El empleo público como salida profesional: Implicaciones para la docencia en ciencias sociales y jurídicas
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2024
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El proyecto consiste en obtener información y aportaciones de opositores y empleados públicos, preferentemente jóvenes, sobre cómo mejorar la docencia en los grados universitarios en ciencias sociales y jurídicas de la UCM, en el sentido de orientar y preparar mejor a nuestros estudiantes hacia salidas profesionales en las Administraciones públicas, así como en poner en práctica parte de esas aportaciones.
El objetivo es generar un proceso positivo de retroalimentación o feed back entre egresados, profesores y estudiantes. De manera que quienes ya se han incorporado a puestos ganados por concurso u oposición en el sector público estatal, autonómico o local, o están en el camino de hacerlo en calidad de opositores, puedan contribuir con su experiencia personal a la docencia universitaria. De forma que, a su vez, el profesorado en ciencias sociales y jurídicas involucrado en el proyecto mejore su servicio a los estudiantes, facilitando que sus estudios oficiales estén adecuadamente orientados a la empleabilidad en el sector público. La recolección de buenas prácticas y la identificación de dónde han encontrado sus principales dificultades o escollos en su orientación profesional puede ayudar a quienes nos dedicamos a la docencia universitaria y a quienes la están recibiendo en la actualidad, para plantearse una salida tras sus estudios que con frecuencia es desconocida en sus términos concretos y tiene grandes beneficios como forma de promoción personal y social. Se trata de generar esa corriente positiva, que va de adelante hacia atrás (funcionarios – opositores – profesores – estudiantes), la cual ayudará a su vez a mejorar la evolución natural de las cosas (estudiante – opositor – funcionario o empleado público).
El proyecto pretende abordar dos problemas básicos enlazados. El primero es el de la (relativamente) baja empleabilidad de los egresados universitarios (al menos respecto a puestos debidamente cualificados), y el segundo, conectado con el anterior, es la falta de orientación de la docencia universitaria en ciencias sociales y jurídicas hacia las salidas profesionales en general y en el empleo público en particular.
En cuanto a la empleabilidad de los titulados en la enseñanza superior, es una constante la preocupación por el alto índice del paro juvenil en España, que a pesar de descender en los estadios de población más cualificada, es notablemente superior a la de países de nuestro entorno. Según un estudio de la Fundación CYD la tasa de empleo de graduados superiores en España (79,9%), es la segunda más reducida de los 27 países de la UE, a más de 5 puntos del dato para la UE (85,6%), y la tasa de paro, del 9,5%, es la segunda más elevada, siendo más del doble que la europea, 4,4%. Además, es un tópico afirmar que pese a tener una de las generaciones de jóvenes más preparados de nuestra historia, un alto porcentaje de ellos no accede a un trabajo adecuado para su cualificación. Según el citado estudio, en 2020 el 32,3% de los contratos de trabajo firmados con graduados universitarios han sido para que ocuparan un puesto de baja cualificación. Y eso genera desánimo, preocupación y distanciamiento personal entre los estudiantes y el mundo de las salidas profesionales.
En cuanto a la inadecuación de los estudios de educación superior con el mundo laboral y del empleo público, es de apreciar que las universidades están orientadas hacia la captación de estudiantes y a la impartición de una preparación intensa y extensa, pero no profesionalizante en sentido propio. Ni siquiera en el escalón de los másteres universitarios en general, e incluso en el de los títulos propios de nivel de máster. La empleabilidad es uno de los criterios de evaluación de la calidad de las titulaciones, pero ni las universidades tienen con frecuencia datos precisos del destino de sus egresados, ni ese dato tiene un peso demasiado relevante en la evaluación, anegada en muchos otros parámetros formalistas y poco reveladores. Sin duda, la misión de la universidad no es la de ser una mera escuela de instrucción profesionalizante, pero en su labor no puede desentenderse del destino de los titulados en el mercado de trabajo, cada vez más complejo.
En sentido positivo, es innegable que el empleo público es una de las principales opciones que se ofertan a los titulados universitarios, especialmente en las áreas de conocimiento vinculadas a las titulaciones involucradas en este proyecto de innovación (Derecho, Ciencias Políticas y Gestión y Administración Pública). Tras la crisis desatada en 2008, que llevó a una alarmante congelación de los procesos de reposición de efectivos en las Administraciones públicas, o al menos a una reducción de la tasa de reposición, hemos recuperado o incluso superado los niveles históricos de empleo público, a pesar de los nuevos embates de la crisis del Covid y de la energía. El sector público es una sólida opción profesional para graduados en Derecho, en Ciencias Políticas y en Gestión y Administración Pública. Nuestras Administraciones están envejecidas y los procesos de jubilación garantizan el mantenimiento, e incluso el crecimiento, de las ofertas públicas de empleo de los próximos años. Según el Boletín Estadístico del personal al servicio de las Administraciones Públicas, a julio de 2022 la plantilla de las Administraciones públicas españolas era de 2.731.117 efectivos, del cual el 53,36% es personal funcionario de carrera (siendo un 57,81% de los mismos mujeres y un 42,19% hombres). Un dato llamativo es que solo un 3,73% del total (apenas 100.000 personas) son menores de 30 años.
No se trata de hacer meras sesiones informativas sobre oposiciones (aunque hay mucho campo para informar, con cierto orden y visión de conjunto, lo cual sería positivo, y muchas vertientes de empleo más desconocidas -organismos internacionales, cuerpos más especializados, Administraciones y entes públicos menos conocidos-, son posibles nichos de mercado que se pueden explotar). Se trata de obtener información para mejorar nuestra docencia. Hay aspectos de los planes de estudio y de la organización docente que no nos es posible cambiar directamente, pero hay cuestiones de la docencia “de a pie” que pueden marcar la diferencia respecto de nuestros alumnos.
En definitiva, queremos obtener feed back de quienes han pasado por esa experiencia de someterse a un proceso de selección ante organismos públicos, con y sin éxito, para saber cómo reforzar, mejorar, ilustrar, orientar, perfeccionar nuestra docencia actual.