Cuadernos Geología Ibérica Vol. 7 Págs. 667-681 Madrid 1981 EL BORDE MERIDIONAL DE LA ZONA DE TRANSICION ENTRE LAS SIERRAS DE GREDOS Y GUADARRAMA (SISTEMA CENTRAL IBERICO): EVOLUCION MORFOTECTONICA RECIENTE POR 3. DE PEDRAZA* 1. INTRODUCCION A pesar de su magnitud geológica y fisiográfica, claramente refle- jada por VIDAL BOX (1942)> no puede decirse que el borde meri- dional del SistemaCentralhayasido objetode unaatenciónespecífica y global. Pruebade la falta de consideración>hacia las características de este borde, es el hecho de que autoresprestigiosos(SCHWENZ- NER, 1932, ref. 1943; BIROT y SOLE SABARIS, 1954; VIDAL BOX, 1942,etc.)pasaronpor alto lo ya señaladopor ROYO y GOMEZ en 1934 y que no nos resistimosa reproducir: « . . .el granito, completamente nillonitizado y cabalgandoalgo sobre los aluviones miocenos...’> (re- fiere la zonade Nombelaen estebordeque nos ocupa),y sigue: «Este fenómenono- es un hechoaislado, pues lo he podido observaren otros puntos, tales como la cuestade Galapagar...,y en El Pardo, al pie del cerro de la Marmota. Con relación al gneis,he visto esta misma clase de contacto en el manchónque de ColmenarViejo va a San Agustín...’> (ROYO y GOMEZ, op. cit., pp. 82). En la zonade la que nos vamos a ocupar,la primera citadapor ROYO y GOMEZ, no se conoceríael ver- cI:tdcro significado y extensión de este cabalgamientohasta mucho después (PEDRAZA, 1971-1973, 1978; GARCíA FIGUEROLA> 1958; UBANELL. 1980; MARTIN ESCORZA, 1976). El tramo que aquí nos ocuparáes el que quedacomprendidoentre las poblacionesde Chapinería(al NE) Nombela (al 8W) y que> como hemosreferido, puedeconsiderarsezonade transiciónentre las sierras de Gredosy Guadarrama.En su mayoría esteborde que nos ocupa * Cátedrade GeodinámicaExterna.UniversidadComplutense.Madrid. 667 (44 - 6 t Eo urca o1 aaaaO k -zC i aa-7aaea-aLIaLIaaa’eaa-eea, teC i aae/CiLIaaaLIaEaLICiD5e o a ’ ‘It— 668 forma el límite septentrionalde la depresiónde Aldea del Fresno- Almorox (PEDRAZA> 1976), en la cual se sitúa el sistemafluvial Al- berche-Perales,y forma una subfosadentro de la general del Tajo (Fig. ic). II. CARACTERíSTICAS GENERALES Evitando una excesivaproliferación toponímicay descriptiva,va- mos a referir unospuntosbásicoscon los cualescreemosmásquesu- ficiente clarificado el trazadoy carácterde este borde>así: — Punto previo es la referenciaa determinadosaccidentesmorfo- tectónicos.Ejemplo: depresionesde Aldea del Fresno-Amoroxy Ca- dalso de los Vidrios-Almorox; elevacionesdel Berrocal, Quexigal, On- calada.Dichos accidentes,unidosa los procesosde lavadoduranteel Cuaternario,han diferenciadodos dominios netos en los afloramien- tos del contacto(Fig. ib). En la primera de estaszonases donde se define el verdadero limite mac-izo-cuenca,establecidopor el contacto arcosa-materialescris talinos. Es en este dominio dondemejor se re- conoceel carácterprogresivo de la sedimentaciónarcósicay del con- tacto, es decir, fallas que cabalgana un tramo de la serie arcósica quedafosilizadaspor tramossuperioresde dichos materialesque, a su vez, quedan cabalgadospor materialescristalinosdel macizo. En estecontexto estánzonas,ya aludidas, como: ladera sur del Berrocal> la del Quexigal y la del cerro Oncalada. El segundode los dominios estáformado por los tramos deprimidos de esteborde.En ellos, al habersido desmanteladala coberteraarcó- sica, puede observarse el sustrato que, en su momento> fue base de sedimentacióntransitoria. También aquí es donde se puede definir franjas de alteración(tectonizacióno/y meteorización),tanto en los materialesdel sustratocristalino como en los de la cobertera arcósica. En estaszonaspuedenser estudiadaslas diferentesfallas del contacto y las meteorizacionesque,en casos,puedenser atribuidas a las alte- racionesprevias a la sedimentación.Los escarpesse presentanaquí más elaborados>son de falla o de línea de falla en algunos puntos. Zonastípicasde estetipo de afloramientoson las llanurasde Villa del Pradoy oestede Almorox, así como algunasmásconcretasasociadas a los valles fluviales de la red secundaria.— En su conjunto,el límite macizocristalino-cuencasedimentaria estádeterminadopor sistemasde fallas. Es, pues,importantedestacar que, si bien la línea morfotectónicameridional (alineacionesde escar- pes) tiene una tendenciageneralNE-SW, las fallas que la definenson muy variadas, distando mucho de tal dirección en casos. Así, en el Berrocal(extremooccidental),aunquelas fallas se encuentrandentro de la red NE-SW (entre400 y 809, sucomportamientodinámicoen los 669 tiempos alpinos las confiere total autonomía>pues las fallas, cuanto más meridionales,cabalgantramosmás bajos de la serie y quedan fosilizadaspor los superioresque> asu vez> son cabalgadosmediante fallas más septentrionales.De estemodo, al menosparalos tiempos alpinos>no puedenser definidas de otro modo que como fallas autó- nomas,es decir, una septentrional(700 de dirección), otra intermedia (650 de dirección) y otra meridional (de 60~ de dirección). Esta> más meridional, es la que parecepresentarcontinuidadcon las que defi- nenel contactoen la zonade Aldeancabode Escalona.Tal hechohace que estafalla puedaasociarsecon las NNE-SSWy, aunqueaquí pu- dieraquedar ligeramentedesdibujado>se confirma netamentea partir de Paredesde Escalona. El mismo tipo de escalonamientodefinido en el Berrocal es cla- ramente observableal NE de Villa del Prado, al SE del embalsede Las Picadasy en el extremo oriental (cerro de Oncalada).En todas estaszonas,al igual que en El Berrocal,la flexión de las capastercia- rias(ya señaladotambiénpor ROYO y GOMEZ, op. cit.) es netay varía entre los 15 y 300 y a veces400. El caso más notable de la presenciade otras redes, ademásde las NE-SW, dandoel límite macizo-cuenca,lo tenemosal SE de Almo- rox, dondesonlas NW-SE las que lo determinan,llegando,en el mismo pueblo,a tomar unadirecciónE-W. Tambiénla direcciónNNE, en el límite situado al SW de Villa del Prado. En suma,el caráctermás notabledel trazadodel contactoen esta zonaes su comníejidad.si bien nuedesestablecerse.t - 1.~ La directriz maestra,a la cual pertenecenla mayoría de las fallas que limitan el macizocristalino, es la NE-SW. 22 Exceptuandolas N-S y E-W, de apariciónexcepcional,pueden encontrarseprácticamentetodas las demásredes de fractura definidas parael macizohespérico. 32 La principal función de estasredesaludidasen el punto ante- rior ha sido la de trastocarel límite dado por las NE-SW. En esta función> de primordial importanciaen la evolución postcolmatación de la cuenca,son las redesNW-SEy NNW las más importantes.Local- mentepueden llegar a definir el límite macizo-cuenca,aunqueno es frecuentetal efecto. La complejidadde estetrazadorespondea una lógica evolutiva: la compartimentaciónen bloques a que ha quedadosometido todo el macizohercinicohaposibilitadounagran libertad en los movimientos durantela reactivaciónalpídica. Dicha independenciase agudizacon los movimientospóstumos,unavez colmatadala cuencaarcósica(PE- DRAZA, 1978; LOPEZ VERA> PEDRAZA, 1976)> de estemodo hay acci- 670 dentesa pequeñaescalaque se imponen a los mayores,que si bien dan las directricesmaestrasde la morfoestructuraactual> no pueden serconsideradoscomo un conjunto homogéneodesdeel punto de vista estructuraly tectónico.Las simplificacionesquecon frecuenciase ha- cenen lo referenteal trazadode dichosaccidentescreemosdebenser revisadas>al menos para obtener conclusionessobre la evolución recientede la Meseta. — En estecontactodebeconstatarseel hechode queaquellasfallas quesepresentandandoel límite entrematerialescristalinosy materia- les sedimentarios,es decir,el contacto(s.s.)>presentancarácterinverso, no pudiéndoseafirmar tal propiedadde todas las que> sin definir el límite> se presentanmodificando su trazado. De un modo general> puedeestablecersepara estassegundasuna mayor tendenciaa la ver- ticalidad. Dentro de las fallas quecabalgana los materialesarcósicos,el bu- zamientovaría entre los 3Q~35o y 70-Sm. Las variacionesse realizan tanto en la dirección del contactocomo en la perpendicularal mismo, esto es unaconsecuenciaclara de la diferenciaque se presentaincluso en fallas de la misma red. Si bien es difícil estableceruna normativa> sobre todo para las variacionesen la dirección del contacto> puede decirsequeen las fallas aflorantesse ha notadoqueel planoes ligera o sensiblementemás inclinado en aquellas fallas más interiores res- pecto a la cuenca>así, tanto en la zonadel Berrocalcomo al NE de Villa del Pradoy sur de Chapinería(cerro Oncaladay SW del mismo), las fallas más meridionalespresentanunos buzamientosentre los 30~45o, mientrasque la más septentrionales de 65~80o. — Si bien hay zonascon característicasnotables>deun modoglobal puededefinirse todauna franja, que varíaentre los 10 y 500 m, carac- terizadapor unaserie de transformacionesen las rocas,tales como: gneisificaciones,aplitizaciones,episienitización,brechificación,etc.To- dosellos son fenómenosdescritosparalas redesde fracturadel macizo hespéricoy que,por lo querespectaalos tiemposposthercínicos,salvo casosconcretosquecontaremos>no tienenotro significadoqueel de haber favorecido (caso de brechificaciones,que es lo más abundante) o dificultado (caso de la mayoríade las gneisificaciones,aplitizaciones, episienitizaciones>etc.) la meteorización.Por lo general,esta meteori- zación, aunqueamplia en espacio,es poco potenteen intensidad,ya que se reducea la alteraciónde los mineralesmicáceosy sólo en algu- nos casosllega a afectarsensiblementea los feldespatos,caolinizán- dolos. En la zona que se sitúa entre el límite occidental (laderas del Berrocal)y el arroyode Pedrillán(al estede Aldeancabode Escalona) se presentanvarios fenómenosnotables>así: 671 — Las fallas del contactose presentanasociadasa sendosfilones aplíticos. — En toda la franja de dichas fallasse puedenreconocermúltiples filoncillos de cuarzo y aplita, totalmente revestidospor óxidos de hierro y sulfuros> que denuncianuna actividad hidrotermal. Dicha actividad es claramenteperceptible en las aguas subterráneasde la zonade Los Herrerazos,dondetodos los pozosson de aguassulfurosas (dichasaguasllegaron a ser explotadasmedicinalmenteen la zonade Los Baños). Hemos de destacarque tanto en la falla de Plasencia (ref. en UBANELL> 1980) como en el valle de Amblés se han definido actividadesde estetipo. El segundo>el del valle de Amblés (BUSTILLO et aL, 1979; UBANELL et al., 1978)> afectaa unosmaterialesquepre- sentancaracterísticasmuy semejantesa los quehemospodidorecono- cer en este contactoen la zona de El Santo, al este del embalsede Picadas. — En la zonade Aldeancabose presenta,únicamenteaquí a tra- vés de todo el contacto,una milonita definida por A. G. UBANELL (1976). Otra zona de interés es la que define el contacto al NE de Villa del Prado>en ella puedeobservarsenítidamente la transforma- ción que ha sufrido la arcosaa lo largo de los planos de las fallas norteadasque le afectan y trastocanel contacto. Estas transforma- ciones deben ser observadascon mucho cuidado> ya que frecuente- mente se asociano convergencon las producidaspor fenómenosde lavado, dandosilidifícacioneso autocementacionesen general.— Finalmente,otro dato a señalar,que en cierta medidaya se ha descrito> es el carácterprogresivo del límite macizo-cuenca.Esto es, entre el macizocristalino y la subfosadel río Alberche (depresiónde Aldea del Fresno-Almorox)puedendefinirse una seriede bloquesesca- lonadosque tienenun hundimientoprogresivohastael máximo de la zonaque hoy ocupael canal del sistemafluvial Alberche-Perales.Esto implica que los materialessedimentariosse presentenen avancecon- ~ ~4ltinuo sonreci macizo, stenuu, pues, cI-dJa’nente piugtesIvus suu’e (Hecho congruentecon el funcionamiento de un área de pedimenta- ción.) (Fig. 2.) III. EVOLUCION MORFOTECTONICA Si bien no es fácil la precisión cronológica,el apoyo que nos pro- porcionanlos datosgeomorfológicosnos ayudana centrarel problema. En estesentido> la definida como penillanura poligénica hete-ro-crona (PEDRAZA> 1978) marca en estasáreas el fin del ciclo iniciado con la orogeniahercínica,y quesiguió en tiemposposterioresa la misma, llegandohastalas fasesiniciales dela orogeniaalpidica antesde lo que 672 e- ir 4-e - .1 - - e-. 1 b = q . O c ----. ~ Y oc ca.4-.. o ’ ‘-.4 ca4-tca O ) a, o•t ti oC i ca C i t -~ oN tib O>LI ca o V i 7 0) 1 . LI t LIOC i Ok ‘o ca ¡ LI0.) ci ti 0 4 - —u-, ca c ( N J 0 (-9 -, Li~ oo 0oo o -~ D i O 0 o -~o o ’ b 0 0 a 4> •0 4 > ~ g. o4>F .2 .n c 7 — o ~ ,.,,- W E ~ 673 oaoueooe< -y a-oooDaaoo(9 e(-y Eo 2 oonlo .a o flO — 4 ooa1 ‘ooci<‘4O , rl-. e.-- ~ 2 A o+ + ++ + 4 -4 - 4 --,- 2 u7 674 podría definirsecomo evolución alpina(s.s.)en la divisoria castellana- La superficieque referimos tieneun significadomorfológico equi- valenteal de otrassuperficiesya definidas(Dachflache> de SCHWENZ- NER> 1936> ref. 1943, o la fundamentalde la Meseta;SOLE SABARIS y cols.> 1952), dadoque se halla hoy formandotanto la superficiede cumbrescomo la de paramera(M3 de SCHWENZNER>op. ciÉ.). Esta llanura es asociablea unos depósitossilíceos citados en el valle de Amblés y borde septentrionalde Gredos (UBANELL et al., 1978),quea suvez nosotroshabíamoscorrelacionadoconotrospresen- tes en el valle del río GUADYERBAS (vertientemeridional, entre los valles del Tiétar y Alberche), citados por GARZON I-IEYDT (1980)> y, más dudosamente>con otros que se encuentranen este mismo borde en la zonade El Santo,al SE del embalsede LasPicadas.Todospueden representaraluvionamientosestancadostípicos de ríos que circulan por relievesya casi senilescon drenajesmuy deficientes.La edadatri- buible a dichos depósitoses entre el Finicretácicoy Eoceno(JIME- NEZ FUENTES, 1977: UBANELL, 1980). Todos ellos presentanuna neta discordanciacon los de la serie arcosicaque los fosilizan. Dicha serie, en su tramo inferior no basal, presentaen el valle de Amblés unaedad de OligocenoMedio (GAR- ZON HEYDT y LOPEZ MARTíNEZ, 1978). Estos materialestambién son correlacionablescon los definidospor MARTIN ESCORZA (1976) en este borde como unidad inferior, luego precisadapor nosotros (PEDRAZA, 1978) a ciertos tramosbasalesy demonidacomo tramo arcósicoalternante>que abarcamaterialesque llegan> sin solución de continuidad,hasta el Mioceno Inferior inclusive. Es evidente,pues,quenuestrasreferenciasevolutivasmás remotas o primigenias son aquellasque se inician con esta serie arcósicade bordequefosiliza aestosmaterialesprevios.Dado que las precisiones cronoestratigráficassonmuy difíciles en estosmateriales,y, como he- mos visto, los acontecimientostampocosiguenaquí la escalade un modo preciso>nosvamos a basaren etapasque marcanacontecimien- tos geológicosglobales>fácilmentedetectablesen esteborde,eludiendo, en lo posible, interpretacionescronológicas. Si bien en zonasse ha precisadomás sobreaspectoscronoestrati- gráficos, la realidad es que desdelos primeros trabajos de ROYO y GOMEZ (1922) está definida la disarmonía>a vecesclara discordan- cia, entre, por un lado, el Cretácico y ciertos tramos pre-neógenos, entoncesdadostodoscomo Paleogenoy plegadosconjuntamentecon el Cretácicopor el paroxismoSávico (SOLE SABARIS y cols., 1952), y los materialesposteriores(entoncesagrupadostodos ellos en el Neógeno).Hoy, como hemosseñalado,estos límites parecenmáspre- 675 cisos en algunaszonas4-, pero, de un modo general y como síntesis, puede decirse: sea co-mo fuere la cronoestratigrafía precisa, la casi totalidad de los datosapuntana la presenciade una ruptura (morfo- lógica, litológica> estructural,bioestratigráfica,etc.)entre los episodios representadospor los materialesarcósicos (en los bordes)y los del ciclo precedente. Es evidente que esta ruptura marca el nacimiento de este borde como conjunto estructural homogéneo,entendiendopo-r tal el hecho de que, hasta ese momento, las fallas que van a definir este borde «actuabansolidaria-mentecon las de su red», tal cual veníanhaciendo desdelos tiemposde su origen hercínico o tardil-zercínico (tal cual ha sido establecidopor diversos autores (PARCA PONDAL, 1969: UBANELL> 1980). Partiendodeestemomento,los hechospuedenarticularsedel modo siguiente: 12 Los movimientospreviosa laetapa arcósica(faseCastellanade AGUIRRE ¿tal., op. cit.) implican unaelevacióngeneralen los terrenos que van a definir la Meseta.A medidaque se agudizatal elevaciónse producela diferenciaciónde lo quevan a formarmacizosmontañosos (aúnsimplesáreasfuentede materiales)y cuencassedimentarias.Esta diferenciaciónse manifestósegúnun modelo complejoque,sin entrar en detallesy sólo a modo de apunte>pudo ser: a) Una estabilización prematura de la zona de cuenca,seguida de un posteriorhundimiento. b) Una estabilizacióndel conjuntoelevadopor igual en principio, seguida de hundimiento de las cuencas(modelo que,en su posterior evolución sería como el señaladoya por HERNANDEZ PACHECO, 1923, de compresión-distensión). c) Una elevaciónde conjunto con posible hundimientoposterior de los flancos (teoría de ALíA MEDINA, 1976). d) Simples elevacionesdiferenciales. Seacomo fuere, en esta primera etapaaúnno puedehablarsede la existenciadel borde tal cual hoy se presenta,pero si se forma un * Tal como hemosseñalado,partede esePaleógeno,al menosOligocenosupe- flor y medio para el área de Gredos(según los datos de GARZON HEYDT y LOPEZ MARTíNEZ, op. cii), debe ser incluido junto al Mioceno y parte del Plioceno(hastael PliocenoSuperior,en basea la cronologíade la caliza lacustre del Páramo> PEREZ GONZALEZ, 1981, tomo 1) formando una etapa o ciclo ARcÓ.sico que arrancaa partir de esa disarmonía.Por otro lado> dicha disar- monja es definida, en los bordes de la cordillera Ibérica, como consecuencia de una fase tectónica que AGUIRRE et al. (1976) denominancastellana (dada, probablemente,comopost-Arvenienseinferior, DIAZ MOLINA y LOPEZ MARTí- NEZ, 1979). 676 conjunto o franja queva a funcionar a partir de ese momentocomo zonade transcición dinámica entre dos conjuntosantagónicos:el ma- cizo (tendentea los movimientospositivos) y las cuencas(tendentes a movimientosnegativos).Es posiblementeesta etapaunade las que tiene manifestacioneshidrotermalescomo las señaladasen el valle de Amblés (UBANELL et al., op. cit3 y, en esta zona,en El Berrocal. 2.0 Tras el episodioinicial> se produceun progresivo hundimiento de las cuencas,a medidaquevan depositándoseen ellas los materiales que procedendel lavado del macizo, segúnel modelo de pedimenta- ción de sabana.Según se desarrollaesteprocesovan diferenciándose los «sucesivoslímites»entreel áreaelevada>dondeseproducela pedi- mentación,y las cuencassubsidentes,dondese produceel relleno> creciendoestassegundasa costa de las primeras,tal como se deduce del carácter«progresivo sobreel macizo» que presentala sedimen- tación arcósicaen el borde. En esta etapa,entre el Oligoceno Medio y Plioceno Medio, dentro de esaamplia franja o zonade transición dinámica, es cuandose dife- rencian aquellas¡alías que actuarán (mediantereactivación,cosaque no sufrenotrasincluso de sumisma red)como «contacto»,definiendo los sucesivoslimites macizo-cuenca(enestaprimeraetapade evolución del borde son básicamentelas NE-SW los que lo definen). Aquí se nos plantea también el modo o modelo segúnel cual se efectúatal evolución.La incidenciamorfológicaesaquí másimportante a la hora de proponeralternativas,si bien tampocoes sencillo. En principio puedenestablecersedos posibilidades: a) Tras la fase previa de movimiento de elevación vendría una estabilizaciónen el macizo,si bien las cuencasdeberíanmanteneruna potentesubsidenciaparaalbergarlos sedimentos.Esto parecepudiera ser acorde con las superficies detectadashasta ahora en el Sistema Central, y decimos hastaahora, dado que, como ya hemosseñalado (PEDRAZA, op. cit.), es posiblela existenciade otra entre las defini- das como M3 y M=(SCHWENZNER, op cit.). Es, sin embargo>difícil explicarel contactoprogresivo tal como se define> así como el hechode que las superficiessuperioresseanlas de penillanura. 10 Trasla fasepreviase producenuna seriede ellas,queagudizan progresivamenteel relieve,mientrasque las etapasdistensivascorres- pondientesproducenel hundimientode la cuenca. Dentro de estemodelo, de inestabilidaddurantela sedimentación arcósica,cabendos modalidades: 1. Que seanimpulsos instantáneosseguidosde distensiones(mo- delo defendidopor HERNANDEZ PACHECO> 1923, y seguido 877 por otros autores:BIROT y SOLE SABARIS> 1954; SCHWEN- ZER, 1932; ALíA MEDINA, 1960; MARTIN ESCORZA, 1976). 2. Que la concatenación,elevación del macizo-subsidenciade la cuencasea total en un movimiento permanente>en el cual úni- camentevaría la intensidad de los movimientos positivos o negativos (modelo próximo al definido por PENK> 1924, ref. 1972). Es evidente que la mayoría de los autorescitan fases tectónicas intramiocenas,pero tambiénes verdadque la ausenciade discordan- cias netasy claras(si bien siempreseráun problemasuidentificación en estos materialesa no ser en el mismo borde) nos hace decidirnos por la b-2 como hipótesis más favorable, aparte de ser acordecon ciertas fasesmorfogenéticas. 30 Tras la colmataciónde las cuencasarcósicas(PliocenoMedio), señaladoen el centro de la cuencapor la caliza lacustredel Páramo, se inicia otra rupturanetaen la evolución de esteborde. Esta nueva etapa,definible como postarcósica,lleva consigo una tectónicade horts y grabens,que tendrácomo consecuencias: 1.0 Reactivaciónde las fracturasNNE y NW-SE como desnivela- dorasde las que definenel límite macizo-cuenca. 2? Formaciónde los principalesrasgosdel relieve: cuerdascime- ras,depresieynes-int~-rnasdesnivelációnde rampá~. 30 Pasoa una etapade funcionamientoautónomode bloqueso conjunto de ellos. Este tipo de movimientosfueron los señaladospor diversosauto- res (SCHWENZNER,op. cit.; SOLE SABARIS y cols., op. cit.; BIROT y SOLE SABARIS, op. ciÉ, etcj que les situabanen fasescomo la pri- meray segundarodánicay valánquica.Recientemente,A. PEREZGON- ZALEZ (1979-1981)estableceunafase postcalizalacustredel Páramo (iberomanchegaII). Si bien aquí se carecede sedimentoscorrelativos de tales acontecimientos>varios criterios geomorfológicosapoyanesta duplicidad de fases(PEDRAZA, 1978), así: a) El contactose halla arrasadopor una superficieerosiva,a su vez desnivelada,lo que implica movimientos claramenteposteriores a la colmataciónde la cuenca. b) La Rampa(tal como ya señalabaSCHWENZNER,op cit.) se halla formadapor dos superficiesque presentanunaarticulaciónes- tructural en muchoscasos>mientrasque en otros dicho contactoestá 678 ligeramentemodelado(lo que denunciados ciclos distintos, aunque a veces no sehayandiferenciadotectónicamente). Comose desprendede esteúltimo punto, es en estaetapadondese consolida «el borde» como lo podemosentenderhoy en su trazado y estructura, pues a las redes tradicionales del límite (NE-SW y MW-SE) se sobreimponen las de las desnivelaciones(básicamente NW-SEy NNE),quesonlas que definen«la autonomíade los bloques» (ho-rts o grabens),para verificar o no movimientos. 4? La evoluciónmásrecientede esteborde estámarcadapor una clara subsidenciadesdeel plio-Pleistocenohasta el Holoceno (inclu- sive). Tal subsidenciaes netamenteselectiva,es decir, se presentaen zonas preferentes,siendouna consecuencialógica de la autonomía de bloquesque se originó en la etapa anterior. En este borde ha tenido como consecuenciala formación de una depresiónmarginal o de borde que fue definida por nosotros(PE- DRAZA, 1976)y denominadade Aldeadel Fresno-Almorox.En su con- junto> y si nosatenemosasudinámicade sedimentación,puededecirse que tiene carácterde una pequeñasubfosalocal dentro de la general o del Tajo, siendo aquí la del sistema Alberche-Perales.Su funciona- miento no ha sido continuo> sino por etapasde mayor a menor acti- vidad e incluso de estabilización,dichasetapaspuedenresumirse: a) Duranteel Plio-Pleistoceno,lo que implicó la génesisde dicha depresiónmarcadapor un sistemade vertientesglacis. b) Durante el PleistocenoMedio a Superior bajo, con la forma- ción de una potente secuenciade aluvionamiento, que se halla, en zonas,hundida bajo el talweg actaul y en todas bajo los aluviones posterioresy con sensible inclinación de los materialespor origen tectónico. c) Duranteel Holoceno,dadoque los aluviones del cauceactual presentanunapotenciamuy superioren la cabecerade estadepresión o subfosaqueen la zonade unión del Alberche al Tajo. Establecidasestasetapas,debemosconsignarla posibilidadde otra subsidenciamenoren el intermedio de las mismas>así como de clara estabilidaden otras> las cualesquedanmarcadaspor fuertesencaja- mientosdel río. En suma,las etapasevolutivas fundamentalesde este borde pue- denresumirse: Delimitación de la franja de transición dinámica macizo-cuenca (previa a la sedimentaciónarcósica y durante sus etapas iniciales); definición de las distintas fallas (fundamentalmentelas NE-SW) del 679 límite macizo-cuenca(durantela sedimentaciónde la seriearcósica,del OligocenoMedio al PleistocenaMedio); definición de los bloquesautó- nomospor funcionamientode fallas desnivelado-rasde las del límite (básicamentelas NW-SE y NNE); subsidenciaselectivamarcada en este borde por la depresiónde Aldea del Fresno-Almorox (durante el Cuaternario). BIBLIOGRAFíA AGUIRRE, E.; DÉxz MOLINA, M., y PÉREZ GONZÉLEZ, A. (1976): «Datospaleo- mastológicosy fasestectónicasen el Neógenode la MesetaSur espa- ñola. 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