%0 Book Section %T Condiciones de habitabilidad: una conversación con Toni Gironés publisher El Croquis %D 2017 %U 978-84-88386-95-3 %@ https://hdl.handle.net/20.500.14352/93209 %X Hasta el momento, toda su obra se ha desarrollado en una región muy concreta, Cataluña. ¿Qué importancia ha tenido esa concentración territorial en su trabajo?Considero que el conocimiento del lugar es algo completamente necesario. Antes de empezar a procesar un proyecto, siempre tengo que pisar el sitio. Aunque algunos emplazamientos en los que he trabajado sí los conocía previamente, en otros casos, como sucedió en el Espacio transmisor del túmulo/dolmen megalítico de Seró, se trata de territorios que he ido descubriendo. En Seró, el proceso duró unos siete años; un tiempo que te permite un planteamiento coherente para abordar todas y cada una de las etapas del proyecto, y mantener una mirada crítica sobre tu propio trabajo.¿Qué rasgos estructuran ese conocimiento del lugar?En realidad, no creo que puedan definirse unos rasgos específicos, sino que lo entiendo más como una actitud. Se trata de detectar aquellos elementos que pueden devenir en instrumentos de proyecto. Esta predisposición permite que a lo largo del proceso nunca haya absolutos; si acaso, enamoramientos puntuales, pero siempre hay que ser capaz de volver atrás. A partir de ese rozamiento, se van decantando en el tiempo determinadas constantes. Aunque, evidentemente, se parte de una mirada subjetiva —la del proyectista— lo que se persigue es extraer unas condiciones objetivas de las que participarán las personas que vivirán esos espacios.¿Esas constantes divergen según el ámbito de su trabajo?Siempre son las mismas y siempre están vinculadas a la habitabilidad: desde la gestión del límite a los espacios intermedios, al cómo se materializan esas transiciones y con qué elementos. La idea de paisaje la entiendo como algo muy abierto, en el sentido de que cada uno de los entornos de trabajo, ya sea urbano, como en las 35 Viviendas en Badalona, o agrícola, como en Seró, tiene su propia identidad. Se trata de escuchar sin prejuicios esas identidades para que, de algún modo, empiecen a concatenarse relaciones entre ellas.Aunque estos dos proyectos abordan programas completamente distintos, trabajan, en mi caso, con mecanismos similares, derivados del hecho de relacionar un paisaje exterior, público, con uno interior. Esas medianeras de ladrillo visto que conozco desde mi infancia son, en Badalona, un elemento patrimonial que entiendo como resonancia. En el caso de Seró, ese elemento es un campo de trigo frente a un deambulatorio interior, que desemboca en la cámara de las estelas. A partir de ahí, se determinan las propiedades materiales que definen el límite del edificio: un material arcilloso, con una escala determinada de porosidad. En el caso de las Viviendas en Badalona se emplean dinteles cerámicos de 1,5 m × 20 cm de altura, que dejan hacia la calle agujeros de 1,5 m × 40 cm; y en el espacio transmisor de Seró, unos botelleros de 50 × 25 cm, con 10 agujeros circulares de 10 centímetros de diámetro. %~