Realidad, verdad y ópera

Abstract

Imaginemos que un amante tuviera una cita importante, muy importante, tan deseada como esperada. Imaginemos que esta cita fuera en su propia casa y, a tal efecto, quisiera tenerla lo más hermosa posible y con el mejor aspecto, cuidando hasta el último detalle. Raudo, saldría corriendo en busca de flores –pues ha recordado que en un prado cercano las ha visto día tras día florecer– y, de entre ellas, se pararía a escoger, eso sí, con mucho detenimiento, sólo las más hermosas para ofrecer como regalo y para ornar su hogar... Esto es justamente lo que sucede hoy aquí. La amada es la ópera, que visita la sala de concierto; las flores, dos voces que son un auténtico regalo para el espíritu. El tema de conversación, es decir, el repertorio de este feliz encuentro –a la manera de soirée musical con orquesta– da cuenta de muchas cosas, pero quizá entre las más relevantes esté la manera –o algunas maneras– de ver la realidad a través del teatro. Dicho de otro modo: ¿cómo se representa el presente de un modo mimético en arte y música? Con este fin, Mozart, Leoncavallo, Puccini y Verdi serán motivo de diálogo en nuestra cita a través de fragmentos, sin duda, de sus más inmortales óperas. Del mismo modo que el amante citado se siente un ser afortunado y especial, así sintámonos por esta extraordinaria visita que aúna lo más selecto a nivel internacional en lo interpretativo, junto algunas muestras del más celebrado repertorio operístico de todos los tiempos.