos ad matrem catholicam rediretis. 4. 50. 60. Aut si eam quae iuste fit non esse appellandam persecutionem putas, nec vos a nobis nec vestros a nostris persecutionem poteris probare perpessos, magisque nos demonstrabimus eam nos perpeti a clericis et Circumcellionibus vestris, qui corde duro et insulso nec intellegentes nec ferentes, quod eis consulimus ad salutem, tanto in nos furore saeviunt, ut ea quae nobis faciunt nec numerare nec commemorare nec digne verbis explicare sufficiam. 4. 51. 61. Proinde cum freneticus medicum vexat et medicus freneticum ligat, aut ambo invicem persequuntur aut, si persecutio nisi quae male fit non est, non utique persequitur medicus freneticum, sed freneticus medicum. Saevitia igitur vestra et violentissima audacia per Circumcelliones vestros clericorum vestrorum satellites omnibus nota comprimenda fuit legibus, quae contra vos latae sunt, et quodammodo colliganda, simul ut, in quo essetis errore et quo sacrilegio contra unitatem pacemque Christi divideremini, saltem ipso terrore com moniti cogitare atque emendare velletis, sicut terroribus vestris per potestatum saecularium iussiones exagitati Felicianus et Praetextatus - quod corde nimium duro et perversissimo Salvius noluit - schisma quod a vobis fecerant correxerunt et ad vestram communionem societatemque redierunt. Totum autem corrigeretur, si ad radicem catholicam a vobis omnibus rediretur. Quidquid vero factum est adversus vos, quod temperamentum christianae dilectionis excederet, tam non est imputandum catholicae Ecclesiae quam nec illud, quod salvio fecerunt Abitinenses, Primiano vel Restituto imputaverim. 4. 63. 77. Non in vos tale aliquid dixi, qualia Maximianenses damnati a vobis audire meruerunt. Negas furorem Circumcellionum et praecipitatorum ultro cadaverum cultus sacrilegos et profanos; non tamen negas "cum Aegyptiorum admodum exemplo pereuntium funeribus plena essent litora, quibus in ipsa morte maior est poena, quod nec ipsam invenerunt sepulturam", his vos insepultis cadaveribus inhaesisse. Ibi enim iacebant Praetextatus et Felicianus; aut si apud vos revixerunt, quid de Baptismo agitis, quem tunc mortui tradiderunt? 14) Aug. Ep. 88. 1292: Clerici et Circumcelliones vestri novi generis et inauditae crudelitatis persecutione in nos saeviunt. Qui si malum pro malo redderent, etiam sic contra legem facerent Christi. Nunc vero, consideratis omnibus factis nostris et vestris, invenimur hoc pati quod scriptum est: Retribuebant mihi mala pro bonis; et in alio psalmo: Cum his qui oderant pacem, eram pacificus; cum loquebar illis, debellabant me gratis. Nam cum sis in tam grandi constitutus aetate, arbitramur te optime nosse quod pars Donati, quae primo apud Carthaginem pars Maiorini dicebatur, ultro accusavit Caecilianum, tunc episcopum Ecclesiae Carthaginensis, apud imperatorem illum antiquum Constantinum. Sed ne forte aut oblita hoc sit gravitas tua, aut te nosse dissimules, aut etiam, quod non putamus, forsitan nescias, exemplum relationis tunc Anulini proconsulis, quem pars Maiorini tunc interpellavit, ut ea crimina quae obiciebat Caeciliano, ad memoratum imperatorem ab eodem proconsule mitterentur, his nostris litteris inserimus. 292 Esta carta de Agustín de Hipona, escrita para denunciar las crueldades de los circunceliones contra los católicos, suele datarse entre 406-408. PL033, Augustinus, Epistolae, col. 302; 305-306; 307. Vol. BAC (8). 88. 6. De nobis ergo quod queramini non habetis; et tamen Ecclesiae catholicae mansuetudo, etiam ab his imperatorum iussionibus omnino conquieverat, nisi vestri clerici et Circumcelliones, per suas immanissimas improbitates furiosasque violentias quietem nostram perturbantes atque vastantes, haec in vos recoli et moveri coegissent. Nam priusquam recentiores leges istae de quibus modo querimini, venissent in Africam, insidias in itineribus nostris episcopis tetenderunt, conclericos nostros plagis immanissimis quassaverunt, laicis quoque et plagas gravissimas inflixerunt, et intulerunt eorum aedificiis incendia. Presbyterum etiam quemdam quia propria et libera voluntate unitatem nostrae communionis elegit, de domo sua raptum, et pro arbitrio immaniter caesum in gurgite etiam coenoso volutatum, buda vestitum, cum quibusdam dolendum, quibusdam ridendum in pompa sui facinoris ostentassent, abductum inde quo voluerunt, vix post dies duodecim dimiserunt. Unde conventus municipalibus Gestis a nostro episcopo Proculeianus, cum ab inquirenda causa dissimulasset, et iterum continuo conventus esset, nihil se dicturum amplius Gestis expressit. Et hodie illi qui hoc fecerunt, presbyteri vestri sunt, adhuc nos insuper territantes, et sicut potuerint persequentes. 88. 7. Et in ipsa conventione quid Proculeianus primo responderit, quod concilium facturi essetis, et illic visuri quid respondere deberetis; deinde quid postea, cum propter suam promissionem denuo conventus esset, Actis expresserit, recusans pacificam collationem, ipsa Gesta instruant Gravitatem tuam. Deinde cum vestrorum clericorum et circumcellionum notissima omnibus non cessaret immanitas, dicta causa est, cum Crispino iudicatus haereticus, nec poena decem librarum auri quae in haereticos ab imperatoribus fuerat constituta, per mansuetudinem catholicam feriri permissus est, et tamen ad imperatores appellandum putavit. Cuius appellationi quod ita responsum est, nonne vestrorum praecedens improbitas, et eadem ipsius appellatio extorsit ut fieret? nec tamen etiam post ipsum rescriptum, intercedentibus apud Imperatorem nostris episcopis, eadem auri condemnatione multatus est. Ex concilio autem nostri episcopi legatos ad comitatum miserunt, qui impetrarent ut non omnes episcopi et clerici partis vestrae, ad eamdem condemnationem decem librarum auri, quae in omnes haereticos constituta est, tenerentur; sed hi soli in quorum locis aliquas a vestris violentias Ecclesia catholica pateretur. 88. 8. Non solum autem non fecistis, sed peiora mala nobis vestri nunc faciunt. Non tantum nos fustibus quassant ferroque concidunt; verum etiam in oculos exstinguendos calcem mixto aceto incredibili excogitatione sceleris mittunt. Domus insuper nostras compilantes, arma sibi ingentia et terribilia fabricarunt, quibus armati per diversa discurrunt, comminantes atque anhelantes caedes, rapinas, incendia, caecitates. Quibus rebus compulsi sumus tibi primitus conqueri, ut consideret Gravitas tua quam multi vestrum, imo vos omnes, qui vos pati dicitis persecutionem, sub ipsis quasi terribilibus imperatorum catholicorum legibus in possessionibus vestris et alienis securi sedeatis, et nos a vestris tam inaudita mala patiamur. Vos dicitis pati persecutionem; et nos ab armatis vestris fustibus et ferro concidimur. Vos dicitis pati persecutionem; et nostrae domus ab armatis vestris compilando vastantur. Vos dicitis pati persecutionem; et nostri oculi ab armatis vestris calce et aceto exstinguuntur. Insuper etiam si quas mortes sibi ultro ingerunt, nobis volunt esse invidiosas, vobis gloriosas. Quod nobis faciunt, sibi non imputant; et quod sibi faciunt, nobis imputant. Vivunt ut latrones, moriuntur ut circumcelliones, honorantur ut martyres; et tamen nec latrones aliquando audivimus eos quos depraedati sunt, excaecasse. Occisos auferunt luci, non vivis auferunt lucem. 15) Aug. Ep. 93. 1. 2293: O si possem tibi ostendere, ex ipsis Circumcellionibus quam multos iam catholicos manifestos habeamus, damnantes suam pristinam vitam, et miserabilem errorem quo se arbitrabantur pro Ecclesia Dei facere quidquid inquieta temeritate faciebant! qui tamen ad hanc sanitatem non perducerentur, nisi legum istarum quae tibi displicent, vinculis tamquam phrenetici ligarentur. Quid illud alterum genus morbi gravissimi eorum, qui turbulentam quidem audaciam non habebant, sed quadam vetusta socordia premebantur, dicentes nobis, Verum quidem dicitis, non est quod respondeatur; sed durum est nobis traditionem parentum relinquere: nonne salubriter regula temporalium molestiarum excutiendi erant, ut tamquam de somno lethargico emergerent, et in salutem unitatis evigilarent? Quam multi ex ipsis nunc nobiscum gaudentes, pristinum pondus perniciosi sui operis accusant, et fatentur nos sibi molestos esse debuisse, ne tamquam mortifero somno, ita morbo veternosae consuetudinis interirent. 93. 3. 11. Quod autem ad vos attinet, qui non solum cum illis communiter Donatistae a Donato, verum etiam proprie Rogatistae a Rogato appellamini, mitiores quidem esse videmini, quia cum Circumcellionum immanissimis gregibus non saevitis; sed nulla bestia, si neminem vulneret, propterea mansueta dicitur, quia dentes et ungues non habet. Saevire vos nolle dicitis; ego non posse arbitror. Ita enim estis numero exigui, ut movere vos contra adversarias vobis multitudines non audeatis, etsi cupiatis. Sed ponamus vos etiam nolle quod non valetis; ponamus vos evangelicam sententiam qua scriptum est: Si quis tibi voluerit tunicam tollere et iudicio tecum contendere, dimitte illi et pallium, sic intellegere, sic tenere, ut persequentibus vos non solum nulla iniuria, verum etiam nullo iure resistendum putetis; hunc certe intellectum Rogatus auctor vester, aut non habuit, aut non implevit, qui de nescio quibus rebus, ut dicitis vestris, acerrima perseverantia, etiam forensi disceptatione conflixit. 293 Esta nueva epístola de Agustín en relación directa con la controversia donatista puede fecharse entre 407-408. PL033, Augustinus, Epistolae, col. 322; 326. Vol. BAC (8). 16) Aug. Enarr. In Psalm. 54. 26294: Viri sanguinum et dolositatis. Viros sanguinum propter interfectiones dicit; atque utinam corporales, et non spiritales! Sanguis enim de carne exiens, videtur et horretur: quis videt sanguinem cordis in rebaptizato? Illae mortes alios oculos quaerunt. Quamquam et de istis mortibus visibilibus non quiescant armati ubique Circumcelliones. Et si istas visibiles mortes attendamus, viri sanguinum sunt. Attende armatum, si vir pacis est, et non sanguinis. Si fustem saltem solum ferret; sed fert fundibulum, fert securim, fert lapides, fert lanceas: et ista portantes ubique qua possunt evagantur, sanguinem innocentium sitiunt. Ergo et de istis visibilibus mortibus sunt viri sanguinum. Sed et de illis dicamus: Utinam solas facerent, et animas non perimerent. Isti qui sunt viri sanguinum et dolositatis, ne putent quia nos male sic intellegimus viros sanguinum, qui animas occidunt; ipsi Maximianistas suos sic intellexerunt. Nam cum eos damnarent, in ipsa sententia concilii sui ista verba posuerunt: Veloces pedes eorum ad effundendum sanguinem annuntiatorum. 17) Aug. Ep. 111. 1295: Litterae tuae impleverunt grandi dolore cor nostrum, quibus petisti ut prolixo opere aliqua responderem; cum talibus malis magis prolixi gemitus et fletus, quam prolixi libri debeantur. Totus quippe mundus tantis affligitur cladibus, ut pene pars nulla terrarum sit, ubi non talia, qualia scripsisti, committantur atque plangantur. Nam ante parvum tempus, etiam in illis solitudinibus Aegypti, ubi monasteria separata ab omni strepitu, quasi secura delegerant, a barbaris interfecti sunt fratres. Iamvero quae modo in regionibus Italiae, quae in Galliis nefaria perpetrata sint, etiam vos latere non arbitror; de Hispanis quoque tot provinciis, quae ab his malis diu videbantur intactae, coeperunt iam talia nuntiari. Sed quid longe imus? Ecce in regione nostra Hipponensi, quoniam eam barbari non attigerunt, clericorum donatistarum et Circumcellionum latrocinia sic vastant ecclesias, ut barbarorum fortasse facta mitiora sint. Quis enim barbarus excogitare potuit quod isti, ut in oculos clericorum nostrorum calcem et acetum mitterent, quorum membra etiam caetera plagis horrendis vulneribusque sauciarunt? 294 El presente comentario se ha fechado entre 395 y 407-408. PL036, Augustinus, Enarrationes In Psalmos, 001-079, col. 645. Vol. BAC (20). 295 En esta misiva de Agustín redactada en el 409, se compara la devastación protagonizada por los bárbaros en Hispania con los crímenes de los circunceliones en Hipona. PL033, Augustinus, Epistolae, col. 422. Vol. BAC (8). Depraedantur etiam domos aliquas et incendunt, fructus aridos diripiunt, humidos fundunt, et talia caeteris comminando, multos etiam rebaptizari compellunt. Pridie quam ista ad te dictavi, ex uno loco per huiusmodi terrores quadraginta et octo animae mihi rebaptizatae nuntiatae sunt. 18) Aug. Ep. 105. 2. 3296: Si autem ideo vobis displicemus, quia per Imperatorum iussiones ad unitatem cogimini, hoc vos fecistis, qui ubicumque vellemus praedicare veritatem, ut eam quisque securus audiret et volens eligeret, numquam permisistis per violentias et terrores vestros. Nolite stridere, et perturbare animas vestras; patienter, si fieri potest, considerate quod dicimus, et recolite facta Circumcellionum vestrorum, et clericorum qui duces eorum semper fuerunt, et videbitis quae causa vobis hoc excitaverit. Unde iniuste querimini, quia vobis omnia ista ut iuberentur coegistis. Nam ut longe praeterita et multa non repetamus, saltem recentia facta vestra cogitate. Marcus presbyter Casphalianensis a nemine coactus, propria voluntate catholicus factus est. Quare illum vestri persecuti sunt, et pene occidissent, nisi Dei manus per homines supervenientes violentias eorum compressisset. Restitutus Victorianensis ad catholicam nullo cogente se transtulit. Quare raptus est de domo sua, caesus, in aqua volutatus, buda vestitus, et nescio quot dies in captivitate retentus est, nec libertati proprie fortasse restitutus esset, nisi iam pene propter ipsam causam Proculeianus sibi exhibitionem videret imminere. Marcianus Urgensis catholicam unitatem propria voluntate delegit. Quare subdiaconum eius, cum ipse fugisset, prope usque ad mortem caesum, clerici vestri lapidibus obruerunt, quorum domus pro suo scelere eversae sunt. 2. 6. Et tamen quid est melius, proferre veras Imperatorum iussiones pro unitate, an falsas indulgentias pro perversitate: quod vos fecistis, et mendacio vestro subito totam Africam implestis? In quo facto nihil aliud ostendistis, nisi partem Donati semper de mendacio praesumentem, omni vento iactari et circumferri, sicut scriptum est: Qui fidit in falsis, hic pascit ventos. Sicut enim vera fuit ista indulgentia, sic vera sunt crimina Caeciliani, et traditio Felicis Aptungensis, per quem ordinatus est, et quidquid aliud contra catholicos dicere consuevistis, ut a pace Ecclesiae Christi infelices separetis, et infeliciter separemini. De nulla quidem nos hominis potestate praesumimus, quamvis utique multo sit honestius praesumere de Imperatoribus quam praesumere de Circumcellionibus, praesumere de legibus quam praesumere de seditionibus. Sed meminimus scriptum esse: Maledictus omnis qui spem suam ponit in homine. Unde ergo praesumimus, si vultis nosse, illum cogitate de quo propheta praenuntiavit, 296 Esta epístola agustiniana dirigida a los donatistas puede datarse entre 409-410. PL033, Augustinus, Epistolae, col. 397-398. Vol. BAC (8). dicens: Adorabunt eum omnes reges terrae, et omnes gentes servient illi. Et ideo hac Ecclesiae potestate utimur, quam ei Dominus et promisit et dedit. 19) Aug. Ep. 108. 5. 14297: Quid ergo nobiscum de imperata persecutione confligitis, qui vobiscum ista non aequo iure divisimus? Cum enim non semper qui persecutionem sustinet, perveniat ad passionem; sic inter nos composuerunt clerici et Circumcelliones vestri, ut vos persecutionem, nos passionem sustineremus. Sed, ut dixi, cum Maximianistis de ista laude certate, qui contra vos recitant Gesta forensia, ubi eos per iudices persecutionibus agitastis: sed plane cum quibusdam eorum tali coercitione correctis postea concordastis; unde nec nostra est desperanda concordia, si Deus adiuvare, et vobis pacificam mentem inspirare dignetur. Nam et illud, quod contra nos a vestra parte magis ore maledico quam veridico solet dici: Veloces pedes eorum ad effundendum sanguinem, nos potius ista in tantis latrociniis Circumcellionum, clericorumque vestrorum experti sumus, qui corporibus humanis caede atrocissima laniatis, tot loca nostrorum sanguine cruentarunt: quorum duces, quando te ingrediente in hanc patriam, cum suis cuneis deduxerunt, Deo laudes inter cantica conclamantes, quasi voces, velut tuba praeliorum in suis omnibus latrociniis habuerunt. Alio tamen die concussi ac stimulati aculeis verborum tuorum, quae in eos per punicum interpretem honesta et ingenua libertatis indignatione iaculatus es, factis eorum irritatus potius quam delectatus obsequiis, se de media congregatione, sicut ab eis qui aderant narrantibus audire potuimus, furibundis motibus rapuerunt, nec post eorum pedes veloces ad effundendum sanguinem, ulla aqua pavimenta salsavistis - quod post nostros clerici tui putaverunt esse faciendum. 6. 18. Fugitur unitas, ut nos adversus vestrorum (nolo enim vestras dicere) improbitates quaeramus publicas leges, et adversus ipsas leges armentur Circumcelliones, quas eo ipso furore contemnant, quo in vos eas cum furerent excitarunt. Fugitur unitas, ut contra possessores suos rusticana erigatur audacia, et fugitivi servi contra apostolicam disciplinam, non solum a dominis alienentur, verum etiam dominis comminentur; nec solum comminentur, sed et violentissimis aggressionibus depraedentur, auctoribus et ducibus, et in ipso scelere principibus agonisticis confessoribus vestris, qui ad "Deo laudes" ornant honorem vestrum, qui ad "Deo laudes" fundunt sanguinem alienum, ut vos propter hominum invidiam collectis vestris, atque discursis promittatis praedas eis, a quibus ablatae sunt, reddituros. Nec tamen et hoc velitis, ut valeatis implere, ne illorum audaciam, quam sibi putaverunt vestri presbyteri necessariam nimium 297 Esta otra carta en la que Agustín trata de disuadir a Macrobio (donatista) para que no cometa el sacrilegio de rebautizar a un subdiácono suyo, puede también datarse entre 409-410. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 413-414; 416. Vol. BAC (8). cogamini offendere. Iactant enim praecedentia circa vos merita sua, demonstrantes, et enumerantes ante istam legem, qua gaudetis vobis redditam libertatem, quod loca et basilicas per eos presbyteri vestri vastatis nostris fugatisque tenuerunt, ut si in eos volueritis esse severi, beneficiis eorum appareatis ingrati. 20) Aug. Serm. 313. (E). 7298: Dixit, et securus dixit, certusque in Domino Deo suo dixit, non esse deos daemones. Dicimus et nos, non esse haereticos martyres, non esse martyres circumcelliones. Beatus Cyprianus non timuit daemonum adoratores; nos non timeamus haereticorum collectiones, non timeamus praecipitatorum congregationes. Oremus tantum ad Dominum animo, ut consilium tacendi nemo habeat. Et si nos propter fidem nostram occidant, dicamus: Deo gratias; et si non nos occidant, quantum est quod hic vivituri sumus? Et si ad ultimos canos perveniamus, quantum est? Numquid non sumus morituri? Numquid propter paucos dies vitae huius quiescere debet ministerium cordis et linguae nostrae? Absit. Sed et si ista vita nostra propter hoc ministerium necessaria est Caritati vestrae, a Domino eam impetrate; silere non possumus. Potestis rogare Deum, ut, si adhuc necessarii vobis sumus, conservet nos vobis, et vos nobis; ipse potens est conservare omnes nos a minis, ab improbitatibus, ab insidiis omnium inimicorum, a perversitatibus omnium haereticorum; quibus quia bene volumus, et converti eos volumus, ipse novit qui inspector et rector cordis nostri est. Sed retribuent forte illi nobis mala pro bonis. Numquid modo fieri coepit, ut servis Dei retribuentur mala pro bonis? Antiqua res est, extant exempla; nec cessabit hoc, nec cessabit usque in finem; et iam in ipso fine saeculi sumus. 21) Aug. de unico Bapt. contra Pet. 8. 14299: Ipsos quoque non arbitror tam esse impudentes, ut audeant dicere, tam multis malis et sceleratis, qui in eorum parte sunt manifestis flagitiis et facinoribus perditi et inquinati, hoc est, avaris atque raptoribus, sive truculentis feneratoribus, sive cruentis circumcellionibus, Dominum non esse dicturum: Recedite a me, qui operamini iniquitatem; et tamen sciunt, vident, tenent, multos tales baptizare, multos a talibus baptizari; nec in eis Christi violant Sacramentum, etiam illi quibus displicent scelera 298 El presente sermón está fechado en 410. PLS 2, cols. 615-622. Vol. BAC (25). 299 Esta réplica sacramental contra Petiliano sobre el bautismo se escribió algo antes de la importantísima Conferencia de Cartago de 411. PL043, Augustinus, De Unico Baptismo Contra Petilianum Ad Constantinum, col. 602. Vol. BAC (33). illorum. Non solum itaque nihil contra nos dixit, cum haec evangelica testimonia protulit; verum etiam nos quid contra eos diceremus, admonuit. 22) Aug. Ep. ad. cath. De secta don. 16. 41300: Si ergo sponsus ab sponsa tamquam de loco familiarius dilecto et cubili quodam suo secreto interrogatus responderet esse in meridie, multo probabilius Ecclesia catholica in his membris suis hoc agnosceret, quae sunt in Aegypto in milibus servorum Dei, qui per heremum sancta societate vivunt, perfectionem praecepti evangelici studentes tenere quo dictum est: Vis esse perfectus? Vade vende omnia quae habes et da pauperibus, et habebis thesaurum in caelis; et veni, sequere me. Quanto enim melius ibi secretius pascere et cubare, id est requiescere, Filius Dei diceretur quam in turbis inquietis furiosorum Circumcellionum, quod malum Africae proprium est! Nam de Aegypto ita Isaias prophetat: Illo die erit altare Domini in regione Aegyptiorum et titulus ad fines eorum Domino, et erit in signum in aeternum Domino in regione Aegyptiorum, quoniam clamabunt ad Dominum adversus eos qui eis pressuram faciebant, et mittet illis Dominus hominem qui salvos eos faciet, iudicans servabit eos. Et cognitus erit Dominus Aegyptiis, et timebunt Aegyptii Dominum in illo die et facient sacrificia et vota promittent Domino et reddent. Et feriet Dominus Aegyptios plaga et sanabit eos sua misericordia et convertentur ad Dominum et exaudiet illos et sanabit illos. Quid ad haec dicunt? Quare non communicant Ecclesiae quae praedicta est Aegyptiorum? Aut si praefiguratione prophetica Aegyptus mundum significat, quare non communicant Ecclesiae orbis terrarum? 19. 50. Nemo mihi ergo haec opponat qui mihi respondere paratus est, quia nec ego dico ideo mihi esse credendum communionem Donati non esse Ecclesiam Christi, quia quidam, qui apud eos episcopi fuerunt, divina instrumenta ignibus tradidisse Gestis ecclesiasticis et municipalibus et iudicialibus convincuntur, aut quia in iudicio episcoporum, quod ab imperatore petiverant, causam suam non obtinuerunt, aut quia provocantes ad ipsum imperatorem etiam ab ipso contrariam sibi sententiam meruerunt, aut quia tales sunt apud eos circumcellionum principes, aut quia tanta mala committunt circumcelliones, aut quia sunt apud eos, qui se per abrupta praecipitent vel concremandos ignibus inferant, quos ipsi sibimet accenderunt, aut trucidationem suam etiam invitis hominibus terrendo extorqueant et tot spontaneas et furiosas mortes, ut colantur ab hominibus, appetant, aut quod ad eorum sepulcra ebriosi greges vagorum et vagarum permixta nequitia die noctuque se vino sepeliant 300 Este texto eclesiológico y con fines pastorales fue redactado por Agustín después de la réplica a Petiliano y antes de la Conferencia de Cartago de 411. PL043, Augustinus, Contra Donatistas Vulgo De Unitate Ecclesiae, col. 423; 429-430; 432-433; 434-435. Vol. BAC (34). flagitiisque corrumpant. Sit ista omnis turba palea eorum nec frumentis praeiudicet, si ipsi Ecclesiam tenent. 20. 54. Proinde Circumcellionum vestrorum inordinatas licentias et superbas insanias iuste reprehendimus, etiam cum aliquibus pessimis violenti sunt, quia illicita illicite vindicare et ab illicitis illicite deterrere non est bonum. Cum vero et innocentes vel causa incognita vel iniquissimis inimicitiis persequuntur, quis eorum sceleratissima latrocinia non perhorrescat? At vero quod Maximianistarum furorem legibus publicis cohercendum putastis, ut eos per iussa iudicum et exsecutionem officiorum et auxilia civitatum pulsos de basilicis quas tenebant ad considerationem sui sceleris urgeretis, non reprehendimus, nisi quia hoc in eis insectati estis quod ipsi fecistis, immo multo levius quam fecistis. Illi enim adversus partem Donati, vos autem adversus orbem terrarum et adversus eius verba, qui Ecclesiam suam incipientem ab Ierusalem per omnes gentes commendavit, sacrilegae dissensionis altare erexistis. 20. 56. Quamobrem si nullo interprete indigent canonicarum Scripturarum testimonia, quae commendant Ecclesiam in totius orbis communione consistere, et separationi vestrae in Africa constitutae ex eisdem Libris nulla talia potestis invenire suffragia, nec iuste de persecutionibus conquerimini, quas graviores ipsa perpetitur quo latius diffunditur, ac fide et spe et caritate omnia tolerat non tantum talia, qualia vestri circumcelliones et eorum similes ubi possunt membris eius infligunt, sed omnia variarum iniquitatum scandala per universum mundum scatentia, de quibus Dominus exclamavit: Vae mundo ab scandalis. Gravius enim persequitur filius patrem male vivendo quam pater filium castigando, et gravius ancilla Sarram persecuta est per iniquam superbiam quam eam Sarra per debitam disciplinam, et gravius Dominum persequebantur propter quos dictum est: Zelus domus tuae comedit me quam eos ipse, cum eorum mensas evertit et eos flagello de templo expulit. 23) Aug. Ep. 133. 1301: Circumcelliones illos et clericos partis Donati, quos de Hipponensi ad iudicium pro factis eorum publicae disciplinae cura deduxerat, a tua Nobilitate comperi auditos, et plurimos eorum de homicidio quod in Restitutum, catholicum presbyterum commiserunt, et de caede Innocentii, alterius catholici presbyteri, atque de oculo eius effosso, et de digito praeciso fuisse confessos. Unde mihi sollicitudo maxima incussa est, ne forte Sublimitas tua censeat eos tanta legum severitate plectendos, ut qualia 301 En esta carta ya posterior a la Conferencia de Cartago de 411, sin duda un hito dentro de la historia del cisma donatista, Agustín trata de interceder para que no se castigue con excesiva dureza en los tribunales a circunceliones y clérigos donatistas culpables de crímenes contra presbíteros católicos. PL033, Augustinus, Epistolae, col. 509. Vol. BAC (11a). fecerunt, talia patiantur. Ideoque his litteris obtestor fidem tuam quam habes in Christo, per ipsius Domini Christi misericordiam, ut hoc nec facias, nec fieri omnino permittas. Quamvis enim ab eorum interitu dissimulare possemus, qui non accusantibus nostris, sed illorum Notoria ad quos tuendae publicae pacis vigilantia pertinebat, praesentati videantur examini; nolumus tamen passiones servorum Dei, quasi vice talionis, paribus suppliciis vindicari. Non quo scelestis hominibus licentiam facinorum prohibeamus auferri; sed hoc magis sufficere volumus ut vivi et nulla corporis parte truncati, vel ab inquietudine insana ad sanitatis otium legum coercitione dirigantur, vel a malignis operibus alicui utili operi deputentur. Vocatur quidem et ista damnatio; sed quis non intellegat magis beneficium quam supplicium nuncupandum, ubi nec saeviendi relaxetur audacia, nec poenitendi subtrahatur medicina? 24) Aug. Ep. 134. 2302: Circumcelliones quosdam et clericos donatistas, cura eorum qui disciplinae publicae inserviunt, praemissa Notoria, ad iudicia legesque perduxit. Hi cum audirentur a viro clarissimo et spectabili tribuno et notario fratre tuo, filio meo Marcellino, non tormentis ungularum atque flammarum, sed virgarum coerciti, horrenda facinora in fratres et compresbyteros meos a se perpetrata confessi sunt; quod scilicet unum eorum exceptum insidiis trucidaverunt, alterum e domo raptum, oculo effosso digitoque amputato truncaverunt. Haec cum comperissem illos fuisse confessos, ideoque minime dubitarem sub iura tuae securis esse venturos, has ad tuam Nobilitatem litteras acceleravi, quibus deprecor, et per misericordiam Christi obsecro, sic de tua maiore atque certiore felicitate gaudeamus, ut eis paria non retribuantur; quamquam lapidis ictibus digitum praecidere oculumque convellere leges puniendo non possint, quod isti saeviendo potuerunt. Unde securus sum de iis qui hoc se fecisse confessi sunt, quod hanc vicissitudinem non reportabunt; sed ne vel ipsi, vel illi quorum homicidium patefactum est, per tuae potestatis sententiam multentur, hoc timeo, hoc ne fiat et christianus iudicem rogo, et christianum episcopus moneo. 25) Aug. ad. Don. post. Coll. 17. 22303: 302 Esta carta alude al mismo tema que la anterior, también fechada a finales del 411. PL033, Augustinus, Epistolae, col. 511. Vol. BAC (11a). 303 Después de la Conferencia de Cartago, los donatistas protestaron contra el desarrollo del procedimiento. A inicios del 412, Agustín escribe sobre su visión del juicio a los laicos donatistas. PL043, Augustinus, Ad Donatistas Post Collationem, col. 666. Vol. BAC (33). Restat ergo vobis errore depulso Ecclesiam Christi videre ac tenere Catholicam, non ut inde eam eligatis quia persecutionem patitur. Cum enim dixisset Dominus: Beati qui persecutionem patiuntur, ne inde se iactent haeretici, addidit, propter iustitiam. Nam quanta mala nostris fecerint furiosissimi clerici et Circumcelliones partis Donati, nostis et vos. Incensae sunt ecclesiae, missi in flammas codices sancti, incensae etiam privatae domus, rapti homines de sedibus suis, et omnibus quae inerant ablatis aut perditis, ipsi caesi, laniati, excaecati: nec ab homicidio potuit temperari; quamvis sit mitius huic luci morientem, quam istam lucem auferre viventi. Ventum est ad homines, non ut retenti aliquo ducerentur, sed tantum ut ista paterentur. Nec tamen nostros ideo iustificamus, quia ista perpessi sunt; sed quia pro christiana veritate, pro Christi pace, pro Ecclesiae unitate perpessi sunt. Illi autem sub tam multis, sub tam severis legibus, et sub tanta Ecclesiae catholicae, quam Dominus ei tribuit, potestate, quid tale patiuntur? Si quando enim morte mulctantur, aut ipsi se occidunt, aut eorum cruentae violentiae dum resistitur occiduntur, non pro communione partis Donati, nec pro errore sacrilegi schismatis, sed pro apertissimis facinoribus et sceleribus suis, quae more latronum immani furore et crudelitate committunt. Pro parte autem Donati vix aliquid tale patiuntur, quale Caecilianum Donato instante passum esse dixerunt. 26) Aug. Brev. Coll. 8. 13304: De persecutionibus etiam quas perpeti se queruntur, multa in suis litteris posuerunt: nec tamen respondere ausi sunt ad illud quod in mandato Catholicorum dictum est, quod ipsi primitus apud Constantinum imperatorem accusaverunt Caecilianum; qui de imperatorum legibus conqueruntur, invidiam Catholicorum exaggerantes, sive mortes, quas eorum Circumcelliones sibimetipsis inferunt, sive omnia quae non pro communione Donati, sed pro sceleribus quibus violenter saeviunt, nefarieque vivunt, per leges publicas disciplinasque patiuntur: sicut etiam de oppido Bagaitano commemorasse ausi sunt; ubi manifestatum est quanta mala commiserint, et quam minora perpessi sunt. 11. 21. Ad hoc Catholici responderunt, nec de homine iudice postulato eos debere facere invidiam, qui et de causa Maximianistarum iudicaverunt, nec eam Christo iudici servaverunt; et ipsam Caeciliani causam primitus ad hominem, hoc est, ad imperatorem Constantinum accusantes miserunt: nec de persecutionibus, quod aliquid ab imperatoribus pro Ecclesia Catholici peterent, cum eorum Circumcelliones ducibus clericis tam horrenda mala committerent. Ubi frustra responderunt, nihil hoc ad sacerdotes pertinere; cum clericis ducibus illi talia fecisse asserebantur. 304 El resumen de Agustín de Hipona sobre las Actas oficiales de la Conferencia de Cartago (411), puede datarse a inicios del 412. PL043, Augustinus, Breviculus Collationis Cum Donatistis, col. 631; 636. Vol. BAC (32). 11. 22. Ibi etiam cum dictum esset, quod calce et aceto humanos oculos persecuti sint, in quo scelere diabolum crudelitate pervicerunt, qui hoc in sancti viri carne non fecit, quam in potestatem acceperat affligendam; hic Donatistae quaesierunt, utrum qui faciunt, filii essent diaboli, an qui patiuntur: quasi Catholici aliud quam passiones suas dixerint immanissimas a clericis et Circumcellionibus eorum. Verumtamen etiam hic non praetermiserunt Catholici, occasione oblata, eis Maximianistas obicere; et dixerunt secundum eorum sententiam meliores esse Maximianistas, quos apud tres vel eo amplius proconsules persecuti sunt. Illi enim si passi sunt, isti fecerunt. Et urgebant Catholici, ut responderent, utrum ex ipsis quos damnaverunt et persecuti sunt, non susceperint Felicianum, et utrum non eum habeant in collegio suo. Ad quod illi obiectum sicut semper omnino obmutescentes, in aliud ierunt, obiciendo Catholicis, quod diabolum defendissent; quia dixerant cum sancti Iob oculis pepercisse, unde illum isti crudelitate vicissent. Et susceperunt accusare diabolum velut defensum a Catholicis, dicentes cum magis crudeliter in carne Iob oculis pepercisse, ut manerent ad spectaculum vulneris, quod universo corpori inflixerat. Quod multum mirum est, quare hoc pro magno dicere voluerint, nisi forte ut intellegerentur pie fecisse, qui oculos in hominibus persecuti sunt, ne cruciarentur videndo vulnera sua, quae ab eis per totum corpus acceperant. 27) Aug. Enarr. In Psalm. 132. 3305: Ex voce huius psalmi appellati sunt et Monachi, ne quis vobis de isto nomine insultet Catholicis. Quando vos recte haereticis de Circellionibus insultare coeperitis, ut erubescendo salventur; illi vobis insultant de monachis. Primo si comparandi sunt, vos videte; si verbis vestris opus est, iam laboratis. Non opus est, nisi ut admoneatis unumquemque ut attendat; solum attendat, et comparet. Quid opus est verbis vestris? Comparentur ebriosi cum sobriis, praecipites cum consideratis, furentes cum simplicibus, vagantes cum congregatis. Sed tamen dicere consueverunt: Quid sibi vult nomen monachorum? Quanto melius dicimus nos: Quid sibi vult nomen circellionum? Sed non, inquiunt, vocantur circelliones. Forte corrupto sono nominis eos appellamus. Dicturi sumus vobis integrum nomen ipsorum? Forte circumcelliones vocantur, non circelliones. Plane si hoc vocantur, exponant quid sint. Nam circumcelliones dicti sunt, quia circum cellas vagantur: solent enim ire hac, illac, nusquam habentes sedes; et facere quae nostis, et quae illi norunt, velint, nolint. 6. Quid ergo dicunt illi qui nobis de nomine monachorum insultant? Fortasse dicturi sunt: Nostri non vocantur circumcelliones: vos illos ita appellatis contumelioso nomine; 305 Los comentarios a los Salmos de Agustín se fueron publicando ca. desde 392 hasta 416. El texto al que hacemos referencia aquí se registró entre 407-412. PL037, Augustinus, Enarrationes In Psalmos, 080-144, col. 1730; 1732. Vol. BAC (19). nam nos eos ita non vocamus. Dicant quid eos vocent, et audietis. Agonisticos eos vocant. Fatemur et nos honesto nomine, si et res conveniret. Sed interim illud videat Sanctitas vestra: qui nobis dicunt: Ostendite ubi scriptum sit nomen monachorum, ostendant ubi scriptum sit nomen agonisticorum. Sic eos, inquiunt, appellamus propter agonem. Certant enim; et dicit Apostolus: Certamen bonum certavi. Quia sunt qui certant adversus diabolum, et praevalent, milites Christi agonistici appellantur. Utinam ergo milites Christi essent, et non milites diaboli, a quibus plus timetur, Deo laudes, quam fremitus leonis. 28) Gest. Coll. Carth306: Hi autem qui in praediis suis circumcellionum turbas se habere cognoscunt, sciant, nisi eorum insolentiam omnimodis comprimere et refrenare gestierint, maxime ea loca a fisco mox occupanda. Siquidem tam catholicae legi quam quieti publicae, ut eorum conquiescat insania, in hac parte consulitur. 29) CTh. 16. 5. 52307: Idem aa. Seleuco praefecto praetorio. Cassatis, quae pragmaticis vel adnotatione manus nostrae potuerint impetrari, et manentibus his, quae iam dudum super hoc definita sunt, et veterum principum sanctione servata, nisi ex die prolatae legis omnes donatistae, tam sacerdotes quam clerici laicique, catholicae se, a qua sacrilege descivere, reddiderint, tunc illustres singillatim poenae nomine fisco nostro auri pondo quinquaginta cogantur inferre, spectabiles auri pondo quadraginta, senatores auri pondo triginta, clarissimi auri pondo viginti, sacerdotales auri pondo triginta, principales auri pondo viginti, decuriones auri pondo quinque, negotiatores auri pondo quinque, plebei auri pondo quinque, circumcelliones argenti pondo decem. 1. Qui nisi a conductoribus, sub quibus conmanent, vel procuratoribus executori exigenti fuerint praesentati, ipsi teneantur ad poenam, ita ut nec domus nostrae homines ab huiuscemodi censura habeantur inmunes. 2. Uxores quoque eorum maritalis segregatim multa constringat. 306 Este edicto del Tribuno Marcellinus se promulgó el 26 de junio de 411. PL011, AA. VV, Leges in Donatistas, Monumenta Carthaginensi Collationi Posteriora, col. 1420. 307 Esta norma del Teodosiano viene rubricada con fecha de 30 de enero de 412. Vid. Mommsen, T., Meyer, P. M., Codex Theodosianus, Berlín, 1905. 3. Eos enim, quos nequaquam illata damna correxerint, facultatum omnium publicatio subsequetur. 4. Servos etiam dominorum admonitio vel colonos verberum crebrior ictus a prava religione revocabit, ni malunt ipsi ad praedicta dispendia, etiam si sunt catholici, retineri. 5. Clerici vero ministrique eorum ac perniciosissimi sacerdotes, ablati de Africano solo, quod ritu sacrilego polluerunt, in exilium viritim ad singulas quasque regiones sub idonea prosecutione mittantur, ecclesiis eorum vel conventiculis praediisque, si qua in eorum ecclesias haereticorum largitas prava contulit, proprietati potestatique catholicae, sicut iam dudum statuimus, vindicatis. (412 ian. 30). 30) Aug. Enarr. In Psalm. 95. 11308: Commoveatur a facie eius universa terra: dicite in nationibus, Dominus regnavit a ligno. Etenim correxit orbem terrae, qui non commovebitur. Quae testimonia aedificationis domus Dei! Intonant nubes coelorum per totum orbem terrarum aedificari domum Dei; et clamant ranae de palude: Nos soli sumus christiani. Quae testimonia profero? Psalterii. Profero quod surdus cantas: aperi aures, tu cantas ista; cantas mecum, et non concordas mecum; lingua tua sonat quod sonat mea, et cor tuum dissonat a corde meo. Nonne tu cantas ista? Vide testimonia orbis terrarum: Commoveatur a facie eius universa terra: et tu dicis non commoveri? Dicite in nationibus, Dominus regnavit a ligno. An forte hic obtinebunt, et dicent se regnare a ligno, qui a fustibus Circumcellionum regnant? De cruce Christi regna, si a ligno regnaturus es. Nam lignum hoc tuum ligneum te facit: lignum Christi per mare te traicit. Audis Psalmum dicentem: Correxit orbem terrae, qui non commovebitur; et tu dicis non solum motum post correctionem, sed etiam diminutum. 31) Aug. Serm. 47. 17309: Non tibi imputo facta aliena, etiam tuorum. Tuum factum attendo. Quod foris es, arguo; exitum tuum arguo. Prorsus omnia removeo, quae in vos dici possunt. Omitto ebriositates vestras, fenus et usuras super usuras. Omitto greges et furias Circumcellionum. Omitto haec omnia, et quaecumque alia enumerare non possum. 308 Este nuevo comentario sobre el salterio está datado a finales del 412. PL037, Augustinus, Enarrationes In Psalmos, 080-144, col. 1234. Vol. BAC (19). 309 Este sermón pudo escribirse entre 405-416. PL038, Augustinus, Sermones Ad Populum. Classis I. De Scripturis, cols. 306-307. Vol. BAC (7). Non omnes forte apud vos ista faciunt. Ille qui ibi ista non facit, ille cui displicent ista quae ibi fiunt; ipse ergo accedat, ipse loquatur. Non ei obicio crimen alienum, abluat exitum suum. Vides quia recte illi dicitur: Filius malus ipse se iustum dicit. Dominus enim dicit, qui verum dicit: Filius malus ipse se iustum dicit. Non ego, sed ipse. Sed vult ut ego dicam iustum? Veniat, bonos fructus in catholica pace afferat, in catholica pace custodiat, quia et fructus non est, ubi non est cum tolerantia. Et fructum, inquit, afferent cum tolerantia. Vis videre quemadmodum grandinatus sis? Audi ex alio loco: Vae his qui perdiderunt tolerantiam . 18. Non ager est Africa, sed hic mundus. Per totum mundum frumentum, per totum mundum zizania - tamen ager est mundus, seminator Filius hominis, messores angeli, non principes Circumcellionum - crescere utrumque usque ad messem, non crescere zizania et decrescere frumenta, sed utrumque crescere usque ad messem. Quam messem? Ipsum audi: Messis est finis saeculi. Audit haec plane, et recte iudicans quid dicit? "Non ero in illa concisione. Hac ero, et bonus ero in nomine eius cuius ero. Et bonus ero, non me ipsum bonum faciens, sed ab illo fieri exspectans, non me ipsum bonum et iustum dicens, sed ab illo dici desiderans". Intrat, fit catholicus. Ecce ipse abluit ingressum suum, ablue et tu exitum tuum. Non potes: Filius enim malus ipse se iustum dicit, exitum autem suum non abluit. 32) Aug. Ep. 185. 7. 25310: Quod eo modo fieri aliquatenus posse arbitrabamur, si legem piissimae memoriae Theodosii, quam generaliter in omnes haereticos promulgavit: Ut quisquis eorum episcopus vel clericus ubilibet esset inventus, decem libris auri multaretur, expressius in Donatistas, qui se negabant haereticos, ita confirmarent, ut non omnes ea multa ferirentur, sed in quorum regionibus aliquas violentias a clericis, vel a Circumcellionibus, vel populis eorum, Ecclesia catholica pateretur: ut scilicet post protestationem Catholicorum qui fuissent ista perpessi, iam cura ordinum ad persolvendam multam episcopi sive ministri caeteri tenerentur. Ita enim existimabamus eis territis, et nihil tale facere audentibus, posse libere doceri et teneri catholicam veritatem, ut ad eam cogeretur nemo, sed eam qui vellet, sine formidine sequeretur, ne falsos et simulatores catholicos haberemus. Et quamvis aliis fratribus aliud videretur, iam aetate gravioribus, vel multarum civitatum et locorum exempla curantibus, ubi firmam et veram catholicam videbamus, quae tamen ibi talibus beneficiis Dei constituta esset atque firmata, dum per priorum imperatorum leges ad communionem homines catholicam cogerentur; obtinuimus tamen ut illud potius quod dixi, ab 310 Esta epístola dirigida a Bonifacio con el objetivo de exponer las diferencias entre arrianos y donatistas fue escrita por Agustín en 417. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 804-805; 810-811. Vol. BAC (11a). imperatoribus peteretur: decretum est in concilio nostro, legati ad Comitatum missi sunt. 9. 41. Unde et illud quod de die iudicii scriptum est: Tunc stabunt iusti in magna constantia adversus eos qui se angustiaverunt, et abstulerunt labores eorum, non utique sic intellegendum est, quia stabit Chananaeus adversus Israel, cum Chananaei abstulerit labores Israel; sed stabit Nabuthaeus adversus Achab, quoniam labores Nabuthaei abstulit Achab: Chananaeus quippe impius, Nabuthaeus iustus. Eodem modo, non stabit paganus adversus christianum qui abstulit labores eius, quando idolorum exspoliata vel diruta sunt templa; sed stabit christianus adversus paganum qui abstulit labores eius, quando martyrum strata sunt corpora. Sic ergo, non stabit haereticus adversus catholicum qui abstulit labores eius, quando praevaluerunt leges catholicorum imperatorum; sed stabit catholicus adversus haereticum qui abstulit labores eius, quando furores praevalebant impiorum Circumcellionum. Ipsa quippe Scriptura solvit quaestionem, quae non ait: "Tunc stabunt homines", sed: Tunc stabunt iusti: et ideo in magna constantia, quia in bona conscientia. 33) Aug. de gest. cum Emer. 9311: Ex quibus duos novimus, ut de ceteris taceamus, unum Felicianum , alterum Praetextatum Assuritanum. Quos post annos duos aut tres, per Optatum Gildonianum post multas illis illatas persecutiones iudiciariis prosecutionibus et tota acrimonia potestatum in suis honoribus susceperunt. Post damnationem suam, post eiectionem, post persecutiones susceperunt illos in honoribus suis, adiunxerunt sibi socios atque collegas. Nam in loco unius ipsorum Praetextati Assuritani, alium iam ordinaverant nomine Rogatum, qui modo catholicus est, cui exercitus istorum, id est, agmen Circumcellionum, linguam et manum praecidit. Illi autem qui per ipsum tempus quo illi damnati foris erant, ferme per triennium, baptizati sunt a damnatis, baptizati sunt foris ab Ecclesia istorum, sic sunt suscepti. Nemo dixit: Non habes Baptismum, quia foris es baptizatus. Et rebaptizatur qui venit de Epheso, de Smyrna, de Thessalonica, de ceteris Ecclesiis quas suo labore Apostoli plantaverunt, et ad quas legimus missas Apostolorum Epistolas, quas audimus in ecclesia recitari. 12. Et tamen, fratres mei, non invidemus concordiae eorum : inter se suscitata odia diabolica finierunt; quomodo putant, in pacem redierunt. Sed hoc dico: si ramus fractus quaesivit parvum a se fractum, qua diligentia debet arbor ipsa quaerere ramum ex se 311 Ya en 418, Agustín se encontraba en Cesarea de Mauritania y se enteró de que también allí estaba el destacado obispo donatista Emérito. En la basílica católica de la ciudad mantuvieron un debate que Agustín expuso en esta obra por escrito. PL043, Augustinus, De Gestis Cum Emerito Caesareensi Donatistarum Episcopo, col. 704; 706. Vol. BAC (34). fractum? Ideo sudamus, ideo laboramus, ideo inter eorum arma et cruentas furias Circumcellionum periclitati sumus, et adhuc reliquias eorum qualicumque donata a Deo patientia toleramus, dum arbor quaerit ramum, dum grex ex ovili Christi ovem perditam quaerit. Si pastoralibus visceribus praediti sumus, per sepes et spinas nos coarctare debemus. Membris laceratis ovem quaeramus, et pastori principique omnium cum laetitia reportemus. Multa diximus etiam fatigati, et tamen frater noster, propter quem ista dicimus vobis, et cui pariter dicimus, et pro quo tanta agimus, adhuc pertinax sistit. Constantem se putat fortitudo crudelis. Non adhuc de vana et falsa fortitudine glorietur. Audiat Apostolum dicentem: Virtus in infirmitate perficitur. Oremus pro illo. Unde scimus quid velit Deus? Multae cogitationes, sicut scriptum est, in corde viri; consilium autem Domini manet in aeternum. 34) Aug. Serm. 198. 45312: Fratres mei, catholicis loquimur. Donatum donatistae pro Christo habent. Si audiant aliquem paganum detrahentem Christo, patientius forsitan ferunt quam si audiant detrahentem Donato.} Nostis quod dico, et hoc cottidie experiri cogimini. Tam perverse amant Donatum, ut eum Christo praeponant. Non solum enim non habent quod dicant, sed etiam sciunt se non habere quod dicant. Nihil enim eos tenet, nisi nomen Donati sub nomine Christi; ad nomen hominis contra Christum seducti sunt. Propterea contra nos odium immanissimum et contraxerunt, quia clamamus eis: "Nolite spem vestram in homine ponere, ne maledicti sitis". Oderunt praedicantes pacem et, si aliquid patiantur pro tanto scelere suo - et non pro Christo, sed pro Donato -, martyres se putant; et quia eis dicimus: "Noli exsufflare baptismum Christi, ama pacem, redde te orbi terrarum: totum redemit Christus sanguine suo, noli emptorem totius reducere ad partem", propter hoc oderunt nos et, si facultas detur, occidunt manu circumcellionum. Sed quia Dominus adiuvit, evasimus, gratias agentes misericordiae Domini. Unde admonemus et petimus pro nobis oretis, ut inspiret nobis Dominus semper fiduciam praedicandae pacis suae, nec timeamus eos, sed potius diligamus et compleri gaudeamus in nobis quod scriptum est: Cum his qui oderunt pacem eram pacificus; cum loquebar illis, debellabant me gratis. Et si aliter sanari non possunt, debellent nos, feriant, occidant, et tamen sanentur. 35) Indic. De. Haer. 33313: 312 Este sermón pudo ser escrito entre 400-420. Dolbeau 26. Vid. Dolbeau, F., Augustin d´Hippone. Vingt- Six Sermons au peuple d´Afrique, París, 1996. Vol. BAC (24). 313 El autor anónimo del Indiculus de haeresibus copió visiblemente extractos de los trabajos de Jerónimo, por lo que acabó siendo conocido como Pseudo-Jerónimo. No es posible datarlo con precisión Circumcelliones, quos Gotispitas vocant. Huius supradictae haeresis habet ; doctrina sua autem quae omnibus nota est, in dementiam sequuntur insani. Nam amore nominis martyrii et laudis humanae magis quam charitatis Christi cupidi semetipsos interdum oratione facta aut praecipitio, aut incendio aut alios sui necem inuitantes, gladio perimunt. Quo violenter ex hac vita discedentes martyres nominantur. 36) Aug. contra Gaud. 1. 26. 29314: Verba Epistolae: "Odio", inquit, "saeculi gaudemus, in eius pressuris non succumbimus, sed laetamur. Mundus hic non potest servos Christi diligere, qui Christum cognoscitur non amasse, Domino ipso dicente: Si saeculum vos odit, scitote quia me primum odio habuit quam vos; si me persecuti sunt, et vos persequentur ". Ad haec responsio: Quomodo gaudentes odio saeculi, pressuris eius non succumbitis, sed laetamini, cum vos ipsos velitis occidere, ne molestias qualescumque patiamini; et mori eligitis; non ab aliis occisi pro veritate Christi, sed a vobis ipsis pro parte Donati? Ista Circumcellionum est insania, non martyrum gloria. Cum itaque appareant facta vestra, quid vobis verba usurpatis aliena? "Mundus iste", inquit, "non potest servos Christi diligere; qui Christum cognoscitur non amasse". Non ergo ad mundum istum pertinemus nos, quia diligimus vos. Sed servi Christi vos non estis, qui malum pro bono retribuentes, et malitiam vestram quando in nos exercere non potestis, in vos retorquentes, nec nos diligitis, et vos occiditis. Dominus autem quando dixit: Si saeculum vos odit, scitote quia me priorem vobis odio habuit; si me persecuti sunt, et vos persequentur; non vobis, sed illis dixit quibus praecepit, ut si eos persequerentur in ista civitate, fugerent in aliam: quod vos non facitis. Illis dixit, ad quas civitates confugerent usque in finem saeculi non defuturas, quas vos querimini vobis iam deesse, nec vultis fateri eos quibus haec dicta sunt vos non esse. 1. 28. 32. Praeter haec sunt saxa immania et montium horrida praerupta, voluntariorum creberrimis mortibus nobilitata vestrorum: aquis et ignibus rarius id agebant; praecipitiis greges consumebantur ingentes. Aetatis nostrae hominibus res notissimas loquor. Quis enim nescit hoc genus hominum in horrendis facinoribus inquietum, ab utilibus operibus otiosum, crudelissimum in mortibus alienis, vilissimum in suis, maxime in agris territans, ab agris vacans, et victus sui causa cellas circumiens pero su publicación se ubica entre 390-420. PL081, Isidorus Hispaliensis, Isidoriana Prolegomena Altera, col. 643. 314 El obispo donatista de Tamugadi, Gaudencio, se encerró en su basílica dispuesto a quemarse vivo junto con sus fieles antes que entregársela a los católicos por decretos imperiales. Agustín fue invitado por las autoridades para mediar y evitar la catástrofe. La obra está datada entre 419-422. PL043, Augustinus, Contra Gaudentium Donatistarum Episcopum, col. 723; 725-726; 728; 734; 737-738. Vol. BAC (34). rusticanas, unde et Circumcellionum nomen accepit, universo mundo pene famosissimum Africani erroris opprobrium? 1. 29. 33. Ex hoc igitur genere quis ignorat quam multi antea per diversas mortes ibant et peribant, et nunc in illorum comparatione quam pauci suis ignibus ardeant? Sed si putas moveri nos oportere, quia isto modo tot millia moriuntur; quantum existimas nos habere consolationis, quod a tanta dementia partis Donati, ubi non solum nefariae divisionis error, verum etiam furor iste lex facta est, longe atque incomparabiliter plura millia liberantur? Neque enim isti qui pereunt, illorum saltem numero aequantur, qui ex ipso genere nunc iam tenentur ordine disciplinae, colendisque agris amisso Circumcellionum et opere et nomine inserviunt, servant castitatem, tenent unitatem: quanto minus coaequantur isti perditi numero utriusque sexus, non solum puerorum et puellarum, iuvenum et virginum, verum etiam coniugatorum et senum, quorum innumerabiles ex Donatistarum nefaria dissensione in pacem Christi veram et catholicam transeunt? Isti quippe qui se incendunt, nec tot homines sunt quot loca sunt populis plena, qui ab exitiali peste erroris illius et furoris, per hanc instantiam perficiendae unitatis eruuntur. Numquidnam obsecro sanum misericordiae potest esse consilium, ut simul cum illis isti omnes aeternis gehennarum suppliciis serventur, ne illi in istorum comparatione perpauci suorum caminorum ignibus exurantur? Ut enim omnes cum Christo vivant, magnis conatibus et votis agendum est: sed si hoc per quorumdam furorem fieri non potest, saltem ut non omnes cum diabolo pereant, laborandum est. 1. 31. 36. Quocirca humilitatem inter manus inimicorum non valens ferre, non plane sapientiae, sed insipientiae dedit exemplum, non Christi martyribus, sed Donati Circumcellionibus imitandum. Verumtamen si diligentius consideremus, et ab isto apparetis alieni. Iste quippe cum iam comprehenderetur ab hostibus, non habuit liberam fugam; ideo se gladio percussit, et cum perimere non potuisset, de muro se praecipitavit. Deinde abruptam petram, cum iam vivere non posset, adhuc tamen spirans, et corpus impetu movens, currendo, licet exsanguis, obtinuit: ubi utraque manu producta sua intestina discerpsit, dispersit, occubuit: turba ita circumdatus ut evadere non posset, et si vivere posset. Vos igitur qui nec Dominum auditis dicentem: Fugite, nec imitamini Raziam, qui voluit, nec potuit fugere: profecto quia non habetis illum in praecepto, nec habetis istum in exemplo. Quid, quod iste Razias secundum vestram rationem sine dubitatione culpandus est? Dixisti enim propter evangelicam sententiam, ubi Dominus ait: Spiritus quidem promptus est, caro autem infirma; vos ad caminorum fugisse compendium, quia videlicet infirmi estis perferre manus inimicorum, si ab eis comprehensi fueritis. 1. 35. 45. Verba Epistolae: "Mundanae", inquit, "militiae numquam Deus exspectavit auxilium, qui solus potest de vivis et mortuis iudicare". Ad haec responsio: Non mundanae militiae Deus exspectat auxilium, quando regibus largitur potius beneficium, qui eis inspirat ut in regno suo curent fieri Domini sui praeceptum. Quibus enim dictum est: Et nunc, reges, intellegite; erudimini, qui iudicatis terram: servite Domino in timore; sentiunt suam potestatem ita Domino servire debere, ut ea potestate plectantur, qui nolunt eius voluntati servire. Quod autem de militibus facis invidiam, si utique ista cura, sicut iam docuimus, in Scripturis sanctis pertinere demonstratur ad reges, per quos id acturi sunt adversus rebelles Circumcelliones et insanos eorum sive participes sive principes, nisi per subditos milites? 1. 38. 51. De iustitia certamen est, non de pecunia. Cavete itaque ne forte dum putatis ad vos pertinere quod scriptum est: Tunc stabunt iusti in magna constantia adversus eos qui se angustiaverunt, et abstulerunt labores eorum; non hoc vobis contingat de laboribus vestris, sed potius quod alio loco scriptum est: Labores impiorum iusti edent. Neque enim stabunt contra vos Maximianistae, quorum quando potuistis, basilicas abstulistis: aut stabunt contra vos Pagani quorum certe ubi potuistis, templa evertistis et basilicas destruxistis; quod et nos fecimus: aut stabunt adversum vos symphoniaci daemoniorum, quorum tibias et scabella fregistis; quod et nos fecimus. Sic nec vos stabitis adversus nos. In talibus quippe omnibus factis, non rapina concupiscitur, sed error evertitur. Sicut ergo non stabunt Chananaei adversus Israelitas, quamvis Israelitae abstulerunt labores eorum; sed stabit Naboth adversus Achab, quia delictum factum est, non praeceptum, ut labores iusti auferret iniustus: sic haeretici non stabunt adversus Catholicos, cum in rebus haereticorum christiani imperii iussa complentur; nec res eorum a Catholicis auferuntur, sed potius inquiruntur, eisque multa quantum fieri potest, correctis reddenda servantur: sed stabunt Catholici, non solum adversus Gentiles, a quibus martyres veri exspoliati sunt; verum etiam adversus Circumcelliones Donatistarum, quia et ipsi abstulerunt labores eorum. Verum de his pecuniaribus laboribus facilior causa est, cum etiam illi quorum erant, ad pacem catholicam transeunt. Ecce quotidie, si quis ad nos transitum fecerit, reddimus pecuniam, vestem, fructus, vasa, rura, tecta vestrorum: vos quomodo nobis reddituri estis membra nostrorum? 37) Aug. Haer. 69. 4315: Ad hanc haeresim in Africa et illi pertinent qui appellantur CIRCUMCELLIONES, genus hominum agreste et famosissimae audaciae, non solum in alios immania facinora perpetrando sed nec sibi eadem insana feritate parcendo. Nam per mortes varias, maximeque praecipitiorum et aquarum et ignium, seipsos necare consuerunt, et in istum furorem alios quos potuerint sexus utriusque seducere, aliquando ut occidantur ab aliis, mortem, nisi fecerint, comminantes. Verumtamen plerisque Donatistarum 315 Este compendio de Agustín sobre las herejías dedicado a su discípulo Quodvultdeo se escribió entre 428-429. PL042, Augustinus, De Haeresibus, col. 43. Vol. BAC (38). displicent tales, nec eorum communione contaminari se putant, qui christiano orbi terrarum dementer obiiciunt ignotorum crimen Afrorum. 38) Poss. Vita. Aug. 10. 1316: Habebant etiam iidem Donatistae per suas pene omnes Ecclesias inauditum hominum genus perversum ac violentum, velut sub professione continentium ambulantes, qui Circumcelliones dicebantur. Et erant in ingenti numero et turbis per omnes pene Africanas regiones constituti. 12. 1. Aliquoties vero etiam vias armati iidem Circumcelliones famulo Dei Augustino obsederunt, dum forte iret rogatus ad visitandas, instruendas et exhortandas catholicas plebes; quod ipse frequentissime faciebat. 39) Praed. 1. 69317: In utriusque Numidiae partibus habent veluti monachos, quos Circumcelliones vocamus, agrestes et audacissimos daemonum famulos: qui non solum in alios acriter seaviunt, verum etiam sibi ipsis miseri omnino non parcunt. Nam per mortes varias, maximeque praecipitiorum, et aquarum, et ignium, sese interficere consuerunt, et ad hunc exitum ex utroque sexu quantos potuerint seducunt. Aliquando etiam quos invenerint rogant u tab eis occidantur, mortem nisi fecerint comminantes. 40) Vict. Vit. Hist. persec. 4. 2318: 316 El obispo católico de Calama, Posidio, redactó una hagiografía sobre el ya fallecido Agustín antes de la toma de Cartago por parte de los vándalos. Esto nos indica que la obra tuvo que ser escrita entre 430- 439. PL032, Augustinus, Vita Operaque, Auctore Possidio Calamensi Episcopo, col. 41; 43. Vol. BAC (1). 317 De entre las obras del corpus de Arnobio el Jóven, el Praedestinatus ha suscitado grandes interrogantes a los investigadores. En PL053 aparece como obra anónima, considerada como cripto- pelagiana por sus polémicas contra la doctrina agustiniana de la predestinación. El primero de sus libros ofrece un catálogo de 90 herejías, plagiando en algunos momentos el De Haeresibus del propio Agustín de Hipona. Está fechado en época del pontífice León I (440-461). PL053, Anonymus, Praedestinatus Sive Praedestinatorum Haeresis, col. 611. 318 El obispo norteafricano Víctor de Vita publicó su Historia persucutionis Africanae Provinciae, temporibus Geiserici et Hunirici regum Wandalorum hacia el 486. En esta obra, reproduce un edicto del rey vándalo Hunerico (484) donde se registra a los circunceliones. PL058, Victor Vitensis, Historia Persecutionis Africae Provinciae, col. 237. Vid. la edición bilingüe de Lancel, S., Histoire de la persécution vandale en Afrique; suive de La passion des sept martyrs; Registre des provinces et des cités d'Afrique / Victor de Vita, París, 2002. Quod de libris huiusmodi, quibus sibi nominis illius errorem persuasit iniquitas, praecipimus faciendum. Haec enim, ut dictum est, pro singulis quibusque personis illi observanda praeceperant, ut illustres singulatim auri pondo quinquagena darent, spectabiles auri pondo quadragena, senatores auri pondo tricena, populares auri pondo vicena, sacerdotes auri pondo tricena, decuriones auri pondo [al. ter quina] quina, negotiatores auri pondo quina, plebeii auri pondo quina, circumcelliones argenti pondo dena. Et si qui forte in hac pernicie permanerent, confiscatis omnibus rebus suis, exsilio multarentur. Ordines autem civitatum, sed et procuratores et conductores possessionum tali poena iubebantur affligere, ut si forte tales celare deligerent, et minime publicassent, et [al. tantos in . . .] retentos iudicio non facerent praesentari, ipsi tenerentur ad poenam; conductoribus etiam regalium praediorum hac multa proposita, ut quantum domui regiae inferrent, tantum etiam fisco, poenae nomine, cogerentur exsolvere. Id generaliter in omnibus conductoribus vel possessoribus, qui in eadem superstitione crediderint perdurandum, constituerunt observari. De iudicibus etiam qui huic rei instantissime non imminebant, poena proscriptionis et sanguinis supplicio punirentur. Sed et de primatibus officiorum tres numero punirentur, aliis viginti librarum auri condemnatione multandis. 41) Cass. In Psalm. 132. 1319: Habitare, id est in bono proposito permanere. Ipsa est enim habitatio quam dominus quaerit, non tecta parietum quae consociant corpora, sed quae animas religiosa societate coniungit. Tali enim dicto prohibet circumcelliones, qui diversa monasteria voluntate mutabili pervagantur. 42) Isid. Hisp. De eccl. off. 2. 16. 7320: Quintum genus est circumcellionum, qui suo habitu monachorum usquequaque vagantur, venalem circumferentes hypocrisin. Circumcuntes provincias, nusquam missi, nusquam fixi, nusquam stantes, nusquam sedentes; alii quae non viderunt confingunt, opiniones suas habentes pro Deo; alii membra martyrum (si tamen martyrum) 319 La Expositio psalmorum fue redactada por Casiodoro hacia el 540. PL070, Cassiodorus Vivariensis Abbas, In Psalterium Expositio, col. 955. 320 Esta obra datada entre 610-615 fue dedicada por Isidoro a su hermano Fulgencio con el deseo de que este último conociera el origen de los oficios eclesiásticos así como de las festividades que celebraba la Iglesia en aquel momento. Esta información fue extraída en buena medida del trabajo precedente de Agustín de Hipona, De opere monachorum, 28. 36. PL083, Isidorus Hispaliensis, De Ecclesiasticis Officiis, cols. 796-798. Vid. la edición de C. M. Lawson, De ecclesiasticis officiis, Sancti Isidori Episcopi Hispalensis, Turnhout, 1989. venditant. Alii fimbrias et phylacteria sua magnificant, gloriam captantes ab hominibus; alii criniti incedunt, en vilior habeatur tonsa sanctitas quam comata. Ut videlicet qui eso viderit, antiquos illos quos legimus cogitet, Samuelem, et Eliam, et caeteros. 43) Isid. Hisp. Etym. 8. 5. 53321: Circumcelliones dicti eo, quod agrestes sint, quos Cotopitas vocant, supradictae haeresis habentes doctrinam. Hi amore martyrii semetipsos perimunt, ut violenter de hac vita discedentes martyres nominentur. 44) Beat. in Apoc.322: Alius est Superstitiosus. Superstitio dicta est, eo quod sit superflua, aut super instituta Religionis observatio. Et isti non vivunt aequaliter ut caeteri fratres, sed, quasi amore martyrum, semetipsos perimunt, ut violenter de hac vita discedentes et martyres nominentur. Hi graeco vocabulo Cotopices dicuntur, quos nos latine Circumcelliones dicimus, eo quod agrestes sint. Circumeunt provincias, quia non sinunt se uno in loco cum fratribus uno esse consilio, et unam vitam habere communem, ut anima una, et corde uno vivant Apostolico more, sed, ut diximus, diversas terras circuire, et Sanctorum sepulcra pervidere, quasi pro salute animae suae: sed nihil eis proderit, quia hoc sine consilio communi fratrum faciunt. 321 Cf. Infra, n. 356. PL082, Isidorus Hispaliensis, Etymologiarum Libri Viginti, cols. 302-303. Además de estas dos referencias isidorianas, ha de constar que Ángel Vega publicó en 1940 un manuscrito desconocido que atribuye otro Liber de haeresibus al eclesiástico hispalense. En la herejía número 47, se registra: Circumcelliones insano amore martyrii semet ipsos interdum orantes igne vel gladio pereunt, ut violenter occisi, martyres nominentur. A. C. Vega, (ed.), S. Isidori Hispalensis Episcopi De Haeresibus liber, Madrid, 1940, p. 35. PL Supp. 4: 1819-1819. Vid. Etimologías/San Isidoro de Sevilla; introducción general por M. C. Díaz y Díaz; texto latino, vers. esp., notas e índices por J. Oroz Reta y M. A. Marcos Casquero, Madrid, 1982-83. 322 Gracias al monje mozárabe del siglo VIII, Beato de Liébana, conservamos parte del pensamiento eclesiológico y de la exégesis bíblica de Ticonio Afro. Este importante laico donatista que vivió entre 330-390 fue conocido por sus tendencias críticas con su propio credo, por lo que fue atacado por Parmeniano hasta que rompió definitivamente con la iglesia donatista sin llegar a entrar nunca en la comunión católica. Beato, en teoría, copió su Comentario al Apocalipsis y eso podría explicar la referencia directa a los circunceliones. No obstante, las similitudes del texto con otros pasajes anteriores de Isidoro de Sevilla o del Pseudo-Jerónimo deberían hacernos dudar sobre la autoría de Ticonio. Vid. Flórez, E., Sancti Beati, Presbyteri Hispani Liebanensis, In Apocalypsim, Madrid, 1770, p. 26. 4. 2. 5. La controversia priscilianista: Del nacimiento de la doctrina hasta los ecos de Isidoro de Sevilla (375- 630). 1) Hier. Vir. Ill. 121323: Priscillianus, Abilae episcopus, qui factione Hidacii et Ithacii Treveris a Maximo tyranno caesus est, edidit multa opuscula, de quibus ad nos aliqua pervenerunt. Hic usque hodie a nonnullis Gnosticae, id est Basilidis et Marci, de quibus Irenaeus scripsit, haereseos accusatur, defendentibus aliis, non ita eum sensisse, ut arguitur. 122. Latronianus, provinciae Hispaniae, valde eruditus, et in metrico opere veteribus comparandus, caesus est et ipse Treveris cum Priscilliano, Felicissimo, Juliano, Euchrotia, ejusdem factionis auctoribus. Exstant ejus ingenii opera, diversis metris edita. 123. Tiberianus, Baeticus, scripsit pro suspicione, qua cum Priscilliano accusabatur haereseos, apologeticum tumenti compositoque sermone; sed post suorum caedem, taedio victus exsilii, mutavit propositum, et juxta sanctam Scripturam, canis reversus ad vomitum suum (Prov. XVI, 11; II Petr., II, 22), filiam, devotam Christo virginem, matrimonio copulavit. 2) Aug. Ep. 237. 1324: Lectis his quae misit Sanctitas tua, videtur mihi Argirius in Priscillianistas aut nesciens irruisse, ita ut omnino utrum ipsi essent Priscillianistae ignoraret, aut iam eiusdem haeresis retibus implicatus. Nam scripturas illas Priscillianistarum esse non dubito. Vix autem mihi vacare utcumque potuit, aliis atque aliis sine intermissione necessitatibus superantibus, ut unus mihi saltem totus ex duobus ipsis codicibus legeretur. Nescio quo enim modo alius aberravit, et diligentissime inter nostros requisitus nullo modo potuit inveniri, domine beatissime, et merito venerabilis pater. 323 Esta colección de biografías breves fue completada por Jerónimo entre 392-393 en Belén. Prisciliano ya había sido ejecutado en 385. PL023, Hieronymus, De Viris Illustribus Liber Ad Dextrum, cols. 750-751. Vid. la edición italiana-latina de A. Ceresa-Gastaldo, Firenze, 1988. 324 Esta epístola de Agustín es difícil de datar. Con seguridad ha de ser posterior al 395 puesto que Agustín ya es obispo y responde como tal a su colega Ceretio. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 1034- 1035. Vol. BAC (11b). 2. Hymnus sane quem dicunt esse Domini nostri Iesu Christi, qui maxime permovit Venerationem tuam, in scripturis solet apocryphis inveniri. Quae non propriae Priscillianistarum sunt, sed alii quoque haeretici eis nonnullarum sectarum impietate vanitatis utuntur; inter se quidem diversa sentientes, unde suas quisque varias haereses sunt secuti, sed scripturas istas habent in sua diversitate communes, easque illi praecipue frequentare assolent, qui Legem veterem et Prophetas canonicos non accipiunt. Negant enim haec ad Deum bonum, et ad Christum eius Filium pertinere; sicut Manichaei, sicut Marcionistae, et caeteri quibus haec blasphemia damnabilis placuit. Qui etiam in Scripturis canonicis Testamenti Novi, hoc est in veris evangelicis et apostolicis Litteris, non accipiunt omnia, sed quod volunt, et libros eligunt quos accipiant, aliis improbatis. Sed et in singulis quibusque libris loca distinguunt quae putant suis erroribus convenire: caetera in eis pro falsis habent. Nam quidam Manichaei canonicum librum, cuius titulus est Actus Apostolorum, repudiant. Timent enim evidentissimam veritatem, ubi apparet sanctus Spiritus missus, qui est a Domino Iesu Christo in evangelica veritate promissus. Sub eius quippe Spiritus nomine, a quo penitus alieni sunt, indocta hominum corda decipiunt, mira caecitate asserentes eamdem Domini promissionem in suo haeresiarcha Manichaeo esse completam. Quod et illi haeretici faciunt, qui vocantur Cataphryges, dicentes, per nescio quos insanos, Montanum scilicet et Priscillam, quos et proprios suos prophetas habent, venisse Spiritum sanctum, quem Dominus missurum se esse promisit. 3. Priscillianistae vero accipiunt omnia, et canonica et apocrypha simul. Sed quaecumque quae contra eos sunt, in suae perversitatis sensus aliquando callida et astuta, aliquando ridicula et hebeti expositione pervertunt. Nec saltem ita ut ea ipsa, quae exponunt ab suae sectae hominibus alienis, vera esse credant; alioquin aut catholici essent, aut non multum a veritate alieni, qui et in ipsis scripturis apocryphis sensus catholicos invenirent, aut invenire velle viderentur: sed cum ipsi alia cum suis sentiant, atque inter suos doceant, sive discant, quae non audent prodere, quoniam re vera nefaria sunt et detestanda; tamen fidem catholicam eis quos timent, praedicant, non quam teneant, sed sub qua lateant. Possunt enim aliqui haeretici reperiri fortasse immundiores, sed nullus istis fallacia comparatur. Alii quippe, ut sunt hominum vitia, de huius vitae consuetudine vel infirmitate mentiuntur: isti autem in ipsa nefaria doctrina haeresis suae praeceptum habere perhibentur, ut occultandorum dogmatum suorum causa, etiam cum falsa iuratione mentiantur. 3) Sulp. Sev. Dial. 3. 11325: 325 El hagiógrafo y cronista católico Sulpicio Severo pudo escribir sus diálogos hacia el 400. PL020, Sulpicius Severus, Dialogi, cols. 217-218. CSEL 1, 1866. Las obras completas de S. Severo están traducidas al castellano por C. Codoñer, Madrid, 1987. Maximus imperator, alias sane bonus, depravatus consilis sacerdotum post Priscilliani necem Ithacium episcopum Priscilliani accusatorem ceterosque illius socios, quos nominari non est necesse, ui regia tuebatur, ne quis ei crimini daret, opera illius cuiuscumque modi hominem fuisse damnatum. Interea Martinus multis gravibusque laborantium causis ad comitatum ire conpulsus procellam ipsam totius tempestatis incurrit. Congregati apud Treveros episcopi tenebantur, qui cotidie communicantes Ithacio communem sibi causam fecerant. His ubi nuntiatum est inopinantibus adesse Martinum, totis animis labefactati mussitare et trepidare coeperunt. Et iam pridie imperator ex eorum sententia decreverat, tribunos summa potestate armatos ad Hispanias mittere, qui haereticos inquirerent, deprehensis vitam et bona adimerent. 3. 12. Interea episcopi, quorum communionem Martinus non inibat, trepidi ad regem concurrunt, praedamnatos se conquerentes, actum esse de suo omnium statu, si Theogniti pertinaciam, qui eos solus palam lata sententia condemnaverat, Martini armaret auctoritas: non oportuisse hominem recipi moenibus: illum iam non defensorem haereticorum esse, sed vindicem: nihil actum morte Priscilliani, si Martinus exerceat illius ultionem. 4) Conc. Tolet. I326: Ab initio. Convenientibus episcopis in ecclesia Toleto id est Patruinus, Marcellus, Afrodisius, Alacianus, Iucundus, Severus, Leonas, Ilarius, Olimpius, Florus [Orticius, Asturius, Lampius, Serenus], Leporius, Eustotius, Aurelianus, Lampadius Exuperantius de Gallecia, Lucensis conventus, municipius Celenis, omnes decem et novem. Isti sunt, qui et in aliis gestis adversus Priscilliani sectatores et haeresem, quam adstruxerat, libellarem direxere sententiam. Consedentibus presbyteris, adstantibus diaconibus et ceteris qui intererant concilio congregatis, Patruinus episcopus dixit: Quoniam singuli coepimus in ecclesiis nostris facere diversa, et inde tanta scandala sunt, quae usque scisma perveniunt, si placet conmuni consilio decernimus quid ab omnibus episcopis in ordinandis clericis sit sequendum. Mici autem placet et constituta primitus concilii Nicaeni perpetuo esse servanda nec ab his esse recedendum. Episcopi dixerunt: Hoc omnibus placet, ita ut si quis cognitis gestis concilii Nicaeni aliud quam statutum est facere praesumserit, et non in eo perseverandum putaverit, tunc exconmunicatus habeatur, nisi per correptionem fratrum emendaverit errorem. Incipiunt regulae fidei catholicae contra omnes haereses et quam maxime contra Priscillianos, quam episcopi Terraconenses, Kartaginenses, Lusitani et Baetici fecerunt, 326 Tal y como queda registrado en sus actas, el Primer Concilio de Toledo fue celebrado en tiempos de Arcadio y Honorio, (397-400), con 19 obispos hispanos asistentes. Vid. Vives, J., Concilios visigóticos e hispano-romanos, Barcelona-Madrid, 1963, pp. 19-33. et cum praecepto papae urbis Leonis ad Balconium episcopum Galliciae transmiserunt. Ipsi etiam et supra scribta viginti canonum capitula statuerunt in concilio Toletano. XVIII. Si quis in his erroribus Priscilliani secta sequitur vel profitetur, ut aliud in salutare babtismi contra sedem sancti Petri faciat, anathema sit. Incipiunt exemplaria professionum in Concilio Toletano contra sectam Prisciliani: Post habitum iam concilium kal. septembribus, tertio nonas septembris post diversas cognitiones tunc habitas, sub die octavo iduum septembrium excepta sunt de plenariis gestis professiones domini Symphosii et domini Dictinii, sanctae memoriae episcoporum, et domini sanctae memoriae Comasii, tunc presbyteri. quas inter reliquos habuerunt in concilio Toletano de damnatione Priscilliani vel sectae eius in hunc modum: Post aliquanta et inter aliquanta eodem tempore acta, Dictinius episcopus dixit: Audite me, optimi sacerdotes, corrigite omnia, quia vobis correctio data est, scriptum est enim: «Vobis datae sunt claves regni caelorum», sed peto a vobis ut claves nobis regni non portae aperiantur inferni; haec si dignamini, omnia ante oculos pono. Hoc euim in me reprehendo, quod dixerim unam Dei et hominis esse naturam. Item dixit: Ego non solum correctionem vestram rogo, sed et omnem praesumptionem meam de scriptis arguo atque condemno. Item dixit: Sic sensi, testis est Deus; si erravi, corrigite. Item dixit: Et paullo ante dixi et nunc iterum repeto; in priori comprehensione mea et in principiis conversionis meae quaecumque conscripsi omnia me toto corde respuere. Item. dixit: Excepto Dei nomine, omnia anathematizo. Item dixit: Omnia, quae inveniuntur contra fidem cum ipso auctore condemno. Symphosius episcopus dixit: luxta id quod paullo ante lectum est in membrana, nescio qua, in qua dicebatur Filius innascibilis, hanc ego doctrinam, quae aut duo principia dicit aut Filium innascibilem cum ipso auctore damno, qui scripsit. Item dixit: Ego sectam, quae recitata est, damno cum auctore. Item dixit: Date mihi chartulam, ipsis verbis condemno. Et cum accepisset chartulam, de scripto recitavit: Omnes libros haereticos, et maxime Priscilliani doctrinam, iuxta quod hodie lectum est, ubi innascibilem Filium scripsisse dicitur, cum ipso auctore damno. Et Comasius presbyter ex chartula legit: Cum catholicam et Nicaenam fidem sequamur omnes et scriptura recitata sit, quam Donatus presbyter. ut legitur, ingessit, ubi Priscillianus innascibilem esse Filium dixit, constat; hoc contra Nicaenam fidem esse dictum, atque ideo Priscillianum huius dicti auctorem cum ipsius dicti perversitate et quos male condidit libros cum ipso auctore condemno. Symphosius episcopus dixit: Si quos male condidit libros cum ipso auctore condemno. Dictinius episcopus dixit: Sequor sententiam domini mei et patris mei et genitoris et doctoris mei Symphosii. Quaecumque loquutus est, loquor, nam scriptum legimus: «Si quis vobis aliter evangelizaverit praeter quam quod evangelizatum est vobis, anathema sit», et iccirco omnia quae Priscillianus aut male docuit aut male scripsit cum ipso auctore condemno. Exemplar definitivae sententiae translatae de gestis. Die qua supra episcopi dixerunt: Legatur scriptura sententiae, et legit: Etsi diu deliberantibus verum, post Caesaraugustanum concilium, in quo sententia in certos quosque dicta fuerat, sola tamen una die praesente Symprosio qui postmodum declinando sententiam, praesens audire contempserat, arduum nobis esset audire iam dictos; litteris tamen sanctae memoriae Ambrosii, quas post illud concilium ad nos miserat, ut si condemnassent, qua perperam egerant et implessent conditiones, quas praescriptas litterae continebant, reverterentur ad pacem (adde quae sanetac memoriae Syricius papa suasisset) magnam nos constat praestitisse patientiam. Et si prius indictum in Toletana urbe concilium declinarant, ad quos illos evocaveramus et audissemus, cur non implessent conditiones, quas sibi ipsi, sancto Ambrosio praesente et audiente posuissent, patuit respondisse Symphosium, se a recitatione eorum, quae dicebant martyres recessisse, ac dehinc deceptum tentumque per plurimos secus aliqua gessisse reperimus, nullis libris apocryphis aut novis scientiis, quas Priscillianus composuerat involutum. Dictinium, epistolis aliquantis pene lapsum, quas omnes sua professione condemnans, correctionem petens, veniam postularet. Quem constat, ut Symphosius fecit, quaecumque contra fidem catholicam Priscillianus scripserat cum ipso auctore damnasse. Caeterum extortum sibi de multitudine plebis probaret, Symphosium, ut ordinaret Dictinium episcopum, quem sanctus Ambrosius decrevisset, bonae pacis tenere presbyterii, non accipere honoris augmentum. Confitentur etiam illud quod alios per diversas ecclesias ordinassent, quibus deerant sacerdotes, habentes hanc fiduciam, quod cum illis propemodum totius Galliciae sentiret plebium multitudo. Ex quibus ordinatus est Paternus Bracarensis ecclesiae episcopus. In hanc vocem confessionis primus erupit, et sectam Priscilliani se scisse, sed, factum episcopum, liberatum se ab ea, lectione librorum sancti Ambrosii esse iuraret. Item Isonius, nuper baptizatum se a Symphosio et episcopum factum, hoc se tenere, quod in praesenti concilio Symphosius professaus est, respondit. Vegetinus vero, olim ante Caesaraugustanum concilium episcopus sanctus, similiter libros Priscilliani cum auctore damnaverat, ut de caeteris Acta testantur. De quibus qui consuluntur episcopi iudicabunt. Herenas clericos suos sequi maluerat, qui sponte, nec interrogati Priscillianum catholicum sanctumque martyrem clamassent atque ipse usque ad finem catholicum esse dixisset, persecutionem ab episcopis passum; quo dicto omnes sanctos, iam plurimos quiescentes, aliquos in hac luce durantes, suo iudicio deduxerit in reatum. Hunc cum omnibus tam suis clericis quam diversis episcopis, hoc est Donato, Acurio, Aemilio, qui ab eorum professione recedentes, maluissent sequi consortium perditorum decernimus a sacerdotio submovendum, quem constaret etiam de reliquis verbis suis convictum per tres episcopos, multos quoque presbyteros sive diaconos cum periurio esse mentitum. Vegetinum autem, in quem nulla specialiter dicta fuerat ante sententia, data professione, quam synodus accepit, statuimus communioni nostrae esse reddendum. 5) Sulp. Sev. Chron. 2. 46327: 1) Sequuntur tempora aetatis nostrae gravia et periculosa, quibus non usitato malo pollutae ecclesiae et perturbata omnia. namque tum primum infamis illa Gnosticorum haeresis intra Hispanias deprehensa, superstitio exitiabilis arcanis occultata secretis. (2) origo istius mali Oriens atque Aegyptus, sed quibus ibi initiis coaluerit haud facile est disserere; primus eam intra Hispanias Marcus intulit, Aegypto profectus, Memphi ortus. huius auditores fuere Agape quaedam, neu ignobilis mulier, et rhetor Helpidius. (3) ab his Priscillianus est institutus, familia nobilis, praedives opibus, acer, inquies, facundus, multa lectione eruditus, disserendi ac disputandi promptissimus, (4) felix profecto, si non pravo studio corrupisset optimum ingenium; prorsus multa in eo animi et corporis bona cerneres. vigilare multum, famem ac sitim ferre poterat, habendi minime cupidus, utendi parcissimus. (5) sed idem vanissimus et plus iusto inflatior profanarum rerum scientia; quin et magicas artes ab adolescentia eum exercuisse creditum est. is ubi doctrinam exitiabilem aggressus est, multos nobilium pluresque populares auctoritate persuadendi et arte blandiendi allicuit in societatem. (6) ad hoc mulieres novarum rerum cupidae, fluxa fide et ad omnia curioso ingenio, catervatim ad eum confluebant; quippe humilitatis speciem ore et habitu praetendens honorem sui et reverentiam cunctis iniecerat. (7) iamque paulatim perfidiae istius tabes pleraque Hispaniae pervaserat, quin et nonnulli episcoporum depravati, inter quos Instantius et Salvianus Priscillianum non solum consensione, sed sub quadam etiam coniuratione susceperant, (8) quoad Hyginus, episcopus Cordubensis, ex vicino agens, comperta ad Ydacium Emeritae sacerdotem referret. (9) is vero sine modo et ultra quam oportuit Instantium sociosque eius lacessens, facem quandam nascenti incendio subdidit, ut exasperaverit malos potius quam compresserit. 47. Igitur post multa inter eos nec digna memoratu certamina apud Caesaraugustam synodus congregatur, cui tum etiam Aquitani episcopi interfuere. (2) verum haeretici committere se iudicio non ausi; in absentes tamen lata sententia damnatique Instantius et Salvianus episcopi, Helpidius et Priscillanus laici. (3) additum etiam ut, si qui damnatos in communionem recepisset, sciret in se eandem sententiam 327 Esta obra está fechada en torno a 403-404. PL020, Sulpicius Severus, Chronicorum, cols. 155-160. CSEL 1, 1866. promendam. atque id Ithacio Sossubensi episcopo negotium datum, ut decretum episcoporum in omnium notitiam deferret et maxime Hyginum extra communionem faceret, qui, cum primus omnium insectari palam haereticos coepisset, postea turpiter depravatus in communionem eos recepisset. (4) interim Instantius et Salvianus damnati iudicio sacerdotum Priscillianum etiam laicum, sed principem malorum omnium, una secum Caesaraugustana synodo notatum, ad confirmandas vires suas episcopum in Abilensi oppido constituunt, rati nimirum, si hominem acrem et callidum sacerdotali auctoritate armassent, tutiores fore sese. (5) tum vero Ydacius atque Ithacius acrius instare, arbitrantes posse inter initia malum comprimi; sed parum sanis consiliis saeculares iudices adeunt, ut eorum decretis atque executionibus haeretici urbibus pellerentur. (6) igitur post multa et foeda certamina Ydacio supplicante elicitur a Gratiano tum imperatore rescriptum, quo universi haeretici excedere non ecclesiis tantum aut urbibus, sed extra omnes terras propelli iubebantur. quo comperto Gnostici diffisi rebus suis, non ausi iudicio certare, sponte cessere, qui episcopi videbantur; ceteros metus dispersit. 48. Ac tum Instantius, Salvianus et Priscillianus Romam profecti, ut apud Damasum, urbis ea tempestate episcopum, obiecta purgarent. (2) sed iter eis praeter interiorem Aquitanicam fuit, ubi tum ab imperitis magnifice suscepti sparsere perfidiae semina. maximeque Elusanam plebem, sane tum bonam et religioni studentem, pravis praedicationibus pervertere. a Burdigala per Delfinum repulsi, tamen in agro Euchrotiae aliquantisper morati, infecere nonnullos suis erroribus. (3) inde iter coeptum ingressi, turpi sane pudibundoque comitatu, cum uxoribus atque alienis etiam feminis, in quis erat Euchrotia ac filia eius Procula, de qua fuit in sermone hominum Priscilliani stupro gravidam partum sibi graminibus abegisse. (4) hi ubi Romam pervenere, Damaso se purgare cupientes, ne in conspectum quidem eius admissi sunt. regressi Mediolanum aeque adversantem sibi Ambrosium reppererunt. (5) tum vertere consilia, ut, quia duobus episcopis, quorum ea tempestate summa auctoritas erat, non illuserant, largiendo et ambiendo ab imperatore cupita extorquerent. ita corrupto Macedonio, tum magistro officiorum, rescriptum eliciunt, quo calcatis, quae prius decreta erant, restitui ecclesiis iubebantur. (6) hoc freti Instantius et Priscillianus repetivere Hispanias; nam Salvianus in urbe obierat; ac tum sine ullo certamine ecclesias, quibus praefuerant, recepere. 49. Verum Ithacio ad resistendum non animus, sed facultas defuit, quia haeretici corrupto Volventio proconsule vires suas confirmaverant. (2) quin etiam Ithacius ab his quasi perturbator ecclesiarum reus postulatus, iussusque per atrocem exsecutionem deduci trepidus profugit ad Gallias; ibi Gregorium praefectum adiit. qui compertis quae gesta erant, rapi ad se turbarum auctores iubet ac de omnibus ad imperatorem refert, ut haereticis viam ambiendi praecluderet. (3) sed id frustra fuit, quia per libidinem et potentiam paucorum cuncta ibi venalia erant. igitur haeretici suis artibus, grandi pecunia Macedonio data, optinent, ut imperiali auctoritate praefecto erepta cognitio Hispaniarum vicario deferretur; (4) nam iam proconsulem habere desierant; missique a magistro officiales, qui Ithacium tum in Treveris agentem ad Hispanias retraherent. quos ille callide frustratus, ac postea per Britannium episcopum defensus illusit. (5) iam tum rumor incesserat clemens, Maximum intra Britannias sumpsisse imperium ac brevi in Gallias erupturum. ita tum Ithacius statuit, licet rebus dubiis, novi imperatoris adventum exspectare; interim sibi nihil agitandum. (6) igitur ubi Maximus oppidum Treverorum victor ingressus est, ingerit preces plenas in Priscillianum ac socios eius invidiae atque criminum. (7) quibus permotus imperator, datis ad praefectum Galliarum atque ad vicarium Hispaniarum litteris, omnes omnino, quos labes illa involverat, deduci ad synodum Burdigalensem iubet. (8) ita deducti Instantius et Priscillianus quorum Instantius prior iussus causam dicere, postquam se parum expurgabat, indignus esse episcopatu pronuntiatus est. (9) Priscillianus vero, ne ab episcopis audiretur, ad principem provocavit. permissumque id nostrorum inconstantia, qui aut sententiam vel in refragantem ferre debuerant aut, si ipsi suspecti habebantur, aliis episcopis audientiam reservare, non causam imperatori de tam manifestis criminibus permittere. 50. Ita omnes, quos causa involverat, ad regem deducti. secuti etiam accusatores Ydacius et Ithacius episcopi, quorum studium super expugnandis haereticis non reprehenderem, si non studio vincendi plus quam oportuit certassent. (2) ac mea quidem sententia est, mihi tam reos quam accusatores displicere, certe Ithacium nihil pensi, nihil sancti habuisse definio; fuit enim audax, loquax, impudens, sumptuosus, ventri et gulae plurimum impertiens. (3) hic stultitiae eo usque processerat, ut omnes etiam sanctos viros, quibus aut studium inerat lectionis aut propositum erat certare ieiuniis, tamquam Priscilliani socios aut discipulos in crimen arcesseret. (4) ausus etiam miser est ea tempestate Martino episcopo, viro plane Apostolis conferendo, palam obiectare haeresis infamiam. (5) namque tum Martinus apud Treveros constitutus non desinebat increpare Ithacium, ut ab accusatione desisteret, Maximum orare, ut sanguine infelicium abstineret; satis superque sufficere, ut episcopali sententia haeretici iudicati ecclesiis pellerentur; saevum esse et inauditum nefas, ut causam ecclesiae iudex saeculi iudicaret. (6) denique quoad usque Martinus Treveris fuit, dilata cognitio est; et mox discessurus egregia auctoritate a Maximo elicuit sponsionem, nihil cruentum in reos constituendum. (7) sed postea imperator per Magnum et Rufum episcopos depravatus et a mitioribus consiliis deflexus causam praefecto Euodio permisit, viro acri et severo. (8) is Priscillianum gemino iudicio auditum convictumque maleficii nec diffitientem obscenis se studuisse doctrinis, nocturnos etiam turpium feminarum egisse conventus nudumque orare solitum, nocentem pronuntiavit redegitque in custodiam, donec ad principem referret. gesta ad palatium delata censuitque imperator, Priscillianum sociosque eius capite damnari oportere. 51. (1). Ceterum Ithacius videns, quam invidiosum sibi apud episcopos foret, si accusator etiam postremis rerum capitalium iudiciis adstitisset - etenim iterari iudicium necesse erat - subtrahit se cognitioni, frustra callidus iam scelere perfecto. (2) ac tum per Maximum accusator apponitur Patricius quidam, fisci patronus. ita eo insistente Priscillianus capitis damnatus est, unaque cum eo Felicissimus et Armenius, qui nuper a catholicis, cum essent clerici, Priscillianum secuti desciverant. (3) Latronianus quoque et Euchrotia gladio perempti. Instantius, quem superius ab episcopis damnatum diximus, in Sylinancim insulam, quae ultra Britannias sita est, deportatus. (4) itum deinde in reliquos sequentibus iudiciis, damnatique Asarivus et Aurelius diaconus gladio, Tiberianus ademptis bonis in Sylinancim insulam datus. Tertullus, Potamius et Iohannes, tamquam viliores personae et digni misericordia, quia ante quaestionem se ac socios prodidissent, temporario exsilio intra Gallias relegati. (5) hoc fere modo homines luce indignissimi pessimo exemplo necati aut exsiliis multati; quod initio iure iudiciorum et egregio publico defensum postea Ithacius iurgiis sollicitatus, ad postremum convictus, in eos retorquebat, quorum id mandato et consiliis effecerat; solus tamen omnium episcopatu detrusus. (6) nam Ydacius, licet minus nocens, sponte se episcopatu abdicaverat; sapienter id et verecunde, nisi postea amissum locum repetere temptasset. (7) ceterum Priscilliano occiso, non solum non repressa est haeresis, quae illo auctore proruperat, sed confirmata latius propagata est. namque sectatores eius, qui eum prius ut sanctum honoraverant, postea ut martyrem colere coeperunt. (8) peremptorum corpora ad Hispanias relata magnisque obsequiis celebrata eorum funera; quin et iurare per Priscillianum summa religio putabatur. at inter nostros perpetuum discordiarum bellum exarserat, quod iam per quindecim annos foedis dissensionibus agitatum nullo modo sopiri poterat. (9) et nunc, cum maxime discordiis episcoporum omnia turbari ac misceri cernerentur cunctaque per eos odio aut gratia, metu, inconstantia, invidia, factione, libidine, avaritia, arrogantia, somno, desidia depravata, (10) postremo plures adversum paucos bene consulentes insanis consiliis et pertinacibus studiis certabant; inter haec plebs Dei et optimus unus quisque probro atque ludibrio habebatur. 6) CTh. 16. 5. 40 pr328: Idem aaa. Senatori praefecto Urbi. Quid de donatistis sentiremus, nuper ostendimus. Praecipue tamen manichaeos vel frygas sive priscillianistas meritissima severitate persequimur. Huic itaque hominum generi nihil ex moribus, nihil ex legibus sit commune cum ceteris. 16. 5. 40. 5329: 328 Esta ley fechada en 22 de febrero de 407 queda integrada en la legislación antiherética de los emperadores Honorio y Arcadio. Supra, n. 307. In mortem quoque inquisitio tendit. Nam si in criminibus maiestatis licet memoriam accusare defuncti, non inmerito et hic debet subire iudicium. Ergo et suprema illius scriptura irrita sit, sive testamento sive codicillo sive epistula sive quolibet genere reliquerit voluntatis qui aut manichaeus aut fryga aut priscillianista fuisse convincitur, hoc quoque casu eadem illa circa gradus superius comprehensos condicione servata: alioquin nec filios heredes existere aut adire permittimus, nisi a paterna pravitate discesserint: delicti enim veniam paenitentibus damus. 16. 5. 43330: Idem aa. Curtio praefecto praetorio. Omnia, quae in donatistas, qui et montenses vocantur, manichaeos sive priscillianistas vel in gentiles a nobis generalium legum auctoritate decreta sunt, non solum manere decernimus, verum in executionem plenissimam effectumque deduci, ita ut aedificia quoque vel horum vel caelicolarum etiam, qui nescio cuius dogmatis novi conventus habent, ecclesiis vindicentur. Poena vero lege proposita veluti convictos tenere debebit eos, qui donatistas se confessi fuerint vel catholicorum communionem refugerint scaevae religionis obtentu, quamvis christianos esse se simulent. Et cetera. Dat. XVII kal. dec. Romae Basso et Philippo conss. 16. 5. 48331: Idem aa. Anthemio praefecto praetorio. Montanistas et priscillianistas et alia huiuscemodi genera nefariae superstitionis per multiplicata scita divalia diversa ultionum supplicia contemnentes ad sacramenta quidem militiae, quae nostris obsecundat imperiis, nequaquam admitti censemus: si quos vero ex his curialis origo vel ordinum nexus aut cohortalinae militiae illigat obsequiis et functionibus, his adstringi praecipimus, ne sub colore damnatae religionis eliciant vacationis cupitae sibi suffragia. Nec enim placet ex lege, quae in occidentalibus partibus promulgata praedictas caerimonias ita insecuta est, ut ab omni contractu eos et propemodum Romana conversatione submoverit, cohortalis militiae vel curiarum eos necessitatibus liberari. Dat. VIIII kal. mar. Constantinopoli Varane v. c. cons. 329 Misma fecha. 330 408 [407] nov. 15. 331 Esta norma está datada en 21 de febrero de 410. 7) Innoc I. Ep. 3332: 1. 2. Eodem Studio, Priscilliani detestabili secta omnium merito consensione damnata, receptos in catholicam fides eos, qui consilio saniore conversi sunt, aegerrime aliquos tulisse cognovimus: quibus factum utile et ipsam ecclesiarum pacem displicuisse detegitur. 8) Hier. Ep. 126333: 1. Super animae statu memini vestrae quaestiunculae, imo maxime ecclesiasticae quaestionis: Utrum lapsa de coelo sit, ut Pythagoras philosophus, omnesque Platonici, et Origenes putant: An a propria Dei substantia, ut Stoici, Manichaeus, et Hispana Priscilliani haeresis suspicantur: An in thesauro habeantur Dei, olim conditae, ut quidam Ecclesiastici stulta persuasione confidunt: An quotidie a Deo fiant, et mittantur in corpora, secundum illud, quod in Evangelio scriptum est, Pater meus usque modo operatur, et ego operor (Joan. 5. 17): An certe ex traduce, ut Tertullianus, Apollinaris, et maxima pars Occidentalium autumant; ut, quomodo corpus ex corpore, sic anima nascatur ex anima, et simili cum brutis animantibus conditione subsistat. Super quo quid mihi videretur [al.videatur], in opusculis contra Ruffinum scripsisse me novi, adversus eum libellum, quem sanctae memoriae Anastasio Episcopo Romanae Ecclesiae dedit [al. edidit]: in quo lubrica et subdola, imo stulta confessione, dum auditorum simplicitati illudere nititur, suae fidei, imo perfidiae illusit: quos libros reor sanctum parentem vestrum habere Oceanum. Olim enim editi sunt, multis Ruffini libris adversus calumnias respondentes. Certe habes ibi virum sanctum et eruditum Augustinum Episcopum, qui viva, ut aiunt, voce docere te poterit et suam, imo per se nostram explicare sententiam. 9) Aug. Ep. 36. 12. 28334: 332 El Pontífice romano, Inocencio I, escribió una carta genérica a los obispos que se habían reunido en el I Concilio de Toledo. Está fechada antes de 408-409. PL020, SS Innocentius I, Epistolae Et Decreta, col. 487. 333 Esta epístola de Jerónimo para Marcelino y Anapsiquia fue escrita en Belén en 411. PL022, Hieronymus, Epistolae Secundum Ordinem Temporum Distributae, cols. 1085-1086. Vid. Labourt, J., Lettres/ Saint Jérome, Tome VII, Paris, 1961. 334 En esta misiva de Agustín a Casulano fechada entre 397-414, se niega la existencia de ningún precepto bíblico que establezca como mandato ayunar el sábado. Sí se reconoce como escandaloso el ayuno en domingo, propio de maniqueos y priscilianistas. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 148-149. Vol. BAC (8). Nec illud moveat quod Priscillianistae, Manichaeorum simillimi, ad ieiunandum die dominico solent testimonium de Apostolorum Actibus adhibere, cum esset apostolus Paulus in Troade. Sic enim scriptum est: In una autem sabbati congregatis nobis frangere panem, Paulus disputabat illis, exiturus alia die produxitque sermonem usque ad medium noctis. Deinde cum descendisset de coenaculo, ubi congregati erant, ad resuscitandum adolescentem, qui gravatus somno de fenestra ceciderat et mortuus ferebatur, de ipso Apostolo Scriptura sic loquitur: Ascendens autem, inquit, cum fregisset panem atque gustasset, satisque esset allocutus usque ad diluculum, sic profectus est. Absit ut hoc sic accipiatur, tanquam solerent Apostoli dominico die solemniter ieiunare. Una enim sabbati tunc appellabatur dies, qui nunc dominicus appellatur, quod in Evangeliis apertius invenitur. Nam dies resurrectionis Domini, prima sabbati a Matthaeo, a caeteris autem tribus una sabbati dicitur; quem constat eum esse, qui dominicus postea appellatus est. Aut ergo post peractum diem sabbati, noctis initio fuerant congregati, quae utique nox iam ad diem dominicum, hoc est ad unam sabbati pertinebat; et ita eadem nocte fracturus panem, sicut frangitur in sacramento corporis Christi, produxit sermonem usque ad medium noctis, ut post sacramenta celebrata, rursus usque ad diluculum alloquens congregatos, quoniam multum festinabat, ut lucescente proficisceretur dominico die: aut certe si in una sabbati non per noctem, sed per diem hora dominici fuerant congregati; eo ipso quod dictum est: Paulus disputabat illis, exiturus alia die, expressa est causa producendi sermonis, quia fuerat exiturus, et eos sufficienter instruere cupiebat. 10) Oros. Comm. 2335: Priscillianus primum in eo Manichaeis miserior, quod ex Veteri quoque Testamento haeresim confirmavit, docens animam quae a Deo nata sit de quodam promptuario procedere, profiteri ante Deum se pugnaturam, instrui adhortatu angelorum; dehinc descendentem per quosdam circulos a principatibus malignis capi et secundum voluntatem victoris principis in corpora diversa contrudi eisque adscribi chirographum. Unde et mathesim praevalere firmabat asserens, quia hoc chirographum solverit Christus et affixerit cruci per passionem suam, sicut ipse Priscillianus in quadam epistola sua dicit: "Haec prima sapientia est in animarum typis divinarum virtutum intellegere naturas et corporis dispositionem. In qua obligatum caelum videtur et terra, omnesque principatus saeculi videntur adstricti sanctorum dispositiones superare. Nam primum Dei circulum et mittendarum in carne animarum divinum chirographum, 335 La consulta o memoria de Orosio a Agustín sobre el error de los priscilianistas y origenistas se ha datado entre 409-414. PL042, Orosius, Consultatio Sive Commonitorium Ad Sanctum Augustinum, cols. 666- 668. El mismo autor, en el Apologeticus contra Pelagium De Arbitrii Libertate (ca. 415), PL031, col. 1175, consideraba que Prisciliano, a pesar de no encontrarse ya entre los vivos, mantenía activo el veneno de su lengua infecta. Vol. BAC (38). angelorum et Dei et omnium animarum consensibus fabricatum patriarchae tenent, qui contra formalis militiae opus possident, et reliqua". Tradidit autem nomina patriarcharum membra esse animae, eo quod esset Ruben in capite, Iuda in pectore, Levi in corde, Beniamin in femoribus, et similia. Contra autem in membris corporis caeli signa esse disposita, id est arietem in capite, taurum in cervice, geminos in bracchiis, cancrum in pectore et cetera, volens subintellegi tenebras aeternas et ex his principem mundi processisse, et hoc ipsum confirmans ex libro quodam, qui inscribitur "Memoria Apostolorum", ubi Salvator interrogari a discipulis videtur secreto et ostendere de parabola evangelica quae habet: Exiit seminans seminare, quia non fuerit seminator bonus, asserens quia, si bonus fuisset, non fuisset neglegens, non vel secus viam vel in petrosis vel in incultis iaceret semen, volens intellegi hunc esse seminantem, qui animas captas spargeret in corpora diversa quae vellet. In quo etiam libro de principe humidorum et de principe ignis plurima dicta sunt volens intellegi arte, non potentia Dei omnia bona agi in hoc mundo. Dicit enim esse virginem quandam lucem, quam Deus volens dare pluviam hominibus principi humidorum ostendat, qui dum eam apprehendere cupit, commotus consudet et pluviam faciat et destitutus ab ea mugitu suo tonitrua concitet. Trinitatem autem solo verbo loquebatur; nam unionem absque ulla existentia aut proprietate asserens sublato "et" Patrem, Filium, Spiritum Sanctum hunc esse unum Christum docebat. 3. Tunc duo cives mei, Avitus et alius Avitus, cum iam tam turpem confusionem per se ipsam veritas sola nudaret, peregrina petierunt. Nam unus Ierosolymam, alius Romam profectus est. Reversi unus rettulit Origenem, alius Victorinum; ex his duobus alter alteri cessit; Priscillianum tamen ambo damnarunt. Victorinum parum novimus, quia adhuc paene ante editiones suas Victorini sectator cessit Origeni. Coeperunt ergo ex Origene magnifica plura proponi, quae ex modica occasione veritas ipsa praecideret. Didicimus enim de Trinitate doctrinam satis sanam omnia, quae facta essent, a Deo facta esse et omnia bona valde et facta de nihilo, tunc deinde Scripturarum solutiones satis sobrias. Omnia haec statim a sapientibus fideli pristinorum expurgatione suscepta sunt. Remansit sola offensa de nihilo. Credere enim persuasum erat esse animam, non tamen persuaderi potuerat factam esse de nihilo argumentantes, quia voluntas Dei nihil esse non possit. Hoc paene usque ad nunc manet. 11) Aug. ad. Oros. 1. 1336: Respondere tibi quaerenti, dilectissime fili Orosi, nec ad omnia debeo, quae in tuo commonitorio posuisti, nec omnino non debeo, ne studium tuum, quod mihi gratissimum est, contempsisse videar et ob hoc intemperanter offendam. Nam in 336 Agustín de Hipona responde a Orosio contra los errores priscilianistas y origenistas en 415. PL042, Augustinus, Contra Priscillianistas Et Origenistas Ad Orosium, cols. 669- 670; 671-672. Vol. BAC (38). quibusdam opusculis nostris, quae vel legisti vel legere poteris, multa dicta sunt, quae valeant adversus haeresim Priscillianistarum, quamvis non mihi eos proposuerim refellendos; sed cum aliud agerem, etiam hoc me egisse nunc intellego, quando ex te audio quid illi sentiant. Quod enim est adversus Manichaeos multis a me locis de anima disputatum, quae licet secundum quemdam modum suum sit immortalis, tamen in deterius deficiendo et in melius proficiendo mutabilis esse convincitur et per hoc non esse Dei substantia dilucidissime ostenditur, simul et priscilliani dogma subvertit. Hoc enim uno firmissime constituto, quod et verissimum est et in se ipso unusquisque admonitus facillime agnoscit, neque illi neque isti inveniunt unde suas fabulas texant. Quid autem opus est ire per amputandos ramos loquacissimi erroris, cuius radicem effodere atque exstirpare compendium est, cum praesertim et ipse gratuleris iam illa fabulosissima deliramenta apud vos esse convicta? 2. 2. Sed de anima quaestionem adhuc usque versari, utrum eam Deus, quoniam particulam vel defluxionem eius non esse iam constat, ex nihilo creasse dicendus sit, eo quod durum et impium videatur voluntatem Dei dicere nihil esse, quo volente creata est, hoc quidem iam non pertinet ad redarguendam Priscilliani sacrilegam vanitatem. Sive enim ex nihilo facta sit anima sive hoc propterea dicendum non sit, quia Dei voluntate facta est, quae voluntas utique non est nihil, tamen, quia facta est atque et Dei natura non est, profecto haeresis illa refellitur, quae animam primitus naturam Dei esse contendit, ut habeat unde connectat, quidquid aliud falsitatis adiungit. Verum quia et istam quaestionem spernere et indiscussam relinquere non oportet, quaerendum est ab istis, qui propterea nolunt animam ex nihilo factam credere, ne voluntatem Dei qua facta est nihil esse asserant, quaerendum est ergo ab eis, utrum nullam creaturam ex nihilo factam esse fateantur. 4. 4. Iam vero quod dolendum addidisti ex priscilliani haeresi ad errorem origenis apud vos homines fuisse delapsos nec ab illa peste potuisse sanari, nisi et ipsa medicina morbidum aliquid intulisset, non est quidem dolor iste culpandus: veritas enim debuit, non falsitas pellere falsitatem, nam hoc mutare est malum, non evitare. Verumtamen quia de ipso Deo creaturarum omnium conditore, hoc est de ipsa coaeterna et incommutabili trinitate ab eis, qui ad vos libros Origenis attulerunt, id traditum esse commemoras quod veritas habet; contra quam veritatem priscillianus sabellianum antiquum dogma restituit, ubi ipse Pater qui Filius, qui et Spiritus Sanctus perhibetur, hoc iste peior, quod etiam de anima ita sentit, ut non eam propriam velit habere naturam, sed de ipso Deo tamquam particulam defluere et tam deformiter inquinari atque in deterius commutari cum Manichaeis audeat affirmare: non parum boni ex libris illis provincia vestra percepit, in ea re maxime, in qua capitaliter erratur; de creatore quippe, non de creatura tam falsa et tam nefaria sentiuntur. Sive ergo in hanc fidem qui deviaverant restituti sunt, sive qui eam nondum noverant illarum disputationum lectione didicerunt, hoc se gaudeant didicisse, quod sanum est. Quod autem et in eis erroris est, quamquam te cognovisse iam videam, tamen quemadmodum contra talia disseratur, ibi melius discere poteris, ubi error ipse et olim exortus est et non olim proditus. 12) Aug. Ep. 166. 3. 7337: Ego quidem ante aliquot annos, cum libros quosdam scriberem de Libero Arbitrio, qui in multorum manus exierunt, et nunc habentur a plurimis, quatuor opiniones de animae incarnatione, Utrum ex illa una quae primo homini data est, caeterae propagentur: an singulis quibusque novae etiam modo fiant: an alicubi iam existentes, vel mittantur divinitus, vel sponte labantur in corpora; ita putavi esse tractandas, ut quaelibet earum vera esset, non impediret intentionem meam, qua tunc adversus eos quantis poteram viribus agebam, qui naturam mali suo principio praeditam, adversus Deum conantur inducere, id est contra Manichaeos; nam de Priscillianistis adhuc nihil audieram, qui non multum ab istis dissimiles blasphemias fabulantur. Ideo quintam opinionem non addidi, quam in tua epistola inter caeteras commemorasti, ne aliquam praeterires, ubi de hac quaestione interroganti rescripsisti religiosae memoriae viro, nobisque in Christi caritate gratissimo Marcellino, quod anima sit pars Dei: primo, quia non de incarnatione eius, sed de natura quaeritur, cum hoc quaeritur; deinde, quia hoc sentiunt illi contra quos agebam, et id maxime agebam ut Creatoris inculpabilem inviolabilemque naturam a creaturae vitiis et labe secernerem, cum illi a substantia mali, cui proprium principium principesque tribuunt, ipsam boni Dei substantiam ex parte qua capta est, corruptam et oppressam, et ad peccandi necessitatem perductam esse contendant. Hoc itaque excepto haereticae opinionis errore, ex quatuor reliquis opinionibus quaenam sit eligenda scire desidero. Quaecumque enim eligenda est, absit ut impugnet hanc fidem de qua certi sumus, omni animae etiam parvuli infantis necessariam esse liberationem ex obligatione peccati, eamque nullam esse nisi per Iesum Christum, et hunc crucifixum. 13) Hier. Ep. 133. 3338: 3. Sed ut dicere coeperam, exponam breviter principum et sociorum tuorum nomina, ut animadvertas, qualium consortio gloriaris. Manichaeus electos suos, quos inter ὰψίδας 337 En la primavera del 415, Agustín de Hipona escribe a Jerónimo planteando algunas dudas sobre el origen del alma humana y hace referencia a las “blasfemias” priscilianistas en torno a la cuestión. PL033, Augustinus, Epistolae, cols. 723-724. Vol. BAC (11a). 338 Esta epístola de Jerónimo de carácter anti-pelagiano se ha fechado en 415. PL022, Hieronymus, Epistolae Secundum Ordinem Temporum Distributae, cols. 1149-1153. Vid. Labourt, J., Lettres/ Saint Jérome, Tome VIII, Paris, 1963. Platonis in coelestibus collocat, dicit omni carere peccato, nec si velint, posse peccare. Ad tanta enim eos virtutum culmina transcendisse, ut carnis operibus illudant. Priscillianus in Hispania pars Manichaei (de turpitudine cujus te discipuli diligunt plurimum) verbum perfectionis, et scientiae tibi temere vindicantes, soli cum solis clauduntur mulierculis, et illud eis inter coitum amplexusque decantant: Tum pater omnipotens foecundis imbribus aether Conjugis in gremium laetae descendit: et omnes Magnus alit, magno commixtus corpore, foetus. (VIRGIL. Georg. 2). Qui quidem partem habent Gnosticae haereseos, de Basilidis impietate venientem. Unde et vos asseritis eos, qui absque legis scientia sunt, peccata vitare non posse. Quid loquor [al. loquar] de Priscilliano, qui et saeculi gladio, et totius orbis auctoritate damnatus est ? Evagrius Ponticus Iberita, qui scribit ad Virgines, scribit ad Monachos, scribit ad eam cujus nomen nigredinis testatur perfidiae tenebras, edidit librum et sententias περὶ ὰπαθεὶας quam nos impassibilitatem vel imperturbationem possumus dicere; quando nunquam animus nullo perturbationis vitio commovetur: et ut simpliciter dicam, vel saxum, vel Deus est. Hujus libros per Orientem Graecos, et interpretante discipulo ejus Ruffino, Latinos plerique in Occidente lectitant. Qui librum quoque scripsit, quasi de Monachis: multosque in eo enumerat, qui nunquam fuerunt, et quos fuisse describit Origenistas: et ab Episcopis damnatos esse non dubium est, Ammonium videlicet, et Eusebium, et Euthymium, et ipsum Evagrium, Or quoque et Isidorum, et multos alios, quos enumerare taedium est: et juxta illud Lucretii: Ac veluti pueris absinthia tetra medentes Cum dare conantur, prius oras pocula circum Contingunt dulci mellis flavoque liquore 4. Cum haec ita se habeant, quid volunt miserae mulierculae oneratae peccatis, quae circumferuntur omni vento doctrinae, semper discentes et nunquam ad scientiam veritatis pervenientes (2. Tim. 3. 6 et 7); et caeteri muliercularum socii, prurientes auribus, et ignorantes quid audiant, quid loquantur, qui vetustissimum coenum, quasi novam suscipiunt temperaturam: qui, juxta Ezechielem, liniunt parietem absque temperamento, et superveniente veritatis pluvia, dissipantur ? Simon Magus haeresim condidit, Helenae meretricis adjutus auxilio. Nicolaus Antiochenus omnium immunditiarum repertor, choros duxit femineos. Marcion Romam praemisit mulierem, quae decipiendos sibi animos praepararet. Apelles Philumenem [al. Philomenem] suarum comitem habuit doctrinarum. Montanus immundi spiritus praedicator, multas Ecclesias per Priscam et Maximillam nobiles et opulentas feminas, primum auro corrupit; deinde haeresi polluit. Dimittam vetera, ad viciniora transcendam. Arius, ut orbem deciperet, sororem principis ante decepit. Donatus per Africam, ut infelices quosque [al. quousque] foetentibus pollueret aquis, Lucillae opibus adjutus est. In Hispania Agape Elpidium, mulier virum, caecum caeca duxit in foveam, successoremque qui Priscillianum habuit, Zoroastris magi studiosissimum, et ex mago Episcopum, cui juncta Galla non gente, sed nomine, germanam huc illucque currentem alterius et vicinae haereseos reliquit haeredem. Nunc quoque mysterium iniquitatis operatur. Duplex sexus utrumque supplantat, ut illud Propheticum cogamur assumere: Clamavit perdix, congregavit quae non peperit, faciens divitias suas, non cum judicio. In dimidio dierum derelinquet eas, et novissimum ejus erit insipiens (Jerem. 17. 11). 14) Zos. Ep. IV. 3339: 3. Atque utinam in Tuentio pravi tantum mores, non etiam priscilliana superstitio patuisset! Quae sedis huius dudum humanitas et misericordia in hoc illi consulere voluit, ut emendatior de caetero permaneret. Quod beneficium sibi pene praeter exemplum praestitum si diligentius observare voluisset, erroris illum anteacti oportuit poenitere, non ita praecipiti impetu ad sacerdotium festinare, ut nec diei veterem solemnitatem, quae praecipue custodienda fuerat, observaret, nec indebito loco crederet abstinendum. 339 Esta epístola del obispo de Roma Zósimo, de breve pontificado, se ha fechado en 417. PL020, SS Zosimus, Epistolae et Decreta, col. 664. 15) Aug. De nat. et orig. Animae. 3.7.9340: Noli credere, nec dicere, nec docere, "animam meritum aliquod perdidisse per carnem, tamquam boni meriti fuerit ante carnem", si vis esse catholicus. Nondum enim natos Apostolus nihil egisse dicit boni vel mali 8. Unde ergo anima potuit ante carnem habere meritum bonum, ubi nihil egerat boni? An forte audebis eam dicere ante carnem bene vixisse, quam non potes ostendere vel fuisse? Quomodo ergo dicis: "Non vis animam ex carne peccati contrahere valetudinem, ad quam vicissim sanctificationem videas transire per carnem, ut per ipsam reparet statum, per quam perdiderat meritum"? Haec dogmata, quibus putatur anima ante carnem habuisse aliquem statum bonum et meritum bonum, si forte nescis, exceptis antiquis haereticis, etiam recentius in Priscillianistis iam catholica damnavit Ecclesia. 16) Consent. Ep. 11*. 1341: Beatissimus dominus meus, frater Sanctitatis vestrae, Patroclus episcopus adversum Priscillianistas, a quibus iam etiam Galliae vastabantur, quaedam me vel inepta atque absurda conscribere violenta compulit caritate; quae quidem, ne fortasse maiore paternitatem tuam taedio lectionis afficerem, apud me statueram retinere. Verum accidit, ut quidam famulus Christi nomine Fronto cui Spiritus Sanctus flagrantissimas fidelis zeli suggerit flammas subitus adveniret; a quo ego cum quid de iniunctis gessisset inquirerem, multa mihi non solum gaudenda, verum etiam stupenda narravit. Iniunxeram quidem ei anno superiore, ut adversus memoratos Priscillianistas, quibus ita Hispaniae scatent, ut circa eos tantum barbari nihil egisse videantur, innocentissima fretus astutia bella susciperet. Docueram quoque eum, et certas quasque personas qua arte aggredi deberet instruxeram mittens ad eum libros, quos nuper conscribere memorato domino meo, fratre vestro, imperante compulsus sum, praecipueque hunc tertium librum, quem, postquam plenius universa condidici quam ob causam ex persona haeretici scripserim, brevis praefatiunculae sermone signatur. Huc igitur venerabilis frater meus Fronto opportunissime, dum fratrem hic Leonam venturum importunitas detineret, advenit qui mihi rettulit nimium multa, ex quibus ego ad monendum pauca narrabo. 340 Este tratado de Agustín, integrado por cuatro libros y también denominado De anima et eius origine Libri Quatuor, está fechado en 419. PL044, Augustinus, De Anima et eius Origine, cols. 515-516. Vol. BAC (3). 341 Esta epístola de Consencio a Agustín se ha datado en 419. En ella queda registrada la extensión de la heterodoxia priscilianista en la Tarraconense varias décadas después de los juicios de Tréveris. Vid. CSEL 88, Wien, 1981, donde J. Divjak incluyó las nuevas epístolas de Agustín (1*-29*). Vid. también Cilleruelo, L., De Luis, P., Obras completas de San Agustín, XI b, Madrid, 1991. 25. Manifesto autem comperi esse nonnullos qui Priscillianistas obscenissimos atque sacrilegos Beatitudinis vestrae tueantur exemplo; dicunt enim: "Africani episcopi Donatistas quoquomodo ad se conversos nequaquam gradu sacerdotii pepulerunt et hoc doctor illustris ac nobilis Augustinus immo ipsa Spiritus Sancti gratia quae per os eius loquitur credidit sanctificandum, cum apud nos tanta crudelitas sit, ut deprehensos in huius dogmatis crimine sacerdotes a sacerdotio detrudamus aut tam inconditam severitatem iudicii statuamus, nemini eorum apud quos haec sacrilegia fuerint deprehensa, nisi per poenitentiam fores Ecclesiae reserandas". 26. Proinde opportuna, ut reor, suggestione ex fiducia familiaritatis et caritatis vestrae, si dignanter admittis, audeo commonere, ut aliquam super hac re sancta ac venerabilis Paternitas tua ad beatissimum fratrem tuum Patroclum episcopum, qui tuis, ut comperi, scriptis desiderat visitari, mittere epistolam iubeat, per quam et provinciarum et personarum et dogmatum diversitas declarata diversam doceat proferri debere sententiam. Multum etenim interest, sicut socordiae videtur meae, inter Hispaniam quae occultum admittit incestum et Africam quae publice fornicatur; ita etiam inter Hispanos qui deprehensi in sacrilegio trepidant et Afros qui etiam pertinaciter in schismate gloriantur magna diversitas est. Eodem modo Priscillianistae omni execratione atque diversa abominatione dignissimi a Donatistis quamvis immitibus atque impacificis distant procul dubio criminum qualitate. 27. Quod si ineptam ac stolidam suggestiunculam meam parvi pendis, deprecor ut audacissimae caritati veniam indulgere digneris. Sane librum cuius mentionem in principio feci prosperitate ipsa tam munda provocatus ad paternitatem tuam credidi destinandum; quem si astutissimis atque electissimis adolescentibus tradi paternitas tua iusserit eosque ita ut oportet instruxerit, arbitror quod multa Priscillianistarum quae in ista praecipue urbe latitant agmina publicentur. Memor mei in aeternum floreas, sancte ac beatissime Domine. 17) Aug. contra. Mend. 2. 2342: Nonne cernis quantum adiuvet haec disputatio eos ipsos, quos pro magna venatione mendaciis nostris capere molimur? Priscillianistarum est enim, sicut ipse monstrasti, ista sententia: cui comprobandae adhibent testimonia de Scripturis, exhortantes suos ad mentiendum tamquam exemplis Patriarcharum, Prophetarum, Apostolorum, Angelorum; non dubitantes addere etiam ipsum Dominum Christum, nec se aliter 342 Respondiendo a Consencio, Agustín le felicita por su celo católico y por su lucha contra la herejía, pero le reprende por su iniciativa de mentir para detectar y delatar priscilianistas. Este tratado Contra la mentira se ha fechado entre 419-421. PL040, Augustinus, Contra Mendacium Ad Consentium, cols. 519- 520; 521-526; 527-528; 535; 538. Vol. BAC (12). arbitrantes veracem suam ostendere falsitatem, nisi Veritatem dicant esse mendacem. Redarguenda sunt ista, non imitanda: nec in eo malo debemus Priscillianistarum esse participes, in quo caeteris haereticis convincuntur esse peiores. Ipsi enim soli, vel certe maxime ipsi reperiuntur, ad occultandam suam quam putant veritatem, dogmatizare mendacium: atque hoc tam magnum malum ideo iustum existimare, quia dicunt in corde retinendum esse quod verum est; ore autem ad alienos proferre falsum, nullum esse peccatum; et hoc esse scriptum: Qui loquitur veritatem in corde suo 3; tamquam hoc satis sit ad iustitiam, etiamsi loquatur quisque in ore mendacium, quando non proximus, sed alienus hoc audit. Propterea putant etiam apostolum Paulum, cum dixisset: Deponentes mendacium, loquimini veritatem; statim addidisse, unusquisque cum proximo suo quia sumus invicem membra 4. Ut videlicet cum eis qui nobis in societate veritatis proximi non sunt, neque, ut ita dicam, commembres nostri sunt, loqui liceat oporteatque mendacium. 3. 4. Quando vero, cum sint Priscillianistae, ut sua venena non prodant, nostros se esse mentiuntur; quisquis nostrum eis credit, etiam illis latentibus, ipse catholicus perseverat: nos contra, ut ad eorum perveniamus indaginem, si Priscillianistas nos esse mentimur; quia eorum tamquam nostra sumus dogmata laudaturi, quisquis ea crediderit, aut confirmabitur apud eos, aut transferetur ad eos interim statim: quid autem hora superventura pariat, utrum inde postea liberentur vera dicentibus nobis, qui decepti sunt fallentibus nobis; et utrum audire velint docentem, quem sic experti sunt mentientem, quis noverit certum? quis hoc esse ignoret incertum? Ex quo colligitur, perniciosius, aut ut mitius loquar, periculosius mentiri Catholicos ut haereticos capiant, quam mentiuntur haeretici ut Catholicos lateant. Quoniam quisquis credit Catholicis mentiendo tentantibus, aut efficitur, aut confirmatur haereticus: quisquis autem credit haereticis mentiendo sese occultantibus, non desinit esse catholicus. Quod ut fiat planius, aliqua exempli gratia proponamus, et ex eis potissimum scriptis, quae mihi legenda misisti. 3. 5. Ecce constituamus ante oculos callidum exploratorem accedere ad eum quem Priscillianistam esse praesenserit; et Dictinii episcopi, vel cogniti vitam, vel incogniti famam laudare mendaciter: est hoc tolerabilius adhuc, quia ille putatur fuisse catholicus, atque ex illo errore correctus. Deinde Priscillianum (hoc enim sequitur in arte mentiendi) venerabiliter commemoraturus est, hominem impium et detestabilem, et pro suis nefariis sceleribus criminibusque damnatum. In qua eius venerabili commemoratione, si forte ille, cui retia tenduntur huiusmodi, firmus Priscillianista non fuerat, hac eius praedicatione firmabitur. Cum autem ad caetera explorantis sermo processerit, et dicentis misereri se eorum quos tantis errorum tenebris tenebrarum auctor involverit, ut honorem animae suae et claritatem divinae prosapiae non agnoscant; tum deinde Dictinii librum, cuius nomen est Libra, eo quod pertractatis duodecim quaestionibus velut unciis explicatur, tantis extulerit laudibus, ut talem Libram, qua horrendae blasphemiae continentur, multis librarum auri millibus pretiosiorem esse testetur: nempe haec astutia mentientis, animam credentis interficit, aut iam interfectam in eadem morte demergit, ac deprimit. Sed, inquies, postea liberabitur. 3. 6. Remanet igitur, ut quod sentiunt Priscillianistae secundum haeresis suae nefariam falsitatem, de Deo, de anima, de corpore, et de caeteris rebus, non dubitemus veraci pietate damnare; quod autem sentiunt, ut veritas occultetur esse mentiendum, sit nobis, et illis, quod absit, dogma commune. Hoc tam magnum malum est, ut etiamsi conatus hic noster, quo eos per mendacium capere cupimus et mutare, ita prosperetur, ut eos capiamus atque mutemus, nullis lucris compensentur haec damna, quibus et nos cum ipsis pro illorum correctione depravamur. 5. 8. Sed nunc adverte quam tolerabilius Priscillianistae in nostra comparatione mentiantur, quando se fallaciter loqui sciunt, quos nostro mendacio liberandos putamus ab eis falsis in quibus errando falluntur. Priscillianista dicit quod anima sit pars Dei, et eiusdem cuius est ille naturae atque substantiae. Magna haec est et detestanda blasphemia. Sequitur enim ut Dei natura captivetur, decipiatur, fallatur, conturbetur atque turpetur, damnetur atque crucietur. At si hoc et ille dicit, qui de tanto malo liberare cupit hominem per mendacium, videamus quid intersit inter utrumque blasphemum. Plurimum, inquis: nam hoc priscillianista dicit ita etiam credens; catholicus autem non ita credens, quamvis ita loquens. Ille ergo blasphemat nesciens, iste autem sciens; ille contra scientiam, iste contra conscientiam: ille habet caecitatem falsa sentiendi, sed in eis habet saltem voluntatem vera dicendi; iste latens videt vera, et volens loquitur falsa. 5. 9. Cum igitur blasphemare Deum doceamus nostros, ut eos Priscillianistae credant suos; videamus quid mali dicant ipsi, quando propterea mentiuntur, ut eos nostros esse credamus. Anathematizant Priscillianum, et ad nostrum arbitrium detestantur; dicunt animam creaturam Dei esse, non partem; exsecrantur Priscillianistarum falsa martyria; catholicos episcopos, a quibus illa haeresis nudata, oppugnata, prostrata est, magnis efferunt laudibus, et caetera huiusmodi. Ecce ipsi vera dicunt quando mentiuntur, non quo simul possit hoc ipsum verum esse quod mendacium est; sed in alio quando mentiuntur, in alio vera dicunt: quando enim nostros se esse mentiuntur, de fide catholica vera dicunt. Ac per hoc ipsi, ne Priscillianistae inveniantur, loquuntur mendaciter vera; nos autem, ut eos inveniamus, non solum mendaciter loquimur, ut ad illos pertinere credamur; sed etiam falsa loquimur, quae ad illorum errorem pertinere cognovimus. Itaque illi quando nostri putari volunt, et falsum est ex parte, et verum est ex parte quod dicunt; falsum est enim eos nostros esse, verum est autem animam partem Dei non esse: nos vero quando ad eos pertinere putari volumus, falsum est utrumque quod dicimus, et Priscillianistas nos esse, et animam partem Dei esse. Illi itaque Deum laudant, non blasphemant, quando se occultant; et quando se non occultant, sed sua proferunt, blasphemare se nesciunt. Ideo si ad fidem catholicam convertantur, consolantur semetipsos, quia possunt dicere quod Apostolus, qui cum inter caetera dixisset: Prius fui blasphemus; misericordiam, inquit, consecutus sum, quia ignorans feci. Nos contra, ut se nobis aperiant, si hoc quasi iustum mendacium fallendis eis capiendisque proferimus, profecto et ad blasphematores Priscillianistas pertinere nos dicimus, et ut nobis credant, sine excusatione ignorantiae blasphemamus. Neque enim catholicus, qui blasphemando vult haereticus credi, potest dicere, ignorans feci. 6. 10. Semper, frater, in talibus causis cum timore recolendum est: Quicumque me negaverit coram hominibus, negabo eum coram Patre meo qui in coelis est. An vero Christum coram hominibus non negat, qui eum coram Priscillianistis negat, ut eos latentes blasphemo mendacio nudet et capiat? Quis autem dubitat, obsecro te, negari Christum, cum sicuti est verus, ita non esse dicitur; et sicut eum priscillianista credit, ita esse dicitur? 6. 11. Sed occultos lupos, inquies, indutos pellibus ovium et dominicum gregem latenter graviterque vastantes, aliter invenire non possumus. Unde ergo innotuerunt Priscillianistae, priusquam huius mendacii fuisset excogitata venatio? unde ad ipsius auctoris illorum, profecto astutioris, et ideo tectioris, cubile perventum est? unde tot tantique manifestati atque damnati, et caeteri innumerabiles partim correcti, partim velut correcti, et in Ecclesiam miserantem collecti sunt? Multas enim vias dat Dominus, quando miseretur, quibus ad eorum perveniatur indaginem: quarum duae sunt aliis feliciores; ut vel ab eis quos seducere voluerunt, aut ab eis quos iam seduxerant, resipiscentibus conversisque monstrentur. Quod facilius fit, si nefarius eorum error, non mendacibus captationibus, sed veracibus disputationibus evertatur. 6. 13. An forte qui eo modo Priscillianistas invenire molitur, ideo non negat Christum, quia ore depromit quod corde non credit? Quasi vero (quod et paulo ante iam dixi) cum dictum esset: Corde creditur ad iustitiam; incassum est additum: ore confessio fit ad salutem? Nonne pene omnes qui Christum coram persecutoribus negaverunt, quod de illo credebant, corde tenuerunt; et tamen ore ad salutem non confitendo perierunt, nisi qui per poenitentiam revixerunt? Quis ita evanescat, ut existimet apostolum Petrum hoc habuisse in corde quod in ore, quando Christum negavit? Nempe in illa negatione intus veritatem tenebat, et foris mendacium proferebat. 6. 14. Quapropter illud quod scriptum est: Qui loquitur veritatem in corde suo; non sic accipiendum est, quasi retenta in corde veritate, loquendum sit in ore mendacium. Sed ideo dictum est, quia fieri potest ut loquatur quisque ore veritatem, quae nihil ei prosit, si eam in corde non teneat, id est, si quod loquitur ipse non credat: sicut haeretici, maximeque iidem Priscillianistae faciunt, cum catholicam veritatem non quidem credunt, sed tamen loquuntur, ut nostri esse credantur. Loquuntur ergo veritatem in ore suo, non in corde suo. Propterea distinguendi erant ab illo de quo dictum est: Qui loquitur veritatem in corde suo. Hanc autem veritatem catholicus sicut in corde loquitur, quia ita credit; ita et in ore debet, ut ita praedicet: contra istam vero nec in corde nec in ore habeat falsitatem, ut et corde credat ad iustitiam, et ore confessionem faciat ad salutem. Nam et in illo psalmo cum dictum esset: Qui loquitur veritatem in corde suo; mox etiam hoc additum est: Qui non egit dolum in lingua sua. 7. 17. Sed si aliter omnino non posset educi de cavernis suis haeretica impietas, nisi a tramite veritatis lingua catholica deviaret; tolerabilius illa occultaretur, quam ista praecipitaretur; tolerabilius in suis foveis delitescerent vulpes, quam propter illas capiendas in blasphemiae foveam caderent venatores; tolerabilius perfidia Priscillianistarum veritatis velamine tegeretur, quam fides Catholicorum ne a Priscillianistis mentientibus laudaretur, a Catholicis credentibus negaretur. Nam si propterea iusta sunt, non qualiacumque, sed blasphema mendacia, quia hoc animo fiunt ut occulti haeretici detegantur; poterunt isto modo, si eodem animo fiant, casta esse adulteria. Quid si enim ex numero Priscillianistarum impudicarum aliqua femina iniiciat oculum in catholicum Ioseph, eique promittat prodituram se latebras eorum si ab illo impetraverit stuprum, certumque sit eam, si ei consensum fuerit, quod pollicita est impleturam? faciendumne censebimus? an intellegemus nequaquam tali pretio merces eiusmodi comparandas? Cur ergo non eruimus capiendos haereticos carne in adulterium defluente, et eruendos putamus ore in blasphemia fornicante? Aut enim licebit utrumque pari ratione defendere, ut ideo haec non esse dicantur iniusta, quia ea facta sunt intentione qua deprehenderentur iniusti: aut si sana doctrina nec propter inveniendos haereticos vult nos cum feminis impudicis saltem corpore, non mente, misceri, profecto nec propter inveniendos haereticos vult a nobis saltem voce, non mente, aut immundam haeresim praedicari, aut castam catholicam blasphemari. 7. 18. At si iustitia merito punit furem, etiam qui dixerit et ostenderit ideo se subtraxisse superflua diviti, ut praeberet necessaria pauperi; si merito punit falsarium, etiam qui se ideo testamentum alienum corrupisse docuerit, ut ille haeres esset qui facturus inde fuerat eleemosynas largas, non ille qui nullas; si merito punit adulterum, etiam qui demonstraverit misericordia se fecisse adulterium, ut per illam cum qua fecit, de morte hominem liberaret; postremo, ut ad rem de qua quaestio est propius accedamus, si merito punit eum qui feminae alicui Priscillianistarum turpitudinis consciae, propterea se adulterino concubitu miscuit, ut ad eorum latebras perveniret: obsecro te, cum dicat Apostolus: Nec exhibeatis membra vestra arma iniquitatis peccato; et ideo nec manus, nec corporis genitalia, nec alia membra flagitiis exhibere debeamus, ut Priscillianistas invenire possimus; quid nos lingua, quid totum os nostrum, quid organum vocis offendit, ut haec exhibeamus arma peccato, tantoque peccato, ubi Deum nostrum, ut Priscillianistas apprehensos ab ignorantiae blasphemiis eruamus, sine excusatione ignorantiae blasphememus? 11. 25. Neque id isto sermone suscepi, quod ad te magis pertinet, qui Priscillianistarum latebras aperuisti, quantum ad eorum attinet dogmata falsa atque perversa; ne ita investigata videantur quasi docenda fuerint, et non redarguenda. Magis ergo fac ut expugnata iaceant, quae fecisti ut prodita pateant: ne dum volumus ad indaginem hominum fallacium pervenire, ipsas falsitates sinamus tamquam insuperabiles permanere; cum potius debeamus et in latentium cordibus destruere falsitates, quam parcendo falsitatibus invenire fallaces. 13. 28. Quod utique totum fingitur, ut ad rem quae intenditur, ficta quidem narratione, non mendaci tamen, sed veraci significatione veniatur. Haec dixi propter id quod scriptum est de Iesu: Et ipse se finxit longius ire; ne quisquam ex hoc verbo, sicut Priscillianistae, licitum volens habere mendacium, insuper etiam Christum contendat fuisse mentitum. Quisquis autem vult intellegere illud fingendo quid praefigurarit, attendat quid agendo perfecerit. Longius namque postea profectus super omnes coelos, non tamen deseruit discipulos suos. Propter hoc significandum futurum divinitus factum, ad praesens illud est humanitus fictum. Et ideo significatio verax in illa est fictione praemissa, quia in hac profectione illius est significationis veritas subsecuta. Ille igitur contendat Christum mentitum esse fingendo, qui negat eum quod significavit implevisse faciendo. 18) CTh. 16. 5. 59343: Idem aa. Asclepiodoto praefecto praetorio. Post alia: manichaei et fryges, quos pepyzitas sive priscillianistas vel alio latentiore vocabulo appellant, arriani itidem macedonianique et eunomiani, novatiani ac sabbatiani ceterique haeretici sciant universa sibi hac quoque constitutione denegari, quae illis generalium sanctionum interdixit auctoritas, puniendis, qui contra generalium constitutionum interdicta venire temptaverint. Dat. V id. april. Constantinopoli Asclepiodoto et Mariniano conss. 16. 5. 65. 2344: Post haec, quoniam non omnes eadem austeritate plectendi sunt, arrianis quidem, macedonianis et apollinarianis, quorum hoc est facinus, quod nocenti meditatione decepti credunt de veritatis fonte mendacia, intra nullam civitatem ecclesiam habere liceat; novatianis autem et sabbatianis omnis innovationis adimatur licentia, si quam forte temptaverint; eunomiani vero, valentiniani, montanistae seu priscillianistae, fryges, marcianistae, borboriani, messaliani, euchitae sive enthusiastae, donatistae, audiani, hydroparastatae, tascodrogitae, fotiniani, pauliani, marcelliani et qui ad imam 343 9 de abril de 423. Supra, n. 307. 344 30 de mayo de 428. usque scelerum nequitiam pervenerunt manichaei nusquam in Romano solo conveniendi orandique habeant facultatem; manichaeis etiam de civitatibus expellendis, quoniam nihil his omnibus relinquendum loci est, in quo ipsis etiam elementis fiat iniuria. 19) Aug. Haer. 70345: PRISCILLIANISTAE, quos in Hispania Priscillianus instituit, maxime Gnosticorum et Manichaeorum dogmata permixta sectantur, quamvis et ex aliis haeresibus in eos sordes tamquam in sentinam quamdam horribili confusione confluxerint. Propter occultandas autem contaminationes et turpitudines suas habent in suis dogmatibus et haec verba: "Iura, periura, secretum prodere noli". 20) Prosp. Chron. 734-736346: Ea tempestate Priscillianus episcopus de Gallaecia ex Manichaeorum et Gnosticorum dogmate haeresim nominis sui condidit. Priscillianus in synodo Burdegalensi se damnandum intelligens, ad imperatorem Maximum provocavit, auditusque Treviris ab Evodio praefecto praetorio, a Maximo gladio addictus est, cum Eucrocia Delphidii rhetoris coniuge, et Latroniano, aliisque erroris consortibus. Burdegalae quaedam Priscilliani discipula nomine Urbica, ob impietatis pertinaciam per seditionem vulgi lapidibus extincta est. Ithacius et Ursacius episcopi, ob necem Priscilliani, cuius accusatores fuerant, Ecclesiae communione privantur. 21) Vicent. Lir. Comm. 1. 24347: 345 Supra, n. 315. PL042, Augustinus, De Haeresibus, col. 44. Vol. BAC (38). 346 Supra, n. 272. PL051, Prosperus Aquitanus, Chronicum Integrum In Dua Partes Distributum, cols. 584- 587. 347 El monje galorromano Vicente de Lerins escribió su Commonitorium en 434. PL050, Vicentius Lirinensis, Commonitorium Primum, cols. 671-672. Vid. la traducción al castellano de J. Madoz, Madrid, 1943. Quis ante crudelissimum Novatianum crudelem Deum dixit, eo quod mallet mortem morientis quam ut revertatur et vivat? Quis ante magum Simonem, apostolica districtione percussum (a quo vetus ille turpitudinum gurges usque in novissimum Priscillianum continua et occulta succesione manavit) auctorem malorum, id est sclerum, impietatum, flagitiorumque nostrorum ausus est dicere creatorem Deum? 25. Lege Pauli Samosateni opuscula, Priscilliani, Eunomii, Joviniani, reliquarumque pestium; cernas infmitam exemplorum congeriem, prope nullam omitti paginam quae non novi aut veteris Testamenti sententiis fucata et colorata sit. 22) Turibius. Ep. ad Idac. et Cep. 5348: Ex quibus Manichaei et Priscillianistae vel quaecumque illis est secta germana omnem haeresim suam confirmare nituntur; et maxime ex blasphemissimo illo libro qui vocatur Memoria apostolorum, in quo ad magnam perversitatis suae auctoritatem doctrinam Domini mentiuntur, qui totam destruit legem veteris Testamenti et omnia quae S. Moysi de diversis creaturae factorisque divinitus revelata sunt; praeter reliquas eiusdem libri blasphemias, quas referre pertaesum est. 23) Leo. Ep. 15349: PRAEFATIO. Nam et epistolae sermo et commonitorii series et libelli tui textus eloquitur Priscillianistarum apud vos foetidissimam reclauisse sentinam. Nihil est enim sordium in quorumcumque sensibus impiorum quod non in hoc dogma confluxerit, quoniam de omni terrenarum opinionum luto multiplicem sibi faeculentiam miscuerunt, ut soli totum biberent quidquid alii ex parte gustassent. Denique si universae hereses quae ante Priscilliani tempus exortae sunt, diligentius retractentur, nullus paene invenietur error de quo non traxerit impietas ipsa contagium; quae non contenta eorum recipere falsitates qui ab evangelio Christi sub nomine deviarunt, tenebris se etiam paganitatis inmersit, ut per magicarum artium profana secreta et mathematicorum vana mendacia religionis fidem morumque rationem in potestate daemonum et in effectu siderum conlocaret. 348 Hacia el 445, Toribio, recientemente ordenado obispo de Astorga, envía una carta a dos obispos de Gallaecia (Hidacio y Coeponio), constatando que el priscilianismo aún goza de gran vitalidad en Hispania. PL054, SS Leo I. Magnus, Epistolae, col. 694. 349 El Pontífice León Magno contesta una carta de Toribio de Astorga el 21 de julio de 447, condenando un buen número de proposiciones priscilianistas y exponiendo la doctrina ortodoxa al respecto. PL054, SS Leo I. Magnus, Epistolae, cols. 678-679; 680; 688-689; 690. Quae vero illic aut quanta pars plebium pestis huius aliena est ubi, sicut dilectio tua indicat, letali morbo etiam quorundam sacerdotum corda corrupta sunt et per quos opprimenda falsitas et defendenda veritas credebatur, per ipsos doctrinae Priscilliani evangelium subditur Christi, ut ad prophanos sensus pietate sanctorum voluminum depravata sub nominibus prophetarum et apostolorum non hoc praediceturquod Spiritus sanctus docuit, sed quod diaboli minister inseruit. 15. 15. Unde si quis episcoporum vel apocrypha haberi per domos non prohibuerit vel sub canonicorum nomine eos codices in ecclesia permiserit legi qui Priscilliani adulterina sunt emendatione vitiati, hereticum se noverit iudicandum, quoniam qui alios ab errore non revocat, seipsum errare demonstrat. 15. 16. Postremo autem capitulo hoc prododit iusta querimonia quod Dictinii tractatus, quos secundum Priscilliani dogma conscripsit, a multis cum veneratione legerentur; cum si aliquid memoriae Dictinii tribuendum putant, reparationem eius magis debeant amare quam lapsum. Non ergo Dictinium sed Priscillianum legunt et illud probant quod errans docuit, non quod correctus elegit. Sed nemo hoc impune praesumat nec inter catholicos censeatur quisquis utitur scriptis non solum ab ecclesia catholica sed etiam a suo auctore damnatis. Non sit perversis liberum simulare quod fingunt nec sub velamine nominis Christiani decretorum imperialium statua declinent. Ideo enim ad ecclesiam catholicam cum tanta cordis diversitate conveniunt ut et quos possunt suos faciant et legum severitatem, dum se nostros mentiuntur, effugiant. Faciunt hoc Priscillianistae, faciunt Manichei, quorum cum istis tam foederata sunt corda ut in solis nominibus discreti, sacrilegiis autem suis inveniantur uniti. Quia etsi vetus Testamentum, quod isti se suscipere simulant, Manichei refutant, ad unum tamen finem utrorumque tendit intentio, cum quod illi abdicando impugnant, isti recipiendo corrumpunt. Quam etsi eloqui erubescimus sollicitissimis tamen inquisitionibus indagatam et Manicheorum, qui comprehensi fuerant, confessione detectam ad piblicam fecimus pervenire notitiam; ne ullo modo dubium posset videri quod in iudicio nostro (cui non solum frequentissima praesentia sacerdotum sed etiam inlustrium virorum dignitas et pars quaedam senatus ac plebis interfuit) ipsorum qui omne facinus perpetrarant, ore reseratum est; sicut ea quae ad dilectionem tuam nunc direximus gesta, demonstrant. Quod autem de Manicheorum foedissimo scelere, hoc etiam de Priscillianistarum incestissima consuetudine olim compertum multumque vulgatum est, et qui per omnia sunt in impietate sensuum pares, non possunt in sacris suis esse dissimiles. 15. 17. In eo vero quod in extrema familiaris epistulae tuae parte posuisti, miror cuiusquam catholici intelligentiam laborare tamquam incertum sit an descendente ad infernum Christo caro eius requieverit in sepulchro; quae sicut vere et mortua et sepulta, ita vere est die tertio suscitata. Hoc enim et ipse Dominus denuntiaverat, dicens ad Iudaeos: “Solvite templum hoc et in triduo suscitabo illud” (Io. 2, 19). Ubi evangelista subiungit: “Hoc autem dicebat de templo corporis sui” (Io. 2, 21). Cuius rei veritatem etiam David propheta praedixerat, loquens sub persona Domini Salvatoris et dicens: Insuper et caro mea requiescet in spe, quoniam non derelinques animam meam in inferno nec dabis sanctum tuum videre corruptionem” (Ps. 15, 9b-10). Quibus utique verbis manifestum est quod caro Christi et vere sepulta requievit et corruptionem non subiit, quia celeriter vivificata reditu animae resurrexit. Quod non credere satis impium est et ad Manichei Priscillianique doctrinam pertinere non dubium, qui sacrilego sensu ita se Christum simulant confiteri ut et incarnationis et mortis et resurrectionis auferant veritatem. 24) Praed. 1. 70350: Septuagesimam haeresim Priscillianorum apud Hispanos Priscillianus legitur inchoasse. Hi animas divinae naturae affirmant. Quas ad agnomen quemdam spontaneum in terris exercendum, per septem coelos et per quosdam gradatim dicunt descendere principatus, et in malignum principem incurrere a quo istum mundum factum volunt, atque ab hoc principe per diversa carnis corpora seminari. Asserunt etiam fatalibus stellis homines colligatos, ipsumque corpus nostrum secundum duodecim signa coeli esse compositum. Prorsus sicut il qui Mathematiei vulgo appellantur, constituunt in capite arietem, taurum in cervice, geminos in humeris, cancrum in pectore, et caetera nominatim signa percurrentes ad plantas, a signo Christi ad signa astrologi migraverunt. Haec et alia fabulosa et vana multa confingunt. Uxores a viris quas potuerint separant. Carnes sicut Manichaei fugiunt. Apocryphas simul cum canonieis Scripturis accipiunt, et in sensus suos allegorizando convertunt. Trinitatem autem, sicut Sabelliani, ipsum sibi Patrem, ipsum sibi Filium, ipsum sibi sanctum Spiritum confitentur. 25) Hyd. Chron. VII351: Priscillianus declinans in haeresim Gnosticorum, per episcopos quos sibi in eadem pravitate collegerat, Abulae episcopus ordinatur: qui aliquot episcoporum conciliis auditus, Italiam petit et Romam. Ubi ne ad conspectum quidem sanctorum episcoporum Damasi et Ambrosii receptus, cum his cum quibus iverat, redit ad Gallias. 350 Supra, n. 317. PL053, Anonymus, Praedestinatus Sive Praedestinatorum Haeresis, col. 612. 351 Supra, n. 278. Estos breves pasajes resumen de manera muy sucinta la historia del priscilianismo desde sus orígenes (ca. 370) hasta 447. PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, cols. 875- 876; 882. Inibi similiter a sancto Martino episcopo, et ab aliis episcopis haereticus iudicatus, appellat ad Caesarem quia in Galliis his [Ms. hisdem] diebus potestatem tyrannus Maximus obtinebat imperii. IX. Priscillianus propter supra dictam haeresem ab episcopatu depulsus, et cum ipso Latronianus laicus, aliquantique sectatores eius apud Trevirim sub tyranno Maximo caeduntur. Exin in Gallaeciam Priscillianistarum haeresis invasit. V. In provincia Carthaginiensi in civitate Toleto synodus episcoporum contrahitur, in qua quod gestis continetur, Symphosius et Dictinius, et alii cum his Gallaeciae provinciae episcopi, Priscilliani sectatores haeresem eius blasphemissimam cum assertore eodem professionis suae subscriptione condemnant. Statuuntur quaedam etiam observanda de Ecclesiae disciplina, communicante in eodem concilio Ortigio episcopo qui Caelenis fuerat ordinatus, sed agentibus Priscillianistis pro fide catholica pulsus factionibus exsulabat. XXIII. Romanae Ecclesiae XLIII [Ms. XLII] praesidet episcopus Leo: huius scripta per episcopi Turibii diaconem Pervincum contra Priscillianistas ad Hispanienses episcopos deferuntur. Inter quae ad episcopum Turibium de observatione catholicae fidei et de haeresum blasphemiis disputatio plena dirigitur, quae ab aliquibus Gallaecis subdolo probatur arbitrio. 26) Conc. Tolet. II352: Pari ratione congovimus quod ad consecrationem basilicarum alienae sortis a vobis episcopi invitentur, et licet sint unius fidei copula nobiscum in Christo connexi, tamen nec provinciae privilegiis nec rerum Domini noscitur utilitatibus convenire, quia iam ad ipsum huiuscemodi fama perlata est ; ideoque salubri ordinatione censuimus, ut si quando talis neccessitas incubuerit, litteris nos informare debeatis, et aut per nos aut per eum qui nobis ex fratribus et coepiscopis nostris visus fuerit et consecratio ecclesiarum, Deo auspice, poterit celebrari Praetera perditissimam Priscillianistarum sectam non tam actis, quam nomine a vobis praecipue novimus honorari. Domino eximio preacipuoque christicolae domino et filio Toribio Montanus episcopus353: 352 En las Actas del segundo concilio de obispos del reino visigodo de Toledo, que se celebró en el año 527 durante el reinado de Amalarico, presidido por el propio obispo metropolitano de la capital (Montano), se incluye una carta de Montano (530) donde reprime severamente a ciertos presbíteros de Palencia por usurpar prácticas correspondientes a los obispos, por admitir a obispos extraños para la consagración de las basílicas y porque algunos honraban a la secta de los priscilianistas, no con hechos pero sí con palabras. op. cit., n. 326, p. 49. Putasne quanta tibi apud Deum maneat merces, cuius sollertia vel instantia et idolatriae error abscessit et Priscillianistarum detestabilis ac pudibunda secta contabuit si tamen adhuc eius nomen honorare desistant, cuius per tuam ammonitionem collapsa esse opera non ignorant. 27) Vig. Ep. Ad. Euth354: 1. Ac primum de his quos Priscillianae haeresis indicasti vitiis inquinari, sancta et conveniente religioni catholicae eos detestatione iudicas arguendos, qui ita se sub abstinentiae simulatae praetextu ab escis videntur carnium submovere, ut hoc exsecrationis potius animo quam devotionis probentur efficere. 28) Conc. Brac. I355: 2. Lucretius episcopus dixit: Prius ergo de statutis fidei, sicut superius dictum est, conferamus. Nam licet iam olim Priscillianae haeresis contagio Hispaniarum provinciis detecta sit et damnata, ne quis tamen aut per ignorantiam aut aliquibus, ut adsolet, scripturis deceptus apocryphis aliqua adhuc ipsius erroris pestilentia sit infectus, manifestius ignaris hominibus declaretur, qui in ipsa extremitate mundi et in ultimis huius provinciae regionibus constituti aut exiguam aut paene nullam rectae eruditionis notitiam contigerunt. Credo autem vestrae beatitudinis fraternitatem nosse quia, eo tempore quo in his regionibus nefandissima Priscillianae sectae venena serpebant, beatissimus papa urbis Romae Leo, qui quadragesimus fere exstitit apostoli Petri successor, per Turibium notarium sedis suae ad synodum Galliciae contra impiam Priscilliani sectam scripta sua direxit. Cuius etiam praecepta Tarraconenses et Carthaginienses episcopi, Lusitani quoque et Baetici, facto inter se concilio, regulam fidei contra Priscillianam haeresem cum aliquibus capitulis conscribentes ad Balconium, tunc huius Bracarensis ecclesiae praesulem direxerunt. Unde quia et ipsum praescriptae fidei exemplar cum suis capitulis prae manibus hic habemus, pro instructione ignorantium, si vestrae placet reverentiae, recitetur. Omnes episcopi 353 En otra epístola del mismo obispo metropolitano de Toledo, ofrece alabanzas al monje Toribio por haber combatido exitosamente la herejía priscilianista en la provincia. op. cit., n. 326, p. 50. 354 Esta epístola del Papa Vigilio dirigida al obispo de Braga, Profuturo, se ha datado en 538. PL069, SS. Vigilius, Epistolae et Decreta, col. 16. 355 En una fecha tan lejana como el 1 de mayo de 561, el rey suevo Ariamiro celebró el Primer Concilio de Braga para reorganizar la Iglesia Católica de su reino tras el abandono del arrianismo. En este sínodo se trataron las pervivencias evidentes del priscilianismo en Gallaecia, con el objetivo de erradicarlas para siempre. op. cit., n. 326, pp. 65-78. dixerunt: Valde necessaria horum capitulorum est lectio, ut, dum simplicioribus quibusque pristina sanctorum patrum statuta panduntur, abominata iam olim a sede beatissimi Petri apostoli et damnata Priscillianae haeresis figmenta cognoscant. Lectum est exemplar fidei cum capitulis suis, quae ne prolixitatem facerent his gestis minime sunt inserta. 3. Post lectionem capitulorum omnes episcopi dixerunt: Licet horum capitulorum lectio necessaria recensita sit, tamen evidentius et simplicius ea quae sunt exsecrabilia, ita praepositis etiam modo capitulis, declarentur, ut et qui minus est eruditus intelligat, et sic sub anathematis sententia explosa iam olim Priscilliani erroris figmenta damnentur; ut quisquis clericus vel monachus sive laicus tale aliquid sentire adhuc vel defendere fuerit deprehensus tamquam vere putre membrum continuo de corpore abscidatur catholicae ecclesiae, ne aut societas eius maculam suae pravitatis recte credentibus ingerat aut amplius de permixtione talium aliquod orthodoxis reputetur opprobrium. Proposita contra Priscillianam haeresem capitula et relecta continent haec: I. Si quis Patrem et Filium et Spiritum Sanctum non confitetur tres personas unius substantiae et virtutis ac potestatis, sicut catholica et apostolica ecclesia docet, sed unam tantum ac solitariam dicit esse personam, ita ut ipse sit Pater qui Filius, ipse etiam sit Paraclitus Spiritus, sicut Sabellius et Priscillianus dixerunt, anathema sit. II. Si quis extra sanctam Trinitatem alia nescio quae divinitatis nomina introducit, dicens quod in ipsa divinitate sit trinitas trinitatis, sicut Gnostici et Priscillianus dixerunt, anathema sit. III. Si quis dicit Filium Dei Dominum nostrum antequam ex virgine nasceretur non fuisse, sicut Paulus Samosatenus et Photinus et Priscillianus dixerunt, anathema sit. IV. Si quis Natalem Christi secundum carnem non vere honorat, sed honorare se simulat ieiunans in eodem die et in dominico, quia Christum in vera hominis natura natum esse non credit, sicut Cerdon, Marcion, Manichaeus, et Priscillianus dixerunt, anathema sit. V. Si quis animas humanas vel angelos ex Dei credit substantia exstitisse, sicut Manichaeus et Priscillianus dixerunt, anathema sit. VI. Si quis animas humanas dicit prius in coelesti habitatione peccasse, et pro hoc in corpora humana in terra deiectas, sicut Priscillianus dixit, anathema sit. VII. Si quis dicit diabolum non fuisse prius bonum angelum a Deo factum nec Dei opificium fuisse naturam eius, sed dicit eum ex chao et tenebris emersisse, nec aliquem sui habere auctorem, sed ipsum esse principium atque substantiam mali, sicut, Manichaeus et Priscillianus dixerunt, anathema sit. VIII. Si quis credit quia aliquantas in mundo creaturas diabolus fecerit, et tonitrua et fulgura et tempestates et siccitates ipse diabolus sua auctoritate faciat, sicut Priscillianus dixit, anathema sit. IX. Si quis animas et corpora humana fatalibus stellis credit adstringi, sicut pagani et Priscillianus dixerunt, anathema sit. X. Si quis duodecim signa de sideribus, quae mathematici observare solent, per singula animi vel corporis membra disposita credunt et nominibus patriarcharum adscripta dicunt, sicut Priscillianus dixit, anathema sit. XI. Si quis coniugia humana damnat et procreationem nascentium perhorrescit, sicut Manichaeus et Priscillianus dixerunt, anathema sit. XII. Si quis plasmationem humani corporis diaboli dicit esse figmentum, et conceptiones in uteris matrum operibus dicit daemonum figurari, propter quod et resurrectionem carnis non credit, sicut Manichaeus et Priscillianus dixerunt, anathema sit. XIII. Si quis dicit creationem universae carnis non opificium Dei sed malignorum esse angelorum, sicut Manichaeus et Priscillianus dixerunt, anathema sit. XIV. Si quis immundos putat cibos carnium, quos Deus in usus hominum dedit, et non propter afflictionem corporis sui, sed quasi immunditiam putans, ita abstineat ab eis, ut nec olera cocta cum carnibus praegustet, sicut Manichaeus et Priscillianus dixerunt, anathema sit. XV. Si quis clericorum vel monachorum praeter matrem aut germanam vel thiam vel quae proxima sibi consanguinitate iunguntur alias aliquas quasi adoptivas feminas secum retinent et cum ipsis cohabitant, sicut Priscilliani secta docuit, anathema sit. XVI. Si quis quinta feria paschali, quae vocatur Coena Domini, hora legitima post nonam ieiunus in ecclesia missas non tenet, sed secundum sectam Priscilliani festivitatem ipsius diei ab hora tertia per missas defunctorum soluto ieiunio colit, anathema sit. XVII. Si quis scripturas quas Priscillianus secundum suum depravavit errorem vel tractatus Dictinii, quos ipse Dictinius antequam converteretur scripsit, vel quaecumque haereticorum scripta sub nomine patriarcharum, prophetarum vel apostolorum suo errori consona confinxerunt, legit et impia eorum figmenta sequitur aut defendit, anathema sit. III. De salutione: Dominus vobiscum. Item placuit ut non aliter episcopi et aliter presbyteri populum, sed uno modo salutent, dicentes: Dominus sit vobiscum, sicut in libro legitur Ruth, et ut respondeatur a populo: Et cum spiritu tuo, sicut et ab istis apostolis traditum omnis retinet Oriens, et non sicut Priscilliana pravitas permutavit. XIV. De oleribus et carnibus. Item placuit ut quicumque in clero cibo carnium non utuntur pro amputanda suspicione Priscillianae haeresis vel olera cocta cum carnibus tantum praegustare cogantur. Quod si contempserint, secundum quod de his talibus sancti patres antiquitus statuerunt, necesse est eos pro suspicione haeresis huius officio excommunicatos omnimodis removeri. [8] Relectis capitulis Lucretius episcopus dixit: Quia opitulante nobis Domino ea quae ad firmitatem catholicae orthodoxae fidei vel quae ad officium ordinis ecclesiastici pertinebant unanimi, sicut oportebat, collatione decrevimus, restat nunc ut ex omnibus his quae per Dei gratiam salubriter statuta sunt, propriam unusquisque nostrum studeat docere atque informare dioecesim. Si quis autem ex nobis in parochiis suis post agnita huius concilii constituta aut clericum aut monachum sanae huic doctrinae resistentem invenerit aut in aliquo adhuc Priscillianae sectae errore latitare persenserit, et non continuo illum excommunicatum et anathematizatum de ecclesia foris eiecerit, ita ut cum huiuscemodi homine nec cibum aliquis fidelium communicare praesumat, noverit se is qui talem recipit et fraternae esse excommunicationi obnoxium et divinae proculdubio sententiae reum. Omnes episcopi dixerunt: Quaecumque a nobis unito per Dei gratiam communi consensu decreta sunt pervigili necesse est sollicitudine observentur, quae ut stabilem placitae constitutionis obtineant firmitatem propria unusquisque his gestis manu subscribat. 29) Conc. Brac. II356: X. Placuit ut quia per stultitiam praesumpti nuper erroris aut certe ex veteris Priscillianae adhuc haeresis foetore corruptos cognovimus quosdam presbyteros in huius praesumptionis audacia retineri, ut in missa mortuorum etiam post acceptum merum oblationem aussi sunt consecrare, ideo hoc praefixae evidentis sententiae admonitione servetur, ut si quis presbyter post hoc edictum nostrum amplius in hac vesania fuerit reprehensus, id est ut nec ieiunus, sed quocumque iam cibo praesumpto, oblationem consecraverit in altari, continuo ab officio suo privatus a proprio deponatur episcopo. 30) Isid. Hisp. Vir. Ill. 15. 19357: 356 Este segundo Concilio de Braga puede fecharse en 572. op. cit., n. 326, p. 84. 357 Isidoro de Sevilla redactó su De viris illustribus entre 615-618, siguiendo el modelo de Jerónimo y Genadio. Manteniendo el interés heresiológico de su más inmediato predecesor, hace una referencia al asunto priscilianista en el contexto de las acusaciones de Itacio de Ossonoba. PL083, Isidorus Itacius, Hispaniarum episcopus, cognomento et eloquio clarus, scripsit quemdam librum sub Apologetici specie, in quo detestanda Priscilliani dogmata, et maleficiorum eius artes, libidinumque eius probra demonstrat, ostendens Marcum quemdam Memphiticum magicae artis scientissimum, discipulum fuisse Manis et Priscilliani magistrum. Ilic autem cum Ursacio episcopo ob necem eiusdem Priscilliani, cuius accusatores exstiterant, Ecclesiae communiune privatus, exsilio condemnatur, ibique die ultimo fungitur, Theodosio Maiore et Valentiniano regnantibus. 31) Isid. Hisp. Etym. 8. 5. 54358: Priscillianistae a Priscilliano vocati, qui in Hispania ex errore Gnosticorum et Manichaeorum permixtum dogma conposuit. 4. 3. Fuentes básicas implícitas. Después de la plasmación de todos estos pasajes concretos de las fuentes básicas explícitas sobre los tres fenómenos en cuestión, pasamos a exponer en un cuadro sintético las principales fuentes básicas implícitas, es decir, aquéllas donde no aparece de manera explícita el término identificativo pero que, sin embargo, han sido tradicionalmente asociadas e interpretadas por la mayoría de los investigadores como documentos reconstructivos de la historia de estos movimientos conflictivos del Occidente tardorromano. Esta distinción entre fuentes básicas explícitas e implícitas está especialmente orientada al estudio de los bagaudas, donde existe un verdadero problema historiográfico al respecto. Existen numerosos textos que registran información de supuestos bagaudas sin definirlos como tales, y esto ha llevado probablemente a identificarlos también donde no los hay. Sin duda, la dificultad y la confusión que destacamos radica en la propia naturaleza frecuentemente ambigua, tendenciosa, subjetiva y contradictoria de las fuentes y del propio término. En el caso de los circumcelliones y del priscilianismo, la identificación resulta mucho más sencilla; no obstante no son pocos los textos que eluden la terminología expresa. Hispaliensis, De Viris Illustribus Liber, col. 1092. Vid. Codoñer, C., El "De viris illustribus" de Isidoro de Sevilla: estudio y edición crítica, Salamanca, 1964. 358 El arzobispo hispano-godo de Sevilla terminó de escribir sus Etymologiae poco antes de su fallecimiento, hacia 627-630. PL082, Isidorus Hispaliensis, Etymologiarum Libri Viginti, col. 303. 4. 3. 1. Primeras informaciones sobre bagaudas en Galia: Las campañas de Maximiano Hercúleo (285-288). Vid. Galletier, E., Panégyriques Latins, I, París, 1949, pp. 27-28; 29; 52; 54-55. Galletier, E., Panégyriques Latins, II, París, 1952, p. 22. 4. 3. 2. Bagaudas en Galia e Hispania durante el siglo V: Vid. Hermann, L., Avianus, Oeuvres, Bruxelles, 1968, pp. 95; 97. Vessereau, J., Préchac, F., Rutilius Namatianus, Sur son retour, París, 1961, p. 12. Vollmer, F., MGH AA XIV, 1, 1905, p. 11. Loyen, A., Sidoine Apollinaire, I, Poèmes, París, 1960, p. 36; 64. Tranoy, A., Hydace, Chronique, I-II, París, 1974, p. 142. Borius, R., Constance de Lyon, Vie de Saint Germain d´Auxerre, París, 1965, pp. 174-176; 196. 4. 3. 3. Los circunceliones norteafricanos: El cisma donatista y sus consecuencias. De la disputa por el obispado de Cartago al Beato de Liébana (311-786). Esta última carta no referenciada con anterioridad puede encontrarse en PL033, Augustinus, Epistolae, col. 953. Vol. BAC (11b). Con respecto a Teodoreto de Ciro, este ambiguo obispo y teólogo oriental escribió una Historia de las herejías con anterioridad a 458-466, (Haereticarum fabularum compemdium). En el apartado sobre el donatismo, sin mencionar a los circunceliones, relata las prácticas de suicidio o “martirio voluntario” tan frecuentemente asociadas a éstos en la literatura anti- donatista de Agustín. PG083, Haereticarum fabularum, Theodoreti episcopi Cyrensis, col. 423 (traducción latina); col. 424 (original griego). Del mismo modo, Filastrio había elaborado un catálogo bastante anterior (ca. 384) sobre las herejías donde nos habla de los circuitores africanos. Según este obispo de Brescia, estos hombres sin residencia fija, merodeaban en busca del falso martirio, y bajo este pretexto vivían como bandidos hasta que alcanzaban la ansiada muerte. Pensando erróneamente que esto les aseguraba la salvación, se condenaban a sí mismos. PL012, Philastrius Episcopus, Liber De Haeresibus, cols. 1197-1198. 4. 3. 4. La controversia priscilianista: Del nacimiento de la doctrina hasta los ecos de Isidoro de Sevilla (375- 630). Para consultar el Concilio de Zaragoza, op. cit., n. 326, pp. 16-19. Con respecto a los Tratados y Cánones, pueden consultarse en castellano en Segura Ramos, B. Prisciliano, tratados y cánones, Madrid, 1975. Toda esta documentación implícita será analizada con posterioridad. Vid. infra, p. 381 ss. En el Primer Concilio de Nîmes (394/396) se intentó ofrecer una solución al “cisma feliciano” que dividía a los obispos de la Galia en dos bandos: los más tolerantes con los responsables de la ejecución de Prisciliano y los más intransigentes contra estos obispos “manchados de sangre”. Este concilio prohibió el diaconado femenino, asunto que se ha vinculado con la controversia priscilianista. En el Concilio de Turín del año 401 (también hay debate sobre la exactitud de la cronología), los obispos de Italia y algunos de las Galias acuerdan en el sexto de sus reglamentos no conceder la comunión de la Iglesia a los felicianos y a ese sector “manchado de sangre”, mostrando una postura de condena a los desenlaces de Tréveris. Vid. infra, n. 2438. En la Ep. 68 de Ambrosio de Milán a Ireneo hay una posible alusión al proceso de Tréveris, CSEL, 82, 2, pp. 169-170. Sin duda, Ambrosio nunca se fió del asesino de Graciano y menos aún fue partidario de que el poder secular se inmiscuyera en asuntos religiosos obstaculizando la libertad de acción de la Iglesia. Sabemos por su Ep. 30, CSEL, 82, p. 208 ss, que Ambrosio protagonizó una segunda embajada ante Máximo en Tréveris representando a Valentiniano II, que coincidió con el proceso civil contra Prisciliano y los suyos. Jerónimo de Estridón en su Ep. 75, fechada en 398, conecta el gnosticismo de Basílides con Hispania y sus mujeres, PL022, Hieronymus, Epistolae Secundum Ordinem Temporum Distributae, cols. 687-688. También en sus Commentariorum in Isaiam Prophetam Libri Duodeviginti, PL024, cols. 622-623. Hidacio nos hacía sospechar sobre la posibilidad de que la oposición de Agreste, obispo de Lucus, a la ordenación de Pastor y Syagrio en 433, estuviese relacionada con la disputa priscilianista. In conventu Lucensi contra voluntatem Agrestii, Lucensis episcopi, Pastor et Syagrius episcopi ordinantur. PL051, Idatius Aqaueflaviensis Episcopus, Chronicum, col. 880. Con respecto al Tratado sobre la Trinidad (De Trinitate fidei catholicae) editado por D. G. Morin a inicios del siglo XX, PL Suppl. II, 1487-1507, existe una tendencia monarquiana que se puso en relación con los tratados de Würzburg. Los Prólogos monarquianos a los cuatro evangelios, que se encuentran en la mayoría de los antiguos manuscritos de la Vulgata, también se atribuyeron a los priscilianistas por A. Hilgenfeld y J. Chapman (“Priscillian, the Author of the Monarchian Prologues to the Vulgate Gospels”, Revue Bénédictine, 23, 1906, p. 335-349). En este mismo contexto de atribuciones aventuradas, D. de Bruyne asoció la Epístola de Tito (PL Suppl. II, 1522-42) y la Regula Consensoria monachorum a los priscilianistas, (“Fragments retrouvés d’apocryphes priscillianistes”, Revue Bénédictine, 24, 1907, pp. 318-335; id., “La ‘Regula consensoria’, une règle des moines priscillianistes”, Revue Bénédictine, 25, 1908, pp. 83-88; id., “Epistola Titi, discipuli Pauli, de dispositione sanctimonii”, Revue Bénédictine, 37, 1925, pp. 47-72) ya que se alababa en la epístola el celibato y el uso de apócrifos. Lo mismo ocurrió con el Apocalipsis de Tomás (Bihlmeyer, D. P, “Un texte non interpolé de l’Apocalypse de Thomas”, Revue Bénédictine, 28, 1911, pp. 270-282). K. Künstle creyó identificar en la Fides Sancti Ambrosii un símbolo herético priscilianista, O. Stegmüller observó semejanzas entre los Tratados priscilianistas y el Fragmentum de creatione mundi (“Das manichäische Fundamentum in einem Sakramentar der frühen Karolingerzeit”, Zeitschrift für katholische Theologie, 74, 1952, pp. 450-463) y P. David consideró que el Tractatus de Ratione Paschae debía ser atribuido a los priscilianistas (“St Martin de Braga est-il l’auteur d’un traité de comput pascal?”, Bulletin des études Portugaises et de l’Institut Français du Portugal, 14, 1950, pp. 283-299. Las suposiciones sobre el también presunto priscilianismo de Egeria (Peregrinatio ad loca sancta) o Baquiario (De fide; De lapso) son meras hipótesis demasiado vinculadas al origen galaico de los mismos. En la epístola que envió el usurpador Máximo al pontífice romano Siricio muy poco después de las ejecuciones de Tréveris, califica a los reos como maniqueos. PL013, Monumenta Vetera ad Arianorum Doctrinam, Epistolae et Decreta, col. 592. El panegirista de Teodosio, Pacato Drepanio, también efectuó alguna alusión indirecta a los juicios de Tréveris hacia el 389. En los Panegyrici Latini, esta composición figura la segunda en el orden del manuscrito pero sería la última (XII) en cuanto a orden cronológico. Vid. el parágrafo XXIX. En el ya mencionado Liber De Haeresibus de Filastrio de Brescia, la herejía LXXXIV nos habla de los Abstinentes de las Galias, Hispania y Aquitania, que siguen igualmente la perniciosísima secta de los gnósticos y maniqueos, separando los matrimonios de los hombres y proponiendo el rechazo de los manjares, concedidos por el diablo según su doctrina. PL012, Philastrius Episcopus, Liber De Haeresibus, cols. 1196-1197. Por su parte, el Pseudo-Jerónimo en su Indiculus De Haeresibus, también ya mencionado, incluye la herejía de los “otros gnósticos” (De Gnosticis aliis) con alusiones que podrían hacer referencia a los priscilianistas. PL081, Isidorus Hispaliensis, Isidoriana. Prolegomena Altera, cols. 638-639. Para la referencia implícita de Hidacio, Vid. PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, col. 882. 184 Tesis Doctoral 5. 1. El contexto histórico. ¿Qué dicen las fuentes? Siendo muy conscientes del papel primordial de las fuentes primarias como parte fundamental de las Ciencias de la Antigüedad, y expuesto el catálogo de textos básicos (tanto explícitos como implícitos), el presente capítulo se dispone a contextualizar todas las informaciones anteriormente referenciadas, acometiendo el análisis lexicológico. No obstante, no podemos limitarnos a una mera exposición de datos bajo cuestionables pretensiones de objetividad. Así pues, introducimos un análisis crítico de los mismos, no sólo contextualizando la información histórica sino también al autor al que nos referimos. Nos debemos, sin duda, a los testimonios que nos han legado los participantes activos del pasado, y esto implica un manejo prudente y responsable de “lo que dicen las fuentes”. Sin embargo, esa misma prudencia ha de emplearse para cuestionar y dudar sobre supuestos contenidos “primarios” o “directos” que no son tales. Con respecto a la metodología, ya hemos dejado suficientemente claro que, en la medida de lo posible y apoyando nuestro trabajo en las traducciones de los filólogos, abordaremos los textos en su lengua original. Creemos que una contextualización histórica pertinente, como ejercicio hermenéutico, no puede desvincularse de la creación originaria. Por su parte, la crítica textual es indisoluble del contexto histórico que determinó las causas del nacimiento del texto, incidiendo a su vez sobre la intencionalidad y la parcialidad del autor. CAPÍTULO 5. UN ANÁLISIS LEXICOLÓGICO CONTEXTUALIZADO 185 R. Serrano Madroñal 5. 2. Primeras informaciones sobre bagaudas en Galia. La Historia Augusta359 es una de las fuentes que más se aproxima al período inmediatamente anterior al origen de los bagaudas. Como sabemos, se trata de una colección de biografías imperiales, que a pesar de los problemas que ha suscitado a los investigadores, constituye un testimonio de información muy importante para el estudio del Imperio romano entre el siglo II-III d. C. En esta obra de probable autoría diversa y compuesta teóricamente en época dioclecianea-constantiniana o quizás más tarde, se expone en las vidas de Carus et Carinus et Numerianus, que el emperador nombró césares a sus hijos, enviando a Carino a gobernar las provincias de la Galia junto a un selecto grupo de consejeros. Asegurando que este territorio necesitaba un gobernante capaz, parece que Caro nunca confío del todo en las capacidades de su primogénito360. En un pasaje posterior en el que se recrea a un Diocleciano aún sirviendo en puestos menores en el ejército, podemos confirmar el arraigo de la tradición céltica existente en el norte de las Galias en dicho período. Según esta fuente, una druidesa profetizó en una taberna en la tierra de los tungros que Diocleciano alcanzaría la púrpura cuando “acabara con un jabalí”361. 359 Vid. la traducción al castellano de Picón, V., Cascón, A., Historia Augusta, Madrid, 1989. 360 7. Ac ne minima quaeque conectam et ea quae apud alios poterunt inveniri, ubi primum accepit imperium, consensu omnium militum bellum Persicum, quod Probus parabat, adgressus est, liberis Caesaribus nuncupatis, et ita quidem ut Carinum ad Gallias tuendas cum viris lectissimis destinaret, secum vero Numerianum, adulescentem cum lectissimum tum etiam disertissimum, duceret. 2 et dicitur quidem saepe dixisse se miserum, quod Carinum ad Gallias principem mitteret, neque illa aetas esset Numeriani ut illi Gallicanum, quod maxime constantem principem quaerit, crederetur imperium. 3 sed haec alias; nam exstant etiam litterae Cari, quibus apud praefectum suum de Carini moribus queratur, ut appareat verum esse quod Onesimus dicit, habuisse in animo Carum ut Carino Caesareanum abrogaret imperium. 4 sed haec, ut diximus, alias in ipsius Carini vita dicenda sunt. nunc ad ordinem revertemur. 361 14-15. Curiosum non puto neque satis vulgare fabellam de Diocletiano Augusto ponere hoc convenientem loco, quae illi data est ad omen imperii. avus meus mihi rettulit ab ipso Diocletiano compertum. 2 "Cum," inquit, "Diocletianus apud Tungros in Gallia in quadam caupona moraretur, in minoribus adhuc locis militans, et cum Druiade quadam muliere rationem convictus sui cottidiani faceret, atque illa diceret, 'Diocletiane, nimium avarus, nimium parcus es,' ioco non serio Diocletianus respondisse fertur, 'Tunc ero largus, cum fuero imperator.' post quod verbum Druias dixisse fertur, 'Diocletiane, iocari noli, nam eris imperator cum Aprum occideris. "1 semper in animo Diocletianus habuit imperii cupiditatem, idque Maximiano conscio atque avo meo, cui hoc dictum a Druiade ipse rettulerat. denique, ut erat altus, risit et tacuit. 2 apros tamen in venatibus, ubi fuit facultas, manu sua semper occidit. 3 denique cum Aurelianus imperium accepisset, cum Probus, cum Tacitus, cum ipse Carus, Diocletianus dixit, "Ego semper apros occido, sed alter utitur pulpamento." 4 iam illud notum est 186 Tesis Doctoral Así pues, Carino aparece retratado como un hombre contaminado por todo tipo de defectos, caracterizado como adúltero y corruptor de la juventud. Su padre le encomendó la dirección de los destinos de Occidente (Galliis atque Italia, Illyrico, Hispaniis ac Britanniis et Africa) pero sus “vicios insólitos” y su “depravación desmesurada” le movieron a rodearse de una camarilla de viles cortesanos. En una actitud contraria a los intereses del Senado, nunca alcanzó las expectativas del Augusto (Caro) y actuó como un mal príncipe fastuoso, altivo y derrochador362. En el pasaje posterior, concluye la Historia Augusta afirmando que cuando Carino supo que su padre y su hermano habían fallecido, cometió actos aún peores que cuando la piedad filial le restringía. No le faltó animosidad para reclamar la púrpura y combatió contra Diocleciano hasta que pereció cerca del río Margus (Mesia) a inicios del verano del 285. En su apología sobre los tetrarcas, el autor anónimo destaca de Diocleciano su atque vulgatum, quod, cum occidisset Aprum praefectum praetorii, dixisse fertur, "Tandem occidi Aprum fatalem." 5 ipsum Diocletianum idem avus meus dixisse dicebat nullam aliam sibi causam occidendi manu sua fuisse nisi ut impleret Druiadis dictum et suum firmaret imperium. 6 non enim tam crudelem se innotescere cuperet, primis maxime diebus imperii, nisi illum necessitas ad hanc atrocitatem occisionis adtraheret. Nótese que en latín, existe un juego de palabras entre aper-apri (jabalí) y Arrio Aper, el prefecto del pretorio al que asesinó Diocleciano tras la muerte de Numeriano. 362 16-17. Dictum est de Caro, dictum etiam de Numeriano, superest nobis Carinus, 16.1 homo omnium contaminatissimus, adulter, frequens corruptor iuventutis (pudet dicere quod in litteras Onesimus rettulit), ipse quoque male usus genio sexus sui. 2 hic cum Caesar decretis sibi Galliis atque Italia, Illyrico, Hispaniis ac Britanniis et Africa relictus a patre Caesareanum teneret imperium, sed ea lege ut omnia faceret quae Augusti faciunt, enormibus se vitiis et ingenti foeditate maculavit, 3 amicos optimos quosque relegavit, pessimum quemque elegit aut tenuit, praefectum urbi unum ex cancellariis suis fecit, quo foedius nec cogitari potuit aliquando nec dici. 4 praefectum praetorii quem habebat occidit; 5 in eius locum Matronianum, veterem conciliatorem, fecit, unum ex suis notariis, quem stuprorum et libidinum conscium semper atque adiutorem habuerat. 6 invito patre consul processit. superbas ad senatum litteras dedit. vulgo urbis Romae, quasi populo Romano, bona senatus promisit. uxores ducendo ac reiciendo novem duxit pulsis plerisque praegnantibus. mimis, meretricibus, pantomimis, cantoribus atque lenonibus Palatium replevit. 8 fastidium subscribendi tantum habuit ut impurum quendam, cum quo semper meretricea iocabatur, ad subscribendum poneret, quem obiurgabat plerumque quod bene suam imitaretur manum. 17.1 habuit gemmas in calceis, nisi gemmata fibula usus non est, balteo etiam saepe gemmato. regem denique illum Illyrici plerique vocitarunt. 2 praefectis numquam, numquam consulibus obviam processit. hominibus improbis plurimum detulit eosque ad convivium semper vocavit. 3 centum libras avium, centum piscium, mille diversae carnis in convivio suo frequenter exhibuit. vini plurimum effudit. inter poma et melones natavit. rosis Mediolanensibus et triclinia et cubicula stravit. 4 balneis ita frigidis usus est, ut solent esse cellae suppositoriae, frigidariis semper nivalibus. 5 cum hiemis tempore ad quendam locum venisset, in quo fontana esset pertepida, ut adsolet per hiemem naturaliter, eaque in piscina usus esset, dixisse balneatoribus fertur, "Aquam mihi muliebrem praeparastis." atque hoc eius clarissimum dictum effertur. 6 audiebat pater eius quae ille faceret, et clamabat, "Non est meus." statuerat denique Constantium, qui postea Caesar est factus, tunc autem praesidatum Dalmatiae administrabat, in locum eius subrogare, quod nemo tunc vir melior videbatur, illum vero, ut Onesimus dicit, occidere. 7 longum est si de eius luxuria plura velim dicere. quicumque ostiatim cupit noscere, legat etiam Fulvium Asprianum usque ad taedium gestorum eius universa dicentem. 187 R. Serrano Madroñal éxito diplomático con los persas, limpiando la vergonzosa mancha que originó la captura de Valeriano. Por su parte, reconoce que Maximiano recuperó las Galias y las sometió de nuevo a las leyes de Roma363. 5. 2. 1. Aurelio Víctor. En su breve historia sobre el Imperio romano publicada en tiempos de Juliano, De Caesaribus, se refería también al reinado de Caro y sus descendientes en términos algo más objetivos. De acuerdo con la Historia Augusta, confirma que los bárbaros aprovecharon la muerte de Probo para invadir las provincias romanas por diversos flancos, por lo que Caro decidió enviar a su hijo mayor a defender las Galias, mientras que él mismo marchaba con Numeriano hacia el frente persa364. Resulta obvio que tras el fallecimiento de Caro y de Numeriano, Carino tuvo que dejar las Galias a toda prisa para presentarse a marchas forzadas en el Illyricum, donde acabó con la usurpación de Juliano, corrector de Venetia. A continuación alcanzó las fronteras de Mesia donde libró combate contra Diocleciano y pereció traicionado por sus propios tribunos, hastiados de su vileza365. 363 18. Hic ubi patrem fulmine absumptum, fratrem a socero interemptum, Diocletianum Augustum appellatum comperit, maiora vitia et scelera edidit, quasi iam liber ac frenis domesticae pietatis suorum mortibus absolutus. 2 nec ei tamen defuit ad vindicandum sibimet imperium vigor mentis. nam contra Diocletianum multis proeliis conflixit, sed ultima pugna apud Margum commissa victus occubuit. 3 Hic trium principum fuit finis, Cari, Numeriani et Carini. post quos Diocletianum et Maximianum principes di dederunt, iungentes talibus viris Galerium atque Constantium, quorum alter natus est, qui acceptam ignominiam Valeriani captivitate deleret, alter, qui Gallias Romanis legibus redderet. 4 quattuor sane principes mundi fortes, sapientes, benigni et admodum liberales, unum in rem publicam sentientes, perreverentes Romani senatus, moderati, populi amici, persancti, graves, religiosi et quales principes semper oravimus. 5 quorum vitam singulis libris Claudius Eusthenius, qui Diocletiano ab epistulis fuit, scripsit, quod idcirco dixi ne quis a me rem tantam requireret, maxime cum vel vivorum principum vita non sine reprehensione dicatur. 364 38. 1-3. Igitur Carus praefectura pollens praetorii augusto habitu induitur, liberis Caesaribus Carino Numerianoque. 2 Et quoniam cognita Probi morte barbarorum quique opportune invaserant, misso ad munimentum Galliae maiore filio Numeriani comitatu in Mesopotamiam pergit protinus, quod ea Persarum quasi sollemni bello subest. 365 39. 9-12. Interim Carinus eorum, quae acciderant, certior spe facilius erumpentes motus sedatum iri Illyricum propere Italiae circuitu petit. 10 Ibi Iulianum pulsa eius acie obtruncat. Namque is cum Venetos correctura ageret, Cari morte cognita imperium avens eripere adventanti hosti obviam processerat. 11 At Carinus ubi Moesiam contigit, illico Marcum iuxta Diocletiano congressus, dum victos avide premeret, suorum ictu interiit, quod libidine impatiens militarium multas affectabat, quarum infestiores viri iram tamen doloremque in eventum belli distulerant. 12 Quo prosperius cedente metu, ne huiuscemodi 188 Tesis Doctoral Siguiendo las palabras del relato, Aurelio Víctor nos ofrece el primer testimonio explícito registrado sobre los bagaudas. En este contexto de luchas por el poder, Aelianus y Amandus levantaron en la Galia a una tropa agrestium ac latronum366, aprovechando la salida de Carino367 y sus ejércitos en 285. Los incolae, es decir, los habitantes locales o indígenas de la región los llaman Bagaudas368. Los bagaudas saquearon una gran extensión de campos369, e intentaron asediar la mayoría de las ciudades370, por lo que Diocleciano decidió enviar a Maximiano a las Galias, un hombre semiagrestem pero de probada lealtad y excelentes condiciones para comandar ejércitos. En estas circunstancias, comenzó a configurarse el sustento ideológico-religioso de la Diarquía, donde Diocleciano ocupó el trono de Júpiter añadiendo a su onomástica el apelativo Iovium, mientras que el césar Maximiano pasaba a ser su lugarteniente Herculio. En su campaña, Maximiano pacificó toda la Galia en poco tiempo371 y se impuso militarmente frente a unos enemigos dispersados o derrotados en una guerra372 en la que destacó Carausio, un menapio373 conocido por sus hazañas. 5. 2. 2. Los panegíricos en honor de Maximiano. ingenium magis magisque victoria insolesceret, sese ulti sunt. Is finis Caro liberisque; Narbone patria, imperio biennii fuere. 366 Cf. Supra, p. 96. Estos dos calificativos empleados por el autor nos informan sobre la composición heterogénea de esta tropa, configurada tanto por individuos de carácter campestre como por salteadores y bandidos. Es cierto que latro puede significar también “escolta” o “mercenario”. 367 El texto deja claro que el levantamiento se produce aprovechando la partida de Carino (ubi comperit Carini discessu) y no antes. 368 Con independencia del debate historiográfico que se ha generado en torno a la etimología de esta palabra, del que hablaremos en su momento, este término no existía en latín hasta la fecha y el hecho de que sea empleado por los incolae de las Galias nos mueve a pensar que se trata de un vocablo céltico. 369 Populatis late agris. 370 Plerasque urbium tentare. 371 in Galliam profectus, fusis hostibus aut acceptis, quieta omnia brevi patraverat. 372 Se utiliza sin equívocos la palabra bello. 373 Los menapios eran originarios de la Gallia Belgica. Por todos es conocida la posterior usurpación del mismo. 189 R. Serrano Madroñal Existen dos panegíricos coetáneos atribuidos a Claudio Mamertino374 en honor de Maximiano, fechados respectivamente en 289 y 291 y pronunciados en la corte del Herculius, Tréveris. El primero375, coincidiendo con el dies natalis urbis Romae (21 de abril), nos ofrece una información implícita de gran interés. En un discurso revestido de retórica propagandística, pero cronológicamente376 muy próximo a los hechos narrados, el rétor recuerda “aquel mal377”, que semejante a “monstruos biformes378” se produjo en “estas tierras379”. El autor no sabría identificar si fue más eficaz la represión380 o la clemencia381 que empleó el César Maximiano382 contra los ataques de estos ignari agricolae383 ataviados como militares384. Haciendo uso de labradores como infantería385 y de pastores como caballería386, imitaron al enemigo bárbaro y devastaron sus propios cultivos387. El panegirista no tiene intención de detenerse más tiempo388 en relatar 374 En la colección XII Panegyrici Latini se constata la existencia de otro Claudio Mamertino de época posterior, autor de un panegírico (III) en honor de Juliano. Esto ha llevado a dudar sobre la autoría de los panegíricos en honor de Maximiano (X, XI). Bien es cierto que podría tratarse de un magister memoriae de época dioclecianea que tuvo el mismo nombre. 375 Claudii Mamertini, Panegyricus Maximiano Augusto Dictus. Cf. Supra, p. 174. 376 A diferencia del De Caesaribus de Aurelio Víctor, escrito unos 76 años después de lo acontecido, este panegírico fue declamado apenas cuatro años después de los sucesos. 377 Illud malum. 378 Monstrorum biformium. El relato está cargado de connotaciones mitológicas y no resulta sorprendente que Maximiano “Hercúleo” se enfrente contra “monstruos biformes”. 379 In hisce terris. Sabemos que el panegírico se pronunció en Tréveris, por lo que podríamos especificar la ubicación geográfica del conflicto algo más. Augusta Treverorum se encontraba al NE de las Galias, en la parte más oriental de la Gallia Belgica. 380 Repressum. 381 Clementia. 382 El autor se refiere a Maximiano en este pasaje como Caesar, quizás porque no alcanzó el título de Augusto hasta 286. No obstante, en 289 el hercúleo ya era co-emperador y por ello el panegírico lleva por título Panegyricus Maximiano Augusto Dictus. 383 La expresión atestigua que se trataba de agricultores ignorantes, inexpertos o desconocedores del arte de la guerra. 384 Cum militaris habitus. 385 Cum arator peditem. 386 Cum pastor equitem. 190 Tesis Doctoral esta campaña menor, que el propio Maximiano, repleto de humildad y de amor a la patria389, prefiere olvidar390. Inmediatamente después391 de haber aplacado392 aquel deplorable furor393, Maximiano tuvo que enfrentarse a una gran invasión de pueblos bárbaros que penetraron con gran ímpetu en las Galias394. Con posterioridad, el autor hace referencia a sus innumerables combates y a las consecuentes victorias395 del Augusto por toda la Galia, tantas y tan gloriosas que superan los límites de una oratio. Con respecto al otro panegírico en honor de Maximiano y atribuido al mismo autor396, fue pronunciado en Tréveris en 291, el día del Genethliacus (21 de julio) del propio emperador o quizás se conmemoró el natalis geminus, día en el que Diocleciano adoptó el nombre de “Jovio” y Maximiano el de “Hercúleo”. En un clima de concordia entre los Augustos, tras su reunión en Mediolanum, este panegírico retoma la retórica mitológica y asociando a Diocleciano397 con Júpiter, afirma que expulsó a los titanes de sus posesiones celestes398 y después derrotó a los gigantes399. 387 Cum hostem barbarum suorum cultorum rusticus vastator imitatus est? 388 Ego cursim praetero. 389 El texto usa la palabra pietate; sabemos que la pietas era aquel sentimiento que movía a los individuos a actuar de acuerdo con los deberes y los mandatos de los dioses, de los padres, de la patria, amigos, etc. 390 Oblivionem illius victoriae malle quam gloriam. 391 Statim, vixdum. 392 Sopito. 393 Furore. La palabra furor-oris puede traducirse también por “locura” o “delirio”. Así se refiere a la revuelta sofocada por Maximiano. 394 Cum omnes barbariae nationes excidium universae Galliae minarentur neque solum Burgundiones et Alamanni, sed etiam Chaibones Erulique, viribus primi barbarorum, praecipiti impetu in has provincias irruissent. Sabemos que esta invasión se produjo en el otoño del 285. 395 Transeo innumerabiles tuas tota Gallia pugnas atque victorias. Después de derrotar a los “bagaudas” en el verano del 285, se enfrentó a los invasores germanos en otoño del 285, protagonizó campañas ofensivas contra las tribus transrenanas entre 286-287 o contra los piratas francos en 288. Es cierto que la usurpación de Carausio en Britania no pudo ser contestada con eficacia hasta que Constancio Cloro acabó con los rebeldes años después. 396 Claudii Mamertini, Panegyricus Genethliacus Maximiano Augusto Dictus, (XI). Cf. Supra. p. 164. 397 Diocletiani auctor deus. 398 Depulsos quondam caeli possessione Titanas. 191 R. Serrano Madroñal Como ya hemos visto, el Panegyricus Maximiano Augusto Dictus de 289 comparaba a los “bagaudas” con “monstruos biformes”, estableciendo una analogía evidente con los gigantes mitológicos que tenían cuerpos humanoides de enorme estatura y piernas serpentiformes. De acuerdo con la mitología, Zeus/Júpiter/Diocleciano, necesitó de un mortal (Hércules/Maximiano) para acabar con éstos, siguiendo las directrices de un oráculo. En otra alusión a las numerosas victorias militares de los Augustos, el panegirista no quiere reiterarse400 con los éxitos que llevaron a Maximiano y a Diocleciano a liberar la república401 de la ferocidad402 y a la recuperación de provincias castigadas frecuentemente por la devastación403. En el último de los panegíricos404 destacables por su información implícita, un rétor anónimo se encargó de alabar la obra política de Maximiano y Constantino en Tréveris (307) aprovechando la celebración de la boda de este último con Fausta, la hija del Hercúleo. Recordando las gestas de Maximiano, se dice que “aquí está”405 el artífice de la recuperación y la salvación de las Galias406, entregadas de nuevo a la república, después de haber estado “embrutecidas por la injusticia407”. 399 Et mox biformium bella monstrorum. Hay que tener en cuenta que, según la mitología clásica que reviste toda esta propaganda política, la Titanomaquia consistió en que una nueva generación de dioses suplantó a la anterior a través de una serie de batallas. Por su parte, la Gigantomaquia fue una guerra posterior que enfrentó a los gigantes contra los dioses olímpicos. Nótese que, de acuerdo con el relato clásico, existía un oráculo que advirtió de la necesidad absoluta que tenían los dioses de contrar con un mortal (Hércules) para poder acabar con los gigantes, que por cierto eran “monstruos biformes” puesto que poseían serpientes en lugar de piernas. 400 Non commemoro igitur; non dico; taceo. 401 Republicam…liberatam. 402 Saevissimo. 403 Exacerbatas saeculi prioris iniuriis per clementiam vestram ab obsequium redisse provincias. 404 Incerti, Panegyricus Maximiano et Constantino Dictus. Cf. Supra. p. 174. Maximiano había abdicado en 305 pero tan sólo un año después reapareció como Augusto para apoyar la rebelión de Majencio. Tras intentar deponer sin éxito a su propio hijo, huyó a la corte de Constantino en Tréveris, donde casó a su hija Fausta con el sucesor de Constancio Cloro en 307. 405 Hic est in ipso ortu numinis sui. Esta expression hace referencia a que Maximiano llevó a cabo la pacificación de las Galias en el momento en el que su divinidad “hercúlea” despegó como un astro. 406 Gallias priorum temporum …rei publicae ad obsequium reddidit, sibi ipsas ad salutem. 407 Iniuriis efferatas. 192 Tesis Doctoral Habiendo visto que los tres panegíricos de Maximiano (289) (291) (307) son las fuentes más próximas a los acontecimientos, deberíamos preguntarnos por qué no mencionan en ningún momento la palabra “bagauda” y sí lo hace Aurelio Víctor más de medio siglo después. Si tenemos claro que un panegírico408 es un discurso elaborado para leer públicamente alabanzas sobre un individuo, podremos entender mejor que los autores buscan de una manera intencionada destacar los logros alcanzados por el susodicho y minimizar, silenciar o incluso invisibilizar cualquier tipo de aspecto negativo. Así como nunca se menciona la verdadera dificultad que tuvieron los Augustos para derrotar al “pirata”409 Carausio, no sería lógico que, en una creación literaria de este tipo, visibilizaran a unos ignari agricolae hasta tal punto que nos transmitiesen el nombre indígena que recibieron. Asimismo, el panegirista deja claro que Maximiano no tiene ninguna voluntad de celebrar aquella victoria410, que casi prefiere olvidar. Sin embargo, todas estas connotaciones peyorativas hacia los rebeldes desaparecen en el texto muy posterior de Aurelio Víctor. Conocemos algunos detalles biográficos de este autor africano de orígenes humildes que a través de una buena formación acabó alcanzando cargos de relevancia e incluso pasó a integrar el rango senatorial con Juliano. Como autor pagano, y con un estilo sobrio análogo al de Amiano Marcelino411, su De Caesaribus no es un panegírico sino una producción historiográfica412. Como ya se ha expuesto, su información coincide en líneas generales con la ofrecida por los panegiristas de Maximiano pero nos aporta muchos más detalles, como el nombre de los dos individuos (Aelianus y Amandus) que levantaron la tropa agrestium ac latronum, y el apelativo (Bagaudas) que utilizaron los incolae para designarles. Además, nos informa sobre la devastación de los campos ocasionada por los bagaudas y el asedio de las ciudades, en una “guerra” contra unos “enemigos413” dispersados o derrotados por las tropas de Maximiano en poco tiempo. 408 El término latino Panegyricus procede del griego πανηγυρικός. Su propia etimología nos indica que se trataba de un discurso pronunciado ante “todo el pueblo”. 409 En Pan. Lat. II (X), 12. 1, se refiere Mamertino a Carausio como Ille pirata. 410 El propio texto es parco en detalles puesto que un contendiente de esas características no merece mayor profundización. El desprestigio sobre el oponente puede identificarse en la ausencia de términos como hostis o bellum. 411 Quizás estos dos autores se conocieron. 412 Aurelio Víctor consideró a la Historia como guardiana de la moralidad. 413 El historiador no duda en emplear hostis y bellum, vocablos evitados conscientemente en los panegíricos anteriores. 193 R. Serrano Madroñal 5. 2. 3. Eutropio. Pocos años después414 de la publicación de De Caesaribus de Aurelio Víctor, Eutropio redactó para Valente otro compendio de la historia romana en latín415, desde la fundación de la ciudad hasta Joviano. Este alto dignatario que llegó a ejercer como Procónsul de Asia con Valente y como Prefecto del Pretorio con Teodosio, se hace eco en su Breviarium ab urbe condita del mismo acontecimiento. Nos dice que una vez que Diocleciano obtuvo el control de los destinos de los romanos416, se levantó417 en la Galia una muchedumbre de rusticani418 que dieron a su factio419 el nombre de “bacaudas420”. Tuvieron por líderes421 a Amandus y Aelianus pero422 pronto el emperador envió a Maximiano Hercúleo como Caesar para someterlos423, quien derrotó424 en superfluos combates425 a los agrestes426 y devolvió la paz a las Galias427. 414 Si A. Víctor escribió su historia entre el 361-363, el compendio de Eutropio se data en 369. 415 Valente no sabía griego. 416 Ita rerum Romanorum potitus. 417 Concitassent. 418 Cum tumultum rusticani in Gallia. 419 Et factioni suae Bacaudarum nomen inponerent. 420 Es cierto que a partir de Eutropio, el apelativo “bacauda” predomina en todos los registros en lugar de “bagauda”, forma que apreciamos en Aurelio Víctor. No obstante, el texto vuelve a incidir en que el nombre (no latino) se lo pusieron ellos mismos, unos rusticani de la Galia septentrional. 421 Duces…haberent. 422 Autem. 423 Ad subigendos eos. 424 Qui…domuit. 425 Levibus proeliis. En una línea más próxima a los panegíricos, Eutropio ya no habla de bellum sino más bien de escaramuzas. 426 De nuevo se utiliza la palabra agrestis para designar a estos bagaudas, procedentes del campo, rudos y agrestes. Asimismo, el concepto de rusticani incide en su naturaleza de aldeanos y campesinos rústicos. 427 Et pacem Galliae reformavit. 194 Tesis Doctoral Como puede percibirse, Eutropio tomó esta información de Aurelio Víctor o de una fuente compartida, en su práctica totalidad, y la sintetizó sin aportar mucho más. 5. 2. 4. Paeanius. Por su parte, Paeanius se limitó a traducir al griego antes de 380 el Breviarium de Eutropio, que por su concisión y claridad se convirtió en un texto escolar de gran éxito. Como su propio nombre indica, esta Versio Graeca Historiae Romanae Eutropii traduce y adapta el contenido textual del pasaje anterior transmitiendo que se produjo un levantamiento428 en la Galia de campesinos rústicos429 que recibieron el nombre de bacaudas430. Es en este punto donde el autor incluye un paréntesis explicativo431 y aclara que así denominaban en este territorio a los “tiranos locales”. El citado paréntesis de Paeanius ha generado la posibilidad de ver a los líderes de los bagaudas como potenciales usurpadores. No obstante, ha de tenerse en cuenta en primer lugar que el vocablo τύραννος puede emplearse con un sentido peyorativo (tirano, dictador, usurpador, déspota) o bien puede significar simplemente gobernador con plenos poderes. Parece que el autor oriental sintió la necesidad de especificar a sus lectores la idea que implicaba el término céltico, pero no sabemos hasta qué punto un escritor griego muy posterior a los hechos podía estar familiarizado con este tipo de lenguas. A continuación, presenta a Amandus y “Aemilianus”432 como caudillos433 de esta iniciativa audaz434, hasta que Maximiano Hercúleo fue nombrado César435 y devolvió la libertad a estas tierras436 tras una serie de combates437 victoriosos438. 428 Στασιάζοντος. 429 ἀγροικικοῦ. 430 βακαύδας καλοῦντος. 431 (ὄνομα δὲ ἒστιν τοῦτο τυράννους δηλοῦν ἐπιχωρίους). 432 Αμανδόν τε καὶ Αἰμιλιανὸν. 433 ἠγεμόνας. 434 Τολμήματος. 435 χειροτονήσας Καίσαρα μαξιμιανὸv τὸν Ερκούλιον. 436 τὴν ἐλευθερἰαν ἀπέδωκε τῆ γῆ. 437 Μάχε. 195 R. Serrano Madroñal Sin duda, esta adaptación griega del texto de Eutropio ha suscitado un gran interés historiográfico pero debe puntualizarse que Paeanius asocia la expresión τυράννους ἐπιχωρίους al concepto de “bagaudas” y no a sus líderes. Además, resulta muy difícil identificar si ese paréntesis responde a una explicación fundada en un mayor conocimiento de causa o bien se trata solamente de una deducción espontánea. 5. 2. 5. Jerónimo de Estridón. En la misma época, Jerónimo de Estridón compuso en Constantinopla su Chronicon, traduciendo al latín las tablas cronológicas439 de Eusebio de Cesarea y añadiendo un suplemento que cubriría el período (325-379). Por tanto, las informaciones vinculadas con los bagaudas galos del 285 habrían sido tomadas directamente del texto griego compilado con posterioridad al 325. Desafortunadamente no podemos establecer una comparación con el original, puesto que los dos libros de la Παντοδαπὴ ἱστορία no se conservan. Así, la traducción del Doctor de la Iglesia deja constancia de que Diocleciano adoptó440 a Maximiano Hercúleo y le asoció al trono441. Este último442, tras acabar con una multitud de campesinos443, cuya facción444 recibía445 el nombre de “bacaudas446”, devolvió la paz a las Galias447. Este texto podría confirmar que la palabra “bagauda” fue registrada por primera vez con anterioridad a Aurelio Víctor, en tanto en cuanto la producción historiográfica de Eusebio de Cesarea le precede. 438 Νικήσας. 439 Χρονικοὶ Κανόνες. 440 Adsumit. 441 In consortium regni. 442 Qui. 443 Rusticorum multitudine oppressa. 444 Quae factioni suae. 445 Indiderat. 446 Bacaudarum nomen. 447 Pacem Galliis reddidit. 196 Tesis Doctoral 5. 2. 6. Orosio. Ya comenzado el siglo V448, el sacerdote católico hispano-romano Orosio redactó sus famosas Historiae adversus paganos. Esta obra historiográfica que cuenta con un carácter plenamente provindencialista y apologético, trató de demostrar a los lectores coetáneos (por mandato expreso de Agustín de Hipona) que la decadencia del Imperio romano no tenía nada que ver con su conversión oficial al cristianismo. De este modo, para contrarrestar esta idea tan extendida entre los paganos, sus siete libros sostienen que Dios es el motor de la Historia, y que las etapas de auge y decadencia de los romanos siempre han respondido a su divina voluntad. Antes de introducir que los diez edictos de persecución contra los cristianos, al igual que las diez plagas bíblicas de Egipto, desencadenaron signos de venganza del creador, Orosio referencia el mandato de los últimos emperadores persecutores. Así, relata que en tiempos de Diocleciano, Amandus y Aelianus levantaron a una tropa de campesinos449 en la Galia450 que recibió el nombre de “bacaudas451”. Éstos ocasionaron violentos disturbios452 y movieron al emperador a convertir en César a Maximiano453, que adoptó el cognomen de “Hercúleo454”. Enviado a las Galias455, derrotó456 fácilmente457 a una compañía confusa e inexperta458 de hombres agrestes459 gracias a sus destrezas militares460. 448 Ca. 416-417. 449 Collecta rusticanorum manu. 450 In Gallia. 451 Quos Bacaudas vocabant. 452 Perniciosos tumultus excitavissent. 453 Maximianum…Caesarem fecit. 454 Cognomento Herculium. 455 Misitque in Gallias. 456 Conpescuit. 457 Facile. 458 Imperitam et confusam manum. 459 Agrestium hominum. 460 Militari virtute. 197 R. Serrano Madroñal 5. 2. 7. Próspero de Aquitania. Próspero de Aquitania, como continuador de la crónica de Jerónimo, fue un laico católico de gran devoción y vida ascética que comenzó a componer su Epitoma Chronicon después de la muerte de Agustín de Hipona (430) en un contexto de controversias teológicas461. Su obra llegó a cubrir el período (379-455) y tuvo un éxito inmediato. Con respecto a sus informaciones sobre los bagaudas del 285, es obvio que su relato está copiado del texto latino de Jerónimo. De hecho, tan sólo cambia una palabra, sustituyendo factioni por seditioni, tratando de acentuar el carácter insurreccional del levantamiento bagauda. 5. 2. 8. Chronica Gallica DXI. Otro cronista anónimo y procedente de las Galias se propuso continuar la iniciativa de Eusebio de Cesarea y de Jerónimo de Estridón, tomando el relevo de Próspero. Teniendo en cuenta que la Chronica Gallica CCCCLII comienza con el año 379 nada puede aportarnos sobre la cuestión que nos ocupa. Sin embargo, su continuador en la Chronica Gallica DXI registró en su Pars Hieronymiana que Diocleciano asoció al trono462 a Maximiano Hercúleo, que se encargó en primer lugar463 de derrotar464 en la Galia465 a los rusticos que se daban a sí mismos el nombre de “bacaudas466”. 5. 2. 9. Jordanes. Con posterioridad al 552, Jordanes volvía a hacerse eco de estos acontecimientos en su Romana, un breve compendio sobre los hechos más destacados desde la creación hasta las campañas de Narsés en tiempos de Justiniano. Siguiendo los esquemas de 461 Este autor fue un firme defensor de las tesis agustinianas ortodoxas sobre la “gracia” y la salvación, cuestionadas por el pelagianismo. 462 Consortem facit. 463 Primus. 464 Oppressit. 465 In Galliis. 466 Bacaudarum se vocabulo nuncupantes. 198 Tesis Doctoral Jerónimo, relata una vez más que Diocleciano adoptó467 como compañero de trono468 a Maximiano Hercúleo. Tras derrotar469 a esta rusticorum multitudine, a la que designan con el nombre de “bacaudas470”, devolvió la paz a las Galias471. Por supuesto, existe un gran volumen de fuentes medievales que preservaron esta información histórica sin grandes modificaciones472. Asimismo, las leyendas hagiográficas acabaron tergiversando profundamente los datos expuestos, convirtiendo a aquella tropa agrestium ac latronum en mártires cristianos estrechamente vinculados con la passio de San Mauricio y la “Legión tebana”. 5. 2. 10. San Mauricio y la Legión tebana. El primer registro escrito sobre la Passio Acaunensium Martyrum fue atribuido al obispo Euquerio de Lyon, fechado hacia mediados del siglo V. En este relato, se intenta reproducir una tradición hagiográfica en un contexto evidente de culto a las reliquias de los santos. Contemplando a Maximiano únicamente como un terrible persecutor de cristianos y obviando todas sus campañas contra los germanos, el texto señala ac velut vacatione barbaris gentibus, prorsus in religionem arma commoverat. A continuación nos presenta a una “legión tebana” de 6600 hombres, integrada en su totalidad por cristianos, que fue movilizada desde Oriente por el Hercúleo con el objetivo de acabar con sus correligionarios. Sin duda, esta recreación legendaria está confundiendo las campañas de Maximiano (285-288) con los posteriores edictos de persecución de 303. Ante la piadosa negativa de los soldados tebanos a participar en esta persecución religiosa, asentados en los desfiladeros de Agaunum y flanqueados por las montañas de los Alpes, Maximiano ordenó que se les castigara con una decimatio473. A pesar de la medida, los “santos legionarios” persistieron en su actitud de rebeldía, y los principales oficiales de la unidad (Mauricio, Exuperio y Cándido) hicieron un llamamiento al martirio, prefiriendo perecer inocentes antes que vivir con 467 Ascivit. 468 In consortio suo. 469 Oppressa. 470 Quos Bacaudas dicunt. 471 Pacem Galliis reddidit. 472 Op. cit., n. 264, pp. 126-142. 473 Atque imperat ut iterum decimus eorum morti detur. 199 R. Serrano Madroñal el pecado de haber conducido al suplicio a hermanos cristianos. Así, los tebanos fueron masacrados sin ofrecer resistencia y alcanzaron la gloria del martirio. Obviamente, el texto reconoce que muchos años después de la passio los cuerpos de los mártires fueron redescubiertos y allí se construyó una basílica para honrar las reliquias de sus restos, donde se han producido a juicio del autor numerosos miracula474. Hay que destacar obligatoriamente que existe otra versión anónima de muy difícil datación sobre la passio de los mártires de Agaunum que presenta una mayor verosilimitud histórica475. En este otro texto, Maximiano moviliza a la legión tebana para sofocar la revuelta servil476 de los bagaudas477, dirigida por Amandus y Aelianus. Fue la negativa a participar en un juramento militar que implicaba sacrificios a los dioses paganos lo que llevó a estos soldados cristianos al martirio. Queda aquí meridianamente claro que los “santos mártires” nunca se opusieron a combatir a los bagaudas, sino a rendir culto a los demonios en sus altares. Por su parte, un monasterio benedictino de época merovingia fundado en las proximidades de París478 reivindicó asentarse sobre los cimientos del Castrum o Castellum Bagaudarum. Una nueva hagiografía medieval escrita por un monje anónimo del siglo XI sobre el santo fundador de dicha abadía adjudicó la construcción del castro a Julio César479 y transformó a los bagaudas del 285480 en mártires cristianos que resistieron a las tropas 474 Cf. Infra (apéndice), p. 503. 475 Vid. Chevalley, E., “La Passion anonyme de saint Maurice d´Agaune. Edition critique”, Vallesia, 45, 1990, pp. 37-120. 476 Servili arma. 477 Bagaudarum. 478 Saint-Maur-des-Fossés. 479 Vita sancti Baboleni. op. cit., n. 264, pp. 133-135. A Iulio quondam Caesare nobiliter constructum. 480 Atribuyendo a Orosio una falsa información (Historiographus autem Orosius, in ipsa Historia quam de Ormesta mundi composuit) este texto dice que Maximiano ordenó destruir hasta los cimientos aquel castro, ya que Amandus y Helianus, christianae cultores fidei, se negaban a someterse a los sacrilegios paganos de los príncipes romanos (nolebant Romanis principibus sacrilegis subdi). Ante esta rebeldía, el Hercúleo reclutó ejércitos, entre los cuales se integró la legión tebana, y movilizó a estos soldados para arrasar el Castrum Bagaudarum. Los soldados cristianos, con San Mauricio como portavoz, le comunicaron al César que ellos estaban dispuestos a combatir contra enemigos impíos (nos pugnare contra impíos scimus) pero no a eliminar a conciudadanos piadosos (sed debellare pios et concives penitus ignoramus). Mezclando las informaciones de la passio de Eucherio y de la versión anónima, la Vita sancti Baboleni propone esta vez a los bagaudas como sector cristiano al que se negaron a ejecutar 200 Tesis Doctoral del persecutor Maximiano hasta la muerte, parapetados en la misma fortaleza sobre la que se construyó el monasterio siglos después. Observamos que el punto de conexión entre el ciclo hagiográfico de San Mauricio y la transformación de los bagaudas en fervientes cristianos es una creación literaria pleno- medieval que funde y entremezcla en un único relato diversas informaciones sobre Maximiano y sus campañas en la Galia contra los bagaudas, las persecuciones posteriores contra los cristianos y los martirios asociados. Alcanzando el máximo extremo de confusión e inexactitud histórica, el también anónimo Liber de compositione castri Ambaziae481 afirma que los Bagauredi capitaneados por Helianus y Amandus deseaban expulsar a los romanos de la Galia482 en tiempos de Diocleciano. Asistidos por civibus Turonicis derrotaron a los romanos y asociados con Constantino483, constituyeron un reino484 que ocupó parte de las Galias y de Hispania. Parece que Constantino asentó sus dominios efectivos en la Hispania citerior485, con sede en Massiliam et Barcinocam mientras que los Bagauredi dominaron el país entre el Garona y Lyon. Diocleciano tuvo que recurrir a Maximiano486, que antes de alcanzar las Galias se encargó de aniquilar a la legión tebana487. Este César, devoto de los ídolos488, contaminó el Imperio con sus vicios innumerables489 y acabó capturado y ejecutado por su yerno en Massilia490. los milites de la legión tebana. Fue la negativa a reprimir a los “bagaudas cristianos” lo que les llevó al martirio (Tenemus ecce arma, et non resistimus, quia mori magis quam occidere parati sumus. Sicque percussoribus laeti cervices praebuerunt, atque per tormenta corporum ad caeli gloriam pervenire meruerunt). Una vez que los soldados rebeldes ya habían sido aniquilados, Maximiano se dirigió al castro de los Bagaudas, y lo asedió por todos sus flancos (tamdiu obsidione illud terra et aqua circumdedit) hasta que acabó con su prolongada resistencia (quosque post diuturna tempora, cum habitatoribus cepit) a sangre y fuego (quos ferro et igne occidit). 481 Vid. Halphen, L., Poupardin, R., Chroniques des comtes d´Anjou et des seigneurs d´Amboise, París, 1913, pp. 7-8. Esta fuente no es anterior a 1054. 482 Bagauredi, cum ducibus suis Heliano et Amando, Romanorum imperium a Gallia cupientes expellere. 483 Constantinus nomine, filius Constantii senatoris, ortus ex concubina. 484 Iste tenuit terram a monte Iani usque ad montes qui dividunt Hyspaniam ab Aquitania, Vasconiam totam usque Garonam; reliquam a Garona usque Lugdunum Bagauredi tenuerunt. 485 Rex citerioris Hispaniae effectus. 486 Diocletianus contra istos Maximianum Herculum misit. 487 Qui Thebeam legionem in itinere peremit. 488 Specialis ydolorum cultor. 201 R. Serrano Madroñal Constantino, tras desvincularse de su esposa Fausta, que era hija de Maximiano491, se erige como emperador492 y reconstruye el feudo de los Bagauredi en Amboise, en las proximidades de Tours493. Hizo esto como compensación a la ayuda que éstos le prestaron en su lucha contra Majencio en Roma494, hijo del Hercúleo495. Una vez establecida la pax constantiniana, los Bagauredi fueron pacificados496 y las Galias volvieron a estar sometidas durante mucho tiempo al dominio romano497. No parece necesario incidir, después de lo expuesto, en que toda esta documentación medieval nos ofrece unos contenidos totalmente alterados desde un punto de vista historiográfico que no se corresponden en absoluto con las informaciones más cercanas cronológicamente. No obstante, hemos considerado esencial acometer un análisis contextual por la importancia que han tenido estos textos en el transcurso de la evolución de las interpretaciones de los investigadores al respecto del fenómeno. 5. 3. Presencia de bagaudas en los pasos alpinos. Zósimo. Aquellos ignari agricolae que se levantaron en armas a inicios del verano del 285 en la Galia, denominados “bagaudas” por los incolae de la región, y que fueron sometidos por Maximiano, desaparecieron de las páginas de la Historia. Sin embargo, la Ἱστορία Νέα de Zósimo vuelve a mencionarlos en un contexto muy posterior. Εn tiempos del séptimo consulado de Honorio (407) las tropas estacionadas en Britania se levantan contra el emperador y designan a una serie de usurpadores efímeros hasta que conceden definitivamente el mando a Constantino. Éste, desembarca en las Galias 489 Ferus animo, avaritia crudelis, libidini deditus, imperium polluerat. 490 Is dispositis insidiis, a genero suo Constantino apud Massiliam captus et strangulatus, impiam vitam digna norte finivit. 491 Huius dolum filia sua Fausta Constantino marito suo detexit. 492 Imperator effectus. 493 Ut omnes lapides Ambazii edificii ad muros suos reficiendos per Ligerim deferrent. 494 Quos secum Romam duxit. 495 Filium Maximiani Herculi. 496 Bagauredis pacificatis. 497 Iterum Gallia diu Romanis subiecta fuit. 202 Tesis Doctoral y consigue sumar a la sublevación a todas las fuerzas romanas existentes hasta los Alpes, consolidando su ocupación del trono. Estilicón reacciona y envía al general Saro con un gran ejército para combatir la usurpación. En primera instancia, las tropas legitimistas derrotan con éxito a los contingentes de Justiniano498 y obtienen un gran botín de guerra. A continuación, Saro y sus hombres se disponen a poner sitio a Valentia, donde se encontraba el propio usurpador, no muy lejos de Lugdunum. Constantino, habiendo perdido a sus dos generales más importantes en estos primeros enfrentamientos, designa a los experimentados Edobinco499 y Geroncio500 para que dirijan la contraofensiva. Tras siete días de asedio, Saro fue consciente de las virtudes militares de sus oponentes y retiró el ataque. En este punto, el historiador griego comenta que al precipitarse501 en su contra estos generales de Constantino502 con enormes efectivos, tuvo que retirarse a marchas forzadas hacia los Alpes503, donde tuvo que ceder504 todo 505el botín506 a los bagaudas507 que salieron a su encuentro508, para que le permitieran el paso a Italia. Una vez que Saro alcanzó Italia después de su retirada, Constantino reunió a todas sus fuerzas y decidió apostar guarniciones suficientes en los pasos alpinos. Con respecto al escepticismo que despierta el hecho de que un contigente de “bagaudas” forzara a un gran ejército romano a entregarles el botín a cambio de permitirles el paso hacia Italia, podemos retrotraernos a los antiguos relatos de Polibio de Megalópolis sobre la travesía de los ejércitos cartagineses en los Alpes. Comentaba el historiador griego en sus Historias509 que en el momento en el que las innumerables 498 General al servicio de Constantino III. 499 De linaje franco. 500 Originario de Britania. 501 Καταδραμόντων. 502 Κωνσταντίνου στρατηγῶν. 503 περὶ τὰς Αλπεις. 504 Δωρησάμενος. 505 ἂπασαν. 506 τὴν λείαν. 507 Βακαύδαις. 508 ἀπαντήσασιν. 509 3. 50. Vid. la traducción castellana de Balasch Recort, M., Polibio, Historias, Libros I-IV, Madrid, 1981. 203 R. Serrano Madroñal tropas de Aníbal entraron en tierra quebrada, un buen número de allobroges ocuparon con anticipación los puestos ventajosos por donde habían de subir, y si hubieran sabido ocultar su propósito, la ruina de los ejércitos púnicos hubiese sido inevitable. Haciéndose eco del mismo acontecimiento, Tito Livio volvió a considerar en Ab Urbe condita (Liber XXI, 32)510 que en el instante en el que Aníbal y sus tropas comenzaron el ascenso, la altura de las montañas, la nieve confundida con el cielo, las chozas de los bárbaros suspendidas en lo alto de las colinas, el frío gélido y lo inhóspito del territorio renovaron los terrores de hombres y bestias. De no haber sido por la genialidad de su comandante, los montañeses habrían podido masacrar completamente a los cartagineses desde los pasos si se hubiesen apostado con firmeza. Asimismo, Estrabón nos ofreció una información geográfica e histórica511 de gran interés sobre los habitantes de los Alpes en época augustea. El autor griego de Amasia habla de los salios/ligios, los primeros celtas transalpinos dominados por los romanos tras una larga guerra, que hasta entonces controlaron los pasos por el litoral en dirección a Iberia. Ni tan siquiera ejércitos númerosos podían seguir aquel camino obstaculizado por estos bandidos y piratas. Sólo después de ochenta años de enfrentamientos, los romanos consiguieron que éstos cediesen un ancho de doce estadios para permitir el paso a los viajeros de misiones oficiales. Tuvo que pasar mucho tiempo hasta que fueron completamente derrotados y sometidos a tributo. En el pasaje inmediatamente posterior, Estrabón reconoce que incluso en la época de la pax de Augusto, pueblos alpinos como los voconcios o los volcos de Némauso actúan con completa independencia. Continúa el geógrafo describiendo el centro neurálgico de los Alpes, por encima de Como, señalando que Augusto tuvo que enfrentarse decididamente con el bandolerismo endémico de la región. 510 Tum, quamquam fama prius, qua incerta in maius uero ferri solent, praecepta res erat, tamen ex propinquo uisa montium altitudo niuesque caelo prope immixtae, tecta informia imposita rupibus, pecora iumentaque torrida frigore, homines intonsi et inculti, animalia inanimaque omnia rigentia gelu, cetera uisu quam dictu foediora terrorem renouarunt. Erigentibus in primos agmen cliuos apparuerunt imminentes tumulos insidentes montani, qui, si ualles occultiores insedissent, coorti ad pugnam repente ingentem fugam stragemque dedissent. Hannibal consistere signa iussit; Gallisque ad uisenda loca praemissis, postquam comperit transitum ea non esse, castra inter confragosa omnia praeruptaque quam extentissima potest ualle locat. Tum per eosdem Gallos, haud sane multum lingua moribusque abhorrentes, cum se immiscuissent conloquiis montanorum, edoctus interdiu tantum obsideri saltum, nocte in sua quemque dilabi tecta, luce prima subiit tumulos, ut ex aperto atque interdiu uim per angustias facturus. Die deinde simulando aliud quam quod parabatur consumpto, cum eodem quo constiterant loco castra communissent, ubi primum degressos tumulis montanos laxatasque sensit custodias, pluribus ignibus quam pro numero manentium in speciem factis impedimentisque cum equite relictis et maxima parte peditum, ipse cum expeditis, acerrimo quoque uiro, raptim angustias euadit iisque ipsis tumulis quos hostes tenuerant consedit. 511 Geografía, IV. 6. 3; IV. 6. 4; IV. 6. 6; IV. 6. 7; iv. 6. 8; Vid. Meana, M. J., Piñero, F., Estrabón, Geografía, III-IV, Madrid, 1992. 204 Tesis Doctoral Sin duda el control de los pasos alpinos era crucial, tal y como manifiesta esta fuente cuando habla de los salasos y sus minas de oro, que fueron la causa de un gran número de operaciones militares romanas. Estos últimos, con su “tradicional actitud de bandoleros” solían atacar a los que cruzaban los montes por allí. En un relato poco conocido que coincide bastante con el episodio de Saro, Estrabón afirma que cuando Bruto huía de Mutina (43 a. C) le hicieron pagar una dracma por cada hombre. A Mesala le hicieron pagar la leña y la madera de olmo que necesitaba para la fabricación de armas512. Tuvo que ser nuevamente Augusto (Terencio Varrón) quien les derrotó por completo, vendiéndoles como botín de guerra513. Sigue Estrabón describiendo a retos y vindólicos, en la parte oriental de los montes, que hacen continuas incursiones por las zonas colindantes de Italia y se comportan como bandidos de hábitos brutales514. En cuanto a los nóricos y carnos, Tiberio y Druso se encargaron de poner fin a sus correrías desenfrenadas y les sometieron al pago de los tributos. Sentencia el autor con esta cita: “A lo largo de toda la cadena de los Alpes hay regiones de colinas perfectamente aptas para el cultivo y valles bien colonizados, pero en su mayor parte, y muy en especial en las cumbres, donde se concentran los bandidos, el terreno es pobre y estéril a causa de los hielos y de la aspereza de la tierra”515. También los yápodas, donde los ilirios ya están mezclados con los celtas, eran temibles salteadores de caminos reducidos por Augusto en sus campañas del 13-9 a. C516. 512 IV. 6. 7. οἵ γε καὶ Δέκιμον Βροῦτον φυγόντα ἐκ Μουτίνης ἐπράξαντο δραχμὴν κατ᾽ ἄνδρα: Μεσσάλας δὲ πλησίον αὐτῶν χειμαδεύων τιμὴν ξύλων κατέβαλε τῶν τε καυσίμων καὶ τῶν πτελεΐνων ἀκοντισμάτων τῶν γυμναστικῶν. 513 Las cifras que se ofrecen nos hablan de 36 mil cautivos entre los que se encontraban 8 mil guerreros. 514 IV. 6. 8. τῆς δὲ πρὸς τοὺς Ἰταλιώτας τῶν λῃστῶν τούτων χαλεπότητος λέγεταί τι τοιοῦτον ὡς, ἐπειδὰν ἕλωσι κώμην ἢ πόλιν οὐ μόνον ἡβηδὸν ἀνδροφονοῦντας, ἀλλὰ καὶ μέχρι τῶν [p. 283] νηπίων προϊόντας τῶν ἀρρένων, καὶ μηδ᾽ ἐνταῦθα παυομένους, ἀλλὰ καὶ τὰς ἐγκύους γυναῖκας κτείνοντας ὅσας φαῖεν οἱ μάντεις ἀρρενοκυεῖν. 515 Op. cit., n. 509, p. 197 (IV. 6. 9). El texto original griego dice así: κατὰ πᾶσαν δὲ τὴν τῶν Ἄλπεων ὀρεινὴν ἔστι μὲν καὶ γεώλοφα χωρία καλῶς γεωργεῖσθαι δυνάμενα καὶ αὐλῶνες εὖ συνεκτισμένοι, τὸ μέντοι πλέον καὶ μάλιστα περὶ τὰς κορυφάς, περὶ ὃ δὴ καὶ συνίσταντο οἱ λῃσταί, λυπρὸν καὶ ἄκαρπον διά τε τὰς πάχνας καὶ τὴν τραχύτητα τῆς γῆς. 516 IV. 6. 10. καὶ οἱ Ἰάποδες δὲ ἤδη τοῦτο ἐπίμικτον Ἰλλυριοῖς καὶ Κελτοῖς ἔθνος περὶ τούτους οἰκοῦσι τοὺς τόπους, καὶ ἡ Ὄκρα πλησίον τούτων ἐστίν. οἱ μὲν οὖν Ἰάποδες πρότερον εὐανδροῦντες καὶ τοῦ ὄρους ἐφ᾽ ἑκάτερον τὴν οἴκησιν ἔχοντες καὶ τοῖς λῃστηρίοις ἐπικρατοῦντες, ἐκπεπόνηνται τελέως ὑπὸ τοῦ Σεβαστοῦ Καίσαρος καταπολεμηθέντες. πόλεις δ᾽ αὐτῶν Μέτουλον Ἀρουπῖνοι Μονήτιον Ὀυένδων. 205 R. Serrano Madroñal En relación a los pasos desde Italia a la Céltica transalpina, de nuevo Estrabón nos afirma que existía uno en concreto que iba a parar a “Lugduno”, identificable a priori con el pasaje de Saro. Al parecer, existían dos itinerarios, uno más practicable pero más largo y otro más corto pero angosto y empinado517, donde quizás salieron a su encuento los “bagaudas”. Dicho todo esto, sí parece verosímil que las tropas de Saro se vieran forzadas a entregar el botín para poder atravesar rápidamente los pasos hacia Italia sin contraer bajas. Otra cuestión a tratar sería la naturaleza y el carácter de ese contingente de “bagaudas”. Sin duda, la esencia de su acción no difiere nada en absoluto de las prácticas habituales del bandidismo indígena tradicional y secular de la región. Sabemos que el interés romano en los Alpes se articuló en torno a dos ejes concretamente definidos: asegurar las comunicaciones a través de los pasos y explotar las minas de oro. Es plausible suponer que tras el abandono de las explotaciones mineras y en un contexto de usurpación y de debilidad del gobierno imperial resurgieran prácticas ancestrales de supervivencia. Por otro lado, no podemos obviar que Zósimo es un autor griego de finales del siglo V e inicios del VI que vivió en Constantinopla durante el reinado de Anastasio I. En sus seis libros de la Nueva Historia registró informaciones desde el período augusteo hasta el saco de Roma de 410. Su obra se nutrió notoriamente de fuentes griegas precedentes como Eunapio y Olimpiodoro. Con una concepción polibiana y abiertamente pagana, Zósimo usó un término (bagauda) probablemente tomado de Olimpiodoro518, que se convirtió durante el siglo V en una herramienta usual de designación especialmente ambigua. 5. 4. Bagaudas en Galia e Hispania durante el siglo V. Salviano de Marsella. 517 IV. 6. 11. τῶν δ᾽ ὑπερθέσεων τῶν ἐκ τῆς Ἰταλίας εἰς τὴν ἔξω Κελτικὴν καὶ τὴν προσάρκτιον ἡ διὰ Σαλασσῶν ἐστιν ἄγουσα ἐπὶ Λούγδουνον: διττὴ δ᾽ ἐστίν, ἡ μὲν ἁμαξεύεσθαι δυναμένη διὰ μήκους πλείονος ἡ διὰ Κεντρώνων, ἡ δὲ ὀρθία καὶ στενή, σύντομος δέ, ἡ διὰ τοῦ Ποινίνου. 518 Olimpiodoro tebano continuó la obra histórica de Eunapio en 22 libros de los que sólo se han conservado fragmentos que le debemos a Focio. Este autor greco-egipcio sirvió como diplomático en la corte de Teodosio II y publicó su obra hacia el 426-430. Pese a su condición de oriental, conoció bien los acontecimientos occidentales y justificó la política de Estlicón. Vid. Maisano, R., Frammenti storici, Olimpiodoro Tebano, Napoli, 1979. 206 Tesis Doctoral Salviano de Marsella escribió su De gubernatione Dei con posterioridad a 439 y con anterioridad a 452. Sin duda, es un tiempo de infortunio para el Imperio romano y las corrientes interpretativas más optimistas (Vid. Orosio) ya no sirven para dar una explicación satisfactoria sobre lo que les está ocurriendo a los cristianos. En este contexto, un presbítero forjado en el entorno ascético y rigorista sudgálico de Lerins (Salviano) decidió exponer sin reparos las causas del castigo divino al que se estaban viendo sometidos los habitantes del Imperio. Convencido de que el juicio de Dios está siempre presente, consideró que los pecados, los vicios y la corrupción moral de los supuestos cristianos movieron a Dios a entregar el Imperio a unos bárbaros, que aunque paganos o heréticos, se comportaban de un modo mucho más virtuoso que los romanos. En un tono perceptiblemente severo, su reprimenda contra los pecadores cristianos del Imperio romano adopta por momentos un carácter de crítica social enormemente enriquecedor para los historiadores. Sólo desde esta perspectiva podemos entender sus palabras en los famosos pasajes de su libro quinto (21-26). Salviano asegura que en aquel tiempo los pobres eran avasallados519, las viudas gimen520, los huérfanos son pisoteados521, en tanto que muchos individuos de orígenes distinguidos y de cuidadas costumbres522 huyen al enemigo523 para no morir bajo los tormentos de la persecución pública524, buscando indudablemente entre los bárbaros la humanidad de los romanos525, ya que no pueden soportar más entre los romanos la bárbara inhumanidad526. Y aunque éstos hacia los que huyen no comparten el mismo credo, ni la misma lengua, y a pesar de que no les agrade el hedor que desprenden los cuerpos y los vestidos de los bárbaros527, prefieren no obstante528 someterse al género de vida diferente de los bárbaros antes 519 Vastantur pauperes. 520 Viudae gemunt. 521 Orfani proculcantur. 522 In tantum ut multi eorum, et non obscuris natalibus editi et liberaliter instituti. 523 Ad hostes fugiant. 524 Ne persecutionis publicae adflictione moriantur. 525 Quaerentes scilicet apud barbaros Romanam humanitatem. 526 Quia apud Romanos barbaram inhumanitatem ferre non possunt. 527 Et quamvis ab his ad quos confugiunt, discrepent ritu, discrepent lingua, ipso etiam, ut ita dicam, corporum atque induviarum barbaricarum foetore dissentient. 528 Malunt tamen. 207 R. Serrano Madroñal que a la atroz injusticia de los romanos529. Por consiguiente, se marchan530 por todas partes531 o bien junto a los godos, o bien junto a los bagaudas o bien hacia cualquier otro grupo bárbaro, ya que éstos dominan y controlan infinidad de territorios532, y no se arrepienten de pasar de un lugar a otro533. Prefieren verdaderamente534 vivir libres bajo una apariencia de cautividad que ser cautivos bajo una apariencia de libertad535. Y así, el título de ciudadano romano, en tiempos pretéritos tan altamente estimado y tan costosamente adquirido536, ahora es contrariamente repudiado537, considerado538 como algo vil y abominable539. Sin duda, este rechazo era el mayor testimonio de la propia iniquidad romana. Cuando el presbítero de Marsella habla de los individuos que no huyen hacia los bárbaros540, asegura que acaban siendo forzados a vivir como éstos541. Fue naturalmente la iniquidad romana542 la que movió a gran parte de los hispanos543 y no menor de los galos544, además de muchos otros habitantes del Imperio, a abandonar su condición de romanos545. 529 In barbaris pati cultum dissimilem quam in Romanis iniustitiam saevientem. 530 Migrant. 531 Passim. 532 Vel ad Gothos vel ad Bacaudas vel ad alios ubique dominantes barbaros. 533 Et commigrasse non paenitet. 534 Enim. 535 Sub specie captivitatis vivere liberi quam sub specie libertatis esse captivi. 536 Nomen civium Romanorum aliquando non solum magno aestimatum sed magno emptum. 537 Nunc ultro repudiatur. 538 Habetur. 539 Nec vile tantum sed etiam abominabile. 540 Hi qui ad barbaros non confugiunt. 541 Barbari tamen esse coguntur. 542 Fecit Romana iniquitas. 543 Pars magna Hispanorum. 544 Et non minima Gallorum. 545 Omnes denique quos per universum Romanum orbem…iam non esse Romanos. 208 Tesis Doctoral El discurso se centra, a continuación, en la propia figura de los bagaudas546; son gentes despojadas, afligidas y asesinadas por malvados y crueles jueces547, que después de haber perdido el derecho a la libertad romana548, también han perdido plenamente el honor de llamarse romanos549. Se les imputa su desdicha, les imputamos este nombre por su desgracia, les imputamos un nombre del que nosotros mismos somos responsables directos550. Les llamamos rebeldes, desesperados o perdidos, a aquellos a quienes nosotros mismos obligamos a ser criminales551. Nuestra iniquidad es la única causa por la que se convierten en bagaudas552, así como la malicia de los jueces553, la malicia también de estos hombres que con sus confiscaciones y rapiñas554, en el nombre de la tributación pública555, se lucran individualmente, transformando esta actividad en un negocio556, contemplando el pago de impuestos como un botín propio557. A semejanza de bestias salvajes, devoran y expolian a un gran número de personas, desgarrándoles y alimentándose de su sangre558. Así pues, el latrocinio de los jueces asfixia y aniquila hombres, que comienzan a actuar como los bárbaros ya que no se les permite ser romanos559. Acaban así habituándose a ser lo que no eran560, ya que no les han permitido continuar siendo lo que fueron561, y son forzados a 546 De Bacaudis nunc mihi sermo est. 547 Qui per malos iudices et cruentos spoliati, afflicti, necati. 548 Postquam ius Romanae libertatis amiserant. 549 Etiam honorem Romani nominis perdiderunt. 550 Et imputatur his infelicitas sua, imputamus his nomen calamitatis suae, imputamus nomen quod ipsi fecimus! 551 Vocamus rebelles, vocamus perditos, quos esse compulimus criminosos! 552 Quibus enim aliis rebus Bacaudae facti sunt nisi iniquitatibus nostris. 553 Improbitatibus iudicum. 554 Proscriptionibus et rapinis. 555 Exactionis publicae nomen. 556 In quaestus proprii emolumenta verterunt. 557 Et indictiones tributarias praedas suas esse fecerunt. 558 Devorarunt, nec spoliis tantum hominum, ut plerique latrones solent, sed laceratione etiam et, ut ita dicam, sanguine pascebantur. 559 Latrociniis iudicum strangulati homines et necati, inciperent esse quasi barbari, quia non permittebantur esse Romani. 560 Adquieverunt enim esse quod non erant. 561 Quia non permittebantur esse quod fuerant. 209 R. Serrano Madroñal defender su vida al menos, ya que vieron perdida su propia libertad562. Salviano considera que aquellos que aún no son bagaudas están siendo presionados para terminar siéndolo563. Teniendo en cuenta las injurias y las violencias que padecen, la debilidad es el único freno que les impide terminar siendo lo que deberían564. Son como cautivos apresados bajo el yugo del enemigo, que soportan el sufrimiento por necesidad, no por elección565. Desean de todo corazón la libertad, pero soportan la peor de las esclavitudes566. Expuestos los pasajes de Salviano, absolutamente esenciales para cualquier estudio sobre los bagaudas del siglo V, extraemos algunos puntos básicos de información. 1. Este texto no es un ejemplo de suma objetividad historiográfica, sino más bien un sermón de un sacerdote católico plenamente convencido de que los pecados de los malos cristianos del Imperio romano han desencadenado un castigo divino. No obstante, sus críticas hacia la corrupción del aparato administrativo imperial y hacia los abusos fiscales cometidos contra una parte importante de la población romana están totalmente confirmadas en muchas otras fuentes coetáneas. 2. La huída de individuos romanos hacia las filas de los bárbaros o los bagaudas (son dos opciones marcadamente diferenciadas) es una práctica habitual no sólo atribuida a las gentes más humildes. Conocemos los padecimientos de las élites urbanas en un contexto de evidente decadencia de las antiguas ciudades autónomas y de creciente centralización estatal. 3. Agotada la primera opción (huír a los bárbaros), Salviano profundiza en la segunda (la conversión del romano en bagauda). Confirma que esta elección ha sido más destacable en Hispania y en Galia pero no niega que existan bagaudas en cualquier otro lugar del Imperio. 4. La condición de bagauda implica la desvinculación del romano con su antigua naturaleza jurídica. 5. “Bagauda” es tan sólo un nomen atribuido por los romanos a aquellos individuos que han abandonado su antigua condición de súbdito y contribuyente del Imperio. Es plausible que este término de origen céltico, a través de un proceso de préstamo 562 Coactique sunt vitam saltim defendere, quia se iam libertatem videbant penitus perdidisse. 563 Qui adhuc Bacaudae non sunt, esse cogantur? 564 Quantum enim ad vim atque iniurias pertinet, compelluntur ut velint esse, sed inbecillitate impediuntur ut non sint. 565 Sic sunt ergo quasi captivi iugo hostium pressi: tolerant supplicium necessitate, non voto. 566 Animo desiderant libertatem sed summam sustinent servitutem. 210 Tesis Doctoral lingüístico, hubiera pasado al latín y al griego mucho tiempo después, adoptando connotaciones sustancialmente diferentes567. Por las palabras de Salviano, podemos suponer que este nombre implicaba rebeldía, desesperación o desdicha. De hecho, la ambigüedad de la etiqueta queda manifestada cuando el autor reconoce que se les designa igualmente como rebelles y perditos. 6. La causa principal por la que los romanos huyen y se convierten en bagaudas sería para Salviano la malicia y arbitrariedad de los jueces y la voracidad de los recaudadores de impuestos, movida a su vez por la corrupción generalizada del sistema tributario. 7. El propio sistema administrativo imperial abusa tanto de sus contribuyentes que les fuerza a abandonar su condición de romanos, pasando a ser bagaudas. El bagauda acaba sobreviviendo de un modo muy similar al de los bárbaros “invasores”, es decir, a través del pillaje y del saqueo. 8. Salviano concluye el pasaje analizando la tercera opción, integrada por quienes deciden continuar siendo súbditos y contribuyentes del Imperio. Éstos continuarán soportando la peor de las esclavitudes por debilidad y por necesidad a juicio del sacerdote. 9. El présbitero no dice ni una sóla palabra que pueda asociar a los bagaudas con algún tipo de móvil religioso, sea pagano, católico o herético. En función de las informaciones que nos transmite esta fuente, da la impresión de que la conversión del romano en bagauda es una vía de escape para alejarse de una penosa situación. No parece ser una meta con objetivos definidos ni alternativas planificadas. 10. Un mismo significante no tiene por qué implicar un mismo significado y quizás deberíamos comenzar a disociar de algún modo la tropa agrestium ac latronum a la que los incolae galos de 285 llamaron Bagaudas de los Bacaudae (rebelles y perditos) de Salviano a mediados del siglo V. Quizás sea un error imputar a los bagaudas del 285 unos contextos de causación propios del 407/454. El préstamo léxico, fenómeno totalmente habitual entre “lenguas en contacto”, explicaría la adaptación de la forma fonética original a la fonología de la lengua receptora sin interpretación ni traducción. Ha de tenerse en cuenta que el lenguaje es una herramienta de uso cotidiano y cuando surge un nuevo fenómeno necesitamos darle un nombre. Cuando la lengua latina y la griega tuvieron la necesidad de nombrar una nueva realidad acudieron a una palabra procedente de otra lengua. Seguramente, el significado original en lengua céltica de 567 Lamentablemente, las lenguas célticas continentales (hispano-célticas y galo-célticas) desaparecieron y no podemos hacer un estudio consistente sobre el hipotético significado que podría tener la palabra “bagauda” para los incolae galos de finales del siglo III. Sin embargo, sí podemos intentar rastrear en las lenguas célticas insulares que han pervivido hasta nuestros días. Así, en la lengua bretona el sustantivo “bagad” significa banda o tropa mientras que en gaélico irlandés “bagairt” significa amenaza y “bagair” sería el verbo amenazar. Vid. Ball, M. J., Müller, N., (eds.), The Celtic Languages, London, 2010. 211 R. Serrano Madroñal “bagauda” no tenía mucho que ver con rebelles y perditos pero a ojos de los romanos cultos que habían leído los ecos de Aurelio Víctor, aquellos “bagaudas” sí fueron rebelles y perditos. 5. 4. 1. Chronica Gallica CCCCLII. En una nueva continuación de la crónica de Jerónimo, un autor anónimo de también probable carácter cristiano y ascético sudgálico, escribió lo que se ha conocido como la Chronica Gallica de 452. Presentada en forma de anales y editada por Mommsen en MGH, cubriría el período cronológico comprendido entre 379 y 452. Como contemporáneo de los hechos, y especialmente interesado en los asuntos de la Galia, registra que en 435568 la Galia Ulterior569 se separó del Imperio romano570 siguiendo los pasos de Tibatton, líder de la rebelión571, arrastrando desde el principio572 a casi toda la servidumbre de las Galias que conspiraba en la Bagauda573. En 437 Tibatton fue apresado, y sofocada la insurrección574, se neutralizó la agitación encadenando a los principales por un lado, y ejecutando por otro al resto de los bagaudas575. Para el año 448, nos presenta a Eudoxio, versado en medicina, de inteligencia perversa pero ejercitada576, que tras haber dirigido y excitado a la bagauda en aquel tiempo577, huyó encontrando refugio entre los hunos578. 568 Esta crónica tiene numerosos errores de datación al menos hasta 447. 569 Este término no sólo es absolutamente ambiguo sino también anacrónico y más propio de los tiempos de Julio César, donde la Gallia Ulterior era la Transalpina, ubicada entre la Cisalpina y la Comata. Sólo podemos extraer con seguridad que era la parte de la Galia más alejada de Roma. 570 A Romana societate discessit. 571 Tibattonem principem rebellionis secuta. 572 A quo tracto initio. El tractus-us atribuido a la rebelión de Tibattón haría referencia a la acción de arrastrar, al curso, marcha o trazo que había marcado, pero también puede implicar un espacio concreto, región o comarca de destino. 573 Omnia paene Galliarum servitia in Bacaudam conspiravere. El término servitia es claramente un plural que hace mención a los esclavos como colectivo pero también se puede interpretar de un modo más amplio, como la servidumbre en general. Conspiravere se asocia así con la servitia (ambos en plural), que conspiran, concuerdan y armonizan con la Bagauda. 574 Capto Tibattone et ceteris seditionis. 575 Partim principibus vinctis, partim necatis Bacaudarum commotio conquiescit. 212 Tesis Doctoral Contextualizando, esta etapa (433-450) coincide plenamente con las camapañas de Aecio en la Galia, “protector” del joven Valentiniano III y Gala Placidia, contra burgundios, bagaudas y visigodos. Aecio, descendiente de un general romano de origen “escita” y de una dama de la aristocracia tradicional itálica, comenzó sirviendo en la unidad de los Protectores Domestici. Como rehén en la corte de los visigodos y en la de los hunos, se familiarizó con la vida castrense de los bárbaros y una vez alcanzado su compromiso con Placidia, fue designado como magister militum per Gallias. Desde sus primeras campañas en 426, Aecio derrotó a los visigodos en Arlés y expulso hacia el norte a los francos salios. La ambición y los conflictos entre Félix, Aecio y Bonifacio concluyeron precisamente hacia el 433, año en el que Aecio se convirtió en la práctica en la personalidad más influyente de la parte occidental del Imperio romano. En primer lugar se enfrentó a los burgundios, haciendo uso de contingentes federados hunos, con los que mantenía una excelente relación. Con esas mismas tropas al mando de Litorio, pudo sofocar la revuleta de Tibatton y los bagaudas hacia el 437. Sus imparables victorias se interrumpieron en 439, cuando los visigodos fueron capaces de acabar con Litorio y sus temibles jinetes hunos. Aecio acabó por establecer un tratado con los visigodos y a su regreso a Italia, fue honrado y alabado por todas las autoridades romanas. En su política de asentamiento estratégico de bárbaros federados, estableció a los burgundios supervivientes en Sapaudia y a los alanos de Goar en las riveras del Loira. De hecho, fue la posible acometida de los alanos la que pudo forzar a Eudoxio, nuevo caudillo bagauda, a buscar cobijo entre los hunos de Atila, una vez deteriorada la relación entre éstos y Aecio579. No obstante, tal y como indicó Salviano, los bagaudas también proliferaron en Hispania, confirmado por la fuente que vamos a tratar a continuación. 5. 4. 2. Hidacio. El obispo católico galaico-romano de Aquae Flaviae (actual ciudad de Chaves, Portugal), de nombre Hydatius o Idacius, relató a través de una crónica sus propios 576 Eudoxius arte medicus, pravi, sed exercitati ingenii. 577 In Bacauda id temporis mota delatus. Tanto el verbo moveo como el verbo defero implican dirección, influencia e impulso. 578 Ad Chunos confugit. 579 O´Flynn, J. M., Generalissimos of the Western Roman Empire, Alberta, 1983; Reynolds, J., Defending Rome: The Masters of the Soldiers, Bloomington, Indiana, 2012; Hughes, I., Aetius: Attila´s Nemesis, Yorkshire, 2012. 213 R. Serrano Madroñal tiempos, entregándonos el registro más valioso para la reconstrucción de la historia de la Península Ibérica en el siglo V, fechada entre ca. 469-474. Su autor conoció de niño a Jerónimo en Belén, tuvo que lidiar con las nuevas autoridades impuestas por los suevos desde su posición de obispo y llegó a encabezar una embajada en 431 donde se entrevistó con el propio Aecio. En otro afán de continuar la crónica de Jerónimo, tomó el relevo narrativo en 379 con un tono marcadamente pesimista y apocalíptico hasta 468, donde la crónica concluye repentinamente. En una de las entradas correspondientes al año 441, afirma que Asturius, el dux utriusque militiae580 fue enviado a las Hispanias581 y acabó582 con un gran número de bagaudas tarraconenses583. Dos años después, (443) el yerno y sucesor584 del mismo Asturio585 (Merobaudes) fue enviado también586 a las Hispanias. De orígenes ilustres, de ganada elocuencia, llegando a superar incluso a los antiguos en el estudio de la poesía, tal y como evidencian las estatuas que le erigieron587. En el poco tiempo que duró su comandancia588, quebró la insolencia de los bagaudas aracelitanos, pero pronto la envidia y las presiones de algunos hicieron que fuese reclamado antes de tiempo en la sacra ciudad de Roma589. 580 Téngase en cuenta que el título o cargo militar dux utriusque militiae no se ha encontrado fuera de Hidacio. Es más que probable que el obispo no esté empleando de manera estrictamente técnica la terminología de los mandos militares. Es comprensible que el eclesiástico no estuviera perfectamente familiarizado con las titulaturas propias de la jerarquía del ejército romano y que empleara dux desde una perspectiva genérica. Vid. Barnwell, P. S., Emperors, Prefects and kings: The Roman West (395-565), Chapel Hill, 1992, pp. 39-40. 581 Ad Hispanias missus. 582 Caedit. 583 Terraconensium…multitudinem Bacaudarum. El término Terraconensium es claramente un genetivo de plural asociado a Bacaudarum. 584 Gener ipsius sucessor. 585 Nótese que ahora Hidacio usa magistro utriusque militiae y ya no dux. 586 Ipsi mittitur Merobaudis. 587 Natu nobilis et eloquentiae merito vel maxime in poematis studio veteribus conparandus: testimonio etiam provehitur statuarum. 588 Brevi tempore potestatis suae. 589 Aracellitanorum frangit insolentiam Bacaudarum. Mox nonnullorum invidia perurguente ab urbem Romam sacra praeceptione revocatur. 214 Tesis Doctoral En 449 nos presenta a Basilius, un hombre atrevido o audaz590 como prueba de su rango distinguido591. Una vez congregados los bagaudas592, acabó con los federados593 en la iglesia de Tyriasso594, donde Leo (obispo de la misma iglesia595) pereció herido en este lugar596 por causa de los mismos597 que estaban presentes con Basilius598. Para el mismo año, tras haber contraído matrimonio con la hija del rey Teodorico I (monarca visigodo), Requiario (rey de los suevos) inaugura su reino devastando las Vasconias en el mes de febrero. Cuatro meses después599, habiendo ya dejado a su suegro Teodorico600, Requiario saquea601 a su regreso602 la región caesaraugustana 590 Ausus. 591 Ob testimonium egregii… sui. El término egregius significa eminente, distinguido o ilustre, desde un punto de vista genérico. No obstante, podría tenerse en cuenta también que hacia finales del siglo II d. C era un título plenamente asociado al ordo ecuestre. Parece que a lo largo del siglo III d. C, este título fue perdiendo valor hasta que se convirtió a inicios del IV d. C en el menor de los grados que integraban el rango ecuestre. Vid. CTh. 12. 1. 5: Idem a. ad Bithynos. Eos qui in palatio militarunt et eos quibus provinciae commissae sunt quique merito amplissimarum administrationum honorem perfectissimatus vel egregiatus adepti sunt, nec non et illos, qui decuriones vel principales constituti cuncta suae patriae munera impleverunt, frui oportet dignitate indulta. Si vero decurio suffragio comparato perfectissimatus vel ducenae vel centenae vel egregiatus meruerit dignitatem declinare suam curiam cupiens, codicillis amissis suae condicioni reddatur, ut omnium honorum et munerum civilium discussione perfunctus iuxta legem municipalem aliquam praerogativam obtineat. Eum quoque, qui originis gratia vel incolatus vel ex possidendi condicione vocatur ad curiam, perfectissimatus suffragio impetrati dignitas non defendit, qua remota tradi eum curiae oportebit. Dat. XII kal. aug. Gallicano et Basso conss. (317 iul. 21). 592 Congregatis Bacaudis. 593 Foederatos occidit. 594 In ecclesia Tyriassone. 595 Leo eiusdem ecclesiae episcopus. 596 In eo loco obiit vulneratus. 597 Ab isdem. 598 Qui cum Basilio aderant. 599 Mense Iulio. 600 Ad Theodoricum socerum profectus. 601 Rechiarius…depraedatur. 602 In reditu. 215 R. Serrano Madroñal con Basilio603. Habiendo penetrado mediante engaño en la ciudad de Ilerda, ésta fue tomada y se hicieron muchos prisioneros604. En 454 sentencia Hidacio la derrota definitiva de los bagaudas hispanos con la siguiente expresión: Por mediación de Frederico, hermano del rey Teodorico605, al servicio de Roma606, los bagaudas tarraconenses fueron aniquilados607. Haciendo un análisis retrospectivo de la situación de las Hispanias, sabemos que desde finales del 409 los vándalos asdingos y silingos, alanos y suevos se habían hecho con el control progresivo de toda la Península a excepción de la Tarraconense, en un contexto absolutamente condicionado por las usurpaciones. Una vez que Constantino III fue derrotado (411), los asdingos y los suevos quedaron establecidos en Gallaecia, mientras que los silingos se asentaron en la Baetica y los alanos hicieron lo propio con Lusitania y la Carthaginiensis. También los visigodos de Ataúlfo, presionados por Constancio, acabaron recalando en el NE hispano, hasta que el foedus entre Honorio y Walia modificó sustancialmente la situación. En 418, los ejércitos visigodos habían acabado con los silingos y con los alanos, y cuando todo apuntaba hacia el fin de los asdingos y los suevos, los visigodos fueron trasladados a las Galias. Poco antes del fallecimiento de Honorio, (421) los contingentes romanos del magister militum Castino (auxiliado por los godos) no fueron capaces de derrotar a los asdingos en la Baetica, nutridos con los aportes de los silingos y alanos que sobrevivieron a las campañas de Walia. La minoría de edad de Valentiniano III y los enfrentamientos entre Bonifacio, Félix y Aecio, pudieron facilitar la llegada de los vándalos al norte de África en 429608. 603 Caesaraugustanam regionem cum Basilio. 604 Inrupta per dolum Ilerdensi urbe acta est non parva captivitas. 605 Per Fredericum Theuderici regis fratrem. 606 Ex auctoritate Romana. 607 Bacaudae Terraconenses caeduntur. Sobre la Tarraconense en la época tardorromana recomendamos el trabajo de Járrega Domínguez, R., Poblamiento y economía en la costa este de la Tarraconense en la época tardorromana: (siglos IV-VI), Bellaterra, 1993; Vilella, J., “Los concilios eclesiásticos de la "Tarraconensis" durante el siglo V” Florentia iliberritana: Revista de estudios de antigüedad clásica, 13, 2002, pp. 327-344. 608 Vid. Heather, P., The Fall of the Roman Empire: A New History of Rome and the Barbarians, Oxford, 2005. 216 Tesis Doctoral En Hispania, tras la partida de los vándalos, tan sólo los suevos609 se mantuvieron en sus posiciones noroccidentales, abriendo la posibilidad de que las autoridades romanas recuperaran el control de la Península. Sin embargo, su incapacidad generó un período de expansionismo suevo, que coincide con los reinados de Hermerico y Requila (429-448)610. Ya se ha mencionado con anterioridad la embajada dirigida por el propio Hidacio, solicitando algún tipo de solución por parte de Aecio (431). Parece evidente que Aecio consideró prioritarios a los asuntos de las Galias, y hasta 438 no se produjo ningún tipo de contestación militar frente a los suevos611. Con respecto a los bagaudas que operaron en la Tarraconense, envió a Asturius (441) para acabar con un gran número de éstos. El mismo obispo de Aquae Flaviae nos ofrecía el testimonio de un comes Hispaniarum en 419. De nombre Asterius, forzó a los vándalos a levantar el asedio que habían impuesto a los suevos, desplazándoles hacia el sur, donde el vicario Maurocellus les esperaba para atacarles612. Tal y como demuestra J. Arce613, todas las veces que las fuentes mencionan ejércitos romanos en Hispania en este período, éstos proceden del exterior y son enviados614 a Tarraco como base de sus operaciones. Al igual que Asterio y Castino, Asturio fue enviado probablemente a Tarraco en 441 y desde allí doblegó a un número importante de bagaudas tarraconenses. Dos años después, su yerno Merobaudes volvió a quebrar la insolencia de los bagaudas, esta vez aracelitanos, hasta que fue reclamado en Roma. Sidonio Apolinar confirma que Merobaudes era natural de la Baetica o al menos hispano-romano615. Aquella estatua o estatuas sobre las que hacía mención el texto hidaciano se han podido corroborar arqueológicamente616. Convertido en el 609 Vid. Díaz Martínez, P. C., “La monarquía sueva en el siglo V. Aspectos políticos y prosopográficos”, Studia historica. Historia antigua, 4-5, 1986-87, pp. 205-226. 610 Vid. Keay, S. J., Roman Spain, London, 1988. 611 PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, XIV, col. 881: Hermericus rex morbo oppressus Rechilam filium suum substituit in regnum: qui Andevotum cum sua quam habebat manu ad Singillionem Baeticae fluvium aperto marte prostravit, magnis ejus auri et argenti opibus occupatis. 612 PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, XXVI, col. 878: Wandali Suevorum obsidione dimissa, instante Asterio Hispaniarum comite, sub vicario Maurocello, aliquantis Bracarae in exitu suo occisis, relicta Gallaecia ad Baeticam transierunt. 613 Bárbaros y romanos en Hispania (400-507 A. D), Madrid, 2007, p. 204. 614 Aug. Ep. 11*, 7. 615 Carm. IX, 297-301. 616 CIL VI, 1724. Le fue erigida una estatua de bronce en el Foro de Trajano en Roma a finales de julio de 435. Dedicata III Kal(endas) Aug(ustas) conss(ulibus) dd(ominis) nn(ostris) / Theodosio XV et Valentiniano 217 R. Serrano Madroñal panegirista de Aecio, fue un hombre de orígenes distinguidos, de rango senatorial y cristiano617. Pero además de hábil político y afamado rétor, era un experto militar bajo la égida de aquel a quien cantaba. En 435 Merobaudes ya era un general que había destacado en las campañas de Aecio en las Galias y en 443 será enviado a Hispania, sustituyendo a su pariente Asturio como magister utriusque militiae618. Volviendo a la cuestión de las prioridades militares de Aecio, parece que la defensa de las Galias le preocupó más que la recuperación de unas provincias hispanas que comenzaron a experimentar el expansionismo de los suevos. Por su parte, el envío de duces o más bien magistri utriusque militiae manifestaría su interés por mantener el control de la Tarraconense. No obstante, los bagaudas siguen activos en 449 como queda manifestado en el pasaje de Basilio. Independientemente de que la expresión Ob testimonium egregii… sui pueda interpretarse en sentido genérico o estricto (nos decantamos por la primera opción), parece claro que este individuo tenía una cierta distinción de rango social y que acabó con los federados en la iglesia de Tyriasso donde pereció el propio obispo Leo. Es evidente que no lo hizo solo, y exclusivamente en este sentido podemos entender la expresión de ablativo Congregatis Bacaudis. Además, el texto acalara que el obispo falleció por causa de los mismos (ab isdem) que estaban presentes o que llegaron con Basilio (qui cum Basilio aderant). El verbo congrego implica una acción consciente consistente en reunir o juntar personas y no sería lógico pensar que los bagaudas fueron reunidos para ser asesinados en la iglesia, teniendo en cuenta a su vez que el acusativo plural foederatos no deja ninguna duda sobre quiénes fueron las víctimas de Basilio y sus hombres. IIII // [Fl(avio) Merob]audi v(iro) s(pectabiili) com(iti) s(acri) c(onsistorii) / Fl(avio) Merobaudi aeque forti et docto viro tam facere / laudanda quam aliorum facta laudare praecipuo / castrensi experientia claro facundia vel otiosorum / studia supergresso cui a crepundiis par virtutis et elo/quentiae cura ingenium ita fortitudini ut doctrinae / natum stilo et gladio pariter exercuit nec in umbra / vel latebris mentis vigorem scholari tantum otio / torpere passus inter arma litteris militabat / et in Alpibus acuebat eloquium ideo illi cessit in praemium / non verbena vilis nec otiosa hedera honor capitis / Heliconius sed imago aere formata quo(!) rari exempli / viros seu in castris probatos seu optimos vatum / antiquitas honorabat quod huic quoque cum / augustissimis Roma principibus / Theodosio et Placido Valentiniano rerum dominis / in foro Ulpio detulerunt remunerantes in viro / antiquae nobilitatis novae gloriae vel industriam / militarem vel carmen cuius praeconio gloria / triumfali crevit imperio. 617 Bodelón, S., “Merobaudes: un poeta de la Bética en la corte de Rávena”, Helmantica: Revista de filología clásica y hebrea, 52, 157, 2001, pp. 51-74. 618 Sanz Huesma, F. J., “Merobaudes en Hispania (443 d. C)”, Habis 39, 2008, pp. 363-368. 218 Tesis Doctoral Es plenamente verosímil, por otra parte, que los defensores de la ciudad de Tyriasso fueran el propio obispo y un destacamento de soldados bárbaros federados. Requiario, que había sucedido a su padre como rey de los suevos en 448 y se había convertido al catolicismo, actuó de una manera completamente independiente, inaugurando su reinado con la ejecución del legado romano Censorius619 en Hispalis. Sin ninguna demora, se lanzó a la devastación de las Vasconias y selló su aproximación a los visigodos de Teodorico I mediante pacto matrimonial. Por esta razón, Requiario y sus tropas marcharon al sur de las Galias. Teodorico I había sucedido a Walia y tras la muerte de Honorio, consideró concluido el foedus, tratando de alcanzar el Mediterráneo. Intentó conquistar Arlés pero Aecio se lo impidió; la presión de los francos en el norte de las Galias precipitó un nuevo ataque visigodo con los mismos objetivos hacia Narbona (436) pero Litorio y sus jinetes hunos lograron evitar la toma de la ciudad. Sin embargo, en 439 los visigodos acabaron derrotando a Litorio en Tolosa y Aecio se vio obligado a ofrecerles un tratado de paz620, aceptando quizás su soberanía como Estado. En 446 un nuevo magister utriusque militiae llamado Vito, fue enviado a las Hispanias. Sabemos, sin embargo, que sus auxiliares godos fueron derrotados y que Vito se retiró presa del pánico y de la cobardía621. El complicado juego de alianzas y enemistades del período llevó a una hostilidad progresiva entre visigodos y vándalos, como consecuencia del repudio brutal622 que sufrió la hija de Teodorico I que había contraído matrimonio con Hunerico, hijo de Genserico. El acercamiento entre el Imperio occidental y los vándalos movió por su parte a la alianza entre suevos y visigodos, precisamente en 449. Sólo en este contexto podemos entender el matrimonio entre Requiario y una hija de Teodorico I en la corte del reino visigodo. Cuando el monarca suevo regresó a Hispania después de la celebración de las nupcias, saqueó los territorios próximos a Caesaraugusta en la Tarraconense, con la ayuda de Basilio. A pesar del excesivo 619 Hidacio así lo registra: XXIV. Rechila, rex Suevorum, Emeritae gentilis moritur mense Augusto: cui mox filius suus catholicus Rechiarius succedit in regnum, nonnullis quidem sibi de gente sua aemulis, sed latenter: obtento tamen regno, sine mora ulteriores regiones invadit ad praedam. Per Agiulfum Hispali Censorius iugulatur. En la edición de Mommsen estos pasajes se corresponden con la entrada 137 y 139. 620 En la misma edición: (117). Inter Romanos et Gothos pax efficitur. 621 (134). Vitus magister utriusque militiae factus, ad Hispanias missus, non exiguae manus fultus auxilio, cum Carthaginienses vexaret et Baeticos, succedentibus cum rege suo illic Suevis, superatis etiam in congressione qui ei ad depraedandum in adjutorium venerant, Gothis, territus miserabili timore diffugit. Suevi exin illas provincias magna depraedatione subvertunt. 622 Iord. Get. 36. 219 R. Serrano Madroñal personalismo de la narración, se deduce con facilidad que Requiario (rey de los suevos) iba escoltado por sus ejércitos y Basilio iría acompañado por los bagaudas que había congregado. Con respecto a la toma de Ilerda, es obvio que tiene una relación directa con Requiario, puesto que se relata inmediatamente a continuación, separado por un punto en el mismo parágrafo. Empero, resulta difícil dilucidar si esta acción pudo ser también conjunta. Tampoco podemos deducir en qué consistió ese engaño o astuta perfidia que le/les llevó a entrar en la ciudad y apresar un gran número de cautivos. Los hunos no eran un pueblo desconocido para los romanos del siglo V623, y mucho menos para Aecio. Es cierto que mantuvieron al principio una política de cooperación con el Imperio, enviando grandes contingentes de guerreros a sus ejércitos y guardias privadas (Estilicón, Aecio/Litorio), pero también sus exigencias de tributo en Oriente fueron creciendo a medida que su monarquía se fue consolidando. Cuando la situación se hizo insostenible y las relaciones se rompieron, numerosas bandas de hunos saquearon Tracia y Grecia durante más de seis años ante la impotencia de Teodosio II. Muy poco después, Atila focalizó sus intereses en Occidente, y sin entrar en las causas que le movieron a ello, Aecio y Valentiniano III sellaron una alianza temporal con los visigodos para combatir al temible enemigo común. Teodorico I cayó en la batalla de los Campos Cataláunicos (451), cerca de Metz, en la que Atila fue derrotado parcialmente. Turismundo624 le sucedió como nuevo monarca visigodo. Siguiendo el relato de Jordanes625, Turismundo deseaba vengar a su padre y exterminar definitivamente a los hunos, pero el propio Aecio le aconsejó regresar a Tolouse y consolidar su posición como nuevo rey en la corte. En 453, Mansuetus y Fronto, designados como comes Hispaniarum y similiter comes son enviados para hacer la paz con los suevos, mientras que Turismundo fue asesinado por sus hermanos Teodorico (nuevo rey, conocido como Teodorico II, que había tenido por preceptor a Avito) y Frederico. En 454, muy poco antes de que Aecio fuese asesinado, Frederico, hermano del rey Teodorico II, se encargó de exterminar a los bagaudas tarraconenses en una campaña al servicio de Roma. Teniendo en cuenta la trayectoria de Teodorico II, que actuó como el verdadero sustento que mantuvo a emperadores como Avito, podríamos cuestionar que esta intervención fuese ex auctoritate romana, pero ha de tenerse presente que 623 Sanz. R., Historia de los godos: una epopeya histórica de Escandinavia a Toledo, Madrid, 2009, p. 199 ss. 624 Hyd. Chron. 152. Occiso Theodore Thorismo filius ejus succedit in regno. 625 Get. 41. 220 Tesis Doctoral hasta la desaparición de Aecio, el monarca aceptó los límites legales de su reino y su temporal condición de federado. Del mismo modo, mantuvo su pacto con los suevos hasta que éstos rompieron la paz con los romanos atacando la Tarraconense626. Sería la alianza con Avito lo que llevó a Teodorico II a ingresar con sus ejércitos de nuevo en las Hispanias en 456. Concluido el análisis y la contextualización de los textos sobre las bagaudas hispanas podemos extraer las siguientes conclusiones: 1. Así como no se puede extrapolar la información que nos ofrecía Salviano de Marsella a la tropa agrestium ac latronum con la que tuvo que enfrentarse Maximiano en 285, sí podemos atribuir el perfil trazado por el sacerdote galo-romano a los bagaudas hispanos del siglo V. De hecho, el mismo autor (coetáneo) dejó constancia de la existencia de bagaudas hispanos627, aparte del relato hidaciano. 2. La crónica de Hidacio es parca en sus informaciones y no nos proporciona ningún dato con respecto a las causas de sus acciones. Haciendo uso de Salviano, entendemos que “fue naturalmente la iniquidad romana la que movió a gran parte de los hispanos a abandonar su condición de romanos”. Muchos huyeron hacia las filas de los bárbaros, otros se convirtieron en bagaudas. 3. Hidacio redactó su crónica no muchos años después de Gubernatione Dei y adoptó del mismo modo el nomen “bagauda”, para designar a estos rebelles y perditos. 4. Los episodios protagonizados por bagaudas en Galia (ca. 435-448) y en Hispania (ca. 441-454) coinciden plenamente desde un punto de vista cronológico, otorgando mayor verosimilitud a lo expuesto por Salviano. 5. A diferencia de Salviano, Hidacio (igualmente un sacerdote católico, aunque no procediera del entorno rigorista y ascético de Lerins) no parece mostrar ningún tipo de comprensión hacia los bagaudas. Se limita a registrar las intervenciones de los generales enviados por Aecio para derrotarles. 6. Si aceptamos que los bagaudas son aquellos romanos que huyen de su propia condición por diferentes adversidades, es lógico que sean “tarraconenses”, puesto que el control del resto de las provincias hispanas se había perdido. Independientemente del debate historiográfico que expondremos en su momento sobre la ubicación exacta 626 170. Per augustum Avitum Fronto comes legatus mittitur ad Suevos. Similiter et a rege Gothorum Theudorico; quia fidus Romano esset imperio, legati ad eosdem mittuntur, ut tam secum quam cum Romano imperio, quia uno essent pacis foedere copulati, jurati foederis promissa servarent. Remissis legatis utriusque partis atque omni juris ratione violata, Suevi Tarraconensem provinciam quae Romano imperio deserviebat, invadunt. 627 Pars magna Hispanorum. 221 R. Serrano Madroñal de los “aracelitanos”, todo parece apuntar a que éstos se hallaban en torno al valle y al río Araquil, no muy lejos de Pompaelo, en un lugar de paso en la calzada que unía Asturica Augusta con Burdigala628. Teniendo en cuenta que este territorio estaba integrado dentro de la Tarraconense, los bagaudas aracellitanos serían también tarraconenses. 7. Es cierto que Plinio629 ya mencionó a los aracelitanos en su Naturalis Historia junto a otros pueblos estipendiarios de la Hispania Citerior. La supuesta identidad vascona de esta región ha generado una asociación entre bagaudas y vascones pero en este sentido apreciamos dos contradicciones: no parece que los aracelitanos hubiesen habitado el territorio más septentrional y montañoso de la Vasconia histórica como para contemplarles como indígenas escasamente romanizados y si así lo fuesen, Hidacio probablemente no hubiera empleado el nomen bagauda para designarles. 8. Ya hemos mencionado que la huída de individuos romanos hacia las filas de los bárbaros o los bagaudas (son dos opciones marcadamente diferenciadas) era una práctica habitual no sólo atribuida a las gentes más humildes. Por tanto, no tiene por qué extrañar que Basilio, de orígenes distinguidos, tuviera capacidad para congregar a los bagaudas y dirigirles en diversas campañas de saqueo. También Eudoxio, versado en medicina y caudillo de bagaudas en la Galia, podría proceder de una familia distinguida si optamos por imaginarle como a Galeno630. No obstante, hay que tener presente que podría ser del mismo modo un antiguo esclavo que recibió instrucción en medicina631 en un valetudinarium u hospital militar. 9. El hecho de que Basilio y los bagaudas acaben con el obispo de Tyriasso y con el destacamento de federados que protegía la ciudad no implica en absoluto ningún tipo 628 El Itinerario Antonino (A-34) registra que el trazado de esta calzada era el siguiente: Asturica Augusta, Vallata, Interamnio, Palantia, Viminacio, Lacobriga, Segisamone, Deobrigula, Tritium, Virovesca, Deobriga, Beleia, Suessatio, Tullonio, Alba, Aracaeli, Alantone, Pompelone, Turissa, Summo Pyreneo, Imo Pireneo, Carasa, Aquis Terebellicis, Mosconnum, Segosa, Losa, Boios, Burdigala. 629 III. 24. Caesaraugusta colonia immunis, amne Hibero adfusa, ubi oppidum antea vocabatur Salduba, regionis Edetaniae, recipit populos LV: ex his civium Romanorum Bilbilitanos, Celsenses ex colonia, Calagurritanos qui Nasici cognominantur, Ilerdenses Surdaonum gentis, iuxta quos Sicoris fluvius, Oscenses regionis Suessetaniae, Turiassonenses; Latinorum veterum Cascantenses, Ergavicenses, Graccuritanos, Leonicenses, Osicerdenses; foederatos Tarracenses; stipendiarios Arcobrigenses, Andelonenses, Aracelitanos, Bursaonenses, Calagurritanos qui Fibularenses cognominantur, Conplutenses, Carenses, Cincienses, Cortonenses, Damanitanos, Ispallenses, Ilursenses, Iluberitanos, Iacetanos, Libienses, Pompelonenses, Segienses. 630 Sarton, G., Galen of Pergamon, Lawrence, 1957. Barton, T., Power and Knowledge: Astrology, Physiognomics and Medicine under the Roman Empire, Ann Arbor, 1994; King, H. (ed.), Health in Antiquity, London, 2005; Israelowich, I., Patients and Healers in the High Roman Empire, Baltimore, 2015. 222 Tesis Doctoral de móvil religioso pagano o herético. Asimismo, si los bagaudas hubieran actuado siguiendo algún tipo de precepto cristiano, Hidacio o Salviano (sacerdotes católicos) lo hubiesen destacado muy probablemente. Téngase en cuenta a su vez que Requiario en 449 es católico. 10. La colaboración entre Basilio y los suevos es exclusivamente puntual y responde a una hostilidad compartida frente al poder imperial. Identificar un “frente común anti- romano” sería una simplificación que nos alejaría de la compleja realidad histórica. Apréciese que quienes derrotan definitivamente a los bagaudas tanto en Galia como en Hispania son bárbaros federados paganos o cristianos arrianos al servicio del Imperio católico romano. Resta por analizar el pequeño compendio de fuentes implícitas que nos aportan información de gran interés sobre los bagaudas galos del siglo V, cerrando así el epígrafe. 5. 4. 3. Querolus. El Querolus es una comedia teatral de autoría anónima, si bien desde hace ya décadas se sospecha que pudo ser obra de Aviano (autor de fábulas en dísticos elegíacos y amigo de Macrobio). Fechada hacia el 414-415, está dedicada a R. Namaciano y su estilo parece integrarse dentro de la corriente reaccionaria pagana del período. Con reminiscencias absolutas del teatro clásico de Plauto y la tradición de la comediografía latina, el “gruñón” se queja a su lar familiar632 de su mala fortuna mientras la divinidad doméstica trata de anunciarle un destino favorable. En clave de humor, el gruñón desearía poder despojar a aquellos que no le deben nada633, golpear a los que le son extraños634, o al menos a sus vecinos635. El lar reacciona riéndose, y le contesta de una forma satírica, que lo que quiere realmente es convertirse en un ladrón más que en alguien poderoso636. Precisamente siguiendo sus más profundos deseos, y después de reflexionar unos instantes637, le recomienda que se vaya a vivir a las orillas del Loira638. 632 Lar familiaris. 633 Spoliare non debentes. 634 Caedere alienos. 635 Vicinos autem et spoliare et caedere. 636 Ha, ha, ha. Latrocinium, non potentiam requiris. 637 Hoc modo nescio edepol quemadmodum praestari hoc possit tibi. Tamen inveni: habe quod exoptas. Nótese la expresión profundamente pagana de edepol, que podría traducirse “¡Por Pólux!”. 223 R. Serrano Madroñal Ante las dudas del gruñón639, el lar le explica que allí los hombres viven bajo el ius gentium o “derecho de gentes” propio de individuos no romanos640. Allí las penas capitales se producen bajo el roble y son escritas sobre huesos641. Allí también los campesinos/aldeanos emiten discursos ante los tribunales y los particulares juzgan642. Allí todo se permite643, si fueses rico allí serías llamado patus644, ¡Así se expresa nuestra Grecia645! Invocando a los bosques y a los espacios deshabitados646, que os hacen libres, concluye afirmando que mucho es lo que deja sin contar647 pero con lo dicho ya es suficiente648. 638 Vade ad Ligerem vivito. 639 Quid tum? 640 Illic iure gentium vivuunt homines. 641 Ibi sententiae capitales de robore proferuntur et scribuntur in ossibus. Sabemos que los árboles tuvieron un papel muy significativo en la religión céltica. Ya en época romana, contamos con inscripciones votivas dedicadas a la haya o al roble (CIL XIII 33, 223-225) (CIL XIII 129). Maier, B., et al. Dictionary of Celtic Religion and Culture, New York, 1997. Existieron conjuntos arbolados con carácter sagrado que recibieron el nombre céltico de Nemeton. Plinio el Viejo (NH XVI. 249), entre otros, registró el vínculo (incluso etimológico) entre los druidas y el roble. Entre las atribuciones de los druidas encontramos la administración de la justicia, y a su vez en la mitología greco-romana el roble es un árbol consagrado a Zeus/Júpiter, encargado de impartir justicia. Desde una perspectiva céltica o sincrética romano-céltica, podemos entender esta práctica de los armoricanos. 642 Illic etiam rustici perorant et privati iudicant. 643 Ibi totum licet. 644 Si dives fueris, “patus” apellaberis. Este término quizás sea indígena (céltico), o bien sea una deformación del latín pecus, que aunque significa “ganado” o “rebaño” está directamente relacionado con la palabra pecunia (riqueza o fortuna). Por su parte, en griego παχύς significa exactamente “rico” u “opulento” y en sánscrito “bahú” implicaría lo mismo. Teniendo en cuenta que todas estas lenguas tuvieron un tronco común indoeuropeo, es posible que patus significase “rico” en alguna lengua céltica hablada a orillas del Loira en aquel período. 645 Sic nostra loquitur Graecia! Con esta frase burlesca, que complementa la información anterior, el instruido autor arremete contra la escasez cultural que allí prevalece, ya sea por su profundo grado de indigenismo o bien por su mal uso de la lengua latina. 646 O silvae, o solitudines. 647 Multo maiora sunt quae tacemus. 648 Tamen interea hoc sufficit. 224 Tesis Doctoral Tras esta exposición, el gruñón parece disuadido y finaliza rechazando la propuesta: Ni soy rico ni deseo hacer uso del roble649. No quiero esas leyes silvestres650. Ante esto el lar le responde que le pida, por consiguiente, algo más moderado y más honesto. Si vinculamos este texto con la información complementaria que ofrecía Zósimo (VI. 5), podremos entender que entre 407 y 409, las devastaciones de los bárbaros movieron a las desamparadas poblaciones de Britania y a “algunos de las provincias celtas” a hacer defección del Imperio romano y a vivir independientemente, dejando de prestar obediencia a sus leyes. Nos dice que los britanos afrontaron el riesgo de su propia defensa y libraron sus ciudades de los bárbaros. La Armórica y otras provincias galas les imitaron, librándose del mismo modo de los bárbaros, expulsando a los magistrados romanos e instituyendo formas autónomas de gobierno. Zósimo añade (VI. 6) que esta defección de Britania y de las provincias del territorio celta se produjo en tiempos de la usurpación de Constantino III, situación de la que se aprovecharon los bárbaros transrenanos. Así, la falta de cuidado o la incuria del gobierno del usurpador y la amenaza de los saqueos bárbaros sería la causa principal de la secesión. Si tenemos en cuenta que el río Loira actuaría como frontera natural meridional de la Armórica, el contenido informativo del Querolus encaja absolutamente con lo dicho por Zósimo. Nótese, sin embargo, que aún no se ha aportado ninguna información sobre bagaudas. 5. 4. 4. Rutilio Namaciano. Rutilio Namaciano, procedente de la aristocracia terrateniente sud-gálica del mismo período, alcanzó cargos de enorme relevancia como magister officiorum o incluso praefectus urbi (413 ó 414). Era un estadista conservador y pagano, al que se le dedicó el Querolus, anteriormente analizado. De reditu suo es un poema en dísticos elegíacos que no se conserva en su totalidad y que puede ser contemplado como una suerte de diario de viaje, fechado entre 415-417. Con un latín especialmente cuidado y clasicista, se despide de la ciudad eterna y de su genius porque los devastados campos de la Galia le reclaman. Su arraigo hacia el Imperio romano es incuestionable. En los versos 207-217 del primer libro, Rutilio nos habla de su pariente Paladio, un muchacho perteneciente a su linaje que acababa de ser enviado a Roma desde las campiñas de la Galia para aprender las leyes del foro. 649 Neque dives ego sum neque robore uti cupio. 650 Nolo iura haec silvestria. 225 R. Serrano Madroñal Inmediatamente después, afirma que su padre Exuperancio651 enseña652 ahora653 a las costas de Armórica654 a habituarse y a estimar655 el postliminium656 de la paz. Restablece las leyes657 y restituye la libertad658, y no permite659 que (los amos) sean660 esclavos para sus propios esclavos661. De este modo, Namaciano está completando lo que no quería añadir el lar familiar en el Querolus. Aparte de la defección y el gobierno autónomo de la Armórica hasta 415- 417, parece que se produjeron prácticas de inversión social (al menos a ojos del poeta) que se erradicaron con el postliminium pacis y la restauración del control romano. 5. 4. 5. Merobaudes. El propio Merobaudes, el protagonista directo de la derrota de los bagaudas aracelitanos del que nos habla Hidacio, elaboró un panegírico (II) en verso celebrando 651 Cuius…pater Exuperantius. 652 Docet. 653 Nunc. 654 Aremoricas…oras. Ésta es la traducción más común, pero oras también puede interpretarse como fronteras/ límites o incluso regiones en un sentido más genérico. Del mismo modo, no hay ninguna duda de que son los territorios armoricanos los que reciben la enseñanza de Exuperancio. 655 Amare. 656 El postliminium es un término jurídico sobre el que tenemos que profundizar necesariamente. Implica la invalidez de todos los actos ilegítimos que se hayan podido producir en un territorio concreto una vez que vuelve a integrarse bajo la soberanía de su legítimo gobernante. Si bien es cierto que esta información se ha extraído del De iure belli ac pacis de Hugo Grotius (1625), no deberíamos descartar las connotaciones subyacentes. Etimológicamente, la palabra deja claro el sentido de post-limen o después de la barrera que separó la Armórica del Imperio romano. 657 Leges restituit. 658 Libertatemque reducit. 659 Et…non sinit. 660 La oración sólo introduce essere, por lo que tenemos que deducir que se refiere a los amos. 661 Servos famulis…suis. 226 Tesis Doctoral el tercer consulado de Aecio en 446662 varios años después de su campaña en la Tarraconense. En esta obra, nos dice el poeta hispano que el habitante663 de los bosques armoricanos recorre ya más apacible664 su territorio665, y esta tierra666 acostumbrada667 a esconder668 el botín de sus rapiñas669 mediante salvaje crímen670, buscadas en vano671 en las profundidades de sus bosques672, perdió673 tales hábitos674 y aprende675 inexperta676 a confiar en la Ceres de los campos677, y la “mano”678 que desde hace tiempo679 se enfrentaba680 a los propósitos del César681, tolera682 y se somete a las 662 B. G. Niebuhr se encargó de publicar la editio princeps de la mayoría de los trabajos de Merobaudes (1824). F. M. Clover cuestionó la idea tradicional que contemplaba el primer panegírico como un prefacio del segundo. Clover, F. M., “Toward an Undestanding of Merobaudes Panegyric I”, Historia: Zeitschrift für Alte Geschichte 20, 2-3, 1971, pp. 354-367. 663 Incola. 664 Lustrat…iam mitior. 665 Aremoricos…saltus. Un saltus es un territorio forestal y boscoso pero también puede hacer referencia a desfiladeros estrechos y montañosos (saltus Thermopylarum). 666 Tellus. 667 Adsuetaque. 668 Celare. 669 Rapinas. 670 Saevo crimine. 671 Quaesitas. 672 Silvis. 673 Perdidit. 674 Mores. 675 Discit. 676 Inexpertis. 677 Cererem committere campis. 678 Manus. Esta palabra polisémica puede traducirse por “mano”, “poder”, “autoridad”, “tropa” o “grupo de personas”. Pese a las dificultades que pueda generar su ambigüedad, el autor está designando a los poderes armoricanos independientes. 679 Diu. Esta expresión sería una confirmación de que los armoricanos (autónomos) ya se oponían desde hacía tiempo a los propósitos de control del César. 227 R. Serrano Madroñal leyes bajo nuestro cónsul683, y aunque684 traza el surco con el arado gético685, huye686 de las asociaciones687 con sus vécinos bárbaros688. Si ponemos en relación las informaciones de Zósimo, el Querolus, R. Namaciano y Merobaudes, podemos coincidir en que los poderes autonomistas en Armórica resurgieron tras las intervenciones de Exuperancio (ca. 415-417), en tanto en cuanto este último autor (Merobaudes) atribuye a Aecio una nueva pacificación del territorio tres décadas después. Sin embargo, no disponemos todavía de un vínculo claro entre los bagaudas y la Armórica autónoma. 5. 4. 6. Sidonio Apolinar. Otro autor plenamente coetáneo al que debemos analizar en este punto sería el poeta, diplomático y obispo galo-romano Sidonio Apolinar. Natural de Lugdunum, procedía de una familia aristocrática habituada a desempeñar las máximas magistraturas en la Galia. Hacia el 452 se convirtió en el yerno de Avito, emperador de Occidente en 455- 456, que contó con el apoyo de los visigodos y de buena parte de la aristocracia galo- romana. A pesar de la caída de Avito, Sidonio supo mantener unas relaciones equilibradas con los emperadores que sucedieron a su pariente (para los que compuso igualmente conocidos panegíricos), y seguramente fue en su caso el deseo de poder continuar interviniendo en política local lo que le condujo al episcopado (después de 469) de Clermont, en Arvernia. Esto no significa que su espíritu religioso no estuviese 680 Obluctata. 681 Caesaroque…labori. 682 Sustinet acceptas. 683 Nostro sub consule leges. El cónsul es indudablemente Aecio, al que va dirigido el panegírico. 684 Quamvis. 685 Geticis sulcum confundat aratris. 686 Refugit. 687 Consortia. Indirectamente, Merobaudes está asegurando que los armoricanos tuvieron el hábito de asociarse con sus vecinos bárbaros antes de la pacificación de Aecio (446). Esto no se correspondería con la situación de la Armórica independiente entre 407/409 y 415/417, que según Zósimo se defendía de los bárbaros con sus propios medios imitando el ejemplo de los britanos. 688 Barbara vicinae…gentis. Hacia el 446 los armoricanos habitaban un territorio de las Galias que colindaba con los francos salios al norte y con los alanos federados al sur. Más al sur se había establecido el reino visigodo y al sudeste se habían asentado los burgundios. 228 Tesis Doctoral desarrollado, como muestra su preocupación como ortodoxo por la herejía arriana profesada por los visigodos. Nos interesa profundizar en primer lugar en su panegírico de Avito (455-456), donde a través de una retórica de tradición pagana nos muestra a la Dea Roma lamentándose por un presente convulso, del que sólo un hijo de la fértil Arvernia la puede salvar (Avito). Dejando claro que nunca se dejó comprar por los godos y que acompañó a Aecio en numerosas guerras, hace alusión a Litorio689, que una vez que hubo sometido al armoricano690, arrastró consigo691 a los jinetes escitas692 que atravesaron la Arvernia693 para enfrentarse al geta/godo694. Éstos695 destruían696 en su transcurso697 todo a lo que se aproximaban698, mediante el fuego, el hierro, la brutalidad y la rapiña699, y el nombre de la paz700, así desvirtuado, dejó de tener sentido701. Continuamos con el panegírico de Mayoriano (datado entre 457-461), al que Sidonio pide perdón, puesto que tanto él mismo como el grueso de la aristocracia galo-romana se resistieron a su nombramiento como emperador occidental, llegando a concentrar fuerzas con los burgundios en Lugdunum. Haciendo un llamamiento para que Mayoriano acabe con los vándalos en África, destaca y recuerda la defensa de Tours que encumbró como militar al futuro emperador, muy poco antes de reunirse con Aecio para enfrentarse con los francos del rey Clodio, que se habían expandido por las tierras de los Atrebates al norte de las Galias (447/448). El texto dice que el Loira en sus dos orillas702 bebe703 inmerso en el error704, y a través de intervenciones 689 Litorius. 690 Subacto Aremorico. 691 Rapiebat. 692 Scythicos equites. 693 In agmen per terras, Arverne, tuas. Sidonio alude a Arvernia como tierra de origen de Avito. 694 Geticum. 695 Qui. 696 Delebant. 697 Discursu. 698 Proxima quaeque. 699 Flammis, ferro, feritate, rapinis. 700 Pacis…nomen. 701 Inane. 702 Ligerimque bipenni. 229 R. Serrano Madroñal militares705, defendió a los aterrados habitantes de Tours706; muy poco después combatiste707 (Mayoriano) del mismo modo por las tierras accesibles708 de los Atrebates, donde el franco Clodio se había expandido709. Estos dos textos de Sidonio son especialmente importantes, ya que el primero demuestra que fue Litorio y su caballería de jinetes hunos quienes se encargaron de derrotar a Tibbaton en 437. Es en este punto donde podemos establecer la identificación entre la expresión ambigua de la Chronica Gallica CCCCLII (Gallia Ulterior) y Armórica. Téngase en cuenta que Tibbaton fue el líder de la rebelión secesionista armoricana, que arrastró desde el principio a casi toda la servidumbre de las Galias que conspiraba en la bagauda. Por su parte, el segundo texto manifiesta que la Armórica volvió a rebelarse después de la captura de Tibbaton, y fue Mayoriano quien socorrió a la ciudad de Tours poco antes de 447/448. Si tenemos en cuenta que Tours se ubica en las proximidades del Loira (frontera meridonal de la Armórica), y que ambas orillas “bebían inmersas en el error”, es verosímil adjudicar esta amenaza a los bagaudas dirigidos por Eudoxio, que muy poco después se vio obligado a huir y a cobijarse en la corte de Atila. 5. 4. 7. Constancio de Lyon. Concluimos el epígrafe con el pasaje de Constancio de Lyon de su Vita Germani. Este sacerdote católico del sudeste de la Galia redactó su hagiografía (ca. 475-480) unos treinta años después de la muerte de Germán de Auxerre. Quizás fue maestro del propio Sidonio Apolinar, con el que mantuvo correspondencia. Con una influencia clara de la Vita Martini de Sulpicio Severo, Constancio relató por encargo episcopal la vida y los miliagros de este hombre considerado como santo. De acuerdo con esta información hagiográfica, con un valor histórico apreciable, extraemos que justo después del regreso a las Galias de Germán de Auxerre710 (tras su 703 Bibit. 704 Excisum per frustra. 705 Cum bella. 706 Timentes defendit Turonos. 707 Post tempore parvo pugnastis. 708 Patentes…terras. 709 Pervaserat. 230 Tesis Doctoral segundo viaje a Britania donde combatió la herejía pelagiana), la comarca de los armoricanos711 envió una delegación712 hacia el santo obispo713 cuando aún arrastraba la fatiga714 propia de la navegación. Aecio, que gobernaba por aquel entonces el Estado715, irritado716 por la insolencia de esta soberbia región717, permitió marchar718 con anticipación719 hacia estas tierras proclives a la rebelión720 al muy salvaje Goar, rey de los alanos721, que codiciaba722 con el ansia propia de la bárbara avaricia723 hacerse con este territorio. De este modo, un solo anciano724 (Germán) se presentó725 ante este belicoso pueblo y ante su rey, servidor de los ídolos726. Sin embargo, con la ayuda de Cristo, el obispo parecía más fuerte y más voluminoso a ojos de cualquiera727. Se apostó rápidamente allí donde marchaba la comitiva bélica, con los alanos ya en camino728. El jinete acorazado cubría todo el espacio nuevamente729, pero sin embargo 710 Vixdum domum de transmarina expeditione remeaverat. 711 Armoricani Tractus. 712 Legatio. 713 Beati antistitis. 714 Fatigationem. 715 Qui tum rem publicam gubernabat. 716 Offensus…vir magnificus Aetius. 717 Superbae insolentia regiones. 718 Permiserat. 719 Praesumptione. 720 Loca illa inclinanda pro rebellionis. 721 Goari ferocissimo Alanorum regi. 722 Inhiaverat. 723 Aviditate barbaricae cupiditatis. 724 Senex unus. 725 Obicitur. 726 Genti bellicosissimae regique idolorum ministro. 727 Sed tamen omnibus Christi praesidio maior et fortior. 728 Iam progressa gens fuerat. 729 Totumque iter eques ferratus impleverat. Se trata de una referencia indudable a los catafractos alanos. 231 R. Serrano Madroñal nuestro sacerdote730 llega hasta el mismo rey731, le impide continuar732, y se opone733 al avance del monarca armado y sus catervas. A través de un intérprete734, primero ofrece súplicas735 para disuadirle de su ataque, después le reprocha736 y finalmente se apodera de las correas de la brida del caballo y en ese lugar todo el ejército se queda inmóvil737. El muy salvaje rey, admirando su temperamento, comandado por Dios, acepta. 738 El rey y su ejército regresan739, anulando la campaña punitiva y ofreciendo garantías de paz, bajo la condición de que el perdón acordado sea solicitado también y ratificado por el emperador o por Aecio740. De este modo, por la intercesión y el valor del sacerdote, el rey fue sujetado, el ejército alejado, y las provincias armoricanas absueltas de las devastaciones741. En un pasaje posterior, cuando Germán ya está en Ravena y ha sido recibido con gran devoción por los muy católicos Valentiniano III y Gala Placidia, Constancio afirma que la razonable causa de la región armoricana742 que condujó743 a Germán a emprender este necesario viaje744 hasta la corte occidental, una vez ratificado el perdón y la seguridad perpetua745, se habría preservado mediante el arbitrio del propio obispo746, 730 Et tamen sacerdos noster. 731 Ad regem ipsum. 732 Occurrit in itinere. 733 Opponitur. 734 Medioque interprete. Esta cita demuestra que Goar no hablaba latín. 735 Primum precem supplicem fundit. 736 Increpat. 737 Freni habenas invadit atque in eo loco universum sistit exercitum. 738 Rex ferocissimus admirationem pro iracundia, deo imperante, concepit. 739 Rex exercitusque se recipit. 740 Ea conditione ut venia, quam ipse praestiterat, ab imperatore vel ab Aetio peteretur. 741 Per intercessionem et meritum sacerdotis, rex conpressus est, exercitus revocatus, provinciae vastationibus absolutae. 742 Causam sane Armoricanae regionis. 743 Indixerat. 744 Necessitatem peregrinationis. 745 Obtenta venia et securitate perpetua. 746 Ad proprium obtinuisset arbitrium. 232 Tesis Doctoral si la perfidia de Tibbaton747 no hubiese levantado otra vez748 a este voluble e indisciplinado pueblo749 hacia su estado tradicional de rebelión750. Esta rebelión751 neutralizó752 la intercesión del sacerdote753, y la confianza imperial se vio frustrada por la traición754. Desde entonces, desencadenó castigos755, al poco tiempo756, frente a la reiterativa astucia de la pérfida temeridad757. Teniendo en cuenta que Germán de Auxerre falleció en Ravena muy poco después de este suceso (448), podemos vincular estos castigos que ya no pudo evitar el obispo con la desaparición de los bagaudas en Galia (ya no habrá más registros) y con la huida de Eudoxio ese mismo año, que tras haber dirigido y excitado a la bagauda en aquel tiempo, se vio obligado a encontrar cobijo entre los hunos. Es indudable que Constancio de Lyon no habla de Eudoxio sino de Tibbaton; es cierto que fue apresado por Litorio y sus tropas en 437 y que en ningún momento se afirma en la Chronica Gallica CCCCLII que fuese ejecutado, pero parece bastante inverosímil que fuese liberado o incluso escapase para volver a iniciar un levantamiento. De acuerdo con esta misma fuente (Chronica Gallica) sería más lógico contemplar que Constancio se equivocó de caudillo bagauda/armoricano y que la acometida de estos castigos movió a Eudoxio a la fuga. Si enlazamos las informaciones explícitas de Salviano de Marsella y de la Chronica Gallica con las implícitas del Querolus, R. Namaciano, Sidonio Apolinar, Merobaudes y Constancio de Lyon, podemos alcanzar las siguientes conclusiones: 747 Nisi Tibattonis perfidia. 748 Revocasset. 749 Mobilem et indisciplinatum polupum. 750 Ad rebellionem pristinam. 751 Quo facto. 752 Evanuit. 753 Intercessio sacerdotis. 754 Et imperialis credulitas circumscriptione frustrata est. 755 Poenas. 756 Brevi. 757 Pro calliditate multiplici…perfidae temeritatis. 233 R. Serrano Madroñal 1. Entre 407/409, La Armórica y otras provincias galas imitaron el ejemplo britano, librándose del mismo modo de los bárbaros, expulsando a los magistrados romanos e instituyendo formas autónomas de gobierno. 2. Esta Armórica independiente, desde un punto de vista político, judicial, religioso y cultural, se caracterizó por un considerable grado de indigenismo céltico y por ciertas prácticas de inversión social, hasta la intervención del Prefecto del pretorio de las Galias, Exuperancio en 415/417. 3. En 435 se produce en la misma región una nueva rebelión secesionista dirigida por Tibatton y es ahora cuando se registra la Armórica como polo de atracción para casi toda la servidumbre de las Galias que conspiraba en la bagauda. 4. En 437, Litorio y los jinetes hunos acaban con la insurrección. Tibbaton fue apresado y muchos bagaudas fueron ejecutados poco antes de que este ejército marchase hacia el sur para enfrentarse con los visigodos y en su trayecto devastase mediante pillaje la Arvernia. 5. Años después, y a pesar de los méritos de pacificación que Merobaudes atribuye a Aecio en 446, las “orillas del Loira” volvieron a levantarse otra vez, moviendo quizás a Mayoriano a defender Tours y generando una expedición punitiva ejecutada por los catafractos alanos del rey Goar. Parece que el obispo Germán de Auxerre se compadeció de los bagaudas/armoricanos y protagonizó un viaje hacia la corte para evitar su castigo pero el levantamiento de Eudoxio neutralizó su arbitraje y se entiende que este territorio fue duramente reprimido, obligando a Eudoxio a cojijarse entre los hunos. 6. Suponemos que los bagaudas fueron aniquilados en 448, probablemente por los alanos federados de Goar, pero no sabemos qué tipo de acuerdo alcanzó el Imperio con los armoricanos, que aparecen como unidades auxiliares en la batalla de los Campos Cataláunicos (451) frente a las huestes de Atila (Iord. Get. 36. 191) junto a francos, sármatas o alanos, burgundios, sajones, francos ripuarios, liticiani (quizás britanos o bien laeti) y olibriones, “antiguamente soldados romanos y ahora integrados en las tropas auxiliares”, además de otros numerosos pueblos de la Céltica y la Germania. 7. A pesar de las prácticas de inversión social de la Armórica independiente y regida por el ius Gentium, no hay constancia explícita de que los romanos convertidos en bagaudas huyeran a estos territorios entre 407/409 y 415/417. 8. Sí existe vinculación explícita entre la secesión armoricana de Tibatton (435-437) y los bagaudas, que pudieron encontrar allí un espacio de acogida. También existe esta vinculación entre Eudoxio, que dirigió y excitó a los bagaudas hasta 448 y una nueva revuleta armoricana. 234 Tesis Doctoral 9. No existe ni un solo indicio documental que nos pueda hacer pensar que los bagaudas galos del siglo V compartían algún tipo de móvil religioso cristiano. Es más que probable que en los bosques armoricanos de este período primara la tradición céltica pagana aunque esto tampoco nos permite atribuirles de manera homogénea credo alguno. 5. 5. Los circumcelliones norteafricanos: El cisma donatista y sus consecuencias. De la disputa por el obispado de Cartago al Beato de Liébana (311-786). Para ofrecer una contextualización coherente e inteligible sobre los circunceliones norteafricanos no sólo debemos rastrear y profundizar en acontecimientos anteriores como el cisma donatista. Consideramos obligatorio establecer un análisis previo y de algún modo retrospectivo sobre los pilares originarios del propio cristianismo africano. Las primeras comunidades cristianas africanas, ya desde mediados del siglo II d. C., adoptaron una actitud especialmente combativa en la propagación de su fe. Tertuliano, como fiel reflejo de estas posturas, se dispuso a luchar por el reconocimiento de su credo, dotando al “cristianismo africano” de un carácter marcadamente intransigente. Sus decenas de escritos pronto se convirtieron en todo un corpus de conducta encaminada hacia la desvinculación completa de la idolatría758. El apologista condenó contundentemente cualquier actividad que tuviera la más mínima relación con el culto a los ídolos paganos, incluyendo la instrucción pública, la participación en festejos durante el natalicio de los emperadores o la compra-venta de productos alimenticios que pudieran abastecer o proceder de los sacrificios en los templos759. En un desafío a las autoridades imperiales, llegó a incitar a los cristianos africanos para que no participasen en el ejército760. Obviamente, esta corriente 758 Las primeras palabras del polemista en el Liber De Idolatria (1. 1.) son muy claras al respecto: Principale crimen generis humani, summus saeculi reatus, tota causa iudicii idolatria. 759 Vid. Caput XI de la misma obra. 760 Caput XIX: Possit in isto capitulo etiam de militia definitum uideri, quae inter dignitatem et potestatem est. At nunc de isto quaeritur, an fidelis ad militiam conuerti possit et an militia ad fidem admitti, etiam caligata uel inferior quaeque, cui non sit necessitas immolationum uel capitalium iudiciorum. [2] Non conuenit sacramento diuino et humano, signo Christi et signo diaboli, castris lucis et castris tenebrarum; non potest una anima duobus deberi, deo et Caesari. Et uirgam portauit Moyses, fibulam et Aaron, cingitur loro et Iohannes, agmen agit et Iesus Naue, bellauit et populus, si placet ludere. [3] Quomodo autem bellabit, immo quomodo etiam in pace militabit sine gladio, quem dominus 235 R. Serrano Madroñal religiosa tan hostil al statu quo fue rápidamente reprimida, configurando a su vez una potente conexión con el martirio, que pasó a formar parte de su propia idiosincrasia. En su discurso761 dirigido a los cristianos que habían sido encarcelados en la ciudad de Cartago, fechado normalmente a inicios del 197, alaba la valerosa serenidad y la heroica resistencia de aquellos que preferían morir bajo las torturas antes que renegar de su fe en Cristo. Tertuliano762 consideró el martirio como algo bendito763 destinado a una magnífica recompensa divina764, dando origen a todo un culto a los mártires. No obstante, no encontraremos en el autor cartaginés ningún signo de rechazo hacia el Imperio romano y de hecho rebatió a aquellos que acusaron a los cristianos de hombres infructuosos para la república. Tal y como afirmó en su Apologeticum, ellos eran hombres que también necesitaban de la plaza, de la carnicería, de los baños, de las tabernas, de las oficinas y de los mesones, de las ferias y de los otros comercios comunes, y que servían con sus obras a los gentiles765. Independientemente de que Tertuliano acabara adoptando posturas heterodoxas o heréticas, su impronta quedó muy arraigada en Cipriano de Cartago, uno de los fundadores de la teología occidental latina. Las persecuciones de Decio766 a mediados del siglo III forzaron a los cristianos a escoger entre la traición contra sus principios, orando por el emperador y participando abstulit? Nam etsi adierant milites ad Iohannem et formam obseruationis acceperant, si etiam centurio crediderat, omnem postea militem dominus in Petro exarmando discinxit. Nullus habitus licitus est apud nos illicito actui adscriptus. 761 Ad Martyres. 762 Recomendamos el estudio histórico y literario que elaboró Barnes sobre Tertuliano: Barnes, T. D., Tertullian: a Historical and Literary Study, Oxford, 1985. Vid. también Klein, R., Tertullian und das römische Reich, Heidelberg, 1968. 763 Ad Martyres, 1. 1. Dice textualmente “benedicti martyres designati”. 764 2. 6. “de praemio, ad quod Deus martyres invitat”. 765 42. Sed alio quoque iniuriarum titulo postulamur: et infructuosi [in] negotiis dicimur. Quo pacto homines vobiscum degentes, eiusdem victus habitus instructus, eiusdem ad vitam necessitatis? Neque enim Brachmanae aut Indorum gymnosophistae sumus, silvicolae et exules vitae. Meminimus gratiam debere nos deo domino creatori; nullum fructum operum eius repudiamus, plane temperamus, ne[c] ultra modum aut perperam utamur. Itaque non sine foro, non sine macello, non sine balneis tabernis officinis stabulis nundinis vestris ceterisque commerciis cohabitamus in hoc saeculo. Navigamus et nos vobiscum et militamus et rusticamur et mercatus proinde miscemus, artes, opera nostra publicamus usui vestro. Quomodo infructuosi videmur negotiis vestris, cum quibus et de quibus vivimus, non scio. 766 Mentxaka, R., El edicto de Decio y su aplicación en Cartago con base en la correspondencia de Cipriano, Santiago de Compostela, 2014. 236 Tesis Doctoral en sacrificios, o el mantenimiento de las directrices evangélicas hasta las últimas consecuencias. Así, estas comunidades quedaron divididas entre los lapsi y los resistentes, que llegaron a plantear la posibilidad de rebautizar a los reintegrados. El propio Cipriano, ya obispo de Cartago, huyó pero a su regresó comenzó a atacar la excesiva permisividad con la que se estaba tratando a los lapsi y se negó a aceptarles de nuevo en el seno de la Iglesia a excepción de los moribundos. En su famoso tratado sobre los lapsi767, Cipriano considera necesario tributar alabanzas a Dios768 para agradecer el fin de la tormenta; se refiere a los mártires de esta persecución como una blanca cohorte de soldados de Cristo que lucharon valerosamente contra el mundo, dando al creador un espectáculo glorioso, ejemplo para los hermanos por venir769. En su defensa de aquellos que no abjuraron de su fe, realiza una apología sobre los cristianos que permanecieron con la cabeza libre del “impío y criminal velo”, haciendo alusión a la obligación que tenían los sacrificantes de cubrirse durante el rito. Con una retórica metafóricamente muy belicista, Cipriano insiste en definir a los mártires de la persecución “deciana” como formados escuadrones aferrados a las inconmovibles raíces de los preceptos celestes. Estableciendo una cierta jerarquía entre las diversas reacciones de los resistentes, contempla un primer título de victoria para los que fueron prendidos por los gentiles y confesaron al Señor. El segundo escalón, donde se integraría el propio obispo, sería la cauta huida770. No obstante, interpreta la calamidad de la persecución como un castigo divino contra los pecadores que despreciaron los mandamientos cristianos. En cuanto a los lapsi, que traicionaron su fe y se derrumbaron voluntariamente, son para este autor “caídos sin combate771”. Con gran rigurosidad afirma que todos aquellos individuos que renunciaron a Cristo, 767 De lapsis. Sobre Cipriano de Cartago y la “crisis” del siglo III, Vid. Alföldy, G., “Der Heilige Cyprian und die Krise des römischen Reiches (Die Bedeutung Cyprians für die Darstellung seiner Zeit)”, Historia, 22, 1973, pp. 479-501. Desde una óptica de la historia de las mentalidades, K. Strobel profundizó también en la obra de Cipriano, para concluir afirmando la no existencia de una percepción de crisis en el siglo III en las capas más amplias de la sociedad. Strobel, K., Das Imperium Romanum im 3. Jahrhundert. Modell einer historischer Krise?, Stuttgart, 1993. 768 1. “Laudes deo”. Esta expresión, deo laudes, será toda una consigna identificativa de los posteriores circumcelliones. 769 2. “Militum Christi cohors candida”. 770 3. Primus est victoriae titulus, gentilium manibus apprehensum Dominum confiteri: secundus ad gloriam gradus est cauta secessione subtractum Domino reservari. 771 Téngase en cuenta que lapsi significa textualmente en latín “caídos”. En el pasaje número 8 se dice exactamente sine congressione postrati. 237 R. Serrano Madroñal inmolaron su propia salvación772 y que la única posibilidad con la que cuentan para obtener el perdón es la súplica y el profundo arrepentimiento del crimen. Sabemos que Cipriano de Cartago mantuvo un intenso enfrentamiento con el obispo de Roma Esteban I por su negativa a reconocer su supremacía jurídica773 y por considerar que el sacramento del bautismo no tenía validez si era administrado por herejes, contemplando la necesidad de rebautizar al que no lo hubiera recibido en el seno de la Iglesia. Cuando volvieron las persecuciones poco tiempo después (Valeriano, 256), el propio Esteban fue martirizado en Roma, mientras Cipriano preparaba en África a sus fieles para enfrentarse con el mismo destino. En De exhortatione martyrii el obispo asume la amenaza de la persecución que va a descargar sobre ellos, y convencido del inminente advenimiento del anticristo, cree necesario animar a los soldados de Cristo al espiritual combate que les aguarda774. Tal y como indica el nombre de la obra, Cipriano se dispuso a preparar por medio de exhortos al pueblo que Dios le había confiado para que se mantuviese firme contra las acometidas del demonio. En 258 Cipriano fue decapitado en Cartago, habiendo dejado un legado doctrinal que marcó profundamente la evolución del cristianismo africano y que fue reivindicado por el donatismo775 desde los orígenes del cisma. Los edictos de persecución de Diocleciano776 encendieron un nuevo debate sobre los traditores777, aquellos clérigos cristianos que habían entregado los textos sagrados a 772 8. Immolasti illic salutem tuam. 773 García Mac Gaw, C. G., “La epístola 59 de Cipriano y el conflicto entre las sedes de Roma y Cartago”, Gerión 17, 1999, pp. 479-496. 774 En el prefacio de esta obra dirigida a Fortunato, Cipriano dice: Desiderasti, Fortunate carissime, ut, quoniam persecutionum et pressurarum pondus incumbit, et in fine atque in consummatione mundi antichristi tempus infestum appropinquare iam coepit, ad praeparandas et corroborandas fratrum mentes de divinis Scripturis hortamenta componerem, quibus milites Christi ad coeleste et spiritale certamen animarem. 775 Algunos clásicos imprescindibles para la historiografía del donatismo serían, entre otros, Tengström, E., Donatisten und Katholiken: soziale, wirtschaftliche und politische Aspekte einer nordafrikanischen Kirchenspaltung, Göteborg, 1964; Monceaux, P., Histoire littéraire de l´Afrique chrétienne: depuis les origines jusqu´à l´invasion arabe, Tome IV, Le donatisme, Bruxèlles, 1966; Frend, W. H. C., The Donatist Church: a Movement of Protest in Roman North Africa, Oxford, 1971. 776 Vid. Davies, P. S., “The Origin and Purpose of the Persecution of AD 303”, Journal of Theological Studies 40, 1, 1989, pp. 66- 94; Woods, D., “Two Notes on the Great Persecution”, Journal of Theological Studies 43, 1, 1992, pp. 128-134. 777 La palabra traditor procede del verbo transitivo trado, y hace referencia a los que entregaron los Libros sagrados durante la Gran Persecución. 238 Tesis Doctoral las autoridades imperiales, que se encargaron de quemar públicamente. Cuando Constantino estableció la paz de la Iglesia y el fin de las persecuciones, muchos de estos traditores regresaron a sus posiciones de autoridad eclesiástica, generando el rechazo de una facción considerable de la comunidad cristiana africana, que consideró inválido cualquier sacramento impartido por los mismos. Despertando antiguas controversias sobre la reinserción de los lapsi, los sectores más intransigentes se opusieron a que los traditores ocupasen cargos de relevancia pastoral. En este contexto de agitación doctrinal, el propio obispo de Cartago Ceciliano había sido ordenado por Félix de Aptonga, acusado de ser traditor. Los fieles que se negaron por este motivo a aceptar su autoridad eligieron a un contra-obispo, de nombre Mayorino, al que sucedió tras su fallecimiento Donato, ya conocido por haber rebautizado a lapsi. Adoptando ciertos postulados de Cipriano, los “donatistas” no reconocieron las directrices procedentes de Roma, no aceptaron traditores entre sus filas y rebautizaron a todo aquel que no hubiera recibido el sacramento en el seno de su Iglesia, a la que consideraron la única “pura”. De este modo, se originó un cisma que Constantino trató de evitar mediante un Concilio en Roma (313) donde el Papa Melquiades consideró inocente a Ceciliano. Desde Cartago, los donatistas pidieron un nuevo juicio y en 314 volvieron a deliberar en un Concilio en Arlés. Una vez más, este concilio absolvió a Ceciliano y condenó a los donatistas por prácticas heréticas, ya que contemplaron como un sacrilegio sus acciones re-bautismales. Los donatistas778 continuaron afincados en sus posturas rigoristas y terminaron por apelar directamente a Constantino, recurriendo al poder secular después de haberse visto derrotados en los dos concilios precedentes. El emperador sentenció que Ceciliano era inocente y acabó expulsando a los donatistas (317) de sus basílicas779 por 778 García Mac Gaw, C. G., “El donatismo: ¿religión o política?”, Gerión 12, 1994, pp. 133-153. 779 En uno de sus múltiples ataques contra los donatistas, Agustín de Hipona resumía el origen del cisma en su epístola. 43. 2. 4. del siguiente modo: Deinde diximus, aliquando post Maiorini ordinationem, quem contra Caecilianum nefario scelere levaverunt, erigentes altare contra altare, et unitatem Christi discordiis furialibus dissipantes, eos petiisse a Constantino tunc imperatore iudices episcopos, qui de suis quaestionibus quae in Africa exortae pacis vinculum dirimebant, arbitro medio iudicarent. Quod posteaquam factum est, praesente Caeciliano et illis qui adversus eum navigaverant, iudicante Melchiade tunc Romanae urbis episcopo, cum collegis suis quos ad preces Donatistarum miserat Imperator, in Caecilianum nihil probari potuisse, ac per hoc, illo in episcopatu confirmato, Donatum qui adversus eum tunc aderat improbatum. Quibus peractis rebus, cum illi omnes in pertinacia scelestissimi schismatis permanerent, post apud Arelatum memoratum imperatorem eamdem causam diligentius examinandam terminandamque curasse. Illos vero ab ecclesiastico iudicio provocasse, ut causam Constantinus audiret. Quo posteaquam ventum est, utraque parte assistente, innocentem Caecilianum fuisse iudicatum, atque illos recessisse superatos, et in eadem tamen perversitate mansisse. Nec de Felicis Aptungitani causa negligentiam consecutam, sed ad eiusdem principis iussionem proconsularibus Gestis etiam ipsum fuisse purgatum. 239 R. Serrano Madroñal la fuerza, haciendo ver a los “puros” que la iglesia de los traditores continuaría atacando a la “iglesia de los mártires” tal y como hicieron los príncipes paganos. La represión de Constantino contra el donatismo no obtuvo los frutos deseados y la secta cismática, con gran arraigo entre la población (especialmente en la Numidia), se reafirmó en sus principios a través del culto a los “mártires” caídos durante la “persecución de Ceciliano”. Se inicia así un largo período de difícil coexistencia entre católicos y donatistas en el África romana780 donde la obsesión de estos últimos por la pureza de la Iglesia les llevó a rebautizar a los católicos781, a lavar la contaminación de sus basílicas y a establecer un constante celo para mantenerse sin faltas, evitando que los sacramentos impartidos por sus ministros perdieran su valor. Reconociendo la autoridad moral, que no jurídica, del obispo romano, los montenses782 llegaron a elevar a un “antipapa” en la ciudad del Tíber. 5. 5. 1. Optato milevitano. Tras esta necesaria contextualización, pasamos a analizar el primer registro explícito existente sobre los circunceliones. Optato783, el obispo católico de Milevum (ciudad ubicada en el occidente de Numidia), tuvo probablemente un pasado pagano, como tantas otras figuras esenciales del cristianismo de este período. Su obra, De Schismate Donatistarum Adversus Parmenianum, fue una respuesta literaria y doctrinal contra Parmeniano, el sucesor de Donato en la sede primada de Cartago, a la cabeza de los cismáticos africanos. Sus seis libros fueron escritos bajo los reinados de Valentiniano I 780 Recomendamos consultar la publicación que salió del Convegno di studio su L´Africa romana: Ruggeri, P. (ed.) L´Africa romana: momenti di continuità e rottura; bilancio di trent´anni di convegni “L´Africa romana”, Roma, 2015. Asimismo, Vid. Cabouret, B. (coord.), L´Afrique romaine de 69 à 439: Romanisation et Christianisation, Nantes, 2005; Le Bohec, Y., Histoire de l´Afrique romaine: 146 avant J. C.-439 après J. C., París, 2005. Con respecto a las ciudades del África romana en el Bajo Imperio, consúltense los dos tomos de Lepelley, C., Les Cités de l´Afrique romaine au Bas-Empire, Tome 1, La permanence d´une civilisation municipale, París, 1979; Tome 2, Notices d´histoire municipale, París, 1981. 781 Mac Gaw, C. G., Le Problème du baptême dans le schisme donatiste, París, 2008. 782 Es el nombre que recibió la pequeña congregación de donatistas que residía en Roma. 783 Sobre Optato de Milevum, Jerónimo de Estridón nos dice en su De viris illustribus (110) lo siguiente: Optatus Afer, episcopus Milevitanus, ex parte catholica, scripsit Valentiniano et Valente principibus, adversum Donatianae partis calumniam libros sex, in quibus asserit crimen Donatianorum in nos falso retorqueri. 240 Tesis Doctoral y Valente (364-375), y quizás el séptimo (del que no hace mención Jerónimo) fue un añadido posterior. Podríamos fechar el grueso de su trabajo entre 366-370, contemplando que debió actualizar y añadir informaciones en posteriores ediciones hasta ca. 385-390. Completamente inmerso en la controversia religiosa entre católicos y donatistas, no fue tan beligerante ni agresivo como otros polemistas. De hecho, en el Liber Primus llama a los cismáticos fratres aunque se enorgullezcan de sus pecados. Con respeto y humildad, responde a los escritos difundidos por Parmeniano y desde el principio, deja claro que también entre los primeros donatistas se hallaban traditores. Optato le recordó al jerarca de la Iglesia cismática que bajo su falsa apariencia de pureza han atentado contra los pilares de la unidad eclesiástica. En su defensa de Ceciliano y Félix de Aptonga, afirma qure todos aquellos que les acusaron y les calumniaron escondían terribles manchas y que desde el nombramiento del contra-obispo Mayorino, toda su secta cargará con la condena que le corresponde a todo cismático. Se defiende también de las acusaciones donatistas que reprochaban a los católicos haber recurrido al príncipe temporal, cuando fueron ellos mismos quienes apelaron a Constantino cuando salieron derrotados en los concilios de Roma y Arlés. El Liber Secundus se caracteriza por su defensa de la unidad de la Iglesia, que ha de ser universal784, y no puede reducirse a un rincón de África. Asimismo, para Optato no es discutible la primacía del obispado romano, donde permanece afincada la cátedra de Pedro. En este punto, hace una alusión crítica contra los montenses o donatistas romanos que pretendían hacer sombra al obispo católico de la ciudad eterna. Con respecto a la controversia sacramental que les enfrentaba, el sacerdote milevitano asegura que la santidad del bautismo no depende del mortal que lo administra, sino de Dios. También los católicos condenaban la actitud de los traditores, pero tanto Ceciliano como Félix aptungitano fueron declarados inocentes en reiteradas ocasiones. Convencido de que los donatistas han ensuciado la paz que les entregó Constantino, les recuerda lo bien que se llevaron con el apóstata Juliano. No obstante, nos interesa profundizar en los pasajes del Liber Tertius. En el tiempo en el que escribía Optato (366-370), los donatistas recordaban a menudo la violenta persecución que sufrieron por parte del Estado en 347. 784 La palabra griega καθολικός significa precisamente “universal”, y el adverbio καθόλου haría referencia al total o al general. 241 R. Serrano Madroñal En el año 347, el emperador Constante decidió enviar a África a dos comisionados (Pablo y Macario785) con grandes sumas de dinero para mitigar las dificultades de los pobres786, promoviendo787 a su vez la unidad de la Iglesia788. Cuando estos comisionados se aproximaron a la ciudad de Bagai789 (también en la Numidia, al sudeste de Milevum), otro individuo llamado también Donato790, obispo de la misma ciudad791 (Bagai), deseoso792 de establecer algún obstáculo e impedimento contra la unidad promovida por los ya mencionados793 Pablo y Macario, envió794 pregoneros/heraldos795 a los lugares más próximos796 y a todos los mercados797, haciendo un llamamiento798 a los circumcelliones agonisticos e invitándoles a concurrir en un lugar prefijado799. Sobre estas personas a las que había recurrido el obispo donatista de Bagai800 en 347, nos dice el autor que su locura801 había sido considerada 785 Ueniebant Paulus et Macarius. 786 El texto dice: qui pauperes ubique dispungerent. El relativo que atribuye esta acción a Paulus et Macarius, se asocia con el verbo dispungo, que implica una acción de examinar y verificar la situación económica deficitaria de los pauperes allí donde se encontrasen. 787 Hortarentur. 788 Et ad unitatem singulos. Parece que este llamamiento a la unidad de la Iglesia trató de hacerse de manera individualizada, es decir, uno a uno (singulos). 789 Et cum ad Bagaiensem ciuitatem proximarent. 790 Alter Donatus. Optato quiere evitar la confusión estableciendo esta aclaración, para que el lector no asocie equívocamente a este Donato con el Donato Magno (contra-obispo de Cartago) que dio nombre a la corriente cismática. 791 Eiusdem civitatis episcopus. 792 Cupiens. 793 Impedimentum unitati et obicem venientibus supra memoratis opponere. 794 Misit. 795 Praecones. 796 Per vicina loca. 797 Et per omnes nundinas. Las nundinae eran mercados que se fijaban con cierta periodicidad, no eran permanentes. Normalmente cada ocho días, el propio calendario establecía un día de descanso (noveno), día de mercado, en el que se solía acudir también a las termas. En estos días de mercado, la población rural acudía masivamente a la ciudad para vender los productos del campo. 798 Circumcelliones agonisticos nuncupans. 799 Ad praedictum locum at concurrerent invitavit. 800 Et eorum illo tempore concursus est flagitatus. 242 Tesis Doctoral por estos mismos obispos802 poco tiempo antes803, por haber sido incendiada por su maldad804. Así, cuando tal género de hombres 805 deambulaban y vagaban806 antes del tiempo de la unidad807 por todos sitios808, cuando Axido y Fasir809 eran llamados “los guías de los santos”810 por el desvarío de los mismos811, a nadie se le permitió estar seguro en sus posesiones812, las escrituras de deudas o de pagos a deber813 perdieron su valor814, ningún acreedor en aquel tiempo815 tuvo libertad para exigir816, aterrorizaban817 a todos818 por medio de las cartas819 de éstos que se jactaban de haber sido los “guías de los santos”820. Y si alguien se demoraba821 en el cumplimiento 801 Dementia. 802 Ab ipsis episcopis…videbatur. 803 Paulo ante. 804 Impie…esse succensa. 805 Nam cum huiusmodi hominum genus. 806 Vagarentur. 807 Ante unitatem. Esta expresión deja claro que, a continuación, Optato pasa a narrar acontecimientos que sucedieron antes del 347/348. 808 Per loca singula. 809 Cum Axido et Fasir. Es indudable que se trata de dos nombres indígenas. 810 Sanctorum duces appellarentur. La palabra dux se puede traducir por “guía”, “conductor”, “director”, “instigador”, “jefe”, “caudillo”, “general” etc. 811 Ab ipsis insanientibus. 812 Nulli licuit securum esse in possessionibus suis. 813 Debitorum chirographa. 814 Amiserant vires. 815 Nullus creditor illo tempore. 816 Exigendi habuit libertatem. 817 Terrebantur. 818 Omnes. 819 Litteris eorum. Este plural hace referencia a los sujetos Axido y Fasir. Littera implica el acto de escribir, aunque no podemos asegurar que fuesen cartas elaboradas; quizás sus manuscritos aterrorizantes se reducían a una serie de ordenanzas amenazantes y concisas. 820 Qui se sanctorum duces fuisse iactabant. 821 Et si…tardaretur. 243 R. Serrano Madroñal de sus órdenes822, una multitud insana y demente se presentaba de inmediato823, los acreedores eran acosados por los peligros824 en lo que fue todo un precedente de terror825. De tal modo que826 se veían en la obligación827, en lugar de reclamar sus préstamos828, de rogar mediante súplicas humildes por miedo a la muerte829. Y cada uno de éstos830 se apresuraba a perder lo que se le debía, aunque fuera mucho831, estimando como ganancia el mero hecho de escapar de sus violencias832. Además833, los caminos ya no podían ser los más seguros834, puesto que835 los señores836 eran obligados a bajar de sus carros837 en sus propios municipios838, corriendo servilmente839 y dando asiento en su lugar a otros840. Bajo el juicio de éstos841 (Axido y Fasir), la posición y el poder de 822 In obtemperando eorum iussionibus. 823 Advolabat subito multitudo insana. 824 Creditores periculis vollabantur. 825 Praecedente terrore. 826 Ut qui. 827 Debuerant. Se refiere, obviamente, a los acreedores. 828 Pro praestitis suis rogari. 829 Metu mortis humiles impellerentur in preces. 830 Unusquisque. 831 Festinabat unusquisque debita etiam maxima perdere. 832 Et lucrum computabatur evasisse ab eorum iniuriis. 833 Etiam. 834 Itinera non poterant esse tutissima. 835 Quod. 836 Domini. 837 De vehiculis suis excussi. 838 Ante municipia sua. 839 Serviliter cucurrerunt. 840 Dominorum locis sedentia. Atendiendo a la oración que se presenta a continuación, tenemos que extraer que eran los propios esclavos los que tomaban el asiento de sus dueños en los carros. 841 Illorum iudicio. 244 Tesis Doctoral dominación entre señores y esclavos842 fue alterada843. De toda esta situación844, el resentimiento y la impopularidad845 se lamentaban con los obispos de vuestra parte846 (donatistas), y se dice que en aquel tiempo ellos mismos escribieron al comes Taurino847, ya que no se podía corregir848 a hombres semejantes en la Iglesia849: Solicitaron850 al ya mencionado comes851 su intervención para que aprendieran disciplina852. Así, tras recibir sus cartas853, Taurino ordenó854 a los soldados equipados que marcharan a los mercados855, donde la ira de los circunceliones solía ondear856. En el locus Octavensi857 muchos de ellos fueron ejecutados858, buena parte fueron mutilados859, y sus cuerpos860 a día de hoy861 se pueden enumerar862 a través de los 842 Et imperio inter dominos et servos conditio. 843 Mutabatur. 844 Unde. 845 Invidia. 846 Cum vestrae partis episcopis…fleret. 847 Taurino tunc comiti scripisse dicuntur. 848 Corrigi…non posse. 849 Huiusmodi homines…in Ecclesia. 850 Mandaverunt. 851 A supra dicto comite. 852 Acciperent disciplinam. 853 Ad eorum litteras. 854 Taurinus…iussit. 855 Ire militem…armatum per nundinas. 856 Ubi Circumcellionum furor vagari consueverat. 857 In loco Octavensi. Es un pequeño enclave ubicado también en Numidia. Vid. Shaw, B. D., Bringing in the Sheaves: Economy and Metaphor in the Roman World, Toronto-Buffalo-London, 2013. 858 Occisi sunt plurimi. 859 Detruncati sunt multi. 860 Quorum corpora. 861 Usque in hodiernum. Por tanto, hacia ca. 366-370 se podían contemplar esos altares blanqueados que recordaban como mártires a los circunceliones caídos. 862 Potuerunt numerari. 245 R. Serrano Madroñal altares blanqueados863 o mesas rituales864. Desde que algunos865 comenzaron a enterrar en el interior de las basílicas a parte de los circunceliones ejecutados866, el presbítero Clarus, del locus Subbulensi, fue obligado por mandato de su obispo867 a que hiciera insepulto lo que se encontraba sepulto868. Después de los sucesos869 narrados, el gran número de éstos870 creció más todavía871, y así872 Donato de Bagai (Optato vuelve a los acontecimientos del 347 tras el largo excurso) se encontró873 conduciendo y concentrando874 a una furiosa muchedumbre875 contra Macario876. Del mismo género fueron877 aquellos hombres que878, como asesinos de sí mismos879, bajo el deseo del falso martirio880, contribuían a su propia ruina881. Los mismos que arrojando882 sus viles almas883 desde las cumbres de los 863 Per dealbatas aras. 864 Aut mensas. 865 Aliqui. 866 Ex quorum numero cum…in Basilicis sepeliri coepissent. 867 Ab episcopo suo coactus est. 868 Ut insepultam faceret sepulturam. 869 Postea. 870 Eorum…multitudo. 871 Convaluit. 872 Sic. 873 Invenit. 874 Conduceret. 875 Furiosam…turbam. 876 Contra Macarium. 877 Ex ipso genere fuerant. 878 Qui. 879 Sibi percussores. 880 Sub cupiditate falsi martyrii. 881 In suam perniciem conducebant. 882 Projicientes. 883 Viles animas. 246 Tesis Doctoral montes más altos884, se ofrecían de cabeza a los precipicios885. ¡Véase886 de qué tropa887 se nutrió888 el obispo Donato de Bagai889 y de dónde procedían sus cohortes890! Aquellos891 que traían las sumas de dinero892 para distribuir entre los pobres893, disuadidos por el miedo894, formularon895 un plan896 en caso de necesidad extrema897, consistente en898 solicitar una escolta armada de soldados al comes Silvestre899. No para que emplearan la violencia contra nadie900 sino para que impidiesen la violencia organizada por el anteriormente mencionado obispo Donato de Bagai901. Tomada la decisión902, la tropa armada fue divisada903. Habían congregado allí904 una muchedumbre infinita905 que tenía preparadas las provisiones alimentarias906, haciendo de la basílica casi un granero público907. 884 Ex altorum montium cacuminibus. 885 Se praecipites dabant. 886 Ecce. 887 Ex quali numero. 888 Effecerat. 889 Episcopus alter Donatus. 890 Sibi…cohortes. 891 Illi, qui. 892 Thesauros ferebant. Nos habla de los comisionados imperiales Pablo y Macario. 893 Quos pauperibus erogarent. 894 Metu deterriti. 895 Invenerunt. 896 Consilium. 897 In tanta necessitate. 898 Ut. 899 A Sylvestro Comite armatum militem postularent. 900 Non per quem alicui vim facerent. 901 Sed ut vim a Donato supra memorato episcopo dispositam prohiberent. 902 Hac ratione factum est. 903 Ut miles videretur armatus. 904 Habebant illic vocatorum. 247 R. Serrano Madroñal Apostados y expectantes908 de la llegada de aquellos sobre los que podrían ejercer su furor909, hubieran hecho lo que su propia demencia les dictase sin la presencia armada de soldados que les obstaculizaban910. Así, cuando los soldados se aproximaron, enviados por los metatores911 como suele ser habitual912, no se respetaron los aconsejables preceptos del apóstol que afirma913: honor a quien se le debe honor, renta a quien se le debe renta, tributo a quien se le debe tributo, que nadie deba nada914. (Rom. XII, 7). Los que fueron enviados a caballo recibieron golpes915 por parte de éstos,916 cuyos nombres has avivado con el abanico de la mala voluntad917. Fueron ellos mismos los artífices de su castigo918, y acabaron sufriendo919 las mismas injurias920 que protagonizaron previamente921. Los soldados hostigados regresaron a sus unidades922, donde toda la tropa padeció el dolor que habían soportado dos o tres de sus 905 Infinitam turbam. 906 Et annonam competentem…praeparatam. 907 De Basilica quasi publica horrea. 908 Exspectantes ut venirent. 909 In quos furorem suam exercere potuissent. 910 Et facerent quidquid illis dementia sua dictasset, nisi praesentia armati militis obstitisset. 911 Los metatores eran oficiales del ejército encargados de la castramentación de las tropas, del trazado y disposición del campamento. 912 Nam cum, ante venturos milites, metatores, ut fieri solet, mitterentur. 913 Contra Apostoli praecepta competenter suscepti non sunt, qui ait. 914 Cui honorem, honorem; cui vectigal, vectigal; cui tributum, tributum; nemini quidquam debueritis. 915 Contusi sunt qui missi fuerant cum equis suis. 916 Ab iis. 917 Quorum nomina flabello invidiae ventilasti. Optato se refiere a Parmeniano, que debió hacer apología de los circunceliones caídos durante la “persecución macariana”. 918 Ipsi magistri fuerunt iniuriae suae. 919 Pati possent. 920 Iniuriis. 921 Praerogatis…docuerunt. 922 Reverterunt vexati milites ad numeros suos. 248 Tesis Doctoral compañeros de armas923. Todos los militares se agitaron profundamente924, ni siquiera sus comandantes pudieron retener a los soldados enfurecidos925. Optato concluye el pasaje diciendo que esto fue exactamente lo que sucedió, y estos fueron los verdaderos acontecimientos que tanto recordaban y deformaban los donatistas para crear perjuicios contra la unidad. El obispo católico norteafricano responsabiliza de toda esta represión a los propios circunceliones y reconoce que él no lo presenció (ocurrió unos veinte años antes de que lo pusiera por escrito) pero tampoco lo vieron los donatistas que recurrentemente se lo achacan hoy a los católicos. Parmeniano establecía sus quejas contra la represión secular en debido orden cronológico, señalando a Leoncio y Ursacio (que sembaron grandes agravios sobre muchos), a Pablo y a Macario (que ejecutaron a algunos), a sus sucesores, que se encargaron de proscribir temporalmente a incontables donatistas, pero nada de esto según la opinión de Optato tiene que ver con la Iglesia católica926. Aclarando esta información, debemos decir que Leoncio fue el comes de Africa entre 317-321927, poco después de la absolución de Ceciliano, el cuestionado obispo católico de Cartago. Ursacio fue considerado por el donatismo como el primer persecutor católico a las órdenes de Constantino. El propio Agustín928 recogía estas palabras donatistas sobre Ursacio: Pereció Macario, pereció Ursacio y todos vuestros condes perecieron igualmente bajo la venganza divina. Pues a Ursacio le abatió una lucha con los bárbaros y lo desgarraron las aves con sus crueles garras y los dientes devoradores de los perros. ¿No se movió acaso a impulso vuestro el mismo asesino, quien, a semejanza de Acab, persuadido por una mujer, como dijimos, dio muerte a un justo pobre? 923 Et quod duo vel tres passi fuerant, universi doluerunt. 924 Commoti sunt omnes. 925 Iratos milites retinere nec eorum praepositi valuerunt. En el ejército romano tardío, el praepositus es el comandante de una unidad, actuando como tribuno o prefecto. Goldsworthy, A., El ejército romano, Madrid, 2003, p. 216. 926 El texto con el que concluye el pasaje cuarto del libro tercero dice así: Querelam per ordinem deponitis, sub Leontio, sub Ursacio, iniuriatos esse quam plurimus; sub Paulo et Macario aliquos necatos; a sequentibus eorum nescio quos ad tempus esse scripturos. Quid hoc ad nos? Quid ad Ecclesiam catholicam pertinet? 927 Tilley, M. A., Donatist Martyr Stories: The Church in Conflict in Roman North Africa, Liverpool, 1996, p. 53. 928 Contra. Lit. Pet. 2. 92. 202. 249 R. Serrano Madroñal Con respecto a Taurino y la represión promovida contra los circunceliones por los propios obispos donatistas, la datación presenta mucha mayor dificultad. Queda claro que sucedió antes del 347 (ante unitatem) pero resulta difícil precisar si fue pocos años antes o en la década anterior. Pottier929 le ubica como comes rei militaris de África entre el 331-347, en función de sus consultas prosopográficas, puesto que no se conoce ningún Comes Africae de nombre Taurino en aquel período. Sobre la actuación de los comisionados Pablo y Macario en tiempos de Constante (347) y el comes Silvestre, sabemos que este emperador (al igual que su padre) estaba interesado en consolidar la unidad de la Iglesia pero evitando el empleo de la fuerza930. No obstante, los sucesos narrados por Optato quedaron profundamente arraigados en la narrativa donatista, que los consideró siempre como una agresión estatal injustificada contra su causa931, promovida por los católicos a los que comenzarían a llamar despectivamente “macarianos”. El donatismo se consideró verdaderamente atacado en tiempos de Leoncio y Ursacio durante la etapa represiva de Constantino y por supuesto durante este asalto en 347 pero no con la intervención de Taurino contra los circunceliones que “no podían ser corregidos por la Iglesia”, tal y como se desprende en la propia passio donatista de Isaac y Maximiano932. Después de este controvertido episodio, Constante decidió promulgar un nuevo edicto de unión, tras casi treinta años de tolerancia, frente al cual muchos donatistas se opusieron. Esta resistencia fue la causa de los arrestos y fallecimientos en prisión de los futuros mártires Isaac y Maximiano en Cartago. Por su parte, el obispo disidente Márculo también fue encarcelado en el castellum de Nova Petra y ejecutado, lanzado desde lo alto de un precipicio933, según la passio Marculi sacerdotis donatistae. Estos mártires pronto se convirtieron en ejemplares icónicos del sufrimiento donatista ante las agresiones imperiales, asentándose en las raíces más profundas de la memoria de los cismáticos y entregando a la ciudad de Bagai un halo imborrable de lugan santo. 929 Pottier, B., “Les circoncellions. Un mouvement ascétique itinérant dans l´Afrique du Nord des IVe et Ve siècles”, Antiquités africaines 44, 1, 2008, p. 46. 930 El propio Constantino fue consciente de que la represión violenta contra el donatismo (317-321) no lo erradicaría y desde 321 fue partidario de una cierta tolerancia con los cismáticos. 931 Lenski, N., “Imperial legislation and the Donatist controversy: from Constantine to Honorius” en Miles, R. (ed.) The Donatist Schism. Controversy and Contexts, Liverpool, 2016, pp. 166-219, (175). 932 3. 13. Consúltese en PL008, AA. VV., Monumenta Vetera ad Donatistarum Historiam Pertinentia, cols. 767-774. 933 PL008, AA. VV., Monumenta Vetera ad Donatistarum Historiam Pertinentia, cols. 758-767. 250 Tesis Doctoral Reconsiderando el importantísimo pasaje de Optato, podríamos extraer algunas conclusiones: 1. El hecho de que Constante envíe a dos comisionados a la Numidia en 347 con grandes sumas de dinero para distribuir entre los pobres y promover a su vez la unidad de la Iglesia no es un acto inocente ni altruista. Es comprensible que el donatismo apreciase esta acción como un soborno para mermar sus contingentes. 2. El obispo Donato de Bagai desplazó pregoneros a los lugares más próximos y a todos los mercados e invitó a los Circumcelliones agonisticos a concurrir a un lugar prefijado. Consideramos que acudió a los mercados porque éstos eran espacios de gran concentración semanal que reunían a gentes dispersas procedentes de distintos enclaves rurales. Por su parte, sin entrar todavía en cuestiones etimológicas es obvio que el término circumcelliones es un apodo. También son obvias las connotaciones bíblicas y ciprianeas del vocablo de origen griego agonisticos. Αγών en griego significa certámen (olímpico, ístmico, nemeo, pítico) en estrecha vinculación con los grandes juegos, contienda o disputa en sentido competitivo y figurado. No obstante, la transmisión del Nuevo Testamento en griego y el empleo metafórico de esta palabra y del lenguaje vinculado con las competiciones helenísticas por el “apóstol de los gentiles” Pablo de Tarso934, modificó sustancialmente su uso. En la Segunda epístola a Timoteo, Pablo de Tarso asume que el tiempo de su partida está cercano, y al borde de ser ejecutado por su fe declara que de Dios no se recibe un espíritu de cobardía ni de temor, sino de fortaleza, amor y sobriedad. Llega a afirmar que todos los que quieran vivir piadosamente en Cristo Jesús sufrirán persecuciones y espera que algún día sus enemigos conozcan la verdad y se liberen del lazo del diablo. En esta misma carta, en el pasaje 4. 7, dice textualmente: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. En el texto giego se registra así: τὸν καλὸν ἀγῶνα ἠγώνισμαι, τὸν δρόμον τετέλεκα, τὴν πίστιν τετήρηκα· Queda así demostrado que esta retórica paulina procedente del mundo de las competiciones helenísticas y el orgullo de sufrir la persecución, ya sea por parte de príncipes paganos o traditores debía estar muy presente en estos Circumcelliones agonisticos que sin duda tenían puntos de encuentro con la religiosidad del obispo donatista de Bagai, puesto que como sabemos, acudieron a su llamada para oponerse al soborno de Constante y sus comisionados, pronto escoltados por los soldados del Comes Silvestre. 934 Rom. 9. 16; 2 Cor. 4, 7 s; Gal. 2. 2; 5. 7; Filp. 2. 16; 3. 12 s; 1 Tim. 4, 7 s; 2 Tim. 4, 7 s; 1 Cor. 9. 24. 27. 251 R. Serrano Madroñal 3. Optato interrumpe su narración para explicarnos, mediante un excurso, quiénes eran este tipo de gentes. Antes del edicto de unidad (347), solían deambular por todos sitios acaudillados por Axido y Fasir, dos figuras de onomástica indígena que reciben el apelativo de sanctorum duces. Sabemos que el rigorismo de los donatistas sostenía que la Iglesia debía pertenecer a los “santos” y no a los “pecadores”. Por tanto, podemos considerar que estos circunceliones “pre-macarianos” o anteriores al asalto del 347, ya estaban imbuidos de un espíritu donatista. 4. En la enumeración de sus acciones, contempladas con horror por Optato, se hace bastante incidencia en sus amenazas manuscritas contra los acreedores. No obstante, debemos tener en cuenta que la literatura veterotestamentaria cuenta con numerosas condenas contundentes contra la usura935. Habría que matizar que estas condenas sugieren que aprovecharse de los pobres con ánimo de lucro es un pecado, pero especifican que estas prácticas no serían tal pecado si son ejercidas fuera de la comunidad religiosa (fuera de sus hermanos israelitas). La ausencia de citas explícitas al respecto en el Nuevo Testamento y la situación completamente distinta a la que tuvieron que enfrentarse los cristianos del siglo IV, que ya no eran miembros de una comunidad reducida sino integrantes de una Iglesia universal promovida por el propio Estado romano, generó controversias interpretativas en este sentido. 5. En cuanto a la alteración de las relaciones de dominio entre señores y esclavos, apreciamos en el Antiguo Testamento un tratamiento análogo. La esclavitud es un pecado dentro de la comunidad israelita, pero no fuera de ella. 935 Ex. 22, 25: “Si dieres a mi pueblo dinero emprestado, al pobre que está contigo, no te portarás con él como logrero, ni le impondrás usura”. Lev. 25, 35-37: “Y cuando tu hermano empobreciere y se acogiere a ti, tú lo ampararás; como forastero y extranjero vivirá contigo. No tomarás de él usura ni ganancia, sino tendrás temor de tu Dios, y tu hermano vivirá contigo. No le darás tu dinero a usura, ni tus víveres a ganancia”. Deu. 23. 19-20: “No exigirás de tu hermano interés de dinero, ni interés de comestibles, ni de cosa alguna de que se suele exigir interés. Del extraño podrás exigir interés, mas de tu hermano no lo exigirás, para que te bendiga el Señor tu Dios en toda obra de tus manos en la tierra adonde vas para tomar posesión de ella”. En el salmo XV, se dice: “Quien su dinero no dio a usura, Ni contra el inocente admitió cohecho. El que hace estas cosas, no resbalará jamás”. Neh. 5. 7-9: “Entonces lo medité, y reprendí a los nobles y a los oficiales, y les dije: ¿Exigís interés cada uno a vuestros hermanos? Y convoqué contra ellos una gran asamblea, y les dije: Nosotros según nuestras posibilidades rescatamos a nuestros hermanos judíos que habían sido vendidos a las naciones; ¿y vosotros vendéis aun a vuestros hermanos, y serán vendidos a nosotros? Y callaron, pues no tuvieron qué responder. No es bueno lo que hacéis. ¿No andaréis en el temor de nuestro Dios, para no ser oprobio de las naciones enemigas nuestras?”. Ez. 18. 8: “que no prestare a interés ni tomare usura; que de la maldad retrajere su mano, e hiciere juicio verdadero entre hombre y hombre”. 18. 13: “prestare a interés y tomare usura; ¿vivirá éste? No vivirá. Todas estas abominaciones hizo; de cierto morirá, su sangre será sobre él”. 18. 17: “apartare su mano del pobre, interés y usura no recibiere; guardare mis decretos y anduviere en mis ordenanzas; éste no morirá por la maldad de su padre; de cierto vivirá”. 22. 12: “Precio recibieron en ti para derramar sangre; interés y usura tomaste, y a tus prójimos defraudaste con violencia; te olvidaste de mí, dice Dios el Señor”. 252 Tesis Doctoral Así pues, el Deuteronomio aprueba que los israelitas conquisten a otros pueblos y les esclavicen936. Sin embargo, secuestrar a un hermano israelita y venderle como esclavo se condenará con la pena capital937. En el Nuevo Testamento no hay una condena expresa de la esclavitud pero sí pautas de conducta que incitan a que los amos debían considerar a sus esclavos como hermanos, y comportarse con ellos de un modo justo, compasivo y paciente. La posición de dominio sobre los esclavos implicaba responsabilidad y servicio, no opresión ni privilegio. En las epístolas paulinas, con gran arraigo entre los donatistas, se insta a los esclavos a obedecer a sus señores terrenales con temor y temblor, como a Cristo938. Sin embargo, escasas líneas después, en la misma epístola a los efesios, Pablo de Tarso afirma que los amos abandonen de inmediato sus amenazas contra los esclavos, ya que Dios es el señor de todos, y para él no hay acepción de personas939. En la epístola a los colosenses, vuelve a inicitar a los amos para que obren de manera justa con sus esclavos, ya que ellos mismos también tienen un señor en los cielos940. Empero, si tenemos que destacar una cita paulina sobre la esclavitud por encima de cualquier otra, sería la dirigida a los gálatas. En una declaración trascendente, dice Pablo de Tarso que ya no deben tenerse en cuenta las distinciones entre judíos y gentiles, ni entre esclavos ni libres, ni entre varones y mujeres, puesto que todos son uno en Cristo Jesús941. 936 Deu. 20. 10-14: “Cuando te acerques a una ciudad para combatirla, le intimarás la paz. Y si respondiere: Paz, y te abriere, todo el pueblo que en ella fuere hallado te será tributario, y te servirá. Mas si no hiciere paz contigo, y emprendiere guerra contigo, entonces la sitiarás. Luego que el Señor tu Dios la entregue en tu mano, herirás a todo varón suyo a filo de espada. Solamente las mujeres y los niños, y los animales, y todo lo que haya en la ciudad, todo su botín tomarás para ti; y comerás del botín de tus enemigos, los cuales el Señor tu Dios te entregó”. 937 Deu. 24. 7: “Cuando fuere hallado alguno que hubiere hurtado a uno de sus hermanos los hijos de Israel, y le hubiere esclavizado, o le hubiere vendido, morirá el tal ladrón, y quitarás el mal de en medio de ti”. 938 Efes. 6. 5: “Siervos, obedeced a vuestros amos terrenales con temor y temblor, con sencillez de vuestro corazón, como a Cristo”. 939 Efes. 6. 9: “Y vosotros, amos, haced con ellos lo mismo, dejando las amenazas, sabiendo que el Señor de ellos y vuestro está en los cielos, y que para él no hay acepción de personas”. 940 Colos. 4. 1: “Amos, haced lo que es justo y recto con vuestros siervos, sabiendo que también vosotros tenéis un Amo en los cielos”. 941 Gal. 3. 28: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. 253 R. Serrano Madroñal Es plausible que el rigorismo bíblico de aquellos circunceliones pre-macarianos les moviera a posicionarse radicalmente contra la usura y a promover la igualdad entre amos y esclavos, siguiendo estos controvertidos preceptos escriturarios. 6. Fueron los propios obispos donatistas los que escribieron cartas a Taurino para que reprimiese a estos hombres a los que ellos eran incapaces de corregir. Así pues, quedan manifiestas las divergencias de pensamiento y actuación ya antes de 347 entre los jerarcas cismáticos y los circunceliones. Taurino envió soldados a los mercados, donde su ira solía ondear, siendo más fácil atacarles en un lugar de concentración. 7. El locus Octavensi no era un encalve urbano sino un enclave rural. Para entender la asociación entre enclaves rurales y nundinae recomendamos un excelente artículo de Shaw942 donde deja claro que en el norte de Africa en este período también existían mercados rurales con una periodicidad quincenal, como espacios igualmente de concentración de poblaciones habitualmente dispersas susceptibles de agitación. La intervención armada de Taurino y sus hombres convirtió a los circunceliones pre- macarianos ejecutados en mártires a los que se les seguía dando culto en tiempos de Optato, varias décadas después. De nuevo, la jerarquía cismática discrepó ante la práctica de enterrarles en el interior de las basílicas943, y en el caso de la diócesis rural del locus Subbulensi se prohibió. Esto nos ofrece otro episodio de divergencias entre el alto clero donatista y los circunceliones. 8. Tras el excurso, Optato regresa a los acontecimientos del 347, reconociendo que el número de circunceliones se incrementó tras el asalto de Taurino. Parece que los circunceliones no guardaban rencor a todos los obispos donatistas a pesar del hecho precedente, puesto que acudieron a la llamada de Donato de Bagai. Quizás este obispo cismático no sentía discrepancia alguna frente a estos grupos a diferencia de otros compañeros de otras diócesis. 9. Optato tiene un interés evidente en exculpar a las tropas del comes Silvestre y se esfuerza en demostrar que fueron los propios circunceliones los que motivaron la intervención violenta. El obispo católico hace una alusión a sus prácticas de martirio voluntario y a sus suicidios desde lo alto de los precipicios pero no podemos identificar con claridad si esta referencia se explica por lo que él veía en sus días o si por el contrario, los circunceliones ya habían adquirido estos hábitos antes de 347. 10. La multitud de circunceliones concentrada por el obispo Donato de Bagai convirtió la basílica en casi un granero público, aparentemente preparados para resistir un 942 Shaw, B. D., “Rural Markets in North Africa and the Political Economy of the Roman Empire”, Antiquités africaines 17, 1981, pp. 37-83. 943 Esta negativa a que recibieran sepultura en el interior de la basílica implica indirectamente que este obispo donatista se negaba a aceptar que los circunceliones pre-macarianos eran verdaderos mártires. 254 Tesis Doctoral asedio. El hecho de que Optato nos hable de metatores implica que los soldados enviados por Silvestre se dispusieron a levantar un campamento cercano, para lo que necesitaban previamente reconocer el terreno y efectuar un informe favorable. Muy probablemente, los metatores encomendaron a varios jinetes la labor de exploración y fueron éstos (dos o tres hombres), los que padecieron el ataque (de los circunceliones) que motivó la venganza de toda la unidad de combate (todo a juicio de Optato). 11. Toda esta represión que desencadenó un nuevo edicto de unidad por parte de Constante multiplicó el número de mártires donatistas y quedó firmemente fijada en el recuerdo más profundo de los cismáticos. Sabemos que Juliano, el “apóstata”, anuló el edicto de unión de Constante (361) respondiendo a una petición de los donatistas944 que vieron en el príncipe pagano una fuente de oportunidades. La brevedad de su reinado y la vuelta a la hostilidad con el católico Valentiniano I motivará nuevas denuncias de persecución por parte de los disidentes contra el comes Romano945. Graciano se mostró más beligerante aún frente al sacrilegio re-bautismal de los donatistas y frente a su dominio fáctico en muchos espacios rurales que escapaban al control del Estado, llegando a expulsar al obispo montense de Roma Claudiano. Tal y como se puede apreciar en la carta del sínodo romano a “los emperadores” en 378, el grupo de los montenses se incrementó en la ciudad del Tíber como consecuencia de la reacción frente a la hostilidad de Valentiniano I tras la tolerancia de Juliano. Nos afirma esta fuente católica que Claudiano, enviado desde África, desarrolló en Roma una labor propagandística que excitó las denuncias de sus oponentes946. 944 op. cit., n. 931, p. 177. 945 Agustín de Hipona nos recordaba la ira de Petiliano, un eminente obispo donatista, que acusaba de persecutores entre otros a este comes Romano. Contra. Lit. Pet. 3. 25. 29: Et tamen iste, ne respondeat ad ea quae dixi, proponit sibi quod non dixi; et avocat homines ab intentione debiti sui, ne id quod respondendum est exigatur; interponit saepe: Ignoravi, inquis; et respondet: Sed si ignorares; et quasi convincit, ne mihi liceat dicere: Ignoravi. Commemorat Mensurium, Caecilianum, Macarium, Taurinum, Romanum, et eos contra Ecclesiam Dei fecisse affirmat, quae ignorare non possem, eo quod Afer sim, et aetate pene iam senex: cum, sicut audio, Mensurius in communionis unitate defunctus sit, antequam se scinderet pars Donati: causam vero Caeciliani legerim, quod ad Constantinum ipsi detulerint, et ab episcopis quos ille imperator iudices dederat, et semel et iterum, et ab ipso rege illis ad eum appellantibus etiam tertio fuerit absolutus. Macarius vero et Taurinus et Romanus, quidquid vel iudiciaria vel exsecutoria potestate adversus eorum obstinatum furorem pro unitate fecerunt, secundum leges eos fecisse constat; quas iidem ipsi, causam Caeciliani ad Imperatoris iudicium deferendo, contra se ferri exserique coegerunt. 946 La Epistula concilii Romani ad Gratianum et Valentinianum imperatores incluye esta información: Per Africam rursum sacrilegos rebaptizatores nutu dei praecepistis expelli; sed ab expulsis Claudianus est ordinatus et ad perturbandam urbem Romam quasi episcopus destinatur. Vid. Maier, J. L., Le dossier du donatisme, Tome II, De Julien l´Apostat à Saint Jean Damascène (361-750), Berlín, 1989, p. 54. 255 R. Serrano Madroñal 5. 5. 2. Agustín de Hipona. En tiempos de Teodosio, volvemos a contar con referencias explícitas sobre los circunceliones, esta vez procedentes del cálamo de Agustín de Hipona. El autor natural de Thagaste, en el sudeste de Numidia, se especializó en el arte de la gramática y la retórica en Madaura y Cartago. Su atracción por la filosofía y sus inquietudes espirituales le llevaron a recalar en diversas escuelas hasta abrazar temporalmente el maniqueísmo, credo que le acompañó hasta su conversión al cristianismo en Milán947. La influencia del obispo Ambrosio en este proceso fue indiscutible. El neoplatonismo y los textos de Pablo de Tarso configuraron desde el principio en Agustín un cristianismo de carácter ascético. Ya bautizado por el propio Ambrosio, regresó a su tierra natal (Thagaste). Allí vendió todos sus bienes y repartió los beneficios entre los pobres, convirtiéndose en un afamado monje. En un viaje a Hippo Regius en 391 fue elegido por la comunidad para que fuese ordenado sacerdote, cargo que aceptó con reticencias, y muy a su pesar. Epístola 23. Así pues, siendo ya presbítero de Hipona (ca. 392) escribió una carta (Ep. 23) al obispo donatista Maximino para reprenderle por haber rebautizado a un diácono católico en Mutugena948. Para Agustín, este hecho es profundamente sacrílego y le ruega a Maximino que le aclare lo sucedido. Le incita a que no se deje amedrentar por los suyos, sin ninguna pretensión de insolencia sino más bien de caridad949. No tiene intención de entrar en un bucle de acusaciones recíprocas, puesto que si los donatistas les recuerdan a los católicos el episodio de la represión macariana del 347, los católicos también pueden exponer la crueldad de los circunceliones950. Si Maximino, como obispo donatista, se desvincula de las acciones de los circunceliones, tampoco Agustín 947 El propio Agustín relató en sus Confesiones su juventud “pecadora” y su conversión al cristianismo, con numerosas ediciones en castellano. 948 Este enclave estaría integrado en la diócesis de Hipona. 949 Quam vereor, quoniam cor meum videre non potes, ne tibi cum insultatione potius quam cum dilectione loqui videar! Sed certe amplius quid faciam non invenio, nisi ut inspiciendum sermonem meum tibi offeram, animum Deo. 950 Nec tu obiicias tempora Macariana, nec ego saevitiam Circumcellionum. 256 Tesis Doctoral acepta responsabilizarse de aquel asalto de los militares951, que ocurrió antes incluso de su nacimiento. Le asegura a Maximino que si no le responde, se verá obligado a leer esta carta a sus fieles para prevenirles de esa nefasta práctica, pero no lo hará en presencia del soldado952, evitando así mayor alboroto. Agustín no quiere aterrar a los cismáticos con el poder temporal, pero igualmente tendrán que abstenerse “los vuestros” de aterrar a los católicos con las partidas de circunceliones953. Concluye la epístola con el deseo de desterrar de “este país la gran deformidad y malicia de la región africana954”, en alusión directa al cisma de los donatistas. Salmo contra la secta de Donato. Todavía en sus años como presbítero (393), Agustín compuso un salmo para divulgar entre los fieles más iletrados el problema donatista. Para que fuese más fácil grabarlo en su memoria, dicha composición se creó para ser cantada y empleó un latín muy coloquial. Hacia la mitad del salmo, se registra la siguiente información955: “La verdad conoceréis, si hay luz en vuestro interior. Se conservan todavía para darnos la razón, Preces y Actas de Donato: comprobadlas, por favor. Si no las queréis creer, probad con otra razón, y si ésta la rechazamos, habrá eterna discusión. Abracemos, pues, la paz: ¿Qué importa lo que pasó? Nos acusáis viejas faltas y ésta es la contestación: también vosotros faltasteis. Por Macario alzáis la voz y nosotros contestamos con lo del circuncelión956. Lo nuestro ya está pasado, mas lo vuestro sigue hoy957. Si hay pajas en nuestra era, paja en ella sólo sois, cuando no queréis la paz; y esos otros el bastón levantan con amenazas958. ¡Y ojalá sólo el temor, sin las palizas diarias, infundieran959! Pero no, porque si quitáis a éstos, vuestro reino terminó960”. 951 Si hoc ad te non pertinet, nec illud ad me. 952 Neque id agam cum miles praesens es. 953 Cessabit a nostris partibus terror temporalium potestatum: cesset etiam a vestris partibus terror congregatorum Circumcellionum. 954 Tanta deformitas atque impietas Africanarum regionum de nostris terris incipiat aboleri. 955 Vid. Langa, P., Obras completas de San Agustín. XXXII. Escritos antidonatistas. 1, Madrid, 1988. Incluye el texto latino y una buena traducción al castellano del Salmo contra la secta de Donato, Réplica a la carta de Parmeniano, Tratado sobre el bautismo y Resumen del debate con los donatistas. 956 Clamatis vos de Machario et nos de circumcellione. 957 Illud nostrum iam transactum, vestri non cessant usque hodie. 958 Illi minantur de fuste. 257 R. Serrano Madroñal En este texto, el presbítero católico de Hipona quiere difundir entre el pueblo que las causas que originaron el cisma nunca estuvieron justificadas tal y como registraron las Actas de aquellos concilios de época constantiniana. En un recurso que pronto comenzará a ser reiterativo en Agustín, responde frente a las acusaciones sobre la vieja “persecución macariana” (347) que sus circunceliones también persiguen a los católicos incluso en el presente (393). Este salmo contiene la primera referencia sobre los bastones (fustes) que empleaban los circunceliones como armas, reincidiendo en sus violencias cotidianas contra los católicos norteafricanos. Asimismo, insinúa que los donatistas aceptan a estas cuadrillas por necesidad, ya que su presencia amenazante era la que les mantenía en el poder en ciertas regiones. Comentario sobre el salmo 10. Por las mismas fechas (ca. 392-394), en su comentario sobre el salmo 10, asocia su contenido (“el Señor aborrece al que ama la violencia”) con los donatistas. Cuestionando la “santidad” de una secta que deposita su confianza en la hipotética pureza de los hombres y no en la de Dios, nos habla de las violencias cotidianas de los circunceliones961 extendidas por todas partes962 a las órdenes de sus obispos y presbíteros963. A su vez, vuelve a informarnos sobre sus terribles fustes o varas a las que denominan Israeles964 con las que965 acosan hoy a hombres que lo ven y lo sufren966. 959 et utinam minarentur et non tunderent cotidie. 960 Hos si expellunt isti vestri non habent per quos regnare. 961 Quotidianas violentias Circumcellionum. 962 Circumquaque volitare. 963 Sub episcopis et presbyteris ducibus. 964 Et terribiles fustes Israeles vocare. 965 Quae. 966 Homines qui nunc vivunt, quotidie vident et sentiunt. 258 Tesis Doctoral La vara es un instrumento de castigo bíblico, como podría atestiguarse en Lev. 19, 20967. En los Proverbios968, se menciona la vara como herramienta de castigo para las espaldas del falto de cordura. En otros pasajes de este mismo libro del Antiguo Testamento969 se habla explícitamente de la “vara de la corrección” contra la necedad en el corazón del muchacho, siendo éste un útil perfecto puesto que con una vara corregirás pero no matarás. Incluso se contempla como un castigo caritativo puesto que aquel que lo recibe librará su alma del Sheol970. En el cap. 26 se dice que la vara es apta para la espalda del necio971 y en el cap. 29 se afirma que la vara y la corrección dan sabiduría972. Así, la combinación entre estas informaciones y el hecho de que los circunceliones denominasen Israeles a sus fustes nos mueve a considerar que sus acciones violentas eran contempladas por ellos mismos como “justos castigos” en connivencia con preceptos bíblicos. Por supuesto, podríamos pensar también en la vara milagrosa de Moisés, con la que separó las aguas del Mar Rojo cuando el pueblo de Israel huía perseguido por el ejército del faraón, siendo un símbolo de conexión entre la voluntad divina y sus siervos. Es evidente que toda esta narrativa sería especialmente atractiva para el rigorismo donatista. Epístola 35. En 395, el presbítero Agustín se convirtió en obispo de Hipona; trasladado a la casa episcopal, ésta fue pronto transformada en un monasterio de clérigos. Tan sólo un año después, escribió una misiva (ep. 35) a Eusebio, “señor eximio y digno de acogida y 967 “Si un hombre yaciere con una mujer que fuere sierva desposada con alguno, y no estuviere rescatada, ni le hubiere sido dada libertad, ambos serán azotados; no morirán, por cuanto ella no es libre”. Estos azotes punitivos han sido idientificados tradicionalmente con golpes de vara. 968 Prov. 10, 13: “En los labios del prudente se halla sabiduría; Mas la vara es para las espaldas del falto de cordura”. 969 22, 15: “La necedad está ligada en el corazón del muchacho; Mas la vara de la corrección la alejará de él”. 23, 13: “No rehúses corregir al muchacho; Porque si lo castigas con vara, no morirá”. 23, 14: “Lo castigarás con vara, Y librarás su alma del Seol”. 970 Este término hebreo haría referencia a la región donde morarán las almas de los muertos hasta la llegada del Mesías. Traducido de manera cuestionable por “Hades” o “infierno”, los cristianos condenaron al Sheol a todo aquel que pereciese sin creer en Jesucristo. 971 26, 3: “El látigo para el caballo, el cabestro para el asno, Y la vara para la espalda del necio”. 972 29, 15: “La vara y la corrección dan sabiduría; Mas el muchacho consentido avergonzará a su madre”. 259 R. Serrano Madroñal honorable hermano973”, donde nos relata que un antiguo subdiácono974 católico de la iglesia spaniense975, de nombre Primo976, al que le fue prohibido volver a acercarse al convento de las sanctimoniales977, acabó siendo alejado de la clericatura por menospreciar los sanos y ordenados preceptos978. Irritado Primo contra la disciplina de Dios979, se pasó a los donatistas y fue rebautizado980. También dos sanctimoniales concolonas981 suas que pertenecían a la misma iglesia católica se pasaron a los donatistas, arrastradas o bien siguiendo a Primo, y fueron del mismo modo rebautizadas982. Ahora983 están con las partidas de circunceliones984, integrando esas manadas vagabundas de mujeres985 que no desean tener maridos por no someterse a disciplina986, donde la soberbia se regocija en detestables bacanales vinolentas987, 973 Domino eximio meritoque suscipiendo atque honorabili fratri Eusebio. 974 Subdiaconus quondam. 975 Spaniensis Ecclesiae. Iglesia no localizada pero aparentemente integrada en la diócesis de Hipona y situada sobre un dominio fundiario. Mandouze, A., Prosopographie chrétienne du Bas-Empire, 1, Prosopographie de l´Afrique chrétienne (303-533), París, 1982, p. 917. 976 vocabulo Primus. 977 Cum ab accessu indisciplinato sanctimonialium prohiberetur. Las sanctimoniales serían las “monjas” o vírgenes que hacían profesión de santidad. 978 Atque ordinata et sana praecepta contemneret, a clericatu remotus est. 979 Et ipse irritatus adversus disciplinam Dei. 980 Transtulit se ad illos, et rebaptizatus est. 981 Este término latino implica que estas dos vírgenes consagradas habitaban el mismo espacio que Primus. 982 Duas etiam sanctimoniales concolonas suas de fundo catholicorum Christianorum, sive idem transtulit, sive illum secutae, etiam ipsae tamen rebaptizatae sunt. Es cierto que fundus significa “finca”, “campo”, “propiedad”, pero en esta frase Agustín está intentando expresar que las monjas eran concolonas suas, es decir, integrantes al igual que Primo del “campo de los cristianos católicos”. 983 Et nunc. 984 Cum gregibus Circumcellionum. En este caso, el término grex tiene unas connotaciones claramente negativas, que asocian a los circunceliones con una manada de animales, una bandada de pájaros o un enjambre de abejas. 985 Inter vagabundos greges feminarum. Agustín usa la misma palabra para definir a los grupos de mujeres que acompañaban a los circunceliones. 986 Quae propterea maritos habere noluerunt ne habeant disciplinam. El autor se ve obligado a diferenciar entre las vírgenes consagradas católicas o sanctimoniales y estas mujeres que acompañaban a los circunceliones. Con este objetivo busca aclarar que las últimas no querían contraer matrimonio por no someterse a disciplina, descartando la causa espiritual de consagración a Dios. 260 Tesis Doctoral celebrando que les hayan autorizado esa licenciosa y perversa conducta988 que la Iglesia Católica les prohibía989. Con respecto a los vínculos entre Iglesias y dominios fundiarios, en la misma epístola se menciona a un cierto colono de la iglesia990 católica spaniense. Su hija, catecúmena católica se pasó a los donatistas y se convirtió en una sanctimonial991 contra la voluntad de su padre, que llegó a emplear la violencia contra su propia hija para que se reintegrase en la comunión católica. Agustín no quiso recibir de manera forzada a una mujer de mente corrompida y concluye la carta relatando que, estando en una propiedad fundiaria de una mujer católica992, un presbítero donatista les insultó al grito de: traditores vel persecutores. Ese mismo presbítero donatista se atrevió a amenazar al administrador de la finca rústica de la Iglesia993. Tengamos en cuenta que el África romana era un territorio próspero donde se desarrolló una agricultura comercial excedentaria que abastecía a la ciudad de Roma y a buena parte del Mediterráneo occidental. No por casualidad, la alegoría de África tenía la cornucopia y el modio de trigo por emblemas. Los terratenientes solían arrendar sus fincas a conductores, que se encargaban de administrarlas. A título privado, los emperadores (ya desde época alto-imperial) también arrendaban sus fincas a conductores (normalmente por cinco años), quienes encargaban su explotación a colonos. A veces, el deseo excesivo de enriquecimiento por parte del conductor generó abusos y protestas de los colonos, que no dudaron en dirigir sus quejas al propietario994. Así pues, este texto de Agustín refleja que la Iglesia católica también poseía fincas arrendadas y administradas por conductores. 987 In detestabilis vinolentiae bacchationibus superbus exsultat. Agustín busca desprestigiar completamente a estos grupos asociando sus actividades con “bacanales”. Sabemos que los tintes paganos y orgiásticos de las bacanales generarían un abierto rechazo en cualquier lector cristiano. 988 Gaudens latissimam sibi apertam esse licentiam malae conversationis. 989 Unde in Catholica prohibebatur. 990 Ecclesiae quidam colonus. 991 Sanctimonialis formam susciperet. Si la hija del colono adoptó la profesión de monja entre los donatistas, esto implica que también los cismáticos contaron con vírgenes consagradas entre sus filas. 992 In medio fundo catholicae ac laudabilis feminae. 993 Ausus est etiam idem presbyter homini rusticano conductori fundi ecclesiae comminari. 994 Le Gall, J., Le Glay, M., El Imperio romano, Tomo I: El Alto Imperio desde la batalla de Actium hasta el asesinato de Severo Alejandro (trad. por G. Fatás Cabeza), Madrid, 1987, p. 482. 261 R. Serrano Madroñal Epístola 43. Entre 396-397 Agustín escribe otra epístola995 (43) donde incita a los donatistas a que se cuestionen996 el padecimiento que tienen que tolerar los católicos por parte de los circunceliones, soportando sus matanzas e incendios997 y su veneración por los cadáveres de los suicidas que se despeñan998. Asimismo, hace alusión a los gemidos de todo el África999 bajo las increíbles maldades1000 de Optato1001. Buscando neutralizar los argumentos donatistas que defendían que su iglesia sólo estaba integrada por los “puros”, el obispo católico siempre pondrá sobre la mesa a los circunceliones y a Optato de Thamugadi para mostrarles que ellos también toleran “impuros” dentro de su partido en el presente. Sermón 62. En 399 Agustín pronuncia uno de sus sermones (62) sobre los evangelios sinópticos1002, y en relación a las pervivencias evidentes del paganismo, aconseja a sus fieles que no 995 Las epístolas de Agustín (1-123) están editadas y traducidas al castellano en Cilleruelo, L., Obras completas de San Agustín, VIII, Cartas, 1º, Madrid, 1967. 996 Ad summam seipsos interrogent. 997 Caedes et incendia Circumcellionum. 998 Veneratores praecipitatorum ultro cadaverum. 999 Totius Africae gemitus. 1000 Sub incredibilibus mali. 1001 Se refiere Agustín a Optato de Thamugadi, obispo donatista de esta diócesis númida que gobernó de manera tiránica, a juicio del obispo de Hipona, durante diez años (388-398). Venerado por las poblaciones donatistas que celebraban el aniversario de su consagración, fue acusado por sus enemigos católicos de abuso de autoridad, de apropiarse de propiedades ajenas y de emplear la violencia contra los disidentes maximianistas que motivaron un cisma dentro del propio donatismo. Optato de Thamugadi se involucró plenamente en la rebelión de Gildo, y junto a él fue derrotado, capturado y ejecutado. 1002 Esta designación hace referencia a los evangelios canónicos de Mateo, Marcos y Lucas. Vid. Cilleruelo, L., Obras completas de San Agustín, X, Sermones 2, 51-116, Sobre los Evangelios Sinópticos, Madrid, 1983. 262 Tesis Doctoral se comporten como furiosos circunceliones1003, que no se ensañen contra los paganos allí donde no tienen poder1004 y que no busquen la muerte de propia iniciativa1005. Frente a la violencia antipagana que caracterizaba a estos grupos, el obispo promueve quebrar primeramente los ídolos de su corazón1006, orar por ellos y no airarse contra ellos1007 ni forzarles a una falsa conversión. Réplica a las cartas de Petiliano. En 401 el eclesiástico hiponense elabora su Réplica a las cartas de Petiliano1008, obispo donatista de Cirta Constantina1009. Repasando los frutos donatistas, enumera su dominio tiránico en las ciudades1010, sobre todo en las propiedades ajenas, el furor de los circunceliones y su culto sacrílego y profano a los cadáveres de los suicidas que se lanzan desde lo alto de los precipicios1011, bacanales, embriagueces y gemidos del África entera durante diez años bajo el dominio de “Optato Gildoniano1012”. Pasa por alto todas estas cosas1013 porque entre los donatistas hay algunos que declaran que lo desaprueban y siempre lo han desaprobado1014 pero al no poder reprimirlas, las toleran en favor de la paz1015 de su partido. 1003 Furiosorum Circumcellionum. 1004 Et ubi potestatem non habent. 1005 Et velle mori properant sine causa. El texto alude al deseo apresurado de alcanzar la muerte por parte de los circunceliones buscando el martirio, sine causa a juicio del católico. 1006 Idola in eorum corde frangamus. 1007 Orandum est pro illis, non irascendum illis. 1008 Langa, P., Obras completas de San Agustín, XXXIII, Escritos antidonatistas 2, Réplica a las cartas de Petiliano, Madrid, 1990. 1009 Esta importante ciudad próxima a Milevum recibió su apelativo del emperador Constantino en 313, tras ser reconstruida después de la guerra civil. 1010 Tyrannicas in civitatibus et maxime in fundis alienis dominationes. 1011 Furorem Circumcellionum, et praecipitatorum ultro cadaverum cultus sacrilegos et profanos. 1012 Bacchationes ebrietatum, et sub uno Optato Gildoniano decennalem totius Africae gemitum. 1013 Omitto ista. 1014 Quia sunt in vobis quidam qui haec sibi displicere, ac semper displicuisse proclament. 1015 Quia comprimere non possunt, pro pace tolerare. 263 R. Serrano Madroñal En este pasaje, queda claro que también en tiempos de Agustín existían divergencias entre algunos clérigos donatistas y el modus operandi de los circunceliones o del ya desaparecido Optato de Thamugadi. Ambos (Optato “Gildoniano” y los circunceliones) se convertirán en recursos habituales antidonatistas en las referencias agustinianas. En el libro segundo de la misma obra se refiere a los estragos1016 que los frenéticos jefes de vuestros circunceliones y las mismas catervas de los vinolentos y furiosos1017 han producido desde el principio de vuestro cisma1018 y no cesan1019 de producir. Recordando la tan arraigada persecución macariana entre los donatistas en 347 y las ejecuciones de los “mártires” Márculo y Donato1020, Agustín pone en entredicho esos supuestos suplicios por parte del Estado1021, insinuando que fueron ellos mismos los que se suicidaron precipitándose desde las alturas, sentando un precedente al que los jefes de los circunceliones les tienen tan habituados en el presente1022. Este texto nos permite poner en relación la Passio Marculi sacerdotis donatistae1023 con la práctica de los circunceliones, tantas veces denunciada, de precipitarse desde lo más alto de las colinas alcanzando el martirio al seguir los pasos de Márculo y Donato de Bagai, ambos teóricamente ejecutados desde lo alto de un precipicio (Márculo) y desde lo alto de un pozo (Donato de Bagai). Continúa el autor católico aludiendo a los suicidios de vuestros circunceliones, y en un juego de palabras que se pierde con la traducción castellana, nos dice que se abrasan en llamas de furor, no rechinantes sino despeñadas1024. No pueden considerarse puros ni luminosos mientras cuenten con el furor de los circunceliones1025, que suponen sin 1016 Strages. 1017 Furiosi vestri principes Circumcellionum et ipsae catervae vinolentorum atque insanorum. 1018 Ab initio schismatis vestri. Podemos extraer de estas palabras que los circunceliones pudieron existir desde ca. 314-315. 1019 Non desistant. 1020 Illi autem de quibus maximam invidiam facere soletis, Marculus et Donatus. 1021 Quanto incredibilius potestates Romanas insolita supplicia iubere potuisse? 1022 Magistros Circumcellionum solitas mortes. 1023 Aparte de la PL008, AA. VV, Monumenta Vetera ad Donatistarum Historiam Pertinentia, cols. 758- 767, puede consultarse en francés en Maier, J. L., Le dossier du Donatisme, Tome 1, Des origines à la mort de Constance II (303-361), Berlín, 1987. 1024 Circumcelliones vestros, non crepitantibus, sed praecipitantibus flammis furoris ardere. 1025 Furor Circumcellionum. 264 Tesis Doctoral duda las tinieblas1026. A continuación se pregunta por qué tiene valor entre los donatistas el bautismo administrado por semejantes individuos y no lo tiene el bautismo de Cristo dado por cualquiera en el orbe entero1027. El hecho de que los circunceliones llegaran a bautizar o a rebautizar no implica que ocupasen ningún cargo eclesiástico puesto que también en la Iglesia católica se contempla la posibilidad de que en caso de necesidad y en ausencia del ministro ordinario, cualquier persona pueda y deba bautizar en el nombre de Cristo. En respuesta a la clásica acusación de “macarianos”, Agústín responde a Petiliano que ellos son del partido de Optato de Thamugadi, que os ha mancillado a todos1028. ¿De qué os sirve la sobriedad de Donato si os contamina la embriaguez de los circunceliones1029? La perspectiva católica aceptaba la necesidad que coexistir con la “cizaña” hasta el tiempo de la cosecha1030, a diferencia de los donatistas, que sin embargo coexistían con las frenéticas bandas de los circunceliones1031, la más absoluta “cizaña” para el autor. Asumiendo todo esto, el clero donatista negaba que éstos fuesen sus compañeros1032 aunque realmente son sus fustes los que alivian1033 al escaso número de vuestro grupo y con su ayuda os mantenéis seguros contra las leyes romanas1034. Agustín no comprende que los circunceliones suicidas sean posteriormente venerados como mártires, ya que para él lo único que hacen es manchar con su sangre los precipicios1035. El libro está repleto de acusaciones recíprocas, y cuando Petiliano define a los católicos como persecutores, el de Thagaste contesta que se lo cuente a 1026 Tenebris. 1027 Cur ergo per tales Baptismus datus apud vos valet, et per quoslibet in orbe terrarum idem Christi Baptismus non valet? Todo parece indicar que la expression per tales se refiere a los circunceliones, por lo que podemos extraer que llegaron a administrar el sacramento del bautismo o cuanto menos a iterarlo. 1028 Cum vos omnes coinquinarit. 1029 Quid vobis prodest sobrietas Donati, cum Circumcellionum ebrietate polluamini. 1030 Esta metáfora tiene un sentido completamente escatológico, siendo la cosecha el Juicio Final. 1031 Furiosas catervas Circumcellionum. 1032 Negatis eos comites vestros esse. 1033 Fustes eorum consolentur. 1034 Adversus leges romanas. 1035 Funestanda praecipitia Circumcelliones. 265 R. Serrano Madroñal sus circunceliones1036, ya que ellos saben bien lo que es perseguir. Cuando Petiliano usa citas bíblicas donde alaba la actitud de los mansos, Agustín destaca con ironía la mansedumbre de los circunceliones y de sus fustes1037. Con el afán de desacreditar los argumentos y la imagen de sus oponentes, trata de asociar permanentemente a los circunceliones con el donatismo en su conjunto, llegando a decirle a Petiliano que llevando una vida de bandidos os jactáis de morir como mártires1038. En un nuevo cruce de reproches, Agustín le recuerda a Petiliano que su partido persiguió decididamente a las diversas facciones disidentes que surgieron dentro del donatismo. Durante la guerra de Firmo1039 acosaron a los rogatistas1040, en tiempos de Gildón1041 persiguieron a los maximianistas1042. 1036 Dicite ista potius Circumcellionibus vestris. 1037 Circumcellionum fustes. 1038 vivatis ut latrones, mori vos iactatis ut martyres. 1039 Bello Firmiano. Firmo protagonizó una revuelta entre 372-375 contra el comes Africae (Romano) ya que este último se involucró con cierta negligencia en un conflicto sucesorio entre reyezuelos indígenas que servían como altos oficiales del ejército romano. Valentiniano I decidió actuar contra el comes y contra el príncipe rebelde (Firmo) por mediación del magister militum Teodosio. Ante la falta de acuerdos, Firmo se autoproclamó emperador y apoyándose en las tribus locales, forzó a Teodosio a emprender una difícil campaña militar. Traicionado por uno de los suyos, el usurpador terminó suicidándose. 1040 El rogatismo supuso un cisma dentro del propio donatismo, que tomó su nombre de Rogato, obispo donatista de Cartenna. Hacia el 370 rompieron con el donatismo y por lo que se puede extraer de la ep. 93 de Agustín, esta corriente no aceptaba la violencia de los circunceliones. 1041 Gildón era hermano de Firmo e hijo de Nubel, un regulus moro que actuaba como poderoso oficial del ejército romano en la región. Cuando Nubel falleció, Firmo asesinó a un hermanastro para consolidar su sucesión y fue en este conflicto donde se inmiscuyó el comes Romano. Gildón se mantuvo leal a Valentiniano I y combatió contra su hermano Firmo, por lo que fue enormemente recompensado. Una década después, Teodosio I otorgó a Gildón el cargo de comes Africae por haber ayudado a su padre durante la guerra firmiana. Empero, Gildón comenzó a gobernar el territorio con independencia y cierta tiranía hasta que estalló una guerra por su sujeción a Occidente en tiempos de Estilicón. Del mismo modo que Firmo, Gildón acabó suicidándose (398) y derrotado por un hermano (Mascezel). Vid. García Mac Gaw, C. G., “Las revueltas de Firmo y Gildo. Emergencia de las culturas locales norafricanas”, Anales de Historia antigua y medieval 29, 1996, pp. 25-44. 1042 La sucesión de Parmeniano como obispo donatista de Cartago recayó sobre Primiano, un clérigo que representaba al extremismo del donatismo númida. Por su parte, un concilio de 100 obispos en Cabarussa (Byzacena, 393) reemplazó a Primiano por Maximiano, un candidato más afin con el donatismo conservador de la Proconsularis y Byzacena. Un año después, Primiano recibió el apoyo de 310 obispos en otro concilio, condenando al usurpador Maximiano. Vid. Decret, F., Early Christianity in North Africa, Cambridge, 2009, p. 121. 266 Tesis Doctoral El sacerdote donatista Crispín de Calama se atrevió a rebautizar a ochenta personas en una finca imperial adquirida por contrato enfitéutico1043. Continuando con el abanico de reproches sobre los persecutores que se lamentan por ser perseguidos, Agustín menciona los violentos asaltos de vuestros circunceliones1044, que combaten en bandas furiosas bajo órdenes donatistas1045 y que expulsarían de todos los campos a los católicos si no os tuviésemos como rehenes en las ciudades1046. Petiliano deja claro que son los católicos los que se han alejado de la verdadera Iglesia, siendo ellos los cismáticos, pero no por ello aprueba ningún tipo de violencia. La respuesta de Agustín no se hace esperar, mencionando con ironía a los circunceliones1047. Estimando las calamidades que puede padecer un católico ante unos adversarios semejantes, el católico considera que es preferible caer atrapado por vuestros circunceliones y morir1048 antes que ser rebautizado1049 y condenado eternamente. Vuelve Petiliano a exponer la prohibición evangélica del asesinato (“Quien se sirve de la espada, a espada morirá”), a lo que Agustín contesta: ¿Por qué no usáis esas palabras para contener las armas de los circunceliones1050? En otra alusión al supuesto martirio de Márculo, Agustín considera que se trató de un suicidio y no de un suplicio1051, sin ningún tipo de base cristiana, por lo que entiende que los circunceliones deberían dejar sus garrotes1052 y asentarse en la paz. 1043 Crispinus vester Calamensis, cum emisset possessionem, et hoc emphyteuticam, non dubitavit in fundo catholicorum imperatorum… octoginta ferme animas miserabili gemitu mussitantes rebaptizando submergere. 1044 Violentis incursibus Circumcellionum vestrorum. 1045 Qui sub vestro principatu furiosis agminibus militant. 1046 Ex agris undique pelleremur, nisi vos obsides in civitatibus teneremus. Con esta frase, el autor insinúa que el donatismo tenía gran arraigo en los campos y en los espacios rurales mientras que las grandes ciudades, donde también residían los jerarcas cismáticos, eran bastiones católicos. 1047 Vestri Circumcelliones quiescant. 1048 in vestrorum potius Circumcellionum tela trucidandus. 1049 Quam…rebaptizandus. 1050 Cur ergo non tali voce compescitis arma Circumcellionum? 1051 Qui aliquem praecipitaverit, praecipitio morietur. Agustín afirma que nada parecido se encuentra en el Evangelio. 1052 Sic istorum ligna cessarent. Emplea en esta ocasión el término lignum para referirse a los bastones de los circunceliones. 267 R. Serrano Madroñal Quizás, dice Agustín, los donatistas se enfaden si les arrebatan las armas a sus “legiones” de circunceliones1053. El antiguo modo empleado por éstos para ejercer sus estragos se basaba en el uso de sus fustes1054 pero al presente han progresado demasiado1055. En sus bacanales con mujeres solteras, vagabundean, juegan, beben, pernoctan, y ya no sólo aprenden a cimbrear sus bastones, sino a blandir el hierro y a manejar la honda1056. Lo que no saben es que están luchando contra Cristo. Reconoce que hay católicos que les hacen frente, pero justifica sus acciones, al igual que Pedro desenvainó la espada por el nombre de Cristo1057. No obstante, no cree que sirva de nada dirigir estas palabras a los circunceliones ya que no le van a entender, en tanto en cuanto desde las primeras horas de la mañana ya están eructando vino1058. No le sorprende, así pues, que estos individuos sean capaces de arrojarse desde lo alto de los precipicios1059, sin ningún Macario ni soldado persiguiéndoles1060, suicidándose como lo hizo Márculo bajo falso pretexto de ejecución y de martirio. Asimismo, desprecia los argumentos de su contrincante cuando éste trata de demostrar que los persecutores católicos recibirán un castigo divino, sacando a colación por última vez en este Liber II la circumcellionica fortitudo, causante de persecuciones bastante más violentas y cotidianas. Epístola 76. A finales del 403, el obispo de Hipona escribe una carta (76) dirigida a los donatistas donde les exhorta a la unidad. Haciendo uso reiterado de la divulgativa metáfora sobre la cizaña antes del tiempo de la siega, recuerda a los cismáticos que se jactan de ser puro “trigo” reducido a los rincones de África, que el propio Cristo dijo: “dejad que 1053 Quamquam fortasse irascimini, quod legionibus vestris, etsi non legibus, saltem verbis subtrahimus armaturam. 1054 Solis…fustibus. 1055 Nunc autem nimium profecerunt. 1056 Inter vinolenta convivia, et cum feminis maritos non habentibus, liberam comitandi, vagandi, iocandi, bibendi, pernoctandi licentiam, non solum fustes tornare, sed etiam ferrum vibrare et fundas circumagere didicerunt. 1057 Cum ferrum pro Christi nomine. 1058 Vinum etiam mane ructuantibus. 1059 Circumcelliones vestri sic praecipitant. 1060 Quis Macarius, quis miles insequebatur? 268 Tesis Doctoral crezcan ambos (trigo y cizaña) hasta la siega1061”. Asimismo, dijo que los segadores serán los ángeles1062 el día del Juicio Final, no los caudillos de los circunceliones1063, que de manera soberbia creen que castigan la impureza de los cristianos cuando ellos mismos son impureza. Comentario sobre el salmo 36. De la misma época sería su comentario sobre el salmo 36, sobre “El justo y el problema del mal”, en el que se hace eco de las acusaciones contra los traditores (católicos) por parte de Primiano, el obispo donatista de Cartago en aquel momento. Defendiéndose de esta falsa afirmación1064, asegura que la Iglesia católica nunca ha maleado su espada contra los donatistas, a diferencia de éstos que emplean a los circunceliones1065 como ariete contra sus oponentes. Réplica a la carta de Parmeniano. Entre 400-405, Agustín leyó una carta de Parmeniano (predecesor de Primiano en la sede cismática de Cartago), donde atacaba al laico donatista Ticonio, por algunas de sus críticas al propio credo. Decidió responder a esta carta en su Réplica a la carta de Parmeniano. En el Liber Primus, cansado de los reproches donatistas contra las leyes de los emperadores católicos, menciona la legislación antipagana, con la que los donatistas están de acuerdo. De hecho, extralimitando sus funciones, los donatistas se lanzan a derribar los templos valiéndose de las locuras de los circunceliones1066. Para el obispo de Hipona, los donatistas son los auténticos persecutores, ya sea contra los rogatistas valiéndose de los reyes bárbaros1067, ya sea contra los maximianistas a 1061 Sinite utraque crescere usque ad messem. Mt. 13, 30. 1062 Messores Angeli sunt. Mt. 13, 39. 1063 Non dixit: Messores principes Circumcellionum sunt. 1064 Tu mihi dicis: Traditor es. Ego tibi dico: Mendax es. 1065 Certe ibi dixisti, quia nos acuimus gladios nostros: recito gesta tuorum Circumcellionum. 1066 Templa subvertunt et per furores Circumcellionum. 1067 Vel per reges barbarorum Rogatistis. Esto es una alusión al usurpador indígena Firmo, al que Agustín considera un “rey bárbaro”. Parece ser que Firmo se apoyó en los donatistas y los cismáticos aprovecharon a su vez este apoyo para perseguir a los rogatistas. 269 R. Serrano Madroñal través de los jueces de los emperadores católicos1068, o contra todo el que pueden valiéndose del furor de los circunceliones1069. Estableciendo una jerarquía dentro de las violencias cometidas por los donatistas, coloca por encima de todas las acciones perpetradas a diario por estas bandas enloquecidas de jóvenes borrachos con cabecillas nombrados por los donatistas1070. En principio se armaban sólo de bastones pero ahora han empezado a usar el hierro1071, vagando y atacando por toda África con el famosísimo nombre de circunceliones1072. Cuando los donatistas son informados de sus crímenes, fingen no conocerles1073 o afirman que no hay vinculación entre ellos1074, tratando de ocultar lo que todo el mundo sabe. Para Agustín es una actitud profundamente hipócrita la de los obispos cismáticos frente a las fechorías de los circunceliones donatistas1075. A su juicio, en un sistema de gobierno justo1076, las penas contra los responsables de la violencia de los circunceliones1077 (los donatistas) deberían ser mayores que los sufrimientos que provocan, pero la clemencia cristiana1078 invierte los términos mitigando enormemente su castigo. Realmente, los donatistas apelaron a la justicia para expulsar de sus basílicas a los maximianistas, empleando la fuerza. Siendo así, ¿por qué se quejan de las medidas de los emperadores católicos? De no ser por la violencia ya tan famosa de los circunceliones1079, ellos no tendrían poder alguno. 1068 Vel per iudices catholicorum imperatorum Maximianistis. Sabemos que durante el conflicto con los maximianistas, los “donatistas primianistas” apelaron a los jueces de los emperadores católicos para actuar contra sus propios cismáticos. 1069 Per furorem Circumcellionum quibuscumque potuerint. 1070 Quotidie per furiosos ebriosorum iuvenum greges quibus principes constituunt. 1071 Qui primum tantummodo fustibus, nunc etiam ferro se armare coeperunt. 1072 Qui Circumcellionum notissimo nomine per totam Africam vagantur et saeviunt. 1073 fingunt se ignorare tale hominum genus. 1074 Ad se non pertinere. 1075 Donatistarum Circumcellionum. 1076 Constitutionibus iustis. 1077 Circumcellionum mancipes. 1078 Mansuetudo christiana. 1079 Vis illa Circumcellionum notissima. 270 Tesis Doctoral En relación a las leyes imperiales promulgadas contra los donatistas ya en 405 (por lo que consideramos que esta obra debería fecharse en 405 y no antes), Agustín menciona implícitamente las leyes del CTh. 16. 6. 3- 51080. Toda esta legislación 1080 CTh.16.6.3. Imppp. Arcadius, Honorius et Theodosius aaa. edictum. Rebaptizantium non patimur devios errores. Et cetera. Dat. prid. id. feb. Ravennae Stilichone II et Anthemio conss. (405 febr. 12). CTh.16.6.4pr. Idem aaa. Hadriano praefecto praetorio. Adversarios catholicae fidei exstirpare huius decreti auctoritate prospeximus. Ideoque intercidendam specialiter eam sectam nova constitutione censuimus, quae, ne haeresis vocaretur, appellationem schismatis praeferebat. In tantum enim sceleris progressi dicuntur hi, quos donatistas vocant, ut baptisma sacrosanctum mysteriis recalcatis temeritate noxia iterarint et homines semel, ut traditum est, munere divinitatis ablutos contagione profanae repetitionis infecerint. Ita contigit, ut haeresis ex schismate nasceretur. Inde male credulas mentes ad spem secundae indulgentiae blandus error invitat; facile est enim persuadere peccantibus veniam prius praestitam denuo posse praestari, quae, si concedi iterum eodem modo potest, non intellegimus, cur tertio denegetur. Hi vero et servos vel homines iuri proprio subditos iterati baptismatis polluunt sacrilegio. Quare hac lege sancimus, ut quisquis post haec fuerit rebaptizasse detectus, iudici qui provinciae praesidet offeratur, ut facultatum omnium publicatione multatus inopiae poenam, qua in perpetuum afficiatur, expendat, ita ut filiis eorum, si a paternae societatis pravitate dissentiunt, ea quae fuerint paterna non pereant, ut, si ipsos forsitan scaevitas paternae depravationis implicuit ac reverti ad catholicam religionem malunt, adipiscendorum his bonorum copia non negetur. (405 febr. 12). CTh.16.6.4.1. Ea praeterea loca seu praedia, quae feralibus sacrilegiis deinceps constiterit praebuisse secretum, fisci viribus adplicentur, si tamen dominus aut domina aut praesens forte fuisse aut consensum praestitisse prodetur: quos quidem iusta etiam per sententiam notabit infamia. Si vero his nesciis per conductorem procuratoremve eorum in domo agitatum huiusmodi facinus comprobatur, praeiudicio a praediorum publicatione suspenso impliciti sceleris auctores cohercitos plumbo exilium, in quo omni vitae suae tempore adficiantur, accipiet. (405 febr. 12). CTh.16.6.4.2. Ac ne forsitan sit liberum conscientiam piacularis flagitii perpetrati intra domesticos parietes silentio celare, servis, si qui forsitan ad rebaptizandum cogentur, refugiendi ad ecclesiam catholicam sit facultas, ut eius praesidio adversus huius criminis et societatis auctores adtributae libertatis praesidio defendantur liceatque his sub hac condicione fidem tueri, quam extorquere ab invitis domini temptaverint, nec adsertores dogmatis catholici ea, qua ceteros, qui in potestate sunt positi, oportet ad facinus lege constringi, et maxime convenit omnes homines sine ullo discrimine condicionis aut status infusae caelitus sanctitatis esse custodes. (405 febr. 12). CTh.16.6.4.3. Sciant ii vero, qui ex supra dictis sectis iterare baptisma non timuerint aut qui consentiendo hoc facinus propria huius societatis permixtione damnaverint, non solum testandi sibi, verum adipiscendi aliquid sub specie donationis vel agitandorum contractuum in perpetuum copiam denegatam, nisi pravae mentis errorem revertendo ad veram fidem consilii emendatione correxerint. (405 febr. 12). CTh.16.6.4.4. Illos quoque par nihilo minus poena constringat, si qui memoratorum interdictis coetibus seu ministeriis praebuerint coniventiam, ita ut moderatores provinciarum, si in contemptum sanctionis huiusce consensum putaverint commodandum, sciant se viginti libras auri esse multandos, officia etiam sua simili condemnatione subiuganda. Principales vel defensores civitatum, nisi id quod praecipimus fuerint exsecuti vel his praesentibus ecclesiae catholicae vis fuerit illata, eadem multa se noverint adtinendos. Dat. prid. id. feb. Ravennae Stilichone II et Anthemio conss. (405 febr. 12). CTh.16.6.5. Idem aaa. Hadriano praefecto praetorio. Ne divinam gratiam sub repetito baptismate polluta donatistarum vel montanistarum secta violaret, fallendi occasionem severitate huius praeceptionis 271 R. Serrano Madroñal contempla la confiscación de las propiedades de todo aquel que rebautice, y también de los lugares donde se cometa este sacrilegio herético. No podrán hacer contratos ni legar testamento e incluso los esclavos forzados a rebautizarse por sus dueños donatistas serán protegidos por la Iglesia Católica y podrán escaparse legalmente. Un concilio de Cartago del año 404, que analizaremos a continuación, imploraba el socorro del emperador Honorio contra los donatistas que fuesen delatados a causa de sus violencias, haciendo mención explícita de los circunceliones. De aquí se extrae que Honorio emitió algún tipo de documento jurídico no conservado (la única referencia a los circunceliones en el Teodosiano es 16. 5. 52) donde contemplaba la posibilidad de que los circunceliones ofrecieran resistencia violenta contra sus decisiones, indicando con qué clase de tropas auxiliares y de refuerzos han de ser rechazados1081. En el libro segundo contra la carta de Parmeniano, Agustín dice que si fuese por los donatistas, rebautizarían a todos los habitantes de la tierra1082. Esta secta no sólo derrama la sangre de los cuerpos utilizando la furia de los circunceliones1083, sino que derrama también sangre espiritual1084 condenando tantas almas con este cisma sacrílego. Los clérigos donatistas sermoneaban la paz ante sus fieles pero no la amaban; sin duda, para el autor, ponen “su granito de arena con los adúlteros1085” cuando permiten que las cuadrillas embriagadas de sus vírgenes consagradas, mezcladas de día y de noche con las bandas de los circunceliones borrachos, anden vagando vergonzosamente1086. abolemus statuentes, ut certa huiusmodi homines poena sequatur legisque censuram experiantur ultricem, qui in catholicam religionem perverso dogmate commisissent. Iubemus igitur, ut, si quis posthac fuerit rebaptizare detectus, iudici qui provinciae praesidet offeratur, ut facultatum omnium publicatione multatus inopiae poenam expendat. Et cetera. Dat. prid. id. feb. Ravennae Stilichone II et Anthemio conss. (405 febr. 12). 1081 Así lo podemos extraer de las palabras de Agustín en la última parte de su primer libro contra la carta de Parmeniano: ubi etiam Circumcellionum mentio facta est, si more suo violenter obsisterent, quo genere auxiliorum et amminiculis repellerentur. 1082 Orbem terrarum, si possint, rebaptizare. 1083 Vere sanguinem non solum corporaliter per furias Circumcellionum. 1084 Sed etiam spiritaliter fundunt. 1085 Cum moechis particulam suam…ponunt. 1086 Greges ebrios sanctimonalium suarum cum gregibus ebriis Circumcellionum die noctuque permixtos vagari turpiter. 272 Tesis Doctoral Nótese que, a pesar de la intencionalidad crítica de Agustín, suele mencionar la coexistencia de circunceliones y sanctimoniales. Probablemente, el autor busca condenarla e insinuar que podría existir acercamiento sexual entre ambos, pero asimismo, esta conexión nos podría ayudar a contemplar a los circunceliones como individuos “dedicados a Dios”. Concluyendo con la Réplica a la carta de Parmeniano, en el liber 3, Agustín se pregunta cómo pueden considerarse “puros” estos cismáticos que cuentan con cizaña tan visible como las manadas muy nutridas de circunceliones1087, a las que define como multitudes de convidados borrachos1088 que comparten excesos con mujeres solteras pero no incorruptas1089, haciendo alusión a la supuesta falta de castidad de las sanctimoniales donatistas. A continuación menciona, para completar el elenco de la “cizaña donatista”, a hordas copiosas de salteadores, avaros y usureros1090, y a todos esos “Optatos”1091 tan célebres en cada región. El hecho de que existieran usureros entre los donatistas llevaría a una clara discrepancia entre éstos y los circunceliones, que al menos en época pre-macariana combatían este tipo de práctica. De aquí podemos deducir que los circunceliones antes del edicto de unidad de 347 también pudieron actuar contra usureros de su propio credo, información que no contradice sino que ayuda a entender las propias quejas de los jerarcas cismáticos en su carta a Taurino. La referencia a los “Optatos” va dirigida a todos los obispos donatistas de diversas regiones africanas que actuaban o pensaban de un modo similar al criminalizado Optato de Thamugadi o “Gildoniano”. Concilio de Cartago de 404. Centrándonos ya en el Concilio de Cartago de junio de 404, antes mencionado, las violencias empleadas por el donatismo y los circunceliones llevaron a que los católicos enviaran diputados al emperador, tratando de implorar protección y nuevas leyes que combatiesen la herejía. Tal y como se ha visto, Honorio respondió con celeridad emitiendo legislación antidonatista un año después. 1087 Tanti greges Circumcellionum. 1088 Turbae conviviorum, ebriosorum. 1089 Innuptarum sed non incorruptarum innumerabilia… feminarum. 1090 Turba raptorum, avarorum, faeneratorum. 1091 Optati. 273 R. Serrano Madroñal En el texto conservado del concilio, se destaca1092 principalmente que ya existían leyes imperiales contra los circunceliones1093, definidos como una tropa detestable1094. En su deseo por rogar protección al emperador1095, se hace referencia al pasaje bíblico de Pablo, acosado por los judíos y defendido por los soldados imperiales1096. Téngase en cuenta que en la ley de Honorio del 12 de febrero de 405 (CTh. 16. 5. 381097) se condena a todos los maniqueos y donatistas que no cesan de ejercer su “furor”, aludiendo a aquellos que se juntan en turbae. Contra el gramático Cresconio. En 405, Agustín responde al gramático Cresconio, un laico donatista que había defendido a Petiliano, el obispo donatista de Cirta. En esta obra, Contra Cresconium grammaticum donatistam, responde a las clásicas acusaciones de persecutores exponiendo los increíbles ataques diarios que padecen los católicos por parte de vuestros clérigos y circunceliones1098, peores que los de cualquier salteador o depredador1099. Provistos de horrendas armas1100, vagandundean con actitud amedrentadora1101 perturbando la paz de la Iglesia y de los hombres, allanando las 1092 Nota est enim. 1093 Et saepe legibus conclamata Circumcellionum. Este texto está traducido al francés en Maier, op. cit., n. 946, pp. 131-132. 1094 Detestabilis manus. 1095 Impetrare praesidia. 1096 Quando Apostolus Paulus (Act. XXIII), sicut in Apostolorum Actibus fidelibus notum est, factiosorum conspirationem militari etiam submovit auxilio. 1097 Idem aa. et Theodosius a. edictum. Nemo manichaeum, nemo donatistam, qui praecipue, ut comperimus, furere non desistunt, in memoriam revocet. Una sit catholica veneratio, una salus sit, trinitatis par sibique congruens sanctitas expetatur. Quod si quis audeat interdictis sese illicitisque miscere, et praeteritorum innumerabilium constitutorum et legis nuper a mansuetudine nostra prolatae laqueos non evadat et si turbae forte convenerint seditionis, concitatos aculeos acrioris conmotionis non dubitet exserendos. Dat. prid. id. feb. Ravennae Stilichone II et Anthemio conss. (405 febr. 12). 1098 Facta clericorum et Circumcellionum. 1099 Multo peiora quam quorumlibet latronum atque praedonum. 1100 Horrendis armati. 1101 Terribiliter vagando. 274 Tesis Doctoral casas de los sacerdotes católicos en ataques nocturnos1102. Las despojan1103 y atacan con fustes a sus moradores, los hieren a filo de espada y los abandonan medio muertos1104. Además, con un nuevo estilo criminal1105, ahora derraman sobre los ojos de sus víctimas una mezcla de cal y vinagre1106, optando por arrancarles la visión de una manera lenta y agónica. Primeramente empleaban sólo cal, pero al apreciar que los atacados recobraban la vista, añadieron el vinagre1107. A continuación, el autor relata algunos casos concretos de gran interés: el obispo católico de Tubursico-Bure, de nombre Siervo1108, reclamaba un espacio que había sido invadido por los donatistas1109. Los procuradores de ambas partes esperaban la decisión del procónsul1110 cuando se produjo una emboscada de circunceliones1111 que acabó con la vida del anciano padre de Siervo. Una sentencia judicial entregaba la basílica de la finca de Calvia al obispo católico de Bagai Maximiano1112, usurpada por los donatistas. En la propia basílica, fue atacado por los circunceliones, que llenaron de sangre el espacio sacro. Herido de gravedad en una ingle, le arrastraron por el suelo y fue el propio polvo el que obstruyó la hemorragia. Le lanzaron desde una torre contra un montón de estiércol y cuando estaba a punto de fallecer un pobre que iba a defecar encontró su cuerpo malherido y se lo entregó a los católicos. Hoy sobrevive repleto de cicatrices. 1102 Nocturnis adgressionibus clericorum catholicorum invasas domos. 1103 Nudas atque inanes relinquunt. 1104 Ipsos etiam raptos et fustibus tunsos ferroque concisos semivivos abiciunt. 1105 Inaudito sceleris genere. 1106 oculis eorum calcem aceto permixto. 1107 Nam primo tantum calce ad hoc facinus utebantur, sed posteaquam illos, quibus hoc fecerant, cito salutem reparasse didicerunt, acetum addiderunt. 1108 Episcopus catholicus a Thubursicubure Servus nomine. 1109 Cum invasum a vestris locum repeteret. 1110 Utriusque partis procuratores proconsulare praestolarentur examen. El hecho de que sean procuratores de ambas partes los que esperaban a la decisión proconsular nos mueve a considerar que ese locum se trataba de una finca. 1111 Oppido memorato vestris armatis irruentibus. No obstante, el texto usa ahora la palabra oppido en lugar de locum. 1112 Maximianus episcopus catholicus Bagaiensis dicta inter partes iudiciaria sententia basilicam fundi calvianensis. 275 R. Serrano Madroñal Este furor tan conocido de vuestros circunceliones, que suministran una horrenda escolta a vuestros clérigos1113, se extiende con reprobación por todas partes y suscita leyes contra vosotros1114. El hecho de que los ataques de los circunceliones llenaron de quejas los archivos públicos y desencadenaron la legislación honoriana de 405 parece confirmado en esta cita: Tot protestationes nostrorum de furiosissimis vestrorum violentiis archiva publica citius impleverunt quam ullam apud vos vindictam illa facta meruerunt. Cuando Agustín acusó a los donatistas de reintegrar a sus propios cismáticos maximianistas sin rebautizarles, despertó la violencia más frecuente y audaz de lo acostumbrado de los circunceliones y de sus bandas enfurecidas1115. Propusieron los católicos que celebrasen un gran concilio en Cartago para solventar sus viejas disputas pero los donatistas rehusaron. Narra a continuación el ataque sufrido por Posidio de Calama, obispo católico de la misma ciudad del oriente númida. Crispín, presbíerto donatista1116, le tendió una emboscada con circunceliones y Posidio se cobijó en una hacienda1117. Allí, comenzaron a apedrear la casa y a forzar la entrada prendiendo fuego1118. Los habitantes del lugar rogaron a los violentos que no continuasen y se lanzaron a apagar el fuego para que no se extendiese. Finalmente los circunceliones entraron en la casa, atacaron a los animales de carga que encontraron en la parte inferior e hicieron bajar al obispo propinándole golpes y afrentas1119 y de no haber sido por la intercesión de Crispín, que temía consecuencias penales, habrían acabado con Posidio. Con la intención de ofrecernos una imagen de mansedumbre y santidad para los católicos, nos dice Agustín que el propio Posidio (víctima) evitó que el responsable del ataque tuviera que afrontar la multa de diez libras de oro establecida por Teodosio contra todos los herejes1120. Observando la situación como paradójica, los supuestos 1113 Circumcellionum vestrorum nobilis furor horrendum praebens vestris clericis satellitium. 1114 Contra vos leges. 1115 Crebrius et audacius Circumcellionum violentiis turbisque furentibus. 1116 Crispinus…presbyter. 1117 Fundum fugiens. 1118 Tum domum, in qua cum suis se Possidius incluserat, saepire armatis, lapidibus circumtundere, ambire flammis, aditum ex omni parte moliri. 1119 Ingressi sunt sauciatisque caede iumentis, quae in inferiore domus parte conspexerant, de superioribus episcopum deposuerunt afficientes plagis et contumeliis. 1120 CTh.16.5.21 276 Tesis Doctoral persecutores católicos interceden para que los donatistas no paguen sus multas mientras huyen de sus casas, amenazados por la violencia de vuestros clérigos y circunceliones1121. En la región de Hipona, un presbítero donatista de nombre Restituto1122 se pasó a la Católica antes de 405, de manera sincera y convencida. Vuestros clérigos y circunceliones le raptaron1123 y fue conducido a un castellum vecino1124, donde fue apaleado por el suelo, golpeado públicamente por los fustes1125 al gusto de la gente enfurecida. Revolcado en una laguna fangosa1126, le vistieron con un manto de juncos para humillarle1127 y fue llevado a otro lugar, donde ningún católico se atrevía a acercarse1128, retenido allí hasta el día duodécimo, que le dejaron marchar. En un argumento repetitivo, vuelve Agustín a vincular las muertes voluntarias1129 de los circunceliones desde los precipicios con la ejecución de Márculo. No obstante, en este pasaje introduce una idea novedosa: los obispos donatistas prohibieron esta práctica y la condenaron en sus concilios1130. Idem aaa. Tatiano praefecto praetorio. In haereticis erroribus quoscumque constiterit vel ordinasse clericos vel suscepisse officium clericorum, denis libris auri viritim multandos esse censemus, locum sane, in quo vetita temptantur, si coniventia domini patuerit, fisci nostri viribus adgregari. Quod si id possessorem, quippe clanculum gestum, ignorasse constiterit, conductorem eius fundi, si ingenuus est, decem libras fisco nostro inferre praecipimus, si servili faece descendens paupertate sui poenam damni ac vilitate contemnit, caesus fustibus deportatione damnabitur. Tum illud specialiter praecavemus, ut, si villa dominica fuerit seu cuiuslibet publici iuris et conductor et procurator licentiam dederint colligendi, denis libris auri proposita condemnatione multentur. Verum si quos talibus repertos obsecundare mysteriis ac sibi usurpare nomina clericorum iam nunc proditum fuerit, denas libras auri exigi singulos et inferre praecipimus. Dat. XVII kal. iul. Constantinopoli Arcadio a. II et Rufino conss. (392 iun. 15). 1121 inter manus Circumcellionum clericorumque vestrorum. 1122 Restitutus quidam in regione Hipponiensi vester presbyter fuit. 1123 De domo sua raptus est a clericis et Circumcellionibus vestris. 1124 In castellum proximum ductus. 1125 Fustibus caesus. 1126 In lacuna lutulenta volutatus. 1127 Amictu iunceo dehonestatus. 1128 Ductus ad alium locum, quo nemo nostrorum audebat accedere. 1129 Voluntarias mortes. 1130 Conciliis suis hoc vestri episcopi prohibuisse et damnasse. 277 R. Serrano Madroñal En la última mención explícita sobre circunceliones en este liber 3, califica a éstos y a los clérigos donatistas como los clavos y piedras de los vuestros1131, que hieren a los católicos. Ya en el último libro (4) de esta réplica contra Cresconio, nos ofrece la misma idea de persecución por parte de clérigos donatistas y circunceliones1132 contra los católicos que tan sólo buscan la salvación de sus almas perdidas. Se declara de hecho incapaz de enumerar, recordar y explicar con palabras1133 lo suficientemente apropiadas todo lo que hacen contra ellos. Justificando las leyes represivas de las autoridades católicas, considera que un médico debe perseguir la enfermedad para extirparla, y con ese mismo objetivo, esta legislación es una reprimenda curativa contra la crueldad y la violencia donatista, instrumentalizada a través de vuestros circunceliones, guardias asistentes de vuestros clérigos1134. Por lo que se desprende del libro, el donatista Cresconio negaba que los circunceliones ejerciesen un dominio tiránico en los campos ajenos, así como que practicasen bacanales y que rindiesen un culto sacrílego y profano a los cadáveres de los suicidas1135. Epístola 88. Entre 406-408, escribía su epístola (88) a Genaro (donatista), en nombre del clero católico de la región de Hipona. Con la fórmula repetitiva de Clerici et Circumcelliones vestri, denuncia los ataques de éstos contra la Católica. Reconsiderando los orígenes del cisma, afirma que al igual que vuestros mayores (en época de Constantino) quisieron arrojar a Ceciliano y a sus compañeros para ser aniquilados por la ira del rey, acusados de traditores, ahora tendrán que tolerar esa misma ira del poder secular que 1131 A clericis et Circumcellionibus tamquam dentibus et calcibus. 1132 Clericis et Circumcellionibus vestris. 1133 Nec numerare nec commemorare nec digne verbis explicare sufficiam. 1134 Per Circumcelliones vestros clericorum vestrorum satellites. El término satelles implica aquí que los circunceliones eran asistentes, acompañantes, sirvientes, guardias, centinelas, escoltas, protectores, cómplices y seguidores de los clérigos donatistas. Siempre aparecen asociados pero separados. 1135 Negas eas quas dixi tyrannicas vestrorum in fundis alienis dominationes et bacchationes ebrietatum; Negas furorem Circumcellionum et praecipitatorum ultro cadaverum cultus sacrilegos et profanos. 278 Tesis Doctoral ellos mismo incendian con las furiosas violencias1136 de sus clérigos y circunceliones1137. Esta es la causa (los horrendos crímenes, entre otros, contra Posidio en Calama o contra Maximiano en Bagai) que ha forzado a los católicos a recordar y sacar a la luz los antiguos edictos, como el de 347. No obstante, la violencia de los circunceliones no se frenó en 405 como consecuencia de estas leyes represivas sino que fue en aumento1138. Precisamente por esto, se querellan contra Genaro, que pese a la dureza de las leyes vive, como todos los jerarcas donatistas, seguro en sus posesiones y en las ajenas mientras que los católicos son atormentados y cegados por vuestras gentes armadas1139. En relación a sus suicidios, pretenden los circunceliones que los católicos sientan envidia y que los donatistas les glorifiquen como mártires1140. Viven como bandidos, mueren como circunceliones, son glorificados como mártires1141. En una cita que encierra toda la trascendencia católica del obispo de Hipona, asegura que estos malhechores no quitan la luz a los vivos (aunque les dejen ciegos), sólo alejan a los muertos (de alma) de la luz1142 (de la salvación). En un nuevo alarde de santidad, asegura que cuando los católicos detienen a algún circuncelión, tratan de reintegrarles en la unidad de la Iglesia sin causarles ningún tipo de molestia1143, dejando marchar a los más obstinados. Sin embargo, reconoce que algunos laicos se portan con ellos como con los bandidos1144. Como es obvio, los ataques de los circunceliones a veces tenían respuestas contundentes, algunos eran apresados y presentados ante los jueces1145. Aun así, éstos no renuncian a su conducta de bandoleros y exigen honores de mártires1146. 1136 Furiosasque violentias. 1137 Vestri clerici et Circumcelliones. 1138 Peiora mala nobis vestri nunc faciunt. 1139 Armatis vestris. 1140 Mortes sibi ultro ingerunt, nobis volunt esse invidiosas, vobis gloriosas. 1141 Vivunt ut latrones, moriuntur ut circumcelliones, honorantur ut martyres. 1142 Occisos auferunt luci, non vivis auferunt lucem. 1143 Illaesi. 1144 Alii cum illis quemadmodum cum latronibus agunt. 1145 Aliqui apprehensos iudicibus offerunt. 1146 Illi non deponunt facta latronum, et honorem sibi exigunt martyrum. 279 R. Serrano Madroñal Epístola 93. En la epístola 93, poco posterior (407/408), Agustín se dirige a Vicente, un rogatista perteneciente a esa antigua facción moderada escindida del donatismo y perseguida por los propios donatistas durante la guerra de Firmo. En primer lugar, le confiesa que muchos donatistas se están reintegrando en la comunión católica, incluso de los mismos circunceliones1147, presionados por las leyes imperiales que a Vicente le desagradan. En segundo lugar, acusa Agustín a esta pequeña facción donatista escindida de no llevar el nombre de cristiano de Cristo y de católico por la Iglesia universal, sino de donatistas de Donato y de rogatistas por Rogato1148. Podrían parecer más benignos porque no van al asalto con la grey monstruosa de los circunceliones1149, pero ninguna fiera es mansa. El autor ataca duramente a los rogatistas, que no atropellan porque son tan pocos que no podrían hacerlo. Comentario sobre el salmo 54. En su comentario al salmo 54, texto no posterior al año 408, aborda la cuestión de la destrucción de enemigos traicioneros. En los últimos versos (23-26) del texto veterotestamentario se dice: “Mas tú, Dios, harás que ellos desciendan al pozo de perdición. Los hombres sanguinarios y traicioneros no llegarán a la mitad de sus días. Pero yo en ti confiaré”. Llevando estas palabras al conflicto con los donatistas, Agustín acusa de sanguinarios a los cismáticos, que atacan por todas partes las almas (rebautizando) y los cuerpos de los hombres, a través de los armados circunceliones1150. Sedientos de sangre inocente, ya no sólo portan el fuste, sino el fundíbulo, el hacha, piedras y lanzas1151. 1147 O si possem tibi ostendere, ex ipsis Circumcellionibus quam multos iam catholicos manifestos habeamus. 1148 Donatistae a Donato, verum etiam proprie Rogatistae a Rogato. 1149 Cum Circumcellionum immanissimis gregibus non saevitis. 1150 Armati ubique Circumcelliones. 1151 Si fustem saltem solum ferret; sed fert fundibulum, fert securim, fert lapides, fert lanceas. El fundíbulo era una variente mejorada de la honda. 280 Tesis Doctoral Epístola 111. Ya a fines del 409, en una epístola (111) dirigida a Victoriano, nuestro autor se lamenta profundamente de los estragos que causan los bárbaros por todas partes. En los desiertos de Egipto, donde algunos monjes fueron asesinados1152, en tantas regiones de Italia y de las Galias1153. Noticias semejantes comienzan a llegar también de las muchas provincias hispanas1154; los bárbaros aún no habían llegado a la región de Hipona1155, pero allí el pillaje de los clérigos donatistas y circunceliones1156 devasta las iglesias de tal modo que los crímenes de los bárbaros quizás sean más tolerables1157. Ni el peor de los bárbaros podría echar en los ojos de nuestros clérigos cal y vinagre1158 después de maltratar sus miembros con golpes horrendos. Desvalijan las casas de algunos y las incendian, les destrozan los frutos áridos1159, les derraman los líquidos1160, obligando a muchos a rebautizarse1161. El mismo día antes de dictar esta carta, cuarenta y ocho almas fueron rebautizadas1162. Epístola 105. En la ep. 105, datada entre 409/410, Agustín se dirige directamente a los donatistas y les hace ver que las órdenes imperiales1163 que les obligan a reintegrarse en la unidad 1152 illis solitudinibus Aegypti, ubi monasteria separata ab omni strepitu, quasi secura delegerant, a barbaris interfecti sunt fratres. 1153 In regionibus Italiae, quae in Galliis. 1154 De Hispanis quoque tot provinciis. 1155 Ecce in regione nostra Hipponensi, quoniam eam barbari non attigerunt. 1156 Clericorum donatistarum et Circumcellionum latrocinia. 1157 Sic vastant ecclesias, ut barbarorum fortasse facta mitiora sint. 1158 In oculos clericorum nostrorum calcem et acetum mitterent. 1159 Fructus aridos diripiunt. 1160 Humidos fundunt. 1161 Multos etiam rebaptizari compellunt. 1162 Pridie quam ista ad te dictavi, ex uno loco per huiusmodi terrores quadraginta et octo animae mihi rebaptizatae nuntiatae sunt. 1163 Imperatorum iussiones. 281 R. Serrano Madroñal católica (que tanto les desagradan) han sido propiciadas por sus violencias y terrores1164. Les insta a recordar las hazañas de vuestros circunceliones y de los clérigos que siempre les dirigieron1165. Menciona la persecución sufrida por Marco, presbítero donatista de Casphaliana1166 retornado a la Católica, que fue salvado del linchamiento gracias a la intervención de algunos hombres que reprimieron la violencia. Lo mismo sufrió Restituto de Victoriana1167, caso ya mencionado, o el subdiácono de Marciano de Urga1168. Los donatistas amenazaron en Siniti1169 con quemar la casa a todos aquellos que se pasasen a la comunión católica, y Posidio, el obispo católico de Calama fue también víctima de asechanzas al estilo de bandidos1170. Estableciendo un balance de preferencias, el obispo hiponense (aunque no presume de poder humano alguno1171) prefiere presumir del poder de los emperadores que del de los circunceliones1172, sobre el que descansan los donatistas. Prefiere presumir de la fuerza de las leyes antes que del poder de la sedición1173. Epístola 108. En las mismas fechas redactaba Agustín la ep. 108, donde le pide a Macrobio (sacerdote donatista) que no rebautice a un subdiácono católico. En su argumentación, le pregunta por qué no rebautizan a los maximianistas que se reintegran en el donatismo hegemónico de Primiano, y sí a los católicos. Por su parte, no acepta que los donatistas se amparen en la autoridad del mártir Cipriano de Cartago para justificar su 1164 Per violentias et terrores vestros. 1165 Facta Circumcellionum vestrorum, et clericorum qui duces eorum semper fuerunt. 1166 Marcus presbyter Casphalianensis. Esta sería una localidad rural integrada en la diócesis de Hipona. Vid. Lancel, S., Saint Augustine, London, 2002, p. 549. 1167 Restitutus Victorianensis. Ya se ha dicho que esto se produjo en la misma región de Hipona, por lo que Victoriana fue un asentamiento rural de esta diócesis. 1168 Marcianus Urgensis. Otro asentamiento rural de la región de Hipona. 1169 Enclave rural de la región portuaria de Hipona. 1170 Latronum more insidiati sunt. 1171 De nulla quidem nos hominis potestate praesumimus. 1172 Praesumere de Imperatoribus quam praesumere de Circumcellionibus. 1173 Praesumere de legibus quam praesumere de seditionibus. 282 Tesis Doctoral sacrilegio. No obstante, con esta cita Agustín asume que Cipriano fue partidario de iterar el bautismo si no era impartido en la verdadera Iglesia, por lo que prefiere enfocar su defensa del mártir desde su amor hacia la unidad: Hanc ille sic tenuit, sic amavit, ut si quid aliter quam res est, de Baptismi sacramento sapuerat, id quoque Deus illi revelaret. De nuevo, adjudica el papel de persecutores a vuestros clérigos y circunceliones1174 mientras que los católicos padecen la pasión1175. Los donatistas solían emplear el salmo 13, 61176 para achacar a los católicos las persecuciones sanguinarias, pero es la sangre de los católicos la derramada por causa de los ataques de vuestros clérigos y circunceliones1177. En otra confirmación de las discrepancias existentes entre el clero donatista y los circunceliones, Agustín relata que cuando este Macrobio llegó a Hipona1178 para comenzar su mandato como obispo donatista, fue recibido y escoltado por los escuadrones1179 de circunceliones con sus cánticos de Deo laudes1180, levantando la voz como una trompeta de guerra1181 para cantar sus latrocinios. Según pudo enterarse por testigos presenciales nuestro autor, al día siguiente los circunceliones se sintieron heridos por las reprimendas que les lanzó Macrobio por medio del intérprete púnico1182, ya que se manifestó más irritado contra sus acciones que deleitado por sus obsequios1183. Así, se retiraron de la reunión1184 con demostraciones furibundas. 1174 Clerici et Circumcelliones vestri. 1175 Nos passionem sustineremus. 1176 “De los cuales la boca de maldición y amargura está henchida; veloces, sus pies para derramar sangre”. Téngase en cuenta que Agustín manejó la Vetus Latina, criticada por haber sido traducida sin un criterio unificado y con una calidad muy desigual. 1177 In tantis latrociniis Circumcellionum, clericorumque vestrorum. 1178 Quando te ingrediente in hanc patriam. 1179 Cum suis cuneis deduxerunt. El término cuneus implica una formación de combate en forma de cuña. 1180 Deo laudes inter cantica conclamantes. 1181 Tuba praeliorum. 1182 Per punicum interpretem. No podemos obviar que el área de Hipona estuvo colonizada por fenicios tirios desde aproximadamente finales del siglo IX a. C. Allí, los cartagineses desarrollaron una próspera república que no desapareció hasta la conquista definitiva de Roma en 146 a. C. Si además, tenemos en cuenta que las lenguas indígenas pervivieron a lo largo de los siglos, especialmente en los entornos rurales donde el latín no se conocía en muchos casos, esta información no es en absoluto sorprendente. 1183 Factis eorum irritatus potius quam delectatus obsequiis. 283 R. Serrano Madroñal Al final de la epístola, dice Agustín que los cismáticos huyen de la unidad mientras los circunceliones se arman contra las leyes1185 antiheréticas. Se huye de la unidad para que la audacia de los campesinos se alce contra sus propietarios1186, para que los esclavos fugitivos (contra la disciplina apostólica) no sólo se alejen de sus señores sino que les amenacen y les desvalijen con las más violentas agresiones1187. Los autores y los guías, y los líderes en estos delitos son vuestros mártires “agonísticos1188” que derraman la sangre ajena al grito de Deo laudes1189. Acusando directamente a los presbíteros donatistas y no a los obispos1190, asegura que éstos se sirvieron de los circunceliones para mantener el control de vuestras basílicas y de vuestros lugares a pesar de los edictos de unidad. Parecería hipócrita que los donatistas se mostrasen severos con los circunceliones ya que les deben mucho1191. De este modo, Agustín trata de desprestigiar a los donatistas en su conjunto, achacándoles las acciones de los sectores más fanáticos de su credo. No obstante, reconoce en muchas ocasiones que existían discrepancias notorias sobre todo entre obispos y circunceliones. Con respecto al patrocinio ejercido por parte de los circunceliones en relación a estos campesinos alzados o a esos esclavos fugitivos, nuestra fuente considera que simplemente huyen y buscan su protección los que entre nosotros rehúsan acatar la disciplina1192. Aclarando ahora la cuestión de ese subdiácono católico de nombre Rusticiano que Macrobio se disponía a rebautizar, comenta que fue excomulgado por sus perversas costumbres1193 y que había contraído numerosas deudas1194. Así, acosado por sus 1184 Se de media congregatione. 1185 Adversus ipsas leges armentur Circumcelliones. 1186 Fugitur unitas, ut contra possessores suos rusticana erigatur audacia. 1187 Et fugitivi servi contra apostolicam disciplinam, non solum a dominis alienentur, verum etiam dominis comminentur… sed et violentissimis aggressionibus depraedentur. 1188 Auctoribus et ducibus, et in ipso scelere principibus agonisticis confessoribus vestris. El término confessor puede significar confesor, santo o mártir. 1189 Qui ad "Deo laudes" fundunt sanguinem alienum. 1190 Vestri presbyteri. 1191 Ut si in eos volueritis esse severi, beneficiis eorum appareatis ingrati. 1192 Quicumque apud nos ferre detrectaverint disciplinam, ad illos fugiant defendendi. 1193 Reprobos et perversos mores excommunicatus. 1194 Multorum etiam in illa regione debitor factus. 284 Tesis Doctoral acreedores y expulsado por la disciplina eclesiástica1195, se cobijó en el donatismo por necesidad e interés propio. Independientemente de la intencionalidad subjetiva del relato, no es la primera vez que Agustín presenta al donatismo y a las partidas de circunceliones como espacio de acogida para los transgesores de la esfera social y de la Iglesia católica africana. Sermón 313 E En un sermón (313 E)1196 fechado en 410, Agustín aprovechaba el día 14 de septiembre (fiesta de San Cipriano, en la que se conmemoraba el día de su martirio) para reivindicar su figura, evitando que se apropien de ella los donatistas. En este discurso, el autor católico afirmaba que el bienaventurado Cipriano de Cartago no calló ante los herejes, ni ante los idólatras, ni ante los mismos emperadores; asimismo, él también afirma sin miedo a las consecuencias temporales que ni los herejes donatistas ni los circunceliones son mártires1197. Incitando a sus fieles a ser valientes como Cipriano, les anima a no temer a las agrupaciones de aquellos que se lanzan por los precipicios1198. Sólo Dios les librará de las acometidas del enemigo, y no es cosa nueva que los siervos de Dios reciban mal por bien, así continuará pasando hasta el fin del mundo, que Agustín considera inminente1199. Sobre el único bautismo, contra Petiliano. Algo antes del verano de 411, fecha en la que se produjo la famosa Conferencia de Cartago, el prolífico autor africano escribió su De unico baptismo contra Petilianum. En este tratado de carácter sacramental, se dedica a refutar una obra previa donatista en torno a la administración del bautismo. En sus argumentaciones en relación con la validez sacramental y el provecho espiritual, asume que hay peces malos nadando con los buenos dentro de las redes de la unidad católica, pero será Dios el que reunirá a los buenos en las cestas y arrojará al resto el día del Juicio Final. 1195 Contra ecclesiasticum vigorem, et contra creditores suos. 1196 De Luis, P., Obras completas de San Agustín, XXV, Sermones, 5, 237-338. Sermones sobre los mártires, Madrid, 1984. 1197 Non esse haereticos martyres, non esse martyres circumcelliones. 1198 Non timeamus praecipitatorum congregationes. 1199 Et iam in ipso fine saeculi sumus. 285 R. Serrano Madroñal No por ello los hombres pueden destruir los sacramentos de Cristo, aunque existan peces malos que bautizan o que son bautizados. Tomando una cita del evangelio de Mateo1200, señala como obradores de iniquidad, a los que Dios arrojará de las cestas en el día del Juicio Final, a los avaros y a los salteadores1201, o feroces usureros o sanguinarios circunceliones1202. Resulta paradójico que achaca conjuntamente a los “malos peces” del donatismo la avaricia de la usura y la violencia de los circunceliones, cuando sabemos por Optato Milevitano que los circunceliones lucharon contra esas prácticas llegando a generar la denuncia de los propios obispos cismáticos a Taurino décadas atrás. Asimismo, el propio Agustín comentó que los donatistas cobijaron al antiguo subdíacono católico Rusticiano, acosado por sus acreedores. Concluyendo con el pasaje, el obispo hiponense no comprende por qué violan el sacramento de Cristo (iterándolo) con todos los “contaminados católicos” y no lo hacen con estos impuros de su credo que bautizan y son bautizados. Carta a los católicos sobre la secta de los donatistas. La Epistula ad Catholicos de secta donatistarum fue escrita también poco antes de la Conferencia de Cartago de 411. Con el objetivo de refutar nuevamente las tesis donatistas en materia eclesiológica y sacramental, difundidas por los escritos del obispo cismático de Cirta Constantina (Petiliano), Agustín ataca la cuestionable interpretación que extraían sus oponentes de una cita del Cantar de los Cantares de Salomón1203. Llegando a pensar éstos que existía una velada confirmación bíblica sobre el asentamiento definitivo de “la esposa” (la Iglesia) en el “mediodía” (África), nuestro autor cuestiona que la verdadera Iglesia descanse entre las agitadas turbas de los furibundos circunceliones1204, que son el verdadero perjuicio de África1205. 1200 7,23: “Apartaos de mí, obradores de iniquidad”. 1201 Avaris atque raptoribus. 1202 Sive truculentis feneratoribus, sive cruentis circumcellionibus. 1203 Ct 1, 6: “Hazme saber, oh tú a quien ama mi alma, dónde apacientas, dónde sesteas al mediodía; Pues ¿por qué había de estar yo como errante junto a los rebaños de tus compañeros”? 1204 In turbis inquietis furiosorum Circumcellionum. 1205 Quod malum Africae proprium est! 286 Tesis Doctoral Negando que la comunión de Donato sea la Iglesia de Cristo, afirma que entre ellos hubo confirmados traditores, que su causa fue rechazada por dos concilios episcopales y por el propio emperador al que ellos mismos apelaron. La gran importancia que tienen los jefes de los circunceliones1206 en su secta, cometiendo tales fechorías1207, impide que pueda ser la verdadera Iglesia. La verdadera Iglesia no puede contar con gentes que se lanzan desde los más altos precipicios o que se arrojan al fuego que ellos mismos se prepararon1208; gentes que amenazan a otros para que les den muerte para terminar siendo honrados por los hombres, con el deseo de ver a manadas de borrachos vagabundos y vagabundas en indolente mezcolanza en torno a sus sepulcros, de día y de noche sumidos y enterrados en el vino y corrompidos por sus acciones vergonzosas1209. No obstante, puede admitir que no todos los donatistas son así y que estos conforman tan sólo “la paja del grano1210”. Igualmente, reprendemos a vuestros circunceliones, por sus desenfrenos y soberbias demencias1211, aun cuando las ejerzan contra algunos de los más malvados1212. Concluye Agustín afirmando que las Escrituras canónicas dejan muy claro que la Iglesia de Cristo es universal (católica) y no puede reducirse a los rincones de África. A su vez, mucho peores son las persecuciones que sufren los católicos por parte de vuestros circunceliones y sus semejantes1213 que las que padecen los donatistas por parte de las moderadas autoridades imperiales. En este punto de la controversia se celebró la Conferencia de Cartago de 411; convocada por el emperador Honorio el día 1 de junio, reunió por fin a los obispos católicos y donatistas con el objetivo de saldar un cisma ya muy antiguo. Como bien 1206 Apud eos circumcellionum principes. 1207 Quia tanta mala committunt circumcelliones. 1208 Qui se per abrupta praecipitent vel concremandos ignibus inferant, quos ipsi sibimet accenderunt. 1209 Ad eorum sepulcra ebriosi greges vagorum et vagarum permixta nequitia die noctuque se vino sepeliant flagitiisque corrumpant. 1210 Ista omnis turba palea eorum. 1211 Circumcellionum vestrorum inordinatas licentias et superbas insanias iuste reprehendimus. 1212 Etiam cum aliquibus pessimis violenti sunt. Esta es la única referencia donde Agustín reconoce que a veces los circunceliones actuaban contra gentes malvadas y no siempre contra inocentes católicos. Quizás estas acciones “contra algunos de los más malvados” explican su aceptación entre buena parte de los donatistas y su patrocinio en torno a deudores, esclavos fugitivos o campesinos oprimidos. 1213 Vestri circumcelliones et eorum similes. 287 R. Serrano Madroñal advierte García Mac Gaw1214, en un marco político general muy convulso para Occidente, se produjo la reorganización de la Iglesia católica africana y su definitivo encuadramiento en el centralismo eclesiástico en contra de su arraigada tradición localista. Durante el sitio de Roma por parte de los ejércitos visigodos, se llegó a promulgar un edicto de tolerancia en un contexto de desesperación, despertando una rápida reacción de los obispos católicos africanos, reclamando su inmediata derogación y la convocatoria de una conferencia que acabase definitivamente con los que salieran derrotados de ella. Era obvio que tras un siglo de inacción o de políticas represivas esporádicas, el Estado se había decidido a concluir definitivamente con este conflicto, con un resultado esperado: la condena de los donatistas. Epístola 133. Una vez que se produjo esto, concluida la conferencia, Agustín escribía una epístola1215 (133) dirigida al propio tribuno y notario Marcelino, que presidió dicha convocatoria. A fines del 411, este Marcelino ya estaba juzgando en Cartago a aquellos circunceliones y clérigos donatistas de Hipona culpables de diversos crímenes1216. Muchos se confesaron reos del homicidio1217 contra Restituto, así como de la muerte de Inocencio, otro presbítero católico al que le arrancaron un ojo y le cortaron un dedo1218. En esta tesitura, Agustín le ruega que no sea excesivamente duro y les perdone la vida; rechazando la ley del talión1219, recomienda que simplemente se les reprima de su loca inquietud o que se les ocupe en alguna empresa útil. Epístola 134. También a finales del 411, en su ep. 134, se dirige en esta ocasión al procónsul de África, Apringio, hermano a su vez del tribuno y notario Marcelino. Haciendo alusión a 1214 “La conferencia de Cartago de 411: política y religión en el fin del cisma donatista” en Rodríguez, G. (ed.), Cuadernos medievales. Cuadernos de cátedra 15, Mar del Plata, 2013, pp. 17-33 (p. 20). 1215 Cilleruelo, L., Obras completas de San Agustín, XI a, Cartas, 2, 124-187, Madrid, 1987. 1216 Circumcelliones illos et clericos partis Donati, quos de Hipponensi ad iudicium pro factis eorum. 1217 De homicidio. 1218 Et de caede Innocentii, alterius catholici presbyteri, atque de oculo eius effosso, et de digito praeciso. 1219 Talionis. 288 Tesis Doctoral la carta anterior1220, le ruega que imite a su hermano, que no empleó las torturas1221 y unos cuantos latigazos o azotes con la vara1222 fueron suficientes para la confesión de estos circunceliones y clérigos donatistas1223. Asimismo, intercede para que en ningún caso se aplique la pena capital. Siendo muy consciente de que los donatistas habían protestado contra el desarrollo del procedimiento, Agustín se dispuso a ofrecer su visión de la conferencia a los laicos donatistas a inicios del 412 en su obra Ad donatistas post collationem. Preguntándoles por qué siguen creyendo a unos hombres derrotados, por mucho que se aferren a sus quejas y denuncias de soborno contra el tribuno y notario Marcelino, les recomienda que corrijan su error y sean todos reintegrados en la Iglesia de Cristo. Hastiado de que los donatistas se apropien del versículo del evangelio de Mateo1224, creyendo ser “bienaventurados perseguidos”, menciona por enésima vez los horrores que causaron los clérigos y los circunceliones del partido de Donato1225 a los católicos. Incendiaron iglesias, quemaron códices sagrados, quemaron también casas privadas arrancando a los hombres de sus hogares, destruyendo y saqueando cuanto tenían, les asesinaron, les desgarraron y les dejaron ciegos1226. Frente a estos atropellos, si alguna vez han sido castigados con la muerte ha sido por su propia voluntad (suicidios) o porque los atacados han reaccionado a su cruel violencia1227. Nunca han sido ejecutados por su condición de cismáticos o herejes, sino por sus costumbres de bandidos1228. 1220 Hi cum audirentur a viro clarissimo et spectabili tribuno et notario fratre tuo, filio meo Marcellino. 1221 Non tormentis ungularum atque flammarum. La tortura era un procedimiento habitual en este período para obtener confesiones judiciales. En este caso se hace referencia explícita a los terribles “garfios” y a las llamas. 1222 Virgarum. 1223 Circumcelliones quosdam et clericos donatistas. 1224 5,10: “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos”. 1225 Clerici et Circumcelliones partis Donati. 1226 Incensae sunt ecclesiae, missi in flammas codices sancti, incensae etiam privatae domus, rapti homines de sedibus suis, et omnibus quae inerant ablatis aut perditis, ipsi caesi, laniati, excaecat. 1227 Aut ipsi se occidunt, aut eorum cruentae violentiae dum resistitur occiduntur. 1228 More latronum. 289 R. Serrano Madroñal Resumen de la Conferencia de Cartago. En el mismo período, Agustín redactó su propio breviculus collationis o resumen de las Actas de la conferencia de Cartago. En el debate del día tercero1229, según nuestra fuente, los donatistas acusaron a los católicos de persecutores, rememorando los sucesos de Bagai en 347. Empero, no se atrevieron a responder sobre su responsabilidad durante las acusaciones a Constantino (poder secular) contra el obispo Ceciliano; achacaron persecución a los católicos y a las leyes de los emperadores sin plantearse que los circunceliones se matan a sí mismos1230 y que la firmeza de las leyes la han generado sus propios crímenes. Los donatistas llegaron a ponerse nerviosos y atacaron a los católicos por haber escogido a un tribuno y notario para dirimir esta causa, cuando debía ser el propio Cristo. Sin embargo, ellos ya hicieron lo mismo apelando al emperador o a los tribunales seculares durante su conflicto con Ceciliano o con los maximianistas. No podían autocontemplarse como víctimas cuando sus circunceliones, bajo la dirección de los clérigos1231, cometían tan horrendas tropelías. Los obispos donatistas se desvincularon de los circunceliones1232, pero a juicio de Agustín era obvio que habían cometido tales desmanes bajo la dirección de clérigos1233 donatistas. Se habló también de sus terribles crímenes contra los ojos humanos, con esa mezcla de cal y vinagre1234, pero los donatistas trataron de esquivar la cuestión. Comentario sobre el salmo 132. Su comentario sobre el salmo 1321235, sobre la “Bienaventuranza del amor fraternal”, que para Agustín justifica la creación de monasterios, se ha fechado entre 407/412. Del lenguaje de este salmo procede la propia palabra de origen griego “monje”, puesto que se afirma que es bueno y deleitoso que los hermanos habiten como si fuesen 1229 Collatio tertii diei. 1230 Eorum Circumcelliones sibimetipsis inferunt. 1231 Cum eorum Circumcelliones ducibus clericis tam horrenda mala committerent. 1232 Nihil hoc ad sacerdotes pertinere. 1233 Cum clericis ducibus illi talia fecisse asserebantur. 1234 Calce et aceto humanos oculos persecuti sint. 1235 Martín Pérez, B., Obras completas de San Agustín, XXII, Enarraciones sobre los salmos, Madrid, 1967. 290 Tesis Doctoral “uno1236”. Explicado así, pide Agustín que nadie vitupere a los católicos por este nombre1237, haciéndonos entender que se les vituperaba por ello. Dirigiéndose a sus fieles, les dice que cuando censuran rectamente a los herejes (donatistas) por los circeliones1238, éstos injurian a los católicos por los monjes1239. Agustín no acepta comparación posible, entre borrachos y sobrios, impetuosos y moderados, locos y sencillos, vagabundos y congregados1240. Así como los donatistas no entendían el significado del nombre “monje”, tampoco los católicos comprenden el de “circeliones”. A continuación, aclara que los donatistas no aceptaban el término “circeliones” y que quizás los católicos empleaban de forma inapropiada el vocablo1241. Deberían emplear mejor el término íntegro “circunceliones” y no circeliones1242, pero si se llaman ciertamente así1243, que expongan qué son1244, porque circunceliones son aquellos que vagan alrededor de las cellae1245. Suelen realmente ir “de acá para allá1246” sin tener residencia fija1247 y cometer lo que sabéis, y lo que ellos (donatistas) saben, quieran o no quieran1248. 1236 Μόνος en griego significa “sólo”, “único”, “aislado”, “separado”, “singular”. El término monje procede de este vocablo griego. 1237 Ne quis vobis de isto nomine insultet Catholicis. 1238 Quando vos recte haereticis de Circellionibus. 1239 Illi vobis insultant de monachis. 1240 Ebriosi cum sobriis, praecipites cum consideratis, furentes cum simplicibus, vagantes cum congregatis. 1241 Forte corrupto sono nominis eos appellamus. 1242 Dicturi sumus vobis integrum nomen ipsorum? Forte circumcelliones vocantur, non circelliones. 1243 Plane si hoc vocantur. 1244 Exponant quid sint. 1245 Nam circumcelliones dicti sunt, quia circum cellas vagantur. La propia polisemia de la palabra cella ha despertado un gran debate historiográfico, puesto que puede significar: 1) celda o pequeña habitación propia de los primeros monjes; 2) choza; 3) granero; 4) la cella era también la parte de los templos paganos donde residía la imagen de la divinidad, si bien este significado no tiene ningún sentido en este contexto puramente cristiano; 5) altar; 6) santuario; 7) capilla; 8) mausoleo; 9) despensa. 1246 Solent enim ire hac, illac. 1247 Nusquam habentes sedes. 1248 Et facere quae nostis, et quae illi norunt, velint, nolint. 291 R. Serrano Madroñal Por supuesto, Agustín reconoce que en el seno de los monjes también los hay falsos, igual que en el ámbito de los clérigos y de los fieles. Algunos años antes, había escrito De Opere Monachorum donde reprende la actitud de algunos monjes católicos en Cartago que se niegan a trabajar. No duda en llegar a definirles como holgazanes que buscan pretextos evangélicos sin saber interpretar correctamente lo que dijo el apóstol. En el cap. 28, se dirige a estos monjes ociosos y vagabundos, que para él son gentes hipócritas que recorren las provincias sin estar para ello comisionados, nunca quietos, nunca domiciliados, negociando con reliquias de mártires, si es que son de mártires, aireando filacterias, pidiendo y exigiendo. Les ruega que demuestren que no buscan una vida fácil en la holgazanería sino el reino de Dios. En el cap. 30, Agustín sintetiza de manera muy clara su preocupación con respecto al problema de los monjes ociosos: He procurado ante todo que esos buenos hermanos, que acatan los preceptos apostólicos, no sean denostados como prevaricadores del Evangelio por los perezosos e indisciplinados1249. Es decir, estos monjes católicos ociosos estaban ensuciando el buen nombre del monacato, por lo que se entiende que muchos donatistas les vituperasen. Dicho esto, y concluyendo con el comentario del salmo 132, los donatistas que escarnecen a los católicos por el nombre de monjes1250, nos dirán que los suyos no se llaman circunceliones1251, vosotros (católicos) les llamáis así con nombre afrentoso1252, porque nosotros no les llamamos de ese modo1253. Ellos (donatistas) les llaman agonísticos1254. Continuando con la lucha por desacreditar ambos términos, los donatistas preguntan dónde figura el nombre de “monje” en los textos sagrados, ya que el término “agonístico” sí procede de la segunda epístola paulina a Timoteo. Agustín se defiende respondiendo que ojalá fuesen soldados de Cristo y no del diablo1255, cuyo grito Deo laudes (alabanzas a Dios) es más temido que el rugido de un león1256. 1249 Ne boni fratres apostolicis praeceptis obedientes, a pigris et inobedientibus etiam praevaricatores Evangelii dicerentur. 1250 Illi qui nobis de nomine monachorum insultant. 1251 Nostri non vocantur circumcelliones. 1252 Vos illos ita appellatis contumelioso nomine. 1253 Nam nos eos ita non vocamus. 1254 Agonisticos eos vocant. 1255 Utinam ergo milites Christi essent, et non milites diaboli. 1256 Quibus plus timetur, Deo laudes, quam fremitus leonis. 292 Tesis Doctoral Los donatistas también se burlan de la fórmula Deo gratias que emplean los hermanos católicos como saludo, y sin embargo (dice Agustín) los hombres lloran ante vuestro Deo laudes, vaticinando lo que les espera. Como colofón, nuestra fuente considera este salmo justificación suficiente para entender el vocablo “monje” y la vida en comunidad de muchos hermanos viviendo en la unidad, aunque comprende que aquellos cismáticos que abandonaron la unidad no lo aprueben. Este pasaje es el origen de una interpretación historiográfica preponderante a día de hoy: los circunceliones eran monjes ociosos o giróvagos donatistas. En relación a esta hipótesis, las analogías apreciables entre las informaciones que ofrece Agustín sobre los giróvagos católicos y los circunceliones ya han sido expuestas. No obstante, no es verosímil que los donatistas (que no entienden ni aceptan el término “monje”) contaran con “monjes” entre sus filas. Así pues, el credo donatista de estos individuos parece confirmado; la condición de giróvago está plenamente asociada a la de monje y a nuestro juicio este último término ha de ser descartado. Sí es cierto que los monjes eran designados también como milites Christi1257, término que sí acogían con agrado los circunceliones. El edicto de Marcelino. El 26 de junio de 411, el tribuno y notario Marcelino promulgó un edicto varias semanas después de la finalización de la Conferencia. En este documento se puede apreciar que todos aquellos que, a pesar1258 de la reciente condena del donatismo, confiesen o reconozcan1259 tener consigo en sus propias fincas grupos de circunceliones1260, han de saber1261 que si no se encargan de contener y reprimir la insolencia absoluta de los mismos1262, sobre todo en estos 1257 Agustín se dirige a los monjes en su ya mencionada obra De Opere Monachorum (28. 36) como Servi Dei, milites Christi. 1258 Autem. 1259 Cognoscunt. 1260 In praediis suis circumcellionum turbas se habere. 1261 Sciant. 1262 Nisi eorum insolentiam omnimodis comprimere et refrenare gestierint. 293 R. Serrano Madroñal espacios, serán inmediatamente confiscados1263. De acuerdo con las leyes católicas y con la seguridad pública1264, con el objetivo de neutralizar la locura de éstos1265, préstese atención a esta facción. Podemos extraer que determinados propietarios de fincas, seguramente donatistas, cobijaban a los grupos de circunceliones en sus posesiones. No obstante, sabemos que la propia iglesia donatista contaba también con fincas y a veces incluso las invadía, como vimos en el caso de Siervo, obispo católico que denunciaba esta situación. CTh. 16. 5. 52. El día 30 de enero del 412, los emperadores Honorio y Teodosio II1266 promulgaron una ley (CTh. 16. 5. 52) que registraba lo siguiente: Aquellas provisiones que fueron capaces de ser impetradas1267 mediante una pragmática sanción o por una adnotatio de nuestra mano1268 deberán ser anuladas1269. Aquellas limitaciones que fueron anteriormente definidas sobre esta materia1270 deberán permanecer en vigor1271 y la sanción de los anteriores emperadores deberá ser observada1272. Al menos desde la fecha de la emisión de esta ley1273, todos los donatistas, tanto los sacerdotes como los clérigos y los laicos1274, deberán reintegrarse 1263 A fisco mox occupanda. 1264 Siquidem tam catholicae legi quam quieti publicae. 1265 Eorum…insania. 1266 Impp. Honorius et Theodosius aa. 1267 Potuerint impetrari. 1268 Pragmaticis vel adnotatione manus nostrae. Si tenemos en cuenta que impetrar significa conseguir una cosa que se ha suplicado, entendemos que la pragmática sanción o la adnotatio eran la respuesta directa dada por el emperador ante esa súplica. 1269 Cassatis. 1270 Iam dudum super hoc definita sunt. 1271 Manentibus his. 1272 Veterum principum sanctione servata. 1273 Nisi ex die prolatae legis. 1274 Omnes donatistae, tam sacerdotes quam clerici laicique. 294 Tesis Doctoral en la comunión católica, de la que se separaron sacrílegamente1275; por tanto (de no ser así) como castigo, todas aquellas personas del rango de los illustres1276 deberán ser obligados a pagar1277 a nuestro fisco1278 una multa de 50 libras de oro cada uno; las personas del rango de los spectabiles1279 40 libras de oro; senatores1280 30 libras de oro; los clarissimi1281 20 libras de oro; sacerdotales1282 30 libras de oro; principales1283 20 libras de oro; decuriones1284 5 libras de oro; negotiatores1285 5 libras de oro; plebeyos 5 libras de oro; circunceliones 10 libras de plata1286. 1275 Catholicae se, a qua sacrilege descivere, reddiderint. 1276 El antiguo ordo senatorial había sido jerarquizado desde mediados del siglo IV, distinguiendo a sus miembros por el título que obtenían en función de los cargos que habían desempeñado. El rango de los illustres era sin duda, el más distinguido. Hablamos de cónsules, prefectos del pretorio, generales supremos de los ejércitos y principales puestos palatinos. 1277 Cogantur inferre. 1278 Nomine fisco nostro. 1279 El grupo de los spectabiles lo integraban gobernadores proconsulares y vicarios, cargos palatinos, duces o comites rei militaris. 1280 Téngase en cuenta que el ordo senatorial se había subdividido y jerarquizado en tres escalas (illustres, spectabiles y clarissimi). 1281 El grupo de los clarissimi lo integraban gobernadores consulares y presidiales o los tribunos militares, siendo el escalafón más bajo del ordo senatorial. Vid. López Barja de Quiroga, P, Lomas Salmonte, F. J., Historia de Roma, Madrid, 2004, pp. 517-518. 1282 Se entiende que alude al clero donatista, aunque no parece contemplar las diversas jerarquías existentes en el seno del mismo. 1283 Se entiende que serían los miembros más destacados de las comunidades urbanas. 1284 Nótese cómo la propia legislación refleja el empobrecimiento de los miembros de las curias urbanas, que afrontan las mismas penas que los plebeyos. 1285 Comerciantes o mercaderes. 1286 Visiblemente la cuantía de la multa es proporcional al grado de riqueza atribuida al estrato social o profesional referenciado. Por tanto, no hay duda de que los circunceliones se ubican en el escalafón inferior. 295 R. Serrano Madroñal 1. De no ser que los mencionados herejes1287 sean presentados1288 por los conductores bajo los cuales ellos conviven1289, o por los procuratores1290, para la aplicación oficial bajo demanada1291, los mismos conductores y procuratores deberán quedar sujetos al castigo1292. Así, tampoco los hombres de las fincas de nuestra casa (imperial) deberán ser considerados inmunes a tal castigo1293. 2. Las esposas1294 (que sean donatistas) deberán responder también por la misma multa, igual que sus maridos, de forma independiente1295. 3. Aquellos herejes que no fuesen corregidos por la imposición de tales amonestaciones1296, sean perseguidos1297 a través de la confiscación1298 de todas sus propiedades1299. 4. Los esclavos (donatistas) también1300 deberán ser reconducidos desde su religión depravada1301 por las reprimendas de sus dueños1302, o los colonos1303, mediante 1287 Qui nisi. 1288 Fuerint praesentati. 1289 A conductoribus, sub quibus conmanent. 1290 Vel procuratoribus. 1291 Executori exigenti. 1292 Ipsi teneantur ad poenam. 1293 Ita ut nec domus nostrae homines ab huiuscemodi censura habeantur inmunes. 1294 Uxores. 1295 Segregatim. 1296 Nequaquam illata damna correxerint. 1297 Subsequetur. 1298 Publicatio. 1299 Facultatum omnium. 1300 Servos etiam. 1301 A prava religione revocabit. 1302 Dominorum admonitio. 1303 Vel colonos. 296 Tesis Doctoral numerosos latigazos1304, de no ser así los propios dueños1305 aunque sean católicos1306 deberán afrontar como responsables las multas comentadas1307. 5. Los clérigos y ministros de tales herejes y sus más perniciosos sacerdotes1308 deberán ser expulsados del suelo africano1309, que han contaminado a través de sus ritos sacrílegos1310, y deberán ser individualmente enviados al exilio, cada uno a una región, con conveniente escolta1311. Si la depravada abundancia se cobijó sobre las iglesias de estos herejes1312, tales iglesias o conventículos (espacios de reunión) y fincas1313 deberán ser reivindicadas para la propiedad y control de la Iglesia católica1314, tal y como ya decretamos con anterioridad1315. Este documento de carácter jurídico probablemente sea la fuente más trascendente en el ámbito de la historiografía sobre los circunceliones. El hecho de que éstos aparezcan como un sector social (el más bajo) susceptible de afrontar una penalización económica por el delito de herejía ha suscitado muy diversas y contradictorias interpetaciones. A nuestro juicio, no se puede emplear el término ordo para referirse a los circunceliones puesto que, por ejemplo, tampoco existe un ordo de los comerciantes y sin embargo aparecen tipificados. Por su parte, tanto los illustres, como los spectabiles y clarissimi configuran distintos grados de un mismo ordo (senatorial). Asimismo, los circunceliones ya eran viejos conocidos por las autoridades municipales e imperiales. De hecho, el edicto del tribuno Marcelino les menciona de una manera 1304 Verberum crebrior ictus. 1305 Ni malunt ipsi. 1306 Etiam si sunt catholici. 1307 Ad praedicta dispendia…retineri. 1308 Clerici vero ministrique eorum ac perniciosissimi sacerdotes. 1309 Ablati de Africano solo. 1310 Quod ritu sacrilego polluerunt. 1311 In exilium viritim ad singulas quasque regiones sub idonea prosecutione mittantur. 1312 Si qua in eorum ecclesias haereticorum largitas prava contulit. 1313 Ecclesiis eorum vel conventiculis praediisque. 1314 Proprietati potestatique catholicae…vindicatis. 1315 Sicut iam dudum statuimus. Compárese con la traducción de Pharr, C., The Theodosian Code and Novels and the Sirmondian Constitutions, New Jersey, 2010. 297 R. Serrano Madroñal explícita tan sólo un año antes, forzando a los propietarios de fincas que les cobijan a reprimir su insolencia absoluta. No hay ambigüedad en sus términos y quizás tampoco exista en esta ley imperial. Por supuesto, no todos los illustres, spectabiles, senatores, clarissimi, sacerdotales, principales, decuriones, negotiatores o plebei eran donatistas. Esto ha llevado a considerar que no todos los circunceliones eran donatistas y que las fuentes católicas se han encargado de manipular el término de un modo tendencioso. Sin duda el debate está abierto, pero téngase en cuenta que un edicto del año precedente también hacía referencia a los circunceliones, empleando el término con las mismas connotaciones explícitas que Optato o Agustín. Por otro lado, las cláusulas que se presentan a continuación del grueso de la ley también han sembrado una gran controversia historiográfica. ¿Los “mencionados herejes”, de la primera cláusula son los circunceliones? Respondiendo a la pregunta, sabemos que muchos propietarios de tierra donatistas, así como la propia iglesia cismática les cobijaron en sus fincas, con lo cual no es inverosímil que el Estado presione a los administradores de las fincas (conductores y procuratores) para que se presenten los herejes y afronten sus multas. De hecho, también se contempla la posibilidad de que “estos herejes” se encuentren en las fincas imperiales, donde parece más difícil que se cobijaran los circunceliones. Por tanto, también es verosímil que la cláusula se esté refiriendo a pequeños campesinos donatistas libres que trabajaban en esas fincas bajo la supervisión de los administradores (conductores, procuratores o incluso domus nostrae homines en el caso de las fincas de propiedad imperial). En torno a la cláusula segunda, se ha llegado a barajar que estas “esposas” serían las esposas de los circunceliones, pero para sostener esta difícil afirmación hay que asegurar que existían circunceliones asépticos, sustancialmente distintos de los circunceliones/agonísticos que nos presentan todas las fuentes. Con respecto a la tercera cláusula, también se ha llegado a afirmar que esas posesiones susceptibles de confiscación serían también de los circunceliones, algo aún más difícil de sostener para nosotros. En la cuarta y la quinta cláusula, se aclara que los esclavos y los colonos no pagan penalizaciones económicas en tanto en cuanto son personal dependiente, por lo que reciben numerosos latigazos en caso de mantenerse en la herejía donatista. Por tanto, los circunceliones no podían ser esclavos ni colonos dependientes. Del mismo modo, se confirma que la iglesia donatista no sólo poseía basílicas y espacios de reunión sino también fincas. Comentario sobre el salmo 95. 298 Tesis Doctoral El comentario de Agustín de Hipona sobre el salmo 951316 está fechado a fines del 412 aunque se baraja la posibilidad de que pueda ser anterior. En este cántico de alabanza, se incita a adorar al Señor y al mismo tiempo a temerle, toda la tierra1317. Analizando estos versos, aprovechaba el obispo católico para afirmar entre sus fieles que Dios reina en toda la tierra, y no sólo en África, mediante la cruz de Cristo y no mediante los fustes de los circunceliones1318. Sermón 47. En su sermón 47, datado sin demasiada precisión entre 405/416, Agustín comentaba algunos versículos del libro de Ezequiel, sobre los pastores de Israel. En su discurso, arremetía contra los cismáticos donatistas por haberse segregado de la Iglesia universal; pasa por alto sus mayores vicios, donde vuelve a mencionar sus borracheras, usuras e intereses sobre intereses, y la furia de las bandas de circunceliones1319, aceptando que no todos los donatistas se comportan del mismo modo1320. Sacando a colación la famosa parábola del evangelio de Mateo1321, les recuerda a los donatistas que han de tolerar la cizaña entre la buena semilla hasta que los ángeles, durante el “fin del siglo” se encarguen de segar, y no los jefes de los circunceliones1322. Epístola 185. A inicios del 417, Agustín enviaba una misiva (185) a Bonifacio, el comes Africae que rivalizó posteriormente con Aecio. Bonifacio le había pedido con anterioridad a Agustín que le informase sobre las diferencias entre arrianos y donatistas. El obispo de Hipona le respondía y en un pasaje concreto de la carta le confiesa que él tan sólo quería leyes 1316 Martín Pérez, B., Obras completas de San Agustín, XXI, Enarraciones sobre los salmos, Madrid, 1966. 1317 95, 9: “Adorad al Señor en la hermosura de la santidad; Temed delante de él, toda la tierra”. 1318 Qui a fustibus Circumcellionum regnant? 1319 Omitto ebriositates vestras, fenus et usuras super usuras. Omitto greges et furias Circumcellionum. 1320 Non omnes forte apud vos ista faciunt. 1321 Mt, 13, 38-39: “El campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del reino, y la cizaña son los hijos del malo. El enemigo que la sembró es el diablo; la siega es el fin del siglo; y los segadores son los ángeles”. 1322 Non principes Circumcellionum. 299 R. Serrano Madroñal imperiales que les protegiesen de las violencias donatistas, nunca buscó una ley donde los emperadores decretasen el fin de la herejía. De algún modo se declara más partidario de la antigua legislación que impuso Teodosio (más moderada) e incluso propone aplicar esta contundente y reciente ley1323 sólo en las regiones donde la Iglesia sufra la violencia de clérigos o de circunceliones o de multitudes populares1324 donatistas. Parece reconocer, ahora, que este azote no afectaba a “toda África”. En el Libro de la Sabiduría de Salomón1325, figura que “el justo se presentará seguro de sí mismo frente a aquellos que le persiguieron y que redujeron a la nada todos sus esfuerzos”, y por esto mismo dice Agustín que se alzará el católico contra el hereje1326 que le persiguió cuando prevaleció el furor de los impíos circunceliones1327. El encuentro con Emérito. En 418, Agustín resumía en su obra De gestis cum Emerito donatistarum episcopo, el encuentro que tuvo con el obispo donatista Emérito1328, que se negaba a abandonar su credo, en la ciudad de Caesarea de Mauretania. Trata de desarticular las tesis de su oponente exponiendo la incongruencia con la que siempre actuaron los donatistas en el caso maximianista. Persiguieron a sus propios cismáticos amparados en las autoridades seculares, haciendo exactamente lo mismo de lo que se quejan contra los católicos. A su vez, reintegraron a algunos maximianistas sin rebautizarles (Feliciano de Musti y Pretextato de Asuras). Durante el tiempo en el que Pretextato de Asuras fue maximianista, le sustituyeron por un tal Rogato. A este Rogato, por pasarse a la católica, los circunceliones le cortaron la lengua y una mano1329. 1323 Se refiere al edicto que acabamos de analizar del 30 de enero de 412. 1324 Violentias a clericis, vel a Circumcellionibus, vel populis eorum. 1325 5, 1. 1326 Stabit catholicus adversus haereticum. 1327 Quando furores praevalebant impiorum Circumcellionum. 1328 Langa, P., Obras completas de San Agustín, XXXIV, Escritos antidonatistas 3, Madrid, 1994. 1329 Cui exercitus istorum, id est, agmen Circumcellionum, linguam et manum praecidit. 300 Tesis Doctoral Estableciendo una comparación entre un árbol1330 (la Iglesia universal) y una rama desgajada1331 (los cismáticos donatistas), recuerda que los católicos siempre se esforzaron por reintegrarles, corriendo el riesgo incluso de caer en sus armas y en la cruel furia de los circunceliones1332. Y aún en 418 soportaban sus “restos1333” con la paciencia de Dios1334. Sermón 198. En el sermón 1981335, también fechado con escasa precisión (400/420) y enfocado contra el paganismo, Agustín se plantea cómo actuaría un donatista si escucha a un pagano desacreditar a Donato; quizás se enfurezca más que si desacreditan al propio Cristo. El obispo de Hipona reconoce que es un blanco de odio para los donatistas, y que si se les diese facultad, le asesinarían por medio de los circunceliones1336, puesto que no aguantan sus prédicas en favor de la unidad y en contra de la iteración del bautismo. De momento Agustín da gracias a Dios porque se ha librado de estas asechanzas, pero pide a sus fieles que recen por él, para que pueda seguir vivo predicando la paz; si por algún casual terminan por asesinarle pero acaban siendo sanados en su alma, se sentirá satisfecho. A nuestro juicio, el hecho de que Agustín llegue a temer por su vida y sea tan consciente de poder sufrir un asalto de los circunceliones, es una prueba de que este sermón es anterior a 412, aunque es cierto que los circunceliones seguían mermados pero activos en 418. Cuando Agustín compuso (428/429) su De haeresibus ya existían antes algunos compendios que fueron consultados por el obispo hiponense. Entre éstos se encontraban la “Recapitulación” del Pseudo-Epifanio (escrita en griego), la “Historia 1330 Arbor. 1331 Ramum…fractum. 1332 Inter eorum arma et cruentas furias Circumcellionum. 1333 Reliquias. Esto confirma que los circunceliones no habían desaparecido a pesar de la legislación represiva de 412. 1334 A Deo patientia. 1335 De Luis, P., Obras completas de San Agustín, XXIV, Sermones 4, 184-272 b, Sermones de los tiempos litúrgicos, Madrid, 2005. 1336 Si facultas detur, occidunt manu circumcellionum. 301 R. Serrano Madroñal Eclesiástica” de Eusebio de Cesarea, el Diversarum haereseon liber de Filastrio de Brescia y el Indiculus de haeresibus del Pseudo-Jerónimo. Pseudo-Jerónimo. Centrándonos en esta última obra, datada entre 390/420, el autor anónimo registra a los circunceliones1337 en el apartado número 33 de su compendio heresiológico, inmediatamente después de los “donacianos1338”. Nos dice que les denominan circunceliones y que comparten la doctrina de los herejes anteriormente tratados1339 (donatistas). Por todos es conocido que estos locos1340 caminan en la demencia1341. Así, más ansiosos por el amor al nombre de mártir y por las alabanzas del hombre que por la caridad de Cristo1342, se suicidan1343 tras efectuar una oración1344 o lanzándose desde un precipicio1345, o en las llamas1346, o invitan a otros a que les maten1347, a que les hagan perecer por la espada1348, marchándose de esta vida violentamente1349 con el propósito1350 de obtener el nombre de mártires1351. 1337 De Circumcellionibus. 1338 De Donatianis. 1339 Circumcelliones, quos vocant, huius supradictae haeresis habent doctrinam suam. 1340 Insani. 1341 In dementiam. 1342 Nam amore nominis martyrii, et laudis humanae magis charitatis Christi cupidi. 1343 Semetipsos. 1344 Oratione facta. 1345 Aut praecipitio. 1346 Aut incendio. 1347 Au alios ad sui necem invitantes. 1348 Gladio perimunt. 1349 Violenter…discedentes. 1350 Quo. 1351 Martyres nominentur. 302 Tesis Doctoral Contra Gaudencio. Entre 419/422 Agustín escribió sus dos libros Contra Gaudentium donatistarum episcopum. Gaudencio, el obispo donatista de Thamugadi, amenazaba con quemarse a sí mismo dentro de la iglesia con algunos otros que se le habían reunido, ante las presiones antiheréticas de la legislación. Agustín intenta disuadir a Gaudencio, advirtiéndole que si cumple sus amenazas estará imitando la locura de los circunceliones y no la gloria de los mártires1352. De hecho, en un pasaje posterior, nos recuerda que los circunceliones, cuando aún se desataba por todas partes el libertinaje de la idolatría1353, solían lanzarse contra los jóvenes paganos armados, que les masacraban y ofrecían como víctimas a sus ídolos. Y en su engaño eran venerados1354, sin olvidar sus suicidios desde las rocas escarpadas1355. Más raramente se servían del agua y del fuego1356, pero los precipicios consumían ingentes rebaños1357. Asegura el autor que todo el mundo conoce a esta clase de hombres turbulentos en sus horrendos crímenes1358, ociosos y ajenos a todo trabajo útil1359, los más despiadados asesinando a otros, los más viles dándose muerte a sí mismos1360, sobre todo aterrorizando en los campos, dejándolos vacíos1361, merodeando por los graneros rurales1362 en busca de comida1363, de donde recibieron el nombre de circunceliones1364, deshonra de los errores africanos1365. 1352 Ista Circumcellionum est insania, non martyrum Gloria. 1353 Cum idololatriae licentia usquequaque ferveret. 1354 Decipientes colebantur. 1355 Saxa immania. 1356 Aquis et ignibus rarius id agebant. 1357 Praecipitiis greges consumebantur ingentes. 1358 Hoc genus hominum in horrendis facinoribus inquietum. 1359 Ab utilibus operibus otiosum. 1360 Crudelissimum in mortibus alienis, vilissimum in suis. 1361 Maxime in agris territans, ab agris vacans. 1362 Cellas circumiens rusticanas. 1363 Victus sui causa. 1364 Unde et Circumcellionum nomen accepit. 1365 Africani erroris opprobrium. 303 R. Serrano Madroñal Este texto neutraliza la ambigüedad del término cellae, y nos aclara que la denominación afrentosa de circumcelliones (que ellos no aceptaban) se vincula con las cellae rusticanae. La causa de sus merodeos en torno a las cellae rusticanae sería abiertamente la búsqueda de sustento alimenticio (victus sui). Continúa Agustín reconociendo que para esas fechas (419/422) ya quedan pocos circunceliones, gracias a que tanto el error cismático como el furor de éstos se han tipificado como delito legal. Muchos antiguos circunceliones están ahora sometidos al orden de la disciplina y se dedican a cultivar los campos, habiendo perdido el modo de actuar y el propio nombre de circunceliones, se han hecho útiles, observan la castidad y mantienen la unidad1366. Muchos otros donatistas de toda condición también se están pasando a la Iglesia Católica. Nos ofrece además el autor un valioso testimonio: los pasajes bíblicos que alentaban a los circunceliones y en este caso al propio Gaudencio para suicidarse en caso de supuesta persecución. En el segundo libro de los Macabeos1367 se relata el suicidio de Razías, acosado por persecutores, mediante la espada y lanzándose desde lo alto de una torre. A su vez, en el mismo libro veterotestamentario1368 se relatan las torturas cometidas por los persecutores helenísticos contra una madre judía y sus siete hijos que se negaban a comer carne de cerdo; todos optaron por ser mutilados y perecer por causa del fuego en unas enormes ollas antes que traicionar los preceptos divinos. Todo esto es un ejemplo de imitación para los circunceliones de Donato1369, que no son mártires de Cristo. 1366 Ex ipso genere nunc iam tenentur ordine disciplinae, colendisque agris amisso Circumcellionum et opere et nomine inserviunt, servant castitatem, tenent unitatem. 1367 14, 41-46: “Los soldados habían recibido la orden de quemar la torre donde estaba Razías, y estaban a punto de derribar la puerta. Razías, por su parte, al verse completamente rodeado, tomó su espada y se la clavó. 42 Prefirió morir con dignidad, antes que caer en las manos de esos asesinos y sufrir sus insultos y burlas. 43 Pero, en su apuro, no logró matarse. Entonces, al ver que los enemigos ya estaban entrando por la puerta, corrió hacia la parte alta de la muralla, y se lanzó con valor sobre la tropa. 44 Los soldados, al verlo, lo esquivaron, de modo que Razías cayó al suelo en medio de ellos. 45 Casi muerto, se levantó con valentía, y a pesar de que sus heridas sangraban abundantemente, logró pasar por en medio de la tropa y subirse a una roca. 46 Allí, poco antes de morir, se arrancó los intestinos con las dos manos, y los arrojó sobre la tropa, mientras le pedía a Dios, dador de la vida y del espíritu, que algún día se los devolviera. Así murió Razías”. 1368 2M, 7. 1369 Donati Circumcellionibus imitandum. 304 Tesis Doctoral Con respecto a la intervención de “la milicia mundana” o el ejército secular en materia religiosa, Agustín justifica sus acciones ya que son los únicos que podían frenar a los rebeldes circunceliones y a sus insensatos colaboradores o jefes1370. En la última referencia de esta obra sobre los circunceliones, Agustín aclara que los donatistas que se pasan a la Católica reciben de vuelta tanto el dinero de las multas como las propiedades confiscadas, de manera inmediata. Sin embargo, nadie puede ya devolver a los católicos los miembros mutilados que les arrancaron los circunceliones de los donatistas1371. Sobre los herejes. Como ya se ha indicado, entre 428/429 Agustín preparó su De haeresibus a petición del diácono de Cartago Quodvultdeus1372. Sin duda, un teólogo de su talla estaba más que capacitado para emprender un gran compendio heresiológico pero la envergadura de la empresa y la existencia de catálogos anteriores forzaron al obispo de Hipona a preparar un libro de gran éxito pero poco original. Copiando buena parte de las compilaciones del Pseudo-Epifanio, a través de Filastrio de Brescia, y de Eusebio de Cesarea, no pudiendo consultar el Pseudo-Jerónimo, concluyó una obra de 88 herejías desde la muerte de Cristo hasta su presente1373. En un epígrafe (4) integrado dentro de la herejía de los donatistas (69), dice Agustín que los circunceliones pertenecen a esta misma desviación africana. Son un género agreste de hombres y de famosísima audacia1374, no sólo para cometer terribles crímenes contra los demás; su fiereza demencial tampoco se abstiene de atentar contra sí mismos1375. Acostumbran a suicidarse1376 con diversos géneros de muerte1377, 1370 Rebelles Circumcelliones et insanos eorum sive participes sive principes. 1371 Circumcelliones Donatistarum. 1372 Calvo Madrid, T., Ozaeta León, J. M., Obras completas de San Agustín, XXXVIII, Escritos contra los arrianos y otros herejes, Madrid, 1990. 1373 Vid. Marcos, M. M, “Minorías y sectas en el mundo romano”, Actas y comunicaciones del Instituto de Historia Antigua y Medieval, 3, 2007, pp. 1-5. 1374 Genus hominum agreste et famosissimae audaciae. 1375 Non solum in alios immania facinora perpetrando sed nec sibi eadem insana feritate parcendo. 1376 Seipsos necare consuerunt. 1377 Per mortes varias. 305 R. Serrano Madroñal empleando sobre todo los precipicios, el agua y el fuego1378. Tratan de seducir1379 hacia esta locura1380 a los que pudieren de ambos sexos1381; a veces, con el propósito de ser matados por otros, les amenazan de muerte si no lo hacen1382. Sin embargo, a la mayoría de los donatistas les desagradan estas gentes1383 pero no creen que su comunión pueda contaminarse1384, comunión que oponen con el crimen demencial de unos ignorantes africanos a todo el orbe cristiano1385. Tras el fallecimiento de Agustín de Hipona (430) y antes de la toma de Cartago por parte de los vándalos (439), el obispo católico de Calama, Posidio, escribió una vita Augustini o biografía con tintes hagiográficos del desaparecido autor eclesiástico. 5. 5. 3. Posidio de Calama. En el pasaje décimo, nos cuenta Posidio que los donatistas tenían en casi todas sus iglesias una clase inaudita de hombres violentos y perversos1386 que deambulaban bajo la falsa apariencia de profesión de continencia y eran llamados circunceliones1387. Su ingente número1388 se repartía por cuadrillas1389 por casi todas las regiones africanas1390. Impregnados por maliciosos instructores de la fe1391, de audacia soberbia 1378 Maximeque praecipitiorum et aquarum et ignium. 1379 Seducere. 1380 In istum furorem. 1381 Alios quos potuerint sexus utriusque. 1382 Aliquando ut occidantur ab aliis, mortem, nisi fecerint, comminantes. 1383 Verumtamen plerisque Donatistarum displicent tales. 1384 Nec eorum communione contaminari se putant. 1385 Qui christiano orbi terrarum dementer obiiciunt ignotorum crimen Afrorum. 1386 Per suas pene omnes Ecclesias inauditum hominum genus perversum ac violentum. 1387 Velut sub professione continentium ambulantes, qui Circumcelliones dicebantur. Posidio, al igual que Agustín, cuestiona su profesión de continencia, que implicaría el control frente a los impulsos de carácter sexual. No obstante, volvemos a encontrarnos con ciertas características que señalarían a los circunceliones como gentes consagradas a Dios y que no tienen un “trabajo productivo”. 1388 Erant in ingenti numero. 1389 Turbis. 1390 Per omnes pene Africanas regiones. 306 Tesis Doctoral y temeridad ilícita1392, no se refrenaban hasta el momento ni con los suyos ni con los demás1393. Los que no se doblegaban ante sus exigencias recibían gravísimos daños e incluso la muerte1394, porque iban equipados con diversas armas arrojadizas1395 en violentas correrías por los campos y las villas hasta alcanzar sin temor el derramamiento de sangre1396. Mas como la palabra de Dios era predicada con diligencia1397, ellos sojuzgaban sin razón a los portavoces de la unidad. Cuando la verdad fue conocida contra los errores de su dogma1398, muchos que querían y podían, sustrayéndose del partido donatista, se incorporaban a la paz y unidad de la Iglesia. Por eso, ellos, al ver las congregaciones de su error disminuidas en número1399, y mirando con envidia la dilatación de la Iglesia1400, ardiendo profundamente, avivados por la ira, protagonizaron persecuciones intolerables contra los que se confinaban en la unidad eclesiástica, atacando mediante agresiones diurnas y nocturnas a los sacerdotes y ministros católicos, sometiéndolo todo a la rapiña1401. Muchos siervos de Dios quedaron incapacitados por causa de sus agresiones1402; también a algunos les vertieron en los ojos cal y vinagre; a otros les asesinaron1403. Por estos excesos crecía del mismo modo el rechazo entre los propios donatistas rebautizadores1404. 1391 Malis imbuti doctoribus. 1392 Audacia superba et temeritate illicita. 1393 Nec suis, nec alienis aliquando parcebant. 1394 Et nisi obedissent, damnis gravissimis et caedibus afficiebantur. 1395 Armati diversis telis. 1396 Bacchantes per agros villasque, usque ad sanguinis effusionem accedere non metuentes. 1397 Sed dum verbum Dei sedulo praedicaretur. 1398 Cum adversus eorum dogma veritas innotesceret. 1399 Illi sui erroris congregationes minui videntes. 1400 Augmentis Ecclesiae. 1401 Accensi exardescebant ira gravissima, et intolerabiles persecutiones unitati Ecclesiae compacti faciebant; ipsisque sacerdotibus catholicis et ministris aggressiones diurnas atque nocturnas, direptionesque rerum omnium inferebant. 1402 Multos Dei servos caedibus debilitaverunt. 1403 Aliquibus etiam calcem cum aceto in oculos miserunt, aliosque occiderunt. 1404 Unde etiam suis iidem Donatistae rebaptizatores in odium veniebant. 307 R. Serrano Madroñal A continuación, relata la emboscada que sufrió el mismo Agustín en una de sus frecuentes visitas pastorales. Armados los circunceliones1405 y puestos en reserva1406, perdieron su oportunidad de asalto1407 puesto que cuando le esperaban en el camino, asistido por la divina providencia1408, el jefe de la comitiva se extravió1409 y llegaron por otra vía1410 a su destino. Dieron gracias a Dios1411 por haber salido incólumes, porque aquellos impíos no perdonaban ni a laicos ni a sacerdotes1412, según es notorio por las actas públicas1413. 5. 5. 4. Praedestinatus. Ya en la segunda mitad del siglo V (440/461), otra compilación heresiológica elaborada probablemente por un autor criptopelagiano menciona a los circunceliones. El Praedestinatus es un tratado configurado por tres libros, siendo el primero de ellos un compendio dedicado a las herejías. En la misma sección 69, donde se incluye a los donatistas, aparecen los circunceliones como hombres que viven (sin serlo) como monjes1414 en ambas partes de la Numidia1415 y que así les denominamos1416. Eran agrestes y los más audaces esclavos de los demonios1417, que no sólo inflingían vehementes crímenes sobre otros1418; tampoco escatimaban en absoluto en dañarse a 1405 Armati…Circumcelliones. 1406 Succenturiati. 1407 Perderent captionem. 1408 Dei…providentia. 1409 Ducatoris hominis errore. 1410 Per aliam viam. 1411 Deo gratias. 1412 Nec laicis nec clericis pepercerunt. 1413 Sicut publica contestantur gesta. 1414 Habent veluti monachos. El término veluti implica parecer o tratar de parecer sin serlo realmente. 1415 In utriusque Numidiae partibus. 1416 Quos Circumcelliones vocamus. 1417 Agrestes et audacissimos daemonum famulos. 1418 Qui non solum in alios acriter seaviunt. 308 Tesis Doctoral sí mismos1419. Acostumbraban a suicidarse1420 mediante diversos tipos de muerte1421, pero sobre todo hacían uso de los precipicios, del agua y del fuego1422, y seducían a cuantos pudiesen (de ambos sexos) a participar en este tipo de acciones1423. A veces1424 les pedían1425 a las personas que se encontraban que les diesen muerte1426, amenazándoles con la propia muerte1427 si no cumplían su deseo1428. Es cierto, sin embargo, que tales acciones son rechazadas por muchos donatistas, pero éstos tan sólo expresan su rechazo con palabras y no con acciones contundentes. Si tuvieran verdadera voluntad de acabar con ellos, no les aceptarían en su comunión. Una comunión que se opone al resto de iglesias del mundo entero tras haber condenado el crímen de un solo hombre: Ceciliano. Como puede apreciarse, este texto está prácticamente copiado del compendio de Agustín. 5. 5. 5. Víctor Vitense. Víctor Vitense fue también un obispo católico norteafricano que tuvo que enfrentarse a la imposición del arrianismo durante el reino vándalo. Como contemporáneo de los hechos, redactó su Historia persecutionis Africanae Provinciae, temporibus Geiserici et Hunirici regum Wandalorum hacia el 486. En esta obra, reproduce un edicto del monarca vándalo Hunerico (484) donde se promulga que los libros de tal género1429, donde prevalece la iniquidad y el error en nombre de aquellos1430 (católicos), sean 1419 Sibi ipsis. 1420 Sese interficere consuerunt. 1421 Per mortes varias. 1422 Maximeque praecipitiorum, et aquarum, et ignium. 1423 Et ad hunc exitum ex utroque sexu quantos potuerint seducunt. 1424 Aliquando. 1425 Rogant. 1426 Occidantur. 1427 Mortem…comminantes. 1428 Nisi fecerint. 1429 De libris huiusmodi. 1430 Nominis illius errorem persuasit iniquitas. 309 R. Serrano Madroñal consumidos por el fuego. Dicho esto, se imponen una serie de multas individuales1431 que son exactamente las mismas que impuso Honorio contra los donatistas el 30 de enero de 412 con la excepción de la ausencia de los clarissimi y la sustitución de los principales por los populares. Los circunceliones permanecen como el sector inferior, afrontando la multa de diez libras de plata. Independientemente de que el donatismo hubise podido sobrevivir hasta este momento, no hay ni una sola mención sobre ellos en esta fuente. Victor Vitense, testigo presencial de los hechos acontecidos durante el reinado de Genserico y Hunerico, se centra en describirnos las persecuciones de estos dos reyes vándalos arrianos contra los ortodoxos católicos. A nuestro juicio, esto no es una prueba de que existiesen circunceliones católicos; es más bien una prueba de la enorme influencia del extinto Imperio romano Occidental en el reino vándalo, sobre todo en materias como la acuñación de moneda, titulatura y simbología, y por supuesto, legislación. 5. 5. 6. Casiodoro. Casiodoro fue un estadista romano que sirvió en Ravena, en la corte del reino ostrogodo de Teodorico el Grande y Atalarico, alcanzando las magistraturas más relevantes a inicios del siglo VI. No mucho antes del 540, se convirtió en un hombre completamente devoto y dedicado al servicio de Dios. Durante sus años en Constantinopla, se dedicó a estudiar los salmos y a escribir un gran tratado sobre los mismos1432 entre 540/550. En su explicación sobre el salmo 1321433, el mismo que empleó Agustín para reivindicar el monacato, Casiodoro trata de aclarar lo que significa en el cántico religioso el término “habitar1434”, es decir, permanecer en saludable propósito1435. 1431 Pro singulis quibusque personis. 1432 Expositio psalmorum. 1433 “¡Mirad cuán bueno y cuán delicioso es habitar los hermanos juntos en armonía! Es como el buen óleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aarón, y baja hasta el borde de sus vestiduras; Como el rocío de Hermón, que desciende sobre los montes de Sion; porque allí envía el Señor bendición, y vida eterna”. 1434 Habitare. 1435 Id est in bono proposito permanere. 310 Tesis Doctoral El Señor deseó1436 que los hermanos compartiesen la misma residencia1437, pero las cubiertas o los techos de los muros de los edificios1438 tan sólo asocian los cuerpos1439, son las almas en religiosa asociación1440 las que forjan verdaderamente una comunidad con propósitos compartidos. Realmente, tal afirmación excluye a los circunceliones, que deambulan recorriendo diversos monasterios, en su voluntad inconstante1441. Este texto ha de interpretarse como una crítica a los monjes giróvagos, que no son capaces de asentarse en comunidad siguiendo las pautas de una regla. Ya desde los orígenes del monacato, la regla de Pacomio estableció la obligatoriedad del trabajo como medio de subsistencia. Agustín se hacía eco de toda esta controversia en De opere monachorum. Asimismo, téngase en cuenta el contexto de creación de la obra, que coincide plenamente con la naciente implantación de la regla de Benito de Nursia y su ora et labora. Lo más interesante del pasaje es el proceso de transformación que experimentó el término “circuncelión”. Un autor itálico, más de un siglo después de que los circunceliones africanos fuesen acosados por el peso de la ley llegando a su práctica desaparición hacia el 419/422, emplea la misma palabra como sinónimo de monje giróvago, sin ninguna connotación herética o donatista. 5. 5. 7. Isidoro de Sevilla. Pasando de la Italia ostrogoda a la Hispania visigoda, el arzobispo Isidoro de Sevilla compuso su manual de liturgia y disciplina eclesiástica (De ecclesiasticis officis) a petición de su hermano menor Fulgencio entre 610/615. En el liber secundus, estableciendo una tipología sobre los monjes1442, introduce en la quinta clase a los circunceliones1443, que se dedican a deambular por todas partes1444, dando vueltas1445 1436 Est…quam dominus quaerit. 1437 Ipsa…habitatio. 1438 Tecta parietum. 1439 Consociant corpora. 1440 Animas religiosa societate. 1441 Qui diversa monasteria voluntate mutabili pervagantur. 1442 De monachis. 1443 Quintum genus est circumcellionum. 1444 Usquequaque vagantur. 311 R. Serrano Madroñal en su hipocresía venal, rodeando las provincias1446, sin asentarse ni establecerse de manera fija en ningún lugar1447. Otros, sosteniendo opiniones suyas1448, las atribuyen falsamente a Dios; otros venden reliquias de mártires1449, si es que realmente lo son; otros glorifican sus fimbrias y filacterias, obteniendo fama entre los hombres1450; otros se atavían con el pelo largo1451, y la santidad de la tonsura es menos estimada entre éstos que las melenas1452, tratando de imitar a los antiguos profetas hebreos. Sin duda, al igual que Casiodoro, Isidoro construyó este pasaje haciendo uso de los trabajos de Agustín de Hipona. Empleando informaciones que aparecen en su De opere monachorum, el arzobispo hispalense mezcló a los circunceliones con los giróvagos católicos de Cartago a los que el autor africano denunciaba por negarse a trabajar y a afincarse en una sede concreta sujeta a una regla. Tanto Casiodoro como Isidoro de Sevilla malinterpretaron claramente dos obras de Agustín1453 y sellaron involuntariamente la identificación posterior entre circunceliones y monjes giróvagos. Es cierto que los circunceliones siempre fueron asociados con su condición errabunda, como los giróvagos; no se les conoció ningún trabajo útil y vivían junto a las sanctimoniales, consagrados a Dios en combate contra el diablo (agonistici). No obstante, nunca hubiesen aceptado el apelativo de “monje”, del que se burlaban. El obispo de Hipona nunca mencionó a los circunceliones en De opere monachorum, donde realmente reprendía a los giróvagos católicos que estaban ensuciando el buen nombre de los monjes. En su comentario al salmo 132 opone “monjes” a “circunceliones”, no les identifica; pero quizás fue esta oposición la que estrechó los vínculos interpretativos entre los “malos monjes” y los circunceliones1454. 1445 Circumferentes. 1446 Circumeuntes provincias. 1447 Nusquam missi, nusquam fixi, nusquam stantes, nusquam sedentes. 1448 Alii…opiniones suas habentes. 1449 Alii membra martyrum (si tamen martyrum) venditant. 1450 Alii fimbrias et phylacteria sua magnificant, gloriam captantes ab hominibus. Las filacterias eran trozos de pergamino que incluían extractos de la ley divina y que llevaban atados al cuerpo. Las fimbrias eran orlas que tenían en los cuatro ángulos de la capa. 1451 Alii criniti incedunt. 1452 Vilior habeatur tonsa sanctitas quam comata. 1453 Aug. Enarr. In Psalm. 132; De op. mon. 1454 Vid. D´Emilio, J. (ed.), Culture and Society in Medieval Galicia, Leiden-Boston, 2015, p. 311 ss. 312 Tesis Doctoral En el trabajo más famoso de Isidoro, sus Etymologiae, también se incluye una referencia explícita sobre los circunceliones. En el libro octavo, haciendo alusión a las herejías de los cristianos1455, se dice de los circunceliones que eran gentes agrestes1456 también llamadas “cotopitas1457”, que sostienen la doctrina de los herejes anteriormente mencionados1458 (donatistas). Por su anhelo de alcanzar el martirio se suicidan1459, abandonando esta vida violentamente para ser designados como mártires1460. Como puede comprobarse, en esta ocasión Isidoro tomó la información del indiculus del Pseudo-Jerónimo, de manera casi textual. Sin embargo, ahora sí considera que los circunceliones son herejes donatistas, dejando de ser monjes giróvagos. 5. 5. 8. Beato de Liébana. Por último, un monje mozárabe escribió en la segunda mitad del siglo VIII un comentario al Apocalipsis de San Juan que tuvo una gran difusión durante toda la Alta Edad Media. El Beato de Liébana, tomando extractos de muchos autores precedentes, recogió teóricamente pasajes de Ticonio, aquel laico donatista que había sido atacado por su propio credo por causa de sus posturas críticas con el mismo. Ticonio había elaborado un comentario al Apocalipsis de gran difusión, no conservado. Mucho tiempo después, Primasio limpió de “errores doctrinales” la composición del donatista, dando pie a nuevos comentarios como el de Casiodoro, Beda, Ambrosio de Autpert o el de Beato. Hablando de los falsos profetas, el monje identifica cuatro tipologías integrantes: el hereje, el cismático, el supersticioso y el hipócrita. Profundizando en el tercer tipo, es decir, el supersticioso1461, afirma que su observancia es superflua y por encima de los principios de la religión1462. No viviendo del mismo modo que los demás hermanos1463, 1455 De haeresibus christianorum. 1456 Agrestes. 1457 Quos Cotopitas vocant. 1458 Supradictae haeresis habentes doctrinam. 1459 Hi amore martyrii semetipsos perimunt. 1460 Ut violenter de hac vita discedentes martyres nominentur. 1461 Superstitiosus. 1462 Superflua, aut super instituta Religionis observatio. 313 R. Serrano Madroñal en su deseo de alcanzar el martirio, se suicidan y abandonan violentamente esta vida para ser designados como mártires1464. Son llamados “cotopices1465” empleando una palabra griega1466, los mismos a los que nosotros en latín denominamos “circunceliones1467”. Gentes agrestes, rodean las provincias ya que no se establecen en un único lugar con los hermanos1468, para tener una vida en común con una sola alma y un solo corazón a la manera de los apóstoles1469, sino que como ya dijimos vagan por diversos territorios en torno a los sepulcros de los santos1470, como si eso fuese a salvar sus almas; pero nada de esto les será de utilidad porque lo hacen sin el común acuerdo de los hermanos1471. Sin entrar en la abundante o nula originalidad de Beato, por mucho que se quiera defender que el comentario ticoniano es la base estructural del trabajo del monje hispano, es evidente que este pasaje está tomado de las Etymologiae de Isidoro de Sevilla y de ecclesiasticis officis. Por tanto, a nuestro juicio no se puede atribuir sin reservas este pasaje a Ticonio, autor donatista que sí conoció perfectamente a los circunceliones históricos. El único fragmento de Beato en este texto que sí parece ticoniano y no isidoriano sería la alusión a sus peregrinajes en torno a los sepulcros de los mártires (donatistas), práctica confirmada por Agustín. 5. 5. 9. Referencias implícitas sobre los circunceliones. El segador de Mactar. Concluído el análisis de las referencias explícitas, cerramos el epígrafe con la revisión de las implícitas. Existe una inscripción1472 hallada en la ciudad de Mactar, en el África 1463 Non vivunt aequaliter ut caeteri fratres. 1464 Amore martyrum, semetipsos perimunt, ut violenter de hac vita discedentes et martyres nominentur. 1465 Cotopices dicuntur. 1466 Graeco vocabulo. 1467 Quos nos latine Circumcelliones dicimus. 1468 Circumeunt provincias, quia non sinunt se uno in loco cum fratribus. 1469 Unam vitam habere communem, ut anima una, et corde uno vivant Apostolico more. 1470 Sed, ut diximus, diversas terras circuire, et Sanctorum sepulcra pervidere. 1471 Quasi pro salute animae suae: sed nihil eis proderit, quia hoc sine consilio communi fratrum faciunt. 1472 C.I.L. VIII, 11824: Caeselia Namina [3] / [3]lianus pius [vix]it / pia vixit annis [3] / [3] annis / [6] / VE[3]AIIIS[3]MA[3] fui / paupere progenitus lare sum parvoq(ue) parente / cuius nec census neque 314 Tesis Doctoral proconsular, que constituye un verdadero poema epigráfico y es conocida como el epitafio del “segador de Mactar1473”, fechado en el último tercio del siglo III. El protagonista, nacido en una familia pobre, nos relata que lo único que ha hecho desde su nacimiento ha sido trabajar en los campos sin reposo de ningún tipo. Durante la estación de la cosecha, él era el primero en cortar la paja; cuando las turmae de falcifera, o portadores de hoces, se dirigían a los campos de la Cirta númida, se anticipaba a todo el mundo para segar. Soportando condiciones durísimas de trabajo, bajo un sol abrasador, acabó convirtiéndose en ductor. Durante once años, dirigió a turmas messorum o cuadrillas de segadores, podando las llanuras de Numidia. De este modo, toda una vida dedicada al trabajo duro le proporcionó su recompensa: fue propietario de una casa donde no faltaba de nada, e incluso llegó a ser decurión. Pasó de ser un rusticulus a convertirse en censor. En relación a la extendida hipótesis historiográfica que identifica circunceliones con trabajadores agrícolas itinerantes, si atendemos a la terminología específica, podremos apreciar que estas turmas messorum no son las turbae de circunceliones. Agustín de Hipona siempre empleó la palabra turba y nunca turma. Asimismo, dificílmente los falcifera o portadores de hoces pueden asociarse con la recolección de la aceituna. Por último, un ductor o jefe de cuadrilla no es un conductor o procurator. En el contexto del edicto de Honorio (CTh. 16.5.52), los conductores eran arrendatarios y administradores de fincas que cobraban los arriendos de los campesinos que allí trabajaban. Los procuratores eran administradores de fincas imperiales. domus fuerat / ex quo sum genitus ruri mea vixi colendo / nec ruri pausa nec mihi semper erat / et cum maturas segetes produxerat annus / demessor calami tunc ego primus eram / falcifera cum turma virum processerat arvis / seu Cirtae Nomados seu Iovis arva petens / demessor cunctos anteibam primus in arvis / pos(t) tergus linguens densa meum gremia / bis senas messes rabido sub sole totondi / ductor et ex opere postea factus eram / undecim et turmas messorum duximus annis / et Numidiae campos nostra manus secuit / hic labor et vita parvo con(ten)ta valere / et dominum fecere domus et villa paratast / et nullis opibus indiget ipsa domus / et nostra vita fructus percepit honorum / inter conscriptos scribtus et ipse fui / ordinis in templo delectus ab ordine sedi / et de rusticulo censor et ipse fui / et genui et vidi iuvenes carosq(ue) nepotes / vitae pro meritis claros transegimus annos / quos nullo lingua crimine laedit atrox / discite mortales sine crimine degere vitam / sic meruit vixit qui sine fraude mori // D(is) M(anibus) s(acrum) / C(aius) Mulceius / Maximus / vixi(t) an(nos) XXX // D(is) M(anibus) s(acrum) / S(extus) Au[reli]/us F[3]/nus vix(it) / an(nos) XL. 1473 Vid. Lasserre, J. M., Griffe, M., « Le moissoneur de Mactar», Vita latina, 143, 1, 1996, pp. 2-10. 315 R. Serrano Madroñal Optato milevitano. Optato milevitano1474 acusó a Donato de Bagai de reunir una insanam multitudinem que forzó a Macario a solicitar una escolta armada con el objetivo de que le protegiese a él y a los intereses que habían sido depositados bajo su responsabilidad en 347. Agustín de Hipona. Agustín1475 aludía a los circunceliones de modo implícito hablando de sus pecados1476, fustes, ignes y mortes, que cometen los vuestros1477 a la luz del día. En su Réplica a la carta de Parmeniano, se refiere a ellos como privatis furiosorum agminibus que cometen a diario y por todas partes desmanes al margen de toda ley civil y eclesiástica. Durante el aniversario de sus propios castigos, los donatistas hacen festejos con gran afluencia de hominum furiosum, entre los cuales hay quienes se arrojan desde lo alto de los precipicios sin que nadie les persiga. En la Réplica a las cartas de Petiliano les designa como violentissimas turbas que atacan las iglesias católicas con sus fustes. Del mismo modo, solicita a los donatistas que recapaciten sobre el luto que han causado los gritos de “deo laudes” armatorum vestrorum. Los crímenes furiosorum se cometían casi a diario, además de las luxurias vinolentorum. El obispo de Hipona les designa como suicidas y tiranos salteadores1478. Comparando el deo laudes de los circunceliones con una buccina bellica o trompeta de guerra, se niega a aceptar que los suicidios voluntarios de éstos sean imputados a inexistentes persecuciones católicas. Las catervas donatistas se armaban antiguamente sólo con los fustes, pero pronto adoptaron hachas (secures), lanzas (lanceas) y espadas (gladios). En la Réplica al gramático Cresconio1479 nos relata las insidias armatorum que llevaron al atentado contra Posidio de Calama. Cuando se dan muerte a sí mismos1480, 1474 III, 1. 1475 Psalm. contra. Part. Donat, 85-95. 1476 Peccatis. 1477 Vestri. 1478 Per caecitatem praecipitatorum, per tyrannidem raptorum. 1479 1. 22. 25. 1480 Quando vos ipsos necatis. 316 Tesis Doctoral lanzándose contra las armas ajenas, arrojándose por los precipicios, ahogados por el agua o abrasados por el fuego1481, los católicos lloran la pérdida de sus almas condenadas. Cuando los circunceliones no pueden matar a otros, se matan a sí mismos1482, obrando como ladrones y demonios, y pretenden arrogarse la gloria de los mártires1483. En la epístola 87, afirma Agustín que dentro de la secta donatista, que se jacta de estar integrada por los más puros, existen hombres perditi. Las illicitas et privatas vestrorum violentias son rechazadas por los cismáticos que se mantienen al margen de los circunceliones. En la epístola 88 se les define como armatum exercitum vestrum, aunque su crueldad no sería imitada ni por el soldado romano más rudo en lucha contra los bárbaros. Son auténticos latrones en vuestra comunión donatista. En la epístola 105, repitiendo el ataque sufrido por Posidio ad fundum Figulinensem, identifica el ataque de los circunceliones como propio de bandidos1484. En la epístola 185 se dice que son pocos aquellos que amenazan con sus muertes voluntarias y furiosas1485 en comparación con los muchos pueblos que se libertarán. Son éstos discípulos doctrinae diabolicae y descritos como furiosum et inutile hominum genus o perditorum hominum dementissimi greges, perturbadores de la paz. Mencionando el temor que sentían algunos domini cuando sus esclavos se escapaban y recurrían al patrocinio1486 de los circunceliones, afirma que nadie se atrevía a oponerse a éstos que devoraban los almacenes1487, éstos que auxiliaban y defendían a los deudores1488; por temor a sus fustes, a sus incendios y a sus asesinatos1489, los señores liberaban a sus peores esclavos para evitar que se cobijasen entre los circunceliones y les atacasen con posterioridad y a los deudores se les devolvían los títulos de 1481 Vel irruendo armis alienis, vel praecipitiis et submersionibus et ignibus. 1482 Quando alios non possunt, se ipsos occidunt. 1483 Qui faciunt opera latronum et daemonum, et gloriam sibi vindicant martyrum. 1484 Latronum more. 1485 Suas mortes voluntarias et furiosas. 1486 Ad illorum patrocinium confugisset. 1487 Consumptorem apothecarum. Esta referencia vuelve a confirmar que el apodo “circunceliones” procedía de sus merodeos en torno a las cellae rusticanae o graneros, con la intención de saquear y obtener un sustento alimenticio. 1488 Debitorem, auxilium eorum defensionemque poscentem. 1489 Timore fustium et incendiorum mortisque. 317 R. Serrano Madroñal deuda1490. Quemaban1491 las casas de los inocentes que les habían ofendido, y a ciertos patresfamilias de orígenes distinguidos y de cuidada formación les dejaron medio muertos, les saquearon o les obligaron a dar vueltas atados al molino a golpe de látigo1492. Tampoco el officialis se atrevía con ellos, ni el exactor o recaudador de impuestos, no había otra justicia fuera de la que impartían estos individuos de animas ferales. ¿Es este texto una recreación anacrónica de Agustín extraída de Optato milevitano? Realmente hay similitudes, pero no tenemos por qué pensar que los circunceliones en época de Agustín cambiaron su ideario. De hecho, este pasaje confirma que los circunceliones de inicios del siglo V combatían la usura y se oponían a las diferencias entre libres y esclavos, siguiendo el precepto paulino1493, del mismo modo que a mediados del IV. Asímismo, el patrocinio del que nos habla Agustín encuentra algunas semejanzas con el patrocinio militar que registraba Libanio en Siria y es una práctica común en muchas partes del Imperio en dicho período1494. Tras la legislación del 412, el donatismo perdió terreno de forma inevitable pero hubo regiones donde permaneció con arraigo la obstinación. Allí, las turbae sometidas a la autoridad donatista recibieron la dureza de la represión imperial. En la epístola 2091495, Agustín se dirige a Celestino I1496 a finales del 422 para denunciar el caso de la localidad1497 de Fusala. Dentro de la diócesis de Hipona, este territorio estaba totalmente inmerso en la tradición donatista y antes de 412, los presbíteros católicos que fueron enviados recibieron enormes padecimientos1498. A pesar de tanto sufrimiento, las presiones legales forzaron a la conversión de los herejes, si bien es cierto que subsisten partidas residuales de circunceliones (eorum reliquiis) de ambos sexos que permanecen en el error. Por ello, Agustín decidió consagrar a un obispo y 1490 Debitoribus chirographa reddebantur. 1491 Aut ignibus cremabantur. 1492 Quidam patresfamilias honesto loco nati, et generoso cultu educati, vix vivi post eorum caedes ablati sunt, vel vincti ad molam, et eam in gyrum ducere… verbere adacti sunt. 1493 Gal. 3. 28. 1494 Infra (apéndice) p. 495. 1495 Cilleruelo, L., De Luis, P., Obras completas de San Agustín, XI b, Cartas, 3, 188-270, Madrid, 1991. 1496 Romano Pontifici. 1497 Castellum. 1498 Exspoliarentur, caederentur, debilitarentur, excaecarentur, occiderentur. 318 Tesis Doctoral establecerle en Fusala. Con este fin, buscó un sujeto adecuado, que conociese también la lengua púnica1499. Filastrio de Brescia. Filastrio de Brescia compuso hacia el 384 (aproximadamente) su Diversarum Hereseon Liber, del que ya hemos hablado. En este compendio heresiológico influido por el Pseudo-Epifanio (en griego), el obispo registró a los circuitores africanos, que vagan por los territorios1500, forzando a quienes se encuentran en los caminos a que les den muerte1501, declarando que tienen el deseo de sufrir los padecimientos del martirio1502. Muchos se dedican bajo este pretexto al latrocinio1503. Algunos, sin embargo, mueren como los biothanati, lanzándose a sí mismos desde los precipicios y sometiéndose a diversas calamidades1504. Aceleran su muerte sin ninguna causa1505 y sostienen una práctica que les aleja de una muerte honesta y de la salvación en el juicio futuro del Señor. El hecho de que Filastrio les denomine circuitores implica un cierto desconocimiento de la realidad africana. Por su parte, el empleo del término griego biothanati demuestra la influencia de la obra del Pseudo-Epifanio. Esta palabra designaba a todos aquellos que habían fallecido de manera violenta, si bien es cierto que los suicidas ocupaban muy mal lugar entre los biothanati, convertidos en espectros controlados por fuerzas demoníacas1506. La antigua astrología pagana ya condenaba a los biothanati por atentar contra el destino que se les había asignado; Juan Crisóstomo luchó contra la asimilación de los mártires cristianos y los biothanati. 1499 Qui et Punica lingua esset instructus. 1500 Circumeunt terras. 1501 Et quos inveniunt in via, cogunt eos ut interficiantur ab illis. 1502 Dicentes se desiderare pati martyrium. 1503 Sub causa hac multi latrocinantur. 1504 Quidam autem ex his velut biothanati moriuntur, sese dantes ad praecipitium diversumque subeunt calamitatis. 1505 Cum sine causa perire ita properant. 1506 Vid. Pizzolato, L. F. (ed.), Morir giovani: il pensiero antico di fronte allo scandalo della morte prematura, Milán, 1996, p. 27. 319 R. Serrano Madroñal Teodoreto de Ciro. Para concluir, el Haereticarum fabularum compendium de Teodoreto de Ciro, fechado a mediados del siglo V, también alude a sus muertes voluntarias, asociándoles con el donatismo pero sin nombrarles. Se dice que se lanzan desde lo alto de los precipicios en un delirio propio de los coribantes1507 de Cibeles, que se herían a sí mismos en su culto frenético. 5. 6. La controversia priscilianista. Del nacimiento de la doctrina hasta los ecos de Isidoro de Sevilla. 5. 6. 1. De viris illustribus de Jerónimo. Con el objetivo de demostrar que la Iglesia había forjado un gran número de hombres ilustres, Jerónimo completó en Belén (ca. 392-393) una colección de 135 biografías muy escuetas. Con el término latino illustris no sólo se hace referencia al rango social, sino también a la brillantez y lucidez intelectual o incluso a la fama. De hecho, Jerónimo incluyó aparte de apóstoles y figuras de máxima relevancia en el seno del cristianismo, a autores clásicos como Séneca y Flavio Josefo1508 o a herejes ejecutados poco tiempo atrás como Prisciliano. En el registro número 121, Jerónimo nos relata que Prisciliano fue obispo de Ávila1509, ejecutado en Tréveris por el usurpador Máximo1510, alineado con la facción de Hidacio e Itacio. Publicó muchos escritos cortos1511, algunos de los cuales han llegado hasta nosotros1512. A día de hoy todavía es acusado por algunos de profesar las herejías de 1507 La traducción latina del original griego dice así: Seipsos ergo Corybantum instar furentes ex alto deorsum praecipitant. 1508 Pueden encontrarse en las entradas (12) y (13) de la obra mencionada. 1509 Priscillianus, Abilae episcopus. 1510 Treveris a Maximo tyranno caesus est. 1511 Edidit multa opuscula. 1512 De quibus ad nos aliqua pervenerunt. 320 Tesis Doctoral los gnósticos1513, es decir, las de Basílides y Marcos, de las que Ireneo escribió1514. También es defendido por otros, que niegan que hubiese tenido esas creencias1515. En el 122, nos informa sobre Latroniano, originario de Hispania1516, profundamente erudito, y comparable en el ámbito de la poesía con los autores antiguos1517, ejecutado también en Tréveris junto a Prisciliano, Felicísimo, Juliano y Euchrotia, todos protagonistas de la misma facción1518. Del fruto de su ingenio, existen obras publicadas de diversas métricas1519. Por último, en el 123 nos habla de Tiberiano, de la Baetica1520, que escribió frente a la sospecha (ya que fue acusado con Prisciliano de profesar doctrinas heréticas) un apologeticum en pomposo y ordenado lenguaje1521. Sin embargo, tras la muerte de los suyos, sometido al aburrimiento del exilio, cambió de parecer1522, y tal y como aparece en la Sagrada Escritura, “el perro regresó a su vómito1523”, y unió en matrimonio a una hija de la Iglesia, vírgen consagrada a Cristo1524. Como puede apreciarse, Jerónimo mantiene aquí una postura bastante prudente en relación con la heterodoxia de Prisciliano, reconociendo que pocos años después de su muerte contaba aún con detractores y defensores. El gnosticismo1525 era un conjunto de creencias filosóficas y religiosas sincréticas tan heterogéneas que Jerónimo nos 1513 Hic usque hodie a nonnullis Gnosticae…haereseos accusatur. 1514 Id est Basilidis et Marci, de quibus Irenaeus scripsit. 1515 Defendentibus aliis, non ita eum sensisse, ut arguitur. 1516 Latronianus, provinciae Hispaniae. 1517 Valde eruditus, et in metrico opere veteribus comparandus. 1518 Caesus est et ipse Treveris cum Priscilliano, Felicissimo, Juliano, Euchrotia, eiusdem factionis auctoribus. 1519 Exstant eius ingenii opera, diversis metris edita. 1520 Tiberianus, Baeticus. 1521 Scripsit pro suspicione, qua cum Priscilliano accusabatur haereseos, apologeticum tumenti compositoque sermone. 1522 Sed post suorum caedem, taedio victus exsilii, mutavit propositum. 1523 Et iuxta sanctam Scripturam, canis reversus ad vomitum suum. 1524 Filiam, devotam Christo virginem, matrimonio copulavit. 1525 García Bazán, F., Neoplatonismo, gnosticismo, cristianismo, Buenos Aires, 1986; Culdaut, F., El nacimiento del cristianismo y el gnosticismo, Madrid, 1996. 321 R. Serrano Madroñal hace un gran favor especificando el tipo de gnosticismo del que cree que se le acusó a Prisciliano. En efecto, Ireneo de Lyon, obispo conocido por ser el más importante adversario del gnosticismo, escribió en griego un tratado contra las herejías o Κατὰ αἱρέσεων a fines del siglo II. Según Ireneo1526, Basílides fue un gnóstico emanacionista de Alejandría que hacia el 117/138 (ca.) predicó que 365 cielos habían surgido de la divinidad suprema o el “Padre por nacer”. Los ángeles sostenían nuestro mundo (cielo visible, el último de los 365) pero el mayor de éstos (el Dios de los judíos) entró en conflicto con el resto de principados angélicos, opuestos a sus anhelos tiránicos. El “Padre por nacer” envió a su primogénito (nous o Cristo) para liberar las almas de los mortales. Vinculando absolutamente la salvación individual con un ejercicio intelectual, sólo la Γνώσης o la consciencia superior de “la verdad” conducía a la redención. A través del propio ejemplo de Cristo, que como emanación del “Padre por nacer” no pudo morir en la cruz, la “verdad” quedó revelada: los cuerpos perecen, las almas se salvan. Epifanio1527 o el Pseudo-Tertuliano nos ofrecían más información sobre Basílides y sus creencias gnósticas. Ese dios supremo o “Padre por nacer” recibía el nombre místico de Abrasax1528, como origen de los 365 cielos. Siendo la materia el principio de todo mal, el cuerpo de Cristo era sólo apariencia, ya que Cristo era nous del Padre. Hipólito de Roma1529, aportándonos una visión muy distinta y hasta contradictoria de la doctrina de Basílides, en relación con lo expuesto por las fuentes anteriores, consideró que este gnosticismo partía de un Dios No-Ser y tres filiaciones. La primera se elevó y voló con rapidez hacia Dios No-Ser, pero la segunda, más burda y pesada, al no poder alcanzarlo tomó las alas del Espíritu Santo. No llegando nunca, adoptó el dulce olor de Dios No-Ser, convirtiéndose en una entidad intermedia entre lo mundano (tercera filiación) y lo supramundano (primera). De la triple filiación surgió el Gran Arconte, que nunca conoció a la tercera filiación, engendrando a Cristo, al que sentó a su diestra. El Primer Gran Arconte gobierna la ogdóada con su hijo, pero este proceso se repitió, y un Segundo Gran Arconte también con su hijo rige otra esfera, la hebdómada. El Evangelio relata para Basílides, según Hipólito de Roma, el intento por elevar la tercera filiación. El Primer Arconte reinó desde Adán hasta Moisés, el Segundo sería el Dios de los judíos y reinó hasta el advenimiento de Cristo. La vida y muerte de Jesús redimieron a la tercera filiación, y es cuando Abrasax o Dios No-Ser 1526 I, XXIV. 1527 Adv. Haer. XXIV. 1528 De acuerdo con las reglas de la isopsefía, las letras griegas ΑΒΡΑΣΑΞ sumaban 365. 1529 Philosophumena, VII. 322 Tesis Doctoral derramó la ignorancia por todo lo que “es”, quedando reservada la salvación sólo para aquellos que alcancen el conocimiento de la verdad supramundana. Sin duda, viendo la diversidad y las contradicciones de los heresiólogos que nos hablan del gnosticismo de Basílides, es prácticamente imposible hacerse con una idea sólida de lo que fue su verdadera doctrina. En cuanto a Marcos, también fue el fundador de una secta gnóstica en el siglo II, seguidor de un gnosticismo mimetizado con el cristianismo (semejante al de Basílides) que tiene sus orígenes en Valentín. Bien es cierto que Marcos profundizó en la cuestión de la isopsefía o práctica de sumar valores numéricos atribuidos a las letras. Ya el mencionado Valentín el gnóstico1530 expuso que las emanaciones de aeones concluían con el número 30, de nombre sophia o sabiduría. Sólo el primer aeon o nous podía contemplar al abismo (Padre). El último aeon, sophia, quiso también contemplar al abismo y por ello fue expulsada y aislada, sujeta a toda clase de pasiones y desórdenes. El resto de aeones rogaron al Padre que la liberase y éste accedió creando una nueva emanación o límite que la mantenía en serenidad. Cristo salvador fue creado en agradecimiento a este gesto por los aeones, aportando lo más perfecto de cada uno. Será Cristo el encargado de liberar de sus pasiones al aeon exiliado (sophia). Marcos mantuvo la tesis de los 30 aeones, pero los denominó “Grandezas” y les otorgó valores numéricos. Con un carácter iniciático, las mujeres tuvieron un papel muy importante en estas comunidades “marcosianas”. 5. 6. 2. La epístola 237 de Agustín de Hipona. En esta carta posterior al año 395, el ya obispo de Hipona se dirigía a Ceretio, “venerable hermano” y colega en el episcopado. Este obispo Ceretio había escrito previamente a Agustín, alarmado por las creencias de un tal Argirio. En opinión de Agustín, Argirio había caído entre los priscilianistas1531, o bien sin saberlo1532, hasta el punto de ignorar plenamente que hubiese priscilianistas1533, o bien ya estaba implicado en las redes de los mismos herejes1534. Las escrituras que Ceretio le habría 1530 Sagnard, F. M., La gnose valentinienne et le témoignage de S. Irénée, París, 1947. 1531 Videtur mihi Argirius in Priscillianistas… irruisse. 1532 Aut nesciens. 1533 Ita ut omnino utrum ipsi essent Priscillianistae ignoraret. 1534 Aut iam eiusdem haeresis retibus implicatus. 323 R. Serrano Madroñal proporcionado a Agustín para que le sacase de dudas eran sin duda de los priscilianistas1535. Pese a la seguridad con la que el norteafricano sostiene su afirmación, reconoce que sólo ha podido leer uno de los dos códices que recibió1536. Mencionan un himno1537 que atribuyen a Jesucristo1538 y que suele encontrarse en escrituras apócrifas1539, no exclusivas de los priscilianistas sino también de otros herejes de algunas sectas que lo emplean en su vanidad impía1540. Vincula Agustín este himno con los maniqueos, marcionitas y otros1541, distintos herejes que comparten sin embargo su rechazo a la ley antigua y a los profetas que están en el cánon1542. Tampoco admiten todo lo que se halla en las Escrituras canónicas del Nuevo Testamento1543, sino que aceptan lo que quieren, eligiendo algunos libros y rechazando los demás. Poniendo un ejemplo, dice que quidam Manichaei repudiaban los Hechos de los Apóstoles1544 ya que en este libro neotestamentario se menciona al 1535 Scripturas illas Priscillianistarum esse non dubito. 1536 Unus mihi saltem totus ex duobus ipsis codicibus legeretur. 1537 Hymnus. 1538 Dicunt esse Domini nostri Iesu Christi. 1539 In scripturis solet apocryphis inveniri. 1540 Quae non propriae Priscillianistarum sunt, sed alii quoque haeretici eis nonnullarum sectarum impietate vanitatis utuntur. 1541 Manichaei, sicut Marcionistae, et caeteri. Téngase en cuenta que tanto el gnosticismo de Basílides y Marcos como el marcionismo distinguían entre el Dios verdadero, Padre, y el Yahvé del Antiguo Testamento. Vid. Blackman, E. C., Marcion and his Influence, London, 1948. Los maniqueos, en su pretensión de credo definitivo que complementaba pero a la vez invalidaba al resto de religiones con las que tuvo contacto, también creían en una fuente suprema de divinidad, de la que Cristo sería una emanación. Vid. Cumont, F., Recherche sur les Manecheisme, I; La Cosmogonie Manecheenne, Bruselas, 1908; Bermejo, F., El maniqueísmo. Estudio introductorio, Madrid, 2008. 1542 Legem veterem et Prophetas canonicos non accipiunt. 1543 In Scripturis canonicis Testamenti Novi…non accipiunt omnia, sed quod volunt. 1544 2, 2-4: “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego, asentándose sobre cada uno de ellos. Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen”. 10, 44-46: “Mientras aún hablaba Pedro estas palabras, el Espíritu Santo cayó sobre todos los que oían el discurso. Y los fieles de la circuncisión que habían venido con Pedro se quedaron atónitos de que también sobre los gentiles se derramase el don del Espíritu Santo. Porque los oían que hablaban en lenguas, y que magnificaban a Dios”. 19, 6: “Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban”. 324 Tesis Doctoral Espíritu Santo, al que Cristo prometió1545. Proponían estos maniqueos que el “Consolador” prometido por Cristo fue Manes (el último profeta) y no el Espíritu Santo. También hace Agustín una alusión a los montanistas1546 que a través de sus profetas (Montano o Priscila) se consideraban poseídos por el Espíritu Santo y hablaban en su nombre. Volviendo a los priscilianistas en concreto, nos relata que admiten al mismo nivel tanto las Escrituras canónicas como las apócrifas1547, e incluso lo que va contra su doctrina1548 lo interpretan de acuerdo con sus perversidades1549. A continuación, el autor expone la idea de que los priscilianistas, tras la muerte del heresiarca y la condena de sus posturas, ocultaban su fe desviada cuando estaban en público, predicando incluso la fe católica para encubrir su verdadera naturaleza. Puede que haya herejes más inmundos1550 que los priscilianistas, pero para Agustín ninguno puede compararse a éstos por su falsedad1551. Añade incluso que en la misma nefanda doctrina de su herejía1552, los priscilianistas mantienen el precepto de mentir, con el 1545 En el evangelio de Juan, 14, 15-31, consta lo siguiente: “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros. Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis. En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros. El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él. Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo? Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él. El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió. Os he dicho estas cosas estando con vosotros. Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Habéis oído que yo os he dicho: Voy, y vengo a vosotros. Si me amarais, os habríais regocijado, porque he dicho que voy al Padre; porque el Padre mayor es que yo. Y ahora os lo he dicho antes que suceda, para que cuando suceda, creáis. No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí. Mas para que el mundo conozca que amo al Padre, y como el Padre me mandó, así hago. Levantaos, vamos de aquí”. 1546 Cataphryges. 1547 Priscillianistae vero accipiunt omnia, et canonica et apocrypha simul. 1548 Quae contra eos sunt. 1549 Suae perversitatis. 1550 Haeretici… immundiores. 1551 Sed nullus istis fallacia comparatur. 1552 In ipsa nefaria doctrina haeresis suae. 325 R. Serrano Madroñal objetivo de ocultar sus dogmas1553. Y llegan a realizar falsos juramentos1554 con tal de mantener en secreto su error. Quienes les conocieron en profundidad pero acabaron alejándose de esta secta, liberados por la misericordia de Dios1555, todavía recuerdan las mismas palabras que usaban por preceptos: “Jura, perjura, pero no reveles el secreto1556”. En el himno apócrifo que manejaban los priscilianistas, donde supuestamente Cristo se dirigió secretamente a los apóstoles, se hacía alusión a una cita del Libro de Tobías1557, que aconsejaba “mantener oculto el secreto del rey”. Por ello no era canónico, puesto que debía esconderse y mantenerse ajeno a los que “sienten según la carne1558” y no según el espíritu y la verdad de Dios. Denuncia Agustín estas creencias como una horrorosa impiedad, mientras trata de rebatir algunos pasajes concretos del himno. Entre otros, en este apócrifo interpretado por los priscilianistas se consideraba que Cristo nos desató del trato con el mundo, para que no volviésemos a atarnos a él1559. El teólogo de Thagaste está totalmente de acuerdo con la premisa y reconoce ese mensaje como absolutamente canónico, por lo que no entiende que éstos consideren el contenido de su himno como exclusivo para los “espirituales”. Tampoco acepta de ningún modo que los textos canónicos sean propios para los “carnales1560” mientras el “Secreto del rey” yace oculto en su himno apócrifo. El himno también exponía, a juicio de los priscilianistas, que mediante el sacramento del bautismo somos salvados por Dios, guardando en nosotros el espíritu recibido. De nuevo Agustín responde que no hay nada más ortodoxo, y sigue atacando este apócrifo plagado de aseveraciones canónicas. En uno de los últimos pasajes del texto a 1553 Ut occultandorum dogmatum suorum causa. 1554 Etiam cum falsa iuratione. 1555 Dei misericordia liberati sunt. 1556 Iura, periura, secretum prodere noli. 1557 12, 7: “Es bueno mantener oculto el secreto del rey, pero las obras de Dios hay que revelarlas y publicarlas como es debido. Practiquen el bien, y así el mal nunca los dañará”. Nótese que en un texto apócrifo manejado presuntamente por priscilianistas (el himno atribuido a Cristo, que pronunció secretamente a los apóstoles) se cita un versículo de un libro veterotestamentario, por lo que descartamos su vínculo con los marcionitas. 1558 His qui secundum carnem sentiunt. 1559 Solvit nos Dominus Christus a conversatione saeculi, ut non iterum ligemur in eo. 1560 Carnalibus. 326 Tesis Doctoral rebatir, los priscilianistas trataban de explicar su ambiguo significado (Cantare volo) con varias citas sobre los salmos1561, dejando claro que no rechazaban la “ley antigua”. Concluyendo la epístola, el “Doctor de la Gracia” reconoce que el apócrifo está repleto de enseñanzas buenas y sanas que se encuentran en el canón1562, pero lo que no está dispuesto a tolerar es que “esconde el secreto del rey a los hombres carnales1563”. Bajo su punto de vista, atribuyen al mismísimo Cristo un apócrifo que deja como un mentiroso al Unigénito, pero no le sorprende viniendo de estos herejes1564 seductores de la mente1565. 5. 6. 3. Los diálogos de Sulpicio Severo. Nacido en el seno de una familia aristocrática de Aquitania, y habiendo gozado de una cuidada formación, Sulpicio Severo contrajo matrimonio con la hija de una acaudalada familia consular. No obstante, el prematuro fallecimiento de su esposa (poco después del 390) movió a Severo a renunciar a su carrera y a adoptar una vida de ascetismo monástico, rompiendo con su padre y siguiendo a Cristo. Como profundo admirador de Martín de Tours, escribió su famosa hagiografía, así como algunas cartas y diálogos, aparte de su conocida Historia sacra. Con respecto a los diálogos, fechados hacia el 400 (ca.), Severo establecía una cierta comparación entre los monjes de Oriente y las virtudes de su muy venerado Martín de Tours. En los capítulos (11) y (12) del tercer diálogo, este autor cristiano hace algunas referencias sobre Prisciliano. Severo, a diferencia de Jerónimo, no define a Máximo como un usurpador y emplea el término Imperator. Es más, le considera en algunos aspectos un hombre muy bueno1566, pero que fue corrompido por los consejos de algunos sacerdotes1567 1561 Psalm. 95, 1; 97, 1; 147, 1. 1562 In expositione huius hymni bona et honesta dicunt, etiam in canone reperiri. 1563 Carnalibus hominibus abscondendum regis fuerat sacramentum. 1564 Lupos. Agústín suele llamar “lobos” a los cismáticos y herejes, ya que éstos se encargan de separar a los miembros más débiles de la grey cristiana, para devorarles (el alma). 1565 Mentis seductoribus. 1566 Sane Bonus. 1567 Depravatus consilis sacerdotum. 327 R. Serrano Madroñal después de la ejecución de Prisciliano1568. Protegió con su poder regio al obispo Itacio, que había sido el acusador de Prisciliano, y al resto de sus colaboradores, cuyo nombre no es necesario exponer1569. Mientras tanto, Martín de Tours se veía obligado a acurdir1570 a la corte1571 por muchas causas graves y de aflicción. Los obispos que se habían congregado en Tréveris1572 fueron retenidos en la ciudad, y comunicándose diariamente con Itacio, hicieron causa común con él1573. Cuando supieron que Martín se aproximaba, éstos quedaron paralizados y comenzaron a temblar1574. Ya bajo la perjuiciosa influencia de los mismos obispos, Máximo había determinado el día anterior enviar tribunos armados plenipotenciarios a las Hispanias1575, para descubrir a los herejes y una vez que fuesen identificados, se les privaría tanto de sus bienes como de su propia vida1576. Siendo muy conscientes de que a Martín le desagradaría todo esto, los obispos y el emperador acordaron enviar oficiales al encuentro del asceta, para que se asegurasen de que éste mantendría la paz. Así sucedió, y Martín supo hábilmente prometer que marcharía hacia los obispos que se hallaban en Tréveris con la paz de Cristo. Al día siguiente, se dirigió al palacio y le solicitó a Máximo que esos tribunos no fuesen enviados a las Hispanias, no sólo para salvar a los verdaderos cristianos que pudiesen ser injustamente identificados como heterodoxos, sino para proteger también a los propios herejes. El emperador no le ofreció ninguna respuesta inmediata, ya sea porque estaba impresionado con la gravedad del asunto, o porque no quería tomar medidas que le enemistaran con la Iglesia. Asimismo, se rumoreaba en aquel período, que sus deseos de avaricia se habían depositado sobre todas esas propiedades a confiscar. Parece ser que Máximo poseía excelentes virtudes pero entre ellas no se hallaba precisamente la ausencia de codicia. También reconoce Sulpicio Severo que las arcas estatales se encontraban exhaustas en aquel momento, y el posible estallido de una contienda contra Valentiniano II o contra Teodosio exigiría sumas importantes para afrontar el esfuerzo bélico. 1568 Post Priscilliani necem. 1569 Ithacium episcopum Priscilliani accusatorem ceterosque illius socios, quos nominari non est necesse. 1570 Ire conpulsus. 1571 Ad comitatum. 1572 Congregati apud Treveros episcopi. 1573 Qui cotidie communicantes Ithacio communem sibi causam fecerant. 1574 Et trepidare coeperunt. 1575 Tribunos summa potestate armatos ad Hispanias mittere. 1576 Qui haereticos inquirerent, deprehensis vitam et bona adimerent. 328 Tesis Doctoral En la otra referencia, nos cuenta Severo que los obispos congregados en Tréveris con los cuales Martín no entraba en comunión1577, corrieron hacia el rey aterrados1578, quejándose de que habían sido condenados de antemano. Si la autoridad de Martín1579 refuerza la persistencia de Teognito1580, el único obispo que condenó abiertamente la actitud de sus colegas por la sentencia dictada, podría ser su perdición. Se lamentaron, pensando que nunca se tenía que haber dado órden de recibir a este hombre en las murallas de la ciudad1581, que ya no es que fuese un defensor de los herejes, sino su vengador1582. Nada se logró con la muerte de Prisciliano1583, a ojos de estos obispos, si Martín ejercía su venganza1584. A pesar de que los itacianos intentaron que el emperador actuara contra Martín, Máximo acabó cediendo a todas sus peticiones y los tribunos armados no llegaron a actuar en Hispania. Por el bien de la paz, y una vez concluida con éxito su intercesión, el obispo de Tours se vio forzado a participar en comunión con estos acusadores durante la ordenación de un digno sacerdote. Arrepentido profundamente por haberse mezclado con los itacianos, y comprobando que sus capacidades taumatúrgicas habían mermado, no volvió a asistir a ningún sínodo. Vemos por tanto, que Máximo pudo acompañar con más sangre su lucha contra el priscilianismo pero la mediación del obispo turonense consiguió evitarlo. 5. 6. 4. El Primer Concilio toledano. Celebrado en tiempo de los emperadores Honorio y Arcadio (397-400), reunió a 191585 obispos en la iglesia de Toledo1586: Patruinus, Marcellus, Afrodisius, Alacianus, 1577 Episcopi, quorum communionem Martinus non inibat. 1578 Trepidi ad regem concurrunt. 1579 Si…Martini…auctoritas. 1580 Theogniti pertinaciam. 1581 Non oportuisse hominem recipi moenibus. 1582 illum iam non defensorem haereticorum esse, sed vindicem. 1583 Nihil actum morte Priscilliani. 1584 Si Martinus exerceat illius ultionem. 1585 Omnes decem et novem. 1586 In ecclesia Toleto. 329 R. Serrano Madroñal Iucundus, Severus, Leonas, Ilarius, Olimpius, Florus, Orticius, Asturius, Lampius, Serenus, Leporius, Eustotius, Aurelianus, Lampadius y Exuperantius de Gallaecia, del conventus lucense, del municipio Celenis. Estos mismos promulgaron en otras actas la sentencia contra los seguidores de Prisciliano y contra los panfletos que compuso el hereje1587. Sentados los presbíteros y en pie los diáconos, el obispo Patruinus advirtió que la iglesia hispana del momento no estaba obrando de manera unánime, por lo que se han originado tantos escándalos1588 que casi derivan en una situación de cisma1589. Para subsanar estos problemas, propone decretar todo lo que ha de hacerse por todos los obispos al ordenar a los clérigos1590, aferrándose a lo establecido por el credo niceno1591 y excomulgando a todo el que se aparte del mismo, a no ser que sea capaz de corregir su error1592. Después de definir sus 20 cánones y terminando con la constitución del sínodo toledano, se incluyen unas reglas de la fe católica contra todos los herejes, y especialmente contra los priscilianos, redactadas por los obispos tarraconenses, cartaginenses, lusitanos y béticos, y transmitidas con el precepto del pontífice romano a Balconio, obispo de Gallaecia, en connivencia con todos los cánones del Concilio1593. Dejando claro el dogma de la trinidad, distinta en las personas, se afirma que es una sola sustancia unida por la virtud1594. Se incide en que un solo Dios verdadero creó todas las cosas en el cielo y en la tierra1595, descartando la divinidad de ángeles, espíritus o virtudes1596. Con respecto al Hijo de Dios, nacido del Padre antes de todo principio, se hizo verdadero hombre engendrado sin semen viril reuniendo naturaleza 1587 In aliis gestis adversus Priscilliani sectatores et haeresem, quam adstruxerat, libellarem direxere, sententiam. 1588 Tanta scandala. 1589 Scisma. 1590 Ab omnibus episcopis in ordinandis clericis. 1591 Gestis concilii Nicaeni. 1592 Emendaverit errorem. 1593 Incipiunt regulae fidei catholicae contra omnes haereses et quam maxime contra Priscillianos, quam episcopi Terraconenses, Kartaginenses, Lusitani et Baetici fecerunt, et cum praecepto papae urbis Leonis ad Balconium episcopum Galliciae transmiserunt. Ipsi etiam et supra scribta viginti canonum capitula statuerunt in concilio Toletano. 1594 Hanc Trinitatem personis distinctam, substantiam unitam virtute. 1595 Per quem creata sunt omnia in caelo et in terra. 1596 Nullam credimus divinam esse naturam, vel angeli, vel spiritus, vel virtutis. 330 Tesis Doctoral divina y carnal1597. Su cuerpo no fue aparente1598 sino sólido y verdadero. Fue crucificado por los judíos1599, y después de enterrado, resucitó. El alma del hombre no es una sustancia divina o parte de Dios1600 sino una criatura criada por voluntad divina. En la última regla (18), se amenaza con el anatema a aquellos que sigan o profesen en estos errores a la secta de Prisciliano1601, a la que se asocia indirectamente en las reglas anteriores con las siguientes doctrinas: No creer que Dios omnipotente lo creó todo en este mundo; no ser trinitarios sino más bien unitarios o sabelianos; que Cristo no pudo nacer ni perecer puesto que su cuerpo era sólo aparente; no creer en la resurrección de la carne; otorgar autoridad a los apócrifos; creencias sincréticas que incluyen la astrología y las matemáticas; rechazo del matrimonio; ascetismo de tintes vegetarianos por condenar todo lo “carnal”. Por último, se introducen distintas profesiones de fe contra la secta de Prisciliano1602. En estos importantes párrafos, se expone la confesión del obispo Dictinio, que fue priscilianista y reconoció haber creído que Dios y el hombre comparten naturaleza1603, a través del alma. Arrepentido por las osadías de sus escritos, todo lo anatematizó salvo el nombre de Dios. El obispo Sinfosio, padre de Dictinio1604, condenó la doctrina priscilianista que afirmaba que Cristo no pudo nacer, así como su presbítero Comasio, reafirmando sus posturas nicenas tras haber profesado la mencionada herejía. También se hace alusión al Concilio de Zaragoza (3801605), que analizaremos con posterioridad, y se muestra que Ambrosio de Milán intercedió para que los heterodoxos corrigiesen sus errores y fueran reintegrados en la Iglesia. Asimismo, 1597 Deitatis et carnis. 1598 Nec imaginarium corpus. 1599 A iudaeis crucifixum. 1600 Animam autem hominis non divinam esse substantiam aut Dei partem. 1601 Si quis in his erroribus Priscilliani secta sequitur vel profitetur… anathema sit. 1602 Exemplaria professionum in Concilio Toletano contra sectam Prisciliani. 1603 Unam Dei et hominis esse naturam. 1604 Dictinius episcopus dixit: Sequor sententiam domini mei et patris mei et genitoris et doctoris mei Symphosii. 1605 Con respecto a la cronología de este sínodo, el día y el mes no presentan ningún tipo de duda (IIII nonas octubres), pero el año de su convocatoria sí ha suscitado controversia. La fecha tradicional atribuida es el 380 si bien es cierto que se han propuesto otras fechas anteriores y posteriores (378, 379, 381). M. V. Escribano Paño sostuvo el 379 como fecha más adecuada en “Magia, maniqueísmo y cristianismo: el concilio I de Caesaraugusta (ca. 379)” en I Concili della cristianità occidentale: Secoli III – V, XXX Incontro di studiosi dell’antichità cristiana, Roma, 2002, pp. 89-116. 331 R. Serrano Madroñal queda constancia de que Sinfosio sólo acudió un día a este sínodo y no fue partidario de condenar las doctrinas de Prisciliano en su momento. Bien es cierto que, progresivamente, Sinfosio abandonó la lectura de apócrifos y dejó de considerar mártires a los ejecutados en Tréveris. Parece que Sinfosio se vio obligado a nombrar obispo a su hijo Dictinio por las presiones de la muchedumbre, a pesar de que Ambrosio de Milán recomendó que Dictinio nunca alcanzase el episcopado1606. Sinfosio y Dictinio, contagiados de priscilianismo, ordenaron muchos sacerdotes en una Gallaecia rural necesitada de diócesis y de ministros, estando seguros además de que la mayoría de la plebe compartía la doctrina de los herejes1607. Así, el obispo de Bracara (Paterno)1608, fue el primero en confesar que había sido priscilianista, ordenado por aquéllos, corregido de su desviación gracias a las lecturas de Ambrosio de Milán. Isonio1609 fue otro obispo ordenado por Sinfosio que confesó haber profesado el priscilianismo. Vegetino también se arrepintió de su pasado priscilianista, pero no hizo lo mismo Herenas, que se mantuvo firme junto a sus clérigos, que promovían que Prisciliano fue un santo mártir y católico hasta el final1610, perseguido por una facción de obispos. Como respuesta, el sínodo decide expulsar de la clericatura a éstos que han preferido seguir en la compañía de los perdidos: los obispos Donato, Acurio, Aemilio, Herenas y todos sus clérigos dependientes. Concluyen las actas conciliares con una simple advertencia: todos los obispos priscilianistas que renieguen de sus antiguas doctrinas y firmen la fórmula enviada por el Concilio, se mantendrán en sus sedes de manera condicional, sin ordenar sacerdotes y a expensas de la decisión definitiva del obispo de Roma y de Simpliciano (sucesor de Ambrosio en el obispado de Milán). Los que no quieran firmar, y se mantengan en el error, no continuarán rigiendo sus iglesias, y ningún obispo católico podrá estar en comunión con ellos. Téngase mucho cuidado con los priscilianistas expulsados, para que no reúnan grupos en los domicilios de las mujeres y se dispongan a leer apócrifos 1606 Caeterum extortum sibi de multitudine plebis probaret, Symphosium, ut ordinaret Dictinium episcopum, quem sanctus Ambrosius decrevisset, bonae pacis tenere presbyterii, non accipere honoris augmentum. 1607 Illud quod alios per diversas ecclesias ordinassent, quibus deerant sacerdotes, habentes hanc fiduciam, quod cum illis propemodum totius Galliciae sentiret plebium multitudo. 1608 Paternus Bracarensis ecclesiae episcopus. 1609 Item Isonius. 1610 Herenas clericos suos sequi maluerat, qui sponte, nec interrogati Priscillianum catholicum sanctumque martyrem clamassent atque ipse usque ad finem catholicum esse dixisset. 332 Tesis Doctoral condenados1611. Se decreta también que al hermano Ortigio se le devuelvan las iglesias de las que había sido arrojado1612. Después del análisis de las actas de este primer sínodo toledano, podemos extraer que las enseñanzas doctrinales de Prisciliano quedaron difundidas después de su ejecución en 385, en buena parte del episcopado hispano, hasta tal punto de generar principios de cisma. Tras la contundente reacción conciliar, muchos recularon y se reintegraron en la ortodoxia, pero no todos. La provincia de Gallaecia1613 se convirtió en todo un foco de irradiación del priscilianismo como consecuencia de las múltiples ordenaciones de Sinfosio y Dictinio, que multiplicaron sus semillas. Con respecto a los elementos seguros de su ideario, parece confirmado (por las confesiones de Sinfosio y Dictinio) que los priscilianistas hicieron uso de apócrifos, creyeron en la innascibilidad de Cristo y mantuvieron una visión del alma humana como esencia divina. 5. 6. 5. Chronicorum libri duo. El trabajo más conocido de Sulpicio Severo es, sin duda, su crónica o Historia sacra, fechada hacia el (ca.) 403. En esta síntesis de historia sagrada desde la creación del mundo hasta sus días, se incluye información muy valiosa para la reconstrucción de la controversia priscilianista. Con el objetivo catequético de instruir al indocto y convencer al erudito, adaptando la transmisión del mensaje cristiano al gusto literario del período, Severo se sintió (como aquitano) directamente afectado por la difusión del priscilianismo. En el libro segundo, Severo se dispone a relatar acontecimientos de su presente, definido por él mismo como un período turbulento y peligroso1614, en el que un mal 1611 Collectiones faciat per mulierum domos et apocrypha, quae damnata sunt, legant. 1612 Fratri autem nostro Ortigio ecclesias, de quibus pulsus fuerat, pronunciavimus esse reddendas. Esta frase nos recuerda mucho a la situación norteafricana durante el período del cisma donatista, cuando católicos y donatistas luchaban por apropiarse de las basílicas. Es posible que la presión de los priscilianistas llegase a expulsar a Ortigio de su sede. 1613 Téngase en cuenta que esta provincia romana integrada por el conventus lucense, asturicense, bracarense y cluniacense, abarcaba la práctica totalidad de los territorios actuales de Galicia, Asturias, norte de Portugal y norte de Castilla-León. Sus capitales conventuales fueron Lucus Augusti, Bracara Augusta, Asturica Augusta y Clunia Sulpicia. 1614 Tempora aetatis nostrae gravia et periculosa. 333 R. Serrano Madroñal insólito perturba y contamina1615 la Iglesia. Nos dice que fue en estos días cuando se descubrió en las Hispanias1616 aquella funesta herejía de los gnósticos1617, secta destructiva1618 que se oculta en un profundo misterio. Ubicando el origen de este mal en Oriente y Egipto, afirma que su introductor en las Hispanias fue Marcos de Menfis (Egipto)1619, siendo sus discípulos1620 una cierta Ágape, mujer noble1621, y el rétor Helpidio. Prisciliano fue instruido por éstos1622. Ya hemos hablado sobre Marcos el gnóstico y sus postulados, siendo éste un contemporáneo de Ireneo de Lyon. Por tanto, vivió durante la segunda mitad del siglo II. Parece que ya en ese tiempo, se difundieron sus enseñanzas por el sur de las Galias hacia Hispania aunque se piensa que Anatolia fue el epicentro de su instrucción. No obstante, la asimilación entre Marcos el gnóstico y este Marcos de Menfis presenta dificultades cronológicas. Aunque Ágape y Helpidio no hubiesen sido discípulos directos de Marcos sino de su doctrina, la hipótesis es difícil de aseverar. Prisciliano, de familia distinguida1623, rico1624, sagaz, inquieto, elocuente1625, erudito en numerosas materias1626, el más predispuesto a sembrar el debate, hubiese tenido un feliz1627 porvenir si no1628 hubiera corrompido1629 su óptimo ingenio1630 con el estudio 1615 Non usitato malo pollutae ecclesiae et perturbata. 1616 Intra Hispanias deprehensa. 1617 Infamis illa Gnosticorum haeresis. 1618 Superstitio exitiabilis. 1619 Primus eam intra Hispanias Marcus intulit, Aegypto profectus, Memphi ortus. 1620 Auditores. 1621 Neu ignobilis mulier. 1622 Ab his Priscillianus est institutus. 1623 Familia nobilis. 1624 Praedives opibus. 1625 Acer, inquies, facundus. 1626 Multa lectione eruditus. 1627 Felix. 1628 Si non. 1629 Corrupisset. 1630 Optimum ingenium. 334 Tesis Doctoral deformado1631. Ciertamente, se distinguía por numerosas cualidades en cuerpo y alma1632, era capaz de resistir el hambre y la sed1633, en sólida observancia, no era nada ambicioso1634, de costumbres enormemente austeras1635. Sin embargo, del mismo modo era profundamente vanidoso1636 y arrogante en el conocimiento de los asuntos profanos1637, incluso se cree que se ejercitó desde su adolescencia en las artes mágicas1638. Éste se aproximó con su nefasta doctrina mediante su poder de persuasión a muchos nobles y plebeyos1639; catervas de mujeres ansiosas de novedades confluían hacia él con una fe mutable y movidas por la curiosidad1640. De hecho, su apariencia de humildad tanto en el aspecto físico como en el carácter, le llevó a adquirir el respeto y la reverencia1641 de todo el mundo1642. Y así, poco a poco, la corrupción de la perfidia de éste (Prisciliano) se extendió a través de la práctica totalidad de Hispania1643. Incluso algunos obispos fueron contaminados1644, entre los cuales se hallaban Instancio y Salviano, que no sólo compartían las creencias de Prisciliano1645 sino que incluso formaban parte junto a él de una cierta conjuración1646 hasta que Higinio, obispo de Córdoba, actuando desde la proximidad1647 y una vez 1631 Pravo studio. 1632 Prorsus multa in eo animi et corporis bona cerneres. 1633 Famem ac sitim ferre poterat. 1634 Habendi minime cupidus. 1635 Utendi parcissimus. 1636 Vanissimus. 1637 profanarum rerum scientia. 1638 Quin et magicas artes ab adolescentia eum exercuisse creditum est. 1639 Multos nobilium pluresque populares. 1640 Ad hoc mulieres novarum rerum cupidae, fluxa fide et ad omnia curioso ingenio, catervatim ad eum confluebant. 1641 Honorem sui et reverentiam. 1642 Cunctis. 1643 Paulatim perfidiae istius tabes pleraque Hispaniae pervaserat. 1644 Nonnulli episcoporum depravati. 1645 Priscillianum non solum consensione. 1646 Coniuratione susceperant. 1647 Ex vicino agens. 335 R. Serrano Madroñal descubierto todo esto, informó a Idacio, sacerdote de Mérida1648. Idacio, atacando a Instancio y a sus colaboradores1649, encendió la llama de lo que será un incendio, provocando desgracias en lugar de contenerlas1650. A continuación, el autor destaca el Concilio congregado en Zaragoza1651 como el siguiente episodio más destacable de estos conflictos1652, con presencia también de obispos aquitanos1653. En ausencia1654 de los herejes1655, que no se atrevieron1656 a comparecer, se procedió a promulgar la sentencia condenatoria de los obispos Instancio y Salviano, y de los laicos Helpidio y Prisciliano1657. Se añadió también que quien recibiese en comunión a los condenados, debía ser consciente de que incurría en el mismo anatema. A Ithacio, el obispo sossubense1658, se le encargó la tarea de hacer pública difusión del decreto de los obispos y sobre todo de excomulgar a Higinio de Córdoba, que a pesar de ser el primer obispo que comenzó a perseguir abiertamente a los herejes1659, fue corrompido con posterioridad, y de manera vergonzosa recibió en comunión a éstos1660. Mientras tanto1661, Instancio y Salviano, condenados en el sínodo zaragozano, (así como el laico Prisciliano, que a pesar de ser laico era el origen de todos los males1662), establecieron (a Prisciliano) 1648 Comperta ad Ydacium Emeritae sacerdotem referret. 1649 Instantium sociosque eius. 1650 Exasperaverit malos potius quam compresserit. 1651 Caesaraugustam synodus congregatur. 1652 Certamina. 1653 Aquitani episcopi. 1654 In absentes. 1655 Haeretici. 1656 Non ausi. 1657 Damnatique Instantius et Salvianus episcopi, Helpidius et Priscillanus laici. 1658 Esta ciudad se ha identificado con Ossonoba (Faro, Portugal). 1659 Primus omnium insectari palam haereticos coepisset. 1660 Turpiter depravatus in communionem eos recepisset. 1661 Interim. 1662 Instantius et Salvianus damnati iudicio sacerdotum Priscillianum etiam laicum, sed principem malorum omnium. 336 Tesis Doctoral como obispo de la ciudad de Ávila1663, fijado sin duda con el objetivo de hacerles sentir más seguros con un hombre tan sagaz y tan inteligente1664 y armado de autoridad sacerdotal1665 entre sus filas. Frente a esto, los obispos Idacio de Mérida e Ithacio sossubense prosiguieron la persecución, creyendo1666 que podían contener el mal1667 en sus inicios. Con tal propósito, cometieron el error1668 de recurrir a los jueces seculares1669, para que promulgaran decretos que dictasen la expulsión de los herejes de las ciudades1670. Después de numerosos y vergonzosos enfrentamientos1671, las súplicas de Idacio de Mérida lograron que el entonces emperador (Graciano) emitiese un rescripto1672, donde se ordenaba la expulsión de todos los herejes1673 no sólo de sus iglesias y de sus ciudades, sino de todas las tierras1674. Cuando los gnósticos1675 tuvieron noticia del rescripto, no se atrevieron a protestar frente al juicio1676; los que eran obispos1677 abandonaron sus funciones y el miedo dispersó al resto1678. Sin embargo, Instancio, Salviano y Prisciliano marcharon a Roma1679, para exponer su caso ante Dámaso, obispo de la ciudad durante la controversia1680. En el viaje1681, 1663 Episcopum in Abilensi oppido. 1664 Acrem et callidum. 1665 Sacerdotali auctoritate. 1666 Arbitrantes. 1667 Malum comprimi. 1668 Sulpicio Severo califica esta apelación como parum sanis, es decir, muy poco correcta o escasamente saludable. 1669 Saeculares iudices. 1670 Ut eorum decretis atque executionibus haeretici urbibus pellerentur. 1671 Post multa et foeda certamina. 1672 A Gratiano tum imperatore rescriptum. Un rescripto es una cédula imperial que, en respuesta a la petición de alguna persona, deroga o confirma dicha petición. 1673 Universi haeretici. 1674 Extra omnes terras. 1675 Gnostici. 1676 Non ausi iudicio certare. 1677 Episcopi. 1678 Ceteros metus dispersit. 1679 Instantius, Salvianus et Priscillianus Romam profecti. 337 R. Serrano Madroñal atravesaron Aquitania1682, donde fueron recibidos por los ignorantes1683 espléndidamente y allí pudieron dispersar las semillas de la perfidia1684, especialmente entre la plebe elusana1685 (hasta ese momento gentes muy buenas y observantes de la religión). Tras las predicaciones depravadas, fueron pervertidos. En Burdeos fueron rechazados por Delfino1686 (obispo de la ciudad); sin embargo se establecieron por algún tiempo en una finca de Euchrotia1687, envenenando a algunos con sus errores1688. El viaje continuó con una muy vergonzosa y escandalosa compañía1689, con esposas y también mujeres de otros1690, entre las cuales se hallaba Euchrotia y su hija Prócula1691, de la cual se decía que1692 fue deshonrada (sexualmente) por Prisciliano1693, quedó embarazada y abortó mediante la ingestión de unas hierbas1694. Cuando al fin alcanzaron la ciudad de Roma, deseando limpiar su imagen ante Dámaso1695, ni tan siquiera fueron admitidos en su presencia1696. De regreso, en Milán1697, se dieron cuenta de que Ambrosio les era igual de adverso1698. Como no pudieron engañar a los dos obispos de mayor autoridad en aquel 1680 Apud Damasum, urbis ea tempestate episcopum. 1681 Iter. 1682 Praeter interiorem Aquitanicam. Territorio que comprendía el SO de las Galias. 1683 ab imperitis magnifice suscepti. 1684 Sparsere perfidiae semina. 1685 Hablamos de Eauze, la capital de la Novempopulania. 1686 A Burdigala per Delfinum repulsi. 1687 Tamen in agro Euchrotiae aliquantisper morati. 1688 infecere nonnullos suis erroribus. 1689 Turpi sane pudibundoque comitatu. 1690 Cum uxoribus atque alienis etiam feminis. 1691 In quis erat Euchrotia ac filia eius Procula. 1692 De qua fuit in sermone hominum. 1693 Priscilliani stupro. 1694 Gravidam partum sibi graminibus abegisse. 1695 Damaso se purgare cupientes. 1696 Ne in conspectum quidem eius admissi sunt. 1697 Regressi Mediolanum. 338 Tesis Doctoral momento, cambiaron la estrategia1699, extorsionaron y obtuvieron del emperador lo que deseaban a través de sus ofrecimientos económicos. Así compraron la voluntad de Macedonio, que por aquel entonces era el magister officiorum1700, le engatusaron y el rescripto quedó anulado1701, revocando el precedente, y se ordenó que fuesen restituidos en sus iglesias1702. En este punto, Instancio y Prisciliano regresan a las Hispanias1703, puesto que Salviano falleció en Roma1704. Allí se reincorparon a sus iglesias sin ninguna oposición1705. Verdaderamente a Ithacio no le faltó ánimo para resistirse a su reincorporación, sino más bien facultad para ello1706, en tanto en cuanto los herejes habían corrompido al procónsul Volventio1707 y su partido era fuerte. Incluso Ithacio fue acusado por éstos como perturbador de las iglesias1708, y decretada su culpabilidad, agitado por el cruel procesamiento, escapó a las Galias1709 junto al prefecto Gregorio1710. Informado Gregorio de lo que sucedía, ordena que se capture a los protagonistas de los disturbios y se presenten ante él, además de notificar todo lo ocurrido al emperador1711. No obstante, todos en la corte estaban en venta, dispuestos 1698 Aeque adversantem sibi Ambrosium reppererunt. 1699 Tum vertere consilia. 1700 Alto funcionario de la corte, muy próximo al emperador y de amplios poderes, encargado entre otras cosas de organizar las audiencias y recepciones en palacio. 1701 Rescriptum…calcatis. 1702 Restitui ecclesiis. 1703 Instantius et Priscillianus repetivere Hispanias. 1704 Nam Salvianus in urbe obierat. 1705 Sine ullo certamine. 1706 Verum Ithacio ad resistendum non animus, sed facultas defuit. 1707 Volventio, proconsul Lusitaniae, fue el gobernador (consular) de turno de la provincia Lusitaniae que en 382/383 cambió durante muy poco tiempo de rango (proconsul Lusitaniae) ejerciendo como un ministro imperial nombrado ad hoc por Graciano. Vid. Arce, J., El último siglo de la Hispania romana, Madrid, 1982, pp. 44-46; Hidalgo Martín, L. A., Méndez Grande, G., “Octavius Clarus: un nuevo Vicarius Hispaniarum en Augusta Emerita”, Mérida excav. arqueol, 2002, 8, (2005), p. 559. 1708 Perturbator ecclesiarum. 1709 Per atrocem exsecutionem deduci trepidus profugit ad Gallias. 1710 Gregorium praefectum. El prefecto del pretorio de las Galias tuvo su residencia en Tréveris hasta 407. 1711 Rapi ad se turbarum auctores iubet ac de omnibus ad imperatorem refert. 339 R. Serrano Madroñal a sucumbir por el capricho y la opulencia de unos pocos. De nuevo los herejes emplearon sus artificios, y ofrecida una gran suma de dinero a Macedonio1712, lograron que el emperador arrebatase la potestad de este asunto al prefecto, pasando al vicario de las Hispanias1713, puesto que ya no eran gobernadas por un procónsul1714. Así pues, se dio orden de que Ithacio (que se encontraba en Tréveris con el prefecto1715) regresara a las Hispanias. Ya entonces se multiplicaba el rumor1716 de que Máximo había asumido las riendas del Imperio en Britania y que pronto irrumpiría en las Galias. Ithacio, en una situación de incertidumbre, decide esperar la llegada del nuevo emperador1717. Cuando Máximo (383) entró victorioso en Tréveris1718, Ithacio se apresuró a él con ruegos, acusando a Prisciliano y a los suyos y cargándoles de impopularidad. El emperador, agitado1719 por el asunto, envía cartas al prefecto de las Galias y al vicario de las Hispanias con el mandato de celebrar un sínodo en Burdeos1720 que reuniese a todos los involucrados. Instancio y Prisciliano fueron allí conducidos1721, e Instancio fue el primero en defenderse; se justificó de modo insuficiente y fue considerado indigno del cargo episcopal1722. Sin embargo, Prisciliano no se presentó ante los obispos1723 y apeló al príncipe1724. 1712 Grandi pecunia Macedonio data. 1713 Imperiali auctoritate praefecto erepta cognitio Hispaniarum vicario deferretur. 1714 La Diócesis de Hispania, integrada dentro de la Prefectura de las Galias, estaba regida por un vicario afincado en Mérida. 1715 Tum in Treveris. 1716 Iam tum rumor incesserat. 1717 Novi imperatoris adventum exspectare. De nuevo, Severo habla de Máximo como emperador, nunca como usurpador. 1718 Maximus oppidum Treverorum victor ingressus est. 1719 Permotus imperator. 1720 Ad synodum Burdigalensem iubet. 1721 Deducti Instantius et Priscillianus. 1722 Se parum expurgabat, indignus esse episcopatu pronuntiatus est. 1723 Ne ab episcopis audiretur. 1724 Ad principem provocavit. 340 Tesis Doctoral Severo asegura que fue la inconstancia de los obispos1725 la que permitió esto, ya que ellos debían haber promulgado sentencia, o bien si se oponía a ser condenado en ausencia, debían haber reservado la audiencia ante otro sínodo; pero nunca debieron permitir que la causa de unos crímenes tan manifiestos fuese a desembocar en un juicio secular en la corte. Todos los acusados fueron conducidos ante el rey1726, junto a los obispos acusadores (Idacio de Mérida e Ithacio). El autor no reprendería el celo antiherético de ambos1727 si no hubiese llevado tan lejos el problema. A Sulpicio Severo, tanto los reos como los acusadores le disgustaban1728; de hecho, a Ithacio le define como descarado, charlatán, desvergonzado, derrochador, muy dedicado a la gula y al vientre1729. Su locura le llevó a procesar también a todos los santos varones1730 involucrados en el estudio de las Escrituras o en las prácticas ascéticas del ayuno, acusándoles de ser colaboradores o discípulos de Prisciliano1731. Este miserable (Ithacio) se atrevió a acusar abiertamente de herejía también al propio obispo Martín1732 de Tours, hombre comparable en santidad a los apóstoles de Cristo. Esto se explica porque Martín se encontraba del mismo modo en Tréveris1733 y no cesaba de increpar a Ithacio para que desistiera en sus acusaciones1734, rogando a Máximo que se abstuviera de la sangre de estos desdichados1735. Consideraba Martín que ya era más que suficiente la expulsión de los herejes de la clericatura, decretada 1725 Permissumque id nostrorum inconstantia. 1726 Omnes, quos causa involverat, ad regem deducti. 1727 Quorum studium super expugnandis haereticis non reprehenderem. 1728 Mihi tam reos quam accusatores displicere. 1729 Audax, loquax, impudens, sumptuosus, ventri et gulae plurimum impertiens. 1730 Omnes etiam sanctos viros. 1731 Priscilliani socios aut discipulos. Téngase en cuenta que Martín de Tours, el modelo de santidad para Sulpicio Severo, era un obispo totalmente asceta que vivía como un monje. 1732 Martino episcopo. 1733 Tum Martinus apud Treveros constitutus. 1734 Non desinebat increpare Ithacium, ut ab accusatione desisteret. 1735 Maximum orare, ut sanguine infelicium abstineret. 341 R. Serrano Madroñal por un sínodo1736, y que el hecho de que una causa de la Iglesia fuese juzgada mediante un proceso secular1737 era un precedente cruel, nefasto e inaudito. Mientras Martín se mantuvo en Tréveris1738, se dilató la cognitio1739 e incluso muy poco antes de que se marchara, su honorable autoridad sobre Máximo1740 movió a que el emperador prometiese solemnemente que no acometería ninguna sentencia cruenta contra los reos1741. Sin embargo, muy poco después, el emperador fue pervertido1742 por la mala influencia de los obispos Magno y Rufo y remitió la causa al prefecto Evodio, hombre áspero y severo1743. Evodio sometió a un doble juicio a Prisciliano y fue condenado por maleficium1744; éste confesó o no negó haberse dedicado al estudio de doctrinas indecentes, tampoco negó haber conducido asambleas nocturnas de mujeres desvergonzadas1745 ni haber rezado habitualmente desnudo1746. Declarado culpable, fue apresado y el príncipe fue debidamente informado. Conocidas las actas del proceso en palacio, el emperador ordenó ejecutar a Prisciliano y a sus colaboradores1747. Ithacio, observando lo enormemente odioso que se haría entre los obispos1748 si asistía como acusador1749 al juicio definitivo donde la pena capital sería pronunciada (la causa 1736 Episcopali sententia. 1737 Ut causam ecclesiae iudex saeculi iudicaret. 1738 Usque Martinus Treveris fuit. 1739 En Derecho romano, la cognitio era la causa en proceso, aún sin sentencia firme ejecutada. 1740 Egregia auctoritate a Maximo. 1741 Nihil cruentum in reos constituendum. 1742 Imperator…depravatus. 1743 Viro acri et severo. Téngase en cuenta que desde Constantino, las sentencias del prefecto del pretorio no podrían ser apeladas. Evodio fue prefecto del pretorio de las Galias entre 384-386. 1744 Convictumque maleficii. La brujería era un crímen muy grave perseguido por la jurisdicción civil. Implicaba confiscación de bienes. Vid. CTh. 9. 16. 3; 9. 16. 4; 9. 16. 6; 9. 16. 9; 9. 16. 10; 9. 16. 11; 9. 38. 3; 9. 38. 7; 9. 38. 8; 9. 40. 1. 1745 Nocturnos etiam turpium feminarum egisse conventus. 1746 Nudumque orare solitum. 1747 Priscillianum sociosque eius capite damnari oportere. 1748 Ithacius videns, quam invidiosum sibi apud episcopos foret. 1749 Accusator. 342 Tesis Doctoral debía ser oída dos veces1750), se apartó del proceso, pero esta maniobra no fue más que una estratagema puesto que el crimen ya estaba consumado. Máximo asignó el papel de acusador a un cierto Patricio, patronus fisci1751. Persistiendo en la condena, Prisciliano fue sentenciado a muerte1752 junto con Felicísimo y Armenio, que recientemente habían desertado como clérigos de la Iglesia Católica para seguir a Prisciliano. Latroniano y también Euchrotia fueron ejecutados mediante la espada1753. Instancio, condenado por los obispos en el sínodo de Burdeos, fue deportado in Sylinancim insulam1754, ubicada más allá de Britania1755. Se procedió a continuación a enjuiciar al resto, y los condenados Asarivo y el diácono Aurelio también perecieron a espada1756. Tiberiano, despojado de sus bienes1757, fue deportado a las mismas islas Sorlingas. Tértulo, Potamio y Juan, personas tan pobres y dignas de misericordia1758 ya que confesaron su culpabilidad y la de sus socios antes de la quaestio1759, fueron exiliados temporalmente en las Galias. De este modo, hombres indignos de ver la luz, en un pésimo ejemplo1760, fueron ejecutados o castigados con la deportación. En principio1761 se alegó, para justificar estas ejecucuciones, la defensa del bien público y la autoridad de la justicia1762 pero pronto Ithacio fue encausado y finalmente convicto. Rechazando la responsabilidad de sus actos sobre los condenados, defendió que su actuación simplemente seguía 1750 Iterari iudicium necesse erat. Sulpicio Severo fue un instruido abogado, por lo que no debemos dudar sobre la exactitud de los procedimientos judiciales que relata. 1751 Per Maximum accusator apponitur Patricius quidam, fisci patronus. 1752 Priscillianus capitis damnatus est. 1753 La decapitación a espada era una ejecución rápida y algo más compasiva, reservada a ciudadanos romanos. 1754 Las islas Sorlingas se ubican en el confín occidental del canal de la Mancha. 1755 Quae ultra Britannias sita est. 1756 Gladio. 1757 Ademptis bonis. 1758 Tamquam viliores personae et digni misericordia. 1759 Ante quaestionem. La indagatoria o quaestio romana implicaba tormento, con el objetivo de dilucidar el delito capital. 1760 Pessimo exemplo. 1761 Initio. 1762 Iure iudiciorum et egregio publico defensum. 343 R. Serrano Madroñal mandatos y consejos1763 ajenos. Fue el único obispo acusador que fue desposeído de su cargo sacerdotal1764. Idacio de Mérida, aunque menos culpable, abdicó voluntariamente de su sede episcopal1765. Este acto hubiese sido sabio y modesto, si a continuación no hubiera tratado de recuperar el lugar que había dejado1766. Por lo demás, la muerte de Prisciliano1767, lejos de reprimir la herejía que había hecho brotar1768, la consolidó y la propagó más extensamente1769. Sus seguidores, que en principio le honraban como santo, comenzaron a venerarle como un mártir1770. Los cuerpos de los ejecutados fueron conducidos de vuelta a las Hispanias1771, celebrando pomposos funerales. Incluso jurar por Prisciliano fue considerado como un acto de extrema observancia religiosa1772. Concluye Severo reconociendo que quince años después1773 (400) de las ejecuciones de Tréveris, las disensiones en el seno de la Iglesia no se han extinguido. 1763 Mandato et consiliis. 1764 Solus tamen omnium episcopatu detrusus. 1765 Sponte se episcopatu abdicaverat. 1766 Sapienter id et verecunde, nisi postea amissum locum repetere temptasset. 1767 Priscilliano occiso. 1768 Non solum non repressa est haeresis quae illo auctore proruperat. 1769 Sed confirmata latius propagata est. 1770 Sectatores eius, qui eum prius ut sanctum honoraverant, postea ut martyrem colere coeperunt. 1771 Peremptorum corpora ad Hispanias relata. 1772 Iurare per Priscillianum summa religio putabatur. 1773 Per quindecim annos. 344 Tesis Doctoral 5. 6. 6. Los priscilianistas en el Codex Theodosianus. 16. 5. 40: El día 22 de febrero del año 407, siendo emperadores Arcadio y Honorio, se promulgaba un edicto donde se hace referencia a consideraciones ya publicadas desde la cancillería imperial sobre el donatismo. Especialmente1774, se comprometen también a perseguir con la más merecida severidad a los maniqueos o frygas o priscilianistas1775. Así, nada tengan en común el resto, desde las costumbres y las leyes, con este género de hombres. Podemos deducir que esta ley equipara a los maniqueos, a los montanistas y a los priscilianistas. Sin embargo, esta asimilación no es precisa. El montanismo1776 de Frigia sería la corriente más antigua, remontando su origen al siglo II. Un cierto Montano, que da nombre al movimiento, creyó anunciar profecías a través de revelaciones extáticas. Se unieron a él después dos mujeres (Prisca y Maximila) que también comenzaron a profetizar, advirtiendo sobre el advenimiento inminente de la Jerusalén celestial. A diferencia de gnósticos y maniqueos, los montanistas no pretendían configurar ninguna doctrina nueva sino más bien acentuar aspectos olvidados del cristianismo más primitivo y rigorista, como la παρουσία (la segunda venida de Cristo a la tierra) o el profetismo. No obstante, el hecho de que Montano se considerase un nuevo Paráclito que continuaba la revelación evangélica mediante sus profecías no fue aceptado de ningún modo por la ortodoxia. El propio Tertuliano fue montanista durante algún tiempo y por ello es uno de los pocos Padres de la Iglesia no canonizado. Por su parte, los maniqueos consideraban que el sabio persa Manes, en el siglo III, fue el último profeta enviado por Dios a la humanidad. Las comunidades maniqueas estaban divididas en dos sectores, los electi (vegetarianos, célibes y ascetas) y los auditores (encargados de imitar el modelo de los electi). En una fusión doctrinal con el el dualismo zoroástrico, el cristianismo y el gnosticismo, asociaron el espíritu de los seres humanos con Dios y el cuerpo y todo lo carnal con el demonio. Visto lo expuesto hasta el momento, quizás el priscilianismo pudiera tener más elementos en común con el maniqueísmo que con el montanismo, pero esto no permite asimilar estas tres corrientes religiosas diferenciadas. 1774 Praecipue. 1775 Tamen manichaeos vel frygas sive priscillianistas meritissima severitate persequimur. 1776 Trevett, C., Montanism: Gender, Authority and the New Prophecy, Cambridge, 1996; Tabbernee, W., Prophets and Gravestones: An Imaginative History of Montanists and Other Early Christians, Peabody, 2009. 345 R. Serrano Madroñal 16. 5. 40. 5: El mismo día 22 de febrero de 407 se decreataba del mismo modo que todo testamento o codicilo o carta o cualquier tipo de documento de última voluntad procedente de un maniqueo o fryga o priscilianista que fuese condenado1777, sea invalidado1778. 16. 5. 43: El 15 de noviembre del 408, siendo emperadores Honorio y Teodosio II, se promulga que todos los decretos emitidos por la autoridad de las leyes generales contra los donatistas, que también son llamados montenses, contra los maniqueos o los priscilianistas o contra los paganos1779, no sólo han de permanecer en vigor sino que deberán ser cumplidos en la máxima plenitud de sus efectos1780. En cuanto a los edificios de éstos o también de los celícolas1781, que mantienen reuniones de algún nuevo dogma desconocido, serán reclamados para las iglesias1782. 16. 5. 48: El 21 de febrero de 410 se decretaba que los montanistas, los priscilianistas y otros géneros análogos de execrables supersticiones1783, que menosprecian los castigos de las venganzas que han sido promulgados a través de numerosos y sacros edictos imperiales1784, bajo ningún concepto deberán ser admitidos en los juramentos de la milicia, que actúa bajo el servicio de nuestros mandatos1785. Pero si alguno de éstos es de origen curial1786, o está ligado a los ordines1787, o está sujeto en obediencia y en funciones a la milicia cohortal1788, deberá permanecer1789 ejerciendo sus deberes y servicios. 1777 Testamento sive codicillo sive epistula sive quolibet genere reliquerit voluntatis qui aut manichaeus aut fryga aut priscillianista fuisse convincitur. 1778 Irrita sit. 1779 In donatistas, qui et montenses vocantur, manichaeos sive priscillianistas vel in gentiles. 1780 Non solum manere decernimus, verum in executionem plenissimam effectumque deduci. 1781 Aedificia quoque vel horum vel caelicolarum etiam. 1782 Qui nescio cuius dogmatis novi conventus habent, ecclesiis vindicentur. Los celícolas son etimólogicamente los “adoradores del cielo”. Se cree que pudieron ser apóstatas que regresando a las doctrinas del judaísmo, rendían un culto supersticioso a los ángeles, como espíritus motores de los astros. 1783 Montanistas et priscillianistas et alia huiuscemodi genera nefariae superstitionis. 1784 Per multiplicata scita divalia diversa ultionum supplicia contemnentes. 1785 Ad sacramenta quidem militiae, quae nostris obsecundat imperiis, nequaquam admitti censemus. 1786 Ex his curialis origo. 1787 Ordinum nexus. 346 Tesis Doctoral Se ordena esto para que no obtengan para sí las sanciones, bajo pretexto de condena religiosa, de la deseada exención del servicio1790. 16. 5. 59: El día 9 de abril de 423, siendo emperadores todavía Honorio y Teodosio II, se decretaba que los maniqueos y los fryges, a los que llaman pepyzitas o priscilianistas o bien emplean otra designación más latente o velada1791, y del mismo modo los arrianos, y los macedonianos, eunomianos, novacianos y sabacianos, y el resto de herejes deberán saber1792 que todos los privilegios que les han sido prohibidos por la autoridad de las sanciones generales se les continuarán negando mediante esta constitución1793. En su celo antiherético, la legislación imperial tiene muy claro que su cometido es la defensa a ultranza de la ortodoxia nicena, pero no tiene ningún interés en matizar las diferencias entre las distintas desviaciones heréticas. En este caso, incluye a credos tan heterogéneos como el arrianismo (no trinitario y partidario de que Jesucristo no existió siempre y fue creado por el Padre, al que quedó subordinado), macedonianismo (negaba la consustancialidad del Espíritu Santo, en tanto en cuanto fue una criatura del Hijo, inferior a éste), eunomianismo (rama extremista procedente del arrianismo que consideró necesario rebautizar a los trinitarios y que se opuso al culto a los mártires y a sus reliquias), novacianismo (secta rigorista totalmente contraria a la reinserción de los lapsi y partidaria de iterar el bautismo), sabacianismo (rama novaciana que celebraba la pascua como los judíos). 1788 Aut cohortalinae militiae illigat obsequiis et functionibus. La milicia cohortal se empleaba como fuerza policíaca que garantizaba el orden y el cumplimiento de las leyes. 1789 His adstringi praecipimus. 1790 Ne sub colore damnatae religionis eliciant vacationis cupitae sibi suffragia. Una vacatio conlleva privilegios, exención o inmunidad. 1791 Manichaei et fryges, quos pepyzitas sive priscillianistas vel alio latentiore vocabulo appellant. 1792 Arriani itidem macedonianique et eunomiani, novatiani ac sabbatiani ceterique haeretici sciant. 1793 Sibi hac quoque constitutione denegari. 347 R. Serrano Madroñal 16. 5. 65. 2: El día 30 de mayo de 428, siendo emperadores Teodosio II y Valentiniano III, se decretaba que no todos han de ser doblegados con la misma severidad1794. De hecho, a los arrianos, macedonianos y apollinarianos1795, cuyo crimen1796 reside en su equivocación1797 a través del pernicioso estudio1798 y en creer mentiras1799 sobre la fuente de la verdad1800, no se les permitirá tener iglesia dentro de ninguna ciudad1801. Por otra parte1802, los novacianos y sabacianos deberán ser privados1803 de toda licencia de alteración, si por casualidad lo intentaran. Específicamente, los eunomianos, valentinianos1804, montanistas o priscilianistas, fryges, marcionistas1805, borborianos1806, messalianos1807, euquitas1808 o enthusiastas1809, donatistas, audianos1810, hidroparastates1811, tascodrogitas1812, fotinianos1813, paulianos1814, 1794 Non omnes eadem austeritate plectendi sunt. 1795 Como reacción contra el arrianismo, esta doctrina reivindicó que Cristo no tuvo un alma humana, sustituida por el mismo Dios, cuestionando así su naturaleza como hombre. 1796 Facinus. 1797 Decepti. 1798 Nocenti meditatione. 1799 Credunt mendacia. 1800 De veritatis fonte. Se refiere el texto probablemente a Cristo o al dogma ortodoxo de la trinidad. 1801 Intra nullam civitatem ecclesiam habere liceat. 1802 Autem. 1803 Adimatur. 1804 Se refiere a las corrientes gnósticas que seguían las doctrinas de Valentín. 1805 La ley registra marcianistae. 1806 Otra secta gnóstica. 1807 Secta cristiana que mantenía la posibilidad de percibir a través de los sentidos la substancia divina, siendo esta percepción sensorial de la esencia de Dios la que llevaba a los cristianos a alcanzar la perfección. Tan sólo la oración podía salvar la influencia del mal en la humanidad. Como los maniqueos, tenían “perfectos” o modelos de conducta de ambos sexos. 1808 Otro nombre que designaba a los messalianos. 1809 Otro sinónimo de la misma secta de los messalianos. 1810 Igual que los sabacianos, celebraban la pascua como los judíos. 1811 Corriente ascética asociada con el maniqueísmo. 1812 Secta montanista. 348 Tesis Doctoral marcelianos1815 y maniqueos, que alcanzaron la más profunda depravación de todos estos crímenes1816, en ningún lugar que pertenezca al Imperio romano tengan facultad de reunirse y orar o predicar su error1817. Los maniqueos, además, sean expulsados de las ciudades1818. Así pues, el propio Estado romano combatió al priscilianismo como al resto de herejías durante el primer tercio del siglo V mediante la marginación, impidiendo que los seguidores del fallecido Prisciliano (siempre que fuesen identificados como tales) pudiesen legar testamento, y evitando que contasen con espacios de reunión. Asimismo, no se les admitió en el ejército aunque tampoco se les eximió de sus deberes con las curias municipales o con la milicia cohortal. 5. 6. 7. La epístola “saepe me” de Inocencio I. A finales del 401, Inocencio I fue elevado como pontífice romano por unanimidad entre el clero y el pueblo. Desde el principio se mostró especialmente preocupado por la pureza de la fe católica y se enfrentó contra los novacianos y los fotinianos en la urbs. Muy probablemente, Inocencio I está detrás de toda la legislación antiherética de Honorio, donde se combatió entre otras sectas al priscilianismo. El obispo Hilario y el presbítero Elpidio viajaron a Roma y allí informaron a Inocencio sobre la intransigencia de algunos obispos de la Baetica y la Carthaginensis, que se habían negado a aceptar la reincorporación de los priscilianistas arrepentidos (desobedeciendo los cánones toledanos), rompiendo la comunión de la iglesia hispana1819. 1813 Esta corriente atentaba contra el dogma trinitario al considerar al Padre distinto del Hijo y del Espíritu Santo. 1814 Profesaban un modalismo de tipo monarquiano que atentaba también contra el dogma de la trinidad. 1815 Partidarios de una suerte de sabelianismo contrario a la trinidad. 1816 Qui ad imam usque scelerum nequitiam pervenerunt. 1817 Nusquam in Romano solo conveniendi orandique habeant facultatem. 1818 Manichaeis etiam de civitatibus expellendis. 1819 Dunn, G. D., “Innocent I and the First Synod of Toledo” en Dunn, G. D. (ed.), The Bishop of Rome in Late Antiquity, London-New York, 2015, p. 89 ss. 349 R. Serrano Madroñal Como reacción, antes de 408/409, se dirigió (ep. 3) a todos los obispos que se congregaron el el primer sínodo toledano1820 algún tiempo atrás para solucionar los problemas de disensión y de disciplina eclesiástica que existían en estas provincias. En esta epístola, el pontífice considera que la secta de Prisciliano1821 fue correctamente1822 condenada por execrable1823 y por la unanimidad de todos1824. Una vez reintegrados en la fe católica1825 los que fueron reconducidos por el más saludable consejo1826, nos dimos cuenta de que padecíamos a algunos,1827 (oh, terrible enfermedad)1828, y se descubrió que a éstos les desagradaban los hechos beneficiosos y la misma paz de las iglesias1829. Mencionando la rectificación de Sinfosio y de Dictinio, reprende a este sector intransigente por ocasionar la ruptura de la paz eclesiástica1830. 5. 6. 8. La epístola 126 de Jerónimo. En el año 411, desde Belén, Jerónimo escribe una carta destinada a Marcelino y Anapsychia. Estos dos individuos residentes en África habián preguntado previamente a Jerónimo por el origen de las almas. En su respuesta, el doctor de la Iglesia les recuerda que ya el filósofo Pitágoras, todos los platónicos y Orígenes1831 pensaron que descendían del cielo1832. 1820 Universis episcopis in Toletana synodo constitutis. 1821 Secta Priscilliani. 1822 Merito. 1823 Detestabili…damnata. 1824 Omnium…consensione. 1825 Receptos in catholicam fides. 1826 Qui consilio saniore conversi sunt. 1827 Aliquos tulisse cognovimus. 1828 Aegerrime. El autor se lamenta con este vocativo. 1829 Quibus factum utile et ipsam ecclesiarum pacem displicuisse detegitur. 1830 Dunn, G. D., Mayer, W. (eds.), Christians Shaping Identity from the Roman Empire to Byzantium, Leiden-Boston, 2015, p. 274. 1831 Pythagoras philosophus, omnesque Platonici, et Origenes. 350 Tesis Doctoral Por su parte, los estoicos, el maniqueísmo y la herejía hispana de Prisciliano creyeron que era una porción de la propia sustancia de Dios1833. Descartando también que todas las almas fuesen creadas al comienzo del mundo y guardadas entre los tesoros de Dios para ser con posterioridad distribuidas en los cuerpos, advierte que en el evangelio de Juan1834 se puede extraer que Dios trabaja cada día creando almas y las distribuye en los cuerpos1835 en el mismo instante en el que son formados. Sin profundizar más en la cuestión, Jerónimo les remite a los libros que él mismo escribió contra Rufino1836 o bien les aconseja acudir ante la presencia de Agustín de Hipona, santo y erudito obispo1837 al que podrían escuchar de viva voz en África. 5. 6. 9. La epístola 36 de Agustín de Hipona. Con posterioridad al 397, Agustín escribía una carta al joven presbítero Casulano con el objetivo de responderle si era lícito o no ayunar en sábado. Reconociendo que no hay nada taxativo al respecto en la Escritura, advierte que ayunar en domingo sí causaría escándalo en la Iglesia por ser contrario a la tradición. Menciona un tratado sobre algún individuo procedente de Roma ( el Úrbico) al que Casulano quiso mantener en el anonimato, y que criticó la falta de ayuno (especialmente del sabático1838), tan sólo excluyendo el domingo. Agustín refutó estos preceptos y no consideró obligatorio el ayuno sabático, pero con respecto al domingo, el autor africano pensó que era el día más idóneo para romperlo. Sin embargo, nos relata que la detestable herejía de los maniqueos ha impuesto a sus 1832 Lapsa de coelo. 1833 Propria Dei substantia, ut Stoici, Manichaeus, et Hispana Priscilliani haeresis suspicantur. Esta atribución a la doctrina priscilianista no parece falsa, teniendo en cuenta la confesión de Dictinio. 1834 5,17: “Y Jesús les respondió: Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. 1835 Quotidie a Deo fiant, et mittantur in corpora, secundum illud, quod in Evangelio scriptum est. 1836 Olim enim editi sunt, multis Ruffini libris adversus calumnias respondentes. Rufino llegó a acusar falsamente a Jerónimo de sostener el dogma origenista, cuando éste tan sólo aceptaba a Orígenes como exégeta. 1837 Virum sanctum et eruditum Augustinum Episcopum. 1838 Probablemente, este romano estaba influenciado por las predicaciones de Pedro y por la fuerte tradición judía que arrastraba el apóstol. 351 R. Serrano Madroñal auditores el domingo como día legítimo para ayunar1839. Por su parte, los priscilianistas, muy parecidos a los maniqueos, suelen ayunar el domingo1840 y se justifican con un pasaje de los Hechos de los Apóstoles1841, donde Pablo de Tarso partió el pan entre sus discípulos el primer día de la semana (domingo), pero alargando el discurso y la enseñanza hasta la medianoche sin llegar a comer. Agustín combate también como precepto dogmático el ayuno dominical puesto que el apóstol nunca lo estableció como norma. 5. 6. 10. La consulta/advertencia de Orosio. Entre 409/414 Orosio escribió una consulta o advertencia sobre el error de los priscilianistas y origenistas1842 a Agustín de Hipona1843. El presbítero hispano ya le había expuesto con anterioridad1844 el problema, pero con este trabajo se disponía a compilar todos los “árboles de las perdiciones”. Habiendo dejado su patria (por el acoso de los bárbaros o por la necesidad de ayuda contra las herejías) alcanzando África, reconoce haber sufrido más por doctores depravados que por los cruentísimos enemigos1845. Prisciliano, más miserable aún que los maniqueos1846, confirmó también su herejía a partir del Antiguo Testamento1847. 1839 Detestabilis… haeresis Manichaeorum qui suis auditoribus ad ieiunandum istum tanquam constituerunt legitimum diem. Agustín conocía perfectamente el maniqueísmo puesto que él fue maniqueo hasta su conversión en Milán. 1840 Priscillianistae, Manichaeorum simillimi, ad ieiunandum die dominico solent. 1841 20, 7-11: “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, habiendo de salir al día siguiente; y alargó el discurso hasta la medianoche. Y había muchas lámparas en el aposento alto donde estaban reunidos; y un joven llamado Eutico, que estaba sentado en la ventana, rendido de un sueño profundo, por cuanto Pablo disertaba largamente, vencido del sueño cayó del tercer piso abajo, y fue levantado muerto. Entonces descendió Pablo y se echó sobre él, y abrazándole, dijo: No os alarméis, pues está vivo. Después de haber subido, y partido el pan y comido, habló largamente hasta el alba; y así salió”. 1842 Consultatio sive commonitorium ad Augustinum de errore Priscillianistarum et Origenistarum. 1843 Vid. Martínez Cavero, P., Beltrán Corbalán, D., González Fernández. R., “El Commonitorium de Orosio. Traducción y comentario”, Faventia 21, 1, 1999, pp. 65-83. 1844 Iam quidem suggesseram sanctitati tuae. 1845 Gravius a doctrobibus pravis quam a cruentissimis hostibus. 1846 Priscillianus…in eo Manichaeis miserior, quod ex veteri testament haeresim confirmavit. 352 Tesis Doctoral Enseñó que el alma, que nace de Dios1848, progresa desde un depósito1849, declara ante Dios que combatirá1850 y es instruida por los ángeles1851. Descendiendo a través de unos círculos1852, es capturada por principados malignos1853 y empujada hasta cuerpos diversos1854 siguiendo la voluntad del príncipe vencedor1855 e inscrita en éstos como compromiso1856. Del mismo modo, afirmó que la perniciosa influencia de los astros1857 prevaleció hasta que Cristo acabó con esta atadura1858 en la cruz mediante su pasión1859. Citando en teoría palabras textuales de Prisciliano1860, nos habla del primer círculo de Dios1861, y del compromiso1862 inicial de distribuir las almas en la carne, que está en manos de los patriarcas1863, con el consenso de Dios y de los ángeles. No obstante, las 1847 Algunos maniqueos, como buena parte de los gnósticos, distinguieron entre el Dios del Nuevo Testamento (positivo) y el Yahvé del Antiguo Testamento (negativo). 1848 Animam, quae a deo nata. Jerónimo confirma lo expuesto por Orosio y por la propia confesión de Dictinio. 1849 Promptuario. Jerónimo asoció esta misma idea a Tertuliano. 1850 Profiteri ante deum se pugnaturam. 1851 Instrui…angelorum. 1852 Descendentem per quosdam circulos. 1853 A principatibus malignis capi. 1854 In corpora diversi contrudi. 1855 Et secundum voluntatis victoris principis. 1856 Eisque adscribi chirographum. Con el término chirographum o manuscrito de compromiso, trata de explicar Orosio que los priscilianistas consideraron que el alma atrapada mantenía una atadura con ese maligno principado celeste. Esto llevó a la identificación entre priscilianismo y astrología. En caso de que fuese cierto que compartían estas creencias, la influencia gnóstica es visible. 1857 Mathesim. 1858 Hoc chirographum solverit Christus. 1859 Per passionem suam. 1860 Priscillianus in quadam epistula sua dicit. 1861 Primum dei circulum. 1862 Chirographum. 1863 Patriarchae tenent. 353 R. Serrano Madroñal almas también padecían con posterioridad las ataduras de la milicia zodiacal1864, generando una disputa interior entre los principados del siglo y las disposiciones de los santos1865. De aquí transmitió que los nombres de los patriarcas eran miembros del alma1866, con Rubén en la cabeza, Judá en el pecho, Leví en el corazón, Benjamín en los muslos, etc. Frente a éstos, los signos astrales estaban dispuestos en los miembros del cuerpo1867, aries en la cabeza, tauro en el cuello, géminis en los brazos, cáncer en el pecho, etc. Además, consideró que las tinieblas fueron eternas1868 y que el príncipe del mundo1869 procedía de las mismas. Del mismo modo que Agustín en su epístola 237, Orosio reincide en el uso que hacían los priscilianistas del himno apócrifo Memoria apostolorum, donde el salvador era interrogado por sus discípulos en secreto1870. En este texto excluido del cánon, se podían leer cosas sobre el príncipe de los elementos húmedos y el príncipe del fuego1871, dando a entender que la lluvia o los truenos eran provocados indirectamente por Dios, aunque emanaban directamente de estas entidades. Haciendo alusión a sus posturas no trinitarias1872, Orosio advierte que eliminaban la conjunción “y” de la fórmula, y predicaban que Padre, Hijo, Espíritu Santo era Cristo único1873. 5. 6. 11. La respuesta de Agustín a Orosio. 1864 Formalis militiae. Debemos interpretar el término formalis como lo relativo a lo carnal, vinculado con el influjo de los principados malignos celestes. 1865 Principatus saeculi / sanctorum dispositiones. 1866 Nomina patriarcharum membra esse animae. 1867 In membris corporis caeli signa esse disposita. 1868 Tenebras aeternas. 1869 Principem mundi. Todo esto, de ser ciertamente difundido por Prisciliano, atentaría contra el dogma del Dios creador de todas las cosas y contra la tesis del ángel caído, adoptando elelementos más propios del maniqueísmo. 1870 Ubi salvator interrogari a discipulis videtur secreto. 1871 De principe humidorum et de principe ignis. 1872 Trinitatem autem solo verbo loquebatur. 1873 Patrem, filium, spiritum sanctum…esse unum Christum. 354 Tesis Doctoral Ya desde el principio, el obispo de Hipona remite (en su respuesta elaborada en 415) a varios de sus opúsculos como herramienta útil para rechazar la herejía de los priscilianistas1874. Negando taxativamente que el alma sea parte de la sustancia de Dios, refuta el dogma priscilianista1875. Para Agustín no supone ningún reto desmentir la vanidad sacrílega1876 del heresiarca, pero ciertamente encuentra dificultades en explicar que se trata de una creación divina que no procede de la nada, puesto que la voluntad de Dios no es la nada. No duda en definir los postulados no trinitarios del priscilianismo como un resurgir del antiguo dogma sabeliano1877. No obstante, muestra su alarma sobre el hecho de que esto se haya combatido con los libros de Orígenes1878, puesto que la enfermedad ha de erradicarse con la cura y no con una nueva enfermedad. 5. 6. 12. La epístola 166 de Agustín. En la primavera del 415, Agustín informaba a Jerónimo de Estridón sobre la inminente llegada del presbítero Orosio a Belén, recomendado por él mismo. De la misma manera que Orosio acudía a Jerónimo para extraer enseñanzas, Agustín también le formula una serie de inquietudes. Especialmente preocupado por la condena de las almas de los niños que perecen sin haber sido bautizados, recuerda sus escritos contra los maniqueos, en un tiempo en el que aún no había oído hablar de los priscilianistas1879. Para el obispo africano, las blasfemias de los priscilianistas no son muy distintas de las que fabulaban los maniqueos1880. 1874 Quae valeant adversus haeresim Priscillianistarum. 1875 Priscilliani dogma. 1876 Sacrilegam vanitatem. 1877 Priscillianus sabellianum antiquum dogma restituit. 1878 La exégesis bíblica de Orígenes se muestra claramente contraria al sabelianismo. 1879 De Priscillianistis adhuc nihil audieram. 1880 Qui non multum ab istis dissimiles blasphemias fabulantur. Es cierto que los maniqueos contemplaron el alma como partícula de luz, es decir, como partícula de Dios; Dictinio confesó creencias similares en este aspecto. 355 R. Serrano Madroñal 5. 6. 13. La epístola 133 de Jerónimo. En las mismas fechas (415), el Padre de la Iglesia se dirigía a un cierto Ctesiphon en una carta plagada de argumentos contrarios al pelagianismo1881. Considerando los precedentes de esta osada herejía, nos habla de los “elegidos” en el seno del maniqueísmo, que alcanzando el cielo junto a las almas de Platón, creen estar exentos de cualquier tipo de pecado y muy por encima de las obras desordenadas de la carne. Asocia el autor la infamia de Prisciliano en Hispania1882 con la facción de Manes1883, probablemente estimada por los pelagianos, en tanto en cuanto todos reivindicaban la posibilidad de alcanzar la perfección libre de pecado. Cuando los priscilianistas están confinados a solas con sus mujercitas1884, cantan1885 a Virgilio1886 entre coito y abrazo1887: “Baja entonces el padre omnipotente, el éter, al regazo de la esposa, en fecundantes lluvias que la alegran y estrechándola inmenso en magno abrazo, sus gérmenes nacientes vivifica1888”. A continuación, señala al gnosticismo de Basílides1889 como antecedente directo del priscilianismo, corriente de la que ya no quiere hablar más, condenada por la espada secular y por la autoridad de todo el orbe1890. 1881 El pelagianismo negó la existencia del pecado original, que tan sólo afectó a Adán, comprometiendo así el sentido del bautismo. Además, descartó la importancia de la gracia en la salvación, focalizando su doctrina en la importancia de las buenas obras. 1882 Priscillianus in Hispania. 1883 Pars Manichaei. 1884 Soli cum solis clauduntur mulierculis. 1885 Decantant. 1886 Georg. 2. 325-327. 1887 Inter coitum amplexusque. El hecho de que ciertos gnósticos, maniqueos y priscilianistas se rodeasen de mujeres responde a la lógica de sus propias creencias: todo ser humano (hombre/mujer) tiene un alma de esencia divina y un cuerpo contaminado. De acuerdo con estas mismas creencias, no parece excesivamente verosímil que practicasen ritos orgiásticos, símbolo por antonomasia de lo carnal. Por su parte, en caso de que fuese cierto que recitasen a Virgilio, no lo harían de ningún modo desde una óptica pagana. 1888 Tum pater omnipotens foecundis imbribus aether/ Coniugis in gremium laetae descendit: et omnes/ Magnus alit, magno commixtus corpore, foetus. 1889 De Basilidis impietate venientem. Podemos aceptar que gnósticos basilidianos y priscilianistas coincidiesen (con matices) en que Cristo liberó las almas del chirographum al que estaban atadas, pero 356 Tesis Doctoral En otra acometida contra el pelagianismo, Jerónimo emite un discurso ciertamente misógino en el que trata de destacar la participación de las mujeres en la difusión de un gran número de herejías: Simón el mago se sirvió de Helena1891, Nicolás de Antioquía anduvo siempre con una tropa de mujeres, Marción y Filomena, Montano y sus profetisas, Lucila y el donatismo, Ágape como instructora de Prisciliano1892. En esta ocasión, define a Prisciliano como profundo estudioso del mago Zoroastro1893, que de mago pasó a obispo1894, y que estuvo unido con Gala (era su nombre, no su gentilicio1895), cuya hermana1896 propagó una herejía muy similar a la de éstos. 5. 6. 14. La epístola del pontífice Zósimo. Durante el breve mandato (417-418) de este obispo romano, recordado frecuentemente por ser demasiado condescendiente en relación al enérgico Inocencio I, se absolvió a Pelagio. En su epístola IV aborda la ordenación ilícita de los obispos Urso y Tuentio, y decreta ante el resto de obispos de África, Galia e Hispania, que no sean éstos recibidos en la comunión de la Iglesia en ningún lugar1897. en muchos otros puntos estas dos corrientes no son conciliables (por ejemplo, su visión sobre el Antiguo Testamento). 1890 Qui et saeculi gladio, et totius orbis auctoritate damnatus est. 1891 Se trata del mito gnóstico del descenso de Sophia, ya tratado cuando analizamos el gnosticismo valentiniano. 1892 Successoremque qui Priscillianum habuit. 1893 Zoroastris magi studiosissimum. Con esta acusación, Jerónimo estrecha el nexo entre el dualismo mazdeísta de raigambre persa, el maniqueísmo, los magos originarios del zoroastrismo y la condena de maleficium que sufrió Prisciliano. 1894 Ex mago Episcopum. 1895 Cui iuncta Galla non gente, sed nomine. Jerónimo emplea el verbo iungo, que implica unión pero no en el sentido carnal ni matrimonial. 1896 Germanam. 1897 De Urso et Tuentio episcopis illicite ordinatis, ut nusquam in Ecclesiae communion suscipiantur. 357 R. Serrano Madroñal Parece ser que habían sido condenados previamente y que no se contó con el obispo metropolitano de Arlés1898 ni con los sacerdotes provinciales durante su nombramiento. Sobre Urso, no fue Zósimo especialmente explícito y se limitó a decir que su “error” no había sido enmendado. Sin embargo, con respecto a Tuentio afirma claramente que “ojalá1899 tan sólo fuesen evidentes1900 sus costumbres muy depravadas1901 y no añadiese también la superstición prisciliana1902”. La difusión del priscilianismo por la Diocesis Septem Provinciarum es un hecho confirmado por Sulpicio Severo. 5. 6. 15. Sobre la naturaleza y el origen del alma de Agustín. En una breve alusión en el libro tercero de su tratado, Agustín instaba a los católicos a rechazar creencias heréticas sobre la pérdida de méritos del alma cuando se unía con el cuerpo1903. Cuestionando la preexistencia del alma antes de nacer, reprueba estas ideas ya condenadas por la Iglesia Católica sostenidas por herejes antiguos y no tan antiguos como los proscilianistas1904. 5. 6. 16. La epístola de Consencio a Agustín. 1898 Durante el pontificado de Zósimo, la sede metropolitana de Arlés obtuvo la prerrogativa de consagrar a los obispos de toda la provincia Viennensis, Narbonensis I y II, generando protestas por parte de los metropolitanos (Próculo de Marsella y Lázaro de Aix) de estas dos últimas regiones. Vid. Piay Augusto, D., “Acercamiento prosopográfico al priscilianismo”, Antigüedad y Cristianismo, 23, 2006, pp. 601-625, (613). 1899 Utinam. 1900 In Tuentio…patuisset. 1901 Pravi tantum mores. 1902 Non etiam priscilliana superstitio. 1903 Noli credere, nec dicere, nec docere, "animam meritum aliquod perdidisse per carnem, tamquam boni meriti fuerit ante carnem" 1904 Haec dogmata, quibus putatur anima ante carnem habuisse aliquem statum bonum et meritum bonum, si forte nescis, exceptis antiquis haereticis, etiam recentius in Priscillianistis iam catholica damnavit Ecclesia. 358 Tesis Doctoral En el año 419, Consencio escribía un informe para Agustín de Hipona con el objetivo de desenmascarar a los priscilianistas. El hecho de que Consencio actuara a petición de Patroclo de Arlés implica una aseveración: 1. El priscilianismo ya devastaba también las Galias1905 y era un problema preocupante para la ortodoxia sudgálica. Consencio encomendó a Frontón emprender una lucha contra los mencionados priscilianistas1906, que brotaban por Hispania1907 de tal modo que parecían los únicos inmunes1908 entre tantos bárbaros1909. Todo parece indicar que Consencio, a instancias de Patroclo de Arlés, ideó un plan para detectar a los priscilianistas: Frontón debía hacerse pasar por hereje para entrar en contacto con estas comunidades heréticas que permanecían ocultas. De este modo, en la ciudad de Tarraco1910, Frontón acude a la casa de Severa (mujer priscilianista1911). Allí se entera de que un presbítero llamado Severo1912, también oculto priscilianista, rico, poderoso y de gran cultura1913, fue asaltado en un viaje por unos bárbaros1914 que le robaron su equipaje. Estos bárbaros divisaron en dicho equipaje tres códices que contenían toda clase de sacrilegios1915 heréticos, y considerándolos de valor, se fueron a Lérida1916 a venderlos. Finalmente acabaron en manos de Sagicio, obispo de la misma ciudad1917. Este Sagicio, atraído por la deshonrosa y sacrílega ciencia de los cánticos mágicos1918 decidió quedarse con los originales, mandando una única síntesis (corregida de errores doctrinales) al 1905 Iam etiam Galliae vastabantur. 1906 Adversus memoratos Priscillianistas. 1907 Hispaniae scatent. 1908 Nihil egisse videantur. 1909 Circa eos tantum barbari. 1910 In civitate… Tarraconensi. 1911 Ad Severam illam haereticam. 1912 Severum quemdam presbyterum. 1913 Divitiis atque potentia, litteris etiam clarum. 1914 A barbaris. 1915 Tres codices immanes qui omnia sacrilegiorum genera continebant. 1916 Ad vicinam civitatem, cui Hilerda nomen est. 1917 Apud episcopum ipsius civitatis Sagittium reliquerunt. 1918 Magicorum carminum flagitiosam ac sacrilegam scientiam. 359 R. Serrano Madroñal metropolitano de Tarraco1919 (Ticiano), confesando por lo que pudiera pasar que pertenecía al presbítero Severo. Teniendo en cuenta que Severo era un presbítero dependiente de la diócesis de Huesca, el metropolitano envió el códice sospechoso (corregido por el turbio obispo ilerdense) a Siagrio, obispo oscense1920. Siagrio, de sinceridad católica aunque demasiado crédulo aceptó las mentiras y las excusas del cripto-priscilianista Severo. No obstante, Frontón estaba al corriente de todo gracias a las informaciones extraídas mediante su artimaña con Severa. Siendo así, denunció tanto a Severa como a Severo1921 a las autoridades eclesiásticas. Severo se apoyó en sus vínculos con el comes Asterio1922 para defenderse de estas acusaciones. Asimismo, nos dice Consencio que también Severa se cobijó en Asterio, puesto que una hija del comes era nieta de esta priscilianista1923. Acudiendo al pretorio de Asterio1924, negó todas las confesiones que pudo hacerle a Frontón. La poderosa facción de ocultos priscilianistas, emparentados con el comes, amenazaron a Frontón con un castigo ejemplarizante (ejecución) y disuasorio, y además envenaron a Asterio1925, adviertiéndole que Frontón había acusado de priscilianismo también a su propia hija. Todo parecía volverse contra Frontón, acosado ahora por todos en Tarraco como promotor de injurias, pero la ecuanimidad de Asterio y la bueno voluntad cristiana de Siagrio de Huesca, que finalmente fue también conocedor de toda la trama, pusieron en evidencia tanto a Severo como a Sagicio de 1919 Id est metropolitanum episcopum. 1920 Syagrio Oscensi episcopo. 1921 Adversus ipsam Severam omnium proditricem, mox adversus Severum presbyterum actionem accusationis institui. 1922 Illustris atque praecelsi viri, affinis sui, Asterii comitis. El texto origial describe al comes Asterio como varón ilustre y eminente. Con el empleo de la palabra affinis se indica que eran cercanos y afines, incluso con posibilidad de que existiese un parentesco familiar. Asterio fue comes de las Hispanias en un momento relativamente propicio, en el que los alanos y silingos habían sido derrotados por Walia y los suevos y los asdingos luchaban entre sí en el NO peninsular. Vid. Arce, J. op. cit., n. 613, p. 112. Kulikowsky, M. “The Career of the Comes Hispaniarum Asterius”, Phoenix, 54, 1-2, 2000, pp. 123-141. 1923 Ad neptis suae Asterii comitis filiae, potentissimae feminae auxilium convolaret. 1924 Receptaque in praetorium eius quod tantis militum vallaretur excubiis. El hecho de que el pretorio del comes en Tarraco estuviese plagado de soldados se explica también por la segunda usurpación de Máximo y por la campaña contra los vándalos en el NO, que originó la batalla de los montes Nervasos. 1925 Con la cita vir illustris Asterius comes cui tanti exercitus cura et tanti belli summa commissa est se confirma la intervención romana contra los vándalos en el NO, que logró levantar el asedio al que se vieron sometidos los suevos, pero no impidió su basculación hacia el sur. 360 Tesis Doctoral Lérida. Refiríéndose a la doctrina priscilianista que dio vida a aquellos códices como venenum, Frontón no consiguió que los poderosos cripto-priscilianistas que se escondían dentro de la propia iglesia hispana fuesen condenados y tuvo que pedir auxilio a Patroclo de Arlés, cuya clarísima constancia en la lucha contra estos herejes es alabada por todos1926. Concluido el relato de Frontón, el alarmado Consencio deposita su confianza en que pueda ser frenado el cáncer de esta doctrina1927 que se arrastra sigilosamente y se extiende por todo el orbe1928, manteniendo sin embargo ciertas discrepancias a la hora de aceptar comparación alguna entre los donatistas africanos y los priscilianistas hispanos. Éstos últimos no hacen alarde público y desafiante de su error y tiemblan cuando son sorprendidos en el sacrilegio1929. Sin duda este documento, desconocido hasta la publicación de Divjak en 1981, pone de manifiesto que hacia el 419 el priscilianismo pervivía oculto dentro de la propia iglesia católica hispana cobijado por las más altas esferas y no sólo en la Gallaecia rural dominada por bárbaros paganos o arrianos sino también en la mísmisima y muy romana Tarraconensis. 5. 6. 17. Contra mendacium de Agustín de Hipona. En respuesta a Consencio, Agustín escribió su tratado contra la mentira entre 419-421. En primer lugar, el obispo de Hipona felicita a Consencio por su celo antiherético pero a continuación le reprende por emplear la mentira como herramienta para detectar priscilianistas ocultos. Mentir es algo propio de priscilianistas1930, y no debería ser imitado por los fieles católicos. Éstos que a través del ejemplo de sus apócrifos1931 creen que el propio Cristo también fue un mentiroso no pueden contagiar con sus prácticas a los ortodoxos. 1926 Cuius clarissima in insectatione huius haereseos constantia laudabatur. 1927 Huius dogmatis cancer. 1928 Per universum iam orbem…occulte serpendo protentus est. 1929 Inter Hispanos qui deprehensi in sacrilegio trepidant. 1930 Priscillianistarum est enim. 1931 Memoria apostolorum. Vid. Schneemelcher, W. (ed.), New Testament Apocrypha, Louisville-London, 1991, p. 376 ss. 361 R. Serrano Madroñal Con respecto a la cuestión de que los priscilianistas fingen ser católicos para ocultar su veneno1932, considera Agustín que esto es menos pernicioso para la Iglesia católica que los propios católicos comiencen a atentar contra la verdad, aunque sea como medio para identificar desviaciones. Profundizando en este tipo de estrategia con la que no está de acuerdo, hace referencia al obispo Dictinio, el conocido priscilianista que se retractó en el primer sínodo toledano. A su juicio, hacerse pasar por un priscilianista admirador de Dictinio1933 o del propio Prisciliano1934 puede ser contraproducente y propagar más aún la herejía. En este contexto alude a una obra priscilianista no conservada que escribió el propio Dictinio, de nombre Libra1935. Concluye el autor esta parte de su tratado afirmando que hay que condenar los perversos errores de la herejía priscilianista acerca de Dios, del alma, del cuerpo y de otros temas1936, pero condena del mismo modo el uso de la mentira para descubrirles. Cuando el priscilianista blasfema formulando sus creencias sobre el alma, entendida como parte de la naturaleza de Dios1937, no miente puesto que así lo cree. Cuando el espía católico dice lo mismo para hacerse pasar por priscilianista, cae en el doble error de mentir y blasfemar. Los priscilianistas mienten cuando tratan de mantener su apariencia de católicos (insertados en la propia estructura eclesiástica) y anatematizan, contra sus verdaderas creencias, a Prisciliano y lo maldicen1938; dicen que el alma es criatura de Dios y no parte suya, abominan de los falsos mártires priscilianistas1939, ensalzan a los obispos católicos que han combatido contra su herejía. Realmente, dicen falsamente (puesto que no las creen) cosas verdaderas para no ser descubiertos como 1932 Priscillianistae, ut sua venena non prodant. 1933 Ex illo errore correctus. El autor africano hace hincapié en que Dictinio se corrigió. 1934 Hominem impium et detestabilem, et pro suis nefariis sceleribus criminibusque damnatum. En este pasaje, Agustín aprovecha para definir al heresiarca como hombre impío y detestable, condenado por sus nefastos crímenes y pecados. Tres décadas después de los juicios de Tréveris, ya nadie parece evaluar si aquellas condenas fueron legítimas. 1935 Dictinii librum, cuius nomen est Libra. 1936 Remanet igitur, ut quod sentiunt Priscillianistae secundum haeresis suae nefariam falsitatem, de Deo, de anima, de corpore, et de caeteris rebus, non dubitemus veraci pietate damnare. Puede extraerse que, a juicio de Agustín, sus errores sobre Dios se centrarían en su sabelianismo y en no creer que todo es obra de su creación; sobre el alma, pensaron que era parte de la esencia divina; sobre el cuerpo, lo consideraron obra del demonio, compuesto por una serie de partes atadas mediante un chirographum a los signos zodiacales. 1937 Priscillianista dicit quod anima sit pars Dei, et eiusdem cuius est ille naturae atque substantiae. 1938 Anathematizant Priscillianum, et ad nostrum arbitrium detestantur. 1939 Dicunt animam creaturam Dei esse, non partem; exsecrantur Priscillianistarum falsa martyria. 362 Tesis Doctoral priscilianistas1940 pero puestos a evaluar, Agustín piensa que el priscilianista que mantiene ocultamente posturas heréticas por su enfermedad, y que promueve públicamente la verdadera fe (aunque sea para ocultar su doctrina) tiene perdón, no así el católico que miente de manera consciente y blasfema. Si Consencio piensa que no hay otro modo de detectarles, Agustín le hace plantearse: ¿cómo entonces se les conoció con anterioridad a esta caza a través de la mentira1941? 1940 Ac per hoc ipsi, ne Priscillianistae inveniantur, loquuntur mendaciter vera. 1941 Unde ergo innotuerunt Priscillianistae, priusquam huius mendacii fuisset excogitata venatio? 363 R. Serrano Madroñal Tras esta reflexión, le plantea con una claridad meridiana el procedimiento a seguir en la lucha contra el priscilianismo: que los denuncien aquellos a los que quisieron seducir o bien aquellos priscilianistas arrepentidos que se reintegran1942 con posterioridad en la comunión católica. Los priscilianistas deben ser atrapados en las redes santas de la verdad, no buscados mediante la mentira1943. El católico, por su parte, así como tiene la verdad en su corazón porque así la cree, debe transmitirla verbalmente y no mentir sea cual fuere la justificación, siendo preferible dejar a los priscilianistas encubrir su perfidia con el velo de la verdad antes que permitir a los católicos renegar de su fe y alabar falsamente el priscilianismo1944. Nadie debería comprometer su integridad a cambio de desenmascarar a los herejes, y poniendo otro ejemplo bastante ilustrativo, Agustín le plantea a Consencio qué sucedería si alguna impúdica mujer priscilianista1945 prometiese a un católico revelar todos los escondrijos de sus correligionarios a cambio de la consumación de un adulterio1946. Volviendo a los falsos y perversos dogmas priscilianistas1947 que se deben combatir, está la exhortación a la mentira cuando se trata de manifestar públicamente las creencias religiosas, como si estos herejes se considerasen custodios de una revelación secreta1948. Independientemente del uso que hiciesen de textos apócrifos, las citas que empleaban para sostener este principio eran canónicas. En primer lugar, interpretaban que Pablo de Tarso en la Primera epístola a los Corintios1949 lo habría recomendado mediante estas ambiguas palabras: “Me he hecho débil a los débiles, para ganar a los débiles; a todos me he hecho de todo, para que de todos modos salve a algunos”. 1942 Ut vel ab eis quos seducere voluerunt, aut ab eis quos iam seduxerant, resipiscentibus conversisque monstrentur. 1943 Non mendaciter inquirantur. 1944 Tolerabilius perfidia Priscillianistarum veritatis velamine tegeretur, quam fides Catholicorum ne a Priscillianistis mentientibus laudaretur. 1945 Priscillianistarum impudicarum aliqua femina. Buena parte de la retórica antipriscilianista recurrió muy habitualmente a destacar la participación de catervas femeninas poco pudorosas en el ámbito sexual. Sin embargo, no es verósimil que una doctrina que aspiraba a la desconexión con todo lo “carnal” mantuviese este tipo de conductas. 1946 Stuprum. 1947 Dogmata falsa atque perversa. 1948 Póngase en relación nuevamente con el apócrifo neotestamentario Memoria apostolorum. 1949 9, 22. 364 Tesis Doctoral Con respecto a la prueba de que el propio Cristo alguna vez fingió, los priscilianistas exponían el texto del evangelio de Lucas1950: “Llegaron a la aldea adonde iban, y él hizo como que iba más lejos”. Del mismo modo, los priscilianistas recurrían al Génesis1951 para manifestar un ejemplo de mentira con Tamar, pero también podrían extraer que en esa misma narración hay un ejemplo de fornicación (Judá) y sin embargo no lo hacen ni tratan de imitarlo1952. Ciertamente, las conclusiones del tratado son inequívocas y Agustín dejó claro en su reprimenda a Consencio que ninguna mentira es justa, ni tampoco tiene fundamentación bíblica por mucho que los priscilianistas se empeñasen en buscar modelos. 5. 6. 18. De Haeresibus de Agustín de Hipona. Como ya se ha comentado, hacia el 428-429 Agustín elaboró su compendio sobre las herejías. En la entrada 70 se nos dice que los priscilianistas son aquellos que siguen en Hispania1953 las doctrinas de Prisciliano, donde aparecen entremezclados1954 dogmas (sobre todo) de gnósticos y maniqueos1955. Siendo una especie de porquería1956 a donde han ido a confluir diversos errores de varias herejías, ocultan sus torpezas a través de su precepto: “Jura, perjura pero no descubras el secreto1957”. Aportando información sobre sus posturas, les adjudica la creencia en un alma que comparte naturaleza y sustancia con Dios1958, que desciende1959 gradualmente a través 1950 24, 28. 1951 38. 1952 Cur autem isti imitandam sibi Thamar existimant mentientem, et imitandum Iudam non existimant fornicantem? 1953 Quos in Hispania. 1954 Permixta. 1955 Maxime Gnosticorum et Manichaeorum dogmata. 1956 El texto original emplea la palabra sordes. 1957 Iura, periura, secretum prodere noli. Estas informaciones ya aparecían en la epístola 237 del propio Agustín. 1958 Animas dicunt eiusdem naturae atque substantiae cuius est Deus. 1959 Descendere. 365 R. Serrano Madroñal de siete cielos1960 y de algunos principados para combatir1961 en la tierra contra las influencias del príncipe maligno1962, diseminadas por este mismo príncipe1963 a través de los cuerpos de carne1964. Hace referencia también a sus creencias astrológicas, afirmando que los priscilianistas pensaban que los hombres estaban atados1965 por la fatalidad de las estrellas1966, y que nuestro mismo cuerpo está compuesto según los doce signos del cielo1967; estos signos a los que el pueblo llama zodiacales1968. En un segundo párrafo, Agustín afirma que evitan1969 también las carnes1970 y rechazan los matrimonios desuniendo a los cónyuges1971, puesto que todo lo carnal lo asocian con los ángeles malignos1972. En una aclaración importante y digna de atención, afirma el obispo de Hipona que a diferencia de los maniqueos, los priscilianistas no rechazan nada de las Escrituras canónicas que leen juntamente con los apócrifos, reivindicando su autoridad1973. En cuanto a la cristología, no duda en definirles como sabelianos1974. 1960 Per septem caelos. Estos siete cielos podrían ponerse en relación con la hebdómada de los gnósticos, teniendo en cuenta que la etimología griega del término conlleva explícitamente el número 7. 1961 Ad agonem. 1962 Malignum principem. 1963 Ab hoc principe. 1964 Carnis corpora. 1965 Homines colligatos. 1966 Fatalibus stellis. 1967 Ipsumque corpus nostrum secundum duodecim signa caeli esse compositum. 1968 Qui Mathematici vulgo appellantur. El término mathematicus designaba también a los astrólogos y a sus prácticas. Aparte de ubicar como ya le comentó Orosio, a aries en la cabeza, tauro en el cuello, o cáncer en el pecho, sitúa a géminis en los hombros (humeris) y no en los brazos y a piscis (definido como ultimum signum ab astrologis) en las plantas de los pies, detalle que omitió Orosio. 1969 Devitat. 1970 Carnes. 1971 Coniuges…disiungens. 1972 Malignis angelis. 1973 Nihil Scripturarum canonicarum repudiant, simul cum apocryphis legentes omnia et in auctoritatem sumentes. 1974 De Christo sabellianam sectam tenent. 366 Tesis Doctoral Teniendo en cuenta que Filastrio de Brescia no incluyó a los priscilianistas en su compendio de 3841975 (ca.), Agustín de Hipona elaboró este texto partiendo básicamente de las informaciones de primera mano que había recibido de Ceretio y de Orosio. 5. 6. 19. Próspero de Aquitania. En su crónica histórica, este laico católico definía hacia mediados del siglo V (433-455) a Prisciliano como obispo de Gallaecia1976 que construyó una herejía en su nombre desde el dogma de los maniqueos y los gnósticos. Consciente de su condena en el sínodo burdigalense1977, apeló al emperador Máximo1978, y escuchado por el Prefecto del Pretorio Evodio en Tréveris1979, fue condenado por Máximo a morir bajo la espada1980, junto con Euchrotia (esposa del rétor Delfidio1981), Latroniano, y otros que le acompañaron en el error1982. Cierta discípula de Prisciliano de nombre Úrbica1983 y procedente de Burdigala1984, falleció lapidada en un tumulto popular por causa de su persistencia en la impiedad1985. Los obispos Ithacio y Ursacio, precisamente por la 1975 Pero sí a los abstinentes. 1976 Priscillianus episcopus de Gallaecia. Teniendo en cuenta que la ciudad romana de Abila se integraba en la Lusitania, es posible que el autor se equivocara; o bien que se refiera a que Prisciliano era natural de la provincia de Gallaecia. Ya detectó este problema Enrique Flórez en el siglo XVIII, en el tomo XIV de la España sagrada. Vid. la edición de Lazcano, R., España sagrada, Tomo XIV, Madrid, 2004, p. 15. 1977 In synodo Burdegalensi se damnandum intelligens. 1978 Ad imperatorem Maximum provocavit. 1979 Auditusque Treviris ab Evodio praefecto praetorio. 1980 A Maximo gladio addictus est. 1981 Acio Tiro Delfidio fue uno de los rétores paganos más conocidos de Burdigala, esposo de Euchrotia y padre de Prócula. Su amigo Ausonio le dedicó un recuerdo (Comm. 5), alegrándose de que hubiera fallecido antes de las sentencias de su mujer y de su hija. Vid. Sanz, R., “Mujer y Paideia en la Antigüedad Tardía” en Cid, R. M., García, E. (ed. lit.), Debita verba: estudios en homenaje al profesor Julio Mangas Manjarrés, 2, 2013, pp. 663-681 (673). 1982 Cum Eucrocia Delphidii rhetoris coniuge, et Latroniano, aliisque erroris consortibus. 1983 Quaedam Priscilliani discipula nomine Urbica. 1984 Burdegalae. 1985 Ob impietatis pertinaciam per seditionem vulgi lapidibus extincta est. Aquí tenemos un caso de violencia popular católica antipriscilianista que llevó a la muerte a Úrbica en Burdigala. 367 R. Serrano Madroñal causa de la ejecución de Prisciliano, en la que ellos actuaron como acusadores, fueron privados de la comunión eclesiástica1986. 5. 6. 20. El Commonitorium de Vicente de Lerins. En este tratado de carácter teológico y firmado mediante un pseudónimo, este Padre de la Iglesia buscaba trazar una serie de líneas dogmáticas claras para ayudar a discernir a los creyentes entre el cristianismo original y las desviaciones heréticas. En los capítulos 24/25 alude a Prisciliano como la última manifestación1987 de una larga trayectoria de maestros gnósticos que parte de Simón el Mago. Vicente de Lerins le considera un peligroso hereje en tanto en cuanto disimuló su perniciosa doctrina en sus opuscula mediante citas constantes del Antiguo y Nuevo Testamento. 5. 6. 21. Toribio de Astorga. Durante los años 40 del siglo V, el obispo asturicense luchó tenazmente contra la heterodoxia de su provincia (Gallaecia). En concreto, su combate contra el priscilianismo fue entablado bajo la dirección del pontífice romano León I. Muy probablemente el propio Toribio estuvo influenciado por ciertas doctrinas priscilianistas hasta que dejó su tierra, para emprender un viaje por diversos territorios no especificados. Entrando en contacto con la verdadera ortodoxia, regresó a Asturica Augusta donde se convirtió en obispo. Dándose cuenta de que el priscilianismo seguía muy vigente a pesar de las contundentes disposiciones del Primer Concilio de Toledo, procedió a elaborar un memorándum sobre la cuestión, que envió al obispo de Roma. En 444 o 445, Toribio escribió a dos obispos de Gallaecia, Idacio1988 y Coeponio, para que tomasen medidas al respecto. Contemplando con decepción que el priscilianismo no se ha debilitado nada a pesar de su condena, afirma que este dogma depravado ha persistido e incluso ha crecido por causa de las calamidades del período1989. En su 1986 Ithacius et Ursacius episcopi, ob necem Priscilliani, cuius accusatores fuerant, Ecclesiae communione privantur. 1987 Novissimum Priscillianum. 1988 Probablemente sea el cronista de Aquae Flaviae. 1989 Per mala temporis nostri. Esencial para entender toda esta documentación es el excelente artículo de Vilella, J., “Mala temporis nostri: la actuación de León Magno y Toribio de Astorga en contra del maniqueísmo-priscilianismo hispano”, Helmantica: Revista de filología clásica y hebrea, 58, 175, 2007, 368 Tesis Doctoral denuncia constatada, Toribio afirma que los priscilianistas hacen uso de apócrifos y cuando un católico se enfrenta a su perfidia, éstos rápidamente optan por ocultarla. Hace una mención expresa a los perfecti1990, los iniciados que manejaban libros aún más ocultos y secretos que los apócrifos. Entre estos apócrifos destaca el evangelio de Tomás, donde se decía entre otras cosas (a juicio de Toribio) que el bautismo de Cristo debía recibirse con aceite. Cita también los Hechos apócrifos de Andrés y Juan, indicando que los maniqueos y los prisciliansitas1991 o cualquier secta germana, asientan su herejía sobre estos textos condenados, destacando por encima del resto1992 Memoria apostolorum. Aquí falsifican la doctrina del Señor para proporcionar gran autoridad a su perversidad, destruyendo toda la ley del Antiguo Testamento1993 y todo lo que fue revelado por voluntad divina a Moisés1994, entre otras blasfemias. Exhortándoles a que devasten argumentalmente todas estas doctrinas heréticas, junto con todos los rectos obispos católicos de la provincia, concluye Toribio esta epístola. pp. 7-67. Téngase en cuenta que desde 411 la Gallaecia estuvo controlada por bárbaros no católicos (vándalos asdingos arrianos que hacia el 419 se marcharon hacia el sur; los suevos se mantuvieron paganos hasta el 448) que pudieron facilitar esta vitalidad del priscilianismo. 1990 Sabemos que las comunidades maniqueas contaban con “perfectos” y “oyentes”. 1991 Manichaei et Priscillianistae. 1992 Et maxime ex blasphemissimo illo libro qui vocatur Memoria apostolorum. 1993 In quo ad magnam perversitatis suae auctoritatem doctrinam Domini mentiuntur, qui totam destruit legem veteris Testamenti. 1994 Orosio y Agustín ya mencionaron el uso de este apócrifo no conservado por parte de los prisciliansitas. Por sus informaciones conocemos que reproducía conversaciones secretas entre Jesús y los apóstoles pero el hecho de que Toribio lo identifique como un texto contrario a la ley del Antiguo Testamento es discrepante con respecto a las informaciones que nos ofrecía el propio Orosio en su Commonitorium y Agustín en De haeresibus, donde dejan muy claro que los priscilianistas no rechazan los principios veterotestamentarios a diferencia de gnósticos y maniqueos. 369 R. Serrano Madroñal 5. 6. 22. La respuesta de León I al informe de Toribio. El 21 de julio de 447, el pontífice romano en su epístola 15 comienza elogiando la labor emprendida por Toribio, asumiendo que en Gallaecia se ha reanimado la sentina más pestilente de los priscilianistas1995. Para León I, el priscilianismo es un gran estercolero contagiado por toda la escoria surgida de las herejías precedentes1996. Bajo su punto de vista, esta doctrina se había sumergido además en las tinieblas del paganismo1997, las artes mágicas y la astrología1998. Recordando que esta abominable herejía no sólo fue rechazada por toda la Iglesia sino que incluso los príncipes del mundo aniquilaron con la espada de las leyes públicas a su autor y a sus discípulos, señala que la guerra y la irrupción de los bárbaros en muchas provincias obstaculizaron la ejecución de las leyes ortodoxas. De este modo, la perfidia secreta encontró libertad hasta corromper las mentes no sólo de la plebe sino de los propios obispos. Comentando uno por uno los capítulos del memorándum de Toribio, León I arremete contra el sabelianismo de los priscilianistas, contra su cristología1999, contra sus prácticas de ayuno tanto en la Natividad como en el domingo2000, contra sus errores sobre la naturaleza del alma, contra su visión del mal subyacente en nosotros y su equivocada concepción del demonio2001, contra su 1995 Priscillianistarum apud vos foetidissimam reclauisse sentinam. 1996 El texto original dice así: Nihil est enim sordium in quorumcumque sensibus impiorum quod non in hoc dogma confluxerit, quoniam de omni terrenarum opinionum luto multiplicem sibi faeculentiam miscuerunt, ut soli totum biberent quidquid alii ex parte gustassent. Denique si universae hereses quae ante Priscilliani tempus exortae sunt, diligentius retractentur, nullus paene invenietur error de quo non traxerit impietas ipsa contagium. 1997 Tenebris se etiam paganitatis inmersit. 1998 Ut per magicarum artium profana secreta et mathematicorum vana mendacia. 1999 Según esta epístola, el priscilianismo consideró que durante algún tiempo hubo Padre sin Hijo (como los arrianos) y empleaban el término “unigénito” puesto que no fue el único hijo de Dios pero sí el único nacido de mujer. 2000 Para el pontífice, los priscilianistas no querían celebrar la Natividad ni la resurrección de la carne de Cristo porque pensaban que Dios-Cristo nunca nació verdaderamente ni resucitó en carne, puesto que la carne es obra pecaminosa del demonio. 2001 A diferencia del ángel caído, los priscilianistas contemplarían al demonio como un príncipe maligno que no pudo ser creado por Dios, sino por las tinieblas. 370 Tesis Doctoral rechazo del matrimonio y de la procreación de la carne2002, contra su consideración sobre la naturaleza del cuerpo y la salvación2003, contra la idea del chirographum positivo (patriarcas) y negativo (signos zodiacales) de sus almas2004 y contra su negativa a la resurrección de la carne. En cuando al capítulo décimoquinto, el obispo romano adiverte a Toribio sobre la importancia de evitar que los códices falsificados sean empleados en la lectura y sobre la necesidad de prohibir y quemar los textos apócrifos viciados por la modificación adulterada de Prisciliano2005. Tampoco aceptará León I que ningún católico consuma la producción literaria de Dictinio2006 durante su caída, antes de enmendarse en el error. En la última parte de la misiva, León I compara a los maniqueos y a los priscilianistas y vuelve a reconocer que estos últimos a diferencia de los primeros no rechazan (en su simulación) el Antiguo Testamento2007. A continuación, exige que todos los obispos hispanos se opongan firmemente al priscilianismo en un concilio general o al menos provincial (en Gallaecia), e incluso le molesta que Toribio tenga dudas con respecto a la resurrección de la carne de Cristo tras la crucifixión. 5. 6. 23. Praedestinatus. En esta compilación heresiológica de mediados del siglo V, de la que ya hemos hablado, se dice en la entrada número 70 que la herejía de los priscilianos2008 extendida entre los hispanos2009 y cuyo fundador fue Prisciliano, sostenía que las almas son de naturaleza divina2010, y que descienden gradualmente2011 a través de siete 2002 Compartido por los maniqueos. 2003 Los priscilianistas, siguiendo a León I, pensarían que los demonios formaban los cuerpos en los vientres de las mujeres, y que sólo la desconexión con el siglo y con la carne llevaría a la salvación de las almas. 2004 León I considera estas creencias astrológicas propias del paganismo. 2005 Qui Priscilliani adulterina sunt emendatione vitiati. 2006 El texto emplea la expresión Dictinii tractatus, y probablemente se refiera a “Libra”. 2007 Quia etsi vetus Testamentum, quod isti se suscipere simulant, Manichei refutant. 2008 Haeresim Priscillianorum. 2009 Apud hispanos. 2010 Divinae naturae. 2011 Gradatim dicunt descendere. 371 R. Serrano Madroñal cielos y de algunos principados para combatir en la tierra contra las influencias del príncipe maligno, creador del mundo según éstos. A continuación, las almas serían diseminadas por este mismo príncipe a través de los cuerpos de carne2012. Haciendo también referencia a sus creencias astrológicas, afirma el texto que los priscilianistas pensaban que los hombres estaban atados por la fatalidad de las estrellas2013, y que nuestro mismo cuerpo está compuesto según los doce signos del cielo; estos signos a los que el pueblo llama zodiacales2014. Copiando de una manera casi literal a Agustín en De Haeresibus, afirma que evitan también las carnes al igual que los maniqueos y rechazan los matrimonios separando a las esposas de sus maridos2015. Aceptan los textos apócrifos al mismo nivel que las Escrituras canónicas2016. En cuanto a la cristología, tampoco duda en definirles como sabelianos. 5. 6. 24. El Chronicon de Hidacio. El sacerdote de Aquae Flaviae nos relata en su crónica (redactada entre 469-474) que Prisciliano, caído en la herejía de los gnósticos2017, fue ordenado obispo de Ávila por los mismos obispos que él había agrupado en su propia depravación2018. Sin mencionar explícitamente el Concilio de Zaragoza, que como sabemos fue antes de su ordenación como obispo, nos dice que fue juzgado por algunos sínodos2019 y se marchó a Italia y a 2012 Quas ad agnomen quemdam spontaneum in terris exercendum, per septem coelos… principatus, et in malignum principem incurrere a quo istum mundum factum volunt, atque ab hoc principe per diversa carnis corpora seminari. 2013 Asserunt etiam fatalibus stellis homines colligatos. 2014 Ipsumque corpus nostrum secundum duodecim signa coeli esse compositum. Prorsus sicut il qui Mathematiei vulgo appellantur. 2015 Uxores a viris quas potuerint separant. Carnes sicut Manichaei fugiunt. 2016 Apocryphas simul cum canonieis Scripturis accipiunt. 2017 Priscillianus declinans in haeresim Gnosticorum. 2018 Per episcopos quos sibi in eadem pravitate collegerat, Abulae episcopus ordinatur. 2019 Qui aliquot episcoporum conciliis auditus. 372 Tesis Doctoral Roma2020. No fue recibido ni por Dámaso ni por Ambrosio, y regresó a las Galias2021 con sus acompañantes. Allí fue del mismo modo juzgado como herético por Martín de Tours y por otros obispos2022 y apeló al César2023, que en aquellos días era el usurpador Máximo2024. Con la parquedad característica de las crónicas, y con cierta inexactitud, Hidacio continúa su narración diciendo que Prisciliano fue expulsado del episcopado2025 por su mencionada herejía y junto con el laico Latroniano y otros de sus correligionarios, fue ejecutado en Tréveris por orden del usurpador Máximo2026. Desde entonces2027, anota el obispo, la herejía de los priscilianistas invadió Gallaecia2028. En su registro sobre el Primer Concilio de Toledo, Hidacio afirma que en esta ciudad de la Carthaginensis se celebró un sínodo episcopal donde Sinfosio y Dictinio2029 y otros obispos de la Gallaecia condenaron2030 a Prisciliano y a su miserable herejía, y ciertas reglas fueron adoptadas por la disciplina eclesiástica. Ofreciendo un dato de máxima relevancia, confirma que el obispo Ortigio, que fue ordenado en Caelenis2031, fue expulsado2032 de su sede por las acciones de la facción de los priscilianistas2033. Así como la información al respecto en las actas del Concilio no era explícita, Hidacio confirma las sospechas: tenemos la constatación de un caso de cierta violencia priscilianista que arroja de su sede al obispo católico. 2020 Italiam petit et Romam. 2021 Redit ad Gallias. 2022 A sancto Martino episcopo, et ab aliis episcopis haereticus iudicatus. 2023 Appellat ad Caesarem. 2024 Tyrannus Maximus. 2025 Episcopatu depulsus. 2026 Et cum ipso Latronianus laicus, aliquantique sectatores eius apud Trevirim sub tyranno Maximo caeduntur. 2027 Exin. 2028 In Gallaeciam Priscillianistarum haeresis invasit. 2029 Symphosius et Dictinius. 2030 Condemnant. 2031 Ortigio episcopo qui Caelenis fuerat ordinatus. 2032 Pulsus. 2033 Agentibus Priscillianistis. 373 R. Serrano Madroñal En una referencia implícita, comenta el cronista que en 445 en Asturica, ciudad de Gallaecia, se descubre un cierto número de maniqueos gracias a las pesquisas de los obispos, que habían estado ocultos algunos años2034. Tras haber sido interrogados por Toribio e Hidacio2035, éstos enviaron el caso a Antonino, el obispo emeritense2036. Por último, nos habla de León I, el pontífice romano núm. 43, que en 447 escribió contra los priscilianistas2037. Estos escritos2038 fueron conocidos por los obispos de Hispania mediante Pervincus, el diácono de Toribio de Astorga2039 que se encargó de traer la epístola. Contienen una larga exposición sobre la observancia de la fe católica y sobre las blasfemias de los heréticos. 5. 6. 25. Las epístolas de Montano. Habiendo desaparecido ya el Imperio romano de Occidente, el reino visigodo tuvo que replegarse hacia sus posesiones hispanas tras la derrota de Vouillé. Desde el 507, se abre un período de dominación e influencia ostrogoda donde el propio Teodorico el Grande ejerció como regente hasta 526. Inmediatamente después, Amalarico pudo reinar con independencia afincado en la Septimania, si bien es cierto que el último de los Baltos, de corazón arriano, murió asesinado (531) tras la périda de Narbona en manos de los francos. En este contexto se convoca el Segundo Concilio de Toledo el día 17 de mayo de 527, presidido por el obispo metropolitano Montano. El mismo Montano, escribió una epístola no posterior al 531 dirigida a los amadísimos hermanos e hijos del territorio Palentino2040. Con la intención de amonestar a los presbíteros de Palencia, condena el 2034 In Asturicensi urbe Gallaeciae, quidam ante aliquot annos latentes Manichaei gestis episcopalibus deteguntur. 2035 Hidacio habla de él mismo en tercera persona en su obra, por lo que podría tratarse del propio Hidacio. 2036 Ad Antoninum Emeritensem episcopum directa sunt. En estos momentos todavía no existía una sede primada en Hispania, por lo que este envío no respondió a una realidad jerárquica. 2037 Contra Priscillianistas. 2038 Scripta. 2039 Per episcopi Turibii diaconem Pervincum. 2040 Dilectissimis fratribus filiisque territorii Palentini. 374 Tesis Doctoral hecho de que se atrevan a bendecir para sí el Crisma2041. En caso de que vuelva a repetirse algo similar, serán anatematizados. Aparte de invitar a obispos de otros destinos para consagrar basílicas2042, en contra de la disciplina eclesiástica, Montano les acusa de honrar al menos de palabra a la perniciosa secta de los priscilianistas2043. El obispo toledano no entiende cómo pueden amar a alguien al que no imitarían2044, que blasfemó2045, que empleó la brujería2046 para robar el pudor de sus sectarias, ya refutado por los santos obispos2047 y condenado por los príncipes seculares2048. Recomendando la lectura del memorándum2049 que Toribio de Astorga2050 envió a León I, para hacerles ver la vil naturaleza de esta herejía, concluye la misiva. En una segunda epístola de Montano dirigida al excelente y gran cristiano, señor e hijo Toribio, tampoco posterior a 531, el obispo alaba la actitud del monje en esta provincia2051 ya incluso cuando estaba ocupado en negocios seglares2052. Enumerando sus hazañas, destaca la aniquilación del error de la idolatría2053 y la lenta muerte de la detestable y vergonzosa secta de los priscilianistas2054. Gracias a las 2041 Chrisma. El crisma era un aceite consagrado utilizado en la administración del bautismo y en la ordenación de obispos y presbíteros. Montano se queja porque la bendición del crisma era una atribución del obispo y no de los presbíteros. 2042 Ad consecrationem basilicarum alienae sortis. 2043 Perditissimam Priscillianistarum sectam non tam actis quam nomine a vobis preacipue novimus honorari. 2044 Rogo, quae est ista dementia in eius amore superflue labi, quem in opere non velis imitari? Se puede extraer que estos presbíteros palentinos tenían respeto por la figura de Prisciliano a pesar de no comulgar con su heterodoxia. 2045 Blasphemavit. 2046 Maleficii usum. 2047 A sanctis sacerdotibus refutatus est. 2048 Mundani principes. 2049 Libros editos. 2050 Beatissimi ac religiosissimi viri Toribii episcopi. 2051 In hac…provinciam. Entendemos que habla de la Carthaginensis. 2052 In actis mundialibus. 2053 Idolatriae error. 2054 Priscillianistarum detestabilis ac pudibunda secta contabuit. El verbo contabesco implica la desaparición lenta de algo. 375 R. Serrano Madroñal amonestaciones de Toribio, ya no se honra el nombre de Prisciliano, aunque quizás en la congregación de Palencia2055 aún se necesite de su trabajo. Esta documentación manifiesta una cierta pervivencia del priscilianismo en el interior de la Península Ibérica casi 150 años después de la ejecución del heresiarca. 5. 6. 26. La epístola del pontífice romano Vigilio. Todo el pontificado de Vigilio (537-555) estuvo marcado por la influencia de Justiniano y por la controversia teológica sobre Los Tres Capítulos2056. Hacia el 538, el pontífice romano redacta una epístola destinada a Profuturo, obispo de Bracara. El galaico le había consultado previamente sobre diversos puntos de dogma y disciplina. Vigilio le contesta en primer lugar sobre la contaminación de los vicios de la herejía prisciliana2057 de los que le habló Profuturo2058. El pontífice condena que los priscilianistas, bajo el pretexto de una fingida abstinencia2059, rechazan el consumo de carne2060. Estas prácticas son una prueba de su execración, más que de su devoción, y para Vigilio es obvio que no lo hacen por ascetismo sino por considerar que la carne es obra del mal, exactamente igual que los maniqueos. 2055 Palentino…conventu. El obispado de Palentia está constatado dentro de la provincia cartaginense del reino visigodo. 2056 Los Tres Capítulos hacen referencia a las posturas de Teodoro de Mompsuestia, Ibas de Edesa y Teodoreto de Ciro. El primero de éstos fue acusado de nestorianismo por Cirilo de Alejandría, y los otros dos teólogos discreparon de la acusación o no comulgaron con lo dispuesto por Cirilo. El emperador Justiniano, presionado por el influjo de los monofisitas, se vio obligado a condenar con contundencia todo lo que pasase por nestorianista. No obstante, los obispos occidentales latinos no eran partidarios de condenar los Tres Capítulos ya que ninguno de ellos, con sus errores, fue condenado por nestorianismo y tampoco lo hizo el Concilio de Calcedonia, que condenó tanto al nestorianismo como al monofisismo, concluyendo que Cristo tenía dobre naturaleza (contra monofisismo) pero estas naturalezas no estaban separadas (contra nestorianismo). 2057 Priscillianae haeresis… vitiis. 2058 Indicasti. 2059 Sub abstinentiae simulatae praetextu. 2060 Ab escis videntur carnium submovere. 376 Tesis Doctoral Antes de pasar a otra cuestión, Vigilio expone varios pasajes bíblicos bastante contundentes que demostrarían a su juicio el error de los priscilianistas: en la Primera epístola a Timoteo2061, se dice: “Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios; por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia, prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad. Porque todo lo que Dios creó es bueno, y nada es de desecharse, si se toma con acción de gracias; porque por la palabra de Dios y por la oración es santificado”. Por otra parte, en el evangelio de Mateo2062, el propio Jesús les decía a algunos escribas y fariseos: “No lo que entra en la boca contamina al hombre; mas lo que sale de la boca, esto contamina al hombre”. Por lo que se puede extraer del texto, quizás en Palentia sólo honraban el nombre de Prisciliano sin seguir su doctrina, pero parece que en el entorno de Bracara se mantenían vigentes las prácticas del priscilianismo en 538. 5. 6. 27. El Primer Concilio de Braga. El día 1 de mayo de 561 se celebró el Primer Concilio de Braga, en tiempos del rey Ariamiro. El reino de los suevos, establecido en los confines occidentales y atlánticos de la Gallaecia desde 411, pervivió probablemente porque no supuso una gran amenaza para nadie hasta 438. Una vez que los vándalos abandonaron Hispania, los suevos comienzan a amplificar el radio de sus saqueos, alcanzando su período de mayor expansión con Requila. Con Requiario, la política del reino buscará el acercamiento con los visigodos, llegando a establecer una colaboración puntual con la bagauda hispana. Tras la desaparición de la dinastía imperial teodosiana en Occidente (455), los suevos se vieron sometidos por los ejércitos visigodos, iniciando una nueva etapa poco conocida caracterizada por la confesión arriana del regnum y por un mayor entendimiento con las aristocracias locales. El cúlmen de todo este proceso será la 2061 4, 1-5. 2062 15, 11. 377 R. Serrano Madroñal conversión al catolicismo, acabando definitivamente con las diferencias religiosas entre germanos e hispano-romanos, con el objetivo de cohesionar y fortalecer la monarquía. Martín de Braga, el protagonista indiscutible de la implantación del catolicismo en el reino suevo, encontró pervivencias notorias de paganismo y priscilianismo sobre todo en las áreas rurales de Gallaecia. En este contexto de construcción de una iglesia católica unificada tanto en la esfera doctrinal como en el ámbito administrativo se inserta el mencionado primer sínodo bracarense. Lucrecio (obispo metropolitano de Braga) comenzando con los artículos de la fe, dice expresamente que la peste de la herejía de Prisciliano2063 fue hace ya tiempo descubierta y condenada2064 en las provincias hispanas2065. No obstante, para que nadie se engañe por alguna escritura apócrifa y no recaiga en alguna pestilencia de este error2066, expóngase la verdadera doctrina ante los hombres ignorantes2067 que habitan el mismo fin del mundo2068 y las últimas regiones de esta provincia. A continuación, se procedió a la lectura del escrito que envió León I a Toribio de Astorga contra la impía herejía de Prisciliano2069. Sin embargo, el sínodo considero necesaria la redacción de algunos artículos fácilmente comprensibles para que se condene bajo pena de anatema las mentiras ya hace tiempo proscritas del error priscilianista2070. Se proponen así 17 capítulos contra la herejía de Prisciliano2071. En el primero de éstos, se anatematiza el sabelianismo y las creencias del priscilianismo2072 que atentaban contra el dogma de la Trinidad. (II). Se anatematiza la creencia de los gnósticos y del priscilianismo2073 sobre las múltiples manifestaciones de la Divinidad. (III). Se anatematiza la opinión de aquellos 2063 Priscillianae haeresis. 2064 Detecta sit et damnata. 2065 Spaniarum provintiis. 2066 Erroris pestilentia. 2067 Ignaris hominibus. 2068 Ipsa extremitate mundi. 2069 Contra inpiam Priscilliani sectam. 2070 Iam olim Priscilliani erroris figmenta damnentur. 2071 Contra Priscillianam haeresem capitula. 2072 Sicut Sabellius et Priscillianus dixerunt. 2073 Sicut Gnostici et Priscillianus. 378 Tesis Doctoral que piensen que Cristo no existió antes de nacer la Virgen2074. (IV). Se anatematiza el ayuno el día de la Natividad y el domingo practicado por aquellos que no creen que Cristo nació con verdadera naturaleza de hombre2075. (V). Se anatematiza la creencia en que las almas son parte de la sustancia de Dios2076. (VI). Se anatematiza la creencia en que las almas humanas pecaron en las moradas celestiales y por ello fueron arrojadas a los cuerpos2077. (VII). Se anatematiza la creencia en que el diablo salió del caos como principio maligno y nunca fue ángel bueno creado por Dios2078. (VIII). Se anatematiza la creencia de aquellos que piensen que el diablo ha creado criaturas en el mundo y es autor de truenos, relámpagos, tempestades y sequías2079. (IX). Se anatematiza la astrología y la creencia en que las almas y los cuerpos humanos están ligados a los hados celestes2080. (X). Se anatematiza la vinculación de los doce signos zodiacales o los patriarcas con los miembros del cuerpo o el alma2081. (XI). Se anatematiza la condena de los matrimonios y de la procreación2082. (XII). Se anatematiza la creencia de aquellos que consideran el cuerpo humano como obra del diablo y por ello no creen en la resurrección de la carne2083. (XIII). Se anatematiza la opinión de aquellos que ven en la carne la obra de ángeles malignos2084. (XIV). Sea anatematizado todo aquel que se abstenga de comer carne por considerarla inmundicia diabólica, no por cuestión de penitencia o mortificación2085. (XV). Se anatematiza entre clérigos o monjes la compañía de mujeres que no sean parientes 2074 Sicut Paulus Samosatenus et Fotinus et Priscillianus. 2075 Sicut Cerdon, Mancion, Manizeus et Priscilianus. El gnóstico Cerdón tuvo un eneorme influjo en el desarrollo del marcionismo, que como ya se ha indicado distinguía entre el Dios del Antiguo Testamento y el Dios puramente benéfico del Nuevo Testamento, que envió a Cristo a la tierra con un cuerpo sólo aparente. Si tanto maniqueos como priscilianistas pensaban que la carne era obra del mal, es obvio que no creyesen en una auténtica humanidad carnal de Cristo. 2076 Sicut Manicheus et Priscillianus. 2077 Sicit Priscillianus. 2078 Sicut Manicheus et Priscillianus. 2079 Sicut Priscillianus. 2080 Sicut pagani et Priscillianus. 2081 Sicut Priscillianus. 2082 Sicut Manicheus et Priscillianus. 2083 Sicut Manicheus et Priscillianus. 2084 Sicut Manicheus et Priscillianus. 2085 Sicut Manicheus et Priscillianus. 379 R. Serrano Madroñal cercanas, como enseñó la secta de Prisciliano2086. (XVI). Se anatematiza a todo aquel que no celebre la misa de la Coena Domini después de nona estando ayuno2087. (XVII). Se anatematiza la lectura de los escritos que Prisciliano corrompió según su error o los tratados de Dictinio antes de su arrepentimiento2088, apócrifos o cualesquiera otros escritos de los herejes. En un pasaje posterior de las Actas del Concilio, se dice también que la perversidad priscilianista2089 cambió el saludo Dominus sit vobiscum a lo que los fieles contestaban et cum Spiritu tuo2090. Asimismo, se determina el consumo de legumbres cocidas con carne2091 pero sin carne, como prueba para detectar priscilianistas entre el clero sin necesidad de perjudicar a aquellos que quieran abstenerse de la carne por cuestiones de mortificación. El propio colofón del sínodo advierte que todo atisbo de priscilianismo ha de ser combatido y expulsado de la Iglesia, y aquel que no lo haga será anatematizado del mismo modo. 5. 6. 28. El Segundo Concilio de Braga. El día 1 de junio de 572, el rey suevo Miro reunió a los obispos de la Gallaecia en la iglesia metropolitana de Braga. Siendo ya el obispo bracarense el propio Martín2092, tras el fallecimiento de Lucrecio, presidió este Segundo Concilio poco antes de que Leovigildo iniciase la progresiva anexión del reino suevo, prolongada algún tiempo por la revuelta de Hermenegildo. En el cánon núm. 10, se vuelve a hacer hincapié en que algunos presbíteros2093, por la necedad del error brotado recientemente2094 o también corrompidos todavía por el 2086 Sicut Priscilliani secta docuit. 2087 Parece que los priscilianistas celebraban este acontecimiento a partir de la hora tertia, roto el ayuno, con misas de difuntos. El hecho de que los priscilianistas no ayunaran en la conmemoración de la “Última cena” podría implicar su rechazo a la institución de la eucaristía (cuerpo de Cristo) y al anuncio de la muerte de Cristo en la cruz. 2088 Priscillianus secundum suum depravavit errorem vel tractatos Dictinii quos ipse Dictinius antequam converteretur. 2089 Priscilliana pravitas permutavit. 2090 Quizás lo cambiaron por sus creencias no trinitarias. 2091 Olera cocta cum carnibus. Holus/olus también se puede traducir por hortalizas o verduras. 2092 “El Apóstol de los suevos”. 2093 Quosdam praesbyteros. 380 Tesis Doctoral hedor de la vieja herejía priscilianista2095, se atreven a consagrar la oblación2096 en la misa de difuntos sin estar en ayunas. 5. 6. 29. Los ecos de Isidoro de Sevilla. En De viris illustribus, Isidoro de Sevilla sigue la línea de sus predecesores Jerónimo y Gennadio y compone un catálogo de biografías (615-618) donde incluye a Ithacio Clarus, obispo de las Hispanias2097, brillante tanto en su onomástica como en la elocuencia2098, escribió cierto libro2099 bajo la forma de los apologéticos2100 donde condenaba los dogmas de Prisciliano2101 y sus artes maléficas. Demostraba también en este libro las vergüenzas de su lujuria2102, exponiendo que un tal Marcos de Menfis (profundamente versado en las artes mágicas) fue discípulo de Manes y maestro a su vez de Prisciliano2103. Sin embargo2104, tanto Ithacio como el obispo Ursacio2105 (que fueron los acusadores), por causa de la ejecución del mismo Prisciliano2106, fue privado 2094 Nuper erroris. 2095 Ex veteris Priscillianae adhuc haeresis foetore corruptos. 2096 Oblationem…consecrare. La oblación de Cristo o el sacrificio de la crucifixión se vincula con las celebraciones de la Misa de la Coena Domini y con la Pascua. Como ya se anotó en el comentario precedente, los priscilianistas no guardaban ayuno por discrepar sobre la muerte y resurrección de la carne de Cristo. 2097 Hispaniarum episcopus. 2098 Cognomento et eloquio clarus. Téngase en cuenta que clarus significa brillante, claro o afamado. 2099 Scripsit quemdam librum. 2100 Sub Apologetici specie. Sabemos que Ithacio escribió un Apologético contra Prisciliano. 2101 Priscilliani dogmata. 2102 Libidinumque eius probra. 2103 Ostendens Marcum quemdam Memphiticum magicae artis scientissimum, discipulum fuisse Manis et Priscilliani magistrum. Esta información procede de la Historia Sacra de S. Severo. 2104 Autem. 2105 Ilic…cum Ursacio episcopo. Esta información procede de Próspero de Aquitania. 2106 Ob necem eiusdem Priscilliani. 381 R. Serrano Madroñal de la comunión de la Iglesia2107 y condenado al exilio2108 donde concluyó sus días en época de Teodosio el Mayor y Valentiniano2109. Por último, en la parte correspondiente a las herejías de los cristianos2110 en sus Etymologiae, Isidoro registraba que los priscilianistas reciben su nombre de Prisciliano2111, heresiarca que estableció2112 en Hispania2113 un dogma combinado procedente de los errores de los gnósticos y de los maniqueos2114. 5. 6. 30. Las referencias implícitas. El sínodo zaragozano. A inicios de octubre del año 379/380 se celebró en Caesaraugusta un concilio al que asistieron 12 obispos entre los que se hallaban Ithacio de Ossonoba e Hidacio de Mérida2115, Delfino de Burdigala pero también Sinfosio2116. Se incluyen 8 cánones donde se anatematizan prácticas asociadas con el priscilianismo pero en ningún momento se menciona a Prisciliano ni a ningún cómplice de su doctrina. (I). Se prohíbe a las mujeres la asistencia a reuniones de otros hombres que no sean sus maridos. Tampoco podrán juntarse entre sí con objeto de aprender o enseñar2117. (II). Se anatematiza el ayuno en domingo y la ausencia de la Iglesia en Cuaresma2118. 2107 Ecclesiae communione privatus. 2108 Exsilio condemnatur. 2109 Se refiere obviamente a Teodosio I y Valentiniano II, por lo que el fallecimiento de Ithacio tuvo que producirse antes de 392. 2110 VIII. 5. 54. 2111 Priscillianistae a Priscilliano vocati. 2112 Conposuit. 2113 In Hispania. 2114 Ex errore Gnosticorum et Manichaeorum permixtum dogma. 2115 Los conocidos acusadores de Prisciliano. 2116 Padre de Dictinio y priscilianista al menos hasta su conversión en el primero toledano. 2117 A virorum alienorum lectione et coetibus separentur, vel ad ipsas legentes aliae studio vel docendi vel discendi conveniant. 2118 Tanto el domingo como la Cuaresma simbolizan la muerte y la resurrección de la carne de Cristo. El título del cánon dice así: Ut diebus dominicis nullus ieunet nec diebus quadragesimis ab ecclesia absentet. 382 Tesis Doctoral Anatema para todos aquellos que opten por ausentarse en los montes o en haciendas ajenas para celebrar reuniones en estas fechas. (III). Sea anatematizado aquel que no consuma en la Iglesia la gracia de la Eucaristía2119. (IV). Sea anatematizado aquel que falte a la Iglesia en las tres semanas que preceden a la Epifanía2120, ocultándose en su casa o andando descalzo por los montes. (V). Se prohíbe recibir en comunión eclesiástica a los que han sido privados de ésta2121. (VI). Sea excomulgado aquel clérigo que bajo falso pretexto de mayor observancia se haga monje2122. (VII). Que nadie se llame doctor sin tener ese título2123. (VIII). Que las vírgenes consagradas no reciban el velo hasta los cuarenta años2124. No puede negarse que la práctica totalidad de las conductas que se condenan en este sínodo zaragozano se atribuyen tradicionalmente al priscilianismo. Pero no es menos cierto que aquí no se está condenando ni a Prisciliano ni a nadie en concreto, frente a lo que exponía Sulpicio Severo. No parece que se sintieran excesivamente aludidos cuando Prisciliano fue ordenado como obispo de Ávila, hecho que avivó la persecución y desencadenó el rescripto de Graciano. Visto el supuesto concilio condenatorio de Caesaraugusta, debemos analizar obligatoriamente la documentación esencial que descubrió G. Schepss en 1885 en Würzburg. El manuscrito incluía once tratados escritos si no por Prisciliano, por alguno de sus discípulos más próximos. Tratados y cánones atribuidos a Prisciliano. 2119 Ut qui eucaristiam in ecclesia accipit et ibi eam non sumit anathematizetur. 2120 Ut tribus heddomadis quae sunt ante Epifaniam ab ecclesia nemo recedat. Entre el 17 de diciembre y el 6 de enero se celebraría el símbolo de la Natividad y la encarnación de Cristo. 2121 Ya sea per disciplinam aut sententiam episcopi. 2122 Ut clericus qui propter licentiam monacus vul esse excomunicetur. En muchas ocasiones, el ascetismo rigorista propio del monacato se confundió con la herejía, como puede comprobarse en la acusación de Ithacio contra el obispo Martín de Tours. 2123 Ut doctoris sibi nomen non inponat cui concessum non est. Desde la concepción ortodoxa, el título de doctor debía ser otorgado por el pontífice romano o bien por un concilio ecuménico a ciertos santos afamados por sus conocimientos de la fe. Es posible que esta denominación entre los priscilianistas fuese muy similar a la de los perfecti maniqueos. 2124 Ut ante quadraginta annos sanctimoniales virgines non velentur. Es posible que esta premisa trate de distinguir a las sanctimoniales de las mujeres priscilianistas que habían decidido llevar una vida de profesión religiosa y hacían también uso del velo. 383 R. Serrano Madroñal El Tratado I. Libro Apologético: Con la intención de demostrar su disposición católica2125 y defenderse de las calumnias, condena contundemente la herejía patripasiana2126, doctrina que consideraba que fue el Padre quien vino a la tierra y fue crucificado bajo la apariencia del Hijo. No obstante, no dice nada al respecto de Sabelio. Nos dice que Cristo vino en carne para salvar a los pecadores y devolvernos a las normas de la vida eterna2127. Con un manejo constante y muy versado de pasajes escriturarios, se dirige a beatísimos sacerdotes2128, reconociendo haber tenido un pasado despreocupado de Dios en el que, sin embargo, ya se burlaba de los dioses de los gentiles2129. Es cierto que no se detecta ninguna afirmación clara sobre su trinitarismo, y hace uso intencionado de la epístola a los romanos2130, donde se registra: “¡Miserable de mí! ¿quién me librará de este cuerpo de muerte?” Convencido de que el paganismo es demonolatría, anhela, a diferencia de los gentiles, los tesoros invisibles escondidos en el cielo2131. En relación al diablo, condena a sus adoradores y seguidores, pero no especifica nada sobre su origen. Habla de Christus deus y emplea la Primera epístola a los Corintios2132 para afirmar que nosotros éramos su templo. Se muestra contundente en su rechazo al maniqueísmo2133, al mismo tiempo que combate la divinización del Sol y la Luna. Totalmente reacio a las fornicaciones, también hace una referencia condenatoria al gnosticismo de Basílides2134. En relación a las acusaciones de Ithacio2135, están de acuerdo con la persecución contra aquellos que se ayuden de encantamientos mágicos2136 para 2125 Catholicae dispositionis. 2126 Anathema enim sit qui Patripassianae heresis malum credens catholicam fidem uexat. 2127 Christus uenit in carne, ut peccatores saluos faceret et redemptos in sese ad perennis uitae instituta repararet. 2128 Beatissimi sacerdotes. 2129 Et deos gentilium depraehendentes risimus. 2130 7, 24. 2131 Nos requirimus thensauros in caelis absconsos et inuisos. 2132 3, 16-17: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”. Esto podría ponerse en relación con la controversia sobre el origen de las almas. 2133 Anathema sit qui Manetem et opera eius doctrinas adque instituta non damnat. 2134 Aut Basilide docente monstrauit. 2135 Itacius. 2136 Magicis praecantationibus primitiuorum fructum. 384 Tesis Doctoral consagrar las primicias de los frutos. Se declara enemigo de los inventos de los herejes y de las calumnias de los cismáticos2137, pero introduce de manera ambigua la expresión zaboli inbre o lluvia del diablo2138; define a Dios como el único que conoce los cambios del firmamento, que destruyó la rueda de la generación2139 con la Natividad y la reparación del bautismo. A su vez, expone el famoso pasaje de la Epístola a los Gálatas2140: “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Concluye, reconociendo su fe en la ordenación de los cuatro evangelios, regada por una triple fuente, creyente de Dios Cristo2141. Dejando claro que nunca Cristo prohibió que se hablase libremente sobre Él, espera su absolución2142 tras haber expuesto la verdadera fe, condenando todas las herejías. El Tratado II. Libro al obispo Dámaso. Prisciliano y sus acompañantes marcharon a Roma para entrevistarse con el pontífice Dámaso y defenderse ante él de las falsas acusaciones levantadas por Hidacio de Mérida. Reivindicando su catolicismo, asegura que en el concilio episcopal de Zaragoza2143 nadie entre nosotros fue tenido por reo, ni acusado, ni convicto, ni condenado. No mencionaron sus nombres, y no sólo no tuvieron necesidad de presentarse, puesto que nadie les invitó a que asistieran. Parece que Hidacio fue atacado por algunas manchas en su conducta y cuando los obispos “priscilianistas” viajaron a Mérida para aclarar el suceso, la masa del pueblo ya estaba envenenada. Llegaron a ser golpeados. (Capimus tamen inter ista consilium, ut euntes ad Hemeretensium civitatem praesentes ipsi videremus Hydatium, pacis potuis deo teste quam contentionis auctores. Si enim iniuria et non obsequium fuit consulere potius praesentem tamquam fratrem velle quam velut reum evocare, rei sumus; sin 2137 Inuentiones hereticorum nefarias et dignas gehennae interpraetationes, sibi teneant scismaticorum calumniae multiuolas uoluntates. 2138 No tiene por qué ir en este sentido, pero recordemos que atribuían al diablo y no a Dios ciertos fenómenos naturales. 2139 Sciens demutationem firmamenti et distruens rotam geniturae. 2140 3, 28. Esto podría explicar la inclusión de las mujeres en la secta priscilianista. 2141 Nos autem uenerabilis eclesiae dei per symbolum corpus ingressi indissolubilem fidem uno fonte tripertito rigatam in quattuor euangeliorum dispositione cognouimus. 2142 Absoluite. Prisciliano y los suyos buscaban su absolución tras el rescripto condenatorio de Graciano. El autor concluye considerando que las acusaciones de Hidacio e Ithacio se debían realmente a enemistades personales o domesticas inimicitias. 2143 Después de evaluar las Actas del sínodo de Caesaraugusta, es obvio que está diciendo la verdad. 385 R. Serrano Madroñal vero venientes et ingredientes in eclesiam turbis et populis concitatis non solum in praesbyterium non admissi, sed etiam adflicti verberibus sumus, putamus caedentem potius iniuriam fecisse, non caesos. CSEL, 18, Tractatus II, Priscilliani, p. 40). Se defiende la profesión de los laicos siempre y cuando sea católica, del mismo modo que se reivindica indirectamente la legitimidad del nombramiento de Prisciliano como obispo, ordenado por sacerdotes y propuesto por el pueblo2144. En respuesta al rescripto de Graciano, apela a los venerables sentimientos de Dámaso, el mayor y primero de los obispos, para que lo anule. Tratado III. Libro sobre la fe y los apócrifos. Con respecto al uso de apócrifos, el autor es bastante explícito en esta ocasión, y sirviéndose de la parábola del trigo y la cizaña2145, incita a su lectura siempre y cuando se separe la sana instrucción del componente herético. No obstante, considera que no todo el mundo está preparado para poder discernir el trigo y la cizaña en los apócrifos, por lo que cita un pasaje del evangelio de Lucas2146. Tratado IV. De la Pascua. Con una retórica de condena contra todo lo mundano, justifica la falta de ayuno2147 en este período puesto que Cristo ya clavó en la cruz las maldiciones de la dominación terrena. Tratado V. Del Génesis. Acabando con las dudas sobre sus posturas en relación al Antiguo Testamento, no parece contradecir el famoso pasaje2148: “En el principio creó Dios los cielos y la tierra” ni tampoco parece negar este otro2149: “Y creó Dios al 2144 Originariamente, cada obispo era elegido por el clero y los fieles de la diócesis por aclamación. No obstante, los ithacianos nunca protestaron contra el procedimiento de ordenación sino contra la ordenación como obispo de un laico condenado, por obispos también condenados (supuestamente en el sínodo zaragozano). 2145 Mt. 13, 28-29: “El les dijo: Un enemigo ha hecho esto. Y los siervos le dijeron: ¿Quieres, pues, que vayamos y la arranquemos? El les dijo: No, no sea que al arrancar la cizaña, arranquéis también con ella el trigo”. 2146 8, 10: “Y él dijo: A vosotros os es dado conocer los misterios del reino de Dios; pero a los otros por parábolas, para que viendo no vean, y oyendo no entiendan”. Esto se podría vincular con la división entre doctores y oyentes. 2147 1 Cor. 5-7: “El tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús. No es buena vuestra jactancia. ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa? Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros. Así que celebremos la fiesta, no con la vieja levadura, ni con la levadura de malicia y de maldad, sino con panes sin levadura, de sinceridad y de verdad”. 2148 Gen. 1, 1. 2149 Gen. 1, 27. 386 Tesis Doctoral hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó”. Empero, se deduce de sus palabras que la humanidad sólo alcanzará el descanso (sábado) venciendo a la carne. Hágase la luz2150, exhorta, corregidas las tinieblas del cuerpo corruptible. Convertidos en el sábado del Señor y alejados del mundo, descansad en Cristo. Tratado VI. Del Éxodo. Reincidiendo en que los seguidores de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos y deben encomendarse a una vida plenamente espiritual, siempre aportando citas bíblicas2151, aboga por la destrucción de las instituciones del mundo. Estableciendo un nexo entre la Pascua judía (recordatorio de la liberación del pueblo hebreo) y la Pasión de Cristo, considera que el ejemplo de la inmolación del cordero-Cristo crucificado implica la liberación del barro que oscureció nuestra naturaleza, de linaje divino2152. Creyendo así ser liberado de los días, los tiempos y los meses2153, pasaría el cristiano a ser número de Dios. No niega en absoluto el nacimiento y la muerte de la carne de Cristo, pero lo identifica como el gran ejemplo de la enseñanza divina: la inmolación de la carne. El Antiguo Testamento nos mostró el camino a seguir, sacrificando al cordero y venciendo a Egipto, es decir, el mundo. La simbología de la Pascua en el Nuevo Testamento se reafirmaría de modo definitivo en el mismo sentido con el sacrificio de Cristo crucificado. Como colofón del texto, hace un alegato bastante evidente contra el matrimonio empleando una cita del muy canónico evangelio de Lucas2154. Tratado VII. Del Primer Salmo. Aprovecha el autor para volver a recordarnos que somos templo de Dios y que el espíritu de Dios mora en nosotros2155. Destaca a su vez que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios2156, por lo que es necesario, como dice el salmo, alejarse del camino de los pecadores2157. 2150 Gen. 1, 3. 2151 Gal. 5, 25. 2152 Act. 17, 28: “Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos”. Esto podría ser una justificación fundada en las Escrituras sobre su creencia en el alma como parte de la substancia divina. 2153 La liberación de estas ligaduras nos hace pensar en el chirographum zodiacal. 2154 20, 34-36: “Entonces respondiendo Jesús, les dijo: Los hijos de este siglo se casan, y se dan en casamiento; mas los que fueren tenidos por dignos de alcanzar aquel siglo y la resurrección de entre los muertos, ni se casan, ni se dan en casamiento. Porque no pueden ya más morir, pues son iguales a los ángeles, y son hijos de Dios, al ser hijos de la resurrección”. 2155 1 Cor. 3, 16: “¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros?”. 2156 1 Cor. 15, 50. 387 R. Serrano Madroñal Tratado VIII. Del Salmo Tercero. Hace aquí el autor una apología de la espiritualidad y del esfuerzo intelectual con el objetivo de alcanzar la verdad de los secretos de los preceptos celestiales. Así como Absalón se volvió contra su padre David, nuestras malas obras pueden volverse contra nosotros mismos. Tratado IX. Al pueblo. Con una retórica ciertamente reiterativa, continúa con su condena de todo lo mundano haciendo alusión al pasaje ya citado de los Hechos de los Apóstoles (17, 28). Vínculando la sinagoga de Satán2158 con las obras del siglo, las considera contrarias a Dios. Para él, la fornicación es amiga de las tinieblas2159; critica también la ambición y la gula, junto a todas las tentaciones diabólicas. En el arduo camino de la comprensión de Dios, el primer paso (más asequible) ha de ser el rechazo del pecado. Finaliza con una nueva incitación a la destrucción de la obra del siglo para poder liberar el arca del Testamento, que somos nosotros2160. Tratado X. Al pueblo (II). Se trata de un himno a Dios, donde se da testimonio de su omnipotencia en la ordenación del universo. En relación a la controversia trinitaria, habla el autor de la invisibilidad en el Padre, la visibilidad en el Hijo y unido en la obra de los dos el Espíritu Santo2161. 2157 Ps. 1, 1: “Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado”. 2158 Apoc. 2, 9. 2159 Estas afirmaciones nos llevan a cuestionarnos profundamente todo ese elenco de acusaciones vertidas sobre el priscilianismo como secta impúdica y orgiástica. 2160 Su incidencia en la liberación de las ataduras mundanas para alcanzar a Dios bien podría interpretarse o malinterpretarse como una aseveración propia de gnósticos y maniqueos. 2161 Resulta verdaderamente difícil distinguir aquí la ortodoxia católica de la heterodoxia sabeliana, en tanto en cuanto el sabelianismo aceptaba la trinidad como tres manifestaciones distintas del mismo y único Dios. Por su parte, el dogma ortodoxo enuncia tres personas distintas e inconfundibles pero cada una de éstas sería hipóstasis de una misma esencia. 388 Tesis Doctoral Finalizando con los cánones de las cartas del apóstol Pablo, dice el obispo Peregrino2162 que no eran obra de Jerónimo, como se pensaba, sino de Prisciliano. Por esta razón fueron corregidos de desviaciones heréticas. Dicho esto, debemos entender que el texto original de Prisciliano, modificado y “corregido” con posterioridad por Peregrino, trata de sintetizar en 90 cánones todas las enseñanzas de Pablo de Tarso vertidas en sus catorce epístolas. A pesar de la mencionada naturaleza del texto2163, resulta interesante evaluar lo que Prisciliano quiso destacar de las palabras del apóstol: (VI). Advierte que Pablo de Tarso llamaba a los demonios tinieblas2164. (XVIII). Cristo borró en la cruz el chirographum que estaba contra nosotros2165. (XXIX). La carne y su prudencia es enemiga de Dios y siempre está ausente de Dios y de todos los buenos. (XXXI). Se define al hombre como un tesoro en un vaso de barro2166. (XXXIV). Es necesario, siguiendo el ejemplo de Cristo, crucificar la carne junto con sus vicios y concupiscencias. (XXXVI). El vino es causa de toda lujuria, abstengámonos de él salvo en caso de enfermedad2167. (XXXVII). La lucha y el combate de los justos es de naturaleza espiritual, y su lugar está en los cielos2168. (XXXVIII). La avaricia es la raíz de todos los males. (XXXIX). Se hace mención a los “doctores”, que tienen que trabajar en la lectura y predicación del evangelio. (XLII). Se condena la recepción indigna del sacramento del Cuerpo y la Sangre de Cristo2169. (LV). Los creyentes se salvan por su fe, independientemente de su condición social o sexual. (LVI-LVII). En una serie de preceptos paulinos algo contradictorios con lo anteriormente expuesto, dice el apóstol que la mujer calle en la Iglesia y no tome el cuidado de la enseñanza y que se salve por 2162 ¿Baquiario? Vid. Bover, J. M., “Bachiarius Peregrinus?” Estudios Eclesiásticos 7, 1928, pp. 361-366. 2163 Los cánones no son una fuente idónea para el estudio del priscilianismo ya que, pese a su autoría, están resumiendo el pensamiento de Pablo de Tarso y además están “limpiados” de afirmaciones heréticas. 2164 De esta designación paulina, podría haber extraído Prisciliano su idea del demonio como principio maligno surgido de las tinieblas. 2165 Podría asociarse con el fatalismo astral. 2166 Son palabras de Pablo, en la Segunda epístola a los Corintios 4, 6-7. 2167 El ascetismo de Prisciliano no se corresponde con la imagen lujuriosa que nos ofrecen algunos de sus detractores. 2168 Prisciliano destacó este cánon paulino porque lo compartía. Visto así, no parece nada probable que el heresiarca tuviese ninguna intención de modificar el orden social del “siglo”. 2169 No parece que Prisciliano muestre ningún rechazo a la Eucaristía, pero no olvidemos que el texto está modificado. 389 R. Serrano Madroñal medio de la generación de los hijos. (LXV). Pablo afirmaba que la ley de Moisés fue carnal, sustituida por la fe y la Gracia de Cristo espiritual2170. La epístola de Máximo a Siricio. Con posterioridad a 385, el usurpador Máximo escribió una epístola a Siricio, el sucesor de Dámaso en la sede romana. En la última parte de la misiva, alude al crimen de los maniqueos2171, reconocido por su propia confesión judicial2172. Poniendo en conocimiento de tal deformidad a Siricio, le cuesta afirmar sin rubor2173 la existencia de prácticas tan deshonestas2174. Se despide el emperador deseando que la divinidad asista al pontífice por muchos años2175, justificando de algún modo las ejecuciones de Tréveris por la magnitud del crimen confeso. 2170 La distinción paulina entre Ley y Gracia sigue suscitando hoy polémicas interpretativas. A pesar de su resistencia a “judaizar”, no era partidario de que los judíos sufriesen ninguna desgracia. 2171 Manichaeos sceleris. No se hace alusión a la verdadera causa de las penas: el maleficium. Además, hasta la fecha no existía legislación alguna que contemplara la pena capital contra los maniqueos. Tan sólo estaban tipificadas las confiscaciones de sus espacios de reunión (CTh. 16. 5. 3, año 372); no podían heredar ni legar bienes en testamento (CTh. 16. 5. 7, año 381); se prohibían sus asambleas secretas y se habilitaban cortes especiales para escuchar acusaciones contra ellos (CTh. 16. 5. 9, año 382). 2172 Ipsorum confessione inter iudicia. 2173 Sine rubore non possumus. 2174 Huiuscemodi…turpia. 2175 Manu Imperatoris, Divinitas te servet per multos annos. 390 Tesis Doctoral Pacato Drepanio. El panegirista Pacato Drepanio fue el autor de un extenso discurso en honor de Teodosio (389). Entre otras cosas, el emperador es alabado por su victoria contra Máximo. En este contexto, en el parágrafo XXIX, el rétor sudgálico recuerda que el usurpador derramó la sangre de mujeres2176, cayendo violentamente en tiempos de paz contra un sexo ajeno a la guerra. Ataca con dureza a los acusadores, nominalmente obispos que actuaron más bien como verdugos2177, que no se contentaron con la confiscación de los bienes2178 de los acusados y no pararon hasta conseguir la pena capital. Sin tapujos, Pacato acusa a todos los responsables de los juicios de Tréveris de querer apropiarse de las riquezas de los reos para abastecer su avaricia2179; el castigo de los inocentes2180 llenó de satisfacción su crueldad2181. 2176 Sanguinem feminarum. Se refiere a Euchrotia, esposa de Delfidio, amigo de Ausonio. No olvidemos, por su parte, que el propio Pacato también fue amigo de Ausonio. Vid. la introducción y comentarios de R. P. H. Green, Ausonio, Decio Magno, The works of Ausonius, Oxford, 2003. 2177 Hoc delatorum genus qui nominibus antistites, re vera autem satellites atque adeo carnifices. 2178 Patrimoniis. 2179 Avaro divitum bona. 2180 Innocentium poena. 2181 Para una buena traducción crítica al inglés del panegírico, Vid. Nixon, C. E. V., Rodgers, B. S., In Praise of Later Roman Emperors: the Panegyrici Latini, Berkeley, Los Angeles, Oxford, 1994, p. 448 ss. 391 R. Serrano Madroñal Los “abstinentes” y los “otros gnósticos”. En el Diversarum Hereseon Liber del obispo Filastrio de Brescia (escrito quizás un año antes de la ejecución de Prisciliano y los suyos) en la herejía núm. LXXXIV se habla de los abstinentes. Sobre ellos, nos dice este autor que bajo el pretexto de la abstinencia2182, tanto en las Galias como en las Hispanias y en Aquitania2183, siguen2184 en realidad a la perniciosísima secta de los gnósticos y de los maniqueos2185; no dudan en predicar2186 con persuasión la separación de los matrimonios de los hombres2187, así como la abstinencia de las comidas2188. Para combatir estas ideas, Filastrio expone un pasaje del evangelio de Mateo2189, otro de la Primera epístola a los Corintios2190 y otro de la epístola a los Romanos2191. Por su parte, tiempo después, el Pseudo-Jerónimo en su Indiculus incluye a los “otros gnósticos”. Éstos han añadido a la perversa semilla de los nicolaítas, basilidianos y marcionitas2192 el veneno de Manes2193. 2182 Veluti abstinentes. 2183 Sunt in Gallis et Hispaniis et Aquitania. 2184 Sequuntur. 21852185 Gnosticorum et Manichaeorum. 2186 Non dubitant praedicare. 2187 Separantes…coniugia hominum. 2188 Escarum. Estas dos últimas ideas se pueden apreciar en la noticia sobre los priscilianistas del posterior compendio heresiológico de Agustín. 2189 19, 6: “Así que no son ya más dos, sino una sola carne; por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre”. 2190 7, 5: “No os neguéis el uno al otro, a no ser por algún tiempo de mutuo consentimiento, para ocuparos sosegadamente en la oración; y volved a juntaros en uno, para que no os tiente Satanás a causa de vuestra incontinencia”. 2191 14, 3: “El que come, no menosprecie al que no come, y el que no come, no juzgue al que come; porque Dios le ha recibido”. 2192 Nicolai, Basilidis, Marcionis. 2193 Manichaeus. El gnosticismo de Basílides y el marcionismo datan del siglo II d. C, mientras que el maniqueísmo tiene su origen en el siglo III. 392 Tesis Doctoral Chronica Gallica CCCCLII. En la Chronica Gallica CCCCLII, el anónimo registra (12) que en Tréveris2194, los maniqueos2195 fueron apresados2196 y exterminados2197 bajo el sumo celo2198 antiherético de Máximo2199. 2194 Apud Treveros. 2195 Manichaei. 2196 Deprehensi. 2197 Exterminati. 2198 Summo…studio. 2199 Maximi. 394 Tesis Doctoral Después de haber catalogado y analizado en profundidad nuestras fuentes primarias, pasamos a la revisión de la producción historiográfica más relevante, con la intención de destacar las corrientes interpretativas de mayor significación. 6. 1. Bagaudas. Podemos retrotraernos hasta el Glossarium mediae et infimae Latinitatis de Du Cange (1678). El distinguido filólogo e historiador francés se sirvió de las lenguas clásicas y del estudio de su evolución para dar respuesta a sus verdaderas inquietudes académicas: la historia medieval y bizantina. En su primer volumen2200, incluye el vocablo bagaudae-bacaudae y nos explica (en latín) que los primeros registros del término se corresponden con la época de Diocleciano y Maximiano. Citando los testimonios de Eutropio, Paeanio, Jerónimo y Orosio, pasa a continuación a hablarnos de las referencias sobre los bagaudas del siglo V, mencionando los pasajes de Salviano de Marsella e Hidacio así como el panegírico de Eumenio2201 y el ciclo hagiográfico de San Mauricio que cristianizó a los bagaudas. 2200 Du Cange, Glossarium Mediae et Infimae latinitatis, Vol. 1, Graz, 1954, pp. 520-521. 2201 Eumenio fue un rétor latino del siglo III. Es el autor de una oratio incluída en los Panegyrici Latini (IX) titulada Pro instaurandis scholis y datada hacia el 297/298, casi treinta años después del saqueo de su “patria” Autun. Solicitando a las autoridades pertinentes que reconstruyan las (Maenianae) escuelas de retórica, al igual que se han encargado de reconstruir otros edificios destruidos con anterioridad, Eumenio alude a la ruina experimentada por Autun (IV) como consecuencia del asedio y el pillaje (269) de los salteadores rebeldes bátavos: cum latrocinio batavicae rebellionis. Parece que la ciudad de Autun se rebeló contra el emperador galo (Victorino) solicitando ayuda a Claudio II y fueron los bátavos al servicio de Victorino los que destruyeron la urbe. No obstante, el filólogo y humanista flamenco Lipsius, CAPÍTULO 6. INTERPRETACIONES HISTORIOGRÁFICAS 395 R. Serrano Madroñal Arrastrando la tradición medieval sobre el Castrum Bagaudarum, Du Cange nos transmite las diversas teorías sobre el origen etimológico del vocablo “bagauda” sin decantarse. Uno de los historiadores más influyentes de todos los tiempos, y admirador de Du Cange, fue sin lugar a dudas el británico E. Gibbon. En el primer tomo de su Historia de la decadencia y caída del Imperio romano2202, menciona a los bagaudas del 285 como campesinos sublevados galos. Con un notorio conocimiento de los panegíricos en honor de Maximiano, contempla a sus caudillos (Aelianus y Amandus) como potenciales usurpadores pero rechaza frontalmente la cristianización del fenómeno como una construcción intencionada a posteriori. En el tomo segundo2203, relata el asedio de Alarico sobre Roma mientras los usurpadores y los bárbaros acosan las provincias occidentales. Haciendo uso de Zósimo, Gibbon piensa que tanto britanos como armoricanos se levantaron en armas y descubrieron su propia fuerza, inspirando a los amantes de la libertad. Otra obra monumental coetánea2204 sería el Dictionnaire pour l'intelligence des auteurs classiques, grecs et latins: tants sacrés que profanes, contenant la géographie, l'histoire, la fable, et les antiquités. En esta auténtica enciclopedia de la Antigüedad, F. Sabbathier incluyó en el volumen sexto2205 a los bagaudae. A su juicio, sin distinción entre bagaudas del III y el V, fue la dureza de las exacciones fiscales lo que les obligó a tomar las armas contra el yugo tiránico del Estado. No duda en que fueron los bagaudas los autores del asedio de Autun (269) y renovaron su revuelta contra Carino (285). Al igual que Gibbon, acepta la posibilidad de que Aelianus y Amandus fuesen usurpadores y siguiendo a Du Cange, hace referencia también a la construcción de la abadía de S. Maur-des-Fossés sobre los cimientos del castro de los bagaudas, donde trataron de resistir la acometida de Maximiano. Sin establecer ninguna división, enlaza su narración con los bagaudas del siglo V y con Salviano de Marsella. en el siglo XVI consideró que el texto original era erróneo. En esta línea interpretativa, Livineius en 1599 sustituyó batavicae por bagaudicae. Esta modificación de una fuente primaria llevó a considerar durante mucho tiempo que los bagaudas ya estuvieron detrás del saqueo de Autun en 269. 2202 Esta obra magna fue publicada entre 1776-1788. Recomendamos la traducción castellana de J. Mor Fuentes. Romero, L. A., (ed.), Gibbon, Edward, Historia de la decadencia y caída del Imperio Romano. Tomo I, Desde los Antoninos hasta Diocleciano (96-313); Desde la renuncia de Diocleciano a la conversión de Constantino, Madrid, 2006, pp. 276-277. 2203 De la misma edición: Desde Juliano hasta la partición del Imperio (312-398); Invasiones de los bárbaros (395-582), p. 369 ss. 2204 1766-1790. 2205 P. 108 ss. 396 Tesis Doctoral El conocido historiador francés J. Michelet tampoco estableció distinción alguna entre los bagaudas del III y del V en su Histoire de France2206. Aplicando las noticias de Salviano y de la Chronica Gallica CCCCLII a los bagaudas del 285, aceptó la posibilidad de que Aelianus y Amandus fuesen cristianos. Reincidiendo en el asedio de Autun como una acción protagonizada por los bagaudas, destaca el apoyo que pudieron prestar al usurpador Carausio y la extensión del movimiento a Hispania en el siglo V. En un pasaje posterior bastante más crítico2207, aclara que las lenguas célticas pervivían en los campos de la Galia tardoantigua. V. Gebhardt afirmaba en la Historia general de España y de sus Indias2208 (1861) que los “españoles” aceptaron sin resistencias la dominación de los godos porque ya no querían seguir siendo romanos, tal y como advirtió Salviano. Habla de sublevaciones en las campiñas, especialmente en el territorio próximo al “oceáno galo” y en las provincias “vascongadas”. Con respecto a la etimología de bagauda, se muestra partidario del origen céltico y observa a la Armórica independiente de inicios del siglo V como una república libremente confederada bajo el nombre de “bacaudos”. Conectando esta idea de municipio libre con las behetrías medievales castellanas, identifica a los “bacaudos” en España como gentes miserables reunidas libremente a las órdenes de un caudillo, merodeando por los campos para procurarse un sustento. Ya a inicios del siglo XX, el genial historiador francés C. Jullian cuestionó con brillantez todo el poso cristiano que se había gestado en torno a los bagaudas del siglo III a través de las leyendas hagiográficas. En 19202209 puntualizó los siguientes elementos en relación a la legión tebana: Hay constatación de legiones “tebanas” en el siglo IV en la ND2210 y Diocleciano pudo transformar dos cohortes Thebaeorum en legiones. Es verosímil que Maximiano reclamara estas tropas de procedencia oriental en sus campañas en la Galia. Los tebanos pudieron rebelarse contra el desplazamiento y quizás se ejecutó a los protagonistas del motín. Independientemente de la verosimilitud de estos elementos, detecta una cristianización artificial de un episodio laico. Así pues, Jullian no acepta el revestimiento religioso de un acontecimiento que sí pudo tener bases históricas político-militares. 2206 Viallaneix, P., Petitier, P., (eds.), Michelet, J., Histoire de France: La Gaule. Les Invasions. Charlemagne, Vol. 1, París, 2008, p. 103 ss. Michelet publicó los dos primeros tomos en 1833. 2207 Ibid. p. 125. 2208 Gebhardt, V., Historia general de España y de sus Indias, Tomo II, España Goda. Desde el año 413 hasta el 711 de nuestra era, Barcelona-La Habana, 1864, p. 17 ss. 2209 “Notes Gallo-Romaines, LXXXV. Questions Hagiographiques: La legion thebaine”, Revue des Études Anciennes, 22, 1920, pp. 41-47. 2210 Prima Maximiana Thebaeorum; Tertia Diocletiana Thebaeorum. 397 R. Serrano Madroñal En otro artículo de las mismas fechas2211, rechazó el mito folclórico del Castrum Bagaudarum. Bajo su punto de vista, este monasterio, fundado en 638-640 en un espacio aislado perfecto para la defensa sobre el Marne, no reivindicó su pasado “bagáudico cristiano” hasta los siglos X-XI con la publicación de la vita Babolani, que fue el primer abad de S. Maur. En relación a la posibilidad de que los bagaudas de 285 pudieran ser mártires cristianos aniquilados por Maximiano, Jullian niega valor histórico alguno a esta narración. Sí considera que el monasterio se edificó sobre las ruinas de alguna fortificación o villa antigua pero esto no sostiene la construcción de una leyenda gestada en la Alta Edad Media y corroborada por la difusión del nombre bacauda en el siglo VI. Solicita cautela contra el folclore, la imaginación y la tradición popular que se tradujo en un relato épico fabricado en época merovingia. Sentencia el artículo asegurando que la idea de unas “piadosas revueltas bagaudas” contra el persecutor Maximiano no aporta absolutamente nada a la reconstrucción histórica. En 1926, M. Rostovtzeff2212 inauguraba una nueva tendencia historiográfica a través de sus análisis sobre la historia económica y social del Imperio romano. En términos de “capitalismo” y “revolución”, evidentemente influidos por el período de creación de la obra, el historiador ruso emigrado a los EE.UU pensó que la “guerra de los bagaudae” se debió a una sublevación masiva de las clases inferiores que tuvo que ser reprimida por las fuerzas coercitivas del Estado. Con respecto a esta “selección al revés” y a la decadencia de las élites dirigentes del Estado romano, Otto Seeck2213 ya contempló décadas antes (1894) este período convulso como el resultado de la decadencia y el hundimiento del poder imperial. En 1942, Claudio Sánchez Albornoz escribía desde el exilio argentino sobre los orígenes del feudalismo2214. En concordancia con su idea de una España siempre múltiple, comenzó a desarrollar la tesis del “despertar del pueblo vasco” en la Tardoantigüedad. Para este historiador, la desarticulación del poder militar romano en Hispania liberó a los vascones, a los que asocia con las bandas de bagaudas que operaron en la Tarraconensis durante el siglo V. Sin llegar nunca a afirmar que los bagaudas hispanos eran vascones, deja caer la sospecha. 2211 “Notes Gallo-Romaines, LXXXVI. Castrum Bagaudarum: Les origines de Saint-Maur-des-Fossés”, Revue des Études Anciennes, 22, 1920, pp. 107-117. 2212 Rostovtzeff, M., Historia social y económica del Imperio romano. II. Trad. del inglés por López- Ballesteros, L., Madrid, 1973, p. 393. 2213 Geschichte des Untergangs des antiken Welt, Stuttgart, 1966. 2214 En torno a los orígenes del feudalismo. Tomo III, Buenos Aires, 1979, pp. 44-47. 398 Tesis Doctoral Siguiendo el buenhacer historiográfico de C. Jullian, P. Le Gentilhomme consideró en otro gran artículo2215 en 1943 que el panegírico de Eumenio había sido corrompido con una modificación posterior errónea. Rostovtzeff aceptaba dicha modificación por su interés en la lucha de clases pero no se puede obviar que los contingentes de bátavos tuvieron una gran importancia en los ejércitos legionarios de la Germania Inferior. La numismática del período del Imperio Galo muestra los honores rendidos a las divinidades más próximas a los bátavos y en la retórica de los panegiristas de la Tetrarquía, el secesionismo galo y los “bátavos” eran una misma cosa. Así, para este investigador, la expresión batavicae de Eumenio era plenamente correcta ya que fueron los bátavos del ejército de Victorino los que asediaron Autun, no los bagaudas. En este punto, nuestra revisión de las distintas interpretaciones sobre el fenómeno bagáudico ha de detenerse obligatoriamente para analizar con brevedad la historiografía soviética y su perspectiva marxista. Desde finales de los años 30, las revueltas bagaudas fueron vistas como una auténtica guerra campesina revolucionaria por autores como A. D. Dmitrev2216, donde participaron todos los sectores sociales oprimidos. Otro gran historiador soviético conocido por su interpretación marxista de la Istoria Rima fue S. I. Kovaliov2217. Ubicando la lucha de clases como motor de la historia, creyó que la primera manifestación de este “grandioso movimiento” fue el asedio de Autun (269). En su exposición, algo alejada de la rigurosidad documental, ofrece una visión de continuidad sobre una revolución contra los estratos elevados galo-romanos, efectuada por esclavos y colonos y por la baja plebe urbana, que apoderándose de los “útiles de trabajo”, llegó a destruir ciudades. Destaca la acuñación de moneda por parte de Aelianus y Amandus y la reanudación de un movimiento que se prolongó 150 años y que se extendió por España. También desde el VDI, A. R. Korsunskij2218 asoció a los bagaudas con la lucha de las masas campesinas contra el Estado esclavista. Con respecto al fracaso de su rebelión, desde una óptica leninista, analiza una serie de errores programáticos que explicarían la victoria de la contrarrevolución: su carácter espontáneo, esporádico e inorgánico, exclusivamente 2215 “Le désastre d´Autun en 269”, Revue des Études Anciennes, 45, 1943, pp. 233-240. 2216 “Dvizhenie Bagaudov. K istorii revoljutzionnogo dvizhenja rabov v Rimskom gosudarstve v III v. n. eh”, VDI, 3-4, 1940, 101-14. Téngase en cuenta que la publicación soviética Vestnik Drevnej Istorii tenía por objetivo luchar contra la historiografía no marxista y abordar desde el marxismo-leninismo los problemas de la Historia Antigua. 2217 Vid. Historia de Roma, edición revisada y ampliada por Plácido, D., Madrid, 1979, pp. 763-773. La edición original en ruso es de 1948. 2218 “Dvischenie Bagaudov”, VDI, 4, 1957, pp. 71-87. Para una búsqueda más asequible sobre la historiografía soviética en relación con la historia económica y social del mundo helenístico y romano, sin necesidad de lidiar con la lengua rusa, Vid. Raskolnikoff, M., La Recherche soviétique et l´histoire économique et sociale du monde hellénistique et romain, Strasbourg, 1975. 399 R. Serrano Madroñal rural, sin apoyos urbanos y con intenciones separatistas. Por supuesto, aceptó la corrección “bagaudicae” de la oratio de Eumenio y quiso ver bagaudas en Autun. E. A. Thompson2219, británico y también marxista, destacó del mismo modo la esencia campesina de las revueltas bagaudas y su importancia en la caída de Occidente. En su opinión, el silencio de las fuentes (clases propietarias) sobre los objetivos del movimiento no es casual. Coincidiendo con los historiadores soviéticos, señaló la revuelta de Materno (186) o “guerra de los desertores” como un precedente incuestionable. La “larga historia de los bagaudas”, la historia de las contradicciones del modo de producción esclavista y de las revoluciones subsiguientes, comenzó con Materno. No sólo no establece distinción alguna entre los episodios del III y del V, sino que afirma su conexión tanto en Galia, como en los Alpes y en Hispania. De hecho, prolonga sus acciones hasta el 456, atribuyéndoles el latrocinio del conventus bracarensis2220. Convencido de que las fuentes son reacias a registrar la lucha de las clases oprimidas, cree que Maximiano no les aniquiló en 285 porque eran la fuerza de trabajo de muchos propietarios de fincas. A pesar de su gran conocimiento de los textos documentales, se toma ciertas licencias con el objetivo de demostrar que estas revueltas campesinas fueron un proceso histórico continuo en lucha contra la estructura de la tierra y su injusta repartición. Acogiéndose a las palabras de Salviano de Marsella, concluye que los sectores oprimidos prefirieron a los bárbaros recién llegados y por eso pudo caer el Imperio occidental. En 19562221, Thompson extrajo de Zósimo que el modelo autónomo y separatista que imitaron los armoricanos procedía de Britannia. Para él, es obvio que se produjeron también revueltas bagaudas en la isla y las cartas de Honorio instando a la autodefensa de las ciudades no se referían a ataques de bárbaros, sino a rebeliones de bagaudas (409). Por su parte, las élites de la Armórica contaron con la ayuda de Aecio para frenar la revuelta de las clases oprimidas, siendo estas aristocracias agradecidas las que participaron en los Campos Cataláunicos. En el mismo año, el historiador británico escribió otro artículo2222 sobre el asentamiento de los bárbaros en el sur de las Galias. Plasma aquí su creencia en que el asentamiento de visigodos, burgundios y alanos en 2219 “Peasant Revolts in Late Roman Gaul and Spain”, Past and Present, a journal of scientific history, 2, 1952, pp. 11-23. 2220 Idea compartida después por los investigadores húngaros Czúth, B., y Szadeczky-Kardoss, S. “A bagauda mozgalmak Hispaniaban”, Antik Tanulmanyotí, 3, 1956, pp. 175-180. No obstante, los mismos autores rechazaron la posibilidad de extender las revueltas bagaudas hasta 496. Vid. Czúth, B., Szadeczky-Kardoss, "Burdurellus az utolzó bagauda vezér?”, Antik-Tanulmanyok, 2, 1955, pp. 113-120. 2221 “Zosimus on the End of Roman Britain”, Antiquity, 30, 1956, pp. 163-167. 2222 “The Settlement of the Barbarians in Southern Gaul”, the Journal of Roman Studies, 46, 1956, pp. 65- 75. 400 Tesis Doctoral diversos territorios estratégicos de las Galias en las primeras décadas del siglo V tuvo una causa esencial: la vigilancia sobre los bagaudas. Si los visigodos en Tolouse y los alanos en Orleans tenían el objetivo de controlar a los bagaudas armoricanos, los burgundios en Saboya harían lo propio con los bagaudas alpinos. E. Engelmann2223 apreció de la misma manera bagaudas en Britania y en los Alpes franceses en el siglo V, formando bandas integradas por desertores, pequeños campesinos pero también sectores más distinguidos. Si los elementos cristianos pudieron florecer entre los bagaudas sudgálicos, en el norte primaría el paganismo de los mismos. En la década de los sesenta, V. A. Sirago2224 se sumó a la hipótesis de la etimología céltica del vocablo “bagauda”. Extrapolando las informaciones sobre los bagaudas del V, identificó como causa principal del levantamiento de 285 la presión fiscal y la injusticia generalizada. Empleando términos muy marcados por la historiografía marxista, creyó ver bagaudas en el episodio de Bazas (414) narrado por P. de Pella, e incluso les adjudicó un cierto programa revolucionario. Relacionando bagaudas galos con los laeti celtas y a los hispanos con los ejércitos de Dídimo y Veriniano, pensó que estos últimos grupos de campesinos y esclavos, una vez armados, se dejaron influenciar por la “propaganda bagáudica” y llegaron a colaborar con los suevos para vengarse de las tropas imperiales. Asimismo, vinculó a bagaudas y priscilianistas en un frente anti-sistema y justificó la ausencia de nuevas revueltas tras la represión de Frederico (454) argumentando que los nuevos señores bárbaros ofrecieron mejores condiciones a los desfavorecidos. Definió a Salviano de Marsella como un “bagauda de espíritu” y contempló la muerte del obispo León de Tarazona como un ataque simbólico contra el eje político-religioso del Estado. S. Mazzarino2225 cuestionó la idea de revolución social en las postrimerías del Mundo Antiguo porque no hubo un enfrentamiento entre patronos y colonos, sino más bien una dependencia incluso solidaria. Siguiendo a Thompson, también consideró la revuelta de Materno como un antecedente de las bagaudas, rechazó la idea del frente anti-romano en colaboración con el bárbaro y, como Sirago, estableció cierto nexo entre bagaudas hispanos y priscilianistas. En opinión del historiador italiano, el “anarquismo circunceliónico-bagáudico fracasó, dando el triunfo a la institución del colonato-vasallaje. 2223 E. Engelmann, "Zur Bewegung der Bagauden im römischen Gallien", Vom Mittelalter zur Neuzeit. Zum 65 Geburtstag von Heinrich Spriimberg, H. Kretzschmar hrgs., Berlín, 1956, pp. 373-385. 2224 Galla Placidia e la Transformazione Politica dell´Occidente, Louvain, 1961, p. 376 ss. 2225 “¿Se puede hablar de revolución social al fin del Mundo Antiguo?” en AA. VV., La transición del esclavismo al feudalismo, Madrid, 1981, pp. 131-145. El artículo original en italiano fue publicado en 1962. 401 R. Serrano Madroñal Thompson2226 volvió a insistir en que el Estado romano instauró la hospitalitas como forma de acuerdo con las élites germánicas más filo-romanas con el objetivo de frenar la conflictividad social, acelerando la ruptura de la igualdad tribal de los bárbaros. Con respecto al asesinato de Turismundo, el autor británico tiene claro que fue obra de sus hermanos Teodorico II y Frederico, partidarios de la alianza con Roma y enemigos de los desórdenes causados por la bagauda hispana. En uno de sus primeros trabajos conjuntos, A. Barbero y M. Vigil2227 defendieron la existencia de un limes hispánico establecido para vigilar a los cántabros y a los vascones. Siguiendo en buena medida las líneas interpretativas de Sánchez Albornoz y Thompson, comprendieron las bagaudas hispanas como una colaboración entre vascones poco romanizados y sectores oprimidos de la Tarraconensis que confluyó en el Alto valle del Ebro. Desde perspectivas igualmente marxistas, conectaron a los bagaudas con el priscilianismo como expresión manifiesta de las contradicciones sociales del período. Descartaron la “vasconización” del territorio actual de la Comunidad Autónoma Vasca por considerar vascones a várdulos, autrigones y caristios, aceptando la expansión de este pueblo sólo hacia el NE. Partiendo de un dominio romano bastante cuestionable, los cántabros y los vascones, escasamente romanizados y muy tardíamente cristianizados, experimentaron una etapa de independencia a inicios del V, que coincide (no casualmente) con las bagaudas. Volviendo al Bloque del Este, el húngaro B. Czúth2228 publicó (1965) su repertorio comentado de fuentes para reconstruir la historia de los bagaudas. Destacamos su rechazo a las leyendas hagiográficas sobre los bagaudas del siglo III y su negativa a aceptar bagaudas en Augustodunum (269). Con bastante prudencia, prefiere dejar en manos de los expertos en numismática la evaluación de la veracidad de las monedas atribuidas a Aelianus y Amandus, aunque se muestra bastante escéptico. El estadounidense R. MacMullen2229 comenzó a advertir en este momento, con sus grandes conocimientos arqueológicos, sobre la reactivación de la cerámica de facturación nativa en la Galia tardoantigua. Afirmando que la cultura material céltica nunca fue totalmente sumergida, asegura que del mismo modo tampoco desaparecieron nunca las lenguas y los cultos tradicionales indígenas. Destacando estas pervivencias en el mundo rural y septentrional de las Galias, se vincula obligatoriamente bagaudismo y celtismo a todos los niveles. 2226 “The Visigoths from Fritigern to Euric”, Historia, 12, 1963, pp. 105-126. 2227 “Sobre los orígenes sociales de la Reconquista: cántabros y vascones desde fines del Imperio romano hasta la invasión musulmana”, Boletín de la Real Academia de la Historia, 156, 1965, pp. 271-337. 2228 op. cit., n. 263. 2229 “The Celtic Renaissance”, Historia, 14, 1965, pp. 93-104. 402 Tesis Doctoral El mismo autor norteamericano2230, sostuvo que la bagauda del siglo III fue protagonizada por individuos desesperados, conducidos forzosamente hacia empresas criminales o a apoyar a usurpadores. Dejando claro, como autor no marxista, que no pueden aplicarse términos anacrónicos como “lucha de clases”, abrió la posibilidad de interpretar el fenómeno de los bagaudas como algo vertical y no exclusivamente horizontal. Habiendo detectado ese “renacimiento céltico” en la Galia tardoantigua, tampoco acepta que las bagaudas fuesen nacionalistas o indigenistas ya que el sentimiento nacional no existía entre los mismos. Descarta con contundencia la asociación horizontal, consciente y homogénea en tanto en cuanto eran muchos y muy distintos los sectores perjudicados por los abusos estatales. Reconoce el origen céltico del término “bagauda” pero no identifica diferencias entre los episodios del siglo III y V. MacMullen no apreció un sentimiento activo de lucha social o de independencia sino más bien un rechazo pasivo. No hay naciones sino tribus, no hay programas revolucionarios sino supervivencia. Los outsiders se hacen insiders. Mientras tanto, A. Barbero y M. Vigil2231 continuaron citando a Thompson y sosteniendo la teoría social y la idea de la colaboración entre las clases oprimidas del Imperio y los invasores bárbaros. La proliferación de tantos movimientos sociales revolucionarios revestidos de heterodoxia religiosa fue para estos investigadores españoles la manifestación de la lucha contra las élites político-religiosas del sistema. Consideraron el latrocinio de Braga (456) como episodio bagáudico, uno más entre tantas otras actuaciones que representaban el combate contra la opresión y la expansión del latifundio. En esta expresión de las contradicciones sociales de un modo de producción en transición, bagaudas y vascones se aliaron temporalmente. En otro artículo de M. Vigil2232, el autor se sirvió de la epigrafía y de la correspondencia entre Ausonio y P. de Nola para ratificar su idea de un limes hispano que contenía a unos pueblos norteños paganos y muy escasamente romanizados. Estrechando los vínculos entre estos pueblos septentrionales, las revueltas armadas campesinas y las “herejías sociales” en las áreas rurales, consideró que los alarmados latifundistas de Hispania exigieron a Aecio el envió de grandes contingentes militares para acabar con los bagaudas. No obstante, reconoce que no hay constatación arqueológica de ataques a las villas del Alto valle del Ebro. 2230 MacMullen, R., Enemies of the Roman Order. Treason, Unrest and Alienation in the Empire, Cambridge, Massachusetts, 1966, pp. 192-241. 2231 “Algunos problemas sociales del Norte de la Península a fines del Imperio romano”, Papeles del Laboratorio de Arqueología de Valencia, 5, 1968, pp. 81-89. 2232 "La Península y el final del mundo antiguo", en Gómez-Tabanera, J. M., (ed.), Las Raíces de España, Madrid, 1968, pp. 283-301. 403 R. Serrano Madroñal En la década de los setenta, L. Flam-Zuckermann2233 (partiendo de una inscripción de Nyon de un duovir del siglo II-III que desempeñó el cargo de Praefectus arcendis latrociniis) reflexionó sobre la ambigüedad del término latro y sobre la propia naturaleza del bandidismo primitivo. Con respecto a los bagaudas, destacó su componente social pero a su vez advirtió la falta de objetivos en sus acciones. Convencido de que el bandidismo renació a través de formas más complejas desde fines del siglo II, considera que en el Bajo Imperio (siguiendo a Salviano) los campesinos arruinados pueden convertirse en colonos, cobijarse bajo el amparo del patronato o subsistir mediante el latrocinium. Al igual que MacMullen, rechazó la “lucha de clases” en una época en la que no existía conciencia de la misma y se decantó más bien por la verticalidad de estas bandas. No hubo lucha consciente para cambiar nada sino huída de una reglamentación social muy rígida. En 1971, A.H.M. Jones, J.R. Martindale y J. Morris se encargaron de editar un volumen sobre prosopografía del Imperio romano tardío2234. En la entrada sobre Amandus, aparte del caudillo bagauda se registra un comandante de la flota de Licinio que fue derrotado en 324 por Constantino2235. La hipótesis de que pudiera tratarse de la misma persona será defendida y publicada con posterioridad. Algunos años antes de poder regresar a España tras el fin de la dictadura franquista, C. Sánchez Albornoz2236 defendió la existencia del limes hispanicus y de la liberación de los vascones frente al debilitamiento del poder romano. Discrepando con A. Barbero y M. Vigil, fue partidario de la “vasconización de la depresión vasca” una vez que los bagaudas fueron derrotados en Hispania. D. Lassandro2237 volvió al problema del asedio de Autun (269) y a la oratio de Eumenio, acordando desde su perspectiva marxista que la corrección bagaudicae es adecuada y que las monedas acuñadas por Aelianus y Amandus son verdaderas. Apoyando la consideración del humanista Lipsius, cree que fue un copista medieval quien erró escribiendo batavicae. 2233 "A propos d'une inscription de Suisse (CIL XIII 5010): étude du phénomene du brigandage dans l´Empire romain", Latomus, 29, 1, 1970, pp. 451-473. 2234 The Prosopography of the Later Roman Empire. I. A.D. 260-395, Cambridge, 1971, p. 50. 2235 Esta información procede de Zósimo, II. 23. El nombre griego que usa el autor es Άβαντος y en la traducción castellana de Candau Morón, J. M., Zósimo, Nueva Historia, Madrid, 1992, p. 201, se traduce bien por “Abanto” y no “Amando”. En caso de que se justifique que se trata del mismo nombre traducido al latín, Paeanio empleaba Αμανδόν. 2236 Orígenes de la nación española. El Reino de Asturias, I, Oviedo, 1972. 2237 "Batavica o Bagaudica Rebellio? (a proposito di Pan. Lat. V, 4, 1 e VIII, 4, 2)", Giornale Italiano di Filologia, 25, 1973, pp. 300-308. 404 Tesis Doctoral Mientras que G. Alföldy2238 prefería el término seditio y nunca “revolución” para hablar de los movimientos bagaudas (sin ideología), J. M. Blázquez2239 les otorgaba un carácter plenamente social-revolucionario y de largo alcance. En 1975 C. E. Minor publicó un artículo2240 de referencia por la brillantez de sus conclusiones en relación a la etimología del vocablo. Descartando la propuesta de Sigeberto de Gembloux en el siglo XI, indaga en las fuentes coetáneas hasta decantarse por el origen céltico del término. Advierte bien que podría significar “tropa” o “grupo armado” en algún dialecto gálico del grupo lingüístico celta. No obstante, detecta que sólo Aurelio Víctor emplea bagauda, ya que con posterioridad todas las fuentes usan bacauda. Esta transformación, para Minor, se debería a la latinización de la voz céltica, llegando a transformar el significado originario. Bacauda en Salviano de Marsella o en la Chronica Gallica CCCCLII ya no significa “tropa” sino más bien “rebelde”. El sacerdote e historiador J. Orlandis2241, más crítico con los excesos de la teoría social, también asoció a los vascones con los bagaudas hispanos, como ya hicieron antes C. Sánchez Albornoz, A. Barbero y M. Vigil. Thompson2242, por el contrario, prestó más atención a su condición de oprimidos y a la colaboración puntual entre suevos y bagaudas, no aceptando la hipótesis del frente anti-romano ya que también fueron bárbaros (visigodos federados) quienes acabaron con los bagaudas en la Tarraconense. El autor británico incidió en la existencia de bagaudas en Britannia2243 en 409 y de hecho (siguiendo a Zósimo) pensó que el modelo armoricano fue una imitación del ejemplo britano. La revuelta de los oprimidos surgiría en un momento de debilidad estatal y desde la propia Britania se extendería por las Galias, los Alpes e Hispania. Aclara que fueron los bagaudas britanos los que derrotaron a los sajones y que las cartas de Honorio iban dirigidas a la defensa de las ciudades contra los propios bagaudas. En un complejo proceso de conexión, identificó a los bagaudas hispanos con el priscilianismo y a los bagaudas britanos con el pelagianismo. 2238 Römische Sozialgeschichte, Wiesbaden, 1975. Traducida al castellano por Alonso Troncoso, V., Historia social de Roma, Madrid, 1988 y 1996. Abascal, J. M., Nueva historia social de Roma, Sevilla, 2012. 2239 Historia social y económica de la España romana (siglos IV-V), Madrid, 1975, pp. 42-45. 2240 “Bagaudae or Bacaudae”, Traditio, 31, pp. 318-322. El mismo autor estadounidense ya destacó por su estudio (tesis) de los movimientos insurreccionistas y separatistas en el Imperio romano tardío. Brigand, insurrectionist and separatist Movements in the Later Roman Empire, Washington, 1971; Ann Arbor, 1979. 2241 “Bagaudia Hispánica”, Revista de Historia del Derecho, 2, 1977, pp. 33-42. 2242 “The End of Roman Spain, Part II”, Nottingham Medieval Studies, 21, 1977, pp. 3-31. 2243 "Britain, A.D. 406-410", Britannia, 81, 1977, pp. 303-318. 405 R. Serrano Madroñal M. Pastor2244, en connivencia con las corrientes interpretativas hegemónicas de E. A. Thompson, A. Barbero y M. Vigil, atribuyó además un carácter anticlerical a los bagaudas hispanos por el asesinato del obispo (León) de Tarazona. Desde su punto de vista, las revueltas bagaudas fueron actos de resistencia contra la lenta y progresiva implantación del feudalismo. D. Lassandro, después de haber afirmado la presencia de bagaudas en Autun, se dedicó en otro artículo2245 a profundizar en el estudio de las fuentes de los bagaudas de 285. Expresando su idea de “lucha de clases”, destacó las causas socio-económicas de estas revueltas, que fueron las mismas tanto en el siglo III como en el V. Apreciando los panegíricos de Eumenio y los que se hicieron en honor de Maximiano como propaganda contra los rebeldes, interpretó que las informaciones posteriores no fueron capaces de sacudirse las connotaciones negativas creadas intencionadamente por las élites y transmitidas por sus portavoces. Thompson2246 volvió a ocuparse de las bagaudas hispanas recordando que los suevos fueron los únicos bárbaros que actuaron junto a los rebeldes (que no eran para él ni vascones ni anticatólicos). Destacó a su vez la omisión voluntaria del episodio por parte de Isidoro de Sevilla, que a pesar de conocer perfectamente la obra de Hidacio, sustituyó bagaudas por godos. En la década de los ochenta, destacamos en primer lugar el trabajo de P. Dockès y J. M. Servet2247. El primero de éstos (pp. 143-262) identificó a los bagaudas con un movimiento de liberación rural y con un bandidismo de masas característico de un período de transición. Los sectores oprimidos se “ensalvajan” escapando del orden romano, huyendo hacia los bárbaros o creando sus propios espacios de transgresión. Con respecto a las leyendas hagiográficas y a la cristianización ulterior de los bagaudas, P. Dockès se muestra bastante crítico. En el segundo volumen de la prosopografía del Imperio romano tardío, J. R. Martindale2248 registró la existencia de dos individuos distinguidos del siglo V-VI de nombre2249 Bacauda. 2244 “Consideraciones sobre el carácter social del movimiento bagáudico en la Galia e Hispania a fines del Imperio Romano", Memorias de Historia Antigua, 2, 1978, pp. 205-216. 2245 “Rivolte contadine e opinione pubblica in Gallia alla fine del III secolo d. C” en Sordi, M. (ed.), Aspetti dell´opinione pubblica nel mondo antico, Milano, 1978, pp. 204-214. 2246 "The End of Roman Spain, Part IV: Appendix B: Some Recent Studies of the Bacaudae", Nottingham Medieval Studies, 23, 1979, pp. 1-21. 2247 Sauvages et ensauvagés. Révoltes bagaudes et ensauvagement. Ordre sauvage et paléomarchand, Lyon, 1980. 2248 The Prosopography of the Later Roman Empire, ll: A.D.395-527, Cambridge, 1980, pp. 207-208. 406 Tesis Doctoral Continuando con la sólida estela de E. A. Thompson, N. Santos2250 acentuó el carácter social de los bagaudas en un contexto de revueltas campesinas “antirromanas”. Por otro lado, recogió las tesis de C. Sánchez Albornoz, A. Barbero y M. Vigil y otorgó una participación activa a los vascones en este conflicto. Al igual que J. M. Blázquez contempló a las herejías en general y al priscilianismo en particular como herramientas para encauzar reivindicaciones sociales. Con un influjo notorio de la teoría social y de la historiografía marxista interpretó los “silencios del siglo IV” como una omisión deliberada, asumiendo el fenómeno del bagaudismo como un proceso histórico de larga duración. De nuevo Lassandro2251 abordó el estudio de las revueltas bagaudas a través del análisis de las fuentes tardoantiguas y medievales. Comenzando obviamente con el asedio de Autun, señaló su componente social, rural e indigenista. Entablando una conexión con episodios anteriores (Materno), coincide con las visiones marxistas (claramente hegemónicas) de Dmitrev o Thompson. En una recreación que recuerda a la Revolución bolchevique, Lassandro interpreta la retórica maximianea de los “mostruos biformes” como una constatación de la colaboración entre soldados desertores y campesinos armados. Como Dockés, muestra claramente su rechazo a la “cristianización” de los bagaudas y advierte con acierto que el paganismo estaba muy extendido en la Galia rural aún a fines del siglo IV, como puede apreciarse en la vita Martini de Sulpicio Severo. Establece un gran compendio de fuentes documentales y expone sus dudas en relación a la campaña de Frederico en 454 contra los bagaudas, cuestionando si los ejércitos visigodos actuaron ex auctoritate romana. En su último trabajo destacado sobre los bagaudas, el infatigable Thompson2252 analizó una vez más la cuestión de la pérdida de Britania y las cartas de Honorio a través de la obra de Zósimo. Tratando de demostrar que se produjo una revuelta bagauda en la isla en 409, argumentó que los rebeldes britanos fueron capaces de expulsar a los magistrados romanos y defenderse de los sajones. Frente a esta situación, Honorio escribiría en 410 a las élites urbanas amenazadas para que combatieran la sedición. Acepta las causas separatistas pero matizando que los bagaudas britanos ejercieron un “separatismo social” y no de carácter nacional. 2249 Esta información ya aparecía en el Thesaurus linguae latinae, Vol. II, Fasc. VIII, Leipzig, 1905. 2250 “Movimientos sociales en la España del Bajo Imperio”, Hispania, 40, 1980, pp. 237-269. 2251 “Le rivolte bagaudiche nelIe fonti tardo-romane e medievali (con appendice di testi)", Invigilata Lucernis, 3-4, 1981-1982, pp. 57-110. 2252 “Zosimus 6.10.2 and the letters of Honorius”, The Classical Quarterly, 32, 2, 1982, pp. 445-462. 407 R. Serrano Madroñal Después de décadas de dominio historiográfico absoluto de la teoría social de raíces marxistas y de la hipótesis de vinculación indigenista, G. Bravo2253 comenzó a cuestionar en 1983 la existencia del limes hispanicus y trató de distinguir entre disidencia religiosa, bagaudas e insurrecciones campesinas que pudiesen contar o no con el apoyo de los bárbaros. Contextualizando un período de inestabilidad, de usurpaciones, de invasiones y de abusos estatales, abrió un nuevo camino crítico que se alejó progresivamente de las corrientes imperantes hasta la fecha2254. L. Cracco-Ruggini2255 profundizó en la visión negativa que subyacía sobre los bagaudas en todas las fuentes, paganas o cristianas, con la excepción de Salviano. No desvinculó las bagaudas del III y el V y aceptó que pudieran silenciarse algunos brotes en el IV. Coincidiendo con Dockès o Lassandro, identificó la “cristianización” de los bagaudas como un proceso de rehabilitación inverso a la “demonización” que habían padecido en las fuentes durante mucho tiempo. Recalca la inverosimilitud cronológica de unas supuestas persecuciones contra los cristianos que no empezaron hasta el 302/303 y que difícilmente se pueden conectar con los bagaudas de 285. Concluye decantándose más bien por el paganismo de los bagaudas galos, más propio de las gentes rurales del territorio en alusión, cuestionando del mismo modo la leyenda hagiográfica de los mártires de Agaunum. En una línea historiográfica muy próxima, A. Giardina2256 entendió como una construcción legendaria la “cristianización” de los bagaudas del siglo III. Citando la vita Martini de S. Severo como fuente imprescindible para entender las pervivencias célticas y paganas de la Galia rural tardoantigua, planteó la posibilidad de que estas poblaciones rindieran culto a sus “bandidos” transoformados en “mártires” con el paso de los siglos mediante un proceso de sincretismo folclórico. G. Bravo2257 fue además pionero en distinguir las peculiaridades de las bagaudas en el siglo III y en el V, aclarando con acierto que en 285 nadie pudo rebelarse contra la 2253 “Las revueltas campesinas del Alto Valle del Ebro a mediados del siglo V d.C y su relación con otros conflictos sociales contemporáneos (Una revisión sobre Bagaudas)”, Actas del Primer Coloquio sobre Historia de La Rioja, Logroño, 1983, pp. 219-230. 2254 Vid. Bravo, G., “Revolución y Spätantike: problemas de método en el análisis histórico de la sociedad tardorromana”, Zephyrus, 26-27, 1975-1976, pp. 443-454. 2255 “Bagaudi e Santi Innocenti: un' avventura fra demonizazzione e martirio”, en Gabba, E. (ed.) Tria Corda. Scritti in onore di Arnaldo Momigliano, Como, 1983, pp. 121-142. 2256 “Banditi e Santi: un aspetto del folklore gallico tra tarda antichita e medioevo”, Athenaeum, 61, 1983, pp. 374-389. 2257 “Acta Bagaudica (I): Sobre quiénes eran "bagaudas" y su posible identificación en los textos tardíos", Gerión, 2, I984, pp. 251-264. 408 Tesis Doctoral reforma fiscal dioclecianea puesto que no existía todavía2258. Consciente de la necesidad de revisar los mantras de la teoría social, focalizó su atención en los términos empleados por las fuentes y en su composición social, a su juicio heterogénea. J. F. Drinkwater fue el otro gran artífice de la renovación historiográfica sobre los estudios de bagaudas en los años ochenta. En un artículo2259 enormemente constructivo, crítico y sagaz, partió de una serie de elementos básicos que no se habían tenido presentes en toda su complejidad: la heterogeneidad del campesinado galo- romano durante el Bajo Imperio/ la heterogeneidad de las aristicracias galo-romanas/ la pervivencia de la mediana y pequeña propiedad rural/ la escasa urbanización- romanización de algunos territorios de las provincias galas. Asimismo, aclaró que las bagaudas del siglo III no se produjeron en Armórica y haciendo una lectura perspicaz de las fuentes, consideró que la autodefensa contra los bárbaros en una etapa de usurpación llevó a estos grupos a dotarse de ciertos caudillos. Aelianus y Amandus pudieron ser aristócratas menores, visionarios o incluso bandidos. Rompiendo con la tesis marxista de los precedentes y el proceso histórico de larga duración, no aceptó a Materno ni a Bulla Felix como revolucionarios en combate contra la injusticia social. Adoptando la idea de C. E. Minor sobre la transformación del sentido original del vocablo céltico a través de su latinización, coincidió con G. Bravo en la necesidad de matizar y desvincular los episodios del siglo III y V. R. Van Dam2260 dio un paso más en las interpretaciones “verticales” del fenómeno, en una línea inaugurada por MacMullen. Destacó la existencia de líderes locales que se encargarían de dirigir las bandas de bagaudas, garantizando seguridad y asistencia a sus contingentes. En un contexto de devastación e inseguridad, las usurpaciones fueron una reacción más que frecuente. Partiendo de estas premisas, Van Dam apoyó la hipótesis de la usurpación (Aelianus y Amandus) sustentando su argumentación en Paeanio y su famosa cita (ὄνομα δὲ ἒστιν τοῦτο τυράννους δηλοῦν ἐπιχωρίους). No aceptó “el silencio” intencionado sobre los bagaudas en el siglo IV, y justificó la no existencia de este tipo de rebeliones locales por la integración de las élites galo- romanas en la corte. En el siglo V reemergen nuevamente por una situación de indefensión que lleva a la aristocracia local apoyada por los naturales de la región a erigirse como autoridad fáctica. Para el autor, los caudillos bagaudas representaron el mismo papel que Juliano: usurpadores que dieron respuesta directa a los problemas 2258 En esta línea, Vid. Un artículo posterior de García Mac Gaw, C. G., “Roma: la crisis del siglo III y el modo de producción tributario”, Anales de Historia antigua, medieval y moderna, 35-36, 2003, pp. 97- 120. 2259 “Peasants and Bagaudae in Roman Gaul”, Echos du Monde Classique, 28, 1984, pp. 349-371. 2260 Leadership and Community in Late Antique Gaul, Berkeley-Los Angeles-London, 1985, p. 25 ss. 409 R. Serrano Madroñal locales de una Galia constantemente amenazada. En respuesta a la innegable carga social de Salviano de Marsella, Van Dam se mantuvo siempre cercano a los postulados interpretativos de la verticalidad y de la dependencia entre los bagaudas y sus caudillos o patronos, equiparando a Tibatón y a Germán de Auxerre en este sentido. En su afán por negar cualquier aspecto “social” o “indigenista”, y llegando a asegurar el profundo “romanismo” de los bagaudas, se despreocupó de algunas cuestiones importantes. En relación con la “cristianización” de los bagaudas, rechazó cualquier atisbo de veracidad histórica y lo consideró también un producto de falsa recreación medieval. En relación directa con las leyendas hagiográficas, J. C. Sánchez León2261 vinculó las informaciones registradas en el el Thesaurus linguae latinae sobre el nombre bacauda en la Alta Edad Media con el proceso artificial de cristianización del fenómeno. Por su parte, J. J. Sayas, que ya había matizado2262 la “tesis nacional indigenista” de C. Sánchez Albornoz sobre los vascones, estudió con detenimiento la posible relación entre vascones y bagaudas hispanos2263 entre 441-454. Detectando la heterogeneidad de la Vasconia bajo-imperial, con grandes diferencias entre un ager meridional romanizado y rodeado de ricas villae y un saltus septentrional montañoso y escasamente romanizado, no creyó en la existencia de un vínculo manifiesto entre los bagaudas tarraconenses de Hidacio y los indígenas vascones del saltus. Aclarando con rectitud que no hay ninguna fuente que hable de bagaudas vascones (Aracellitanorum frangit insolentiam Bacaudarum), Sayas afirmó que dependiendo del lugar en el que ubiquemos a los aracellitani (no hay consenso historiográfico) podremos considerarles como indígenas paganos2264 o romanos cristianizados2265. En cuanto a la colaboración puntual entre suevos y bagaudas hispanos, el investigador se cuestiona que unos supuestos vascones apoyaran a aquellos (suevos) que habían devastado su propio 2261 “Una leyenda sobre los Bagaudas cristianos en la Alta Edad Media. El nombre Bacauda en la onomástica personal europea de los siglos VI y VII”, Studia Historica. Historia Antigua, II-III, 1984-1985, pp. 291-303. 2262 “Consideraciones históricas sobre Vasconia en época bajoimperial”, Actas del 650 aniversario del Pacto de Arriaga (1332-1982), Vitoria, 1984, pp. 481-510. 2263 “Los Vascones y la Bagaudia”, Asimilación y Resistencia a la Romanización en el Norte de Hispania, Vitoria, 1985, pp. 189-236. En “La actitud de los vascones frente al poder en época visigoda”, Memorias de Historia Antigua, 8, 1987, pp. 63-80, limita la existencia de los vascones en la bagauda a los sectores descontentos y acepta que el saltus vascón fuese un espacio de transgresión y de refugio pero discrepa notoriamente con C. Sánchez Albornoz. Vid. también “De vascones a romanos para volver a ser vascones”, Revista internacional de los estudios vascos, 44, 1, 1999, pp. 147-184. 2264 Si ubicamos a los aracellitani en Aracaeli del Itinerario Antoniniano. 2265 Si ubicamos a los aracellitani en el despoblado de Araciel. 410 Tesis Doctoral territorio. Asumiendo la cierta ambigüedad del pasaje de Basilio en Tarazona2266, para él no cabe duda de que (Basilio) era realmente un caudillo bagauda y concluye rechazando la identificación entre vascones paganos y bagaudas. G. Bravo continuó matizando los excesos de la teoría social2267 y estableciendo análisis diferenciados entre las bagaudas del siglo III y el V. Negándose a utilizar a Salviano de Marsella como fuente explicativa de sucesos que ocurrieron en 284-286, demostró que en el Alto valle del Ebro no se arrasaron latifundios y que los bagaudas contaron también entre sus filas con individuos de orígenes distinguidos. Destacando la heterogeneidad social de su composición, cuestionó la monocausalidad del conflicto. En torno al debate historiográfico sobre las monedas atribuidas a Aelianus y Amandus y su posible condición de usurpadores, J. C. Sánchez León2268 expuso ordenadamente los repertorios donde aparecían las cuatro monedas asociadas con Amandus y las dos con Aelianus. No descartando la posibilidad de que acuñasen moneda, reconoce en su trabajo el escepticismo que despertaron éstas entre autoridades del campo de la numismática de la talla de P. H. Webb2269. M. I. Emborujo2270 matizó también las relaciones entre bagaudas hispanos y priscilianismo, recogiendo las últimas tendencias críticas al respecto. Asimismo, J. C. Sánchez León no encontró episodios bagáudicos, en contra de las opiniones de B. Czúth, ni en el Commonitorium 2271 de Orientius de Auch, ni en las informaciones del obispo Paulino de Béziers2272 ni en el Eucharisticos de Paulino de Pella2273. Tras hacer una revisión historiográfica, G. Bravo reincidió en la necesidad de renovar antiguas soluciones insatisfactorias. Dudando de la continuidad de las revueltas (III/V) 2266 Vid. Bravo, G., “Ciudades, obispos y Bagaudas. León, obispo de Turiaso”, In Memoriam Agustín Díaz Toledo, Granada-Almería, 1985, pp. 35-44. 2267 “La bagauda galo-hispana y la identidad de los possessores de la Tarraconense (puntualizaciones sobre la teoría social)”, Actas del II Coloquio sobre Historia de La Rioja, Logroño, 1986, pp. 197-209. 2268 “Una nota sobre las monedas atribuidas a Amandus y Aelianus, caudillos de los Bagaudas en el siglo III d.C.", Studia Zamorensia, Historica, VII, 1986, pp. 429-431. 2269 El autor del volumen 5 a (1927) y 5 b (1933) del Roman Imperial Coinage atribuyó las dos supuestas monedas de Aelianus al usurpador Lelianus. En cuanto a las cuatro de Amandus, sólo pudo contemplar tres y con muchas reservas. 2270 “Bagaudia y Priscilianismo: dos fenómenos contemporáneos”, Príncipe de Viana, 48, Anejo 7, 1987, pp. 395-406. 2271 Vid. infra (apéndice) p. 485. 2272 Epigramma, vv. 94-95. 2273 Vid. infra (apéndice), p. 484. 411 R. Serrano Madroñal y del “silencio” del siglo IV, recordó en un nuevo artículo de referencia2274 la heterogeneidad de los bagaudas y la delimitación geográfica de sus acciones, negando que atacaran grandes villae y descartando la existencia de colonos en un movimiento que representaba la antítesis del colonato. Reacio a aceptar bagaudas en Bazas (415) o en el “latrocinio de Braga” (456), se mostró partidario de formular nuevas hipótesis sin alejarse de la rigurosidad documental. L. Okamura2275 también se integraría en la corriente crírtica que nació de los trabajos de G. Bravo y J. F. Drinkwater y que acabó con la hegemonía de la teoría social marxista y de la teoría nacional indigenista. Muy próximo a las interpretaciones “verticales” de MacMullen y R. Van Dam, fue más escéptico que J. C. Sánchez León en torno a las monedas atribuidas a los caudillos bagaudas del siglo III. El propio J. C. Sánchez León2276 tampoco aceptó las monedas que el teólogo del siglo XVIII J. B. Dubos atribuyó a los bagaudas armoricanos del siglo V. El autor dieciochesco extrajó su hipótesis de una denuncia que hizo Mayorino sobre los sólidos de bajo título que se acuñaban en la Galia. Teniendo en cuenta que la Lex burgundiorum habla de ardaricanos y no de armoricanos, el autor no quiso confirmar una aseveración tan arriesgada e incluso cuestionó la asociación entre bagaudas y armoricanos. Contra las suposiciones de C. Jullian2277, Sánchez León advirtió pertinentemente las diferencias notorias entre los ejércitos de esclavos y campesinos que reclutaron Dídimo y Veriniano2278 en sus propias fincas y los bagaudas hispanos2279. Sin otorgar historicidad al proceso de cristianización legendaria de los bagaudas, continuó profundizando2280 en los textos que forjaron esa visión. 2274 “Los Bagaudas: vieja y nueva problemática", en Pereira, G., (ed.) Primer Congreso Peninsular de Historia Antigua, Santiago de Compostela, vol. 3, 1988, pp. 187-196. 2275 “Social Disturbances in Late Roman Gaul: Deserters, Rebels and Bagaudae”, en Yuge, T., Doi, M. (eds.), Forms of Control and Subordination in Antiquity, Tokyo- Leiden- N.York- Kobenhavn -Köln, 1988, pp. 288-302. 2276 “Sobre Ias monedas atribuidas a los Bagaudas armoricanos en el siglo V d.C.", Studia Historica. Historia Antigua, VI, 1988, pp. 197-200. 2277 Histoire de la Gaule, VIII, 180. 2278 Vid. Arce, J. “La Notitia Dignitatum et l´armée romaine dans la diocèse Hispaniarum”, Chiron, 10, 1980, pp. 593-608; Sanz, R., “Aproximación al estudio de los ejércitos en Hispania durante la antigüedad tardía”, Gerión, 4, 1986, pp. 225-264; Arce, J., “Notitia Dignitatum Occ. XLII y el ejército de la Hispania romana” en Ejército y Sociedad. Cinco estudios sobre el mundo antiguo, León, 1986, pp. 51-61. 2279 “Sozomeno ¿es fuente de la historia de los Bagaudas hispanos? C. Jullian, Histoire de la Gaule, VIII, 180”, Helmantica, 39, 120, 1988, pp. 391-401. 2280 “Los Bagaudas y la circulación de Orosio en la Edad Media. El ciclo hagiográfico de la Legión Tebana”, Hispania Antiqua, XIII, 1986-1989, pp. 189-197. 412 Tesis Doctoral M. Doi2281, pasando revista a toda la literatura científica que le precedió, no apoyó las tesis marxistas del frente anti-romano protagonizado por bárbaros y bagaudas. No obstante, contempló la posibilidad de que las invasiones pudieran estimular revueltas internas. Sin desvincular los distintos episodios, señaló que fueron bárbaros federados los que acabaron con los bagaudas. J. F. Drinkwater2282 perfiló definitivamente la corriente teórica del bagaudismo “vertical” esbozada por MacMullen y desarrollada por R. Van Dam. Desde su punto de vista, en tiempos de debilidad imperial, los más necesitados siempre volvieron su mirada a los vínculos tradicionales de dependencia social, cuyos orígenes pueden remontarse a su pasado céltico pre-romano. Sin afirmar ni desmentir que los caudillos bagaudas fuesen o no usurpadores, entendió que fueron líderes locales que ofrecieron soluciones inmediatas en momentos de adversidad. Como G. Bravo, no se cansó de advertir sobre la falta de continuidad y las diferencias de los episodios (III/V) bagáudicos. Cerrando la importantísima década de los ochenta, que renovó completamente los estudios historiográficos sobre los bagaudas, A. Mehat2283 reflexionó sobre la tradición antimilitarista del cristianismo y el cambio de perspectiva en el Concilio de Arlés de 314. En este contexto, contempla la muy cuestionable posibilidad de que la bagauda del siglo III se nutriera de desertores cristianos, hecho que disgustraría a los obispos galos en connivencia con el naciente Imperio cristiano de Constantino y que trataría de frenarse con estos cánones conciliares tiempo después. En los años noventa, J. C. Sánchez León2284 continuó desmintiendo actos bagáudicos que no tienen constatación documental. En relación al incendio de la casa-palacio de Clunia en 285 (confirmado arqueológicamente), en contra de las sospechas iniciales de A. Balil2285, Sánchez León no consideró que este suceso pudiera relacionarse con la extensión de la bagauda gálica a Hispania. Es cierto que Maximiano protagonizó una campaña militar en Hispania en 296 pero muy probablemente combatió incursiones de mauri o a contingentes residuales de francos. Del mismo modo, rechazó2286 la autoría 2281 “Bagaudes Movement and German Invasion”, Klio, 71, 1989, pp. 344-352. 2282 “Patronage in Roman Gaul and the Problem of the Bagaudae”, en WaIlace-Hadrill, A. (ed.), Patronage in Ancient Society, London-New York, 1989, pp. 189-203. 2283 "Le Concile d'Arles (314) et les Bagaudes”, Revue des Sciencies Religieuses, 63, 1, 1989, pp. 47-70. 2284 “¿Bagaudas en Hispania a fines del s.III d.C.?”, Actas del Primer Congreso de jóvenes Historiadores y Geógrafos, Madrid, 1990, pp. 553-558. 2285 Vid. Historia social y económica de la España romana, Vol. 3, Siglos I-III, Madrid, 1975. 2286 “Sobre el final del Bagaudismo en Galia e Hispania”, Espacio, Tiempo y Forma, Historia Antigua, III, 1990, pp. 251-257. 413 R. Serrano Madroñal bagáudica del latrocinio de Braga (456) y negó la posible vinculación entre los bagaudas y la rebelión de Burdunelo (496). Con respecto a la Galia, no encontró nexo alguno entre las migraciones bretonas2287 hacia Armórica y las revueltas de Tibatto o Eudoxio. G. Bravo2288 estudió en profundidad las revueltas internas y su importancia en la caída de Occidente. En la parte dedicada a los bagaudas, destacó como en otras ocasiones su composición heterogénea, cuestionando la teoría social. No obstante, tampoco creyó apropiado que se minimizara completamente el proceso, reduciendo el fenómeno a una cuestión de bandidismo periférico. P. Galliou se encargó de ofrecernos una imagen más nítida sobre la realidad de la Armórica en época romana. En sus trabajos2289 aclaró que un sustrato céltico (heterogéneo) marcó profundamente las prácticas funerarias no sólo de los armoricanos sino de buena parte de la Galia, incluso en el período alto-imperial. Los signos más obvios de romanización se dieron entre las élites de las pocas ciudades de la región (Nantes y Corseul), donde los indígenas enriquecidos controlaron el comercio con el Atlántico. En los entornos rurales se percibe un conservadurismo pagano y céltico manifiesto también en época bajo-imperial. J. C. Sánchez León2290, retomando los trabajos de D. Lassandro sobre la supuesta destrucción bagáudica de Autun (269), expuso ordenadamente toda la problemática de la oratio de Eumenio en torno a la corrección propuesta por Lipsius y acometida por Livineius a fines del siglo XVI. Sin confirmar ni rechazar la lectura original, dejando abierto el debate historiográfico, puntualiza que Victorino contó con mercenarios bátavos en sus ejércitos y que el adjetivo bagaudicus no se conoce en ningún texto, pero tampoco batavicus. P. Badot y D. de Decker2291 abordaron la mayoría de los aspectos más controvertidos que seguían suscitando interpretaciones divergentes. Se mostraron partidarios de la etimología céltica de “bagauda”, escépticos en relación a la historicidad de la leyenda 2287 Se sabe que ante el asentamiento amenazante de pueblos germánicos en Britania a inicios del siglo V, fueron muchos los que se refugiaron en las zonas más occidentales de la isla. Otro sector no menos importante optó por la migración a Armórica o a Gallaecia. 2288 Revueltas internas y penetraciones bárbaras en el Imperio, Madrid, 1991. 2289 Les tombes romaines d´Armorique; essai de sociologie et d´économie de la Mort, París, 1989; La Bretagne ramaine: de l'Armorique a la Bretagne, París, 1991. 2290 “¿Bagaudas en Autún, 269 d.C.?”, Homenaje al profesor J.M. Blázquez, 1991, Madrid, pp. 241-246. 2291 “La naissance du mouvement Bagaude”, Klio, 74, 1992, pp. 324-370. 414 Tesis Doctoral hagiográfica y reacios a ver en Autun un episodio bagáudico. Tampoco aceptaron como verdaderas las monedas atribuídas a Aelianus y Amandus. J. F. Drinkwater2292 volvió a ofrecernos sus diferencias críticas frente a la visión de la continuidad y de la reemergencia del fenómeno, aclarando con brillantez que la clave interpretativa está en la terminología empleada. En su opinión, el vocablo experimentó una transformación semántica mediante una reaplicación peyorativa. Vinculó sin tapujos a los bagaudas galos del siglo V con Armórica y se mantuvo muy crítico con las corrientes interpretativas que simplificaron el fenómeno mediante la cohesión de su componente social. A. Pérez2293 quiso matizar la correspondencia entre Ausonio y P. de Nola, empleada tradicionalmente para demostrar que la Vasconia tradoantigua era un territorio bárbaro y feroz y que ciudades tarraconenses como Ilerda estaban en ruinas. Demostrando arqueológicamente que Ilerda no era una ciudad sin vida en el siglo IV, recordó el episodio de Consencio y los cripto-priscilianistas y no contempló vínculo alguno entre los bagaudas y esta herejía hispana. D. Woods2294 se interesó por los orígenes de la leyenda de Mauricio y la legión tebana, tratando de descubrir los ecos históricos que podrían subyacer detrás de la ficción, como ya hizo C. Jullian. Sin embargo, Woods ubicó a la “legión tebana” histórica en época teodosiana en lucha contra el usurpador Eugenio. G. Lázaro Gracia y V. M. Sanz Bonel2295 publicaron un buen estudio historiográfico sobre la evolución de las hipótesis interpretativas en relación a la problemática bagauda. Mietras tanto, L. Cracco-Ruggini2296 volvía a analizar la metamorfosis hagiográfica de los bagaudas galos, definiendo este proceso como una “construcción merovingia”. 2292 “The Bacaudae of Fifth-Century Gaul", en Drinkwater, J. F., Elton, H. (eds.), Fifth-Century Gaul: a Crisis of Identity? Cambridge, 1992, pp. 208-217. 2293 “Priscilianistas, Bárbaros y Bacaudae: el Occidente de Cataluña en los siglos IV y V", In Memoriam J. Cabrera Moreno, Granada, 1992, pp. 345-358. 2294 “The Origin of the Legend of Maurice and the Teban Legion”, The Journal of Ecclesiastical History, 45, 3, 1994, pp. 385-395. 2295 “La problemática bagauda (s. V. d. C) en el valle del Ebro: reflexión historiográfica”, Homenaje a D. Antonio Durán Gudiol, 1995, pp. 741-762. Vid. también, Sanz Bonel, V. M., “La aportación pagana, Querolus y Rutilio Namaciano, al carácter cristiano de los bagaudas”, Aragón en la Edad Media, 14-15, 2, 1999, pp. 1471-1486. 2296 “Établissements militaires, martyrs bagaudes et traditions romaines dans la vita Baboleni”, Historia, 44, 1995, pp. 100-119. 415 R. Serrano Madroñal Z. Rubin2297, recuperando algunas ideas de la teoría social, sí contempló el episodio de Materno como un antecedente del fenómeno bagáudico. Rechazó la historicidad de la leyenda de la legión tebana y otorgó veracidad a la tesis de la usurpación y de las monedas acuñadas por Aelianus y Amandus. Identificó, siguiendo a Drinkwater, que la etiqueta “bagauda” en el siglo V designa realidades muy diversas. J. C. Sánchez León realizó dos trabajos de referencia obligada en 1996. El primero de ellos2298 (en castellano) destaca por la exposición sintética y ordenada de todos los acontecimientos y de las interpretaciones historiográficas, haciéndose eco de algunas de las últimas tendencias críticas. Incluye un catálogo de fuentes (partiendo de los trabajos elaborados por Czúth, Szadeczky-Kardoss y Lassandro) y una buena selección bibliográfica. El segundo2299 (en francés) es un comentario de las fuentes. C. E. Minor2300 comenzó su labor de “reconsideración”, sembrando la duda sobre la hipótesis hegemónica de la etimología céltica que él mismo había inaugurado. Abriendo un ciclo de artículos de “reclasificación” de los bagaudas2301, se mostró crítico con algunos aspectos del “verticalismo” de Van Dam y no aceptó la autenticidad de las monedas atribuidas a los caudillos de los bagaudas galos del siglo III. Además, puntualizó muy pertinentemente que existieron muchos usurpadores que no fueron aristócratas locales y matizó el texto de Paeanio, detectando la diversidad de significados que entraña la palabra τύραννος. Contrario a la idea de la usurpación de aristocracias menores, que a su juicio minimizaban el levantamiento, optó por acercarse a las fuentes y extraer conclusiones que no se alejasen del registro documental. Con respecto al interim del siglo IV y a la presunta violencia bagáudica a la que A. Marcelino pudo referirse implícitamente, Minor2302 descartó esta posibilidad en 2297 “Mass Movements in Late Antiquity. Appearances and Realities” en Malkin, I., Rubinsohn, Z. W., (eds.), Leaders and Masses in the Roman World: Studies in Honor of Z. Yavetz, Leiden- N. York- Köln, 1995, pp. 129-187. 2298 Los bagaudas: rebeldes, demonios, mártires. Revueltas campesinas en Galia e Hispania durante el Bajo Imperio, Jaén, 1996. 2299 Les sources de l´histoire des bagaudes: traduction et commmentaire, París, 1996. 2300 “Bacaudae: a reconsideration”, Traditio, 51, 1996, pp. 297-307. En su opinion, el registro bagauda (g) ya no era exclusivo de las primeras informaciones de A. Víctor que podrían arrastrar aún la forma original celta, puesto que la mayoría de los manuscritos medievales tardíos también empleaban (g). Teniendo en cuenta que salvo A. Víctor, el resto de fuentes coetáneas emplean bacauda (c), quizás bacauda fue la forma original. 2301 “Reclassifying the Bacaudae: Some Reasons for Caution. Part I: who were the Third Century Bacaudae?” The Ancient World, 28, 2, 1997, pp. 167-183. 2302 “Reclassifying the Bacaudae: Some Reasons for Caution. Part II: The Fourth Century interim (286- 407), The Ancient World, 30, 1999, pp. 29-43. 416 Tesis Doctoral tanto en cuanto latrocinium no es sinónimo de revuelta bagauda, al menos en el siglo IV. V. Neri2303, por el contrario, se sumó al verticalismo de Van Dam acentuando el carácter céltico del bagaudismo galo. Interpretando de un modo literal el irónico pasaje del Querolus, creyó que las aristocracias locales de la Galia, dirigentes de la bagauda, forjaron una identidad propia a través del celtismo y de una cultura escrita en lengua griega. En lo que llevamos de siglo XXI, el interés por los bagaudas no ha decrecido sino todo lo contrario, dejando claro que el debate historiográfico sigue abierto en muchos aspectos. Minor2304 no apreció ningún intento de cambio social en el “programa” de los bagaudas a inicios del siglo V ni vio bagaudas en Bazas (414). Puesto que Zósimo, el Querolus y R. Namaciano no ofrecen referencias explícitas, Minor prefirió mantenerse cauto y no asociar automáticamente bagaudas con armoricanos, cuestionando así la teoría que conectaba el fenómeno con el separatismo indigenista. G. Bravo2305 asumía que el número de diócesis y episcopados en las tierras septentrionales de los cántabros y los vascones era inexistente, pero recordaba que tampoco la totalidad de la aristocracia hispana era cristiana. Cuestionando de una manera cada vez más explícita los nexos entre bagaudas del siglo III y V, se negó a adoptar hipótesis antitéticas marcadas por la simplificación, que convertían a los bagaudas en fervientes cristianos o en anticristianos, luchando contra el bárbaro como “los últimos romanos” o bien colaborando junto a los bárbaros para destruir “el sistema romano”. Insistió a su vez en que el ataque de Basilio y los bagaudas contra el obispo de Tarazona y el destacamento de federados fue un golpe contra las autoridades urbanas sin móviles anticatólicos (heréticos) ni anticristianos (paganos). P. Galliou se encargó de traducir al francés un trabajo de G. Astill y W. Davies2306 sobre la Armórica en época romana. En esta obra se hace especial hincapié en el entremado 2303 I marginali nell’Occidente Tardoantico. Poveri, infames e criminali nella nascente società cristiana, Bari, 1998. 2304 “Reclassifying the Bacaudae: Some Reasons for Caution. Part III: Ghost Bacaudae: the Britannian and Armorican Rebellions (ca. 408-417)”, The Ancient World, 31, 2000, pp. 74-95. 2305 “Cristianización y conflictos sociales en el valle Medio del Ebro” en Santos, J., Teja, R. (eds.), El cristianismo. Aspectos históricos de su origen y difusión en Hispania, Vitoria, 2000, pp. 325-338. 2306 Un paysage breton: De l´archéologie a l´histoire dans le sud de la haute-Bretagne, Rennes, 2001. Con respecto a las informaciones epigráficas que se conservan de Armórica en época romana (CIL XIII-I, Fasc. I,) casi todas las inscripciones son alto-imperiales y atestiguan que se extendió el culto imperial en el entorno de los centros administrativos de Nantes y Rennes, configurados a su vez como confederaciones de pagi. El culto sincrético de Marte Mulloni es muy frecuente (Vid. Olivares, J. C., “Dioses indígenas vinculados a núcleos de población en la Hispania romana”, Espacio, Tiempo y Forma, 417 R. Serrano Madroñal de vías romanas que facilitaban el cobro de los tributos de una región escasamente urbanizada que contaba con centros administrativos que reunían enclaves rurales dispersos. Para el período coincidente con la revuelta bagauda de 285, se registra a nivel arqueológico un abandono de las ciudades y de los campos cultivados, una contracción económica y un descenso enorme de las importaciones que se mantiene e incluso se agudiza en el siglo IV. D. Woods, tomando las informaciones prosopográficas de A.H.M. Jones, J.R. Martindale y J. Morris, defendió la complicada hipótesis de que el líder bagauda Amandus fue con posterioridad el Άβαντος comandante de la flota de Licinio en 3242307. En su argumentación, contempla la posibilidad de que los bagaudas del siglo III fuesen también piratas, que tras su alianza con Carausio y su derrota, fueron deportados a Oriente y obligados a servir en el ejército. Teniendo claro que si hubiese sido un usurpador nunca podría haber acabado en la flota de Licinio, entiende que las monedas atribuidas a éste son falsificaciones del Renacimiento. Minor2308, siempre fiel al registro documental, señaló que la seditio de Tibatto en la Galia Ulterior (435) arrastró a los sectores más desfavorecidos que conspiraban en la bagauda, separando ambos sucesos. Asimismo, consideró que la servitia no estaría integrada por demasiados esclavos puesto que a su juicio no había un número demasiado elevado de éstos en Galia. Sin concebir episodios bagáudicos que no tienen constatación en las fuentes, descartó por completo la idea del frente anti-romano entre bárbaros y bagaudas2309. J. J. Sayas2310, volviendo al problema de los bagaudas aracelitanos y a la situación de la Vasconia tardoantigua, acabó decantándose por la ubicación más meridional del despoblado de Araciel en detrimento de la mansio Aracaeli del Itinerario Antonino. Serie II, Historia Antigua, 12, 1999, pp. 325-350). Con respecto a los sectores sociales más romanizados, destacarían las élites enriquecidas a través del comercio marítimo atlántico (nautae). Vid. Mathieu, N., “L´epigraphie dans l´Ouest armoricain, historiographie et constitution des collections locales”, Annales de Bretagne et des pays de l´Ouest, 118, 3, 2011, pp. 115-140. 2307 “Amandus: Rustic Rebel or Pirate Prince?” Ancient History Bulletin, 15, 1, 2001, pp. 44-49. 2308 “Reclassifying the Bacaudae: Some Reasons for Caution. Part IV: The Bacaudae Revolt and the Barbarian Settlements of the 440s”, The Ancient World, 33, 2002, pp. 105-125. 2309 “Reclassifying the Bacaudae: Some Reasons for Caution. Part V: Germanus of Auxerre, Armorica and the Bacaudae of the 440s”, The Ancient World, 35, 2004, pp. 65-91. Vid. también “Reclassifying the Bacaudae: Some Reasons for Caution. Part VI: The Gallic Bacaudae of the 440s”: the flight of Eudoxius”, The Ancient World, 38, 2007, pp. 39-56; “Reclassifying the Bacaudae: Some Reasons for Caution. Part VII: Salvian and the Bacaudae”, The Ancient World, 41, 2010, pp. 115-143. 2310 “El proceso de urbanización del sector meridional del territorio vascón y la comarca de Tudela”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, 17-18, 2004-05, pp. 335-360. 418 Tesis Doctoral Esta conclusión de Sayas nos acerca a la idea de unos bagaudas tarraconenses procedentes de un territorio romanizado y rodeado de latifundios y nos aleja de las antiguas tesis de los bagaudas-vascones poco o nada romanizados que actúan en un proceso de “expansión nacional”. J. Arce2311, que ya venía combatiendo desde la década de los ochenta la idea del limes hispanicus y la identificación entre bagaudas y vascones, entendió la bagauda hispánica como un fenómeno indisociable del expansionismo suevo. Más proclive al “verticalismo” de Van Dam, encontró diferencias sustanciales entre las revueltas del siglo III y V, al igual que G. Bravo y J. F. Drinkwater. R. Barenas Alonso2312, mostrando un cierto punto de desacuerdo con G. Bravo y J. Arce, identificó el ataque de Basilio y los bagaudas contra el obispo de Tarazona como una acción frente a un rico defensor domus ecclesiae más que frente a un defensor civitatis. Por otro lado, conectó el silencio de Isidoro de Sevilla con la leyenda hagiográfica sobre los bagaudas, causa que movió a la omisión deliberada del obispo hispano. Atendiendo a los aspectos militares del conflicto bagáudico, G. Bravo manifestó nuevamente su oposición a la minimización radical del fenómeno, y advertía del envío de poderosos contingentes (romanos o federados) para combatir la insurrección. Continuando con la línea crítica (abierta por él mismo a inicios de los ochenta) de rechazo hacia los postulados historiográficos clásicos de la teoría social y la teoría nacional indigenista, no detectó colonos en la bagauda ni ataques contra el latifundio. Siempre contrario a los esquematismos y a las explicaciones monocausales, estableció como única variable independiente el descontento social, heterogéneo y no sólo campesino2313. F. J. Sanz Huesma2314 se ocupó de profundizar en la figura de Merobaudes, aclarando con una sólida argumentación textual y epigráfica, que aunque fuese hispano no combatió a los bagaudas como representante de los latifundistas hispanos sino como alto oficial del ejército romano. 2311 Bárbaros y romanos en Hispania (400-507 d. C), Madrid, 2005, pp. 159-167. 2312 “El liderazgo episcopal en las ciudades hispanas en el siglo V: León de Tarazona”, Iberia, 10, 2007, pp. 75-100. 2313 “Ejército, agitación social y conflicto armado en Occidente tardorromano: un balance”, Polis, 19, 2007, pp. 7-34. 2314 “Merobaudes en Hispania (443 d. C)”, Habis, 39, 2008, pp. 363-368. 419 R. Serrano Madroñal S. Olcoz Yanguas y M. M. Medrano2315 hicieron una controvertida lectura filológica del ambiguo pasaje hidaciano sobre Basilio y la muerte del obispo León. Desde su perspectiva, Basilio (traidor romano en alianza con los suevos) acabó con los bagaudas cristianos que se congregaban en la iglesia de Tarazona. Esto explicaría la omisión de Isidoro de Sevilla. Con razones poco convincentes que no justifican el envío de ejércitos imperiales y federados para combatir a unos devotos cristianos, establecieron hipótesis sin fundamentación documental y atribuyeron a los bagaudas hispanos un proyecto autonomista cristiano en lucha contra los bárbaros. De un modo igualmente arriesgado, conectaron las actuaciones del obispo calagurritano Silvano en 465 con los bagaudas cristianos y con el origen del Reino de Pamplona2316, rehabilitando leyendas medievales y corrientes historiográficas que ya Gibbon había descartado en el siglo XVIII. A. A. Barrett2317 estudió con detalle los posibles errores históricos existentes en la hagiografía de Constancio de Lyon sobre Germán de Auxerre. En su primer viaje a Britania, datado en 429, no parece haberse encontrado con una revolución de bagaudas pelagianos. Con respecto al segundo (¿447?), Barrett manifiesta serias dudas en relación a su historicidad. Por otra parte, el autor advierte que de ser Goar el rey de los alanos al que frenó Germán de Auxerre, tendría una edad muy avanzada. Mostrándose muy escéptico sobre ese segundo viaje de Germán para combatir el pelagianismo en una Britania ya controlada en buena medida por los sajones, no creyó que Tibbato fuese apresado y protagonizara una nueva revuelta diez años después. Concluyendo el artículo, cuestionó la realización de dicho viaje y consideró que Constancio de Lyon confundió a Tibbato con Eudoxius. En relación a esta misma cuestión, F. J. Sanz Huesma2318 consideró que la derrota de Tibbato en 437 supuso el final del bagaudismo galo, identificando a Eudoxio como un antiguo líder bagauda que escapaba de la justicia sin protagonizar ningún levantamiento en 448. Coincidiendo con C. E. Minor, creyó necesario establecer una distinción entre bagaudas y armoricanos. 2315 “Basilio y los bagaudas”, Turiaso, XIX, 2008-09, pp. 183-240. 2316 Los mismos autores defendieron esta interpretación en “El cisma del obispo calagurritano Silvano, los bagaudas y el origen del obispado de Pamplona”, Kalakorikos, 15, 2010, pp. 291-312. 2317 “Saint Germanus and the British missions”, Britannia, 40, 2009, pp. 197-217. 2318 “El obispo Germán, el rey Goar, el médico Eudoxio y el fin del movimiento bagauda en las Galias”, Veleia, 28, 2011, pp. 109-124. 420 Tesis Doctoral B. Pottier2319, después de analizar las controversias historiográficas más significativas en este campo de estudio, destacó la cuestión de la autodefensa contra el bárbaro en el episodio bagáudico del siglo III, asociando el fenómeno a la figura de Carietto (época julianea) retratada por Zósimo. Alejado de las tesis marxistas de la horizontalidad pero crítico, del mismo modo, con el verticalismo de MacMullen y Van Dam, se aproximó a las líneas interpretativas más matizadas de J. F. Drinkwater. Frente a la idea de J. C. Sánchez León, Pottier aclaró de una manera sólida que el hecho de que se rindiera culto a un bandido por equivocación (vita Martini), pensando erróneamente que se trataba de un mártir, no implica en absoluto que se les brindaran homenajes a los bagaudas del III, y menos aún de modo consciente, a fines del IV. Desde Brasil, U. Gebara da Silva2320 centró sus estudios comparativos entre los bagaudas galos y los circunceliones norteafricanos recuperando herramientas de la antigua Historia social y dotándose de perspectivas teóricas neomarxistas. L. Montecchio2321 reaccionó contra la hipótesis defendida por S. Olcoz y M. M. Medrano, negando la posibilidad de que los bagaudas hispanos fuesen cristianos que cayeron masacrados por un Basilio godo o pro-suevo. Centrando su interpretación causal del fenómeno en los abusos fiscales, se decantó por el verticalismo aunque matizó que los aristócratas locales pudieron perder el control de las fuerzas que ellos mismos despertaron. G. Bravo2322 continúo estableciendo diferencias claras entre bagaudas del siglo III-V, que responden a móviles y a contextos diferentes. Dando respuesta al problema de la continuidad y el silencio, tan sólo abordado por él mismo, J. F. Drinkwater y J. Arce, y por C. E. Minor desde sus estudios etimológicos, críticó los excesos de la teoría social y las dificultades interpretativas que la propia corriente generó. A su vez, rechazó el reduccionismo que equipara bagaudas con latrones y cuestionó el nexo indisociable entre bagaudas y suevos en Hispania, defendido por Arce. Sosteniendo los mismos 2319 “Peut-on parler de révoltes populaires dans l´Antiquité tardive? Bagaudes et histoire sociale de la Gaule des IVe et Ve siècles”, Mélanges de l´Ecole française de Rome, Antiquité, 123, 2, 2011, pp. 433- 465. Nótese el guiño historiográfico a S. Mazzarino. 2320 “Rebeldes contra o Mediterrâneo”, Mare Nostrum, 3, 2012, pp. 1-12; Vid. su tesis doctoral, Bagaudas e circunceliões: revoltas rurais e a escrita da história das classes subalternas na Antiguidade Tardia, São Paulo, 2013. 2321 “Bacaudae nella Peninsola Iberica durante il secolo V”, Polis, 24, 2012, pp. 91-108. 2322 “¿Explotados o marginados? Sobre la entidad social de la bagauda galo-hispánica” en González Salinero, R. (ed.), Marginados sociales y religiosos en la Hispania tardorromana y visigoda, Madrid- Salamanca, 2013, pp. 65-83. 421 R. Serrano Madroñal postulados2323, planteó la necesidad de analizar las referencias implícitas con cautela, evitando la identificación de bagaudas donde no los hay o su no identificación donde los hay. J. Grant Couper2324, en una de las aportaciones historiográficas más recientes, reivindicó prudencia a la hora de abordar las fuentes y sobre todo a la hora de establecer hipótesis que no pueden ser constadas por ningún tipo de documentación. Más proclive a la idea de Pottier, señaló la importancia de la autodefensa espontánea y rechazó las corrientes clásicas que sostuvieron la teoría social y la teoría nacional indigenista. Tampoco se mostró nada partidario del verticalismo ni de la idea de la usurpación y sí acogió la tesis del “concepto cambiante” de bagauda. Con respecto a la etimología, se decantó por el origen celta pero, de acuerdo con la rectificación de Minor, consideró más apropiado el término bacauda (c). Con respecto a la geografía bagáudica, apreció una cierta falta de precisión en las fuentes y en cuanto al hiato del siglo IV, puntualizó que bandidismo no es bagaudismo. Con una actitud positivista y sin desprenderse de la documentación explícita, dudó de las referencias implícitas siguiendo la perspectiva de Minor aunque no se atrevió a desvincular por completo bagaudas y armoricanos en el siglo V. Tomando la postura de Barrett, cuestionó la historicidad de la segunda revuelta de Tibatto cuando Germán de Auxerre se encontraba en Ravena y adoptando las tesis de G. Bravo, rechazó el frente consciente anti-romano integrado por bárbaros y bagaudas. No aprobó la leyenda medieval de los bagaudas cristianos, rehabilitada por S. Olcoz y M. M. Medrano ni tampoco encontró indicios de un culto consciente a los bagaudas en la vita Martini de S. Severo. En sus conclusiones, Grant Couper no observó ningún deseo planificado de cambio social en las acciones de los bagaudas y sí una espontaneidad orientada a la supervivencia. 6. 2. Circunceliones. Podemos remontar los orígenes historiográficos de los circunceliones a la Reforma protestante, interesada en cualquier tipo de manifestación cristiana contraria al catolicismo. El teólogo alemán del siglo XVI, F. Staphylus, durante su etapa luterana en Königsberg (antes de convertirse al catolicismo) publicaba su Disputatio contra circumcelliones (1548). En 1690, el pastor S. G. Dietz escribía una Dissertatio historica de circumcellionibus. 2323 “Campesinos y bagaudas en Hispania. Siglos III-V: para una valoración crítica del contexto bagáudico” en Montecchio, L. (ed.), Tensioni sociali nella Tarda Antichità nelle province occidentali dell´Impero romano, 2015. 2324 “Gallic Insurgencies? Annihilating the Bagaudae” en Howe, T., Brice, L. L. (eds.), Brill´s Companion to Insurgency and Terrorism in the Ancient Mediterranean, Leiden-Boston, 2016, pp. 312-343. 422 Tesis Doctoral En 1893, F. W. Thümmel2325 cuestionó la idea del monje giróvago en estrecha vinculación con la iglesia donatista, reaccionando contra una hipótesis forjada durante siglos. El también teólogo alemán, llegó a afirmar que los circunceliones estaban impregnados de tradiciones paganas púnicas y bereberes. Otro teólogo reformista alemán, M. von Nathusius2326, destacó más su “cristianismo socialista” y sus acciones guiadas por un evangelismo primitivo ascético contrario a las desviaciones católicas. Pocos años después, la historiografía marxista soviética focalizó todos sus estudios en su “socialismo”. N. A. Maskin2327 identificó a los circunceliones como el ala radical del donatismo, integrada por esclavos rurales de origen bereber, colonos y pequeños campesinos oprimidos. Dmitrev2328 discrepó con Maskin y distinguió entre agonistici (movimiento social-revolucionario) y circumcelliones (monjes errantes no sometidos a ninguna regla comunitaria). Por su parte, C. G. Diligenskij2329 les atribuyó levantamientos armados campesinos contra los grandes propietarios pero aceptó su carácter cristiano y democrático en lucha contra la usura. Mientras tanto, en la Europa occidental F. Martroye2330 mostraba el mismo interés por su componente “revolucionario”, comparando circunceliones con bagaudas y profundizando en los aspectos sociales, indigenistas y cristianos donatistas del movimiento. P. Monceaux2331 hablaba de jacquerie africana y de guerra social de marcado carácter indígena en su completísimo tomo sobre la historia del donatismo, donde también comparó a los circunceliones con los bagaudas. No obstante, con un manejo 2325 Zur Beurteilung des Donatismus, Halle, 1893. 2326 “Zur Charakteristik der Cirkumcellionen des 4. und 5. Jahrhunderts in Afrika” en Wissenschaftliche Beilage zum Vorlesungsverzeichnis der Universität Greifswald für das Wintersemester, Greifswald, 1900/1901. 2327 “Dvizhenie agonistikov”, Istorik Marksist, 1, 1935, pp. 28-52; “Agonistiki ili circumcelliony v kodeksie Feodosija”, VDI, 1, 1938, pp. 82-92. 2328 “K voprosy ob Agonistikakh i Zirkumzellionakh”, VDI, 25, 3, 1948, pp. 66-78. 2329 “Iz novoj literatury o socialnoj i religioznoj borbe v Rimskoj Afrikie”, VDI, 4, 1960, pp. 183-195. 2330 “Una tentative de révolution sociale en Afrique: donatistes et circoncellions”, Revue des Questions Historiques, 76, 1904, pp. 353-416; “Une tentative de révolution sociale en Afrique: donatistes et circoncellions – suite”, Revue des Questions Historiques, 77, 1905, pp. 5-53. 2331 Histoire littéraire de l´Afrique chrétienne: depuis les origines jusqu´a l´invasion arabe. Tome IV. Le donatisme, París, 1912. 423 R. Serrano Madroñal incuestionable de fuentes literarias y epigráficas2332, matizó su composición social heterogénea y sus desencuentros (al menos iniciales) con la iglesia donatista. Martroye continuó asimilando estas revueltas campesinas revolucionarias de los circunceliones con las acciones de los bagaudas, siendo la ideología cristiana donatista para él un mero pretexto. Rechazó por completo su naturaleza de supuestos monjes y para justificar la cuestión del martirio voluntario recuperó a Thümmel y lo asoció con sus tradiciones paganas púnicas. Incluso, creyó haber encontrado la representación iconográfica de un circuncelión encadenado y prisionero en Henchir Bou-Said2333. O. Vannier2334 estudió las relaciones entre los circunceliones y el donatismo, considerando que estos “revolucionarios” tan sólo tuvieron una colaboración puntual con Donato de Bagai. Optato milevitano y Agustín de Hipona, en consecuencia, aprovecharon para asociar permanentemente ambos fenómenos, convirtiendo en controversia religiosa lo que era realmente un problema socio-económico. C. Saumagne2335 abrió una nueva línea historiográfica en 1934 que inauguró la hipótesis del ordo de los circunceliones. Alertando sobre la importancia del edicto del CTh. 16. 5. 52, identificó a estos aparentes bandidos con una auténtica clase social. Contemplando la posibilidad de que hubiera circunceliones donatistas pero también católicos, entendió todas las cláusulas de la ley como referencias explícitas, por lo que afirmó que vivían agrupados en torno a la autoridad de los conductores, podían casarse y poseían bienes. Otorgando especial importancia a las fuentes jurídicas, acusó a los polemistas católicos de haber sembrado la confusión. A su juicio, los circunceliones eran jornaleros nómadas y obreros agrícolas itinerantes, de los que ya hablaba Varrón y el propio epitafio de Mactar, agrupados en turmae en torno al conductor, deambulando de mercado en mercado y de granja en granja en busca de trabajo y de sustento. R. P. Beaver2336 persistió en la idea de la revuelta económica y social de los circunceliones, donde el donatismo, el “africanismo”, el indigenismo y la revolución social eran fenómenos plenamente imbricados. 2332 Monceaux registró un buen número de epígrafes que contenían a su juicio el famoso deo laudes. Vid. CIL VIII 2046, 17768, 22653, 2223, 17718, 17732, 10694, 18669, 2308, 20482. 2333 “Circoncellions” Dictionnaire d´archéologie chrétienne et liturgie, 3/2, 1914, pp. 1692-1710. 2334 “Les Circoncellions et leurs rapports avec l´Église donatiste d´après le texte d´Optat”, Revue Africaine, 67, 1926, pp. 13-28. 2335 “Ouvriers agricoles ou rôdeurs de celliers? Les circoncellions d´Afrique”, Annales d´Histoire Économique et Sociale, 6, 28, 1934, pp. 351-364. 2336 “The Donatist Circumcellions”, Church History, 4, 2, 1935, pp. 123-133. 424 Tesis Doctoral A inicios de los años cincuenta, W. H. C. Frend2337 se planteó quiénes eran realmente los circunceliones a través de indagaciones etimológicas. Para este investigador, la clave estaba en el auténtico significado de las cellae y en su posible identificación como graneros o como capillas martiriales. Fundamentando su trabajo con informaciones arqueológicas y epigráficas, se mostró partidario de la segunda opción aunque sin llegar a descartar la teoría social. C. Courtois2338 coincidió con Vannier y creyó necesario desvincular a los circunceliones del donatismo. J. P. Brisson2339, en un capítulo dedicado a los circunceliones incluido en una obra de mayor envergadura que abordaba las particularidades del cristianismo en el África romana, aceptó la “revolución social” durante el período de Axido y Fasir narrado por Optato. No obstante, se dejó seducir por la interpretación de Saumagne y descartó que los circunceliones fuesen bandidos cuando aparecen tipificados como un estrato social. Compatibilizando la teoría social y la hipótesis del ordo de jornaleros, no negó que los revolucionarios abrazasen con posterioridad el donatismo aunque existiera parte de la jerarquía cismática que no les apoyaba. Perfilando la incipiente corriente de las “dos fases”, Brisson apreció una cierta evolución que fue transformando un movimiento inicialmente revolucionario en fanatismo religioso. A. H. M. Jones2340 puso en duda en un artículo paradigmático la asociación tan habitual entre las herejías y los movimientos contestatarios “nacionales” o “sociales”. Bajo su punto de vista, el donatismo nunca aspiró a “liberar a los africanos” ni fue en absoluto una “iglesia de los pobres” y de hecho manifestó en muchas ocasiones sus discrepancias con los circunceliones. 2337 “The Cellae of the African Circumcelliones”, Journal of Theological Studies, III, 1952, pp. 87-89. En The Donatist Church: a Movement of Protest in Roman North Africa, Oxford, 1952, Frend encontró las raíces ideológico-religiosas de los circunceliones en Tertuliano y apreció una confluencia de descontento social del sustrato indígena bereber y del fanatismo religioso donatista. Dentro de su hipótesis “mixta”, las cellae eran capillas que funcionaban a su vez como silos de almacenamiento de grano. 2338 Les vandales et l´Afrique, París, 1955. 2339 Autonomisme et christianisme dans l´Afrique romaine de Septime Sévère à l´invasion vandale, París, 1958. 2340 “Were Ancient Heresies National or Social Movements in Disguise?” Journal of Theological Studies, 10, 1959, pp. 280-298. En “Religious Dissent in the Later Roman Empire: the Case of North Africa” incluido en Religion and Society in the Age of St Augustine, London, 1972, pp. 237-259, P. Brown compartió muchas de las ideas expresadas en este trabajo de A. H. M. Jones pero sí considero “política” la intromisión estatal en materia eclesiástica desde época constantiniana, velando por la unidad ortodoxa frente a las herejías “provinciales”. 425 R. Serrano Madroñal T. Büttner2341, pese a su perspectiva claramente marxista, no quiso minimizar la religiosidad donatista de los circunceliones, en contra de las opiniones de Vannier o Courtois. Estableció además una comparativa con otros movimientos cristianos revolucionarios como los husitas bohemios del siglo XV. H. J. Diesner2342, también quiso establecer una clara distinción entre los circumcellionen y circumcellionenartige, para poder discernir entre las imágenes contradictorias que nos ofrecían las fuentes jurídicas por un lado, y las fuentes literarias por el otro. Detectando el carácter invectivo y partidista de los polemistas católicos, que silenciaban la explotación económica de los poderosos sobre las clases inferiores, tuvo muy presente la idea del ordo de Saumagne pero señaló con precisión que en otro edicto poco posterior2343 (CTh. 16. 5. 54) ya no aparecían los circunceliones. Atribuyéndoles un programa social-revolucionario y un cierto patrocinio con respecto a esclavos y a deudores, no negó el donatismo radical de una parte de los circunceliones aunque no todos los miembros del ordo adoptaron el mismo credo ni el mismo modus operandi. El investigador sueco E. Tengström2344 revisó a mediados de los años sesenta todas las corrientes interpretativas destacadas hasta el momento. Como partidario de la tesis de Saumagne, apoyada por B. H. Warmington2345 y cuestionada por Frend, definió a los circunceliones como Wanderarbeiter. Analizando con detenimiento el edicto de 412, extrajo que los circunceliones eran individuos libres susceptibles de pagar multas y que trabajaban agrupados en cuadrillas bajo la responsabilidad de los conductores de las grandes fincas2346. Haciendo uso del epitafio de Mactar, justificó los vagabundeos de 2341 Circumcellionen und Adamiten. Zwei Formen mittelalterlicher Haeresie, Berlín, 1959. Vid. También “Die sozial-religiöse Bewegung der Circumcellionen (Agonisten) in Nord-afrika” en Vom Mittelalter zur Neuzeit. Zum 65. Geburstag von Heinrich Sproemberg 1, Berlín, 1956, pp. 386-396. 2342 “Die Circumcellionen von Hippo Regius” en Kirche und Staat im spätrömischen Reich: Aufsätze zur Spätantike und zur Geschichte der alten Kirche, Berlín, 1963, pp. 78-90. Incluido en la misma obra, Vid. “Metodisches und Sachliches zum Circumcellionentum”, pp. 53-77; “Die Periodisierung des Circumcellionentums”, Wissenschaftliche Zeitschrift. Martin-Luther-Universität Halle-Wittenberg. Gesellschafts- und sprachwissenschaftliche Reihe, 11, 1962, pp. 1329-13338. 2343 17 de junio de 414. 2344 Donatisten und Katholiken. Soziale, wirtschaftliche und politische Aspekte einer nordafrikanischer Kirchenspaltung, Göteborg, 1964, pp. 24-78. 2345 The North African Provinces from Diocletian to the Vandal Conquest, Cambridge, 1954. 2346 Vid. Gottlieb, G., “Die Circumcellionen. Bemerkungen zum donatistischen Streit”, Annuarium Historiae Conciliorum, 10, 1978, pp. 1-15. En relación a la particularidad de los obispados africanos, especialmente en Numidia, integrados en dominios fundiarios, Vid. Lancel, S., “Aux origines du donatisme et du mouvement des circoncellions”, Cahiers tunisiennes, 15, 1967, pp. 183-188; “Études sur la Numidie d´Hippone au temps de saint Augustin. Recherches de topographie ecclésiastique”, Mélanges 426 Tesis Doctoral los que hablaban las fuentes católicas mediante sus labores agrícolas itinerantes. Especificando sus tareas, los circunceliones fueron para Tengström Olivenarbeiter que concentraban su trabajo estacional en 2/5 meses del año en torno a las cellae oleariae. Asimismo, identificó los fustes con las varas típicas de la recolección de la aceituna y aceptó que parte del ordo pasara a formar parte del ala más radical del donatismo (agonistici) pero no por ello deberían asociarse todos los circunceliones con este credo religioso. Opuesto a la teoría social-revolucionaria, cuestionó las bases de buena parte de la historiografía precedente. Frente a este planteamiento, S. Calderone2347 se mostró bastante crítico y propuso enfocar el estudio de los circunceliones hacia su carácter religioso. En una línea más próxima a la de Frend, volvió a la idea del monje giróvago pero no minusvaloró el componente social del movimiento, que a su juicio no era en absoluto incompatible con los móviles religiosos. Recordando que el monacato primitivo fue profundamente revolucionario hasta que fue definitivamente encauzado mediante “reglas”, detectó intromisiones anacrónicas marxistas que dificultaban la interpretación histórica en este sentido. W. H. C. Frend2348 se mostró cada vez más reacio a asumir la teoría social y manifestó su desacuerdo con Tengström. Reafirmándose en su tesis sobre los ascetas itinerantes donatistas que visitaban las cellae, discrepó con Calderone por el uso del término “monje”. Siempre preocupado por la documentación arqueológica, concluyó que las cellae eran capillas de mártires, si bien es cierto que también se empleaban en las basílicas donatistas como silos de almacenamiento de grano. Con respecto al desconocido término cotopitas o cotopices, vinculado a los circunceliones en los textos tardíos de Isidoro y el Beato de Liébana, Calderone2349 consdieró que tenía origen copto (cutzupitani) y era sinónimo de monje giróvago. Por su parte, R. Lorenz2350 fue partidario del origen púnico de una palabra que para él podría designar a los agricultores temporeros, en connivencia con las tesis de Saumagne y Tengström. de l´Ecole française de Rome, Antiquité, 96, 1984, pp. 1085-1113. Lancel definió a los circunceliones como una secta rigorista con reivindicaciones sociales que llegó a atemorizar a la propia iglesia donatista. Con posterioridad a 347, se convirtieron paulatinamente en una herramienta para los cismáticos. 2347 “Circumcelliones”, La parola del passato, Fasc. CXIII, 22, 1967, pp. 94-109. 2348 “Circumcellions and Monks”, Journal of Theological Studies, 20, 1969, pp. 542-549. 2349 op. cit., n. 2347. 2350 “Circumcelliones-cotopitae-cutzupitani”, Zeitschrift für Kirchengeschichte, 82, 1971, pp. 54-59. 427 R. Serrano Madroñal M. Overbeck2351, al igual que H. J. Diesner, se interesó por las contradicciones entre las fuentes jurídicas y las fuentes literarias. Discrepando con los abusos de la exaltación del componente social, advirtió que la mayoría de los ataques de los circunceliones tuvieron móviles religiosos. Reconociendo que existen algunos pasajes en las fuentes católicas que confirman el patrocinio de los circunceliones sobre esclavos fugitivos o deudores, llegó a conclusiones muy similares a las de J. P. Brisson y sus “dos fases”. C. Lepelley2352, en su estudio sobre las ciudades romanas en África durante el período bajo-imperial, vinculó la jacquerie de los circunceliones con las tensiones sociales entre los propietarios de tierra y el proletariado rural en Numidia, pero negó rotundamente la existencia de ningún tipo de crisis urbana o agraria. Del mismo modo, rechazó el “alma bereber” de este movimiento. El mismo autor2353 quiso profundizar en la cuestión del martirio voluntario y prestó especial atención a la ep. 185 de Agustín. En relación a esas procesiones paganas a las que acudían los circunceliones en busca de la muerte, Lepelley creyó que se trataba de las Iuvenalia y recuperando a Thümmel insinuó una cierta continuidad con prácticas paganas púnicas de sacrificios humanos. No obstante, no dejó muy claro si estas pervivencias se hallaban en las procesiones paganas sincréticas o en la propia actitud de los “mártires” cristianos africanos. En un trabajo poco conocido por estar escrito en neerlandés, P. Schulten2354 reaccionó contra las supuestas contradicciones entre las fuentes jurídicas y literarias2355. Insistió en que los propios circunceliones nunca aceptaron este apelativo despectivo y como movimiento rigurosamente cristiano, no tuvo ningún tipo de influencia ni de raíz ancestral púnica o bereber pagana. Desde su perspectiva, fue un fenómeno quiliástico o milenarista difícil de reprimir por su arraigo rural y nunca contó con un programa de carácter “revolucionario” ni “nacionalista”. 2351 “Augustin und die Circumcellionen seiner Zeit”, Chiron, 3, 1973, pp. 457-463. 2352 Les cités de l´Afrique romaine au Bas-Empire. Tome I, La permanence d´´une civilisation municipale, París, 1979, pp. 92-98; 409 ss. 2353 “Iuvenes et Circoncellions: les derniers sacrifices humains de l´Afrique Antique”, Antiquités Africaines, 15, 1980, pp. 261-271. 2354 De Circumcellionen: een sociaal-religieuze beweging in de late oudheid, Schevenigen, 1984. 2355 Para un comentario crítico de fuentes, Vid. Schindler, A., “Kritische Bemerkungen zur Quellenbewertung in der Circumcellionenforschung” en Studia Patristica, 15, vol. 128, Berlín, 1984, pp. 238-241. 428 Tesis Doctoral Destacamos a fines de los años ochenta los trabajos de J. L. Maier2356 por su gran utilidad, que nos ofrecen un enorme volumen de documentación bilingüe (texto clásico original y traducción francesa) estrechamente relacionada con el donatismo. A. Gotoh2357 mantuvo muy presente las tesis de Brisson-Overbeck y Saumagne- Tengström y afirmó que una parte del ordo de los circunceliones experimentó una primera fase “revolucionaria” y una segunda fase “religiosa fanatizada”. En el contexto de traducción y edición de los escritos antidonatistas de Agustín de Hipona al castellano en los volúmenes de la BAC, P. Langa2358 se desvinculó de la teoría social y de las interpretaciones de la historiografía de raigambre marxista, aproximándose a la lectura de Calderone. En la década de los noventa, J. E. Atkinson2359 puntualizó que el edicto de Hunerico (484) era una copia del de Honorio (412) y precisamente por esto no consideró que los circunceliones permaneciesen activos en el período vándalo. En su análisis detallado sobre el famoso texto jurídico (CTh. 16. 5. 52), señaló que ipsi se refería a los conductores o procuratores y qui podía ser un genérico que integraba a todos los donatistas y no sólo a los circunceliones. Fundamentando sus argumentos en una lectura filológica muy correcta, rechazó la idea del ordo. Z. Rubin2360, como P. Schulten, recordó que este movimiento nunca aceptó el epíteto peyorativo de “circunceliones” y que siempre existieron discrepancias2361 entre parte de la iglesia donatista y estos agonistici. Cuestionándose por qué no guardaron rencor a los obispos cismáticos después del suceso de Taurino, aceptó que este “apodo” pudo designar a un sector social más amplio en la legislación y que las fuentes católicas se encargaron de identificar a todos los circunceliones con los agonistici. 2356 Le dossier du Donatisme. Tome I: des origines à la mort de Constance II (303-361), Berlín, 1987; Tome II: De Julien l´Apostat à Saint Jean Damascène (361-750), Berlín, 1989. 2357 “Circumcelliones: the Ideology behind their Activities” en op. cit., n. 2275. 2358 op. cit., n. 955, pp. 38-48. En francés, en el mismo contexto de traducción y edición de la BA, Vid. Lamirande, E., “Rapporte des donatistes avec les Circoncellions” en Oeuvres de Saint Augustin: Traités anti-donatistes, V, 32, París, 1965, pp. 716-717. 2359 “Out of Order: the Circumcellions and Codex Theodosianus 16. 5. 52”, Historia, 41, 1992, pp. 488- 499. 2360 op. cit., n. 2297. 2361 Vid. Morgenstern, F., “Kirchenspaltung in Nordafrika. Donatisten und Circumcellionen”, Das Altertum, 37, 1991, pp. 211-221. 429 R. Serrano Madroñal J. P. Rey-Coquais2362 también centró su estudio en el edicto del 412. Extrayendo prácticamente las mismas conclusiones filológicas que Atkinson, no descartó, sin embargo, la tesis del ordo. Entendió que los circunceliones encontraron cobijo y protección en los pequeños obispados rurales y fundiarios, tal y como puede apreciarse en el edicto de Marcelino (411). Mientras N. Gómez Villegas2363 revisó las fuentes y las corrientes historiográficas de mayor significación acordando que el elemento religioso del movimiento no podía ser obviado, M. Marcos2364 sintetizó de manera organizada una interesante historia del monacato, donde expresaba las tensiones existentes entre las manifestaciones más violentas e incontroladas y el interés eclesiástico por controlar el fenómeno. Ya en el siglo XXI, los análisis agudos de B. D. Shaw2365 matizaron una serie de aspectos cruciales. Los donatistas no se llamaron a sí mismos “donatistas” y se consideraron los miembros de la única Iglesia; tampoco los agonistici aceptaron este apodo (circunceliones) que recibieron de sus adversarios católicos. En primer lugar cuestionó la idea de revuelta social campesina, distinguiendo claramente entre fuentes primarias coetáneas y fuentes alto-medievales tardías2366. A su juicio, estas últimas son poco fidedignas y están totalmente influidas por los tópicos de la literatura antiherética. En su argumentación, muestra cómo Filastrio de Brescia les llama circuitores en una manifestación evidente de su desconocimiento. Convencido de que los catálogos sobre herejías distorsionaron progresivamente la imagen de los circunceliones históricos, consideró que mientras que Agustín contrapuso el concepto de “monje” frente al de “circuncelión” y criticó a los giróvagos católicos como “malos monjes”, Isidoro convirtió a los circunceliones en los malos monjes giróvagos y selló esta falsa interpretación sustentada durante siglos. En una hipótesis muy novedosa y bien construida, Shaw no encontró a Ticonio en el Beato de Liébana. 2362 “Domini et Circumcelliones, Code Théodosien, 16. 5. 52: remarques de grammaire et interrogation sur le sens” en Khanoussi, M., Ruggeri, P., Vismara, C. (eds.), L´Africa romana. Atti del XII Convegno di studio, Olbia, 1996, pp. 447-456. 2363 “Los circunceliones: ¿Movimiento social o disenso religioso?” en Teja, R. (ed.), Cristianismo marginado: rebeldes, excluidos, perseguidos. 1. De los orígenes al año 1000, Madrid, 1998, pp. 79-93. 2364 En la misma obra, Vid. “Monjes ociosos, vagabundos y violentos”, pp. 57-75. 2365 “Who were the Circumcellions?” en Merrills, A. H. (ed.), Vandals, Romans and Berbers: New Perspectives on Late Antique North Africa, Ashgate, 2004, pp. 227-258. 2366 Vid. “Bad Boys: Circumcellions and Fictive Violence” en Drake, H. A., (ed.), Violence in Late Antiquity: Perceptions and Practices, Ashgate, 2006, pp. 179-197. 430 Tesis Doctoral R. Cacitti2367 quiso romper con la separación forzada entre los fundamentos religiosos y la declinación socio-política de los agonistici en un trabajo verdaderamente destacable. Alabando a Frend por no haber desvinculado este fenómeno del donatismo, indagó en los textos martirológicos de los cismáticos y concluyó (como Frend) que se trataba de un grupo de ascetas itinerantes. Además, puso en relación las passiones donatistas y las raíces más profundas del cristianismo africano (Tertuliano y Cipriano) con las prácticas suicidas de los circunceliones. I. Achilli2368 se decantó también por esta misma línea interpretativa, mientras M. Schröder2369 abordaba el estudio del cisma donatista y de los circunceliones prestando especial consideración a la postura de Agustín de Hipona. B. Pottier2370 se alineó con la corriente ascético-monástica de Frend, Calderone, D. Caner2371 y Cacitti. Para Pottier los circunceliones eran fanáticos donatistas con poco que perder que deambulaban en torno a las capillas martiriales. Estableciendo un vínculo entre Macrobio (cabeza de los donatistas en Roma) y las acciones de estos ascetas mendicantes, rechazó por completo la teoría del ordo. Puntualizó que una categoría social no es un ordo y que en su condición de ascetas itinerantes donatistas, se cobijaron en dominios fundiarios. No obstante, señaló que los circunceliones supusieron un problema de autoridad en el seno del donatismo y recordó el pasaje de Taurino. Tampoco apreció ningún atisbo de bandidismo, revuelta ni revolución y conectó todas sus actuaciones con el rigorismo religioso2372. C. G. García Mac Gaw2373 reivindicó a Saumagne, posicionándose en contra del supuesto carácter social o indigenista del donatismo. Contemplando a los 2367 Furiosa Turba. I fondamenti religiosi dell´eversione sociale, della disidenza política e della contestazione ecclesiale dei circoncellioni d´Africa, Milán, 2006. 2368 “Circumcelliones: appunti sul fenómeno del monachesimo itinerante” en Akerraz, A., et al. (eds.), Atti del XVI convegno L´Africa romana, Roma, 2006, pp. 923-933. 2369 Donatismus und Circumcellionentum als Abspaltung von der Katolischen Kirche in Nordafrika unter besonderer Berücksichtigung der Haltung Augustins, München, 2007. 2370 “Les circoncellions: Un mouvement ascétique itinérant dans l´Afrique du Nord des IVe et Ve siècles” Antiquités Africaines, 44, 2008, pp. 43-107. 2371 Wandering, Begging Monks. Spiritual Authority and the Promotion of Monasticism in Late Antiquity, Berkeley- Los Angeles- London, 2002. 2372 “Les Circoncellions: Formation d´une élite rurale monastique autonome dans l´Afrique du Nord des IVe et Ve siècles” en Depreux, P. (ed.), Revolte und Sozialstatus von der Spätantike bis zur Frühen Nuezeit, München, 2008, pp. 19-37. 2373 “Los circunceliones: Elementos para la construcción de la historia rural africana” en Miceli, P., Gallego, J. (Coord.), Habitar, producir, pensar el espacio rural. De la Antigüedad al Mundo Moderno, 431 R. Serrano Madroñal circunceliones como jornaleros que acudían a los mercados en busca de trabajo, no aceptó comparación posible con los bagaudas ni otorgó especial importancia a los apologetas católicos por su excesiva parcialidad. Opuestamente, V, Neri2374 criticó la tesis del ordo y defendió la línea monástica de Calderone (al igual que Cacitti), con fuerte arraigo en la historiografía italiana. Con respecto a los episodios más “revolucionarios” que nos ofrecen las fuentes católicas, identificó móviles religiosos de probable carácter escatológico. B. D. Shaw2375, aportando una excelente síntesis historiográfica, también aconsejó distinguir entre los agonistici donatistas de las fuentes literarias y los circunceliones del edicto de Honorio. En 2016, P. Marone2376 publicaba un gran trabajo sobre bibliografía actualizada en relación con todos los aspectos del donatismo, donde se incluye un apartado sobre los circunceliones. 6. 3. Priscilianismo. La enorme abundancia bibliográfica y el casi inabarcable volumen de la tradición historiográfica en torno al priscilianismo nos obligan a señalar solamente los hitos y las corrientes interpretativas más destacadas. Así pues, podemos remontar nuestra revisión a la escuela teológica protestante alemana, donde el pastor luterano G. Arnold2377 rompió con la visión hegemónica antiherética y reivindicó el priscilianismo como un precedente reformista que buscó el retorno de la pureza evangélica. En el contexto de la secularización y la renovación historiográfica de la Ilustración, E. Gibbon2378 criticó los procedimientos contra Prisciliano y contempló los juicios de Tréveris como una muestra de intromisión estatal en materia eclesiástica y de crueldad generalizada. Tiempo después, J. Bernays detectó el recurso al maleficium de la Madrid-Buenos Aires, 2008, pp. 149-176; “Marginación y proselitismo religioso: los circunceliones” en Reduzzi Merola, F. (ed.), Dipendenza ed emarginazione nel mondo antico e moderno, Napoli, 2012, pp. 249-259. 2374 “Ancora sui Circumcelliones: alla luce di studi recenti”, Mediterraneo Antico, 12, 1-2, 2009, pp. 185- 198. 2375 Sacred Violence: African Christians and Sectarian Hatred in the Age of Augustine, N. York, 2011. La síntesis historiográfica puede encontrarse en p. 828 ss. 2376 Donatism: Online Dynamic Bibliography, Roma, 2016, pp. 190-193. 2377 Vid. Unparteyische Kirchen und Ketzerhistorie vom Anfang des Neuen Testaments bis auf das Jahr Christi 1688, I-II, Francfort-sur-le-Main, 1700, reed. 1967. 2378 op. cit., n. 2202. 432 Tesis Doctoral acusación secular como una maniobra forzada, en tanto en cuanto el Estado no disponía de capacidad para ejecutar a nadie por motivos de herejía2379. En un marco historiográfico positivista, J. H. B. Lübkert2380 no negó la heterodoxia de Prisciliano pero enfocó su trabajo desde la rigurosidad documental y no sólo desde ópticas teológicas. No obstante, en España prevalecía la teoría condenatoria y el agustino E. Flórez2381 se lamentaba a mediados del siglo XVIII de que la herejía no desapareció con la ejecución del heresiarca, sino todo lo contrario. El canónigo del cabildo compostelano, A. López Ferreiro2382, perseveró en los ataques contra Prisciliano y su doctrina, del mismo modo que M. Menéndez Pelayo2383, quien justificó (1880-1882) la actuación de Itacio por su lucha contra una secta gnóstica y ocultista de raíces maniqueas. G. Schepss revolucionó la historiografía del priscilianismo con el descubrimiento fortuito de los once manuscritos de Würzburg. Publicados en 18892384 y atribuidos todos ellos por Döllinger al controvertido obsipo de Ávila, generaron rápidamente una disputa académica en torno a su autoría. Al mismo tiempo, se reaviva un ingente debate científico en relación a la ortodoxia o heterodoxia de Prisciliano, donde las nuevas tesis exculpatorias2385 comienzan a imponerse lentamente. 2379 Über die Chronik des Sulpicius Severus, Berlín, 1861. 2380 De haeresi Priscillianistarum ex fontibus denuo collatis, Hauniae, 1840. Algo antes, J. Matter apreciaba influencias gnósticas tanto en el maniqueísmo como en el priscilianismo. Vid. Histoire critique du gnosticisme et de son influence sur les Sectes religieuses et philosophiques des six premiers siècles de l’ère chrétienne, trois volumes, Strasbourg, 1828. En una línea muy próxima, Neander, A., Allgemeine Geschichte der christlichen Religion und Kirche II, 2-3, Hambourg, 1829-1831, así como J. P. Migne en Encyclopédie théologique, t. II, Paris, 1853, pp. 1131-1135. 2381 España sagrada. Theatro geographico-histórico de la Iglesia de España. Origen, divisiones y límites de todas sus provincias. Antigüedad. Traslaciones y estado antiguo y presente de sus Sillas, con varias diserciones críticas. Vol. XIV. 2a., Madrid, 1786. p. 19. Con respecto al origen de Prisciliano, E. Flórez fue partidario de que el heresiarca fue natural de Gallaecia, frente al parecer del “cura de Fruime” (D. Antonio Cernadas y Castro) que no estaba dispuesto a compartir “patria” con un “monstruo” semejante. Vid. Cernadas y Castro, D. A., (cura de Fruime), Obras en prosa y verso del Cura de Fruime D. Diego Cernadas y Castro, natural de Santiago de Galicia, vol. I, Madrid, 1778. 2382 Estudio histórico crítico sobre el Priscilianismo, Santiago, 1878. 2383 Historia de los heterodoxos españoles. Vol. I. Madrid, 1992. p. 165. 2384 Priscilliani quae supersunt, maximam partem nuper detexit adiectisque commentariis criticis et indicibus, primus edidit Georgius Schepss. Accedit Orosii commonitorium de errore priscillianistarum et origenistarum, Viena. CSEL, 18. 2385 Haupt, H., “Priscillian, seine Schriften und sein Prozess”, Korrespondenzblatt der Westdeutschen Zeitschrift für Geschichte und Kunst, 8, 1889, pp. 96-103. A. Harnack, en Lehrbuch der Dogmengeschichte, Tubingue, 1909, t. II (Die Entwickelung des Kirchlichen Dogmas I, Beigaben der 433 R. Serrano Madroñal F. Paret2386 consideró a Prisciliano abiertamente como un reformador de la Iglesia en el siglo IV, J. Dierich2387 se centraba en el estudio de las fuentes y en la existencia del Apologeticum de Itacio y A. Lavertujon (1899) en su Chronique de Sulpice Sévère reabría la hipótesis de los móviles económicos en los juicios seculares de Tréveris. Cerrando el siglo XIX, A. Hilgenfeld2388 defendía una visión más tradicional sobre el priscilianismo como doctrina herética, maniquea y gnóstica. L. Duchesne2389 lanzaba por primera vez la contundente hipótesis de que la tumba de Prisciliano podía ser la misma a la que rendían culto todos los peregrinos que acudían a Santiago de Compostela. E. C. Babut desarrolló con un conocido trabajo2390 la corriente exculpatoria a inicios del siglo XX, rehabilitando a Prisciliano como el introductor del ascetismo en Hispania. El autor francés consideró que la difusión de estas prácticas levantó una cierta animadversión entre la jerarquía eclesiástica peninsular. Por el contrario, K. Künstle2391 destacaba su componente herético, así como A. Dufourcq2392, que no dudó en definir al priscilianismo como un neomaniqueísmo. H, Leclercq2393 observó una ortodoxia inicial en los postulados de Prisciliano que con el tiempo evolucionarían hacia una heterodoxia de la que se apropiaron los maniqueos. Manichäismus), pp. 513-527, rechazó la influencia del maniqueísmo en el priscilianismo. Contra esta idea, Loofs, F., “Priscilliani quae supersunt, maximam partem nuper detexit adiectisque commentariis criticis et indicibus primus edidit G. Schepss” en Harnack, A., Schürer, E., (eds.), Theologische Litteraturzeitung, 15, Leipzig, 1890, pp. 7-16. 2386 Priscillianus. Ein Reformator des vierten Jahrhunderts. Eine kirchengeschichtliche Studie, zugleich ein Kommentar zu den erhaltenen Schriften Priscillians, Würzburg, 1891. 2387 Die Quellen zur Geschichte Priscillians, Breslau, 1897. 2388 “Priscillianus und seine neuen deckten Schriften”, Zeitschrift für wissenschaftliche Theologie, 35, 1892, pp. 1-85. 2389 “Saint Jacques en Galice”, Annales du Midi, 12, 1900, pp. 145-180. 2390 Priscillien et le priscillianisme, París, 1909. 2391 Antipriscilliana. Dogmengeschichtliche Untersuchungen und Texte aus dem Streite gegen Priscillians Irrlehre, Fribourg-en-Brisgau, 1905. 2392 Le Néo-Manichéisme et la légende chrétienne. Étude sur les Gesta Martyrum romains. Vol. IV, Paris, 1910. Contra esta opinión, Vid. De Stoop, E., Essai sur la diffusion du manichéisme dans l’Empire romain, Gand, 1909. 2393 “Priscillien et le priscillianisme” en L’Espagne chrétienne, Paris, 1906, pp. 151-213. 434 Tesis Doctoral D. G. Morin2394 creyó haber encontrado en 1909 un tratado priscilianista inédito sobre la trinidad y poco después atribuyó a Instancio y no a Prisciliano la autoría de los once tratados de Würzburg2395. Como reacción a la obra de Babut, A. Puech2396 se decantaba por la línea tradicionalista y antiherética de Hilgenfeld. A. d´Alès2397 también se sumaba décadas después a la idea de Prisciliano como asceta heterodoxo. J. A. Davids2398 cuestionó del mismo modo que Morin la autoría priscilianea de los tratados y abordó las obras de Orosio y de Agustín de Hipona para terminar justificando las corrientes condenatorias. La historiografía española continuó fuertemente influenciada por Menéndez Pelayo y la concepción tradicionalista2399, si bien es cierto que en Galicia se originó todo un mito romántico y nacionalista en el contexto del Rexurdimento que adoptó a Prisciliano como el teólogo local que se encargó de evangelizar sus territorios, virtuoso fundador del alma gallega2400. W. Schatz2401, profundizando en la cuestión del ascetismo2402, ubicó al priscilianismo en un grado intermedio entre las manifestaciones más incontroladas y el monacato 2394 “Un traité priscillianiste inédit sur la trinité”, Revue Bénédictine, 26, 1909, pp. 255-280. 2395 “Pro Instantio. Contre l’attribution à Priscillien des opuscules des manuscrits de Würzburg”, Revue Bénédictine, 30, 1913, pp. 153-172. 2396 “Les origines du priscillianisme et l’orthodoxie de Priscillien”, Bulletin d’ancienne littérature et d’archéologie chrétienne, t. II, 1912, pp. 81-95, 161-213. 2397 Priscillien et l’Espagne chrétienne à la fin du IVe siècle, Paris, 1936. 2398 De Orosio et Sancto Augustino Priscillianistarum adversariis Commentatio historica et philologica, La Haye, 1930. 2399 García Villada, Z., Historia eclesiástica de España, II, Madrid, 1929. Este historiador de la Iglesia reconoció que los obispos acusadores pudieron extralimitarse en sus funciones pero eso no debería ser óbice para afirmar con rotundidad que Prisciliano y sus seguidores eran herejes. Además, fue el propio Prisciliano el que apeló al brazo secular, aproximándose a un destino fatal al que no le habría llevado la condena eclesiástica. 2400 Vid. entre muchos otros, Murguía, M. A., Historia de Galicia, en cinco tomos publicados entre 1865- 1911; Portela Valladares, M., Unificación y diversificación de las nacionalidades: el Priscilianismo, Barcelona, 1932. Un buen estudio que conecta el proceso de cristianización del NO hispano con el priscilianismo sería el de Díaz Martínez, P. C., “El monacato y la cristianización del NO hispano. Un proceso de aculturación”, Antigüedad y Cristianismo, VII, 1990, pp. 531-539. 2401 Studien zur Geschichte und Vorstellungswelt des frühen abendländischen Mönchtums, Diss., Fribourg-en-Brisgau, 1957. Contra la opinión de Schatz sobre la ascendencia origenista de algunas prácticas priscilianistas, R. Lorenz en “Die Anfänge des abendländischen Mönchtums im 4. Jahrhundert”, Zeitschrift für Kirchengeschichte, 77, 1966, pp. 1-61, se decantó por los influjos dualistas y gnósticos. 2402 Vid. Labriolle, P., Histoire de la littérature latine chrétienne, Paris, 1920. 435 R. Serrano Madroñal reglado. A su juicio, este fenómeno nuevo enfrentó a un grupo carismático con buena acogida entre las gentes más humildes contra una iglesia oficialista y fuertemente jerarquizada. Es en este momento, a mediados del siglo XX, cuando se gesta la corriente de la “herejía social”, liderada en España por A. Barbero2403. Exaltando por encima de cualquier aspecto el plano social del priscilianismo, apreció este movimiento contestatario como una respuesta contraria a la crisis socio-económica del Imperio y como una reacción religiosa frente al proceso de consolidación de una Iglesia estatal construida desde arriba. Con una inspiración clara de la perspectiva marxista de Thompson y de la línea mixta de Frend (combinación de factores de oposición en el ámbito socio-económico y religioso), Barbero consideró al priscilianismo como una herramienta de lucha social abrazada por los sectores oprimidos de la Gallaecia rural y escasamente romanizada2404. Siguiendo el paralelismo que se estableció con el donatismo norteafricano y los circunceliones, A. Barbero y M. Vigil2405 comenzaron a vincular a los bagaudas hispanos con el priscilianismo. A. Balil2406 interpretó del mismo modo la doctrina priscilianista prestando especial atención a los aspectos más sociales y reivindicativos. B. Vollmann2407 nos aportaba un destacado estudio bibliográfico donde señalaba las distintas fases interpretativas en relación a la controversia priscilianista. Considerando un hito incuestionable los descubrimientos de G. Schepss, atribuyó a la teoría condenatoria la hegemonía historiográfica hasta 1886. La etapa que transcurre entre 1886-1918 fue vista por el investigador alemán como un nuevo período caracterizado por la disputa académica entre la ortodoxia (nuevas corrientes de rehabilitación) y la heterodoxia (más continuista) de Prisciliano. Adscrito a la tercera fase (1918-1964), Vollmann expuso todo un compendio de fuentes y concluyó que esta corriente 2403 “El priscilianismo, ¿herejía o movimiento social?”, Cuadernos de historia de España, 37-38, 1963, pp. 5-41. 2404 En esta misma línea interpretativa y con reminiscencias de Babut se posicionó Blázquez, J. M., “Prisciliano, introductor del ascetismo en Hispania”, en Fatás, G. (ed.), Aniversario I Concilio Caesaraugustano, Zaragoza, 1981, pp. 65-121; Antes: Estructura económica y social de Hispania durante la anarquia militar y el Bajo Imperio, Madrid, 1964. 2405 Sobre los orígenes sociales de la Reconquista. Barcelona, 1974. 2406 “Aspectos sociales del Bajo Imperio (IV-VI). Los senadores hispánicos”, Latomus 24, 1965, pp. 886- 904. 2407 Studien zum Priszillianismus. Die Forschung, die Quellen, der fünfzehnten Brief Papstes Leos des Großen, St.-Ottilien, 1965. 436 Tesis Doctoral doctrinal pudo encontrarse ciertamente “desviada” por creencias dualistas, astrológicas, gnósticas, origenistas y “maniqueizantes”. R. López Caneda2408 reafirmaba la visión de Prisciliano como figura heterodoxa marcada por el gnosticismo-maniqueísmo de procedencia oriental. Asimismo, este autor detectó influencias astrológicas e incluso creencias ancestrales neolíticas de carácter lunar en el credo del heresiarca hispano. P. Stockmeier2409, por su parte, analizaba la ejecución de Prisciliano y los suyos como una colaboración interesada entre los jerarcas privilegiados de la Iglesia y el Estado en un proceso encaminado a eliminar cualquier tipo de disidencia al respecto. K. Girardet2410 profundizó en la estructura jurídica de los juicios de Tréveris, prestando atención a las particularidades del derecho canónico y secular y a los intereses económicos que subyacían en la acusación de maleficium. A. Rousselle2411 alertó años después sobre las cuestiones políticas que determinaron las consecuencias judiciales tanto eclesiásticas como civiles. A finales de los años setenta, A. B. J. M. Goosen2412 se opuso a la vinculación tradicional entre priscilianismo y gnosticismo-maniqueísmo, encontrando más arcaísmos paulinos que afirmaciones heréticas en esta corriente religiosa. Además, insistió en la necesidad de separar y distinguir entre el priscilianismo de Prisciliano y el priscilianismo tras la muerte del obispo de Ávila. H. Chadwick2413 optó también por un análisis contextualizado de toda la documentación sobre el priscilianismo, en una obra rápidamente traducida al castellano por J. L. López Muñoz2414. El autor británico tampoco encontró en Prisciliano a un gnóstico (y menos aún maniqueo) sino más bien a un cristiano de su tiempo con una fuerte atracción por el ascetismo y el monaquismo de procedencia oriental. 2408 Prisciliano, su pensamiento y su problema histórico, (Cuadernos de estudios Gallegos. Anejo 16) Santiago de Compostela, 1966. 2409 “Das Schwert im Dienste der Kirche. Zur Hinrichtung Priszillians in Trier” en Festschrift für Alois Thomas, Trier, 1967, pp. 415-428. 2410 “Trier 385, der Prozeß gegen die Priszillianer”, Chiron, IV, 1974, pp. 577-608. 2411 “Quelques aspects politiques de l’affaire priscillianiste”, Revue des Études Anciennes, 83, 1981, pp. 85-96. 2412 Achtergronden van Priscillianus christelijke Ascese, Nimega, 1976. 2413 Priscillian of Ávila. The Occult and the Charismatic in the Early Church, Oxford, 1976. 2414 Prisciliano de Avila: ocultismo y poderes carismáticos en la Iglesia primitiva, Madrid, 1978. 437 R. Serrano Madroñal J. Fontaine2415 cuestionó las tesis de la herejía social como herramienta reivindicativa de los desfavorecidos, destacó la difusión de las prácticas ascéticas entre la aristrocracia y rechazó la perspectiva aislacionista en tanto en cuanto esa pugna entre ascetismo e iglesia oficialista estatal no fue un fenómeno exclusivamente hispano. La traducción al castellano (1975) de los tratados priscilianistas por parte de B. Segura Ramos2416, inauguró en España una corriente interpretativa cada vez más alejada de las posturas “sociales” de A. Barbero, M. Vigil, A. Balil y J. M. Blázquez2417. M. Sotomayor Muro2418 negó rotundamente el componente social-revolucionario del priscilianismo, limitando la controversia a los aspectos religiosos. A. Tranoy2419 trató de explicar el arraigo y la prolongada pervivencia del priscilianismo en el NO hispano mediante la carencia de jerarquías episcopales sólidas y sobre todo a través del aislamiento de un reino suevo que sólo fue definitivamente católico en su última etapa. En 1981 se produjo un nuevo descubrimiento inesperado que también modificó sustancialmente las interpretaciones historiográficas sobre el priscilianismo. J. Divjak publicaba una veintena de cartas nuevas pertenecientes al epistolario de Agustín de Hipona, entre las que se incluía la famosa misiva de Consencio. La nueva documentación manifestó la extensión geográfica del priscilianismo fuera de Gallaecia y clarificó que la doctrina tuvo acogida entre los sectores sociales más elevados de la aristocracia urbana y romanizada de la Tarraconense a inicios del siglo V2420. 2415 “Panorama espiritual del Occidente peninsular en los siglos IV y V: por una nueva problematica del priscilianismo” en Primera reunión gallega de estudios clásicos, Santiago de Compostela, 1981, pp. 185- 209. Destacamos en la misma obra las aportaciones de Goosen sobre la pneumatología de Prisciliano (pp. 237-242) y Blázquez (pp. 210-236) sobre Prisciliano como introductor del ascetismo en Galicia. Otro trabajo de Fontaine sería “El ascetismo, ¿Manzana de discordia entre latifundistas y obispos en la Tarraconense del siglo IV? “, en op. cit., n. 2404 (1981), pp. 201-206. 2416 op. cit., p. 176 (de nuestra Tesis). 2417 Blázquez, J, M. había asociado bagaudas, circunceliones y priscilianistas, interpretando todos estos movimientos como reacciones en defensa de la población campesina y contrarios a un orden establecido a través de la connivencia entre el Estado y la Iglesia oficial. Vid. “Rechazo y asimilación de la cultura romana en Hispania (siglos IV y V)” en Pippidi, D. M. (ed.), Assimilation et résistance à la culture gréco-romaine dans le monde ancien. Travaux du VIe Congrès International d'Études Classiques, Madrid, Septembre 1974, Bucarest-Paris, 1976, pp. 63-94. 2418 Historia de la Iglesia en España, I, Madrid, 1979, p. 233 ss. 2419 “Contexto histórico del priscilianismo en Galicia en los siglos IV y V”, en Prisciliano y el priscilianismo, Cuadernos del Norte, Oviedo, 1982, pp. 77-81. 2420 Vid. Amengual i Batlle, J., “Informacions sobre el priscillianisme a la Tarraconense segons l'Ep. 11 de Consenci (any 419)”, Pyrenae. Crònica arqueològica, 15-16, 1979-1980, pp. 319-338. Amengual abrió la 438 Tesis Doctoral Sin embargo, las cartas de Divjak no rompieron los férreos nexos entre Galicia y el priscilianismo, como muestran los estudios de J. Cabrera2421. En cuanto a la dimensión social, Van Dam2422 planteó nuevos liderazgos priscilianistas (1985) en ciertas comunidades cristianizadas tardíamente, mientas que M. I. Emborujo Salgado2423 y G. Bravo2424 desvinculaban definitivamente a los bagaudas hispanos del priscilianismo a fines de la década de los ochenta e inicios de los noventa. A. Montenegro2425 destacó el movimiento priscilianista como un verdadero desafío (no planificado) para las estructuras jerárquicas de la Iglesia. Por el contrario, J. Orlandis2426 seguía manteniendo una tesis condenatoria en peligro de extinción, apreciando vínculos claros entre gnosticismo, maniqueísmo y priscilianismo. M. V. Escribano Paño2427 comenzará por estas fechas a plantearse desde parámetros institucionales y jurídicos la naturaleza esencial de los juicios de Tréveris. Desde su punto de vista, la justicia eclesiástica quedó totalmente sometida a los intereses del Estado en el marco de un conflicto evidente entre dos concepciones antagónicas del modo de vida cristiano. hipótesis sobre la conexión entre el Concilio de Zaragoza y una incipiente difusión del priscilianismo en la Tarraconense, hasta el momento poco o nada estudiada; García Moreno, L. A., “Nueva luz sobre la España de las invasiones de principios del siglo V. La epístola XI de Consencio a San Agustín”, en Merino, M. (ed.), Verbo de Dios y palabras humanas. En el XVI centenario de la conversión cristiana de S. Agustín, Pamplona, 1988, pp. 153-174. 2421 Estudios sobre el priscilianismo en la Galicia antigua, Granada, 1983. F. J. Bobillo estudió las conexiones entre el priscilianismo y el nacionalismo gallego en “Priscilianismo y el nacionalismo gallego”, op. cit., n. 2419, pp. 28-32. 2422 op. cit., n. 2260. 2423 op. cit., n. 2270. 2424 op. cit., n. 2288. Vid. del mismo autor otra publicación posterior, op. cit., n. 2305. 2425 “Los problemas jerárquicos del cristianismo hispano durante el siglo IV: las raíces del priscilianismo”, en AA. VV., Homenaje a Don Claudio Sánchez Albornoz (Cuadernos de Historia de España, Suppl. 1), Madrid, 1983, pp. 223-240. 2426 “Laicos y monasterios en la España Medieval”, Anuario de estudios medievales, 17, 1987, pp. 95-104. 2427 Iglesia y Estado en el certamen priscilianista. Causa Ecclesiae y iudicium publicum [Monografías de Historia antigua], Zaragoza, 1988. 439 R. Serrano Madroñal En la década de los noventa, S. Fernández Ardanaz2428 continuó tratando de esclarecer la verdadera religiosidad de Prisciliano si bien es cierto que se irán imponiendo las tendencias que inauguró Schatz y que apuntalaron Goosen y Chadwick, más proclives a considerarle como un asceta rigorista que representa un movimiento mucho más extenso y visible en todos los rincones del Imperio romano tardío2429. Por supuesto, la relación entre las mujeres y el priscilianismo no pasó desapercibida en la historiografía más reciente2430. La idea novedosa de una Iglesia mucho más ascética y basada en el carisma aceleró el enfrentamiento irremediable con los sectores más jerárquicos y oficialistas, partidarios de la alianza con el trono. Esta corriente historiográfica es la que prevalece durante toda una década marcada por los trabajos de la historiadora zaragozana M. V. Escribano Paño2431 y la norteamericana V. Burrus2432. C. Cardelle de Hartmann2433 se preguntó por la expansión del priscilianismo en Gallaecia tras la muerte de Prisciliano y contempló una cierta permisividad eclesiástica en una región dominada por los suevos2434. 2428 “Religiosidad cósmica y simbología pagana en Prisciliano”, Antiguedad y cristianismo, 7, 1990, pp. 207-235. 2429 Vid. Marcos, M., “Los orígenes del monacato en la Península Ibérica: manifestaciones ascéticas en el siglo IV”, en Cristianesimo e specificità regionali nel Mediterraneo latino (sec. IV-VI), XXII Incontro di studiosi dell’antichità cristiana, Rome, 6-8 mai 1993, Roma, 1994, vol. 2, pp. 353-376. 2430 Vid. Escaríz Quintas, M. T., “As Mulleres e o Priscilianismo” en Marco López, A., (Coord.), Simposio Internacional, Muller e Cultura, Santiago de Compostela, 1993, pp. 219-227. 2431 “Alteridad religiosa y maniqueísmo en el siglo IV”, Studia historica. Historia Antigua, 8, 1990, pp. 29- 48; “Heterodoxia e historiografía” en Gascó, F., Alvar, J. (Coord.), Heterodoxos, reformadores y marginados en la antigüedad clásica, Sevilla, 1991, pp. 137-160; “Breviario de historiografía sobre el priscilianismo” en Olmos Romera, R., Arce, J. (Coord.), Historiografía de la arqueología y de la historia antigua en España (siglos XVIII-XX), Madrid, 1991, pp. 229-235; “Estado actual de los estudios sobre el Priscilianismo” en op. cit., n. 2305, pp. 263-288; “Haeretici iure damnati. El proceso de Tréveris contra los priscilianistas (385) en op. cit., n. 2429, pp. 393-416; “El priscilianismo y Gallaecia: ss. IV y V. Apéndice: el debate historiográfico en torno al priscilianismo” en García Quintela, M. V. (Coord.), Las religiones en la historia de Galicia, La Coruña, 1996, pp. 251-294; “Igrexa e herexia en Gallaecia: o priscilianismo” en Pereira Menaut, G., Fernández Cerviño, M. X. (Coord.), Galicia fai dous mil anos, o feito diferencial galego, vol. 1, Lugo, 1997, pp. 279-322. 2432 The Making of a Heretic: Gender, Authority and the Priscillianist Controversy, Berkeley, 1995. 2433 “El priscilianismo tras Prisciliano. ¿Un movimiento galaico?”, Habis, 29, 1998, pp. 269-290. 2434 Vid. Núñez García, O., “Invasiones y cristianismo: repercusiones de la presencia sueva en la iglesia galaica del siglo V”, Gallaecia, 20, 2001, pp. 317-332. 440 Tesis Doctoral J. Vilella2435 estudió con gran rigurosidad las reacciones conciliares y las políticas imperiales frente al priscilianismo. Llegados al siglo XXI, destacamos el trabajo incesante de la propia M. V. Escribano Paño2436, especialmente focalizado en la legislación antiherética y en la constante actualización bibliografica sobre el priscilianismo. F. J. Fernández Conde2437 publicaba un trabajo de recapitulación de toda la problemática y A. Olivares Guillem volvía a preocuparse por las fuentes2438, antes de que viera la luz su conocido y exhaustivo trabajo sobre la trayectoria historiográfica del priscilianismo2439. D. Piay Augusto2440 trató de aproximarse al priscilianismo desde la arqueología en una labor indudablemente complicada. En sus perspectivas innovadoras, también protagonízó un acercamiento prosopográfico al priscilianismo2441. En los últimos años, definidos por la diversidad metodológica, S. J. G. Sánchez2442 se percató de las similitudes entre los “otros gnósticos” del Indiculus del Pseudo-Jerónimo y las doctrinas priscilianistas. 2435 Vid. “Priscilianismo galaico y política antipriscilianista durante el siglo V”, Antiquité tardive: revue internationale d'histoire et d'archéologie, 5, 1997, pp. 177-185; “Mala temporis nostri: la actuación de León Magno y Toribio de Astorga en contra del maniqueísmo-priscilianismo hispano”, Helmantica, 58, 175, 2007, pp. 7-65. 2436 “La disputa priscilianista” en Teja, R. (ed.), La Hispania del siglo IV. Administración, economía, sociedad, cristianización, Bari, 2002, pp. 205-230; “Obispos, herejes y leyes” en Alvar, J., Hernández Guerra, L., (Coord.), Jerarquías religiosas y control social en el mundo antiguo, Valladolid, 2004, pp. 553- 570; “Exilio, deportación y repatriación de heréticos en el siglo IV d. C” en Marco Simón, F., et al. (Coord.), Vivir en tierra extraña: emigración e integración cultural en el mundo antiguo, Barcelona, 2004, pp. 255-272; “Ley y terror: el fomento de la delación como medio de amedrentar a los maniqueos en las leyes teodosianas”, Studia Historica. Historia Antigua, 24, 2006, pp. 143-159; “Formas de violencia contra los heréticos en Codex Theodosianus XVI, 5. (De haereticis) en Bravo, G., González Salinero, R., (Coord.), Formas y usos de la violencia en el mundo romano, Madrid, 2007, pp. 69-92; “Las leyes contra los heréticos bajo la dinastía teodosiana (379-455) y su efectiva aplicación”, Mainake, 31, 2009, pp. 95- 113. 2437 “Prisciliano y el priscilianismo. Historiografía y realidad”, Clio & Crimen, revista del Centro de Historia del crimen de Durango, 1, 2004, pp. 43-85. 2438 “El corpus documental priscilianista: análisis y valoración”, Hispania antiqua, 26, 2002, pp. 211-234. Vid. también “Actitud del Estado romano ante el priscilianismo”, Espacio, Tiempo y Forma, Serie II, Historia Antigua, 14, 2001, pp. 115-127. 2439 Prisciliano a través del tiempo, Historia de los estudios sobre el priscilianismo, Madrid, 2004. 2440 “Arqueología y priscilianismo”, Hispania antiqua, 35, 2011, pp. 271-300. 2441 “Acercamiento prosopográfico al priscilianismo”, Antigüedad y cristianismo, 23, 2006, pp. 601-626. 2442 “Les priscillianistes ou les autres Gnostiques”, Emerita, 80, 1, 2012, pp. 125-148. 442 Tesis Doctoral Decíamos en el primer capítulo de nuestro trabajo que, partiendo de la idea de la existencia de un desacuerdo entre los participantes, cualquier cosa puede llegar a ser objeto de conflicto y éste puede eclosionar en cualquier tipo de relación social y en cualquier período de la historia de la humanidad. Así, en términos generales, se trata de una colisión o de una controversia de carácter diverso acontecida entre los distintos miembros de una agrupación de tamaño variable y con diferentes posibilidades conclusivas. Desde estas premisas, podemos afirmar que tanto los bagaudas como los circunceliones y el priscilianismo representan episodios de conflictividad social de carácter polémico (uso de violencia) y no agonal. Ahora bien, su definición compartida como “conflictos sociales” no debería en ningún caso ocultar sus marcadas diferencias bajo una cubierta de ambigüedad terminológica. Pasamos a continuación al análisis sociológico de sus particularidades haciendo uso de las diversas aportaciones teóricas reseñadas en el capítulo segundo. 7. 1. Bagaudas en el siglo III. ¿Conflicto real o irreal?: los bagaudas galos que se levantaron en armas en tiempos de Carino y que fueron sometidos por Maximiano Hercúleo no parecen haber actuado simplemente por la mera liberación de agresividad, por lo que descartamos que se trate de un conflicto irreal. No obstante, resulta muy difícil determinar sus objetivos concretos, elemento característico de los conflictos reales. La hipótesis de la usurpación vinculada con la defensa local frente al bárbaro no es inverosímil y tiene precedentes inmediatos constatados pero no hay datos suficientes como para corroborarla de una manera definitiva e incluso tenemos indicios para cuestionarla. También existe la posibilidad de que una serie de individuos, en un momento proclive CAPÍTULO 7. UN ANÁLISIS SOCIOLÓGICO Y COMPARATIVO 443 R. Serrano Madroñal para hacerlo, acaudillasen una tropa configurada por gentes rurales hastiadas de no poder cultivar parcelas de tierra devastadas. Con un afán de supervivencia y enriquecimiento, pudieron acabar saqueando campos y asaltando ciudades como latrones. En cuanto a la existencia de grupos de interés organizados o al rumbo manifiesto del conflicto, detectamos espontaneidad y oportunismo en un contexto turbulento de penetraciones externas y usurpaciones internas. Desde un punto de vista afectivo, no podemos destacar un componente especial de odio al antagonista, en un plano de conflictividad interna que representó más bien una amenaza para la unidad y el orden del Imperio. La rigidez del sistema social y su progresiva falta de flexibilidad ocasionó que las tensiones siempre desembocaran en tentativas de ruptura. Tampoco se perciben objetivos trascendentales ni metas impersonales, sino más bien todo lo contrario. La violencia del conflicto se contempla como única vía para la obtención del logro tanto por la parte de los insurrectos como por la parte de los nuevos poderes fácticos. En su condición de “conflicto puro” no se aprecia la posibilidad de la negociación, entablando una confrontación bélica de “suma cero” donde la victoria completa de los poderes imperiales (100) sería igual a cero si se resta la derrota total de los insurgentes (100). Sin duda, la insatisfacción o las necesidades de la tropa agrestium ac latronum tuvieron que ser elevadas para desencadenar una conducta conflictiva semejante, compartida por un número significativo de individuos (rusticorum multitudine) que llegaron a saquear una gran extensión de campos e intentaron asediar la mayoría de las ciudades. Sí identificamos la existencia de líderes (Amandus y Aelianus) como un factor esencial en los conflictos, capaz de incrementar los sentimientos de descontento a través de la proyección de un futuro mejor para el colectivo determinado. En relación al tamaño de las partes en conflicto, a la fracción de poder de la que disponen y de las expectativas con las que cuentan para obtener sus anhelos, podemos extraer de las fuentes que los bagaudas galos no tenían ninguna posibilidad de derrotar a los ejércitos de Maximiano si bien es cierto que la propia espontaneidad del levantamiento surgió en un momento de incertidumbre en el que todavía no se podía conocer el resultado del enfrentamiento entre Carino y Diocleciano. Los bagaudas no pudieron rebelarse contra un usurpador que todavía no había conseguido obtener el trono. Empero, la reacción del nuevo emperador a través de Maximiano fue contundente contra todo aquel que desafiase la homogeneidad del nuevo orden en construcción, que se encargó de imponer a los sometidos por la fuerza sus definiciones morales o cognoscitivas de la situación. 444 Tesis Doctoral Como consencuencia directa de la alta estimación del potencial de la parte victoriosa con respecto a sí misma y de la percepción negativa del débil potencial del antagonista, el resultado fue inevitablemente la contienda. Dicho todo esto, los bagaudas a los que derrotó el Hercúleo, así definidos por los incolae de la región a través de un apelativo céltico (no peyorativo) y ajeno a la lengua latina, tan sólo comparten con los bagaudas del siglo V el significante del vocablo. 7. 2. Bagaudas en el siglo V. Durante la primera mitad del siglo V asistimos a otro conflicto real de carácter interno con manifestaciones notorias en las Galias y en Hispania. El antiguo nomen bagauda ha sido adoptado por la lengua latina y ha visto transformadas sus connotaciones originales. Comenzando por sus objetivos concretos, Salviano de Marsella nos aclara que el descontento generalizado de buena parte de la población romana, y no sólo procedente de los estratos inferiores, motivó un verdadero proceso de huída hacia el enemigo bárbaro. Los bagaudas serían, en un contexto de penetración y usurpación que posibilitó esta salida, una de las dos tipologías en las que podríamos etiquetar a los tránsfugas que escapan de la sociedad imperial. Extraemos de toda esta información explícita que el objetivo concreto del bagauda es la propia fuga de un sistema social (romano) que no satisface sus demandas más básicas. Existe también un grado perceptible de espontaneidad y oportunismo, en tanto en cuanto los tránsfugas se aprovechan de un marco obviamente turbulento a nivel exterior e interior. No se detecta un componente especial de odio afectivo hacia el antagonista pero las actividades de saqueo orientadas más bien a la obtención de botín que garantiza la supervivencia y el enriquecimiento serán apreciadas por los poderes imperiales como una amenaza añadida que ha de ser necesariamente erradicada. Como ya se ha indicado, asistimos a otro ejemplo de tensión que desemboca en ruptura como consecuencia de la propia rigidez y falta de flexibilidad del sistema social bajo-imperial. No hay atisbo alguno en la documentación de la que disponemos de metas de carácter trascendental o impersonal en las acciones protagonizadas por los bagaudas. Se trata de otro “conflicto puro” y violento donde no hay cabida para la negociación. A diferencia de la confrontación con los enemigos bárbaros, el Imperio afrontó el combate contra los bagaudas como un “juego de suma cero” y no escatimó en emplear los recursos militares necesarios (ya sean contingentes romanos o federados) para aniquilarles por completo. 445 R. Serrano Madroñal Tenemos la seguridad de que las partidas de bagaudas galos e hispanos contaron con líderes (Tibatto, Eudoxius, Basilius). El hecho de que Aecio se viera en la necesidad de enviar ejércitos nutridos y comandados por oficiales experimentados para derrotarles nos fuerza a no despreciar su potencial (multitudinem Bacaudarum). El nomen bagauda, empleado en la lengua latina y griega durante el siglo V, es una designación de carácter abierto que hace referencia a todos esos tránsfugas considerados por el Imperio como rebeldes y perdidos. La amplitud del significado de esta etiqueta permite licencias y consideraciones subjetivas, dificultando enormemente una indagación precisa y objetiva sobre quiénes eran o no eran exactamente bagaudas. En este sentido, Zósimo registró el pasaje de los bagaudas alpinos, que bien podían ser habitantes naturales de los pasos montañosos que siguiendo las prácticas ancestrales de sus antepasados subsistieron mediante la extorsión y el bandidaje en un período dificultoso para las autoridades estatales. Sin embargo, tampoco podemos negar la hipótesis verosímil de que fueran forajidos del sistema. Las fuentes implícitas nos ayudan a establecer un vínculo entre la Armórica independiente y los tránsfugas bagaudas, entendiendo el espacio autónomo como polo de atracción para los fugitivos. Por su parte, en Hispania sólo pueden existir bagaudas tarraconenses ya que ésta era la única provincia en manos imperiales. Por último, el bagauda entendido como tránsfuga que no huye al bárbaro y se somete a él sino que mantiene una identidad específica no romana, pudo colaborar puntualmente con los “terceros” o agentes externos recién llegados (Basilio/suevos) o pudo cobijarse entre ellos (Eudoxio/Atila), pero también pudo defenderse de sus rapiñas o de los ataques de los bárbaros que actuaban al servicio del Imperio. 7. 3. Circunceliones. El conflicto social protagonizado por los circunceliones norteafricanos tuvo también un carácter real sustentado en una serie de objetivos concretos. Independientemente del tono social de algunas de sus acciones, sus móviles son difícilmente disociables del elemento religioso. Desde los primeros registros, los circunceliones aparecen denominados como agonistici y sus jefes se hacían llamar duces sanctorum. Las discrepancias entre los circunceliones y los jerarcas de la iglesia donatista no se pueden silenciar y existieron desde el principio, como muestra la primera intervención militar (Taurino) contra ellos. No obstante, a partir de los sucesos de Bagai en 347 y la represión macariana, siempre actuaron en el seno del cristianismo donatista frente a la unidad católica amparada por el Estado. Los circunceliones buscaron ante todo 446 Tesis Doctoral mantener la hegemonía del credo donatista allí donde pudieron mediante acciones intimidatorias frente a sus adversarios católicos en un contexto de enfrentamiento religioso entre dos concepciones divergentes del propio cristianismo. Un grupo de interés organizado, la iglesia cismática, pudo beneficiarse de la presión violenta ejercida por las partidas de circunceliones, sobreviviendo así varias décadas a pesar de los procedimientos estatales siempre encaminados a favorecer la ortodoxia nicena y a combatir la disidencia herética. La intolerancia religiosa avivó la hostilidad frente al antagonista y podemos apreciar en este sentido un agravante afectivo en el conflicto interno de la sociedad cristiana norteafricana. Bien es cierto que las autoridades imperiales se mostraron en este caso relativamente flexibles, garantizando la continuidad de la tensión sin una eclosión rupturista. Destacamos sin lugar a dudas las metas trascendentales e impersonales en las acciones de los circunceliones, apreciables en cualquier conflicto social de temática religiosa. Emplearon éstos una violencia intimidatoria contra paganos y católicos durante muchos años, recibiendo tan sólo una respuesta contundente por parte del Estado en tres ocasiones: 1) El empleo de soldados enviados por Taurino como consecuencia de las denuncias de los propios obispos donatistas antes de 347, donde los circunceliones fueron masacrados en el locus Octavensi. 2) Los soldados del comes Silvestre que fueron enviados para escoltar a Pablo y a Macario desencadenaron su ira contra los circunceliones que previamente habían atacado a varios de sus compañeros de armas. 3) Tras la Conferencia de Cartago de 411, la dureza de la represión legal se desplegó de un modo definitivo contra los circunceliones en particular y contra el donatismo en general, originando su paulatina desaparición. Observamos que el poder secular no quiso irrumpir bruscamente en una controversia sacramental y eclesiológica que enfrentaba a los cristianos del África romana, prolongando así la existencia del conflicto. Conocemos también la existencia de líderes entre los grupos de circunceliones, siendo los más conocidos Axido y Fasir, aunque toda la literatura antidonatista de Agustín está plagada de referencias a los principes circumcellionum y a la dirección que ejercían sobre ellos los propios clérigos donatistas. Los grupos armados de circunceliones podían sembrar el terror en sus asaltos frente a las comunidades católicas, sobre todo en los espacios rurales, pero nunca supusieron una amenaza para las fuerzas coercitivas del Imperio. De hecho, las escasísimas intervenciones militares contra ellos acabaron en “masacres” de circunceliones y su represión definitiva se llevó a cabo simplemente mediante una legislación implacable. 447 R. Serrano Madroñal 7. 4. Priscilianismo. Nos encontramos ante un conflicto real e interno que enfrentó a dos facciones divergentes en el seno de la iglesia hispana del siglo IV. Frente a las acusaciones de heterodoxia y al rescripto imperial de Graciano obtenido mediante la perspicacia de sus oponentes, el sector priscilianista reacciona tratando de reivindicar su ortodoxia católica en Roma y en Milán, donde lograron la anulación de una condena secular que les obligaba a abandonar sus iglesias y sus ciudades, expulsados de “todas las tierras”. En un primer momento, los objetivos de Prisciliano y su facción eclesiástica se reducen a probar la rectitud de su fe. Por su parte, los obispos antagonistas trataron de volver a conseguir una condena contra sus adversarios “heréticos”. La usurpación de Máximo se presentó como una oportunidad para la acusación, esperanzada con un cambio político que podía transformar la cómoda situación del sector priscilianista tras su “triunfo” en Milán. El nuevo emperador procedió con normalidad traspasando a la jurisdicción eclesiástica la resolución del conflicto a través de un sínodo en Burdeos. Si Prisciliano se hubiera sometido a la justicia episcopal como Instancio, tan sólo hubiera sido deportado y arrojado de la clericatura pero decidió apelar al príncipe, acelerando inconscientemente su propia ejecución por la condena de maleficium. El enfrentamiento entre grupos eclesiásticos en busca de la legitimación secular politizó indudablemente un conflicto de origen religioso. El ensañamiento de la acusación hasta las últimas consecuencias nos fuerza a contemplar un agravante afectivo y personal entre los obispos contendientes. Asimismo, la intolerancia religiosa y el componente trascendental de la discrepancia intensificaron la drasticidad del desenlace. Tampoco podemos obviar la hipótesis de los móviles económicos, procedentes de la confiscación de las propiedades de los reos en los procesos de Tréveris e indisolubles del contexto histórico imperante. Con respecto a la violencia del conflicto, el sector priscilianista padeció los ataques de la plebe emeritense y la propia violencia institucional de la pena capital y la deportación en la corte de Tréveris. Tenemos también otro caso conocido de violencia antipriscilianista en la muerte por lapidación de Urbica en Burdeos. Sin embargo, sólo hay un pasaje constatado de relativa violencia priscilianista: la expulsión de Ortigio de su sede episcopal. El azar y las propias decisiones de los obispos protagonistas determinaron unos hechos que pudieron haberse desarrollado de un modo muy distinto. Haciendo una reflexión de historia-ficción, sin el triunfo inesperado del usurpador Máximo y sin la apelación al 448 Tesis Doctoral mismo por parte de Prisciliano el destino del controvertido obispo de Ávila no hubiera sido el que conocemos. Prisciliano, como líder carismático de su facción eclesiástica, se convirtió en un verdadero mártir después de su ejecución, originando una fractura considerable en la iglesia hispana. Las ordenaciones de Sinfosio y Dictinio en Gallaecia multiplicaron las semillas del priscilianismo dentro de la propia iglesia peninsular y las condenas doctrinales del primer concilio toledano no pudieron erradicar una corriente que tuvo sus ecos hasta finales del siglo VI. Los conflictos por la readmisión de los arrepentidos enfrentaron a las facciones más tolerantes con las más intransigentes. Sabemos que en las primeras décadas del siglo V el priscilianismo se había extendido con profusión por el sur de las Galias y había recibido acogida entre las aristocracias más influyentes de la Tarraconense (Consent. Ep. 11*. 1). Siguiendo las informaciones de Toribio de Astorga, las epístolas de Montano y los dos concilios bracarenses, el priscilianismo mantuvo su arraigo en distintas partes de Hispania hasta prácticamente la unificación territorial de Leovigildo. 7. 5. Consideraciones comparativas. Todos estos conflictos sociales responden a una contraposición de intereses entre las partes enfrentadas y no son meras expresiones de hostilidad. Por esta razón podemos definir a todos estos procesos conflictivos como reales. Los objetivos más difíciles de determinar son los correspondientes a los bagaudas galos del siglo III, ya que no disponemos de fuentes que nos ayuden verdaderamente a esclarecerlos. La idea de la usurpación en estrecha conexión con la defensa local frente a las incursiones de los bárbaros, pero sobre todo la hipótesis de la tropa de gentes rústicas que actúan como latrones ante la imposibilidad de cultivar unas tierras devastadas parece más verosímil que la adjudicación de móviles muy posteriores que son fruto de un contexto sustancialmente diferente. Mientras que los bagaudas del siglo V aprovechan un momento oportuno para huir de una sociedad que no les aporta un balance suficiente de beneficios, los circunceliones combaten por la imposición de un cristianismo militante y rigorista de profundas raíces africanas en un marco de controversia cismática. Por su parte, la facción episcopal de Prisciliano ni tan siquiera busca el establecimiento de una nueva Iglesia basada en los preceptos del ascetismo y el carisma pastoral. Las rápidas acusaciones de sus adversarios que involucraron desde el inicio del conflicto a las autoridades imperiales forzaron a los acusados de herejía a luchar simplemente por mostrar su ortodoxia. 449 R. Serrano Madroñal En cuanto a la participación de grupos de interés organizados que imparten una dirección programada al rumbo del conflicto, es posible que la iglesia donatista se aprovechara de la violencia intimidatoria de los circunceliones para defenderse del acoso jurídico estatal, siempre partidario de la unidad católica (con la excepción de la etapa julianea). El sector priscilianista tuvo que contar con recursos notables y con partidarios poderosos, si creemos en las capacidades de soborno que nos ofrece S. Severo. Asimismo, las figuras más representativas de la iglesia del siglo IV no fueron partidarias del desenlace cruento y ya en la segunda década del siglo V, encontramos cripto-priscilianistas en el seno de las altas aristocracias tarraconenses que obstaculizan nuevos golpes antiheréticos. Un número apreciable de jerarcas de la iglesia hispana asumió el priscilianismo y no todos se arrepintieron por ello. Sin embargo, la casuística de los bagaudas del siglo V es diversa y su condición de fugitivos de la sociedad romana les ata a una serie de condiciones vinculantes: 1) Necesitan una oportunidad que les facilite su salida. 2) Las metas personales y el descontento individual determinan su decisión. La espontaneidad y la improvisación del proceso son claves para la comprensión del fenómeno. Detrás del levantamiento bagáudico del siglo III podrían esconderse intereses de usurpación o de defensa local autonomista, pero todo apunta a que un conjunto de individuos desamparados y con poco que perder se levantaron en armas en ciurcunstancias idóneas para hacerlo, siguiendo los pasos de sus caudillos y buscando la obtención de un logro difícil de alcanzar por otros medios. Bien es cierto que no disponemos de bases conclusivas para tales afirmaciones. El componente afectivo y el odio al antagonista, que siempre recrudecen los conflictos, parece más apreciable en el enfrentamiento trascendente y religioso norteafricano o en las intensas enemistades entre los bandos episcopales hispanos que en el conflicto bagáudico. La intolerancia religiosa a pequeña escala puede ser un canal de transmisión de odio más profundo que un enfrentamiento internacional a gran escala que pone de manifiesto los desajustes internos de un sistema social muy rígido que no es capaz de sostener tensiones sin rupturas. La escala de violencia, la dimensión y la drasticidad de estos conflictos no es en ningún caso equiparable. El conflicto bagáudico del siglo V se enmarca en un contexto geopolítico enormemente turbulento, donde se conectan fenómenos distintos como la penetración externa, la usurpación interna y la eclosión del descontento social mediante las acciones de los tránsfugas. Las tentativas autonomistas de los territorios más acosados por los bárbaros y el afán de supervivencia y enriquecimiento de las gentes que padecían las dificultades de una vida en la frontera pudieron haber condicionado el episodio bagáudico del siglo III, cuando el término céltico no tenía connotaciones sociales. Los precedentes inmediatos 450 Tesis Doctoral del Imperio Galo no pueden obviarse pero A. Víctor dice claramente que fueron Aelianus y Amandus quienes levantaron una revuelta protagonizada por campesinos que no parece contar con soldados ejercitados. Las diferencias con respecto a la dimensión del enfrentamiento son absolutamente visibles. Los bagaudas del siglo III tuvieron que ser derrotados por ejércitos imperiales comandados por el césar Maximiano, y los bagaudas del siglo V exigieron el envío de tropas regulares romanas o federadas. Empero, los circunceliones fueron totalmente masacrados por una escolta militar en dos ocasiones y su desaparición definitiva se obtuvo simplemente a través de normas jurídicas contundentes y disuasorias. No obstante, nótese que las fuentes emplean el término multitudo para referirse igualmente a bagaudas del siglo III (Jerónimo, Próspero de Aquitania, Jordanes), bagaudas del siglo V (Hidacio) y circunceliones (Optato, Agustín), e incluso para designar a la muchedumbre “priscilianista” que forzó a Sinfosio a ordenar obispo a su hijo Dictinio. Sin duda, este término ambiguo que significa “gran número” pero también “vulgo” no nos ayuda a especificar con rigurosidad el volumen exacto del contingente. El priscilianismo nunca exigió el empleo de fuerzas armadas estatales. Es cierto que la controversia no estuvo carente de episodios violentos como las ejecuciones de Tréveris o la muerte de Urbica, pero la propia concepción espiritual del priscilianismo imposibilitó el desarrollo de una militancia violenta que actuara en “el siglo”. La insatisfacción en el plano de las oportunidades vitales está muy presente en los conflictos bagáudicos, no así en las metas más trascendentes de la controversia cismática norteafricana o de la pugna priscilianista. Es obvio que existen registros de actuaciones de circunceliones en contra de la usura, ejerciendo un patrocinio sobre esclavos y deudores pero nada de esto se puede desvincular de sus creencias religiosas. Aparte, el donatismo nunca fue la “iglesia de los pobres” ni atentó contra los pilares de la política o la sociedad bajo-imperial. Fue el propio rigorismo de las prácticas de los circunceliones, en materia social o en cuestiones relacionadas con el martirio voluntario, lo que motivó el enfrentamiento y las principales discrepancias entre éstos y los obispos donatistas. Por su parte, la corriente priscilianista y todo lo que representaba pudo generar una animadversión notoria en las facciones más conservadoras de la Iglesia, pero es innegable que insignes figuras del cristianismo más ascético también les acusaron de desviaciones heréticas, aunque nunca aceptaran la violencia secular del desenlace. Si el Estado hubiera contemplado al priscilianismo como una verdadera amenaza social, Máximo no hubiera otorgado la responsabilidad del enjuiciamiento a un sínodo episcopal y si Pirsciliano no hubiera apelado al poder regio nunca hubiera sido sentenciado a la pena capital. 451 R. Serrano Madroñal Todos estos conflictos estuvieron capitaneados por líderes que dotaron de una cierta organización, homogeneidad y cohesión a sus facciones, incrementando así la entidad del enfrentamiento. Es posible que en el caso de los bagaudas galos del siglo V, fueran los líderes de la Armórica independiente los que ofrecieron una cierta dirección a estos tránsfugas. En cuanto a las capacidades para imponer sus metas frente al antagonista, podemos destacar que los bagaudas fueron derrotados militarmente en campañas definidas para la ocasión, los circunceliones desaparecieron progresivamente tras la férrea aplicación de la legislación antiherética honoriana y el priscilianismo tras Prisciliano subsistió en las sombras de la Gallaecia sueva y de la Hispania visigoda hasta finales del siglo VI como doctrina perseguida y herética para el catolicismo. Sin embargo, si tenemos en consideración cuáles fueron sus verdaderos objetivos, se puede observar que los bagaudas del siglo III protagonizaron campañas de pillaje que no pudieron ser contrarrestadas hasta la llegada de las tropas de Maximiano. Los bagaudas del siglo V supieron también aprovechar su oportunidad para escapar del sistema romano y obligaron al Estado a emplear unos recursos añadidos para combatir esta situación. Las acciones de los circunceliones y la paciencia del propio Estado en relación a sus ataques prolongaron la vida del donatismo norteafricano muchas décadas. También el carisma de Prisciliano dio vigor a un movimiento que no desapareció con su muerte, sino que salió fortalecido, creando una situación casi cismática en las filas de la jerarquía episcopal hispana. 453 R. Serrano Madroñal Presentamos a continuación las conclusiones y las propuestas historiográficas que responden básicamente a los objetivos planteados por la investigación. El carácter interdisciplinar y las aportaciones del análisis lexicológico y sociológico nos han permitido establecer algunas consideraciones conclusivas sin perder el marco de las limitaciones existentes, proponiendo líneas interpretativas que pueden ser consideradas en futuros trabajos. Los epígrafes que exponemos en este capítulo final son el fruto de la síntesis y la compilación de ideas ya expresadas a lo largo de toda la Tesis. 8. 1. Bagaudas en el siglo III. En un contexto de luchas internas por el poder y penetraciones bárbaras, nos decía A. Víctor que Aelianus y Amandus levantaron en la Galia a una tropa agrestium ac latronum, aprovechando la salida de Carino y sus ejércitos en 285. Los incolae, es decir, los habitantes locales o indígenas de la región los llaman Bagaudas. Los bagaudas saquearon una gran extensión de campos, e intentaron asediar la mayoría de las ciudades, por lo que Diocleciano decidió enviar a Maximiano a las Galias, un hombre semiagrestem pero de probada lealtad y excelentes condiciones para comandar ejércitos. En su campaña, Maximiano pacificó toda la Galia en poco tiempo y se impuso militarmente frente a unos enemigos dispersados o derrotados en una guerra en la que destacó Carausio, un menapio conocido por sus hazañas. Los panegiristas coetáneos de la corte del Hercúleo en Tréveris hablaban de “aquel mal”, que semejante a “monstruos biformes” se produjo en “estas tierras”. CAPÍTULO 8. CONCLUSIONES Y PROPUESTAS 454 Tesis Doctoral Destacando en la misma escala la represión y la clemencia que empleó el César Maximiano contra los ataques de estos ignari agricolae, ataviados como militares, nos relataban que hicieron uso de labradores como infantería y de pastores como caballería, e imitaron al enemigo bárbaro devastando sus propios cultivos. Los panegiristas no tienen intención de detenerse más tiempo en relatar esta campaña menor, que el propio Maximiano, repleto de humildad y de amor a la patria, prefirió olvidar. Inmediatamente después de haber aplacado aquel deplorable furor, Maximiano tuvo que enfrentarse a una gran invasión de pueblos bárbaros que penetraron con gran ímpetu en las Galias. Esta muchedumbre de rusticani que dieron a su factio el nombre de “bacaudas” fue asociada por Paeanius con “tiranos locales”. Existe un gran volumen de fuentes posteriores que preservaron esta información histórica sin grandes modificaciones. Asimismo, las leyendas hagiográficas acabaron tergiversando profundamente los datos expuestos, convirtiendo a aquella tropa agrestium ac latronum en mártires cristianos estrechamente vinculados con la passio de San Mauricio y la “Legión tebana”. 1. El episodio de Materno es un hecho demasiado alejado en el tiempo (187) como para poder considerarlo un precedente. Además, el protagonismo absoluto en este caso de los desertores del ejército, que tienen por objetivo la eliminación física del propio Cómodo, no tiene paralelismos con las acciones de los bagaudas del 285. 2. El legendario Bulla Felix y su tropa de bandidos itálicos, esclavos fugitivos, libertos imperiales, pretorianos, seguidores de usurpadores o gentes que habían sido castigadas tras las guerras civiles que acabaron entronizando a la dinastía severiana, tampoco parece un antecedente de los bagaudas. 3. El fenómeno de la usurpación y la defensa local frente al bárbaro son causas obvias del origen del Imperium Galliarum. Las ciudades amenazadas se ven obligadas a fortificarse y toman partido por los diferentes candidatos, en un contexto bélico donde las tropas regulares y sus ansias de botín son determinantes. El asedio de Autun (269) sólo puede ser explicado dentro de este marco histórico de enfrentamiento entre el Imperio Galo y el poder central. Victorino empleó siete meses en sitiar la plaza hasta que pudo ser tomada y saqueada por sus tropas. El propio saqueo y la obtención de botín por parte de los ejércitos era un hecho crucial para el emperador “galo” si quería continuar recibiendo el apoyo de fuerzas armadas plenamente capaces de erigir y asesinar a estas autoridades efímeras. Resulta más verosímil aceptar contingentes de bátavos al servicio de Victorino saqueando Autun que retrotraer bagaudas a un registro anterior a través de la modificación de una fuente primaria. 4. Aureliano no pudo concentrar sus esfuerzos para obtener la rendición de Tétrico y reintegrar definitivamente los territorios del Imperio Galo hasta 274. 455 R. Serrano Madroñal No obstante, desaparecido el poder autonomista, Aureliano y sus sucesores tuvieron que seguir enfrentándose en la Galia a las tentativas de usurpación y a las correrías de los bárbaros. La omnipresencia de estos dos elementos marcó completamente la historia de las Galias hasta el primer registro de los bagaudas en 285. 5. Carino se encontraba en Roma cuando tuvo que marchar hacia Oriente en 285 para defender su legitimidad como sucesor de Caro y para combatir dos usurpaciones: la de Sabino Juliano y la de Diocleciano. 6. La batalla del Margus se produjo en julio de 285 en Moesia. Hay indicios suficientes como para pensar que el ejército de Carino era más numeroso que el de su oponente, si bien es cierto que la lealtad de sus contingentes era muy cuestionable. Probablemente fue esa deslealtad la que decantó la balanza a favor de Diocleciano y no un choque militar que parecía estar ganando Carino. Todo esto nos mueve a pensar que el grueso de los ejércitos occidentales fue movilizado por esta confrontación. 7. Para que una usurpación tenga garantías y expectativas de éxito, debía contar necesariamente con un número de tropas suficiente como para imponerse a sus rivales. El hecho de que los caudillos Aelianus y Amandus fuesen dos y se levantaran sin el apoyo de un ejército nutrido obstaculiza la propia idea de la usurpación. Además, no hay consenso en el campo de la numismática sobre la veracidad de unas monedas supuestamente acuñadas por estos individuos. 8. Paeanius asocia la expresión τυράννους ἐπιχωρίους al concepto de “bagaudas” y no a sus líderes. Además, resulta muy difícil identificar si ese paréntesis responde a una explicación fundada en un mayor conocimiento de causa o bien se trata solamente de una deducción espontánea. 9. No parece lógico que Carino abandonase a su suerte las fronteras septentrionales de la Galia y algún tipo de presencia militar tuvo que encargarse de frenar las acometidas de los bárbaros, pero las fuentes destacan en los bagaudas la ignorancia de la técnica militar. Si hubiesen sido desertores luchando por su cuenta o al servicio de alguna usurpación los relatos quizás hubieran sido diferentes. 10. El carácter local y rural de esta tropa es inequívoco. Se les define como agrestes, gentes procedentes del campo que se comportan como salteadores y bandidos. 11. No hay ningún dato que vincule a los bagaudas de 285 con la Armórica. Sí hay una mención que aproxima sus ataques con el área de Tréveris, al NE de la Galia. 12. Independientemente de la retórica puesta al servicio del panegírico, se nos habla de labradores y pastores. No obstante, no se registra ninguna información sobre móviles de carácter social. 456 Tesis Doctoral 13. Es verosímil que aprovechando una situación de vacío de poder, una serie de individuos naturales de las devastadas regiones septentrionales de las Galias acaudillasen a las poblaciones rurales locales y les hiciesen ver que saquear los campos era más fácil y lucrativo que trabajarlos. 14. Maximiano hizo uso de la represión pero también de la clemencia. Esta información nos permite pensar que una parte de los bagaudas abandonaron sus prácticas de pillaje cuando se restableció la autoridad imperial en la región. Fueron sometidos o dispersados en una campaña militar donde destacó Carausio. 15. El Hercúleo derrotó a los ignari agricolae en el mismo verano de 285, preparándose para afrontar problemas de mayor importancia como la estabilización de la frontera renana. 16. Observamos que el punto de conexión entre el ciclo hagiográfico de San Mauricio y la transformación de los bagaudas en fervientes cristianos es una creación literaria pleno-medieval que funde y entremezcla en un único relato diversas informaciones sobre Maximiano y sus campañas en la Galia contra los bagaudas, las persecuciones posteriores contra los cristianos y los martirios asociados. No parece necesario incidir, después de lo expuesto, en que toda la documentación medieval nos ofrece unos contenidos totalmente alterados desde un punto de vista historiográfico que no se corresponden en absoluto con las informaciones más cercanas cronológicamente. 8. 2. Bagaudas en el siglo V. Ya hemos argumentado en su momento, que resulta perfectamente posible que las tropas de Saro se vieran forzadas a entregar el botín para poder atravesar rápidamente los pasos hacia Italia sin contraer bajas. Otra cuestión a tratar sería la naturaleza y el carácter de ese contingente de “bagaudas”. Sin duda, la esencia de su acción no difiere nada en absoluto de las prácticas habituales del bandidismo indígena tradicional y secular de la región. Sabemos que el interés romano en los Alpes se articuló en torno a dos ejes concretamente definidos: asegurar las comunicaciones a través de los pasos y explotar las minas de oro. Es plausible suponer que tras el abandono de las explotaciones mineras y en un contexto de usurpación y de debilidad del gobierno imperial resurgieran prácticas ancestrales de supervivencia. Por otro lado, no podemos obviar que Zósimo es un autor griego de finales del siglo V e inicios del VI que vivió en Constantinopla durante el reinado de Anastasio I. En sus seis libros de la Nueva Historia registró informaciones desde el período augusteo hasta el 457 R. Serrano Madroñal saco de Roma de 410. Su obra se nutrió notoriamente de fuentes griegas precedentes como Eunapio y Olimpiodoro. Con una concepción polibiana y abiertamente pagana, Zósimo usó un término (bagauda) probablemente tomado de Olimpiodoro, que se convirtió durante el siglo V en una herramienta usual de designación especialmente ambigua. Expuestos los pasajes de Salviano, absolutamente esenciales para cualquier estudio sobre los bagaudas del siglo V, extraemos algunos puntos básicos de información. 1. Este texto no es un ejemplo de suma objetividad historiográfica, sino más bien un sermón de un sacerdote católico plenamente convencido de que los pecados de los malos cristianos del Imperio romano han desencadenado un castigo divino. No obstante, sus críticas hacia la corrupción del aparato administrativo imperial y hacia los abusos fiscales cometidos contra una parte importante de la población romana están totalmente confirmadas en muchas otras fuentes coetáneas. 2. La huída de individuos romanos hacia las filas de los bárbaros o los bagaudas (son dos opciones marcadamente diferenciadas) es una práctica habitual no sólo atribuida a las gentes más humildes. Conocemos los padecimientos de las élites urbanas en un contexto de evidente decadencia de las antiguas ciudades autónomas y de creciente centralización estatal. 3. Agotada la primera opción (huír a los bárbaros), Salviano profundiza en la segunda (la conversión del romano en bagauda). Confirma que esta elección ha sido más destacable en Hispania y en Galia pero no niega que existan bagaudas en cualquier otro lugar del Imperio. 4. La condición de bagauda implica la desvinculación del romano con su antigua naturaleza jurídica. 5. “Bagauda” es tan sólo un nomen atribuido por los romanos a aquellos individuos que han abandonado su antigua condición de súbdito y contribuyente del Imperio. Es plausible que este término de origen céltico, a través de un proceso de préstamo lingüístico, hubiera pasado al latín y al griego mucho tiempo después, adoptando connotaciones sustancialmente diferentes. Por las palabras de Salviano, podemos suponer que este nombre implicaba rebeldía, desesperación o desdicha. De hecho, la ambigüedad de la etiqueta queda manifestada cuando el autor reconoce que se les designa igualmente como rebelles y perditos. 6. La causa principal por la que los romanos huyen y se convierten en bagaudas sería para Salviano la malicia y arbitrariedad de los jueces y la voracidad de los recaudadores de impuestos, movida a su vez por la corrupción generalizada del sistema tributario. 458 Tesis Doctoral 7. El propio sistema administrativo imperial abusa tanto de sus contribuyentes que les fuerza a abandonar su condición de romanos, pasando a ser bagaudas. El bagauda acaba sobreviviendo de un modo muy similar al de los bárbaros “invasores”, es decir, a través del pillaje y del saqueo. 8. Salviano concluye el pasaje analizando la tercera opción, integrada por quienes deciden continuar siendo súbditos y contribuyentes del Imperio. Éstos continuarán soportando la peor de las esclavitudes por debilidad y por necesidad a juicio del sacerdote. 9. El présbitero no dice ni una sóla palabra que pueda asociar a los bagaudas con algún tipo de móvil religioso, sea pagano, católico o herético. En función de las informaciones que nos transmite esta fuente, da la impresión de que la conversión del romano en bagauda es una vía de escape para alejarse de una penosa situación. No parece ser una meta con objetivos definidos ni alternativas planificadas. 10. Un mismo significante no tiene por qué implicar un mismo significado y quizás deberíamos comenzar a disociar de algún modo la tropa agrestium ac latronum a la que los incolae galos de 285 llamaron Bagaudas de los Bacaudae (rebelles y perditos) de Salviano a mediados del siglo V. Quizás sea un error imputar a los bagaudas del 285 unos contextos de causación propios del 407/454. El préstamo léxico, fenómeno totalmente habitual entre “lenguas en contacto”, explicaría la adaptación de la forma fonética original a la fonología de la lengua receptora sin interpretación ni traducción. Ha de tenerse en cuenta que el lenguaje es una herramienta de uso cotidiano y cuando surge un nuevo fenómeno necesitamos darle un nombre. Cuando la lengua latina y la griega tuvieron la necesidad de nombrar una nueva realidad acudieron a una palabra procedente de otra lengua. Seguramente, el significado original en lengua céltica de “bagauda” no tenía mucho que ver con rebelles y perditos pero a ojos de los romanos cultos que habían leído los ecos de Aurelio Víctor, aquellos “bagaudas” sí fueron rebelles y perditos. En 435, la Galia Ulterior se separó del Imperio romano siguiendo los pasos de Tibatton, líder de la rebelión, arrastrando desde el principio a casi toda la servidumbre de las Galias que conspiraba en la Bagauda. En 437 Tibatton fue apresado, y sofocada la insurrección, se neutralizó la agitación encadenando a los principales por un lado, y ejecutando por otro al resto de los bagaudas. Para el año 448, nos presentan a Eudoxio, versado en medicina, de inteligencia perversa pero ejercitada, que tras haber dirigido y excitado a la bagauda en aquel tiempo, huyó encontrando refugio entre los hunos. Concluido el análisis y la contextualización de los textos sobre las bagaudas hispanas podemos extraer las siguientes conclusiones: 459 R. Serrano Madroñal 1. Así como no se puede extrapolar la información que nos ofrecía Salviano de Marsella a la tropa agrestium ac latronum con la que tuvo que enfrentarse Maximiano en 285, sí podemos atribuir el perfil trazado por el sacerdote galo-romano a los bagaudas hispanos del siglo V. De hecho, el mismo autor (coetáneo) dejó constancia de la existencia de bagaudas hispanos, aparte del relato hidaciano. 2. La crónica de Hidacio es parca en sus informaciones y no nos proporciona ningún dato con respecto a las causas de sus acciones. Haciendo uso de Salviano, entendemos que “fue naturalmente la iniquidad romana la que movió a gran parte de los hispanos a abandonar su condición de romanos”. Muchos huyeron hacia las filas de los bárbaros, otros se convirtieron en bagaudas. 3. Hidacio redactó su crónica no muchos años después de Gubernatione Dei y adoptó del mismo modo el nomen “bagauda”, para designar a estos rebelles y perditos. 4. Los episodios protagonizados por bagaudas en Galia (ca. 435-448) y en Hispania (ca. 441-454) coinciden plenamente desde un punto de vista cronológico, otorgando mayor verosimilitud a lo expuesto por Salviano. 5. A diferencia de Salviano, Hidacio (igualmente un sacerdote católico, aunque no procediera del entorno rigorista y ascético de Lerins) no parece mostrar ningún tipo de comprensión hacia los bagaudas. Se limita a registrar las intervenciones de los generales enviados por Aecio para derrotarles. 6. Si aceptamos que los bagaudas son aquellos romanos que huyen de su propia condición por diferentes adversidades, es lógico que sean “tarraconenses”, puesto que el control del resto de las provincias hispanas se había perdido. Independientemente del debate historiográfico que expusimos en su momento sobre la ubicación exacta de los “aracelitanos”, todo parece apuntar a que éstos se hallaban en torno al valle y al río Araquil, no muy lejos de Pompaelo, en un lugar de paso en la calzada que unía Asturica Augusta con Burdigala. Teniendo en cuenta que este territorio estaba integrado dentro de la Tarraconense, los bagaudas aracellitanos serían también tarraconenses. 7. Es cierto que Plinio ya mencionó a los aracelitanos en su Naturalis Historia junto a otros pueblos estipendiarios de la Hispania Citerior. La supuesta identidad vascona de esta región ha generado una asociación entre bagaudas y vascones pero en este sentido apreciamos dos contradicciones: no parece que los aracelitanos hubiesen habitado el territorio más septentrional y montañoso de la Vasconia histórica como para contemplarles como indígenas escasamente romanizados y si así lo fuesen, Hidacio probablemente no hubiera empleado el nomen bagauda para designarles. 8. Ya hemos mencionado que la huída de individuos romanos hacia las filas de los bárbaros o los bagaudas (son dos opciones marcadamente diferenciadas) era una práctica habitual no sólo atribuida a las gentes más humildes. Por tanto, no tiene por 460 Tesis Doctoral qué extrañar que Basilio, de orígenes distinguidos, tuviera capacidad para congregar a los bagaudas y dirigirles en diversas campañas de saqueo. También Eudoxio, versado en medicina y caudillo de bagaudas en la Galia, podría proceder de una familia distinguida si optamos por imaginarle como a Galeno. No obstante, hay que tener presente que podría ser del mismo modo un antiguo esclavo que recibió instrucción en medicina en un valetudinarium u hospital militar. 9. El hecho de que Basilio y los bagaudas acaben con el obispo de Tyriasso y con el destacamento de federados que protegía la ciudad no implica en absoluto ningún tipo de móvil religioso pagano o herético. Asimismo, si los bagaudas hubieran actuado siguiendo algún tipo de precepto cristiano, Hidacio o Salviano (sacerdotes católicos) lo hubiesen destacado muy probablemente. Téngase en cuenta a su vez que Requiario en 449 es católico. 10. La colaboración entre Basilio y los suevos es exclusivamente puntual y responde a una hostilidad compartida frente al poder imperial. Identificar un “frente común anti- romano” sería una simplificación que nos alejaría de la compleja realidad histórica. Apréciese que quienes derrotan definitivamente a los bagaudas tanto en Galia como en Hispania son bárbaros federados paganos o cristianos arrianos al servicio del Imperio católico romano. Si enlazamos las informaciones explícitas de Salviano de Marsella y de la Chronica Gallica con las implícitas del Querolus, R. Namaciano, Sidonio Apolinar, Merobaudes y Constancio de Lyon, podemos alcanzar las siguientes conclusiones: 1. Entre 407/409, La Armórica y otras provincias galas imitaron el ejemplo britano, librándose del mismo modo de los bárbaros, expulsando a los magistrados romanos e instituyendo formas autónomas de gobierno. 2. Esta Armórica independiente, desde un punto de vista político, judicial, religioso y cultural, se caracterizó por un considerable grado de indigenismo céltico y por ciertas prácticas de inversión social, hasta la intervención del Prefecto del pretorio de las Galias, Exuperancio en 415/417. 3. En 435 se produce en la misma región una nueva rebelión secesionista dirigida por Tibatton y es ahora cuando se registra la Armórica como polo de atracción para casi toda la servidumbre de las Galias que conspiraba en la bagauda. 4. En 437, Litorio y los jinetes hunos acaban con la insurrección. Tibbaton fue apresado y muchos bagaudas fueron ejecutados poco antes de que este ejército marchase hacia el sur para enfrentarse con los visigodos y en su trayecto devastase mediante pillaje la Arvernia. 461 R. Serrano Madroñal 5. Años después, y a pesar de los méritos de pacificación que Merobaudes atribuye a Aecio en 446, las “orillas del Loira” volvieron a levantarse otra vez, moviendo quizás a Mayoriano a defender Tours y generando una expedición punitiva ejecutada por los catafractos alanos del rey Goar. Parece que el obispo Germán de Auxerre se compadeció de los bagaudas/armoricanos y protagonizó un viaje hacia la corte para evitar su castigo pero el levantamiento de Eudoxio neutralizó su arbitraje y se entiende que este territorio fue duramente reprimido, obligando a Eudoxio a cojijarse entre los hunos. 6. Suponemos que los bagaudas fueron aniquilados en 448, probablemente por los alanos federados de Goar, pero no sabemos qué tipo de acuerdo alcanzó el Imperio con los armoricanos, que aparecen como unidades auxiliares en la batalla de los Campos Cataláunicos (451) frente a las huestes de Atila (Iord. Get. 36. 191) junto a francos, sármatas o alanos, burgundios, sajones, francos ripuarios, liticiani (quizás britanos o bien laeti) y olibriones, “antiguamente soldados romanos y ahora integrados en las tropas auxiliares”, además de otros numerosos pueblos de la Céltica y la Germania. 7. A pesar de las prácticas de inversión social de la Armórica independiente y regida por el ius Gentium, no hay constancia explícita de que los romanos convertidos en bagaudas huyeran a estos territorios entre 407/409 y 415/417. 8. Sí existe vinculación explícita entre la secesión armoricana de Tibatton (435-437) y los bagaudas, que pudieron encontrar allí un espacio de acogida. También existe esta vinculación entre Eudoxio, que dirigió y excitó a los bagaudas hasta 448 y una nueva revuleta armoricana. 9. No existe ni un solo indicio documental que nos pueda hacer pensar que los bagaudas galos del siglo V compartían algún tipo de móvil religioso cristiano. Es más que probable que en los bosques armoricanos de este período primara la tradición céltica pagana aunque esto tampoco nos permite atribuirles de manera homogénea credo alguno. 8. 3. Circunceliones. Para ofrecer una contextualización coherente e inteligible sobre los circunceliones norteafricanos no sólo debemos rastrear y profundizar en acontecimientos anteriores como el cisma donatista. Consideramos obligatorio establecer un análisis previo y de algún modo retrospectivo sobre los pilares originarios del propio cristianismo africano. 462 Tesis Doctoral Reconsiderando el importantísimo pasaje de Optato, podríamos extraer algunas conclusiones: 1. El hecho de que Constante envíe a dos comisionados a la Numidia en 347 con grandes sumas de dinero para distribuir entre los pobres y promover a su vez la unidad de la Iglesia no es un acto inocente ni altruista. Es comprensible que el donatismo apreciase esta acción como un soborno para mermar sus contingentes. 2. El obispo Donato de Bagai desplazó pregoneros a los lugares más próximos y a todos los mercados e invitó a los Circumcelliones agonisticos a concurrir a un lugar prefijado. Consideramos que acudió a los mercados porque éstos eran espacios de gran concentración semanal que reunían a gentes dispersas procedentes de distintos enclaves rurales. Por su parte, sin entrar todavía en cuestiones etimológicas es obvio que el término circumcelliones es un apodo. También son obvias las connotaciones bíblicas y ciprianeas del vocablo de origen griego agonisticos. Αγών en griego significa certámen (olímpico, ístmico, nemeo, pítico) en estrecha vinculación con los grandes juegos, contienda o disputa en sentido competitivo y figurado. No obstante, la transmisión del Nuevo Testamento en griego y el empleo metafórico de esta palabra y del lenguaje vinculado con las competiciones helenísticas por el “apóstol de los gentiles” Pablo de Tarso, modificó sustancialmente su uso. Queda así demostrado que esta retórica paulina procedente del mundo de las competiciones helenísticas y el orgullo de sufrir la persecución, ya sea por parte de príncipes paganos o traditores debía estar muy presente en estos Circumcelliones agonisticos que sin duda tenían puntos de encuentro con la religiosidad del obispo donatista de Bagai, puesto que como sabemos, acudieron a su llamada para oponerse al soborno de Constante y sus comisionados, pronto escoltados por los soldados del Comes Silvestre. 3. Optato interrumpe su narración para explicarnos, mediante un excurso, quiénes eran este tipo de gentes. Antes del edicto de unidad (347), solían deambular por todos sitios acaudillados por Axido y Fasir, dos figuras de onomástica indígena que reciben el apelativo de sanctorum duces. Sabemos que el rigorismo de los donatistas sostenía que la Iglesia debía pertenecer a los “santos” y no a los “pecadores”. Por tanto, podemos considerar que estos circunceliones “pre-macarianos” o anteriores al asalto del 347, ya estaban imbuidos de un espíritu donatista. 4. En la enumeración de sus acciones, contempladas con horror por Optato, se hace bastante incidencia en sus amenazas manuscritas contra los acreedores. No obstante, debemos tener en cuenta que la literatura veterotestamentaria cuenta con numerosas condenas contundentes contra la usura. Habría que matizar que estas condenas sugieren que aprovecharse de los pobres con ánimo de lucro es un pecado, pero especifican que estas prácticas no serían tal pecado si son ejercidas fuera de la 463 R. Serrano Madroñal comunidad religiosa (fuera de sus hermanos israelitas). La ausencia de citas explícitas al respecto en el Nuevo Testamento y la situación completamente distinta a la que tuvieron que enfrentarse los cristianos del siglo IV, que ya no eran miembros de una comunidad reducida sino integrantes de una Iglesia universal promovida por el propio Estado romano, generó controversias interpretativas en este sentido. 5. En cuanto a la alteración de las relaciones de dominio entre señores y esclavos, apreciamos en el Antiguo Testamento un tratamiento análogo. La esclavitud es un pecado dentro de la comunidad israelita, pero no fuera de ella. Es plausible que el rigorismo bíblico de aquellos circunceliones pre-macarianos les moviera a posicionarse radicalmente contra la usura y a promover la igualdad entre amos y esclavos, siguiendo estos controvertidos preceptos escriturarios. 6. Fueron los propios obispos donatistas los que escribieron cartas a Taurino para que reprimiese a estos hombres a los que ellos eran incapaces de corregir. Así pues, quedan manifiestas las divergencias de pensamiento y actuación ya antes de 347 entre los jerarcas cismáticos y los circunceliones. Taurino envió soldados a los mercados, donde su ira solía ondear, siendo más fácil atacarles en un lugar de concentración. 7. El locus Octavensi no era un encalve urbano sino un enclave rural. Para entender la asociación entre enclaves rurales y nundinae recomendamos un excelente artículo de Shaw donde deja claro que en el norte de Africa en este período también existían mercados rurales con una periodicidad quincenal, como espacios igualmente de concentración de poblaciones habitualmente dispersas susceptibles de agitación. La intervención armada de Taurino y sus hombres convirtió a los circunceliones pre- macarianos ejecutados en mártires a los que se les seguía dando culto en tiempos de Optato, varias décadas después. De nuevo, la jerarquía cismática discrepó ante la práctica de enterrarles en el interior de las basílicas, y en el caso de la diócesis rural del locus Subbulensi se prohibió. Esto nos ofrece otro episodio de divergencias entre el alto clero donatista y los circunceliones. 8. Tras el excurso, Optato regresa a los acontecimientos del 347, reconociendo que el número de circunceliones se incrementó tras el asalto de Taurino. Parece que los circunceliones no guardaban rencor a todos los obispos donatistas a pesar del hecho precedente, puesto que acudieron a la llamada de Donato de Bagai. Quizás este obispo cismático no sentía discrepancia alguna frente a estos grupos a diferencia de otros compañeros de otras diócesis. 9. Optato tiene un interés evidente en exculpar a las tropas del comes Silvestre y se esfuerza en demostrar que fueron los propios circunceliones los que motivaron la intervención violenta. El obispo católico hace una alusión a sus prácticas de martirio voluntario y a sus suicidios desde lo alto de los precipicios pero no podemos identificar 464 Tesis Doctoral con claridad si esta referencia se explica por lo que él veía en sus días o si por el contrario, los circunceliones ya habían adquirido estos hábitos antes de 347. 10. La multitud de circunceliones concentrada por el obispo Donato de Bagai convirtió la basílica en casi un granero público, aparentemente preparados para resistir un asedio. El hecho de que Optato nos hable de metatores implica que los soldados enviados por Silvestre se dispusieron a levantar un campamento cercano, para lo que necesitaban previamente reconocer el terreno y efectuar un informe favorable. Muy probablemente, los metatores encomendaron a varios jinetes la labor de exploración y fueron éstos (dos o tres hombres), los que padecieron el ataque (de los circunceliones) que motivó la venganza de toda la unidad de combate (todo a juicio de Optato). 11. Toda esta represión que desencadenó un nuevo edicto de unidad por parte de Constante multiplicó el número de mártires donatistas y quedó firmemente fijada en el recuerdo más profundo de los cismáticos. Desde 392, Agustín de Hipona concentrará en sus invectivas antidonatistas un enorme volumen de información, un tanto reiterativa, sobre las acciones de los circunceliones. De todos sus relatos podemos extraer los siguientes contenidos: 1. Si los donatistas les recuerdan a los católicos el episodio de la represión macariana del 347, los católicos también pueden exponer la crueldad de los circunceliones. Deberían abstenerse “los vuestros” (donatistas) de aterrar a los católicos con las partidas de circunceliones. En 393, Agustín incluye la primera referencia sobre los bastones (fustes-Israeles) que empleaban los circunceliones como armas, reincidiendo en sus violencias cotidianas contra los católicos norteafricanos. Asimismo, insinúa que los donatistas aceptan a estas cuadrillas por necesidad, ya que su presencia amenazante era la que les mantenía en el poder en ciertas regiones. La combinación entre estas informaciones y el hecho de que los circunceliones denominasen “Israeles” a sus fustes nos mueve a considerar que sus acciones violentas eran contempladas por ellos mismos como “justos castigos” en connivencia con preceptos bíblicos. 2. Tenemos un ejemplo explícito del origen de una serie de individuos que acaban formando parte de los circunceliones: un antiguo subdiácono católico de la iglesia spaniense, de nombre Primo, al que le fue prohibido volver a acercarse al convento de las sanctimoniales, acabó siendo alejado de la clericatura por menospreciar los sanos y ordenados preceptos. Irritado Primo contra la disciplina de Dios, se pasó a los donatistas y fue rebautizado. También dos sanctimoniales concolonas suas que pertenecían a la misma iglesia católica se pasaron a los donatistas, arrastradas o bien siguiendo a Primo, y fueron del mismo modo rebautizadas. Ahora están con las partidas de circunceliones, integrando esas manadas vagabundas de mujeres que no desean tener maridos por no someterse a disciplina, donde la soberbia se regocija en 465 R. Serrano Madroñal detestables bacanales vinolentas, celebrando que les hayan autorizado esa licenciosa y perversa conducta que la Iglesia Católica les prohibía. 3. Incitó Agustín a los donatistas a que se cuestionasen el padecimiento que tienen que tolerar los católicos por parte de los circunceliones, soportando sus matanzas e incendios y su veneración por los cadáveres de los suicidas que se despeñan. 4. Buscando neutralizar los argumentos donatistas que defendían que su iglesia sólo estaba integrada por los “puros”, el obispo católico siempre pondrá sobre la mesa a los circunceliones y a Optato de Thamugadi para mostrarles que ellos también toleran “impuros” dentro de su partido. Aconseja a sus fieles que no se comporten como furiosos circunceliones, que no se ensañen contra los paganos allí donde no tienen poder y que no busquen la muerte de propia iniciativa. 5. Aludiendo a los estragos que los frenéticos jefes de “vuestros circunceliones” y las mismas catervas de los vinolentos y furiosos han producido desde el principio de vuestro cisma y no cesan de producir, nos permite poner en relación la Passio Marculi sacerdotis donatistae con la práctica de los circunceliones, tantas veces denunciada, de precipitarse desde lo más alto de las colinas alcanzando el martirio al seguir los pasos de Márculo y Donato de Bagai, ambos teóricamente ejecutados desde lo alto de un precipicio (Márculo) y desde lo alto de un pozo (Donato de Bagai). 6. El hecho de que los circunceliones llegaran a bautizar o a rebautizar no implica que ocupasen ningún cargo eclesiástico puesto que también en la Iglesia católica se contempla la posibilidad de que en caso de necesidad y en ausencia del ministro ordinario, cualquier persona pueda y deba bautizar en el nombre de Cristo. 7. Asumía Agustín que el clero donatista negaba que éstos fuesen sus compañeros aunque realmente (a su juicio) son sus fustes los que alivian al escaso número de vuestro grupo y con su ayuda os mantenéis seguros contra las leyes romanas. 8. Con el afán de desacreditar los argumentos y la imagen de sus oponentes, trata de asociar permanentemente a los circunceliones con el donatismo en su conjunto, llegando a decirle a Petiliano que llevando una vida de bandidos os jactáis de morir como mártires. 9. A inicios del siglo V, les describe en sus bacanales con mujeres solteras, vagabundean, juegan, beben, pernoctan, y ya no sólo aprenden a cimbrear sus bastones, sino a blandir el hierro y a manejar la honda. Reconoce que hay católicos que les hacen frente, pero justifica sus acciones, al igual que Pedro desenvainó la espada por el nombre de Cristo. Los circunceliones de inicios del siglo V también combatían la usura y se oponían a las diferencias entre libres y esclavos, siguiendo a su manera el precepto paulino, del mismo modo que a mediados del IV. Asímismo, el patrocinio del que nos habla Agustín encuentra algunas semejanzas con el patrocinio 466 Tesis Doctoral militar que registraba Libanio en Siria y es una práctica común en muchas partes del Imperio en dicho período. 10. Considera Agustín que los donatistas emplean a los circunceliones como ariete contra sus oponentes católicos. Del mismo modo, extralimitando sus funciones, los donatistas se lanzan a derribar los templos paganos valiéndose de las locuras de los circunceliones 11. Son para él bandas enloquecidas de jóvenes borrachos con cabecillas nombrados por los donatistas. No obstante, cuando los mismos donatistas son informados de sus crímenes, fingen no conocerles o afirman que no hay vinculación entre ellos, tratando de ocultar lo que todo el mundo sabe. Para Agustín es una actitud profundamente hipócrita la de los obispos cismáticos frente a las fechorías de los circunceliones donatistas. 12. Un concilio de Cartago del año 404 imploraba el socorro del emperador Honorio contra los donatistas que fuesen delatados a causa de sus violencias, haciendo mención explícita de los circunceliones. 13. Nótese que, a pesar de la intencionalidad crítica de Agustín, suele mencionar la coexistencia de circunceliones y sanctimoniales. Probablemente, el autor busca condenarla e insinuar que podría existir acercamiento sexual entre ambos, pero asimismo, esta conexión nos podría ayudar a contemplar a los circunceliones como individuos “dedicados a Dios”. 14. En 405 son presentados como provistos de horrendas armas, vagandundean con actitud amedrentadora perturbando la paz de la Iglesia y de los hombres, allanando las casas de los sacerdotes católicos en ataques nocturnos. Las despojan y atacan con fustes a sus moradores, los hieren a filo de espada y los abandonan medio muertos. Además, con un nuevo estilo criminal, ahora derraman sobre los ojos de sus víctimas una mezcla de cal y vinagre, optando por arrancarles la visión de una manera lenta y agónica. Primeramente empleaban sólo cal, pero al apreciar que los atacados recobraban la vista, añadieron el vinagre. 15. El hecho de que los ataques de los circunceliones llenaron de quejas los archivos públicos y desencadenaron la legislación honoriana de 405 parece confirmado. 16. En un argumento repetitivo, vuelve Agustín a vincular las muertes voluntarias de los circunceliones desde los precipicios con la ejecución de Márculo. No obstante, en uno de sus pasajes introduce una idea novedosa: los obispos donatistas prohibieron esta práctica y la condenaron en sus concilios. 17. Justificando las leyes represivas de las autoridades católicas, considera que un médico debe perseguir la enfermedad para extirparla, y con ese mismo objetivo, esta 467 R. Serrano Madroñal legislación es una reprimenda curativa contra la crueldad y la violencia donatista, instrumentalizada a través de vuestros circunceliones, guardias asistentes de vuestros clérigos. 18. La violencia de los circunceliones no se frenó en 405 como consecuencia de estas leyes represivas sino que fue en aumento. Precisamente por esto, se querellan contra Genaro, que pese a la dureza de las leyes vive, como todos los jerarcas donatistas, seguro en sus posesiones y en las ajenas mientras que los católicos son atormentados y cegados por vuestras gentes armadas. 19. Cuando los católicos detienen a algún circuncelión, tratan de reintegrarles en la unidad de la Iglesia sin causarles ningún tipo de molestia, dejando marchar a los más obstinados. Sin embargo, reconoce que algunos laicos se portan con ellos como con los bandidos. Como es obvio, los ataques de los circunceliones a veces tenían respuestas contundentes, algunos eran apresados y presentados ante los jueces. Aun así, éstos no renuncian a su conducta de bandoleros y exigen honores de mártires. 20. En 407/408, muchos donatistas se están reintegrando en la comunión católica, incluso entre los mismos circunceliones, presionados por las leyes imperiales. Sin embargo, a fines del 409 se lamentaba del pillaje de los clérigos donatistas y circunceliones que devastan las iglesias de tal modo que los crímenes de los bárbaros quizás sean más tolerables. 21. El autor católico no acepta que los donatistas se amparen en la autoridad del mártir Cipriano de Cartago para justificar su sacrilegio. No obstante, Agustín asume que Cipriano fue partidario de iterar el bautismo si no era impartido en la verdadera Iglesia, por lo que prefiere enfocar su defensa del mártir desde su amor hacia la unidad. 22. En otra confirmación de las discrepancias existentes entre el clero donatista y los circunceliones, Agustín relata que cuando Macrobio llegó a Hipona para comenzar su mandato como obispo donatista, fue recibido y escoltado por los escuadrones de circunceliones con sus cánticos de Deo laudes, levantando la voz como una trompeta de guerra para cantar sus latrocinios. Según pudo enterarse por testigos presenciales nuestro autor, al día siguiente los circunceliones se sintieron heridos por las reprimendas que les lanzó Macrobio por medio del intérprete púnico, ya que se manifestó más irritado contra sus acciones que deleitado por sus obsequios. Así, se retiraron de la reunión con demostraciones furibundas. 23. Con respecto al ya mencionado patrocinio ejercido por parte de los circunceliones en relación a estos campesinos alzados o a esos esclavos fugitivos, nuestra fuente considera que simplemente huyen y buscan su protección los que entre nosotros rehúsan acatar la disciplina. No es la primera vez que Agustín presenta al donatismo y 468 Tesis Doctoral a las partidas de circunceliones como espacio de acogida para los transgesores de la esfera social y de la Iglesia católica africana. 24. Los católicos, dice Agustín, reprendemos a vuestros circunceliones, por sus desenfrenos y soberbias demencias, aun cuando las ejerzan contra algunos de los más malvados. Esto parece probar que no todas las acciones de los circunceliones estuvieron dirigidas contra “inocentes”. 25. Era obvio que tras un siglo de inacción o de políticas represivas esporádicas, el Estado se había decidido a concluir definitivamente con este conflicto, con un resultado esperado: la condena de los donatistas. Concluida la conferencia, Agustín escribía una epístola dirigida al propio tribuno y notario Marcelino, que presidió dicha convocatoria. A fines del 411, este Marcelino ya estaba juzgando en Cartago a aquellos circunceliones y clérigos donatistas de Hipona culpables de diversos crímenes. En esta tesitura, Agustín le ruega que no sea excesivamente duro y les perdone la vida; rechazando la ley del talión, recomienda que simplemente se les reprima de su loca inquietud o que se les ocupe en alguna empresa útil. 26. Las analogías apreciables entre las informaciones que ofrece Agustín sobre los giróvagos católicos y los circunceliones ya han sido expuestas. No obstante, no es verosímil que los donatistas (que no entienden ni aceptan el término “monje”) contaran con “monjes” entre sus filas. Así pues, el credo donatista de estos individuos parece confirmado; la condición de giróvago está plenamente asociada a la de monje y a nuestro juicio este último término ha de ser descartado. Sí es cierto que los monjes eran designados también como milites Christi, término que sí acogían con agrado los circunceliones. 27. Vosotros (católicos) les llamáis así (circunceliones) con nombre afrentoso, porque nosotros no les llamamos de ese modo. Ellos (donatistas) les llaman agonísticos. 28. Podemos extraer que determinados propietarios de fincas, seguramente donatistas, cobijaban a los grupos de circunceliones en sus posesiones. No obstante, sabemos que la propia iglesia donatista contaba también con fincas y a veces incluso las invadía, como vimos en el caso de Siervo, obispo católico que denunciaba esta situación. 29. A nuestro juicio, no se puede emplear el término ordo para referirse a los circunceliones puesto que, por ejemplo, tampoco existe un ordo de los comerciantes y sin embargo aparecen tipificados. Por su parte, tanto los illustres, como los spectabiles y clarissimi configuran distintos grados de un mismo ordo (senatorial). Asimismo, los circunceliones ya eran viejos conocidos por las autoridades municipales e imperiales. De hecho, el edicto del tribuno Marcelino les menciona de una manera explícita tan sólo un año antes, forzando a los propietarios de fincas que les cobijan a 469 R. Serrano Madroñal reprimir su insolencia absoluta. No hay ambigüedad en sus términos y quizás tampoco exista en esta ley imperial (16.5.52). Por supuesto, no todos los illustres, spectabiles, senatores, clarissimi, sacerdotales, principales, decuriones, negotiatores o plebei eran donatistas. Esto ha llevado a considerar que no todos los circunceliones eran donatistas y que las fuentes católicas se han encargado de manipular el término de un modo tendencioso. Sin duda el debate está abierto, pero téngase en cuenta que un edicto del año precedente también hacía referencia a los circunceliones, empleando el término con las mismas connotaciones explícitas que Optato o Agustín. Por otro lado, las cláusulas que se presentan a continuación del grueso de la ley también han sembrado una gran controversia historiográfica. ¿Los “mencionados herejes”, de la primera cláusula son los circunceliones? Respondiendo a la pregunta, sabemos que muchos propietarios de tierra donatistas, así como la propia iglesia cismática les cobijaron en sus fincas, con lo cual no es inverosímil que el Estado presione a los administradores de las fincas (conductores y procuratores) para que se presenten los herejes y afronten sus multas. De hecho, también se contempla la posibilidad de que “estos herejes” se encuentren en las fincas imperiales, donde parece más difícil que se cobijaran los circunceliones. Por tanto, también es verosímil que la cláusula se esté refiriendo a pequeños campesinos donatistas libres que trabajaban en esas fincas bajo la supervisión de los administradores (conductores, procuratores o incluso domus nostrae homines en el caso de las fincas de propiedad imperial). En torno a la cláusula segunda, se ha llegado a barajar que estas “esposas” serían las esposas de los circunceliones, pero para sostener esta difícil afirmación hay que asegurar que existían circunceliones asépticos, sustancialmente distintos de los circunceliones/agonísticos que nos presentan todas las fuentes. Con respecto a la tercera cláusula, también se ha llegado a afirmar que esas posesiones susceptibles de confiscación serían también de los circunceliones, algo aún más difícil de sostener para nosotros. En la cuarta y la quinta cláusula, se aclara que los esclavos y los colonos no pagan penalizaciones económicas en tanto en cuanto son personal dependiente, por lo que reciben numerosos latigazos en caso de mantenerse en la herejía donatista. Por tanto, los circunceliones no podían ser esclavos ni colonos dependientes. Del mismo modo, se confirma que la iglesia donatista no sólo poseía basílicas y espacios de reunión sino también fincas. 30. A inicios del 417, Agustín enviaba una misiva a Bonifacio, el comes Africae que rivalizó posteriormente con Aecio. Bonifacio le había pedido con anterioridad a Agustín que le informase sobre las diferencias entre arrianos y donatistas. El obispo de Hipona le respondía y en un pasaje concreto de la carta le confiesa que él tan sólo quería leyes 470 Tesis Doctoral imperiales que les protegiesen de las violencias donatistas, nunca buscó una ley donde los emperadores decretasen el fin de la herejía. De algún modo se declara más partidario de la antigua legislación que impuso Teodosio (más moderada) e incluso propone aplicar esta contundente y reciente ley sólo en las regiones donde la Iglesia sufra la violencia de clérigos o de circunceliones o de multitudes populares donatistas. Parece reconocer, ahora, que este azote no afectaba a “toda África”. 31. En 418, los católicos africanos soportaban sus “restos” con la paciencia de Dios. Asegura el autor que todo el mundo conoce a esta clase de hombres turbulentos en sus horrendos crímenes, ociosos y ajenos a todo trabajo útil, los más despiadados asesinando a otros, los más viles dándose muerte a sí mismos, sobre todo aterrorizando en los campos, dejándolos vacíos, merodeando por los graneros rurales en busca de comida, de donde recibieron el nombre de circunceliones, deshonra de los errores africanos. Este texto neutraliza la ambigüedad del término cellae, y nos aclara que la denominación afrentosa de circumcelliones (que ellos no aceptaban) se vincula con las cellae rusticanae. La causa de sus merodeos en torno a las cellae rusticanae sería abiertamente la búsqueda de sustento alimenticio (victus sui). 32. Continúa Agustín reconociendo que para esas fechas (419/422) ya quedan pocos circunceliones, gracias a que tanto el error cismático como el furor de éstos se han tipificado como delito legal. Muchos antiguos circunceliones están ahora sometidos al orden de la disciplina y se dedican a cultivar los campos, habiendo perdido el modo de actuar y el propio nombre de circunceliones, se han hecho útiles, observan la castidad y mantienen la unidad. Muchos otros donatistas de toda condición también se están pasando a la Iglesia Católica. 33. Nos cuenta Posidio que los donatistas tenían en casi todas sus iglesias una clase inaudita de hombres violentos y perversos que deambulaban bajo la falsa apariencia de profesión de continencia y eran llamados circunceliones. Su ingente número se repartía por cuadrillas por casi todas las regiones africanas. Impregnados por maliciosos instructores de la fe, de audacia soberbia y temeridad ilícita, no se refrenaban hasta el momento ni con los suyos ni con los demás. Los que no se doblegaban ante sus exigencias recibían gravísimos daños e incluso la muerte, porque iban equipados con diversas armas arrojadizas en violentas correrías por los campos y las villas hasta alcanzar sin temor el derramamiento de sangre. Mas como la palabra de Dios era predicada con diligencia, ellos sojuzgaban sin razón a los portavoces de la unidad. Cuando la verdad fue conocida contra los errores de su dogma, muchos que querían y podían, sustrayéndose del partido donatista, se incorporaban a la paz y unidad de la Iglesia. Por eso, ellos, al ver las congregaciones de su error disminuidas en número, y mirando con envidia la dilatación de la Iglesia, ardiendo profundamente, avivados por la ira, protagonizaron persecuciones intolerables contra los que se confinaban en la unidad eclesiástica, atacando mediante agresiones diurnas y 471 R. Serrano Madroñal nocturnas a los sacerdotes y ministros católicos, sometiéndolo todo a la rapiña. Muchos siervos de Dios quedaron incapacitados por causa de sus agresiones; también a algunos les vertieron en los ojos cal y vinagre; a otros les asesinaron. Por estos excesos crecía del mismo modo el rechazo entre los propios donatistas rebautizadores. 34. A nuestro juicio, el edicto de Hunerico no es una prueba de que existiesen circunceliones católicos; es más bien una prueba de la enorme influencia del extinto Imperio romano Occidental en el reino vándalo, sobre todo en materias como la acuñación de moneda, titulatura y simbología, y por supuesto, legislación. 35. El texto de Casiodoro ha de interpretarse como una crítica a los monjes giróvagos, que no son capaces de asentarse en comunidad siguiendo las pautas de una regla. Ya desde los orígenes del monacato, la regla de Pacomio estableció la obligatoriedad del trabajo como medio de subsistencia. Agustín se hacía eco de toda esta controversia en De opere monachorum. Asimismo, téngase en cuenta el contexto de creación de la obra, que coincide plenamente con la naciente implantación de la regla de Benito de Nursia y su ora et labora. Lo más interesante del pasaje es el proceso de transformación que experimentó el término “circuncelión”. Un autor itálico, más de un siglo después de que los circunceliones africanos fuesen acosados por el peso de la ley llegando a su práctica desaparición hacia el 419/422, emplea la misma palabra como sinónimo de monje giróvago, sin ninguna connotación herética o donatista. 36. Sin duda, al igual que Casiodoro, Isidoro construyó su pasaje haciendo uso de los trabajos de Agustín de Hipona. Empleando informaciones que aparecen en su De opere monachorum, el arzobispo hispalense mezcló a los circunceliones con los giróvagos católicos de Cartago a los que el autor africano denunciaba por negarse a trabajar y a afincarse en una sede concreta sujeta a una regla. Tanto Casiodoro como Isidoro de Sevilla malinterpretaron claramente dos obras de Agustín y sellaron involuntariamente la identificación posterior entre circunceliones y monjes giróvagos. Es cierto que los circunceliones siempre fueron asociados con su condición errabunda, como los giróvagos; no se les conoció ningún trabajo útil y vivían junto a las sanctimoniales, consagrados a Dios en combate contra el diablo (agonistici). No obstante, nunca hubiesen aceptado el apelativo de “monje”, del que se burlaban. El obispo de Hipona nunca mencionó a los circunceliones en De opere monachorum, donde realmente reprendía a los giróvagos católicos que estaban ensuciando el buen nombre de los monjes. En su comentario al salmo 132 opone “monjes” a “circunceliones”, no les identifica; pero quizás fue esta oposición la que estrechó los vínculos interpretativos entre los “malos monjes” y los circunceliones. 37. Como puede comprobarse, en las Etymologiae Isidoro tomó la información del indiculus del Pseudo-Jerónimo, de manera casi textual. Sin embargo, ahora sí considera que los circunceliones son herejes donatistas, dejando de ser monjes giróvagos. 472 Tesis Doctoral 38. Sin entrar en la abundante o nula originalidad de Beato, por mucho que se quiera defender que el comentario ticoniano es la base estructural del trabajo del monje hispano, es evidente que este pasaje está tomado de las Etymologiae de Isidoro de Sevilla y de ecclesiasticis officis. Por tanto, a nuestro juicio no se puede atribuir sin reservas este pasaje a Ticonio, autor donatista que sí conoció perfectamente a los circunceliones históricos. El único fragmento de Beato en este texto que sí parece ticoniano y no isidoriano sería la alusión a sus peregrinajes en torno a los sepulcros de los mártires (donatistas), práctica confirmada por Agustín. 39. En relación a la extendida hipótesis historiográfica que identifica circunceliones con trabajadores agrícolas itinerantes, si atendemos a la terminología específica, podremos apreciar que estas turmas messorum no son las turbae de circunceliones. Agustín de Hipona siempre empleó la palabra turba y nunca turma. Asimismo, dificílmente los falcifera o portadores de hoces pueden asociarse con la recolección de la aceituna. Por último, un ductor o jefe de cuadrilla no es un conductor o procurator. En el contexto del edicto de Honorio (CTh. 16.5.52), los conductores eran arrendatarios y administradores de fincas que cobraban los arriendos de los campesinos que allí trabajaban. Los procuratores eran administradores de fincas imperiales. 8. 4. Priscilianismo. 1. El gnosticismo era un conjunto de creencias filosóficas y religiosas sincréticas tan heterogéneas que Jerónimo nos hace un gran favor especificando el tipo de gnosticismo del que cree que se le acusó a Prisciliano. Sin duda, viendo la diversidad y las contradicciones de los heresiólogos que nos hablan del gnosticismo de Basílides, es prácticamente imposible hacerse con una idea sólida de lo que fue su verdadera doctrina. De todos modos, Jerónimo mantiene una postura bastante prudente en relación con la heterodoxia de Prisciliano en el primero de sus registros, reconociendo que pocos años después de su muerte contaba aún con detractores y defensores. 2. Las escrituras que Ceretio le habría proporcionado a Agustín para que le sacase de dudas eran sin duda de los priscilianistas. Pese a la seguridad con la que el norteafricano sostiene su afirmación, reconoce que sólo ha podido leer uno de los dos códices que recibió. Nos relata que admiten al mismo nivel tanto las Escrituras canónicas como las apócrifas, e incluso lo que va contra su doctrina lo interpretan de acuerdo con sus perversidades. A continuación, el autor expone la idea de que los priscilianistas, tras la muerte del heresiarca y la condena de sus posturas, ocultaban su fe desviada cuando estaban en público, predicando incluso la fe católica para encubrir su verdadera naturaleza. Puede que haya herejes más inmundos que los priscilianistas, pero para Agustín ninguno puede compararse a éstos por su falsedad. Añade incluso 473 R. Serrano Madroñal que en la misma nefanda doctrina de su herejía, los priscilianistas mantienen el precepto de mentir, con el objetivo de ocultar sus dogmas. Y llegan a realizar falsos juramentos con tal de mantener en secreto su error. Quienes les conocieron en profundidad pero acabaron alejándose de esta secta, liberados por la misericordia de Dios, todavía recuerdan las mismas palabras que usaban por preceptos: “Jura, perjura, pero no reveles el secreto”. Bajo su punto de vista, atribuyen al mismísimo Cristo un apócrifo que deja como un mentiroso al Unigénito, pero no le sorprende viniendo de estos herejes seductores de la mente. 3. Severo, a diferencia de Jerónimo, no define a Máximo como un usurpador y emplea el término Imperator. Es más, le considera en algunos aspectos un hombre muy bueno, pero que fue corrompido por los consejos de algunos sacerdotes después de la ejecución de Prisciliano. Según esta fuente, ya se rumoreaba en aquel período que sus deseos de avaricia se habían depositado sobre todas esas propiedades a confiscar. Parece ser que Máximo poseía excelentes virtudes pero entre ellas no se hallaba precisamente la ausencia de codicia. También reconoce Sulpicio Severo que las arcas estatales se encontraban exhaustas en aquel momento, y el posible estallido de una contienda contra Valentiniano II o contra Teodosio exigiría sumas importantes para afrontar el esfuerzo bélico. Apreciamos que Máximo pudo acompañar con más sangre su lucha contra el priscilianismo pero la mediación del obispo turonense consiguió evitarlo. 4. Después del análisis de las actas del Primer Concilio de Toledo, podemos extraer que las enseñanzas doctrinales de Prisciliano quedaron difundidas después de su ejecución en 385 en buena parte del episcopado hispano, hasta tal punto de generar principios de cisma. Tras la contundente reacción conciliar, muchos recularon y se reintegraron en la ortodoxia, pero no todos. La provincia de Gallaecia se convirtió en todo un foco de irradiación del priscilianismo como consecuencia de las múltiples ordenaciones de Sinfosio y Dictinio, que multiplicaron sus semillas. Con respecto a los elementos seguros de su ideario, parece confirmado (por las confesiones de Sinfosio y Dictinio) que los priscilianistas hicieron uso de apócrifos, creyeron en la innascibilidad de Cristo y mantuvieron una visión del alma humana como esencia divina. 5. La asimilación entre Marcos el gnóstico y Marcos de Menfis presenta dificultades cronológicas. Aunque Ágape y Helpidio no hubiesen sido discípulos directos de Marcos sino de su doctrina, la hipótesis es difícil de aseverar. 6. Severo asegura que fue la inconstancia de los obispos la que permitió el desenlace cruento, ya que ellos debían haber promulgado sentencia, o bien si se oponía a ser condenado en ausencia, debían haber reservado la audiencia ante otro sínodo; pero nunca debieron permitir que la causa de unos crímenes tan manifiestos fuese a desembocar en un juicio secular en la corte. 474 Tesis Doctoral 7. Consideraba Martín de Tours que ya era más que suficiente la expulsión de los herejes de la clericatura, decretada por un sínodo, y que el hecho de que una causa de la Iglesia fuese juzgada mediante un proceso secular era un precedente cruel, nefasto e inaudito. 8. La muerte de Prisciliano, lejos de reprimir la herejía que había hecho brotar, la consolidó y la propagó más extensamente. Sus seguidores, que en principio le honraban como santo, comenzaron a venerarle como un mártir. Los cuerpos de los ejecutados fueron conducidos de vuelta a las Hispanias, celebrando pomposos funerales. Incluso jurar por Prisciliano fue considerado como un acto de extrema observancia religiosa. 9. En su celo antiherético, la legislación imperial tiene muy claro que su cometido es la defensa a ultranza de la ortodoxia nicena, pero no tiene ningún interés en matizar las diferencias entre las distintas desviaciones heréticas. Así pues, el propio Estado romano combatió al priscilianismo como al resto de herejías durante el primer tercio del siglo V mediante la marginación, impidiendo que los seguidores del fallecido Prisciliano (siempre que fuesen identificados como tales) pudiesen legar testamento, y evitando que contasen con espacios de reunión. Asimismo, no se les admitió en el ejército aunque tampoco se les eximió de sus deberes con las curias municipales o con la milicia cohortal. 10. Mencionando la rectificación de Sinfosio y de Dictinio, Inocencio I reprendió al sector intransigente de la iglesia hispana por ocasionar la ruptura de la paz eclesiástica negándose a aceptar la reintegración de los antiguos priscilianistas. 11. En palabras de Agustín, los priscilianistas, muy parecidos a los maniqueos, suelen ayunar el domingo y se justifican con un pasaje de los Hechos de los Apóstoles , donde Pablo de Tarso partió el pan entre sus discípulos el primer día de la semana (domingo), pero alargando el discurso y la enseñanza hasta la medianoche sin llegar a comer. 12. Según Orosio, Prisciliano, más miserable aún que los maniqueos, confirmó también su herejía a partir del Antiguo Testamento. Enseñó que el alma, que nace de Dios, progresa desde un depósito, declara ante Dios que combatirá y es instruida por los ángeles. Descendiendo a través de unos círculos, es capturada por principados malignos y empujada hasta cuerpos diversos siguiendo la voluntad del príncipe vencedor e inscrita en éstos como compromiso. Del mismo modo, afirmó que la perniciosa influencia de los astros prevaleció hasta que Cristo acabó con esta atadura en la cruz mediante su pasión. Citando en teoría palabras textuales de Prisciliano, nos habla del primer círculo de Dios, y del compromiso inicial de distribuir las almas en la carne, que está en manos de los patriarcas, con el consenso de Dios y de los ángeles. No obstante, las almas también padecían con posterioridad las ataduras de la milicia zodiacal, generando una disputa interior entre los principados del siglo y las 475 R. Serrano Madroñal disposiciones de los santos. De aquí transmitió que los nombres de los patriarcas eran miembros del alma, con Rubén en la cabeza, Judá en el pecho, Leví en el corazón, Benjamín en los muslos, etc. Frente a éstos, los signos astrales estaban dispuestos en los miembros del cuerpo, aries en la cabeza, tauro en el cuello, géminis en los brazos, cáncer en el pecho, etc. Además, consideró que las tinieblas fueron eternas y que el príncipe del mundo procedía de las mismas. Del mismo modo que Agustín en su epístola 237, Orosio reincide en el uso que hacían los priscilianistas del himno apócrifo Memoria apostolorum, donde el salvador era interrogado por sus discípulos en secreto. Haciendo alusión a sus posturas no trinitarias, Orosio advierte que eliminaban la conjunción “y” de la fórmula, y predicaban que Padre, Hijo, Espíritu Santo era Cristo único. Sólo si creemos a Orosio (que a diferencia de otros autores antipriscilianistas sí pudo tener un contacto directo con esta doctrina) podemos apreciar influencias gnósticas y maniqueas en el priscilianismo. 13. No duda Agustín en definir los postulados no trinitarios del priscilianismo como un resurgir del antiguo dogma sabeliano. No obstante, muestra su alarma sobre el hecho de que esto se haya combatido con los libros de Orígenes, puesto que la enfermedad ha de erradicarse con la cura y no con una nueva enfermedad. 14. Asocia Jerónimo la infamia de Prisciliano en Hispania con la facción de Manes, probablemente estimada por los pelagianos, en tanto en cuanto todos reivindicaban la posibilidad de alcanzar la perfección libre de pecado. Señala al gnosticismo de Basílides como antecedente directo del priscilianismo, corriente de la que ya no quiere hablar más, condenada por la espada secular y por la autoridad de todo el orbe. Aunque Jerónimo fue informado sobre el priscilianismo igual que Agustín por el propio Orosio, nunca tuvo contacto directo con esta corriente. 15. Sobre Urso, no fue Zósimo especialmente explícito y se limitó a decir que su “error” no había sido enmendado. Sin embargo, con respecto a Tuentio afirma claramente que “ojalá tan sólo fuesen evidentes sus costumbres muy depravadas y no añadiese también la superstición prisciliana”. La difusión del priscilianismo por la Diocesis Septem Provinciarum es un hecho confirmado por Sulpicio Severo. 16. El hecho de que Consencio actuara a petición de Patroclo de Arlés implica una aseveración: 1. El priscilianismo ya “devastaba” también las Galias y era un problema preocupante para la ortodoxia sudgálica. Consencio encomendó a Frontón emprender una lucha contra los mencionados priscilianistas, que brotaban por Hispania de tal modo que parecían los únicos inmunes entre tantos bárbaros. Todo parece indicar que Consencio, a instancias de Patroclo de Arlés, ideó un plan para detectar a los priscilianistas: Frontón debía hacerse pasar por hereje para entrar en contacto con estas comunidades heréticas que permanecían ocultas. 476 Tesis Doctoral Sin duda este documento, desconocido hasta la publicación de Divjak en 1981, pone de manifiesto que hacia el 419 el priscilianismo pervivía oculto dentro de la propia iglesia católica hispana cobijado por las más altas esferas y no sólo en la Gallaecia rural dominada por bárbaros paganos o arrianos sino también en la mísmisima y muy romana Tarraconensis. 17. En respuesta a Consencio, Agustín escribió su tratado contra la mentira entre 419- 421. En primer lugar, el obispo de Hipona felicita a Consencio por su celo antiherético pero a continuación le reprende por emplear la mentira como herramienta para detectar priscilianistas ocultos. Mentir es algo propio de priscilianistas, y no debería ser imitado por los fieles católicos. Éstos que a través del ejemplo de sus apócrifos creen que el propio Cristo también fue un mentiroso no pueden contagiar con sus prácticas a los ortodoxos. 18. Teniendo en cuenta que Filastrio de Brescia no incluyó a los priscilianistas en su compendio de 384 (ca.), Agustín de Hipona elaboró el texto sobre el priscilianismo en De Haeresibus partiendo básicamente de las informaciones de primera mano que había recibido de Ceretio y de Orosio. 19. Muy probablemente el propio Toribio estuvo influenciado por ciertas doctrinas priscilianistas hasta que dejó su tierra, para emprender un viaje por diversos territorios no especificados. Entrando en contacto con la verdadera ortodoxia, regresó a Asturica Augusta donde se convirtió en obispo. Dándose cuenta de que el priscilianismo seguía muy vigente a pesar de las contundentes disposiciones del Primer Concilio de Toledo, procedió a elaborar un memorándum sobre la cuestión, que envió al obispo de Roma. 20. Toribio afirma que los priscilianistas hacen uso de apócrifos y cuando un católico se enfrenta a su perfidia, éstos rápidamente optan por ocultarla. 21. El 21 de julio de 447, el pontífice romano en su epístola 15 comienza elogiando la labor emprendida por Toribio, asumiendo que en Gallaecia se ha reanimado la sentina más pestilente de los priscilianistas. Para León I, el priscilianismo es un gran estercolero contagiado por toda la escoria surgida de las herejías precedentes. Bajo su punto de vista, esta doctrina se había sumergido además en las tinieblas del paganismo, las artes mágicas y la astrología. Recordando que esta abominable herejía no sólo fue rechazada por toda la Iglesia sino que incluso los príncipes del mundo aniquilaron con la espada de las leyes públicas a su autor y a sus discípulos, señala que la guerra y la irrupción de los bárbaros en muchas provincias obstaculizaron la ejecución de las leyes ortodoxas, facilitando la pervivencia del priscilianismo. 22. El Praedestinatus, copiando de una manera casi literal a Agustín en De Haeresibus, afirma que evitan también las carnes al igual que los maniqueos y rechazan los matrimonios separando a las esposas de sus maridos. Aceptan los textos apócrifos al 477 R. Serrano Madroñal mismo nivel que las Escrituras canónicas. En cuanto a la cristología, tampoco duda en definirles como sabelianos. 23. Ofreciendo un dato de máxima relevancia, confirma Hidacio que el obispo Ortigio, que fue ordenado en Caelenis, fue expulsado de su sede por las acciones de la facción de los priscilianistas. Así como la información al respecto en las actas del Primer Concilio toledano no era explícita, Hidacio confirma las sospechas: tenemos la constatación del único caso de cierta violencia priscilianista, que arroja de su sede al obispo católico. 24. Entre 527/531, Montano acusa a los presbíteros de Palencia de honrar al menos de palabra a la perniciosa secta de los priscilianistas. El obispo toledano no entiende cómo pueden amar a alguien al que no imitarían, que blasfemó, que empleó la brujería para robar el pudor de sus sectarias, ya refutado por los santos obispos y condenado por los príncipes seculares. En una segunda epístola de Montano dirigida al excelente y gran cristiano, señor e hijo Toribio, tampoco posterior a 531, el obispo alaba la actitud del monje en esta provincia ya incluso cuando estaba ocupado en negocios seglares. Enumerando sus hazañas, destaca la aniquilación del error de la idolatría y la lenta muerte de la detestable y vergonzosa secta de los priscilianistas. Gracias a las amonestaciones de Toribio, ya no se honra el nombre de Prisciliano, aunque quizás en la congregación de Palencia aún se necesite de su trabajo. 25. Lucrecio (obispo metropolitano de Braga) comenzando con los artículos de la fe del Primer Concilio de Braga (561), dice expresamente que la peste de la herejía de Prisciliano fue hace ya tiempo descubierta y condenada en las provincias hispanas. No obstante, para que nadie se engañe por alguna escritura apócrifa y no recaiga en alguna pestilencia de este error, expóngase la verdadera doctrina ante los hombres ignorantes que habitan el mismo fin del mundo y las últimas regiones de esta provincia. 26. En el cánon núm. 10 del Segundo Concilio de Braga (572), se vuelve a hacer hincapié en que algunos presbíteros, por la necedad del error brotado recientemente o también corrompidos todavía por el hedor de la vieja herejía priscilianista, se atreven a consagrar la oblación en la misa de difuntos sin estar en ayunas. 27. Isidoro de Sevilla empleaba la obra no conservada de Ithacio, que a su juicio demostraba en este libro las vergüenzas de la lujuria de Prisciliano, exponiendo que un tal Marcos de Menfis (profundamente versado en las artes mágicas) fue discípulo de Manes y maestro a su vez de Prisciliano. 28. Se incluyen en las actas del sínodo zaragozano 8 cánones donde se anatematizan prácticas asociadas con el priscilianismo pero en ningún momento se menciona en el texto conservado a Prisciliano ni a ningún cómplice de su doctrina. 478 Tesis Doctoral 29. Con respecto a la documentación esencial que descubrió G. Schepss en 1885 en Würzburg, todas las informaciones difamatorias precedentes coincidían en contemplar al priscilianismo como una herejía del cristianismo configurada a través de elementos o influencias de otras desviaciones anteriores. No es nuestro objetivo dilucidar si se trató verdaderamente de un dogma ortodoxo o heterodoxo, partiendo de la convención establecida, pero es cierto que los Tratados son una muestra de erudición bíblica cargada de ascetismo paulino. A pesar de la aceptación explícita del uso de apócrifos, no hay ninguna afirmación marcadamente heterodoxa en sus palabras y si no supiésemos que estamos leyendo a Prisciliano o a alguno de sus seguidores más cercanos, probablemente nuestro grado de sospecha teológica se desconectaría. 30. Con posterioridad a 385, el usurpador Máximo escribió una epístola a Siricio, el sucesor de Dámaso en la sede romana. En la última parte de la misiva, alude al crimen de los maniqueos, reconocido por su propia confesión judicial. Poniendo en conocimiento de tal deformidad a Siricio, le cuesta afirmar sin rubor la existencia de prácticas tan deshonestas. Se despide el emperador deseando que la divinidad asista al pontífice por muchos años, justificando de algún modo las ejecuciones de Tréveris por la magnitud del crimen confeso. 31. Sin tapujos, Pacato acusa a todos los responsables de los juicios de Tréveris de querer apropiarse de las riquezas de los reos para abastecer su avaricia; el castigo de los inocentes llenó de satisfacción su crueldad. 32. Continuaremos debatiendo sobre la ortodoxia/heterodoxia de Prisciliano y de la evolución de su credo tras su ejecución. No obstante, sus propias decisiones determinaron un desenlace que podría haberse evitado si él no hubiera apelado a la jurisdicción secular. Asimismo, no creemos que el priscilianismo fuese contemplado nunca como una amenaza para el Estado ni que sus doctrinas pudiesen servir de inspiración para colectivos que buscasen la transformación del “siglo”. 480 Tesis Doctoral Apéndice: selección de fuentes complementarias. Concluímos con la exposición de un apéndice integrado por una selección de fuentes complementarias, que aunque no son referencias explícitas ni implícitas sobre los tres fenómenos conflictivos que nos ocupan, aportan una información añadida de gran valor para la interpretación contextual de los mismos. El epistolario privado de Q. Aurelio Símaco nos confirma que la rebelión de Gildón en África, asociada con el auge del donatismo, desencadenó un corte de suministros de trigo que generó hambre e inestabilidad en la ciudad de Roma. Vid. Valdés Gallego, J. A., Símaco, Cartas, Libros I-V, Madrid, 2000; Valdés Gallego, J. A., Símaco, Cartas, Libros VI-X, Madrid, 2003. Entre 397-398 se produjeron en la Urbs levas para alistar jóvenes en la lucha contra Gildón, existiendo la posibilidad de pagar para evitar dicho reclutamiento. En el año 398 las tropas comitatenses se desplazaron por la vía Apia hasta Brindisi para acabar con el comes rebelde. Una vez derrotado, regresaron a la corte de Milán. Aparte de dejar muy claro que los recaudadores de impuestos acudían a las grandes fincas senatoriales a reclamar la tasa de la leva de su personal dependiente, advierte de la existencia de “falsos cobradores de impuestos”. El estadista romano se queja muy a menudo de las contribuciones que tienen que afrontar los terratenientes, e informa sobre la ruina de los curiales en Formias, un orden exhausto que ya no puede sostener las necesidades de sus comunidades cívicas. Asimismo, asegura también que la huída de esclavos es una práctica habitual. 481 R. Serrano Madroñal Temistio, en el primero de sus panegíricos vinculados con las campañas en el Danubio contra los godos (367-369/370), coincidiendo con la conmemoración de los quinquennalia de Valentiniano y Valente, alaba la reducción de la presión fiscal y critica la corrupción de los recaudadores de impuestos, de los funcionarios y de los soldados de las guarniciones urbanas. De tal modo, corrobora que también en Oriente la población llegó a temer más a los recaudadores del fisco que a los bárbaros. Vid. Ritoré Ponce, J., Temistio, Discursos políticos, Madrid, 2000. En el discurso X, Temistio reflexiona sobre la paz firmada con Atanarico en el invierno de 369/370 y alerta sobre las negligencias de los soldados de la frontera danubiana, más preocupados en comerciar y traficar con esclavos que en combatir al enemigo. Parece que las penurias que atravesaban los militares les llevaban a menudo a abusar de las poblaciones colindantes. Por su parte, Amiano Marcelino nos relata en el primero de sus libros conservados una incursión isáurica en la accidentada y aislada zona sur de Anatolia, constatando la existencia de una posible frontera interior. 14. 2. 13. et quoniam inedia gravi adflictabantur, locum petivere Paleas nomine, vergentem in mare, valido muro firmatum, ubi conduntur nunc usque commeatus distribui militibus omne latus Isauriae defendentibus adsueti. circumstetere igitur hoc munimentum per triduum et trinoctium et cum neque adclivitas ipsa sine discrimine adiri letali, nec cuniculis quicquam geri posset, nec procederet ullum obsidionale commentum, maesti excedunt postrema vi subigente maiora viribus adgressuri. No duda el autor antioqueno en denominarles bárbaros, agrestes montañeses y bandidos. En 14. 16. 1, nos informa sobre revueltas populares en Roma motivadas por la falta de abastecimiento de vino, en tiempos de Constancio II. 482 Tesis Doctoral En el primer pasaje, se referencia un nuevo motín popular en la ciudad de Roma como consecuencia de las protestas ocasionadas por la condena de un famoso auriga. Leoncio, prefecto de la Urbs, ejecutó al caudillo de la revuelta. A continuación, se retrata la preocupación del César Juliano por las pérdidas sufridas por los pequeños propietarios de tierra en las Galias a causa de los ataques de los bárbaros, por lo que evita la tributación extraordinaria, levantando una gran aceptación entre los provinciales. Se vuelve a informar sobre un motín popular en Roma causado por la falta de abastecimiento de trigo que a punto estuvo de acabar con la vida del prefecto. Por último, se menciona que la elevada presión fiscal en el Illyricum está relacionada con el sistema de postas y la propia corrupción de los funcionarios. Cuando el autor pagano redacta su balance final sobre el reinado de Constancio II, afirma que sus recaudadores esquilmaron las provincias: Augebat etiam amaritudinem temporum flagitatorum rapacitas inexpleta plus odiorum ei quam pecuniae conferentium. hocque multis intolerantius videbatur, quod nec causam aliquando audivit nec provinciarum indemnitati prospexit, cum multiplicatis tributis et vectigalibus vexarentur. eratque super his adimere facilis quae donabat. 483 R. Serrano Madroñal Con Juliano ya como único Princeps, se registran protestas en Egipto contra los recaudadores de impuestos, que a juicio del autor eran habituales puesto que los egipcios siempre se mostraban reacios a pagar tributos. En su campaña persa, el emperador arenga a las tropas afirmando que la práctica de “comprar la paz” a los bárbaros ha arruinado al Estado, ha generado codicia en la recaudación y devastación en las provincias: En inquit ´Persae circumfluentes rerum omnium copiis: ditare uos poterit opimitas gentis, si unum spirantibus animis fortiter fecerimus. ex inmensis opibus egentissima est tandem, credite, Romana res publica per eos, qui, ut augerent diuitias, docuerunt principes auro quiete a barbaris redempta redire. impetitum aerarium est, urbes exinanitae, populatae prouinciae: mihi nec facultates nec propinquitas generis suppetit, quamuis ortus sim nobilis, praeter pectus omni liberum metu: nec pudebit imperatorem cuncta bona in animi cultu ponentem profiteri paupertatem honestam. nam et Fabricii familiari re pauperes rexere bella grauissima, gloria locupletes. En 27. 2. 11, el historiador de Antioquía menciona “otros combates menos remarcables librados aún en diversas partes de la Galia” que han sido interpretados por algunos investigadores como episodios bagáudicos: praeter haec alia multa narratu minus digna conserta sunt proelia per tractus uarios Galliarum, quae superfluum est explicare, cum neque operae pretium aliquod eorum habuere prouentus, nec historiam producere per minutias ignobiles decet. Para referirse a los maratocuprenos habla de “los más activos de los ladrones”, que están asolando Siria con sus devastaciones. Con respecto a la revuelta de Firmo en África, Amiano trata de justificar su rebelión motivada por el mal gobierno de Romano y Remigio, pero no ofrece ningún tipo de detalle sobre sus vínculos con el donatismo. Por último, se vuelve a incidir en la dureza del régimen fiscal con Valentiniano I. 484 Tesis Doctoral En los preámbulos de la batalla de Adrianópolis, se dice que los ricos propietarios romanos y los magistrados urbanos hacían la guerra por su cuenta a los saqueadores godos, armando a la plebe y a los obreros de las fábricas. A continuación, se aclara que la gran nación de los godos se había concentrado y ampliado con la llegada de “compatriotas”, convertidos en esclavos a la fuerza por los romanos o vendidos por los propios godos durante el período de penuria y desesperación que sucedió al cruce del Danubio. Además, los trabajadores de las minas, hastiados por las condiciones excesivamente duras de sus labores se presentaron como tránsfugas entre los godos, aportándoles información muy valiosa sobre puntos de aprovisionamiento y refugios secretos para la población. Concluida la batalla y muerto ya Valente, se vuelve a mencionar la presencia de traidores romanos al servicio de los godos intentando entrar en la ciudad sitiada de Adrianópolis. Vid. la edición castellana de Harto Trujillo, M. L., Amiano Marcelino, Historia, Madrid, 2002. El autor cristiano Paulino de Pella narra en su Eucharisticos el asedio visigodo y alano de la ciudad de Bazas (415), y la revuelta interna originada por una conspiración de esclavos apoyada por el frenesí de algunos jóvenes libres empeñados en masacrar a la nobleza. Por supuesto, esta rebelión ha sido relacionada en algunas ocasiones con los movimientos bagaudas. Vid. White, H. G. E., Ausonio, vol. 2. Books. XVIII- XX, with the Eucaristicus of Paulinus Pellaeus, London, 1967. Nec postrema tamen tolerati meta laboris ista fuit nostri, quem diximus. Ilico namque exactos laribus patriis tectisque crematis obsidio hostilis vicina excepit in urbe Vasatis, patria maiorum et ipsa meorum, et gravior multo circumfusa hostilitate factio servilis paucorum mixta furori insano iuvenum nequam licet ingenuorum, armata in caedem specialem nobilitatis. Quam tu, iuste deus, insonti a sanguine avertens ilico paucorum sedasti morte reorum instantemque mihi specialem percussorem me ignorante alio iussisti ultore perire, suetus quippe ovis tibi me obstringere donis, pro quis me scirem grates debere perennes. 485 R. Serrano Madroñal En relación directa con la posible existencia de una frontera interior en Isauria, la ND. Or. XXIX nos expone la existencia de un Comes per Isauriam, con el rango de vir spectabilis y con dos legiones a su mando: Legio secunda Isaura y Legio tertia Isaura. Bien es cierto que no usa la palabra limitis, como sí se usa por ejemplo en el caso del Comes limitis Aegypti. Con respecto al Occidente, la diócesis de África que integra 7 provincias, cuenta con su Comes y con dos duces de frontera (Limitis Mauritaniae Caesariensis/ Limitis Tripolitani). En cuanto a las Galias y a las Hispanias, se registra un Dux para el Tractus Armoricani et Nervicani, pero no aparece ninguna región militar especial que tuviera por cometido la defensa de una supuesta frontera septentrional hispana. El Comes Hispaniarum cuenta con 16 unidades militares, (Ascarii seniores, Ascarii iuniores, Sagittarii nervii, Exculcatores iuniores, Tubantes, Felices seniores, Invicti seniores, Victores iuniores, Invicti iuniores britones, Brisigaui seniores, Salii iuniores Gallicani, Fortenses, Propugnatores seniores, Septimani seniores, Vesontes, Undecimani) bastantes menos que en Galia, Italia o el Ilírico. Vid. Neira Faleiro, C., La Notitia Dignitatum. Nueva edición crítica y comentario histórico, Madrid, 2005. 486 Tesis Doctoral En uno de los poemas más conocidos de este panegirista oriental de la corte de Honorio y Estilicón, De bello Gildonico, Claudiano al igual que Símaco incide en el hambre desatada en Roma como consecuencia del corte de suministros de trigo africano en el contexto de la revuelta de Gildón. Retratado como un bárbaro moro y como reflejo de todos los vicios, se mencionan sus ataques contra los ricos y los casados (divitibusque dies et nox metuenda maritis). En su exaltación y defensa de las políticas de Occidente, el autor egipcio acusa a Arcadio de haber pactado con los rebeldes. Como en Amiano Marcelino, no se constata ningún tipo de conexión entre Gildón y el cisma donatista, aunque esta clase de omisiones son totalmente comprensibles en escritores paganos o de retórica pagana, ajenos a las controversias en el seno del cristianismo. Vid. Castillo Bejarano, M., Claudiano, Poemas, Vol. 1, Madrid, 1993. El obispo de Auch, con un carácter fuertemente catequético y moralizante, expone en su poema elegíaco Commonitorium el panorama desolador de las Galias en la primera mitad del siglo V, devastada por las hordas bárbaras y por la violencia popular: Condensi nemoris, celsi non aspera montis, Flumina non rapidis fortia gurgitibus, Nec castella locis, non tutae moenibus urbes, Invia non pelago, tristia non eremo, Non cava, non etiam metuendis sub rupibus antra Ludere barbaricas praevaluere manus. Multis ficta fides, multis perjuria, multis Causa fuit mortis civica proditio. Insidiae multum, multum vis publica fecit. Robore quae non sunt, sunt superata fame. Concidit infelix cum prole et conjuge mater, Cum servis dominus servitium subiit. Hic canibus jacuere cibus, flagrantia multis Quae rapuere animam, tecta dedere rogo. Per vicos, villas, per rura, et compita, et omnes, Per pagos, totis inde vel inde viis Mors, dolor, excidium, strages, incendia, luctus Uno fumavit Gallia tota rogo. PL061, S. Orientii Episcopii Ausciensis, Commonitorium, col. 995. Con respecto a las referencias de la Ιστορὶα νὲα de Zósimo, el historiador griego considera a Constantino I culpable de abandonar la defensa en las fronteras y concentrar los ejércitos en las ciudades, colmándolas de cargas y sembrando la ruina del Estado. En sus invectivas paganas contra el primer emperador cristiano, se afirma que la onerosa fiscalidad comenzó con él, así como la ruina de los curiales. En relación con las campañas de Juliano en las Galias, Zósimo nos informa sobre la colaboración entre las tropas regulares y Carietón y sus salteadores nocturnos para hacer frente a los bárbaros. Nótese que Carietón era un bárbaro de nacimiento, habituado a saquear con tales, que abandonó las costumbres de su pueblo para trasladarse junto a “los celtas sometidos a Roma” y decidió comenzar a ayudar a las devastadas ciudades del norte de la Galia atacando a los propios bárbaros ya vencidos por el sueño y la embriaguez. Otros salteadores vinieron a añadirse a éste formando una multitud y fue entonces cuando Carietón, como caudillo de la banda, se presentó ante el César, que se vio en la necesidad de enfrentarse al pillaje de los cuados con unidades de salteadores. 487 R. Serrano Madroñal En la primera referencia, se vincula directamente el levantamiento de Firmo en África con el descontento generalizado causado por la elevadísima presión fiscal ejercida por el Estado en tiempos de Valentiniano I y por la corrupción de la administración y sus recaudadores. Además, el autor reconoce que los soldados acantonados en las ciudades fronterizas castigan este tipo de regiones. Con respecto a la revuelta de Gildón en Libia, Zósimo señala al eunuco Eutropio como responsable de fomentar dicho enfrentamiento, con el objetivo de desestabilizar al Occidente y sustraer este territorio. En el contexto de la usurpación de Constantino III, el historiador pagano trata de explicar este proceso como un movimiento de reacción de las legiones de Britania, temerosas de la penetración de suevos, vándalos y alanos en las Galias. Para consolidar su dominio en el Occidente, el usurpador nombrará a su hijo Constante César y lo envía a Hispania, donde tendrá que enfrentarse con la resistencia legitimista de los parientes de Honorio. Éstos, habían emprendido guerra contra Constante valiéndose de las legiones de Lusitania, pero cuando se percataron de que estaban en desventaja, pusieron en pie de guerra una multitud de siervos y campesinos que cerca estuvieron de derrotarle. En el pasaje inmediatamente posterior, se relata la rebelión de Geroncio en las Galias dentro de la propia usurpación, que levanta a los bárbaros transrenanos contra Constantino III y contra su hijo. Según esta fuente, la mayoría de las tropas ya instaladas en Iberia no pudieron frenar a suevos, vándalos y alanos, que constriñeron a los habitantes de Britania y a algunos de las provincias celtas a hacer defección del Imperio romano y a vivir independientemente, dejando de prestar obediencia a las leyes de aquéllos. De este modo, los habitantes de Britania se ciñeron las armas y afrontaron el riesgo de su propia defensa librando a sus ciudades de la amenaza bárbara, del mismo modo que los armoricanos y otras provincias galas, que a imitación del ejemplo britano, comenzaron a actuar con plena autonomía, expulsando a los magistrados romanos e instituyendo sus propias formas de gobierno. Concluye, sentenciando que la defección de Britania y de las provincias del territorio celta se produjeron en este marco de usurpación, favoreciendo a los bárbaros que se asentaron en Hispania. Vid. la traducción castellana de Candau Morón, J. M., Zósimo, Nueva Historia, Madrid, 1992. 488 Tesis Doctoral En esta obra ya mencionada de Agustín, el autor de Tagaste critica a los donatistas por atreverse a condenar a todo el orbe cristiano y tildarlo de “contaminado” por la injusticia y la impureza de los traditores cuando ellos contaron entre sus filas con el obispo Optato de Timgad o “Gildoniano”, verdadero azote de África durante diez años. Así, este texto, entre otros del mismo escritor, evidencia el vínculo entre el Comes Gildón y el donatismo. Con anterioridad, su hermano Firmo también se había posicionado junto a los donatistas, inmiscuyéndose en sus conflictos internos y persiguiendo a los rogatistas (Aug. contra. Parm. 1. 10. 16; 1. 11. 17). En el último libro de las providencialistas Historiae adversus paganos de Orosio, se transmite que Firmo, derrotado y condenado a muerte en Cartago, decidió bautizarse antes de morir para obtener el perdón de sus pecados. El sacerdote hispano, en su relato sobre la usurpación de Constantino III y el ingreso de los bárbaros en territorio ibérico, alaba a Dídimo y Veriniano como dos jóvenes nobles y ricos legitimistas que lucharon contra el usurpador y contra los bárbaros, reclutando esclavos de sus propias fincas y formando ejércitos con sus propios fondos. A su juicio, fueron los honoriaci al servicio de la usurpación quienes facilitaron la entrada de suevos, vándalos y alanos en la Península. Estos protagonistas de sangrientas correrías, saquearon cruelmente las provincias hispanas así como hicieron los propios romanos mucho tiempo atrás. No obstante, los bárbaros acabaron tomando el arado y conviviendo en armonía con los romanos, por lo que muchos de estos provinciales hispanos prefirieron vivir libres entre los bárbaros que mantenerse oprimidos por la tributación del sistema imperial. En la última referencia, Orosio aplaude la restauración de la unidad de la Iglesia Católica en África, dando por concluido el cisma donatista en tiempos de Honorio y Fl. Constancio. Destaca la importancia del tribuno y notario Marcelino, artífice de la condena definitiva de los cismáticos en la Conferencia de Cartago de 411, ejecutado pese a todo por Marino poco después. Vid. la traducción castellana de Sánchez Salor, E., Orosio, Historiae adversus paganos, Libros I-IV; V-VII, Madrid, 1982. 489 R. Serrano Madroñal Salviano de Marsella, en sus críticas rigoristas contra los cristianos pecadores que están recibiendo el merecido castigo divino, justifica las fugas de esclavos y asegura que Dios les perdonará, comprendiendo que tan sólo huyen de la miseria, la desdicha y la violencia. El asceta católico denuncia la corrupción generalizada del sistema imperial, la compra-venta de cargos políticos o las vejaciones cometidas por el fisco y por un pequeño número de individuos ilustres y privilegiados. En cuanto al régimen fiscal, afirma que se acumulan los impuestos entre los miserables, quedando casi exentos los poderosos; el propio Salviano relata irritado que intentó persuadir a un rico poderoso para que no privara de recursos a un pobre, pero el codicioso rechazó sus demandas argumentando que había “jurado por Cristo” que debía apropiarse de esos bienes, vaciando de contenido los preceptos de su supuesta religión. Para el presbítero, es peor ser un falso cristiano que ser pagano o herético por desconocimiento. Tiene muy claro que los bárbaros, paganos porque aún no han conocido a Dios, o heréticos arrianos por culpa de sus malos maestros romanos, son más virtuosos. A diferencia de éstos, que se aman recíprocamente, los romanos se persiguen consumidos por el odio y la envidia al prójimo, convirtiendo las deudas ajenas en una fuente de enriquecimiento. Los más débiles soportan la mayor carga impositiva, mientras que los opulentos que viven en la abundancia pueden afrontar mucho mejor estos pagos. A juicio del sacerdote, atacar a los pobres de una manera tan impía es un pecado imperdonable y añade, poco después, que los romanos que viven entre los bárbaros no sufren estas persecuciones y que de hecho rezan para no volver a estar entre los romanos. Dicho esto, comprende que los más perjudicados huyan a los bárbaros y no deseen regresar jamás. Aquéllos que no pueden desertar encuentran en el patrocinio la única solución a sus miserias, sometiéndose sin condición a los poderosos y pasando a estar bajo su derecho y soberanía. Para Salviano, el patrocinio sería una institución loable siempre y cuando los patrones cedieran por piedad y no por interés, pero corrobora que no es así; la gran mayoría de los desposeídos que buscan amparo de esta manera pasan a ser coloni. 490 Tesis Doctoral Estos colonos que han perdido todos sus bienes y su rango social, privados del acceso a la propiedad, serán tratados por los ricos que los reciben como esclavos. Reflexionando sobre esta penosa situación, en la que los romanos se esclavizan a sí mismos, Salviano justifica las catástrofes del Imperio como un castigo divino plenamente merecido. Las referencias númericas de Salviano de Marsella, De gubernatione Dei, se corresponden con la edición ya presentada de G. Lagarrigue, op. cit., n. 276. Isidoro de Sevilla, en su Historia de regibus Gothorum, Wandalorum et Suevorum, interesado en rehabilitar el papel histórico de los visigodos como pueblo devoto y en un contexto de exaltación unificadora del Reino de Toledo (620-624), nos cuenta que durante el saqueo de Roma de Alarico, muchos miles de cristianos fueron perdonados misericordiosamente por los godos y por ello, incluso hasta sus días, los romanos prefieren vivir pobres entre los godos que ser poderosos entre los romanos y sufrir el pesado yugo del tributo. En un pasaje bastante posterior, el arzobispo hispalense emite una invectiva contra Leovigildo por sus creencias heréticas arrianas y afirma que este monarca persiguió a los católicos y los rebautizó, tal y como hacían los donatistas norteafricanos en el siglo IV-V. Isidoro, que había manejado con seguridad el Chronicon de Hidacio, omite en el pasaje de las razzias de Requiario en la regio Caesaraugustana y en la toma de Ilerda, cualquier tipo de mención sobre Basilio, sustituyendo su colaboración por la de los godos. Hyd. Chron. 142: Rechiarius mense Julio ad Theodorem socerum profectus, Caesaraugustanam regionem cum Basilio in reditu depraedatur. Irrupta per dolum Ilerdensi urbe, acta est non parva captivitas. La referencia numérica se corresponde con la edición ya mencionada de A. Tranoy, op. cit., n. 278. Isid. Hisp. Hist. Suev. 87: Aera CDXXCVI, Recchiarius, Recchilanis filius, catholicus factus, succedit in regnum annis IX, accepta in conjugium Theuderedi regis Gothorum filia. Initio regni auspicatus Vasconias depraedatur; mox ad Theuderedum socerum suum profectus, Caesaraugustanam regionem remeans, Gothis auxiliantibus, vastat. Tarraconensem provinciam, quae Romano imperio deserviebat, invadit. Carthaginienses regiones, quas Recchila pater ejus Romanis reddiderat, in praedam mittit. Ad ultimum, dum Theudericus rex Gothorum in Hispaniam ingrederetur, inito praelio adversus eum, primo fugatur, deinde captus occiditur. Vid. tanto la redacción breve como la ampliada en la edición de Rodríguez Alonso, C., Las Historias de los godos, vándalos y suevos de Isidoro de Sevilla, León, 1975. 491 R. Serrano Madroñal El historiador de la Iglesia Sozomeno, natural de Betelia (Palestina), relata en el último de los libros de su Εκκλησιαστική Ιστορία que las tropas de Alarico se nutrieron de un gran número de desertores, especialmente bárbaros de origen y esclavos, durante el saqueo de Roma. En su narración sobre la entrada de los bárbaros en las Hispanias, se dice que los parientes de Honorio, Dídimo y Veriniano, después de resolver diferencias entre ellos, combinaron sus fuerzas contra la usurpación, consistentes en tropas de campesinos y esclavos armados. Tras la derrota de los legitimistas en Hispania, y de los usurpadores en las Galias después, las hordas de suevos, vándalos y alanos aprovecharon la situación y se hicieron con el control de la Península Ibérica. Vid. Schaff, P., Wace, H. (eds.), Nicene and Post-Nicene Fathers, Second Series, Vol. 2, Socrates: Church History from A. D. 305-438; Sozomenus: Church History from A. D. 323-425, New York, 1890. A mediados del VI, Jordanes, un godo de orígenes difusos, católico y al servicio de un emperador romano de Constantinopla resume en su De origine actibusque Getarum (Getica) la Historia Gothorum de Casiodoro, no conservada. Con un gran número de errores históricos, enumera las tropas auxiliares que combatieron junto a Aecio contra los hunos en la batalla de los Campos Cataláunicos, donde aparecen los armoricanos: A parte vero Romanorum tanta patricii Aetii providentia fuit, cui tunc innitebatur res publica Hesperiae plagae, ut undique bellatoribus congregatis adversus ferocem et infinitam multitudinem non impar occurreret. Hi enim adfuerunt auxiliares: Franci, Sarmatae, Armoriciani, Liticiani, Burgundiones, Saxones, Ripari, Olibriones, quondam milites Romani, tunc vero iam in numero auxiliarium exquisiti, aliaeque nonnulli Celticae vel Germanie nationes. Vid. Devillers, O., Jordanes, De origine actibusque Getarum. Histoire des Goths, París, 1995. Por último, el obispo y cronista hispano-romano Hidacio, en su pasaje sobre la entrada de los bárbaros en Hispania, describe sus razzias devastadoras, plagadas de crueles asesinatos contra una población local hacinada en el interior de las ciudades, atacada por las pestes, sometida a los abusos de los recaudadores de impuestos y de los soldados, padeciendo unas hambrunas tan terribles que forzaron a cometer horrorosos actos de canibalismo. PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, cols. 876-877. 492 Tesis Doctoral En la primera referencia, Hidacio señala al insigne obispo Agustín de Hipona como el verdadero artífice de la derrota teológica de los donatistas en África: Augustinus Hipponeregiensis episcopus habetur insignis, inter cujus studia magnifica, Donatistas ab eo Dei adjutorio superatos, probata fides demonstrat auctorum. PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, col. 877. Durante su narración, siempre lacónica, sobre el fin de la dinastía teodosiana, el cronista relata las razzias de los suevos por la Tarraconense hacia el 456-457. Teodorico II, siguiendo las instrucciones del emperador Avito, entra en Hispania con un poderoso ejército visigodo y derrota a las tropas de Requiario. Después de saquear sin escrúpulos la ciudad de Braga, los efectivos de Teodorico terminan por apresar al monarca suevo. En este contexto de derrota y muerte de Requiario, se menciona un latrocinio efectuado en el conventus Bracarensis, asociado en muchas ocasiones a los bagaudas: In conventus parte Bracarensis latrocinantum depraedatio perpetratur. PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, col. 885. A continuación, el mismo autor nos informa sobre el alzamiento y la posterior derrota de Frederico, hermano de Teodorico y brazo ejecutor de los bagaudas hispanos, contra el comes Egidio en Armórica (463): Adversus Aegidium comitem utriusque militiae, virum, ut fama commendat, Deo bonis operibus complacentem, in Armoricana provincia Fretiricus frater Theuderici regis insurgens, cum his cum quibus fuerat, superatus occiditur. PL051, Idatius Aquaeflaviensis Episcopus, Chronicum, col. 888. Flavio Vegecio, en su Epitoma rei militaris, probablemente escrito a finales del IV o inicios del V, añora constantemente las antiguas proezas militares de los romanos. Reconociendo algunas mejoras en los ejércitos bajo-imperiales, especialmente en la caballería, se queja de la indefensión de la infantería, que desde época de Graciano ha dejado de usar casco y coraza, argumentando que esta indumentaria era demasiado pesada. Así, el autor considera que las tropas romanas de su momento están más dispuestas a huir que a luchar, porque han perdido la vieja costumbre de soportar el peso de las armaduras por falta de adiestramiento. 493 R. Serrano Madroñal En el epílogo del primer libro de este compendio de técnica militar, se aconseja al emperador que opte por reclutar provinciales y adiestrarles adecuadamente en lugar de pagar tropas mercenarias, sin duda una práctica más cara para el Estado. Vid. la traducción castellana de Paniagua Aguilar, D., Flavio Vegecio Renato, Compendio de técnica militar, Madrid, 2006. Lactancio, férreo cristiano y africano de origen, redactó su De Mortibus Persecutorum con una finalidad apologética, tratando de demostrar que todos los perversos emperadores que persiguieron a los cristianos acabaron falleciendo de forma violenta, castigados por la ira de Dios. En su pésima visión sobre Diocleciano y la Tetrarquía, asegura que llegó a ser mayor el número de los que vivían de los impuestos que el de los contribuyentes. Consumidos por la enormidad de las cargas fiscales los recursos de los colonos, las tierras quedaron abandonadas y los campos cultivados se transformaron en selvas, según sus informaciones. El rétor latino añade que Diocleciano subdividió las provincias hasta el infinito, con nuevos gobernadores que oprimen cada región, junto a una serie de funcionarios y magistrados que someten a las poblaciones a exacciones constantes y atropellos. Las exigencias del emperador dálmata, tanto fiscales como militares, extenuaron a los provinciales. También se critica duramente su intento de fijar el precio máximo de los productos después de haber creado gran carestía. En sus ataques contra el persecutor Galerio, Lactancio desprecia su afán por incrementar el volumen de impuestos a través de omnipresentes censos y catastros, comparando este sistema de tributación con el que imponían los antiguos romanos a los pueblos vencidos. Tan sólo los mendigos, dice el autor, estaban a salvo por su triste condición de afrontar esta asfixiante presión fiscal. En último lugar, Lactancio vuelve a referirse a los abusos de la recaudación fiscal en época de Galerio, que pensando en celebrar sus Vicennales, decidió imponer nuevos tributos a sus súbditos. Vid. Teja, R., Lactancio, Sobre la muerte de los perseguidores, Madrid, 1982. 494 Tesis Doctoral En el discurso de Libanio de Antioquía, titulado “A quienes lo llamaron insolente” y fechado en 380-381, el sofista pagano se dirige a los antioquenos que le difaman simplemente por añorar tiempos pasados, mejores para las ciudades. Nostálgico de un período próspero, donde las urbes y sus templos estaban colmados de riqueza, empleada a su vez para ayudar a los necesitados, arremete contra su presente, plagado de pobreza, de abusos fiscales y de monjes que habitan en cuevas. En este mismo relato, el griego de origen sirio, denuncia la irreversible decadencia que atraviesan los magistrados locales o curiales. De las antiguas curias municipales de 600 miembros se ha pasado a 60, y en algunos lugares a menos de 6. Sus obligaciones fiscales, sobre todo en ciudades con tierras poco productivas, están llevando a las antiguas élites municipales a la ruina mientras que otros oportunistas se enriquecen. Es evidente, para el autor, que la condición del decurión está totalmente denostada. Por su parte, el rétor helenista se compadece también de la calamitosa situación de los soldados rasos, que a falta de pan, están más preocupados por satisfacer sus necesidades primarias que por proteger al Estado. En un marco de corrupción administrativa insostenible, los gobernadores provinciales compran el cargo para obtener beneficios a costa de cometer abusos contra los demás. En la última referencia, Libanio ataca la centralización creciente del Estado y el incremento masivo de cortesanos, aduladores, funcionarios y burócratas que trabajan al servicio del emperador. Tan sólo podría alabar el presente si las ciudades recobraran su antiguo vigor, pero no siendo así prefiere encomendarse a los dioses y rogar por los amenazados templos, por los campesinos, por los soldados, por las curias y por la lengua griega. 495 R. Serrano Madroñal En su discurso “Sobre los patronazgos”, el sofista antioqueno critica duramente una práctica que atenta contra la tradición, contra la recaudación de impuestos y contra los curiales encargados de dicha labor, que favorece la corrupción de los militares acantonados convertidos en patrones de sus protegidos. Estos protectores castrenses, cobijan a los campesinos agobiados por la presión fiscal a cambio de un pago en especie o en monedas de oro, y les permiten obrar con impunidad e incluso saquear a sus vecinos, transformando en bandidos a los agricultores. Libanio compara este patronazgo militar en el medio rural con los antiguos sistemas de clientelismo y repudia el vergonzoso lucro que origina el primero de éstos. Confirma, además, que cuando los curiales acuden a estas aldeas fortificadas de soldados repletas de sus clientelas campesinas, con la intención de recaudar tributos, son violentamente rechazados. Ante la dificultad para obtener el volumen exigido de impuestos, los propios magistrados locales tendrán que afrontar la diferencia, bajo la amenaza del látigo del gobernador provincial. Muchos decuriones se ven en esta situación obligados a vender sus posesiones y a abandonar la propia curia, terminando muchos de ellos como mendigos a pesar de sus ilustres orígenes. Al rétor pagano, en su denuncia de este tipo de institución, le resulta paradójico que reciba el nombre de Προστασία, que sería el equivalente griego al patrocinium latino. Sin duda, los bárbaros estarán encantados de que los soldados romanos se dediquen a esto, lejos de la protección de las fronteras. A título personal, Libanio comenta que él mismo ha experimentado una huída de colonos judíos que trabajaban sus tierras y que han sido recibidos bajo el amparo de patrones militares. Asegurando que sus reclamaciones judiciales no han servido para nada, le ruega al emperador Teodosio que acabe con estos abusos que arruinan tanto a los curiales como al propio Estado. No obstante, Libanio puede entender que la desesperación de los labradores les mueva a buscar algún tipo de auxilio. Así pues, contemplando tres posibilidades, les recomienda que antes de recurrir a estratagemas tan perniciosas, se encomienden a las divinidades, acudan a los tribunales para denunciar los abusos que se cometen contra ellos, o bien busquen un trato más humano por parte de los dueños de las haciendas, perdonándoles sus deudas o cediéndoles una parte mayor de la cosecha. Vid. González Gálvez, A., Libanio, Discursos II, Madrid, 2001. 496 Tesis Doctoral En su Vita Sancti Augustini Episcopi, Posidio de Calama nos confirma que Agustín, después de haber recibido el bautismo regresó a África y una vez allí establecido, casi por espacio de tres años, renunció a todos sus bienes. Ordenado presbítero contra su voluntad, fundó un monasterio junto a la iglesia y comenzó a vivir con los siervos de Dios según el modo y la regla establecida por los apóstoles, especialmente obcecado en que nadie poseyese bienes en su comunidad, que todo fuese común y se distribuyese a cada cual según su menester, como lo había practicado él primero después de su regreso: Factusque presbyter monasterium intra ecclesiam mox instituit; et cum Dei servis vivere coepit secundum modum et regulam sub sanctis Apostolis constitutam (Act 4, 32): maxime ut nemo quidquam proprium in illa societate haberet, sed eis essent omnia communia, et distribueretur unicuique sicut opus erat (Act 4, 35); quod iam ipse prior fecerat, dum de transmarinis ad sua remeasset. Reconoce que gracias a Agustín y a su lucha contra los enemigos de la fe, comenzó a levantar cabeza la Iglesia Católica en África, territorio que desde hacía mucho tiempo permanecía seducido por los herejes, especialmente por el partido donatista, que rebautizaba a la mayoría de los africanos: Atque Dei dono levare in Africa Ecclesia catholica exorsa est caput, quae multo tempore illis convalescentibus haereticis, praecipueque rebaptizante Donati parte maiore multitudine Afrorum, seducta et pressa et oppressa iacebat. En la última parte de la biografía, el obispo númida relata el fallecimiento de Agustín, confirmando que no hizo ningún testamento puesto que, como pobre de Dios, nada tenía que legar: Testamentum nullum fecit, quia unde faceret pauper Dei non habuit. PL032, Augustinus, Vita Operaque, Auctore Possidio Calamensi Episcopo, cols. 36; 37; 39; 64. Todas estas informaciones biográficas sobre Agustín de Hipona cuestionan su condición de supuesto obispo rico y opulento, alineado por cuestiones de “clase” junto a los poderes fácticos políticos, socioeconómicos y religiosos del Estado. 497 R. Serrano Madroñal En el libelo anónimo, De rebus bellicis, el quizás antiguo funcionario, con seguridad pagano, que se dirige a los príncipes (probablemente los hermanos panonios Valentiniano I y Valente), denuncia los males del Imperio demostrando la conciencia de “crisis” política y social existente en el período. Para una profundización sobre el concepto de “crisis” en el Bajo Imperio romano, Vid. Serrano Madroñal, R., “¿Crisis social en el Bajo Imperio romano?, El derecho como herramienta de reconducción estatal” en Bravo, G., González Salinero, R. (eds.), Crisis en Roma y soluciones desde el poder, Madrid-Salamanca, 2016, pp. 393-404. En el capítulo segundo, Ex quibus temporibus profusio uel auaritia coeperit, se indaga sobre el origen del ocaso de las ciudades autónomas y el inicio del derroche del erario público, señalando a Constantino como culpable. Con el aumento de las desigualdades provocadas por las políticas monetarias de este emperador, los pobres comenzaron a verse inclinados hacia las malas acciones: Ex hac auri copia priuataepotentium repletae domus in perniciem pauperum clariores effectae, tenuioribus uidelicet uiolentia oppressis. Sed afflicta paupertas in uarios scelerum conatus accensa nullam reuerentiam iurisaut pietatis affectum prae oculis habens uindictam suam malis artibus commendauit. En su crítica hacia la corrupción de los gobernadores, De iudicum pravitate, el panfleto se queja sobre la codicia hostil que mueve a los gobernadores provinciales a actuar contra los intereses de los contribuyentes. Enviando a sus recaudadores de tributos, dejan exhaustos los bienes de las poblaciones con diversos procedimientos de rapiña. Sus pillajes y periódicas ganancias se costean por medios públicos, debilitando en última instancia al Estado. Asumiendo que el gasto en materia militar es excesivo, sobrecargando todo el sistema tributario, el anónimo recomienda que se licencien antes los soldados, aliviando el peso de la anona y aumentando el número de contribuyentes con estos veteranos que se encargarán de habitar y cultivar las tierras de frontera. Para evitar que la reducción de efectivos genere debilidades en la defensa, propone la creación de unidades de reservistas, preparadas para sustituir bajas, con una paga menor. Vid. la edición bilingüe castellano-latín de Sánchez-Ostiz, A., Anonymus de rebus bellicis, Pamplona, 2004. 498 Tesis Doctoral En la célebre hagiografía sobre Martín de Tours que compuso Sulpicio Severo, existe un pasaje en el que unos ladrones asaltan a Martín en los Alpes, territorio tradicionalmente asociado al bandidaje y donde Zósimo nos ubica bagaudas a inicios del siglo V: Ac primum inter Alpes devia secutus incidit in latrones. cumque unus securi elevata in caput eius librasset ictum, ferientis dexteram sustinuit alter: vinctis tamen post tergum manibus uni asservandus et spoliandus traditur. qui cum eum ad remotiora duxisset, percontari ab eo coepit, quisnam esset. Respondit Christianum se esse. quaerebat etiam ab eo an timeret. tum vero constantissime profitetur, numquam se tam fuisse securum, quia sciret misericordiam Domini maxime in temptationibus adfuturam: se magis illi dolere, qui Christi misericordia utpote latrocinia exercens esset indignus. En el siguiente pasaje, siendo ya Martín obispo de Tours, se nos dice que el “santo” pudo hablar con el espíritu errante de un bandido, que confundido con un mártir por la muchedumbre, recibía un culto que no merecía. El texto deja claro que aquellas poblaciones no rendían culto consciente a ningún bagauda, sino que pensaban que se trataba de un antiguo mártir cristiano. Martín de Tours acabó con esta superstición popular absolviéndoles del error. En las dos últimas referencias, Sulpicio Severo pone de manifiesto la hegemonía absoluta del paganismo en las áreas rurales del centro y NE de la Galia (entorno de Tours, territorio de los eduos, Tréveris, etc.) entre 370-397. Fueron los supuestos milagros de Martín los que aceleraron, no sin resistencias, la evangelización de todos aquellos “gentiles”, convertidos progresivamente en catecúmenos. 499 R. Serrano Madroñal En este primer texto, interesante desde un punto de vistra doctrinal, el propio diablo acosa a Martín en su monasterio reprochándole que haya acogido a hermanos con un pasado repleto de pecados, hasta tal punto que han perdido la gracia del bautismo. Hablando exactamente igual que un donatista, el diablo es respondido firmemente por Martín, que le recuerda que a través de la misericordia de Dios, los pecados pueden ser completamente absueltos, una vez que se han abandonado los malos caminos. Nótese que el demonio en palabras de Sulpicio Severo usa el término lapsi, tan importante en la controversia donatista: (3) testabantur etiam aliqui ex fratribus, audisse se daemonem protervis Martinum vocibus increpantem, cur intra monasterium aliquos ex fratribus, qui olim baptismum diversis erroribus perdidissent, conversos postea recepisset, exponentem crimina singulorum: (4) Martinum diabolo repugnantem respondisse constanter, antiqua delicta melioris vitae conversatione purgari, et per misericordiam Domini absolvendos esse peccatis, qui peccare desierint. contra dicente diabolo, non pertinere ad veniam criminosos, et semel lapsis nullam a Domino praestari posse clementiam, tunc in hanc vocem fertur exclamasse Martinus: (5) si tu ipse, miserabilis, ab hominum insectatione desisteres et te factorum tuorum vel hoc tempore, cum dies iudicii in proximo est, paeniteret, ego tibi vere confisus in Domino Iesu Christo misericordiam pollicerer. o quam sancta de Domini pietate praesumptio, in qua etsi auctoritatem praestare non potuit, ostendit affectum. En la última parte del Dialogus I, después de haber expuesto una información abundante sobre los famosos monjes de Egipto, el autor inicia el relato sobre las pías acciones de su venerado Martín de Tours, en palabras de un discípulo suyo, de nombre “Galo”. Este discípulo se disculpa ante sus interlocutores aquitanos por su falta de cultura, y los aquitanos le responden que hable en celta o en galo si es necesario, pero que les hable de Martín. Así, un autor aquitano de finales del IV e inicios del V como Sulpicio Severo, demuestra claramente la pervivencia de las lenguas indígenas de la Galia en tal período. PL020, De vita beati Martini, Sulpicii Severi, col. 163; 166-169; 172-173; Dialogi, Sulpicii Severi, col. 201. La epistolografía de Sinesio de Cirene aporta una gran cantidad de información sobre la fuga de curiales. El propio hermano del “obispo neoplatónico” de Ptolemaida fue un curial fugitivo. En la Ep. 62, próxima a la muerte del autor (413), elogia al Dux Lybiae Marcelino por disciplinar a las tropas y frenar a los bárbaros en la frontera. 500 Tesis Doctoral La Ep. 78, fechada en 411, es una muestra sobre las carencias del poder civil en las ciudades del período, que forzaron a los obispos a encargarse de asuntos políticos y militares. En este caso, el obispo Sinesio de Cirene contempla los beneficios que aportaría a la defensa de la Pentápolis libia el incremento de la contratación de Unnigardae, un cuerpo de tropas auxiliares infinitamente más eficaz que las unidades nativas reclutadas. El autor solicita que no se cometa el error de integrar a los bravos Unnigardae en las tropas regulares, porque esto implicaría la pérdida de dádivas imperiales, de caballos y de armas para éstos. Además, asegura que con el envío de 160 soldados más, pertenecientes a este prestigioso cuerpo, se daría fin a la guerra contra los bárbaros ausurianos, siendo más rentable que continuar con esas levas periódicas que suponen un gran coste de mantenimiento y no garantizan en absoluto la protección de la región. También fechada en 411, en la Ep. 79, Sinesio de Cirene arremete contra el gobernador de la Cirenaica (Andrónico), denunciando sus arbitrariedades, su crueldad y sus malversaciones de fondos. Asimismo, critica sus abusos fiscales. En la Ep. 93, en su desesperación por descubrir el paradero de su hermano, Sinesio le pide a un exactor encargado de registrar a los curiales de la ciudad que borre su nombre del Album, con la esperanza de que quizás así regresará. En Ep. 101, (402) se hace referencia a “un auditorio de griegos residentes en Libia”, dejando claro cuál era la lengua de las élites instruidas de la Cirenaica, mientras que entre las clases populares pervivían con seguridad lenguas afroasiáticas, exactamente igual que en Egipto (griego/copto). Esta situación sería análoga en el África proconsular y en la Numidia, donde el latín se reducía a los entornos urbanos y el clero, católico o donatista, necesitaba intérpretes de púnico en las áreas rurales. 501 R. Serrano Madroñal El discípulo de Hipatia, en 405, se lamenta sobre la devastación generada por los bárbaros nómadas en Battia o Aprosylis. Frente a la indefensión absoluta de las poblaciones locales, que esperan en vano a los soldados, Sinesio aboga por la autodefensa y la creación de milicias de campesinos. Esta epístola fue dictada por el autor prácticamente desde su caballo, puesto que se hallaba enrolado en una campaña militar de defensa financiada con sus propios recursos, esperando que muchos otros voluntarios se unieran a sus tropas y a su iniciativa. En la Ep. 130 (405), denuncia horrorizado que Cerealis, Dux Lybiae, se ha quedado con los tributos destinados al mantenimiento del ejército, licenciando a sus tropas y convirtiendo a estos soldados exentos de servicio en manadas de hombres errantes en busca de sustento. Así, estos niveles de corrupción explican las carencias defensivas y el éxito de los ataques de unos bárbaros salteadores que se dedican a robar ganado y a quemar los campos. En la Ep. 132 (405), un Sinesio totalmente comprometido con los problemas de la Cirenaica y con la defensa de sus fronteras ya antes de ser nombrado obispo (409/410), se niega a denominar a los bárbaros ausurianos “enemigos”, puesto que a su juicio son meros bandidos y ladrones de ganado. En una nueva invectiva contra la corrupción de Cerealis, nos relata que el Dux fue capaz de vender los caballos del cuerpo de los Balagritae, arqueros montados, para obtener beneficios personales. Esta acción imperdonable ha generado que los Balagritae tengan que marchar a pie, perdiendo eficacia en sus intervenciones. En esta línea, la Ep. 133 (405) reincide en la cobardía de los generales, que están entregando la Pentápolis al enemigo sin ofrecer resistencia. Las poblaciones locales tan sólo encuentran refugio en las plazas amuralladas, igualmente asediadas por los ausurianos. El propio Sinesio diseñó una catapulta para fortalecer las defensas interiores. En este contexto le ruega a Olympius que le envíe flechas sirias para los arqueros, bastante mejores que las egipcias. Nótese el clima de desesperación y desprotección motivada por la corrupción de los generales, y la necesidad de autodefensa que recae en las élites locales. 502 Tesis Doctoral En esta última referencia sobre Sinesio de Cirene, el autor africano atestigua hacia el 408 que a los habitantes de la Cirenaica no les importa quién es el emperador, puesto que sólo se trata de un nombre sin ningún tipo de incidencia sobre sus vidas, que se encarga de enviar anualmente a los recaudadores de tributos. Con cierta ironía, afirma que aún entre los cirenaicos hay quienes creen que Agamenón, hijo de Atreo, reina sobre sus dominios. Vid. la edición castellana de García Romero, F. A., Sinesio de Cirene, Cartas, Madrid, 1995. El poeta y rétor galo-romano Ausonio, mantuvo una controversia epistolar con su antiguo alumno Paulino de Nola entre el 389-394. Después de haber mantenido una estrecha relación, Paulino se distanció de sus antiguas amistades para dedicarse a una vida de riguroso ascetismo cristiano. Ausonio, enojado por la ausencia de respuestas de Paulino, le reprende sobre su cambio de costumbres y se pregunta si habrán sido el saltus de los vascones y los nevados refugios de los Pirineos los que han ocasionado dicho cambio de actitud. Airado contra las tierras de Iberia, por haberle arrebatado a Paulino, el instruido autor de Burdigala no entiende cómo su discípulo ha podido afincarse en ciudades agarradas a las peñas como Calagorris, o en estado de ruina y diseminadas por colinas rocosas como Hilerda: Fert pietas nec amat blandis postponere verum, vertisti, Pauline, tuos dulcissime mores? Vasconis hoc saltus et ninguida Pyrenaei hospitia et nostri facit hoc oblivio caeli? te populent Poeni, te perfidus Hannibal urat, te belli sedem repetat Sertorius exul. Ergo meum patriaeque decus columenque senati Birbilis aut haerens scopulis Calagorris habebit, aut quae deiectis iuga per seruposa ruinis arida torrentem Sicorim despectat Hilerda? hic trabeam, Pauline, tuam Latiamque curulem constituis, patriosque istic sepelibis honores? Vid. Evelyn-White, H. G., Ausonius, Works, Vol. 2, Cambridge, Massachusetts, 1921. En la edición castellana de Alvar Ezquerra, A., Décimo Magno Ausonio, Obras II, Madrid, 1990, esta referencia se corresponde con la Ep. 26. El poema 10 y el 11 son las únicas dos cartas que nos han llegado por parte de Paulino de Nola en el conjunto de la correspondencia con su antiguo maestro Ausonio. En respuesta a sus reproches, esta epístola (10) enviada desde Hispania en 393 es todo un manifiesto de devoción cristiana donde Paulino reconoce haber cambiado. Ahora se siente un discípulo de Cristo y eso debería enorgullecer a su viejo 503 R. Serrano Madroñal preceptor. Asimismo, no entiende la hostilidad hacia Hispania que muestra Ausonio y negando que habite tierras inhóspitas, le asegura que vive agradablemente en la costa. Niega estar en el saltus de los vascones ni en los refugios nevados del Pirineo, pero aunque así fuese, garantiza que los limpios de espíritu no se contagian aunque residan entre bárbaros o ladrones. Hace también referencia a la posibilidad de que él contagiara con sus buenas acciones, y no al revés, a los salvajes habitantes de los confines de Vasconia. Con respecto a las acusaciones sobre su marcha a una Calagurris montañesa, una Bílbilis colgada de picudos quebrados y a las colinas de Ilerda, Paulino indignado afirma que Ausonio es un gran desconocedor de la tierra hispana, que ignora las riquezas de ilustres ciudades como Caesaraugusta, Barcino y Tarraco. Contraatacando y descartando las argumentaciones de su mentor (al que continúa denominando afectuosamente “padre”), le recuerda que también en Galia, con ese afán de desprestigio, se podrían mencionar a los boyos o a los bigarros en lugar de Burdigala. Vid. Cienfuegos García, J. J., Paulino de Nola, Poemas, Madrid, 2005. Estos pasajes han sido utilizados para defender la naturaleza indómita de los vascones en la Antigüedad tardía, asociados con la bagauda hispana. En la última referencia de Paulino, integrada en el Carmen 11, el autor cristiano hace una muestra del amor que aún le profesa a Ausonio a pesar de sus críticas. En una afirmación que ha motivado gran controversia doctrinal, Paulino le comenta que cuando emprenda el vuelo, libre de la cárcel de su cuerpo, en la “constelación en que le ponga el Padre de todos”, allí también le llevará en espíritu. Concluye Paulino diciendo que el alma, por “su origen celeste”, sobrevive a la descoyuntura de las articulaciones, conservando sentimientos y afectos: Et cum solutus corporali carcere, Terraque provolavero, Quo me locarit axe communis Pater, Illic quoque te animo geram. Neque finis idem qui meo me corpore, Et amore laxabit tui. Mens quippe, lapsis quae superstes artubus De stirpe durat coeliti, Sensus necesse est simul et affectus suos Teneat aeque ut vitam suam; Et ut mori, sic oblivisci non capit, Perenne viva et memor. PL061, Paulinus Nolanus Episcopus, Poemata, col. 462. Todo esto movió a algunos investigadores a pensar que Paulino se aproximó al priscilianismo durante su estancia en Hispania. No obstante, apréciese que muchos otros cristianos del período mantenían reminiscencias neoplatónicas que también encajarían con estas creencias. Para concluir con el capítulo, cerramos con la Passio Agaunensium Martyrum del obispo Eucherius de Lyon, compuesta con anterioridad a 450. Con el objetivo de honrar los actos de los mártires de la legendaria Legión Tebana, el autor deja claro que estos soldados procedentes del Oriente se negaron a perseguir a sus correligionarios cristianos, desobedeciendo las órdenes de Maximiano. Acantonados en los desfiladeros de Agaunum, fueron diezmados por el Hercúleo, pero se mantuvieron firmes en su fe y en su rechazo a la persecución. Dirigidos por el primicerium Mauricio, por el campiductor Exuperio y por el senator militum Cándido, se prestaron al suplicio sin ofrecer resistencia junto a sus compañeros de armas. Nótese que no se menciona en ningún momento a los bagaudas y que existen elementos de historicidad cuestionable en una narración martiriológica que trata de recrear hechos supuestamente acontecidos hace más de un siglo. Consúltese el texto latino original en PL050, Eucherius Lugdonensis Episcopus, Passio Agaunensium Martyrum, cols. 827-832. 504 Tesis Doctoral 506 Tesis Doctoral -Achilli I., “Circumcelliones: appunti sul fenómeno del monachesimo itinerante” en Akerraz, A., et al. (eds.), Atti del XVI convegno L´Africa romana, Roma, 2006, pp. 923- 933. -Alfaro Vargas, R., Cruz Rodríguez, O., “Teoría del conflicto social y posmodernidad”, Revista de Ciencias Sociales, 128-129, 2010, pp. 63-70. -Alföldy, G., “Der Heilige Cyprian und die Krise des römischen Reiches (Die Bedeutung Cyprians für die Darstellung seiner Zeit)”, Historia, 22, 1973, pp. 479-501. Römische Sozialgeschichte, Wiesbaden, 1975. “Soziale Konflikte im römischen Kaiserreich”, Heidelberger Jahrbücher 20, 1976, pp. 111-125. -Allwood, J., Gärdenfors, P. 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