RT Book, Section T1 Comportamiento informacional en la búsqueda de información sobre salud A1 Montesi, Michela A2 Montesi, Michela A2 Marco Cuenca, Gonzalo A2 Ramírez Martín, Susana María AB Hablar de búsqueda de información desde la perspectiva de la salud pone de manifiesto dimensiones del comportamiento informacional prácticamente desconocidas hasta hace poco. En primer lugar, la BIS se caracteriza como un proceso informacional que se da en el marco de una enfermedad. En segundo lugar, se caracteriza por ser una actividad con connotaciones sociales y relacionales que van más allá de la mera colaboración y que configuran los procesos informacionales como intrínsecos al tejido social. No solo se busca en nombre de otras personas, sino que gracias a otras personas enfermas, a sus experiencias y a las interacciones con ellas, se gana en conocimientos y en habilidades para sobrellevar la enfermedad. En tercer lugar, cabe mencionar el carácter multimodal de la información sobre salud que se obtiene no solo de fuentes autorizadas y producidas por el personal sanitario, sino a partir de las experiencias personales, propias y de otros, incluidas las experiencias físicas que tienen lugar en el cuerpo, y a través de una multiplicidad de canales. La autoridad cognitiva de quienes aportan conocimiento experiencial se construye a través de la interacción con otras personas y de la prestación de apoyo emocional además que del intercambio informacional. El apoyo social que deriva de participar en comunidades de enfermos no puede desenredarse de las prácticas informacionales. Finalmente, la BIS emerge como un fenómeno capaz de modificar el comportamiento de las personas o incluso la percepción que estas tienen de sí mismas, interviniendo en los procesos de redefinición de la identidad y restablecimiento de la normalidad tras la irrupción de un evento dramático como una enfermedad. Desde el punto de vista de la enfermedad y la salud, el comportamiento informacional se ve condicionado por fenómenos diferentes a los puramente informacionales o tecnológicos, pues entran en juego, entre otros, factores de orden sociológico, como los sesgos de género, psicológico, como el apoyo social, o hasta fisiológico como la corporealidad de los procesos informacionales. La BIS y el comportamiento informacional se configuran de esta manera como fenómenos complejos que existen más allá de los sistemas formales de información y que están profundamente entrelazados con la existencia de las personas en todas sus facetas. Esta perspectiva además permite mirar de otra manera a los fenómenos informacionales de siempre. La participación de las personas enfermas en los medios sociales y el reconocimiento del papel que desempeñan en la salud de quienes participan en ellos permiten redimensionar el concepto de autoridad cognitiva. Si incluso en el ámbito de las fuentes de información autorizadas y basadas en la evidencia, se producen fenómenos de información contradictoria, la experiencia y las vivencias físicas relacionadas con la enfermedad califican a los enfermos como fuentes de información autorizada y complementaria respecto a aquella ofrecida por parte de la comunidad biomédica. Las personas normales, al igual que los miembros de la comunidad científica, actúan como consumidoras y como productoras de información en salud, respondiendo a necesidades informativas diferentes pero reales, como las de otras personas sin especialización, y desempeñando un papel importante en las decisiones sobre salud. ¿Nos encontramos ante un cambio de paradigma en el universo de la información especializada? PB Trea SN 978–84-17767–07‑5 YR 2019 FD 2019 LK https://hdl.handle.net/20.500.14352/95356 UL https://hdl.handle.net/20.500.14352/95356 LA spa DS Docta Complutense RD 19 may 2025