UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID FACULTAD DE FILOLOGÍA Departamento de Filología Italiana CRISIS POLÍTICA EN EL CANZONIERE DE PETRARCA MEMORIA PARA OPTAR AL GRADO DE DOCTOR PRESENTADA POR María José Rodrigo Mora Bajo la dirección de la doctora María Hernández Esteban Madrid, 2002 ISBN: 978-84-8466-370-6 © María José Rodrigo Mora, 1994 TESIS DOCTORAL CRISIS POLÍTICA EN EL CANZONIERE DE PETRARCA AUTORA: MARÍA JOSÉ RODRIGO MORA DIRECTORA: MARÍA HERNANDEZ ESTEBAN DEPARTAMENTO’ DE FILOLOGÍA ITALIANA FACULTAD DE FILOLOGÍA UNIVERSIDAD COMPLUTENSE MADRID -1994- P&..W tqg.336 Pdg.341 Ests tcais hn sido clabornda cn los alrededores dc ArquB, punto de, pcregrinecion tul vez obligndo pura nqucllos que sdmirrn en In pocsln de Pctrnrcn la sublimacion de un cttnto que por sus perfectns corrcspondcncins internas y por su unidad temlticr, hn sido g,Iorificado pnrn sicmprc. Si Montnigne afirmaba que el verdndero espejo dc nucsîros pensamientos es el curso de nucstrn vidn, EL untt poesia que celcbrn las sutiles diferencias de los m6s Icvcs estndos de Animo, pero que cnrwe de “historitt”, le corresponderin un valor igual a cero en el cttso de que R travcs de elltt se intcntnse vislumbrrr urrt~ aventura humnnr insertada cn una dcterminnda epoca, La tumba nl nire libre, y ligeramente elevada sobre unoa pilnres, de Ir plnzn dr ArquB, no seria sino la mistificacibn nrquitcctonicn m8s idbnea para quien cscribii, sin obscrvnr In tierra. A finales de IR dkctrda anterior se sentía un cierto desasosiego al constatar como y en qu(! manern se trataban algunos de los aspectos del Csrtrurtlore, o ciertas actitudes del poeta cn cuanto il autor-personaje. No ae podla saber aun que las dbbiles sedales de revuelta que con intermitencia se verificaban en los ultimos tiempos, cataban por trnnsformnrse en una rebclibn rigurosamen~te filologica. La publicacion dr los libros de Marco Santagata, Per II mdcrrrc carte y Frcrmmenti dcll’nrlimn, el primero en 1990 Y el scpundo dos aAos m6s tarde, no han cambiado los objetivos de esta tesis. nacida de la insatisfnccibn a la que antes nludlamos, pero han corregido en profundidad el mCtodo y la perspectiva de nuestro acercnmicnto fl 10s poemas politices. No entraremos ahora en detalles snbrc las novedades que han introducido estos estudios en la exbgcsis de los E’ra~nr~n~a. porque las pfiginas que siguen esthn discminndas dc citas, de, comentarios y de algunas modestas puntualizaciorrcs n cstn nueva forma de entender la poesía de Petraron. Tampoco debe ser un hecho muy corriente que durante cl curso de clnboraci6n dc unn tesis doctornl sobre un argumento cn cierto sentido tan nscntndo y tradicional se hagan ptiblicas obras transcendentnlcs, y numerosas. Otro nspecto dc Petrarca ha sido objeto tambit!n de ndmirrblcs est~udios. La JJ/& rll Perrarcn, de 1987, y I.rr crrr~f d~/l’t~omo, publicada en 1902, de Ugo Dotti, han ampliado Ir visibn sobre el poeta como hombre verdaderamente preocupada por su tiempo. y como pensador de quienes Machiavelli o Mo,ntnignc scrlnn insignes deudores. El concepto sobre la poesln de Petrarcn esti sufriendo serias transformaciones, se aseguraba que habln sido impermeable a la tradicic5n inmediata, a Dnntc y a los poetas realistas, y, en cambio, cl retorno n los prcsupucstos mAs puros del anblisis filol6gico, ha pueato en evidencia unn imsgen dirmctralmente opuesta a la que la crltiea positivistr nos habla legado. DC ello nos ocupamos en la primera parte de cstc trabnjo. reduciendo la exposicibn de las distintas opiniones WI objeto que nos atnfie: la vertiente política del Clonannlflrc. En las biblio&raflas m8s autorizadas st: sigue citando como ensayo fwdameatnl sobre los poemas políticos el que fuc publicado por Momigliano, en lOS aflos treinta, y lo es desde el momento que culmina Y sintetiza lo que se venia pensando desde De Sanctis, como veremos Cn las pdginas dedicadas a las diferentes actitudes de la critica respecto al tema, sin embargo lo que deseamos resaltar ahora es el POCO intcr6.s que han suscitado unas rimas que parecen querer romper con la unidad, hoy corrientemente admitida, del Cntrzwtliere. La ambiglledad del poeta a la hora de expresar su cosmovisibn sobre unos acontecimientos, que parecían querer desmoronar las bases en las que se habla sustentado la sociedad hasta aquel convulso momeato hist6rico que fue la primera mitad del Trecen!o, la transmitid a sus lectores con innumerables testimonios, entre los que destacan dos eplstolas, una dirigida a su amigo de la infan,cia, Guido Sette, y otra a todos aquellos que, tal vez, oirlan hablar de 61 en el futuro. Gianni Villani las ha publicado juntas en un pequeRo voIumcn con el tltuto Letlera ni posteri, pero que incluye tanto la famosa I’asrcrl/n/l como la SenIles X, 2, con una nueva traducción al italiano, que es la que utilizamos en el segundo capitulo de nuestra tesis. La lectura de ambas cartas permite profundizar en la crisis personal que afectó al poeta a partir de los aflos cincuenta, y que fue decisivr tanto para su historia intima, y para el reflejo de ésta en su obra, en el Secre,unr o en el Canzoniore, como para su actitud frente al mundo que le rodeaba. En una traza con vigor apocaliptico la inevitable trayectoria hacia la decadencia de una sociedad que ha olvidado sus verdaderos puntos de referencia; en la otra deja inconcluso un autorretrato ideal. Ambas se complementan Y explican, en parte, SU silencio lirico en vulgar respecto a los argumentos políticos a partir de aquellos mismos afíos. IV Un silencio relativo, porque cuando tom6 la decisibn de poner en orden sus poesías, cuando por primera vez dotó de una estructura interna articulada A su libro, y prepar6 una copia para Azzo Correggio, entre 1356 y 1358, los poemas politices ocuparon un importante lugar, estrat6gicamcnte situados entre los amorosos, y alli permnnecleron en las sucesivas fases de elaboraci6n de la obra, hasta el momento de la muerte de su autor. Pctrarcn seleccion6 con cuidado los argumentos polfticos que podinn entrar a formsr parte de su autobiografla lírica. Cada una de las sicte rimas dedicadas al tema podría ser el paradigma en clave pottica de un Acontecimiento o de una situaci6n social que tocaba muy de cerca R todos y cada uno de los miembros de 1~ Italia de mediados del siglo XIV. El proyecto de una cruzada, la de 1333, las luchas intestinas entre IA nobleza romana, que habían reducido a la antigua capital del Imperio A un mont6n de tristes ruinas, o las intcrminnbles guerras entre los seflores de Italia Y, por último, antes del silencio, la invectiva contra la corte papal de Avifl6n, contrn IA sede usurpadora, que habfa privado a Roma del legitimo derecho de ser el centro espiritual del mundo. Siete poeslas, cuatro sonetos y tres cnnciones, a las que con frecuencia se les ha negado o su diversidad respecto a las Amorosas o su funci6n dentro de Ia sintagmatica general del Canzontero. Acercarse a ellas supone el descubrimiento de una de las mttltiples facetas del fundador de la Ifrica moderna, ligada a su obra latina y al Africa, pero sobre todo, unida A su epistolario, a 1~s carta pol6micas y políticas que irán apareciendo también en nuestra tesis como complemento imprescindible para la comprensibn de actitudes que ~610 en apariencia son contradictorias. Kccientemcnte SC ha producido un interesatrte movimiento, dentro de In critica petrarquistn, que ha puesto en cuestión dos de las tesis fundamentales cn las que se han sustentado la gran mayoría de los estudios llevados a cabo a partir de los anos cuarenta. Como ya nnuncinba Sanlagata en su libro Dal SO~ICIIO al Canzoniere, publicndo en el no tan cercano 1979, la interpretaci6n rlgids y parcial de la famosa formula oontiniana acerca de la “monotonalidad” de Petrarca había sido revisada a fondo tanto por Suitncr, con la puestn en evidencia de las huellas de Ir tradicion cstilnovista en Iris rimas vul~arcs, como por Trovato, que hnbla sacado a la luz en ellas la memoria escondida de Dante’. La segunda tesis que era necesario superar, y que estaba quizá mas enra,izada en In vision globnl de la crlticn, era la enuncirda por Dosco en 1946: el Petrarca senza s/orla, que, por otra parte, estaba cn perfecta sintonia con el concept,o de sistema adoptado por Contini pasa definir la unidad estillstica del CanzonIcre’, a l,o que SantaBata respondía de modo contundente: Ln dlmstislonc slaricn è dielro il Canzoniere: ignorarla signlflcilcrehbe cadere nel Iranelln deII’atrtore, soccomhere al/‘Incanto dl rtn resto chs di SC sIcss0 notI upara avcrc memoria”. En realidad la negacion de la “historia”, concernía no 9610 a la Ilrica del Cnnzanlere 0 los escritos latinos 0 a la gbnesis y plasmacion concrctizada del conjunto, sino a la natrrra di uorno’, del poeta, con todns las implicaciones subsiguientes para la posterior 2 evaluaci6n de la totalidad o de parte de su obra, En los versos en vulgar se rehntía que hubiese la mbs mínima concesión al pensamiento, Petrarca ni siquiera formalmente había adoptado el lenguaje tricnico-fiIos6fico del 1,1o/ce s-ti/ IIUOVO, asl como tampoco, excepci6n hecha de los sonetos morales, habla introducido en su cerrado sistema el 16xico o el tono de los predecesores realistas”. El axioma L)arr/e YS Petrarca era Alido, por lo tanto, no ~610 en cuanto a la forma, sino sobre todo en relaci6n al contenido, al mensnje poktico. La presencia de poemas políticos en la sintagmbticn del Catrzanlerc no era catalogada como una desviaci6n inexplicable a la norma, era simplemente negada. Si tras II planto nll’f~ulic~ de i%llvio Testi, o en el teopardi de A//‘Ifalia, o en el I:‘plgrc!j¿! per / ccrdrr~i cli Marzahot/a de Quasimodo, latía la poesia civil de Petrarca’, SC debla a que estos poetas hablan sabido reelaborar las mínimas transgresiones normativas y transformarlas en otra materia, con la cual se asemejaban ~610 en la utiliznci6n de ciertos recursos estillsticos, en el ritmo o en la atm6sfers de ensofiacicin y melancolín. Petrarca era un poeta absoluto pero incompleto. Absoluto porque las variaciones sobre el mismo tema ayotnban In fenomenologla amorosn, incompleto porque, al contrario que Dflnte, no había abierto fisuras interpretativas; de Ila arquitectura de su Canzonlcre el otro estaba totalmente excluldo. En la ficci6n de los F’ragntento no existían maestros, la tradición clplsica era un “modelo”, y no se escuchaba otra voz que no fuera la suya, sublime nunque mon6tona, que hablaba consigo mismo y de SI hlismo. La fuente m8s excelsa para la defensa de la posici6n que niega que en el interior del Cartzon/ere se desarrolle una “historia” en su doble vertiente, en cuanto a enlace con la tradicibn inmediata y en lo relativo a la polifonia de intereses, incluyendo en 6sta los 3 políticos, se sitúa a mediados del siglo pasado, en el Sa~gio critico SUI i’etrnrcn de Prancesco De Sanctis, aunque para 61 la supuesta monotonta CS una acusaci6n falaz, puesto que lo que se halla en el C‘crnzo/tiere es, en cambio, la inconstancia, el paso sin continuidad de unn situaci6n a otra, siempre a la búsqueda del efecto plastico vacío de sentimiento. La causa es que en Petrarca hay una poetica preestablecida ~610 para la forma, pero por lo que respecta al contenido no sospecha siquiera que existan reglas. Actitud que se radicaliza en el aspecto civil, encarnacibn del poeta oportunista, que según el momento polltico y la ocasi6n más propicia, se adhiere a la causa imperial o a la republicana, al tirano o al tribuno. (, . .) II [orto del Petrarca (. , ,) c> di non essero abbastanza immerso nelln rcaltc) poli~ica, di grrardnrla da lontano, senza confonciervisl e scnzo partcciparvi »ta dandosi /tr/ta I’apparenza ci’irri’apprrss¡onala pnrtcclpazione; ondc nasco qitcl fatlizio e rcttorlco, che ll rivela trn’Isplrazione poco seria, in gran parte letlcrnricr.7 Como puntualiza Sapegno en la introducci6n al ensayo de De Sanctis, dicha opini6n se encuadra dentro de la polémica romantica suscitada contra la tradici6n humanista, para la cual Petrarca era el paradigma de la ruptura inicial entre la cultura y el sentimiento polltico, entre el ciudadano y el literato, era el símbolo de una 6poca dc servidumbre y dc decadencia, falta de ideales y mermada de pasiones, preocupada únicamente en perseguir la belleza de la forma”. Severo juicio reafirmado en el desmonte sistem$tico de la monografla de Alfred Mkzibres, Pkrrarqlre, Brrrdo d’aprhs dc nouveaux deotmtinls, publicado en París en 1867, cuyo principal defecto era, según De Sanctis, el vano intento de buscar una . Ampliación dc la imagen mlls nllá de los limites impuestos por el Canzonlcre, porque: ‘I’oj.flietc il Camanicre, e il Perrarca sarebbe slato rrn personaggio nolo a’ dnt~i e agli errtdiri, mu non sarcbbc mai divcnrrto rrn personaggio popolare presso ogni gcntc civile, non sarcbbe muI salilo o un¡vorsaIIrt) di favla.p Y el C’anconiore para Be Sanctis es il giornale dcIl’antore’a, no un libro, ni un poemr unitario, sino el peribdico donde se plasman dla a din los inestables csmbios de un espíritu d6bil y agitado. Si bien con mnyor sensibilidad hacia el Petrarca lírico, Foscolo en sus cuntro ensayos, publicados en inyl6s en Londres en 1823, habla mantenido la misma actitud por lo que respecta a In cvaluaci6n de la totalidad de In obra diciendo que, si no hubiese sido por el Canzoniera, (. . . ) gli allrl nrcrill Ic?ttcrarl del grand’uomo non ,~arehbersi ricorduli con Ianta gratilt4ciinct,” No obstante, asevera Dotti comentando el segundo ensayo dedicado a IR pocslr de Petrarca, el retrato que emerge de las pbginas foscolianas es “hiskkrico” al menos por tres razones. En primer lugar porque descubre cn la poesta del Canzonlere la primera formulación “moderna” de las pasiones eternas do1 hombre. DcspuP.s, por la otenci6n que prestr a 1~ forma, y por último porque funde al humanista con el poeta, abriendo asi el camino para que la futurr crít,icr pudiese reconstruir el conjunto de la experiencia vital de Petrarca”. Pese II qac la condena moral, aunque aún no tan drbstica como Ir emitida por De Sanctis cuatro decenios mBs tarde, hacia la lejanía y la ambigüedad demostradas por Petrarca en la práctica de su vida cotidiana, está ya claramente delineada en Foscolo: Il Petrarca nato ín esilio, e nutrito per propria confessione in p~overta, e gua1 uomo destinato a servire in corte, venne di anno in anno arricchito dai grandi; intanto che, posta in termini da poter ricusare nuovi favori, a cio alludeva con la compiacenza inevitabile a quanti o per caso o per industria o per merito sfuggirono a penuria ed umiliazione.” Cortesano, por lo tanto, aunque la alta estima de la que gozaba por parte de los poderosos le permitía no ~610 servirles y aumentar el prestigio de la corte en la que el errabundo poeta habitaba en un determinado momento, sino que además, para Foscolo, habría sido el asesor cultural de tiranos potentissimi e crudelissimi como los Visconti, Galeazzo habría fundado la Universidad de Pavía aconsejado directamente por el.14 Dotti, reflexionando acerca de las palabras del poeta revolucionario que juzga al poeta humanista, y coincidiendo plenamente con la afirmación hecha por Santagata manifiesta: (. . ,) dietro l’immobile cristallo della parola e del ritmo del Petrarca pur esiste una “sioria”; ed essa è la storia dell’uomo e del suo destino.” Añadiendo que Fosco10 percibid la pasión humana y la problemática latente en el interior del verso petrarquista. En efecto, a pesar de la profusión de ornamentos en el estilo o de la espiritual elevación del pensamiento, para él la poesía de Petrarca nunca 6 parece ni ficticia ni fría, apprrnro perchd sgorgd da/ cuore’*. Aunque ello no le impide lamentarse del abuso y de la repetici6n de antftesis e hipkrboles en el Canzonicre, y de la excesiva y superficial imitaci6n de la que han sido objeto, y que Salvator Rosa supo sintetizar con agudeza admirable en el verso se sus Sa/ire Le merqfore il sale han constimaro. Considerado el primer ensayista moderno y burguks, del que el mbximo exponente de la critica del Risorgimen/o, Francesco De Sanctis, serla deudor no siempre reconocido, Foscolo medita acerca de la poesls del Canzontere con el fin de indagar sobre su propia pobtica, y si Dante es el modelo a seguir en tanto que su Ilrica y su figura son la personificaci6n m6s alta del compromiso civil, vate de la poesla nacional y religiosa, Petrarca es el poeta de las pasiones individuales susceptibles de ser sublimadas, y por consiguiente potencialmente utilizables como ejemplares en lo social”. El Canzonlere es scgiln In afortunada definición de Santagata, un libro que ensena a hacer poesía“, y Foscolo es tal vez el primer poeta que acoge la lección con reflexivo y clarividente sentido crítico, La fins sensibilidad de la percepcidn foscoliana halla su confirmación en las lecciones de estética que por aquellos mismos aAos llevaba a cabo Hegel, y que despuhs de su muerte fueron publicadas por su alumno Heinrich Gustav Hotho. El fil6sofo agudamente observ6 que 1~ fama que la historia habia concedido a los escritos vulgares de Petrarca se debia a que en ellos, por primera vez, se entraba en abierta contraposicibn con el concepto del amor que había imperado entre los romanos, caracterizado, en especial en los tiempos de la república, por ser un goce circunscrito a la esfera de lo sensual, lo que explicarla en parte la no elecci6n del código lingüístico latino como vehículo de la expresión amorosa: 6 . . ) benché egli ritenesse i suoi sonetti come un gioco e sperasse fama dai suoi poemi ed opere in latino, 2 divenuto immortale proprio per guesto amore della fantasia, che sotto il cielo italiano si è affratellato con la religione nel fervore artistico del cuore.‘g El mismo impulso amoroso que fue el punto de partida para Dante aunque, puntualiza Hegel, en éste se transmuto en sentimiento religioso hacia Beatrice, reservando la energía artística para erigirse, en la Commedia, en juez del mundo. En lo referente al estilo, resalta la autocomplacencia del lenguaje petrarquista, donde la finalidad de lo que se predica no se sitúa fuera del enunciado: 2 I’esprimersi stesso a costituire Ia so,ddisfazione”. En la lírica de Petrarca no es necesario un ambiente exterior descrito historicamente, puesto que lo que interesa es el movimiento del espíritu. Luego, es posible afirmar que la evaluación romantica de su poética fue fundamentalmente positiva, cuando no estaba mediatizada por los urgentes intereses políticos que movían a los críticos italianos de la época. Nos preguntamos cómo hubiera valorado Hegel los poemas políticos si hubiera hecho un analisis minucioso del Canzoniere. Lo único que se puede responder es que, en el sistema hegeliano, el Estado y la obra de arte nacen del mismo principio, son manifestaciones del espíritu relacionadas entre sí de manera indisoluble. Carducci y Ferrari, en 1899 omiten, excepción hecha de algtin aislado comentario, los escritos de Fosco10 y de De Sanctis. La conversión de un ensayo sobre Petrarca en un manifiesto del 8 realismo no armonizaba con la meticulosidad textual de Carducci, escribe Contini en In presentación a la nueva edicibn de LE Rime”. Riagioli y Leopardi han sido los Únicos comentaristas verdaderos, en lo que Carducci y Ferrari denominan la “cuarta edad” de la historia crítica de Le Rimo, es decir, en el siglo XIX. De Biagioli subrayan In pretensi6n de acercar el Canzonicre a la tradici6n literarin del Trecenlo, mientras que de Leopardi recuerdan la intenci6n de comentarlo como hacían los antiguos griegos y latinos con sus propios autores y de hacerlo accesible, según declaraba en una carta fechada el 13 de septiembre de 1826 al editor Stella de MilBn, attctte per lo donne, e, occorrendo, per ti banrbini, e $inalmcrile per gli slrnnteri, Despiadados los dos comentaristas concluyen da considerare due cose: prima, /I rapporto In tul son0 questc canzoni e I sonefii tra loro, cioè le fasi che rappresentano nello svolgimenro del pensiero e dei seniimenti del Poeta; poi, il significalo del silenzlo che segue al loro clamore,‘” Son palabras de Zingarelli. 22 Notas. Liviatta Padova SANTAGATA, Marco. Da1 sonollo al Canzoniere. 1979. p. 146. Las obras concepto sobre ’ la memoria inmediata de ue han revisado el P a tradicibn en el Canrotlicre son: Franco SUITNER, Pe/rarca e la tradizione s/i/ftovisrica. Olschki, Firenze, 1977, y de PaoIo TRGVATO Dante in Petrarca. Per un inventario dei danfismi nei jkagmcnra”. Olschki. Firenze, 1979. “Rerrrm wr/garitrm 2- 10. BOSCO, Umbcrto. Peirarca. UTET, Torino, 1946. pp, 9- 3- SANTAGATA, (1979), p, 146. 4- Pclrarca, PelZ,TRzI\N:o\; Giuseppe. Storcirà della Iirica poli$~~,~c,l Bologna, 1961, p, 248.” Pcfrarca e il petrarchismo, I 5- CONTINI, Gianfranco. Preliminari sulla lingua del i”a/rrrrcLr. Publicado en “Paragonc” II, en 1951, y actualmente como Inlrodrrzioue a F. Petrarca, Canzoniere. Einaudi, Torino, 1964, pp. VII-XXXVIII, en concreto vdrnse pp. XVII-XVIII. GUIGLIELMINETTI Marziano Petrarca e il petrakhisnra. Paravia, Torino,‘1977’, pp, 162-196. 7: DE SANCTIS, Francesco. Sa pio 4 crilico srrl Petrarca. yS;a9udt. Tormo, 1983, p, 154. Fue pub tcado por prrmera vez en 8- SAPEGNO, Natalino. In/rodtrzione a Sa Pelrarca de Frnncesco De Sanctis, Einaudi, Torino, 8 , * . k3 cprir$o su/ 9- DE SANCTIS (1983), p, 17. lo- DE SANCTIS(1983), pa 84. ll- FOSCOLO, Ugo, Slorla dclla lerreratlrra /lallana. Saggi raccolti c ordinati da M,ario Ali 4 hiero Manacorda. Einaudi, Torino, 1979, p# 150. Manacorda apostrl a que: “1 losti (, I *) apparten ono alle “l~poche della Ilngua Iluliana” e a trilli gli altri saggi e 7 arl coli del periudo landinese periodo precedente (180 d 1817-1827), -1815)“. ollre a qltalche sagglo del l,2- DOTTI,, Ugo. In/rodrrzlone al Can;onie rimanendo cltrlavia parimenti rrrrhalo dalla loro discordanza, ncll’incertezza mi oriontai dovo poleva spingermi o la verlslmIgliarrza dc~fatt~ o I’atrlnrlrà di deferminati scrltlori.’ El metodo de investiyaci6n que se propone no es especulativo, puesto que se origina a partir de la ruptura intelectual, y de una desarmonir &tica que rechaza cualquier acercamiento a posturas nihilistns, teniendo, como tiene, en primer lugar la finalidad de buscar la similitud con la verdad a traves del cotejo de los textos discordantes, y, cuando estos sean irreconciliables, se pasara a una segunda fase, en la que primara la autoridad de las’ fuentes. Este metodo de interpretaci6n textual, t,an alejado de la hermeneútica naturalista de la Edad Media, no pretende sobrepasar los límites impuestos por el pragmatico reconocimiento de lo percibido por medio de la lectura crítica, siendo el único punto de par,tida apriorlstico el de la no oontradiccibn de los hechos expuestos. Es 28 importante este Punto porque aclara la raz6,n por la que Petrarca renuncia a hnilar una explicaci6n fáctica de la mlrlafione lemporrrm. Las causas de la decadencia de los tiempos presentes, ni las buscarlí ni Ias analizari, quiere ~610, por el contrario, constatar el cambio, para peor, desde su juventud a la edad actual. Sin embargo, sí que existe una causa primigenia que pudiera parecer el eco de aquella rnciis amnra el aspera del DC viris illustribus, donde siguiendo a Agustln, esboza la figura de Adbn y las consecuencias de sus ncciones. Xadiccnr ntali lolanr ESSC (Seniles, X, 2, 58), la raíz del mal hay que buscarla en el ser humano. Y el hombre, nos recuerda siguiendo un negativismo antropol6gico con reminiscencias estoicas, es únicame,nte un animal mortal cuyos frhgiles miembros se sujetan con un,a sutil tira de piel. Nada puede hacer frente ,a los cambios de I,a naturaleza, ni frente a .Ia degeneracibn de los acontecimientos en los que 61 mismo ha participado, sino constfltw1os y poner en movimiento la memoria para compararlos y, en última instancia, arrepentirse. No hay secuencialidad entre el mutar ,de las cosas y el mutar del hombre que levanta acta6. La funci6n poktica de la epistola parece estar R salvo del marco y de los evewos que se narran. Por otro lado, cierto es que Petrawa se plantea la revisi6n de su tiempo histbrico, (SefriIes, X, 2, 4), como un ejercicio de la memoria sin condicionamientos subjetivos, ,con la distancia y la neutralidad ,que 1s experiencia de la edad confieren a una sensibilidad agudizada por los desasosiegos de la vida. Este particular modo de ejercitacibn de la memoria parece entrar en sintonía con las sugerentes observaciones hechas por Frances A. Yates en su extraordinario libro t’arte clella memoria, en el que dedica unas pocas phginas a Petrnrca, no desde el punto de vista literario, sino como posible cultor y seguidor del arte de la “mnemott!cnica”, ya que es 29 constnntemente citado por los tratadistas durante todo el C~nq~recc~ttr~, llegando luego, incluso, a ser men,cionado en un artículo que comentaba 1~ acepcion de memoria en la ~ncyc/opddic de Didcrot. Yates SC pregunta de d’bnde surge ta tradicion que le incluye entre los famosos “profesores ,de memoria”, y que Ilevo al dominico Johannes Romberch a afirmar en su obra de 1520, Cot~ges~o?itrm arllflci»sac r~tcrrrorine, que el poeta habla seguido el consejo de Santo Tomás de usar muchos lugares. Romberch ,apela a la autoridad de Petrarca pa’ra nconsejar a sus lectores la regla de usnr lugares para recordar de una medida media, y, sin que ningún desorden disturbe cl orden de &stos, Las fuentes en las que se basaba cl dominico para hacer tan categdric,as afirmaciones, son errdnens por lo que SC refiere a Tomas de Aquino, y en cuanto a Pct~rnrca nos son desconocidas. Sin embnrgo. cn los Rcrrtm mcmorattdarrrm Iibri cuando mnnifiestn que lo fundamental de las “cosas” para recordrr es la virtud dc la prudencia, subdividida en tres aspectos: memoria, inlclligcntia y Providencia, el estudioso de la memoria artificial, dice In nutora, SC da cuenta de que esta en un terreno familiar. Rclaciouando esta obra y los Ammacslramcntl dcgli antlchi de 13nrtolomco dn San Concordia, puesto que las dos empiezan exactamente con los mismos “preludios a las virtudes” saytín el elenco ciceroniano, Yates llega a la conclusion que tanto Bartolomco como Petrsrca cuando habla,n de memoria se refieren a la mcmorir artificial, Los Rerttm comienzan con la enumeracion de ejemplos de hombres famosos en la arrtigüedad por su buena mcmorin, asocllndolos SI arte mnemónico clasico. En el capitulo dedicado n Li~culo asevera que la mem,oria es de dos clases: una para las COSRS y otra pnra Ins palabras. A propbsito de la memoria de Temístocles, retorna la hist,oria 30 contada por Ciceron en De orotore, según la cual aquel se negaba a aprender la “memoria artificisl” porque la suya natural era excelente. Petrarca tenis que saber que Cicerón en esa obra desaprueba la actitud de Temístocles y que describe como él personalmente se servía de la memoria artificial’. Observa Yates Strppongo che qttesti r~fcrimenli alla memoria arlificiale, in tln’opera in ctti le parti della prtrdenza e altre virtt’d sono “le cose a ricordare “, sarebbcro srrfficen~i a classijlcare Petrarca come appar!ctten/e alia lradiztonc sulla memoria, e a classificare i “Rcrttnt tttentorandartrnt libri” como un traftato elico destinaro per la »t~ntor/zzazlorte.’ Sugiere que quizA tambien otras obras suyas podrlan ser susceptibles de ser interpretadas siguiendo esta linea, todo ello no obstante el neto significado humanista de los Rorunt, y de haberse servido Petrarca solo del DC oratare, y no del Ad Herennitrnt, tratado que fue 1s fuente principal del arte mnembnico ,durante la Edad iMedia, y que gozo dc gran prestigio, puesto que se crela que el autor era Ciceron. No dejan de ser enigmaticos, en este sentido, unos versos del soneto 10 del Canzonierc en los que Petrarca enumera elementos nrquitectónicos, los /oc/ usados tradicionalmente por los cultivadores del arte de la memoria, para sustituirlos por elementos de la naturaleza insertos en un paisaje ideal apto para la creacion poética: qrri non palazzi, non rheatro o loggia, ma ‘n lar vecc trn abcfe, un faggio, ttn pino Ira I’crba verde, e ‘1 bel monte vicino, onde SI scende poetando et poggia. (vv. 5-8) Sin olvidar que Agustín dedica una bu,ena parte del libro X de [,ns Cofrfesìotres n la memoria, (, I .) JJ llego a los Ierrettos y a los amplios recep/hc44los de la memorin, Jonde se holltrn tesoros de imbgenes innr4merabIes (* . J, curando ettlro alll, sdio es neccsnrio qrre pida lo q14e qrriero. Afgurrns ittrpresiotres emergen ensegrrida, otras en cambio, hay qtte esperarlas drrralc algritl tiettrpo, como s/ Irrvieran que salir de secretos crrhfcrrlos. OIras se act4ntrrlan fodas (I la vez, ctrando en raulicfud se quiere u se btrsca UWI cosa dtfc!renlc.9 Pero si pnr~ Agustín la memoria es fundamentalmente un instrumento par8 llegar a Dios, pnrn Petrarca es, ,en su aplicacibn tnbs tntitnn y radical, cl medio para la salvaguardia del amor. En l,a primera de Iss tres cnncioncs dedicadas en el Cnnzonierc a los ojos de Lnura, In 71, se describe con precisibn el prooeso: Frrggc! al voslro apparlre angoscia ei trola, er tral ~ws~ro parrir ~ornano insleme. Mn percit4! la tttornoria innamorala clrllrda lar poi I’ertlr41c8 cii Icl non wtnn~ da le parli esrrcmc (vv. 97-101) Es decir, que la sngustin y el af8n no pueden sobrepasar Irs parles superficiales del espíritu porque lo parti estreme, donde se halla el sentimiento nmoroso, estlin defendidas por la memoria enamorndr. A pesar de estos dos ejemplos tan invitantes, la vla indicada por Yates, la lectura do Petrarca siguiendo las indicaciones de los 32 tratados mncrn6nicos, no ha sido por el momento recorrida, o al menos profundizada por la critica, aunque es preciso subrayar la prcocupacidn que ,ha suscitado siempre el tema entre los estudiosos, y que se sintetizaria en una afirmacibn hecha por Adelia ‘Noferi en 1962: L. (1 “»teuioria”, il valore opprcnio poetico e srillstico clelln ntemoricr, scrrrt l’es~renta $onc~an~etrraIe scopcrra della poesia pelrflrchesca nelle “Rinre”iO Sin olvidar la hilazón que hacía Marco Santagata entre la dimensibn hist6rica que hay tras el Canzotriere y el peligro de sucumbir ante uu libro que por sí mismo parece carecer de memoria. Ya en un ensayo juvenil, puntualiza en Ea apostill,a que aNadi en 1989 y que da pie a la revisic5n y ampliaci6n de algunos conceptos, SC planteaba un problema concreto y esencial de la funci6n de la memoria en cl interior de Le Nlnrc”, formulado en los términos Uan/e “C 0 nI ! c v ” rtcl Camonlere, partiendo de las observaciones hechas por Contini, para quien el recuerdo de la Comnredia se revela en el Petrarca vulgsr como mernori,a i,nvoluntaria e inconsciente, caracterizada por ser 5nicamente rememoracic)n rltmioo-tlmbrica, contraponi&ndosc asi, de un modo radical, a la imitaci6n meramente de contenido de la que ha sido objeto el poema dantesco a lo largo de Ia historia de IR literatura italiana.” Santagata estk de acuerdo con Contini en admitir una memoria sobre todo acústica, y no visual, en el Canzoniere, sin embargo cree que el mdtodo se puede ampliar para hallar tambikn el recuerdo de aventuras, episodios o situaciones, aunque con conexiones impuras con la “trama” del libro, De entre los ejcm,plos que pone podrlamos citar la correspondencia ,entre el último terceto del soneto 4, donde 33 se evocn el lugar de nacimiento de Laura, y los versos 49-50 del canto XI del Poradiso, sobre el nacimiento de Francesco en Asís: lli qlresra costa. , /. I , nocqrrc al mondo un sole (Par. XI, 49-50) di plccial horgu un sol . , . / . , . al mondo nacque (Cariz. 4, 12-14) Estos, como Csl los denomina, incons~rper~oli echi ntnontonlci, entran en movimiento a partir de una situaoi6n contingente, flctuando por asociaciones. La trama verbal sería el soporte de un mecanismo basado en la memoria de cadenas rltmicas. No obstante, R nuestro parecer, no deja de ser significativo que la primera alusibn explicita e importante, dentro del Canzonlere, a la memoria cst& unida a las canciones dedicrdas R los ojos de Laura, como si en la noci6n fuese esencial el componente visual y, por ende, el espacinl, lo que facilita la interpretación del soneto 10 también en este sentido. No sería descnbellado establecer puntos de contacto, desde un punto de vista ampliamente interdisciplinax, entre IIIS investigaciones de Yates y las de Santagata, especialmente cuando 6ste, en la nueva apostilla, alaba la falta de prejuicios de los fi161ogos del Cinqucconro, reenviando a Cast,elvetro, para evidewiar las huellas de Dante en el Canzonlere, coincidiendo con la época en In que Petrarcr era considerado una autoridad en el arte de la memoria. Ugo Botti, por su parte, comentando la carta a Sette, habla de pobtica de la memoria, por su tono reflexivo y afectuoso, pero pone de re’lieve que este modo de evocaci6n no comporta ~610 un mirarse 34 R si mismo, sino que comprende toda la experiencia hist6rica y moral de Petrarca: Piìr chc mai itt grresta Iettcra al vecchio amtco - lettera prrr discretcr c per ~rrrlln enfatica - egli sa farui glrrdice dt s.? c dei suoi tempi cun tutla I’rrnranifà e In comprcnsiono crri I’avcvano educar0 i suoi strrdf, la .sua pocsla, la srra cultura.” Se podría avanzar que, en esta epistola al amigo de la infancia, el arranque del movimiento de la memoria que pretende ser objetiva, aunque est6 entremezclada de evocación, parte d,e la fuente del Sorga y de aquel valle, y es con la asociación a esos loci, usando la terminologfn de los tratadistas mnemdnicos, con la que Petrarca es cnpaz. de reunir Iris impresiones del tiempo pasado para compararlas a los hechos presentes. Impresiones que, tanto para el emisor como para el destinatario de la eplstola, fueron visuales. La arquitectura rememorntivn del poeta es aqul el paisaje bucblico, al igual que lo cm en el s. 10. En el inconcluso autorretrato ideal de la Postcritatl la memoria no se propone como evocacibn, sino que es una apelaci6n al recuerdo hist6rico del lector, en el que se podrti insertar el recorrido humano y literario de un autor que, en el momento de la redaccibn de la eplstola, albergaba serias dudas sobre su futura fama, quizA se crela ~610 un maestro para su gcneracibn, en abierto contraste con la imagen que de 61 hnbía dado Boccaccio escribiendo a finales de los UBOS cuarenta el De vila 01 morlbtrs dominl Francisci Petracchi dc Florenria, donde el poeta es casi el iniciador de una nueva religibn, la de las letras”. Esta, digamos, “memoria de otro en cl futuro” que sugiere la Posrerltatl, s,e enlaza, obviamente, con algunos aspectos de la estructura del Canzonitlre, y por ello 35 seria necesario corregir en parte ía categ6rica f6rmula de Villani: f~~().~,erirafi 1’s Xinre: HettcltLI atituhiografica, la “Posteritali” si colloca drrnqire stri versattte opposro alle rime volgarl, ed t! forse, fra i testi perrarcheschi, qtrello per il qtralc ntaggiormcnre si gitrstij’lca, da ttn ptuttro di visla teorlco, I’rrso del fallno: percht! da essa dovranno essere rigorosanten/e espttnte ttrlfe l,e fornte conlingenti 0 ancora in cvoltrzione, che attintatto I’esistenza vtsstrta ma che sarebbero “colme d’oh¡Ja” per i posrerl. Un sintile proccdere della memorla non polevu, ttrriavia, durare troppo a Itrngo, n6 scmpre rimanere c « n v i n 10 * ’ ! Eln primer lugar, en cuanto al uso del latín, Petrarca advierte en la carta que no uriíiz6 el vulgar para expresarse elocuentemente, aunque con astuta ironís, declara que íe sorprende que C&sar Augusto se preocupase por el uso de ía lengua cotidiana, y aflade, entonces, que 61 cunndo se vio obligado a recurrir a ella, por ías circunstancias, por el lugar o por el auditorio, intentb esforzarse, con lo cual deja caer una cierta ambigtledad por ío que concierne al tema. QuizB convenga recordar que uno de los aspectos m6s interesantes del s. XIV es la vuígarizaci6n de ías obras clksioas latinas, por ejemplo de ías DBcadas de Livio, r,econstruldas por Petraroa’B, traduccibn atribuida can muchas posibilidades a Boccaccio. A finales de aquel siglo ías obras latinas de ambos escritores fueron traducidas, a pesar del incremento de los estudios cí8sicos y de ía revaíorizacibn d,e íos originales por parte de íos humanistas.” En segundo íugnr, ía apelaci6n al público, al lector, en la Posterirat!, reclama inmedi,atamente el famoso soneto proemial del 36 Canzotiiere: Vo¡ ch’ascollaie in rime sparse il sttono (v. 1) En realidad, no hay desproporcibn entre el io y el voi”, son dos entidades tendencialmente universales, puesto que el lector imaginado en la temporalidad del devenir, cumple la misma funcibn que el Voi del soneto proemial. La pública confesión al inicio de Le Rime ha inspirado a Ponte” una lectura que acercarla el soneto 1, en el plano tedrico, con una serie de diblogos de corte estoico-cristiano recogidos en el DC rsmediis utriuuquc fortttne, que es el tratado en el que el sentido pedagbgico de Petrarca se evidencia con mayor intensidad. Por otro lado, la confesión, en los primeros phrrafos de In Pos~cri~n/i de los siete pecados capitales, se uniría al último verso del segundo cuarteto: spero Irovar pierd, nonchc! perdono. CV. 8) El poeta se autoinculpa con moderacibn de esos pecados, pero excluytndose de dos de ellos, de la envidia y de la pereza. No parece oportuno considerar esta actitud, como hace Guglielminetti, una respuesta diplom8tica a los excesivos elogios que Boccaccio le habla dedicado en su Do v/~o”. La funci6n es mis bien modelizadora de un discurso del que se ha dejado apartado el segmento miis extrictamente sentimental de la vida del poeta, pero que se fundamenta en la parte pública que luego mantendrA siempre en el Canzonierc, por ejemplo en su relación con los personajes notorios do la bpoca, en especial con la familia Colonna. La identificacibn 37 con el receptor se lleva a cabo a través de un recurso ecuménico, Petrarca se define a sí mismo mortalis homrrncio, siendo ésta la categoría que tendra un valor universal, sea cual sea el desarrollo concret,o de los acontecimientos hist6ricos, aunque exista una selección del pitblico en esta apelaci6n a un posible lector indeterminado. Un público unido por el rechazo, o al menos la subvalorización, de una cultura académica que entra en colisión con los presupuestos humanistas de autoformaci6n cultural y de investigaci6n constante: (, , ,) yuanto di solivo ~‘impara a sclrola, che quanlo poco sla, carissimo lettore, cerro IU sai.” El inicio de la Pos/cr/la/i y el del Canzonierc tienen en común una neta marcación, cuyo rasgo secundario serla la autoconfesión, en el primer caso, ante un único receptor que en su inconcrecibn posee un valor universal, y ante un auditorio amplio, pero iguaimente indeterminado, en el segundo. La memoria del receptor se pone en funcionamiento no a través de lugares, como en la carta al ,amigo Guido, sino por medio de personajes histbrioos que indican una epoca y que encarnan unos determinados valores. El sistema de asociaciones comprenderia, por parte del lector, un transvase de las figuras de la Bpoca a figuras de cr6nlca hist6rica, a las cuales se acoplarla la imagen refractaria ‘y personalizada de un escritor, Petrarca, del que si dicho lector no posela un conocimiento directo, es posible que condividiese cou 61 una cultura común, de la que el promotor habrla sido el propio poeta. El valor emblematicamente dinamico de la memoria se expresa con plena nitidez en los 7’riumphl. ya desde el primer terceto del ï’riumphrrs Cvpinis: AI rempo che rinova i mie’ sospiri per la dolce memoria di que1 giorno che ftr principio a sl .Irrnghi marliri, (T.C., vv. l-3) hastn los versos conclusivos del Tritrmphrrs Eiernitatis, escritos cuando Petrarca presentla cercana la muerte, A rlva un fitrme che nasce in Gabenna, Amor mi die’per lei sl Ittnga guerra, che la memoria ancora il cor accenna: (T,E., 139-141) De la disolución de la pasión por Laura, y en última instancia de su aspiración a la fama, el único poso que queda, la sola pulsi6n que aún irrumpe con fuerza inusitada en la esfera emocional del viejo poeta es la actividad de la memoria. 2- Naturaleza. y tiemw A pesar de la pretensibn de objetividad, en las palabras a Sette, existe una fuerte idealización de la infancia y la juventud. No habla guerras, entre reinos o poblacionnes diversins, ni por motivos territoriales ni por ofensas recibidas, ,así como tampoco exitían las compagnie predipuestas contra la entera humanidad”. En realidad la situacibn a principios del siglo XIV distaba mucho de ser tan idílica y pacifica, aunque es cierto que la crisis se agrava con la peste de 1348. La peste universal que, según la impresión de Petrarca, está vaciando el mundo desde hace más de veinte aflos, y que es el 39 castigo de la Providencia a la maldad de los hombres. Cuando éstos corrijan SU actitud, cesara la ira divina. La intencion de Petrarca no es reconstruir la totalidad biografica de la vida vivida, sino aislar IOS Indos oscuros del presente y contraponerlos a momentos estilizados del pasado, el recurso dicotómico es el único posi~ble dentro de una estructura de continuo rechazo, por parte del escritor, de lo narrado,, La ausencia de la mas minima alusion a Laura, o a los numerosos amigos muertos, hace pensar que le interesan sobre todo los acontecimientos de la historia, si bien la omisión responde al hecho de no desviar el discurso hacia una flexibilidad que difuminarta la estructura dicotomica que le permite situarse en la “metahistoria” y juzgar desde el exterior. Aunque también es verdad que la presencia de Laura en la obra latina es muy reducida. Llama la atencibn en especial, como ya notara Fos~olo~~, que no haga mencion expresa en la epístola Poslerilali, en la cual habla, en un tono muy atenuado, del honesto amor que sufri6 en su juventud. Aparte de la presencia simbólica de Laura en Le Rime y los Tritrnrphi, Petrarca se refiere a ella en el Secrerztm, hace alguna alusión en alguna carta familiar, la representa bajo el velo alegórico en ciertas bglogas, y comenta su pasión en dos epistolas métricas’“, Sin embargo ni en la Posteritati ni en la nota del codice de Virgilio, donde se levanta acta de su muerte, se hace mencibn clara a la causa, es decir, a la peste; que aqul en la eplstola a Guido Sette, adquiere una dimension apocallptica, y en consecuencia mitica, en tanto que fuerza de la naturaleza en función del brazo punitivo de la Providencia por la degeneracibn humana. Dimensibn comprensible si se tiene en cuenta qu,e entre finales del siglo XIII y principios del XIV Italia habia alcanzado el oplimun demogrgfico con unos 11 millones de habitantes, pero desde 1346 40 había una fuerte carestía, ello unido a una serie de pequeiias epidemias que, intermitentemente, habían golpeado a la poblacibn desde el inicio de los anos cuarenta, Existía pues un clima propicio para la difusión de la gran peste del 1348, que reaparecía en Italia por primera vez desde el siglo VI, Después del fatidico afro la población ya no superaba los 8 millones, o sea, había habido tres millones de muertos y una casi nula regeneración generacionalZ5. Este clima de muerte no solo lo describe Petrarca minuciosamente en su epistolario, en el que cuenta sin términos medios la infelicidad que le supuso (Familiares, 1, l), sino que el primer Canzonicre, el dedicado a Azzo Correggio, es según la acertada expresión de Santagata rrna sfflafa di tombe26. La poesía no queda indenne ante la presencia real y obsesiva de la muerte. Horror de la muerte que refleja con todas sus connotaciones físicas en el Trircmphrrs Morfis: -Sila, Mario, Neron, Gaio e Mezenzio, fianchi, slomachi, e febri ardenti fanno parcr la morte amara piìr ch’assenzio,- (T. M. II, vv. 43-45) La crueldad de los personajes políticos romanos, extraída de las lecturas de Valerio Mgximo, Suetonio, Livio y Virgilio, se empareja a la de la peste en sus manifestaciones corporales. El poeta sintetiza una crisis generalizada en toda Europa, pero que en Italia fue mas grave por la particular distribucibn de las riquezas, concentradas en unas pocas familias que no invertían los capitales. Prevale,ci6 el punto de vista privado, la búsqueda de la renta y las altas ganancias en ~tiempos relativamente breves, y el comercio se orientó hacia las mercancías lujosas y no hacia los productos de uso 41 común2’ En este panorama de disgregación ética y civil agravada por la peste, la naturaleza, para Petrarca, parece insaciable en su sed de venganza contra los hombres, y el 25 de enero de 1348, a la puesta del sol (Seniles, X, 2, 65) la tierra tembló cuando él se encontraba en Verona. Estaba en la cama y vio como los libros, de los que estaba rodeado, caían a causa de un fenómeno para el desconocido, y del que si alguien de su generacibn queria obtener alguna información debía preguntar a los historiad’ores o a los físicos. Él mismo ~610 a través de Virgilio’” había podido tener noticias acerca de la poca estabilidad de los Alpes, Desde entonces, los terremotos se repitieron golpeando ciudades que veneraba. Al aflo siguiente, en septiembre, toda Roma se vio afectada (Familiares, XI, 7), y siete ahos mas tarde, en 1356, el terremoto se produjo en toda la Alemania meridional y la cuenca del Rhin. Temblo tambien Basilea de donde se acababa de marchar, despues de haber esperado inútilmente durante un mes a Carlos IV, ya que se encontraba alli en misión diplomatica por encargo de los Visconti. La conclusión a la que llega Petrarca es que los culpables de tantas desgracias son tanto los hombres como la naturaleza, y que todo ello responde a un consenso o a una orden divina para castigar la iniquidad humana. A pesar de que, como afirma Bakhtin, la reflexión sobre un hecho terminado no nos dice nada acerca del autor”, es evidente que esta evaluacibn se enlaza claramente con el pesimismo antropolbgico agustiniano de raíz estoica. Según D’Addio, el cristianism,o oscila constantemente entre la posición de Agustin y la de P,elagio, entre un pesimismo que considera el mundo tal y como es, y un optimismo que retiene que el hombre con sus propias fuerzas es capaz de vencer el mal. Es la dialéctica que 42 caracteriza la historia del cristianismo, y en c,onsecuencia, d,el pensamiento occidental? Para Agustín el mal nace con el hombre. En el libro primero de Las Confesiones, en el capítulo XIX, dice que en la infa,ncia se empieza por discutir de canicas o de psjaros y al final, en la madurez, se hacen las guerras para enriquecerse: LEsla es la inocencia infantil?. No, Seîior no, Dios mio, esa no exisle!’ La conviccion de la existencia del pecado original es central en Ia doctrina de Agustin. La acérrima lucha que emprendib contra los discfpuios de Pelagio, a partir del 412, que propugn,aban el libre albedrfo y ponlan en discursion las consecuencias de la caida de AdRn, la describe ampliamente en su autobiografía. La muerte ha entrado en el mundo junto al pecado, y se extiende sin remisibn porque todos los hombres son pecadores. Esta tesis, que es la síntesis última del pensamiento agustinianoJZ, da la impresidn de estar latente a lo largo de la epistola. El pesimismo antropolbgico se adapta perfectamente a la deplorable degeneración de los tiempos que nos describe Petrarca. Un recurso a la doctrina cuando las certezas faltan, y cuando los cambios, como sucede a mitad del Trecento son constatables, pero aún no explicables. Sb10 la memoria del futuro tiene un caracter mora133, y aqui el futuro es un termino ausente. Carlo Muscetta, a propósito de la situación caótica de est,os aflos, recuerda que De Sanctis advirtib que un siglo se entrelaza de tal manera con el siguiente que es difícil decir dbnde empieza uno y dbnde acaba el otro, Consideraba el Trecenfo, unido en parte al DidecenIo, y en parte ligado a un secando secolo, que iría desde 43 Boccaccio hasta finales del XVI. Para Muscetta es necesario renunciar a hallar una linea unitaria, es mas conveniente hablar de la crisi dcll’età conrunale. En el siglo anterior se había asistido a la contradicción antagonista entre la aristocracia y la burguesía, que era la nueva clase revolucionaria. En el Trecento es la burguesía victoriosa la que padece sus propias contradicciones internas, debidas a la crisis agrícola, a la acumulación de capitales y a la ampliaci6n polltico-económica de las zonas de influencia: Quesra crisi comporta il trapaso degil ordinamenti comunali a qtrelli delle Signarle, la splnta dei centri maggiori ad assoggettare centri minori e In decadenza, e la successiva formazione di stati regionali, qrrando fe aspirazioni trnitarie rimasero velleitd (come quelle della monarchia angloina) o frrrono tenacemente ostacolate (come qtrelle di Mllano). Ma con qrrestl eventi gitrngiamo appunto alla fine del Trecento, cio2 alle ristaurazioni o ai consolidamenti alto-borghcsi o neofetrdali.34 Continúan en vigor los terminos grreffo y ghibellino, pero el verdadero enfrentamiento se da ahora entre la Iglesia y todas las formas de Estado (en especial monarquía y signoria), oon una fuerte tendencia social hacia ,el laicismo, incluso dentro de la Iglesia misma con la corriente franciscana. Guillermo de Ockham sostuvo la disidencia franciscana, afirmando que la salvación de la Iglesia estaba en los pobres y denunciando la degeneracibn de la curia. Apoyó al general de los minoritas, Michele di Cesena y a Ludovico de Baviera, que pretendía, basandose en la elaborada teoria de Marsilio da Padova, un poder imperial independiente. Ullmann subraya que los fraticelli, a principios del siglo XIV, distinguían entre la Iglesia “carnal” gobernada por el papa, y la Iglesia 44 “espiritual” gobernada por Cristo, siendo esta última la verdadera, con lo que estaban muy cercanos de la concepci6n que Ockham sostenfa al respecto.3’ La plena conciencia de esta crisis, en 1367, cuando Petrarca escribe Ia carta desde Venecia, hace que el tiempo en ella se mida con arreglo a la vida individual, que es en última instancia desde donde se observa y padece el paulatino deterioro de los acontecimientos. El tiempo es, por lo tanto, histórico y se regula por escansiones cronológicas previas, que cuando Petrarca abandona, como sucede negativamente emocionado al recordar el robo en su casa de Valclusa, se apresura a retornar continuando la narraci6n, dividida e,n cuatrienios m8s o menos elfisticos (Seniles, X, 2, 35). No hay una proyecci6n hacia el tiempo absoluto fuera de las declaraciones formales de carbcter religioso. QuizB en esta carta haya una reelaboración de la concepción senequiana, la constatación de que l,a fuga del tiempo es un reclamo al presente, una toma de contacto objetiva con la realidad, el subjetivismo no es tan radical como la materia que trata, aunque desde luego no invita a la acción. Existe un sentido acumulativo de la memoria que acerca la epistola al DC Hrevilnle Yitae de Séneca: ~610 los sabios, aquellos que han atesorado experiencia, son capaces de rememorar, porque únicamente ellos esthn autorizados a emitir un juicio moral acerca de los acontecimientos.36 La misma concepcibn que se refleja en el Trlumphus Temporis, en donde el tiempo, al contrario de lo que sucede en el Dante cbmico, no es una potencia metafísica, sino una obsesibn personal. Ariani seflala que: Di per sc+, “Triumphrrs Temporfs” 12 un leslo que segna una svolta nella storta della poesia tra Medioevo e Umanesimo: mai 45 prima, in volgare, si era tentata una cosl impegnaliva riflessione srrl ï’empo .frrori di ogni pressione arlslotelico-dialettica, nelle forme di una pareniest che ritrtilizza il medievale “contemptus mrrndi”, mu Iramandolo di un pessimismo laico derivato, esenzialmen~c, da fonri stoiche, mediate da Cicerone e Seneca secando una declinazione però, platonizzante, sulla scorta di Macrobio, Agoslino e Boezio.3’ Pero si esta obsesi6n personal por el devenir existe, seguramente no está exenta de fascinación por la reflexión que sobre el tiempo hace Agustin en uno de los libros menos autobiogr8ficos y m8s filos6ficos de Las C,onfesfones, el libro XI, en el que a partir del capitulo XI y hasta el final, elabora una original teoria del tiempo, que supone un cambio r,adical respecto a las concepciones clásicas de la filosofía griega. Para Agustín existe un tiempo único: el presente, aunque puntualiza que, admitiendo un lenguaje inapropiado, se podria decir que los tiempos son tres: el pasado del presente, que sería la memoria; el present,e del presente, o la intuici6n directa; y el presente del futuro, o la espera (cp. XX). La consecue,ncia 16gica es que el tiempo es meramente subjetivo y no puede existir si no existe un ser creado. Por su parte, Dios es et,erno y estA fuera del tiempo (cp. XXX).3’ La idea de la concen,traciá,n del tiempo en un presente, divisible ~610 con la actividad mental y espiritual del hombre, es retornada a lo largo del Trlmphus Erernitatis, el tiltimo que Petrarca escribe apenas cinco meses antes de su muerte. En él expresa la superacibn de los motivos terrenales de su andadura vital, el amor por Laura y la aspiración a la fama: 46 que/ che /‘anima nostra preme e ‘ngombra, dinnzi, ndesso, ier, deman, matino e sera, rutti in un punto passeran com’ombra; non avrd loco fuI sarà ned era, mn 4 solo In prosetlte, et ora, et oggi, e sola eternttà raccofta e ‘ntera. (T.E., vv. 64-69) Russell asevera que la teoría agustiniana sobre el tiempo no s610 Supuso un enorme avance con respecto a la filosofía griega, sino que anticip6 Kant, así como también el cogito de Descartes y el ambulo ergo srrm de Gassendi. Esta teoría conduce al subjetivismo intelectual, pero en su aspecto emotivo la manifestación seria, dentro de la cultura cristiana, la obsesi6n por el pecadof9 Al igual que para Agustin, el movimiento no es para Petrarca la medida del tiempo, ab initio rerllm votvi omnia, nlchil sturs”, desde el principio todo cambia y nada permanece, afirma con una sentencia digna de Heráclito, a quien rendir8 homenaje en el TrJumphrrs F’ame. Es la percepción individual, inexorablemente independiente del devenir de las cosas materiales, la que garantiza un juicio neutral a,cerca del presente con la ayuda de la memoria. Si los hombres que no conocieron 6pocas mejores son incapaces de percibir la triste decadencia, se debe a que son como hormigas que avanzan lentamente sobre una gran rueda. Les falta la memoria, ,en este caso histórica, y por lo tanto no poseen la agudeza precisa para aquilatar en su justo valor el pasado del presente. El lopos clSsico de la rueda se halla tambihn en el Triumphus Temports, la strada ritonda ch’2 infinita (v. 30) con evidentes reminiscencias de Las Confesiones (XI, 23), especialmente cuando se une a la idea del movimiento solar: 47 Veggio or la fuga del mio viver presla anzi di futti, e nel mio frcggir del Sole, la rtrina deI mondo manifesra. (T.T. 67-69) QuizA seria pertinente recordar que el terremoto del 25 de ener,o de 1348, que anunci6 las desgracias de la gran peste, comienza con una indicaci6n solar parttmper ad occasum’“, sucedi6 al o,caso del sol, es decir, fuera de la posibilidad de dividir el tiempo en coordenadas válidas, externas a una percepcibn subjetiva. Con lo cual Petrarca rechaza la milxima aristotélica, plenamente adoptada por los escolAstioos, de que el tiempo es el número (la medida) del movimiento según el antes y el despues. 3- Modelo% GspacialeR y decadencia La continua contracci6n entre el tiempo real, que existe fuera e independiente de la memoria, y el esfuerzo por parte de ésta para reportar el pasado al presente, la funda Petrarca no ~610 en las ltib,iles escansiones cronológicas, sino sobre todo, en las determinaciones geogrBfi,cas, el recuerdo tendrá que ser tambi6n recuerdo de lugares”*. Puesto que su epístola tiene la finalidad de desarrollar una única tesis, De mrrlarione lemporirm, elige para la descripción espacial el principio icónico, que es el que implica mayor economía de recursos ret6ricos y, por lo tanto, mayor claridad expositiva, de donde se deriva el sentido pedag6gico y ejemplar. Los elementos que esparce en la sintagmbtica del texto, se identifican con las ciudades en las que el poeta vivió, o que simplemente visitó, desde 48 Carpentras a Venecia. Ello conlleva la descripción de un universo atomizado cuyo hilo conductor es el autor-protagonista. No se nos presenta, pues, un anulisis del mal, sino que cada ciudad parece padecer uno único y diferente al de las otras. El mal, en este caso, es una abstracci6n sin particularidades43, el modelo espacial se convierte en organizador de un concepto, la decadencia, que no lo es. El primer escetrario connotado en consonancia con el tono negativo general de la carta, es, como podría esperarse, AviAón, la ciudad corrompida, lo que es otra prueba m8s de la innegable, unión entre el epistolario de Petrarca y el Canzoniere. También en este el primer perfil que se recorta en su estructura, proyectando siniestras sombras sobre la trama amorosa, es Avifibn. En el soneto 7 es donde por primera vez, a lo largo de la sintagmática del iiber, la historia sentimental se inserta en un escenario público”: La gola e ‘I somno et I’otYose pitrme knno del mondo ogni verid sbandila, ,ond’ è dal corso st~o guasi smarrifa noslra natura vinta dal cosiunte; et è SI spenlo ogni benigno lume del ciel, per ,ctri s’infornta htrmana viia, che per cosa mirabile s’addita chi vdl far d’Elicona nascer fiume. (vv. l-8) Para Santagata, la precoz aparici6n de Avifl6n en el Canzoniere. con la doble función de lugar de perdicion del 49 enamorado y lugar en donde se concentra la ignominia del mundo, responde a una precisa finalidad estructural: unir en un mismo discurso moral los vicios públicos y los privados. En la Senil, la ciudad se delínea, asimismo, desde el principio ligando la vertiente autobiogriifica con la causa primera de la decadencia social, es decir, la corrupción de la curia y su traición a Roma: Parlerd invece del primo viaggio della nosira puerizia. Esso ebbe come meta la cittci detta Avinione, modernamente Avignone, quando vi si erano appena trasferiti il papa e la sua chiesa (destinata a ritornare nella propria sede solo dopo sessant’anni). Il luego percid era affollato, carenie di alloggi, zeppo di genie, sicché fu opinione dei nostri vecchi che le donne e i bambini si trasferissero in un post0 vicino4’. Hay, por lo tanto, una doble lectura en este párrafo que determinar8 el ulterior desarrollo temático: en primer lugar, la evocacibn compartida, donde es necesario sefíaiar el matiz de memoria de exiliado errante, rasgo que permanecer8 siempre en el carácter del poeta, quien se autodenominará peregrinus ubique (Epystole, III, 19, 16), y que si, por una parte, era una lamentable condición de la que se vio obligado a justificarse, por ejemplo en una carta de 1352 escrita al doge Andrea Dandolo, por otro lado, era una peculiaridad de su personalidad que encontraba justificación en Séneca, quien en la Consolatio ad Helviam (6, 6-8) afirma que el continuo movimiento es una prerrogativa esencial de los dioses, y que el alma humana, siendo consustancial a los seres divinos, hallar8 placer en el cambio continuo46. Lo cual no se opone a la negación del movimiento como factor determinante para medir el tiempo. Aquí el cambio tiene una entidad metafísica que se enlaza 50 con la acción interiorizada. Así, la experiencia de] viaje servir8 fundamentalmente como imita,cicn de los héroes del pasado, y de AgllStiIl, y como huida espiritual”, o mas bien alejamiento intelectual de la contingencia. A Billan~ovich” le pareció percibir, en las últimas paginas de la Posrcrilafi una cierta respuesta ante la acusaci6n de haber cambiado demasiado de ciudad, observación que no parece pertinente, si inferimos la intencion del autor dentro de los límites del propio texto, desde el momento que Petrarca declara abiertamente en esta epístola que habrfa residido de forma permanente en Napoles si no hubiese muerto el rey Roberto, que para 61 representaba el ideal de m,ecenas de las letras y, por lo tanto, de gobierno, La segunda lectura del parrafo de la Senil sería la denuncia de la ilegalidad de que AviAbn fuera la sede papal, y su connotación como Jugar hostil y no acogedor, en donde los mas debiles y los inocentes no encuentran cabida. Estas dos ideas l,as desarrolla mas adelante usando un lenguaje implacable, que evidentemente conduce a los tres sonetos antiavifioneses del Canzoniere (136-138). @fresto Iuogo, In veritd, era sempre parso a molfi 0 a me p,rima degll nltri, secando un convtncimenfo rimasto immutafo negli anni, il peggiore dl IIIII~: non tanto in se stesso, quanto per le turpttudinl e neqrrizie ivI concorrenti, stipate e incancrenite, Eppure oggi - come nessuno potrebbe negare, se non con una spudorata menzogna - è tanto pcggiorato, che pud ritenersi oro quelfo che un tempo esso già fusdP La tesis central del pllrrafo no es, a pesar de la vehemencia, la corrupci6n de AviAon, sino el mutar, acelerado por la presencia engrandecedora del mal, de los tiempos. Se percibe, pues, una cierta afloranzu de UII pasado que, aún siendo vergonzoso, era mejor que el insoportable presente. La ciudad que deberia de haber sido, prosigue Petrarca, la fortaleza de la religión, no por derecho, sino porque allí habita el papa, ha sido preciso circundarla de murallas, cerrar las puertns y defenderla con armasJo, que no han servido para librar al papa de IRS ofensas. En efecto, poco antes de que escribiese estas palabras, Urbano V habla sido obligado a dar una gran suma de dinero, y despu& a conceder la absolución, a Bertrand du Guisolin, futuro condestable que, por orden de Carlos V, estaba de paso por Provenza, ya que ‘dirigia unn expedicibn contra los Brabes!’ En la carncterizacibn de la inmoralida,d de Avifl6n, la cual nnturalment,e est8 personalizada, el punto de comparaoibn es Aníbal, de quien Livio narr el comportamiento ignominioso en Capua, y del que se decln que no tenía temor de Dios ni respetaba la palabra dada ya que era un hombre sin religibn. La misma alusión que se encuentrn en el inclpil del soneto 7, avalada por los comentarios, por citnr ~610 dos, de ,Carducci-Ferrari o de Ponte. Livio (Xx111, 18, 12) describe I las tropas de Anlbal debilitadas por el suefío, el vino, la gula y las meretrices, Soldados de cuerpos y knimos afeminados, que se respaldaban m8s en la reputaci6n de las pasadas victorias que en su actual virtud y fuerza. La funci6n estructural de apertura que juega Avifl6n en el Canzon/ors y en Ia epístola a Guido Sette es similar incluso formalmente, lo que corrobora de nuevo la tupida red de relaciones constantemente actualizada entre el epistolario y el libro de rimas. El soneto 7, escrito según estableci6 Wilkins durante el periodo aviflonks, o sea entre 1327 y 1336”, est4 dirigido a un amigo desconocido. Crtrducci deshecha l,a hip6tesis de que el destinatario fuese Bocceccio, y apoya sin demasiada convicción la posibilidad de 52 que 10 fuese Tommaso Caloiro da Messina. Santagala cree que la invocaci6n d’el verso 13, gentile spirto, se refiere al fraile de la familia de los Colonna, Giovsnni, para que no inlerrumpa SU labor en la obra hist6rica titulada De viris illuslribrrs, con 10 cual habria un núcleo de sonetos, del 7 al 10, qne, en el caso de que todos estén dirigidos a distintos componentes de la familia Colonna, seguirlan la misma estructura de los dos primeros libros de las Irami/iare,P. No hay, desde luego, ningún elemento de juicio que nos induzca a pensar que el soneto 7 estk dirigido a Guido Sette. Cierto es que Petrarca le envi6, por ejemplo, otra carta fechada el 24 de abril de 1355, desde MilBn, en la que trnza un cuadro desesperado de la situaci6n política italiana, en esos momentos ofuscada por la guerra entre Venecia y Génova, y que en 1352 residid en la casa del amigo, quien a pesar de ser arzobispo de Ghnova, continuaba viviendo en la ciudad. Algunos meses m6s tarde, en 1353, Petrarca se traslad6 definitivamente a Italia. Aviflbn se te habia vuelto absolutamente insoportable!” Si en Le Rlw la ciudad es escenario, por un lado, del amor infeliz y pecaminoso, y por otro es la ciudad del e,xilio del papado, desde que en 1309 Clemente V, el francds Bertrand de Got, fiel a Felipe el Hermoso, y que antes habla sido arzobispo de Burdeos, se instalase en la capital provenzal, en la epistola falta l,a primera funcibn, la ausencia de Laura es total, aunque el elemento personal se mantiene pues, como hemos visto, Petrarca se autodefine un exiliado, 0 mAs exactamente, nos atreveríamos a precisar, se presenta como un hijo del exilio, que sufre las consecuencias de una situaci6n histbrica dada sin haber participado directamente en los hechos, al contrario que Dante, obligado a marcharse de Florencia por orden de Carlos de Valois en 13’02. En ese sentido existe una cierta identidad entre la ciudad y el emisor, queremos decir que 53 cuando en laS numerosas epístolas en las que se habla de AviRón, especialmente en las Sine nomine, y, por ejemplo, en los tres famosos SOnetOS antiaViflOneSeS del Canzoniere (136-138), la denominacibn BQhllonio, en general se refiere, cuando el tono es de invectiva, a la moderna Babilonia (Bagdad), al centro político y espiritual del islamismo, aunque no hay que olvidar que la antigua Babilonia, la blblica, era el lugar del exilio para los hebreos”, el pueblo errabundo y desarraigado, al igual que el poeta, Eu la I’Uslcrifall, por el contrario la invectiva contra Avifión es muy moderada. La ciudad se presenta como la sede ilegal del papado, pero las criticas se concentran en la figura de Urbano V, que luvo en sus manos la posibilidad de volver a Roma y no lo hizo, Pero la ciudad es al mismo tiempo el lugar de encuentro con los poderosos Colonna, y en consecuencia juega un papel positivo secundario. Cuando aduce las razones de su traslado a Valclusa, el calificativo que recibe Avifl6n es el de “tediosa”, al igual que lo eran todas las ciudades para el poeta. A la ciudad de la degeneracibn se opone de forma insistente y natural cl milo polltico fundamental en toda la obra de Petrarca, tanto en latín como en vulgar, el mito de Roma, con sus posibles variantes, como serlan el mito de la virtud y el de la gloria. Ciertamente, frente a la mezquina situaci6n social de la mitad del Il’reccnto, Roma y el pueblo romano son a sus ojos el único ideal que una conciencia honesta e independiente puede reivindicar”. Aunque este mito, que fue la guia ideoldgico-polftica a lo largo de la vida de Petrarca, est8 muy diluido en la Senil. No plantea ni siquiera directamente el tema, como si la decadenci,a apocalitica que ha enfangado el mundo pudiese manchar en exceso el nombre de Roma, Donde no hay ni virtud ni gloria la memoria de Roma no tiene cabida. Recordando su primer viaje a la ciudad a finales de diciembre de 1336 dice: Schbene giir allora, e gid da moiro /,empo, la cittir non fosse altro che In favola di se stcssa, capacc di dimostrare solo con le rovine srrperstili la trascorsa grandezza, vi erano ttrltavia in gtrelle ceneri - che oggi sono del frrito spente e fredde - ancora alcune genorosc fa\~ilfc.“’ La observación de Villani, cuando habla de una “poesla de las ruinas” refiriéndose al conjunto del texto, pero de la que participa en especial Roma, es absolutamente clarificadora”. Cuando el 15 de marzo de 1336, desde el Campidoglio, escribe la F,amiliares, II, 14, en las ruinas ve las reliquias de un tiempo pasado, y en ellas y a traves de ellas percibe el antiguo esplendor, negandose a reconocer la muy diferente realidad formada por un amasijo de construcciones romanas derrumbadas y sucias ocupadas por rrobles y plebeyos, e incluso por el ganado”. Bien es verdad que en la primera Senil del septimo libro dirigida, muchos afios después, al papa Urbano V la descripcion de las condiciones en las que se halla Roma es, mas que realista, dramatica. Devastada por la guerra, sin ley ni justicia, en donde cl pueblo llora y se lamenta; pero a pesar de ello mantiene aún la idea de que a Roma le corresponde la misión providencial de poner orden en el caos de su Bpoca. Para Dotti, dicha actitud no es retórica, sino que es un punto de partida político que se alimenta del contraste entre la grandeza del pasado y la miseria del presente? La primera aparici6n de Roma esta enlazada a Avifl6n. El poeta manifiesta ante Sette su ira contra los opositores de la vuelta del papa al lado de su legltima esposa. Santcagata, bas8ndose en la hipótesis de que la sextina 142 55 (siempre en relacion con lo que el denomina il primo Canzoniere, o sea, la forma Correggio) fuese escrita en Roma el ano del Jubileo, 1350, y dado que en ella anuncia IR extinción de su pasión por Laura en nombre de un amor mas elevado, lanza la posibilidad de que la primera intencion del autor fuera dedicar el Cansoniere a la renovnlio romana!’ En cualquier CRSO, no seria accesorio invertir los términos que la crítica en general ha mantenido sobre el Petrarca desarraigado, que pasa por las ciudades, por los lugares, ajeno a las pequefias o grandes vicisitudes de la vida, sin sentirse jam8s perteneciente a ningtin grupo, y, dirlamos casi, a ninguna persona n,o sublimada. Lo que sucede es que para 81 no existe una sola patria, sino que, simbolicamente, en su obra hallamos tres lugares: AviAbn, Roma y Florencia, que se fragmentan y se recomponen en correspondencia con In dispersi6n interior del animo ,del poeta y con el descarrío político, social y cultural en el que se debate toda la Italia del siglo XIV. Valclusa no es una patria sino un refugio, ,de ella esta ausente cualquier idea polltica efectiva, no se da en ningún momento la socializacion con el otro, en el sentido genérico de un pueblo, se establece únicamente la relacMn con la literatura. Actitud expresada con claridad en la Pos~eri/a~i: Mn qttesto è I’essenziale: qtrasi tufli gii scrilti che mi B accadttto di comporre, wnnero condotri a termjne It, o cominciati o ideali 110’ Valcusa es el “anticronotopo”, por cuanto es el catalizador de Ia fuga no delimitada, se transforma en el espacio y en el tiempo ideal para la produccion literaria, con el particular signifioado que ello conlleva para un escritor que mira constantemente hacia un 56 pasado elevado II la categoría de mito, pero que sin embargo espera proyectarse en el futuro, como demuestra esta epistola, por medio de la gloria poktica. Ahora bien, por un lado Petrarca pertenece, aun a pesar suyo, a la patria del exilio, AviR6n. Allí lleva a cabo su primer trabajo filolbgico, la reconstruccibn de las Décadas d’e Livio, y alli encuentra la fuente de inspiracibn para su poesía en vulgar. Bs allí donde se pone al servicio de los Colonna, a travts de los cuales establecer8 toda una serie de contactos que le permitirhn dedicarse casi de lleno a la literatura. Roma seria la patria alternativa y de elia se sinti futuro ciudadano, hasta que la testarudez de los acontecimientos hist6ricos que le tocaron en suerte vivir, no le desengafiaron. Sin embargo, no renunció nunca al ideal, el pesimismo de la vejez IIO atnfie directamente a Roma, sino al mundo, porque cl apocalipsis no tiene la finalidad destruir los símbolos de In virtud, sino castigar los pecados del hombre, Y por último, la tercera seria la ind/c~a patria, Florenciae3, Asi la recuerda en la eplstola: NC! posso d’altro cnn~o rlevocare certe cose senza fare almeno trn cenno alla patria innontltjala, Qtlebfa, però, cos’allro è ormai se non unta prova cvldettte della perniciosa tendenza ,a mtrtare? Una Cilld Cll@ ancora pochi giorni or sono, godendo di un appropriallssinto nome, era fiorente di ttrtlo, sino a far invidia non solo ctilo rlmananti c/flà d’iialia ma a fulle qtrslle cristiane, poi ropidantenfe, o causa di numerose svettltrre - senza voler contare fra qtresre gli inccndi, le gtrerre infermlftenfi e le pesrilenze -, si è gtrnstata sino a far pena: Insegnando di sictrro a tttt,ii, e In primo itrogo n 1 suot cittadini, quanta speranza si abbla a riporre nelle cose caduche? Propone la ciudad de Florencia como exemplum contemporáneo para sus ciudadanos, con lo que está implicito el valor pedagógico en un testimonio que pretende ser objetivo. Pero invirtiendo la valencia que en línea general comportan los exampla histórico- morales clasicos, de los que la obra latina abunda, en este párrafo se aprende en negativo, no por el modelo erigido, sino porque es inevitable que el modelo sucumba ante la total disolución impuesta por ,el tiempo? Ciertamente la admonición, algo resentida no carece de bases reales. La relacion que mantuvo Petrarca con su patria innominada, o m8s exactamente con sus conciudadanos, no fue facil. En la Seniles, XIII, 3, cuando habla de su visita, en 1350, a la casa que le vio nacer, en Arezzo, y la calida acogida que le dispensaron, comenta que fue mas generosa esta ciudad con un extranjero que Florencia con un hijo. En una epístola metrica (III, 9) escrita a Zsnobi da Strada el ano de la peste, se justifica ante quien lo acusaba de huir de su verdadera patria y preferir la Italia del norte, diciendo que no es 61 quien se aleja, sino que Florencia es la única ciudad de la península que no reconoce sus meritos. Aunque, cuando en 135 1 el comrtne, a traves de Boccaccio, le ofrece una Medra en la recien institulda universidad, y en prueba de buena voluntad, revoca el decreto de embargo que existia contra los bienes de su familia, Petrarca declina la propuesta alegando que le han llamado desde la curia, y tiene que volver a AviAón. Las autoridades florentinas lo tomaron como un desaire, y volvieron a embargar sus propiedades. Petrarca no parecía demasiado int’eresado en formar parte de un grupo social, el de los profesores universitarios, que si bien gozaba de ciertos privilegios, estaba demasiado sujeto a los avatares políticos de cada una de las ciudades? Pero el momento de mayor tensión fue cuando, en 1353, 58 decidi ponerse bajo la protecci6n de los Visconti, rivales de Florencia y de su rkgimen de gobierno. Afios más tarde, en 1366, en una carta a Boccaccio (Seniles, VI, 2) afirma que es mejor servir a un solo patrón que a muchos, aludiendo claramente al gobierno democr8tico de Florencia. En un parrafo posterior de la epístola a Sette, encontramos la razbn de la admonicibn a los florentinos por poner sus esperanzas en las cosas caducas. Hablando de las que denomina socieíafes mercatorum escribe: (. . .) nelle qtrali piit di ttrtte flor1 a lungo la mia patria, e per le quali k dffftcile dire e pirì difficile credere quanti vantaggi si siano recali all’rromo: grazfe a esse, infatri si reggeva quasi lutto il mondo, sicchk del loro airrlo e consigli dappertulro si avvantaggiarono persino principi e sovranif’ LOS mercaderes emplearon a los humanistas como preceptores, profesores en las universidades, como notarios o funcionarios, afirma el historiador Christian Bec, y a cambio éstos exaltaron la libertad, la dignidad del comercio y el espíritu de lucro6*. Billanovich, por su parte, ha puesto de relieve hasta qué punto Petrarca era consciente del nuevo papel que el literato debía de asumir en la sociedad civil, y de la cuota que era necesario pagar para poder ejercer esta nueva profesi6nsg1 En el De regimine principum, tratado filosófico-político, compuesto por cuatro libros y atribuido a TomBs de Aquino, aunque 61 seguramente ~610 escribi6 el primero y los cuatro capítulos iniciales del segundo, siendo Tolomeo da Lucca su probable autor, aún se mantiene, en parte, la idea tradicional de que los mercaderes son unos corruptores de las costumbres, en especial si son 59 extranjeros, con dIos se pierde el sentido de la virtud, pues todo se transforma en objeto de comercio, de intercambio. Sombart, al estudiar las fuentes del espíritu del capitalismo, resumió esta idea afirmando que la economia monetaria acostumbra al hombre a una contemplaci6n del mundo puramente cuantitativa’” con la que Aquino, es obvio, no comulgaba, considerando en consecuencia ve era m8s oportuno ve la ciudad se autoabasteciera, aunque, puntualiza el doctor de la Iglesia, (Non) bisogna del tutto esclrrdere dalla cittd I negozianti, poichd non facilmenfe è dato trovare un Irrogo, che abbondi di trrtte le cose necessarie nlla vito in guisa tale, da non aver bisogno di qrralcosa importato da altrove, e perchtr I’abbondanza di qrrelle cose, che nello stcsso Irrogo sovrabbondano, parimenti tornerebbe a moltl dannosa, se non potessero trasportarsi altrove dai mercanti. Onde B necessario che una città perfetta usi con moderazione dei mercanti.” La figura de’l mercader es una de las que mayor importancia tienen en el Decameron. Observan Ceserani-De Federicis que, para Boocaccio, es el nuevo tipo social y representa el presente en el que viven el narrador y los lectores. Su función sería la de expresar la ambiglledad y la problemhtica d,e ese presente. Boccaccio no se limita a constatar los comportamientos def mercader, sino que disefla tambi6n su psicologla, poniendo en evidencia el miedo y la inseguridad interior, En la totalidad del Decameron se hallarian 15 cuentos que narran historias que se desarrollan en un ambiente mercantil, y en otros se pueden percibir juicios y comportamientos típicos de dicha mentalidad”. En el cuento de Andreucoio da Perugia (giorna/a IY, novela 5) es, quizil, en donde se ve con mayor 60 claridad Ia educacibn, a tr,av6s de la dura experiencia de la vida, que conduce a la mentalidad mercantil, ,Cierto es qu,e posteriormente, en el Corbaccio, escrito en 1354-55 (0 quiza en 1366), Boccaccio emite una opinión muy negativa sobre la cultura surgida del intercambio econbmico, contraponiéndola al verdadero conocimiento. LOS signos de la crisis se reflejan tambi6n en esta obra satirica, que se enlaza por otra parte con toda la tradicion de la literatura mia6gina”. Tradición en la que se englobarian algunos capitulos del segundo libro del De remediis utriusqtre forltrne de Petrarca. El Corbaccio constituirla, por lo tanto, una especie de retractacibn, sino en la vertiente autobiogrfifica sí en la literaria, d~el autor del Decanreron al menos en dos planos: el de la mujeres y el de los mercaderes. La relaci6u que Petrarca mantiene con la riqueza, en la carta al amigo, es ambigua solo en apariencia, pues si por una parte emite una opinión favorable sobre la nueva clase que la crea, por otro lado lamenta el hecho de que a 61 le haya llegado casi sin quererlo, ya que esto le ha acarreado el tener que soportar la envidia de los demás. Para plantear un argumento tan delicado, dentro ,de las coordenadas ideol6gicas que aún imponlan una contraposicibn entre la actividad intelectual y la lucrativa, recurre de nuevo, en el texto, al ejercicio conjunto de la memoria. Admira a Guido que, habiendo estadindo leyes, se ha ganado honestamente sus riquezas en los tribunales. A 61, por el contrario, la riqueza le ha alcanzado en los bosques solitarios en donde se refugiaba”. En una carta escrita en 1355 a Neri Morando (Familiares, XX, l), después de haberse entrevistado con el emperador Carlos de Bohemia, expresa en términos exaltados la potencia que el dinero ha adquirido en una sociedad que carece de fuertes valores espirituales. Todo se puede vender y comprar, la guerra o la paz, Ea libertad o la esclavitud, la 61 fama o la santidad. A pesar de que el tono adolece de una cierta convencionalidad no faltan las criticas mordaces a la situación concreta de aquel periodo, hasta el punto que Sombart considerb que este texto era el que mejor expresaba literariamente la potencia del dinero durante esta epoca?’ No existe, pues, ninguna ciudad que se salve de la inevitable decadencia de 10s tiempos, la memoria es incapaz de salvaguardar incluso aquellas que en pasado el poeta amo, y cada una se transforma en slmbolo de los distintos aspectos de la imparable crisis. Carpentras, de donde se marchó cuando tenía dieciseis aflos, se convirtio en breve en la “casa del diablo”. La ciudad habia sido elevada al rango de capital del condado Venessino con d’erecho a tribunal, y para el desencantado Petrarca se erige en p,aradigma de la tnala administracion de ta justicia, ilos litigios juridicos han roto definitivamente la alegría y la tranquilidad de sus habitantes. Opini,on que se complementa con la interesante idea de justicia que se refleja en la Postorllafi, siendo quizil el juicio mt!s duro que el poeta emite en toda la carta, cuando expone las razones por las que abandon6 los estudios de leyes llevados a cabo en la Universidad de Bolonia: Non che fon ml piacesse I’atrtorlrà delle leggi, che indtrbblamente 6 grnnde c coima di quell’anrichirb romana da crri prendo dilerro; ma perch8 il loro uso è falto perverso dall’vmana neqrrizia. Insomma non tolleravo di síare a sludiar cose dl tui non avrci vo1111o servirml in modo disoneslo.‘6 En la cancion 360 de los Fragmenfa, escrita probablemente en 1342-1343, y cuya tematica observa numerosos puntos de contacto con el Secrerrtm, pone en boca del Amor su opinión sobre sus 62 juveniles estudios de derecho: Qrresli in sua prima età frr duro a I’arte da vender parolelre, anzi menzogne; (vv. 80-8 1) SC podrla intuir que un juicio tan severo no se halla en la epístola a Sette porque hste sí terminó los estudios de leyes y se sirvió de ellos en su carrera eclesiástica. Montpellier, lugar de los primeros estudios de los dos amigos, y que eu aquellos lejanos afios estaba bajo la jurisdiocion del reino de Mallorca, se transforma en victima simbólica de las ambiciones expansionistas del rey de Francia, Felipe VI de Valois. Especial atencion requieren las conmovidas palabras que Petrarca dedica a Bolonia, la ciudad en donde vivi como estudiante de leyes. Esta era cl símbolo del estudio y de la goliardesca libertad juvenil y ahora en cambio, dice, una endémica y gris ignorancia la ha invadido, hasta el punto que ya no es la Bolonia que antes era denominada con el apelativo de grassa por el bienestar que en ella reinaba “ahora es solo Maceratal”“, le confla bromeando con tristeza Androine de la Roche, legado papal en la ciudad, cuando en 1364 Petrarca le visita. En los tiempos en los que el futuro poeta estudiaba en ella, nos cuenta, solfa pasear con sus compañeros por las afueras hasta bien entrada la noche, y a la vuelta encontraban, las puertas de la ciudad abiertas, y, si por casualidad, estaban ya cerradas, se podían saltar tranquilamente los insignifica,ntes mnros que la rodeaban sin ser molestados por los centinelas. Era una ciudad sin miedo, Ademas de] recuerdo existe la realidad cotidiana, la ciudad desde donde escribe, Venecia. En ella esperaba encontrar un Poeo de paz, y la ha hallado, pero con firmes trazos, semejantes a los usados por Wells para retratar a los Morlocks, los seres subterrÁncos c infcriorcs de La mtiqrrina de/ tiempo, Petrarca nos describe el estado mds bajo de la condici6n humana, la esclavitud”. Si en Agnsli~~ t!~ln t!:s, desde un punto de vista doctrinal, uno de los resultados del pecado, del mal, desde la dinfimica hist6rica la concibe como una sa,nci6n justa contra aquellos que han emprendido una guerra injusta, y que han enturbiado el orden natural de la sociedad. Ahora bien, aunque Agustín acepte que la esclavitud es una situaci6n institucionalizada, derivada del derecho de gentes, en su concepci6n cristiana cambia ‘de valor, ya que el esclavo posee la mismn dignidad espiritual que el duefio, porque, ademk, éste último en cunnto cabeza de familia, deb,e dar un trato equitativo a todos sus componentes, senn libres o esclavos”. En Petrarca desaparece absolutamcntc cl rnk mlnimo rasgo de caridad cristiana: E orrtral II~IU IIUOW c irtcalcolabile molfittrdine de schiavi, dcll’~rno c dell’alrro sesso, ha inqtrina/o con la deforme trrrpifrtdlno dei volt/ della Sclzia, t’immagine di qttesta bellissima cirrà, come un rorbldo lorreutc che si rivcrsi sti II~I pttrisslmo fittnte. Nondimeno, se ttfta slnrilr! rurba ~IO)I fc-uso ai srroi acqtrirenfi pill gradlla che a me e non dile~~assc I loro occlrf piN de qttanfo non dilelti i miel, nan si vedrchhe qrrestcr so***0 glovcrtlìt uffollare le slrette catli 0 uffliggere COI) hrttrri ittcarrrri i farcstiori ahi/rrati a ben altre bellezze; e se ne starebhe invecc cou magra o pallida fume nei campi pelrosi deila sita Scitla (lh dovc Ovidia locatlrzd la rcg/ono), a carpire con i denrl e fe rrrrgh~s I’erba cho vi cresce. E rrri par che basti. ” No hay una evaluacibn histórica, a parte del evidente empeoramiento de las con’diciones de la ciudad, es m$s bien una 64 consideracibn estt!tica, que se opone formalmente a las bellezas de la ciudad. LOS esclavos, víctimas de la crisis económica de la mitad del siglo XIV, y según nos informa el mismo Petrarca, vendidos por sus propios padres que no les pueden alimentar, son considerados antiesttkticos y molestos invasores, sin evaluar las razones econ6micas que inducían a la República de Venecia a comprar un gran ntimero de ellos provenientes de las tierras comprendidas entre Grecia y Bulgaria hasta la lejana China, triifico que dur6 hasta el siglo XV”. Los esclavos son extranjeros, al igual que los merc:enarios que se ponen al sewicio de los seflores de Italia, y si éstos, por estar armados suponen un peligro real para la paz en la península, aquellos molestan como insignificantes insectos. Se podrfa afladir que la falta de compasi6n por su parte en realidad dota de una cierta categoría humana, aunque marginal, a estas gentes: son dueflos de su propia alma y pertenecen a una tierra en la que, aun pobres, serlan libres. Y si el penúltimo refugio, pues el definitivo sería Arquk es profanado por la vulgaridad de los esclavos, el primero, Valclusa 10 fue por los ladrones sacrílegos, que semejantes a lobos famélicos saquearon su casa en la Navidad de 1353. S610 los libros se salvaron, gracias a la previsibn de uno de los criados que los había llevado a un lugar seguro. Varii ora a fidare degli ombrosi rffugi di Valchiusa! ” dice al amigo con amarga ironla que borra de la memoria el lugar ideal de un tiempo. S610 los libros milagrosamente salvados, tal vez, puedrn contener los ideales que antes había confiado al paisaje del Sarga!’ Otras ciudades como París, Nbpoles, Milán, Padua, Lieja.,., 65 pasan velozmente como fotografías en negativo: Nesstrna cillh 6 ormai qtrella che ftr, non dico molti secoli addic/ro, mu appetta nella nostra memoria: io rocconto infatfi cose viste, nott cose lette o sentite dire.“’ El ciclo del universo atomizado se cierra, la disposicibn ordenada de los elementos a lo largo del eje sintagmhtico del texto deberla conducir, según Petrarca, a admitir el valor de verdad objetiva, vista y por lo tanto experimentalmente convalidada, que aportan sus palabras. El recurso seguido ha sido el de contraponer, en la mayarla de los casos, una cualidad de cada una de las ciudades, aquella que por antonomasia era la mks destacada y la más conocida, situarla en el pasado y compararla con el defecto que se corresponde contradictoriamente con dicha cualidad. Nos describe el modelo al negativo, modelo que no entra en conflicto con los demás, ni se complementa, es simplemente una adici6n que en su totalidad representa la idea de la decadencia enraizada en un momento concreto, y que se opone a un concepto parcializado, la idea de auge moral o social, situado en el pasado. Asi, Avifibn que deberla ser la pobreza (la Iglesia) es la corrupci6n. Respecto a Bolonia encon,tramos la antinomia sabiduria/ignorancia, con las derivaciones de libertad que conlleva el conocimiento contrapuesto al miedo que nace de la incultura. Florencia, slmbolo de la riqueza es ahora ejemplo de carencias materiales. Venecia, que debería ser la belleza ha sido invadida por la fealdad. Roma que era la gloria es ~610 una enorme ruina. Y Valclusa, el refugio po&ico, ha sido profanada por unos zafios ladronzuelos. En el Canao,nfere la última aparición de la ciudad que es espejo del mal y de la decadencia que se cierne sobre el mundo,, está 66 unida a una nocion fundamental en la cosmovisi6n del poeta, ‘la de Fortuna: Mn mia fortuna, a me sempre nemica, mi risospigne al loco ov’io mi sdegno veder nal fango il bel tesoro mio. A la man ond’io scrivo è fatta amica (259, vv. 9-12) AviA6n transformada en fango es el inconsistente escenario en donde, durante un instante, la Fortuna adversa se vuelve favorable por el hecho de que Petrarca ha podido sentir el contacto de la mano de Laura en la suya gracias a un fugaz saludo. Despues del fango se pasara a la nada, y la ciudad sera prostcrita definitivamente del Canzoniere. 4- Jncertidumbre interpretativa y Fortuna Cuando Petrarca se plantea la razon última del empeoramiento de los tiempos con respecto a los de su juventud, el porque de la virulenta manifestacibn del mal precisamente en ese momento histbrico y no en otro, puesto que su presencia es inmanente a todo la historia humana, no la encuentra, y oscilando entre la angustia del esplritu y la impotencia del raciocinio, exclama: Probabilmente perché la vita di uomo è simile a quella di un albero: e come questo deve sfidare le tempeste del cielo, COSI quella, una volta messt i suoi ramt, deve sopportare le dificoltà del mondo e le bufere della vlta.‘” 67 Esta declaración, hecha en las primeras líneas, modela toda la Senil, es la Premisa en la que se basa la verdad axiombtica que, oomo hemos visto, desarrollar8 después paso a paso en cada una de las evocaciones espacio-temporales de la memoria, En ella est& implícito evidentemente el concepto de Fortuna, en especial para su lector contempor¿+neo, que presumimos informado de la evolucibn de su obra en prosa latina, ya que hacía muy poco tiempo que habia hecho público un tratado sobre el tema, el De remediis utrtusque forlrrne. Por otra parte, el receptor de la carta, Guido, había sido puesto en su momento al corriente de las intenciones y de la marcha de la elaboracibn d,e dicha obra. Aunque el argumento provenía de la tradición clhsica, de Séneca, Cicer6n y Boecio, estaba de plena actualidad por el cambio de perspectiva en cuanto a la situaci6n y la incidencia del hombre ante los acontecimientos que emanaban de la nueva dinkmica socio- cultural. Martellotti destaca el éxito, no ~610 inmediato sino a lo largo de toda la edad del Humanismo, que obtuvo la obra, interpretada como un manual que, partiendo del ejemplo de los antiguos, pretendía establecer unas pautas de comportamiento para la vida de cada dia. En los Rertrm memorandarum libri, iniciados en Provenza en 1343 y nunca concluidos, el poeta, emulando los Facta et dicta mcmorabilia de Valerio Mtiximo, había introducido un tercer grupo de exempla a los dos ya establecidos por el escritor latino, junto a los “romanos” y no “romanos” (romana ed externa), el de los “modernos” (moderna)“6, Con lo que resulta evidente que, en la intenci6n pedag6gica de Petrarca, el presente adquiere una dimensibn equiparable a la imagen especular de los modelos cl8sicos, y de estos mismos extrae la no escisidn entre el discurso literario y la capacidad de persuasibn en él contenida y dirigida a 68 un grupo o a una Clase de potenciales receptores. Escisión que no se produce, en la historia de la literatura, hasta que la “poética moderna” del siglo XIX no dota al lenguaje de autonomía respecto a los nexos causales que lo unían a referentes colectivos. Luego, el peso especffico del presente es fundamental, En los Xer~m nremorandrrm libri tanto en el plano interpretativo como en el formal, mientras que en el De remediis, las connotaciones temporales (la muerte de Cola en octubre de 1354, el terremoto del 56 y la liberaci6n de Juan II de Francia en 1360) ap,ortan el marco cronol6gico imprescindible para replantear el antiguo argumento estoico en las nuevas coordenadas de la experiencia humana. Si es cierto que la tesis última de este tratado es que el hombre puede redimirse en la dignidad del presenteI sin tener que depositar sus esperanzas en el m8s all& la comparaci6n de la vida con un brbol que debe soportar lo que hoy un físico o un mete,or6logo denominar16 la lbgica del caos, no podia faltar en una epístola que pretende la objetividad en la exposicidn de los hechos contemporheos al autor, siendo en ella fundamental la idea de For/una, una de las premisas elementales en la que se basa la percepcibn total del resto de la exposicibn. Segirn Bosco, la inspiracibn de Petrarca parte siempre de lo contingente, de la vida concreta, aunque super8ndola en la elaboracibn artlstica, ya que aunque tiende a la construcción articulada, no sabe llevarla a cabo. Aporta como prueba el hecho que, de las obras complejas que se propuso, del De viris illusíribus ,a los Rerum memorandarum llbri, ~610 concluyó el De remediis ulriusque forfunae, la que por naturaleza es la menos arquitectónica”*. Ésta, que es la obra más voluminosa de Petrarca, constituida por d,os libros que, entre capítulos y di&logos, suman un total de 253, pretende ser un anklisis de la tumultu,osa vida del 69 hombre, siempre a merced de los caprichos de la Fortuna. Al parecer, la primera redacción la acabó a finales de noviembre de 1360, porque a principios de diciembre envió una carta a Guido Sette, (Familiares, XXIII, 12) en la que le informaba que había escrito un tratado sobre la paciencia como único remedio para superar los avatares de la existencia, De este periodo es quiz8 también la carta dedicada a Azzo Correggio que serviría luego de prefacio 19, A Azzo dedic6, asimismo, la primera forma organizada del Canzontere. Para Petrarca este personaje representaba la figura del aristócrata que soport,a pacientemente las adversidades de la existencia. La realidad histbrica debió de ser muy diferente, ya que un historiador del siglo XVIII, Affo, le defini6 como el maggior de ‘briganti deli’etd sua. Lo cierto es que Azzo murió en el verano de 1362 y la obra no fue finalizada en su correocibn y publicada antes de 136ú. Aunque en la epistola-prefacio se asegure que la compuso en poqulsimo tiempo, la verdad es que Dotti calcula que la había empezado en 1354. La primera parte de la obra estk dedica,da a la buena suerte, en ella la Raz6n dialoga con la Alegria y la Esperanza, mientras que en la segunda parte la misma Razón discurre sobre la mala suerte con el Dolor y el Temor corno interlocutores, la intencibn, pues, era analizar las dos caras de la Fortuna para que sirviese de ejemplo moral al posible lector, Es un tratado sobre la varillas vanitalum, sin embargo, asegura Dotti, no desde el punto de vista religioso, sino innovadoramente laico y profano, puesto que la noción de “remedio” proviene directamente de la literatura consolatoria clhsica. Cuando Petrarca traza el retrato ideal de sí mismo en la Postoritati, despuks de habernos informado de su lugar de nacimiento, Y de la fortuna mediocri que poseia SU familia, usando 70 ahf la palabra en sentido puramente econbmico, declara: Cln po ‘lo mia volontà c rrn po ‘la sorte hanno pidato sino a (jggi la mia Vita.9q Una afirmaci6n de este tipo, ve/ fortuna, en un contexto en el que se intenta fijar UIIR imagen absolutamente individualizada para proyectarla en el fuluro, y usando una palabra que empieza a entrar en el uso corniln del toscano entre la nueva clase de los mercaderes, privada ya de toda connotacibn metafísica, para expresar ~610 la incertidumbre de la mejor o peor evolucibn de las operaciones mercantiles, cuando las leyes econbmicas, si existían, no hablan sido nún formulndas y ni siquiera intuídas, es un afirmaci6n muy significativa, especialmente porque en Le Rime y en los Il’riumphi, o sea en los escritos en vulgar, el término tiene un peso especifico nada desdeñable. La cuesti6n es preguntarse en qut! sentido entendia Petrarca que era necesario enfrentarse a este tema. Bec cree que, al igual que la Fortuna se asegur un puesto entre las divinidades romanas despu6s de la segunda guerra púnica, o sea, en el momento de la constituci6n del imperio, esta penetr6 en la ~cns mercatorts en Florencia al final de la Edad Media. Despuds de un largo proceso de victorias econbmicas, los homb,res se abren al mundo y lo conquistan. Los mercaderes, ante las nuevas tensiones y exigencias de la vida, separan netamente la ciudad terrena y la ciudad de Dios, preocuphndose m8s que del destin,o de sws almas, de entender el porquk del kxiro o el fracaso de sus propias acciones. En resumen, dice Bec: 71 LS idea dc que la I:or!rrw estA tras las razones polfticas que han sumido la pcnInsuln en la situncibn dramlltica en la que se halla, IA expresa Pctrarcn con 1~rttn vigor en la cancion Italla mia: Vo1 tui I;‘orfuna B puslo In matto il freno du le bellr! contwde, df clte rrrflln plcld par clrc vi siringa (vv. 17-19) Escrita en cl invierno de 1344 al 1345 con motivo de la gucrre de los Gonzttgr y los Visconti contra los seflores de Verona, Bolonia y Forll, que habin estnllsdo ti CIIUSH de la venta de Parma por parte de Azzo Correggio a Qbizzo d’Estc, estA dirigida a todos ellos ncusbndolcs de haber obtenido el poder, no de la virtud que legitimn, si se ejercita, la nociones poflticas y que es el salvnconducto contra el error, sino de la Forruna que concede la vicloria no RI virtuoso, sino II aquel que consigue conjugar mejor la propia potencia con el imprevisible azar. El peso especifico de este conccp~~o cn cl Petrarca político y moral no deja lugar a dudas. En la rima que cicrrn el Ca)rsotiIcro, manifiesto d,cl arrepentimiento por el nmor hacia Laura, y glorificacion del sentimiento religioso como únicn justifioacion del recorrido vital, la Zorruna es equiparada a la Morfe, 111s dos igualmente inevitables. El poeta se dirige 8 la Virgen 12 con las siguientes palabras: 0 strldo sclrdo de t’fffftilte genli contra colpi di Morte el di Fortuna, soll« ‘i qunt si IrI’rrmphn, non pur scampa (vv. 17-19) No dejamos de notar en IJO~I pur scampa una cierta ambi&tlcdad. Tanto Carducci-‘Ferrari como Ponte lo interpretan como nott solo si scampo, cs decir, SC cstk a salvo de los golpes de la For/lltto y de In Morle bajo el escudo protector tendido por Maria; intcrpretaci6n que sigue el tono general de la canción. No obstante, ta1 vez scrla posible, de acuerdo con el tono general del libro y con la contradicci6n intrlnseca que conlleva en especial su clausura, que bajo la proteccibn dc la Virgen se vence a la Morre y a la Fortuna, pero que de ellas no se puede escapar, de la primera en tanto consecuencia doctrinal del pecado y la segunda por cuanto resultado de la suma de los choques entre las dt!biles voluntades contrapuestas de los hombres, sujetos de hecho a la tiranla de las pasiones. LA unibn entre la I:orrrrrta y la Morte, c6mplioes de la pasi6n en el nmor hurnsno, se halta plenamente sintetizada en la composicibn mgs excepcional, desde el punto de vista métrico, de todo el Ctrnzonlere, en la sextina doble, la 332: Min benigna forruna e ‘1 viver Ilero, 1 chlari giornl el le lratrqrriile notti e I soavi sosplrl, e ‘1 dolce sllle che solea risonnre in versl e ‘n rime, vdlti srcbfromenlo In doglia e ‘n planto, odinr v/la mi fanno, e bramar morte. (vv. 1-6) 73 Esta sextina, especialmente significativa siendo la última y la única, del total de nueve, que introduja In morte, expresa en ta primera estrofa, como observa HernBndez, un balance positivo de felicidad, que, parece contrastar con lo expresado en las anteriores, aunque 110 con la ficcion general del libro9*. Por lo que atañe al concepto de Forfttna, la composicibn, en la que la muerte en ,el plano formal y en el del significado es una presencia obsesiva, resume en estos primeros versos tanto la positiva como la negativa, la primera en el irtcipi/ y la segunda en el quinto verso, Tambi6n en el soneto 124 se expresa la idea de Forfrrna acompaftada con la desesperacion y al deseo de hallar la paz en la muerte. Pero, tal vez, cs en cl soneto 231, en donde se puede apreciar un uso en consonancia con la contraposicibn al senti,do religioso de tal noci6n. Esta rima, que esta dedicada a la enfermedad de los oj,os de Laura, est~ablece una clara diferencia entre l,a Forlrrna y la Providencia. La primera genera la felicidad o la desgracia en los amantes, es decir, actúa entre los limites del plano terrenal, mientras que la enfermedad, aun siendo obra de la cruel Naturaleza, se manifiesta con el consentimiento divino. Se podrla afirmar que Petrarca compendia las dos posibles lecturas del concepto de J;qurtt&na en el Trecenro. Por un lado la que interpreta Bec, o sea, la productora de un espiritu laico que, viendo en la vida un drama, acepta el papel, el riesgo de apostar por la posible potencia la naturateza humana para ser capaces de soportar los dilemas de la vida, o incluso obtener sobre ellos al menos momentaneas victorias, Lo cual concuerda con la concepcibn histórica general de Petrarca elaborada por Calcaterra, para quien su sentid,0 optimista de la exis,tencia parte de la premisa de que es necesaria la colaboraci6n con la obra de la Providencia, Y por ello la acci6n prevaleceria sobre la contemplaci6n.” 74 Por el contrario, Sapegno observó que, si nos atenemos en exclusiva a la idea de Fortuna en Petrarca la actitud pesimista estaría impllcita por la falta de estabilidad en cuanto a certezas sociales o morales en un mundo que ha cambiado y que cambia continuamente.9J Una posible sintesis de los dos puntos de vista contrapuestos, sería considerar que la actitud positiva y la negativa responden a dos conceptos diferentes. La primera habria que englobarla en el termino “riesgo”, y constituirla una novedad respecto a la Edad Media, donde no habria existido tal idea, La segunda, la rregativa, estaría relacionada con el “azar”, contra el cual no se podría luchar, pues fortna parte de los designios de Dios.” Gerosa quiso ver en la contradicción que se plantea en el D,e remccliis una influencia determinante del griego Herltclito. El autor habria pretendido reflejar la perpetuidad de la lucha no ~610 en la vida sino tambien en la naturaleza, y aflade que dicho filosofo produjo en Petrarca una honda impresibn, aunque, sin embargo, la forma antitetica, característica formal del poeta, provendría de Agustín’“. En realidad, en la maxima síntesis del pensamiento precristiano realizada por Petrarca, en el Triumphus Fume III”, la figura de Heraclito en la hilera de los pensadores no tiene particular relieve: Vldi in suoi derfi Eracliio coverlo; (T.F III, v. 82) Quien encabeza la fila de los filosofos es ciertamente Plat6n, representante de un pensamiento en el que sería posible vislumbrar signos q’ue aludirlan a la posterior revelacion cristiana, la cual esta ausente del Trirrmphtrs Fume III, ya que faltan los Padres de la Iglesia por la inconclusion de esta sección de los Tritrmphi. El profundo sentido religioso doctrinal no falta en el De remcdiis trtriusque fortrrne. El capítulo titulado De miseria et tristitin se podría considerar en parte ligado al De contemptrr mundi. En 1354 Jan Birel, prior general de los cartujos, habla solicitado a Petrarca que acabase el tratado de Inocencio III, pero este respondio (Seniles, XVI, 9) diciendo que le era imposible, porque estaba trabajando en el DC remedfis, aunque dicho capítulo contendria similitudes con el DB conlentprrr mandi bastante notablesg’. Los argumentos polftioos y militares, por otra parte, no están ausentes. Despues del cnpltulo 93 del libro 1 sobre la Gloria, dedica los trece siguientes a analizar las ambiguas relaciones que se establecen entre el sehor y la base popular, expresa sus dudas sobre el vigor actual de la nocion de imperio, y por otro lado ataca duramente el exilio de la curia romana en Aviflon. 5” Et ideal aalftico de un litera@ El valor del concepto Forrrrna se manifiesta en la epístola a Guido Sctte relacionado con el mito del rey mecenas, con Roberto rey de Napoles. Si en la cancibn Ilalia mia la virtud habla sido desplazada por la negativa Fortuna en cuanto donante de poder, aqul se manifiesta de nuevo con ecos apocalípticos como una tromba que dcspues de la muerte del rey anunciara Ia inevitable decadencia de ,aquella ciudad, Cuando volvib a ella como embajador de Clemente VI, en 1343, para tutelar los derechos pontificios ante la nueva reina Giovanna, dice Petrarca: 76 Riconohbi semmai le conseguenze delle nttmerose stragi e distrrrrioni e i chiari segni della incombente miseria, di crri m’addoloro di essere stato COSI veritiero profeta. (.,,) quando lrrttavia st eran0 faiti senfire solo i ttroni e non ancora i ftalmini delfa forttina.P9 Ahora bien, aflade, la voluntad del cielo era impedir a Roberto poner remedio a estos ,desastres, ya que de ella depende el desarrollo de los acontecimientos ,en la tierra. Idea expresada tarnbicn en otra epístola, una supuesta “juvenil”, la Famfliares 1, 2, que Billanovich demostrb que fue escrita en 1350 o en 13511”, es decir, en los mismos aHos en que probablemente redactó la Postcritati, en la que la figura del rey es r,epresentada como si estuviera predestinada a desaparecer, puesto que un mundo tan corrompido es indigno de albergar un personaje que, junto a Stefano Colonna il Vecchto, merecer8 cerrar la hilera en el Trlumphtrs Fame II: costar chirrdean qtrella onorata schiera: il ,buon re cicilian che ‘n alto Intese, e Irrnge vtde, e fu veramente Argo; dafl’altra parte il mio gran Colonnese, magnanim, gentil, constante e largo. (T.F. II, vv. 159-163) La comparacion con Argos, el mltico monstruo vigilante de los cien ojos, refleja el doble concepto de guardian de la civilizaci6n y de protector de las letras que para Petrarca encarnaba el rey Roberto, que en la carta, recibiendo el apelativo de re,gum rex con el significado de una posible adhesi,ón algo tardía a una monarquía de c,orte cristolbgico, represento para el el mito augusteo, en el sentido político y en el literario”‘. En una Famjljar (IV, 7) dirigida, quiza ficticiamente, al rey y en la que habla de su coronación como poeta laureado, que tuvo lugar en el Palacio del Senado del Carnpidoglio de Roma el 8 de abril de 1341, hace un retrato de Roberto según las pautas de la vida de Augusto descrita por Suetonio. Entre otros elogios, subraya que el emperador romano fue protector de Horacio y Virgilio, aunque thtos eran de origen humilde. El mito de Roberto de Anjou se relaciona con otros dos: el de Valclusa y el del poeta literato investido de autoridad por medio del estudio, lo cual le permite interpretar la antigua sabiduría y en consecuencia, esta autorizado a dispensar críticas o consejos a los poderosos. Martelloti considera este el más generoso de los mitos que Petrarca erigib en torno a su persona’02. En una métrica (El>ys~o/e, 1, 4), escrita seguramente en la primavera de 1339, cuenta la visita hecha por el rey de Nhpoles a Valclusa casi veinte aflos antes, en 1320, con lo que queda establecido un haz de conexiones bastante claro por lo que concierne al automito literario. Los tres vertices del triangulo, el poeta, el rey sabio y el Helicón, coinciden, alternandose, en diferentes momentos de la historia, como si la visita de Roberto a Valclusa hubiese sido una premonición del destino de Petrarca, posterior a la que él mismo tuvo cuando junto al amigo Guido Sette visito la fuente del Sorga. El reino de Nbpoles era el único sistema polftico que en los primeros aflos del Trocen/a presentaba una situación estable, sin las agitaciones propias de los agotados comuni y sin los titubeos, pero con las indiscutibles ventajas de un gobierno fuerte y menos sujeto a cambios imprevistos, de las nacientes signarfe’03. Según Calcaterra, Petrarca considerb el regale solium de Nboles, mieutras 78 el rey vivía, como el Estado mas importante de Italia, pero esta consideración no se debici a una toma de posición “antidantesca”, ya que en la C~ommedin se menospreciaba la figura del monarca con el taxativo juicio (,..) fate re di ral ch’& da sermone (Pard. VIII, v. 147), sino a la diferente evaluación que hace Petrarca con respecto a la cultura’oJ. La figura de Roberto de Anjou representó un genuino y verdadero mito, ya que parecía que un pasado idealizado se pudiera reencarnar en una personalidad y en unas circunstancias que formaban parte de un presente tambien idealizado. Asevera Dotti al respecto que : (. . .) rron 6 un caso, dicevo, che ne parlasse poi sempre proieftandnlo o nella mitica atmosfera del passato o in quella, alfrerranro mitica, del rlmplanio.‘OS ES notorio que durante el examen para la concesión de la laurea, el rey le pidi que le dedicase el poema Africa y que escribiese otro en su h,onor. Siempre según Dotti, es probable que entre los fragmentos de las obras latinas que nos han llegado algunos correspondan al proyecto del De Roberro rege del que daba noticia en I?p~s/ole, II, 101.” El mito, desde el punto de vista polítko, simbolizaba una monarquía apta para la protección de las clases populares. El gileIfismo del rey era ,de caracter moderado, y se puso al lado de los minoritas franciscanos en el conflicto entre estos y la Iglesia. En la Senll, XVI, 3 Petrarca defiende abiertamente el haber incluido la figura de San Francisco en el segundo libro del De vlta solilaria, junto a las de los santos Ambrosio, Agustín, Gregorio Magno y Benedicto, y de no haber hecho lo mismo con Santo Domingo alegando que no entraba en la oategoria de los que buscaron la soledad. La predilwci6n de Petrarca por San Francisco, y la unibn de éste oon el tipo de monarquía populista, encarnada por el rey Roberto, se explica por el origen y la funci6n que cumplieron tanto dominicos como franciscanos, desde la fundación de las ordenes, en las relaciones entre la Iglesia y el pueblo. Ullmann es de la opini6n que el nscimiento de las numerosas sectas herkticas durante el siglo XIII tuvo como componente importante el deseo por parte del poptr/rrs de participar activamente en el gmbito social. El disego teoeratico del pod’er no favorecía, es m&s impedta, ese tipo de participacibn, y las sectas fueron las organizaciones que abrieron ta posibilidad, si bien encuadrándola en la disidencia, Cuando Inocencio III concedió el permiso a dominicos y franciscanos para predicar a las masas del mismo modo que lo hacian los herejes, es decir, en las plazas y vestidos pobremente, confundiéndose con los mss bajos estratos de la escala social, lo que se pretendfa era recoger el deseo popular y encaminarlo de manera que fuera posible su control.‘07 En el Conzoniere es evidente el acuerdo de Petrarca con los presupuestos doctrinales que movían especialmente a los franciscanos. La palingenesia religiosa, el retorno a l,os origenes evangélicos, se une a la condena de Constantino, en tanto que con su ,famosa “donaci6n” la Iglesia empezó a enriquecerse y a perderse por la vía terrenal. En el soneto 138, el Ultim,o del triptico contra la sede papal de Avifl6n, esta recibe, entre otros, el calificativo de templo d’eresia (v. 2), Supera en este sentido la condena que de Constantino hacia Dante, en el Inferno,, XIX: Ahf Costantin di quanto ntal fa nfutre! (v, 115), para quien el verdadero culpable había sido Bonifacio VIII con sus pretensiones de detentar un poder absoluto tambi6n en lo terrenal. Por otro lado, Santagata, como ya se ha visto, ha extraido las reminiscencias de la Commedia cuando 80 se describe el nacimiento de Laura, en el cuarto soneto, inspirado en el nacimiento de Francesco d’Assisi en el Paradiso, XI, 40-50.‘0* En este mismo soneto del Canzoniere se habla de la eleccion por parte de Cristo de nac,er en un modesto Estado, el de Judea, porque hrrmilta/e essaltar sempre gli piacqtre! (v. 11). En el ideal politice del rey Roberto, Petrarca reunio los deseos que le urgían desde un punto de vista social. En primer lugar, el apoyo a la parte de la Iglesia que mas se acercaba a los presupuestos evangolicos y que proclamaba un grado de mayor espiritualización en la practica cotidiana sin ser mediatizada por el poder temporal, cuya finalidad, en aquella época de intensos y veloces cambios, debla ser la de garantizar la estabilidad interna de sus instituciones y mantener la independencia con respecto a los otros Estados, especialmente si estos eran no peninsulares. En segundo lugar, dicha estabilidad parecía ya afirmada en el reino de Nápoles y nadie podía prever lo que sucedería despues de la muerte del rey, Por último, de estas d,os premisas y de la cultura y personalidad de Roberto se derivaba, casi como una lbgica consecuencia, la labor de mecenas de las artes y las letras. Billanovich supo definir perfectam’ente la trayeotoria profesional de Petrarca cuando afirmb que: Anzi IU~IO la professione iníellettuale del Petrarca 2 un essempio maiuscolo del mutare delfe condizioni per le lettere e per i letterati in ftna società in tui I’economia migliora progressivamente e si fissa una sufficente stabtlitd politlca.‘09 El nuevo intelectual, que ya no es monje ni catedrático, debe basar su seguridad en los beneficios que le proporcionaba la corte que rodea al tirano de la signoria, o en las prevendas de un cargo 81 eclesiastico ligado al poder temporal de la Iglesia. De ahí que Gramsci viera en el Humanismo el primer fenómeno clerical en el sentido moderno, una especie de Contrarreforma anticipad,a”‘, y en Petrarca (,.,,) tin poeta della borghesia come scrittore in volgare, mu è già rrn inteilettuale della reazione antiboghese {signorie, papato) come scrittore in latino, come “oralore”, come personaggio politice.“’ Aunque dialecticamente precisa que el Humanismo, por su caracter de restauracion, asimilo y desarrolló los principios ideológicos de la clase burguesa, la cual no habia sabido sobrepasar los límites corporativos para crear las superestructuras de una sociedad integral. En el mismo sentido Santagata ve en el Petrarca lírico la síntesis de los rasgos principales de aquella situación cultural: un poeta sin patria y desligado de ambientes culturales geograficamente definidos, sin un pasado municipal y sin una especifica tradicibn linglilstica.“2 La justificacibn historica de Petrarca poeta delle sfgnorie se halla en la búsqueda de estabilidad social por su parte. Si el rey Roberto no hubiese muerto tal vez se hablaría de él como del poeta angtoino. La stgnoria, por otro lado, una vez que la facción vencida, dentro de las antiguas instituciones municipales, había perdido todas las posibilidades de hacerse de nuevo con el poder, llevb a cabo una serie de medidas que garantizaban una mejor distribucibn de la justicia con un personal tecnico despolitizado. Colliva afirma que: 82 La signoria si riveld insomma capace di conciliare la tutela degli inferessi ormai prevalenti con il franquil/o stalo, la bramata “quias”, fa “pax” cilra,dlna. Assictcrando anche cost una sostanziale continuità di indirizzo di govcrno, di espansione pofitica ed economica che permise indfrbbi vantaggi alle città arrivafe prima alia signoria rlspeffo a quclle che ancora si dibattevano nelle convrrIsioni del regime comrrnaIe-popolare,“3 Ast, cuando Boccaccio acuso a Petrarca, en la Epistola X, de estar con 10s Visconti que eran tiranos y por 10 tanto enemigos naturales de la Florencia municipal, lo que hacia era evidenciar un desfase histbrico que como intelectual ligado a la realidad no había tenido la sensibilidad de percibir, Aunque la reacción de Boccaccio fue sobre todo política, ya que en ese periodo llevaba a cabo misiones diplomaticas por cuenta de su ciudad, con el fin de frenar el expansionismo territorial de los Visconti que en los dos anos anteriores, en 1351 y 1352, habian atacado directamente la capital toscana. Si de aquel hecho ha ,partido la idea de que, como dice Bosco, Petrarca no tuvo nocibn de lo que significaba la libertad política”4, la verdad es que, según se podria deducir de lo anteriormente expuesto, tuvo muy claro quien podta garantizar su libertad, y por ende, la del intelectual en sentido generico. Fue precisamente el madurar de la idea de libertas, en sus aspectos públicos y privados, lo que le condujo a abandonar AviA6n y la protección de los Colonna”5. El arzobispo Giovanni Visconti, tirano de Milan, cuenta el poeta en las epístolas Familiares XVI, 11-12, enviadas a Nelli, le había asegurado que gozaria de plena independencia y que lo único que de él pretendía era que permaneciese en la ciudad para honorarle a él y a su Estado, Los Visconti serian, con el pasar del 83 tiempo, una de las primeras familias legitimadas por el papado y por el imperio, en 1395 obtuvieron el titulo feudal de Duques de MilBn, pero ya desde el segundo decenio del siglo se les había conferido el Vicariato Imperiale (en las Terrae Imperii) y el Vicariato Apostolico (en las Terrae Ecclestae), abriéndose asi la via ,al “Principato”, es decir, a la realidad juridica que desembocaria en el Estado Absolutista Regional.“’ Un aflo antes de su muerte, Petrarca dirigió una epistola, la Seniles, XIV, 1, a Francesco da Carrara, que es un verdadero tratado sobre la educaci6n del Prlnclpe, aunque siempre teniendo como punto de referencia un modelo, los grandes del mundo clkico, externo a la realidad hist6rica concre,ta. El buen gobernante deberd cultivar la amistad, impartir justicia etc,, tendrá, asimismo, que ocuparse de las obras públicas y de administrar con cautela el dinero del Estado recogido por medio de los impuestos. Pero, ante todo, elegir8 con sumo cuidado los funcionarios d,e la corte para evitar corruptelas y camarillas. Si por un lado esta actitud se liga al Cortigiano de Castiglione, puesto que el intelectual desarrolla la función de consejero de la corte, por otro, Dotti lo une y lo diferencia del Principe de Machiavelli. En dste, de hecho, la innovacibn ser8 que ‘el momento Atico deber8 generarse dentro del momento politice concreto, sin cefíirse a un modelo y sin mirarse en él como en un espejo ajeno”“. Existe una enorme distancia entre esta carta dirigida a Francesco da Carrara y la dedicatoria del De vita solitaria a Philippe de Cabassoles, obispo de Cavaillon, escrita mucho ,ailos antes, en 1346, donde se expresaba una relación de intercambio, aunque no paritario, entre ,el literato y su protector. La función del primero era la de producir obras que exaltasen y diesen prestigio a su seflor, mientras que el deber de este era protegerle y facilitar la 84 vida material y cotidiana del poeta. La causa de dicha diferencia no esta S610 en la eVOluci6n psicológica o en el aumento ,de la experiencia de Petrarca con la edad, sino en que Cabassoles es un eclesiastico y Garrara un laico. El artista tendra un ascendente etico y moral únicamente en el marco de una política desligada de la concepcion cristol6gica de Ia historia, Respecto a la Iglesia podrti permitirse ser crítico, por ejemplo en las Sihe nomine, pero nunca un guía espiritual, porque el ideal de vida, en principio, deberia ser el mismo, La aparente incoherencia de ciertas actitudes políticas, como por ejemplo el apoyo a la empresa republicana de Cola di Rienzo contra la haronía romana de los Colonna y de los Orsini, se explica por la intima necesidad de marcar una distancia neta entre la serv,idumbre del artista a un solo patrón que le exigiese el resultado de su quehacer creativo, pero que no fuese capaz de mediatizarle espiritualmente. La confesión es ahora una proyeccion individual hacia fuera, incluso la lirica de Petrarca es por completo una experiencia cultural y pública”*. Tengase en cuenta que las dos grandes canciones civiles, Spirro genril e I/a/ta mia, dejan sentir una critica latente a una oligarquía que, en su dispersibn de intereses, orea una serie de conflictos en cadena que parecen carecer de otra finalidad concreta que no sea la de mantener las propias parcelas de poder. En la epístola a Guido Sette cuando recuerda a Giovanni Colonna o al viejo Stefano, patrisrca de la familia, lo hace con mesura y con el reconocimiento debido a los que fueron sus notorios protectores, pero con la distancia de ánimo de quien no ve en ellos un paradigma político, ni nunca lo ha visto. Es más, hablando de Stefano hay un sentimiento de piedad hacia toda la familia a la que aplica el calificativo de cuducc, como si el importante papel que había jugado tanto en Roma como en AviAón hubiera iniciado un 85 inevitable ocaso. Ello entra en abierto contraste con la imagen que de ellos quiso legar a la posterioridad. En la Senil, XYZZZ, 1 la presencia de los Colonna es considerada providencial, tanto socialmente como para el propio poeta: Fui richieslo, innanzilttlto, dall’iflttslre e generosa famiglia Colonna, che aflora frequentava la curia romana: o, per meglio dire, nobilifnva. (, I ,) il signar Giacomo Cofonna-all’epoca vescovo di Lombez, di tui non credo d’uver vis10 o di veder mai I’eguale- (. ,) rimasi per molti anni solio la protezione del fratello di Iui, il cardinale Glovannl Colonna non gick come soito un signore, ma come ~solto un padre; che dlco, nemmeno un padre, fuui piuttosto fnsiente n un fralel10 carissimo, anzi con me stesso nella mia propria cas4.“9 Evoca, asimismo, que se dirigió al cardenal para pedir consejo sobre la ciudad que deberla elegir para la Laurea, Paris o Roma, ya que de las dos le habia llegado la propuesta, y la respuesta de éste le sirvib para decidirse por la Utima. En Roma habla conocido tambien a Stefano, el maynanimo patriarca de quien se consideraba un hijo. En efecto, como afirma Villanilzo, el hecho de que la Posterifati no fuese completada fue un rasgo de sinceridad por parte del autor. Si la carta fue escrita, siguiendo la hipótesis de Foresti”‘, en torno al 1351, aunque con ulteriores afladidos y revisiones, es decir mas o menos en el aflo en el que se suspende la narración de los acontecimientos, en aquel entonces Petrarca no podfa prever que los sentimientos hacia sus antiguos protectores, 0 mas exactamente, su concepcibn del papel que debía jugar la nobleza en el ambito social y cultural, que era al mismo tiempo eclesiástica, habría cambiado radicalmente. 86 En la carta aI ,amigo Sette, cuando se lamenta por la decadencia de los tiempos, el soto sentimiento positivo que podía expresar hacia los COlOIm era el de respetuosa piedad, pero es una pie,dnd con un ligero m,atiz de perdón cristiano, desde el momento que los responsables del mísero estado social de la penfnsula, en aquel 1367 en ~1 que reflexiona con tristeza, son en gran medida estos nobles que CON SUS interminables luchas intestinas, y oon su debilidad, al no haber sabido imponerse a los demas depredadores del poder, han perdido su antiguo esplendor dejando tras de si ~610 ruinas sin gloria. En cierto sentido, cuando Garrara afirma que no concluyo la Posreri/n/l porque el drama de una vida gloriosa termina con la victoria y no con la muerte’22, no hace sino evidenciar el hecho de que para el autor probablemente era obvio que no podia legar a fos postreros un retrato oficial que se contrapusiese con la historia, ni el, por otra parte, se sentirla con bnimos en los últimos aAos de vida para llevar a termino una operación de ese tipo , Los Colonna, que ocupan amplios parrafos dc la Poslerilali llenos de agradecimiento y de alabanzas, serán juzgados con dureza, entonces, Acomo podría el futuro lector apreciar la gloria de un literato, cuya mirada se volvía constantemente hacia la antiguedad clásica, si se describe a si mismo como protegido y deudor de una familia que, con sus luchas contra Cola (a quien ni siquiera nombra), hebia condenado a Roma a ser un debastado feudo?. Desde una perspectiva cristiana la única alternativa es la comprension, y literariamente la inconclusion. Si el texto de la Postorlmfi es ya en si rígido, Y al lector s6lo le queda la p,osibilidad de aceptarlo en bloque o rechazarlo’23, es porque ea el momento de la redacción las adhesiones eran mas formales que reales. un ei verano de 1347 había escrito la égloga octava, titulada signific,ativamente Dlvorlium, en la que expresaba 87 las razones por las que deseaba abandonar Avifíon y su labor ,al lado del cardenal Colonna. En ella no se limita a anunciar su marcha, sino que hay una critica bastante evidente hacia el cardenal, capaz de vivir entre la corrupción de la corte papal. El hecho de que éste muriese el 3 de julio del aflo siguiente, y el poeta le dedicase, junto a Laura, el soneto 269: Aorta è l’alfa colonna e ‘I verde lauro che jircean ombra al mio stanco pensero; (vv. 1-2) no cambia el disenso que existfa y que se había acentuado con los acontecimientos romanos, en los que Stefano Colonna i/ Giovane y su hijo Giovanni hablan perdido la vida unos meses antes, a finales de noviembre, en la batalla de San Lorenzo. ,Adernhs, el recurso usado para establecer el contacto con el lector es cl del “manuscrito encontrado”‘24 lo cual implica que la credibilidad de un personaje, que se presenta al lector con la duda de ser reconocido cuando dice: Forso di me avrai senlito dir qt/alcosa; qtranrunque poi sia dtrbbio che trn nomc piccolo e oscttro come il mio possa essere giitnto cosl lonlano nello spazlo e nel lempo,“’ se relaciona directamente con los hechos narrados solo si éstos estan avalados por la historia, y el aval del que se sirve en la sintagmgtica del texto son los hombres políticos cuyos nombres sí habrbn ocupado un lugar en la memoria colectiva: los Colonna, el rey Roberto de Ngpoles, los Correggio y los Garrara. El uso de conjunciones correlativas y negativas a lo largo de toda la 88 epísto1a’26 no es Sb10 un recurso para mantener la actitud de modestia inherente al hombre sabio y cristiano que habla sobre sus propios meritos, sino un medio para resaltar a los personajes que, aun con una fnncibn absolutamente pasiva, deben ser la base de verdad en la que se fundamenta el protagonista que aspira a ocupar un puesto que se proyectara hacia el futuro. Es cierto que hay una escansión espacio-temp,oral, siendo prevalente la primera”‘, con el cambio de ciudad en ciudad y el mesurado paso del tiempo a través de la convencional divisi6n de las edades del hombre (adolescenfia, iuvon~a, senecla). aunque a diferencia del proceso se,guido en la epistola a Guido Sette, en la Posteritali las ciudades no encarnan ningún concepto, son, por el contrario, el soporte de los personajes inmbviles que contienen dentro de sí, por su rol hist6rico en el momento de la escritura, la segura posibilidad de la postrera fama. Consideramos, como consecuencia de lo anteriormente expuesto, que es este un momento textual clave por lo que se refiere a la emancipación del literato respecto a un posible protector de las letras, en especial si la fecha de escritura de la carta se circunscribe en torno al primer lustro de los aflos cincuenta, por el desfase entre lo narrado y los acontecimientos extratextuales que la precedieron. No por casualidad, las palabras con las que inicia coinciden, según una aguda artotacibn de Villani”‘, con el ideal de vida del literato reflejado en el De VI/U so//~aria, escrito en la cuaresma de 1346. La inconclnsion de la PosrerilaII no es imputable en este caso a la supuesta incapacidad para construir, para llevar a término sus obras, como afirmaba Bosco’*~, la razón es que no puede legar al futuro una imagen coherente de sí siguiendo las pautas de las Vitae Caesarum, podra s,610 abandonarse a la suerte de ser reconocido en la fragmentacibn del conjunto de sus epístolas, Y no Porque la propia vida interior se vaya dividiendo, muy al Contrario su 89 itinerario vital se dirige hacia la unidad que refleja en la carta a Sette, sino porque el mundo que le r,odea va corrompiendose poco a poco hasta llegar a parecerle irreconocible. Además (. . .) tl lormento di chi invecchia 2 questo: dover piengere mofto spesso la morte delle persone care.“O Por un lado la disidencia critica respecto a los Cofonna y la muerte de los miembros mas destacados del clan, por otro lado la desaparición nada gloriosa, aunque tampoco reprobable, de Azzo Correggio. La muerte, asimismo, de Roberto que sumio al reino de Napoles en una int’erminable cadena de luchas intestina,s. Y finalmente, después del asesinato de Giacomo da Carrara a manos de su hijo ilegitimo, el anuncio de su vuelta a Francia para hallar un remedio a sus afanes como hacen los enfermos. La carta se interrumpe. En la Yosterit,ati esta ya el germen de lo que desarrollaría aAos mas tarde en la carta a Sette: la muert’e y la desolación. En esta última Petrarca, que cultivó siempre la amistad como la única pasibn verdadera y posible, no dedica ni siquiera un pensamiento a los estimadísim,os amigos que hablan ido desapareciendo dejandole en una soledad pública. 90 Notas 1- GIJGLIELMINETTI, Marziano. Memoria e serinura. L’outobiOgrOjiO dci í)tnttc’ a Cellini, Einaudi. Tormo, 19771. p. 133. 2— “(. .) quamvis cnim ego querulus cf laudator ve¡erum, bac ¡amen sen vetarían laus sen quera/a presentium vera cdl”. (Seniles. X. 2, 1) La traducción al italiano es la que correspondea la nueva edición crítica de la epístola llevada a cabo or Gianni Villaní, incluida en U. 1>. Lurura al poswri. SalernoEditrice. Roma, 1990 o ¡den, a Sil vez, ha seguido el texto de la Seniles, X, 2, (Ad Ouidonem septeinarchicpyscapumIanuensem)de la edición de E. P. Prosa. Ricciardi. Milano-Napolí, 1955, pp. 1090-1124, a cargo de Guido Martelloití. El texto latino de la denominada edición ricciardiana se basaen las edicionesde Veneciade 1501 en la de Basilea dc 1554. La traducción que Martellotti puso al rente del texto latino fue la que hizo de las obras latinas Giuse pe Fracassetti,publicada or Le Monnier en Florencia en los ak s 1869-70, versión que illani corrige, aun considerándolatodavía vAlida, intentando superar cienas omisiones que le parecen injustificadas. El proceso de fijación del texto latino y de la traducción los explica brevementeVillani en [a Nota al ¡esto, PP. ¡47-149, de la obra citada. 3- LOTMAN. Yuri M..Estructura del texto artístico. Istmo. Madrid, 1982, np. 44-45. Latinan seflala, en las páginasdedicadasa “La magnitud dc la entropla de los lenguajesartísticos del autor y del lector” (pp. 39-46), i ue para el autor sólo son posibles dos posiciones,la suya y la de’l lector, al i,gual que ésteultimo puedea su Vez adoptarúnicatncntela posicióndel autor ola suya,propia. De ello deduce que la combinatoria se reduce a una matriz de estas c cuatro posiciones. Consideramosque la epístola a Guido Sette ~podríaparticipar de las que Lotman denomína“Situación num. 311, en la que el escritor desarrollauna literatura “del hecho” es decir, ofrece el texto como “un documento vivido”, y de la Situación num. 4”, en la q ¡¡e cl lector tiende a una yercepciónestéticade la obra, aunque el autor la considere un aocuniento de vida. Sin enibargo, es necesarioseilalar, como es obvio, que en toda la obra epistolar de Petrarcaexiste una evidente¡ tención artística,gP como observa Lotrnan, puesto que cl texto artisfico incluye tambi n do el léxico de la lengua natural, posee,en consecuencia,una mayor capacidadde información que aquel quetio lo es. 4” DOTTJ, Ugo. La cIit& dell’uc»»o. L’umanesimo da Petrarca a Montaigne. Editori Riuniti, Roma, 1992. p. 86. 91 5- “qualibeí etate flatus esse semper optaverim, el hanc oblívisci, nísus animo me allis semper inserere. Historicis itaque delecíatus sum; non minus himenof ensuseorum discordia, secutus in dubio 9uo me vel ven similiíudo rerum vel scriben¡ium traxil autoritas’, (Post., 11) La traducción italiana que se sigue es la propuestapor Gianni Villani en F.P. Leltera al posterí. Salerno Edítríce, Roma, 1990. Basadaen la edición de Pier Giorgio Ricci incluida en F. P. Prose. Milana-Napoli, 1955, con traduccióndel propio Ricci. No obstante, Villani ha introducido algunasnovedadesen la lección del texto, como por ejemplo la división en parágrafossiguiendo en parte la propuestade Enrico Carraraen L’episíola ‘Postenitatí’ e la leggenda petrarchesca en “Annali dell’ Istítuto Superiore di Magístero del Plemonte, III” 1929, pp. 318-324, ahora publicado en SIudí petrarcheschi ed aun scnitti, Botte~a dt Erasmo. Tormo, 1959. La tradición de la Postenitatí ha sido bastante accidentada, por disponersólo de tres manuscritos(un ambrosiano,un vaticanoy un códice en la Biblioteca Nacional de Florencia). Cuando los amigos paduanos de Petrarca reordenaron las Seniles no consideraron oportuna incluir en la colección esta cartano finalizada?aunquese sabiaque la intencióndel autor era que la cerrase,constituyendode por sí el libro XVIII. Sobrelos problemasde dataciónde la epístola reenviamosa nuestranota 121. 6- GUGLIELMINETTI (19772),p. 134. 7- YATES, Frances A.. L’ arte della memoria. Einaudi. Tormo, 1972, vp, 93-96. Por cuanto se refiere al tratado Ad Herennium atribuida durante la Edad Media a Cicerón, y que Petrarca seguramenteconoció, fue escrito en realidad por un maestrode retórica alrededorde los años86-82 a. C.. Trata de las cinco partes de la retórica (inventio, dispositio, elocutio, memoria, pronuntiatio). En él, la memoriase divi e en n tural y en artificial, siendo estaultima parte integrantey esencialde la educaciónde un orador, Yates sigue F.P. Rerum memorandarum¡ifni. Edición de O. Billanovich .F lorencia, 1943. ~ 44, 45 y 60, (citado por la estudiosaen las notasque van de la 56 a la 60). 8- YATES (1972),p. 95. 9- SANT’AOOSTINO. Le Confessioni. Rizzoli. Milano, 1992. Introduzione di Chistine Mohrmann. Testo latino a fronte. Traduzionedi Carlo Vitali. ‘Y. . .) et venio in camposet ¡ata praetoria memoniae,ubi sunt Ihesauní innumerabilium ímaginum e culuscemodí rebus sensis invectarum (. . .) ibí quando sum, posco, uf proferatur quidquid volo, et quaedamsÍaíim prodeunt, quaedamrequiruntur diutius et tamquam de absirusioribus quibusdam receptaculis eruuntur, 92 quaedarn qu a erif u r, caleri’ attni “(Conf., X, se VIII) pror¡¿unl e,, dum aliad petilur e! 10- NOFERI, Adelia, Monnier, Firenze, 1962, p. 63. L ‘esperienz-apoel¡ca del Petrarca. 11- SANTAGATA, Marco. Pial soneno al Canzoniere. Liviana Editrice. Padova, 1979, p. 146, por cuanto se refiere a la sioria existente tras el Canzoniere. Para la cuestiónde la reevocaciónde Dante por parte dc Petrarca,expusosus conclusionesen un artículo publicado por primera vez con el título Dante C7anzon¡ere en el “Giornale storica della letteratura CXLVI 1969, Pp. 163-211. moderne carie, La biblioteca Bologna, 1990, Pp. 25-78. Actualmente volgare di ‘comico ‘mil italiana”, en Perestá recogido Petrarca, ji Mulino, 12- CONTINI, Gianfranco. Varianil e a/fra linguistica. Una raccolta di saggi (1938-1968). Einaudi, Tormo, 1970 pp. 369-405. 13- DOTTI, pp. 399-400, tJgo. Vila di Petrarca. Laterza.Roma-Bari. 14- 01)0 b 1 b 1 jo gr a fi a Petracchi de véasenota 4, LIELMINETTI (1977), de la edición De 1>/la el J”ioren¡ia de O, Boccaccio pp. 145-146. inoribus domini en la que se basa Para ¡a Francisci el autor, 15- VILLANI, Gianni ( PP.: Leuíera al posterí, p. 24, 1990). Introduzione a la obra ya citada 16- WILKINS, Ernest Hatch. rmazlonedel Canzonlere.Feltrinelil, Vila del Milano, 198 Petrarca 7, p. 32. 17- TATEO, Francesco.L’incremento Raffaele Amaturo Petrarca, Laterza. Bari, 1 en especiallas pp. 39 y 48. 18- SANTAGATA (1979), p. dejil siudí classici en 97 , pp. 39-70. Véanse 153. 19- PONTE Oiovanni. Introduzione a F.P. Mursia. Milano, 1b79-1990, p. 7. 20- GUGLIELN{INETTI (1977), Pp. Rime Sparse. 145-146 21— “ quanturn SI!, cariss¡me lector, ,vcilitel in Iníelligis. scolis (Post., discí solel, 16) quod quantulum 22- VILLANI Villani comenta: 11(1 (1990). En la nota 42 al texto, en p. 143, rea/tú le compagniedi ventura erano Le 1987, fo e la 93 ¡a presen¡i fi, italia dalia secondamaÑ del XL!! seco/o. Ma it ~>etrarca us¡tpeurebbealindere a que/la di Guarnieri di Ursilingen (La Grane/e ( ompagnia), che a n;etñ del TrecenzodevastOdate vobo ?a Roinagnoe la Toscana, 23- raccolti e 1979. ¡E 1 FOSCOLO, Ugo. Sioria della Icueratura ¡¡allana. Sqggi ordinati da Mario Alighiero Manacorda,Einaudi, Tormo, 50. 24- Petrarca escribe sobre Laura en :Fam. 3, 16; IX, 4, 20’ X 3 23-244. En Bise, cari>;. III, 1, 6 y 8; aderná4.de ¿ornoya sc ha dicho, en el Triump1:, en el Secretun,. Sobre este tem ter ottí (1987), PP. 53-58. II, 9, 18-20; VIII, X, XI; y en Epyst. Canzoniere,en los a es fundamental 25- ROMANO, Rug,gero, Pasto e reccssione economica, en Reino CESERANI y Lidia DE FEDERICIS II materiale e l’hnrnaginario. Loesoher. Tormo, 1979. pp. 104-108. (Publicado inicinirnente en Storía dita/la Einaudi. II, 2, Pp. 1819—1824). 26- SANTAGATA, Marco. ¡ fragrnmonu delltanlma. Storia e racconto no! Canwnlere di Peurarea.l]M ulino. Bologna, 1992, Pp. 158-162. 27- CAMMAROSANO P.. La campagne nell’etñ comuna/e. Loeseher,Tormo, 1974, p. 1k6. 28- GeórgIcas,1, 475. 29- BACHTIN, Michail, L’au¡ore e ¡‘croe, Einaudi. Tormo, 1988, p. 127. Es especialmenteinteresantepara la compresión de ciertos cotos de la poética de Petrarca el capitulo titulado La ¡o¡aiiM setíso dell croe. 1. ‘arto, 1 ‘aurorendicon¡o-confessjane, ¡‘autobiogra la, l’eroo ¡¡rico, la bio¡raf/a. ti caratiere, II/ip o, la sUnaztone, Npersonagg¡o, ¡‘agiogra la, . 124-168. 30- D’ADDIO, Mar¡o. E.C.I.G., Genova, 1975, p. 156. Storio del/e do/trine poliuche, 31- SANT’AGOSTINO. Lo Confessioni(1992). .)Istane así innocenua puerilis? non cxi, domine, non esí, oro ¡e, dosis mons, (Conf. 1, XIX) PÉPIN, Jean.Saní’Agos¡Inoe la patrisilca occideniale en 0{/a mediovale, dirigida por Fran9oís Chfttelet. Rizolí, Pp. 46-61. 32- La filos Milano, 94 Las doctrinas atenuadas de los seniipelagianosno fueron condenadasdefinitivamentehasta el Concilio de Orange en el año 529. Estas id,eas se hablan empezado a difundir desde el 380, cuando Pelagio, que era un eclesiástico de origen galés cuyo verdaderonombre era Morgan (que significa “hombre de mar”, como “Pelagio” en gr¡e~o), llega a Roma y expresasu doctrina con un comentario a la Jiplsto/a a los Romanosde San Pablo, Un ulterior comentario a esta misma epístola del apostol sirvió a Agustín para entraren liza con dos de los más importantesseguidoresde Pelagio, Celestinoy Juliano, 33- BACI-ITIN (1988), p. 138. 34- MUSCETA, Carlo. 1/ Trecento. Dalia crisí deil’etñ comunale all’umanesimo p. 5, en Raffaele Amaturo Petrarca. Laterza.Roma-Ben,1975, Pp. 3-35. 33- ULLMANN Walter. Principí di governo e política ne? Medioc~’o, II Mulino, I3ologna, 1982, p. 122. 36- NOFERI (1962). Noferi contrapone la concepción del tiempo de Sénecacon la de Agustín y la de Petrarca:“La memoria, come la fuga cle/ rempo, significano, per Seneca, un richiamo al presente, adi¿no presa di coniano obble¡¡ ¡va con la realt& ad un’ “azione “, praUca o mora/e; par Petrarca, altraverso Agostino, significa i i chiudersi in un soggettivlsmoesasperato, e la ricerca in «sso della so/a p ossiblllM di esisíenza” (p. 144). La idea del sabio en Séneca, y e~ valor del juicio sobre la realidad en éste y en Petrarca,lo exponela autoraen la p. 143. 37- ARIANI, Marco. introduzione a E. Petrarca Triumphi. Mursia, Milano, 1986. p. 352, 38- SANT’AOOSTINO. Le Confessioni(1992), PP. 552-591. 39- RUSSELL Bertrand. Sioria della filosofía occideniale. TEADUE, Milano, l~92. Pp. 342-343. 40- SenilesX, 2, 64. 41- SenilesX, 2, 55. 42- VILLAN! (1990), Pp. 27-28. 43- LOTMAN (1982), pp, 270-283. Para Lotman todo Coflhinuurn textual, incluso el que intenta reflejar el ambiente másinverosimil, se orzaniza conformando un topos que conlíeva un cierto grado de objetividad, siendo precisamenteen lo fantástico donde se manifiestan los rasgos esenciales de la conciencia 1 95 cotidiana. El movimiento de los personajesdentro del texto, las relacionesespaciales,Constituyenla estructuradel fonos. Conviene recordar la acuñación por parte e Bakhtin del término cronotopo en Le forme del lampo e del cronotopo nel rornailzo, escrito entre el 1937 y el 1238,v publicadoahoraen Italia en el volumen Estetica e romanzo. Eínaudi. Tormo, 1979, (Pp. 231- 390). Dice Bakhtin: “Chiamereino “crono topo” (u cha sign¡Pca ¡cuera/mente “te mpospazio‘9 l’interconnessione sosíanziale del rapporti íempora/i e sraziaii del qua/i la /ettera¡ura si & impadronila art ¡sllcamente . (p. 231) Téngasepresenteademásque para Bakhtin el género literario, y sus variedades, está determinado por este concepto, o más exactamente,por el modo en el que [a literatura se apropia del cronotopohistórico real, El concepto de cronotopo bakhtiniano no es idéntico al que propone Zumthor (basándoseen Segrey en Genette),en Semiología e poe:lea ,nedievaie. Feltrinelil, Mil ano, 1973 para quien tal concepto implica también la variación en la intormación que un texto (medieval) sufre de hecho en el proceso de transmisión a lo largo de la historia (p. 24), El tema de la transmisión es ampliamenteprofundizadoporLotman, sin referirseen concreto a la literatura medieval, en el capítulo “Texto y sistema” de la obra citada, sobre todo en las PP. 101-104. 44- SANTAGATA (1992), Pp. 170-173. 45- “Mala puerilis nostre paregrinahlonls lila fui: que ab anOquis Avenía, a modamis AWnIo dicfa es:. mdc, quoniam romano ponfificí e, Rocíes¡e secan> ibí tuno no-mUlar peregrinanul, ncque in suam sc’ e/cm uxquc post annam sexagesimun> reversare, locas angustus eraí, domorun> ea lampeslate inops incolarun>que co/luvia exundans,oonsilium nos¡rorun> senum¡¿¿it uf mulleras cun> pueris ad locun> proximum sc :ransferren:”. (Sen., X, 2, 8,) 46- Véasea tal propósitoDOTTI (1992’), Pp. 33 ss. 47- MANN, Nicholas. Estudio Introductorio (Pp. 19-126> a PP. Cancionero. Cátedra.Madrid, 1989. Preliminares,traduccióny notas de JacoboCortmnes,p. 25. 48- BILLANOVICH, Giuseppe. Petrarca lelterato. ¡ Lo scriuolo dci i>e¡rarca. Edizioni di Storia e Letteratura.Roma, 1947, PP. 165-166, 49- “qul locas, a principio in finen> elsí ¡¿no semperlenore ludiofi -110 1am propter se quan> propíer concursantesel coactasfbi Concretas que folias orbis sardes ao ncquillas- mullís atque anle cilios mio¡U pesslmus ornnium y/sus fui:, lanlo famen se se pelor >3 53 96 faclus es! nl (quod nemo nisí ondead, sibi ipso collotus, (Sen.1 X, 2, 21) prorsus Impudenrí mendacio, negare fu/sse o/fm optimus videri posslífr 50- ARIES, Philippe y DUBY, Georges.Historio de la vida privada. El individuo en la Europa ¡cridaI.T aurus. Madrid 1992 rn él, Philippe CONTAMINE no sólo da una idea a la vez 6reve y precisade las distintas remodelacionesdel Palaciopapal de Avifión, desde 1316 con Juan XXII hasta 1370 con Urbano y ,para transformarlo en una fortaleza defensiva según describe Petrarca, sino que ademásnos informa de las distintas funcionesque cumplía: la militar, la palatinay la burocrática.Pp. 164-170. 51- Nota 17 a Seniles,X, 2, 23, Villani (1990), p. 139. 52- WILKJNS (1987), Pp. 337-340. 53- SANTAGATA (1992), PP. 169-170. 54- DOTTI (1987). La epístolafechadael 24 de abril es la Ram. XIX, 9, para inés detallesconsultarPp. 303-307. estancia de Petrarca,con su hijo, en casa de Guido Sette, Véase, asimismo,Wilkins (1987) PP. 146 ss. de 1355 Sobrela p. 241. 55- SANTAGATA (1992>, pp. 171-172. El autor se refiere concretamenteal doble papel que juega Aviñón en la denominada hastaahora por la crítica forma Correggio, y que para él constituye el primer Canzonlere(PP. 143-190). 56- moderna. DOTTI,U go. Petrarca e la seopería della coscienza Milano, 1978, pp. 22-24. 57- “que, cts! 1am :unc multo que prius nichil aliud quasí quam fil/ns Honre ve ¡cris argumentum ata imago quedam esset, mmixque presentibus reeri:am magnitudlnem ¡eslaretur, eraní ¿amepj adhuc cine re In II/o generase allque ¡oville; nuno extinotus e! fam gel/idus cinis es:”. (Sen., X, 2, 40) 58- VILLANI (1990), p. 30. 59- MACEK Josef. Rocines sociales de l’fnsurreclion de Cola di J?ienzo~ ~Historia “1963, p. 52. 60- DOTTI (1987), p. 45, 61- SANTAGATA (1992), pp. 184-190. 62- “Huy es! summa; quod quicquld ¡ere opusculorum miohí excidit, ib! vel aclun> vel ceptun> ve! conceptumcxi”; (Post. , 24). 1 97 63- La denominaciónde Aviñón corno patria del exilio está avalada por el mismo Petrarcaen esta misma epístola (5) y en la posteritail (18). En la Seniles. XIII, 3 dice textualmenteque fue generadoen el exilio y que nació ya exiliado. La expresión ‘Roma, patria alternativa’t l~ he Jornada de Santagata(1990) p. 19, pero modificando el sentido, El la usa sólo para referírse al Petrarca humanista,mientrasque consideraal poetaun ser aislado con una actitud ecuménica. Sin embargo, el capítulo dedicado a la sirnbologia romana del primer Canzonicreen Santagata(1992)? Pp. 184-190 podría autorizar a pensar que el autor ha variado, ampliándolas, las opiniones al respecto. La denominación“patria innominada” la extraemosdirectamentedel texto. 64- “N:¡/lo aulem pacto harum rerum patria transire possum. II/a vero quid es¡ infausto argumen¡um evidemv? que convenienfissfmumnacía vocabulun>, ínter a sedcristianas urbes rebus omnibususqnc ad delude crebris malis, extra inccndlfs ac pestibus, usquead misericordiam deformata, otile a/los quiden> snos cives admoncí, pereuntibusspeshabenda”. (Seniles.,X, 2, 50 per incmoriam mdicta aliud quam variolaus nudius tertius, lías non ¡taUcas modo Invidian> fíore/mt; mcx bellis iníersectis ac tnnes cerio mortales 3uanta sil in rebus 65- Sobre Petrarca: Fausto Editrice Studium, el significado de los exempia en la Montanari Siudí su! Canzoníere di Roma , 1972, p. 72; y Dotti (1978). pp. 1 obra de Petrarca. 52-155 66- Sobrela situaciónde los profesoresuniversitarioses muy interesanteel capitulo Dal maestro universitario all’umanisfa de JacquesLE 00FF en Cli in¿’e/lcttuall nel Medioevo. Mondadori. Milano, 1989, pp, 127-168, 67- “q¡¿ibus ante omnes patria din fío quante oommodflates afferunlur hominíbus difficilius creditu, por has cnt> iones fere n reges ac príncipes universt barum ope el e Ira rea 141, La concezione .sionica del degli’1Annali della Cattedra e]940 -XVIII. Tipocalcografla minan dcl Trecento. en/si: l’¡wlta del CIEROSA, Pietro Paolo. L’umaneslmo Socictá Editrice ln:ernazionale.Tormo, 97- ARIANI, Marco. Introducción, comentarios Petrarca7’níumphí. Mursia, Milano, 1988, PP. 325-326. agostiniano 1927, pp, 15 del 5y y notas a E. 98- DOTTI, Ugo, 1987, p. 295. 99- “Semina “ero cladinin mnuharum, atq¡te Impendenzis.vlgna miserie o/oro penspexí,culus me íam certun> fu/sse vazen> doleo. Ai ,¡udinde sentíren;. non verbo solum sed e! ¡¡herís, tonante ¡orn nondun> tornen fulmlnan¡e, testatus surn;’1 (Seniles, X, 43) p. loo 100- BILLANOVICH (1947), p. 48. 101- DOTTI, Roberio di Napo//. (199%. Véase el apartado1/ mito augusteo: 102- MARTELLOTII (1955), p. XXVI. 103- BARC) Sansoní,Firenze, N, Hans. La cris 1 ¡970. p. 60. del pr/mo Rinascimento italiano. 104- CALCATERRA, Cappelli, Bologna, 1942, p, Carlo. 310. 105- DOTTI (19922). p, 132. 106- DOTTI (1987), pp. 84-85, 107- tJLLMAN (1982), p. 296, 108- SANTAGATA (1990), pp. 25-78. ¡09- BILLANOVICH (1947), p. 404. II Edizion Ej nau di. 0- GRAMSCI o critica dcli’ Torizio, 197 Antonio. Quaderní Istituto Gramsci a cura 7, p. 907. del oarcere IV vois. di Valentino Gerratana. 111- GRAMSCI posterioresvéasep. 632. (1977), P. 112- SANTAGATA (1979), p. 649, Para las afirmaciones 156. 113- Po/itt ca Pasqui no. COLLI UTE#r. VA, Paolo. Signorie e la dirección de N. Tormo, 1983, p. 1031. « r Incipatí obbio, N en Dizionario Matteucci, 114- BOSCO (1946), p. 115- DOTTI (1978), p. 116- COLLIVA (1983), Pp. 1035-1038. 117- DOTTI (1992’~, pp. 131-138. la idea dcl Princine son interesantes, del libro, que estándedicadasa Macliiave Para la asimismo, lli (PP. cuestiónacercade las últimas páginas 158-160). re Molla selva del Petrarca. di o. 193. 112, 118- SANTAGATA (1979), p. 157. 101 119- A nie cilios expeúlus fu/ a Columnensíum clara e: generosa]wnilia. que (Une rornanam cuniam frequentabat, dicam melius: iii u¿urabaí, 1 . , ) viro Jacobo de Columna, Lomberiensí ~uncepyscopo. cvii nescio un¡aren> viderin: seu vis ¡¿rus sim (. . Pide rediens .v,¿b fraure cHus obanne de Columna, candinali, mulws per annos, non quasí sub domino sedsub paire, imo nc íd quidem, sed cutí: fratre amontissimo, ¡mo mecum a, propría meo in domofi, (Post., 19-20) 120- VILLANI (1990), pp. 24-25. 121- FORESTI, Arnaldo. Anoddo¡i di vila peranchesca, Antenore, Padova, 1977, PP. 523-530. Carrara(1959\ en pp, 23-29, propuso como fecha de escritura 1370, en un artículo publicado en 1928 y que fi ¡e inés tarde integrado en Siudí pesrarchesohíed alud seNil:, Ricci (1955) avanzó que el núcleo original fue redactado antes de 1367, siendo ampliado tres o cuatro años más tarde (p. 1162). Tanto Villani (1990), en las Pp. 12-15 de su introduccióna la Postenilatí corno Dotti (1987) en las pp. 431-432 scnillum liben XV!! expilcil. Amen. In origina/e sequilur: inc/ph XVIII. Pos¡erha¡f, Además,como ya han subrayadoprácticamentetodos los filólogos que se han ocupadodel teína, hay en ella añadidos(como la alusión al uso de lentespasados los sesentaaños, o cuando Petrarcase lamenta porque despuésde que Urbano V habla ido a Roma en 1367, se volvió luego a Aviñón en 1370) que confirman que fue revisada, y lógicamente no es probable que existieseun texto paralelo, del que, por otra parte, los amigos de Paduahabríantenidonoticias. 122- CARRARA (1959), p. 65. 123- DOITI (1978), p. 43. 1 124- GUGLIELMINETTI (1977), p. 143. 102 125- “Fue rl.’ giS forsan de me aliquid audituin; quanqnain el dubiurn si:, an exiguurn ci obscururn /onge nomon seu locorum te~npor¡¡m perventurun:si:, (Post, 1) 126- GUGLIELMINETTI (19772), P, 146. 127- GUGLIELMINETTI (1977’), P. 151, 128- ViLLAN] (1990), véasenota en p. 64, 129- BOSCO (1946), IP. 209. 130- “Sed sepissimemortes ¡¡oc es.’ suppliciurn scnescentinm: ¡it suorum fican!”. (Pos:., 9) hoc se 1¿ 103 ¡u- CONSIDJgJ?ACLONESGENERALESSOBRELOS POEMAS POti lIC ‘OS 1- kirxs1n9si~=Corregaio El posible aislamiento en el interior de Canzonierede núcleos compuestosde dos o más rimas ajenasa la temáticageneral de la macroestructura,es decir, a la historia amorosa, sólo es factible partiendodel problemaprevio de su formación a lo largo de toda la vida literariamenteactiva de Petrarca,y de la posterior ordenación de cadauno dc los microtextosen un libro coherentey articulado. Wilkins, con respecto a esta cuestión, subrayó encarecidamente que dicha ordenación podía ser estudiada basándoseen la forma Pre-Chigí (llamada también Correggio), o en relación a las dos formas sucesivas,la Chigi y la Giovanní, puesto que difieren bastantepoco de la primera. Las pruebascríticas de la existenciade la forma Pre-Chigi las aportanuna serie de apostillas en el códice Vaticano Latino 3196. Con la primera de ellas, a la canción23, Petrarcaespecificaque la ordenóy transcribió el 10 de noviembre de 1356 y al día siguiente, nos informa con otra anotación,hizo lo mismo con la canción268. La apostilla que aporta más datos sobre el trabajo y las intenciones del poeta a partir de eso mes, es la que escribió encimadel soneto 77, que con el consecutivo78 estándedicadosa SimoneMartini y al retrato de Laura que hablapintado: Transcritas en orden las dos composiciones siguienves, despuds de mil años, el 29 de noviembre de 1357, mIércoles, durante la hora teroera, puesto que quiero acabarlos comple!amen!e 1 ~5I JI.53 104 53553 y; 5~5 Ñ para que 1>0 n¡C? tengan ocupado. Mientras tanto Gerolamo ha empezadoya a transcribir el primer cuaderno de pergaminopara el señorAzzo, y despuéshará una copiapara mt’ Aunque no se ha conservadoningún original ni ninguna copia de estos manuscritos, las anteriores apostillas ofrecen la certeza suficiente para afirmar que la Pre-Chigi se empezó a prepararen 553531356 y se completé entre uno y dos altos más tarde, y que su destinatario era el amigo de Petrarca Azzo Correggio, quien en .52.. aquellosaños se encontrabaen Milán, como el poeta. Existe ademásotra anotación de la que se tienen noticias a través de ¡a tradición indirecta, testimoniada,entre otros, por el códice Catanatense924, en el que hay una copia del folio original en el que Petrarcahabla apuntadoencima o al lado del soneto 265 que lo habla transcrito en orden el 6 de noviembre de 1356. La razón metodológicaque aduceWilkins para consideraresta it forma la base de todo análisis relativo a la formación del Canzonierees que la primera parto podrá ser estudiadasi se tiene en cuentaque la Pre-Clíigi y las dos formas posteriores(la Chigi y la Giovanni) finalizan con los números 142, 189 y 190 5 respectivamente,mientrasque para la segundaparte es fundamental tener presenteque los límites textualesson el 292 o el 304, ya que las otras adjunciones de poemas, hasta completar el libro, se ~ituJj hicieron en circunstancias tales que no es posible seguir el desarrollopormenorizadode la ordenacióncompleta.ParaWilkins, adhiriéndoso a la tesis enunciada algunos años antes por Ruth ‘53,Vs>55535.Sherpard Phelps, ambas partes de la Pre-Chigi hablan sido 5 ordenadascon extremo cuidado con arreglo a tres principios: el j~53~Is.mantenimientode un orden más o menos cronológico, la búsqueda de variedad en las formas métricas, y una cierta diversidad en lo j:. 105 concernientea los contenidas.’ Los dos primeros criterios han venido siendo aceptadoscon pocasreservas,pero el terceroha sido ampliamentediscutido por la crítica, la cual ha consideradoque sólo ocasionalmentela voz narrante abandonael discursoamorosopara hablar de otros temas, como la política, la amistad o el lamento por la muerte de algún amigo. Precisamentela concepción dinámica de la génesis de los Fragmenta fue lo que indujo a Wilkins a introducir el término “forma”, en contraposiciónal de “redacción” usadopor los filólogos hastaentonces,para denominara cada una de las nuevasfasesde la construcción de la obra hasta llegar a su estado definitivo, unos meses antes de la muerte del autor. Terminología que ha sido corregida por Santagatahaceapenasun par de años, aportandocon ello una de las novedadesmás sugerentes,para la exégesisdel Canzoniero, dc los últimos tiempos. Santagata asume la denominaciónde “forma” para las coleccionesque siguieron a la Correggio (como él prefiere denominarla,poniendoel acento en el destinatario), pero a ésta y a la definitiva las califica de “redacciones”, mientras que, a las que Wilkins considerabala primera y la segunda formas, anteriores a la Pre-Chigi, para Santagatason simplemente“colecciones”4.No obstante,el concepto de “forma” o “redacción” pierden sentido desde el momento que Petrarcase vuelve copista de sí mismo, a partir de 1367, cuandoel amanuenseGiovanni Malpaghini le abandona,y toma la decisiónde pasar a limpio sus propios poemas con la idea de completar el códice Vaticano Latino 3195, el definitivo.5 Las razonesalegadasparahablar únicamentede una “redacción Correggio” y una “redacciónVaticana”, radicalizandoasí la premisa enunciadapor el crítico norteamericano,ocupan la mayor parte del 55 106 más creciente ensayo de Santagata,aunque si se debieserecurrir a resumir el contenido de esta innovación, se podría decir que considera la Correggio el primo Canzontene por tres motivos fundamentales: 1) porque está dotado de una propia coherencia interna, puesto que intenta plasmarla tesis de la m:¡tatio vitae del poeta, 2) porque las referenciascronológicas,y extratextualesen general,hacenque el grado de narratividaddel texto sea altamente significativo, 3) porque no estabadividida en dos partes,In vita e In monte, ya que la división de un libro en base a razones exclusivamentereferenciales,como es la muertede la protagonista, es una idea demasiadomoderna. En la redacciónVaticana los presupuestosmorales de los que había partido Petrarca se mantendrían,acentuadospor el carácter evidentemente religioso al que le habla conducido su propio recorrido vital, Sin embargo,habría una renunciaa la trama, cuyas consecuenciasserían la disolución de las referenciascronológicas concretas(las fechas de aniversariode su pasiónpor Laura) en una totalidad más indeterminada,La organizaciónestructuraldefinitiva no estaría ya basada en inequívocas referencias extratextuales, aunquesometidasa un procesode simbolizaciónmoral, como en la Correggio, sino que la cohesiónvendríadada por medio de ciertas conexionessuperficiales,que unirían microtextosconsecutivos,en ciclos o en yuxtaposiciónesde zonashomogéneas.Una consecuencia esencial de todo ello seria la mayor definición de los protagonistas de la historia, quienes bajo la apariencia de contradicciones animicas agudizadasemblematizarlan,en ese momento, la idea estoica del amor, en la que los contrastespsicológicosde la pasión son un fiel diseño del componenteirracional de un sentimientoque es primordialmentealienante,y quees necesarioneutralizar, La hipótesisde trabajo propuestapor Santagataes ampliamente 107 productiva si se aplica al análisis de la inserción en el Canzoniere de poemasque dentro de su propia estructurainterna contienenun alto grado de narratividad unido a evidentese innegablesengarces referencialesextratextuales,puestoque se elige un código artístico, entre todos aquellosque estabanal alcancedel autor, que entra en contradicción con el discurso global de contenido amoroso’. Nos referimos, obviamente, en primer lugar, a las rimas de carácter político diseminadasa lo largo del eje combinatorio del libro, y a aquellasotras que no siguen la temáticageneral, como pueden ser las relativasa la amistad. El rasgo diferenciadordel primer Canzoniere que incluía las rimas 1-120, Donna, 122-142 y 264-292, es el alto porcentajede poemascon un destinatariohistórico, un total de 39, lo que supone un 23% del conjunto. En las posterioresformas sólo se añadirán cinco poemascon destinatariohistórico seguro,y otros dos con un posible destinatario,entre las casi doscientasrimas adjuntadas) Además,en ella, ya estaríantodos los poemasque se pueden clasificar sin la menor duda, y que siempre han sido considerados así por la crítica, como poemaspolíticos: el soneto27 y la canción 28 compuestoscon motivo de la cruzadade 1333, las dos célebres cancionesciviles, la 53 y ¡a 128, Spirto genti/ e Italia mía, y los tres sonetos antiaviflóneses, 136-138. De este conjunto de composiciones,tresestándirigidas a un destinatariohistórico, En el soneto27 el verso La monsflota vostra el gentil agna (y. 9) fue la clave para que Foresti identificara a Orso dell’ Anguillara, marido de AgneseColonna,como segurodestinatariodel poema.9 108 La consecutivacanción 28, escrita, asimismo, con ocasión de la cruzada, fue dirigida según la tradición’0 a Giacomo Colonna, arzobispode Lombez, pertenecientea la más notablede las familias romanasy confidente del poeta. Sin embargoSantagataestima que el destinatarioes el fraile Giovanni Colonna di Gallicano, a quien Petrarcadedicó otras dos composiciones,los sonetos99 y 114.11 La canción 53, Spirto gentil, ha sido consideradapor la tradición filológica dirigida quizás al tributo Cola di Rienzo, o tal vez a Stefano Colonna ti Veechio o a Bosone de’ Raffaeli da Gubbio’2, que fue senadoren Roma desdeel 15 de octubrede 1337 al 24 de junio de 1339. Actualmente,despuésde las observaciones llevadas a cabo por Calcaterra, prevalece la tesis de que el destinatariofueraBosone.” No ha creado, en cambio, demasiados problemas a los estudiososla famosísima canción 128, Ita/la mía, desdeel momento que el Voi con el que comienza la segunda estancia, y las subsiguientesreferenciastextuales, indican sin la menor duda que está dirigida a los señoresde Italia. Hastael siglo pasadose retuvo escrita en 1327-1328 con ocasión de la llegada de Ludovico de Baviera a la península, pero ya De Sade y luego Carducci mantuvieron que fue compuesta en el invierno de 1344-1345, durantela guerrade Parma.’4 Por lo que se refiere al tríptico de los sonetosantiavifloneses, 136-138, Santagata después de haber contrastado la función estructuralque cumpleestegrupo en la Correggio, retrotraela fecha de composicióna los años 135l-l353’~, en contra de la opinión más generalizadade que fueran escritosen el trienio 1345-1348,por su similitud con las primerasepístolasSine nomine. Si es cierto, por un lado, que no tienen un destinatariohistórico concreto, por otro es manifiesto que su tono de invectiva, en especialen el 136 y en el 109 138, va dirigido a la personificaciónde la ciudad que en opinión de Petrarcaera la sede ilegal de la curia. El 137 es una descripción severa de la deplorable situación de Aviñón, y al parecer un reclamo,en el último terceto,de una futura paliugenesiaespiritual. Es evidente, pues,que todas las rimas explícitamentepolíticas hablan sido compuestasaños antes de que Petrarcase decidiera a recogerlas en un libro articulado segúnlos tres criterios selectivos establecidospor Wilkins. La cronología compositiva abarcaríaun lapso de tiempo de entre doce y veinte años, desde 1333-1334 a 1345-1353, pudiéndosefijar con mayor precisión el límite inicial que el final, gracias a las referenciasextratextualesque nos aporta el código léxico acercade la cruzada. Es preciso hacernotar, no obstante, que los acontecimientos históricos a los que nos remiten dos de los poemasson anteriores incluso a la primerarecopilación provisional de las rimas, llevada a cabo en los años 1336-1338”, en la que se reunieron24 sonetosy parte de la canción 23, la de las metamorfosis. Entre ellas no se encontrabanni el soneto27 ni la canción 28, lo cual no significa que no hubiesensido compuestoscoincidiendo con el anuncio de la cruzada, sino que el poeta tal vez considerabaque aún debían ser revisados. En la redacción Correggio, casi veinte años más tarde, cuandodecide dotar de un cierto orden a suspoesías,coloca ambas composicionesmuy cercanasa la primera fecha de aniversario,en la sextina30: che s’ al contar non erro, oggi á sett’anni che sospirandoyo di riva in riva (vv. 28-29) 5555 <2 >4 544 44 j4 45 «<44< “o separadassólo por la canción Verdi panni, sanguigníoscurí o pena. La sextina habríasido escrita, si nos atenemosa lo afirmado por el texto, el 6 de abril de 1334, séptimo aniversariodel encuentrocon Laura en Aviñón. De ello, se podría colegir que el valor de ordenación estructural en sentido cronológico de estas dos composicionespolíticasera equivalenteparaPetrarcaal que poseían los textos de aniversario, los cuales, despuésde todo, eran las piedras angularesen las que se sustentabala temporalidad de su historia amorosa.Seguramenteel poeta imaginabaun posible lector informado de acontecimientos susceptibles de permanecer puntualmenteretenidosen la memoriaquizá duranteuna generación, pero que a los postrerosseriandifíciles de identificar, siendo estas fechas subsumidasen las escansionescronológicas indicadas en el texto (son 11 las fechas de aniversario comprendidas en la Correggio), como en efecto ha ocurrido, ya que las conexiones extratextualesestánsometidastambién a la jerarquía que impone la inserción de un texto dentro de todo el conjunto de los posibles códigosde transcodificación. La canción 53 está muy cercana,asimismo, a la segundafecha de aniversario,En la canción del ocaso, la 50, el poeta rememorael decenio: benprcssoal decim’ anno iré poss’ Indovinar chi me nc scloglia. (Vv. 55-56) es decir, que a estaaltura del texto nos encontraríamosen 1337. Las dos cancionesestánseparadaspor dos rimas, un soneto,el 51, cuyo argumento, la fusión con la amada, se une de manera inequivoca con la canción 23, que fue la primera compuestapor ¡ 111 Petrarca. Le sigue el madrigal 52, que introduce en el eje sintagmáticola novedadde una nuevaforma métricaque reaparecerá en seguida, en el número 54, potenciandofuertementela posición estructural de la canción política que quedaflanqueadapor los dos madrigales. Santagataretoma la antigua tesis según la cual el madrigal 54 refleja un episodio galante acaecidoduranteel viaje que Petrarcarealizó a Roma en 1937, y que la pellegrína no sería ciertamenteLaura’7, aunque,por ahora, lo que interesa es que se darla de nuevo la coincidencia entre la fecha de aniversario y la época histórica conmemorada por la composición política, repitiéndosetambién, pero en una variante diferente, la posición estructuralmentepotente. La canción Italia mía y los tres sonetos antiaviflonesesse sitúanentredos fechasde aniversario:los diecisieteañosdel soneto 122, que transportanla cronologíaa 1344. Dicesetteanní ñ glá nivolto ji cielo poi che ‘mprima arsí, et glá mai non mi spensí; (vv. 1-2) y los dieciocho añosdel sonetoque en la redacciónCorreggio ocupa el lugar 145, pero que en la Vaticanaseráel número266: un lauro verde, una gentil colomna, quindicí l’una, et ¡‘altro diciotto anní, (vv. 12-13) con el que el autor nos pone al corriente, situándonosen 1345, que hace quince años que conoce al cardenalGiovanni Colonna, tres menos de los que lleva enamoradode Laura. La canción, por lo 112 tanto coincidirá en su composición con la fecha de aniversaria, mientras que el tríptico antiaviflonés lo haría sólo si se toma en consideraciónla propuestacronológicamás alta. Otras poesías a las que Petrarca dotó de una referencia temporal en la Correggio, relativa a los distintos aniversarios,son la 62, 79, 101, 107, 118, 271 y 278, las cuales reenvían respectivamentea los años : 1338, 1340, 1341, 1342, 1343, 1350 y 1351. Las relaciones entre las rimas de aniversario y los poemas políticos se puedenresumir en el cuadro siguientebasadoen el que ofrece Santagataen Iframmentidell’anima (p. 149). Rima de aniversario Rima histórica Año 30 (7) 27-28 1333-34 50 (10) 53 1337 62 (11) 1338 79 (14) 1340 101 (14) 1341 107 (15) 1342 118 (16) 1343 122 (17) 1344 128 y 136-138 266 (18) 1345 Los números entre paréntesis al lado de las rimas de aniversario indican los años celebradospor Petrarca desde aquel 1327 en el que conocieraa Laura. El tono de los sonetos271 y 278 esde rememoración,pues se refierena Laura muerta. 113 L’ardente nodo ov’io fui d’ora in ora, contando, anni ventunoinferí preso, Morte clisciolse, /. (271, vv.l-3) O che bel morir era, oggi & terzo annol (278, y. 14) E] emparejamientocon hechos de la realidad histórica se desvaneceen el momentoque se entra en la zona del libro presidida por la muerte de la protagonista.En el soneto 271 Petrarcaquizá aluda a una momentáneapasión sentidahacia otra mujer, una bella ferraresa,segúnparecenatestiguarla canción 270 del Canzonierey dos sonetos recogidos en las Disperse, el 6 y el 15, dirigidos respectivamentea Antonio de’ Beccari y a lacopo da Imola. Es posible, de lo anteriormenteexpuesto,extraer la hipótesis de que los grupos de rimas que remiten al lector a pautastemporales explicitas conformenpequeñosnúcleosen los que se distinguen dos vertientesreferenciales:una intertextual, constituida por las líricas amorosas,soldada sin equívocosa la ficho esencial del libro; la otra, extratextual, suponeuna transgresióna esamismafictio, por el carácterpolítico yio polémico que predica. Obsérvese,ademásque la máxima separaciónse da entre el soneto 138 y el 266, que ocupandoel puesto 145 en la Correggio, se distanciabadel último antiaviñonéssólo por seis composiciones.Sin embargo,el núcleo político en esa zona es tan compacto y tan concentradoel tiempo entre una y otra fecha de aniversario, un año, que más que difuminar el apoyo cronológico del grupo lo acentúa, en especial cuandolas anterioresfechasde aniversariopor su cadenciaanual a partir de las rimas 79 y 101 han creado la expectativalógica de que 114 continúencelebrándoseal mismo ritmo. El hechode que la canción 128 y el grupo aviñonésesténdistanciadospor un número mayor de composiciones, siete, parece significar que el apoyo se da estableciendoun nexo entre cada composición singular de ruptura temáticay la correspondientemás cercanaportadorade la concreta temporalidad de la historia amorosa. Aún así, en esta zona del Canzoniere; que parece ser la más compleja para demostrar esta dialéctica, la disposición de las rimas responde a un esquema subyacentebastanteequilibrado, a saber: 5 7 6 122 128 136-138 (145) Con lo que se confirmaría la tesis enunciada por Wilkins en su clásico ensayosobre la formacióndel Canzonieresegúnla cual: ( . .) non c’& alcun esempio,fra ¡ componimentiinclusi nella forma Pre-Chígí, di uno spostamentoche possa creare nel leltore l’impresione di una ro¡’tura dell’ordine cronologico. Ció bastavaal Petrarca; e cid basta al lettore. II Petrarca era ji signare della sim cronología, e non lo schiavo”. Aunque es precisamente esa coincidencia temporal y topográfica en la distribución de textos que se contraponen temáticamentela que, rompiendola clave de lectura preestablecida, imprimirá la dinámica al desarrollo de la macroestructura de los Fragmenta, la cual no viene dada sólo por las escasas indicaciones espacio-temporalesque en ella se hallan, sino que el referente temporal explicito estableceun puente entre la indeterminación narrativade lafictio y las infraccionesa la clave de lecturaamorosa y moral impuestapor el poetadesdelo que constituyeel prólogo de la obra. Se quiere decir, con ello, que no son los microtextos 115 políticos-polémicospor sí mismoslos elementosfundamentalespara constituir la cadencia temporal de la obra, dotando de un cierto grado de narratividada todo el conjunto, por el contrario, son los que conforman la sutil trama general, los amorosos,los que, en la actualización del mensaje por medio de la lectura, enmarcanlas experienciasperiféricas del yo en ausenciade Laura, por cuanto cuantitativamentemínimas,en un momentopreciso de la cronología. Téngasepresenteque en la Correggiono estabanincluidos ni el soneto 211, que informa en el último terceto de la fecha exacta del conocimientode Laura: M’ille trecentoventisetie,a punto su Lora prima, II df sestod’ aprile, nel laberinto entral, né veggio ond’esca. (vv. 12-14) así como tampocoel soneto336, que señalael momentoexacto de la muerte: sai che ‘n mille trecentoquarantotto, u df sestod’ aprile, ¡ji Lora prima, del corpo usclo quell’anima beata,- (vv. 12-14) El 211 fue transcrito en orden, en el Vat. Lat. 3195, el 22 de junio de 1369, cuandoPetrarcaestabapreparandouna copia de las rimas para enviárselaa PandolfoMalatesta,siendo ésta la última de las composicionesque extrajo del códice de los borradores,el 3196, ya que los folios del resto de las composiciones que se irán añadiendoal códice definitivo no nos han llegado. En la apostilla 116 que con ocasiónde la transcripciónescribió el poeta en el borrador de dicho soneto, reflexionandoconsigo mismo, expresasu extrañeza por su propia decisión,ya que, habiéndolocompuestomuchosaños antes lo había tachado y rechazado, y, luego, al releerlo por pura casualidaddespuésde tanto tiempo, decidió incluirlo en el líber,” El soneto336, con la fecha exactade la muertede Laura, fue incorporado poco más tarde, seguramenteduranteel aflo siguiente, en 1370. Pero de él no constala pruebade un esbozoen sucio, sin que con ello se quiera insinuar que fuese escrito aposta, como sospechó Carducci, para complementar la introducción en el manuscrito definitivo del soneto sobre la fecha del encuentro en Aviñón. Tal vez Petrarca no los consideraseen un principio estructuralmenteligados, puesnada acercade la existenciadel 336 deja translucir en la apostilla anteriormente citada; además no hubiera dejado al azar de una relectura de sus borradoresun dato tan importante.Por otro lado, es impensableque pasasepor alto la unión entre las dos únicas composiciones que aportan la fecha completa del principio y del final de su “relación” con Laura en cuantopersonafísicamentepresenteen el mundo real del poeta.De todo ello se puedededucirque, o bien Petrarcarecuperélos sonetos 335-336,ambos con el tema de la desapariciónde Laura, de algún folio suelto con los que solía trabajar, teniendo ya en mente el incorporarlosa la redaccióndefinitiva, y luego al repasarel códice de los borradoresvio el 211 y consideró que podría ser adjuntado como natural aditamentotemporal, de ahí la extrañezapor haberlo rechazadoanteriormenteque expresaen la apostilla. La sorpresa podríadebersetambiénal hechode que habiendoincorporadovarias fechas de aniversario, el posible lector aún no hubiera sido informado de cual era el año exacto que conmemoraban, La composiciónclave para la reordenaciónde las treinta y una 117 últimas en la redacción Vaticana es la 336, Cuando Petrarca decidió alterar la posición de estasrimas en vez de cambiar la disposición de los folios del códice, lo que le hubiera supuesto un trabajo incomodo e inmenso, añadió una cifra árabe en el margenderecho, que indicaba el orden en el que deseabaque se situasecadauna de ellas. Sólo la cancióna la Virgen, la 366 que debíacerrar el libro y a la que Petrarcaasignael número de orden-31- , y el soneto336 al que asigna -1- se mantienenen la mismaposición, todas las demás varian de lugar. Bien pudo ocurrir que la incorporacióndel 36 fuese la novedad que obligase al autor a los significativos cambios de posición de las rimas, y que han sido interpretados como titubeos20 en las formas Malatesta y Queríniana. Nos inclinamos a creer entoncesque la inserción de 211 y 336 estuvo muy próxima en el tiempo y que su finalidad fue, en primer lugar, la de dotar de sentido a las rimas de aniversario,y en segundolugar, como lógica consecuencia,la de enmarcar en una cronología precisa todo el Canzoniere, la historia amorosa del poeta, pero también las experienciasperiféricas. Es evidenteentoncesque la cronologíadel núcleo subtemático de los poemaspolíticos está supeditadaa la de la historia amorosa, y que Petrarca no podía confiar en que las alusiones directas a hechos históricos frustrados, en especial cuando éstos se hablan quedadoluego sólo en proyectos, como el de la cruzada de 1333, transpasasenla muralla del olvido colectivo y permaneciesenen la memoria de su posible lector del futuro. Lo significativo es poder subrayar la voluntad del poeta de organizar la cronología con arreglo a una cierta coincidenciacon la real, refiriéndonos siempre en exclusiva a la zona del libro en la que se hallan estas rimas políticas. La fecha de aniversarioy el evento real coinciden en el computo de los años,como seha visto en nuestroanterior esquema. 118 Podría existir una cierta reciprocidaddialéctica entre el lugar que ocupan las unas y las otras si se tiene en cuenta que las posibilidadesde componerun poema con una fecha de aniversario eran mayores,hubiera sido factible escribir uno el seis de abril de cada año, mientras que Petrarcafue muy selectivo en cuanto a los acontecimientoshistóricos que entraron a formar parte de su libro: un proyecto político-religioso como el de la cruzada,la unión entre el destino de Roma y el de Italia, el lamento por la situación italiana y sus continuasguerras intestinas y la corrupción de la corte papal de Aviñón. Selectivo y riguroso, puesta que estos acontecimientospor si solos puedenservir de paradigmade toda la épocaque le tocó en suertevivir. Luego, el hecho relevanteno es el que en la macroestructura textual el número de líricas políticas constituyan un número muy reducido, sino que precisamente las incorporara subvirtiendo el sentido esencialmentemonotemáticode la obra Umberto Eco cuandoanalizalas estrategiastextualesdel autor y el lector presentesen los discursos políticos consideraque en ellos el emisor y el destinatariose manifiestanen el texto no tanto corno polos del acto de la enunciación,sino como roles actanciales del enunciado”.En estos casosel autor se mostrarla: a) por medio r k de un estilo reconocible, incluso como idiolecto; b) como un puro rol actancial (¡yo! = al sujeto de este enunciado);o) como un mero acto ilocutorio. Las apreciacionesde Momigliano acerca de la ligazón esencial entre la poesía política y la amorosadentro del Canzoniere, según las cualesel sentimientode la melancolíaseria centro creativo y rasgo distintivo de la producción en vulgar del poeta, tendrían en cuenta únicamente el estilo reconocible’2. La inonotalidad, luego teorizada por Contini“, no sufrirla ningún desacorde,puesto que el discursopolítico seriauna variante de ese 119 único motivo emocional, generadordel líber. El problemaes que la definición de un determinadolenguajepoéticono se puedereducir a individuar solamentela cargaemocional,ya que éstaes inherenteal mensajepoético. Porque, si bien es cierto que en estas rimas el papel del emisor no es posible restringirlo a los estrictoslímites de la actancialidadni a una convencionalidadilocutoria24, es evidente que la desaparicióndel destinatario-protagonista,o seaLaura, abre un interroganteacercade la función del yo emisor ea relación con los nuevos destinatarios.Es en este nivel discursivo en donde las rimas con destinatario histórico, que como ya se ha visto son bastantenúmerosasen la redacciónCorreggio, entrana formar parte de la vertientehistórica del Canzoniere. Bakhtin, aun defendiendo la unidad y la univocación de la lengua poética en tanto que condición necesariaparaponer en acto la individualidad intencional y la coherenciamonológica, admite que una cierta pluridiscursividad pueda formar parte de ella, en especial en los géneros poéticos denominados Inferiores” (satíricos, cómicos, etc.), o en cualquier tipo de género si es introducida por los discursos de los personajes. La pluridiscursividad no estaría situada en el mismo plano que la lengua efectiva de la obra, puesto que se presentarlaobjetivada, “cosificada”, desdeel momentoque careceríade podermodelizador. Al contrario de lo que ocurreen la prosa: Anche deli’altrui Ii poeta paría nella propria iingua. Per ¡Iluminare u mondoaltrul egil non rícorre mal alía iingua altrul comealía iingua piú adeguataa questomondo.” Nos parece muy clarificadora la distinción establecidapor Bakhtin, pues permitirla admitir una pluritonalidad en el 120 Canzoniere,contrapuestaa la monotonailtá continiana, pero que al mismo tiempo subrayaría la diversidad de plano que ocupa el discurso político respecto a la ficción amorosa, así como su no expansividad,la “cosificación”, y el carácteresencialmentecerrado de las rimas que de él forman parte. Por lo que se refiere a la introducción del discurso político a través del diálogo de un personaje,es éstauna característicadel conjunto del Canzon ¡ere, y no en exclusiva de los microtextos políticos. Además, el tono polémicoy de invectiva estápresenteno sólo, como es obvio, en los tres sonetosantiavifioneses,o en. el sonetoy la cancióndedicadosa la cruzada, en donde la religión islámica es configurada con la recurrente ~Babilonia-Bagdag”, encarnaciónuniversal del mal para Petrarca,sino también en las cancionesciviles: Italia, che ¡ suol gual non par che senta: vecchia,otTosa el lenta, dormirá sempre,el non fía chi la sveg¡i? Le man i’avess‘lo avolto entro’ capeglil (53, vv4ll-14) Voi cui fortuna áposto in mano ¡1 freno de ¡e belie contrade, di che nuila pietá par che vI stringa, (128, vv,17-19) Aun siendo inaplicable el calificativo de género lírico “inferior” a estos poemas, Suitner ha puesto de relieve que los sonetos antiavifloneses,junto a las epístolas Sine nomine, se encuadransin lugar a dudasen la tradición medieval de la sátira, o más exactamentedel vi¡uperium contra las ciudades 26.En efecto, 121 existe en cada uno de ellos elementoslingúísticos suficientespara separarel conjunto de sus rasgosdefinitorios del límite estilístico del idiolecto del Petrarcavulgar, con lo que la autonomía de las siete rimas respecto al funcionamiento de la totalidad es comprobable incluso a través de una primera lectura de -reconocimientos. La artificiosidad del lenguaje en las composiciones 5’ pertenecientesa lo que Bakhtin llama géneros“inferiores” es menor que en el más estricto lenguaje poético, ya que habría un cierto influjo de lenguajescuyo uso se da a un nivel social27. Apreciación que concuerda con la de Barthes, quien en unas pocas páginas dedicadasa las escrituraspolíticas23, y refiriéndose a los sistemas 34 5 sociales modernosque han establecidouna neta distinción entre el “Bien” y el “Mal” (los que suelen ser calificados de totalitarios), afirma que en ellos la “definición” ocupa todo el lenguaje, no existen palabrassin valor, la función acaba transformándoseen la economía de un proceso en donde no hay una separaciónentre la denominación y el juicio, y la cerrazón del lenguaje es perfecta. Extrapolando, con las debidasprecauciones,la distinción entre el bien y el mal en los sistemas eomtemporáneosa la cosmovisión II transcendente petrarquista, centrada en las creencias religiosas <1 medievales,pero sin olvidar que Petrarcacitando a Juvenal en la <4 44 4 prefación a, las Sine nomine declara “... ut Satírico placet”, y que ademásel papeldel poetasatírico para los teóricosmedievaleses el de premiar a los buenosy castigar a los malvados29,sería posible ‘1 5>s55 1denotar que, en efecto, en los poemas políticos se pierden los lii matices autorreflexivos del yo emisor en favor de una “pureza de la 4$, escritura”20 puesto que la distancia que separa en el lenguaje la descripción y el juicio es prácticamente inexistente, Valgan de 44 124 siendo luego calificada como Signor cortese(y. 10) o Padre (y. 14). El más allá es sólo la moradade las almas de los muertos que en vida formaron parte del másestrechocírculo de amigos de Petrarca, es el lugar de Laura ausente,y no está conectadocon ningún orden físico o histórico como en el poema dantesco,no se le puede dotar de una tipografía realista, porque la realidad para Petrarca ha descendidoirreversiblementeal plano de lo terrenal, y es en él dondese manifiesta, El hombre histérico de los Fragmentaha empezadoa aceptar su impotenciaen el terrenometafísicoy a desarrollarel relativismo pragmático,segúnel cual una situación social dada es más o menos aceptableen relación con el fin que se deseaconseguiry con los beneficioséticos inmediatospara un cierto grupo social o nacional. En la obra latina dc Petrarcaesto es evidente, con su sucesivo apoyo a los emperadoreso a Cola di Rienzo, con su no decantarseni por el comune iii por la signoria. El realismo de Petrarca en las poesías políticas del Canzionere, seria un realismo no transcendente,se podría decir que un realismo en el que la forma es significativa por sí misma, y por ello cercanoa la idea contemporáneade la expresiónlingilistica de lo social, en dondela escisiónentre el yo en la esferade lo privado y su reflejo en la esfera pública difícilmente se confunde con el conjunto fáctico las accionescolectivas, En la lectura a la búsquedade los elementosrealistas en el Canzionereque realizó FranoescoDe Sanctis, quizá la más radical que se ha llevado a cabo en este sentido, este nuevo uso del lenguaje le llevó inevitablementea considerar,desdesu óptica de critico militante, que la ruptura de Petrarcacomportabala dicotomía definitiva entre el ciudadano y el literato. La falta de transcendenciatenía para cl crítico un significado muy definido: 125 (. . .) il torto del Petrarca (. .) & di non essereabbastanza ¡minerso nella realtá política, di guardarla da lontano, senza confondervisí e senzaparteciparví, ma dandosi tutía l’apparenza d’un’appassionata paríecipazione poco seria, in gran parte Ietteraria, En realidad la desintelectualizaciónde la rétorica (el principal defecto achacadopor De Sanctis a los poemaspolíticos es el de adolecerde una rétoricasentimental)era un paso que habíadado ya previamente el admirado Cicerón, del que Petrarcaposeía el De oratore, que junto con otras obras del autor latino formabanparte de un códice misceláneo, recogido por él mismo, con copias provenientesde la Biblioteca Catedralicia de Verona. También obraba en su poder un manuscrito el Instilutiones oratoriae de Quintiliano, que le había regalado Lapo da Castiglionchio en Florencia en 1350, en el que se exalta la lentitud en la escritura, argumento que Petrarcadebió sentir muy afin con su modo de entenderel quehacerliterario.” En conclusión se podría decir que las rimas políticas, en la redacciónCorreggio, se caracterizan: l~- Por una disposición topológica que se apoya en las composicionesque celebran una fecha de aniversario,pero que la escasión cronológica que aportan dichas rimas es subjetiva y meramenteconectadaal tiempo interior del libro, puesto que faltan las fechas concretasa las que se refieren, que serán afladidassólo posteriormente. 2o~ Por una infracción a la ficción general del Canzonierey una apertura a la pluridiscursividad que se plasma tanto en seleccióndel léxico y del tono como en la inclusión de un lenguaje 126 menos desautomatizado,más acorde con la tradición previa; con el Dante cómico, por una parte,y la poesiadel vituperluin por la otra, La fusión de ambosniveles, el estilo alto de la primera, y el estilo inferior de la segunda, auspiciado este último por la fragmentariedad en la disposición sintagmática, originan una ambiguatranscodificaciónde los poemasen el caso de que se parta de la idea preconcebidade Canzoniere= historia amorosa,y no de la idea Canzoniere= historia individual, que estaríamás acorde con la tesiscentral al menosde la redacciónCorreggio,la mutatio vitae, como proponeSantagata,y a la que nos sumamos. 30.. Como derivación del punto anterior, existe un total abandonode la pretensiónde transcendenciadel mensajepolítico, el cual ya no está insertado en una macroestructura,denomíneseésta alegórica, tipológica o figural”, pero en cualquier caso enciclopédicacomo la Divina Cominedia,sino que el “marco”, si se nos permite estaexpresiónabsolutamenteinadecuaday transgresiva para los poemasamorosos,es la puestaen evidenciadel rostro más intimo y secretode un yo individual que ha sintetizadola fatiga del vivir en unapasiónamorosaabocadaa la insastifacciónpermanente. La utilización de un metalenguajeretórico, la adaptaciónde das de sus vertientes, la moral y la práctica social, provienen del conocimientoy actualizaciónde dos fuentesclásicas:Cicerón, para quien la palabra tenía que ser el vehículo para establecerlas leyes que deberían regir el Estado, y Quintiliano, del que extraerá la teoría de la imitación, concebidaen cuanto “regeneración”, y por ello unida indefectiblemente al concepto de la libertad de pensamientodel artista en todos los ámbitos,también en el político- social.39 40.. La convención métrica utilizada, soneto y canción, se ajusta a la definición, junto a la halada, de géneros métricos r 127 regulares susceptibles de ser utilizados en el estilo ilustre, promulgadoen el 1)e vulgar! e/oquentia, si bien es la canción la que ocupa el ápice en la idoneidadjerárquica de las formas, mientras que el soneto,en aparentecontradiccióncon su amplio usopor parte de Dante y de los estilnovistas, ocupa el último lugar, probablemente porque esta forma habla sido fundamental en el génerocómico-realista.” 2- III ~&n En un famoso párrafo de los Rerummemorandarum¡¡br! (1, 19, 3) que nos trae a la memoria el episodio dantescode Farinata y Cavalcante(Nf, A’), herejescondenadosa permanecerinmersosen un cono de sombra que oscureceel presentey les permite conocer sólo el pasadoy el futuro, Petrarcaafirma tener la impresión de encontrarseubicado en el confln de dos pueblosdiversos,siéndole únicamenteposiblemirar haciaadelanteo haciaatrás, puestoque de su propia época, de su momento de vida concreto, sólo puede deplorar la somnolencia y el absurdo interés por actividades culturales inútiles. Sin la recuperaciónfilológica de los clásicosel porvenir seria un miserable montón de ruinas sustentadassobre el vacío41. No obstanteestas declaracionestan cercanasa las de la epístola Senil dirigida a Guido Sette, es justamentela novedadde introducir en los Rerurn la sección de los moderna, la que según Martellotti42 dota de una tercera dimensión a este tratado que, evaluado en cuanto recopilación de exemplahistóricos lábilniente articulados, hubiera sido catalogado,como ha hecho en parte la crítica positivista, entre las estrechascoordenadasmedievalesde las ejemplificacionescon intencióndidáctica. 128 En el libro II aparecela figura de Dante entre los ejemplos modernos, el cual, a su vez, habla dado una significación bien precisaa dicho apelativo, aunquecontrapuestaen cierta medida,en especialpor lo que conciernea la plasmaciónfáctica de las fuentes poéticas inmediatas,a la concepciónde Petrarca.Es bien conocida la transcendenciadefinitoria del canto XXIV del Purgatorio, en el que Dante, en su diálogo con Bonagiunta,oponeel Dolce st!? nuovo al quehacerpoético de Ouittone d’Arezzo, reprochándolesobre todo, el modo en que habla absorbido y modificado la escuela sícula- provenzal, al colocar en un segundoplano al dfltator, es decir, al Amor en cuantoeje y fuente de inspiración poética43. Sin embargo, es en el canto XXVI en donde se utiliza el término moderno con referenciaa la escuelaencabezadapor Guido Guinizzelli, a quien denomino . u padre 1 mio e de II ahfl... (vv. 97-98>: E ¡o a ful “LI do/el dciii vonrí, cha, quanto duren> ¡‘uso moderno, faranno cari ancoro 1 loro incostrí”. (vv, 112-114) Para Santagatalos apelativosde modernoo arcaico carecende sentidoaplicadosal Petrarcavulgar, ya que es su receptividadhacia escuelas y poetas que un sO/novista del siglo anterior habría consideradopasadosde moda, la que hace de él un innovador. Petrarca é II primo lírico romanzo che guardí a/la tradizione nc/la siga inrerezza; é vero cha eglí la rímpasta sino a renden/a irreconosclblía, ma resto II falto che II suo linguaggio parte da ¡Ontano e ingloba tulle le s¡ra¡lficaztoni succedetes!dal empi della lírica di Provenza.44 129 En la primera parte de la redacción Correggio habría una predilección por los tonos ásperosy resentidoscaracterísticosde la escuelade Guittone, Panucciodel Bagnoy Monte Andrea acogiendo así la tradicción realista que conscientementeseguía el estilo “mediocre”, al que, por otra parte, la retórica asignabala misma dignidad del estilo “sublime”. Arrigo de Settimello, en su elegíaDe diversitaxefortunae, que fue muy estudiadaen las escuelas,había adaptadoen el siglo XII todas las posibilidades de efecto y de elocuencia de los temas de vituperio expresadasen latín por el srrophal, las cántigasy las burlas43. Remontándoseademás a la tradicción provenzal, existía una modalidad de sirventés, el gap, de carácter jactancioso, cuya fuente es paraRiquer el cantarde gestaPé/drinagede Charlemagne, que fue cultivado por Pierre Vidal o Uc de Lescura, y otras composiciones satíricas, como el enueg o el plazer clasificadas dentro de la modalidad arbitrariamente denominada sirventés jug/aresc46. Los subgéneroscitados anteriormentepueden ser, en el nivel temático, una de las lineas remotasen vulgar que convergenen la poesía de invectiva política del Canzoniere. Poesía provenzal introducidano sólo por los trovadoresitalianos que se concentraron en el siglo XIII en la llanura padana, desde el marqués Alberto Malaspina di Lunigiana, pasando por Rambertino Buvarelli de Bolonia, o al famosomantuanoSordello di Goito, quien en el Canto VII del Purgaorio se transformaen la voz de Dante para denunciar la lamentablesituación política italiana, sino que fueron varios los trovadoresque, atraídospor el florecimiento cultural y económico de los comuní y de las cortes, se trasladarona la península,entre ellos, el cultor del género sirventés, Pierre Vidal que pasó algún tiempo con los marquesesde Monferrato, o Raimbaut de Vaquciras 130 protegido por el marquésde Bonifacio, Uno de estos, Uc de Sant Circ cultivó la modalidad del sirventés político que trata de los asuntosde Italia, la intervenciónde los emperadoresalemanesy de Carlos de Anjou o los reyesde Aragón47, aunquequizá su aportación fundamental para la literatura de la penínsulafue la redacción de unas vidas y razós, en torno al 1220, que parecenrespondera un gusto prevalentemente italiano por los comentarios a las composicionespoéticas. Existe además,una vida de Guillem de la Tor, trovador aquitano que visitó numerosasvoces las cortes del norte de Italia, en la que el anónimo autor expone la función de introducción que jugaban las vidas y las razós. Molk sitúa el nacimiento de estos nuevos géneros a finales del siglo XII y principios del XIII y no aceptaque se debieseexclusivamentea la influencia de la tradicción latina (accessusad auctores>, es decir, que el gusto por el comentarioy la biografía del trovador se dan en el momento en que la propia poesía provenzal cuenta con una tradición que, perteneciendo exclusivamente a ella misma47, comenzabaa ser exportada. La singular disposiciónde la poesíay de la prosa en la Vila Nuova acerca,aunque en un modo secundarioy lateral, las vidas y las razós a uno de los primeros intentos de organizarpor medio de una disposición lógica un cierto número de poemas con un denominadorcomún en cuantoal argumento.En el capitulo XXV de ésta Dante hace un comentario sobre el uso del vulgar en la tradición provenzal,para él aún muy próxima, y el papelmarginal que jugarla la prosa en el discurso amoroso,puesto que la forma poética le estáreservadapor completo: E queslo & contra co/oro che rimano sopra a/ira materia che amorosa, con cM sia cosa che colale modo di parlare fosse dal 131 principio 1rovoto per dire d’amore. (Vila NuovaXXV, 7) De una declaraciónde tal calibre se derivan dos importantes consecuenciascon respectoal Canzoniere.En primer lugar es bien sabido que los cancionerospreexistentesal de Petrarca, es decir aquellos que no se limitan a ser una recopilación de rimas sin ningún tipo de articulación interna, se reducen entre los L provenzales, a las dieciséis canciones reunidas en orden cronológico, en los altos 1201-1202por Pierre Vidal, al libro de Guiraut Riquer, a finales del siglo, y al conjunto de 104 poesíasde Cerveteri de Girona que, aunque no siguen una disposición cronológica gozan, al parecer de Riquer, de una cierta trabazón temática4m.Es preciso puntualizarque estascoleccionesde poemas, denominadas “cancioneros”, no pueden rebatir la tesis de un nacimiento endogenéticodel género en Italia, en donde la creación de un nuevo metro, el soneto,habríafacilitado el conceptode libro lírico, y, cuyas conexionesinternas serían la derivación extrema de la unión interestrófica por medio de la anadiplosis usada en la poesía mediolatina49. Ahora bien, es bastantemás que probable, como se deduce de las referencias presentes en el Triumphus ~( Cupidinís IV, que Petrarcaconociera las vidas de algunos de los < trovadores, la de Pierre d’Alverne (‘n 48), la de Jaufre Rudel (y. 52), la de Guilhem de Cabestaing(y. 53) y la vida de Bernart de Ventadorn (y. 55) firmada precisamentepor Uc de SantCire (y. 55), trovador que cultivó la temáticaitaliana y residió en la península”, como anteriormentesefialabamos,El conocimiento de Petrarca de las vidas de, al menos, estos trovadores significaba también el conocimiento de los cancioneros,ya que las vidas y las razós están siempre insertadas en códices líricos. En los manuscritos más ¡ antiguosprecedena cadacanción,mientrasque en los másrecientes ¡32 están colocadasal principio del manuscrito51,pero nunca, y este es el aspectoquenos interesasubrayar,se hallan independientesde las canciones. Los precedentesen Italia también son escasos: el libro de rimas de Guittone pareceestararticuladoen ciclos lírico-narrativos, mientras que, a mitad del Trecento, Nicoló de’ Rossi ordenó una colección de rimas segúnun cierto criterio temático, basadoen la autobiografía, que podría ser, asevera Stussi, quizá el primer cancionero parcialmenteautógrafo que se ha conservado,según el testimonio del ms. Vaticano Barberiniano3953 y del ms. 7. 1. 32 de la Biblioteca Capitular de Sevilla52 La Vila Nuova no es un cancionero lírico, sino haciendo abstracción de las partes en prosa53, al igual que no pueden ser consideradostales los cancionerosprovenzalesen donde,junto a las piezas líricas, se transcribenobras narrativas, la prosa biográfica sobre los trovadores y los comentarios a las composiciones, o incluso la notación musical de las poesías, como en el que se conserva en la Biblioteca Ambrosiana de Milán54, Sin embargola materia subyacente en la obra de Dante, el sentido ascético- simbólico de la renovatío espiritual y de su encarnación en Beatrice, al mismo tiempo que lo alejan de la tradición pretérita, lo unen indefectiblementea la obra de Petrarca, aunque es evidente que éste la reniega y la supera anulando todos los rasgos medievalizantes,tan obvios en la obradantesca.35 La segunda consecuenciaque se deriva de las palabras del capitulo XXV de la Vila Nuova es que, en efecto, Dante reservó la materia no amorosa para la Divina Cominedia, su concepción histórico-política en verso se ciflé a la que aparece en su gran poema,para el que creó un metro a propósito. Petrarca,en cambio, abre en su libro fisuras privilegiadas para dar cabida a 133 composiciones políticas, ordenándolas, en dos ocasiones, topográficamenteen seriescompactas,como es el casodel sonetoy la canción dedicadosa la cruzada o de los tres antiavifloneses.En ese sentido verdaderamenteDante es su maestro negato, pues actuando de este modo, se autoincluye, aunquetardíamente,entre coloro che rimano sopra aUra materia, cuya cabezade grupo era Ouittone y el resto de los poetas que cultivaban el género más o menos y estigmatizadodel realismo, aunque al mismo tiempo compusiesenrimas de amor siguiendola normativadel Dolce sti¡ nuovo. En el norte Niccoló Quirini, veneciano,cultivó la invectiva polémica y escribió sonetoscon clarasinfluencias cavalcantianas56. Es el caso, asimismo, del anteriormentecitado Niccoló de’ Rossi, quien junto a poesíasestilnovistas,compusouna serie de sonetosde corte político-moral en los que protestabacontra las ambiciones expansionistasde Cangrandedella Seala e invocabala intervención del papa Juan XXII y de Roberto de Anjou’7. En las rimas de de’ j Rossi, se advierten puntos de contacto con las escritas por el toscanoPietro dei Faitinelli5’ de él se conservauna canción (Spent’ & la cortesía, spent’ & larghezza), en la que, inspirándose en Guittone, traza el cuadro de una sociedaden crisis, argumento fundamental en Petrarca,y diecisiete sonetos prevalentementede carácter histórico. Otra característicade su poesía política que parece muy interesante son las consecuenciaspsicológicas y privadas que los acontecimientoshistóricos tienen sobre el poeta, sirva el ejemplo el soneto Onde mi dée venir giuochi e sollazzi?, con la inclusión del yo que estarápresenteen algunas estrofasde Spirto gentil e Italia mía, como se verámás adelante.Por otro lado, siempreen Toscana,Bindo Bonichi y sobre todo Fazio degli Uberti, de familia de florentinosexiliados, escribieroncontra la Iglesia. El 134 primero es marcadamenteanticlerical, el segundoen Ji Dinamondo pone en cuestión el poder temporal de la Iglesia dedicando una amplia tirada de versos del segundo libro (vv. 70-lIS) a la encendidapolémica de la épocasobre la donaciónde Constantino, viendo la causade la decadenciade la curia en el trasladoa Aviñón: Ahi quando Ii terrei maggiore¿more chefossemecoe governasseí suol, che dirsí a Vignon papa e emperatore! (vv. 79-81) Es la personificaciónde Roma la que habla. Si estos versos,por el metro y la disposición general de caráter narrativo de la obra se encuadran en la tradición dantesca,por su tono contenido y de lamento dejan traslucir la influencia de las cancionespolíticas de Petrarca?9 Otro aspectorelevante de este poeta, en el sonetoOh fasso me!, quantoforte divaria, es la contraposiciónde la metropolitana Milán y la provinciana Como,siguiendola corriente,tan en bogaen aquellos años, del vituperio contra las ciudades60.Los tres sonetos antiavifloneses se acoplan a esta tradición, pero estrictamente depuradosde connotacionesjocosas,aunquemanteniendola sátira de tipo erótico-lujurioso, en el primer tercetodel soneto136, ligado evidentementea la Sine nomine 18 en donde se cuenta el episodio picante entre un viejo prelado aviñonés y la virgunculam an meretriculam. Una consideraciónaparte merecela canción de Sennucciodel Bene a la muerte de Arrigo VII Da poi ch’ 1’ ho perduta ogni speranza, y no sólo por la relación especialque estepoetamantuvo con Petrarca y por su presencia en el Canzoniere, siendo el 7 135 personaje que aparece,despuésde Laura, en más ocasiones(le dedica los sonetos 108, 112, 113, 268, 287 y 291 en la redacción ¿ Correggio, mientrasque el 144 lo añadiráen la forma Chigi)61, sino porque ademásen esta composición, Sennuccio caracterizasu yo poético con una fuerte dosis de melancolía, estableciendouna equivalencia entre el desvanecersede la utopia política, la desaparición de un soberano pacificador y la imposibilidad de volver a ver a su amada: Piango mía vita poí chedeglí ~ morto lo mio signor, cuí piñ che me amava e per cuí io sperava di ritornar dov’io sarei contento; e or sanzasperanzadi conforto piñ ch’altra cosa la vila mi grava. O crudelMorte e prava, come m’hai tolto dolce intendimento di rivedere il piñ bel piacimento che mai formassenatural potenza in donnadi valenza, la cuí belleza & piena di virtude! (vv. 73-84) Petrarca, al igual que para su expresión civil renegó de las normas establecidaspor Dante,utilizando la cancióncomo vehículo constructivo, renunciótambiéna la maneradel másquerido de entre los poetas contemporáneos,evitando mezclar en un microtexto it . nostalgia amorosay lamento político. Solamenteen el envio de la canción dedicadaa la cruzadaO aspeuatain cid beata et bella hay ~>.. una aLusión al Amor en el diálogo que entablacon la canciónmisma 4> / 1 4 it. _____________ 136 convertida en el destinatario intertextual del mensaje poético (el destinatario histórico sería, según Santagata,Giovanni Colonna di Gallicano). La función de aperturaparael argumentopolítico dentro del Canzoníerees esencial, lo que explica la admonición de los últimos tres versos: Or movi, non smarrir ¡‘altre compagne, ché non pur sollo bende albergoAmor> per cul sí ride el piange. (vv. 112-114) La canción de Sennuccio escrita con ocasión de la muerte del emperador en 1314 y la dedicada a la cruzada de 1333 de Petrarca serían dos textos fundamentalesde transición, por cuanto sobre ellos pesa aún la preceptiva dantescaen lo referente al uso de formas métricasidóneaspara el contenidono amoroso,pero ambas lo transgreden,pues, en el esfuerzo por someterse,entrelazanel argumentopolítico, que es el principal, con un lenguajeamoroso que no es más que una obligada declaraciónde principios. En el comentarioque hace Ponte a los últimos versos de O aspetiata in cje! dice que el poeta incluye esta rima entre las de amor, puesto a’ que este sentimiento puede provocarlo no sólo el altero jume (y. 109), o sea Laura, sino también la patria o la religión”. Otra posible lectura seria el considerartodo el envío una extrapolación 1•• de la reflexión del poeta acercade la legitimidad de usar la forma más ilustre, reservadaen exclusiva para mostrar la gentileza o la dureza de espíritu del autor o de su dama, para animar a los cristianos a que participenen la cruzada.Los versos: 137 canzon,ch’agli occhi miel cela el contende (y. 107) y né Naturapu¿ star contra ‘1 costume. (y. 111) indican un claro conflicto entreel sentimiento que deberíapresidir el libro y la ruptura que, junto al precedentesoneto, esta rima constituía. De hecho, los tres últimos versos (vv. 112-114) supondránuna incongruencia,si se considerael texto en su finitud estática,ya que no tienen en cuentani Spirto gentil ni italia mía. Había que llenar el vacio dejado por el sirventés provenzal, que aprovechandola estructuramétricay melódica de la canción cortés habla sido el segundogran género, como lo demuestrael hecho de que lo sean una tercera parte de las composicionesque se han conservado.Una modalidaddel sirventésera la la cansóde crozada, cultivada entre otros por Pierre Vidal, quien ademásparticipó en ellas, y del que sabemosque Petrarcatenía noticias tal vez por el conocimiento directo o indirecto de su vida. Sin embargo, el sirventés, aparte de alguno que otro denominado fronterizo62, se habla perdido en la lírica italiana, la forma métrica denominadacon el mismo nombre nadatenía en común con la provenzal.Luego, las opciones para dignificar el contenido político formalmente se reducíana dos: crear un metro nuevo, como Dante habla creado la tena ríma derivada del siryentésprovenzal’3, o bien, no ya valerse de una estructurapreexistentecuya poiesis había surgido dentro de los limites de la norma que regia el contenido, es decir, del sentimiento amoroso, sino usar desde el principio modelos estróficos con plena libertad temática. Esta vía, iniciada por los irreverentes poetas realistas, es la que seguirá y normativizará 138 Petrarcaen su Canzoniere. Cierto es que más que influencias de tipo formal, que en Petrarca están siempre reelaboradashasta hacerlasirreconocibles por medio de un proceso de homogeneizaciónque reduce las variantes a un tanto por ciento mínimo, los guittouianos le habrían influido temáticamente.Como ha puesto de relieve la crítica en estos últimos años, las reminiscenciasde los temas políticos- morales del filón realista están presentesa lo largo de todo el Canzoniere, incluyendo las rimas que aquí nos ocupan. La canción 53 contendría numerosascoincidencias lexicales con la canción guittonianaO dolce terra Aretina, mientrasque en la 128 habríauna cercaníaconceptualcon Magní baroní cerIo e regi quasí dedicadaa los señores de Gallura’4. Para Marti es en estas canciones de Guittone en donde se plasmanpor vez primera ciertas actitudesy tonos que luego, despuésde la normativizaciónllevada a cabo por Petrarca, serán la característicaprincipal de la canción política italiana.’5 Por cuanto se refiere a la polémica anticlerical del tríptico contraAviñón, Ugo Dotti afirma que, dentro de la corrientegeneral de la producciónliteraria desdefinales del siglo XIII y durantetodo el siglo siguiente,eran tres los filones que se podíandistinguir. En primer lugar estaríala vertiente de la polémica docta e histórico- jurídica representadapor Dante, Marsilio y Ockham. En segundo lugar la de la literatura realista en la que participaríanautoresno sólo italianos (Hoccaccio, Sacchettiy Chaucer);y por último una corriente propiamentehumanista, que si por un lado mantiene el tono docto y polémico, por el otro siente una cierta inclinación hacia el retrato satírico, y cuyo iniciador sería el Petrarcade las Sine nomine y de los sonetos vulgares contra Aviñón”. Pasquiili rechazatal división alegandoque en la obra de Dante estaríael 139 origen de estas distintas corrientes, que en realidad serían sólamentedos, una literaria, en la que la polémica se remitirá a una serie de tópicos de tipo culto y convenciones formales, que partiendo de Petrarcase extenderíahastaFazio degli Uberti, Franco Sacchetti y Simone Serdini, y otra religiosa que, atendiendo a razones de orden místico o metafísico, habrían iniciado Santa Brigida y Caterina da Siena, y en parte habría sido recogida por GiannozzoSacchettiy Antonio degli Alberti. Estasdos líneas, para Pasquini, también se hallarían ya configuradas en el cierre del Purgatorio y en los cantospolémicosdel Paradis~ La dificultad de trazar límites tan concretoses evidente en el hecho de que Antonio degli Alberti no sigue, en líneas generales, una tendencia opuesta a la de Petrarca, de quien fue un fiel seguidor, como lo demuestrapor ejemplo el soneto Om& II bel viso e om& Ji do/ce sguardo que imita al 267 del Canzoniere escrito con ocasión de la muerte de Laura, y de cuyo incipil cambia sólo una palabra (soavepor do/ce), aunqueéstano es una rima política. Si lo es el soneto O giustízía di Dio, quanlo tu pení, cuyo segundo terceto, La avara Babilonia atierra e paga, si ch’ a 1’ opere tite non metíapregio, e glí suoi vendítor cacciadal tempio. (vv. 12-14) da la medida de la influencia de la poesíapolítica de Petrarcay del escasotono místico de algunasde las composicionesde Alberti, En cambio, en Giannozzo Sacchetti si se advierte un gusto por la inutilidad del cuerpo físico y una tensiónreligiosa de autoanulación típicos de la lírica mística, quizá porque tuvo la oportunidad de 140 mantenercontactosdirectos con Caterinade Siena63. Más que señalar los limites en donde empieza o acaba el género, encerrandoa los autoresen compartimentosestancos,o la discursión acerca de a quién correspondela primacía de la rima polémica de carácterpolítico, creemos,con Suitner, que es preciso encauzarla dentro de toda una tradición, que, proviniendo del sirventós provenzal, será desarrolladapor los poetas jocosos y realistas de Duecento, fijada temáticamentepor la Commedia y homogeneizadaestilisticamentepor el Canzoniere.Todo ello en un clima de efervescencia en el que los continuos cambios de la realidad acrecentaban la complejidad de las relaciones que constituíanel armazónde los idealesque inspirabana los poetas.El traslado de la sede papal a Aviñón supone la introducción de un nuevo motivo en la poesíaanticlerical. Si anteriormentela poesía realista habla utilizado el vituperio para expresar la toma de posición de un poeta que se adheríaa la política de un determinado comune frente a otro que en esemomentoera su enemigo,como hizo Ouittone d’ Arezzo, ahora esta tradición se une a la lírica que critica la corrupción y el enriquecimientode la Iglesia. La adición de estos dos motivos queda reflejada perfectamenteen los tres sonetos antiavifloneses, en los que se encuentransintetizadosla sátira erótica, la crítica a la riquezay la contraposiciónentre Roma y Babilonia. 3- Razonesde la presenciadel temapolítico Anteriormente se ha avanzadola hipótesis de que las rimas políticas sustenten su cronología en las de aniversario. La introducción de motivos históricos en el desarrollosintagmáticode 141 la obra no suponepuesuna ruptura del ritmo temporal de la ficción amorosa,ordenaciónque es especialmenteevidente en la redacción Correggio. ParaPaul Zumthor la veracidad de los acontecimientos históricos es un factor secundario respecto a la discursividad emanadade la voz individual que narra y a la recepción del texto por parte de una comunidadde lectores: E’ evidente che sioricitá non vuol affatto din veracítá. La síorícitá é ji caratíere di cíO che vital esserecreduto: di cíO che vito/e credere la comunítáche riceve II testo. (. . ,) La “noria” non ~ che una narrazionesovrappostaaglí avvenimenti, e in quanto tale pitO iníeressarela Poetica.” En el Canzonierelos poemaspolíticos estaríansupeditadosa un doble criterio de veracidad.Un criterio intrínseco temático si se consideran como microtextos aislados con un denominadorcomún que les une, y un criterio extrínsecosí se les considerasupeditados a la ficho general de la obra. El primer criterio interesaríaa la comunidad de receptoresdesde un punto de vista sincrónico, es decir, a aquellos que de inmediato eran capacesde decodificar el mensajey recibir o participar directamenteen el impacto social que la difusión de dichos poemastuvo que suponer en los ambientes políticos de la época,especialmenteporque su autor era una figura muy conociday respetadaque se situaba a si mismo por encima de cualquier partidismo que pudiese estar auspiciado por intereses coyunturales.Si es evidenteque el público elitista destinatariode la práctica poética de los estilnovistas habla desaparecidopara abrir paso a uno nuevo más heterogéneoy que no considerabaya como uno de los rasgosde definición social el interés por la poesía, es cierto, asimismo, que la selección de argumentos por parte de 142 Petrarca, la plena actualidad del llamamiento a la cruzada, de las guerrasendógenasen la penínsulay el exilio del papadoen Aviflon, debieron suscitar reaccionesencontradas,y seríanestos los textos más comentadosen los círculosde poder, tanto en la curia como en los diferentescomuní o en las cortesde las nacientessignoríe. Habrá que preguntarse,en consecuencia,cuáles fueron las circunstanciasque indujeron al poetaa escribirsusprimerospoemas políticos, en qué momentoy por qué decidió transgredir la norma impuestapor los aristocráticosrimadoresdel siglo anteriory por el mismo Dante. Interrogación que podría también aclarar un punto oscuro de la crítica petrarquista: ¿por qué la canción 28 (acompañadapor el soneto27) no ha sido considerada,en repetidas ocasiones,una composiciónpolítica?. Probablementea finales de 1332 el joven Petrarcaescribióuna carta (Epystole 1. 3) en hexámetroslatinos a un fraile dominico de Siena, Enea Tolomei, en la que traza un cuadro vigoroso de la situación en la que se hallabaen esos momentosel norte de Italia, amenazadapor la política del papaJuanXXII, que deseabainstaurar un gobierno laico que dependiesedirectamentede la Iglesia. Contra estaspretensionesse habíaformado en Ferrarauna Lega, en el mes de septiembre,en la que participabanpor vez primera tanto gilelfos como gibelinos, quienesdejando a un lado los partidismosse unían en la empresacomún de oponerseal papay al rey de FranciaFelipe VI. Según ha podido demostrarhacepoco tiempo Michele Feo, esta carta se leyó públicamenteen las plazasde Verona70, ademásde ser difundida por todas las ciudadesseptentrionalespor aquellos que frente a las pretensionesdel papa oponían la autonomía de las ciudades.Al alto siguienteFelipe VI, ante el peligro de que el papa volviese a Italia, instalandoprovisionalmentela sedeen Bolonia, 143 Vedrá & Bologna, e polla nobil Roma. (s. 27, y. 8) decide promulgar una nueva cruzada,aprovechandola circunstancia de que habla sido nombradocapitángeneral de la armadacristiana, Petrarca,sin que se ponga aquí en duda el sentimientoreligioso que le llevó a entusiasmarsecon tal proyecto, debió pensartambién que el compromiso de Francia en una empresatan arriesgada,y lejana geográficamente,acarrearíauna mayor libertad de movimientos al papa y un mayor peso a las voces, que, provenientesde Roma, pedían su regreso definitivo. Sin embargo, el papa muere y su sucesor, Benedicto XII, anula ambos proyectos, la cruzada y la vuelta a Italia. La reacción de Petrarcafue inmediata, le envió varias epístolas pidiéndole el retorno de la curia a su genuina sede”, y más tarde ante la frustraciónque le produjo la permanencia del pontífice en Aviñón, le dedicó una Sine nomine (1, 14) en la que le describecomo un viejo ridículo, glotón y borracho. Luego el transfondo de la áulica llamada a tomar las armas contra la diabólica Babilonia es mucho más complejo que un ideal meramentereligioso. Aquella cruzadaera decisiva, más que para la derrota definitiva de los musulmanes,idea que debía de parecer pura fantasíaa cualquieraque por muy idealistaque fuera tuviera la cabezasobre los hombros,parael destinode Italia y de la Iglesia en cuanto institución ligada por la historia y por el derecho a Roma. Son estas las razonespor las que consideramosque la 28, con el soneto introductivo que la precede,es una canciónpolítica generada por las mismasideasy sentimientosque acompañaronla creaciónde Spirto gentil e Italia mía. Durante años Petrarcaes sobre todo un poeta vulgar. En una Senil (y, 2) dirigida en 1364 a su amigo Boccaccioafirma que en su 144 juventud habla pensadodedicarsea la poesíaen vulgar porque le parecía imposible igualar las metas que los clásicos habían alcanzadoen el manejo del estilo y la lengualatina, pero que había renunciado a ello por el dolor que le producía el oír recitar otras poesíasvulgares, como las de Dante, por boca de ineptos.En vista del clima político de aquellosaños, es lógico pensarque estasdos rimas dedicadasa la cruzadatuvieranque causarmás de un sinsabor al joven protegido de los Colonna. Lo cierto es que cuando Petrarcase decide a preparar la colección de poesíasen 1342, la denominadapor Wilkins “primera forma del Canzon¡ere” es muy probableque las dos composiciones no formaranparte de ella. Algún tiempo antes,entre1335 y 1338, el poeta habla recogidounitariamenteventicincocomposiciones,de las cualesdos eran de amigos suyos, como lo atestiguanlos folios ‘7-8, 9-10, 16 y el recto del 11 del códice Vat, Lat. 3196. Excepto la canción incompleta de las metamorfosis,la 23, todos son sonetos. Entre ellos estabaya el que en la redacciónCorreggioocuparáel n0 34 ApoIlo, s‘anchor vive u bel desio. De esta pequeñacolección Petrarca deshechará en 1342, cuando empieza a proyectar un cancioneropropio, cuatro de sus sonetos,colocandoea la posición proemial el 34, así lo pruebala apostillaescritaen la partesuperior del folio 9 vto. del Vat. Lat. 3196: ceptu trascribj et incep. ab hoc loco 1342. Aug. 21, hora 6. Los sonetosincluidos en esta primera forma fueron los numeros 34-36, 41-46, 49, 58, 60, 64 y 69. Seguramentela colección constabade otras composiciones~pero no existen pruebas. Foresti avanzó la hipótesis de que en esta forma estuviesenrecogidos,con algunasexcepciones,las rimas que van de la 2 a la 142, sin embargo Wilkins opinó que tal suposiciónera demasiadoarriesgada,como mucho seríaposible admitir que algunas de las comprendidasentre la 2 y la 33 estuviesenya en ella. 145 Tampoco creía Foresti que el soneto 34 ocupase el primer lugar, pero la prueba de la apostilla es demasiado concluyente. La explicación de Wilkins para dicha elecciónes que: Non & diffic Ile capire perché il Petrarcapensasseche ¡1 n. 34 avrebbepotuto costituire un huon componimentointroduttivo: esso coinincia con un’appassionatainvocazioneclassica e fa riferimento sta al tema di Laura che a quel/o del lauro. 72 Es decir que, ateniéndonossólamentea los datosverificables por medio de las anotacionesdel Lat. Vat. 3196, estaprimera forma del Canzoniereestabadedicadasin duda alguna a Laura, y por ende al Amor, y a la gloria poética. El único sonetocon un destinatario histórico es el 58, como constaen una nota del 25 de diciembrede 1338, enviado a Agapito Colonna junto a tres regalos: una almohada,un breviario o un libro y una copa, para que se reponga, al parecer,de un mal de amores, el siate ormai di voi stessopiú avaro a quel crudel che’ suoi seguaciimbiancha. (Vv. 3-4) que! crudel no puede ser otro que Amor. Los sonetos35 y 36, en especial este último en el que veladamentese alude al suicidio, expresanel estado de postracióndel poeta a causa de la pasión amorosa,con lo que se ligan temáticamenteal dirigido Agapito. Los números41, 42, 43, 60 y 64 insistenen el mito dáfneo, mientrasque 44, 45, 46 y 69 resaltan otros aspectosde su amor por Laura. De ello se concluyeque estaprimera forma, y la crítica lo ha subrayado en varias ocasiones,goza de cierta unidad temática y formal. El 146 modelo estrófico sonetoes único y hay un verdaderotríptico, del 41 al 43, ligado no sólo por el tema sino también por el uso de las mismasrimas. La canción23, de la que ya hablan sido escritoslos primeros 89 versos7t quedó inacabada,y, en consecuencia,excluida de la colección, a pesarde que el tema de Dafne estabaen plena consonanciacon ella, como es palpable,por ejemplo,en los verso facendomíd’uom vivo un lauro verde (y. 39) non di Peneo,ma d’un piú altero fiume, (y. 48) en los que se expresala identificacióncon Laura, aunqueel poeta, en cuanto ser enamorado,no ha sido originado por Peneo,el río de Tesaliapadre de Dafne, sino de otro más altivo, la actitud misma de la amada. Por tanto, si Petrarcano finalizó Nel do/ce tempo de la prima etade ni la corrigió ni empezó a completarla hasta 1350, o sea, cuando habían pasado ocho años desde que había organizado la primera forma del Canzoniere,es lógico que ni la canción28 ni la 53, que ya entonceshablan sido escritas,no fueran incluidas puesto que por su temática eran composiciones coyunturales que no formabanparte de ningúnposibleciclo que el joven poeta tuvieseen mente, Tampoco lo estaríael soneto27 que está saldadosin duda ningunaa la canciónpara la cruzada. Otro dato a favor de que Petrarca pensaseque el soneto deberla ser la forma estróficapreponderantepara su proyecto de Canzonierees que entre 1340 y 1342 escribetres con las fechasde aniversario (79, 101 y 107), estandodedicadoslos dos primeros a 147 una misma celebración, los 14 años de su encuentro con Laura, como queriendosubrayarel hecho, el descubriento,del papel que podía jugar la cronología en el desarrollode su historia amorosa. No hacemos,por otro lado la hilazón numerológicaconsecuentede que los 14 añosaludande algunamaneraa la suma de los versosque componenlos dos cuartetosy los dos tercetos,aunqueseñalamosla coincidencia de éstos con la única fecha que se repite; lo que no deja de ser sugerente74. Las tres composicionesde aniversarioprecedenteshabíansido una sextina (30), una canción(50) y un madrigal (62), aunquecon un ritmo temporal menospreciso.No seríaimpensable,por lo tanto, que si es sólo en la redacciónCorreggiocuandoPetrarcaordenasus rimas atendiendoa una diversidadtemática y métrica reguladapor una cierta cronología, como propugnala conocida tesis de Phelps que corroboró Wilkins, la introducción de las dos canciones políticas, O aspeitata in ciel, precedidadel soneto 27, y Spirto gentil hubiera estado íntimamenterelacionadacon la inclusión de las rimas de aniversarioque no respondíana la norma “soneto”, y a’ con el abandonode la idea de que fuera la temáticadáfneael punto centrípetodel libro. 4-. El soneto27 y ~j~j conexionescon los de amistad y £Qfl. el tríptico antiaviñonés El soneto 27, que abre el núcleo temático político del Canzoniere,contieneen si mismo los argumentosfundamentalesen torno a los que girará toda la visión social que se expresaen las rimas. En el primer cuartetola monarquíafrancesaestá legitimada por el pasado,al igual que el poder que debería imperar en Roma F<4<,, Junii 22, hora 23, Veneris“. La traducción de Cesaranial italiano de la apostilla es: “Caso sirano: questo componímentocancel/ato e rifiutato, dopo averío rile Uo per caso, passattmo/ti anni, lo as.wlsi dalia condanna e lo rrascrissi in ordine immediatamente, non ostante il segno di esclusione,22 ,giugno 1369, di venerdi, all’ora ventitresima“. Para la incorporación y significado del soneto 336 véase WILKINS (1987) Pp. 364-365; Antonio Enzo QUAGLIO Al di lá di Francescae Laura, Liviana, Padova,1973, Pp. 43 ss.; y CARDUCCI (l9S4~¿Pr~cuanto se refiere a la ordenaciónde los últimos treinta y un ~oernas: WILKINS (1987) Pp. 376-77 y el se undo Apéndice en QUAGLIO (1973) Pp. 31-56; y SANTXGATA (1992) PP. ~33-335 y su EsquemaVIII en p. 348. 20- AMATURO, Raffaele. Petrarca, Roma-Bari, 1974, p. 246. 21- ECO, Umberto. Lector in fabulo. Bompiani, Milano, 1979, PP. 61-62. 22- MOMIGLIANO, Attilio. Introduzione ai poeti. Sansoní, Firenze, 1964, Pp. 7-23. Publicadopor primera vez en “Annali della CattedraPetrarchesca”, 1937. 23- CONTINI, Gianfranco. Preliminari sulla /in&ua del Petrarca, publicado actualmentecomo introducción a F.Petrarca Canzoniere.Einaudi, Tormo, 1964. 180 24- DUCROT, Oswald. Lenguaje y acción, en Oswald DUCROT y Tzvetan TODOROV Diccionario enciclopédicode las ciencias del lenguaje. Siglo XXI, Madrid, 1983, Pp. 380-386. Nos servimos de la dívísion de los actos del habla en locutorio, ilocutorio y prelocutorio, propuestapor Austin y comentadapor Ducrot. 25- BACI{TIN, Michail. Estetica e romanzo.Einaudi, Tormo, 1979, p. 95. Nos basamosen la delimitación que el autor establece entre la lensua en la obra poética y en la obra en prosa, en el capitulo dedicadoa La parola nel romanzo,en el que se exponela tendenciaal rechazo,por parte del poeta, a usar “lenguassociales” or cuanto objetivas y socialmentelocalizadas.En especialpp. 92- 26- SUITNER, Franco. L’invettiva antiavignonese del Petrarca e la poesia infamante medievale. “Studi petrarcheschi”, 1985, pp. 201-210. 27- BACHTIIN (1979), p. 95. 28- BARTHES, Roland. 11 grado zero della scrittura. Einaudi, Tormo, 1982, Pp. 16-22. 29- SUITNER (1985), Pp. 202. 30- BARTHES (1982), p. 17. 3 1- PASQUINI, Emilio. JI mito polemico di Avignone nei poeti italiani del Trecento,en AA.VV.,MAsp etti culturail della societá italiana nel periodo del a ato avignonese”.Accademia Tudertina, Todi, 1981, Pp. 257-309.Las observacionessobre las fuentes dantescasde los antiaviflonesesaquí citadas están en PP. 269-270. 32- VÁVARO, Alberto. Literatura románica de la Edad Media., Ariel, Madrid, 1983, Pp. 50-56. Siguiendo a Lausberg y Auerbach, Vávaro establecela distinción entre alegoría,cuyo fin es la interpretación del texto, y tipología que, en cambio, interpretala realidad en un contexto de distancíamientocronológico. Sobre la Divina Commediapp. 55-56. 33- ECO, Umberto. Arte e belleza nell’estetica medievale. Bompiani, Milano, 1987, Pp. 72-74. Eco pone en cuestión la diferencia entre el método figural (Auerbach)y el alegórico, aunque es un disenso terminológico. El problema surge porque hasta el romanticismo, hasta Goethe, no se distinguía entre símbolo y alegoría, eran sinónimos. 181 34- CONTINI (1964), pp.XVII-XVIII. 35- AUERBACH, Erich, Mimesi. 11 realismonella lettera¡ura occidentale. Einaudi, Tormo, 1956, Pp. 189-221, 36- DE SANCTIS, Francesco.Saggio critico sul Petrarca, Einaudi, Tormo, 1983, p. 154. 37- BARTHES, Roland. La antigua retórica. Ayudamemoria. Tiempo contemporáneo.Buenos Aires, 1974, ,pp. 20-21. Según Barthes, Cicerón renuncia al “sistema” retorico aristotélico mezclando el empirismo profesional con la apelación a la alta cultura, la cual se transformaen “decorado de la política”, apuesta g~or la claridad y la naturalidad,y exalta, ante to e estilo. Para -nintiliano la escrituratiene que estar lirada al músculoy no a la te 1voz, instalarse en la lentitud ae la mano Por lo que se refiere a la biblioteca de Petrarca,es muy útil y manejable la lista elaborada por Remo CESARANI y Lidia DE FEDERICIS en 11 materiale e l’immaginari, vol. 3 La societá urbana. Loescher, Tormo, 1990, pp.299-303, basándoseen los clásicos ensayos de Giuseppe BILLANOVICH, en especial en Petrarca lelterato 1 Lo scrittoio del Petrarca, Edizioni diStoria e Letteratura, Roma, 1947. Actualmente habría que añadir SANTAGATA (1990) sobrela biblioteca vulgar de Petrarca. 38- Siguiendo las sugerenciasde Auerbach (1956), p. 207, hemosconsultado6. W. HEGEL. Estetica.Einaudi,Torino,1987,p. 1235, y a ella nos remitimos para considerarla Divina Commed¡a como un compendio totalizador y eterno, en cuya “esistenza immutabile immette u mondoviventede/l’agire e del patire umano‘% 39- DOTTI, Ugo, La cittá dell’uomo. Editori Riuniti, Roma, 1992, Pp. 32 y 165JFí autor analizael elogio de la elocuenciade De oratore (1, 3 0-35) poniéndolo en conexióncon la visión política de Petrarca, y con las ideas nacionalistasexpuestasen la epístola Familiar 1, 4 (2-4), cuando afirma que nadie podrá negar que ser italiano es más illustre que ser griego. Por la que respectaa Quintilíano, Dotti, PP. 45-48, recuerda que el concepto de imitación de Petrarca(Fam. II, 8; y XIII, 2) se basatanto en éste como en Ad Lucilium de Séneca,del que extraeel denominado “processo di mellificazione”, segúnel cual el escritor debe proceder como las abejas, que extrayendo el néctar de las flores lo transformanen una sustanciadiferente. 40- BELTRAMI, Pietro O.. La metrica italiana. 11 Mulino, Bologna, 1991, Pp. 81-85. La observación sobre el soneto y el género cómico-realista es de Pier Vinoenzo MENGALDO. D. Xligh en De vu¡gari eloquentia, .1, Introduzlone e testo. Antenore, Padova, 1968, Pp. XCVI LI -XCIX. 182 41- DOTTI (1987), p. 129. 42- MARTELLOTTI, Guido. Introduzionea F. PetrarcaProse. Ricciardi, Milano-Napoli, 1955, pp. X-XI. 43- Milano, SEGRE, Cesare. Lingua, stile e societá. Feltrinelli, 1991, Pp. 95 Ss,. 44- SANTAGATA (1990), p. 99. Para poetas del s. XIII en el Canzoniere,véase en cap. Poeti italiani del Duecento,PP. 95-156. la presenciade los el mismo ensayoel 45- SAPEGNO, Natalino. Compendio di Storia della /etteratura italiana, vol 1 Dalle origini alía fine del Quatirocento. La Nuova Italia, Fírenze,1989, p. 23; y VITALE Maurízio. Rimatori comico-realistici del Due e Trecento, vol. 1. UTET. Tormo, 1956, pp. 48-59. 46- RIQUER, Martin de. Los trovadores. Planeta,Barcelona, 1975, Pp. 57-59; y VITALE (1956), Pp. 48-59. 47- Bologna, MÓLK, Ulrich. La lirica dei trovatori. 11 Mulino, 1986, Pp. 104 ss. 48- RIQUER (1975), Pp. 16-17 49- SANTAGATA, Marco. Dal sonetoal Canzoniere. Liviana, Padova, 1979, p. 123. En el capitulo La storia del genere canzoniere Santagatadefiende la tesis del nacimiento autónomodel género conzoniererespectoa la tradícionprovenzal,aunqueadmite, siguiendo a Pellegriní (véasela nota 39 en la p. 137), una posible iniluencia de las vidas en la idea de libro. 50-. MÓLK Mareo ARIANI al Mursia, Milano, 1 (1986), Pp. 176-179. Son importanteslas notasde Triumphus Cupidinis IV, en T. PetrarcaTriumphi. 988. 51- MÓLK (1986), p. 105. 52- STUSSI filología italiana. ~1 Alfredo. Nuovo avviamento agli Mulino, Bologna, 1988, p. 26. 53- SANTAGATA (1992), p. 113. 54- RIQUER (1975), Pp. 13-14. 55 SANTAGATA (1992 denominación maestro negato, referida SANTAGATA (1990), Pp. 24 ss. 204-234. La posterior a Dante, proviene de studi di 183 56- CORSI, Giuseppe.Rimatori del Trecento.UTET, Tormo, 1969. El sonetoL’or~ogtio e la superbia ch’en vui regna, , Pp. 61- 62, es una exhortacion para que los seflores venecianosabandonen su actitud hostil hacia Clemente V, por el que habían sido derrotadoscuandohabíanpretendidoapoderarsede Ferraraen 1309, y aunqueningunaligazón formal le une con la canciónItalia mia, el punto de partida discursivo, el reprochecontra los seilores de la guerra, es similar. 57- MARTí, Mario. Poe:i giocosi del tempo di Dante. Rizzoli, Milano, 1956. Sobre la ordenación del canzoniero de Niccoló de’Rossi: Furia BRUGNOLO. 11 Canzonieredi Niccolc3 de’ Rossi 11. Lingua, tecnica, cultura poetica. Antenore.Padova, 1977; y SANTAGATA (1979). 58- MARTí (1956), Pp. 419 y 435. 59- De Bindo Bonichi son especialmenteinteresantessus cancionescontra la corrupcióndel clero y en defensade la libertad de los comuni, sirva de ejemplo Poi Dio creó Adamo en Natalíno SAGPEGNO. Poeti minori del Trecento. Ricciardi, Milano-Napoli, 1952, Pp. 299-301. En cuanto a los versosde Fazio degli Uberti, 1/ Ditiamondo e le Rime ed. de GiuseppeCORSI. Laterza, Bari, 1952, PP. 119-120. 60- Parala interpretacióndel sonetoSUITNER (1985), p, 205 61- Sobre la relación entre Petrarcay Sennucciodel Bene véase Joseph A. BARBER. 1/ sonetto CXIII e gli altri sonetti a Sennuccio. “Lectura Petrarce”, Olschki, Firenze, 1982, Pp. 21-39. Para la canción: Piero CUDINI, Poesia italiana del Trecento. Garzanti, Milano, 1978, Pp. 18-24. 62- Acerca de Pierre Vidal y la cansó de crozada véase RIQUER (1975), Pp. 57-58. Sobre el sirventés italiano se puede consultar W. Theodor ELWERT. Versificaziofle italiana dalle origini al nostri giorni. Le Monníer, Firenze, 1989, Pp. 141-143. DeF sirventés fronterizo habla Pietro O. BELTRAMI en La metrica italiana. 11 Mulino, Bologna, 1991, p. 86. 63- ELWERT (1989), Pp. 143-145;y BELTRAMI (1991), Pp. 88-92. 64- SANTAGATA (1990),Pp. 128-137. 65- MARTí, Mario. Realismo dantesco e altri studi. Ricciardi, Milano- Napoli,l96l~ PP. 143-145. E ~84 66- DOTTI, Ugo. F. PetrarcaSine nomine. Leitere polemiche e politiche. Laterza, B ari, 1974, pp. XXVII-XXVIII. 67- PASQUINI (1981), Pp. 259-262, 68- CUDINI (1978), Pp. 141-142. 69- ZUMTHOR, Paul. Semiología e poet¡ca medievale. Feltrinelli. Milano, 1973, p. 30. 70- FEO, Michele. IL Petrarca ritrovato. “Reporter”, junio 1985, Pp. 14-19; y Ii Petrarca di Gofha e 11 poeta in piazza, en “Nuovo Y eronese”,septiembre1986,Pp. 28-29. 71- WILKINS (1987), p. 53 y DOTTI (1987), p. 33. 72- WILKINS (1987),pp. 336-340. Polemizacon la hipótesis expuestapor Arnoldo FORESil en II primo nucleo del Canzoniere. “Convivium IV”, 1932, Pp. 321-343. 73- SANTAGATA (1990),pp. 273-290, Sobre el mito dáfneo véaseMaría HERNANDEZ ESTEBAN, La fusión mítica de Petrarca en Apolo. Aspectos de la poética petrarquesca. “Analecta Malacitana” VI U, 1985, PP. 123-143. 74- PÓTTERS, Wilhelm. Chi era Laura?. Strutture unguistiche e matematichenel Canzonieredi FrancescoPetrarca. II Mu] mo Bologna, 1987. SegúnPóttersla ordenacióndel Canzoniere responderíaa un esquemamatéinatíco que se pondría en relación con la estructuradel soneto,y cuyo valor equivaldríaal t’? griego. 75- ORELLI, Giorgio. 11 suono del sospirí. Einaudi, Tormo, 1990, p. 41. 76- CONTINJ (1964), p. XXXVIII. 77- Sobre la falsa concepciónde Petrarcacantor de la paz SANTAGATA (1992) ha escrito unas irónicas líneas que creemos merece la pena reproducir: ~~11vero Petrarca & dunque ben diverso da! “cantor della blonda Avignonese” che nel melodramaverdiano “supplica pace” e presta le paro/e al Boccanegrache “va gridando. pace ¡ E va gridando: Amor!”. E’ vero che la canzonealUDalía “va gridando: pace, pace, pace” (y. 122), ma basta leggere q¡¿el/a scrit ta, solo pochí anní prima, a celebrare la liberaziofle di Parma dalia “tirannide” degíl Scaligeri (“lo spietato morso ¡ del tirannico dente empio e feroce”, vv.28-2 8) da parte di Azzo,per costatare quantopoco irenico, in realtá, egil fosse quando erano in bailo glí interessi della suaparte o del suoi amiol” , p. 163. L 185 78- ORELLI (1990>, p. 38. 79- FORESTI (1977), p .27 Ss., 80- LÁZARO CARRETER, Fernando, Diccionario de términosfiIoleigicos. Gredos,Madrid, 1961, p. 319, el- PONCHIROLI, Daniele. Annotazioní a F. Petrarca, Canzoniere, al cuidado de CONTINI (1964). 82- DRUPRÉ THESEIDER, Eugenio. Problemi del papato avignonese.Pátron, Bologna, 1961, Pp. 194-198. El autor recuerda que en su Cronica Giovanni Villani afirma que la promesa del legado papal hecha a la ciudad de Bolonia era sólo un ardid para construir allí una fortaleza, la Galliera, y mantenerlaasí subyugada. 83- DA PADOVA, MARSILIO. JI difensoredellayace. UTET, Tormo, 1975. Carlo MUSCETTA en Crisí e sviluppl ella cultura da? comune alio signorle (publicado como introducción a Raffaele AMATURO, Petrarca. Laten, Roma-Dan, 1974), pone de relieve el éxito del Defensorpacis, que inauguré toda una tradición laica en los estudios jurídicos, destacando en ella el profesor de la Universidad de Perusia Bartolo da Sassoferrato (1314-1357). Interesante es, asimismo, el hecho que ya en 1363 un anónimo florentino vul garizara la obra, aunque traduciéndoladel francés, con el titulo 1) Iftndltore della ,pace, cuandohabíanpasadoa penas cuarentaañosdesdeque Marsilio la terminare.Pp. 7-8. 84- SANTAQATA, (1988), y SANTAGATA (1992), pp. 162- 165. 85- PONTE, Giovanni, F. Petrarca Rime sparse. Mursia, Milano, 1979. 86- DOTTI (1992), Pp. 139-144. 87- MARTELLOTTI, Guido. Storiografía del Petrarca en Sorlul petrarchesehí, al cuidado de M. Feo y 5. Rízzo. Antenore, Padova,1983, pp. 485-486. 88- DOTTI (1987), p. 100, y Marcello AURIGEMMA La Concezione siorica del Petrarca nc1 primo nucleo del “De viris ii/ns (rl bus” en mal medioevoal Petrarca ‘. Olschki. Firenze, 1983 pp. 365-368, Véase ademásla bibliografía sobre el tema en el capítulo “Incertidumbre interpretativay Fortuna de estatesis. 89- DOTTI (1987), pp. 62-63, 186 90- SANTAGATA (1992), p. 182; y PONTE (1979) para las noticias sobre el s. 104. 91- Sobre la cronologíade este sonetoPonte pareceestar de acuerdocon la hipótesis avanzadapor Dante BlANC HL. Sul sonetto CII deIle “Rime sparse” en “Humanítas” VIII, 1953, Pp. 414-423: 92- WILKINS (1987>, Pp. 198-199;DOTTI (1987), p. 313, así como CARDUCCI-FE RA ¡ (1984); acercadel retrato habla en la Seniles, 1, 6. DOTTI (1987), comentala Familiar, VIL 15 dirigida a Luchino Visconti en Pp. 192-193. 93- SANTAGATA (1988), Pp. 85-117. 94- DOTTI (1987), p. 46. 95- DUPRÉ THESEIDER(1961), p. 27. 96- ALIGHIERI, Dante, La Divina Commedia, al cuidado de C. Salman 8. Romagnoliy A. Lanza, segúnel texto establecidopor o. petrocchi, El comentario sobre bis es de L. Pietrobono.Edítorí Riuniti, Roma, 1980, 97- SANTAGATA (1990>, PP. 286-288 para la función de Giove en el envío, Acerca de la canción de las metamorfosisPP. 273-325. 98- YATES, Frances A.. L’arte della memoria. Einaudi, Tormo, 1972, PP. 93-96. 99- SANTAGATA (1990), p. 226. 100- BALDUINO, Armando. Boccaccio, Petrarca e~ a]f rl goeti del Trecento. Olschki. Firenze, 1984. Retomandola opínion e E. BIGI en Introduzione a F. Petrarca. Opere, ed, de E. Bigí e O. Ponte. Mursia, Milano, 1963, p.XXV; Balduino encuadra la experiencia sentimental del poeta en un esquema ético-literario o completamentede implicaciones sociales o filosóficas, pp.riyad Creemos necesario establecer una diferencia entre3-34. experiencia privada y Canzoniere y entre creación autónoma y “escuela” o Itcorniente 101- DOTTI, (1974), pp.180-186. 102- DUPRÉ THESEIDER (1961>, Pp. 102-112. 103- FORESTI, Arnoldo. Da//e prime “alíe .secondelacrime” en “Convivium”, 1940, Pp. 19 ss, para el destinatarioy la fecha del s. 68. 187 104- DOTTI (1987),Pp. 42-43. 105- AGOSTI, Stefano, Gil occhi le chiome. Feltrinelli, Milano, 1993. El autor propone una lectura psicoanalítica del Canzoniere tomando como punto de partida las apreciaciones continianasen Varianti e altra linguistica (en la edición de Einaudi, Torino,1970). Adelia NOFERI adoptó ya algunos presupuestosde Lacan en 1/ gioco delle trace. La }luova Italia, Firenze, 1979, de ellos, nos pareceespecialmenteinteresanteel relativo al instinto de muerte como expresiónlímite de la función histórica del sujeto, pp. 56-57. La lectura de Agosti prescindede una perspectivahistórico- literaria, sin embargo,su definición de melancolía,basadaen la de Heideggersobre la nostalgia en tanto que dolore per la prossimitá del lontano, p. 63, es absolutamenteidónea para estos sonetos escritosdurante el viaje a Roma, lejos de Laura. 106- DOTTI (1987), Pp. 86-89. de 107- La Hortatoria Var. 48) recogida en Francisci Petrarcae rebus familiarihus et ariae ed, de O. Fracassetti.Le Monnier, Firenze, 1863. Actualmente también en Epistole al c. de U. Dottí. UTET, Tormo, 1978 pp. 892-918. 108- MANN Nicholas. Estudio introductorio a E. P. Cancionero. Cátedra, Madrid, 1989 (PP. 19-126). Preliminares traducción y notas de Jacobo Cortínes. Manndestacada,de este viaje a Roma, la curiosa mezcla que se da en Petrarca de investi~ación erudita, incapacidadpara observar, pues atribuyó Ponte Sant’Angelo a Trajano, y de nxitificación deliberada,p. 48. 109- La bibliografía sobre la relación entre San Agustín y Petrarca es bastanteamplia, aquí citamos, por orden cronológico: Píetro Paolo GEROSA. L’umanesimo agostiniano del Petrarca, Societá Editrice Internazionale, Tormo, 1927. Carlo CALCATERRA,Sant’Agostinonelle opere di Dante e del Petrarca in Rivista di filosofia neoscolastica,suppl. al vol. XXIII, 1931, Pp. 422-499, ahora en Nella selva del Petrarca, pp. 247-360. Ugo MARIANI. 11 Petrarca e gli agostiniani. Edizíoni di Storia e Letteratura, Roma, 1946. Nicolae ILIESCU II Canzoniere petrarchescoe sanitA¡¿osuno, Socíetá AccadenncaRomena, Roma, 1962. Francesco TATEO. Dialogo interiore e poleinica ideo/ogica nel “Secretum” del Petrarca. Le Monnier, Firenze, 1965. Francisco RICO. Vida u obra de Petrarca 1 Lectura del “Secretum”. Antenore, Padova, 1974: y Petrarca y el “De vera religione”, italia medioeva/ee umanisticaXVII, 1974,Pp. 3 13-364. 110- Sobre el temaILIESCU (1962), Pp. 135-139. 188 111- También sería importante relacionarlo con la función de la memoria. 112- Véase el apartado,en el cp. anterior, sobre los modelos espaciales. 113- BARIHES (1982). Para el análisis de “Babilonia” en el Cancionerenos basamosen las observacionesdel autor acercade la función del nombre propio en En busca del tiempo perdido de Proust, pp. 118-131. 114- FRIJGONI, Chiara. Una lontana cittñ. Sentimenti e imznagini nel Medioevo. Einaudi. Tormo, 1983, en las Pp. 143-144, hablando de los frescosalegóricosde Ambrogio Lorenzetti, acerca de los efectos Buen y del Mal Gobierno, en las salas del Palazzo Pubblico de Siena, la investigadorahaceun interesanteanálisis del concepto visual en la Edad lvi edia de Babylonia, ciudad infernal, cuya fuenteesApocalipsis 17, 3-6. 1 15- BOSCO, Umberto. Petrarca. UTET, Tormo, 1946. En la p. 226 dice “Grande píttore, il Petrarca, non di paesaggi,ma di un paesaggio <1 . .) Ji paesa¡¿gio del Canzoniere lo abb iamo invece tufo, o 9uasi tuno, giá nefdecimo sonetto. HEGEL (1963) compara la eufonía, es decir la perfectacombinaciónentre forma y contenido espiritual, de la poesíaen vulgar de Petrarca la tendenciaen la pintura italiana a idealizar el paisaje,pp. 973-9 4. 116- DOTTI (1987), P. 250. 117- TATEO (1965), en p. 61 pone de relieve la diferente sensibilidad de los protagonistasdel Secretum, en donde se reflejarla una mayor conciencia por parte de Petrarca de la necesidadde un desarrollode la espiritualidad. 118- Véase el c¿p. Le premesse sioriche e teologiche dell “Civitas Dei” en Mario D’AO DIO. Storia del/e dottrine politiche, vol. 1, ECIO, Roma, 1975, Pp. 153-156. 119- PÉiPIN, Jean. Sant’Agostino e la patrística occidentale Pp. 46-61, en La filosofia medievale, al cuidado de FranQoise Chátelet, p. 57. 120- FORESTI (1977), p. 30. 121- FORESTI (1977), p. 102, y SANTAGATA (1988), p. 23. 122- RICO (1974). Después de analizar ampliamente la datación anterior del Secretum en la primera par e e su ensayo, afiTma en la p. SO: “Mientras la acción del Secretum está 189 exp lícitamente fechada en 1342, todo parece indicar que la redacción de la obra tuvo lu~ar años después,entre 1347 y 1353”. Bortolo MIARTINELLI ha discutido esta tesis en 1/ “Secre:um” conteso. Loffredo, Napoli, 1982, defendiendo 1343 como fecha de redacción. Entre las pruebasque aporta Rico está la glosa de Tedaldo della Casa.Éste, cuandoen 1378 transcribió de un original la obra, anotó: “Modo 3. 1353.1349.1347”(en el códice Laurenziano XXVI sin. 9), fechasque corresponderíana la redacciónde los tres libros que componenel Secretum.Martinelli,en cambio, cree que en esos años la obra sólo fue revisada.Toda estacuestiónha suscitado una gran polémica. Hans BARON, de acuerdo con la fecha tradicional en From Petrach ¡o Leonardo Bruni, University of Chicafo Press, 1968, Pp. 5 1-101, ha propuesto 1347 en Petrarh’s ‘Secretum. Jts Making and Its Meaning, The Medieval Academyof America, Cambridge, 1985, SANTA GATA (1992) se adhiere totalmente a la tesis de Rico. 123- DOTTI (1987), p. 166. 124- ILIESCU (1962), en es ecia1~p. 68-69, y 23-24. En éstas últimas se refiere a Giovanni re o CESAREO Su le “Poesie volgari” del Petrarca. RoccaSan Casciano,Cappelli, 1898, p. 123. 125- SANTAGATA (1992), Pp. 148-158. 126- MOHRMANN> Christine. Introduccióp a SA~ Le Confessioni. Rizzoli, Milano, 1992 pp.l5-46. La introducciónestá costituida por dos ensayos publicados vor primera vez en “Convívíum 1957 p». 257-26W’ 1959 p». 1-12. ‘La autora critica la interpreta’ción ¿e Tierre COtJRCEÉLE en Recherchessur les Co,nfess¡ons de saint Augustin., París, l950~ ,según el cual el episodio de Thlle el /egge tiene un si rnfícado alegórico y simbólico, En el manuscrito más, antiguo de ~a obia,, el denominado Sessoriano,en tres ocasionesdiferentes se lee divina en lugar de vicina (es ecce audio vocemde divina domo), a lo que Mohrmann respondeque: 1) este manuscritono es fiable segi~n1amayoría de los estudiosos, 2’> la expresión divina domus es imposible en un texto cristiano del siglo JV,seusabadomusdei segúnuna expresión biblica fija, que es la que San Agustín utiliza en sussermones,3) en todos los demasmanuscritosse encuentradomusdei, La percepción, en uno u otro sentido, que Petrarcapudiera tener de esta obra nos pareceimportante. 127- BACHTIN, Michail, L’autore e l’eroe. Einaudi, Tormo, 1988, p.53. 128- SANTAGATA (1988), p. 14 y nota 2. 129- DUPRÉ THESEIDER(1961), p. 198. 130- SANTAGATA (1988), p. 29. 190 IV- LAS TRESCANCIONESCIVILES 1- Particularidadesmétricasen función del tema No habla faltado la intención por partede Petrarcade resaltar el soneto 27, para equilibrar en su Justamedida la ruptura temática de la ficción narrativa, con un uso de la rima bastanteequilibrado. En la sílabapostónicahallamosun elementonasalunido a la vocal central, exceptoen los versos10, 12 y 14 . Si consideramosahorala composición de acuerdo con el lugar que ocuparáen la redacción Correggio, la uniformidad en esta forma métrica ya habla sido convenientementepuestade relieve en el soneto 18, Quand’io sono tulio yO/lo ¡p; que/la parte, todo él con rimas equívocasque le unen 1 a ¡a tradición de los sicilianos, a Guittone y a Monte Andrea El emparejamientodel soneto 27 a la forma métrica que ocupaba la más alta jerarquía en la escala de los géneros, transgrediendola costumbrehabitual, al menosdurantetodo el siglo anterior de usar el soneto para el intercambio de ideas o para la invitación a ia disgursión2, podría deberse a tres razones fundamentales.En primer lugar a la urgenciade llamar la atencióna las concienciascon su apelación,en vista de que el proyecto para la cruzada cadavez era más débil en las intencionesde los políticos que en ella decían querer participar. En segundo lugar, a la necesidadpersonaldel poetade expresarsus ideasciviles por medio de una forma métrica menos sintética, de más amplio alcance discursivo y con la máxima elevación, en el tono más ilustre, Así pues la elección del “género” canción podría no debersesólo a la búsquedade variedad en las formas métricas, sino a un concreto deseo de que el mensaje fuera correctamenteconsiderado,en su II 191 conipleta significación La terceray última razón seria el enlacecon la tradición vulgar más remota, la provenzal,en la que el sirventés, con la estructuramétrica de la canción amorosa,era el vehículo Ifrico para la transmisión del mensajesocial, La plasmación del pensamientopolítico’ en el Canzoniere, tanto en la redacciónCorreggio como en la definitiva, corre a cargo de la [ovina canción . En este sentido consideramosque la conexión entre el soneto 27 y la canción 28 se adapta,en cuantoal temay la ocasiónpara la que fueron escritos,pero no en cuanto a la forma, a lo que Lotruan denomina simetría especular(“enantiomorfismo” en la traducción italiana que citamos> y que Jak~on utilizó para su teoría sobre la estructuradel soneto,siendo ese tipo de simetría el caso más simple de combinaciónentre la identidad y la diferencia dentro de una estructurasignificativa, y principio generalgenerador de sentido en las estructurasdialogísticast En efecto, este par de líricas que l3illanovich calificó dc sp/endido dililco colonneset se sobreponencomo dos imágenesesencialmentecontradictorias.Las relacionesde simetría sc sustentanen la ocasiónpara la que fueron escritas,cii la cronología de referenciaextratextual,el 1333, y en los probables destinatarios perknecientes ambos a la familia Colonna, tres razones que en realidad no dicen nada acerca el contenido, explican la finalidad pero no las causas,ya que los hechossignificativos respecto a la sintagmáticadel texto son dos, surgiendo ambos dc la disposición consecutivade los poemas, a saber: 1) Rompen, cori un corte absolutamenteneto, con la ficción amorosa,introduciendoun tema nuevoen el Canzoniere, aunqueno ajeno a la concepción global de la poética del autor, como lo prueba,por poner un ejemplo, su poemaAfrica 2) La autoconciericiasobre dicha ruptura estáplenamentepuestaen 192 resaltoen el envío de la canción, y no en el sonetoanterior, ji successor di Kc¡rlo, evaluado en la diacronfa concreta de la formación del Canzoniere, tal vez fuera en el momento de su composiciónun soneto ocasionaldestinadoa permaneceral margen de cualquierposible colección de las Plugo, pues aún en el caso de que en tan tempranasfechas se le hubiesepasadopor la mente la construcción de un posible Canzoniere, éste, quizá Fajo la subterráneainfluencia de la Vila nuova, hubiera sido destinado a seguir las pautas, inés o menos elásticas, de la lírica amorosa, probablementeadaptadoal signo de Apolo. También la cancióna la cruzada pudo tener en el origen ese carácter ocasional, pero el espacioque concede el envio para desvelar la propia convención métrica, le permitió engarzarla,antes o durantela formación de la redacción Correggio, con la ¡lot/o dedicada a Laura, tal vez reescribiéndolaen su totalidad o en la parte que correspondea los tres últimos versos, en los que se la pone en conexióncon las otras cancionesamorosas. En los versoscentralesde la estanciaV de O aspee/ala in cie/ La finalidad es convenceral destinatariopara que use sus dotes de orador con la intención de superarel ¡mpasse en el que se hallabael proyecto para la cruzada,se le ruegaque muestresu elocuencia,con La palabra y con sus escritos (vv. 66-67), para que Italia se despierte al son de su clara sermón (vv. 70-71). Lo que se unirla con la observación de Montanari de que la poesía durante el Tracen lo se consideraba aún como una forma particular de elocuencia,por lo que seguíael entramadológico de la retóricade La oración, siendo utilizada para argumentosde exhortacióncivil o de caráctersacro.La canción28, y las otras dos cancionespolíticas, responderían,entonces,a distintosesquemasretóricos. O aspee!ata in o/el se dividirla en un exordium en la primera 193 estrofa, una narrarlo en las tres siguientes,donde se describenlos hechos,una confirmado y una disgresio en las dos últimas, paradar pasoa la ~‘oncI»sio o peroro/lo en el envío. El esquemade Spirto gentil seria notablementediferente y no responderlaa los cánonespurosde las disposiciónretórica, después de un largo exordio mezclarla la narrarlo, la confírmano y la peroral/o, aunque Montanari admite que la situación respectoal canonretórico empeoraen Ita//a mía, es la distensiónde las partes la que dota de equilibrio a la composición.5 Las apreciacionesde Montanarí son interesantessobretodo en relación a la canciónpara la cruzada,puesto que el descubrimiento del destinatario ha girado siempre entorno a los versos que lo describencomo un clérigo o religioso que manejabacon destrezalos resortesde la elocuencia,y en ellos ha profundizadoSantagatapara demostrarque no es Qiacorno, sino Giovanni, el fraile Colonna, el interlocutor de Petrarca’.No sería impensableque el poeta hubiera adaptado conscientementeel esquemaa las más extrictas normas retóricas, combinandoadmirablementela apelacióndel mensajecon la forma misma. No obstante,el denominadorcomún más evidente entre las tres cancionesciviles es que son “canciones-sirventés”de tipo guittoniano, segúnla definición de Elwert en su articulo sobre la variedad métrica y temática de las cancionesen función de su distribución en el Canzonie re’, porque se ajustan, en cuanto al contenido a los sirventés provenzales,y en cuanto a la forma al modo de construir las cancionesde Guittone, que en las didácticasy ¡ moralessolía usaruna s/rma bastantelarga en contraposicióncon la fronse, como se puedecomprobaren Vergogna1w, lasso . . •, con el porcentaje6: 12, o en Ahí, quan¡’ho un ejemploextremocon 4: 15. Ahora bien, Elwert omite que el modelo métrico adoptadopara la tématicapolítica es el mismo que el de las que él llama le tre 194 colonno del Canzoniere9, las tres composicionesfundamentalesde su arquitectura:la 23, por ser la primera canciónque apareceen el eje sintaginático; la 264, porquees la primera en la parte In marte; y la 360, que sería la conclusiva,ya que la dirigida a la Virgen, la 366, funciona como explica. A estas tres añade Elwert la 119, también de tipo guittoniaflo, que equilibraría la distanciaentre la 23 y la 264. Convendríarecordarque Foresti hablanotadoya la unión temática y métrica del grupo 119, 264 y 360, y sus puntos de contacto con la apertura del libro tercero del Secreium, por desarrollar,respectivamente,los motivos de la gloria, del descarrío y el del procesoal amor delantedel tribunal de la razón.’0 Es irrefutable la función estructural del grupo, sin embargo disentimos de las aseveracionesde Elwert cuando niega cualquier papel constructivo a las cancionespolíticas, las cualesse limitarían a mezcíarsecon las amorosasen la parte In vito, pues obvía la dialéctica cronológicaentreestasy las rimas de aniversario,actitud lógica en cierta medida, puesto que declara que él estudia las cancionesen la redaccióndefinitiva y no en las distintas etapasde la formación del libro’’. Pero con respectoa la temática deberla resaltar, al menos, la canción 28 por abrir el núcleo de contenido político, e introducir la innovación de la forma métrica que el mismo estudiosoaisla adosándoleel justo calificativo de sirventés. Excepciónhechade estasalvedad,quedabastanteclaro, despuésde la lectura de este ensayo, que Petrarca utiliza un determinado modelo métrico parasus cancionespolíticas, el guittoniano(opuesto al purarchesco y al provenza/e). Petrarca eligió con especial cuidado el tipo de convención métricacon el que exponersu pensamientopolítico, procurandoque las cancionestuvieran la suficiente amplitud y desenvolturaen su estructura para afinar los matices del mensaje,equiparándolasde — r 195 este modo, en su precisión, a aquellas en las que expresabalos momentosálgidos dc su historia interior, y a las que había asignado la función de ser los pilares de la sintagmáticapuramentediscursiva del texto. Todo ello a pesarde que sigue con fidelidad, exceptoen el tríptico 71 73 dedicado a los ojos de Laura, la norma de los trovadoresdc que cada canción debeposeeruna disposiciónmétrica singular. El traspasode un soneto,el 27, a tres cancionespara expresar la temáticapolítica debe correspondera la necesidadde Petrarcade ampliar el periodo que normalmenteocupa Los dos cuartetos,en la estanciade la canción’~. El cambio de rima, aunquesc siga el mismo arden, de una estancia a otra, aligera la carga de la selección lexical, permitiendo una mayor libertad, aunquequizá una menor eficacia, a la hora de transmitir un determinadomensaje. La descripciónestróficade las tres cancioneses la siguiente: Canción 28: ABC, BAC 1 C, DeED, E, FdF. Canción 53: ABC, BAC 1 C, DEED, dFF. Canción 128: AbC. BaC 1 o, DEed, d, fOfO. En las tres el envio es igual a la s/rrna, El número de versos dentro de cada estrofa es dc 15, 14 y 16, respectivamente,y el númerode estrofases de sietemás el envio en los tres casos. Es necesarioobservarque el desequilibrioen la comparecencia de endecasílabosy heptasílaboses notorio. En la 28 el porcentajees par a 13/2, en la 53 es dc 13/1, mientras que en la 128 es mucho más armónicocon 9/7. sí lo parangonamoscan el número de versos que establecenla diferenciaentre¡roma y arma, 6: 9, 6: 8 y 6: 10, se deduceque la desigualdadmétrica es un principio constructor más potente que el que se da en el eje vertical, aunque semejante k 196 apreciación sirve para un nivel muy superficial, porque la desmembraciónrítmica de los endecasílabosen dos hemistiquiosde 7 y 5 sIlabas, o viceversa,segúnla calda del acento,estableceuna equivalenciasecundariaentre las dos diferentesmedidasde versos, Con ello no se entiendeque el verso sea realmentedivisible, sino 13que su ritmo sigue estaspautas , aunque en el origen, los versos cortos, segúnD’Ovidio, son miembros o fragmentosde un ritmo más largo, que aparentementese han transformadoen autónomos,o han alcanzadoverdaderaautonomía,’4 El verso más elevado, según la normativa del Trecento es el endecasílabo,y Dante, por ejemplo, sólo utilizó esta medida en Donne ch’avete /ntclIetto d’amore, pero seria Bembo en sus Prosa quien, basándoseen los Fragmento, elevó a canon el uso de Petrarca’5.La canciónexcelente,por lo tanto, será,en principio, la compuesta por un mayor número de ellos. La canzonetta se distingue,en cambio, por el predominiode heptasílabos”. Desde el punto de vista de la medida silábica, la diferencia sobresalienteentre las cancionesy los sonetosdel tema político del Canzon¡ere, pensamosque generalizablea todas las rimas, es que en los sonetos la isometríapresuponeun alto grado de identidad que deberá contraponersea una enorme concentración en el plano rítmico-fónico, siendo a partir de este presupuesto de donde proviene la explicación de la rima uniforme del soneto 27 con la preponderanciacasi absolutade elementosnasales,como ya vimos anteriormente,que sirve al autorpararesaltarcon una seuñalmétrica la peculiaridad de su contenido. En el soneto 138, que cierra la serie de los antiavifloneses,y todo el subtema,hay una alternancia en los cuartetos entre -ira/-fa, manteniendo las mismas vocales, vocal palatal + vocal central, con la sola diferencia de una consonante,que para su descargoes sonante. 197 Fubini, analizandolas singularesrimas en -ezzo de los tercetos del soneto 136, subrayóque la crudezasatírica de la rima ambienta la rareza de la situación, es el triunfo de lo extravagante, sin equivalente en los Fragmento, donde normalmentela palabra-rima no se destaca de las demás, proporcionando esa sensación de equilibrio y moderación tan resaltada por numerosos comentaristas’’. Apreciaciones encontradas con las expuestaspor Picehio Simonelli en un trabajo, por otra parte muy preciso, acerca de las estructurasfonéticas en el Canzoníere, en el que afirma que las rimas no amorosasestánconstruidasen generala partir de tramasde semánticasintácticanon accompagnata o soitol/neata da particolarí ricerche di e/feiii fonio! ‘. Obviando el hecho de que el sonido musical de la ri¡na es un derivado no sólo de la fonética, sino también de la semántica de la palabra’9, creemos que la diferenciaciónse debe estableceren primer lugar entre las formas métricaspresentesen el Canzoniere, y, en todo caso,dentro de cada género, como ha hecho Elwert con las canciones,aislar y contrastar posiblesdiferencias,si la hubiera,pararelacionarlasposteriormente con la variedadtemática. El despliegede procedimientoscompositivos rítmicos es tan notableen este grupo, que seria francamentetemerarioestablecerun baremocomparativoque nos indujesea adherirnossin reservasa la apreciaciónhechapor Picehio Simonelli. Hay una riquísima variedad acentualen los heptasílabos,que abarcalos tres tipos rítmicos, con acento en las silabas30 y 60, 10 30 y 60, y, por fin, 20 40 y 60, Los endecasílabospor otro lado, siguen con regularidad la norma mantenidaa lo largo de todo el Canzoniere, con alternanciade acentosen 60 y lOa, y en 40 8~ y l0~. Valgan de ejemplo paradigmático de la admirable variación 198 acentualalgunosde los versosiniciales de la canción128: Italia mía, benché ‘1 parlar sta indarno 60 100 e le piaghe mortal! 30 60 (vv.l-2) placemía/manche’mief sospir’ sían que-ii! 40 80 ¡00 spera ‘1 Tevero el ¡‘A mo, 30 (vv. 4-5) Re flor dcl cielo, lo cheggio 20 40 60 che la pidá che Ti condusse in ¡erro 40 80 100 (vv. 7-8) Con una maestría insuperable el poeta ha combinado los heptasílabosde ritmo anapéstico(y. 2), trocaico-dactílico(y. 5), y yámbico (y. 7) con los endecasílabos.Nótese especialmenteel equilibrio del númerode acentosen las parejasde versos,y el papel que juega che para reforzar la cesura, en este poema,dondepor el porcentaje 9/7, el más alto en heptasílabosde la muestra, la marcación dc los hemistiquios adquiere un valor estructural esencial.Se podría decir que la dualidadmétricaposeeun carácter dialéctico, a desigualdadde medidase oponela semejanzaacentual. Pero la singularidadde la estrofa inicial, en la que radica el 199 arte de la canción20,por su capacidadmodelizadora,está subrayada también por la enormepotenciade sus rimasy de las relacionesque entre ellas se establecen,siendo el ejemplo más palpableel de la canción53, con la acumulaciónde los sonidospalatalesdistribuidos en la ¡ron/e: reggi-correggi (que es ademásuna rima derivada), saggio-viaggJo; y en la sirma: raggio (verso de vuelta), vergogní- agogni, svegli-capegli. De los seis versosque integran la ¡monte, cuatro estánunidos por una rima cuya única variación es la vocálica, aunquesemejante artificio nada tenga en comúncon el que emplearonlos provenzales basadoen la aperturao en la cerrazónde la vocal tónica, que se perdió en Italia por la carenciade esa distinción en el siciliano ilustre21, ni tampoco, por el cambio de género y de código linguistico, con la rima de variaciónvocálicaque utilizará la poesía burlescaduranteel siglo XVII. La fuerza de los sonidos dominantesen la fronte se expande hacia la sirina con el verso de vuelta que, a su vez, entra en conexión con los otros dos paresde rimas ya señalados,Los otros cinco versos restantes responden,asimismo, a una fórmula bien definida: sonante (nasal o líquida) + consonante.En la fronte: albergo-yerga, y en la sirma: spenta-senta-lenta. En la canción 28 la concentraciónde la rime es menosdensa. Hay una predominancia de consonantes liquidas geminadas distribuidas en la estancia1: bel/a-anceila (vv. 1-5) y spal¡e-va¡Ie- ca/le (vv, 8-11-14), coincidentes con el elemento sonántico de carca-varca~barca (Vv. 3-6-7), podo-conforto-torro (vv. 9-10-12) y con scio/ba-vol¡a (vv. 13-15); con lo que sólo dos versos con rima dental, humanuade-s¡’rade (vv. 2-4), y situados en el núcleo de la fronte, quedanal margendel sonido preponderante. Por último, en la canción 128, la afinidad entre las rimas de la ¿ 200 primera estrofa, es mucho más leve. Existe mayoría de sonidos vibrantes: indarno-Arno (vv. 1-5), terra-guerra-serra (vv. 8-11-12), ¡ero-vero (vv, 144-16), en analogíacon un par de liquidas, mortal!- qual! (vv. 2-4). El engarceentre la fronte y la sirma estáreforzado por la presenciade una consonantepalatal doble: veggio-seggio- chegg/o(vv. 3-6-7), con la intensidady sonoridadqueaporta. Vistas las tres primerasestanciasde las canciones,la norma a la que pareceresponderla semejanzay la disparidadentre las rimas es que a un alto grado de isometríacorrespondeun gran número de coincidencias consonánticas.Recordemosque la distribución de endecasílabos y heptasílabos era de 13/2, 13/1 y 9/7, respectivamentepara las canciones28, 53 y 128. El acercamiento fónica en estrofas donde la medida del verso es muy regular, por ejemplo en Sp/mro gentil, potenciaun rápido vaciamientosemántico de las palabras que comparten iguales o similares sonidos consonánticosen el eje de la rima, puesto que las empuja hacia la equivalencia. Posteriormente,con la colisión que ello supone, varian su contenido hastatransformarseen lo que Lotman denomina palabrasocasionales22.La repeticiónfónica abre la vía de accesoa la oposición semántica,a una mayor identidad (isometria múltiples repeticionesfónicas) correspondeuna búsquedaacelerada, por parte del receptor,de las potencialesdiferenciasde significado, las cuales al materializarsefácticamentepasana engrosarla carga de significanciadel poema.23 En la estanciade la canción 128, la más heterométricade las tres, con la relación 9/7, donde la repeticiónfónica es menor, el procesode vaciamientode las palabrasubicadasen el eje de la rima está equilibrado con la equivalencia entre el heptasílaboy el hemistiquio de igual medida del endecasílabo.El áreadel espacio métrico, por un lado, y el área del espacio fónica, por otro, se 201 reparten~ alternativamenteY al mismo tiempo, la competenciade dotar de significancia al texto. De ahí, de la suavidadrítmica que de ello se deriva, de la paulatinaacumulaciónemocional que provoca la repetición melódica, y la perfecta adecuacióncon el plano del contenido, que italia mía, sea consideradauno de los momentos cumbre en el discurrir poético del Canzoniere, y epicentro indiscutible de la temáticapolítica. La estanciade las cancionespolíticas formada por un mayor número de endecasílabos,al acatarla tendenciade la concentración en la rima, está más cercana al procedimiento compositivo del soneto, lo que no haría sino corroborar la tesis, mantenidapor bastantesestudiosos, según la cual este último proviene de un estancia de canción, y más concretamente¿te la cobla esparsa provenzal24.Además,las conexionesinterestróficas,en lo relativo a la convención métrica, no existen en estas composicionesciviles, con lo que, en efecto, no es posible considerarque los sonetossean la expresión concentradade una canción completa, como proponía Contini cuando derivaba la unión interestrófica entre cuartetosy tercetosde la de la canciónprovenzala coblas copfinfdos.2’ Sólo un par de excepcionesde tal recurso se podríanhallar en nuestrogrupo, siendoexcesivamentepuntillosos. En la canción 28, entre la IV y la V estrofa: ma ¡uit! co/pi suol commetleal vENto. Dunque oro é ‘1 tEMpo da mitrare it col/o (vv. 60-6Q La asonanciaen el final del verso está conectadacon la del final del hemistiquio. Sin embargo, el verdadero nexo surge del entramado sintáctico del discursocompleto de poemacon Dunque, 202 que resumey extrae la conclusiónde las circunstanciashumanase históricas expuestas en los versos procedentes, y exhorta al destinatariopara que use sus conocimientosde retórica para hacer propagandade la cruzada. La segundaexcepcióntiene un caracter aún más débil. En la canción 53 el último verso de la estanciaIII y el primero de la IV empiezanpor la conjuncióncopulativaer: ET dice: Romamía sará anchor bella, ET se cosa di qua nel cid si curo, (vv. 42-43) La ligazón interestrófica está basada, no tanto en efectos fénicos, como en el empleo, tan frecuente en el Canzoniere, del polisíndeton. Petrarca une únicamenteen cinco canciones las estanciasa imitación de los poetas provenzales:en la 29 Verdí panní, por medio de la rin’¡ disso/nt, en la 105 Mal non yo’ piú cantar, con rimo al mezzo, inspirada en Am ve! yerme/ls de Arnaut Daniel, en la 135, Qual piú divemsaci nova, en donde quedalibre el penúltimo verso de cada estrofa siguiendola rlm es¡ramb, en la 206 5’!’ ‘1 dissi mal que sigue el modelo de las coblas capcoudadas,y en la 366 Vergine bella, con la repeticiónde la misma palabrao gruposde palabrasal comienzode cadaestrofa. Los nexosque Ligaban las estrofasen las líricas provenzales se perdieron en Italia porque la palabra prevalecíaya sobre la música, y, además,porque la lenguaitaliana ofrecíamenosposibilidadesde palabrascon idénticadesinencia.2’ No obstante, el despliegue de recursos empleados para conseguir el efecto rítmico es notable. Las rimas derivadas por ejemplo, son bastantenumerosas.En la canción 28 las hallamos en 1 1 203 la estrofa II SpiratSospir’fl y en la III degno-disdegno. En la canción 53, además de la ya sefialada reggi-correggi, aparecenen la II estancia sparte-pcir¡e, en la III rivolve-involve, en la VI aflende- intende, y por último en la VII acorda-discorda-ricorda. En la canción 128 hay la siguiente relación: II cam.pí-scampi; iv mise- commise, parte-spartc-disparte, pmezzo-dispmezzo; VI dolcemente- mente; y en VII sdegno-degno. Existen también algunasrimas equivocas: en la canción 28: sole-sóle (sustantivo-verbo), dél-dél (sustantivo-preposición y pronombre>,y en la canción 128 legge-Iegge(sustantivo-verbo).Es posible incluso aislar algún caso curioso como el par madre-padre en la canción 53, rima que se podría encuadrar dentro de las denominadasgramaticales,si bien seauna rima entreantónimos. En el eje de la rima de los envíos es notorio que no aparezca ninguno de los recursosrítmicos hastaahora enumerados,Petrarca no interpone la más mínima traba a la apertura del poema. La apelación a la propia canciónes el principal elementode engarce. En el interior de los versos los efectos fónicas utilizados son las asonanciasy las aliteraciones, aunque ciertamente no con excesivaprofusión. Sin embargo,la aliteraciónnominal en el incipil de la canción28 O aspacTATA 1» cJe! BEaTA el BElla posee en sí, por la posición que ocupa, una importante energía rítmica, O, un poco masadelante,en el y. 5 o DIo DILecto,. En la canción 53 hay un característicoejemplo de aliteración en encabalgamiento: 1 204 • . . /1! Nos¡RO caPOROMA, PON’MAN/... (vv. 20-21) Sobresalientealiteración, por otra parte, debido al hecho de que el y. 21 es el de unión entre la fronte y la sirma, con la rima Roma- ch/orno. La aparición de man’ (plural) en el último verso de la estrofaprecedente(con capegil en el limite de la rima), y de Roma en el quinto verso, creatoda una serie de conexionesparadigmática de los procedimientoscompositivos petrarquescospara entablar trabazónentre las estancias. Todavíamás elaborado,si cabe, es el caso de los tres famosos versosque encabezanla estanciaIII: L ‘ANTiCHe Mura CH’ANCHor TeME ET aMA E?’ TreMA’! MoNDO quANDO SI riMEMbra del TeMpoANDa/o e’NDieTro Si rivolve (vv. 29-31) versos que para Sapegnoson l’¡nno dell’umanesimonascente27,el juego de aliteracioneses tan compacto que, hasta la cesura del tercer verso, es difícil separar un fonema del resto del segmento melódico. La canción 128 carecede segmentosaliterativos tan potentes como los vistos en las otras dos, aunque encontramosun grupo de dos versos y un verso solo que coinciden en la presenciade la labiodental.El primero en la estrofaII: Vano error VI lusinga: poco VEdete, el parVI VEder molto, (vv. 23-24) 205 el segundoen la IV: VOs/re VOglie di Vise (vv. 55) En ambasocasioneslos versos dan inicio a la sirma, sirviendo de marcadoresestructuralesa la vez que reiteranla función de retorno a lo ya percibido que cumple la rima. En esta canción hay además una insistente repetición anafórica: QUAL co/pa, QUAL giudicio o QUAL destino (vv. 57) En lo concernientea las asonancias,el y. 58 de la canción a la cruzada gira alrededor de la velar “-o-”, al principio con gran concentraciónpara luego diluir ligeramenteel sonido: pOpO/O ignudO payen/OsO etlentO (vv. 58) La estrofaIV de Spirto gentil goza en los dos primerosversos de una relevanteseñalizaciónpor medio de asonancias,con: LE dOnnE lagrimOsE, el vulgo inerme dE ¡A tEnErA ErAdE, e ¡ vecchistanchi (vv. 57-58) La coincidenciaentre el primer hemistiquiodel y. 57, y el análogo del 58 es casi matemática. Aunque existe también el ejemplo 206 contrario en Italia mía: per píú dOlOr, del pOmpO! ~venzalegge (y. 43) Aquí la asonanciapasa la frontera de la cesura, con lo que, al mismo tiempo, la remarca. La intercalación de una palabra libre (~deb) sirve paraahuyentarla monotoníadel grupo. De las observacionesanterioresparece deducirseque, en las tres cancionesciviles, se da una tendenciageneralizadaa resaltarel áreamedial de la composicióncon una sutil, pero evidente,puesta en prácticade recursosfónicos. Seria poco menos que absurdo considerar, desde una perspectiva evolutiva lineal, que Petrarca superó el modelo provenzalde la construcciónlírica, incluido el político. La máxima originalidad consistió, con arreglo a aquella tradición, en que el poetaelevó a la categoríade canon el prescindir del esquemaprevio de una canciónamorosa,creandouno ex novo. Aunque tampocohay que minimizar la innovación, pues en un aspecto decisivo estas composicionesde los Fragmentase alejan radicalmentede las de los provenzales,en las cuales la carga subjetiva de poema, según la tesis de Zumthor28, carece de importancia, siendo susceptiblesde interpretación, por parte del critico moderno, sólo si se las consideraobjetos de existenciagramatical. El salta cualitativo del Canzoniereseguramenteno se debe a la construcciónintrínseca de las canciones,y en este sentido concordamoscon la afirmación de Elwert de que 1! poetare del provenzalíper ¡u! rimaneva un alto ideale2~ que nuncase propusosuperar,la novedadconsisteen que el yo que cantaes el protagonistaabsolutode un texto unitario, y no de un poema aislado situado dentro de un espacio estético 207 solipsista.Petrarcarevolucionó el panoramaliterario porque, como proclamala famosasentenciade Quaglio, Jde¿per primo un “libro di versi”, ricavandolo da una serie di esperirnentítramite personalesignificativa selezione~ 2- El principio y el final: indicios sobre los destinatarios A pesar de la revolución lírica que supone el que por vez primeraun considerableconjunto de formas métricasdiferentessean el medio expresivo de un yo contradictoriamentecoherente, y exhiban las múltiples facetasy maticesde ese mismo yo respectoa un problema central e irresoluble, la historia amorosa, aunque dejandoconstanciade ciertasexperienciasperiféricasque ayudarían a reconocerlefuera de los limites de la unidimensionalidad,a pesar de ello, es un hecho indiscutible que Petrarca no subvirtió las formas métricas,las fijó y pulió, como decíaContini: si preoccupava di chiudere i suoi spartiti, non gUi di specularesull’ingegnosasorpresa.31 En el esquema de la canción sus principales aportaciones fueron que desestimédefinitivamentelos pentasílabosy las estrofas isométricas,y la división entrepies y sirma es la única que admitía para la estancia. Pero en el camino evolutivo de la canción se mantienelo que Zumthor denominasu arquitectura: (. . .) le sole impos¡zioni che limitano questa libe mM riguardano ¡‘esordio (prima strofe) e la conclusione: a queshdue 208 pum! ¡erminali della canzonesono legati certi motivi specializzati; II sisema non é tuttavia perfettamenterigoroso: ¡‘esordio pu& mancaree la conclusionecomportareo no un commiato.32 En efecto, es el principio, la primera estrofa,la que poseeuna función modelizadora,pues no es sólo la prueba de la existencia, sino que ademásdeterminala categoríaposteriorde causalidad.En el De vulgar! eloquentia Dante proporciona una definición exacta del proceso. Porque del mismo modo la canción es el seno que acoje la totalidad del pensamiento,la estancia contiene toda la técnico, y las estancias que siguen a la primera no puedenasumir ningún artificio técnico nuevo, sino que deben secundar el arte de su predecesora. Como ya señalamos anteriormente de las tres canciones políticas, sólo en la primera, O aspecta&1indel, el exordio coincide con la primera estrofa,mientrasque en las otras dos es más extenso, abarcando prácticamente también la segunda. Si comparamos la estrofa inicial de 28, 53 y 128, con la del grupo con el que compartenafinidades de convenciónmétricay en el que se sustenta la construcción de la globalidad del libro, grupo formado por las canciones23, 264 y 360, es obvio que la diferenciano reside en el artificio. En ellas la reflexión acercadel propio yo recorre una trayectoria que parte Nel do¡ce ¡empo de la prima etade (c. 23, y. 1), prosigue con la meditación autocomplacienteacercadel mísero estadode ánimo en el que ha caldo el poeta,1’ yo pensando,el nel pensier ni ‘assale / una píetá si forte di me stesso, (c. 264, vi’. 1-2), hasta deponer toda su historia amorosaante el tribunal que deberá 209 juzgarla Quel’antiquo mio doloe empio signor /fatto citar dinanzí a la reina (c. 360, vv. 1-2). En las cancionespolíticas, aun con la presenciadel yo en el exordio, no hay reflexión, la apelación al interlocutor, encarnado sucesivamenteen el alma, en el espíritu gentil y en Italia, es fática, 34 porque pretendeante todo poner en contacto a los interlocutores el yo está al margende la historia amorosaen la estánengastadas. Petrarcase sitúa así lejos tanto de las cancionespolíticas en las que se mezclabael sentimiento amoroso y el pesimismo civil, como la escrita por su amigo Sennucciodel Bene en 1313 a la muerte de Arrigo Vil Da pol ch’i 1w perduta ogni speranza, donde la imposibilidad de estarcon la amadase equiparaa la pérdida de las esperanzapolíticas, como de la canción atribuida a Bindo di Cione del Frate Quella virtñ, che ‘1 ¡erzo cielo infonde, compuestadespués de la coronación de Carlos IV, en 1355, es decir, cuando quizá Petrarcaya habla tomado la decisión de manteneren silencio lirico sus ideascívicas.3’ En el poema de Bindo la personificación de Roma, quejándose por su actual decadencia,propone una monarquía para la ciudad bajo la tutela imperial36, con lo que gozó de una gran fortuna, como lo atestiguanvarios manuscritos. En ella el autor pide permiso a Amor para exponerel lamento de la ciudad: Ma perch’i’ veggo Italio guas tare, 1’ pr/ego Amor che per sua cortesia ¡anta tríe gua mi día, ch’i’ possa in neo difesa recitare quello ch’io in vision udil narrare o una donna con canuta ohio ma, la qual mi dlsse ch’era ¡‘alma di Roma. (vv. 13-19) 210 Las composicionesde Sennuccioy de Bindo, que podrían ser muestras extremas de un amplio lapso de tiempo dentro del cual Petrarca trabajaba también sobre tema, son significativas porque demuestranque en la primera estanciade los poemaspolíticos del canzoniere, y en cuantoéstaes modelizadorade las demás, en todo el resto de la composición; a) no se mezcla el sentimiento amoroso con el civil; Ii) el mensajepolítico no se plantea subordinadoal amoroso; c) se desarrollaen el plano de lo real, sin recurrir a la vlsiO. De estos tres puntos característicos,el último es también la clave que traza una línea de demarcacióncon la otra gran vertiente de la poesíahistórica de Petrarcainspiradaen el SomniumScipionis ciceroniano. En el poema latino Africa Publio Escipión, en los libros 1 y II. se presentaen sueñosa su hijo, el futuro Africano, para darle a conocer los más famosos hechos y personajesde la historia romana. El punto de arranquedel discurso político en el Canzoniereno se abre por medio de un artificio evocativo, el topos onírico, tan frecuente en la literatura medieval, y al que Petrarca recurre, en cambio, en los TrIumphi37. En el exordio de la canción 53 el sueñode Italia, connotadonegativamente,en el puro sentido fisiológico, dormlrñ sempre,e¡ non fía chi la svegli? (y. 13), es una pérdidatemporalde conciencia,pero no es visionaria en absoluto. No es pues en la primera estancia,como tampoco lo era en el primer soneto,el 27, donde el poeta aporta el enlace conectivo con la globalidad de la fábula, es como ya se ha avanzadoen el envío de la primeracanciónno amorosa,en la 28, El comm¡ato no falta en ningunade las tres, al contrario de lo que sucedeen las cancionesmás vueltashaciala tradición; ni la 70, la de las citaciones,ni la 105, calificada a vecesde frottola, pero que en realidad continúa el género del devinalh cultivado por los 211 seguidoresdel tro bar chis, finalizan con un comnilato. La función esencial del envío, al igual que la contera en la sextina, es cerrar convenientementela composición, y en las cancionesciviles adquiereuna importancia primordial a partir del momento que desde el envío de la 28 la convención métrica del mensaje político se equipara a la de las canciones amorosas, apelación que no es en absoluto ambigua, y se verifica sin excepciónen las tres: Canzon, ch’agli ocohí miel cela e, contende (c. 28, y. 107) Sopra ‘1 monteTarpelo, canzon, yedra! Canzone,lo t’ammontsco (c. 128, y, 113) La puesta al desnudo de la convención métrica, personalizándola,con la acumulación de posibles receptores(el lector, el destinatarioreal, singular o plural, la misma cancióny las cancionesamorosasdel Canzoniere), hace que cada una de estas composicionesse perciba insertada dentro de una categoría muy peculiar, dentro de un límite verdaderamentesutil entre el nivel formal y el semántico,entre el plano de la expresióny el plano del contenido. La unidad del Canzoniere, desde el punto de vista métrico no deja lugar a dudas,es más, es precisamentela apelación que se halla en el envío de la canción 28 una de las huellas fundamentalespara poder considerarel libro como tal, ya que, por una parte, fija en la sintagmática un nuevo subgrupo temático 212 abierto con el soneto que la precede,y por otra actúa de bisagra entre ese conjunto y la totalidad del libro: Tu yedra! Italia e, ¡‘onorata riva, canzon, ch’agli occhi miel cela e coniende non mar, non poggio o flume, ma solo Amor che del srio altero lume plu’¿ m’invaghfscedovepiÑ m’incende: né Natura pitO Star contra ‘1 costume Or mitovi, non smarrir ¡‘altre compagne, che ya sotio hondo alberga Amor, por cuí si ride el piange. (vv. 106-114) Para Santagataes indiscutible que en los tres últimos versos Petrarcadeclaraque es ésta su primera canciónno amorosa.Con la homolgaiyión entre la pietas religioso-patriótica y el amor-pasión (per ciii sí ride e plange) certifica la pertenenciade este texto al resto de su praxis poética39, No podemos, en cambio, estar de acuerdosin reservascon que né Natura puó star contra ‘1 costume (y, 111) sea aquí, como en el tercer libro del Secretum, una aplicación de la doctrina estoicapara condenarla pasión amorosa, que propugna que la bondad del hombre se corrompe en la vida social, En las Tusco/anac (III, 24-25) de Cicerón, las pasiones, divididas en placer y deseo,y miedo y dolor, impedirán al sabio llevar una vida alejadade la muchedumbre,actitud ésta necesariay deseablepara poner en práctica la racionalidaden cada una de las accionesy alcanzarel ideal de existenciavirtuosa. Pasionesque, luego, en la teoría agustiniana serian las que gravarían y confundiríanel alma.40 213 La máxima estoica, en el determinadocontexto de la canción 28, es perfectamenteambivalente,puesto que se puedereferir tanto al amor, que le impide seguir los dictadosde la naturaleza,o sea, comprOmeter5e~con las armasy con las letras, parauna renovación espiritual de la que la cruzada seria uno de los pasosobligados, como puede ser también un reprochea aquellosque por su pasión desmesuradapor el poder político, y por su falta de virtud, retrasaban la marcha hacia Tierra Santa; y, por extensión, una crítica a toda sociedad.Petrarca,desde el momento que en el envio asumela imagen del sabioestoico, es un participanteintelectual, no pragmático,en un acontecimientobélico de la historia. La referencia a Amor, por consiguiente, debe entenderse principalmente como recurso estilístico para suavizar el salto de contenido del poema, mientras que la naturalezaque no puede ser contraria a las costumbresdeberáinterpretarsecomo una confesión propia, pero extensibletambiéna los demás, en el sentido de que el compromiso religioso e histórico está por encima de los deseos individuales. La unión con el soneto 7, La gola e ‘1 somno et ¡‘otrose piume, de argumentomoral, es tan obvía que incluso se repiten las palabrasen rinia, costume, mme, ¡jume. En el soneto nostra natura vinta dal costume(v.4) tiene un significadonetamente ético, no amoroso, que matiza, en la sintagmática del libro, el significado ético-religioso. El principio y el final de las canciones O aspettatodndel y Spir¡o gentil, han sido desde siempre uno de los argumentos favoritos de la exégesispetrarquista,ya que de la primera estrofay del envio, fundamentalmente,habla que deducir quienes eran los destinatariosde ambas composiciones,tema éste muy importante, puesto que, siendo “políticas”, de sus respectivosreceptoresse hubierapodido colegir cuáleseran las ideasciviles concretasque el a — 214 poetahabía querido reflejar en el Canzoniere, Los dos envíos poseenla particularidad, frente a los de las veintisiete cancionesrestantesdel libro, de que la apelacióna la composición se conecíacon un personajereal ajeno a la historia amorosa.En la primera, Tu yedra! Italia et ¡‘onorata riva, 1 canzon. • ,(vv. 106- 107), cl personajeprotagonistaestá en Roma, en las orillas de Tiber. En la segunda Sopra ‘1 monte Tarpelo, canzon, yedra! un cavo/lcr . . .(vv. 99-100) la alusión al Campidoglio romano, en el monte Tarpeio, no deja tampoco lugar a dudas. En ambas pues están delimitados el personajedestinatarioy el lugar geográfico El caso de la cancióna Italia es ligeramentediferente: Conzone, lo í’atnmonisco che ¡no ragion cor¡esmenu’ tuca, ¡e re/séfra gentealtero ir ti convene, (vv.l 13-1 15) En esta composición el grado de simbolización es significativo, porque en la primera estrofa la fronte está dedicada a la personificaciónde Italia. La sirma, por el contrario, es un ruego a Dios. Los presupuestosde los que parte el poeta, entonces,son el sentimiento “nacional”, con las connotacionesde inconcreción institucional que ello suponía en la época, y el religioso. Los destinatariosaparecensólo en la segundaestancia,y contrariamente a lo que sucede en las otra dos canciones,la apelaciónes crítica, una admonición, En el resto de las canciones de los Fragmento los recursos compositivos respecto al principio y el final son diferentes. La canción 268 Che debb’io ¡, le pide que salude de su parte a Laura, a Ouittone d’Arezzo, a Cino da Pistoia y a Francesehinodegli Albizzi. Es cierto que la importancia de la canción 268, donde acaecela constataciónde la anunciadamuerte de la mujer amada,no permitía la inclusión de elementosextraños en la narración.No obstante,partiendode la lábil comprobación,de 216 que Petrarca tuvo la oportunidad y la ocasión de introducir un destinatario al final de la 268 y no lo hizo, se certifica la singularidad de los envíos de las cancionespolíticas, en los que, repetimos, se percibe la presenciareal de personajesajenos a la ficho amorosa. Respecto a la totalidad de los envíos del Canzoniere, convendríahacerun par de observaciones.La primera es que el de la canción a la Virgen, que cierra el libro, tiene a ésta como protagonista,dentro del tono general de oración cte la composición. La segundaobservaciónes que sólo tres cancionescarecende la apelación a la propia forma métrica (los números206, 359, 360), ademásde las ya nombradas70 y 105, que no terminan con el congedo,sino con una estrofa. De lo dicho hastaahoraparecendeducirsetresparticularidades acerca del principio y el final de las cancionespolíticas: 1) que fueron escritaspara personajesrealesajenosa la fictio amorosa.2) Petrarca no desveló nunca quienes eran dichos personajes,pues aunqueen la 128 no era necesario,en la 28 y 53 hubierasido lógico que así lo hiciera, y ello por dos razones>porquela canciónpara la cruzadajustificaba cualquier destinatario>ya que la empresaque reclamaba estaba por encima de un Estado o tendencia política concretos, y porque la canción 53, ya en la época podía ser interpretada como dirigida a Cola di Rienzo. 3) La última observaciónatañea la forma, y es que los envíos también siguen la tendenciamás generalizadaen el Canzoniere,puestoque en ellos se apelaa la propia composición. En efecto, las cancionespolíticas estándedicadasa personajes reales,aunqueno hayan faltado opiniones singulares,como la que expresaba en su comentario, publicado en Venecia en 1513, FrancescoFilelfo, aseverándoque la canción a la cruzadaestaba y 217 dirigida a toda la cristiandad42.EIpoeta, como en las Sine nomine, se encargóde dejar en la sombraa los personajes,actitud opuestaa la que adoptóen los sonetospara los amigos, en los que el nombre es parte del texto poético del mismo, o a la de aquellosotros de los que se conoce el destinatariapor declaración expresadel propio autor. El ocultamiento es voluntario, ni siquiera despuésde que la redacciónCorreggio se hiciera pública Petrarcaaclaró quieneseran los protagonistas,cuando, en vista del efervescenteambientesocial, es posible intuir que, casi con toda seguridad,fue interrogadosobre el tema en más de una ocasión,por el circulo de personascon las que mantenía una íntima relación y por los políticos con los que tan estrechamenteestuvo en contacto. La objección de que tampocosabemosquién era Laura, caepor su propio peso; el objeto que provoca el amor-pasión está justificado ontológicamente,son las pulsionesdel que ama las que configuran el ser amado y lo concretizan,luego, a pesarde que Laura no sea intercambiable,sus datos personalesson secundarios respectoa la convulsión interior del poeta. En el caso de las rimas políticas los datos extratextualesno son accesorios,puesto que Petrarcadeclaraquerer incidir, en un modo u otro, en la situación que provocasu discursolírico. Detengámonosbrevementeahora en los destinatariosque la crítica filológica ha sabido descubrirtan magníficamente,luchando, dinamos, contra la deplorable carencia de datos objetivos. Hasta 1985, año en el que Santagatapublica el articulo Sul destinatario della canzonepetrarchesca “O aspettata in ciel beata et bella” (Kv.f 28) se aceptabasin discursiónque ésteera Giacomo Colonna. Así lo hablaestablecidoCarduccien su Saggiode l876.~~ Las secularesinvestigacioneshabíanespecificadouna serie de criterios, a los que el personajedebía responder,tenía que ser: a) 218 un religioso (estrofa 1); b) un intelectual que escribíay practicaba la oratoria (vv, 61-67); e) sensible al mensaje de la cruzada; d) confidente de la poesía amorosade Petrarca (envío); e) romano o residentecii aquella ciudad, A ello respondeSantagataque Giovanni Colonna di Gallicano era un fraile predicador, pertenecienteal orden de los dominicos, que escribió un De y/ns illustribus, enciclopediaen la que se recogela vida y obra de trescientostreinta escritoresantiguos y modernos,cristianosy paganos.En la época que Petrarcacompusola canción aún no habíaescrito su otro libro, la historia universal Mare htstoniarum, pero Petrarcaseguramente conocía ya su interés por la materia, En 1324 fue nombrado predicador general, era un orador “profesional”, y más tarde fue enviado a Chipre, quizá con el encargo de preparar la estrategia diplomática y misioneraen Oriente. Por diferenciasde criterio con la corte papal, es posible que abandonaseA~iflón pasadoel verano de 1332, y que en los dos altos siguientesresidiera en Roma. Por otro lado, no era necesarioque el destinatariode la cancióntuviese que ser un confidentede los amoresdel poeta. Para llegar a estas conclusionesSantagatase ha basado en parte cii las investigacionesde Billanovich sobre los dos códicesde la III li5écada de Livio. Si fue Giacomo quien apostilló el Laurenciano63, 21, es evidenteque no tenía un gran conocimiento ni de latín, ni de estilística44,los versosde la canción28 Tu ch’al, per arr ¡ceñir d’un bel ¡hesauro, yo/te ¡‘antiche e le modernecante, (vv, 76-77> 110 serían muy idóneosa la competencialiteraria real de Giacomo. La breve síntesissobrela demostraciónde Santagatano da una idea 219 precisa de la exactitud de sus deducciones,es necesarioleer el articulo para seguirlaspaso a paso. El hecho es que actualmentese aceptasu propuesta,las únicas objeccionesque se le puedenhacer es que en los dos sonetos que parecenestar dirigidos a Giovanni Colonnadi Gallicano, el 99 y 114, el poetausael voi y no el tu del verso 761 pero, aún así, sus argumentacionesson totalmente válidas. En cuanto al destinatario de la canción Spirto gentil, Vellutello, en su comentariode 1523 sostuvoya que estabaescrita para Cola di Rienzo, aunque otros comentaristasdel Cinquecento reconocíanen ella a StefanoColonna, ti Giovane,que fue designado senadoren 1335. Antonio Marsand en su edición de las rimas en Padua en 1819, puso el nombre de Cola al frente de la canción. La crítica se mantuvodividida hastaque, anotaCarduccí, (. . ,) finalmente Ad. Bartolí (. . ) niveló (“Domenica del Fracossa”, Roma, o. II, 1885, n. 2) un nuovo e antico pretendente da un codice ashburnhamtano (478) che ha sulla canz. questa rubrico “Mondota a messerBosone d’Agobbio essendosenatore di Romo”. L’ashburnhamianofu scnitto ( ,) cinca la metó del secolo XV da Bonaccorso di F!/lppo A diman!, copista di piñ a/Sri codd. fiorentiní, II quale nel riccard. 1601 sí sottoscrissecon la dato J45346 Carducci corrobora estas afirmaciones con la opinión de Morpurgo, para quien el manuscrito derivaba del códice Ricciardiano 1100, escrito a principios de siglo XV, y en el que consta también el nombre de Bosone, atribución hoy en día aún vigente, especialmente desde que Calcaterra la adoptara 47definitivamente 220 La candidaturade Cola di Rienzo ha sido desestimadapor varias razones. En una carta del 10 de agosto de 1352, enviada a Francesco Nelli cuando el emperador entregó Cola al pepa (Familiares, XIII, 6), Petrarcareconoceque escribió al tribuno para alentarle en su rebelión contra los nobles romanos. Las epístolas son la 38, 40, 42 y 48 de las Varíe, la 2, 3 y 4 de las Sine nomine,y la 7 del libro VII de las Familiares, y en ninguna de ellas alude en absoluto a la canción 53 Sp!rto gentil. Sin embargoen la Varíe 48, la denominadaHontatoría, prometía al tribuno que celebraría su empresacon una composiciónlírica, En efecto, al pareceren agosto de ese mismo año, 1347, Petrarca escribió la égloga quinta, la Pietas pastoralis, en su honor, y se la envió acompafladade una carta (Var. 42) en la que le explicabala alegoría y la referenciaa Roma de la composiciónlatina4. En la misma Hontatonia, como ya sabemos,Petrarcaponea los Colonnaentre los enemigosde Roma, mientrasqueen la canciónles presentacomo victimas de la situación: Orsi, lupt /eon¡, aquí/e el .serpi ad una gran manmoreacolomna fanno no/a sovente,el a sé danno. 1)1 costonpiange quella gentil donna che ‘ñ chiamato a cié che di leí síerpí le malo piante, cheflorín non sanno. (vv. 7 1-76) Se ha pensadoque si la canción fuera para Cola, los Colonna 110 tenían que contraponersea los demás nobles. Los distintos animales figuraban en los blasones de las familias romanas tradicionalmenteenemigasde los protectoresdel poeta: los osos son 221 de los Orsini, las águilas y los tobas corresponderíana dos ramas diferentesde los condesde Túscolo, los leonesrepresentaríana los Savelli (o los Annibaldi), y las serpientesa los Caetani.Dupré ha propuesto una identificación algo diferente: las aguilas son los condesde Vico, y las serpienteslos Anguillara.4~ El pronombre costor parece referirse, en efecto, al polisíndeton del verso 71, sirve para sustituir a personas o a animales, aunque la personificación en la metáfora de la gran marmoreo co/omna es tan potente que ello no sería un obstáculo insuperablepara considerarel sintagmaantecedentedel pronombre, en especial cuando nota posee como rasgo distintivo ~,+ humano”. Por otro lado, los versos80-81 Ahí novo gente oltra misura altero / irreverente a tanto e tal madre se refierensin la menor duda a todos los poderososque han sumido a Roma en la miseria desde que Constantinotransfirió la sededel Imperio a Bizancio en el año 330. Una prueba interna más concluyente en contra de la candidaturade Cola se halla en el envio. Petrarcadeclara que no conocepersonalmenteal destinatario: Digil: Un che non ti vide anchor da presso, se non comeper fama huoms’innamora, (vv. 102-103) Si la canción fue escrita antes de los años cuarenta,quizá en 1338 hipotetiza WilkinsSC, entoncesel candidato más firme seria, junto al aval proporcionadopor los códices,Bosonede’ Raffaelli da Gubbio, que fue nombradosenadorel 15 de octubrede 1337 y que se mantuvo en su cargo hastacl 24 de junio de 1339. Carducci, de todas maneras,resalta al final de su comentario un artículo de Vittorio Cian, segúnel cual la canciónhabríasido escritaparaCola 222 di Rienzo, pero cuando éste cayó en desgracia,Petrarcala rehizo, dirigiéndola a un espíritu abstractoque representarlaal redentorde Roma y de Italia que el poetatanto deseaba.AseveraCian: R4/acando la pr!mU/va canzone, eglí /e avrebbe dato quel cara/lera di indetarrninatezzaenhnmatica,quasi sibil//no, ond’eg¡i e II Boccaccio e in generale queglí umanisti si compiacevano specia/rnentenc1/e cc/oghe di coníenenzapolifica?’ Observación muy pertinente, porque la voluntaria indeterminación de las canciones políticas del Canzoniere es indiscutible. Acerca de quién fuese el destinatario de ésta sólo podemos obtener la certeza relativa de las reconstrucciones filólogicas. Paul Piur, en su clásica monografía Cola di Rienzo, aseguraque en Julio de 1347 el secretario del senadode Roma, Francesco Baroncelli, fue a Florencia para pedir, de parte del tribuno romano, cien jinetes. Durante las conversacionesque se llevaron a cabo para llegar a un acuerdocitó variasvecesla canción Spirto gentil para corroborar que Cola se habla puesto como modelos de hombres de estado a Julio César, Escipión, Fabricio, Marcelo y Octaviano52,aludiendo a los versos de la estrofa III en los que los miticos Escipionesy el cónsul Cayo Fabricio Luscino, famoso por su honestidad, son los exempla que testimoniaránel resurgir de la antiguagloria romanaguiadapor Spirto gentil. El tono de la canciónno es tan exaltadocomo el queusó en las cartas que dirigió a Cola, aunque tampoco tan remiso y contenido como han querido ver varios comentaristas,empezandopor De Sanotis: 223 II disegno é concepto freddamentee o priori, con oggeui distn¡buiti astrattamenfee secondoun ondine log¡co.53 decía el critico, evaluándolaademásinferior al argumentoque trata, pues la creía escrita para cantar la restauraciónde la república romanapor partede Rienzo. Si el dato que aporta Piur acerca de las declaracionesde FrancescoBaroncelli es cierto, ello significa, junto a las pruebas textualesde la formación del Canzoniere,que la cancióna mediados de 1347 ya era de dominio público. De todos modos la fecha de composiciónsiempreha dependido,a lo largo de toda la historia de la crítica, de quien fueseconsideradosu protagonista. Precisamente debido a que carecede un destinatarioconcreto la fecha de escritura de Italia mía ha sido otro de los argumentos clave de la exégesis de los Fragmento. Si la sospechade una acción voluntaria por parte de Petrarca para ocultar quienes se escondían tras el animo de la canción a la cruzada y tras el spirto de la 53 ha pasadopor la mente de todos los que se han ocupadodel tema, en cuanto a la canción 128, Dante Bianchi, en 1934, y aún en plena afervescenciadel método histórico, se haciauna larga pregunta,que merecela pena reproducir: (. .) non poté pen caso avvenineche la canzone all’Italia contenessein origine dei niferimentí pii~ prec!si alío guerra che I’!spird e di cuí é nimasu¿ traccia nella redazionedefinitiva> e che que! precisi accenní in séguito, dopo ¡ante prove, scompanissero, pen dore adíto a frasí piñ imprecise per cié che ha attinenza al Jata, non al confenuto del/a canzone, che nc deriva anzi maggiore altezza di ispírazione, maggíon valore di persuasione?. Nella domandocha non ovrñ fonse mal risposfa, -& cosaassoiprobabile,- 224 cofltCflUt~~~ la soli¿zionedel problema.54 Si el poeta borró voluntariamente,y a posteriori, las huellas de los destinatariosconcretos,y también las de la denostadaguerra, entoncesel hechode que la primeraestrofaesté dedicadaa Italia y a Dios, procedimientoque rompe con los empleadosen las otras dos ~anciOflC5civiles, se explicarla en el marco de la finalidad de inconcreciónde la que venimoshablando. La hipótesis lógica, en este caso, seria que ésta primera estancia tal vez fuera afladida o profundamente cambiada, para poner en un segundoplano a los destinatariosreales.En el envio no se retoman ni la apelacióna la patria italiana, ni tampocoel ruegoa La Providencia,en abierto contrastecon el Tu (y. 106) dc la 28 y el mvalier (y. 100) dc la 53, El diálogo con la canciónes exclusivo, Los señores,a los que se habla dirigido con el Voi (y. 17), están presentescomo un referente ajeno a la estructuradialogística, en tercera persona. La alusión religiosa y los consejos a los destinatariosestán en la estrofa VII. No es posible sin embargo emitir ningún tipo de hipótesispara poner en duda la pluralidad de [os destinatarios reales, como se deduce de las indicaciones diseminadasa lo largo de toda la composición, por ejemplo en: Vostre voglie divise (y. 55), Né v’accorgete anchor per ¡ante prove ~v. 65), Vol siete or qn!; pensate a la partí/a (y. 100). Esta especulaciónno poseeabsolutamenteningún valor práctico, ya que ao existe en ningún códice, ni en ninguna epístola, ni en ninguna otra obra de Petrarcaun solo indicio que puedaaportaruna mínima basede apoyo a la hipótesisde la posiblecorrecciónde la canción, aunque si sabemos que el método de trabajo del poeta era la reelaboracióny la corrección obsesivas. Existe la certezarazonablede que la canción formabapartede 225 la segundaforma del Canzoniere, recopilada a finales de los años cuarenta,y la seguridadde que era parte integrantede la redacción Correggio de 1356-58. Wilkins, aceptandola tesis de Carducci, la consideraescrita en 1344-45, durante la guerra de Parma55, entre Obizzo d’Este (aliado de Mastino della Scala,de TaddeoPepoli, que era el señor de Bolonia, y de Francescodegli Ordelaffi, que era el de Forlí) y Filippino Gonzaga, de Mantua, apoyado a su vez por Luchino Visconti, señorde Milán. Los problemashablan comenzadopor las discordias surgidas entre los hermanosCorreggio. A la muerte de Simone,Azzo vendió Parmaa Obizzo por 60.000 florines de oro, cl 24 de noviembrede 1344. Guido, que era proviscónteo, se opuso a ello y fue expulsado de la ciudad, mientras que Oiovanni, el más joven de lps hermanos, permaneció al lado de Azzo. En diciembre del mismo año la tensión en la región lombarda se hizo insoportable, y las tropas de los Gonzaga y los Visconti, entre las que había muchos mercenarios extranjeros, empezaron el asedio. Petrarca habitaba en Parma desde diciembre de 1343 (Familiares, V, 7), junto a su hijo Giovanni, y al parecer ya por entonces pensaba establecerse definitivamente en Italia,56 Carducci para fijar la fecha se basó, además de en el comentario de Luigi Marsili, agustino muerto en 1394 y amigo de Petrarca, publicado en Bolonia en 1863, en las dedu«iones de De Sade, el cual la habla puesto en relación con la epístola dirigida a Barbato de Sulmona (Familiares, V, 10), en la que Petrarca narra su fuga de Parma, el 23 de febrero de 1345, para librarse de las consecuenciasde la guerra que allí se combatía, y de cómo se dirigió a Bolonia, aunque en esta carta nada deja traslucir la conmoción expresadaen la canción”, cuenta sólo las peripecias personalesque acompaflaronla huida, el asalto de los b&ndidos, la r 226 lluvia torrencial en medio de la noche cerrada y una calda del caballo en la que se daifó el brazo derecho. El otro argumentode Carduccipara sostenersu tesis, o seaque la canción se halla en la zona de las rimas In vito escritasen torno a esos años, y que por lo tanto no era licito asignarleuna fecha más tardía, fue rebatido por algunosestudiososa principios de siglo’, que aducieron las semejanzasentre Italia mio y dos epístolas enviadaspor Petrarcaal doge Andrea Dandola, la primera de 1354 (Familiares, XVIII, 16), teniendo en cuenta ademásque el poeta habla ido como embajadorde los Viscontí a Veneciaen 1353, para exhortar a la Repúblicaa que llegaseun acuerdocon Génova, con la que se disputabala primacíaen el Mediterráneo, En la~ SenilesX, 2, escrita desdeVenecia a su amigo Guido Sette en 1368, Petrarca asegura que hace veinticinco años que escuchó por vez primera el horroroso clamor de las tropas mercenarias59,aseveraciónque nos remite en la cronología a los años 1343-44. lo cual sumado, como un dato secundario, a las investigacionesde Wilkins acercade la colección de los años 1347- 50, y a las semejanzascon la epístola a Barbato puestasde relieve por Carducci, hace que unánimemente la crítica acepte en la ¼ actualidad que la canción fue escrita con ocasión de la guerra de Parma Es necesario, sin embargo,hacer una última observación,que por ser tan obvia, no ha sido resaltadapor la crítica, y es que no hay en toda la canción 128 una sola palabra que se puedaponer en conexión, directa o indirectamente, con la familia Colonna. Santagata, que considera la vertiente política de redacción Correggio bajo el signo del filocolonnismo, califica el carácterdel texto de extravagante60,Si es indudable que no tomar partido, en esta ocasiónpor Azzo es una prueba de la independenciadel poeta, 227 es cierto. asimismo, que en el texto político más importante de todo el libro la familia romana no halla cabida, y que los famosos exabruptoscontra la tedescarabbio (y. 35) y el bavarico inganno (y. 66), serIan recordadospor aquellosque ya conocían la canción cuandola Hortatorio se hizo pública, o viceversa.Todo ello sucedió añosantesde que la primera colecciónde rimas dotadasde un cierto orden se concretase,para enviárselaal amigo Azzo, el cual giraba desdehacia mucho tiempo en la órbita de los Visconti, En la última estrofa, despuésde recordar a los señoresel tópico cristiano de que esta vida es el camino para la eterna, hay una mención a las obrasprácticaso de armasy a las del ingenio: Al passarquestava/le piocciavi purre giú Podio el lo sdegno, vénhl contrarí a la vita serena; el quel che ‘n altrui pena ternpo si spende, Vn qualcheacto piú degno o di mono o d’ingegno, in qualche bella lode, in qualohe honesto studio si converta: (vv. 103-110) Nóteseel contrasteentre esta incitación a las obras de ingenio y la complicidad respectoa los interesesintelectualescon Giovanni Colonna di Gallicano de la canción a la cruzada. La estrofa ha sido evaluada negativamente por algunos críticos. El mismo Alfierí apostillaba friamente que si Petrarca se la hubiese ahorrado la canción seríamás hermosa.También Biagioli, del que jocosamente comentaCarducci que adorabacadacoma de Dante o ?etrarca,tuvo el coraje de alzar la voz para proclamarsu disgustopor la caídadel 228 tono patriótico respecto a las anteriores, a lo que responde Carducci, después de subrayar la importancia compositiva de la invocación a Dios de la primera estancia: Oro qnesta parte di cristiano e religioso, che pur si era propo.sto, u Petrarca non l’aveva ancoro¡oua: lofa a questopunto, e opportunomente. Dopo che all’accorgimento po/fico e oi sentimentípatrí, paría ora alíe conscienze/’ Quisiéramos enlazar este comentario, que en si mismo no posee segundas intenciones, con la especulación anteriormente expuestade una posible revisión de la canción para borrar de ella las huellas de las referenciasconcretas,Pero, además,lo que suele pasar inadvertido es que la idea del quehacer intelectual, que aunque muy débil existe, no se planteaya tampoco en conexión a otro, que por afladidurapertenecea la familia protectoradel artista, sino que es éste quien incita a los poderosospara que inviertan el tiempo en las artes, en practicarlas o, interpretamosmás bien, en auspiciarías. En el soneto 104 dedicado a Pandolfo Malatesta, escrito en 1343, vimos como cambiabael registro plural del soneto 10, para confesarPerú mí dice 11 cor ch’io in corte scriva (y. 5). La soledad del poeta que adquiere conciencia de su creatividad individual, es paralela a la independenciapolítica, y la canción a Italia mio es otra muestramás de estanuevaactitud. 229 3- Los escenariosde la oolítica La afinidad en la descripción de paisajes entre las canciones políticas y las amorosasera para Momigliano una de las principales pruebasde que la línea que separabalos dos temasrespondíamás a una impresión fruto de la lectura superficial que a una realidad estructural del Canzoniere. La atmósferade soledad que envuelve los versosde Spirto gentil e Italia mía seríasimilar, sino idéntica, a la de la canción 129, Di pensier in pensíer, di monte in monte, o la del s, 35, So/o e penoso1 plá desertí campi, un paisaje sin acción que dejarla en el lector una impresión másreligiosa que patriótica62. Puesbien, en el soneto27, en el que Petrarcada las pautasdel tema político, la acumulación de paisajes urbanos es bastante significativa. En primer lugar la mítica, aunque en este caso real, Babilonio (v.4), Bologno (y. 8), y Roma, que aparece en dos ocasiones (vv. 8 y 13). En la canción 129 el poeta expresa, en efecto, su rechazode la vida ciudadana: Per o/ti monfí e per selveaspre trovo qualche riposo: ogní abitato loco é nemicomortal de gil ocohí miel. (vv. 14-16) que amplían el desasosiegodel soneto35: e gil occhi porto perfuggiere intenil ove vestigio uman l’arena stampi. (‘~w. 3-4) vSNNNU~ 4 /.. 230 En la sextina 237, adjuntada en la forma Malatesta, tres o cuatro años antesde la muertede Petrarca,aunquequizá escrita en Valolusa en 1346, sintetiza a la perfecciónestaidea: Le cittñ son nemiche,amio! i bosch! o ¡ miel pensier’, 1 (vv. 25-26) Actitud que se ha venido denominando el “mito de la vida solitaria”, y cuya fuente es el pensamientode Séneca sobre la decadencia moral, con la cultura como único medicamento que puedasalvar al hombre. Los pasaslógicos que conduciránal poeta a buscar, y a justificar la soledad, el alejamiento del mundo, los sintetiza Dotti en los siguientescinco puntos: 1) El ánimo humano está enfermo porque constantementelo turban las pasiones.2) La única curación es la filosofía, aunque el sabio deberá, ante todo experimentarla sobre si mismo. 3) El filósofo, despuésde haber reconocido sus propios errores,valorará la importanciadel tiempo. 4) Puesto que el filósofo no trabaja en exclusiva para los contemporáneos, sino también para los postreros, tendrá que continuar sin descanso su estudio y sus investigaciones, nunca llegará al final. 5) Por último, quien se compromete a tanto, se retirará de los quehaceresdel mundo, la soledadserála “patria” del sabio.63 Salvatore Quasimodo, vio, asimismo, en el sentimiento de la soledadla condición absolutade los Fragmento: II dolore é qul col s¡w colore di songue,bat/e per II tempoche verrñ con parole che davanno alía solutudine una determinazione mora/e, “La solitudine senza leitere é la mor/e, é II sepoicro di un j $Z~NNii 231 nO1110 Vl~O” (“De Seneca.” vito solitaria”- Lib. 1, Cap. 9. Sono parole di Petrarcaen De ~‘ita solitaria, manifiesto de la ¿tica práctica que guiará al hombre reflexivo y creativo, consciente de la duplicidad del propio ““ en soledad, condición obligada para la perfección tanto laica corno religiosa’3, delinca los principios a ¡os que el artista y el protector se deberán atener en el mutuo intercambio. Dedicada a Philippe de Cabasgole, obispo de Cavaillon, centro del que dependíaVaiclusa, la empezóa escribir en 1346, a su vuelta a Provenza,despuésde los sucesosde Parma.En su teorización, la poicsis poéticaestá íntimamenteligada al paisaje, la soledad es imposible en las ciudades, sólo en el campo el aislamientoes una cualidad, un privilegio donadopor la naturaleza. cx alto y de lo alto, dc la montaña, le montanarum carmen, quizá el refugio ideal en Italia, en los alr La concentración plástica supuesta incapacidad de Petraro admirable en algunos versos de prepotencia visual dcl Dante identificación entre la reflexión en lx, sabesa hierba, porquevienes dice, en un figurado diálogo a un 129, compuesto en Selvapiana, su ededoresde Parma.” del Canzonlere no depende,de la a para la descripción paisajística, las cancionesciviles, opuestaa la de la Commedia‘~ sino a la poéticay la necesidadinterna de la historia amorosa, armonizadas por medio de la visión subjetiva de la topografía en la que es colocado el objeto de la pasión, Laura. En este sentido Hosco si ha observado justamente que ella es inconcebible encerradaentre cuatroparedes,las pocasocasionesen que se presentaasí a los ojos dcl lector pasancasi desapercibidas, porque su esencia es igual a la perfección de la naturaleza,como muestranestos versosde la canción 125t Gramen olpinum sopix, 232 Qualun que herba o flor co/go credo che nel terreno aggia radíce, ov’ella ebbe in costume gir fra le piagge e ‘1 fiume, ci ta/orfarsi un seggio fresco,fonio et verde (vv. 69-74) preludio de la emblemática canción 126 Chiare fresche e dolcí ocque, en donde el paisaje de Valelusa se sacraliza, oere sacro sereno(y. 10), para adaptarsea aquella que deberla haber nacido en el paisaje perfecto por antonomasia,en el Paraiso (y. 55). A lo largo de toda una serie de composiciones Petrarca ha ido delimitandoel ideal del lugar solitario y la presenciamásimaginada que real de la amada,dentro de él. En un tríptico compuestopor los sonetos 112-114, los dos primerosescritospara Sennuccioy el terceropara el fraile Giovanni Colonna’9, Petrarca recalca el valor ambiental de Valclusa por medio del deictico qul, estableciendo una gradación en la descripción de las distintas y contradictorias actitudes de Laura inmersa en el entorno, precedidaspor un total de diez qul en el s. 112, hasta el Qui mi Sto solo (y. 5) con la oposición a Babilonia- Aviñón (y. 1) en el 114, pasandopor Qui dove mezzoson (y. 1) y Qul son sicuro (y. 5) del 113 en el que al mismo tiempo que expresa la pena por la lejanía del amigo, su otra mitad, exalta el refugio campestreen el que señoreaAmor. Poco después hallamos un díptico en el que el nombre de x’alcíusa está explicito: en el soneto 116 In una valle chiusa s’ogni’ntorno (y. 9), y en el 117 Se D/ sasso, ond’~ piu chfusa questa valle (y. 1), juego de palabras que reapareceráluego en las 233 cercanías de los antiavifloneses,en la canción 135 in uno chiusa valle, ond’esceSorga (v.93). Sin embargode los tres sonetoscontra la corte papal, y de la totalidad de las líricas políticas, el lugar en el que se escriben versosy donde el poeta se recreaen su pasión amorosa es un lugar ausente. No porque la guerra en sí constituya un espectáculo imposible de conjugar con el sentimiento amoroso, como muestran dos sonetos juveniles, el 176 y el 177, añadidos en la forma Chigi: Per mezz’iboschi inhosputíet se/vaggi, onde vanno o gran rischio uomini et arme yo securo io, chA non pó spaveniarme aliri che ‘1 sol ch’á d’omor vivo raggi; (vv. 1-4) En el siguientedice de Amor: Do/ce m’é sol sentarmeesserstato ¡vi, dove armotofier Marte, ei non acenna, (vv. 5-6) Los bosquesson los de las Ardenas,que Petrarcaatraveséen Julio de 1333 (Familiares, 1, 4), cuando regresabade Colonia y se dirigía hacia Aviñón, y la guerra, tratada como un decorado desvaído que apenas oscurecela alegría juvenil del amante que vuelve paraestarcerca de Laura, es la que teníanentabladael conde de Flandes y el duque de Brabante.70 En las tres canciones civiles el impulso descriptivo cambia radicalmente. No es ya la visión subjetiva del poeta, que crea O ama, la que dibuja un paisaje en el que él mismo, o la imagen ideal SNN$N 234 de Laura, se reflejan difuminando los detalles, donde la naturaleza al completo no seríasino el resultadode la extremametamorfosisde los dos protagonistas,y la sensualidadreprimidahallaría la vía de escapeen la manifestacióninvitante del locus amoenus.Despuésde todo la muerte de la protagonista que es sino la suprema identificación del cuerpo carnal con la tierra. La primitiva intención de dedicar la colección de poesíaal mito dáfneo,atraenuna serie de nexosen este sentido. El núcleo de las cancionesciviles abre la temáticageográfica con una impresionante descripción de Europa en la canción a la cruzada, a la que estádedicadacasi toda la terceraestrofa: ChTunque alberga tro Garona e ‘1 monte e ‘níra ‘1 Rodanoe ‘1 Renoel l’onde sa/se le ‘nsegnecristianissimeoccompagna; el a cui mal di veropregio ca/se, da! Pireneo o l’ultimo orizzonte, con Aragon lassar& vóla Hispagna; Jnghilterra con l’isole che bagna l’Occeano mIro ‘1 Corro el le Colonne, infin lá dove sona doctrina del sanctissimoE/icono, vane le lingue el d’orme, el de le gonne, o /‘olta impresocaritote sprona. (vv. 3 1-42) Los versos especificanel conceptode unidad europeapara la misión bélica en Tierra Santa, que en la estrofa anterior había aparecidoya: si che molt’anni Europa ne sospira: (y. 22), junto a las dos ciudadesemblemáticasde la cristiandad:Babilonio (y. 30), — o.nnSNNN$ kk 235 con toda la carga simbólico-negativa,que anunciabael soneto 27, y Jerusalénque es nombradapor una perífrasissacro loco (y. 23). En los versos 31 y 32, con un movimiento quiástico que recorre en términos de oposición los cuatro puntos cardinales, bosqueja el territorio francés desde el oeste (Garona) al este (monte=Alpes), y del sur (Rodono) al norte (Reno), reforzado ritmicamente por las asonanciasen vibrante que ligan los dos últimos ríos, y concretandola totalidad en sus limites con l’onde salse del Mediterráneo y del Atlántico. En los versos 35 y 36, continúa con el mismo recurso entrecruzado que permite una panorámica de conjunto y circular. Con rápidas pinceladas, describe, en una primera trayectoria que va aproximadamentede oriente a occidente, la península Ibérica desde el Pireneo hasta ¡‘ultimo orizzonte, el cual, según la interpretaciónmás plausible, seria Portugal y Galicia”, cuyas costaseran la parte más extrema del confín espacial conocido. La alusión al reino de Aragón se explica por su lucha contralos árabes. Con el par de versos siguientes se completa el quiasmo geográfico, ubicando Inglaterra y el Océanoentre el Carro, la Osa Mayor, al norte, y las Colonne de Hércules al sur. Luego, la descripción espacial se ha escandidoen dos tiempos: uno inicial aplicado a dosparticularidades,Franciay España,y otro final, que surgiendo de lo concreto y aislado, Inglaterra, permite abarcarel continentecuyo deberes la salvacióny defensade la cristiandad. Aunque estos horizontes que el poeta pareceutilizar en un sentido estrictamentegeográfico, adquierenen otras rimas el valor de los confines inconmensurablesdel sentimiento amoroso. En la canción del ocaso, la SO, en la que parangonasu estadode ánimo con la vieja peregrina, el labriego, el pastor, los navegantesy los bueyes, en la cuarta estrofa, por medio de un odynatOn, Petrarca — n.o.c~— St~NN$ ti 236 proclamala imposibilidad de apaciguarsu atormentadoamor aunque una imaginaria nave se hundieseen las aguasque estánmás allá de los limites conocidos: Mo io, perchés’attuffi in mezzo /‘onde, el lasci Hispagna dietro alíe suespal/e, et Granata e¡ Marroccho ei le Colonne, el gli uomini et le donne e ‘1 mondo el g/i animall aquetino i br mali, fine non pongoal mio obstinotoaffonno, (vv. 46-52) El cambio de tonalidad impuestopor el contexto en el que se insertan los términos geográficos es similar a las diferencias temáticas de los grupos a los que pertenecencada una de las composiciones. En la canción del ocaso la pulsión sensual del amantees inapagablea pesarde huida infinita72, el mar es, si bien potencialmente ilimitado, superficie ajena a la profundidad del sentimiento, aunque en la travesía se concretice el tiempo (ben pressoal decim‘anno, en el cercanoy, 55). En la canción 28 la metáfora del viaje ocupa un lugar privilegiado, en la primera estrofa al anima se le reconoceque: ecco novel/amentea lo liso barca, ch’al cieco mondo o giá volte le spolle per gir al miglior porto, d’un vento occidentaldo/ce conforto; (vv.7-lO) ‘“nr 237 El viaje, real o metafórico, es aquí un medio para la perfección espiritual conectado con el desplazamientoespacial, opuesto al viaje imposible hacia los extremos confines de los mares de la canción50, y a la precisióncartográficade la estrofa IV de la 28. El interés por el estudio de los mapas,unido al parangóncon la literatura como un viaje de la imaginación,los expresóPetrarca en una Senil, la segundadel noveno libro, y también en unas paginasredactadascuandono se sintió con ánimospara aceptaruna invitación para ir a Tierra Santa que le hizo un pariente de los Visconti, Giovanni Mandelli, en 1958. La obra lleva el titulo de Itinerarium breve lanna usque cid Jerusalem el Terram Sonctam, pero es conocida como Jtinerarium syriacum, siendo en ella especialmentenotables las descripcionesde la costa que va desde Génova a Nápoles, que Petrarca conocía bastantebien por sus anteriores desplazamientos.73 La tradición de estos peregrinajesse remontaa los primeros años del traslado del Imperio a Oriente, desde el Jtinerarim a Burdigola Hierusalem usque del 333 o su contemporáneo Onomasíiconde Eusebio de Cesarea,hastael De Locis Sanctis de Pietro Diacono, bibliotecario de la abadía de Montecassino, compuesto en 1137 e inspirado directamenteen la narración del viaje de la monja leonesaEgeria a mediadosdel siglo 1V’4. Danteen la Vita Nuova distingue tres tipos de peregrinos: los palmeros que van a las tierras de oriente, los peregrinospropiamentedichos, que son los que hacen el Camino de Santiago y los romeros, que irían a Roma “. Por otro lado, el “paisaje del viaje” ha sido catalogado como el tema pictórico más adecuado para una época que empieza a considerar el mundo como digno de ser observado, la representación, en el arte visual del pereginaje sería el paradigma de la visión abierta hacia las novedades en la mentalidad de finales — s~qNNW~’« 0~ 238 de la EdadMedia.76 Si el protagonistade la canción 28 es Giovanni Colonna di Gallicano, la primera estrofa se referiría no sólo a un viaje de perfección espiritual, alejamiento de las cosas terrenas, que Petrarca plasma teniendo como modelo las vicisitudes narradas por Dante a ser Brunetto (Inferno, XV 49-54), sino a los que éste habla realizado para visitar el Santo Sepulcro y del que da noticias en el Mare historiorum afirmando: Vid! ego in companili eccíesieSoncii Sepulchri, y de los que Petrarcaestabainformado77,aunquelas dos alternativas, el viaje metafórico y el real, no son excluyentes. El sentido espacial respecto al mar es evidente también en el primer verso del envio, Tu vedroi Italia el l’onorara riva, (y. 106), en el que el poeta nos induce a imaginar el itinerario de la canción desdeProvenza,donde él se encuentra,hastaRoma, donde se halla el destinatario,con la costa italiana a la izquierda,hastaalcanzarel puerto, entonces existente, en las riberas del Tíber. Aún faltaban tres añospara que Petrarcarealizaserealmenteesteviaje por mar, y en. el momento que lo llevó a cabo, especificó con precisión la situación geográfica en el s. 67 escrito durante su primera visita a Roma: Del mor Tirreno a la sinistra riva dove rolle dol ventopiangon l’onde, (vv. 1-2) En Spirto gentil el vioggio (y. 6) es histórico, vuelta a los orígenesgloriosos de que ahora forman parte de Roma,pero andan desviados: ‘SNNN6t< 6~ n .flofl- 239 po! che se’ giunlo a tonorata yerga colla qual Romael suoi erroníl corregg¡, el la richiami al suo ontiqiso vYaggio, (vv. 4-6) Tras estos versos está la idea de una decadenciasocial que proviene, no de la evolución determinista que conduce a los Estados a su disolución o desaparición,sino la de una concepcióncíclica que atañe sólo a la historia de Roma18, de modo que el desplazamiento espacial de los conceptos se presenta como circular y cerrado. El motivo del viaje no volverá a aparecer en las canciones políticas. En el envio de la 128, exhorta tenuemente a la canción, perché fra gente ollero ir ti convene,pero es un imperativo moral más que la imposición de un itinerario. En la ilma a la cruzadael plano dinámico se superponea la inmovilidad, el proceso de perfección del fraile Giovanni ya iniciado en la justa dirección, ch’a/ cieco mondo & glá volle le spalle / per gir al miglior porto (vv. 8-9) es el exemplumidóneo del peregrino, porque según la norma de San Jerónimo, el peregrinaje de por si no proporcionala santidad, sino que a ésta se llega por el tipo de vida que se conduce durante el trayecto79, por ello el paisaje de la travesía es funcional, cataliza el movimiento y carece de particularidades, tal vez sea luminoso, pero sólo por contraposición elíptica a questooscura valle (y. 11); La monocromía del paisaje que les pertenece es la nota más característicade los aliados, indeseadospero imprescindibles.Así en la cuarta estrofa se concretizacon la descripción de la Europa del norte, de las tierrashabitadaspor los bárbaros, Le Goff ha fijado la frontera de la cristiandad,a finales del 240 siglo XIII, en la línea que va desdeLituania a Croacia,es decir, que el submundo germano que pinta Petrarca no es fruto del desconocimiento o de la diversidad de religión. Las zonas más septentrionalesse hablan convertido al catolicismo en torno al milenio, bajo la guía, por ejemplo, de jefes como el danés Harald Diente Azul, o el noruego Olaf Tryggveson’0. El territorio al que se refiere Petrarca, siguiendo las fuente de Lucano (Farsalia IV, 106- 108), de Virgilio (GeorgicasIII, 354-359) y de Séneca(De ira 1, 1)), no es exactamente Scizio, la cual abarcabadesdelas actuales Grecia y Bulgaria hasta China”,o sea, los territorios que estaban trás la frontera que traza Le Goff, sino al que va desde la actual Alemania y Polonia hacia el norte. En el soneto 130, compuesto en Selvapiana, y contemporáneo de la canción 128, Escitia, nombrada aquí puntualmente, posee el significado de lugar lejanísimo y mitico, hipérbole del exilio, muy eficaz con la asonancia en cesura del verso siguientesolio: Qual Scithia m‘assicuro, o qual Numidia, s‘anchor non solio del mi exilio indegno, cosí nascostomi ritrova Invidio? (vv. 12-14) La atmósferafría y oprimentede los germanosque participarán en la guerra santaestáconectadacon la oposiciántópica en toda la obra de Petrarca entre el pueblo bárbaro y el latino: Una porte del mondoA che si gioce mal semprein ghiaccio el in ge/atenevi tutía lontona dcii camin del so/e: l¿’ sollo i giorni nubilosi el brevi, — SNNN& t <¿4 T~—fl.0 ‘1 241 nemicanatural-mentedi pace, nasceuna gentea ciii it’ morir non dole. Questase, piñ devotache non s¿le, col tedescofuror la spadacigne, (vv. 46-53) Zingarelli, a tal propósito, hizo una curiosa observación que, aunque impregnada de un cierto determinismo, no deja de ser interesante. Según el estudioso para Petrarca habla una relación directa entre el clima de un país y el grado de civilización’2. Afirmación algo arriesgada, sin embargo es cierto que el clima exageradamente polar de la zona germana atrae en la canción una connotación fundamentalmentenegativa sobre el pueblo que la babita, enemigo por naturaleza de la paz, en oposición no sólo a vane di lingise el d’arme, el de le gonne (v.41) de los que siguenla doctrina del santísimo Helicón, en este caso el Evangelio, de la estrofa anterior, sino en abierto contrastecon el paisaje de Italia del resto de las cancionesy con el de Valcínsa, como lo confirma el envio cuando, después de pedirle que vaya a Italia, afirma el poeta que sus ojos verán non mar, non poggio o fiume / ma solo Amor. El simbolismo de la oscuridad del paisaje, tutía lontana dal camin del sobe (y. 48), al servicio de una empresa religiosa perteneciente a la mitología caballeresca medieval, está enraizado en la tradición mística y filosófica de la época, de la que el gusto por la luz del Parodiso dantescoseria la más alta expresión. La imagen de la divinidad encarnada en la luz proviene de las religiones semíticas y del oriente medio en general, y a través del neoplatonismo, Proclo en particular, paso a San Agustín y al pseudo Dionisio Aeropagita que, en obras como De coelestihierarchia o De divinis nominibusdenomina lumen a Dios. La escolástica asume esta ~SN~ 1~ ~ 242 tradición, dejándoseinfluir, asimismo, por las luminosasvisiones del panteísmoárabe?3 El concepto de Dios-luz está plenamente presente en el Canzoniere, siendo especialmente significativo en la canción explíc¡t’ten la que la continua dialéctica que se ha venido desarrollando alrededor del eje sobApolo-Laura-Cristo desemboca en la imagen ortodoxa de la encarnación, que es en la que se ha mantenido con más fidelidad la idea de la materialización de la divinidad luminosa, al mismo tiempo que demuestrala pervivencia en el tiempo de la metáforaen la poética de Petrarca,puestoque la composición 366 fue incorporada en la forma Pre-Malatesta, compilada en los años 1367-1371 o 1372” ¡1e rglne bella, che di sol vestifo, coronata di sic lic, al sommo So/e places rl si che ‘n te srta luce ascose, (e. 366, vv. 1-3) Sin embargo, hasta el soneto 306, adjuntado en la anterior forma, la Giovanni, perdura la interconexión entre Quel sol, Laura, (y, 1) y el sornrno So/e, Dios, (y. 3). La primera aparición del astro solar, en cl s. 3, Era 11 glorno ch’ al sol si scoloraro, con la oscuridad el día del Viernes Santo y el de la conmemoraciónde cuando conoció a Laura, evidencia hasta qué punto la plástica religiosa del conjunto de las rimas está conectadaa estasimbología, que Guglielmo Gorni integra entre las fundamentalespara los temas de la redención y dc la metamorfosis en la Correggio. La sextina que cierra la primera parte de esta redacciónes como se recordará, la 142, una de cuyas palabras-rimaes lime.” La lejanía del camino del sol de la canción a la cruzada, por lo 243 tanto, es equivalente a lejana de Dios. Las tierras bárbaras estaban cristianizadas, pero al contrario de lo que había sucedido en los tiempos de la primitiva Iglesia, en los que los fieles hablan impuesto su fe al emperador, en el norte de Europa el proceso se habla invertido, siendo los jefes los que decretaron la conversación. Las revueltas sociales fueron numerosas, y en ocasiones supusieron un retorno al paganismo’7. De aquí la duda puntillosa de Petrarca cuando apostilla piú devosache non sóle (v.52). La geografía inhóspita de las zonas bárbaras abre el tema que sintetizará con perfectas connotaciones espaciales en la canción Italia mía: Benprovide Natura al nostrosíato, quando de l’A ‘pi sohermo posefra no! el la tedescorad,ja (vv. 33-35) .11 La altura defensiva en contraste con la suavidad paisajística perché ‘1 verde terreno del barbarico sanguesi dipinga~ (vv. 21-22) y también O diluvio raccolto di che desertístrani, per mondar ¡ nosir! dolci compil (vv. 28-30) >1 ji 1 244 La itueva antítesis entre la frialdad húmeda y la desolación se resuelve con la adjunción de un nuevo significado, la tierra llana tiene una connotación positiva o negativa relacionada con su verdor”. Nótese que Si bien la metáfora del diluvio es evidentementede origen bíblico, en la sintagmáticadel libro no es ajena, por entrar plenamenteen contradicción, con la imposibilidad de metamorfosis del poeta en lluvia de oro para seducir a Dafne- Laura’ten el envío de la canción XXIII, Canzon, 1’ non ¡u’ mal quel nuvol <¡‘oro ¡ che poi dísceseIn pre¡foso piogg¡a, (vv. 161-162).No obstanteque la proveniencia y la expresiónformal del referente,el fenómeno atmosférico, seantan diferentes, sirven de paradigmadel manejo de los recursos compositivosdel poeta frente a la temática del amor y a la de la guerra. Mientras que en la rima amorosael yo es epicentro de una figura extraída de la cosmogoníapagana,en la poesía política e] yo ocupa un margen pasivo, nos/rl, del simbolismo cristiano, para cerrar luego convenientemente,en el ciclo de las tres cancionespolíticas, la duda emitida por el poeta acercade la sinceridad de la devociónde los germanos.La lluvia de sangre es ahora una de las deplorablesconsecuenciasde la falsa posición en la que se han colocado los sefioresde Italia respectoa los extranjeros,ma ‘1 vostro sangrepiove ¡ pi» largamente . . (vv. 69-70). El si~gnificado apositivo de la metáforase podríareducir a los términos: lluvia de amor (oro) 1 lluvia de guerra (sangre). No hay una alusión directa a Italia exclusivamente como topónimo, e! recurso de la personificación está omnipresente:Italia es la gran madre adormecida, a la que el fraile Giovanni deberá despertarcon su elocuencia: .4 - 245 assai menfia ch’Iralia co’ suotf¡gli si cies:! al suon del tito chiaro sermone, (c, 28, vv. 70-71) Es tarnb propios males: ién la vieja indolente que duerme indiferente a sus lía Ita, che siso! gual non par che sonta: veochia, otTosa ci lenta, dormirá serupre, et non ¡la chi la sveglt? (e. 53, vv. 11-13) Fis 1» iii ter1 ocu t o r a patria herida, moler dolorosa, por primera vez del poeta: Italia mía, bencliA ‘1 parlar sta Indarno e /e plaghe mortail che tic? bel corpo uso si spessevegglo, (c. 128, vv. 1-3) La carga manifiesta en concretización recorren, en indeterminado ideológica de la noción de la patria italiana es esta carencia dc referentes topográficos reales. La posterior por medio de los tres grandes ríos que la la canción 128, es atenuada por el textualmente dovo (Selvapiana) en el que el poeta reflexiona: piacemí aUnen che’ miel sospir, sian quali spera ‘1 Jievero el ¡‘A mo, e ‘1 Po, dove doglioso e: grave or seggio. (vv. 4-6) 246 Que los tres ríos sustituyana la penínsulaal completo o sólo su parte norte no añade ni resta nada a la materialidad difuminada del topónimo Italia90. El recurso es similar al usadoen la canción a la cruzada para enmarcar el territorio francés, El ejemplo más importante de la utilización de los ríos como concentración del paisaje se halla cii el soneto amoroso 148, Non Tesin, Po, Varo, Amo, Adige e Tebro, donde sólo en el primer cuarteto enumera veinticuatro, si se unterpreta como el Timavo ‘1 mar che frange (y. 3), siguiendo a la Enctlda 1, 25-246, para oponerlosal un bel rio (y. 7), que es obviamenteel Sorga. A la fuerza fluvial y a su función en la poesía amorosadel Canzoniere dedicó De Sanotis unas hermosaspalabrascomentando el s. 180, Po, ben pito’ tu portartene la scorza, y observandoque para Petrarca el río es físicamente potente en su camino prefijado, pero es el alma la que es libre de ir donde quiere91. A pesarde la diferencia temática que separalos sonetos 148 y 180 de la canción 128 hay puntos que los unen. En estacancióny en el soneto148 los topóniínos fluviales configuranun escenarioconcreto,en el caso de Italia, o universal en el de los diferentes ríos del mundo, Con el soneto 180 la similitud es que la personificación inicial de Italia aportauna carga semánticatransversalde humanizaciónde los tres ríos, que aparentementela definen sólo en términosgeográficos. La descripción del escenariopeninsular se concluye con una serie de dramáticaspreguntasen la estrofa IV. De la personificación de Italia el poetapasa a la personalizaciónradical del paisaje, con; la consecuentedesapariciónde los topónimos: Non & questo ‘1 torren ch’l’ :occhai pria? non é questo 11 mio nido ove nudrito fui sí do/cemente? — e,’ 247 non é quesbala patria ¡ti ch’ lo mi ¡ido, madre benigna et pía, che copre l’un ci Labro mio parente? (vv, 8 1-86) Despuésde esta apoteosisel topónimo Italia desapareceráde los Fragmento. En el soneto 146 Petrarcaproclama la intención de dar a conocer el nombre de Laura en II bel paese,Tras una larga enumeración, en el primer terceto, de términos geográficos con connotacionesde imposibilidad y lejanía, Petrarcaadmite que: puf che portar nol possoin tulle et quanro partí del mondo,udrallo 1/ bel paese ch’Appenn¡nparte, e ‘1 mar circonda ci l’Alpe. (vv. 12-14) Composición que fue incorporada en la forma Chigi, y que es un hermoso ejemplo dc la capacidadde síntesispara la descripción espacial. Al contrario de lo que ocurre con Roma, Italia está vinculada particularmente a las rimas políticas> es una entidad articulada espiritualmenteporqueera imposible imaginar una unidad institucional, a no ser bajo la gula de la antigua capital del Imperio. Roma es el verdadero escenario de la esperanzaspolíticas, urbano y en ruinas. ¡insta el momento textual de Spirto gentil las alusiones explicitas a Roma hablan obviado la situación real de 1~ ciudad durante el siglo XIV, girando todas ellas alrededordel mito. En el soneto 4, Cristo, por humildad, no la habla elegido para nacer, en el 16 el vec’chierel canuto e blanco se dirige a ella en peregrinaciónpara ver faz divina impresa en el patio de la Verónica, En el soneto 40, que tantas controversias a suscitado en estos 248 últimos años acercadel destinatario, la ciudad seráel decoradodel clamor que levantará la nuevaobra que Petrarcaestabaescribiendo, el De y/ns o el Africa92, En el soneto27 era lugar geográfico (y. 8) y personificación de la esposa del pontífice, mientras que en la canción de la cruzada, Roma es la vengadora de las ofensas recibidas(y. 82). Ninguna indicación espacial,a parte del referente genérico, y ninguna descripciónminimamentepormenorizada.En la tercera estrofa de Sp/do gentil la poesía espacial de la pasada grandezade las ruinas la resuelvePetrarcacon pocaspinceladas:L’ anuiche muro (y. 29), 1 sossl (y. 32), para concluir con la apreciaciónefectista el ¡nito que! ch’una ruina involve (y. 35). Es en la estrofa siguiente, donde con trazos eficacesy seguros,Roma muestrael verdaderorostro de desolación: por cuí la gente ben non .s’assecura, ande ‘1 cautín a’ br ¡ccli si serna: che fien gie> si devoil, e: ora in guerra quasíspeluncadi ladran’ sonfa! U, ¡al ch‘a’ bojo>:’ solamenteuscio si chiude, e ira gIl al/art 0,1ra le síamne ignude ogní impresa crudo?par chese tratil. Deh quantodivorsi alfil NÓ senzasquIlle s’lncomminciaassalto, cha por Dio ringraclarfur postein alto. (vv. 47-53) Los versos, de acuerdo con los rasgos semánticosalto-bajo derivados de fecii-spolunca, y ubicados en una topología ~ cerrada, si serna-síchiude, en la que se viola el espacio sacro, altar!, sta/nc ignude, le parecieron a De Sauctisun 249 error de punto de vista, puesto que el poeta esboza las iglesias profanadas sin ocuparse de la terrible violencia de las luchas, aunque admite que la indicación sobre el sonido de las campanas para llamar a la guerraen vez de al culto está • .) fe/¡cemepise espressa,é que/lo solo cha qul arresba ¡1 les/ore; e, torne é proprio all’ultlmo, te lo riconcilía olquanzo con Viniera stanza” comparando,además, toda la descripción con el puntual verso de Dante Vedovo e sola, e df e nono chíama (PurgatorIo VI, JIS) referido a Roma, en detrimento, como es obvio, de Petrarca, El testimonio de De Sancds,inés que la crítica, es significativo porque inició una actitud, que con ligeras variantes se ha manifestado siempre y se manifiesta, respectoa la poesíapolítica de Petrarca, La negación sistemática de los rasgos realistas procedentes de Guittone y de la Coininedía, absorbidos y reelaborados, pero fuertementepresentes,como ya vimos en un precedentecapítulo94, ha influido también en la concepción de un Canzonierecarente de particularidadesespaciales,Por cuanto concierne a éstos, Santagata ha notado la similitud de la descripción romana en la canción 53 oon O do/ce terra aretina de Quittone: non di cavo/lcr’ norma ma di ladroní, e non di donnc assempre ma d’alíro. (vv. 30-32) En donde ladran! en ambas composicionesestaríancercanos, u especial por el contexto que circunde a cada uno de ellos95, 250 Creernos, sin embargo, que en este caso seria más pertinente subrayarel Sustantivoespacialspel:tngay enlazarlo con un verso de la (7ommedia1 del el Inferno XX, 29: ebbe ura’ bianchí marmí la spelonga, la cueva de ¿ironía, el adivino etrusco que predijo la guerracivil entre Césary Pompeyo.El término recurrenteno es sólo spelonga, pues los blanc/ii monjil de Carrara atraen le 5/ante igt:ude, porque aunque siempre se han interpretado como las imágenes religiosas, seguramentede madera, despojadasde las vestiduras, no hay que excluir del todo una posible alusión, u homologación,con las esculturasprofanas, atraídas a la memoria por la estrofa anterior, L’an¡iche muro y su exaltación del paisaje clásico, si bien en ruinas. El canto XX está dedicado a los fraudulentos, y muy cercanaa la spelongase halla una descripción de la frontera italiana con Alemania, no ajena a las ya vistas en las otras dos cancioneciviles: Suso It; Italia bella tace un laco a pié dc PA/pc cha serro Lamagna (vv, 61-62) De la compleja memoria de los Fragmentocreemosque se ha activado sobro todo la situacional, la anunciadaguerra civil, para sintetizarseen un sintagma espacial con una determinación ética speluncadi ladron ¿96 El paisaje urbano de Roma se disuelve en un espacio. metafísicoantitesisentre lo divino y lo demoniaco:. . la magiondi Dio 1 ch’ardc oggí íu,ía, . . . (vv. 66-67), y un locus amoenus perdido, del que hace falta que Giovanni extirpe las malas hierbas, malo planto, che fiorir non sanno. (y. 76), que son evidentemente los nobles, para que la gentil donna (y. 74), Roma, no llore. Con 251 ecos de Arnaut Daniel97, sigue el llanto en el envío, en el que de nuevo se hace hincapié en la altura paisajística romanaque por antonomasiaremite a su fundación:Soro ‘1 monte Tarpeio (y. 99) y íuíti selle i colli (y. 106), con el topónimo redundantemente determinadoItalia tutío (y. 100). Podemosconcluir que en las cancionespolíticas los escenarios son Europa, Italia y Roma,los cualesse acoplana la perfeccióncon los tres temas de cada una de las composiciones:la cruzada, las guerras en la península y la lamentable situación en la antigua capital del imperio, aunque las descripciones espaciales se proyectende una a otra. Así en la canción 28 el juego de espejos paisajísticosse estableceentre Europa e Italia, ocupandoRoma un plano muy secundario. En la 53, en cambio, Roma, es la protagonistaabsolutae Italia la comparsa,mientrasque en la 128 se sobreentiendenlos otros dos escenariosocupando el centro la penínsulaitaliana. La ausenciamás sorprendente,con respectoal conjunto del Canzonierey al tema político, es la de Avifión, que Petrarcaha reservadopara los sonetos136-138. La geografíade estascancionesno es ciertamenteuna variedad del conocimientoético, como sucedeen los textos medievales9,en todo caso podría ser una topografía estilizada por la conciencia política y religiosa, siendo este uso subjetivo, ecléctico y fragmentario, y, aunque esencialmenteordenado, enfrentado a la taxinomía simbólica de la Divino Commedio,uno de los rasgosde modernidaddel libro, en el que el paisaje está subordinado a la evolución interior del ánimo del poeta, con los tres marcos más relevantesde su vida, VaIclusa, Aviñón y Roma. La descripcióndel lugar se supeditaa la idea o al sentimiento,pero ya no “es” ni lo uno ni lo otro, ahoraes la proyeccióndel ojo que mira, que aisla los particulares pero que tiende a alejarse lo suficiente como para si 252 admirar la perspectivaunitaria de la pintura. No un único paisaje, sino múltiples cuadrosintegradosen la unidad del discursopoético de los Fragmento, si algunosde ellos repiten los mismosmotivos se debe a que es la experienciainterior la que los elige, decoradosin el cual seria imposible cualquierrepresentación. El juicio estético sobre el paisaje observado en su conjunto está expresadoa través de la voz acusadora,y en consecuencia, subjetiva, por medio de una comparacióncon valor universal: Vostrevoglie divise guasíandel mondola pin bella parte. (c.128, vv. 55-56) y con el recursoejemplificador,usandoel discursodirecto. Petrarca concedela palabraal honestosenadorFabricio Come cre’ che Fabritio si foccio lieto, udendola novellal Eí dice: Romamia sará anchor bella. (c.53, vv. 40-42) en donde el juicio estético totalizador implica evidentementela restauración política. El posible resurgir de las ruinas urbanas dependerádel grado de virtud de su gobernante. Las acciones bélicas en el territorio nacional, sobre todo en Roma, ademásde aportar desolación, corroen los vestigios paisajísticosdel pasado, privando al que los contemplade una parte esencialde la memoria histórica. La representaciónde esta guerra devastadora,auspicia la prevalencia de la tonalidad roja, introduciendo en el paisaje el pj~3A~A SN. 253 elemento que por naturalezaes su imagen: la sangre, de la que ya hemos analizado alguna de sus integraciones en la toponimia. Apareceráespecialmenteen las canciones28 y 128, es decir, en las dos en que su derramamientoera un acto legitimo de oposición a las fuerzasextranjeras.En la canción a la cruzadal’onde sanguigne(v. 56), el tinto in rosso II mor di Sa/amino(y. 96), con un hermoso contraste de este último verso con el negro de su predecesortrate vestitea brun le donneperse,(y. 95), se refieren respectivamenteal mar Rojo y a las consecuenciasde la guerrade las Termópilas. Por otro lado, está la generosagrandezade Roma, que vertió del suo sangue(y. 82), con la atracciónsemánticaautomáticadel color que suponeestesustantivo,paravengarlas ofensasrecibidas, En la canción a Italia sangueapareceráen cinco ocasiones,y una de nuevo el adjetivo sanguigne (y, 50) para indicar las hierbas manchadasde sangre en las luchas de César contra las bárbaros, especialmentelos galos, complementandola imagen de la segunda estrofaperché ‘1 verde terreno ¡ del barbarico sanguest depinga? (vv. 2 1-22). Las restantes cuatro apariciones se refieren a la victoria de Mario en Aquae Sextiae sobre los Teutones,non piú bevvedel fiume acqua che sangue.(y. 48), a ‘1 vostro sanguepiove (y. 69), ya comentado,y a la antítesisentre Lalin sanguegenil/e, (y. 74) y el de los bárbaros, que lo venden al mejor postor che sparga ‘1 sangue el vendol’alma a prezzo? (y. 62). De la importanciadel USO de estesustantivoo del adjetivo que de él se deriva en la imagineríabélica es una muestrael hecho que Petrarca lo pone en funcionamiento en raras ocasiones en la temática amorosa,En la zona del libro que comprendela vertiente política, es decir, hasta el soneto 138, sólo aparece en cinco ocasiones(en los números36, 44, 71, 73, 98), y en cuatroocasiones adjetivos acercadel rojo (en los números29, 46, 127 y 131), de los c contigentí e realis¡ici. 169 La precisa reductio od unum ha acarreadoque la visión de la realidad política e histórica, parte consustanciale integrante del Canzoniere,se haya visto reducidaal amor por Italia y al amor por la paz che rifiuta l’azione e si consumonel sogno”t y, en el mejor de los casos,a la admisión del sentimientode libertad en Petrarca, pero meramenteindividual, nuncapolítica. El establecer,por lo tanto, un acercamientono apriorístico respecto el tema nuclear de estas canciones que son el eje del discurso político, es esencial para iluminar las vías misteriosas hacia la unidad del conjunto a las que se refería Daniele. De las cuatro líricas, con el soneto27, de las que hemosvenido hablando, dos puedentener como finalidad la paz, la 53 y la 128, pero todas tienen como causa la guerra, y una guerra que no es posible absorberlaen el contextoamoroso,porquelo explicito del discurso no deja ningún margena otras posibleslecturas. La ineluctableacción erosivadel tiempo provenientetal vez de IIIla filosofía de Heráclito, que Petrarcaconocíaa travésde Séneca se manifiesta también en la más destructiva de las empresas humanas: la guerra, que el filosofo griego había denominado“la reina de todas las cosas”. Un principio destructory generador,que Empédoclessintetizó en el principio del Odio o Discordia, que en relación recíprocacon el Amor o Amistad imprimen la dinámicaal mundo’12. Petrarcaevocó a los dos filósofos en los Trimphi (T.F 4 III, 82 y T.F. lía, 46-48), aunque dedicó más atención a Empédocles,rememoradoen el extremomomento de locura, cuando se suicidó tirándoseen el cráterdel Etna 113: 260 Anassorcoe Calan, che vivo s‘arse di viver sozio, e cul voneggiando Mongibe/o sepolcroonestoparse; (T.F. ha, 46-48) Luego los dos conceptos,tiempo y guerra,portadoresambosde otro esencial, la muerte, hallaban una cierta fusión, que no por filosófica114debió de pasardesapercibidaa los ojos del poeta. Se podría avanzar que, apartede la amorosa,para el Petrarca del Canzoniereexisten, ademásde las que poco le interesancomo la ya recordada de las Ardenas (sonetos 176 y 177), tres tipos de guerra: la santa cuya finalidad se justifica en sí misma, es intemporal, desdeel momentoque participaren ella acerca,al igual que el viaje hacia Oriente, a la salvación, y, en un sentido más práctico, a la recuperación de los Santos Lugares que los musulmanes,con su presencia,profanaban. El segundo tipo es la guerra, y utilizamos la terminología actual, de “liberación nacional”, o al menosasí la quierepresentar, lo que es sólo una hábil deformaciónde la realidad, que nos da la medida de su inteligencia diplomática. En la composicióna Italia pone en primer plano un problemaque en realidad era secundario: las tropas mercenarias.Los señoresde cada una de las nacientes signorie contrataban tropas extranjeras, pagándolas ellos directamente,con el fin de que las faccionesrivales dentro de su propio territorio permaneciesendesarmadas113,luego la causade los: combatesno provenía de los mercenariosextranjeros,sino de las tensionesinternas dentro de los grupos de poder de la península. Tras esta guerra hay una idea de Estado,la nuevaorganizaciónque superabaal camufle estabareafirmándose,pero Petrarcase niega a admitir esta titubeanterealidad supeditándolaal mito de una Italia 261 gobernada por romanos, si bien la idea de la restauracióndel Imperio con su valor de futuro es marginal en la canción 128, que está toda volcada hacia el presente,hacia el problema contingente de los mercenarios,que hacefalta, y posible,resolverlo enseguida. El tercer tipo, la guerra entre la aristocracia romana, es inadmisible, y si se admite,habrá que convenirantesque las nobles familias no son de origen romano, como más tarde promulgó ante Cola’’6. Es en este punto donde Petrarca haría suya la crítica agustinianaal poder, sopesandoen una balanzalos sufrimientos y los desastresde las campañasbélicasy la fugacidadeventualde una victoria, El odio civil no está en función del Estado, que seria para todos el mismo, ligado al mito de Roma en el sistemaorganizativo de su pensamiento117, es más bien una pérdida temporal e irracional de conciencia,la patria adormecidade las canciones28 y 53, con el capo Roma. El tiempo de esta guerra se articula en un pasadoque hay que trasladar al presente, y en un futuro que sería la continuación directa de ese mismo pasado, perfectamente actualizabledesdeel momentoque son los individuos los portadores de la memoriahistórica. La diversidaddel tiempo de la guerray del tiempo del amor en el Canzoniere no se puede sopesar a través de las categorías formales intratextuales, pues como veremos en un análisis más pormenorizado, en ambos temas los cronemos, según la denominaciónadoptadapor Taddeo,o sealos verbos,fraseso partes del discurso que conllevan una idea acerca del ~ son similares. Son los engarcesextratextualesy la temática interna los que dotan de singulares connotacionestemporales a estas tres cancionesy al soneto27, cuatro composicionesdedicadasa hechos impresos en la historia, y que el poeta presentacomo actuales,en desarrollo, no concluidos,y aparentementefuera del alcancede la r 262 subjetividad del tiempo amoroso, al que sólo las fechas de aniversarioacercana la medidadel transcurrircronológico. Ninguna indicación temporal explícita une cada uno de los textos al referentehistórico, es más, sólo el sonetoy la cancióna la cruzadano presentanninguna duda en este sentido.Respectoa las otras dos canciones ha sido la crítica la que, mientras que no emerjan nuevas pruebas, ha llegado al consensode considerarlas escritasen 1337 y en 1344-45, y a esta dataciónnos hemosatenido y nos atenemospara las posterioresconsideraciones. Por otra parte, cuando se habla de tiempo subjetivo para las rimas amorosasse deberíade distinguir entre el microtexto singular y aisladoy la totalidad del discursode Canzoniere. Si se establece un nexo primario entre las fechas aportadaspor los aniversarios, aun cuando sean saltuariasy desordenadas,y el conjunto de los microtextos, habríaque consideraruna cierta categoríade tiempo en el que lo privado, expuestoademása la luz pública de la lectura, prevaleceríasobre el flujo interior acrónico que se le supone a la voz narrante, Considerandolas distintas fases de elaboración del Canzoniere conviene recordar que en la redacción Vaticana, Petrarcaintrodujo el soneto364 TennemiAmor anni ventunoordendo, lieto nel foco, et nel duol pien di speme; poi che madonnoe’ 1 mio cor secoinsieme saliro al cid, dieci aun annípiangendo. (vv. 1-4) que sitúa la acción en el 6 de abril de 1358. Fue~ asimismo, fundamental el cambio de lugar, para llegar a la redacción definitiva, de las composicionesposterioresla 336, que ya había 263 formado parte de la forma MalMesta, en el que se da cuentaexacta de la cronologíade la muerte de Laura: Sal che ½;mille ¡recento quarantotio, 11 di sestod’aprlle, in ¡‘oro prima, del carpo usclo quell’anima beota. - (vv. 12-14) El tiempo amoroso entonces,y no únicamentela narraciónde ¡a experienciasentimental,está especificadohastael último soneto, el 364 (cl 365 y la canción 366 tienen un carácter religioso), La idea bastante difundida, de que la función estructural de las composicionespolíticas es romper la acranlatextual no es exacta,si se refiere a la intertextualidad, Ya hemos demostradocómo en la redacción Correggio el proceso es inverso, es la ubicación de las rimas de rememoraciónde aniversariolas que engastanlas políticas en una cierta escansión cronológica, aunque faltase el punto de partida, el soneto2 11, incorporadoen la Malatesta,con la fecha del primer encuentrocon Laura en Avillón el 6 de abril de 1327. Nos enfrentarnosde nuevo a una de las frecuentesparadojasde Petrarca.valgan de clásico ejemplo el periodo de composiciónde la epístola sobre la ascensiónal Ventoux o la del mismo Secretum’~t en las que la entidad de la literatura aporta mayor sentido de verosimilitud que lo acaecidoen la vida de la experiencia.De este modo, los límites entre biografía y autobiografíase transformanen~ indicadores móviles que el poeta maneja hasta hacerlos a veces irreconociblespor parte del lector. Así, las rimas no coyunturales, las amorosas,estánenmarcadasen una temporalidad, más o menos imprecisa, pero constatable, mientras que dos de las políticas, referidas a eventos histórico, guerras concretas,una en Roma Y la ¡¡3014404 264 otra en un lugar del norte de Italia, que la filología deduceque es Parma, podrían quedar a merced de cualquier conjetura inteligentemente argumentada.No obstante, el hecho de que el descubrimientode nuevosdatos o la interpretaciónmás correcta de los ya existentes obligasen a admitir un cambio en las fechas consensuadaspara estas dos composiciones, ello no cambiaría esencialmenteel enigma de unas rimas que hablan de historia, y Petrarcaera muy conscientede la historicidad de las épocas,pero que no detentan elementosinternos parangonablesa las fechas de aniversariopara situarlasen el tiempo. Es posible que Petrarca consideraseestas das canciones respectoal doble plano temporal de la sincronía 1 diacronla, el primero enlazadocon el tiempo concreto en que las escribió y las hizo públicas, y en el que no era necesarioaportar los datos, pues su público conocíasobradamentelos acontecimientosreferenciales. El segundoplano, el diacrónico, estaría dirigido a la posteridad, con un valor ejemplar negativo a no seguir por los futuros ciudadanosde Roma o los itálicos en general. Por estarazón debían ocupar una cierta parte del libro, aquella en la que la renovación espiritual individual, el alejamientode las cosasterrenas,aún no se habla cumplido, en la que el tiempo poseía el valor relativo que concede la esperanza de una progresión vital. Después, la decadenciasocial y el desencantodel mundo, que expresaen su epistolario, no le permitieron insertar ninguna otra composición, porque si él habla ido corrigiendo sus errores privadosy se había; acercado a los limites absolutos de la temporalidad, hacia la liberación, según el concepto religioso de la muerte, la sociedad, por el contrario, habla tomado el camino inverso, y ninguna señal hacia presagiar que la situación pudiese cambiar. La vía paralela entre la historia amorosa y la historia social, cuyo denominador — ¡¡3014404 265 común es el error, y cuyo fin es respectivamentela paz eternay la paz social, pues no Ch vano la canción 128 y la cancióna la Virgen que cierra cl libro terminancon la palabrapace, no se pudo llevar a cabo hastael final. El triunfo relativo y perecederode la eficacia de voluntad individual, capaz de juzgar los acontecimientos, sobre la inoperanciade la organizaciónsocial era la certezaque latía en la epístola De mutatioPieti temporum (Seniles, X, 2), aunque ello significasepagar el precio del silencio lírico, o encubrirel mensaje político, como en el caso de JI mal mi preme, e¡ mi spaven¡o u peggio sobre la guerra entre Paduay Venecia,hastadotar al texto de un significado clandestino que sólo el iniciado fuese capaz descifrar, mientras que la homologaciónestilística con el lenguaje amoroso no suscitarla dudas al respecto en el profano120. La posterior explosión de ira de los antiaviflonesesserá la última constataciónde que ninguna organizaciónhumanaes digna, ni la Iglesia, de dirigir al individuo. Creemosentoncesque la anulación de las huellas temporales mediblesen Spírito gentil y en Italia mía es, en parte, consecuencia del grado de ejemplaridadadquiridaque Petrarcapreveíapara éstas en el futuro. La apreciaciónde Momigliano cuandoaseveraba Questoé ti solo punto del “Canzoniere” in cuí si siabiliscafra u poeta e ¡1 lectore una comunanzadi affettí, perché quí O il poeta che paría, non & l’uomo che té creato un suo mondoaristocratico e: romito, ma fi ¡andullo. (. U e II lettore rivede nel Petrarca che cresceal sentimentodella patria, la propia vito che si forma.121 es en realidad el resultado de una percepciónahistórica v sensible del valor de esa ejemplaridadproyectadahacia el porvenir con el 266 que Petrarcaquiso dotar al tema político, y que pone de manifiesto en tres ocasionesen que afrontadirectamenteel argumento: bu»que vra & 11 tempoda ritirore II eolio da! gíago antico, et da squarciare Ii velo e/PO stato avolto intorno agíl ocohí nostrí, (c.28, vv. 6 1-63) Van¡icho muro ch’anchor temeet amo et ¡roma ‘1 mondo,quondosi rimembra del ¡empo andato e ‘ndietro si rivolve, (c. 53, vv. 29-31) Signor’, mirate come ‘1 tempoyola, e, si come la vito fugge, cf la marten’é sovra le spalle. Vol siete or qul; pensatea la partita: (c, 128, vv, 97-100) Versos que aparentementeincitan a la acción, a abordar la problemática de la propia época (o. 28), a la exaltación de la grandeza del pasado de Roma impreso en la memoria colectiva (c. 53) y a la reflexión sobrela fugacidadde la vida (c. 128), peroque, sobre todo, promulgan tres de los tópicos ligados al pensamiento práctico, al ideal político y a las creenciasreligiosasrecurrentesen• el sitema ideológico de Petrarca, con el consiguiente valor didáctico-moral.No es apropiado,por lo tanto, afirmar que en estas canciones el tiempo se afronta como tema122, o que en ellas las mencionesdirectas a la idea de tiempo gozan de centralidad,no es así porque las tres canciones,y fundamentalmentela 53 y la 128 267 están construidas no para la meditación, sino para la repercusión moralizailte, ya sea inmediata (conseguir la pacificación), ya sea a largo plazo (servir de ejemplo). El tiempo, entonces,es secundario respecto al argumento central que allí se predica, la guerra. La referenciaal tiemPo es continua en toda la obra de Petrarca,como, ha subrayado Folena, es una de las estructuras básicas en las que se asienta su poética.’” El uso de los exomplacumple la decisiva función de englobar las tres categorías temporales, atrae el pasado al presente para proyectarlo al futuro, en una dinámica conjunta que conduce a la exhortaciónde la virtus. Los enumeramos brevemente con el fin de comprobardespuésqué parte de la historia ha elegido Petrarcapara sus cancionespolíticas: La 28, en la que hay una mayor profusión de exempla, muestra un cierto equilibrio entre los clásicos y los mitológicos, aunque estos últimos estén dirigidos a subrayar la potencia elocuente del receptor Giovanni Colonna di Gallicano. Orfeo, que atraia a las fieras con su música, o Anfión, que con su canto movió las piedras tebanas,se conectanen el presentecon la actividad literaria tanto del emisor como del receptor.La divinidad cristiana la personifica el mismo Apolo. lo que no deja de ser ciertamentesignificativo en una composición dedicadaa la lucha contra los musulmanes,y que se explicaría,junto a la alusión al lauro (y. 80), en el casode que el poeta estuviesedecidido a dedicar el Canzoniere al mito dáfneo en aquellas tempranas fechas’24, y si hubiera pensado ya por: entoncesintegrar la canciónen la supuestacolección. La historia de Roma está recogida en toda su amplitud desde el figlulol de Marte (y. 79), Rómulo> hasta el grande Augusto giú del ben boato ofjicío! Comecre’ J4abritlo si faccía lieto, udendola novella! Et dice.’ Romomio sará anchor bella. (vv. 3 7-42) La doble invocación del verso 37, el valor durativo y actualizador del par de apariciones del adverbio anchor y del gerundio udendo, con el subjuntivo faccía en sentido futuro, pero introducido por un presente que prácticamente le funde con el momento del emisor, ore’, resuelto al final con el discurso directo de Fabricio apoyan desde cada resquicio de los versos un presente absolutamente actual, La única separación de planos entre los exempbay la realidad histórica es la distancia, U> glá, que separa el espacio terrenal del otro más alto, el de la fama (v.33), en el que perviven los héroes, En la canción 28, el recurso actualizador de los exempla, determinadostemporalmentepor verbos en pasado, es anteponer formasverbalesen presente,por medio de las cualesse estableceun contacto comunicativo con el destinatario, que activa el ejercicio conjunto de la memoria histórica, contactoiniciado con anterioridad en los versos decisivos, de la VI estrofa, y ya citados en varias ocasiones,Tu ch’ñi,per arrichir d’un bel thesauro1 volta l’antiche; et le modernocarta, (vv. 76-77), que reseñanla composiciónde una obra histórica, el De i’ír¡s ¡hestribus de Oiovanni Colonna di Gallicano’26, Así, sal (y. 79) introduce el recuerdode Augusto que se ornO (y. 81) con el laurel de la victoria. 270 Para la historia griega, más lejana en el tiempo, el esfuerzo mnemónico dual requiere un imperativo exhortativo, Pon’ mente(v. 91), en paralelo contraste con )>on’ man (y. 21) de la canción 53 que invita a la acción inmediata. La comunidad de intereses historiográficos con el destinatario es esencial para el ejercicio evocativo, siendo muy interesante el matiz que introduce Petrarca cuando después de la larga lista de ejemplos a la que nos hemos referido, dice: e: altre mille ch’ñI asco/tate el le¡te: (y. 102), insinuando una transmisión del pasado no sólo a través de la minuciosa investigación filológica, no únicamentemediatizadapor las autoridades,sino también por el intercambio contemporáneade la palabra, por la cultura que mantienesu vitalidad en el contraste de opiniones o de versionessobre la época clásica, en su aspecto histórico además del literario, y, tal vez, una reminiscencia platónica del Fedro, en donde la escritura es el medio para conservarel discursooral”’, dentro del mensaje fundamentalmente moral: perché Inchinare a Dio nuolto convene 1 le ginoechia e, la mente, (vv. 103- 104). Alguien ha señaladoque el primer pasopara la transformación de una sociedad medieval a una sociedad civil consistió en el establecimientode la comunicaciónentre individtio.~ ya fuesepor el intercambio de ideas o por la reflexióti”% En esta composición hay una innegable reflexión acerca de ‘una acción bélica, la expedición a Tierra Santa, si bien su resultado será similar al de la revelación, squarciarc 11 v¿Jo / ch’& siato ayo/fo Inlortio agíl occhi nostrí (vv.; 62-63) con la atemporalidad que de ello se deriva. En la canción 128, Italia mía, la actualización de los exempba la plantea el poeta por medio de una simple y magnífica construcción antitética entre el presente y el pasado, que va desde el deictico or, hasta la regresión al pasado para retornar luego al 83014404 271 mismo punto de partida, introduciendoen el eje central la memoria durativa: Gr dentro ad una gabbla (y. 39) Mario apersesi ‘1 flanco1 (y. 45) che memoriadc l’opra ancho non /angue, (y. 46) Cesare¡ocelo cha per ogní plaggia (y, 49) Gr par, non sopor che ste¡le maligne, (y. 52) En ambos extremos el presente, en el doble aspecto psicológico negativo (claustrofobia-faltade libertad) y el irracional del determinismo absoluto regido por las estrellas,baste recordar aquí la aversión manifestadapor el poeta respectoa la astrología, en una Familiar (111, 8) y en dos Seniles (1, 7 y III, 1), o en el mismo Canzon¡ere,porejemplo en la programáticacanción 70: che coipo & de lo sto/le 1 o de le cose bel/e? (Vv. 36-37). En el centro de la construcciónla memoria atrayendocon el adverbio anchor el pasado remoto, ejemplar aún en sus manifestacionesmás cruentasy desesperadas,puesel simbolismo de la sangre está en las cercaníasde los dos héroes (sangue, y. 48; ~anguigne, y. 50). 113014404 272 ocupan los exempba en cada una de las los epicentros en los que convergen los los recursostemporales,estandoel presente futuro, siempreen función de lo que acaeció Los núcleos que canciones constituyen vectoresdinámicos de y, en cierta medida, el en la historia pretérita. Pero no sólo nombrandoa los héroesse atrae el pasado,éste también sc mide cuantitativamente para subrayar la inmensa extensión de tiempo desde que una sociedad, que había sido la personificacióndel ideal real, empezóla inevitable decadenciacon el abandonode Roma por parte de Constantino,y que ha alcanzado el culmen del declive con la nuevaclasedirigente: Passato& gUI piú ‘1 mlllesimo anno che ‘rs leí mancar quell’anlme leggiadre che beata l’avean U> dov’era. Ahí novo gente oltre mixura altera. (o. 53, vv. 77-80) Es ésta la única referenciacronológica en las tres canciones civiles que permite ubicar el texto en una cierta época, aunquecon el valor aumentativo y epigramáticodel gran lapso de tiempo. El mismo recurso utiliza el poeta para remarcarel sufrimiento privado en los confines de un tiempo que ¡e atañesólo a él pero que tiende hacia la universalización: 1’ che di et no ¡te del suo strazioplango, La soledadestéticade la protagonista,y, por ende,existencial desde el momento que pervive en función de quien la reclama, es absoluta en los Fragmento. Imagen especularde la propia voz del poeta, que también se representaa sí mismo bajo la coberturade la fantástica ave para expresar la excepcionalidad de su pasión amorosa el vive pol Con ¡a fenice a prova (c, 135, y. 15). Laura ocupa el espacio narrativo completo y determina las efímeras apariciones de cualquier otro, aparte del propio creador, ya sea el tercero un personaje con el que se entabla una relación de intercambio amistoso, o una figura introducida dentro dentro de un: determinadopaisaje, o bien sirva para ilustrar o concretarun tema marginal al amoroso,como ocurre en las rimas que nos ocupan. Hay que matizar, no obstante, que el retrato de Laura no es unívoco y que el desarrollo sintagmáticode la obra dependede las sucesivasfasesen las que se manifiesta,aunqueestéconstantemente rs y 282 condicionadapor la visión de Petrarcay por sus paulatinoscambios respectoal conceptode amor, ParaSantagataen la primera parte de la redacciónCorreggio conviven fundamentalmentedos Lauras, una es la donna petrosa, bajo el signo del mito de la pasión sensualen Dante, y a esta esferacorresponderlala analogíaentre la actitud de la protagonistaprincipal y el tema bélico. El sentimiento pasional se expresaen las metáforasde la guerra, tunga guerra (s. 26, y. 8) 2 senza pace rió friegna (s. 57, y. 9) por poner dos ejemplos.La otra Laura sería la estilnovista, la criatura beatay salvadora,Non era ¡‘andar sim cosa moNa/e 1 ma d’angellca forma, . , . (s. 90, Vv. 9- 10). Los rasgosmoralmentepositivos del personajefemenino, y la descripción física, empezarían a manifestarse después deL giro ideológico y programático que supone la canción 70, en la que Petrarca expone la crisis moral que le conducirá a autoculpabilizarse por el deseo irrefrenable hacia Laura. La consecuenciacon respectoa la redacciónCorreggioes que: Sappiatno perO che in questa redazione II ritraito positivo di Laura O minoritario, ¡ti ¡crin/ni quantital lvi, rispe No a quello della donna crudo le (e por di pl?’ concentrato quasí unicamente nel testí della seconda parte, cioé dopo la catiz. 70j ‘~‘ Además en esta redacciónel papel activo Laura, coincidiendo j~I con el positivo, se desplegaríasobre todo en los poemasque van y desdela canción 70 a la sextina 142, con lo que se podría hablar de, un verdaderopersonajefemenino, siemprelimitado a la Correggio, que más tarde se irla diluyendo hastaalcanzarla apoteosisde las dotes divinas en las composiciones añadidas en la redacción Vaticana’42, 283 Teniendoen cuentaestasobservaciones,se instaura,entonces, una interesanteconexión entre el papel que cumple la protagonista absolutay el de los personajesmarginalesde las rimas políticas. El soneto 27 y las canciones28 y 53 estánsituadosen la zona en la que el amor es concebidocomo pecadoy en dondela protagonistase presentabajo el semblanteprevalentede la crueldad, es la zona del amor-guerra.La canción 128 y los tres antiaviñonesesse ubican en cambio, entre las rimas en donde Laura comienza a mostrar activamentesus aspectospositivos y angelicales,en concomitancia, por lo tanto, con el tono más calmadoy dirigido a la moralización de Italia mio y con la invectiva religiosa de los sonetos136-138. Es necesario hacer una puntualización, y es que cuando hablamosde personajesmarginalesno nosreferimos esencialmentea los destinatarios,con los que el poeta entra en comunicaciónsin intermediarios, poniendo en acto la función apelativa, como se ha observadocon arreglo al principio y el final de las canciones.Los destinatariosestánincluidos entre el público al que estádedicadoel Canzoniere, forman parte del círculo de oyentesreagrupadopor el Vol vocativo de sonetoproemial, en el queya estáexplicito el doble plano en el que poeta coloca a los receptoresde sus nuge y a la totalidad de los que, en un modo u otro, podrían tener acceso a ellas, ya que si por un lado su posible público se ensanchahasta tenderhacia la universalización: Voi ch’ascoltate ¡ti rime sparse ¡1 suono (s. 1, y. 1> la recepciónsocial de su historia amorosano es mediatizadapor la compresión que pueda suscitar el nuevo proyecto cultural que Petrarcaevidentementese propone,o sea,el elevar a las categorías 284 formales del clasicismo la poesía vulgar. Por el contrario, la popularis opinio, siguiendola fuente horaciana143,da la palabraa la crítica, no literaria, sino moral, En estesentido el poeta se propone coma exemplum en principio negativo, cada microtexto en el que se verifique la confesión seráequivalentea un peldaño en la ascensión a la perfecciónespiritual. Así en el sonetoproemial: Ma ben veggio or si come al popo! futio favo/a fui grantempo, onde sovente di me medesimo meco mi vergogno; (vv. 9-11) El mismo concepto que contenía ya la canción de las metamorfosisdi ch’io son fardo a mo/fa gente exempio (c. 23, y. 9), que como se recordaráPetrarcahabíaapostilladoen el códice de los borradores6sf de primis inventionibus nos tris ~ EL popoio no es una de las palabrasclave del Canzoniere, al contrario de lo que sucedecon piango o ragiono, o sospir, presentes en este primer soneto ~, a pesar de que la opinión de los otros, desde el momento que Petrarca se propone como ejemplo, está siempre latente. Sin embargo, en cuanto recurso estructural, su ausenciaes prácticamentetotal en las líricas amorosas,y si aparece es una simple alusión, sin mayor transcendenciaque la utilidad que en ese momento pueda tener para que el poeta ilustre una comparacióno una escenamás del tema central. En esaprimera parte de la Correggio, en la que la imagende la protagonistaestámás cercade la donna petrosa, y la configuración de la pasión amorosaes la angustiay la crueldad,el conjunto de los otros se presentaen negativo, la alienación sentimentales también disgusto por la colectividad. En dos significativos sonetosel vulgo 285 ¡nuestrasu aspectovenal, en el 7: J>o vero e mida val phiAeophia, <¡¡ce la turba al vil guadagno Intesa. (vv. 10-li) En el soneto 5 1 Petrarca imagina trasforinarse en estatuade diamante,de mármol o de jaspe bajo la medúseamirada de Laura, e ironiza sobre la repercusión de su posible metamorfosis: pregiato pol dal vulgo avaro et scioccho (y. 11) La idea del pueblo imbuido de la nueva cultura que considera la ganancia la finalidad principal de la existencia es la que prevalece en esta zona de las rimas. La canción del ocaso, la 50, es la única que nos presenta varias figuras individuales que representan la vide cotidiana, aunque el instante en que cesa la actividad humana para quedar suspendida en el descanso o el sueño. Cuatro figuras integradas en cuadros que tienden hacia la estaticidad, No sería lícito hablar de un lenguaje propiamente referencial, pues en cada una de las estanciasel matiz que abre el código de lectura es la imposibilidad de reposo del emisor, sin embargo,es esta composición la sola en la que existen indicios de descripción realista de las costumbres: la s¡ancha vecchiarella. pellegrina (y. 5), I’avaro zappador ¡‘arme riprende (y. 18), el pastorinope la sehierasua soavemente (y. 34), o los navegantesque ge¡tan ¡e membra, pol che ‘1 sol s’asconde,(y. 44), La suspensiónde las tareaslaboralesde las figuras acrecientala percepcióndel papel transcendental de los protagonistas, la indiferencia hacia los otros, 286 como observabaBosco. Cuando apareceel colectivo gente, éstaes ante todo los ojos que la comunidad que juzga negativamentelos efectosde la pasiónamorosaen el poeta,da! manifesto acto rger de le gen fi (s. 35, y. 6), che fa di morte rimembrar ¡a gente (b. 63, y. 2), o la muchedumbre informe asustada por una navegación peligrosa, quando la gente di pieM dipinía ¡ su per la riva a ringrafiar s ‘atierra (s.26, 3-4>. En la zona posterior a la canción 70, uno de los primeros efectosbenéficosde la encarnaciónde Laura como donna-angelo es que questa sola da! vulgo m’al¡ontana: (c. 72, y. 9). Cuando un amigo de Petrarca,tal vez Giovani Colonna di Gallicano está por entrar en la vida ~ le aconseja:segu ¡te ¡ pochi, el non la volgar gente (s. 99, y. 11). El concepto del vulgo está más desarrollado en otro soneto dirigido con seguridad, al fraile Colonna’47, Né del vulgo mi cal, né di Fortuna / né di me moho, né dí cosa vile (s. 114, vv. 9-10). En el diálogo que el poeta entabla con la Gloria en la canción 119, ésta afirma que -Rado fu al mondo fra cosi gran turba (y. 46) que al oír hablar de ella no sintiera una chispade ambición en el corazón.A partir de estemomentoy hasta la sextina 142, que cerraba la primera parte de la Correggio, la presenciaexplícita de los otros desaparece,para quedar reducida a la canciónBali a mM y a los tres sonetosantiavifloneses. En la segundaparte de la redacciónCorregio, es decir, desde la canción 264 al soneto 292, se pueden hallar sólo esporádicas alusiones. En el envío de la canción 268, en la que su luto lo; transpasaPetrarcaa la convención métrica, le dice non fa per fe di Star fra gente allegra, (y. 81). En los sonetos280 y 281, la mención está conectada a la actitud psicológicade la huida, no goza pues de un peso específico autónomo, recalca simplemente la involución hacia sí mismo despuésde la muerte de la amada, presentado con la 287 I6gica de causa-efecto: preghi ch’ 1’ sprezzi’l mondo e 1 suol dolcí harní (s. 280, y. 14), cuyo resultado es que fuggendo altrui el, s ‘esscr pO me sfesso (s. 281, y. 2). Luego es en la Corregio, y permanecerá así hasta la definitiva, en la única en la que se halla desarrolladala idea del otro en cuanto a colectividad. descrita en sus pormenores, empezandopor las característicastípicas respectoa la cultura o a la geografía en las que la comunidad de estas figuras conjuntas están integradas,y evidenciadas las causas y los efectos de determinados comportainientos,siempre conectadoscon las accionesbélicas que las composicionespolíticas predican. La ausenciade Laura, o la carencia de un diálogo exclusivamente amistoso yio moral en algunos de los poemas con destinatario histórico, comporta la apertura descriptiva de mundos paralelos,aunquesecundariosen la sintagmáticatextual, al eje narrativo central, En la canción a la cruzada, la estanciay está dedicadaa la imagen negativade los aliadosgermanosy a la de los infieles: nenulca naural-menfe di pace, nasce una gentea cuí II morir non dole. Queslase, plú devotachenon sóle, col tudescofuror la spadacigne, turchí, arabí el caldel, con tullí que! che speranmdli dé! di quia del mar chefa l’onde sanguine, quandosian da prezzar1 coincerdé!: popo/o Ignudo paventosocf lento, che/erro mal non s¡rlgne, ma tul ti colpí comm elfo al ven!O, (vv. 50-60) 288 La alusión ixuprecisa, restringida al espacio geográfico de la estrofa anterior con la indeterminaciónintroducida por su primer verso, CJ¡fun que albergo ira Garona e ‘1 monte (y. 31) para concretar quienes formarían parte de las tropas cristianas, se despliega ahora con la contraposición entre el pueblo germano, dudosamentereligioso, por un lado, y los musulmanesmonoteístas, ture/Il, arabí y caldel, junto a todos los posibles idólatras, con tutU que! clic speran nc llí dé!’”, por el otro, La connotaciónpositivadel ¡edesco /‘uror, opuestaa la cobardíade los enemigosse establecea través dc la manera en que se comportan en el combate, los germanoscon la espada,mientrasque los infieles sólo son capaces de utilizar las fechas,ma tullí colpí commette al venf o, La forma de lucha es en Italia mía una de las cualidadesdel pueblo itálico, prenderá ¡‘arme, cl fía ‘1 combatier corto: (y. 94). La eficacia de la definición de los enemigosestá subrayadapor el recurso rítmico de la repetición posterior al acento, de la vocal velar “-o-”, popo/o ignudo, pai’entoso et lenlo. La elección de estos tres adjetivos que denotanel bajo grado de civilización, la carenciade valor y la poca actitud para el obrar, respectivamente,contienenla imagennegativa perfectarnentecontradictoriade la virtus romana, a la que se hace mención en la estrofa VI: nc l’al¡ruí ingurie del sangue Roma / spesse flato quando fu coríese (vv. 82-83). Pero los desastresde la guerra, la repercusiónen aquellosque son su sujeto paciente, las esbozaPetrarcacon acentoslevemente sentimentales:. . . nc la ~norte de’ maríN / fui/e vestite a brun le donne persa, (vv. 94-95), reafirmándolopoco despuéscon un juicio de valor Eg non pta quesía in/sera roma ¡ del popolo infelice d’or¡en.te (vv. 97-98). Como cabria esperares en la canción 53, dedicadaa la guerra civil en Roma, en donde el poeta agudiza la descripcióndel dolar 289 del pueblo: Le donne lagrimase, e ‘1 vn/go inerme dc la 1enero e tate, e ¡ vecchí sianchí ch’c’mnno sé in odio e: ¡a sorvechia víta, e ¡ nerí fraticelIi e ¡ bIgí e 1 blanc/U, col!’ altre sehiere ¡ravagliase e ‘nferme, gr/dan: O signor nostro, alta, alta,. Erta povera gente sbigottita ti scopre le sucpiaghea mille a mille, ch’A ti/bale, non ch7altri, farían pío. (vv. 57-65) El polisíndetonde los cinco primeros versos, reforzadopor el encabalgamiento del segundo y tercero, con la introducción del discurso directo, para resolverse todo ello en una panorámica general que reduplica con los uumerales las consecuencias del dolor, y que abre paso a la comparacióncon el sufrimiento mítico del pueblo romanobajo el acosode Aníbal, evaporancualquierduda acerca de la eficacia descriptiva de los otros en los Fragmenta, al menos en su vertiente política. A pesar de que los adjetivos que usa no transgredenla selecciónléxica plasmadaen las poesíasamorosas,hay que disentir parcialmente, después de la lectura de estosversos,de la afirmación hechapor Contini segúnla cual el lenguaje es antiexpresionista ‘%‘ El expresionismo subyacente en algunos trazos de las rimas políticas, no se deriva de la utilización de términos con un contenido semántico en contraste con el fluir pausado de la bien delimitada terminología amorosa,sino que es consecuencia,y muy notable para el lector, del brusco cambio referencial. Las lágrimas 290 ya no son las del poeta o las de Laura, el do/ce tempo della prima ejade de la emblematicacanción de las metamorfosisse transforma en . U vulgo inerme / de la fenera etade. . . , el sentimiento autopunitivo et ¿ in odio me stesso,cf amo a/fruí (s. 134, y. 11>, ahora lo prueban las victimas inocentesde la guerra, los cansados viejos ‘ch’anno sé in odio et la sorve¿chtavita. La dolce schiera amica (s. 139, y. 2) de los frailes de la cartuja de Montreux, entre los que se encontraba su querido hermano Oherardo, contrasta con estascolumnasde gente enfermay doliente de las que forman parte también benedictinos, franciscanos y dominicos”0, las órdenes religiosas a las que correspondencadauno de los colores neutros, que dotande una luz crepusculary fría a todo el cuadro, Las numerosasfuentes literarias a las que atiende Petrarca para la construcciónde estesintético e impresionantecuadro son la prueba de la búsqueda consciente de estilo y del efecto literario, aunque también podrían probar la existencia de una cierta lejanía del idiolecto proyectado a propósito para su poesía en vulgar. Carducci cita a Virgilio, la Eneida, XII, 131-132, Ovidio, las kfetamorfosis, VIII, 549 y Lucano, la Farsalia, II, 64, entre las clásicas’51,Sin embargo,nos parecemuy débil la concomitanciacon Dante, entre el verso 59 y los del Purgatorio XVI, 122-123: , ., e par br tardo / che Dio a mighor vila lí rípogna. Otras fuentesson la epístola de Dante a los cardenalesitalianos (Epi. Xi), y las palabrasque dirige a Francescade Riminí en el inferno V, 116-117, e comíncial: Francesca, 1 tuol mart¡rl ¡ a lagrimar mi Janno frisio e: Pío. En la canción Italia mnia, Petrarcasigue el procedimientode intercalación antitética que ya usó para introducir los exemplaen el tiempo durativo del presente.No hay, pues, un núcleo de versos en los que, en negativo, como en la cancióna la cruzada, o en positiva, 291 como en Spirto gentil, que esté dedicado en exclusiva a la descripción del pueblo, Los antagonistas,los bárbaros, entran en escenapor medio de una pregunta, a la cual irá respondiendocon pocos versos en cada una de las estrofassiguientes: che fan qu! tante peilegrine spade? (y. 20). El deictico qul para referirse a Italia que había sido personalizada, ubica en la misma topografía textual a las dos partes en conflicto, aportando la clave para la técnica expositiva que seguirá: Or dentro ad una gabbia fiere selvaggeex mansUetegregge s ‘annidati si, che sempre ji miglior geme; et é quesfo del seme, per plá dolor, del popo? senza legge, (vv. 39-43) La metáfora gabbia no mantiene únicamente su valor denotativo, a pesar del verbo s’annídan y de la contraposición precedenteentre fiere y gregge. La rima con los términos situados en la fronf e de la estrofa, rabbia: scabbia: gabbía, llenan de significación siniestra a la palabra, con lo que su eficacia supera con mucho la simple interpretacióngeográfica(Italia da! mare e dal monfí chiusa a guisa di gabbia) que le fue atribuida por Carducci132. Además, fedescarabbia era ya una expresión acuñadaque habla sido usada por Arrighetto da Settimello e Pietro da Eboli”3, el poeta,por lo tanto, no buscala originalidad en estosversos,sino la seguridad de su efecto catártico en la memoria colectiva. Todos los recursos son válidos para alcanzar la finalidad del mensaje: el cese de las hostilidades. Así, por ejemplo la acumulaciónde infinitivos, con su aspecto neutro y universalizador, evidencian la 292 irracionalidad, de imprevisibles consecuencias,de la situación creadapor aquellosque pagana los mercenarios: Qual co/pa, qual giudicio o qual destino fas tidire ji vicino povero, et le forí une afficte et sparte perseguire, e ‘n disparte cercar gente el gradire, che sparga ‘1 sangue et venda¡‘alma a prezzo? (vv. 57-62) La forma interrogativa, enlazándosecon su tradicional uso retórico, por ejemplo en Guittone d’Arezzo’54, sirve para enfatizar una afirmación, ya suficientemente reiterada con la repetición anafórica del pronombrequal. El éxito del mensajeestá supeditado a este recurso en tres momentosclave del poema. Como ya hemos señalado, en la estanciaII, donde es introducido el indicador del pueblo adversario (che fon qul tante pellegrine spade?, y. 20), reforzado por la plásticapreguntaacercadel verde terreno italiano manchadode sangrebárbara(vv. 21-22). En la estanciaIV, la que nos ocupa, para contraponerlos efectos de la contienda en los dos bandos, y, por último en la VI, que empiezacon Non é questo ‘1 ferren ch’í’ focchaí pria? (y. 81), alargándose el periodo interrogativo hasta ocupar toda la fronte, para enfatizar los efectos de la situación en el propio autor. Pero la interrogación, ademásde usarla para potenciar la presenciadel yo y de los otros, subraya’ también dos momentosesencialmentereflexivos del poema: Se da le proprie maní questo n’avene, or ch! fía che ne scampí? (vv. 3 1-32) u 293 Di’ bor:-Chi m’assicura? (y. 121) La aparición del chi, muy frecuente en la prosa narrativa del Trecentonovelle, y que luego usará Sacchetti como técnica impresionista en sus Rime’55, denotaen It alía mía la inaferrabilidad de la simple posibilidad de una certezarespectoal rechazocolectivo de la guerra, o bien respectoa la propia seguridadindividual. La imagen del otro, expresadacon el pronombre indefinido en un contexto interrogativo y reflexivo, se fusiona con la totalidad y con la individualidad. 294 Notas 1- BELTRAMI, Pietro G..La metrica italiana, ¡1 Mulino Bologna, 1991, p. 186. 2- FUBINI, Mario. Metrica y poesía. Planeta, Barcelona, 1970. Traducción de Milagros Arizmendi y María Hernández Esteban, de la edición original italiana de 1962. Pp. 182-183. 3- LOTMAN, Yuri M. La semiosfera. La asiminetría e Ii dialogo ne/le strufture pensanti. Marsilio, Venezia, 1985, pp. 70- 76. Véase también de Roman JAKOBSON “Vocabuborum construct¡o” en el sonetode Dante ttSe ved! 11 occhi miel “, escrito en colaboración con P. Valesio, recogido en el volumen Ensayosde poética. Fondo de Cultura Económica, Madrid, 1977, Pp. 3 1-52, sobre todo pp. 35-37. 4- BILLANOVICH, Giuseppe. La tradizione del testo de Livio e le origini del/’Umanesimo .Antenore, Padova,1981, Pp. 204- 205. 5- MONTANARI, Fausto. Studí su? Canzonieredi Petrarca, Editrice Studium, Roma, 1972 (1~ ed, 1958), pp. 98-115. 6- SANTAGATA, Marco. Petrarca e 1 Colonna. Su! destinatarí di R.v.f. 7, 10, 28 e 40. Pacini Fazzi, Lucca, 1988, Pp. 14-31. 7- ELWERT, W. Theodor. La varietá metrica e tematica delle canzoni del Petrarca bu funzione della loro disíribuzione nel ~Canzoniere~. “Míscellaneo di studi in onore di Vil tore Branca 1 Da! medioevo al Petrarca”. Olschki, Firenze, 1983, pp. 389-409. Sobre la canción-sirventés p, 404. 8- ELWERT, W. Theodor. Versificaztone italiana dalle al nosíri giorní. Le Monnier, Firenze, 1989 (l~ ed. it. 1973), 9- ELWERT (1983), PP. 403-404. 10- FORESTI, Arnaldo. Anedotti della vila di Francesco Petrarca. Antenore, Padova,1977, Pp. 120-139. 11- ELWERT (1983), p. 389. 12- FUBINI (1970), p. 288. 13- BELTRAMI (1991), Pp. 156-157. 295 14- D’OVIDIO, Francesco. Versificazione italiana e arte poesicamedievale. Hoepli, Milano, 1910,p. 247. 15- BEMBO Pietro. ¡‘rose della volgar lingua. Cli Asolaní. Rime., al cuidado de Carlo Dionistti, UTET, Tormo, 1966, II, XV, y el comentarioque de ell~3 haceBELTRAMI (1991), p. 108, 16- RAMOUS, Mario. La metríca. Garzanti,Milano, 1991. Su definición de canzoneita es la siguiente: “componimento poefloo di argomento amoroso e di tono popo/are, modellato su t/’impíanto me frico de/la canzone antica, ma comtiposto di versi breví (so/i setteflclri, soh otfonarí, o setienar! alíernaíi a ottonarí,), prohabilmentecon accompagnamentomus/cale~, p. 115. 17- FUBINI (1970), p. 91. 18- PICCHIO SIMONELLI, Maria, Figure foniche da! Petrarca al petrarchistí. “Studia Historica et Philologica” VII, Sectio Romanica2, Licosa Editrice, Firenze, 1978, p. 16. 19- LOTMAN, Yuri M, Estructura del texto artístico, Istmo, Madrid> 1982, p. 157. 20- FUBINI (1970), p. 144. Véase?asimismo, el comentario sobre el pa el ue juega la rima como uníca señal en la estanciaen Costanzo 13101ROLAMO, Teoría e prassi della versifícazione, 11 Mulino, Bologna, 1983, p. 67. 21- BELTRAMI (1991), pp. 178-179, quien a su vez envía a d’Arco Silvio AVALLE. Le originí della versificazione moderna, Giappichelli, Tormo, 1979. 22- LOTMAN (1982), p. 139. 23- RIFFATERRE, Michael. Semiofica del/a poesía. 11 Mulino. Bologna, 1983, Pp. 21-53. En la nota 3 de p. 25 dice “La significanza, in parole povere, ñ ció di cuí realmente dice una ¡mesla: essasi costituiscealtraverso la le ¡furo retroat¡¡va, alíorché ~haluogo la scoperfa che la rappresentazione(o mimesQfa segnoin realtá verso un conhenuto che nel lin~uaggio non lefferario esigerebbeuna rappresenfazionedifferenfe ~. 24- La bibliografía sobreel tema es amplia, citamos: Leandro BIADENE. Morfología del sonetto, “Le Lettere”, Firenze, 1977 (10 ed, 1888); Renzo CREMANTE y Mario PAZZAGLIA. La metrica. II Mulino, Bologna 1972; y Roberto ANTONELLI , L’»invenzione” del somajo, en”Misc etianea di studi itt onore di Aurelio Roncaglia”, Muechi, Modena, PP. 35-75, que defiende la tesis del origen del soneto a partir de la cobla sparsa. 296 25- CONTINI, Gianfranco. varíantie aUra linyuistica. Una racco/f a di saggi. Einaudi, Tormo, 1970. Marco SANTA GATA en Da! sonetío al Canzoniere. Ricerche sulla preistoria e la costítuzione di un genere, Liviana, Padova, 1979, en p. 70 rebate la idea que parecesubyacenteen Contini, y que a su vez proviene de Spitzer, de que el sonetoes la concentraciónde toda una canción. 26- Aunque seguramenteciertas obras musicales no dejarían de influir, o al menosde confluir, en la poesíade Petrarca, como el motete a Roberto de Anjou compuesto por su amigo Philippe de Vitry, poetay músico de fama, pero que trabajaba como diplpmático para la corte francesa, y que en 1351 fue nombrado obispo de Meaux. Escribió otro motete, Danfur o/ficta- Quid scire proderit nova el vetera, en el que deplorabala vida fácíE y los abusosen la corte papal de Aviñón, así como un poemaa la fallida cruzada “Le chapefd?e trois fi eurs de lis”. Para más noticias sobre su actividad consultar F. Alberto GALLO. Storia del/a musita. II Medioevo II. Societá Italiana di Musicologia, Tormo , 1977, Pp. 33-38. Para la separaciónentremúsicay poesíaen Italia: FUBINI (1970), p. 144. 27- SAPEONO, Natalino. La poesia del Petrarca. Bulzoni, Roma, 1965,p. 71. 28- ZUMTHOR, Paul. Semniologia e poetica medievale. Feltrinelli, Milano, 1973, p, 196. 29- ELWERT (1983), p. 405. 30- QUAGLIO, Antonio Enzo. Francesco Petrarca, Garzanti, Milano, 1967, p. 141. 3 1- CONTJNJ, Gianfranco. Preliminarí sulla lingua del Petrarca, publicado actualmente como introducción a F.P. Canzoníere.Einaudi, Tormo, 1964, p. XXXIV. 32- ZUMTHOR (1973), p. 209. 33- ALIGHIERI, Dante. De vulgari eloquentia, 1; Introduzione e testo II, IX, 2, al cuidado de Pier Vincenzo Mengaldo.Antenore, Padova,1986. 34- ECO, Umberto.La siruitura assente. Bompiani, Milano, 1968, p. 62. 35- Véanselas páginasdedicadasal contexto literario en el cp. anterior. 36- CUDINI, Piero. .Poesia italiana. 1! Trecento, Garzanti, Milano, 1978, Pp. 69-77. 297 37- ARIANI, Marco, Introducción y notas a F.P. Triumphi, Mursia, Milano, 1988. 69-77, 38- ELWERT (1983), Pp. 394.395, 39- SANTAQATA (1988), p. 22. 40- DOTTI, Ugo. La cittá del/’uomo. L’umanesirno da Petrarca a Montaigne. Editori Riuniti, Roma, 1992, p. 108, pero especialmentela ilota 87 en la p, 173, en donde one como ejemplo de la presencia de la doctrina estoica sobre as pasionesen el Ganzonicrea la canción 129, versos6-8: et comeAmor l’envíta, / or dde, or piange, or teme, or s assecura;. 41- Para las consideraciones ~~enerales sobre las trancripcioncs de la canción 268: Ernest atch WILKINS Víta de! Petrarca e la formazione del ‘Canzoníere’ al cuidado de Remo Ceserani.Feltrinelli, Milano, 1987, pp, 340-344.Paranoticias sobre la vida de Sennuccio del Bene, véase Claudo SCARPATI. Tra Petrarca e !3occaccio: a/cune schedebiografiche su Sennucciode! Bene en Ji Boccaccio: nc/le culture e lenerature nazionalí, al cuidado de FrancescoMazzoní. Olschki, Firenze 1978, pp. 595- 604. Sobre la relación entre los dos poetas:JosephA. BARBER. .1/ sone¡¡o CAY!! e gil a/al sonetil a Sennuccio. “Lectura Petrarce”, Olschki, Fírenze, 1982, Pp. 21-39, Sobre la apostilla de Petrarca dedicadaal amigo muerto consultal también Giosué CARDUCCI e Severino FERRARI, F.P. Le Rime. Sansoni,Firenze, 1984, pp. 370- 371, en donde Carducci la reproducecomentándola: “1349 Novembris 28 ínter priman, el tertiam, Videtur nunc anirnus ad Isaac expedíentapronuspropter. sonitía <‘sone¡ti) (somnia erronearnenteDanielío e Manoscrilto della Casanatensedi Roma, n.924) de mono Sennucil cí de aurora, quae his diebus dlxi, el erexerun¡animum (ipsi lvfanoscrlttoCasanatense~ 42- CARDUCCI (1984), p. 44. 43- 131 articulo fue publicado en “Rivista di letterattira italiana, III”, 1985,, pp. 365-380, ahora en SANTAQATA (1988), 14-3 1, El autor crítica las deducionesde Carduccí en Rime di ?Y. Sopra argomenfí stonicí moralí e diversí. Vigo, Livorno, 1876, 29, las cuales se pueden consultar, asimismo, en CARDUC 1 (1984), p. 44, 44- Se refiere a BILLANOVICH (1981), pp, 204-205y 189. 45- PONTE, Giovanni. FtP. Rime sparse, Mursia, Milano, 1990,nota 1 a la canción28, 46- CARDUCCI (1984), p. 83, 298 47- CALCATERRA, Carlo. Nella se/va del Petrarca. Cappelli, Bologna, 1942, Pp. 104-107. 48- DOTTI, Ugo. Víta di Petrarca, Laterza, Roma-Han, 1987, 179 n, a su vez se remite a las consideracionesde VicenzoW’ 9 4UalCrevisioneERA. petrarchesca dell’Africa. “Centro di studi uinanistici”, Messina, 1984, Pp. 448-449. 49- DUPRÉ THESEIDER, Eugenio. Roma da? comune di popolo alía signoriapontificia, Cappelli, Bologna, 1952, p. 513. 50- WILKINS (1987), p. 39. 51- CARDUCCI (1984), Pp. 82-84, que cita un artículo de Vittorio CIAN aparecidoel 2 de julio de 1893 en »Atti della Reale Accadeniiadelle Scienzedi Tormo vol. XXVIII”. 52- PIUR, Paul. Cola di Rienzo.Treves, Milano, 1934, p. 66. 53- DE SANCTIS, Francesco.Saggio crítico su! Petrarca. Einaudi. Tormo, 1983, p, 155. 54- BIANCHJ, Dante. Sulla data della canzone “ita/la micÉ di ErancescoPetrarcaenAA. VV. Parma a FrancescoPetrarca, pp. 226-235.Mario Fresching,Parma, 1934, p. 235. 55- WILKINS (1987), p. 73. 56- DOTTI (1987>, pp. 123-132. 57- La observaciónes de Nicola ZINGARELLI en Quando e dovefu composfala canzone “Italia mía “ del Petrarca. Scrif¡i di varia letteratura. Hoepli, Milano, 1935 (publicado por primera vez en 1924), pp. 357-369, El comentario sobre la epístola está en Pp. 357-358. 58- ZINCARELLI (1935). El estudioso, para demostrar la tesis que la canción fue escritaen Milán en los mesescomprendidos entre el invierno de 1357 y la primavera de 1358, basándoseen los acontecimientoshistóricos acaecidos en aquella ciudad y en dos cartas de Petrarcalas Familiares (XXII, 14 y XXIII), 1, hace un recuento minucioso algunos comentarios interesantes de los ensayosexistentes so re un asunto tan candente en la época. Los críticos que argumentaban,con bien fundamentadaspruebas,a favor de 1354 eran: Antonio DISPENZA, en t1RassegnaPugliese” 1905, Carlo STEINER en Per la dala della canzone“Ita/ia mía’ en Padova in onore di Pr. Petrarca, Padova, 1904, pp. 93-108, y Raffaella JORIO en La canzone “ita/la mía “ del Petrarca, della ~guadata e breve commento.U. l3erti e O., Bologna, 1912. 299 59- Consúltesea tal propósitonuestroprimer capítulo. 60- SANTAGATA, Marco. Frammen¡i dell’an¡ma. Storia e racconto nel Canzonierede Petrarca. 11 Mulino, Bologna, 1992, p. 158, 61- CARDUCCI (1984),nota 112 a la canción128 en p. 201. 62- MOMIGLIANO, Attilio, L’elegíapolítica del Petrarca en Introduzione ai poeh, Sansoni, Firenze, 1964 (publicado por primera vez en 1937), pp. 13-14. 63- DOTTI (199?>, p. 87. 64- QUASIMODO, Salvatore.Petrarca e ¡1 sentimientodella so/itudíne, “Allinsegna del pesce d’oro”, Giovanni Scheiwiller, Milano, 1959,p. 14. 65- DOTTI, Ugo. Miti e forme del/”’io” nel/a cultura di Francesco Petrarca. ~rRevuedes étudesitaliennes”, 1984, pp. 74-85. 66- El comentario está recogido por Raffaele AMATURO en Petrarca. Laterza, Bari, 1974, p. 141. 67- BOSCO, Umberto.Petrarca. UTET, Tormo, 1946, p. 231. 68- BOSCO (1946),p. 38. 69- PONTE, Giovanni, En la nota 8 al soneto 114 en F.P. Rime sparse. Mursia, Milano, 1990, Ponte afirma que considera a Giovanni Colonna di Gallicano el destinatariode esta composición porquePetrarcale envió algunasFamiliares (II, 5, 6, 7, 8,; III 13 y 1V,2, 3, 4) en las que tambiénle consuelapor padecerla podagra. 70- Tal vez para restar importancia a la indiferencia del poeta en esta situación CARDUCCI (1984) dice qi~e C’era una guerricciola . . . En una epístolaque narra esteviaje al norte de 1$uropa durante la primavera y el verano de 1333, enviada a Tommaso Caloiro,Familiares ííi,í, Petrarcahace alarde de sus conocimientosgeográficosde la zona. Sin embargola carta, según GiuseppeBILLAN OVICH en Petrarca letterato. 1. Lo scrittOiO del Petrarca. Edizioni di storia e letteratura, Roma, 1947, p. 5, fue escritamás tarde. 71- CHIORBOLI, Ezio. Questioni pe¡rarchesche.La canzonc per la crociata, la canzonedé/lo scorno e il sonetto a GiczCOmO Co/onna defunfo en “Giornale storico della letteraturaitaliana” vol, CVI, pp. 197-223. En este articulo Chiórboli discutealgunasde las consideracionesgeográficas sobre la canción hechas por Henri 300 HAUVETTE en Notes pour le commentaire de Péfrarque, La canzone “O aspetiata in cíe!”, extrait, “Mélanges de philo[ogie, d’ histoire et de littérature offerts á Joseph Vianey”. Les preses francaises,1934, pp. 85-92, En general, seguimosla interpretación del crítico italiano, 72- Tal vez seria interesanteprofundizar en la función que cumple el mar en todo el Canzoniere, al igual que ha hechopara el Decarneron Guido ALMANSI en Estetíca de//’osceno. Eínaudi, Tormo, 1974, nos parece intuir, sin embargo, que también para Petrarca el mar es sólo un medio, una superficie sobre la que deslizarse pero con la que no se identifica, de ahí que barca o nave seanmetáforasbastanterecurrentesdel yo. 73- DO 1 n ¡ro dii cforlo introduccióny 25-26. TTI (1987), p, 325 y Nicholas MANN Estudio a 7?, Petrarca ‘Cancionero . Preliminares, notasde JacoboCortines.Cátedra,Madrid, 1989, Pp. 74- CARDINI, Franco. Egeria la pci/egrina en Medioevoal fepnminile. Laterza,ifar x, 1989, Pp. 3-30. 75- ALIGHIERI, Dante. 1977, pp. 71-72. 1/ita nuova XL. Garzanti, Milano, 76- HAUSER Arnold. Sioria socia/e de//’arte, Einaudi, Tormo, 1983, pp. 2á6-287. 77- SANTAGATA, Marco. Per moderne vol ‘are di Petrarca. II Mulino, Bologna, SAPJTAO ATA (1988), P. 20 y nota 12. carte. La 1990, Pp. biblioteca 56-57, y 78- SIMONE, Franco.JL Petrarca e la sua conceziofle cíclica de//a sioria en Arte e Storia. Studi in onore di Lione/lo Vincentí. Giappichelli Editore, Tormo, 1965, Pp. 387-428. El autor one de relieve cómo la concepción cíclica de la historia en e rarca provenía de los pensadoresmedievales,pero, al contrario de San Agustín, no creía que el proceso evolutivo de los acontecimientos fueseunivoco, p. 427, 79- CARDINI (1989), p. 5. 80- LE GO Einaudi, Tormo temporal! 100- Sobre los madrigalesy su conexión con la música y el ~aisaje: Rinaldina RUSSELL. Cenenpoeflci medioevali. Societá ditríce Napoletana, Napoli, 1982, pr,. 73-84, así como Guido CAPOVILLA. 1 Madri~ali (LII, LI , CVI; CXXI). “Lectura Petrarce”, III. Olschki, flrenze, 1983, pp. 5-40, y SANTAGATA (1990), esespecialpp. 73-75 y 168-170. 101- ELWERT (1983) afirma que “(1 . .) le canzon! 125, 126,> 127, 128, 129 formano un gruppo compa/to, non interrotio da al/rl componimen¡i-comesi vede, un fatio ecceziona/e-, e che tufie sono canzoni amorose in laude di Laura - ma con una eccezione (bisognava variare!), la 128 & po/tUca, canzone-”sirventes”. E questogruppo & ti centrodei/e canzoni “in vi/a”,” p. 408. 102- En todo casofacilitarla las interconexionestemáticas. 103- BOSCO (1946),p. 196. 303 104- MARTELLOTTI, Guido, Scritti peirarcheschi. Antenore. Padova, 1983, en especialel capitulo Petrarca e Cesare,pp. 77-89. y— La evolución del juicio de Petrarcarespectoa Julio Césarxasó de la » severidad, pues le considerabael iniciador de la deca encia del Imperio, a la compresión de los motivos que le movieron a concentraren si mismo todo el poder, como se refleja en el último escrito de PetrarcaDe gesfisCesaris. 105- LE 00FF (1981), p. 167. 106- SANTAGATA (1990), basándoseen lo expuesto por FranciscoRICO en Prólogos a! “Canzoniere”. “Annalí della Scuola Normale Superiore di Pisa”, ~. III, XVIII, 3, pp. 1071-1104 analiza la función de los cinco primeros sonetos, los cuales, en ei intento por parte de Petrarca de alcanzar el clasicismo vulgar, responderían a los canones del exordio utilizado por los latinos en algunos cármenes que servían de prólogo en la época augústea. Pp. 114-119. S 107- Ampliaríamos la apreciación a la zona In vito de la redaccióndefinitiva, 108- WILKINS (1987), p. 374. 109- DANJELE, Antonio. Intorno al sonetio del Petrarca “II mal mi preme ef mi spaventaII p%jjo “ (it vJ. CCXLIV), “Giornale storico della letteri,tura italiana ‘, XIII,pp 44-61, 1986, La cita está en la p. 62, 110- GUAGLIO (1967), p, 193. 111- TADDEO, Edoardo. Petrarca e rl tempo. 1/ tempo come tema nelle opere latine, “Studi e problemi di crítica testuale”, 25, Bologna, pp. 5 3-76, 1982. Taddeocomentaun párrafo de los Rerum memoran darte,» librÉ (III 80 4-5) en los que, teniendo como fuente Ad Luci/iurn (LVIII 23), que a su vez exponía el pensamientode Heráclito, se traza un cuadro de una serie de catástrofesnaturales que haránirreconocible la faz de la tierra, p. 59. 112- ARBAGNANO, Nicola. Dizionario di filosofia. UTET, Tormo, 1971. Véaseel concepto“Guerra” en Pp. 446-447. 113- La alusión a Heráclito en los Triumphi la comentamos poniéndolaen relación con la epístola a Guido Sette (Seniles,X, 2,). ARIANI (1988) anota que Petrarcaconocía el episodio del suicidio de Emp édocles por e[ A rs poetica (463 ss.) de Horacio y las EpIst~lás (XXXVI, 3) de San Jerónimo, p. 440. Mongibelo es un topónimo siculo-árabepara denominaral Etna, que aparecetambién en el s. 42 del Canzoniere. 304 114- Nos referimos al comentariode QUAGLIO (1967), se~ún el cual Petrarcano sólo carecíade conocimientosfilosóficos, sino que además “(. . .)& privo di forza logica, di faco/fá di giudízio: che lo tratiengono da//’azíone e lo ¡so(ano in un perpetuo, arcano stato di sotti/e inquiefudine e incertezza”, p, 193, afirmacionescon las que, por seguir en cierta medidael tópico romántico, no estamos de acuerdo. 115- COLLIVA, Paolo, Signoríe e principatí en Dízionario di po/itica. Dirigido por N. Bobbio, N. Matteucci, O: Pasquino.UTET, >Torino, 1983, Pp. 1035-1038. 116- Son las ideasexpresadasen la Hortatoría (Varíe, 48). 117- CALCATERRA, Carlo. La conzecione storica del Petrarca. “Estratto dal vol. IX degli Annali della Cattedra Petrarchesca”, 1939-1940. Señala la importancia de que Petrarca consideraseque los romanos~ue aspirabana la virtud preparaban inconscientementea la redenci n, p. 18. 118;,TADDEO, Edoardo.Petrarca e il tempo. 1/ tempo nelle“Rime”. Studi e problemi di critica testuale”, 27, pp. 60-108, Bologna, 1983, p. 74. 119- BILLANOVICH, Giuseppe.Petrarca e 1/ Ventoso.“Italia medioevale e umanistica” IX, pp. 389-401, 1966, fijó la fecha de redacción de la epístola (Familiares IV, 1) entre 1352 y 1353, cuandola ascensiónque narrase remontaal 1336. Parael cambio de fecha del Secretumremitimosa RICO (1974) y a nuestraexposición en la nota 122 del capitulo anterior. 120- LOTMAN (1982),p. 90. 121- MOMIGLIANO (1964), p. 11. 122- TADDEO (1983), disentimosligeramente de la idea del tiempocomo tema en la canciónItalia mia expresadaen pp. 71-72. 123-. FOLENA, Gianfranco. L’oro/ogio de! Petrarca. “Libri e documenti” y; 1979, p. 5. 124- Nos referimos a la colección de 1342 con el s. 34 en posiciónproemial. 125- FENZI, Enrico. Scipione, Annibale e A/essandro ne!!’ “Africa” di Petrarca. “Giornale storico della letteratura italiana”, pp. 481-518, 1971. Sobre la quaestiode ducibus, Fenzi proponelos siguientes pasos en el Africa: 1) incomparable superioridad de Escipión sobre Aníbal, 2) crítica a los méritos y a la gloria de 1’ 305 Alejandro Magno, 3) comparación entre Aníbal y 4) superioridad del cartaginés, primero entre antigUedad, 5) retorno, más o menos explicito, al 508. Alejandro Magno, los jefes de la punto 1. Pp. 507- 126- SATAGATA (1988), p. 17. 127- SEGRE Cesare. Avviamento lexterario. Einaudí, Tormo, 1985, p. 361. ah ‘analisí del testo 128- Laterza, B WHITFIELD, ari, 1949, Pp. John 91-92. H,. Petrarca e il Rinascimento. 129- LE 00FF, Jacques. Einaudi, Tormo, 1977,mercante. 130- DE SANCTIS (1983), p. Tempo della Chiesa pp. 26-33, 157. 131- TADDEO (1983), en p. 77 asigna algunos adynata al sectordel futuro, aunqueel verbo estéen presenteo en condicional. 132- NOFERI, Monníer, Firenze, 1 Adelia. 962, Pp. L’esperienza poefica 177-180. del Petrarca. 133- NOFERI, Adelia, II gioco de//e Petrarca, Bruno, ¡¡ neoclassicísmo,Leopardi, Italia, Firenze, 1979, pp. 60-61, tracce. Studi su Dante, l’informale. La Nueva 134- ROMANO, Rinascimenfo. Einaudi, Ruggero. Tormo, 19 Tra 71, p. due 139. crisí: Lítalia de! 135- TAUDEO (1983), pp. 92-94. 136- ZUMTHOR (1973), p. 37. 137- BACHTIN Michail. L’autore e l’eroe. Einaudi. Tormo, 1988, Pp. 135-1<0. Reproducimos una cita que explica perfectamente la actitud de Petrarca respecto a sus modelos del pasado: “Eroicizzando gíl alt rl, edificando un paniheondeglí erol, si parecipa ad esso, ci si co/loca in esso e di 11 si governa la> futura desiderata, creata a somiglianza degltpropr la altrí”, p. mmagine 141. 138- DOTTI (1992), véaseel apartadoLa gloria e /a posteritá nel “giovane” Petrarca, PP. 16-19. BILLANOVICH (1947),p. 48, retrasó la fecha de redacción del primer libro de las Famihiares, del que forma parte la epístola a Tommaso Caloiro da Messina, a los años 1350- 351. 139- HOSCO (1946), pp. 224-225. e tempo del Le 306 140- RAIMONDI, Ezio, Meta/’ora Petrarca. Einaudi, Tormo, 1982 (1 ed, e sioria. 1970), Pp. 5n01 su 186-187. 141- SANTAGATA (1992), pp. 217-234. La cita en p. 233. 142- SANTAQATA (1992), pp. 300-307. 143- heu me, p er Urbem -nampudet tantí mahí-fabula quanta frdtl Horacio Epodos, 11, 7-8. Francisco RICO en Rime sparse Rerum vu/garium fragmenta. Para el titulo y el primer soneto del “Canzonierett. ‘9 romanzo’, III, 1976, Pp. 101-138, ha Sto como fecha de composicióndel sonetoproemial finales de 1350, hipótesiscomúnmenteaceptadaen la actualidad. 144- SANTAGATA (1990), p. 294. 145- Véase la introducciónde PONTE (1990) 146- FORESTI (1977), Pp. 40-49. 147- PONTE (1990), nota 8 al soneto114. 148- La diferenciación,entre musulmanesy politeístasestá las notas de CARDUCCI (1984) a la canción. en 149- CONTINI, Gianfranco. Preliminari sulla /ingua del Petrarca, actualmenteen F. Petrarca. Canzoniere,Einaudi. Tormo, 1964, p. XVII. en p. 73150- SAPEGNO (‘965)~ hábitoscon las órdenesreligiosas. relaciona los colores de los 151- En CARDUCCI (1984), p. 80. 152- Aunque anatasu sentidometafórico, p. 153- SAPEONO(1965), p. 148. 154- SEGRE,Cesare.Lingua, stile e societá. t~V~ ;,osa Italiana. FeltrineIii, Milano, 1991, ( 155- SEGRE(1991), p. 349. Dante e N ~1 si r ‘<4 r 196. Studi su/la floria ia ed, 1963), Pp.. 307 1”- PRESENCJADE DANTE: LOS TRESSONETOS ANTIAVINONESES El mito literario contra la corte papal de Aviñón empiezacon el canto XXXII del Purgatorio, escrito con toda seguridadantesde 1314, cuando el traslado a la capital provenzal parecía ya definitivo’. En él Dante recorre la historia de la Iglesia desdesus orígenes, haciendo hincapié especialmente en la donación de Constantinoal papa Silvestre 1 (vv. 124-126),causaprincipal de la degeneracióndel poder temporal. El carro que representaa la Iglesia lo transformaen un mostruo de siete cabezas,como en el Apocalipsis, XVII, 3, pavorosa alegoría de los siete pecados capitales. La curia romana en tiempos de Bonifacio VIII, sigue, asimismo, la simbologiaapocalíptica(Ap., XVII, 1-5): Sícura, quasí rocca iii a/lo monte, sedersovresso una puttanasciolta. m ‘apparve con le cigliti intol’flO pronte; e comeperché non /1 fossetolla, vidi di costa a leí drilto un gigante; e baciavaflsi insiemea/cuna volta. Ma perchél’occhio cupido e vagante a me rivolse, que! ferocedrudo la fíage/lb da! capo infin le piante; poi, di sospettopieno e d’ira crudo, disciolse il mostro, e trasselper la selva, tanto che sol di/el mí fecescudo a la puttanae a /a nova be/va. (vv. 148-160) 308 La flagelación, aquí puestaen escena,de la curia por partede Felipe el Hermoso, rey de Francia, culminará con la humillación de Bonifacio VIII en Anagni (Purgatorio, XX, 86-90), y determinaráel traslado de la sedepapal a Aviñón, en 1304 con ClementeV, y con la total sumisióndel papadoa la monarquíafrancesa. Los dos últimos cantosdel Purgatorio fueron compuestosentre 13 12 y agostodel año siguiente,Dante aún tenía la leve esperanza de que el emperadorArrigo VII de Luxemburgo,de acuerdocon el pontífice, concedieralibertady autonomíaa la Iglesia. Sin embargo, el emperadormurió víctima de unasfiebres en quel agosto de 1313, con lo que el enigmaforte, la profecía del canto XXXIII: nel quale un cinquento diece e cm que ¡ messodi Dio, anciderá la fula / con que! gigante che con leí delinque (vv. 43-45), no se verificará, al igual que tantas otras ilusiones civiles durante ese dramático siglo. El numeral, transcrito en carácteres romanos, habría que interpretarlo como DUX (duce), postponiendola X a la V, referido a Arrigo, aunque parece probable que también haya una alusión a la quinta era, promulgadapor Gioacchino da Fiore, al final de la cual los emisarios de Cristo en la tierra acabaríancon la corrupción, para dar paso a otra épocade mucha mayor perfecciónespiritual. Frente a la consabida imagen del Dante político, en la Commediay en Monarchia, Passerind’Entréves avanzabaalgunas objecciones, aduciendoque ésta se difumina cuandoel poetaintenta transmitir su visión de la regeneración del mundo recurriendo a alegorías elusivas y oscuras,porque,puntualiza, las desilusionesen la vida civil y eJ descubrimientode la corrupción de la humanidadhicieron de él una figura más cercanaal reformadorreligioso y moral que al activista civil2. Cuando Petrarca escribe sus tres sonetos antiaviñonenses la esperanza del retorno de la sede papal a Roma no se han perdido del 309 todo pero, tras quienesla reclaman,existe la amargaexperienciade cuarenta largos aflos de exilio, y ni la más remota posibilidad de que éste se termine en breve plazo. No es ya el momento de emitir profecias enigmáticas o de considerarseportavoz del pueblo cristiano al que aún la lujuriosa meretiz flagelada dirige una suplicante mirada (Purgalorio, XXXII, vv. 54-55), se puede sólo manifestar con resentimiento: pulía sfaccia¡a: el dove &i posto spene? (s. 138, y. 11). Los dos autores, por lo tanto, abordan el terna desdediferentesperspectivashistóricasy personales. En líneas muy generales, se puede decir que Dante murió (1321) en la primera mitad del periodo que Simeoni caracteriza como el de las ambicionesde las potenciasextranjerasen territorio italiano (13 13-1334). o sea, el de los interesesfranceses,a través de la curia aviñonesa, y el de los imperiales. Petrarcavive de lleno el periodo de las rivalidades, de las gare per II primalo, entre las potencias italianas (13344354), con dos destacadospersonajes,el arzobispo, y señor de Milán, Giovanni Visconti y el cardenal Albornoz que consolidalos Estadosde la Iglesia. Su ¡tínerte acaecerádurante el periodo de confusión, (non si áaprebbe come a/rrimenti definirlo, dato che lo & effettivamente comentaDupré), que comprendehasta 1385 y en el que la situación italiana se vuelve policéntrica, presididapor la política prepotente de los herederosde la sígnorla viscóntea,hasta que no toma en sus manos la dirección Giangaleazzo, con quien se reafirmará el predominio milanés en la península3. El papado reconquistará su autonomía sólo después de la derrota de la monarquíafrancesaen la primera fase de la Guerra de los Cien Años, y volverá a Roma en 1377, tres años despuésde la desaparición de Petrarca. Atrás quedaban el fallido intento del legado papal Bertrandodel Poggetto, en 1332, para instalar durante 310 algún tiempo la sede en Bolonia, reflejado en el soneto 27 de Canzoniere,y la desilusión de la vuelta provisional de Urbano V, del 1367 al 1370. ‘~ La crítica de Petrarcacontra la corte papal de Aviñón es una parte esencialde su vida y de su obra, hastael punto que Ugo Dotti consideraque: Una polei.nica talmente connalurata ne¡I’indole petrarchesca che cerío il poeta non avrebbe mal poluto licenziare fi srio libro di poesiesenzache anch’essonon ne portasseU segno. Afirmación arriesgada, pero que evidentemente está, corroborada por el hecho de que el tríptico aviñonés es la más fuerte infracción en la sintaginática de los Fragmenta, y esto al menos por tres razones: 1) Por la desapariciónde lo que se ha venido denominandoel tono elegiaco de sus cancionespolíticas, para dar paso al vituperium, enlazadocon la más estricta tradición realista6, 2) Por el grupo tan compactoque forman los tres sonetos, comparable,desdeel punto de vista de unión métrico-temática,sólo con las tres canciones dedicadasa los ojos de Laura. 3) Porque carecen de un destinatario histórico, aunque éste es sustituido implícitamente por la corte, o la ciudad, de Aviñón. A Pasquiníno le parececonvincentela explicación de Amaturo sobre la colocación del tríptico en esta zona de la topografía del Canzoniere7, basadaen la hipotética búsquedade expresividad en una serie de composiciones que comprenderíandesde la 130 a la 247, y en las cuales se advertirla una alternancia de registro estilístico entre las que siguen el tema general amorosoy otras más acordes con el tono de invectiva, mezclando, en consecuencia,la herenciadel tro bar leu y el 1robar chis8. 311 La ruptura cronológica, por el contrario, no está probada. Es cierto que los tres sonetos conviven con poemas escritos probablementeentre los años 1344 y 1347. Carducci los consideraba compuestosdurante el papado de ClementeVI 1342-1352,aunque desdeluego no despuésde 1348, Wilkins concretóla fecha, que ya había propuesto Foresti, 1346 o 1347, por su similitud con las églogas sexta y séptima, en las que denuncia, también en modo pasionadoy violento, la corrupción de la corte papal, coincidiendo con el tiempo en el que empezabaa recopilar la segundaforma del Canzoniere. A¡naturo, por su parte, sin pronunciarseabiertamente, retrotrae la fecha a los añosposterioresa 1352, por el parecidotono que muestrancon algunasSine nomine9. Santagatadestacala función de los tres sonetosal final de la comúnmentedenominadaparte In vila de la redacción Correggio, serian el adiós definitivo a Aviñón, pero no sólo como ciudad corrompida, el grupo, dice el autor: ( . .9 dlpinge con una crudezzasino ad allora inusitada u mondo corro 1ro dentro Él quale l’innamorato ha vissuto ¡a sua propria schiaviíñ mora/e; un mondo che eglí sta per lasciarse a/le spalle, verso la possfbi/e llberazione.10 En consecuenciacreeposible que su composiciónse remonte a la última estanciadel poetaen Provenza,entre 1351 y 1353, cuando ya habla iniciado la formación de la redacciónCorreggio, aunque. ello no quiere decir que fueran escritosen función de la colección, sino que la coincidencia podría haber favorecido el papel que cumplían en la estructura del libro. Hipótesis que parcialmente coincide con la de Pasquini, quien, aún aceptandola datación de Wilkins, subrayalos puntos de contactocon las Sine nomine, sobre ¿Y 312 todo con las escritasdespuésde 1347. Luego los límites temporales en los que se encuadraríala composición del tríptico, según la crítica, van desde1342 a 1358, año de ordenación definitiva de la redacción Corregjio. Dichos limites se basanen criterios extrínsecosa los propios poemas.En 1342 Petrarca escribe la primera Sine nomine contra el papa Benedicto XII que estaba a punto de morir, en la que critica duramente la figura del pontífice y su ineptitud política, ya que, entre otras acusacionesde caráctermás personal,no había logrado evitar la Guerra de los Cien Años. Como es notorio, en las epístolas Sine nomine no constael nombredel destinatario,pueshubierasido peligroso por su fuerte contenido polémico, sin embargo la gran mayoría de los estudiososcoincide en considerarque esta primera carta escrita para Philippe de Cabassole,el obispo de Cavaillon amigo intimo del poeta”. Por otro lado el 21 de agosto de este mismo año empezó a preparar la primera colección de rimas en vulgar, cuya sonetoproemial eraApo/lo s’anchorvive il bel desio,y que segúnWilkins, como ya se ha visto, constabade otras catorce composiciofles’2. En cuanto al limite temporal final para la composiciónde los avifioneses,creemosque estásuficientementeprobadoque formaban parte de la redacción Correggio. En ella están situadosentre las fechas de aniversario que englobantambién a la canción Itahia mia, los diecisiete años del s. 122 y los dieciocho del 266, que en esta redacción ocupaba el lugar 145, lo que remite, respectivamentea, 1344 y 1345. Si se tienen en cuenta los criterios exteriores y comparativos con las Sine nomine, o la función de despedida definitiva a Aviñón, la ruptura cronológica con las composiciones que los circundan seria indiscutible. No obstante, no hay que deshechar completamente que la ubicación de los tres t 313 antiaviflonesesen este punto de la topografía del libro se deba al deseode contraponerValclusa a Aviñón’3, por el fuerte contenidoal respectodel envio de la canción 135, que antecedeal grupo:. Chi spfase, canzone, quel ch’i’fo, tu pól dir: Soseoun gran sasso tu una e/ilusa valle, ond’esceSorga, si sta; rió chi lo scorga v’é se no Amor, che mal no! ¡ascia un passo, e, I’imag/ne d’una che lo síruge, e/id per séfugge tulí’a/íre persone. (vv.91-97) Por lo que conciernea la métrica de la canción 135, con una sirma excesivamente larga respecto a la fronte y con una rim estramb en cada estrofa (el penúltimo verso quedasuelto, aunque rima con el fina] de cada hemistiquio del siguiente),es de carácter netamenteprovenzal. El tema está desarrollado con una serie de imagenesextraídasde la literatura latina, clásicay medieval, que ya hablan sido utilizadas por los trovadores.El ave fénix, la catóblepa, animal fantásticoque matabaa quien la miraba a los ojos, la Fuente del Sol y la de Dodona en Epiro, provienende Plinio, El imán capaz de arrancar los clavos de las naves y hundirías está en Alberto Magno, mientras que las dos fuentes de las Islas Afortunadas se encuentranen Pomponio Mela’tCada una de las imágenescontiene; en si misma un significado que tiende hacia lo universal muy Cercano al uso alegórico de los modelos culturales a los que se remonta.‘~ En los tres sonetosantiavifloneses,en los que la memoriade la Commedla se deja sentir con inusitadafuerza, el sentido alegórico, 314 debido a la personificaciónde la ciudad, está siempre latente. El complicado cambio del tema amoroso al de la invectiva está suavizado, por lo tanto, por medio de la contraposiciónValciusa- Aviñón, y por una cierta coincidencia estilística en el uso de imagenesprovenientesde la tradición literaria inmediata,en el caso de Dante,y de la másremota,en el de la literatura latina. El sonetoposterior al grupo, el 139, como decíaCarducci, no es oscuro en si mismo, somosnosotroslos que no podemosdeducir cuándo y por qué lo compuso,aunqueForesti demostró despuésde forma bastanteconvincenteque fue escrito con ocasiónde la visita de Petrarca a su hermano Oherardo, en la Cartuja de Montrieux, durante la Semana Santa de 134716. El y. 11, Egíl in Jerusalem,el io in Egilto. lo une a la temática del grupo aviñonés, pues como observa Foresti, Jerusalén equivale místicamente al Paraiso, mientras que Egipto es el lugar de las tinieblas, de la servidumbrey del miserableexilio, En 1368 Petrarca,envió una epístolaa Urbanoy, que entonces se hallaba en Roma (Seniles, IX, 1) en la que con Egypto para denominaa Francia, puesel rey galo Carlos V deseaba,y consiguió, que la corte papal volviese a Aviñón. Aunque ya en una carta a su hermano (Familiares, X, 3), del 1349, Perarca establecíauna comparación entre Aviñón-Babilonia y la Cartuja Montrieux- Jerusalén(quid iníeressetínter Babi/onematqueJerusalem). Pero la aplicación de esta equivalenciatoponímica estabaya en la Commedia, donde las almas que llegan al Purgatorio entonan. In exilu Israel de Aegypto (Purgatorio, II, 46), y en el canto de esperanzade la Commedia (Paradiso, XXV, 55) Beatricedice. 315 Peró gli é concedutoche d’Egítto venga in Gerusalemmeper veden anzí che il militar glí sta prescritto. En el s. 27 dedicado a la cruzada, Babilonia se contraponía políticamente a Roma, ahora el desplazamiento semántico de término, hacia una carga más religiosa, asumida en los sonetos antiaviftofleses, permite una equivalencia similar a la que ya se había verificado en el soneto 117, transformandola ciudad del exilio en Babel, a Roma II viso el a Babel /e spal/e, (y. 4). No era necesarioinsistir sobre el significado de corrupción, desarrollado hasta sus extremasconsecuenciasen los tres sonetos, la variedad imponía en el poema para Oherardo, plagado de indicios geográficos, un sinónimo con el significado de involuntaria residencia espacial, y la memoria escondida de la Commedia aportabala clave sin demasiadasdificultades. En los dos casoslos poetasprotagonistasson transportadoshacia lo alto, Petrarcaen la ascensióndel viaje real reconstruidopor Cochin en el ensayoLe frére de Pótrarque17, para ser recibidos por una figura que ha alcanzadola perfecciónespiritual, la amadao el hermano. Sobrepasar los confines inmediatos en la topografía del Canzoniere para hallar interconexiones temáticas con los antiaviflonesesconducirla, obviamente,a ligarlos en exclusivaa los otros poemas políticos~ con los que coinciden en tres puntos fundamentales: 1) En el tono ~ que se demuestra,entre otras cosas,en el hechode que sólo en los sonetOs27, 138 y 334 (este último añadido en la forma Malatesta), y en la canción 28 aparezcael nombre Cristo, con toda la carga significativa de los nomina sacra, que lleva a Petrarcaa no abreviarlO, y sobre todo a 316 1 no colocarlo nunca en posición de rime. Seria convenienterecordar que en la I)ivifla Coinmediaeste nombre rime sólo consigo mismo, 7 quizá como enmiendaa una rime irreverenteusadapor Dante (Rime 28, 11): che glí apparlien quanto Giosepp’ a Cristo, para expresar una duda sobre la paternidad’8. En la forma definitiva de los Fragmenta habrá otros microtextos donde el tono religioso está mucho más acentuado,como por ejemplo en las dos composiciones .11 finales (s. 365 y c. 366), pero en ninguno tendráel valor militante, de pertenencia a una cierta comunidad, que adquiere en estas ocasiones. 2) Coinciden, asimismo, en el tono de invectiva, que en las cuatro líricas políticas anterioresestaba,como ya hemosobservado, sumergido bajo la equilibrada apelacióna la cruzadao al final de las guerras en Roma o en Italia, Si los babilonesescarecende un destinatariohistórico real, en contrapartidagozande un destinatario alegórico, la ciudad, perfectamenteindividualizado. En ellos el poeta no ha tenido que poner en funcionamiento ningún tipo de recurso estilístico o retórico para borrar las huellas del receptor concreto,lo que le servíaparauniversalizarel mensaje. 3) La forma métrica soneto sirve tanto para abrir el tema político, con el 27, como para cerrarlo definitivamente’9. Mientras que la convención métrica de la canción ha sido utilizada para plasmar,aunquemuy someramente,una ideologíapolítica respectoa problemas sociales concretos, en los tres antiaviñoneses no predomineel desarrollológico de los hechos,a diferencia del canto; XXXII del Purgatorio en el que estácomprendidatoda la historia de la Iglesia, ya que Petrarcaconcedela centralidadal repudio moral de esosmismos acontecimientos. Una de las característicasmás notablesdel tríptico aviñonés,y que toca de cerca uno de los problemasmás tradicionalesy arduos 317 de la historia de la crítica italiana, es la relación entre Dante y Petrarca. Los módulos dantescosson tan evidentes en los tres sonetos que, observa Pasquini, algunos de los estudiosos de la presenciacómica en el Canzoníereno han creídonecesarioponerlos de relieve20. Según las noticias aportadaspor el mismo Petrarca en la famosaepístolaFamiliares, XXI, 15, con la que respondíaa otra de Boccaccio que no nos ha llegado, no quiso leer en su juventud la Commedia, para evitar posiblesinfluencias en su propia poesía.En la misma carta rechazala acusaciónde envidia, desprecioo celos respectoa Dante. Sabemosque en 1353 Boccacciole habíaregalado un ejemplar de la obra, que ha sido identificado como el códice Vaticano Latino 3 199. En este códice hay una sola apostilla que parece un comentario de carácter político-religioso, en el margen del Jnfrrno, II, 24, pero no se ha podido verificar con seguridadque seade mano del poeta, y, en el caso de que lo fuese, denotaríauna inexplicable parquedadde interéspor la obra. El silencio en el que envolvió a su gran predecesores casi total, únicamente en el códice Ambrosiano existe una apostilla a Pamponio Mela donde dice Nota coníra Danlem para corregir algunasapreciacionesgeográficasde éste (en el Paradiso VIII, 67— 70)2’ En el Canzoniere, hay una sola y excepcionalmención en la canción de las citaciones, la terceraestanciatermina con el incipit de la más famosa de las rime petrose dantescascosí nel mío parlar, voglio esser aspro, acompañandoa otras famosas citas, las de Guillelm de Saint Gregori, Guido Cavalcanti,Cino da Pistoia y a la del propio Petrarcaque cierra la composicióncon el primer verso dc la canción 23, nel do/ce tempo de la prima etade. ¿Homenajea la tradición o reproche?.Tal vez una llamada a sus predecesorespara 318 imprimir una nueva dinámica a los Fragmenta, un análisis y una reflexión sobre la poéticadel amor.22 La fecha tradicional de composiciónque la crítica hipotetizaba para canción 70, el denominado periodo aviñonés o, los meses siguientes al primer viaje a Roma en el 1337, garantizaba el conocimento al menos de las Rime de Dante por parte del joven poeta, sin embargoSantagataha postpuestola dataciónal inicio de los añoscincuenta,basándoseen que la canción 23 no fue finalizada y transcrita en orden hasta noviembre de 1356. Si así fuera, la carenciade indicios comprobablespara demostarel conocimientode la obra de Dante antesde tan tardías fechasseria total, y sólo la investigación filológica de la memoria interna de los Fragmenta seria capazde demostrarlo contrario.23 Si no existen pruebasde los contactosliterarios con Dante, anteriores al regalo de Boccaccio, tampoco hay indicios de una abierta crítica. No obstante, creemosque el s. 166 adjuntado a la forma Giovanni, o sea entre 1366 y 1367, en respuestaa otro anónimo, Vo’ ini negate la veríñ che nunca24, se podría interpretar como un juicio, sí no negativo, ciertamenteno favorecedorde la figura del poeta florentino. El sonetoes ya significativo de por sí, pues es la única ocasión en que la ciudad de los antepasadosde Petrarca,la indicta patria de la epístolaal amigo Selte (Seniles,X, 2> es nombradasin circunloquios en el Canzoniere(si bien, en otros sonetos se pueden encontrar referenciasdirectas a la Toscana, en 259, y, 6 fuor del do/ce aere de’ paesí íoschi y en el 308, y. Que/la per cuí con Sorga b cangiato Amo. El tema central del soneto 166 es el propio quehacerpoético, pero nos interesasobre todo el primer cuarteto: 319 S’i’fuss¡ flato fermo a la spelunca lá doveApoyodiventópoeta Fíorenza avria forse oggi il suopoeta, non pur Verona et Ma,uoa el Arunca; (vv. 1-4) En esta composición, plena de reminiscencias rítmicas dantescas25,tras la autoconfesiónde Petrarca,al que la inclinación por la poesía amorosaen vulgar le ha impedido ser el poeta de Florencia en lengua latina, seríaposible leer también una implícita crítica al Dante de la Cominedía,consideradoel uds grandepoeta de la capital toscanaya entonces,y como tal fue celebradonadamás morir: del nosíropadre e poeta ¡atino chi avea in séquasi splendordivino Or Sun le Muse torna/e a declino, or Sun le rime in bassodecadute ch’erano in pregi e in onor cresciute. Lo mondoplora il gloriosoDante; (vv. 10-15) Mientras que para Giovanni Quirini, autor del soneto caudato Se per alcun puro uomo avennemai26 al que pertenecenlos versos anteriores,Dante era un poeta latino, para Petrarcani siquiera lasi dos églogas escritas en la ilustre lengua como respuesta a la acusación de Giovanni del Virgilio al autor de la Cominedia por utilizar el vulgar, debieronser la bastanteconvincentesal respecto. Nunca podría estar a la altura, debido a la misma “desviación lingfiistica” suya, de un Lucilo, un Catulo o un Virgilio (v.4). 320 Actitud similar a la que mantieneen la Sine nomine 6 cuandohabla de la posibilidad de componerun carmen tragícuin unitario en el que se evidenciasela degradacióna la que había llegado la Iglesia. Frente a tal afirmación Pasquini comenta que sarebbe enfatica se non vi si sospettasseuna segretasfida a/la “Commedia” di Dante.27 Es cierto que en la Vita nuovaXXV se dotabade total dignidad a los dicitorí d’amore in lingua vo/gare, pero Dante ponía en cuestión el uso de ésta para escribir líricas acerca de otros argumentos,de lo que se infiere que Petrarcaacatandoen el s. 166 la preceptisticadel libe/lo, que él sin duda conocía y que tanto influyó en la estructuradel Canzoniere,sitúa en un segundoplano en la escalade valores literarios a la Commedía,que compendiaba con su carácterenciclopédicotodos los registros. Aunque el elemento político en los tres antiavilioneses, al igual que en las Sine nomine28, sea subalterno respecto a la polémica moral, no es posible no tener en cuenta su ligazón, y la carga significativa adjuntadaa través de lectura, con el resto de las poesíaspolíticas, de ello se deriva que la conexiónentreestasy los sonetos 136-138, pase a veces por medio de ciertos tópicos expuestosen las Sine nomine. Así, por ejemplo, en la primera de estasepístolasse halla la alegoría de la barca de Pedro a merced de la tormenta, lo que fácilmente suscita el recuerdode la barca en O aspectatain cíe! beata etbe/la. Al mito de la renovatio romana estándedicadasla 3 y 4, El y. 67 de la canción 53, ch’arde oggi tutta, assaipochefaví ¡¡e: se une con la idea de la 3 Brevis scintilla magnum sepe movit incendium. El tópico de quasi speluncasi ladt’on’ son fatti, (v.5O), procedentedel Evangelio de Mateo (XXI, 13), apareceen las Sine nomine 11 y 13, mientrasque la contraposiciónentre los lobos y los corderos de Italia mia en el y. 40, fiere selvagge et mansilete 321 ¡ Y grcgge, se encuentra también en la 12: de ovibus lupos, de piscatoribus piratas, dc pastoribus abactores, La inexorable y caprichosarueda de la fortuna de la canción 128 Vol a cuí fortuna á pos!o in mano 1/freno (y. 17), referida más bien a la idea de tiempo 3destáen epístola429 La influencia de Dante en los antiaviftones~y por ende en las S Sine nomine, sobrepase, los tópicos morales o políticos, para >1 constituirse en una red de asociacionesmnemónicasque no es posible catalogar de involuntarias, puesto que la memoria situacionalprevalecesobre la rítmico-sintáctica,o sobre el simple recuerdo de sintagmasaislados36.Este mecanismoes especialmente evidente en el soneto que abre el pequeñonúcleo, en el que la personificaciónde la ciudadde Aviñón, conectadocon apocalíptica punana seloIta (Purg. XXXII, 149), se estiliza en una metonimia ireccie, que da lugar a una potente imagen de justiciera crueldad bíblica similar a la de la destrucción de Sodoma y Gomorra, el incendio de la ciudad sintetizado en el deseo (piova es un subjuntivo desiderativo) de que trenzas ardan. A la maligna prostituta contemporáneadel poeta se contrapone el ideal de pobrezade los orígenes,con lo que la historia religiosa recorre una vía paralela a la política, con una significativa diferencia, falta el exemplum. En la historia civil es factible el augurio de identidad con una imagenexterior, mientras que en la historia religiosa, o más exactamentede la Iglesia, no es admisible otro punto de referencia que no sea ella misma, aun en su estado de máxima degradación.:. Petrarca reclama una palingenesia, pero dentro de la estricta ortodoxia, sin ningún tipo de desviaciónque le acerquea ninguna de las numerosassectasu ordenesreligiosasdisidentes.Aunque la memoria del poeta tal vez establezca otras interesantes asociaciones.Cuandoen la Cominedia se hace alusión a la Edad de -7 0~¡ 322 Oro Lo secolprimo, quant’ oro fu be/lo, fé savoroseconfame le ghiande, e nettare con seN ogne ruscel/o, (Purg. XXII, 148-150) La memoria situacional y la léxica guían hacia el s. 136, sin embargo, desde nuestro punto de vista, no se restringen a estas simples coincidencias.Si Petrarcapartede una personificaciónde la ciudad-curia, que prescinde por el momento, en el microtexto concreto, del epíteto infamante fijado por Dante, no debió ser indiferente a la puestaen marcha del mecanismorememorativo el que éste resaltase la carencia de vicios de las mujeres romanas inmediatamenteantesde introducir el discursodel secol primo. Así, E le Romane antiche, per br bere, / contentefuron d’acqua;. (vv. 145-146). Mucho más decisivanos pareceesta asociaciónque aquella tan señalada por la crítica del apóstrofe en el canto dedicadoa Ulises, en el Inferno, XXVI, Godi, Fiorenza, pol cha se’ si grande (y. 1) apelación demasiadomarcadapor una entonación sarcástico-triunfalistaque no se escuchani en éstay ni en las otras dos composicionescontraAviñón. Idónea, en cambio, seria la asociación con los versos del encuentrode Dante con ser Brunetto Latini, cuandoel notario dice de Florencia: in cuí riviva la sementasanta di que’ Roman che vi rimaserquando fu falto II nido di ma/izia tanta. (mf. XV, 76-78> 323 que concuerdacon la situación inicial del segundocuarteto: nido di tradimentí, in cuí si coya quanto mal per lo mondo oggi si spande, (s. 136, vv. 5-6) El enlacecon Non é questoil mio nido de la canciónItalia mía (y. 82) es ntido. El mito de Roma es el centro generadoren ambos autores, pero mientras que en Dante emerge a la superficie del verso, en Petrarcaquedalatente,para evidenciarsesólo en el último sonetode la serie (s. 138, y. 3) glá Roma, or Babiloniafalsa el ría,. A partir del verso 7 y hastael final del primer tercetoPetrarca resume,no desdeel punto de vista cronológicoporquela epístolaes posterior, el episodio de la Sine nomine 18, el del viejo lujurioso y la virgunculan. La concentración lirica, en oposición a la prosa latina, suponeuna expansióngeneralizadoraque favoreceel alcance de la invectiva, disminuyendo,hastahacerlodesaparecer,el tono de sátira picante: de vin serva, di lech et di vívande, in cuí Luxuriafa l’ultima prova. Per le cameretue fanciulle el vecchi vanno trescando,e! Belzabubin mezzo co’ mantici el col foco e! co /1 specchi. (s. 136, vi’. 7-1 1) Tanto el episodiode la epístola,como la vivaz descripcióndel corrompido ambiente aviñonésen el sonetoestánmás cercanosa la tradición clásica que a la lejana referenciadel pasadoglorioso de Florencia en boca de ~acciaguida: 324 non v’era giunto ancorSardanapalo a mostrar clá che ‘n camerasi puore (Pard.XV, 107-108) En la interpretaciónde la Sine nomine que ha hechoRaimondi señala como fuente el libro V de las Metamorfosis de Apuleyo, citado en la carta por Petrarca,para la descripción de los rasgos realistas de la decrepitud del viejo, aunque el argumento sea un locus coinmunis que desde Juvenal se prolongó a las Artes mediolatinas hasta alcanzar los saggi moderní de Matteo di Vendóme o Boncompagno31.Del ejercicio satírico de la epístola se escuchasólo el eco en el Canzoniere,ya que desapareceel lado cómico y carnavalesco,la sotana cardenaliciaque era el disfraz instrumentalpara la oscenidady objeto simbólico de la corrupción de la curia, no halla un equivalente. El diminutivo de gusto popularpara los protagonistaslascivos da lugar a dos secos sustantivos,fanciulle e! vecchi, puestos en contacto por medio del catalizador demoniacoBelzebubque poco tiene en común con el simpatico diablo en forma de pájaro escondido en el capuchóndel fraile, del Paradiso XXIX, 117-119. El uso del diminutivo referido a los viejos no poseeconnotaciones negativasen el Canzoniere, en el s. 16, Movesí il vecchierelcanuto et bianco, el tratamientodel personajeestá plagado de pinceladas sentimentales,al igual que La síancavecchiarellapellegrina de la canción50. El polisíndetonde verso 11, con specchi, reduplica rítmica y semánticamentela escena al mismo tiempo que la concluye para retornar a la imagen inicial de la meretriz que en la pureza de sus origenesiba nuda al vento, el sc/azafra glí stecchi (y. 13), verso que es la individualización de magrí e scalzidel ParadisoXXL 129, t >1 325 <1 para dotar ¿ti recurso expresivo de un significado universalizadora través de la personificación, La descripción de la vida viciosa y sus consecuenciassiguen bastante de cerca la Coinmedia si se tiene en cuenta el sistema mítico de la obra de Petrarca: disse ‘1 maestro; ché seggiendoin pluma, /1 in fama non si vien, né solto cobre; (mf. XXIV, 47-48) que junto al lezzo, última palabra,en rima por lo tanto, del Inferno, X, 136, y la potente crítica de la avaricia de los altos mandatarios de la Iglesia: Questifuorchercí, che non ha coperchio piloso al capo, e papi e cardinalí, In cuí usa avarizla 11 suo sorpechio (InI. VII, 46-48) cierran las coincidencias,En las dos ocasioneses Virgilio el que (t habla, ni la alusión a la fama ni la explícita mención de la corrupción económica podían pasar inadvertidos. Se quiere decir con ello que la memoria situacional parece estar a veces 7 mediatizadapor el conjunto de coordenadastemáticasque forman el 4 sistemaideológico y la cosmovisióngeneraldel poeta.De ello es un ¡ ¾ indicio nada desdefiablela conexión del s. 137 con unos versosdel ¡ Inferno VI. La crítica ha señaladoreiteradamentela memoria en el Canzoníerede: Ir’ 326 Ed e/li a me: “La tua clIn?,, ch’é plena d’ínvidia si che gUi trabocca II sacco, (Inf. VI, 49-50) Es el momento culminante del canto. Son las palabras del cortesanoflorentino Ciacco, sumergido en un maloliente pozo por sus pecados de gula, y cuya conexión con L’avara Babilonia ñ colmo il sacco (s. 137, y. 1) es indiscutible. Sin embargo consideramosdecisiva, asimismo, la continuación inmediata del discurso seco mi tenne iii la vila serena. (Inf. VI, 51) Reminiscenciaque sí no apareceen la concrecióndel soneto está sobreentendidaen las numerosascomposicionesen las que se 9 contrapone la vida serenade Valelusa y la sordidez infernal de .4 Aviñón-Babilonia. Ciacco no ha sido condenadopor apartarsede la política, por ser simplemente un hombre de corte sin mayores compromisoscon su ciudad, actitud que mantieneaún cuando dice a Dante: La tua cittá, no consíderándoseconciudadanosuyo, está en el pozo por otras razones,por sus excesosen el comer, de los que Petrarca se declara a salvo, por ejemplo en la Posteritatí. La asociaciónque ha hechosaltar del mecanismorememorativoha sido el mito de la vita solitaria, de su imposibilidad tal vez, tanto desde4 el punto de vista psicológico, por la dificultad de renunciara los placeresmundanos,la comida para Ciacco, la pasión amorosapara Petrarca,como desdeel punto de vista social, puesaún aquellosque se sitúan al margen de los eventos políticos al igual que el personajede Dante,o los que conscientementebuscanel aislamiento 327 productivo, como Petrarcaescondendentro de sí la voz del futuro. La profecía del segundocuarteto del s. 137 ha suscitado las interpretacionesmás variadas,pero que coinciden en identificar al novo soldan como un emperadoro un papa, al igual que en la Sine nomine 19 en la que Petrarcaexpresala esperanzade un libertador: Aspecíandoragion mi struggo e! fiacco; ma pur novo so/danveggioper leí, lo qual fará, non gUi quand’io vorrei, sol una sede,el que/lafía in Baldacco. (vv. 5-8) La primen presenciadel emisor en el núcleo de la invectiva está estrechamenteligada a las palabrasde Ciacco, con el mismo lexema en posición de rima come tu vedí, a la pioggía mi fiacco (y. 54), aunque la oscuridad de la profecía en el Canzoniere es más profunda que en la Commedia. En éstaúltima verrannoal sangue,y los versos sucesivos es bastanteprobable que se refieran a las luchasque tuvieron lugar en 1300 entre las faccionesde los Bianchí y los Nerí, representadospor las familias de los Cerchi y los Donati. Al año siguienteCarlos de Valois ocupó la ciudadpor orden de Bonifacio VIII, los Donati se hicieron con el poder, y Dante que pertenecíaa la facción de los Bianchípartió para el exilio. Las predicciones de Petrarca en cambio, no se pueden interpretar respecto a ningún acontecimiento histórico concreto, fuera de la permanenciade papado en Aviñón. Leopardi con una• sinceridad digna de todo elogio comentabarespectoal cuarteto de estesoneto: Non so se bene o ma/e; ma il luogo ~ di tanta oscurítá che io non mi atiento di meitere innanzi una spiegazíOne del mio. o __________________________ 7 r’y 1~~ 328 [A Solamente dirá che Ji pronome “quella” si deve ríferire a Babilonia e non a “sede U 32 Explicación de la que se infiere que Baldacco, o sea Bagdad, es el lugar de prostitución de acuerdo con el significado común y inítico de tal término en la completaproducción de Petrarca,y no Roma. según la propuestade varios comentaristas”,la cual se basa en la descripciónde la destruccióndel lugar de corrupción(Aviñón) en el primer terceto, Carducci desdeñalas alusionesa la torre de Babel y recuerda al lector simplemente que Benedicto XII ordenó derribar la residenciaque tenía en Aviñón, que era insuficiente, y empezó la construcción de un nuevo palacio, el cual seria ampliado por su sucesorClementeVl3tepisodio que ya vimos reflejado en la carta a Guido Sette todavía en su manifestacióncomo ciudad, es sco/a d’errori (y. 2) fucina d’ingantii (y. 5), haceproselitismo en los lugaresde encuentro. 333 Suitner justamente ha subrayado el enlace de la personificación de Aviñón en el Canzoniere con la tradición infamante medieval, tradición que siguieron Guittone d’Arezzo, 42 Faño degli Uberti y Dante . No obstante en este soneto es necesario señalar la acumulación de sustantivos relativos a la arquitectura, que se prolongandesdeel inc/ph hasta el y. 7, con la totalización final de di y/vi inferno. Los elementosurbanos están colocadosen el primer cuarteto de acuerdoa una disposición que va desde la menor a la mayor medida: Fontana - albergo - soda - templo. En el primer verso del cuarteto siguiente hay das topónituos simbólicos¡¡¡cina - pregion, para desembocaren la imagen infernal del y. 7. Una tal acumulaciónarquitectónicatrae a la memoria inmediatamenteel s. 10 qul non pa/azzi, non theatro o loggia (y, 5) en dondeéstosse oponen a los árboles,elementosde la naturaleza, de su particular locus amoenus,Valclusa, Pero si en aquelsoneto la enumeracióncontaba con la característicade que eran lugares de encuentro social, en el soneto 138 no existe un rasgo definitorio único, el hilo que les une es una lógica, que como la medida, aumenta la gravedad del error y del engaño. Es una breve simbologla topográficade la degeneraciónde la Iglesia: desde los orígenes (Fontana) a la incubación (albergo), desde los pequeflos errores (scola) a la herejía (templo), la agregaciónsocial pasaa un segundo plano, ahora los lugares simbolizan sentimientos y desviación, La historia de la Iglesia alegóricamente narrada en el Purgatorio XXXII, 36 ss., desdeAdán hastael beso lascivo entre la punana sololta y el gigante se estiliza para desarrollaruna lógica expresionistay una poéticaintelectualizada, La metamorfosis de la curia en la meretriz se produce sin solución de continuidad, el topos de la personificaciónde la ciudad 5 y 334 de sobra acuftado y fijado por la tradición inmediata, ya no necesitaba justificación. La diferencia de contenido con la C’ommedia es que esta ramerano se molina ante un solo señor, el rey de Francia, o todos los reyes de la tierra, como en Apocalipsis XVII, 1-3, (cl . . . colcí cha siedesopra l’acque 1 puuaneggiar coi re . . . en el Inferno, XIX, 107-108): en los Fragmeníaes ella misma la responsablede sus adulterios . . . e, dove áI posto spene?/negli ad¡¿ltcri tuol? nc le mal nato richezzetanta?. . . (vv. 11-13). La diversidad de perspectivahistórica entre Dante y Petrarca respectoal problemade la residenciade la corte papal en Aviflón es evidente en el diferente juicio que emiten acerca de la figura de Constantino, En cl primero existe un matiz de comprensión: Ahí, Constantin, di quanlo malfu matre, non la tua conversion,ma quella dote che da te preso 1/ prImo ricco patre! (mf. XIX, 115-117) En el Canzoniere la interpretación de la alusión ha dado pie a las más variadasconjeturas: Or Costantinno torna; ma tolga 1/ mondo tristo che ‘1 sostiene. (vv. 13-14) La interpretaciónhoy en día más aceptadaes que Constantino tiene que soport~ su punición eterna por aquel acto con el que se inició la degeneración de la Iglesia. Es lamentable que ninguno de los dos autores, por obvias razones cronológica, pudiesen leer la obra de Lorenzo Valía De fa/so credita ci ementita Constantin! 335 donatione doc/amaÑo, del 1440, en donde se demuestra que el documento de la donación ,la dote, del territorio de Roma al papa Silvestre ¡ (314-336) de parte de emperadores una falsificación del siglo VIII. Los juristas imperiales hacia tiempo que albergaban seriasdudassobre su autenticidad.44 p ¡1 -t 336 No tas 1- PASQU poel’ Italia ni de societá italiana riel AccadeiniaTudertina, INI, Emilio. 1 Trecerito, periodo Todi, 1 I1 en del 981, mito olemico di Avignone neí AA,V V. Aspettí culturaN de/la papato avignonese,pp. 257-309. p. 265. 2- PASSERI altrí saggi. Einaudi, N D’ENTRÉV Tormo, 1955 ES, PP. Alessandro. 93-96. Dante político ue atra viñón papot o 3- Las distintas fases,elaboradaspor Luigi Simeoni, por las viesa la politica italiana dqsde que el papadose traslada a las recoge Eugenio DUPRETHESEIDBR en Problemí del avignonese.Pátron,Bologna, 1961, pp, 101-102. 4- DOTTI, ligo. Vito di Petrarca. Laterza, Bari, 1987, 5- DOTTI (1987), p. 351. 6- Sobre la tradición del vimuperium en las Sine nominey en los tres sonetos antiaviñoneses:Ezio RAIMONDI. Un esercizio satirico del Petrarca en Metafora e storia. Einaudi, Tormo, 1982 (1’ cd. 1970),pp. 189-198y Franco SUITNER. L’invettiva antiaví ‘nonesedel ?Petrarca e tapo esia infamantemedievale.“Studi Petrarcheschi”,1985, pp. 201-210. ‘7- PASQIJINI (1981), p. 270. 8- AMATURO, 303 y 318. Raffaele, Petrarca. Laterza, Bari, 1974, Pp. 9- Para las noticias sobre la fecha de composición de los sonetos 136-138: Giosué CARDUCCI en F. Petrarca Le Rime. Sansoni Firenze, 1984 (1” ed. 1899), pp. 220-221. Arnaldo FOREStI Aneddoti della vito di Francesco Petrarca. Padova, 1977~ p. 202. Ernest Hatch WILKINS Vita di Feltrinelli, Milano 1987 (1’ cd. it. al cuidado de Remo 1964), p. 89. AMAY URO (1974), P. 303. r acc o rito ~nra la 1981), 10- SA Piel fecha p, NTAOATA, Marco. 1 frammenti de//’anima. Storía e Canzoniera di Petrarca. II Mulino, Bologna, 1992, función del tríptico. v¿ansep. 174-175;y ~ASQUINI Antenore, Petrarca, Ceserani nomine. Untare polemic e e 104, y también la Introduzione a Sine politiche. Laterza,Bari, 1974. e 413. ¿1 71 / ~tt cl ( 337 12- WILKINS (1987), pp. 337-340 13- AMATIJRO (1974), p. 303, 14- ELWERT, W. Theodor, La varietá metrica e tematica dalle canzoní del Petrarca in funzione della loro distribuzione nel “(?anzoniere” en “Miscellanea di studi in onore di Vittore Branca. 1. ¡i>o/ medioevoal Petrarca”, p. 389-409. Olschki, Firenze, 1983, p. 397. 15- Para algunas clarificadoras consideracionessobre el concepto actual de alegoría, se uede consultarel capitulo Simbo/o segno a/legoría en Remo ~ESERANI-Lidia D EF EDERICIS Strumenti. ‘Pernil ni, concetil, problemí di metodo en II materia/e e /‘immaglnario. Loescher.Tormo, 1985, pp. 71-80. 16- El comentariode Carducci respectoa este sonetoy las demásnoticias en FORESTI (1977), Pp. 194-203. ¡ 17- ¡lay una amplia cita y comentario del libro de Henry Cochin, Lefrére de Patrarque en FORESTI (1977), Pp. 197-198. 18- BELTRAMI, Pietro O.. La metrica italiana, 11 Mulino, Bologna, 1991. En la nota 96 de la p. 185 enumeralos lugares de rima de Cristo en la Divina Commedia,que son: Par, XII 71: 73: 75; Par. XIV 104: 106: 108; Par. XIX 104: 106: 108; Par. XXXII 83: 85: 87. La observaciónsobre el uso irreverentede la alabra en Dante Beltrami la extrae de Francesco D’OVIDI u. isto’ in rima. Rassegriacrítica de/la leiteratura italiana. 1. 1986, actualmenteen Studi su/la Divina Commedla.1. Casaed. Moderna, Caserta,1931, pp. 337-351. Recordamosde nuevo que en el Canzoniereel nombre de Cristo, en cuanto nomino sacra, no está abreviado, a tal consúltese la nota a la iritroduzione de Gianfrancoroposíto en 1k Petrarca Canzoniere. Einaudi, Tormo, 1964, p. ONTINI XXXVII. 19- FUBINI, Mario, Métrica y poesía. Planeta, Barcelona, 1970. Traducción de Milagros Arizmendí y Maria Hernández Esteban, de la primera edición italiana de 1962. Para Fubini el soneto, que ya de por sí es amplio en Petrarca, necesita desarrollarseen la canción, que es cíonde el poeta satisface sus4 necesidadesdiscursivas,p. 288, 20- PASOUINI (1981) se lamentaen la nota 18 de la p. 271, de que los estudiososque más se habíanocupadohastala fecha de la presencia de la 1)/vina Commediaen el Canzoniere, es decir Gianfranco CONTINI en Variantí e altra linguistíco’. Tormo Einaudi, 1970, Pp. 28-29 y 385-388),y Marco SANTAGATA en el artículo Presenzedel Dante “comico” nel »Canzoniere“, publicado ¡ .1 338 en 1969 y ahora en Per moderna carte. La biblioteca volgare di Petrarca. II Mulíno, Bologna, l990~ pp. 25-78, no hubieranincluido en sus registroslos módulosdantescosdel tríptico aviñonés. 21- VéaseSANTAGATA (1990), p. 25, que pone de relieve el descubrimientode la nota en el códice Ambrosiano H, 14, mf, 1’. 8 y. , por parte de Giuseppe Billanovich, Para las demás noticias sobre la apostilla al ejemplar de la Commedía Michele FEO Petrarca, J~rancesco en Enciclo~nedia dantesca IV. Istituto della Enciclopediaitaliana, Roma, 199 , Pp. 450-458. 22- SANTAGATA (1990), en el capitulo La canzone de/le citazioní, Pp. 327-362, manifiesta su desacuerdo con la interpretación de Francisco RICO en Vida u obra de Petrarca 1 Lectura del “Secretum”. Antenore, Padova, 1974, p. 201, Afirma: “Rico é senza dubbio riel 19iusto q ¡¿ando legge nell’omaggio “un reproclic a los precursores ; non lo seguo, 1 nvece, quarido lascia intendere cha nc/la canzone petrarchesca sarebbe sotto accusa l’interna tradizione cortese, provenza/ee italiana”., pp. 340-341. El reproche, en el que están de acuerdo los dos estudiosos,sería respecto a la vanicíad y al vacio, desde el punto de vista del cristiano arrepentido, de la poesía amorosa. Para la fecha de composiciónde la canción, véansepp. 350-358. 23- En la larga nota 2, p. 26-27, SANTAGATA (1990) aseguraque “L’analisi interna al Canzonieredimostra infatti che /a conoscenzadel pocina deve risa//rse ad anni giovanil1, con ogní probabí/ita que/II del soggiornobologriese~. 24- Así aseveraCARDUCCI (1984) en el comentario al s. 166. 25- ORELLI, Giorgio. II suono del sospirí. Einaudi. Tormo, 1990, pp. 152-154, 26- CORSI, Giuseppe.Rimatorí del Trecento.UTET, Tormo, 1969, Pp. 51-52. 27- PASQUíN! (1981), p. 279. 28- DOTTI (1974), p. XXXIX. 29- Sin relacionarlos con las composicionespolíticas del Canzoniere PASQUíN! (1981) p. 280 enumera rápidamente la presenciade dichos tópicos en las Sine nomine. 30- Para los niveles de funcionamiento de la memoria de Dante en el Canzoniere: CONTINI (1970) Pp. 385-388 y SANTAGATA (1990), pp. 25-91. 339 31- RAIMONDI (1977),pp. 189-198. 32- Nota al s. Ahora en F, Petrarca di GiacomoLeopardí. (~ ed. 1979) 137 en la edición del Carizoniere de CanzoniereIntroduzionedi Ugo Fosco/o. A cura di Ugo Dotti. Feltrinelli, Milano, 33- ConsúlteseCARDUCCI (1984) y PONTE. F. PetrarcaRime sparse. Mursía, 1979). Pontese adhierea la interpretaciónde 1826. Note 1992 sobre todo Giovanni Milano, 1990 (í8 ed. Ba/daccocomo Roma, 34- Además de CARDUCCI (1984), es interesante la explicación sobre la construcciónde la residenciade los papasde Aviñón a cargo de Philippe CONTAMINE en Historia de la vida a, El individuo en la Europa feudal, ba’o la dirección de bilippe Ariés y GeorgeDuby, Taurus,Madrid, 1 ‘9 92, pp. 164-170. 35- DOTTI (1987), 242-244. Fue Carlo SEGRÉ en Chi accusá il Petrarca di magia. . “Studi petrarcheschi”.Firenze, 1911, p. 292-316 quien propuso la hipótesis de que el acusadordel poeta uera el cardenalPierre des Prez. 36- 8101, Emilio. Dal Petrarca al Leopardí. Ricciardi, Milano-Napoli, 1954. Sobre la función de análisis y recomposición psicol6~ica que cumplen las antítesiso los paresde palabrasen el Canzoniere véansepp. 1-8. 37- Sobre el consideraseromana 7-17. hecho de que en ANiftón la curia insiste mucho DUPRE THESEIDER siempre se (1961), PP. 38- ANTONELLI, Roberto. L”’invenzione” del sonetto. MiseU/anca di studi in onore di Aurelio Roncaglia. Mucchi, Modena, 1989 pp.3 5-75. El autor considera que la forma métrica soneto surge ¿e [a estancia de canción aislada, lo que en la lírica provenzal era la cobla esparsa. 39- PASQUINI (1981), pp. 271-272. 40- SANTAGATA (1990), pp. 168-169. 41- Enviamos a nuestro comentario a tal ropósito en el capítulo anteriory a SANTAGATA (1992), Pp. 229 y34, 42- SUITNER (1985), Pp. 206-207. 43- edificios nuestro En la Sine nomine avifloneses. Por lo primer capitulo 14 hay una larga enumeraciónde los que respecta al s. 10, comenta4oen relacionado con los mecanismos 340 mnemónicos,consúltesetambién Marco SANTAGATA, Petrarca e Co/onna, Sui destinatari de R. y. f 7, 18, 28 e 40. Pacini Fazzí, Lucca 1988, pp. 85-117, en donde palazzi, theatro y /oggia son consideradoslugaresde encuentrosocial, p. 87. 44- La observaciónes de Carlo SALINARI en su comentario del In/erno en D, Alighieri. La Divina Commedia. Ed. de Carlo Salin&ri, Sergio Romagnoli, Antonio Lanza. Editori Riuniti, Roma, 1980. ‘1~ 4.’ / 341 ~2 R ISLIOGRAFIA 1- OBRAS DE FRANCESCOPETRARCA 1. ¡ Ediciones de las obras completaso antologías ¡Ip ¡s t o le Opera Opere Opere latine Podinata 1’ rose 1? ini e Epistole di Fraricesco Petrarca, ed. de Ugo Dotti, Tormo, 1978. Francíscí Petrarchae, Opera quae extant omnia, Basilea, 1554 (The GreggPressIncorporatedNew Jersey,1965). Operedi FrancescoPetrarca, cd, de Emilio Bigi, comentario de Giovanni Ponte, Mursia, Milano, 1963. Opere latine di FrancescoPetrarca, 2 vols,. Ed, de Antonietta Bufano, UTET, Tormo, 1975. Franciscí Petrarchae. Potimata minora quae extarit omnia, Ed. de Domenico Rossetti, II y III. SocietáTipografica de’ Classici Italiani, Milano, 1831-1834. Francesco Petrarca. Prose. Ed. de Guido Martellotti, Pier Giorgio Ricci, Enrico Carrara, Enrico Bianchi. Ricciardi, Milano-Napoli, 1955. Francesco Petrarca. Rime, Trionfí e poesie latine, ed. de FerdinandoNeri, Guido Martellotti, Enrico Bianchi, Natalino Sapegno. 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Milano, Tesis María José Rodrigo Mora PORTADA ÍNDICE PRESENTACIÓN I- ACTITUDES CRÍTICAS ACERCA DE LA "POLÍTICA" DE PETRARCA II- DOS TESTIMONIOS EPISTOLARES DE LA CRISIS (Seniles, X, 2 y Posteitati) 1- Estrategias de la memoria 2- Naturaleza y tiempo 3- Modelos espaciales y decadencia 4- Incertidumbre interpretativa y Foriuna 5- El ideal político de un literato III- CONSIDERACIONES GENERALES SOBRE LOS POEMAS POLÍTICOS 1- La redacción Correggio 2- El contexto literario 3- Razones de la presencia del tema político 4- El soneto 27 y sus conexiones con los de amistad y con el tríptico antiaviñonés IV- LAS TRES CANCIONES CIVILES 1- Particularidades métricas en función del tema 2- El principio y el final: indicios sobre los destinatarios 3- Los escenarios de la política 4- Guerra y coordenadas temporales 5- La imagen de los otros V- PRESENCIA DE DANTE: LOS TRES SONETOS ANTIAVIÑONESES BIBLIOGRAFÍA JRJHHJ: RTQEWR: DFGHDSF: SFSFD: SGSDF: F: ZSDF: G: SH: EHF: SHG: JH: SFH: SHDF: DFH: GDH: D: SGA: ZCVX: DF: NSDG: DJ: AG: DSGHF: SGH: DNGH: DNF: IOY: `PI: 234UTED: 5O87: FUYK: UP: ´L-K: DGGH: VB: SDF: SGD: GHD: SFG: SDTYF: CJMF: V: ND: X: DG: XFGCN: ZF: DH: PO´H: DYU: ERY: LYI: FGYU: BD: FJ: BGFDGH: SGB: EDYH: