A contracorriente: el rigor y belleza de la fenomenología

Abstract

En este artículo analizo críticamente algunas de las tesis fundamentales que Miguel García-Baró desarrolla en su libro "Vida y mundo. La práctica de la fenomenología". Dos son los temas fundamentales en los que me detengo. El primero es el problema de la percepción y su relación con un mundo que es transcendente a mi vida de conciencia. La propuesta de la reflexión fenomenológica es que, aun cuando la percepción sea un contacto privilegiado con las cosas del mundo, apertura al mundo, la percepción misma no tiene por qué interpretarse como un trozo de mundo. Esta tesis es difícil de sostener. El segundo problema, relacionado con el primero, es el de las relaciones entre mis estados de conciencia intencionales (las nóesis) y las "objetividades" o "sentidos" que se me dan en ellos. Aquí parece haber un círculo vicioso. La unidad del nóema (por ejemplo, la mesa que percibo) se forma a partir de las síntesis de fases temporales noéticas (por ejemplo, de la síntesis de la fases de la percepción continua de ese objeto) pero, a la vez, no es posible hablar de estas síntesis si no se tiene a la vista ya una unidad que regula la constitución de las fases de la síntesis.