El Teatro Real de Madrid durante la gestión del empresario Ramón de Michelena (1882-94)

Abstract

El problema de la ópera nacional española, que resurgió con fuerza en la década de 1880 reflejado en las dificultades de compositores como Bretón y Pedrell para estrenar sus óperas en el Teatro Real, se ha abordado tradicionalmente como una cuestión estética y en base a las ideas de sus protagonistas (Barbieri, Peña y Goñi, Bretón). Este artículo propone considerarlo a la luz del funcionamiento productivo del Teatro Real en el contexto de un sistema condicionado por múltiples y complejos factores a nivel internacional. Para ello se utiliza documentación novedosa que permite una mirada interna a los asuntos cotidianos del teatro, procedente del archivo de uno de los empresarios del coliseo, el conde Ramón de Michelena que se hizo cargo del arriendo del teatro en 1884 y lo mantuvo hasta 1894. Su actuación delata un estilo de gestión a medio camino entre lo industrial y lo artístico. Un estudio de caso, centrado en la carta de un agente del teatro que discute la adecuación o no de diversos cantantes italianos al público del Real, señala hacia la conciencia de un gusto local específico dentro de un sistema de producción operística internacionalizado pero no por ello homogéneo. El documento es ilustrativo del cuidado del empresario por agradar el gusto peculiar de su público, fundamento económico de su éxito. Por otra parte, la documentación del archivo refleja también la dificultad del empresario para negociar con los cantantes y la presión de las agencias teatrales y de los editores como Ricordi, al margen de cualquier criterio artístico. Normativa legal, iniciativa individual de Michelena, gusto del público e intereses económicos son elementos en continua tensión y contradicción que ilustran el escaso margen de maniobra del empresario. En el contexto de este sistema productivo prácticamente inamovible se entienden mejor los fundamentos del ideal hacia la ópera nacional defendido por Tomás Bretón y los problemas para alcanzarlo.