UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE CIENCIAS ECONÓMICAS Y EMPRESARIALES TESIS DOCTORAL MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR Alfonso García Santacruz Madrid, 2015 © Alfonso García Santacruz, 1983 El análisis coyuntural : una reconsideración Departamento de Política Económica Alfonso Garcia Santacruz 1111111111111 * 5 3 0 9 8 6 1 0 3 1 * UNIVERSIDAD COMPLUTENSE (~ ) ~· ........ -• EL ANALISIS COYUNTURAt: UNA RECONSIDERACION TOMO I Departamento de Politica Econ6mica Facultad de Ciencias Econ6micas y Empresariales UnivPrsidad Comnlutense de Madrid 1983 TP 1~2~ -~_:_ .. --- I'IF~LICTEC t .. Coleccion Teals Doctorates. NG 102/83 @ Alfonso Garc!a Santacruz Edita e imprime la Editorial de la Universidad Complutense de Madrid. Servicio de Reprograf!a Noviciado, 3 Madrid-8 Madrid, 1983 Xerox 9200 XB 480 Deposito Legal: t.f-11. 978-198 3 Titulo Director ALFONSO GARCIA SANTACRUZ EL ANALISIS COYUNTURAL: UNA RECONSIDERACION D. JAVIER IRASTORZA REWELTA, Catedr~tico de Pol!tica Econ6mica de la Facultad de - Ciencias Econ6micas y Empresariales de la Universidad Complutense de Madrid. Uni versidad COMPLUTENSE DE MADRID, Facultad de Cien-­ cias Econ6micas y Empresariales. Departa­ mento de Politica Econ6mica. Noviembre de 1.981. A G R A D E C I M I E N T 0 Deseo agradecer, vivamente, las cuantiosas su gerencias hechas por D. Javier Irastorza Revuelta, di­ rector de esta investigaci6n, sin cuyo patrocinio no - hubiera sido posible la realizaci6n de la misma. Agra­ dezco, asimismo, la preciosa colaboraci6n prestada por D. Pedro-Andres Yebra para la elaboraci6n del capitulo sexto. Y, c6mo no, mi agradecimiento, tambi~n, a D~ Ma ria Teresa Navas que ha sido capaz de mecanografiar p~ cientemente el texto. P R E A M B U L 0 Al someter esta tesis a la consideraci6n del tribunal que ha de juzgarla, me parece conveniente ha­ cer constar que el campo problemAtico de la misma no - es, por azar, el Analisis Coyuntural, sino que su ele£ ci6n se debe a mi especialidad profesional que proyec­ ta su atenci6n, desde hace once affos, en el campo de - la Coyuntura Econ6mica. Junto a este factor subjetivo, la observaci6n diaria de la p~rdida de habilidad pre-­ dictiva de las t~cnicas mas sofisticadas de previsi6n econ6mica, desde que comenzara la actual crisis en - - 1973/74, me hizo pensar en una revisi6n del Analisis - Coyuntural que me parece necesaria en las presentes circunstancias. Estas, y no otras, son las razones de la "investigaci6n integrada de Analisis Coyuntural" que aqui se presenta, con la pretensi6n de poner, mo-­ destamente, mi "granite de arena" en las actuales are­ nas (perd6n por la redundancia) movedizas de la coyun­ tura. j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j I N D I C E G E N E R A L j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j j I j _I N D I C E G E N E R A L INTRODUCCION ........................ pAg. II 1 . La renovada importancia del AnAlisis Coyuntural en el - memento actual .................. pAg. II 2. La necesaria reconsidera- - ci6n del AnAlisis Coyuntu-­ ral a la luz del fracaso -­ predictive de las t~cnicas mAs sofisticadas ................ pAg. IX 3. La escasez de investigacio­ nes "integradas" sobre AnA- lisis Coyuntural en Espana ...... pAg. XXXV 4. Plan de la investigaci6n ........ pAg. XLII 5. Bibliografia .................... pAg. LXXXVIII -i- -ii- CAPI'IULO 1 LOS METODOS DE PREVISION ECONOMICA A COR'.OO PLAZO Y SU RECONSIDERACION .................... pAg. 2 1 • Introducci6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pAg. 2 2. ~cnicas generales de previsi6n econ6mic a . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . . pAg. 1 4 3. Analisis de los m~todos de previ- si6n a corto plazo ........................ pAg. 33 3.1. La previsi6n mediante mode- los econom~tricos .......... o •• o ••• o • pAg. 34 3.2. La previsi6n mediante t~cni- cas extrapolati vas ....... o •••••••••• pag. 37 3.3. La previsi6n a traves de la Contabilidad Nacional Tri-- me s tr ali z ad a pag. 5o -iii- 3.4. La previsi6n mediante m~to- dos cuali tati vos .................... pAg. 52 4. Valoraci6n de los m~todos de previ­ si6n a corto plazo: Reconsideraci6n de los mismos a la luz del fracaso predictive de las t~cnicas mAs so-- fisticadas en el momento actual ........... pAg. 83 5. Bibliografia .................•.....•...... pAg. 120 CAPI'IULO 2 EL ANALISIS DE LA COYUN'IURA ECONOMICA Y LA RECONSIDERACION DE SUS DIVERSAS ES-- TRATEGIAS ..................................... pAg. 130 1 . Introducci6n .............................. pAg. 130 2. Requisites para la realizaci6n de un buen anAlisis de coyuntura ................ pag. 135 -iv- 2.1. Significado del analisis coyuntural .......................... pAg. 136 2.2. El conocimiento estadistico .•....... pag. 146 2.3. La base metodol6gica: Diver­ sas estrategias de anAlisis coyuntural y su reconsidera- ci6n en el momento actual .•......... pag. 154 2.3.a) La estrategia determinis- tica o banal . . . . . . . . . . . . . . . . pag. 1 55 2.3.b) La estrategia sintomAtica ... pag. 158 2.3.c) La estrategia sistematica o modelizada . . . . . . . . . . . . . . . . pag. 199 2.3.d) La estrategia globalizada ... pag. 204 2.3.e) Reconsideraci6n de las di­ versas estrategias en el - momento actual . . . . . . . . . . . . . . pag. 208 2.4. La importancia de la teoria econ6mica . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pag. 211 -v- 2.4.a) Morfologia del ciclo coyun- tural y Teorias del ciclo .... p~g. 213 2.4.b) El marco de referencia ...... p~g. 255 3. Institutes especializados en el an~lisis coyuntural •••oo•o •• o.ooo•o••••o•• p~g. 274 4o Bibliografia .. o •• o •••• o o •••••••••••••••••• p~g. 285 CAPITULO 3 EL TRATAMIENTO DE LAS SERIES CRONOLOGICAS Y SU UTILIZACION EN EL ANALISIS COYUNTURAL .... p~g. 297 1. Introducci6n ................... o •••••••••• p~g. 297 2. Tratamiento de las series temporales ...................... o ••••••••• p~g. 310 -vi- 2.1. Eliminaci6n de los acci- dentes identificados (At) . . . • . . . . . . . pAg. 314 2.2. Eliminaci6n de los hechos no identificados (It): Ni- velaci6n de la serie .........•...... pAg. 317 2.3. Eliminaci6n de las varia- ciones estacionales (Et) ....•....... pAg. 323 2.4. Eliminaci6n del componen­ te ·tendencial (Tt): DeteE, minaci6n del ciclo (Ct) ............. pAg. 360 2.5. Eliminaci6n del componen­ te c1clico (Ct): Determi- naci6n de la tendencia (Tt) ......... pAg. 368 3. La utilidad de las distintas series para el anAlisis coyuntu- ral: Consideraci6n prActica ............... pAg. 369 4. Bibliogra£1a .............................. pAg. 382 -vii- CAPIWLO 4 ANALISIS DEL APARATO ESTADISTICO-ECONO- MICO ESPANOL .................................. pAg. 389 1 . Introducci6n .............................. pAg. 389 2. ProblemAtic a general .................•.... pAg. 394 3. Estadisticas de producci6n ................ pAg. 402 4. Estadisticas de consv~o •...............•.. pAg. 422 s. Estadisticas de inversi6n ................. pAg. 427 6. Estadisticas de precios, sala- ries y beneficios ......................... pAg. 438 7. Estadisticas de empleo y utiliza- ci6n de la capacidad productiva ........... pAg. 450 8. Estadisticas del sector exterior .......... pag. 457 9. Estadisticas del sector pdblico ........... pAg. 460 -viii- 10. Estadisticas monetarias y financieras ..... p~g. 465 11. Sele~ci6n de indicadores disponi­ bles para el anAlisis coyuntural - de la economia espanola •..•.....••........ pAg. 469 12. Clasificaci6n de los indicadores ciclicos . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . . . . . . . . p~g. 504 13. Principales fuentes estadisticas existentes en Espaffa para el anA­ lisis econ6mico (fundamentalmente a corto plazo) ...................•....•... pAg. 510 14. Algunas conclusiones .......•.............. pAg. 534 15. Bibliografia .............................. pag. 536 CAPIWLO 5 LOS INFORMES DE COYUNTURA .................... pAg. 543 -ix- 1 . CUestiones previas ..•..............•...... p~g. 543 2. Estructura, forma de elaboraci6n y fuentes estadisticas de un in- forme de coyuntura •.•..................... p~g. 549 2.1 . Diseffo . • . • • . • • . . . • . . . • . . . • . . . . . . . . . . p~g. 549 2. 2. La introducci6n . . . . . • . . • . • . . . . . • . . . . pAg. 566 2.3. La evoluci6n pormenorizada .......... p~g. 596 2.4. El resto del informe ........•....... pAg. 656 3. La inflaci6n y el paro: anAlisis del !PC y de la EPA •...........•.......... pAg. 662 3.1 . Planteamiento ....................... p~g. 662 3.2. Los indicadores de precios en Espana .................•......... pAg. 663 3 • 3 • E l !PC . . . . • . . • . • . • . • . • . • . • . . . . . . • . . . pAg. 6 71 3.4. Los indicadores de paro .........•... pAg. 682 3.5. La EPA •....•...•.•.................. p~g. 684 -x- 4. Bibliografia ..•...•......•.•.....••...•..• pAg. 708 Anexo: Publicaciones y fuentes estadisticas para la elabora-­ ci6n de informes econ6micos, - fundamentalmente de coyuntura ....•...•.•.• pAg. 726 CAPI'IULO 6 LOS CUADROS MACROECONOMICOS COMO INSTRU­ MENID DE PREDICCION Y MARCO DE COHEREN-- CIA DE LA ACTUACION EN POLITICA ECONOMICA •...• pAg. 781 1. Planteamiento .....................•....... pAg. 781 2. Los cuadros macroecon6micos co­ mo instrurnento de predicci6n y marco de coherencia: caracteri~ tic as pAg. 784 3. Tipos de cuadros macroecon6micos ...•...... pAg. 787 -xi- 4. Estructura y forma de elabora- ci6n de un cuadro macroecon6mico ..•...•... pag. 789 4.1. Elaboraci6n del cuadro macro- econ6mico de demanda .....•.......... pag. 793 4.2. El cuadro macroecon6mico de oferta . . • . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . . . . . pag. 809 4.3. Los cuadros macroecon6micos pa- ra varios aiios (a medio pl azo) . . . . . . pag. 81 9 5. La utilidad de las "Cuentas Auxilia res" para la elaboraci6n del cuadro macroecon6mico . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pAg. 8 23 6. Analisis de los cuadros macroecon6 micos "oficiales": La necesidad de la trimestralizaci6n de la Contabi lid ad N acional . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . . . . pAg. 840 7. Bibliograf:!a ...............•..•........... pag. 846 -xii- CAPI'IULO 7 RECONSIDERACION DE LA PLANIFICACION: ESTRUCTURA DE UN PLAN ECONOMICO MO- DERNO pAg. 852 1 . Introducci6n ...•.•..•.•....•...•....•..••. pAg. 852 2. La Planificaci6n econ6mica . . . . . . • . • • . . . • . . pAg. 856 a) Teoria e His tori a ............•.•.•..... pAg. 856 b) Origen . . . . . . • . . . . . . . . . . . • . . . . • . . . . . . . . . pAg. 860 c) Caracteristicas ....•........•..•....... pAg. 862 d) Tipos de Planificaci6n .........•...... pAg. 863 3. Contenido de los Planes ........•.......... pAg. 866 4. T~cnicas de programaci6n .................. pAg. 872 5. La Plani£icaci6n Central ...•.....•..•..... pAg. 874 -xiii- a) Significado ....•..•.....•...•.......•.. pAg. 874 b) Los cuatro modelos ...•.•...•..........• pAg. 875 6. La Planificaci6n indicativa ........•.•.... pag. 884 a) Generalidades ..•.•.•.•.•...•.•......... pag. 884 b) La Planificaci6n francesa ..•.•......... pag. fr87 c) La Planificaci6n espanola .....•........ pAg. 889 7. Estructura de un Plan econ6mico de corte moderno referido a Espana pAg. 901 a) Planteamiento ....•..........•.......... pag. 901 b) El marco te6rico de referencia ......... pAg. 903 c) Estructura del Plan .......•............ pAg. 91 5 8. Bibliograf:f.a ...............•.....•.....•.. pAg. 926 CONCLUSIONES pag. 931 INDICE BIBLIOGRAFICO pag. 956 I N T R 0 D U C C I 0 N I N D I C E 1 .- La renovada importancia del AnAlisis Coyuntural en el - momento actual ................. pAg. II 2.- La necesaria reconsidera- - ci6n del AnAlisis Coyuntu-­ ral a la luz del fracaso -­ predictive de las t~cnicas mas sofisticadas 3.- La escasez de investigacio­ nes "integradas" sobre AnA- pAg. IX lisis Coyuntural en Espafia ..... pag. XXXV 4.- Plan de la investigaci6n ....... pAg. XLII I 5.- Bibliografia ................... pAg. LXXXVIII -II- INTRODUCCION 1 .- La renovada importancia del anAlisis coyuntural en el momento actual.- Como senala A. Vincent (1) el anAlisis coyun­ ·tural es el estudio de la situaci6n econ6mica en su ! sentido mAs amplio y de su evoluci6n en el tiempo ahora bien, la conclusi6n mAs importante a la que han llegado los observadores econ6micos de las economias - capitalistas es que la inestabilidad fundamental de la economia se traduce y expresa en oscilaciones recurre£ tes, aunque no peri6dicas, de la prActica totalidad de las variables observadas, lo que significa que el ci- (1) Vid. Vincent, A.: Initiation ala Conjoncture Eco­ nomique, PUF, Paris 1947. -III- clo determina no s6lo el objetivo del anAlisis coyunt~ ral, sino, ademas, el ambito temporal del mismo. Una - de las consecuencias inmediatas de la actual crisis ha sido la de cortar de raiz las discusiones iniciadas al final de los affos 60 acerca de la desaparici6n del ci­ clo econ6mico (2). Hasta 1973 se aceptaba ampliamente que "la evoluci6n subsiguiente a la Gran Depresi6n y a la II Guerra Mundial en el campo de la economia te6ri­ ca y de la informacion econ6mica y las modificaciones estructurales en el seno de las economias occidentales, habian alterado la naturaleza del ciclo econ6mico y -­ reducido la importancia de las fluctuaciones de la - - actividad econ6mica, en relaci6n con otros problemas - sociales y econ6micos" (3); sin embargo en la actuali­ dad, la propia gravedad de la crisis y el fracaso de - (2) Vid. Zarnowitz, V.: The Business Cycle Today, An­ Introduction, en The Business cycle today, NBER, - 1972. (3) Zarnowitz, V.: op. cit. pAg. 5. -IV- los mAs sofisticados m~todos predictivos (4) han hecho reconocer a los expertos que "los anuncios acerca de - la muerte del ciclo econ6mico h·an sido prematuros. Co­ mo mAximo, su virulencia ha podido ser algo dominada" (5). Esta es la causa fundamental de la renovada impo~ tancia del anAlisis coyuntural en la actual ~poca de - crisis en las econom!as de mercado. Por otra parte, ha existido siempre un cier­ to conflicto entre el enfoque estructural del estudio y previsi6n de los movimientos de la actividad econ6mi ca, segdn el cual el carActer recurrente de dichos mo­ vimientos es un dato poco significative, y el enfoque coyuntural, donde el carActer recurrente de las fluc-­ tuaciones c!clicas representa el hecho mAs importante. (4) Vid. Ascher, W.: Forecasting. An Appraisal for po­ licy-makers and planners, The J. Hopkins Universi­ ty Press, 1978. (5) Samuelson, P.A.: Economics, 10 edici6n, 1976. pAg. 266. -V- Como seilala acertadamente Pedro Schwartz "mientras es­ tuvo en boga la plani£icaci6n se construia un modelo - de la economia .... Este modelo era un resrtmen de la­ estructura econ6mica del pais .... Tal modelo de la -­ economia se empleaba luego de la misma forma que los - ingenieros navales utilizan sus modelos a escala de bu ·ques en tanques de simulaci6n, .... en tiempos recien-­ tes, se ha tornado un atajo: el de la iteraci6n por me­ diode cuadros macroecon6micos" (6). Asi pues, parece claro que en epocas de estabilidad de la estructura -­ econ6mica, el anAlisis estructural toma ventaja sobre el anAlisis coyuntural, y lo contrario sucede en epo-­ cas de crisis como la actual donde retoma importancia creciente el anAlisis coyuntural, el anAlisis a corto plazo. A pesar de ello, el aparente divorcio entre los anAlisis coyuntural y estructural estA en vias de solu ci6n merced a los impulsos registrados en el campo de la informaci6n econ6mica que ha conducido a la utiliza (6) Schwartz, P.: Libertad y Prosperidad, Instituto de Economia de Mercado, Madrid, 1978, pag. 229. -VI- ci6n generalizada de la Contabilidad Nacional Trimes-­ tralizada, que es un instrumento operative y eficaz p~ ra ambos tipos de anAlisis. Efectivamente, el desarro­ llo de las Contabilidades Nacionales se ha acelerad~ - impulsado por los organismos internacionales, y actual mente se asiste a la ma~iva implantaci6n de los siste­ mas de cuentas nacionales trimestralizadas que provoc~ rA una verdadera revoluci6n en el campo del anAlisis a corte plazo propio del anAlisis coyuntural, y supon­ dr~ un acercamiento al campo del medio-largo plazo, - propio del enfoque estructural o analitico. Existe, una tercera causa fundamental de la renovada importancia actual del anAlisis coyuntural: la Historia del pensamiento econ6mico (7) pone de man! fiesto que los problemas coyunturales manifestados a - trav~s del anAlisis econ6mico a corto plazo en determi nados mementos hist6ricos han servido de acicate para (7) Vid. Landreth, H.: History of Economic Theory. -­ Scope, Method and Content, Houghton, Miffin, 1976. -VII- los avances subsiguientes de la teoria econ6mica, a fin de que suministrase los conocimientos adecuados p~ ra solucionar los problemas surgidos y caracterizados, en primera instancia, como coyunturales. Es por tanto perfectamente probable que la crisis actual, caracteri zada como coyuntural en un primer momento, sea el aci­ cate para futuros avances en la teoria econ6mica que - suministren los conocimientos necesarios para salir de la misma. Efectivamente, si· nos fijamos en las grandes escuelas, empezando por la Escuela clAsica nos en-­ contramos con que frente al problema del estado esta-­ cionario surgido en la etapa del despegue del capita-- - lismo, surge la Teoria ClAsica que intenta y consigue solventar ese peligro; mAs adelante, cuando el capita­ lismo se encuentra en pleno auge, surge el problema de la tendencia monopolistica de la economia, con el peli gro de que precio "natural" y precio de "mercado", se fuesen separando cada vez mAs dando lugar a una mala - asignaci6n de recursos, apareciendo entonces la Teoria NeoclAsica, basada en el funcionamiento libre del mer­ cado que conduciria a una asignaci6n 6ptima de recur-­ sos y al bienestar general de toda la sociedad, en si­ tuaci6n de pleno empleo, poniendo asi remedio al pro-­ blema surgido; a raiz de la crisis de 1929, se pierde la confianza en el laissez faire incontrolado, debido al fallo de los supuestos neoclAsicos. surge entonces -VIII- la Toria Keynesiana, que propugnando el control de la demanda agregada para aproximar la economia al pleno - empleo, soluciona la crisis, pasAndose de un Capitali~ mo liberal a una Economia de Mercado Dirigida. En los ultimos affos, desde la aparici6n de la actual crisis , se ha puesto en duda la validez de la teoria econ6mica convencional, para explicar las causas de la misma y - se estan explorando nuevos campos te6ricos (este es el caso de las Teorias de la Oferta), a fin de explicar - y solUcionar los problemas surgidos con la crisis; a pesar de ello, no parece haberse llegado aun al esta-­ blecimiento de una teoria con ruficiente potencia ex-­ plicativa para los actuales problemas. Por ultimo, el anAlisis coyuntural adquiere - renovada importancia en la actualidad como consecuen-­ cia de los estrechos limites que la crisis impone a las actuaciones de la polftica econ6mica coyuntural en todas sus vertientes (politica monetaria, fiscal, de - Seguridad Social, politica comercial exterior, politi­ ca de empleo, y politica de precios y rentas). Efecti­ vamente, el estrecho margen de acci6n de las politicas coyunturales a la hora de conseguir sus objetivos, co­ mo consecuencia de la limitaci6n de recursos impuesta por la crisis, hace que el analisis coyuntural, base - de las actuaciones de politica coyuntural, deba ser ca -IX- da vez mAs exigente, lo que conduce a una elaboraci6n mAs rigurosa y a la necesidad de abordar problemas a - veces nuevos, como el de la energia, y a veces viejos pero que renacen con impetu, como el problema del des­ empleo o el de las insuficiencias del Sistema de Segu­ ridad Social. 2.- La necesaria reconsideraci6n del anAlisis coyuntu­ ral, a la luz del fracaso predictivo de las t~cni­ cas mAs sofisticadas.- El anAlisis coyuntural abarca el estudio de ~ la evoluci6n reciente de las principales variables ec2 n6micas, la identificaci6n de las causas que han dete~ minado dicha evoluci6n y la elaboraci6n de un conjunto de previsiones sobre el comportamiento futuro, a corto plazo, de las mismas. El analisis de coyuntura se realiza con el ob jetivo primordial, de conocer lo que puede suceder en la economia, una vez analizada su situaci6n y su prev£ sible evoluci6n, si no se toman medidas de politica -­ econ6mica, o de proponer las medidas que pueden tomar- ~- se en el caso de que el curso previsible de los acont~ cimientos econ6micos no sea deseable, y estudiar los - efectos sobre los mismos de aquellas medidas. En definitiva, el anAlisis coyuntural preten­ de llegar a conclusiones fiables, sobre la situaci6n - de la economia en el ciclo econ6mico en un determinado momento, y si es previsible un cambio de tendencia, a fin de posibilitar las oportunas acciones de politica econ6mica ante una situaci6n actual o futura que se -­ considera no deseable, siempre en el Ambito temporal - del corto plazo. La predicci6n aparece como un aspecto decisivo, a la vez que el mAs complejo de los que int~ gran el anAlisis de la coyuntura, puesto que predecir el futuro de forma con~istente es la tarea del coyunt~ ralista. Para ello se han utilizado, a lo largo de la Historia del AnAlisis Coyuntural, distintas estrate- - gias que comportan diversos m~todos de prevision. H La estrategia deterministica se sustenta en el su-­ puesto de que las fuerzas subyacentes en economia no - van a cambiar en cuanto a su comportamiento y por tan­ to, en aplicaci6n de esta estrategia se utiliza como - m~todo de previsi6n las t~cnicas estadisticas extrapo­ lativas, de las cuales la mAs sofisticada es la t~cni- -XI- ca Box-Jenkins. Esta estrategia presenta tales limita­ ciones para el anAlisis coyuntural que la hace absolu­ tamente desaconsejable, excepto para periodos en que - las series analizadas presentan cierta regularidad en su comportamiento, es decir, no es previsible un cam-­ bio de tendencia. Las limitaciones a que nos referimos son las siguientes: a) - No tiene detras ningrtn sustrato te6rico­ econ6mico. b) - Debido a su supuesto basico, no permite prever los picos y valles (mAximos y mi­ nimos del ciclo) de la coyuntura. c) -No permite ninguna simulaci6n respecto a la incidencia de politicas econ6micas a! ternativas, sobre la situaci6n o evolu-­ ci6n de los acontecimientos econ6micos. Todo lo mas que permite es realizar anAlisis coyuntural, bajo supuestos "ceteris-paribus", en los - mementos en que precisamente es menos necesario dicho anAlisis. A pesar de ello, esta estrategia es amplia-- -XII- mente utilizada, sobre todo a traves de los modelos -­ ARIMA univariantes, basados en la t~cnica Box-Jenkins, a nuestro juicio con unos resultados poco edificantes en los actuales mementos de crisis y mutaciones casi - permanentes. H La estrategia sintomAtica, se basa en el supuesto de que toda situaci6n econ6mica presenta signos de c6- mo se va a comportar la economia en el futuro inmedia­ to y en consecuencia permite pronosticar el futuro de forma consistente; para ello utiliza el m~todo de pre­ visi6n llamado "cuali tati vo" ,sintetizado en tres subm~ todos que se complementan mutuamente: el de los indica dores ciclicos (fundamentalmente anticipados), el de - las encues.tas de expectati vas, y el de opiniones de e~ pertos. Esta estrategia, utilizada profusamente en los affos 20, y cuya habilidad predictiva estA suficiente-­ mente probada, tanto en period~s de estabilidad como - de crisis, permite obtener conclusiones consistentes - en lo que se refiere a la anticipaci6n de los puntos - de inflexi6n del ciclo econ6mico, y a~n cuando carece de un soporte te6rico-econ6mico que lo sustente y no - permite la simulaci6n de politicas econ6micas concre-­ tas, si es posible mediante la misma obtener recomenda ciones de politica econ6mica en el sentido de endere-- -XIII- zar una determinada situaci6n an6mala o de proseguir por un determinado sendero que se considera el adecua­ do. H La estrategia sistemAtica,se basa en el supuesto de que los aportes de la teoria econ6mica permiten esta-­ blecer una serie de relaciones funcionales entre las - distintas variables macroecon6micas que sinteticen los rasgos mas sobre~alientes de la actividad econ6mica, - lo cual permite la obtenci6n de pron6sticos consisten­ tes sobre el futuro econ6mico, mediante la utilizaci6n del m~todo de previsi6n consistente en la utilizaci6n de modelos econom~tricos. Esta estrategia, que alcanz6 sus mayores ~xitos predictivos en los anos 50 y 60, -­ permite eliminar los "errores de diagn6stico", cometi­ dos con la utilizaci6n de la estrategia deterministica, en el entorno de los cambios de tendencia, y los peli­ gros de incurrir en el e£ecto roopmas, que consiste en la obtenci6n de "pron6sticos sin teoria", propiciados por la estrategia sintomatica. Por otra parte, la es-­ trategia sistemAtica permite la simulaci6n de distin-­ tos escenarios a fin de determinar los efectos de polf ticas alternativas. Siendo te6ricamente la estrategia mas perfeccionada, presenta limitaciones por la situa­ ci6n del aparato estadistico-econ6mico del pais donde -XIV- se aplique y por la incapacidad de la teoria econ6mica que la respalda de explicar adecuadamente el ciclo eco n6mico; ~sta dificultad se agrava considerablemente en periodos de crisis y mutaciones constantes de la es- - tructura econ6mica como el actual, habi~ndose observa­ do una p~rdida de habilidad predictiva de los modelos econom~tricos como consecuencia de este hecho, lo que desaconseja su utilizaci6n, excepto en periodos de es~ tabilidad de la estructura econ6mica. H· La estrategia globalizada, basada en el supuesto de una consideraci6n conjunta de los elementos que confo£ man una determinada situaci6n econ6mica, permite lao£ tenci6n de conclusiones adecuadas acerca de su previsi ble evoluci6n, a trav~s de la utilizaci6n de los m~to­ dos de previsi6n cuyo soporte es la Contabilidad Naci£ nal Trimestralizada. Esta estrategia, con una conside­ rable habilidad predictiva,posibiltialaaonvergencia del anAlisis estructural y el anAlisis coyuntural, median­ te la elaboraci6n de cuadros macroecon6micos trimestr~ lizados desde las tres vertientes de la oferta, la de­ manda y la distribuci6n, y su posterior integraci6n. - Siendo manifiesta la capacidad de esta estrategia, tr£ pieza sin embargo con la limitaci6n que supone la no - existencia de Cuentas Nacionales · '!Timestrales en mu- - -XV- chos paises como el nuestro. Como ya hemos puesto de manifiesto, la crisis de 1974 puso en cuesti6n la habilidad predictiva de -­ las t~cnicas mAs sofisticadas, hecho este que nos ind~ ce a una reconsideraci6n del anAlisis coyuntural a la luz de la p~rdida de habilidad predictiva de esas t~c­ nicas. Veamos en qu~ sentido debe hacerse esa necesaria reconsideraci6n y en consecuencia qu~ estrategia es la mAs adecuada para el anAlisis coyuntural en los actua­ les momentos. En 1947 se public6 la conocida obra de Klein sobre la revoluci6n Keynesiana, en la que se expresaba la convicci6n en la pronta resoluci6n de los problemas de previsi6n econ6mica, mediante la elaboraci6n de mo­ delos econom~tricos de corte keynesiano (8). Ese mismo affo salia a la luz la critica de Koopmans a los traba- (8) Vid. Klein L.R.: La revoluci6n Keynesiana. Ed. Re­ vista de Derecho Privado, Madrid, 1954. -XVI- jos empiricos del NBER sobre predicci6n econ6mica (9). A partir de ese momento, y durante el tercio de siglo subsiguiente, la estrategia sistemAtica se consolid6 - como forma de operar del anAlisis coyuntural. Sin em-­ bargo, a partir de los primeros affos 70, y como conse­ cuencia de la crisis ocurre un hecho relevante, expre­ si6n clara de la crisis de confianza en el universo -­ conceptual postkeynesiano que ha conducido a la propia crisis de la estrategia sistemAtica, como forma de ela borar predicciones consistentes sobre el futuro econ6- mico: la arrolladora vuelta al empirismo de los affos - 20, que tuvo destacados representantes en Berlin y H~ vard (10), donde se elaboraron los conocidos "bar6me­ tros", que cayeron en un total abandono a partir de la Gran Depresi6n. Efectivamente, el NBER en los dltimos affos en Estados Unidos, cuyos estudios empiricos sobre (9) Koopmans, J.C.: Measurement without theory, The­ Revue of Economics and Statistics, Agosto 1947. (10) Piatier, A.: Statistique et observation ~conomi-­ que, PUF, Paris, 1961, Torno II. -XVII- el ciclo son referencia obligada para los coyuntura-­ listas, el National Institut of Economic and Social Re search de Inglaterra desde 1974 (11), la Central Sta-­ tistical Office, tambi~n en Inglaterra, desde 1975, (12) en CanadA desde 1981 y sobre todo los trabajos de la correspondiente comisi6n de la OCDE desde 1978 (13), constituyen los principales exponentes de este retorno al empirismo tan fuertemente criticado con anteriori-­ dad. La situaci6n aparece, pues, radicalmente --­ transformada a1 disminuir la confianza en la capacidad analitica de la teoria econ6mica convencional y en la habilidad predictiva de los modelos econom~tricos que (11) Vid. O'Dea, D.J.: Cyclicar Indicators for the postwar Brithis Economy, Cambridge University Press, 1975. (12) C.S.O.: Cyclical indicators for the U.K. economy. Economic Trends, Marzo 1975. (13) Vid. p.e.: OCDE, Principaux indicateurs ~conomi-­ ques, Junio 1981. -XVIII- en ella se apoyan. H La experiencia ha puesto de manifiesto la incapaci­ dad de la estrategia sistemAtica para, utilizando la - econometria, predecir de forma consistente el futuro cuando se producen cambios estructurales en el sistema econ6mico. Ello es debido, dejando aparte la posible - mala especificacion de modelos concretes, a la inexis­ tencia de una teoria capaz de predecir adecuadamente - un cambio socioecon6mico. La teoria economica tradici£ nal no proporciona ninguna ayuda en este aspecto y las nuevas teorias neoliberales de la oferta no ofrecen tampoco explicaciones definitivamente vAlidas de la ac tual situaci6n de crisis que ocarrea mutaciones cons-­ tantes en la estructura econ6mico-social de las distin tas sociedades. Por ello, los modelos econom~tricos han perdi do la habilidad predictiva que tenian en momentos de - estabilidad de la estructura econ6mica, cuando el uni­ verse te6rico conceptual que los respaldaba explicaba adecuadamente el funcionamiento del sistema econ6mico. En este sentido Cooper (14) compar6 y evalu6, ya en -- (14) Vid. Cooper, R.L.: Predictive performance of qua­ terly models, en Econometric Models of Cyclical - Behavior, G. Hickman, 1972. I 1 1 -XIX- 1972, los principales modelos econom~tricos trimestra­ les de Estados Unidos (los modelos Friend-Taubman, - - Fromm, Liu, Goldfeld y Wharton) con respecto a su cap~ cidad predictiva, obteniendo resultados francamente de sastrosos y demostrando que los citados modelos econo­ m~tricos fracasaron en sus pron6sticos como consecuen­ cia de la evidencia de los cambios estructurales que , ya por entonces, se estaban produciendo en la economia norteameri~ana, y de la ~rdida de validez de los su-­ puestos de teoria econ6mica convencional que los res-­ paldaban. MAs· recientemente se han descubierto errores de predicci6n en los tres grandes modelos econom~tri-­ cos de previsi6n a corto plazo utilizados en los Esta­ dos Unidos: el Chase Econometrics, el Data Resources y el Wharton-EFA del profesor Klein. Efectivamente (15), las predicciones que sobre el crecimiento del PNB nor- (15) Business Week: Where the big econometric models­ go wrong, 30 de marzo de 1981, pAg. 98 a 102. -XX- teamericano se elaboraron en diciembre de 1979 para-­ los cuatro trimestres de 1980 a trav~s de los 3 gran-­ des modelos antedichos fueron las siguientes: a) Modele Chase: previsi6n del crecimiento -- del PNB para el I trimestre, -6,1 %; pre vi si6n para el II trimestre, -1,7 %; pre vi- si6n para el III trimestre, 1 , 1 %; pre vi- si6n para el IV, 3,4 %. b) Modele Data Resources: I trimestre, -4,6 %; II, -2,4 %; III, 1,7 %; IV, 1,9 %. c) Modele Wharton: I trimestre, -2,1 %; II, - -1,8 %; III, 0,5 %; IV, 2,8 %. Los datos reales sobre crecimiento del PNB -­ norteamericano, fueron para 1980 los siguientes: I tri mestre, 3,1 %; II, -9,9 %; III, 2,4 %; IV, 4,0 %. De la comparaci6n de los datos reales con las previsiones, se deduce que los errores de los "tres -­ grandes" fueron de una magni tud considerable, destac~ do ademAs el heche de que tales predicciones han sido -XXI- tanto mAs err6neas, cuando menos alejadas en el tiempo, lo que pareceria impensable en modelos de previsi6n a corto plazo. Como consecuencia de la p~rdida de habilidad predictiva de estos modelos, la Administraci6n Reagan ha abandonado los mismos y pretende utilizar para sus previsiones econ6micas los modelos Claremont Institute, Evans Econometrics y Merrill-Lynch que incorporan su-­ puestos te6ricos neoliberales. Sin embargo estos mode­ los han previsto, para 1981, crecimientos muy dispares para el PNB de la economia norteamericana: asi el mode lo Claremont prevee un crecimiento del 0,3 %en t~rmi­ nos reales; el modelo Evans prevee un crecimiento del 2,5 %, y el modelo Merrill-Lynch del 0,6 %. La cues-­ ti6n que se plantea y que pone en entredicho la capac! dad de esos modelos para elaborar previsiones consis-­ tentes es, c6mo puede haber disparidades predictivas - de esa magnitud entre modelos que tienen el mismo sus­ trato te6rico procedente del universo conceptual neoli beral y utilizan el mismo aparato estad!stico. Si los modelos econom~tricos parecen haber perdido su habilidad predictiva, y esto no es menos cierto para Espana, con un aparato estadistico-econ6m! co poco desarrollado, que para Estados Unidos, se hace -XXII- preciso reconsiderar el anAlisis coyuntural en el sen­ tido de encontrar un m~todo capaz de llevarnos a con-­ clusiones fiables sobre la situaci6n de la actividad - econ6mica y su posible cambio de tendencia, abandonan­ do, al menos mientras persistan las actuales condicio­ nes de crisis tanto a nivel te6rico como de actividad, la denominada estrategia sistemAtica con fines de anA­ lisis coyuntural. El camino para esta reconsideraci6n parece ser la vuelta al empirismo. * Dentro del empirismo, es necesario retornar al estu dio de las regularidades observables en las series eco n6micas, y de sus desfases. En este sentido la estrat~ gia deterministica, fundamentalmente a trav~s de las - t~cnicas ARIMA-Box-Jenkins, en la medida en que desc~ I san sobre modelos probabilisticos y no econ6micos, - - constituyen un exponente de este retorno al empirismo. (16). En concreto se ha demostrado (17) que los pron6~ (16) Vid. Chatfield, C.: The analysis of time series Theory and practice, Chapman and Hall, 1975. (17) Chatfield, c.: op. cit. pAg. 99. -XXIII- ticos elaborados sobre la base de modelos univariantes Box-Jenkins son mejores que los obtenidos utilizando - para la economia norteamericana el famoso modelo Whar­ ton patrocinado por el Premio Nobel Klein. Esta estra­ tegia es dtil para predecir los valores de los indica­ dares, deduci~ndolos del inmediato pasado y de la his­ toria de la serie con el objeto de suministrar datos - actuales para el anAlisis coyuntural, sobre todo cuan­ do se utilizan cuadros de indicadores. Sin embargo la aplicaci6n de esta estrategia presenta varios proble-­ mas: por una parte, y este es el caso de Espana, de a! gunos indicadores importantes no se dispone de series temporales su£icientemente largas o, disponiendo de -­ ellas, no responden a un criterio metodol6gico homog~­ neo de elaboraci6n a lo largo del periodo sometido a - estudio; en otros casos, el problema reside en el ~xc~ sivo retraso en la elaboraci6n y publicaci6n de los da tos, lo que obliga a predecir a periodos por delante - superiores a los aconsejables, teniendo en cuenta el - ensanchamiento de las bandas de confianza de las pre~ siones y la subsiguiente p~rdida de precisi6n en las - mismas. Con estas salvedades, la estrategia determini~ tica tiene su mayor operatividad en la actualizaci6n - de los valores de determinadas variables, homogeneiz~ do asi los cuadros de indicadores, que suelen elabor~ se con fines de anAlisis coyuntural, en lo que se re-- -XXIV- fiere al periodo temporal considerado. No obstante, en periodos de crisis como el actual, la t~cnica Box-Jen- 1 kins viene experimentando errores de predicci6n: efec- tivamente, empleando el anAlisis univariante, una pre­ visi6n del indice espaflol de consume de energia el~c-­ trica (base 1965 = 100) .elaborada en diciembre de 1980, di6 un valor, para enero de 1981 de 420,4 , siendo el valor real del indice 409,5. Para el case de las ven­ tas en grandes almacenes (indice base 1963 = 100) se obtuvo un valor de 3976,8 , siendo el valor real -- 3831,0. Se observa, pues, que las previsiones no son demasiado ajustadas. Tambi~n resultaron poco ajustadas a la realidad las previsiones de otros indicadores de la economia espanola. De cualquier modo, no son esos errores los -­ que invalidan a la estrategia deterministica como m~t£ do mAs apropiado para el anAlisis coyuntural, sino la limitaci6n que presenta la propia estrategia en el se~ tide de su incapacidad para prever los puntos criticos de la coyuntura y la imposibilidad de hacer, con la -­ misrna, distintas simulaciones de politica econ6mica. - No es por est a v:f a, per tanto, por donde debe ir la n~ cesaria reconsideraci6n del anAlisis coyuntural, a pe­ sar de sus grandes dosis de empirismo. -XXV- H La denominada estrategia ''glob ali zada", es la de - mAs reciente utilizaci6n en el anAlisis coyuntural y - puede ser una via de reconsideraci6n en los actuales mementos de crisis. Eminentemente emp!rica, pero sin perder de vista las interrelaciones entre los distin­ tos elementos que conforman el sistema econ6mico, per­ mite a tra~s de un conjunto de estudios de carActer - predictive efectuados sobre la base de las cuentas na­ cionales trimestralizadas, "obtener un diagn6stico ade cuado de la situaci6n econ6mica y la preparaci6n de -­ las oportunas decisiones de politica econ6mica" (18). La utilizaci6n de la estrategia globalizada , se ha hecho posible porque "tanto la cantidad como la calidad de la informaci6n econ6mica ha crecido extrao~ dinariamente a trav~s de la que ha sido denominada "r~ voluci6n estadistica" que comenz6 durante la II Guerra Mundial en la mayor parte de los paises" (19). El pro- (18) Didier, M.: Les projections ~conomiques d'en semble, PUF, Paris, 1979, pag. 4. (19) Zarnowitz, V.: The business cycle today: An Intra duction, en The business cycle today, NBER, 1972, pag. 10. -XXVI- greso de 1a calidad, tanto por las t~cnicas utilizadas en la obtenci6n de informaci6n, como por la coherencia y sistematizaci6n impuestas por el desarrollo de los - Sistemas Nacionales de Contabilidad, ha sido uno de -­ los fen6menos mas relevantes que ha conducido a la im­ plantaci6n de esta estrategia. "A finales de los affos 40 parecia que los economistas habian conseguido, al - fin, la precisa combinaci6n de hechos y teorias, al m~ nos a ni vel macroecon6mico" ( 20). El desarrollo de las Contabilidades Nacionales, impulsado por los organis-­ mos internacionales, ha conducido a la implantaci6n m~ siva de las cuentas nacionales trimestralizadas, que - son el instrumento que hace viable la estrategia a que nos estamos refiriendo, y que transformara completa-­ mente en un futuro no lejano el campo del corto plazo propio del anAlisis coyuntural, integrandolo en el anA lisis estructural elaborado a partir de las Cuentas Na cionales Anuales. (20) Rodriguez, J.: Las encuestas coyunturales, su em­ pleo en Espana, B. de Espana 1975, pAg. XVI. -XXVII- Los paises que disponen de una Contabilidad - ' Nacional Trimestralizada en el seno de la OCDE son, E~ tados Unidos, CanadA, Jap6n, Austria, Finlandia, Fran­ cia, Alemania, Italia, Suecia y Gran Bretaffa. Espana, desgraciadamente no posee un Sistema de Cuentas Nacio­ nales Trimestralizadas, por lo cual no es posible apl! car la estrategia globalizada para obtener el PIB tri­ mestral y las demAs macromagnitudes que integran los - c~adros macroecon6micos desde las tres 6pticas clAsi-­ cas de la oferta, la demanda y la distrituci6n, en co- -herencia con la Contabilidad Nacional Anual. Esta es-­ trategia no puede, por tanto, ser empleada en Espana con fines de anAlisis coyuntural, mientras no exista - una Contabilidad Nacional Trimestralizada, y debe que­ dar descartada, por el memento, en esta reconsidera- - ci6n del analisis econ6mico a corto plazo, aun cuando no por ello debemos dejar de seftalar la necesidad de - disponer cuanto antes de ese preciado instrumento de - anAlisis que es la Contabilidad Trimestralizada que sin duda revolucionara el campo del corto plazo. De cualquier modo, esta estrategia, aun cuando se desarr£ lle plenamente, presentarA la enorme limitaci6n de te­ ner que utilizar datos trimestrales (y no mensuales) , por lo que nunca podrA ser mAs que un complemento de - otras estrategias de anAlisis coyuntural, hasta tanto -XXVIII- no se llegue a la elaboraci6n de un Sistema de Cuentas Nacionales Mensuales. H De las estrategi as de ,anAlisis coyuntural, han que­ dado descartadas como posibles vias de reconsideraci6n en el momento actual, la estrategia sistemAtica, la d~ terministica y la globalizada (en el caso de Espana al no disponer de una Contabilidad Nacional Trimestraliz~ da). Parece que la necesaria reconsideraci6n debe dis­ currir por la senda de la estrategia sintomAtica, que presenta una gran habilidad predictiva, tanto en peri£ dos de estabilidad como de crisis, habilidad demostra­ da por institutes tan prestigiosos como el IFO de Mu-­ nich, el INSEE de Paris y el ISCO italiano. Si conveni mos que el inter~s fundamental delanAlisis de coyuntu­ ra estA en la determinaci6n de los puntos de cambio de coyuntura o puntos extremos,que posibiliten la toma de decisiones politico-econ6micas adecuadas, esta estrat~ gia es la que, en los actuales mementos de crisis, - - muestra predicciones mAs consistentes y adecuadas a la realidad econ6mica. Efectivarnente: En los ~ltimos 30 affos ha habi do una aut~ntica explosi6n en la medici6n econ6mica -­ que preludia, dicho sea de paso, fuertes avances te6ri -XXIX- cos. En los anos 50 y por iniciativa del IFO de Munich y del INSEE franc~s aparecen las encuestas de opinio-­ nes (que es uno de los m~todos utilizados con profu- - si6n por la estrategia sintomAtica), primero a los ern­ presarios y extendidas despu~s a los consumidores, so­ bre la evoluci6n y previsi6n de una serie de variables significativas en el campo econ6mico: nivel de produc­ ci6n, nivel de existencias, carteras de pedidos, ventas, precios, etc., algunas de ellas de dificil cuantifica­ ci6n ( 21). Al desinteresarse por la magni tud de la va­ riable y fijarse unicamente en el cambio cualitativo - (con referencia al periodo anterior o sohre un nivel - consider ado como "normal") permi te una ganancia de tiempo importante (no inferior a tres meses) y una es­ timaci6n ex-aute de la variable objeto de anAlisis, en riquecida con la disponibilidad de nuevas variables de (21) Vid. Kragh, B.: Valoraci6n de las encuestas deC£ yuntura industrial, con especial referencia a Es­ pana, en REE, Afto 2, nQ 3; Andersen, 0.: The Busl ness test of the IFO and its theoretical model, - en Revue de L'Institut International de Statisti­ que, vol. 20, nQ 1, 1951; Rodriguez, J.: op. cit. -XXX- tipo cualitativo. Pues bien, durante los aflos que lle- . ; I vamos sumidos en la crisis que comenzAra en 1973/74, - se ha observado un sorprendente buen ajuste entre las variables obtenidas a tra~s de encuestas y las corres pondientes num~ricas (cuando existen), lo que ha prOV£ cado una cada vez mAs amplia utilizacion de estas en-­ cuestas y su extensi6n a otros campos. En el caso de - Espana, aun cuando el empleo de encuestas es relativa­ mente reciente (el Ministerio de Industria realiza en­ cuestas a empresarios desde septiembre de 1963), se ha observado un ajuste excelente entre la tendencia de la produccion y la cartera de pedidos, obtenidas de las - encuestas de opiniones empresariales del Ministerio de Industria, y las correspondientes variables num~ricas, de tal modo que el R2 entre la tendencia de la produc­ ci6n (indicador cualitativo) y la producci6n indus- -­ trial (correspondiente variable num~rica) result6 ser . 2 . de 0,92 , y el R entre la cartera de pedidos y la pr£ ducci6n industrial de 0,91 , para el perfodo que va ~­ desde el comienzo de la crisis hasta el momenta actual. Es por ella que estamos de acuerdo con A. Piatier (22) (22) Vid. Piatier, A.: Business cycles surveis, their utilization for forecasting, CIRET, 14 Conferen-­ cia, 1979. -XXXI- en senalar la escasa fiabilidad del dato numerico y -­ el alto coste de su obtenci6n en relaci6n con la gan~ cia obtenida 'en la precisi6n del pron6stico,· como ar~ '. I mentos a favor de la utilizaci6n de la estrategia sin- tomAtica para el anAlisis coyuntural, mediante el estu diode la informa~i6n obtenida a traves de encuestas. I En este mismo sentido, con la utilizaci6n de la informaci6n cualitativa procedente de las encuestas de opiniones empresariales, el INSEE frances pudo pre- ' I I ver puntos de inflexi6n en la coyuntura francesa a - I lo larg'o de la actual crisis con una anticipaci6n de , I· al menos, 3 meses, que han resultado ajustados a la -- realidad: de este modo se pronosticaron minimos para - I I I los meses de mayo de 1975 y diciembre de 1977, y mAxi- 1 I I mos en septiembre de 1976 y julio' de 1979. Igualmente, y por el mismo procedimiento, el IFO de Munich formu-- 16 predicciones acertadas para la economia alemana, -- ; ., l . : I con minimos en los meses de julio de 1975 y marzo de - . I 1978, y mAximos en febrero de 1977 y marzo de 1980. -- ' I El ISCO italiano, por su parte, pronostic6 minimos pa- l I I I ra mayo de 1975, y diciembre de 1977, y mAximos en los I I meses de diciembre de 1976 y I r marzo de 1980. En el ca-- so de Espana, utilizando I nosotros, pudimos prever I I ral bastante ajustados a I ese mismo tipo de informaci6n, I I puntos de inflexi6n coyuntu-- 1 la realidad, con minimos en - los meses de febrero de 1976 y junio de 1978, y mAximos I -XXXII- en febrero de 1977. Otra de las lineas de acci6n de la estrategia sintomAtica es la utilizaci6n de indicadores adelanta­ dos a fin de determinar los puntos de cambio de coyun­ tura. Pues bien, la observaci6n de las series que han mostrado un adelanto consistente respecto a tales pun­ tos parece una linea de trabajo apropiada en los actua les momentos. Efectivamente, el indi~ador sint~tico de las series adelantadas, funcion6 con total correcci6n en la previsi6n del mAximo del ciclo de la economia -­ norteamericana en 1973, con cinco meses de adelanto, - proporcionando tambi~n, despu~s. buenos resultados. -­ Tambien obtuvieron buenes resultados, aplicando esta - linea de anAlisis, el IFO, el ISCO y el INSEE, para la previsi6n de puntos extremos durante la crisis en las economias alemana, italiana y francesa, respectivamen­ te. En Espafia, el anAlisis coyuntural a trav~s de ind! cadores adelantados, presenta todavia algunos proble-­ mas referidos a la cronologia de referencia y a la cla sificaci6n de indicadores ciclicos en adelantados, coincidentes y retrasados, pero a pesar de todo se han obtenido predicciones bastante ajustadas como la del - punto minimo del inicio de la crisis actual que casi - todos los anAlisis efectuados con este m~todo situaron en los meses de enero-febrero de 1976. I: l; :: -XXXIII- La utilizaci6n de los "informes procedentes - de expertos", es otra de las formas que toma la estra I tegia sintomAtica; a estos informes se ha venido recu- rriendo cada vez con mAs asiduidad por parte de los -­ responsables de la toma de decisiones politico-econ6mi cas en los distintos paises. Con mayor o menor acierto, la verdad es que esta forma de proceder se ha consoli­ dado a raiz de la crisis ante el fracaso de las t~cni­ cas de previsi6n mAs sofisticadas y 1 la ausencia de ex­ plicaciones adecuadas de las mutaciones de la estruct~ ' ra econ6mica que debieron ser, y no lo son, suministr~ das por la teoria econ6mica , cuyo universe conceptual convencional estA fracasando ante el reto de la crisis. No parece aventurado concluir, del anAlisis - anterior, que la necesaria reconsideraci6n del anAli-­ sis coyuntural debe fundamentarse, primordialmente, en la estrategia sintomAtica, y ello por varias razones - que son las siguientes: 1!) - Por la p~rdida de habilidad predictiva • I de los modelos econom~tricos en ~pocas de continuos -- ' . cambi~s y mutaciones de la estructura econ6mica, y de i p~rdida de credibilidad de las teorias econ6micas que los sustentan, lo que induce a pensar en una vuelta al -XXXIV- empirismo. 21) - Porque en el retorno al empirismo que - se impone, las estrategias determin!stica y globaliza­ da, presentan una serie de limitaciones, por ahora, in salvables. 31) - Porque es la ~nica estrategia que ha -­ mostrado habilidad predictiva en per!odos tanto de es­ tabilidad como de crisis, permitiendo por tanto prono~ ticar los puntos de inflexi6n coyunturales y posibili­ tando as! la oportuna toma de decisiones pol!tico-eco- ~ I J n6micas, objetivos, ambos, fundamentales para el anAli I sis econ6mico coyuntural. No obstante, es precise hacer una llamada de atenci6n sobre ~os peligros del empirismo, en el sen--, . tido de que para no llegar a conclusiones err6neas, es d~cir para rnitigar el error Koopmans de obtenci6n de - "~ron6sticos sin teoria", es preciso integrar los anA- ' lisis realizados a trav~s de la estrategia sintomAtica en un "esquema interpretativo" de la realidad econ6rni- I ca, y esta exigencia es a~n mAs urgente en este rnomen- -XXXV- to de crisis y obsolescencia de los universes concep-­ tuales convencionales. 3.- La escasez de investigaciones integradas sabre AnA lisis Coyuntural en Espana.- Como consecuencia del inter~s por la coyuntu- 1 ra economica existen, en el Mundo, multitud de insti~ I tos especializados en la elaboracion de informes de co yuntura, cuya continua proliferacion ha supuesto impo~ tantes avances teoricos en el estudio de los temas co­ ~tnturales. Pueden citarse entre los institutes mAs im portantes existentes en el Mundo, el IFO en Alemania , el INSEE en Francia, el National Institute of Economic ' and Social Research en Inglaterra, el ISCO en Italia y ! • el NBER en Estados Unidos. En nuestro pais, aunque con cierto retraso, - - I ' tambi~n ha ido tomando importancia el anAlisis de la - I I coyuntura econ6mica, como lo demuestra la prolifera- - ci6n de informes y notas econ6micas de coyuntura elab£ ! ! rados por instituciones tanto publicas como privadas , adn cuando no existen institutes dedicados especifica- -XXXVI- mente al anAlisis coyuntural. Algunos de los organis-­ mos que·elaboran informes de este tipo en Espana son , la Direcci6n General de Previsi6n y Politica Econ6mica del Ministerio de Economia y Comercio, el Banco de Es­ pana, la Confederaci6n Espanola de Cajas de Ahorros y el Banco de Bilbao, por seffalar rtnicamente los mAs des tacados. A pesar de esta avalancha de informes de co-- yuntura, hay una sorprendente penuria en Espana de pu- blicaciones que integren con una visi6n totalizante y omnicomprensiva todas las facetas del anAlisis coyun~ I I , I ral, tanto desde el punto de vista te6rico como desde l el punto de vista prActice (23). Existen eso sf, tra­ bajos sobre aspectos parciales del AnAlisis Coyuntural: I sobre m~todos de previsi6n econ6mica a corte plazo, -- ,I (23) A punto de finalizar esta investigaci6n, aparece ellibro de F. Floch6n y G. Ancochea "El analisis I de la Coyuntura: Una metodologia", Ed. Pirfunide , Madrid, 1981, que es lo que mAsse parece a una­ visi6n integral del AnAlisis econ6mico coyuntural. -XXXVII- ( previsi6n mediante m~todos cualitativos, mediante -­ t~cnicas estadisticas y a trav~s de modelos econome- - tricos ), instrumento basico para el an~lisis coyuntu­ ral , y sabre l·as distintas estrategias de an~lisis - ( deterministica, sintom~tica, sistematica y globaliz~ ' . da ), existen diversas publicaciones que tratan en ge- I neral el tema de forma poco sistematizada y muy dispeE sa (24); sabre el tratamiento de series cronol6gicas - (24) Pueden citarse a este respecto las siguientes in­ vestigaciones: Banco ~de Espana: Un modele rnacro-­ econ6rnico trimestral de la econornia espanola (po­ licopiado), Madrid 1976; Blanco, A.: Un rnodelo rna croecon6mico anual de la econornia espafiola 1954= 1971, REE, enero-agosto 1975; Espasa, A.: Estima­ ci6n y selecci6n de rnodelos econometricos, Banco· de Espana, Madrid, 1978; La predicci6n econ6rnica, Banco de Espafia, Madrid, 1980; El paro registra-­ do no agricola 1964-76. Un ejercicio de an~lisis estadistico univariante de series econ6micas, Ban co de Espana, Madrid, 1981; Ministerio de Indus-= tria: In~estigaci6n'mensual de la Coyuntura Indus trial, Revista de Econornia industrial nQ 50, 196B; Investigaci6n de la Coyuntura, Madrid, 1975; Mo-­ ch6n, F.: Regularidades te6ricas de los modelos­ econometricos de la economia espanola, Moneda y - Cr~dito,. nQ 140, Madrid, rnarzo 1977; Rodriguez, J.: Una estimaci6n del PIB trirnestral de Espana 1958-1971, Banco de Espana, Madrid, 1972; Las en- ... ;; ... -XXXVIII- existe tambi~n material, dominando aquellos trabajos sobre desestacionalizaci6n, aspecto este importante, pero parcial en el tema que nos ocupa, no abundando los trabajos sobre metodologia para el tratamiento de I los restantes componentes de las series (irregular, tendencial y ciclico), aspect~s estes tan necesarios - como la desestacionalizaci6n para realizar un an~lisis I coyuntural complete (25) a partir de la utilizaci6n de (24) .•. // ... cuestas coyunturales, su empleo en Espa­ fla, Banco de Espana, Madrid, 1975; Diagn6stico y previsi6n del ciclo econ6mico, Seminario Iberoame ricano sobre investigaci6n de la coyuntura, Ma- = drid, 1975; Un indice de actividad como primera - aproximaci6n a un ciclo de referencia, Banco de - Espana, Madrid, 1977; Uriel, E.: El modele PREFI­ co: un modele trimestralizado de la economia esp~ ffola, Hacienda FUblica, nQ 37, Madrid, 1975; Va-­ lle, M.: AnAlisis de la coyuntura econ6mica, REE, Aflo IV, nQ 3, 1974. (25) Pueden citarse a este respecto: Espasa, A.: El -­ problema de la desestacionalizaci6n de series eco n6micas, Boletin de Estudios Econ6micos, UCD, nQ 101, Bilbao, agosto 1977; Hoyo, J. del: Desesta-­ cionalizaci6n de series temporales, en Investiga­ ci6n de la Coyuntura, MQ de Industria, Madrid, -- 1975; Maravall, A.: Desestacionalizaci6n ·Y politi ca monetaria, La serie de Oep6si tos del Sistema - bancarfo, Banco de Espana, Madrid, 1981; Poveda, V. y Martinez, P.: El empleo de tasas de varia-­ ci6n como indicadores ciclicos, Banco de Espana·, Madrid, 1975. -XXXIX- series temporales. Los aspectos citados hasta aqui - -. (m~todos de previsi6n, estrategias de anAlisis y trat~ miento de series), conforman el cuerpo te6rico del anA lisis coyuntural. PUes bien, si esta parte estA bast~ te cubierta, aunque de forma dispersa y casi siempre - por los mismos especialistas, existen sin embargo muy pocas investigaciones sobre los aspectos prActices del anAlisis coyuntural y en algunas parcelas la ausencia es total, en nuestro pais, si se exceptua la faceta co rrespondiente al anAlisis del aparato estadistico-eco­ n6mico espaffol. Efectivamente, y refiri~ndonos a nuestro pais, existen bastantes investigaciones sobre el aparato es­ tadistico-econ6mico espaffol, aunque muy pocas hacen un anAlisis global del mismo (26); sin embargo puede de-- (26) A este respecto merecen citarse : Alcaide, J.: - Fuentes estadisticas espaffolas para el anAlisis - de la coyuntura econ6mica. Lagunas que presen- - tan. ExAmen critico de las mismas, en Investiga­ ci6n de la coyuntura, MQ de Industria, Madrid, 1975; Los indicadores econ6micos coyunturales en Espafta. Principales indicadores cuantitativos -­ y cualitativos de los aspectos reales de la eco~ ... ;; ... -XL- (26 > .. . /I ... nomia disponibles en Espana, en Boletin de Estu­ dio~ Econ6micds, UCD, nQ 101, Bilbao, agosto ~- ~ 1977; B·.H.'A.: Nuevos indices de precios de comer cio exterior de Espana, Pulso Econ6rnico nQ 12·; = B. de Espana: Indices de precios relatives entre Espana y el resto del Mundo, Boletin Econ6mico , diciembre 1980; C.E.C.A.: An~lisis de indicado-­ res de Coyuntura por·sectores en "Coyuntura 'Eco~ n6mica" (El sector agrario, nQ 3, 1977'; el sec--' tor industrial, nQ 4 y nQ 7, 1977; salaries, nQ 8, 1977; empleo, nQ 9, 1977; sector prtblicd, nQ 13, 1978; sector exterior, nQ 17, 1978); Herrero, A.: El nuevo indice de· precios industriales,' BEE, UCD, nQ 101, Bilbao, Agosto 1977; Hoyo, J. del : Indicadores de coyuntura derivados de la encues:... ta de coyuntura industrial, R.E.E., mayo-agosto 1977; Leguina, :J.: Los indicadores de pare, BEE, U.C.D., nQ 101, Bi'lbao, Agosto 1977; Largo, J.: Aproximaci6n a un indice de precios de consume ~ turistico, 1Papeles de Ecorromia, 1 nQ 2, CECA, -' -- 1980; Martinez, A.: Las Cuentas Nacionales: Evo-' luci6n de los distintos sistemas y estudio de 1:a' info~aci6n que proporcionan. El nuevo sistema L de cuentas· nac!i.onales, BEE', UCD, nQ 101, Bilbao, Agosto 1977; Ortega, J.: Los consumes de energfa como indicadores de coyuntura, Revista de Econd­ mia Ind'ustriall,· MQ de Iridustria, Madri'd 1974; Ro driguez, J'J: Las encuestas coyunturales y su uso en Espana, B. de Espafla, Madrid 1975; Rodriguez, P.: Lo's indicadbres monetarios de la economia e2. pafiola, BEE, UCD, nQ 101, Bilbao, agosto 1'977; - Serrano, J.M.I.: E! nuevo sistema de nrtmeros in~ dices de precios' al consume. BEE, UCD, nQ 101,- Bilbao, agosto ~977. I I • I -XLI- cirse que la ausencia de investigaciones es total en - lo que se refiere a aos aspectos importantes del enfo­ que prActice del anAlisis coyuntural: los informes de coyuntura (27) y los cuadros macroecon6micos (28). Por otra parte, una visi6n integral del anAlisis coyuntu-­ ral, debiera contener, en estos mementos, alguna parte donde existiese un tratamiento renovador de los planes econ6micos. Efectivamente, la crisis econ6mica y la -­ inestabilidad que ella comporta hace imposible elabo-­ rar planes econ6micos de tipo convencional con el con­ siguiente abandono de la previsi6n a largo plaza, par lo que adquiere renovada importancia la previsi6n a -­ corto-medio plaza como instrumento que debe emplearse (27) El citado libra de Moch6n y Ancochea, contiene - un capitulo sabre este tema. (28) Puede verse una aproximaci6n al tema en Schwartz, P.: Libertad y Prosperidad, Institute de Economia de Mercado, Hadrid 1978, A~ndice III, "C6mo se­ hace un cuadro macroecon6mico para 1979 6 la pre­ dicci6n sin lAgrimas". -XLII- para la elaboraci6n de un plan econ6mico moderno, que se parece mAs a un conjunto de medidas jerarquizadas - de politica econ6mica que a una programaci6n desmenu­ zada de objetivos dificilmente alcanzables. Este aban- 1 dono de la previsi6n econ6mica a largo plazo, hace que deban emplearse las t~cnicas de previsi6n a corto pla­ zo, tanto para la elaboraci6n de informes de coyuntura, I como para la de planes econ6micos y esta es la raz6n - de que una investigaci6n sobre anAlisis coyuntural, de I ' : ' - ba contener, tambi~n el anAlisis de un plan econ6mico moderno. Pues bien, en nuestro pais no existen invest~ gaciones que integren este aspecto. 4.- Plan de la investigaci6n.- A trav~s de los puntos anteriores, hemos pue~ I I to de manifiesto las razones de la renovada importan-- cia del anAlisis coyuntural en el memento actual, la - ' I ; I I I necesidad de su reconsideraci6n a la luz del fracaso - I predictive de las mAs sofisticadas t~cnicas y la esca- 1 sez (por no decir ausencia) de investigaciones en Esp~ . I I ffa que integren los aspectos te6ricos y prActices del AnAlisis Coyuntural desde la 6ptica de su reconsidera- -XLIII- ci6n. De este modo, la renovada importancia del anAli­ sis coyuntural, su necesaria reconsideraci6n y la esc~ sez de trabajos que integren los diversos aspectos del anAlisis, son los motives que nos han decidido a rea-- ~ I ' , ! : lizar esta investigaci6n con el prop6sito de poner de I j manifiesto los conocimientos necesarios para la elabo- 1 I raci6n de un informe de coyuntura, de un cuadro macro- 1 econ6mico, e incluso de un Plan econ6mico de corte mo- derno, todo ello referido a nuestro pais, teniendo j siempre presente, como hilo conductor de la investiga- ci6n, que debe ser reconsiderado ~1 anAlisis coyuntu-­ ral, reconsideraci6n que nos conduce a proponer la es­ trategia sintomAtica como la mAs adecuada para el anA­ lisis coyuntural, y la previsi6n mediante m~todos cua­ litativos como el instrumento mAs id6neo de acuerdo con dicha estrategia, en los actuales mementos. El estudio consta de dos partes diferenciadas i I , que integran los aspectos te6ricos y prActices del anA I lisis coyuntural: a) - Una primera parte, donde se suministran i I los conocimientos te6ricos bAsicos referentes a los t ' : i distintos m~todos de previsi6n econ6mica, poniendo de manifiesto el fracaso de las t~cnicas mAs sofisticadas I -XLIV- en cuanto a su habilidad predictiva a raiz de la cri-­ sis de 1973/74, y reivindicando los m~todos de previ-­ si6n cualitativos - - - -como los mAs adecuados, en las actuales condiciones de inestabilidad y mutaci6n de la estructura econ6mica, para la realizaci6n del -­ anAlisis coyuntural, siendo, en consecuencia, la estr~ tegia sintomAtica la mejor de las existentes y por t~ to en ese sentido debe ir la necesaria reconsideraci6n del anAlisis coyuntural, como se deduce del estudio y valoraci6n de las distintas estrategias alternativas. El anAlisis de los requisites bAsicos, en cuanto a co­ nacimiento estadistico y conocimientos de teoria econ6 mica, para la realizacion de un buen ejercicio de anA­ lisis coyuntural y el estudio del tratamiento a que d~ ben ser sometidas las series cronol6gicas para su uti­ lizaci6n 6ptima por el coyunturalista, cierran esta -­ primera parte te6rica de la investigaci6n. b) - La segunda parte, pretende suministrar - los conocimientos prActices bAsicos, necesarios para - la realizaci6n del anAlisis econ6mico a corto plazo, - referidos al contexte de la economia espanola en el m2 mente presente. En este sentido se analiza (teniendo - en cuenta la "base te6rican contenida en la primera - -XLV- parte) la estructura y forma de elaboraci6n de un in-­ forme de coyuntura-tipo, teniendo en cuenta el "esque­ ma-conductor" para la realizaci6n del mismo, asi como las fuentes estadisticas utilizables que se deducen -- 1 del anAlisis del aparato estadistico-econ6mico espaffol. Los cuadros macroecon6micos como instrumento de predi£ ci6n y marco de coherenc'ia de la actuaci6n politico- - econ6mica, han venido a sustituir a los modelos econo- ' m~tricos desde la crisis de la planificaci6n clAsica , y esta es la raz6n por. la cual se estudian en esta -­ parte, tanto en su estructura como en su forma de ela­ boraci6n y referidos al caso de la economia espanola . La planificaci6n clAsica, ha sido afectada tambien por la actual crisis y por tanto deja de tener sentido, de tal modo que debe ser sustituida por un tipo de planes econ6micos de corta periodicidad y cuyo contenido se parece mAs a una serie sistemAtica y jerarquizada de medidas de politica e~on6mica que a un conjunto plan! ficado de objetivos dificilmente alcanzables en las ac tuales circunstancias; ello afecta a las tecnicas de - previsi6n utilizables en la elaboraci6n de ese tipo de planes que son, al igual que para el anAlisis coyunt~ ral, tecnicas de previsi6n a corto plazo, frente a las tecnicas de largo plazo utilizadas en los planes clAsi cos. Todo ello hace que tenga cabida, en esta parte, - -XLVI- el anAlisis que abordamos referido a la estructura de un plan econ6mico de corte moderno para la economia es I paffola, con el que finaliza la misma. j El plan de investigaci6n integral del anAli-­ ; sis coyuntural que hemos esbozado se recoge en siete - I capitulos (los 3 primeros dedicados a aspectos te6ri-- cos del mismo y los 4 siguientes a asp~ctos prActices), precedidos de la presente introducci6n, acompaffados de un Anexo y seguidos de las conclusiones que se despre~ den de la investigaci6n. El c'ontenido sintetizado de - cada capitulo se resUme a continuaci6n: I •· En el capitulo primero, se analizan las distintas - ,. t lineas metodol6gicas de previsi6n econ6mica, partiendo , I del heche de que la predicci6n en sentido general ha - sido siempre un producto del pensamiento econ6mico, -­ adn cuando la previsi6n econ6mica moderna apareci6 a - \ t mediados del pasado siglo y fue tomando importancia I I creciente a partir de la introducci6n por Juglar en 1862 de la idea de ciclos "observables" en la acti ~-­ ' dad econ6mica. Del anAlisis y valoraci6n de los distin I tos metodos de previsi6n (mediante tecnicas cualitati- -XLVII- vas, mediante t~cnicas estadisticas y mediante modelos econom~tricos), se deduce que el m~todo de previsi6n - I mediante t~cnicas estadisticas (o extrapolative), no tiene en absoluto en cuenta las aportaciones de la teo ria econ6mica, no permite captar los picos y valles de la coyuntura, y no es posible con el mismo la simula-- \ . i ci6n de distintas politicas econ6micas, por lo cual -- ~nicamente ofrece buenos resultados practicos en perio I ( - dos larg'os de recuperaci6n o de recesi6n, pero no sir- ' I I ve para anticipar los cambios de tendencia que se pro- ducen en los puntos de inflexi6n del ciclo (auge y cri I sis); el anAlisis de los modelos econom~tricos refleja I que este m~todo de previsi6n aplicado al estudio de la I 1 coyuntura es, te6ricamente, el mAs perfecto por cuanto tiene un sustrato te6rico-econ6mico detras y permite - I la simulaci6n de medidas de politica econ6mica en dfs- tintos escenarios; sin embargo, desde los comienzos de I la actual crisis, las continuas mutaciones de la es- - 1 r ' : tructura econ6mica de los distintos paises y la p~rdi- f I dade confianza en los universos conceptu~les de la -- teoria econ6mica convencional han conducido a una asom i brosa p~rdida de habilidad predictiva de este m~todo . Por ~ltimo, el m~todo de previsi6n "cualitativo", que I I se divide en tres subm~todos, el de los indicadores i • i adelantados, el de las encuestas de opini6n y el de in :.I I -XLVIII- formes de expertos, aunque no incorpora ninguna aport~ ; ci6n te6rica, ni permite, "estricto sensu", la simula- 1 ci6n de politicas econ6micas diversas, muestra sin em- bargo una gran habilidad para si tuar a la economia en el ciclo econ6mico, en un determinado memento, y pre-­ decir sus posibles cambios de tendencia, posibilitando la toma de decisiones politico-econ6micas en el senti­ do adecuado; esta habilidad predictiva es conservada , i por este m~todo, incluso en ~pocas de crisis como la presente. En lo que se refiere a la valoraci6n prActica de los diversos m~todos, en este capitulo se demues- - tra que los modelos econom~tricos han presentado -- grandes errores de predicci6n, sobre todo durante la - I crisis, por lo que no ge aconseja su utilizaci6n en es tos mementos a pesar de ser el metodo mAs perfecto de~ ' 1 de el punto de vista te6rico. Las tecnicas extrapolati I , vas quedan ya descalificadas por el simple hecho de no ser capaces de prever los picos y valles de la coyunt~ ra, siendo este un objetivo bAsico del anAlisis coyun­ tural. Sin embargo, la tecnica Box-jenkins (lamAs so­ fisticada de este grupo), ha venido ofreciendo mejores I resultados que los modelos econometricos, en este arro I - llador retorno al empirismo que viene produciendose -- -XLIX- desde 1974 a raiz de la crisis; a pesar de todo esta­ t~cnica debe quedar relegada a un segundo plano en el anAlisis coyuntural, como instrumento auxiliar para prever el valor de las variables a muy corto plazo, por deficiencias del aparato estadistico-econ6mico, y siempre con la salvedad de que esos valores pueden no resultar ajustados a la realidad en mementos de crisis por las propias deficiencias del m~todo, como de hecho ha sucedido en muchos mementos de la actual depresi6n. Ha sido la previsi6n mediante indicadores (o mediante m~todos cualitativos como tambi~n se denomina), la que ha producido pron6sticos mAs consistentes, en todo me­ mento, a pesar de ser la de una menor "perfecci6n te6- rica" de entre las aqui tratadas, y, lo que es mAs im­ portante, esa consistencia se ha visto ampliada en los actuales mementos, ante los errores predictivos de los otros m~todos alternatives. El anAlisis anterior nos !leva a sustentar la idea de la necesaria reconsideraci6n del anAlisis co-­ yuntural, en la linea de la utilizaci6n de la previ- - si6n mediante m~todos cualitativos, por ser los que a£ tualmente ofrecen una valoraci6n mAs positiva en una­ consideraci6n de conjunto, presentando un considerable vigor en sus pron6sticos, £rente a la p~rdida de habi­ lidad predictiva de los m~todos mAs sofisticados y con -L- un sustrato te6rico-econ6mico detr~s. Y es que, como - seflala Samuelson en "The collected Scientific Papers", de nada sirve que una teoria respalde un rnodelo, si no explica adecuadarnente la realidad. En estos casos, es rn~s operativo volver al empirismo (con los peligros que ello conlleva), retorno que ya se est~ produciendo desde 1974, y cuya rnanifestaci6n m~s importante en el campo del anAlisis coyuntural es la arnplia utilizaci6n de los m~todos cualitativos de previsi6n. Del anAlisis y valoraci6n de la Contabilidad Nacional Trirnestralizada, se deduce, tambi~n en ~ste - capitulo, que queda abierta una segunda via de reconsi deraci6n de los rn~todos de previsi6n aplicados al an~­ lisis coyuntural en el sentido de la utilizaci6n y pe£ feccionamiento de este instrumento que sin duda va a - revolucionar todo el campo del corto plazo; en Espana esta reconsideraci6n .debe comenzar por la elaboraci6n de cuentas nacionales trimestralizadas, que de momento no existen. H En el capitulo segundo, se analiza la base metodol6 gica del anAlisis coyuntural a trav~s del estudio de - las distintas estrategias posibles, a fin de deterrni-­ nar cual de ellas (la deterministica, la sistemAtica , la sintom~tica y la globalizada) presenta una mayor ha -LI- bilidad predictiva, fundamentalmente, en la actual eta pa de crisis. Teniendo en cuenta que la estrategia de­ terministica utiliza como m~todo de previsi6n las tec­ nicas estadisticas extrapolativas y la estrategia sis­ temAtica se basa en la construcci6n de modelos econom~ tricos, y habiendo hecho en el capitulo anterior la va loraci6n de estas t~cnicas sofisticadas, llegamos a la conclusi6n de que no son estas las estrategias mAs ad~ cuadas, al menos mientras persistan las actuales condi ciones de crisis e inestabilidad, que provocan mutaci£ nes en la estructura econ6mica de las distintas econo­ mias. Del anAlisis y valoraci6n de la estrategia glob~ lizada, se deduce que esta estrategia basada en la uti lizaci6n de la Contabilidad Nacional Trimestralizada , puede suponer en un pr6ximo futuro una verdadera revo­ luci6n en el anAlisis econ6mico coyuntural aunque, por el memento, muchos paises (entre ellos Espana) carecen de Cuentas Nacionales Trimestralizadas, lo cual impide la utilizaci6n de esta estrategia metodol6gica. Por -­ fin, del anAlisis de la ~strategia sintomAtica, y te-­ niendo en cuenta la valoraci6n hecha en el capitulo ~ terior de la previsi6n mediante m~todos cualitativos - que la misma utiliza, se deduce que, en la actualidad, es el camino por donde debe discurrir el anAlisis co-­ yuntural, en tanto no se perfeccione la estrategia gl£ balizada, y mientras persistan las condiciones de ine~ tabilidad propiciadas por la crisis y la perdida de -- -LII- confianza en los universos conceptuales procedentes de la teoria econ6mica convencional, que impiden la utili zaci6n de estrategias alternativas mAs sofisticadas. - Esta estrategia metodol6gica, se apoya en la filosofia que consiste en admitir ~e, pese ala compleja gama­ de factores que•determina el comportamiento ciclico de la actividad econ6mica, la secuencia de acontecimien-­ tos es suficientemente consistente como para permitir al analista llegar a establecer un diagn6stico sobre - la situaci6n de la·economia dentro del ciclo econ6mico y una predicci6n de sus posibles cambios de tendencia. Por otra parte su habilidad predictiva estA suficiente mente probada, tanto en periodos de estabilidad como - de crisis, por institutos tan prestigiosos como el IFO de Munich, el INSEE franc~s y el ISCO italiano. Elegida la estrategia sintomAtica, como la -­ mAs adecuada, el resto del capitulo se dedica a anali­ zar los demAs requisites necesarios para la realiza- - ci6n de un buen anAlisis coyuntural: un requisito fun­ damental es conocer el significado del anAlisis coyun­ tural, que debe relacionarse inmediatamente con la po­ litica econ6mica, pues en definitiva es la que mueve a realizarle, y conduce al problema de los "lags" o re-­ tardos temporales, espacios de tiempo que transcurren entre la ocurrencia de un fen6meno econ6mico y la pro­ ducci6n de sus efectos por las medidas de politica ec2 n6mica que se derivan del ejercicio del anAlisis coyu~ -LIII- tural correspondiente; Estes retardos ( de reconoci-­ miento, de decisi6n y de efectos ) deben ser conocidos y analizados por el coyunturalista, para valorar la - oportunidad de las medidas de politica econ6mica que - puedan derivarse. Otro requisite funda~ental es po­ seer un conocimiento estadistico suficiente en el do-­ ble sentido de conocer, por una parte, el aparato-e~ tadistico econ6mico que suministra los datos para el - anAlisis, y por otra, las t~cnicas estadisticas nee~ sarias para poder refinar la informaci6n econ6mica bru ta y hacerla utilizable para la elaboraci6n del corres pondiente anAlisis de coyuntura, mediante la aplica-­ ci6n de los m~todos adecuados de previsi6n a corte pl~ zo. Un requisite, no menos importante que· los ante-­ riores, para la realizaci6n de un buen ejercicio de - anAlisis coyuntural, es el dominic de la teor!a eco-­ n6mica mAs actual sobre el comportamiento del sistema econ6mico (sobre el que se opera} a corte plazo y ello independientemente de la estrategia adoptada. Es pecialmente, el coyunturalista debe saber el signifi­ cado del ciclo econ6mico, los distintos tipos de ci-­ clos, las caracter!sticas de cada fase, las causas de los movimientos ciclicos de la actividad econ6mica se­ gdn los distintos autores y la explicaci6n actual de - ese contradictorio fen6meno que es el ciclo econ6mico. Pero esto no basta: el coyunturalista deber!a poder - disponer de un modele macroecon6mico de funciona­ miento de la realidad econ6mica sobre la que opera; sin embargo, la realidad continuamente cambiante que ha impuesto la crisis y la p~rdida de habilidad -LIV- de la teorfa econ6mica convencional para explicar esa realidad, hacen diffcil que un modelo as! construfdo - I pueda servir como marco de referencia para el anAlisis coyuntural. En consecuencia, a nuestro modo de ver, el I marco de referencia del coyunturalisma debe nacer del entendimiento de la economfa como un todo y estA com-­ puesto por las interrelaciones entre las distintas va­ riables macroecon6micas que intenta prever y entre los sectores real y monetario de la economia que son visi­ bles a tra~s de la consideraci6n de los componentes - del Producto Interior Brute desde las tres 6pticas de la oferta, la demanda y la distribuci6n y desde los dos puntos de vista real y monetario, aparte de otras regularidades econ6micas sobradamente conocidas. Este marco de referencia, estA en consonancia con la elec~ I ci6n de la estrategia sintomatica como la mAs adecuada para el analisis coyuntural y tiene, ademas, la venta­ ja de ser el marco natural de la estrategia globaliza­ da que, como ya hemos dicho, revolucionara el anAli-- 1 sis a corto plazo en un pr6ximo futuro, en cuanto se - generalice la trimestralizaci6n de las cuentas Nacion~ les. Por otra parte, y esto es importante, el marco de referencia indicado permite la simulaci6n de politicas econ6micas alternativas, artn sin contar con un modelo econom~trico. El capitulo se cierra con una referencia -LV- a los principales institutes de coyuntura existentes - en la actualidad. H· En el capitulo tercero, se analiza el tratamiento a que deben ser sometidos los datos brutos para ser refi nados y hacerlos utilizables para la realizaci6n de un ejercicio de coyuntura con un minimo de garantias. De~ pu~s de definir la serie cronol6gica como la "medici6n en el tiempo de un acontecimiento econ6mico" se pasa a diferenciar lasformasde trabajar de un coyunturalista y de un contable nacional (o estructuralista). A conti nuaci6n y teniendo en cuenta que una serie temporal -­ puede descomponerse en cinco componentes (accidentes - identificados, hechos no identificados, estacionalidad, tendencia y ciclo) se pasa revista a las distintas - - tran~ormaciones a que debe ser sometida la misma, depe!! diendo de los componentes que interese conservar al co yunturalista de acuerdo con los objetivos que persigue. Normalmente, al coyunturalista le interesa, fundamen-­ talmente, el "perfil ciclico" de la serie, con el fin de realizar el anAlisis ciclico que es el objetivo bA­ sico de los ejercicios de coyuntura; para ello elimina de la serie todos los componentes excepto el componen- -LVI- te ciclico; sin embargo el anAlisis coyuntural no debe detenerse en el anAlisis ciclico, sino que sus objeti­ vos deben ir mAs lejos: el coyunturalista debe reali-­ zar tambi~n el anAlisis tendenciai, para lo cual elim! na de la serie todos los componentes excepto la tende~ cia, y el anAlisis ciclo-tendencia, para lo cual elim! na de la serie todos los componentes excepto la tenden cia y el ciclo. En este capitulo se examinan distintos \ m~todos para eliminar los diversos componentes de la - i serie bruta, a fin de que la informaci6n as! "refina-- da" sirva al analista para su objeti vo de realizar un ejercicio de coyuntura econ6mica. El elemento mAs fA-­ cil de separar es el que se refiere a los accidentes - identificados y los m~todos para hacerlo son la inter­ polaci6n y la regla de tres. Para eliminar el compone~ te irregular (hechos no identificados), se coloca a la serie en medias m6viles por la importante propiedad que tiene este filtro, cual es que la aplicaci6n de me dias m6viles conduce a una serie cuya varianza es me-­ nor que la de la serie bruta, con lo que se consigue - la "suavizaci6n" de la misma. sue len ser medias ari tm~ ticas, que han de centrarse, pues el no centrado de -­ las mismas es frecuente origen de errores y puede ha-­ cer totalmente incorrecto al procedimiento. Una vez eliminadas las fluctuaciones irregul~ -LVII- res, la serie recoge unicamente movimientos sistemAti­ cos del fen6meno econ6mico que representa, es decir -­ queda reducida a la estacionalidad, la tendencia y el ciclo. La estacionalidad hace referencia a una espe­ cie de movimiento ciclico intraanual y para su elimin~ ci6n se utilizan diversos procedimientos: el mAs senci llo de todos es el del Vinculo relativo, que emplea -- 1 las tasas de variaci6n sobre un ano antes (T 12 ), bien de la serie de datos originales, bien de la serie de diferencias entre cada dos meses consecutivos (si la serie es mensual), o bien de la serie de medias m6vi-­ les; sin embargo este m~todo no nos dice nada respecto a la tendencia de la serie, puesto que la elimina con­ juntamente con la estacionalidad. Hay que repetir aqui la observaci6n hecha con respecto a las medias m6viles, y es que el centrado de las tasas es indispensable pa­ ra que el procedimiento sea correcto. El m~todo mAs -­ utilizado para la eliminaci6n de la estacionalidad es el de las razones, o diferencias, a la media m6vil, se gdn que el modelo sea multiplicative o aditivo; pores te procedimiento se obtienen los coeficientes de vari~ ci6n estacional. El ultimo m~todo de desestacionaliza­ ci6n que se estudia en este capitulo es el de regre- - -LVIII- si6n,que hace necesaria la utilizaci6n de ordenador lo cual es un inconveniente. Debido a que la desestaciona I lizaci6n, es la operaci6n de mAs importancia a que de- be ser sometida una serie para su uso adecuado a efec­ tos del anAlisis coyuntural. se analizan unconjunto de criterios para juzgar los procesos de desestacionaliz~ ci6n y para efectuar los contrastes de calidad de las correcciones estacionales. Para la eliminaci6n de la tendencia existen - diversos proceaimientos: el primero de ellos es el de 1 las tasas de variaci6n sabre un affo antes (T 12 ), que eliminan a la vez, como ya hemos vista, la estaciona-­ lidad; se expone tambi~n en el texto el m~todo del ar­ m6nico dominante, que utiliza el ajuste minima cuadrA­ tico de una funci6n de tendencia postulada a priori. - Este m~todo conduce a resultados brillantes pero la -­ funci6n postulada a priori raramente puede justificar­ se desde un punta de vista econ6mico lo que lleva a re comendar, ~nicamente, ajustes de rectas o funciones ex ponenciales. Por fin, la tendencia puede eliminarse utilizando tasas de variaci6n de la serie desestacion~ lizada (lAs mAs usadas son la tasa intermensual ~T~~. la tasa intermensual de la serie de medias m6viles tri mestrales ~T;~, y la tasa intertrimestral de lase-- -LIX- rie de medias m6viles de tres meses ~T;~ ) correcta­ mente centradas. A veces, interesa al coyunturalista, conser-­ var rtnicamente el componente tendencial, para lo cual elimina de la serie desestacionalizada el componente ciclico, ajustando una recta (o una funci6n exponen- - cial) a la serie desestacionalizada por minimos cuadra dos. Antes de proceder a las distintas transforma­ ciones a que puede ser sometida una serie, el coyuntu­ ralista debe tener presentes los siguientes aspectos: la relaci6n que guardan los datos estadisticos con la variable que se pretende representar; las caracteristi cas de la serie que representa esos datos; la validez o no de la misma; su periodicidad; el desfase entre la publicaci6n del dato y el momento en que se realiza el anAlisis coyuntural y finalmente el nivel de agrega- - ci6n de la serie; de este modo el analista coyuntural estA en disposici6n de someter a la serie, unicamente, a las manipulaciones necesarias de acuerdo con los ob­ jetivos del anAlisis. Para finalizar se pone de manifiesto en el - -LX- capitulo, (y esto es importante) que al coyunturalista le interesan todas y cada una de las series obtenidas. - Asi: de las series originales se obtiene informaci6n - para observar los accidentes identificados; de la se-­ rie de medias m6viles, se obtiene informaci6n compar~ dola con la original del componente irregular; con la serie desestacionalizada (tambi~n llamada de tendencia a corto plazo) el coyunturalista realiza el AnAlisis - Ciclo-Tendencia; la serie de tendencia a largo plazo - sirve al coyunturalista para observar el "Trend secu-­ lar" del indicador en cuesti6n y realizar el AnAlisis Tendencial; la serie ciclica, sirve para realizar el - AnAlisis Ciclico, objetivo fundamental del anAlisis C£ yuntural. Se presentan al final las distintas seri~s a que da lugar la correspondiente al indice de produc- - ci6n industrial espafiol. Con este capitulo finaliza el Bloque Te6rico de la investigaci6n. H En el capitulo cuarto, comienza el Bloque PrActice ., de la investigaci6n, que estA centrado en el caso esp~ nol. En este capitulo se analiza la situaci6n del ap~ rato estadistico-econ6mico espanol, senalando su pro-­ blemAtica general, y estudiando la disponibilidad est~ distica en los diversos campos de la actividad econ6mi -LXI- ca: producci6n; consume privado; inversi6n; precios, - salaries y beneficios; empleo y utilizaci6n de la capa -, cidad productiva; sector exterior; sector publico y -- 1 sector monetario y financiero. En lo que respecta a las estadfsticas de pro­ ducci6n, llama la atenci6n el hecho de que el sector - servicios, que supone mas del 50 por 100 del Producto Interior Bruto, tenga una informaci6n estadfstica tan corta y dispersa; el consume privado es el componente de la demanda peor cubierto por la informaci6n estadf~ tica a corto plazo y existen algunos indicadores como el de ventas en grandes almacenes ,que son prActicamente inservibles en su configuraci6n actual para el anAlisis de la coyuntura; en lo que se refiere a la inversi6n - en capital fijo, en 1978 dej6 de elaborarse y public~ se el fndice de inversi6n aparente, que era el m~s im­ portante indicador cuantitativo de esta parcela de la demanda interna, sin ser sustitufdo por otro; la inver si6n en existencias s6lo puede conocerse a traves de la encuesta de opinione~ empresariales que contiene infor maci6n respecto a los "stocks", pero esta es estricta­ mente cualitativa, lo que supone una obvia limitaci6n para determinar el comportamiento de una variable que, en mementos de crisis como los actuales, es de gran -­ trascendencia en la evoluci6n econ6mica a corto plazo; -LXII- la informaci6n estadistica sobre precios es bastante completa y fiable sobre todo a partir de la sustitu- - ci6n del obsoleto !ndice de precios al por mayor por el de precios industriales; en lo que se refiere a sa­ larios estamos ante uno de los grandes fallos de la es tad!stica econ6mica espanola, y para el caso de los be neficios existe una c~nica y total laguna estad!stica; los indicadores sobre el comportamiento del empleo y - la utilizaci6n de la capacidad productiva son satisfa£ torios en t~rminos generales, adn cuando los datos de­ finitivos de la Encuesta de Poblaci6n Activa son publi cados con gran retraso y los cambios de metodologia -­ operados en la misma impiden disponer de una serie te~ poral homog~nea; el sector exterior es uno de los me-­ jor cubiertos por las estadisticas econ6micas espaflo-­ las del corto plazo; el sector publico presenta infor­ maci6n estad!stica fundamentalmente fiable en lo que - se refiere sobre todo al subsector Estado, aun cuando las publicaciones del Ministerio de Hacienda en l~que aparecen estos datos son dif!ciles de conseguir lo que denota una flagrante falta de transparencia estadisti­ ca; respecto a algunos subsectores del Sector Publico (Seguridad Social, Corporaciones Locales y Empresas Pd blicas) sus datos se publican con excesivo retraso; I por ul'timo, el sector monetario y financiero es el me- -LXIII- jor cubierto por las estadisticas econ6micas, superan­ do incluso las necesidades del anAlisis coyuntural. No se ofrece, pues, mucho para averiguar c6mo esta y hacia donde vA la vida econ6mica del pais, pre­ sentando el aparato estadistico-econ6mico espafiol va-­ c:lo·g estadisticos, problemas metodol6gicos en la elab£ raci6n de algunos indicadores, retraso en su publica-­ ci6n , ocultaci6n de parcelas enteras de la actividad econ6mica para las que no existen indicadores ni bue-~ nos ni malos y falta de transparencia estadistica, co­ mo se pone de manifiesto en el capitulo cuarto al que nos estamos refiriendo. Otros problemas del aparato estadistico-econ£ mico espanol que se analizan en el mismo capitulo son: el de la no existencia de series econ6micas con - anterioridad a 1964 lo que limita la "memoria estadis­ tica" del coyuturalista; el inadecuado disefio de nume­ rosas estadfsticas, por su orfgen burocrAtico-adminis­ trativo; la contrastada inutilidad de las encuestas de opiniones empresariales para el anAlisis del sector construcci6n; la falta de atenci6n a la economia subt~ rrAnea que hace que la economia "contabili zada" sea - mAs estrecha que la economfa "real"; el reparto de com petencias en materia estadfstica que hace que el INE - -LXIV- no cumpla el papel crucial que debiera corresponderle y crea problemas adicionales de £alta de coordinaci6n, deficiente explotaci6n estadistica, abusiva interpre-­ taci6n del "secrete estadistico" y multiplicidad de d~ partamentos de estudios dedicados al anAlisis coyuntu­ ral, y el problema de la £alta de articulaci6n entre - las Oficinas Estadisticas de las Comunidades Aut6nomas y los correspondientes organismos de la Administraci6n Central. En este capitulo se senala tambi~n, y esto es importante, la necesidad de disponer de una Contabili­ dad Nacional Trimestralizada, a fin de poder aplicar - la estrategia "globalizada" al anAlisis coyuntural que, como ya hemos dicho, va a transformar el campo del anAli sis econ6mico a corto plazo. Tambi~n figura en este capitulo, una relaci6n de las principales fuentes estadisticas existentes en Espana para la realizaci6n del an~lisis econ6mico, fun : damentalmente a corto plazo,y una clasificaci6n selec- tiva de indicadores adecuada a los grandes Agrega- dos que se analizan en un informe de coyuntura-tipo de la economia nacional (Demanda, Oferta, Agregado Socio­ Econ6mico,-precios, salaries y empleo, fundamentalmen­ te-, Sector Exterior, Sector Publico y Sector Moneta-- -LXV- rio y Financiero), senalando aquellos cuya fiabilidad es mayor de acuerdo con su relaci6n con la variable -­ que representan. Se finaliza el capitulo con un intento de cl~ sificaci6n de una serie de indicadores de la economia espanola en adelantados, coincidentes o retrasados, de acuerdo con su desviaci6n respecto de un indice sint~- ' tico de actividad que sirve de cronologia de referen-- cia, a fin de permitir la utilizaci6n de la estrategia sintomAtica, a tra~s del m~todo de los indicadores -­ adelantados, para el ·anAlisis coyuntural de la econo-­ mi a espanola. R En el capitulo quinto, se analiza la estructura, ~ forma de elaboraci6n y fuentes estadisticas de un in-­ forme-tipo de coyuntura que es definido como "la dete£ minaci6n de las tendencias actuales de las principales variables econ6micas, sobre la base del anAlisis de su pas ado recie.nte, y la previsi6n de su evoluci6n o modi ficaci6n en el futuro inmediato". Asi pues todo infer­ me de coyuntura debe contener: a) un balance de situ~ ci6n, b) una evoluci6n reciente de las principales v~ riables econ6micas y c) unas perspectivas a corte pl~ -LXVI- zo, que a veces van seguidas de una serie de me~idas de politica econ6mica que se aconsejan en vista de la . I situaci6n econ6mica y su previsible evoluci6n. El tratamiento de estes temas se desarrolla - en dos partes, una "introducci6n" donde se analiza la problemAtica global de la economia de que se trate, te niendo en cuenta el contexte internacional,y se trazan las perspectivas de la evoluci6n en un futuro pr6ximo, y una "evoluci6n pormenorizada'' que presenta un trata­ miento mAs minucioso de la situaci6n econ6mica en un memento determinado y de sus perspectivas de futuro, ampliando el tratamiento de los problemas en sus dimen siones sectorial y, fbndamentalmente, espacial. Los in formes de coyuntura deben tener tambi~n una tercera parte referente a "conclusiones y perspectivas", donde se resume la problemAtica econ6mica y sus perspectivas a fin de jerarquizar la serie de actuaciones politico­ econ6micas necesarias a la Vista del cuadro clinico-­ econ6mico analizado. Los infor~es mAs completes conti~ nen ademAs un "Apendice Estadistico y GrA.fico" y un -­ "Apendice Legislative". Lo mAs dificil en cuanto a la elaboraci6n del informe es armonizar la "Introducci6n" con la "Evolu-­ ci6n Pormenorizada", ya que ambas tratan los mismos te -LXVII- mas si bien la Introducci6n lo hace de forma global y I la Evoluci6n Pormenorizada estA referida a los distin- tos Agregados o Bloques que conforman la actividad eco n6mica, que son los siguientes: 1) Demanda 2) Producci6n 3) Indicadores Socio-econ6micos, al que se denomina -­ tambi~n Bloque del Equilibrio Interno (precios, em- pleo y salarios fundamentalmente) 4) Sector Exterior o Bloque del Equilibrio Externo 5) Sector Pllblico 6) Sector Monetario y Financiero 7) Coyuntura espacial, y A) Coyuntura Internacional. El Bloque de Coyuntura espacial debe armoni-- 1 . zarse, dentro de la propia "evoluci6n pormenorizada" , con los seis bloques anteriores y asimismo el Bloque - Internacional en sus aspectos referentes a comparacio­ nes con la coyuntura nacional. Para efectuar esa necesaria armonizaci6n en-­ tre "Introducci6n" y "Evoluci6n Pormenorizada" se nece sitan tres requisitos: -LXVIII- 1Q) un orden 16gico de causaci6n de los acon­ tecimientos econ6micos y sus correspondientes interre­ laciones. 2Q) un orden de elaboraci6n del informe, en - el sentido de que debe hacerse en primer lugar la "Evo luci6n pormenorizada" y despu~s la "Introducci6n", cu­ yo contenido depende de los anAlisis de esa parte del informe, y 3Q) un marco de coherencia que refleje las -­ principales interrelaciones de 1~~ variables econ6mi-­ cas a que se refiere todo informe de coyuntura. En ausencia de un modele econom~trico para la economia espanola, desaconsej~ble por razones aludidas en anteriores capitulos, ese marco de coherencia estA compuesto por los cuadros macroecon6micos y las rela~ ciones entre las variables que los componen, y que son en definitiva las que se pretende analizar. Ese marco de coherencia (que puede ampliarse con algunos cuadros auxiliares) permite la simulaci6n de medidas de politi ca econ6mica, que van a ir a parar a la parte del in-­ forme de "Conclusiones y perspectivas". En definitiva -LXIX- la situaci6n y previsiones de las variables macroecon6 I micas, obtenidas por Bloques, mediante la considera- - I ' ci6n de los indicadores que las representan en la "Evo I luci6n pormenorizada", deben ser coherentes con las de I I los cuadros macroecon6micos y de indicadores que figu- ' I I I ; ran en la "Introducci6n", y de la simulaci6n de escen~ rios alternatives con la ayuda de esos cuadros deben - I I J deducirse las medidas de politica econ6mica que figu-- ' I ran en la parte de "Conclusiones y pers.pecti vas". i En este capitulo, como ya hemos dicho, se aC£ mete la tarea de analizar un informe de coyuntura-tipo de la economia espanola de carActer mensual,en cuanto a su estructura,metodologia, forma de elaboraci6n y fue~ tes estadisticas.Si se sigue,no el orden l6gico de el~ boraci6n,sino el de presentaci6n, figura en primer lu­ gar "la introducci6n" donde se tratan sucesi vamente, la I evoluci6n econ6mica internacional y los ultimos indica I i I \ - dores en el memento de realizar el informe; la visi6n I global de la economia espanola;los dltimos indicadores I i I I \ referidos a la misma;la situaci6n de laeconomia espafio i • ' I I "7' la en el ciclo econ6mico;los problemas mAs importantes I I de la economia espanola, y las medidas de politica ec£ I n6mica 'y perspectivas. Respecto a la elaboraci6n de -- f I los cuadros de indicadores, teniendo en cuenta que los I : I I ·, "liltimos datos" de todos los indicadores no estful re-- -LXX- feridos al mismo "memento", se pueden "proyectar" has­ ta el memento presente los datos de aquellos indicado­ res que 1 resulten atrasados, a fin de realizar un diag­ n6stico "sincr6nico"; para esta proyecci6n se emplea - la estrategia deterministica. Sin embargo esta mera e~ trapolaci6n puede ser peligrosa en los actuales mome~ tos de crisis, pues las series no presentan "regulari- ' dades" en su evoluci6n y la predicci6n del valor del - correspondiente indicador puede resultar err6nea, por lo cual, en estas circunstancias es preferible dese­ char los indicadores atrasados, o tenerlos en cuenta referidos a la fecha en que se han publicado, aunque \ el cuadro no resulte homog~neo. Respecto a los cuadros macroecon6micos que figuran en esta parte, estos han de elaborarse para el ano anterior al que se realiza el informe, haciendo una previsi6n de los mismos para el aiio en que se hace el informe. Al no disponer en Es­ pana de una Contabilidad Nacional Trimestralizada, los J cuadros deben elaborarse sobre la base'anual, lo que- supone una limi taci6n_ importante para el anAlisis co­ yuntural. I En segundo lugar figura la "Evoluci6n Pormeno I - rizada", donde se analiza el balance actual, el compo!. f : tamiento reciente y las perspectivas de las principa-- -LXXI- les variables macroecon6micas, a trav~s de los indica­ dares que las representan, por grandes Agregados que - son los siguientes: 1 ) Demanda, de donde se obtiene el cuadro macroecon6mi co en la parte correspondiente a demanda interna. 2) Actividad u Oferta, de donde se obtiene el cuadro - de oferta. 3) Indicadores Socioecon6micos, de donde se obtienen­ los valores correspondientes a las variables refe-- I rentes al empleo que figuran en el cuadro macroeco- n6mico, los valores de las variables referentes a - los precios, que sirven para obtener los deflacto-­ res de los cuadros, y las variables del cuadro ma-­ croecon6mico de Distribuci6n. 4) Sector Exterior, de donde se obtienen los valores - de las variables correspondientes a la demanda ex-­ terna del cuadro de demanda. 5) Sector Prtblico, que permite completar el cuadro de demanda, pasar de PIB a precios de mercado a PIB al coste de los factores, y completar el cuadro de Dis -LXXII- tribuci6n. 6) Sector Monetario y Financiero, que permite comple-­ tar los cuadros macroecon6micos en t~rminos moneta­ rios y servir de prueba de coherencia de los mismos, mediante la consideraci6n del Presupuesto Monetario. 7) Coyuntura espacial, cuyo an~lisis es fundamental en estos momentos de Construcci6n del Estado Auton6mi­ co en nuestro pais. 8) Coyuntura Internacional, que en algunos informes £~ gura al principia de esta parte (en vez de al fi- - nal) par las importantes repercusiones que tiene la misma, desde la crisis de 1974, sabre la economia­ espanola. A continuaci6n se anal5~a en este capitulo el res to del informe, que contiene tres partes adicionales por orden de presentaci6n: "Conclusiones, perspectivas y medidas de politica econ6mica", "Ap~ndice Estadisti­ co y Gr~fico" y "Apendice Legislative". A lo largo del capitulo se dan ademas preci-­ siones sabre limitaciones del informe (acontecimientos -LXXIII- econ6micos de los que el analista debe prescindir por no estar recogidos en las estadisticas espanolas), -­ cuestiones de metodologia (dando prioridad a la estra­ tegia sintomAtica, de acuerdo con las conclusiones ob­ tenidas en capitulos anteriores),tratamiento de las se ries y tipos de tasas mAs utilizadas para el anAlisis coyuntural. Tambi~n se hace referencia al tratamiento de los distintos temas por los diversos tipos de infor mes de coyuntura elaborados en Espana y a las publica­ ciones y fuentes estadisticas disponibles para la ela­ boraci6n de informes econ6micos, fundamentalmente de - coyuntura, tanto en su aspecto nacional como interna-­ cional; estas publicaciones figuran como anexo al fi-­ nal del capitulo que comentamos. Como quiera que inflaci6n y paro son los dos problemas mAs importantes que vienen caracterizando el cuadro clinico de la economia espanola, en bs ultimos afios, en este capitulo se aborda, tambi~n, el an~lisis especifico de las fuentes estadisticas que sirven en - Espana para la medici6n de estos acontecimientos econ£ micos, profundizando, fundamentalmente en el estudio - del IPC y de la EPA, y seffalando las deficiencias m~s importantes que, a nuestro juicio, presentan. -LXXIV- M· En el capitulo sexto, abordamos con la 6ptica didA£ I tico-prActica que caracteriza la presente investiga- - I , I ci6n, sobre todo en esta segunda parte, el estudio de los cuadros macroecon6micos como instrumento de predi£ ci6n y marco de coherencia de la actuaci6n en politica econ6mica. El anAlisis de los cuadros macroecon6micos se realiza estudiando tanto su estructura como su for rna de elaboraci6n y las fuentes estadisticas utiliza-­ das, y refe~ido al contexto de la economia espaffola, - ; tal como se hace en el capitulo anterior para el estu- dio de los informes de coyuntura. La primera nota que cabe destacar es Ia "sustituci6n", que se vierie oper~ do, de los modelos econometricos como tecnica de pre-- 1 dicci6n que estuvo en boga hasta la crisis de la plani ficaci6n clAsica, por los cuadros macroecon6micos que funcionan desde el punto de vista predictivo mejor que , I los modelos y permiten, con un coste minimo, hacerse - idea de los limites que la realidad impone a la politi ca econ6mica. Definido el "cuadro macroecon6mico" como el - "reslimen de la Contabilidad Nacional de un pais para - un aflo corriente o para aiios futuros", se estudian los I tipos de cuadros mAs corrientes desde el punto de vis- ta de los fines que con los mismos se persiguen: cua-- -LXXV- dros realistas o inerciales en los que no se fijan ob­ jetivos de antemano, y cuadros voluntaristas o normati vos en los que se fijan algunos opjetivos para su ela­ boraci6n. A continuaci6n se analiza la estructura y fo~ rna de elaboraci6n de un cuadro macroecon6mico-tipico. Normalmente el cuadro mAs utilizado es el denominado - de demanda, porque en ~1 se resUme la Contabilidad Na­ cional desde el punto de vista de la demanda, pero a - nuestro modo de ver es util tambi~n considerar el res~ men de la Contabilidad Nacional desde el lado de la -­ oferta, que conduce al cuadro macroecon6mico de oferta. En consecuencia, desde nuestro punto de vista, un cua­ dro macroecon6mico tipico contiene ambos en su presen­ taci6n adn cuando, obviamente, su elaboraci6n es inde­ pendiente. Tambi~n puede considerarse el resumen de la Contabilidad Nacional por el lado de la distribuci6n, conduciendo a lo que algunos expertos denominan cuadro macroecon6mico de Distribuci6n. Para nosotros este cua dro es un subproducto de la elaboraci6n del anterior , que se conoce normalmente como cuadro de la "Distribu­ ci6n funcional de la Renta". Comenzando por el cuadro macroecon6mico de d~ manda, se explica en este capitulo la metodologia para -LXXVI- su elaboraci6n y las fuentes estadisticas que deben -­ utilizarse tanto para las macromagnitudes del aflo base (que es el anterior a aquel para el que se realiza el cuadro), como para 1 as del aiio base + 1; se pas a revi~ ta, pues, al m~todo de cAlculo de los valores de las macromagnitudes que figuran en el cuadro de demanda: - I consume privado nacional, consume publico, importacio- nes y exportaciones de Bienes y Servicios (incluido I consume turistico) y formaci6n bruta de capital que es la variable "cierre" por el lado de la demanda. Super~ dos los problemas de cAlculo, de los cuales los mAs im I portantes surgen para estimar el valor de algunos "de- flactores", de las macromagni tudes anteriores se llega a la obtenci6n del valor del PIB a precios de mercado. Partiendo del cuadro macroecon6mico de demanda, se pu~ de obtener fAcilmente el PIB al coste de los factores como bien se explica en el texto. A continuaci6n se estudia la forma de elabora ci6n del cuadro de oferta, calculando los valores co-­ rrespondientes al Producto Interior Bruto de los gran­ des sectores econ6micos: Agricultura, Industria y Ser­ vicios. Los mayores problemas surgen en la estimaci6n del Valor Anadido por el Sector Servicios, por la defi ciente cobertura que presenta el mismo en el aparato - -LXXVII- estadistico-econ6mico espanol. La suma de los valores anadidos de la Agricultura, la Industria y los Servi-- ' I c'ios, conduce al valor del PIB al co'ste de los facto- res, que serA el mismo que el obtenido en el cuadro de , demanda. Como prueba de coherenci~ de ambos cuadros ( I ' (de Oferta y de Demanda), se puede hacer una nueva es- timaci6n del PIB, considerando las previsiones de evo- 1 luci6n de la oferta monetaria, y de acuerdo con la - - ecuaci6n cuantitativa, llegAndose a la estimaci6n del l BBen t~rminos m~netarios;de aqui se puede ~btener, ad~ mAs, la estimaci6n del deflactor implicito del PIB, -­ comparando el PIB monetario con el PIB real que sumi-- ., nistra el cuadro de oferta. Continda el capitulo analizando los cuadros - I I macroecon6micos para varios afios y explicando su forma ! de elaboraci6n, que es similar al caso anterior pero - I i I I presenta mayores problemas debido al factor "incerti- dumbre" introducido por la ampliaci6n del horizonte - i temporal. Este tipo de cuadros, que suelen elaborarse ( ( dnicamente en t~rminos reales, suele presentar nuevas macrom~gnitudes referidas al Sector Laboral (poblaci6n I i activa, poblaci6n ocupada, desempleo y nivel de paro), I I cuya estimaci6n se realiza mediante la consideraci6n de la evoluci6n de la productividad. I I ! f -LXXVIII- Con lo expuesto hasta aqui en el capitulo, ya se estA en condiciones de elaborar un cuadro macroeco­ n6mico tipico, pero como se seffala en el mismo, para poder hacerlo con las mAximas garantias de fiabilidad en sus predicciones se necesi tan una serie de "cue.n- - tas auxiliares", estimando a trav~s de las mismas las macromagnitudes que van a parar al cuadro macroecon6m! co. Estas cuentas, cuya forma de elaboraci6n se expli­ ca en este capitulo, son las siguientes: 1) cuenta de Ingresos y Gastos de las Econom!as Dom~s­ ticas (que permite estimar el consume privado). 2) Cuenta de las Administraciones P~blicas (que permi­ te estimar el consume p~blico). 3) Cuenta de Financiaci6n de la Inversi6n (que permite estimar la F.B.C.). 4) Cuenta del Sector Exterior (que sirve para es~imar la demanda externa del cuadro macroecon6mico LSaldo neto de la Balanza de Bienes y Servicios, excepto - Rentas de trabajo e inversi6~ y para poner en co-­ nexi6n la econom!a nacional con el Sector Exterior). 5) Cuenta de empresas (que permite pasar de PIB a pre- -LXXIX- cios de mercado a PIB al coste de los factores). 6) Presupuesto monetario (que sirve como prueba de co­ ' herencia del cuadro macro, pues propicia una estima I I I ci6n del PIB en t~rminos reales, y de nexo de uni6n entre la economia nacional y el Sector exterior, -­ por una parte, y entre los sectores real y moneta-­ rio de la economia por otro). Termina el capitulo haciendo un anAlisis de - los cuadros macroecon6micos "oficiales", cuya operati­ vidad estA enormemente mermada a los efectos del anAli sis coyuntural debido a las dificultades de elabora- - ci6n que conducen a limitaciones en la utilizaci6n de los mismos a la hora de instrumentar los objetivos ge­ nerales de la politica econ6mica a corto plazo. En sin tesis, la no existencia de una Contabilidad Nacional - Trimestralizada, conduce a la imposibilidad de dispo-­ ner de cuadros macroecon6micos de periodicidad trimes­ tral y condiciona ~1 valor predictive de los cuadros - anuales por su £alta de agilidad para incidir a corto plazo en las lineas que conforman la politica econ6mi­ ca del pais. Al final del capitulo figura un cuadro m~ croecon6mico de la economia espanola, construido para 1980 y 1981 en el otoffo de 1980. -LXXX- • En el capitulo s~ptimo, que cierra esta investiga-­ ci6n integrada, se analiza la estructura de un plan -­ econ6mico de corte moderno para la economia espanola , despu~s de estudiar la planificaci6n clAsica y senalar su crisis como consecuencia de la inestabilidad de las economias provocada por el proceso resesivo iniciado - en 1973/74 . La raz6n fundamental de la oportunidad -­ del tratamiento de este tema, en una investigaci6n so­ bre anAlisis coyuntural, es doble: por una parte, un - plan econ6mico moderno, se parece mAs a una serie de - acciones de politica econ6mica que deben tomarse a me­ dida que van apareciendo problemas continuamente nue­ vos, que a un conjunto planificado de objetivos difi-­ cilmente alcanzables en las ac~ales circunstancias; - por otra, que es consecuencia de la anterior, las t~c­ nicas de previsi6n a corto plazo, desplazan a las del largo pla~o en la elaboraci6n del mismo, con lo que se produce una confluencia de instrumentos utilizados tan to en el AnAlisis Coyuntural como en la elaboraci6n de los planes econ6micos modernos, lo cual puede conducir, pensamos, a una integraci6n del AnAlisis Coyuntural y del AnAlisis Estructural. El capitulo presenta dos partes: en la prime­ ra se analiza la planificaci6n clAsica, y en la segun- -LXXXI- da se senala su crisis y su sustituci6n por otro tipo de planes econ6micos que responden a la situaci6n de-­ presiva y de mutaciones constantes que viven actualmen te las economias occidentales. Comienza, pues la primera parte senalando el papel de la Teoria Econ6mica (que fu~ secundario) en - el surgimiento inicial de la Planificaci6n, situando - el origen de la misma en el advenimiento de la Revolu­ ci6n Sovi~tica, como Planificaci6n Central que sustitu ye al Mercado como mecanisme de asignaci6n de recur- - sos. Posteriormente, partiendo de las experiencias de la economia de guerra, surge en la d~cada de los 50, - una forma de intervenci6n del Estado en las economias occidentales que, sin pretender sustituir al Mercado , se denomina por extensi6n Planificaci6n inoicativa; la aparici6n y desarrollo de la Planificaci6n indicativa, tiene lugar ante los fallos del Mercado para cumplir - en eficacia los objetivos de la sociedad capitalista­ referentes a la distribuci6n de la renta y al desarro­ llo econ6mico. Se estudian despu~s las caracteristicas y tipos de planificaci6n y el contenido de todo Plan - econ6mico que es el siguiente: 1) Informe sobre la situaci6n econ6mica y social de-­ que se parte. -LXXXII- 2) Establecimiento de objetivos, prioridades y compati bilidades. 3) Proyecci6n macroecon6mica de la economia. I 4) Programa de medidas de politica econ6mica (existen­ te s6lo en Planes indicatives). I 5) Programa de inversiones p~blicas (~nicamente en Pla nes indicatives). I 6) Selecci6n de proyectos, y ( 7) Comprobaci6n de la coherencia del Plan, senalAndose que la elaboraci6n de un Plan econ6mico clAsico su~ I le estar respaldada por un modelo econom~trico. I; El punto referente a cuestiones generales y - I t I I com~nes a todo tipo de planificaci6n finaliza con el - tratamiento de las t~cnicas que se siguen en el proce­ so planificador, en sus distintas fases. En un punto posterior, se estudia el signifi- 1 \ cado de 1 la planificaci:6n central, y los cuatro m~delos -LXXXIII- de la misma: Modelo burocrAtico centralizado, modelo - selectivo descentralizado, modelo socialista de merca­ do y modelo planom~trico centralizado, seffalando su grado de vigencia, sus caracteristicas y el cAlculo econ6mico subyacente en cada modelo. Acto seguido se analiza la planificaci6n ind~ cativa como sistema de direcci6n y control de la acti­ vidad econ6mica en los paises capitalistas, estudiando sus fundamentos te6ricos, sus antecedentes, las causas de su aparici6n y desarrollo y sus caracteristicas, continuando con un anAlisis critico de este tipo de Planificaci6n, y finalizando con un estudio de las dos experiencias mAs importantes, para nosotros, de plani­ ficaci6n indicativa: la experiencia francesa y, sobre todo, la planificaci6n espanola ( origenes, caracteri~ ticas, forma de elaboraci6n, aprobaci6n y ejecuci6n de los Planes, evoluci6n y critica de esa forma de Plani­ ficaci6n). La segunda parte del capitulo comienza seffa-­ lando la crisis de la clAsica planific'aci6n del desa-­ rrollo y las razones por las que esta debe ser susti tuf da por un tipo de planes econ6micos "modernos", ya que la direcci6n y control de la actividad econ6mica, tal como era entendida por la planificaci6n clAsica, s6lo -LXXXIV- conduciria, en las actuales condiciones inciertas de - I producci6n y de vida, a generar rigideces con los con- siguientes costes sociales. En consecuencia se analiza la estructura de un plan econ6mico de corte moderno r~ ferido a Espana que debe tener un per1odo de vigencia corto, ir dirigido a la soluci6n de problemas que sur­ gen continuamente y no a la consecuci6n de objetivos - planificados dificilmente alcanzables, y ser revisado cada vez que surjan nuevos problemas a abordar o cam-­ hie la naturaleza y condiciones de los existentes. Los antiguos planes econ6micos, se elaboraban teniendo como marco de referencia un modelo econom~tr! co. Ya hemos visto que, en las actuales condiciones de crisis e inestabilidad, los modelos econom~tricos han perdido su habilidad predictiva, por la p~rdida de con fianza en los universes conceptuales suministrados por la teoria econ6mica convencional que no son capaces de explicar las actuales condiciones cambiantes de produ£ ci6n y de vida, y que eran quienes respaldaban esos m£ r delos. Por otra parte, tampoco parece que las nuevas - teorias econ6micas neoliberales expliquen adecuadamen­ te el funcionamiento actual del sistema econ6mico, y - es por ello que los modelos econom~tricos deben ser -­ sustituidos por los cuadros macroecon6micos (al igual -LXXXV- que en el anAlisis coyuntural) como instrumentos para la elaboraci6n de los objetivos, prioridades y compati bilidades de los modernos planes. Sin embargo, para-· la elaboraci6n del Plan que proponemos, sf es necesa-­ rio contar con un marco te6rico de referencia que, -­ pensamos, debe ser un modelo macroecon6mico que, adn - cuando su estimaci6n econom~trica es imposible en las actuales circunstancias, permita evidenciar las diver­ sas relaciones funcionales que se dan entre las distin tas macromagnitudes, de tal modo que la Teoria Econ6mi ca haga de guia para que la elaboraci6n del Plan sea - tal que ~ste presente un grado de fiabilidad aceptable. El modelo macroecon6mico elegido es un modelo de natu­ raleza keynesiana pero que recoge ideas neoclAsicas -­ (neoliberales), conciliando asi las tendencias actua-­ les del pensamiento econ6mico, y con ~1 se intenta, no interpretar la realidad actual continuamente cambiante, pero sf ayudar en esta tarea; el modelo se inspira en los que actualmente se estan elaborando, para el mismo fin, en distintos paises europeos, Estados Unidos y J~ p6n y parte de la consideraci6n de un cuadro econ6mico de conjunto, paraanalizar posteriormente las diversas relaciones funcionales que integran el mis~o. Tiene el modelo una caracteristica importante: que, en el caso de que su estimaci6n econom~trica sea posible, - - -LXXXVI.- cuando las condiciones econ6micas se estabilicen, esta estimaci6n puede hacerse trimestral (cuando exista Contabilidad Nacional Trimestralizada) o anualmente, - de tal modo que puede servir, mediante la aplicaci6n de la estrategia globalizada, tanto como instrumento de previsi6n para el AnAlisis Coyuntural, como de ins­ trumento para la elaboraci6n de un plan econ6mico de - corte moderno, y es aqui donde y cuando podria produ-­ cirse la confluencia de los AnAlisis Coyuntural y Es-­ tructural, que se manifestaria en la utilizaci6n de - una misma est~ategia metodol6gica (la globalizada) ba­ sada en unos instrumentos tambi~n ~nicos (modelos que puedan : ·estimarse · tanto anual como trimestralmente), mediante una adecuada explotaci6n de la Contabilidad - Nacional, con fines tanto de AnAlisis Coyuntural como de AnAlisis Estructural. Finaliza el capitulo s~ptimo (y con ~1 lain­ vestigaci6n, a reserva de las conclusiones) con el anA lisis de ese plan econ6mico "moderno" para la economia espanola que proponemos, cuya estructura es la siguie~ te: 1) La politica econ6mica, hasta el momento actual. 2) La coyuntura econ6mica actual y las previsiones pa-- -LXXXVII- ra el aflo en curso. 3) El entorno econ6mico a medio plazo. 4) El potencial de crecimiento de la economia espanola a medio plazo. 5) La politica econ6mica a medio plazo (consideraci6n de estrategias alternativas a la actual situaci6n ~ de la economia espanola). 6) La acci6n econ6mica a medio plazo y sus problemas - (~ste seria el n~cleo del Plan). 7) La distribuci6n equitativa de los beneficios y cos­ tes del proceso de crecimiento (comportamiento a m~ dio plazo del sector publico), y 8) Actuaciones de politica econ6mica mAs importantes. 5.- Bibliografia.­ i ALCAlDE, J.: -LXXXVIII- - Fuentes estadisticas espanolas para el anAlisis - de la coyuntura econ6mica. 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CAPITULO PRIMERO LOS METODOS DE PREVISION ECONOMICA A CORTO PLA20 Y SU RECONSIDERACION -1- I N D I C E 1 . Introducci6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pAg. 2 2. T~cnicas generales de previsi6n \ econ6mica pAg. 14 3. An~lisis de los m~todos de previsi6n I a corto plazo . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pAg. 33 3.1. La previsi6n mediante modelos i econom~tricos ..................... p~g. 34 3.2. La previsi6n mediante t~cnicas extrapolati vas 3.3. La previsi6n a tra~s de la i Contabilidad Nacional Tri- mes trali zada 3.4. La previsi6n mediante m~todos I pAg. 37 pag. so cuali tati vos . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pag. 52 4. Valoraci6n de los m~todos de previsi6n a corto plazo: Reconsideraci6n de los 5. i mismos a la luz del fracaso predictivo de las t~cnicas mas sofisticadas en el momen to actual Bibliografia pAg. 83 pag .120 CAPITULO PRIMERO LOS ME'IUDOS DE PREVISION ECONOMICA A COR'IU PLAZD Y SU RECONSIDERACION 1. INTRODUCCION -2- Conocer el futuro ha sido una preocupaci6n -- ' I constante de todos los tiempos, no s6lo de los econo-- mistas sino, tambien de fil6sofos, historiad~res, pol! l ticos·y escritores. wells, hace cerca de 80 affos sostenia, en es­ te sentido, que "la orientaci6n deliberada del estudio . I hist6rico, econ6mico y social hacia el futuro, seria - I extraordinariamente estimulante y provechosa para nues I . . tra Vida intelectual ~ ( 1 ) • (1) De jouvenel, Bertrand: The art of conjecture, wei­ denfeld and Nicolson, Londres 1967, pag·. 47. -3- El fil6sofo Giambattista Vico (1668-1774), -­ sostenia ya, que la Historia se desarrollaba segUn ci­ clos recurrentes (2). El historiador alemAn Jaspers, observa que ...­ "toda afirmaci6n sobre el futuro es susceptible de con vertirse en un factor que contribuye a su gestaci6n, - ampliando el margen de lo posible, sefialando puntos de partida para el plan y la acci6n e incrementando nues­ tra libertad mediante l~ conciencia de lo posible" (3). Marx y Engels, construyeron su materialismo - hist6rico, sobre la base de las ideas hegelianas, se-­ gdn la concepci6n de que los fen6menos socio-econ6mi-­ cos se encuentran estrechamente entrelazados y se sue~ (2) Russel Bertrand: Wisdom of the West, Me. Donald and Co., Londres 1959, pAg. 208. (3) Jaspers, Karl: Worn Ursprung and Ziel del Geschich­ te, Fischer Bucherei, Francfort 1955. Pdg. 137 y- 148. -4- den unos a otros en una secuencia estricta de acuerdo con una serie de leyes (4). Spengler y Toinbee, estudian diversas cultu---­ ras a cuya evoluci6n se puede aplicar la analogia org! nica: nacen, se desarrollan y mueren. De acuerdo con - ello, pueden formularse predicciones, sobre la evolu-­ ci6n futura de una sociedad determinada (5). Entre los escritores podriamos citar a J.L.­ Borges que en su "Nueva antologia personal", al hacer referencia a la "MAquina del Tiempo", coloca al prota­ gonista en la situaci6n de viajar fisicamente al futu­ ro ( 6). Todos estos ejemplos ponen de manifiesto, el deseo de predecir el futuro existente en todos los tiempos yen todos los Ambitos. (4) Vid. Roux, jean: Pr~cis historique et th~orique de marxisme-leninisme, Laffont, Paris, 1969. (5) Jarpers, K: op. cit., pAg. 12. (6) Borges, J.L.: Nueva antologia personal, s. XXI, -­ Mexico 1971, pAg. 174. -5- Una predicci6n se puede definir en lineas ge­ nerales como "una declaraci6n acerca de un aconteci- - miento desconocido e incierto" (7). Aunque dicho acon­ tecimiento, que constituye el objeto de la predicci6n, podria pertenecer al pasado o al presente, lo mAs - -­ usual es que se trate de un acontecimiento futuro, de­ bide a que la informaci6n sobre el pasado y el presen­ te es mAs completa, siendo las inferencias sobre estes hechos la fuente bAsica de los pronisticos del futuro. Es obvio que la predicci6n econ6mica alude a los aspe£ tos econ6micos de acontecimientos desconocidos y, nor­ malmente, futures. A efectos metodol6gicos, las predicciones eco n6micas se suelen clasificar en tres grupos: a) - A corte plazo, cuando la predicci6n se - refiere a un periodo-meta maximo de un aflo. Tambi~n se denominan "pron6sticos" y son utiles para la politica econ6mica. (7) Zarnowitz, Victor: Predicci6n y Previsi6n econ6mi­ cas, Enciclopedia Internacional de las Ciencias So ciales, Aguilar, Bilbao, 1974. Torno 8, pAg. 410. - -6- b) - A medic plazo, cuando la predicci6n se - refiere a un periodo-meta situado entre uno y tres afl.os. Se denominan, en este caso, "predicciones" y son utiles a efectos de elaboraci6n de Planes econ6micos. c) - A largo plazo, cuando la predicci6n se - refiere a un periodo-meta, superior a los tres afl.os. - Tambi~n se denominan "proyecciones" y son utiles para la obtenci6n de generalizaciones en la Teoria econ6mi- ca. Cuando no hay especificaci6n del plazo, se -­ utiliza el nombre gen~rico de "previsi6n", para refe-­ rirse a la declaraci6n sobre un acontecimiento descono cido. Un requesito razonable de toda previsi6n eco­ n6mica es, que sea verificable; a efectos de esa veri­ ficabilidad, es una condici6n absolutamente necesaria de toda previsi6n, que ~sta se base en teorias que re­ flejen exactamente la realidad. No tiene raz6n Milton Friedman cuando afirma que "previsiones verdaderamente significativas e importantes se basan en premisas te6- ricas que reflejan muy inexactamente la realidad" (8). (8) Friedman, M: Essays in Positive Economics, The Uni versity of Chicago Press, 1959, pAg. 8. -7- De acuerdo con su punto de vista, a mayor significa- - ci6n de una teoria, corresponde un mayor alejamiento - de la realidad en sus premisas. Este enfoque ha sido­ duramente criticado por diversos investigadores econ6- micos. Senalemos unicamente el caso de P.A. Samuelson que lleg6 a afirmar ir6nicamente que "toda ley econ6mi I - ca sin un minimo de sentido comun susceptible de expli carse a la esposa quedarA pronto desvirtuada" (9). se referia Samuelson a la defensa, hecha por la Escuela - de Chicago, del modelo de la Competencia Perfecta por su posible uso predictivo, a pesar de la evidente irrealidad de sus supuestos. De lo expuesto se desprende que la predicci6n en sentido general ha sido siempre un producto del pe£ samiento econ6mico; con todo, la predicci6n cuantitati va especifica tiene un origen mucho mAs reciente en la economia, pues ha tenido que esperar al desarrollo de la investigaci6n orientada empiricamente y a sus ins-- (9) Samuelson, P.A.: The Collected Scientific Papers, Ed. by J.E. Stiglitz, The Mit-Press, Cambrigde, -­ Vol. II, pAg. 1772. -8- trumentos estadisticos y matemAticos. Dos contribucio­ nes de influencia duradera en este desarrollo fueron - el anAlisis practicado por Engel con datos de secci6n mixta de presupuestos familiares de trabajadores, que apareci6 en 1883, y el estudio de Cl~ment Juglar de d~ tos de series cronol6gicas o temporales sobre precios y finanzas, que apareci6 en 1862 e introdujo la idea­ de "ciclos" observables en las actividades econ6micas. El inter~s creciente por el persistente fen6- meno de los ciclos econ6micos di6· un impulse consider~ ble a la recogida y anAlisis de series cronol6gicas -­ econ6micas de diversos 6rdenes. Entre 1898 y 1925 se - public6 una serie de estudios importantes sobre ciclos econ6micos, con frecuentes referencias a m•ateriales ~ hist6ricos y estadisticos: obras de Wicksell, TUgan-B~ ranovskii, Aftalion, Spiethoff y Schurnpeter en Europa, y de Mitchell en Estados Unidos. En el curso de su la­ bor posterior sobre ciclos econ6micos, Mitchell comen­ z6 a sentir un profundo inter~s por las posibilidades de predecir la suerte de la economia a corto plazo. Su articulo sobre indicadores estadisticos de los movi- - mientos ciclicos, escrito en colaboraci6n con Arthur F. Burns en 1938, inici6 una serie de estudios del Natio­ nal Bureau of Economic Research (NBER), que dieron ori gen a instrumentos ampliamente utilizados en estos dl­ timos tiempos en la formulaci6n de pron6sticos prActi­ ces. -9- Otro flujo de irnportantes aportaciones a las t~cnicas de predicci6n econ6rnica de nuestros dias tuvo su origen en la elaboraci6n de nuevos rn~todos de infe­ rencia estadistica, que fueron aplicados prirnero en -­ las ciencias fisicas y biol6gicas y pronto atrajeron - la atenci6n de las personas interesadas en los datos - I sociales y econ6rnicos. Ejernplos ternpranos de los cita- dos trabajos son los estudios de Henry L. Moore sobre ciclos y predicciones econ6rnicos que aparecieron en -- 1914 y 1917. Los trabajos de Moore estirnularon el uso de los rn~todos de regresi6n en la predicci6n de pre- - cios y producci6n de articulos bAsicos individuales. - Los principales logros de Irving Fischer en econornia - rnonetaria, ndrneros indices, estudio de retardos distri buidos, etc., se han reconocido desde hace tiernpo como rnodelos iniciales de lo que luego se ha denominado in­ vestigaci6n econom~trica. Otros precursores de este en foque son Paul H. Douglas (funciones de producci6n, sa larios), Henry Schultz (funciones de demanda), Ragnar Frisch (medici6n de la utilidad marginal), Charles F.­ Roos (demanda de autom6viles y vivienda) y Jan Tinber­ gen (contrastes estadisticos de las teorias de los ci­ clos econ6micos), entre otros. Los analistas modernos que utilizan modelos econom~tricos tienen sin duda una inrnensa deuda con estos autores. MAs directamente encarninados a la predicci6n -10- de cambios a corto plazo en las condiciones generales de los negocios, fueron los esfuerzos desplegados por Warren M. Persons (1931) y el Comit~ de Investigaci6n de Econ6mica de la Universidad Harvard en orden a identi- ficar series cronol6gicas tendentes a moverse ciclica­ mente y, por tanto, susceptibles de contribuir a pre-­ ver el curso ulterior de la economia. El resultado de. tales esfuerzos fu~ el Bar6metro de Harvard, que se p~ blic6 por primera vez en 1919, referido al decenio in­ mediatamente anterior a la primera guerra mundial, y - luego fue ampliado retrospectivamente hasta 1875; pero qui~n por primera vez lo utiliz6 ampliamente fu~ J. H. Brookmire; en 1911. En los anos veinte, los aciertos - del bar6metro fueron menos sistemAticos, por lo que se le someti6 a notables modificaciones y se le utiliz6 a I menudo en combinaci6n con otros dispositivos estadisti cos. El servicio de Harvard no sobrevivi6 a la Gran De presi6n, aunque el indice se public6 peri6dicamente en I !a Review of Economic Statistics basta 1941. El m~todo Brookmire-Harvard, con todas sus imperfecciones, mere­ ce ser reconocido como uno de los precursores origina­ les de las actuales t~cnicas de indicadores y tambi~n como un factor con gran influencia en !a evoluci6n de !a predicci6n econ6mica en Europa durante el periodo - de entreguerras. Para los hombres de negocios, la predicci6n - ha sido siempre inevitable. La mayor parte de las deci -11- siones adoptadas por las empresas y muchas de las toma das por el gobierno implican o responden a pron6sticos de la situaci6n econ6mica. Con todo, la formulaci6n de pron6sticos econ6micos como actividad especializada es un fen6meno relativamente reciente, que hizo su apari­ ci6n principalmente en el siglo XX y s6lo se desarro-- 116 con rapidez despu~s de la primera guerra mundial y, de modo especial, tras la segunda. En el ~ltimo perio­ do de la posguerra los pron6sticos han sido a un tiem­ po mAs abundantes y mAs ambiciosos que nunca. Cada vez en mayor medida, se formulan pron6sticos sobre mate- - rias tan globales como el producto nacional bruto - -­ (PNB) y sus componentes fundamentales, sobre la produ£ ci6n industrial y el empleo total, etc. La propagaci6n de tales predicciones fue estimulada por dos innovacio nes recientes: el aumento del inter~s por la aplica- - ci6n de la teoria macroecon6mica y la consiguiente ac~ I mulaci6n y mejora de los datos agregados. La primera- puede atribuirse sobre todo el intenso trabajo realiza do por los economistas desde la General Theory de Key­ nes en torno a los problemas inherentes a la determina ci6n de la renta agregada, al empleo y al nivel de pr~ cios. La segunda se remonta al desarrollo de conceptos y datos relativos a la contabilidad nacional por Sim6n Kuznets y otros en el NBER y en los organismos gubern~ mentales de·estadistica (10). (10) Zarnowitz, Victor: Op. cit. pAg. 411-412. -12- La previsi6n econ6mica, que ."estA asociada a un esquema global claramente definido, y a un periodo, I. tambi~n limitado, en el que se producirAn las conse- - ,. I I cuencias previstas" (11), debe ir orientada a "la ord~ I naci6n de todas las informaciones econ6micas disponi-- 1 bles de forma inteligible, extrayendo lo que sea perti I I- nente para detectar la evoluci6n probable de los aeon- ' I tecimientos, de tal modo que sea posible separa'r los - )I I proyectos razonables de las ambiciones ilusorias" ( 12). I I La previsi6n econ6mica ha sido ampliamente -- . . ' utilizada en las tres acepciones consideradas (a corte a medic y a' largo plazo) ; las t~cnicas se han per fec- i 1 I I cionado hasta limites insospechados. Sin embargo, a -- raiz de la crisis de 1973/74,' en la que al1n esta inmer. I so el occidente, la previsi6n a medic y largo plazo ha (11) Herschel, F.J.: Introducci6n ala predicci6n eco­ n6mica, F .C .E., Mexico, 1978, pag. 13. (12) Didier, M.: Les projections ~conomiques d'ensem-­ ble, PUF, Paris, 1919, pag .t 125 .~ i I J -13- ido perdiendo terrene en favor de la previsi6n a corto • I plazo, base fundamental del anAlisis coyuntural y de - ; I I la polftica econ6mica. Nosotros nos referiremos funda- l ,; mentalmente a la previsi6n a corto plazo, y a los pro- ' I cedimientos que, a nuestro juicio, ~on mAs relevantes, I para el anAlisis coyuntural y la adopci6n de decisio-- t I id nes de polftica econ6mica coyuntural, en los actuales I mementos de crisis y mutaciones constantes en las eco- nomias occfdentales. -14- 2. TECNICAS GENERALES DE PREVISION ECONOMICA El anAlisis de los m~todos de previsi6n de -­ variables econ6micas que normalmente se utilizan, las ~ I ventajas de unos sobre otros y los criterios de selec- ' ci6n que se deben adoptar en cada caso, es una tarea - \ I que contiene un alto grado de dificultad ya que no - - existe unanimidad en cuanto a la t~cnica m'as ~ficaz p~ I ra predecir el futuro. Se ha afirmado frecuentemente que la teorfa - I I estadistica y la econometria han fracasado rotundamen- te en sus previsiones sobre la actual crisis que su- - I I fren las economias occidentales. Los m~todos utiliza-- dos, cuya bondad habia sido suficientemente probada en I I I I el pasado, tanto desde un punto de vista te6rico como por la experiencia empirica, han producido unos resul- ! I I tados que diferian substancialmente de los que la rea- ' I lidad ha mostrado. Pero hay un hecho fundamental que - se ol vida con bast ante ·frecuencia: la hip6tesis bAsic a i I en la que se apoyan los m~todos econometricos es que - r el comportamiento futuro de las variables objeto de es tudio se basa en un modelo determinado cuya estructura i I permanece estable a lo largo del tiempo. El futuro no I se conoce, rtnicamente se analiza el pasado de forma ' mAs o menos consistente y se extrapola este esquema de comportamiento hacia adelante. Es decir, se supone que : -15- el sistema econ6mico es estable; el fallo de este su-- puesto, es una de las causas fundamentales del fracaso \ predicti vo de los m~todos de previsi6n estddistico-eco i nom~tricos en la presente crisis. Una economia se puede estudiar a distintos ni I veles de agregaci6n. Examinando las unidades menores - -consumidore.s individuales o familias, empresas concr~ tas- que tienen inter~s por si mismas o bien, estudi~ do, con una finalidad mAs general, el comportamiento - de las variables macroecon6micas. Por tanto, en primer lugar hay que fijar el - objetivo de la investigaci6n, determinar de qu~ varia- ' bles se quiere estimar el comportamiento futuro, a que I nivel de agregaci6n, si las previsiones de dichas va-- '· , riables estan condicionadas a cambios previsibles en - I el esquema de comportamiento subyacente o si, por el - contrario, ~ste permanecerA invariable y, por tanto, - la previsi6n es incondicional. Aunque las t~cnicas de previsi6n que analiza- ' ; , mos, se pueden utilizar inJistintamente para cualquier I nivel de agregaci6n, dependiendo de ello~ se proyecta- rA un modelo u otro. Asi~ismo, aunque las t~cnicas 'a - l que hagamos referencia seran las dirigidas principal-- ( , , I mente hacia estudios sectoriales o de macromagnitudes, ' ,· tambi~n son vAlidas al nivel desagregado de una empre- -16- sa. Con referencia a este ultimo caso, es significati- 1 I , I ' va la cantidad de tiempo y recursos que las grandes em I i I i I I - presas de los pafses desarrollados dedican a la obten- 1 I I ci6n de previsiones. Por ejemplo, en una encuesta rea- \. I' I I i.· lizada por la "Harvard Business Review" en 1975 (13) a i ! I I las 500 empresas mayores, de las que contestaron 150 , I I I I se obtuvo que aquellas con unas ventas de hasta 500 mi i I f - llones de d6lares dedicaban a esta tarea entre 10.000 I f 1 ! . I y 50.000 d6lares anuales por empresa. Y cuando las ven i ; tas eran superiores, dos tercios de las empr,~sas te- - I ij i nian un presupuesto, destinado al trabajo de previsi6n, I I superior a 100.000 d6lares anuales. ' I Podemos decir de acuerdo con la encuesta, que I un mfnimo del 40 por ciento de las empresas encuesta-- das utilizaban todas las tecnicas de previsi6n sobre - I las que se las preguntaba y que a medida que los meto- dos se hacen mas complejos el porcentaje de empresas - I I I que los aplican ·es menor. (Ver cuadro adjunto). (13) Clarke, D.G.: "Corporate forecasting: promise and reality", Harvard Business Review/ noviembre-di-­ ciembre 1976, pag. 4b.; -17- M~todos Utilizaci6n del m~todo por aquellos que lo conocen Juicio segdn la opini6n 82 % del ejecutivo. AnAlisis de regresi6n 76 % Tratamiento de series 75 % temporales . Nrtmeros indices. 67 % Modelos econom~tricos. 57 % Box-Jenkins. 40 % Una vez determinada la variable (o variables) especifica hay que te'ner en cuenta un punto esencial : la determinaci6n del horizonte temporal. A pesar de -­ que la linea divisoria es bastante ambigua, vimos que se distingue entre previsi6n a corto y a medic y largo plazo. Esta distinci6n es importante para la elecci6n de la estrategia metodol6gica que se debe seguir. -18- Por ejemplo, en el caso en que se utilicen mo delos macroecon6micos si lo que se intenta es realizar I prev~siones de las magnitudes en funci6n de una politi l - ca econ6mica concreta (previsl6n a corto), la estruct~ ra del modelo serA completamente diferente que si se - estima un modelo cuyo objetivo es 6nicamente proyectar, con determinados supuestos, el modelo econ6mico futuro sin que se considere ningdn tipo de politica econ6mica a adoptar. Si se aplican t~cnicas extrapolativas, a m~ dida que nos alejamos en el tiempo, el grado de fiabi­ lidad de las previsiones va disminuyendo. No existe un criterio unAnime para seleccio-­ nar la t~cnica de previsi6n mAs apropiada en cada caso concreto (segUn el objetivo que se fije) sino, muy al contrario, opiniones muy diversas, a veces contrapues­ tas, en las que influyen qui~n sea el que realiza las previsiones: por ejemplo si es un economista, un esta­ distico o el encargado de tomar las decisiones. Asi, - uno de los resultados de la encuesta ya citada fue la constataci6n de la falta de comunicaci6n efectiva en~ las empresas americanas entre los t~cnicos que reali-­ zan las previsiones y los responsables de la toma de - decisiones segdn los resultados suministrados por aqu~ llos, hecho que repercute negativamente en la eficacia de los mismos. A nivel de Ministerios, pasa lo mismo. En general, se pueden distinguir tres lineas -19- metodol6gicas de previsi6n econ6mica, independienteme~ te del nivel de agregaci6n, que, en un principio, no - son excluyentes sino que en muchos casos si se combi-- 1 ! nan de forma adecuada producirAn resultados 6ptimos. Una primera, cuyo coste es relativamente bajo en relaci6n a su eficacia y que se basa dnicamente en la experiencia obtenida en el pasado,sin un apoyo te6 rico que la respalde. Dentro de este grupo se inclu-­ yen las opiniones meramente subjetivas de los encarga­ dos de tomar las decisiones, las encuestas, los indic~ dores econ6micos y los informes de expertos. Posterio~ mente, nos referiremos especialmente a las previsiones del ciclo econ6mico realizadas a trav~s de los indica­ dores econ6micos del mismo. Sin embargo, aqui citare-- ' mos algunos de estos m~todos que tambi~n se utilizan - al nivel desagregado de una empresa o de una industria. Los nUffieros indices se emplean para determi-­ nar de forma anticipada las fluctuaciones originadas - por el comportamiento ciclico o estacional de la vari~ ble, por ejemplo para saber c6mo se distribuyen las -- ' ventas de una empresa a lo largo del affo. A veces se - construyen indicadores para la empresa a partir de in­ t dices que marcan la tendencia general a nivel agregado ~ de un sector industrial como, por ejemplo, los fndi- 1 , ! I .f I' -20- ces de producci6n industrial, de desempleo, etc.(14). l \ La realizaci6n de encuestas es otra t~cnica , ; j \ dentro de este grupo, que se suele utilizar para obte- 1 i ' I I I t ner predicciones (15). Este es el caso de las encues-- t I tas a los'consumidores para determinar la actitud de- ' ( los mismos ante un futuro ~nmediato y asi obtener pre- dicciones de las ventas, sobre todo, en el caso de po­ sibles cambios de la demanda. (14) El ndmero indice se define como aquel que mide la magnitud de una variable, respecto de un valor es peciticado de•esa' variable. I (15) Entre los cl~sicos del an~lisis de encuestas es-­ tA, en el campo lsocial, Durkheim en su intedto de explicar las variaciones en los porcentajes de suicidios ~or las diferencias en la estructura so cial. -21- A nivel de un sector industrial o un grupo de empresas tambi~n se realizan encuestas dirigidas a los empresarios que permiten obtener unos indicadores de - sus expectativas y sobre esta base realizar previsio-­ nes a corto plazo sobre la marcha de una actividad ec2 n6mica concreta (16). Por ~ltimo conviene citar la t~cnica Delphi - para realizar previsiones de variables econ6micas a ni vel agregado. Este m~todo, que en la actualidad se uti liza con bastante frecuencia, aunque ha sido y sigue - siendo. ampliamente cri ticado, tiene como objeti vo el conseguir la opini6n de unos expertos sobre aconteci-­ mientos futuros. Se utiliza para obtener previsiones - tanto a corto como a largo plazo. A menudo su aplica-­ ci6n va dirigida a la predicci6n de cuando un suceso - va a ocurrir o a determinar la probabilidad de que di­ cho suceso ocurra en un determinado periodo de tiempo. Se basa en encuestas que se realizan a expertos en la {16) Un ejemplo serian los indices de expectativas, -­ que se obtenian sobre la base de las respuestas - cualitativas a la Carta Mensual del Grupo INI; -­ otro ejemplo serian las encuestas de expectativas de inversi6n realizadas por 'el Ministerio de In-­ dustria desde 1963. I I I -22- materia. En concreto, para obtener previsiones de la - marcha de la economia en general y de sus principales macromagnitudes se realiza una encuesta entre las per­ sonas que se considera que son especialistas en la ma­ teria y a partir de las respuestas se elaboran las pr~ visiones por un metodo adecuado (17). En general, esta metodologia se justifica - - principalmente por su bajo coste y por la experiencia que corrobora que en el pas ado, en muchos casos, di6 resultados aceptables. Las previsiones realizadas por estos metodos son rttiles en una primera aproximaci6n y pueden constituir un punto de arranque para metodos -­ con un mayor grado de elaboraci6n y rigor. De hecho, a menudo, se incorporan las respuestas cualitativas (em­ presariales o de consumidores) en modelos econometri-­ cos de previsi6n, por ejemplo, modelos de determina- - ci6n de la demanda de un bien concreto en el que se i~ troduce una variable-indice que representa las expect~ tivas de las unidades econ6micas. (17) Vid. Williams, C.: "The Delphi Technique and Eco­ nomic Forecasting", 12 Conferencia, CIRET, Junio, 1975. -23- La raz6n de la inclusi6n de este tipo de va-­ riables en un modele econometrica de previsi6n es fun- 1 I darnentalmente, que las series estad!sticas disponibles I no contienen suficiente inforrnaci6n para la previsi6n '-. 1 I 1 r 1 • 1 • requerida a los diferentes niveles de agregaci6n de, - • \ I ~ ' I ' l ' ' • I por ejemplo, una empresa o una· industria y, por tanto, I I I I para obtener previsiones mAs eficientes se incorporan I I i f. . este tipo de datos. En este sentido, se puede hacer -- 1 una clasificaci6n purarnente indicativa de modelos de - previsi6n de la demanda (a nivel microecon6mico) segun el tipo de mercados, basados en los r~s~ltados de dif~ rentes encuestas. Por ejemplo, los modelos.de previ-- I I • si6n de demanda de bienes de consume duradero deben -- ser diferentes a los de bienes industriales en la medi I - da en que los mercados tienen unas caracter!sticas es- pecificas ( 18). (Ver cuadro adjunto). 'I (18) Vid. Briscoe, G.: "A Further Apreciation of de- - mand forecasting models: some methods bAsed on -­ survey in.fonrlati6n", 'Long· Range planning, febrero 1976. ; I 10 1 Bienes de consume I Bienes duraderos - I Encuestas de pre- Encuestas de supuestos familiares anticipaci6n .L I I . 11 Modelos de clasi-Modelos ll.neales f 0 0 6 g11 0 1cacl. n se n n1 veles de renta - -4 Multi variantes I Modelos de Modele de Actitud intencion. Bivariantes (Cur- vas de Engels) I ~~esi6n de va- I ~les ficticias I AnAlis::al J e s true tur al I I J Bienes industriales I I I AnAlisis de los que utilizan estes bienes I I Encues tas c' dencia empr1 onfi­ esaria Modelos de probabilidad de compra Mode los input-output Modelos de distribuci6n -de inversiones Modelos de tativas de ci6n expec­ produ~ I f\) ~ I -25- Aqui nos limitaremos ~nicamente a resenar la existencia de este tipo de modelos de previsi6n de la I i 1 i i demanda a nivel microecon6mico, ya que el estudio deta I ( 1 llado de cada uno de los modelos, y la experiencia em- 1 ; I I : J I l pirica sobre los mismos no constituyen el objeto de es If . I ' I ta investigaci6n. I En conclusi6n, los datos cualitativos proce-- t '. i i : I' ! dentes de encuestas (debidamente cuantificados) al con ' \ I - tener una informaci6n diferente a los datos cuantitati vos de series temporales, poseen un valor predictive - ' ' considerable y ademAs pueden enriquecer los resultados de los modelos de previsi6n. La segunda linea metodol6gica se basa en la - utilizaci6n de tecnicas puramente estadisticas extrap£ lativas. Existen muchos metodos que se pueden incluir dentro de este apartado. En general, lo que se preten­ de es construir y estimar un modelo estadistico de com portamiento de la variable o variables econ6micas, que se proyecta hacia el futuro, basAndose en la tendencia que se ha observado en el pasado, en funci6n unicamen­ te de la evoluci6n seguida por los datos, sin una base econ6mica que los respalde. -26- Por tanto, las t~cnicas estadisticas y los mo delos econom~tricos (tercera linea metodol6gica que consideraremos) tienen el mismo objetivo ~ltimo: cons­ truir ecuaciones de predicci6n que reflejen el compor­ tamiento pasado para, a continuaci6n, proyectarlas ha­ cia el futuro. La diferencia fundamental radica en la metodologia empleada. Los primeros se basan s6lo en los datos disponibles mientras que al formular un mode lo econom~trico se intenta traducir la teoria econ6mi­ ca en una forma matemAtica adecuada al anAlisis . Dentro del anAlisis de series temporales se incluyen desde el mAs simple de suavizaci6n exponen­ cial, pasando por el de media m6vil o el mAs sofistic~ do, que cada vez se utiliza con mayor frecuencia, de Box-Jenkins. Estos m~todos son ~tiles especialmente cuando el objetivo que se busca es la previsi6n incondicional de alguna variable. Es decir, si lo que se pretende es predecir el valor futuro bajo el supuesto de que las - circunstancias subyacentes no cambiarAn de forma apre- 1 ciable en el memento en que se realizan las previsio-- nes. Por ~ltimo, la tercera linea metodol6gica -27- se basa, en la construcci6n de modelos econometricos - de previsi6n. Existe una amplia bibliograf!a sobre el tema. Se han realizado innurnerables estirnaciones de rno delos econometricos a distintos grados de agregaci6n - desde el nivel de una empresa concreta hasta el nivel macroagregado, a corto plazo para predecir el ciclo -­ econ6mico, o a largo plazo para proyectar el sistema - econ6mico futuro. Como ya se dijo anteriormente, la es tructura del modelo, su nivel de agregaci6n y el tama­ no del mismo, dependeran del objetivo y prop6sito para el que se construya. Por ejemplo, si lo que se desea - es realizar previsiones de variables muy agregadas co­ mo el P.N.B., quizA sea mAs eficaz la estimaci6n de un modelo muy simple en el que las variables explicativas sean ~nicamente la variable end6gena desfasada varios per!odos. Sin embargo, para predecir los componentes - del P.N.B., los puntos de inflexi6n del ciclo econ6mi­ co y en general las variaciones producidas por cambios en algunas de las variables que influyen en aquellos , serA necesario un modelo mAs desagregado. Pero no exis te un criterio de medida que nos pueda determinar el - grado de desagregaci6n 6ptimo. Despues de un per!odo de auge (en la decada - de los aftos 60) de los grandes modelos econometricos cada vez es mayor el escepticismo con respecto a su -­ eficacia, especialmente en lo que a previsi6n se refie re. Nurnerosos autores han puesto de manifiesto las de- -28- ficiencias de las previsiones realizadas sobre la base de estos modelos que, en algunos casos, resultaron me­ nos acertadas que aquellas obtenidas utilizando unica­ mente tecnicas ·estadisticas extrapolativas, sin ningu­ na teoria econ6mica que las susten~ara, especialmente a raiz de la aplicaci6n, cada vez mAs frecuente, del - metodo de Box-Jenkins a partir de 1970. En el campo -­ del corto plazo, los metodos cualitativos h~ demostra do una capacidad predictiva superior a los otros m~to­ dos alternativos, sobre todo a partir de la crisis de 1973/74. En cuanto a los modelos a largo plazo, es de­ cir, aquellos cuyo objetivo es la previsi6n del esque­ ma de comportamiento de las variables econ6micas en un futuro mAs lejano, independientemente de una politica econ6mica concreta, un articulo de R.H. Bezdek, (19) - constituye un trabajo de gran utilidad especialmente - (19) Vid. Bezdek, R.H.: "The stage of de art: long rang economic and manpower forecasting", Long Rang Planing, febrero 1975. -29- por la bibliografia que contiene y, sobre todo, porque analiza aquellos modelos macroecon6micos en los que se introducen relaciones interindustriales, a traves de - las tablas input-output. Probablemente sea el modele de Brookings, estimado para la economia americana, uno de los que ha alcanzado mayor resonancia en sus dife-­ rentes versiones. G.R. Shink (20) en 1975 realiz6 un estudio de gran interes para determinar la habilidad predictiva de dicho modele para un periodo de 5 affos. Para ello estim6, el modele normal de gran t~ mafic (con 107 ecuaciones de comportamiento y 130 vari~ bles ex6genas) en el que se incorporan echo sectores - econ6micos; y ademAs una versi6n condensada del mismo (20) Shink, G.R.: "An evaluation of the predictive abi lities of a large model: Post-sample simulations­ with the Brookings model, en The Brookings model: Perspective and Recente Developments, editado por Fromm y Klein, North Holand Publishing Company, - 1975, pAg. 289. -30- (con 69 ecuaciones de comportamiento y 126 variables - ex6genas) con driicamente cuatro sectores. Realiz6 dos tipos de previsiones dinAmicas. Por una parte, supo- - niendo que la estructura del modelo no cambiaba duran­ te el periodo estudiado y en segundo lugar, ajustando las ecuaciones teniendo en cuenta los sesgos que se -­ producian en los 4 primeros trimestres del periodo - - postmuestral. Esto rtltimo tenia como objetivo corregir ' los posibles cambios en la estructura del modele en di cho periodo. Pero durante el periodo concreto fijado - para la previsi6n se produjeron importantes cambios - que afectaron de forma adversa a la calidad de las pr~ visiones y se obtuvieron unos resultados bastante po-­ bres para el horizonte temporal de 5 anos, especialme~ te para los sectores financiero, inversi6n en vivien-­ da y comercial. Por su parte, Cooper (21) compar6 y evalu6 en 1975 los modelos econom~tricos trimestrales de Estados ( 21 ) Vid. Cooper, R. L.: "Predictive perfomance of quei!:, terly models", en Econometric Models of Cyclical Behavior", editado por G. Hickman, 1972. -31- Unidos con respecto a su habilidad predictiva (22). -­ Los resultados obtenidos fueron bastante descorazonado res, y demostr6 que los modelos econometricos muestran la evidencia de cambios estructurales en la economia - y, en general, no son superiores a otros m~todos alter natives de previsi6n a corte plazo. Por estas razones existe una amplia controveE sia en la literatura sobre las ventajas e inconvenien­ tes de la formulaci6n de modelos econom~tricos para -­ predecir variables econ6micas, en comparaci6n con met£ dologias alternativas. La evidencia no es concluyente respecto a unos u otros m~todos; los econ6metras afir­ man que, en muchos cases, los errores predictivos de - los modelos, son consecuencia de una especificaci6n err6nea de los mismos o de la aplicaci6n de m~todos de estimaci6n inadecuados. Nosotros pensamos, sin embargo, que se ha abierto un gran interrogante sobre si la eco nometria es, o no, capaz de proporcionar los instrumeg tos necesarios para predecir el futuro, interrogante - (22) Los modelos de Friend-Taubman, Fromm, Liu, Klein, OBE, Goldfeld y Wharton EFA. -32- que mAs adelante intentaremos despejar. En primera instancia, no existe un s6lo cri-­ terio de selecci6n del m~todo mAs adecuado segdn el ob jetivo que se haya fijado. Sin embargo, una vez delimi tadas las caracteristicas del problema especifico que se desea prever, la elecci6n de la t~cnica dependerA - de su coste, del grado de fiabilidad requerido, del ho rizonte temporal, amplitud de cada periodo y de los da tos disponibles fundamentalmente. En general, el fac-­ tor bAsico·a considerar es el coste de aplicaci6n de - la t~cnica concreta en funci6n de la bondad de los re­ sultados que se han obtenido en el pasado, ya que el - principal criterio de selecci6n de un m~todo determina do no se basa tanto en su "pureza te6rica" como en su poder predictor de acuerdo con la experiencia que se - posee sobre el misrno. -33- 3. ANALISIS DE LOS METODOS DE PREVISION A CORTO PLAZO En el apartado anterior hemos visto una pano­ rAmica general de las t~cnicas de previsi6n, sin dis-­ tinguir el horizonte temporal, ni el nivel de agrega-­ ci6n. En este apartado nos proponemos analizar los me­ todos de previsi6n a corto plazo, por una raz6n funda­ mental: el AnAlisis Coyuntural tiene por objeto llegar a conclusiones fiables acerca de la situaci6n de la -­ economia en el.ciclo econ6mico en un determinado mome~ to, y si es previsible un cambio de tendencia, a fin - de posibilitar las oportunas acciones de politica eco­ n6mica , siempre en el Ambito temporal del corto pla-­ zo; la previsi6n aparece, asi, como un aspecto decisi­ vo, a la vez que el mAs complejo de los que integran - el anAlisis de la coyuntura, puesto que predecir el fu turo de forma consistente es la tarea del coyunturali~ ta. Con este fin se han venido utilizando distintos me todos que pasamos a analizar desde un punto de vista - te6rico, para realizar, en el pr6ximo apartado una va­ loraci6n de su habilidad predictiva en la actual etapa de crisis y mutaciones de las estructuras econ6micas. De los anAlisis te6rico y prActico de los distintos me todos, podremos deducir cual es el mAs apropiado para el anAlisis coyuntural, en las actuales circunstancias, en el contexto de la necesaria reconsideraci6n del mis mo que nosotros proponemos. -34- 3.1. La previsi6n mediante modelos econom~tricos.- Desde la 6ptica de lo te6ricamente deseable, los modelos econom~tricos (utilizados por la estrate-­ gia sistemAtica de anAlisis como veremos en el pr6ximo capitulo) son el instrumento mAs id6neo para la reali­ zaci6n de un buen anAlisis coyuntural. Un modele econom~trico es "un sistema de ecu~ ciones planteado para explicar cuantitativamente el -­ comportamiento de las variables·" (23). De forma mAs concreta, un modele econom~trico se puede definir por un conjunto de ecuaciones que re­ presentan procesos econ6micos cuyas variables se inte~ relacionan simultaneamente dentro de un esquema de com portamiento consistente (24). (23) Christ, C.F.: Modelos econom~tricos agregados, E~ ciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Aguilar, Bilbao, 1974, Torno 7, pAg. 158. (24) Vid. Bezdek, R.H.: op. cit. -35- En el desarrollo de un modele econom~trico, - es la teoria econ6mica, como ya hemos visto, la que sirve de base para especificar las relaciones entre las variables. La forma del modele vendr~ determinada por el objetivo para el que se disena. Es decir, si lo que se desea es la obtenci6n de previsiones de las variables a corte plazo para el an~lisis de la coyuntura econ6mi ca se requerirA un modele trimestral mAs o menos desa­ gregado en funci6n de dicho objetivo. Para un estudio revisado de los modelos econ2 m~tricos a corte plazo pueden verse dos excelentes ar­ ticulos de G. Fromm y J. Waelbroeck (25) en los que se hace un resdmen de los diferentes modelos de politica econ6mica estimados recientemente en Estados Unidos I y (25) Vid. Fromm, G.: "Survey of United States models" y Waelbroeck, J.: "Survey of Shor term model re-­ search outside the United States, ambos en The -~ Brookings Model, op. cit. -36- en el resto del mundo respectivamente, que sirven a -­ los objetivos del anAlisis coyuntural. Te~ricamente, los modelos econom~tricos permi ten establecer una serie de relaciones funcionales en­ tre las distintas variables macroecon6micas que sinte­ tizan los rasgos mAs destacados de la actividad econ6- mica, lo que conduce a la obtenci6n de pron6sticos co~ sistentes sobre el futuro econ6mico. Los modelos econ£ m~tricos, cuyos mayores ~xitos predictivos se produje­ ron en los afios 50 y 60, permiten eliminar los "erro-­ res de diagn6stico" que pueden producirse en el enter­ no de los cambios de tendencia con la aplicaci6n a la previsi6n a corto plazo de m~todos cualitativos, y evi tan los peligros de incurrir en el llamado "efecto Koopmans" consistente en la obtenci6n de "pron6sticos sin teoria", propiciados por la utilizaci6n de m~todos estadisticos extrapolativos. Por otra parte, los mode­ los permiten la simulaci6n de politicas econ6micas al­ ternativas en distintos escenarios; sin embargo, sien­ do el m~todo de previsi6n mAs perfeccionado te6ricame~ te, presenta algunas limitaciones derivadas, de la - - elecci6n subjetiva de las variables, de los problemas de especificaci6ny delas deficiencias del aparato est~ distico-econ6mico que suministra los datos. Sus mayo-­ res limitaciones nacen, no obstante, de la incapacidad de la teoria econ6mica que los respalda de explicar -- -37- adecuadamente el ciclo econ6mico, dificultad que se -­ agrava considerablemente en periodos de crisis y muta­ ciones de la estructura econ6mica (como el actual), h~ bi~ndose observado una p~rdida de habilidad predictiva de los modelos econom~tricos como consecuencia de este hecho, lo que desaconseja su utilizaci6n, excepto para periodos de estabilidad de la estructura econ6mica. 3.2. La previsi6n mediante t~cnicas extrapolativas.- Los m~todos de previsi6n extrapolativos (uti­ lizados por la estrategia deterministica de anAlisis , como veremos en el pr6ximo capitulo), tienen su funda­ mento en la idea-fuerza que consiste en admitir que es perfectamente posible explicar la evoluci6n futura de una variable partiendo del conocimiento de sus valores pasados y con ello obtener pron6sticos consistentes so bre el futuro de la actividad econ6mica a corto plazo. Dentro de este grupo metodol6gico existen in­ finidad de procedimientos con distinto grado de compl~ jidad en su tratamiento. su objetivo es el de cons- -­ truir modelos matemAticos que describan el comporta- - miento de la variable, o variables elegidas, basAndose -38- rtnicamente en la tendencia seguida por dichas varia- - bles en el pasado, para proyectarlas hacia el futuro. Es decir, en el modele que se estima s6lo ap~ rece la variable objeto de estudio en funci6n de sus - valores en el pasado, sin una relaci6n de causalidad - con otras variables. No se basa en ninguna teoria que trate del comportamiento de las unidades econ6micas, - ni del funcionamiento del sistema econ6mico a corto -- plazo. A continuaci6n describiremos muy brevemente - algunos de los m~todos mAs utilizados. Para un estudio detallado se necesita un aparato matemAtico y estadis­ tico del cual dan cuenta excelentes libros que tratan sobre el tema (26). (26) Vid. -Box, G.E.P. y Jenkins, G.M., Time series­ analysis, forecasting and control, San - - Francisco, Holden Day, 1970. -Naylor, T.H., Seeks, T.G. y Wichern, D.W., "Box Jenkins methods : an alternative to - econometric models", International Statis­ tical Review, Vol. 40, nQ 2, 1972 . ... // ... -39- De menor a mayor perfecci6n, en primer lugar figura la t~cnica denominada "suavizaci6n exponencial". Existen varies procedimientos que se pueden incluir -~ dentro de este titulo. La versi6n mAs sencilla consis­ te en sustituir los valores originales de la serie te~ poral por una media m6vil ponderada exponencialmente - de los valores actuales y pasados. Es decir, si el va­ lor observado es Xt en el memento t, la serie ya suavi zada y que servirA para predecir los valores futures - serA O(o(( 1 (26) ... // ... -Newbold, P. y Granger, C.W.J., "Expe­ rience with forecasting univariate ti~ me series and the combination of fore­ casts", Journal of the Royal Statisti­ cal Society. Vol. 137, 1974. -Prothero, D.L. y Wallis, .K.F., "Mode­ lling macroeconomic time series", Jour nal of the Royal Statistical Society ~ Serie A, VOl. 139, 1976. -40- Las ponderaciones decrecen de forma exponen-­ cial, o sea: xt . -J y por tanto, una vez obtenida la nueva serie de valo-­ res, el ultimo servirA como base para realizar las pr~ visiones: es decir, para el periodo t + 1, la predic-­ ci6n serA 2 x (t+1) =o< xt +o( (1-o() xt_1 + o( (1-o<.) xt_2 + ... Sin embargo, en la prActica este m~todo tan - simplificado casi nunca se utiliza ya que normalmente se supone, heche que ocurre en la realidad, que una s~ rie temporal se compone de tendencia (Tt), estacionali dad (Et) y, quizA, un componente ciclico (Ct) y, por - supuesto el elemento irregular (It). La segunda t~cni- ca dentro de este m~todo consiste, pues, en "separar - los elementos sistemAticos (Tendencia y estacionalidad) de la serie, e intentar proyectarlos". -41- Es decir, suponiendo que dichos componentes son aditivos. El m~todo de Holt (1957) y Winter (1960) es - una versi6n dentro de este grupo que tiene en cuenta - la posibilidad de que la serie original muestre un co~ ponente estacional y una tendencia. Estiman esta ~lti­ ma de la siguiente forma: 0 ( M < 1 Si el periodo del componente estacional es L, la estimaci6n de dicho componente serA, 0 ( B < 1 y por tanto, la serie transformada ya suavizada, 0( A< 1 -42- En consecuencia, se supone que la tendencia - se incorpora de forma aditiva .y el componente estacio­ nal de forma multiplicativa. (27). La previsi6n para el periodo t+1, realizada en el periodo t, serA igual a El problema que surge es la determinaci6n de los valores de las constantes A, B y M. El m~todo que se suele utilizar consiste en realizar "previsiones" - -i para valores ya conocidos de 1~ variable Xt' xt_1 , .• utilizando distintos valores de dichas constantes y eligiendo aquellos para los que las previsiones son me jeres en comparaci6n con los valores observados de la variable, ya conocidos. (27) Aunque, por supuesto, tambi~n es posible incluir la tendencia multiplicando y el componente esta-­ cional sumando. -43- La ventaja de este procedimiento es su senci­ llez y bajo coste. Es automAtico, en el sentido de que una vez-que se dispone del programa de ordenador, las previsiones se generan para cualquier periodo de tiem­ po sin necesidad de una intervenci6n manual. Se supone que las series originales son esta­ cionarias, es decir, tienen una media fija a lo largo del tiempo. Pero en la prActica esto no suele ocurrir. La forma mAs sencilla de reducir la estacionariedad es calculando primeras diferencias; es decir, en vez de - analizar valores absolutes se estudian variaciones de las variables. Una de las limitaciones mAs importantes del - procedimiento anterior es la imposici6n, a priori, de una forma rigida de la funci6n de predicci6n sin que - se considere la existencia de una perturbaci6n aleato­ ria como componente de la serie original. Un procedimiento alternative, tambi~n automa­ tico, pero que no presenta esta restricci6n es el m~to do de regresi6n en etapas, para determinar cuales son los valores de fasados temporalmente que mejor expli-­ can las variac ones de las variables objeto de estudio. Es decir, si se estima la ecuaci6n de regresi6n: N zt = '( + [ B j j=1 zt . + error -J para 2t-1 ' 2t-2 ' · · · · · · · · · · · · · · · · · · 2t-N -44- y se elige aquella ecuaci6n que presente una bondad de ajuste mayor, la cual se proyecta hacia adelante para obtener los valores futuros. Este tipo de t~cnicas se caracterizan porque, cualquiera de ellas, se basa en un modelo sencillo de predicci6n independientemente del tipo de serie tempo- \ ral analizada y, por tanto, si se dispone del programa de ordenador todo el procedimiento es completamente -­ automAtico. En contraste con lo anterior la'~etodologia - de Boxy jenkin~'no es en absolute automAtica. Es de-­ cir, estos autores proponen un tipo de modelo y una es : ~ -45- trategia metodol6gica que depende de las propiedades - de la serie temporal concreta que se vaya a estudiar. Por tanto, la forma de la funci6n de predicci6n· se de­ terminarA en gran medida, por el comportamiento segui­ do por los datos. El principia bAsico de esta t~cnica es "el dejar que los datos hablen por si mismos". Este m~todo exige un alto grade de libertad de elecci6n y, en consecuencia, se necesita gran experiencia para es­ coger en cada case el modele mAs adecuado. Boxy Jenkins (28) describen con detalle el - procedimiento para el diseno y estimaci6n de este tipo de modelos. En lineas generales la estrategia metodol6 gica es la siguiente: Si se observa que la serie puede - - - - -- (28) Vid. Box, G.E.P. y Jenkins, G.M.: op. cit. -46- ser estacionaria, el primer paso es la eliminaci6n de I dicha estacionariedad mediante la diferenciaci6n, un - ndmero determinado de veces, hasta su desap~ici6n. Es decir siendo L el operador de desfases, de tal manera que X . t-J Wt se representa como un modelo autoregresivo de media m6vil: (1-¢ L-¢ L2 + ••• -¢ Lp) W 1 2 p t 1 2 a; + ( 1 -& L-e-; L . . . en donde b t r~presenta una secuencia de perturbaciones ale a tori as no correl acionadas y . dis tri buidas de forma identic a. Por tanto, el modelo que se estima sera: ~ + ( 1 -e; L - e'2 L 2 + • . • - -Efq L q) t t -47- que se denomina ARIMA (p,d,q) o modelo autorregresivo integrado de media m6vil. Como es obvio, hay que estimar en primer lu-­ gar los valores de p, d, q, lo que se consigue median­ te un metodo iterative denominado identificaci6n, a -­ traves de funciones de autocorrelaci6n y correlaci6n - parcial. A continuaci6n se estiman por un metodo efi-- ciente los parrunetros ¢ 1 , ••• ¢ ; e- , e--- , y este p 0 q procesorecibe el nombre de estimaci6n. Por ultimo se sigue el procedimiento de "com­ probaci6n de diagn6stico" para determinar si el modelo describe de forma adecuada el comportamiento de la va­ riable a lo largo del tiempo. Una vez estimado el modele se realizan las -­ previsiones proyectando, la ecuaci6n obtenida, hacia - adelante. A primera vista este metodo parece muy compli cado pero la experiencia ha demostrado que, normalmen­ te, los valores estimados de p, d, q, suelen ser bas-­ tante pequenos, yen consecuencia, el modelo resultan­ te es mAs simple de lo que parece a primera vista. -48- La tecnica Box-Jenkins, que obtuvo sus mayo-­ res exitos en el periodo que va desde 1965 basta el C£ mienzo de la actual situaci6n depresiva, es lamAs peE feccionada de las tecnicas extrapolativas, constituye~ do un metodo muy flexible, que puede aplicarse tanto a series temporales estacionarias como no estacionarias, siendo importante resefiar, ademAs, que sirve para "me­ jorar considerablemente la potencia predictiva de los indicadores de anticipaci6n" (29) utilizados a efectos de previsi6n a corte plazo por la estrategia sintomAti ca de anAlisis coyuntural, al "integrar la teoria mat~ m~tica de procesos estoc~sticos con la prActica emp1r! ca del anAlisis de series cronol6gicas" ( 30). Incluso se ha demostrado empiricamente que los pron6sticos ela (29) Vid. Bray, I.: Dinamic equations for econ6mic fo recasting of GD~memployment relation and the - = Growth of GDP in the U.K., as an example, J.R. -­ Statistic. Soc., 1971. (30) Vid. Treadway, A.: Efectos sobre la economia esp~ nola de una devaluaci6n de la peseta, Fund. R. -­ Areces, Madrid, 1978. -49- borados·con esta t~cnica poseen una fiabilidad supe-­ rior a la de los obtenidos utilizando modelos econom~­ tricos de previsi6n a corto plazo. A pesar de todo, los m~todos extrapolativos, utilizados por el anAlisis coyuntural para intentar -­ predecir los valores futuros de una serie temporal a - partir de las informaciones sobre el pasado que la mis rna contiene, presentan tales limitaciones para el anA­ lisis coyuntural que los hacen absolutamente desacons~ jables, excepto para periodos en que las series anali­ zadas presentan ciertas regularidades en su comporta-­ miento, es decir, no es previsible un cambio de tenden cia. Estas limi taciones son las siguientes :. a) - No incorporan, estos m~todos, las infor­ maciones suministradas por la Teoria eco n6mica. b) - Debido a su supuesto bAsico, no nos per­ miten deducir conclusi6n alguna respecto al comportamiento ciclico de las series analizadas, es decir, no permiten prever los "picos y valles" de la coyuntura, o_£ jetivo bAsico del anAlisis coyuntural, - produciendo "errores de diagn6stico" en -50- el entorno de los puntos de inflexi6n. c) -No permiten ninguna simulaci6n respecto a la incidencia de politicas econ6micas alternativas, sobre la siblaci6n o evolu ci6n de los acontecimientos, por la imp2 sibilidad de extrapolar los resultados - obtenidos fuera de los espacios muestra­ les. Todo lomAs que permiten las t~cnicas extrapo­ lativas es realizar anAlisis coyuntural bajo supuestos "ceteris-paribus", en los momentos en que precisamente ES meros necesario este anAlisis. A pesar de ello, est as t~cnicas han sido ampliamente utilizadas sobre todo a trav~s de la metodologia Box-Jenkins, pero a nuestro - juicio, y a juicio de otros expertos, sus resultados - han sido poco edificantes en los actuales momentos de crisis y mutaciones en el sistema econ6mico. 3.3. La previsi6n a trav~s de la Contabilidad Nacio-­ nal Trimestralizada.- Los m~todos de previsi6n basados en la Conta- -51- bilidad Nacional Trimestralizada (utilizados por la ~~ trategia globalizada de anAlisis coyuntural), suponen una aportaci6n reciente, artn no consolidada, a los m~­ todos de previsi6n a corto plazo. Estos m~todos se ba­ san en la elaboraci6n de cuadros macroecon6micos tri-­ mestralizados desde las tres 6pticas de la oferta, la demanda y la distribuci6n, permitiendo la obtenci6n, a partir de ellos, de pron6sticos consistentes sobre la evoluci6n a corto plazo de los acontecimientos econ6mi cos y posibilitando las oportunas actuaciones politi-­ co-econ6micas a trav~s de la simulaci6n de escenarios diversos aun sin contar con un modele econom~trico. La habilidad predictiva de este instrumento que es la Co~ tabilidad Nacional Trimestralizada es manifiesta pero tropieza, sin embargo, con la limitaci6n que supone la no existencia de la misma en muchos paises como el - - nuestro. Este m~todo eminentemente empirico, pero que no pierde de vista las interrelaciones entre los dis-­ tintos elementos que conforman el sistema econ6mico, - ha sido propiciado por la "revoluci6n estadistica" que comenzara en la mayoria de los paises durante la II -­ Guerra Mundial, e impulsado por el desarrollo de las - Contabilidades Nacionales auspiciado por los Organis-­ mos internacionales. Este desarrollo ha conducido a la implantaci6n masiva de las cuentas nacionales trimes-­ tralizadas que van a revolucionar, sin duda, todo el - campo del anAlisis del corto plazo y van a propiciar - -52- la convergencia entre anAlisis coyuntural y anAlisis - estructural. La no existencia en Espana de cuentas na­ cionales trimestralizadas impide la utilizaci6n de es­ te preciado m~todo de previsi6n; esperamos que las au­ toridades econ6micas tomen conciencia de esta necesi-­ dad y dispongarnos, cuanto antes, de una Contabilidad - Nacional Trimestralizada para nuestro pais que nos pe! mita sumarnos a esta corriente de renovaci6n del AnAl! sis Coyuntural ya iniciada por los paises mAs desarro­ llados. De cualquier modo, los metodos basados en la Contabilidad Nacional Trimestralizada, a~n cuando se - consolide su utilizaci6n, siempre presentarAn la enor­ me limitaci6n de tener que utilizar datos trimestrales (y no mensuales), por lo que nunca podrAn ser mas que un complemento de otros m~todos alternativos, hasta -­ tanto no se llegue a la elaboraci6n de un sistema de - cuentas Nacionales Mensuales. 3.4. La previsi6n mediante m~todos cualitativos.- Los m~todos cualitativos de previsi6n a corto plazo (utilizados por la estrategia sintomAtica de an~ lisis coyuntural), se basan en la idea de que la econ£ mia presenta sintomas de c6mo se va a comportar en un -53- futuro inmediato; el anAlisis de esos "sintomas" perm!_ te la realizaci6n de pron6sticos consistentes sobre la evoluci6n econ6mica a corte plazo. Dentro de este grupo de m~todos cualitativos, se distinguen tres subm~todos que, aUn cuando pueden - emplearse independientemente, se complementan entre si: el de los informes de expertos, el de los indicadores anticipados y el de las encuestas de opiniones empres~ riales~ La caracteristica comrtn de este grupo de m~to­ dos es que permite la predicci6n del comportamiento c! clico de la actividad econ6mica, captando las posibil!_ dades de cambio de tendencia y permitiendo obtener co~ clusiones sobre las actuaciones poli tico-econ6micas - mAs adecuadas ante una evoluci6n no deseada de la act!_ vidad, objetivos todos fundamentales para el anAlisis coyuntural. Los informes de expertos, presentan dos moda­ lidades: una de ellas consiste en recabar la opini6n - de uno o varies expertos, conjunta o separadamente, -­ que estes trasmiten bajo la forma de informes, acerca del memento que atraviesa la actividad econ6mica y su previsible evoluci6n a corto plazo, con el fin de arb!_ trar las medidas de polftica econ6mica mas adecuadas . En nuestro pais suelen recabarse informes de expertos -54- a la hora de elaborar la previsi6n de los cuadros ma-­ croecon6micos anuales, previamente al suministro de -­ los datos definitivos por la Contabilidad Nacional del INE. Tambi~n se recaba la opini6n de expertos para to­ mar medidas de politica econ6mica de car~cter puntual que afectan a los sectores o elementos de la actividad econ6mica sobre los que se solicita el informe. La se­ gunda modalidad de este m~todo consiste en la denomina da t~cnica Delphi que se basa en encuestas realizadas a expertos en la materia para obtener previsiones de - la marcha de la economia en t~rminos de probabilidad o intervalos de confianza de que un acontecimiento ocu-­ rra en un determinado momento o periodo de tiempo (31). ' Con mayor o menor acierto, la verdad es que esta forma de proceder se ha consolidado a raiz de la crisis, an­ te el fracaso de t~cnicas de previsi6n rn~s sofistica-­ das y la ausencia de explicaciones consistentes de las (31) Vid. Meraud, J.: Algunos m~todos de previsi6n a­ corto plazo y de anAlisis de las tendencias 1re-­ cientes, y Strigel, W.H.: Indicadores ciclicos a partir de informaci6n cualitativa, ambos en REE , septiembre-diciembre 1974. -55- mutaciones de la estructura econ6mica que debieran ser, y no son, suministrada~ por la teoria econ6mica, cuyo universe conceptual convencional esta fracasando ante el reto de la actual crisis. El metodo de los indicadores anticipados, ap~ rece como un instrumento util para la ordenaci6n de la informaci6n econ6mica disponible a efectos de predic-­ ci6n de la evoluci6n del ciclo econ6mico (32) y funda­ mentalmente de los "picos" y "valles" de la coyuntura. En sintesis este·m~todo, que tuvo su origen en los tra bajos de Burns y Mitchel en 1913 y fu~ desarrollado -­ por el NBER, ha retomado inusitada importancia a raiz de la crisis y consiste en estudiar la conducta de mu! titud de series de indicadores, determinando los pun-­ tos de inflexion de sus ciclos respectivos, lo que pe~ mite su clasificaci6n como "anticipados", "coinciden-­ tes" o "retardados" respecto a una "cronologia de refe (32) C. Juglar (1819-1905) fu~ el primer economista en demostrar en un estudio sobre los precios y el -­ sistema financiero, que las crisis eran, unicamen te, una fase pasajera de una.fluctuaci6n recurren te y ondulada de la actividad econ6mica, es decir del ciclo. -56- rencia" basada en un indicador lo mAs ampliamente re-­ presentativo de la actividad econ6mica global; las se­ ries de indicadores "adelantados" son las que permiten la predicci6n de un posible cambio de tendencia, y las series de indicadores "coincidentes", permiten "posi-­ cionar" la economia dentro del ciclo econ6mico. Los aspectos esenciales seguidos para la apli caci6n del metodo se refieren al empleo del concepto - de ciclo, al establecimiento de una "cronologia de re­ ferencia" y a la obtenci6n de los indicadores "adelan­ tados" que han observado un comportamiento ciclico mAs regular y coherente. El concepto de ciclo econ6mico ha sido objeto de aproximaciones distintas desde los puntos de vista te6rico y empirico. Desde el punto de vista te6rico el ciclo econ6mico aparece como consecuencia de un conju£ to amplio de factores: la actuaci6n interrelacionada - de los mecanismos del multiplicador y del acelerador, los retrasos en el comportamiento de las variables ex6 genas y la existencia de "techos" y "suelos" en la evo luci6n de determinadas magnitudes. La profunda intera£ ci6n existente entre las politicas econ6micas adopta-­ das por los distintos paises y los importantes "shocks" de oferta acaecidos en 1973-1974 y 1979-1980 han con-- -57- tribuido a hacer simultAnea la presencia de los ciclos en un n~mero amplio de paises, por lo que se puede ha­ blar de un ciclo econ6mico general que, a la vista de la mAs reciente informaci6n disponible, suele iniciar­ se en los paises de la OCDE de America del Norte para prolongarse despues en la zona europe a de la OCDE. Desde el punto de vista empirico, en las pri­ meras aproximaciones se emple6 el concepto de ciclo i (business cycle) para describir, la "alternancia de fa ses de prosperidad y depresi6n que se repiten de tres a doce aflos", (33) esto es,las fluctuaciones caracteri­ zadas por las expansiones aparecidas en las principa-­ les variables econ6micas y por las etapas de retroceso absolute en los valores de dichas variables. Esta apr£ (33) Haberler, G.: "Prosperidad y depresi6n. AnAlisis te6rico de los movimientos ciclicos", citado en - Rodriguez, J.: "Diagn6stico y previsi6n del ciclo econ6mico", Seminario Iberoamericano de Investiga ci6n de la coyuntura, julio 1975, pAg. 342. - -58- ximaci6n fu~ la adecuada para des=~ibir la evoluci6n - econ6mica del periodo de entreguerras. Los estudios pre-Keynesianos asociaban a las fases de prosperidad con el crecimiento (en t~rrninos - absolutes) de la rent a y con e·l pleno empleo mientras que los periodos de depresi6n se caracterizaban por -­ una disminuci6n de la primera magnitud y con un aumen­ to del paro (34). El periodo de prosperidad continuada de la -­ postguerra, hasta 1973, sin tasas negativas de evolu-­ ci6n de la actividad econ6mica, di6 lugar a un nuevo - concepto de ciclo econ6mico; el ciclo de crecirniento - que se puede definir como "las fluctuaciones de la ac­ tividad econ6mica agregada que se caracterizan por un periodo de tasas de crecimiento relativamente altas que se producen en muchas actividades econ6micas al (34) Vid. Evans, M.D.: "Macroeconomic Activity", Har-­ per y Row, 1969. -59- mismo tiempo, seguidas de un periodo de similar exten­ si6n pero que se identifica por tasas de crecimiento - bajas, para finalizar de nuevo en una fase alta del ci clo" (35). De ahi que en las aproximaciones realizadas - al ciclo durante los anos 60, que fueron los de mayor crecimiento, se pasara a emplear el concepto de ciclo de crecimiento, esto es, las fluctuaciones ciclicas -­ descri tas no por las propi·as series de valores absolu­ tes de las variables, sino por las series de desviaci£ nes respecto de una tendencia a largo plazo previamen­ te ajustada. La~ etapas del ciclo reflejarian asi las aceleraciones y desaceleraciones en el proceso de cre­ cimiento. Existen dos criterios independientes de medi­ da para determinar los puntos maximos y minimos del ci clo de crecimiento: (35) Mintz, I.: "Dating American Growth Cycles". The­ Business cycle today editado por V. Zarnowitz, -­ NBER Nueva York 1972, pag. 32. -60- Uno que consiste en ajustar la tendencia de las va­ riables de referencia a largo plazo, con lo que las desviaciones con respecto a dicha tendencia determi narAn la evoluci6n del ciclo econ6mico. En el segundo m~todo se compara la evoluci6n de los indicadores correspondientes con su tasa media de·­ crecimiento durante un periodo de tiempo determina­ do. Normalmente se suele utilizar el primer crite rio de medida, aunque en cualquiera de los dos m~todos surgen bastantes problemas. En primer lugar la especi­ ficaci6n de las variables que consti tuyen un buen indi cador del ciclo y que conducen al establecimiento de - la "cronologia de referencia" y en segundo lugar la e2_ pecificaci6n de las variables cuyo ciclo se adelanta , coincide o se retrasa con respecto al de referencia. Cuando nos referimos a la evoluci6n ciclica - se trata de comportamiento de la actividad econ6mica - en general, por lo que es necesario identificar aque-­ llos indicadores que reflejan el esquema de comporta-­ miento de los agregados del sistema econ6mico. De ~s-- -61- tos no se dispone de datos con la periodicidad adecua­ da por lo que hay que acudir a las series temporales - que marcan el comportamiento de "ciertas parcelas de la acti vi dad econ6mica agregada" que, por otra parte , no siguen una evoluci6n uniforme. Sin embargo, un anA­ lisis exhaustive de las mismas, a lo largo del tiempo permite clasificar dichos indicadores en adelantados, coincidentes y retrasados con respecto al ciclo econ6- mico. Los primeros son los que pueden servir para pre­ decir la evoluci6n econ6mica de los agregados. Otro problema que se plantea es la distinci6n entre lo que constituye una perturbaci6n aleatoria y - sus efectos, y lo que es propiamente atribuible a las fluctuaciones ciclicas cuando se producen variaciones I en alguno de los factores que influyen en la evoluci6n del ciclo. La amplitud de la fase del ciclo suele ser di ferente, hecho que es dificil de determinar a priori . Es considerable, "la dificultad de explicaci6n del ci­ clo econ6mico a trav~s de un modelo simple, puesto que ( aun aceptando el carActer recurrente de las fases al-- ternativas de auge y depresi6n, es perturbador el some ter las fluctuaciones ciclicas a modelos simplistas y -62- rigidos que pretenden otorgarlos un perfil temporal p~ ri6dico o explicarlos segdn un esquema uniforme" (36). Siguiendo a Evans, (37) el proceso del ciclo de crecimiento se puede describir de la siguiente man~ ra. Una primera fase de crecimiento econ6mico por enci rna de la tendencia, que se caracteriza por un incremen to considerable de la demanda de bienes de consume du­ radero, o de la cartera de pedidos de la industria, -­ con un aumento de la formaci6n de stoks. Todavia, debi do a que el nivel de producci6n es bajo, la inversi6n en capital fijo se mantendra estancada excepto lain-­ versi6n en viviendas que mostrarA su recuperaci6n. Una segunda fase estabilizadora en la que se produce una - desacumulaci6n de stoks y una ~isminuci6n de la deman­ da de bienes de consume duradero, acompaffada de un al­ to nivel de producci6n, abundancia de recursos finan-­ cieros y de un alto grado de la utilizaci6n de la cap~ (36) Rodriguez, J.: "Diagn6stico y previsi6n del ciclo econ6mico", Seminario iberoamericano sobre "Inves tigaci6n de la Coyuntura" Julio 1975, Capt. IV. = pAg. 341-357. (37) Vid. Evans, M.K.: op. cit. que apSiece en Julio­ Rodriguez. -63- cidad productiva lo que produce una reactivaci6n de la demanda de inversi6n. Esta expansi6n dA lugar a un au­ mente de precios y a un exceso de utilizaci6n de la ca pacidad productiva instalada originAndose una flexi6n a la baja que es el principia de la tercera fase del - ciclo, la cual se caracteriza por un descenso relative del nivel de actividad econ6mica agregada. A pesar de la simplificaci6n del proceso descrito y de la influen cia sobre el mismo de la politica econ6mica que se pu~ da adoptar en cada momento, es evidente que a nivel in ternacional durante el periodo de la postguerra se han producido ciclos con estas caracteristicas con mayor o menor virulencia. Sin embargo, en 1974-75 la mayoria de las eC£ nomias occidentales pasaron a experimentar un prolong~ do periodo de retroceso en sus niveles de actividad, y aunque con posterioridad a dicha fecha hubo una recup~ raci6n moderada del nivel de actividad, en 1979-80 ha vuelto a tener lugar una nueva recesi6n en t~rminos ' . del concepto mAs clAsico de ciclo. Por ello, numerosos economistas opinan que el actual ciclo econ6mico es bastante diferente a los pa­ decidos desde la guerra mundial pero que, sin embargo, es similar a aquellos con puntos de inflexi6n secula-­ res que se producian cada intervale de tiempo rnuy lar- -64- go, como los ocurridos a finales de 1870 (38). Aunque ello fuera asi, nosotros pensamos que desde el punto - de vista empirico, la reaparici6n del "viejo" ciclo -­ econ6mico no permite, todavia, abandonar la aproxima-­ ci6n metodol6gica realizada en t~rminos de ciclo de crecimiento. Las series temporales de indicadores a corto plazo disponibles en la mayoria de los paises suelen iniciarse en los primeros affos sesenta, por lo que un m~todo de anAlisis basado precisamente en di- - chos indicadores, s6lo puede ser dtil en la medida que aproveche tal informaci6n, y est a dl tima s61o permi te una aproximaci6n en t~rminos de ciclo de crecimiento. El m~todo de previsi6n del ciclo econ6mico a traves de indicadores econ6micos ha sido ampliamente utilizado desde el primer trabajo sobre el tema debido a w.c. Mitchell (39) en 1913. Posiblemente uno de los organismos con mAs experiencia y que mas lo ha desa-­ rrollado es el National Bureau of Economic Research -- (38) Vid. Financial Times, Diciembre 1975. (39) Vid. Mitchell, W.C.: Business Cycles and their-­ Causes, University of California Press, Berkeley, 1913. -65- (NBER) americano. En general, este m~todo consiste, C£ mo hemos dicho, en analizar el comportamiento de mu- - chas series econ6micas a lo largo de los ciclos econ6- l micos, deterrninar los mementos en que se produjeron -- los puntos de inflexi6n y a continuaci6n agrupar entre si aquellas que poseen unas caracteristicas ciclicas - similares en funci6n de sf, de forma regular, se anti­ cipan, coinciden o muestran un retraso con respecto a los movimientos ciclicos de la actividad econ6mica - agregada. En este sentido, el NBER clasifica los indica dores del ciclo econ6mico en adelantados, coincidentes o retrasados. Dicha clasificaci6n dependerA de la de-­ terrninaci6n del "ciclo de referencia" y, como ya hemos visto, el primer problema que surge es la identifica-­ ci6n de la serie o series que pueden servir de indica­ dares por su sensibilidad ciclica. Para este m~todo se necesitan datos mensuales aunque tambi~n se suelen uti lizar datos trimestrales. Posiblemente sea un agregado macroecon6mico , en concreto el PIB, la variable que marque mejor el ci clo de referencia. El problema principal con esta va-­ riable es su periodicidad. En Espana solo se dispone - de datos anuales y aunque en muchos paises esta varia­ ble aparece trimestralrnente, el NBER recomienda la uti lizaci6n de series mensnales para reflejar el "ciclo - -66- de referencia". Para Evans (40) el mejor indicador es el indi cede producci6n industrial. Las ventas y la renta pe~ sonal tambien se utilizan pero no sirven para determi­ nar cuando se han producido los puntos mAximos y mini­ mos. Otros indicadores son la utilizaci6n de la capaci dad productiva, el indice de desempleo (aunque con - - cierto retraso), etc. Debido a que actualmente los precios siguen - creciendo aunque la tasa de actividad econ6mica dismi­ nuya, es necesario estudiar la evoluci6n de los indica dores deflactados para que reflejen la evoluci6n cicli ca en t~rminos reales. En el periodo de la postguerra los puntos de inflexi6n del ciclo de referencia se han determinado - esencialmente por los movimientos del indice de produ£ ci6n industrial y se dice que se ha producido un ciclo cuando dicho indice y el nivel de paro registran gran­ des fluctuaciones y el PNB cambia durante un periodo - superior a un trimestre. (40) Evans, M.I.: op. cit. pAg. 456. -67- Otro m~todo que cada vez se utiliza mAs a me­ nude para determinar los mAximos y minimos del ciclo , consiste en calcular un indice de difusion o sint~tico a partir de una combinaci6n de varios indicadores, es­ pecialmente para la anticipaci6n del ciclo. Antes de referirnos al caso espaffol analizar~ mos brevemente el poder predictor de estos indicadores segUn la experiencial del NBER. Este organismo publica peri6dicamente 30 indi cadores de anticipaci6n. Evans, realiz6 un ejercicio - para ver en que medida, estos indices fueron capaces - de predecir adecuadamente los puntas maximos y minimos de los ciclos econ6micos con un periodo medio de mAs - de cuatro meses. En primer lugar calcul6 el p~riodo medio en - que dichos indicadores se adelantaban al ciclo. Dese-­ ch6 aquellos cuya media era menor de c 1Jatro meses ya - que ~ste es el tiempo minima necesario para poder pre­ decir los "picos y valles" del ciclo. A continuaci6n - calcul6 su desviaci6n tipica y rechaz6 los que mostra­ ban una media temporal menor en 1 '3 veces a la desvia­ ci6n tipica, para eliminar las series con un periodo - de adelanto errAtico. El resultado fu~ que rtnicamente dos indicadores eran utiles para predecir los puntas - -68- maximos y minimos del ciclo: la tasa de creaci6n de -­ nuevos puestos de trabajo y la variaci6n de la cartera de pedidos. Estos indicadores se comportan de distinta m~ nera segdn la situaci6n econ6mica de que se trate, en funci6n de los factores que originan las variaciones - ciclicas. Por todo lo anterior, se combinan diferentes series de anticipaci6n para obtener un indice compues­ to que permita una mejor predicci6n de los puntos de - inflexi6n del ciclo econ6mico. Zarnowitz (41) realiz6 un estudio detallado sobre las principales series esta disticas disponibles en Estados Unidos para poder in-­ terpretar y predecir el ciclo econ6mico, llegando a la conclusi6n de que estos indicadores compuestos, tienen una capacidad predictiva mayor que los indices conside rados individualmente. En Espana, Julio Rodriguez, tomando tambi~n - el IPI como "cronologia de referencia" realiz6 un anA­ lisis muy detallado de los indicadores de coyuntura es (41) Vid. Zarnowitz, V.: "Some Lessons fron a review­ of Indicators of Business fluctuations in the Uni ted States", 12 Conferencia de CIRET, 1975. -69- pafloles desde 1962 hasta 1973, llegando ala conclu- • si6n de "que es muy dificil realizar una clasificaci6n rigurosa de los indicadores de coyuntura espafloles en avanzados coincidentes y desfasados". Los resultados de este estudio son los si- guientes: - "No se puede establecer una duraci6n media para los ciclos registrados por la economia espanola. -- La fase de expansi6n aparece claramente -­ mAs larga que la desaceleraci6n. Los indicadores mensuales derivados de la encuesta de opiniones empresariales en las industrias extractivas y de manufacturaci6n, tienen un carActer - claramente avanzado, sobre todo los tres relatives a - cartera de pedidos, previsiones de producci6n y nivel de existencias, ... Los pedidos muestran el comporta-­ miento mAs regular entre los tres citados, aunque se - aprecie para dicho indicador un adelanto muy superior en la captaci6n de los "valles" futures (7 meses) que en su anticipaci6n de los "picos" (2 meses). -70- -- Aunque sus ciclos coinciden con los de re­ ferencia, no presenta un carActer definido el indica-­ dor relative al grado de utilizaci6n de la capacidad , que mAs bien parece adelantarse en su captaci6n de los puntos de referencia ciclicos. -- Entre los indicadores reales no derivados de las encuestas de opiniones, s6lo el paro registrado presenta un perfil ciclico netamente similar al de re­ ferencia, aunque no puede establecerseclaramente su c~ rActer como avanzado, desfasado o coincidente ... De­ los restantes indicadores reales tan s6lo las importa­ ciones totales y el voldmen de salaries muestran ci- - clos relativamente similares al de referencia: Las im­ portaciones corresponde~ al grupo de avanzados, mie£ tras que el voldrnen de salaries parece mostrar un ca rActer desfasado adn mAs evidente" (42). (42) Rodriguez, J.: op. cit., pAg. 355. -71- El m~todo de los indicadores adelantados ha experimentado algunas mejoras a raiz de la crisis de - 1973-74: en primer lugar en lo que se refiere a la cro nologia de referencia, y en segundo lugar en lo que -­ respecta al indice sint~tico o de difusi6n de los indi cadores adelantados. En primer lugar en lo que se refiere a la - - "cronologia de referencia" que sirve de base de compa­ raci6n de los distintos indicadores ciclicos, hasta -- 1973 fu~ el indice de producci6n industrial el indica­ dor empleado con mAs frecuencia para dicho prop6sito y, de hecho, el organismo que aparece como precursor en - la metodologia en cuesti6n (el NBER) emple6 el citado indicador para obtener la cronologia ciclica de refe-­ rencia en Estados Unidos. Sin embargo, la p~rdida de - importancia del sector industrial en las modernas eco­ nomias ha inducido a ampliar la cobertura del indica-­ dor empleado con el prop6sito citado, por lo que se -­ han pasado a utilizar indices de "espectro" mAs amplio como el PIB trimestral, la relaci6n PIE real/PIB pote~ cial y sobre todo un "indice de actividad" compuesto - por indicadores representatives de los distintos proc~ sos econ6micos. En este sentido la OCDE ha recornendado el empleo de indicadores de actividad representatives de "la producci6n en sentido amplio". -72- En segundo lugar, en lo que se refiere a los I indices de difusi6n de indicadores adelantados, se ha producido una generalizaci6n de su utilizaci6n en lu-­ gar de los indicadores simples, en la medida en que se han ido solucionando las deficiencias del aparato esta distico-econ6mico de distintos paises. Tambi~n en Espaffa se han producido mejoras en el rn~todo de los indicadores adelantados, en el rnisrno sentido que las experimentadas en otros paises, aun cuando la mala calidad de algunas estadisticas, los cambios de rnetodologia, y la desaparici6n o el retraso en su publicaci6n de otras, han impedido de momento la elaboraci6n de indices de difusi6n de los indicadores adelantados. Sin embargo, Julio Rodriguez (43), em- -­ pleando como cronologia de referencia un indice de ac­ tividad sint~tico, representativo de las actividades - (43) Vid. Rodriguez, J.: "El anAlisis de la coyuntura a trav~s de los indicadores adelantados", ponen-­ cia presentada en las "II Jornadas sobre perspec­ tivas econ6micas y empresariales", Escuela de Ec.£ nomia, Madrid, 1981. -73- de los sectores secundario y terciario, estableci6 una clasificaci6n de indicadores, para la economia espano­ la, en adelantados, coincidentes y retrasados, median­ te un estudio detallado de los indicadores coyuntura-­ les en el periodo 1965-80. Aparecen como indicadores adelantados mAs aceptables: la previsi6n de la cartera de pedidos, la previsi6n de la producci6n, el protesto de letas y la M-3 deflactada. Los indicador~s coincidentes mAs fiables re­ sultan ser: el indice de producci6n industrial, las C£ locaciones, la matriculaci6n de bienes de inversi6n, la carter a de pedidos, el ni vel de existencias y las - previsiones de precios. Entre los indicadores retrasados, present an - una regularidad aceptabl~ el cr~dito al sector privado {no deflactado) y los jornales agricolas. Dentro del grupo de m~todos cualitativos, las encuestas de opiniones {o de expectativas como tambi~n se las denomina), ofrecen informaci6n sabre lo que piensan respecto a la si tuaci6n y evolu.ci6n de la ac­ ti vidad econ6mica, agentes destacados de la misma; de -74- esa informaci6n, convenientemente tratada, se pueden - obtener predicciones consistentes sobre la situaci6n - de la economia en el ciclo econ6mico y su previsible - cambio de tendencia. Las encuestas de expectativas mAs utilizadas por los coyunturalistas son las de opinio-­ nes empresariales (que nacieron hacia 1950 por inicia­ tiva del IFO y el INSEE) sobre la evoluci6n y previ- - si6n de una serie de variables significativas en el -­ campo econ6mico (nivel de producci6n, ventas, existen­ cias, carte~a de pedidos, precios, etc), algunas de -­ las cuales son de dificil cuantificaci6n. Al-desinter~ sarse por la magnitud de las variables y fijarse rtnic~ mente en el cambio cualitativo, permiten una ganancia de tiempo importante y una estimaci6n ex-aute de las - variables objeto de anAlisis, enriquecida con la disp£ nibilidad de nuevas variables de tipo cualitativo. Suelen distinguirse tres clases de encuestas de expectativas: las meramente descriptivas, que sumi- 1 nistran informaci6n cuali tati va referente a la si tua-- ci6n de la actividad econ6mica en un determinado momen to; las encuestas de perspectiva que suministran infor maci6n cualitativa a corto plazo, y las encuestas de - intenci6n que revelan determinados planes econ6micos - de futuro de los agentes consultados, incidiendo asi - en la evoluci6n de la situaci6n econ6mica. La mayor parte de las encuestas son del primer tipo (este es el -75- caso de las encuestas de opiniones empresariales real! zadas por el Ministerio de Industria espanol en los as pectos que se refieren a la situaci6n de la cartera de pedidos, nivel de stocks, y nivel de producci6n y de - I la encuesta de infrautilizaci6n de la capacidad produ£ tiva en lo que se refiere ala situaci6n de la misma). Del segundo tipo son las mismas encuestas de opiniones empresariales en los aspectos que se refieren a tenden cia de la cartera de pedidos, de los stocks, de los -­ precios y de la producci6n y la encuesta de infrautili zaci6n d~ la capacidad productiva en sus aspectos de - previsi6n de la misma; del tercer tipo es la encuesta sobre expectativas de inversi6n en la industria, real! zada por el mismo Ministerio. El m~todo de encuestas, cuya habilidad predictiva est~ suficientemente probada, tanto en periodos de estabilidad como de crisis, por - institutes tan prestigiosos como el INSEE, el ISCO y el IFO, tiene ademAs la ventaja de que suministra, a - trav~s de los indicadores cualitativos que se deducen de las mismas, algunos de los inputs necesarios para - una buena aplicaci6n del m~todo de los indicadores ad~ lantados, que pertenece a este mismo grupo de t~cnicas de previsi6n a corto plazo. Desde un p1.:mto de vista te6rico, la previsi6n a trav~s de m~todos cualitativos, a pesar de .. que pro- -76- pl.cJ.a la elaboraci6n de "pron6sticos sin teoria", co-­ mo pone de manifies to Koopmans ( 44), al no incorporar las aportaciones de la teoria econ6mica y ser una t~c­ nica eminentemente empirica, permite elaborar predic-­ ciones consistentes en lo que se refiere a la anticip~ ci6n de los puntos de inflexi6n del ciclo econ6mico y artn cuando carece de un soporte. te6rico-econ6mico que la sustente y no permite la simulaci6n de politicas -­ econ6micas concretas, si es posible mediante la misma obtener recomendaciones de politica econ6mica en el -­ sentido de enderezar una determinada situaci6n an6mala o de proseguir por un determinado sendero que se consi dera el adecuado. Por otra parte, su habilidad predic­ tiva se ha visto incrementada a raiz de la crisis de - 1973/74, precisamente por el fracaso de otras t~cnicas mAs sofisticadas, por todo lo cual pensamos que ~stos (44) Koopmans, J.C.: Measurement Without Theory, ~e-­ view of Economics and Statistics, vol. 29, nQ 3 , Agosto 1947, pAg. 161-172. -77- metodos deben ser la via por donde debe ir la necesa-­ ria reconsideraci6n de la previsi6n econ6mica y con -­ ella del anAlisis coyuntural. Del anAlisis te6rico de los metodos de previ­ si6n a corto plaza, realizado en el presente apartado, se desprenden una serie de conclusiones de las cuales las mas importantes son las siguientes: 1!) El metoda de previsi6n mediante mode-- los econometricos es el mas perfecto en pura teoria, - porque al estar respaldado por la teoria econ6mica pe£ mite el cumplimiento de todos los objetivos del anAli­ sis coyuntural: anAlisis de la situaci6n econ6mica y - determinaci6n de sus causas, previsi6n de su evoluci6n a corto plaza y simulaci6n de distintos escenarios de politica econ6mica. Sin embargo, los modeJos econome-­ tricos s6lo funcionan bien en periodos de estabilidad de la estructura econ6mica y cuando son respaldados -­ por una teoria econ6mica capaz de expU.car el funcion~ miento del sistema econ6mico a corto plaza; en un mll!!, do cambiante e inestable desde el punto de vista econ£ mica como el que vi vimos desde que se iniciara la ac-­ tual depresi6n en 1973/74, una de cuyas consecuencias, ademAs, ha sido la perdida de confi anza en los uni ver- -78- sos conceptuales suministrados por la teoria econ6mica tradicional para explicar los cambios que se han prod~ cido en el comportamiento de los diversos agentes eco­ n6micos, los modelos econom~tricos no son capaces de - suministrar pron6sticos consistentes, sobre todo si se tiene en cuenta que las nuevas teorias econ6micas sur­ gidas al amparo de la crisis tAmpoco han consolidado - su potencia explicativa de los cambios operados en el funcionamiento del sistema econ6mico. Estas considera­ ciones nos conducen a desaconsejar la utilizaci6n de - I modelos econom~tricos como m~todo de previsi6n a corto plazo, al menos mientras persistan las actuales condi­ ciones de crisis e inestabilidad. Ya en 1976 Newbold­ (45) afirmaba que "en un futuro inmediato probableme~ te va a operar~e una relaci6n de sustituci6n entre el tamai'io de los modelos y la calidad de sus pron6sticos". Esta afirmaci6n de Newbold, ante el fracaso predictive (45) Vid. Newbold, P.: The time series view of econo-­ metric model building, Ponencia presentada en el Congreso Europeo de la Econometric Society, Agos­ to, 1976. -79- de los macromodelos, ha sido totalmente sobrepasada -­ por cuanto se han descubierto grandes errores en las - previsiones a corto plazo elaboradas a partir de mode­ los trimestrales de pequeno tamafio. En estos momentos esta a£irmaci6n podr!a ser sustituida por la siguien-­ te: "Se estA operando ya una relaci6n de sustituci6n - entre las distintas t~cnicas de previsi6n a corto pla­ zo y la calidad de sus pron6sticos, de tal modo que -­ los modelos econom~tricos resultan ser los mAs perjudi cados". Pero en fin, esta es una idea que desarrollar!:_ mos en el pr6ximo apartado. 2!) - Las t~cnicas de previsi6n extrapolati­ vas, no tienen ningUn sustrato te6rico-econ6mico de- - trAs, po permiten hacer predicciones sobre los cambios de tendencia y con ellas no es posible la simulaci6n - de pol!ticas econ6micas alternativas, por lo tanto su utilizaci6n no es tampoco aconsejable para la realiza­ ci6n del anAlisis coyuntural excepto para per!odos en que las series analizadas presentan cierta regUlaridad en su comportamiento, y este no es el caso de la ac- - tual situaci6n. A pesar de ello los pron6sticos obteni dos (sobre todo mediante la aplicaci6n de la t~cnica Box-Jenkins) vienen siendo rtltimamenbe algo mejores -- -80- que los obtenidos a tra~s de modelos econom~tricos. 31) - La Contabilidad Nacional Trimestrali-­ zada se perfila como un ~til instrumento de previsi6n a corte plazo, que revolucionarA todo el campo del An! lisis Coyuntural y, ademAs, permitirA su integraci6n - con el AnAlisis Estructural, pero el heche de utilizar datos trimestrales y de que en muchos paises (entre -­ ellos Espana) no se disponga d~ cuentas nacionales tri mestralizadas, limita su utilizaci6n por el memento. 41) - La previsi6n mediante m~todos cualita­ tivos es te6ricamente la menos perfeccionada de las aqui analizadas, pero permite sin embargo situar la economia en el punto del ciclo econ6mico en que se en- ' cuentra en un determinado memento y anticipar sus posi bles cambios de tendencia, objetivo bAsico del anAli-­ sis coyuntural. Por otra parte, al1n cuando no incorpo­ ra las aportaciones de la teoria econ6mica, permite -­ proponer las medidas de politica econ6mica que pueden tomarse en el caso de que el curse previsible de los - acontecimientos econ6micos no sea deseable y estudiar los efectos sobre los mismos de aquellas medidas. Ade- -81- mas, la habilidad predictiva de estos m~todos esta su­ ficientemente probada tanto en mementos de estabilidad como de crisis, como veremos despu~s. 5!) - Las consideraciones anteriores nos con ducen a sustentar la tesis de que la via, por donde d~ be discurrir la necesaria reconsideraci6n de la previ­ si6n a corto plazo y con ella del analisis coyuntural, es la utilizaci6n y perfeccionamiento de los m~todos - cualitativos y con ella de la estrategia sintomatica - que es la que hace uso de los mismos, y ello debido -­ fundamentalmente,' en primera aproximaci6n, a la incap~ cidad de la teoria eco~6mica para explicar los cambios que se estAn produciendo, a raiz de la crisis, en el - comportamiento del sistema econ6mico y que impiden la utilizaci6n de tecnicas mas sofisticadas, lo que propl cia el arrollador retorno a m~todos eminentemente emp! ricos que se esta produciendo. Paralelamente, esta re­ consideraci6n debe hacerse sobre la base de la utiliza zi6n y perfeccionamiento de la Contabilidad Nacional - Trimestralizada y con ello de la estrategia globaliza­ da de anAlisis coyuntural que transformara el campo -­ del corto plazo, posibilitando la convergencia de los analisis coyuntural y estructural; en Espana habra de -82- cemenzarse per la elaberaci6n de una Centabilidad Na-­ cienal Trimestralizada para pesibilitar esta segunda - linea de recensideraci6n (H). (H) Me ha side de gran utilidad un decumente interne - del INI, cerrespendiente a 1977, sebre este tema. -83- 4. VALORACION DE LOS METODOS DE PREVISION A CORTO PLAZO: RECONSIDERACION DE LOS MISMOS A LA LUZ DEL FRACASO PREDICTIVO DE LAS TECNICAS MAS SOFISTICA-­ DAS EN EL MOMENTO ACTUAL El anAlisis realizado en el apartado anterior refleja que los modelos econometricos aplicados al an~ !isis coyuntu~al constituyen el metodo mAs perfecto de previsi6n desde el punto de vista te6rico, por cuanto incorpora las aportaciones de la teoria econ6mica y -­ permite la simulaci6n de medidas de politica econ6mica en distintos escenarios; sin embargo, como consecuen-­ cia de la situaci6n creada por la crisis actual, se ha puesto de manifiesto la incapacidad de los mismos para predecir consistentemente el futuro a corto plazo cuan I co se producen cambios estructurales en el sistema ec£ n6mico que no pueden ser explicados adecuadamente por la Teorfa econ6mica convencional que los respalda. Por su parte, las tecnicas extrapolativas no tienen un sus trato te6rico-econ6mico detrAs, no permiten captar los cambios de tendencia y con ellas no es posible la sim~ laci6n de distintos escenarios por lo que no son un -­ buen instrumento para el anAlisis coyuntural m~s que - en periodos de relativa estabilidad, y este no es el - caso en los actuales momentos de crisis y mutaciones - -84- constantes en la estructura econ6mica. Los m~todos ba­ sados ~n la Contabilidad Nacional Trimestralizada, emi nentemente empiricos, al igual que las t~cnicas extra­ polativas, pero sin perder de vista las interrelacio-­ nes entre los diversos elementos que conforman el sis­ tema econ6mico, permiten obtener un diagn6stico adecu~ do de la situaci6n econ6mica y la preparaci6n de las - oportunas decisiones de politica econ6mica, por lo que pueden ser una via de reconsideraci6n en los actuales momentos de crisis, adn cuando esta reconsideraci6n no es posible en Espana por la inexistencia de ~na Conta­ bilidad Nacional Trimestralizada. Los m~todos de prev! si6n cualitativos, eminentemente empiricos ya que no - incorporan aportaciones te6ricas, permiten, aplicados al an~lisis coyuntural, situar ala economia en el ci­ clo econ6mico y predecir sus posibles cambios de ten-- ' dencia, posibilitando la toma de decisiones politico-- econ6micas en el sentido adecuado y ello tanto en mo-­ mentos de estabilidad como de crisis. Por todo lo ante rior (y en una primera aproximaci6n), la reconsidera-­ ci6n de la previsi6n econ6mica a corto plazo, y con ella del propio an~lisis coyuntural, debe ir por la via de la utilizaci6n y perfeccionamiento de los m~to­ dos de previsi6n cualitativos. La valoraci6n de los distintos m~todos de pr~ -85- visi6n aplicados al an~lisis coyuntural que abordamos a continuaci6n, tomando en consideraci6n su grado de - habilidad predictiva durante el actual periodo de cri­ sis en que estamos sumidos, refuerza nuestras tesis. Efectivamente, la crisis de 1974 puso en cue~ ti6n la habilidad predictiva de Jas t~cnicas m~s sofis I ticadas; desde 1947, en que aparece la conocida obra- de Klein sobre la Revoluci6n Keynesiana y la critica­ de Koopmans a los trabajos empiricos del NBER, hasta - principios de los aflos 70, los m~todos econom~tricos fueron la panacea del anAlisis econ6mico a corto plazo. Sin embargo a partir de ese momento y como consecuen-­ cia de la crisis ocurre un hecho relevante, expresi6n clave de la crisis de confianza en el universo concep­ tual postkeynesiano que ha conducido a la propia cri-­ sis de los modelos econom~tricos como forma de elabo-­ rar predicciones consistentes sobre el futuro econ6mi- l co: la arrolladora vuelta al empirismo de los anos 20, como lo demuestra el hecho de que los principales ins­ titutos dedicados al AnAlisis Coyuntural emplean hoy , j de nuevo, m~todos empiricos (el NBER en Estados Unidos en los rtltimos afios, el National Institut of Economic and Social Research de Inglaterra desde 1974, en Cana­ dA desde 1981, la correspondiente Comisi6n de la OCDE -86- desde 1978, el IFO en Alemania, el INSEE en Francia, - el ISCO en Italia, etc.). La situaci6n aparece pues ra dicalmente transformada. * En lo que se refiere a los modelos econom~tri cos, Cooper (46) evalu6, ya en 1972, la habilidad pre­ dictiva de los principales modelos econom~tricos tri-­ mestrales aplicados al anAlisis coyuntural en los Est~ dos Unidos (los modelos Friend-Taubman, Liu, Fromm, -­ Wharton, Goldfeld y OBE), demostrando que los mismos - fracasaron en sus pron6sticos como consecuencia de la evidencia de los cambios estructurales que se estaban produciendo por entonces en la economia norteamericana y la consiguiente ~rdida de validez de los supuestos te6ricos que los respaldaban. Recientemente, la evaluaci6n de la habilidad predictiva de los modelos econom~tricos trimestrales (46) Vid. Cooper, R.L.: op. cit. -87- de previsi6n a corto plazo,utilizados en los ultimos - affos en Estados Unidos hasta el acceso a la Presiden-­ cia de Ronald Reagan, ha permitido detectar importan-­ tes errores en sus pron6sticos (47). Efectivamente, si se observa el cuadro adjunto en el que figuran las pr~ visiones que sobre el crecimiento del PNB norteamerica no, se elaboraron en diciembre de 1979, para los cua-­ tro trimestres de 1980 a trav~s de los "tres grandes" modelos de previsi6n a corto plazo norteamericanos: el Chase (propiedad del Chase Manhatan Bank), el Data Re­ sources (propiedad de Me Graw-Hill Inc.) y el Wharton (propiedad de Ziff- Davis Publishing c.), y se compa­ ran con los datos reales sobre el crecimiento nel PNB norteamericano para ese mismo ano, se deduce que los - "tres grandes" propiciaron errores de predicci6n de -- ' I una considerable magnitud, destacando, ademAs, el he-- cho de que tales pron6sticos han sido tanto mAs e~r6-­ neos cuanto menos alejados en el tiempo, lo cual pare­ ceria impensable en modelos de previsi6n a corto plazo. (47) Business Week: Where the big econometric models - go wrong, 30 de marzo de 1981, pag. 98 a 102. PREDICCION DEL CRECIMIENTO DEL PNB EN U.S.A. (en diciembre de 1979 para los 4 Trimestres de 1980) I Trim. II Trim. III Trim. ---- MODELO CHASE - 6,1 - 1,7 1 , 1 MODELO DATA - 4,6 - 2,4 1, 7 MODELO WHARTON - 2,1 - 1, 8 0,5 DATOS REALES 3,1 - 9,9 2,4 Fuente : Business Week, 30. III.1981 , pAg. 99 IV Trim. 3,4 1, 9 -- 2,8 4,0 I (X) (X) I -89- L6gicamente, tampoco fueron capaces los cita­ dos modelos de prever un minimo del ciclo que se prod~ jo en el II Trimestre (concretamente en el mes de ju-­ nio) de 1980, y que todos ellos pronosticaran que ten­ dria lugar en el I Trirnestre. Para explicar la p~rdida de habilidad predic­ tiva de estos modelos se han esgrimido varias razones -- entre las cuales figuran: la excesiva confianza de los econ6metras en la inforrnaci6n hist6rica y la abusiva - comercializaci6n de las predicciones econometricas de­ bide a la pretensi6n de que "sus procedimientos son -­ cientificos", cuando en realidad como senala V. Zarno­ witz (que ha seguido las predicciones de estos modelos durante muchos anos) "no se han podido descubrir dife­ rencias reales entre las predicciones econom~tricas y las que se basan en la pura 16gica" (48). Pero las ra­ zones fundamentales no son esas: lo que realmente sue~ de es que salen a la luz las limitaciones de los mode­ los econom~tricos como m~todo de predicci6n en ~pocas (48) Business Week, op. cit. pAg. 99. -90- de crisis, puesto que la manifiesta p~rdida de habili­ dad predictiva de los mismos no es mAs que una manifes taci6n de la incapacidad de los modelos para realizar pron6sticos consistentes cuando se producen cambios es tructurales en el sistema econ6mico, y ello debido a - la incapacidad de la teoria econ6mica que los respal- I da de predecir adecuadamente un cambio socio-econ6mi-- co. Estas consideraciones son las que han llevado a la Administraci6n Reagan ( adherida a la "revoluci6n" te6rica del lado de la oferta) a1 abandono de los an­ teriores modelos que pretende sustituir, para elaborar sus previsiones, por los nuevos modelos Claremont, - - Evans y Merrill-Lynch que incorporan los nuevos supue~ tos te6ricos neoliberales, con la esperanza de que sus pron6sticos sean mAs acertados. Sin embargo si se ob-­ serva el cuadro adjunto en el que figuran las previsi,2. nes de crecimiento del PNB norteamericano elaboradas - por los modelos anteriores y comparadas con las esta-­ blecidas por los "tres convencionales" y por la propia Administraci6n Reagan, para el periodo 1981-1984, se - pueden deducir las conclusiones siguientes: 11) -·Que los tres modelos neoliberales pro-- -91- nostican crecimientos muy dispares, tanto mas cuanto mas pr6ximo esta el periodo al que se refieren. La - cuesti6n que se plantea, y que pone en entredicho la capacidad de esos modelos para elaborar previsiones -­ consistentes es, como puede haber disparidades predic­ tivas de esa magnitud entre modelos que incorporan las mismas aportaciones te6ricas procedentes del universe conceptual neoliberal y utilizan el mismo aparato esta distico-econ6mico. 2~) - Que las predicciones de los "tres con­ vencionales", tambi~n establecen crecimientos distin-­ tos, pero en general no tan dispares entre sf como los procedentes de los modelos neoliberales, lo que puede indicar que las teorias postkeynesianas presentan tod~ via mayor consistencia, aunque no expliquen adecuada­ mente los actuales cambios socio-econ6micos, que las - nuevas teorias neoliberales. 3~) - Las predicciones elaboradas por la pro­ pia Administraci6n Reagan, son distintas de las esta-­ blecidas por todos los modelos anteriores (tanto los ·­ tres postk~ynesianos, como los tres neoliberales), lo -92- que pone de manifiesto "el riesgo que corren los poLi­ ticos, al aceptar las conclusiones de un determinado - modelo que resulte equivocado, como consecuencia de -­ las enormes diferencias entre las predicciones obteni­ das por cada uno de ellos" (49). (49) Business Week, op. cit., pAg. 102. Los tres cl~sicos: Chase ........... Data ............ Wharton .......... Los tres nuevos: Claremont ....... Evans ........... Merrill-Lynch ... Admon. Reagan ...... PREDICCIONES DE LOS MODELOS ECONOMETRICOS NORTEAMERICANOS SOBRE EL CRECIMIENTO DEL PNB (1981-84) 1 981 1982 1983 1 , 3 3,6 3,9 2,7 2,4 3,2 2,2 2,1 3,4 0,3 3,2 5,4 2,5 4,7 4,6 0,6 4,9 6,0 1 ' 1 4,2 5,0 Fuente: Elaboraci6n propia en base al Business Week, 30. III .1 981, - - ----- 1984 3, 1 3,3 3,4 4,0 4,2 4,3 4,5 pag. 99 I I "' w I -94- Si la perdida de habilidad predictiva de los tres modelos "nuevos" se confirma, significa que las - nuevas teorias neoliberales en que se apoyan no ofre-­ cen tampoco explicaciones definitivamente vAlidas de la actual situaci6n de crisis que acarrea mutaciones I constantes en la estructura de los sistemas econ6micos. La eva1uaci6n de la habilidad predictiva de - los modelos trimestrales de previsi6n aplicados a1 an! lisis de la coyuntura utilizados en otros paises ha -­ conducido tarnbien a detectar errores de pron6stico im­ portantes: Asi, el modelo METRIC, utilizado por el INSEE, no fue capaz de prever en diciembre de 1979 un punto mAximo que se produjo en el ciclo de la economia francesa en el mes de julio de 1980; la Economic Plan- I ning Agency del Jap6n no pudo prever, a tra~s de su - modelo trimestral de corto plazo, tambien a finales de 1979, un punto mAximo que se produjo en el ciclo de la economia japonesa en el mes de marzo de 1980. Tampoco el modelo trimestral de la Tresorerie britAnica acert6 en la previsi6n del punto mfnimo que se produjo en la economia inglesa en el mes de diciembre de 1980. La perdida de habilidad predictiva de los mo­ delos econometricos como metodo de previsi6n coyuntu-- -95- ral aquf constatada, que no hace sino subrayar y con-­ firmar las limitaciones de los mismos en situaciones - de inestabilidad como la presente, conduce al abandono de dichos modelos con fines de anAlisis coyuntural, al menos mientras persistan las actuales condiciones de - crisis tanto a nivel de teorfa econ6mica como de acti­ vidad productiva. Como senala P.V. Domenici "hemos pe­ dido a los modelos que piensen por nosotros y hemos de admitir que (en las presentes circunstancias) no pue-­ den proporcionarnos las respuestas (adecuadas)" (50). ( Como ha senalado reiteradamente el profesor Sampedro , uno de los mayores peligros de la civilizaci6n actual es el abuse de la cibern~tica que se traduce en el cam po que nos ocupa en el riesgo de la modelizaci6n econ6 mica cabal. El camino para la reconsideraci6n de los - metodos de previsi6n aplicados al anAlisis coyuntural no es pu~s la utilizaci6n de modelos, sino que parece ser, segun veremos a continuaci6n, el retorno al empi­ rismo. (50) Business Week, op. cit. p~g. 102. -96- H La vuelta al empirismo; ante los errores de - predicci6n de las t~cnicas con una base te6rica, supo­ ne el retorno al estudio de las regularidades observa­ bles en las series econ6micas y de sus desfases. Las - t~cnicas extrapolativas aplicadas al anAlisis coyuntu­ ral, fundamentalmente a trav~s de los m~todos ARIMA- - Box-Jenkins, en la medida que descansan sobre modelos probabilisticos y no econ6micos constituyen un expone~ te de este retorno al empirismo que se produce en los primeros affos 70. En concreto se ha comprobado que las preVisiones elaboradas por medio de modelos Box-Jen- - kins univariantes, han resultado ser mAs consistentes que las establecidas por modelos econom~tricos, concr~ tamente el modele Wharton-EFA. Los m~todos extrapolati vos tienen su principal aplicaci6n para evitar los de~ fases temporales en el anAlisis coyuntural, actualiz~ do los valores de determinadas variables con el fin de homogeneizar los cuadros de indicadores que suelen el~ borarse con fines de anAlisis coyuntural, en lo que - se refiere al periodo temporal considerado. Sin embar­ go, la aplicaci6n de estas t~cnicas presenta varios ---- ; problemas de indole prActica: por un lado, y este es - I el caso de Espana, de varios indicadores importantes no se dispone de series temporales suficientemente 1~ gar elaboradas con un criteria metodol6gico homog~neo a lo largo del periodo investigado, y por otro, el ex- -97- cesivo retraso en la elaboraci6n y publicaci6n de los datos (caso tambi~n de Espana para importantes indica­ dares de la acti vidad econ6mica), obliga a predecir a I periodos por delante superiores a los aconsejables, lo que conduce a la consiguiente p~rdida de precisi6n de las previsiones. A pesar de que los defensores de este m~todo (sobre todo en su versi6n ARIMA-Box Jenkins) afirman - que en mementos de cambios econ6micos importantes los valores suministrados por los modelos de series tempo­ rales reaccionan inmediatamente ante las situaciones - nuevas, mientras que las encuestas tardan en reaccio-­ nar y acostumbrarse a un nuevo marco, y que esta flexi bilidad supone un importante contrapunto de la inform~ ci6n bAsicamente cuali tati va procedente de 1 cs enc,.les­ tas, cuyos resultados aparecen con bastante antelaci6n sobre la correspondiente informaci6n objetiva, lo cie£ to es que una valoraci6n de la habilidad predictiva de estas t~cnicas permite descubrir e~rores de predicci6n importantes en ~pocas de crisis e inestabilidad econ6- mica como la presente, lo que no hace sino subray'ar y constatar las lirnitaciones de las mismas en el sentido de su incapacidad para prever los puntos criticos de - la coyuntura, provocando "errores de pron6stico" en -­ los entornos de los puntos de ccmbio de tendencia de - -98- la actividad econ6mica. Efectivamente: Como ya seffalA­ bamos en el capitulo introductorio, las previsiones p~ ra enero de 1981, elaboradas empleando el anAlisis uni variante en diciembre de 1980, de indicadores signifi- ' cativos de la actividad econ6mica espanola, resultan - poco ajustadas ala realidad (51). Por otro lado una previsi6n de los valores de los indicadores de la economia espanola que figuran en el cuadro adjunto, elaborada por nosotros en marzo de 1978 aplicando tambi~n la t~cnica Box-Jenkins, arroj6 ' importantes errores en el entorno del punto minimo del ciclo que se produjo en junio de ese ano, como se ded~ ce de la comparaci6n de dichas previsiones (para los - meses correspondientes al II Trimestre de 1978) con-­ los datos reales; obviamente, esta t~cnica no fu~ tarn­ poco capaz de anticipar el minimo del ciclo de la eco­ nomia espanola correspondiente a junio de 1978. (51) Vid. Costa, A. y Arellano, M.: Desfases tempora-­ les del anAlisis de coyuntura, ponencia presenta­ da en las II jornadas sobre Perspectivas Econ6mi­ cas y Empresariales, Escuela de Economia, Madrid, 1 981 • 1978 Abril Mayo I Junio PREVISION DE ALGUNOS INDICADORES DE LA ECONOMIA ESPANOLA: ANALISIS UNIVARIANTE Consumo de energia Consumo de Gas-oil Matriculaci6n de Paro registrado el~ctrica. turismos. I Indice Base 1965=100 Indice Base 1965=100 N Q de vehiculos Miles de personas Previsi6n Dato real Previsi6n Dato real Previsi6n Dato real Previsi6n Dato .. real 324,5 314,5 407,2 385,7 73.204 72.807 785,4 787,6 325,6 307,2 408,3 351, 3 75.608 60.188 805,2 780,3 328,3 300,6 412,4 358,7 76.802 58.801 835,1 801,3 Fuente: Elaboraci6n Propia ----- -- -----·--- --- -~~- ~--- - - ~--- -- -- I \.0 \.0 I I I -100- Para el caso de la economia norteamericana, - las previsiones elaboradas a trav~s de un modelo Box-­ Jenkins multivariante por la Federal Reserve Board pa­ ra el II Trimestre de 1980, presentan tambi~n sustan-­ ciales errores, segdn se desprende de la observaci6n - del cuadro adjunto. Tampoco por este m~todo pudo dete£ tarse el punto minima del ciclo de la economia norte---­ americana que se produjo en el mes de junio de 1980. PREVISION DE ALGUNOS INDICADORES DE LA ECONOMIA AMERICANA: ANALISIS MULTIVARIANTE Indice de Producci6n Paro: Miles de perso- Ventas al por menor. Ofertas de empleo. 1980 Industrial. nas. Billones de d6lares Base 1 975=1 oo I Indice Base 1975=100 Previsto Real Previsto Real Previsto Real Previsto Real Abril 1 26, 1 125,9 6.852 6.846 76,12 75,15 152 1 53 Mayo 127,4 122,2 6.741 7.318 80,25 79,20 158 140 I ;~.:nio 128,2 1 20, 1 6.790 8. 291 89,13 77,37 167 144 I Fuente Federal Reserve Board. I : _!. w I -102- De esta evaluaci6n de las t~cnicas extrapola­ tivas, desde el punto de vista de su habilidad predic­ tiva, se deduce que no es esta la via para la reconsi­ deraci6n de los m~todos de previsi6n aplicados al anA­ lisis coyuntural, a pesar de sus grandes dosis de empi rismo, en los actuales mementos de crisis y mutaciones I constrantes, lo que no hace sino reforzar nuestras con vicciones expresadas en el apartado anterior. H - Los m~todos de previsi6n que utilizan como -­ instrumento las cuentas nacionales trimestralizadas, - tienen un carActer eminentemente empirico, pero sin --, perder de vista las interrelaciones del sistema econ6- mico, lo que hace que sean un instrumento te6ricamente adecuado para elaborar previsiones consistentes sobre el futuro econ6mico. Es pronto a~n para hacer una va12 raci6n prActica de estes instrumentos desde el punto - de vista de su habilidad predictiva, ya que son de re­ ciente implantaci6n; sin embargo, refiri~ndonos a la - economia norteamericana, las previsiones que por este m~todo se realizaron de las variables que componen el cuadro macroecon6mico de demanda fueron esencialmente coincidentes con los datos reales referidos a los cua­ tro trimestres de 1980, siendo de destacar su capaci-­ dad para detectar el minimo del ciclo econ6mico norte- -103- americano que se produjo en el II trimestre de ese affo, I I lo que no sucedi6 aplicando al ru1~lisis coyuntural mo- delos econom~tricos o t~cnicas extrapolativas como ya I . hemos visto. Esto es lo que se desprende de ~a observ~ ci6n del cuadro adjunto donde figuran las previsiones I del cuadro macroecon6mico de demanda, comparadas con - los datos reales, para los cuatro trimestres de 1980. PREVISION DEL CUADRO MACRO-ECONOMICO DE LA ECONOMIA NORTEAMERICANA (BILLONES DE DOLARES CONSTANTES DE 1972) (APLICACION DE LA CONTABILIDAD NACIONAL TRIMESTRALIZADA). I. T. 1980 II. T. 1980 III. T. 1980 IV. T. 1980 -- --- Previsto Real Previsto Real Previsto Real Previsto Consume privado 935,8 943,4 914,3 919,3 925,9 930,8 940,8 Consume pt1blico 287,5 290,1 290,6 291,5 291,4 288,2 290,5 FBC fijo 215,6 219,2 190,4 199,2 198,6 200,2 204,5 I Va:r. stocks 0,7 -0,9 1, 6 1, 3 -2,1 -s,o -4,0 Exp. de B. y s. 164,7 165,9 150,6 160,5 1 57, 1 160,5 158,0 Imp. de B. y s. 11 2, 3 115, 8 105,4 108,9 106,1 102,8 110,2 PIB a p.m. 1492,0 1 501, 9 1442,1 1463,3 1464,8 1471,9 1479,6 Real 946,8 289,8 207,6 -7,2 157,4 108,9 1485,6 Fuente : Survey of Current Business, United States Department of Comerce . , y Quarterly National \ Accounts Bulletin, O.C.D.E. I, 1981 . - .!. 0 ~ I I I I -105- El problema de este instrumento es s~ recien­ te aplicaci6n y la inexistencia de cuentas nacionales trimestralizadas en la mayor parte de los paises ya - . I que dnicamente cuentan con ellas Canad~, Estados Uni-- 1 dos, Jap6n, Australia, Austria, Finlandia, Francia, Alemania, Italia, Suecia, Inglaterra,y Grecia donde el sistema se est~ implantando en estos momentos. En­ Espana no existe desgraciadamente un sistema de cuen-­ tas nacionales trimestralizadas, por lo cual no pueden I I ser aplicados aqui los m~todos de anAlisis coyuntural basados en las mismas. La valoraci6n pr~ctica de la Contabilidad Na­ cional Trimestralizada, desde el punto de vista de su habilidad predictiva, en estos mementos de crisis, nos permite reafirmarnos en la idea de que este instrumen­ to debe ser una de las vias de reconsideraci6n de los I m~todos de previsi6n econ6mica aplicados al m1~lisis - coyuntural, pues su desarrollo va a suponer sin duda - una verdadera revoluci6n en todo el campo del corto -­ plazo, posibilitando la convergencia de los An~lisis - Coyuntural y Estructural.Desafortunadamente, esta via de reconsideraci6n no es posible en Espana. La valoraci6n pr~ctica de los metodos de pre- -106- visi6n mediante modelos econom~tricos y de las tecni-­ cas extrapolativas, considerando su grado de habilidad predictiva en el tiempo transcurrido desde el inicio - de la actual crisis nos ha conducido a descartarlos co mo posibles vias de reconsideraci6n de las tecnicas de p~evisi6n aplicadas al anAlisis coyuntural en el momen I to actual, reafirmando nuestras convicciones expresa-- das en el apartado anterior. El hecho de que la Conta­ bilidad Nacional Trimestralizada sea de reciente apli­ caci6n al anAlisis coyuntural, no se encuentre plena-­ mente desarrollada, utilice datos trimestrales (en vez de mensuales), y no este implantada en Espana,nos ha - conducido a descartarla tambien como via de reconside­ raci6n a corto plazo, pero sin embargo nos reafirmamos t i en la convicci6n expresada en el apartado anterior en I I : el sentido de que la Contabilidad Nacional Trimestrali zada, cuando se encuentre plenamente desarrollada, de­ be ser una via de la necesaria reconsideraci6n del anA lisis coyuntural, puesto que, la experiencia de los --, paises que han implantado este sistema es absolutamen- te positiva y ello preludia el papel impulsor que ha - de tener en un futuro pr6ximo en las transformaciones que se avecinan del anAlisis a corto plazo. I Si convenimos en que el interes fundamental - -107- del anAlisis coyuntural estA en la determinaci6n de -­ los puntos de cambio de tendencia que posibiliten la­ toma de decisiones pol!tico-econ6micas adecuadas, los m~todos de previsi6n cualitativos aplicados al anAli-­ sis de la coyuntura son los que muestran predicciones mAs consistentes en los actuales mementos de crisis, - como se deduce de la valoraci6n prActica de los mismos desde el punto de vista de su habilidad predictiva. Efectivamente: en el ultimo cuarto de siglo - ha habido una explosi6n aut~ntica en la medici6n de lo econ6mico que preludia fuertes avances te6ricos. En 1950, por iniciativa del IFO y el INSEE, aparecen las encuestas de opiniones empresariales; pues bien, el buen ajuste observado durante los anos que llevamos de crisis entre las variables cualitativas obtenidas de - las mismas y las correspondientes num~ricas ha provocado una cada vez mAs arnplia utilizaci6n de esta t~cnica de previsi6n a corto plazo con fines de anAlisis coyuntu­ ral. En este sentido, es edificante el hecho de que -­ tambi~n en Espana se haya observado un ajuste excelen­ te, entre algunas de las variables cualitativas proce­ dentes de las encuestas de opiniones empresariales re~ lizadas por el Ministerio de Industria y las correspog dientes variables num~ricas , durante los aftos que van desde 1974 hasta el memento actual, lo cual ha propi-- -108- ciado la revitalizaci6n de esta t~cnica en mementos en que, precisamente, el aparato estad1stico-econ6mico es f paftol no ha suministrado datos num~ricos de variables fundamentales para el anAligis coyuntural. Como senalabamos en el capitulo introducto- - rio, el INSEE, el IFO y el ISCO, con la utilizaci6n de la informaci6n cualitativa procedente de las encuestas empresariales, pudieron prever los puntos de inflexi6n de las coyunturas francesa, alemana e italiana, respe£ tivamente, a lo largo de la actual crisis con una ante laci6n suficiente que en ningUn caso fu~ inferior a -­ tres meses. Con este mismo tipo de informaci6n noso-­ tros pudimos prever los puntos de inflexi6n de la eco­ nomia espanola, en estos anos de crisis. La utilizaci6n de t~cnicas cualitativas de -­ previsi6n para el anAlisis coyuntural toma otra de sus formas en el m~todo de los indicadores adelantados (que recibe parte de sus "inputs" de las encuestas :de ·expectativas) para determinar los puntos de cambio de tendencia. En este sentico el indicador sint~tico de - series adelantadas que ~tiliza el NBE~ norteamericano, £uncion6 con total correcci6n en la previsi6n del mAxi mo del ciclo de la economia norteamericana que se pro­ dujo en marzo de 1973, con cinco meses de adelanto, -- -109- proporcionando tambi~n despu~s buenos resultados en -­ la predicci6n de los puntos criticos que se produjeron a lo largo de la actual crisis: mAximos en febrero de 1979 y minimos en marzo de 1975 y junio de 1980. Con­ referencia a este rtltimo punto, cabe senalar que no fu~ captado ni por los modelos econom~tricos ni por los m~todos extrapolativos como hemos constatado ante­ riormente. Tarnbi~n obtuVieron buenos resultados aplican­ do esta linea de anAlisis el IFO, el ISCO y el INSEE , a fin de detectar los puntas extremes de las economias alemana,italiana y francesa, respectivarnente, durante la actual crisis. En Espana, aun existen problemas im­ portantes para la aplicaci6n de este m~todo de an~li-­ sis (referentes a la elecci6n de la cronologia de refe rencia, a la clasificaci6n de indicadores como adelan­ tados, coincidentes y retrasados y a la obtenci6n de - un indice compuesto de indicadores de anticipaci6n), - pero a pesar de todo se han obtenido pron6sticos bas-­ tante ajustados como el referente al punto minimo de - la actual crisis que, la mayoria de los an~lisis efec­ tuados, situaron con suficiente antelaci6n en los me-­ ses de enero-febrero de 1976. La OCDE a partir de 1978 di6 un gran impulse -110- a este m~todo de previsi6n a trav~s del grupo de trab~ jo correspondiente, y desde entonces viene utilizando para detectar los puntos criticos de las economias de la Organizaci6n un m~todo de indicadores adelantados - basado en el indice de producci6n de las industrias rna nufactureras (index of manufacturing production) como "cronologia de referencia". Co~ este m~todo, y tenien­ do en cuenta el adelanto "mediano" de los indicadores de anticipaci6n, la OCDE ha realizado predicciones bas tante acertadas sobre los puntos minimos y maximos de I los ciclos de las economias de los paises miembros, - con una antelaci6n nunca inferior a los tres meses, -­ desde 1978. Estas predicciones suelen figurar en las - "Perspectives Economiques de l'OCDE" que publica en los meses de julio y diciembre de cada aflo (52). En el cuadro adjunto figuran las fechas en que se produjeron puntos criticos en los paises de la OCDE y que fueron correctamente detectados por la misma, aplicando el m~ todo expuesto. (52) Vid. OCDE: Perspectives Economiques, correspon- - dientes a julio y diciembre de 1978, 1979, 1980 y julio de 1981. -111- PUNTOS CRITICOS DETECTADOS POR LA OCDE. APLICACION DEL METODO DE INDICADORES ADELANTADOS. PAISES MAXIMOS MINIMOS canadA enero 1979 junio 1980 Est ados Unidos febrero 1979 junio 1980 Jap6n marzo 1980 -- Australia agosto 1980 -- Austria enero 1980 junio 1978 B~lgica enero 1980 junio 1978 octubre 1980 Dinamarca octubre 1979 febrero 1978 noviembre 1980 Finlandia junio 1979 mayo 1978 julio 1980 octubre 1979 Francia julio 1979 noviembre 1980 Alemania 1980 marzo 1978 marzo noviembre 1980 Irlanda abril 1979 noviembre 1980 !tali a marzo 1980 septiembre 1980 Holanda julio 1979 enero 1979 octubre 1980 Noruega julio 1980 junio 1978 en~ro 1981 Espana octubre 1978 junio 1978 julio 19RO suecia diciembre 1979 junio 1978 mayo 1980 suiza abril 1978 mayo 1979 enero 1980 noviembre 1980 Inglaterra julio 1978 noviembre 1978 mayo 1979 diciembre 1980 Fuente: elaboraci6n propia sabre la base de "Main eco nomic Indicators", todos los ntlmeros corres-­ pondientes a 1978, 1979, 1980 y 1981, OCDE. r,1 OLIOT EC .A -112- A partir de la informaci6n suministrada por - los "Main economic indicators" nosotros hemos analiza­ do los dltimos ciclos de la economfa mundial, agrupan­ do los pafses en tres zonas: OCDE-Europa, OCDE-Norte-­ am~rica y Espana, por ver si existe alguna similitud - entre los tres ciclos, como consecuencia de la crecie~ te internacionalizaci6n de las economfas de la Organ! zaci6n. Los resultados aparecen en el cuadro adjunto , donde se comparan los ciclos de crecimiento de estas zonas a trav~s del fndice de producci6n industrial. -113- CICLOS DE CRECIMIENTO EN ESPANA Y LA OCDE. PUNTOS CRITICOS MAXIMOS: ESPANA octubre 66 OCDE-Europa febrero 65 abril 69 marzo 70 diciembre 74 mayo 74 febrero 77 enero 77 octubre 78 marzo 80 MINIMOS: febrero 68 julio 72 febrero 76 junio 78 julio 80 mayo 67 diciembre 71 junio 75 noviembre 77 noviembre 80 OCDE-Norte­ am~rica. noviembre 66 marzo 69 julio 73 febrero 79 julio 67 noviembre 70 marzo 75 junio 80 Fuente: Elaboraci6n propia en base a los "Main Economic Indicators" de !a OCDE y a -­ "Raport on cyclical fluctuations and - indicators in OCDE countries, Paris, - 1981. -114- Se pueden obtener del anAlisis del Cuadra las siguientes conclusiones: 1~) -Que los ciclos registrados en la zona OCDE-Euro­ pa durante 1963-67, y en la zona OCDE-Norteam~ri ca, fueron bastante coincidentes; sin embargo en Espana este ciclo tuvo lugar con cierto retraso, registrAndose en 1964-68. 2~) -Que el ciclo registrado en la zona OCDE-Europa­ en el periodo 1967-71, se adelant6 en la zona-­ OCDE-Norteam~rica, retrasAndose en Espana donde se produjo en el periodo.1968-72. 3~) - Que el ciclo 1971-75, fu~ sustancialmente coinci dente para toda la OCDE, excepto para Espana do~ de se produjo con retraso, aunque en este caso - menos que en los anteriores. 4~) - Que las fluctuaciones ciclicas en toda la zona­ de la OCDE, durante la actual crisis son sustan­ cialmente coincidentes, a6n cuando las oscilaci£ nes son menores en la zona OCDE-Norteam~rica; i~ cluso parece que el final de la actual fase rece siva es coincidente tambi~n en el caso de Espana. -115- De las anteriores conclusiones parece deduci~ se un creciente paralelismo en las fluctuaciones cicli I - cas registradas en las diferentes naciones, debido a - la presencia de importantes shocks de oferta que han - conducido a la realizaci6n de politicas econ6micas si­ milares en todos los paises para buscar salida a la -­ crisis. En Espana este paralelismo ha tardado mas en­ producirse (parece que s6lo se registra en esta dltima etapa de la actual fase recesi'va), por la tardanza de las autoridades econ6micas en el empleo de las politi­ cas econ6micas adecuadas para salir de la crisis, sem~ jantes a las del resto de los paises del area. Junto a los factores ci tados, en el caso de Espana est a "simu.!_ taneidad ciclica" viene forzada por la importancia de nuestras ventas a la OCDE (86 % de las exportaciones), lo que hace aparecer al Comercio Exterior como una cau sa decisiva de este paralelismo. De mantenerse esta -- ' tendencia a la "simul taneidad ciclica" entre todos los I paises de la OCDE, ello abre nuevas vias de investiga- ci6n y progreso en el campo del an~lisis coyuntural, lo que posibilitar~ una actuaci6n politico-econ6mica - comdn en todos los paises, coordinada desde la propia OCDE, al enfrentarse todos ellos a problemas similares en momentos coincidentes. Dentro de los m~todos cualitativos de previ-- -116- si6n, s61o nos resta hacer una valoraci6n prActica de la habilidad predictiva de los "informes de expertos", a los cuales se ha venido recurriendo cada vez con - - mAs asiduidad, desde que comenzara la presente crisis, por los responsables de la toma de decisiones politico -econ6micas en los distintos paises. En los Estados -­ Unidos, este m~todo presenta una considerable habili-­ dad predictiva, siendo sus pron6sticos mAs acertados - que los realizados a trav~s de t~cnicas mAs sofistica­ das. En el caso de Espana esta t~cnica suele utilizar­ se para la previsi6n de los cuadros macroecon6micos, - antes de su elaboraci6n definitiva por el Institute Na cional de Estadistica, y hay que decir en honor a la - verdad que estas previsiones vienen siendo mAs ajusta­ das a la realidad que las elaboradas por otros m~todos alternatives. No parece aventurado deducir, de la valera- - ci6n prActica de los rn~todos cualitativos de previsi6n a corto plaza, que estos se perfilan como la primera - via de la necesaria reconsideraci6n del anAlisis coyu~ tural, lo que no hace sino subrayar nuestras tesis ex­ presadas en el apartado anterior. H Tanto el anAlisis te6rico como la valoraci6n -117- pr~ctica de los m~todos de previsi6n a corto plazo - aplicables al anAlisis coyuntural nos conducen, pues , a sustentar la tesis de que la necesaria reconsidera-­ ci6n de los mismos y del propio anAlisis coyuntural d~ be fundamentarse, prioritariamente, en los metodos de - previsi6n cualitativos, por ser los que actualmente -­ ofrecen una valoraci6n mAs positiva en una considera-­ ci6n de conjunto, presentando un considerable vigor en sus pron6sticos, £rente a la perdida de habilidad pre­ dictiva de los metodos mAs sofisticados y con un s~s-­ trato te6rico-econ6mico detrAs. En esta perspectiva, - los metodos alternatives quedan relegados a un segundo plano en esta arrolladora vuelta al empirismo que tie­ ne su principal manifestaci6n precisamente en la utili zaci6n prioritaria de los metodos cualitativos de ~n~­ lisis coyuntural. El metodo de previsi6n mediante mode los econometricos, es prActicamente in~til como instr~ mento b~sico, ya que su perdida de habilidad predicti­ va es evidente en esta epoca de continuos cambios y mu taciones de la estructura econ6mica y de perdida de credibilidad de las teorfas econ6micas que los susten­ tan; sin embargo, con las debidas reservas, pueden se­ guir siendo utilizados como contrapunto de las previ-­ siones realizadas por los m~todos cualitativos, pues - pensamos que los errores predictivos de los mismos de­ ben servir al objetivo del perfeccionamiento de tales -118- modelos, y de la propia teoria econ6mica en que se ba­ san, conduciendo en ~ltima instancia a la construcci6n de modelos econom~tricos operatives, desde el punto de vista del anAlisis coyuntural, en el memento en que in corporen nuevas teorias econ6micas capaces de explicar los actuales cambios en el sistema econ6mico. Los m~to dos de previsi6n extrapolativos, deben quedar relega-­ dos a un segundo plano, pero jugando sin embargo un p~ pel auxiliar importante para remediar el problema de los desfases del anAlisis coyuntural que se producen por el retraso en la publicaci6n de los datos, siempre teniendo en cuenta que estas t~cnicas pueden provocar "errores de pron6stico" en el entorno de los puntas de cambio de tendencia. Por fin, la Contabilidad Nacional Trimestralizada, debe ser la via de reconsideraci6n del anAlisis coyuntural a un plazo mAs largo, pues al ser un instrumento empirico y tener en cuenta, al mis­ mo tiempo, las interrelaciones que se producen en el - sistema econ6mico, se vislumbra como la t~cnica capaz de revolucionar todo el campo oel corto plazo y de ha­ cer converger los AnAlisis Coyuntural y Estructural; - sin embargo, el hecho de que su aplicaci6n al anAlisis coyuntural sea reciente y de que su implantaci6n no se haya extendido suficientemente (no existe Contabilidad Nacional Trimestralizada en la mayoria de los paises , -119- entre ellos Espana), hacen que esta reconsideraci6n d~ ba esperar por el memento y que en el caso de Espana - no sea posible hasta tanto no existan cuentas naciona­ les trimestralizadas. -120- 7. BIBLIOGRAFIA BEZDEK, R.H.: "The Stage of the art: Long range and - manpower forecasting", Long Range Planning, febrero, - 1975. 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Introducci6n . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . • . . pag. 130 2. Requisites para la realizaci6n de un buen analisis de coyuntura . . . . . . . . . . . . . . . . . pag. 135 2.1. Significado del analisis coyuntural ... pag. 136 2.2. El conocimiento estadistico .......... pag. 146 2.3. La base metodol6gica: Diversas es- trategias de analisis coyuntural y su reconsideraci6n en el momento actual 2.3.a) La estrategia determinis- pag. 154 tica o banal . . . . . . . . . . . . . . . . . pag. 155 2.3.b) •.Iaestrategia sintomatica ..... pAg. 158 2.3.c) La estrategia sistematica o modelizada ................. pag. 199 2.3.d) La estrategia globalizada .... pag. 204 2.3.e) Reconsideraci6n de las di- versas estrategias en el momento actual . . . . . . . . . . . . . . . pag. 208 2.4. La importancia de la teoria econ6mica ............................ pag. 211 2.4.a) Morfologia del ciclo coyun- tural y Teorias del ciclo . . . . . pag. 21 3 2.4.b) El marco de referencia pag. 255 3. Institutes especializados en el analisis coyuntural . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . pag. 274 4. Bibliogra£1a .·.............................. pag. 285 CAPI'IULO SEGUNDO EL ANALISIS DE LA COYUNTURA ECONOMICA Y LA RE­ CONSIDERACION DE SUS DIVERSAS ESTRATEGIAS 1. INTRODUCCION -130- La previsi6n econ6mica a corte plazo, es la - base del anAlisis coyuntural que, en los dltimos afios, ha adquirido renovada importancia como consecuencia de la crisis econ6mica y de la inestabilidad que ella co~ porta, lo que hace imposible elaborar planes econ6mi-­ cos de tipo convencional con el consiguiente abandono de la previsi6n econ6mica a largo plazo. Por otra parte, los cambios a que viene sien­ do sometida la estructura econ6mica durante estes affos de crisis, han heche que sea necesario reconsiderar el anAlisis coyuntural en el sentido de volver la vista - atrAs hacia m~todos de previsi6n a corte plazo de tipo cualitativo, que son utilizados por la denominada es-­ trategia "sintomatica", junto a t~cnicas estadisticas -131- sencillas, aunque operativas, pero que dejan de lado - los m~todos econom~tricos utilizados por la estrategia sistemAtica, por la p~rdida de habilidad predictiva de los modelos, debido a la existencia de una estructura econ6mica continuamente cambiante y en periodo de res­ tructuraci6n y a la crisis de confianza en los univer­ ses conceptuales suministrados por la teoria econ6mica convencional en que los mismos se sustentan. Por otro lado, ha existido siempre un cierto conflicto entre el enfoque estructural o analitico del estudio y previsi6n de los movimientos de la actividad econ6mica, segdn el cual el carActer recurrente de di­ chos movimientos es un dato poco significative, y el - enfoque coyuntural, donde el carActer recurrente de -­ las fluctuaciones ciclicas representa el hecho mAs im­ portante. Pues bien, aparte del hecho de que el an~li-­ sis coyuntural retoma importancia, en detrimento del - anAlisis estructural, en periodos de crisis como el ac tual, el aparente divorcio entre ambos enfoques estA - en vias de soluci6n merced a los impulses registrados en el campo de la informaci6n econ6mica que hanconduc! do a la implantaci6n de la Contabilidad Nacional Tri-­ mestralizada, que es un instrumento eficaz utilizado - por ambos tipos de anAlisis. La Contabilidad Nacional Trimestralizada utilizada por el anAlisis coyuntural -· -132- conduce a la denominada estrategia "globalizada", se-­ gunda via de reconsideraci6n que pensamos es util per­ que, sin duda, provocarA una verdadera revoluci6n en - el campo del corto plazo propio del anAlisis coyuntu-­ ral; ahora bien, esta segunda via de reconsideraci6n - pasa, en Espana, por la previa implantaci6n de las - - cuentas nacionales trimestralizadas, que no existen -­ por el memento. El interes por esta parcela del anAlisis eco­ n6mico se debe fundamentalmente al hecho de que resul­ ta imprescindible conocer el desarrollo de la activi-­ dad econ6mica a corto plazo para no equivocarse a la - hora de tomar decisiones politico-econ6micas. Efectiv~ mente: es sobradamente conocido, por ejemplo, que si - se hubiera realizado un buen anAlisis de coyuntura - - oportunamente, el Plan de Estabilizaci6n de 1959 no h~ biera comportado costes sociales y econ6micos tan al-­ tos debido al desconocimiento de que el signo de la co yuntura habia cambiado meses antes y en el mismo senti do en que incidieran las medidas estabilizadoras, tal como pone de manifiesto M.J. GonzAlez (1). (1) Vid. GonzAlez, M.J.: La economia politica del franquismo (1940-70) Tecnos, Madrid, 1979. -133- Como consecuencia de ~ste inter~s por la co-­ yuntura econ6mica han aparecido multitud de instituci£ nes especializadas en la elaboraci6n de este tipo de - informes (2) que, artn cuando con el evidente riesgo de la inevitable dependencia de los mismos respecto a los centres de poder politico, han supuesto avances impor­ tantes en el desarrollo de la tematica coyuntural. Nuestro pais no ha sido ajeno a esta tenden-­ cia y tambi~n aqu! el llamado "anAlisis de la coyuntu­ ra econ6mica" se ha pues to de mod a como lo demues tra - la proliferaci6n de informes y notas de coyuntura pro- (2) Destacaremos las mas importantes: En Alemania el - IFO; en Francia el INSEE (Direction de la Statisti que Economique et de la Conj:m:::::ure); en B~lgica el Centre de Recherches ~conomiques; en Holanda el -­ Centraal PlanbUreau; en Italia el ISCO; en Inglat~ rra el National Institute of Economic and Social - Research; en Estados Unidos el NBER; en Yugoslavia el Ekonomisti Institut, etc. -134- cedentes tanto de organismos oficiales como de bancos y otras entidades privadas (3). Sin embargo, la cali-­ dad de estos informes, contrata con la de los elabora­ dos en otros paises, fundamentalmente del ~ea del Mer cado Comrtn, Estados Unidos y Jap6n, artn cuando en los ~ltimos anos se ha progresado por la senda de una ma-­ yor calidad en este campo. (3) Algunas de las instituciones mAs importantes que - elaboran informes coyunturales en Espana son las - siguientes: ·Ministerio de Economia y Comercio - -­ (D.G.P. y P~ E~); Banco de Espana; Banco de Bilbao; Banco de Vizcaya; Banca March; Banca Mas SardA, -­ Etc. -135- 2. REQUISI'roS PARA LA REALIZACION DE UN BUEN ANALISIS DE COYUNWRA De acuerdo con M. Valle (4) son necesarios, - aunque no suficientes, cuatro requisites para la elab£ raci6n de un buen anAlisis de coyuntura econ6mica, que deben ser cumplidos por los encargados de la realiza-­ ci6n de este tipo de informes: 2.1. entendimiendimiento de lo que significa el anAlisis coyuntural. 2.2. conocimiento estadistico suficiente. 2.3. utilizaci6n de la adecuada metodologia que haga consistentes los objetivos del anAlisis con los medics de que se disp£ ne. (4) Valle, M.: AnAlisis de la Coyuntura econ6mica, Re­ vista espanola de economia, Aflo IV, nQ 3, septiem­ bre-diciembre 1974, pAgs. 223 y siguientes. -136- 2.4. conocimiento de la teor!a econ6mica - - que explique el funcionamiento del sis­ tema econ6mico a corte plazo. 2.1. Significado del anAlisis coyuntural.- Por anAlisis de la coyuntura econ6mica se en­ tiende normalmente "el intento sistemAtico y cient!fi­ co de conocer o diagnosticar lo que estA ocurriendo en un memento o per!odo determinado (en general, el ac- - tual en que nos encontramos) dentro de un sistema eco­ n6mico" ( 5). De forma mAs simple se puede definir 1 a - coyuntura como "el estudio de la evoluci6n de la si tua ci6n econ6mica" (6). (5) Valle, M.: op. cit. pag. 226. (6) Piatier, A.: Nouvelles methodes pour l'etude de la conjoncture, PUF, Paris 1961, pAg. 319. -137- M~s concretamente, el an~lisis coyuntural in­ cluye los siguientes aspectos b~sicos: descripci6n de la evoluci6n reciente de' las principales variables eco n6micas con el fin de hacer unbalance de situaci6n ac tual de la economia sometida a estudio; aproximaci6n a las causas que han determinado dicha evoluci6n, y pre­ visi6n del comportamiento futuro a corte plaza de la - actividad econ6mica que posibilite la oportuna toma de decisiones politico-econ6micas. El primer aspecto significa que todo ejerci-­ cio de coyuntura debe conducir a una visi6n integrada de la situaci6n de la economia sometida a estudio y -­ por tanto no debe circunscribirse a aspectos parciales y, a menudo, contradictories de algunas macromagnitu-­ des. El segundo aspecto significa que un buen co-­ yunturalista debe conocer las relaciones entre las di~ tintas variables y sectores que conforman el sistema - econ6mico, con el fin de determinar las causas de las variaciones que se produzcan en su evoluci6n. El tercer aspecto significa, que todo ejerci­ cio de coyuntura implica un ejercicio previa de previ- -138- si6n econ6mica a corto plazo, apareciendo asi previ­ si6n y coyuntura como aspectos indisolublemente unidos; es mAs la predicci6n aparece como un aspecto decisorio, a la vez que el mAs complejo, de entre los que inte- - gran el anAlisis coyuntural. Una prueba de esta compl~ jidad viene dada por la existencia de dos momentos en que la previsi6n a corto plazo debe ser utilizada: un primer momento es aquel en que se elabora el balance - de si tuaci6n actual de la economia, ya que el aparato estadistico-econ6mico no suministra los valores "actu~ les" de las distintas variables con id~ntica puntuali­ dad, por lo que es conveniente (aunque no indispensa-­ ble), estimar los valores actuales de aquellos indica­ dares que se publican con mayor retraso, con el fin de realizar un anAlisis sincr6nico evitando los desfases que se producen en el estudio de la coyuntura. El se-­ gundo momento, en que la previsi6n cobra todo su valor, es el de la realizaci6n del diagn6stico-predicci6n so­ bre la evoluci6n de la economia a corto plazo, diagn6~ tico-predicci6n que debe posibilitar las actuaciones - adecuadas de politica econ6mica (7). (7) Vid. Theil, H.: Economic Forecast and Policy, A'dam La Haya, 1961 . -139- Pero el coyunturalista a fin de comprender -­ plenarnente el significado del anAlisis coyuntural debe intentar precisar el ~bito temporal del mismo. En es­ te sentido caben tres posibilidades: a) Una primera es considerar que ese ~bito - temporal debe estar constitufdo por el muy corto plazo y por tanto el coyunturalista debe analizar rtnicamente los factores cuya operatividad se desarrolla en ese ~ bito. Pues bien este marco temporal no es el apropiado I porque con el mismo el coyunturalista rtnicarnente po- - drfa obtener conclusiones sobre la evoluci6n tenden­ cial a corto plazo de la economfa, no considerando la situaci6n de la misma dentro del ciclo econ6mi- co y su previsible evoluci6n ni la tendencia subyacen­ te a largo plazo. b) La segunda posibilidad es considerar como marco apropiado del anAlisis coyuntural el ciclo econ6 mico; este es precisamente el marco natural del anAli- ' sis de la coyuntura, con el cual es posible obtener -- conclusiones consistentes sobre la situaci6n de la ec2 nomfa en un determinado momento dentro del ciclo econ£ mico, y pronosticar un previsible cambio de coyuntura a trav~s de la captaci6n anticipada de sus puntas crf­ ticos. Dentro de este Ambito temporal se realiza el -- -140- anAlisis cfclico que cubre los objetivos fundamenta- - les del anAlisis coyuntural. c) Adn hay una tercera posibilidad, tomando - como marco del anAlisis coyuntural el largo plazo. Es­ te es el marco apropiado del anAlisis estructural, pe­ ro sin embargo debe ser tenido en cuenta por el coyun­ turalista, pues aunque la actividad econ6mica se mani­ fiesta a trav~s de una serie de fluctuaciones recurren tes, ~stas encubren. una tendencia subyacente a largo - plazo, cuya evoluci6n debe ser apreciada con el fin de diagnosticar adecuadamente una situaci6n puramente co­ yuntural. A pesar de no ser el marco temporal apropia­ do del coyunturalista, este puede mejorar y perfeccio­ nar sus ejercicios coyunturales mediante el anAlisis - tendencial a largo plazo, permitiendole estimar el po­ tencial de crecimiento de la economfa y las desviacio­ nes, con respecto al mismo en un determinado momento , del crecimiento real. Por otra parte, y teni"endo en cuenta la marcada tendencia a la convergencia entre los enfoques estructural o analftico y coyuntural, no es ut6pico afirrr.ar que este marco puede ser, en un fu­ turo, el apropiado para ambos tipos de anAlisis. Por ~ltimo, para dar pleno significado al anA -141- lisis coyuntural, inmediatamente debemos relacionarle con la polftica coyuntural que, teniendo por objeto -­ fundamental reducir las fluctuaciones de la actividad econ6mica, es la que en definitiva mueve a realizarle. Se presenta entonces la necesidad de actuar con la mA­ xima rapidez posible ante las diversas situaciones que surjan por lo que el coyunturalista debe conocer las - razones que pueden dificultar las acciones de la pol!­ tica coyuntural o estabilizadora. En este sentido debe analizar el carActer permanente o transitorio de una­ determinada perturbaci6n ex6gena que influya sobre la marcha de la actividad econ6mica, ya que si la misma - es de carActer transitorio (por ejemplo algunas de las ; que se producen momentos antes o inmediatamente des- - ( pu~s de una elecciones), lo mAs conveniente serfa no - tenerla en cuenta ya que las medidas de polftica econ£ mica que se tomasen llegar!an a surtir sus efectos - .­ cuando dicha perturbaci6n haya desaparecido. Tambi~n - existen otras dificultades adicionales que pueden im­ pedir que las medidas de politica econ6mica coyuntural tengan la eficacia deseada debido al desconocimiento - de sus efectos sabre la actividad econ6mica: nos refe­ rimos a las expectativas de los distintos agentes eco­ n6micos, que pueden introducir (sabre todo en mementos de crisis y mutaciones constantes como el actual) im-- -142- portantes dosis de incertidumbre debido a los cambios bruscos que se producen en las mismas; otro factor de incertidumbre viene determinado por la no existencia - de una teoria econ6mica ·que explique adecuadamente los cambios que se producen en el sistema econ6mico, fund~ mentalmente en periodos de crisis, lo que imposibilita poder disponer de un modele econ6mico adecuado con el fin de cuantificar los efectos de medidas alternativas en escenarios diversos; por fin otra dificultad en la aplicaci6n de la politica coyuntural, que existe en to do memento, surge de los conflictos existente~ entre - los distintos objetivos perseguidos y/o entre los di-­ versos efectos derivados de la utilizaci6n de un ins-­ trumento determinado, lo que hace necesario establecer un trade-off entre distintos niveles de objetivos con­ trapuestos. Sin embargo las dificultades fundamentales -­ que pueden disminuir la eficacia de la politica econ6- mica coyuntural surgen de los diversos "retrasos" que se producen en aplicaci6n de la misma: el coyunturali~ ta debe conocer y analizar el problema de los "lags" o retardos temporales, ya que "entre la ocurrencia de un fen6meno econ6mico y la producci6n de sus efectos por las medidas de politic a econ6mica que se deri van del ·- -143- ejercicio de an~lisis coyuntural correspondiente, me~ dia un espacio de tiempo" (8) que se denomina "retardo total". Este retardo, o "lag" se subdivide en los - - tres siguientes: • El lag estadfstico o de informaci6n, que es el tiempo que transcurre entre la ocurrencia del fen6- meno a considerar y su registro estadfstico. A este h~ cho se le denomina tambien "retardo de reconocimiento". En todos los pafses existe el problema de este retardo ert la obtenci6n de la informaci6n; no obstante hay - - grandes diferencias y existen ejemplos que ponen de m~ nifiesto que en los pafses mas desarrollados, donde ei . aparato estadistico-econ6mico estA mas perfeccionado , (8) Herschel, F.J.: Introducci6n ala predicci6n econ6 mica, FCE, Mexico 1978, pAg. 28. -144- las estadisticas se preparan y publican con gran rapi­ dez, mientras que en los paises con menor nivel de de­ sarrollo se producen retrasos considerables (9) . • El lag de toma de decisiones, es el tiempo que transcurre, entre el registro de la informaci6n y la determinaci6n de la correspondiente acci6n de poli­ tica econ6mica. Se le denomina tambi~n "retardo de de­ cisi6n". Este retardo depende, en ciertos casos, de - las circunstancias de tipo legal e institucional que - rigen en cada pais; en los paises de r~gimen parlamen­ tario, se requiere, generalmente, su aprobaci6n, cuan­ do se trata de modificaciones legales. Sin embargo, i~ cluso en paises con control parlamentario, existen ex­ tensas Areas de politica econ6mica en que la adopci6n de decisiones puede realizarse con mayor celeridad y - no depende de la aprobaci6n previa de una ley. Se pue- (9) El indice de precios al consumo es conocido en B~l gica dentro de los 5 dias siguientes al final del mes al que corresponde, mientras en Colombia el co nocimiento de esta informaci6n estadistica se demo ra mAs de un me s . - -145- de afirmar, en definitiva, que este retardo de deci- - si6n se debe en unos casos, a factores institucionales, en otros, a la organizaci6n misma del gobi~rno y, en otros, a su forma de actuaci6n en materia de politica econ6mica ( 10) . • El lag "externo" es el que se produce entre el memento de tomar la decisi6n de politica econ6mica y la aparici6n de sus efectos en la economia. A este - desfase se le denomina tambien "retardo de efecto". -­ Una vez ordenada la medida pasa, pues, un cierto tiem­ po antes de que se produzcan sus efectos, y seria de - enorme interes determinar,.para cada caso, los retar-­ dos entre los distintos tipos de medidas que se puedan adoptar. En general, se piensa que las medidas de tipo directo tienen un efecto mas inmediato; sin embargo -­ las evidencias no han sido concluyerites, cuando se han (10) Kirschen, E.S. y otros: Economic Policy in our ti me, Amsterdam, 1964, Vol. I, Cap. X. -146- tratado de determinar los retardos de efecto de los -­ instrumentos mAs caracteristicos de los paises occide~ tales, sobre todo de politica monetaria o fiscal (11). 2.2. El conocimiento estadistico.- El segundo requisito que debe cumplir un- -­ buen coyunturalista es tener un "conocimiento estadis­ tico" suficiente para poder refinar la informaci6n - - econ6mica bruta y hacerla utilizable para la elabora-­ ci6n del correspondiente anAlisis de coyuntura, medi~ te la aplicaci6n de los adecuados m~todos de previsi6n econ6mica a corto plazo. Dos exigencias se derivan de este supuesto: en primer lugar, el coyunturalista debe conocer la base estadistica requerida para realizar -­ el anAlisis y, en s~ndo lugar, debe ser capaz de re~ lizar, en esas estadisticas, las transformaciones ade­ cuadas para que, una vez "refinadas", sean utilizables (11) Vid. Friedman, M.: The lag in the Effect of Mone­ tary Policy, Journal of Political Economy, octu-­ bre 1971. -147- aplicando los metodos de predicci6n, para la elabora-­ ci6n del anAlisis econ6mico coyuntural. Con respecto al conocimiento de la base esta­ distica necesaria para el anAlisis estA comprobado que ello no es suficiente. Hace falta conocer ademAs los - problemas que ·presenta la informaci6n estadfstica bru­ ta. • A diferencia de otras ciencias, en investi­ gaci6n econ6rnica, los usuarios de las estadfsticas, e~ tAn en general, separados de los productores; es de- - cir, los paises cuentan con organismos que elaboran -­ las distintas estadisticas econ6micas, pero estasofici nas no estAn conectadas ni con las entidades que reali zan la previsi6n econ6rnica a corto plazo, ni con las - instituciones que tienen a su cargo, las decisiones P£ litico-econ6rnicas."Esta separaci6n puede dar origen a serios problemas, si el usuario de las estadisticas no tiene un conocimiento exacto y profundo de su forma de elaboraci6n, su alcance y su contenido y definici6n"-- ( 12). (12) Vid. Morgenstern, 0.: On the Accuracy of Economic Observations, Princeton UniversitY Press, 1963- PAg. 14. -148- • Otro problema de las estadisticas econ6mi-­ cas es que, generalmente, no indican el margen de error que pueda existir en las mismas, dAndose el fen6 meno tan curioso, que debe ser tenido en cuenta por el analista, de que algunas series estadisticas publican datos con un extremado grado de detalle (hasta la ci-­ fra de las unidades), sin especificar, en cambio, el margen de error que, en ocasiones es muy apreciable, - como suele suceder en las estadisticas de poblaci6n y en las de determinadas producciones. Para resolver es­ te problema y averiguar el grado de exactitud de una ~ informaci6n estadistica, pueden efectuarse pruebas de "consistencia" que sirven para detectar los errores mAs notables (por ejemplo, debe existir una fuerte re­ laci6n entre el consumo aparente de cemento y el ritmo de la actividad constructora). No conviene tampoco ol­ vidar que a veces el origen del error es intencional , como sucede por ejemplo en las estadisticas que se el~ boran a partir de las informaciones obtenidas de los - contribuyentes por las autoridades del Ministerio de - Hacienda • • A veces sucede, que determinadas estadisti­ cas no son consistentes para medir el comportamiento - de un determinado sector debido a que en su elabora- - ci6n n6 se tuvieron en cuenta las necesidades de los -149- distintos usuaries. Asi sucede, por ejernplo, en el ca­ so de las inforrnaciones estadisticas referentes a las ernpresas pdblicas espaflolas, debido a que ~stas son -­ consideradas como sector pdblico en t~rrninos de Conta­ bilidad1Pdblica, y c~rno sector privado en t~rrninos .de Contabilidad Nacional . • La oportunidad de utilizar deterrninadas es­ tadisticas, tambi~n debe ser considerada. Este es el caso de las estadisticas de producci6n agraria que, norrnalrnente, cornputan ~sta en el rnornento de su comer-­ cializaci6n y no en el de su producci6n como seria de desear, ya que de lo contrario no tienen mucho sentido para orientar las decisiones de politica econ6mica - - agraria. Por dltirno conviene hacer hincapi~ en la ne cesidad de utilizar una inforrnaci6n econ6mica lo mAs - actualizada posible, siendo importante, a este respec­ to, contar con estirnaciones trirnestralizadas de las -­ principales variables rnacroecon6micas. Respecto a las transforrnaciones a que debe ser sometida la informaci6n econ6mica para que ~sta sea utilizable por el anAlisis coyuntural, se puede afirmar que es absolutamente necesario separar los el~ mentos integrantes, para elegir al final, linicamente , -150- el componente de la informaci6n vAlido a efectos del - citado anAlisis. En este sentido, la informaci6n esta­ distica bruta contiene elementos de naturaleza automA­ tica, de naturaleza discrecional, y de naturaleza alea toria o irregular; la separaci6n de los distintos com­ ponentes no ofrece gran dificultad debido a la existe£ cia de modernos ordenadores, por lo cual bastantes in~ titutos estadisticos publican, junto a los datos bru-­ tos, series de los mismos ya reelaboradas. Una serie temporal es el conjunto de valores que toma en el tiempo una variable (en nuestro caso, - econ6mica). Toda serie temporal de datos brutos es sus ceptible de presentar cuatro componentes: Tendencia -­ (Tt)' componente estacional (Et), ciclo (Ct) y compo-­ nente aleatoric o irregular (It). Los componentes Tt y ct se combinan a menudo formando la serie denominada Ciclo-Tendencia. El componente Tt muestra la evoluci6n a largo plazo de la variable objeto de inter~s, y seg~n dicha evoluci6n puede ser necesario o no introducir medidas de correcci6n. La estacionalidad (Et) se presenta como consecuencia de variaciones que se repiten con caract~ risticas similares a lo largo de los affos en los mis-­ mos periodos, aunque su magnitud no tiene por qu~ ser la misma. Las series que tienen este componente, lo -- -151- presentan como consecuencia del carActer recurrente de la actividad econ6mica a lo largo del tiempo; se habla de estructura estacional rfgida o variable de una se-­ rie, segrtn que la evoluci6n interanual se suponga igual o dist~nta para todos los anos (13). Los fen6me­ nos'de estacionalidad suelen ser debidos, principalrne~ te, a factores climAticos (el ano tiene cuatro estacio nes) o institucionales (periodos vacacionales, etc.). Estes dos componentes analizados (Tt yEt), - se transforman mediante sencillas t~cnicas estadfsti-­ cas en lo que se puede denominar elementos automAticos, porque a efectos de anAlisis econ6mico coyuntural bas­ ta extrapolar el componente tendencial y aplicar los ~ oportunos coeficientes de estacionalidad (que se revi­ san continuamente) para obtener los correspondientes - valores en un memento dado. Las variaciones aleatorias son perturbaciones que aparecen en la evoluci6n de las distintas varia- - (13) Hoyo, J .- ~el : Desestacionalizaci6n de series temporales, Investigaci6n de la Coyuntura, Minis­ terio de Industria, Madrid, 1975. -152- bles econ6micas y que no obedecen a estructuras de pr£ babilidad determinada. El componente irregular (It) es, pues, un "caj6n de sastre" que recoje todas las varia­ ciones en la serie bruta que no se ajustan a ninguna ley determinada, por lo cual se suele denominar tam- - bi~n componente residual; el anAlisis coyuntural, lo que hace sirnplemente es eliminar estas perturbaciones porque tienden a enmascarar el perfil de la evoluci6n de la variable en cuesti6n: en definitiva el coyuntur~ lista tiende a separar el "ruido" (14) de la informa-­ ci6n estadistica (15). Resuel tos por su carActer "automAtico" los -­ componentes Tt y Et, y reducido el "ruido" al minimo - eliminando de nuestra consideraci6n el componente - -- (14) "Ruido" se denomina a estas perturbaciones a efec tos de informaci6n. (15) Existen ciertas perturbaciones como los efectos - provocados por huelgas, catAstrofes climAticas, - etc., que tambi~n quedan fuera del anAlisis coyu~ tural, a~n cuando, no obstante, se proceda a una correcci6n manual de la serie de acuerdo con la - incidencia de estas perturbaciones. -153- "aleatoric" (It), el anAlisis coyuntural se circunscri be bAsicamente al anAlisis del que hemos denominado componente "discrecional": el ciclo (Ct). El componente ciclico se define como el con-­ junt9 de fluctuaciones peri6dicas, superiores a los 12 meses, que experimenta una variable econ6mica a lo lar .go del tiempo, siendo el objeto fundamental del anAli­ sis coyuntural, la determinaci6n de la fase del ciclo en que se encuentran las distintas variables econ6mi-­ cas, as! como el estudio de sus perfiles y de los mo-­ mentos en que aparecen sus puntos criticos ("picos y - valles" fundamentalmente). Ahora bien, aunque el anAlisis coyuntural se circunscribe bAsicamente al estudio del ciclo econ6mi­ co, un buen coyunturalista debe realizar tambi~n un -­ anAlisis ciclo-tendencia para captar la previsible ev£ 1uci6n econ6mica a muy corto plazo mediante la observ~ ci6n de las series representativas de la tendencia a corto plazo de las distintas variables (estas series conservan los componentes ciclico y tendencial); y aun que el anAlisis tendencial a largo plazo es propio del enfoque estructural, un buen especialista en coyuntura tambi~n debe realizarle, no s6lo para mejor entender - -154- los fen6menos puramente coyunturales, sino para deter­ minar las desviaciones entre el crecimiento real de las variables analizadas y su crecimiento potencial en el momento de realizar el ejercicio coyuntural (este - anAlisis se lleva a cabo a trav~s de la observaci6n de las series, liberadas de todos sus componentes excepto la tendencia). Una conclusi6n importante que se deduce del anAlisis hasta aqui realizado es, que los centros de - elaboraci6n de estadisticas econ6micas deberian sumi-­ nistrar, no s6lamente las series de datos brutos y de sus respectivos componentes tendenciales y estaciona-­ les, sino ademAs las fluctuaciones ciclicas de las va­ riables objeto de elaboraci6n estadistica, ya que esto facilitaria, grandemente, al encargado de la coyuntura la elaboraci6n de los anAlisis econ6micos coyunturales al nivel que los estamos considerando. 2.3. La base metodol6gica: diversas estrategias de -­ anAlisis coyuntural y su reconsideraci6n en el - momento actual.- Todo coyunturalista debe tener conocimiento - -155- de la base metodol6gica en que ha de sustentarse el -­ an~lisis coyuntural, de tal modo que sea consistente - con los objetivos que dicho an~lisis se propene. En este sentido se pueden distinguir las si-­ guientes estrategias metodol6gicas: deterministica o - taxativa; sintom~tica o revelativa; sistem~tica o mode lizada, y estrategia globalizada. Veamos, a continua-­ ci6n, en que consisten cada uno de los m~todos anterio res. 2.3.a) La estrategia deterministica o banal.- La estrategia deterministica o taxativa, tam­ bi~n denominada banal (16), que hace uso de los m~to-­ dos de previsi6n mediante t~cnicas extrapolativas, co~ siste en extraer las conclusiones sobre la coyuntura - (16) Piatier, A.: op. cit. pag. 323. -156- en un momento determinado, mediante la mera extrapola­ ci6n de los valores del pasado, correspondientes a las series de variables macroecon6micas analizadas. Este m~todo presupone que entre dos mementos consecutivos e inmediatos, las condiciones de evoluci6n de la varia-­ ble considerada permanecen constantes. Como consecuen­ cia de este supuesto, la estrategia banal ~nicamente - es v~lida para el an~lisis de·la coyuntura en los pe-­ riodos en que no se produce cambio de tendencia; se pueden pues analizar las fases de recuperaci6n y de r~ cesi6n del ciclo econ6mico, pero no sirve para anali-­ zar los puntos criticos (de auge y de crisis), ni per­ mite determinar o predecir los cambios de tendencia en la coyuntura. que son los cuatro siguientes: el paso de la recuperaci6n al auge; el paso del auge a la rece- - si6n; ~1 paso de la recesi6n a la crisis, y el paso de la crisis a la recuperaci6n y consiguiente inicio del nuevo ciclo coyuntural. Como se ve, esta estrategia es prActicamente inrttil para el an~lisis que nos ocupa de bido a esa limitaci6n fundamental que le incapacita p~ ra prevenir los cambios de tendencia; a pesar de todo es ampliamente utilizada sobre todo a trav~s de los mo -157- delos ARIMA, basados en la t~cnica Box-Jenkins (17). - AdemAs de la limitaci6n anterior, esta estrategia no - tiene detrAs ningdn sustrato te6rico-econ6mico ni per­ mite la simulaci6n de politicas econ6micas en distin-­ tos escenarios, por lo cual, debe quedar, en los actu~ les mementos, relegada a un segundo plano como estrate gia · auxiliar para evi tar los de_sfases que se producen en el anAlisis coyuntural debido al retraso en la pu-­ blicaci6n de los val ores "actuales" de 1 as correspon-­ dientes variables, posibilitando asi la realizaci6n de un anAlisis sincr6nico, siempre con la salvedad de que en los entornos de los cambios de coyunt~ra pueden pr£ ducirse "errores de pron6stico". (17) Los procedimientos para el disefto de este tipo de modelos (que son probabilisticos y no econ6micos) pueden verse en jenkins, G.M. y Box, G.E.P.: Time series analysis, forecasting and control, San - - Francisco, Holden Day, 1970. -158- 2.3.b) La estrategia sintom~tica.- La estrategia sintomAtica o revelativa, que - utiliza los m~todos de previsi6n cualitativos, consis­ te en averiguar no s6lo la situaci6n actual de la co-­ yuntura sino su previsible cambia de tendencia en un - futuro pr6ximo, sabre la base de que la economia pre-­ senta una serie de sintomas que, analizados conjunta-­ mente, revelan el proceso de cambia que estA teniendo, o va a tener, lugar. El conjunto de sintomas, que caracterizan el cuadro clinico de una determinada situaci6n econ6mica, es analizado mediante la utilizaci6n de los denomina-­ dos m~todos cualitativos de previsi6n a corte plaza -­ sintetizados en tres variantes que se complementan mu­ tuamente: el m~todo de los indicadores adelantados, el de las encuestas de expectativas y el de las opiniones de expertos. Concebida sintomAticamente, la coyuntura, que fu~ considerada como reacci6n violenta contra las exa­ geraciones de la abstracci6n, reapare de nuevo como un banco de prueba para las teorias, como un retorno al - empirismo tr~s el rodeo "econom~trico" de la simplifi- -159- caci6n te6rica y como puente entre las regularidades - de la explicaci6n pura y la realidad econ6mica viva. El m~todo de previsi6n que utiliza las opi- - niones de expertos (t~cnica Delphi) ya fu~ suficiente­ mente analizado en el capitulo anterior. H Con respecto al m~todo de los indicadores ad~ lantados, (que tambi~n fu~ analizado en el capitulo ~ terior), cabe anadir que los denominados "in"dicadores de anticipaci6n" (18) se refieren a determinadas vari~ bles cuya evoluci6n se adelanta a la de la variable -­ (o variables) econ6micas, consideradas como represent~ tivas de la actividad econ6mica global. Con este m~to- (18) Segdn que los indicadores se adelanten, coincidan o se retrasen con el del ciclo de referencia, se les denomina, de anticipaci6n, coincidentes y de~ fasados sucesivamente. Los primeros son los mAs - dtiles para el anAlisis coyuntural. -160- do se llega a conclusiones fiables, no s6lamente refe­ rentes al punto del ciclo en que se encuentra la acti­ vidad econ6mica, sino referidas, tambi~n, a la proximi dad o lejania de un futuro punto critico (pico o valle de la coyuntura). Los indicadores de anticipaci6n, tambi~n deno minados bar6metros econ6micos y coyuntura externa (19) presentan a veces la dificultad de la propia identifi­ caci6n del indicador como tal: quiere esto decir que - determinados indicadores que aparentemente se adelan-­ tan, en realidad pueden ser el resul tado ··retardado de otros, induciendo a un diagn6stico equivocado. Para ob viar este problema se recurre al an~lisis del mayor n~ mero posible de indicadores, de entre los cuales se se leccionan aquellos que responden a las caracteristicas de los de anticipaci6n, y por si surgiese, a~n, alguna duda se construyen indices compuestos o de difusi6n, - (19) Piatier, A.: op. cit. pAg. 324. -161- para elirninar o aminorar los posibles errores en la -­ identificaci6n de los indicadores. De la rnultitud de indicadores posibles, en -­ los dltirnos affos se han irnpuesto los de tipo cualitat! vo procedentes de las encuestas a ernpresarios y consu­ midores, siendo el mAs irnportante de entre los prime-­ ros la "cartera de pedidos", que sin embargo presenta algunos problemas a partir de la crisis de 1973/74, ya que ha pasado, en algunos casos, de ser un indicador - de anticipaci6n a comportarse como indicador coinciden te. El m~todo de los indicadores adelantados vie­ ne siendo utilizado por su habilidad predictiva desde los inicios de la actual crisis con renovado impulso , en aplicaci6n de la estrategia sintomAtica de anAlisis coyuntur'al. Por esta raz6n vamos a examinar a continua ci6n las experiencias de Espana en este campo y de la OCDE,que viene utilizando el m~todo desde 1978. Los progresos en la elaboraci6n de un m~todo -162- de indicadores adelantados en ~spana, son debidos fun­ damentalmente a los esfuerzos realizados por el Servi­ cio de Estudios del Banco de Espana. Siguiendo a Julio Rodriguez (20) los aspectos fundamentales seguidos en Espana en aplicaci6n de este m~todo se refieren al con cepto de ciclo a emplear, a1 establecimiento de una -­ cronologia de referencia, basada en un indicador sufi­ cientemente representati vo de la ac-ti vidad econ6mica y a la obtenci6n de un indice de difusi6n de aquellos i~ dicadores adelantados que observen un comportamiento - ciclico mAs coherente y regular. En lo que se refiere al concepto de ciclo em­ pleado, desde la II Guerra Mundial hasta 1973 se em-­ ple6 para los anAlisis coyunturales el concepto de "ci clo de crecimiento" (21); este ha sido tambi~n el caso (20) Vid. Rodriguez, J.: El anAlisis de la coyuntura a trav~s de los indicadores adelantados, Ponencia - presentada en las II Jornadas de Perspectivas Eco n6micas y Empresariales, Escuela de Economia, Ma= drid, 1981 . (21) Se entiende como tal la fluctuaci6n descrita por la serie de desviaciones de los valores de una va riable re~pecto de una tendencia a largo plazo ~ previamente ajustada. P~·a una mejor comprensi6n del concepto de "ciclo de crecimiento", Vid. - -­ Evans, M.K.: Macroeconomic Activity, Theory, Fore casting and Control. An econometric approach, Har per and Row, Nueva York, 1969. - -163- de Espana. Sin embargo el hecho de que en 1974/75 al­ gunas economias occidentales experimentasen un periodo de retroceso en sus niveles absolutes de actividad, -­ que volvi6 a repetirse en 1979/80, ha supuesto la re-- 9Urecci6n del "viejo" ciclo econ6mico (22); pero como quiera que las series de que se dispone son todavia cortas, esta reaparici6n del ciclo en su concepci6n mAs clAsica no permite abandonar la aproximaci6n meto­ dol6gica en t~rminos-de ciclo de crecimiento, que si-­ gue siendo el concepto empleado por el m~todo de los - indicadores adelantados en aplicaci6n de la estrategia sintomAtica. Hay que tener en cuenta ademAs que, en el caso de Espana, no ha habido retroceso en t~rminos ab~ solutes de la actividad econ6mica en los afios que lle­ vamos de crisis. El segundo aspecto se refiere a la cronologia de referencia que sirve de base de comparaci6n de los (22) Se entiende como tal la fluctuaci6n descrita por la propia serie de valores absolutes de una va-­ riable. -164- indicadores ciclicos, con el fin de obtener una clasi­ ficaci6n de los mismos como adelantados, de posici6n o retrasados. Hasta la crisis de la energia, el indica-­ dor mAs empleado con este prop6sito fu~ el Indice de - ·Producci6n Industrial y este fu~ tambi~n el caso de E~ paffa para la aplicaci6n del m~todo que comentamos (23). La p~rdida de importancia del sector industrial en las modernas economias como consecuencia, en parte de la - actual crisis, yen parte,de la propia dinAmica del-­ sistema econ6mico, ha conducido a la b~squeda de indi­ cadores de "amplio espectro", para servir de cronolo-­ gia de referencia, y en este sentido la OCDE ha reco-­ mendado la utilizaci6n de indicadores de actividad re­ presentativa de "la producci6n en sentido amplio". En el caso de Espana "la cronologia de referencia" emple~ da es un indicador sint~tico representative de las ac- r tividades de los sectores secundario y terciario segUn se aprecia en el cuadro adjunto. (23) Rodriguez, J.: Diagn6stico y previsi6n del ciclo econ6mico, Seminario Iberoamericano sobre Investi gaci6n de la Coyuntura, Madrid, julio 1975, CAp.­ IV. -165- CRONOLOGIA DE REFERENCIA: CASO DE ESPANA COMPONENTES Ponderaciones en 1979-1980 1 . Industria. Indice de producci6n industrial •........... 2. Construcci6n. Consumo aparente de cemento 3. Hosteleria. N~ero de pernoctacio- nes en hoteles ....... . 4. Transportes. (4 = 4.1 a 4.3) ...... . 65'32 % 18'35 % 10'82 % 5'51 % 4.1. Transporte £erroviario ......... 1'94 4.2. Transporte maritima ....•... .... 2'39 4. 3. Transporte al!reo . . . . . . . . . . . . . . . 1 '18 Fuente Rodriguez, J.: El anAlisis de la coyuntura a travl!s de los indicadores adelantados, cua-­ dro I. -166- Se trata de un indice de Laspeyres, integra-­ do por indicadores de los sectores secundario y terci~ rio; las respectivas ponderaciones se revisan cada affo de acuerdo con la evoluci6n del valor afladido de los - subsectores que lo integran. Las regresiones efectua-­ das entre este indicador sint~tico y el PIB de los se£ tores que representa dan un R2 pr6ximo a 0,9, con lo - que se puede afirmar que se trata de un indicador am-­ pliamente representative y fiable, que son las condi-- ' ciones que debe reunir para servir de "cronologocia de referencia". Obtenido el indicador sint~tico, aplican­ do a la serie desestacionalizada del mismo el Programa PAT (24) se obtiene la serie de desviaciones respecto a la tendencia, y aplicando a esta nueva serie el pro- ' grama Bry-Boschmamse obtienen los mAximos y minimos, - con lo que se completa la "cronologia de referencia". (24) Vid.Boschman, CH. y Evans, W.: The phase-average­ trend (PAT): a new way of measuring economic--­ growth, NBER, 1978. -167- Con referencia a los indices de difusi6n de - indicadores ade'lantados, se ha producido una generali­ zaci6n de su utilizaci6n en lugar de los indicadores - simples. En el caso de Espana, la mala calidad de al~ nas estadisticas, los cambios de metodologia, y la de­ saparici6n o el retraso en su publicaci6n de otras, -­ han impedido, por el momento, la elaboraci6n de un in­ dice de difusi6n o compuesto de los indicadores adelan tados que muestran un comportamiento ciclico mAs regu­ lar y coherente. La clasificaci6n cronol6gica de los - 1 indicadores ciclicos obtenida con referencia al indice I de actividad sint~tico ya reseffado permitirA, en un pr6ximo futuro, la elaboraci6n del necesario indice de difusi6n, previa selecci6~ de los indicadores "pre- cursores" o adelantados que formarAn parte del mismo y I que serAn fundamentalmente los de carActer monetario y I I algunos procedentes de las encuestas de opiniones em-- presariales, a juzgar por los resultados que hasta el momento han arrojado los trabajos en curso. La OCDE, desde 1978 (25), utiliza el m~todo - (25) Una aproximaci6n al estudio de los ciclos por la OCDE con anterioridad a 1978 puede verse en, OCDE: La mesure des fluctuations cycliques inte-­ rieures, Perspectives economiqu~de l'OCDE, julio 1973. -168- de los indicadores adelantados en aplicaci6n de la es­ trategia sintomAtica de anAlisis coyuntural (26). Res~ midamente, en el metodo de la OCDE se utiliza el con-­ cepto de ciclo de crecimiento, se emplea como cronolo­ gia de referencia el indice de producci6n de la indus­ tria manufacturera (Index of manufacturing production), excepto para el caso de Dinamarca que se utiliza como ciclo de referencia el de las ventas de la industria - manufacturera (Manufacturing sales), y no se ha elabo­ rado artn un indice de difusi6n por lo que siguen utili zAndose para la captaci6n de los puntos de inflexi6n - del ciclo econ6mico aquellos indicadores adelantados - que presentan una mayor regularidad y coherencia en su evoluci6n ciclica: dependiendo de cada pais y del gra­ do de desarrollo de su aparato estad1stico-econ6mico - se utilizan, la tendencia de la cartera de pedidos, las horas trabajadas, la situaci6n de la cartera de p~ didos, el nivel de stocks, la tendencia de la produc-­ ci6n y las expectati vas de inversi6n. (26) OCDE: Main economic indicators, junio 1981, pAg. 28 y 29. -169- H Respecto al m~todo de las encuestas de expec- 1 • tat1vas, completando el an~lisis realizado en el capi- tulo anterior, cabe seffalar que, concretamente, el uso de 1 as "estad!sticas sin cifras", denominaci6n que re- t ciben tambi~n las encuestas coyunturales por su carAc- ter cualitativo,se remonta a 1951, affo en el que Lang~ I lutke y Marquardt, realizaron el primer test coyuntu-- ral dirigido a las empresas industriales alemanas (27). i De entre las multiples experiencias realizadas, medi~ te la utilizaci6n de encuestas, en el campo de la apli caci6n de la es trategi a sintomAtica o revel ati va des t~ can, el test coyuntural ·de~ IFO de Munich, centro de - investigaciones econ6micas que introdujo y desarroll6 este nuevo m~todo que fu~ despu~s paulatinamente adop- (27) En realidad las encuestas comenzaron a realizar-­ se en 1948, aunque sus resultados no se publica-­ ron hasta 1951 .'Vid. a este respecto, Langelutke, H. y Marquardt, W.: Das konjunkturtestverfaren, - Algemeines Statistisches Archiv, Munich, 1951. -170- tado por otras instituciones dedicadas a los estudios de coyuntura; los anAlisis del INSEE de Paris, y la -­ sintesis econ6mica de la UICC de Italia, posteriormen­ te realizada por el ISCO. Afios mAs tarde, la Direcci6n General de Asuntos Econ6micos y Financieros de la Comi si6n del Mercado Comun, adopt6 tambi~n este m~todo a - partir de 1962, m~todo que fue la base de la encuesta de coyuntura industrial del Ministerio de Industria es pafiol, que comenz6 a realizarse en Septiembre de 1963 (28). Antes de pasar a estudiar concretamente las - encuestas del IFO de Munich, del INSEE de Paris, de la UICC de Italia, del Ministerio de Industria de Espana, y la llamada "Carta Mensual" del INI, vamos a seffalar las caracteristicas generales de las encuestas de co-­ yuntura de acuerdo con Lowenthal (~9), yen lo que se {28) Hinisterio de Industria: Investigaci6n mensual de la coyuntura industrial, Economia Industrial, nQ 50, febrero 1968, pAg. 51: (29) Vid. Lowenthal, P.: Over methodes van conjunctuu­ ranalyse en-previsie, 1~ Vlaams Economisch Con-­ gres, Gand, 1975 y Lowenthal, P. y Siaens, A.: -­ Mouvements economiques, Sicefac, Lovaina, 1975. -171- refiere especificamente a las encuestas a empresas . . Las encuestas tienen como objetivo establecer un juicio general indicador de la situaci6n econ6mica y su previsible evoluci6n. Sin embargo, para ella no - es preciso consultar a la totalidad de los empresarios que participan en la vida econ6mica del pais; basta -­ considerar un 'nUmero suficiente de sectores y, dentro de cada uno de ellos, a un grupo representative de em­ presas. El tamano de esta muestra, en la medida en que sea mayor, darA lugar a una mayor fiabilidad de los re sultados, pero, en todo caso, ha de conjugarse ~sta con la sencillez que caracteriza el m~todo. Como los sectores considerados y las empresas consultadas tienen distinta importancia, dentro del -­ conjunto econ6mico que las agrupa, no puede atribuirse igual valor a los diferentes juicios expresados. Es -­ preciso, pues, ponderar las respuestas segdn el tamaffo de la empresa y la importancia del sector antes de pr2 ceder a su agregaci6n. Seleccionados de esta forma los empresarios - participantes, cuya colaboraci6n es voluntaria, se pr2 cede peri6dicamente a formularles aquellas preguntas - que, correspondiendo al tipo de informaci6n que pueda -172- suministrar el empresario, respondan fielmente a los - I m~s importantes fen6menos econ6micos. Las preguntas son estrictamente cualitativas, ya que una precisi6n de car~cter cuantitativo implica­ ria la necesidad de consultar datos registrados y, por consiguiente, volver a las estadisticas cl~sicas. Tan s6lo para la ponderaci6n de cada uno de los juicios i~ dividuales, se exige una precisi6n cuantitativa refe-­ rente al tamano de la empresa (ndmero de empleados, por ejemplo); sin embargo, esta cifra no precisa de una revisi6n frecuente, dado su car~cter poco variable, ni supone manifestar datos de orden interne de la em-- pres a. Recogidas las contestaciones, ponderadas y t~ buladas, se precede a la elaboraci6n de los correspon­ dientes agregados. Aparte del escaso periodo de tiempo que exige todo este proceso y la consiguiente celeri-- I dad con que se puede disponer de esta informaci6n, el metoda de las encuestas presenta una nueva ventaja: la sencillez de presentaci6n y la facilidad de interpret~ ci6n de los resultados (30). (30) Vid. Banque Nationale Belge: Principes et metho-­ des des enquetes de conjoncture de la Banque Na-­ tional, Bulletin de la BNB, Bruselas, Abril 1969. -173- Segdn el tipo de encuesta (descriptiva, de -­ perspectivas o de intenci6n) a los empresarios se les I solici ta la contestaci6n a preguntas sobre la si tua- - ci6n presente y las previsiones sobre el futuro de una determinada variable econ6mica,o sobre los proyectos - del respective agente econ6mico. En todo caso se trata de preguntas sencillas con respuestas normalizadas; lo mAs usual es que las respuestas contengan rtnicamente - tres al ternati vas: "elevado", "normal" o "d~bil" si la pregunta e~ de tipo s~bjeti vo, y "aumento", "manteni­ miento" o "disminuci6n", si la pregunta es de carActer objetivo. En los inicios de esta t~cnica, surgi6 el -­ problema del tratamiento de estas respuestas de tipo - cualitativo para que pudieran ser interpretadas cuanti tativamente. Como pone de manifiesto James N. Morgan­ (31) las investigaciones,fundamentalmente debidas a- 0. Anderson .y J. Feldm.an ( 1954), dieron como resul tado (31) Morgan, J.N.: AnAlisis de encuestas: aplicaciones en Economia, en Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Torno 1, Aguilar, Bilbao, 1974, pAg. 250 a 257. -174- que, bajo ciertas condiciones, es posible cuantificar los datos cualitativos procedentes de las encuestas de coyuntura. De acuerdo con Alfonso Ensenat (32) la forma mAs sencilla de cuantificaci6n, consiste en la ordena­ ci6n de los porcentajes de saldos de respuestas positi vas o negativas a las preguntas sobre cada variable, - para cada empresa. Posteriormente se realiza una agre­ gaci6n doble, en primer lugar a nivel de sector y, po~ teriormente ,a nivel de grupo industrial, utiliz~dose como coeficiente de ponderaci6n el valor m1adido, la - cifra de ventas o el n~mero de trabajadores. De este - modo se obtiene para cada variable estudiada una dis-­ tribuci6n porcentual de cada una de las tres respues-­ tas. Si a cada respuesta se le hacen corresponder los los valores -1, 0 y 1, siendo sus frecuencias relati- (32) Ensenat, Alfonso: Encuestas de Coyuntura indus- - trial, en Investigaci6n de la coyuntura, Ministe­ rio de Industria, Madrid 1975, pAg. 82 y 83. -175- vas x 3 , x 2 y x 1 , se obtiene una distribuci6n signo de probabilidad de carActer discrete, cuya media aritm~ti ca viene dada por Media aritm~tica -1 .x 3 + o.x 2 + 1 .x 1 I X - X = X. 1 . 3 A esta media aritm~tica se le denomina saldo neto que es el que se utiliza para representar los re­ sultados de la encuesta para las distintas variables - investigadas; las series de saldos netos para las dis­ tintas variables, permiten una comparaci6n directa con la informaci6n cuantitativa de las series temporales - correspondientes proporcionadas por la estadistica clA sica (33). (33) Vid. Rodriguez, J.: Las encuestas coyunturales, - su empleo en Espana, Banco de Espana, Madrid, - - 1975. -176- Aunque el esfuerzo exigido a los empresarios I participantes en las encuestas es reducido -ya que los cuestionarios pueden cumplimentarse en escasos minu- - tos- y a pesar de la sencillez de ~os resultados, la bondad de la informaci6n obtenida na quedado sobrada-­ mente demostrada. En efecto, la evoluci6n de las dis-­ tintas variables econ6micas registrada a trav~s de los resultados de las encuestas se ajusta a la que refle-­ jan las series cuantitativas de las estadisticas tradi cionales, cuya realizaci6n es mucho mAs lenta y labo-­ riosa. A continuaci6n nos vamos a referir a las exp~ riencias mAs importantes en este campo particular de - aplicaci6n de la estrategia sintomAtica o revelativa. El "Institut fiir Wirtschaftsforschung" de Mu­ nich realiza una observaci6n sistemAtica de la evolu-- I , ci6n econ6mica por medio de una encuesta sin referen-- cia a nin~1n dato estadfstico, sino que el empresario responde al cuestionario con una simple indicaci6~· de tendencia. De esta forma, se intenta registrar la exp~ -177- riencia del empresario antes, incluso, que haya podido establecer los documentos contables o estadisticos. Dividido en tres partes, el cuestionario pide respuestas sobre el mes finalizado y sobre las perspe£ tivas de evoluci6n en los dos pr6ximos meses, y tiene como caracteristicas poder ser rellenado en pocos min~ tos, no sobrepasar la esfera de experiencia del empre­ sario, referirse a productos concretos y permitir un­ exAmen rApido. Se estima que el test coyuntural es represen­ tativo de un 90 por ciento de las industrias alemanas de bienes de consumo y de un 65 por ciento de las de - bienes de inversi6n. La presentaci6n mAs corriente se hace por ramas de actividad, habi~ndose reagrupado, sin embargo, a veces los resultados para un mismo pro- I ducto en las diferentes fases de la producci6n y de la distribuci6n. Se han aplicadQ diversos procedimientos para confrontar los resultados de la encuesta y los datos - estadisticos obtenidos posteriormente, pudi~ndose afi£ mar qu'e la "preestadistica" se halla en correlaci6n muy estrecha con la estadistica propiamente dicha. -178- Parten del deseo de conocer los diversos com­ portamientos y de dar a la coyuntura nacional el reli~ ve local y regional que posee en realidad. En la prAc­ tica, el trabajo se divide en el registro de hechos p~ sados yen previsiones. Para completar la estadistica se utilizan in­ formaciones fragmentarias o indicaciones sobre el sen­ tide de la evoluci6n, heche este ultimo que se precisa a traves del examen de la prensa local y profesional , de la observaci6n regular de las cifras de negocios de un nUmero limitado de empresas y del examen de los in­ formes regionales o por sectores. En lo que se refiere a las previsiones, el -­ INSEE efectUa una encuesta semestral entre'los empres~ rios, recabando su opini6n sobre la evoluci6n probable de los negocios en general y de su propia empresa. Se observa, que mientras el Institute de Mu-­ nich se limita al campo propio de la empresa, el INSEE pide una opini6n general, pues cree que es precise di~ tinguir el campo en el que la empresa no tiene influe~ cia -el general- de aquel en el que el empresario rea- ' liza sus decisiones. -179- Desde hace varios ai'ios la Uni6n Italiana de - C~aras de Comercio realiza una investigaci6n permane£ te que analiza las tendencias no cuantificadas. Los cuestionarios especializados ya contesta­ dos dan origen a una primera sintesis provincial por - cada C~ara. La Uni6n establece una segunda sintesis a escala nacional; sin embargo, no se ha resuelto aun d~ finitivamente el problema de la ponderaci6n. Asi, pues, el procedimiento italiano pone el acento sobre el relieve geografico de la coyuntura, ya que la utilizaci6n de datos territoriales ofrece, en­ primer lugar, un esbozo documental a escala provincial y, en segundo lugar, permite estudiar la difusi6n y -­ propagaci6n de las fluctuaciones econ6rnicas a trav~s - del pais. ~a~e~c~e~t~ ~e_C£~n!uEa_i~d~s!r!al ~el ~i~i~t~r!o_ de Industria. ------- Como ya qued6 dicho, la Secretaria General -- -180- T~cnica del Ministerio de Industria efectu6 la primera encuesta de coyuntura en el mes de septiembre de 1963. Se parti6 entonces de una muestra reducida de empresas representativas dentro de cada ~bito industrial del - pais a las que -dado el carActer voluntario de la par­ ticipaci6n en la encuesta- se rog6 prestaran su colabo raci6n. La favorable acogida que la misma ha tenido en tre los empresarios espaffoles, queda reflejada en el creciente nrtmero de solicitudes de participaci6n que - desde entonces se ha registrado. La encuesta, que tiene carActer mensual -si-­ guiendo la linea marcada por los estudios del Mercado Com~n-, se realiza empleando fichas sensibles suscept~ bles de ser leidas por un ordenador electr6nico. A fi­ nes de cada mes son enviadas ~stas a los empresarios - colaboradores, los cuales, a principios del mes si- -­ guiente, las devuelven ya cumplimentadas. En la cabecera de cada ficha figura la acti v.!_ dad o producto a que hacen referencia, con exclusivi-­ dad, las respuestas solicitadas. La empresa, si tiene mas de una actividad o producto principal, habrA de cumplimentar tantas fichas como. productos desee in­ cluir en la muestra al objeto de conocer sus variacio­ nes coyunturales. -181- A efectos de valorar la importancia de cada uno de los juicios individuales, el empresario ha de I responder en primer lugar, dentro del correspondiente epigrafe de la ficha, a un sencillo dato cuantitativo I que es el que actualmente se utiliza para ponderar y agregar las respuestas de cada empresa: el nrtmero de empleados utilizados por la misma en aquella actividad I concreta considerada. Aunque el volrtmen de negocios de la empresa - es un indicador mAs fiel de la importancia de ~sta que el de mano de obra empleada -dado el diverse grado de mecanizaci6n que puede existir-, se ha acudido a soli­ citar este dato en vez de aqu~l por ser un registro I cuantitativo de mAs fAcil in£ormaci6n por parte del em presario. Sumadas ponderadamente las respuestas de to-- 1 das las empresas pertenecientes a un subsector, se ob- tienen asi los.resultados del mismo. Teniendo en cuen­ ta que no todos los subsectores tienen la misma impor­ tancia, dentro de cada sector, ni cada sector dentro - del total de la industria, tambi~n es necesario ponde­ rar los resultados de estas agrupaciones industriales, utilizAndose como criteria descriminador el valor ana- -182- dido o renta industrial de cada uno de ellos (34). De acuerdo con las caracteristicas del m~todo, las preguntas planteadas mensualmente al empresario tienen carActer cualitativo, refiri~ndose a los si­ guientes enunciados: - Cartera de pedidos total (nivel y tendencia) para -­ los pr6ximos dos/tres meses. -Stocks de productos terminados (nivel y tendencia). - Producci6n (nivel y tendencia). - Precios (tendencia). En el primer apartado de este cuestionario se ha de senalar llnicamente si la si tuaci6n es "normal", (34) Ministerio de Industria: La investigaci6n mensual de la Coyuntura industrial, Economia Industrial, nQ 50, febrero 1968, pAg. 53/54. -183- "elevada" o "d~bil", matizando la tendencia observada en la misma; es decir, si a "mantenerse", a "aurnentar" o a "disminuir". En el caso de los stocks, la calific~ ci6n serA de ni vel "normal", "superior" o "inferior" - \ j I al normal, senalAndose la tendencia al igual que en la cartera de pedidos. En el caso de la producci6n se ha de seflalar si su nivel es "normal", "superior" o "infe rior" al normal, y en cuanto a la tendencia de la mis- h d . d" d · I b. · " rna se a e expresar 1n 1can o s1 va a "esta 111zarse , "aurnentar" o "disminuir"; las previsiones a corto pla­ zo sobre los precios se han de expresar indicando si - van a "mantenerse", a "aurnentar" o a "disminuir". Tambi~n figuran en el cuestionario dos pregu~ tas que se refieren exclusi vamente al ni vel de la "eel!:. I • I tera de pedidos extranjeros" y al de los "stocks de m~ terias primas", y una pregunta de carActer cuantitati- 1 vo que se refiere al "periodo"(en dias) de trabajo asegurado por la "actual" cartera de pedidos. Todas las contestaciones posibles a este cue~ tionario figuran sobre la propia ficha, habi~ndose de limitar el empresario a rellenar el cuadro que indique mAs exactamente la situaci6n de su negocio, para cada uno de los conceptos que se le solicitan. -184- La encuesta de opiniones empresariales del Mi nisterio de Industria es, pues, una encuesta mixta, en parte "descripti va" y en parte "de perspectivas": es - descriptiva en los aspectos que se refieren a la situa ci6n de la cartera de pedidos, nivel de stocks y nivel de producci6n, y de perspectivas en los aspectos que - se refieren a la tendencia de la cartera de pedidos t£ tal, de los stocks de productos terminados, de la pro­ ducci6n y de los precios. El Ministerio de Industria realiza, ademAs, - otras dos encuestas empresariales: la encuesta de in-­ frautilizaci6n de la capacidad productiva (de periodi­ cidad trimestral) que tiene tambi~n un carActer mixto ( descripti va en lo que se refiere al grade "actual" de utilizaci6n de la capacidad productiva y de perspecti­ vas en lo que se refiere a los aspectos de previsi6n - de la misma para el siguiente trimestre), y la encues­ ta de expectativas de inversi6n en la industria (tam-­ bi~n trimestral) que tiene carActer de encuesta "de in tenci6n" de los agentes econ6micos consultados. A partir de 1976 el INI comenz6 a realizar -- -185- una especie de encuesta de opiniones empresariales a - \ ' I tra~s de una "Carta Mensual" dirigida a ias empresas directas del holding. De la informaci6n cualitativa -­ contenida en las respuestas a la Carta Mensual, se ob­ tienen elementos para juzgar la marcha y previsiones - de la actividad econ6mica de las empresas del Institu­ te a los niveles, "subsectorial" "sectorial" y de "Gru po INI" globalmente considerado. 1) - Conceptos elegidos: cuantificaci6n de-­ las respuestas.- Teniendo en cuenta que la parte de la carta - ' mensual correspondiente a las opiniones empresariales es util para poder determinar la evoluci6n coyuntural I de los sectores del grupo de empresas INI a los tres - niveles ya mencionados, y su posible relaci6n con el - I ciclo econ6mico, se eligen y agrupan los conceptos de -186- la carta que se consideran mAs representatives para -­ este fin. En consecuencia se cuantifican las respues-­ tas para el cAlculo de los indices y perfiles, de los que hablaremos a continuaci6n, de los siguientes con-­ ceptos: a) Indicadores de la situaci6n comercial - Ventas totales. Nivel de precios propios. - Stocks de acabados. - Cartera de pedidos. b) Situaci6n financiera - Nivel de tesoreria. c) Situaci6n interna de la empresa - Productividad del personal. - Conflictividad !aboral. - Nivel de producci6n. - Precios de materias primas. - Coste de mano de obra. Ocupaci6n del equipo. -187- d) Coyuntura econ6mica general - La empresa. El sector. Aunque, a nivel global, se consid~ran los con ceptos anteriormente expuestos, esta clasificaci6n no es rigida sino que varia para los diferentes sectores, dependiendo de las caracteristicas especificas de las empresas correspondientes. Por ejemplo, en el caso de las empresas de electricidad no existen los conceptos de stocks de acabados ni la cartera de pedidos. Por otra parte cuando las exportaciones e importaciones tengan un peso considerable en el sector y empresa, tambien se cuantifican para su posterior anAlisis, las respuestas correspondientes a estos conceptos. 2) - Indices utilizados.- Como ya hemos dicho anteriormente, es necesa­ rio cuantificar la informaci6n cualitativa procedente de la carta para poder detectar la evoluci6n ciclica - tanto del "Grupo INI" como de los sectores y subsecto­ res correspondientes y en su caso su anticipaci6n o -­ previsi6n. Las respuestas obtenidas son de dos tipos. Las que se refieren a la situaci6n actual y aquellas - -188- otras que intentan reflejar las previsiones de los em­ presarios para un periodo de seis meses. A partir de - esta in£ormaci6n se calculan tres tipos de indices. En primer lugar, aquellos que reflejan la situaci6n econ£ mica en el momento presente, y que se les denomina in­ dices de posici6n. En segundo lugar se encuentran los de anticipaci6n que a~n cuando se refieren a opiniones de los empresarios sobre la situaci6n presente de de-­ terminados indicadores, sin embargo anticipan la situ~ ci6n coyuntural del Grupo INI (a los tres niveles de - agregaci6n ya mencionados). Por ~ltimo est~ los indi­ ces de expectativas que intentan reflejar cuales son - las previsiones de los empresarios sobre la marcha de la actividad econ6mica. Estos dos ~ltimos, debidamente agrupados, permiten realizar previsiones que a veces - son mAs exactas que las obtenidas por otros m~todos -­ mAs complicados. Aunque es posible obtener numerosos - indices de los tres tipos mencionados, se consideran - ~icamente los que normalmente suelen ser mAs represe~ tativos. En consecuencia se calculan los siguientes -­ indices para los tres niveles de agrupaci6n resenados. A) Indices de posici6n. 1Q.- Indice de actividad productiva: utilizan -189- do las respuestas sabre el nivel de producci6n. 2Q.- Indice de utilizaci6n productiva: se cal cula cuantificando la informaci6n sabre ocupaci6n del equipo. 32.~ Indice de la situaci6n de la demanda: se obtiene del indicador ventas totales. 4Q.- Indice de la situaci6n financiera a cor­ to plaza: se basa en el concepto nivel de tesorer!a. 5Q.- Indice de precios: se obtiene del nivel de precios propios. 6Q.- Indice de castes: se calcula mediante la cuantificaci6n de las respuestas referentes a coste de mane de obra y precios de materias primas. B) Indices de anticipaci6n. La elecci6n de esta clase de indices se basa principalmente en la experiencia hist6rica q~e se tie­ ne sabre su funcionamiento en un periodo relativamente largo, sabre todo para poder determinar en cu~ntos me­ ses estes indicadores se "adelantan" a la evoluci6n co yuntural. De acuerdo con ello se utilizan la cartera - -190- de pedidos y el nivel de stoks por ser los que mAs co­ munrnente se usan. C) Indices de expectativas. Uno de los indicadores mAs representatives -­ dentro de este grupo es el de planes de inversi6~ ya - que unas expectativas favorables sobre la marcha de la empresa en concreto o del sector en general se tradu-­ cen en un incremento de las inversiones planeadas. Al no disponer de este dato se usan los indi­ ces correspondientes a previsiones de ventas y,dentro del grupo coyuntura econ6mica general,los referentes a la situaci6n de la empresa y el sector. 3) - M~todos para el cAlculo de los indices y sus perfiles hist6ricos.- En las encuestas de coyuntura lo mAs frecuen­ te es que cada respuesta s6lo tenga tres alternativas; por ejemplo elevado-normal-d~bil si la pregunta es de carActer subjetivo,o aumento-disminuci6n o mantenimie£ to, si las cuestiones se plantean de manera mAs objet! va. En nuestro caso concreto la informaci6n obtenida - es del tip6 subjetivo y ademAs el abanico de respues-- -191- tas es mucho mAs amplio (cinco posibilidades) lo que - hace que el sesgo de carActer subjetivo sea mucho ma-­ yor. Esta es la raz6n por la que se utilizan tres m~to dos algo diferentes en la manera de agrupar las res- - puestas. En el primero se convierten las cinco respue~ tas en rtnicamente tres alternativas: las que estAn por debajo de lo normal, las de nivel normal y las que se encuentran por encima. su justificaci6n es bastante evidente: la distinci6n entre "malo" y "regular" o "bastante bueno" y "bueno" puede ser muy subjetiva y - depende de la opini6n que el empresario tenga sobre e~ tos adjetivos. AdemAs,este m~todo simplifica bastante los cAlculos y hace mAs fAcil la comparaci6n con otros indicadores tambi~n cualitativos, referentes a la eco­ nomia en general y que han sido calculados a partir de encuestas con tres posibilidades de respuestas. (En-­ cuestas de opiniones empresariales del Ministerio de - Industria y otras referentes a sectores). La agregaci6n de respuestas procedentes de las empresas se realiza por sectores de actividad. La primera fase de la agregaci6n empresa-subsector se efectua en funci6n de alguna magnitud correspondiente a cada empresa,como puede ser el volumen de ventas. En una segunda etapa,los resultados para cada subsector - -192- se integran a niveles de sector,utilizando un coefi-­ ciente de ponderaci6n que es el valor afiadido (o alte£ nativamente las disponibilidades de personal, las ven­ tas o los valores de la producci6n) del subsector den­ tro del cual se han agrupado inicialmente las empresas. Y por ~ltimo,en una etapa posterior,todos los sectores se agregan a nivel de grupo INI con un factor de pond~ raci6n similar al anterior. De esta manera se obtiene para cada variable (cartera de pedidos, stocks, producci6n, etc ... ) una­ distribuci6n porcentual ponderada de cada una de las - tres respuestas (en los otros m~todos de cada una de las cinco respuestas). Si a cada una de las respuestas, malo, normal y bueno, se hace corresponder los valores -1, o y 1, - siendo sus frecuencias relativas (calculadas siguiendo el m~todo mencionado) x 3 , x 2 y x1 , se obtiene una -- distribuci6n signo de probabilidad de carActer discre­ te cuyos parAmetres mAs representatives son: Media aribn~tica = -1 .x 3 + O.x2 + 1 .x1 X - X = X 1 3 2 Varianza X -193- La media aritm~tica,normalmente,se denomina­ saldo neto y la varianza, indice de disconformidad, ya que esta rtltima mide el grado de dispersi6n de las res puestas obtenidas en torno al valor medio. Por tanto se obtiene una serie temporal, para cada variable, de la tendencia central que represent~ la respuestas a la encuesta y que permite una compara­ ci6n directa con la informaci6n que nos dan las esta-­ disticas habituales. El coeficiente de disconformidad nos proporciona informaci6n del grado de ·uniformidad - en las respuestas. En los otros dos m~todos alternatives para-­ cuantificar la informaci6n, se mantienen las cinco al­ ternativas de respuesta que proporciona la carta men­ sual, dAndose a cada una de ellas un valor determinado, del siguiente modo: Primer Metodo alternative. Mala : -1 Frecuencia relativa x5 Regular - 1 " " x4 2 Normal : 0 " " x3 Bast ante buena 1 " " 2 x2 Buena : 1 " " x1 -194- En este caso se supone que no hay ningdn ses­ go subjetivo en las respuestas del empresario, el cual establece la misma distancia valorativa entre, por - - ejemplo, malo y regular, y regular y normal. I Las frecuencias relativas para cada respuesta se calculan de la misma manera que en el primer m~todo, lo mismo que su agregaci6n con los correspondientes -­ factores de ponderaci6n. La media aritm~tica serA: X y la varianza: ( 1 )2 ( l )2 x5 + - 2 x4 + 2 x2 + x1 - x _2 Segundo M~todo alternative. Aqui se supone que el empresario,a la hora de valorar la situaci6n de la empresa,establece una dis-­ tancia diferente entre las respuestas que se encuen­ tran mAs cerca del normal, (por arriba y por abajo} y las al ternati vas extremas. Es decir, tiende a responder, -195- salvo en casos limites, regular, normal 6 bastante bue no. For tanto 1 a valoraci6n de los "sucesos" es - la siguiente: Mala : -1 Regular 2 : - 3 Normal : 0 Bastante buena 2 3 Buena : 1 La media aritm~tica X La vari anza: X + ( _ 2 )2 + (g)2 5 3 x4 3 x2 + x1 2 - X Una vez obtenida (siguiendo uno de los tres - m~todos mencionados) la serie hist6rica para cada una de las variables, a los tres niveles de agregaci6n re­ seffados (subsector, sector y grupo INI) se construye - -196- el gr~ico o perfil hist6rico y el indice correspon- - diente. Tambi~n es interesante calcular, para las va-­ riables mAs significativas, el perfil hist6rico del -­ coeficiente de disconformidad ya que esto nos permite determinar la evoluci6n en el grado de dispersi6n de - las respuestas y su posible relaci6n con el ciclo eco­ n6mico. Puede ocurrir que este coeficiente presente va lores mAs altos en la fase ciclica depresiva que en la fase expansiva, en la medida en que los empresarios cuando valoran una situaci6n econ6mica concreta lo ha­ cen de una manera distinta en una situaci6n critica -­ que cuando la economia se encuentra en un momento ex-­ pansive. En este segundo cas~ es mAs probable que exis ta un mayor grado de uniformidad en las respuestas. Otro punto que se tiene en cuenta es la posi­ bilidad de la existencia de estacionalidad en las res­ puestas. Aunque los empresarios deben eliminar el com­ ponente estacional cu~do contestan a las preguntas de la Carta mensual, puede ser (y de hecho ocurre en otras encuestas similares) que la serie hist6rica obte nida para las distintas variables tenga un componente estacional importante. Si esto ocurre es necesario, ~ tes de analizar la evoluci6n de los indicadores calcu­ lados, proceder a una desestacionalizaci6n de los mis­ mos. -197- Todos los m~todos cualitativos analizados se enmarcan en la estrategia sintomAtica de anAlisis co-­ yuntural; 1~ utilizaci6n de este tipo de t~cnicas no - es por supuesto nueva, su verdadera novedad reside, -­ por una parte, en su uso con fines de diagn6stico eco­ n6mico general (ya que en sus inicios se trataba de es tudios de mercada o encuestas esporAdicas) y, par atra parte, en su renovada actualidad como consecuencia de la actual situaci6n de crisis e inestabilidad econ6mi­ ca. Efectivamente, si convenimos en que el inter~s fu~ damental del analisis coyuntural estA en la determina­ ci6n de los puntas de cambia de coyuntura o puntas ex­ tremes que pasibiliten la toma de decisiones palitico­ econ6micas adecuadas, esta estrategia es la que, en m£ mentes de crisis como el actual, muestra predicciones mAs consistentes y ajustadas a la realidad econ6mica , adn careciendo de un soporte te6rico-econ6mico que la sustente y no permitiendo, en sentido estricto, la si­ mulaci6n de paliticas econ6micas. A pesar de que esta estrategia, cuya habilidad predictiva esta suficiente­ mente probada tanto en moment~ de estabilidad como de crisis, tuvo un cierto declive en la d~cada de los 60, debido a la estabilidad de la estructura econ6mica que permiti6 la utilizaci6n de t~cnicas mAs sofisticadas - propias de la estrategia sistemAtica, a partir de la - -198- crisis de 1973 las estructuras productivas de las eco­ nomias occidentales estAn inmersas en un proceso de cambio y acomodaci6n que no puede ser explicado por las teorias econ6micas convencionales que respaldan a los modelos econom~tricos, por lo cual, a nuestro modo de ver, la estrategia aqui considerada es la m~s ade-­ cuada para el an~lisis coyuntural o, lo que es lo mis­ mo, la necesaria reconsideraci6n del an~lisis de la co yuntura debe ir, primordialmente, al menos mientras persistan las actuales condiciones de crisis e inesta­ bilidad, por la via de la.utilizaci6n y perfecciona-­ miento de la estrategia sintom~tica, en este retorno - al empirismo que viene produci~ndose. No obstante es - necesario hacer una llamada de atenci6n sobre los peli gros del empirismo, en el sentido de que para no lle-­ gar a conclusiones err6neas, es decir, para mitigar el "error Koopmans" de obtenci6n de "pron6sticos sin teo­ ria" (35), es preciso integrar los anAlisis realiza-- (35) Vid. Koopmans, J.C.: Measurement without Theory, Review of Economics and Statistics, V61. 29, nQ 3 Agosto 1947. -199- dos mediante la estrategia sintomAtica en un "esquema interpretative" de la realidad econ6mica, y esta nece- ' sidad es artn mAs urgente en estos mementos de crisis y obsolescencia de los universes conceptuales convencio­ nales. 2.3.c) La estrategia sistemAtica.- La estrategia modelizada o sistemAtica que utiliza, fundamentalmente, modelos econom~tricos es la mAs ambiciosa de todas, ya que pretende traducir mate­ maticamente las regularidades observadas entre las va­ riables macroecon6micas investigadas, representando lo que bAsicamente ocurre en la actividad econ6mica real de acuerdo, siempre, con las !eyes econ6micas obteni-­ das de la teorfa. De todas las estrategias analizadas hasta el momento es la que tiene detrAs un mayor sus-­ trato te6rico, lo que la hace metodol6gicamente mas -­ perfecta; sucede, sin embargo, que muchas veces la teo ria econ6mica en que se basa no responde a la realidad con lo que el modelo se convierte en un mero ejercicio acad~mico. A pesar de ello, la crftica mAs feroz que - se hace de los mode los es que no recogen multi tud de - variables de caracter no estrictamente econ6mico, pero -200- que tienen gran influencia en la evoluci6n de la acti­ vidad econ6mica. Los modelos econom~tricos surgieron como sin­ tesis de diversas lineas de acci6n (36). Una de las co rrientes parti6 del trabajo de Le6n WalrAs pretendien­ do representar la actividad econ6mica, mediante un sis tema de ecuaciones simultAneas. Otra corriente parti6 de Ragnar Frich y su teoria de la dinAmica econ6mica . Una tercera corriente es la iniciada por K. Pearson -­ que introdujo, en sus investigaciones sobre inferencia estadistica, m~todos para la estimaci6n de parAmetres desconocidos. La cuarta corriente, parte de las inves­ tigaciones de w. King y s. Kuznets sobre la estimaci6n de la renta nacional y sus componentes. La quinta co-­ rriente parte de la formulaci6n de teorias econ6rnicas agregadas por Kahn, Keynes y otros. Todas estas co--­ rrientes, que suponen avances importantes de la Teoria econ6mica, y el ernpleo de ordenadores,han dado lugar a un desarrollo importante de la estrategia sistemAtica en su versi6n modelizada o econom~trica. No es necesa- (36) Christ, C.F.: Modelos econorn~tricos agregados, En ciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Torno 7, Aguilar, Bilbao 1974, pAg. 158 .· -201- .rio decir que los mayores ~xi tos de esta estrategia se han obtenido en la planificaci6n econ6mica, artn cuando, en el area que nos ocupa, alcanz6 su mayor vigor hasta la crisis de 1973, mediante la utilizaci6n de modelos trimestrales de previsi6n a corto plazo. Se han cons-­ truido modelos de este tipo, en el campo que nos ocupa, pero no en todos los casos han resultado operatives de bido a la dificultad de su especificaci6n te6rica y su posterior estimaci6n econom~trica, por lo cual s6lo paises, como'Estados Unidos, con un aparato estadisti­ co muy desarrollado y un avance imponente de la ciber­ n~tica, han sido capaces de caminar satisfactoriamente en esta direcci6n, por lo cual en otros paises se uti­ lizan modelos econom~tricos junto a otras t~cnicas de previsi6n a co~to plazo, cumpliendo, rtnicamente, el mo delo la funci6n de prueba de coherencia de los resulta dos de. todo el anAlisis. La estrategia sistemAtica, que alcanz6 sus ma yores ~xitos predictivos en los anos 50 y 60, permite eliminar los "errores de diagn6stico" cometidos con la utilizaci6n de la estrategia deterministica en el en-­ torno de los cambios de coyuntura, y los peligros de - incurrir en el efecto Koopmans consistente en la obten ci6n de "predicciones sin teoria" propiciados por la - estrategia sintomAtica. Por otra parte permite que se -202- realicen simulaciones de las medidas de politica econ£ mica a tomar, con el fin de determinar los efectos de las mismas. Sin embargo, siendo te6ricament~ la estra­ tegia mAs perfeccionada presenta limitaciones por la­ incapacidad de la teoria econ6mica que la respalda de explicar adecuadamente el ciclo econ6mico y, lo que es mAs importante, esta dificultad se agrava considerable mente en periodos de crisis y mutaciones constantes de ' la estructura econ6mica como el actual. Efectivamente, la experiencia ha puesto de ·manifiesto la incapacidad de la estrategia sistematica para obtener pron6sticos consistentes sobre el futuro, utilizando modelos econ2 m~tricos, cuando se producen cambios estructurales en el sistema econ6mico, habi~ndose observado una perdida de habilidad predictiva de los mismos, a lo largo de - la presente crisis, como consecuencia de este hecho. - Ello es debido, dejando aparte la posible mala especi­ ficaci6n (o estimaci6n) de modelos concretos, a la - - inexistencia d~ una teoria capaz de p~edecir adecuada­ mente los actuales cambios socio-econ6micos. La teoria I ·econ6mica convencional no proporciona ninguna ayuda en este aspecto y las nuevas teorias neoliberales no ofre cen tampoco explicaciones definitivamente vAlidas de - la actual 'situaci6n de crisis que acarrea mutaciones - I const~tes en la estructura econ6mico-social de las I distintas sociedades. -203- Estas consideraciones nos conducen a desacon- I 1 i sejar la utilizaci6n de la estrategia sistem~tica ( en I su versi6n modelizada) con fines de anAlisis coyuntu-- ral, excepto en periodos de estabilidad de la estruc~ ra econ6mica, siendo necesario, en los actuales memen­ tos de crisis y mutaciones casi permanentes, volver la vista haci~ estrategias m~s empiricas que, aun cuando metodol6gicamente son menos perfecta~, 1 suministran pr2 n6sticos mAs consistentes sobre el futuro econ6mico. - Incluso dentro de la propia estrategia sistemAtica, -­ aun cuando el enfoque econom~trico es la alternativa - ' mAs desarrollada dentro de la misma, en el momenta pr~ sente son mAs utiles otras t~cnicas que perteneciendo tambi~n a esta estrategia, son anteriores en su origen y desarrollo y que deben ser reivindicadas: nos referi I mos a la Contabilidad Nacional (37), al AnAlisis Input -Output y al AnAlisis de Flujos de Fondos, que por - - otra parte son la base de la llamada "estrategia glo-­ bal", sabre todo en el caso de las Cuentas Nacionales. I (37) Vid. Herzog, P.: Pr~visions ~conomiques et Compt~ bilit~ National, PUF, Paris, 1968. -204- 2.3.d) La estrategia globalizada.- La denominada estrategia globalizada, que se I basa en el supuesto de una consideraci6n conjunta de - I los elementos que conforman una determinada situaci6n econ6mica, permite la obtenci6n de conclusio~es adecua das acerca de su previsible evoluci6n, mediante la uti lizaci6n de la Contabilldad Nacional Trimestralizada . Esta estrategia con una considerable habilidad predic- • I tiva, posibilita la convergencia del anAlisis coyuntu- ' ral y el anAlisis estructural, a trav~s de la elabora- ci6n de cuadros macroecon6micos trimestralizados desde las tres vertientes de la oferta, la demanda y la dis- ' tribuci6n y su posterior integraci6n. La estrategia que nos ocupa nace a principios de los affos 50, como subproducto del m~todo sistemAti­ co en su version inicial, cuando se concebia ~ste como el anAlisis coyuntural "interne" -a trav~s de la Conta­ bilidad Nacional. Con la trimestralizaci6n reciente de los principales agregados de la Contabilidad Nacional, I I este m~todo ha adquirido renovada actualidad, por sus ~xitos, junto al resucitado ~~todo sintomAtico, en los f diagn6sticos coyunturales. I -205- De acuerdo con M. Didier (38) se puede defi-­ nir el "m~todo globalizado", como un conjunto de estu­ dios de carActer predictive, efectuados sabre la base de las cuentas nacionales trimestralizadas y dirigidos ala obtenci6n de un diagn6stico adecuado de la situa­ ci6n econ6mica, y a la preparaci6n de las oportunas de cisiones de politica econ6mica. Las caracteristicas mAs importantes de este - m~todo son las siguientes: -- Es un conjunto de estudios de carActer pr~ dictivo, que no pretenden, U.nicamente, responder a la cuesti6n fundamental de lo que va probablemente a sue~ der en la evoluci6n de la actividad econ6mica, sino -­ que se refieren tambi~n al problema de lo que sucede-­ ria si los acontecimientos econ6micos se desarrollasen (38) Didier, M.: Les projections economiques d'ensam-­ ble, PUF, Paris, 1979, pAg. 4 y siguientes. -206- en un determinado sentido, o si la politica econ6mica fuese modificada en una determinada direcci6n. -- El m~todo globalizado, tiene sus fundamen­ tos en la Contabilidad Nacional trimestralizada, que - proporciona no s6lo la situaci6n pasada y presente de las grandes magnitudes econ6micas, sino tambien una prueba de coherencia sobre.su evol~ci6n futura. Los pron6sticos econ6micos obtenidos a tra ves de este metodo, estAn destinados a preparar las -­ oportunas acciones de politica econ6mica, sobrepasando I el carActer de simple previsi6n entendido en el senti- do de B. de Jouvenel como "op'ini6n sobre el futuro", - y teniendo fundamentalmente un carActer exploratorio y prospective. I La estrategia globalizada, estA siendo utili­ ' zada por los paises mAs desarrollados y por las organ! zaciones internacionales especializadas, siendo de de- I sear que su uso se generalice a todos los paises, da- da la habilidad predictiva que viene presentando desde que comenz6 ~1 actual periodo de crisis ~ inestabili-- Jad. -207- En el caso de Espana, hasta tanto no se pro-­ t duzca definitivamente la trimestralizaci6n de la Conta i bilidad Nacional, este m~todo no tiene grandes posibi- lidades de aplicaci6n, lo cual no es 6bice para que sea reivindicado por los analistas por su utilidad en el memento presente: a nuestro modo de ver es la segu~ da via de reconsideraci6n del an~lisis coyuntural (que sin duda revolucionarA el mismo en un pr6ximo futuro) ~ I I en aras de un diagn6stico mAs precise en los actuales 1 mementos de crisis; en nuestro pais esta reconsidera-- ' I 1 ci~n implica el previo establecimiento de la Contabili dad Nacional Trimestralizada. I Mientras tanto, es precise concentrar los es- L , I fuerzos en el perfeccionamiento de la estrategia sinto mAtica que es la primera via de rJconsideraci6n actua~ I del anAlisis coyuntural. No obstante es preciso hacer I los esfuerzos necesarios para que la aplicaci6n de la . l . I . estrateg1a global1zada pueda ser una real1dad ya que - 1 • siendo eminentemente empirica, tiene las ventajas del I sofisticado m~todo econom~trico, al sustentarse como -, ~1 en las principales regularidades y !eyes econ6micas J ' I I observadas en el comportamiento de las variables macro ' I I I econ6micas, y no presenta sus inconvenieritcs. -208- 2.3.e) Reconsideraci6n de las diversas estrategias en el memento actual: la primacia de la estrate-­ gia sintomAtica, y la estrategia globalizada - como segunda via de reconsideraci6n.- Tres conclusiones 'pueden deri varse de este r~ quisito necesario para un buen anAlisis coyuntural - - cual es la base metodol6gica: en primer lugar, cual- - quiera que sea la estrategia adoptada, ha de fundamen- t tarse en una cierta estabilidad a corto plazo de las - relaciones entre las variables consideradas como sign! ficativas; en segundo lugar, la estrategia elegida de­ be ser lo mAs operativa posible, en el sentido de que debe conducir al conocimiento de la coyuntura presente y su previsible cambio de tendencia, a traves del estu dio de los: acontecimientos econ6micos pasados; en ter­ cer lugar, aun cuando la filosofia que preside los dis tintos enfoques es diversa, el analista debe elegir -­ aquel (o aquellos), teniendo en cuenta los objetivos - que persigue en el anAlisis y los medios con que cuen­ ta, tales como el nivel de desarrollo del aparato est~ distico-econ6mico del pais, y el grado de progreso de ' la cibernetica, siendo preferibles, a ser posible, las estrategias sintomAtica y globalizada a las otras dos a que nos venimos refiriendo, dadas las actuales condi -209- ciones de crisis econ6mica; Esta preferencia se susten ta en las siguientes razones: 1!) - Teniendo en cuenta que la estrategia determinfstica utiliza como m~todo de previsi6n las I t~cnicas estadfsticas extrapolativas, y la estrategia sistem~tica se basa en la construcci6n de modelos eco­ nom~tricos, habiendo hecho en el capitulo anterior el an~lisis y valoraci6n de estas t~cnidas llegamos a la conclusi6n, con los nuevos elementos aportados en el - ! presente capitulo, de que no son estas las estrategias m~s adecuadas para el anAlisis coyuntural al menos - - I mientras persistan las actuales condiciones de crisis e inestabilidad que provocan mutaciones en la estructu ra econ6mica de las distintas economias y p~rdida de - I confianza en la potencia explicativa de la teoria eco- ndmica con~ncional: la estrategia deterministica debe i quedar relegada a un segundo plano, como m~todo auxi-- liar para evitar los desfases que inevitablemente se - I l producen en el anAlisis coyuntural y la estrategia si2 temAtica debe abandonarse totalmente quedando reducido su papel, en todo caso, a suministrar un posible "test de coherencia" a los pron6sticos obtenidos en aplica-­ ci6n de las otras estrategias alternativas. I -210- 2~) -Del anAlisis y valoraci6n, hechos en el I capitulo anterior, de la Contabilidad Nacional Trimes­, tralizada utilizada por la estrategia globalizada, y - I I teniendo en cuenta las aportaciones al respecto conte- nidas en el presente capitulo, se deduce que esta es-­ trategia puede suponer en un pr6ximo futuro una verda­ dera revoluci6n en el anAlisis econ6mico coyuntural, y aunque por el momento muchos paises, entre ellos Espa­ na, carecen de cuentas nacionales trimestralizadas im­ pidiendo la utilizaci6n de esta estrategia metodol6gi­ ca, ello no es 6bice para que sea reivindicada como se I . - gunda via de reconsideraci6n del anAlisis coyuntural - en aras de un diagn6stico mAs preciso en los actuales mementos de crisis. 3!)- Por fin,del anAlisis y valoraci6n de-­ los m~todos de previsi6n cualitativos en que se basa­ la estrategia sintomAtica (realizados en el capitulo - anterior), y considerando las aportaciones al respecto contenidas en el presente capitulo, se deduce que esta I estrategia es, en la actualidad, el camino por donde - I debe discurrir el anAlisis coyuntural constituy~ndose en la primera via de reconsideraci6n del mismo, en tan to no se generalice y perfeccione la estrategia globa- -211- lizada, y mientras persistan las condiciones de inesta . , - bilidad propiciadas por la crisis yla perdida de con-- fianza en los universes conceptuales provenientes de - la teor!a econ6mica, que impiden la utilizaci6n de es­ trategias alternativas mAs sofisticadas. Esta estrategia metodol6gica, eminentemente - emp!rica, se apoya en la filosofia que consiste en ad­ mitir que, pese a la compleja gama de factores que de­ termina el comportamiento ciclico de la actividad eco­ n6mica, la secuencia de acontecimientos es suficiente­ mente consistente como para permitir al analista esta­ blecer un diagn6stico adecuado sabre la situaci6n de - la econom!a dentro del ciclo econ6mico y una predic- - ci6n de su posible cambia de tendencia, objetivos basi I cos del anAlisis coyuntural. Por otro lado, su habili- dad predicti va est a suficientemente probada tanto en - mementos de estabilidad como de crisis por lasmAs pre~ tigiosos institutes dedicados al estudio de la coyunt~ ra. 2.4. La importancia de la Teoria econ6mica.- El cuarto requisite de un buen analista de co yuntura es el dominic de la teoria econ6mica mas ac- - -212- tual sobre el comportamiento del sistema econ6mico a - corto plazo, y ello independientemente de la estrate-­ gia adoptada. Lo ideal es que el coyunturalista pueda disponer de un modelo econ6mico que permita analizar las interrelaciones econ6micas, pero en el memento ac­ tual las dificultades de especificaci6n de numerosas - variables, debido a la falta de confianza en los uni-­ verses conceptuales te6ricos derivada de la actual cri sis, hacen muy dificil esta tarea, por lo cual el co-­ yunturalista, con el fin de conocer las lineas genera­ les de funcionamiento de la economia sobre la que ope­ ra, y las principales interrelaciones entre las varia­ bles macroecon6micas fundamentale~ debe poseer dos ti­ pos de instrumentos: a) Una serie de instrumentos conceptuales que le suministren el conocimiento mAs actual sobre el funcionamiento ciclico de la eco­ nomia. b) Un marco de referencia, donde encuadrar -­ sus anAlisis de coyuntura, que le suminis­ tre las· principales interrelaciones de las variables macroecon6micas fundamentales y de los sectores real y monetario de la eco nomia objeto de estudio. -213- 2.4.a) Morfologia del ciclo coyuntural y Teorias del ciclo.- En este punto, fundamentalmente, el coyuntur~ lista debe saber el significado del ciclo econ6mico, - los distintos tipos de ciclos, las caracteristicas de cada fase, las causas de los movimientos ciclicos de - la actividad econ6mica segrtn los distintos autores y la explicaci6n actual de este contradictorio fen6meno que es el ciclo econ6mico. El car~cter limitado a corte plazo del An~li­ sis Coyuntural se opone desde el punto de vista de la observaci6n empirica a los estudios estructurales. Des de esta 6ptica se ha dicho (39) que la coyuntura econ£ mica debe contemplarse como el reflejo de la estructu- (39) Vid. ICE, nQ 412, diciembre 1967. -214- ra econ6mica, lo que implica que la comprensi6n de los movimientos de una economia, asi como su previsi6n, -­ exigen un conocimiento en profundidad de las caracte-­ risticas de esa economia. Sin embargo, no es menos - cierto que la conclusi6n mAs importante a la que han llegado los observadores de las economias de mercado , desde que existen registros estadisticos de variables econ6micas (finales del siglo XVIII) es, que la inest~ bilidad fundamental de la economia se expresa en osci­ laciones recurrentes, aunque no peri6dicas,de los nive les o de los ritmos de variaci6n de la practica totali dad de las variables econ6micas observadas .. "Este pro­ tagonismo esencial del ciclo en la coyuntura determina el ~bito temporal del anAlisis coyuntural" (40), por lo que es absolutamente necesario que el coyunturalis­ ta posea un buen conocimiento del mismo. La actividad econ6mica de los sistemas capit~ listas estA ligada a fluctuaciones denominadas cicli-- (40) Piatier, A.: Statistique et observation ~conomi­ que, PUF, Paris 1961, pag. 580. -215- cas, por la cadencia temporal observada en ellas, si bien esta cadencia no es constante en el tiempo ni en la intensidad. El estudio de desajustes y movimientos acumulativos de alza y baja en la actividad econ6mica, abri6 el camino al estudio de los ciclos, si bien no - tom6 cuerpo hasta los estudios de Kondratieff, Juglar, Mitchell y Kitchin (41). Se define el ciclo como, la fluctuaci6n de la actividad econ6mica en general, aunque esta no es una definici6n precisa hasta que digamos como se mide la - actividad econ6mica; el problema es, en definitiva, de elecci6n de los indicadores del ciclo, pues en princi­ pia puede elegirse tanto la renta nacional, como el em pleo, los beneficios empresariales, los precios, la producci6n industrial, etc. Se suele elegir como medi­ da de la actividad econ6mica, la renta nacional, demo do que el ciclo se puede redefinir como, la fluctua- - (41) Burns, A.F.: Ciclos econ6micos: consideraciones­ generales, en Enciclopedia Internacional de las - Ciencias Sociales, Torno 2 , Aguilar, Bilbao, 1974 p~g. 288 a 302. -216- ci6n de la renta nacional real (42). Diremos ante todo que normalmente no se consi deran como ciclicas las fluctuaciones de duraci6n infe rior a un aiio. Est a es, por lo menos, la decisi6n ado£ tada por el National Bureau of Economic Ressearch, uno de los centros m~s importantes para el estudio de los problemas de las fluctuaciones ciclicas o coyunturales. Por otra parte, las fluctuaciones ciclicas de duraci6n superior a un afio suelen clasificarse y deno­ minarse, adoptando la terminologia propuesta por Schum peter (43) en su Business Cycles, del siguiente modo: - Ciclos breves o ciclos Kitchin, de duraci6n no superior por lo general a tres affos, pero que sin - embargo pueden llegar hasta cinco afios. Estes ciclos (42) Tambi~n suele definirse el ciclo, como la fluctua ci6n del Producto Interior Brute. (43) Vid. Schumpeter, J.A.: Business Cycles: A Theore­ tical, Historical and Statistical Analysis of the Capitalist Process, MC Graw Hill, London, 1939. -217- suelen denominarse tambi~n "ciclos de las existencias" o "ciclos de la inversi6n", recordando la importancia que tienen en estas fluctuaciones las variaciones de - las existencias de productos acabados o de las inver-­ siones de carActer industrial. Se les denomina tam- -­ bi~n ciclos Mitchel, por haber sido estudiados por es­ te autor tambi~n (44). Ciclos de duraci6n media o ciclos de Ju­ glar (45), de duraci6n comprendida entre los seis y los diez affos. SegUn Schumpeter, todo ciclo Juglar ti­ pico comprende tres ciclos breves; pero esta generali­ zaci6n ha sido desechada por los economistas, porque , trAs la segunda guerra mundial, su base empirica, no muy segura, se ha desmoronado. (44} Vid. Mitchell, w.c.: Business Cycles: The problem and Its setting, NBER, New York, 1927. (45) Vid. Juglar, C.: Des crises comerciales et de-­ leur retour p~riodique en France, en Anglaterre - et aux Etats Unis, Guillaumin, Paris 1889. -218- - Ciclos de periodo largo o ciclos Kondra- -­ tie££, denominados asi por el economista ruso que cre­ y6 haber podido determinarlos en el movimiento secular de las economias occidentales durante los dltimos dos siglos. Son oscilaciones de la Renta Nacional de gran amplitud y duraci6n (alrededor de 40 aflos). Los ciclos de Kondratieff, dificilmente pueden ser analizados por medio de los instrumentos que aporta la teoria econ6mi ca debido a su excesiva longitud y a las causas extra­ econ6micas, que originan este tipo de fluctuaciones. - Incluso en el trabajo originario de Kondratieff, cau-­ sas tales como descubrimientos t~cnicos o guerras, ju~ gan un importante papel en el principio o final de es­ tas fluctuaciones, por lo que no es posible aplicar un esquema te6rico para explicarlas. Kondratieff, descu-­ bri6 los ciclos largos, estudiando la evoluci6n de pr~ cios, extendiendo luego su anAlisis a las series cuan­ titativas de la evoluci6n del ritmo de la producci6n . Schumpeter lleg6 a establecer que un ciclo Kondratieff contiene seis ciclos juglar aproximadamente. - Otro tipo de ciclos, que se situan entre -­ los largos de Kondratieff y los medios de Juglar, son los llamados hiperciclos, que son fluctuaciones de p~ celas de la actividad econ6mica, con una duraci6n de - alrededor de 20 aflos. A este tipo pertenece el ciclo - -219- de la construcci6n. Los ciclos breves, son los que tienen mayor - inter~s para los analistas de coyuntura, puesto que un ciclo coyuntural tiene una duraci6n media que oscila - entre los tres y los cinco anos. Un problema importante para el analista de la coyuntura es el concepto de ciclo a emplear. Aparte de minar la confianza en los modos de gesti6n de la econ£ mia, la crisis de 1974 ha tenido la virtualidad de cor tar de raiz las discusiones iniciadas en los ~ltimos - affos 60 y primeros 70 acerca de la desaparici6n del "viejo" ciclo econ6mico y su sustituci6n definitiva por el "ciclo de crecimiento". En efecto, desde la II Guerra Mundial hasta 1973, las economias occidentales experimentaron una intensa etapa de crecimiento, dur~ te la cual fueron escasos los periodos de retroceso de las variables macroecon6micas, en t~rminos absolutos,y de ahi que en esa ~poca se pasase a emplear el concep­ to de "ciclo de crecimiento" a la hora de realizar anA lisis coyunturales, definido como "la fluctuaci6n ci-­ clica descrita por la serie de desviaciones de los va­ lores de una variable macroecon6mica con respecto a -­ una tendencia a largo plazo previamente ajustada". Las fases del ciclo reflejaban, pues, aceleraciones y des- -220- aceleraciones en el proceso de crecimiento. Con anterioridad a la II Guerra Mundial, fun­ damentalmente en el periodo de entreguerras, las econ2 mias experimentaron prolongados periodos de retroceso en sus niveles de actividad, por lo cual se emple6 pa­ ra el analisis coyuntural el "viejo" concepto de "ci-­ clo econ6mico", definido como "la fluctuaci6n ciclica descrita por la serie de valores absolutes de una va-­ riable macroecon6mica", reflejando las fases del ciclo, espansiones y contracciones de la actividad econ6mica. Pues bien, en la actualidad, los prolongados periodos de retroceso de algunas economias occidentales en sus niveles de actividad como consecuencia de la crisis, - en el periodo 1974/75, con una nueva recesi6n en 1 979/ 80, fruto del segundo "shock petrolero", han obligado a los optimistas de los sesenta a reconocer que "los - anuncios de la muerte del "viejo" ciclo econ6mico han sido prematuros; a lo sumo su virulencia ha podido ser algo domesticada" (46). (46) Samuelson, P.A.: Economics, 10'! edici6n, 1976, -­ pag. 266. -221- Ahora bien, esta reaparici6n del ciclo econ6- mico en su sentido mAs clasico no permite, adn, desde el punto de vista empirico, abandonar la aproximaci6n metodol6gica realizada en t~rminos de ciclo de creci-­ miento, a los efectos del anAlisis coyuntural, y ello por dos razones fundamentales: en primer lugar, porque el retroceso en los niveles de actividad no_ha sido g~ neral en todas las economias y, por otra parte, esta - tendencia a la fluctuaci6n de los ni veles absolutos de las principales macromagnitudes no estA consolidada; y en segundo lugar, porque las series temporales de ind~ cadores a corto plazo disponibles en la mayoria de los paises no tienen suficiente antigijedad como para po-­ der ser utilizadas para el analisis coyuntural basado en el concepto de ciclo econ6mico clasico, y sin emb~ go estasseries permiten una aproximaci6n en t~rminos - de "ciclo de crecimiento". As! pues, de acuerdo con e.2_ tas consideraciones, sigue siendo valido el concepto - de "ciclo de crecimiento" para el analisis coyuntural. Para el analisis de las fases del ciclo, se - suele considerar en el campo que nos ocupa un ciclo me nor de los descubiertos por Mitchell-Kitchin. -222- Fundamentalmente, las fluctuaciones ciclicas, son causadas por variaciones de la demanda, es decir , de los gastos totales. De ellos, el consume, es efecto mAs que causa de las fluctuaciones de la renta. Es la inversi6n, por variar mAs independientemente, el ori-­ gen de las fluctuaciones de la renta. AdemAs la inver­ si6n fluct~a mAs que el consume. Por ello, el tema - - principal de la teor!a de los ciclos es la explicaci6n de las fluctuaciones en la inversi6n (47). Las fases de un ciclo econ6mico breve tipico son cuatro: recuperaci6n, auge, recesi6n y depresi6n (48), que estAn representadas en el grAfico adjunto. (47) Vid. Estey, J.A.: Tratado sobre los ciclos econ6- micos. FCE, M~xico 1964. (48) Vid. Mattews, R.C.O.: El ciclo econ6mico, Socie-­ dad de Estudios y Publicaciones, Madrid, 1965, y Mars, M.I.: Economic Cycles: Analysis of Under-­ lying, wright-Aller, 1974. Rent a Nacional Real Tiempo -223- Pues bien, el tramo AB se conoce como fase de recuperaci6n; el punto B corresponde al auge; el tramo BD, se conoce como fase de recesi6n, y el punto D co-­ rresponde a la depresi6n. La forma mAs elemental de analizar lrodistin- trofases de un ciclo econ6mico, es considerar las reac ciones del sistema econ6mico ante variaciones en la de manda final. Ante una variaci6n de la demanda final, - -224- el sistema reacciona mediante adaptaciones en el pre-­ cio, en la cantidad, o en ambas a la vez. Es rttil dis­ tinguir dos tipos de factores de producci6n: los gen~­ ricos y los especificos o especializados. Si partimos de una variaci6n positiva de la demanda (que tiene lu­ gar en la recuperaci6n), en esta fase se produce una­ disponibilidad absoluta de todos los factores, pero a medida que continda la fase ascendente, se producen ri gideces que afectan en primer lugar a los factores es­ pecificos y despu~s a los gen~ricos, con lo que se va produciendo una adaptaci6n que, en un primer memento, tiene lugar via can_tidades, a continuaci6n via cantid~ des y via precios, y al final de la fase, unicamente - via precios dada la rigidez de todos los factores. Lle gado este punto la economia se encuentra en plene auge (segunda fase del ciclo) con una absoluta rigidez de - todos los factores que provoca un aumento general de - los precios. MAs o menos tarde se produce una contrac­ ci6n de la demanda, con lo que la economia entra en su tercera fase (recesi6n), y se va produciendo una mayor disponibilidad de factores y una adaptaci6n que en pr! mer lugar es via precios (disminuyendo su ritmo de in­ cremento) y a continuaci6n via cantidades, llegAndose a un aumento de los stocks y a una disminuci6n de la - producci6n. En el memento en que la disponibilidad de factores es absoluta, la economia entra en la cuarta - -225- fase del ciclo (la depresi6n o crisis) y cuando finali za la misma, comienza un nuevo ciclo. M~s concretamente, las caracter:!sticas de ca­ da fase del ciclo coyuntural son las siguientes: Recuperaci6n Es la fase ascendente del ciclo, y se caracte riza por los s:!ntomas siguientes: 1.- Progresivo aumento de la demanda 2.- Incremento de la producci6n 3.- Disminuci6n del paro 4.- Mejor:!a de las expectativas empresariales con el - consiguiente aumento de la inversi6n 5.- Aceleraci6n del ritmo de inflaci6n 6.- Aurnento de los beneficios Es el punto mAximo del ciclo, y en ~1 se mani fiestan los siguientes s:!ntomas: -226- 1 .- Hay lo que se denomina obstrucciones: se tiende al pleno empleo de los recursos, con lo que empieza a escasear la mano de obra y ciertas materias primas. 2.- Resulta dificil aumentar la producci6n con reem- - pleo de recursos ociosos. 3.- Los aumentos de la demanda, dan lugar mAs a incre­ mentos de precios que a incrementos de la produc-­ ci6n. 4.- Se generaliza una situaci6n de exceso de demanda - de trabajo, con lo que aurnentan los salaries y los costes. 5.- A pesar de todo sigue habiendo buenos beneficios. 6.- Los gastos de inversi6n son muy grandes, pero los recursos financieros escasean ante el exceso de de manda de capitales, con lo que suben los tipos de inter~s que desaniman' las nuevas inversiones. Recesi6n Es la fase descendente del ciclo, y se carac­ teriza por los siguientes sintomas: 1 .- Las "obstrucciones" manifestadas en la fase ante-- -227- rior, traen como consecuencia, que el sistema eco­ n6mico, presente cierto agotamiento que le !leva - hacia un proceso recesivo. 2.- Decae la demanda efectiva 3.- Disminuye el ritmo de incremento de la producci6n y de la renta 4.- Los precios crecen m~s lentamente 5.- Los beneficios disminuyen 6.- La inversi6n tiende a niveles bajos Depresi6n Es el punto minimo del ciclo y se caracteriza por los siguientes sintomas: 1 .- Fuerte desempleo 2.- Bajo nivel de demanda 3.- Capacidad industrial no utilizada 4.- Los precios suben a ritmos moderados (en general) 5.- Los beneficios empresariales descienden 6.- Disminuye la inversi6n por falta de expectativas 7.- Los bancos tienen exceso de dinero 8.- El ritmo de incremento de la producci6n alcanza su punto m~s bajo, llegando incluso (a veces) a ser - negative. -228- Analizada la morfologia elemental del ciclo - coyuntural, es precise recordar que el objetivo del C£ yunturalista es conocer la situaci6n de la actividad - econ6mica dentro del ciclo econ6mico y prever si se va a producir un cambio de tendencia a corte plazo. Como quiera que no existen indicadores mensuales de la ren­ ta nacional o del PIB (como m~imo son trimestrales) - que son las macromagnitudes representativas de la acti vidad econ6mica global, y como quiera (adem~s) que a - la comprensi6n de estas variables se llega a trav~s de la de sus componentes y que, por otra parte, hay va-­ riables cuyo ciclo se adelanta o se retrasa con respe£ to al de la actividad econ6mica global y ello es de -­ fundamental importancia para captar los posibles cam-- ' bios de tendencia anticipadamente y adoptar las oport~ nas medidas politico-econ6micas, el coyunturalista de- ! be analizar la evoluci6n ciclica de toda una serie de variables para cumplir los objetivos de su an~lisis. Estas variables se clasifican en reales, monetarias y de precios (que sirven de puente entre ambas). Entre las variables re_ales cuya evoluci6n ci­ clica es necesario analizar, destacan, por el lado de la oferta, la producci6n industrial y la actividad del sector construcci6n. La primera, puede ser conocida a tra~s del indice de producci6n industrial o de los in -229- dicadores cualitativos correspondientes, procedentes - de las encuestas de opiniones empresariales; el ciclo de la actividad constructora es de vital importancia , pues su conocimiento puede suministrar los elementos - necesarios para arbitrar una eficaz politica anticicli ca. Por el lado de la demanda, como quiera que el con­ sumo fluctua mAs a largo plazo, la variable mAs intere sante es la inversi6n que puede ser analizada a trav~s del indice de inversi6n aparente (aunque en Espana es­ te indice ha dejado de elaborarse por el memento, pu~ diendo utilizarse el "indice de disponibilidades de -­ bienes de equipo"); especial importancia tiene el anA- ' lisis del ciclo de la inversi6n publica, cuyas conclu- siones pueden ser utilizadas a efectos de politica an­ ticiclica, y el de las existencias que, aunque cuanti­ tativamente no son importantes, sin embargo, en ~pocas de crisis como la actual, sus fluctuaciones son de - - gran magnitud. Tambi~n es fundamental el anAlisis de - la demanda externa, al actuar como factor trasmisor de las fluctuaciones ciclicas. Entre las variables monetarias, teniendo en - cuenta que la cantidad de dinero es el instrumento fun damental de regulaci6n mas empleado actualmente, es n~ cesario conocer y estudiar la evoluci6n ciclica de las disponibilidades liquidas, que se constituye as! en la -230- variable monetaria mAs significativa para el anAlisis coyuntural, por su incidencia en la actividad econ6mi­ ca real a trav~s del cr~dito al sector privado, que es la otra variable cuyo ciclo es necesario analizar. Los precios es la variable de ajuste entre -­ oferta y demanda, por lo que el conocimiento de su ev£ 1uci6n ciclica es del mAximo inter~s: es precise cono­ cer no s61o la evoluci6n de los precios industriales y de los precios al consume, sino ia evoluci6n del pre-­ cio del dinero (tipo de inter~s)," la evoluci6n de los salaries (precio del factor trabajo), de los benefi- - cios, y de ia relaci6n real de intercambio. 2.4.a.3) _Er,ins.iE.a.!_e2._ £e,!e!,Jtl,inE;ll_!e2_ £e_l_£s_c,i­ £1£S.:. La explicaci6n de por qu~ el sistema econ6mi­ co pasa de un ciclo a otro -y de una fase a otra del - ciclo- es compleja. Diversas teorias han senalado cau­ sas y han elaborado modelos explicativos. Casi todos - coinciden en que el ciclo es causado por una muy impoE tante variable macroecon6mica: la inversi6n. Autores - -231- como Schumpeter, Kaldor, Samuelson (49) y Hicks (50), de una u otra forma coinciden en ello, aunque cada uno establezca una relaci6n distinta entre inversi6n y ci­ clo. Hist6ricamente se han dado varias explicacio­ nes del ciclo econ6mico: unas teorias ven el origen -­ del ciclo en causas extraecon6micas, y otras en causas internas, estrictamente econ6micas: una primera clasi­ ficaci6n de las teorias explicativas del ciclo distin­ guiria pues entre teorias econ6micas y teorias extra-­ econ6micas. A su vez esta clasificaci6n puede desagre­ garse del siguiente modo: (49) Vid. Samuelson, P.A.: Lessons from the current-­ Economic Expansion, American Economic Review, ma­ yo 1974. (50) Vid. Hicks, J.R.: A Contribution to the Theory of the Trade Cycle, Clarendon, Oxford 1956. TEORIAS DEL CICLO ECONOMICO FISICAS EXTRAECONOMICAS ____. ~ ------.PSICOLOGICAS POLITICAS ~ NO. FORMALES 0 DE~REALES ECONOMICAS_____-.LAS DISCREPANCIAS~MONETARIAS ------.FORMALE S -232- Las teorias fisicas, sitUan el origen de las fluctuaciones ciclicas en fen6menos de origen fisico - (climatologia, factores estacionales, etc); las teo-­ rias psicol6gicas ponen el ~nfasis en fen6menos psico- 16gicos, tales como las expectativas de los distintos agentes econ6micos; las teorias politicas son aquellas que consideran que las fluctuaciones ciclicas tienen - un origen politico (consecuencia de medidas tomadas en pleno proceso electoral p. ejemplo), estando a caballo entre las teorias econ6micas y extraecon6micas. -233- Dentro de las teorias econ6micas (o end6genas) las de las discrepancias parten de la idea de que exi~ ten equilibrios fundamentales entre las macromagnitu-­ des del sistema econ6mico, y la ruptura de alguno de - ellos provoca las fluctuaciones ciclicas; si la rela-­ ci6n que se rompe es la establecida entre macromagnit~ des reales estamos ante las teorias de las disparida-­ des reales y, si por el contrario, es la establecida - entre macromagnitudes monetarias, estamos ante las te£ rias de las disparidades (o discrepancias) monetarias. Las teorias formales (o formalizadas) son aquellas que presentan un cierto vigor en el aparato matematico uti I lizado, frecuentemente a trav~s de un modelo. Vamos a ver a continuaci6n algunas de estas teorias. MARX Para Marx (51), la causa de las fluctuaciones (51) Vid. Balinky, A.: La economia politica de Marx, - Paidos, Buenos Aires, 1971, Eaton, J.: Econom:!a - politica (Un analisis marxista), Amorrortu, Bue-­ nos Aires, 1971. -234- ciclicas, se encuentra en la incapacidad de la· socie~ dad para consumir en un determinado momenta todo lo -­ que produce: el origen del ciclo estA pues en lo que - el denomina, subconsumo, que a su vez es debido a las contradicciones del sistema capitalista. Esta teoria­ pertenece al grupo de las teorias econ6micas de las -­ discrepancias reales, puesto que sitda la causa de las flu.ctuaciones ciclicas en la ruptura del equilibria en tre producci6n y consume (52). Veamos como explica Marx las fluctuaciones ci clicas: - 1Q- El inicio del ciclo (fase de recupera­ ci6n), necesita en el capitalismo de una primera acumu laci6n de capital para poder contratar fuerza de traba I jo, y asi extraer la plusvalia fuente de beneficios -- (52) Esta teoria fu~ formulada inicialmente por Mal- - thus y Sismondi, para refutar la ley de Say (" la oferta ere a su propia demanda"). -235- del capitalista. De este modo se llega con posteriores acumulaciones de capital, a un gran incremento de ben~ ficios: fase de auge del ciclo. - 22 - Llegado un punto, una acumulaci6n pos­ terior de capital, hace posible la contrataci6n de m~s obreros, con lo cual aumentan los salaries (en t~rmi~ I I nos relatives) y en consecuencia disminuyen los benefi cios (tambi~n en t~rminos relatives), al disminuir la plusvalia (53). Conviene afiadir aqui que existe una tendencia hist6rica hacia el decrecimiento de la tasa (53) Aumentan los salaries por obrero contratado y dis minuye por tanto el beneficio por hombre contrata do. En un momentoiel obrero trabaja 8 h., y el ca pitalista le paga 4 h. (salario) y se queda con= 4 h. (plusvalia o beneficio). Al aumentar lade-­ manda de obreros, el capitalista se ve obligado a pagar al obrero 5 h. en vez de 4 h. de las 8 que trabaja, con lo cual se queda ~1 unicamente con - 3 h. -236- de beneficios, muy controvertida, pero empiricamente comprobada por algunos autores como Gillman (54). Es lo que Marx denomin6 tendencia decreciente de la tasa de ganancia bajo el capitalismo: comienza la siguiente fase del ciclo, la recesi6n. 3Q - Como consecuencia de la disminuci6n de la tasa de beneficios, las empresas d~biles van a la - ruina y las demAs se asocian para hacer £rente a la s.!_ tuaci6n, con lo que se produce una concentraci6n del - capital. Esta tendencia del Capitalismo a la concentr~ ci6n del capital (as! la llama Marx) estA comprobada emp!ricamente y es visible en nuestros dias a traves , por ejemplo, de las empresas multinacionales. - 42 - Al propio tiempo al disminuir el bene­ ficio, disminuye la acumulaci6n y por tanto la contra­ taci6n de obreros, aumentando el paro. Es lo que Marx denomin6 aparici6n y desarrollo del ej~rcito indus- -­ trial de reserva. (54) Vid. Gillman, J.M.: Prosperidad en crisis (criti­ ca del Keynesianismo), Anagrama, Barcelona 1971 . Esta comprobaci6n fu~ realizada para un largo pe­ riodo de la economia norteamericana~ que va desde los affos posteriores a la II Guerra Mundial hasta 1964. -237- De los puntos anterieres se desprenden las si guientes contradicciones del sistema: a) - Del hecho de disminuir los beneficios se despren­ de que la acumulaci6n es a la vez que fuente del incremento de los beneficios, fuente de disminu-­ ci6n de los mismos. b) - La concentraci6n del capital supone una socializ~ ci6n de la producci6n y una socializaci6n del pr2 ceso de trabajo, desarrollAndose la contradicci6n entre esa socializaci6n de la producci6n y la - - apropiaci6n privada que le sirve de motor y sopO£ te. c) - La aparici6n del ej~rcito de parados, hace que -­ las mercancias producidas hayan de verderse a ba­ jo precio, o no venderse, ya que los obreros que son los consumidores mAs importantes (a la vez -­ que productores) han perdido su capacidad de com­ pra al perder el salario. Es la contradicci6n en­ tre Produ.cci6n y Consumo, debido al hecho de que el sistema no produce para el consumo, es decir - para la satisfacci6n de las necesidades de la co­ lectividad, sino para el lucro. Estas contradicciones debidas a los hechos -­ analizados anteriormente llevan a situaciones de cri-- -238- sis peri6dicas que pueden acaban con el sistema. Veamos como se produce una crisis, o de otro modo, como se llega a la depresi6n del ciclo econ6mi-- co: Digamos que las crisis del Sistema Capitalis­ ta, no se deben a la escasez de productos sino a su ex ceso; son crisis de sobreproducci6n. La producci6n supone la obtenci6n de plusva-­ lia es decir, de beneficios, pero siempre que la mer-­ cancia se venda en el mercado. Esta venta estA limita­ da por la capacidad de consume de la sociedad, de modo que en ~ltimo termino la causa de las crisis es la in­ capacidad de la sociedad para consurnir lo que produce. l La incapacidad de consume sobreviene precisarnente, al disminuir los beneficios y aurnentar el paro. En este momenta la venta a perdida, obliga a los empresarios a cerrar sus empresas, con lo cual la crisis se autoalimenta, aurnentando los obreros despedi dos, los empresarios tienen miedo a invertir y disminu ye la producci6n y el desarrollo, poniendo al sistema en la encrucijada. -239- NEOCLASICOS El supuesto fundamental de la Teoria neocl~s! ca (55) es el plena empleo de los recutsos productivos con la consiguiente flexibilidad de precios y salaries. Como consecuencia de ello, los neoclAsicos conciben la actividad econ6mica como un proceso gradual no sujeto, por tanto, a fluctuaciones ciclicas en el sentido es-­ trictamente econ6mico. En todo caso si el progreso eco n6mico se ve, a veces, detenido o perturbado, ello es debido a causas extraecon6micas o a fen6meno3 incontro lables. Con esta perspectiva, se puede afirmar que las fluctuaciones ciclicas segrtn los neocl~sicos son debi­ das a factores extraecon6micos, en terminos generales. Concretamente, para Jevons (56), las causas - de las fluctuaciones ciclicas son las siguientes: (55) Vid. Marshall, A.: Principles of Economics, Mac­ millan,Londres 1961. (56) Jevons, W.S.: On the study of Periodical-- Fluctuations, Investigations in Currency and Fi-­ nance, Kelley,Nusa York, 1964, pAgs. 1-11. -240- a) Los cambios operados en el sol, con apari­ ci6n de manchas solares. b) Variaciones climAticas inesperadas. c) Diluvios universales. d) Malas cosechas. su teoria de los ciclos estA, pues, dentro de las extraecon6micas (o ex6genas) de carActer fisico. Segrtn Pigou (57) que tampoco creia en las - - fluctuaciones ciclicas como una regularidad del siste­ ma de economia de mercado, si alguna vez se producfan, eran debidas a factores psicol6gicos que determinaban fases alternativas de pesimismo y optimismo, siendo su teoria del grupo de las extraecon6micas de tipo psico- 16gico. Sin embargo, entre los neoclAsicos, hubo al~ nos que pensaban que podrian existir fluctuaciones ci- (57) Vid. Pigou, A.C.: Industrial Fluctuations, Mac mi llan, Londres, 1929. -241- clicas, debidas a factores econ6micos, a6n cuando no - creian que fueran una regularidad en la evoluci6n del sistema econ6mico. Asi, Hawtrey (58) y Fisher (59), -­ sostenian que las fluctuaciones ciclicas eran debidas, respectivamente, a las variaciones en la cantidad de - dinero, y a las variaciones en los precios, rompi~ndo­ se los equilibrios fundamentales entre oferta y deman­ da de dinero o en el sistema de precios; eran sus teo­ rias, pues, de carActer econ6mico, y dentro de ellas,­ de -~as pertenecientes al grupo de las "discrepancias - monetarias" ( 60). (58) Vid. Hawtrey, R.G.: Trade Depressions and the Way out, Longmans, Londres 1933. (59) Vid. Fisher, I.: Booms and Depressions: some­ first principles, Adelphi,NuevaYork, 1932. (60) La aportaci6n pionera entre las teorias de las -­ discrepancias monetarias se debe a c. Juglar - -­ (1819-1905), para qui~n las fluctuaciones coyunt~ rales eran debidas a la emisi6n de papel moneda - en defecto (o en exceso), provocando contraccio-- · nes (o ampliaciones) indiscriminadas de la deman­ da de cr~dito. A medic camino entre las teorias - reales y monetarias de las disparidades esta la - debida a K. Wicksell (1851-1926), que explica las fluctuaciones ciclicas como consecuencia de las - discrepancias entre el tipo de rendimiento de la inversi6n y el tipo de inter~s de mercado. Una -­ teoria posterior, perteneciente al grupo de las - disparidades monetarias,es la debida a Hayek, que piensa que las fluctuaciones coyunturales son de­ bidas a la ruptura del equilibria fundamental en­ tre el ahorro y la inversi6n, como consecuencia - de las intervenciones en el mercado monetario. -242- SCHUMPETER Para Schumpeter (61), las fluctuaciones cicl! cas tienen su origen en las innovaciones que hacen va­ riar los beenficios a trav~s de sus efectos en las ex­ pectativas ernpresariales, tratAndose, por tanto de una teor!a econ6rnica (end6gena) perteneciente al grupo de las de "las discrepancias reales", pues las variacio-­ nes en los beneficios provocan una ruptura de los equ! librios fundarnentales en el sector real de la econorn!a (62). Segdn este econornista las fluctuaciones ciclicas (61) Vid. Schumpeter, J.A.: Business Cycles: A Theore­ tical, Historical, and Statistical Analysis of de Capitalist Process, Me Graw-Will,tondres,1964, y Capitalisrno Socialisrno y Dernocracia, Aguilar, Ma­ drid, 1968. (62) SegUn Evans, esta teor!a del ciclo estar!a dentro de las que ~1 denornina "Teor!as de la oferta", se gUn las cuales los factores principales que afec= tan al desarrollo de la actividad econ6rnica son - las fluctuaciones en los costes, en los benefi- - cios yen la distribuci6n (Evans, op. cit. pag. 328). -243- se producen del siguiente modo: - 1 Q - En primer lugar, la fase de recupera-­ ci6n del ciclo se inicia a trav~s de las innovaciones, que tienen como sujeto activo el empresario, que es la persona capaz de aprovechar las oportunidades de inno­ vaci6n. Estas innovaciones pueden ir en una o varias - de las siguientes direcciones: a) introducci6n de nuevos productos b) introducci6n de nuevos m~todos de produc-­ ci6n c) ganancia de posiciones nuevas en un sector d) descubrimiento de nuevos recursos producti vos e) apertura de nuevos mercados. - 2Q - En segundo lugar, el empresario innova dor obtiene una serie de beneficios sobre los demAs, - aprovechando las oportunidades de inversi6n que se le brindan por ser el primero que inicia el proceso, ya que vende al mismo precio que los demas pero produce con unos costes mAs bajos que le proporciona la innova ci6n. -244- - 32 - En tercer lugar, el triunfo de esa pri mera innovaci6n produce una serie de efectos en cade-- na: a) surgen muchos imitadores b) mejoran las expectativas generales de los empresarios c) aumentan los beneficios d) se produce una prosperidad econ6mica gene­ ralizada. En este momento la economia se encuentra si-­ tuada en un punto alto del ciclo: en pleno auge. - 42 - A continuaci6n, y en cuarto lugar, la imitaci6n de los innovadores agudiza la competencia, y hace que los primitivos innovadores ya no obtengan t~ tos beneficios como en un principio, cuando la situa-­ ci6n no se habia generalizado. La economia se encuen-- 1 tra en la fase recesiva del ciclo. - 52 - En este momento, disminuyen fuertemen­ te los beneficios con lo cual cesan las oportunidades • -245- de innovaci6n, cesa la inversi6n, y el desarrollo se - detiene, entrando la economia en una situaci6n de cri- i J sis generalizada: es el punto bajo del ciclo, o fase - depresiva. - 6Q - En sexto lugar, mantiene Schumpeter, - que el caso general es una vuelta al equilibria medi~ te lo que denomina PROCESO DE DESTRUCCION CREADORA, -­ que consiste en la eliminaci6n de las empresas d~biles I y vi~jas y en la total asimilaci6n de la innovaci6n. - Una vez restaurado el equilibria se establece una eta- ' I f pa propicia para una nueva ola de innovaciones y una - repetici6n del ciclo. I j KEYNES La incapacidad de la teoria neoclAsica de pr£ porcionar una explicaci6n vAlida a la crisis de 1929 , I y de plantear soluciones acertadas para salir de la -- 1 misma, hizo que se explorasen nuevos campos te6ricos , a fin de buscar una teoria que esplicase adecuadamente l el funcionamiento del sistema econ6mico y proporciona­ i se los instrumentos necesarios para analizar los ci- - clos econ6micos. -246- En este ambiente surgi6 la "Teoria General de Keynes" donde el autor explica, entre otras cosas, las t I fluctuaciones ciclicas: la causa fundamental de las -- 1 · I · mismas para Keynes (63), son las propias fluctuaciones de la actividad inversora, provocadas por las modifica I ciones de las expectativas empresariales. Su teoria se sitda por tanto dentro del grupo de las teorias econ6- micas de las discrepancias reales, pues las fluctuacio nes se producen por la ruptura del equilibrio econ6mi- l co fundamental entre oferta y demanda agregadas. Veamos como se producen las distintas fases - del ciclo segdn Keynes: 1) En primer lugar la fase de recuperaci6n del ciclo se inicia con un aumento de 1 la inversi6n. 2) En segundo lugar, a medida que aurnenta la (63) Vid. Keynes, J.M.: Teoria general de la ocupaci6n el inter~s{!y el dinero,-F.C.E. M~xico 1958, y Ma­ ttie, P.: Marx et Keynes, Gallimard, .Paris 1972. -247- inversi6n, aumenta la producci6n y aumenta la renta na I cional. La econom!a llega al punto alto del ciclo: el auge. 3) Pero, la renta o bien se dedica al consume, I i o bien al ahorro. A medida que aumenta la renta, se -- consume menos proporcionalmente y se ahorra m~s. 4) En cuarto lugar, si el consume disminuye - proporcionalmente, desaparece el incentive para inver­ tir al no ser capaz la sociedad de consumir todo lo -­ que produce (y al ser la inversi6n la que aumenta la - producci6n), con lo cual parte del ahorro se atesora , no se invierte. La economia entra en la fase recesiva del ciclo. 1 5) A partir de este memento, la inversi6n di~ I minuye fuertemente, con lo cual disminuye la produc- - ci6n, aumenta el paro y entramos en una situaci6n de - crisis econ6mica, o lo que es lo mismo, alcanza el p~ I I I I to bajo del ciclo: la depresi6n. ! 6) La situaci6n de crisis desaparece y comien za un nuevo ciclo con un aumento de la inversi6n, de - modo que si el Estado est~ dispuesto a invertir, donde -248- y cuando los inversionistas privados no quieran, por-­ que no obtendrian beneficios apreciables, esta inver-- 1 i si6n prtblica relanzaria la producci6n y el sistema sa! dria de la crisis. Como quiera que el Estado no opera con Animo de lucro esto te6ricamente puede hacerlo y - es la soluci6n Keynesiana al problema de las crisis. OTRAS TEORIAS NES CICLICAS EXPLICACION ACTUAL DE LAS FLUCTUACIO- Nos quedan por analizar algunas teorias poli­ ticas del ciclo econ6mico coyuntural y ias teorias for males. Las denominadas teorias politicas, situan el I origen de las fluctuaciones en decisiones de orden po- litico, por lo que estas teorias son consideradas por I algunos autores como de carActer extraecon6mico; sin - embargo, como quiera que esas decisiones politicas son I de carActer econ6mico, hay otros autores que se incli- , j ' nan a considerarlas como de carActer end6geno; para n2 sotros ~ste es el lugar que deben ocupar. Dos son las -249- teorias politicas mAs importantes del ciclo econ6mico, I que suministran, por su modernidad, una explicaci6n ac I i - tual de las fluctuaciones ciclicas: la de Kalecki (64) I y la debida a Nordhaus (65). De acuerdo con Kalecki, una politica de aumen d (.,bl . ' . ! d G b. .t. to el gasto pu 1co 1n1c1a a por el o 1erno en ~poca de crisis con el fin de solucionar el problema del de~ empleo, puede iniciar una fase ascendente del ciclo; - si la politica tiene ~xito se solucionarA en parte el problema del paro pero se relanzarA.la inflaci6n (se - acepta implicitamente el trade-off inflaci6n-paro), -­ con lo cual los grupos industriales presionar~ al Go­ bierno para que inicie una politica de reducci6n del - gasto p6blico, comenzando la fase descendente del ci-- i clo. Este proceso se repetir:fa en el tiempo y daria lu- I I gar a un nuevo ciclo, y asi sucesivamente. En resdmen, (64) Vid. Kalecki, M.: Political aspects of full em-­ ployment, en Selected Essays on the Dynamics of ~ the Capitalistic Economy, Cambridge, 1971. J (65) Vid. Nordhaus, L.: The Political Business Cycle , en The Revue of Economic Studies, nQ 130, 1975. -250- segdn Ialecki, la politica de gasto p~blico es la cau­ l sante de las fluctuaciones ciclicas, a tra~s de la -- presi6n politica de los grupos econ6micos! Para Nordhaus, el proceso es sustancialrnente parecido, pero no fija exactamente la causa de las - - ; I fluctuaciones en las variaciones del gasto p~blico, si no en lo que ~1 denomina "miopia politica". Aceptado - I I tambi~n el trade-off inflaci6n-paro, piensa Nordhaus I que trAs unas elecciones el Gobierno, en cumplimiento de sus promesas electorales, puede iniciar una politi- I ca antiinflacionista que traerA como consecuencia un - p·aulatino aurnento del desempleo; a lo largo de la le-­ gislatura, el Gobierno puede cambiar su politica econ6 ! mica situando, ahora, su objetivo prioritario en la lu cha contra el paro, y aunque esta politica no !ogre re bajar la tasa de desernpleo a niveles menores de los del comienzo de la legislatura, en el pr6ximo periodo electoral prometerA de nuevo una politica antiinflaci£ nista debido a la ''miopia politic a" que supone no juz- 1 gar adecuadamente el problema del desempleo. La reite- raci6n de estas politicas, conduce (de acuerdo con - - Nordhaus) a ciclos econ6micos coyunturales que coinci­ den con los ciclos politicos o de legislatura. -251- Las teorias formales (66) que se distinguen - por el rigor matemAtico empleado en las mismas, fre- 1 cuentemente mediante la utilizaci6n de modelos econ6mi I cos, son las que suministran una explicaci6n actual de I J tipo econ6mico de las fluctuaciones coyunturales, fre~ te a la explicaci6n tambi~n actual, pero de tipo poli- 1 I tico, suministrada por las teorias anteriores. Dos son , las teorias mAs representativas de este grupo: la· de - Samuelson (67) y lade Hicks (68). (66) El pionero de este tipo de teorias del ciclo fue Ragnar Frisch (1933). Por esa misma ~poca, cons-­ truyeron modelos matemAticos del ciclo, Kalecki - (1935) y Timbergen (1935). I (67) Vid. Samuelson, P.A.: Interactions Between the-­ ~!ultiplier Analysis and the Principle of Acceler~ tion, en Readings in Business Cycle Theory, Ameri can Economic Asociati6n, Filadelfia 1944, y del - mismo autor, Lessons from the current economic e~ pansion, en American Economic Revue, Mayo 1974. (68) Vid. Hicks, J.R.: Real and monetary factors in economic fluctuations, en The New Inflation and - Monetary Policy, Macmillan, Londres, 1976. -252- Samuelson construye un modelo real en el que explica las fluctuaciones ciclicas como consecuencia - I de las interacciones entre el multiplicador. y el acele ' -rador de la inversi6n (de ahi que a su teoria de los - ciclos se la denomine "del Multiplicador~Acelerador"). Las principales deficencias de su modelo son, por una parte, que no tiene en cuenta el sector monetario de - I la economia y por otra, que genera fluctuaciones expl£ si vas en la rent a, al estudiar las oscilacio'nes coyun­ turales independientemente de la senda de crecimiento econ6mico. Para obviar estos inconvenientes Hicks, cons­ truy6 un modelo de crecimiento con fluctuaciones, bas~ do en el modelo de crecimiento de Harrod-Dommar; el mo do incluye un sector monetario, tiene en cuenta las in teracciones multiplicador-acelerador y no genera fluc­ tuaciones explosivas en el nivel de actividad debido a la introducci6n de dos limites o techos (de ahi que su teoria se denomine"de los techo~'), uno superior y otro inferior, que segrtn ~1 se dan en la realidad si se ob­ serva la 1 evoluci6n coyuntural de la actividad econ6mi- ' ' ca: el limite superior corresponde a la renta obtenida por la utilizaci6n plena de los factores productivos - (que impide las oscilaciones explosivas hacia arriba), y el limite inferior corresponde a la renta generada - -253- cuando el producto de la inversi6n aut6noma por el mu! tiplicador tiende a cera (que impide las oscilaciones explosivas bacia abajo). Las explicaciones actuales de las distintas - fases del ciclo coyuntural, son suministradas, funda-­ l mentalmente, por las teorias de Samuelson y Hicks; de i j acuerdo con ellas, las fluctuaciones ciclicas son deb! das a una se~ie de movimientos autogenerados que se -­ pueden resumir del siguiente modo: I a) Los movimientos acumulativos.- Se dan en la recuperaci6n y en la recesi6n y son debidos a los siguientes factores: La inversi6n tiende a provocar movimientos acumulati i ~ vos de la renta en el sentido de la actividad prodU£ I tiva {positives en la recuperaci6n y negatives en la 1 I recesi6n). · Las expectativas empresariales, provocan tambien es­ tos movimientos acumulativos en la renta, positives en la recuperaci6n y negatives en la recesi6n, depe~ diendo de si estas expectativas son optimismas o pe- -254- simistas. b) Final de los movimientos acumulativos.- En la ~ltima parte de la recuperaci6n, se llega al - pleno empleo de los factores productivos, lo cual ha I ce muy dificil aumentar la producci6n. El pleno em-- ' I pleo es pues el £reno a la recuperaci6n, poniendo -- fin a los movimientos acumulativos de esta fase, lle gAndose asi al punto alto del ciclo: el auge. En la ultima parte de la recesi6n, se llega a un pu~ to en que la inversi6n aut6noma tiende a cero, con - \ lo que ya no es posible hacer disminuir mAs la acti- vidad econ6mi~a. La inversi6n "nula", pone fin a los I \ movimientos acumulativos de esta fase, y se llega -- asi al punto mAs bajo del ciclo: la depresi6n o cri- 1 sis. c) Cambio de sentido del ciclo.- - Al llegar la economia al auge, en situaci6n de pleno f empleo de los recursos, la renta tiende a estabili-- ! I -255- zarse, con lo cual disminuirA la inversi6n y la eco­ nomia entrarA en la fase recesiva. Al llegar la economia al punto mAs bajo del ciclo (depresi6n o crisis), donde la inversi6n aut6noma I . ' tiende a cero, los empresar1os comienzan a pensar en invertir de nuevo, por lo menos para reponer sus - existencias de capital, y esta inversi6n genera un - proceso acumulativo de aumento de las rentas, con lo cual comienza la recuperaci6n. 2.4.b) El marco de referencia.- El coyunturalista no debe poseer unicamente - I el conocimiento mAs actual sobre el funcionamiento ci- clico de la acti vidad econ6mica; necesi ta conocer, ade I mAs, las lineas generales de funcionamiento de la eco- nomia con el fin de tener presentes, a la hora de lle­ gar a realizar sus anAlisis, las interrelaciones mAs - important~s que se producen en el sistema econ6mico S£ I bre el que opera: en definitiva necesita un marco de - referencia con el fin de armonizar e integrar las in-­, formaciones procedentes de los indicadores coyuntura---- I les utilizados. Con el fin de que la Teoria econ6mica -256- sirva de guia a sus anAlisis, el coyunturalista debe-­ ' ria poder disponer de un modelo macroecon6mico de fun- cionamiento de la realidad econ6mica; sin embargo,la- . I . real1dad cont1nuamente cambiante impuesta por la cri-- sis y la p~rdida de habilidad de la teoria econ6mica - para explicar esa realidad, hacen dificil la especific~ ci6n te6rica del modelo y mucho mAs aun su estima- - -­ ci6n econom~trica, por lo cual no puede servir como marco de referencia para el anAl isis coyuntural, al me · I d. · d nos m1entras permanezcan las .actuales con 1c1ones e - crisis e inestabilidad. Teniendo en cuenta que el obj~ tivo del anAlisis coyuntural es hacer un balance de la situaci6n actual de la actividad econ6mica, determin~ do sus causas y estableciendo predicciones consisten-­ tes sobre su evol~ci6n futura a corto plazo que po 1 sibl liten la oportuaa toma de decisiones pol1tico-econ6mi­ cas, y considerando que la actividad econ6mica es visi ble mediante la comprensi6n del Producto Interior Bru-, to, en ultima instancia el coyunturalista debe anali-- zar esta macromagnitud fundamental. Ahora bien, por -­ una parte, el Producto Interior Bruto no puede ser an~ lizado directamente en el corto plazo, ya que no exis­ ten indicadores mensuales sobre su evoluci6n (a lo su­ mo son trimestrales), y por tanto a su comprensi6n se llega a trav~s de indicadores indirectos de los que I I ! existe registro estadistico mensual; por otra parte - -257- estos indicadores indirectos se refieren a los compo-- 1 nentes del Producto Interior Bruto, por lo cual el anA I T lisis del PIB debe realizarse a trav~s de los indica-- ' \ I I ! dores indirectos de sus componentes: estas considera-- 1 I I . I ciones nos hacen sustentar la idea de que el marco de referencia indicado debe estar compuesto por las inter I j relaciones entre las distintas variables macroecon6mi- ' 1 ! cas que intenta prever y entre los sectores real y mo- l . I l netar1o de la economia que son visibles, fundamental-- ! mente, a tra~s de la consideraci6n de los componentes del Producto Interior Bruto desde las tres 6pticas de la oferta, la demanda y la distribuci6n y desde los puntos de vista real y monetario. Los elementos del marco de referencia son - ~ pues los siguientes: a) El primer elemento estA compuesto por el - I I cuadro 1, que contempla los agregados del producto in- terior bruto por el lado de la demanda. -258- EL PIB POR EL LADO DE LA DEMANDA CUADRO 1 1. Consumo privado nac:ional (c. p.) 2. Consumo p~blico (c.p.) ..•....•.... 3. Formaci6n bruta de capital (I) ......• ; 3 .1 . Nblica .•.... 3.2. Privada ..... . 3.3. Variaci6n en existencias .. 4. ( 1 +2+3). Demand a interna .......... . 5. Importaciones de B. y S. (M) •.•.•.• 6. Exportaciones de B. y S. (X) •.•.••. 7. ( 6-5). Demand a externa .......... . 8. (4+7). Producto Interior Bruto a p.m. (Y a p.m.) ... Terminos Terminos reales Precios ~onetarios Fuente : Elaboraci6n propia -259- Este cuadro nos suministra las interrelacio-- nes de las macromagnitudes que componen el PIB, por el lado de la demanda,y nos conducen a la ecuaci6n econ6- mica fundamental: Y (a p.m.) C + I + X - M Con este cuadro se podrian hacer simulaciones de distintas politicas econ6micas, ante la ruptura de los equilibrios interne o externo. b) El segundo elemento del marco de referen~ I I cia estA constituido por el cuadro 2, que contempla I los agregados del PIB, por el lado de la oferta. I -260- EL PIB POR EL LADO DE LA OFERTA CUADRO 2 Terminos Terminos reales Precios Monetarios 1 • Valor aiiadido por el sec tor prima-- rio (V A ) ........ p 2. V.A. Sector secun- dario (VA ) ...... s 3. V.A. Sector tercia rio ( V At) ....... 4. (1+2+3). PIB a c. f. (Y a c.f.) . .... Fuente : Elaboraci6n propia Este cuadro nos suministra la contribuci6n -­ de los distintos sectores a la formaci6n del Producto Interior Bruto al coste de los factores, siendo: Y (ac.f.) -261- Este cuadro debe completarse considerando las variaciones de la productividad, a fin de contar en el marco de referencia con elementos que nos ayuden a si­ tuar la economia en lo que se refiere al nivel de em-­ pleo. Teniendo en cuenta que Y (a c .f.) tenemos que Poblaci6n ocupada Productividad x Poblaci6n ocupada _ _y_i~-~f.:l __ , con lo que Producti vi dad conocida la Poblaci6n Activa podemos determinar el Des empleo y la tasa de paro, tanto globalmente como a ni- vel de sectores. El segundo elemento del marco de refe I \ rencia quedar:f. a tal como figura en el cuadro 2 bis. I -262- • EL PIB POR EL LAOO DE LA OFERTA Y EL EMPLEO CUADRO 2 BIS T~rminos T~rminos reales Precios monetarios 1 • V.A. por el sector primario (VA ) .. p 2. V.A. por el sector secundario (VA ) . s 3. V.A. por el sector terciario (V At) .. 4. (1+2+3) PIB a c.f. (Y a c.f.) ....... A. Poblaci6n acti va •• B. Poblaci6n ocup~ da ............... c. Desempleo . ....... D. Tasa de paro . .... Fuente : Elaboraci6n propia -263- Con este cuadro pueden hacerse sirnulaciones -­ de politicas de ernpleo, en base a consideraciones de - productividad, salaries e inflaci6n. c) El tercer elernento del marco de referencia, I estA constituido por el cuadro 3, que conternpla los di versos cornponentes del PIB, por el lado de la distrib~ ci6n. Es usual presentarlo en forma de distribuci6n -­ del Producto Nacional Neto al coste de los factores, - que norrnalrnente corresponde a lo que se entiende por - Renta Nacional. -264- EL PIB POR EL LADO DE LA DISTRIBUCION CUADRO 3 T~rminos T~rminos reales Precios monetarios 1 • Remuneraci6n de los asalariados (W) .... 1 • 1 • sueldos y sa- larios netos .. 1 • 2. Cotizaciones a 1 a Seguridad - Social ........ 2. Excedente neto de explbtaci6n (EN) ... 3. ( 1 +2) Producto Na- cional Neto a c.f. (R N) .............. Fuente : Elaboraci6n propia Este cuadro suministra la forma en que se di~ tribuye el producto entre los factores que intervienen -265- en el proceso productive de tal modo que, El tercer elemento del marco de referencia, - permite la simulaci6n de politicas econ6micas (funda-­ mentalmente de rentas y redistributivas), si se consi­ deran ademAs los elementos de anAlisis suministrados - (con respecto al empleo y ala productividad), por el cuadro de oferta. Los tres elementos analizados en a), b) y c), constituyen el marco de referencia adecuado para el -­ anAlisis coyuntural, pero son ~tiles sin embargo las - siguientes consideraciones adicionales: 11) -Los distintos elementos que conforman el marco - de referencia se integran entre si teniendo en cuenta las regularidades siguientes: -266- Y (a c.f.) Y (a p.m.)- Impuestos indirectos + + Subvenciones RN Y (a c.f.)- Amortizaciones +Rentas netas del Resto del Mundo Los impuestos indirectos (Impuestos ligados a la producci6n e importaci6n) y las subvenciones (sub-­ venciones de explotaci6n), se obtienen considerando la cuenta de explotaci6n de las empresas que figura en el cuadro 4. -267- EMPRESAS: CUENTA DE EXPLOTACION CUADRO 4 T~rminos T~rminos reales Precios monetarios 1 • V.A. Bruto (a p.m.) .......... 2. Subvenciones de explotaci6n ....... (1 +2) RECURSOS ....... 3. Remuneraci6n asalariados ....... 4. Impuestos ligados a la producci6n e importaci6n ....... 5. Excedente bruto de explotaci6n .... (3+4+5) EMPLEOS ...... Fuente : Elaboraci6n propia Las Amortizaciones (consumo de capital fijo) se obtienen de la cuenta de ingresos y gastos de las - -268- empresas que figura en el cuadro 5. EMPRESAS: CUENTA DE INGRESOS Y GASTOS CUADRO 5 1. Excedente brute de explotaci6n 2. Otras rent as y transferencias (1+2) INGRESOS ...... . 3. Impuestos sabre la renta y el patri- monio ............ . 4. Rentas de la pro­ piedad y de la em­ presa (a la Ad. Pub a las familias y al resto del Mundo) .. 5. Transferencias .... (3+4+5) GASTOS ...... . (1+2) - (3+4+5) Ahorro brute 6. Consume de capi- tal fijo ......... . (1+2) - (3+4+5) - 6. Ahorro neto ......... . T~rminos reales Fuente Elaboraci6n propia T~rminos Precios monetarios -269- Las rentas netas del resto del Mundo se ob- - I .tienen de la Balanza de Pagos, que figura en el cuadro 6. BALANZA DE PAGOS CUADRO 6 Ins:resos Pas:os Sal do 1 • Balanza de Mere anc i as . .. 2. Balanza de Servicios (excepto las rentas) .... 3. ( 1 +2) Balanza de Bienes y Servicios (excepto - rentas) ................. 4. Rentas de inversi6n . .... 5. Rentas del trabajo . ..... 6. Transferencias . ......... 7. (3+4+5+6). Balanza por cuenta corriente ........ 8. Balanza de Capital a largo plazo ............. 9. (7+8). Balanza BAsica . .. 10. Balanza de Capital a cor to plazo ............. 11 . (9-10). Variaci6n de reservas ................ Fuente : Elaboraci6n propia -270- 2!) - La demanda externa, que figura en el cuadro del I i PIB por el lado de la demanda (cuadro 1), se obtiene- mediante el anAlisis de la Balanza de I y concretamente del saldo neto de la I I y Servicios (excluidas rentas). Asi, Pagos (cuadro 6) Balanza de Bienes I pues, la Balanza i de Pagos I economia supone el necesario nexo de uni6n entre la j nacional y el Sector exterior y su estudio es fundamental para el ~Alisis coyuntural, ya que la de­ manda externa es un elemento transmisor de las oscila­ ciones ciclicas; es fundamental el anAlisis de los dis I tintos saldos, sobre todo el Saldo de la Balanza Co- - rriente que sirve para medir la capacidad o necesidad I de financiaci6n de la economia de un pais y su grado - I de dependencia financiera del Resto del Mundo, median- te la consideraci6n de la ecuaci6n fundamental, trans­ formada del siguiente modo: I. Y C + I + X - M , de donde X - M = (Y - C) - I A (Ahorro) - I I 3!) - El Presupuesto Monetario-Balance consolidado del -271- sistema crediticio, que figura en el cuadro 7, sirve - para interrelacionar, por una parte la economia nacio~-, nal con el sector exterior a trav~s de la variaci6n de reservas (posici6n exterior del Banco de Espana), y por otra parte los sectores real y monetario de la ec2 nomia nacional, ya que la disponibilidad de "cr~di to - interne" (fundamentalmente de cr~dito al sector priva­ do), ejerce influencia fundamental en la actividad eco n6mica real yen la evoluci6n de los precios,que son­ el puente entre los sectores real y monetario. . -272- PRESUPUESTO MONETARIO CUADRO 7 1 . Posici6n exterior del Banco de Espana . .......... 2. credito interne disponible . ..................... 2.1. Credito al sector pl1blico . ................. 2.2. credito al sector privado . ................. I ! ! 2.3. Otras inversiones .......................... j 3. ( 1 +2) ACTIVO . ................................... 4. Disponibilidades liquidas . ...................... 5. Bonos y c~lulas ................................. 6. Otros recursos .................................. I 7. (4+5+6) PASIVO . .......... " ...................... Fuente : Elaboraci6n pro pia -273- En ausencia de un modele econom~trico, por -- 1 las circunstancias ya senaladas, pensamos que el marco I de referencia aqui analizado es' un instrumento opera- 1 tivo para el anAlisis coyuntural en los actuales momen tos por las siguientes razones: En primer lugar posibilita la convergencia de los - enfoques estructural y coyuntural. r En segundo lugar estA en consonancia con la elec- - I ci6n de la estrategia sintomAtica como la mAs ade-- cuada para el anAlisis coyuntural en la actual eta­ pa de crisis. En tercer lugar, permite la simulaci6n (en sentido amplio) de distintas politicas econ6micas, a6n sin contar con un modele econom~trico. En cuarto lugar, es el marco natural de la estrate- 1 gia globalizada que, como hemos dicho, revoluciona- rA el anAlisis a corto plazo en un pr6ximo futuro - en cuanto se desarrolle y generalice la trimestrali I zaci6n de las cuentas nacionales. -274- 3. INSTI'IU'IDS ESPECIALIZADOS EN EL ANALISIS COYUN'IU-­ RAL Desde principios de siglo, y como consecuen-­ cia de la creciente importancia del anAlisis econ6mico a corto plazo y del inter~s por las fluctuaciones de - la actividad econ6mica, han venido surgiendo institu-­ ciones especializadas en la elaboraci6n de anAlisis co yunturales (~9). En 1917 se fund6 asi, en la Universidad de -- 1 j Cambridge, Massachusetts, el Harvard Univ~rsity Comrni- 1 ttee of Economic Research; en 1919 surgi6 en Nueva-- York el National Bureau of Economic Research, dirigido I por Mitchell, qui~n, con sus Business Cycles (1913) h~ bia realizado una labor precursora en este campo. En - I Alemania, hacia mediados de 1925 se fund6 el Institut (69) Di Fenizio, F.: Diagn6sticos, predicciones y polf tica coyunturales, Torno I, Bosch, Barcelona 1969, pAgs. 23 y siguientes. I -275- fUr Konjunkturforschung, dirigido por Wagemann, otro investigador eminente de los problemas coyunturales. De esta forma, antes de la segunda guerra mundial exist!an institutes para investigaciones sobre la co-­ yuntura en Gran Bretafia, en los Estados Unidos, en - - Francia, en Austria, en Hungr!a y hasta en la URS$ para las particulares necesidades de esta econom!a de direc ci6n central. Los centros de investigaci6n de la coyuntura pueden clasificarse, de hecho, con arreglo a diversos cri terios··. Un primer criteria se basa en el sistema o -­ sistemas econ6micos estudiados. Tenemos as! institucio nes para el estudio de la coyuntura de carActer "nacio nal" o de carActer "internacional". Son tipicamente internacionales, por ejemplo, las oficinas de estudio de la coyuntura afectas a la - Comunidad europea del carb6n y del acero, y a la Comu­ nidad Econ6mica Europea, que tienen su sede en Bruse-­ las. Por otra parte, pueden considerarse nacionales -- ' los institutes para el estudio de la coyuntura que tr~ tan de obtener diagn6sticos referentes s6lo al sistema econ6mico que precisamente los ha fundado. Por ejemplo, -276- el National Bureau of Economic Ressearch de Nueva York se ocupa particularmente de diagn6sticos referentes a I f la economia americana. El Deutsches Institut fUr Wirts j schaftsforschung de Berlin se ocupa de forma especifi- ca de la economia de la Rep~blica Federal Alemana; el Institut National de la Statistique et des ~tudes ~co­ n6miques -INSEE- de Paris, de la economia francesa; - mientras que el Instituto Nazionale per lo Studio de-- l lla Congiuntura (ISCO) de Roma sigue con particular - I atenci6n la economia italiana. Un segundo criterio de clasificaci6n distin­ gue estos institutos de investigaci6n de la coyuntura en pdblicos y privados. Son p~blicos, por ejemplo, los institutos de la coyuntura que operan en Noruega, Sue­ cia, Holanda y Austria. Es una instituci6n privada, -­ por el contrario, el National Bureau of Economic Re- - search. En fin, otro criterio dtil de distinci6n es - el siguiente: existen instituciones que se ocupan de diagn6sticos coyunturales referentes al sistema econ6- mico considerado como un "todo", mientras que otras, - sin prescindir de las relaciones existentes entre el - sistema econ6mico y un sector particular del mismo, se ocupan de una s6la rama de la acti vidad: la agricul tu- -277- ra, la industria siderdrgica, etc. El National Bureau of Economic Research puede clasificarse en el primer grupo, y otro tanto puede decirse del ISCO italiano. Corresponden, en cambio, al segundo grupo los institu­ tes para el estudio de la situaci6n coyuntural del c~ b6n y del acero que operan, por ejemplo, en Essen (Al~ mania}, o las oficinas especiales de la CECA. Hoy dia los institutes que se dedican a inves I tigaciones coyunturales son, en todo el mundo, varios centenares. AdemAs, ac~an con frecuencia conjuntamen­ te. Entre los institutes europeos, por ejemplo, se - - constituy6 en 1956 -gracias especialmente al Profesor Dumontier del INSEE de Paris y al Profesor Friedens­ burg del Insti tuto de Berlin una asociaci6u especial la Association d'Instituts Europ~ens de Conjuncture - Economique, con sede en Lieja, y que rertne peri6dica-­ mente a los principales exponentes d.e los insti tutos europeos, con la finalidad de facilitar la discusi6n de los m~todos de anAlisis de la actividad econ6mica , el exAmen de la evoluci6n coyuntural europea y el anA­ lisis de las formas de integraci6n europea en sus rela ciones con la coyuntura ec~n6mica. Merecen especial menci6n, por su influencia - en la econom!a mundial,dos instituciones que realizan -278- estudios coyunturales a nivel internacional: la OCDE y el FMI. TrAs la segunda guerra mundial, los institu-­ tos de investigaciones coyunturales se han multiplica- ; do. Los mAs importantes de los existentes en Europa -- son los siguientes: Alemania. 1.- Arbeitsgemeinschaft deutscher wirtschaftswissen- - schaftlicher Forschungsinstitute, de Bonn. 2.- Deutsches Institut fur Wirtschaftsforschung, de -­ Berlin. 3.- Hamburgisches welt - Wirtschafts - Archiv, de Ham­ burgo. 4.- Institut fur Weltwirtschaft, de la Universidad de .Kiel. 5.- Institut fur Wirtschaftsforschung (IFO), de Mu- -­ nich. -279- 6.- Rheinisch-Westfallisches Institut fur Wirtschafts­ forschung, de Essen. I Austria. 1.- Oesterreichisches Institut fur Wirtschaftsfors-- - chung, de Viena. (WIFO). B~lgica. 1.- Banque Nationale de Belgique, de Bruselas. 2.- Institut de Recherches Economiques et Sociales (IRES), de Lovaina. Dinamarca. 1 .- Oekonomik Forskningsinstitut (Konjunkturforsknin-­ gene), de Odense. 2.- Denmarks Statistik, de Copenague. Finlandia. 1.- Liiketalonstieteellinen Tutkimuslaitos, de Helsinki. -280- Francia. 1.- Bureau d'Information et de Pr~visions Economiques (BIPE), de Paris. 2.- Centre ~Observation Economique de la Chambre de -­ Commerce, de Paris. 3.- Centre de Recherches pour !'Expansion de l'Econo-­ mie (REXECO), de Paris. 4.- Fondation National des Sciences Politiques (Servi­ ce d'Etudes de l'Activit~ Economique), de Paris. 5.- Institut des Sciences Economiques Appliqu~es - - - (ISEA), de Paris. 6.- Institut National de la Statistique et des Etudes Economiques (INSEE, Secci6n Conjuncture et Etudes Economiques), de Paris. 7.- Service des Etudes Econ6miques et Financi~res - -­ (SEEF), de Paris. 8.- Societ~ d'Etudes et de Documentation Economiques , Industrielles et Sbciales (SEDEIS), de Paris. -281- Grecia. 1.- Institut d'~tudes ~conomiques et industrielles. I I Gran Bre t aiia. 1.- Federation of British Industries, de Londres. 2.- National Institute of Economic and Social Research, de Londres. Irlanda. 1.- Confederation of Irish Industry. 2.- Economic and Social Research Institute. Italia. 1 .- Insti tuto Nacionale per lo studio della Congiuntu­ ra (ISCO). -282- Luxemburgo. 1.- Service d'Etude et de Documentation du Minist~re des Affaires Economiques, de Luxemb~rgo. j J Noruega~ 1 .- Socialokonomist Institut, de la Universidad de Os- 1 I lo. 2.- Statistisk Sentralbyra. Paises Bajos. 1 .- Central Bureau voor de Statistiek, de La Haya. l 2.- Central Planning Bureau, de La Haya. 3.- Niederlandisches Statistiches Zentralamt, de La-- ' Hay a. I 4.- Nederlandsch Economisch Instituut, de Rotterdam. -283- suecia. 1 .- Konjunkturinstitutet, de Estocolmo. suiza. 1.- Institut ftir Wirtschaftsforschung, de ZUrich. - -­ (ETII) • Yugoslavia. 1.- Ekonomiski Institut, de Zagreb. I 2.- Institut za Spolju trgovinu (Foreing Trade Research Institute), de Belgrade. Espana. No existen institutes especializados, pero -­ hay diversos organismos que realizan estudios coyuntu­ rales. Destaquemos, -284- 1 .- El Servicio de Estudios del Banco de Espana. 2.- La Direcci6n General de Previsi6n y Politica Econ6 . . I . mica del M1n1ster1o de Economia y Comercio. \ 3.- El Ministerio de Industria. -285- 4. BIBLIOGRAFIA BALINKY, A.: La economia politica de Marx, Paidos, -­ Buenos Aires, 1971. BANQUE NATIONALE BELGE: Principes et rn~thodes des en-­ quetes de conjoncture de la Banque Nationale, Bulletin de la BNB, Bruselas, Abril, 1969. BOSCHMAN, CH.: The phase-average-trend (PAT): a new-­ way of measuring economic growth, NBER, 1978. BOX, G.E.P. y JENKINS, G.M.: Time series analysis, fo­ recasting and control, San Francisco, Holden Day, 1970. BURNS, A.F.: Ciclos econ6rnicos, Enciclopedia Interna-­ cional de las Ciencias Sociales, Torno 2, Aguilar, Bil­ bao, 1974. CHRIST, C.F.: Modelos econorn~tricos agregados, Enciclo -286- pedia Internacional de las Ciencias Sociales, Torno 7, Aguilar, Bilbao, 1974. DIDIER, M.: Les projections ~conorniques d'ensernble, -­ PUF, Paris, 1979. 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La utilidad de las distintas series para el analisis coyuntural: Consi- deraci6n prActica .....................•.. pag. 369 4. Bibliografia ..•....•..................... pAg. 382 -297- CAPITULO TERCERO EL TRATAMIENTO DE LAS SERIES CRONOLOGICAS Y SU UTILI­ ZACION EN EL ANALISIS COYUN'IURAL 1 . INTRODUCCION Se llama serie temporal o cronol6gica "a un - ·· conjunto de datos ordenados en el tiempo, procedentes normalrnente de observaciones tornadas a intervalos re~ I lares" (1). Nosotros nos vamos a referir a las series temporales de datos econ6micos. Una serie cronol6gica i de datos econ6rnicos se puede definir como la sucesi6n de valores que toma una magnitud econ6mica de defini-­ ci6n constante, a lo largo del tiernpo. Estas magnitu-- (1) Tintner, G.: Series temporales (Aspectos Genera-­ les), Enciclopedia Internacional de las Cienr.ias - Sociales, Torno 9, Aguilar, Bilbao, 1974, pag. 563. -298- des pueden medir, segdn el caso, stocks (efectivos de una poblaci6n en particular, e~ valor de un inventario, I .•. medidos en una fecha dada) o flujos (ndmero de acontecimientos, tales como nacimientos o muertes, in­ tensidad de un fen6meno como la producci6n, la export~ ci6n, ... medidos durante un periodo dado). Pueden ser absolutas, y entonces se expresan en la unidad que con venga para los stocks, en unidad/periodo para los flu­ jos (el producto interior bruto espaffol es por ejemplo de 20 billones de pts/affo), o bien relativas, y se ex­ presan entonces en forma de indices, elementales o abs tractos, sin dimensi6n, entendi~ndose que se debe pre­ cisar, entonces, la fecha que sirve de base para el in dice. La frecuencia o periodicidad con que se mide dicha magnitud obliga a distinguir las series diarias {por ejemplo: cambios de bolsa, tarifas, ... ), semana- les {precios de productos alimenticios, ... ), mensua-- l les (indices de precios, de producci6n, ... ), trimes-- trales (indices de salarios, cr~ditos a la economia) , -299- anuales (renta nacional, ... ) (2). Nos ocuparemos fun­ damentalmente de las series cronol6gicas mensuales, -­ que son las mAs frecuentemente utilizadas en el anAli­ sis coyuntural. Se puede transformar siempre una serie de pe­ ; riodicidad dada en una serie de periodicidad distinta, I -sustituyendo un conjunto de medidas por su media - -- (aritmetica simple, como mas frecuente). La observa-­ ci6n de la misma serie, segdn que se considere bajo -­ una forma u otra, da lugar a distintas interpretacio-- nes. La forma de trabajar con las series cronol6gi cas es distinta, seglin se trate de un "coyunturalista" o de un estructuralista o "con table nacional". El - (2) Las periodicidades mas cortas que un dia (segundo, hora) 0 mas largas que el affo (lustro, siglo, etc) interesan mAs a otras disciplinas que a la econo-­ mia (fisica, medicina, climatologia, astronomia, - etc.). -300- contable nacional compara la media de un aflo con la -­ del aiio anterior: trabaja "media sobre media". El coyunturista busca la caracteristica de la pendiente (tasa de incremento o de disminuci6n, referi da al 'ano) del fen6meno estudiado en el transcurso del periodo m~s reciente.se interesa por el "perfil coyun­ tural". Ahora bien, en el momepto en que la serie pr~ sente el menor cambio de pendiente en el curso de dos anos sucesivos que se est~n comparando, a fortiori si presenta una "inversi6n coyuntural" (pendiente positi­ va a continuaci6n de una pendiente negativa, 6 vicever sa), el di~logo entre los dos colegas puede aparecer - I incomprensible ante el profane. En efecto, su aprecia- ci6n particular sobre el mismo ano es totalmente dife- i rente. Por ejemplo: una "media sobre media" igual a-- 100 (base 100 del aiio anterior) caracteriza, a un con­ table nacional, un affo de estabilidad. Para el coyunt~ I I rista, sin embargo esta estabilidad puede tambi~n co-- ' \ rresponder a un ano de fuerte expansi6n despu~s de un ano de recesi6n, o a un ano de recesi6n a continuaci6n de un afio de fuerte expansi6n. I Se puede comprender, al ver estos ejemplos, - -301- que el coyunturista caracteriza un affo por la compara­ ci6n diciembre s/diciembre del ano anterior, en tanto que el contable nacional compara la media del aflo con la media del aflo anterior. El primero tiene en cuenta 12 meses, el segundo 24. I Un caso particularmente importante en este asunto es el de la previsi6n para el aflo siguiente, que se presenta en las postrimerias de cada afto cuando I el Gobierno publica las previsiones de sus servicios - econ6micos especializados. Lo que suelen hacer los politicos en estos c~ I sos es pedir a sus servicios especializados una serie de cAlculos con respecto a una variable (o varias) si~ nificativas en la que se mezclan, tasas de crecimiento I media s/media, con tasas de crecimiento diciembre s/d~ ciembre. Esta mezcolanza de las dos medias (media s/ media y diciembre s/diciembre), no es correcta, yes - utilizada por los politicos para dar una imAgen err6-- l I nea de lo que estA sucediendo y hacer la politica eco- n6mica que les conviene. -302- No se trata de decir que el cAlculo de "media I sobre media" sea err6neo. Es, evidentemente, exacto y / I tiene una gran importancia. Lo que es err6neo es utili I zar el resultado para obtener conclusiones sobre la -­ / tendencia coyuntural, reciente o futura. En resUmen, cuando se compara la media del ano con la media delano n-1, I el resultado depende tanto de lo que ha pa­ sado en n-1 como en n; - el resultado no da ninguna indicaci6n sabre I I , el comportam1ento del fen6meno para el afio I n. Una vez diferenciada la forma de operar del - "coyunturalista" y del "estructuralista" y antes de -- • I I proceder al anAlisis de las distintas transformaciones a que debe ser sometida una serie cronol6gica con el - \ I objeto de realizar un buen ejercicio de coyuntura, es I necesario conocer una serie de a~pectos que se refie-- ren a lo que verdaderamente representan las estadisti- , I cas econ6micas disponibles, ya que este conocimiento - puede 1 evit~ imprecisi~nes en el diagn6stico de una de -303- terminada situaci6n coyuntural. Los aspectos a que nos I referimos son los siguientes: I i 12) - El coyunturalista debe conocer la rela- •• I I I ci6n existente entre las estadisticas disponibles y -- i ~ las correspondientes variables que las mismas represe~ tan: en este sentido cabe distinguir, por una parte, - ( I . 1 las estad!st1cas que representan directamen~e a las va L I ; riables objeto de anAlisis (como son las referentes al l Comercio Exterior), y por otra las que se refieren a - . i I I indicadbres indirectos de las variables en cuesti6n -- (como pueden ser "las ventas en grandes almacenes" co­ mo indicadores del con~uko privado). En todo caso es ~ I . . absolutamente necesar1o poseer un conocim1ento exacto de la fidelidad de la estadistica en cuesti6n: esta fi delidad depende, en las estadisticas que miden indirec I tamente las variables econ6micas en estudio, del grado de bondad que presenten los contrastes de fiabilidad - entre ambas (en el caso de Espana, por ejemplo, los -- t \ ajustes realizados entre la serie de opiniones empres~ . I I • I r1ales referentes a la cartera de ped1dos y la serie - . I I correspondiente del Valor Afladido en la Industria, pre l- . 2 . . b sentan un R super1or al 0,9 por 100 s1n em argo, - I los ajustes entre la serie del antiguo indice de inver si6n aparente en el Sjctor Construcci6n , y la serie - -304- correspondiente de inversi6n en construcci6n, presen-­ tan un R2 inferi~r a 0,7); tanto en las es~adisticas - "directas" como en los indicadores indirectos, su gra- / l ( j do de fidelidad depende de factores tales como el dise ,- no de la estadi.stic~ en cuesti6n (las estadi.sticas fi- ! I nancieras del Boleti.n estadi.stico del INE, presentan - l l I I l un disefio inadecuado), o la metodologia empleada en su ,. elaboraci6n (es patente la falta de rigor metodol6gico J de la estadi.stica espanola de ventas en grandes almace I nes). 22) - El segundo aspecto que debe conocer y - • I. j I valorar el coyunturalista es el proced1m1ento de elab2 raci6n de las estadisticas en cuesti6n, para deducir I del mismo algunas caracteristicas importantes que le I ayudar~ a no cometer errores de diagn6stico en sus I I anAlisis: en este sentido cabe hablar de estadisticas I absolutamente viciadas en su procedimiento de elabora- 1 ' ci6n (este es el caso, en Espana, de la Estadis~ica ._ t. ! ' Trimestral de Salaries que obtiene valores absurdos al I : centrarse exclusivamente en grandes empresas), de esta ' I I I I I - di.sticas obtenidas por el procedimiento de encuestas - l 1 I (este es el caso de las estadisticas que se deducen de I la Encuesta de Poblaci6n Activa) que introducen un de- ' t terminado sesgo a tener en cuenta por el coyunturalis- -305- ta, o de estadfsticas obtenidas mediante registros que introducen un sesgo distinto a los anteriores 'y q~e ob I \ i i - viamente tambi~n debe ser considerado por el coyuntura I I - lista (como en el caso de la estadfstica espab.ola de paro regi'strado, que no es representati va del paro - I I { "real" debido a que no acuden a las Oficinas de Empleo todos los parados). 32) - Una vez examinados los aspectos refere~ tes a la fidelidad y el procedimiento de elaboraci6n -, de las estadfsticas disponibles, el coyunturalista de- ' i be saber juzgar sobre la validez de las mismas: esta - L ; validez depende de la metodologfa empleada 'en su eiabo raci6n,pudi~ndose hablar en este caso de estadfsticas I I I definitivamente inservibles para el anAlisis coyuntu-- 1 ral, como sucede con la estadfstica espanola de ventas I I en grandes almacenes al estar referida solamente I . a c1n co grandes almacenes y seis grandes ciudades,yal no te I I ner en cuenta que parte de las variaciones del fndice I ' I se producen por la apertura de nuevas sucursales con - I . • • '6 d 1 f' . I d la cons1gu1ente amp11ac1 n e las super 1c1es e ven-- 1 I tas, anadi~ndose a ello que tiene su base en el aflo -- \ I 1 963. Por otra parte existen estadfs tic as bien concebi I T das, pero que'experimentan una p~rdida de validez debi do a la obsolescencia de sus bases (como sucede, con - l I -306- el indice de precios al por mayor que tiene su base en I 1 1955 y que aun sigue publicAndose a pesar de la recien J I te sustituci6n del mismo por el nuevo indice de pre- - I l ; cios industirales), o a la £alta de reelaboraci6n meto f I dol6gica que necesariamente deberia hacerse (como suce de con los indices de precios de Comercio Exterior) y I I L no se hace. Otro hecho que invalida determinadas esta- disticas es su inadecuado diseno,que impide poder uti­, lizarlas con fines de anAlisis econ6mico al estar con J I cebidas en su origen con criterios burocrAtico-adminis I i I ~ trativos (esto sucede con las estadisticas financieras que el ±NE publica en su Boletfn mensual de Estadisti­ ca). 42) - Otro aspecto, no menos importante que - f i los anteriores, es la periodicidad de la estadistica - l I I \. en cuesti6n y la fecha de su publicaci6n. A los efec-- d I ..c. • • J df . . . tos el an~11s1s coyuntural, las esta st1cas ut111za- i I das deben ser de carActer mensual en la medida de lo - J posible y, a lo sumo,de carActer trimestral para algu- nas variables especificas (como el grado de utiliza- - I I I ci6n de la capacidad productiva en el caso de Espana), pero son inutiles a los efectos del anAlisis a corto - plazo estadisticas fundamentalmente fiables 1 y vAlidas •. I / pero que tienen un carActer cuatrimestral, semestral o I I -307- anual. Por otra parte, adn cuando se trate de estadis- 1 I ticas mensuales, el coyunturalista debe conocer y ana- l t lizar el desfase en la publicaci6n de las mismas,ya -- 1 l . I que un excesivo retraso puede conducir a la elabora- - I I ci6n de anAlisis de coyuntura referidos a un perfodo - . ' ya pasado lo que no presenta ningdn inter~s (este es - \ I el caso de la mayorfa de las estadisticas del Sector I I j I J Transporte en Espana, cuyo excesivo retraso en su pu-- ' 1 blicaci6n las invalida para el anAlisis econ6mico a -- corto plazo). 5~) - El quinto aspecto que debe analizar el ; coyunturalista es el nivel de agregaci6n de las esta-- ' I disticas disponibles. En este sentido un nivel de agr~ gaci6n excesivo, no tenido en cuenta por el coyuntura- . I I lista, puede conducirle a cometer importantes errores d . 6 . d d I . d · "6 I en el 1agn st1co e una eterm1na a s1tuac1 n coyuntu I - ral y I en la consiguiente predicci6n (en el caso del I~ dice de Precios al Consumo, l l en cuenta que corresponde a por ejemplo debe tenerse - I un conjunto de agregados , I I a fin de poder imputar a cada grupo la responsabilidad I . \ que le corresponde en lo referente al nivel de infla-- l \ ci6n en un determinado momento). 6~) - Por ultimo, antes de someter a trata- - l I -308- miento adecuado a las series cronol6gicas, el analista I debe tener en cuenta: I a) Que la serie sea suficientemente larga (una estadi~ I I tica cuya serie comienza a elaborarse no puede ser I sometida a ning6n tratamiento hasta que haya pasado un tiempo que\ 1J haga utilizable para el an~lisis coyuntural. b) Que la serie sea homogenea. En este sentido los con i I - tinuos cambios metodol6gicos en la elaboraci6n de I . una estadistica, provocan rupturas en la serie si no se establecen los "enlaces" necesarios, lo que fa convierte en inutil para los ejercicios de coyu~ tura. c) Tambi~n debe tener en cuenta las deficiencias exis- 1 I I I tentes en el aparato estad1stico-econ6mico que sum! nistr~ los datos, referfdos 1 a la interrupci6n en la I I publicaci6n de un indicador sin ser sustituido por otro equivalente, a los vacios estadisticos existen I - tes en algunos sectores, y ala falta de transparen I - cia de algunas estadisticas econ6micas, cuya difi-- • • i • I ' cultad para consegu1r1as puede 1nduc1r a pensar que estas no exis~en. I -309- Una vez conocidos los aspectos anteriores re­ ferentes a la representatividad de las distintas se- - I \ \ ries estadisticas disponibles, teniendo en cuenta que I l una serie temporal puede descomponerse en cinco compe- l nentes (cicle, tendencia, estacionalidad, componente - . . d . d . £ 1 d ) i (. d' 1rregular y acc1 entes 1 ent1 1ca os , se esta en 1S- posici6n de pasar revista a las distintas transforma-- 1 I ciones a que debe ser sometiqa la misma, dependiendo - I I . I de los componentes que interese conservar al coyuntur~ lista, de acuerdo con los objetivos que persigue: el - tratamiento de las series cronol6gicas para su utiliza I - ci6n en el anAlis.is coyuntural es el objeti vo fund amen I I- tal del presente capitulo. I -310- 2. EL TRATAMIEN'IO DE LAS SERIES 'IEMPORALES Normalmente, el coyunturalista se interesa -- 1 I 1 I sobre todo por el "perfil ciclico" de las series con - ! I L I i, • I el fin de realizar el anAlisis ciclico que es el obJe- . . . I } ; tivo bAsico de los eJerc1c1os de coyuntura. Para ello ! j I eiimina de la serie to.dos sus componentes excepto el - f I ciclo; sin embargo el anAlisis coyuntural no debe dete I nerse en el anAlisis ciclico, sino que sus objetivos - \ I I } deben ir mAs lejos: el coyunturalista debe realizar ---- I I tambi~n el anAlisis tendencial, para lo cual elim1na - I l de la serie todos los componentes excepto la tendencia, y el anAli~is ciclo-tendenci~, para lo cual elimina de t i : la serie todos los componentes excepto el ciclo y la - I I l I tendencia. A continuaci6n'se van a examinar distintos I 1 m~todos para eliminar los diversos componentes de la - ) I "serie bruta" con el fin de que la in£ormaci6n asi "re finada" sirva al analista para su objetivo de realizar un buen ejercicio de coyuntura econ6mica. La observaci6n econ6mica se hace mediante la recepci6n constante de las informaciones, que tienen - ! I que cornpararse, con las informaciones anteriores del· - . I II m1smo tipo. El primer paso a respetar en cada ocasi6n es el de no contentarse con las cifras absolutas y re- I I I -311- lativas, por muy sofisticadas que sean, sino obligarse a representar la informaci6n recibida sobre un grAfico cronol6gico, en donde nos habrAn de interesar, funda-­ mentalmente, las variaciones relativas. Considerando una serie cualquiera, podemos a posteriori, segdn una distinci6n clasica, analizar la evoluci6n de la misma como la resultante de cuatro fe- n6menos (3): - La tendencia a largo plazo o trayectoria -- el ciclo coyuntural (Ct). -las variaciones estacionales (Et). - los hechos no identificados, que determinan la marcha de la serie en forma de "dientes de sierra" (It). (3) INSEE: Etudes et conjoncture, quinzieme annee, nQ 4, PUF, Paris, Abril 1960, pag. 310. -312- Algunas series pueden presentar un quinto componente que recoge determinadas irregularidades fA­ cilmente detectables: ' I los accidentes identificados (At). Este anAlisis es relativamente fAcil, a post~ 1 : riori. Pero cuando el acontecimiento es incierto, el - I I . dltimo dato de la ser1e no puede compararse mAs que I . I l con los que le preceden y no con los que le s1guen. To ; \ I I I da la t~cnica, y tambi~n la habilidad, de los coyuntu- ristas tiene por objeto eliminar los accidentes, los I l I j azares y las variaciones estacionales, de manera que - no se ~onserve en un primer momento de' la "serie bru-­ ta" mAs que lo notable del ciclo y la tendencia a lar- ' 1 I go plazo, que los americanos han unido bajo el nombre , I I de tendencia-ciclo, o ciclo-tendencia (4). Con estas - \ transformaciones el coyunturalista puede realizar el - \ I (4) Vid. Fisher, F.M.: A Priori Information and Time­ Series Analysis: Essays in Economic Theory and Me~ suremente, ~or~h-Holland Publishin~. Amsterdam, - 1962 .I I l f -313- anAlisis ciclo-tendencia. Si, una vez aqui, de~ea rea­ lizar anAlisis tendencial debe proceder a eliminar el componente ciclico, y si realiza anAlisis ciclico ( su f ' objetivo bAsico) debe elirninar la tendencia. Aunque tarnbi~n tratarernos de los aspectos ma­ temAticos de al~xnos de los rn~todos empleados, que tie ' i i nen gran parentesco, en raz6n de la naturaleza peri6di I' I ca de los fen6menos estudiados, con los de la fisica - { I ! ondulatoria, es conveniente, al misrno tiempo hacer al- gunas.indicaciones sabre los procedirnientos utiliza-­ dos ( 5). Lo importante es, por supuesto, comprender -­ ' que en estas materias, no hay unos m~todos mejores que otros segdn los casas, sino simplemente m~todos adapt~ (5) Para expos1c1ones mAs rigurosas, Vid: I - Calot, G.: Cours de statistique descriptive, Du- nod, Paris, 1965. I I I I -Kaufman, G. y Grosboillot, J.L.: La Pr~vision ~conomique A court terme, Dunod,l Paris ,I 1'96'8. I i -314- dos a tal o cual serie y respaldados por la experien-­ cia. En particular, la cuesti6n de saber si los cinco fen6menos distinguidos anteriormente se forman por ad! ci6n o por multiplicaci6n (o por una combinaci6n de am bos) no se resuelve mAs que por la observaci6n de cada serie y el contraste de los diferentes "modelos" posi­ bles. 2.1. Eliminaci6n de los accidentes identificados (Atl El elemento mAs fAcil de separar es, evident~ mente, el ultimo: accidentes identificados (6); los m~ todos para hacerlo sorP simples, inc ius~ 'simplistas: p~ ra hacer "como si" los accidentes identificados no hu­ bieran tenido lugar, los instrumentos privilegiados -- (6) Este componente recoge las irregularidades de la­ serie perfectamente identificadas al ser fAcilmen­ te detectables: una huelga general en el sector in dustrial, por ejemplo, en un mes n provoca una - : irregularidad en el Indice de Producci6n Indus- -­ trial que se califica como "accidente identifica-­ do". -315- son la interpolaci6n y la regla de tres. Con la prime­ ra, suponiendo que se dispone de una representaci6n - \ f grAfica de la serie, se unen simplemente mediante seg- ' t ! I mentos rectilineos los puntos que encuadran el punto - ' I aberrante debido al accidente en ~uesti6n; eso supone . I I i . admitir que, en ausenc1a del accidente, las cosas ha-- l . brian evol~cionado de £6rma regular (7). Con la segun- da,un poco'ma~ ambiciosa y que supone una informaci6n 1.. J • mas rica, se intenta restablecer en la deb1da propor-- ci6n lo que habria sido el resultado si las cosas hu-­ bieran sido ''normales". Por ejemplo, si se conoc!a la proporci6n de los d!as de huelga en un mes dado, resta (7) Esta t~cnica equivale a eliminar en la serie, el - valor correspondient~ al accidente identificado y su~tituirlo por la media de los valores dorrespon­ dientes a las observacioneg colaterales. I -316- blecer proporcionalmente la producci6n del mes (8). Un caso particularmente importante y sistem~­ tico de este tipo de correcci6n es el de la duraci6n - de los meses y los dias laborables. En efecto, estA -­ ' claro que para todos los flujos (por ejemplo, nacimie~ tos, producci6n, exportaciones) el resultado es, a gro I I I - so modo, proporci6nal a la duraci6n de la observaci6n. Y el mes noes unidad de tiempo ffja (9). Hace falta , entonces, calcular la intensidad de estos fen6menos -- 1 por dia, dividir por el n~mero de dias del mes conside rado y multiplicar esta intensidad por el n~ero de -­ dias del mes "stardard". Para los fen6menos en los que I (8) En este g~nero de correcciones, como en los si­ gui~ntes, no se trata de negar el acontecimiento , sino de restatilecer la continuidad de la curva pa­ ra poder analizar la pend~ente. (9) Observemos que, igualmente para el ano, la adi­ ci6n de un 29 de febrero ~ada 4 aftos aumenta la du raci6n del afio en cerca del 0'3 %, lo que noes despreciable, comparado con las variaciones usua-­ les de un aflo sobre otro. -317- se incluyen los domingos (nacimientos, producci6n de - los altos hornos, por ejemplo), se cuenta enero con 31 L I 1 dias y febrero con 28 (6 29). Pero para los que supo-- 1 nen un ritmo semanal, conviene referirse al ndmero de dias laborables, a reserva de informarse de las costum I ; \ bres en la actividad considerada, (por ejemplo el dia de la semana que se libra, las fiestas, etc.). En los \ I m~todos mAs sofisticados, por ejemplo, para las ventas de los grandes almacenes, se suele atribuir un coefi-- . i ' i c1ente a cada dia de· la semana y se lleva el "peso" de cada mes de calendario a un mes standard. 2.2. Eliminaci6n de los hechos no identificados (Itll Nivelaci6n de la serie.- El conjunto de los hechos no identificados de una serie Xt se denominan componente irregular (It). - c. l El componente irregular estA constituido, pu~s, por -- 1 una especie de "caj6n de sastre" que incluye las. vari~ ciones de la serie, cuyas leyes nos ~on desconocidas ; I ; I con frecuencia a dicha componente, que dificulta el C£ rrecto diagn6stico de la situaci6n en que se encuentra la economia, se la denomina componente residual. I Para quitar a una serie su aspecto ca6tico, - -318- para nivelarla como se dice, el m~todo mAs simple con­ siste en colocarla en media m6vil. Se llama asi a una medi~ del ~ltimo valor y de los que le preceden. Por - ejemplo, en la media m6vil de 3 meses (M/3 en el len-- 1 guaje de los coyunturistas) frecuentemente utilizada, . . b I se sust1tuye la ser1e ruta de los valores mensuales - i sucesivos enero, febrero, marzo, abril, mayo, etc., -- ' por la serie de las medias M/3 (enero + febrero + mar- zo), despu~s M/3 (febrero + marzo + abril), a continua t ci6n M/3 (marzo + abril +mayo), etc. Es necesario en esta prActica el centrar el resultado, es decir, atri- ' L buirlo al mes central de tal modo que la serie de las medias m6viles pase por medic de las crestas y simas - de la serie bruta. El no centrado de estas medias, que suelen ser aritm~ticas, suele ser fuente de errores y I I puede hacer absolutamente incorrecto el procedimiento. I La media m6vil es un caso particular de lo que los fisicos de los fen6menos 1 ondulatorios llaman­ un filtro (10). Es lo mismo que un filtro lineal, como lo seria toda media ponderada, combinaci6n lineal (de (10) Asi, los radio-electricistas filtran las modula-­ ciones recibidas para separarlas de los parAsite~ y los ruidus que las interfieren. · I I -319- primer grado) de los valores sucesivos. La nivelaci6n exponencial, t~cnica mAs elaborada, que dA al resulta­ do mAs reciente el peso mAximo, es el nombre que se -- ; ' aplica a una media ponderada cuyos coeficientes decre- cen, volvi~ndose hacia el pasado, segdn una progresi6n geom~trica. Volviendo a las medias aritm~ticas simples, - observamos que las medias establecidas sobre un nUmero impar de meses tienen el m~rito d~ poder centrarse en un mes, y no entre dos; y que cuanto mAs .larga es la media utilizada, mAs plana es la serie obtenida pero mAs antiguo es el mes central: una media movil "retra­ sa" tanto mAs cuanto que se lleva sobre mAs de un mes. Hay m~todos rigurosos que permiten, se~1n las caracteristicas te6ricas de una serie, decir cual es - la longitud 6ptima de la media m6vil, lo que concilia de la mejor manera la ventaja de la nivelaci6n y el i~ conveniente del retraso. Para dar simplemente una idea intuitiva, supongamos que sea una serie tal que, sist~ mAticamente, un "pun to alto" sucede a un "pun to bajo" y a la inversa, con amplitudes comparables. EstA claro en este caso que la curva de las medias m6viles sobre 2 meses que une los puntos medios de los segmentos su­ cesivos es una excelente nivelaci6n. -320- La utilizaci6n de las medias m6viles para la correcci6n de la irregularidad de las series cronol6-­ gicas se basa en una importante propiedad de este fil­ tro, cual es que la aplicaci6n de las medias m6viles conduce a una serie que tiene una varianza menor que la serie original, como consecuencia de la suavizaci6n de las variaciones de la componente irregular. Efecti­ vamente: Sea la serie Xt = Tt + ct + Et + It , donde no se considera At , por estar ya eliminado tal como - se explic6 anteriormente. I' t Si consideramos It , resulta en general: Aplicando la media m6vil a It resulta: p ~ 2p+1 i=-p It (siendo la longitud de la se­ rie = 2p + 1). -321- p E (I' ) = E ( t 2p+1 p L:: i=-p 1 ---2p+1 ~ip E(It)=O Var(I' t)= __ 1;....._,_2_ (2p+1) p ~ i=-p Comparando ambas varianzas: ()2 2p+1 2p + 1 ~ 1 , de donde: como queriamos demostrar (11). (11) Hoyo, J. del : Desestacionalizaci6n de se- -- ries temporales, Investigaci6n de la coyuntura, M. de Industria, Madrid 1975, pAg. 72. -322- Entendido esto, reconocemos que el observa- - , I , dor econ6mico todavia prefiere las series que son "na- turalrnente" lisas y no tienen necesidad de artdficio - l . alguno. (Por ejernplo, las series obtenidas por las en- cuestas de coyuntura son mAs f~ciles de interpretar -- ' que el indice de la producci6n industrial, mAs ca6ti-- co). Antes de interpretar cualquier resultado de una­ serie cronol6gica, es fundamental verificar el cornpor­ tamiento habitual de la serie, es decir, la importan-­ cia de los sucesos que presenta en relaci6n a la serie I I - I \ correspondiente nivelada. Aunque no fuera mAs que por esta raz6n, es indispens~ble el grafico ~ara varios -­ affos, tambi~d denornin~do grAfi~o de sdperposici6n (12). Una vez eliminados At e It , la serie recoge ~nicamente movimientos sistern~ticos del fen6meno econ6 l. \ (12) Un grAfico de superposici6n, consiste en unos ejes de coordenadas que presentan en abscisas los distiintos periodos interanuales en los que s4 han tornado datos de la serie cronol6gica correspon- - diente, y en ordenadas figuran los valores obserl vados de la variable .I -323- mico que representa, es decir queda reducida a la est~ cionalidad, la tendencia y el ciclo; se trata entonces I de eliminar el componente estacional (Et), para conseE var s6lamente el Ciclo (Ct) y la Tendencia o trayecto­ ria (Tt), componentes estos, que son los que interesan al coyunturalista. 2.3. Eliminaci6n de las variaciones estacionales (Etl Al observar urta serie temporal, lo primero que salta a lavista intuitivamente es, que presenta - un conjunto de movimientos que se repiten todos los aiios de forma "casi peri6dica": son las variaciones que llamamos estacionales y que hacen referencia a - - "una especie de movimiento c!clico intraanual". La "estacionalidad" es un t~rmino muy utiliza do pero del que raramente se da una definici6n preci-­ sa. Como senala Nerlove, (13), con dicho t~rmino se -- (13) Nerlove, M.: Spectral Analysis of Seasonal Adjus! ment Procedures, en Econom~trica, Vol. 32, nQ J, julio 1964, pAg. 241 a 285. -324- quiere hacer referencia a los movimientos "casi regu-- ' I I lares" que se observan en las series mensuales (14) -- dentro de cada ano. Este tipo de oscilaciones intra- - I anuales se da, en mayor o menor grado, en gran parte de las series econ6micas. No obstante, estas oscila-­ ciones no son perfectamente regulares; ahora bien, co- ' . I l mo observa Nerlove, es precisamente esta cercania a la regularidad sin llegar a ser perfecta, lo que hace di- r 1 ficil la definici6n de estacionalidad, ya que si tales oscilaciones intra-anuales fueron irregulares la esta- ' I I cionalidad no apareceria y si fueran perfectamente re- i gulares, la estacionalidad se definiria como tales re- gularidades. I Dado que, como hemos visto, la estacionalidad hace referencia a movimientos ciclicos intra-anuales , I Nerlove recurre al concepto del espectro para definir (14) La estacionalidad va referida a toda serie con pe riodol de observaci6n inferior al ano: trimestre ~ ~emana, dia, pero por ser las series mensuales -­ las mAs utilizadas en el anAlisis coyuntu~al, nog referimos a ellas. I -325- la estacionalidad como "aquella caracteristica de una i serie temporal que ocasiona unos picos en el espectro en las frecuencias estacionales" (15). Esta definici6n tiene el inco~venfenJe de referirse a una estacionali­ dad estacionaria y "en la li teratura no hay acuerdo sg_ bre si el aspe~to tendencial de la estacionalidad debe incluirse en la tendencia de la serie o en la estacio­ nalidad (16)". De modo que, siguiendo a Thomas; Wa-­ llis podemos definir la estacionalidad como "aquellos i ; movimientos intra-anuales y sistemAticos, aunque no ne cesariamente regulares, en las series temporales econ6 I micas que con frecuencia vienen causados por fen6menos , I no econ6micos, tales como los cambios climAticos y la I (15) Nerlove, M.: op. cit. pAg. 262. I (16) Espasa, A.: El problema de la desestacionaliza­ ci6n de las series econ6micas, Bo]etin de Estu­ dios Econ6micos de la UCD, nQ 101, Bilbao, Agos-~ to, 1977, pAg. 462. -326- regularidad de las fechas religiosas" (17), o vacacio­ nales en general. La caida de la producci6n durante las vacacio I nes de verano, el boom de las ventas en los grandes a! macenes durante diciembre, son ejemplos bien conocidos de estacionalidad. Las causas son el ciclo meteorol6g! co, que influye fundamentalmente sobre las produccio•­ nes agricolas y trabajos al aire libre (construcci6n y obras p~blicas principalmente) , el ciclo de las cos­ tumbres ligado ademAs al anterior (por ejemplo, vaca- ciones de verano y de invierno, comienzo del afio es- colar) y el ciclo de la reglamentaci6n administrati-­ va (pagos de impuestos en meses fijos, balance al fi-­ nal delano, ..... ). Estos fen6menos combinados de-­ terminan, en la casi totalidad de las magnitudes econ6 (17) Thomas, J.I. y Wallis, K.F.: Seasonal Variation­ in Regression Analysis, en Journal of the Royal - Statistical Society, Serie A, 1971, pAg. 57. -327- micas (18), una cierta regularidad anual, perfectamen­ te conocida por los especialistas de cada actividad p~ ro diffcil de sospechar para el profane. t Esta es la raz6n por la que la primera cosa - que debe hacer quien aborde el estudio de una serie cronol6gica bruta, tan suavizada como sea posible y exenta de sus accidentes identificados, es llegar a co nocer su comportamiento estacional confeccionando un - grAfico superpuesto de anos consecutivos, de forma que el tiempo marcado en las abscisas no corresponda mas - que a un ciclo anual rtnico: esto significa que se debe terminar la escala por la fecha en que se comienza; si se trata de un fen6meno mensual, se marcaran 13 meses, empezando y terminando en enero. Hacerlo de enero a di (18) Las rtnicas series absolutamente contrarias a la - regularidad estacional son los valores especulati vos y, principalmente, los cambios de la bolsa: = si existiera un alza estacional, serfa ya conoci­ da y crear!a una corriente compradora que la anu­ lar!a. -328- ciembre no reflejaria nunca el movimiento de diciembre a enero. Bastar~ haber tenido que buscar una s6la vez lo significative de una serie cronol6gica, para saber que las variaciones estacionales camuflan lo que se busca, induciendo a diagn6sticos equivocados. Seria ab surdo, por ejemplo, alarmarse por un crecimiento s~bi­ to de los gastos en diciembre, si cada affo el presu- - puesto dedicado a los regales de fin de affo es impor­ tante; 6 asombrarse de que el paro sea mas importante en marzo que en diciembre si esto se cumple cada affo . La verdadera cuesti6n radica en saber cual es el senti I do de la tendencia "teniendo en cuenta la ~poca". El objetivo del anAlisis de las series tempo­ rales econ6micas es separar sus movimientos sistemAti­ cos de las fluctuaciones irregulares. Los movimientos I ' sistemAticos de la economia -las seffales- revelan pa-- trones estacionales, movimientos ciclicos y tendencias a largo plaza. Las fluctuaciones irregulares -el rui-- 1 do- son un conjunto de acontecimientos errAticos rea-- les y de errores de medida. Conviene descomponer estes dos factores principales en sus componentes respecti-­ vos. La separaci6n de los componentes sistemAticos pr2 I porciona una base mejor para estudiar los factores cau -329- sales y predecir las variaciones de la actividad econ6 mica. En lo que respecta al factor estacional (Et), -­ hay muchos m~todos de desestacionalizaci6n de las se-­ ries cronol6gicas (19). Pero "todos se basan en la-- ' idea fundamental 'de que las fluctuaciones estacionales pueden medirse y separarse de las fluctuaciones de te~ dencia, ciclicas e irregulares. Para ello se estima el factor estacional y se lo elimina de las observaciones originales mediante sustracci6n, divisi6n o una combi­ naci6n de ambos procedimientos" (20). Los m~todos corrientes de desestacionaliza- - ci6n, incluidos los de vinculo relative y de razones a la media m6vil, se atienen a esta simple 16gica. El m~ (19) Para un estudio pormenorizado de los mismos Vid. Chatfield, C.: The Analysis of time series: Theo­ ry and Practice, Chapman and Hall, 1975, ~ Espas~ A, op. cit. ·pAg. 461 a 476. (20) Shiskin, J.: Series temporales: Desestacionaliza­ ci6n, Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Torno 9, Aguilar, Bilbao, 1974, p~g. ~ 1- 593. -330- todo de "vinculo relativo" lo introdujo en 1919 Warren M. Persons (21), de la Universidad de Harvard. El m~to do de las "razones a la media m6vil" fue desarrollado en 1922 por Frederick R. Macaulay, del National Bureau of Economic Research (22). El m~todo de las razones a I la media m6vil tiene las ventajas de medir con mayor - precisi6n los componentes y ser mAs flexible. AdemAs, permite el anAlisis de cada una de las sucesivas fa-­ ses del proceso de desestacionalizaci6n. Por estas ra­ zones lo han adoptado casi todos los equipos dedicados , I a la tarea de desestacionalizaci6n en gran escala, a - pesar de ser relativamente laborioso. Otro de los m~to dos para eliminar la estacionalidad es el "m~todo de - regresi6n" (23). (21) Vid. Persons, W.M.: An Index of Business Condi-­ tions, Review of Economics and Statistics, nQ 1 , aiio 1 91 9. (22) Vid. Macaulay, F.R.: The smoothing of Time Series, NBER,Nueva York, 1931. (23) Para una mejor comprensi6n de todos estos m~todos Vid. Shiskin, J., op. cit. pAg. 590 a 597. -331- 2.3.a) El m~todo del vinculo relative.- Este m~todo es el menos sofisticado y no sue- \ le emplearse a no ser que haya dificultad para obtener los coeficientes de variaci6n estacional, por falta de medios, en base al m~todo de las "razones a la media - m6vil", que es el mAs utilizado despu~s de ser probada su eficacia por el Bureau of Census americana. suele - descomponerse en tres subm~todos, de los cuales el de I mayor eficacia es el rtltimo al que nos referimos. Todos estos subm~todos, emplean las tasas de variaci6n sobre un ano antes (T~ 2 ), bien de la serie - de datos originales {primer subm~todo), bien de la se­ rie de diferencias entre cada dos meses consecutivos - (segundo subm~todo), o bien de la serie de medias m6~ les (tercer subm~todo). Todos estos procedimientos no nos dicen nada respecto a la tendencia de la serie puesto que la eliminan conjuntamente con la estaciona- 1 lidad; por otra parte esta eliminaci6n de la estacion~ lidad se realiza sin previa identificaci6n de la misma. Hay que hacer notar que es indispensable el adecuado - cent~ado de las tasas que,si bien hace que se pierdan seis meses de informaci6n, impide que el procedimiento sea incorrecto originando importantes errores de pro-­ n6stico; la ventaja que tienen los procedimientos deno -332- minados de vinculo relativo es que no necesitan de me­ dias informAticos (24). 1) £o!!!P,.er~ci6!! ,!!e! ,!!a_!o_d~ ~n_m~s.L. .S.O!! ~l_d~l !!!1-~m2 !!!.e~ ~e! ~2 ~,!eE,i.£r.:.. La reacci6n mAs sencilla para eliminar la es­ tacionalidad es, sin duda alguna, comparar el dltimo - resultado mensual conocido con "el correspondiente al mismo mes del aflo anterior". Este m~todo es muy simple y da, sin duda, una informaci6n dtil, pero no puede -­ dar ninguna indicaci6n sobre la tendencia actual, pue~ to que s6lo se refiere a la variaci6n registrada dur~ te los doce meses transcurridos y no durante los dlti­ mos. Supongamos un fen6meno continuo sin variaciones - I (24) Para una mejor comprensi6n de los problemas que - presenta el procedimiento del "vinculo relativo", Vid. Poveda, v. y Martinez, P.: El empleo de ta-­ sas de variaci6n como indicadores ciclicos, Banco de Espana, 1973. -333- estacionales: una variaci6n de + x % en doce meses pu~ de ser, por ejemplo, el resultado de un fuerte alza ~ del + 2x % hace once meses, seguido de un lento desce~ so durante los siguientes diez meses. Seria absurdo, para una buena comprensi6n del fen6meno en cuesti6n, aferrarse al signo positivo de la variaci6n en un affo. 2) 2.0!!ll'~~c!,6~ £e_l~ £i£.e!.e!!cia_d~ _!!n_m~s_s£­ £r~ ~l-~t~,rio£,_C£n_l~ £i£.e!.e!!cia_c£r!_e2_­ £0~die~t~ ~l_m!,s~o_p~r!o£o_d~l-~o-~t~--­ rior. Para intentar mejorar el procedimiento ante-- , l rior, se puede analizar la variaci6n de un mes sobre - otro, y de esta diferencia respecto al mes correspon-- . i d1ente del aflo anterior. Sin embargo, este m~todo tam- poco nos dice absolutamente nada sobre el sentido abso luto de la tendencia actual de la serie. Efectivamente, si en un determinado fen6meno econ6mico, se da un in-- ; I cremento positivo de la variaci6n sobre un aflo antes , ello puede significar, no un progreso real sino un des censo para el ultimo aflo observado, demostrando unica­ mente que el 111 timo movimiento es "menos malo"; id~nti camente, un descenso de esta variaci6n indica, unica-- -334- mente, una evoluci6n "menos buena" 6 "mAs mala" que la del ~ltimo aHo en ~poca similar. 3) f.O!Y>2;I'~c,!6!!, ~e_l~ ~e~i~ ~6~! .§_OE_r~ ~-af!o ..e?!e.§.. Una variante del procedimiento anterior con-­ siste en recurrir a la "media m6vil sobre un affo" (o a la suma m6vil sobre un affo) de la serie bruta, calcu-­ lando la media aritm~tica {6 la suma) de los datos br~ tos sobre el conjunto del affo transcurrido. Este proc~ dimiento es similar a1 anterior, y tiene todos los in­ convenientes. Observemos que si, como debe hacerse, se "centra" esta media m6vil de forma que afecte al re-­ sultado en la fecha mediana, tiene siempre seis meses de retraso sobre el dltimo resultado conocido. Es otra forma de decir que es inoperante para apreciar la ten­ dencia reciente, pero es el mejor m~todo de los consi­ derados hasta este momento. 2.3.b) El m~todo de las razones a la media m6vil: los coeficientes de variaci6n estacional (c.v.e.).- Si descartamos el uso de estos m~todos siapli.§. -335- tas, es precise recurrir a procedimientos m~s comple-­ jos que consideren la parte de la componente estacio-­ nal en la serie bruta identific~dola y elimin~dola . Estos m~todos se distinguen por el "modelo" matem~tico sobre el que se apoyan; s6lo la experiencia permite -­ probar qu~ m~todo conviene m~s a tal serie. Expondre-­ mos aqu1 los principios del m~todo utilizado m~s fre-­ cuentemente denominado de las "razones a la media m6-­ vil" (tambi~n denoininado "de relaci6n"), 6 de la "dif~ rencia en la media m6vil", segdn que el modelo b~sico sea multiplicative 6 aditivo. Fundamentalmente, este - procedimiento consiste en colocar a la serie en medias m6viles, y calcular la desviaci6n de la misma con res­ pecto a esa serie de medias m6viles, realizando poste­ riormente, para todos los meses con igual denominaci6n, una media de las desviaciones anteriormente obtenidas. Para elegir entre el modelo aditivo y el mul­ tiplicative, la cuesti6n radica en saber si la ampli-­ tud de las variaciones estacionales es, 6 no, sensibl~ mente proporcional al nivel del fen6meno en si: por -­ ejemplo, el desfase entre el ndmero de parades observ~ do cada aiio en el mes n y el "ndmero que se habria ob­ servado si no hubiera variaciones estacionales", el i!!_ cremento estacional en definitiva, es proporcional a - este rtltimo numero 6 es independiente de ~1. En el pri -336- mer caso, el mes n veria crecer el ntimero de parados , por ejemplo, en 20.000 cuando hay 200.000 y en 60.000 cuando hay 600.000. En el segundo, el desfase es el - mismo, cualquiera que sea el nivel absoluto del paro . Nada mAs que la experiencia puede intervenir en este debate, lo que nos hace volver a los grAficos super- - puestos. Si la regularidad es mejor en el grAfico semi ~logaritmico, se recurre al modelo multiplicative. Si conviene mAs el grAfico aritm~tico, se recurre al mod~ lo aditivo. En el 80 % de los casos, es el modelo multi-­ plicative (25) el que mAs conviene. Por ello, nos ate~ dremos ahora a ~1. Para la exposici6n del modelo aditi vo bastarA sustituir en su desarrollo la palabra rela­ ci6n por la palabra diferencia, coeficiente por desfa­ se y las divisiones por restas. (25) El modelo multiplicative es el aplicable normal-­ mente a series cuantitativas (p.e.: indice de pro ducci6n industrial) y el aditivo a series cuali: tativas (p.e.: cartera de pedidos). -337- El primer paso consiste en obtener una estim~ I ci6n de la tendencia y factores ciclicos mediante el - empleo de una sencilla media m6vil que combina 12 ci-­ fras mensuales sucesivas, eliminando asi las fluctua-­ ciones estacionales. Esta media m6vil recibe el nombre de "curva de tendencia-ciclo", ya que contiene virtual mente toda la tendencia y todos los movimientos cicli­ cos y s6lo algunos o ninguno de los movimientos esta-­ cionales e irregulares de los datos. La divisi6n de los datos brutos por la media m6vil da una serie de ra zones "estacionales-irregulares". Se obtiene entonces una estimaci6n del factor de desestacionalizaci6n para un mes dado promediando las razones estacionales-irre- ' gulares para ese mes durante cierto m1mero de ai'ios. Se supone que el factor irregular se cancela en el proce­ so de promedio. Finalmente, las observaciones origina- ; les se desestacionalizan dividiendo cada observaci6n - mensual por el factor de desestacionalizaci6n para el correspondiente mes. Este m~todo da una correcci6n es­ tacional multiplicativa; puede obtenerse una correc- - ci6n aditiva mediante un procedimiento anAlogo. Por el momento no es posible obtener por este m~todo una co-­ rrecci6n simultAneamente aditiva y multiplicativa (26). (26) Shiskin, J.: op. cit. pAg. 593. -338- MAs concretamente, este modelo multiplicative consiste en aplicar a cada mes del afio un coeficiente estacional que se suponga caracteriza el comportamien­ to habitual de ese mes en relaci6n a la tendencia co-- yuntural. Tenemos, en general: (A) coeficiente estacional es decir, dato corregido de las (B) variaciones estacio-­ nales. dato bruto dato corregido de las variaciones estacionales dato bruto coeficiente estacional El conjunto de los doce coeficientes estacio­ nales se ll~a perfil estacional. Al igual que para -­ los grAficos superpuestos, su representaci6n grAfica exige repetir al final el coeficiente estacional del principia. Los coeficientes estacionales se calculan se­ gdn el proceso siguiente. La f6rmula (A) parece inope­ rante puesto que se desconocen,. por hip6tesis, los da- -339- tos corregidos de las variaciones estacionales. De he­ cho, se actrta con ella por aproximaciones sucesivas: - se da una primera aproximaci6n de los datos c.v.e. -­ (27), que noes otra cosa que la media m6vil de 12 me­ ses centrada, y que, por lo tanto, empieza 6 meses mAs tarde y acaba 6 meses antes que la serie original. Se calculan para cada mes de cada afio las relaciones est~ cionales (f6rmula A). Si la serie es efectivamente es­ tacional y si se la han eliminado convenientemente los accidentes identificados (At) y el componente irregu-­ lar (It), las relaciones correspondientes a los mismos meses son del mismo orden de magnitud. Se las resrtme - en un valor medio calculado, por lo general, para red~ cir la importancia de los puntos aberrantes, excluyen­ do los valores extremes, y as! hasta los doce "prime-­ ros" coeficientes estaciones. La f6rmula (B) nos da -­ despu~s una segunda aproximaci6n de los datos c.v.e. que se nivela, en general, por una media m6vil, esta - vez sobre tres 6 cinco meses, lo que permite tener en ( 27) c. v .e. corregidos de variaciones estacionales. -340- cuenta cinco 6 cuatro de los seis meses dejados a un - lado, en la primera vuelta, al principio y al final de la serie. Y se vuelve a empezar. La experiencia demue! tra que el proceso es convergente y que una tercera -­ vuelta da unos resultados lo suficientemente pr6ximos a los de la segunda como para que aquella no sea nece­ saria, conservAndose y empleAndose la segunda serie de coeficientes estacionales, hasta una revisi6n de los - mismos. El m~todo de las razones a la media m6vil se ha programado para ordenadores electr6nicos y estA ge­ neralizado en todo el mundo. El primer programa de des estacionalizaci6n con empleo de ordenadores fue desa-­ rrollado durante 1954 por el U.S. Bureau of the Cen-­ sus. Poco despu~s se utiliz6 ampi~amente para series - nacionales en Estados Unidos, CanadA, paises de la - OECD, Jap6n y otros paises. Tambi~n lo han utilizado - muchas empresas privadas para desestacionalizar los -­ propios datos. El U.S. Bureau of Labor Statistics ado£ t6 un m~todo semejante en 1960, y por la misma ~poca­ se introdujeron otras adaptaciones en otros paises. -­ "El Banco de Espana, en sus estudios de series tempor~ les utiliza el m~todo de ajuste estacional denominado X-11, variante del utilizado por el Bureau of the Cen- -341- sus de los Estados Unidos, que presupone una estima- - ci6n de la tendencia y el ciclo" (28). Este mismo m~to do es utilizado por el INSEE franc~s. Las distintas variantes del m~todo que esta-­ mos considerando dan aproximadamente los mismos resul­ tados; existen muchos indicios de que este m~todo co-­ rrige muy bien la mayor parte de las series hist6ri- - cas. Como pone de manifiesto Shiskin (29).hay, sin em­ bargo, algunas series que no pueden corregirse satis-­ factoriamente por este procedimiento, p. ej., las que tienen cambios abruptos en los patrones estacionales y patrones constantes de amplitud variable y las que son muy irregulares. Otro problema, es el referente a la­ desestacionalizaci6n de agregados que pueden descompo­ nerse en varios conjuntos de componentes, cada uno de ellos con un patr6n estacional diferente. Sin embargo, (28) Poveda,. v. y Martinez, P.: op. cit. pag. 8. (29) Shiskin, J.: op. cit, pag. 594. -342- I I el principal problema sin resolver parece ser el de o£ tener factores satisfactorios de desestacionalizaci6n para el affo corriente y para el affo siguiente. Estos - son menos precisos que los utilizados para los alios an teriores, pero cumplen un papel mAs importante en el anAlisis de las tendencias y. perspectivas econ6micas de la actividad. 2.3.c) El modelo aditivo.- La variante del m~todo anteriormente conside­ rado, denominada de diferencias en la media m6vil o mo delo aditivo, se emplea para el ·cAlculo de los coefi-­ cientes de variaci6n estacional, cuando apreciada est~ cionalidad en una determinada serie econ6mica, se ob-­ serva que aquella es de tipo aditivo. En general se procede del siguiente modo (30): (30) Hoyo, J. del: op. cit., pAg. 73 y 74. -343- Suponiendo que tenemos los datos trimestrales de una serie de la que se han eliminado los componen-­ tes {At) e (It)' de tal modo que, Xt = Tt + Ct + Et , la media m6vil centrada serA: 4 Aplicando la media m6vil a la serie completa tendremos: Yt = X't = T't + C't + E't; como quiera- que la media m6vil de la componente estacional se anu­ la (E' = o), los coeficientes de variaci6n estacional t se obtienen en un primer momento del siguiente modo: Para evi tar las posibles "irregularidades" -- -344- que persistan en la serie, se ternan como coeficientes estacionales,en una aproximaci6n mAs fiable,las medias I de todos los coeficientes (anteriormente obtenidos) p~ ra el mismo periodo. Pero la primera fase adn no ha terminado: es preciso comprobar que :E E = o . t l. i o, 1, 2, 3 ; siesta condici6n nose cumple habrA que repartir las diferencias (positivas o negativas) entre los diversos coeficientes estacionales, con el criterio de la media ya empleado anteriormente. A continuaci6n, en una segunda fase, se repi­ te el proceso con la serie de los datos originales co­ rregidos (en primera fase) de variaciones estaciona- - les: los nuevos coeficientes se consideran definitivos, hasta que van afluyendo nuevos datos relatives a la v~ riable analizada, memento en el cual se procede a la - revisi6n general de c.v.e. por el mismo m~todo . • Como final de los m~todos de ajuste estacio-­ nal por medias m6viles, y teniendo en cuenta que el Banco de Espana es la instituci6n que suministra en nuestro pais la mayor parte de la informaci6n econ6mi­ ca utilizable directamente por el analista coyuntural, exponemos a continuaci6n las lineas generales del pro- -345- cedimiento X-11 de desestacionalizaci6n, que sirve tan to para el modele aditivo como para el multiplicative, y que es el utilizado por este organismo como ya qued6 expuesto anteriormente. El resdmen de este m~todo de ajuste estacio-­ nal por medias m6viles, que es ofrecido por A. Espasa (31), siguiendo a Wallis (32), se sintetiza en las si­ guientes etapas (para el modele aditivo): 1 ~) .. Se calculan las diferencias entre la se-­ rie o_riginal y una media m6vil de doce terminos centr~ da, como primera aproximaci6n de los componentes esta­ cional e irregular. (31) Espasa, A.: op. cit., pAg. 470/471. ( 32) Wallis, K.F.: Seasonal Adjustment and Relations - Between Variables, en journal of the American Sta distical Association, Vol. 39, nQ 345, marzo 1974 pAg. 18 a 31 .' -346- 22) Se calcula una media m6vil de cinco t~rmi nos ponderada, para cada mes por separado, obteniendo asi una estimaci6n del componente estacional. 32) Se ajustan estos componentes estacionales para que su suma se acerque a cero en cualquier perio­ do de doce meses, sustray~ndoles una media m6vil cen-­ trada de doce t~rminos. 42) se resta a la serie original el componen­ te estacional ajustado, obteniendo asi una primera se­ rie ajustada de estacionalidad. 52) Se calcula una media m6vil de Henderson - (de nueve, trece o ventitres t~rminos) de la serie -­ ajustada de estacionalidad y se resta esta serie resu1 tante de ciclo-tendencia, de la serie original obte- - niendo una segw1da estimaci6n de los componentes irre­ gular y estacional. 62) Se calcula una media m6vil ponderada de - siete t~rminos para cada mes por separado, con el fin de obtener una segunda estimaci6n del componente esta­ cional. -347- 72) Se ajustan estos componentes estaciona- - les para que, aproximadamente, su suma sea cero en - cualquier periodo de doce meses, sustray~ndoles una media m6vil centrada de doce t~rminos. 82) Se restan estas dltimas estimaciones del componente estacional a la serie original, con el fin de obtener la definitiva serie ajustada de estacionali d~. 2.3.d) M~todos de regresi6n.- Desde que se dispone de ordenadores se han i~ crementado los esfuerzos por utilizar los m~todos de - regresi6n para analizar series temporales. El princi-­ pio bAsico consiste en representar cada uno de los co~ ponentes sistemAticos mediante expresiones matemAticas explicitas, normalmente de carActer lineal. Esto puede lograrse de una manera sencilla, p. ej., regresionando la diferencia entre la serie sin corregir y el compo-­ nente tendencia-ciclo para cada mes con respecto a los valores de tendencia-ciclo para el correspondiente mes; el t~rmino constante de la ecuaci6n de regresi6n es -348- la parte aditiva del componente estacional. Asi, este enfoque tiene la ventaja, sabre el m~todo de las razo­ nes a la media m6vil, de que no se limita a un s6lo ti po de relaci6n (p. ej., aditiva o multiplicativa) en-­ tre los componentes de la serie. Otra ventaja es que los diferentes tipos de - fluctuaciones pueden relacionarse con las fuerzas que los causan, representando estas fuerzas como variables aproximadas en las expresiones matemAticas. En ciertas series pueden tenerse en cuenta factores especiales; asi, p. ej., al medir el factor estacional de desem­ pleo puede tenerse en cuenta el nrtmero de estudiantes que forman parte de la poblaci6n_~ctiva; o en el caso de las ventas de autom6viles, las existencias. Final-­ mente, las expresiones matemAticas de las estimaciones de los componentes constituyen una base para obtener medidas de la varianza y contrastes de significaci6n para evaluar la fiabilidad de las estimaciones; esto - se aplica, p. ej., a estimaciones de las series deses­ tacionalizadas y al componente estacional, o a las di­ ferencias de ambas series, a lo largo del tiempo. La principal duda en relaci6n con el enfoque de regresi6n es si formas funcionales relativamente -- -349- simples pueden medir adecuadamente los patrones econ6- micos impl:!citos. 0 bien, considerando el asunto desde otro punto de vista, si las complejas formas matemAti­ cas necesarias para representar los movimientos siste­ mAticos de series hist6ricas constituyen una teoria -­ plausible de las fluctuaciones econ6micas. Una cues- - ti6n relacionada es, si formas funcionales bastante -­ simples, que miden toscamente los patrones hist6ricos, o formas mAs complejas, que se ajustan mejor al pasa-­ do, pueden servir de base a predicciones exactas de p~ trones futures. Hasta ahora los metodos de regresi6n no se -­ han aplicado con generalidad, y todavia no se ha con-­ trastado satisfactoriamente su poder para predecir fac teres estacionales en aflos futures. Los contrastes rea lizados en el Bureau of the Census muestran que los - metodos de regresi6n dan factores estacionales hist6ri cos muy similares a los obtenidos por el metoda de las razones a la media m6vil y que los factores de regre-­ si6n "con un aflo de anticipaci6n" y las curvas de ten­ dencia-ciclo son menos precisos (33). (33) Shiskin, J.: op. cit., pAg. 595. -350- La obtenci6n de los c.v.e. por regresi6n en- una serie xt Tt + Ct + Et , se hace siguiendo el pr2 cedimiento que a continuaci6n se explica: Sea X. . el valor de la variable Xt en el aiio 1,J i-esimo y el mes j-esimo. Entonces X. . 1,J T .. +C .. +E .. 1,J 1,J 1,J Suponiendo que la serie no posee componente - ciclica y su tendencia es lineal, X. . 1,J a+ bt + E(j); t j + im; m 12 (normalmente) Suponiendo ademAs estacionalidad r!gida, E ( j) E (j +Ian). Una vez aqu! se trata de calcular los coefi-­ cientes de regresi6n (a y b) y los m coeficientes esta cionales. -351- 1)- CAlculo de a y b. Las medias anuales vienen dadas por X. 1 m m ~ j=1 X •. 1,J i 1, 2, ...... m Los coeficientes de regresi6n correspondien-­ tes a, X. = a + b. , son: 1 1 b n L (i - I) i=O x. - x'> 1 n t i=O (X. - X) 2 1 Siendo X, la media de la variable X, e i, la media de la variable i, a = X - b i X. J n+1 2) - C!lculo de los c.v.e. Las medias mensuales serAn, n L: i=O .x. . 1,J j 1, 2, .... m. De acuerdo con la estacionalidad rigida, X. . a + b ( j + im) + E ( j ) , de don de 1,J -352- X .. 1,J a + (j +iT) + E (j), n X. J b a + bj + ----- m n+1 ~ i + E (j), i=O o lo que es lo mismo, n E ( j ) = X . - a - b j - __ !:__ m ~ J n+1 i i=O que nos permite calcular los c.v.e. (34). (34) Hoyo, J. del: op. cit. pAg. 63 y 64 . • -353- 2.3.e) Evoluci6n, revisi6n y limites ala correcci6n de 1 o s c . v. e . . - Si los comportamientos y las instituciones no estuvieran sometidos a ninguna variaci6n en el tiempo, los perfiles estacionales serian, por definici6n, fi-­ jos de un ano para otro. En realidad, esto no es as!, y hay diversas razones que los hacen evolucionar. As!, la difusi6n progresiva de las vacaciones de invierno, la aplicaci6n de nuevos m~todos agricolas, modifican - poco a poco los perfiles estacionales. Esta modifica-­ ci6n puede, incluso, ser muy significativa. Es lo que ha sucedido desde la introducci6n en la industria, de la cuarta semana de vacaciones pagadas, lo que pas a cuando se modifica una regulaci6n administratfva en cuanto a la percepci6n de determinado impuesto, etc. Por otra parte~ tambi~n se modifica el perfil estacional, independientemente de todo cambio de com-­ portamiento, cuando, sobre una serie global, evolucio­ na la importancia relativa de los diferentes componen­ tes. As!, si la expansi6n de la industria quimica es - m~s importante que la de la extracci6n del carb6n, el perfil estacional de la producci6n industrial, en con­ junto, est~ cada vez mAs influenciado por el de la in­ dustria quimica y cam vez menos p:r el de la ect:raa::i61 del -354- carb6n. Igualmente, si aumenta la proporci6n de j6ve-­ nes en la demanda de empleo, el perfil estacional de esta demanda estarA cada vez mAs afectado por el que corresponde a la demanda juvenil, que se presenta, con frecuencia, en el mercado del trabajo al principia del curso escolar. El estudio retrospective de los coeficientes estacionales permite estudiar su evoluci6n progresiva. En cambio, las vari~ciones muy grandes, aunque se ten­ ga conciencia cualitativa de ellas (caso de la cuarta semana de vacaciones pagadas) no pueden cuantificarse basta despu~s de tres o cuatro afios. Esta evoluci6n de los coeficientes estaciona­ les explica el por qu~ se tiende, a intervalos mAs o menos' espaciados, a modificar retrospectivamente las series corregidas de las variaciones estacionales, op~ rando por cualquiera de los m~todos analizados ante­ riormente. Sin embargo, aunque extremadamente dtil y - preferible a cualquier otro m~todo, el de correcci6n - de las variaciones estacionales no careee de limites. Ante todo, y evidentemente, no se aplica mAs que a las series que presenten, de modo efectivo, variaciones es tacionales. Despu~s , y cualquiera que sea el grado de operatividad de los m~todos utilizados, no es preciso -355- ocultar que subsiste una cierta arbitrariedad en la elecci6n de los coeficientes estacionales, segrtn el "modelo" aplicado y dentro del modelo mismo, segrtn se atribuya un peso mAs 6 menos grande al pasado mAs re-­ ciente. Dos coyunturalistas pueden llegar a perfiles - estacionales diferentes en series id~nticas. Ello se - debe a que no es preciso dar a las series corregidas - el mismo carActer absoluto que a los datos brutos. Por ultimo, no puede olvidarse que si bien los datos corre gidos son de gran utilidad, no son mAs que conceptos - abstractos y que la realidad econ6mica, sometida a la acci6n de un conjunto de agentes, no conoce mAs que los datos brutos. Sin embargo, las tendencias fundame~ tales de la economia, s6lo pueden conocerse tomando en consideraci6n los datos corregidos de las variaciones es tacionales. 2. 3. f) Cri terios para juzgar un proceso de deses tacio. nalizaci6n y contrastes de las correcciones es tacionales .- Aun siendo dificil dar un conjunto de reglas seguras para juzgar el ~xito de las correcciones esta- I cionales, resultan utiles los criterios siguientes de acuerdo con Shiskin (35): (35) Shiskin, J.: op. cit. pAg. 595. -356- a) Debe eliminarse todo patr6n repetitive i~ traanual presente en una serie antes de ser desestacio' nalizada y no debe, por tanto, aparecer en la serie -­ desestacionalizada, en el componente tendencia-ciclo o en el componente irregular. Esto supone que los facto­ res estacionales no se hallan correlacionados con la - serie desestacionalizada, con la tendencia-ciclo y con los componentes irregulares. b) No deben distorsionarse los movimientos ciclicos bAsicos. La serie desestacionalizada que en - su forma original tenia un gran factor estacional debe ser consistente en t~rminos de amplitud ciclica, pa- - tr6n y distribuci6n temporal con otras series econ6mi­ cas relacionadas que o no tenian factor estacional al­ guno o tenian un factor estacional pequeno en compara­ ci6n con el factor ciclico. c) Las fluctuaciones irregulares deben com-­ portarse como una.serie aleatoria cuando se consideran autocorrelaciones de retardos de alrededor de 12 meses. Las autocorrelaciones de retardos menores no se compo£ tan necesariamente como las autocorrelaciones semejan­ tes de una serie aleatoria a causa de que alguna in- - fluencia irregular, como una huelga prolongada, induce efectos a lo largo de varios meses. -357- d) La suma de la serie desestacionalizada de be ser igual a la suma de la serie no desestacionaliza da. Para la mayoria de las series, las sumas son signi ficativas en t~rminos econ6micos. e) Las revisiones de los factores estaciona­ les que se efect~an cuando se dispone de datos para -­ affos adicionales no deben ser de gran alcance. La necesidad de efectuar contrastes para com­ proban la calid~d de las correcciones estacionales ha aumentado, debido al empleo masivo, por el analista econ6mico, de las series desestacionalizadas. Un tipo general de contraste consiste en exa­ minar los resultados de aplicar a series artificiales procedimientos de desestacionalizaci6n. Para construir 4 series a~tificiales, uno de los m~todos consiste en -- combinar los factores irregulares, ciclicos y estacio­ nales de diferentes series econ6micas reales en agreg~ dos artificiales; para ello se multiplican entre si el factor estacional de una serie econ6mica, el factor tendencia-ciclo de otra y el factor irregular de una - tercera para formar una nueva serie. Un contraste del m~todo del Bureau of the Census, con 15 tipos diferen- -358- tes de series artificiales, revel6 que en la mayoria - de los casos los componentes "estimados" dan un curso semejante al de los componentes "verdaderos"; este CO!!, traste (36) pone de manifiesto la bondad del m~todo -­ utilizado por el Bureau of the Census. Otro contraste estadistico de la presencia de un componente estacional estable puede hacerse usando el anAlisis de la varianza y el estadistico F. Se tra­ ta de un contraste de la hip6tesis nula de que las me­ dias mensuales son iguales. En este caso, la varianza entre los distintos meses se compara con la varianza - dentro de cada mes. Si la varianza entre meses de las razones "estacionales-irregulares" (calculada di vi die!!:. do las observaciones originales por una estimaci6n del componente tendencia-ciclo) es no significativamente - mayor que la varianza dentro de cada mes, puede normal (36) Vid. Shiskin, J.: Descomposition of Economic Time Series, en Science nQ 128, 1958 (citado en Shis-­ kin, J.: op. cit. pAg. 595). -359- mente suponerse que existe un verdadero factor estacio nal en la serie. Si la varianza entre meses no es sig­ nificativamente mayor que la varianza dentro de cada - mes de la serie irregular (calculada dividiendo la se­ rie desestacionalizada por una estimaci6n del compone~ te tendencia-ciclo), puede suponerse normalmente que - se ha conseguido una desestacionalizaci6n completa. El estadistico F ha resultado pues, util en la pr~ctica­ para contrastar la estacionalidad estable. Por ultimo, para contrastar la estacionalidad, puede hacerse uso del anAlisis espectral (37). El an~­ lisis espectral distribuye la varianza total de una s~ rie de acuerdo con la proporci6n atribuible a cada uno de los ciclos de todas las periodicidades posibles, a partir de intervalos de dos o m~s meses; el anAlisis - de los espectros permite determinar la existencia de - (37) Vid. Rosenblatt, H.M.: Spectral Analysis and Par~ metric Methods for seasonal Adjustment of Econo-­ mic Time Series, u.s. Bureau of the Census, Wor-­ king Papers, nQ 23, Washington, 1965. -360- estacionalidad en la serie considerada y ademAs permi­ te precisar su importancia (38). 2.4. Eliminacion del componente tendencial (Tt): De-­ terminaci6n del ciclo (Ctl· En t~rmin0s generales se puede afirmar que -­ las manipulaciones en las series cronol6gicas analiza­ das hasta aqu1 (eliminaci6n de (At), (It) y (Et)) sir- ven para realizar el anAlisis ciclo-tendencia muy uti­ lizado por el coyunturalista. Sin embargo,el objetivo bAsico del anAlisis coyuntural es conocer la evoluci6n ciclica de la actividad econ6mica a corto pla~o: para ello el coyunturalista debe someter a las series en e~ tudio a una ulterior transformaci6n con el fin de eli- (38) Vid. Hoyo, J. del: op. cit. pAg. 63 y del mismo­ autor: Identificaci6n espectral de series econ6mi cas desestacionalizadas, en Rev. Estadistica Esp~ nola, julio-diciembre, 1977. -361- minar el componente tendencial (39) y conservar rtnica­ mente el componente ciclico (40). De este modo el co-­ yunturalista puede realizar anAlisis ciclico con el -­ fin de determinar la situaci6n en que se encuentra la economia de un pais dentro del ciclo econ6mico y si es previsible un pr6ximo cambio de coyuntura a corto pla­ zo. Elegida la estrategia sintomAtica como la mAs ade­ cuada para el anAlisis coyuntural en los actuales mo-­ mentos de crisis e inestabilidad, el anAlisis del ci-­ clo cobra renovada importancia, ya que aplicando los - m~todos de preVisi6n a corto plazo propios de esa es-­ trategia (tales como el de los indicadores adelanta- - (39) La tendencia se define como el comportamiento a - largo plazo de una serie cronol6gica. A los efec­ tos pr~cticos del anAlisis coyuntural, el ambito del largo plazo est~ constituido por un periodo - tal, que no se presentan cambios importantes en - las relaciones estructurales del sistema econ6mi­ co en estudio. (40) El componente ciclico se define como el conjunto de fluctuacionesi que presenta una serie como con­ secuencia de la propia dinAmica econ6mica del sis tema. -362- dos), el analista de coyuntura puede determinar, no s£ lo la posici6n de la economia dentro del ciclo (medi~ te la utilizaci6n del ciclo de referencia y de los ci­ clos de los indicadores coincidentes), sino tambi~n -­ los futuros puntos criticos (mediante la utilizaci6n - de los ciclos de los indicadores anticipados con res-­ pecto al ciclo de referencia). Para la eliminaci6n de la tendencia existen - diversos procedimientos: a) El primero de ellos, que elimina a la -­ vez tendencia y estacionalidad, consiste en el empleo 1 de tasas de variaci6n sobre un aflo antes (T12 ) partie~ do de la serie original; este m~todo examinado ya al - analizar la estacionalidad, no permite la identifica-­ ci6n de la tendencia e implica que las tasas est~n co­ rrectamente centradas. b) - El segundo m~todo, que suele ser utiliz~ do en el caso de no disponer de ordenador, consiste en el empleo de tasas de variaci6n de la serie desestaci£ nalizada que permiten eliminar, pero no identificar, la tendencia. Estas tasas reflejan el perfil ciclico -363- de la variable en estudio, siendo necesario que est~n correctamente centradas y "elevadas a tasa anual". Las tasas mAs utilizadas con este fin son: (T~). Tasa intermensual de la serie desestacionali­ zada centrada con 15 dias de desfase sobre el dltimo dato disponible. (T~). Tasa intermensual de la serie de medias m6vi­ les trimestrales, centrada con mes y medio de desfase sobre el dltimo dato disponible. (T;). Tasa intertrimestral de la serie de medias m6 viles de tres meses, centrada con dos meses y medio de retraso sobre la dltima observa- - ci6n disponible. c) - Si se dispone de ordenador, el m~todo mAs utilizado para la identificaci6n y eliminaci6n de la tendencia consiste en el ajuste de una curva, que - requiere que sus caracter!sticas sean fijadas a priori. Este m~todo (tambi~n denominado del "arm6nico dominante"), que utiliza el ajuste m!nimo cuadr~tico - de una funci6n de tendencia postulada a priori, condu- -364- ce a resultados brillantes,p~ro la funci6n postulada a priori raramente puede justificarse desde un punta de vista econ6mico, por lo que es recomendable, dnicamen­ te, el ajuste de rectas o funciones exponenciales. Si tenemos una serie desestacionalizada, cu-­ yos componentes 9e asocian aditivamente, donde: Tt componente tendencial " ciclico It residues accidentales La forma de operar para la determinaci6n del cornponente ciclico es la siguiente: -365- Como expresi6n de la tendencia se puede adop­ tar una £unci6n exponencial del tiempo, de la forma. Tt abt Designando por yt las desviaciones a la tenden cia, se verifica, que es decir, que las diferencias entre los valores Xt y - los T~ calculados comprenden los movimientos c!clicos L y los residuos accidentales. Para aislar la componente ciclica se puede adoptar, como expresi6n de ct una funci6n del tipo n r:: h=1 (Ah cos w h t + Bh sen w h t) con un ndrnero mAs o menos grande de frecuencias ~h d! ferentes, que, naturalmente, son desconocidas "a prio­ ri". -366- Las posibles periodicidades ocultas en una se rie se pueden descubrir inve~tigando, en primer lugar, la existencia de un arm6nico dominante. Supuesto que - ~ 1 sea la frecuencia dominante, el ciclo podrA expre­ sarse como en donde C't serA la expresi6n del resto de t~rminos­ arm6nicos. La desviaci6n yt a la tendencia serA, enton ces, siendo ---i '\. t La componente A 1 cos w 1 t + B 1 sen (J.) 1 t es pe­ ri6dica, siendo el periodo w 1 -367- Para un valor de ~, conocido, se pueden cal­ cular los parAmetros A 1 y B 1 por el m~todo de minimos cuadrados. Al ser desconocida la frecuencia, ha de es­ timarse construyendo el periodograma empirico corres-­ pondiente, a partir del cual se obtienen los correspo~ dientes valores de la frecuencia ~- A partir de estos valores se calculan, por m! nimos cuadrados, los correspondientes coeficientes A 1 y B1 , asi como las varianzas residuales Var (~. La- estimaci6n de w 1 serA OJ 1 2lt s, do para el cual var £ 'i. !!_a,!e!_i,!l_d~ ,!r2!1§_-_­ £.0!_t~.- - Matriculaciones de bienes de inversi6n: se publican datos mensuales sobre camiones, autobuses, tractores agricolas, tractores industriales, cosechadoras de - cereales y motocultores agricolas; este grupo de in­ dicadores es bastante fiable. Encuestas mensuales de opiniones empresariales del Ministerio de Industria. Se obtiene de las mismas, informaci6n cualitativa sobre cartera de pedidos y previsi6n de la tendencia de la producci6n referidas a las industrias productoras de bienes de inversi6n; tambi~n se realiza una encuesta opinAtica sobre per§_ pectivas de inversi6n. La fiabilidad de estos indic~ dores es buena, excepto la del indicador de "perspe£ I tivas de inversi6n",deducido de la encuesta de expe£ tativas de inversi6n en la industria,que es indtil a efectos de anAlisis coyuntural. Consumo aparente de acero. -432- - Importaciones de bienes de equipo. Este indicador co mienza a elaborarse en enero de 1970, y aproxima me­ jor la FBCF en Bienes de Equipo que los indicadores deducidos de las encuestas de opiniones empresaria-­ les. Consume aparente de bienes de equipo, elaborado con el mismo criterio que el de "Disponibilidades de Bie nes de Equipo", por lo cual puede ser sustituido por ~ste. Cr~dito al sector privado (deflactado) para la com-­ pra de Bienes de Equipo. Consume aparente de cemento. Este indicador se elab£ ra desde 1964 a partir de los datos suministrados por el Ministerio de Industria, y se define como la producci6n interna mAs las importaciones, menos las exportaciones y menos los stocks de cemento; su fia­ bilidad con respecto a la variable que pretende re-­ presentar es escasa. Encuestas mensuales opinAticas del Ministerio de In- -433- dustria sabre la situaci6n de la industria de la - - construcci6n, referentes a obra contratada y previ-­ si6n del ritmo de actividad; la inutilidad de estos indicadores estA suficientemente contrastada. Datos de SEOPAN: obra licitada privada y pdblica, -­ obra contratada, porcentaje promedio de bajas mAxi-­ ' mas, ndmero media de empresas licitadoras por obra , e indices del coste total de la construcci6n. Viviendas: para las de protecci6n oficial se publi-- I can cifras de calificaciones provisionales, en cons- trucci6n y terminadas. Se publica tambi~n el total - de viviendas proyectadas por los Colegios de Arqui-­ tectos. - Cr~dito-vivienda: existe desglose, segdn las difere~ tes clases de entidades de cr~dito, de '1a cifra abso luta de cr~ditos vivos concedidos. Aunque el cuadro anterior puede dar la sensa­ ci6n de que la inversi6n en capital fijo estA relativa mente bien cubierta desde el punto de vista estadisti­ co, lo cierto es que hay numerosas lagunas, tanto en - lo relative a apartados mal cubiertos como en lo que - -434- se refiere a mala calidad de alguna de las estadisti-­ cas citadas. Asi,el antiguo indice de inversi6n aparente - tenia una metodologia obsoleta, con defectos formales propios y con defectos derivados de las propias limit~ ciones del viejo indice de producci6n industrial, de - tal modo que dej6 de elaborars~. Es de esperar que el INE elabore un nuevo indice de inversi6n aparente, so­ bre la base del nuevo indice de producci6n industrial que, como ya hemos dicho, ha comenzado a fabricar. La encuesta de previsiones de inversi6n del - Ministerio de Industria deberia ser cuantitativa, rec£ giendo informaci6n sobre la variaci6n porcentual expe­ rimentada por la inversi6n efectivamente realizada por las empresas y sobre las previsiones de inversi6n, to­ do ello con periodicidad trimestral (21 ). (21) En su configuraci6n actual, la encuesta de expec­ tativas de inversi6n en la industria, recoge las previsiones empresariales sobre el comportamiento de la inversi6n en el trimestre siguiente al que se realiza la encuesta, en t~rminos cualitativos. Afecta al sector industrial, con exclusi6n de la construcci6n y las actividades de producci6n y -­ distribuci6rt de electricidad, gas y agua. -435- Sobre constru~ci6n, debe revisarse nuevamente la metodologia de la encuesta del Ministerio de Indus­ tria y tambi~n,fomentarse que se lleve a cabo una en-­ cuesta cuantitativa aunque la periodicidad de la misma fuese trimestral o semestral. En cuanto a las viviendas, debe publicarse el desglose entre proyectos de viviendas libres y protegi das, siendo sobre todo de desear que se facilite mAs - que hasta el momento la publicaci6n de dicha estadisti ca; asimismo es necesario que se publiquen las vivien­ das libres con el mismo criterio de clasi£icaci6n que las oficiales (cali£icadas provisionalmente, en cons-­ trucci6n, y terminadas). El Ministerio de Obras Pdbli­ cas y Urbanismo publica muy poca in£ormaci6n de entre la que e£ectivamente dispone; los trAmites que se exi­ gen actualmente para construir una vivienda hacen que no sea di£1cil obtener datos administrativos de inte-­ r~s econ6mico y que sea el citado ministerio el que -­ deba, como minimo,recoger tales estadisticas, aunque se encargase el INE de su publicaci6n. Como en otros casos el primer paso consistir!a en que el INE presio­ nase mAs que hasta el momento para estimular la divul­ gaci6n de todos los datos antes citados. -436- 5.2. Indicadores de inversi6n en existencias. Sobre este componente de la formaci6n de capi tal, la rtnica informaci6n publicada es estrictamente cualitativa (22), lo que supone una obvia limitaci6n . Un mejor conocimiento de la variaci6n de existencias , aunque s6lo fuera con periodicidad trimestral, seria muy ~til para determinar el comportamiento de una va-­ riable que, en momentos de crisis como los actuales, - es de bastante trascendencia en la evoluci6n econ6mica a corto plazo. Los datos opinAticos obtenidos ahora de las - encuestas mensuales del Ministerio de Industria, refe- (22) Los indicadores correspondientes a "evoluci6n de los stocks" (nivel y tendencia) obtenidos de las encuestas de opiniones empresariales, aproximan - bien las mismas variables que "la cartera de pedi dos" (de forma sim~trica), pero son inrttiles para medir la variaci6n de existencias. A este respec­ to vid. Banco de Espana: Una estimaci6n trimes- - tral de la Contabilidad Nacional de Espana, Ma- - drid, 1975. -437- ridos a la evoluci6n de los stocks, deber!an compleme~ tarse con encuestas cuantitativas que podr!a realizar el INE y que debieran cubrir sobre todo el sector in-­ dustrial, que es donde mayor trascendencia debe reves­ tir la variable en cuesti6n. La realizaci6n de dicha - encuesta deber!a tomar como punto de partida el censo industrial, para as! poder partir de un marco muestral adecuado. En la realizaci6n de esta encuesta debe col~ borar con el INE el Ministerio de Industria, organismo este que, por el momento, no estA en condiciones de ex tender el campo de sus encuestas a la variable aqui e~ tudiada. Para finalizar con los indicadores de inver-­ si6n, es preciso seflalar que en los anAlisis econ6mi-­ cos a corto plazo realizados en los informes de coyun­ tura, suele ser usual dividir la inversi6n en pdblica I y privada. Los indicadores para el seguimiento de la - evoluci6n de la inversi6n pdblica (que son muy fia- -­ bles) disponibles en Espaffa son,"los pagos ordenados" para gastos de "inversi6n" y de "trasferencias de cap! tal" (Cap!tulos VI y VII del Presupuesto), suministra­ dos mensualmente por el Ministerio de Hacienda. La evo 1uci6n de esta variable puede analizarse tambi~n a tra ~s de los datos suministrados por el Ministerio de Econom!a y Comercio, referidos al seguimiento de la ejecuci6n del Programa de Inversiones Pdblicas. -438- 6. ESTADISTICAS DE PRECIOS, SALARIOS Y BENEFICIOS 6.1. Precios. Sobre estadisticas de precios se dispone en - Espana, bAsicamente, del indice mensual de precios peE cibidos por los agricultores, del indice de precios i~ dustriales y del indice de precios al consume, el pri­ mero elaborado por el Ministerio de Agricultura y los dos 111 timos por el Insti tuto Nacional de E.stadistica - (23). Tambi~n existe un indicador cualitativo que es el referido a la "tendencia de los precios", proceden­ te de las encuestas de opiniones empresariales, cuya - (23) La Comisaria General de Abastecimientos y Trans-­ portes publicaba el "indice de precios de abaste­ cimientos", profundamente coincidente con el com­ ponente alimenticio del coste de la vida, que era de gran utilidad. Otra laguna importante en el en juiciamiento de los precios se deriva de la ausen cia de un tratamiento adecuado para analizar la = evoluci6n de los precios del sector servicios. -439- fiabilidad ha sido escasa basta el momento. El indice de precios percibidos por los agri­ cultores, que contempla una desagregaci6n suficiente, es un indicador fiable y rApido de gran inter~s. El indice de precios a1 por mayor vigente en Espana desde enero de 1959 basta mediados de 1980, era de una increible obsolescencia. su base se situada en 1955, por lo que, dado· el profundo cambio de la estru£ tura industrial y de la demanda espanola, era incapaz de reflejar el real comportamiento de los precios. El INE lo ha sustituido por un nuevo indice de precios in dustriales, con base en 1974, que publica mensualmente desde septiembre de 1980 aunque con algdn retraso. Es­ te nuevo indice forma un conjunto arm6nico con el nue­ vo indice de producci6n industrial tambi~n elaborado por el INE (24). (24) Herrero Angel: El nuevo indice de precios indus-­ triales, en Boletin de Estudios econ6micos, UCD , nQ 101, Bilbao, Agosto 1977, p~g. 321 a 351. -440- El indice de precios al consume, elaborado -­ por el INE, tiene base 1976 y responde perfectarnente a las necesidades de la estadistica espanola. Podria de­ cirse que es el indicador lider entre las estadisticas espaffolas por su profunda interrelaci6n con la vida -­ real. Como en todos los paises, es un indice muy con-­ testado por la opini6n publica, perc lo cierto es que se trata de un indice muy fiable, con una elaboraci6n t~cnica casi perfecta, e indiscutiblemente representa­ tive del comportamiento de los precios pagados por los consumidores (25). Las novedades m~s- destacadas de ~s­ te indice respecto al antiguo ICV son, por una parte, la inclusi6n de la vivienda en propiedad a trav~s de - la imputaci6n de alquileres ficticios y la desagrega-­ ci6n en ocho grupos,siguiendo los criterios de la CEE, £rente a cinco del ICV de 1968 (estas nuevas agrupaci£ nes impiden, sin embargo, el enlace de series de ambos (25) CECA: El indice de precios de consume: Una nueva versi6n del ICV, en Coyuntura Econ6mica, nQ 2, -- 1977, p~g. 88 a 90. -441- indicadores, excepto para el 1ndice general y el del - subgrupo "alquileres"). Una estadistica de la que razonablemente pue- de sentirse orgulloso el INE, puesto que satisface una demanda muy senti~~ de la sociedad espaffola, tiene no obstante dos problemas t~cnicos de di£1cil soluci6n. - Nos referimos a1 componente vivienda y a los productos agricolas de temporada. La £alta de transparencia en - el mercado de alquileres, su di£1cil imputaci6n a las viviendas propias utilizadas por los usuaries y las a! teraciones experimentadas por los productos agricolas de temporada (frutas y verduras fundamentalmente) - -­ crean, a veces, distorsiones que s6lo resultan correg! das a nivel anual. En cualquier caso se trata de un 1~ dice muy repres~ntativo, bien diseffado y puntual, que cubre perfectamente la demanda social de in£ormaci6n - estadistica. Existe, sin embargo, un problema en el m2 mento actual que no es de car~cter t~cnico: Nos refer! mos a1 que se deduce del heche de que su ponderaci6n - estA basada en la encuesta de presupuestos familiares realizada entre julio de 1973 y julio de 1974. Es de esperar que se revise el 1ndice de acuerdo con la es-- , -442- tructura actual del consumo de las familias que se de­ duzca de la nueva encuesta de presupuestos familiares, tarea en la que el INE esta trabajando actualmente. El sistema espaffol de precios, se cierra con el indice de precios de Comercio Exterior (de Exporta­ ciones y de Importaciones); este indice, muy represen­ tative y altamente fiable aunque continuamente necesi­ tado de reelaboraciones metodol6gicas por los sucesi-­ vos cambios en el contexte econ6mico internacional, e~ plea la f6rmula de Fishery tiene su base en 1970, -­ siendo elaborado por el Banco Hispano Americana; tam-­ bi~n elaboran indices de precios de comercio exterior, el Ministerio de Economia y Comercio, la Direcci6n Ge­ neral de Aduanas y el Banco de Espana, aunque estos no se publican por el memento. -443- 6.2. Salaries y Beneficios. En cuanto a estadisticas de salaries, nos en­ contramos ante uno de los grandes .fallos del aparato - estadistico-econ6mico espafiol, no tanto por la caren-­ cia de indicadores sino, por su escasa .f{abilidad. Los principales indicadores son los siguientes: Salaries por convenio Coste de mano de obra en la Construcci6n Salaries agricolas Ganancia media por persona y mes Retribuci6n media mensual por hora trabaja­ da. Los cuatro primeros intentan ser indicadores de "Retribuci6n por persona" y el quinto es un indica­ dor de "Retribuci6n por hora". El Ministerio de Trabajo (un Ministerio al -­ que quizA, con mAs insistencia que a otros -por la - - trascendencia de sus in.formaciones- , habria que pedir que publicase con mayor continuidad, asiduidad y cont~ nido su boletin coyuntural) aporta in.formaci6n sobre variaciones salariales en convenios colectivos, que, -444- de alguna forma, reflejan la evoluci6n salarial; esa - informaci6n sobre incrementos de masa salarias conduce, ponderando debidamente, al indice de salaries por con­ venio, que es dificilmente asimilable a un "indice de salaries", artn cuando su fiabilidad ha aumentado, sus­ tancialmente, en los rtltimos aflos, siendo superior a - la de los indicadores obtenidos de la Encuesta de Sala rios. SEOPAN, publica informaci6n sobre el coste sa larial en la Construcci6n, de la cual se obtiene el "indice de coste de la mano de obra en la construcci6n" que posee un grade de fiabilidad aceptable. El Ministerio de Agricultura tambi~n publica el nivel y evoluci6n de los salaries por jornada efec­ tiva en el campo, informaci6n que ha alcanzado un gra­ do de fiabilidad y oportunidad muy aceptable, de la cual se obtiene el "indice de salaries agricolas". Los indices de "retribuci6n media por hora -­ trabajada" y de "ganancia media por persona", son obt~ nidos de la Encuesta Trimestral de Salaries que el -­ INE realiza desde 1964, y que incluye las siguientes - actividades de los sectores industrial y de servicios: -445- extractivas, fabriles, construcci6n, agua, gas y elec­ tricidad, Comercio y Bancos y Seguros. Hasta 1976, es­ ta encuesta cubria bastante bien las necesidades esta­ disticas en este campo, aunque su cobertura fuera ins~ ficiente. A partir de 1977 se program6 un nuevo siste­ ma que elimin6 los efectos que en el anterior tenian las pagas extraordinarias y las vacaciones de verano , pero su inoperancia es, basta el momento, evidente y - pone de manifiesto los defectos de la encuesta, con lo cual los indicadores obtenidos de la misma gozan de e~ casa fiabilidad (26). Los defectos fundamentales de la encuesta son los siguientes: a) - El ndmero de horas trabajadas es una va­ riable errAtica, por lo cual la retribuci6n media por (26) Sin embargo un anAlisis de fiabilidad de la retri buci6n media por hora trabajada con respecto a la "renta salarial" que pretende representar, elabo­ rado por la CECA LVer CECA: La encuesta de Sala-­ rios, Coyuntura Econ6mica, nQ 8, 1977, pAg. 91 a 917 revela que este indicador es mAs fiable que - lo que pudiera parecer a primera vista, alln cuan­ do presente comportamientos errAticos (para algu­ nos anos) dificiles de explicar. -446- hora trabajada esta sometida a agudas fluctuaciones. b) - La cobertura de la muestra es muy baja, excluyendo importantes actividades del Sector Servi- - cios. c) - La muestra est~ bas ada en el "Directorio de Mutualidades Laborales", documento elaborado m~s con fines administrativos que de an~lisis econ6mico y cuyas agrupaciones no coinciden, en muchos casos, con las de la Clasificaci6n Nacional de Acti vidades. d) - Los resultados de la encuesta se publi-­ can con gran retraso. e) - Los datos del avance mensual (de donde - se obtienen los indicadores de salario/hora y ganancia media por persona) son adn menos fiables que los de la propia encuesta. La falta de fiabilidad y prontitud de estos - indicadores, exigir!a del INE una especial dedicaci6n -447- para su perfeccionamiento y actualizaci6n (27), si se tiene en cuenta que,especialmente el indice de "retri­ buci6n media por hora trabajada",es tan importante co­ mo el de precios de consumo. Para el caso de los beneficios, el aparato e~ tadistico espaffol no suministra ningdn tipo de indica­ dar que permita el seguimiento de esta variable, tan - importante, a corto plaza. Otros problemas (aparte de los ya analizados) del grupo de estadisticas aqui estudiadas son los si-­ guientes: a) - Del indice de precios de consumo deberia proporcionarse in£ormaci6n desagregada, en el Boletin I (27) Seria urgente que la actual estadistica de sala-­ rios del INE, ampliase su campo de acci6n de for­ ma mAs intensa a las actividades terciarias, como primer paso en su perfeccionamiento. -448- de Indicadores econ6micos del INE, no s6lo de los gru­ pos generales, sino de subgrupos y articulos que ten-­ gan, en cada memento, especial incidencia en el nivel de inflaci6n. b) - Respecto al indice de precios industria­ les, debe publicarse con mayor prontitud que hasta el memento. c) -Con referencia a los salaries, la Encue~ ta Trimestral de Salaries sale con una demora excesi-­ va, obtiene valores absurdos en lo que a horas trabaj~ das se refiere, se centra sobre todo en las grandes e~ presas y, en particular, el indice mensual de retribu­ ci6n media por hora trabajada que, como avance de la - encuesta se publica, no tiene ningUn rigor estadistico. El empalme de series que se realiz6 en enero de 1977 - para este rtltimo indice es totalmente aventurado y fal to de precisi6n. Debe de revisarse el contenido de la encuesta para apreciar si las variables investigadas - son las mAs necesarias y sobre todo, si es una informa ci6n coherente y completa la que sobre la evoluci6n sa l~ial se va a obtener. Por el momenta seria necesario que los resultados de la actual encuesta trimestral e~ tuviesen disponibles con mucha mayor rapidez que hasta ahora y que la elaboraci6n mensual del indice de sala- -449- rio/hora tuviese un rigor metodol6gico que, evidente-­ mente, no tiene en estos mementos. d) - Para el caso de ios beneficios, existe - cr6nicamente una total laguna estadistica. El INE debe de acometer la elaboraci6n de una encuesta de socieda­ des en la que se aproxime esta magnitud al igual que - ahora se hace con los salaries. En caso.de presentarse fuertes dificultades deberian inidBrse al menos unas encuestas cualitativas que de algdn modo informasen s2 bre los resultados de explotaci6n de la empresa y sus dificultades fin-ancieras (28). (28) El INSEE franc~s elabora una encuesta de este ti­ po, que podria tomarse como ejemplo. -450- 7. ESTADISTICAS DE EMPLEO Y UTILIZACION DE LA CAPACI­ DAD PRODUCTIVA Los indicadores coyunturales sobre el compor­ tamiento del empleo y la utilizaci6n de la capacidad - productiva aparecen suficiente y satisfactoriamente c~ biertos por la estadistica espanola, en t~rminos gene­ rales. La encuesta trimestral del INE sobre pobla- - ci6n activa es un buen ejemplo de una investigaci6n -­ fiable y puntual, digna del esfuerzo de los profesion~ les de la estadistica espanola. Los datos sobre pobla­ ci6n activa, poblaci6n ocupada y parados, elaborados - trimestralmente, permiten el seguimiento riguroso de - variables tan trascendentales como importantes. La in­ formaci6n sobre desempleo se completa con el registro de parados de las Oficinas de Empleo del Ministerio de Trabajo. El carActer de cifras registrales de esta dl­ tima fuente justifica las discrepancias que puedan existir con las deducidas de las encuestas de pobla- - ci6n activa. Ambos se complementan y perfeccionan el - -451- perfil de la poblaci6n activa en situaci6n de paro (29). En otros paises, la explotaci6n de los datos de afiliaci6n a la Seguridad Social complementa las esta­ disticas de empleo. Una laguna que podr!a cubrir per­ fectamente el Ministerio de Trabajo, ahora que integra tambi~n al antiguo de Sanidad y Seguridad Social (30). (29) El Ministerio de Trabajo realizaba, ademAs, una - estad!stica de paro estimado, junto a la de paro registrado, pero dej6 de elaborarse al perfeccio­ narse esta rtltima y al mejorarse la que se deduce de la encuesta de poblaci6n activa. (30) Hace unos affos, los datos de registro de aficia-­ ci6n a la Seguridad Social, a los efectos del anA !isis econ6mico, ten!an el inconveniente de incor porar como al tas personal asalariado, que estando ocupado no habia sido inscrito en la seguridad so cial; en este sentido la CECA elabor6 un estudio­ en 1977, poniendo de manifiesto fuertes discrepan cias entre las cifras de poblaci6n ocupada estima das por la EPA y las cifras de afiliaci6n a la se guridad Social suministradas por el Mutualismo L~ bora! ~Vid CECA: Indicadores espaffoles de coyun­ tura. Estad!sticas de empleo, Coyuntura Econ6mica n2 9, 1977, p~g. 99 a 10~ • Hoy se ha superado - ya esta situaci6n de tal modo que las altas y ba­ jas en la Seguridad Social, se identifican, prAc­ ticamente, con los movimientos del empleo asala-­ riado. En la actualidad, se dispone ya de estos - datos que se obtienen, sin embargo, con evidente retraso. -452- Tambi~n la encuesta trimestral del Ministerio de Industria sobre infrautilizaci6n de la capacidad -­ productiva se ha revelado en el tiempo como una inves­ tigaci6n muy fiable y altamente representativa del gr~ do de ocupaci6n del equipo en la industria a nivel de las tres agrupaciones de bienes de consumo, bienes in­ termedios y bienes de inversi6n (31). Esta encuesta, que ofrece resultados de tipo cuantitativo, comenz6 a elaborarse por el Ministerio - de Industria en el primer trimestre de 1965 y se ha re velado como una informaci6n estadistica bAsica para el anAlisis coyuntural de la economia espanola. Efectiva­ mente, la in£ormaci6n obtenida de la encuesta, aproxi­ ma extraordinariamente el Producto Industrial Bruto, - hasta tal punto que la serie de utilizaci6n de la cap~ cidad productiva puede ser usada perfectamente como c! (31) CECA: Indicadores espafloles de coyuntura. La en-­ cuesta de infrautilizaci6n de la capacidad produc tiva, en Coyuntura Econ6mica, nQ 14, 1978, pAg. = 84 a 86. -453- clo de referencia (en lugar del IPI) para el empleo -­ del m~todo de los indicadores adelantados,.en aplica-­ ci6n de la estrategia sintomAtica de anAlisis coyuntu­ ral. Los indicadores de empleo, presentan, sin em­ bargo, algunos problemas que examinamos a continuaci6n: En primer lugar, con respecto a la EPA, es -­ preciso seffalar que, adn proporcionando la mAs amplia informaci6n sobre oferta y demanda de trabajo tanto a nivel nacional como provincial y clasificada, por sec­ teres, grupos de edad y sexo, presenta las siguientes anomalias: a) - Ha estado sometida, desde su aparici6n - en el segundo semestre de 1964, a diversos cambios me­ todol6gicos (los fundamentales en el segundo semestre de 1971, en el primer trimestre de 1975 yen el terce­ rode 1976) que impiden poder disponer de una serie -­ temporal homog~nea (32). (32) Leguina, J.: Los indicadores de paro, Boletin de Estudios Econ6micos, UCD, nQ 101, Bilbao, Agosto 1977, pAg. 383. I ' -454- b) - En su versi6n actual la EPA presenta: errores de muestreo apreciables a nivel provincial y de sectores. infravaloraciones en el nivel de paro, debido a las definiciones que presenta la misma de "ocupado" y "parado" y al no prestar atenci6n a la categoria de "desanimados". subvaloraci6n del "para es tacional", al no figurar C.£ mo categoria independiente los "temporeros sfn em- - plea". - infravaloraci6n de la poblaci6n activa. c) - Sus resultados, sobre todo los definiti­ vos, aparecen publicados con gran retraso. Con el fin de perfeccionar la Encuesta, es -­ preciso impedir cambios de metodologia con objeto de - poder disponer de series temporales homog~neas. Deben de publicarse con mucha mayor rapidez que hasta el me­ mento los resultados definitivos de la encuesta cita-­ da, asi como sus avances. Tambi~n deberia plantearse - -455- para el futuro la posipilidad de realizar, con periodi I cidad mensual, una encuesta.sobre el mercado de traba- jo de menor c'obertura y ~educida a las variables bAsi­ cas. Los resultados ahora obtenidos en la encuesta de Poblaci6n Activa sobre horas trabajadas deberian de desagregarse mAs a fin de poder aproximar una serie de horas trabajadas. En segundo lugar, con respecto al "paro·regi~ trado" por el INEM, hay que reseffar que no puede tom~ se como indicador del paro real, ya que todos los des­ empleados no acuden a las Oficinas de Empleo, afectan­ do este hecho fundamentalmente a las personas "sin em­ pleo anterior" que, no teniendo derecho al Seguro de - desempleo, no estAn obligados a inscribirse en las Ofi cinas de empleo y, por tanto, no lo hacen en su gran mayoria por la £alta de confianza en la operatividad - del INEM a los efectos de buscar empleo. Sin embargo , el carActer mensual de este indicador y el "paralelis­ mo" de su perfil ciclico con el del "paro estimado" de la EPA, hace que pueda ser utilizado como indicador de la evoluci6n ciclica de~ desempleo, a los efectos de - la aplicaci6n de la estrategia sintom~tica de an~lisis coyuntural. Con el fin de perfeccionar la estadistica -456- de "paro registrado" seria conveniente conocer con - - prontitud esta variable-fondo y las variables flujo -­ que la originan: nuevas demandas de trabajo, colocaci£ nes y ofertas de trabajo. Es necesario depurar la met£ dologia de las mismas, ya que en estos momentos prese~ tan un perfil poco fiable, sobre todo la serie de de-­ mandas de trabajo, que es la mAs importante, ya que -­ las "demandas de empleo pendientes" corresponden a tr~ bajadores en paro y dan lugar a las cifras de "paro r~ gistrado". -457- 8. ESTADISTICAS DEL SECTOR EXTERIOR Este sector es uno de los mejor cubiertos por las estadisticas econ6micas a corto plazo. Los aparta­ dos del mismo que necesitan de una mejoria estadistica son los relativos a los indices de precios de comercio exterior y a la cuantia y estructura de la deuda exte­ rior del pais. La estadistica fundamental referente a Comer­ cio de Mercancias es la que se refiere a importaciones y exportaciones de las mismas que aparecen mensualmen­ te en la "Estadistica de Comercio Exterior" que elabo­ ra la Direcci6n General de Aduanas, asi como en "El i~ forme mensual sobre Comercio Exterior" y su "Avance" - elaborados por el mismo organismo (33). El problema-­ mAs importante de estas publicaciones es que, las dos (33) CECA: La utilidad de la informaciOn sobre Comer-­ cio exterior, Coyuntura Econ6mica, nQ 17, 1978, - pAg. 72 a 79. -458- primeras aparecen con un "retraso considerable" (cua­ tro y dos meses respectivamente), y la tercera se dis­ tribuye de forma muy rest.ringida. El Ministerio de Eco nomia y Comercio publica, tambi~n, en su Boletin sema­ nal de ICE, las importaciones y exportaciones de mer­ cancias clasificadas por grandes categorias econ6mi- - cas. Por su parte el Ministerio de Industria publica datos sobre Comercio Exterior de Productos Industria-- les. Las estadisticas deSector Exterior se compl~ tan con las que elabora el Banco de Espana, que apare­ cen publicadas en su Boletin Estadfstico mensual: Del "Registro de Caja de las operaciones con el exterior", se obtienen las estadisticas referentes a la Balanza - de Mercancias, a la de Servicios, a la de Transferen-­ cias, ala de Capital a largo plazo, y ala de capital a corto plazo. En el mismo Boletin se publican datos - sobre "Licencias de importaci6n", "Leads y lags del Co mercio Exterior" (adelantos y retrasos en los pagos ne tos), "autorizaciones de inversiones extranjeras", - - "reservas de divisas", "precios relatives", "tipo de - cambio efecti vo real de la peseta" y "evoluci6n ( tri-­ mes tral) de la deuda exterior". -459- El uso de indices de precios de comercio ext~ rior se ha hecho mAs acuciante en los dltimos affos, a . causa de que las al tas tasas de in£laci6n mundial dis- torsionan la observaci6n de la evoluci6n real del co-­ mercio internacional. En este momento se elaboran en - I l ; Esp~a indices de precios de exportaciones e importa-- ciones de mercancias por los-siguientes organismos: Servicio de Estudios del Banco de Espafia, SerVicio de Estudios del Banco Hispano Americano, Ministerio de Economia y Comercio e Institute Nacional de Estadisti­ ca, adn cuando s6lo se publica el del Banco Hispano -­ Americano cuyas caracteristicas £ueron analizadas al - tratar de los indicadores de precios. Oebido a que los precios de importaciones y exportaciones, estAn suje-­ tos a continuos cambios, sus indices deben someterse - cada poco tiempo a reelaboraciones metodol6gicas, por ' 1 I lo cual seria conveniente que este problema se aborda- se de manera exhausti va, por un s6lo organismo, y que se sistematizara la publicaci6n de los mismos para su manejo en el anAlisis coyuntural. Por el momento pare­ ce que el Ministerio de Economia y Comercio se encuen­ tra en las mejores condiciones para acometer de manera definitiva la elaboraci6n del indice mencionado. Este cAlculo mAs riguroso del indice citado no deber!a in~ dir que existiesen publicaciones simultAneas de los -­ distintos indices que se pudieran elaborar. -460- 9. ESTADISTICAS DEL SECTOR PUBLICO Para el anAlisis de la actividad del Sector - Pdblico, en el corte plazo, las publicaciones existen­ tes son incompletas ya que recogen, fundamentalmente,­ la actividad del Estado, siendo prActicamente inexis-­ tente la informaci6n sobre el resto del Sector Pdbli-- co. El esfuerzo del Ministerio de Hacienda para - ofrecer datos sobre evoluci6n de los ingresos y gastos p~blicos es importante, adn cuando sus publicaciones - son, a veces, dificiles de conseguir. La publicaci6n - mensual del Boletin informative del Sector Pdblico por la Subsecretaria de Presupuesto y Gasto Pdblico ha cu­ bierto una laguna importante en la informaci6n estadis tica de este sector. Una publicaci6n estadistica mAs - importante que la anterior a efectos. de anAlisis econ6 mice coyuntural del sector pdblico, es la denominada "Estadistica de derechos contraidos y recaudaci6n obt~ nida del Presupuesto de Ingresos y Situaci6n de los cr~ditos, obligaciones contraidas y pages ordenados del Presupuesto de Gastos", elaborada por la Interven- -461- ci6n General de la Administraci6n del Estado, con ca-­ rActer mensual (34). A partir de esta publicaci6n se­ pueden obtener las siguientes informaciones cuantitati vas referentes a la actividad del Sector Pdblico y que constituyen los indicadores fundamentales de su acti~ dad: 1Q)- Saldo monetario, que resulta de la ela­ boraci6n del Presupuesto Monetario del Sector Pdblico y sirve para medir el impacto de la actividad moneta-­ ria del mismo en ia actividad econ6mica. 2Q) - Un segundo grupo de estadisticas se re­ fiere a la evoluci6n acumulada de los ingresos presu­ puestarios, recogiendo los siguientes extremos (ademAs de los ingresos presupuestados): (34) CECA: Indicadores espanoles de coyuntura. Indices de la actividad financiera del Sector Pdblico, en Coyuntura Econ6mica~ nQ 13, 1978, pAg. 84 a 96. I I -462- a) Recaudaci6n por ingresos,de presupuesto corriente y de "resultas" de ejercicios cerrados, clasificados I por conceptos presupuestarios y se~n la clasifica- ci6n econ6mica. b) Derechos contraidos y liquidados y Recaudaci6n obte nida hasta el final del mes al que se refiere el in forme, tanto referidos al ejercicio corriente como a "resultas" de ejercicios anteriores, clasificados segdn conceptos recaudatorios y por provincias. c) Desgravaci6n fiscal, hasta el final del mes al que se refiere el informe. JQ) - Otro grupo de estad!sticas se refieren a la evoluci6n de los gastos presupuestarios, recogie~ do los siguientes extremes: a) Desarrollo del Presupuesto de gastos, a todos los - niveles, tanto del ejercicio corriente como de "re­ sultas" de ejercicios cerrados. Los datos se refie­ ren a Cr~di tos Presupuestos (iniciales y modifica-­ ciones), Obligaciones Reconocidas, Pages Ordenados y Pages Realizados,acumulados y clasificados en Ga~ tos corrientes y de inversi6n, excepto para el caso -463- de Pagos Realizados que no existe este desglose. -­ Por esta raz6n, se toman los "pagos ordenados" (y - no los realizados) como indicadores de la demanda pdblica (consumo pdblico e inversi6n pdblica), como ya vimos al tratar de las estadisticas de consumo e inversi6n. b) Estado de las modificaciones en los cr~ditos presu~ puestarios iniciales (estas modificaciones son las que se derivan de la concesi6n de cr~ditos extraor­ dinarios y suplementos de cr~dito, cr~ditos finan-­ ciadosmn ayuda exterior, cr~ditos ampliables, transferencias de cr~ditos, cr~ditos generados por ingresos y cr~ditos de calificada excepci6n), segdn las clasificaciones orgAnica y econ6mica .. Los principales problemas de la publicaci6n a que nos referimos son, por una parte que se trata de una publicaci6n "quasi-reservada" por lo que es muy di ficil conseguirla, sintoma evidente de la falta de - - transparencia de la informaci6n estadistica ya senala­ da anteriormente, y por otra que, esta publicaci6n no recoge "directamente" la informaci6n.correspondiente­ al "periodo de ampliaci6n" del ejercicio presupuesta-­ rio,que transcurre durante cada mes d~ enero siguien-­ te. -464- Una publicaci6n complementaria que recoge as­ pectos de la actividad del Sector Pdblico en lo que se refiere a la Administraci6n Central, es el Boletfn Es­ tadistico del Banco de Espana que suministra datos acu mulados de Ingresos, Pagos Ordenados y Financiaci6n. Para analizar la evoluci6n de la "Inversi6n - Publica" tambi~n puede utilizarse (como ya vimos) la - informaci6n suministrada por el Ministerio de Economia y Comercio referente al "seguimiento" de la ejecuci6n del Programa de Inversiones Publicas (PIP). Respecto a algunos subsectores del Sector Pu­ blico, seria necesaria mayor rapidez en la publicaci6n de los datos: este es el caso de la Seguridad Social, que ofrece datos referentes a Ingresos y Gastos con no­ table ret'raso, de las Corporaciones Locales y de las - Empresas publicas. Por otra parte,al Servicio de Mutualidades L~ borales habria que pedirle que agilizara la publica- - ci6n de los datos de afiliaci6n a la Seguridad Social, que tan importantes son para el seguimiento de la co-­ yuntura del empleo, y el Ministerio de Sanidad y Segu­ ridad Social (hoy integrado en el de Trabajo) deberfa comprometerse a la publicaci6n mensual de indicadores coyunturales, como vienen hacienda otros min1sterios. -465- 10. ESTADISTICAS MONETARIAS Y FINANCIERAS Las estad!sticas monetarias y financieras se recogen en el bolet!n estadistico que men$Ualmente ela bora y publica el Servicio de Estudios del Banco de E~ paffa (35). Dicho Boletin es un ejemplo positivo de la calidad y perfecci6n a que puede llegarse en el campo de la informaci6n estad!stica, superando con mucho las necesidades del anAlisis coyuntural. Es de esperar que el retraso en la edici6n del bolet!n, que constituye - su ~nico defecto, se consiga reducir pronto, aunque e~ te retraso se estA supliendo de momento con la difu- - si6n rapida por otros procedimientos de los datos dis­ ponibles y no publicados a~n. (35) El Boletin estad!stico del Banco de Espana no re­ coge rtnicamente datos sobre la evoluci6n moneta-­ ria y financiera, sino que su campo de acci6n se extiende practicamente a todas las facetas de la actividad econ6mica, superando incluso el Ambito nacional. Por si fuera poco, aquellas acti vidades que no figuran estad!sticamente en dicho bolet!n, son ofrecidas por el Banco de Espana en otras pu­ blicaciones de menor difusi6n. -466- Fundamentalmente, los indicadores para el se­ guimiento a corto plazo de la actividad del sector mo­ netario de la economia son los siguientes (36), sumi-­ nistrade.s todo.s ellos por el ci tado Bole tin y de una - fiabilidad contrastada: a) Para medir la liquidez del sistema: * M1 . Oferta Monetaria = Efectivo en manos del p~ blico + Dep6sitos a la vista. H M2 M1 + Dep6sitos de Ahorro. H M 3 . Disponibilidades liquidas = M2 + Dep6sitma plazo y Ahorro vinculado. Esta es la varia­ ble fundamental para el seguimiento de la - (36) Rodriguez Tamayo, P.: Los indicadores monetarios de la economia espanola, en Boletin de Estudios - Econ6micos, UCD, nQ 101, Bilbao, Agosto, 1977, -­ pAg. 297 a 31 7. -467- liquidez, ya que el Gobierno viene fijando - sus objetivos de liquidez en t~rminos de Di~ ponibilidades Liqui.das. Los datos referidos a esta variable, se publican desglosando sus componentes y atendiendo a sus factores de - variaci6n (Sector Pdblico, Sector Privado, - Sector Exterior y otros). b) Para analizar la £inanciaci6n interna de la econo­ mia: - Cr~dito al sector privado (desglosado por instit~ ciones: Banco de Espafia, :Banca pri vada, Caja; de - Ahorros y E.O.C.) + Emisiones privadas. - Cr~dito al Sector Pdblico + Emisiones FUblicas. c) Para analizar la acti vi dad de la Banca pri vada: - Cr~ditos concedidos. - Dep6sitos bancarios. - Coeficiente de caja (porcentaje que representa el "efectivo" y el "disponible" en el Banco de Espa­ na sobre los recursos ajenos) de la Banca Comer-­ cia!. I I -468- - Coeficiente de liquidez (porcentaje que represen­ ta el total de "liquidez retenida" sobre los re-­ cursos ajenos) de la Banca Comercial. d) Para analizar la actividad de las Cajas de Ahorros: - Cr~ditos concedidos. - Dep6sitos. e) Para analizar la actividad de las E.O.C.: - Cr~ditos netos concedidos. - Cuentas del Cr~dito Oficial (cr~ditos dispuestos + Amortizaciones + intereses). f) Otros indicadores del Sector monetario y financie-­ ro son: - Los tipos de inter~s del mercado monetario (para analizar el precio del dinero). - El indice ponderado de cotizaci6n de lasBolsas. - Reservas de divisas. -469- 11. SELECCION DE INDICADORES DISPONIBLES PARA EL ANA­ LISIS COYUNTURAL DE LA ECONOMIA ESPANOLA Una vez analizado el aparato estadistico-eco­ n6mico espanol, el objeto del presente epigrafe es si~ tetizar los principales indicadores coyunturales de la economia espaflola,clasificados por los grandes Agrega­ dos de Actividad que suelen aparecer en los informes de coyuntura de tipo general. A. los efectos de dicha­ clasificaci6n es preciso tener en cuenta las siguien-­ tes indicaciones para la correcta interpretaci6n de la misma: a) - Se tienen en cuenta los grandes Agrega-­ dos de Actividad Econ6mica (Demanda, Oferta, Agregado Socioecon6mico -precios, salaries y empleo de los fa£ tores fundamentalmente- , Sector Exterior, Sector P~-­ blico y Sector Monetario y Financiero). b) - se senala la variable que los indicado-­ res pretenden representar. c) - Se atiende a la "fiabilidad" de los dis­ tintos indicadores, de acuerdo con la exactitud con la que "aproximan" la variable representada. En este sen- -470- tido los indicadores se clasifican en Fiables (F) y No Fiables (NF); los indicadores "fiables" pueden ser ut.!_ lizados para el anAlisis coyuntural con toda tranquil.!_ dad; los "no fiables" no deben ser utilizados en nin-­ g11n caso, excepto si no existen "sustitutos", y aque-­ llos para los que no se especifica nada, pueden ser -­ utilizados, pero con las debidas reservas. El indicati vo (N), significa indicador de reciente aparici6n. d) - Algunos indicadores aparecen clasifica-­ dos en mAs de un lugar, lo que significa que pueden -­ servir para representar mAs de una variable. e) Se indica la fuente de donde precede cada indicador. -471- 11.1. Agregado de la Demanda. Variable represent ada Indicadores FUente Fiabilidad Oemanda global Debilidad de M. de la Demanda Industria N.F. Carter a de M. de pedidos total Industria F. Stocks de pr_£ ductos termi- M. de nados Industria F. Consumo privado Matriculaci6n J .c. de autom6viles TrA.fico F. Ventas gran- des almacenes I.N.E. N.F. Vent as a plazos N.F. Variable represent ada Consumo privado Consumo publico Inversi6n en B. de Equipo Indicadores Consumo de gasolina Imp. de B. de Consumo Cartera pe- didos B. de Con sumo Stocks de B. de Consumo Pagos orde­ nados para Capitulos I y II del Presupuesto Disponibili­ dades de B. de Equipo Fuente CAMP SA D.G.A. M. de Industria M. de Industria M. de Hacienda I.N .E. -472- Fiabilidad F. F. F. F. F. N. -473- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Inversi6n en B. de Equipo Matriculaci6n de B. de J.C. de T. Inversi6n e I.N.E. F. Carter a de Pedidos B. de M. de Inversi6n Industria F. Previsi6n Ten dencia produ£ ci6n de B. de M. de Inversi6n Industria F. Perspectivas M. de de inversi6n Industria N.F. Consumo apare!! te de acero UNESID Imp. de B. de Equipo D.G.A. F. -474- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Inversi6n en B. de Equipo credi to al Sector pri- vado (deflac- tado) para compra de B. B. de de Equipo Espana F. Inversi6n en Construcci6n IPI para "Ma- teriales de Constru~ci6n" I.N .E. N. Con sumo apa- rente de ce- M. de I menta Industria N.F. Nivel de M. de contratacion Industria N.F. Previsioo ri t- M. de mo acti vi dad Industria N.F. -475- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Inversi6n en Construcci6n Obra lici tada SEOPAN F. Viviendas pr£ yec tad as Co- leg. de Arqui tectos MOPU F. Viviendas de protecci6n oficial: calif. provisional MOPU F. Viviendas de protecci6n oficial: iniciadas MOPU F. Cr~di to-vi- B. de vi end a Espana Variable represent ada Inversi6n en existencias Inversi6n pllblica Demanda ex- terna neta Indicadores Ni vel de Stocks "P agos orde­ nados" para capi tulos VI y VII del Presupuesto Exportaciones- Importaciones de Bienes Exportaciones- Importaciones de Servicios (exc. Turismo) Fuente M. de Industria M. de Hacienda D.G.A. B. de Espana -476- Fiabilidad N.F. F. F. F. Variable represent ada Demanda ex­ terna neta Indic adores N2 visi tantes extranjeros Ingresos ne- tos por Tu- rismo -477- Fuente Fiabilidad a. de E. de Turismo F. s. de E. de Turismo F. I ' ' ; : ' 11.2. Agregado de la Oferta. Variable represen tad a PIB total Producci6n Sector Primario Indicadores Consumo de energia pri- maria Demand a de energia el~£ trica Indice de Producci6n Agraria Indice de Producci6n Ganadera Fuente I.N .E. U.N.E.S.A. M. de Agricultura M. de Agricultura -478- Fiabilidad N.F. F. N.F. N.F. -479- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Producci6n Sector Primario Volllmen y va- lor de la pes ca desembar- sub. de cad a Pesca F. Producci6n Industrial IPI I.N.E. N. Consume de energia primaria I.N.E N.F. Demand a de energia el~ctrica UNESA Nivel de M. de producci6n Industria F. Variable represen'tada Producci6n Industrial V.A. en Construcci6n Indicadores Tendencia de la producci6n Carter a de pedidos Utilizaci6n capacidad productiva Producci6n de acero Producci6n de au tom6viles Ni vel de obra contratada Ri trno de Actividad Fuente M. de Industria M. de Industria M. de Industria UNESID ANFAC M. de Industria M. de Industria -480- Fiabilidad F. F. F. N.F. N.F. -481- Variable representada Indicadores FUente Fiabilidad V.A. en Construcci6n Consume apa- rente de M. de cementa Industria N.F. IPI de Mate- riales de Construcci6n I.N.E. N. Proyectos de viviendas to- tales visadas por Coleg. de Arquitectos MOPU F. Vi viem:las de protecci6n oficial: en construcci6n MOPU F. Viviendas de protecci6n oficial: terminadas MOPU F. Variable represen tad a V.A. en Construcci6n V.A. Sector Servicios: V.A. Transportes Indicadores Licitaciones (deflactadas por coste to- tal construe- ci6n) Poblaci6n ocupada en Servicios Indice de Acti vi dad ferroviaria Indice de acti vidad del trans- porte rna- ritimo -482- Fuente Fiabilidad SEOPAN F. I.N.E. I.N .E. N.F. I.N.E. N.F. -483- Variable representada Indicadores Fuente Fiabilidad V.A. Transportes Indice activi- M. de dad T. a~ reo Transportes F. Consumo de Gas~il (T. Terrestre) CAMP SA F. V.A. Comunicaciones N2 conferen- cias tele£6- nicas CTNE F. N2 efectos post ales en vi ados I.N.E. N.F. N2 telegra- mas en vi ados I.N.E. N.F. Variable represent ada V.A. Turismo V.A. Sector Pliblico Indicadores NQ visi tantes entrados Ingresos por turismo (netos) Grado de ocupaci6n hotelera NQ asalaria­ dos en el S.P. FUente s. de E. para TUrismo s. de E. para TUrismo s. de E. para TUrismo M. de Hacienda -484- Fiabilidad F. F. F. -485- 11 .3. Agregado socio-econ6mico (precios, salarios y­ empleo de los factores de producci6n fundamen-- talmente). • Variable represent ada Nivel de in­ flaci6n en - los distintos escalones del proceso eco­ n6mico Indicadores Indice de pr!t cios percibi­ dos por los agricultores Indice de pr~ cios industria les. Tendencia de los precios I P C Fuente M. de Agricul tura I.N .E. M. de Industria I.N .E. Fiabilidad F. N. N.F. F. Variable represent ada Precios agricolas Precios industriales Precio del Dinero Indicadores Indice de precios paga- dos por agricultores Indice de precios pe- didos por agricultores Indice de precios industriales Tipos de in­ ter~s del mercado mo­ netario Fuente ·· M. de Agricul tura M. de Agricul tura I.N.E. B. de Espar1a -486- ?iabilidad F. F. N. F. Variable represent ada Precios de Comercio Exterior Tipo de cambio Indicadores Indice de pr~ cios de ex- portaciones Indice de pr~ cios de im- portaciones Relaci6n real de Intercam- bio Rel aci6n pe- seta/dolar Tipo de cam- bio efectivo real de la peseta -487- FUente Fiabilidad BHA F. BHA F. I ~ M. de Economia y Comercio B. de Espana F. B. de Espana F. -488- Variable representada Indicadores Fuente Fiabilidad Salaries Retribuci6n media por h£ ra trabaj ada I .N .E. N.F. Ganancia me- dia por per- son a I .N.E. N.F. Indice de salaries M. de agricolas Agricultura F. Indice del coste de la mano de obra en construe- ci6n SEOPAN F. Indice de salaries por M. de Convenio Trabajo F. -489- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Empleo del Equipo Utilizaci6n de la capacidad M. de productiva Industria F. ; Empleo del Factor Trabajo Poblaci6n activa I.N.E. F. Poblaci6n ocupada I.N.E. ·F. Paro esti- mado I.N.E. F. Paro re- gistrado INEM N.F. Afiliaci6n M. de Tra- a la Seguri- bajo, Sani dad social dad y s.s. Variable represent ada Cobertura del desempleo Indicadores Seguro de Desempleo -490- Fuente Fiabilidad M. de Tra- bajo, Sani dad y Se~ rid ad So- cial F. -491- 11 .4. Agregado del Sector Exterior. Variable represent ada Indic adores Fuente Fiabilidad Actividad del Sector Exterior por cuenta co- rriente Importaciones de Mere anci as B. de E. F. Exportaciones de Mercancias B. de E. F. Saldo de la Balanza de Bienes B. de E. F. Import ac i ones de Servicios B. de E. F. Exportaciones de Servicios B. de E. F. -492- Variable representada Indicadores Fuente Fiabilidad Actividad del Sector Exterior por cuenta co- rriente Saldo de la Balanza de Servicios B. de E. F. Saldo de la Balanza de Bienes y Servicios B. de E. F. Transfe- rencias B. de E. F. Saldo de la Balanza Corriente B. de E. F. -493- Variable represent ada Indicadores FUente Fiabilidad Actividad del s. Exterior por cuenta de Capital Importaciones de Capital a Largo Plazo B. de E. F. Exportaciones de Capital a Largo Plazo B. de E. F. Autorizaciones de Inversi6n Extranjera B. de E. F. Deuda Exter- na a Largo Plazo B. de E. F. Saldo de la Balanza de Capital a Largo plazo B. de E. F. Variable representada Actividad del s. Exterior por cuenta de Capital Posici6n de reservas Indicadores Saldo de la Balanza BAsic a Importaciones de capital a corto plazo Exportaciones de capital a corto plazo Leads y lags del Comercio Exterior Variaci6n de Reservas -494- Fuente Fiabilidad B. de E. F. B. de E. F. B. de E. F. B. de E. F. B. de E. F. -495- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Precios Indice de precios de Importaciones B. de E. F. Indice de precios de Exportaciones B. de E. F. Precios relatives B. de E. F. Cambio medio del dolar B. de E. F. Tipo de c,am- bio efectivo real de la peseta B. de E. F. 11.5. Agregado del Sector Pdblico. Variable represent ada V.A. por el Sector Pl1blico Actividad monetaria y financier a del S.P. Ingresos Presupues­ tarios Indicadores NQ de asalariados Saldo mo­ netario Cr~dito al Sector Pl1blico Derechos contraidos y liquidados Fuente M. de H. M. de H. B. de E. M. de H. -496- Fiabilidad F. F. F. -497- Variable represent ada Indicadores FUente Fiabilidad Ingresos Presupues- tarios Ingresos recaudados M. de H. F. Desgravaci6n fiscal M. de H. F. Gastos Presupues- tarios Obligaciones reconocidas M. de H. F. Pages orde- nados M. de H. F. Pages rea- liz ados M. de H. F. Modificaci6n de los cr~di tos presu- puestarios M. de H. F. -498- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Consurno publico ?agos ordena- dos por capi- tulos I y II del Presupue2_ to M. de H. F. Inversi6n publica Pagos ordena- dos por cap. VI y VII del Presupuesto M. de H. F. Inversi6n publica M. de E. y "reali zada" Comercio F. -499- Variable represent ada Indicadores FUente Fiabilidad Actividad de la Segu- rid ad Social Ingresos M. de Tra- bajo, Sani dad y Se~ rid ad So- cia! N.F. Pagos M. de Tra- bajo, sa- nidad y Seguridad Social N.F. 11.6. Agregado Monetario y Financiero. Variable represent ada Liquidez Financiaci6n intern a Actividad de la Banca Indicadores M1 M2 M3 (Disp. Liquidas) Cr~dito al Sector pli- blico Cr~dito al Sector Privado Cr~ditos concedidos Fuente B. de E. B. de E. B. de E. B. de E. B. de E. B. de E. -500- Fiabilidad F. F. F. F. F. F. Variable representada Actividad de la Banca Actividad de las Cajas de Ahorro Actividad de 1 as E . 0. C. Indicadores Dep6sitos Coef. de Caja (B. Comer.) Coef. de liquidez (B. Comer.) Cr~ditos concedidos Dep6sitos Cr~ditos ne­ tos concedidos -501- FUente Fiabilidad B. de E. F. B. de E. F. B. de E. F. B. de E. F. B. de E. F. B. de E. F. -502- Variable represent ada Indicadores Fuente Fiabilidad Actividad de las E.O.C. Cuentas del Cr~dito oficial B. de E. F. Financiaci6n Exterior Saldo B. de Bienes y Servicios B. de E. F. Saldo B. Corriente B. de E. F. Saldo B. Capital a Largo Plazo B. de E. F. Sal do Balanza BAsic a B. de E. F. Variable representada Financiaci6n Exterior Precio del dinero Indicadores Reserva de di visas Tipos de in­ ter~s del mercado mo­ netario -503- FUente Fiabilidad B. de E. F. B. de E. F. -504- 12. CLASIFICACION DE LOS INDICADORES CICLICOS Con el fin de utilizar el rn~todo de los indi­ cadores adelantados en aplicaci6n de la estrategia si£ torn~tica, para el anAlisis de la coyuntura econ6rnica , hemos realizado la siguiente clasificaci6n de una selec ci6n de indicadores de la econornia espanola en adelan­ tados, coincidentes y retrasados en relaci6n con una - cronologia de referencia. Para la correcta interpreta­ ci6n de esta clasificaci6n es precise tener en cuenta los siguientes extremes: a) - Se ha tornado como cronologia de referen­ cia, un indice de actividad ampliarnente representative de la actividad econ6rnica global cornpuesto, ponderada-­ rnente, por el Indice de Producci6n Agraria, el Indice de Producci6n Industrial y algunos indices parciales - de la actividad de algunos subsectores del Sector Ter­ ciario de los que existe inforrnaci6n (Transportes, TU­ risrno y Cornunicaciones), corregidos por la poblaci6n - ocupada en los Servicios. b) - Se consideran indicadores "adelantados" (A) los que presentan un adelanto rnediano igual o sup~ -505- rior a 3 meses con respecto a la cronologia de refere~ cia. c) - Se consideran indicadores "coincidentes" (C), aquellos cuya desviaci6n con respecto al ciclo de referencia oscila entre -2 y +2 meses. d) - Se consideran indicadores retrasados (R) ,· aquellos cuyo desfase con respecto al ciclo de refere~ cia es igual o superior a 3 meses. e) - El estudio en que se apoya esta clasifi­ caci6n se refiere al periodo 1965-1980. £) - El n~ero de indicadores coyunturales e~ pafioles "adelantados" es muy reducido, lo que dificul­ ta, en alguna medida, la aplicaci6n del m~todo de indi cadores adelantados. 12.1. Indicadores reales. Producci6n: Indice de Producci6n Agraria !PI IPI Bienes de Consumo IPI Bienes Inversi6n Demanda energia el~ctrica N2 visitantes extranjeros Indice de actividad ferroviaria Indice de actividad de transporte maritimo Indice de actividad de transporte a~reo Consumo de gas-oil automoci6n Demand a: Ventas grandes almacenes (deflactada) Matriculaci6n autom6viles Matriculaci6n de B. de Inversi6n Viviendas totales proyectadas -506- caracter c c A c c c R R R R R c c R Precios: IPC Salaries: Indice de salaries agricolas Indice del coste de la mano de obra en construcci6n Empleo: Nuevas colocaciones Paro registrado -507- Car~.cter R R R c R 12.2. Indicadores monetarios. Protesto de letras de cambio M1 (Oferta Monetaria) deflactada M2 deflactada M3 (Disponibilidades liquidas) deflactada M1 sin deflactar M2 sin deflactar M3 sin deflactar Cr~dito al Sector privado deflactado Cr~dito al Sector privado sin deflactar -508- CarActer A c c A A A c c R 12.3. Indicadores procedentes de las Encuestas de Opiniones empres~ riales. Cartera de pedidos (Ni vel) Tendencia de la cartera de pedidos Nivel de Stocks Tendencia de los stocks Tendencia de la producci6n Tendencia de los precios Utilizaci6n de la capacidad productiva -509- caracter A (M) A c A A c c (M) Este indicador, a partir de 1975 se comport6 como coincidente, cuando en realidad es un indicador -­ tipicamente adelantado. -510- 13. PRINCIPALES FUENTES ESTADISTICAS EXISTENTES EN -­ ESPANA PARA EL ANALISIS ECONOMICO (FUNDAMENTAL- - MENTE A CORTO PLAZO) Nos ha parecido conveniente incluir aqui, no s6lo las fuentes estadisticas que proporcionan informa ci6n sobre indicadores a corto plazo, sino las que pr£ porcionan tambien otras informaciones econ6micas no ti picamente coyunturales; se incluyen asimismo publica-­ ciones especializadas de tipo econ6mico. Nos ha guiado para ello el convencimiento de que tanto la informa- - ci6n econ6mica a corto plazo, como la del medio y lar­ go plazo, son necesarias para el analisis coyuntural , debido a la tendencia a la convergencia de los enfo- - ques coyuntural y estructural. INSTITUTO NACIONAL DE ESTADISTICA C/ Est~banez Calder6n, 2 MADRID-16 - Indicadores de coyuntura (mensual). Indices de precios de consurno (mensual). Indices de precios industriales (mensual). - Boletin de Estadistica (mensual). -511- - Suplemento al Boletin de Estadistica (avance de se-- ries desestacionalizadas). -Indices mensuales de producci6n industrial. - Encuesta de Poblaci6n Activa (trimestral) y Avance - de la misma. - Encuesta de Salarios (trimestral). - Revista Estadistica Espanola (trimestral). - Boletin de Coyuntura Trimestral. - Anuario Estadistico. - Informe anual sobre distribuci6n de la renta. - La Contabilidad Nacional de Espana y Avance de misma. Datos estadisticos de las provincias espaffolas. 'JIEJLIOTECA BANCO DE ESPANA. SERVICIO DE ESTUDIOS C/ Alcal~, 50 MADRID-14 - Boletin estadistico (mensual). -512- - Suplemento del Boletin estadistico (trimestral). Indicadores econ6micos. - Series hi~t6ricas. - Boletin econ6mico (mensual). - Boletin estadistico: Indicadores econ6micos (trimes- tral). - Boletines Sectoriales (mensuales). - Informe anual. MINISTERIO DE TRABAjO, SANIDAD Y SEGURIDAD SOCIAL Nuevos Ministerios MADRID - Informe sobre la emigraci6n espanola (mensual); - -­ (Institute Espaftol de Emigraci6n). - Emigraci6n espanola asistida, (trimestral) (Institu­ te Espanol de Emigraci6n). - Informaci6n estadistica, (trimestral). S.G.T. - Estadistica de empleo. (mensual). INEM. -513- - Situaci6n de los Mercados de Trabajo (trimestral} -­ INEM. - Carpetas de informaci6n estadistica (mensual) INSA-­ LUD. - Evoluci6n de la afiliaci6n a la Seguridad Social - - (mensual). INSALUD. MINISTERIO DE INDUSTRIA Y ENERGIA. S.G.T. SERVICIO DE PUBLICACIONES cj Claudio Coello, 44 MADRID-1 - Resultados de la encuesta de coyuntura industrial -­ (mensual). - Informes sobre infrautilizaci6n de la capacidad pro­ ductiva. (trimestral). - Encuesta sobre las expectativas de inversi6n en la - industria. - Comercio Exterior de Productos Industriales. - Economia Industrial (Revista mensual). - Boletin estadistico (mensual). - Informe sobre la coyuntura industrial (mensual). - Estimaci6n de la renta industrial (anual). - Informe anual sobre la industria espanola. INSTITUTO NACIONAL DE INDUSTRIA Plaza del Marqu~s de Salamanca, 8 MADRID-6 - Boletin de documentaci6n econ6mica (semanal). - Boletin de documentaci6n econ6mica {especial). -Memoria anual. MINISTERIO DE AGRICULTURA. S.G.T. Paseo de Infanta Isabel~ 1 MADRID-7 - Informe semanal de coyuntura. Boletin mensual de Estadistica agraria. -514- - Precios pagados y percibidos por los agricultores (mensual)~ - Comentario de diversas producciones. -La agricultura espanola (informe anual). - Anuario de estadistica agraria. - Inventario de Areas de depresi6n socio-econ6mica. - Manual de Estadistica agraria. MINISTERIO DE HACIENDA cj Rey Francisco, 21 MADRID-8 - cuentas de las Administraciones FUblicas. -515- - cuentas de las Instituciones financieras publ~cas. - CUentas de las empresas publicas. - Presupuestos Generales del Estado. C/ Guzman el Bueno, 137 MADRID-3 - Avance del Informe mensual sobre c. Exterior. - Informe mensual sobre Comercio Exterior. - Informe del Comercio Exterior de Espana-(anual). - Comercio por productos y por pafses en NDB. - Comercio por Aduana~ y TrAfico de perfeccionamiento en NDB. - Comercio por regiones. - Comercio por zonas, admisiones, depositos y transi-- tos. -516- - Comercio por productos y por paises en CUCI. Informe anual. - TrAfico Maritimo. (Internacional y cabotaje). C/ GuzmAn el Bueno, 137 MADRID-3 - Recaudaci6n de la venta de billetes de Loteria. - Premios de Loteria efectivamente satisfechos. C/ AlcalA, 7- 1~ planta MADRID-14 - Presupuesto Monetario (mensual). - Boletin informative del Sector FUblico. C/ MontalbAn, 6 MADRID - Estado de saldos del Tesoro Publico en el Banco de - Espana. -517- f) fn.!er.v~n£i£n_G~n~r~l_d~ !a_A£m,!_n,!_s,!r~c_i6~ .£e! !s,!a.:: do. c/ Alcala, 4 MADRID - Estadistica de Derechos contraidos y recaudaci6n ob­ tenida del Presupuesto de Ingresos. - Situaci6n de los cr~ditos, obligaciones contraidas y pagos ordenados del Presupuesto de Gastos. g) .§_u_£d.!_r~C£i .£n _ d~ ~m.E,r~s ~s _y .Y~.!i£i E.a£i£n~ s _ e ~ t ~ t ~-= les. C/ AlcalA, 9 - 3! planta MADRID - Empresas Estatales, Memoria (anual). MINISTERIO DE OBRAS PUBLICAS Y URBANISMO Nuevos Ministerios MADRID-3 - Boletin Informative (mensual) S.G.T. - Documentos informativos. S.G.T. - Boletfn Informative del Medic Ambiente. - Boletfn Informative del M.O.P.U. - Informe General del Medic Ambiente en Espana. -Las Obras Pdblicas (anual). S.G.T. MINISTERIO DE ECONOMIA Y COMERCIO C/ Castellana, 162 MADRID - Informaci6n Comercial Espanola (semanal). - Informaci6n Comercial Espanola (mensual). - Balanza de Pages (anual). - Cuadernos Econ6micos de I.C.E. - Informe mensual de coyuntura (D.G.P. y P.E.). -518- - Informe anual de la economia espanola (D.G.P. y P.E.) MINISTERIO DE TRANSPORTES, TURISMO Y COMUNICACIONES Nuevos Ministerios MADRID - Libro Blanco del Transporte. -La Coyuntura Turistica (mensual). - Avance del movimiento turistico (mensual). - Estadistica de Turismo (anual). SUBSECRETARIA DE AVIACION CIVIL Avenida de Am~rica, 25 MADRID-2 -519- - TrAfico comercial de transporte a~reo (mensual). - Estadisticas de trafico a~reo (nacional e interna- - cional), anual. DIRECCION GENERAL DE TRAFICO C/ Serrano, 41 MADRID - Boletin Informativo mensual de la Direcci6n General de TrAfico. - Anuario Estadistico General (anua1): BANCO DE BILBAO c/ Conde de Arest~ BILBAO - Servex (Boletin de Comercio Exterior). -520- - Situaci6n (mensual). - La Renta Nacional de Espana y su distribuci6n provi~ cial. - El Campo. - Revista de informaci6n econ6mica mundial - Boletin - de Londres. - Informe econ6mico anual. - Encuesta sobre demanda de cr~dito. C/ Diego de Le6n, 16 MADRID - Aranceles 1976 BANCO HISPANO AMERICANO - SERVICIO ESTUD. ECONOM. Plaza de Canalejas, 1 MADRID - Pulso Econ6mico. - Guia Burs~til. Eurocooperation. Estudes economiques europeennes. - Ordenaci6n de la Economia Espanola. - La Coyuntura Econ6mica. - Pulso Burs~til. BANCO DE VIZCAYA C/ AlcalA, 45 - 3~ planta MADRID - Atlas Estadistico Bancaya. - Noticiario Econ6mico (mensual). -521- - Indices Bancaya de expectativas empresariales (men-- sual). BANCO CENTRAL C/ AlcalA, 49 MADRID - Informe econ6mico anual. - Memento Econ6mico. - Boletin informative. BANCO A TLANTICO Plaza Santa Maria Soledad Torres Acosta, 2 MADRID-13 -La economia espanola en cifras. - Temas monogrAficos. BANCO URQUIJO - SERVICIO DE ESTUDIOS Gran Via, 4 MADRID -La coyuntura industrial en graficos. - Evoluci6n de la economia espanola. - cuadernos financieros. - Evoluci6n bursatil. -Perspectivas econ6micas. BANCO URQUIJO Paseo de Gracia, 27 BARCELONA - Boletin financiero (mensual). -522- - Informaci6n Semanal sobre la Bolsa de Barcelona. - Coyuntura econ6mica y mercado de valores. BANCA MAS SARDA Diagonal, 453 (bis) BARCELONA -La coyuntura econ6mica en breve. -523- BANCO PASTOR - DEPARTAMENTO DE BOLSA Y SOCIEDADES DE - CARTERA PQ Recoletos, 19 MADRID-4 - Balanza de Pagos. BANCO ESPAROL DE CREDITO (BANESTO) PQ de la Castellana, 7 MADRID - Infonne econ6mico anual. - Anuario del Mercado Espaffol. BANCO EXTERIOR DE ESPARA C/ Cedaceros, 11 MADRID - Boletin de informaci6n econ6mica. BANCO GARRIGA NOGUES Rambl as, 1 40 BARCELONA - Boletin "Argus" (mensual). BANCA MARCH - SERVICIO DE ESTUDIOS C/ Miguel Angel, 23 MADRID - Informe de Situaci6n Econ6mica (mensual). BANCO DE SANTANDER Paseo de Pereda, 11-12 SANTANDER - Informe econ6mico. -524- -Espana, hechos econ6micos sobresalientes (mensual). CONFEDERACION ESPANOLA DE CAjAS DE AHORRO C/ Caballero de Gracia, 30 MADRID-14 - Coyuntura Econ6mica (mensual). - Papeles de Economia. - Temas monogrAficos. RUMASA Plaza Col6n, 2 MADRID - Boletin quincenal de In£ormaci6n Econ6mica. - Coyuntura Financiera (mensual). INSTITUTO DE CREDITO OFICIAL pQ del Prado, 4 MADRID -Memoria del Cr~dito Oficial (anual). -525- BANCO DE CREDITO LOCAL DE ESPANA PQ del Prado, 4 MADRID - Boletin trimestral informative. REVISTA BANCA ESPANOLA Recoletos, MADRID-1 -526- - Bane a Espanola (la revista del sistema financiero). CONSEJO SUPERIOR DE CAMARAS DE COMERCIO C/ Claudio Coello, 19 MADRID - Informe sabre coyuntura econ6mica. CAMARA DE COMERCIO DE MADRID Plaza de la Independencia, 1 MADRID -527- - Informaci6n econ6mica mundial. - Comercio e Industria. - Suplemento quinquenal de Comercio e Industria. - Informe econ6mico (anual). CAMARA OFICIAL DE COMERCIO, INDUSTRIA Y NAVEGACION DE BARCELONA Paseo de Isabel II, n2 11 BARCELONA - Informaci6n econ6mica mundial (mensual). - Boletin de estadistica y coyuntura (mensual). - Boletin de la CAmara de Comercio, Industria y Nave-- gaci6n de Barcelona. CAMARA DE COMERCIO DE BILBAO C/ Rodriguez Arias, 6 BILBAO - Informe sobre la coyuntura industrial de Vizcaya. -­ (mensual). - Boletin de Coyuntura y Estadfstica de Vizcaya. -528- - Informe sobre la utilizaci6n de la capacidad produc­ ti va de Vizcaya. - Boletin de Coyuntura y Estadistica del Pais Vasco. SEOPAN C/ Serrano, 174 MADRID-2 - Informe anual sobre la Construcci6n (y suplemento es tadistico). - Informe trimestral sobre la Construcci6n. Licitaciones de obras. O.F.I.C.E.M.E.N. C/ VelAzquez, 23 MADRID - Producci6n, Venta, importaciones y exportaciones de cemento. C.T.N.E. (TELEFONICA) C/ Valverde, 2 - 10Q MADRID -Memoria anual. - Datos tele£6nicos mensuales. U.N.E.S.A. C/ Francisco GervAs, 3 MADRID -529- - Documentaci6n el~ctrica. Boletin informative mensual. - Memoria estadistica el~ctrica. R.E.N.F.E. C/ Darro, 32 MADRID-2 - Informaci6n Estadistica General (edita Gabinete de - Prensa y Difusi6n) (mensual). -Memoria Anual. - Servicio Pdblico (revista mensual). C.A.M.P.S.A. C/ CapitAn Haya, 41 MADRID - Memoria. - Informe mensual. - Informe general. ASTILLEROS ESPAROLES, S.A. - OFICINA TECNICA C/ Padilla, 17 MADRID -Memoria anual. A N F A C C/ Cea Bermrtdez, 6 - 2Q MADRID-3 - Boletin Mensual (automoci6n). -530- UNESID C/ castell6, 128 MADRID-6 - Unesid, informaci6n sider~gica (mensual). TRANSPORTE cj Padilla, 72 MADRID-6 - Transporte (mensual). -531- AYUNTAMIENTO DE MADRID - DELEGACION DE ABASTOS Y MER-­ CAOOS Plaza la Villa, 5 MADRID - Mercados de Mddrid, Resdmen informative mensual. -532- S.I.E.C. - SERVICIO DE INFORMACION Y ESTUDIOS CATALA-­ NES Diagonal, 484, pral. 2~ BARCELONA-6 - Argus Inform a ti vo . EDITORIAL LEX NOVA C/ Tres Amigos, 8 - Apart. 276 VALLADOLID - Tablas de Salarios (Impresos). EDITORIAL CASTRO Plaza de los Carros, 3 MADRID - Aranceles. S E I S C/ Goya, 7 MADRID - Seis (in£ormaci6n !aboral). UNIVERSIDAD COMERCIAL DE DEUSTO C/ Hermanos Aguirre, 2 BILBAO - Boletfn de Estudios Econ6micos. AGENCIA EUROPA PRESS PQ de la Castellana, 210 MADRID - Res~men Econ6mico (diario). -533- -534- 14. ALGUNAS CONCLUSIONES Por lo que se desprende de lo dicho hasta - - aqui, con respecto al aparato estadistico-econ6mico es paflol, cabe establecer algunas conclusiones: En primer lugar, no se ofrece mucho para ave­ riguar c6mo estA y hacia donde va la vida econ6mica -­ del pais, y por consiguiente, las limitaciones estadis ticas impiden, en m~ltiples ocasiones, que las decisio nes de politica econ6mica sean las mAs adecuadas. En segundo lugar, es lamentable el retraso en la publicaci6n de numerosas estadisticas, lo que impi­ de el enjuiciamiento claro y oportuno de los aconteci­ mientos econ6micos. En tercer lugar, es imperdonable el vacio es­ tadistico provocado por la clausura de una informaci6n estadistica sin ser sustituida por otra, sobre todo si se trata de indicadores clave en un momento determina­ do, cual es el caso del indice de inversi6n aparente - en el memento actual. -535- En cuarto lugar, es ciertamente condenable la ocultaci6n de parcelas enteras de la actividad econ6mi ca, al no existir estadisticas ni buenas ni malas, co­ mo sucede en gran parte de las actividades terciarias. Por ultimo, resulta por complete inaceptable la falta de transparencia y di£usi6n de muchas estadis ticas econ6micas que siendo demandadas por todos los - sectores de la Sociedad, pueden, sin embargo, ser uti­ lizadas por muy pocas personas. Es una exigencia a la Administraci6n que las estadisticas oficiales, sufrag~ das por todos los ciudadanos, puedan ser, en justa co­ rrespondencia, utilizadas por cualquier ciudadano que, en consecuencia, debe tener el mAs fAcil acceso a las mismas. -536- 15. BIBLIOGRAFIA ALCAlDE, J.: Fuentes estadisticas espanolas para el -­ anAlisis de la coyuntura econ6mica. Lagunas que prese~ tan. ExAmen crftico de las mismas, Investigaci6n de la Coyuntura, Ministerio de Industria, Madrid, 1975. BANCO DE ESPANA: Una estimaci6n trimestral de la C.N. de Espana, Madrid, 1975. C.E.C.A.: El fndice de precios de consume. Una nueva ver- - si6n del ICV, Coyuntura Econ6mica, nQ 2, 1977. - Indicadores de Coyuntura. El Sector Agrario, Co-­ yuntura Econ6mica, nQ 3, 1977. - Indices de producci6n industrial, Coyuntura Econ6 mica, nQ 4, 1977. -537- El fndice de inversi6n aparente. AnAlisis estadfs tico de su fiabilidad, Coyuntura Econ6mica, n2 7, 1977. La encuesta de salarios. Coyuntura econ6mica n2 8, 1977. Indicadores espaffoles de coyuntura. Estadfsticas de empleo, Coyuntura Econ6mica, n2 9, 1977. - Indicadores espaffoles de coyuntura. Indices de as tividad financiera del Sector Pdblico, Coyuntura Econ6mica, n2 13, 1978. - Indicadores espaffoles de coyuntura. La encuesta - de infrautilizaci6n de la capacidad productiva, - Coyuntura Econ6mica, nQ 14, 1978. - Un indicador del Ahorro de las familias. AnAlisis de su evoluci6n reciente, Coyuntura Econ6mica, nQ -538- 15/16, 1978. - La utilidad de la informaci6n sobre Comercio Ex-­ terior, Coyuntura Econ6mica, nQ 17, 1978. CULBOIS, P.: La politica coyuntural, Ed. ICE, Madrid, 1974. DIDIER, M.: Les projections economiques d'ensemble, -­ PUF, Paris, 1979. ENSENAT, A.: Encuestas de Coyuntura Industrial, Inves­ tigaci6n de la Coyuntura, Ministerio de Industria, Ma­ drid, 1975. GUTMANN, P.M.: Ilusiones estadisticas y politicas equ~ vocadas, ICE, Agosto-Septiembre, 1980. HERRERO, A.: El nuevo indice de precios industriales , -539- Boletin de Estudios Econ6micos, UCD, nQ 101, Bilbao, - Agosto, 1977. HERSCHEL, F.J.: Introducci6n ala predicci6n econ6mi-­ ca, F.C.E. M~xico, 1978. KEYFITZ, N.: Estadisticas oficiales, Enciclopedia In-­ ternacional de las Ciencias Sociales, Torno 4, Aguilar, Bilbao, 1974. LEGUINA, J.: Los indicadores de pare, Boletin de Estu­ dios Econ6micos, UCD, nQ 101, Bilbao, Agosto, 1977. RODRIGUEZ TAMAYO, P.: Los indicadores monetarios en la economia espanola, Boletin de Estudios Econ6micos, UCD, nQ 101, Bilbao, Agosto, 1977. -540- NOTA BIBLIOGRAFICA La Bibliograffa utilizada en la elaboraci6n - de este capitulo se completa con la serie de publica-­ ciones que figuran en el punto 13) del mismo, a las que hemos debido recurrir en casi su totalidad para in vestigar el contenido y la forma de elaboraci6n de las estadfsticas que se comentan. En casi todos los casos esta explicaci6n se encuentra en algunos de los ndme-­ ros correspondientes a las citadas publicaciones esta­ dfsticas. -541- CAPI'IULO QUINTO LOS INFORMES DE COYUNTURA .I N D I C E 1 • Cuestiones previas 2. Estructura, forma de elaboraci6n y fuentes estadisticas de un in- -542- p~g. 543 forme de coyuntura ...................... p~g. 549 2.1. Diseflo . ........................... p~g. 549 2.2. La introducci6n . .................. p~g. 566 2.3. La evoluci6n pormenori zada ........ p~g. 596 2.4. El res to del informe . ............. p~g. 656 3. La inflaci6n y el paro: an~lisis del !PC y de la EPA .. . . . . .. . . . . . .. . . . .. . pag. 662 3 .1 . Planteamiento . .................... pag. 662 3.2. Los indicadores de precios en Espana ......................... pag. 663 3.3. El IPC ............................ pag. 671 3.4. Los indicadores de paro ........... p~g. 682 3.5. La EPA . ........................... pag. 684 4. Bibliografia ............................ pag. 708 Anexo: Publicaciones y fuentes esta­ disticas para la elaboraci6n de in-­ formes econ6micos, fundamentalmente de coyuntura ...................... '. . . . . . pag. 726 -543- CAPITULO QUINTO LOS INFORMES DE COYUNTURA 1. CUESTIONES PREVIAS "No se puede juzgar objeti vamente la evolu- - ci6n econ6mica de un pais mas que siguiendo la varia-­ ci6n en el tiempo de un cierto ndmero de magnitudes -­ econ6micas susceptibles de ser medidas" ( 1 ) . Est as rna.[ nitudes, mas o menos numerosas segun el desarrollo es­ tadistico del pais, pueden ser magnitudes-flujo (pro-­ ducci6n de energia el~ctrica a lo largo de un periodo dado, por ejemplo), o magnitudes-fondo (parades a fin (1) INSEE: gtudes et conjoncture, Quinzieme ann~e, nQ 4, PUF, Paris, Abril 1960, pag. 300 -544- de cada aflo, por ejemplo). La periodicidad de estas -­ magnitudes es tambien variable: diaria, semanal, qui~ cenal, mensual, trimestral, semestral o anual. A pesar de la marcada tendencia a la conver-­ gencia de los enfoques estructural y coyuntural, la -­ evoluci6n de una determinada situaci6n econ6mica puede ser analizada de dos maneras: 1~) - Se puede seguir la evoluci6n en el tiempo de las variables econ6micas, comparando su valor en un momento determinado (que puede ser el fin de ca­ da ano) con su valor un ano antes. Esta es la -­ forma de operar en los trabajos que conducen a - la elaboraci6n de la Contabilidad Nacional, o -­ del Presupuesto econ6mico de un pais. 2~) - Se puede, tambien, analizar la situaci6n econ6mi ca en un momento dado, buscando las tendencias - de la evoluci6n a corto plazo de las magnitudes econ6micas consideradas como fundamentales para caracterizar una situaci6n de conjunto. Esta es la forma de proceder del coyunturalista. Un antllisis de coyuntura puede ser, pues, de­ finido como "la determinaci6n de las tendencias de las -545- principales variables econ6micas, sobre la base del -­ analisis de su pasado reciente, y la previsi6n de su - evoluci6n o modificaci6n en el futuro inrnediato". Partiendo del hecho de que los sistemas de -­ economia de mercado son sistemas en desarrollo en el - sentido de que en los mismos, tanto la renta nacional bruta en t~rminos reales como la renta nacional neta - per capita, crecen, pero que a pesar de todo, en su d~ sarrollo, las economias de mercado presentan alzas y - bajas en la formaci6n de la renta, es decir, experime~ tan fluctuaciones ciclicas (2), es por ello que suele decirse que el desarrollo de los sistemas capitalistas se caracteriza por la repetici6n de ciclos econ6micos que se manifiestan en diversas fases o situaciones co (2) A partir del inicio de la actual crisis, en algu-­ nos paises se han producido retrocesos en los nive les absolutes de la Renta Nacional en 1974/75 y -= posteriormente en 1979/80, por lo que, de conti- - nuar esta tendencia, los anAlisis coyunturales de­ berAn realizarse, en un futuro no lejano, conside­ rando la reaparici6n del "viejo" ciclo econ6mico , en sustituci6n del actual ciclo de "crecimiento". -546- yunturales. Es precise recordar a prop6sito del termi­ no "si tuaci6n coyuntural" ,o simplemente "coyu.ntura", lo que escribi6 Wagemann en su "Introducci6n a la Teoria de la Coyuntura Econ6mica": "La palabra coyuntura deriva del latin, y ap~ rece en primer lugar en la astronomia medieval. Se uti lizaba en el mismo sentido que la palabra "constela- - ci6n", que significaba la posici6n respectiva de las - estrellas. Ya en el siglo XVII se emple6 en la lengua hablada, pasando posteriormente al lenguaje comercial, para expresar la marcha de los negocios. La compara-­ ci6n con los fen6menos astron6micos tiene un signific~ do mAs profunda: igual que los astros se aproximan o - se alejan unos de otros de acuerdo con leyes fijas, -­ tambien los procesos econ6micos se enfrentan y se en-­ trelazan con arreglo a determinadas leyes ... La cien­ cia de la coyuntura trata de aclarar la acci6n de es-­ tas leyes, siendo por tanto la ciencia que estudia los movimientos econ6micos y sus conexiones regulares" (3). (3) Citado en, Di Fenizio, F.: Diagn6sticos, prediccio nes y politicas coyunturales, Bosch, Barcelona, -= 1 96 9, p Ag. 1 2 . -547- Para referirse, pues, al cuadro clinico que - define el memento que vive la economia de un pais y -­ las posibilidades de su desarrollo o evoluci6n futura, los economistas utilizan el t~rmino "coyuntura econ6mi ca", hoy de uso generalizado, que como hemos visto pr.2, cede del latin y se emple6 primariamente en la astrono mia en el sentido de "constelaci6n". Analizar, la co-­ yuntura econ6mica de un pais significa, por tanto, "e.§_ tudiar y valorar el presente de una economia, tratando de identificar las posibilidades desde las que ha de - construirse su futuro" (4). Esta investigaci6n de la­ situaci6n econ6mica presente, realizada con objeto de evaluar el futuro, constituye el campo problemAtico del coyunturalista y el contenido de sus "informes de (4) CECA: Coyuntura econ6mica: una presentaci6n, en -­ Coyuntura Econ6mica, nQ 1, Madrid, 1977, pAg. 5. -548- coyuntura". Analizada la situaci6n del aparato esta-­ d1stico-econ6mico espaftol en el capitulo anterior, en el presente abordamos el an~lisis de la estructura de un informe de coyuntura tipico, referido a la economia espanola, asi como de la metodologia para su elabora-­ ci6n y de las fuentes estadfsticas utilizadas en el -­ mismo. -549- 2. ESTRUC1URA, FORMA DE ELABORACION Y FUEN'IES ESTADI.S. TICAS DE UN INFORME DE COYUNTURA 2.1. Diseno. Los informes de coyuntura de car~cter general contienen, obviamente,un anAlisis de coyuntura, y su - periodicidad suele ser mensual. Para que un informe de coyuntura sea tal, es condici6n necesaria que presente el requisite de situar al usuario del mismo £rente a­ los problemas generales de la economia, en el periodo para el que se realiza el informe, con una valoraci6n de la importancia de los mismos ,de tal modo que permi­ ta la ordenaci6n jerArquica de las decisiones fundame~ tales que pueden dar soluci6n a los citados problemas. * La estructura de un informe de coyuntura debe cons­ tar ,al menos,de tres partes bien diferenciadas: a) - Una "introducci6n", donde se an alice 1 a problemAtica global de la economia de que se trate, en el contexte internacional, y se tracen las perspecti-­ vas de evoluci6n en el pr6ximo futuro. b) -Una "evoluci6n pormenorizada", que pre-­ sente un tratamiento mAs minucioso de la situaci6n eco -550- n6mica en un memento determinado y de sus perspectivas de futuro, ampliando el tratamiento de los problemas - en sus dimensiones, sectorial y espacial. c) - Unas "conclusiones y perspectivas", don­ de se resume la problemAtica econ6mica y sus perspect! vas futuras a fin de jerarquizar la serie de actuacio­ nes de politica econ6mica necesarias a la vista del -­ cuadro c1inico-econ6mico analizado. Tambi~n suelen contener los informes de coyu£ tura, un'~p~ndice estadistico y grAfico" en el que su~ len figurar los cuadros estadisticos y grAficos funda­ mentales que han servido de base para el anAlisis, y - un "Ap~ndice legislative", que contiene las principa-­ les medidas de politica econ6mica tomadas hasta el me­ mento de realizar el informe y desde el informe inme-­ diato anterior. * Las fuentes estadisticas que deben ser utilizadas - en todo informe de coyuntura dependen de dos factores fundamentalmente: por una parte de la situaci6n y gra­ do de desarrollo del aparato estadistico-econ6mico del pais de que se trate, y por otra de los propios obje­ tivos del coyunturalista a la hora de realizar el in-- -551- forme. Independientemente de estas consideraciones es fundamental que las estadisticas utilizadas presenten la mayor homogeneidad posible. * En cuanto a la forma de elaboraci6n de un informe - de coyuntura, ello depende fundamentalmente de la rel~ ci6n objetivos-rnedios disponibles por el coyunturalis­ ta. Siempre contando con la ayuda de la previsi6n eco­ n6mica a corte plazo, que es la t~cnica instrumental - bAsica para el anAlisis coyuntural, habrA de elegirse entre las distintas estrategias metodol6gicas: determi nista, sistemAtica~ sintomAtica y globalizada. Del mis mo modo que los cuadros macroecon6micos han desplazado a los modelos econom~tricos como instrumento general - de previsi6n, debido a las mutaciones a que estA some­ tida actualmente la estructura 'econ6mica de las dis-­ tintas sociedades en que nos movemos, la estrategia sintomAtica con la ayuda de la globalizada (5) o de (5) Vid. Didier, M.: Les projections ~conomiques d'en­ semble. PUF, Paris, 1979. -552- conjunto, ha desplazado a las estrategias determinista y sistem~tica, en la elaboraci6n de los an~lisis coyu~ turales, y es en este sentido que debe ser reconsider~ do el an~lisis coyuntural, como ya hemos puesto de ma­ nifiesto en capitulos anteriores. Todo informe de coyuntura debe contener, una vez resuelto el problema del tratamiento de los datos, tres tipos de an~lisis que se realizan sucesivamente: a) Un balance de situaci6n en el momento de - su confecci6n. b) Un an~lisis de la evoluci6n reciente de las principales variables econ6micas. c) Unas perspectivas a corto plazo, que sue-­ len preceder a una serie de medidas politl co-econ6micas que se proponen en vista de los an~lisis anteriores (situaci6n econ6mi cay previsible evoluci6n). El tratamiento de los anteriores temas se de­ sarrolla tanto en "la introducci6n" (de forma global) como en la "evoluci6n pormenorizada" (que presenta un -553- tratamiento mAs minucioso y por grandes Bloques o Agr~ gados); la parte mAs dificil en cuanto a la elabora- - ci6n del informe es la que se refiere a la armoniza- - ci6n de ambas piezas, ya que las dos tratan de los mi~ mos temas, si bien la Introducci6n lo hace de forma global,y la Evoluci6n Pormenorizada estA referida a los distintos Agregados o Bloques que conforman la ac­ tividad econ6mica y que son los siguientes: 1) Demanda. 2) Actividad o Producci6n. 3) Indicadores socio-econ6micos o Bloque del Equili- - brio Interne (precios, salaries y empleo fundamen-­ talmente). 4) Sector Exterior o Bloque del Equilibria Externo. 5) Sector FUblico. 6) Sector Monetario y Financiero. ·7) Coyuntura Espacial 8) Coyuntura Internacional. Antes de afrontar el problema de la "armoni­ zaci6n" entre "Introducci6n" y "Evoluci6n Pormenoriza­ da", es precise tener en cuenta las interrelaciones en tre los Agregados 1) a 6) de la propia Evoluci6n Porm~ norizada (coyuntura nacional) con el 7) (Coyuntura es- -554- pacial) ycon el 8) (Coyuntura Internacional); es decir, se necesita una previa armonizaci6n "interna" de la -­ propia evoluci6n pormenorizada teniendo en cuenta el - siguiente esquema de interrelaciones (gr~fico nQ 1 ): EVOLUCION PORMENORIZADA: ARMONIZACION INTERNA GRAFICO 1 (I) (I I) ---.. (III) Coyuntura ___. Coyun tur a _..... Coyun tur a Internacional 4-- nacional f.- espacial Superando este escollo, la nece~aria armoniza ci6n entre Introducci6n y Evoluci6n Pormenorizada, pr~ cisa de tres requisites: 1 Q) - Un orden 16gico de causaci6n de los - - acontecimientos econ6micos y sus correspondientes in-­ terrelaciones, que refleje el proceso de formaci6n de la renta, tal como se manifiesta en el grafico-esquema nQ 2. Coyuntura ESQUEMA LOGICO DE ANALISIS: ORDEN DE CAUSALIDAD Demand a interna (V) Equilibria externo: Balanza de pagos (II) Demand a pri vada Demand a publica y Actu~ Publica (IV) Equilibria interno: - inflaci6n - desempleo Demanda de con sumo Demanda de inversi6n ..v Evoluci6n GRAFICO 2 Bienes de con sumo Bienes de inversi6n Sector primario Sector industrial Sector servicios I Vl Vl Vl I -556- 2Q) - El segundo requisito para la armoniza-­ ci6n de las dos partes fundamentales de todo informe de coyuntura es disponer de un orden de elaboraci6n -­ del informe. Teniendo en cuenta que la Evoluci6n Porme norizada contiene un tratamiento de la tem~tica coyun­ tural por partes o Bloques, y la Introducci6n presenta un trabamiento global, que permite extraer las "conclu siones, perspectivas y medidas de politica econ6mica" (que constituyen la tercera parte del informe), de - - acuerdo con el metodo deductivo de an~lisis que propu~ namos para la elaboraci6n de los an~lisis coyuntura- - les, el orden l6gico de elaboraci6n debe ser el que fi gura en el grAfico-esquema nQ 3. ORDEN DE ELABORACION DE LAS PARTES QUE CONFORMAN UN INFORME DE COYUNTURA Evoluci6n Pormenorizada GRAFICO 3 3Q) I . Conclusiones, ~ (.__r_n_t_r_o_d_u_c_c_l_· o_' n~r Pers pee ti vas y ~ medidas de poli tica econ6mica- -557- 32) - El tercer requisite (y m~s importante) para la "armonizaci6n" que estarnos analizando, es la - disposici6n de un marco de coherencia que refleje las principales interrelaciones entre las variables econ6- micas a que se refiere todo informe de coyuntura, y en tre los sectores real y monetario de la economfa. En este sentido, el 6ptimo serfa poder dispo­ ner de un modelo te6rico que recogiera las relaciones de comportamiento que sirviesen de base para el an~li­ sis coyuntural (6); la estimaci6n econometrica de ese modelo te6rico permitirfa determinar las necesarias in terrelaciones cuantitativas (7). Sin embargo, las difi cultades de especificaci6n de un modelo te6rico y las que supondrfa su estimaci6n econometrica, hacen desa-- (6) Vid. Tress, R.C.: The Contribution of Economic Theory to Economic Prognostication, Economica, New Series, nQ 103, Agosto, 1959. (7) Vid. Theil, H.: Applied Economic Forecasting, - North-Holland, Publishing Co, Amsterdam, 1966. -558- consejable que este instrumento sea tornado como marco de coherencia para el an~lisis coyuntural de la econo­ mia espanola por razones aludidas en anteriores capit~ los. En estas circunstancias, la herramienta fundamen­ tal para la realizaci6n del analisis coyuntural est~ - consti tuida por las Cuentas Nacionales que "adem~s de servir como marco conceptual, aseguran la consistencia de las estimaciones" (8). En ausencia, pues, de un mo­ dele econom~trico para la economia espanola, el marco de coherencia para la necesaria armonizaci6n entre In­ troducci6n y Evoluci6n Pormenorizada est~ constituido por los Cuadros macroecon6micos (verdadera sinopsis de las Cuentas Nacionales) y las relaciones entre las va­ riables que los componen y que son en definitiva las - que se pretende analizar en todo informe de coyuntura. A~n cuando unicamente se considera como cuadro macro-­ econ6mico el que se refiere a la Demanda, el marco de coherencia debe estar constituido por los cuadros rna-- (8) Herschel, F.J.: Introducci6n ala predicci6n econ6 mica, FCE, M~xico, 1978, p~g. 33. i ; ~ - l I -559- croecon6micos considerados en sentido amplio: el Cua-­ dro de Demanda, el de Oferta y el de Distribuci6n. Los elementos que conforman el marco de cohe­ rencia son, en consecuencia, los siguientes: 1 ) El cuadro macroecon6mico de Demanda. En este cuadro se contemplan los agregados -­ del Producto Interior Bruto por el lado de la Demanda (o el Gasto) (9), tal como figuranen la Tabla 1. (9) Este elemento del marco de coherencia permite reve lar las interrelaciones entre las macromagnitudes­ que componen el PIB por el lado del Gasto, condu-­ ciendo a la ecuaci6n econ6mica fundamental - - - - Y (a p.m.)= C +I+ X- M. La demanda externa que figura en el cuadro, estA - constituida por el Saldo neto de la Balanza de Bie nes y Servicios (excluidas rentas}, correspondien­ te a la Balanza de Pagos. La Balanza de Pagos es - el necesario nexo de uni6n entre economia nacional y Sector Exterior; en particular el saido de la Ba lanza Corriente sirve para medir la capacidad (o = necesidad) de financiaci6n de la economia de un -­ pais mediante la consideraci6n de la ecuaci6n eco­ n6mica fundamental transformada: Y = C + I + X - M; de donde X- M = (Y- C) -I =A (Ahorro) -I. -560- CUADRO MACROECONOfHCO DE DEMANDA Tabla 1 T. T. Reales Precios Monetarios 1 • Consumo privado na- cional (c .p.) ........ 2. Con sumo publico (c. p.) ............... 3. Formaci6n Brut a de Capital (I) .......... 3 .1 . Publica . ........ 3.2. Pri vada . ........ 3. 3. Variaci6n de Existencias ..... 4. (1+2+3). Demand a Interna .............. 5. Importaciones de B. y s. (M) .......... 6. Exportaciones de B. y s. (X) .... ~ ...... 7. ( 6-5). Demand a Externa .............. 8. ( 4+ 7). FIB a p.m. (Y a p.m.) ........... Fuente: Elaboraci6n propia. -561- 2) El cuadro macroecon6mico de Oferta y Empieo. El segundo elemento del marco de coherencia - esta constituido por el cuadro macroecon6mico de ofer­ ta y empleo que contempla las interrelaciones entre las macromagnitudes que componen el PIB por el lado de la Oferta, y sus relaciones con la producti vi dad y el - empleo (10) (Tabla 2). (10) De este cuadro se deduce la contribuci6n de los - grandes sectores econ6micos a la formaci6n del PIB: Y (a. c.f.) = (PIB) + (PIB) + (PIB)t. p s Considerando que Poblaci6n ocupada = = --~-l~-£~~~2 ___ , se obtienep los valores Productividad de las magnitudes relacionadas con el empleo. La integraci6n entre los cuadros de Demanda y Oferta se !leva a cabo mediante la consideraci6n de la siguiente regularidad econ6mica: Y (a c.f.) = Y (a p.m.)- Impuestos Indirectos + + subvenciones de explotaci6n; impuestos indi-­ rectos y subvenciones de explotaci6n se obtienen de la Cuenta de explotaci6n de las empresas. -562- CUADRO MACROECONOMICO DE OFERTA Y EMPLEO Tabla 2 T. T. Reales Precios Monetarios 1 . PIB, del Sector Pri- mario (PIB p) ........ 2. PIB, del Sector Se- cundario (PIB 5) ..... 3. PIB del Sector Ter- ciario (PIB t) ....... 4. ( 1 +2+3). PIB a c.f. y (a c.f.) ........... A Poblaci6n Activa ..... B Produc ti vi dad ........ c Poblaci6n ocupada .... D Desempleo ............ E Nivel de paro ........ Fuente Elaboraci6n propia. -563- 3) El cuadro macroecon6mico de Distribuci6n. El tercer elemento del marco de coherencia, - estA constituido por el cuadro macroecon6mico de Dis-­ tribuci6n (Tabla 3), que refleja la retribuci6n de los factores por su participaci6n en el proceso producti-­ ve (11 ). Es precise tener en cuenta que los cuadros rna croecon6micos deben elaborarse en t~rminos reales y mo netarios ( 1 2). (11) La forma en que se distribuye el producto es de - tal modo que RN = W + EN. La integraci6n entre el Cuadro de Distribuci6n y los anteriores (de Oferta y Demanda) se realiza - de acuerdo con la regularidad econ6mica: RN = Y (a c.£.)- Amortizaciones +Rentas netas del Res­ to del Mundo; Las "amortizaciones" se obtienen de la cuenta de ingresos y gastos de las empresas, - .considerando el "Consume de capital fijo". Las "Rentas Netas del Resto del Mundo" se obtienen de la Balanza de Pago considerando las ·"rentas de in versi6n" y las "rentas de trabajo". (12) La integraci6n entre los sectores real y moneta-­ rio de la economia se realiza, mediante la consi­ deraci6n del Presupuesto Monetario, ya que las -­ "Disponibilidades de cr~dito interne" (fundamen-­ talmente de cr~dito al sector privado) ejercen in £luencia en la actividad econ6mica real y en la evoluci6n de los precios: de ahi la importancia - de tener en cuenta los "ratios" PIB/Disponibilida des liquidas, y cr~dito al Sector privado/Disponi bilidades liquidas. El Presupuesto Monetario sir= ve, ademAs, para interrelacionar la economia na-­ cional con el Sector Exterior, a trav~s de la "va riaci6n de reservas" (Posici6n exterior del Banco de Espana). -564- CUADRO MACROECONOMICO DE DISTRIBUCION Tabla 3 T. T. Reales Precios Monetarios 1 . Remuneraci6n de los asalari ados (W) ...... 1 . 1 . sueldos y Sal a- rios netos ...... 1 • 2. Cotizaciones a la Seguridad Social. 2. Excedente ~etc de ex- plotaci6n (EN) ....... 3. ( 1 +2) . Producto Nacio- nal Neto a c .f. (R.N) ................ Fuente : Elaboraci6n propia. El marco de coherencia analizado (que puede - ampliarse con algunos cuadros auxiliares), posibilita la convergencia de los enfoques coyuntural y estructu- -565- ral, estA en consonancia con la estrategia sintomAtica de anAlisis coyuntural, es el marco natural para la e~ trategia globalizada y, lo que es mas importante, per­ mite la simulaci6n de medidas de politica econ6mica -­ ( 1 3), medidas que van a ir a parar a la parte del in-­ forme de "Conclusiones y perspectivas". En definitiva, la situaci6n y previsiones de las variables macroecon£ micas, obtenidas por Bloques en la "Evoluci6n Pormeno­ rizada" mediante la consideraci6n analitica de los in­ dicadores que las representan, deben ser coherentes -­ con las de los cuadros macroecon6micos y de indicado-­ res que figuran en la "Introducci6n", y de la simula-­ ci6n de escenarios alternatives, con la ayuda de estos cuadros, deben deducirse las medidas de politica econ£ (13) El cuadro de Demanda permite la simulaci6n de dis tintas politicas econ6micas ante la ruptura de -= los equilibrios interne y externo; el Cuadro de - Oferta y Empleo, permite la simulaci6n de politi­ cas de empleo, sobre la base de la consideraci6n de la productividad, los costes salariales y el - nivel de inflaci6n, y el cuadro de Distribuci6n - permite la simulaci6n de politicas de rentas y -­ de distribuci6n. -566- mica que van a figurar en 1 a parte de "Conclusiones, - perspectivas y medidas de poli. tic a econ6mica". La vir­ tualidad del marco de coherencia que presentamos radi­ ca, pues, en su "poder armonizador" de las distintas - partes que componen un informe de Coyuntura. Con los elementos anteriores, podemos pasar a ordenar la estructura de un informe-tipo de coyuntura sobre la economia espanola que responder~ b~sicamente a las caracteristicas antes disefiadas. 2.2. La Introducci6n. La primera parte de un informe de coyuntura , por orden de presentaci6n, es una introducci6n donde - aparece la visi6n global de la economia espanola en el contexte internacional y las perspectiva~ de evoluci6n en un futuro inmediato. Aunque figura en primer lugar en los informes de coyuntura, se debe elaborar despu~s de la segunda parte como fruto de casi todo el trabajo del informe. Contiene a su vez, los siguientes aparta~ dos: -567- a) - ~.V2.l~_c.!,6_!! ~c2.n£rn.!_c~ .!_n,!eE_n~c.!_o_!!a.!_, _y _ u.!_­ tirnos indicadores.---------- Partiendo de un cuadro rnacroecon6rnico, en el que figuran los crecimientos de las principales macro­ magnitudes (desde las tres 6pticas de la Oferta, la De manda y la Distribuci6n} para la zona de la OCDE (o p~ ra la zona del Mercado Comun) para el afto anterior al que se realiza el informe, y una estimaci6n de los ere cimientos de las mismas para el aflo en que se hace el informe, se hace un anAlisis de la situaci6n del enter no econ6mico internacional y de su tendencia, para de­ terminar la in~luencia que pueda tener sobre la propia evoluci6n interna (14). (14) La informaci6n utilizable para la elaboraci6n de esta parte precede de las siguientes publicacio-­ nes: Inforrnaci6n econ6mica Mundial, (mensual), CA mara de Comercio, Industria y Navegaci6n de Barce lona; Eurostatistiques, Donn~es por !'analyse de la conjoncture, (mensual), CEE; Perspectives eco­ nomiques de l'OCDE; Comptes Nationaux de l'OCDE ; Principaux indicateurs economiques (mensual}, - - OCDE. -568- suele figurar, tambien, en este apartado ,un - cuadro de indicadores econ6micos internacionales (15), y m~s concretamente un cuadro de indicadores econ6mi-­ cos ESPAfilA-GEE, debido a nuestra irremediable integra­ ci6n, que contiene los ultimos indicadores disponibles en el mes en que se realiza el informe. Los indicadores normalmente utilizados son -- los siguientes: PARO _ 1 • Paro registrado en porcentaje de laP£ blaci6n acti va. i~~~~~~~~~ _ 2 . Indice desestacionalizado de produc- - ci6n industrial. (15) Pueden verse cuadros de este tipo en los siguien­ tes informes: Informe anual del Banco de Espill1a , Informe anual del Banco de Bilbao, Informe men- - sual sobre la situaci6n econ6mica de la Banca- - March. SECTOR EX'IERIOR -569- Tasa de cobertura de las importaciones - 3. por las exportaciones. 4. Saldo comercial Espana-GEE. INFLACION - 5. Indice de precios al consumo. La forma de elaboraci6n del cuadro de indica­ dares ESPARA-CEE, es similar a la del cuadro de indi­ cadores nacionales que se explicarA despues (16). Uni­ camente cabe decir que, a continuaci6n figura un mode­ lo de cuadro de indicadores Espana-GEE, elaborado pa­ ra Abril de 1980. (16) Las fuentes estadisticas para la elaboraci6n del cuadro son las siguiehtes: Para Espana, Indicado­ res de coyuntura (mensual), INE; Para la CEE, - - Eurostatistiques, Donn~es por l'ahalyse de lacon joncture, (mensual), Office Statistique des Com-= munaut~s europ~ennes. .'.,r: ":. l'P~·:t ~. ~ir t.: ,t: r/·=-;, ..... 1 o F lt"C\ t·r.·Ji:: t!'"·1•!•."' ,..~ ~nr-: ... n t :\'~ .'~ l ;1 ... ~­ l>l·lCi<•" iJC~i •:.), - E:'.PI\IIA ..•••... , .••.••.•..••.••••.••.••. - C.Ooit;o o ••• o •• o. o ••••• o •• o o •• ri!QDUCCI011 HI[)IJ3T1UAI. (b) · .. In·lic'!! J~ pP~l co.,~·J,.o: !1-1:::~ 1 fl7f~ s 1'.1(). - e:::rMIA - c.e:.e: ............................... . •lt•itrt•1 tiltj,"n r-r.,•l)t. (l :mr:np .. ·- >J 6 ftln .._,.,., !., t··, { '\ \ : n) {', · / n ,~,; J • ( r:) f1 · /r; 1n t -~ ·_; ( -~} ~ ' 7 ·>. 5 'i,'l 1·1-lr7.n 1 ..,, , -; t '~.r, t1.1r·:::r:t I :"'r:t, ~ It), 7 n . .,r:-n c:: ~' '::t 1'"-,f1,':t {); r: t ·~r~~ • 7 "1]. I Ahri.l -·1 ,(, f 7 -·-~:!0 ('J) _,. l ,_1,; -1 q. ;' - f'),c1 () (l, 7 t. 7 1 :'.) -),) '?0,0 - I, I I 1 J, il - ·~. 1 h'J, 5 ~. 3 ':'fl."l -I. () I . ?h;: 1,0 -J. ·' ', i -c~. 3 - .;, 1 ~. t ·~. 3 , 1 <, 1 ( .... ) t'1.;"(1of-.) l'"fl t .. 1:: ~c1':"·'1~ .1r.1t-1l4!t; ·f'! ':."r,..-:i~i~!'lt~ -1•"! rn~ ~!''I'Jit:''!-:"':1: ·I•' rrr:oo~f·,~ 1( .--:·n-tlmO -,~ hltt .... ~tim.1clo :--::"'lftt·•Jr•J':'- franci1-~- It_,._licl (d,O) (~.4) (J. 2) (o;, n J ( r,. :?) lj. 3 J h cJ ~ i ·111: All!mC'nia-~- It·lli·l-~-~- '.uxo::-rnb•Jr·Jo- tnolt~':':'~r3- o;n."!~..Jro:-l Mp'!- d :;/•m aflo ''''" Ill) lt•l ,. -;10 "'" .(r;) 1' -;c "ntec.(::) ·~L>r--> r.'£1'AIIC·I\ ~ H.Jtric•JJ.v~i~·n -~o t1Jri-"'f"t-; (tJni~-1~1~.-::) (''······ Al•rit ''·~,;:;. ·11.':1-1! •!,"5 .. C"n~um., ·1~ f~-1.._..,1\n~ ("'illonr~ ''~ ti.trn-t) (2) . .... ,,t•ril .;,:',3 5ii.~ ~.C' '· r;;,rt<>ril -:le Po•Ji<.lo!' <;.; re!'p••a.~t.H ""'t-!<:)(En<:. H• - 5~ ·'· ~·Ofk., rrc•tucto~ t!!rminlldoc (% t"o><:puest/.1~ nt>t'l~) 'Enc. HV de Tnduo;tria) (;:) .. .. .. .. .. • .. • .. • .. • .. H.wo • 1.1 FF.ODUCC ION ( ~) ~. Tndic!! de Prc,l••c-:ion ind\l•tri.!l (to,,~'! 1:'72:1()0) .. H"rz~ H",:1 JJP,8 :!.~ 1-1('1,-1 6. C.Jn~·•m" ·lr~r·nt!' rl!! <:~ftt•nto (Mill's ton.)(1)(J) ... 1·1M'7.o lq·l •en -•5,4 1'?77 ~ !'rorl••o:ci.) ..... A"r-il ·~71 1'47 ? rro•lucc;~n .J .. IIUtCIII·hill.''!l (unidllftf!~) (2) ......... Fnf-r'!. 1'J0.8'5 ~7.71=' ~IJ!,? 77.•111 10. llh"'l de Pr-'>)... H"v" , - '" ~4 (• - J 11. Pr"!cias 1c r:on~. (v .. ri-oc. -.n'!t. "!!I XI (2)(h) ... .. lt.:!Yt) q, l'r'!cio-; ~~ par "''"'"'r ( • • ) (2) ..... .. 11. rT"••r:J ')~ po>r·:ihk~C'c !'''I' ~'1t"lC11\ tOr'!S (v.~ri.»ei<>~'< mc,~·•;Jl~:; ~!\ rcr!~r."t~ !~) (:l ................... . "T"•":ir-~ J:'1""rc.on'l'l) (:>) (d) ...•. 'iEC':T.'I! E'X'~R I•.!!? ( 0,5 2.) ~·.0 ; ,] l"'f:'·'rn<::iorl!"". 1'"1! !cno-:; ·le pt."~. l ()I .. .. . .. .. .. 1\t-rll ~·~·1. ~1? 1<>~. ~74 tf.. 1 >S?. Q~~~ ·~. E::q•or~.'\<:!nne~ (Otllll'""''- •!'! pt.!~.) (J) • . .\I•T'il •~n . .,,., ,.,.;.~~· - ·1,..; '1'.'.:'3·1 : <>. :;_,t,•1 (',5 10.)71;,·), 1,7 17.0 A. 7'5"', ~ :, ' 19,0 .~E:::TtJR FUP.LYCO (g) :>a. [r,,,....O" r~''ll!'''"~': •rio-; (101l!!'~ d~ mt llc~n•• -ta rt-1•. en m~'A'!') • ?'30 -)26- 3) El con sumo aparente de ceme!lto es la produce iOn, me nos las exportaciones, mAs las importaci CJne~, ~enos los : ~::-c:<;. -) El dato de precios al c::msumo se obtiene elevando a tasa anual los datos ~e los cinco pri:ne:-0s 'lleses :ie , .980, y el :ie precios al por :nayor tomando los dos prirneros meses de 1 • 980. •) 3e toma e1 !ndice :-estringido para los precios pagados por el ac;ricaltor, debido a que '!1 !:1dice :;e!le!':il s6lo :ia informaciOn anual; ~quel !ndice representa el <;4, 7 por ciento del !ndice general. ') Aumento porcentual 1el periodo ~ranscurrido de 1.980 respect0 al mismo periodo de 1.'379. -) rasa de variaci6n del 1~ficit comercial previsto para 1.980 respecto al de 1.979. ' ) Datos de !.VMce. ·1 ~ficit previsto del presupuest'l del Estado. ~) VariaciOn en valor ,3bsoluto. ~M) PrevisiOn a l!l ~endencia en los pr6xirnos meses: t (tendencia a mejortt) t. (':"!ndencia ~ '!mpeo:Jr3.r) ..... ( tendencia a perrnanecer igual). a) :lo se inc!uye el !ndice de inversiOn aparente por haberse de J ado de elaborar. '-'La variaciOn ac-.unulada respecto !I Oiciernbre es 5,0. La variaciOn :~:edia 3.r.ual es 15,7. o) :'oman do !os 1ndices anuale! m6~'iles, tenemos el !ndice iUf! relaciona los precios rercibido~ :-espec~o a ?re-:ias ?agados para los :neses, MARZO, F'EBRERO Y ENERO: 101,: ; '02,3 y 105,0 l:'especti·:amente. Si <:cmi!JIIos el r!­ :io precios p i"'~!:!. :!co !I :"s :r:baj3.dores por ':'.le!'lta pr~pia, tendremos lue e!'.: >tARZP, :t:BP.E?.O '! ::;JE:<.O: 37,2 ; ;~.J / 33,5 - ::-espe-:ti \'an:ente. d) ?~:> est::.:nc.J se'j.ln la ~nC'..testa de poblaci6n 3.ct.i ·;a. -='J7AL PARO ESTI:-lADO •••••••••• TASA DE PARO ••••••••••••••••• 2C} '!":"'!.mest:-e 19i? 1 .129.000 3, 7 1.219.200 9, 30 e) C:obert=a temporal de las importaciones por las reservas existentes. At:ril 1380 - J, 7 meses ,".tr~l· ~ 979 - 6, 1 meses P~rcentaje de cobert·..1ra: Abril 1980- 53,6 Abril ~979- 75,0 Enero-Abril 1980 - 60,; Enero-Abril 1979 - i 8, 1 f) Tasa ce creci:niento l:'especto al rnisrno :nes del ailo anterior. (Serie original). Disponibilidades Uqui1as . . . 19,1 Cro!ditos S. Privado .. .. .. .. . 16,5 19,0 16,8 '!) Periodo Enero-Mayo 1.980. (miles de millones). 17.9 17,4 17.5 17,6 :7.3 18,8 1.334.200 10,1 17,4 17,0 19,0 !n w \.0 I I I -840- 6. ANALISIS DE LOS CUADROS MACROECONOMICOS "OFICIA- - LES": LA NECESIDAD DE LA TRIMESTRALIZACION DE LA - CONTABILIDAD NACIONAL Vamos a analizar en este apartado las limita­ ciones que ofrecen los cuadros macroecon6micos oficia­ les como instrumento de analisis econ6mico, para sena­ lar posteriormente la necesidad de disponer de unas -­ cuentas nacionales trimestralizadas,con el fin de au-­ mentar las posibilidades analiticas de un seguimiento riguroso de la coyuntura. El INE tiene como marco especifico de anali-­ sis el de la Contabilidad Nacional, cuya sintesis son los cuadros macroecon6micos desde las tres 6pticas ya mencionadas de la oferta, la demanda y la distribuci6n. La base estadistica necesaria para la elabora-­ ci6n de la C.N. (y de los cuadros macroecon6micos) de~ cansa en tres tipos distintos de informaci6n: a) La de caracter anual o plurianual. b) La de caracter puntual (como es el caso de -841- las Encuestas de Presupuestos familiares). c) La informaci6n estadistica a corto plazo. La inexistencia de una Contabilidad Nacional Trimestralizada de carActer oficial, hace que los cua­ dros macroecon6micos,elaborados como avance de los de­ finitivos que figuran en la Contabilidad Nacional - -- ' Anual, descansen sobre una informaci6n de carActer co- yuntural, cuyas deficiencias han sido analizadas en -­ otro lugar. A esta "limitaci6n" en su elaboraci6n se unen otros problemas conexos, que restan fiabilidad a los - citados cuadros macroecon6micos, y que son los siguie~ tes: 1 - No existe ninguna referencia metodol6gica sobre la forma de elaboraci6n de los cuadros macroeco­ n6micos, comentAndose linicamente la "coherencia conta­ ble" de los mismos. -842- 2 - sus estimaciones no coinciden con las que figuran en otros cuadros macroecon6micos elaborados -­ por otros organismos oficiales o entidades privadas,-­ que a su vez discrepan entre sf, cuando debiera haber ' una total coincidencia (o al menos una aproximaci6n s~ ficiente) si se tiene en cuenta que utilizan el mismo aparato estadfstico 'econ6mico: ello nos !leva a susten tar la idea de que todos los cuadros elaborados adole­ cen de las mismas deficiencias y que detras de cada -­ uno existen, frecuentemente, intereses partidarios in­ confesables. 3 - Ai margen de esos posibles intereses par­ tidarios, esta suficientemente constatado el hecho de que no existe una aceptaci6n generalizada respecto al cuadro macroecon6mico realizado por el organismo ofi-­ cialmente responsable de elaborar la Contabilidad Na-­ cional, esto es, el· INE. Y esto es cierto,tanto para - los cuadros de avance,como para el definitivo,que fi­ gura en la propia Contabilidad Nacional. 4 - Salvo prueba en contrario, los cuadros no -843- descansan en un esquema integrador de la in£ormaci6n ~ coyuntural, con la de ~arActer anual propia de la -­ Contabilidad Nacional, debido a las dificultades para "ajustar" la informaci6n disponible de carActer coyun- ' tural a las correspondientes definiciones contables. Las anteriores limitaciones en cuanto a su -­ elaboraci6n, y la consecuencia 16gica de que no se di~ pone de cuadros macroecon6micos con periodicidad tri-­ mestral, condiciona la utilizaci6n de los cuadros exi~ tentes a la hora de instrumentar los objetivos genera­ les de la politica econ6mica, o, dicho de otro modo, - condiciona la necesaria agilidad que la in£ormaci6n es tadistica debiera tener para incidir, a corto plazo, - en las lineas generales que conforman la actuaci6n po­ litico-econ6mica. Las limitaciones seffaladas, tanto en la elabo­ raci6n como en la posterior utilizaci6n; de los cua-­ dros macroecon6micos oficiales (que tambi~n existen en I I el resto de los cuadros publicados por instituciones - I privadas), permiten apreciar la necesidad de disponer de una C.N. Trimestralizada de carActer oficial, que - posibilitarA la construcci6n de cuadros macroecon6mi-- -844- cos trimestrales, y revolucionar~ todo el campo del -­ corto plazo, hacienda posible la convergencia de los - ' ' anAlisis coyuntural y estructural (20). En una apretada sfntesis podemos concluir,que la "operati vi dad" de los cuadros macroecon6rilicos el ab_£ rados en Espana est~ enormemente mermada (y ella es -­ rn~s grave en los cuadros "oficiales"), a los efectos­ del anAlisis coyuntural, debido a las dificultades que presenta su elaboraci6n,que conducen a limitaciones en su utilizaci6n a la hora de instrurnentar los objetivos de la polftica econ6rnica a corto plaza. Este panorama nos perrnite apreciar la necesidad de disponer de una - (20) Los pafses que disponen de una C.N.T. (estimando el PIB Trirnestral desde las tres 6pticas ya rnen-­ cionadas), son los siguientes: Alernania! Austra-­ lia, Austria, CanadA, Estados Unidos, Finlandia , Francia, Inglaterra, Italia, Jap6n y suecia. -845- Contabilidad Nacional Trimestralizada,·de carActer ofi cial, cuya inexistencia conduce a la imposibilidad de disponer de cuadros macroecon6micos de periodicidad I trimestral y condiciona el valor predictive de los cua dros anuales per su falta de agilidad para incidir a - corte plazo en las lineas que conforman la politica -­ econ6mica del pais. -846- 7. BIBLIOGRAFIA BANCO DE ESPANA: - Boletin estadistico (mensual), ntimeros correspon­ dientes a los anos 1965 a 1981. - Informe anual, affos 1978, 1979 y 1980. BANCO HISPANO AMERICANO: Pulso econ6mico (mensual), n~ meros correspondientes a los aflos 1979, 1980 y 1981. CECA: La demanda de energia el~ctrica y su utiliza- -­ ci6n como indicador de la producci6n, Coyuntura Econ6- mica, n2 10, 1978. INE: - "Indicadores de CO:J'Untura" (mensual), m1meros co­ rrespondientes a los anos 1965 a 1981. -847- - Contabilidad Nacional de Espana, 1978, 1979 y-­ Avance para 1980. - Boletin mensual de estadistica, numeros correspo~ dientes a 1979, 1980 y 1981. LARGO, J.: Aproximaci6n a un indice de precios de con­ sumo turistico, en Papeles de Economia, nQ 2, CECA, -- 1980. MINISTERIO DE AGRICULTURA: Boletin mensual de estadis­ tica agraria, nameros correspondientes a 1979, 1980 y 1981 . .. MINISTERIO DE ECONOMIA Y COMERCIO: Balan~a de Pagos, - affos 1978, 1979 y 1980. MINISTERIO DE HACIENDA: - Presupuesto del Sector Publico (Libro Verde), -- -848- afios 1978, 1979, 1980 y 1981. - Estadistica de derechos contraidos y recaudaci6n obtenida del Presupuesto de Ingresos y Situaci6n de los creditos, obligaciones contraidas y pagos ordenados del Presupuesto de Gastos (mensual). Nu meros correspondientes a los afios 1978 a 1981. MINISTERIO DE TRANSPORTES Y TURISMO: -La coyuntura turistica (mensual), numeros corres­ pondientei a 1979, 1980 y 1981. - Tr~fico comercial de Transporte aereo (mensual) , numeros correspondientes a 1979, 1980 y 1981. RENFE: Informaci6n estadistica general (mensual), nume ros correspondientes a 1979, 1980 y 1981. SANCHEZ REVENGA, J.: Indicadores de coyuntura. Indices -849- de la actividad financiera del Sector P~blico, Coyunt~ ra econ6mica, nQ 13, CECA, Madrid, 1978. SCHWARTZ, P.: Libertad y Prosperidad, Institute de-­ Economia de Mercado, Madrid, 1979. -850- CAPITULO SEPTIMO RECONSIDERACION DE LA PLANIFICACION: ESTRUCTURA DE UN PLAN ECONOMICO MODERNO -851- I N D I C E 1 • Introducci6n ............................... pag. 852 2. La Plani£icaci6n econ6mica ................. pag. 856 a) Teoria e His tori a ....................... pAg. 856 b) Origen ...................• .'. . . . . . . . . . . . . pAg. 860 c) Caracter:!sticas ......................... pag. 862 d) Tipos de Planificaci6n .................. pag. 863 3. Contenido de los Planes .................... pAg. 866 4. Tecnicas de programaci6n pag. 872 5. La Planificaci6n Central ................... pag. 874 a) Signific;ado ............................. pag. 874 b) Los cuatro modelos ...................... pag. 875 6. La Planificaci6n indicativa ................ pag. 884 a) Generalidades ........................... pag. 884 b) La Planificaci6n francesa ............... pAg. 887 c) La Planificaci6n espanola ............... pag. 889 7. Estructura de un Plan econ6mico de corte moderno referido a Espana pAg. 901 a) Planteamiento ........................... pAg. 901 b) El marco te6rico de referencia .......... pAg. 903 c) Estructura del Plan ..................... pag. 915 8. Bibliografia pag. 926 -852- CAPITULO SEPTIMO RECONSIDERACION DE LA PLANIFICACION: ESTRUCTURA DE UN PLAN ECONOMICO MODERNO 1 . INTRODUCCION El presente capitulo cierra la investigaci6n que nos hemos propuesto centrada en.la "reconsidera-­ ci6n del AnAlisis Coy~ntural". Lo primero que cabe pr~ guntarse es por la "oportunidad" de un capitulo en el que "se reconsidera" la Planificaci6n, en el contexte de una investigaci6n dedicada a la reconsideraci6n del anAlisis coyuntural. Sin embargo, la respuesta es cla- ' ra y contundente: la inestabilidad de lag economias -- provo~ada por el proceso recesivo iniciado en 1973/74, no ha afectado unicamente al AnAlisis Coyuntural, a c~ ya necesaria reconsideraci6n hemos dedicado muchas pA- ' ginas de esta investigaci6n, sino que ha provocado tam bi~n la crisis de la planificaci6n en sentido clAsico, -853- poniendo de manifiesto su igualmente necesaria reconsi deraci6n. La raz6n fundamental de la oportunidad del - tratamiento de este tema, en una investigaci6n sobre - anAlisis coyuntural es doble: por una parte, un plan - econ6mico moderno, se parece mAs a una serie de accio­ nes de politica econ6mica que deben tomarse a medida - que van apareciendo problemas continuamente nuevos, -­ que a un conjunto planificado de objetivos dificilmen­ te alcanzables en las actuales circunstancias, produ-­ ci~ndose una cierta "confluencia de contenidos", en -­ los informes de coyuntura y en los modernos planes eco n6micos; por otra parte, que es consecuencia de la an­ terior, las t~cnicas de previsi6n a corto plazo despl~ zan a las del largo plazo en la elaboraci6n del plan - econ6mico, con lo que se produce una "confluencia de - los instrumentos" utilizados tanto en el AnAlisis Co-­ yuntural como en la Planificaci6n moderna. Ambas cir-­ cunstancias pueden conducir, pensamos, a una "integra­ ci6n" del AnAlisis Coyuntural y del AnAli'sis Estructu­ ral. Como acabamos de indicar, en ~pocas de crisis como la actual, la propia planificaci6n estA tambien - en crisis o, al menos, ha cambiado de orientaci6n; sin • -854- embargo, no cabe duda de que ha sido (yes), cuando m~ nos, un util instrumento al servicio del desenvolvi- - miento tanto de los paises del Este, como de los del - Oeste. En el caso de los paises de economia de mercado, Shonfield piensa, en efecto, que la planificaci6n re-­ presenta la forma id6nea para obtener el m~imo parti­ do del capitalismo moderno. El capitulo presenta dos partes: en la prime­ ra se analiza la planificaci6n cl~sica, y en la segun­ da se senala su crisis y su necesaria r~consideraci6n, en el sentido de la sustituci6n de la misma por otro - tipo de planes econ6micos que respondan a la situaci6n de crisis y mutaciones constantes que viven actualmen­ te las economias occidentales. Empezaremos refiri~ndonos a lo que es la pla­ nificaci6n, continuando despu~s con el contenido de los planes; .abordaremos, acto seguido, las t~cnicas de planificaci6n y los dos tipos fundamentales de Planifi caci6n (indicativa y central), fijAndonos en las expe­ riencias de los distintos paises y concretamente de Es pafia. Terminaremos sefialando la crisis de la planifi-­ caci6n y su necesaria reconsideraci6n que conduce a la sustituci6n de la misma por un tipo de planes econ6mi- -855- cos que, como veremos, no tienen nada (o muy poco) que ver con los clAsicos planes de desarrollo. Al final es bozaremos el marco te6rico de referencia y la estruct~ ra de un plan econ6mico de corte modern~ referido a la economia espanola. -856- 2. LA PLANIFICACION ECONOMICA Resulta sorprendente que la teoria econ6mica convencional haya tenido tan poco que decir a prop6si­ to de la planificaci6n, y las veces que lo hizo fu~ mAs "con la intenci6n de demostrar sus limi taciones que para afirmar sus posibilidades como mecanismo eco­ n6mico". ( 1 ) Con el advenimiento de la Revoluci6n Sovi~ti­ ca y la puesta en prActica de la planificaci6n central, se entabl6 a lo largo de los afios 20-40 una dura pol~- (1) Napoleoni, C.: Diccionario de Economia Politica, - Ediciones Castilla, Madrid 1962, pAg. 1299. -857- mica sobre el funcionamiento del mecanisme planifica-­ dor, entre Von Mises (2), Hayek y Max Weber, (detract£ res) y Lerner (3), Dobb (4), Lange y Taylor (5) (defe~ sores); esta pol~mica no tenia sentido, pues mientras se discutia, la planificaci6n central se iba imponien­ do en la URSS, con el avance del socialismo. La citada pol~mica vine determinada porque ni Marx ni Engels, habian delineado con detalle el meca-­ nisme de la planificaci6n en sus escritos. Efectivame~ (2) Vid. Mises, L. von: Die Wirtschaftsrechnung im so­ zialistischen Gemeiwesen, Archiv fur Sozialwissens chaften, vol. XLII;' 1920. - (3) Vid. Lerner, A.P.: Economics of Control, Nueva York, 1944. (4) Vid. Dobb, M.: El cAlculo econ6mico en una econo-­ mia socialista, Ariel, Barcelona 1970. (5) Vid. Lage, o. y Taylor F.M.: Sobre la teoria econ£ mica del socialismo, Ariel, Barcelona 1970. -858- te, si alguna vez se refirieron a la planificaci6n fue de forma implicita: 1) - Carta de Marx a Kugelman ( 1 868): "la - - esencia de la sociedad burguesa consiste precisamente en esto: que no existe a priori una reglamentaci6n so­ cial de la producci6n" (6). 2) - Engels en el Anti-Duhring habla de "la - anarquia de la producci6n social en la sociedad burgu~ sa, destinada a ser substituida por una organizaci6n - consciente sobre una base planificada bajo el socialis mo" ( 7). (6) Napoleoni, c.: op. cit. pag. 1302. (7) Napoleoni, c.: op. cit. pag. 1302. -859- 3) - Marx, hace alguna alusi6n posterior en - el Capital: "la futura sociedad debe estar organizada como una asociaci6n consciente y sistemAtica, en la -­ cual los productores regularAn su producci6n de acuer­ do con un plan previamente elaborado, encontrAndose b~ jo el consciente y preorganizado control de la socie-­ dad, la cual establecerA una relaci6n entre las canti­ dades de tiempo de trabajo social empleado en la pro-­ ducci6n y la importancia de la misma para la socie- -­ dad" ( 8). Asi las cos as, la "planificaci6n" es una pal~ bra que se ha ~mpleado con notoria inexactitud por los economistas convencionales para indicar toda una serie de intervenciones del Estado en la vida econ6mica, co~ fundiendo, t~rminos como intervencionismo, dirigismo , planificaci6n y programaci6n. Sin embargo, hay difere~ (8) Napoleoni, c.: op. cit. pAg. 1302. -860- cia entre el control del Estado sobre la actividad - - econ6mica en una sociedad capitalista yen una socia-­ lista: Por ello, se denomina planificaci6n, "al con- - trol por el Estado de la actividad econ6mica, en una - sociedad socialista, donde los medios de producci6n son publicos, y como consecuencia la planificaci6n es vinculante, sustituyendo al mercado como instrumento - de direcci6n de la actividad econ6mica". S6lo por ex-­ tensi6n, se denomina tambien planificaci6n, al control por el Estado de la actividad econ6mica en la sociedad capitalista, pero como quiera que este control s6lo se ejerce sobre los sectores de propiedad publ~ca y no siempre, y no alcanza a los sectores de propiedad pri­ vada, mAs que como simples directrices, en este caso - se llama planificaci6n indicativa, frente a la denomi­ naci6n de planificaci6n central que se emplea para la planificaci6n socialista. b) - .Q,r_!g~n.- La planificaci6n propiamente dicha nace, con el triunfo de la Revoluci6n Sovietica, en la URSS, co- -861- mo mecanisme alternative al mercado de asignaci6n de - recursos y de direcci6n econ6mica (es la planificaci6n central), y como consecuencia inmediata de la sociali­ zaci6n de los medios de producci6n. MAs tarde, partiendo de las experiencias de - la economia de guerra, surge en la decada de los cin-­ cuenta en los paises de economia de mercado la planif! caci6n, como intervenci6n mAs o menos intensa en la as tividad econ6mica, pero sin substituir el mercado co­ mo mecanisme de asigna~6n de recursos (es la planifi­ caci6n indicativa). Las causas de la aparici6n y posterior desa-­ rrollo de la planificaci6n indicativa son las siguien­ tes: Los fallos del mercado, para cumplir con eficacia algunos objetivos de la sociedad capitalista, fundamen talmente los de distribuci6n de la renta y desarrollo econ6mico; la importancia creciente del sector prtbli-­ co; la necesidad de racionalizaci6n del sistema econ6- mico, y la necesidad de democratizar la toma de deci-­ siones econ6micas, con la participaci6n de la colecti­ vidad, ante la generalizaci6n de modelos politicos de­ mocrAticos. -862- El pais pionero de la planificaci6n indicati­ va, fu~ Francia con el Plan Monnet de 1945. Pero la -­ planificaci6n se extendi6 realmente a partir de la d~­ cada de los 60, siendo utilizada en multitud de pai- - ses: esta difusi6n de la planificaci6n viene ligada -­ fundamentalmente a dos objetivos de la politica econ6- mica de los paises occident ales en los ul tin,os tiempos: desarrollo econ6mico y social y distribuci6n de la ren ta. Las principales caracteristicas de toda plani ficaci6n son las que se senalan a continuaci6n, de - - acuerdo con J. Irastorza (9). (9) Irastorza, J.: Justificaci6n y contenido de los-­ Planes de Desarrollo, separata del nQ 8 de la Co-­ lecci6n Alcala, pAg. 210 a 211. -863- 1)- Coordinaci6n.- Con una doble vertiente de coordi naci6n de objetivos, y coordinaci6n de recursos - disponibles; esta coordinaciA~ implica el anAli­ sis de las interacciones entre las diversas par-­ tes componentes del sistema econ6mico. 2) - Previsi6n.- Una vez estaulecida la coordinaci6n de objetivos y recursos, ello exige, la previsi6n de las principales magnitudes econ6micas. 3) - Centralizaci6n.- Un cierto grade de centraliza-­ ci6n es esencial a toda planificaci6n; depende -­ del margen de confianza que S€ d~ al funcionamie~ to del mercado, el que la centralizaci6n sea ma-­ yor o menor. Se pueden hacer distintas clasificaciones, de acuerdo con diversos criterios: -864- 1)- Segun se trate de paises socialistas o­ capitalistas, podemos hablar de planificaci6n central o de planificaci6n indicativa. Dentro de la planificaci6n central se pueden distinguir, segUn Wilczynski (10), cuatro modelos: - El modelo burocr~tico centralizado (vigente en -­ los paises socialistas hasta mediados de 1950). - El modelo selective descentralizado (vigente en - la actualidad en los paises socialistas, excepto Albania y Yugoslavia). - El modelo de planificaci6n socialista de mercado (empleado actualmente en Yugoslavia). - El modelo planom~trico centralizado (no se aplica en ningun pais, aun cuando existen avances te6ri- (10) Vid. Wilczynski, J.: The economics of socialism , G .A. and Un•llin Ltd. Londres, 1 970. -865- cos importantes en la Republica Democratica Alem~ na). • La planificaci6n indicativa, se denomina asi porque es vinculante para el sector publico y dnicame~ te indicativa, a trav~s de directrices, para el sector privado. 2) - Estos son los tipos fundamentales pero , dentro del confusionismo ya seflalado que encierra el - t~rmino planificaci6n, se puede hablar, segdn los sec­ teres sobre lo~ que actua, de planificaci6n publica o privada, y segdn su intensidad, de planificaci6n total o parcial. Siguiendo con el confusionismo, hay qui~n­ considera plani£icaci6n a ciertas intervenciones de P£ litica econ6mica, que no responden a lo que normalmen­ te se considera por los expertos como tal. -866- 3. CONTENIDO DE LOS PLANES Los planes de desarrollo (o planes econ6mi- - cos) contienen en general las siguientes partes o ele­ mentos (11): 1)- fnfoEm~ ~o£r~ la_sit~a£i£n_eso~6~i£a_y_­ ~o£i~-d~ ~u~ ~e_p~!e~- Se sugieren aqui los problemas que deban sol~ cionarse, pre~a evaluaci6n de las realizaciones logr~ das anteriormente. 2) - ~s!a£l~c!m!e~t2 ~e_o£j~tiV£Sk £rio~i£a=­ ~e~ z £O~~tibilid~d~s.- Las incompatibilidades mAs importantes a te-­ ner en cuenta son las que surgen en los siguientes cam pos: (11) Para una mayor aproximaci6n al contenido de los­ planes puede verse, Irastorza, J.: op. cit. pag. 215 a 222. -867- - La distribuci6n entre consume y ahorro (Elecci6n po­ litica entre postergar o no postergar el consume pa­ ra el futuro). La distribuci6n de la Renta (Elecci6n de la distrib~ ci6n 6ptima, que sea compatible con los dem~s objeti vos del plan). - La distribuci6n sectorial y regional de los objeti-­ vos (A qu~ sector y a qu~ regiones debe darse priori dad). 3) - E!£Y~C£i£n_m~C£O~C£n£mic~ ~e_l~ ~c2n2m!a ic~a~£ ~asr£eso~6~i£ol.- Consiste en una estimaci6n de las objetivos - de crecimiento de las principales variables macroecon£ micas, para el periodo en que el Plan va a tener vige~ cia, y que suele ser de 3 a 5 affos. Los planes clasi-­ cos de desarrollo, utilizaban para la elaboraci6n del -868- cuadro macroecon6mico un modele econometrica (12). ca.- Constituye el nucleo de la planificaci6n del sector privado y figura solo en los planes indicatives. Estas medidas se llaman directrices y se refieren fun­ damentalmente a los siguientes puntos: (12) Este instrumento no fue, sin embargo, operative­ en multi tud de cases. Asi, por ejemp,lo, el modele econom~trico del III Plan de desarrollo espaflol - (1972-75), no sirvi6 para la elaboraci6n del opor tunc cuadro macroecon6mico, en parte por deficien cias del aparato estadistico-econ6mico espaflol y~ en parte, por la incapacidad del modele para re-­ flejar fielmente la realidad econ6mica, a pesar - de ser ~sta relativamente estable. Por estas raze nes, el cuadro macroecon6mico acab6 construyendo: se empleando metodos menos sofisticados tales co­ mo los estudiados en el capitulo anterior. -869- - Investigaci6n sobre el potencial de desarro llo de la economia. - Provisi6n de infraestructura y servicios p~ blicos adecuados. - Mejora de la estructura de la actividad pr£ ductiva. - Perfeccionamiento de los mercados de traba­ jo, de bienes y servicios y financieros. - Fomento de la actividad empresarial. Promoci6n de una mejor utilizaci6n de los - recursos. - Promoci6n del Ahorro. - Directrices para los grandes sectores econ6 micos: Agricultura, Industria y Servicios. -870- Constituye la planificaci6n del sector publi­ co, es la unica que en t~rminos estrictos es planific~ ci6n verdadera, al ser vinculante para el sector publl co• y figura como tal unicamente en los planes indicati vos. Los problemas mas importantes, a tener en - - cuenta, a la hora de elaborar el programa de inversio­ nes pdblicas (P.I.P.) son los siguientes: - Distribuci6n sectorial y regional de las in versiones publicas. - Distribuci6n institucional. - cuant!a de la inversi6n publica, que afecta a las disponibilidades del sector privado. - Capacidad del sistema fiscal para aportar - los ingresos necesarios. -871- - Recurso o no a la financiaci6n exterior. cuados.- Complementa los apartados anteriores, consti­ tuyendo un resUmen de los grandes proyectos del plan. Se trata aqui de ver si el plan es intername£ te consistente, para lo cual suelen utilizarse modelos econom~tricos. -872- 4. TECNICAS DE PROGRAMACION El proceso planificador tiene tres fases (13), cada una de las cuales utiliza diversos m~todos de pr£ gramaci6n: 1) MACROFASE. Comprende la proyecci6n del-­ P.N.B. y dem~s magnitudes basicas, y conduce a la ela­ boraci6n del cuadro macroecon6mico. Se trata de deter­ minar el equilibria entre recursos disponibles y utili zaci6n de recursos segun la conocida ecuaci6n. y C + I + G + X - M , partiendo de los datos - (13) Un desarrollo mas completo de este tema se encuen tra en Tinbergen, J.: Planificaci6n del Desarro-= llo, Ed. Guadarrama, Madrid 1967, pag. 74 a 164. -873- del aflo base, integrando los distintos objetivos en un cuadro econ6mico global. El equilibrio fundamental, lleva consigo otros entre ahorro e inversi6n, entre d~ manda y oferta de trabajo, del sector exterior, etc. Las t~cnicas utilizadas en esta fase, van de~ de la mera extrapolaci6n, a los mAs sofisticados mode­ los econom~tricos, pasando por la utilizaci6n de la re laci6n capital/producto y de la denominada estrategia sintomatica. 2) FASE INTERMEDIA. Se trata de realizar una planificaci6n por sectores, y concretar los objetivos globales por regiones. Los instrumentos esenciales son las tablas input-output a nivel nacional y/o regional, y la programaci6n lineal. 3) MICROFASE. Tiene lugar en ella la planifi­ caci6n de los proyectos concretes, individualmente co~ siderados, y se utiliza el anAlisis coste-beneficia. -874- 5. LA PLANIFICACION CENTRAL Con el punto anterior finaliza el an~lisis re ferente a cuestiones generales y comunes a todo tipo - de plani£icaci6n. Nos vamos a referir en este apartado, al significado de la plani£icaci6n central, y a los -­ distintos modelos. La pl~i£icaci6n central implica la existen-­ cia de un plan econ6mico central, con un organismo re~ ponsable denominado Comisi6n Estatal de Plani£icaci6n, (Gosplan en la URSS) que tiene como misiones: "lade-­ terminaci6n de los criterios de c~lculo econ6mico que implican las decisiones de la planificaci6n; la cuanti £icaci6n de los objetivos que deben alcanzarse en el - perfodo planificado; la coordinaci6n de los objetivos a fin de asegurar la consistencia interna del plan; la determinaci6n de los metodos apropiados para alcanzar los objetivos fijados, y la revisi6n peri6dica de los objetivos segun se vaya modificando la actividad econ6 -875- mica" ( 14). Existen cuatro modelos de plani£icaci6n cen-­ tral, que pas amos a examinar, de acuerdo con J. Wilc­ zynski (15). 1.- Planificaci6n burocr~tica centralizada, - vigente hasta mediados de la d~cada de los 50, excepto en Yugoslavia, y hoy s6lo de aplicaci6n en Albania. Sus caracteristicas mAs importantes son, la - fuerte centralizaci6n de las decisiones, la rigidez en sus aspectos b~sicos, y la previsi6n detallada a todos (14) Cortina, R.M.: Areas econ6micas en el Mundo, Pla­ neta, Barcelona 1972, p~g. 153. (15) Vid. Wilczynski, J.: op. cit. -876- los niveles en t~rminos de producci6n fisica. El c~lculo econ6mico subyacente en el plan -­ se hacia mediante los siguientes instrumentos: - El balance material, de producciones previ~ tas e inputs necesarios, en terminos fisicos, para de­ terminar las producciones. - El fondo de salaries para determinar los -­ mismos, en base a la teoria del valor-trabajo. -Sistema de concesi6n de cr~ditos y subven-­ ciones a las empresas segun su adaptaci6n al plan de - producci6n. - Sistema de incentives unicamente morales a la producci6n. - Comercio exterior en base a acuerdos bilate lares y contingentes. -877- Este cAlculo econ6mico, tenia innumerables -­ problemas y aunque se logr6 un crecimiento ciertamente espectacular, todo ello fu~ a costa de importantes de~ pilfarros de capital y bajo consume de las masas, lo - cual ponia de manifiesto las deficiencias de los ins-­ trumentos empleados como base del cAlculo econ6mico. - Evidentemente, el sistema producia una mala asignaci6n de los recursos econ6micos. 2.- Ello di6 paso a partir del XX Congreso -­ del PCUS (1956), a la introducci6n de la planificaci6n selectiva descentralizada preconizada por Ota-Sik, ex­ perimentada por· Dubcec en Checoslovaquia durante la -­ primavera de Praga de 1968, y extendida mAs ampliamen­ te en los affos 70. Las caracteristicas mAs importantes de ~ste - tipo de planificaci6n se pueden resurnir en dos: en pri mer lugar, aunque existe un plan central se delegan m~ chas responsabilidades y decisiones en niveles inferi£ res, y en segundo lugar, se limita el numero de objeti vos fijados centralmente, y estos son de carActer gen~ ral. -878- Para el cAlculo econ6mico se introducen nue-­ vos instrumentos, que evitan las rigideces anteriores y producen una mejor asignaci6n de recursos; estes in2 trumentos son los siguientes segdn J. Wilczynski (16): - El beneficio es el indicador bAsico de la - actividad de la empresa, entendido, obviamente, como - "beneficio-sombra". - Los precios se establecen segun los costes medics de producci6n, como si se tratase de un monopo­ lio social. - Los consumidores tienen libertad para sus - compras, lo que supone una cierta introducci6n del - - "principio de soberania del consumidor". (16) Wilczynski, J.: op. cit. pag. 27 y 28. -879- - Se sustituyen los incentives morales a los obreros por los materiales, a trav~s de la participa-­ ci6n en los resultados de la empresa. - Los tipos de inter~s cumplen un papel impo£ tante en el sistema de concesi6n de cr~ditos, entendi­ dos tambi~n como "tipos-sombra''. Se liberaliza y descentraliza el comercio - exterior. 3.- Otra variante de la planificaci6n cen- -­ tral, es la planificaci6n socialista de mercado, (vi-­ gente en Yugoslavia desde 1951). Tambi~n se denomina­ Modele Lange-Lerner, ya que el socialismo de mercado comenz6 a elaborarse te6ricamente, por estos autores , hacia 1930. En este tipo de planificaci6n, se confian las decisiones a los "gerentes de empresas socialistas"; - los precios asignan los recursos a trav~s del mercado, si bien los de los bienes de inversi6n, se corrigen -- -880- por las Autoridades en base a consideraciones macroso­ ciales de coste-beneficio a largo plazo; los organis-­ mos planificadores se limitan a establecer las macro-­ magnitudes bAsicas y sus relaciones; se respeta la so­ berania del consumidor, y los salaries se determinan - en el mercado de trabajo y no en base a la ley del va­ lor, que parece no funcionar. El cAlculo econ6mico en este modele se hace - en base a las !eyes del mercado, con lo cual existe pues libertad en el mercado de trabajo, y libertad en el mercado de bienes de consume. Unicamente no existe mercado para el caso de los bienes de inversi6n, al e2 tar socializados los medics de producci6n. Este tipo - de planificaci6n es el sustrato econ6mico del socialis mo liberal. 4.- La planificaci6n planom~trica centraliza­ da, no se ha utilizado en ning11n pais, alln cuando se - han registrado avances te6ricos en la R.D.A., Polonia, etc. ( 1 7). (17) Los estudios te6ricos previos al desarrollo de e2 te modele pueden verse en Kantorovich, L. y otros: Planificaci6n del Socialismo, Oikos, Barcelona, - 1968. -881- Este modelo consiste, "en la soluci6n matemA­ tica de todas las principales decisiones sobre la acti vidad econ6mica por la Comisi6n de Planificaci6n Naci2 nal, a trav~s de una amplia utilizaci6n de ordenadores que recogen la informaci6n, procesan los datos y dete£ minan las diferentes soluciones para la consecuci6n de un plan 6ptimo. Las relaciones de este plan, que maximiza las salidas o minimiza las entradas con la soluci6n de mi­ llones de ecuaciones, permiten el cAlculo de los pre-­ cios de equilibrio, obtenidos a trav~s de los ordenad2 res. Las decisiones sobre los niveles de producci6n en cada sector se obtienen en base a estos precios" (18). Asi pues, el cAlculo econ6mico se realiza al igual que bajo el capitalismo, en base a los precios ; (18) Cortina, R.M.: op. cit. pAg. 163. -882- la diferencia es que mientras aqui se determinan por - cerebros electr6nicos, en el capitalismo los determina el mercado, pero en ambos casos los recursos se asig-­ nan de acuerdo con el sistema de precios. Surgen algunos problemas de cAlculo econ6mico a la hora de aplicar practicamente el modelo planom~-­ trico como son, entre otros, la insuficiencia del nume ro necesario de ordenadores, la falta de informaci6n - estadistica adecuada, la £alta de suficiente personal especializado, y el mAs grave de si podran los cere­ bros sustituir al mercado, como mecanismo de asigna­ ci6n 6ptima de recursos. Una conclusi6n importante que parece derivar­ se de todo lo que aqui se ha dicho sobre planificaci6n central es, que frente a los que piensan en una conver gencia de los sistemas capitalista y socialista (19) , (19) Vid. Linnerman, H. y otros: Convergencia de los - sistemas econ6micos del Este y del Oeste, Centro Editor de Am~rica Latina, B. Aires, 1968. -883- esta el hecho de que el modelo planom~trico tiene gr~ des posibilidades de aplicaci6n en un futuro pr6ximo , lo que representaria un retorno a la planificaci6n ce~ tralizada, si bien utilizando unos medios id6neos para la racionalizaci6n de las decisiones y de la actividad econ6mica, lo cual conduce a la idea, que parece pred£ minar en estos momentos, de la no convergencia de sis­ temas ( 20). (20) Ver, a este respecto: Cortina, R.M. :' op. cit. pag 188 a 1 94, donde se apoya la tesis de "no conver­ gencia". Una discusi6n mAs completa sobre la "con vergencia - no convergencia de sistemas" se en- = cuentra en, Sampedro, J.L.: Las fuerzas econ6mi-­ cas de nuestro tiempo, Ed. Guadarrama, Madrid, -- 1967. -884- 6. LA PLANIFICACION INDICATIVA Visto ya lo que es la planificaci6~ y habi~n­ donos referido a la planificaci6n central, en este - - apartado vamos a tratar de la planificaci6n vigente en los paises de economia de mercado y de las experien- - cias de Francia y Espana fundamentalmente. La planificaci6n de los paises de economia de mercado, denominada planificaci6n indicativa, es el sistema de direcci6n y control de la actividad econ6mi ca en los paises capitalistas, en los que existe la -­ propiedad privada de los medios de producci6n, sin pr~ tender sustituir al mercado como mecanisme de asigna-­ ci6n de recursos. La planificaci6n indicativa tiene su fundame~ to te6rico, "en parte en las ideas socialistas y, en - parte, en las ideas econ6micas expresadas en la Conta- -885- bilidad Nacional, en las teorias keynesianas y en la - pol! tic a anticiclica en general" ( 21 ) . Este tipo de planificaci6n, tiene su antece-­ dente m~s importante, en las actuaciones de la TVA nor teamericana, en 1929, a raiz de la Gran Depresi6n, pe­ rc no comenz6 a aplicarse realmente hasta 1945, a tra­ v~s del Plan franc~s Monnet de Reconstrucci6n Nacional. Fue a partir de la II Guerra Mundial cuando comenz6 a tomar auge la planificaci6n indicativa, que alcanz6 sus mayores ~xitos en Francia y Espana. Como ya hemos dicho anteriormente, las causas m~s importantes de su aparici6n y desarrollo fueron -­ fundamentalmente, los fallos del mercado que conduje-­ ron a una importancia creciente del sector p~blico con (21) Tinbergen, J.: Planificaci6n econ6mica. Europa-­ Occidental, en Enciclopedia Internacional de las Ciencias Sociales, Torno 8, Aguilar, Bilbao, 1974, p~g. 172. -886- el fin de introducir racionalidad en el sistema econ6- mico, y la necesidad de democratizar la toma de deci-­ siones econ6micas, ante la generalizaci6n de modelos - politicos democr~ticos. Las caracteristicas m~s importantes de este - tipo de planificaci6n pueden resumirse del siguiente - modo: en primer lugar, esta planificaci6n es "obligat_£ ria", 11nicamente, para el sector pliblico, siendo mera­ mente "indicativa" para el sector pri vado; en segundo lugar, es una planificaci6n "concert ada", mediante el - acuerdo con las distintas fuerzas econ6micas y socia-­ les, yen tercer lugar,es "complementaria" del mercado, en el sentido de que no le sustituye como mecanisme de asignaci6n de recursos. Teniendo en cuenta los resultados obtenidos - por los paises que han aplicado modelos de planifica-­ ci6n indicativa, pueden establecerse tre~ juicios cri­ ticos: En primer lugar, al dejar en libertad al sec­ tor privado, ello exige una constante vigilancia que - -887- no suele realizarse y, por tanto, los objetivos no se curnplen. En segundo lugar, como quiera que el propio sector publico con bastante frecuencia deja de cumplir los planes, siendo obligatorios para ~1, se desvirtrta la planificaci6n y se convierte en una "mera ideologia -politica desarrollista". Y en tercer lugar, en los paises con planes - de desarrollo clAsicos han aumentado las diferencias - interregionales de renta en t~rminos generales, mAs -­ que en otros que no han elaborado planes. Es la experiencia mAs larga de planificaci6n indicativa. Comienza en 1945 con el Plan Monnet de Re­ construcci6n nacional (1945-53), y desde entonces no­ ha cesado. El organismo encargado de elaborar y ejecu­ tar el plan es el Comisariat General du Plan, depen- - diente del primer ministro. -888- Las caracteristicas de la plap.ificaci6n fran­ cesa son las generales de toda planificaci6n indicati­ va, pudiendo affadirse, que los planes son cuatrienales (excepto el primero), y que la necesidad de controlar de cerca y verificar la marcha y ejecuci6n de los mis­ mos hizo que se fijasen unas "senales de alerta" (cli.s_ notants), instrumentos estos que sirven para informar sobre la evoluci6n y el comportamiento de las magnitu­ des macroecon6micas, por si fuera necesario revisar -­ los objetivos fijados en un principia (22). La evoluci6n de la planificaci6n francesa pu~ de observarse a partir del contenido de los distintos planes: (22) Para una aproximaci6n a la planificaci6n francesa, pueden verse: Mass~, P.: Le choix des inventisse­ ments. criteres et Methodes, Dunod, Paris, 1964 ; y Fourastie, J. y otros: La Planification economi que en France, PUF, Paris, 1963. - -889- - El I Plan fu~ un plan de reconstrucci6n na­ cional con incidencia sobre los sectores b~sicos. - El II Plan fu~ un plan expansivo. - El III Plan puso su ~nfasis en la estabili­ dad y la integraci6n en el MCE. - Los planes siguientes incorporaron la plani ficaci6n social y regional, y ampliaron sus objetivos en busca de una mejora de la calidad de vida, a la vez que introdujeron mejoras t~cnicas. - Actualmente se pretende integrar la planifi caci6n econ6mica y la social, pero la crisis de 1973/74, que aan perdura, ha quebrado en ~gunamedida los princi pios planificadores cl~sicos. -890- Es imitaci6n de la francesa y se introduce a mediados de la d~cada de los 60, siendo su piedra an~ lar el Plan de Estabilizaci6n de 1959. En 1962 nace la Comisaria del Plan de Desarro llo (23), como organismo encargado de la elaboraci6n­ de los planes, dependiente de la Presidencia del Go- - bierno. Hasta su desaparici6n en 1973, entraron en vi­ gor tres planes cuatrienales, 1964/67, 1968/71 y 1972/75. En junio de 1973 se crea el Ministerio de Pla nificaci6n que elabor6 el IV Plan (1976-79), aunque no lleg6 a entrar en vigor debido a las condiciones de inestabilidad econ6mica creadas por la crisis de la energia. (23) Sobre la organizaci6n de la Planificaci6n en Espa na y el papel de la Comisaria del Plan de Desarro llo ver, CIDES: La Planificaci6n en Espana. su _: organizaci6n, procedimiento y metodologia, Madrid 1973, p~g. 5 a 8. -891- En sustituci6n del IV Plan, a raiz de la cri­ sis econ6mica y de la nueva situaci6n politica creada por la muerte del General Franco, se elaboraron dos nuevos planes econ6micos, que supusieron la quiebra de los clAsicos principios planificadores: el plan de sa­ neamiento y reforma econ6mica, mAs conocido como "Fac­ to de la Moncloa", elaborado a finales de 1977 con vi­ gencia para dos affos y con participaci6n de las disti~ tas fuerzas politicas (24); y el programa a medic pla­ zo para la economia espanola, mAs conocido por PEG, -­ elaborado por el nuevo Ministerio de Economia (hoy fu­ sionado con el de Comercio) en el verano de 1979, con una vigencia de tres aflos"(25). Es importante destacar que esta nueva forma de actuaci6n en materia econ6mica (24) Vid. Ministerio de Economia: Programa de sanea- - miento y reforma econ6mica. Facto de la Moncloa , Madrid, 1 977. (25) Vid. Ministerio de Economia: Programa a medic pl~ zo para la economia espanola, Madrid, 1979. -892- (extendida a nivel del Mundo Occidental), comienza con la crisis econ6mica ·que se iniciara en 1973, "tal co­ mo predijo el famoso economista ruso Kendratieff en -- 1926" (26). Si se recuerda que las actuaciones £rente ala crisis de 1929, fueron el antecedente mAs impor-­ tante de la planificaci6n indicativa, no es de extra-­ nar que en el futuro podamos afirmar, que "las actua-­ ciones econ6micas £rente a la actual crisis fueron el inicio de la nueva planificaci6n econ6mica" que se adi vina para los paises occidentales. Teniendo en cuenta que la planificaci6n espa­ nola surge a imitaci6n de la francesa, es fAcil ver -- ( 26) Fernandez, A.: Politica de Planificaci6n, en Poli tica econ6mica de Espana (coordinado por Luis Ga= mir), Alianza Editorial, Hadrid, 1980, Torno I, ca pitulo XII, p~g. 475. Kondratieff en su obra "Di~ Langen Wellen der Konjunturk" afirmaba en 1926, - que 1973 marcaria el inicio de la fase depresiva del cuarto ciclo que tuvo sus comienzos hacia el ai'io 1946. -893- que no tiene caracteristicas diferenciales importantes. Unicamente, cabe indicar que las "senales de alert a" - introducidas en el II Plan (a imAgen de los "cligno- - tants" franceses), con el prop6sito, no conseguido, de controlar la marcha de los planes, eran las siguientes: - Indice del coste de la vida y de precios: - la senal de alerta funcionaba cuando la media de los - indices del coste de la vida o de precios al por mayor de un trimestre superaba en mAs de un 2 por 100 al in­ dice correspondiente al trimestre inrnediatamente ante­ rior. - Porcentaje de cobertura de las importacio-­ nes por las exportaciones: la senal funcionaba cuando el porcentaje medio de seis meses descendia en cuatro puntas sobre el correspondiente a los mismos meses del ano anterior. - Variaci6n de las reservas de divisas: entra ba en funcionamiento esta senal de alerta cuando la -­ perdida de reservas a lo largo de los rtltimos doce me- -894- ses era superior al 10 por 100 del nivel de reservas - existentes al inicio de dicho periodo. - Oferta monetaria: esta sefial funcionaba - - cuando la media de la oferta monetaria de un trimestre, corregida de las variaciones estacionales, superaba en un 3,3 por 100 a la del trimestre anterior. - Indice de producci6n industrial: entrab3. en juego cuando la media de los indices de un periodo de seis meses no superaba en un 2,5 por 100 ala media de los indices del mismo semestre del aiio anterior. - Porcentaje del desempleo sobre la poblaci6n activa: la sefial de alerta funcionaba cuando el porce£ taje se situaba durante tres meses consecutivos por en cima del 2,5 por 100. 2.- ~lab£raci6n,_apr£bac!6n z ej~cuc!6n de los £lan~s d~ desarrollo. Los distintos planes de desarrollo, debian cu -895- brir una serie de etapas, desde el comienzo de su ela­ boraci6n hasta su ejecuci6n, que son las que se rese-­ nan a continuaci6n siguiendo a Alvarez Rendueles (27): - 1~ etapa: Decantaci6n del esquema de los - planes y elaboraci6n de la situaci6n de partida. - 2~ etapa: Establecimiento del cuadro macro econ6mico y de los objetivos a nivel agregado. - 3~ etapa: Fijaci6n de las lineas de actua­ ci6n de pol:[ tic·a econ6mi"ca denominadas directrices. - 4~ etapa: Aprobaci6n por el Consejo de Mi­ nistros de los objetivos y las directrices. (27) Alvarez Rendueles, J.R.: La Planificaci6n del De­ sarrollo en Espana, ICE, Abril, 1975, Ministerio de Comercio, Madrid, 1975, pag. 63 a 66. . ~ -896- - 5~ etapa: Redacci6n final del plan, tr~s - la introducci6n del programa de inversiones publicas y el estudio de los informes recabados a la Organizaci6n Sindical y a! Consejo de Economia Nacional. - 6~ etapa: Aprobaci6n por las Cortes. - 7~ etapa: Ejecuci6n del plan, cuya vigil~ cia estaba a cargo de una "comisi6n de vigilancia", de pendiente de la Comisaria del Plan de Desarrollo. A traves del estudio de los contenidos de los distintos planes, puede verse la evoluci6n de la planl ficaci6n espanola. - El I Plan, fue un plan global, que contenia, un estudio general de la economia, una programaci6n del sector p~blico que no se cumpli6, una politica de orientaci6n y estimulo al sector privado, una polftica de desarrollo regional a traves de los famosos Poles , ____ ., __ X _tt,n crecimiento programado del 6 por 100 anual medio -897- acumulativo para el Producto Interior Brute, que se su per6 (28). - El II Plan, era un plan mAs selective con - Agricultura y Educaci6n como sectores prioritarios, -­ adn cuando se frust6 dicha selectividad; entr6 en vi-­ gor con un afio de retraso por la devaluaci6n de la pe­ seta a finales de 1967; di6 gran importancia al objeti vo de la estabilidad; tuvo, te6ricamente, una dimen- - si6n social; cont6 con una proyecci6n internacional, con vistas a la integraci6n en la CEE; estableci6 un - crecimiento programado del 5,5 por 100 .que se super6 introdujo mejor.as t{!cnicas sobre todo en la programa-­ ci6n financiera; dada la preocupaci6n por la evoluci6n a corte plazo, se introdujeron senales de alerta, a imAgen de los "clignotants franceses", y cont6 con un (28) Vid. Comisarfa del Plan de Desarrollo: I Plan de Desarrollo econ6mico y social, Affos 1964-67, Ma-­ drid, 1963. -898- capitulo final sobre coherencia del Plan (29). - El III Plan, fu~ un plan expansive, con un crecimiento programado del 7 por 100, que no se cum- - pli6; fue el menos aplicado a causa de la crisis; tuvo una serie de objetivos mAs sociales, en el afAn de bus car una mejor calidad de vida; cont6 con una perspecti va mAs amplia extendida al horizonte de los 80, e in-­ trodujo nuevas t~cnicas de programaci6n de las cuales lamAs importante fue un modele econom~trico (30). - El IV Plan, no entr6 en vigor debido a la - falta de coherencia en sus objetivos, como consecuen-- (29) Vid. Comisaria del Plan de Desarrollo: II Plan de Desarrollo econ6mico y social, Madrid, 1968. (30) Vid. Comisaria del Plan de Desarrollo: III Plan - de Desarrollo econ6mico y social, Madrid, 1971. -899- cia de la confluencia de las crisis econ6mica y polit! ca en Espana. Se pueden seffalar una serie de aspectos posi­ tives y negatives de los planes de desarrollo. En cuanto a los aspectos positives cabe citar, en primer lugar, una mayor racionalidad y coordinaci6n de la Politica Econ6mica y, en segundo lugar, una mej£ ra en la inform.aci6n econ6mica. En lo que respecta a los aspectos negatives - destacan, el no cumplimiento por parte del sector pu-­ blico de los planes, con lo que se disvirtu6 el propio carActer de la planificaci6n; la no revisi6n de sus ob jetivos, de acuerdo con la evoluci6n econ6mica; la no existencia de una verdadera planificaci6n social y re­ gional, a pesar de sus declaraciones de intenciones; - los favoritismos a sectores e industrias, a trav~s del sistema de incentives no basados en la eficiencia eco­ n6mica, y la falta de democracia, debido al contexto - -900- pol! tico en que se llev6 a cabo la "concertaci6n". Por lo que respecta al Facto Econ6mico de la Moncloa, hay que decir que las medidas de ajuste cont~ nidas en el mismo tuviercn cierto ~xito, artn cuando no cabe decir lo mismo de las "contrapartidas", por su rna nifiesto incumplimiento. En cuanto al P.E.G., casi es ya Historia. De cualquier modo, ambos documentos, mar­ can la crisis de la clAsica planificaci6n del desarro­ llo, y suponen el inicio de lo que serAn las nuevas -­ pautas de actuaci6n en materia econ6mica, en el contex to de la necesaria reconsideraci6n a que debe ser some tida la planificaci6n clAsica en las actuales circuns­ tancias. Como afirmaba un gran experto en Planifica- - ci6n, Alvarez Rendueles, ya en 1975, "Un plan a mAs de un affo parece encontrarse llamado irremisiblemente al fracaso si se atiende a las arenas movedizas de la co­ yuntura actual en las que necesariamente ha de afir-­ marse y construirse" (31). No obstante, c'ontinuaba di­ ciendo, "sigo creyendo en la utilidad de la planifica­ ci6n en las econom!as de mercado" (32). (31) Alvarez Rendueles, J.R.: op. cit. pAg. 59 (32) Alvarez Rendueles, J.R.: op. cit. pAg. 60. -901- 7. ESTRUCTURA DE UN PLAN ECONOMICO DE CORTE MODERNO - REFERIDO A ESPANA Hemos vista hasta aqui, lo que ya es Historia sabre todo en cuanto a planes econ6micos indicatives - se refiere. Efectivamente, casi todos los expertos vi~ nen a coincidir en la tesis de que a raiz de la crisis de la energia, la clAsica planificaci6n del desarrollo tambi~n esta en crisis y debe ser reconsiderada y ab~ donada al menos mientras perdure la actual inestabili­ dad econ6mica. El sentido de esta reconsideraci6n de - la planificaci6n clAsica, que nos induce a propugnar su sustituci6n por un tipo de planes econ6micos "moder nos", de signa radicalmente dis tin to al de los anti- - guos planes de desarrollo, es el siguien t'e: Nos encon­ tramos, en definitiva, ante un periodo critico en que la conjunci6n de varias circunstancias de Ambito inte~ nacional impone transformaciones importantes y difici­ les de los esquemas productivos consolidados en un lar go periodo. Cuando ese periodo haya sido superado en - -902- el largo plazo, las estructuras de producci6n y las -­ propias formas de vida de nuestras sociedades habr~ - registrado cambios muy importantes respecto de la si-­ tuaci6n existente al comienzo de la crisis. No conoce­ mos, sin embargo, con seguridad, cuales ser~ las pee~ liaridades de tales transformaciones porque algunos de los condicionantes basicos de esa evoluci6n est~ ro-­ deados de incertidumbre en los mementos actuales. Y no hay, en consecuencia, posibilidad de plantear y desa-­ rrollar una programaci6n detallada que aspire a condu­ cirnos desde la situaci6n presente hasta esas formas - inciertas de producci6n y de vida. Tal programaci6n, - si se intentara, s6lo conduciria a generar rigideces - con los consiguientes costes sociales. Esa programaci6n detallada, que quedaba refle jada en los clasicos planes de desarrollo, no es hoy - posible, debido a que en definitiva no sabemos muy -­ bien hacia donde vamos, pues no somos "dueftos de nues­ tro destine". En consecuencia, un plan econ6mico de corte - moderno, se parece mas a un conjunto de medidas de po­ litica econ6mica, que a una programaci6n desmenuzada - -903- de objetivos planificados dificilmente alcanzables; los modelos econom~tricos no son aplicables porque la estructura es cambiante, y el plazo del plan debe aco~ tarse, hasta situarse en un horizonte temporal de 2-3 affos (e incluso menor), y debe ser sometido a conti-­ nuas revisiones cada vez que surjan nuevos problemas a abordar o cambie la naturaleza y condiciones de los -­ existentes. Los antiguos planes econ6micos se construian teniendo como marco de referencia un modelo econom~tri co. Como hemos visto anteriormente, en las actuales -­ condiciones de crisis e inestabilidad, los modelos eco nom~tricos han perdido su habilidad predictiva debido a la p~rdida de confianza en los universes conceptua-­ les,suministrados por la teoria econ6mica convencional, que no son capaces de explicar adecuadamente las actu~ les condiciones cambiantes de producci6n y de vida, y que eran quienes respaldaban esos modelos. Por otro la do, tampoco parece que las nuevas teorias neolibera-- -904- les expliquen acertadamente el funcionamiento actual - del sistema econ6mico y es por estas razones que los modelos econom~tricos deben ser sustituidos, al igual que en el an~lisis coyuntural, por los cuadros macro-­ econ6micos como instrumento para la elaboraci6n de los objetivos, prioridades y compatibilidades de los moder nos planes econ6micos. Sin embargo, para la elaboraci6n del Plan que proponemos, en el contexto de la necesaria reconsidera ci6n de la Planificaci6n, no es suficiente ese instru­ mento que son los cuadros macroecon6micos. Es necesa-­ rio contar con un "marco te6rico de referencia" que, - pensamos, debe estar constituido por un "modelo macro­ econ6mico" que, aun cuando su estimaci6n econom~trica sea imposible en las actuales circunstancias, permita evidenciar las diversas relaciones funcionales que se producen entre las distintas macromagnitudes, de tal - modo que la Teoria Econ6mica haga de "hil'o conductor" para que la elaboraci6n del Plan sea tal,que este pre­ sente un grado de fiabilidad aceptable. El modelo macroecon6mico elegido, es de natu.­ raleza keynesiana pero recoge adem~s ideas neocl~sicas -905- (neoliberales), intentando integrar de este modo las - tendencias actuales del pensamiento econ6mico. La fun­ ci6n del modele, que se inspira en los que actualmente se estAn elaborando para el mismo fin en distintos p~ ses, no es interpretar la realidad econ6mica actual -­ continuamente cambiante, sino simplemente intentar a~ dar en esta tarea; para ello se parte de la considera­ ci6n de "un cuadro econ6mico de conjunto", analizando posteriormente las diversas relaciones funcionales que integran el mismo y que se manifiestan a trav~s de las ecuaciones del modele propiamente dicho. Tiene el modele una caracteristica importan-­ te, cual es que, en el caso de que su estimaci6n eco~ m~trica sea posible cuando se estabilicen las "condi­ ciones econ6micas", esta estimaci6n puede hacerse tan­ to trimestralmente (cuando se disponga de una Contabi­ lidad Nacional Trimestralizada) como anualmente, de -­ tal modo que puede ser utilizado, mediante la aplica-­ ci6n de la estrategia globalizada, tanto como instru-­ mento de previsi6n para el AnAlisis Coyuntural, como - para la elaboraci6n de un plan econ6mico de corte mo-­ derno; en este contexte es donde se podria producir ~a convergencia de los AnAlisis Coyuntural y Estructural, -906- hecho que se manifestaria en la utilizaci6n de una - - misma estrategia metodol6gica (la globalizada) basada en unos instrumentos tambi~n rtnicos (modelos que pue-­ dan estimarse tanto anual como trimestralmente), me-­ diante la adecuada utilizaci6n de la Contabilidad Na-­ cional, con fines tanto de AnAlisis Coyuntural como de AnAlisis Estructural. Asi pues, concretando la exposici6n anterior, el "marco te6rico de referencia" estA compuesto par -­ dos elementos: a) - El "cuadro econ6mico de conjunto", que figura en la tabla adjunta (de forma simplificada), y que sirve para obtener una visi6n global de las relaciones entre los distintos sectores institucionales (Familia, Empr~ sas, Administraciones Pdblicas y Resto del Mundo), con el fin de que el plan econ6mico que se pretende elabo­ rar presente un aceptable grado de coherencia interna, ya que el cuadro resume los flujos econ6micos mAs im-­ portantes que se producen a lo largo del pe1·iodo para el que se elabora el Plan. Producci6n y empleo de Bienes y Servicios ................... . Operaciones de Distribuci6n: Impuestos .................. . Salarios ................... . Beneficios ................. . Operaciones financieras ....... . CUADRO ECONOMICO DE CONJUNTO Empleos Total Adm. ~Resto FamiliasiEmpresasiPrtblicas Mundo pC F3 pi tpQ sE B pG X F4 Notas explicativas de los flujos que aparecen en este cuadro: Recursos Adm. !Resto Familias IEmpresas IPdblicas Mundo sE B pQ F1 M tpQ F2 a) Las empresas producen una cantidad de bienes (Q) a~ precio (p), y existen unas importaciones (M). La producci6n se emplea en consumo (pC), inversi6n (pi), Gasto Prtblico (pG) y exportaciones (X). b) La producci6n se distribuye del siguiente modo: -A las Administraciones Pdblicas: tpQ, siendo (t) el tipo medio de gravAmen. -A las familias: sE, siendo (s) el nivel de salarios y (E) el ndmero de trabajadores empleados. -A los empresarios: B, siendo (B), los beneficios. c) La financiaci6n de la inversi6n (F 1 =pi), y del deficit pdblico (F 2 ), suponiendo que haya deficit, se realiza a traves del ahorro de las familias (F 3 ) y del prestamo neto del Resto del Mundo (F 4 ). I I.D 0 -...J I -908- b) - El segundo elemento del marco teorico de referen­ cia estA constituido por el modelo macroecon6mico que figura a continuaci6n, que es el que realmente sirve - de "hilo conductor" para la elaboraci6n del plan econ£ mico moderno, cuya estructura esbozaremos en el epigr~ fe siguiente. Este modelo lo constituyen las siguientes - - ecuaciones agrupadas por Bloques: c I) Demanda R p La demanda de consurno (C) es funci6n de la renta real ( -~- ) y del tipo de interes (i) de los ac p tivos poseidos por el pdblico; la primera, es una hip£ tesis keynesiana, y la segunda, neoclAsica; p; es-el - nivel general de precios y c 1 , c 2 y c 3 son parAmetros. I a 1 TUC + a 2 i + a3 • -909- La demanda de inversi6n (I) es funci6n de una variable que representa las tensiones en la utiliza- - ci6n de la capacidad productiva (TUC) y del tipo de in ter~s (hip6tesis neoclasica), siendo a1 , a 2 y a 3 , pa­ rAmetros. C + I + G + X - M La producci6n (Q) se ajusta a la demanda, - - siendo esta una hip6tesis tfpicamente Keynesiana, G es el nivel ex6geno del gasto p~blico y X-M el saldo exte rior neto. II) Oferta: Tensiones econ6micas f (E, K, TUC) La producci6n (O) es funci6n de la utiliza- - ci6n de los factores de producci6n, empleo (E) y stock de capital (i)., y de las tensiones en la utilizaci6n - -910- de la capacidad (TUC), que vienen a representar el -­ "grado de concurrencia" del sistema econ6mico. [""sJ 0 max 0 (E max, i) La producci6n potencial (0 max) es funci6n del empleo potencial (E max) y del stock de capital (K) que permanece fijo a corto plazo. 0 max - 0 La tensi6n en la utilizaci6n de la capacidad (TUC) es igual a la diferencia entre la producci6n po­ tencial (0 max) y la producci6n efectiva (Q), que es - igual a la demanda. III) Indicadores socioecon6micos: precios, empleo y salaries -911- El salario (s), se determina seg~n la Ley de Phillips, de tal modo que el salario medio es tanto m~s elevado cuanto menor es el paro y a la inversa; el salario depende tambi~n del nivel de precios; (p) es - el nivel de precios, (D) es el nivel de desempleo y -­ s1, s 2 y s 3 son par~etros. El nivel de precios (p) es funci6n del sala-­ rio (s) y de lastensiones en la utilizaci6n de la cap~ cidad producti;a (TUC), siendo p 1 , p 2 y p 3 , par~etros. Las tensiones elevadas debilitan el "grado de concu-­ rrencia" de la economia y favorecen la inflaci6n. E max - E El desempleo (D) es igual a la diferencia en­ tre la poblaci6n activa asalariada o Empleo potencial (E max) y el nivel efectivo de empleo (E). La hip6te-­ sis subyacente en esta ecuaci6n es que el nivel de em- -912- pleo depende no del equilibria en el mercado de traba­ jo sino de la generaci6n de empleo por las empresas. La masa salarial (W) depende del tipo de sala rio (s) y del nivel de empleo (E). La Renta de las familias (R), es proporcional a la mas a salarial (W); r 1 es un par~etro. IV) Sector Exterior 9 (Rm, Px) Las exportaciones (X), dependen de las condi­ ciones de la demanda mundial expecificadas mediante el nivel de renta del resto del mundo (Rrn) y de los pre-- -913- cios relatives de las exportaciones (Px). g (Rd, Pm) . Las importaciones dependen de las condiciones de la demanda interna especificadas a trav~s de la Ren ta disponible (Rd), y de los precios relatives de las importaciones (Pm). V) Sector P~blico h (O) Los impuestos (T) son funci6n de la produc- - ci6n total (0), en una hip6tesis sirnplificadora. j (s, E) Las cotizaciones a la seguridad social (CSS) son funci6n del salario (s) y del nivel de ernpleo (E). -914- l (0, Tr- 1) Las transferencias corrientes (Tr), en una-­ hip6tesis simplificadora, son funci6n de la producci6n total (0) y de las transferencias en el periodo ante-­ rior (Tr- 1). VI) Financiaci6n de la economia v (pO, i) La demanda de dinero (DM), de acuerdo con lo generalmente aceptado, es funci6n del nivel de activi­ dad especificado a trav~s de la producci6n en t~rminos monetarios (pO), y del tipo de inter~s (i). z (i) La oferta monetaria es funci6n del tipo de in ter~s; a veces se considera como ex6gena. -915- Senala esta ecuaci6n el equiliprio en el mer­ cado monetario, cerrando el modelo. Seffalada la crisis de la planificaci6n clAsi­ ca y la necesidad de su reconsideraci6n en el sentido ya indicado, y establecido el "marco te6rico de ref~ rencia" del plan econ6mico que debe susti tuir a los an tiguos planes de desarrollo, vamos a esbozar, a conti­ nuaci6n, la estructura de un plan econ6mico a medio plazo (2-3 aflos como maximo) de corte moderno para la economia espanola. suponiendo que se quiere elaborar en estos mo mentos, ~sta seria su estructura: 1 - ~a P£11tica ~con£mic~ hasta el m2men!o actual. En esta parte, que vendria precedida de la ne -916- cesaria introducci6n, se analizarian los siguientes a~ pectos: El modelo de crecimiento de la economia espaff£ la basta la crisis energ~tica; la politica compensato­ ria del trienio 74/77; el Pacto Econ6mico de la Mon- - cloa; el Programa Econ6mico del Gobierno, y el Acuerdo Nacional de Empleo. 2 - ~a c2YUn!ura_eco~6mi£a a£tual y las Ere-= ~isi£nes_par~ el aflo en curso. Seria, en realidad, este capitulo un informe de coyuntura, donde se estudiarian: Los antecedentes; la coyuntura econ6mica del affo pasado (demanda global, desequilibrios y politica econ6mica en sus vertientes de politica presupuesta- - ria, politica monetaria, de rentas y precios, y de em­ pleo), y las perspectivas para el afto en curso, elabo­ rando el oportuno cuadro macroecon6mico, y explicando las hip6tesis subyacentes en las previsiones. 3 - El entorno e£on6~ico_a m~dio_pla~o. -917- En este capitulo se trataria de prever el en­ torno econ6mico internacional y su evoluci6n en el pe­ riodo para el que se elabora el plan (3 affos como m~i mo), asi como el marco econ6mico-institucional del - - pais, sobre todo en lo referente al desarrollo consti­ .tucional y, en especial, al proceso auton6mico. Se analizarian, pues, en este capitulo: El -­ contexto econ6mico internacional y sus previsibles mu­ taciones; las repercusiones sobre la economia espaflola de su proceso de integraci6n en la Comunidad Econ6mica Europea; el marco econ6mico constitucional, y el proc~ so auton6mico desde la perspectiva econ6mica. 4 - ~1 p£ten£ial_de £recimie~to ~e la econo-­ ~ia ~sp~ola_a m~dio_pla~o. Comenzaria este capitulo con el tratamiento - y anAlisis de la nueva funci6n de producci6n de la eC£ nomia espaflola, y a continuaci6n, se estudiarian los - recursos humanos, energ~ticos, naturales y de capital y su previsible evoluci6n a medio plazo, intentando -­ cuantificar el potencial de crecimiento de la economia espanola. -918- En cuan to a recursos humanos, se haria un an! lisis evolutivo de su composici6n cuantitativa y cuali tativa, se verian los rasgos diferenciales respecto a la situaci6n europea, y se enjuiciarian sus repercusi£ nes sobre la politica econ6mica a medio plazo. Merece­ ria aqui una referencia especial, el estado de la in-­ vestigaci6n y de la tecnica. En cuanto a recursos energeticos, se veria el balance actual y la posible evoluci6n de los mismos, - las repercusiones del factor energetico a medic plazo sobre la economia espanola, y la politica energetica. Dentro de los recursos naturales, se tendrian en cuenta, el territorio y la climatologia, los recur­ sos agricolas, forestales y pesqueros y en especial -­ los recursos minetales. En este capitulo tendria tambien cabida, el - estudio de la situaci6n actual y las carencias basicas en lo referente a infraestructura y equipamientos co-­ lecti vos. Cerraria el capitulo un estudio exhaustive de los recursos de capital, viendo la situaci6n actual y -919- la evoluci6n de la capacidad, o necesidad, de financia ci6n de la economia espanola. 5 - ka P£litica ~con£mic~ a ~edi£ pl~zo:_con= ~ide£aci£n d~ es!rat~gia~ al!ern~tiv~s e~ 1a a£tua1 situaci6n de la economia e~an~ la. Una vez fijado el entorno econ6mico previsi-­ ble a medio plazo, este capitulo expondria las posi- - bles estrategias que cabe adoptar, con el fin de hacer frente a los problemas existentes. Se llegaria, al es­ tablecimiento de un cuadro macroecon6mico, para el pe­ riodo del Plan, eliminando las opciones ut6picas e in­ deseables y eligiendo de entre las posibles, aquella - que mejor se adaptase al potencial de crecimiento de la economia espanola en el previsible entorno econ6mi­ co ya analizado. Empezaria el capituli, estudiando y fijando - las limitaciones inherentes al disefio de estrategias - econ6micas en un futuro incierto. -920- Continuaria analizando los fines ultimos de - las estrategias b~sicas en el contexte actual de la so ciedad espanola, que no son otros sino el crecimiento econ6mico y la solidaridad. Se verian aqui las interde pendencias entre ambas finalidades y su interpretaci6n desde un punto de vista interpersonal y desde una per~ pectiva interregional. Posteriormente se cuantificarian los objeti-­ vos a medio plazo, de entre las opciones posibles, eli minando las ut6picas y las indeseables, llegando asi - al cuadro macroecon6mico. Una vez elegida la opci6n mAs realista, se -­ ahondaria en el estudio de la estrategia m~s operativa y m~s acorde con las caracteristicas de la sociedad e~ panola, eliminando el liberalismo radical y el inter-­ vencionismo a ultranza, y eligiendo la estrategia que condujese mAs fAcilmente hacia la consecuci6n de un ca -----·- . .Pi talismo m~s maduro y mAs eficaz para nuestro pais. Acabaria el capitulo, fijando los principios econ6micos de la estrategia elegida: hacia un capita-­ lismo maduro y eficaz. Estos principios serian analiza dos aqui y son los siguientes: -921- - Un cierto liberalismo gradual, con vistas - a conseguir la necesaria flexibilidad econ6mica que -­ conduzca a aumentar de productividad, y - Una cierta programaci6n y racionalizaci6n - del sector prtblico compatible con aquel y conducente , a la satisfacci6n progresiva de las necesidades socia­ les a fin de garantizar una amplia cobertura de ries-­ gos y la distribuci6n equitativa de sus costes, y a la creaci6n (a trav~s de la inversi6n publica) de las co~ diciones para una reactivaci6n econ6mica generalizada. 6 - La acci6n econ6mica a medic Elaz2 blemas. Ero-= Este capitulo consti tuiria el n1icleo del plan y en ~1 se expondrian las politicas de em~leo y de pr2 tecci6n del desempleo, los obstAculos que es precise - remover en orden a estimular la inversi6n, las actua-­ ciones pertinentes al objeto de permitir un normal des envolvimiento del sector exterior y las politicas a s~ guir para continuar con la moderaci6n de los desequili brios bAsicos. Todo ello, con el fin de intentar ale~ zar las metas fijadas en el capitulo anterior. -922- El primer punto a tratar en este capitulo, - seria la politic a de empleo y de protecci6n del desem-­ pleo, en el que se haria una prospecci6n a medio plazo de la oferta y demanda de trabajo, a fin de diseffar una politica de estimulo de empleos y de protecci6n del desempleo, mediante un anAlisis cualitativo del p~ ro, y la fijaci6n de unos principios de reformulaci6n del seguro de desempleo como instrumento de manteni-­ miento de la demanda de consume. El siguiente punto a tratar seria la remo- - ci6n de los obstAculos a la inversi6~ analizando la in versi6n publica, como motor de ar~anque de la recuper~ ci6n econ6mica,· y la inversi6n privada, a fin de esta­ blecer una estrategia a medio plazo del proceso de in­ versi6n, y fijar el papel de la empresa publica, dete~ minando su marco institucional y sus criterios de ac-- tuacion econ6mica . A partir de aqu1 se fijarian las condiciones necesarias de recuperaci6n de la inversi6n privada, m~ diante la definici6n de criterios estables de politica econ6mica a medio plazo, la adecuaci6n del marco de re laciones laborales, la formulaci6n de directrices bAsi cas en sectores inversores estrat~gicos, la incorpora­ ci6n de nueva tecnologia, la financiaci6n de los proc~ sos de inversi6n, y la especial consideraci6n de la p~ -923- quena y mediana empresa, como baluarte de la recupera­ ci6n econ6mica y de la generaci6n de empleo. Una vez aqui se perfilarian las actuaciones - en orden a un normal desenvolvimiento del sector exte­ rior, en los campos de: la politica comercial y cambi~ ria; la inversi6n espanola en el exterior e inversi6n extranjera; el endeudamiento externo, y la participa-­ ci6n espanola en el ~bito de la cooperaci6n econ6mica internacional y de la nueva divis~6n internacional del trabajo. El ~ltimo punto de este capitulo estaria refe rido a las medi·das de politic a econ6mica en orden a la moderaci6n de los desequilibrios bAsicos: tasa de in-­ flaci6n, nivel de paro y d~ficit exterior, poniendo e~ pecial ~nfasis en el tratamiento del paro, completando asi los anAlisis efectuados en este mismo capitulo. 7 - ~a distribuc!6n ~qui!ati~a d~ lo~ be~efi= £ios_y C£Ste~ del pr£ces£ de_cresimi~nto~ ~1 C£mpo~tam!ent£ a medio pl~zo iel ~ec-= tor E.~blico. L l ! ., -924- La finalidad de este capitulo, seria fijar el comportamiento del sector p~blico, con el fin de reme­ diar los fallos del mercado, al intentar llevar a cabo el plan previsto; el papel del sector p~blico, seria , fundamentalmente, CO!regir los desequilibrios a trav~s de la redistribuci6n y de la inversi6n en ~eas priori tarias, en el marco de la eficiencia econ6mica. Este - comportamiento del sector p~blico, deberia se vinculan te. La primera parte del capitulo, trataria de fi jar normas de eficiencia para el sector publico, con - el fin de que pudiese financiar progresi vamente los -­ riesgos y costes del crecimiento, mediante: - La continuidad de la reforma tributaria, - La aportaci6n creciente del Estado a la Se­ guridad Social, y - La reducci6n gradual de los costes relati-­ ves a la Seguridad Social. -925- La segunda parte del capitulo analizaria los criterios de cobertura social de riesgos y fijaria las Areas prioritarias de acci6n estatal que deberian ser la Salud, la Vivienda y la Educaci6n fundamentalmente, asi como otros sectores que, a~n cayendo fuera del - - Area de los equipamientos colectivos, tuvieran gran ca pacidad para la generaci6n de empleo. La ~ltima parte del capitulo, analizaria las actuaciones del sector p~blico, en orden a corregir -­ los desequilibrios territoriales. No es necesario decir, que el plan tendria un ultimo capitulo en el que se sintetizaria el mismo, r~ cogiendo sobre todo las actuaciones de politica econ6- mica m~s importantes, que para el sector p~blico se- - rian vinculantes. -926- 8. BIBLIOGRAFIA ALVAREZ RENDUELES, J .R.: La Planificaci6n del desarro­ llo en Espafia, ICE, Abril 1975, Ministerio de Comercio, Madrid 1975. CIDES: La Planificaci6n en Espana. su organizaci6n, procedimiento y metodologfa, Madrid, 1973. COMISARIA DEL PLAN DE DESARROLLO: -I Plan de Desarrollo econ6mico y social. Affos-- 1964/67, Madrid 1963. - II Plan de Desarrollo econ6mico y social, Hadrid, 1968. - III Plan de Desarrollo econ6mico y social, Madrid 1971 . CORTIRA, R.M.: Areas econ6micas en el Mundo, Ed. Plane -927- ta, Barcelona 1972. DOBB, M.: El c~lculo econ6mico en una economia socia-­ lista, Ariel, Barcelona, 1970. FERNANDEZ, A.: Politica de Planificaci6n, en Politica Econ6mica de Espana (coordinado por Luis Gamir). Alian za Editorial, Madrid, 1980. 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I I, -930- C 0 N C L U S I 0 N E S -931- CONCLUSIONES Las conclusiones m~s relevante_s que se dedu-­ cen de la investigaci6n "integrada" sobre An~lisis Co­ yuntural que hemos realizado son, en sintesis, las si­ guientes: 1 .- Se trata de una investigaci6n "abierta", como no podia ser menos, en el sentido de que es "mejorable" y "perfectible" mediante ulteriores aportaciones, so-­ bre la base de la profundizacion en los distintos as-­ pectos tratados en la misma. 2.- Una cuesti6n importante para el anAlisis co-­ yuntural, es el concepto de ciclo a emplear. Desde la II Guerra Mundial hasta el inicio de la actual etapa - de crisis se emple6 el concepto d~ ciclo de crecimien­ to. Sin embargo, el hecho de que en 1974/75 y, poste-­ riormente, en 1979/80 algunas economias occidentales - -932- experimentasen un retroceso en sus niveles absolutes - de actividad, ha supuesto la reaparici6n del viejo ci­ clo econ6mico; ahora bien, como quiera que las series de que se dispone son todavia cortas, y que la tenden­ cia al retroceso en los niveles absolutes de actividad no se ha consolidado (en Espana no ha habido retroce-­ so, en terminos absolutes, de la actividad econ6mica - en los anos que llevamos de crisis), esta resurrecci6n del ciclo en su concepci6n clAsica no permite abando-­ nar la aproximaci6n metodol6gica en terminos de ciclo de crecimiento, que sigue siendo el concepto empleado a los efectos del anAlisis coyuntural. 3.- Del anAlisis te6rico y la valoraci6n practica de los metodos de previsi6n aplicables al AnAlisis Co­ yuntural se deduce, que la necesaria reconsideraci6n - de los mismos, a la luz del fracaso predictivo de las tecnicas mAs sofisticadas desde que se in·iciara la ac­ tual crisis en 1973/74, debe fundamentarse en los meto dos de previsi6n cualitativos por ser los que ofrecen, actualmente, una valoraci6n mas positiva en una consi­ deraci6n de conjunto, presentando un considerable vi-­ gor en sus pron6sticos. Los metodos alternatives que-­ dan relegados a un segundo plano. -933- Los modelos econom~tricos, como m~todo de pr~ visi6n aplicable al anAlisis coyuntural, son prActica­ mente in~tiles debido a su p~rdida de habilidad predi£ tiva, en esta ~poca de continuos cambios socioecon6mi­ cos, y a la falta de credibilidad de las teorias econ£ micas que les sirven de base. Sin embargo, pueden ser utilizados como contrapunto de las previsiones realiz~ das por m~todos cualitativos, con el fin de que los -­ errores predictivos de los mismos sirvan al objetivo - del perfeccionamiento de tales modelos, y de las teo-­ rias econ6micas en que se sustentan, conduciendo, en - definitiva, a la elaboraci6n de modelos econom~tricos operatives en el memento en que se incorporen nuevas - teorias econ6micas, capaces de explicar adecuadamente los actuales cambios socioecon6micos. Los m~todos extrapolativos de previsi6n de- - ben quedar relegados a un segundo plano pero cumplien­ do, no obstante, una funci6n auxiliar importante para remediar el problema de los desfases en los anAlisis - coyunturales, producidos por el retraso en la publica­ ci6n de los datos, teniendo, sin embargo, presente que estas t~cnicas provocan frecuentemente "errores de pr£ n6stico" en el entorno de los puntos de cambio de co-­ yuntura. -934- El heche de que la Contabilidad Nacional Tri­ mestralizada sea de reciente aplicaci6n al an~lisis co yuntural, y que su implantaci6n no se haya extendido - suficientemente (en la mayoria de los paises, incluido Espana, no existe una Contabilidad Nacional Trimestra­ lizada), noes 6bice para que este instrumento sea- - reivindicado como segunda via de reconsideraci6n de los m~todos aplicables al an~lisis coyuntural, pues al ser un instrumento empirico y tener en cuenta, al mis­ mo tiernpo, las interrelaciones que se producen en el - sistema econ6rnico, se vislumbra como la t~cnica capaz de revolucionar, en un pr6xirno futuro, todo el campo - del corte plazo, posibilitando, ademas, la convergen-­ cia de los An~lisis Coyuntural y Estructural. 4.- Del an~lisis y valoraci6n de las distintas estrategias de Analisis Coyuntural (deterministica, sistem~tica, globalizada y sintom~tica), 'se puede con­ cluir que, en la actualidad, la estrategia sintomatica es el camino por donde debe discurrir el an~lisis de - la coyuntura, constituy~ndose en la primera via de re­ consideraci6n del mismo, en tanto no se generalice y - perfeccione la estrategia globalizada, y mientras per­ sistan las condiciones actuales de inestabilidad prop! -935- ciadas por la crisis, y la p~rdida de confianza en los universes conceptuales provenientes de la teoria econ£ mica, que impiden la utilizaci6n de estrategias alter­ nativas mAs sofisticadas y te6ricamente mAs perfectas. La estrategia sintomAtica es eminentemente empirica y permite establecer un diagn6stico adecuado sobre la si tuaci6n de la economia dentro del ciclo econ6mico y una predicci6n de su posible cambio de tendencia, obj~ tivos bAsicos del anAlisis coyuntural. 5.- Aunque la estrategia sintomAtica sea la prim~ ra via de reconsideraci6n del analisis de la coyuntu-­ ra, la denominada estrategia globalizada puede suponer, en un futuro pr6ximo, una verdadera revoluci6n en el - anAlisis econ6mico a corto plazo, por lo cual, a pesar de que por el memento muchos paises (entre ellos Espa­ na) carecen de cuentas nacionales trimestralizadas, i~ pidiendo la utilizaci6n de esta estrategi'a, la misma - debe ser reivindicada, en aras de un diagn6stico mAs precise en las actuales condiciones-de crisis, como s~ gunda via de reconsideraci6n del anAlisis de la coyun­ tura econ6mica. -936- 6.- Las estrategias deterrninistica y sistem~tica no son las mas adecuadas para la obtenci6n de pron6st! cos consistentes sobre el futuro econ6mico a corto pl~ zo y, por tanto, deben ser relegadas a un segundo pla­ no, al menos mientras persistan las actuales condicio­ nes de crisis e inestabilidad, que provocan mutaciones en la estructura econ6mica de las distintas sociedades y p~rdida de confianza en la potencia explicativa de - las teorias econ6rnicas convencionales: la estrategia deterministica debe ser utilizada, unicamente, como m~ todo auxiliar para evitar los desfases que normalmente se producen en el analisis de la coyuntura, y el papel de la estrategia sistematica debe quedar reducido a s~ ministrar un posible test de coherencia a los pron6st! cos obtenidos por aplicaci6n de las dem~s estrategias metodol6gicas. 1.- El coyunturalista debe contar con un marco de referencia, con el fin de tener presentes, a la hora - de realizar sus analisis, las lineas generales de fun­ cionamiento a corto plazo del sistema econ6mico sobre el que opera, posibilitando asi la armonizaci6n de las informaciones suministradas por los indicadores coyun­ turales utilizados. Seria de desear que ese marco estu -937- viera constituido por un modelo macroecon6mico de fun­ cionamiento de la realidad econ6mica; sin embargo, la cambiante realidad impuesta por la crisis y la p~rdida de habilidad de la teoria econ6mica para explicar esa realidad, hacen dificiles la especificaci6n te6rica -­ del modelo y su posterior estimaci6n econometrica, por lo cual no puede servir como marco de referencia para el analisis coyuntural, al menos mientras persistan las actuales condiciones de crisis e inestabilidad. En esta situaci6n, el necesario marco de referencia del - coyunturalista debe estar constituido, a nuestro modo de ver, por las interrelaciones entre las distintas va riables macroecon6micas cuya evoluci6n se intenta pre­ ver que son visibles, a traves de la consideraci6n de los componentes del Producto Interior Bruto desde las tres 6pticas de la oferta, la demanda y la distribu- - ci6n, y desde los puntos de vista real y monetario. En ausencia de un modelo, el indicado marco de referencia es un util instrumento para el anAlisis coyuntural ya que, en primer lugar, esta en consonancia con la elec­ ci6n de la estrategia sintomatica como la mas id6nea - ~ en la actual etapa de crisis; en segundo lugar, permi- te la simulaci6n de politicas econ6micas en distintos escenarios, aun sin contar con un modelo econ6mico; en tercer lugar, es el marco natural de la estrategia gl£ -938- balizada que, como hemos dicho, es la segunda via de - reconsideraci6n del anAlisis co~~ntural. 8.- Las series cronol6gicas pueden descomponerse en cinco componentes: accidentes identificados, compo­ nente irregular, estacionalidad, tendencia y ciclo; - los dos primeros constituyen las fluctuaciones irregu­ lares y los tres restantes los movimientos sistem~ti-­ cos. Aunque al coyunturalista le interesa, fundamental mente, el perfil ciclico de las series con el fin de - realizar el an~lisis ciclico que es el objeto b~sico - de los ejercic~os de coyuntura, sus objetivos deben ir mAs lejos: debe realizar tambi~n el analisis ciclo-ten dencia y, con el fin de centrar sus estudios coyuntur~ les en el ambito m~s amplio del largo plazo, el anali­ sis tendencial (aunque ~ste sea mas propio de los es-­ tructuralistas). Para la realizaci6n del an~lisis ci-­ clico se deben eliminar de la serie en estudio todos - los componentes, excepto el ciclo; con el fin de reali zar analisis ciclo-tendencia, se eliminan de la serie todos los componentes, excepto el ciclo y la tendencia; por ultimo, el anAlisis tendencial requiere conservar de la serie original, ~nicamente, el componente tenden cial. En dltima instancia, si se desea realizar un -- -939- ejercicio coyuntural completo, el analista necesita -­ utilizar todas las series que se deducen de la origi-­ nal, incluida esta misma: de la serie original, obtie­ ne informaci6n para observar los accidentes identific~ dos; de la serie que resulta eliminando las fluctuacio nes ir~egulares, comparada con la original, obtiene i~ formaci6n del componente irregular; con la serie dese~ tacionalizada (o de tendencia a corto plazo) el coyun­ turalista realiza el anAlisis ciclo-tendencia; la se-­ rie de tendencia a largo plazo sirve para observar el trend secular del indicador en estudio y realizar anA­ lisis tendencial; por ~ltimo, la serie ciclica sirve - para el anAlisis ciclico, objetivo bAsico del analisis coyuntural. 9.- Del anAlisis del aparato estad1stico-econ6mi- co espaftol se deduce, que ~ste no suministra una base estadistica su£iciente y adecuada para averiguar, me-­ diante el anAlisis coyuntural, d6nde estA y hacia d6n­ de va la economia espanola. Entre sus problemas mAs i~ portantes destacan, los vacios estadisticos existen- - tes; la falta de rigor metodol6gico en la elaboraci6n de algunos indicadores; el inadecuado diseno de otros; la contrastada inutilidad de algunas estadisticas cua- -940- litativas, que, sin embargo, siguen elabor~dose; el - retraso en la publicaci6n de estadisticas que, siendo adecuadas, resultan inutiles para el anAlisis coyuntu­ ral debido a ese retraso; la ocultaci6n de parcelas e~ teras de la actividad econ6mica para las que no exis-­ ten indicadores de ningun tipo; la falta de atenci6n a la economia subterrAnea, que conduce al hecho de que - la economia contabilizada no coincida con la economia real; el excesivo reparto de competencias en materia - estadistica; la falta de transparencia informativa, C£ mo consecuencia de la abusiva interpretaci6n del seer~ to estadistico; la falta de articulaci6n entre los or­ ganismos componentes en materia estadistica de la Admi nistraci6n Central y las Oficinas Estadisticas de las Comunidades Aut6nomas, y, por ultimo, la ausencia en - nuestro pais de una Contabilidad Nacional Trimestrali­ zada, que impide 1 a aplicaci6n de la es trategi a glob~ lizada al anAlisis coyuntural. 10.- Del estudio de los indicadores disfonibles p~ ra el anAlisis coyuntural de la economia espanola se - deduce, atendiendo a la fiabilidad de los mismos de -­ acuerdo con la exactitud con la que aproximan la varia ble representada, que existen bastantes indicadores -- -941- que, pretendiendo representar variables muy significa­ tivas e importantes a los efectos del anAlisis coyunt~ ral, o no son fiables, o se trata de indicadores nue-­ vos cuya fiabilidad no ha. podido ser contrastada. Ello es cierto para todos los grandes Agregados de Activi-­ dad en que suele dividirse un informe de coyuntura-ti­ po, excepto para el Sector Exterior y el Sector Moneta rio y Financiero, donde todos los indicadores estudia­ dos presentan un aceptable grado de fiabilidad. 11.- Si se atiende ala clasificaci6n de un conj~ to de indicadores coyunturales de la economia espano­ la en adelantados, coincidentes y retardados, de acue~ • do con su desviaci6n respecto a un 1ndice sint~tico de actividad ampliamente representative que sirve de cro­ nologia de referencia, se deduce que abundan los indi­ cadores retrasados y los coincidentes, siendo mAs esc~ sos los indicadores adelantados (que provienen funda-­ mentalmente de las encuestas de opiniones empresaria-­ les y del Sector monetario y financiero); como quiera que estos ultimos son los mAs relevantes a los efectos de la utilizaci6n de la estrategia sintomAtica de ana­ lisis coyuntural, a trav~s del m~todo de los indicado­ res adelantados, la escasez de los mismos dificulta en • -942- alguna medida la aplicaci6n de este metodo al analisis coyuntural de la economia espanola. No hemos podido o£ tener un indice de difusi6n de los indicadores adelan­ tados que sin duda hubiera servido para perfeccionar - el metodo; la investigaci6n queda, pues, abierta en es te punto a nuevos intentos. 12.- Al enfrentarse con el problema de la elabora- ci6n de un informe de coyuntura lo mas complete posi-­ ble, surge la necesidad de armonizaci6n entre las dis­ tintas partes que conforman su contenido. En este sen­ tide, el 6ptimo seria poder disponer de un modele te6- rico que recogiese las relaciones de comportamiento -­ que sirviesen de base para la realizaci6n del analisis coyuntural; la estimaci6n econometrica de ese modele - permitiria determinar las necesarias interrelaciones - cuantitativas. Sin embargo,las dificuitades de especi­ ficaci6n de un modele te6rico, y las que 'supondria su posterior estimaci6n - - econometrica, en las actuales condiciones de crisis de actividad y obsolescencia de las teorias econ6micas convencionales, hacen que este instrumento no sea operative como marco de coherencia para el analisis coyuntural de la economia espanola. - En estas circunstancias, el instrumento fundamental p~ -943- ra la armonizaci6n de los anAlis~s de coyuntura esta - constituido por las Cuentas Nacionales, que ademas de servir como marco conceptual, aseguran la consistencia de las previsiones y posibilitan la convergencia de los analisis coyuntural y estructural. En ausencia, pues, de un modele para la economia espaffola, el marco de coherencia para la necesaria armonizaci6n entre las diversas partes que conforman un informe de coyuntura, esta constituido por los cuadros macroecon6micos, au-­ t~ntica sinopsis de las Cuentas Nacionales, y las rela ciones entre las variables que los componen, que no -­ son otras sino las que se pretende analizar. La virtualidad de este marco de coherencia -­ radica en su poder armonizador de las distintas partes que conforman los informes de coyuntura (Introducci6n, Evoluci6n pormeuorizada, y Conclusiones, perspectivas y medidas de politica econ6mica). En definitiva, las! tuaci6n y previsiones de las variables macroecon6mi­ cas, obtenidas por grandes AgregaGos en la Evoluci6n - pormenorizada (que se elabora en primer lugar) median-· te la consideraci6n analitica de 'los indicadores que - las representan, deben ser coherentes con las de los - cuadros'macroecon6micos (y de .indicadores) que figuran en la Introducci6n (elaborada en segundo lugar), y de -944- la simulaci6n de distintos escenarios, con la ayuda de estos cuadros, deben deducirse las medidas politico- - econ6micas que figuran en la parte de Conclusiones - - perspectivas y medidas de politica econ6mica (que se - elabora en tercer lugar). 13.- Aunque la estrategia sintomAtica es la que de be impregnar, a nuestro modo de ver, la elaboraci6n de los informes de coyuntura en la actual situaci6n, don­ de tiene su mayor virtualidad, mediante la ctplicaci6n del m~todo de los indicadores adelantados, es en la -­ elaboraci6n del apartado correspondiente ala situa-­ ci6n de la economia en el ciclo econ6mico, con el fin de arrojar alguna luz sobre la fase del ciclo (creci-­ miento, auge, recesi6n o crisis) en que ~sta se encuen tra, y de prever si puede haber un cambio de coyuntura en el inmediato futuro. 14.- Para la elaboraci6n de los cuadros de indica- dores contenidos en un informe de coyuntura-tipo, con el fin de proyectar hasta el memento presente los da-­ tos de aquellos indicadores que resultan atrasados co~ mo consecuencia de las deficiencias del aparato esta-- -945- distico-econ6mico espaffol, se emplea, generalmente, la estrategia deterministica; sin embargo, desde los ini­ cios de la actual crisis, las series no presentan re~ laridades en su evoluci6n y la predicci6n del valor as tual del correspondiente indicador, por mera extrapol~ ci6n, puede resultar err6nea,sobre todo en el entorno de los cambios de fase, induciendo a diagn6sticos.equiv£ cados, por lo cual, en estas circunstancias, es prefe­ rible desechar los indicadores atrasados o, mejor a~n, tenerlos en cuenta referidos a la fecha de su publica­ ci6n, aunque el cuadro no resulte homog~neo e imposibi lite la realizaci6n de un diagn6stico sincr6nico. 15.- Como consecuencia de la no existencia en Esp~ fla de cuentas nacionales trimestralizadas (que posibi­ litarianla aplicaci6n de la estrategia globalizada al anAlisis coyuntural), los cuadros macroecon6micos con­ tenidos en los informes de coyuntura deben elaborarse sobre una base anual, ~o que supone una limitaci6n im­ portante para el anAlisis de la coyuntura econ6mica. 16.- Aunque el Indice de precios de consumo es uno de los indicadores mAs fiables con que cuenta el apar~ -946- to estadistico-econ6mico espanol, sin embargo presenta algunos problemas: en primer lugar, como consecuencia de la actual crisis econ6mica, la estructura del indi­ ce (basada en la encuesta de presupuestos familiares - de 1973/74, coincidiendo precisamente con los inicios de la crisis), noes ya adecuada a los habitos actua-­ les de consumo de las familias espanolas; en segundo lugar, la falta de transparencia del mercado de alqui­ leres hace dificil su imputaci6n a las viviendas pro­ pias utilizadas por los usuaries, lo que introduce va­ lores err6neos en el componente Vivienda del indice; - en tercer lugar, las alteraciones que presentan en sus precios los productos agricolas de temporada, crean distorsiones en el indice que, unicamente, resultan co rregidas a nivel anual; en cuarto lugar, el !PC encu-­ bre, a veces, bajo la forma de mejoras de calidad de - un producto, verdaderos incrementos de precios; por lil timo, al ser el IPC un indice unico para todas las ca­ tegorias socioprofesionales, da una imagen sesgada de los precios pagados por los consumidores. -------17.- Del analisis de la Encuesta de Poblaci6n Acti va se deduce que, aun proporcionando la informaci6n -- -947- mas fiable de que se dispone sobre oferta y demanda de trabajo, presenta algunas anomalias: en primer lugar , la EPA ha estado sometida, desde su aparici6n en el s~ gundo semestre de 1964, a diversos cambios metodol6gi­ cos que impiden poder disponer de una serie temporal - homogenea; en segundo 1usar, presenta errores de mues­ treo apreciables a niveles provincial y de sectores; - en tercer lugar, infravalora el nivel de paro real de­ bido a las definiciones de ocupado y parado que utili­ za la misma, y a la falta de atenci6n a la categoria­ de los desanimados; en cuarto lugar, subvalora el paro estacional al no figurar como cat~goria independiente (en su version actual) los temporeros sin trabajo; en quinto lugar, infravalora la poblaci6n activa; en sex­ to lugar, en algunos casos el criterio utilizado por­ la EPA para clasificar a una persona como parada esta en contradicci6n con las recomendaciones de la OIT; -­ por ultimo, sus resultados, sobre todo los definitivos, se publican con gran retraso, lo que hace· que pierdan utilidad para el analisis coyuntural. 18.- La perdida de habilidad predictiva de los mo- delos,en las actuales condiciones de crisis y mutacio- i i -948- nes constantes en las estructuras econ6micas de las -­ distintas economias, hace que los cuadros macroecon6- micos sustituyan a los modelos como instrumento de pr~ dicci6n y marco de coherencia de las actuaciones poli­ tico-econ6micas; esta sustituci6n se opera no s6lo a - nivel de previsi6n a corto plazo, a efectos de la ela­ boraci6n de los anAlisis coyunturales (mediante los d~ nominados cuadros macroecon6micos realistas o inercia­ les), sino a nivel de previsi6n a medio-largo plazo, a los efectos de elaboraci6n de los modernos planes eco­ n6micos (mediante los denominados cuadros macroecon6mi cos voluntaristas o normativos). 19.- La estructura de un cuadro macroecon6mico de- be ser tal, a nuestro modo de ver, que incluya el cua­ dro de demanda y el cuadro de oferta, quedand~ como -­ subproducto de la elaboraci6n de los anteriores el cua dro de distribuci6n de la renta. Dentro del cuadro de oferta deben figurar una serie de magnitudes referen-­ tes al empleo y a la productividad, pues su utilidad - es manifiesta no solo para el analisis de la previsi-­ ble evoluci6n global de la situaci6n econ6mica, sino - para intentar inferir el comportamiento futuro del em- -949- pleo, la productividad, los salaries y la inversi6n. Nos parece, desde todo punto de vista, incomprensible que estas variables no figuren en los cuadros macroec£ n6micos oficiales, en unos mementos en los que el pro­ blema del paro es el mas grave de cuantos afectan a la situaci6n econ6mica espanola. 20.- La elaboraci6n de los cuadros macroecon6micos tropieza, en Espana, con el problema de las deficien-­ cias del aparato estadistico-econ6mico, que hacen que la estimaci6n del valor de las macromagnitudes que fi­ guran en los mi.smos sea, en muchos casos, dificil y, - en algunos, imposible (como sucede con la Variaci6n de existencias). Contando con este problema, existen dos m~todos para la elaboraci6n de un cuadro macroecon6mi­ co: un primer m~todo directo, en el que los valores de las macromagnitudes se calculan tomando en considera-­ ci6n la evoluci6n de los indicadores coyu~turales que las representan; sin embargo, este m~todo no ofrece las mAximas garantias de fiabilidad. Para elaborar el cuadro macroecon6mico con esas garantias debe recurriE se (cosa que no se hace normalmente) a un segundo m~t£ do que consiste en la utilizaci6n de las denominadas - -950- Cuentas Auxiliares, a traves de las cuales se obtienen los valores de las macromagnitudes que figuran en el - cuadro; estas Cuentas son las siguientes: Cuenta de In gresos y Gastos de las Economias Domesticas; cuenta de las Administraciones Publicas; Cuenta de Financiaci6n de la Inversi6n; Cuenta del Sector Exterior; cuenta de Empresas y Cuenta del Presupuesto Monetario. 21 .- Del anAlisis de los cuadros macroecon6micos - oficiales, elaborados en Espana, se deduce que estos - no descansan en un esquema integrador de la informa- - ci6n estad:istic.a a corto plazo, con la de carActer anual propia de la Contabilidad Nacional, debido a las dificultades para ajustar la informaci6n disponible de carActer coyuntural a las correspondientes definicio-­ nes contables; este hecho, unido ala falta de refere!!_ cias metodol6gicas sobre la forma de elaboraci6n de -­ los citados cuadros, hace que no exista una aceptaci6n generalizada, respecto a la operatividad de los cua- - dros macroecon6micos oficiales, a la hora de juzgar el valor predictive de los mismos. -951- 22.- La inexistencia, en Espana, de cuentas nacio­ nales trimestralizadas de carActer oficial, conduce a la imposibilidad de disponer de cuadros macroecon6mi-­ cos de periodicidad trimestral y condiciona la habili­ dad predictiva de los cuadros anuales por su falta de agilidad para incidir, en el memento oportuno, en las lineas que conforman la politica econ6mica del pais. 23.- La inestabilidad de las economias, provocada por el proceso resesivo iniciado en 1973/74, no ha-­ afectado unicamente al AnAlisis Coyuntural, sino que ha conducido, tambien, a la crisis de la Planificaci6n en sentido clAsico. En consecuencia, esta debe ser su~ tituida por otro tipo de planes econ6micos (tal como­ el que presentamos referido a Espana) que se parecen - mAs a una serie de acciones de politica econ6mica, que deben tomarse a medida que van apareciendo problemas - continuamente nuevos, que a un conjunto pLanificado de objetivos dificilmente alcanzables en las actuales ciE cunstancias. Y ello es asi porque la direcci6n y con-­ trol de la actividad econ6mica, tal como era entendida por la planificaci6n clAsica, s6lo conduciria, en las actuales condiciones inciertas de producci6n y de vida, -952- a generar rigideces con los consiguientes costes socia les. 24.- Hay una cierta confluencia de contenidos en - los planes econ6micos modernos, que sustituyen a los - cl~sicos, y los informes de coyuntura; par otra parte, hay tambi~n (en consecuencia) una confluencia de ins-­ trumentos, utilizados tanto. en el An~lisis Coyuntural como en la Moderna Planificaci6n, al desplazar las te£ nicas de previsi6n a corto plaza a las del largo plaza en la elaboraci6n de los planes econ6micos. Ambas cir­ cunstancias pueden posibilitar la integraci6n de los - An~lisis Coyuntural y Estructural. 25.- Del mismo modo que las actuaciones £rente a - la crisis de 1929, fueron el antecedente mas importan­ te de la planificaci6n cl~sica, las actuaciones econ6- micas £rente a la actual crisis marcan, a nuestro en-­ tender, los inicios de la nueva planificaci6n econ6mi­ ca que se adivina para los pafses occidentales. En el caso de Espana, la quiebra de los cl~sicos principios planificadores y el inicio de la nueva planificaci6n - se ha producido, desde nuestro punta de vista, con la -953- construcci6n de dos planes econ6micos: el plan de sa-­ neamiento y reforma econ6mica, mAs conocido como Pacto de la Moncloa, elaborado a finales de 1977 con vigen-­ cia para dos aftos y con participaci6n de las distintas fuerzas politicas, y el programa a medio plazo para la . economia espanola, mAs conocido por PEG, elaborado por el antiguo Ministerio de Economia en el verano de 1979 con una vigencia (te6rica) de tres aftos. 26.- Los planes econ6micos clAsicos se elaboraban, teniendo como marco de referencia un modele econom~- - trico; sin embargo, las actuales condiciones de crisis han conducido a la p~rdida de habilidad predictiva de los modelos econom~tricos, por lo cual deben ser susti tuidos, al igual que en el anAlisis coyuntural, por -­ los cuadros macroecon6micos como instrumento para la - elaboraci6n de los objetivos, prioridades y compatibi­ lidades de los modernos planes econ6micos. Este instr~ mento, no obstante, no es suficiente: es necesario co~ tar con un marco te6rico de referencia constituido por un modele macroecon6mico (aun cuando su estimaci6n no sea posible en las .actuales circunstancias) que haga­ de hilo conductor para la elaboraci6n del plan. -954- El modelo macroecon6mico elegido por nosotros, como soporte te6rico del Plan econ6mico moderno referi ao a la economia espanola, es de naturaleza keynesiana, pero recoge tambi~n aportes neoclAsicos, intentando i~ tegrar las tendencias actuales del pensamiento econ6m! co. Este modelo tiene la virtualidad de que cuando su estimaci6n econorn~trica sea posible, ~sta pueda hacer­ se tanto trimestralmente (cuando existan cuentas nacio nales trimestralizadas), como anualmente, de tal modo que puede ser utilizado (aplicando la estrategia glob~ lizada), tanto para la realizaci6n de anAlisis coyunt~ rales como para la elaboraci6n de planes econ6micos m£ dernos: es en este contexte donde seria posible la co~ vergencia de los AnAlisis Coyuntural y Estructural, -­ que se manifestaria en la utilizaci6n de una misma es­ trategia metodo16gica (la globalizada), basada en unos rnismos instrurnentos (modelos que se puedan estimar tan to trirnestral como anualrnente, mediante la adecuada -­ explotaci6n de la Contabilidad Nacional) ,' con la fina­ lidad de realizar ambos tipos de anAlisis. -955- I N D I C E B I B L I 0 G R A F I C 0 -956- I N D I C E B I B L I 0 G R A F I C 0 (*) ALCAIDE, J.: - Coyuntura Econ6mica Espanola, Situaci6n y expect~ tivas en enero de 1975. - Fuentes estadisticas espaflolas para el anAlisis - de la coyuntura econ6mica. 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