Millán Núñez-Cortés, JesúsMillán Pérez, Joaquín Julio2023-06-182023-06-182017-02-22https://hdl.handle.net/20.500.14352/21862Tesis inédita de la Universidad Complutense de Madrid, Facultad de Medicina, Departamento de Medicina, leída el 04/02/2016Introducción. Las dislipemias son consideradas como uno de los factores de riesgo fundamentales, y corresponsables de una gran parte de los accidentes cardiovasculares, que son los procesos determinantes de la morbimortalidad de origen cardiovascular. El factor de riesgo lipídico cLDL es el que tiene un mayor impacto. De hecho, todos los esfuerzos para reducir y controlar el colesterol total y el cLDL mediante la intervención en el estilo de vida y -si es preciso- con fármacos, han conducido a una reducción de la morbimortalidad cardiovascular, tanto en los pacientes en prevención primaria como en prevención secundaria. Sin embargo, a pesar de un tratamiento óptimo de la dislipemia asociada al metabolismo del colesterol y concretamente de las lipoproteínas de baja densidad (cLDL), por ejemplo con estatinas; el riesgo cardiovascular permanece elevado (este es el concepto de riesgo residual). Uno de los elementos que contribuyen a dicho riesgo es la dislipemia “no LDL-dependiente”, básicamente relacionada con la hipertrigliceridemia y/o con cifras bajas de cHDL. Además, se da la circunstancia de que este riesgo es modificable, asimismo, con intensificación en los hábitos relacionados con el estilo de vida y con una estrategia farmacológica asociada a la terapia hipocolesterolemiante, que tenga como objetivo el descenso de los triglicéridos o el incremento del cHDL. Por tanto, diagnosticar y reconocer la dislipemia no dependiente del cLDL es determinante para tratar correctamente de forma global el riesgo vascular y reducirlo de forma adicional. De ahí la importancia de la dislipemia dependiente de los triglicéridos, sóla o acompañada de modificaciones en la concentración de las lipoproteínas de alta densidad, cuyo efecto antiaterogénico es suficientemente conocido...Introduction. Dyslipidemias are considered as one of the key risk factors and co-responsible for a large part of cardiovascular diseases, which are the processes that determine cardiovascular morbidity and mortality. The lipid risk factor cLDL has the biggest impact. Indeed, all efforts to reduce and control the total and cLDL cholesterol, by intervening in lifestyle and, if it were neccesary, using drugs, have led to a reduction in cardiovascular morbidity and mortality, both patients in primary prevention and secondary prevention. However, despite optimal treatment of dyslipidemia associated with cholesterol metabolism - and specifically, low-density lipoprotein (LDL ), for example with statins-, the cardiovascular risk remains high ( this is the concept of residual risk). One of the elements that contribute to this risk is the "non-LDL-dependent" dyslipidemia, basically related to the hypertriglyceridemia and / or low levels of cHDL. This risk is modifiable with intensification in habits related to lifestyle, and with a pharmacological strategy associated with the cholesterol-lowering therapy, whose objective were to reduce triglycerides or increase cHDL. Therefore, diagnose and recognition not dependent on cLDL dyslipidemia is crucial to properly deal with the vascular risk and additionally, to reduce it. Hence the importance of dyslipidemia dependent triglycerides, alone or accompanied by changes in the concentration of high-density lipoproteins, whose anti-atherogenic effect is sufficiently known...spaPerfil clínico de la hipertrigliceridemia asociada a riesgo cardiometabólicodoctoral thesisopen access616.12-005(043.2)HipertrigliceridemiaRiesgo cardiovascularRiesgo cardiometabólicoHipertrygliceridemiaCardiovascular riskMetabolic cardiovascular riskEndocrinologíaSistema cardiovascular3205.02 Endocrinología2411.03 Fisiología Cardiovascular