%0 Book %T Actas: Reunión Iberoamericana sobre cannabis medicinal publisher Carlos Brito Siso %D 2020 %U https://hdl.handle.net/20.500.14352/9316 %X El día 5 de marzo de 2020 –a una semana de entrar en estado de alarma, con confinamientos, restricciones y vuelta al estado de alarma- pudimos celebrar en la Facultad de Ciencias de la Información de la Universidad Complutense de Madrid una reunión sobre cannabis medicinal. La organización se enmarca en una línea estrecha línea de colaboración mantenida durante los últimos años entre el Instituto Universitario de Investigación en Neuroquímica y el Proyecto de Investigación “Fiscalización internacional de drogas: problemas y soluciones”.Una vez más, quienes desde la UCM estudiamos distintos aspectos del cannabis medicinal, quisimos poner de manifiesto tres cuestiones. La primera, que a día de hoy existen evidencias suficientes sobre la utilidad medicinal del cannabis. La segunda, que resulta sin duda deseable obtener más evidencias, lo que requiere más investigación. Y, la tercera, que es necesario un marco legal que permita esa investigación y la dispensación del cannabis medicinal, como ocurre ya en muchos países de todo el planeta.En la reunión contamos con expertos de distintas áreas y del máximo nivel en sus respectivos ámbitos de salud o políticas legislativas. Sus valiosas aportaciones se recogen ahora y se hacen públicas como documentos muy relevantes en una discusión que continúa viva y que debemos seguir alimentando para que el conocimiento científico y la necesidad de los pacientes dejen de enfrentarse a unas políticas legislativas, nacionales e internacionales, irracionales y que desprecian dos enfoques básicos: el enfoque científico y el enfoque de derechos humanos.Especialmente relevante es la reciente posición de la OMS sobre el cannabis medicinal. En 2017 este organismo decidió realizar una revisión crítica sobre el valor medicinal de la planta, sus principios activos y algunos imitadores de síntesis. Las razones que llevaron a esta revisión fueron explicitadas así por la OMS: 1ª) No hay evidencias de muertes por sobredosis. 2ª) Es una sustancia relativamente segura. 3ª) Existe abundante literatura preclínica que avala su efectividad en cáncer, dolor crónico, dolor neuropático, epilepsias pediátricas, estimulación de apetito, estrés postraumático, trastornos del sueño y dependencia a opiáceos. 4ª) Los efectos adversos son posibles, pero leves. 5ª) La clasificación actual del cannabis como droga muy peligrosa, muy adictiva y sin ninguna indicación terapéutica no se justifica. Tras analizar evidencias y bibliografía, la OMS propuso a la Comisión de Estupefacientes una reclasificación del cannabis que permitiese su uso medicinal y facilitase la investigación sobre el potencial médico; además se indicaba que los extractos y las tinturas y el principio activo CBD no deberían ser objeto de clasificación en las Convenciones de drogas.La Comisión de Estupefacientes, sin razón que lo justifique, ha pospuesto por dos veces, en 2019 y en 2020, pronunciarse sobre las recomendaciones de la OMS. Se espera para diciembre de 2020 otra reunión de la Comisión de Estupefacientes en la que debería pronunciarse aceptando las recomendaciones, evitando así que dentro de Naciones Unidas existan dos voces opuestas sobre una misma cuestión.Con todo, son muchos los países y territorios que, sin esperar a la reclasificación en Naciones Unidas, han reglamentado programas de dispensación de cannabis medicinal. Se trata en concreto de Italia, Reino Unido, Portugal, Holanda, Alemania, República Checa, Dinamarca, Luxemburgo, Finlandia, Polonia, Israel, Canadá, Uruguay, Colombia, Perú, Chile, Argentina, Costa Rica, Ecuador, Jamaica, Sudáfrica, Malaui, Zimbabue, Tailandia, Australia, Nueva Zelanda y 33 estados de EE. UU.España posee condiciones y modelos suficientes para acometer prontamente la regulación del cannabis medicinal; solo falta la voluntad política de hacerlo. %~