El intraemprendedor como ideal normativo : el caso de la consultoría especializada en la selección de personal

Abstract

Asistimos en la actualidad a la proliferación y asentamiento de toda una serie de discursos que fomentan y prescriben las líneas maestras que definen y constituyen el paradigma del emprendimiento. Este tipo de discursos se engarzan dentro de las profundas transformaciones que están afectando al mundo del trabajo en la actualidad y han venido a cuestionar los pilares mismos sobre los que se ha estado asentando la sociedad asalariada durante el último siglo. Así, todas aquellas narrativas vinculadas con el paradigma del emprendimiento están de forma progresiva, pero de manera constante, desplazando a las narrativas del paradigma asalariado. Una de estas consecuencias, ligadas a un cambio de paradigma dentro del mundo del trabajo, es la reconfiguración simbólica que ha sufrido el arquetipo del “buen trabajador” en los últimos años. Valores como la intensificación de la competitividad, el riesgo como oportunidad, el individualismo productivista, que se distancian de los referenciales normativos del trabajador durante las primeras tres cuartas partes del siglo XX, se han transformado en imperativos morales y se promueven permanentemente de forma omnicomprensiva. Por lo tanto, ese desplazamiento y sustitución de las narrativas del asalariado por las del emprendimiento se produce acompañado de una crítica inmanente de los valores anteriores, definidos, ahora, como inadecuados y anacrónicos. Desde nuestra perspectiva, el emprendedor es más que alguien que decide sacar adelante un proyecto empresarial con el objetivo de obtener una rentabilidad concreta; alude a un ideal normativo contemporáneo que prescribe los referentes éticos con los que articular el mundo del trabajo. Así mismo el emprendimiento, tal y como se presenta en la actualidad, implica una cosmovisión sobre la sociedad en general y el mundo del trabajo en particular, articulada a través de una racionalidad de gobierno neoliberal...We are currently witnessing the proliferation and establishment of a whole series of discourses that promote and prescribe the guidelines that define and constitute the paradigm of entrepreneurship. This type of discourse is part of the profound transformations that are currently affecting the world of work and have come to question the very pillars on which the salaried society has been built during the last century. Thus, all those narratives linked to the entrepreneurship paradigm are progressively, but steadily, displacing the narratives of the wage-earning paradigm. One of these consequences, linked to a paradigm shift within the world of work, is the symbolic reconfiguration that the archetype of the "good worker" has undergone in recent years. Values such as the intensification of competitiveness, risk as opportunity, productivist individualism, which are distanced from the normative reference points of the worker during the first three quarters of the twentieth century, have been transformed into moral imperatives and are permanently promoted in an all-encompassing manner. Therefore, this displacement and substitution of the narratives of the wage-earner by those of entrepreneurship is accompanied by an immanent critique of previous values, now defined as inadequate and anachronistic. From our perspective, the entrepreneur is more than someone who decides to carry out a business project with the objective of obtaining a concrete profitability; it alludes to a contemporary normative idea which prescribes the ethical references with which to articulate the world of work. Likewise, entrepreneurship, as it is presented today, implies a worldview on society in general and the world of work in particular, articulated through a neoliberal government rationality...