Reconstrucción paleoambiental de los ecosistemas del yacimiento cenomaniense de Algora (Guadalajara, España)

Abstract

El paleoarte tiene una importancia crucial a la hora de la divulgación científica. Esta disciplina del arte nos permite representar cómo fueron en la antigüedad a los animales y ambientes que hoy solo encontramos en forma de restos fósiles o en el registro geológico. Las reconstrucciones paleoambientales permiten, a través de ilustraciones visuales o escenografías en 3D, transmitir conocimientos complejos de una manera accesible y atrayente. Bajo este contexto, se ha realizado una reconstrucción paleoambiental del yacimiento cenomaniense de Algora (Guadalajara, España). Este yacimiento cretácico presenta una gran importancia ya que no solo es el único yacimiento cenomaniense de la península y uno de los pocos en Europa, sino que es el yacimiento con mayor concentración de macrofauna de vertebrados del Cenomaniense de toda Europa. Esta reconstrucción se ha centrado principalmente en la reconstrucción de cuatro elementos: la tortuga Algorachelus peregrina (una pleurodira incluida en la familia Bothremydidae), un nuevo saurópodo aún sin definir (un litostrotio derivado) y los dos paleoambientes que habitaron (uno litoral y uno continental). Para ello, se han estudiado restos fósiles tanto de primera mano como a través de bibliografía, así como otros taxones afines tanto extintos como actuales (podocnemídidos y quélidos en el caso de A. peregrina, y aves y crocodyliformes en el caso del saurópodo). Mediante estos fósiles y estudios previos se ha reconstruido esquemáticamente cómo habrían sido los esqueletos articulados de estos dos taxones. Una vez articulado el esqueleto se ha representado la musculatura del taxón sobre el mismo, para finalmente dibujar sobre ella al animal como habría sido en vida. Una vez se ha reconstruido el animal se ha estudiado la fauna, flora y estratigrafía del yacimiento cenomaniense de Algora. Mediante estos estudios se ha llegado a conocer cómo era el ambiente en el que habitaban, así como otros taxones con los que coexistían (como Obaichthys africanus, el abelisáurido aun no definido de Algora o un cocodrilo marino de rostro alargado actualmente también en fase de estudio.