Athelstan de Wessex, rey de Inglaterra (895-939): análisis de su política y repercusión en el siglo X

Abstract

La llegada de Athelstan al trono del reino de Wessex a finales del siglo IX, supondrá la continuación de una política, iniciada por su abuelo el rey Alfredo el Grande, aseguraría la consolidación del reino como principal potencia de las islas británicas. Sin duda, Athelstan conseguiría igualar los logros de su abuelo como un gobernante capaz de sofocar los últimos intentos de conquista danesa (Brunanburh) en el siglo X, además de conseguir extender el territorio de Wessex, al tiempo que también se revelaría un administrador eficaz del reino, sobre el que instauraría nuevos códigos legislativos que permanecerían vigentes hasta los tiempos de la conquista normanda. Por otro lado, Athelstan destaca por ser uno de los reyes anglosajones que más se interesaron por mantener relaciones diplomáticas con los demás monarcas de los reinos continentales. Pero claramente, una de las cuestiones clave del reinado de Athelstan es su proclamación como soberano de toda Britania, lo que nos permitirá considerarlo como el primer rey de Inglaterra, algo que marcará un antes y un después en el desarrollo de la historia inglesa.