Prólogo

Abstract

Este trabajo analiza la manera en que Rorty recoge la crítica heideggeriana a la posición teórica. Heidegger insiste, con anterioridad a la publicación de Ser y Tiempo, en la interpretación teorizante del mundo que han hecho tanto la filosofía como la ciencia. Desde esta posición, el mundo aparece como una totalidad de objetos puesta enfrente de mí que se puede captar en sus rasgos intrínsecos. Tales rasgos serán objetivos por tratarse de características propias de las cosas y por ser intersubjetivos, es decir, susceptibles de ser aprehendidos por cualquier otro yo que ocupe la misma posición contemplativa. Sin embargo, la vivencia habitual que tenemos del mundo no es la vivencia contemplativa, que desaparece cuando abandonamos la actitud teórica requerida por la ciencia y la filosofía. Por el contrario, hay un vivir el mundo circundante que es pre-teórico y que Heidegger considera originario, pero no porque nos permita asistir al origen del mundo o a la constitución de su sentido, sino porque es el ámbito en el que ya estamos desde siempre viviendo el mundo, es el tejido del que está hecha nuestra vida y del que no podemos salir porque toda reflexión lo supone. Toda teoría, ya sea filosófica o científica, es, por un lado, una derivación a partir del suelo de la vida originaria, pero es, por otro lado, un desvivir la vida, en la medida en que nos alejamos cada vez más del suelo originario. Y, sin embargo, tanto la filosofía como la ciencia se consideran a sí mimas como originarias y consideran lo que ellas muestran como lo inmediato y absolutamente primario. Esta crítica heideggeriana a la posición teórica es la recogida por Rorty para elaborar su filosofía más corrosiva y más crítica con la tradición. Su objetivo es disolverla, precisamente para tomar conciencia de su dependencia y de su carácter dogmático. Pero en este punto también nos encontramos con el Rorty más alejado de Heidegger, porque mientras éste insiste en que la disolución de la posición teórica nos devuelve al suelo de una vida originaria que es histórica pero no contingente, aquél sólo entiende la historia desde la contingencia.