San Román López, Elena CristinaÁlvarez, MonserratOrtúñez, Pedro PabloGil López, Águeda2024-01-092024-01-0920130482-5748https://hdl.handle.net/20.500.14352/92038La Primera Guerra Mundial puede considerarse la primera guerra industrial de la historia. Como escribió un general de Artillería español en 1917, «antes bastaba tener ejércitos preparados; ahora es necesario, además, preparar ejércitos industriales». La Gran Guerra sirvió de banco de pruebas para las tres innovaciones tecnológicas que caracterizaron la segunda oleada industrializadora: el motor de combustión interna, los avances de la química moderna y la aparición de la electricidad. Camiones y aeroplanos, armas químicas y fábricas de armamento que gracias a la electricidad podían alejarse de los puertos y zafarse del objetivo enemigo, cambiaron, entre otras cosas, la forma de hacer y planear la guerra. Surgió en todos los ejércitos europeos una preocupación intensa por la capacidad fabril de sus Estados y comenzaron a hacerse estudios y estadísticas industriales que facilitaran la «movilización industrial», es decir, la transformación de la capacidad industrial al servicio de la guerra.spaLa mirada del Ejército sobre la industria: Artilleros e Ingenieros ante la segunda oleada industrializadorajournal articlehttps://publicaciones.defensa.gob.es/revista-de-historia-militar-extra-2-2013.htmlrestricted accessHistoria económicaEconomía industrialCiencia militar5506.06 Historia de la Economía5902.11 Política Industrial