Zorita Castel, Lorena2023-07-122023-07-122023-07-12https://hdl.handle.net/20.500.14352/87222El aislamiento social durante el confinamiento no solo limitó las terapias presenciales, sino que aumentó la sintomatología negativa, lo que demostró empeorar la calidad de vida de los adolescentes con Bulimia Nerviosa (BN). Así mismo, el contacto constante con personas convivientes supuso una fuente de apoyo impidiendo intensificaciones puntuales en la clínica purgativa. La distancia personal impulsó la telemedicina, pero resultó acrecentar la inseguridad de los usuarios que terminaron abandonando las sesiones. Esto exacerbó los factores de riesgo de la BN y repuntes de la enfermedad, especialmente en las adolescentes de 17 años, siendo el grupo de edad más afectadospaImpacto del confinamiento sobre la población adolescente diagnosticada de bulimia nerviosa: Revisión Bibliográficajournal articleopen accessBulimia Nerviosa (BN)ConfinamientoAdolescentesCOVID-19Aislamiento socialEducación sanitariaEnfermería3212 Salud Publica3202 Epidemiología