%0 Book Section %T Discurso de odio, competencia informacional crítica y desinformación publisher TREA %D 2023 %U 978–84-19823–21‑2 %@ https://hdl.handle.net/20.500.14352/94663 %X Los mensajes que expresan prejuicios frente al otro, debido a alguna diferencia, afectan a las personas con facilidad debido a múltiples causas, entre otras, la forma en que son emitidos, su simplicidad y facilidad de llegar rápido a grupos especialmente sensibles ante este tipo de información. Su principal característica es que apelan a los sentimientos y las emociones, ignorando los hechos y los datos, al igual que ocurre con la desinformación y las demás prácticas vinculadas con la difusión de información falsa y no fundamentada. El discurso de odio aparece en los medios sociales y a menudo en el marco de medios dedicados a la difusión de noticias falsas. En cualquier caso, tanto el discurso de odio como la desinformación plantean claras responsabilidades para las bibliotecas, los centros escolares y el conjunto de la sociedad, pues la combinación de hechos alternativos, el rechazo de afirmaciones basadas en hechos y las campañas políticas basadas en la crispación han alcanzado niveles preocupantes. El discurso de odio se ve fomentado por la desinformación y un uso inadecuado de la información y las tecnologías. Para contrarrestarlo, la formación en diversas alfabetizaciones y competencias pueden contribuir a la lucha contra el discurso de odio tanto en el ámbito educativo como en la sociedad civil.La alfabetización informacional proporciona instrumentos para identificar y neutralizar el discurso del odio sirviéndose de algunas herramientas y recursos educativos. Más específicamente, la alfabetización informacional crítica incluye objetivos alineados con la lucha contra el discurso de odio, por ejemplo, contrarrestar el sexismo y la discriminación contra las mujeres utilizando el pensamiento crítico y las competencias en información. A pesar de la diversidad de enfoques sobre las competencias informacionales y digitales, lo que nos interesa destacar es, por una parte, su doble dimensión como competencia académica y ciudadana y, por otra, su carácter no meramente instrumental, sino sobre todo crítico y ético, vinculado a la evaluación de la veracidad, relevancia, intencionalidad y uso ético de la información, además de su comunicación en los distintos ámbitos de la vida, especialmente en entornos de riesgo informacional y digital (entre otros violencia verbal, protección de datos y ciberacoso). Aunque la tecnología y sus dispositivos son muy importantes para los usos de la información y comunicación y que la expresión «alfabetización digital» sea la más consolidada, es necesario insistir en que entre sus componentes clave destaca el pensamiento crítico y su dimensión tanto social como ciudadana, donde la ética debe funcionar como eje vertebrador %~